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Virgilio Rodríguez Macal

Virgilio Rodríguez Macal (Ciudad de Guatemala, 28 de junio de 1916 - ibídem,


13 de febrero de 1964) fue un periodista, novelista y diplomático
guatemalteco que logró varios premios tanto internacionales como
nacionales, como el Primer Premio en Prosa, en la rama de novela, o los
Juegos Florales de Quetzaltenango de 1950 gracias a sus novelas. Es uno de
los novelistas más populares en la cultura centroamericana por sus
publicaciones de estilo criollista. La mayoría de sus obras se ambientan en las
selvas del Departamento de El Petén.
Biografía
Nació en la ciudad de Guatemala el 28 de junio de 1916, hijo de Virgilio
Rodríguez Beteta y de Elisa Macal Asturias. Su padre fue un ilustre
diplomático e historiador, que escribió importantes libros sobre la Historia de
Guatemala y de Centroamérica. Virgilio Rodríguez Macal empezó a escribir en
el periódico chileno El Mercurio a la edad de 21 años. Fue precisamente en
Chile, donde vivió cuando su padre fue embajador de Guatemala en ese país,
donde nació La mansión del pájaro serpiente, una de las más bellas de sus
obras.

Contrajo matrimonio en Guatemala dos veces con la señora Olga Chávez


Flamenco, con quien procreó en su primer matrimonio a sus hijas: Olga y
Elisa. En la época del nacimiento de su segunda hija residía en Chile, donde
después de divorciarse de su esposa Olga, contrajo matrimonio con Ana
Severín Sáenz, de nacionalidad chilena, con quien procreó a su único hijo
varón, Virgilio. Posteriormente se divorció de Severín Sáenz, contrayendo
matrimonio de nuevo con su primera esposa, Olga Chávez, con quien procreó
a la menor de sus hijas, María Elena.

Dentro de las características de su personalidad de escritor, destaca el hecho


de que no era usual en él corregir lo que escribía. Cuando lo hacía, era para
volver a dejarlo como lo tenía desde la primera vez. Además, escribía muy
rápidamente. Empezaba a escribir y seguía, seguía haciéndolo sin parar
durante muchas horas, por lo cual terminaba sus obras en corto tiempo.
Cuando decidió escribir Carazamba, se dio cuenta que faltaban muy pocos
días para el Certamen de los Juegos Florales Centroamericanos de
Quezaltenango, en el que quería participar por primera vez, y con su primera
Novela.

Contrató una mecanógrafa para que la obra fuera saliendo de una vez en
limpio, para enviarla al certamen. Y allí, en el comedor de la 10ª. Ave. 9-37 de
la zona 1 de la ciudad de Guatemala, casa de su primera esposa, en diez días
escribió Carazamba, la envió al Certamen, y ganó con ella el Primer Premio.
Luego vino Jinayá, también premiada en el mismo Certamen, Guayacán,
premiado en el Certamen Nacional Permanente de Ciencias, Letras y Bellas
Artes de Guatemala. Varios de los cuentos de vaquería de su libro Sangre y
Clorofila, fueron presentados a concursos, todos con galardones.

Con Guayacán le sucedió algo muy especial: antes de enviarla al concurso en


Guatemala, cuando vivió en España, la mandó al Certamen Pedro Antonio de
Alarcón, ganando únicamente un Accesit con ella, porque, según le
informaron, se pasaba del número de páginas establecido en las bases del
certamen. Sin embargo, de alguna manera se filtró que la razón por la cual la
obra no fue premiada, fue porque el tema , los lugares y todo el ambiente de
la obra, hacían suponer que se trataba de un autor Latinoamericano. Por eso,
estando todavía en España, escribió su novela Negrura, la cual se desarrolla
en Europa, durante la post-guerra. Al año siguiente, participó en el mismo
certamen con esta obra, obteniendo con ella el Premio Pedro Antonio de
Alarcón. Esta novela, sin embargo, no corresponde en nada al que ha sido su
estilo característico; en ella no se reconoce al VRM de gran fuerza y belleza,
que caracteriza toda su obra.
Obras
Siendo oriundo y habiendo crecido en el área del actual municipio de La Tinta
me di a la tarea de descubrir el posible lugar de Jinayá. El argumento de
Rodríguez Macal dice que el protagonista (Ma´Lic) bajó del tren en la estación
de Papalhá, aquí nos da el punto de partida para seguir a nuestro personaje y
saber donde pudo haber sido Jinayá, la finca del bélga Mosseur Lizard.
Siguiendo a Ricardo vemos que toma un camino hacia el sur de La Tinta,
buscando la Sierra de las Minas y según la novela cruzó el río Matanzas, este
afluente queda ubicado al sur occidente de La Tinta en los límites con
Purulhá, Baja Verapaz.
El río Matanzas desemboca con el río Polochic un poco más al oriente en las
cercanías del casco urbano de La Tinta; siguiendo la Ruta de Ma´Lic, vemos
que al cruzar el Río Matanzas sigue por el camino que conduce actualmente a
lo que hoy es la Finca Westfalia, que fue una de las pocas que sobrevivió a la
intervención de fincas que realizó el gobierno durante la repatriación de los
dueños alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, todo ello nos hace
pensar que Westfalia es la Jinayá de la novela de Rodríguez Macal, ahora,
¿cuál era la vecina Finca de Baviera que era administrada por Rubén y el
Canillón?

Al oriente de Westfalia se encuentra la Finca Samilhá, la cual bien pudo ser la


antigua finca de Baviera, además de todo esto, hablando con los lugareños
q'eqchi' me indicaban que en Westfalia se encuentra el cerro donde se
albergaba al «Tixl» o Danta (el tapir), cuyo relato es el desenlace de la novela.
Todo esto coincide para creer que Westfalia (Chitoy) finca que hoy está en
jurisdicción de Purulhá en Baja Verapaz, es la «Jinayá» de Virgilio Rodríguez
Macal.[cita requerida]
Su obra más galardonada fue La mansión del pájaro serpiente, la cual ha sido
traducida a varios idiomas. Su personalidad, como la de los hombres nacidos
en las primeras décadas del siglo XX, estuvo influida por la prolongada
dictadura de Jorge Ubico, por la revolución de 1944 y por el llamado
Movimiento de Liberación Nacional que derrocó al gobierno izquierdista de
Árbenz en 1954. Vivió y estudió en Estados Unidos al final de la década de
1920.
FRANCISCO ALBIZÚREZ PALMA

Poeta, novelista, cuentista y crítico. Es el más reputado y respetado crítico


literario de Guatemala y uno de los intelectuales de mayor trascendencia del
país. Catedrático universitrio en Guatemala, América Latina y Europa.
Miembro de la Academia Guatemalteca de la Lengua correspondiente de la
Española.

Ha sido, además, docente e investigador titular de la Universidad de San


Carlos de Guatemala. Pertenece al Grupo Literario Rin-78. Ha publicado
quince libros, cuatro de ellos de creación literaria y el rsto de historia y crítica
de la literatura.

Entre sus obras destacan los tres tomos de la Historia de la Literatura


Guatemalteca. (en coautoría con Catalina Barrios y Barrios) (1981-1987), así
como el poemario Reiteraciones (1976) y las novelas Casa de Curas y otras
locuras (1982; Ida y vuelta (1989, ganadora del Premio Guatemalteco de
novela de la Tabacalera Nacional en 1982 y, Tish (1991).

Francisco Albizúres Palma representa el bastión más sólido de la literatura


guatemalteca y sus cuentos están considerados como modelos en su género.
Biografia

A Francisco Albizúrez Palma se le recordará como uno de los grandes eruditos


de la literatura guatemalteca, defensor del idioma y, acaso, como el más
aplicado estudioso de la obra de Miguel Ángel Asturias. El escritor y hombre
de academia, quien falleció el 2 de junio, era licenciado en Letras.

Por la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), y doctor en Filología


Románica, por la Universidad Central de Madrid. Además de poeta y
narrador, era crítico literario y fundador, en su paso como catedrático en la
carrera de Letras en la Usac, del Instituto de Estudios de la Literatura
Nacional.

Fue parte de una generación de escritores fundamentales como Luz Méndez


de la Vega, Carlos Solórzano, Juan Fernando Cifuentes, Manuel José Arce y
Margarita Carrera, entre otros.
Como Méndez, Carrera y Arce, Albizúrez Palma fue miembro numerario de la
Academia Guatemalteca de la Lengua, de la que además fue director, de
2004 a 2007, y la cual le rindió honor al nombrarlo Maestro de Académicos.
El legado de Albizúrez Palma ha quedado escrito en letras de molde.

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Dos eternos
En esta fecha, en que se conmemora el 40 aniversario de la muerte de Miguel
Ángel Asturias, se recuerda, particularmente, a Albizúrez Palma por haber
abordado la obra narrativa, poética, teatral y periodística de Asturias, con la
flexibilidad que, acaso, solamente pueden permitirse los más rigurosos
intelectuales.

En 1972 publicó Para comprender El señor presidente, 3 años más tarde, La


novela de Asturias, y más recientemente, como catedrático de la Universidad
Mesoamericana, escribió Una aproximación a la poesía religiosa de Miguel
Ángel Asturias.

En donde señalaba que se había centrado el interés de los estudiosos y de las


casas editoras, “predominantemente en los textos narrativos de Asturias” y
que este hecho había incidido decisivamente en el “escaso conocimiento de
otros géneros cultivados por nuestro Premio Nobel, como el teatro y la
poesía lírica”.

En 1998, Albizúrez dijo que solo en Hombres de maíz y El señor presidente,


Asturias tendría “más cosas nuevas que decir”. También recordó que había
una “cantera por estudiar”: el periodismo de Asturias. “En esos artículos
periodísticos, Asturias dejó mucho de su pensamiento estético, pero también
de su pensamiento político, antropológico, sociológico, histórico”, apuntaba
el académico.
Ambos hombres de letras, Albizúrez y Asturias, han dejado un camino de
palabras por estudiar, por conocer, interpretar y reinterpretar. Un camino
lleno de sus huellas en el que a cada paso están escritos sus nombres.

“De niño, oía todos los días a Asturias. Esto fue generando en mí como una
especie de “afición” por Asturias. Luego, cuando yo tenía tal vez ocho años,
mi padre me llevó a un acto cultural donde se le iba entregar a Asturias un
premio por un poema de tipo religioso que compuso, y él leyó el poema,
íntegro. Entonces, me impactaron su presencia física, su voz y la eufonía del
poema”.

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