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Este texto, publicado durante su vida en un órgano de su partido, y nunca criticado por él, fue
a menudo atribuido a Bordiga. De hecho, es de Martin Axelrad (1926-2010). Artículo
publicado en francés en el nº 11 de la revista Programa Comunista. Publicado nuevamente
como folleto complementario del periódico The Proletary - International Communist Program
(Programa Comunista) en noviembre de 1978.
Ocurre a veces que los obreros caigan en el racismo. Mientras son amenazados de
desempleo, éstos tratan de concentrarlo sobre ciertos grupos: italianos, polacos u otros
«metecos», «bicots», «negros», etc. Pero dentro del proletariado estos accesos no
tienen lugar sino en los peores momentos de desmoralización y no duran. A partir de
que el proletariado entra en lucha, logra ver clara y concretamente dónde está su
enemigo: él es una clase homogénea que tiene una perspectiva y una misión históricas.
Los S.S. pedían a cambio 10.000 camiones, sin negarse a cualquier otro tipo de
negocio, tanto por su naturaleza como por la cantidad de mercancías, proponiendo
además la entrega de 100.000 judíos a la recepción del acuerdo para mostrar su buena
fe. Era un asunto serio.
No podemos entrar en detalles sobre las vicisitudes de Joel Brand. Partió hacia
Turquía y se debatió en las prisiones inglesas del Cercano Oriente. Los aliados
negándose a «tomar este asunto en serio», hacen todo lo posible por encerrarlo y
desacreditarlo. Finalmente, Joel Brand encuentra a Lord Moyne, ministro del Estado
Británico para el Cercano Oriente, en El Cairo. Brand le suplica para obtener al menos
un acuerdo escrito, aunque después no se honorara: ya serían al menos 100.000 vidas
salvadas.
– ¿Cómo se imagina Ud. una cosa semejante, míster Brand? ¿Qué hago yo con un
millón de judíos? ¿Dónde los meto? ¿Quién los acogerá?
– «Si la tierra no tiene sitio para nosotros, no nos queda otro remedio que dejarnos
exterminar» (5) dijo Brand, desesperado.”
Los S.S. fueron más lentos en comprender, ¡ellos creían en los ideales de
Occidente! Después del fracaso de la misión de Joel Brand y en medio de
exterminaciones, los nazis tratarán todavía de vender judíos al Joint (6) entregando un
«anticipo» de 1700 judíos en Suiza. Aparte de los nazis nadie estaba dispuesto a
concluir esta negociación.
Los judíos sobrevivientes finalmente lograron hacerse una plaza. Por la fuerza
y aprovechando la coyuntura internacional se formó el Estado de Israel. Pero ello
incluso no pudo ser posible que «desplazando» otras poblaciones: centenas de miles
de refugiados árabes que arrastran, desde entonces, su existencia inútil (¡al capital!)
en los campos de alojamiento.
Son ante todo los imperialistas del campo aliado quienes se sirvieron de esta
masacre para justificar su guerra y justificar, después de la guerra, el tratamiento
infame infligido al pueblo alemán. Cómo nos precipitamos sobre campos y cadáveres,
paseando por todas partes fotos horribles y clamando: ¡Vean lo hijos de puta que eran
esos boches! ¡Cuánta razón tuvimos de haberlos combatido! ¡Y cómo ahora tenemos
razón de hacerles pasar el trago amargo! Cuando se piensa en los innumerables
crímenes cometidos por el imperialismo; cuando se piensa, por ejemplo, que en ese
mismo momento (1945) en que nuestros Thorez cantaban su victoria sobre el fascismo,
45.000 argelinos (¡provocadores fascistas!) caían bajo los golpes de la represión;
cuando se piensa que es el capitalismo mundial el responsable de estas masacres da
realmente náuseas el innoble cinismo de esta satisfacción hipócrita.
(4) Ver: L’ Histoire de Joel Brand, por Alex Weissberg; Ediciones del Seuil.