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La Familia a partir de los Derechos del Matrimonio Igualitario

ELQUIN DAVID ORTIZ RODRIGUEZ

ANTEPROYECTO

CORPORACION UNIVERSITARIA AMERICANA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES

PROGRAMA DE DERECHO

BARRANQUILLA

2018
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1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 Titulo: Derecho de Familia a partir del reconocimiento del derecho al Matrimonio

Igualitario

1.2. Descripción del problema

Para una sociedad costumbrista enfocada en los valores y los preceptos morales, de cara a la

promulgación de una nueva constitución que reconocía en el hombre un ser dotado de plenas

garantías y derechos para poder desarrollarse en sociedad, es indudable que se crearían algunas

desigualdes a partir de la necesidad de los individuos de materializar dichos derechos. Es tal que a

pesar de constituir la homosexualidad una forma de vida, y tan antigua como los anales mismo de

la historia del hombre, si tenemos en cuenta, que a través del tiempo se mostrado esta conducta

humana como algo presente en todas las épocas de la historia pasando por emperadores, reyes,

conquistadores, guerreros por mencionar solo algunos casos, es una manifestación del ser humano

que a pesar del paso del tiempo y de su existencia real se mantiene vigente con la evolución de la

sociedad, aún estamos frente a una sociedad que resiste el reconocimiento de este modus vivendi

y pretende desconocer sus derechos y que estos solo se limiten a existir como letra muerta.

Aunque en un fallo del 2011, la Corte Constitucional por ruego de las organizaciones LGTBI, que

exigían sus derechos para poder organizar comunidades de vida como parejas legalmente

constituidas mediante el matrimonio, en esta se exhorta al Congreso a legislar sobre este tema
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dentro de los dos años siguientes, fue evidente que el legislador aun desconociendo la constitución

y el mismo fallo, presionado por los distintos actores sociales tales como las organizaciones

religiosas, comunidades de padres de familia y otros tipos de organizaciones moralistas que veían

en este derecho, un debilitamiento y desmoronamiento de los valores de la sociedad de reconocerse

el matrimonio igualitario y no solo por el solo hecho de reconocer estas uniones como matrimonio,

si no los derechos que de esta se derivaban, no se logró el cometido, sin embargo de no hacerlo la

misma sentencia que otorgo plazo para legislar estableció

Lo de la adopción es paradójico. Actualmente las personas homosexuales pueden ir a adoptar y no tienen

que demostrar su condición. Ahora proponen un referendo para que los colombianos se pronuncien. Me

parece inútil porque ya se sabe cuál va a ser el resultado. La democracia no es para que las mayorías

avasallen a las minorías, sino para que las minorías tengan garantías y nunca sean avasalladas. Es con

garantías como se puede dirimir los conflictos y las diferencias de una sociedad.

El mismo mensaje que siempre ha dado: que no cumple con el deber de proteger las minorías, porque las

mayorías siempre están protegidas de hecho. Si se cae, no sería una sorpresa, sería un mensaje de que el

Congreso discrimina, legitima la desigualdad y considera que unas personas sí tienen derechos y otras no.

La adopción en pareja. No hay limitación para que personas gay adopten. De manera individual se puede

hacer, pero no en pareja. Eso en cuanto a reconocer la igualdad de derechos. Pero también falta otro tipo

de acciones afirmativas, como políticas públicas para acabar con la discriminación.


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28. Profamilia http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2011/C-577-11.htm

La Representante de la Asociación Pro Bienestar de la Familia Colombiana, coadyuvó las


pretensiones de la demanda bajo las siguientes consideraciones:

El concepto de familia es completamente diferente al del matrimonio y la existencia de la familia


no está supeditada a la realización de un matrimonio, porque el matrimonio es una manera de
legitimar el compromiso, no sólo en relación con la pareja, sino también en relación con las
familias extensas y la sociedad en general.

De conformidad con las cifras indicadas por ENDS – Encuesta Nacional de Demografía y Salud
-, desde 1990 se ha transformado la constitución de los hogares sin vínculo matrimonial o con él,
volviéndose dinámica, sin que por ello deje de ser válido el matrimonio y de constituir una forma
de agrupación familiar.

El matrimonio, además de ser un contrato civil, es un fenómeno social variable que cambia
conforme a transformaciones culturales en el tiempo, las cuales terminan reflejadas en las normas
y en la evolución que deviene del reconocimiento de los cambios, pues el modelo de familia
tradicional heterosexual contemplado en la Carta Política no agota la amplitud de las formas de
constitución de las familias y desconoce otras formas válidas existentes.

Mantener la procreación como requisito esencial de la figura contractual del matrimonio carece
de sentido, pues no responde a la realidad y, además, desconoce los avances normativos realizados
en materia de derechos sexuales.

La sexualidad es una parte integral de la personalidad de cada ser humano, por lo tanto, debe
crearse un ambiente favorable en el cual cada persona pueda disfrutar de sus derechos sexuales
como parte del proceso de desarrollo. De conformidad con el derecho a la autonomía personal,
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toda persona tiene la oportunidad de ejercer control y decidir libremente sobre asuntos
relacionados con la sexualidad y con la elección de la pareja.

Reitera que todas las personas tienen derecho, de conformidad con las leyes y políticas que
reconozcan la diversidad de las formas familiares, a entrar libremente y con el pleno
consentimiento al matrimonio u otro tipo de arreglo con la pareja.

Con fundamento en todo lo expuesto, consideró que la expresión “procrear”, contenida en el


artículo 113 del Código Civil, resulta obsoleta, llegándose a cuestionar la legitimidad de este
elemento como finalidad del contrato civil de matrimonio. Por ello las normas demandadas deben
ser declaradas inexequibles, ya que el legislador, al limitar el contrato de matrimonio a la unión
de un hombre y una mujer, ocasiona una discriminación por el sexo de las partes contratantes,
impidiendo que las personas con un orientación sexual diferente de la heterosexual ejerzan sus
derechos fundamentales al libre desarrollo de la personalidad, a conformar una familia y a la
intimidad.

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