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Universidad Rural de Guatemala Campus Quetzaltenango

Nombre: Eroldani Ancelmo Pérez Tzorín Carné: 160030012


Curso: Riegos y drenajes. Ingeniería ambiental octavo semestre

Relación suelo – planta – agua.

El agua es el principal constituyente de los seres vivos, entre los que se encuentran las
plantas, ocupando entre el 75% y 90% del tejido vegetal, según la especie. A la vez es
indispensable para llevar adelante procesos vitales como la fotosíntesis, hidrólisis de
sustancias, regulación de la turgencia, transporte de nutrientes y sustancias hormonales,
regulación de la temperatura a través de la transpiración, etc.
Dado que la planta se encuentra anclada en el suelo y circundada por la atmósfera, es
necesario comprender las relaciones entre el suelo, las plantas y la atmósfera como un
sistema, donde el componente que participa en la interacción es principalmente el agua.
La pérdida de agua desde las plantas hacia la atmósfera circundante es el proceso
conocido como traspiración. Éste movimiento del agua está generado por las diferencias de
potencial existente entre la hoja y la atmósfera, provocando un flujo de agua desde las
zonas más concentradas hacia las zonas de menor concentración. La atmósfera,
generalmente presenta escasez de agua mientras que ésta predomina en las plantas,
generándose de esta manera el proceso transpiratorio.
El suelo es el depósito de almacenamiento de agua, aire y nutrientes desde donde las
plantas los extraen. La capacidad de almacenamiento y la disponibilidad para las plantas
depende de las cantidades existentes y de las características de cada suelo. Por lo tanto, es
necesario conocer cómo están constituidos los suelos y las fuerzas que actúan en la
retención y movimiento del agua.
Desde el punto de vista agrícola, el suelo es un sistema complejo, dinámico y vivo,
formado por una capa superficial, delgada, que se ubica sobre la litósfera y del cual
depende el crecimiento de las plantas y la producción de alimentos, fibras, forrajes, madera,
etc.
Desde el punto de vista agrícola, el suelo es un sistema complejo, dinámico y vivo,
formado por una capa superficial, delgada, que se ubica sobre la litósfera y del cual
depende el crecimiento de las plantas y la producción de alimentos, fibras, forrajes, madera,
etc.
Las propiedades del suelo se pueden mantener, empeorar o mejorar en función de
variados procesos físicos, químicos y biológicos. El suelo cumple distintas funciones, entre
las cuales se pueden mencionar:
 es medio de anclaje para las raíces;
 se comporta como “depósito” de agua para las plantas (gracias a su capacidad de
retener la humedad y dejarla disponible para ser absorbida);
 es fuente de nutrientes principales;
 suministra oxígeno a las raíces;
 proporciona la temperatura adecuada para la germinación de las semillas y el
crecimiento de las raíces.

La física del suelo es la parte de la ciencia del suelo que estudia de las propiedades físicas
y de los procesos de transporte de materia y/o energía que ocurren en él. Entre las
propiedades físicas del suelo de mayor importancia para la agricultura se encuentran:
textura, estructura, porosidad, el movimiento del agua, del aire, de solutos y la transmisión
del calor. El presente material enfoca su atención a los conceptos básicos de la física de los
suelos en relación al movimiento del agua, dentro del marco general del estudio de la
relación agua-suelo-planta en condiciones de la agricultura de regadío.
Tener nociones básicas de física del suelo y de la relación agua-suelo-planta es necesario
para:
 conocer los procesos físicos del suelo y sus efectos sobre el desarrollo de las
plantas;
 aprender a manejar el suelo y el agua en relación con los requerimientos de los
cultivos;
 analizar cambios en las propiedades en función de la influencia del ambiente y las
prácticas agrícolas;
 seleccionar el tipo de riego y definir el manejo del mismo;
 establecer medidas de recuperación de suelos afectados por salinidad, sodicidad o
capas freáticas poco profundas;
 diseñar prácticas de conservación de suelos y agua.

El agua en el suelo
En un sistema frutícola, cuando se realiza un riego se producen tres situaciones a lo largo del
tiempo,
1. Saturación: En un primer momento se ocupan todos los poros con agua. Se expulsa todo el aire
de los poros y la planta no puede respirar, no puede obtener energía y no puede absorber. Tanto el
agua como los nutrientes en ella disueltos se pierden en profundidad.
2. Capacidad de campo: Una vez que se escurre el agua “sobrante”, comienzan a aparecer los poros
con aire, momento en el cual se dan las condiciones de contenido de agua y aire que hacen posible
el aprovechamiento del agua y nutrientes disueltos.
3. Punto de marchitez permanente: Es la tercera condición de humedad del suelo en la cual, el agua
que queda, es fuertemente retenida por el suelo, tanto que la raíz no puede vencer esa fuerza.

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