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INTRODUCCIÓN
La obra narra la historia de un conde, un hombre bueno y honrado que siempre
busca el bienestar de su pueblo por lo que a veces le pide ayuda a su consejero el
cual es un hombre de confianza que siempre busca la manera correcta, adecuada
y fácil para que el conde entienda ciertos aspectos de la vida, problemas y dudas
que tenga; él le narra historias, fábulas y cuentos en los que al final siempre
tienen una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar lo que busca
al pedir ayuda y al final cuando cada historia termina el conde saca una moraleja
que todos entendieran y hacía que lo anotaran en este libro. Cada historia tiene
diferentes personajes en diferentes tiempos y lugares. A veces historias crueles,
divinas, bonitas, absurdas, pero que al final lograron que el conde asimilara
muchas cosas y creciera en su vida moral y espiritual; por lo que es un libro que
ayuda a que cualquier hombre, niño o mujer que lo lea para que pueda entender y
aprender cosas que generalmente no razonamos ni pensamos en ellas y nos hace
falta tenerlas en mente para la vida diaria.
El libro de los ejemplos del conde Lucanor y Patronio construyen un clásico de la
literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano del
siglo XIII.
La obra de don Juan Manuel, creada durante sus años de madurez espiritual,
integra extraordinariamente la sabiduría práctica derivada tanto del cristianismo
como de las fábulas; de las tradiciones caballeresca como del mundo islámico. El
autor escoge los más altos principios morales de cada tendencia para
estamparlos en sus ejemplos, con los que estos adquieren un carácter universal
que les otorga vigencia hasta nuestros días.
RESUMEN
CAPITULO I De lo que aconteció a un rey con uno de sus privados.
Una vez el conde Lucanor estaba hablando con Patronio, su consejero, y le dijo,
un gran hombre de esta tierra muy honrado y muy poderoso, es su voluntad
marcharse de aquí y no volver de ninguna manera, me quería dejar toda su tierra,
en parte vendida y en parte encomendada, aconsejadme vos lo que os parece en
este hecho. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey
con uno de sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: No te
engañes ni creas en lo regalado, nadie hace por otro su propio daño. Por la
misericordia de Dios y por el buen consejo se libra el hombre de aflicción y
cumple su deseo.
CAPITULO III Del salto que el rey Ricardo de Inglaterra dio en el mar contra los
moros.
Un día se aparto el conde Lucanor con Patronio su consejero., y le dijo así; me
crié y viví en grandes guerras, a veces con cristianos, a veces con moros, y
cuando la tuve con cristianos me cuide de que no se provocase por mi culpa, no
se pudo evitar que recibieran gran daño muchos que no lo merecían., según el
estado que tengo, penséis y me aconsejéis la mejor manera para que yo pueda
hacer enmienda a Dios de los yerros que contra Él hice y pueda recibir gracia.
Patronio le contó sobre el rey Ricardo y el salto que hizo contra los moros por lo
cual el conde asimiló lo siguiente: “Quien por caballero se mantuviera más debe
desear este salto, que si en convento se metiese o se encerrase en muro alto"
CAPITULO VI De lo que aconteció a la golondrina con las otras aves cuando vio
sembrar el lino.
El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, y le dijo; -Patronio me dicen que
unos vecinos míos, que son más poderosos que yo, se andan reuniendo y
haciendo muchas artimañas con que puedan engañar y hacer mucho daño, pero
por el buen entendimiento que tenéis os quiero preguntar, que debo hacer algo
sobre esto, -Señor conde Lucanor -dijo Patronio- le contaré sobre una golondrina y
lo que le sucedió con las otras aves al ver sembrar el lino después de escuchar a
Patronio el conde comprendió que "En un principio debe le hombre apartar el
daño para que no le puedan alcanzar. "
CAPITULO VII De lo que le sucedió a una mujer a quien llamaban doña Truhana.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un hombre me dijo una
cosa y me mostró de que manera se podría aprovechar y os digo que tantas son,
que no sé si Dios quiere que se haga como él me dijo, Patronio le relató lo que le
sucedió a una mujer llamada Truhana, de lo cual Don Juan entendió que “A las
cosas ciertas encomendaos y de las esperanzas vanas alejaos”.
CAPITULO VIII De lo que aconteció a un hombre a quien le debían limpiarle el
hígado.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio así; Sabes aunque Dios me hizo mucha
merced en muchas cosas, ahora estoy muy apretado por falta de dineros;
entiendo que habré de vender una de mis heredades o hacer otra cosa que me
sería de tanto daño como esto; y he de hacerlo ahora para salir de esta miseria y
de esta angustia en que estoy, y por buen entendimiento que Dios puso en vos, os
ruego que me digáis lo que os parece que debo hacer de esto. Antes debe saber
lo que le pasó a un hombre al cual tenían que limpiarle el hígado; después de
escuchar el relato de Patronio el conde comprendió que "Si no sabes qué debes
dar, en gran daño se podrá tornar”.
CAPITULO XIV Del milagro que hizo, santo Domingo cuando predicó sobre el
logrero.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero y le dijo; Algunos
hombres me aconsejan que junte al mayor tesoro que pudiere, y que esto me
conviene más que nada para cualquier cosa que acontezca. os ruego que me
digáis qué es lo que os parece en este hecho, Patronio le habló del milagro que
hizo Sto. Domingo y Don Juan comprendió que debes "Ganar el tesoro verdadero
y guardarte del perecedero.”
CAPITULO XVI De lo que aconteció al conde Fernán González con Nuño Laínez.
El conde Lucanor hablaba con Patronio de esta manera: -bien entendéis que yo no
soy ya muy joven sabéis que pase muchas dificultades, hasta aquí y bien os digo
que de aquí en adelante quisiera hogar, cazar y evitar loa afanes y molestias.
-dijo Patronio, me gustaría que supieseis lo que dijo una vez el conde Fernán
Gonzáles a Nuño Laínez. “Si por deleite y holganza la buena fama perdemos, la
vida muy poco dura; agraviados quedaremos”.
CAPITULO XVII De lo que aconteció a un hombre que tenía mucha hambre a quien
otros convidaron muy negligentemente de comer.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio, y le dijo así: Un hombre vino a mí y me
dijo que haría por mí una cosa que me convenía mucho, y negligentemente, que le
agradaría mucho si yo evitase de tomar aquella ayuda. A lo cual Patronio le
comento lo que le paso a un hombre al cual dieron de comer negligentemente y
entendiendo don Juan que este era buen ejemplo, lo mandó escribir en este libro,
e hizo estos versos que dicen así: En lo que tu provecho pudiereis hallar, nunca te
hagas mucho de rogar.
CAPITULO XX De lo que acaeció a un rey con un hombre que le dijo que le haría
alquimia.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Un hombre vino a
mí y me dijo que me haría cobrar gran honra y provecho y para esto que supiese
algo de lo mío para empezar aquello, pues cuando estuviese terminado, por cada
dinero tendría diez. Patronio le contó la historia de un rey al cual lo engaño un
hombre que supuestamente era alquimista después de esto don Juan asimiló lo
siguiente: “No aventures mucho tu riqueza por consejo de quien está en gran
pobreza”.
CAPITULO XXI De lo que aconteció a un rey joven con un filósofo a quien lo había
encomendado su padre.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: me sucedió que yo tenía
un pariente a quien amaba mucho que murió dejando un hijo pequeñito a quien yo
crié. Pero aunque el mozo tiene buen entendimiento y confió en Dios que será
muy buen hombre, como la juventud engaña muchas veces a los mozos y nos lo
deja hacer lo que es conveniente, me agradaría que a él no lo engañase tanto.
Cuando Patronio termino de contarle la historia de un joven al cual lo había
criado un filósofo El rey supo que la moraleja que le había dejado era que: “No
enseñes al mozo maltratándolo, mas dile que vayan agradándolo”.
CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un rey que quería probar a sus tres hijos.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio así: -En mi casa se crían muchos mozos,
unos de elevada condición y otros que no lo son tanto, y veo en ellos extraños
comportamientos, por el gran entendimiento que tenéis os ruego que me digáis
cuanto vos entendáis de que manera podré conocer qué mozo llegará a ser mejor
hombre. Entonces Patronio le contó sobre un rey que puso a prueba a sus hijos, y
la enseñanza que sacó de aquel relato fue que: “Por las obras y maneras podrás
conocer a los mozos, cuales mejores han de ser”.
CAPITULO XXXI Del fallo que dio un cardenal entre los clérigos de París y los
frailes menores.
Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Tengo un amigo
y quisiéramos hacer una coda que es gran provecho y honra de ambos y yo podría
hacerla, pero no me atrevo hasta que él llegue; Patronio al tratar de ayudarlo le
contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el conde aprendió lo
siguiente: “En lo que gran provecho para ti fuere, no lo dejes correr tanto que se
perdiere”.
CAPITULO XXXII De lo que aconteció a un rey con los burladores que hicieron el
paño.
El conde Lucanor hablaba otra vez con Patronio y le dijo;-Un hombre vino a mí y
me dijo una cosa importante y me da a entender que mi provecho será muy
grande, pero me dice que no lo debe saber ninguna persona por mucho que en
ella confíe, a alguien lo digo y descubro, que toda mi hacienda y mi vida se hallan
en gran peligro de perderse. Entonces Patronio le contó sobre un rey y de unos
burladores Y viendo don Juan que este ejemplo era bueno , lo mandó escribir en
este libro, e hizo estos versos: Quien te aconseja esconderte de tus amigos sabed
que te quiere engañar sin testigo.
CAPITULO XXXIII De lo que aconteció a un muy buen halcón, que era del infante
don Manuel, con un águila y una garza.
Hablaba otro día el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Muchas veces
me veces me ha sucedido de tener contienda con muchos hombres, y después de
que ésta ha terminado, unos me aconsejan que huelgue y quede en paz, mas
otros que empiece guerra y pelea con los moros. Por tal motivo Patronio le platicó
al conde acerca de un halcón, un águila y una garza
Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, y provechoso para quien lo
quisiere aprender y usar hizo estos versos: Si de bienes te diese seguridad, pugna
por ganar la cabal felicidad.
CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un ciego que guiaba a otro.
Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Patronio, un
pariente y amigo de quien mucho me fió y estoy cierto que me ama
verdaderamente, me aconseja que vaya a un lugar de que sospecho y me dice que
no tenga ningún temor, que antes recibiera, yo daño alguno. Ahora os ruego me
aconsejéis en esto. Patronio le aconsejó mediante la historia de un ciego cuya
moraleja era: Nunca te metas donde puedas recibir desgracia aunque tu amigo te
de toda la fianza.
CAPITULO XXXV De lo que aconteció a un joven que se casó con una mujer, muy
fuerte y muy violenta.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y le dijo: -Un criado
mío me dijo que le proponían casamiento con una mujer muy rica y de más
alcurnia que él. Que el inconveniente es que aquella mujer era la cosa más feroz
y violenta del mundo. Para que Don _Juan le pudiera dar un buen consejo a aquel
sirviente Patronio le contó la historia de un hombre que se casó con una mujer
igual. Después de eso el conde le dio el siguiente consejo: “Si al comienzo no
muestras quien eres, nunca podrás después cuando quieras”.
CAPITULO XXXVI De la respuesta que dio el conde Fernán Gonzáles a sus gentes
después que hubo vencido en la batalla de hacinas.
Una vez venía el conde Lucanor de una batalla muy cansado, lacerado y pobre; le
llegó aviso apresurado de otro hecho, sus gentes le aconsejaron que holgase
algún tiempo y después haría lo que fuese conveniente. El conde preguntó a
Patronio y él le dijo; Tened esto por cierto, pues es verdad probada que honra y
vicio grande no tienen una morada.
CAPITULO XLIV De lo que aconteció a don Pedro Núñez, el Leal. a don Rui Gómez
Zaballos y a don Gutierre Ruiz de Blasquillo con el conde don Rodrigo de Franco.
El conde Lucanor hablaba con Patronio:
-Yo he tenido grandes guerras del modo , que cuando yo estaba en la mayor
necesidad, a quienes crié y a quienes había hecho mucha bien me dejaron y aun
se enseñaron en causarme descontento, que debo hacer en esto. Posteriormente
escuchó el relato de Patronio del cual aprendió que:” Aunque algunos te hayan
dañado, nunca dejes de actuar aguisado”.
CAPITULO XLV De lo que acaeció a un hombre que se hizo amigo y vasallo del
diablo.
Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio -Un hombre me dijo, que sabía
muchos modos, tanto de agüeros, con lo que yo podría conocer lo que ha de
suceder y por las que podría hacer muchas artimañas, con que aprovechar mi
hacienda, os ruego me aconsejéis. Inmediatamente le comentó lo que le había
sucedido a un hombre amigo del diablo cuyo mensaje era que: “El que en Dios no
pone su esperanza, morirá de mala muerte, tendrá malandanza”.
CAPITULO XLVI De lo que aconteció a un filósofo que por accidente entró en una
calle donde vivían malas mujeres.
Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, vos sabéis que una de las cosas del
mundo porque el hombre más se debe esforzar es conseguir buena fama, ruego
que me digáis de que manera podré acrecentar mi fama. A lo que Patronio le
respondió: “ Has siempre el bien y guárdate de sospecha y siempre será tu fama
derecha.”
CAPITULO XLVII De lo que aconteció a un moro con una hermana suya, que daba
a entender que era muy medrosa.
Un día hablaba el conde Lucanor: -Patronio, sabed que yo tengo un hermano
mayor que yo, y como es mayor que yo entiendo , que lo he de tener en lugar de
padre-El tiene fama de ser buen cristiano y muy cuerdo, yo soy más rico y
poderoso que él y aunque no lo daba a entender que no lo hace por que sería
pecado. os ruego que me aconsejéis. -Señor conde me parece que la manera, que
vuestro hermano usa con vos se asemeja mucho a lo que dijo un ,moro a su
hermana. Al concluir el relato de Patronio Don Juan compuso estos versos: “Si no
quieres hacer lo que te vaya a favorecer tú no quieres lo tuyo por él perder”.
CAPITULO L De lo que aconteció a un rey cristiano que era muy poderoso y muy
soberbio.
Otra vez hablaba el conde Lucanor.
-Patronio, muchos hombres me dicen que una de las cosas por que el hombre más
se puede ganar a Dios es siendo humilde; otros me dicen que los humildes son
menospreciados, os ruego que me aconsejéis cual de estas dos cosas me es
mejor o qué debo hacer. Me agradaría que supieseis lo que aconteció a un rey que
era muy poderoso y muy soberbio- dijo Patronio- cuando concluyó el rey dijo que
la moraleja que le había dejado era que “A los derechos y humildes, Dios mucho
les ensalza; a los que son soberbios, hiéreles peor que maza”.
PERSONAJES
Conde Lucanor protagonista: Era un hombre bueno, sensible, respetuoso honrado,
buen gobernante ya que se preocupaba por el bienestar de su gente, gentil, se
preocupaba por los demás, no era nada avaricioso y buscaba la manera de
solucionar sus problemas de la mejor manera para todos.
Patronio personaje secundario: Un hombre bueno que le gusta ayudar a los
demás, hombre confiable, mejor amigo y consejero del conde. Siempre buscaba la
manera de ayudar a las personas que se lo pedían de una manera para que todos
lo entendieran.
Algo del Autor
ð Don Juan Manuel nació en Escalona en 1282 y murió en Córdoba 1348,
duque de Peñafiel y Marqués de Villena, es una de las más grandes figuras de la
letra española. Fue nieto de San Fernando y sobrino de Alfonso X el Sabio. De su
padre, el infante don Manuel, hereda del cargo de Adelantado de Murcia, y
participa activamente en la política de su tiempo. Contrae matrimonio
sucesivamente con doña Isabel, infanta de Mallorca, con doña Constanza de
Aragón y con doña Blanca Núñez. En sus últimos años, se retira al monasterio de
Predicadores de Peñafiel, donde vive consagrado al estudio.