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Joqaeon, ?. (11 (1999). Ex toKe,C: feminigynos £ ate en 10 vida‘ewh diana Mod tid’ Mo sata Canten LUKE (Compiladora) i La presente obra ha sido editada con la ayuda del | Instituto de la Mujer | | (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) Feminismos y pedagogias | en la vida cotidiana A Ediciones Morata, . L, Fundada por Javier Mata, Edtr, en 1920 / Mejia Lequerica, 1228004 - MADRID CAPITULO PRIMERO i El aprendizaje de las identidades y las diferencias Por Patricia Duogeon, Darlene Oxennas y Glenis Grocan Introducéién El Centre for Aboriginal Studies de la Curtin University de Perth (Australia Occidental) es un ecifcia dnico, Su disefio es circular, con un vestibuls central 0. zona de reunién. La gran cantidad de ventanas y puertas que hay en cada zona dan una sensacin de luminosidad y de amplitud a todo el edicio, Predominan 08 colores terrosos, la terracota, los ores y la madera y unos grandes trancos de 4rboles circundan el vestibulo. En el centro, hay una sensacién da pacifica quie~ td, que se yergue en una lea que, hace varios siglos, fue el terreno de caza de tortugas del pueblo nyoongar. Tanto on ol vestibule camo fuera del ediieio, ondea orgullosa la bandera de los pueblos indigenas australianos. Los tres cdiores de la bandera son muy vivos y contrastan con Io colores terrosos del edifici. La ban- dora esta formada por un rectingulo negro, que representa a la gente, y un rectdnguio rojo, que representa la lier y la sangre derramada. En el centro, pa- rece un citeulo doredo que representa la vida y la esperanza, Hemos creado este cuadro verbal introductorla del centro para mostrar el ‘scenario en el que trabajamos y del que surge este relat, Hablaremos de cdmo llegamos para crear el ambiente Unico del centro y, mag importante aun, cémo ela- boramos los programas que ofrecemos actualmente desde el centro, En vez de presentar la iniormacién dentro de un marco de relerenela teorico para describir os programas educativos y la dindmica de su desarrollo, deciimos feferimas ala ideoiogiay a los princpios que subyacen a nuestra operacién pro- fesional desde o personal. Esto permite contar-una historia, danto de la autént- ca tradicién aborigen, de unos seres humanas reales que piansan slenten y ta balan en un contexto educative, aunque en el marco de su legado cultural. Esto ‘concuerda con fa idea que tenemos sobre nosotras, como seres humaros que se ‘desenvuelven en una realidad holistca quo es projesional, personal y social. E| ppasado y el futuro también estén rigidamenta entrolazados en torno alos indivi- duos en el aqut y el ahora. En consecuencia, también somos mujeres que hemos « Famismosypodagogan envi colsana ‘ocibidoe! legado de las personas del pasado, y las acciones que emprendamos provocardn consecueneias que se Internaréin en el futuro Gon esta marco introductorio, podrd apreciarse mer la estructura de este capiulo. Se trata de una rellexin personal de tres mujeres indigenas australia- nas que trabajan en un ambiente de ensefanza superior. Como expicamos nies, preterimos un enfoque personal porque nos permite examinarla ecucacién desde una perspectiva més ampli, manteniendo intactas las infvencias perso- rales, sociales y culturales que han inluido en la configuracin de los desarrollos dol centro. De este modo, intentamos minimizar la inluencia de las ‘narraciones maes- tras’ —las teorias y perspectives de académicos no aberigenes— que tienden {2 dominar ei panorama escrito de libros como éste, Reivingieamos el derecho & hablar con nuestra propia voz, a que ésla se acapte coma legitima y auténtica y, en el proceso, se minimice fa posiolided de que otras interpretacionas de nuestra experiencia la colonicen, StainceR (1993) eostiene qua muchos tedricos postmo- ‘demos, entre los que se cuentan Foucaucr (1972), Huvesens (1984), DenmioA (1976, 1978), Licrano (1984) y Wesr (1889), han leghimado ese derecho en el ‘mundo académico. De acuezo con oll, la diversidad y calidad de los programas €ediucativos on los que participams se han desarraliado e implementado gracias 8 las ideologias concretas que nosotras, y quiones trabajan con nosotres mante- emos, Para sitar en un contexto las actuales crcunstancias de las pinhlos intiga nas australanos, es necesario proporcionar clorta informacion sobre el pasa. do. Berwor y Bennor (1980) raalizaron rumoroses Investigaciones sobre kis es- tlos de vida tracicionales de los pueblos aborigenes y afirman que, antes dla ‘colonizacién, los habitantes originales ocuparon y se desplzaron por la que aho- ra conocemos como Australia duranto muchos mies de afios, El nivel de gestién de recursos era considerable, con un modelo viable de subelstencia basado en la ‘caza y la recoleccién. La explotacién estacional de los recutsos regionales y el ‘mantenimiento de lazos culturales y practicas religiosas asegurd la permanencia de los pueblos aborigenes y su integridad cultural Too lo que exita, vivo 0 no, tenia un significado y estaba intagrado en un mundo que constitula el presente, Pero también Inclua la continvacién de lo que haba antas, ol pasado e,Incus0, cl futuro. En a terra, no quedaba nada que conguistar, porque fos indviduos per. fenecian a la tora: las personas, los animales, la flora y la terra eran uno. La fuerza de los habitantes y su sentido do ser procedian de la tera, El orguloy la estima emanaban de la celebracién de la torra, que inclula el cosmos y a intin- ‘cada interaccién de ls seres espirtuales, cuya accién continuada daba sonido, {inalidad y fortaleza a todos los seres, vivos o nd Aceste mundo materia y espiritual, inteligsntemente equilbrado, aribaron los colonizadores briténicos, con su presunta suporioridad y sus ideas etnocén- tricas que lleveron a Ia posterior negacién de los derechos de las personas indi Gonas. Todavie hoy, Australia se niega a reconocer la propiedad antecadente de la tiera a sus primitives habitantes. Se considera que las personas aborigenes “carecen de propiedad” y, en consecuancia, también de autoridad y de cate- {goria para oponerse a las imposiciones briténicas, Desde la perspectiva de los Colonizadores, la Unica fnallded del uso de la tierra era la agricultura doméct- ‘ca los trabajos pastories. Evidentemente, las personas aboriganes no ullize- © eo oat, 8. 1 i Laren oa Mende ys teres a ban la tierra como debian, por lo que gus relvindicaciones sobre ella carecian do legtimidad. En este marco do ideas opuestas, comenz6 la competiién por la tera y, con ‘alle, una historia de incomprensiones y confctos, que se traduvo on matarzas, lsriminaciones y opresién que han reducido a los habitantes originales de Aus: tralia al grupo més débi. en los pianos social y econémico, de fa que es una sociedad muticultural. Desde Ia nerspectva aborigon, la desposesién de a terra no sélo suponia una grave dislocacién de los lzos culuralos y sociales que \aben sentido y fnalidad a la vida, sino también del acceso ala tecnologla tradi. ional de subsistencia, como los alimentos y las plantas medicinales qua, antos (Ge la ocupacion de la era, habian consttuldo una fuente natural y abundante ds salud y de culdados preventivos. Cuando se inlensifeé la compatilén por a te: Fa, el control y el somatimiento de los aborigenes no sélo se consiguid gracias a los netrumentos, teenokdgicamento superiores, como los usies de los blénfoos, sino también por la introduccién de nuevas enfermedades, como la viuela, e sarampién, la tuberculosis, la gripe y las enfermedades venereas, contra las gue no astaban inmunizados, Es més, con el tempo, se impusieron una legislaciin y unas pollicas opreso- ras de los pueblos aborigenes que les negaban todos los derechos. Hacsicn (198) y otros han documontado el desarralo eimplementacién de esas poliicas, destacando cémo sirieron para poner en marcha un proceso de dscapaclacisn ¥ decostabiizncién a medida ye se produc la colonzacion, Elhacho de que, en principio, sélohubiera una pequetia proporcién de muje ‘28 no aboriganes ostimulé la explotacién de las aborigenes para que prestaran Servicios sexvales, lo que Sa racujo en un incremento de nifios mestzes La poo. ‘upacion por el nimaro cada vez mayor de nacimientos que los no aborigenes consideraban como de “media castalevé @ unas poltcas y acciones encaminae (das & Separar a los nifios aborigenes de sus madres naturales, recluyéndolos en insftuciones en regimen ge interado. La practica dela separacionforzosa de los Iifios de sus families qued6 legalizada mediante polticas infuidas por las Ideas {ol darwinismo social Es'a "teoria cieniica’, que tataba a las personas ator. genes como criaturas de arden inferior, es eviderte en la legislacicn las poll: as inhuranas que, alia, conven ls aborigenes en piioneras en su propia irra. En ol siglo xx, 52 crearon reservas para aborigenes por toda Australia, Estas tban a tener un efecto profundo en ellos. Por una part, las feservas proporciona ban cirta proteccién conta la crecient violencia de los europeoe. Sin embargo, Consttulan unas insttuciones quo lo aberoaban todo. De acuerdo con las actin, des etnocéntrcas, entoncas en boga, se consideraba que las personas aborige- nes eran como ‘nifios", cuya vida habla que supervisar conslantomotite. Todas las acttudes de la vida estaban reglamentacas, dasde la comida, las empieos Que se permitan, el dinero que gastaban e, incluso, los aspectos mas intimos, ‘como con quién podian casarse ‘ajo las policas que regfan lo que so consideraba una proteccin, las per= sonas no tenian eleccién con respecto a si querian ono viviren tales reservas, La {egislacién les impedia entrar en ias cludades salvo para trabaare, incluso enton: 88, se imponian unos estrctos toques de queda, La evasion de las reservas no solfa toner éxito y se tracucia en la capturay el oastigo consiguientes, © ene Monn 8 Feiss ypaaogia ena via cane Para los nifios de la mayoria de las reservas, las oportunidades de educacién ‘eran extremadamente imitadas. Estaban excluidos do las escueles situadas en las poblaciones o sometidos a una forma de educacién inferior, al cuidado de una Persona no preparade, sin titulacién alguna, como la asposa del director de la reserva. Con respecio a los niios separados de sus farnilas yrecluidos en olras instituciones, como los hogares, o con familiz blaneas, se pensaba que esto se hacia ‘por su propio bien": tenfan que ser "desaboriginados" y cvilzados. Se tra- taba de una asimilacion deliberada. Los aborigenes carecfan de ciudadanta, Para las persones incigenas australanas, ésta ha sido una historia da geno- Ciclo y despasesién. En 1967, en un referéndum historic, la poblacién no abor- ‘gen de Australia voto a favor dp Incluir en el censo a las personas aborigenes y Considerarias ciudadanas, Esto supuso un cambio radical en las cuestionos rela clonadas con elias. En esta época, el gobierno federal se comprometié a ocupar- ‘se de sus problemas con recursos reales, lo que peritié el establecimiento de crganizaciones de carécter comunitario, esgeciicamente creadas para ocuparse de las necesidades de los aborigenes. Entre estas organizaciones estaban los Consejos torrtriales, os servicios médicos, las servicio jurileos y olros orga- nismos. Desde entonces, cversas polticas importantes y la correspondiente financiae cién se han orientado a mejorar las clrcunstanclas de las personas aborigenes, ‘carnbiando Ia anterior orientacién a la asimitacién por otra que apa a la auto: otorminacisn y la autogestion. No obsant, a herencia del pasado aun resulta, evidente, En todos los aspectos, las personas aborigenes estan significativamen- ‘te empobrecidas en el plano social on educacién, sanidad, vivienda, niveles de Fenta, empleo y servicios juridicos. Durante ta titima década, se ian puusio en marche nuevas inelatvas impor: tantes, como la Royal Commission into Aboriginal Deains in Custody (‘Reel comi- sién para las defunciones de aborigenes en custodia’), de la que ha partido un ‘conjunto de recomendaciones para todas las areas de los dmbitos aborigenes y ‘no aborigenes. También requiere al gobierne y a otras instiuciones para que por. gan en préctica y respondan a las recomendaciones relevantes, Otras iniciativas Por el estlo son la legistacién sobre el Native Tite y el proceso de reconciliacin. Esta es la herencia y la historia que tenemos en comin las tres mujeres abor ‘genes del contro, que compartimos con todas las damés personas aborigenes. Nuestra historia comienza cuando nos conocimos, hace sels afios, aproximade- ‘mente. Desde ese momento, establecimos entre nosottas unas ralaciones de trax bajo muy estrechas, as’ como una intima amistad. Las tres, Pat Duoceon, Glenis Grocaw y Darlene Oxenvuty, tenemos responsablidadas académicas y adminis: tratvas en el contro, Pat Ouoceow es la dractore del Cantra for Aboriginal Studies. Gionis GROGAN es la coordinacora de le Aboriginal Heaith Unity Darlene OxeNiais 8 la coordinadora del Aboriginal Community Management and Development Programm. Estas dtimas son dos unidades del Centre for Aboriginal Studies. Las, {res formamas parte del consejo de direccion del Centre for Aboriginal Studies de |a Curtin University of Technology, de Perth (Aust Occidental). "Nuestros valores, experiencias y prnciplos comunes han servido para refor- aren gran medida nuestra forma do trabajar y nos han proporeionado los funda ‘menios de nuestra interaccién profesional y personal. Reconocemos con toda claridad que cada una complementa el estlo de aciuacién de las demas, de © escece Ma [ i & waar leper oles aac yas drei ‘0 anora que, en otro nivel, nuestras diferencias se mezclan con el resultado de arnos una fortaleza especial. Lo que en una paraco una debildad se considera ‘un punto Iuerte de la otra. Hemos desarrllado una forma de trabaler cue ‘avita 1 equilbro en la reaizacién de las actividades dl contro. ‘Los principios que mantenemos y quo sliven de fundamento a las operacio- ‘ies del contro ee pusieron de manifesto en los intontasy procesos para imponer tun nombre al vestioulo central del nuewo edifci Tras considerables consuls con la comunidad aborigen, se:decidié imponer el nombre de Midgegooroo, an luchador aborigen dela resistehcia conta la clonizacién europea. Una plsca Tecusrda a Midgegaoroo con la siguiente leyonda: Lugar rnin do Miegooro Eta zone est decade la memoria del anciano de Nyoonga,idgogore. nto con she Yageny ots queers aborigaes, sty mule ofousonee we invasin del tert de Nyoonga or ea coloasas tions Tos eoontras Sn lr ttre tn Perera 2 fa luce da idgegacroo setae oro epi de reseancia ela opesn, eta spy ha motvedo alas parsons enol vacuo des ease pas ha por sus cerechos humana. estuorao po lira ya iguldadencarnado on avid y la rte do Mi gegouoo, Vegan y os lire atorigees Go arsenal ce a {ox la culas opines de ode os tampon Esta isto, come las de cos pusticeynicones opine, ha sto lgnorada hata haco may pac tempo. Est sel comlnaoce una neeveers ani soa sere nocadn [as verdass do paseo yervaranafomar pana decussta heitees arn 5! lgado de Mlégegooao vive laconic ens panne seeps ‘us ns, cn ls posanes de todes as nacnes, para cocoa tabeae ree sa yao dlmardo ena que todos os novduoe sean tees eiguser rao rope Nuostra historia se desarata en tres partes, indepenclentes pero relaciona- das, para constituir un todo, Comenzames éan las ideas de Pat, Las primeras influencias Por Patricia Duoceon Cuando tenia 12 aos, sofiaba con ser astronaua, pero, cuando tenia 16, ‘me fui de casa y me consideraron como la nia que tenia mayores postoildades dle ecabar “de mala manera”, Eso sigifcaba ira la céreel, hacerme dogadiete, terminar como madre a cargo de la beneticencia o algo por el estilo. Con tales ‘ideas preconcebides, me fal6 poco para ira la cércel de joven, Ful madre a car, {90 de la beneticencia, Sin embargo, la experiencia de la maternidad comencé el Proceso que me evs cantrarme cuando me percalé de que era una persona en mi familia, SI se mira hacia alrds y se observan diversas instanténeas do la personalidad tomedas en distintos momentos, seria dificil convencerse de que la primora ins tanténea fuera de la misma persona que la ultima, Esancialmente, la porsona Seria la misma, pero en el ranscurso de la vida y de: las experiencias postivas, © etre How = Ferinerosy aden ni vid cana ‘egativas o ambas, la misma arcilla al moldearse da como resutaco formas muy diferentes. Presento a contnuacién mi percepcién da las cosas que me han sucedido en la vida y cémo han configurado a la persona en la que me he convertida, como en la instanténea mas reciente de mi vida. Mi identidad racial es de aborigen aus- traliana. El pueblo de mi madre provenia do la regién de Kimberley stuada en la ‘zona superior de Australia Occidental. Procedemas de un puobio costero denomi- ‘nado Nyul Nyul, La vida de mi abuela debié de ser muy dure, Sin embargo, cuan- do Ie preguntaba por su crianza, sélo recordaba las casas buenas que le habian Ccurido, Cuanto més iba sabjendo demi pueblo, mes me convencia de que la vida {Ge mi abuela fe muy dura. Lef los informes de ella y do eu mace del Department of Native Wellare, Eran vordaderamenteinjusts. Las consideraben infrahumanas ¥ sexualmente promiscuas, Los informes las presentaban como las ‘madres orig ale del pecado" y, en cuanto tala, se los negabe el derecho a casarse con quisn {uisioran, asi como el de desplazarse a otta poblaolén para trabajar. ‘Mi abusla nunca hablaba con amargura de su pasado ni tampoco mi madre. Yo si me he permitido el ijo de la amargura y el resentimiento en su nombre, ues me encanto en una suai data con ina vn y una positon {ue me permiten hacerlo. En todo mi puoblo, contomelo las mismas historias de ‘opresién. La amargura y el atropell, la tristeza y el respeto hacla todo elo han sido y debieran sor canalizados en une fuerza posiva que configure un futuro ‘mejor para todos nosotros, ‘Aunque mi abuela tue nueve hijos, no cr @ ninguno de ellos. Los funciona: ios qubernativos la obigaron a entregarlas alos misioneros. Mi madre y su het ‘mana fueron enviadas @ la Beagle Bay Mission. Aunque la abuela decia quo habia trabajado mucho en aiversos ofcios domestics y servles para mandar di- Nero y vestidos a sus hjas, creia que a ellas no les habfa legado nadia, Mi madre ¥ su hermana no tenian contacto directo con su madte, lo cue sembré las semi. lias del descontento y de a sensacién de abandono en el corazén de amibes her. ‘manas. Sdlo puedo imaginarme la gran ansiedad y el senimiento de abandono {que acompafiaron a mi madre durante toda su vida Entre mi madre y mi abuela se pradujo una grave ruptura que séio se resolvis ‘en et lecho de muerte de mi abuela. Sin embargo, a pesar da las seperaciones, el vinculo espritual entre mi abuela y sus hijos se mantuvo fuerte, lo bastanto fuet- te para que la abuola fuera capaz de seguir vviendo hasta el regreso de todos ‘sus hijos repartdos por todo e) pais. Ena época de la abuela, no existfa ningin medio que le permitiara mantener on ella a sus hijos y poco habia camibiado cuando mi madre tuvo das his. Mi ‘madre conacié el dolor de crecer sin su madre ytuché con todas sus fuerzas para asegurer el que no la separaran de sus hijos. A pesar de las adversidiades y de fa ‘Spoca dura que le toe vivir, mi madre, con la ayuda de la familia y de los amigos, Procuré mantener unida a su familia. Mi madre es una mujer baja do estatura, Bera tiene un corazén de leona. Abandoné la misién ciando tenia 18 afios, ull. Zando la caja de un camién de provisiones. Era muy joven y no eabla nada de a Vida fuera dela misi6n, pero tuvo el core y la conviceion de que podia conseguir luna via mejor para ella en cuelquier otra parte del mundo. Mi adie era un personae matemal para todos los que la codeaban. En su ‘case, siempre habia y hay personas ajenas, como nifios adoptados de quienes so © tiene Mot arene do as Went yee dlrs st hacia cargo, incluso ahora, cuando le falta poco para eumplir60 afos, se ha deci- ‘ido a comenzar un trabajo profesional como funcionatia aborigen de enlace con ‘as escuelas. Su amor ales nifios es una de sus earacteristieas mas destacadas Y cree firmemente que, si se les clera suliciente amor, cariio y offentacion, el mundo seria mejor. "Mi madre s¢ ca86 con un hombre bianco. Ya habfan pasado los dias en los que fa cohabliacion ora iiagal y los malrimonios interracales eran eocialmente tnaceptables. Se amiaban ¢ hicieron su vida juntos a pesar de la intolerancia, tentonces corrients, ce los mattimonios mixtos, Aunque no se toleraran los mat. ‘manios mixtos, s{ se aceptaban @ incluso estimulaban las relaciones sociales ‘encubjertas. Los misios funcionarios gubeenativos que clasticaron a mi abuela y a mi bisabuela como ‘madres de pecado" y tenfan un poder tan grande soore us vidas, de acuerdo con la Aboriginal Protection Policy, probablemente fuaran 1 la.caza de “terciopelo negro" escondidos an las sombras de la noche, Muchas ‘amiias blancas destacadas, tanto de las zonas urbanas como de las rules, {enfan ramas famitares indigenas no reconocidas. Desde el punto de vista socal, la satistacciin de los deseos sewuales de los hombres blancos con las mujeres aborigenes era una prerregativa de aquellos, con independencia de la ldrmula uilizada: violacién, atraccién mutua v ofrock Imiento tral, Esto produjo un grupo diferente de aborigenes, los que se los denominaba ‘de color’ o ‘ce media casta’. Como la proporcién de sangre blanca loc hacia mds *humanos", su pusleron en marcha eleras polticas gubernamen- tales que, entre otras cosas, obtigaban por lay a recoger a los nines que no pre ‘sentaran pureza do sangre, Estos sujetos acababan en misiones o en hogares en {os que se les preparaba para que fuasen trebajadores tiles en ls oficios mas bajos en benetico det nuavo pais. El gobiema de la época cred varias categorlas bara determinar el porcentaje de sangre aborigen de una persona. En realidad, ‘estos individuos continuaban siendo aborigenes, la sociedad bianca sequia Fechazéndolos y la familia aborigen seguia acepténdoles, en la mayoria de los .cas0s, independientements del porcentaje de sangre aborigen qu tuvietan, Por tanto, mi padre se cas6 con mi madre an una época en la que no potian encat. celaro por cohabitar con ela, aunque la acttud predominente puede resumirse "ote cases, ‘Siempre agradoceré haberme criado en Darwin (Trttorio det Norte). Duran- te mi infancia, parecia haber una relatva armonia entre los aborigenes o "de olor’ y los blancos, En esa época, habla tres grupos racales:blancos, “dle color" y aborfgenos, Al contomplar a otras personas de zonas diferentes, sola pensar ‘qua mi ciudad estaba relativamente libre de raciemo, que era una especie 6 “ci. sol racial, Ahora s6 que el racismo estaba encubierto, Era sui y mas perncioso ue ol racismo miltante de otras zonas. Se estaba siemr a la espeta del fallo {de la persona de color pare devoverla a lo que llamaban “sus usos nativos", La experiencia de haber vivido sometida a acttudes y aciones de diversos ‘gobiernos respecto a los eborigenes ha dojado una harencia quo tardara varias eneraciones en sanar. Igual que existe un racismo miltante, hay otra racismo Interlorizado, en cuyo marco algunas personas de nuestto pusblo han logado & compartir los valores y actitudes negativas de nuesttos opresores hacia st mis= ‘mas y hacia las demas. Yo siempre ful conscionte de que era una aborigen. Como ‘otras muchas personas da minorias oprimidas, mi primera comprensicn de la nerves, 2 Ferinismosypecaggies ena vid oan citerencia fue negativa. Estaba en la escusla primaria cuando un compafero dio ‘quo ellos no podian ser mis amigos porque yo era “demasiado negra". En esa ‘época, mas © menos, mi familia fue a vista, durante las vacaciones, a la fami- lia de mi padre residente en Melbourne (Victoria) A la rema pater le habjan ich que mi madre era malaya. No hubieran pocido aceptarnos sin esa “ment blancat, El contacto con la rama aborigen de mi familia no fue tan intenso como yo hhubiera deseado, Nunca fuimos a a patria chica de mi madre y s6lo conoeia a fos ‘miembros de la familia que vinioron a Oarwin, Aunque mi padre no rechazara a ‘nuestra famila aborigen, guardaba las distancias. Sin embargo, mi madre man- tenia relaciones con otras pergonas aborigenes de la comunidad local e incluso ‘con personas aborigenes tradicionales de comunidades muy alejadas. Cuando ‘nos trasladamos durante dos afios a una comunidad aborigen semitradicional, ‘muy alejada, a causa del trabajo de mi padre, recuerdo que mi madre se escepa- ba del “rea blanca” del poblado para jugar alas cartasy elacionarse con la gen- te dol campamento de los “negros" Entre mis 13 y mis 15 arios se produjeron muchas cambios. Mis padres se divorciaron, yo me converti en una delincuente y dejé, al mismo tiempo, mi casa y Ta escuela. Mi padre decidé, entonces, enviarme a una escuela femenina de Clases alta y media de Adelaida (Australia del Sur). Era un intento. generoso do apartarme de las malas influencias y de darme una oportunidad de sali airo- ‘sa segiin los eénones habituales de la sociedad. Sin embargo, el hacho de for- arme a abandonar a mi familia y a mis amigos puso de manifiesto que era de- masiado tarde para apartarme del camino que yo msma habla eseogido, Me lencontré en un ambiente en al quia me sentia allenada, tanto porla raza como por la clase social. Esto s6io podia tener una conclusion inevitable: me expulsaron los dos meses. ‘Tras mi regreso a Darwin y con el Ineremento de mis niveles de actividades ‘po libre", el ribunal de menores decidié manderme a la Beagle Bay Mission, en vez de internarme en und institucién, Una vez més, era demasiado tarde para enderezarme y, pasadas unas pocas semanas, regrese de nuevo. A los 18 aos, ya era madre, Educacién y formacién ‘Trabejé en diversas ocupacionss, sobre todo como camarera de mesa y de ‘barra. Con mi compafero y mi hij, viajé por todo este enorme y hermoso pais. ‘Sin embargo, durante este tiempo, twve siempre la sensacién de que habla otras formas de vivir. Empece a estudiar para Ingresar en la universided con objeto ce ‘estudiar psicologia. Transcurridos unos afios me parocié que era el momento ‘adecuado para empaquetar mis cosas y cambiar de aires. Con mi hijo y mi pare: ja, vigiamos de Perth a Darwin. Mi compafero habla dacidido venir conmigo. Durante toda mi vida, me han interesado siempre los seres humanos. Querla ‘saber por qué aciuaba la gente como lo hacia y por qué unas personas res- ppondian de forma diferente, Por encima de todo, deseaba ayudar a la gente y, para hacer de mado eficaz, me matriculé en psicologia en la universidad, La ‘experiencia del aprendizaje fue muy profunda para mi, Me abrla un mundo nue © eacereston, 5 | apart do us Wertcaces yi trecias 3 vo. En aquellos efios me habia perdido, encontrancdome de nueve con un sentido renovado como mujer, como persona aborigen y como ser humane. Me uni con ctros estudiantes aborigenes de la universidad, Sin mi grupo de compfieros indl- {genas, no hublera podido sobrevivr en este ambiente educativo nuevo. El primer afio fue el més dificil para la superacién de mis intensos sentimientos Ge no per- tenecer a aquel ambiente y ala sensacién de que no tenla derecho a pertenecer 2 él, Nadie de mi familia habia ido nunca a la universidad. Aunque estaban orgu- Hlosos de mis logros, en realidad, no sabian en qué consistian, Esta experiencia ea totalmente ajena a'su visién'dol mundo y, desde luego, no entraba en sus ‘prondsticos con respecto a mi futuro. FFarece quo, en la universidad, las piezas de mi vida comenzaron @ ensam- blarse. Empecd a comprender dénde estaba, cémo eran las cosas y cémo podtan ser, segtin la teoria que ublizara, Esto no podia atribuirse sélo a la educacién for mal, sin contar con los intercambios entre los estudiantes aborigenes que nos ‘encontrébamos aisiados en el campus, inmersos en una expariencla ajona para la mayoria de nuestas familias. Durante mi época de estudiante, me introduje y parlicipé cada vez mas en actividades de accidn social, Fuila primera president de nuestra organizacién de estudiantes indigenas y responsable de Iss relacio- ns racales de la asociacidn de astudientes. AA través de las actividades de accién social, puda adquitr unos eenocimien- tos prociosos sobre la paltca y la vida. Aprendi a no comprameter nunca mi pro- pla integrided, @ ariasgario todo por una causa justa y, més importante ain, a fespotar el pader del grupo, como ulima instancta. Tuve la forluna d2 que mis compafieros aborigenes posefan estas mismas corvicciones, debido aque man- tenian idéntcos principios e ideologias y von wat ian unas luchas semelantes Que ayucaran a consolidar nuestra vielon dla vida, Las primeras influencias , Por Glenis GRocaN * Con mi familia, de la que me considero un miembro afortunado, mantengo unos vinculos de acero. La ascendencia de mi madre es aborigen y maleya y la cde mi padre, aborigen e iandesa. A pesar de las demas ifluencias de mi herent cia racial, mi identidad como aborigen australiana es tal que nunca podrén aire. batarmela. Ourante mi infancia, se afirmé de muchas maneras mi orgulo de ser quien soy y de mi procedencia.Aparte de las influencigs de mi familia mis préxi- ‘ma, el resto de les parientes también han desemperiado un papel importantsimo en mi contiguracién personal como Glenis Groen. Mi abuelo materno, hijo de una mujer aborigen al clen por cien y de un tra- bbajacor malayo, se educé en el pusblo melayo de Innstal, €e Australie del Nor- te, Esta poblacién estaba representada por un montén da chabolas ccupadas or personas de origen malayo y de ascendencia mixta aborigen y malaya, Su ppaupérrima crianza le levé a abrazar los ideales y principios del comunismo, Esto le dio et animo necesario para intentar activamente conseguir la justicia ‘social y la igualcad para los grupos minortarlos. Después de la muerte de su ‘esposa, alos 40 afos, se conivité al cristanismo, siguiendo los principles de la lglesia Adventista cel Séptimo Dia. Esto intensified su enfoque de las cuestio- © cena tere t a Ferinsmcey pcagoo lave oon ‘nes de la equidad y sus tentativas para moditicar la situacin de las personas aborigenes. La ascendencia de mi abuelo paterno también era mixta. Era hijo de una mujer aborigen y del propietaio de una estacién del Queensland Gulf of Cerpen- tarla, Habiéndose educado en la estacién, adquirié muchas técnicas de trabajo, Como las de rastreador negro, boyero, herrero, carreteo y polica, Ademds, ue un buon fnetey hebiaba con soltura siete lenguas aboriganasciferentos. Cuando so ‘e286 con mi abuela patema, que estaba en la Mona Mona Mission, perdi ia la~ ‘mada “exencin” para salir con libertad do una reserva aborigen. Eso significaba también que sus hijos serfan considerados como nifios “bajo la custodia del Esta 140", de acuerdo con la Native Protection Act de Queensland, Unos afios después, solicté a autorizacion del Native Welfare Department para salir de la mision conseguir un empleo en Kuranda. Su determinacién y fortaleza de cardcter en tiempos adversos le permitié.proporcionar lo mejor a sus cinco hijos y custo hijas, Esa tuncion de modelo no se perdié en las generaciones posteriores, Mi ‘buela paterna, objoto de las politcas de asimilacicn de los gobiermos de enton- 8, fue apartada, de nfia, de su familia aborigen tradicional yalojada en la Mona ‘Mona Mission, Aun asi, dq acuerdo con la euténtica tradioién aborigen, culdé de '5u8 nuove hijo e hija, a8f como de otros rifts aborigenes. Como comadrona, ‘atenda y cuidaba a las mujores de la misisn. Mis padres se casaron a finales de los aos cuarenta y vivieron con su exten- ‘sa familia en Kuranda, donde mi padre estaba emaloado como leFador, A menue \o, su trabajo le exgia estar ausente de casa durante periados de tiempo més 0 ‘menos prolongades. La educacin de os nueve hijos ehijas, asi como de muchos parientes, quedé en las manos muy capaces de mi madre, Yo soy la tercera de 4s rifios y siete nfias. Recuerdo, sobre todo, a mi padre por su cardcter entie: ‘gado. A menudo, su tiempo libre lo dedicaba a conversar con los ancianos, aca rear agua 0 recoger lea, Buscaba la iqualdad para los aborigenes y partoips «ctivamente en poltce, en euestions de justcia social, En un ambiente ast, muy Pronto fui consciente de la discriminacisn social. Recuerdo notes como: i imi Nonte invasicn negra’, antes de la clausura de Mona Mona, en 1964. Esto das Perté en mi el sentimiento de lo que significaba ser diferente, pero el grado de mi ‘conocimiento de los pusblos aborigenes se lmitaba a la familay la comunidad local, Hasta los 16 aos, época on que hice un viaje a Nueva Zeland, no me cl Cuenta de que sabla muy poco sobre los aboriganes de Australia, Me quedaba tan evergonzada cuando me hacfan preguntas sobre ello, que decid! acabar oon tales lagunas. Educacién y formacién PPoco antes de curtpir 17 aflos, comencé un programa de formacién de enfer- ‘meria en el Innisfail District Hospital, Durante mi formacién, no tuve que precs= Parme por ol problema de ser una trabajadora negra. Esto se debié a que la enfer- mera era y sigue siendo un campo predominantemente femenino ya que, ‘muchos afios antes que yo, ya habia otras personas aborigenes empleads cn ol hospital. Mi formacién sa desorganiz6 durante el segundo curso, cuando me cone verti on madre soltera, © ects M8. ; _Elaprorn o as Mankcndon ya tres ss MMi vida despreacupada y, en part, indiscplinada termin con la llegada de mi hijo. Una semana después del nacimient,informé a mis padres de que tenfan un nipto, Para conservarlo conmigo me fui a Melboume porque sospechaba que, s| volvia@ casa, lo criarfan fs parientes y no yo, Estuvimos en Melbourne hasta que tuvo tres meses. Yo queria trabajar y trté Ge incoribitme como alumna en enfer- meria, contando con mis estucios anteriores. Esta opoién era posible pero, des- ués de pensar detenidamnente, decidi que, sl iba a continar enfermerta y con ‘nbuir a mejorar fa salud de los aborigenes, sélo lo haria como enfermera jela, Regresé al Innis District Hospital, terminé el tercer curso y fui una de las tt ‘mas comadronas formadas en ese hospital, En 1976, finalleé mis estudios, tanto {de enfermera general como de comadrona y me preparé mentalmente para ingro- ssar en ol mundo labora Mi primer puesto como enfermera ttuada lo ocupé en un hospital del goto de Carpentaria, Se trataba de un hospital segregado, con una soccién destinada a alberger exclusivamente a personas aborigenas. Durante el period en el quo pparmanecl como empleade, obsorvé las condiciones de las personas aborigenes de la localidad, la mayoria de las cusles ma ara familiar por parte de mi ebuslo, ue eprociar las pésimas condiciones en las que se velan obligadas a Vivir Esto refored mi concioncia de las graves injstcias infigides a los aborigenes y forta- lecié mi resolucién a partcipar en el cambio, Sintiéndome indefensa e incapar de ‘modficar las conekciones que me rodeaban, me resign y VoN a casa, Desouss, tentré on contacto con el director médico Wel Central Ausralan Aborigines Con gress, | Congress, que atin sigue funcionando en la actualad, es un servcio de Salud y médico independiente, controlado por aborigenes. Estuve trabajando en este servicio como enfermeara jaa, 2 Al tiempo que cumplia con mis obligaciones normales como enfermara, for ‘aba parte do un equipo que visitaba con regularidad las tierrastradcionales de los pueblos Pijantjatjara y Ngzanyatjatjarra, Su zona se extiende por un tertorio enorme en el que se unan los tres estados de Australia del Sur, Teritorio del Nor- ‘ey Australia Occidental. En estas visitas practicabamos intrvenciones mécicas -do eniermeria y recogiamos datos sanitarias. Esto se utllz6 como base para ‘olicitar fondos con el in ce establecer un servicla médico aborigen, controlado Por a comunidad y situado en el interior. Constantemente me ercontraba con problemas y con eiseriminaciones expl- citas contra jos aborigenes desde diversos frente. sto resulaba agotador men- fal fisica y emocionalments. Lo que vela, sentia y experimentaba sala fuera de los lites normales de mi entencimionto. Por ejempla, me enviaban a hacer un andlisis de evaluacién de las necesidades de personas aborigenes después de ‘quo una riada se levara sus viviendas y sus perlanencias, cvando el rio Todd, do Ali Springs se converte en un torente arrasadar. Al final, acabé Sentada @ la olla del rio, lorando con las personas afectadas. Ademés del ambiente ajeno Y de las cada vez mayores expectativas puestas en mi como enfermera negra, ‘comencé a sentir, de nuevo, que no era capaz de resolver los problemas de las personas aborigenes. Para sentirme de ese modo, tuve que suffr un profundo Choque cultural y un sentimiento de aversién a mi misma, Necesitaba encontrar ‘me en un ambiente familiar y volt répidamente a Queensland. Después de un tiempo de descanso, trabaé durante un corto period con el "National Eye Health end Trachoma Team Programme, coordinando el examen do © escomasmea 8 se Farinismosy pedagogies nla via caltana las personas aborigenes que vivian en la zona de North Queensland Tablelands, tuniéndome después, como enfermera jefa, al equipo que ba al estrocho de Torres para realizar el examen de la isla Thursday y otras isles cercanas. Cuen- o, por fin, se establecié el Pljanjalarra Homelands Health Service en el exe. ‘mo noroeste de Australia del Sur, decid regrasar y contribulra su dosarrolo pos. terior, Pasados dos aftos, asumt el trabajo de funcionaria ejecutiva del servicio de salud, que se estaba desarrollando a un rime muy répido. Fue una época en la {ue me sontia como un instrumento para la destruceisn final de una cultura en su) camino hacia la asimilacién, Esta cuestian me estuvo angustiando hasta que me i cuenta de que todas las eyituras cambian y que éramos semejantes a otfos ‘grupos en trensicién. En ese momento viviamos en un pais colonizad, con una Poblacién predominantemente bianca, con enfermedades nuevas y otros factores Intervinlentes, como cualquier otro grupo. Los aborigenes podian adoplar, por ejemplo, ‘la via ms fécl de cazar en las poco densas:terras desérticas, con un rile y en un vehiculo de traceién a las cuatro ruedas, (en vez de andar] durante ‘muchos dias con una lanza, consiguiendo la comida para alimentar ala fil Al final, Conclui que los aborigenes tenian que mantenet su identidad cultural y cambiar lo qua olios desearan cambiar. Como una paloma mensajera, volvi de nuevo a Queensland buscando el sus- {ento y para reflexionar sobre la creccion que tomara en el futuro. Fisica y omo- cionalmente desheche, promeli no volver a legar a este siluacién de agotamien. {ay presonté mi renuncie al Piljaniatjara Homelands Health Service & principlos de 1961. Adems, mi hij tenia que ingresar en la escuela primaria. Alos 7 anos, su educacién incial de cardcter accidental habia sido un tanto deslavazada, Pe ‘sabe, con cieria vaetin, que la educacicn conseguida en sus muchos viajes fo boneficiaria en e futuro, sobre todo en el émbito de las destrazas sociales, Estas experioncias en el campo dela salud de loe aboriganes y la creciente ‘conciencia de la cultura aborigan desarrolaron en mila convceién de mi deber do ‘aportar todo lo posibe, dentro de los limites do mi capacidad. Llevé una vida nor. ‘mal, criando @ mi hijo. Yo tenia mis dudas rascecto a mis habilidades en este terreno, porque, con frecuencia, me daba la sensacién de que lo estaba arras- ‘tando de un sto @ otro por todo al pais. Mi familia me apoyé mucho y, cuando era ecesario, se hacfan cargo de él. Nunca podria pagar su generosidad, sobre todo Cuando, durante mi formacién, eos lo cuidaban durante diez clas y yo estaba con 6 durante los otros cuatro. Hasta que tuvo casl 4 aitas, paso mas tiempo con mis adres que conmigo. Hoy dia, me siento orgullosa de el, de quién es y de lo que std haciendo, Mas adelante, ayuda la puesta en marcha de los aspecios clinicas del esta- blecimiento Wu Chopperen Aboriginal Medical Service de Cairns y dela Halfway House para nics aborigenes mal nutridos, en la misma localdad. Trabejé en varios proyectas corporativos, en diversos hospitalas estatales y comunitarios. Durante cuatro ares, estuve empleada, como enfermera, en el Queensland Sta ‘te Health Department Entre 1981 y 1888, me casé y me seperé. Las ciccunstancias de la separacién ‘matrimonial me llevaron a buscar refugio on Australia Occidental Mi hijo de 14 afios y yo nas fuimos de Queensland a Perth y, si hubiéramos tenico suficlente , est claro renpuore ttided no es la que de manera rrioer intercambia como churn de slutconescombiantes: es produce seen veren lcurso de una vida, z aoe ism Ea ye £850 es esencial analizr las eondiio encial analizar las condiciones de pro- gore, aa re ultado estéen pare deeraitay mension isang Te Shee, 1976) en las auton a5, dimension interativa tiene dos aspeetoe oh een Hay encepiones, Un es uli ede venideras ee A240 odin del etneros no slo ora Co legs a escribir, veimicineo ahs mas tarde, una retrosy athe, now, 1974.23), : : ee ellis ts invasions consiuye a preocupain pi ‘de la recepciéns (ef. Iser, 1976) i 178 a afiadirse que ha Coproductor, sino también IV. La estructura de los relatos autobiograticos sins fxauemas disponibles para la representacién interna de la propia senna eral habrian de ser estudiados primero en terminos de psicolosta Counitiva, Si nos preguntamos por la estructura de las narratives autoben, frdficas, tenemos que dirigimnos a la linguistica y la literatura, {La contribucién posible de la teoria lingtistica de la narracin puede 2g cismnlificada por tos intluyentes estudios de Labov y Waletzky (1967), jon fantraste con ls studios que hay sobre productos narratives comple 20s (Por ejemplo, fos cuentos populares), estos autores analizan las exns, cans nartativas més simples como un prerrequisito para anilisis mis SomPrehensivos. Los materiales de referencia son relatos orales breves ds experiencia personal. Seain Labov y Waletzky, una narracién tiene dos funciones: una es {eferencial, [a otra evaluativa, La funcién reerencial consste ex tn den, cripeién de los acont Saqauativa consiste en refere esos acontesimientos al presenteces dec eer tificar lo que signifiean icién en la que el relato ocurre. fe Ia narrativa, los Pasados ocurre en el contexto d lastuacién presente, y bajo cl rveia oe su significacién para éste, i Qué es lo que se gana recurtiendo a I literatura? Se podria arguinen- far aise tora tteraria se relaciona con textos completamente dikvontes ret Jawa cotiiana, En algin sentido es cierto, pero el hecho oe tanto la lieratura como Ia sociologia tienen que ver can tenton Leconte fucién fundamental de ta tarea leraria de Ia autobiografis x none, 505 vitles. Esto se ajusta'afa-Posicion metodotbaica, tradicional dye Me serenade ees decd aes os aR fias como resultado de uh proceso de objetivacion, en cl que et conten, do» (aquello a lo que se estan refiiendo) es realizado por una eformay,¥ de aqui se da un palto a las condiciones de la realizacién formal, Los esquemas formales no. son simplemente instrumentos para transportar Contenidos referenciales; definen las posibilidades en las que tales conteni- dos pueden constituirse. ‘Ey algunos estudios modernos sobre autobiografiasliterarias se hace Ia rmisma critica a las obras antiguas de esta tradiciOn: sa ésts pretendian presentar los documentos propios como muestras de refléciones directas dela realidad de la vida... Asi pues, se puede establecer nrcortocircuito paralelo entre la forma dela vida burguesa y lade la repre~ Sentacidn autobiogratica, la historia del género podria ser leida como un protocolo diresto sociohistérico del ascenso y descenso de burguesita. (Nigel, 1977: XID. [Nigel habla desde su interés por unc teoria y una historia de la forma literaria «..cuyo signifiewo no esté restringido a ser lu expresion de una historia de las mentalidades» (loc. cit.). A mi entender, sin embargo, una Critica tan vadical resulta necesaria, precisamente por el interés contrario, ts decir tomar la autobiografia como un documento para ta «realidad dé i vida 5 de to que se rata es de hacer un trabajo metodolégicamente correcto, En concordancia con Jos resultados de la teria de ta identidad y Ie perspectiva lingtistica, la teorialiteraria presenta las autobiogratias como Gotadas bisicamente de una estructura reconstructiva®. La posicion més extrema se alcanza cuando el texto autobiogrifico es concebido no s6lo como reconstruccién sino como creacién de vida, o como constitucién del you En su estudio de la autobiografia francesa moderna, Picard (1978) nuestra que existe una tendencia historica en esta direccién. Ve que hay tin desplazariento de la narracién (en tiempo pretérito) hacia el habla (en tiempo presente) del disponer de una estructura de significado a tener que buscarla, Cada vez més, la narracin abre paso @ la reflexién; en otras palabras, el problema de las precondiciones de la narracién —el estable- Cimiento de un punto fijo, de un yo como organizador de la experiencia pasada- i nen si misma. Se pue- de sefialur esta misma tendencia en el desarrollo de la novela; la perspectl —FGica ees de Goethe ea soe de emposatadon op de ns dss organ eae ct peo ey, BT So er re eo ae te ha ann xr Monti en ‘sus Ensayos (Wuthenow, 1974; 19). eet 180 va autoevidente del narrador hace tiempo que se ha convertile ef 18 Voblemitce, Como ocurre con la novela algunos autores 405% del fins Bobet an, dela cimposblidady de 1a autobiograia hoy (New mann, 1970: 183) ns eianes, los textos autobiogréficos pueden mo incurit en (Ais entremos, pero para esos casos, también, Ia eProporciény de referencia ‘versus evalugcion es variable. a Pe aaa jeta autoblografia como género literario nos proporeicn® importante intuiciones acerca del desarrollo hstrico de» cameras aeorrasion autobiogrifica, De sus esquemas disponibles y de us eek: sccidadesn ncenaria, También puede ser televante part In suesi9n de las aaeicatsas ince intraculturales. Por ejemplo, para determinas si 1a ne oes chopra resulta especialmente (cil para los miembros de 9 race abajadors (j, por tanto, compensa su carencia de disposicions’. cae ia para una sdecuada autopresentacion en el caso de lw entrevisit Sstundarizada), tal como algunos autores nos aseguran. V, El problema de la everdado en la autobiografia para concluir, las perspeetivas presentadas pueden ser aplicadas 5 wubleme espelfico, ef de a valider 0 i everdady de Ws e108 auutobio- sfios, Nutr ani hata ahora nos ha dejado en una ces rors are Por am lado, ha acentuado el carder reconstructivo d¢ las Toe rene srabiografias, es decir se subordina a las contingencits 019 cio esente, Por otro, estamos inlifados a pensar que nonmilime tuacign Drove extremo, alguna verdad en fo que s etd narrando, Que cate oa relacin espeifcable entre [a ezonstreeion maralie yo crise aieMentos a los que se refiere™, {Que eaminos tenemos para (ralar esta ambivalencia? 1) Thomas y Zaaniecki (1958: 1912) al igual que Shaw (1966: 47) 1- nen | Enfans en la sinceridad dc la autobiografia que reproducen. EXSe~ ree cs coos son los férminos en los que este asunto se planten en debar aaeig iteratura anterior (antes del siglo XVIIT) Por un lado, las 4° 1 ee renlas (self-reports) autobiogréficas pasan por tener It mavor «err tidad posible, porque «nadie conoce su propia historia mejor due sateen, como sentencié un editor de autobiografias en 1718 (Nigal 977.3). POF otro lado, hay un eresiente escepticismo sobre la posbiidnd ae attorsién consciente dela verdad por parte del autobiégrafo. De perspective ingUisia de Labov y Waletky (1967) adlee de est ambit erat en sus concept (elerencayevaluacin), Las navraciogs 4m S's go resueli Inc anc peo ambi como evesionesy dela eterna pasadss Ist om hd td todos modos, se exige que los autores «refieran sineeramente (bona fide) todas los acontecimientos del conjunto de su vida» (Gottfried Wagner, 1716, citado por Niggl, 1977: 4)®. Cuando nos preguntamos a nosotros mismos si un autobidgrafo inten- ta engaiiar intencionalmente al lector, solemos analizar los esquemas es- {ructurales disponibles para la produccién de una autobiografia wapologé- tican, Un ejemplo de este tipo es Ia autobiografla de Carl Friedrich Bahrdt (1796-1791) (Mullen, 1976: 221 y 55). Su relevancia como fuente histérica fe debe al hecho de que Bahrdt esté forzado a relatar de manera realista, on el objeto de convertr su narracin en més ereible: ye as ens npn sei it eo conf pute mane in apretes de ead a ts ee urs sl qur eect, migra aoe a cin i se nein ana cand no oda pensar usher abe ylo para mein nave La sbgan eungir un poblisefscépico se resolva en una narrativa inasualmente sche. 11 227) ar testimonia de ta sineeridad de un autobiégrato no nos lleva muy Iejos sin embargo, El caricter reconstructive de la autobiograffa no puede ser eliminado por la sinceridad. b) En Ia teoria literaria, la solucién al problema de la verdad aparece cen un nuevo modelo que ha sido desarrollado en torno al giro del siglo XIX, de manera mas plena en la autobiografia de Goethe, Dichtung und Wah rheit (Designio y verdad). Goethe no redujo Ia verdad autobiogrifica al concepto de verdad de las ciencias psicolégicas o histéricas. Para él, ¢s la subjetividad natural de la autobiografia la que constituye la verdad de este género (Niggl, 1977: 114), Una verdad de este tipo se da incluso si el autobidgrafo lee basicamente mal el mundo (Muller, 1976: 226). Esta es una solucién estética (en sentido estricto) del problema; y el criterio para esta verdad es si la autobiografia es un wéxiton estético. Pero hha promovido el desarrollo de la autobiografia hacia la forma literaria, y también ha influido en la relacion entre ficcién y realidad en el texto pro- piamente de fieci6n, principalmente la noyela (Miller, 1976)", Tiene su Wile de siglo antes, Montaigne, en Ia frase que abre sus Ensayos (que no som propiamente uns auobiogtafia pero que pretender informar sobre el autor, cousderd ne- eerie neem wate ef un libro sincera (de bonne fon, lector (Wuthenon, 1974 1D. 1S fay poctionesexépiee para con la biografa en ia otra dveccion lade quienes ven ‘que ia verdad steals ba de estar contenida en ln wpurav feign, Cli, Sarre en au biogas de Pagber Nos hemor dado centa de que Gustave, cuando eserie en primera. persona.) rinwincero.,Perose muestra 4s mismo cuando iventay (ol 182). La iosineeridad 82 tment ney por eontrate con la mentira, nes hace te 182 re tot ta terdade Uc T8) ER imérito no sblo desde el punto de vista literario, sino también como solu- cidn sociolégica: es un modelo de verdad subjetiva, que corresponde a lo ‘que Thomas y Znaniecki y sus seguidores han establecido como Ia meta del método biogratieo. Se puede mostrar, sin embargo, que una valoracién asi de la posici subjetiva del actor no es satisfactoria. La dificultad reside en la pérdiéa de tlaridad sobre qué tipo de subjetividad se obtiene del material autobiogr’- fico. Se podria decir que una renovacién autobiografica nos informa acer- ca de emo el sujeto tematiza y consiruye su propia biografia (en una situacién dada) y, al hacer esto, reafirma (0 incluso constituye) su identi- dad, y planifica sus acciones. Este es un tema importante en sentido pleno. Pera si es esto todo lo que se puede obtener a partir del método biograti- ‘co, la mayoria de sus aplicaciones serlan invalidas, Aun cuando acepternos Ta subjetividad inherente a todo relato biografico, no podemos darnos por satisfechos con la informacion de que esté meramente referida a las con- tingencias del presente. Esperamos no sélo la evaluacién, sino también la referencia; no solo la verdad «situacionaly, sino también la verdad «his- Aérican, c) Esta cuestién de la wverdad histérica» puede ser abordada de forma muy pragmitiea, como es tipicamente el caso de la historia oral. Aqul, los relatos aulobiogrificos son cunsidcrados como una fuente de datos entre ‘otras, y ha de ser contrastada frente a otras fuentes disponibles. Este mis- imo procedimiento ha sido empleado y recomendado por Shaw (1966: 2): Cada estudio de casos ha de ineluir junto con los documentos de la historia de vida, la usual historia familiar, los descubrimientos mégicos, psi ales de arrests, denuncias y sen- Tencits, la deseripein de las relaciones en el grupo y otro material veritiea- ble. ‘estos materiales de casos adicionales euvalguier Un proyecto més ambicioso es el de construir una «teoria del sesgo» en los relatos autobiogréficos, de tal manera que el sesgo pudiera ser rutina~ riamente adescontado» a la hora de interpretar este material. E] estudio Ilevado a eabo por Yarrow y otros (1970) podria ser considerado como un favance en esta direccién: ellos compararon informes retrospectivos de fAcontecimientos (socializadores) pasados con informes de esos aconteci tmientos realizados al mismo tiempo que ocurrian. ‘Gerdads para Sartre, es una verdad sinteriors de un géneroespeia: «Flaubert noha ment= eee e ienre cots pasiones, al menos sveBa con sentria (I: 19). De modo similar, sal (1965: 195) dige acerca de la novela de Gotried Keller Der gre Heinrich (en idm eon una posible autobiogafa): wEl amor que e beraen la novel nos ensei lo ‘Sencial de Kelle’, y es; en eerto senda, mis verdadero que sv vida misma» 183 Para una posicién metodolégica interpretativa, la viabilidad de cual- quier teoria general del sesgo es dudosa. Pero nuestro conocimiento de las propiedades estructurales de los textos autobiogréficos ha de formar parte Felevante de cada estudio particular, Por ejemplo, un investigador que ‘analizara hoy historias de vida en Alemania, deberia destacar que los aflos entre 1933 y 1945 no suelen estar muy claborados, ¢ incluso apenas pary- fen haber sido ricos en acontecimientos. Si recuerda nuestro punto de Vista metodoldgico, sospecharé --inclso si no tiene razén para asumir alguna distorsin consciente por parte de los narradores— que podria ba ber algo errdneo, Lo mismo vale, en otras historias de vida, para la refe- rencia sobre lo poco que una persona podia hacer durante esos aos, cosit {que contrasia enormemente con el €nfasis sobre la propia actividad duran- tel periodo de reconstruccidn de [0s Gltimos 40 y 50. Hay que destacar que ambas dimensiones estructurales estén abiertas no sélo a interpretaciones ex post sino también —al menos en las entrevis~ tas orales_- a intervenciones metodolégicas. En la metodotogia de li «én- trevista narrativay (Schutze, 1976) se establece que la estructura de ta na~ rracién impone al narrador una «obligacién de detallare, Cuando esté haciendo una glosa accrca de partes sustanciales de su historia, cl entrevis- tador-oyente puede legitimamente pedir mas detalles, y. asi, el narrador tiende a decir mas de lo que el primero pretendia o esperaba. Cosa pareci- da puede decirse respecto de la dimensién de la actividad/ pasivida. Si et narrador se pinta a si mismo como un mero pedn en manos de fuerza Superpoderosas, 0 como el origen activo de todos los acontecimientos im- portantes, 0, a la vez, como la victima pasiva de acontecimientos neg vvamente valorados y como sujeto de acontecimientos con sentido o valo- rados. positivamentc, e} entrevistador puede pedirle que considere. también, la otra cara. Si cuenta la historia de sii vida como un proceso continuo, con una Logica interna que.orienta la situacion presente (de ma~ era positiva o negativa), el entrevistador puede pregunta acerea de las Contingencias de las situaciones pasadas, las formas de relacionarse con ells y las rutas alternativas no tomadas. Estos simples ejemplos no son indicadores vitidos de tado cuanto me- todoldgicamente podemos obtener si contamos con el conocimiento exis- tente acerca de las narraciones biogréfieas de la Vida cotidiana y los textos bingeaficos. Por otra parte, muchas de estas cosas no son tan nuevas, sino {que hun sido practicadas como parte natural de la interpretacién de los datos de las historias de vida, (La razén de ello es que los investigadores no estan s6lo equipados con procedimientos metodolégicos explicitos, Sino también con capacidades interpretativas muy desvinculadas de aqué- los.) Resulta obvio, de todos modos. que no podemos confiar en todo lo {que naturalmente ocurre en todos estos ejemplos 184 DATOS AUTOBIOGRAFICOS Y PRAXIS CULTURAL* Nicole Gagnon Servir para el estudio de los movimientos sociales o de las Iuchas politieas, eentrar nuestra reflexién sobre una vida» (p. 215). De ahi la ‘idea de no El entusiasmo de una mi + aomates anobioprapigues et praxis culturein, Nicsle Gagnon, Cahiers Invern slonase ae Soviloge, Yl. UXIX, 1980, Presses Universitaires de France, Par re ieee Totes de ve ou recs de praiques? Méthodote de lavoro na auton ara eh Cordes, Path 116.204 pp. Ayareeoc SF tawre i Réctee ie, paroles dexpérince, Lausana,Eatons Age de Fomine 185

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