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Código civil y comercial

ARTÍCULO 548.- Retroactividad de la sentencia. Los alimentos se


deben desde el día de la interposición de la demanda o desde la
interpelación al obligado por medio fehaciente, siempre que la
demanda se presente dentro desde los seis meses de la
interpelación.-

Se impone la aplicación inmediata del art 548 del


Código CivCom de la Nación que recepta el principio
de retroactividad de la sentencia que fija alimentos.
20 noviembre 2015 por Ed. Microjuris.com Argentina

Partes: V. A. R. por la menor V. P. c/ M. L. s/ alimentos


Tribunal: Cámara de Familia de Mendoza
Fecha: 13-oct-2015
Cita: MJ-JU-M-95094-AR | MJJ95094 | MJJ95094
Se impone la aplicación inmediata del art 548 del Código Civil y Comercial de la Nación que
recepta el principio de retroactividad de la sentencia que fija alimentos.
Sumario:
1.-En materia de fijación de la prestación alimentaria a favor de la hija menor de edad, sin que haya
recaído sentencia firme al respecto, y sin perjuicio de los efectos de la cosa juzgada en esta
materia, se impone la aplicación inmediata de la nueva ley, toda vez que se trata de una situación
jurídica que se venía gestando, que no es instantánea, que no se ha consumido sino que, por el
contrario, perdura en el tiempo.
2.-Ya sea por tratarse de una situación no consolidada y por no existir en rigor una modificación al
derecho vigente, corresponde la aplicación inmediata del art. 548 CCivCom., que acogiendo la
solución doctrinaria y jurisprudencial existente en la materia, recepta el principio de retroactividad
de la sentencia que fija alimentos.
3.-Siendo la finalidad de los alimentos el satisfacer necesidades de subsistencia impostergables y
consideradas esenciales para un adecuado desarrollo del alimentado, los alimentos se deben
desde que son pedidos, pues se entiende que desde entonces el alimentado los necesitó; ergo, si
el alimentante no se aviene en forma espontánea e inmediata a su total satisfacción, mediante el
depósito total de la cuota peticionada, debe asumir las consecuencias jurídicas de su resistencia.
4.-Solo excepcionalmente el efecto retroactivo de la cuota alimentaria no resulta procedente a la
fecha de interposición de la demanda o de la audiencia de mediación, cuando el alimentante haya
abonado desde el inicio del proceso, igual o mayor monto que el fijado en la resolución en tal
concepto y esto resulta indubitable de las propias constancias del expediente.
Fallo:
En la Ciudad de Mendoza, a los trece días de Octubre de 2.015, se reúnen en la Sala de Acuerdos
de la Excma. Cámara de Apelaciones de Familia los Sres. Jueces titulares Dres. Carla Zanichelli,
Estela Inés Politino y Germán Ferrer y traen a deliberación para resolver en definitiva la causa N°
1304/10/2F 613/13, caratulada “V. A. R. POR LA MENOR V. P. CONTRA M. L. POR ALIMENTOS ,
originarios del Segundo Juzgado de Familia de la Primera Circunscripción Judicial de Mendoza
venida a esta instancia en virtud de los recursos de apelación interpuestos a fs. 656 y 660 por el
Dr. Manuel Montalto por su propio derecho y en representación del accionante, en contra de la
sentencia de fs. 618/629 por la que se hace lugar parcialmente a la demanda promovida fijándose
en consecuencia una cuota alimentaria a favor de la niña P. V. y a cargo de su progenitor Sr. A. V.;
se imponen las costas al alimentante y se regulan los honorarios de los profesionales intervinientes
y por el recurso incoado a fs. 673 en contra del decisorio de fs. 669 por el que se regulan los
honorarios profesionales del apelante por el incidente resuelto a fs. 564 vta.
Habiendo quedado en estado los autos a fs. 776 se practicó el sorteo que determina el art. 140 del
C.P.C., arrojando el siguiente orden de votación: Dres. Zanichelli, Politino y Ferrer.
De conformidad con lo dispuesto por el art. 160 de la Constitución de la Provincia, se plantearon
las siguientes cuestiones a resolver:
PRIMERA: ¿Es justa la sentencia apelada?
SEGUNDA: Costas.
SOBRE LA PRIMERA CUESTION LA DRA. CARLA ZANICHELLI DIJO:
1- En contra de la sentencia recaída a fs. 618/629 apeló el Dr. Manuel Montalto por su propio
derecho y en representación del demandado a fs. 656 y 629 respectivamente.
El Juez de grado hizo lugar parcialmente a la pretensión alimentaria deducida por la Sra. M.en
representación de su hija menor fijando una cuota alimentaria de $ 6.500 mensuales exigible desde
la fecha de interposición de la demanda (agosto del 2.010) e impuso las costas al alimentante.
En lo que ha sido materia de agravios retroactividad de la cuota, imposición de costas y regulación
de honorarios- el Juez de grado razonó del siguiente modo: que no existen motivos para apartarse
del principio general que rige en la materia y disponer la cuota fijada en forma retroactiva a la fecha
de interposición de la demanda, al no haberse desarrollado la etapa de mediación previa; que de
los autos conexos N° 1.305-10 se desprende que las partes llegaron a ciertos acuerdos respecto
de la cuestión de alimentos habiendo el demandado realizado depósitos y pagos de algunos
gastos, los que deberán ser considerados como alimentos provisorios a la hora de determinar el
monto de la liquidación . En relación a las costas sostiene que en los juicios de alimentos en
principio la condenación de costas al alimentante se impone por su índole especial, ya que admitir
la tesis contraria haría recaer el importe de ellas sobre las cuotas fijadas, quedando desvirtuada la
finalidad de esta obligación; que sobre todo cuando los beneficiarios son los hijos menores de
edad, las costas deben imponerse al alimentante, aunque el monto de la cuota fijada en la
sentencia sea inferior a la suma demandada. En punto a los honorarios, señala que deben guardar
relación con las tareas de los profesionales y que los mismos deben ser regulados según las
previsiones de los arts. 2, 4 y 9 inc. f. de la ley 3641, independientemente de las parte (actora o
demandado) que patrocinaron, en proporción a las etapas desarrolladas.
2- A fs 699 alega razones el Dr. Montalto.
Refiere que la accionante solicitó la fijación de alimentos por la suma de $ 30.000; que luego redujo
su reclamo a la suma de $ 15.000, en tanto que sólo se le concedió $ 6.500 es decir el 43,2% del
monto reclamado.Solicita que, en razón de ello, se le regulen los honorarios profesionales por el
monto que no prospera la acción, es decir la suma de ($.).
3- A fs. 701/705 expresa agravios el demandado.
Señala que, a contrario de lo sostenido por el sentenciante, no paga solo algunos gastos de su hija
menor, sino todos los gastos de la misma, lo que se demuestra a través del convenio de alimentos
obrante a fs. 73 y vta. y su ampliación de fs. 95 y vta. de los autos N° 1305/10/2F.
Relata que en el expediente referido se comprometió a abonar una cuota en concepto de alimentos
por la suma de $ 4.224 discriminada de la siguiente forma: $ 1.044 cobertura de salud de la
progenitora y sus tres hijos; $ 1.000 correspondiente a la mitad del alquiler; $ 200 por gastos de
telefonía e internet; $ 480 por la guardería a la que concurre P. con más dos cuotas de $ 170 al
año; y $ 1.500 en efectivo. Agrega que conforme surge de la planilla de pago de alimentos que
glosa en los autos N° 1.225/13/2F abonó la suma de $ 4.124 (al haber sido menor el gasto de
telefonía,), razón por la que concluye que debe ser eximido de la retroactividad dispuesta por la
resolución impugnada.
Refiere que en un segundo convenio celebrado en los autos mencionados se comprometió a
abonar los meses impagos de alquiler agosto y setiembre- lo que es cumplido por su parte,
revelando las planillas de pago la suma de $ 5.384. Agrega que dicho convenio siempre fue
cumplido hasta la fecha de la sentencia, variando el monto abonado en razón de la variación de los
costos de los ítems que se comprometió pagar o por la deuda locativa habiendo pagado en los
meses de junio, julio y agosto del 2.011 las sumas de $ 7.887, $ 9.715 y $ 7.677
respectivamente.Señala que no debió disponerse la retroactividad de la cuota alimentaria toda vez
que desde el inicio del presente proceso abonó todos y cada uno de los gastos diarios de la vida
de su hija P. Reitera que cumplió con los recaudos de exigencia para eximirlo de la retroactividad
de la cuota alimentaria ya que satisfacía la suma que convino con la Sra. L. M. y no había otro
monto dinerario asentado, fijado o establecido por la demandada ni por el Tribunal.
Afirma que los pagos se corroboran a través de las distintas presentaciones efectuadas en el
expediente, y que a continuación detalla y que, desde el mes de octubre del 2.010 hasta el mes de
mayo del 2.013 fecha de la sentencia-la cuota se canceló casi totalmente.
Expone que no impugna el monto fijado en la sentencia, toda vez que es el que está pagando en la
realidad de los hechos desde el año 2.010 en adelante en cumplimiento del convenio celebrado en
los autos N° 1.305: alquiler de una vivienda, seguro del auto en que se transporta a P., alimentos
cotidianos, guardería, jardín o colegio, clases de ballet, compra de toda la vestimenta para esas
actividades, pago de celular, obra social para la madre y sus tres hijos, más el pago de los
alquileres atrasados.Insiste en que no corresponde disponer la retroactividad de la cuota en razón
de que siempre cumplió el referido convenio el que estuvo vigente sin que las partes lo negaran,
desistieran o modificaran hasta la fecha de la sentencia y por cuanto la cifra que habría venido
pagando debidamente actualizada sería igual o mayor según el mes a la fijada por sentencia,
arrojando un desmedro solo del 6,2% de la misma ($ 6.500 por 6%= 403 mensuales) lo cual es una
nimiedad.
Expresa que la plataforma jurídica y doctrinaria en que basa su fallo el Juez inferior se ajusta al
caso de un reclamo primigenio en donde se le exige a un padre que pague una cuota alimentaria
lógica y proporcional a sus ingresos que la madre logra probar en el proceso y que le permite al
alimentante pagarla y proseguir viviendo, en tanto que la aquí reclamada era desproporcionada y
de imposible cumplimiento.
Se agravia en punto a la imposición de costas, al considerar que no es el vencido, al haberse fijado
una cuota alimentaria que es la que él venía abonando. Por el contrario, aduce, la vencida es la
accionante al rechazarse el 78% de su pretensión. En razón de ello solicita se morigeren las costas
tomando en consideración que la suma fijada de $ 6.500 es la que ya abonaba por lo que el litigio
planteado a partir de fs. 153 ha sido innecesario.
4- Corrido traslado a fs. 708/710 y 752 contesta la parte actora, en tanto que a fs. 753/755 lo hacen
los Dres. Alberto Menghini y Carlos Menghini, ambos por su propio derecho. Solicitan el rechazo
del recurso de apelación interpuesto por las razones que exponen a las que me remito en honor a
la brevedad.
5- A fs. 775 dictamina el Ministerio Pupilar quien aconseja el rechazo del recurso, por los
argumentos que esgrime a los que también remito brevitatis causa.6- Antes de ingresar al análisis
de la causa, es necesario advertir que en el estudio de los agravios seguiré el criterio de la Corte
Federal en el sentido que los jueces no están obligados a analizar todas y cada una de las
argumentaciones de las partes, sino tan sólo aquéllas que sean conducentes y posean relevancia
para decidir el caso (ver CSJN, “Fallos”: 258:304; 262:222; 265:301; 272:225; Fassi Yañez,
“Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Comentado, Anotado y Concordado”, Tº I, pág.
825; Fenocchieto Arazi. “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Comentado y Anotado”, T
1, pág. 620). En este orden de ideas se ha resuelto que tampoco es obligación del juzgador
ponderar todas las pruebas agregadas, sino únicamente las que estime apropiadas para resolver el
conflicto (art. 386, in fine del ritual; CSJN, “Fallos”: 274:113; 280:3201
Teniendo en cuenta la materia de los agravios, considero necesario expedirme respecto del
derecho aplicable, dada la reciente sanción del Código Civil y Comercial de la Nación, Ley N°
26.994 promulgada según Decreto 1795/2014 y publicado en el Boletín Oficial N° 32.985 del 8-10-
2014; con la modificación introducida por la Ley N° 27.077 cuyo Art. 1° sustituyó el Art. 7° de
aquella y dispuso su entrada en vigencia a partir del 1° de agosto de 2015.
Tal como lo afirma uno de los miembros de la Comisión redactora, Dra. Aída Kemelmajer de Ca
rlucci, los problemas de derecho transitorio se presentan cuando un hecho, acto, relación, situación
jurídica, se prolonga en el tiempo durante la vigencia de dos o más normas.Es decir la dificultad se
plantea cuando se trata de hechos, relaciones o situaciones in fieri, que no se agotan
instantáneamente, sino que prolongan en el tiempo, o que su realización o ejecución, liquidación o
consumación demandan tiempo, por lo que, en parte, al inicio, al concertarse o nacer, caen bajo el
imperio de una norma, y en parte, o partes, al realizarse las prestaciones o agotarse las
consecuencias o los efectos de aquellas relaciones o situaciones jurídicas, caen en otras (cfr.
Kemelmajer de Carlucci, Aída, “La aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y
situaciones jurídicas existentes , pág. 20, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2.015).
El art. 7 del C.C.C.N. el que reproduce el art. 3 del C.C. según la ley 17.711 (salvo en su párrafo
final) establece que “a partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de
las relaciones y situaciones jurídicas existentes. Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no
de orden público, excepto disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no
puede afectar derechos amparados por garantías constitucionales. Las nuevas leyes supletorias no
son aplicables a los contratos en curso de ejecución, con excepción de las normas más favorables
al consumidor en las relaciones de consumo.
Dos son los principios que deben primar en los temas de derecho transitorio: la casi absoluta
irretroactividad de la ley y la aplicación inmediata de la nueva ley a partir de su entrada en vigencia.
Ambas pautas se complementan puesto que la aplicación inmediata encuentra sus límites en el
principio de irretroactividad que justamente impide aplicar la nueva ley a situaciones o relaciones
ya constituidas o efectos ya producidos.
Moisset de Espanés, al referirse a la antigua normativa, arriba a las siguientes conclusiones: a) el
primer párrafo del art.3 establece el efecto inmediato de la ley nueva, que será aplicable a las
consecuencias “futuras de las situaciones jurídicas en curso de producir efectos; b) el segundo
párrafo del art. 3 consagra como principio básico la irretroactividad de la ley; c) el principio de
irretroactividad impide que se aplique la ley nueva para juzgar hechos anteriores, que ocasionaron
la constitución, modificación o extinción de situaciones jurídicas; d) los efectos producidos por una
situación jurídica, con anterioridad a la nueva ley, son regidos por la ley antigua, en virtud del
principio de irretroactividad, que pone un límite al efecto inmediato (cfr. Moisset de Espanés, Luis,
“La irretroactividad de la ley y el nuevo art. 3 del Código Civil (derecho transitorio), pág. 19.
Universidad Nacional de Córdoba, Dirección General de Publicaciones, Córdoba, 1976
Las situaciones o relaciones jurídicas totalmente agotadas caen bajo el imperio de la antigua ley,
en tanto que las que nacen con posterioridad a la entrada en vigencia de la nueva ley, serán por
ella reguladas.
Así la más calificada doctrina destaca que el régimen actual conserva como regla general el
sistema adoptado por el anterior Código Civil después de la reforma de la ley 17.711 consistente
en la aplicación inmediata de la nueva ley, tanto a las relaciones y situaciones jurídicas que nazcan
con posterioridad a ella como a las consecuencias de aquellas existentes al tiempo de entrada en
vigor del nuevo texto (Conf. Rivera Julio Cesar Medina Graciela. Código Civil y Comercial de la
Nación Comentado. T. I, (comentario al Art. 7° por Ernesto Solá). Edit. La Ley. Avellaneda (Pcia. de
Bs.As.), 2014. pp. 77/78; Ghersi Weingarten. Directores. Código Civil y Comercial. T. I., Edit. Nova
Tesis. Rosario (Pcia. de Santa Fe), 2014, pp.34/40), reconociéndose que el tema que inicialmente
causará mayores dificultades será el de su aplicación a los juicios en trámite, ya que su regulación
emerge como insuficiente para evitar inconvenientes en el paso de una ley a otra, lo que no es una
cuestión menor por su vinculación con la seguridad jurídica de las relaciones jurídicas en trámite.
El problema, reitero, se presenta en el caso de las situaciones en curso de ejecución, como podría
considerarse el caso de autos, en donde la sentencia impugnada versa sobre la fijación de
alimentos a favor de una persona menor de edad, situación jurídica ésta que no se encuentra
agotada al día de la fecha y que, por el contario se prolonga en el tiempo en principio, hasta que la
alimentada cumpla los 21 años de edad.
Respecto de las situaciones jurídicas en curso de constitución, Moisset de Espanés las explica
afirmando que antes de la vigencia de la ley nueva, se han producido ciertos hechos, aptos, para
comenzar la gestación de una situación jurídica y puede ocurrir que las antiguas normas que
gobernaban la validez o eficacia de esos hechos hayan sido modificadas. En ese caso entiende
que el principio de efecto inmediato de las nuevas leyes obliga a aplicarlas, incluso a la
constitución de la situación jurídica, puesto que dicha constitución aún no se había consumado
íntegramente. “En resumen, si el nacimiento de una situación jurídica, no es un hecho instantáneo
sino prolongado en el tiempo, deberá juzgárselo de acuerdo a la ley vigente en el momento en que
completa el proceso de gestación. Y con mayor razón, se aplicará la ley nueva a la posterior
modificación o extinción de esa situación jurídica, o a las consecuencias que ella engendre, ya que
en definitiva tendrá que dársele un tratamiento similar al de las situaciones jurídicas nuevas, es
decir, las nacidas con posterioridad al cambio de legislación (aut, cit. op.cit. pág. 23).
Se estima que en estos casos como el de autos en donde la cuestión a dilucidar se refiere al efecto
de la fijación de la prestación alimentaria a favor de la hija menor de edad, sin que haya recaído
sentencia firme al respecto, y sin perjuicio de los efectos de la cosa juzgada en esta materia, se
impone la aplicación inmediata de la nueva ley toda vez que estamos en presencia de una
situación jurídica que se venía gestando, que no es instantánea, que no se ha consumido sino que,
por el contrario, perdura en el tiempo. Se trata de una consecuencia no agotada de una situación
jurídica, al decir de maestro Moisset de Espanés,
“La ley toma a la relación ya constituida.o a la situación.en el estado en que se encontraba al
tiempo en que la ley nueva es sancionada, pasando a regir los tramos de su desarrollo aún no
cumplidos. Los cumplidos, en cambio, están regidos por la ley vigente al tiempo en que se
desarrollaron. Del mismo modo, si antes de la vigencia de la ley nueva se han producido ciertos
hechos aptos para comenzar la gestación de una situación según la vieja ley, pero insuficientes
para constituirla (o sea, la situación o relación está in fieri), entonces rige la nueva ley (cfr. Moisset
de Espanés, Luis “La irretroactividad de la ley y el efecto diferido en J.A. Doctrina 1972-819, citado
por Kemelmajer de Carlucci, Aída, op. cit. pág. 29).
Una ley es retroactiva, entonces, cuando se la aplica como si hubiese estado vigente en un tiempo
anterior a aquel en que efectivamente entroì en vigor. O sea, consiste en la posibilidad de que la
aplicacioìn de una norma afecte a un tiempo anterior o ya transcurrido, previo a su vigencia formal
(Moisset de Espanés, Luis, La irretroactividad de la ley y el efecto diferido, en JA Doctrina 1972,
paìg. 819.LOPEZ OLACIREGUI, Joseì M., Efectos de la ley con relacioìn al tiempo. Abuso del
derecho y lesioìn subjetiva, en Rev. del Colegio de Abogados de La Plata, anÞo X, n° 21, Julio/dic.
1968, paìg. 74; MORELLO, Augusto M., Eficacia de la ley nueva en el tiempo, en Examen y criìtica
de la reforma del CC, La Plata, ed. Platense, 1971, t. 1 paìg.60; LAVALLE COBO, Jorge, en
Coìdigo Civil y leyes complementarias, t. I, Bs. As., Astrea, 1978, p. 25; C Fed. Sala II Civ. y Com.
26/5/70, ED 36 756.CSN 26/4/1995, LL 1996-A-204).
Con este criterio recientemente la Corte Federal ha resuelto que “ a la luz de la doctrina según la
cual corresponde atender a las nuevas normas que sobre la materia objeto de la litis se dicten
durante el juicio, no puede desconocerse que la pretensión de los demandantes se encuentra hoy
zanjada por las disposiciones del citado arto 64 del Código Civil y Comercial de la Nación, norma
de la que, en virtud de la regla general establecida en el art. 7 del mencionado código y de la citada
doctrina, no puede prescindirse. No cabe pensar que la inscripción del menor ante el registro
pertinente según las pautas establecidas por la ley 18.248 hoy derogada el hijo debía llevar
primero el apellido paterno, configure una situación jurídica agotada o consumida bajo el anterior
régimen que, por el principio de la irretroactividad, obste a la aplicación de las nuevas
disposiciones el hijo puede llevar opcionalmente en primer lugar el apellido (C.S.J.N., “D. 1. P., V.
G. Y otro el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas s/ amparo 6/8/2015).
Fuera de ello y en lo que aquí interesa y ha sido materia de apelación, respecto de la retraoctividad
de la cuota fijada en el decisorio en crisis, el art.548 del Código Civil y Comercial establece que “los
alimentos se deben desde la interposición de la demanda o desde la interpelación al obligado por
medio fechaciente, siempre que la demanda se presente dentro de los seis meses de la
interpelación .
Se presenta en el caso lo que Moisset de Espanés califica como cambio de legislación solo
aparente, hipótesis en que la nueva ley tiene aplicación inmediata, debido a que el texto se limita a
incorporar soluciones jurisprudenciales o doctrinarias que ya integraban el sistema jurídico, de
manera que no se ha producido un cambio real en el derecho vigente, y la nueva norma no
encuentra dificultades para su aplicación inmediata pues los problemas contin úan solucionándose
en el mismo sentido que antes de su incorporación (cfr. Moisset de Espanés, op. cit. pág. 32).
En conclusión ya sea por tratarse de una situación no consolidada y por no existir en rigor una
modificación al derecho vigente, corresponde la aplicación inmediata del mentado art. 548 que
acogiendo la solución doctrinaria y jurisprudencial existente en la materia recepta el principio de
retroactividad de la sentencia que fija alimentos.
Este Tribunal, antes de la vigencia del nuevo código y en cuanto a la interpretación del art. 129 inc.
VI del C.P.C.que dispone el efecto retroactivo de la cuota a la fecha del fracaso de la mediación en
los casos en que se cumple dicha etapa o de la interposición de la demanda, ha sostenido en
forma reiterada la aplicación de dicha directriz en todos los procesos por alimentos, esto es los
fijados como medida cautelar inaudita parte y cuando se trata de alimentos definitivos y que no
obsta a ello el hecho de que en la causa pudiera tenerse por acreditados ciertos pagos en efectivo
y en especie que habría realizado el alimentante, dado que, al momento de efectuarse la
liquidación de la deuda por las cuotas devengadas, podrá deducir el total de las sumas abonadas
en tal concepto, con lo cual no sufre perjuicio alguno (cfr. Expte. N° 651/10 caratulado:
“SAAVEDRA CARLOS ARTURO C/ BOGADO BRITEZ TERESA IDALIA P/ ALIMENTOS ,
30/03/2011, L.S. 03-435; Expte. N° 674/11 – S. E. B. C/ G. S. R. P/ ALIMENTOS PROVISOR.
MEDIDA CAUTELAR, 28/02/2013).
Tal disposición se funda en el entendimiento que, siendo la finalidad de los alimentos el satisfacer
necesidades de subsistencia impostergables y consideradas esenciales para un adecuado
desarrollo del alimentado, los alimentos se deben desde que son pedidos, pues se entiende que
desde entonces el alimentado los necesitó (Cf. CCC y M. 4ta. de Mza., 19/02/04, L.S. 169-21).
Ergo, si el alimentante no se aviene en forma espontánea e inmediata a su total satisfacción,
mediante el depósito total de la cuota peticionada, debe asumir las consecuencias jurídicas de su
resistencia.
Tal como lo ha resuelto esta Cámara en los fallos antes citados solo excepcionalmente, el efecto
retroactivo de la cuota alimentaria no resulta procedente a la fecha de interposición de la demanda
o de la audiencia de mediación , cuando el alimentante haya abonado desde el inicio del proceso,
igual o mayor monto que el fijado en la resolución en tal concepto y esto resulta indubitable de las
propias constancias del expediente (vg.las boletas de depósitos judiciales y/o comprobantes de
depósito en la caja de ahorros de usuras pupilares abierta a tal fin o el resumen histórico de dicha
cuenta), caso contrario, corresponde establecer la retroactividad conforme a los criterios expuestos
y el alimentante, al momento de practicarse liquidación por las cuotas devengadas o de la
ejecución de las misma, deberá acreditar los pagos efectuados a cuenta de tales importes, ya sea
en dinero en efectivo o en especie en aquellos rubros que doctrina y jurisprudencia admiten como
satisfactivos de las necesidades incluidas como componentes del deber alimentario. ( Cf. CN Civ.
Apel., sala J, 09/012/2004, La Ley Online: AR/JUR/7194/2004).
Esta situación excepcional no se presenta en el caso por cuanto no surge de las constancias de
autos que el alimentante haya depositado judicialmente el importe fijado, no en concepto de
alimentos provisorios, sino los aquí fijados que son alimentos definitivos, sin perjuicio, reiteramos,
que los pagos que acredite haber efectuado sean deducidos de la liquidación pertinente.
Más allá que los pagos efectuados no han sido realizados en el presente proceso, no habiendo
sido admitida la prueba ofrecida por el apelante ante esta alzada, razón por la que no puede
comprobarse en esta etapa su existencia, lo cierto es que el mismo recurrente invoca que ha
venido pagando una suma similar en parte de su relato afirma que es mínimamente menor- a la
fijada en el presente proceso, razón por la que no se vislumbra la situación excepcional que
autorizaría apartarnos de la regla general de la retroactividad antes referida, que exige el depósito
de una suma igual o mayor a la que finalmente es objeto de condena.
En cuanto a la imposición de costas, el otro aspecto en que centra sus agravios el apelante,
también advertimos que no le asiste razón.
En efecto, el mismo solicita se “morigeren las costas tomando en consideración que la suma fijada
de $ 6.500 es la que ya abonaba por lo que el litigio planteado a partir de fs.153 ha sido
innecesario.
Los ordenamientos procesales reconocen dos sistemas en materia de costas: 1) el sistema
automático, que funda la condena en la derrota procesal, encontrándose algunas modalidades
según la instancia o las características del proceso; se parte del presupuesto objetivo de la derrota,
de manera que la sentencia debe contener una decisión expresa en tal sentido. 2) el sistema de
albedrío judicial que sienta el principio de que las costas se impondrán al litigante de mala fe o
temerario, pero deja la apreciación casuística de la norma al criterio del juzgador, con la
consiguiente facultad de no imponer las costas cuando se estime que el vencido procedió de
buena fe ( Gozaíni, Osvaldo A., “Costas procesales , Ediar, Bs. As., 2007,Vol I, p. 39).
Nuestro código procesal local adopta el primer sistema. Las costas deben ser soportadas por el
perdidoso, no se imponen como sanción sino como resarcimiento de los gastos provocados por el
litigio, los que deben ser reembolsados con independencia de la buena o mala fe del litigante.
Así se ha dicho que “el principio general contenido en nuestra legislación procesal se asienta en el
criterio objetivo de la derrota. Quien pierde afronta las costas (art. 36 inciso primero del Código
Procesal Civil). El inciso segundo de la norma establece una aparente excepción al principio, pues
al hablar de vencimiento recíproco, aunque las costas puedan ser dispuestas en el orden causado,
el fundamento sigue siendo el del vencimiento. Aún en el caso de que las costas provengan de una
nulidad de procedimiento -las que deben ser soportadas, en principio, por quien la ocasionó- la
excepción contenida en el inciso tercero del artículo 36, carga las costas a la parte que se opone a
la nulidad y resulta vencida. El inciso cuarto del artículo involucrado no hace excepción al principio
general, sino que añade responsables por las costas.Por último, el inciso quinto establece una
verdadera excepción y vuelca las costas sobre el vencedor o las distribuye en el orden causado
“cuando resulte evidente que el contrario no dio motivo a la demanda o articulación, y se allanó de
inmediato.
La Suprema Corte de Justicia de la Provincia ha sentado la posibilidad del apartamiento del
principio objetivo de la derrota y la imposición de costas en el orden causado en caso de
allanamiento cuando del análisis efectuado precedentemente surja justamente la procedencia de
tal apartamiento: “el apartamiento de la regla general del art. 36 inc. 5 del C.P.C. exige la
concurrencia de elementos. Esto significa que, sólo una vez establecido que no se dio lugar a la
demanda o articulación, que hubo allanamiento y entrega o depósito de lo debido y que no se
trataba de deuda líquida, exigible y de plazo vencido podrá dejarse de lado la regla que obliga a
condenar al vencido, pudiendo el juez, según el caso, condenar al vencedor o declarar las costas
en el orden causado (“Banco de Previsión Social en J: Banco de Previsión Social c/Amado Sapag
p/Ejecución Típica. Casación , Suprema Corte de Justicia Mza., 26/11/1982, LS 176-372; “Bassi de
Perez Larrañaga Adelina Barbara y otro en J: Bassi de Perez L. Adelina y otro-Carlos Pace,
Reivindicación y Nombre Interventor-Casación-Revisión , Suprema Corte de Justicia Mza., LS 097-
344).
Es decir que, no obstante que nuestro sistema procesal en materia de costas sigue el principio
chiovendano de la derrota, contempla la posibilidad de la imposición de las mismas al vencedor o
en el orden causado, cuando resulta evidente que el vencido no dio motivo a la demanda o
articulación y se allanó de inmediato, haciendo entrega o depositando lo debido.En el caso se da la
particular situación que la demanda por fijación de alimentos es entablada por el alimentante y no
la alimentada, es decir, los roles de parte actora y demandada, se encuentran en relación inversa a
la que ocupan en la relación jurídica sustancial que sirve de causa (acreedor-deudor). El
accionante en su demanda peticionó se fijara en concepto de alimentos la suma de $ 1.000
correspondiente al 50% del alquiler donde vive la menor; la obra social OSDE exclusivamente para
su hija; $ 300 en concepto de costo mensual de la guardería a la que concurre; $ 350 por telefonía
e internet y la suma de $ 1.000. Dicha pretensión es resistida por la demandada, por considerar el
ofrecimiento insuficiente, sin cuantificar el monto que considera debe ser fijado en dicha
oportunidad. Es recién en ocasión de plantear hechos nuevos a fs. 153 cuando precisa en la suma
de $ 30.000 la cuota que estima corresponde para luego establecerla en la suma de $ 15.000 a fs.
215.
No obstante que la cuota es menor a la cuantificada por la demandada, lo cierto es que tampoco
se acoge la pretensión deducida por el actor, razón por la que considero no existen razones para
apartarnos del principio que rige en la materia por el cual las costas deben ser impuestas al
alimentante a fin de que los alimentos no se vean disminuidos.
Más allá de que pueden existir excepciones o “matices en la aplicación del principio general, y que
uno de los supuestos que justifican excepcionar de esta regla es justamente el de los reclamos
exorbitantes o abusivos, en el sub lite la cuantificación formulada por la alimentada, quien en el
proceso, reitero reviste la calidad de demandada, en función de sus necesidades, de las
posibilidades del alimentante, del imperativo de mantener la situación económica y el nivel de vida
del que gozaban durante la convivencia de sus progenitores, no es desmesurada, injustificada o
abusiva.Por otra parte cabe considerar que a los fines de establecer la base regulatoria tenida en
cuenta para el cálculo de los honorarios debe computarse los alimentos fijados en la sentencia y no
reclamados, por lo que desde este aspecto tampoco asiste razón al recurrente que se considera
agraviado si se toma una base mayor.
Concluyo por tanto que resulta aplicable el principio rector en materia alimentaria conforme al cual
las costas se imponen al alimentante aún por la parte en que se rechaza la pretensión, a fin de que
no recaiga su pago sobre el importe de la cuota la que tiene carácter asistencial, toda vez que la
contraparte en dichos juicios son los hijos menores de edad (Bossert Gustavo, ob. cit., p.410/411;
Segunda Cámara Civil, Primera Circunscripción Judicial, 15-02-08, LS 117-186).
7- Finalmente, respecto al recurso planteado por el Dr. Montalto por sus honorarios, adelanto que
la queja corre igual suerte.
Al alegar razones el letrado manifiesta que corresponde se le regulen honorarios por el monto en
que no se acoge el pedido de la demanda, esto es ($.), suma que resulta de restar el monto fijado
de ($.) a la suma por ella reclamada de ($.).
Teniendo en cuenta que la demanda fue entablada por el alimentante en tanto que la alimentada
no reconvino cabe considerar que el “monto del juicio a los fines arancelarios es el pretendido en la
demanda y no el cuantificado en la contestación, razón por la que no corresponde regular los
honorarios en base a este último.
En razón de ello se impone la confirmación del fallo apelado también en este aspecto.
Por lo expuesto, si mi opinión es compartida por los colegas que inte-gran el tribunal, debe
desestimarse el recurso de apelación promovido.
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. Politino y Ferrer adhieren al voto que antecede.
SOBRE LA SEGUNDA CUESTIÓN LA DRA.ZANICHELLI DIJO:
Las costas de Alzada, no habiendo prosperado el recurso, corresponde que sean impuestas al
apelante vencido (arts,. 35 y 36 del C.P.C).
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. Politino y Ferrer adhieren al voto que antecede.
Con lo que se dio por finalizado el presente acuerdo, procediéndose a dictar la sentencia que se
inserta a continuación:
S E N T E N C I A:
Mendoza, 13 de Octubre de 2.015.
Y V I S T O S: Por lo que resulta del acuerdo, precedente el Tribunal
RESUELVE:
I- No hacer lugar a los recursos de apelación interpuestos a fs. 656 y 660 en contra de la sentencia
de fs. 618/629.
II- Imponer las costas del recurso de apelación planteado a fs. 660 al apelante.
III- Omitir pronunciamiento sobre costas por el recurso de apelación de fs. 656 (art. 40 del C.P.C.).
III- Regular los honorarios profesionales de los Dres. Manuel Montalto y Fabiana Marcela Quaini
por el recurso de apelación de fs. 660 en las respectivas sumas de ($.) y($.) (art. 15 ley 3641).
IV- Regular los honorarios profesionales de los Dres. L. Cecilia Ferri y Manuel Montalto por el
incidente de caducidad resuelto a fs. 746/749 en las respectivas sumas de ($.) y ($.) (art. 14 ley
3641).
COPIESE. REGISTRESE. NOTIFIQUESE. BAJEN.
Dra. Carla Zanichelli
Juez de Cámara
Dra. Estela Inés Politino
Juez de Cámara
Dr. Germán Ferrer
Juez de Cámara

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