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Comentario de: Indígenas, Idolatras e Adoctrinados en la Doctrina de

Canta

De todas las evangelizaciones realizadas en las Indias occidentales, la del Perú


fue la más difícil de administrar, por ser as extenso y diverso en cuanto a
territorio, aquellos que fueron enviados para gobernarlo durante las primeras
décadas no pudieron lograrlo o no permanecieron el tiempo suficiente como para
organizar realmente el virreinato. Todos los virreyes anteriores a Toledo murieron
mientras ocupaban el cargo, con excepción del marques de Cañete, cuyo
gobierno lo interrumpió el rey a raíz de las numerosas quejas contra sus acciones
arbitrarias.

La persistencia de estas creencias idólatras era un peligro para la fidelidad hacia


la única fe y la vida cristina de los indígenas, pues ello conllevaba muchas veces
costumbres contrarias a lo que denominaban la dignidad humana, ya que según
los testimonios, el indio tiene arraigada la embriaguez, posee la idolatría por
naturaleza, vuelven a ella como heredada de los antepasados.

Por ello se decidió que era necesaria medidas más coercitivas, una vigilancia
permanente o manifestaciones espectaculares, que tuviesen finalidad arrancar
de raíz los residuos de estas creencias.

Se llevara a cabo entonces una intensa campaña de extirpación de la idolatría


recorriendo caminos arduos y peligrosos, con riesgo de la propia vida.
Descubrirían a los Indios hechiceros destruían adoratorios y enseñaban con
paciencia y benignidad la verdadera doctrina de los indios, la situación era tan
grave porque se había llegado a la conclusión de que eran tan idolatras como
cuando habían llegado.

El visitador debía ser afectuoso y comprensivo a la vez que severo y enérgico


incluso amenazando con castigos haciéndoles notar a los Indios que estaban
excomulgados si no colaboraban, pero que podían ser perdonados y absueltos
si confesaban y se arrepentían de sus idolatrías. Por este motivo, la autoridad
eclesiástica debía tener cuidado de que el visitador nombrado fuera una persona
de garantía moral, no inclinado al interés personal, y que tuviera un adecuado
equilibrio personal y una intensa vida espiritual.
Hacia fines del S xvi y comienzos del xvii imperaba un gran optimismo entre las
autoridades eclesiásticas y civiles del virreinato, puesto que pensaban que la
tarea de la evangelización ya estaba realizada y que os indígenas habían
adoptado del todo la fe cristiana. Las vocaciones religiosas y sacerdotales iban
en constante aumento mientras que no faltaba lugar de la geografía peruana
adonde no hubieran llegado al misionero. Por todas partes había signo visible de
la implantación de la fe, capillas, eritas y cruces (sobre todo en los lugares altos,
cerros, etc.). Por otra parte, no habría resistencia por parte de los pueblos
indígenas frente a las exigencias de la nueva fe y respetaban a los sacerdotes y
a quienes representaban lo cristiano. Aparentemente el paganismo había sido
eliminado del Perú.

Sin embargo como demuestra el ensayo situado en Canta, el problema de la


evangelización constituyo un problema en cuanto los indígenas conocían su
territorio, eran capaz de escabullirse, alejarse y continuar su modo de vida en
cualquier lugar de la naturaleza y también en cuanto a las capacidades y
condiciones que tiene el adoctrinador, en cuanto a capacidades, no todos los
curas viven lo que predican, haciéndose notoria su sed de codicia, y en cuanto
a condiciones, el cura está más preocupado en sustentar su propio alimento,
dedicándose (paradójicamente) a la actividad pagana principal, la de hacer
chacra, dejando por un lado la jerarquía de su ideal purificatorio.

Por ultimo quisiera agregar como comentario, la posibilidad de que aquel


sincretismo, en realidad sea una recreación más en el panteón andino, y que la
reproducción de valores, técnicas, secretos y demás, nunca se halla detenido en
las profundidades de eso denominado Perú, y que los registros de esa
continuidad no sean otra que la cantidad innumerable de diversidad en cuanto a
domesticación de alimentos, animales y ecosistemas. Las innumerables
variedades de tubérculos, ajíes, raíces medicinales, etc. El sincretismo visto
desde esa perspectiva no es más que digestión entre lo que sirve y la excreción
de lo que no.

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