«Las formas sociales como hábito para la acción» (Bazerman, 2012).

Traducción:
Andrea Vásquez

A. ¿Qué relación existe entre género y hecho (práctica) social?

El género va a estar configurado de acuerdo con las prácticas dentro de las sociedades y
especialmente en las actividades que conllevan a las relaciones comunicativas, ya que no
necesariamente la simple conglomeración de personas crea una sociedad y si en esta no hay
una interacción entre ellos. Si el entorno permite actividades comunicativas como,
verbigracia, un juzgado, el género estará caracterizado de forma deliberada y técnica,
utilizando un glosario asociado a los temas manejados por el campo legislativo. Aunque las
prácticas sociales facilitan la diversidad textual dentro de los géneros, limitan la creatividad
y el estilo propio de sus autores.
B. ¿Qué factores han repercutido en el uso y el análisis de los géneros discursivos?
Más allá de que los géneros discursivos están ligados en su estructura y objetivo con los
acuerdos políticos y económicos de los poderes patrocinadores o mecenas de estos y a la
conveniencia e intereses individuales para mantener el control social, hay que tener en
cuenta que son importantes las características que los autores le brindan a los discursos. Los
géneros que tienen una estructura paradigmática en las creaciones literarias o no literarias
dan un carácter reductivo a las ideologías que pueden originarse en estos actos
comunicativos, opacando la humanidad de los textos (emociones, sentimientos, opiniones,
etc.). Se sabe que es importante sistematizar las obras que surgen en la sociedad, por eso de
tener un control y patrones de ideas y que no se salga de las manos la producción
multifacética de los discursos sin fines claros, pero los participantes que le dan valor a los
géneros discursivos y su contextualización son de suma relevancia ya que, sin ellos, no
sería necesaria la clasificación genérica y es a fin de cuentas la narración o la descripción o
la opinión de la historia y las experiencias individuales o colectivas de las sociedades las
que se tratan de encasillar.

Los géneros discursivos encasillan o clasifican las producciones discursivas de acuerdo con
sus características, las cuales se tornan generalizables y reductivas en cuanto a que limitan
los estilos singulares de sus autores. Por lo tanto, pueden causar una pérdida de ideas
importantes que son creadas por el carácter axiológico de cada participante en los discursos.
Además, estas limitaciones estructurales genéricas podrían considerarse un obstáculo para
los lectores e intérpretes discursivos, ya que al ver de cierta manera incompleta la intención
comunicativa del autor en el análisis, facilitan la mala interpretación textual. Si bien los
géneros predicen los objetivos del discurso, el resultado de los proyectos discursivos,
siguiendo la normativa de cada producción textual (narración, reseñas, cartas, artículos
periodísticos), se vería insuficiente por no posibilitar la contextualización cultural,
emocional y social de uno u otro involucrado en los hábitos de comunicación.