Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Teología
Trinidad y Cristología II
Luis Antonio Ortiz Jiménez

Pregunta: Para Balthasar ¿cómo se relacionan conciencia, persona y misión en Jesús?

En el texto de Balthasar existen tres conceptos fundamentales para entender su postura sobre
Cristo, estos son: conciencia, misión y persona. Primeramente, la conciencia de Jesús tiene que ver
con el conocimiento que él tiene de sí mismo. Esto es, por lo tanto, el conocimiento de su condición
de ser enviado. Este envío es consecuente en los evangelios y da testimonio de la conciencia peculiar
que tenía Jesús de su misión. La conciencia no se presenta de forma accidental, sino que él vive para
cumplir esta misión que le ha sido una encomienda del Padre. En este sentido lo escatológico de
misión fue asumido de un modo único en la autoconciencia de Jesús. Sería un error considerar que
en Jesús aparece después de la pascua un contenido de conciencia totalmente distinto al que tenía el
Jesús terreno. Este conocimiento no vino de manera casual. Ya que el despertar de la conciencia de
Jesús es gradual en medida de lo humano, garantizado por el progreso libre de su condición humana.
La conciencia original de Jesús respecto a su condición divina era completa, pero temporal en la
naturaleza humana.
En segundo lugar, la misión es: ser enviado. Que es expresado en su conciencia mesiánica de
traer con su persona un acontecimiento salvífico definitivo. Tal venida solo puede tener como punto
de partida a Dios. El carácter único de la misión de Jesús expresa su relación trinitaria. Donde la
condición de ser enviado remite al enviante, es decir, al Padre. Y esta enviado movido y animado por
el Espíritu toma una actitud de absoluta obediencia y fidelidad en un acto de donación al Padre. Esta
misión es llevada con fuerzas humanas, es por esto que se comprende las tentaciones, que son
superadas en cumplimiento de esta misión en la Cruz.
El concepto de persona en Jesús se fundamenta en su procedencia. El Padre es él que lo envía,
este acto de envío funda la existencia de Jesús sobre la tierra. La procedencia en el Padre de Jesús,
nacido por el Espíritu en María revela el carácter autentico de su identidad trinitaria. La persona entera
del hijo esta comprometida en su quehacer mundano, y toda su naturaleza humana se encuentra al
servicio de ese quehacer, para el cual ha sido enviado como Hijo, que deja entre ver la presencia del
quien lo envía.
Estos tres conceptos están entre lazados entre sí. Ya que lo escatológico de la misión, fue
asumido de un modo único en la autoconciencia de Jesús. En este sentido la existencia terrena de
Jesús en su totalidad está en función de una decisión prexistente, es decir, su procedencia como Hijo
antes de la creación. La identidad de Jesús se funda en la misión a la cual se entrega totalmente ya
que es uno con ella. De tal manera que la identidad y autoconciencia, poseen un momento de lo
divino. Puesto que el ser enviado supone que el fundamento de su misión es su misma persona, a la
que él mismo muestra como medida y contenido. Lo anterior expresa porqué Jesús apoya su acción
no en Moisés ni en los profetas, sino en su conciencia de sí mismo como la segunda persona de la
trinidad. Su misión no queda depositada sobre su yo como algo externo, como una ley, por el
contrario, es idéntico con ella.
El ejemplo que Jesús pone al identificarse y definirse a partir de su misión, sirve en la
actualidad a los cristianos que deben identificarse con su misión de transformar al mundo en un lugar
mejor donde haya mayor justicia y oportunidades para todos. Ya que una realidad más justa con
mejores oportunidades es una realidad más cristiana, que esta acorde con la misión e identidad de los
cristianos.