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¡Señor Jesús! Hoy venimos a Ti, en nombre de cada una de las personas de nuestra familia. Tú, en tus
designios de amor por cada uno de nosotros, nos has colocado en ella y nos has vinculado a cada una de
las personas que la componen. En primer lugar, te queremos dar gracias de todo corazón por cada uno
de los miembros de mi familia, por todo el amor que he recibido tuyo a través de el/os y te queremos
alabar y glorificar porque nos has colocado en ella. A través de la familia y en la familia, tú nos has dado la
vida y has querido para nosotros que formemos un núcleo de amor.
Hoy, Señor, queremos que Tú pases con tu sanación por cada uno de nosotros y realices tu obra de amor
en cada uno de nosotros. Y antes de nada, Señor, queremos pedirte perdón por todas las faltas de amor
que hayamos tenido en casa, por todas nuestras indelicadezas, por todas nuestras faltas de comprensión,
por no ser a veces cauces de tu amor para ellos.
En primer lugar, Jesús, te pedimos que entres en el corazón de cada uno y toques aquellas experiencias
de nuestra vida que necesiten ser sanadas. Tú nos conoces mucho mejor que nosotros mismos; por lo
tanto, llena con tu amor todos los rincones de nuestro corazón. Donde quiera que encuentres - el niño
herido -, tócalo, consuélalo y pónlo en libertad.
Vuelve a recorrer nuestra vida, la vida de cada uno de nosotros, desde el principio, desde el mismo
momento de nuestra concepción. Purifica las líneas hereditarias y líbranos de aquellas cosas que puedan
haber ejercido una influencia negativa en aquel momento. Bendícenos mientras íbamos fomándonos en el
vientre de nuestra madre y quita todas las trabas que puedan haber dificultado, durante los meses de
gestación, nuestro desarrollo en plenitud.
Danos un profundo deseo de querer nacer y sana cualquier trauma tanto físico como emocional que
pudiera habernos dañado durante nuestro nacimiento. ¡Gracias, Señor!, por estar ahí presente para
recibimos a cada uno de nosotros en tus brazos en el momento mismo de nuestro nacimiento, para
darnos la bienvenida a la tierra y asegurarnos que Tú nunca nos faltarías ni nos abandonarías.
Jesús, te pedimos que rodees nuestra infancia con tu luz y que toques aquellos recuerdos que nos
impiden ser libres. Si lo que más necesitamos cada uno fue más cariño maternal, mándanos a tu Madre,
la Virgen María, para que nos dé lo que nos falta. Pídele que nos abrace a cada uno, que nos arrulle a
cada uno, que nos cuente cuentos y llene el vacío que necesita el calor y el consuelo que sólo una madre
puede dar.
Quizá "el niño interior" siente la falta del amor del padre. Señor Jesús, déjanos gritar con libertad, con todo
nuestro ser: "¡Abba!, ¡papá! ¡Papaito!. Si necesitábamos alguno de nosotros más cariño paternal y la
seguridad de que nos deseaban, y nos amaban de verdad, te pedimos que nos levantes y nos hagas
sentir la fuerza de tus brazos protectores. Renueva nuestra confianza y danos el valor que necesitamos
para hacer frente a las adversidades de la vida, porque sabemos, Padre nuestro, que tu amor nos
levantará y nos ayudará si tropezamos y caemos.
Recorre nuestra vida, Señor, y consuélanos cuando otros nos trataban mal. Sana las heridas de los
encuentros que nos dejaron asustado, que nos hicieron entrar en nosotros mismos y levantar barreras de
defensa ante la gente. Si alguno de nosotros se ha sentido solo, abandonado y rechazado por la
humanidad, concédenos por medio de tu amor que lo sana todo, un nuevo sentido del valor de cada uno
como persona.
¡Oh Jesús, nos presentamos en este día ante ti, toda la familia y te pedimos que sanes nuestras
relaciones, que sean unas relaciones llenas de cariño, de comprensión y de ternura y que nuestra familia
se parezca a la tuya. Te pedimos, por intercesión de tu Madre, la Reina de la Paz, que nuestros hogares
sean lugares de paz, de armonía y donde realmente experimentemos tu presencia. ¡Gracias, Señor!
Al encomendarte, oh Madre, el mundo, todos los hombres y pueblos, te confiamos también la misma
consagración del Universo, poniéndole en tu corazón maternal.
¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los
corazones de los hombres de hoy y que con sus efectos inconmensurables pesa ya sobre la vida
presente y da la impresión de cerrar el camino hacia el futuro.
Acoge, oh Madre de Cristo, este grito lleno de sufrimiento de todas las personas heridas por el espíritu de
la separación, por la pérdida de valores y del sufrimiento de sociedades enteras. Ayúdanos con el poder
del Espíritu Santo a vencer todo error, los errores del hombre y el « error del mundo », los extravíos en
todas sus manifestaciones. , del odio, de la venganza, de la injusticia violando los derechos de la persona
humana, de toda inmoralidad y de violencias.
Aparezca, una vez más, en la historia del mundo, el infinito poder salvador de la Redención: “poder del
Amor misericordioso”. Que éste detenga el mal. Que transforme las conciencias. Que en tu Corazón
Inmaculado se abra a todos la luz de la Esperanza».
En especial, solicito la guía de los Grandes Maestros del Universo, por el dolor que me aqueja, por los
errores que en este preciso instante, me tocan en las fibras más íntimas del alma, aquí y ahora, para que
pueda aislar aquellos aspectos de mi subconsciente o de mi conciencia superior, que necesiten ser
educados, sanados o iluminados para lograr un modo poderoso de recrear mi propia realidad y despejar
bloqueos subconscientes. Pido ayuda para ser instruido en perfecto equilibrio y armonía constantemente,
para recibir y dar en todo momento lo que sea mejor para mí y para otros, para conocer mi propósito
superior y para descifrar y asimilar con aceptación la información, sin crear barreras de engaño y
energías negativas en contra de mí o de otros. Por La Gracia de Dios. Amén. Amén.
Le pedimos al Señor que sane la negatividad que hemos heredado de generaciones pasadas, para pedirle que
sane nuestro matrimonio, para que seamos más felices que antes. En el nombre de Jesucristo, rompo todos los
patrones de profunda infelicidad matrimonial de mi árbol genealógico. En el nombre de Jesucristo, digo no a
todo sometimiento de la esposa y a todas las expresiones de falta de amor en el matrimonio. Paro todo odio,
deseo de muerte, cualquier deseo o intenciones malas en las relaciones matrimoniales. En el nombre de
Jesucristo, acabo con toda transmisión de violencia, venganza, rencor, de vicios y todo comportamiento
negativo, toda infidelidad y decepción. En el nombre de Jesucristo, pongo fin a toda transmisión codificada que
impide relaciones duraderas. En el nombre de Jesucristo, renuncio a todo esquema de tensión matrimonial, de
divorcio y de falta de sensibilidad. En el nombre de Jesucristo, termino con todos los esquemas que están
profundamente arraigados, en ese sentirse atrapado en un matrimonio infeliz y en todos los sentimientos de
vacío y fracaso. Padre, perdona a mis familiares por todas las formas que han deshonrado el sacramento del
matrimonio. Haz que en toda mi familia haya muchos matrimonios felices, llenos de amor, fe, fidelidad y
cariño. Bendícelos, llénalos con tu misericordia, tu luz y tu paz.
Invocar en voz alta la siguiente frase Biblica:
Esta Frase forma parte del Cantar de los Cantares 8,7 mostrando la eternidad y la
fortaleza del amor puro entre los esposos y creyentes.
ORACIÓN CONTRA EL TEMOR
Amada presencia "YO SOY" en mí; envuélveme en tu Manto Blanco de Luz Incandescente, protégeme; Dios es
sabiduría infinita y esa sabiduría es mía, es nuestra. Dios me creó, Dios me conoce, Dios me sostiene,
Dios me aprueba, de mi Dios es la Vida Infinita, y de esa vida es proveedora mi presencia "YO SOY"
en mí. Gracias Amada Presencia "YO SOY" en mí.
DECRETO DE PAZ
Hay que tener PAZ con uno mismo, pues como dijo Padre Francisco de Asís: " La Paz que
proclamas con tu boca, primero debe desbordar de tu corazón".
SI TODOS LOGRAMOS PAZ INTERNA, ESTA SE IRRADIARÁ DE NOSOTROS A LOS DEMÁS...Y
POR ENDE EL MUNDO SE PACIFICARÁ.
" Hoy, estoy en Paz y contento. Yo Soy el logro victorioso de la Paz en mí. Mis sentimientos y
pensamientos están en Paz. Yo vivo en Paz con el mundo, con la sociedad, con todos los seres
humanos. No permito caer en apariencias de peleas y discordias, no dejo que mi parte humana me
desarmonice y controlo mis vehículos internos en la Paz que deseo. Yo Soy la serenidad, la calma y
el bienestar que derivan de realizar la Paz. Yo Soy la fortaleza de la victoria. Armonizo mis
sentimientos y me mantengo tranquilo. Gracias Padre-Dios por tu Paz que Yo Soy. "