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EL JUBILEO DE CREACIÓN
Dr. Stephen E. Jones

CAPÍTULO 1
LA PREGUNTA DEL MILENIO

Los hombres durante mucho tiempo han especulado sobre qué va a pasar en las
edades que han de venir. ¿Cuál será la condición del hombre cuando sea
levantado? (1 Corintios 15:35.) ¿Cuál es el propósito del reinado de Cristo en la
era venidera, conocida por los hebreos y por los primeros cristianos como la Era
del Reino, o la Era Mesiánica? ¿Cómo se distingue de la próxima era, descrita
como “el nuevo cielo y la nueva tierra" que tenía en ella una "Nueva Jerusalén?”

Posiblemente aún más confuso para la gente de hoy en día es todo este
comentario sobre nuestro destino y morada final en el cielo. Si el hogar de los
cristianos está en el cielo, ¿para qué tienen que volver los santos a la tierra en el
momento de la resurrección de los muertos para poder reinar con Cristo como
dice el libro de Apocalipsis 5:10 y en muchos otros lugares como éste? ¿Cuál es
el propósito del milenio? Yo he tenido varios encuentros con personas en el
ministerio, quienes estaban muy perplejos ante estas y otras preguntas similares.
Si ellos se encuentran perplejos, no debería de ser ninguna sorpresa que aun
muchos típicos cristianos de término medio estén también confusos y turbados.
2

Es posible que algunos hayan adoptado enseñanzas contradictorias y por lo tanto


no tienen los medios para poner por ellos mismos todo esto en orden.

Es nuestro propósito en este libro abrir los sellos en este tema y abiertamente
introducirnos en lo que llamaríamos una aventura increíble. Solamente le
podemos quitar el cerrojo con la llave del entendimiento con relación a los Tres
Festejos principales de Israel.

Las Tres Festividades de Israel


La Pascua era la primera fiesta de Israel, se llevaba a cabo al final del mes de
marzo o al principio del mes de abril. El pueblo se reunía en el lugar donde Dios
había puesto su nombre, trayendo los primeros frutos de la cebada, que era la
primera cosecha que maduraba en la primavera. Cincuenta días después que se
ofrendaba la cebada, se reunía el pueblo una vez más delante de Dios para
ofrecerle los primeros frutos del nuevo trigo maduro (Pentecostés). Aproximadamente
cuatro meses después, en el mes de Septiembre, se reunía el pueblo por una
tercera vez para presentar a Dios y dedicarle los primeros frutos del vino, puesto
que éste era el tiempo de la cosecha de las uvas (Tabernáculos, en otoño).

Estas tres festividades son en muchas maneras proféticas. Expresan los tres
estados de desarrollo que el Reino de Dios ha tenido sobre la tierra. Estas
fiestas nos enseñan los tres ungimientos o manifestaciones del Espíritu las
cuales están asociadas con cada paso que se ha dado en el desarrollo del Reino.
Finalmente, los primeros frutos son la sombra y el tipo de la gran cosecha por
venir.

La era de la Pascua fue desde el tiempo de Moisés hasta Cristo, mostrando la


unción desde un primer nivel de ungimiento y de poder, en el cual el Reino de
Dios operaba relativamente en una proporción de infancia en la casa de Israel. El
día de Pentecostés (Hechos capítulo 2) fue cuando comenzó la era de
Pentecostés acompañada de un poder más desarrollado del Espíritu Santo, y esto
le produjo o aportó al Reino de Dios un poder enteramente Nuevo. Pero aun
Pablo reconoció en tres ocasiones diferentes que esto era solamente la primicia
del Espíritu, una prima o enganche (arras) de algo mejor que habría de venir.
Pablo tenía en mente la Era de Tabernáculos, en la cual iba a ser derramada la
Plenitud del Espíritu, y sería establecido en una forma más elevada y con un
poder más grandioso El Reino de Dios en la tierra.

La clave para poder entender el Reino de Dios está en poder distinguirlo en sus
tres estados de desarrollo, en vez de comparar o confrontar un punto de vista con
el otro. Algunos creen que el Reino de Dios ya está aquí, y ciertamente están
correctos. Otros dicen que el Reino de Dios es algo futuro, por venir, y éstos
también están correctos. Unos pocos también creen que el Reino de Dios
comenzó con Moisés, y estos también están correctos. El Reino Dios
3

verdaderamente comenzó en el tiempo de Moisés cuando por primera vez en el


monte de Horeb Israel fuera instituido como un Reino. Pero el Reino de Dios fue
manifestado de una forma superior bajo la unción Pentecostal en el capítulo 2 del
libro de los Hechos. Pero también el Reino de Dios en este momento, al escribir
este libro, es algo aún futuro. Esperamos el derramamiento del Espíritu bajo la
Fiesta de Tabernáculos, la cual revelará el Reino de Dios en la tierra en su forma
más suprema y gloriosa. Solamente este punto de vista es suficientemente amplio
para poder encerrar y abarcar a los que creen en la idea de que el Reino está Aquí
y Ahora, como también el punto de vista del futuro Reino.

Bajo la dirección de Moisés, el pueblo de Israel sin duda alguna pensó que en ese
entonces el Reino de Dios había venido en su plenitud. A ellos no se les reveló
que aún habría algo mejor por venir, aunque por medio de los profetas, quienes
llegaron más tarde, les fue dada una revelación progresiva de este grandioso
Reino. Aun así, la mayoría de la gente no entendió el significado verdadero de
sus propios días festivos. En su deseo y celo de agradar a Dios se enfocaron en
extremo en los ritos. Esta fue una de las razones por lo cual no reconocieron al
verdadero Cordero de Dios cuando era señalado a la gente por Juan (Juan 1:29),
ni tampoco pudieron ver que Él tenía que morir en el tiempo de la Pascua por los
pecados del mundo.

La iglesia primitiva entendió claramente el significado de la Fiesta Solemne de la


Pascua. Ellos expusieron con claridad el motivo de la muerte de Jesús. Pero el
pueblo en su mayoría tenía solamente una perspectiva de Pentecostés. Habían
pasado a un nivel más desarrollado, y esto sin duda alguna había aumentado su
entendimiento del plan Dios. Sin embargo, tenían muy poco o carecían del
entendimiento de la Fiesta de Tabernáculos. Pentecostés era para ellos el
principal y fundamental punto focal, y eso lo podemos entender, porque era algo
nuevo y maravilloso aquí en la tierra. Para muchos, el fin y la meta de toda la
historia. Pero la revelación de Tabernáculos no fue entendida claramente, porque
era muy temprano para que esto fuera revelado. La gente del Reino tenía que
tener la oportunidad de explorar las maravillas de Pentecostés antes que fueran
abrumados con una revelación más profunda y trascendente de Tabernáculos.

Guardando Dios para el final de la Era Pentecostal, en el siglo veinte, la


revelación de la fiesta de Tabernáculos. Los tipos, sombras y figuras de la
Escritura parecen indicar que la era Pentecostal debía de existir aproximadamente
40 ciclos o periodos de Jubileos, o 1960 años (49 x 40). Un ciclo de tiempo de
Jubileo es 49 años. El año del Jubileo era el Quincuagésimo año, pero también
era el primer año del siguiente período de Jubileo. Dios mide el tiempo en sietes,
de esta forma 40 Jubileos de tiempo serían 1960 años. Puede ser, que la Era
Pentecostal, que principió en el año 33 DC, comenzó a cerrarse en el año
1993 DC en preparación para una era más grande la cual vendrá bajo la unción
de Tabernáculos.
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La Primera Resurrección
Con relación a los creyentes fieles, el libro de Apocalipsis 20:4-6 dice así:

4
También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les
concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que
habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de
la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a
su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre
su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil
años. 5 Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se
cumplieron los mil años. Esta es la primera
resurrección. Bienaventurado y santo es el que tiene parte en
6

la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder


sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con Él por mil años.

La “primera resurrección” es una resurrección particular y limitada. Ya que la


Biblia dice que son “bienaventurados y santos” (vr.6), sabemos que solamente
creyentes heredarán vida en esta primera resurrección. Dice que los demás
muertos continuarán en esa condición por otros mil años.

Con relación a esta primera resurrección existen dos fundamentales y básicos


puntos de vista. Algunos creen que esta primera resurrección es simplemente el
momento de la salvación del creyente. Al momento de la salvación, dicen, pasa el
creyente de muerte a vida, y esto para ellos es equivalente a la resurrección.
Luego los creyentes son llamados para gobernar y reinar con Cristo aquí en la
tierra en una vida y de una manera vencedora. Ellos interpretan los “mil años”
como un período de tiempo indefinido, en el sentido de que la palabra Griega
está en el plural y por lo tanto debería leerse “miles de años,” en vez de
simplemente mil años.

Por otra parte, creemos que el término “resurrección” nunca es usado en la


Biblia para significar algo más que un simple levantamiento físico de entre los
muertos. Nosotros entendemos sin ninguna duda que al creyente en el momento
de su justificación se le otorga la vida, pero esto no niega la necesidad de una
resurrección. El apóstol Pablo lo dijo de una forma muy simple en 1 Corintios
15, enseñando que la resurrección de Jesucristo era el patrón y la base de nuestra
propia resurrección. Jesús cuidadosamente se tomó el tiempo de explicarle a sus
discípulos que él había sido levantado o resucitado en un cuerpo físico, aunque
ciertamente él no estaba sujeto a las limitaciones de esta nuestra carne presente.
En Lucas 24:36-43 Jesús inclusive comió delante de ellos, específicamente para
5

probarles y enseñarles que en ese momento no era un espíritu, sino que estaba
manifestado en carne y huesos.

Con relación al periodo de tiempo de mil años, la palabra griega empleada en


Apocalipsis 20 es chilia, que es derivada de la raíz chilioi y significa “un mil.”
La palabra Griega, chilia, es técnicamente una palabra plural, pero siempre ha
sido traducida en el singular. Las lenguas Hebrea y Griega usan el plural un poco
diferente que el Inglés y el Castellano. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento se
encuentra la palabra elohim, la cual es plural. Y cuando tiene que ver con dioses
falsos se traduce “dioses”, pero usualmente esta palabra es traducida “Dios” en el
singular, cuando se aplica al Creador. Por ejemplo, Éxodo 20:1-3:

1
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy el Señor
tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de
servidumbre. 3 No tendrás otros dioses delante de mí.

Hay quienes han tratado de usar la palabra elohim para probar la creencia de la
trinidad, pero esto es más bien problemático y dudoso, puesto que otras palabras
plurales no pueden ser positivamente traducidas en el plural. Un caso parecido es
la palabra Hebrea paniym, “rostros”. El singular es paneh. La mesa del pan de la
proposición literalmente es el “pan de rostros”, pero si los traductores lo hubieran
interpretado y traducido de esta forma, solamente hubiera servido para añadir
más confusión para el lector común.

Y en el idioma Griego esto es también muy parecido. En 2 Pedro 3:8 disponemos


de un buen ejemplo de la forma en que es usada esta palabra chilia.

Como chilia es plural, algunos creen que es un período de tiempo indefinido y


debió de haberse traducido "miles". Sin embargo vemos muchas veces esta
misma palabra en el libro del Apocalipsis capítulo 7, en donde leemos acerca de
esos "doce mil" sellados de cada tribu de Israel. No sería algo correcto en el
idioma castellano o inglés usar el término plural como "doce miles". Los
traductores pintaron un cuadro de doce grupos de mil, cada mil es una unidad
singular. Aparentemente vemos a un grupo de mil indicando 1000 objetos (o
días); por esto es plural.

Puesto que Pedro estaba citando la versión Septuaginta (De Los Setenta, la
versión Griega del Antiguo Testamento, llamada así por ser, según se suponía,
obra de 70 intérpretes) del Salmo 90:4, vemos que la palabra Griega chilia es
semejante a la palabra Hebrea, eleph, que puede significar un mil singular o
miles en el plural. Esto depende en el contexto, semejante a la
palabra elohim o paniym.
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Un hombre de Maón llamado Nabal era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil
cabras (1 Samuel 25:2.) El número de ovejas es un número muy específico. Con
relación a las cabras, significa simplemente mil cabras, no "miles de cabras". De
igual manera, Jesús en el Nuevo Testamento, alimentó a cinco mil hombres, y
cada grupo de un mil sirve para darnos a enseñar un número específico, no cinco
grupos de un número indefinido de miles.

De esta forma, aunque aconsejamos a las personas que usen una buena
concordancia, debemos de usar precaución y entender nuestras propias
limitaciones. La lengua Griega y la lengua Hebrea usan el plural de una forma
diferente al idioma Inglés y Castellano. Por lo tanto, cuando dice Juan en el libro
de Apocalipsis capítulo 20 que algunos reinarían con Cristo por mil años, la
traducción está correcta, aunque chilioi técnicamente está en el plural. Los que
están en desacuerdo en esto, son una pequeña minoría, porque todos los amplios
traductores la han traducido correctamente en el singular. Por eso nosotros
creemos que el período de mil años es y significa una figura específica y
concreta.

La estructura del Tabernáculo en el Desierto representa los 2000 años de la Era


de la Iglesia, seguido por 1000 años de la Era del Reino. El Tabernáculo estaba
dividido en tres áreas: El Atrio, El Lugar Santo, y El Lugar Santísimo. El Atrio
con el altar de bronce representa la Época de la Pascua. Puesto que no tenía
techo, el Atrio era un área que no se podía medir cómo se podía medir el
Tabernáculo de reunión, aunque significa la era del Antiguo Testamento.
Adentro del Tabernáculo, el Lugar Santo tipifica la Época Pentecostal y su
dimensión era de 2,000 codos cúbicos (10x20x10) 20 codos de largo y 10 codos
de ancho. El Lugar Santísimo tipifica la era de Tabernáculos y su medida era
de 10 codos o 1,000 codos cúbicos (10x10x10). Así como el hombre tiene acceso
a Dios, el Tabernáculo fue edificado para enseñarnos el camino hacia Dios; y aún
en las dimensiones de estos cuartos podemos ver el período de duración de
Pentecostés y Tabernáculos.

Los que enseñan que no existe un futuro milenio del reinado de Cristo presumen
que tenemos en este momento todo el poderío espiritual necesario para poder
reinar aquí (ahora) en la tierra. Este punto de vista no toma en consideración que
Pentecostés solamente nos dio las arras o prima del Espíritu (2 Corintios 1:22;
5:5; Efesios 1:14.) Ellos no consideran que el Reino de Dios es manifestado en
etapas. No entienden las limitaciones de la unción de Pentecostés. Los cristianos
no pueden reinar completamente en la tierra bajo la unción de la Pascua, ni bajo
la unción de Pentecostés. Solamente la unción de Tabernáculos puede producir y
manifestar plenamente a los hijos de Dios. En otras palabras, cuando un hombre
es justificado por la fe en la sangre del cordero, en ese momento recibe de parte
Dios una unción de la Pascua, pero esto no produce personalmente en él la
plenitud del Espíritu. Cuando un hombre recibe el Espíritu de Dios a través de la
unción de Pentecostés, recibe una unción fresca, pero solamente es un anticipo,
continúa aún con imperfecciones por las cuales está falto de la gloria de Dios.
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Solamente cuando Dios derrame Su Espíritu sobre nosotros en el cumplimiento


de Tabernáculos encontraremos lo que tanto buscamos, perfección e
inmortalidad.

Los dos primeros días festivos fueron cerrados en fechas históricas de acuerdo al
plan de Dios. Nadie se ha podido adelantar para entrar de una forma
permanente al cumplimiento de un día festivo antes de su cumplimiento
histórico. Moisés temporalmente entró a Tabernáculos cuando descendió del
monte con su rostro glorificado (Éxodos 34:29; 2 Corintios 3:7), pero aún él no
pudo retener permanentemente está gloria, porque Moisés y los demás
vencedores no podían ser perfeccionados aparte del cuerpo general de
creyentes (Hebreos 11:40.)

Existe mucha más evidencia que pudiéramos presentar, solamente que muchas de
estas requieren un conocimiento profundo de profecía bíblica, lo cual está fuera
de la esfera de la intención de este libro. De esta forma esperamos que estas
cortas palabras sean suficientes por ahora, por lo menos para la mayoría de los
lectores.

La Segunda Resurrección (General)


Mil años después de la primera resurrección es cuando se lleva a cabo el juicio
del Gran Trono Blanco, en donde todos los demás muertos o (resto) de los
muertos son levantados. Esto incluirá, creyentes e incrédulos. Esto fue dicho por
las palabras de Jesús en el libro de Juan 5:28 -29

28
No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los
que están en los sepulcros oirán su voz, 29 y saldrán: los que
hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron
lo malo, a resurrección de juicio.

Observe que esta "hora" es singular, y significa que los dos grupos, de justos e
injustos serán levantados a la misma vez. Obviamente ésta no es la primera
resurrección, porque en ella solamente los creyentes son levantados. Ésta es
una descripción muy clara de la Segunda Resurrección, donde todos aquellos que
permanecieron en los sepulcros serán levantados para juicio.

Note que los creyentes serán levantados en esta hora, juntamente con los
incrédulos. Dice la palabra, que a los justos se les otorgará la vida, mientras que
los injustos serán juzgados. Hoy en día muchos enseñan que todos los creyentes
serán levantados en la primera resurrección; y que todos los incrédulos serán
levantados en la siguiente resurrección. Si las palabras de Jesús tienen alguna
validez, esto simplemente no puede ser verdad. El apóstol Pablo nos ofrece un
8

segundo testimonio en el libro de los Hechos 24:14-15. En la Segunda


resurrección serán incluidos los buenos y los malos.

Esto solamente puede referirse a la segunda resurrección, no a la primera, porque


en la primera resurrección solamente el "bienaventurado y santo" será levantado.
Podemos concluir, que no todos los cristianos serán levantados en la primera
resurrección. Algunos deben de permanecer en los sepulcros hasta el tiempo de
la segunda resurrección, de otra manera estas declaraciones de Jesús y de Pablo
serían incorrectas.

Cuando miramos detalladamente en el libro de Apocalipsis 20 la descripción de


esta segunda resurrección, encontramos sugerencias que señalan que ese suceso
es un tiempo de juicio para los creyentes. Simplemente el gesto y la acción de
abrir el libro de la vida (20:12) sugiere esto. Si todos los que están allí de pie
ante Dios no están inscritos en él, ¿Por qué se tiene que abrir este libro de la
vida? Además, el verso 15 señala y denota esto cuando Juan dice:

15
Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue
arrojado al lago de fuego.

Ciertamente esto significa que muchos de esta resurrección estarán inscritos en


ese Libro. Y quienes estén inscritos en este libro en ese momento adquirirán la
vida, así como lo dijo Jesús.

¿Quiénes son estos creyentes? ¿Por qué tienen que ser juzgados? Yo creo que
la respuesta o clave se encuentra en la enseñanza de Jesús en el libro de Lucas
12:35-50. Jesús habló de aquel "mayordomo fiel y prudente al cual el Señor
pondrá sobre su casa" (12:42). Dice Jesús, que a gente como ésta se le concederá
responsabilidad, categoría y posición para gobernar. Básicamente esto dice lo
mismo que Apocalipsis 20:4, en donde estos de la primera resurrección "fueron
levantados para reinar con Cristo por mil años." Sin embargo, existe otra clase
de siervo, o "esclavo." Tenga en mente que también éste es llamado un siervo
de Dios, un creyente, pero considere que desde ningún punto de vista es
considerado "bienaventurado y santo."

Jesús continuó diciendo en el verso 45 de Lucas 12:

45
Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tardará en
venir”; y empieza a golpear a los criados y a las criadas, y a
comer, a beber y a embriagarse;

En otras palabras, aquellos siervos que no se consagraron, a quienes Dios les


había dado autoridad sobre otros esclavos, pero que abusaron de la posición que
tenían, no tendrán, por esa razón, ninguna autoridad en la era venidera. Si no que
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serán azotados de acuerdo a la ley que se encuentra en el libro de Deuteronomio


capítulo 25. Aparte de esto, Jesús dijo que recibirán su porción o su parte
asignada con los "incrédulos, esto sucede a la misma vez que los incrédulos
reciben su porción o su parte. Esto no significa que la parte o posición sea la
misma de los incrédulos. Dejó Jesús muy claro esto en los siguientes versículos
en donde dijo que aquel siervo que no se había preparado, ni había hecho
conforme a Su voluntad, recibiría muchos o pocos azotes, de acuerdo a sus
obras. No dice que será clasificado como un incrédulo o que perdería su
porción (la herencia asignada). Solamente indicó que no recibirá su porción en la
resurrección de los justos. Él recibirá su parte juntamente con los incrédulos en el
momento del juicio del Gran Trono Blanco.

No se olvide que cuando alguien era corregido de acuerdo a la Ley de Dios, ésta
corrección o castigo se llevaba a cabo inmediatamente delante de un juez y era
extremadamente limitada a 40 azotes (Deuteronomio 25:3.) Otros castigos, como
el de restitución, necesitaban una sentencia que pudiera permitirle el tiempo
necesario para que el pecador pudiera trabajar y así pagar la deuda cometida. De
esta forma es que Jesús usa el término "muchos azotes" y "pocos azotes" para
indicar una forma intensiva pero rápida de corrección que sería administrada
de acuerdo a su conocimiento personal de la voluntad de su Señor.

Ellos no serán lanzados en "El lago de fuego" mencionado en el libro de


Apocalipsis capítulo 20 durante la extensa Era Final, ese es el destino de los
incrédulos y de todos aquellos que no fueron salvos. Sin embargo, creyentes
como esos serán juzgados verdaderamente de una forma breve. Yo creo que
este es el juicio mencionado por el apóstol Pablo en 1 Corintios 3:15.

Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá


15

pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.

Yo no creo que este sea un fuego literal. Sin embargo, ellos serán juzgados por
la ley de fuego de Dios, y en este caso se imponen aproximadamente 40 azotes.
Todos aquellos cristianos que tienen a Jesucristo como un fundamento en sus
vidas, pero quienes sobre ese fundamento edifican madera, heno, y hojarasca,
sufrirán pérdida. Ellos serán responsables por sus obras, y las cosas que ellos
edificaron sobre éste fundamento de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Sus
OBRAS y sus personalidades deficientes, serán exhibidas y siendo probadas
por el fuego, serán quemadas. Esto no los destruirá, sino que serán purificados
a través de la reprensión y transformados así, para ser aceptados en el Reino de
Dios.

Los incrédulos serán lanzados en el Lago de Fuego (Apocalipsis 20:14-15.) La


pregunta es, ¿Es este un fuego literal y diferente al otro fuego por el cual es
probado el creyente? Este será nuestro tema en el siguiente capítulo.
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CAPÍTULO 2
EL SOL DE JUSTICIA,
O EL FUEGO DE DIOS

El período del Antiguo Testamento llega a una conclusión y se cierra con una
profecía de la venida de un nuevo día, una gran Era por venir, en la cual habría
de florecer la justicia. Malaquías 4:2

2
Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de justicia
con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del establo.

Malaquías compara la venida de Cristo con el amanecer de un nuevo día, que era
conocido por los Hebreos como la edad Mesiánica o la Era del Reino. Aquel que
contempla por la noche antes del amanecer, lo primero que observa es la estrella
de la mañana, seguida por los primeros rayos del sol a medida que amanece. En
el Salmo 19:1 David dice, "Los cielos cuentan la gloria de Dios". También
describe la venida de Cristo (el Sol) como "el esposo que sale de su alcoba."

Una gran parte de la revelación de Dios ocurre a través de la naturaleza. Jesús


enseñó y reveló el Reino, contando a menudo parábolas que representaban cosas
como granjas, viñas, y astronomía. Y este es uno de los métodos favoritos usados
por Dios para enseñarnos y hacernos ver la revelación. No debería de ser una
sorpresa para nosotros que en el amanecer del Sol se encuentren algunas claves o
indicios para comprender la venida de Cristo.
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Pueda ser que la característica más obvia del Sol sea su LUZ. Este tema tiene un
lugar muy prominente en la Biblia, porque Jesús es esa "luz verdadera, que al
venir al mundo alumbra a todo hombre." (Juan 1:9) La mayoría de las personas
han adquirido un gran entendimiento en este tema, por lo tanto nosotros
trataremos de ver otro tema: la cuestión del fuego.

El Fuego de Dios produce Fe, No


Temor
Cuando Dios en el monte Sinaí se reveló a la nación de Israel, les habló a través
de una voz que emanaba o salía de en medio del fuego. Deuteronomio capítulo 4
dice así,

33
¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del
fuego, como tú la has oído, y ha sobrevivido?... 36 Desde los cielos te hizo
oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te hizo ver su gran fuego, y
oíste sus palabras de en medio del fuego.

Y sabemos que la fe viene por oír la palabra (Romanos 10:17.) Aun así una gran
porción de la enseñanza bíblica es empleada para crear en las personas MIEDO y
TEMOR del fuego de Dios, usando la táctica del infierno como el medio de la
predicación. Muchos creen que como cristianos es su deber y responsabilidad
atemorizar a las personas para que entren al Reino, y describen con gran detalle
un lugar muy horrendo y temible, siendo esto solamente un producto de su propia
imaginación. Pero cuando Dios decidió revelarse a Israel, él lo hizo por medio
del fuego, no para atemorizarlos, sino para probar su fe. Esto lo podemos ver en
el libro de Éxodo 20:18-21

18
Y todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la
trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello,
temblaron, y se mantuvieron a distancia. 19 Entonces dijeron a Moisés:
Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con
nosotros, no sea que muramos. 20 Y respondió Moisés al pueblo: No
temáis, porque Dios ha venido para poneros a prueba, y para que su
temor permanezca en vosotros, y para que no pequéis. 21 Y el pueblo se
mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde
estaba Dios.

Dios habló de en medio del fuego. Pablo dice que la fe viene solamente cuando
oímos su voz. La revelación de Dios le produjo miedo a Israel, y ellos se
alejaron, apartándose de Su presencia. Moisés les explica que Dios se había
12

manifestado en esa forma solamente (¿) para probar el verdadero carácter de


ellos, o probar su fe. Si Dios los hubiera llamado a un jardín de rosas, el pueblo
no hubiera necesitado la fe verdadera, porque no hubieran tenido que vencer
ningún temor carnal. Dios en ocasiones nos pone las cosas difíciles para ver si en
verdad confiamos en que Él no nos destruirá al poner atención cuando lo
escuchamos.

El verdadero temor de Dios es muy diferente al miedo carnal y humano. El


temor de Dios es poder confiar en Él en los asuntos de vida o muerte . Este
fue el temor de Dios exhortado y advertido a Israel, y de igual manera requerido
de nosotros. Fue por esta razón que Moisés le dijo al pueblo, "No temáis", y
luego parece contradecir lo que anteriormente había dicho, mencionándoles que
Dios había venido solamente para probarlos, "porque Dios ha venido para
ponerlos a prueba, y para que su temor permanezca en vosotros, y para que no
pequéis." (Éxodo 20:20) Existen dos formas o clases diferentes de temor. La
primera nos hace huir de Dios; la segunda nos hace correr hacia Dios. El
Nuevo Testamento dice que el perfecto amor echa fuera todo temor" (1 Juan
4:18.) Esto nos enseña que el verdadero temor de Dios, cuando ha madurado,
es en realidad el perfecto amor. El fuego de Dios debe de morar dentro de cada
uno de nosotros como un fuego ardiente y abrasador, con el deseo de agradarle
en todo. Moisés tenía este fuego en su corazón, cómo le mostraré enseguida, por
eso podía acercarse a Dios sin ningún temor.

Si el fuego de Dios nos hace temerosos y no aumenta nuestra fe, algo está muy
mal en nuestros corazones o en nuestro entendimiento de Dios. Posiblemente no
se está explicando correctamente a Dios. Es posible que muchos, sin darse cuenta
conciban incorrectamente el fuego dando lugar así a un miedo carnal. El temor ha
impregnado nuestras mentes y corazones y ha venido a ser sin duda alguna una
parte muy vital en la vida cristiana. La vida victoriosa de una fe inconmovible en
Dios es muy rara, pienso que imposible, sin el conocimiento de la soberanía de
Dios y su amor para con nosotros.

Es nuestro propósito solamente impartir fe, enseñando la verdad acerca del fuego
de Dios. Que pueda usted oír Su voz de entre el fuego.

El Fuego y la Ley Divina


Deuteronomio 33 registra antes de la muerte de Moisés, la bendición sobre la
nación de Israel. De esta bendición, leemos en Deuteronomio 33:2-3

2
Dijo: Jehová vino de Sinaí y les esclareció desde Seir; resplandeció desde
el monte de Parán, y vino de en medio de diez millares de santos; con la
ley de fuego a su mano derecha. 3 En verdad, El ama al pueblo; todos tus
13

santos están en tu mano, y siguen en tus pasos; todos reciben de tus


palabras.

La Nueva Versión Americana (The New American Standard Versión y La Biblia


de las Américas) le hicieron una grande injusticia a este versículo 2 cuando fue
usada esta expresión, "a su diestra había fulgor centellante para ellos." La
versión King James es más acertada, porque dice así, "salió con la ley de fuego a
su mano derecha para ellos." La palabra Hebrea es esh, "fuego," y dath, "ley."
Este pasaje está formado de tal manera que nos demuestra que la ley Divina es
un fuego establecido por Dios para el pueblo.

Además, en el siguiente verso dice Moisés que "todos tus Santos están en Tu
mano". Si la ley de fuego de Dios está en Su mano, y los santos también están en
Su mano, podemos deducir que a sus santos se les ha dado participar de esta
naturaleza divina como fuego santo de Dios. Y se demuestra en el hecho, de que
siguen sus huellas, y cada uno de ellos abraza Sus palabras. No solamente creen
en su palabra, sino que ellos se transforman en la palabra, así como Jesucristo era
la palabra (Juan 1:1.) Esta profecía es extraordinaria, porque nos garantiza la
máxima bendición de Dios cuando seamos partícipes de la naturaleza divina,
representada por el fuego, e impartida por la palabra de Dios. El profeta
Isaías explica lo escrito por Moisés. Isaías 33:14 -15

14
Aterrados están los pecadores en Sion, El temblor se ha apoderado de
los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién
de nosotros habitará con las llamas eternas? 15 El que anda en justicia y
habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las
manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír
de derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal;

Solamente los justos pueden vivir en la presencia divina y participar de la


naturaleza divina. Esto está muy bien ilustrado en la historia de los tres amigos
de Daniel, quienes fueron lanzados al horno de fuego. El fuego no los podía
dañar, porque el juicio de la ley no tenía jurisdicción sobre estos justos. El
carácter de ellos estaba en armonía con el fuego divino, así el fuego terrenal no
tenía ningún poder y autoridad sobre ellos.

Siete semanas antes que Israel se detuviera al pie del monte, ya habían sido
justificados por la sangre del cordero en la Pascua (cuando salieron de Egipto.)
Sin embargo, esto no significó que estaban preparados para la siguiente
experiencia con el Espíritu Santo de Dios al pie del monte Horeb. Este fue su
siguiente nivel de revelación. Este encuentro con Dios fue festejado desde ese
entonces como la fiesta de Pentecostés. Aunque habían sido justificados por la fe,
no pudieron tener la experiencia de Pentecostés, porque tuvieron miedo o temor
de oír la voz de Dios. Fue por esta razón, que el cumplimiento de Pentecostés
14

fue pospuesto o retrasado, hasta que leemos su cumplimiento en la historia,


aproximadamente 1,500 años después, en el capítulo 2 del libro de los Hechos.

Esta es la idea, que "la congregación en el desierto" bajo la dirección de Moisés


(Hechos 7:38) representa a los cristianos, quienes a pesar de que han sido
justificados por la fe, son incapaces y no están dispuestos de moverse hacia un
segundo nivel de experiencia con Dios. Pentecostés es un encuentro con el
fuego divino, puesto que es el bautismo de fuego, designado para purificar al
pueblo destruyendo la carne. No es la intención destruir a la persona, pero sirve
para liberar al pueblo de la cautividad de sus deseos carnales. Este fuego quema
la carne y nos hace morir. Pero no tenemos que temer esa muerte, sino
recibirla, sabiendo que Dios es amor y que Él nos está preparando para una
relación más profunda e íntima con Él.

El profeta Jeremías escribió así en, 23:29,

29
¿No es mi palabra como fuego—declara el Señor —y como martillo que
despedaza la roca?

La Palabra de Dios, o particularmente Su ley, es como un fuego porque revela el


carácter verdadero y la naturaleza de su Autor. El propósito de la ley es definir el
pecado (1 Juan 3:4.) De otra manera, no hubiéramos conocido que la codicia era
pecado, si la ley no hubiera dicho "no codiciaras" (Romanos 7:7.)

Tememos oír la voz de Dios que procede de entre el fuego, y la razón es que
desenmascara y descubre el pecado que está dentro de nuestros corazones el
cual hemos tratado desesperadamente de esconder toda nuestra vida. Todos
nuestros mecanismos defensivos, justificación personal, nuestro suministro y
racionamiento, nuestra proyección de culpabilidad hacia otros, nuestra
ceguera y rechazo para poder ver nuestros corazones así como los mira Dios.
Todos los secretos del corazón son manifiestos por Su palabra cuando la oímos
hablar de entre el fuego.

Por seguro, esto puede ser espantoso. Los diez mandamientos nos dan el
principio general de la ley, y los estatutos específicamente definen cómo estos
principios pueden ser aplicados correctamente. Los juicios de la ley son el
castigo por cada transgresión. Han sido diseñados para restaurar el orden exacto
y legal, por medio de la restitución en cuanto sea posible, y para restaurar de
igual forma al pecador.

Cuando nos convertimos al cristianismo, comparecemos delante del tribunal de la


justicia de Dios como pecadores arrepentidos. Imploramos y solicitamos la
muerte de Jesús como el pago de todos nuestros pecados, pasados, presentes, y
futuros. Desde ese momento en adelante, establecemos una nueva y diferente
relación con la misma ley. En el pasado, teníamos temor de su sentencia; ahora
15

nos sometemos voluntariamente a cualquier veredicto y enseñanza, para que


podamos aprender lo que es el pecado y como abstenernos de pecar. Así como
dice el profeta Isaías, comenzamos a entender la justicia.

El apóstol Pablo dijo que "por medio de la ley es el conocimiento de


pecado." (Romanos 3:20), ¿Cómo podemos saber que estamos en pecado y
entender, si no tenemos conocimiento de lo que el pecado es? ¿Y cómo
podríamos saber lo que el pecado es si no lo dijere la ley?

Así, ésta nuestra relación nueva con la ley es reconocida como el método de
aprender obediencia, o santificación. Es producida después y por la causa de la
justificación. Nos sometemos a la ley de fuego, y somos guiados por Jesús a
través del fuego de las circunstancias, un bautismo de fuego, luego Dios
comienza a refinarnos como el oro. A medida que nos acercamos a Él,
comenzamos a oír Su voz entre el fuego, así como le habló al Israel de antaño.

Esto al presente es algo horrendo para nuestra carne como lo fue para Israel en el
monte Sinaí. El fuego activa miedos muy internos que acompañan siempre el
pecado en nuestros corazones. Hoy en día el hombre todavía está huyendo de la
ley de fuego que salió de la boca Dios de entre el fuego. Ellos continúan con
temor a ella, y como resultado de este temor salió la doctrina del
antinomianismo, (anti-ley.) Estos son los que justifican su pecado al decir,
"ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia." Lo que verdaderamente
quieren decir es lo siguiente, "nosotros guardaremos sólo las leyes con que
estamos de acuerdo, como las que definen el asesinato, robo, y adulterio como
pecado. Pero cualquiera que observe una ley con la cual no estamos de acuerdo o
una ley que no queremos obedecer. ¡No vivimos bajo la ley!, Dicen, “sino bajo la
gracia."

Muchas personas malinterpretan la declaración del apóstol Pablo en Romanos


6:14 en donde dice, "no estáis bajo la ley sino bajo la gracia." La Biblia nos
enseña que cuando la ley de Dios encontraba a un hombre culpable de pecado, él
estaba "bajo la ley" durante el tiempo que durara hasta pagar la deuda. Por
ejemplo, si alguien es condenado por robar $1,000, la ley requiere que remunere
a la víctima doble restitución, o $2,000. Si él no pudiera pagar la deuda, tenía que
trabajar o prestar su tiempo hasta que la deuda fuera solventada. El tiempo que se
tomó para pagar la deuda fue el tiempo que este hombre estuvo "bajo la ley". Una
vez que se hubiera pagado la deuda, estaba "bajo la gracia", porque su pecado o
agravio ya no tenía dominio sobre él. Había sido perdonado.

El apóstol Pablo dice que Jesucristo pagó la pena o multa por nuestro pecado. Por
eso, no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Nuestro pecado no tiene ningún
dominio sobre nosotros. Significa esto que ¿continuaremos en pecado? Por
seguro que no. El pecado es iniquidad o transgresión de la ley (1 Juan 3:4.) La
ley nos enseña lo que el pecado es. No era el propósito de la ley el justificar a los
16

pecadores, ni tampoco podía hacerlo. Sin embargo, la solución no está en


repudiar o hacer a un lado la ley, legalizando de esta manera el pecado. La
solución está al aplicar la sangre de Jesús a nuestros pecados, creyendo que él
pagó la multa completa por todos esos pecados. Esto nos ubica "bajo la gracia"
para que seamos libres para ser siervos de Dios y obedientes a su ley. Fuimos
justificados para poder empezar a entender como debemos obedecer la voluntad
de Dios. Fue Moisés el que trajo la revelación fundamental de la voluntad Dios
en la ley divina.

Existen ciertas partes de la ley, particularmente la de los sacrificios de sangre y


los ritos relacionados con el Templo material y el sacerdocio Levítico, las cuales
fueron alteradas en el Nuevo Testamento. Los principios continúan siendo los
mismos, solamente que en la era de Pentecostés se les ha dado una nueva forma.
Sin embargo no han sido completamente repudiados; solamente han cambiado en
su forma externa. Disponemos todavía de un sacrificio de sangre; Jesús fue el
verdadero Cordero de Dios. Tenemos todavía un Templo; nosotros somos el
Templo de Dios. Continuamos gozando de un sacerdocio; es el sacerdocio de
Melkisedec. Todavía tenemos un Sumo Sacerdote; y él está con vida para
siempre.

Desde ningún punto de vista pensamos que las leyes morales han sido
repudiadas, a no ser que nos volvamos impíos. El robo, asesinato, y adulterio
continúan siendo pecados. Por desgracia, es muy raro que el cristiano estudie la
ley de Dios, porque se le ha inculcado ha que ya no vivan bajo ella. Por esta
razón muy pocos entienden los juicios de la ley. Esto es muy serio cuando
estudiamos la noción del juicio final para todos los malos en pie delante del Gran
Trono Blanco. Si no entendemos los juicios de la ley, no podremos conocer la
naturaleza del lago de fuego, que representa el juicio de los pecadores.

Dios juzgará al mundo por su ley de fuego, ésta es la forma por la cual es
juzgado todo pecado. Un estudio de la ley explicará el verdadero propósito del
juicio. Isaías 26:9 dice:

9
porque cuando la tierra tiene conocimiento de tus juicios, aprenden
justicia los habitantes del mundo.

Los juicios, sentencias de la ley, son rectificadores que proveen alivio. Han sido
instituidos para expresar el perdón verdadero, no para crear un
imperdonable estado perpetuo. El propósito de la Era de Tabernáculos es
proporcionarle a la tierra en el año 7000, un descanso Sabático, para que
pueda la gente ser libre para conocer los caminos de Dios. Estamos próximos
a entrar a un tiempo en el cual todas las naciones verán la exaltación del Reino de
Dios en su gloria. Verán las bendiciones de sus ciudadanos y el deseo de conocer
sus leyes (Isaías 2:2-4.) Los pueblos aceptarán a Jesucristo como el rey de la
tierra y toda ella se tornará un reino universal. No huirán las naciones del terror
17

de sus juicios; verán la justicia y la misericordia de la ley de Dios en un contraste


directo con las leyes de los hombres, y se regocijarán por su sabiduría
maravillosa.

El Bautismo de Fuego
La forma más súbita en la cual podemos experimentar el fuego de Dios es por el
bautismo de fuego. Esto no significa que tenemos que ser quemados en vida en
un fuego literal. Clemente de Alejandría, un líder de la iglesia primitiva 1,800
años atrás, lo describe de esta forma:

"El fuego se considera ser un poder muy fuerte y benéfico, que destruye lo
que es ruin y vil, preservando lo que es bueno; por eso los Profetas le
llamaron "sabio". Nosotros creemos que el fuego purifica no la carne, pero sí
las almas pecaminosas, no es un fuego vulgar y todo devorador (naturaleza,
terrenal), pero el "fuego sabio" como le llamamos, el fuego que "traspasa y
penetra el alma" que cruza a través de él”. (Stromata VII, 2:5-12)

Clemente, nuevamente describe en otro lugar estos juicios de fuego y dictámenes


de parte Dios como "disciplinarios y libertan, que guían a la
conversión" (Stromata VI, 6) ¿Dónde adquirió Clemente y otros como él esta
enseñanza? La obtuvieron de la palabra de Dios, particularmente en donde nos
habla acerca del bautismo de fuego.

En Malaquías 3:2-3 el profeta dice lo siguiente:

2
¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá
mantenerse en pie cuando Él aparezca? Porque Él es como fuego de
fundidor y como jabón de lavanderos. 3 Y Él se sentará como fundidor y
purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a
oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas en justicia al Señor.

Cuatrocientos años después que Malaquías escribiera estas palabras, en el libro


de Mateo 3:11-12 Juan el Bautista dijo lo siguiente acerca de Jesús:

11
Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que
viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de
quitarle las sandalias; El os bautizará con el Espíritu Santo y con
fuego. 12El bieldo está en su mano y limpiará completamente su era; y
recogerá su trigo en el granero, pero quemará la paja en fuego
inextinguible.
18

Jesucristo dijo en el libro de Lucas 12:49,

49
Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido?

No existe una copia de algún documento archivado que registre que cuando vino
Jesús hace 2000 años atrás, hubiera quemado a alguien con el fuego. Él no
mandó que bajara fuego del cielo sobre sus enemigos. Sin embargo, su ministerio
quemó la hojarasca del corazón del pueblo, mayormente en el corazón de sus
discípulos. No fue un fuego literal, sino el fuego espiritual de tribulación,
lucha, el cual probó la fe de ellos.

La aplicación del bautismo de fuego en dos períodos diferentes era una


enseñanza muy común en el tiempo de la Iglesia Temprana: (1) en la edad
presente, cuando nos arrepentimos, o nos acusamos a nosotros mismos delante de
Dios, sometiéndonos a su disciplina, así como lo hizo David; y (2) en la edad
venidera, cuando nuestras obras serán probadas por el fuego (1 Corintios 3:12-
15.) Estos dos sucesos eran considerados por ellos como bautismos de fuego.
Aquellos que desean evitar el segundo, deben someterse al primero. Como
sea, ellos creían, que debíamos entrar en el Reino, o Paraíso, por medio de la
espada de fuego del Querubín que guardaba la entrada al árbol de la vida
(Génesis 3:24.)

No que este concepto sea especialmente nuevo, todos los hombres y mujeres que
a través de la época del antiguo testamento hayan sido preparados por Dios,
pasaron a través del mismo fuego. Jesús dio a entender que este fuego ya había
comenzado. Esta es la forma en la cual Dios siempre ha refinado a su pueblo
separando las impurezas y el residuo del metal, del oro. Es la forma en que Dios
remueve la paja del trigo en nuestros corazones. Por miles de años, este es el
fuego que Dios ha usado para tratar con su pueblo. Él lo ha hecho así por dos
razones: (1) para que le conozcamos, como es, ya que él se reveló asimismo
como el fuego; y (2) para instruirnos para el servicio.

Nosotros hemos nacido con corazones perversos. El oro en nuestro corazón está
ligado, mezclado con impurezas que no son aparentes hasta que se sienta Dios
como el Gran Refinador. Pone nuestros corazones en varios solventes y comienza
a mover la mezcla, pacientemente esperando una gran reacción. Cuando el
tiempo es correcto, de repente, llega un momento de crisis, y el metal de menos
calidad se cristaliza y llega hasta el fondo o sube a la superficie. Entonces una
por una son tratadas las impurezas, usando diferentes soluciones, hasta que
finalmente un polvo de oro fino sale de la solución, listo para ser puesto en el
fuego y ser formado en masa sólida.

Cuando las personas se enfrentan a la adversidad, muy seguido parten en busca


de sus pastores para que les explique la razón por la cual Dios ha permitido todas
estas cosas. La respuesta que escuchan puede ser muy diferente, pero de vez en
19

cuando el pastor rápidamente trata de justificar a Dios. "No es la culpa de Dios,


dice; es la culpa del diablo,". Otros dicen, "Dios está muy molesto con usted;
posiblemente hizo algo muy terrible para merecer esto de parte de Dios." (Uno de
los amigos de Job creyó esto, pero estaba equivocado.)

Generalmente, Dios está reafirmándonos. La razón que acarreó el juicio de Dios


sobre su vida no fue porque hubiese hecho algo malo en particular.
Periódicamente todos pasamos por esas pruebas. La razón, por seguro, es porque
somos impuros por el pecado que mora dentro de nosotros. Pero Dios no nos
sujeta al fuego con el propósito de destruirnos, sino simplemente para
purificarnos y enseñarnos la justicia.

Él es después de todo, nuestro Padre Celestial. Él no es como los padres


imperfectos y terrenales, quienes muy seguido castigan en vez de disciplinar. Si
están mentalmente desequilibrados, se dan casos en los cuales los padres han
castigado y golpeado brutalmente a sus hijos, hiriéndolos seriamente e inclusive
causándoles la muerte. Yo he oído casos en los cuales los padres inclusive han
quemado a sus hijos, para enseñarles supuestamente, como ser obedientes. Pero
Dios no es de esta manera. El juicio de Dios brota con sanidad en sus alas, no
para asarnos a muerte, sino para curar todas nuestras dolencias, y la enfermedad
más grande que tenemos, es el pecado en nuestra alma. Hasta que conozcamos
este lado de la naturaleza de Dios, no le conoceremos como verdaderamente Él
es.

El Ejemplo de Moisés
Moisés aprendió directamente como Dios entrena a su pueblo. Las circunstancias
lo forzaron a huir a un desierto muy cruel, en donde el Sol de Justicia cayó sobre
él, echándole de rodillas por el calor, por el hambre, y por la sed en un suelo
implacable. Durante los siguientes 40 años Moisés se enfrentó a muchas
circunstancias adversas, las cuales le enseñaron en numerosas situaciones
imposibles a depender de Dios. En los momentos de prueba, cuando no podía
buscar a nadie más, sólo tenía una manera de operar: oración. Cuando Moisés
surgió saliendo de la oscuridad del desierto 40 años después, él era una persona
muy diferente. Había sido por 40 años refinado por la espada de fuego del
Querubín convirtiéndolo en un hombre capaz de formar una nación nueva y
guiarlos hacia la tierra prometida.

Después de 40 años de duro entrenamiento en el desierto, Dios se le apareció a


Moisés en la zarza que ardía en fuego para llamarlo a su servicio. La zarza que
vio, ardía en fuego, esa zarza era su propio corazón natural, un arbusto
terrenal en el cual moraba la presencia de Dios. Un matorral que estaba saturado
con el fuego, pero que no se consumía. Un matorral que podía morar con las
"llamas eternas" (Isaías 33:14-15) y aun vivir.
20

Después, le llegó a Israel el turno de aprender la misma lección en el mismo


desierto implacable en donde Moisés se había encontrado con Dios.
Primeramente Dios los guía a una trampa a la orilla del mar Rojo. Él puso el oro
de Israel en una solución purificadora, la cual hizo salir a la luz el temor muy
interno y profundo que tenían al Faraón. ¿De qué otra manera se podía manifestar
esta gran impureza de ningún valor? Dios hizo esto con un propósito, no para que
tuviesen miedo, sino para que este temor pudiera salir a la luz y ser eliminado de
su corazón como desperdicio, por la mano poderosa de Dios, abriendo un camino
a través del mar Rojo.

Dios los llevó fortaleciéndolos a través de hambre y sed en medio del territorio
enemigo. Éste no fue un día de campo en el camino al reino. Fue un
entrenamiento muy duro. Pero no son los hijos consentidos, mimados y
malcriados los que heredarán el Reino de Dios (Hebreos 12:6.)

Si alguno desea ir por el camino más fácil y tiene envidia de los malos quienes
parecen que lo tienen todo, tenga en mente que ésta es la marca de identidad de
un hijo ilegítimo, no un verdadero hijo de Dios (Hebreos 12:8.)

Sus hijos tienen una gran labor que llevar a cabo, es la de gobernar ciudades,
regiones, y naciones. Él les dará estas posiciones a los que son llamados. Y los
que son llamados por él, son primeramente entrenados para calificarlos para
gobernar y reinar. Es por eso que purifica a su pueblo. Él es el purificador de la
plata y del oro. Él viene como el Sol de Justicia para sanarnos internamente de la
contaminación del mundo. Viene como el fuego para que nuestra fe sea probada
como el oro (1 Pedro 1:7.) Este es el verdadero bautismo de fuego, el cual ya
fue propagado sobre esta tierra.

Es la Ley de Fuego la Que nos


Corrige
Recientemente un conductor de camiones fue llamado para transportar una carga
de zinc. ÉL acababa de terminar de transportar una carga de tomates y
negligentemente se olvidó lavar por dentro el camión antes de cargar el zinc.
Cuando finalmente llego a su destino, se dirigió hacia la parte trasera del camión
y abriéndola para descargar el zinc, explotó en ese momento en su cara. Nadie le
había dicho que el ácido que contenían los tomates podría reaccionar de esta
forma cuando llegase a estar en contacto con el zinc.

El zinc es una de las impurezas que debe ser removida del oro al momento del
procesamiento purificador. Es muy volátil. Como mineral, tiene un sabor muy
amargo. Muchos de nosotros tenemos zinc (amargura, ajenjo) en nuestros
corazones. ¡Alguien se acerca con actitud de ácido, y explotamos en su cara! Hay
21

muchos tomates allá fuera, los cuales usa Dios para sacar y purificar el zinc del
oro.

Para cada problema de zinc, existe su propio tomate. Esa es la ley espiritual. Las
impurezas deben ser removidas de nuestros corazones antes que puedan ser
refinados por el bautismo de fuego y transformados en oro puro. No se irá de
nuestros corazones por sí mismo. Se tiene que manifestar, cristalizar, o salir a
la superficie antes que Jesús lo pueda quitar de nuestras vidas.

Levítico 19:17-18

17
No odiarás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para
que no participes de su pecado. 18 No te vengarás, ni guardarás rencor a
los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo
soy Jehová.

Esta clase de impureza no sale automáticamente de nuestros corazones en el


momento que somos justificados. Esto es algo que se aprende como parte del
proceso de la santificación. Hay una gran cantidad de impurezas como éstas en
nuestros corazones, pero a medida que le seguimos a través del fuego,
escuchando Su voz cuando nos llama, nuestra fe comienza a crecer. Dentro
de poco comenzamos a ver una tremenda verdad manifestada por el apóstol
Pablo en el libro de Romanos 8:28

28
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para
bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.

No importa lo ardiente del fuego, no importa lo desolado y triste que esté el


desierto a nuestro alrededor, el Sol de Justicia nacerá y en sus alas traerá
sanidad. El poder de Dios formará el oro puro, puesto que la palabra hablada de
entre el fuego no regresará vacía, sino cumplirá su objetivo por lo cual fue
enviada.

La justicia de la ley de Dios demanda una restitución y corrección. Todo pecado


es reconocido como una deuda que tiene que ser pagada a todas las víctimas de la
injusticia, y los juicios o fallos están siempre en una proporción directa con la
magnitud del crimen cometido (pecado.) Por un robo, el fallo es pagarle a la
víctima el doble. Por cualquiera destrucción de una propiedad personal, el
responsable debe de pagar todos los gastos. Estas penalidades o fallos no
solamente recompensan a la víctima, sino que obligan a los ladrones a que
trabajen en vez de robar. Estas sanciones enseñan y preparan a hombres muy
descuidados a como ser muy cuidadosos.
22

La ley de Dios se establece en la base de que la justicia nunca está satisfecha


hasta que haya sido pagada una completa restitución a las víctimas de la
injusticia. En nuestros días, bajo el sistema tergiversado del hombre, ponemos en
la cárcel a los ladrones, y casi nunca se devuelve a la pobre víctima lo perdido.
Sin ir muy lejos, el castigo para el ladrón nunca se iguala con el crimen
cometido. El ladrón no es corregido, porque su pecado no es tratado como una
deuda hacia la víctima, sino como una deuda hacia la "sociedad" en general. No
tiene que pagar (trabajar) esta deuda. Solamente se pudre en la prisión sin hacer
nada, únicamente maquinar su venganza y aprender de los llamados amigos
como evitar ser apresado la próxima vez. En casos como éstos, nunca se hace
justicia.

Estas leyes de los hombres han acondicionado nuestra mente para que pensemos
desde el punto de vista de castigo para el criminal, en lugar de corregir la
injusticia. Y cuando eso no parece funcionar, nos ofendemos y demandamos más
castigo (más duras sentencias en prisión). Tenemos una mentalidad de castigo,
en vez de tener la mente de Cristo, que nos puede guiar para conocer la medida
precisa de restitución que se requiere para corregir la injusticia cometida y
que puedan volver las cosas a su orden original.

Eso significa, que cuando un ladrón es condenado a cinco años en prisión,


cuando concluye su término y sale de ella, él continua siendo un ladrón, porque
nunca le devolvió a la víctima lo debido. La Biblia no nos da una provisión
para un sistema de prisiones, porque un sistema como ese no hace
absolutamente nada para restablecer el orden legal de las cosas. Solamente
se presta para castigar al pecador.

En casos en donde es imposible la restitución por la naturaleza del crimen


cometido, el fallo es la muerte. En los casos de asesinato con premeditación, el
asesino es incapaz de pagarle a la víctima su vida. En caso de adulterio, el
adúltero es incapaz de restaurar las cosas a su orden original. Lo que se ha
hecho no puede ser desecho excepto por el poder directo de Dios. En casos como
éstos, Dios instruyó a las cortes terrenales para que pusieran los casos a un lado y
que esperaran el juicio final al final de la era. El pecador era muerto para esperar
su juicio ante Dios.

Ha habido casos, en los cuales Dios tuvo que intervenir misericordiosamente para
juzgarlos inmediatamente. En esos casos, no se les dio muerte, pero fueron
puestos en las manos de Dios, el juez mayor y misericordioso. Por ejemplo, Caín
fue enviado al exilio. También David, quien asesinó a Urías, fue tratado
directamente por Dios. Se sometió al bautismo de fuego, aceptando todos los
problemas ocasionados por eso, y reconoció su responsabilidad y el resultado fue
que Dios purificó su corazón como el oro.

El Perdón por Medio de la Restitución


23

Aquellos que en esta edad presente no tienen fe en Jesús, o porque nunca oyeron
de Él, o porqué le hubieren rechazado, tendrán que pagar completamente todo el
castigo por sus propios pecados. Teodoro, anciano de Mopsuestia (392-428 dc)
escribió acerca de esto lo siguiente:

"Los malos quienes han actuado impíamente todo el tiempo de sus vidas,
serán castigados hasta que aprendan que siguiendo en pecado solamente
continúan en la miseria. Y cuando por medio de esto, hayan venido a temer a
Dios, y tenerlo de buena voluntad, obtendrán el precio de la gracia. Porque
Él nunca hubiera dicho “hasta que hayas pagado el último centavo" (Mateo
5:26) no sea que seamos liberados del castigo, después de haber sufrido
adecuadamente por el pecado; ni tampoco hubiera dicho, "será azotado mucho"
y de nuevo "será azotado poco" (Lucas 12:47-48), a menos que los castigos
sufridos por el pecado tengan un fin." (Fragment IV)

Nosotros creemos que estos versos anteriores se atribuyen específicamente a los


cristianos, y en este pequeño detalle no estamos de acuerdo con Teodoro, quien
aplica estos versos a todos los hombres. Aunque la diferencia es muy poca,
porque estamos de acuerdo que es la ley Dios la que establece la justicia. Esa ley
nos dice que una vez que la deuda por el pecado haya sido pagada a las
víctimas de la injusticia, sería una burla grotesca de parte de la justicia
continuar con el castigo.

Una restitución completa, especificada por la ley de Dios es el medio por el


cual la mayoría será restaurada. Sin embargo, para aquellos pocos elegidos,
quienes señalan a Jesús, quien fue el que pagó ultimadamente la condena
completo por sus pecados, recibirán la vida en la primera resurrección sin
recibir de ninguna manera ningún azote.

En la Biblia, el pecado y la idolatría del antiguo Israel es el tema principal de


todos los profetas. Por lo tanto Israel sería juzgado por el pecado, no para ser
totalmente destruido, sino para que pudiera encontrar el perdón por el pecado
cometido, a través de la ley de la restitución. La iniquidad de Israel consistió en
que no pudo perdonar, aunque Dios le había recompensado con doble restitución
por todos sus pecados. Isaías 40:1-2

1
Consolad, consolad a mi pueblo—dice vuestro Dios. 2 Hablad al corazón
de Jerusalén y decidle a voces que su lucha ha terminado, que su
iniquidad ha sido quitada, que ha recibido de la mano del Señor el doble
por todos sus pecados.

Esto está basado en la ley que se encuentra en el libro de Éxodo 22:4


24

4
Si lo que robó, sea buey o asno u oveja, es hallado vivo en su posesión,
pagará el doble.

Los pecados de Babilonia y los de todos los imperios bestiales que se encuentran
en la profecía de Daniel, son tratados de la misma forma. En Apocalipsis 18:4-6
del apóstol Juan escribe lo siguiente:

4
Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no
participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas; 5 porque
sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de
sus iniquidades. 6 Pagadle tal como ella ha pagado, y devolvedle doble
según sus obras; en la copa que ella ha preparado, preparad el doble para
ella.

Es un principio de la ley de Dios que una vez que se haya pagado la restitución
completa a las víctimas de la injusticia, el pecador es perdonado por la ley, y
sus pecados no son más recordados. Advirtamos, que el poder del perdón es
muy grande. No existen ex-convictos en una verdadera nación cristiana. Los
pecados pasados son sepultados en lo profundo de la mar y olvidados por
completo. La restauración del pecador se lleva a cabo por medio de la ley de
la Restitución (Éxodo 22), la cual satisface a la ley, la cual demanda perdón
y restauración.

Comúnmente se ha malentendido que la ley no puede perdonar el pecado. La


realidad es que la ley sí puede perdonar el pecado, una vez que se halla provisto
lo que demanda o requiere. La debilidad de la ley está en su inhabilidad de
perdonar al pecador. No puede poner en libertad al culpable. Sin embargo, la ley
puede ser satisfecha por el sacrificio por el pecado. En el Antiguo Testamento
esto era hecho en forma de sacrificios de sangre de ovejas y machos cabríos,
hasta el tiempo asignado en el cual obtuvimos el final y permanente Sacrificio
del Cordero de Dios, Jesucristo. La ley, sí podía perdonar el pecado, una vez se
cumpliera la demanda hecha, y hubiera satisfacción.

Desde su comienzo, la mayoría de la humanidad no ha puesto su fe en el


verdadero cordero de Dios. Por lo cual ellos, tendrán que pagar el castigo, por sus
propios pecados, de acuerdo a las demandas de la ley. Entonces, recibirán una
medida de perdón que la ley puede y es capaz de otorgar. De todas formas, en un
análisis final, si quebrantamos una ley, somos culpables de quebrantar toda la ley
(Santiago 2:10.) Por ejemplo, el robo es también codicia, que viene a ser idolatría
y adulterio espiritual. Demuestra también una falta de amor, que por ultimo viene
a ser odio, lo cual termina en asesinato (Mateo 5:22.)
25

Por eso es que el pecador no puede pagar el precio completo por algún pecado
que haya cometido, aun tratándose una muy pequeña infracción. La ley continúa
exigiendo que se pague restitución a la víctima, pero en el sentido más amplio, el
pecador nunca puede completamente pagarle a Dios el precio que demanda la
ley. Es por esta razón que la humanidad se encuentra en una gran necesidad de
que se lleve a cabo un Jubileo Final de toda la Creación, al fin de los tiempos,
donde todas las deudas a la ley son canceladas absolutamente por la Gracia.

El Juicio Correcto Purifica al Pecador


Mientras más estudiamos la ley de Dios, principalmente el espíritu motivador o
el espíritu que está detrás de la ley, somos sin duda alguna, despertados por la
sabiduría y el amor del autor de ella. No existe el juicio sin que haya remedio. El
hombre castiga; Dios purifica. Cuando es el hombre el que juzga, exige un fallo
invariable que es o muy severo o muy clemente. Cuando en 1796 comenzó el
gran Experimento Americano de las Prisiones con la primera penitenciaría en
Filadelfia, el criminal supuestamente iba a ser puesto en una prisión de “encierro
solitario” sin tener nada que hacer, solamente leer la Biblia y orar.

Luego, se crearon los Reformatorios bajo una diferente teoría. Pero si a simple
vista meditáramos en el sistema de prisiones de hoy en día, sería suficiente para
darnos cuenta que no reforman ni crean en el hombre un arrepentimiento.
Aquellos criminales que cambian sus formas de vida, lo hacen a pesar del sistema
de prisión. Es un camino muy difícil, sin embargo, como no han sido totalmente
perdonados, nunca vuelven totalmente a recuperar los derechos como
ciudadanos, y son detenidos, continuamente impotentes, y estorbados para
obtener un medio de vida decente.

Esta es la ira del fuego humano. Castigo sin purificación. Los gastos para
conseguir una “justicia” son exorbitantes, solamente para destruir totalmente o
parcialmente al pecador.

La antigua palabra Griega asignada para el fuego es pur. Es la raíz de numerosas


palabras en inglés que se usan hoy en día, como PURGE (Purgar y Limpiar) y
PURIFY (Purificar, Refinar.) Esto es lo que el Fuego de Dios hace, porque
demuestra la sola naturaleza y el carácter de Dios y de Su Ley.

En el siguiente capítulo, estudiaremos la naturaleza del lago de fuego en


(Apocalipsis 20:15 y 21:8) el cual quema con fuego y azufre. Veremos que Jesús
ya había encendido un fuego aquí en la tierra. Él llegó como fuego, acompañado
de un bautismo de fuego. Continúa siendo como fuego para todos aquellos que le
siguen hasta el crisol (que resiste la acción del fuego.) Y está pronto para venir de
nuevo como fuego.

¡Si, Ven Señor Jesús!


26

CAPÍTULO 3
El Lago de Fuego,
o el Mar de Fundición

En nuestro capítulo anterior, establecimos el hecho que el fuego de Dios


describe Su naturaleza Divina, y la Ley (Palabra) es la que la expresa. Isaías
26:9 nos enseña el propósito de los juicios de Dios (dictámenes por el pecado),
que tenían el objetivo de acercar, a todos los habitantes del mundo, a una
posición en la cual pudieran entender la justicia. Hemos visto que es el fuego de
Dios el que nos purifica, puesto que Dios es el refinador del oro y la plata
(Malaquías 3:2-3)

La justicia nunca está satisfecha, hasta que se haya pagado una restitución en su
totalidad a todas las víctimas de la injusticia. Es increíble como nuestras cortes
civiles casi nunca recompensan a sus víctimas. Pero estas cortes civiles
representan en realidad la voluntad del pueblo. Si la iglesia no hubiera
abandonado mucho tiempo atrás el verdadero sistema judicial provisto por Dios,
tampoco las cortes civiles lo hubieran hecho. Las leyes y gobierno de una nación
simplemente reflejan los puntos de vista religiosos de sus ciudadanos, excepto en
los casos en donde una nación ha invadido y ocupado a otra nación.

En el caso del sistema judicial, ¿Cómo podemos esperar que nuestros jueces
establezcan justicia en las cortes, prescribiendo juicios que no son ni muy suaves
ni muy duros, cuando la iglesia misma impone un castigo infinito y horrendo a
todos los pecadores, sin tomar en cuenta la naturaleza de su crimen? Las cortes
solamente reflejan los valores del pueblo.

¿Qué es peor, sentenciar a un hombre a cinco años de cárcel por robo, o


sentenciarlo a una sala o cámara de torturas por la eternidad? Los jueces civiles
de hoy en día, reconocen que el juicio debe de variar de acuerdo la severidad del
crimen cometido. Aun así, una gran parte de la iglesia ha sido influenciada por la
lógica Romana de que el propósito del castigo es simplemente para impedir el
crimen, en lugar de restaurar la justicia. Con esta mentalidad, es muy lógico
que si los castigos son un poco severos, se podrá mantener el orden y la ley, así el
pueblo será obediente y sumiso.

Si ellos fueran estudiosos de la Ley Divina, entenderían que el propósito de los


juicios de Dios es restaurar el orden correcto de las cosas, restituyendo la
27

propiedad pérdida a la víctima y a la misma vez restaurando el pecador a la


gracia y al perdón.

El Juicio del Trono Blanco


En el libro de Apocalipsis 20:11 -15, se encuentra una descripción del Gran
Juicio del Trono Blanco. Juan dice así,

11
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya
presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. 12 Y vi a
los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros
fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los
muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus
obras. 13 Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el
Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados,
cada uno según sus obras.

Observemos que todos estos hombres fueron juzgados de acuerdo con el mérito
de sus obras. Nosotros somos salvos por la gracia aparte de nuestras obras, pero
cuando tiene que ver con el juicio, aquellos que no han sido justificados por la
sangre de Jesucristo son juzgados de acuerdo a sus obras. Dios no aglomera a
todos juntos como comúnmente se cree, para recibir el mismo castigo. A medida
que procedamos entenderemos este punto. Juan continúa diciendo en los
versículos 14-15:

14
Y la Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la
muerte segunda: el lago de fuego. 15 Y el que no se encontraba inscrito en
el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.

A primera vista, parece dar a entender que todos reciben el mismo juicio o
castigo. Pero si esto fuera así, ¿Cómo podrían ser juzgados de acuerdo a sus
sobras? El lago de fuego es un cuadro general del proceso de juicio, no un
juicio específico del mismo. El lago de fuego es la ley ardiente y feroz, y la ley
consiste en diferentes tipos de fallos, de acuerdo con el crimen cometido.

Esto está muy claro de acuerdo con la imagen de Daniel, de este mismo juicio del
Trono Blanco, en Daniel 7:9-10

9
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó el Anciano
de Días. Su vestidura era blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza
como lana pura, Su trono, llamas de fuego, y sus ruedas, fuego
28

abrasador.10 Un río de fuego corría, saliendo de delante de Él. Miles de


millares le servían, y miríadas de miríadas estaban en pie delante de Él. El
juez se sentó, y se abrieron los libros.

Lo que designó Juan en el libro del Apocalipsis como el lago de fuego, Daniel lo
describe "un río de fuego". El Trono de Dios, es descrito como un fuego, el cual
fluye como un río sobre las personas que están delante de él. ¡Muy pocos hoy en
día describirían El lago de fuego como lo hizo Daniel! El significado es muy
claro. El río, o el lago de fuego es la justicia de Dios siendo administrada a
los pecadores. ¿Cuál es la naturaleza de esa justicia? Como siempre, es definida
por la ley de Dios, porque todo pecado es juzgado por la ley.

Un trono, es un símbolo universal de la ley por medio de la cual gobiernan


Reyes, o Jueces. De esta forma, la "ley de fuego" en Deuteronomio 33:2 es
descrita por la visión en Daniel 7: 9 como un trono de fuego.

¿Es el Fuego Literal o Espiritual?


La mayoría de personas coinciden en que el lago de fuego es verdaderamente el
juicio de Dios sobre los pecadores. La diferencia se encuentra en definir la
naturaleza de ese juicio, que es, la manera específica en que opera en la práctica.
¿Es el fuego literal? ¿Es el fuego espiritual? Creemos que no es literal;
ciertamente es de una naturaleza espiritual, porque la ley es espiritual (Romanos
7:14.)

Todas nuestras interpretaciones erróneas del lago de fuego serían fácilmente


resueltas al estudiar la ley de Dios. Después de todo, este es el factor más
relevante para esta clase de juicio. Pablo dice en Romanos 6:23, "porque la paga
del pecado es la muerte”. Ezequiel 18:20 confirma esto: "la persona (alma) que
pecare morirá". Cualquier persona que estudie la ley Divina verá que el castigo
más horrendo que pueda ser dado a un hombre es la muerte. De hecho,
cuando un hombre era culpable de múltiple asesinato, el castigo máximo era la
muerte. No existe un pecado que merezca que el pecador sea atado a una estaca y
quemado, mucho menos ser quemado en una cámara de torturas por la eternidad.

Existieron algunos casos en donde el cuerpo muerto del transgresor en vez de ser
sepultado debía ser quemado y hecho cenizas (Josué 7:25; Levítico 21:9.) En la
Escritura, está era la forma más deshonrosa de morir. En los tiempos del Nuevo
Testamento, los cuerpos de criminales como ésos, eran lanzados al valle de
Hinom, que era el basurero de la ciudad de Jerusalén. Allí la basura estaba
quemándose constantemente, así como muchos basureros modernos de hoy en
día. En el idioma Griego, a este valle se le llamaba, "Gehenna", y Jesús lo usó
como un aviso en Marcos 9:42-50.
29

Note que estos gusanos no eran inmortales o a prueba de fuego. El basurero de la


ciudad estaba ardiendo todo el tiempo, y aquellos lugares a donde no había
llegado el fuego, estaban infestados de gusanos, o larva de mosca, listos para
consumir la basura. Pero no existe ningún registro que indiqué que alguna
persona hubiera sido lanzada a esta gehenna como un medio de tortura, excepto
en tiempos pasados, en donde los Cananeos hacían morir a sus hijos lanzándolos
al fuego como ofrenda al dios Moloc. Jeremías habla de esto en el capítulo 32:35.

Esta práctica impía, que se llevaba a cabo en el valle de Ben-hinom (hijo de


Hinom o Gehenna en el Griego) era el resultado directo de su filosofía religiosa y
presunción del fuego del mundo del más allá o infierno, una enseñanza
desarrollada en alto grado en Egipto, Babilonia, y Canaán. La descripción de la
Biblia Hebrea con relación al estado de los muertos es un contraste profundo, y
las pocas veces que habla del fuego es en una forma obviamente simbólica.

Cuando Jesús habló acerca de la gehenna, estaba simplemente citando Isaías


66:24, en donde los profetas hablan de la batalla final al fin de la era. Él concluye
con esta descripción, la cual Jesús compara con la gehenna:

Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se


revelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su
fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre.

Esto es muy difícil que sea una descripción del castigo en una cámara de tortura
eterna. Más que todo es una escena terrenal, la clase de escena que podemos
esperar sobrevenga después de una guerra desastrosa. Por el otro lado, es
verdaderamente representativa del lago de fuego, como veremos más adelante.
Aun así, no existe ninguna indicación en este versículo o cita de Jesús, que
enseñe que el hombre será torturado eternamente en el gehenna. La tortura no era
un correcto juicio bíblico.

Aunque existen paralelos entre la gehenna (el basurero de la ciudad) y el lago de


fuego, el valle de Ben-hinom, o gehenna, no tenía nada parecido a
un lago. Este paralelo fue usado por Jesús para describir dos cosas con relación a
lago de fuego: (1) la gente iba a estar fuera de la Nueva Jerusalén; y (2) sería
un lugar de vergüenza. A parte de esto, el tema termina allí, y solamente surge
después a la superficie bajo un nombre diferente y con otra clase de simbolismo.

Juan no le llamó gehenna, porque el propósito del gehenna literal no describe


adecuadamente el fuego que fluye del trono de Dios, ni tenía la gehenna una
parte del simbolismo del templo, que fue el tema primordial de Juan a través del
libro de Apocalipsis
30

La Fuente de Bronce o el Mar de


Fundición
Debemos recordar que el libro de Apocalipsis fue escrito por un hebreo, Juan, y
no interpreta el Antiguo Testamento de una perspectiva griega o egipcia. Su
enfoque estaba en las cosas celestiales, particularmente el templo verdadero en el
cielo. El simbolismo religioso del templo terrestre, era solamente representativo
de la realidad celestial y debe de ser visto de esta forma. Juan contempla toda la
historia como un cumplimiento profético llevado a cabo en las ceremonias y en
los utensilios del templo.

En vista de nuestro tema presente, debemos estudiar la fuente de bronce, el lugar


del lavamiento y purificación de los sacerdotes, en el tiempo que se lavaban
(bautismo) los utensilios, y los sacrificios. Este “bautismo de agua” observado
en los días de Moisés, era en sí mismo una manifestación terrenal del bautismo
celestial, el bautismo de fuego.

Así, Juan se refiere a la fuente de bronce del templo y la llama el lago de


fuego. En esencia, como veremos, el cuadro es con la intención de demostrar El
Fuego del Refinado completo, con la mezcla de minerales e impurezas, a medida
que el Refinador comienza su obra.

El libro de Apocalipsis fue escrito desde la perspectiva de un sacerdote


familiarizado con todos los ritos y ceremonias que se llevaban a cabo en el
Templo de Jerusalén antes de su destrucción en el año 70 d. C. Aparentemente,
por lo escrito, Juan había sido anteriormente un sacerdote en Jerusalén. De
esto tenemos evidencia por una carta de Policrato, (más tarde obispo de Éfeso, en
donde asimismo Juan ministró). Su carta fue preservada por Eusebio, obispo de
Cesarea:

“Porque grandes luminarias duermen en Asia, y ellas se levantarán de nuevo en


el último día del advenimiento de nuestro Señor... entre ellos está también Juan,
quien se recostó, en el pecho de nuestro Señor, quien fue un sacerdote que usó
la mitra, un mártir y maestro, y ahora duerme en Éfeso”. (Ecc.Hist., III, xxxi)

Una anotación explica que la palabra aquí asignada mitra es petalon, que es
usada en la versión Septuaginta como la diadema del Sumo Sacerdote, pero su
significado nunca ha sido descubierto. Por alguna extraña razón, Eusebio, una
vez más cita a Policrato en Vol. V, Capitulo13, en donde usa el término “El
pectoral”, en vez de mitra. Está claro, que los escritos de Juan fueron desde un
punto de vista sacerdotal, y es muy probable que él hubiere sido visto como
“sumo sacerdote” en la iglesia de Éfeso.
31

En ambos, el Tabernáculo de Moisés y el templo de Salomón usaron el agua en


sus fuentes, en lugar del oro fundido. Aunque el agua era para representar el oro
fundido. El oro es la naturaleza divina, de esta forma la fuente misma, era
representativa del proceso refinador de Dios. En nuestro estado carnal
presente, no podemos sobrevivir un bautismo de fuego de oro fundido, por eso el
agua vino a ser el sustituto y tipo del verdadero bautismo de fuego.

En los días del templo de Salomón, la fuente de bronce se llamaba “El Mar de
Fundición” (1 Reyes 7:23). Cuando el oro es refinado a un estado de pureza
máximo, el oro fundido es claro como el cristal. Si Salomón hubiese llenado la
fuente de bronce con oro puro y lo hubiese fundido, se hubiera visto como “un
mar de cristal” (Apocalipsis 4:6.) En Apocalipsis 15:2 Juan lo describe como
“un mar de cristal mezclado con fuego”. Lo que Juan vio en el cielo era la
fuente, el lago de fuego, tipificado en el Tabernáculo y en el Templo de Salomón.
Se usaba la fuente para lavar (bautizar) para poder ser ceremonialmente limpiado,
o purificado. El propósito de la ley era enseñar a los habitantes del mundo, la
justicia. El propósito del fuego es purificar. De esta forma nuestra imaginación
debe ser amplía, y considerar ambos, la fuente de bronce y el lago de fuego,
cuyos propósitos son una purificación divina, en vez de ser un lugar en donde son
torturados los hombres por toda la eternidad.

El lago de fuego en las Escrituras es representado como el último lugar en


donde el Gran Refinador, purifica los corazones de los hombres
preparándolos para morar en la presencia divina en perfecta comunión con
Dios. Este es el verdadero propósito de la fuente. En el presente, solamente los
verdaderos sacerdotes de Dios y de Cristo (Apocalipsis 20:6), son los cristianos
de esta edad, los que tienen acceso a esa gran fuente. Así como el sacerdocio
Levítico del Antiguo Testamento se purificó diariamente en la fuente, en la
misma forma nosotros somos bautizados, significando qué Dios ha purificado
nuestros corazones. En esa Edad final, el lago de fuego será aplicado
universalmente a todos aquellos que estén en necesidad de purificación.

Fuego y Azufre
Hay quienes argumentan que el fuego debe de ser un lugar de un tormento literal,
porque en muchos casos está asociado con el "azufre". Apocalipsis 21:8

8
Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales,
hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

¿Prueba esto que el azufre es un fuego literal cuyo objetivo es atormentar a los
hombres? En realidad, lo opuesto es verdad. El azufre es sulfuro, como lo puede
ver en cualquier concordancia. La palabra griega en el original sulfuro, o
32

"azufre", es theion. Su raíz es theo, que es la misma palabra usualmente traducida


con el significado de la palabra "Dios". (Nota: Teología es el estudio de Dios.)

Sulfuro, o theion, era considerado para los antiguos Griegos como sagrado. Y era
usado con el propósito de consagrar para un servicio divino, para purificar, y para
limpiar. Ellos lo usaron en sus ritos religiosos para purificar sus templos.
También lo frotaban en sus cuerpos como señal de consagración a Dios. En su
forma verbal la palabra theou significa "dedicar a Dios, hacer algo divino,
santificación".

De esta forma, para el lector Griego, un lago de fuego y azufre (sulfuro)


significaba un lago de purificación divina o consagración a Dios. Por
consiguiente, en el poema épico griego y clásico de Virgilio, La Eneida, (741-
742, 745-747) leemos:

"por lo tanto nosotros, las almas, somos entrenados con castigo

Y pagamos con sufrimientos por fechorías pasadas.

Algunas están colgadas, destituidas a los vientos;

La Mancha del pecado es limpiada para algunos de nosotros

En medio de un vórtice o un gran remolino, o con fuego

Quemado dentro de nosotros cada uno de nosotros sufrimos

El mundo después merecido".

Este "fuego y sulfuro", aplicado simbólicamente por los más eruditos o por los
más altos jerarcas de la religión, fue aplicado literalmente por los iletrados.
Los sacerdotes en su mayoría permitieron esto, por seguro, porque también
creían que el temor al fuego era un buen motivador religioso.

La Primitiva Iglesia Cristiana de los primeros siglos después de Cristo, conocía


esto. Esto fue enseñado por sus escritos. Desgraciadamente, algunos creyeron
también en "La Doctrina Reservada". Esto es, que iban a retener algunas
enseñanzas hasta que los principiantes o novicios pudieran crecer hasta ser
cristianos maduros. Ellos hicieron esto específicamente con la enseñanza del lago
de fuego, permitiéndoles a los novicios tomar las palabras literalmente, no
espiritualmente, para que de esta forma fueran mejor motivados a buscar a Cristo.
33

En cuanto contribuyó, esto exactamente al origen y a la propagación de la


enseñanza del infierno es difícil decir, pero ciertamente fue un gran factor. Ellos
pudieron haber justificado ésta práctica, pero con nuestra visión moderna de
20/20 puede verse el resultado, y cómo esto guió a la iglesia en los años
siguientes.

La Enseñanza del Fuego en la Iglesia Primitiva

El punto de vista esencial que presentaremos aquí fue adoptado por la mayoría
de la Primitiva Iglesia Cristiana. Para apoyar lo dicho, trataremos de presentar
al lector algunos ejemplos de los más influyentes líderes cristianos de los
primeros siglos. Nuestro propósito es hacerle ver que nuestro punto de vista no es
divergente o está fuera de línea con la mayoría de los Padres de la Iglesia
Primitiva.

1. Clemente de Alejandría
(150-213 d. C.)
Su nombre completo en el latín fue Titus Flavious Clemens y estaba relacionado
de alguna forma a los Emperadores Romanos, aunque no se sabe de qué manera.
Él nació en Atenas y más tarde se movió a Alejandría, el centro de la cultura y
religión Griega. Como era ampliamente educado, comenzó allí una escuela
bíblica cristiana, con el propósito de poder presentar a Cristo a ese mundo
Griego. También escribió un libro llamado Misceláneas, "era la obra y el
propósito de Clemente hacer un resumen del conocimiento cristiano de su
tiempo" (Donald Attwater, Los Santos del Oriente, p.37)

Como hemos visto en el capítulo dos, Clemente profesó que el fuego era un
instrumento de Dios que nos guiaba a la conversión. Él consideró que la idea
griega del fuego era más bíblica que el punto de vista de los egipcios, el cual es
descrito por un escritor, de esta manera:

"El infierno egipcio era muy impresionante y grandemente refinado... La


Prisión y el encierro tuvieron un papel muy importante. Las torturas eran
sangrientas, y el castigo por medio del fuego era muy frecuente y
horrendo... Cuando tuvo que ver con la topografía o la descripción del
infierno, la imaginación de los egipcios no tenía límite... Estados
intermedios o fases en el proceso de purificación del otro mundo no
existían". (Jacques de Goff, El Nacimiento del Purgatorio, pp. 19,20)

Al otro lado de esto existía el punto de vista griego platónico que tenía una
increíble semejanza con el punto de vista Hebreo. El escritor arriba mencionado
34

le atribuye a Platón el punto de vista de Clemente en cuanto a la purificación,


quien lo obtuvo por medio de Virgilio y de otros primitivos poetas Griegos. Sin
embargo, el concepto del fuego como un agente purgante y legítimo para el
pecado, en vez de un medio de tortura, está muy bien establecido en el Antiguo
Testamento como también en el Nuevo. Jacques de Goff continúa y dice en la
página 53,

"Clemente y Orígenes adquirieron del Antiguo Testamento el concepto del


fuego como un instrumento divino, y del Nuevo Testamento la idea
del Bautismo de fuego (de los evangelios) y la idea del juicio del
Purgatorio después de la muerte (de Pablo)".

En las propias palabras de Clemente, él dice claramente:

"Dios no ejecuta venganza, porque la venganza es retornar mal por mal, y


Dios solamente castiga con un ojo a lo bueno". (Stromata, 7, 26)

Clemente estuvo a la cabeza de la Escuela Cristiana de Teología en Alejandría


desde 190-203 d. C. y tuvo que huir, temiendo por su vida, durante la
persecución de Severo en el año 203 d. C., y permaneció el resto de sus años
enseñando en Antioquia y en Palestina. De esta forma, su más brillante estudiante
en Alejandría, ocupó su lugar como director de la escuela. Su nombre fue
Orígenes.

2. Orígenes de Alejandría
(180-253 d. C.)
Como su predecesor, Orígenes no era el obispo de la ciudad, aun así, fue el
cristiano que tuvo una influencia profunda en el siglo siguiente. Fue el primero
en escribir un comentario sistemático y teológico de toda la Biblia. Se esforzó
grandemente por aprender hebreo, no solamente para discutir en una forma mejor
entre los judíos, el tema de la cristiandad, sino que también para poder corregir
algunos de los errores de traducción de la versión Griega La Septuaginta.

Allá por el año 230 d. C. él visitó Antioquía, Cesarea, y Jerusalén, aunque era
solamente un presbítero (ni aún sacerdote), se le pidió que hablase desde el
púlpito. Lo cual él aceptó. Cuando Demetrio, el obispo de Alejandría, oyó esto,
su corazón se llenó de ira y rabia, demandando que suspendiera inmediatamente
y que retornara a Alejandría. Orígenes, retornó humildemente, y este incidente
fue olvidado.
35

Unos años más tarde, Orígenes viajó de nuevo y en esta ocasión se le ofreció, ser
ordenado sacerdote para que pudiera, así, enseñar desde el púlpito. Lo cual él
aceptó. Cuando llegó a los oídos de Demetrio, nuevamente su corazón se llenó de
odio y envidia. Orígenes fue excomulgado y excluido de Alejandría bajo la
acusación de que se había castrado en su juventud. Por lo cual no se le permitió
predicar desde el púlpito. (Orígenes en su celo de juventud asimiló las palabras
de Jesús en Mateo 19:12 de una forma completamente literal, de lo cual se
arrepintió un poco después.) Demetrio, para apoyar su caso, citó Deuteronomio
23:1, aunque por veinte años antes de que esto sucediera no había tocado este
tema. Aun así el obispo de Roma en ese entonces, estuvo de acuerdo con el
veredicto, a pesar de que las otras iglesias, palestinas o griegas, se opusieron.
Rápidamente este incidente perdió su vigor y ésta controversia fue olvidada por
otros 150 años.

Así, Orígenes permaneció los últimos veinte años de su vida en Palestina, donde
un opulento defensor suyo contrató a seis secretarias para que le asistieran en la
labor de escribir sus libros. Sus escritos fueron los de más influencia en todo el
mundo Griego, aunque era relativamente desconocido en el Occidente Latino. En
su libro, Contra Celsus IV, 13 Orígenes continúa la enseñanza de Clemente
cuando escribe:

"Las sagradas escrituras, nombran a nuestro Dios verdaderamente "un


fuego consumidor" (Hebreos 12:29), y dice que "ríos de fuego salen de Su
rostro: (Daniel 7:10) y que "Él vendrá como un fuego refinador para
purificar al pueblo" (Malaquías 3:2-3.) Por lo tanto, Dios es un fuego
consumidor, ¿Qué es lo que ha de ser consumido por Él? Decimos que es
la maldad, y de dónde ésta procede, que es llamado figurativamente
"madera, heno y hojarasca" (1 Corintios 3:12-15) que denotan los hechos
malos de un hombre. Nuestro Dios es un fuego consumidor en este
sentido; y él vendrá como un fuego refinador para purificar la naturaleza
razonable de la mezcla de maldad y de otros materiales impuros que han
adulterado el oro y la plata intelectual; Consumiendo todo el mal que se
encuentra mezclado con toda el alma".

Hemos tratado el tema del juicio del Gran Trono Blanco. En su libro de On
Prayer XXIX, 15 Orígenes escribe lo siguiente:

" Ellos son purgados o purificados por el " fuego sabio" o sometidos a que
paguen en prisión hasta la última deuda por insignificante que sea...
limpiándolos de los males cometidos en sus caminos equivocados... así
son liberados de toda la suciedad y sangre con las cuales se han ensuciado
36

y han caído en el engaño, de tal forma que no pueden aún pensar en cómo
ser salvos de su propia perdición..."

Las enseñanzas de Clemente y de Orígenes no eran raras. El punto de vista


básico de la restauración de los pecadores por el fuego Divino fue por muchos
siglos la opinión de la mayoría de las Iglesias Cristianas del habla Griega.
Desgraciadamente, muchas de las Iglesias Latinas del Occidente no pudieron leer
las Escrituras en el griego original, y solamente tuvieron una versión inferior del
Viejo Latín, el cual fue eventualmente traducido de nuevo por Jerónimo, como
La Vulgata (La Biblia completa, traducida al latín en Belén. Completada cerca
del año 400 d. C. Por mil años fue la Biblia usada por la Iglesia Católica
Romana.) De esta forma, el occidente latino no fue el que promovió el paso
teológico para la iglesia hasta el tiempo de Agustín en el año 400 d. C.

3. Gregorio de Nacianzo
(329-389 d. C.)
San Gregorio fue perfectamente educado en Alejandría y en Atenas. Después de
haber sido llamado al ministerio, fue a Ponto, en compañía de San Basilio. En
donde los dos, acumularon una colección de los escritos de Orígenes, llamados
Philokalia, o "Amor de la Belleza". Gregorio, era un hombre extraordinario, un
estudiante perpetuo, la clase de persona que pasa toda la vida estudiando, sin el
menor deseo de buscar fama para sí mismo. Sin embargo, la gente no iba a
permitir esto. En el año 361 Gregorio fue tomado forzadamente por la gente y
motivado para que llegara a ser ordenado sacerdote.

Luego fungió como pastor en una iglesia en Sasima, una villa de Capadocia. Por
algunos meses, Gregorio, fue también obispo de Constantinopla, en donde se dice
que hizo más labor en unos pocos meses, que en veinte años en Cesarea.
Gregorio fue uno de los cuatro Doctores Orientales de la Iglesia. Aparte de eso,
de acuerdo a Robert Payne:

"De entre todos los padres de la iglesia, él fue el único a quien se le otorgó
después de su muerte él tituló de "Teólogo", el cual en ese tiempo, estaba
reservado para un apóstol - Juan de Patmos". (Los Padres de la Iglesia
Oriental, p.179)

Yo incluí estas credenciales o referencias para enseñar, que éste, no era un pastor
insignificante, con estilo personal. Tampoco era ambicioso, dirigente
egocentrista, como muchos en su día. Gregorio de Nacianzo, fue, uno de los más
prominentes líderes cristianos de sus días; y muy amado por el fruto del Espíritu,
el cual demostró diariamente y consistentemente. Este hombre, de pelo colorado
37

de Capadocia tenía un gran sentido del humor, y fue el único conocido, que tuvo
el valor de reírse de su amigo Basil, quien era muy estricto, rígido y agrio; el
padre del Monasterismo Oriental. Gregorio escribió esto acerca del lago de
fuego:

"Estos (apóstatas), si ellos desean, pueden seguir nuestro camino, que es


en verdad el de Cristo; pero si no, déjelos que sigan su propio camino.
Pueda ser que en otro lugar sean ellos en verdad bautizados con fuego,
el último bautismo, que no es solamente muy doloroso, sino
también perdurable; que carcome, como si fuera heno, todo
material contaminado, y consume toda vanidad y vicio".
(Orat.XXXIX, 19)

Por eso le llama al lago de fuego, un "bautismo" cuyo propósito es el de


"consumir toda vanidad y maldad". Dice Él, que es "muy doloroso", pero yo
también puedo decir, de vez en cuando, que el bautismo de la Fuente de Bronce
es doloroso. Pero me someto a él, porque yo sé que es el método que Dios usa
para la purificación.

4. Gregorio de Nisa (335-394 d. C.)


San Basilio, el amigo querido de Gregorio de Nacianzo, tuvo un hermano más
joven llamado también Gregorio. Éste era obispo de Nisa en Capadocia. Robert
Payne escribe de él:

“El Emperador Teodosio lo ha reconocido como la suprema autoridad en


todos los asuntos de la teología ortodoxa (pureza de doctrina), y... Fue
tratado con un respeto extraordinario”. (Robert Payne, Los Padres de la
Iglesia Oriental, p. 164)

Nuevamente, el mismo historiador dice lo siguiente:

“De los tres padres Capadocios Gregorio de Nisa es el más cercano a


nosotros, el de menos orgullo, el más astuto y sutil, y más dedicado a la
magnificencia del hombre. Extraño, simple, feliz, infeliz, inteligente. Un
hombre atormentado por Dios era poseído por los Ángeles... Él usó todos
los recursos de la filosofía Griega para que le ayudaran en su acometido...
En la Cristiandad Oriental su Gran Catecismo sigue después de la obra de
Orígenes, Primeros Principios. Estas fueron, las dos obras espléndidas,
asombrosamente lúcidas, concluyentes... Atanasio era el martillo, Basilio,
el firme comandante, Gregorio de Nacianzo el cantor atormentado, y a
38

Gregorio de Nisa le toca ser el hombre encantado con Cristo.


Cuatrocientos años después de su muerte, en el Séptimo Concilio General
que se llevó a cabo en el año 787 d. C., los designados y reunidos
magistrados de la Iglesia le otorgaron un título que excedió, ante los ojos
de la asamblea, todos los demás títulos otorgados a los hombres, fue
nombrado: “Padre de Padres”.

(Ibid., pp, 169)

¡Esto fue algo irónico y a la vez algo contradictorio en la historia, porque el


mismo concilio había proferido anteriormente una maldición sobre todos
aquellos que tuvieran la osadía de enseñar que el fuego de Dios era purificador,
antes que un tormento para los hombres por una eternidad! Algunos pueden
pensar que posiblemente Gregorio no marchaba en línea con la Cristiandad
conservadora al creer y enseñar la Restauración de Toda la humanidad, la
Nueva Enciclopedia de Funk & Wagnall dice de él:

“La posición religiosa de Gregorio era estrictamente ortodoxa”. (La


cristiandad conservadora en su tiempo.)

Fue llamado “el baluarte de la iglesia contra la herejía ”, participó en el


Concilio de Nisa y en muchos otros Concilios de Iglesia. En su libro De Anima
et Resurrectione, escribió esto con respecto a la naturaleza de la segunda
muerte:

“Aquellos que viven en carne, deberían, por una conversión virtuosa,


liberarse ellos mismos de los deseos de la carne, no sea que después de
la muerte, necesiten de nuevo otra muerte que limpie lo que
queda de una maldad de la carne que todavía está apegada a
ellos”.

En otro libro, Orat. En 1 Corintios 15:28, escribió así:

“Cuando todo el metal de maldad que se ha mezclado en las cosas que


son, hubiere sido separado por una acción refinadora del fuego
purificador, todo aquello que fue creado por Dios, vendrá a ser
como era al principio, cuando aún no existía el mal... este es el
fundamento de nuestra esperanza. Que no quedará nada que sea
contrario a lo bueno, y que la Vida Divina, penetrando todas las cosas,
destruirá totalmente a la Muerte de entre las cosas que son; Habiendo
39

sido destruido delante de Él el pecado, por el medio del cual, se ha dicho,


poseía la muerte el dominio sobre los hombres”.

Estos son unos pocos escritos de algunos líderes de la Iglesia primitiva. Esto es
notorio entre los que han estudiado los escritos de la Iglesia, y éste era el punto
de vista de la mayoría de ellos. Prácticamente, era el único punto de vista en los
primeros siglos después de Cristo y los Apóstoles. La Iglesia primitiva tuvo
diversas disputas doctrinales, pero nunca se discutió este tema. En verdad, fue
enseñado, por la mayoría de los teólogos de ese entonces en las iglesias que
habían sido fundadas por el Apóstol Pablo.

Seis Escuelas de Instrucción Cristiana


Había seis escuelas teológicas cristianas que se conoce existieron en los
primeros siglos. La primera se encontraba en Alejandría, donde Clemente,
Orígenes, y otros enseñaron claramente que los pecadores serían purgados
por el lago de fuego. La escuela teológica en Cesarea, en Palestina, era la
próxima. Los escritos de Orígenes y Clemente eran tenidos allí en gran estima, y
Orígenes, residió allí durante sus años más productivos. La Escuela de
Antioquía, tenía los pies más firmemente plantados en la tierra, y disputó con
Orígenes tocante a su método alegórico de interpretación, pero se hallaban de
acuerdo completamente en cuanto al concepto del "lago de fuego". De igual
manera con la escuela fundada en Edessa en el siglo quinto. Solamente la
escuela Latina (cuya base estaba en Cartagena, e incluía Roma) enseñó la
doctrina del castigo eterno; Agustín, el "campeón" del tormento eterno, escribió
que habían:

"... verdaderamente MUCHOS (Quienes)... no creían que cosas


semejantes fueran realidad. No necesariamente que ellos irían en contra
de la divina Escritura". (Enchiridion, 112)

Agustín, fue el más influyente de los padres de la Iglesia Latina. Agustín era un
maestro de la retórica, primeramente en Cartago y después en Milán, Italia,
donde fue convertido. Luego, después de retirarse de enseñar, residió en el norte
de África, donde fue ordenado como sacerdote y más tarde como obispo de la
ciudad de Hipona.

Antes de su conversión, en 386 d. C., Agustín, por nueve años perteneció a la


secta de los Maniqueos. Esto iba a ser unos años después, un beneficio y a la vez
obstáculo. Era una ventaja desde el punto de vista, en que los Maniqueos veían
las citas de Pablo favorablemente, en el tema de la predestinación, lo cual
coincidía con la filosofía oriental con la cual concordaban. Agustín llegó a ser
prácticamente el primer obispo cristiano (que conocemos) aparte del apóstol
Pablo, que enseñó la doctrina de la predestinación.
40

Además, fueron los Maniqueos, quienes crearon en Agustín el concepto del fin
de todas las cosas, el propósito de la historia, era una separación final del reino
de la Luz del reino de la oscuridad. Fue él quien formuló ésta enseñanza en forma
más completa que todos los antepasados, en su teoría de que eventualmente todos
los pecadores serían separados de toda justicia, que ellos existirían eternamente
en ese estado de pecado. La gran parte de la iglesia antes de él, particularmente
en el Oriente, había enseñado que el mal y la oscuridad dejarían un día de
existir, y que Dios sería "todo en todos". (1 Corintios 15:28) Esto lo
explicaremos más claramente en los siguientes capítulos.

Los puntos de vista más rigurosos de Agustín, establecían que Dios había
predestinado a unos pocos para salvación pero que la mayoría sería atormentada
eternamente. Su punto de vista con relación a la predestinación fue después
suavizado por la Iglesia Romana, para poder acomodar plenamente el concepto
del tormento eterno y a la vez, no ilustrar a Dios de una manera extremada e
injusta. Estos son temas que serán discutidos en los siguientes capítulos.

La Secta de los Maniqueos fue fundada alrededor del año 240 d. C. por un
hombre de Persia llamado Manes. Su doctrina era una mezcla entre Persia,
Dualismo, Budismo y la Cristiandad. De Persia adoptaron el concepto que el bien
y el mal, son ambas fuerzas eternas o reinos. Se dijo de ellas, que son iguales,
aunque cada una de ellas puede menguar y fluir cuando sea necesario. Al
presente la luz y la oscuridad están mezcladas, y la meta de la historia es poder
separarlas por medio de una pared. El mal existiría siempre, decían ellos, es
eterno y por lo tanto justo y poderoso como el bien.

El obispo Arquelao en 277 d. C. escribió un libro contra los Maniqueos llamado


Los Hechos de la Disputa con Manes el Hereje. Él argumentó contra el
Maniqueísmo (por lógica contra Agustín) demostrando que un día todo el mal
- incluyendo la muerte - dejarían de existir (1 Corintios 15:25-26.)

Tito, obispo de Bostra, escribió también un libro alrededor del año 364 d. C.
titulado, Contra Maniqueos. En donde dice él:

"Los castigos de Dios son santos, reparadores y saludables en su efecto


sobre los transgresores; porque son aflictivos, no para preservarlos en su
maldad, sino para hacerlos cesar de sus pecados. El abismo... es
verdaderamente el lugar de castigo, pero no es eterno. La angustia de sus
sufrimientos los motiva a desatarse de sus pecados”.

Los opositores teológicos de Agustín rechazaron sus conceptos por la razón de


que había adoptado su teología de los Maniqueos. Algunas de estas acusaciones
son correctas, otras no. Está muy claro, sin embargo, que los nueve años que paso
como un Maniqueo lo orientaron a pensar más profundamente en áreas que la
41

iglesia no había filosofado antes de ese tiempo. Depende del punto de vista de
cada uno, afirmar sí Agustín fue justificado en sus varias creencias. Desde
nuestra perspectiva, observamos solamente que la “Ciudad de Dios” termina con
la separación del bien y del mal, luz y oscuridad, y que lo uno como lo otro son
fuerzas eternamente preservadas a permanecer en sus perspectivos lugares.
Agustín, por sí mismo, de seguro, no habría llegado a esta conclusión; en realidad
sí la adquirió de los Maniqueos.

Otro gran teólogo de gran renombre fue Teodoro de Mopsuestia (d. 428.) Él
preguntó, ¿“Quien es el grandísimo necio” que puede pensar que Dios resucitará
a los hombres con el solo propósito de después destruirlos para siempre en
tormentos? (Fragment IV)

Durante los años oscuros en Europa, cuando la doctrina del tormento eterno era
ortodoxa o sea, una verdad establecida; trajo con ella la sombra del juicio –
quemando a las personas en la estaca. Se discutió, que de todas maneras, Dios,
los echaría al tormento del fuego eterno. Así, forzosamente, la Iglesia,
quemándolos, decían, solamente estaba adelantándose un poco, al resultado final.

De todas maneras, una justicia como ésta, tenía simplemente el propósito de


infundir temor en el corazón del pueblo, para que de ninguna manera,
procedieran, contra la Iglesia – no solo para evitar ser quemados, sino que
también se quería evitar ser condenados en el fuego eterno del infierno.

La táctica fue muy efectiva; nadie puede argumentar ese punto. Pero, si se
tomaran el tiempo para estudiar la justicia Divina de la Ley Bíblica, pronto
vendría a ser muy claro, que un castigo como éste, es solamente de origen
pagano y no Bíblico. En cada nación, el pensamiento popular acerca de la
justicia Divina siempre ha servido como un modelo de la justicia del hombre. En
la época de los años oscuros, pensaron que estaban imitando a Dios; en realidad,
estaban imitando a los paganos quienes sacrificaban a sus hijos quemándolos en
ofrenda a Moloc en el valle de Ben-hinnon.

En el capítulo cuatro presentaremos, argumentos bíblicos para mostrar, que la


asignación griega y hebrea de “eterno” y ”para siempre”, son simplemente
interpretaciones incorrectas proporcionadas por La Vulgata alrededor del
año 400 d.C. Después, trataremos de un tema más positivo, la Gran Restauración
de Dios.
42

CAPÍTULO 4
¿CASTIGA DIOS EN FORMA
PERPETUA?

En este capítulo trataremos de probar por medio de la Escritura que los castigos
de Dios no son perpetuos. Las traducciones inglesas, que usan el término
"eterno" y "para siempre" con relación al castigo divino y la vida en la era
venidera; son traducciones incorrectas del hebreo y del griego original. Además,
estas traducciones erradas, perjudican y eliminan el concepto hebreo de la Edad
del Reino, la Edad mesiánica, o como comúnmente es llamada en la Biblia, "la
era".

Existen por lo menos tres buenas traducciones literales que son muy correctas en
el significado de la palabra hebrea, olam, y la palabra griega aion. La Biblia
Enfatizada de Rotherham y la traducción literal de Young emplean el vocablo
"edad-permanente", "edad-perdurable" y "edad-perpetua", en lugar de la
palabra “eterno” o “para siempre”. La versión Concordante prefiere conservarla
como eonian, porque la palabra inglesa "eon" significa "una era", y el lenguaje
inglés tomó simplemente la palabra "eon" de los Griegos. Por lo menos dos de
estas versiones están disponibles en la mayoría de las librerías cristianas, por eso
no discutiremos más este punto.

Hay quienes prefieren no usar la frase, “La Edad del Reino”, porque implica el
Reino no existente hoy en día. Por esa razón, yo prefiero usar el término la
“Edad de Tabernáculos”, porque éste vocablo nos facilita la idea del tercer
estado de desarrollo del Reino.

El Uso de la Palabra "Para Siempre" en


el Viejo Testamento
En las partes del Antiguo Testamento en donde la versión inglesa usa los
términos "para siempre" o "eterno”, en efecto los toma de la palabra hebrea
original, olam. Esta palabra significa "esconder, mantener en secreto, oscuro." La
más apropiada interpretación es ésta palabra inglesa, "oscuridad." En su uso
actualizado, la palabra tiene que ver con un periodo de tiempo INDEFINIDO,
pero NO eterno. Es simplemente UNA EDAD. El final de esa edad es oscuro y
generalmente desconocido, pero no sin fin.

Por ejemplo, en el libro de Jonás 2:6, el profeta ora para ser sacado fuera del
vientre del Gran pez. Dice él:
43

6
Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con sus cerrojos me
ponía cerco para siempre (olam); Pero tú sacaste de la fosa mi vida, oh
Señor, Dios mío.

¿Estuvo Jonás en el vientre del pez por una eternidad? Obviamente no. En la
oscuridad, él no tuvo concepto de tiempo, por lo tanto esos tres días y tres noches
son descritas como “olam”, un periodo de tiempo oscuro o indefinido.

Otro ejemplo donde la palabra “olam” es limitada estrictamente a un período de


tiempo, o a una edad, se encuentra en Éxodo 21:6. Aquí se especifica que un
siervo debe de servir a su amo "para siempre" (olam). Esto no quiere decir que
habrá de servir por toda la eternidad, sino solamente por el resto de la vida del
siervo. Nadie podía saber el tiempo que un siervo estaría con vida, por lo tanto
era un período de tiempo indefinido u oscuro.

Un versículo muy interesante se encuentra en el Salmo 45:6. Veamos que existe


tiempo después de olam. Esto prueba sin ninguna duda que la palabra olam no
puede significar una eternidad, porque cuando el Salmista deseó expresar
eternidad, él tuvo que decir " olam va ad ", "la edad y más allá".

6
Tú trono, oh Dios, es eterno y para siempre (olam va ad, "La edad y más
allá"); Cetro de justicia es el cetro de tu reino.

Existen otros numerosos ejemplos en donde la palabra “olam” es obviamente


limitada a un período de tiempo, pero no es nuestra intención cansar al lector.
Simplemente mencionaremos algunos que se encuentran en el libro de los salmos
por si acaso algún lector desea estudiar esto un poco más a fondo: Salmo 78:66;
79:13; 86:12; 89:1; 110:4; 112:6; 115:8.

El Uso de la Palabra "Para Siempre"


en el Nuevo Testamento
Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos en el idioma Griego o, en
algunos casos, en Arameo y luego fueron inmediatamente traducidos por los
autores al Griego. Los autores del Nuevo Testamento con frecuencia citaban
versos del Antiguo Testamento, y cuando lo hacían, usualmente los tomaban de
la versión Septuaginta. Esta era la traducción Griega del Hebreo del Antiguo
Testamento usado ampliamente durante el tiempo de Cristo y los apóstoles.

En Hebreos 1:8 el autor cita el Salmo 45:6. En este verso, a olam se le da el


significado de la palabra griega aion. Compare también Hebreos 5:6 y Salmo
110:4. Esta es la palabra griega que más se acerca al equivalente de olam y por
44

eso es usado en la Septuaginta. Podemos decir con toda seguridad que aion tiene
el mismo significado que el concepto Hebreo olam.

¿Pero qué podemos decir de la palabra griega? ¿Significa aion una edad, o un
período limitado de tiempo? Si, en efecto, así es. No hay en ella la idea de
"oscuridad", pero así como olam, significa una edad, o un eon.

Podemos probar esto. Uno de los pasajes más obvios del Nuevo Testamento en
donde la palabra “aion” se refiere a una edad se encuentra en Mateo 13, en donde
Jesús interpreta sus propias parábolas. Para poder enseñar el contraste entre
“aion” y “cosmos”, comenzaremos con el versículo 38 del mismo Mateo 13.

38
y el campo es el mundo (cosmos); y la buena semilla son los hijos del
reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró
es el diablo, y la siega es el fin del mundo (aion), y los segadores son los
ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego,
de la misma manera será en el fin del mundo (aion).

La versión King James dice, "el fin del mundo", pero la mayoría de las
referencias bíblicas contienen al margen una referencia que explica que en los
versículos 39 y 40 del mismo capítulo ya referido, deberían de leerse "EDAD" o
como dice la versión Valera, "siglo", en vez de la palabra "mundo". ¿Cómo saben
ellos esto? Simplemente porque la palabra griega es aion, en vez
de cosmos. Todos los traductores saben que aion se refiere a una edad,
incluyendo la versión American Standard. Aion es un período de TIEMPO
limitado.

Las edades tienen un principio y un fin. Hebreos 11:3 dice que las edades tienen
puntos de comienzo:

3
Por la fe entendemos haber sido constituido el
universo (aionas, "edades") por la palabra de Dios, de modo que lo que se
ve fue hecho de lo que no se veía.

En este caso la versión NASV tradujo incorrectamente aionas. Aionas es


simplemente, en griego, el plural de aion. El citado versículo dice que Dios
"compuso" o " formó" las edades; por tanto, edades tienen un principio.
Esto es también testificado por Hebreos 1:2.

2
En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó el
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo (aionas, "edades".)
45

Sabemos que Jesucristo (o sea el Verbo de Juan 1:1) en verdad creó el mundo,
pero esto no es lo que el autor de los Hebreos (Pablo) nos estaba diciendo. Él
afirmaba que Jesucristo creó las edades del tiempo. El tiempo simplemente no
existió antes de la creación. El tiempo es una cosa creada, así como el espacio.
En efecto, Pablo hace referencia a una promesa que Dios hizo ANTES que
comenzase el tiempo, y se encuentra en Tito 1:2

2
En la esperanza de la vida eterna (aionian), la cual Dios, que no miente,
prometió desde antes del principio de los siglos (pro chronon
aionion, "antes de que comenzaran las edades".)

Es algo verdaderamente infortunado que los traductores de la Nueva Versión


Bíblica Americana, NASV, no entendieron la doctrina de las edades. Si ellos
hubieran trasladado el pasaje como se lee, en lugar de tratar de traducirlo basado
en sus propios entendimientos, hubiera sido algo muy simple para el lector,
entender como Dios formó el tiempo, el cual fue dividido entre varias edades.
Aquí es en donde una traducción más literal ayuda. Por ejemplo la Traducción
Literal de Young, acerca de Tito 1:2 se lee de esta forma,

“Sobre la esperanza de una vida-perdurable, la cual Dios, que no miente,


prometió antes de los tiempos de las edades”.

La versión Enfatizada de Rotherham lo traduce de esta forma,

“Con la esperanza de vida de “edad-perdurable”; la cual Dios, que no


puede mentir, prometió antes de la edad-durante los tiempos”.

Estos pasajes son más correctos, aunque más difíciles de leer ya que son muy
literales. Las versiones que son muy fáciles de leer como la NASV; ciertamente,
tienen su lugar en nuestra sociedad moderna, pero el estudiante serio de la Biblia
debe poseer una traducción literal a su disposición para poder filtrar (prejuzgar)
las opiniones, sin depender del traductor.

¿“Vida Eterna” o Vida en la Era?

Tito 1:2 también hace referencia a la promesa que Dios nos ha hecho, que es la
esperanza de la vida aionian. Muchos han asumido que ésta es una referencia a la
inmortalidad misma, y es por eso que es traducida en muchas ocasiones como
“vida eterna”. Exactamente hablando, esto no es así. Vida Aionian es una
promesa específica de la inmortalidad en la EDAD DE TABERNÁCULOS,
que será otorgada a aquellos que heredaran la Vida en la Primera
Resurrección. Como hemos visto anteriormente, unos pocos creyentes heredarán
la vida en la primera resurrección; pero la mayoría de creyentes tendrán que
46

esperar para la Resurrección General. Pablo, hace referencia de la primera


resurrección en Filipenses 3:11-14

11
a fin de llegar a la resurrección (exanastasis) de entre los muertos. 12 No
que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que
sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui
alcanzado por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no considero haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y
extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo hacia la meta para
obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

El “llamado hacia arriba” de Dios, el cual es mencionado por Pablo en


Filipenses 3:14 es de recibir Vida en la primera resurrección, al comienzo de
Tabernáculos, NO en la resurrección general, al final de los mil años.

¿Cómo sabemos esto? Porque en Filipense 3:11, Pablo describe este supremo
llamamiento como una “resurrección-exterior” (expeler-despojar) (exanastasis.)

Esta es la única ocasión en todo el Nuevo Testamento donde el apóstol Pablo


pone las letras "ex" delante de la palabra común “anastasis” que se usa para
expresar resurrección, haciendo así una diferenciada entre la resurrección
suprema, de la resurrección general.

La palabra griega que significa "Hacia arriba" en la Versión Nueva Americana


es ano. Significa alto, hacia arriba, o sobre. Cuando esta palabra se usa con
relación a países, significa interior, o arriba de la costa. Cuando la palabra es
usada con relación al tiempo, significa ANTERIOR (primero), o pasado. De esta
forma cuando Pablo usa este término para describir el premio del hacia arriba
(supremo) llamamiento de Dios, es por seguro que nos está diciendo que
existen dos resurrecciones: Anterior y Posterior, o sea la primera
resurrección, y la resurrección general. El premio es el obtener la anterior, o la
primera resurrección.

A través del Nuevo Testamento se encuentran un sin número de referencias,


relacionadas con la "vida eterna". Por supuesto que hemos de heredar la vida
eterna, o la inmortalidad. Pero el énfasis, o la importancia de esta frase consiste
en que nos enseña una mejor resurrección, en donde hemos de heredar la vida
durante la edad de los Tabernáculos antes del periodo del Cielo Nuevo y Tierra
Nueva.

Nosotros deberíamos de entender o ver las Escrituras a través del punto de vista
hebreo, no a través de nuestro punto de vista o del inglés o español moderno. En
el concepto hebreo, correctamente se creía que seríamos resucitados al principio
47

de la edad de los Tabernáculos. El Mesías vendría entonces a gobernar ese Reino,


y su pueblo reinaría con Él. En otras palabras, recibirían vida aionian, "Vida en
la Edad-Perdurable", una vida que tenía que ver específicamente con la Edad de
los Tabernáculos.

No he encontrado ninguna evidencia que enseñe, en conclusión, que los profetas


en ese período del Antiguo Testamento conocieron si había más de una
resurrección, o si sabían así mismo de la existencia de una edad Pentecostal antes
de la edad de los Tabernáculos. Esto era algo que sería revelado por Jesús y los
apóstoles. Y cuando lo revelaron, dejaron muy claro (como vimos en el capítulo
Uno) que quienes obtienen el Supremo Llamamiento recibirán la vida, 1,000
años ANTES de los demás creyentes.

Por consiguiente, existen referencias como en Lucas 12:46, que aparentemente


indican que los creyentes ("siervos"), que no están aguardando su retorno no
heredarán la "vida eterna". En realidad, lo que en verdad significa esto, es que
esta clase de personas, no heredarán la Primera Resurrección. No tendrán el
privilegio de reinar con Cristo en inmortalidad e incorrupción durante la edad de
los Tabernáculos. Por eso, somos exhortados en muchos lugares a luchar para
heredar la vida “aionian”, que es el premio verdadero (Filipenses 3:14.)

Jesús Reinará por la Edad de las Edades

En Lucas 1:33, encontramos que "Su reino NO TENDRA FIN". Lucas hubiera
estado equivocado si aquí hubiera usado el término “aionian”. Las cosas del
Reino serán verdaderamente eternas, no por lo que dure la edad (período). Pero el
reinado de Jesús ha de durar solamente hasta que todos sus enemigos hayan sido
sujetados, incluyendo a la muerte misma (1 Corintios 15:25-28); en ese momento
el Reino es entregado al Padre, y el universo, perfeccionado, entra en un periodo
de independencia superior a todas las limitaciones del tiempo, de lo cual sabemos
muy poco.

En Hebreos 7:16 el escritor se refiere así a la venida de Jesús la cual ocurrirá "de
acuerdo al poder de una vida indestructible". La palabra Griega que se traduce
por "indestructible" es “akatalutus”, y significa "indisoluble”, es decir, “no sujeta
a destrucción". La versión King James la traduce por "sin fin", que también es en
parte correcto. Él hubiera estado incorrecto si hubiera dicho que Jesús tenía
solamente vida “aionian”. Por lo tanto fue muy cuidadoso cuando escogió sus
palabras.

En 1 Timoteo 1:17 se nos dice que Jesús es el Rey de las Edades. Eso significa,
que es el legítimo Rey de la tierra y quién gobernará durante las dos edades
finales del tiempo. Existe primero la edad de los Tabernáculos, la cual culmina
con el plan de Dios en el orden del mundo presente, seguida por la edad del
48

Cielo Nuevo y Tierra Nueva. Estas son las edades de las edades, o las edades
por venir.

Después del período de los mil años (Milenio Sabático), Dios activará el lago de
fuego para purificar a todos los malos. Los creyentes simplemente recibirán en
ese tiempo "pocos azotes" o "muchos azotes", no más de 40, de acuerdo a la ley
bíblica que se encuentra en el libro de Deuteronomio 25:1-3. Dios prohíbe el
golpear con más de 40 azotes. ¿Por qué?

1
Si hay pleito entre dos hombres y van a la corte, y los jueces deciden el
caso, y absuelven al justo y condenan al culpable, 2 sucederá que si el
culpable merece ser azotado, entonces el juez le hará tenderse, y será
azotado en su presencia con el número de azotes de acuerdo con su
culpa. 3 Puede darle cuarenta azotes, pero no más, no sea que le dé
muchos más azotes que éstos, y tu hermano quede degradado ante tus
ojos.

Los juicios de Dios son medidos cuidadosamente para prevenir que sean
deshonrados o que pierdan la dignidad. Ellos nos corrigen, en lugar de
destruirnos. Esto es algo verdadero que se aplica a creyentes e incrédulos, porque
esta es la misma ley usada en contra los transgresores, Pablo dice en 1 Timoteo
1:17:

17
Por tanto, al Rey de los siglos, (ton aionian, o de las edades), inmortal,
invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los
siglos (aionas ton aionas, ‘edades por las edades').

La manera en que comúnmente es traducido este verso, hace pensar a la mayoría


de las personas que Pablo nos estaba informando de la "eterna" existencia de
Dios. Dios es, sin duda alguna, Eterno. Nadie puede discutir este hecho, es algo
que siempre se ha creído como verdadero. Pero Pablo está demostrando otro
aspecto del carácter y de la posición de Dios. Él es el " Rey de los siglos o
edades" y gobernará en la gloriosa edad final aquí en la tierra. Lo cual indica que
gobernará o reinará por los "siglos de los siglos" (edades de edades).

La frase griega correspondiente es aionas ton aionas. La palabra, ton, significa


"de-la (los)", nunca significa "y". El Dr. Young traduce el verso previo
correctamente y literalmente:

¡Al Rey de los Siglos (edades), incorruptible, invisible, al único sabio


Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos (edades de edades)!
Amén.
49

Si nos detenemos a pensar acerca de esto, la frase "por siempre y para siempre"
no tiene sentido, porque incluye más que un "por siempre". Algunos traductores
opinan al respecto de esto siguiendo “el sonido de la música”, enseñando lo que
otros enseñan que la frase es solamente una manera de hablar y que solo significa
"por siempre y para siempre". Dicen ellos que significa, edades tropezando o
rodando sobre edades. Si éste fuera el caso, entonces la palabra "Santo de
Santos" (Holy of Holies) debió ser idiomático de "Santo y Santos". El Cantar de
los Cantares debería de ser también idiomático y debió ser "El Cantar Y
Cantares". Pudiéramos también decir, que el Lugar Santo de Santos (Santísimo)
es un Lugar Santo que está rodando o tropezando sobre muchos otros lugares
santos. El Cantar de Cantares debería de ser un Cantar conteniendo un infinito
número de estrofas o líneas.

No, la Biblia habla acerca del Lugar Santísimo y del Cantar más excelso de los
Cantares y de la Edad Grandiosa de todas las Edades.

La Vulgata de Jerónimo
La Iglesia Primitiva en su mayoría estaba dividida entre la lengua y cultura
Griegas y Latinas. Leemos en la historia secular que el Imperio Romano
conquistó al mundo de habla griega, poco antes del nacimiento de Jesús. Los
romanos absorbieron mucho de los griegos, pero la lengua y la barrera cultural
siempre permanecieron en su lugar. El modo de pensar era simplemente
diferente.

Los filósofos griegos estaban más preocupados con el hombre perfecto (ideal).
Los Romanos estaban más preocupados con realizar o implantar un gobierno
perfecto. Los griegos buscaron el hombre ideal estudiando la virtud y la
belleza. Los romanos siguieron en búsqueda de un gobierno perfecto estudiando
la ley y el orden.

Esos contrastes caracterizaron de igual manera a la Iglesia Primitiva. Ambas


culturas tenían la tendencia de interpretar la Biblia a través de las perspectivas
matizadas de sus propias culturas. A medida que pasó el tiempo, se apartaron
más y más de la perspectiva y el punto de vista hebreo. De esta forma, ambos,
griegos y romanos tenían debilidades y cegueras, en la misma forma, que hoy en
día, nosotros también las tenemos en nuestra propia cultura.

La base en que se apoyaban con firmeza los cristianos latinos era su idea que
para poder mantener la ley y el orden, era necesario amenazar a los hombres con
las torturas más horrendas y el castigo después de la vida. Ésta obsesión de
mantener la ley y el orden parece ser la fuerza motivadora detrás del concepto
latino de la eterna retribución de Dios sobre todos los pecadores.
50

Yo no puedo decir, o no sé, en qué tiempo la versión de la Biblia del Antiguo


Latín fue traducida para beneficiar a los romanos. No fue una buena traducción
de acuerdo a la mayoría de eruditos. Pero finalmente, entró a la escena un
hombre letrado que estaba muy bien instruido para poder realizar la traducción de
la Versión Antigua. Su nombre era Jerónimo.

Jerónimo nació en Italia en el año 347 d. C., sus padres fueron unos cristianos
opulentos quienes lo enviaron a Roma para que recibiese una educación secular.
Después que finalizó sus estudios fue bautizado, a la edad 19 años. Cuando
decidió llevar una vida monástica, sus padres se opusieron, perdiendo el apoyo de
ellos. Como tenía un mal temperamento, Jerónimo nunca los volvió a ver, ni
tampoco hace mención de ellos en sus escritos.

En el año 373 d. C. cuando tenía unos veinte años, visitó el Oriente, porque el
mundo griego era la tierra donde florecía la más refinada educación y la más alta
enseñanza teológica. Allí, en Antioquia, conoció a Evagrio; luego asimiló el
idioma griego. Más tarde, aprendió también el hebreo.

Desde el año 379 hasta el año 382 residió en Constantinopla, donde conoció a
Gregorio de Niza. Fue discípulo también de Gregorio de Nacianzo. Jerónimo
comenzó a leer todos los escritos de Orígenes y de igual manera los de todos
aquellos escritores que le eran recomendados. Cuando tradujo él la Biblia Latina
en 390-406 d. C., escribió en el prólogo unas palabras de apreciación por
Orígenes, quien a la vez había trabajado en esa traducción, Jerónimo residió por
un tiempo en Alejandría. (Que era la ciudad de Orígenes.)

Finalmente, se estableció en Belén, en donde estuvo a cargo de un monasterio


por el resto de sus días.

Fue algo desventurado, que la personalidad de Jerónimo fuese vengativa e


implacable. Él fue verdaderamente uno de los mejores eruditos cristianos de su
época y fue admirado por eso; pero su pluma venenosa hizo que las personas
tuvieran mucho cuidado de no ofenderlo de ninguna manera. Sus ataques
insensibles a Pelagio resultaron en el incendio de su monasterio en Belén, el cual,
fue totalmente destruido en el año 416 d. C. Jerónimo murió el 30 de Septiembre
del año 420 d. C.

En relación con La Vulgata Latina, aparte de todo, Jerónimo hizo un excelente


trabajo. Su traducción llegó a ser una obra clásica que se ha usado desde
entonces. Sin embargo, tenemos que limitar nuestros comentarios a nuestro tema
"eterno" y "para siempre", porque estas palabras en la Biblia Inglesa fueron
adquiridas por medio de La Vulgata.

Cuando Jerónimo se encontró con la palabra Griega aionian ("edad-duradera"),


él tenía dos palabras latinas que podía escoger para su traducción: “seculum” y
51

“aeternum”. Ambas palabras habían sido usadas en la Versión Antigua Latina,


que estaba él corrigiendo; y por supuesto, estas palabras eran muy semejantes en
su significado de la palabra Griega aionian. Por lo que Jerónimo usó ambas
palabras alternativamente.

Solamente que había un problema. Las palabras latinas tenían un doble


significado. Según una anotación de Agustín en su libro La Ciudad de Dios,
XXII, I, leemos,

"Las palabras 'Eterno' y 'Eternidad' del Latín aeternus, aeternitas, están


relacionadas con aevum, ambas significan 'tiempo sin fin' y 'un periodo de
tiempo'; para el segundo significado el común denominador es la
palabra “aetas".

Esta anotación fue hecha por los eruditos modernos latinos con el propósito de
dejar clara la terminología del latín, porque Agustín estaba queriendo demostrar
que aeternus y aeternitas en la Biblia del Latín eran un tiempo sin fin. Salmo
45:6,

6
Tu trono Ho Dios, es eterno y para siempre (olam va ad, "la edad y más
allá"); cetro de justicia es el cetro de tu Reino.

Jerónimo tradujo esta frase para que se leyera en el latín: “in aeternum et
ultra”. (“Hacia la eternidad y más allá”.) Es muy obvio que Jerónimo entendía
que aeternum se refería a un período limitado de tiempo, una edad, más bien
que "eternidad" como se conoce hoy en día, porque no hay nada más allá de la
eternidad.

Como quiera que sea el caso, Jerónimo usó ambas palabras “seculum” y
“aeternus” en La Vulgata en Latín. Mil doscientos años después, los traductores
de la King James emplearon la traducción que hizo La Vulgata en el uso de estas
palabras. En donde La Vulgata usó “aeternus”, la versión King James la tradujo
"eterno"; cuando La Vulgata usó “seculum”, en la KJV se lee "mundo" (world.)
Por eso es que en Mateo 13:39-40, en la versión King James (Rey Santiago) dice,
"el fin del mundo" en lugar del fin de la “era". De acuerdo con nuestra expresión
moderna, esa frase significa: "con relación a la orden presente de esta edad".

No es que la traducción de Jerónimo sea incorrecta. Sus palabras fueron


técnicamente acertadas. El problema consistió en que estas palabras
aparentemente tenían un doble significado, y que Agustín escogió el
significado equivocado, para destacar “el tormento eterno”. Por eso fue que
los eruditos latinos, se vieron motivados a señalar esta su inclinación personal.
52

El Argumento de Agustín en su Libro,


La Ciudad de Dios
El libro, La Ciudad de Dios, era en realidad una serie de libros escritos desde el
412 hasta su muerte en el 430. Cuando Alarico Rey de los Visigodos saqueó
Roma en el año 410 d. C., ese hecho fue una gran vergüenza para la Iglesia
Cristiana que exigió una explicación. Después de todo, se había pensado y a la
vez proclamado que era imposible que un evento como ese pudiera suceder, ya
que Roma estaba siendo gobernada por los emperadores cristianos. Se suponía
que Dios defendería a Roma de todos los invasores paganos. Los paganos que
residían en Roma, irónicamente habían profetizado la caída de Roma, porque los
dioses paganos ya no eran apoyados por el estado. Por eso los cristianos latinos,
buscando un refugio, se apoyaron en Agustín para que explicara la razón de lo
ocurrido. Por esa circunstancia comenzó a escribir su libro dos años después en el
412 d. C.

Agustín deja manifestado en sus escritos que todos los hombres están divididos
entre dos ciudades espirituales: Babilonia y Jerusalén. Por lo tanto Roma, no era
un asunto de importancia, porque algunos romanos eran de Babilonia y otros de
Jerusalén, la Ciudad de Dios. Él argumentó que al final de la historia, todos los
ciudadanos de cada ciudad serían separados por Dios. La mayoría de ellos irían al
infierno por toda la eternidad; y unos pocos irían al cielo, también por toda la
eternidad. En la última parte de esta serie, particularmente en el libro 21, Agustín
trató de probar que el castigo para los malos es "eterno", es decir, sin fin. Para
poder hacer eso, él usó un gran razonamiento filosófico y citó a Cicerón, el
abogado Romano. (Ver Apéndice1.)

Aparte de eso, su única prueba verdadera fue su interpretación de Mateo 25:46, la


cual él discute, en, La Ciudad de Dios, XXI, xxiii en la forma siguiente:

"Porque Cristo dijo en el mismo lugar, incluyendo a ambos grupos en el


mismo párrafo: 'así, éstos irán a un castigo eterno, pero los justos a una
vida eterna'. Si los dos son eternos, luego ciertamente ambos deben de
entenderse como 'extensos', pero teniendo un fin, al contrario de 'para
siempre' que significa que no tiene fin. Porque son iguales o comparables
el uno con el otro. En una condición, el castigo eterno, en la otra, la vida
eterna. 'La vida eterna será para siempre, (pero) que el castigo eterno
tendrá un fin' es totalmente absurdo. Por consiguiente, como la vida
eterna de los santos será sin fin, el castigo eterno por seguro también no
tendrá fin, para aquellos en donde sea asignado".
53

Agustín parece estar totalmente ignorante de dos cosas: (1) Que la palabra
Griega aionian no tenía un doble significado como el latín; y (2) Que el concepto
Hebreo de "Edad" es diferente.

Mateo 25:46 nos enseña que los malos pasarán al castigo divino, eso
es“ aionian" (durante la Edad). Los justos, serán resucitados para
vida aionian (durante la Edad).

Jesús específicamente enseñó en los evangelios dos diferentes y distintas


resurrecciones. Lucas 14:14 menciona "la resurrección de los justos", en donde
éstos serán recompensados. En el evangelio de Juan 5:28-29, Jesús nos habla
acerca de la resurrección general de ambos, justos e injustos.

El ínterin (el espacio que hay entre un tiempo y otro) entre estas dos
resurrecciones se define como "LA EDAD". Aquellos que serán levantados en la
resurrección de los justos recibirán vida en La Edad; “vida aionian”. Es una
recompensa especial a ciertos cristianos que han sido llamados a reinar con
Cristo. Ellos recibirán vida mil años antes que sus consiervos cristianos. No
significa que su recompensa termina con esa edad. Ni tampoco que Dios les
quitará la inmortalidad que les ha sido otorgada.

De la misma forma, cuando Jesús habló acerca de los justos e injustos, de que
ambos recibirán un “juicio aionian”, Él nuevamente nos está demostrando que
este juicio es limitado a una edad específica. Tienen ambas cosas, un principio y
un fin. El juicio no es perpetuo y sin la esperanza de una restauración. El libro de
Apocalipsis nos enseña que ésta edad del juicio vendrá después del Gran Juicio
del Trono Blanco, al final de los 1,000 años de la Edad de los Tabernáculos.

De la misma forma, la recompensa de la vida “aionian” para todos aquellos que


reinarán con Cristo durante 1,000 años comenzará con la primera resurrección y
terminará con la segunda resurrección. El juicio “aionian” de los injustos
comenzará con la segunda resurrección y terminará con el Gran Jubileo, al final
del tiempo, después que todas las cosas hayan sido puestas a los pies de Cristo.

Por consiguiente, el argumento de Agustín con relación a que la vida


“aionian” y el juicio aionian deben de ser ambas cosas iguales, es
absolutamente correcto. El problema surge cuando trata de demostrar que tanto la
una, como el otro, durarán eternamente, cuando en realidad, en los dos casos hay
una relación estrecha con edad y periodo. Agustín no tomó en cuenta la
ignorancia del idioma griego del cristiano común. Por otra parte, aprovecha la
falta de conocimiento o la ignorancia del término "La Edad" (aion) y las demás
cosas relacionadas con él (aionian.)

La realidad de las cosas es, que el argumento de Agustín en su libro La Ciudad


de Dios no tiene ninguna base, e incluso los conocedores del latín que han
54

traducido sus libros, han reconocido esto y nos informan de la extraviada y


seductiva retórica de Agustín, y nos lo hacen saber en sus anotaciones.

Por lo tanto queda claro que en la lengua original hebrea y griega, las
palabras, “olam” y “aionian” tienen relación con un periodo de tiempo
limitado. Por eso la mayoría de los letrados de la Iglesia Primitiva Cristiana
entendieron que el “lago de fuego” duraría solamente por el periodo de una
edad. Agustín fue el primero que argumentó en contra de esto; lo cual hizo
con absoluta firmeza, porque no entendió la Doctrina de las Edades. Agustín
tenía una gran desventaja, que consistía en su ignorancia total del lenguaje
Griego. Peter Brown dice esto en su libro, Agustín de Hipona, página 36:

"El fracaso de Agustín al no instruirse en el Griego tuvo grandes


consecuencias en el antiguo sistema educativo de Roma; ha de ser el único
filósofo del Latín en el pasado, que será virtualmente ignorante del
Griego".

Lo peor de esto fue que con el tiempo, la Iglesia Latina no conoció la necesidad
de aprender o enseñar el idioma Griego, y esta deficiencia propagó el error con
muy poca oportunidad para una corrección. El mismo Peter Brown escribe
también lo siguiente:

"Gradualmente la 'comunidad estudiada' dejaría de sentir el interés por


los libros Griegos, porque ellos tenían a Agustín". (Ibid., p. 272)

No es nuestro propósito deshonrar o disminuir el crédito de las contribuciones


genuinas de Agustín a la Iglesia y al pensamiento cristiano. Él tenía opiniones y
conceptos sólidos, que lo convirtieron en el teólogo latino más influyente de su
tiempo. Más adelante, haremos comentarios en relación con algunas de sus
contribuciones importantes al pensamiento cristiano; pero por ahora, por razones
de tiempo, hemos confinado, nuestros comentarios al argumento presente,
explicando el origen y significado de la palabra "eterno" y cómo los diferentes
eventos le dieron forma a nuestra interpretación moderna de la misma.

CAPÍTULO 5
LA RESTAURACIÓN DE TODAS
LAS COSAS
55

Hemos visto en Apocalipsis 20:4-6 que la primera resurrección incluye


solamente una porción de los creyentes. Algunos llaman a estos los
vencedores; nosotros les llamamos primeros frutos. También vemos en Juan
5:28-29 y Hechos 24:15 que una segunda resurrección tendrá lugar, en la cual,
justos e injustos (y no justos) habrán de resucitar. Esta segunda resurrección está
anunciada en Apocalipsis 20:11-15.

Después de la segunda resurrección, todos los no creyentes serán lanzados o


arrojados en el lago de fuego. Ya se nos ha revelado que ellos no serán sujetos a
torturas reales; pero necesita fijar su atención en algo más positivo sobre cuál ha
de ser su condición.

Estado de una Carne Resucitada


En primera a los Corintios 15:35 Pablo expresa algunos típicos planteamientos
chistosos que él mismo hubo de contestar:

35
Alguno dirá ¿"Cómo podrán los muertos ser resucitados? ¿Y con qué
tipo de cuerpo vendrán"?

La Biblia solamente se refiere a Jesús como ejemplo de cómo una persona


muerta ha de resucitar. Podemos leer en Romanos 8:11, que el espíritu de Dios lo
resucitó de entre los muertos. La Biblia, no obstante no revela en que forma esto
fue realizado.

En cuanto al tipo de cuerpo que tendrán todos muertos al momento de la


resurrección; El ejemplo es de nuevo (puesto de manifiesto) en el cuerpo de
Cristo resucitado. En Lucas 24:36-39 Jesús se aparece a sus discípulos después
de la resurrección.

36
Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y
les dijo: Paz a vosotros. 37 Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron
que veían un espíritu. 38 Y Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué
surgen dudas en vuestro corazón? 39 Mirad mis manos y mis pies, que
soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni
huesos como veis que yo tengo.

Por tanto, Jesús no era un espíritu, al menos en el sentido usual. Leemos en otras
partes que después de su resurrección, Jesús, inclusive, comió con sus discípulos
(Lucas 24:30; Juan 21:13.) Los espíritus no pueden comer, ni pueden tener
marcas sobre el cuerpo como Jesús las tenía.
56

Por otra parte, no era una carne ordinaria, porque Él podía caminar a través de las
paredes (Juan 20:26) y desaparecer en el aire (transparente) Lucas 24:31. En
Lucas 24:39, citado (arriba) ya, Jesús dijo que Él tenía "carne y huesos", pero no
se hace mención de que tuviera sangre. ¿Por qué? Porque el alma está en la
sangre (Levítico 17:11, interpretado con propiedad.) El hombre es sepultado en
un estado natural "almático" (soulish) pero resucitado en un estado espiritual,
como podemos leer en 1 de Corintios 15:44.

44
Se siembra un cuerpo natural (psuchikos, “del alma”) se resucita un
cuerpo espiritual (pneumatikos, “espiritual”.) Si hay un cuerpo natural
(almático), hay también un cuerpo espiritual.

El cuerpo natural (almático) tiene carne, huesos y sangre; el cuerpo espiritual


tiene solo carne y huesos. Hay quienes creen que en esta vida (presente) tenemos
un cuerpo físico, pero que en la otra vida (venidera) habremos de ser espíritus, no
teniendo cuerpos. El ejemplo de Jesús demuestra que este punto de vista es
incorrecto. Mientras que el cuerpo resucitado no está limitado por la carne como
en todos nosotros, es ciertamente físico y tangible en cierto modo.

Quizá la mejor explicación del cuerpo resucitado la encontramos en Ezequiel 44.


Los hijos Sadoc se nos ha dicho, tendrán una recompensa diferente a la de los
ordinarios sacerdotes levitas.

Desde el punto de vista del Nuevo testamento, los hijos de Sadoc representan
la orden de Melquisedec, esos que heredarán la primera resurrección. Estos
se diferencian de los Levitas, que representan el resto de la iglesia. Dios dijo
a Ezequiel que a los levitas en aquel día, se les permitirá ministrar al pueblo, en
el atrio (exterior) (la carne) pero solamente a los hijos de Sadoc se les permitirá
efectuar las funciones de ministros delante de Dios y de los hombres.

Se nos ha dicho que los "hijos de Sadoc" vestirán vestiduras de lino cuando
ejerzan el ministerio delante de Dios, pero luego tendrán que cambiar a
vestiduras de lana cuando ejerzan el ministerio ante el pueblo (o para el pueblo)
Ezequiel 44:19. El Lino, representa el estado espiritual, mientras que la Lana,
que procede de animales (o que es producto animal) representa el estado físico.
En otros términos los hijos de Sadoc, que heredaron la primera resurrección,
tendrán la capacidad o el poder de moverse de la dimensión espiritual al
plano físico, a voluntad, en la misma forma como lo hizo Jesús. Los demás de la
iglesia no tendrán este privilegio hasta que sean transformados, en la Segunda
Resurrección, 1000 años después.

Jesús fue el producto de un padre celestial y una madre terrenal. Antes de su


encarnación, él tuvo autoridad (absoluta) en el cielo. Él nació de una mujer, como
hijo de hombre, para recibir autoridad en el reino terrenal y asimismo en el físico.
57

Cuando llevó a cabo su obra, pudo decir de Él mismo en Mateo 28:18 "toda
autoridad (poder) se me es dada en el cielo y en la tierra”.

El propósito de la resurrección y transformación a su imagen, es llegar a ser


como Jesús. Nosotros también tenemos un padre celestial y una madre terrenal.
Jesús es nuestro modelo como hijo, y nosotros seguimos las huellas de sus pasos.
Cuando los hombres sean resucitados de la muerte, se les dará la autoridad tanto
en la dimensión celestial (espiritual) como en la dimensión terrenal o física. Las
dos son importantes en el plan de Dios al menos hasta que ese tiempo de
resurrección de todas las cosas sea completado o realizado.

Las Naciones en el Tiempo Final


Tanto en los tiempos que vienen como en el tiempo final, habrá muchos no
creyentes quienes han de aprender justicia. (Isaías 26:9) El propósito de los
juicios Dios es enseñar a los hombres la Ley Divina y hacer que se haga efectivo
su cumplimiento.

El cumplimiento de restitución para todas las víctimas de la injusticia, también


finalmente resulta en la restauración de todas las cosas. Cuando el orden legal
sea completamente restaurado, entonces todo juicio cesará y el perdón de Dios
cubrirá a toda la tierra y sus habitantes.

El método de Dios para enseñar consiste en poner los principios en práctica


durante los tiempos y enderezar o corregir todos los errores de los tiempos
pasados en que los hombres persistieron. En esta forma, todas las naciones que
habiten fuera de la Nueva Jerusalén, empezarán a aprender sus leyes, así como
fue profetizado en el libro de Isaías 2:2-4.

2
Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa del Señor
Será establecido como cabeza de los montes; se alzará sobre los collados, y
confluirán a él todas las naciones. 3 Vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob; para que
nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas. Porque de
Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor. 4 Juzgará entre las
naciones, y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en
rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra
nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Esta profecía es repetida en Miqueas 4:15. Esta es la naturaleza de Jesús, el


juicio, el llamado "El lago de fuego". Es entonces cuando las naciones fueron
purificadas; entonces cuando las naciones de todos los tiempos pasados, muchos
de los cuales nunca oyeron el nombre de Jesús, tendrán la posibilidad de saber de
58

Él (de conocerlo). Como consecuencia, ellos lo aceptarán como Rey y como su


Salvador, tarde o temprano. Cuando se haga esto, " ellos habrán de entrar por
las puertas a la ciudad " (Apocalipsis 22:14) y en esta forma tendrán acceso al
árbol de la vida. Y así como los no creyentes resucitados para el juicio (para ser
juzgados), no tendrán carne espiritual, o cuerpo espiritual, como lo tendrán los
creyentes; serán sin embargo resucitados para el juicio, no para la vida inmortal
(Juan 5:29). Éstos no serán inmortales, ni serán tampoco incorruptibles, como lo
serán los creyentes (1 Corintios 15:5.3) Ellos aún serán carne y sangre que no
podrán heredar el reino de Dios (1 Corintios 15:50). Cuando ellos retornen a
Cristo con arrepentimiento por sus pecados, se parecerán mucho a los cristianos
de hoy en día, aunque el mundo será completamente diferente en su forma de
vivir y gobernar.

Algunos, con alegría reconocerán a Jesús como el rey de Reyes, sometiéndose al


fuego reparador; otros solamente lo harán compelidos por la fuerza de la ley.
Algunos serán purificados (limpiados) en corto tiempo; otros habrán de necesitar
un tiempo mayor para pagar la restitución completa por sus crímenes contra Dios
y los hombres.

Quizá la duración de sus vidas será determinada por intervención Divina, de tal
manera que se puedan solventar esas diferencias en tiempo que cada cual necesite
para restaurar el orden esencialmente legal. No se nos ha dicho en la Escritura.
Pero al final de todo esto, cuando todos los enemigos hayan sido puestos bajo
Sus pies, entonces la misma muerte será destruida y Dios será "Todo en todos";
esto significa que la plenitud del Espíritu Santo, estará en cada hombre y en
todos los hombres. No algo en todo o todo en algo, sino todo en todos. (1
Corintios 15:28)

Jesús dijo que los malvados serán arrojados a “las tinieblas de afuera” (Mateo
8:12). Esta es la parte de la tierra que está afuera de la Nueva Jerusalén, que
es el Reino de Luz. No es literalmente oscuridad, ya que el sol y la luna
continuarán brillando sobre ellos igual que hoy en nuestros días. En Apocalipsis
21:23 y 22:15, la Biblia dice que “la ciudad”, en sí misma, no ha de necesitar del
sol ni de la luna, puesto que Jesús estará en medio de ella como su Luz. Pero esto
no quiere decir que el sol y la luna dejaran de brillar sobre el resto de la tierra. En
esta forma “Las tinieblas exteriores” son semejantes a la tiniebla espiritual
en el mundo actual (Mateo 4:16).

Habrá muchas naciones viviendo afuera de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis


21:24-27) que empezarán a caminar en la luz, (esto es siguiendo las leyes en
obediencia a su Rey). Estas "naciones" serán los pueblos de la tierra, de todos
los tiempos pasados, que no obtuvieron la salvación. A ellos no se les
permitirá vivir en la ciudad, puesto que ésta será reservada únicamente para los
ciudadanos del Reino; a quienes se les han dado cuerpos con "carne espiritual".
Desde luego, habrá gente de estas otras naciones que tendrán acceso a la ciudad,
como leemos en Apocalipsis 21:6
59

6
y llevarán (estas naciones) la gloria y la honra de las naciones a ella (La
Nueva Jerusalén).

Juan, asimismo dice, en el capítulo 22:14

14
Bienaventurados los que lavan a sus ropas, para tener derecho al árbol
de la vida y para entrar por las puertas en la ciudad.

Los ciudadanos están ya en la ciudad. Esto significa que el resto del pueblo, los
que están en las "tinieblas de afuera" o en el "lago de fuego", podrán entrar en la
ciudad; si ellos califican.

En el libro de Zacarías, el profeta nos dice, asimismo, que estas otras naciones o
pueblos estarán en posibilidad de entrar en la ciudad. En efecto, ellos serán
invitados por decreto divino para venir a la Fiesta de los Tabernáculos. Algunos
obedecerán, otros, si no lo hacen, Dios no hará caer la lluvia sobre esas naciones.
Puede leer esto en Zacarías 14:16-19. Empezamos con el versículo 9:

9
Y el Señor será rey sobre toda la tierra; aquel día el Señor será uno, y uno
su nombre… 16 Y sucederá que todo sobreviviente de todas las naciones
que fueron contra Jerusalén subirán de año en año para adorar al Rey,
Señor de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 17 Y
sucederá que los de las familias de la tierra que no suban a Jerusalén para
adorar al Rey, Señor de los ejércitos, no recibirán lluvia sobre ellos. 18 Y si
la familia de Egipto no sube ni viene, entonces sobre ellos no habrá
lluvia; será la plaga con la cual el Señor herirá a las naciones que no
suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 19 Este será el castigo de
Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta
de los Tabernáculos.

Trataremos de la Fiesta de los Tabernáculos en forma más amplia en nuestro


siguiente capítulo. Por ahora, simplemente hemos de enfatizar en que habrá
naciones fuera del Reino, como Egipto, el cual será invitado para que observe la
fiesta (de los Tabernáculos). Si ellos se rehúsan, no será derramada sobre ellos
"La lluvia" del Espíritu Santo. Cuando la gente de estas naciones que están
fuera de la Nueva Jerusalén vea las bendiciones de Dios derramadas sobre otras
naciones, ellos querrán aprender y obedecer la ley divina. Ellos habrán de
aprender la justicia o rectitud. Y al fin de los últimos tiempos, toda la creación
será restaurada para Dios. Toda autoridad y poder y reinos se someterán a su
obediencia. Porque Él pondrá a todos sus enemigos bajo sus pies. Solamente
entonces, el último enemigo, la muerte será destruida. Jesús habrá de presentar el
60

Reino todo, toda la creación, a su Padre. Dios estará y será todo en todas las
cosas (Todo en todos).

Todo Vendrá a Ser Vivo


Este mensaje de restauración de todas las cosas fue enseñado por el apóstol Pablo
en 1 Corintios 15:22-28.

22
Porque así como en Adán todos mueren, también en (él) Cristo todos
serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido
orden (tagma, escuadrón): Cristo, las primicias (o, “primeros frutos
ungidos”); luego los que son de (él) Cristo en
su venida (parousia, “presencia”); 24 entonces vendrá el fin, cuando
entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio
y toda autoridad y poder. 25 Pues Él debe reinar hasta que haya puesto a
todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el último enemigo que será
abolido es la muerte. 27 Porque Él ha puesto todo en sujeción bajo sus
pies. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas, es evidente
que se exceptúa a aquel que ha sometido a Él todas las cosas. 28 Y cuando
todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará
a aquel que sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Mucho de este pasaje, es explicable pero querría llamar la atención sobre algunos
cuantos detalles críticos.

Versículo 22, es evidente que toda la humanidad murió en Adán, sin


excepción. De la misma manera, también todo vendrá a ser vivo, en Cristo,
sin excepción alguna. El término "Todo", en los dos casos se asemeja el uno con
el otro; son iguales en sus alcances. Sin embargo, no todos serán resucitados y
salvados al mismo tiempo.

Versículo 23, cada "clase" será resucitada en su propio orden. ("Tagma",


"Escuadrón"). Así pues, ocurrirá más de una resurrección. Hay que tener muy
presente que Pablo aquí, está refiriéndose a las varias resurrecciones del ser
humano. Él ya nos habló de la resurrección de Cristo en el versículo 1-21. Esto es
el fundamento de las otras resurrecciones que vendrán.

El primer "escuadrón" que será resucitado, conforme a muchas traducciones


bíblicas, es "Cristo, las primicias". Esta interpretación parece sin sentido
lógico, porque Cristo, obviamente, no es un "escuadrón"; Él es una persona
solamente. Esto podría haber sido "El primer fruto ungido". La palabra "Cristo"
en griego, equivale a la palabra "Ungido". Cuando se refiere a Cristo, está
61

precedida por el artículo definido ÉL, viniendo a ser "El Ungido" o sea "El
Cristo". Como ejemplo, en el versículo 22, el original griego tiene el artículo
definido ante puesto a "Cristo", porque Pablo se está refiriendo a Cristo, "El
Cristo", en Quien todas las cosas serán vivificadas. Al final del versículo 23 lo
mismo sucede cuando Pablo dice: " Luego los que son de Cristo, en su venida”.

En estos dos ejemplos, sin embargo, encontramos un caso en donde el artículo


definido NO es usado: "Cristo los primeros frutos". Es por tanto probable
que "Cristo" NO se refiere a Cristo (Jesús), sino que a un escuadrón más
generalizado de UNGIDOS. En consecuencia, el versículo 22 podrá ser
interpretado, entendiendo que significa "LOS PRIMEROS FRUTOS
UNGIDOS", o "PRIMICIAS UNGIDAS". Este es el primer escuadrón de
creyentes; que habrán de heredar la primera resurrección. Pablo escoge
cuidadosamente esta frase para describir la primicia de la cosecha de la
cebada, la cual debía de ser ungida con aceite, cómo podemos leer en Levítico
23:13...

13
“La ofrenda de cereal será de dos décimas de un efá de flor de harina
mezclada con aceite, ofrenda encendida para el Señor, como aroma
agradable, con su libación, un cuarto de hin de vino.

Esto fue en contraste directo con los primeros frutos de la cosecha del trigo, la
figura de la segunda resurrección de la Iglesia en general. Aquellos primeros
frutos o primicias debían de ser cocidos (horneados) con levadura, en vez de
ser ungidos con aceite, como podemos leer en Levítico 23: 17...

17
“Traeréis de vuestras moradas dos panes para ofrenda mecida, hechos
de dos décimas de un efá; serán de flor de harina, amasados con
levadura, como primeros frutos al Señor.

Discutiremos, en detalle, lo referente a los “primeros frutos”, en nuestro próximo


capítulo sobre los tres festivales de la cosecha.

El segundo escuadrón de resucitados han de ser "aquellos que pertenecen a


Cristo, al tiempo de su venida", o sea que habrán de gozar de su presencia. La
presencia de Cristo, en este caso, es cuando él venga como Juez, en el Gran
Trono (de radiante blancura). Esto está más claramente descrito en el libro de
Daniel capítulo 7, en donde el profeta vio "al anciano de días" que vino a
sentarse en el trono de justicia. (Daniel 7:9,22.) Está claro, que ésta es la segunda
resurrección, la cual incluye ambos grupos, los creyentes y los no creyentes.

Versículo 24: "luego el fin" se refiere al final de todas las cosas, esto es después
de los Tiempos de los Tiempos. Este será el tercero y final tiempo o edad, cuando
el escuadrón del resto de la gente entrará en el descanso y paz de Dios. No es
62

totalmente exacto llamar a este hecho una resurrección, porque da la idea de


que los pecadores que hayan sido juzgados durante el tiempo final, serán
mantenidos vivos para cumplir sus sentencias. Leemos esto en Apocalipsis 20
en donde "la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”. Si la misma
muerte y el Hades, con ella, serán lanzados al lago de fuego, parece así que la
primera muerte será abolida en el juicio del Gran Trono Blanco, para dar
paso a la segunda muerte, o sea “el lago de fuego”. La segunda muerte es un
segundo tipo de muerte. Esta se define simplemente como “el lago de fuego”, el
cual, como hemos visto, es la justicia de la ley. Esta segunda muerte ha de ser
el último enemigo que tendrá que ser destruido en la conmemoración de la
creación de la tierra, en el fin del tiempo último. Pablo nos dice claramente en,
1 Corintios 15:26 "el último enemigo que será destruido es la muerte".

Sólo entonces, dice Pablo toda autoridad terrenal vendrá a quedar sujeta a Su
autoridad. Sólo entonces, todos los enemigos habrán de ser sometidos. Una vez
que todos los enemigos estén completamente bajo Sus pies, la muerte misma será
abolida. Esto podrá ser realizado solamente, por medio de dar la vida en la
conmemoración o en el Jubileo de la Creación.

Así como el primer escuadrón representa la cosecha de la cebada, y el segundo


la cosecha del trigo, así mismo, el tercer escuadrón representa la vendimia de la
uva. Para que Dios obtenga el vino, Él habrá de pisotear o triturar las uvas;
es decir, Él habrá de "poner a todos sus enemigos, bajo sus pies".

Una vez más Pablo ha escogido cuidadosamente sus palabras, con el tema de la
cosecha en la mente.

Es responsabilidad de Cristo, verdaderamente su "llamado", y gobernará en Su


Reino terrenal durante los "tiempos de los tiempos", hasta que el propósito de su
reinado se haya cumplido. Jesús no ha de reinar para siempre como hijo. Él
reinará solamente el tiempo que sea necesario para poner la tierra toda, bajo Sus
pies. El cumplimiento de esto tomará los dos tiempos que vendrán. Su
propósito es conquistar toda la tierra por el poder de Su amor; como lo dice el
mismo en Juan 12:32...

32
Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.

En otras palabras, Jesús dijo: "Si yo soy crucificado atraeré a todos los hombres
hacia mí". ¿Fue Cristo "levantado" en la Cruz? Por supuesto que así fue. Por
tanto, ciertamente, atraerá a todos los hombres hacia Él. Él murió por la
salvación de todo el mundo, no por unos pocos, y su sangre nunca ha
perdido su poder. Cuando todos los hombres hayan aceptado a Cristo como
Salvador y Rey, así como los creyentes hicieron en tiempos pasados, Él
presentará a su Padre un Reino perfecto y absoluto.
63

Versículos 27 y 28. Pablo cita aquí el Salmo 8:6 como frecuentemente lo hace
para probar un tema. Todas las cosas (ta panta, "el todo"), serán puestas en
sumisión a Cristo, con la única excepción de Su padre, quien no será puesto,
desde luego, bajo el mando o autoridad del Hijo. Cuando "el todo" sea
ciertamente sujeto al Hijo, entonces Cristo presentará toda la creación entera y
perfecta, al Padre, como un presente (o regalo), y quedará sujeto (o en sumisión)
al Padre. Este es realmente un glorioso destino para la tierra. Esto ha a de ser
la fiesta o el Jubileo de la Creación.

El Testimonio de los Hebreos


Hebreos 2:6-9

6
Pero uno ha testificado en cierto lugar diciendo: ¿Qué es el hombre para
que de él te acuerdes, o el hijo del hombre para que te intereses en él? 7 Le
has hecho un poco inferior a los ángeles; le has coronado de gloria y
honor, y le has puesto sobre las obras de tus manos; 8 todo lo has sujetado
bajo sus pies. Porque al sujetarlo todo a él, no dejó nada que no le sea
sujeto. Pero ahora no vemos aún todas las cosas sujetas a él. 9 Pero vemos
a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús,
coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para
que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.

Aquí, el autor, establece la definición de "todo" como "cada cual" o "cada uno".
No todo está sometido a Cristo, en el tiempo presente, pero vendrán días en que
los hombres, en todas partes, quedarán sujetos a Él. Mientras tanto la Escritura
dice que nosotros vemos que Jesús murió por cada uno de nosotros. Él no dejó
nada que no esté sometido o sujeto a Él mismo.

Pablo hace referencia nuevamente al Salmo 8 en el libro de Filipenses 3:20-21

20
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, 21 el cual
transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad
al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar
todas las cosas a sí mismo.

Muchos cristianos, hoy en día, nunca han pensado realmente si Jesús en efecto
tiene este poder. Ellos asumen o entienden que Él, esencialmente no tiene poder
para salvar a alguien, a no ser los "primeros frutos", una porción diminuta de
la "cosecha", porque Jesús no actuará en contra de la voluntad del hombre o del
ser humano.
64

Pero el mismo Jesús ha dicho, en Juan el 12:32 que si bien Él habría de morir en
la cruz, Él atraería a todos los hombres hacía Él mismo. La palabra "atraer" es,
en griego, " HELKUO " que significa "ARRASTRAR" (tirar con violencia);
tal como se usa en el nuevo testamento, y en todo caso significa que quien
efectúa el hecho de "arrastrar" está imponiendo su voluntad y deseo sobre los que
son "arrastrados" (o sobre la voluntad de quienes son "arrastrados”).

Juan 6:44 dice ningún hombre puede venir al Padre, si el Padre no lo "arrastra".
Juan 12:32 dice que Jesús ha de "arrastrar" a todos los hombres hacia Él. Juan
21:6 habla de "arrastrar" la red para traer el pescado a la orilla. Santiago 2:6
habla de los magistrados civiles (jueces), quienes en su persecución contra los
cristianos los tenían que llevar "arrastrados" a la corte.

Es claro, por consiguiente, que vendrá el día en que la voluntad de Dios


tendrá que ser impuesta sobre todo los hombres. Él "arrastrará" a todos ellos
hacia Él mismo, por medio del juicio, es decir, el Lago de Fuego. Él tiene tanto
el poder como la voluntad de que esto sea hecho así.

En Filipenses 2:10-11, Pablo dice:

10
para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el
cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Juan presenció el cumplimiento de esto, en una visión descrita en Apocalipsis


5:13…

13
Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la
tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que
está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria
y el dominio por los siglos de los siglos.

Juan entendió bien que el propósito del gobierno de Cristo en su Reinado fue
"atraer" a todos los hombres hacia Él. Él mismo lo dejó expreso en 1 Juan 2:2

2
El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los
nuestros, sino también por los del mundo entero.

Referente a este versículo, Clemente de Alejandría hace un comentario sobre


sus significados y alcances:
65

"Y no solamente por nuestros pecados, esto es, por aquellos que son
fieles, el Señor es 'El Propiciatorio', sino también por todo el mundo. El
ciertamente salva a todos; Pero a algunos, Él los salva
'convirtiéndolos' por medio del castigo; otros, que caminan
voluntariamente tras Él, Él los salva con la dignidad del honor,
de esta manera cada rodilla tiene que doblarse ante Él; De las cosas en el
cielo, de las cosas en la tierra y de las cosas debajo de la tierra; es decir,
ángeles y hombres".

¡Qué maravilloso es que Jesús hubo de morir no solamente por nuestras faltas
(pecados), esto es, por nosotros, como cristianos, sino también por los pecados
del mundo entero! Seguramente, la sangre no ha perdido su poder desde
entonces. Pablo dijo a Timoteo (1 Timoteo 4:10-11) que predicara esto mismo:

Porque por esto trabajamos y nos esforzamos, porque hemos puesto


10

nuestra esperanza en el Dios vivo, que es el Salvador de todos los


hombres, especialmente de los creyentes. 11 Esto manda y enseña.

Los creyentes son especialmente señalados porque su salvación se realiza


primero. Para ellos ha de ser un alto honor, porque ellos heredarán la vida en el
Reino, pero, aun así, Dios es el Salvador de "todos los hombres".
Indudablemente, Timoteo y otros como él, ciertamente, enseñaron esto así; de
este modo, los líderes de la iglesia primitiva, en los siguientes siglos,
predicaron y explicaron fielmente estas cosas, como lo prueban sus escritos y
actualmente, nosotros estamos obligados, en la misma form

a, a enseñar estas cosas. ¿Por qué? Porque es importante que entendamos que
Dios es verdaderamente Recto en sus justos juicios. ¿Bajo qué criterio o
concepto? Bajo el criterio de Dios, como se nos ha revela en Su ley. Este es único
criterio correcto en la tierra. Y por esta razón nosotros debemos de conocer lo
concerniente a la restauración de todas las cosas.

La usual enseñanza sobre interminable tormentos, hace pensar que Dios es


injusto, lo cual no tiene fundamentos.

Lo que Pablo dijo a los Colosenses


La doctrina de Pablo ha sido claramente expuesta en Colosenses 1:16-20

16
Porque en Él fueron creadas todas las cosas (ta panta, “el
todo”), tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; Ya sean
tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por
66

medio de Él y para Él. 17 Y Él es antes de todas las cosas (ta panta, “el
todo”) y en El todas las cosas permanecen. 18 Él es también la cabeza
del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre
los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. 19 Porque agradó al
Padre que en Él habitara toda la plenitud, 20 y por medio de El
reconciliar todas las cosas (ta panta, “el todo”) consigo, habiendo hecho
la paz por medio de la sangre de su cruz,

por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los
cielos.

Pablo primeramente define "El Todo" como el universo creado, ambos en el


cielo y en la tierra, incluyendo no solamente las cosas visibles, como la gente
sino también lo invisible, como la autoridad en sí. Luego Pablo señala que fue
placer y voluntad de Dios reconciliar todas estas cosas para Él, por el precio de la
sangre de Jesús. ¿Puede algo ser tan claro? Está no es una doctrina oculta o algo
incomprensible. Nadie necesita tergiversar las palabras de Pablo, para entender
esta enseñanza en forma completa. ¡Dios ocultó esto a plena vista!

La Teología de Pablo en Romanos 5


El conjunto de la carta de Pablo a los Romanos es en realidad un curso o cátedra
de teología, en sus cinco capítulos él muestra la comparación entre Adán y Cristo
como el proceso de la justificación de todos los hombres. v. 12...

Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la


12

muerte por el pecado, así también la muerte pasó a todos los hombres,
porque todos pecaron;

Esto nos dice que por medio de Adán, el pecado entró en el mundo juntamente
con su castigo, la muerte. El pecado de Adán fue transmitido a todos nosotros;
No solamente a sus descendientes, sino que, realmente a toda la creación que
llora en medio de penalidades y sufrimientos por ello. (Romanos 8: 22)

El pecado de Adán “se nos atribuyó a nosotros”; esto simplemente significa que
nosotros fuimos culpados por el pecado de él (Adán), no obstante que fue un acto
hecho sin nuestra participación. Y de esta manera, todos nosotros debemos de
pagar la pena por el pecado de Adán, lo cual significa la "Muerte". Esta es la
razón por la cual todos somos mortales. No somos mortales porque nosotros
hubiésemos pecado; somos mortales por qué Adán pecó, y su pecado se nos
imputó o transfirió a nosotros.
67

Por el mismo proceso la justificación de Jesús, es un acto realizado, sin


intervención nuestra, pero es imputada a nosotros (o se transfirió a nosotros.) De
este modo somos beneficiados por su efecto, "la vida", o sea la inmortalidad.
Podemos ilustrar esto, en esta forma:

1. Juanito roba una galleta en su clase, en la escuela.


2. A toda la clase se le inculpa por eso.
3. La clase tiene que retribuir con dos galletas.
El problema es que ninguno, en la clase tiene una galleta; ni saben cómo se
hacen. Pero de pronto un alumno nuevo llamado Ricardito, que, además, es
inteligente, llegó a la clase, ¡Qué oportuno! ¡Él sabe cómo hacer galletas!, por
consiguiente...

1. Ricardito hace las galletas y paga la deuda.


2. Toda la clase obtiene crédito por ello.
3. Todos los estudiantes de la clase quedan libres para salir y divertirse.
Juanito y Ricardito tienen algo en común. Por una acción mala, Juanito trajo
culpabilidad para toda la clase y, por tanto, todos ellos tenían que pagar una pena.
Por otra parte, por medio de una acción buena, Ricardito trajo justificación o el
perdón para todos los alumnos de la clase, y así todos ellos se beneficiaron.

Esto es lo que el pecado de Adán nos hizo (o nos causó); y esto es lo que el acto
de justificación de Jesús, hizo por nosotros. ¿Pero cuál es el alcance de todo
esto? ¿Estaba Pablo hablando de solamente una pequeña porción de gente?
¿O hablaba de toda la gente afectada? Romanos 5:18-19 nos da una respuesta
resumida:

18
Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos
los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de
vida para todos los hombres. 19 Porque así como por la desobediencia de
un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.

Es evidente, que todos los hombres (SIN NINGUNA EXCEPCIÓN) fueron


afectados por el pecado de Adán. Todos los hombres nacieron mortales. En
la misma forma, el acto de justificación de Jesús, viene a ser la justificación
de todos aquellos que murieron en Adán. Si el pecado de Adán afectó a todos
los hombres, y la justificación de Jesús afectó solamente a una reducida fracción
de los hombres, entonces Jesús difícilmente puede ser comparado con Adán.
¡Ciertamente, el poder de Adán no es mayor que el poder de Jesús!
68

La iglesia primitiva no creía así, y ya es tiempo de que esta enseñanza o


interpretación sea reintegrada "al cuerpo de Cristo". Es tiempo de que esta
enseñanza sea difundida por la iglesia, que basa su creencia en la Biblia. Es
tiempo que tengamos un claro y absoluto concepto del poder y de la
voluntad Dios, de ser el Salvador de todos los hombres; un Dios que no tiene
nada que perder, sin embargo, reúne todos los fragmentos de los hombres a largo
de la historia, de modo que ninguno se pierda. (Juan 6:12)

Es este el Gran Misterio del Evangelio, al que Pablo llama "el secreto de Su
voluntad", Efesios 1:9

9
nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se
propuso en Él,

Este es el secreto; esta es la intención que Él tomó como propósito. El tercer


plan para el universo creado, es "El Todo". Él ha de ser Rey de Reyes y
sujetará todas las cosas bajo su liderazgo y ordenanza. Clemente de Alejandría
resumió todo esto 1800 años atrás (Stromata VII, 2:5-12) cuando dijo:

"Todas las cosas están arregladas (u ordenadas) por el Señor del


Universo, con vista a la salvación del universo mismo, en los dos sentidos,
en general y en particular. Por una necesaria corrección (o cambio)
por medio de la bondad y misericordia del Gran Juez que
supervisa todo, o en consideración al gran juicio final, que obliga,
a los que viven en un constante pecado, a arrepentirse".

El Ministerio de la Restauración
El cuarto capítulo de Malaquías nos dice que Elías ha de venir para preparar
el camino antes que el Mesías. Jesús dijo que Juan, el Bautista tuvo esa misión
consistente en "restaurar todas las cosas". Podemos leer en Mateo 17:11-13

11
Y respondiendo Él, dijo: Elías ciertamente viene, y restaurará todas las
cosas; 12 pero yo os digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le
hicieron todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre va a
padecer a manos de ellos. 13 Entonces los discípulos entendieron que les
había hablado de Juan el Bautista.

Lo que Juan hizo, fue solamente una pequeña realización de la labor que
habría de ser cumplida a la segunda venida de Cristo. ¿Cómo lo sabemos?
Porque Malaquías profetizó que esto ocurriría antes "del grande y terrible día del
69

Señor”. Ese día es futuro todavía, por eso 2 Pedro 3:10 dice que "el día del
Señor vendrá, como un ladrón".

Es obvio que éste ministerio de restauración de todas las cosas, tendrá que
preceder a la segunda a venida de Cristo, cuando Él venga a gobernar en su
Reino. Por tanto, el grupo de gente que ha sido llamado a realizar lo profetizado
por el ministerio de Elías, tiene que estar en conocimiento de esta restauración.
Esta misma gente está llamada a "restaurar", en el sentido de inducir a la gente al
arrepentimiento. Pero, además, ellos han sido también llamados para dar
testimonio del "Gran Restaurador" que ha de venir después, y para preparar los
corazones de todos para este plan Divino de Restauración. Pedro resume en este
mensaje en Hechos 3:19-21:

19
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean
borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del
Señor, 20 y Él envíe a Jesús, el Cristo designado de antemano para
vosotros, 21 a quien el cielo debe recibir hasta el día de la restauración de
todas las cosas, acerca de lo cual Dios habló por boca de sus santos
profetas desde tiempos antiguos.

El propósito de este libro es revelar el secreto de Su voluntad. Este secreto es que


Dios ha de reconciliar "El Todo" de la creación, como Pablo les dijo a los
Colosenses. Será El Salvador de "todos los hombres", como Pablo dijo a
Timoteo. Es la justificación de "todos los hombres", como el mismo Pablo dijo
en Romanos. Dará cabida a todos los hombres y sujetará a Él "El Todo",
como el mismo Pablo dijo a los Corintios. "Cada rodilla" se doblará y “toda
lengua confesará”, como también dijo a los Filipenses. Este es el misterio, el
secreto que Jesús reveló a Pablo en los tres años que el apóstol estuvo en el
desierto. Es ya tiempo de que el mundo redescubra esto.
70

CAPÍTULO 6
LOS TRES FESTIVALES
DE LA COSECHA DE DIOS

Cuando Israel salió de Egipto, Dios les dijo que tendrían que conmemorar sus
sucesos principales, con ciertas ceremonias efectuadas en días consagrados
especiales o festividades. Las tres principales celebraciones eran la Pascua,
Pentecostés, y Tabernáculos. A éstas se les conoció también como la fiesta de
los Panes sin Levadura, la Fiesta de la Siega (primeros frutos) y la Fiesta de la
Cosecha a la salida del año (cuando recogían los frutos de sus labores del
campo).

Las instrucciones básicas fueron dadas por Dios en Éxodo 23:14-17

14 Tres veces al año me celebraréis fiesta. 15 Guardarás la fiesta de los panes


sin levadura. Siete días comerás pan sin levadura, como yo te mandé, en el
tiempo señalado del mes de Abib, pues en él saliste de Egipto. Y nadie se
presentará ante mí con las manos vacías.

La festividad de la Pascua y los siete días de los Panes sin Levadura son la
primera. Esto es en conmemoración del día en que Israel salió de Egipto, bajo
la dirección Moisés, en camino hacia la tierra prometida. La segunda
festividad, Pentecostés, o fiesta de la siega, conmemora la entrega de la Ley en
el monte Sinaí; el día en que el fuego de Dios bajó sobre el monte y Dios
habló a todo el pueblo. La tercera festividad la de los Tabernáculos o cosecha,
conmemora dos cosas: 1) la construcción del Tabernáculo en el desierto y 2) el
tiempo en que Israel estaba supuesto a cruzar el Jordán para entrar a la Tierra
Prometida.

Estas fiestas fueron establecidas para recordar ciertas experiencias claves en


la vida de la nación. Pero también tienen otras clases de significados. En el lado
71

personal, la Pascua significa nuestra justificación por la redención del pecado


("Egipto") (espíritu), Pentecostés significa nuestra santificación por medio del
derramamiento del Espíritu Santo (alma). La Fiesta de
los Tabernáculos significa la glorificación con la redención de nuestro cuerpo
(Romanos 8:23).

Las Tres Cosechas: Cebada, Trigo y


Uvas
Una cosecha en particular, es asociada con cada uno de los tres días festivos
(mencionados). La Pascua es asociada con la Siega de la cebada; Pentecostés es
asociado con la Cosecha del trigo; y la festividad de los Tabernáculos es
asociada, de manera específica con la Cosecha de la uva, o vendimia. Porque
esto es poco conocido, muchos no logran entender las enseñanzas de Pablo en
referencia a las tres cosechas.

En la tierra de Palestina, difícilmente había algo para la primera cosecha o


primicia, durante la primavera de cada año. Cuando la gente venía a Jerusalén
para la Pascua, cada cual traía abundantemente racimos de cebada para ofrecer a
Dios como la primicia de la cosecha (o sea, los primeros frutos cosechados). En
el primer domingo después de la Pascua, el sacerdote tomaba algo de la cebada
y con un movimiento hacia arriba y hacia abajo lo ofrecía delante de Dios
(Levítico 23:10-14.) La New American Standar Bible (NASB) tiene una nota
aclaratoria sobre este pasaje en la que se lee:

"La festividad de los primeros frutos (o primicias) incluía la presentación


al Señor de una gravilla (lit. un OMER) de la cosecha de la cebada...
Primeros Frutos o Primicias simbolizaba la consagración de toda la
cosecha a Dios, y era una garantía segura de que toda la cosecha tendría
que ser recogida”.

Sin embargo el trigo no había madurado o sazonado a la época de la Pascua, en


esa parte del mundo.

En el Antiguo Testamento hay una narración que muestra esto, evidentemente;


nos trae al recuerdo que en los días de Moisés, Dios envió diez plagas a Egipto,
antes de que el Faraón permitiera a Israel irse. Finalmente Israel salió de Egipto,
un día después de la décima plaga, y esto vino a ser celebrado como la fiesta de
la Pascua. La séptima plaga que cayó sobre Egipto, antes de la Pascua fue "el
granizo". La Biblia nos narra que el granizo destruyó las plantaciones de cebada,
72

porque ésta ya había espigado o madurado, pero del trigo no fue destruido porque
aún no había madurado, Éxodo 9:31-32 dice:

31
(Y el lino y la cebada fueron destruidos, pues la cebada estaba
en espiga y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no
fueron destruidos, por ser tardíos).

Una nota aclaratoria en la NASB en los comentarios con relación a esto:

"El trigo y la Escanda (una clase inferior de trigo), no fueron dañados en


ese tiempo, porque maduraron un mes después o algo así”.

En esta forma, podemos ver que el trigo maduraba más tardíamente, en el tiempo
de Pentecostés. Precisamente como la cebada era dada como ofrenda a Dios, el
primer día de la semana, después de la Pascua, asimismo el trigo era ofrendado
en Pentecostés, siete semanas después. Esto queda claro en Éxodo 34:22, en
donde se lee:

22
También celebrarás la fiesta de las semanas, es decir, los
primeros frutos de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha al
final del año.

Los viñedos maduraban al final de la temporada del cultivo, a fines del verano.
Las uvas eran cosechadas y echadas en lagares o depósitos especiales para ser
machacadas o trituradas con los pies y recoger luego el jugo. En cada uno de los
siete días de la festividad de los Tabernáculos, una jarra o cántaro de jugo de la
uva de la cosecha, era derramada en el Templo, como bebida ofrecida al Señor
(Levítico 23:27.)

Y así, de esta forma vemos que había tres principales días festivos en Israel: la
Pascua, Pentecostés y la fiesta de los Tabernáculos. Cada una de estas dedicada a
las ceremonias del templo, incluyendo diferente producto de la cosecha: cebada,
trigo y uvas. Los primeros dos eran granos, el último es fruta. Estos eran
festivales de la cosecha (o de la vendimia en el caso de la uva) los cuales se
celebraban tres veces al año, cuando todo varón debía acudir ante la presencia
(“rostro”) de Dios. Estos tres festivales tenía un significado profético, relativo a
la " cosecha de almas", en donde en el divino mandato requiere que los hombres
estén presentes ante Dios.

El Significado de la Cebada en la Biblia


Si tuviéramos que estudiar los pasajes, en la Biblia, en los cuales se hace
mención de la cebada, podríamos encontrar muy valiosa información acerca de la
73

primera resurrección y el carácter y la vocación de aquellos que han de


calificar para esta primera resurrección. El hecho de que la cebada madura
temprano, nos dice que "los primeros frutos de la cebada" representan la
primera gente que ha de madurar espiritualmente para producir los frutos
del Reino que Dios requiere. La cebada, asimismo, sobrevive a la sequía (falta
de agua), al calor y al frío más fácilmente que el trigo.

En la historia de Eliseo, por ejemplo, durante una sequía, un hombre le trajo a él


los primeros frutos (o primicias) de la cebada, (2 Reyes 4:42.) Casi al mismo
tiempo en que Eliseo venció la muerte en la olla de guisado, lo que significaba la
resurrección. El profeta entonces, multiplicó la cebada y dio de comer a cientos
de gentes.

Un ejemplo, en el Nuevo Testamento, se encuentra en Juan 6, en donde Jesús


alimenta a cinco mil. Esto ocurrió en el tiempo de Pascua (6:4) y un muchacho
joven trajo cinco panes de cebada y 2 pescados (6:9). Después de multiplicar los
panes, Jesús dijo a sus discípulos "que recogieran todos los pedazos (o trozos o
fragmentos) que quedaron, de modo que no se perdiera nada". Más adelante, en
el mismo capítulo, nos repite en tres ocasiones este relato, diciendo: "Yo lo
resucitare en el día postrero". (6:39,44,54.) En otras palabras, aun cuando doce
cestas de pedazos de cebada fueron recogidas de modo que nada se perdiera,
asimismo, la cantidad de cebada que fue despedazada o quebrantada para
alimentar al pueblo, ha de ser levantada en el último día de la época presente.
"Doce" es el número bíblico del gobierno divino. La gente de la cebada, está
llamada a gobernar y a reinar con Cristo.

En cuanto al llamado del grupo de la cebada podemos leer que Gedeón y su


ejército fueron llamados "una hogaza de pan de cebada" (o un pan de cebada.)
Dios ha de formar un ejército de vencedores que gobernarán con Cristo para
someter a todas las naciones bajo sus pies. Sus armas serán una trompeta y un
cántaro de barro con una antorcha encendida en su interior. Gedeón dio
instrucciones a su ejército, de que tenían que permanecer quietos o sin
moverse hasta el momento en que la trompeta sonará. Enseguida, al sonar la
trompeta, tenían que quebrar o romper los cántaros de barro y mostrar las
antorchas que estaban dentro.

La trompeta simboliza resurrección, por esa razón, Pablo nos dice que la
muerte será levantada a la "última trompeta" (al sonido de la última trompeta) (1
Corintios 15: 52) esto es la Séptima trompeta. En lo referente al cántaro o vasija
de barro y la antorcha adentro, se nos dice que la gloria Dios está oculta (o
escondida) dentro de nosotros mismos, y que "tenemos ese tesoro en vasijas de
barro" (2 Corintios 4:7.) El tiempo está por llegar, en el que la última trompeta
habrá de sonar, y aquellos cuerpos muertos (de entre los muertos), "las vasijas de
barro", serán quebradas, para revelar la luz de la gloria Dios. Esto habrá de
ocurrir en la Primera Resurrección.
74

El Significado del Trigo en la Biblia


Un estudio referente al trigo, en la Biblia, nos enseña lo concerniente a la
iglesia en general, y la forma en que ésta es levantada y juzgada en forma
sucinta en la Segunda Resurrección. Los primeros frutos (o primicias) de
Pentecostés, simbolizan la Segunda Resurrección, cuando la iglesia es levantada
para presentarse ante el rostro de Dios. Como dijimos anteriormente, como el
trigo maduro, es cosechada en la época de Pentecostés. En los días aquellos (que
relata la Biblia), el Sumo Sacerdote debía de ofrecer a Dios dos panes de trigo,
amasados y horneados con levadura. Luego que Dios recibía Su porción, se le
permitía al pueblo cosechar y alimentarse de la cosecha de trigo de ese mismo
año.

La fiesta de Pentecostés se enfoca particularmente, en el pueblo que ha sido


amasado con levadura. Israel recibió la Ley en el monte Sinaí, en el día de
Pentecostés. En esa época, el pueblo estaba constituido en reino, conforme a la
palabra que Dios les expresó. El pueblo tuvo temor al fuego y corrieron para
alejarse de la voz de Dios. (Ver: Éxodos 20:18-20). El pueblo fue cubierto con
levadura y no querían entrar dentro del fuego de Dios para quitar la
levadura. Es así como Pentecostés no pudo ser establecido en los días de
Moisés.

En el segundo capítulo de Hechos, leemos que Pentecostés fue finalmente


realizado porque los discípulos no corrieron para alejarse de Dios, sino que
dejaron que el fuego los envolviera. Pero aun así, el problema básico continuó, el
"Tiempo Pentecostal" todavía fue cubierto o amasado con levadura, y la iglesia,
en general, ha seguido el ejemplo de Israel bajo la autoridad Moisés, rehusándose
a oír la voz de Dios, y alejándose urgentemente de Su fuego.

Pentecostés no fue diseñado para dar perfección; esta es, una condición sin el
efecto de la levadura. Pentecostés nos da solamente una promesa del Espíritu,
un anticipo, en lugar de una realización completa. La NASB lo llama "una
promesa" Efesios 1:13 -14, dice:

13
En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la
verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído,
fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la
promesa, 14 que nos es dado como garantía (arras) de nuestra
herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida
por Dios, para alabanza de su gloria.

Esto es, asimismo, confirmado en 2 Corintios 1:22 y 5:5. Como consecuencia, en


el presente, nosotros vivimos en una época de levadura; una época de un reino
75

imperfecto, de sacerdotes que carecen de la abundancia o plenitud por medio


de la cual ellos tendrían que conducir el Reino, a la perfección.

Si hay algo que hemos aprendido en la época Pentecostal, es que nosotros no


podemos heredar el Reino perfecto, en base de una simple prima o garantía del
Espíritu. Solamente aquellos con la plenitud de Su Espíritu, pueden heredar
la promesa plenamente. Esto, desde luego, viene a ser frustrante para el grupo
"de la cebada", que vive en la época Pentecostal, todavía en deseo de la plenitud
del Espíritu. Pero todos tendrán que esperar el tiempo asignado para ellos. Habrá
de producirse una bendición colectiva, que Dios dará al grupo completo del
grupo de la cebada, al mismo tiempo, y esto ha de esperar hasta que todos
los del grupo de la cebada, hayan nacido y lleguen a la madurez completa.

Esta situación es presentada como típica por Caleb y Josué en los días de Israel
en el desierto. Estos dos hombres fueron como el grupo de la cebada, en medio
del grupo del trigo, "la iglesia en el desierto" (Hechos 7:38). Ellos querían
cruzar el Jordán y entrar luego a su herencia, pero debido a que la mayoría de los
israelitas rehusaron entrar, Caleb y Josué tuvieron que andar errantes, caminando
sin objetivo alguno en el desierto. Esta situación difícilmente podía tener buenos
resultados, pero Dios trabajó en los dos niveles, en el nivel individual y en el
nivel colectivo. Puede ciertamente manifestarse el carácter de la cebada en el
corazón de los individuos como tales, pero ellos no podrán entrar en la "Tierra
Prometida", hasta que llegue el tiempo señalado.

En el nuevo testamento hemos visto repetirse el mismo modelo. Las gentes del
Reino, del Nuevo Testamento, han andado como vagabundos en un desierto por
espacio de 40 Jubileos, es decir, (40 x 49= 1960 años). Aunque los Caleb y los
Josué de la presente época han visto la tierra prometida y hace mucho han
cruzado el Jordán para entrar en su herencia, esto les fue denegado hasta el
tiempo señalado. Muchos de estos "vencedores" murieron, sin haber heredado la
promesa; (o lo prometido). Sin embargo, Dios los levantará de la muerte al
sonido de la séptima trompeta de cualquier año, para que puedan entrar vivos en
su heredad, junto con aquellos del grupo de la cebada que estén vivos en aquel
día.

Tal vez el más significativo pasaje del Antiguo Testamento, que concuerda con
lo referente a la cosecha del trigo, se encuentra en el relato de la coronación de
Saúl como primer rey de Israel (1 Samuel 9-12.) El pueblo había pedido un rey,
antes de que David naciera, así Dios les dio a Saúl para que fungiese como rey
de ellos. El Reino fue renovado de esta manera (1 Samuel 11:14), pero fue un
reino mezclado con levadura. Saúl fue coronado en el día de Pentecostés, por
lo que en el discurso de la coronación que pronunció Samuel, él mismo dijo, en 1
Samuel 12:17: ¿No es ahora la cosecha del trigo?" Esto dio a entender que se
trataba del día que los dos panes de trigo eran ofrecidos a Dios, puntualizando o
señalando el comienzo de la recolección del trigo.
76

Saúl fue para Israel lo que la iglesia ha sido en el tiempo del Nuevo
Testamento. Saúl empezó haciendo lo que era correcto, pero en el segundo
año de su reinado, él desobedeció a Dios, y como consecuencia, vino a ser
descalificado para gobernar a Israel. (Lea: 1 Samuel 13:1,13-14.) No obstante
Dios le permitió continuar gobernando por otros 38 años y medio.

Esto siguió el patrón de Israel, precisamente bajo la dirección Moisés. Hay que
recordar que bajo el mandato de Moisés, el pueblo se negó a cruzar el Jordán
también en el segundo año, y como consecuencia, Dios hizo que la nación
deambulara por el desierto por otros 38 años y medio.

En el Nuevo Testamento los acontecimientos vienen a realizarse en igual forma


una vez más. En Pentecostés, La iglesia tuvo un excelente comienzo, pero el
pueblo (representado por sus gobernantes, en el sanedrín) se negó a obedecer a
Dios. El punto focal se dio cuando Esteban fue apedreado (Hechos 7), así se
completó la parte de Caleb y Josué, urgiendo al pueblo que cruzara el Jordán para
entrar en la Tierra Prometida. Así como el pueblo estuvo a punto de apedrear a
Caleb y a Josué, de igual forma ellos, en realidad apedrearon a Esteban. Este
hecho constituyó la resistencia como para oponerse a "cruzar el Jordán", en la
época del Nuevo Testamento, resultando, de esto, que una vez más,
sobrevivieron 40 Jubileos de ambular por el desierto. Esta interpretación es
corroborada por el significado del nombre "Esteban". En Griego, "Stephanos"
quiere decir, "Corona". En esta forma la lapidación de Esteban,
simbólicamente fue el rechazo de la corona de la vida. El hecho de negarse a
cruzar el Jordán y heredar la Tierra Prometida, fue el rechazo de la herencia que
nos fue prometida, la cual es nuestra esperanza, la redención de nuestros cuerpos
(Romanos 8:23).

Y así, esta época pasada ha sido la época del gobierno de Saúl. El reino en
realidad fue establecido en Pentecostés, como se lee en el segundo capítulo de
Hechos, pero éste no fue el reino perfecto, caracterizado por el gobierno
Davídico. Al contrario, este fue un Reino imperfecto, "lleno de levadura",
como lo ha demostrado la historia, simbolizado por el reinado de Saúl en el
Antiguo Testamento.

Como en los días de Saúl y de David, la nación tendría que esperar el final del
reinado de “Saúl”, antes que empezase el Reino "Davídico".

Esta es la época de la iglesia, la recolección del trigo. Aquellos que pertenecen a


la cosecha de la cebada, como Caleb y Josué, tendrán que esperar el total
consumción (finalización) de la época del tiempo de la iglesia, antes que puedan
heredar la Primera Resurrección. El mensaje de Esteban con referencia al Reino
en Hechos 7, fue rechazado cuando él expresó al sumo sacerdote la urgencia o la
necesidad de seguir a Josué-Jesús para cruzar el Jordán. Y, en esta forma,
77

nosotros fuimos sentenciados a deambular (como vagabundos), por el desierto,


¡Nuevamente!

Como podemos ver, siempre existe un elemento de juicio alrededor de la


fiesta de Pentecostés. El fuego que cayó sobre el monte Sinaí, en el primer
Pentecostés, suponía que traería bendición para el pueblo, por la presencia divina.
No obstante, el pueblo corrió alejándose atemorizado. Ellos fueron aterrorizados
ante la idea de escuchar Su voz, y así, se privaron de tener la divina presencia. El
fuego de Dios, entonces, se movió a otro lugar, un Tabernáculo exterior, hecho
por manos de hombre. Sin la presencia divina sobre el pueblo y sin la posibilidad
de escuchar la voz de Dios dentro de sus corazones, no podían tener la fe
necesaria como para cruzar después el Jordán. De esta manera, Pentecostés probó
ser un juicio para ellos.

Cuando Saúl fue coronado, en Pentecostés, Samuel profetizó "truenos y lluvia"


para ese día (1 Samuel 12:17.) Lluvia en tiempo de Pentecostés era a algo fuera
de lo normal, como la caída de nieve en el verano o la honestidad en el necio.
(Proverbios 26:1.) De esta manera, la lluvia y los truenos en Pentecostés, podrían
ser considerados por el pueblo, como un juicio, como Samuel, claramente, quiso
dar a entender.

Podemos leer en 1 Samuel 12:17

17
¿No es ahora la siega del trigo? Yo clamaré al Señor, para que
mande truenos y lluvia. Entonces conoceréis y veréis que es
grande la maldad que habéis hecho ante los ojos del Señor, al
pedir para vosotros un rey.

En otro sentido, "truenos y lluvias" también tiene el significado del


derramamiento del Espíritu Santo y La voz de Dios (la palabra de Dios). Así es
como, mientras se considera, que es un juicio en esta situación, también en el
mismo medio, hay un elemento de bendición. De hecho, es una mezcla de bien y
de mal, que es exactamente el significado o simbolismo de las dos hogazas de
pan de trigo amasado con levadura, que se ofrecían a Dios en cada Pentecostés.

Hay muchos otros ejemplos bíblicos que podemos citar aquí, pero el tiempo y el
espacio no lo permiten. En su lugar, debemos continuar para mostrar el
significado o simbolismo de la cosecha del trigo, en lo referente a la Segunda
Resurrección de la Iglesia. La Segunda Resurrección parecer ser, desde luego,
una bendición muy grande para todos los creyentes que no fueron levantados o
resucitados ya, en la Primera Resurrección. Sin embargo, debido a que todos los
creyentes han sido ya amasados o mezclados con levadura, existe aquí también
un elemento de juicio, que se presenta al mismo tiempo. Pablo nos habla de este
juicio, en 1 Corintios 3:15,
78

Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá


15

pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.

Aquí se habla de hombres para quienes Jesucristo ha sido erigido como


fundamento. Se habla de los creyentes. Pero debido a que estas gentes son una
mezcla carnal de trigo y levadura, sus obras tienen que ser probadas por
medio del fuego. Las obras o acciones buenas (hechas por la fe, en obediencia a
la voz de Dios) habrán de permanecer; el resto, será, destruido por el fuego. El
pan habrá de ser cocido al horno para detener el efecto de la levadura. Esto
es el juicio, pero el propósito del fuego no es destruir al creyente carnal, sino
purificarlo, en la misma forma como hemos mostrado en capítulos anteriores.

La Iglesia en general será resucitada en la Segunda Resurrección. Jesús


llama a eso "el justo", que recibe Vida; al mismo tiempo "el injusto" será juzgado
en los comienzos del mencionado tiempo final, en el "Lago de Fuego". En
cualquiera de los casos, el fuego que hace justicia, es el mismo fuego que es
derramado en Pentecostés. El juicio de Dios está destinado a "limpiar su era, y
recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego". (Mateo 3:12.)

El bautismo de fuego del trigo (la Iglesia), es las dos cosas, bueno y malo.
Representa un procedimiento de purificación, que viene a ser un juicio en lo
referente al pecado, para bendición de cada persona en particular. Cuando Dios
decide perfeccionar o purificar a alguien, no es una agradable experiencia. No es
el Juicio, pero quienes entienden la mentalidad y los propósitos de Dios, con
buena voluntad y deseo se someterán a este fuego Suyo, sabiendo (o conociendo
a cabalidad) que Dios dispone todas las cosas de tal manera que todo ha de ser
para el bien o beneficio de ellos mismos.

El Significado de las Uvas en la Biblia


Finalmente el estudio de la Biblia relativo a la cosecha de las uvas (o vendimia),
con la trituración de las uvas en el lagar (es decir, en los depósitos donde se
pisotea la uva), nos explica el destino que correrán los incrédulos. El lagar
representa la ira de Dios, el juicio y el lago de fuego.

La intención o propósito de la recolección de las cosechas de primavera de


cereales, cebada y trigo, es proveer el pan para la Mesa de la Gran
Comuniónde Dios. El objetivo de la fiesta de los Tabernáculos, con su
celebración de la trituración de la uva, cuando es pisoteada en el lagar, es
obtener el vino para proveer la Mesa de Dios. Sin El vino, Su mesa de la
Comunión sólo tendría pan, y estaría incompleta. Dios ha de tener Su vino,
pero éste tiene que ser producido en el lagar, que simboliza el juicio Dios.
79

Dios cosecha Su cebada, su trigo y sus uvas, en diferentes formas, tal como nos
lo enseña la naturaleza. Los residuos de la cebada se sacan y se botan con
facilidad al cribarla, y así, se dice que la cebada es aventada (o movida
pasándola de un recipiente a otro de modo que el viento la limpie.) La acción del
viento por sí solo (por medio de la ventilación) es suficiente para quitar la cáscara
(o el desperdicio de la limpieza). Esto nos habla del grupo de la cebada, que
con prontitud responde ante el viento del Espíritu Santo.

Para remover la cáscara y demás basura del trigo, se requiere trillarlo, esto es
pasarle encima un cilindro pesado, o algo parecido, para desprender el grano de
la paja. Esto es un método de acción más riguroso o más pesado pero así,
resulta efectivo el trabajo de limpieza. Esto nos describe (o nos muestra) el
hecho de que la iglesia ha de ser "cosechada" por medio del juicio, o sea, la
tribulación. En latín "TRIBULUM" es un instrumento para trillar (o sea,
separar el grano de la paja, o cáscara).

Finalmente, para obtener el jugo de las uvas, éstas tienen que ser trituradas con
los pies o pisoteadas. Las uvas no tienen que ser cribadas (o limpiadas a través
de una zaranda), sino que por tener "pulpa", tienen que ser comprimidas o
machacadas con fuerte presión, para poder obtener el vino. Esto representa o
simboliza la forma más severa de juicio aplicado a los no creyentes.
Efectivamente, el hecho simbólico es que Dios, por Sí mismo, obtiene el vino
para Su mesa de Comunión.

Tres Niveles de Realización


Los días festivos de Israel se efectúan en tres niveles. Nivel Uno es el nivel
individual o personal. En este nivel, la fiesta de la Pascua tiene un
cumplimiento en nosotros porque somos justificados por la fe en la Sangre del
Cordero. La Pascua era la festividad durante la cual, la gente sacrificaba un
cordero y rociaba con la sangre los dinteles (o marcos) de las puertas. Como
cristianos, nosotros sabemos, que Jesús es el verdadero Cordero de Dios, quien
hizo realidad esa figura simbólica en su crucifixión en la Pascua. Cuando
pusimos nuestra fe en Su sangre derramada, fuimos nosotros justificados por la
fe.

La fiesta de Pentecostés, es el segundo paso en nuestro camino hacia Dios. Esta


es la fiesta en que Dios empezó a escribir Su Ley en nuestros corazones, por lo
que fue en este día que Él por primera vez habló a Israel con relación a los diez
mandamientos, en Éxodo 20. Hechos 2 nos muestra la forma de su cumplimiento,
cuando el espíritu se posó sobre los discípulos en el Aposento Alto, y todos ellos
escucharon la voz de Dios hablando en su propia lengua. Pentecostés no tiene
nada que ver con nuestra justificación, pero sí con nuestra santificación. Esta es
la festividad en la que comenzamos a entender (o comprender) lo que es la
80

obediencia y aprender cómo ser guiados por el Espíritu durante nuestra


permanencia temporal en el desierto.

La fiesta de los Tabernáculos es el escalón tercero y final en nuestro viajar con


Dios. Esta fiesta nos comunica la plenitud del Espíritu, y nos conduce, en
forma total, al cumplimiento de la promesa de la perfección en nuestra relación
con Él.

Estos son los tres pasos principales que tenemos que efectuar, para nuestro
crecimiento espiritual y madurez, en tanto que vamos alcanzando la perfección o
el crecimiento, a la plenitud de Cristo.

El Nivel Dos es el cumplimiento colectivo en la Iglesia, o el Reino de Dios. En


este nivel nosotros vemos la forma en que Dios trata con las 3 Iglesias, o las tres
etapas del Reino en la tierra.

En el nivel de Pascua de la iglesia, o reino, empezó con Moisés, en la primera


Pascua, cuando Israel salió de Egipto. A esta primera Iglesia se le llamó, en
Hechos 7:38 "La iglesia en el desierto”. Esta Iglesia del tiempo de la Pascua,
terminó con la muerte de Jesús en la Cruz, en la época de la Pascua, cerca de
1.500 años después. Fue una época en que el Espíritu Santo estuvo CON el
pueblo, pero NO EN (dentro de) ellos.

La segunda Iglesia es la Iglesia del tiempo de Pentecostés, la cual comenzó


siete semanas después de la resurrección de Cristo, cuando el Espíritu de Dios
fue enviado, en el día de Pentecostés. En este día, Dios renovó el Reino, por
medio de haberle dado un mayor poder, y haciendo que el Espíritu Santo
estuviera dentro del pueblo. El Templo NO fue por mucho tiempo una casa
material y externa, hecha de madera y piedra. En realidad el pueblo mismo
constituyó el Templo de Dios. 1 Corintos 3:16.

¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios


16

habita en vosotros?

La época Pentecostal habría de ser el tiempo en que la Iglesia aprendiera o


entendiera la Ley de Dios y cómo ser guiados por la palabra del Espíritu
Santo. Muy a menudo los dirigentes de varias facciones o grupos de Iglesias,
desecharon la Ley y privaron a los cristianos del derecho de oír la palabra de
Dios por ellos mismos (o sea, por iniciativa propia). Con esto, ellos han seguido
el ejemplo del rey Saúl, quien se dispuso a matar a su propio hijo Jonatán, por
haber probado la dulzura de la miel de la Palabra en lo más duro de la batalla,
esta narración se encuentra en 1 Samuel 14:29
81

29
Entonces Jonatán dijo: Mi padre ha traído dificultades a esta
tierra. Ved ahora cómo brillan mis ojos porque probé un poco
de esta miel.

Este capítulo es una historia alegórica de la Iglesia, y nos hace ver, con mucha
claridad, el problema de la Época Pentecostal durante muchos siglos, cuando la
Iglesia prohibía a la gente leer la Biblia y oír la voz de Dios, o cualquier palabra
o enseñanza de Dios, que fuera contraria a lo establecido en forma ortodoxa por
la Iglesia.

El Reino de Dios, en la Era Pentecostal, no trajo la rectitud o justicia a la tierra;


ni pudo haberlo hecho, porque a la Iglesia sólo se le dio una promesa real, de que
vendría el Espíritu Santo. Pentecostés, por sí mismo, era la fiesta en la cual Dios
ordenó que las primicias o primeros frutos del trigo tenían que ser
horneados con levadura. La enseñanza es clara: Pentecostés no puede
comunicar perfección a ninguna persona en forma individual, ni tampoco
puede su iglesia establecer la rectitud en la tierra. Esa promesa tiene que
esperar la tercera y final festividad y Su Iglesia, es decir, El Reino.

Nivel Tercero: La Tercera Iglesia es la Iglesia de la Época de


los Tabernáculos. Al principio de esta era, Dios derramará la plenitud de Su
espíritu sobre los vencedores. Ellos habrán de gobernar en la tierra con poder, y
a han de poner todas las cosas, bajo los pies de Jesucristo. El ministerio de ellos
ha de traer la rectitud y la plenitud de la verdad a la tierra. Esto será la señal de
la gran restauración que jamás antes ha visto el mundo, como lo anunciaron,
con frecuencia, los profetas. Este tiempo, así lo creo, habrá de durar un
período de 1000 años, durante el cual, el Reino de Dios será extendido hasta
llenar la tierra entera. Habacuc 2:14, nos dice:

Porque la tierra será llena del conocimiento de la Gloria del


14

Señor así como las aguas cubren el mar.

El agua cubre el 100 % del mar. En la misma forma, el conocimiento de la gloria


Dios ha de cubrir la tierra. Esto es la restauración de todas las cosas, el último
gran plan de Dios.

Aun así, éste solamente es el tercer nivel de realización completa para los días de
las festividades, él más alto nivel es el de la creación. En este tercer nivel,
enfocamos nuestra atención sobre las fiestas, como los festivales de la cosecha,
en las que Dios pone tres cosechas de almas en Su granero.

La primera cosecha es la del grupo de la cebada, los vencedores. Esto ocurre


al tiempo de la primera resurrección, cuya fecha Juan determina que habrá de
ser en el comienzo del período de los mil años.
82

La cosecha del trigo, que es la iglesia en general, será recogida en el segundo


gran tiempo señalado para El juicio del "Gran Trono Blanco". Esto ha de
ocurrir al final de los mil años, o al principio del período del octavo milenio.

En este tiempo, los no creyentes (vendimia de la uva) empezarán a ser


pisoteados o triturados para luego limpiarlos y purificarlos, de tal manera
que ellos también estarán listos o aptos para que el Maestro los pueda usar. La
cosecha de la uva será entonces efectuada al final del tiempo, en el Jubileo de
la Creación. Diremos más acerca de este tema, en otro capítulo.

Enseñanzas de Pablo acerca de las


Tres Cosechas
Pablo es el único que realmente coincide con los conceptos de las tres cosechas
en un solo relato. Estas se encuentran en el capítulo referente a la gran
resurrección en 1 Corintios 15. En los primeros 21 versículos, Pablo hace énfasis
sobre la importancia de la creencia firme, en que Jesucristo fue resucitado de
entre los muertos. El apóstol insiste con claridad en que, si Jesús no resucitó de
entre los muertos, nuestra fe entonces es vana, porque Su resurrección es prueba
absoluta de que el Espíritu de Dios puede, en realidad, resucitar a los muertos.
Nuestra fe, de hecho, está fundamentada en ese hecho histórico.

Seguidamente, en los versículos 22 al 28 consecutivamente, Pablo hace


referencia a nuestra propia resurrección y nos dice, que hay tres clases de gente,
"Tres Escuadrones", que serán resucitados en diferentes épocas en la historia.
Estas tres categorías corresponden, específicamente, a los tres días festivos
principales de Israel. Pablo deja totalmente claro esto, como luego lo veremos.

1. Las Cosechas de la Cebada y del


Trigo
Pablo comienza su discusión de las resurrecciones por una declaración general que
nos permite saber donde Pablo nos está llevando. Él dice en 1 Corintios 15:22
"Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados". Esto claramente nos dice que todos van a ser levantados en
Cristo, así como todos murieron en Adán. A continuación, nos cuenta cómo se va
a lograr esto, y vamos a ver que no todos van a ser levantados al mismo tiempo.

23 Pero cada uno en su debido orden [tagma, o "escuadrón"] : Cristo, las


primicias [o, "primicias ungidas"] , después los que son [el] Cristo, en su
venida [ parusía, "presencia"].
83

La mayoría de la gente está de acuerdo en que Pablo está aquí hablando de dos
resurrecciones diferentes. Sin embargo, la mayoría también asume que la primera
resurrección es la de Jesús, que es el Cristo, "El Ungido". Por eso vemos que suele
traducirse, "Cristo, las primicias". Se toma la Segunda Resurrección entonces para
referirse a todos los creyentes, y no se hace distinción entre vencedores y la Iglesia
en general. Nosotros, sin embargo, tenemos buenas razones para diferir con esta
opinión.

Recuerde, Pablo ya había concluido la sección que trataba de la resurrección de


Jesús. En el versículo 22 vuelve su atención a nuestra propia
resurrección , diciendo que todos serán vivificados, pero cada uno en su propio
orden, o escuadrón. La palabra griega traducida como "orden" en la versión King
James es tagma, que en realidad es un término militar, en referencia a un cuerpo
de soldados. Pablo está diciendo que seremos resucitados en tres escuadrones.

El primer escuadrón no es "Cristo, las primicias", como la mayoría de los


traductores han asumido erróneamente. Hay tres escuadrones, y Jesús no es un
escuadrón, sino un individuo. Debe leerse las "primicias ungidas". La palabra
griega Christos significa "ungido". Jesús es, por supuesto, el Cristo, es decir, "el
ungido". Pero la palabra Christos no siempre se refiere a Jesús. De hecho, la
palabra se puede aplicar a cualquier persona o cualquier cosa que ha sido ungida.

Cuando la palabra Christos está precedida por el artículo definido la, por lo
general se refiere a Cristo, es decir, a Jesús, que es "el Ungido". Sin embargo,
cuando la palabra christos se utiliza sin el artículo definido, entonces es indefinida
y podría referirse a las personas o cosas que han sido ungidas y apartadas para el
uso de Dios. Los profetas, sacerdotes y reyes a lo largo de la Biblia fueron
ungidos, o "bautizados". Los vasos del templo e incluso la almohada de Jacob
( Génesis 28:18 ) fueron ungidos.

En 1 Cor. 15:22 el artículo definido se utiliza en el original griego, donde Pablo


está hablando acerca de Jesús "el Cristo", en el que todos serán vivificados. Luego,
en el versículo 23, el se utiliza en la última parte del verso, pero no en la primera
parte. Esto implica que el verso debería haber sido entendido como sigue:

"Pero cada uno en su propio escuadrón:. (1) las primicias


ungidas; (2) luego los que son del Cristo, en Su presencia"

Una vez que nos damos cuenta de que Pablo estaba usando el tema de los tres
festivales de la cosecha de Israel, su significado es claro. Pablo se refiere aquí a la
Pascua y Pentecostés, las cosechas de la cebada y el trigo. El primer "escuadrón"
en ser resucitado de entre los muertos son los vencedores de la cebada; el
segundo “escuadrón” es la Iglesia en general, la cosecha del trigo.

Es importante saber que los primeros frutos de la cosecha de cebada debían ser
ungidos con aceite. Pablo se refiere a este hecho aquí cuando dice,
84

"primicias ungidas". Leemos acerca de esto en Levítico 23:13. Hablando de las


primicias de la cebada a diferencia de los primeros frutos de la cosecha de trigo,
Moisés dice:

13 Su ofrenda a continuación, será de dos décimas de flor de harina mezclada


con aceite, ofrenda encendida a Jehová de aroma agradable, con su libación,
la cuarta parte de un hin de vino.

Y así, cuando Pablo enumera el primer escuadrón de la gente que se levantarán de


entre los muertos, él los llama las "primicias ungidas". Tenía en mente las
primicias de la cosecha de la cebada. Estos gobernarán y reinarán con Cristo en la
tierra ( Apocalipsis 5:10; 20: 6 ).

Los que son de Cristo, la Iglesia en general, heredarán la Segunda


Resurrección. Estos son retratados en la ceremonia del templo, donde los dos
panes ofrecidos a Dios primero eran cocidos con levadura ( Lev. 23:17 ). Mientras
que el aceite representa al Espíritu Santo, la levadura representa el pecado ( Éxodo
12:15; Marcos 8:15 ). Esta es la principal diferencia entre la cebada y el trigo, y es
obvio que Pablo retoma esa diferencia en su discusión de las primeras dos
resurrecciones. La primera es las primicias ungidas; la segunda compañía, la
Iglesia en general, está leudada,.

2. La Cosecha de la Uva (vendimia).


Pablo no se detiene con el segundo escuadrón de gente levantado a la
Vida. Continúa con el tercer escuadrón, y, de hecho, pasa más tiempo en este
escuadrón que con los otros dos combinados. Es el escuadrón representado por la
cosecha de la uva al final de la temporada de crecimiento, que era el punto central
de la Fiesta de los Tabernáculos. Así que tenga en cuenta cómo Pablo lleva este
tema en su tesis sobre la tercera resurrección en 1 Corintios 15: 24-28.

24 Luego viene el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya
suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque él tiene que
reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 El
último enemigo que será destruido es la muerte. 27 Porque él ha puesto todas
las cosas bajo sus pies. Pero cuando dice [en el Salmo 8: 6], "Todas las cosas le
son sujetadas", es evidente que se exceptúa Él [el Padre] que puso todas las
cosas en sujeción a Él. 28 Y cuando todo haya sido sometido a Él, entonces
también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó todas las cosas a Él, para
que Dios sea todo en todos.

Tenga en cuenta la frecuencia con la que Pablo dice que estas personas se van a
poner "bajo sus pies" o "sometidas". No puede haber ninguna duda de que Pablo
tuvo la cosecha de uva en mente, porque pisar la uva con los pies era conocido
universalmente para indicar el juicio. Esto es absolutamente coherente con el resto
85

de los escritos de Pablo, donde revela cómo todas las cosas (ta panta, "el todo") se
reconciliarán a Dios. Puesto que la reconciliación es un término que indica paz
entre enemigos, Pablo se refiere obviamente a las naciones rebeldes de la tierra que
son enemigas de Dios en esta era presente. Pablo dice que el propósito de la
creación es para que todas las naciones se sometieran a Cristo.

Luego, cuando Él haya eliminado a todos Sus enemigos (al convertirlos en


amigos), Él finalmente va a destruir ese último enemigo, la muerte. Uno sólo
puede destruir la muerte dándole vida. Por eso nos referimos a esto como una
resurrección. Sólo cuando la muerte misma sea desterrada del universo creado
podrá Dios ser todo en todos.

CAPÍTULO 7
LA LEY DEL JUBILEO

Así como Jesucristo es el Personaje central en toda la historia, la ley del Jubileo
es la más fundamental ley de toda la creación. La ley del Jubileo es la base del
perdón y de la gracia. Esto constituye el propósito o la finalidad de la ley en
sí. Ésta ley determina la culminación de la historia de la tierra y un completo
fin al dominio de la oscuridad y del pecado. La ley básica del jubileo es
relatada en Levítico 25:8-13

8
Contarás también siete semanas de años para ti, siete veces siete años,
para que tengas el tiempo de siete semanas de años, es decir, cuarenta y
nueve años. 9 Entonces tocarás fuertemente el cuerno de carnero el
décimo día del séptimo mes; en el día de la expiación tocaréis el cuerno
por toda la tierra. 10 Así consagraréis el quincuagésimo año y proclamaréis
libertad por toda la tierra para sus habitantes. Será de jubileo para
vosotros, y cada uno de vosotros volverá a su posesión, y cada uno de
vosotros volverá a su familia. 11 Tendréis el quincuagésimo año como año
de jubileo: no sembraréis, ni segaréis lo que nazca espontáneamente, ni
vendimiaréis sus viñas sin podar. 12 Porque es jubileo, os será santo. De lo
que produzca el campo, comeréis. 13 En este año de jubileo cada uno de
vosotros volverá a su propia posesión.

Cuando Israel conquistó la tierra de Canaán bajo el mando de Josué, este repartió
el territorio entre todas las familias en Israel. Esto fue su herencia en la tierra, y
86

nadie (fuera del mismo Dios) podía, legalmente, privarlos de esa su herencia. Sin
embargo, si la sequía asolaba los campos, o si ocurriera algún otro tipo de
desastres, las familias podían perder sus tierras. Entonces podían ellos venderlas
a otra persona, hasta que llegara el año del Jubileo.

El valor de la tierra era establecido de acuerdo con la forma en que en ella se


producía la cebada, y un "HOMER" de cebada (más menos ocho almudes) era el
precio fijo de 50 SICLOS (cerca de 13 oz.) de plata, (Levítico 27:16). Al vender
la tierra, el comprador debía pagar un buen precio razonable de acuerdo con la
cantidad de cebada que en ella, normalmente se pudiera producir desde el
momento de la compraventa hasta el año del Jubileo. Desde luego, no se podían
contar los años sabáticos, cuando la tierra tenía que "descansar" y no podría
producirse ninguna cosecha, porque no podía ser cultivada.

Cuando había sido calculado un precio justo, la venta se efectuaba, y el nuevo


dueño empezaba a trabajar la propiedad. Los dueños anteriores, generalmente
encontraban empleo en otro lugar, a menos que fueron contratados, como
empleados, en su propia tierra, con el fin de trabajar para el nuevo dueño. El
original heredero de la tierra tenía el derecho de redimir su propiedad, en
cualquier tiempo, si tuviese la posibilidad de hacerlo así. Con cada año que
pasaba, el precio de la tierra, disminuía, proporcionalmente, porque, como queda
dicho, la tierra no era valorada como tal, sino en valor de las cosechas que en ella
se producían. Este procedimiento eliminaba cualquier especulación de la tierra (o
sea, compra o venta de la tierra, de una forma ilegal o fraudulenta).

La ley de Dios prohibía que alguien vendiera, en condiciones injustas o


maliciosas las tierras heredadas, porque la tierra pertenece a Dios. Toda venta de
tierras era temporal (sólo por un tiempo determinado). En nuestros días podemos
decir que ese tipo de venta, era un arrendamiento (o alquiler). En Levítico 25:23
dice:

23
Además, la tierra no se venderá en forma permanente, pues la tierra es
mía; porque vosotros sois sólo forasteros y
peregrinos para conmigo. 24Así que de toda tierra de vuestra posesión
otorgaréis a la tierra el derecho de ser redimida. 25 Si uno de tus hermanos
llega a ser tan pobre que tiene que vender parte de su posesión, su
pariente más cercano vendrá y redimirá lo que su hermano haya
vendido. 26 Y en caso de que un hombre no tenga redentor, pero consiga
los medios suficientes para su redención, 27 entonces computará los años
desde la venta y devolverá el resto al hombre a quien había vendido la
tierra, y así volverá a su posesión. 28 Pero si no ha hallado medios
suficientes para recobrarla por sí mismo, entonces lo que ha vendido
87

permanecerá en manos del comprador hasta el año de jubileo; pero en el


jubileo saldrá de su poder, y el vendedor volverá a su posesión.

Ningún hombre podía perder, en forma permanente, la herencia de su tierra, por


deuda. Al tiempo del Jubileo, la propiedad, debía serle regresada, y cualquier
deuda pendiente, tenía que ser cancelada o perdonada.

El Derecho Legal de la Redención


En el versículo 25 mencionado arriba, dice además que fue la voluntad de Dios
que el pariente más cercano al deudor, era el que podía redimir (o recuperar) lo
vendido por su hermano, cuando esto fuera posible. De hecho, la ley,
específicamente, establece, en la versión de la biblia NASV que: "Su más
cercano hermano ha de acudir y comprar "de regreso" lo que su pariente había
vendido".

Estamos convencidos de que esta ley, mencionada, no solamente es un


documento de carácter moral, sino que también es profética, porqué esta es la ley
que Jesús desempeñó en forma perfecta. Esta es una profecía de como Jesús
Cristo, nuestro "Pariente-Redentor", vendría a comprar, para tenerlas de
regreso, todas las cosas que fueron vendidas cuando Adán pecó. Las
Escrituras no pueden ser quebrantadas. Si el Redentor o el que redime algo, tiene
el poder y la fuerza legal para hacerlo, la ley establece que éste es regido por la
voluntad del Padre en el cielo, para que pueda redimir y rescatar lo que su
hermano perdió.

Nosotros somos sus hermanos. Consecuentemente, la ley demanda que Jesús


Cristo redima todo lo que se perdió en Adán. La única pregunta substancial en
este caso, es, si en realidad Jesús Cristo ha hecho esto o no. Yo creo que sí lo
hizo, puesto que la sangre nunca ha perdido su poder, ni tampoco Jesús falló en
ningún requisito de la ley de hacer todo lo que su padre le pidió. Por consiguiente
la ley de esta forma, fue completamente compensada y cumplida en su totalidad.

La ley de la Redención estaba estrechamente asociada a la ley del Jubileo.


Básicamente, la "redención" (o recuperación) de la herencia fue siempre posible
antes del año del Jubileo. Si el deudor, en alguna forma podía reunir el dinero
suficiente o necesario para redimirse a sí mismo, siempre tenía el derecho legal
de hacerlo así. Un pariente cercano, también tenía derecho legal, para redimir al
deudor, en cualquier tiempo. Podemos leer relativo a esto en el Levítico 25:47-
55.

47
Si aumentan los bienes del forastero o del peregrino que mora contigo,
y si empobrece tu hermano que está con él, y se vende al forastero que
mora contigo, o se vende a los descendientes de la familia de un
88

forastero,48 él tendrá derecho de redención después de ser vendido; uno


de sus hermanos podrá redimirlo; 49 o su tío o el hijo de su tío podrán
redimirlo; o un pariente cercano de su familia podrá redimirlo; o si
prospera, él mismo podrá redimirse. 50 Entonces él, con su comprador,
calculará desde el año en que se vendió a él hasta el año de jubileo, y el
precio de su venta corresponderá al número de años. Los días que estará
con él serán como los días de un jornalero. 51 Si aún le quedan muchos
años, devolverá parte de su precio de compra en proporción a ellos para
su propia redención; 52 y si quedan pocos años hasta el año de jubileo, así
los calculará con él. En proporción a los años devolverá la cantidad de
su redención. 53 Lo tratará como quien trabaja a jornal año por año; no se
enseñoreará de él con severidad delante de sus ojos. 54 Aunque no sea
redimido por estos medios, todavía saldrá libre en el año de jubileo, él y
sus hijos con él. 55 Pues los hijos de Israel son mis siervos; siervos míos
son, a quienes saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios.

Es muy importante que entendamos la ley de la redención, porque tiene mucho


que ver con el plan de Dios para la redención, tanto de Israel como para la del
mundo. Un simple amigo no tiene derecho de redención; solamente un pariente
cercano tiene ese derecho. Esto quiere decir que si un hombre se vende junto con
su familia, para que todos ellos trabajen para otro hombre, su amigo podría
redimirlo, pero sólo si el amo permitiera esto. El amigo no tiene el derecho de
redención. Al contrario el amo o patrón tiene el derecho de retener a los nuevos
trabajadores o esclavos en su trabajo. Pero sí un pariente cercano, decide redimir
al deudor, el patrón o amo, no tiene ninguna cosa que decidir en el caso, pues el
pariente tiene el derecho legal de redención.

Jesús vino al mundo para redimir a Su pueblo, (Lucas 1:68.) Él no se mostró en


la forma de un ángel, al contrario, nació como hombre, específicamente (o
particularmente) de la estirpe o descendencia de Abraham. Él hizo esto, para
tener derecho legal de redención. Si él hubiera venido como un ángel, la ley
Divina tendría que decretar que él no era más que un “AMIGO” de los
pecadores, cuyos pecados les acarrearon una deuda que ellos mismos no podían
pagar, lo cual los colocaba en la condición de simplemente hombres quienes
habían perdido su herencia a causa del pecado de Adán.

Jesús fue, en verdad un amigo de los pecadores, pero Él escogió ser algo más
que eso. Para poder tener derecho de redención y rescatar a Israel, Él tenía que
ser más que un simple amigo. Él tuvo que nacer de la estirpe de Abraham.
Para poder tener el “derecho” de redención para toda la humanidad, Él tuvo que
ser más que un amigo angelical. Él tuvo que nacer de carne y sangre. Él
calificó en las dos cosas, como podemos leer en Hebreos 2:11-17.
89

11
Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos
de un Padre; por lo cual El no se avergüenza de llamarlos
hermanos, 12diciendo: (en Salmos 22:22) Anunciaré tu nombre a mis
hermanos, en medio de la congregación te cantare himnos. 13 Y otra
vez: (en 2 Samuel 22:3) Yo en El confiaré. Y otra vez: (en Isaías 8:18) He
aquí, yo y los hijos que Dios me ha dado. 14 Así que, por cuanto los hijos
participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo
mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el
poder de la muerte, es decir, el diablo, 15 y librar a los que por el temor a la
muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. 16 Porque
ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a la descendencia de
Abraham. 17 Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en
todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en
las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del
pueblo.

Podemos concluir, por consiguiente, que Jesús Cristo nació de carne y sangre
con el fin de tener el derecho legal de la redención de todo el mundo.

El nació, en forma específica de la descendencia de Abraham, para tener


legalmente, el derecho de redención para la casa de Israel. Aquí hay
promesas separadas, que están fundamentadas en la misma ley de redención.

Israel tenía que ser redimida o rescatada de las manos sus enemigos (Asiria) y
habría de volver, ultimadamente, a Dios. El mundo de la carne y de la sangre, por
la misma ley, debía de ser redimido del último y final enemigo, la muerte, porque
la muerte no posee el mismo derecho de redención y no tiene otra alternativa,
sino poner en libertad a los prisioneros o cautivos, ante el pedido y la exigencia
de Jesucristo.

Los Redimidos Sirven a un Nuevo


Dueño
En la ley de la redención, los siervos y trabajadores que han sido redimidos, no
tienen el derecho legal para llegar a convertirse en sus propios dueños y
forjadores de sus propios destinos, como expresa lo citado anteriormente en
Levítico 25:53.

53
Lo tratará como quien trabaja a jornal año por año; no se enseñoreará
de él con severidad delante de sus ojos.
90

Un redentor es a alguien que paga el precio de la redención por el sirviente o


trabajador. Es esencial que el que compra al trabajador del patrón que lo vende,
el cual es un “extraño” o extranjero y quién posiblemente abusaría del sirviente
haciéndolo víctima de opresión y malos tratos, el pariente más inmediato sea
quien tiene la responsabilidad, que le ha sido encomendada, de redimir a su
hermano, con la condición fundamental de que debe tratar al trabajador o
sirviente en forma establecida por la ley, con bondad y consideración. Todo esto
significa que el sirviente, simplemente ha cambiado de dueño. Redención no
significa que el trabajador o sirviente está ya en libertad de hacer su propia
voluntad. El apóstol Pablo pone en discusión este punto de la ley, en Romanos 6,
el capítulo en donde él discute en relación con el supuesto derecho de los
cristianos que han sido redimidos, a continuar en el pecado, para que la gracia
pueda abundar.

Romanos 6: 1-2, 17-22

1
¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia
abunde? 2 ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él?... 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais
esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de
doctrina a la que fuisteis entregados; 18 y habiendo sido libertados del
pecado, os habéis hecho siervos de la justicia. 19 Hablo en términos
humanos, por causa de la debilidad de vuestra carne. Porque de la manera
que presentasteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la
iniquidad, para iniquidad, así ahora presentad vuestros
miembros como esclavos a la justicia, para santificación. 20 Porque
cuando erais esclavos del pecado, erais libres en cuanto a la
justicia. 21¿Qué fruto teníais entonces en aquellas cosas de las cuales ahora
os avergonzáis? Porque el fin de esas cosas es muerte. 22 Pero ahora,
habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por
vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.

La discusión de Pablo en este caso, se basa en la ley de la Redención. El


sirviente o trabajador redimido, estaba obligado por la ley Divina, a servir
al que lo redimió (o sea, trabajar para él). Jesús es el Redentor, quien nos
compró por el precio de su sangre, y por esta razón, como nos dice Pablo,
nosotros hemos sido “libertados del pecado y esclavizados a Dios” (ver 22).

Esto significa que el pecado no es más nuestro amo, pero ahora Dios es
nuestro Amo; lo que quiero decir es, que ahora somos responsables a Su ley y ha
de esperarse que seamos obedientes en todo lo que corresponde a Él. Juan dice
91

que el pecado es infracción de la ley (1 Juan 3:4); Juan también dice en 1 Juan 2:
3-4...

3
Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus
mandamientos. 4 El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus
mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él;

Juan no está diciendo que la ley es lo fundamental para nuestra salvación. Él dice
que nuestra obediencia es la EVIDENCIA externa de que hemos sido
salvados. De modo que si afirmamos que hemos sido redimidos pero nos
negamos a ser siervos de Cristo, en realidad no le hemos conocido. “Por esto le
conocemos…” El cristiano que no obra de acuerdo con la ley, está violando
la ley de la redención. Por esta razón Jesús dice en referencia a esta gente, en
Mateo 7:23, “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad o
desobediencia”.

Los cristianos descarriados no habrán de perder su salvación esencialmente.


Ellos han de ser salvos todavía por medio del fuego, así como expresado por el
apóstol Pablo en 1 Corintios 3:15. Y desde luego, si alguien considera ser un
creyente, pero no es en realidad un Cristiano –Dios juzga el corazón- por tanto,
esa persona tendrá que ser lanzada al lago de fuego, para una más larga y extensa
o amplia forma de purificación. Estos creyentes nominales y los incrédulos, sin
embargo, serán liberados finalmente en ocasión del Gran Jubileo, al final de los
tiempos, de acuerdo con lo que se lee el Levítico 25:54:

54
Aunque no sea redimido por estos medios, todavía saldrá libre en el
año de jubileo, él y sus hijos con él.

¡Que gloriosa promesa! El Jubileo es la ley de la gracia. No importa que


“hundido” en deudas esté un individuo, el Jubileo lo hará libre de toda deuda –
Aun en el caso de que ningún pariente lo redima, ha de llegar un día en que será
libre, con la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Este es el motivo por el cual, toda creación está en espera de ese día.

En Romanos 8:19-25.

19
Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la
revelación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sometida a
vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió,
en la esperanza 21 de que la creación misma será también liberada de la
esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de
92

Dios. 22 Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de
parto hasta ahora. 23 Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos,
que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en
nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la
redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza hemos sido salvos,
pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que
uno ve? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo
aguardamos.

La Ley del Jubileo dispone (o manda) la liberación


de toda la creación en cierto momento de la
historia. Personalmente, yo creo que esto ha de
suceder después de 49,000 años de la historia
(1000 jubileos).
El nivel más bajo del Jubileo vino después de 49 años (Levítico 25:8). La
trompeta que anunciaba el Jubileo, era tocada en el “Día de la Expiación”, que
ocurría diez días dentro del año quincuagésimo. (Levíticos 25:9)

En la historia profética, pueden verse Jubileos de alto nivel, como las setenta
semanas de Daniel, lo que, efectivamente consiste en diez años de ciclos de
Jubileos, o sea, 490 años. Jesús nos hizo libres en la Cruz, al final de las setenta
semanas de Daniel en el año 33 dc (ver nuestro libro Secretos del Tiempo,
capítulo 9.)

El ciclo "cuarenta-jubileos" de 1960 años es tan importante como lo es el ciclo


"cincuenta jubileos" de 2,450 años. Estos temas son cubiertos en forma extensa,
en "Secretos del Tiempo", pero están fuera del alcance de este libro. Ciertamente
el último Jubileo de la creación, yo creo, comprende 49.000 años. Yo no puedo
probar eso, desde luego, pero tampoco es de importancia hacerlo. Es suficiente
saber que la ley de Dios, pide (o exige) limitaciones con relación a la duración
del tiempo en que un "deudor" puede ser esclavizado, o cuánto tiempo un
pecador puede estar sometido a la esclavitud de sus pecados.

Toda la creación espera la anticipación de este Jubileo Final. Esta es la


finalidad de la historia y el propósito último de Dios. La ley de Jubileo, en
cualquiera de sus niveles, obtiene su fuerza o poder por medio de la sangre de
Jesucristo, en la Cruz, como podemos leer en 1 Juan 2:1-2.
93

1
Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno
peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo 2 El mismo
es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino
también por los del mundo entero.

Toda la Tierra Pertenece a Dios


La ley del Jubileo está sujeta y depende de una ley más profunda, la cual
mencionamos anteriormente. Se encuentra en Levítico 25:23, en donde dice
Dios, “la tierra mía es”. Por esta razón, no se podía vender perpetuamente, pero
tenía que regresar a los dueños originales en el año del Jubileo. Adán fue
formado del polvo de la tierra (Génesis 2:7). El hombre fue un elemento de la
creación de Dios y herencia de la tierra. La intención de Dios fue de edificar
una casa para Sí mismo en la tierra, y esa casa es el hombre mismo.

Porque el hombre es un ser creado, él no es dueño de sí mismo. A Dios le


pertenece todo lo que Él ha creado. Toda la tierra le pertenece a Dios. Es
verdad que al hombre se le ha otorgado cierto nivel de autoridad, pero el hombre
no posee a la postre la soberanía sobre su tierra, es decir, él mismo. Es por esta
razón, que se le permitió vender el derecho de sus tierras únicamente
temporalmente. El hombre se puede vender al pecado por un tiempo, aun por
toda su vida, pero no se le ha otorgado el derecho de vender su tierra
perpetuamente. Su tierra siempre tiene que volver a Dios en el tiempo del
Jubileo. (NOTA NO DEL AUTOR: Es decir, que Adán vendió el título de propiedad de la tierra solo hasta el Gran
Jubileo). En otras palabras, aunque sea el pecador más grande que ha existido,
será liberado en el año del Jubileo. Ningún hombre podrá entrar en una deuda
tan inmensa que no pueda ser rescatado en el año del Jubileo. El hombre no
posee ni la autoridad ni la habilidad de incurrir en una deuda que sea superior a lo
que el año del Jubileo puede remediar. Esta es la ley de Dios, no la ley del
hombre.

Cuando el hombre pecó, la “tierra” fue vendida por su causa. Significa, que Adán
y sus hijos y todas sus posesiones fueron vendidos al pecado. En esencia, Dios
había perdido Su herencia en la tierra. Fue por esta razón que Jesucristo vino al
mundo para redimir Su herencia que se había perdido. Él llegó como el Pariente
más cercano o próximo para poder asegurar el DERECHO de redención. Con su
propia sangre pagó el precio total del pecado de todo el mundo, desde Adán hasta
el final de los tiempos. La única pregunta restante es ¿ama Jesús lo
suficientemente al mundo para al final de todo tomar la ventaja de todos Sus
derechos legales?

La respuesta se encuentra en Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al


mundo...”. La pregunta en realidad es esta: ¿Si Jesús tuviera el poder para
salvar a todos los hombres, lo haría? Por supuesto que lo haría, porque Él ama
94

todo lo que creó. Afortunadamente, Jesús tiene el poder y la sabiduría para


salvar a todos los hombres. Su sangre -el precio o paga por el pecado del
mundo- es más valiosa que toda la deuda-pecado que pudiera sumar toda la
humanidad. Más que eso, la ley esta de Su lado, porque Él posee el derecho de
redención y esto significa que Él puede redimir todo si así lo desea.

Supongamos, que usted amado lector, tuviese una familia de seres queridos y
fuesen vendidos a esclavitud. Si usted viniera, teniendo el derecho legal de
redención y pagara el precio total por su redención, ¿estaría usted satisfecho si el
capataz de los esclavos recibiera su dinero, pero después solo le entregara uno o
dos de ellos? Por supuesto que no. Si los ama verdaderamente, demandaría todo
el contenido de lo que pagó. Pero, aun si sus amados rechazaran ser redimidos,
esto solamente atrasaría el proceso hasta el año del Jubileo. Acuérdese de
Levítico 25: 54.

Aunque los gobernantes de hombres y de naciones han rechazado constantemente


declarar el Jubileo sobre el pueblo, Dios no es un hombre para que mienta. Él
siempre observara Su propia ley, sin tomar en cuenta la negativa de los hombres
de ser obedientes.

El Juicio de Dios en la Edad Final


Como la ley de Dios demanda la restauración de todas las cosas (Hechos 3: 21).
Los juicios divinos de Dios no son eternos, de la manera que los hombres
definen eterno. Ellos son, aionian, como lo expresa el texto Griego. Ellos se
refieren solamente a un (aion), edad o periodo de tiempo. El “lago de fuego”
mencionado en Apocalipsis 20:11-15 es el mismo que el “río de fuego”
mencionado en el libro de Daniel 7:9-11. Dice Daniel que el fuego desciende del
trono de Dios. Un trono es un símbolo antiguo de la ley. Cuando un rey se
sienta en el trono, él está administrando oficialmente la ley y sus juicios. Dios
es el Rey de la Creación, y él juzga todas las cosas de acuerdo a Su ley. Por
consiguiente, el fuego es la ley divina, como nos cuenta Moisés en
Deuteronomio 33:2,

2
Dijo: JEHOVA vino de Sinaí y les esclareció desde Seir; resplandeció
desde el monte de Parán, y vino de en medio de entre diez millares de
santos; con la ley de fuego a su mano derecha.

En ningún tiempo, el “fuego” de la ley divina condena a los hombres que hayan
cometido algún crimen, sentenciándolos para ser quemados en un fuego literal.
Todo pecado es considerado como una deuda que se debe a las víctimas de la
injusticia. Si el pecador no puede pagar la restitución, él tendrá que ser un
siervo hasta que la deuda incurrida sea solventada. Los creyentes reinarán
sobre ellos. Significa, que se les dará autoridad a los creyentes sobre los
95

pecadores (deudores), y serán ellos responsables para enseñarles la justicia y el


carácter de Dios. Es por esta razón, que el profeta nos dice en Isaías 26:9

9
En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te
busca con diligencia; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra,
aprenden justicia los habitantes del mundo.

Este es el “fuego” de la ley divina. No es una tortura y castigo; es justicia. Los


dictámenes de Dios son de una naturaleza renovadora. Con Dios, no existe un
castigo eterno sin la misericordia. El fallo de la ley siempre finaliza en
misericordia, porque esa es la ley del Jubileo.

En cuanto a la naturaleza exacta de los juicios de Dios sobre los pecadores en esa
edad, conocemos por la ley del Jubileo que los juicios de Dios son
concernientes a una edad, no eternos, como algunos han traducido la palabra
Griega, aionian. Traducciones correctas de este vocablo se pueden encontrar en
la traducción de la Biblia de Young's Literal Translation y Rotherham's The
Emphasized Bible. Ellos entendieron aionian de la misma forma que lo
hicieron los padres de la Iglesia Temprana, pues sus escritos demostraron en
muchas ocasiones que los juicios venideros eran temporales y restringidos a
una edad.

La ley del Jubileo demanda un fin, en algún tiempo futuro, a toda la


responsabilidad legal por el pecado (deuda). La ley del Jubileo demanda que
sean canceladas todas las deudas al final de esa era. Entonces toda la
creación será liberada a la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

La Restauración de Todas las Cosas


Cuando todas las cosas sean restauradas por Dios, serán entonces cumplidas las
palabras de Jesús en Juan 12:32-33,

32
Y yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. 33 Pero Él
decía esto para indicar de qué clase de muerte iba a morir.

De igual manera, las palabras del apóstol Pablo serán cumplidas en 1 Corintios
15:22-28

22
Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;
luego los que son de Cristo en su venida; 24 entonces vendrá el fin,
cuando entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo
96

dominio y toda autoridad y poder. 25 Pues Él debe reinar hasta que haya
puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 Y el último enemigo
que será abolido es la muerte. 27 Porque Él ha puesto todo en sujeción bajo
sus pies. Pero cuando dice que todas las cosas le están sujetas, es evidente
que se exceptúa a aquel que ha sometido a Él todas las cosas. 28 Y cuando
todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará
a aquel que sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Así como en Adán mueren todos los hombres, de igual manera en Cristo, el
Segundo Adán, todos los hombres serán vivificados –pero no todos a la
misma vez. Algunos se levantaran para vida en la primera resurrección, otros
en la resurrección general, pero todos los demás restantes al momento del
gran Jubileo de la creación. Pablo menciona acerca de este día en Colosenses
1:16-20

16
Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los
cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o
poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. 17 Y
Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. 18 Él es
también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el
primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la
primacía. 19 Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la
plenitud, 20y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo
hecho la paz por medio de la sangre de su cruz,

Por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los
cielos.

Por medio del Logos, la Palabra, Jesucristo, fueron creadas todas las cosas
(Juan 1:3), y por medio de Él, todas las cosas serán reconciliadas con Él. Al
final no habrá nada que esté fuera de Su dominio, así como leemos en Hebreos
2:8-9

8
todo lo has sujetado bajo sus pies. Porque al sujetarlo todo a Él, no dejó
nada que no le sea sujeto. Pero ahora no vemos aún todas las cosas sujetas
a Él. 9 Pero vemos a Aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es
decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la
muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.
97

De esta forma Él “es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que
creen”, como el apóstol le dice a Timoteo en 1 Timoteo 4:10. Esos quienes serán
salvos antes del Jubileo de la creación son verdaderamente bienaventurados y
benditos y reinarán en Su Reino. Aun así, al final Él es también el Salvador de
TODOS los hombres, no solamente los que creen. Por esta razón, toda la
creación espera ansiosamente la manifestación de los hijos de Dios
(Romanos 8:19-21), sabiendo que esos hijos no son sino los primeros frutos
de la creación (Santiago 1:18.) Pablo dice que los primeros frutos santifican
toda la cosecha. Después que los primeros frutos eran entregados a Dios,
señalaba el comienzo de la siega en general de todo el campo. El campo es el
mundo (Mateo 13:39.)

Juan igualmente contempla al final el regocijo de toda la creación. Apocalipsis


5:13 dice,

13 Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la


tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que
está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria
y el dominio por los siglos de los siglos.

Esto jamás pudiera suceder aparte de la ley del Jubileo, porque la mayoría de la
creación continúa en enemistad contra Dios. Son ellos los que en verdad están en
necesidad del Jubileo, porque, diferente a los verdaderos creyentes, ellos no
aprovechan de la ley de la redención. El tiempo de la redención termina con el
Jubileo. Por eso, urgimos todos los que tienen oídos para oír la Palabra de Dios
que crean en Jesucristo y aprendan que gran salvación Él les ha otorgado a los
hombres. Nuestro mensaje es ese del apóstol Pablo, el cual escribió en 2
Corintios 5: 17-21

17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí, son hechas nuevas. 18 Y todo esto procede de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio
de la reconciliación; 19 a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al
mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus
transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la
reconciliación. 20 Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios
rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos:
¡Reconciliaos con Dios! 21 Al que no conoció pecado, le hizo pecado por
nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.

Se nos ha dado el ministerio de la reconciliación con el mensaje del evangelio


de las buenas nuevas para ser presentado al mundo. No son las malas
98

noticias del tormento eterno o condenación, sino las buenas nuevas que Dios
ha reconciliado al mundo por medio de Cristo, quien pagó el precio de su
liberación y salvación. Este es el verdadero evangelio de Jesucristo, quien
fue levantado en la cruz, y por lo tanto atraerá TODOS LOS HOMBRES a
SÍ mismo. Este no es un pensamiento deseoso. Es profecía. Es una
declaración con todo el intento, sentido y propósito. Es una promesa para
nosotros y para todo el mundo. Regocijémonos en las buenas nuevas de la
gracia de Dios.

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