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Módulo 1
Gerardo Echeita
Mauricio López
Cecilia Simón
Marta Sandoval
Mauricio López. Psicólogo por la Universidad de Chile (1997) y Doctor en psicología evolutiva y de la educación por la
Universidad Autónoma de Madrid (2010). Ha trabajado como asesor de programas de mejoramiento e innovación edu-
cativa en establecimientos municipales y subvencionados del país, en temáticas como convivencia escolar, orientación
vocacional, inteligencias múltiples, sexualidad adolescente, entre otras. Ha sido docente en programas de formación de
psicólogos educacionales y profesores. Participó en el equipo de investigación sobre Inclusión y exclusión del Departa-
mento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, y actualmente participa en la
Red Cies (Colaboración para la inclusión educativa y social). Sus intereses actuales de investigación se relacionan con el
papel de la psicología educacional en el desarrollo de la inclusión educativa, así como los procesos de cambio conceptual
y mejora educativa en el ámbito de la atención a la diversidad en la educación escolar.
Cecilia Simón Rued. Doctora en Psicología y Profesora Titular del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educa-
ción de la Universidad Autónoma de Madrid. Cuenta con una amplia trayectoria de investigación y docencia universi-
taria, tanto en estudios de grado como de posgrado, en el campo de la educación inclusiva y los alumnos vulnerables
a procesos de exclusión. Ha participado en diferentes proyectos de ámbito nacional e internacional, financiados por
entidades públicas y privadas, vinculados a estos temas. Más recientemente ha incorporado a esta línea de investi-
gación diversos aspectos relacionados con familia e inclusión educativa y social. Sus trabajos se han difundido a través
de publicaciones y congresos nacionales e internacionales. Forma parte del grupo de investigación de la UAM: Inclusión
- Exclusión Educativa (IN.EX.ED).
Marta Sandoval. Profesora contratada Doctora en el Departamento de Psicología Evolutiva y Educación de la Facultad
de formación de profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. Se doctoró en 2003 en Psicope-
dagogía al tiempo que trabajaba como maestra especialista en Educación Especial en varios centros educativos de
Madrid. Ha formado parte en distintas investigaciones sobre inclusión educativa y ha sido representante española en
la Agencia Europea para el Desarrollo de los alumnos con Necesidades Educativas Especiales.
Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Introducción ANOTACIONES
Descriptor
Este primer Módulo tiene como propósito revisar las razones, los principios y el
marco conceptual que constituyen la base de la educación inclusiva y sobre la cual
deben sustentarse las políticas educativas que, en los distintos planos (macro, meso
y micro), deben ayudar a promover la atención a la diversidad del alumnado y, con
ello, una educación de calidad para todos, sin exclusiones. Por otra parte, este
Módulo debe ayudar a contextualizar el sentido y la importancia de los principales
contenidos presentes en los Módulos Obligatorios y Optativos, actuando a modo de
organizador previo para su mejor asimilación.
Objetivos
Unidades Didácticas
ANOTACIONES tivo final de la educación inclusiva es contribuir a reducir, tanto como sea posible,
la exclusión social que resulta de las actitudes y de las respuestas a la diversidad
racial, la clase social, la etnicidad, la religión, el género y las aptitudes. Por tanto,
se parte del convencimiento de que la educación es un derecho humano elemental
y la base de una sociedad más justa.
Unidades didáticas
Evaluación
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Introducción
Temas
Cuando los expertos en educación analizan esta cuestión suelen hacerlo bajo la
referencia a la equidad de los sistemas educativos. Se tiende a considerar que un
sistema educativo es equitativo (o más bien que lo es más que otros, porque ninguno
lo es al 100%), cuando es capaz de conseguir que una mayoría de sus estudiantes
alcancen logros educativos comparables (nivel de estudios conseguido, grado de
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
Ante estos retos, existe un creciente interés en todo el mundo por la idea de una
“educación inclusiva” como quedó de manifiesto en la 48ª Conferencia Internacio-
nal sobre esta misma temática auspiciada por la UNESCO y el BIE en 2008 (http://
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Equidad y derechos:
“El pleno ejercicio del derecho a la educación exige que ésta sea de calidad y
que asegure el desarrollo y aprendizaje de todos. Esto debe realizarse a través
de una educación relevante y pertinente para personas de diferentes contextos
y culturas, con diferentes capacidades e intereses. Para lograr este objetivo,
la educación debe guiarse por los principios de no discriminación, igualdad de
oportunidades e inclusión, valorando las diferencias, fundamento de sociedades
más justas y democráticas”.
Pág. Web de la UNESCO
(http://portal.unesco.org/geography/es/ev.php-URL_ID=7454&URL_DO=DO_
TOPIC&URL_SECTION=201.html )
Una de las ideas centrales de este texto es que el sistema educativo, desde sus
administradores, hasta el profesorado, pasando por los servicios de orientación y
llegando a las familias, deben revisar la perspectiva dominante desde la cual se ha
interpretado cómo enfrentarse a la diversidad del alumnado y, en consecuencia,
revisar también las prácticas de distinto tipo que se están llevando a la acción
movidas por sus creencias o concepciones.
El término perspectiva tiene mucho que ver con “la mirada”, con cómo contem-
plamos y cómo interpretamos lo que nos rodea. Los artistas plásticos (pintores,
fotógrafos, escultores…), entre otros, nos proporcionan multitud de ejemplos
que ilustran como una misma supuesta “realidad” es interpretada de maneras
muy distintas en función de la perspectiva que adopta frente a ella cada artista.
ANOTACIONES
Usted que está leyendo este texto, cada vez que se aproxima a la acera de una ca-
lle concurrida con la intención de cruzarla, de manera más o menos imperceptible
-incluso para Vd. mismo-, girará, aunque sea ligeramente, la cabeza a la izquierda,
pues de ahí suelen venir habitualmente los vehículos que transitan por nuestras
calles, avenidas o carreteras. Se trata de un esquema muy básico, aprendido en
parte por la paciente insistencia de nuestros progenitores y en buena parte, tam-
bién, por un aprendizaje inconsciente, a fuerza de observar como otros cruzan las
calles y de cruzarlas nosotros mismos. Por mucho que nos parezca un esquema muy
normal no hace falta sino trasladarnos al Reino Unido para comprobar que, o bien
aprendemos otra forma de cruzar en dicho país - habida cuenta que en esos lugares
tienen la costumbre de circular de derecha a izquierda-, o bien antes que después
terminaremos con nuestros huesos rotos en un hospital británico lamentándonos de
lo especiales que son los ciudadanos de ese Reino.
Hay en la metáfora dos análisis muy pertinentes al caso que nos ocupa. El primero
es que, la inmensa mayoría de las veces, los continentales (portugueses, españoles,
alemanes…), terminamos por aprender a cruzar las calles inglesas de forma adap-
tativa a la nueva situación de isleños, no sin que ese aprendizaje se vea facilitado
con algunas ayudas o apoyos, que en los últimos años se han incorporado al diseño
urbano británico, como son unas llamativas advertencias escritas en el suelo de
muchos lugares de cruce, en los que imperativamente se lee: ¡Preste atención y
por favor, mire a la derecha! Por lo tanto, aunque nos cueste, podemos aprender
y cambiar esquemas muy básicos y muy automatizados de nuestro repertorio, si
queremos conseguir nuestros más preclaros objetivos (en el ejemplo que nos ocupa,
terminar felizmente nuestra estancia en el Reino Unido).
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES Segunda enseñanza: aunque la mayoría de los que viajan al Reino Unido están avi-
sados de la peculiaridad inglesa a la hora de circular, sólo cuando nos hemos visto
insertos de pleno en un nuevo contexto social en el que nuestros esquemas ante-
riores (rutinas –como la forma de cruzar la calles-, conceptos, valores…) resultan
ineficaces o poco adaptativos para nuestros objetivos, nos hacemos conscientes
de lo relativo de esos mismos esquemas y quién sabe también si, en algún caso,
de lo inadecuados o perfectibles que pudieran ser algunos de ellos. Por lo tanto,
para conocernos y valorar si nuestras concepciones y aprendizajes más implícitos y
profundos son los adecuados a los nuevos territorios que queremos explorar, ten-
dremos que adentrarnos en ellos sin remedio y con valor, lo que no quita que sean
bienvenidas todas las ayudas, asesoramientos y apoyos que nos sirvan para que la
exploración sea finalmente exitosa.
Lo que hoy sabemos, con total certeza, es que para explorar ese territorio no nos
van a servir los esquemas (las concepciones, las estrategias y los valores educati-
vos) que hemos aprendido (¡durante mucho, mucho tiempo!) en el mundo escolar
que todavía habitamos, pues éste no fue creado para “atender a la diversidad del
alumnado”, sino, como bien sabemos, bajo el criterio de ofrecer “algo de educa-
ción para todos, más educación para algunos y una educación de elite para unos
pocos” (Black-Hawkins, Florian y Rouse, 2007, p. 8). Tendremos, entonces, que
cambiar radicalmente de perspectiva (como debemos cambiar de dirección hacia
donde miramos al cruzar las calles en el Reino Unido), pues de lo contrario nuestros
avances hacia esa meta serán limitados, contradictorios y, a la larga, frustrantes.
Pero, ¿cuál es esa perspectiva dominante que debemos cambiar? Las concepciones y
los modelos de actuación que han predominado en los responsables de organizar la
respuesta educativa para el alumnado más vulnerable –pero que también ha reper-
cutido sobre el resto del alumnado no considerado como tal-, ha recibido, según el
caso, varios nombres; “individual”, “esencialista”, “remedial”, “modelo médico”,
pero todas ellas asumen, en general, los principios que se presentan en la Tabla 1.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
Podemos aprender nuevos esquemas para enfrentarnos con éxito ante situaciones
nuevas
Fuente: http://www.flickr.com/photos/juliancontreras
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Es una opinión compartida por los expertos que han analizado esta forma de ANOTACIONES
pensar y actuar que el resultado de estos planteamientos ha sido: a) reforzar el
condicionamiento a la baja de las expectativas (del profesorado y de las familias
principalmente) por efecto del proceso de etiquetaje, b) el encasillamiento de las
actuaciones didácticas, c) la limitación de oportunidades que finalmente terminan
padeciendo los alumnos y alumnas considerados con necesidades educativas especia-
les, d) el refuerzo de la idea de que la educación de este alumnado es una cuestión
fundamentalmente de más recursos, e) la segregación escolar y la “invisibilidad”
de los afectados y, finalmente, f) el mantenimiento del “statu quo”. Quizás, el
efecto mejor documentado de todos ellos es el del condicionamiento negativo de
las expectativas del profesor producto de las etiquetas diagnósticas de los alumnos,
proceso que se conoce como la “profecía autocumplida”. Ello, porque las etiquetas
hacen referencia la gran mayoría de las veces a las deficiencias, dificultades o a
aquello que el alumno no puede hacer, haciéndonos olvidar otras características o
capacidades que puede tener y que pueden ser importantes para su aprendizaje.
Consecuentemente, la intervención con dicho alumno se limita, simplifica o reduce,
lo que conduce a que progrese poco y, así, a confirmar las bajas expectativas iniciales.
No está siendo fácil cambiar esta forma de pensar (¡y de hacer!) y la experiencia
está demostrando que siendo posible –y hay miles de ejemplos por todo el mundo
que lo demuestran-, este proceso de cambio es costoso y necesita de un trabajo
sostenido en el tiempo para articular cambios, mejoras e innovaciones (para lo
cual le ayudarán los contenidos que se tratarán en el Módulo II), que esperemos
que Vd. esté dispuesto a iniciar.
ANOTACIONES como principios básicos los que, basados en Ainscow (1995, 2001), recogemos en
la Tabla 2.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Desde otro punto de vista diríase que esta perspectiva se basa en el principio de ANOTACIONES
que lo que necesitamos aprender es que todos estos niños y niñas, adolescente
y jóvenes, empezando por los que hoy reconocemos como más vulnerables a los
procesos de exclusión, marginación o fracaso escolar por razones diversas, tienen
derecho a que ello no sea así, esto es, a una educación de calidad en el más amplio
y profundo sentido del término calidad.
Como nos señala Lema (2009), en relación con el alumnado con discapacidad (pero
igualmente con el resto de los que están en condiciones de vulnerabilidad), los
esfuerzos y trabajos que se lleven a cabo desde la perspectiva del derecho, deben
estar atentos a “la creación de las condiciones para que estos derechos sean rea-
les y efectivos, lo que necesariamente incluirá cambios sociales importantes más
allá de las leyes y los tratados internacionales” (p.32). En otras palabras, estamos
obligados a crear esas condiciones así como a reconocer y eliminar las barreras
escolares de distinto tipo (Booth y Ainscow, 2002), que limitan el ejercicio efectivo
de ese derecho. En este sentido el concepto de barreras, que tiene su origen en
los estudios sobre la discapacidad (Barton, 2009), se configura ahora como nuclear
en la tarea de hacer frente a la diversidad del alumnado en la escuela, sin perder
de vista a aquellos en mayor riesgo de fracaso, marginación o exclusión educativa.
En todo caso y al igual que aprendimos del ejemplo de cruzar las calles, la única
forma de aprender consistentemente esta nueva perspectiva es adentrarnos de lleno
en ese territorio, aunque, paradójicamente, no estemos plenamente preparados
para ello. ¿Está dispuesto a ello? Si su respuesta es afirmativa, empiece, entonces,
por prepararse para el viaje que, en este como en otros, tiene como primera con-
dición preguntarnos ¿a dónde queremos ir? La respuesta, en este curso, es hacia
una escuela más inclusiva, razón por la cual vamos a tratar de definir con mayor
precisión qué entendemos por educación inclusiva.
En el tema que nos ocupa, como en otros, nunca ha sido tan cierto el dicho de
que “nunca hay buen viento para el navegante que no sabe a dónde va”. Por este
motivo, es importante una definición de inclusión que, fundamentada en la pers-
pectiva global sobre atención a la diversidad del alumnado en la educación escolar
que acabamos de analizar, puede ser empleada para orientar la dirección de las
acciones políticas y prácticas que sean coherentes con ella.
Como era de esperar, y teniendo muy presente que cada sistema educativo es único,
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
Por último, el término “éxito” tiene que ver con los resultados de “aprendizaje” en
relación con el currículo de cada país, no sólo con los exámenes, o con los resultados
de las evaluaciones estandarizadas.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
ANOTACIONES
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
Este hecho de estar preocupados por todo el alumnado y al mismo tiempo por al-
gunos, crea mucha confusión y, a la larga, muchas veces conduce a que se vea esta
meta de una educación más inclusiva como un asunto restringido a ciertos grupos
de alumnos “en riesgo”. Pero lo más preocupante es que al considerar algunos la
educación inclusiva como una modernización de la educación especial, se tiende
a mantener la perspectiva tradicional que ha guiado la historia de esta última.
Habremos de estar vigilantes para que este modo restrictivo y sin salida respecto a
cómo entender la educación inclusiva no sea el que finalmente se imponga.
La definición amplia que acabamos de comentar sobre lo que supone avanzar hacia
planteamientos más inclusivos en la educación es una condición necesaria pero no
suficiente para conseguirlo. ¿Qué otras acciones han de llevarse a cabo para que
los sistemas de educación estimulen prácticas que 'alcancen' de forma efectiva a
todos los niños y jóvenes, independientemente de sus circunstancias y sus carac-
terísticas personales?
Si anteriormente hemos utilizado la metáfora sobre cómo cruzamos las calles para
hacernos pensar en la perspectiva o mirada que aplicamos a la compleja tarea de
intentar educar a la diversidad del alumnado, ahora tal vez ayude pensar en esta
idea de un “marco de referencia” como en un mapa de un territorio o destino al
que queremos llegar. Como tal, nos ha de indicar los elementos básicos que nos
ayudaran a orientarnos sobre el terreno, para saber si avanzamos o caminamos en
sentido opuesto al planificado y también, para tomar decisiones de ajuste de nuestro
itinerario (si fuera preciso) sin perder de vista la meta que se persigue.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
ANOTACIONES
Los contenidos del marco de referencia que vamos a comentar deben ser vistos
como “ideales”, esto es, como aspiraciones que pueden ser contrapuestas a las
situaciones existentes a fin de detectar las áreas a desarrollar.
Prácticas
Inclusión
Educativa:
Presencia,
aprendizaje y
participación
Estructuras
Conceptos y sistemas
Para cada uno de estos elementos del marco de referencia (conceptos, estructuras,
políticas y prácticas) se sugerirán cuatro o cinco indicadores de evaluación que for-
mulados como preguntas permitirán a cada participante una primera aproximación
para evaluar el nivel de desarrollo de la inclusión dentro de su sistema educativo
bien sea a nivel local o nacional. En todo caso, el objetivo de este análisis no es
quedarse en él, sino tenerlo presente para contextualizar las acciones que estén bajo
el propio control, en aplicación de lo que se ha venido en llamar un pensamiento
“glolocal”, esto es que moviliza una acción local de mejora, a corto y medio plazo,
dentro de un marco global de acción, sistémico y a largo plazo.
Es posible que Vd., que puede ser un profesor o una profesora en una escuela,
pequeña o grande, se esté preguntando por qué debe preocuparse por las políticas
educativas de su distrito, localidad o región. La reflexión que queremos compartir
con Vd., es que si no lo hace, y si en la medida de sus fuerzas, no se implica en su
mejora en la dirección que se apunta en las preguntas que le ofrecemos en este
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES marco de referencia, seguramente terminará volviendo la mirada, una vez más,
hacia los alumnos más difíciles de enseñar a la hora de explicarse su exclusión,
fracaso o marginación escolar.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Ahora bien, tan importante como tener un marco de referencia y una definición
clara que nos oriente en la tarea, es comprender la “naturaleza intrínseca” de este
proceso. En este sentido cabe decir que la naturaleza de la inclusión educativa
es la de un proceso esencialmente dilemático. Esto es, no hay una política o una
práctica educativa que pueda conseguir hoy, habida cuenta de la situación en la que
nos encontramos en el devenir histórico de este proceso, el 100% de satisfacción en
términos de asegurar la plena presencia, el rendimiento óptimo y la participación
completa en un sistema educativa común, de todo el alumnado, incluidos aquellos
estudiantes más vulnerables.
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES Lo que cabe, entonces, es prepararnos para enfrentar, desde el dialogo igualitario y
la colaboración eficaz, el proceso de toma de decisiones que mejor resuelva, episó-
dicamente, este “dilema de las diferencias”, como lo han llamado Dyson y Milward
(2000). De nuevo, las condiciones que inhiben o impiden afrontar estos análisis de
forma compartida y colaborativa –cuando, por ejemplo, se limita, condiciona o
impide la plena participación de las familias en el proceso de toma de decisiones,
dejando las decisiones solamente en manos de los “expertos”– constituyen barre-
ras que impiden el progreso hacia prácticas más inclusivas. La Unidad Didáctica 2
analizará de lleno esta faceta dilemática del proceso de inclusión educativa, po-
niendo de manifiesto, de paso, algunas de las contradicciones y de las situaciones
paradójicas que se observan en muchos países.
Síntesis de la unidad
En esta unidad hemos revisado en qué consisten las políticas de equidad que
se desarrollan actualmente en la mayoría de países, entendiendo como tales,
aquellas destinadas a que los estudiantes consigan logros educativos compara-
bles, independientemente de las características personales o socioculturales
de aquellos, revisando las limitaciones del enfoque habitual de la equidad,
cuando se trata, p.ej. de alumnos con discapacidad. Luego, hemos desarrollado
los principios y supuestos de lo que podemos considerar como las perspectivas
dominante e inclusiva de la atención educativa a los alumnos más vulnerables,
destacando las consecuencias que tiene la adopción de cada una. Pero dado
el carácter introductorio de este Módulo, ha sido necesario detenernos en el
análisis pormenorizado de los significados de la inclusión, rescatando cuatro
elementos que cada comunidad educativa, que desea trabajar en la mejora
de la inclusión, debe considerar para su propio trabajo en ella. Finalmente, el
marco de referencia de inclusión presentado, permite trabajar con indicadores
generales que, en la misma línea, sirvan a las comunidades educativas a definir
prioridades de mejora.
Lecturas obligatorias
Tema 1:
Tema 2:
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Tema 3: ANOTACIONES
Tema 4:
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
Introducción
Temas
Todos los dilemas tienen elementos o factores en común empezando por el hecho de
que no tiene en sentido estricto, solución, sino que sólo cabe llegar a compromisos
o a lo que cabría llamar “soluciones episódicas” que, en todo caso, dependen a su
vez de condiciones y factores locales. Sin perder de vista esto, también es cierto
que todos los dilemas tienen en común factores o elementos que hay que tener
presentes y saber manejar para llegar, al menos episódicamente, a compromisos
que las partes implicadas consideren aceptables.
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES
En nuestros sistemas educativos abundan los dilemas de este tipo en sus plantea-
mientos generales. Como, por ejemplo, el dilema entre el control que debe ejercer
la administración educativa y la autonomía de los centros escolares. Es evidente,
por seguir con este ejemplo, que sin un cierto nivel de control desde instancias
centrales para equiparar el trabajo de las escuelas –haciendo, por ejemplo, que
todas desarrollen un plan de estudios común-, se podrían generar enormes desigual-
dades entre ellas, habida cuenta de sus diferencias iniciales (hay escuelas mejor
dotadas, situadas en mejores contextos socioeconómicos y que pueden seleccio-
nar a su alumnado). Pero este control también atenta contra la autonomía de los
centros y sus profesores, contra su libertad para promover iniciativas innovadoras
y, en muchos casos, contra su motivación para el trabajo, pues puede percibirse
que las decisiones importantes “vienen de fuera”. Los profesores más autónomos
tienen que reflexionar más sobre su práctica y buscar formas de colaboración más
estrechas entre sí para llevar sus proyectos adelante, lo que, a su vez, precisa de
un esfuerzo añadido a la de por sí siempre cargada y estresante actividad educativa.
La jornada escolar completa (mañana y tarde) –en los países en los que puede
desarrollarse-, o la jornada escolar única o intensiva –normalmente sólo por las
mañanas– es otro ejemplo claro de dilema educativo cuyo planteamiento genera,
incluso, debates agrios entre partidarios y opositores de cada una de las alternativas.
De los dilemas debemos resaltar algunos elementos y factores que definen su naturaleza:
»» Los dilemas generan “un problema”, no siempre bien definido, que debe ser
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES Los dilemas deben enfrentarse desde el diálogo igualitario y la comunicación eficaz
Fuente: Banco de imágenes ITE
En todo caso es fácil delinear un proceso como lo acabamos de hacer, pero cosa
bien distinta es que los análisis que se realicen “por las partes” sean fácilmente
modificables. Más bien lo contrario, pues sabemos por la psicología cognitiva, que
nuestras concepciones o creencias profundas (no las que “decimos”, que son más
superficiales y que, en último término, no dirigen nuestra acción educativa), son
difíciles de cambiar. Al igual que nuestros valores. De ahí la importancia radical que
en todo ello tiene el conjunto de tareas, tiempos y roles que permitan “sacar a la
luz” unas y otros, y contrastar lo que decimos, con lo que hacemos y todo ello con
sus consecuencias para aquellos a los que pretendemos educar (los alumnos). El
trabajo colaborativo, el tiempo adecuado para hacerlo sin desasosiegos, el acceso
a asesores o “amigos críticos” que nos ayuden a repensar nuestras teorías en la
acción (esto es, nuestras prácticas) será decisivo. También para nuestros valores
que, seguramente, son en última instancia el motor de todas estas dinámicas.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
ANOTACIONES
Presencia
Aprendizaje
Participación
Las diferencias entre el alumnado a las que dicho dilema alude son bien conocidas
por todos: género, capacidad, procedencia, identidad cultural, clase social, etc.
Tomemos el ejemplo del género y hagamos un breve recorrido histórico sobre cómo
se ha pensado y estructurado la educación de hombres y mujeres. De forma sintética
y sin entrar en análisis profundos que no podemos hacer ahora, se observa como, en
un primer momento, se consideró que la educación escolar (lo que ésta significara
en cada época y país), era necesaria para los hombres, pero no así para las mujeres,
que se veían relegadas en el ámbito social a tareas “domésticas” y de cuidado de
los hijos. Cabría decir, como en otros casos, que en estos primeros momentos no
había propiamente un dilema, pues se prescindía de las mujeres como sujetos de
educación, y “ahí se acaba el problema”.
En efecto, ofrecían una cierta educación a las mujeres (ciertamente sólo a algunas
de determinadas posiciones socioeconómicas), pero más como un adorno social que
como una acción emancipatoria de su desarrollo personal y social. Luego, y tras un
esfuerzo que se prolongó hasta mediados del siglo XX, se logró el reconocimiento de
derechos a una educación igual a la de los hombres, al menos en su tramo “básico”,
pero de nuevo separados, pues para entonces se veía muy difícil, contraproducente
e inadecuado, la coeducación en un mismo centro. No deja de ser llamativo recordar
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES como el profesorado de entonces decía “no estar preparado para atender ritmos
de aprendizaje, motivaciones y formas de estar en clase tan distintos como los de
los chicos y las chicas”. Por otra parte, el avance hacia posiciones más igualitarias
se ha hecho, en parte, a base de denunciar que la progresiva “integración” de las
mujeres en los sistemas educativos era bajo un modelo donde lo masculino era lo
mayoritario, lo más valorado y reconocido, y tras una cierta idea de asimilación
de los valores y formas de ser femeninos a los valores y formas de ser masculinas,
en tanto que patrón de referencia social.
Otras diferencias individuales han tenido una historia similar en el sistema educativo
y han estado condicionadas por concepciones y valores muy semejantes a los que
apreciamos en el caso del género. Las diferencias culturales (indígenas u originarios
de los países colonizados versus colonizadores), las diferencias raciales (blancos
versus negros) (para profundizar sobre esta cuestión ver http://www.escuelasin-
racismo.org/), o las diferencias por capacidad (alumnos normales versus alumnos
especiales o con discapacidad). Para más información sobre este aspecto, véase el
trabajo de Parrilla (2002).
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
La propuesta de construir sistemas educativos inclusivos debe ser vista, entonces, ANOTACIONES
como un paso más, tal vez no el último, de nuestros sistemas educativos, para dar
una respuesta satisfactoria al dilema de las diferencias individuales en la educa-
ción escolar. Es evidente que la resolución de algunos de estos dilemas parciales
ha evolucionado más rápida y consistentemente que la de otros. En este sentido,
por ejemplo, pocos cuestionan en la actualidad la convivencia de la coeducación
(educación compartida para niños y niñas) en todas las etapas educativas, como
tampoco se defienden las escuelas raciales (aunque de facto ello es lo que ocurra
en algunos casos). Ello tiene el valor de que nos permite pensar y estudiar sobre
cuáles han sido las condiciones y elementos que han facilitado esta evolución, pues
de ellos podremos, seguramente, aprender líneas de acción relevantes para los
dilemas de las diferencias que van por detrás en esta particular historia educativa.
Las diferencias por capacidad para aprender han estado desde el inicio de la historia
de la educación escolar en el corazón de los sistemas educativos, pues ninguna otra
como ésta abre el debate sobre la propia esencia de la acción educativa, enseñar
y aprender, cuando ésta se refiere a estudiantes de los que se predica que, preci-
samente, tienen, genéricamente hablando, dificultades graves para aprender. La
historia de este dilema corre pareja con la historia y los desarrollos de la «educación
especial», por un lado, y de los modelos sobre la discapacidad, por otro.
Una rápida mirada a la historia de este dilema, nos cuenta de una fase de “pres-
cindencia” que se ha prolongado hasta el inicio del siglo XX de mano de las teorías
eugenésicas. Según ellas la sociedad en su conjunto estaba en peligro si no se eli-
minaban los sujetos “defectuosos, deficientes, anormales” que, de reproducirse,
conducirían a una sociedad débil y en peligro. La posición extrema del nazismo,
que se aplicó tanto contra los judíos, como contra otros “grupos de indeseables” sic
(discapacitados, gitanos, homosexuales,….), en aras de la pureza de una supuesta
raza superior, es un lastimoso ejemplo de la profunda raigambre de esas creencias
en algunos seres humanos.
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES demandar una educación más inclusiva pues, a su juicio y el de otros muchos, es
el camino acertado para crear sociedades más justas, cohesionadas, respetuosas e
inclusivas, algo especialmente sensible para ellos que han vivido y siguen viviendo
una ya larga historia de exclusión.
Decíamos antes que de cada uno de los dilemas parciales vinculados a las diferencias
individuales seguro que cabe aprender nociones y condiciones que servirán a otros
para seguir progresando hacia las aspiraciones declaradas de una educación más
inclusiva. A nosotros nos parece que en el caso de las diferencias por capacidad,
hemos ido aprendiendo que las dificultades que algunos alumnos con discapacidad
experimentar a la hora de aprender y participar con sus iguales sin discapacidad o
sin sus dificultades específicas, no es para nada un “asunto personal” o una cuestión
vinculada a la “tragedia personal” que les ha tocado en suerte. Nada de eso. Es el
resultado de una compleja interacción entre sus realidades individuales y sus nece-
sidades específicas y las condiciones escolares (el currículo, la forma de enseñar y
evaluar, la organización escolar, la cultura escolar de los centros, etc.) en las que
se insertan quienes les enseñan o les podrían enseñar.
que serían todos aquellos procesos, decisiones, normas y prácticas educativas que ANOTACIONES
interactúan negativamente con las posibilidades de aprendizaje de los alumnos.
Los principios que se derivan de esta cultura escolar son los que guían las decisiones
que se concretan, en segundo lugar, en las “políticas escolares” de cada centro
(ver Módulo II). Ellas son las que deben asegurar que los valores compartidos hacia
la diversidad del alumnado estén en el corazón de las decisiones de planificación,
coordinación y evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje que el centro
quiere promover, empapando las decisiones curriculares (objetivos, contenidos,
metodología, evaluación, apoyos, etc.) y organizativas necesarias para que mejore
el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes.
Por último, “las prácticas” de las aulas deben reflejar la cultura y las decisiones
colectivas adoptadas para sustentar dicha cultura. Ello pasa por tratar de asegurar
que las actividades en el aula y las actividades extraescolares motiven la participa-
ción de todo el alumnado y tengan en cuenta las características de cada estudian-
te - desde una visión multidimensional de la inteligencia - y el conocimiento y la
experiencia de cada uno de ellos fuera del entorno escolar. Para que una tarea de
esta complejidad y dificultad pueda llegar a buen puerto es imprescindible que el
profesorado sea capaz de movilizar “recursos”, apoyos y ayudas de todo tipo - del
propio centro y de las comunidades locales -, y sin los cuales es difícil hacer frente
a la incertidumbre del cambio educativo (ver Módulo II).
La relación entre estos tres planos (cultura, política y práctica) no es lineal y je-
rárquica (de las culturas a las prácticas), sino circular y en parte difusa, imprecisa:
una innovación espontánea para un mejor manejo del aula y los aprendizajes, pue-
de desencadenar una reflexión profunda sobre su significado e implicaciones para
la escuela, lo que puede, a su vez, hacer revisar valores y creencias compartidas
(cultura escolar) y poner en marcha planes para sistematizar su uso en el futuro
por otros compañeros (política).
31
Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES
Finalmente este tema debe servir para reflexionar sobre la solidez de nuestras con-
cepciones sobre la inclusión educativa, así como para dejar constancia de que todo
ello va mucho más allá de un simple cambio terminológico respecto la educación
especial como subsistema educativo encargado de aquellos alumnos con necesidades
educativas especiales y cuya propia existencia – tal y como hoy existe en la mayoría
de los países – podría verse como una de las barreras para el progreso hacia mayores
niveles de inclusión educativa para todo el alumnado.
Revisa la página web del Foro de Vida independiente para conocer un movimien-
to social que trabaja por los derechos de las personas con diversidad funcional:
http://www.forovidaindependiente.org/
32
Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Lecturas obligatorias
Tema 1:
Echeita, G., Simón, C., Verdugo, M.A., Sandoval, M., López, M., Calvo, I., & Gon-
zález, F. (2009) Paradojas y dilemas en el proceso de inclusión educativa en España.
Revista de Educación, 349, 153-178.
Tema 2:
Tema 3:
33
Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
...“La enseñanza es, por encima de todo, una tarea ética y política. Mediante su
trabajo el profesorado articula sus mayores esperanzas y sueños de futuro y expone
sus valores a la vista de los demás. Dada la dinámica de su trabajo, los profesores
necesitan redescubrir continuamente quiénes son y que defiende en el dialogo y
la colaboración con los compañeros, a través de un estudio continuo y consistente
y mediante una reflexión profunda, sobre el oficio. Y sobre todo los profesores
necesitamos que se nos apoye, por parte de quien corresponda, y que se cuiden
y respalden con palabras, hechos y dineros el trabajo de las escuelas públicas en
una sociedad democrática”
(Nieto, 2007)
Introducción
Los cambios que se han propuesto en este Módulo (y sobre los que irá profundizan-
do en los siguientes), para intentar llevar hacia delante procesos educativos más
inclusivos –en el sentido de intentar promover formas de enseñar dónde todos los
alumnos y alumnas compartan espacios comunes, aprendan al máximo de sus ca-
pacidades pero lo hagan sintiéndose bien consigo mismos y con otros, y participen
activamente en su educación-, le tiene que parecer una empresa muy difícil y en
el mejor de lo casos agotadora. ¡Y por supuesto que los es!
Usted habrá podido experimentar que muchas veces construir un aula inclusiva
no es en absoluto sencillo. Si la escuela en la que trabaja tiene pocos recursos, si
los grupos son numerosos o si, además, sus condiciones laborales son igualmente
difíciles, podrá tener a veces emociones de desánimo. Incluso en circunstancias
relativamente aceptables, la tarea propuesta resultará difícil, razón por la cual
resulta imprescindible encontrar razones, motivaciones y emociones que le permi-
tan emprender y mantener el esfuerzo sostenido que se requiere para no aparcar
el compromiso con el derecho de todo el alumnado a una educación de calidad.
En esta Unidad nos preguntaremos “¿qué hay debajo de todo este proceso?, cuales
son los requerimientos más importantes para no dejarse llevar por las difíciles cir-
cunstancias en las que se desarrolla la tarea docente cuando se quiere incluir a todo
el alumnado. Seguramente no le sorprenderá leer que esas condiciones últimas no
son del dominio técnico, ni relativas a medios materiales, incentivos económicos
o condiciones laborales, sino éticas vinculas al impulso de “querer para los demás
lo que uno desea y ama”, a valores como la solidaridad, la responsabilidad o el
amor y, en última instancia, ancladas en la valoración de la diversidad humana,
empezando por ello a valorar y promocionar entre los estudiantes el reconocimiento
y el respeto de su diversidad en las aulas.
Temas
34
Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
A veces nuestra carga docente nos lleva al desánimo. Iniciar procesos de cambio en
nuestras prácticas no es sencillo. A veces intentamos innovar, pero no esperamos
el tiempo necesario para evidenciar resultados. Como nos describen Parrilla y Da-
niels (1998), seguramente, en algunas ocasiones se ha encontrado en una situación
parecida a las siguientes:
»» Se encuentra con dificultades para solucionar por sí mismo los problemas que
le plantea un alumno (o un grupo de alumnos) en su proceso de aprendizaje.
»» Siente que le falta apoyo y ayuda para abordar medidas innovadoras o complejas.
»» Ante esta situación se desespera y, llegado un momento, opta por abandonar
la resolución del problema.
»» Se refugia en la adopción de métodos “seguros” y abandona la innovación y la
búsqueda creativa de soluciones y nuevos métodos de enseñanza.
»» La vida del aula deja de responder a la diversidad.
»» Los alumnos que habían suscitado su preocupación terminan siendo excluidos,
abierta o veladamente, de la clase (se les deriva hacia dispositivos especiales
si los hay, no participan activamente o no progresan en su aprendizaje).
Esa red es la única estrategia que puede ofrecer garantías de que cuando lleguen las
dudas o los errores en la toma de decisiones respecto a los dilemas de la inclusión,
35
Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
Siempre hemos imaginado esa red como la que se extiende por debajo de los tra-
pecistas y gracias a la cual ellos si se atreven con el “más difícil todavía” de la
inclusión educativa, diríamos, aplicada la metáfora a la realidad docente.
blogborrador.blogspot.com
Los “nudos” de esa red están formados, en primer lugar, por alumnos que se apoyan
entre si a través de estructuras de aprendizaje cooperativo o de “grupos interacti-
vos”. En segundo lugar por los propios profesores cuando están dispuestos a poner
en marcha prácticas de enseñanza colaborativa, grupos de apoyo, o dinámicas de
observación mutua para ayudarse a comprender mejor su propia práctica. En tercer
lugar están los centros que trabajan en red, las “comunidades de aprendizaje” que
se apoyan en su comunidad al tiempo que acrecientan su propio “capital social”.
Afortunadamente también hay Investigadores que están dispuestos a apoyar el
proceso de mejora aportando conocimientos para comprenderlo y dirigirlo (Echei-
ta, Ainscow, Marín, Soler, Alonso, Rodríguez, Parrilla, Font, Duran y Miquel, 2004).
Si bien es cierto que el trabajo en red de los centros escolares es necesario para
no sucumbir a la desesperanza y a la paralización, aún nos queda encontrar la
respuesta a la pregunta sobre la motivación última para iniciar y mantener todos
estos esfuerzos. A este respecto los estudios sobre experiencias exitosas a la hora
de avanzar hacia una educación más inclusiva están poniendo de manifiesto que la
motivación para sostener una actividad tan compleja como ésta, solo puede venir
de una ética profesional fortalecida.
“La vida no vale nada sino es para perecer porque otros puedan tener lo que uno
desea y ama”
Pablo Milanés
36
Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Ética de la justicia
El criterio de justicia vinculado al progreso hacia una educación más inclusiva en-
fatiza, que la mejora de la educación no puede limitarse sólo a garantizar el acceso
y la permanencia, sino que debe consistir en la igualdad de oportunidades efectivas
para que todos consigan dichos aprendizajes. La labor de una institución educativa
justa se desarrolla sobre el supuesto de fortalecer y ampliar las capacidades, los
intereses y las motivaciones de todo su alumnado, sobre todo cuando unas u otras
no existen o son limitadas. Huelga decir que este criterio no lo estamos refiriendo
exclusivamente, como veremos a continuación, a la acción individual del profesor,
sino que atraviesa, o debería atravesar, toda la cultura institucional del centro, sus
estructuras, relaciones y procesos, incluida la dirección y el liderazgo.
“Lo que cualquier padre que fuera bueno y sabio desearía para su propio hijo, es lo
que la comunidad debería querer para todos los niños y jóvenes (sin exclusiones).
Cualquier otro ideal diferente que sustente nuestras escuelas resultaría restrictivo
y perjudicial y, de ponerlo en práctica, llevaría a destruir nuestra democracia”
(Dewey, 1899)
En este caso, la virtud cívica sobre la que se basa esta ética, es la de poner la
dignidad y el valor intrínseco de otros sujetos, de otros seres humanos, en el cen-
tro de nuestras preocupaciones. Se trata, como muchos han observado, de basar
las relaciones interpersonales, en el cuidado y el amor. De hecho, el sentido del
otro y la responsabilidad en relación con el prójimo, ha sido señalado como la
base de la ética. En este sentido, la ética del cuidado se vincula directamente
con la educación inclusiva, puesto que se trata de atender y hacerse cargo de las
necesidades singulares de cada estudiante y de ofrecer las respuestas necesarias
a dichas necesidades, sobre todo ante aquellos más vulnerables al fracaso escolar,
la exclusión o la marginación. El énfasis en las relaciones debe entenderse como
la reciprocidad en el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, el esfuerzo y la
37
Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES perseverancia entre profesores, alumnos, familias, Administración y, por qué no,
la sociedad en su conjunto.
“Se mide la capacidad de un puente para soportar el peso, por la fuerza de su pilar
más débil. La calidad humana de una sociedad debería evaluarse por la calidad de
vida de sus miembros más débiles.”
(Bauman, 2001).
La ética de la crítica
La ética de la profesionalidad
Asumir los códigos éticos en el ejercicio profesional conlleva algo mucho más
complejo que el ejercicio riguroso y eficaz, pero individual, de la profesión. En
primer lugar, la ética de la profesión requiere del esfuerzo y la persistencia por la
actualización permanente de los conocimientos, capacidades, responsabilidades y
metodologías propias de la profesión. En segundo lugar, cabe reclamar, de quienes
ejerzan las profesiones vinculadas a la educación, que pongan por delante de cual-
quier forma de corporativismo, los intereses de los ciudadanos.
38
Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
“Cuando se ejerce la profesión más que nada como una forma de ganarse la vida, no ANOTACIONES
se cree en el valor de la educación como un derecho de las personas, o se arroja la
toalla refugiándose en la cultura del lamento y la impotencia, la virtud de la profe-
sionalidad se debilita o, acaso, puede llegar a desaparecer” (Escudero, 2006, p.33).
La ética de la comunidad
En todo caso seguramente le será de utilidad clarificar sus propios valores, pues sin
algunos de ellos redoblados, difícilmente estará en disposición de aguantar los duros
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES envites que se generarán en el proceso de avanzar hacia prácticas escolares más
inclusivas. Por ello le animamos a realizar la siguiente Actividad, preferentemente
en grupo y, de no ser posible, a que comparta sus reflexiones individuales en un Foro.
“Los hombres son entre ellos tan iguales como desiguales. Son iguales en ciertos
aspectos y desiguales en otros.... Sin embargo, la aparente contradicción de estas
proposiciones, “los hombres son iguales”, “los hombres son desiguales”, depende
únicamente del hecho de que, al observarlos, al juzgarlos y al sacar consecuencias
prácticas, se ponga el acento sobre lo que tienen en común o, más bien, sobre lo
que les distingue”
(Bobbio, 1999, citado en López Melero, 2001)
Pensando en los valores que sustentan prácticas educativas inclusivas, uno de ellos
(si no el primero), debería de ser el de reconocer la diversidad humana como un
valor de primera magnitud, lejos de los que, al contrario, sostienen actitudes
y comportamientos racistas, sexistas, homófonos, etc., y a los que subyace una
valoración dicotómica sobre dicha diversidad: por un lado nosotros, los normales y
valiosos y por otro, ellos, “los otros”, los raros, especiales, despreciables.
En este sentido nos parece oportuno dedicar el último apartado de este Módulo a
revisar, aunque sea muy brevemente, las concepciones sobre la diversidad humana,
para ayudar a construir una visión compartida que, al mismo tiempo, se apoye en y
promueva el valor de la diversidad. Tal vez, en lugar de ser éste el último contenido
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
de este Módulo, debería haber sido el primero, pues en el fondo todo este Curso ANOTACIONES
gira alrededor de cómo contribuir desde la acción educativa escolar al desarrollo
de una sociedad que valore, aprecie y respete la diversidad humana. Ello pasa, a
nuestro juicio, por analizar con algo de detalle, las relaciones entre diversidad,
diferencias y desigualdad.
Como señala Carbonell (1995), en un aula todos los alumnos y alumnas son diversos
y distintos entre sí. Pero, lamentablemente, algunos de ellos son vistos como dife-
rentes, no tanto por su diversidad específica, sino por la valoración (más o menos
tácita o explícita, positiva o negativa), que de esa diversidad hacemos. Mientras
que la diversidad es el fruto de la constatación objetiva (como los temas de una
biblioteca, que no son mejores o peores entre sí, sino simplemente distintos), la
diferencia se debe a nuestra valoración, siendo que ésta no es natural sino que se
aprende y, por lo tanto, se enseña, se transmite a través de los repetidos momentos
y experiencias de valoración de la diversidad que se generan en los procesos de
interrelación que configuran el desarrollo y el aprendizaje humano. Valoramos (y
se enseña a valorar a los niños desde pequeños), más o menos, mucho o poco, las
cosas y las personas distintas que nos rodean y, a partir de esa valoración algunos
empiezan a ser diferentes o especiales.
Aunque ciertamente en lo que sí son diferentes estos alumnos de sus compañeros son
en que tienen menores posibilidades de acceso a la educación y menores derechos
cuando están dentro, lo que conduce a que la negativa valoración de su diversidad
se traduce en clara desventaja y desigualdad. En definitiva, tienen menos facilidades
para vivir con dignidad, hechos todos ellos que, en estos momentos, configuran la
forma más clara de exclusión en nuestra sociedad (Castel, 2004):
Históricamente hay una primera forma de exclusión que se realiza mediante una
sustracción completa de la comunidad: por la deportación hacia fuera (…), por el
destierro (…), por la matanza (…). Podríamos decir que el genocidio representaría
la forma última de estas políticas de exclusión por erradicación total (…). Parece
haber un segundo conjunto de prácticas de exclusión consistente en construir
espacios cerrados en el seno de la comunidad, pero separados de ésta. Son los
manicomios, las prisiones, los guetos, las leproserías (…). Propondré distinguir una
tercera modalidad importante de la exclusión: dotar a ciertas poblaciones de un
estatuto especial que les permite coexistir en la comunidad (no se les encierra ni
2 No digamos cuando se usaban otros términos afines como subnormal, deficiente, dismi-
nuido (utilizados formalmente hasta no hace tanto tiempo, pero que aún permanecen en la opinión
pública), o el no menos negativo pero más moderno de minusválido. Obsérvese, por otra parte, que
lo que debería ser, en el peor de los casos un adjetivo que acompañara a “persona, joven, niño,
alumno, alumna,…” termina convirtiéndose en un sustantivo (minusválido, disminuido, discapacitado,
etc.). Un proceso de etiquetación negativa, por otra parte, al que tampoco escapan otros grupos de
alumnas y alumnos en situaciones de desventaja o vulnerabilidad, como es el caso, por ejemplo, del
alumnado cuyos padres son inmigrantes, los originarios de los pueblos americanos, etc.
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES se les coloca necesariamente en guetos), pero que les priva de ciertos derechos y
de la participación en determinadas actividades sociales (…). En la actualidad no
creo que debamos temer la primera forma de exclusión. En cambio, la exclusión de
segundo tipo ―relegar a espacios particulares― parece menos improbable (…). Por el
momento hemos tenido en Francia la suerte relativa de no conocer verdaderamente
guetos a la norteamericana, pero no está inscrito en nuestros genes nacionales el
que quedemos enteramente preservados de ello3…La tercera figura de la exclu-
sión, consistente en la atribución de un estatuto especial a ciertas categorías de
población es, tal vez, la principal amenaza de la coyuntura presente. Esto se debe
a las ambiguas políticas de discriminación positiva en las que podemos incluir la
mayoría de las políticas de inserción (…). Me parece necesario que se intente dar
más a los que están en lo menos. Pero al mismo tiempo ―y por eso el problema es
grave y difícil― este tratamiento social estigmatiza muchas veces a las poblaciones
implicadas (…) (porque) cabe temer formas de exclusión a través del encierro, no
en un espacio vallado, sino en una etiqueta que discrimina negativamente a las
personas a las que se le aplica cuando, en realidad, dicha etiqueta quería discrimi-
narlas positivamente. Yo planteo este interrogante abiertamente: ¿qué hacer para
evitar que las políticas de discriminación positiva se transformen en lo contrario?
(Castel, 2004, p. 65-69)
“Voz debida a los sin voz, Voz de los que saben, de los libres. Voz de los que
tienen el arrojo de hablar, de actuar como ciudadanos plenos. Para que cam-
bien tantas cosas que es urgente que cambien, debemos de hablar antes de
que se atenúen o desvíen nuestros propósitos, antes de que sea demasiado
tarde....Tenemos el deber de recordar y hablar a favor de los más olvidados,
mas despreciados y excluidos. Voz debida a los niños de la calle, a todos los
que viven en el olvido, en el desamparo, en la marginación. Voz debida sobre
todo, a los invisibles, a los anónimos.... No es posible seguir callados.
3 Los recientes acontecimientos en Francia a finales del verano de 2010 sobre expulsión de
gitanos rumanos de suelo francés, parecen confirmar las preocupaciones del autor.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Lecturas obligatorias
Tema 1:
Booth (2006) Manteniendo el futuro con vida; convirtiendo los valores de la inclusión
en acciones. En M.A. Verdugo & F.B. Jordán de Urríes (Coords.), Rompiendo inercias.
Tema 2:
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES Bibliografía
Booth, T. (2006) Manteniendo el futuro con vida; convirtiendo los valores de la in-
clusión en acciones. En M.A. Verdugo & F.B. Jordán de Urríes (Coords.), Rompiendo
inercias. Claves para avanzar. VI Jornadas Científicas de Investigación sobre Personas
con Discapacidad (pp. 211-217). Salamanca: Amarú
Booth, T. y Ainscow, M. (2002) The Index for inclusion. Developing learning and
participation in schools (2nd ed). Bristol: Centre for studies in Inclusive Education.
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Módulo 1: Inclusión educativa y diversidad
Echeita, G., Ainscow, M., Marín, N., Soler, M., Alonso, P., Rodríguez, P., Parrilla, A., ANOTACIONES
Font, J., Duran, D. y Miquel, E. (2004). Escuelas inclusivas. Cuadernos de Pedago-
gía, 331, 49-80.
Martín, X. y Puig, J. (2007). Las siete competencias básicas para educar en valores.
Barcelona: Graó.
Nieto, S. (2007) Profesorado al pie del cañón: lecciones desde el terreno Cuadernos
de Pedagogía, 374, 44-47.
OCDE (2005). Informe PISA 2003. Aprender para el mundo de mañana. Madrid:
Santillana.
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Diplomado en inclusión educativa “Escuelas Inclusivas: enseñar y aprender en la diversidad”
ANOTACIONES Parrilla, A. (2002) Acerca del origen y sentido de la educación inclusiva. Revista de
Educación, 327, 11-29.
Sandoval, M.; Echeita, G.; Simón, C. y López, M. (2009) Educación Inclusiva. Iguales
en la Diversidad. Madrid: Ministerio de Educación ITE - Instituto Superior de Forma-
ción y Recursos en Red para el Profesorado
Susinos, T & Parrilla, A. (2008). Dar la Voz en la Investigación Inclusiva. Debates so-
bre inclusión y exclusión desde un enfoque biográfico-narrativo. Revista electrónica
iberoamericana sobre calidad, eficacia y cambio en educación. En: http://www.
rinace.net/arts/vol6num2/art11.pdf.
UNESCO (2005) Guidelines for inclusion: Ensuring Access to Education for All. París:
UNESCO. En: http://unesco.org/educacion/inclusive)
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