Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Nuestro Padre celestial quiere que sepamos cuánto nos ama y nos cuida. Y esto Lo ha dejado
claro a través de lo siguiente:
1. LA REVELACION DE SI MISMO
11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos
de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
1.3. También descubrimos que el pecado nos separó del Señor, a lo que Él ya tiene una
solución.
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos),
36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas
como ovejas que no tienen pastor.
Peor aún, estábamos bajo una sentencia de muerte eterna: la separación del Señor por la
eternidad. Pero gracias al gran amor de nuestro Padre por la humanidad, envió a su único Hijo
para recibir la pena que merecíamos y darnos vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro.
El Señor Jesús nos rescató de la esclavitud al pecado y nos reconcilió con el Padre. Lo que jamás
hubiéramos podido hacer nosotros, lo hizo posible.
Cuando ponemos nuestra confianza en Jesucristo como nuestro Salvador, nos convertimos en
hijos de Dios. Ya no hay una separación entre Él y nosotros; en vez de enemigos, somos ahora
familia. Su Espíritu Santo que reside en nosotros sirve como evidencia de que pertenecemos a
Dios, y como garantía de su amor eterno.
El cuidado del Padre celestial por nosotros brilla por medio de la cruz del Calvario; por amor
envió a Jesucristo al mundo para morir en nuestro lugar.
9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito
al mundo, para que vivamos por él.
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Una vez que aceptamos el regalo de la salvación por medio de Cristo, nada puede separarnos
del amor del padre. ¡Qué consuelo es esto en momentos de necesidad!
Una de las mayores luchas que enfrentan algunas personas es dudar que el Señor pueda
amarlas.
Lejos de decirlo simplemente con palabras, Dios también nos ha dado muchas pruebas de que
es así.
Él creó esta Tierra como la habitación perfecta para la humanidad, y nos da las cosas que
necesitamos para vivir.
Pero la más alta expresión de su amor se manifiesta en su provisión para nuestra necesidad
eterna. Envió a su Hijo para redimirnos del pecado, poder ser perdonados y reconciliados con
Dios, y para luego vivir con Él para siempre en el cielo
¿Por qué, entonces, con todas estas evidencias, seguimos dudando de su amor? Tal vez porque
estamos viendo al amor desde nuestra limitada perspectiva: puesto que nosotros no podemos
amar a otros incondicionalmente, dudamos de que el Señor pueda hacerlo. A fin de cuentas, el
razonamiento humano considera lógico amar a quienes estén a la altura de nuestras normas, y
mantenernos a distancia de quienes no lo estén.
O quizás nos sentimos indignos del amor de Dios. Bien, le tengo una noticia: nadie es digno. El
amor de Dios no se basa en si lo merecemos o no, sino en la naturaleza de Dios.
El no Te ama basándose en tu forma de actuar. Tú no puedes hacer nada para causar que Dios
te ame más de lo que Él y te ama – y no hay nada que pueda causar que Dios te ame menos. El
te ama aún más de lo que tú te amas a ti mismo.
Dios te dice: “Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.” (Jeremías
31:3).
Hay un proverbio danés: “La siguiente milla es la única que toda persona realmente tiene que
caminar.” Saber que Dios te ama te mantendrá avanzando cuando la siguiente milla parezca
intolerablemente larga.
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
El rey David, a quien Dios se refería como “un hombre conforme a su propio corazón”
9 »Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en
mi amor. 10 Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he
obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 11 Les he dicho esto para
que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.