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En muchas ocasiones tenemos poca fe y no actuamos y es por eso que la

bendición o el milagro por el que hemos estado clamando al Señor no lo hemos


visto, porque la fe se ve. Somos diferentes por el hecho de ver lo que pedimos,
de actuar, por lo tanto, debemos desarrollarla y demostrarla a través de
nuestras actitudes. Hay que creer en lo que no hemos visto, eso significa tener
fe declarar algo que sabemos que Dios puede hacer en su tiempo, debemos
poner nuestros ojos en Jesús que es el autor y consumador de la fe y él cumple
sus promesas. Todos tenemos un nivel de fe según la comunión que tengamos
con Dios y así mismo va aumentando este nivel, pero debemos orar y pedir al
Señor más de lo que necesitamos para que esta fe no sea limitada, además
hay que trabajar conforme al plan de Dios para alcanzar cada meta propuesta.

Siempre debemos tener nuestros ojos puestos en Jesús para no hundirnos en


el mar de las dificultades y no dudar ya que está es un enemigo inminente de la
fe, tampoco tener poca fe y tener la certeza de que siempre saldremos
victoriosos pese a las circunstancias u obstáculos que se nos presenten en el
camino. Para cumplir con el propósito que Dios tiene para nosotros debemos
atrevernos a caminar sobre las situaciones difíciles y a tener una vida
disciplinada de oración y tener comunión con el Señor, orar en todo momento,
adicional a eso tenemos que reconocer nuestros errores y pedir perdón al
padre por los pecados cometidos, de esta manera nuestra vida florecerá
nuevamente y hay que creer que nos ama por encima de todo así nos alejemos
y volvamos a él con el tiempo y tiene misericordia con nosotros. Para aumentar
la fe debemos renunciar a diversos aspectos que impiden el crecimiento de la
misma los cuales son: rechazar el pecado para no separarnos del Padre
Celestial y poder disfrutar de sus bendiciones y perdonar a los demás para que
desaparezcan los obstáculos que impiden nuestro acercamiento a Dios y el
progreso espiritual. Hay que esperar el tiempo de Dios ya que son perfectos, él
sabe en qué momento darnos lo que pedimos y necesitamos y vivir cada día
como si fuera el último.

La fe nos da definición e identidad en el mundo. Siempre debemos ir de la


mano del Señor para que nos guie e instruya por el camino correcto, para llegar
a la meta espiritual a pesar de las circunstancias que se puedan presentar.
Nuestros sueños no son comparados con los que Dios tiene para nosotros, él
cumple las peticiones de nuestro corazón y tiene cosas grandes para nosotros.
Y mediante la búsqueda constante con Dios nos volvemos sensibles a su voz y
nuestro corazón se prepara para escucharle, hay que aislarnos del ruido y de
todo lo que pueda distraernos que nos haga perder el contacto con Dios,
debemos tener un ambiente especial con el Señor. Nosotros nos conocemos
cuando tenemos mucha fe porque se conoce en nuestro andar. A través de la
fe y de lo que creemos él Señor puede hacer muchos milagros en nuestras
vidas en la de nuestras familias, amigos, siempre y cuando esté ligada a la
obediencia. Aún en los peores momentos debemos confiar completamente en
Dios y fortalecer nuestra fe en las pruebas y adversidades como lo hizo el
salmista David que aún en sus experiencias difíciles estuvo firme y confiado en
el Señor. Siempre van a haber tiempo de prueba, tentaciones y aflicciones que
Dios permite para edificarnos, para moldear nuestro carácter, para renovarnos
cambiarnos etc pero todo obra para bien y cada uno de esos aspectos nos
fortalece en la fe, adicional debemos perseverar en la oración diaria, no hay
que cesar nuestro clamor y de esta forma hallaremos gracia delante del Padre
Celestial. Hay que agradecer a Dios por las bendiciones que nos ha dado, pero
nunca debemos olvidar que él es el dador de la misma porque ese es un grave
error que las personas cometemos hoy en día y eso no le agrada al Señor.
Cuando declaramos bendición para nuestra vida con fe eso sucederá, que se
cumplirán las promesas dadas por Dios a través de la palabra, debemos
renovar nuestra área espiritual y aprovechar las oportunidades que él Señor
nos da. La fe es la llave que abre la puerta del hoy y el mañana, nos trae
sanidad, libertad y prosperidad a nuestra vida.

El buen testimonio es muy importante, nuestra conducta refleja a los demás si


tenemos o no a Dios en nuestro corazón y eso se logra a través de la fe viendo
las cosas siempre desde un aspecto positivo y siempre confesando que el
Señor nos va sacar de toda dificultad que estemos atravesando y nos ayuda a
vencer todo obstáculo que nos ponga el enemigo ya que la fe es un arma
poderosa acompañada del buen testimonio. Confesar por fe que van a suceder
los milagros que estamos esperando y visualizarlos, hay que proclamar lo que
esperamos de Dios y dar gracias porque debemos tener la convicción de que lo
hará, hay que adorar a Dios y exaltar el nombre del Señor por lo que él ha
hecho en nuestra vida, la de nuestra familia, la adoración nos incrementa la fe,
debemos adorar aún con nuestras actitudes frente a las circunstancias. Hacer
votos con Dios es un aspecto muy importante en nuestra vida ya que desata
una bendición impresionante, sin embargo, hay actitudes que debilitan la fe y
por eso es que no se cumple el propósito de Dios a tiempo en nuestra vida, en
ocasiones cometemos errores por el afán de ver la promesa cumplida, siempre
debemos esperar en Dios para no tener que enfrentar consecuencias más
adelante, afortunadamente tenemos a un Dios misericordioso que perdona
nuestros pecados siempre y cuando nos arrepintamos de corazón y
enmendemos esos errores como lo hizo Sara, ella tuvo una fe definitiva de que
el Señor le iba dar lo que tanto anhelaba que era un hijo y así fue porque ella
creyó y confió en Dios y cumplió el pacto que hizo con él. Las pruebas llegan
en el mejor momento de nuestra vida, pero no es para que nos aflijamos, sino
que el Señor prueba nuestra fe, nuestra obediencia y otras cosas, pero si
salimos victoriosos nos devolverá lo que nos quitó y aún más, siempre que
viene una prueba es porque algo quiere moldear en nuestras vidas como
sucedió con Job, de nosotros depende si fracasamos o triunfamos y damos
fruto de bendición o no, nuestra fe debe superar los límites.

Abel tenía claro quién era el proveedor de los recursos que tenía era el Señor y
eso agradó el corazón de Dios cuando él ofrendo porque le dio las mejores
ovejas y su ofrenda fue recibida con olor fragante, además de que este hombre
tuvo una actitud transparente ante los ojos del Padre Celestial, pero eso no
hubiese podido suceder sin fe y gracias a la ofrenda que dio este hombre
alcanzo buen testimonio delante de los ojos de Dios, hay que tener cuidado al
momento de ofrendar porque el Señor mira nuestra actitud como lo hizo con
Caín y Abel y teniendo en cuenta que recogeremos fruto de lo que sembramos,
la siembra no necesariamente es económica, puede sembrar alegría en alguien
aconsejándolo, puede ayudar al que lo necesita, podemos ayudar a nuestra
familia, etc. Debemos mantener una fe íntima y profunda con Dios como la de
Enoc para tomar buenas decisiones y movernos por lo espiritual, tener una
relación con el Señor, tener hambre y sed de él sin importar que nos pueda dar,
hasta tal punto que lleguemos a ser amigos de Dios mediante la fe, pero hay
que saber que la fe sin obra es muerta es decir debe ir acompañada de una
acción, pedimos algo pero ejecutamos un plan para que el Señor pueda cumplir
la promesa en nosotros, las cosas no llegan a la puerta de la casa hay que
buscarlas siempre direccionados por nuestro Padre Celestial, no olvidemos que
el gozo del Señor es nuestra fortaleza debemos regocijarnos en él y tener fe
siempre.

Noe fue un hombre que obedeció al Señor aún sin saber cuál era su propósito
de la tarea que le había encomendado porque él tenía fe de que eso era para
bien, le creyó a Dios a pesar de no entender que iba a suceder, sin embargo,
Dios lo recompensó por su obediencia. Debemos creer que Dios a través de
nuestra fe va restaurar nuestra familia y que será una casa bendecida por el
Señor, pero esto solo sucede si tenemos un nivel de fe alto como para creer y
ver lo que aún no ha sucedido, en ocasiones es difícil ya que nuestra familia
está hecha un caos, y vivimos en carne propia lo que dice en Miqueas 7:6 pero
a pesar de eso debemos forjar la fe que tenía Noe para que nuestra familia sea
cambiada, transformada, liberada de toda atadura, llena de la presencia del
Espíritu Santo porque el Señor quiere bendecirnos abundantemente. La fe es
un escudo para defender la herencia familiar que Dios nos ha dado, debemos
levantarnos en oración y en fe para que satanás no destruya a nuestros hijos,
hay que protegerlos con la sangre de cristo para que el enemigo no tenga
potestad sobre ellos y declarar que tendremos una familia sana y consagrada
para el Señor.
 Los padres debemos adorar al Señor aún en medio de la dificultad y de
esta forma él nos visitará y tendremos su presencia en nosotros y en
nuestra familia.
 Los padres que creemos a Dios debemos mantener una actitud de gozo,
es decir que a Dios hay que recibirlo de la mejor manera y con alegría
cuando visite nuestro hogar. El gozo nos permite acercarnos a nuestros
hijos de una forma más sutil, hay ocasiones que el enemigo nos usa y
no tenemos una expresión de alegría con ellos y se va perdiendo la
comunicación y es ahí donde se demuestra que hemos perdido la fe y es
ahí donde aflora en nuestros hijos el odio, resentimiento rencor entre
otros.
 Un padre que le cree a Dios mantiene una actitud de servicio ya que a
través de este él Señor se encarga de derramar bendiciones que
necesitamos en nuestra casa y en nuestra familia.

Las oraciones que se hacen con fe nunca mueren y muestra de ellos es


Elisabet y Zacarías a los cuales Dios les cumplió el deseo que ellos tenían
el cual era tener un hijo y la bendición fue grande porque el Señor le reveló
el plan para ese bebe, que sería grande delante de Dios y otras promesas
hermosas que ellos creyeron porque tenían fe. Debemos convertir nuestra
casa en un Arca de bendición, en un altar de incienso de adoración a pesar
de los obstáculos que se presenten, porque Dios honra la fe de una familia.

Los obstáculos simplemente nos hacen más fuerte porque se levantar en


oposición a nuestra fe y es ahí donde la fortalecemos, debemos
permanecer firmes en el Señor y usar las armas espirituales que nos han
sido entregadas para defender nuestra creencias y convicciones. Venimos
al mundo con un propósito, nadie viene por casualidad, pero para poder
cumplirlo debemos tener un nivel alto de fe para poder superar los
obstáculos que se presenten en el camino porque cada experiencia es un
eslabón en la cadena de sucesos necesarios para obtener el éxito. No
debemos permitir que se frustren nuestros sueños a pesar de las
dificultades, hay que perseverar, proyectarnos, entregarlos a Dios y tener la
fe de que se harán realidad en el tiempo de Dios sin importar que tipo de
obstáculo surja para obstruir el cumplimiento de los mismos, no debemos
olvidar que cuando estamos en las manos del Señor nada impedirá que su
propósito se cumpla, nada impedirá que los sueños se hagan realidad.
Debemos tener en cuenta 4 herramientas para que nuestros sueños se
mantengan latentes: No perder la visión, no perder la paciencia, no perder
la fe y no perder la integridad, al cumplir con estas nos damos cuenta que el
Señor nos recompensará más adelante, nos ascenderá, sanaran nuestras
heridas, nos reconciliaremos con nuestra familia etc.
Barreras internas que se oponen a la fe
 La duda: Es un sentimiento, una atadura que obstaculiza la fe por ello
debemos fortalecer la fe para que esto no suceda.
 La incredulidad: Es un rasgo distintivo del que no muestra confianza en
nada, debemos creer porque el Señor premia a quienes los buscan.
 El temor: Es una sensación de espanto que se experimenta en la mente
y el corazón ante situaciones presentes y futuras, hay que confiar en Dios y
avanzar fundamentados en sus promesas a pesar del panorama que se
presente.
 Afán y ansiedad: Son sensaciones amargas que nos impulsan a tomar
decisiones y ejecutar acciones fuera del tiempo que corresponde. Debemos
descansar en Dios y tener fe porque él es el dueño de todo y debe ser
nuestra prioridad, busquemos al Señor con la seguridad de que nos dará la
victoria sobre toda circunstancia adversa.
La fe es la llama que mantiene encendida nuestra vida en medio de las
pruebas.

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