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Communitas
MUTAClnNES
Puede afirma rse qu e ning ún tema es tan cent ral en el deb ate fi-
losófico intcrnacional como el de la comunidad: desde el COI11U-
nitarismo am erican o hasta la ética de la comunicación de H aber-
1: mas y Apel, y el deconsrruccionismo francés de Derrid a. No obs-
S tant c, en nin gun o de estos casos se ha examinado el concepto de
comunidad a partir de su ori ginal significado etim ológico : Cll III 11l111lUJ. Esto se pro-
erto Esposito
pone Roberto Esposito, a través de una original «contra-historia» de la filosofía
•
política, referid a no sólo a la obra de Hobbes, Rou sseau, Kant , H eidegger y Ba-
taille, a quienes dedica los capítulos principal es, sino también a la de Holdcrlin y
Nietzsche, Freud y Ca netti, Arendt y Sartre.
mmurutas
El result ado de esta extraordinaria trama conceptual y léxica es una inversi ón ab- y destino de la
soluta de las interpretacione s actuales de la comunidad: la idea filosófica de co-
munidad no se refiere a las pequeñas patrias a las que dirigen la mirada nostálgi- ' lild
camentc los viejos y nue vos comunita rismos.
ISBN 950-518-714-9
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Colección Mutaciones
Com m un itas . Origine e destino delta comunita , Roberto Esposito Indice general
© Giulio Einaudi editare, Tur ín, 1998
Tr aducción: Car io Rodolfo Molin ari Marotto
Primera edici ón en castellano, 2003 ; primera r eimpresión, 2007
© 'Ibdos los derechos de la edi ción en castellano r eservados por
Arnorrortu editores S.A., Paraguay 1225, 7° piso - C1057AAS Buenos Aires
Arnorrortu editores España S.L., C/San Andrés, 28 - 28004 Madrid
www.amorrortueditores.com
La reproducción tot al o parcial de este libro en forma idé nt ica o modificada
por cualquier med io mecánico, elect rónico o informático, incluyen do foto- 9 Conloquium, Jean-Luc Nancy
copia, grabación, digitali zación o cua lquie r sistema de almacenam iento y
recuperación de información, no autorizada por los editores, viola dere-
chos r eser vados.
21 Nada en común
Queda h echo el dep ósito que previ ene la ley n° 11.723
51 Comrnunitas
Industria argen tina . Mad e in Arg entin a
ISBN 978- 950 -5 18-714-0
53 1. El miedo
ISBN 88-06-143 57-3, Turín , edi ción original
83 2. La culpa
112 3. La ley
146 4. El éxtasis
Esposito , Roberto
183 5. La experiencia
Com muni tas : ori gen y destino de la comunidad .- l a ed., 1" reimp . -
Buenos Aires : Arnorrortu, 2007 .
216 p. ; 23x 14 cm.- (Mutaciones)
Impreso en los Tall eres Gr áficos Color Efe, Pa so 192, Avellaneda, provin-
cia de Buenos Air es, en enero de 2007 .
Tiru da de es ta edi ción: 1.500 ejemplares.
7
Conloquium
Jean-Luc Nancy
9
Communitas despliega el movimiento de un traba- el orden de la cantidad -pero en grado tal que los tér-
jo en curso desde hace por lo menos quince años: me . minos «exterminio» o «destrucción en masa» convier-
refiero no sólo al propio trabajo de Roberto Esposito, ten a los números en absolutos o en infinitos- yen el
cuyas etapas, marcadas por otros tantos libros.i' ja- orden de la idea o del valor, puesto que desgarró la
lonan un camino que se mantiene inalterado hasta frágil nervadura del «hombre» mismo, tan reciente
hoy, sino a todo un trabajo común (llamémosle así, después de todo, y cuya excelencia dependía también
rápida y provisoriamente) que, primero en Europa de la fragilidad.
(de manera singular en Italia y en Francia), luego en De hecho, la comunidad de los hombres había que-
otras partes del mundo (y sobre el «mundo».. J, se ha dado librada a sí misma, una vez desligada del víncu-
consagrado a la que se ha dado en llamar cuestión de lo religioso que le había conferido su consistencia
la comunidad (o, es más, como estos trabajos han in- (jerárquica, hierática y transida de miedo), e iniciada
citado a decir con mayor frecuencia, la cuestión del una historia de la autoproducción, necesariamente
«ser-en-común» o del «ser-juntos»). común, de la humanidad tanto genérica como singu-
Si bien afirmo que Roberto Esposito despliega este lar. Pero todo sucedió como si la historia no pudiera
trabajo, no quiero por cierto decir que lo completa y lo esperarse a sí misma, como si no pudiera diferir la
termina. Lejos de ello, contribuye a reiniciarlo con producción de la figura por venir y se apresurara a
presupuestos nuevos. Pero a la vez destaca, por la acuñar su medalla, como la de un prototipo ya dado,
vastedad de las referencias que su libro pone en jue- un símbolo disponible para fijar la medida común.
go, la amplitud de una tarea de pensamiento que se Que la obra de muerte -sustrayendo de hecho la
ha impuesto a (todos) nosotros en los últimos dece- muerte misma su dignidad, en la aniquilación- se
nios. Se ha tratado, simultáneamente, de releer de haya llevado a cabo en nombre de la comunidad
otro modo algunos momentos decisivos de nuestra - a quí la de un pueblo o una raza autoconstituida,
tradición (entre otros, Rousseau, Hegel, Marx, Hus- allá la de una humanidad autotrabajada-i-" es lo que
serl, Heidegger, Arendt, Bataille: aquí se los reencon- ha puesto fin a toda posibilidad de basarse sobre
trará a todos) y de comprometerse de maneras diver- cualquier forri"ia de l o dado del ser común (sangre,
sas, concordantes y discordantes, a pensar la que de- sustancia, filiación, esencia, origen, naturaleza,
viene nuestra existencia en común (que equivale a consagración, elección, identidad orgánica o mística).
decir nuestra existencia a secas). E incluso es, en verdad, lo que ha puesto fin a toda po-
Este trabajo de pensamiento se impuso por un mo- sibilidad d_e_p~_e_n ~ser común..!'egún el m _o_de_l_o,
tivo terrible, que la historia de nuestro siglo (dado que sea cual sea, de un «ser» en general. El ser-en-común
es el nuestro) no ha cesado de brindarnos, a tal punto
que su recuerdo de tan agobiante se torna inevitable: 4 No hay que dejar de subrayar, sin embargo, la disimetría entre los
en nombre de la comunidad, la humanidad -ante to- fascismos, que proceden de una afirmación sobre la esencia de la co-
do en Europa- puso a prueba una capacidad insospe- munidad, y los comunismos, que declaran que la comunidad es una'
praxis y no una sustancia: ello constituye una diferencia que ninguna
chada de autodestrucción. Dio esta prueba a la vez en mala fe puede suprimir, lo cual no es razón para olvidar las cifras de
las víctimas. .. (ni las proposiciones sustancialistas, comunitaristas ;
a Especialmente Categorie dell 'impolitico , Bolonia : 11 Mulino, 1988. racistas, disimuladas aquí y allá en el cornunismo llarnado «real»).
lo 11
preocuparnos por la posibilidad de estar, precisamen-
más allá del ser pensado como identidad, como estado
f y como sujeto, el ser-en-común que afecta al ser mis- te, con-juntos y de decir «nosotros», en el momento en
l mo en lo más profundo de su textura ontológica: esta
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manera general, se presta para señalar toda clase de
tro ser-juntos, una evidencia nuestra y que precede a proximidades'' complejas, móviles, lejos de reducirse
toda otra evidencia tanto como la existencia social de a la mera yuxtaposición (que ya por sí misma, sin
Descartes precede lógica y cronológicamente a la po- duda, no es indiferente): conversar con, casarse con,
sibilidad de enunciación del ego sum, que por otra divorciarse de, enojarse con, comparar con, identifi-
parte, al enunciarse, se enuncia al menos a un otro (al carse con,jugar con (que tiene más de un sentido), ce-
menos a ese otro en él que difiere de él mismo.. J, de nar con (y se puede cenar con alguien mientras se ce-
modo que, puede decirse, todo ~RQ..ml.'ItJ~JUJillg!Lc.Y..m na con un risotto.. J, levantarse con el alba, olvidar
(o mecum, o nobiscum). ~s.1o es evidente y nos es evi- con el tiempo. Es siempre una proximidad, no sólo de
te. trato sino de acción recíproca, de intercambio, de rela-
Pero tal vez esta evidencia nunca esté más pre- ción o al menos de exposición mutua. No es pura con-
sente, ni sea mejor conocida, que cuando no pensamos comitancia: decir «con el atardecer acuden otros pen-
en ella, como para Descartes en el caso de la Wlión del samientos» no equivale a decir «al atardecer acuden
alma y el cuerpo, que conocemos perfectamente por otros pensamientos». El mit alemán y el with inglés,
nuestra existencia cotidiana sin tener que mostrarla si bien tienen otro origen, comparten características
ni, menos aún, ciertamente, demostrarla. Somos jun- similares, que en gran medida ya pertenecían al cum
tos y sólo ahí, o así, podemos decir «yo» : yo no diría
;---=-- -
«yo» si estuviera solo (otra versión: nosotros no diría-
latino."
El cum es lo que vincula (si es un vínculo) o lo que
~lo» si !WAQtros estu'yiéril-lll~;S_~olo(s): ..), pues ~j. junta (si es una juntura, un yugo , una yunta) el mu-
~estuvter2 solo no ~end:r.:ia naga de lo 9.~ hubiera de
nus del communis cuya lógica o carga semántica Es-
ili.stingui~ Si me distingo -si nos distingÚimos-==- posito ha reconocido y desarrollado tan bien (es el eje
~
es que somos varios: habría que entender «ser varios»
con valor distributivo y al mismo tiempo con el mismo 6 La palabra proviene de apud hoc, cerc a de esto, y sus primeras
;:.alor g~en «ser-en-el-mundo». formas eran av oec, avaic, avuec.
7 Se la s reencuentra en una parte de los valores del meta griego , de
dond e se hace derivar a veces el mit alemán, y cuyo primer sentido es
Si me distingo, es de [d'avecllos otros.f D'avec [lite- más bien «en el medio » , «entre" - «entre nos.. es también una expre-
ralmente: «de con»] es en francés una expresión nota- sión que da que pensar-, mientras que otros valores se reencuentran
ble: con ella puede expresarse que WlO se separa de en sun , el cual permite precisamente xu 6, tocar (frota r, ra spar, ras-
car), y en el «avec..hay contacto o, al menos, una proximidad o una vir-
alguien, o que WlO discierne el bien del mal, es decir, tualidad de cont acto (pero el contacto mismo es ya del orden de lo cer-
WlO se aparta de una proximidad, pero este apartarse cano/apar ta do, del apartamiento que está en el corazón de lo cercano).
supone la proximidad en la que, en definitiva, la sepa- En cuan to a koinos (-común» en griego: cf. en Esposito la koinon ia de
Aristóteles), o bien se lo vin cula al ca-occidental en gen eral (al que se
ración o la distinción aún tiene lugar. Hay una proxi- vin cula también a veces el prefijo germánico ge- , con valor conju ntivc
midad de la proximidad y de la separación. Avec, de o colectivo, que se encuentra, entre otros, en gemein, donde mein , en
cambi o, no está emparentado con munus ), o bien al kei6n griego homé-
5 Por otra parte, los otros no son sólo los demás hombres, sino los de- rico "lo qu e hiende, lo que parte... Hay siempre conjunción y disyun-
más entes en general. Ha y una filosofía de la na turaleza - si aún ción , disconjunción, reunión con divisi ón, cercano con lejano, concor-
puede llamársela as í- qu e está completamente por hacerse, como dia discors e insociable sociabilidad. . . Esta disconj unción es nuestro
unn filosofía de la coexistencia. Algunos piensan al respecto (por ejem - problema por lo menos desde Rousseau: Esposito insiste en ello.
plu, Murinnne Thomat trabaja un doctorado en este sentido).
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de todo el libro): el reparto de una carga, de un deber o Sobre todo no hay que magnificar el ser-juntos (es
de una tarea, y no la comunidad de una sustancia. El uno de los efectos discretamente perversos del traba-
ser-en-común se define y constituye por una carga, y jo reciente sobre la comunidad, haber reavivado por
en último análisis no está a cargo de otra cosa sino del aquí o por allá cierto énfasis cristiano y humanista en
mismo cum. Estamos a cargo de nuestro con, es decir, el «reparto», el «intercambio», el «prójimo»: pero es
de nosotros . Esto no significa que hay que apresurar- también precisamente lo que lleva a Esposito a de-
se a entender algo como «responsabilidad de la comu- sear inmunizarnos -descargarnos- con relación a
nidad» (o «ciudad», o «pueblo» , etc.): significa que te- los pensamientos comunitarios o comunitaristas). Es
nemos para hacernos cargo, para realizar una tarea una condición antes de ser un valor (o un contra-va-
-pero eso equivale a decir «para vivir» y «para ser»- lor), y si debe ser un valor, no puede serlo sino en el
el con --o el entre- en el que tenemos nuestra exis- sentido de lo que no se valoriza, lo que va más allá de
tencia, es decir, a la vez nuestro lugar o nuestro medio toda valorización. En cambio, la cuestión que se no]
y aquello a lo que y por lo que existimos en sentido plantea es la de pensar esta condición de otro modo
fuerte, es decir, estamos expuestos. que como derivada de un sujeto, sea individual o co-
Cum es algo que nos expone: nos pone los unos lectivo, y, por el contrario, no pensar ningún «sujeto»
frente a los otros, nos entrega los unos a los otros, nos más que a partir de ella y en ella. Ser-juntos no es un
arriesga los unos contra los otros y todos juntos nos coñju.nto de ser-sujetos, y tampoco es él mismo un su-
entrega a lo que Esposito (el bien llamado expuesto) jeto: lo que quiere decir que no vuelve sobre sí mismo"
llama para concluir «la experiencia»: la cual no es otra aunque no vaya a otro lugar.
sino la de ser con... Esto requiere sin duda pensar, como invita a hacer
Esposito, que el «con» no es nada: ninguna sustancia
Cum pone juntos o hace juntos, pero no es ni un y ningún en-sí:pára-sí. Siñ"'e"inbargo este «n ada »no es
mezclador, ni un ensamblador, ni un afinador, ni un exact amen te nada: es algo que no es una cosa en el
coleccionista. Es un respecto, como se advierte cuando sentido de un «da do-present e-en-algún lado~). Ñ¿-;stá
«con» significa también «con respecto a»: «est ar bien! et
eñ"uñ}ú gar, porque es más bien lug;r mismo: la
mal con alguien», «estar/no estar en paz con uno capacidad de que al~~~ iñáS'bí'em;rg;n as
mismo». Este respecto (que puede ser también un cosas, y algunos, estén ahí, es decir que ahí se encuen-
hacia - «bien dispuesto hacia alguien»- un estar- tr en los unos con los otros o entre elIoS;-siendo el con y
vuelto-hacia) es un tomar en cuenta, una observa- el eñtre, precisamente, no otra cosa sino el lugar mis-
ción, una consideración (pero en un sentido que no es mo, el medio o el mundo de existencia,
necesariamente de deferencia), es una mirada de Semejante lugar se denomina sentido. Ser-con es
atención o de interés, de vigilancia también, en espe- tener sentido, es ser en el sentidoosegÍm el sentido,
cial de desconfianza o de circunspección, o incluso de «sentido» que no es en-absoluto un vector orientado
inspección, pero puede ser también de simple regis- hacia la epifanía de una significación, sino la circula-
tro: menos que un tomar en cuenta, un tomar nota, un fión de la proximidad en su alejamiento propio, y d~
habérselas-con (este transeúnte que me cruzo, por alejamiento en su proximidad: la dcvol ución o el rebo-
ejemplo), ~d-e ~iximo en próximo por el cual un mundo hace
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t¿n mundo, algo distinto que un montón o un punto <:s~ , gue lo <wr~ ~l mi~!ll0 o CJue hace su apertura: la
nulo. La «nada» del sentido no es un no-sentido (sim- de una circulación de sentido.
ple revés de una significaciÓnepifáñ."ica) más de lo que • Pe~ aq~-además hab';"á que desconfiar sin cesar
es una sobreesencia puesta sobre el modo de una de las pías resonancias de lo «abierto», como de las de
teología negativa: no indica una nada mística, sino la «comunidad». «Abierto» no es simplemente ni ante
simplemente el ~x que hq.cg, la..§xposición de la ~xjs todo generosidad, amplitud en la hospitalidad y lar-
ten cia . No se trata de nada = alguna cosa, sino de na- gueza en el don, sjp.Q..en principio la condición de co-
1da = la cosa misma del paso y del reparto, entre nos, I existenci~ g~si ngJ:11 arjsI aJl.~!' .fini tas ,r.$ñtrel} a~ ~uales
de nosotros a nosotros, del mundo al mundo. • - 'l12.lé!rgQ._ªl borde, en los límites, entre «afuera» y
" Así el Mitsein o mejor el Mitdasein del que Heideg- «adentros-e-
ger eludió o vació el análisis (Esposito habla de ello) -circula
- indefinidamente la posibilidad de
--~
sentido.
no debería comprenderse como un «ser ahí con» (en la
habitación, en el tren, en la vida) sino cqmo un ser-con Septiembre de 1999
da ¡ es decir en l~ abierto, ~i~mpre por lo !.aTIt o en otro
lado, en un sentido (y de conformidad con lo que pien-
§-ª .~fe .§llo §~ Y.. tiempo). El s~r modalizado mit-da
-su única modalización, tal vez, pero al mismo tiem-
po indefinidamente plural-, es el ser que comparte o
se cQmpalt~~~ etda, que se esfuerza por designa¡:
lo «abierto», lo «abierto»de lo eX-2uest~ De suerte que
ser-con es lo mismo que ser-lo-abierto (Dasein, ser
r abierto, se@!:..~me.nte,..§gr_e:lfp.~~s1o, pero siendo la
-a)2ertura
- - - misma,- -
o la exposición,
_. - --según lo que se po-
dría_plant~ar30mo_axioma general d~ est~ pensa-
) ~nt.º : ~ser «sí Illi§"Illo» es ~~pQ.nerse!.. ~s ex-pone~
~~e» ) . Mitdasein sería así una suerte de tartamudeo o
de tautología del pensamiento (que encubre todo lo
que nos es dificil pensar): ser-con o ser-abierto o ser-
lo-que-abre o ser-a-secas. O también (que se me per-
done la pesada insistencia) ser abierto al con pero
-
siendo con l enJjo abierto. Pero en todos los casos un
- - - __ o • -
) t)
)!)