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RESUMEN

Las estructuras precapitalistas, antesala del subdesarrollo (cap. I)


Libro: El desarrollo del capitalismo
en América Latina
Autor: Agustín Cueva (ecuatoriano)
1ra ed.: 1977; 19na ed.: 2004

La obra El desarrollo del capitalismo en América Latina, cuyo autor es el ecuatoriano Agustín Cueva,
contiene una revisión de la transición latinoamericana al capitalismo en el siglo XIX sobre la base de
una perspectiva crítico marxista. En este sentido, es menester hacer referencia a los aspectos más
relevantes del primer capítulo del texto, Las estructuras precapitalistas, antesala del subdesarrollo:

- La esencia del subdesarrollo queda manifiesta como resultado cuando “las burguesías de los
estados más poderosos abusan de las naciones económicamente débiles” (p.11). Hecho que
permite, a su vez, la reproducción de los mecanismos básicos de explotación y dominación.

- “La incorporación de América Latina al sistema capitalista mundial, cuando este alcanza su
estadio imperialista en el último tercio del siglo XIX, no ocurre a partir de un vacío, sino sobre
la base de una matriz económico social preexistente” (p.11). Preexistencia que fue moldeada
al relacionarse con el capitalismo europeo y estadounidense. Este panorama deja descubierto
la lucha de clases acontecida en tal contexto.

- La emancipación de la sociedad latinoamericana sobre la dominación implicó violencia, gastos


militares y un cambio en la estructura económica (fundamentalmente en los centros
productivos: urbano-rural, agricultura-minería).

- La colonización de América Latina es relacionada, generalmente, con la acumulación


originaria del capital en escala mundial (p.13). La acumulación cual de polos se tratase, se
dirige hacia un lado cuya consecuencia refleja la des-acumulación del otro. La idea queda
manifiesta cuando se evidencia que la producción en áreas coloniales benefició no a territorio
local, sino principalmente a Europa; hubo una expropiación de riquezas. “El gobierno virreinal
y los españoles se encargan de transferir la parte haca la metrópoli […]. Pero el excedente
disponible en la colonia es una parte relativamente modesta del total” (Semo, 1973; citado en
Cueva, 2004, pp.13-14).

- Incluso se hace referencia a una fuga de capitales acumulados en el proceso emancipatorio de


América Latina. Sin embargo, más importante es el hecho emancipatorio como tal que, a la
vez, significó el sello final del proceso colonial, por lo menos en términos generales. El
contexto, así, deja cabida para la organización de nuevas naciones en territorio
latinoamericano.
- Cueva asegura que, más allá de afirmar o no la existencia de determinado modo de producción
precapitalista en América Latina antes de 1492, “la estructura económico social heredad del
periodo colonial se caracterizó por un bajísimo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas
y por relaciones sociales basadas en la esclavitud y la servidumbre […]” (p.15). Además, el
autor manifiesta que tal peculiaridad no implicó la separación de América Latina del modo de
producción capitalista en desarrollo a nivel mundial; donde cada nación, evidentemente,
contuvo dentro de sí propias particularidades económico sociales concretas (comunidad
campesina, economía patriarcal, pequeña producción mercantil simple, en fin).

- Cueva expresa que, el de la vida independiente de las naciones latinoamericanas, “lejos de


impulsar la inmediata disolución de esta matriz precapitalista, registró un movimiento en
sentido inverso”. Los ejemplos que señala el autor son los siguientes:
o La importación de esclavos desde África hacia Brasil en el periodo final del siglo
XVIII;
o El establecimiento en Perú y Bolivia de una casta feudal bajo el título de burguesía
republicana;
o Expansión del latifundio y sus haciendas en el caso de México;
o El fortalecimiento de instituciones feudales en gran parte de territorio centroamericano;
o El caso de una aristocracia estatal y feudal en el contexto haitiano;
o El área del Río de la Plata es el ejemplo de la venta de tierras públicas y por francas
concesiones.

- En consecuencia, puede aseverarse el carácter feudo esclavista que fueron adoptando las
sociedades latinoamericanas en sus inicios como naciones independientes. La economía de tal
periodo refleja la relación, de igual manera, con tales peculiaridades expuestas:
o La existencia todavía de un intercambio mercantil a través de la “pre-moneda”
(mercancía-dinero-mercancía);
o La sobreposición de las estructuras externas dominantes en, fundamentalmente, el
sector del agro, limitando así el desarrollo de las nuevas naciones;
o La necesidad de dirigir la producción agraria a la exportación como signo de la
situación de “atraso”;
o La manifestación de condiciones de explotación o salarios bajísimos a indios –todavía–
en la minería peruana y boliviana;
o La economía venezolana condicionada por la usura, que “absorbía” la generación de
riqueza, llegando a carcomer la productividad del trabajo (Mata, 1974; citado en
Cueva, 2004).

- Las condiciones de la economía naciente de América Latina permitieron que las burguesías de
los países “desarrollados” tomaran ventaja respecto a las naciones que recientemente se habían
independizado. La asistencia técnica y financiera de Gran Bretaña adoptó un carácter
especulativo y usurero; o bien para “perpetrar actos de pillaje típicos del capital comercial” o
en aras de encontrar “puntos de venta” o “puntos de inversión”, tales como la presencia de
bancos extranjeros o la construcción de ferrocariles (Dnghi, s/f; citado en Cueva, 2004).

En suma, el sometimiento económico de América Latina ante las estructuras propias de Europa y
Estados Unidos hasta 1870, expuestas en este primer capítulo del libro de Cueva, se constituye de
referencia para seguidamente tratar las siguientes fases del desarrollo latinoamericano.

Bibliografía
Cueva, Agustín (2004). El desarrollo del capitalismo en América Latina. México D.F., México:
Siglo XXI.

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