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TEXTOS Y GLOSAS Martin Buber, un pensador para nuestro tiempo Es20z0 wloGRAFICO. EL 13 de junio de 1965 moria en Jerusalén el pensador austro-judio M, Buber. Habia nacido en Viena hacia 87 aos, es decis, en 1878. Muy joven fue enviado a Polonia donde se educé con su abuelo paterno, Salomén Buber, hombre de pro- funda formacién y amplias perspectivas culturales, A su influjo reconoceré Buber deber quizi lo més valioso de su pensamiento, Fue también su abuelo quien le introdujo en el movimiento jasidista, que impregnari toda su inspiraci6n reli- ziosa y al que dedicaré M. Buber casi un tercio de su obra Estudié Filosoffa e Historia del Arte en Viena, Berlin y Zurich, Conseguido el doctorado en Viena, profundizé sus estudios en Berlin, especialmente sobre Filo- sofia de la Religién. Buber fue un estudioso incansable y una mentalided siempre abierta a toda clase de influjos —orientales como occidentales— consiguiendo ua notable equilibrio entre su formacién semita y su cultura occidental, De esta interaccién dialéctica brotaré tun pensamiento fuertemente sugestivo y original icié su ingente produccién literaria como director de ta revista En el petiodo que va de 1923 a 1933 ocupé la cétedta de “Religién y Etica hhebrea” en la Universidad de Francfort y posteriormente la de "Ciencia y Reli- gidn” en la misma Universidad, En 1937 acepts el nombramiento para la céte- dra de “Filosofia Social” en la Universidad de Jerusalén, de Ja que pronto se ‘convirtié en principal promotor y animador. Siempre estuvo estrechamente ligado al movimiento sionista, aunque sin inscribirse en ningtin partido, Hasta tal punto que propondré Ia estructura de los kibbutz isreelitas como tipo de convivencia humana. 1 Asi en la edicién de Kiser y Lambert Schneider, Martin Buber Werke, ‘que cito en Ia orientacién bibliogréfea. EI Jasidismo es una forma hebrea de misticismo popular surgida en Ia segunda mitad del siglo xvit entre las masas pobres e incultas de Polonia y litsia, tras una serie de violentas perseeuciones on aquella zona. Este movi- miento asigna un Tugar central a la alegria y al entusiasmo religioso, impregmado de mesianismo, en lugar de la disciplina y erudicién rabinicas, En algunos asp tos resulta paralelo a Ia composicién social de los primeros cristianos y sus rel ciones con los fariseos, 368, José Rusto 2 Se jubila en 1951, aunque contintta su fecunda labor intelectual y publicista Su bibliografia cuenta en 1957 con 833 titulos en diversas lenguas, clasificados generalmente en tres grandes grupos: escritos filosdficos, biblicos y jesidicos. Entre sus miikiples galardones mencionaré solamente algunos: premio Goethe, de Ia Universidad de Hamburgo (1952), premio Israel (1958), el Bialik (1961) y el premio Erasmo de Rotterdam (1963). CARACTERISTICAS E INFLUJO. Martin Buber fue un pensador integeal. Sus investigaciones se extienden a campos tan vastos y diversos como el derecho, Ia psicologia la pedagogia, In politica, Ia historia y, especialmente, Ia filosofia y Ia religién, Esta pluralidad de motivos era una exigencia de su espiritu, en el que recibian fecunda unidad dia- Kectica, en permanente abertura y tensiGn. Si tuviera que condensar su pensamien- to en un epigrafe le daria of de “filosoffa integral de ta alteridad”. Mas adelante tendré ocasién de precisar el sentido de esta formula, Y es que posee un sello peculiarisimo frente a otras del mismo género, Aunque Buber fue menos discipulo que autodidacta y 1a originalidad es una de sus caracterfsticas més acusadas, esta filosofia de la alteridad no puede compren- derse adecuadamente sin Ia ayuda del contexto y los condicionamientos histdricos que vivi6. Tal vez Hussetl sea el pensador de mayor infiujo en Buber. Su método fenomenol6gico fue aceptado casi como un presupuesto por el fildsofo austro- judio, Y esto hay que tenerlo en cuenta, porque en sus escritos destaca mas el didlogo constante —con frecuencia polémico— con otros filbsofos coeténeos suyos : N. Hartmann, K. Jaspers y, especialmente, Martin Heidegger. También en M. Bu- ber el hombre va a ser terreno preferente de manifestacién —fenomenologia— de Ia realidad. En este caso, del ser como alteridad, de Ia realidad como constitu- tivamente relacional frente al mundo de las cosas, de las personas y frente al Tt Absoluto, Importentes coincidencias pueden registrarse con los pensadores cristia- ‘n0s contemporineos de mayor influjo en el mundo germénico: F. Ebner, P. Wust, T. Haecker, H. U. von Balthasar, E. Praywara y, en especial R. Guardini, Martin Buber ¢s muy poco conocido en nuestros medios culturales. Apenas tres obritas suyas han sido traducidas en Hispanoamérica ®. En Espafa la ignoranci casi absoluta®, Sin embargo, su influencia ha sido grande, sobre todo @ partir 2 4Qué es ol hombre? Vers. de B. Imaz. FOE, México 1942; 5.%, 1964. Caminos de Utopia. FCE, México 1955. Yo y Ti. Buehos Aires 1956. Belipse de ‘8 Solo conozco un trabajo, por cierto muy reciente y de cardcter introdue- torio: B. RIVERA De VENTOsA, “Tematica fundamental del pensamiento de Martin Buber": Naturaleza. y Gracia 15 (1968) 8-81. Lo he tenido en cuenta para la redaceién de esta nota, a MARTIN BUBBR, UN PENSADOR PARA NUESTRO TIEMPO 369 de 1950, y sigue creciendo cada dia, especialmente en el Ambito germénico y anglosajén. Y es que su pensamiento ofrece caracteristicas de especial actualidad ‘en nuestra coyuntura de agnoticismo y “muerte de Dios”, que le hacen acreedor al titulo conferido, como en otro sentido lo merece Teilhard de Chardin 0 algiin otro, Teataré de mostratlo, EL, PRINCIPIO DIAL6GICO, ‘Asi titula Martin Buber su principal obra filos6fica, en la que se agrupan cuatro opsisculos complementatios 4. Ya he situado a Buber en el campo fenomols. ‘pico, en Ja que él lama “direccién abierta” en contraposicién a la “cerrada” de Heidegger 0 Sartre. También dejé apuntado que para Buber el hombre es, igualmente, el mejor camino para a ontologia ®. Pero —y aqui radica lo dife- rencial— se trata del hombre en cuanto abierto, dialogante, Como Ebner, ha subrayado repetidamente la significacién éntica de lenguaje, del didlogo, trascen- diendo el mero_plano social. En efecto, el habla en cuanto didlogo revela fenomeno- ogicamente Ia estructura en alteridad del hombre y, por ende, constitutiva de la realidad, El acto de dialogar es una reciproca revelacién entre los dialogantes, manifestacién de su originaria apertura ontolégica y de su estructura personal como alteridad. “En tanto somos en cuanto dialogamos" ®. La razén es érgano de libertad y de verdad cuando es “razén dialdgica”, no cuando es "razén pura”, decla Peter ‘Wist. En efecto, toda inquisicién verdadera es un didlogo, Con los hombres, con Jas cosas 0 con Dios. La rafz esta en Ia constitutiva “discursividad” (temporalidad) del hombre. El principio dialégico nos leva a descubbric que en el ser Ia alteridad esti inscrita como estructura y el didlogo como acto, Aunque el méotodo dilégico esta en intima conexién con Ia dialéctica, Buber lo propone como superacién de 1a misma, Y es que para él la realidad Ko conste de elementos contradictorios (dialéctica), sino complementarios estrechamente vinculados en una unidad més profunda, que se alcanza gracias a la 4 M. Buses, Das dialogische Princip. L. Shneider, Heidelberg 1965. Com- prende esios eseritos: Ich und Du (7-136), Zwiesprache (139-196), Die Frage an den Einzelnen (198-267), Elemente des Zwischenmenschlichen (271-208) y Nach- wort, gu den Schriften ber das dialogieche Prinsip (801-820), redactado éste en 1957. © ¥a San Agustin habia comprendido que todos los problemas humanos deben abordarse desde el hombre. La filosofia moderna ha subrayado incesante- mente que el hombre es para nosotros el necesario punto de partida y de referencia. Este es el principio de su pensamiento dialégico, en el mismo sentido que el “cégito, ergo sum" lo es del cartestano. El principio dialégico se expresa fen tres eategorias bisicas: zwischen, Begegnung y Beziehung (entre, encuentro, relacién), 370 3086 Kus1o 4 tensi6n dialégica. Algo muy préximo al método analéctico, que parte de Ia condi- cién analégico-jerdrquica de los seres, propuesto también como superacién de la dialéctica, En todo caso tenemos siempre uta unidad relacional, que es *vincula- cién relacional” a nivel de estructura y “sistema de impulsos dinémicos” a nivel de funcién . De ahi que Buber presente Una antologta relacional: “En el print pio era la relaci6n” ®. En efecto, una fenomelogia del “entre” (zwischen) revela uuna ontologia de Ia relacién (Beziebung). El lenguaje nos lo muestra: “Las palabras fandamentales no se dan por unidades, sino por pates...; tas palabras fundamentales no significan cosas, sino relaciones” #, Buber ha sido —con Amor Ruibal, entre otros— uno de Jos autores que mis han contribufdo a la revalori- zacién de la categoria Sntica “relacién”, confiiéndole densidad entitativa (a0 ya mero accidente). Es mis, en Buber asistimos a una decidida elaboracién de una ontologla basada en la relacién, no en Ja causalidad, La realidad es consticutiva- mente relacional ¥, ‘A partir de la relaciOn realiza Buber un ingente esfuerzo de seestructuracién sistematica de lo real, Existen tres grandes niveles de realidad : “De la piedra a la estrella” Incapaz de trascenderse “de si, en si y por si”. Espiritu: Unico capaz de tal trascendencia, La esfera del Espiritu es estudiada cuidadosamente, El andlisis descubre dos vertientes en mutua e incesante génesis dialéetica a) Mismidad (tensién de interiorided) y b) respectividad (ex-sistencias constitutivas). Dentro de la vertiente “respectividad”, una dicotomia fundamental: 1, YotBllo (Ieb-Bs), mundo objetivo, écnico, utiitatio, similar a Ja “existen: cia inauténtica” 1 Cfr, A. LOrEz Quivras, Metodologta de lo suprasensible. Editora Nacional, Madrid 1968. Buber se dirige directamente contra la “soledad” del idealismo, 8 Expreséndome en términos de filosofia estructural. Cfr. por ejempl 4, Cnuz Chuz, Filosofia de la estructura, Bd, de la Universidad de Navarra, Pamplona 1967. ‘4 "Im Anfang ist die Beziehung”. En la obra breve, pero fundamental Ich und Dus en Das diatogisohe Prinzip, ed. cit. 10°” Die Welt ist dem Menschen zwiefaltig nach seiner zwiofaltigen Haltung. Die Haltung des Menschen ist awiefaltig nach der Zwiefalt der Grundworte, die er sprechen kann. Die Grundworte sind nicht Einzelworte, sondern Wortpaare. Das eine Grundwort ist das Wortpaare Ieh-Du. Das andere Grundwort ist das Wortpaare Ich-Es; wobei, ohne Aederung des Grundwortes, fir Es auch eins der Worte Er und’Sie cintreten kann” (Ich und Du, ed. cit. 9) 11° Buber establece un antagonismo causalidad-relacién, Significa el mundo do la necesidad-continuidad-sucesion frente al de In originalidad-libertad-creacion, el espacio frente al tiempo, A BABOLIN ha escrito un trabajo con este epigrate; La relazione come Vapriori dell epeere in Martin Buber, en “Studia Patavina”, 1964, 415-462. 42) Bota sistematizacién que presento es mia como tal. s MAWTIN BUBER, UN PENSADOR PARA NUESTRO TIEMPO an 2. YoTii (Ich-Du), mundo personal, comunién de cosas, personas y di- vinidad. Por tanto, dentro de la dicotomia Yo-Tii es preciso distinguir un triple nivel de respectividad constituriva humana, en sentido jerirquico, pero en estrecha interconexién y co-relacién —Tii-mundo (didlogo con la Previde y Ja Vida = arte); —Ti-hombre (diélogo con el reino del Espiritu = amor); y —Ti-Absoluto (didlogo “fundante” con la divinidad = religién) Buber curida destacar cémo €s0s diversos momentos del espirita humano, tomados unilateralmente, han dado lugar a las desvinciones del _pensamiento contemporineo: subjeti ‘ger), colectivismo marxista... 8. La critica buberiana incide siempre sobre su postura unilateral, al no desarrollar més que uno de los aspectos humanos, con In consiguiente desorbitacién, Actualmente nos encontramos en plena expansién de In dimensién “Ti-hombre”, con ef desarrollo de un humanismo de corte persona lista y de matiz social. ¢Bs suficiente? Para Martin Buber no, Pocos han cont buido tanto como.el pensador judio al estudio de esta dimensién humana. Pero mientras la relacién “Tii-Absoluto” no se realice, el ser humano queda incompleto ¥ precisamente por su base. El autémtico proceso de personalizacién incluye et desarrollo de Ja triple relacién constitutive, convirtiendo lo esencial en existencial EL “Yo-pano” y et “TU-AnsoLuro”. En iiltima instancia, Ia novedad del pensamiento de M. Buber radica en su decidida reivindicacién del ser captado en Ia experiencia de 1a persona abierta, a desvelar en su estructura Sntica originaria como telacién constitutiva —tensién teligiosa— respecto de un Ti-Absoluto. La ontologia del ser es ontologia de Ia telacién, que halla su desarrollo existencial en una antropologia de Ja alteridad personal que, a su vez, se apoya en sit relacién “fundante” al Tti-Absoluto, ara Hegar a esta conchusién le basta a Buber partir de un andlisis fenomeno- [Bgico integral. El yo humano es siempre un "yo-dado”, transido de temporalidad, fen proceso constante de autorrealizacién, que postula un Tii constitutive y abso- Iuto, En efecto, la condicién frumana se revela en relacién “fundante” (rcligacién ‘ontolégica), A esta posiciin —y mediante andlisis equivalentnes— habia llegado ya San Agustin y legan otros pensadores ctistianos como Zubiri, Ebner 0 Guardini™, 18 Chr, Qué ex el hombre?, ed. cits passim. M_ San Agustin con su “Memoria Dei”. Zubiri en su famoso artfculo “En torno al problema de Dios": Revista de Occidente, 1985. Incluido en la obra Naturaleza, Historia, Dios. Bditora Nacional, 5.*, Madrid 1963, 361-297. Para a2 José KuBi0 6 LO HUMANO COMO ALTERIDAD DINAMICA, “BI pan del cielo de la plenitud humana séto le llega al hombre si se lo dan unos hombres a otros” 18. El hacerse del hombre depende también de los otros “Podremos acercarnos a la respuesta de 1a pregunta * gqué es el hombre?”, si acertamos a comprenderlo como el ser en cuya dialégica, en cuyo estar-dos-en- reciproca-presencia se realiza y se reconoce cada vez en el encuentro del “uno” con el “otro” 8, Es Ia afirmacin de que la esfera del “entre” es la protocategoria de Ia sealizaci6n humana, Bfectivamente, el hecho bisico de la existencia humana ¢5 "el-hombre-con-el- hombre”, aun cuando Ia clave sitima nos la dé la dimensién “Ti-Absoluto”. El filo agudo en el que el yo y ef oi se encuentran se halla en el Ambito de la slteridad existencial, expresin y realizacién de la éntica estructural humana. EI misterio del ser personal viene desvelado en esta dualidad dindmica. Segin ‘una leyenda jasfdica —no olvidemos la estrecha vinculacién de Buber al jasidis- mo— Dios, al formar al hombre, no dijo que era bueno, porque el hombre habia sido creado como un sistema abierto, concebido para que creciera y se desarrollara; y, por tanto, no estaba acabado, como el resto de Ja creacién™, Y Buber puntualiza: el ser personal adquiere peso de auténtica realizacién al distendirse en Ia intimidad del dislogo. La fuerza del ser hombre se experimenta, sobre todo, en el plano donde surge la experiencia del amor, porque Ios seres se potencian en niveles superiores de encuentro, De este modo se comprende cémo para Buber, el inmanentismo y el nihilismo modernos son dos formas de asfixia intelectual, provocedas por la incapacidad del hombre actual para abrirse al didlogo en amor'®, Es la revelacién de que todo amor esté basado en el conocimiento del otro, a la vez que el cono- cimiento del otto se basa en Ia experiencia compartida. Pero Martin Buber reclama con insistencia que Ja relacién de alteridad ha de ser integral: en su triple dimensién de “Tii-mundo", "Ti-hombre” y “Tie Absoluto”. Esta tiltima dimensién es la clave del arco por ser fundante y plenitud. Es cierto, la fe en si mismo es, una vanidad vacia sin Ia fe en el ti, Pero “el verdadero ti del yo ¢s Dios". Dicho con frases bellas y precisas de Ferdinand Ebner: “La relacién del yo en el hombre a su ti en Dios es, a su vez, la base espiritual de su relacién al tt en el hombre, Sélo el que ha encontrado en Dios Wust y Ebner efr. A. Lorez Quivras, Pensadores cristianos contempordneos. La Editorial Catéliea, Madvid 1968. Un estudio detallado sobre este punt A. Banouln, “L’Assoluto nella fenomenologia esistenziale di M. Buber’ Pataviana, 1965, 445-478. 18 Citado por B, RIVERA pm VeNTOSA, Joc. cit., 10. 18 4Qué es el hombre?, ed, cit., 150-151. En la conelusién del libro. 1 Cltada por E. Frosint, ¥ seréis como dioses. Paidos, Buenos Aires 1967, “18 4Qué es of hombre?, ed. cit., 75-86 y 108-114, 168. 1 MaRnfN BUBER, UN PENSADOR PARA NUESTRO TIEMPO 393 su verdadero ti, halla el camino recto que leva al td en ef hombre, Su “relacién con Dios” es la que hace posible una relacién verdaderamente espiritual con el hombre; y, viceversa, en su relacién con el hombre puede comprobar In autenticidad de su relacién con Dios” Segiin Buber, las tres relaciones constituyentes del hombre se funden en unidad dinimica para configurar el reino del "Eterno-Tii”, el mundo teofania de Dios, similar al “medio divino” teilhardiano, Erica, SOCIEDAD, HISTORIA. ‘Martin Buber se opone enérgicamente a la escisién moral-religién, Toda su obra ¢s un esfuerzo por vincularlas, Su jasidismo Je lleva también a superar Ia dicotom{a sagrado:profano, Todo es bueno. Todo es alegria y optimismo, No hhay lugar para el ascetismo. Todo consiste en la expansién integral del propio ser siguiendo las geistige Wesenbeiten®, normas de moralidad que acttian como ideales humanos y radican en el “Bterno-T'i”, Para valorar debidamente esta ideologia buberiana es preciso tener en cuenta Ia unidad dinémica de su "medio divino". También Teilhard de Chardin tiende a esta postura, por apoyarse en bases s6lo aparentemente diversas. De ahi que ambos destaquen mis el din mismo que la naturaleza divina y presten mis atencién a la cooperacién con Dios que a su conocimiento, En cuanto a su concepcién de le Sociedad, Buber parte de Ja contraposicién colectivismo-comunidad. El primero se caracteriza por la relacién *Yo-Ello”, utilitaria, funcional, En cambio Ja comunidad es resultado de Ia comunién humana integral. Buber pone de relieve la necesidad de superar, en las selaciones inteshumanas, el nivel individual yo-ti para ctear un nivel superior comunitario: “yo-nosotros”, en el que la personalidad va a encontrar su pleno desarrollo en un lima de didlogo, intimidad y amor. Finalmente, la Historia eo vista por el fil6sofo judio desde su concepcién mesidnica, Es decir, la historia como realizacién dinimica y progresiva del reino de Dios en el hombre. Pero Buber cuida destacar que se trata de un mesianismo profético (en el que importan el camino y el fin), no meramente apocaliptico (s6lo importa el fin). También en estos puntos las coincidencias son sorprendentes con las directrices de los otros profetas de nuestro tiempo. 18 A, Lopez QuiwrAs, Pensadores oristianos contempordneos. La Editorial Catélica, Madrid 1968, 136-187. 20" “Drei sind die Spharen, in denen sich erste: das Leben mit der Natur, darin die Bezichung an der Schwelle der Sprache haftet. Die zweite: das Leben mit den Menschen, darin sie sprachgestal- tig wird, Die dritter das Leben mit den geistigen Wesenheiten, darin sprachlos, aber aprachzeugend ist” (Lok und Du, ed. cit, 108). Welt der Bezichung baut. Die a Jost RuBIO 8 ConctustOn. Buber persigue la captacién del ser personal en su auténtico estaruto ontolé- ‘gico, abierto al ser y vertido al «i, alcanzado en ef didlogo interpersonal y en el encuentro con el Ti religante. Y es en esta condicién de alteridad en la que el hombre toma conciencia de su destino ¢ invoca su salvacién, La temporalidad consume todo intento de fijar su ser. Slo del Tu-Absoluto le adviene 1a funda- mentacién originaria de su yo, de modo que s6lo desde ese Ti misterioso puede realizar el hombre su aventura existencial, Se le ha reprochado a M. Buber su excesivo antropocentrismo, as{ como su pretensién de elaborar una ontologia de ta relacién!, Pero, en realidad, Buber fs consecuente con su postura fenomenolégica, Es inevitable que el hombre sea centro de referencia, Pero 1a clave iiltima de su existencia radica en Dios. Y éste es el legado primordial que Martin Buber oftece a nuestro tiempo. Que en sa obra existen lagunas y deficiencias no hace falta decitlo, Pero aqui no he preten- dido hacer mas que su presentacién, P, José Rusio, 0. S.A ORIENTACION BIBLIOGRAFICA. Una edicién casi completa de las obras de M. Buber ha sido publicada en tres volimenes por los editores Késel y Lambert Schneider: MaRrix BuseR Wenke, I: Schriften zur Philosophie, Miinchen 1962; II: Schriften 2ur Bibel, Miinchen 1984; III: Schriften zum Chassidismus, Miinchen 1968. Los mismos editores han publicado en Heidelberg otra edicién manual en varios tomos, La bibliografia més exhaustiva, aunque incompleta, de los esecritos de ‘M. Buber ha sido compilada por M. CATANNE, A Bibliography of Martin Buber's Works, Mosad Bialik, Jerusalén 1961. Comprende una relacién de toda la obra buberiana del perfodo 1895-1967, con un total de 833 titulos. Otra bibliografia, ésta selecta, se debe a M. FiREpMAN, Martin Buber. The Life of Dialog. Harper's ‘Torchbooks, New York 1960. También incluye una seleccién de publieaciones sobre Buber. A continuacién presento un elenco de sus eseritos filoséficos. 1, Das dialogische Prinzip. Cfr. nota 4. 2. Daniel. Gespriche von. der Verwirklichung. Insel-VI, Leipzig 1913, 8. Das Problem des Meschen. L., Schneider, Heidelberg: 1948. 4. Boitriige zu einer philosophischen Anthropologie. Bn Schriften 2. Philo- sophie, Miinchen 1962. 21 Ambos le son hechos por E. Rivera pz VENTOsA, loc. eit. Creo que no valora adecuadamente la posicién fenomenolégica de M. ‘Buber. Otro, un tanto absurdo, le hace M. THounissmy, “Bubers negative Ontologie des Zwischen”: Philosophiaches Jahrbuch, 1963-64, n. T1, 319-330. 9 ‘Mantis BUBER, UN PENSADOR PARA NUBSTRO TIEMPO 78 5. Gottesfinsternis. Betrachtungen zur Bexichung zwischen Religion und Philosophie. Manesse VI, Zurich 1963, 6. Bilder von Gut und Bove. J. Wegner, Kiln 1962. 7. Reden iiber Erziehung. L.. Schneider, Heidelberg 1953. 8. Pfade in Utopia, L. Schnelder, Heidelberg 1950, 8. Zwischen Gesellschaft und Staat. L. Schnelier, Heidelberg, 1952. 10, Hinweise. Manesse VI, Zurich 1953, Por otra parte, las publicaciones sobre M. Buber van siendo muy numerosa ‘Ya he citado la obra de M. Friedman, que contiene una amplia selecei6n. El mis ro autor la amplié en la obra colectiva Martin Buber, Kohlhammer, Stuttgart 1963 (pp. 640-860), Aqui presentaré Gnicamente las publicaciones mas impor- tantes: Koun, H., Martin Buber. Sein Werk und.seine Zeit. Hegner, Hellerau 1980, 41 p. Gowsrem, W., Begegnung mit M, Buber. Freund, Jerusalén 1943, 50 p. Gowscuipr, H. L., H. Cohen und M. Buber. Migdal, Ginebra 1948, 96 p. Gorwsrems, W., Gotter Wittwer and Gottes Bote. Hine vergl. Betrachtung zw. Eciatentialismus und Dialogik, J-P. Sartre und M. Buber. Freund, Jerusalén 1948, 117 p. Praverze, P., Martin Buber: philosopher of the personal, Univ. of Georgia Press, Athens 1952, 146 p. Gounsren, W., Die Botschaft M. Buber. Freund, Jerusalén 1953, 158 p. Frueouan, M.'S., “M. Buber and christian thought": The Review of Religion, 1963, 81-48. —, *M. Buber’s theory of Knowledge”: Review of Metaphysics, 1954, 264-280. Swonowrrz, A. Beziehung und Bestimmung. Die Lekren von M. Buber u. K. G. Jung in ihren Verhalinis zucinander. Gentner, Darmstadt 1956, 95 p. ConeN, A. A., Martin Buber, Bowes et Bowes, Londres 1957, 110 p. Henssna, W., Four existentialist theologians. A reader from the works of J. Ma- ritain, N. Berdiaev, M. Buber and P. Tillich. Doubleday, New York 1958, VITE-812 p. Rorensraescrt, N., “Quelques problémes relatifs In philosophie dialogique de Buber”: Tyyum, 1968, 51-75. —, Between past and prevent. An essay on history. Yale Univ. Press, New Haven 1968, XXIX-829 p. BALTHASAR, U. H. von, Bieamen Zwieeprache. Martin Buber uw. d. Christentum Hegner, Kéln-Olten 1958, 129 p. ‘Virasoro, R., “Dios hombre y mundo en la filosofia de M. Buber”: Universidad, 1968, 21-55. Hawmensren, F., Das Messias-problem bei M. Buber. Koblhammer, Stuttgart 1958, 119 p. Suvces, A. V., The function of teaching (T. 8. Eliot, K. Mannheim, J. Maritain, M. Buber, 8. Freud, W. James, W. Temple). Faber et Faber, Londres 1969, ¥72 p. Diawonp, M. L., Martin Buber, Jewish existentialist. Oxford Uni York 1960, TX-240 p. FRIEDMAN, M. 8, Martin Buber: The life of dialogue, Univ. of Chicago Press, Chicago 1955, X-210 p.; Harper, New York 1960, VIII-312 p. Kou, H., Martin Buber. Sein Werk wu. seine Zeit. Melzer, Kiln 1961, 24, 484 p. . Press, New 316 sosé Rusia 40 Pruprar, P. E., Self, society, existence. Human nature and dialogue in the thought of G. H. Mead and M. Buber. Harper, New York 1961, 400 p. Brown, J., Kierkegaard, Heidegger, Buber and Barth. Subject and object in modern theology. Collier P. F., New York 1962, 192 p. Fawen, W., Das dialogieche Prinzip M. Bubera und dae erzicherieche Verhiltnis. ‘Henn, Ratingen b, Diisseldorf 1962, 190 p, Varios, Martin Buber (edicién dirigida por P. A. Shilpp y M. Friedman). ‘Kohlnammer, Sttugart 1963, XIV-660 p. Lane, B., Martin Buber und das dialogiache Leben. Lang, Bern 1964, 64 p. Banouin, A., Besere e alterita in Martin Buber. Gregoriana, Padova 1965, 280 p.

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