El objetivo de Marina es responder cómo la sociedad argentina llego a tal grado de violencia, que

concluyeron en la dictadura de 1976. Para esto indaga del periodo desde mayo de 1973 hasta
marzo de 1976, analizando la practica represiva y el discurso político de los sectores dominantes.

Se trata de ver la “normalidad de la violencia”, que de normal no tiene nada en tanto que se
desenvuelve y explica históricamente por medio de un proceso político.

Sabiendo que hay un fuerte condicionamiento por el terror de 1976, para poder analizar el largo
ciclo represivo.

Se analiza la violencia como noción y representación de una época, y como problema de los
sectores políticos dominantes. En este sentido la autora destaca que en nombre de la violencia
como problema se realizo, en crecimiento, la acción represiva y sus consesos centrada en la
eliminación del enemigo interno, entre 1973-76.

Articulando dos dimensiones, tanto las practicas estatales represivas y la discursividad política y
periodística dominante. Mostrar su imbricación.

Sobre la acción estatal se muestra que el avance represivo se hizo por políticas y practicas
institucionales, consideradas legales, que se articularon con aquellas practicas de carácter
clandestino o paraestatal. Llevado a cabo en nombre de la seguridad nacional, y que fue una
política estatal legitimada desde multiples sectores políticos al estar sostenida por el peronismo
que se respaldaba en las urnas.

Sobre la discursividad política y periodista se observa como se habla sobre el problema de la

violencia. Mientras esto sucedia, a causa de la represion estatal fueron perdiendo voz y peso
publico los actores mas radicalizados, censurados. Concluyo con la homogeneización del universo
de sentidos adjudicado a la violencia, en este sentido el golpe emerge como parte de un proceso, y
no como irrupción, de acumulación de practicas y discursos de carácter represivo.

Asi se aborda la construcción de la convicción ultrarrepresiva en las esferas estatal y política de

1970.

Los periódicos no se consideran como repoductores, sino como una madiacion real productora de
sentido.

Todo discurso forma parte y esta en relación con un campo discursivo, contiene la palabra del otro
con la cual se construye el proceso de enunciación.