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LA AMENAZA BALÍSITCA: LA TRANSFORMACIÓN DE LAS “FRONTERAS

SEGURAS” DE ISRAEL

Dr.(c) Cristian Leyton Salas

El actual escenario israelo-arábe, pero en articular el israelo-iraní, ponen en el


tapete público, mediático y académico las fuentes más básicas pero
fundamentales del conflicto que opone el país hebreo a determinados Estados de
la región del Medio Oriente. La evaluación de las amenazas percibidas por Israel
ha sido directamente proporcional al trazado de fronteras políticas y la instauración
unilateral de “fronteras militares”. La búsqueda, por parte del Estado hebreo, de
fronteras seguras, ha dictado y dicta actualmente su comportamiento en Política
Exterior y de Defensa. Hoy, frente a los riesgos asociados a la “amenaza nuclear
iraní”, pero además a fuentes de riesgos subnacionales como son Hamas y
Hezbollá, comprender la influencia del trazado de fronteras en la postura militar de
Israel se hace imprescindible.

Según Yigal Allon, los territorios Árabes ocupados desde junio 1967 debían
permitir al Ejército regular israelí contener una invasión árabe hasta la movilización
total de sus fuerzas de reserva estratégicas 1. Según los promotores de este
principio, la profundidad estratégica acordada por las fronteras de 1967 otorgaba
fronteras defendibles2 al Estado hebreo por que le procuraban:

- Una capacidad de alerta temprana (Espacio/tiempo-información),


permitiéndole acrecentar la capacidad de reacción de sus dirigentes
político-militares sobre el plano del proceso de decisión estratégica.
Proceso necesario a la organización de la defensa, y más precisamente, a
la organización de un contraataque a gran escala.
- Una capacidad de absorción de una invasión árabe (Espacio/territorio), por
la puesta en obra de un sistema de defensa en profundidad.

De esta forma, las nuevas fronteras militares ya no exigían la formulación de una


doctrina de defensa de ataque preventivo 3, Israel puede, desde aquel momento en
adelante, absorber un ataque sorpresa, para luego contraatacar. La creación de
esta zona tapón o cinturón de seguridad englobando casi el conjunto del territorio


Investigador asociado, Academia de Guerra del Ejército (ACAGUE).
1
«[...] those security zones [...] will provide Israel with vital element so lacking in the pre-1967
lines : a defense posture which would be enable the small standing army units of Israel’s defense
forces to hold back the invading Arab armies until most of the country’s reserve citizens army could
be mobilized. These security zones would thus guarantee enough time to organized and launch the
counteroffensive to defeat any such agression». Allon, Yigal, “Israel: The Case for Defensible
Borders”, Foreign Affairs, vol. 55, no.1, octubre 1976, página 44.
2
Horowitz, Dayan., Israel’s Concept of Defensible Borders, Jerusalem, Jerusalem Papers on Peace
Problems, vol.16, 1975.
3
Leyton, Cristian., “Guerra Preventiva”, Revista Política y Estrategia, Academia Nacional de
Estudios Políticos y Estratégicos, No. 91, Santiago, Julio-Septiembre 2003, páginas 102-123.
israelí emergerá como un sistema de defensa pasivo de un gran valor militar,
fundamentalmente, sobre el plano de la guerra terrestre. No obstante lo
precedente el surgimiento de fuerzas aéreas Árabes introducirá una nueva
dimensión a la problemática de seguridad militar del Estado hebreo: la
probabilidad de un bombardeo aéreo de su heartland. Si la ocupación física de los
territorios Árabes permitía intercambiar terreno por tiempo, esta misma lógica no
podía aplicarse a la tercera dimensión: el cielo. Era necesario, en consecuencia,
introducir, paralelamente al sistema defensivo pasivo, una capacidad de defensa
activa teniendo como fin último, esta vez, la neutralización de las capacidades de
ataque aéreo Árabes. Por esta razón, los israelíes se darán por misión la
formación de una poderosa fuerza aérea teniendo como objetivo asegurar el
dominio del aire sobre el conjunto del teatro de guerra israélo-árabe y, más
precisamente, sobre el espacio aéreo israelí.

De esta manera, el dominio del aire y la capacidad de defensa en profundidad


tendrán como objetivo último de proteger y en primer lugar, permitir la movilización
total de las fuerzas estratégicas de reserva israelíes. Se trata, por un lado, de
literalmente clausurar el espacio aéreo israelí, y por otro lado, dotarse de una
capacidad de absorción de superficie que permita santuarizar sus zonas vitales.
Ahora bien, la proliferación de sistemas de mísiles balísticos hacia determinados
actores estatales Árabes, no solo aumentará dramáticamente el potencial de fuego
de sus respectivas fuerzas militares ofensivas por la adquisición de una capacidad
de penetración ilimitada de los sistemas de defensa activos, sino que transforma,
además, radicalmente la balanza político-militar israélo-árabe establecida desde el
nacimiento mismo del Estado hebreo. En efecto, este equilibrio militar, fundado
sobre un desequilibrio cualitativo a favor de Israel entró hace más de una década
en una fase de transformación, pero esta vez parece ser en favor de los Estados
Árabes hostiles a Israel. Si la supremacía cualitativa, garantizada públicamente
por Washington, tenía como macro-objetivo asegurar una alta capacidad disuasiva
del Estado israelita sobre los Estados revisionistas árabes, el micro-objetivo
perseguido era de negar, a estos últimos, la posibilidad de amenazar las zonas
vitales del Estado hebreo4.

La proliferación vertical de los vectores balísticos hacia ciertos Estados Árabes


parece haber transformado el fundamento mismo del equilibrio militar-estratégico
israélo-árabe: La supremacía cualitativa de las fuerzas militares israelíes,
particularmente de su aviación, parecen ya no ser suficientes para impedir un
asalto de su heartland, de la misma forma el glacis árabe parece ya no otorgarle el
espacio/tiempo suficiente para preparar la absorción de una invasión árabe.

La Segunda Guerra del Golfo, conocida como Tempestad del Desierto, nos
permitió poner a prueba nuestra hipótesis, y lo que es más revelador, la

4
De esta forma, los Estados Unidos no transferirán, directa ni indirectamente, sistemas de mísiles
balísticos hacia los Estados árabes. Los únicos vectores estratégicos que serán transferidos se
limitaran a aviones de alta tecnología, pero con sistemas de armamentos permitiéndoles
únicamente cumplir misiones tácticas, en ningún caso estrategias.
transformación de los fundamentos militares encontrándose a la base de la
ocupación de los territorios Árabes.

El bombardeo de Israel por Irak en 1991 demuestra, incontestablemente, la


vulnerabilidad del heartland israelí frente a los mísiles balísticos, incluso aquellos
de primera generación. La profundidad estratégica concedida por las zonas
ocupadas no impidió un ataque sobre Israel, así como esta demostró que las
nuevas tecnologías de alerta temprana (early-warning capabilities) son capaces de
sustituir la ocupación física del terreno por un control y una vigilancia artificial o
remota del mismo. Finalmente, la campaña de bombardeo iraquí sobre Israel puso
en evidencia lo que ya era conocido desde la valorización militar del misil balístico
por soviéticos y estadounidenses: no existiría defensa activa creíble frente a los
vectores balísticos. Incluso los sistemas de mísiles antimisiles Patriot se
mostraron, en su momento, ineficaces en el momento de hacer frente a los mísiles
de primera generación iraquíes, los Scuds. 5 En este sentido, según un reporte
presentado por el Comité Especial del Congreso Estadounidense sobre las
Operaciones Gubernamentales (House Committee on Governmental Operations)
los sistemas antimisiles Patriot no tuvieron el éxito espectacular publicitado en los
primeros días y meses sucesivos a su utilización en la campaña militar aliada en el
Golfo Pérsico, todo lo contrario6.

A la luz de los argumentos precedentes, ¿podemos concluir que la profundidad


estratégica, fundada sobre la ocupación y el control físico del territorio cayó,
finalmente, en la obsolencia? ¿Qué lecciones sacar frente al nuevo escenario con
Irán? A priori, pensamos que la búsqueda y adquisición de una profundidad
estratégica, constituye, aún hoy en día, un instrumento que permite acrecentar y/o
reforzar la seguridad militar de los Estados. De hecho, consideramos la tecnología
dual, por naturaleza, puesto que todo lo que ella puede cumplir en un sentido,
puede anularlo en el otro. Vale decir, que la tecnología aplicada al arte de la
guerra, puede anular el espacio y el tiempo, pero esta permite, simultáneamente,
sustituir esta carencia de profundidad estratégica (expresándose por la falta de un
glacis protector) por una profundidad estratégica artificial gracias a las nuevas
tecnologías de alerta temprana. A la luz de este nuevo escenario, Israel no
necesita ocupar territorios Árabes para reforzar o adquirir una cierta seguridad
militar frente a la amenaza de fuerzas regulares vecinales, las tecnologías
satelitales y de alerta temprana aerotransportadas los substituyen. Al contrario, la
5
Se recomienda consultar, Alexander, Simon., The Patriot Missile. Performance in the Golf War
Reviewed.; Performance of the Patriot Missile System, Activities of the House Committee on
Governmental Operations, First and Second Sessions, 1991-1992., Report 102-1086, páginas 179-
188.
6
Este sostiene que: «Independent review of the evidence in support of the Army claims reveals
that, using the Army’s own methodology and evidence, a strong case can be made that Patriots hit
only 9 percent of the Scud warheads engaged, and there are serious questions about these few
hits. The speed of the missile, the limitations of the Patriot missile system, and the confusion and
targeting difficulties caused by the break-up of the Scud missile as it re-entered the atmosphere
seem to have contributed to the high failure rate». Performance of the Patriot Missile System,
Activities of the House Committee on Governmental Operations, First and Second Sessions, 1991-
1992., Report 102-1086, páginas 1-2.
ocupación del territorio árabe sólo retarda la puesta en práctica del largo y difícil
proceso de supresión o de disminución del factor de hostilidad israélo-arabe,
fuente primaria de todos los conflictos en esta zona del Tercer mundo.

La percepción de amenaza israelí, 1949-1967: la inseguridad militar por la


falta de profundidad estratégica.

Las fronteras políticas internacionales israelo-árabe surgidas de los acuerdos de


armisticio de 1949 aseguraran a Israel una cierta capacidad de repliegue territorial
en su frontera meridional y septentrional. En contraparte, la zona central-costera
sólo tendrá una anchura media de 25 kilómetros 7. Ahora bien, no obstante la
existencia de una entidad árabe contigua a la zona central israelí cuya
configuración territorial le prohibirá toda profundidad estratégica 8, la percepción de
encierro geoestratégico y de aniquilación política no será dominante en el seno de
los centros decisorios israelíes.

No obstante lo anterior, esta percepción de amenaza será sometida a una


transformación al interior de un corto período de tiempo como consecuencia de
una alteración mayor en su medioambiente geopolítico inmediato. Este cambio, no
sólo coincidirá con el asesinato del Rey de Transjordania, Abdallah, sino que éste
hecho será el generador de su desencadenamiento: Israel pierde, cierto, un aliado
árabe de facto, pero más grave aún, pierde un Estado tapón en una zona vital
para su seguridad militar, el eje Haiffa-Ashod. La respuesta israelí frente a esta
nueva realidad se expresará, en un primer momento, bajo la forma de una doctrina
militar preemtiva/preventiva de ataque en profundidad asociada a un sistema
casus belli, luego, por medio de la ocupación militar de territorios árabes
densamente poblados.

Tal como podemos ver, la percepción de amenaza evoluciona de una


geoeconómica y demográfica, hacia otra de aniquilación política. El Estado israelí
considera esencial reconstruir la zona tampón perdida en su frente central y de
reforzar las del frente sur y norte. Dado el hecho que el factor de hostilidad
interestatal israelo-árabe no puede ser suprimido y que las fronteras políticas no
garantizan la santuarización de las zonas vitales del Estado hebreo, la
instauración unilateral y por la fuerza directa de fronteras “militares” se impondrá a
los ojos de los decidores político-militares israelíes. La adquisición de fronteras
defendibles pasará, en un primer momento, por la aplicación de una doctrina
militar de anticipación, luego por la ocupación, la anexión y desmilitarización de
vastos territorios árabes y palestinos. Las conquistas territoriales producto de la
Guerra de los Seis Días en junio 1967, se convierten en la solución final a los
problemas de defensa del naciente Estado de Israel.
7
À título de ejemplo, la distancia entre la ciudad de Tel-Aviv y de la Banda Oeste (Cisjordania)
sólo es de 15 km, con Haifa esta diferencia será de tan solo 35 km. Más al sur, pero siempre en la
zona central, la distancia con Ashod y Judéa de solo de 36 km.
8
Hablamos aquí de toda capacidad de absorción de un primer golpe u ofensiva enemiga por medio
del repliegue estratégico y de contraataque.
La transformación del espacio geoestratégico israelí

Cuando, el 20 de julio de 1951, el Rey Abdullah Ibid de Transjordania es


asesinado en una mezquita de Naplusa, Cisjordania, los antecedentes del conflicto
israelo-árabe en el Medio Oriente serán objeto de una transformación mayor 9. La
muerte del soberano transformará la percepción de amenaza israelí, puesto que
provocará un cambio radical en la política exterior jordana. 10

Menos de un mes después de su desaparición, el Primer Ministro jordano Toufik


Aboul’ Oudah introducirá dos cambios mayores dentro de las relaciones israelo-
jordanas. Esté hará saber al encargado de Asuntos Exteriores de los Estados
Unidos que el Reino de Transjordania ya no proseguiría la política de una “Gran
Siria”11, y que simultáneamente, renunciaba a firmar una paz separada con Israel.
Ahora bien, la Jordania post Abdullah, no sólo hará gestos pudiendo ser insertados
en una política extranjera renovada, más alineada a la de sus vecinos Árabes, sino
que introducirá, igualmente, cambios mayores sobre el plano del balance
geoestratégico regional.

Efectivamente, el Rey Talal, sucesor de Abdallah, procederá a firmar un pacto


común de defensa con la Liga Árabe, pacto que será corroborado y reforzado por
su sucesor el Rey Hussein de Jordania. Este último irá mucho más lejos en su
política Pan-árabe al dejar caduco unilateralmente el tratado anglo-jordano de
defensa y de asistencia militar. Simultáneamente, en una decisión simbólica,
destituirá al comandante británico a la cabeza de sus fuerzas armadas, Glubb
Pacha. En este mismo sentido, Huseini no conformándose con la firma de una
alianza general con la Liga Árabe firmará, meses antes de la conflagración de
1956, otro pacto militar, esta vez mas especifico, siro-egipcio, dirigido contra Israel.
En este mismo pacto, el factor iraquí será central. Husein autorizaba la
introducción en su territorio de fuerzas iraquíes con el fin de reforzar tanto
defensivamente como ofensivamente la región central del reino, vale decir de la
Cisjordania actual. De esta manera, sobre el plano de la seguridad militar, las
consecuencias de la desaparición del Rey serán elocuentes:

1. Israel ve desplomarse toda posibilidad de firmar un tratado de paz separado


con el Reino Hachemita lo que le habría permitido, no sólo, legitimar su

9
Enderlin, Charles., Paix ou Guerres, Les sécrets des négociations des israélo-arabes 1917-1997,
Paris, Éditions Stock, 1997, página 160.
10
Asociado a este hecho se encuentra la emergencia del naserismo como consecuencia del golpe
de Estado acaecido el 23 de julio de 1952 en Egipto por los llamados Frères Musulmans. El
nacionalismo pan-árabe, avanzado por el General Gamal Abd el Nasser, influenciará decisivamente
el poder decisorio de los herederos del trono Transjordano.
11
Será sobre la base de esta política que el Rey Abdullah establecerá relaciones especiales con
las autoridades políticas israelíes. La “Gran Siria” implicaba la anexión por la Transjordania de
países y zonas que le eran periféricas (Siria, Cisjordania, Jerusalén, la Banda de Gaza, el Líbano e
Irak) con el fin último de unificar territorialmente los Estados Árabes y ello bajo su liderazgo.
existencia como Estado en el medioambiente medio-oriental, sino que también
dividir los rangos árabes cada vez mas orientados hacia la unidad del mundo
árabe.

2. Sobre el plano geoestratégico, Israel pierde un Estado tapón en una zona vital
para su seguridad militar.

De la noche a la mañana, la entidad israelí debe asumir su nueva condición


geoestratégica: una falta alarmante de profundidad estratégica 12 la cual asociada a
la nueva realidad geopolítica subregional crean las condiciones para que el Estado
hebreo carezca de fronteras defendibles.

De manera general, la distancia entre la línea más avanzada al interior de la cual


el Estado hebreo podía desplegar sus fuerzas militares y sus zonas vitales iban de
0 km a Jerusalén-Oeste, a 55 km entre Haifa y el Golan sirio, de 32 km entre
Haiffa y el Líbano, a 60 km entre Tel-Aviv y Gaza. La zona central, vale decir el eje
Haifa-Ashod se encontraba a menos de 17 kms del potencial frente de guerra. El
factor de hostilidad interestatal jordano-israelí transformado, será todo el mapa
geopolítico israelí que será sometido a una transformación sistémica. Tres
consecuencias mayores aparecen:

1. La falta de profundidad estratégica pasa de un estado de amenaza potencial a


otro de peligro inmediato, real. La vulnerabilidad de los principales centros de
poblamiento frente al potencial de fuego jordano genera un sentimiento de
amenaza cada vez más fuerte en el seno mismo de los círculos más duros,
políticamente hablando, del gobierno israelí. Desde un punto de vista técnico,
la artillería jordana tenía la capacidad de alcanzar toda la zona costera israelí
entre Haiffa y Ashod pasando por las ciudades de Netanya y Tel-Aviv. A partir
del sur de la Cisjordania, la artillería jordana podía alcanzar algunas ciudades
claves del Nueguev, tal como la ciudad pivote de Beersheva. Hacia el norte,
esta podía alcanzar con la ayuda de artillería de 180 mm (potencial de fuego
de un alcance promedio de 24 kms) la ciudad de Haifa. De manera general,
Cisjordania es percibida, desde aquel momento en adelante, como la zona
ejerciendo la mayor amenaza directa sobre la capacidad de movilización de
las fuerzas de reserva estratégicas israelíes.

2. Esta zona también será percibida como el enclave, a partir del cual, las
fuerzas jordanas, o cualquier potencia árabe que use su territorio como puente
o plataforma de penetración en el teatro de guerra israelo-árabe, podrían
literalmente cortar en dos a Israel, específicamente en su eje Netanya-Tel Aviv
en donde la configuración territorial entre las fronteras israélo-jordanas es
plana, y la distancia separando el borde costero israelí con la frontera jordana

12
Por «profundidad estratégica» debemos entender « el espacio entre la línea más alejada sobre
la cual un país puede estacionar fuerzas militares para la defensa sin violar la soberanía de otro
país y sobre su propia zona vital». Yariv, Aharon., «Strategic Depth», The Jerusalem Quarterly, no.
17, Otoño 1980, página 3.
no es mayor a los 15 km de ancho. 13 De esta forma, dado el emplazamiento, la
configuraron territorial y la proximidad de los centros vitales israelíes de las
fronteras internacionales israelo-jordanas, la entidad judía no puede
operacionalizar una estrategia de defensa de absorción de una invasión
enemiga porque carece de territorio de repliegue. Las fuerzas militares
israelíes no pueden organizar una defensa en profundidad. Vale decir que el
Estado israelí no está capacitado para desplegar sucesivamente sus fuerzas
armadas hacia el interior del país con el fin de absorber las fuerzas militares
enemigas insertándose profundamente en su territorio, puesto que en la zona
central ninguna extensión territorial separa las fronteras políticas
internacionales (potencial zona de fricción bélica) de las principales zonas
demográficas, industriales y políticas de la entidad judía. Por consiguiente,
Israel no puede, bajo ninguna circunstancia, instaurar una política de defensa
en profundidad (Defense in Depth) como la adoptada por la ex-Alemania
Occidental durante la Guerra fría sovieto-estadounidense. Recordemos que
esta política que consistía a intercambiar tierra por tiempo postulaba el
sacrificio temporal de vastas zonas pobladas a cambio de una capacidad de
repliegue, de reorganización y de contraataque. Ahora bien, las autoridades
político-militares israelíes no están dispuestas a tal sacrificio. Los daños
colaterales, tanto sobre el plano de las pérdidas civiles como sobre el plano de
la destrucción de la infraestructura económica que la adopción de tal
estrategia comporta, se revelan prohibitivos para las autoridades hebreas. A
partir del momento en que 70% de la población israelí y 80% de su base
industrial se sitúa en el eje en cuestión, toda tentativa destinada a transferir la
guerra terrestre a su propio territorio significaría la destrucción de las
estructuras encontrándose a la fuente misma del esfuerzo de guerra.

3. A lo anterior debemos agregar el hecho que un repliegue estratégico es


militarmente impracticable en la zona metropolitana de Tel-Aviv, especialmente
porque a su espalda, es el Mar Mediterráneo que se extiende.

Habiendo sido descartada la adopción de una estrategia de defensa en


profundidad, será la estrategia de defensa de avanzada (Forward Defence) que se
impondrá. Ahora bien, esta estrategia, no obstante similar a la adoptada por la
OTAN hacia 1970, diferirá sobre el punto central: la de la OTAN será reactiva,
mientras que la israelí será activa. La primera tendrá como objetivo primario de
contener el avance de las primeras formaciones del Pacto de Varsovia al interior
de una estrecha banda territorial, pero sobre la base de una posición
eminentemente defensiva, de usura, con el fin último de permitir la llegada de
refuerzos y así permitir la organización de un contraataque 14. Sin embargo, este
contraataque no tenía como finalidad embestir en profundidad las fuerzas del
13
«Con una penetración de solo diez millas las fuerzas Jordanas podrían cortar la banda territorial
costera norte de Tel-Aviv. Entre la frontera y el mar el terreno es plano y la línea de armisticio dejó a
Israel sin profundidad. Sin incluso avanzar, la artillería Jordana podría bombardear Jerusalén, los
suburbios de Tel-Aviv, y al menos dos importantes bases aéreas y las principales carreteras del
país» Luttwack, Edward et Horowitz, Dan., The Israeli Army, Londres, Éditions Cox&Wyman, 1975,
página 212.
Pacto, sino que más bien contener su progreso a través de las fronteras políticas
internacionales de la Alemania Occidental. La estrategia israelí, por el contrario,
será activa, destinada a utilizar el primer golpe o ataque (First Strike o Première
Frappe) profundamente en territorio enemigo. Esta estrategia ofensiva se daba
como objetivo central neutralizar las capacidades bélicas árabes antes que estas
entren en plena operación.

Esta estrategia de interdicción tendrá por finalidad el desarme de las principales


unidades árabes desplegadas justo detrás de la zona de combate y no las fuerzas
de reserva del segundo escalón como será en el caso de la Doctrina Rogers, vale
decir de la doctrina de ataque en profundidad adoptada por la OTAN a partir de
noviembre 1984. La estrategia de ataque de avanzada israelí se presentará bajo
dos formas: la primera se da como objetivo la contención de las fuerzas militares
terrestres de invasión; la segunda se da como objetivo la virtual clausura del
espacio aéreo israelí. Ambas estrategias se darán como único y gran objetivo:
santuarizar el heartland israelí. Ahora bien, ¿qué factor explica esta estrategia
de santuarización de las zonas vitales israelíes? La adopción e implementaron de
esta estrategia de reacción bélica preventiva debe permitir a las fuerzas militares
regulares israelíes contener una invasión árabe y ello, hasta la movilización total
de sus fuerzas de reserva estrategias.

La Reserva Estratégica Israelí

La nueva geopolítica que emerge en el periodo post Abdallah, alimentará en los


círculos político-militares israelíes el sentimiento de encierro geoestratégico por
Estados que no reconocen la existencia de una entidad judía en el Medio Oriente.
La formulación de la política de defensa israelí estará, pues, sometida a la premisa
siguiente: una derrota militar frente a los Estados árabes significa, no sólo la
pérdida de territorio, ni la sumisión a un diktat político cualquiera, sino que el fin
del Estado mismo. El enfoque socio-político de aniquilación estatal benguriano
según el cual Israel enfrentaba una amenaza absoluta para su seguridad15, vale
decir, su supervivencia como entidad política se impondrá en la estructura político-
militar hebrea lo que se reflejara en la doctrina militar a adoptar.

14
En 1982, el General Rogers modernizará la estrategia de defensa hacia adelante por la
introducción del principio de ataque en profundidad (Deep strike). Se trataba, esencialmente, en no
solo adoptar una postura defensiva frente a las primeras unidades de las fuerzas del Pacto de
Varsovia, sino que de atacar su retaguardia quirúrgicamente, especialmente las fuerzas del
segundo escalón, las de refuerzo. Esta estrategia será posible por el desarrollo de capacidades
ofensivas de alta tecnología capaces de traspasar los sistemas defensivos activos adversos por la
utilización de mísiles guiados, tales como los mísiles de crucero, las bombas inteligentes y aviones
furtivos.
15
“No quiero asustarle, pero estaríamos incurriendo en un grave error si no adoptamos una visión
realista de las duras y difíciles realidades. No es cuestión de nuestra propia supervivencia, sino
que de la supervivencia a de todo el pueblo judío, de la empresa de salvación, de la esperanza y el
futuro de todo lo que queda de los judíos en el mundo”. Ben-Gurion, David., ISRAEL, A Personal
History, Tel Aviv& New York, Funk & Wagnall, Sabra Books, 1971, página 64.
Asociada a esta percepción de politicidio emerge una constatación factual: la
asimetría demográfica y económica existente entre Israel y los Estados árabes. La
inferioridad demográfica israelí vis-à-vis de sus vecinos árabes es acentuada por
la percepción israelí tendiente a ver el conjunto de los Estados árabes como
formando un bloque monolítico con un enemigo en particular e intereses comunes.

Ahora bien, la asimetría sobre el plano demográfico y económico influenciará,


evidentemente, la organización de la política y de las estructuras de defensa
encontrándose a la base de la organización del esfuerzo de guerra israelí. Por ello,
la ventaja cualitativa de la cual disfruta el bloque árabe, tanto sobre el plano
humano como material le otorga la capacidad de mantener un ejército de
conscriptos regulares sin debilitar los fundamentos económicos del Estado. Por el
contrario, esta misma estructura demográfica y económica prohibirá a la entidad
judía mantener un ejército regular en forma permanente, lo suficientemente
importante sobre el plano cuantitativo como para hacer de éste su principal
instrumento de defensa militar. Por esta razón el Tshal sacrifico la cantidad por la
calidad de sus efectivos así como de los medios militares a su disposición.
Habiendo dicho esto, será entonces sobre un ejército de reserva que todo el
esfuerzo de guerra reposará. Eduard Luttwack y Dan Horowitz son claros en este
aspecto. “what made the Israeli system unique was that the reserve forces were
the most important part of the Army and not a appendage of its standing forces”16.

Si durante la llamada Guerra de Independencia israelí (1947-1949), las


autoridades judías habían logrado crear un ejército cercano a los 100 mil
conscriptos, estas estaban en conocimiento de la imposibilidad de mantenerla en
un estado constante de movilización sin paralizar las actividades económicas del
país, en su conjunto. A partir de allí, Yigael Yadin, un arqueólogo que tomará la
dirección de las Fuerzas Israelíes de Defensa (IDF) durante el periodo 49-53
estructurará el ejército israelí en dos secciones: las unidades regulares formadas
de cuadros profesionales y de especialistas N.C.O, así como de un número
relativamente importante de conscriptos; y las reservas estratégicas formadas de
civiles entrenados intensivamente.

No obstante que la mayor parte de los Estados del sistema internacional están
dotados de fuerzas estratégicas de reserva, estas juegan, sobretodo, un papel
secundario, vale decir de apoyo a las unidades regulares en tiempos de
conflagraciones totales. En el caso israelí, son las reservas estratégicas las que
cumplen el rol principal, tanto de ataque preventivo como de contraataque. Son las
fuerzas de reservas estratégicas las que permitirían, en caso de conflagración
total, responder a los imperativos humanos, materiales y técnicos que tal esfuerzo
de movilización militar requiere. El pequeño núcleo de fuerzas regulares tiene por
principal objetivo proteger y hacer posible la movilización del conjunto de las
reservas estratégicas. De esta forma, su tarea se limitaría a contener una invasión

16
Luttwack, Edward et. Horowitz, Dan., The Israeli Army, Londres, Éditions Cox&Wyman, 1975,
página 77.
árabe17. Las FDI organizaran su capacidad de movilización inspirándose de dos
tipos de milicias: la Haganah’s Hish y del ejército Suizo. Del brazo armado de la
Agencia Judía, la Haganah, este utilizará el sistema de soldado-ciudadano. Del
ejército Suizo, en cambio, retendrá toda la organización de las fueras militares,
específicamente el sistema dual fuerzas regulares/reservas estratégicas. Cabe
señalar que las similitudes entre ambos ejércitos, vale decir el suizo y el israelí, es
más bien de forma que de contenido. En otras palabras, sus similitudes están más
bien ligadas a la estructura que a la política militar operacional. En efecto, no
obstante el hecho que el ejército israelí adopta las grandes líneas
organizacionales del ejército suizo, sobre el plano doctrinal y operacional la
diferencia es mayor.

El ejército Suizo adhiere a una política militar doctrinal y operacionalmente


defensiva (conducción del combate exclusivamente al interior de sus fronteras o
en el límite de las mismas). La política militar israelí será, por el contrario,
doctrinalmente defensiva (Israel declara no tener ambiciones territoriales, su
política de defensa es disuasiva), pero operacionalmente ofensiva (la guerra será
preventiva y será transferida, lo antes posible, en territorio enemigo). Ahora bien, si
la reserva estratégica constituye el principal pilar de la estructura de defensa
israelí no solo lo es porque está entrega la masa humana necesaria para una
conflagración bélica general, sino que porque esta es capaz de movilizarse sin
tener que pasar por un periodo de refrescamiento18. De esta forma, el periodo de
movilización de las reservas no puede sobrepasar en ningún caso las 48 horas
(incluyendo en este periodo la distribución del material así como el despacho de
las unidades al frente). En un período tan reducido de tiempo, la fase de
refrescamiento se realiza, entonces, prácticamente en el mismo frente de
combate.

Íntimamente asociada a estas fuerzas de reserva y al ejército regular y


permanente se encuentra la red de colonias judías las que, instaladas a lo largo de
la frontera israelo-árabe y en áreas de comunicaciones y de acceso vitales para la
defensa del heartland israelí (especialmente posibles pasos y vías de ingreso
privilegiadas), procuran más tiempo para la iniciación del proceso de movilización,
de agrupación y finalmente de despliegue de las fuerzas de reserva estratégica.
De esta forma, las colonias judías constituyen no sólo instrumentos de expansión
territorial, sino que también de defensa militar. La problemática estratégica ligada a
este complejo sistema de movilización nacional nos es resumida magistralmente
por Dan Horowitz: “el sistema de Reserva provee una solución para el problema
del poder de fuego humano- pero solo si las fuerzas de reserva pueden

17
Según el Général Yadin, “Tal organización de fuerzas- cuando la mayor parte de ellas están en
reserva, y solo un pequeño porcentaje es asignada para contención y para funcionar como
unidades regulares- necesitan el establecimiento de un elaborado sistema de alerta de
inteligencia”.
18
La Guardia Nacional de los Estados-Unidos (U.S. National Guard) necesita un largo período de
refresco, contado en semanas, antes de estar plenamente operacional.
actualmente funcionar como planeado, sirviendo como unidades de combate de
primera línea luego de poco o nada de entrenamiento de refresco”. 19

Ahora bien, no sólo la introducción de importantes contingentes militares en las


principales áreas demográficas del país amenazarían las capacidades de
movilización y de despliegue de los órganos de defensa de Israel, sino que
también el bombardeo de sus centros vitales. ¿Cómo se explicita la respuesta
israelí frente a este escenario?

La clausura del espacio aéreo israelí: el dominio del aire

No obstante el hecho que las Fuerzas de Defensa de Israel se dotaron de una


capacidad de contención sobre el plano terrestre, la existencia de fuerzas aéreas
de ataque Árabes introduce una nueva problemática de seguridad militar al Estado
hebreo: la probabilidad de un bombardeo aéreo de su heartland. La adquisición y
organización por los Estados Árabes de fuerzas aéreas, dotadas de aviones de
combate y de bombarderos, abre la vía a una ofensiva vertical de las zonas vitales
israelíes. Desde aquel momento en adelante, ya no era necesario vencer las
fuerzas de defensa terrestres de Israel para alcanzar sus centros neurálgicos, solo
basta contornarlas.

Esta nueva realidad geoestratégica introducida por la adquisición de nuevos


sistemas de armamentos en el Medio Oriente es evidente: una ofensiva vertical
árabe ponía en peligro la movilización de las fuerzas de reserva estratégicas.
David Ben Gurion, el Padre Político del Estado Israelí nos lo confirma, sosteniendo
que: “en el espacio de algunos minutos las fuerzas aéreas sirias y egipcias podían
sobrevolar los centros habitados y, al bombardearlos, impedirnos movilizar nuestro
cuerpo de reservistas, elemento esencial de nuestro sistema de defensa”20. De
esta forma, si la existencia de una fuerza regular permitía intercambiar terreno por
tiempo, esta misma lógica no pida aplicarse a la tercera dimensión: el cielo. Por
ello era imprescindible introducir, en consecuencia, un sistema de defensa que
permitiese la neutralización de las capacidades ofensiva aéreas árabes. Por esta
razón los israelíes organizaron una poderosa fuerza aérea teniendo como objetivo
primario asegurar el dominio del aire sobre el conjunto del teatro de guerra israelo-
árabe, particularmente, sobre el espacio aéreo israelí. 21.

Por medio de la adquisición de un dominio del aire se buscará sellar el espacio


aéreo de Israel con el fin de santuarizar sus zonas vitales. La virtual clausura en
cuestión podía concretizarse ya sea por medio de la destrucción de las fuerzas
aéreas Árabes antes que estas entre en acción (a través de un ataque
19
Ibid, Luttwack, Edward et Horowitz, Dan., The Israeli Army…, página 78.
20
Ben-Gurion, David., Israel, années de lutte, Flamarion, Paris, 1964, página 135.
21
Avner Yaniv: “En adición a la Inteligencia y el transporte, el propósito de la F.A.I (Fuerza Aérea
Israelí) debería ser de primero proteger el espacio aéreo del país”. Yaniv, Avner., Deterrence
Without the Bomb : The Politics of Israeli Strategy, Massaschusets/Toronto, University of Haifa,
Lexington Books 1987, página 78.
anticipatorio), ya sea después que estas hayan despegado, pero siempre que sea
sobre el espacio aéreo árabe (por medio de una estrategia interceptora de
atracción).

De acuerdo a las autoridades dirigentes de la Fuerza Aérea Israelí (F.A.I),


especialmente al enfoque del Comandante de aviación Dan Tolkowsky (1953-
1958)22, los principales objetivos perseguidos por esta rama del Tshal son
“adquirir el dominio del aire”. Una vez adquirido este dominio, las tareas
fundamentales eran: ataque táctico, de apoyo, a las fuerzas terrestres y navales;
ataque estratégico de interdicción; y reconocimiento e inteligencia.

La falta de profundidad estratégica, así como la disposición geográfica del Estado


judío, implicaba que la adquisición de un dominio del aire pasaba por la
elaboración de una estrategia de ataque sorpresa de los aeropuertos –militares-a
Árabes vecinales. Era necesario aniquilar el poder aéreo bélico árabe antes que
este despegará y se dirigiera hacia sus objetivos militares en Israel. Esta
estrategia se explica, en gran parte, porque el aniquilamiento de las fuerzas
aéreas enemigas no podía basarse sobre una estrategia de atrición local, puesto
que ello suponía, a priori, permitir el sobrevuelo de los centros vitales israelíes por
las fuerzas en cuestión con las consecuencias nefastas que se desprenden: el
bombardeo del heartland hebreo y de allí, la neutralización de la reserva
estratégica. De esta forma, una vez la superioridad aérea adquirida, el apoyo de
las unidades terrestres podía comenzar, especialmente, al utilizar la F.A.I como
artillería voladora.

Será durante la campaña militar de junio 1967 que la estrategia de ataque


preventivo de los vectores aéreos árabes será testada. En solo algunas horas, el 5
de junio de 1967, la principal fuerza aérea del campo árabe, la egipcia, será
aniquilada en tierra. De un total de 385 aviones de combate egipcios, 291 serán
destruidos antes que pudieran despegar. La estrategia de ataque anticipador
llevado a cabo profundamente en territorio árabe se soldará por una victoria tan
rápida como sorprendente. Desde aquel momento en adelante, el dominio del aire
por los israelíes será total lo que permitirá a las fuerzas de superficie conquistar y
ocupar vastos territorios Árabes vecinales. Ahora bien, si las dos estrategias de
santuarizacion del heartland israelí se revelarán eficaces en la campaña del Canal
de Suez en 1956, en junio 1967, el factor jordano transformará, una vez más, el
escenario geoestratégico vecinal. En efecto, durante la batalla por el Sinaí 23 en
1956 los israelíes utilizarán la estrategia de ofensiva anticipatoria, en este caso de
ataque pre-emtivo. Dado el hecho que serán las Fuerzas de Defensa de Israel las
que atacaran por sorpresa sus contrapartes egipcias, éstas podrán, en toda
22
Según su enfoque, la fuerza aérea debía destruir los aviones enemigos en el suelo, antes que
estos despeguen y se dirijan en contra de los objetivos militares en el heartland israelí. Este
enfoque constituye una respuesta frente a la idea según la cual las fuerzas aéreas enemigas
debían ser destruidas en el aire por medio de una estrategia interceptora de atrición. Finalmente,
será el enfoque del Comandante Tolkowsky que se impondrá como la doctrina aérea de las FAI.
23
Los israelíes la conocen bajo el nombre de “Operación Kadesh”, los británicos-franceses bajo el
nombre de Guerra de Suez.
seguridad, movilizar su reserva estratégica. En cuanto a las fuerzas aéreas
egipcias, estas serán neutralizadas por medio de un bombardeo franco-ingles de
los principales aeródromos egipcios.24

En este sentido conviene recalcar dos hechos: por un lado la inacción siria y
jordana durante la campaña de Canal de Suez, por otro, el orden de batalla de los
israelíes quienes no aprovecharon las operaciones militares en curso para resolver
militarmente la nueva problemática geoestratégica Cisjordania. A la luz de ambos
fenómenos debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿cómo explicar la
inacción jordana, en particular? ¿Qué razón explica que los israelíes no hayan
ocupado el conjunto de la Cisjordania?

No obstante el hecho que el Rey Hussein de Jordania había ordenado a sus


tropas avanzar sobre Israel25 y de embestir parte de sus zonas vitales,
especialmente la ciudad de Jenin, Suleiman Nabulsi, quien era Jefe del Gobierno
jordano en aquel momento, se opuso tajantemente a tal acción de invasión
limitada, razón por la cual ésta no se llevó a cabo. 26. Con toda seguridad, la
potencia militar israelí había logrado disuadir al Primer Ministro jordano, hecho que
impedirá que el Reino de Jordania intervenga directamente en las hostilidades. 27
Para los israelíes, por el contrario, la disuasión emanará del pacto de defensa
anglo-jordano y de la política declaratoria británica según la cual una acción militar
israelí de envergadura en contra de Jordania desencadenaría una reacción
inmediata y violenta de las fuerzas inglesas en su contra. 28 De esta forma, una
relación disuasiva mutua hará que la amenaza militar representada por Cisjordania
hacia Israel, y vis-et-versa, no se materializará, lo que impediría, a este último,
ampararse en esta ocasión histórica de la rivera oeste del Jordán. Así, en el
momento en que los israelíes ponen en práctica, nuevamente, su estrategia de
guerra relámpago o Blitzkrieg, la cuestión del papel jugado por Jordania reaparece
con mayor fuerza y complejidad.

24
Dayan, Moshe., Journal de la Campagne du Sinaï, Éditions Fayard, 1966, página 133.
25
Conviene recalcar que el Reino jordano había firmado el 24 de octubre de 1956 un pacto de
defensa militar con Siria y Egipto. El pacto estipulaba que en caso de conflicto militar, las fuerzas
de los tres países pasarían bajo el comando del General egipcio, Abdel Hakim Amer. Lunt, James,
Hussein of Jordan: Searching for a Just and Lasting Peace, New York, William Morrow and
Company, Inc., 1989, página 33.
26
“Nosotros no éramos contrincantes para los israelíes, particularmente con los Franceses y los
Britanicos envueltos a su lado”. Snow, Peter. Hussein: A Bibliography, Washington, Robert B. Luce,
1972, página 49.
27
Según James Lunt, Nasser mismo habría aconsejado a Husseini de no abrir el frente central,
vale decir de no intervenir en la guerra en curso. Según este mismo autor, Nasser habría hecho
parte de su objetivo último: obtener una victoria política, sin por ello, alcanzar una victoria militar.
Lunt, James., Hussein Of Jordan, Londres, Macmillan, 1989, página 31.
28
Tres portaaviones británicos estacionados a lo largo de la costa mediterránea, aviones
cazabombarderos de la RAF emplazados en Chipre y un batallón de paracaidistas habrían sido
puestos en estado de alerta máxima.
La proliferación balística árabe, o ¿el fin de la seguridad por la profundidad
estratégica?

En 1981, Ariel Sharon, Ministro de Defensa de la administración Bégin, declara


que la posición geoestratégica del Estado hebreo regresó al periodo pre-67. Éste
precisará lo siguiente:
We should be realized is that, because of the nature of military forces, which are
highly mobile, armoured and mechanized, instead of consisting mainly of infantry, as
in the past, and because of the range of weapon systems in the Arab order of battle
including missiles and intelligence means which cover the whole of Israeli territory,
we face on our present borders the very same defence problem we had on our 1967
lines29

Habiendo dicho esto, Israel parece haber perdido la profundidad territorial


adquirida en 1967 y por esta razón, sus nuevas fronteras políticas y militares
dejaron de ser defendibles. ¿Qué sucedió? ¿La ocupación, desmilitarizaron y
anexión de ciertos territorios Árabes ya no garantizan la seguridad militar de
Israel?

La adquisición y el desarrollo, por determinados Estados árabes hostiles a Israel,


de capacidades ofensivas balísticas parecen haber anulado el valor militar del
glacis porque los vectores balísticos logran, no solo contornear las fuerzas
regulares y permanentes de contención sino que sobre todo, porque estas
pueden penetrar los sistemas de defensa activos, especialmente, la Fuerza Aérea
Israelí. De esta forma, los mísiles balísticos despojan de todo valor estratégico el
principio según el cual la superioridad aérea israelí garantizaba la inviolabilidad del
espacio aéreo hebreo. En pocas palabras, el glacis árabe dejo de asegurar la
santuarización del heartland israelí, lo que tendrá como consecuencia, que las
fuerzas estratégicas de reserva israelíes podrían, técnicamente, ser neutralizadas
en la eventualidad de una blitzkrieg árabe, por medio de un bombardeo vertical de
sus centros vitales. La proliferación de mísiles balísticos pondrá, así, fin al principio
israelí de seguridad por el glacis lo que, a su vez, pondrá en jaque el valor militar
asignado a la ocupación militar de los territorios Árabes como consecuencia de la
Guerra de los Seis Días en junio de 1967.

Hoy esa nueva y gran amenaza es iraní. Emana desde miles de kilómetros de
distancia de Israel, pero como resultado de los avances en los medios de
expedición de cargas letales representa un gran desafío para la seguridad del
Estado hebreo. A partir de lo avanzado anteriormente, podemos comprender que
la “amenaza iraní” dice relación con las capacidades no solo nucleares del
adversario persa, sino que también y sobre todo de las capacidades balísticas de
Teherán. La naturaleza del riesgo actual es, a los ojos israelíes, prohibitiva, y deja
abierta la puerta a una Guerra de tipo Preventiva.

29
Sharon, Ariel. Journal of Palestine Studies, Vol.XI, No.3, otoño 1982, páginas 183-195.

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