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LOS INICIOS DE LA IMAGEN

La historia del arte, es la historia de cómo la humanidad se resiste a perderse en la nada,


desde las primeras imágenes plasmadas en la piedra de las cavernas, hasta los distintos
modos de representación que han evolucionado en diferentes trayectorias de acuerdo a
las culturas visuales, la imagen ha acompañado al ser humano y le ha brindado el
consuelo de la permanencia más allá de la fragilidad de la vida.

La solidez de la piedra, que fungió como lápida de las primeras civilizaciones, hasta otros
soportes más perecederos pero aún así con mayor durabilidad que la vidamisma, han
sostenido la ilusión humana de perdurar latentes para ser visibles por otras generaciones.

Los inicios del signo, en los que la piedra fungía como lápida no son muy diferentes a los
inicios de la fotografía,si el hombre no tuviera la conciencia del signo-imagen, difícilmente
habría producido cualquier tipo de representación visual, incluida la fotografía. Esa
representación arcaica de las primeras civilizaciones, la piedra-lápida como signo tenía la
función social de representar al fallecido1cuyos deudos se niegan a olvidar,de la misma
forma en quela fotografía representa a aquellosque se resistenal olvido por la muerte.

Las imágenes de las primeras civilizaciones poseían un aura mágica, mediaban el éxito
en la caza, y de manera indirecta fungen como un indicio de quienes las realizaron. Ese
tipo de relación indexical, también lo tiene la imagen fotográfica, pues no deja de ser la
impresión de los rayos de luz que emite el referente o el modelo, es una relación parecida
a las máscaras mortuorias, siendo éstas más directas por el tipo de contacto necesario
para su elaboración.

A pesar de que con el paso del tiempo, se separó socialmente a la magia de la imagen, la
fotografía aún preserva un halo un tanto sobrenatural,aúnhoy plasmar el retrato de una
personagracias a la luz y a una reacción fotoeléctrica (o químicasegún el tipo de cámara)
no deja de ser un momento mágico, del cual cada vez estamos menos sorprendidos, sin
embargo, ¿cuántos años de la humanidad han pasado para poder encapsularcon el sólo
toque de un dedo un momento fugaz?¿No estamos en cada fotografía ante una especie
de captura mágica?.

1
Debray, R. (1994). Vida y Muerte de la Imagen. España: Paidós
Ahora bien, para que sucediera toda esa evolución, primero fue necesario que el ser
humano estuviera consciente de su corporeidad, si el ser humano no fuera consciente de
su propio cuerpo, no podría tener una conciencia de los signos indexicales que de él se
proyectan, tales como la sombra, el reflejo en el agua, una huella del pie en el barro, una
mano con pigmento plasmada en la pared de una cueva. En un primer momento, el ser
humano se concientizó de su corporeidad, y al hacerlo se hizo consciente de su finitud.

La fotografía no dista mucho de ésta relación, pues lo que se plasma en el sensor digital,
o lo que se plasmaba en la película de plata, no es sino la huella del reflejo de los rayos
de luz de un ser corpóreo, el modelo. Al respecto Hans Belting asegura que “la relación de
la fotografía con el cuerpo no se elimina, ya que ésta nos recuerda cuándo y cómo hemos
visto el objeto”2.

Si el ser humano no fuera consciente de su propio cuerpo, difícilmente podría ser capaz
de entender los límites que bordean el mundo exterior. Partiendo de este supuesto, la
primer frontera es el propio cuerpo, y a partir de este comienzo, las categorías exteriores
también pueden dividirse en fronteras. La subjetividad nos instituye como individuos,
gracias a un organismo corporal propio que nos permite el tránsito durante nuestro tiempo
de vida y que nos segmenta del continuo exterior, el cuerpo es nuestro primer límite.

El concepto teológico de la encarnación, señala Belting, “es el resultado de una cultura


visual, que se fundamenta en el cuerpo”3Sin el cuerpo no se puede generar una imagen
porque no existiría el reflejo, si el ser humano no fuera un ser material ¿existiría
capacidad cognitiva? metafóricamente, incluso el ser supremo requirió de una
materialización para poder ser representado. Dios no existiría si no existiera una
representación de él sea lingüística o visual, al menos como concepto y como imagen
cognitiva Dios existe gracias a que se puede representar. Sin embargo, hay que señalar
que en una cultura de lo digital, pareciera que se gesta una nueva era de Santo Tomás,
se tiene que ver para creer, lo más cercano a lo “real” es una fotografía por que es una
huella del cuerpo, una huella del acontecimiento. No existen fotografías de Dios, por ende
se duda de su existencia.

2
BELTING en García, V. A. (Ed.). (2011)
3
BELTING en García, V. A. (Ed.). (2011)
FOTOGRAFÍA Y MUERTE
Sin una corporeidad no sería posible una fotografía. Un ser que se desintegró en su
totalidad ya no puede ser fotografiado.Desde sus inicios, la fotografía ha estado
relacionada con la muerte, y esto va en dos sentidos,en los temas de las propias
fotografías y en la muerte del momento efímero capturado.

En cuanto a los temas, las primeras impresiones directas, los daguerrotipos, en su


mayoría tienen como función social preservar el recuerdo de los que ya se fueron antes
de que sus cuerpos se desintegren.

La necesidad de las familias de preservar el recuerdo fotográfico de su ser querido,


condensaba por una especie de magia… el cuerpo del ausente, una imagen que
perduraría para la posteridad, Belting señala “la totalidad del cuerpo parecía manifestarse
en ese contorno como una sinécdoque”4 mientras que, André Bazin afirma que “…nadie
cree en la identidad ontológica de modelo y retrato, pero se admite que éste nos ayuda a
recordar aquel, y por tanto a salvarlo de una segunda muerte espiritual”5.

Considerando la relación fotografía-muerte en cuanto a sus tópicos representados, es


importante señalarque los primeros fotógrafos que se toparon con la necesidad de tomar
fotografías de personas inertes, hacían lo necesario para dar la apariencia de vida en los
modelos a partir utensilios que les permitían ponerlos de pie, el acomodo específico del
cuerpo para aparentar una pose natural, o bien recostados simulando un sueño profundo,
sin embargo esto ocurrió principalmente en los inicios de la fotografía cuando éstas
representaciones visuales eran sólo accesibles a las familias más pudientes, debido a los
altos costos de reproducción.

Cuando las técnicas permitieron disminuir los tiempos de exposición y al mismo tiempo
abaratar los costos, la práctica de la fotografía post mortem se popularizó aún en las

4
BELTING en García, V. A. (Ed.). (2011)
5
Bazin, A. (2008). Ontología de la imagen. En ¿Qué es el cine?(23-30). España: RIALP.
clases más humildes, y se convirtieron en las principales clientelas de éste tipo de
servicios. Con el aumento en la demanda cambiaron los parámetros de la fotografía post-
mortem en la que ya no se cuidó la apariencia de vida. Un ejemplo claro esel fotógrafo
guanajuatense Romualdo García, quien en su trabajo mostró de manera natural las
expresiones cadavéricas de niños vestidos con túnicas blancas y con sus manitas
amarradas, pose de mortaja más que una ilusión o quimera de vida.

La fotografía doméstica también se relaciona en muchos sentidos con la muerte. Primero,


porque muchos de los referentes (personas fotografiadas, momentos, lugares) ya no
existen y en segundo lugar, por que debido al cambio de soporte de analógico a digital, la
resistencia a persistir y trascender va diluyéndose conforme se vuelve más efímera la
propia imagen fotográfica, muestra de ello es el álbum físico sustituido por los digitales.

En sus inicios la fotografía doméstica es fundamentalmente fotografía postmortem, por la


reincidencia constante de tópicos de modelos retratados ya sin vida, en el afán de
preservar su recuerdo, por necesidad se tomaba foto de lo extinto para reafirmar su
existencia. Esta relación paradójica, hace que incluso en la actualidad se siga realizando
ésta práctica, si bien ya no es necesaria la intervención de un fotógrafo profesional, en el
seno familiar, aún se suele guardar registro visual de los rituales fúnebres.

En la época de una sociedad súper comunicada a través de la redes sociales y con el


acceso generalizado a dispositivos de captura y comunicación, suele utilizarse la
fotografía postmortem en la actualidad para acercar a aquellos familiares que no pueden
presenciar personalmente las exequias, y que dan crédito del fin de la vida de su ser
amado, a partir de las imágenes capturadas por los que están acompañando en persona
al finado en su último adiós.

Estas fotografías, sobre todo en la actualidad se guardan en la mayor intimidad, a


diferencia de cómo sucedía hace más de un siglo, cuando las fotografías portmortem
compartían espacios públicos dentro del hogar con otras imágenes familiares, hoy en día
la práctica ha disminuido en ese sentido, y pareciera que la funcionalidad va más en el
sentido de certificar el acontecimiento de pérdida, ya que en la era de la selfie recuerdos
del ser amado con vida abundan. Pero el choque de enfrentar la muerte requiere ser
digerido, y sobre todo para los familiares que no pueden presenciar el cadáver, es una
forma de acercarlos a esa realidad ineludible. Al respecto, Morcate (2013) afirma:

La motivación principal no es en absoluto fotografiar al familiar como


muerto, sino que recae en una especie de ritual funerario íntimo y personal
en el que el doliente siente que debe registrar este último momento con el
ser querido como documentación no ya del muerto, sino como el último
contacto visual que tendrá jamás con el mismo. (Gondra, A y López, G.) 6

En otros ámbitos menos domésticos, podemos encontrar fotografías artísticas como las
de Joel Peter Witkin, quien descontextualiza a la muerte de lo doméstico, para recolocarla
en una forma artística con una estética propia. Pero si las fotos de muertos con sus
familiares se podrían considerar como un tabú social, el trabajo de Witkinsupera por
mucho ese precepto, sus fotografías exaltan lo sagrado del cuerpo humano, pero al
mismo tiempo lo deshumaniza al usarlo como objeto en un bodegón. Es justo este choque
el que incita al espectador a reflexionar sobre la fragilidad y lo efímero de la vida.

La gran diferencia entre la fotografía posmortem doméstica y la fotografía postmortem de


otros usos (artísticos, o intimidatorios como en el caso de fotografías de ejecuciones)
radica principalmente en la deshumanización de los modelos inertes. En el caso de la
fotografía postmortem doméstica, el fotografiado tiene un nombre y una posición dentro
del entorno familiar, y la manera en que se muestra guarda un serio aire de solemnidad.
En el otro caso, se trata de seres ajenos, sin nombre, presentes pero anónimos, se
desconoce cualquier dato concreto como su edad específica, sus gustos o preferencias, y
para el caso da lo mismo, la función de estas fotografías es mostrar de manera cruda y
natural la muerte.

A pesar de que funcionalmente tienen coincidencias la fotografía postmortem artística y la


fotografía con fines intimidatorios de cuerpos violentados guardan diferencias
sustanciales. El simple hecho de generar un espacio diegético propio a los fines de cada
tipo de fotografía da un sentido totalmente distinto de la muerte. A pesar de la crudeza
que guarda retratar de manera explícita la muerte, el mostrar los cuerpos deshechos, la

6
Gondra, A y López, G, (ed). (2013). Duelo y fotografía post-mortem Contradicciones de
una práctica vigente en el siglo XXI. En Imagen y Muerte(35). España: Sans Soleil.
intervención del fotógrafo como creador de una obra como en el caso de Witkin, lo
convierte más en un embalsamador, les da una aire hierático basado en la belleza de lo
bizarro, no le agrega una identidad a los fallecidos sin embargo si les dota de un
sentidoestético que obliga a cualquier espectador a reflexionar sobre la muerte,
paradójicamente es la muestra viviente de la filosofía de la imagen.

FOTOGRAFÍA POÉTICA
Al llegar a este punto en el que se toca el tema de la estética, cabe plantear el
cuestionamiento sobre la relación entre la imagen fotográfica y la poética. Aristóteles, en
su tratado sobre poética habla de las distintas artes y su manera de asemejarse a un
referente, que en el caso de la fotografía existen diferentes maneras de representación,
puede ser sobre los temas fotografiados o las formas de representación.

Podemos encontrar en el capítulo VI del tratado de poética de Aristóteles, que este autor
clásico reflexiona sobre la razón de ser del arte, y plantea que su principal fin es purificar
al espectador, dar una especie de catarsis, que le permita liberar la energía negativa. La
manera en que lo logra mostrando una imitación de la realidad, que bien puede ser en un
sentido gozoso como en la comedia, o por el contrario puede ser en un sentido trágico.
Retomando el tema sobre la muerte y la fotografía, se podría decir que hay semejanzas
entre la tragedia como la entiende Aristóteles y las fotografías de narcoejecusiones, en
ambos casos el fin es similar, se trata es de que el perceptor aprenda algo en sentido
ético y se redima.

En este mismo tratado, Aristóteles afirma que existen varios tipos de artes con sus
respectivas características. En cuanto a las cualidades de representación, si bien, en
tiempos de éste clásico griego aún faltaban varios siglos para la invención del proceso
fotográfico, sus elementos de base, ya son considerados como materia prima para un arte
visual: Color y Forma.

El color y la forma, no sólo poseen en si mismos cualidades que pueden dar un sentido
estético, sino que también son el fundamento para una representación visual, a la que
Aristóteles se refiere como imitación. Y es importante notar el cambio radical que se ha
generado en la fotografía desde su invención hasta la tecnología de la actualidad. Si
hablamos de el arte imitativo, en términos de cómo lo plantea Aristóteles, probablemente
se le de mucho menos valor como arte a la fotografía, pues pareciera que su ingenio
radica en un artificio tecnológico, más que en el segmentador de la realidad (tiempo y
espacio), sin embargo, en realidad el artificio sólo permite que la selección del creador de
la imagen quede plasmada, de la misma manera en que un pigmento puede dar origen a
un dibujo.

Las cualidades de representación son totalmente distintas de acuerdo a la habilidad del


fotógrafo o en su caso, del dibujante. No cualquiera es un gran artista del dibujo, así como
no cualquiera es un gran artista fotográfico, sin embargo, se puede desarrollar con la
práctica una técnica más impoluta. Sin embargo, aún para aquellos que no saben manejar
adecuadamente el lápiz, o que sólo saben apretar el obturador de la cámara, el tener que
expresarse a través de éstos medios les implicará una creatividad cognitiva.

Como medio democratizador la fotografía, ha permitido expresarsevisualmente incluso a


quienes no cuentan con habilidadespara el dibujo o la pintura. Esto trae consigo otras
cualidades estéticas asociadas a lo doméstico, a las cuales se les puede denominar como
la estética de lo cotidano.Si bien existen artistas del lente, lo cierto es que incluso en los
álbumes de familia podemos encontrar cualidades estéticas poco reconocidas, sin
embargo presentes.

Comprendí que escribir es un acto de fe, un estar en


contacto con el espíritu del mundo, del universo, cuya lógica y estética
se fundamentan en lo cotidiano, lo simple, lo que está frente a los ojos
y lo que, aún sin ver, sentimos que está allí, formando parte del todo.7

El texto anterior, de la poeta indígena Anastasia Candreda pie a la reflexión sobre la


relación entre la imagen y la poética. Encaja bien ya que la autora de origen amazónico al
comparte con otras culturas indígenas una gran riqueza visual, pero en su caso particular
ella lo ha sabido traducir de manera lingüística. La poética podría entenderse como la

7
Sepúlveda, B. (2014). Percepción de la imagen en la poética indígena. Mundo
Amazónico, 5(1), 135-140.
posibilidad de expresar belleza en cualquier lenguaje, siendo la imaginación la que media
entre las imágenes cognitivas y las imágenes de la realidad8.

En ese sentido, la fotografía ha significado una diversificación estética por los formatos,
los estilos, las temáticas, las cualidades técnicas de cada época. ¿Cómo no valorar la
estética de los colores apastelados de las fotografías de la década de los 70?Y así a cada
época corresponde, de acuerdo a la tecnología vigente una estética propia.

Como medio visual, la fotografía posee cualidades de arte y no sólo de comunicación,


pues incluso sin un fin comunicativo como tal, se han logrado capturas de imagen que
superan su propio mensaje, capaces de transmitir sensaciones más allá del
propiomensaje emitido. El espacio diegéticoen el arte se superpone al espacio mimético,
ahí radica en gran modo el sentido poético de la fotografía.

Retomando la obra de Joel Peter Witkin, la diferencia entre un decapitado desde la mirada
de éste autor, en relación con cualquier otra imagen de un periódico de nota roja radica
precisamente en la estrecha bifurcación entre lo diegético y lo mimético. Witkin no sólo
reproduce un cadáver, lo redimensiona a partir de las cualidades visuales propias de la
fotografía, la textura, los contrastes de luz y sombra, la propia composición. No se trata de
una apología de la muerte, sino una apología de las cualidades estéticas de la imagen.

Señala Regis Debray “el arte se acerca a la imagen cuando la magia se retira de ella”, las
fotografías de Witkin no tienen como fin principal la trascendencia del modelo, no se trata
de eternizar la imagen del difunto, sino de exaltar las cualidades estéticas más allá de la
temática. Después de todo lo mágico no radica en la propia imagen, sino en los ojos de
quien la observa.

En todo caso, la fotografía tiene al menos tres posibilidades de generar una imagen
poética, y ello va en relación con el espacio, el primero de ellos como se mencionó es el
espacio diegético, mismo que logra gracias a todas las cualidades visuales, Diego

8
Didi-Huberman, G. (2013). Cuando las imágenes tocan lo real. 20 05 2018, de Fundación
MACBA Sitio web:
http://www.macba.cat/uploads/20080408/Georges_Didi_Huberman_Cuando_las_imagene
s_tocan_lo_real.pdf
Lizarazo habla acerca de cinco espacios en la imagenademás del espacio diegético. El
espacio mimético se refiere al espacio representado, que en el caso de la fotografía, ésta
ha sido duramente criticada al grado tal de pretender excluirla como arte. Dado que la
reproductibilidad mimética en la fotografía, se debe a un mecanismo ajeno al creador de
la imagen, se le puede guardar recelo y suponer que no sería su principal cualidad de
representación para ensalzar a esta disciplina como arte, en todo caso, la pintura con su
cualidad artesanal se podría considerar más cercana al sentimiento del creador
transferido en cada pincelada.

Otro es el espacio obra, el formato como tal que en el caso de la fotografía ha


manifestado una evolución que podría exponerla nuevamente a cuestionamientos, sobre
todo porque con la imagen digital, pareciera que se aleja aún más de los procesos
manuales que se gestaban en el cuarto obscuro, mismos que requerían experiencia,
conocimiento y desde luego una manipulación en el sentido literal del material fotográfico.
No obstante, la imagen digital abre nuevos caminos para explorar, y es una materia prima
para artistas creativos, capaces de imprimir sensibilidad a partir del tratamiento en
plataformas digitales.

Una de las relaciones del espacio tiene correspondencia con cualquier obra que implique
el manejo de cualidades visuales, tales como la textura, el color, la armonía, la
composición. Estas condiciones sensoriales que estimulan la mirada, suponen la principal
fuente para la imagen poética y constituyen el espacio plástico. Cualquier fotografía posee
estas cualidades, sin embargo, un creador hábil y con sensibilidad fina, será capaz de
manejar la plasticidad de la imagen a su favorpara potenciar el sentido y punzar a su vez
la sensibilidad del espectador.

La imagen tiene un sentido performativo, si no es observada no existe, de ahí la gran


importancia del último de los espacios, el expositivo. Si bien todos los tipos de espacio
conviven y se entrelazan en la obra, lo cierto es que el espacio expositivo es fundamental,
pues en él la imagen se independiza completamente de su creador y queda a merced de
la mirada escrutadora del espectador. Es aquí donde se fundamenta la imagen cultural,
acorde al bagaje que cada perceptor posee y del cual hace uso para interpretar lo que ve.
Pero eso que se ve, se encuentra sometido a un lugar, y un formato. La galería de arte es
el laboratorio, el espacio más puramente aislado para que una obra impacte al
espectador.

Sin embargo, no es el único espacio de exposición, el propio álbum familiar es otro


espacio de exposición, que genera en sí mismo narrativas complejas acorde a las
relaciones de tiempo y espacio que guarda, pero sobre todo, a las relaciones que se
manifiestan en el acomodo y disposición de los registros visuales. Ambos, tanto la galería
de arte, como el álbum familiar, reclaman un tiempo de observación. Se requiere hacer
una pausa de la vida cotidiana para internarse en los laberintos de relaciones y
significados visuales.

El espacio expositivo es uno de los que mayor influencia tiene en la apropiación de la


obra, pues añade una carga de significados desde el propio espacio en el que se expone
la imagen. Probablemente, al situar una fotografía en un álbum familiar se le
descontextualice como obra de arte, y por el contrario, si una fotografía familiar se
transfiere a un espacio expositivo distinto y se le monta en una galería de arte, su sentido
se trastoque y deje de lado su acotación doméstica, para redimensionarse en nuevos
sentidos.

El espacio y su apropiación de él fragua a la fotografía como imagen poética, la materia


prima de la fotografía es el espacio mismo que en todas sus dimensiones es imposible
diseccionar o separar ya que ocurren de manera simultánea de ahí la riqueza simbólica, la
fotografía como documento etnográfico, también es una ventana al arte de lo cotidiano,
“El espacio del arte es una entidad sensible e intelectual que integra la vida”9.

Luego de todo este recorrido de reflexiones acerca de la imagen, es pertinente puntualizar


sobre la devaluación de la imagen en la actualidad, la sobrepoblación de imágenes que
inundan las ciudades y las tecnologías personales de comunicación avivan el reinado de
las imágenes, pero al mismo tiempo cavan su propia tumba, nunca como hoy la imagen
se encuentra ante una crisis, cada vez la imagen se vuelve más fugaz y deja atrás
cualquier posibilidad de trascendencia.

9
Belinche d. y Ciafardo M.. (Julio 2015). El espacio y el arte. Metal, 1, 32-53.
En los tiempos de la imagen digital, el álbum familiar es una pieza en peligro de extinción,
que al desaparecer, nos hace quedar en riesgo de perder la identidad familiar. En el
álbum doméstico se puede tener acceso a un número selecto y limitado de imágenes que
nos cuentan una historia familiar. Con el paso de los años y la evolución digital, la imagen
se vuelve más individualista, la tan socorrida selfie recurrentemente deja fuera los
acontecimientos familiares, se vuelve más un suceso narcisista y efímero.

Sabemos que cada memoria está siempre amenazada por el olvido, cada tesoro
amenazado por el pillaje, cada tumba amenazada por la profanación. Así pues,
cada vez que abrimos un libro… quizás deberíamos reservarnos unos minutos
para pensar en las condiciones que han hecho posible el simple milagro de que
ese texto esté ahí, delante de nosotros, que haya llegado hasta nosotros. Didi-
Huberman (2013).

Si la fotografía es un arte democrático, la fotografía digital democratizó más (si es que


cabe decirlo) la imagen. A diferencia de unas décadas atrás cuando pocos contaban con
una cámara fotográfica, hoy en día todos poseen un teléfono celular, y en su mayoría
cuentan con cámara digital. La ventaja es que le da acceso a todos a generar un banco
de imágenes con su propio recuerdo, las desventajas sin embargo, son considerables.

En el caso de la competencia del álbum digital contra el de fotografías impresas, si no se


cuenta con un respaldo en la nube, se corre el riesgo de perder todas las memorias
guardadas, ya sea por extravío, robo, o bien por la destrucción del aparato tecnológico.

Otra desventaja, es que se requiere siempre necesariamente de un medio para poder


observar las imágenes, que de lo contrario sólo quedan como posibilidades de
percepción. Además, la facilidad de tomar fotografías hace que se abuse del número de
ellas, y se pueden encontrar varias muy parecidas, se satura aún más el bagaje de fotos
familiares, y hace que sea difícil categorizarlas y darles un valor único, a diferencia de
cómo ocurría anteriormente.

Cuando se tenía que imprimir todo el rollo, no necesariamente todas las fotografías
llegaban al álbum familiar, llegaban sólo aquellas que habían sido previamente
seleccionadas, además se les acomodaba en un orden específico, haciendo de éste un
libro que narraba historias con una lógica sintagmática, pero al mismo tiempo
paradigmática.

La actual crisis de la fotografía impresa, conlleva a una crisis de la imagen pues pareciera
ser que se aleja cada vez más de su fin inicial, eternizar personas, momentos, espacios.
La accesibilidad dota de un aire banal y superfluo este medio que en sus orígenes
guardaba la entrañable necesidad de trascender.
FUENTES DE INVESTIGACIÓN

SonessonGöran. (2003). La fotografía – entre el dibujo y la virtualidad. Significação,


20(Noviembre 2003), 81-132.

Johnson Mark. (1991). El Cuerpo en la Mente. España: Debate.

Bordieu Pierre. (2003). Un arte medio. Ensayo sobre los usos sociales de la fotografía.
España: Gustavo Gili.

Plascencia Martínez Fernando. (2017). La función simbólica en la interpretación del


mundo. México: UAA.

García, V. A. (Ed.). (2011). Cruce de miradas con las imágenes. la pregunta por la imagen
como pregunta por el cuerpo: en filosofía de la imagen.
Retrievedfromhttps://ebookcentral.proquest.compp 187-188

Debray, R. (1994). Vida y Muerte de la Imagen. España: Paidós

Belinche d. y Ciafardo M.. (Julio 2015). El espacio y el arte. Metal, 1, 32-53.


Sepúlveda, B. (2014). Percepción de la imagen en la poética indígena. Mundo
Amazónico, 5(1), 135-140.

Didi-Huberman, G. (2013). Cuando las imágenes tocan lo real. 20 05 2018, de Fundación


MACBA Sitio web:
http://www.macba.cat/uploads/20080408/Georges_Didi_Huberman_Cuando_las_imagene
s_tocan_lo_real.pdf

Gondra, A y López, G, (ed). (2013). Duelo y fotografía post-mortem Contradicciones de


una práctica vigente en el siglo XXI. En Imagen y Muerte(35). España: Sans Soleil.

Bazin, A. (2008). Ontología de la imagen. En ¿Qué es el cine?(23-30). España: RIALP.


Benjamin, W. (2007). Pequeña historia de la fotografía. En Obras II(p. 394). España:
Abada.
Henao Albarracín, A. M. (2013). Usos y significados sociales de la fotografía post -mortem
en Colombia. UniversitasHumanistica, 75(75), 329-355.

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