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LEROI- GOURHAN
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Traducción:
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í - Felipe Carrera D.

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EDICIONES DE LA BIBLIOTECA

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA


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Editions Albín °lvficl1el, París, publicó la obra en francés, en 1965, bajo el título de TECNICA yo LENGUAJE
Le geste et la parole

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°pRI~fERA PARTE

TECNICA y LENGUAJE

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Cop)'rigl71 1971 by Ediciones deo la Biblioteca de la Uuirersidsd Central de 17enezuela

Diagrarnación: VILMA VARGAS


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.LA IMAGEN DEL HOMBRE


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1
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1

En los diversos estadios de civilización, desde los tiempos más lejanos,


una de las preocupaciones fundamentales .del hombre ha sido la búsqueda
de sus orígenes. Esta inquietud por encontrar Sll . reflejo en las ag:llJS
profundas del pasado,'. ha podido ser satisfecha generalnlente a' peqlleño
costo. Todavía hoy, si bien todos los- hombres de cultura moderna tienen
el mismo deseo de saber 511 procedencia, a falta de, poder conocer 511.
destino, basta con breves alusiones al pasado de. los' grandes monos para
satisfacer a la generalidad de ellos.
Esta necesidad dé ahondar en las raíces es tan poderosa q1le sin duda
trasciende .la simple curiosidad. Numerosos prehistoriadores sienten la
Prehistoria como asunto personal, En efecto', es la ciencia q1le cuenta tal
vez con má-s aficionados, la qtle todos creen poder practicar sin particular
capacitación. Las riquezas arqueológicas despiertan en casi .todos los hom-
bres el sentimiento de un retorno, y existen pocos qlle a la primera
ocasión resistan la tentación de escudriñar la tierra, como un niño desar-
ma un juguete. la búsqueda del misterio de los orígenes y los sentimientos
. .
en qlle ella se funda, nacieron,'. sin duda, con los primeros destellos de
la reflexión: ya el hombre de Neanderthal, hacia el fin de su larga historia)
'recogía fósiles y piedras con formas curiosas. Si es difícil atribuir al
hombre de N eanderthal las preocupaciones de un prehistoriador actual,
.no hay mucho glle transitar, sin embargo, para encontrar bajo la corteza
científica del investigador de hoy, intactos y siempre crepusculares, los
mismos sentimientos hacia lo profundamente hundido en la tierra y en
el pasado .
. Seria vano pretender escapar a una necesidad fundamental tan po-
derosa como la que ..Ileva al hombre a volverse hacia 511S fuentes, pero
el análisis de ellas resulta tal vez más lúcido y ciertamente más rico si
se busca no solamente saber de dónde viene el hombre, sino también
·dónde está. y hacia dónde se dirige.· En .los últimos años han abundado
las obras suscitadas por el magnífico desarrollo de. la Paleontología y casi
no existen lectores para quienes la aleta-pata del celacanto tenga alg,ún

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s~creto. Exist~n iguaIlllente, aunque 11l~nos . numerosas, muchas obras que .y la exploración antropológica .' le conducía a definirse como el objeto
han. emprendido la ruta en ,el o~ro sent!do, ;ntentando integrar el presente central del mundo vivo, peto su' visión era esencialmente etnocentrista ..
humano .en su. larga prehistoria, El interés despertado pe.r los escritos Es. en efecto el etnocentrismo .10 qlle define mejor la 'visión precientífica
consagrados a nuestro lento ascenso y al del pensamiento, muestran hasta del hombre. En numerosos gnlpos' humanos la palabra qlle sirve para.
qué"!Junto la prehistoria responde a una necesidad profunda de confir-: designar el g.rllpo. 'étnico es: "hombre". La asimilación. de la etnia a una
rnación de la integración espacio-temporal del. hombre (ver Caps ... XI Y . especie de "yo" ideal, reuniendo las cualidades del bien y de lo bello, se.
~II~)Pienso que.' sobreent~n~ida, P-O! un~ .metafísica religiosa o IJar una
0.
conjuga con la tendencia a colocar fuera del mundo familiar a .los pueblos
dlaJectlc~ materialista, la prehistoria no tiene otra sig.nificación real que monstruosos que materializan en su .aspecto '. y en sus costumbres,' el mal
la de situar ~l hombre, futuro , ~n su .pres:~te y su más lejano pasado. y la fealdad. La misma actitud se aprecia durante el período precientífico
De lo coritrano, no' sena, explícita o implícitamente Sil10 la sustitución . con ¡respecto al mono, qlle es el antí poda monstruoso del hombre civiliza~'
por un mito científico, de los inriumerable,s mitos reiigiosos que explica~ do. Lo cual explica bastante bien la confusa asimilación de los demonios,.
en .pocas palabras . el problema de los, ?rIgenes humanos, A menos que }
t de los pueblos desconocidos }~ de los monos en las estampas geográficas
s~ .vea en ello una ·:uerte de .I:.0ell1a eplco, narrando las aventuras pres- hasta el . siglo XVI. Esta actitud se traslada directamente a la antropología
trgiosas de algunos .heroes . extranos a! ~ombre. Pcr ello, antes de e111pren- en el siglo XVII.!, dando nacimiento a la vez a las tentativas de justificación
der :1 relato de. l~s. r~lacl0~es ge?loglcas entre 1~técnica y el lenguaje, científica' de los prejuicios raciales y a la paleontología humana.
tal vez no sea inútil mvestigar corno, en otros tiempos los hombres se En lugar de colocar a los hombres -idénticos en esencia- al extremo
han visto a sí mismos, ' .
• de una línea evolutiva.: como hemos . aprendido a hacerlo,. el" ·pe.nsado,r
. precientífico considera como hombres esenciales a los que constituyen su
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propio núcleo étnico, más allá' del cual -en círculos más y. más lejanos-
EL PERIODO PRECIENTIFICO .. aparecen seres Ctl}'J humanidad es menor y se con1pone 'de hibridaciones
.Result~ difícil. decir. CÓI110 . el hombre de Cro- Magnon imaginaba su cada vez más extrañas .
p~opla .realídad, pero poseeIl10s centenares de mitos heredados de los más Creación. resuelta PCI~ los mitos de origen, ausencia de percepción
d.1~Tersospueblos, desde los esquimales a los docenes. Poseernos las srandes 'de la inmensa profundidad del tiempo, etnocentrismo y misterio de un
mItologías. de las c~vilizaciones d~l, ]l1editerrán~o, de Asia y de Abmérica, mundo en el cual los límites. de lo natural, y lo sobrenatural s-e pierden
las <:bras de los teologos y 10~.fIlosofos de la Antigüedad y de la Edad en los confines geográficos y caracterizan, entre los esquimales o los
]\1e~la y los relatos de los viajeros europeos, árabes o chinos .anteriores australianos como en el explorador de la Edad Media, la imagen del
al siglo XVII. Se desprende .de allí .una imagen del hombre tan' profunda- hombre; variable. en el espacio fuera de toda coherencia biológica. pero
ment~ coherente que se. hace posible un análisis olobaI. En todo caso :.
estable en un tiempo sin profundidad. La novela popular china: Si )!eo/l Ki
;

es -útil para tomar conciencia de la transformación b que se ha producido , o Viaje hacia el Oeste, escrita en el' siglo XVI por WOlI T'cheng Ngeng;
hasta nuestros días en la percepción de la realidad del hombre, ,
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ilustra bien esta visión en la cual se. sobreponen el etnocentrismo y el
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'. Hoy r;sulta .difícil .coI1cebir, sin e~"concurso .de ,la. geología y de la desdoblamiento del hombre en su gemelo monstruoso. El bonzo viajero
paleon~oIogla y sin considerar la evolución, una ciencia del hombre sobre . Son Ts' ang, acompañado de sus discípulos el rey n1000, el jabalí con ClIerpo
u.n ~r:lverso terrestre apenas entreabierto y sin pasado. La variación allí de hombre y el pez de forma humana, atraviesa el mundo para dirigirse
slgnIfl:-a metamorfosis, . la aparición creación inmediata, y 10 qlle hoy al monte en el cual reside Buda. Dllrante largos episodios estereotipados,
c-onceblmos escalonando los ;e~es en ~I.paso del tienlpo,' allá de~enl0s los héroes .recorren países C1I}·OS hábitantes son casi copiados de los chinos,
aceft~rlo en. su natura~ fantastlco, y unlcamente. en el espacio. Para el pero con bosqlles y montañas frecuentados por monstruos qtle son prác·
e:p1rltu medle,ral, el pltecantropó no hubiera sido una -sorpresa, pues hu- .ticanlente todos ·animales hllmanizados. El traslado etnocentrista del mLlndo
bIera aceptado al' hOl11bre·l1lono conlO aceptaba al 110D1bre con cabeza chino sobre la-s colectividades humanas visitadas se combina con el des-
de perr?, al uní -p~do .y al Iic~rnio. Los nlapas de. cOlllienzos del siglo XVI doblamiento nl0nstnloso de los habitantes de regiones salvajes para opo-
muestra.n a Amerlca en partIcular, poblada por cinocéfalos 'con nlarcl1a nerse a los viajeros, qtle a su vez se desdoblan en lln bonzo chino y tres
humana o por hon1bres sin cabeza .en aI}'O pecl10 llevan los ojos o la animales partiClilarnlente ricos. en símbolos osnlros: el mono, el cerdo y
boc~. Es el caso en el mapa del allnh!'ante turco Pirí Reís, hecho" en 1513 el pez.
segun un lTIodelo probablenlente de Cristóbal Colón. .. . ¡La exploración del espacio, antes qlle la exploració'n del tiempo,
El tr;-tnsformisnlo. ~o era p.ositi'lamente fornlulable puesto que la gesta había de modificar esta' imagen~ .El . siglo XVI apllnta la' desaparición de
de los heroes y los dIoses anImaba toda transformación. El filósofo en- los n10nstrt10S: el descubrimiento de lIn tlniverso nlás y más g,rande, po-
tre,reia las fronteras de la fábula en el estrecho canlpo de su experiencia blado de hombres diferentes por el color o por las' coshlmbres, pero' de

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toda~ ma.neras humanos, salvajes o civilizados, construidos sobre un modelo embargo, . el nuevo mundo refleja la división antigua. Los bárbaros cam-
comun, Introduce poco a poco una .ilnagen .racíonal de la humanidad. bian y los monstruos hiperbóreos van siendo cada vez más problemáticos,
E.s el 11l0mento.' además, en ~lle. la escala del tiempo comienza a adquirir pero la imagen fundamental, es aún mlly. imprecisa.
clert~ profundld:~. El. C?110Cl1111entode las ~rnlas de piedra entre los
,:a~,\laJes de. ~~1erlca, incita .a .estab1ecer relaciones con nuestros propios ¡
I LOS SIGLOS XVII y XVIII
ut1les. prehistóricos y el sen~lmlento. hasta entonc~s vago de la evolución r
material de los hombres comienza a lnlponerse racionalmente, El sizlo XVI f
t Hemos llegado al . momento en el qlle las ciencias naturales van a
COl1 sus gabinetes de curiosidades, marca el punto de partida bde lo~ !•
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. convertirse en ciencias exactas. la' anatomía comparada comienza a de-
museos de historia natural y de etnografía. La mayoría ..de los objetos i sarrollarse y los problemas que hall de alimentar- la ciencia del hombre,
presentados por entonces son armas, vestidos y objetos preciosos que no hasta nuestros días toman forma ,rápidamente~· El movimiento .naturalista
se diferencian de la calidad de antiguo trofeo. del siglo XVII, pero sobre todo del XVIII, es comparable al de la astronomía'
Todas las obras de prehistoria señalan un pequeño puesto a .los en el XVI: 11n amplio sector de la organización universal apareció en su.
precursores. Lucreció. y sus cin~o ,\7~~SOS sobre las edades de la piedra y -:
maravillosa arquitectura, poniendo inmediatamente en tela de juicio, por
los metales.! Mercati y su afirmación en la il ietallotb eca, a fines del razones sociológicas, los fundamentos de. la filosofía religiosa.· Lo qlle
siglo XVI, del carácter. humano y lUUy antiguo de las piedras. talladas, sería la tempestad enciclopédica .de fines del siglo XVIII se formó en Ias
encuentran un puesto eminente, pero hay que subrayar que el planteamiento consideraciones .de las ciencias naturales. las. preocupaciones sobre la na-
turaleza del hombre 5011más qlle un episodio en el movimiento racionalista
del problema paleontológico pern1anece totalmente ajeno al espíritu de
que debía impulsar 1,1 civilización tradicional; pero es interesante anotar
estos precursores. La 'visión de ellos es esencialmente idéntica a la de los
qlle, en el movimiento general, las ideas han sobrepasado constantemente
primitivos, Para el pensamiento del Renacimiento se ensancha el can1po, los hechos y. qlle las consecuencias del origen zoológico del hombre habían
el ~,tnocentrismo ha cambiado de forma )" se orienta hacia una jerarqui- sido _deducidas más de un .siglo antes de aparecer el primer fósil -humano.
zacion de los. valores humanos que conducirá más tarde al racismo. Sin -. El siglo XVIII en realidad estableció, apenas sobre esbozos de
pruebas, todo un sistema de pensamiento en el cual seguimos plenamente
1, Lucrecio: De narur« rerum, hacia 1282.1285. comprometidos. Buffon escribió, desde 1749· hasta su muerte en 1788, .los .
Arma antlqua, 1J] anus, ungnes, dent esque [uerunt
treinta y seis volúmenes de su Historia Natural, donde asienta, con majes-
El latrid es, el it.em JJ11'({1"'I'll f l't4g7)1 ina rami tuosa amplitud, entre la masa de documentación aún insegura, .105 dos
. Post erius [erri ris eS!J ..terisque rep erta: . p.roblemas qlle iban a inflamar el siglo XIX: la posición zoológica del
Sed prior aerls erat, q//tl1Jl [erri coguit us "SI/J •. hombre y el carácter vertiginoso de las épocas geológicas. Con su aporte
(' 'Las armas antiguas fueron la mano, las uñas }T los dientes personal, Buffon seguía un movimiento científico profundo y su época
Así COI110 las piedras }T también pedazos de ramas de los bosques· abunda en obras, como las de N. de Maillet, publicada en 1755,2 en la
. Luego vinieron el hierro y el bronce:
Pero el uso del bronce fue conocido antes que el del hierro"). . 2.· N, de Maillet murió en 1788 y su manuscrito fue publicado en 1748 en
Arnsterdarn bajo el título de T elliamed, anagrama del apellido del autor,
Esta c_it~ 11a sido piadosatl?e~,te tr~nsnlitida desde hace casi un siglo y yo Es, pues, tIn autor del primer tercio del siglo XVIII y por eso, sus posiciones
.no quisrera faltar a !a tradición, Sl~ embargo, es bueno observar que para. el teóricas son tan notables. Bajo la forma de una conversación entre un. fi·
. papel que se le h~{e Jugar, - no significa absolutamente nada. Poniendo el lósofo de la India y un misionero, el autor, qtle había sido cónsul en, Egipto
. br~nce antes del hierro, L.ucrecio. cita una tradicjó~ aún viva en· Su época, y amante ferviente de las. ciencias naturales, se abocó a los problemas de
p~10 Ios dos. VéfSOS en los cuales se ·-le presta la Intuición de una edad de la . naturaleza del globo y del origen del hombre. Bajo una forma que no
piedra, son Interpl'et~Jo.s, por. los autores con mucha generosidad. Diciendo va más allá, evidentemente, de los conocimientos geológicos de inicio del
que. el 11onlbre, ~~ ,51fVI0 prl111erq de sus uñas r de sus' dientes,. Lucrecio siglo XVIII) -encontramos en esta obra, anterior a las de Buffon, unos enfoques
hafe ~n?- sUPOS~Cl?n, por Jo demás falsa,. puesto que la característica de los muy singulares sobre la evolución, El espesor de las capas de terreno y la
mas \ 1~~0~ant~~pldos .es de estar privados de garras y de caninos. Hablando . presencia de los fósiles son considerados como el signo de vastos trastornos
de las piedras", es CIerto. que no pensaba más que en piedras brutas, pues de edad considerable .. De Maillet no vacila en considerar que icada uno de
r:
ada autorlZ~ prestar. a lapis el sentido de piedra. tallada. En cambio [ragmen .Ios seis días del Génesis hubiera podido durar cien mil años! Sobre el
tlen: .el sentido p~eclso d~ pedazo roto, lo que indica formalmente que Lu- origen de los animales, su libro abre perspectivas curiosas, puesto que, en
crecio 110 ha querido ~eclr otra. cosa que: "EI armamento de los antiguos, una teoría cuyos términos son fáciles de criticar, pero con un fondo que es
eran sus manos, sus u?as, sus dientes, c~ntos (que recogían .para lanzarlos) hoy inatacable, hace salir todos los animales aéreos, el hombre incluso, de
y lf~
.ranlas que rornpian en las forestas . Estarnos 111Uy lejos del enunciado . ,.
los animales marinos. La nlanera como los hace adaptarse es bastante su-
PRroe~l,co que G. de lvIortillet presta en 1883 al "poeta librepensador de l11aria, y para el honlbre, se "·e obligado de recurrir a la transición de las
ama. . sirenas. .. Sin el11bargo, cuando tres cuartos de. siglo más tarde, -Lanlarck

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cual el autor, fundándose en


una teoría astronómica, geológica ~,y evolu- geología ha preparado el terren,o,. pero si bien la imagen preci~ntífica
. cionísta sin' gran rigor documentarlo, asigna a la tierra una edad de varios del hombre se desvanece, el vertigrnoso descenso al fondo de los tiempos
..' centenares de millares de años. La batalla de la Evolución se desarrollaba apenas' se ha iniciado y la p.ale,ontología. no ha nacido aún .
.}'a en varios frentes, que vendrían a confluir hacia mediados del siglo XIX,
cuando la geología, la anatomía comparada y. la etnografía convergerían
hacia la sociología. En 1735, el sueco Linneo, en su clasificación de los EL SIGLO XIX
seres vivos.. materializa definitivamente la posición geológica del hombre, . En 1800, él naturalista inglés John Frere publica el resultado de una
quien se convierte en una especie: el h01JJ,O sapiens, último escalón de la . observación q11e ·había hecho en 1797, Y atribuye unos sílex' tallados aso-
serie coronada por los primates. Por entonces, la paleontología era corn- ciados a esqueletos de animales a la presencia del hombre en tiempos
pJetame~t~ implícita, y f~eron. precisos cincuenta años más bpara que el muy. anteriores a. los actuales, Sin embargo, fue necesario .~sperlr hasta
orden lógico de las espeCIes '!1'7aS encontrara su doble en la serie crono- 1872 para ·revivir esta observación qlle había pasado desapercibida. Pero
lógica ~e los 'fósiles, pero d~sde ese momento el mono y el hombre que- sería injusto decir qlle el siglo XIX no. ha hecho sino cosechar 10 qllC el
daron ligados. Se fo~ma ,la. Idea de un encadenamiento de las especies y siglo XVIII había sembrado para él. las obras de Cuvier, Etiénne Geoff roy
aunque la consecuencia lógica de este encadenamiento, es decir, la erner- Saint-Hilaire y Larnarck, la epopey'a de Boucher de Perthes,. el abundante
gencia progresi'Ta del hombre a partir de los primates, no se deduce aún florecimiento de los antropólogos y dé' los prehistoriadores en toda Europa,
.claramente, la jInagen de~ 11o~lbre hacia fines del siglo XVIII está )ra muy dieron cuerpo a la ciencia qlle. se 'va edificando a través de sucesivos
cerca de la que nuestro siglo Iba a adoptar. . descubrimientos para conduci r a la síntesis hacia fines de sigIo~ tornando
. La idea de continuidad zoológica se impuso rápidamente: en 1764, '.
,
corno eje el evolucionismo de Charles Darwin. Fue en. 1859, al .mnrgen
•>
Daubenton publicó un e~tudio" sobre . "la situación del agujero occipital , de la corriente apenas naciente de .la .ciencia prehistórica, cllando· Darwin
en el hO~l?;e y en, los animales . qlle 11:augura las, pteocu paciones relativas ¡
1;.
publica El origen de las especie J. Es en él ell realidad donde desemboca
a .la poslclon, ergll1da, En 1775, el zoolo~o alemán Blumenbach, concreta '.
¡
el nl0vio1iento' esbozado por Buffon .. Naturalista y no prehistoriador o
Ia antrop~log1,a de l.as razas, en De geJ:er1s bumnn: uarietnte natiua y en ! antropólogo; Darwin partió, como 10.s naturalistas del siglo XVIII, de las
1799, el lng.1es Whl,te publica l~ll' trabaJ~ Sobre 'J([ gradacióJl reg!l/ar del
,

entrañas de la geología estratigráfica, de la paleontología y de la zoología


bombre )' de, los dI11JJla!eJ. El siglo termina, l)lleS, con todo listo l)ara el actual, pues en definitiva, consecuencia o culminación de la evolución, el
d.esencadenanlJento del XIX. El hombre se muestra claramente en la va- hombre no es comprensible sino en la totalidad terrestre. Darwin satis-
r~edad d~ Sl15 razas y en ~u.1)roxil:1!dad zoológica con Jos mamíferos supe. .fizo definitivamente la sed de los' enciclopedistas y es notorio que a partir
flores. Solo falta }7a restituir al tiempo humano su .profundidad real. La de su obra, si 'bien el evolucionismo se estructuró en profundidad, no ha.
progresado en su contenido' esencial .. La . g:eneralidad de la gente lo ha
.habl.e de la herencia' d.t. lo~ caracteres adquiridos, expresará el 111is010 pen-
comprendido perfectamente al ligir, de manera abusiva pero reveladora,
~al111ento, aunque pro\'I~t? del arsenal de datos científicos propios de su el nombre de Darwin a la expresión: "El hombre desciende del mono".
epoca, _ ,tI ~}laI es, , también, I11Uy aventajado hoy, Al inicio del siglo X\lJII La imagen del hombre a fines del. siglo XVIII, cuando la paleontología
la. l::edltaclon ge~loglca no puede aún ejercer~e sino sobre un tje~:npo des~ . llega a S11 apogeo como entretenimiento de aficionados y los primeros.
PIO\ lstO. de densidad y. es normal que T ell;a"led transforme en pájaros,
d n poco .brutaln:ent~, a,,105. peces que la mala ..suerte había hecho enrallar el borde cráneos del hombre de Neanderthal
es la del ancestral. simio lentamente
y del pitecantropo salían de la tierra, .
mejorado eh el curso del tiempo,
. e,¡ I~, tierra firme: . "los tubos de' sus' aletas .. , se· prolongaron y se
rTe\istreron .. de barba~.,,: l~ bar~a formada de estas películas se al argó a su Esta imagen completa de manera ideal la del. siglo XVIII" que no' osaba
vez, la .pJel se !eVlstlo ,lnsensJbleInente de plumillas, las peqlleña~ aletas aún :ver en nosotros más que primos cercanos de los p·rimates.. '.
d) deba JO del ,7Ierltre. ,. se transf.ornlaron en pJ'es .,. .. (T e11'
d' "poselan
que d
l({l!le ,
e lCJOn ~ 1,755, p. 167 .' El lado fabuloso del libro}T el ataque deliberado ~,rrededor de esta idea ce?tral. de la pertenencia zo~lógica del hombre,
;~~ constltula contra: I~s . textos s.agrados~. Je hicieron blanco de un c0I11bate se te) 10. tlna. vasta trama ~e ?lSCUSlo~es. La paleontolog1a, la antropología;r-
'lgoros~, pues. er~ fac!l en 111<:'cl10 del SIglo X\7IJI den10strar que los soles la prehlstorIa y el evolllclonlsmo baja todas. SllS formas, flleron la jllsti-
no podIan dar orlgen a ,1~s planetas, que los. h?nlbres no tenían su' origen
. en el l11ar .}T que l?s ~~slles ,eran reslduos IndIscutibles del Diluvio, l\1ás ficación de tom~s de posición qu·e tenían otros orígenes, pero como el
tard~, el progreso, Clentlfl~O 11120 parecer delirante el producto de las re- problema del origen es común a la rel~gión y a las ciencias naturales,.
flex~ones de T ell¡ctJJ7:d; .SIr: enlbargo, cuando' se \'uelve a si tuar estas re- puesto que demostrando uno u otro se piensa abati.r al contrario, . el
flexlon~s en la. ,c~rrlente Intelectual de la época, es difícil reIlusar a N. 'aSllnto del mono ha conservado largo tiempo' una po~ición central. Hoy.
de l\{alllet el fllerlto de, haber entendido que los astros evolucionaban en . ,
su ~structur~, qu~, los tltrnpos geológico~. eran inn1ens'os,' que el hombre está fllera de duda qlle los moti,ros f1leran· ajenos a la in'vestigación cien·
segula la rnlsn1a "la qu~ todo. el nlundo \"1\'lente y que todos los vertebrados t.ífica. Pero con el tiempo, esas qu~rel1as parecen vaCllas e' inobj'etablemente
terrestres estaban sonlet!dos a una evoI ución a partir de los .peces~ es más provechoso investigar cómo, _a tra,'és de los descllbrimientos sucesi·
.i
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y a 10 largo de las hipótesis,


'''/0 S se ha forjado la imagen .actual del losófico, en la baja literatura de divulgación o el1 la ficción prehistórica.
hombre primitivo. El espíritu no estaba aún listo en absoluto para admitir qtle el sílex hu-
._.biera podido ser tallado por un sernimono cualquiera."
__ El período. siguiente transcurre desde 1856, - fecha del descubrimiento
HISTORIAL DE LOS PREHOl\'íBRES de Neanderthal, hasta los alrededores de 1880. El ambiente científico
~1 pensamiento se. ve algo. desorientado ante hechos sobre los que ha - cambiado _completamente. .La prehistoria dispone de una clasificación
110 dispone ?e re!erel1cl~s anteriores, Se puede decir qtle los fósiles hu- cronológica en la cual se distingue el Paleolítico del Neolítico. En el Pa-
manos han SI~O vistos e lnterpret~dos con los ojos que cada época -prestaba leolítico, la Edad del Mamut precede a _)a Edad del -Reno. -Por -encima
a los. paleontólogos, Esto es part.lcula~~lel1te patente en los ~ás anti~os de todo, el mito del antepasado simio ha _tomado forma, pues el evolucio-
y _es interesante e¡lSa}7aruna recapitulación de las etapas de la interpretación nismo darwiniano tuvo sobre el pensamiento científico .repercusiones mucho
el1 paleontología humana. más fuertes qtle las teorías de Lamarck. Además, los fósiles existen. - El
- Antes de 1850 los prehistoriadores disponían de elementos técnicos •
desdichado - hombre de Neanderthal, fragmentado por los' obreros, - debió
110tab~~s. Y~ saben que la !jerra es 111Uyantigua, que incluso el período a su resistencia natural el conservar una bóveda craneana qlle desempeñó
el papel decisivo de la paleontología humana. Exhumada en - 1856, fue
de e,xl~te11c~ahumana ha sido 11luy largo y marcado por acontecimientos
geológicos importantes. Se maneja la prueba de que el hombre vivió con reconocida en 1858 por Schaaffhausen como testimonio del hombre primi-.
tivo. Diez años después, en 1866, Bélgica _alumbra -la mandíbula de La
el reno _y ~lelef ante, puesto que hacia 1810 comienzan las excavaciones
r Naulette que Quatrefages y I-Iam}· introdujeron -en 1882 en su {traza de
e.n los - aluviones y las cavernas. En Francia, Bélgica e Inglaterra, algunos ,-"
~- Canstadt". .
~lenel: }'a. la certeza de~ c:rácter geoló&ico del pasado humano, Se podría . ~.
t

Ir mas Iejos: el evolucionismo lal11arc~lano )r la seguridad de la proximi-


~.
f A partir. ~e entonces, la cienci~~ I:~see los elementos del Antepasado
!
dad d~I hombre y los ln~llos }7a constltU)·en viej as adquisiciones; más _aún, hl101Jll0, definible .como un -se.r prlnlltlvo, cargado de espaldas, con el
cráneo rebajado, arcadas orbitarias sobresalientes y mentón deprimido. Lin-
en -1,845 _ UI10 de los mas ll~rlnosos craneos neanderthalenses - había sido
e~traldo de una gruta de GIbraltar. En 1833, Schmerling había descu- ¡
ri
neo, Cuvier Y. Darwin con,~ergen en fin, y la imagen del hombre-mono
se precisa, tornando este un, nombre, hasta dos, pllesto que en 1873, Ga-
_bierto, en la grllta de Engis, el1 Bélgica, los restos de un cráneo de niño
llean.de~.thalense, lJero est~ fósil ~o. fue "legible' Sil10 después del des-
(,
;
briel de Mortillet duda en llamarlo Antropopiteco u Homosimio,
<

,r No est,l. de más -reconstruir cómo tornó clIerpo la leyenda del hombre-.


cubrlll11ent~ de lll1a. :antldad SUf!Clente de.; 11eandertllal~nses y en parti-
cular,. el craneo de runo de La QUIna. Sucedió algo parecido con el hombre mono a partIr de los restos de dos auténticos neanderthalenses, Entre los
de GIbraltar, lJues si este fósil se hubiera reducido solamente -a .la bóveda r~stos estaban las únicas parte.s qlle pueden prestarse a una comparación
~raneana p:!obablenlente, habría tenido .Ull gral1 éxito, pero -su cara era d~!ecta con los monos: las órbitas, !a bó~eda baja .y el mentón deprimido,
SI el hombre de Neanderthal hubiese - SIdo conocido con veinte años de
1~colnprells1ble en esa elJoca ~n. qlle se estruc~ra.~a el mito del a~tropo-
piteco. Qua~refage~ y Hal1)~ hicieron una descripción exacta pero Sin con- anticipación, la paleontología humana tal 'vez no hubiera relacionado tan
directamente a los neanderthalenses - con los monos, pero tal como se'
cederle. particular 1111,port.a11cl~.Su pr~ocupación por construir con los frag-
mentes craneanos mas _discutibles la raza de Canstadt", les hizo confundir
3. . Boucher de Perthes: _Retrato del bombre ant edilurlano, Antigiledades célticas,
la naturaleza real del hombre de Neanderthal. - t. 2,,1857, p. 90: , _
- - S~n .enlbargo, todavía no era posible establecer una unión entre el It •••Ha debido suceder así con el hombre anterior al diluvio. Sin ser menos
evoluClOnlS!11~.y los documentos. No se vislumbraba que la imagen del inteligente que nosotros, ha podido, bajo una apariencia distinta a la nuestra
_110mb:e prrmitivo fues,e otra cosa que la del hOl1JO sapiens vestido de los manifestar -esta inteligencia Y', como nosotros, estar intelectualmente a I~-
cabeza de la creación terrestre. Ahí, unos brazos nlás o menos largos - unas
despojos .de su~ cacenas y. US~lldo su penetrante inteligencia lJara obtener piernas fllás o menos endebles, e incl uso, una quijada más o menos sdliente
-de. las pIedras las a~nIa5 .lndls11ensables a su pritniti,ra econol11Ía. En el no prueban nada, ni. en pro ni en co~tra. Esto es tan verdadero que s~
DIse/trso so'bre la deJlg¡,al(la~ de IOJ h01lIbres (1775, pp. 103 Y siguientes) conocen seres de genio, los· cuales hubIeran· pasado por cretinos si se les
Rousseau. da uno de Jos 1)rl111eros esbozos de Ulla teoría ncerebralista" de hubiese valorado - únicamente según su conforlnación ... ". .-
T. 3, p. 459:
la e,roluclón ~ulllana. - HEl hOlllbre n~tural", dotado -de todos sus atributos tt ••• Hemos adoptado las hachas, creerelllOS también en los útiles. Estov
actuales. y _salIdo del cero nlaterial iIlicial, in,-enta poco a poco, inlitando convencido de que, en esta especialidad incluso; hay grandes descubrimientos
..
las bestIas y razonando, ~odo lo que en ~lo:den _técnico y social le conduce por hacer y que un día, la colección de nuestros instrumentos y útiles
al ~u?do _actual: ~Esta 111lagel1extrao,rdInarlalnel1te silnplista en su -forma ~r!Inordi~Ies será cons.iderada con toda la a~ención que merece, pues estos
_.utlles son nuestras prImeras pruebas de razon, nu.estros prinleros títulos al
y habllnlente utIlIzada para denl0strar el .estanCatl1iento a donde pa
. 1 . 1 b - rece rang~ ?,e hombre, de esos títulos que ninguna otra criatura terrestre puede
con d UCI! e progreso nlaterla, so re\rjv'e aún, despojada de todo genio fi. -ensenar.
.: '

14 15
_.__,
. . ,
-------~~-_ .. _ ...... _ ..... _ ..

. .

. presenta~an los dOCUll1e11t?:, una i!lterpretaciól1 excesiva era inevitable, El hombre de' Neanderthal reaparecería atávicarnente hasta nuestros días, La
error mas. grave Yj, también el más persistente, Elle el de establecer en tendencia de los antropólogos franceses de 'la 'época parece haber sido la
consecuencia, una inea recta que 1111Íaa nosor . t di d 1
d 1 1 1 bri ros, por In errne 10 e os .. de generalizar con exceso, mientras que Huxley o King, en Gran Bretaña,
nean .ert la enses, e nllante cuarteto de ant:opoides actuales: el gorila, y Schaaffhallsen e? Alema~ía, sin, esc_apar a )a ten,denc}~ hacia lo simiesco,
el ;hlmpan~é,. el orangután y el gibón. Este aspecto del problema humano parecen haber tenido una Idea mas Justa de la situación real del hombre
sera reco.nslderado más adelante,
, Hacia' 1880, el hombre desciellde del . 1 .' "
de NeanderthaI.
a?tropopiteco, del cual el hombre de Néande~1~~t ~on a mediación del Los veinte años siguientes no modifican .sensiblernente las posiciones.
slderada C01no verosímil. No se COllOCe bien dóndeo retceb1una Il111agen con- El cráneo de Gibraltar se ha adormecido en la colección londinense, en
geológico de la a . . ",' , es a ecer e m0111ento la que ha encontrado refugio después de haber sido reconocida brevemente .
que existen sílex tf¡~:~c~~no~~s~~eb~:ja1o~C~0;0!1~~e~~~e~e~píritus 1admit~n par Busk en 1~79.El silencio continúa reinando sobre él. Por el contrario,
de la era Terciaria, en el Mioceno y el Plioceno SI? as a e corazónI!g en 1876, eh Spy~ en Bélgica, se encuentran
neanderthalcnse que permiten una reconstrucción
en. fin partes de un cráneo
más o menos completa, •
1959 el descubrirnienro del zinjantrópo en' T ,lk se cons~ era que en
que re lt b d 'f' '1 d angan)' a presenta U11 ser al peto de' todas maneras insuficiente para poder establecer los caracteres
1 su a ~ 1 ro acor ar el. n~111?re de 110Il1bre, l)ero qlle. tallaba útiles exactos de su posición.' sobre la columna vertebral y las proporciones de.
en os c~n_flnes _de la era Terciaria, percibimos que una vez más las su pragmatismo. El acontecimiento capital de este período es el descu-
grandes "IS10nes Justas se apo)'aron en docUI11entos fals ., brimiento en J~'~la,en ·1891, por el holandés DlIbois,. del Pitecantropo,'
P ues el, e rror narra' dee Jaa. JInterpretación abus. iva de los oscaracteres'
o 111exlstentes
de 1 "
monos actuales, no del postulado d 1 r.:>'. t . d f os I
avatar definitivo del 'antropopiteco de. G. de Mortillet, A decir verdad, el
'1.
, "tr vas,
pr imr . e a ,_XIS encia e orrnas humanas, 111U}' j recién llegado se limitaba una vez mis a una. bóveda craneana, . algunos
,
;
i
;
dientes y un fémur, pero aportaba una demostración impecable: su frente
.Por otra parte, la actitud de los i~Yestigadores era vaca. En 1876 era más deprimida que la del hombre de Neanderthal y sus arcadas su-
T oplnard se siente un poco ell1barazado t 1 o db , · ¡.
d e N ean d ertha] profundamente sin1iesco }? an e a imagen
apo' ..ándose en u
e un hombre
d 1 id
praorbitales formaban una verdadera visera, de suerte que la cadena que
de la ' b 1· '. J . na e as 1 eas 1: une el chimpancé al hombre se enriquecía con un eslabón suplementario.
el)oca. so re e atavismo, Stlpone que tal vez el célebre fósil uede t
,
El fémur era tan perfectamente humano qlle resultaba casi molesto. Han
representar, en .la. Edad del, Mamut, un sobre"iviente de los fab~losos r,
: sido necesarias intensas investigaciones para encontrar en él algunos signos
l.

antepasados terciarios, AdCI11JS, se hacen los rnej ores esfuerzos p qlle denoten una discreta aptitud para" trepar. Los ojos' veían sólo aquello.
contrar t 1 f' '1 id ara en-
• '? ' ~en re, o_s 051 ~s .conoo os, otros rCI)resentantes de la raza. ri- qlle 'estaban prep¡arados a ver y no ha~ía llegado la hora de compre?der
nl1tlla. En Crania etbnic« de 1873 Qu~t"efaoes
1 fósil ' ~. b
y H . Iaci
anly re acionan con
P lo que separa radicalmente la descendencia humana de la de los antropoides.
os OSI es de Neandertl1al y de la Nauletre los f-rao'nlel1tos 111' . d Ya .se piensa en poder restituir al pitecantropo· su aspecto vivo y .en _la
de hombr fu 1 1· b as \TarJJ os
.. es ac a es, COI110 a pnrnera mandíbula de Arcy-sur-Cur- o las . , Exposición Universal de 1900 aparece .su retrato en yeso y en tama~o
plezas humanas de Canstadt, de Ebaishe'inl .'p de Gourda n pa.ra fo ' natural (fig, 3). A decir verdad, esta reconstrucción, que· abunda en rn-
tifi . lId J, rrnar una
r~z~ ar lICIa: a e Canstadt, tan acomodaticia que pocos hallazgos, aun verosimilitudes de detalle, ofrece una silueta del antepasado humano poco
h~Itatos a mO?est05 fragmentos, dejaban de poder insertarse en ella: Esta diferente de la qlle se le podría prestar actualmente: tiene la frente muy
aCht~ es partIcularmente. l11t~resante, p~es los grandes antropólooos no baj a, el mentón ffilly deprimido; aspecto mll}' hosco y postura, a pesar
carecla~ de real con1petel1Cla nI de 110nestldad, pero adolecían de ele~lentos i: . de todo, casi erguida. Resultan in\'erosímiles la posición del cráneo sobre
necesarIOS pa~a fundamentar' tI!l aparato critico. el cuello, la forma de. la mano, la longittld. del brazo, el p'asmoso com-
Resulta Interesante cOllside.rar la crrad'ación ql1e .' 'd ' promiso entre pie humano y de orangután que hace reposar al antepasado
actitud d 1 d'f b . se e,'l enCla el1 la
- .e os 1 eren tes il1\'estigadores. G. de l\1ortil1et b a ' -sobre' dos' especies de pinzas de bogavante. Algunos pelos en el. p'ech?,
antropopIteco (del cual cita incluso las razas) Sill a o ~ aba con. ~u una hoja de parra, dos indefinibles útiles de cu.erno y tlna raya en medIO
Inínimo fósil, por la causa del a.ntepasado mon6 ~ consie~t: ene~'e;I e~nas de la frente plana, completan, en el alba del siglo xx, la imagen del eslabón
. ~~llnbre de Neanderthal. un seml111{mo;pero se siente incómodo ant 1el perdido, La' paleontología se ha enlpeñado por mllcho tiempo aún en el
ut! es, q.ue· Son }'a denlaslado l1unlanos t..'. "e os •
compromiso entre el antropoide y el honzo' SapieJ1S, y hasta la hora actual,
explicación " 1 '. ' y en ODces 1111aglna una ln\'erosÍnlil •

.. , gracI~s a ata\71Snl0, }"'2A~a hacer del cráneo lnismo restos d ;


,
no solamente reinará la imagen del mono en la literatura de vulgarización
un retrasa?o (actI.tud periódicamente practicada hasta ho) Ham .e sino' hasta en los trabajos de mayor seriedad científica será notable una
!
trefages dIluyen l1teralnletlte al hon1bre de Neandettl1al y ',. dYy Qu1a. especie de nostalgia hacia el antepasado primate ..
raza de ~tC t d" 1b . , agl~egan o en a
. f6siles. D:nd~n~' e ~~urrI~lohdel todos los fragment?s humanos supuestos ¡.
e resu a e ec 10 . apen~s sorpreSl\TO de creer que el :.
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ser sino el reflejo de una comunidad de origen tan lej ana que: la corn-
EL SIGLO XX paración perdía de hecho' todo valor significativo. Se siente, en esta época .
Los diez primeros añ~s . del siglo xx fuerof: l?~rcados P?r !a más de descripción anatómica' muy rigurosa, una especie de nostalgia' cada
importante serie de descllbrll111entos de hombres primitivos qlle )alllaS ~aya vez qlle la evidencia no. va en favor de ¡,l. posición inte;media. Esto. es
sido hecha. La mandíbula de Mauer, el esqueleto de La Chapelle-aux -Saints, particlllarluente claro cuando se trata del pie,. qlle deberla normalmente
el. esqueleto de Le Moustier, el de tLa ~errassie, e~ d'~ La Quilla y los ~e tener 11n pulgar más o menos· prensil, .del fémur, que debería ser todavía
Krapina salen de la tierra con cadencia extraordinaria. La pal~o11t~log1a curvo, del brazo, qlle debería colgar aún 11n poco, del pulgar, qlle debería
humana se ha convertido en una ciencia y por su lado la prehlstorl~ !la ser corto, de la columna v-ertebral, -qlle debería. inclinarse hacia adelante,
hecho considerables progresos. Ahora se dispone de' un o~den cronolog~co y, sobre todo, del agujero occipital, que normalmente debería ocupar una
bastante detallado desde el Acheliense hasta el Magdaleniense; son nleJor posición intermedia entre. la del gorila y 1~1nuestra, . r

conocidas las variaciones de clima, y la cronología de los geólogos asegura Las reconstrucciones de esta época tienden con frecuencia a bestializar
incluso para ·105. períodos cercanos un c:rden de extensión d~ l1lilla~e.s. de los paleontrópidos: sea por el arreglo de los fragmentos del cráneo, sea
años que ha resultado aceptable con ~ltiempo, ~a antropología anatómica, por la disposición de los dibujos o fotografías, "el inevitable prognatismo"
vigorosamente impulsada desde mediados de~ ~lglo XIX ¡)or Broca, y sus se ha impuesto, Es difícil, sin ·enlbargo, incriminar a los paleontólogos,
sucesores ha alcanzado su apogeo y los espec~allstas, nl~?dlales se' disputan pl1es las caras de los sujetos completos encontrados posteriormente (Bro-
los fósiles en contro,rersias más corteses, SIn excepClol1, que las de la ken-Hill, Steinheim, Sacco Pastare, Monte Circeo) no. podían ser irna-
generación precedente ., La jm~~en del pjte.cant,~,opo ya no pr~gresa • ~erá gil1adas a partir de las teorías de la época. La puesta tia un lado" del
necesario esperar la revolución allstralolJlteca . de estos últimos :' elote cráneo de Gibraltar, cuya cara. adhería al cráneo según las relaciones nor- .
años para remover la cuestiól: del esla~ón pe:dldo .. Por ,e~ contrario, el males, muestra claramente esta tendencia irresistible qlle tienen los fósiles
1101l1b.rede Neanderthal adquiere una fisonomía casi familiar, encontrán- de seguir 1,1 imagen qlle uno les pide ilustrar: el único fósil intacto en
dolo más o menos l)or todas p~r.tes, alb~nas ,-eces. ~11estado ba~tante bueno las zelaciones del cráneo y de la cara era también el único qlle se negaba
de conservación, jóvenes y "le) os, mujeres y runos, ~ en diferentes _la. a seguir el movimiento de una evolución "normal",
boratorios de Europa se rivaliza ell. habilidad lJara reajustar jos peqll.c110S .Para no ser injustos, no. se debe olvidar qlle existen, todavía hoy,
fraglllentos que constituyen, desgra~ladal1len te, parte mayor .de los mejores nll1y pocos fósiles CU}tOcráneo no haya sido encontrado roto, incompleto
especímenes. Marcellin Boule publica e~ 1911-13 un trabajo fundamental o deformado, Por consiguiente, resulta una interpretación aproximada.
sobre el hombre de La Chapelle-aux-Saints, q~e abarca todo, el problema Las .reconstrucciones .del sinantropo y del' pitecantropo .son mosaicos de'
del hombre de Neandertllal. Cuando se eX311l1Ilan retroSI)ectl,:alllente los fragmentos extraídos de diferentes individuos, Hechos tan fundamentales
trabajos' de los gralldes paleontólogos de .coI1lie?zos, ?e este SIglo, I ~~ se como la posición de la cabeza sobre la columna vertebral, la altura de la
puede evitar el impacto causado l)or .el. rIgor clentlf~so de sus análisis y cara y el prognatisrno, están todavía sometidos a hipótesis.
por la pertinencia con que han defl~ldo, en relaclo~ a nosotros y eI1 La .paleontología humana no ha exorcizado al hombre mono sino en
relación a Jos 1110nos, las formas antiguas de humanidad qlle les eran estos últimos años, cuando a fuerza de encontrar fósiles cada vez más
conocidas. Pero el mono ha trastornado ronsiderablemente la serenidad de antiguos y mejor conservados, ha sido necesario rendirse a la evidencia:
las. investigaciones. Basta ver la fi~llra' qlle adema los. libros, o :eleer el venerable antepasado tenía indudablemente un cerebro pequeño y una
los análisis morfológicos, par~ advertir las .tretas. q~e 11~,Jugado e.l prln?ate f,
"
cara grande, pero caminaba ergllido y 5115miembros tenían las proporciones
al sabio. Es cierto ql1e, 11ultlel1do de la Idea lndl~cutlble del SIglo XV:II ¡ qlle se conocen al hombre. Entre 1900 y 1920, se está toda'lía muy lejos
.sobre el .l)arentesco elltre el llonlbre y los g,~andes 1):11l1ates,·la paleol1tologll ¡
, y la ilnagen neanderthalense· se materializa.rá en la esctlltllra, no' ya' en
hUll1alla .110 l)odía i111ugil1ur nlás. q.lle sacar l~l1ledIa elltre los n10110S cl~e yeso como la del pitecantroPQ de DllOOis, sino en· piedra, erigiendo col~·
conocía y ~l hO;)l? Japiel!J .. A IJartlr de e~e, lnstal~te ~o solanlent~ se 11~cla salmente en la explanada del museo de· Eyzies el compendio de las tra-
casi il11poslble mIrar obJetl,'all1ente Jos fosIl~s, 51110.hasta l)odrla , declrs~, diciones erradas de siglo y flledio de lucha científica.
era l)¡rácticanlente inútil nlirarlos. Plles, ~n CIerta 111anera~~o podIan l1llS : .
que trastofllar la búsql1eda 'de la bella 11l1agen de tranSlClon. Es 10. que
explica por qllé. el n1isnlO fe~ó~neno de 1870, cuando Hallly descubrió la DESPUES DE 1920.
lnandíbula consIderada a prIorI C01110neanderthalense, de Arcy-sur-Cure, A partir de 1920, el teatro del hombre s~ desplaza 'para 'levantar de
se prodllj~ de nue'lo cuaf~do se trató, de. de~cribjr el pitecantrol)o o el nllevo 511 decarado con· la escena de los pitecantropos. En efecto,' co~
110nlbre. de NeanderthaJ: ,rIlIl0S en (lue se alejaba de nosotros para alJro· mienzan entonces los d'escubrimientos del hombre de Pekín, en la· caverna
xilllarse al luono, pero flle neces~rio esperar. n:ucllo tienlpo l)ara C01?lprel1- de Chll-Ku-Tien; descllbrimientos q1le, gracias a los esfuerzos' conjllgados
der que estos caracteres pretendldanlente Sl1111escospodIan nluy bIen no
19
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1: !
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de Black, Pei, el R. P. Teilhard de Chardin, el abate Breuil y Weidel1reicl1, sobre el mito del antepasado mono. Los mejores especialistas reconocieron,
,Tan a dar un, nuevo impulso al conocimiento de los hombres más anti atlOS. sin dudas, en los pedazos retocados del ser amañado de Piltdown, los
Las posiciones doctrinales han cambiado considerablemente desde f ine~ del fragmentos de un .c~áI?eo de .hombre y una mandíbula .de chimpancé.
. siglo XIX y la paleontología humana comparte ahora sus favores entre los Algllno5 de ellos se limitaron a ello, pero para la mayoría, a pesar de una
defe~sores de la fe y .10s del evolucionismo ateo. Las querellas que tanto prudente reserva, la hipótesis de que una. mandíbula de ..mono hubiera
contrl.buyeron al desarrollo, pero. también a desviar Jas investigaciones de podido conjugarse con un cráneo de. hombre fue considerada admisible y.
los siglos XVIII y XIX, se apagaron suavemente en la indiferencia; pero lo qlle Cuvier hubiera considerado una. herej ía . anatómica, estructuró
las huella-s subsistirán, sin embargo, y durarán todavía en un cierto número durante largo. ~iempo la hipótesis· del hombre presapiens. Una vez más
de ideas aceptadas en el fuego del combate y jamás revisadas después, no se trató. de incompetencia anatómica o de falta de buena fe: esa visión
Lo que parece haber golpeado más a los sabios hacia 1930, cuando se del ·antepasado es el reflejo del pensamiento de toda una época y el·
comenzó a disponer de una documentación importante sobre los sinantro- paleontólogo no podía escapar a ella. La palabra presapiens llegó a su
pos de Pekín, f~e el contraste :asi chocante entre los primos del pitecan- hora, en un momento cuando todavía ...no : se había .eliminado. completa-
trop?, que se aJustab~~ a la forn:ula del hombre mono ideal, y la pre- .mente el antepasado mono (mandíbula· de chimpancé), cuando el cono-
sencia, entre los vestigios, de cenizas de hogares y de una industria de cimiento cada vez más profundo. de las industrias antiguas atribuía desde
.piedra que fue preciso describir como bastante evolucionada. Algunos el Acheliense una inteligencia humana. a .los precursores del hombre actual
aceptaron el hecho, otros adoptaron una .actitud que habría de encontrarse (bóveda craneana de hombre}, cuando la presencia de fósiles muy prí.
en otras ocasiones y que se podría caracterizar por la hipótesis del "cazador .mitivos (pitecantropo) indicaba que los trasfondos de la escena cuaternaria
de sinantropos' o del "hombre presapiens", Esta actitud que marcó los , habían sido ocupados por· seres a los ClIales era casi indecente atribuir
~ños 19?0. a 1950, consiste en sugerir que los fósiles son de un ser una industria tan hermo-sa. No existía más escapatoria que la de un
intermedio entre el hombre y el mono, pero que la industria y el fuego antepasado cercano a 1,1 animalidad simiesca, pero poseyendo ya en su
son las huellas de la existencia de un ser mucho más evolucionado, del bóveda craneana un cerebro que .le aseguraba el mejor futuro en nuestra
cual el desdichado sinantropo no era más que una presa. Sobre las causas dirección. El coanthropus de Piltdown tuvo incluso. el honor de ser asociado
. profundas de esta actitud, ·que era ya la de Boucher de Perthes, nos ocu- a do~ fósiles con estado civil más firme: la bóveda craneana de Swamscombe
parenl0s en ·10~ primeros capítulos. ~l. mismo fenómeno se reprodujo y la de Fontéchevade. Actualmente resulta difícil saber lo .que debe pen-
cuando,. a partIr de 1924, ,al descubrir los australopitecos, se investigó sarse no ya de la autenticidad de estos fósiles sino de sus caracteres :
sus posibles cazadores; pensándose que el hombre de Broken Hill había reales, .puesto qlle ambos son a tal punto fragmentarios y .les faltan p2trtes .
sido tal vez muerto en una época reciente, Se retrocedió durante algún tan esenciales qlle es conveniente esperar para poder emitir una opinión,
tiempo ante la perspectiva de dar ,a los primos africanos. de los pitecan- a fin de no renovar la aventura de Hamy, adscribiendo a 'la mandíbula
tropos, los atlantropos de Ternifine descubiertos en 1954, una industria de La Naulette fragmentos. de hombre que con el tiempo se. supo eran
de sílex tallado tan bella corno la que los acompañaba en el yacimiento. mucho rnás :recientes. El caso del hombre de Piltdown muestra la posi-
Muy recientemente un prehistoriador italiano, P. Leonardi volvía a bilidad y los riesgos de un camino inverso. .
e~arbolar, en relación al zin jantropo, el terna del n,rerdadero' homínido En r~su~en, podría con;iderarse qtle, para 1950, la imagen del
"1\'0 en esa misma ., epoca. ... y que pe.rmanecIa, desconocido", .. hombre pnrrutrvo estaba en 'rol.as de transformarse profundamente. Como
e~ . cada período .de tr~nsfor.maciones, las posiciones no son siempre muy
.. De una manera meno~ :.forn:al se sustituía la .hipótesis del antropo-
nítidas y los mejores investigadores se encuentran frecuentemente dividí-
piteco, por la de un homínido inhallable pero con inteligencia y venido
dos con hipótesis de contenido contradictorio. La vieja corriente continúa
de no se sabe dónde, en un Inundo .en el que se retardaban los diversos
fluyendo y las .reconstrucciones de. sinantropos o de la nueva serie de pi-
prehomínidos de frente plana. Este giro particular de tIna ciencia }~a con-
tecantropos que Java libera a partir de 1854, ·se .inspiran en el viejo
temporánea ha sido desgraciadamente alentado por la superchería cieritífica
·1 esqtlema del antepasado mono. Sin embargo, algunos neanderthalenses han
que mantuvo en el campo de la hipótesis, durante unos cincuenta años ¡
sido descubiertos en suficiente buen estado como para no necesitar .la
al hombre de Piltdown. Es bien sabido que en 1909, un falsificador inolé~ ..¡
:I
reconstizicción de la base cran·eana en los laboratorios. Ya en 1921, se
provocó el descubrimiento y aceptación por el mundo de los sabios, jl~to t
había logrado constatar que el hombre dé Broken Hill no había podido
. con algunos sílex achelienses, de unos pedazos dispares de una bóveda f.
cra?eana de hombre actual y de una rnandíbula de chimpancé no .menos tener la posición en semiflexión del antepasado mono, pues su agujero
r occipital indicaba una posición perfectamente erecta. -Por entonces, este
reciente, Do..~orosa p.o~ el ti~mpo qu~ hizo perder y por las líneas lamen- . .' f carácter despertó sorpresa y se había llegado hasta a :rejuvenecer el fósil
tables, que hIZO es<:rlblr. ~ ciertos sabios, la stiperc11erí~ de Piltdown aporta
la mas clara confirmación de todo lo que se ha dicho precedentemente para ver en él (como Topinard en 1875 con el hombre de Neanderthal)
f.

.[ 21
20 ~

I
una especie, de ~upef\riVel1cia atá~ica de un cráneo prehumanc sobre U!1 comunes a la totalidad de los hombres, y a sus antepasados?' El primero
cuerpo' de hombre. 'Incluso, se llego hasta destacar que ello era 11n contraste y el más importante de todos 'es la posición vertical que, como acabamos
.sorprendente con la actitud en semiflexíón de los neanderthalenses, lo de ver fue el' último, C1l}'a realidad haya sido .admitida: lo cual ha cons-
cual" en efecto" no era más que el producto de la idea evolucionista qtle treñido durante varias' generatío,nes a plantearse el problema" del hombre
había presidido .su reconstrucción. , , sobre una base falsa. Todos los fósiles conocidos, alto siendo tan extraños
: " . Las ret.icencias !re~lt: ~ este fósil, c~yo cráneo afirmaba la posición como el australopitero, poseen la posición vertical.' Otros dos criterios sen
corolarios del 'primero: la posesión de cara corta y' manos libres durante
vertical, 's~n muy slgnl~l~~tl,'as. Pyc~~ft .1,ntentó demostrar la pelvis s= la. locomoción. Ha sido necesario esperar estos últimos años, y el descu-
correspondía a una pOSlCl011 en sernir lexión. Otros' autores, ,al considerar
,el' carácter completamente humano de la pelvis y de los fémures, trataron brimiento de la' pelvis y del férriur del australopiteco para comprender
'de demostrar que no pertenecían al 111is010 esqueleto qtIe el cráneo. Boule el' vínculo qlle existía entre ,la posición' vertical y la cara reducida. la
'(y Vallois, quien, lo siguió en esta via ) adoptó una actitud más matizada búsqueda de este vínculo constituye el terna del tercer capítulo de' este
al' suponer que el. hombre de Rodesia se había retrasado en el mundo libro. .Las proporciones faciales dependen de los caracteres de la dentadura
~ct~al ,y 11abí~ terminado P?r .caminar erecto COI110 el IJ01J10 sapiens, Sola- y es tal vez lo qlle permitirá un día encontrar la huella de .los prec1lrsores
del australopiteco. :Es bien conocido el éxito periodístico alcanzado hace
'nlente .despues' del· ?;SCUb'!11111~nto, e? '1~?~,
del, cráneo de Saccopastore,
alg:unos ',años por el oreopiteco del Monte Bamboli, en Toscana, que,
en ..Italia, que pernutía a' Sergi estudiar fósiles con base craneana intacta,
incluso 'Elle condecorado C011 el título de "hombre de los dos millones de
conl.enzó a imp,o~~rse nluy discretamente la idea .11laestra de una posición
vertical, 'ya .. adquirida por los prehombres. La rrusma .constatación en los años". los caracteres dentarios de este fósil dejan sllponer qlle ha podido
australopítecos ,de Africa del Sur iba a ser suficiente para que, al fin, tener una cara rnis reducida de la qlle se le podría atribuir a un mono.
la imagen ge~ hombre 1110110 suf riera una sustancial transformación. La libertad de la mano implica casi' obligatoriamente una actividad
técnica diferente de la de los n1000S, y su libertad, durante la 'locomoción,
,
, . unida .a una cara corta y sin caninos ofensivos" impone la util ización de
A eTI} ÁL1\.fENTE
, , .
, ,

órganos artificiales q1l~ son los' útiles. Posición de pie, cara corta,· manos
:,-;:{:""~,E'n jó~ 'últl'ril'OS'taños, ja investigación sobre el hombre ha estado do- libres durante la locomoción y posesión de útiles son verdaderamente 10·s
.minada por. ,el clan de los australopitecos, discretamente aparecidos ell criterios fundamentales de la hllm1nidad.' Esta enumeración deja comple-
:~,924, SLland,o Dart descubrió el cráneo del niño de Taunga en Africa del tamente de lado las características de los monos, delineando al hombre de
SU~', Desp1l~s, los hallazgos se han multiplicado en el continente africano modo irreconciliable con las formas de transición en las cuales se habían
,ha,~ta el ,d,~scu?ril1)~el1to,en I(:_nia en 1959, ,d~ los rest?s del zinjantropo, complacido los' teóricos antes de 1950.
g,r,~n.. a~~~~ralopltecold.e, acompañado de SllS útiles de piedra. Estos descu- Podría sorprender, qlIe la importancia del volumen del cerebro no
~rlnl.1\9~os ~han suscitado una transformación profunda en la manera de intervenga sino luego, En realidad, resulta difícil dar' preeminencia a tal
'coqsl?erar ,e~':,l)roblenla de los. orige~es del hombre. No,s, pOllen f rente a o cual carácter, plles todo .está ligado 'en ,el' desarrollo de las especies;
una Imagen que para 10.5 encIclOlJedlst.as hubiera sido completamente des- pero nle parece' cierto qlIe el desarrollo cerebral es, hasta cierto plInto,
concertante. El antropopIteco de Gabriel de Mortillet es ahora conocido un criterio secundario, Una vez alcanzada la hominización, desempeñará
!Jero no, tiene nada de común con su modelo; con todas las consecuencias un papel decisivo en el desarrollo de la sociedad, pero es indiscutible
anatómicas ,qu~ la co.sa il11plica: se trata ~e,' un 'hol11bre con un ,cerebro , qlIe en el plano de la e\'olución estricta, es correlati\'o' a 1,1 posición ,:er-
nluy pequ,eñ? "y n? un sUl)eralltropoide- con §ran bó,reda' craneana. V,ere!110S tical, y no primordial. con10 algllnos lo han' creído dlIrante mucho tiempo.
,en .~~ ~apítlll? .. 111 hasta qué punto esta constatación obligó a re,·isar la La sittlación del hombre; en" el sentido nl~í.s amplio, aparece así como
110.c10n .d~, 110nlbr~, plles, c~ando leake)t, con el zinjantropo, confirnló la condicionada por la posición ,'ertical. Ello' no pasaría de ser lln fenómeno
eXIstenCIa ',en' el, Vl1lafranqule~se de UJl ser estnlcturado esenciallnente C01110 incomp.rensiblé -si no, fll~se una de las soIlIciones dadas, a Lln probleIllu bio·,
?osotrós" 'can1ina?d6 er$lljdo y tal!ando el sílex:, , aportó 111l1C110 111ás de lo lógico tan antigllo COlno los ,-er'tebrados mismos, como es el de la relación
que, habla l1e\ho- I?~bOlS con. el pltecant~ol)o: procuró el nledio pí,lra r0111- existente entre la cara como soporte de los órganos de prensión alimenti-
per. con, tIna l1pea de pensanl1elIto que," había atra,resado sin debilitarse todo cia y el miembro anterior eonlO' órgano no sólo de locomoción sino tam-
el siglo':?CIX, Y la ~itád' 'del nuestro.' ' bién de prensión. Desde los orígenes, la Col1lffi.qa ,re.rtebral, la car~ y la
.. . .

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nlano (inclllso bajo la fornla de aleta) están indi~01l1ble!nerite ligadas .
LOS CRITERIOS,
- . . ... .. ,
DE- HU11ANIDAD . -
Esta extraordinaria avenhIra. paleonto.Jógica ,es el objeto del capíhl1o· 11.
"
" , \ Poco más" d_e·un siglo después del descubrimier1to del cráneo de Gi. I" La sitilación creada por la posición vertical en los hombres repre w
, ,
I

senta indlldableme'nte tIna etapa en la vía qtle va del pez al h01no SapieJ1S, "
braltar, ¿cuál es la :im'agen qlle puede uno hacerse que reúna los c.riterios
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23
... ~

22 •

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Fig. 2. Orangután de Borneo, según


Beeckmann, 1718. Aspecto humanoide. La
,frente baja, ·la nariz ancha, los labios en ,
hocico y el' pulgar del pie sepa-rado re- I '
.',_..',"'.' .. "'.J . ,..... '.. .,~~
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producen los rasgos estereotipados del í '
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hombre-mono .. ,,' \. . •
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Fig. 3.' El pitecantropo recons- ,,¡
truido por Dubois en la exposi- :1

ción de París, en 1900. Orbitas ,


••
Fig. 1. Vitral de .la iglesia Saint-Ouen, en Ruán siglo XIV. Demonio I
salientes, nariz ancha, labios en .
s~liendo del cuerpo de una poseída. Obsérvese el' aspecto "mono huma- I I
hocico, brazo excesivainente lar-
nizado", las cejas prominentes} las narices anchas )' el hocico, las' manos go, pulgar del pie separado,
con zarpas, el pulgar del pie ampliamente separado. En Ia mano izquierda, objetos vagos en las manos,
el demonio sujeta un objeto alargado" . muestran que en seis siglos la
imagen del hombre-mono ha'
evolucionado muy poco

'. :
25
24
---- ----- - --------

pero sin que ello implique en absoluto que el 1110no desempeñe el papel
de enlace. La comunidad de los orígenes del mono y del hombre es con--
cebible, pero desde que la posición vertical queda e-stablecida, ya no hay
más mono y por consiguiente no hay más semihombre, Las condiciones
humanas de -posición vertical desembocan en las consecuencias del des-
arrollo neuropsíquico que hacen del desarrollo del- cerebro humano algo
más que un aumento de volumen. La relación entre la cara __y la mano
permanece tan estrecha en el desarrollo cerebral C01110 en el pasado: el útil
para la mano y el lenguaje para la cara son dos polos de un miS1110
dispositivo, sobre 10 cual trata el capítulo 111. _ -
El h01JtO sapiens realiza la última etapa conocida de la evolución 110- - -
rniniana y la primera en la cual los constreñimientos de la evolución zoo-
lógica son franqueados e inconmensurablernente dejados atrás. Las nuevas
condiciones de desarrollo que experimentan el útil y el lenguaje constitu-
yen el terna de los capítulos IV al VI, que completan la primera parte de
esta obra.
La _segunda parte está consagrada al desarrollo del cuerpo social, pro·
longación del - cuerpo anatómico, Las -separaciones de especies y de razas
se encuentran sumergidas en el IJ01Jl0 saplens !)or las de las etnias, Cll}·a
fisiología se basa en la organización de la memoria colectiva del grupo.
La sustitución progresiva por la -memoria social, de los dispositivos bio-
lógicos del instinto, es abordada- en el capítulo VII, sus incidencias en la Fig, 4. _ El abominable hombre de las nieves,
según Radar! 1954. El parangón con el vitral Fig. 5. El hombre
evolución de -las técnicas serán vistas en el capítulo VIII, mientras qlle las del siglo XIV (salvo en cuanto a la longitud de los Eyzies, que
consecuencias sobre la evolución de la transmisión del lenguaje son el ob- de los brazos, por otra parte contradictoria con domina el lugar
jeto -del capítulo IX. -la posición vertical) está completo sacrosanto de la
ciencia del hombre
La tercera parte, sobre los valores )T los ritmos, es un ensa)'o de pa- fósil, continúa ilus-
leontología y de etnología estéticas. He tratado de reunir los elementos de trando, rnasivamen-
un enfoque sobre _hechos que escapan -normalmente a la investigación sis- te, _el conjunto de
los errores de la
temática. Los conjuntos de valores que aseguran a cada grupo humano en paleontología hu-
cada momento de su historia una personalidad qlle le es propia, son !Jre· mana y el complejo
sentados en el capítulo X. Una clasificación de las manifestaciones esté- milenario del hom-
ticas es obligatoriamente arbitraria, pues 10 propio del arte son las inter- bre-mono
ferencias; pero me parece posible distinguir 105 niveles Glya o-rganización
es -progresiva, Por ello, los capítulos XI y XII son consagrados, sucesi-
vamente, a la estética fisiológica, que en gran parte -penetra el COlllporta. realizado por el individuo y un ClIerpo social, que es su prolongación
miento animal, y la - estética funcional, - que abarca ante tod-o la acción indefinidamente perfectible a través de la acción, y - el futuro considerado
manual en la técnica. El capítulo XIII se refiere a la hurnanización de los como prolongación de la trayectoria paleontológica, son los dos temas
comportamientos sociales y aborda uno de los problemas que, junto COl1 el principales.
instinto, ha alimentado el estudio comparativo de las sociedades animales Tal vez se considere que una obra que moviliza los principales domi-
y de las sociedades humanas, Se le plantea sucesivamente bajo el ángulo nios de las ciencias del Hombre, carece de armonía. Yo mismo me he
de la humanización del tiempo y -del espacio, así como- el de la organiza. dado suficiente cuenta de las debilidades e imperfecciones -durante la re-
_ción simbólica del cuerpo social. - El1 fin, el arte, qlle es una de las maní- dacción como para no estimar 511 vulnerabilidad, Pero ¿cómo decir que el
festaciones humanas de las cuales la paleontología se alimenta por medio hombre es un cuerpo de mamífero con una organización de todas maneras
de numerosos testimonios, es _el objeto del capítulo XIV. _ única, encerrada y prolongada por un CtIerpo social con tales propiedades
El último capítulo comprende, a manera de conclusión, la considera- qlIe la zoología ya no pesa en su evolución material, sin hacer intervenir
ción de la -aventura del hombre. El equilibrio, único en el mundo vivo, la paleo-ntología, el lenguaje, la técnica y el arte?

26 27
. Tal vez hubiera sido necesario darle un puesto al psicoanálisis. El
mito ..de~, antepasad~.nlono posee .raíces. perdidas en la penumbra (fig. 1) Y
11
su flJaSIO? en el siglo XVIII se. produjo en el momento en .que se desata
la fa,ntastlca cohorte de demonios peludos y con garfios, de los hombres
s~l~aJes con ~abe~a de ~ob? o con cuerpo de pez, Los capiteles y los bes-
t~arl0s, las. hIstorIetas. dibujadas de las revistas y los monstruos de las fe- CEREBRO .y LA MANO
nas, desplle~an una lma~en del hOlnbr~ que pertenece a la psicología de
las profundidades, Esta Inlagen, .despues de todo, no es completamente
extraña a, la forjada por el paleontólogo, El antropoide vino a tornar el
relevo (~lg,. 2), comI?l~tado poco después por la imagen imprecisa del
antropopIteco en el qUICIO· de su caverna (figs. 3 y 5). Es un mito sabio
que todavía en nuestros días causa satisfacción a los letrados, pero qlle •

l)osee sus I'dob~es" populares ..en. el abomin·~ble honlbr~ de las ?ie,res (fig.
4), en el Tarzán de las cOll1lqultas y del CIne de barrio: Tarzán, el horn-
bre primitivo ideal, hermoso corno el antepasado soñado por Boucher de
Perthes y liberado del peso del mono por la presencia de su chimpancé ..... A5í,· gracias a esta organización, es corno el espíritu
-. tal COD10 un· músico, produce en nosotros el lenguaje y
favorito .. llegarnos a ser capaces de hablar. Este privilegio no lo
tendríamos, sin duda, jamás, si nuestros labios tuvieran
que asegurar, para las necesidades del cuerpo, la tarea pe-
sada y penosa de la nutrición. Pero las manos se encarga-
ron de esta .tarea y liberaron la boca. para el servicio
de la palabra".
GRÉGOIRE D·E NYSSE
'Tratado de la Creación del Hombre
(379 después de J. C.)

. Bien poco queda por ag.regar a esta cita, si no es para comentar en


Jenguaje .del siglo xx,. lo que ya era evidente hace mil seiscientos años. La
mano qlle libera la palabra, es exactamente a lo qlle ha llegado la paleon-
tología. Si bien. la paleontología 11~ga a ello por una vía rnlIy diferente
de la de Grégoire de Nysse, al igual qlle él; sin embargo, habla de "libe-·
ración" para caracterizar la evolución hacia las cimas de la conciencia hu-
maria. En efecto, en una perspectiva que va del pez .de la era Primaria al
hombre de la era Cuaternaria.. se cree asistir a una serie de liberaciones
sucesivas: la del clIerpo entero en relación con el elemento líquido, la de
la cabeza en relación con el suelo, la de la mano en relación con la locomo-
ción y finalmente, la del cerebro con' relación a la máscara facial. No

hay la menor duda de que este sentimiento sea artificial, ptleS es aislando
fósiles privilegiados como se crea una imagen ffilly incompleta de la evo-
lución, pero si existe alguna 'evidencia que ninguna demostración convin-
cente ha podido debilitar, es qlle el mundo vivo madura de edad en edad
y qu·e. haciendo una selección de formas pertinentes, se hace evidente un
largo sendero. regularmente ascendente sobre el cual cada "liberación'
marca una aceleración cada vez más considerable. ,
En esté encadenamiento, las formas pertinentes son las que, en cada
momento del desarrollo, ofrecen .~l mejor equilibrio, desde el triple punto
de vista de la nutrición, de la locomoción y de los órganos de .relación,
en movilidad y vivacidad, caractetÍsticas· fundamentales de las especies

2'9
-------------:-----------_ .... _.-

.. ' .

escogidas. para demostrar la progresión ascendente del mundo vivo. Una Entre los invertebrados, los 'espongiarios y los celenterados (hidras,
. demostración de las ventajas biológicas de la fijeza testimonia favorable- actinias, pólipos) ofrecen, ·de una manera perfecta, la imagen de. una
mente en tal sentido; pero se trata, en el evolucionismo, más que de alabar organización donde la locomoción no.' desempeña ningún papel y donde
. los méritos de una evolución ·en cámara lenta, de relacionar explícitamente el organismo responde a un sistema radial. Por el contrario, en otras
o no el mundo vivo COl1 el hombre actual. Independientemente de toda .' ramas, entre los helmin tos (gusanos), los moluscos, los equinodermos o
búsqueda del sentido filosófico de 14 evolución, independientemente inclu- los crustáceos, la' sedentarización de' los adultos' de ciertos órdenes es un
so del postulado que implica el Utral1sfornlisolo",. es pues, un procedi- fenómeno secundario; es la adopción de un modo de vida que desemboca
miento' normal y científico constatar en .qllé grado eminente la conquista en 'una vía de evolución totalmente -diferente de la de las especies móviles.
del espacio y del tiel11po,' característica .dominante .: del 110111bre, marca Estas formas, conducidas por la' evolución hacia lo qlle 'nosotros . conside-
de una manera tangente todos los testimonios escogidos para ilustrar su ramos como el mundo animal inferior, revisten para nuestro propósito
., solamente un interés de comparación. Muestran, sin embargo, en la base
ascension.
Se podría considerar la' movilidad COI110 el .rasgo significativo de la • del mundo viviente, lo que una explicación finalista consideraría como
evolución hacia el hombre. Los paleontólogos no lo han ignorado, pero era una selección entre dos posibilidades. Esta opción aparente .es constante
más espontáneo caracterizar al hombre por su inteligencia que por su y" justifica' la expresión de evolución "arborescente" empleada por los
movilidad, y las teorías tendieron primero a la preeminencia del cerebro, paleontólogos pa.ra expresar la diversificación de los seres vivos.
10 cual, sobre todo a partir de los primates, ha falseado frecuenternente La. . organización bilateral, por el contrario, está directamente ligada
la interpretación de los .fósiles. La conquista del aire libre, la liberación al desarrollo de la. tesis adoptada aquí, visto qlle, por vía de consecuen-
en relación con la reptación, el acceso a la. bipedia, S011 ternas 111l1y bien cias sucesivas, es ella la que conduce hasta el hombre .
.estudiados desde hace más de medio siglo, pero es característico 'sin ern-
bargo ver que, hace diez años apenas,· se habría aceptado tal vez más
.fácilmente a un cuadrúpedo con cerebro }Ta humano, que a LIn bípedo tan LA SIl\IETRIA BILATERAL
atrasado cerebralmente C01110 el australopiteco. Esta visión "cerebral' de
la evolución parece 110y inexacta y se diría qlle la documentación sea El 'plaIl según el. cual el organismo entero se organiza detrás del
suficiente para demostrar que el .cerebro se ha beneficiado de· los 1)[0·' orificio alimentario, existe en los protozoarios más móviles y, salvo en los
gresos . de la adaptación locomotora en vez de' provocarlos, Es l)or eso .que espongiarios' y los celenterados, consti tuye el plan normal de los anima-
la locomoción será considerada aquí corno el hecho determinante de' la les. La polarización anterior de la boca y de los ó,rganos. de prensión
evolución biológica, exactamente corno en la tercera parte aparecerá COI110 en los seres móviles es un hecho biológico y mecánico tan evidente qlle
el hecho determinante de la evolución social actual. sería un tanto ridículo detenerse en ello, si no fuese para subrayar qlle
es allí y no en otra parte donde .reside la condición fundamental de la
evolución hacia las formas superiores de la vida.
ORGANIZACION DINAl\1ICA DE LOS A~J1fALES La movilidad implica, p·ara satisfacer el mantenimiento alimenticio,
la misma polarización anterior de los órganos de relación, los cuales ase-
Los animales se distinguen de las plantas por el hecho de que su guran la .orientación, el reconocimiento y la coordinación de los órzanos
b
nutrición implica la torna de alimentos en masas de cierto volumen para de prensión y de' preparación alimenticia; de manera qlle, a partir de la
ser tratados par procedimientos mecánicos antes que intervengan ]05 pro- adquisición del movimiento y hasta nuestros días, bien se trate del insecto,
cesos químicos de la asimilación. En otros términos, 'la' nutrición está li- del pez o del mamífero, el dispositivo animado reviste la misma estruc-
gada en ellos, de una manera considerablemente más sensible qLle en los tura general. Se. ha creado aSÍ, gracias a la polarización de los diferentes'
vegetales, a la bús·queda;. es decir, al desplazamiento de los órganos de órganos, un can1po anterior en el cual se desarrollan las operaciones com-
captura y del dispositivo de detección. plejas de la vida de los animales con simetría bilateral .
. A .pesar de. este carácter general de. movilidad, el mundo animal,
desde los orígenes, comporta una' proporción importante de especies, qlle
sin adoptar' el proceso de nutrición únicamente' químico . de los vegetales, EL VERTEBRADO
se adaptaron ·a la captura inmóvil de los alimentos, Por este' hecho, las
especies animales se dividen en dos tipos de organización dinámica: uno, Después de haber abandonado los seres con simetría .radial y escogido
donde el cuerpo está construido según un plano. de simetría radial; el otro, aquellos cuya organización simétrica está ordenada por el eje de desplaza-
donde las partes .del cuerpo se ordenan. según un plano· de simetría miento, se debe dejar de lado el conjunto de los invertebrados para' segllir
bilateral. el desarrollo de los seres con esqueleto interno.

30 31
----- -- --- ---

nerviosas especializadas constituye el mando central, cuyas fibras, no so-


lar.1ente. se extienden hacia ~os órganos de los sentidos, sino que controlan
y coordinan toda la econorrua. - _-
-Entre la caja cefálica y el cuerpo, al límite de las actividades de re- -
lación y de la parte locomotora, se encuentra una aleta pectoral o paleta -
articulada. -Todos los elementos -que permiten analizar los vertebrados has-
ta el 110mbre, están en 511 puesto: -la caja .rígida del cráneo, qtIe estructura
la boca y protege el cerebro, los órganos locomotores estrechamente uni-
(los a la -base de la caja _craneana y el miembro anterior, situado de ma·-
- llera arnbisua entre Jos dos.
¡_;;

Si los ostracoderrnos dan -una imagen del vertebrado llevada a los li-
mites del esquematismo, es - tanto porque vivieron en una época próxima -
del origen de los vertebrados corno porqtle pertenecían ya a los seres irn-.
pulsados por la evolución, }. en todo momento, en _otras direcciones qlle
la qLle nos interesa. Al igual que las lampreas o las -_mixinas actuales,
con las cuales están además - emparentados, los ostracoderrnos o peces
suctores, tienen una organización en la cual el juego de los factores (as- t

censionales" jamás _se ejercitará. Sucede de manera absolutamente distinta


Fíg. 6. Pez ostracodermo del Devónico de Escocia, según gllC con los _eslarnobranquios (tiburones y rayas), los peces óseos, los
Traquair
liipnellsto-s ( celacan tos), los cuales -eran, ya en el Devónico, vertebrados
ccn -mandíbulas -en gran variedad de combinaciones.
Los paleontólogos establecieron, gracias tanto a la embriología corno
Es hacia -la mitad de la era Primaria, en el Silúrico y en el Devó- a los fósiles, qlle -Ja mandíbula de lo-s vertebrados debe deriva; de uno
nico, cuando aparecen los primeros vertebrados, los peces ostracoderrnos llc, - los arcos qlle so:ti~nen las branq:Iias .. El proceso preciso qll: se ter-
(fig. 6), aún desprovistos de mandíbula, pero que evidencian en su _for- r:lI1l~1, desde el Devónico, con la existencia de peces con mandíbula aro
rna más antigua y esquemática el plan de organización de los vertebrados, ti.ulada, no está completamente esclarecido, pero es cierto que, a partir
COI1l0 en los peces actuales, su cuerpo se divide en dos partes, la anterior,
_de es~ é_P,Qca,el cráneo de los 'vertebrados adquiere una función nueva, -
formando una caja ósea sólida y la posterior, articulada gracias a grandes la rn.is Importante: la de soportar las mandíbulas, Después, los cons-
escarnas, que se termina en - la cola. -La parte locomotora está estructurada
treñimientos mecánicos de locomoción y los inherentes al funcionamiento
por un eje longitudinal de naturaleza fibrosa, el notocordio; a lo largo - de las mandíbulas dominarán toda la evolución del cráneo.
del cual corre la médula espinal, - cuyas derivaciones -nerviosas rigen .las
1\ partir del Devónico, cuando los peces sin mandíbulas con-ocen Sll
contracciones de los gnlpos musculares dispuestos en series - bilaterales,
formando los flancos del animal y protegidos por el- armazón flexible apJg~o, les tres órdenes de los eslam?bra?q~io$, _de los peces óseos y de
de las escarnas. El dispositivo locomotor, en su más grande sencillez, está los dipneos ofrecen un punto de partida indiscutible a la evolución hacia
constituido por las dos - bandas -_musculares cuyas contracciones a: terna- formas superiores. A 19t1nos tipos, filogenética y funcionalmente, son ya
tivas animan la espadilla caudal. - peces actll~les y los antepas~dos de los celacantos y de los dipneos mo-
_ La cabez.a. ~s un cofr~ aplanado formado por placas imbricadas, r=. (l;rll0s dejan aparecer los s1gnos precursores de la adaptación a la vida
forado de orificios y reuniendo los elementos del calnpo de relación an- ae.rea.
terio.r: órganos de prensión, d~ inge.stión, d~ relación y todo el dispositivo . Las píginas prec~dentes, qlle no hacen más qlle repetir en forma su-
n~rvl0so que asegura _su funcionamiento. SIn mandíbulas, la boca es una maria hechos establecidos desde hace mucho tiempo y presentes en todas
a_b~r~ra en forma., de ventosa .~uya perif~ria está guarnecida de órganos las __obras qlle trazaron la evolución del hombre, no tienen otra finalidad
eléctricos; la funclon, de prenSl?fl y la Ingestión alimenticia son, pues, qlle la de subrayar un pllnto importante. El mundo anirrial entero desde
aseguradas por unas "las lTIUy diferentes de las de los vertebrados ulterio- sus ~nicios, se ~~ repartido en "?? número relativamente l~mitado de. tipos
res y el papel mecánico de la caja craneana está aún limitado. En cambio, f~1~cl0nales, h~cl~ndose la sele~cIon, co-n algunos compromisos, entre rnmo-
el cofre ~erebral abrig~ ya el ~rágil dispositivo nervioso que agrupa en vilidad y _movimiento, entre -simetría radial y simetría bilateral. Desde el
la e::ctremtdad de la med~la :splnal el centro -de dirección -de los órganos J)llnto de ,¡ista. del "éxito biológico", una y otra vía condujeron hacia fines
sensibles a la luz, a las vibraciones, al gusto, al olfato. Este nudo de células igualmente brillantes. Las medusas han sobrevivido sin variar desde hace

32 33
LA EVOLUCION DEI~ CAl\IPO A~TERIOR
varios centenares de millones de años, mientras qLle los animales móviles,
a través de Jos vertebrados, han ascendido las etapas necesarias para al- . La· sesunda condición favorable aparece· en un número considerable.
canzar la inteligencia, Los ganadores de esta carrera interminable: la me- • de especies animales: es la división del campo anterior. de relación. en .dos
dusa y el 110Il1bre, marcan los dos hitos extremos de la adaptación y entre regiones complementarias, una delimitada por la acción de la cabeza,. ,la .
ellos se sitúan Jos millones de especies que forman el matorral de la. ge~ otra por la acción .del miembro anterior, o má.s exactan1~.n~e,. por. la acc!on
nealozía terrestre. Estas Iíneas de evolución funcional pertenecen ya a un .de los órzanos faciales ..y' la de la extremidad del miembro anterIor,·
lugar "'común: ¿quién no conoce el ejemplo del tiburón, del ictiosaurio. y El campo ~nterior comprende, en ..consecuencia, un polo fac~al y U? p.olo
de la mars·opa (pez, reptil y mamífero ) volviendo a encontrar, ~raclas· manual, los cuales actúan en estrecha relación en las operacIones técnicas
.a la adaptación al elemento líquido, las mismas caracterís~icas. de silueta? más elaboradas. .
Los hechos de adaptación mecánica son normales y se tienen Ilull1~rosos La situación del miembro anteric.r, ·entre la parte. cefálica y: la parte
ej ernplos .al res}Jecto de organización .dental donde, por ej ernplo, a111111aJes motor del cuerpo, reviste una cierta ambigüedad funcional y en los art,r,ó-
tan gelléticalnel1te dispares COI110 la liebre, el caballo o el buey, .1)Qseel1 podas como en los vertebrados .el . órgano más anterior de la 1()C~~10CIO?
molares con estructura mecánica similar. Calificado de convergencia, este . puede intervenir, en ~rados \~arl~dos, e~ .la captllra y la ,preparaC1?11 alI-
fenómeno si fuese tornado corno base de una tipología sistemática," daría menticia, Ello se aprecIa con particular nitidez en los c.rusta.ceos decap~dos,
lugar a la construcción de un dispositivo 111uy distinto a la arborescencia tales como el cangrej o, CU)'O primer par· de patas; evolucionado hacia la
filética, l)ero que haría innecesario gran número de sus ramas. forma de pinzas, asegura la prensión y.. la división de las presas. Ahora
Esta convergencia funcional puede tener validez hasta entre los 111:1- bien, si los ej emplos de canlpo 'anterior .de .dos poI~s son b,lstan,te ,r:~lln~.-
míferos, en un orden entero, COI110 es el caso de los marsupiales de Aus- rosos en los articulados, mucho m.is lo 500, y particularrnen te slf~n ~f l':_-atl-
tralia, que ofrecen falsos carnívcros, falsos rumiantes, falsos roedores. vos, en Ios vertebrados.
Puede existir también en formas aisladas }' llegar a similitudes extraor De una manera independiente de 1:.1división taxonómica de las clases
dinarias, Es conocido el. ejemplo de los proteroterídeos del Mioceno de y de los órdenes, el mundo de Jos \ler~ebrados se r.eparte ~en li~.:; ttnd~~:
América del. Sur, los cuales siguieron la misma vía de especialización glle cías funcionales: una en la cual el miembro anterror esta destinado casi
los equideos }7 dieron origen a linajes de falsos hipariones y de falsos exclusivamente a la locomoción y otra, en la qlle interviene de manera
cabal Jos de sorprendente SiI11ilitud funcional con los verdaderos, más o menos estrecha en el campo anterior. de relación (figura 7). .
El esbozo de esta división existe ya al nivel de los peces. Ei1 la ma-
La biología rinde cuenta, al. menos someramente, de la transforma-
yor parte de las. especies de agtllS llenas o d~ superficie, las aleta; pec-
ción de las especies gracias a la combinación de la gal11a de los elementos
torales están ligadas únicamente a la locomoción, actuando. COI110 organo
genéticos COI) la selección natural.: Puede agregarse a ello, qLIe el efecto
de dirección oc...de desplazamiento lento. En las especies de fondo, ~11
acumulativo de las adaptaciones al medio Ileva en el transcurso de los
cambio, se encuentran numerosos C,lS0S en los qlle. las pectorales están
. tiempos hacia una organización cada vez m is eficaz del sistema nervioso ..
directamente asociadas con la búsqueda alimenticia; como es el caso, por.
El l)aso del medio acuático. al l11edio aéreo, la Jl)aricióI1 hacia el fiIl· de
ejemplo, de la tenca, en la cual acman como Ull0S· abanicos para leva~tar
la Era Secundaria de la 110I11eoternlia,. qlle da a los pSjaf(JS y a lc)s. Jl1a-
el liITIO y descubrLr las partículJs alinlenticias· y tam~ién en l~s nlblos,
nlíferos Ullas posibilidades cOl1side,rables de ada})taciól1 en relación COl1 las
transfornl5.ndose. en patas o en palpos rices en papIlas gu.statl\TaS, qlle
de los anil11J.les de sallgre f.:Ía, renue\'an. cada \'ez el registro sobre tI
exploran el suelo sosteniendo al p,ez como .sobre unas .muletas. En. l~~
cual se aplica la adal)tación fllncionaI. El. sistell1a ner\'Íoso es el bel1eficia-
anfibios y los reptiles, la inter\"enCIOn del mle~ro anterIor ~S ~:uy llnll-
rio 11115 aparel1te ·de la e\ro!ución, adquirie11do lln sentido extraorg,~11jC(),
..tada; . concurre, sin embargo, en cie!:tas especIes, para la flJacton de la
• puesto que conduce al cerebro humano. Este desarrollo, . que únicanlel1te
comida en el. slIelo o la liberación de la boca de fragmentos embarazosos
ha sido l)osible !)ara llJ1 linaje, 110 es concebible si 110 se sitú,l en el (_)rigen)
o desagradables.
nluy abajo en el l11undo \'e,:tebrado, un CÚITIulo de COl1diciones fa\'orable:s
En los pájaros la situación se ha tornado rnlly particlllar por el he:::ho
asaz gellerales y cada \'ez· l11ás. linlitadas . a medida que ll110 se J!)rOXil11J
de la adaptación· del miembro anterÍcl! al· vllelo. El· O pisthocorntls hoatzil1
a los tie~lpos actuales.· Es, pues,. d·e una base biológica l11uy· a1J111lia ."
o chenchena de la América tropical es el único ejemplo ach.lal de lIn.
profunda de donde se iJ1icia. la 111archa, }'. solanlente oI,·idando. los lTI_tllo-
pájaro cuya mano -sirve' para trepar; partiClllaridad qlle ademis sólo la
nes de especies que no al)ro~/echan sino· .i l11pe rfecta111en te las condicionc')
posee cuando joven. No se podría hablar. plles de intervención del miem-
fa\'orables sucesi\'as, es conlO se puede hablar del· linaje hUll1alio. La l)ri·
bro anterior en el campo de relación en los pájaros; en cambio, en nll·
I11era y más in11)ortal1te. de estas condiciones, acabanl0s de ,rerJo, es la nlerosas especies, el mienlbro posterior puede intervenir en la prensión
constitución del campo anterior, qlle afecta a la nla}!Q~ía·de las especies
alimenticia como es el caso de los rapaces, o en operaciones técnicas rela-
aI1imales y a la· totalidad· ·de los ·,'ertebrados.
.,:»)-
34
... ' ,

. . . :._

cionadas con la confección del nido, como en los 'tejedores. El ejemplo


, '
de 'los pájaros es precioso, pl,1es muestra qlle la posibilidad de interven-
ción de la "mano", no solamente no está ligada a grupos zoológicos estre-
chos, yendó directamente del celacanto al hombre a través de los 'monos,
sino qlle, eu cierto modo, goza de independencia y no está, ligada a una,
re!2iÓ11 anatómica" determinada. ,Las patas' del pájaro, corno la trompa 'del
e!e'fante, responden m is a una realidad, funcional que a una vocación
zC·Jlógica. ' ,
La situación de 10,5 mamíferos est.i directamente relacionada. con el
a propósito de este libro lT' exige una exposición más detallada. Dos grandes :
d
t~rllpos, de composición n11S o menos homogénea, aparecen aquí. ,
El primero comprende a la, vez a los primates, a los insectí veros, a '
los desdentados }' a los quirópteros, a los roedores, a los' cetáceos' y los",
carnivoros; el segundo comprende el conjunto considerable de los, ungula-
dos qlle reúne todos los animales' con cascos o pezuñas, desde el elefante
hasta el caballo, el puerco o' el buey. '
En' una perspectiva funcional, se puede volver a encontrar la misma
d iv isión: .e I primer grupo reúne a las especies cuyo' .régirnen alimenticio
es variable (carní voro, frugí voro, ornní voro ), orientado esencialmente ha-
'Ci~l lo "(af110-50" animal o vegetal: en cambio, los ungulados son, en su
gran mayoría, comede-es de productos ricos en celulosa,
Si se intenta hacer, una separación entre las especies cuyo miembro
b Jllterio,r interviene en, ~l canlpo de relación y aquellas en las qlle su papel
e es débil o nulo, no quedan rn.is que dos grupos principales: de una. parte,',
el primer grl.l!)O (sal \'0 .los cetáceos) 'en el cual existen numerosos casos
de intervención, y por otra parte, los ul1glllados y los cetáceos" en quienes
nil1gún caso de intervenrión es notable. Tomada, en 'fin, desde ,el ángulo
qLle nos interesa m.is, la bipolaridad del campo anterior si,glle siendo l111
herho de amplia distribución, pero limitada a once solamente de los vein-
tiséis órdenes qlIe constituyen el conjunto de los mamíferos placentatios.
•,
• En estos once órdenes con bipolaridad, cada orden requiere 'lIna nueva
"
diferenciación, fundada sobre variantes en grado de gran importancia n111-
chas veces, Como mis adelante lo' veremos, 'si bien es entre estos mamí-
feros donde la coordinación del can1po facial y del campo' manual está mis
adelantada, no" está presente en igllal grado en los, diferentes gnlpos: ni
Jos desdentados ni los quirópteros ofrecen notables ejemplos, salvo en los
murciélagos pescadores o los paniques f rugívoros, en los cuales el miembro
e posterior, al igual qlle en los pájaros, puede adapta.!:se' ~ la prensión
f alimenticia. 'En los insectívoros, qlle son un grupo muy arcaico, la ínter-
Fig. 7. Ejemplos de los dos tiIJOS de campos de' relación; a,' b, e: vención de la mano se presenta' con modalidades ffilly variables. Puede
campo facial prácticamente exclusivo: Fez de natación rápida' (atún),
pájaro velero (pelícano de' Bassan), mamífero caminador (gacela); ser casi nula, como en el tenrec de Madagascar, muy relativa como en el
d, el f: campo facial y manual combinados: pez de fondo (rubio), caso del topo, o al, contrario, nll1y importante, como sucede 'en el' tupaia,
rapaz (autillo), omnívoro prensor (oso) Cll}'a posición taxonómica entre los insectívoros o entre los primates, está
aún discutida. Los carnívoros también ofrecen diversos grados de interven-
ción manual, ullnque, prácticamente todas las especies hacen intervenir, la
mano en mayel: o menor grado, en el, can1po anterior de relación, En 10'5

36 37
- ..

de al11asar les alimentos simultáneamente con los dientes, además de hú-


cánidos y los hiénidos, esta intervención es discreta por el hecho de una meda }' capaz de hacer pasar estos alimentos de lado a lado, .como hacen
adaptación l11uy importante de las extremidades de los miembros a la .10- los perros y otros c~rní\'oros" quienes pueden ~eslizar la .1eng~1~entre los
cornoción rápida para largas distancias; en cambio, en los mustidos, vivé- intersticios de los dientes. SI el (tterpo no tuviera rnanos.. ¿con10 se foro
rridos, prociónidos, ursidos, felinos, la participación manual puede al- maria la \'OZ articulada en él? La constitución de las pa¡!"tes qlle rodean -J41.
canzar un grado relativamente próximo al de los primates: las posibilida- bora no se haria conforme a las necesidades del lenguaje. El hombre, er:-
des. manuales del mapache, por ejemplo, son lo suficientemente desarrolla- tonces, hubiera tenido qlle balar, lanzar _gritos, ladrar, reljncllar, ml1g'11~
das COI110 para permitirle competir en algunas pruebas con. ciertos nlOl10S. CO-lTIO 12s bueyes o rebuznar corno. los burros. o lanzar rugidos como las
. En el orden de los roedores la variedad de los dispositivos funcionales l)estias sal\'ajes".· Para los tlngulados, sucede eXJctamcnt.e lo q,ue deml~~so
es considerable. Son ellos los que ofrecen, entre los mamíferos, ·105 C011- tran la paleontología }' la zoología actuales: nla alISe?Cl.J d.~ lnter:encloll
trastes más llamativos desde el punto de vista que nos preocupa. En efecto, de la mano est i, en efecto, compensada por una especialización facl~l n:.: 1),
en el suborden de los histricornorfios, se encuentran ciertas formas COI110 variada en modalidades. N() solamente se encuentran en la organlzaclon

el clligüire de América tropical o el cobayo, que l)resentall solamente ves- de la dentadura formas extremadamente complicadas corno. el diente del
tigios de intervención manual, mientras que en el suborden de los esciú- caballo' o el del elefante, sino. qlle se ve también en los otros ·órganos
ridos o de los miornorfos (ardillas o ratas) pululan las especies en las faciales una eran diversidad de estructuras qlle pueden de algllna manera)
cuales la intervención de la mano (corno en ciertos carnívoros ) se aproxi _ rornpensar la L-lleficiencia del miembro ~nterior. Son los apéndices de rrco-
rna en importancia a la de algunos 1110nos. Es de notar qlle en los carnivo- .SiÓ11 o de defensa, qlle reemplazan directamente la nla,llo o los. can 1110S,
. ros, los insectívoros o los roedores, las especies COl1 actividad manual 111_ís (lllC conocen el nlayor· des.irrollo; basta ~on ci tar 10,s labios extensib l.es, d,~l
importante, ·5011 igualnleIlte aquellas en las cuales, en el curso del 'andar manatí, la trompa cllle aparece en un numero considerable de especies \ 1-
en medio terrestre o nrboricola, interviene frecuentemente una verdadera "lentes o fósiles, desde II de la danta hasta la del elefante, los cuernos
acción de prensión por ·l)arte del miembro .anterior. . nasales de los cuales los rinocerontes son los últimos poseedores en el
La característica que acaba de· ser nombrada, sobresale todavía 1111S mundo actual, los caninos transformados en jetas, palas afiladas, cuernos
cuando se considera a los primates, En efecto, en ellos todas las formas . o astas f rontales de los rumiantes",
conocidas presentan en t10. 111a}'Orgrado la ligazón del miembro anterior Evidentemente, no se puede tornar al pie de. 1:1 letra las explicaciones
con el caolpo de relación. Pero se puede decir que. existen grajos en esta anatómicas de Grégoire de Nysse, pero es de notar qlle, a fines. del siglo
ligazón y qlle, 11i desde el -JJunto de vista anatómico ni desde el r)"~IJlt() IV· de nuestra un .
era, - filósofo haya apreciado tan justamente la- relación
de vista neurosíquico, la J11anO del. colobo, por ejemplo, actúa COl110 la existente entre el Jengllaje y' 1~1 mano. Es necesario observar (Ille esta
del gorila. l\,f ás 'adelante \'erC:l110S qLle el mundo de los n10110S es tan relación no corresponde a una participación banal de 1,1 mano (a través
,;ar.iado COI110el de Jos roedores y. qtle estl. \'j_riedad ofrece la 110sibilidaJ del boesto) en e 1 len b). (~llJJ'e sino corno lIna re IJción orbo-ánica en l~l cllal
lie cOl11prender UI1 })OCO gracias a qllé nlecanismo el 110111bre se j),:esel1ta J~l tecnj~idad nlanll:11 responde a la liberación técnica de los. órganos fa-
tal COI110es; es decir, (01110 la única especie ,-i\'iente ell la (lue la acel1tl1ad:l ciales _qtle quedan disponibIes para la palabra. .
relación el1tre el pc)lo facial y el polo l11anual se ,'erifica sin (llle illter\'tllI~a Se desprende ele todo lo que precel-le qlle, si bien llna paleontologlJ
el oliel11bro anterior en la Ioconlocióll, Antes de hablar de Jos l1e~-Jl()StILlé fllnclada únicamente sobre las constataciones anatómicas y cronológicas lIe-
!JCrl11iten conlp,!'enc-ler las incidellcias de la relación fllllJa111el1taJ clltre 1:1 \fa a la den1·ostracion de las grandes líneas de la ev'olución, no agota eJ
cabeza y el. nliell1bro JI) terior, es necesario reflexionar (JI1tes de al)a 11<.:10· interés hacia otros modos de cOl1sideración de los hechos biológicos, ligad()~
n·arlos) sobre la Sllerte de los ungulados, los cuales, habiendo tOll1ado l1l1:1 éstos menos a l~l sistelnitica qlle al con1portanliento, los dos aspectos de
,'ífl di~tinta a la nuestra, e,'oluc_ioJlando nlucho nl1S lejos qlle 110sotros (:1 l~l. in\'estigación so~ conlp!en~ent~rios en realidad y es es·o- lo qlle he
Sll ada!)tación loconl0tora, se e!l~uentran conlpJetarTIcnte aflItl:-a ele la as()- tratado de· demostrar' hasta ahora. Tomada en el sentido qlle hemos adop·
ciación .de la 01anó y de los órganos faciales, J-\ ellos lJodría apJ iCJfSe tIlla tado aqllÍ, l~. in\festigación condllce al historial de tInas disposiciones ftl11-
nl1e,'a· .cita del Trt.r./ac/o· ele la Cre(/ció}] e/el HO/llbre de Grégojre· de N}'~;::c: cionales cuya mlly amplia repartición en eL n1l1ndo ,'ivo explica por sí
(pá·ginas 112-113): ('Sill enlbargo, és sobre todo para el lel1guaje para lo sola, a 10 larg.o de la trama de ,rariaciones de adaptación más y m::s pe~-
que la natu!aleza ha agregado las .1nallOS a nuestro cuerpo. Si el 11011lbre tinentes, el resl11tado en llna .forma hllmana todavía profllndamente arraI-
estu,'iese despro\>isto l~e ejlas~ la ·cara se hubiera desarrollado, al igllal (lllC gada en el· mllndo aninlal y e\,identemente próxima a los n1an1íferos qlle
. en los cuadrúpedos, lJara pernlitirle alilnentlfse: tel1drÍa lIria forllla alar- han adoptado ffillCho mís tarde las formas ffi2S alielantadas de integración
gada, adelgazada en la región de las na.:-ice:;,. con labios }1rOIllinentes, (J- de los do·s polos del campo anterior.
110505, fuertes y gruesos; a- fin d·e arraIlcar la )'erba; tetlcirÍa t'lltre los dicl1tes
una lengua nll1y distinta a la que tiene, carnosa, resi~tente y rllda, a fiIl
39
38 .-
_ _. _. .._-

.,

DEL PEZ AL HOl\fBRE


- _ ..
~--==-- '
_. »)
La. percepción del papel capital qlle han desempeñado en la evolu-
CiÓ11 de los vertebrados las variaciones de equilibrio entre los dos polos
del canlpo anterior obliga a uu examen más detallado de las formas adop- Q.

tadas .por los seres 111ás evolucionados en la integración técnica ell el


transcurso de las diferentes etapas de la historia d·e los seres \7¡'10S. En . ----_ - ...

otros términos, basados en la documentación inmensa reunida por la }1a- ---_.


Ieontclogla y la biología de los vertebrados, se puede ensa)'Tar el esbozo
-
b
de .una paleontología funcional, Para ello, se deben integrar en una sola
perspectiva los principales elementos funcionales de cada uno de los tipos
que se encadenan a lo largo de 105 tiempos. Para nlayar comodidad, estos
diferentes elementos pueden reducirse a cinco. El primero se relaciona ce 11
las sujeciones locomotoras, es decir la organización mecánica de la co'urn- ---+---~
na vertebral }T de los miembros. De hecho, este primer .elemento es inse-
. '"
parable de los siguientes, puesto que los órganos del desplazamiento son
el instrumento motor de la vida de relación. El segundo elemento que
interviene es la suspensión craneana, Por su ubicación topográfica, es el
.elemento 111ás sensible del dispositivo funcional; este hecho ha sido enten-
dido empíricamente desde los inicios de la: paleontología, puesto qlle ya la
célebre . disertación de Daubenton sobre la posición del agujero occipital
e11 105 vertebrados inaugura una larga serie de trabajos,. en los que la d
suspensión craneana constituye terna central. El elemento siguiente es la
dentadura, cu}·os \'111cu10s· con la vida de relación son fácilmente C0111-
prensibles, si se torna en cuenta el papel· desempeñado l)or )05 dientes
tanto en la captllra COl110 en la defensa y la preparación alimenticia. El
cuarto elemento es la .mano, ° al menos la posible integración de la
extremidad del miembro anterior en el campo de la técnica. En fin, el
último es el cerebro, CU}'O papel en tanto que coordinador es evidentemente .
pr imordial, !)ero qlle aparece, funcionalmente, COI110 el "inquilino" del
d ispositivo corporal entero. Esta situación del cerebro, de la cual se })o-
dría decir que está subordinada al edificio en su conjunto, ha sido ex-
presada y consignada· reiteradamente sin que su· significación haya sido
totalmente esclarecida. En efecto, una noción corriente es que en J()S cr.i-
11(;05 de ti pos funcionales 11luy vecinos, como por ej ernplo, de los repti les

Fig. 8. Diferentes tipos funcionales. Columna de la izquierdas armazón cra-


> "

neana en sus relaciones con la. posición y la dentadura. Columna central: la


mano. Columna de la derecha: la posición en la actitud de prensión: a) Ictio-
morfo: suspensión en medio Iíquido, ninguna movilidad cervical, dentadura
l'
larga homodonta, b) Anfibiomorfo: reptación en plano, movilidad lateral de .,'
la cabeza, dentadura larga, hornodonta. e) Saurornorfo: reptacíón semi erecta,
libertad cervical, la dentadura está equilibrada en la mitad anterior del edificio
craneano. d) Teromorfo prensor: liberación temporal de la mano, dentadura
heterodonta. e) Pirecornorfo: liberación de las - manos en posición sentada,
pulgar oponible, columna vertebral liberando la parte posterior del cráneo.
f) . Antropomorfo: liberación total de las manos, posición vertical, despega-
miento mecánico de la bóveda craneana f

40 41
i .

. : .

teriodontos del Secundario antiguo, los carnívoros del Terciario antiguo y c~er~o por unos grupos ,m~s;:tllares, sin. que el eje, vertebral desempeñe
los camívoros del Cuaternario, se alojaron cerebros cada vez 111;1S desarro- 'n Ingun, p¡~pel de sosten; 11ffiltandos:, sencillamente a dar 'paso en el interior
llados, siendo los 111:1S antiguos apenas más gruesos que la médula espinal. de 1 edlflCl? ,craneano, 'a la. extre~l~ad, de -Ia médll~a ql.le' termina en un
Esta sencilla constatación basta por ahora l)ara establecer que 110 hay una .r c.rebro minúsculo, suspendido prácticamente en el intenor de la bóveda.
relación de prioridad de la evolución del cerebro sobre' la e\701l1Ciól1 del .Los elementos comprometido-s en la evolución de 10s" vertebrados 'terrestres
dispositivo corporal controlado IJar él. Sin. embargo, en el primer capítulo estJn en su puesto,. pero la adaptación mecánica qll.e les, dará el' retoque
se ha demostrado qlle en la imagen qlle se había hecho del hombre completo se, producirá solamente COn el vpaso a la, vida aerea.
primitivo había predominado durante un siglo la idea inversa
El estudio por separado de cada uno de los elementos qlle entran LA RESPIRACION A:2REA v LA LOCOi\[OCION TERRESTRE
'ell la composición del vertebrado 110 puede conducir más que aUlla C011)· , '

prensión 111l1y incompleta de la evolución funcional: por el contrario, la El paso, a 1,1 vida aérea generalmente es considerado corno 110 fenó-
integ{ación permite encontrar el orden zoológico a tra\'és, de un cierto meno simple ): único: el pri\'¡fégio de alglinos peces qlle se tornan anfibios
número de grandes cortes glle caracterizan estados funcionales. Siguiendo }' materializan la débil raíz del inmenso matorral de los, vertebrados te-
a la vez el, orden cronolóaico }T el de la sistemática de las ciencias na- rrestres. En realidad, los zoólogos enumeran muchos peces, de los más
rurales, examinaremos sucesivamente (f'igLlra 8) )" en relación con, los ca- variados grll!)OS que, gracias a algún artificio, llegan' ,1 asimilar directa-
racteres qtle acaban de, ser precisados, las grandes etapas del ictiomorfisrno. mente el oxígeno atmosférico. Numerosos zoólogos consideran incluso la
del anfibiomorfismo )' del antropomorfismo, -:1 que corresponden respectiva- \'e jiga natatoria corno un vestigio de, pulmón, siendo cierto, ~n· todo caso,
mente al equilibrio en el medio acuático, a la primera liberación del agua, (r-~e ha)' relaciones de función entre los (los órganos', La respiración aérea
a la liberación de la cabeza, a la adquisición de la }C)COJ11ocjón cuadrúpeda L.; de rig()r' en especies de aguas P()CO prof undas 'y mal oxigenadas, 'Se
trgllil~a, a la adquisición de la posición sentada y a la de la posición ,coffijJrende ffill}' bien el vínculo existente entre la adquisición de medios
ergllida, t, para es:-a!Jar a la asfixia j' una locomoción sobre el cieno de los pantanos
IJara buscar las últimas colecciones de agllJ. Como la simetría bilateral, o
la opción entre la, prensión }' el caminar exclusivo, la respiración aérea
EL ICTI02\I()RFIS}..10 }. la locomoción terrestre constituyen, plles, una selección, 'esta vez entre
La organización dinámica del pez no ha "afiado desde la aparición la adaptación exclusiva al líquido y la adaptación relacionada con el
'el1 el Devónico de Jos primeros }1eCeS con mandibulas. Su IC'COl110ci()11 est í rned io aéreo." Las más variadas especies respondieron de manera, di ferentc "

asegLlrada esencialmente l)()r Jos go'!)eteos laterales determinados })e)r la a esta O'PCiÓi1 }r una de estas maneras corresponde a la fórmula de 1 cua-
acción de los IllÚSCU los an tagóIl icos sosten idos I)or el e j e "el:-tebral., Este drúpedo anfibio.
dispositivo propulsa la extremidad cefálica, que le .es estrechamente S())j-, , Otras fórmulas surgieron j' no pocas se perpetllaron hasta nosotros,
daría, 'j' es c,OJ111Jletado l)or unas aletas qllt corresljonden, l1esde l,l 111itad desde la angllila que puede absorber oxígeno por la piel hasta el anabas
(le la era Pril11aria, éll 'llúl11cro }T él1 l)osicióJl a las de !()S l)eces actllales. de la India qllt dispone de cámaras branqlliales modifical1us, o los dipneos~
, La extren1idad cefálica tielle COI110 arn1azón una caja ósea CU)'8 1)apel Cll}'a \'ej iga natatoria es un \'ercladero Plllmón. El núnlero lie "erdaderos
ts t,:i F)]c: so})or'tar los· ("ientes, asegllrar la Íl1serción ele I()s l11ÚSClllos 111al1· peces qlle ofrecen" ad'lpt3.ciones parciales a 1,1 respittación aérea es tal, gLIC
dib,lllarj(.)s' }¡ l)foteger los' é)rganos de relación. ,A este c()fre crantal10 se se PlIede considerar qlle el hecho determinante es la respiración j; nc) 1.1
ajustan ]a mandíbula, el disl)ositi,~o de los huesos, l1ioideos que so})ortan loccmocÍón, particlllar a los cuadrúpedos. ',
las l)ranqlIias, I' l~)s l1Llesos cle la Cil1tllra escapular, cllle sOl)orta el e5(ll1e- La ~i,sma .loconl0ciól1 terrestre esti asegul~ada por di\'ersas ,'ías. !)llede
Jeto elel lnietubro al1terio,:.' Este bI'oglle cefálico il1Il1Ó,~il está llIlido al ser reptaclon slmp le, como en la angllila, y no diferir en 5l1S mO\'ilnicnt<)s
de la natación, Puede también hacerse por desplazamiento en plano, sobre
,í . .. Antr()pOnlOrfislllo" tS t0J11(1do nc;uí tn su sentido tstr~(to y déjn a los, nlonos el, flanco.' Todos los peces sacados del agtla recurren espontánean1ente a
,l.Ianlados ··antrOIJoides" o "antro})'oI11orfos" en ti píreC0J110rfisIllo, Antrcpo- ello, pero" p2.~a algllnos de. eIJ~s: como el anabas, pllede con,dllcir, a ,largos
111()r,fo quiere. pues, decir' realnlente "~on [0rnla de hon,bre" y ,abarca todos
, los antrópidos. austrn lantropos ine Iui dos.
desp!azamle~tos en tIna dlrecclon constante. El caso de, los crosopterigios
5 .' Los hechos anatónl!COS expuest·()s eri éste carítulo han sido, eor.denaclos a y nl~lS especialmente de los celacantos, me parece corresponder a tIna ,'er-
'partir de Il tesis de doctorado en ciencias del autor: Eql1¡i,,:briú 117tctÍll;ro . dade¡a adaptación a la locomoción sobre el flanco (figllra 9). En ellos,
del cr,í1Jeo de IOJ 1'(:'rtebradoJ ,
jt;1'reJt1't!J, . sostenida tn la facultad de Ciencias las ale~as son soportadas por un, pedúnclllo que se asemeja a, tIna pata corta
de París én ] 95 5 r actuabl1énte en 'inlpresión. F'ueron e~cof.!idos entre les no artlclllada. Además de las dos pectorales y de las dos ventrales (las
dOCUlllentos qUé' pue:-den entrar en una' pé:rs~)t(ti\'a de: evolución hacia (:'1
CtIlles constitu}Ten los miembros de, los clladrlIpedos) existen, tanlbién
h'0n,bre }' desarrol Indos (:n esta perSfecti\"a.

4') 43
--- _-----

EL ANFIBIO~fORFISl\fO
, La solución anfibia es, p<?r otra parte, solamente una sernisolución.
Casi podría decirse qtIe es una solución de espera, plIes los vertebrados
qlle llega:!."?n a, ella' qued~n, v'~nculadós por su ,eqllil}brio "c~táneo y su
reproducclon al" elemento Iiquido del cual no podrían alejarse mucho
f/f/I/"I'
, 1I 1'/. I'{I'' ."
__ tiempo. Sin embargo, con .los más viejos anfibios; los grandes,' problemas
"
'I.'ll/I,
.JJt/~:I'.' .
' ,mecánicos recibieron algo mis que, esbozos de solución y los' vertebrados
, • "II/lllllflflllfIPII'H/PIItI/II
11f 1; ';,1' 111111"1111" ,,,,, ',.,
'
terrestres, se encuentran ya encaminados por, una vía definitiva.
~".iot:' ~
los primeros anfibios CU}'3. estructura corporal se puede reconstruir,
se remontan al Carbonífero. Por su aspecto general, evocan él nuestros
,
tritones y salamandras. Su eje caudal interviene como un motor en la
natación, mientras que cuatro miembros finos ayudan a la loconloción' te-
IV v 'rrestre. La cintura escapular, está aún situada hacia el cráneo, de tal ma-
nera qlle la movilidad de la cabeza es' casi' nula, pero los elementos del
, /, esqueleto de todos .los vertebrados ulteriores están ,presentes ya: la pel vi ~ ,
JI/
Fig. 9. El lat imeria, celacaruo encontrado "¡YO en 1938. Sus aletas están
está constituida IJar,l asegurar la marcha, el brazo y' la, pierna tienen los
soportadas por unos miembros cortes, tales cerno 10 fueron los de los mismos huesos qlle los nuestros, la mano y' el pie tienen cinco dedos.
primeros cuadrúpedos (1 a IV), pero }C)S segmentos V y \TI l)~recen los , El edificio craneano es particularmente interesante. En efecto, el paso
testimonios de un modo de locomoción acostada, e:·:t!"J.:-10 al destino de los ,del agLla al aire implica exigeocils mecánicas nuevas, puesto qlle la cabeza
cuadró pedos
l'a ,no se sostiene eI1 11n medio de 'densidad elevada y' se encuentra en
falso a la extremidad del cllerpo. En los peces, la suspensión del animal
tres aletas pedunrulares, una a cada lado de la cola'), otra a la extremidad en un medio líquido no impone a ,la cabeza esfuerzo alguno de flexión
(1e ésta," de mane ra tal Cjlle el an imal 'acostado sobre uno, 'll otro flanco, en el sentido vertical. Las manifestaciones mecánicas qlIe intervienen en
dispone c1e cinco })Ul1toS ele apo)'o pal:a rr~gresar. E,l ,celJ.c~ll~O, 11Lll1tO (le la construcción craneana están limitadas a la acción de' la mandíbula (es-
partida de la l11J)'()r l)art~ de la arbc)resCtIlcl.a genc~,10g1ca hacia :as formas fuerzo de tracción de los músculos masticadores) }' a la, constitución, en
superiores, 110 es' en realidad 1?11S qlle la 1.1l1strJCIO~1 de una f?r~11Ll]a, l1(:' el maxilar superior, de, una ar01JZÓn 'de apoyo soportando las presiones
locomoción excepcional y SLlS nl1el1~br~)s no nenen !111S clllc Ic) 11111111:10 lJlt- rnandibularias. A este dispositivo mecánico de tracción-apoyo se agregJ,
v itable ele relaciones con los de los antepasados posibles de los cuad rúpedos. al tratarse del paso al aire libre, el efecto de suspensión de 1~1 cabeza.
A pes21: del interés prodigioso ofrecido l,~r el, éxtrao[<.lill,ari() sobreviviente, qlle se ejerce' en la pa,!te posterior del cráneo. El equilibrio mecánico se
el "Latirneria", I11:1S vale 110 hacer lJartlf la gel1ealog1a J1'Ll,J;1;:'Il.1, de un hace con una integración cada vez mis económica de las tres formas de
grl1l)O de peces que ha, resuelto, el problema ,l~e la 10~Oí11ljCIGll acrea en esfuerzos (Figura 10).'
un sentido totalmente distinto al de los Cl1J<.1rúpedos. La pesantez actúa ahora sobre 110:1 palanca, qlle' se extiende desde la
Es entre Jos rrosopterigios de cllcrl)o :cilíndrico donde ~e el <:L,é¡':ÍJ punta del hocico prostbicn hasta el pLInto donde' el cráneo' se articula COIl
buscar el origen' de Jos anfibios, en la medida en la clla~ se pueden es- la columna vertebral b{/siol¡. El edificio craneano se mantiene ho,~izontal-
}")erar el1contrar un origell l)articular a lltl Jlecho tall fenei:-a,l CO~110 es ~J niente por el jllego de n1úsculos y de ligamentos qlIe, tiran de lo, alto de
o})ción lJJra la "ida terrestre. la segl:tld'a parte ,de la t~~P.:-lnlaf¡a, De,'c)- I~l fitlCa ¡J¡ie'/] exte'rno, según un brazo' de palanca inion-basion, qlle con·
, 11 ieo, Carboll ífero y Pérnlic(), \'e real Izarse la fornllll a ,·erteb.:-ado terres, trabalancea 'el efecto de la pesantez. La conciliación de los esfllerzos' luan-
tre" }r el probJema del poI j' o lie 1 nl0nof íletislTIo n~ es tJ 1 \'e2 ~l~S glle ll!l dibtllares y los de suspensión, constitllye la trama de toda la e\'OlllCión
. falso F>robJcl11a: de CllaIglliera l1lantra clue se c::-:l-Jllcjue el 1110\·~1111eI1to.<']llC, del cráneo de los vc;rtebrados, incluyendo al hombre. La dentadura y pos-
"il11pulsa a las eSl)tcies, es realll1el1te' el de una sola ttlldcl1Clj:, .11JC1J ,la tllra están estrechan1ente ligadas desde el origen. Los paleontólogos conl-
,-ida terl:estre, que es IJercé ptibJe y' r~o IJarece re~11"l!el1te. Cllle eXIsta l111:l prendiero'o rntly pronto qlle la postllra vertical y la cara corta caracte,ri,
soja. resp~'esta l)ara eXIJlicarlo, lJuest8 ~ue 11~}~ 8un SLlbslstell 11~~11c~osas zaban al hombre, pero el nexo funcional qlle, explica estos dos caracteres
,senl1soluclones" como la d,el ana~as, cel perloftalGl0, del ceratc,-,us, de no ha' sido hasta ahora destacado con nitidez. Por' eso el Iregreso a las
los tritonts, dé la's ránas, de l()s sa!)os, dao'Jo cJar::l11ente la il1lageil, ll() ftlentes de los vertebrados es indispensable.
solanlente de' las transiciones posibles entre tl' \'erd2Cie ro l)éZ y t l...~~l?ti1, El cráneo anfibio ofrece apenas esbozos de -SOlllción, pero son ya mll}·
sino 111ÍS biell Ulla' imagen lnllltidinle~lsional, glle re:oue 'elenlC:'Iltos tI etlcos significativos. El cráneo de los mis antiguos está todavía nltly próximo al
J iSl)ares.
45
44
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F i0. 1(). Construcción mecánica del cráneo del vertebrado." 1: cuadrilátero
qu~' divide el cráneo en una mitad facial y una mitad cerebral según la
linea C' -C'''. El centro se encuentra detrás del úl timo diente, en medio de
la .linea p-B (prosthon-basion). ,L.a columna \'crte?ral se articul~ al l1tl.si()n y
da el apoyo fundamental al edificio cra~~ano. E.I lIgamento, cervical se Inserta
al inion externo 1 y asegllra la suspension Flexible. Los músculos temporales
v maseteros se enganchan a la rama ascendente de la mandíbula con C" corno H
iílllite anterior. JI: La línea E-e· constituye la base de absorción de las
presiones dentarias, la raíz del canino superior viene a aflorar la. El ángulo Figs. 11 a 14.. .Etapas de la r:atación a la locomoción cuadrúpeda erecta en los
.central (E-C-I) resume el conjunto de los consrreñimientos mecánicos que peces, !os anflbl.oS y l~s reptiles en el curso de la era Primaria. 11: pez del
ri (Yen el desarrollo del .contorno craneano. En el caso presente (carnívoro del Carbonífero (RhlZ?~OPSlS). ,Esq~er_na cuadrado sin. constreñimientos de suspensión.
inicio de la era Terciaria),' toda ·la bóveda está mecánicamente cerrada. Los Los esfuerz~s mecanl~o~ estan limitados a !as Rreslones mandibularias, 12: anfibio
ánaulos slnfisiano (P-D·I) y yugal (p-e'" -1) . resumen los constreñirnientos del Carbonlf,er? (EogyrInus), .la cabeza esta unida todavía a los huesos escapulares
inlpuestos IJar .Ia dentadura. infer~()r. rnt~r"ienen poderosamente- en la cons- y es poco rnóvi] ; I~l.trama SIn. embargo,_ se ha alargado. 13: reptil del Pérmico (Sey-
·titución de las líneas de resistcncra del pISO cerebral )' de la base I-B. En el mour~a). L!l mo..vll1dad. cervical .se afirma (base I-B aún muy corta). La altura
caso' escouido todos los ánuulos son iguales a. 1200• La igualdad de los ma~dlb?I~rIa esta reducida, los dientes no sobrepasan el centro. Este tipo funcional
ánuulos ~~ un carácter arcaico; en. las formas €,'oIucionadas, los ángulos est~ proxrmo al de .1?S cocodrilos a_ctuales. ~4.: reptil ter~morfo del PérO?i~o ~Jon-
o corresponden por grupos opuestos ~erla). La locomoción erecta' ha SIdo adquirida y el craneo sufre modificaciones
Importantes; la base I-B se ha alargado para asegurar un brazo de oalanca necesario
a la suspensión de la extremidad de la columna vertebral. Los dieñtes son idénticos
(1(: los l-1e::-es (figuras 11 }' 12), CJ11perO el hombro }'a aparece. despegado todavía en su forma, pe~~ ofrece? unas diferencias de talla que inician la especializa-
cion ulterior de los elementos dentarios
del cráneo y la suspensión iníaca es ya activa. La .reptación sobre el suelo
impone 11n esfuerzo notable, pues la mandíbula se dirige hacia la tierra
y 110 tiene el juego suficiente como para agarrar; en las es·pec.ies. cuyas

46 47
-------_ ..

ción 'mandiblllaria y de la suspensión de la cabeza. La posición' del cere-


patas no Íevantan aún la cabeza del suelo,. es la mandíbula superior la que bro, por otra parte, está determinada por el basion, puesto que la punta
se levanta en bloq_ue,. COl1 tod? el caJ~árllI1Jl() ~O.1~10!a, tapa de ~na lata. del eje vertebral coincide, a la vez, con el fin de la médula ,espinal 'y con
Esta solución transitona hace intervenir la tracción miaca y fa, orece la el punto de giro del cráneo sobre el aIerpo, mas su volumen es indiferente
movilidad de la cabeza sobre el tronco. en ,la medida en' qLle no alcanza los límites en que el armazón está ins-
Basta con acuñar el mentón, abrir la boca y sentir la ,puesta en mar- crito. Es lo' que explica que desde el pez hasta el perro, la relación, de
cha de la musculatura de la nuca para, representarse la· situación 111.ecá- Volllmen entre la cara y la bóveda craneana varíe poco ,C las proporciones
nica de los primeros anfibios y el papel que pudo desempeñar, conJ~~- están, regidas por la relación dentadura-musculatura de la maudíbula ),
tamente con la evolución de los miembros anteriores, en la separacIon mientras que el volumen del cerebro aumenta en unas proporciones con-
del hombro y la aparición del cuell? Esta estrllctll:ra,' .p'or otra part~,. es .siderahles. la caja cerebral' está, pues, suspendida en la bóveda craneana
desechada rápidamente y antes del fin de la era ~r.lm~rla, ' en, 1~s anfibios y los saurornorfos están ffilly lejos del momento en el cual 1,1 caja' cere-
l11isl110S, la solución sauria, qlle asegura un equi librio mecanico mucho bral y la bóveda mecánicamente acondicionada se confundan. , •

más sencillo, }'a ha intervenido. Además del caluarhon, el cráneo del vertebrado tenrestre comprende
1,1 mandíbula y el esqueleto hioideo. Uno y otro originados en el dispo-
sitivo branquial de los peces primitivos; la mandíbula desde rnlly remotos
EL SAl:RO]\10RFISl\IO '(figura 13) , tiempos, el arco hioideo en el momento cuando se establece la respiración
Si se sigue la selección entre las formas que coinciden con una aérea. -El esqueleto hioideo es muy importante, plIes sirve de base ósea
evolución en el sentido de la movilidad }? de una existencia cada vez más a la musculatura qlle permite el descenso de' la rnandíbula y los movi-
.rica y compleja, la etapa siguiente es la, del "lagarto", ligad? aún al mientos de la ,lengua. Los anfibios, .y sobre todo' los primeros reptiles,
suelo '!)or la reptación, pero completamente .liberado de las dlflcul~ades inauguran un dispositivo técnico que actúa a través de la mandíbula y la
respiratorias de los anfibi.o,s: . La fórmula sauna s~ encuen tr~ ya realIzad.a lc,ngll:l o' la faringe en la captura, 1:1 masticación y la deglución; actividad
en el Pérrnico, antes del InICIO de la era secundarla, hace l11JS de 2C)O 1111-, qlle conducirá luego a la fonación consciente y al lenguaje humano.
llenes de años. Los saurornorfos son los primeros vertebrados que resuel- 'El aparato craneano del' reptil saurornorfo ofrece unas propiedades
"·tll f rancarnente los problemas del equilibrio mecánico en medio terrestre. mecánicas muy interesantes. La suspensión basiloiníaca se, ha convertido
Su COlLl11111a vertebral ha tornado una convexidad marcada, su flln-' en un esfuerzo constante, salvo cuando el animal está en reposo en el
ción en el sentido vertical predomina sobre S:..l función en el' sentido suelo; las vértebras, cervicales se han alargado y la base del cráneo en-
.lateral : 'ya 110 es un .tallo cu}'a flexibilidad lateral ,,!."ige la 1?COll10cióll me- 'sanchado, sirviendo ,de puntos de inserción' a unos músculos qlle rigen
diante la acción de los músculos qLle hacen ondear el eje corp8raI? es los movimientos en todos los sentidos. Un sólido ligamento se engancha
antes :qtle todo una "iga sobre la cual se sostienen la cabeza y 10s 1111éll1- al inion y a las vértebras }. sostiene la, cabeza con elasticidad. La musen-
bros. Estos últimos son toda\'Ía arqueados, pero capaces de elevar el cuer- latura de la mandíbula es' potente y determina fuertes esfuerzos de trae-
,}10 por encima del suelo durante la. 10CO~110ción )T las operaci?,nes ele, ción, los cuales acondicionan las proporciones de la dentadura y las de
cal)tLtra o de deglución. Sin ser una liberación completa e~l relación a la la bóveda. De tal suerte qlle aparece por primera vez una ley de pro~ II
reptación ¡Jura, la lOCOll1oci~I: .cuadrúpeda ~epta?te deter:11lna t1113.S trans porciones constantes qlle comprende hasta el hombre:' la distancia entre !
,
I

formaciones decisivas del edificio craneano; implica además una movilidad el prosthion y el basion está dividida en dos mitades iguales: una den- i
,

amplia del hombro y la separación definitiva de la cabeza que se f!l~e\'e, , taria, la otra cerebral. La media-distancia entre prosthion y basion corres-
en ,la extremidad de un cuello verdadero. ponde, por consiguiente, al último tubérculo del último diente; este punto
El cráneo de los saurornorfos comprende Jos 111islJlOS elementos prin- constituye el centro geométrico de la construcción craneana. Algunas
cipales que, el de los vertebrados prece~entes )', por otra parte, tal11~iél1 excepciones aparecen, en ciertos tipos c¡raneanos, como en los rumiantes,
los del cráneo de los \'ertebrados posterJor~s hast~ nosotros. El ca./l (II'/I/ Jil
J CtlyO cráneo dentario es más largo qLle el cráneo cereb-ral, pero ,la cons.;
.. constitll)!e una, eSl)ecie de concha de segnlento cilind\!"ocóníco: 'en .la . extre- trllcción mecánica qued,a ,coherente en relación a la ley general y 'el cen-
111idad anterior~ los dientes se insertan a lo largo de Jos b,orcles, fl1Jel1tras tro de construcción está sencillamente desdoblado, como si llna, , banda ",

'en la extrenlidad posterior,. el ,inion extern~" l11arca el, punto de cone~ióIl sllplementaria se interplIsiera entre las dos 'mit,ades craneanas.
con la caja cerebral. La caja cereb.:al coo'tlene el encefalo,}'. se artIcula , El sauromorfo Iresponde así al primer estado que pone directam,ente
al basion con la' colunIDa \'ertebral. Por los lados y el \Tertlce, puelltes en calIsa la constrllcción general de los vertebrados t'errestres y si se con-
óseos la susp~'nden ~n el interior de la' b?\'~da cal,'ariana. 'Es 1:1l1Y inl- sidera la medida en la cual la mecánica corporal del hombre queda vin-
l)ortante observar qu'e el.'Tolunlen de la bo~~da.' craneana /l? esta detcl!:' culada a los mismos' constreñimientos, se advierte que la 'mayar parte del
minado por el cerebro, SIno por 10'5 constrenln11entos nlecan.lCOS de trac- ,
49
48
, -, ._-- ". .- ,

de vista de la evolución de la .mano y de la e\TOILICión del cráneo. Su


camino está y"a recorrida: el eje. vertebral desempeña el papel de viga
desar,rollo se prosiguió desdé el final de la era 'Primaria hasta nuestros
maestra del edificio corporal, los miembros se individualizan en un esqlle-
días y abarca .00 solamente un gran· número de reptiles extinguidos todos,
Jeto de fórmula definitiva, las extremidades tienen CiI1CO dedos, el cráneo,
sino también' a. la totalidad de los mamíferos fósiles y vivos, salvo los
reposando sobre el basion, .es .sostenido por los músculos y los ligamentos
antrópidos. Para hacer. más evidente este desarrollo, se considerará su-
que se enganchan al inion, mientras que la dentadura rige el \TOIU111en de
cesi,'alnente el terornorfisrno dé·· los reptiles y el de los mamíferos cua-
la bóveda y sus dimensiones son condicionadas, por. otra lJarte, P?r el
drúpedos. ' .
complejo mecánico del cráneo posterior. Todo el nlecanisn:o d~ .las inter-
...
acciones está· en su sitio'. Solamente .el cerebro, modesto lnqu111110 de la
cavidad calvariana, desempeña en el conjunto 1.1n papel mecánicamente
LOS REPTILES TEROl\IORFOS (figura 14)
pasivo: el ,aparato está a su disposición }' él es ~u, anil11a.dor, l?'e,fo su
intervención en la dinámica -de las formas no es directa e inmediata, Se El fin de la era. Primaria .}- el inicio de la Secundaria, entre 200 y
hace sentir, sin duda, en la selección darwiniana de las fórmulas más • 150 millones de años atrás, señalan el período de .aparición y desarrollo
eficaces, p'ero es imposible poner en e:~idencia su valor mecánicamente de los terornorfos reptiroides. No originaron los gigantescos dinosaurios
impulsivo, Es en este plano en que considero el desarrollo del. ce~ebro ca" ni los más fuertes de ellos sobrepasaron, cuando más; la talla de un
mo 1111elemento incidente de la evolución gel1eral. Esto no dlSll1111U)'e en jabalí; pero, a ?O millones de años de 'los. primeros mamíferos, ofrecen
nada el hecho bien establecido de la evolución del sistema nervioso hacia un . testimonio impresionante, Sl1 apariencia general es la qlle los· rna-
unas estructuras cada vez más complej as. Evolución cerebral y e'voIll~ión míferos nos han hecho familiar: sus miembros verticales se apo}'an sobre
corporal se inscriben en 1.1n diálogo donde el provecho es mutuo. En CIerta 1;1 punta de los dedos, como en ·el cerdo" o de plano, como en el tejón,
perspectiva, 'puede verse en !a e'\'~ILlci'ón el, triunfo' de} ~erebro, l)efO este CLlyO aspecto general tienen aproximadamente y se les imagina más fácil-
triunfo está li cado a unas l111perIosas 'realIdades rnecarucas }' en la pro- mente con, pelambre que provistos de piel escamosa.
cresión del cer~,bro y del cuerl)o, el primero se inscribe en los l)rog¡resos Sobre todo Sll cráneo llama la atención (fi6~lras 15 r 16). En algll-
T

del se[~undo a cada etapa. No .se podría citar un .. ejemplo de ser vivo nos el contorno gene~al es el de Ll11 mamífero carní voro (flgtlras 17 y ·
Cll}10 sistel11a ner.,rioso haya pl!ece?i,do a la e\'0}LICÍÓl1 del. cuerpo, mientras 18): la parte posterior del cráneo está poderosamen te modelada, con .
. qlle se pueden CItar numerosos fósiles en los cuales se SIgue paso, a .l-1aso L1n,1 arcada temporal espesa -qu~ evoca la arcada cigomática de los rna- j

el desarrollo del cerebro en una armazón adquirida desde nll1y lejanos míferos y la mandíbula que se asemeja a la de un perro. La dentadura
tIelllpos. es más sorprendente. Hasta entonces, los peces, los anfibios o los reptiles'
poseían (y así son aún), LIDJ. dentadura de tipo conodonto y hornodonto,
es decir con' dientes simples, cónicos y todos sensiblemente idénticos. Los .1
1,
EL TEROl\.fORFJSl\fO teromorfos reptiloides son conodontos, pero sus dientes tienen prqpor- •
·I
. Hacia el Pérmico, antes del fin de la era Primaria, se produce un ci.ones disímiles, dispuestos en· tres grupos, .como nuestros incisivos, ca- .i
acontecimiento capital: los reptiles tienen acceso a la lOCOl110CÍÓl1 cuadrú- runos y molares, Esta diferenciación implica LIn modo de caphlra, de II
:
peda 'ergtIida y sus miembros tornan el aspecto de los del. !)erro o .del corte alimenticio y' de masticación elaborado, característico de los ver- I
elefante; son, columnas soportando el cuerpo a distancia del suelo. Con- tebrados superiores, Al estadio en el qlle la cabeza ha adquirido un radio, !

juntamente, las vértebras cervicales se alargan' y el .cuello se torna apto de movimiento considerable corresponde una especialización técnica de la
para mover la cabeza en un canlpo· considerablemente vasto. Es hacia una dentadura equivalente en importancia. Este hecho podría aparecer como
11layor movilidad, .hacia la, extensión del círculo operatorio, hacia la 'po- . una sencilla yuxtaposición de caracteres progresivos; en realidad, la arqui-
tectllra craneana re'vela la relación profllrida existente entre la heterodol1-: I
sesión de un espacio mayor, hacia dO,nde tiende el nue\'o !JJSO dado ',par
el Clladrúpedo erguido. No es seguro, ni sigllier~. proba'ble,· qlle ningllna cía y las modificaciones po'stLlrales.
de .las especies, ni de los órdenes conocidos, se ell'cuentre en el árbol El edificio crane~no responde a la ley fllndamental de división iglIal ' ,1
genealógico del hombre; pero la cor,!"iente gel1tJ;"al de las· especies \·'i\'as .entre la parte dentarIa y la parte cerebral', pero la palanca basilo-inÍaca ·~
·,

arrastra ine\'itablemente, a todas aqllellas qlle aunlental1 sus posibilida~es s.e ha alargado al máximo y la parte ,posterior del cráneo forma tIna ,

de relación, hacia las nlisnlas etapas; de suerte que sería fácil, en lo re- ancha base de inserción, alyos ,refllerzos óseos terminan en la articulación
lativo al n1undo de los in\'ertebrados, donde ninguna aspisración genea· mandiblllar para dar el máximo de resistencia a los esfllerzos de tracción ·1
J

lógica hacia el honlbre se ha}Ta lnanifestado, describir, e,'oluciones conl· de' 1,a- .mandíbllla .. El aparato ~1~xilo-den:ario ha adqllirido llna estrtlctLlra ·1
I
I
·!
parables. mecanlca comple)a, la alal dl\'lde las lIneas de fllerza entre los dientes' ·,
,i
,

La etapa teron1órfica es tIna etapa superior, desde el doble, punto


anteriores qll~ ~garran y los dientes yllgales que trit1.-1ran. Los colmillos, !;i
,.
,
~
· .

50
51 i

! 1
·1
J
i
· ,
,,-, ------

Figs. 15 a 18. adelante, estructuran con sus raíces el hocico, con unos ángulos cuya
Paralelismo en abertura repercute en toda la arquitectura de la parte posterior del cráneo.
1a evolución
e' funcional del
A la máquina de trama geométrica de las especies inferiores sucede una
cráneo de los máquina -compleja, coherente también en' todas sus' partes, pero tan alta-
reptiles terio- mente. perfeccionada qlIe los mismos principios· de construcción 'se apli ~
dentes (15 y carán aún, con las adaptaciones del caso, al cráneo del hombre.
16) Y de los ,pri- . Si se hace el balance de la evolución hasta el instante p.resente, se
p •
:• • ... B meros' carruvo-
• •
•• • ros (17 y 18) . constata que los' crosopterigios se desarrollaron en el' 'Devónico y en el
.. •• -f(
15: Scylacosau- Carbonífero, que los anfibios inician su partida en la' misma. época, que

rus del Pérrnico . los primeros saurornorfos .reptiloides datan del .Pérrnico, al igual qlIe 'los
(fin ,de la era primeros teromorfos reptiloides. Es ptleS, entre 300 y 200 millones' de
- 15 primaria). 16: años antes nuestra era, cuando se plantea y resuelve la evolución del dis-
D Cynognathus del
,Triásico (co- positivo . corporal . de los vertebrados superiores. Al inicio de la era ~e-
I
t
mienzo de la era cundaria, no queda prácticamente nada por agregar y sin embargo, los
secundaria) ; 17 mamíferos propiamente dichos, están ciertamente lejos aún. Esta situación
Y 18: Vulpavus no deja de tener relación con la precocidad con que los antrópidos li-
)1 Lirnnocyon
J
,• del Eoceno (co- beran su mano y adquieren la posición erguida, mucho antes de que su
• •
p .'
• ••
// mienzo del Ter- cerebro haya alcanzado el 'ni vel qlle nos es propio. Esto viene a sostener
__
~~~~~~~._.'~~~~~~~~~~=~~-_'-~'_<~~_~~8
ciario).A pesar la hipótesis 'defendida y'a por mí, a saber, qlle la distribución nerviosa
'. <, de la enorme sigue a 'la de la máquina corporal. Los' reptiles teriodontos tienen merpo
distancia en el

trempo que se-
de carnicero, pero su cerebro es aún de 1,1 talla de lIO capuchón de
para los dos plurnafuente, suspendido en el interior de un edificio qlle el. cerebro
grupos zoológi- 'del perro llenará, doscientos millones ,de años más tarde, por completo. "

, cos; la identidad
.¡ti ..... funcional rige
-_ unas caracrerrs-
.ncas mecarncas
, .
;

LOS .i.\fA~fIFEROS CUADRUPEDOS


C'

similares. Ob- En . lo esencial de su estructura corporal, los mamíferos cuadrúpedos ·
~
servese en par- no difieren de los reptiles terornorfos. Por otra parte, no es muy dudoso
ticular el, alar- gue se hayan desarrollado a partir de la corriente de estos últimos, en
·

garniento, la es- .1,


pecialización de un verdadero retorno a las fuentes. Las, primeras formas 'son, en efecto,'
p Ínfimas criaturas de hacia mediados de la era Secundaria y que tardaron i
los . grupos ." den-. I
.. ,
tarros en 10C1S1-
. más o menos cien millones de años para dar origen a' la oleada de los ·I
:

,
\'OS, caninos, mamíferos de la era terciaria. ,,
!
. premolares y
~7 molares. Las
· ¡"

a berturas de los LA ~,fARCHA y LA PRENSION


ángulos son to-
davia iguales to- . Cuando se examina fuera de toda sistemática zoológica el compor-

das. El contorno tamiento dinámico de los mamíferos, es inevitable distinguir dos grandes
de la caja, era-
neana esta con-
,
tendencias: en los unos, la mano' interviene de una manera más o menos
.' ,
p -8 . dicionado por importante en las operaciones que tienen lugar en el canlpo anterior de
."
, ,
~'
'
unas'. razones ,pu-. relación; en los otros, sólo la cabeza está implicada en los actos de re-
" " »< '
ramente mecaru- lación. De ahí resulta una división entre mamíferos exclusivamente ca-
cas, y' el cere-
A bro, sobre, todo minadores. y. mamíferos al menos transitoriamente prensares. Estos dos
D . en los reptiles, gnlpos funcionales corresponden a utla división muy extendida de los , i'

,
ocupa solarnen- caracteres de anatomía y de comportamiento, .como dos rnundos . dife- .

te una. pequena - rentes en S11 destino o como el testimonio de dos respuestas a una opción
parte
fundamental.

52 53
Los caminadores (Figuras 19 a 21)_,son herbívoros, sus extremidades'
están profundamente especializadas, para la marcha, su cráneo ' ofrece un,
" ,

tipo arquitectural común a todas las, formas" muchos de ellos, disponen de


Figs. 19 a 21.:Tipos
órganos particulares, situados en territorios anatómicos faciales variados:
de construcción en ruernos frontales en los rumiantes cavicornios, los cérvidos y las jirafas;
mamíferos camina- cuernos epidérmicos nasales en 16s rinocerontes; defensas: colmillos 'e'
dores con apéndí- incisi\TOS en el .hipopótamo, 'colmillos eh los suidos (jabalí, facoquero
ces craneanos. El babirusa), en los rumiantes tragulideos (almizcleros), camélidos y mor-
ciervo (19) mues-
tra cónlo,' al deter- sas; incisivos en los elefantes; apéndice nasal en .la trompa, de~ , elefante
minar el régimen y, de la danta, labios extensibles en los 'sirenios y numerosos herbívoros.
D herbívoro el alar- Los p.rensores son omnívoros o carnívoros. Sus extremidades tienen
gamiento de la se- cuatro o Ci11CO dedos funcionales y el anterior es susceptible de asegurar
rie dentaria yugal,
e", i9 se consti tuye un se- ID. prensión. Muchos de ellos pueden tornar la posición sentada para li- •

gundo centro (e- berar la mano, pero su cráneo conserva ,el tipo arquitectural de los reptiles
, 2). Obsérvese la
,C teromorfos, modificados progr,esi\~amente' por la evolución postural, En
respuesta en los fin, no tienen apéndices Faciales particulares. Esta clasificación comprende
ángulos de los in-
cisivos (140°) y los excepciones poco numerosas, ,pero ffilly características, como la del elefante
molares (115 O) y (figlIra 21), qlle es herbívoro pero dispone de una verdadera mano, y la
cómo las líneas de del per.ro (fig:tlras 22 a' 24), qlle es 'carní\roro 'pero GlyOS miembros
sostén de las astas están estructurados para la marcha. En uno y en el otro, la construcción
continúan las Ií-
~~s:--:------~-+---:::::::'::=#~-:-"--1+t\-~"-+- 8' neas de absorción, craneana sigtle la tipología funcional de la .mano. El, elefante ,e; .'-lno de"
,de las presiones los raros' herbívoros qlle poseen una dentadura mediana. Los cánidos en
mandibulares (el. gene.ral y el perro en particular, son los únicos entre los carnívoro-s en
X). El cerebro ocu- l)oseer una larga dentadura. El elefante of rece una .construcción craneana
,pa todo el sitio
disponible. El rino- ' corta, única, como único es su caso de "prensor facial", y el perro no se
.ceronte unicornio aleja mucho del esquema craneano de los caminadores herbívoros.
(20)' posee sola- Los más notables son los roedores, que se dividen en dos, grllpos:
mente los dientes uno f rancarnente herbívoro (como la liebre), cuya prensión es' otIla, y el
yugales; el hecho

Interesante es que otro, omnívoro (como la .rata ) ,en el cual la posición sentada y la pren~
la armazón del sión tienen un gran papel,
cuerno' (E-e) crece Desde el primer instante, el estudio de los mamíferos lleva por con-
en la prolongación sig,uiente a, ,p1antear el problema de la mano" el de la, cara }' el de la
de las líneas de ab-
sorción, fenómeno postura de prensióo, los cuales 50n en realidad un solo problema, el más
inverso al que' exis- directamente vinculado a la construcción corporal del hombre. Puesto qlle
te en el ciervo, El Stl historia es rica en enseñanzas" los teromorfos caminadores serán bre-
elefante (21) igual-
rnen te, no posee,
vernente evocados antes de abandonarlos en la vía sin salida humana
cani .nos y. , la .ab- en qtle la, evolución les ha. encaminado ya.
,
sorcron esta erren- El Eoceno, primer período del Terciario, hace cerca de 50 Ó 60 mi-
tada hacia la base
de las defensas y de
llones de años, muestra el despligue de los mamíferos bajo formas que
la trompa. Esta ori- son consideradas como las cepas de órdenes vivientes aún hoy. De talla

grna. , una construc-' modesta, COil10 conejos o borregos; tienen caracteres mlly especializados,
cron craneana muy
-
extrana
,
cinco dedos en las extremidades, dientes triturantes poco especializados .1 ,

y silueta bastante uniforme, baj a y alargada. Sin embargo, las opciones


han sido ya tomadas, probablemente desde hace mucho tiempo, entre los ,,
,
prensores y los caminadores; si aún no hay verdaderos felinos, verda-
"

deros cánidos, verdaderos caballos o .rinocerontes o verdaderos .rurniantes,


,
"
1

54
55 :1
i

,1
I
I
" ,,
el examen de los esqueletos muestra que se reparten entre los dos' grupos
, teromo.rfos principales y que, .incluso, el grupo de los prin1ates· está
/
diferenciado. '.
Los caminadores, fósiles. y actuales, se caracterizan por Sll dentadura
larga, adaptada al tratamiento de los vegetales con hojas. No hay duda
de que esta adaptación se haya hec-ho a partir de formas con dentadura
normal, equilibrada en la mitad de la distancia' prosthion-basion, pues su
.cráneo está construido sobre' el centro geon1étrico, . al cual se agrega un
centro suplementario detrás de los" molares. Los. apéndices craneanos,
8 .cuernos o astas, se integran en las líneas mecánicas gene.rales., adoptando
fórmulas qtle varÍ;.111·de una especie. a otra, pero siempre sorprendente-
mente coherentes, Se ha tornado anticuado' alabar la ingeniosidad de la
naturaleza, pe;!'o cuando se analizan las soluciones mecánicas a que res-
22 ponde el cráneo del' caballo, del ciervo, del camello o del rinoceronte,
e" lino queda, a pesar de todo, sorprendido por las respuestas del esqlIema
D e '2. fundamental, siempre el mismo, a unas situaciones siempre diferentes.· La
construcción del cráneo de. los prensores abunda en soluciones irnprevisi-
bles en la conciliación del cerebro y de los colmillos, pero está lejos
de ofrecer los problemas planteados por la necesidad, corno en el caso de
los caminadores, de integrar en' el equilibrio una dentadura gigante y todo
el aparato técnico facial, del cual el cráneo no ha sido liberado por 1,1
mano, La variedad y 1,1 finura de las operaciones técnicas en los rnarni-
feros evolucionados se traducen para los caminadores (donde todo se con
centra en el. edificio .craneano)· en una gran complejidad de la cons-
.
trucoón.
,

23 En los prensares, la complejidad queda repartida entre la cara y la


mano, de suerte que el dispositivo general queda relativamente simple
en su armazón. La mano de cinco dedos, heredada de los anfibios en la
era Primaria, no ha suf rido 1:1 profunda elaboración que ofrecerá la del
buey o la del caballo, el hombro conserva S11 movilidad lateral, el radio
y el cúbito,· en lugar de solidarizarse estrechamente, desarrollan SllS po-
sibilidades de supinación; el esqueleto, en. su conjunto,· se orienta hacia
una mayor flexibilidad. en sus movimientos. La construcción craneana de
los prensares teromorfos, carnívoros o roedores en su nlayor parte, 'está
equilibrada de una manera muy" sencilla: la ley de división entre el cráneo
cerebral y el cráneo dental es constante. SLl organización,. en las especies
más evolucionadas, ha alcanzado el más alto grado compatible con la. lo·

D
- .. comoción cuadrúpeda, realizando formas. como el castor, la rata o el
zorro lavamanos, clIya actividad manipuladora alcanza un nivel ffilly elevado.
24
Eigs.: 22 a 24. Expansión del cerebro en los carní,roros.: hiena
(22) perro setter (23), perro' lulú (24). Estos tres eJen;tp]os. EL PITECOi\fORFIS1fO
mue~tran que la expansi{)o cerebral es ,ur; hecho secundarlo en
relación con los constreñimientos mecanicos. El cerebro de, J.a . La escala zoológica, tal como ha sido ordenada por los zoólogos,
hiena es minúsculo y el vacío que lo separa del contorn.o mecarn- . da cuenta no solamente de las .. diferencias .resaltantes entre los grupos
co está relleno nor los senos. En el perro normal (2~). 'el cerebro de' animales, sino también de las relaciones que los vinculan, de .suerte
está a punto de inscribirse en' el c0l!torno; el. ~Sp~~10frontal se ..
qlle se reconoce 11n· poco de cuadrúpedo en los monos y un poco de
rellena con un vasto seno. En el lulu,.la ~?ncl11acl0n entre cer~-
bro y mecánica da Jug'?r a la .o~.paclon total ~el. ~~paclo
disponible. Siendo infleXIbles el pISO. craneano y la Slt~aClon d~l
basion (posición cuadrúpeda), el cerebro. ~rontal domina c~nsl-
..
derablernente el macizo facial. La e"~luclon de ,los perros Ilus-
tra, en el plano cuadrúpedo, los mismos .~enomenos que 'la
e,rolución h'umana en el plano blpedo
1110no en el hombre. Esta actitud ha conducido, COI11010 hemos visto en
el primer capitulo, a, tejer la trama de la evolución antes del nacimiento
de la paleontología y a hacer del 1110no un intermediario morfológico en-
tre nosotros y la multitud de los terornorfos. Desde el pUl1tO de vista ... ...
,. ""
funcional, el conjunto de los cuadrumanos constituye un mundo animal ,...... ...
... ...
l11Uy distinto, igualmente alejado de los cuadrúpedos que de los bípedos, ... ".'
:.-'
... ,.. .."
fundado sobre un dispositivo postural único que hace alternar la loc01110- ... , ...
ción p¡rensora y la posición sentada más o menos derecha. Lo que existe
de liberación temporal de la mano en los terornorfos prensores' es similar,
pero, sin relación, de identidad funciona], Los 11101105 son, en efecto, los ~
25&
únicos mamíferos de prensión constan te, tanto en el transcurso de la mar- e'
cha arborícola corno durante las operaciones manuales de la posición sen-
tada. Los otros mamíferos arborícolas se sujetan todos más 'o menos C011
sus garras, mientras que aquéllos agarran las ramas COIl los dedos y el
lJulgar, que es' oponible. La prensión existe en los roedores o los carn í- Ir-
,._

veros, pero es también una prensión de garras.


Estas constataciones hacen destacar el estrecho vínculo qlle existe entre
la locomoción y la prensión. La segunda es función de las cararteristicas P.
de la primera. En los 1110nos, la .mano anterior }T la mano posterior son los
instrumentos del desplazamiento; sólo la mano anterior es un instrumento
de carácter técnico. Es la prensión locomotora lo que ha '11ccl10 de los
1110n05 los primares, COI110 la JOCOJ110ción bípeda ha hecho los antrópidos. 26..
El pitecornorfismo está' caracterizado, 11,ues, _antes que todo, IJor' una li- 26 b
beración postura! 1 igada a la cuadruman ía locomotora, siendo los otros
caracteres secundarios IJor lTIUy importantes g,ue parezcan.
Si fuese necesario destacar aún más claramente el vínculo qlle une
todos los caracteres de los primates a su aparato IOC01110tor, bastaría
considerar una -serie constituida por las Inanos del colobo, del cercopiteco,
del macaco y del gorila para constatar que el desarrollo del dispositivo
de oposición de los dedos" cada vez más eficaz ,Y preciso, corresponde
a una locomoción cada vez .111ás fundada sobre la preeminencia prensora
de la mano en relación al, pie, a una posición sentada cada \'ez más p
........
ergui da, a una dentadura cada vez más corta, a unas. operaciones manuales
cada' vez más cornplej as y a un cerebro cada vez 111ás desarrollado..
.El edificio craneano de los primates (f(~lllras 25 a ? 7) es el reflej o
exacto de esta unidad de los caracteres funcionales. El vínculo fundarnen- ,

tal entre el cráneo y la armazón postural es, record érn0,(1.0 S de ello, el


basio 11, borde anterior del agujero occipital.. Situado detrás d'el cráneo ell
los terornorfos y todos 10$, vertebrados inferiores, el agu jero. occipital,
en los monos, está abierto oblicuamente hacia', abajo. Esta disposición es o ';,7 ¡

la consecuencia, directa del comportamiento posturaI, al cual corresponde


,
una columna vertebral apta a conformarse a 'las -',dos posiciones, cuadrú- Figs. 25 a 27., Evolución del edificio craneano de los monos: colobo (25), papión -,
peda y sentada. En la serie 'de los 1110n05 citados más arriba,' se constata' (26~: orangu.t~n (27): El colaba, de pulgar reducido, es un "cuadrúpedo arborí-
I
que 'la posición del aglljero occipital está en relación directa con el grado cola.; el papión practica l~ locomoción cuadrúpeda terrestre, el orangután la loco- 1,
mocion cuadrumana arbor~c?,la. En. los tres !D0nos, la posición sentada es impar- ' I
de enderezamiento en las dos postl1.raS, de suerte que' el gorila, en 1J051- ta?te, !ra~l~cld!l por la posrcion oblicua y hacia atrás del agujero occipital. El hecho
ción cuadrúpeda 'está tan enderezado C01TIOel colaba, sentado. ' '1

mas significarívo es que la armazón p-e'·B abandona la bóveda craneana para i,


trasladarse hacia la car~; obsérvese de 25 a 26-27 la relación del punto e' con el
maCIZO prefronral, El plS.O cr~neano s.e integra progresivamente a la línea e' -B y
,58 resp~nde directamente (fig. 2)b). al eje de los constreñimientos mandibulares. por
,
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,,,l. ~_:_' 1 !
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Esta constatación banal de la ·relación entre el agujero occipital y implican~b lIno. la . puesta. en valor de la materia, podría decirse} por
las posturas vertebrales acarrea 'lIna serie de consecuencias craneana-s 11luy a~rontarniento directo de 141 molécula explotadora, como es' el caso de .los
importantes, En efecto, la base prosthion -basion se encuentra considera- vIruS;. e~ otro, un C?nSllffiO' en . algún modo jerarquizado que explota. la
blemente acortada; es decir, que la dentadura y la cara son mucho más materia Inerte a través de una cadena de' seres vivos, como' es el caso del.
cortas que en los teromorfos, La. palanca basion-inion está reducida y, hombre al comerse al buey al término de' un Iarzo desfile de comedores
por vez primera en el reino animal, la bóveda craneana esca})a parcialmen- y conli~os sucesi vos, Esta segunda. modalidad es, bpor otra parte, idéntica
.(1 la. primera, puesto que se termina. en un afrontamiento de. moléculas
te a los esfuerzos de la suspensión del cráneo. Se verá en el capítulo si-
guiente la relación de este hecho mecánico con el -desarrollo del cerebro. en el cuerpo del comedor, pero, además, ha conducido durante unos bue-
Si la bóveda craneana escapa a los esfuerzos de la suspen-sión, la base del n?s mil millones de años ·a· l:l0a parte de los vivientes po,~ 1,1 vía de la
cráneo también escapa a '105 esfuerzos de tracción del aparato mandíbula- búsqueda del contacto consciente. . .
rio y el bloque facial se autonorniza en relación .al cráneo cerebral. El En es.ta bÚ~qU~~il se. re:1l~1\'e tod.a li.~ ~v·oltlcjón., plles la espiritualidad
cráneo facial establece sus líneas de construcción en. un triángulo que como la mvestigacrón filosófica y científica oCllpan 1,1 cima de la bús-
reúne el p.rosthion, el basion y' el rodete de las órbitas. Así se explica queda de 'un contacto reflexi,onado. Este contacto en todos los niveles
la . formación, en los primates, de este macizo óseo compacto. que cons- se ejer~e. a través. de las dos tramas coordinadas de-Ia armazón corporal
tituye una verdadera visera encima de la cara. El despeje de la bóveda y del slste.ma' nervioso. P~ra .l!:uc~os evolucionistas, }1 es el caso de Teilhard
craneana se· hace }")or consiguiente a partir de la parte posterior del crá .. de Chardin, el hecho slgnlJ lcatl~'O es e~ desarrollo siempre más grande
neo, encontrándose la región prefrontal, tanto en los primates COI110en del cerebro y de sus dependencias nerviosas. Puesto qlle, en definitiva,
105 antrópidos primitivos, cerrada por el bloque .orbitario. Veremos en' el cer~bro e.s el soporte del pensamiento y qLle nosotros .helTIOs· tenido
el capítulo sibruiente CÓI1l0 un nuevo reajuste del edificio 'facial hace perder el mejor
. éxito en esta dirección de la evolución , tenemos formalmente
.

progresivamente a los antrópidos la visera frontal }' asegura la expansión n:~tl\'OS para pensar qlle e.l aumento y 1,1 'complej íficación" del dispo-
t

frontal de la bóveda, .sitrvo cerebral es el reflejo exacto de los progresos constantes de la


materia viva en su búsqueda del contacto. consciente. Se debe admitir
también qlle la armazón corporal y el sistema nervioso intezran un todo
C00:SJDERACIONES GEl'\ERALES SOBRE LA E\rOLl~CION HASTA
jr que se~Ía artificial y a:bitr~rio separ~rlos. Sin embargo, p:tece qllC este
LOS PRIl\-fA TES planteamiento reSllel,\!e solo, Imperfectamente los problemas evocados por
Cualquiera que sea su· orientación, metafisica o' racionalista, las expli- la base document~rIa. ~l hOl11D!:'e constituye sin duda un todo, pero Sil
caciones qlle den. sobre el hecho, los evolucionistas están unánimes al c~le~po }' las manlfesta~l~nes de su espíritu son percibidos desde siempre
considerar que la corriente que nos lleva es sin duda la de la evolución. dlstlntame?t7, r, las religIones, al igual 'que las filosofías, se alimentaron
El liquen, la medusa, la ostra o la .tortuga .elefantina no son, corno los . d~. esta dlst.lnc.lon. El hecho de q1le el cerebro sea el órgano del petlSa-
.dinosaurios gigantes,' más que recaídas del cauce princi pal que condu- miento .o S11 l~strlInle~to, no cambia. ,en nada las relaciones del cllerpo
ce hacia nosotros .. Suponiendo incluso que se quiera considerar a los y de la .red sutil de fibras qLle lo animan: la evolución se traduce mate-
seres ordenados. detrás de nosotros solamente COI110 representando U11a ri~lmente, por una. doble línea de hechos: de una parte; el perfecciona-
sola de las 'ranlas de la evolución (la que conduce a la inteligencia; 105 n:~ento aCllffiulativ·o. ?e las estructuras cerebrales, por la. otra la adapta-
. otros yendo hacia otras formas de consumación no menos honorables), cI.on de las estructuras corporales según unas rezlas directamente
la evolución hacia el hombre subsiste )' la selección de los eslabones ilus- Vl~c:l1adas al equilibrio mecán,ico de esta .máquin'l qlle b es el ser vivo y
trati,'os es legítil11a. móvil. Entre cerebro y arrnlzon, lás relaclones son de contenido a con-
Que se \'ea, en la e'101lición cómo en la filosofía bergsoniana o tinente, con todo 10 q1le se plIede' imaginar de interaccione.s 'evolutivas,
teilhardiana, la tl1arca de un il11plllso, de 1Ina búsqueda general de la pero (por Stl natttraleza misma) contenido y continente no son asimila-
conciencÍa tern1Ínando en el hOIJIO .r.apieJ7J, o (lo que \1iene a· ser lo bles.
l11isnlo en cuanto al plaIlo. de los n1ateriales) el juego' de' un determinisnlo La prlleb,l de esta posición está flIndada sobre el desarrollo histórico : ·1
. desenlbocalldo en lInas formas \~i,ras cada ,'ez fl1ás adaptadas a los mó- de los documentos: las fórmlllas mecánicas ·COíno la-s qlle los vertebrados 1,
\1iles de la explotación de la l11ateria, el comportamiento de la nlasa de c~ladrúpedos aparecen mlly pronto, ani.f!ladas por tlD cerebro muy redlI. ¡
I

donde salió el hombre, sigue siendo' el misnlo. Fuera de la superestruc· .¡


Cl,~O. Desde. la adquisición d~ lIn tipo mecánico determinado, de manera
tura de las explicaciones, la infraestructura de Jos huesos se resuel\1e en' dIferente según los gnlpos, se asiste a la invasión progresiva del cerebro ·1
"

el. miSlTIO, sistema. ,


y al mejorami~~to ~el dispositi\'o me~ánico .en lIn jllego de adaptaciones . 'j
El Inundo Vi\10 está caracterizado por la .explotación físico-química donde la partlcIpacIon cerebral es eVIdente, pero como determinando las
I

de la lnateria. A los dos extremos figuran dos modos de explotación,


61 .
60 ¡.
-

..
ventajas en la selección natural de los tipos y 110 corno orientando direc-
tamente la adaptación física. El tope evolutivo se alcanza ruando el \'0-
. Iumen cerebral equivale a todo el espacio mecánicamente disponible. Las
111
especies entran entonces' en su fase de .plenitlld, qlle parece correspon~er
para muchos a una larga parada. Eso es, al menos el caso de las espec1es
'cuyas vías de desarrollo mecánico parecen cerradas, corno en los marní-
feros herbívoros. En otros grupos,. al contra.rio, el dispositivo corporal
ARCANTROPOS, "Y' PALEANTROPOS
queda abierto para, unas adaptaciol?eS revolucionarias y los paleontól~g~s
han observado desde hace mucho tlelnpo qlle los grupos menos especiali-
zados son los que han .dado origen a las formas cerebralmente más
avanzadas,
Este aspecto de la evolución es propicio para. hacer resalt~r los •

vínculos estrechos que existen entre las dos tendencias: la del slstenl.a
nervioso y 'la de la adaptación mecánica. Si se torna el caso de los prl'
'nlates, se advierte que la fórmula del cuadrumano corresponde a una
extrema especialización corporal a partir de un estadio en, el cual los
miembros con cinco dedos de los vertebrados primitivos son conservados, EL ANTROPO~JORFIS~ro
Esta ada ptaciórr es la misma en su princi pio para todos los cua~rllll1anos, La nomenclatura está siempre cí1rga(l~l de re~iql~i~ls, muchas veces
pero ofrece unas variaciones internas considerables de una, especIe a otra, embarazosas. Para la paleontología hllm.ana, estas r~llqulas a~unda.n, crean-
variaciones qlle actúan a la vez sobre el comportamiento, las posturas de do 'l10 enjambre de conceptos progreSi\:anlente deJado~ atrás: pitecantro-
la actividad )' la armazón física. Aquellas cu)'a estructura corporal co- 1)OS, prehominidos, australopitecos, ,sen otras tantas etlqlletas. qlle la tra-
rresponde a una ma)~or liberación de la mano, S011 también l.as qu~, tienen diciól1 hace respetar, pero qlle' hay qlle guardarse de considerar ,en su
un cráneo susceptible de contener el mayor cerebro, ,plJeS liberación rna- etimología. Más vulnerable aún, el término (tantropo'n~orfo" cr~a un vínculo
, nual y .reducción de Jos constreñirnientos de la bóveda craneana son los entre los zrandes monos y la hl1manidaLi.' Herencia del SIglo XVIII, es
dos térrninos . de la misma ,calaeión mecánica.' Para cada. especie queda aún más discutible que los otros,· pues los únicos seres ve:~~derame.nte
determinado un ciclo entre sus medios técnicos, es decir su cllerpo,' y antropomorfos son' los qlle conlparten con nosotros la POS1CI?n. vertical
sus medios de organización, es decir su cerebro; ciclo en el qlle, a tra- y S11S consecuencias múltiples, y, tanto funcional como morfológicarnente,
vés de la economía de su comportarnien to, se .abre la vía de, una adapta-
los monos antropoides son unos pitecomorfo~. ,'...
ción selectiva cada vez más pertinente. Las probabilidades de desarrollo El antropomorfismo, en efecto, constituye una .fórmula distinta de
evolutivo ,son, pLles" tanto más grandes cuando - el dispositivo corporal se la 'de los monos, atestiguada por la sola familia antrópida. Su caracterís-
presta a un rernodelamiento del comportamiento gracias a la acción de tica' fundamental reside 'en la adaptación de la armazón corporal ,a la
un cerebro más desarrollado. En este sentido, el cerebro .rige la evolución, marcha bípeda (figura 28). Esta adaptación se traduce por, una dispo-
pero queda ineluctablernente tributario de las posibilidades de adaptación sición particular del ,pie, Cl1}'OS dedos se encuentran en radios parale.l?s
selectiva de la armazón, , como en los vertebrados caminadores, por unos detalles de construcción
Estas razones son las' qLle nle hicieron considerar en la, evolución, del tarso y de los huesos del miembro inferior y, sobre todo,' por una
primero que todo, las 'condiciones mecánicas del, desarrollo. la convicción adaptación de la pelvis, la cual sostiene en equilibrio todo, el peso . ~el
qLle 11110encuentra en base a' los, hechos es' una seguridad 110 desdeñable. tronco. La columna ve.rtebral presenta ':Inas curvaturas de compensaclon~
Cuando, considerando cien especies diferentes, no dejan de hallarse los alya resultante es una vertical. El miembro anterior se ha liberado y Sl
mismos, principios arquitecturales y las mismas consecuencias .impuestas bien la mano está compuesta por las mismas partes qlle la de l~s . ~10nos,
por los constreñirnientos .mecánicos, no se puede menos qlle apreciar que por SllS proporciones y sus posibilidades se diferencian en de~Inltlva de
existen unas condiciones sin las cuales la evolución cerebral no pasaria una mane.ra considerable. La cabeza tiene corno carácter esencial mante-
de' ser un fenómeno' abstracto. nerse en eqllilibrio sobre el vértice de la colunlna ,rertebral. ' ,'. ,
,Este esqllema fllncional se aleja tanto del de los monos como, éstos
están alejados de los teromorfos. En efecto, los monos comparten ,~on
al0'11nos teromorfos la posibilidad de liberar S 1.1 mano en posición sentada,
p~o su pulgar oponible y la semiliberación de su bóveda cranean~,. los
hacen inasimilables a los osos o los castores. Por Sll parte, los antropldos

62 63 "
-
comparten con los monos 13,' posición sentada y la mano con el pulgar
oponible, pero su bipedia }~ la liberación, 'completa de su bóveda craneana
les, distancia a tal punto de los pitecomorfos, que no hay más razones
p,lra aproximarlos a ellos que las 'qlle existirían para ver en el chimpancé
.' -una especie de zorro lavamanos ffilly evolucionado. '

EL ANTEPASADO DE LOS A0JTROPIDOS

A pesar de todo, las consideraciones sobre el comportamiento de


o les monos son bastante obsesionantes. Un chimpancé que' reflexionara,
tendría. tal vez los mismos sentimientos observando a ,1.10 zorro lavamanos,
abrir una puerta o. agarrar un ,pote de mermelada; así, nos liberamos
.dificilmente de la idea de que' bastaría con agregar casi nada al chimpancé
para qlle l1eglle a ser una especie de subhombre. La paleontología de-
muestra, cada vez m is nítidamente, qlle es imposible un eslabón cercano
entre él y' nosotros. Ha sido' preciso renunciar a los antrol)opitecos' de
transición }', desde hace algunos años, anegar nuestra ascendencia en las
olas de L1 era Terciaria, en un nivel donde no puede uno referirse a
grandes monos en el sentido actual, de la palabra.
Las investigaciones de J. Hürzeler sobre el oreopiteco han' confir-
111:1l1J ,1:1 impresión qlle se podía tener sobre la. existencia de monos con
tendencias hurnanoides desde el Mioceno, es dec ir en la. mitad de la era
Terciaria. Se sabe qlle el descubrimiento de 'lln esqueleto casi completo
,ele oreopiteco en 1958,' ha apasionado a la prensa mundial en torno a
este fósil: "El hombre de, Grossetto", el "Adán de diez' millones de
años". Es difícil- decir 'qLIe ,lo qlIe revelará el esqueleto laminado entre
des hojas de caliza }' Cllj'J. reconstrucción es particularmente delicada. Sus
proporciones corporales, de las cuales, se puede opinar bastante bien, son
poco mis, o menos las de un g'ibón, con brazos ffill}· largos, una mano
m~l~{ Llrgl JO unas piernas relativamente cortas. No posee cola.' Es poco
e probable que se trate del animal terrícola qlle uno esperaría como ante-
Fig, 28. Mano y pie de los pri- pasado lej ano, de los antrópidos, sino más bien de LIn, arborícola espe-
'mares a) Lemúrido, b) Cercopi- cializado en la braquiación, como el gibón. Esta particularidad es inte-
reco, e) Chimpancé, d) I-I(.'mbr~. resante por dos títulos opuestos, plIes, de una parte el gibón es el único
La mano humana no ofrece dl- mono qlle utiliza la locomoción bípeda' cuando está en tierra y por otra
. ferencia fundamental con la de
los otros primates, su prensa-,
parte, al hace.rlo, lleva sus brazos hacia atrás como balancín y pierde la
, bilidad está fundada en la OpO- libertad de utilizarlos parado. Mientras no' se posea una información más
nibi lidad del pulgar. El pie, en , amplia, puede considerarse al oreopiteco como el testimonio, en la mitad
", cambio,' es inconciliable con el de la era Terciaria, de un primate con cara bastante corta y provisto de
de los monos; si bien autoriza .
admitir un estadio primario con
' '
brazos largos, qlle le aseguraban tal vez una posición erecta transitoria.
pulgar oponible,' supone una Así se podría pensar que a mediados o hacia el fin del Terciario,
divergencia muy antigua, an- en el curso de una treintena de millones de años, unas criaturas con
. terior' a' los' más "viejos 'estadios .aspecto de gibones habrían abandonado progresivamente la braquiación
d " antrópidos conocidos
arborícola, acortado' SLIS brazos, modificado ,su pie y adquirido una co- ,

..•..
lumna vertebra! que sostenía el cráneo en equilibrio, sin atravesar lln
estadio cuadrúpedo, como los antropoides actuales, Este proceso no es de

65
64
- .............

ningún modo' inverosímil y conduciría bastante directamente hacia una EL 'EDIFICIO CRANEANO
criatura cercana a los australopitecos, pero la realidad paleontológica 'la . La primera .impresión que se desprende del examen ,del cráneo del
más allá f recuenternente de la ficción del paleontólogo' y es p~udente pitecantropo o del zinjantropo (figuras 30 y 36) es la del cráneo de 11n
no ahondar demasiado rápidamente en la imagen del verdadero antera· ,~11?n~ ant~opoide, ~or~la ? ;ch!mpancé: i~ént~ca cara excesivamente larga,
sado, " tdent.Ica visera orbitaria, idéntica ' frente lnexlste~te~ El examen, mis pro-
fundizado muestra el enorme desarrollo de los premolares y de 'los mo- ,
ja:e~, mientras que los incisivos y" los caninos son proporcionalmente .mis '
LOS AUSTRALANTROPOS débiles que 10~,nuestros, sin relación. con los de', los n:onos; tIna' caja'
Los descubrimientos de Dart, de Broorn y de Leakey indican qlle cere~ral , pequena ,coo:o la de un gOI;'Ila pero la nuca bien .redondeada,
entre el final del Terci ario y el inicio ,del Cuaternario, Af rica conoció m~tlendose .por ~ebaJo" como' la del" hombre, con el aglljero occipital
una extensa población de criaturas bípedas, poseedoras de útiles y mucho a?l~rto hacia abajo, En algunos especímenes, entre los cuales el célebre
más c~rcanas del antepasado ideal que ninguno de los "pitecántropos" zinjantropo de Oldoway, una cresta ósea similar a la del zorilu corona
descubiertos hasta entonces. Inventariados bajo nombres diversos (austra- esta minúscula caja con contornos humanos, pero en luzar deb reunirse con
lopitecos, plesiantropos, paran tropos, zinjantropos ), se agruIJan 10 1111S la inserción del ligamento cervical, 'se interrumpe par~' dejar a la nuca
frecuente?1ente .bajo el 110111bre de. familia de los australopitecinados, una ancha playa abombada. Ningún fósil relativamente cercano 'a noso-
.ncmbre 11111)f.OplO que remonta al tltl11pO, aún cercano, cuando se "tía tros procura un tal sentimiento .de extrañeza, casi de molestia o de dis-
en ellos n10110S perfeccionados, Aquí les consideramos COI110 los austra cordancia; ninguno deja' esta impresión de hombre deshumanicado m is
lantropos. qlle la de mono humanizado. Esta incomodidad proviene del hecho de
qllC los australantropos son en realidad menos unos hombres con cara
Cuando uno se desentiende de la red de .hipótesis edificadas en
tO.~110 a ellos desde hace treinta años, para tornar en cuenta solamente de mono qlle hombres con caja cerebral desafiando a Ja humanidad. 'Esti·
los resultados de conjunto )' el) particular los de estos cinco últimos aíios, barnos listos a admitirlo todo, S3.1\,·0 el habernos iniciado' pc.~ l'.;~ pies,
se puede' estimar qlle la imagen ofrecida l)or ellos es nlU)' coherente, ~l " Estudi,a: ,la arquitectura íntima del cráneo" de los' australantropos es
l)csar de su carácter revolucionario, ' ' bastante difícil por dos razones. La primera es debida al estado de l()s,
CUl11il1a11 'ergllidos, tienen un brazo normal }' tallan útiles cstereoti-
fós~l~s: solamente un c.rá~eo de plesiantropo y el del zinjantropo 5011 lo
suf icrenternente reconstituibles como para ensayar su estudio desde el
pados con algunos gol pes dados sobre la punta de un guij arro. En fin,
su alimentación es parcialmente carnivora, Esta imagen, banalmente hu- p~nto ,de \lis~a mecánic~. La segunda proviene del hecho qlle los dos
mana, 110 ~iene 'relación con la de ningún n10I10, jJero se' aplicaría bien cr:lne~s 'mencIonados arriba pertenecen a unos individuos qlle 110 5011
todavía completamente adultos, por lo cual no' han adquirido Sll forma
tanto al pitecántropo COI110 al hombre de Neanderthal, La única diferen-
defi n iti v a. '
cia .importante, pero de grado y .no de naturaleza, est.i en él tamaño del
cerebro, increíblemente pequeño en los australopitecos; pequeño al extre- La 'disl)osición hace resaltar un hecho capital: como el agujero occi-
1110 ,de crear una especie de embarazo en el anatomista, Más adelante se pital se encuentra debajo del cráneo y 'no oblicuamente hacia la parte
volverá a. c?nsi,derar la. ctlestión, del ct.re~ro' de los australantropos, 1")01' posterior (figl~ras 29 a 34), la línea fundamental basion-prosthion se
ello me 111111ta.~e a examinar aqul los principales ,rasgos de Sll arquitectura encuentrJ senSIblemente acortada }' los dientes, anteriores, indican llna
cOf!)oral y ,craneana en particular. ' redllcción equivalente al desplazamiento del agujero occipital. En otr:1S
,Del esqueleto (sin que ninblÚn ejelnplar COl11pleto sea aún COllocido) palabras, la pérdida del prognatismo es igual al te.rreno ganado sobre
se pJseen 11l1nlerosos fraglnentos pro,~enientes de }'aCiJl1ientos di\'ersos' de la base del cráneo por las consecuencias mecánicas de la posi':ión erecta,
Tahgan)TI..::a, en Af rica del Sll.r. Los pllntos l11ás, firn1enltl1te establecidos o 011s aún: a columna vertebral erecta, reducción de la dentadllra ante;:-ior.
son,' Jos qlle la peI"is )' el, fél11ur, piezas maestras ,de' la arnlaZÓll éll La ,'evolución postura! de los monos ha tenido como consecuencia
posición bípeda, no 'd ifieren en nada fundall1eI1tal de los de Jos hOl11bres. la liberación parcial de la parte posterior del c.ráneo de los constreñimien-
La .pel\'i~ está cOl~stitujda de n~anera que sir\'a !Jara ,. sostener,. de abajo tos mecánicos, descargando sobre, el bloque facial todo el dispositivo de
, hacl~ ar,:lba, 'las \.'lseeras. abdolTIlnales, lo cual es una, prueba fornlal ele absorción de los cons.treñimientos mandibulares. En el plInto donde ·se
,la .~lpedla y supone un }")le 'Ctlya pallTI'a esté }'a nluy adaptada a la Sllsten: e~Cllentran los, más VIejos antrópidos, la construcción facial no es n1l1y
, taclon prolongada. El, cráneo responde' exactaJl1ente en 'igual sel1tido, pllesto (llferen~e de la de los monos superiores, pero la parte posterior del
que el agujero occÍlJital está situado por debajo. No' hay, pues, raZÓll cráneJ está completamente despejada y la bóveda se ha ensanchado unos
alguna qlle pueda hacer rehusar a 105 australo ftpjtecos", un sitio entre 60~) .10 que explica' el aspecto' redondeado y muy humano de la región
los, antrópidos. ' OCCIpItal.

66 , ,
Las condiciones antrópidas más elementales se encuentran, pu-es~ en
.el plesiantropo o el zinjantropo: el bloque facial sigue 1111 triángulo basion-
prosthion -visera orbital igual al de -los 1110nos, pero el ángulo superior e'
tiende a estrecharse: de 100° en el orangután, 90° en el Cl1il111Jal1Cé y
75 ° en el, gorila, pasa a 60° en el zinjantropo, 55° en los paleontrópidos
y 45° en el IJOIJIO sapiens. El tope orbital no se ha movido de los 1110110S
a los australan tropos y la parte frontal del cráneo pe,rnlal1ece l11Lly res-
tringida: es el' último obstáculo para que' aparezca el tipo actual. El
antecráneo sería equivalente al, de un mono si -110 fuera pOlr la reducción
de los dientes anteriores y en particular de ,los caninos; esta reducción
-es una respuesta al .abandono del papel mecánico de "la -parte posterior
del cráneo, la porción sustentadora de la arcada dental se equilibra en
longitud con la parte ocupada por la musculatura de contracción (tern-
porales en particular). Los premolares )r 11101a res son enormes y los
músculos temporales no encuentran, sobre la caja craneana .exigua, 1111S 29 32

qlle una inserción insuficiente: sobre su línea de encuentro determinan


la presencia de, una cresta ósea, comparable a 'la de los gorilas, !)ero limitada
al vértice de la bóveda. Más adelante :\;e:éIl10S qlle persiste la extraña e'
situación, puesto qlle - el cerebro abrigado por la bóveda craneana 110 es _.. ..... ......
• _ • I • •
-
'" ..
.... ....ti.
ti •

ya el de un mono, sino de un ser tallador de útiles; de suerte qlle todo ,•


.,, .
10 que progresivamente .revelan los primeros antrópidos conocidos condu-
ce a una profunda revisión de las nociones clásicas sobre la humanidad.
R

I405 ARCANTROPOS
.• .'-•.•

El hallazgo de los australantropos relegó a segLllldo plano l8S fósiles
sobre los cuales reposaban desde hacía dos tercios de siglo las ,teol:Ías , p
sobre el origen del hombre. Los pitecántropos, los sinantropos, Jos atlan- ,
••
.- ..
.
• \ 85 ,;
\
\, .- ..
tropos y el hombre de, Mauer, fuente de innumerables síntesis,' 110 re- 30 33
presentan sino eslabones intermedios. El zinjantropo les ha dado una
humanidad tan cercana a la nuestra que resulta casi 'trj'1ial. -Los sinan-
tropos, con su conocimiento del fuego, los atlantropos COl1 Sll utillaje )'a ,

Figs. 29 a 34.' Evolución del apoyo de los dientes anteriores (incisivos }t caninos). Las'
'presiones desarrolladas sobre los dientes anteriores son absorbidas en el macizo facial, en
dirección del macizo orbitario y del macizo basilar (R). En el g()rila (29) el macizo
orbitario, clave craneana, está fuera del eje de absorción )' el equilibrio se establece sobre
la línea E2, en el borde inferior' de la órbita }' los pómulos, planos y perpendiculares al
eje de los caninos. En' el zinjantropo (30), la construcción facial es del mismo tipo, El
cuenta tomada del cierre de los ángulos debido al acortamiento de; la base, regido por la
posición 'vertical, En' el, paleantrópido, (31, Broken-Hi llyy 32, La Ferrassie). el vértice
de la armazón facial emigra hacia la bóveda (C') }-el aligeramienro facial se traduce por el
,--- _....

traslado de las presiones anteriores directamente al macizo orbitario; el espacio EI-E3 es ,

plano e inclinado en la dirección del rodete frontal. En el horno sapiens (33, neocaledonio;
34, europea sin 3er, molar), el vértice C' se traslada aún más hacia atrás y el desplome 31 34
facial conduce los dientes anteriores a encontrar su zona de absorción en los pómulos,
que toman una inclinación correspondiente (fosa canina). La región orbitaria comparte •
..
entonces con los pómulos ,el eje E3 y pierde progresivamente su carácter de cerrojo
pref.rontal
69
68
. _-._------~-----------.------~---
_ ..

interés; visto qlle en· ella se inscriben las. últimas de las etapas de la ad-
elaborado y los pitecantropos con su fémur casi actual, plalltearon. en su .·qllis¡·ción del cerebro del botno sapiens. P?r 9lIp~est~, es extremadamente
tiempo problemas import. ntes resueltos por los centellares de .11~11.es de •
interesante desde el punto. de vista científico det~rmlnar la f~rm,l exacta
años de distancia 'tue los austr:Li.a flt.:OpOS. han puesto er:tr~ el ~Il1C10 (~el
ele la mano O del pie del paleantrópid?, descubrir los p~quénos detalles
hombre y estos testigos arcantropiar.o.i. De suerte que, SI bien tienen aun
CtIya interpretación puede aylldar. a delinear un· ~~trato Vl\'O del hombre
mucho que enseñarnos, incluso tal vez ceras sO:l)relldentes, no hay l11U-
de Neandertha 1,. pe.~o ello no procur,l una solución nueva al problema,
cha esperanza de verlos trastornar ahora las nociones fundamentales, Los
puesto qlle. los instrumentos corporale.s· aparecieron, .~llmanamente cons-
arcantropos, en su tiempo, estaban )'a cargados de un pasado hUJ11anO
tituidos, mucho antes de qtl1e se terminara la e"Oll,ICIOn del cerebro.
muy lejano.
No obstante, su grado de humanidad sigue siendo desconcertante.
Poseen aún una cara enorme y un cráneo -cerebral netamente ·111,~SlJeqlleño EL CRANEO PALEANTROPIDO (figuras 51. 37, 41)
que el nuestro. Su frente. es, aunque más grande, 1a de los austral antro-
1)OS, bloqueada po.r una visera orbital considerable. He)', }'a· 110 re 'oc: El .retrato del hombre de Neanderthal es clásico: cráneo bajo y an··
en ellos los semirnonos trad icionales, pero su .anatomia craneana of rerc cho, frente deprimida, arcos superciliares enormes," dominando. tlnas, ?r-
una imagen impresionante de las etapas de la humanización. hitas _grandes en una cara maciza, sin pómulos marcados, con los l~~l~s
nll1)' altos ·YO mentón deprimido. La nuca ~otente .mantiene este edtflCll~
bárbaro sobre un cllcrlJo rechoncho. con pies anchos. ~Igtlno-s ret~qlles
LOS PALEAi'\TROPOS en el detalle de la frente o del mentón y en el aplanamiento del craneo, ¡
adaptan este retrato -robot a todos los suj etos .conocidos, desde los más ·1
En efecto, en una cadena, cuentan sobre todo el primero-y el último
antiguos hasta. los D1JS recientes.. ..
eslabón, Lo más importante es saber cómo se une la larga cadena de los
A la inversa de los australantropos, los neanderthalianos son lI11()S .. . ¡,
Antrópidos en. su principio }' cómo .se. engarza a su llegada .aI 17c"J!1_ Ja-
antrópidos coo cerebro g.!"ande, cosa qlle ha desconcertado mu:h~) ,1 los
pieJ1J. Son los paleantropos, y en .11artI2uIar. los neanderthaloides, cllllenes
paleontólogcs de hace l~C)S generaciones, En efecto, los .paleantropldos re~
aseauran la extremidad más próxima de la cadena. Por otra l)arte, no
cientes tienen 1111 cráneo cerebral con un volumen equivalente al de las
es Linútil \'ol,·'er a decir hasta qué punto las divisiones son arbitrarias: .
razas actuales, pe,!"o M. Boule )... R .. Anthony h.ic.ieron observar desde ha-
si poseyéramos solamente veinte fósiles completos entre. el z injantropo }! .1
ce mucho tiempo qlle la proporción de las diferentes partes, n.o era l~~. 1

... nosotros, no habría arcantrópidos '<? paleantrópidos, sino que desde el es,
misma para ellos y' para nosotros: el cráneo de los paleant.!."?pldos. esta
tado 1 al estado 20 existiría. una progresión sin .rupturas, )'a qtle,. a IJesar (C)010 'dilatado en SLl parte occipital, mientras qlle L1 f re~te slgLle Siendo
de las variaciones entre formas contemporáneas, a l11el10S de seguir fieles
estrecha y baja. Este carácter se, explica cuando se. considera lo qLle s.e
a concepciones sobrepasadas, no se ve ni contrastes, ni saltos notables entre
ha dicho sobre la evolución postural desde los mono.s hasta e_l non:~:e.
Jos pocos fósiles fechados indiscutiblemente,
Cuando se establece el dispositi \'0 mixto de los pnrnates de poslclon
Los paleantrópidos antiguos son c?nocidos ~Ol~1111entc,por al~~Il0S sentada, resulta qtle es la parte posterior del cráneo, la que a~ro\'echa
cráneos; la nla}TOr parte c..1e ellos 111U}' tragnlentarlcs: los UnlC()$ ln.lS o la ruptura del vínculo con la caja craneanJ: el traslado del armazcn fllan- ·
Il1e110S C011) l)Ietos 5011 los lie SteiIl11eil11, (le Gibraltar )' de Saccol)í1store 1, diblllar al intericl~ del macizo facial tiene C0010 resultado, por el con-
El cr,ineo l~e Brol~en-Hil1, el1 Rodesia, 110 está . fecllado cori lJ,!"ecisióll,
trario, blcqllear la frente detrás del macizo orbital. Clland~ se pa.sa a la
pero refleja 1111 estado arcaico bastante cercano del de los ,'iej()s '.l)aIean- posición ,'ertical de los ant~ópidos se prodllce una gananCIa conslderablc
trópidos de Europa. Los paleantról-,idos recientes· son nlll1le.~OSOs }! 5011. ell el CtIrSO de 10 qlle -se h,l llamado, bastante impropiamente por o~rJ
conocidos ,'arios esquele.t~)s coml)letos~ Los crálleos illtactos, F')or· el. CO:1-
parte, (~el enrollanliento del cerebro" en torno .~e ),1 ~a~e. Esta gan~ncla,
trario, son escasos y la 01a)'or· pa.!"te de ellos han· sido recol1struidos con
en los australantropos, interesa ante t?do la .reglon occlpItal y las re~lones
fragll1entos nluy. numerosos. Entre. ellos se enctleIitran tipos ccn10 el de
tempo.!ales. La co-nstruc~ión del maC.l20 factal es, en sus grandes 11,neas,
Skhul,· l11uy cercanos l'a <..1 el hOl/JO JapieJ1J. En E1lrol)·a, lc)s l11ejores inll i-
la misma qlle la de los primates y la f r:nt~ qLleda bloqlleada. detras de
"jduos son los de La Chapelle-aux-Saints~ (.~e La Ferras:;ie }T el de' - ,,
Monte C·irceo .. las órbitas. El problema paleontológico mas 1ll1portante slglle .slend~, por
consig1lliente, el de la liberación de la frente en el honlo sap¡ellJ/ Jtbelra·
No es necesario, al fllenos ahí, indagar en qué difiere la argllitectllra ción correlativa a una nl0dificación profunda de la cara, en el transcurso i
I
co,~poral de los l)aleantrópidos de la nuestra. Esta búsqueda es j,nútil, })ues
de la cual aparecen la. f.rente, los pómulos y el· nl~ntón: l·os paleal1tró- . 1I
el F,robleina de la posición l11ás o l11enos erguida }'a 11() se plantea,.· y ;

lJidos. , son los fósiles de elección para pOller en eVIdencIa· esta transfor- ,
. consjd~rando el estado de la lio:llll1entación, ~erÍa, por otra parte, CJsi .,I
111aClon.
imposible. Su arquitectura craneana, ell call1b io,. oE rece el n1J.5 gran(.~c
71
70
IZ'7577iTEF PTWPF¡¡¡P :__ W.i7i .WF.r::m.'.mlil$5¡¡j1j·v.·:·.5.: r.¡¡¡ .: .r n.- 1iiI-·•. : .. rillllil' '1iiIiI~::'iIIIi'5i1111$m.I'EIIIT.p__ :" '.'_""liliiii: 1IIIIIIiIII::r -------------------

Cuando : se con1paran los trazados de construcción del zinjantropo,


del hombre de Broken Hill y del hombre de la Ferrassie, se tiene: desde
el primer instante la visión muy nítida del retiro progresivo del macizo
facial len relación a la caja craneana. Todo. sucede (01110 si, a partir de las e'
órbitas, la cara se encogiese y viniese progresivamente a situarse debajo
de una caja craneana cada vez 0115 dominante. Esta disminución del prog-
natismo absoluto se refleja directamente en la construcción del armazón
Ft
facial cuyo vértice se en~uentra: en -el : zin j antropo en pleno macizo orbital,
en el hombre de Broken .Hill en la unión de las órbitas y la f rente, en el ---....
hombre de La Ferrassie len plena frente y en el hombre actual casi detrás
de la frente. Es 10 qlle traduce igual111ente el cierre progresivo del cornp is
entre el prosthion y el basion, pasando de 60° a 45° del zinjantropo al
hombre actual. Esta evolución puede traducirse de otra manera: en el curso
de la evolución antropoide, el macizo supraorbital pierde p.!'ogreSi\/anlelltc
su carácter de fundamento del edificio facial y asimismo disminuye )~ 35
finalmente desaparece, por ejemplo, en la nla}·or parte de los sujetos fe- .. ...
,
' : e''''
meninos actuales .. Todo sucede en suma (0010 si el cerebro viniera a
_--- -'--~-'-'-.._
ocupar progresivamente los territorios anteri ores a med ida qlle 5011 1ibe-
rados de los constreñimientos mecánicos de la cara: ... ...........
.. ........ ...... ..
' , ,..
".
Se podría defender el razonamiento inverso y decir de una manera .. .. .
,

"
' ,

1111S clásica :que el desarrollo frontal .del cerebro determina el retraimiento '.
,
l)Iogresi\?o de la cara y su disminución. 11e parece que eso sería eIl1pezar '__"-
.....
<,
....... _
la casa por el tejado y subordinar un efecto mecánico a causas l1C. e.re- ..- --'- ..
cimiento cerebral sobre las cuales ninguna demostración parece posible. -. __
La: prueba de lo contrario está, por otra pa.:te, suministrada por el hecho f --..........
:

:/
,.,
"

de que los paleantrópidos más evolucionados, con su cerebro de .·1.600 Cl11:\


dan verdaderamente la impresión de un compromiso mecánico al término
del OLla! se produ j o la expansión hacia la lJarte posterior y 105 lados, p
donde no existen constreñimientos. Si el cerebro tuviera -la fuerza de " .._ .. J
I
.a
••
36 39
...., .r" I :
expansión que se le da, no habría ninguna razón para que la frente no • <, •.' 90 I ,,'

se hubiera .desarrollado :mucho antes,.. incluso l)or encima de arcndas orbi- .............
··~:·ié:·:·.
tajes prorninentes. . , ,

Otras causas parecen entrar en jllego . partir die la aparición, hacia .l~
. ...-- ~-- _---_ -_ ....
"

fines de la era Primaria, de la posición cuadrúpeda erguida, se. recuerda


que apareció la: heterodonci a o di versificación de los incisivos, caninos,
.prernolares y molares, Se: recuerda. también gl.le; a partir de ese 1110Jl1eI1to,
)
. :
'.

Figs. :35 a 40.: Evolución del apoyo de los dientes yugales. La reducción del disposit ivo
dentario se traduce por un cierre progresivo del ángulo C' que pasa de 75 o en el gorila :!
40° en la europea. El equilibrio de las presiones se. establece para todos J()S sujetos entre
9t) y 1000, mas con modalidades diferentes. En el gorila (35) }' el zinjantropo (36) el eje
de las raíces de los molares parece regido por el disposirivo anterior y corresponde a El.
la línea: de apoyo de la raíz de los caninos. En los paleanrrópidos (37 y 38) el ele E2 .
: corresponde a la región lateral de los pómulos (apófisis: piramidal); hay, pues, equilibrio
: entre los apoyos anteriores (figs. 31 }' 32) y los apoyos :yugales. En el horno sapiens (39 )'
37 40
40) encontrándose los apO)T()S caninos trasladados al pómulo (figs. 33 y 34), I~ay tenden-
cia a la constitución de: un zona de apoyo cada vez más despejada del macizo fronro-orbi-
tario, concentrada sobre el campo de los p{)mulos.: El sujeto 40, desprovisto de molar
posterior, marca el punto extremo alcanzado actualmente por la evolución craneana

72 73·

:
_ .._ ...

la raíz del diente canino se convierte en una de las piezas maestras del mamíferos inferiores, un verdadero fuelle entre el continente, rnecáni-
edificio facial. ~tU re1ación es tal, que en las formas en qlle el canino carnente acondicionado por la dentadura, }' el contenido cerebral; lo cual
sufre una regresión casi total, COI110 en el caballo,. continúa sin embargo es una prueba más de la no existencia de los efectos supuestos de la
ligado al armazón general, En los 1110nos, la raíz del carlina, independien- expansión cerebral,
ternente de las dimensiones de la corona. liel diente, continúa desernpe-
Íl111do el mismo papel y se encuentra en continuidad con las trabéculas
óseas qlle alcanzan. el macizo orbital. En otras palabras, la cara está (0115-
truida sobre cuatro pilares (dos para los primeros molares, dos l,a.~a los
caninos), Jos cuales tienen su plInto clave ell el macizo supraorbita l. Esta
construcción subsiste, COI110 10 ·hel110S visto, en· Jos australantropos, l)e.ro
la reducción de la base, debida a la posición vertical, acarrea una diSl11Í-
nución notable de las proporciones de la raíz de los caninos, B . •

. Este l)foceso continúa lentamente hasta el hombre moderno, a 111C·


dida que el edificio craneano se acomoda. Normalmente, esta evolución
debería estar ligada a una evolución postural correspond ien te )r es 10 911C
quedó sobreentendido l11jS arriba, cuando )'0 suponía una evolución de
)as curvaturas vertebrales; sin que sin ernbar go fuera ptlesto en tel a de -
1
1
juicio el principio mismo de la posición erecta, atestiguado ahora I)or
r~urnerosos f ósiles.
, El })roceso evolutivo aparece l111a vez más en la estrecha cohesión gllC
existe entre la base de sustentación del edificio craneano, que se acorta
l'fogresi varnen te, la regresión dental y la expansión cerebral, deslizándose,
I,()f decir aSÍ, el cerebro
La disminución
ahí donde las resistencias ceden (figuras 29 a 41).
progresiva de la raíz del canino es n1uy perceptible en
------I-.~..;'"
.. 2
los d if eren tes palean trópi dos fechados. Para el cráneo de La Ferrass ie,
las raíces están )'a bastante próximas a las de las razas actuales, La evolu-
ción facial de los . paleantrópidos hacia el hombre actual podría, tradu- p ..'. ::. c·
.
cirse l)ues, J-1or una reducción constante de las bases de la dentadura a11· ,

terior, d isminución iniciada a parti r de los australantropos, Las C~)J1S~-


Ü
cuencias de esta .~egresj6n se evidencia en las tres modificaciones 1111S
importantes, marcando la cara del hOJ/1D Jtl/JicJ1J: 1) El arl11JZÓ11 ()EC() glle 3
une los d ien tes .an teriores a la visera su praorbi tal se empequeñece f'lfC)- -
f.!resi,'all1ellte }' el rodete orbital tiende a la desaparición. 2) El mismo
fCI1Óll1Cll0 se produce corno refle j o en la rnand íbula, y la regi ón del men-
tón suf re una transformación importante que culmina en el desarrollo
del mentón. 3) El primer molar ~e convierte en la base. del pilar rn.is
importante de la cara )" los maxilares llevan hacia atrás del rodete sllpra-. B \
orbi tal las princi pal es Iíneas de fuerza, de suerte qlle el pómulo del horn-
bre actual presenta una conformación 111U}! diferente de la de Jos palean-
.trépidos. ...
Es nlU}7 interesante notar qlle, en ciertas razas primitivas COI110 los
australianos, este l,roceso no se ha terminado completamente .y qlle el
rodete orbital conserva cierta importancia. Es 1]115 interesante aún observar Fig. 41. El acortamiento de la base craneana y la expansión cerebral. 1, cérvido,
en el cuadrúpedo estricto la base P-B ocupa toda la longitud del cráneo. 2, chimpaa-
(Ille en numerosos individuos de razas diferentes, el cerebro 11{> OCllt1a todo cé: 3) paleantrópido; 4, horno sapiens. La reducción de la arcada dental determina
el espacio q1le deja disponible la evolución facial }' qtle unos senos f rOJ1- el acortamiento de la .base, la coherencia mecánica del macizo facial acarrea igual
tales 1111s o menos importantes constituyen.. exactarnente : COIno en Jos acortamiento de p-e y e.a

74
grande de mono, igual al de un hombre, no funcionaría más q;ue corno
Los paleantrópidos aparecen, plles, COI110 algo absolutamente distinto ce re bro de mono, mejor que el de un gorila,. pues contendría mis células
del .rarno divergente y atrasado que a veces se 11a querido ver en, ellos: nerviosas, pero no' ciertamente como el de' un hombre. Ahora bien, el aus-
sin establecer .que todas las f~~nlas hayan sid?, lbs antepasados dlre~tos' tralopiteco no tiene cerebro de mono, sino, 10 que es mis embarazoso tal
del IJ01JZO Sap¡eJ1S (lo cual serta absurdo también para el bomo snpiens vez, un cerebro de .hombre .respondiendo a Sll cara extraordinariamente
actual, del cual ciertas razas desaparecerán sin haber concurrido al futuro primitiva.
(le l10 IJ01J10 postsapiens ), parece evidente que en bloque ellos constituyen El estudio detallado del cerebro de' los hombres fósiles evidentemente'
realmente las .raices de las razas actuales. Es tanto más evidente todnvía no es realizable, pero se posee, gracias al molde de la cavidad craneana,
cuando, asignando su sitio cronológico' a sus representan tes fechados, se la imagen del. cerebro envuelto por· 1,1s meninges; imagen suficiente COlTIt)
constata con qué regularidad, de uno a otro, su conjunto evoluciona ell para establecer las proporciones de las diferentes partes y entrever el. jlleg:)
nuestra dirección. de las principales· circunvoluciones. Una paleontología cerebral es, l),:.tes:
en cierto modo posibley ha sido practicada muchas veces desde hace med ir)
sig-lo.
<.~
EL DESPLIEGCE DEL ABANICO CORTICAL
Gracias a numerosos trabajos, se sabe cómo funciona el' cerebro de
Acabarnos de asistir al largo desarrollo del linaje humano. Vimos los animales más diversos y el del hombre. Este conocimiento es aún 111.l1}·
(ILIe 1~ filiación del mono al 110111bre puede considera-se corno l11U)1 1)ro- imperfecto, 'pero, para toda la región superficial, la más fácil de explorar .

blernática }7 qLle es necesario recurrir a un antepasado bi pedo hipotético, quirúrgicarnente o eléctricamente, los datos son numerosos y' coherentes,
ubicado del lado de acá de la bifurcación qlle aísla a los pitecornorfos Esta región interesa una gran· parte de la corteza cerebral, a CLl}'O ni vel
de los primates de dos pies. Los caracteres humanos S011, en efecto, ir.re se desarrollan los fenómenos mis. importantes' de la vida de relación; es
ductib les con los de los monos, puesto que toda la evolución, de los peces precisamente la imagen, un poco borrosa, qtle prOCllran los moldes endo-
al gorila, .muestra que la postura es LIn carácter fundamental: los rnon as, craneanos de los· fósi les, Si. no se puede pretender establecer 11n cuadro
redes los 11101105, se caracterizan por una' posición mixta, cuadrúpeda )!' completo de las manifestaciones intelectuales de los australantropos, dé
sentada, }' la adaptación de su pie a estas condiciones de vida, Los -an- los arcantropos. o de los paleantropos;: se puede, g,!3.cias al recurso doble
t:_'Ópil~OS, IJor su parte, se caracterizan fundamentalmente IJor' una posición del molde y de la fisiología actual, restituir una imagen ya nll1y firme ele
mixta, bípeda }T sentada, y con los pies rigurosan1ente adaptados a ella. las posibilidades
-
de su instrumento
.
cerebral.
Esta. diferencia de. posición podría l)asa.r por accesoria si 110 fuese la Hemos visto anteriormente qlle el efecto más importante de 1,1 SlL)-
fuente de diferencias esenciales entre los dos linajes de seres q:ue !)OSCel1 pensión del· cráneo antropoide en el vértice de 'una columna vertebral
una mano con l)ulgar oponible. Los antrópidos 110 deben solamente a la completamente erecta, era el aislamiento mecánico de la cara e11' relación
posición vertical la libertad de la mano durante la lOCOD10ción,. sino (111,(' con la pa.:te posterior del cr.ineo, determinando el rebajamiento. del macizo
le .deben lbrualll1ente la posesión de una cara corta con caninos débiles Y' iniaco y .la orientación del clivus basilar. La consecuencia . n115 aparente
l111 cerebro liberado' de' los consrreñirnientos de suspensión ··de la caja ósea. de estas disposiciones es un "enrollamiento" marcado del encéfalo, qLle
Al término (le las liberaciones' sucesivas, la del cerebro es ti ya realizada adopta una fOr1113, acodada. Esta curvación del piso. cerebral no es ge8mé-
en el 1111S viejo testigo, en el australopiteco, el cual, corno \'il110S, se.~ía tricamente concebible sino en conjunción con un aumento sensible de la
mejor Ilarnado australantropo. Por rn is lejos que se busquen las huellas circunferencia descrita por la bóveda craneana. En otras palabras, la bóveda
del 110I11bre-r11ono, se encuentran hasta ahora, solamente hombres, Pero se abre literalmente como un abanico. El despl ieglIe del abanico craneano
¡c:lán extraordinarios son los más .remotos de elles! Desd'e los pies hasta no se realiza uniformemente (figura 42): la frente es mantenida en sus
1a base del cuello, no se "e que of rezcan serias diferencias con el hombre proporciones por el macizo facial del cual asegu.ra el' fundamento y' se
actual: la miquina es )'a totaln1ente hllmanl, sc)portando tIna cabeza qlle debe esperar al hO I1I0 SapieJ1J para que el cerrojo pref rontal salte. L3. nl.ICJ
v

110 es una cabeza de 010no, sino. el rostro de UIl .11onlbre toda\'Ía no Ill1- también está en relación· con los constreñimientos mecánicos de sllspeil.
I-:l3,niz·ado. El l11acizo facial el10rl11e y !)lano, sin frente, se sujeta a tll1a sión, de St1erte qlle el ·alargamiento de .la circunferencia es mis considera·
caja c.:aneal1a l)eqlleña }' redondeada, l)ro\'ista de una cresta ósea.a la Ctl:ll ble en el centro qlle en las ·extremidades. En el sentido transversal l~l
~e enganchan los músculos de una' quijada gigante. El cerebro que Il1UC\'e ganancia es también considerable y la posición vertical, a partir del allstra~
a esta criatura, Dlucho 1115.5 desconcertal1 te que el tri"ial antropopite~o so~ lopiteco, tiene como corolario un aunlento de la superficie de la bóveda.
ñado por Gabriel de 11ortillet, es cOlnparati\'al11ente .mis desarrollado cIlle craneana en la reg'¡ón f ronto-témporo-parietal meLlia. Este aumento es pro·
el de lln go.~ila, pero minúsculo en relación .al nllestro, de uri peso l.i()s gresivo, y pllede~ seglli,rse SllS etapas desde el mono hasta cada tIna de
\'eces menor. La inteligencia. no .está \'inculadJ solan1ente al \·'0'unlen ce· las forinas antropoides. Hasta los paleantrópidos, la ganancia es constante
rebral, sino a la organ ización' de las partes del cerebro: lln certbro Jl1Lly
77
·76 . "
J' considerable; del paleantrópido al hOJJ10 sapieus, en cambio,· el moví-
miento parece muy reducido. Correspondiendo la bóveda craneana en el
• hombre ,1 1,1 superficie real del encéfalo, se puede decir de manera' cierta
I
~
)' precisa que el hecho más nítido de evolución cerebral, de los australan-
tropos a los paleantropos, es el aumento de superficie del córtex en las
regiones medias f ronto -parietales. .... .. . . .
Esta constatación acarrea consecuencias 111U}" importantes, puesto cllle
muestra primero qlle si la evolución corporal humana termina mlly pront~),
2 la evolución cerebral, en el zin j antropo, está sólo en su inicio.· M uestra
.. igunlmente que si se debe busca: diferencias intelectuales entre los grande:;
n10n05 y los hombres más antiguos, es en las propiedades del córtex medio
donde debe hallarse más acentuado el contraste.. ..

,

-'
-e ---- EL CORTEX .!\IEDlü (figura 43)

Numerosos trabajos han sido consagrados al córtex medio de los


animales }' del hombre, en pa.:ticular. relacionados con las áreas corticales .,

situadas; en los mamíferos superiores y el hombre, a ambos lados de la


fisura de Rolando." Por delante de este surco se encuentran las. fibras
de proyección piramidales (área 4) relacionadas con la motricidad de las
-.t liiferen tes .partes del. clIerpo; . por detrás ( áreas 1,. 2 Y 3) las fibras afe-
rentes corresponden a IJ.s mismas partes. La explotación eléctrica y la
neurocirugía han permitido determinar con precisión" con qué partes del l'

cuerpo se .relaciona cada grupo de las células que forman, en cierto modo,
una imagen neuromotora del individuo corporal. Esta imagen aparece in-
vertida, con la cabeza para abajo, de suerte qtle las fibras gtle interesan la ...,
· 'j

motricidad de la cabeza }' del miembro anterior se encuentran en la cer-


canía del piso craneano, mientras las de los pies, por el contrario, est.in
hacia la bóveda,
Para nuestro propósito es muy importante, tratar de seglli.r, a partir i'
I

de los cuadrúpedos, el desarrollo del esqllema neuronl0tor;. esta explora-


ción hace resaltar, en efecto, algunos puntos capitales. de las relaciones
existentes entre el mundo animal }. el mundo humano.
A partir del esqllenlJ mis simple de los invertebrados, con el siste-
ma nervioso sensomotor limitado a dos cadenas de ganglios, animando
.. los segmentos del cuerpo, y a tina encrucijada nerviosa anterior donde se ·,

_. 6 organiza el primer dispositivo de relación; el sistema nervioso se enriquece


5
- a la vez por el aumento del número de conexiones con el aparato corporal
I

I
y por la multiplicación de las posibilidades de coordinar, a partir del foco i
·!
Fig. 42. Abertura del abanico cortical. En la hiena (1), el cierre de la bóveda i
craneana es total. En los otros sujetos, Jos constreñirnientos alcanzan su máximo en cerebral, el juego de estas palancas nerviosas multiplicadas, Resulta de ello, . -1
el macizo frontal V en el macizo iníaco (1). La liberación. de la bóveda (en negro) exactamente como para un dispositivo eléctrico o electrónico, la coloca- ·,
·1
.
en el perro lulú ('2) se hace sobre la sola reducción facial y la ausencia de cerrojo ción de hilos de conexión (las neuronas) más o menos numerosas y reu-
. frontal, a costa de los senos y del equilibrio dentario. La flexión del piso cerebral es nidos en StlS· pllntas los unos a los otros en un aparato de integración !
!
.muy débil y el sector rémporo-parietal sufre una abertura reducida, En. el colobo .,

.(3), el, gorila (4), el paleantrópído .(5) Y el horno sapiens (6), la reducción de la de variadas posibilidades en función directa con el número de conexio-
base y. la flexión progresiva del piso acarrean una abertura cada vez más amplia . nes. En el hombre se cuentan más o menos 14 mil millones de conexiones
. ' de la región media, correspondiendo al córtex de la motricidad voluntaria }' a las cerebro-cereb.ro y cerebro-cuerpo .
zonas de asociación

78 79 . ,.
1,

·1
: I
!
S5~ I El edificio cerebral se inició modestamente, en el "cada quien' para
sí" de los invertebrados inferiores, en los que cada segmento del cuerpo
vive para sí mismo, poseyendo .el mínimo indispensable de unión" con el o

resto del organismo. En los gtlsanos la independencia es aún considerable.


en . los . vertebrados esta independencia fundamental subsistirá (pueden
verse los trozos de la angllla "saltar en la fritura o el pato· decapitado
correr algunos metros), pero. está reforzada por las conexiones Con el
sistema cerebral para todo lo que hace, de cerca o de lejos, "intervenir la
a
-
85~
- vida de' relación. Los primeros sistemas nerviosos de los ve rtehra dos son
aún· il1l1y sencillos y OCllp,ln' poco lugar en' el' esqueleto craneano, como
ya vimos. .Su perfeccionamiento, en el sentido de una utilización cada
vez m is fina y consciente de los órganos, se hace con .la . adición, gracias
••• al .sistema existente, de dispositivos de integración, los cuales sintetizan
•• las sensaciones y distribuyen las. imágenes y las respuestas, Del animal .ai
••

•• hombre todo sllcede. someramente 'colno si se añadiese de nuevo, cerebro
••
••
(1
sobre cerebro, cada l10,1 de las formaciones desarrolladas, acarreando la.
•••• • • última una coherencia cada vez más sutil de todas las formaciones ante-
_" riores, qlte continúan desempeñando' su papel. La formación más reciente,
-e . 0\
d
qu.e torna importancia solamente a partir de los mamíferos, es 'el neocortex;
90° 0\ dispositivo de integración motriz y sensitiva qlle se convierte en el ins-
6 \
trumento de la inteligencia humana. La estructura funcional del córtex o
\
\
- ,
neo pClllill"1 de los vertebrados está aún lejos de ser definida en sus deta-
--
.( ,.,..
.)_ \ ~ \
'(" \ lles, por otra parte, tendría POC,l utilidad volver a considerarla, aquí desde
Sll origen. El hecho de iniciarse en los mamíferos cuadrúpedos y'a evo,
~.c- lucionados basta para demostrar 1;1 continuidad entre los datos neurológicos

-
,,~,- y lo qlle he asentado referente a la evolución mecánica del dispositivo
craneano de los vertebrados.
e El córtex sensomotor -se individualiza de manera bastante nítida so-
- -f bre los bordes del surco de Rolando, en animales como el caballo, el cerdo
o la cabra, qlle son cuadrúpedos caminadores y' con el canlpo anterior esen-
cialmente .facial, siendo la participación del miembro anterior. prácticarnen-
. te nula en el caballo, mtl}r escasa en el cerdo, pero más importante en la
cabra, En estos tres animales, la exploración del córtex muestra una repre·
sentación bien diferenciada del hocico' en el córtex sensomotor. El miem-
bro anterior, en cambio, está apenas individualizado en .aIg'lloos plIntos

correspondientes a la cara anterior de la muñeca, La sensibilidad fina y la
-_ .... j motricidad inteligente de estos animales se limitan, por consiguiente, al
-_._- ~.
+-,
contorno del orificio bucal, y Sll tenacidad. manual 'a algunas déb-iles po'·
-9 sibilidades para mantener o rechazar con la pata,
Fig. 43. Cerebro del gato Ca), del macaco (b), del chimpancé (e), del austra- En los carnívoros, (llya participación manual es. ya muy nítida, las
lantropo (d), del sinantropo (e), del hombre de .Neandertha l Cf). y del horno áreas sensornotoras del córtex son más ricas en fibras y la representación
sapiens (g). 1, 2, 3: áreas sornatomotrices; 4: motricidad voluntaria; 05-6-7-8-9: . de las diferentes partes del Cllerpo más matizada. La parte posterior queda
áreas motoras extrapiramidalcs; 41-42-43: áreas auditivas; 44: área de la articu-
Jación verbal. A pesar de la imprecisión de detalle de los moldes endocraneanos, mtly vagamente representada, la coordinación de los gestos se hace a unos
los antrópidos fósiles (d, e, f) muestran unas proporciones categóricarnente : niveles en los cuales la conciencia no interviene, pero la cara y los dos
humanas miembros anteriores están bien diferenciados y rnlly finamente organizados,
El gato, en particular, ofrece un considerable grado de diferenciación que

80 81
CtIyO sensomotor se ha extendido notablemente. y.. asegllra en par-
córtex
corresponde al uso' qlle hace de su 1113.110 en múltiples operaciones. Esto ticular un dominio avanzado del juego facial y del juego manual, aislados
muestra la exactitud de U11 hecho general, sobre el cual he insistido ya o coordinados. No existe ma}'or' duda para 'quien haya estudiado el corn-
.reiteradamente: el1 oposición a 105 caminadores, los prel1sores lJOSeel1 todos, 'po,rtamiento de los monos' superiores, qtle el obstáculo. 'para el ejercicio :
incluso aquellos 'que distan mucho del punto de llegada humano, las viro de las técnicas, en el .sentido humano de la palabra, no reside en la do-
tualidades fundamentales de la tecnicidad. En los carnívoros, las áreas tación de su córtex motor ir' premotor. Ahora bien, a pesar del carácter
técnicas corticales están limitadas por un dispositivo mecánico nluy rígido, im1?~esionalite de las. observaciones hechas. en los chimpancés, hay, un .abis·
el abanico co.rtical. está ap'enas entreabierto; pero lo qLle existe de ello es mo infranqueable entre el' acto del mono qtle empata dos bambues, trepa
suficiente lJara hacer .comprender .'en qué gral1 profundidad del mundo sobre una .caja y descuelga una banana, y el .gesto de fabricación del
animal se forma el instrumento de la tecnicidad humana. zinjantropo. No tiene nada de sorprendente qlle. seres tan cercanos de
En los 1110nos cinornorfos, C0010 el macaco, el abanico cortical está nosotros zoológicamente, corno lo sao . los chimpancés, posean reflejos de
francamente .entreabierto y el triángulo sensitivo-motor primario (áreas acercamiento de una tecnicidad elemental, p.ues no es 'mucho má-s .extraor-'
1 a 4) se enriquece de una zona premotriz extrapirarnidal (área 6), la dinario de lo' qlle se podría descubrir, por ejemplo, de rinoceronte en un
cual desarrolla un grado suplementario de la integración motora, La ima- tapir, de castor en una ardilla, o de tejón en un oso; sin qlle el mono nos
gen del instrumento corporal se ha. tornado l11U}' detallada: todas las lJartes conduzca al hombre más de lo qtle. el rinoceronte pueda llevar hasta' el
del cuerpo figuran de manera precisa en el córtex, COll proporciones va- tapir.'
riables y reveladoras de la organización .motora de los primates, Los dos
tercios aproximadamente de la superficie cortical están ocupados l)c.r las 6. Los antropólogos distinguen en el cráneo, el craulu m, edificio completo con
células de la cara, de la mano }T del pie. Casi un cuarto de la superficie la quijada, y el, calr.niu nr, que comprende el cráneo sin la mandíbula pero
total corresponde solamente a las neuronas que controlan la lengua, la . con la cara. Disti nguen también la cal raria que es la caja craneana sin 'la .
laringe, los labios, el pulgar de la mano Y' el pulgar del pie (fig. 44). cara y la cul ua lirnitada a la bóveda craneana sin la base. Esta terminología
es pura comodidad práctica, pues está basada sobre el estado más o nl~nos
.En el chimpancé O' el gorila, la situación no. es l11U)' .diferen te en su na- completo en el cual los cráneos exhumados Ilegan .» manos del anatomista.
turaleza, pero en un 111ayor grado de desarrollo. por el hecho del. número
7' No' se insistirá jamás demasiado en el interés' de las investigaciones' sobre
11la)70r de células. Cada UI10· de los' dedos tiene una .representación, mien- la tecnicidad en el mundo animal, ni. sobre el valor de algunos ejemplos
tras que en los cinornorfos los cuatro dedos de la palma son solidarios. de útiles atestiguados en ella; sin embargo, uno. debe cuidarse de la ac-
En cuanto a las zonas motoras y premotoras fundamentales la situación titud antropocentrista que falsea los problemas.
e11 el hombre no es, en lo esencial, diferente de la de los antropoides, La Los casos de útiles animales son rarísimos y siempre se citan, en piadosa
amalgama, los del' arnófilo )~ su pequeño guijarro, del. pinzón de las Islas
evolución construye en cada etapa nuevos cerebros sobre los precedentes: Galápagos y su pequeño bastoncito,' de la cabra que sabía rascarse aguan·
la banda motora 'de los cuadrúpedos superiores es superada por el triángulo tando una f:1111:1 en el hocico, de la mona de Darwin que. rompía nueces
premotor de Jos monos, antes de que· este último sea, a su vez, sobrepa- con una piedra, de 1'\)5 monos que lanzan piedras, del pájaro-jardinero. De
.sado, por unas formaciones nuevas, hecho, estas manifestaciones son espectaculares solamente porgue asemejan
10 que hace el hombre, pero no difieren en nada en lo esencial de todo
En el estadio simio la situación presenta visos absolutamente nota- aquello que es tecnicidad en el. mundo animal entero, incluyendo el hom-
bles. La correlación anatómica ha presidido el establecimiento Sil11111t¡lneO bre, y maravillarse de ello. no es más que volver a las .enternecedoras con-
de . una posición mixta, compartida entre la' ]OCOl110ción cuadrúpeda .y la sideraciones de los naturalistas del siglo XVIII sobre la abeja industriosa
y la hormiga ecónorna. De la m!S111amanera se podría considerar el andar bí-
posición sentada, y el desarrollo de la bóveda craneana en su porción pedo, y, en lugar de restringir la comparación a los escasos momentos cuando
media, En oposición al de ciertos carniceros, corno la hiena, el cerebro de el gibón carnina parado, agrupar en un único panorama los dinosaurios
los primates ha llegado' a los limites de su desarrollo l)osible y adhiere bípedos, el cachicamo, el pangolino, el gerbo, el canguro y el perro sabio.
~strechal11ellte a los contor.nos craneanos impuestos por la mecánica. Es 10 cual no mostraría más que una de las. soluciones a la marcha que el
hombre conlparte con el mundo de los vertebrad'os. El inventario de las
lmposibJe, (01110 a \'eces se l1a supuesto al Illenos il111Jlícitall1ente, 'ver el1 soluciones COlTIUneSes indispensable para situar una parte d~l :.problema
la fllerza de' expansión del. cetebro el 1110tc.r de la e\'olución craneal1a. El hUl11ano, para establecer en qué el honlbre no es más que un caso entre
allfllento del llún1ero de las células l1er\'iosas no ..ptlede l)rece'der al ensa11- otros; haciendo esto, se establece. tan sólo un componente. Se establece
chamiento del edificio. Incluso,: adIl1itiendo que la expal1sión cerebral y el otro cuando se considera la situación del hombre en el seno de las especies
con acción nlanual importante, un tercero sería sittlándolo en relación con
mej oramiento espacial del esqueleto sean un soja fel1ólneno, .no se lJllede el movimiento general de deriva qtle lleva a los sistemas nerviosos hacia
e,'itar considerar que el cerebro. ttsigue'; el 1110,rjn1iento general, peró Sil1 una complejidad creciente. Se establecerían otros olás para· llegar a una
ser el motor de ello. resultante al final de la cual el hombre aparecería conlO lIn todo único
en el nlund·o animal, pero cuyos elementos todos son amplianlente com-
. Los monos, por cOllsiguiente, poseen el cerebro. correspondiente al
partidos .
.estado de liberación n1ecánica de su -bó,'eda craneana; es decir, U!l ce;rebro
'83 . f
82
'nada al con trol motor de la cabeza 'y de los miembros superiores; en otros
EL. CER.EBRO DE LOS HOlvfINIDOS términos.' 185 dos polos del. c3mpo de relación movilizan - los 8/10 del
. .

El examen de los moldes endocraneanos del australopiteco, del pite- dispositivo motor primario,' Solamente la lengua, los labios, la laringe,
can tropo, del neanderthaloide o del hombre actual, muestra 'entre la-s dís- 1;1 faringe y los .. dedos .representan casi la mitad de la totalidad del área 4,'
tintas partes unas diferencias de proporciones qlle afectan sobre. todo los
.lóbulos frontales. En cuanto al' cerebro Inedia y ocei pital, abstracción
hecha de las diferencias de volumen y de. superficie, 110 se notan muchas
variaciones que no sean también "visibles en los cerebros de hombres ac-
tuales. Es cierto que el aumento del peso total del cerebro (111ás del doble
del australopiteco al h01JlO sapie11s) y la complicación de 1as circunvole-
cienes, que aumentan la superficie.' del córtex, implican un nivel D1Uy
diferente de desarrollo intelectual en los dos extremos de la serie evolu-.
tiva, pero a priori nada que no sea humano, En otras palabras.' como pU11tO
de partida, se constata que· el cerebro del zinjantropo posee la forma de
un cerebro de hombre y .no de 1110no, pero que es pequeño, l11uy plegado,
y q.ue los lóbulos f ronrales SOll,. en proporción, 11111}'pequeños. Partiendo
de una diferencia de grado, pero 110 de estructura, se hace posible inter-
pretar lo que uno sabe de la vida de formas anteriores al /)01770 sap iens
·1
en una perspectiva humana, Pero no se debe disimular que, puesto de
nuevo el mono en . su lugar, Si11 considerarle COI110 cabecilla de una 511ce· I
sión en la cual cabría la posibilidad de insinuar la frontera de la 11l1IllJ11Í- !

:
r

. dad, Ias dificultades no son menores, Renunciando al . "eslabón. perdido", ..


l
.

1105 encontrarnos, según la documentación actual, en presel1cia de una co- :1


II
.lección de hombres que ponen en tela de juicio la unidad misma de una ;
Fig. 44. Imagen .
definición del 110111bre.
cortical de 'la mo-
.Desde el primer capítulo, la situación de' los "hombres" fósiles ha tricidad voluntaria
sido establecida 1)0,1" la p.QSeSiÓl1 de la posición vertical, de -la cara corta, en el macaco (a,
de la mano libre y de ]05 útiles, El problema por resolver aquí, es el efe según \Voolsey) y
en el hombre (b,
la organización del dispositivo cerebral que permite al hombre distil1gllj rse según' Penfield y
del n10110 en .el ej ercieio de la tecnicidad, visto qlle. se está. demostrando, .Rasmussen). En el :1
gracias al descubrimiento del. zinjantropo, . que la tecnicidad está presente mono, obsérvese la I
en las más diversas formas humanas. La exploración detalJada del córtex ce- importancia de las
imágenes de la rna-
rebral del 110111bre actual ofrece los elementos para cierto núl11ero' de O() y del pie, sobre
hipótesis. todo del pulgar en
relación con la ca-
ra. En el hombre, ..•,
LA 1fOTRICIDAD PRIl\fI'"fIV A (figuras 43 y -44) se observa la reduc- ARTICULACION ••, .¡
• ••
.. ción del .pie y la DE PALABRAS •
. Al igual del de los mamíferos .superiores, el cerebro del 110111bre 1)0- enorme
.'
importan- MEJILLA
see, a 10 largo de 'la fisura de Rolando, sobre las circunvoluciones frontales cia de la mano y MASTICACION LENGUA
de los órganos del OEOJ.IJ .
ascendentes, una zona motora primaria .(área 4), en la cual se pueden lenguaje (parte ba- c~o'" L.ARINGE
. separar con precisión, desde la base hasta el vértice, 'los' grupos de neu- ja de la cara, len- y
ronas q.ue controlan la cara, los dedos: de la mano, los miembros superio .. gua, laringe) .. El FA.RIIVGE
res, el tronco y los miembros inferiores. Se encuentra allí, (0010 en los cerebro del maca-
carnívoros o 'los monos, la .imagen (invertida ) de la máquina corporal, co está figurado de b
perfil, el del hom-
de la cual el área 4 constituye el. cuadro de regulación. La cantidad de bre en sección .
neuronas destinadas a cada región del cuerpo es proporcional a.Ia sutileza
de las funciones que desempeña: el 80 por ciento del área 4 está desti-
85 !
84 . . ,
-----------------------------------~----, ----- ..

ción quirúrgica del área motriz piramidal, indep~n.~ientemente de !os tras-


Al comparar con, 'el 010no, se observa que las diferencias cuantitativas tornos motores generales, se observa la desaparIclon d~ los ,refleJ~s ope-
son enormes, pero las proporciones de los diferentes territorios 110 han 'racionales educativos qlle, habían, sido creados en el animal .por la dorna,
variado de manera sensible. En efecto, en el 010no, son los órganos faciales , y éste' pierde lo qlle había aprendido. En el mono, como vlmo~ antenor-
y' la mano los que representan la mitad del dispositivo 111 O ter, y la única mente, el á.rea motriz primaria. esti reforzada", adelante! por un a~ea extra-
diferencia con el hombre concierne al' pulgar del pie, 10 que responde a piramidal p~emotriz (área ,6) conquistada por el p.rlmer ~~spllegue, del
la diferencia de locomoción entre los primates arborícolas y los bípedos abanico cortical; es a ese nivel donde se produce la lntegraclon, y el area
te.rrícolas. Así pues, hombre y mono poseen una idéntica representación piramidal ya' no interviene de manera exclusiva, Todo ~ucede como en. un
neural de la cara y de la mano; es decir, que tienen la huella cerebral .dispositivo electr,ónico ~n, 'el, ~ual, aprovech,;ndo los ~~l!o~es de combina-
de una actividad igualmente compartida entre los órganos faciales y' los '"cienes de un prImer dispositivo, uno tendrl,a la posibilidad ,de a~recentar
miembros anteriores, En el mono, este reparto interesa las acciones coor- sus medios añadiendo aparatos suplementarios. En, general, ,lo bl,en fun-
dinadas de prensión y 'de preparación alimenticia, de' ataque' o de defensa, dado de esta comparación se demuestra cuando, de~~ués de' destruir ~n el
de despiojarniento, de locomoción para la mano, de masticación y de deglll- mono el' córtex piramidal, se, constata la, conservación de, la n1emorl~ de
ción para la cara, a las cuales se agregan algunos gestos y mímicas. En educación: el animal conserva lo, aprendido' y es susceptible de enrlqlle-
el hombre actual, el .reparto, corno sabernos, 'es bastante diferente : las cerIo. En 'cambio, 1,i destrucción del córtex prernotor .(área 6), qlle cons-
acciones coordinadas de prensión y de preparación alimenticia marcan el tituye el último piso, acarrea 1~ pérdida ~e lo aprendido y grave,s trastor-
predominio de la mano, al igtlal qlle las de, ataque y de defensa. La loco- nos en la adquisición de refleJOS ope.!~cl0n~les nlIe\~Os,. El ?~sp!legtle del
moción }!a no afecta a la mano, que tiene, sobre todo, la vocación de un abanico corresponde bien, plles, al mejoramiento del dispositivo neural, a
órgano de fabricación, mientras que la cara es el instrumento de la fona- la construcción de 11n dispositivo de integración más rico en el mono qlle
ción organizada en lenguaj e.' en el cuadrúpedo.
Estas constataciones acarrean U1l cierto número de consideraciones
generaJes. Sobre ,el estricto plan de la organización de la rnotricidad pira-
midal, e! mono y el hombre ofrecen, para el canlpo anterior, la misma LA ~fOTRICIDAD HlJ~fANA
fórmula, pero las modalidades de aplicación son diferentes y queda por La ausencia irremediable de observaciones cerebrales directas en los
comprender l)or 'qué el segundo utiliza su mano }1ara fabricar )' Sll cara antrópidos fósiles obliga a retomar nuestra 'argllmentación al ni,r~l .del
para hablar. Lo que importa anotar es que todo' permite pensar q1Ie la hombre actual. Más 'adelante veremos, por otra parte, ,que se, hace posible ,

situación del córtex piramidal en los austra lantropos respondía a una 'lln~ velrificación a partir de los productos ?e la indllstria, d~ los hombres
fórmula idéntica, es decir" que mano y cara, en ellos COI110 en el macaco fósiles; pero, en razón de la un~dad c.rginlca de. los antrópidos, tal, corno
o en nosotros, desempeñaban papeles de importancia casi igual y estaban ha sido progresiv'amente establecida, las obs~~'aclones en el hombre, actual
ligadas por la coordinación. conservan todo Sll valor para la reconstrucción del pasad?. E,n e~ecto, no
Otro hecho que ofrece interés es la' contigüidad de los territorios de' se trata ya de enlazar por transiciones dos gruPl)S zoológicos dIfe,re~tes,
la cara y de la mano en el área ,4 y su situación topográfica común. Hay sino de comparar en el mismo grupo zoolóc?i~o,. el de los antrópidos,
una estrecha coordinación entre la acción de la mano y la de los órganos diferentes estadios, cronológicos de estructura Identlca.' Agregllemos, co~o'
anteriores de la cara. En el ITIOnO, ,esta relación tiene 1111 carácter sobre premisa de lo qu~, examin,J.remos ~n el capítulo IV, s= s: trata estrIC-
todo alil11entario, ]0 que" guardando las proporciolles, es \7álido taJl1l1iéJ1 tamente de la ¡reglon medIa del cortex, excl1lyendo momentanean1en.te, los ,
para el hombre; pero, adelnás es ilecesario constatar eI1 este últiJl10 tIna territorios f rootales, y por consiguiente, de demostrar qlle la tecnlcldad
coordinación no nlenos intensa entre, la lllano }T la cara en el ejercicio del (con exclllsiól1 de otras form;s. de inte~igencia qlle, vere~os. lllego) es lIt?-,
l'erlguaje. Esta coordinacióJl, que se expresa en el gesto conlO COl1le11tario fenómeno precoz en los antropldos y tiene un caracte¡r unICO en toda la,
de la palabra, ,ruel\Te, a aparecer en la esc.!irnra COil10 tral1scripción ,de los 'familia. '
sonidos de la ,'oz.' ' , , El dispositivo cprtical del hombre actual (~ig. ~3), ',e,n 1,0 tocante a la
Así pues, los sinlios y los antrópidqs, poseen el l11ismo córtex nlotor parte motriz, está constitllido por el área motrIZ prImaria (are~ 4), ante-
primario, con la 'imagen Ilítida de todas las partes del cuerpo donde la cedida pa!:' el área premotora (área 6), como en l?s mono:, Mas adelante,
cara y la Illano tienen una representación dOl1linante. En el, gato y el pe- vino a agregarse el área 8, cuya' estrucnlra es lnterm,~dla entre la del
, 'rro, aU,nqlle lnenos nítida, existe la l11isma representación, pero COl1stitu}Te área premotora y la de los lóbulos f :ontales, d~spro.v~stos d~ netlrO?,aS
, el últinl0 disl)ositi,'o integrante del edificio cerebral; 111Íentras que en el motclras. El abanico- está, plles, más, abierto, El dISpOSItIVO de lntegraclo.n
mono, y,a no, es nlás que la pel1últinla etapa. En efecto" cuando' en un pe- 'motora, qll~ posee. ahora tres pisos, ha' evolllcionado constantemente haCIa
r.ro o en un gato sOl11etidos a la, dOInesticación, se l)rocede, a la destruc-
87,
;

86
adelante a partir de los cuadrúpedos: el área 8 orienta la integración rno-

tora hacia los territorios frontales, no motores, nluy reducidos ell los 1110- _,.-.--'!
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nos y que ell los hombres están aún llluy lejos, de haber terminado su ,
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desarrollo. }:"~.k~!'~
En torno al abanico motor se encuentran agrupados dispositivos afe- _/},!!I .•»> .... v
rentes de impresiones sensoriales, los que aseguran la integración de estas I
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impresiones ell el dispositivo neurornotor, Las impresiones visuales poseen \. 1».,
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su territorio propio (áreas 17' a 19) en los lóbulos occipitales, las irn- '-~
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presiones somáticas forman una banda paralela a, la del área 4 (á,reas 1, /""

2, 3) sobre, el borde posterior de la fisura de Rolando y sus divisiones


corresponden a las del área 4. La región temporal (áreas 41 a 44) en' la a
b
, cual se han producido los procesos más importantes, puesto q.lle es el cen-
I
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"
,

tro del movimiento "de enrollarniento" del cráneo de los antrópidos, ofrece \

un interés particular, porque su estudio, a partir de Broca, ha involucrado


constantemente al lenguaje. ' \
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EL LENGlTA]E DE LOS ANTROPIDOS (figura 45)

Más adelante, volveremos a considerar el problema del lellgllaje ell ..... _- .,


I

diferentes capítulos, ,l)ero es bueno tratar de deducir de los datos, aún


incompletos, de 'la anatomía cerebral, cierto nÚl11e~0 de informaciones qlle e
someteremos luego a la verificación de las pruebas. ,' d
Fig. 4;. El lenguaje de los' antrópídos. En rayado: zona de ,la rnotricidad
El córtex de la confluencia de las regiones f ron tal, parietal y tern- voluntaria de' la mano y de la cara.' El punteado limita el cuadrilátero de
peral, está constituido por la parte 'baja de las áreas motora y prernotora P. Marie, en el cual se sitúan las lesiones afásicas: anartria (1); agrafia (2),
(áreas 4 y 6); es decir, 'IJor los territorios motores que afectan la cara y la sordera verbal (4) en el horno sapiens (a), en el chimpancé (b), el austra-
mano, Por delante, el área' premctora está unida a dos zonas de asocia- Ianrropo (c) y el sinantropo (d). Vemos que en el mono faltan las regiones
ción, ocupando una el pie ~..le la segunda circunvolución frontal, (pie ,del que corresponden a las zonas de integración por 10 menos en cuanto al reco-
nocimiento auditivo y visual. En el australantropo y el arcantropo, en carn-
área 9) l)ara ir a apoyarse contra los centros motores de la 'lllallo, la otra, bio, 'está presente la' posibilidad topográfica de los centros de integración
el pie de la tercera circunvolución frontal (área 44) Y veni r a establecer del lenguaje
contacto con los centros motores de la cara. , ,

, Detrás, la lengüeta 1110tr~z,facial y manual está contiglla a las partes


correspondientes, de las áreas somáticas 1 )T 2. Hacia abajo y atrás, toca las y' de los animales,
mediante la configuración de su cerebro y de 'Su cabeza".
áreas de asociación auditiva (áreas 41, 42) )! más lejos hacia atrás, está Fue violentamente atacada desde su origen y la ridiculez con la cual se
en conexión indirecta con el área de asociación visual 19. El área 44 se intentó cubrirla tuvo mucho que ver en su éxito persistente. Las demostra-
,denonlina del lenguaje, desde que Broca, en 1861, descubrió que las le- ciones de Gall, el carácter de los criterios afectivos utilizados por él, no
permiten muchas ilusiones sobre el valor objetivo de su teoría y los ana-
siones del pie de la tercera, frontal determinaban la pérdida del uso de la tomistas o los, fisiólogos le impartieron, inmediatamente el destino que
palabra. En cien años, la topografía cortical ha hecho grandes progTesos merecía; mas la seducción que' ofrecía a los espíritus menos científicos,
'r él .problenla del len~aje ,ha .adquirido una base más amplia ele la, qlle era fuerte. los "bultos" de la filogenitura, de la benevolencia" de la es-
crupulosidad o de la destructividad, revelables sobre el cráneo, daba, campo,
imaginaba una neurología aun impregnada de las ideas frenológicas, sobre fácil a la ironía de unos, a la necesidad de misterio científico de otros y
las localizaciones cerebrales. s "poseer el bulto de la inteligencia o de los viajes" ha quedado eo nuestro
lenguaje.
8. El médico alemán Francois-joseph Gall (1758.1818)- obtuvo con' la fre- Sería interesante analizar las, razones de la larga supervivencia de la
.nología un éxito de popularidad )' de duración que so1an1ente' Cuvier y teoría frenológica. El secreto del acondicionamiento fatal de Ios genios,
D~rwin pueden disputarle en biología. .Su teoría,' expuesta en varios tra-, de los criminales y de los idiotas se acerca al del antepasado-mono y se
bajos, está formulada con el' título de su obra principal: "Sobre las fun- ' enlaza con el problema siempre presente en nosotros del destino humano.
Clones' del cerebro y sobre las de cada una de sus partes, con' unas ob., La violencia de los ataques científicos contra GaIl y el resurgimiento re-
servaciones sobre la posibilidad de reconocer los 'instintos, las inclinacío- petido de Su favor a nivel, de la vulgarización emanan de fuentes psico-
nes, los talentos o las disposiciones morales e intelectuales de' los '}lonlbres
89
88
El conjunto del dispositivo que acabarnos de describlr c.onstituye ~l manera infrahumana. La audición de los símbolos es igualmente muy
armazón cortical del lenguaje del hombre actual }T la experlel1cIa neuroqll1' ?e,ficiente .. ~strecham~nte circunscrito entre el macizo frontal y el macizo
rúrgica muestra que las ,zonas de asocia~ión que envuelven al có~t~x, motor rniaco, e~ c?ttex medro de los grandes monos no tiene la' posibilidad física
de la cara y de la mano, participan conjuntamente en la elaborac10n de l?s de constituir un lenguaje. .
. símbolos fonéticos, o gráficos. Los trastornos del área 41,
e? contacto . .' . En cambio, apena.s inter~·iene la liberación del cerrojo iníaco, la arn-
con el' córtex piramidal de, la cara, acarrean, C01110lo habla visto Broca, plJ~ abertura' ?~l abanico cort;cal crea una situación topográfica de la cual
la afasia o imposibilidad de formar Síll1?olos fonéticos coherent.es. La o,btlene bene.flclo todo el cortex medio. La expansión prefrontal sigue.
lesión de las áreas auditivas 41-42 deternl1na la sordera verbal o Jncapa- . SIendo mU}T Incompleta hasta el bomo sapiens, pero la presencia de las
cidad de' identificar las, palabras oídas. De suerte que. l.~s d.os zonas q.lle áreas d~ asociación verbal }r mímica es perfectamente concebible a partir
encuadran las células motoras de la cara, una en transición con 'las reglo- ~el ,australantropo. A una posición bípeda y una mano libre, Y' pOlr con-
nes pref rontales, la otra con e.l dispositivo auditivo, están IPU~S, directa- slgllt.ente a una ~.aj¡l craneana c?nsiderablemente despejada en su bóveda
mente implicadas en el lenguaje vocal. Pero es tal. vez mas importante n:e.d1u, no puede corresponder SIno un cerebro ya equipado para el ejer-
constatar la naturaleza de los trastornos del lenguaje porque afectan el c~c~o de la pal.abra y yo :~reo que debe considerarse que la posibilidad
dominio de la escritura: las, lesiones del pie de' la segunda circunvolución física de 'organizar los sonidos }. los gestos existe desde el primer antró-
. frontal, que 'toca las áreas 1110to~e~ de Ja mano, determin.an la agrafíá, pido conocido. ¿ En qué nivel intelectual se sitúa el lenguaje del zinjan-
es decir, la imposibilidad de escribir: 1:11ent~as qu.e. l.as lesiones del área tropo? He ahí una pregllnta de la cual nos oClIparemos luego, con otros
preoccipital visual 19 prO\10Cal1 la ale.-;:¡a o, I.l1:POSlbl11dad.de leer. Desde atgllIuentos,. p'ero que no encausa la existencia virtual del lenguaje en .los
más viejos homínidos, . t»
luego, estas deficiellcias 110 afectan la posibilidad material de ver y de
oír o emitir sonidos, Sil10 la capacidad intelectual de expresar o de enten- . Así pues, todo p3Jrece demostrar que. el despligue del abanico cortical
der los símbolos vocales o. gráficos. en' los mamíferos superiores se hace en cuatro tiempos, los cuales corres-
Estos elementos permiten }'a adquirir una primera visión paleontoló- pon?en a la evolución postural, En 11n. prin:er tiempo, los cuad~p~dos
gica del lenguaje. En primer lugar, con,-i~ne dist.iIlguir, en el probl~111a caminadores presentan sobre el borde de la fisura de Rolando las prIme·
del, lenguaje, la posibilidad física de o:ganlzar sonidos o ,gesto~.expresl"os ras huellas de un~ organización sutil de las células motoras piramidales,
y la posibilidad. intelectual 'de concebir símbolos eXI)resl\'os, tral:sfo'~Il1a- casi todas ligadas a la rnotricidad de los órganos faciales anteriores. El
bles en sonidos o en (testas. Los símbolos, a su vez, pueden ser considerados segundo tiempo se aprecia en los cuadrúpedos p~ensores; los cuales pre-.
corno concretamente ligados a unas operaciones qlle movilizan el canlpo sentan posibilidades de posición sentada y de liberación temporal de la
manual o como abstracciones de operaciones manuales, mano sin modificación de la suspensión craneana. La banda cortical mo-
El examen del córtex de' los monos superiores muestra que las áreas triz está ya organizada y la mano bien indi vidualizada, El tercer tiempo'
41 a 44 están a,penas constituidas. En lugar de activar la serie cortical corresponde a los monos en los cuales el establecimiento de la posición
4, 6" 8 9-44, el conjunto neurónico se detiene prácticamente al nivel 8; sentada está ligado a una modificación de la suspensión craneana: la banda
de' suerte qu~ articulacióJl· y gesticulación están, !)lleS, equipadas de una piramidal se completa con una banda premotriz Y las operaciones faciales
y manuales han sido llevadas a 'un alto plInto de diferenciación. El cuarto
tiempo está .marcado por la adquisición de la bipedia, con modificación
lógicas comunes, Puede uno pr~guntarse, .po~ .otra ~arte,. si la teoría fre-
nológica no desarrolla una realidad paracientifica evidente. . profunda de la suspensión craneana y liberación de la mano: el abanico
Cuando se .desprende su trabajo de. t·ado. el : aparato den,10stratlvo que cortical está .ampliamente abierto };. en conexión por medio de unos centros
carece de fundamento, quedan vanas afirmaciones no desprovistas de valor aferentes con los diferentes dominios interesados por el lenguaje.
en su punto de origen. Gall defendió, la especialización de los diferent:s
territorios cerebrales, lo' cual en la llora actual es cosa banal. Pretendía
que cada órgano se prolonga en el sistema nervioso hasta el córtex cerebra!,
..lo cual 'está actualmente adJl1itido. ,Pensaba que n1ucl105 de. los rasgos PSI- EL ZIN]ANTROPO
cológicos ,son condicionados por el físico, 10 cual está tan1bién afuera de·
toda crítica. ,Es posible l1acer de, él~ a ,-oluntad, bien sea un .perturbado . El acontecimiento tal ,Tez más importante para la ciencia del hombre
o un precursor. Al. igual ele la ?br.a. ~e N, de. l\J~i_ll~t a nl~dia~~s del fósil es el descubrimiento por L, B. S. leakey, el 17 de julio de 1959,
siglo X\'IIJ, su libro parece hoy dla rl~lcu!O. 1}1 clentlflcárnente lnlltlI1zabl~, en la garganta de Oldoway en Tanganyka, de 11n australopitecín'eo de
mas' sus ideas han sido anlplias· y su lntuiclon penetrante. Se puede deCIr
de todos aquellos qué se lanzan a la' a"entura científica, que están obli-
talla htImana, el Zi12'ja11throptts boisei} acompañado de ·un utillaje muy
gados, ,en la per~epcjón intuitiva. ,de una relación. entr~ .dos órdenes de primitivo pero indisclltible.· Este descllbrimiento sobrevino' algunos años
11ecllos a introducJr una demostracl0n generaln1ente Infantil; es l10 reproche despu~s del de la. pelvis de los .australopitecos de Africa del Sllr. Desde
dirigld'o por igual a 'los pioneros 'del eyolucionis111o o a los' de la paleon- hacía dos años, se sabía que el allstralopiteco 'caminaba verticalmente y
. tología 'l1un1ana.

90 91.
se había formulado corno cosa más que probable la posesión de un utilla- último: Mientras resulta fácil reconocer útiles ·a partir del momento en
je. El descubrimiento de Leak~y nl~rca, ~n punto final al nlito. del 11011lbre 4•
qlle . arreglos secundarios les dan una forma constante, es. difícil pronun~
mono al menos en los medios científicos. Queda pelr .asumir las cO.l1se· ciarse sobre unos cantos tallados que no serían mis que fragmentos bru-
cLlellcias que se desprenden de .la. existencia, imprevista, de una hU~lanld.ad tos. Las. rocas elásticas como el sílex o las cuarcitas, sometidas a un cho-
realizada desde fines del terciano en su forma corporal, pero aun lejos . qlle violento, liberan f ragrnentos que presentar1 sobre 511 plano de ruptura
de serlo en su desarrollo mental, una superficie concoide, el bulbo de percusión, El choque, para determinar
. El zinjantropo (y los otros australopitecineos) fabrican útiles, 10 los fragmentos, debe ser aplicado con una dirección }7 cierta fuerza qlle·
que por vez prinl;=ra en la, s~rie . zoológica, plantea ,el, prO?l~111a de la sLlponen freCllentemente· una intervención conscieIlte;. sin embargo, entre
validez de un caracter específico tornado de un dominio distinto ~l, de los miles de millones de ·choques provocadcs l")or la resaca sobre los gLli.
la biología anatómica, La aparición d~l útil entre los. cara~teres esp~clf leos jarros o por la caída de una cascada, el azar determina cierto número
marca precisamente la frontera particular de. la l;llInantdad, hacia una de fragmentos de apariencia humana. pe suerte qlle puede decirse qLle
larca transición en el curso de la cual la sociología toma lentamente el si la presencia de lI11 bulbo de percusión plantea con elevada probabilidad .
reI~\!o de la zoolocía. En el punto en que se encuentra el zinjantropo, el la cuestión de la intervención humana, deja abierta la posibilidad de
útil aparece COI110~lna verdadera consecuencia anatómica, única salida pa- descubrir cierto número de fragnleotos qlle no serán más qlle el fruto
ra UIl ser que se ha vuelto, pOlr su mano y. dentadura, . completamente de juegos ele la naturaleza. Es por ello que a fines. del siglo XIX} los
inerme, y CU}'O encéfalo está organizado para unas operaCIones manuales "eolitos" del terciario medio " antiguo turbaron violentamente el medio
cornplej as. .' de los prehistoriadores.
Ra.yrl11ond A. Dart~ quien sa,có a luz en 19) 5 el. p~1111er australopiteco El examen de 1111a colección de eolitos sorprende por una caracte-
en Af rica del, Sur e 111Z0 despues numerosos descubrInl~entos de otros an- rística nlU}' notable, a condición de qlle las muestras no hayan sido se-
tiguos .antrópidos conocidos, había llega?o, por el estudio de los ,restos de. leccionadas conscientemente o no: ningllna constancia morfológica es al)re-
animales descubiertos con elfos, a la Idea de que los australopitecos ca- ciable en ellos, la distribución de las formas está hecha de. una manera
zaban, lo que no es el caso .el1tre los. 1110n05. SLl. :aza lJarece haberse enteramente fortuita. Las únicas constancias morfológicas posibles de apli-
compuesto, en el sur del continente af,rlcano, de anti Iope~ de talla, me- .car son de orden exclusivamente mecánico. Provienen de la delgadez ac-
diana y pequeña, con. bastante t:eCllencla de. puercos sal\!a)es·)'. babuinos, cidental de lIO borde del pedazo de sílex e interesan las partes salientes
a veces incluso de animales tan importantes c<?mo la cebra, el rllloceront.e sin discriminación, o responden, sobre tl~OZOSde sílex ffilly alargados, a
y el hi popótarno o tan l")eligrosos COI110 I~ p:lntera. Antes del descubrí f racturas por flexión. Si hubieren de ser estas las características de . .la
miento de un utillaje de piedra en los ·)~aclI:1JClltoS,·l')ens~ba· qLle los all~- .industria más primitiva, la ciencia prehistórica no se liberaría jarn is del
tralopitecos lltilizaban útiles de hue~o, l)artlcularnle?te· hll?le~?S de J11tl-. problema y los. primeros testimonios serían irreconocibles. .
Jope empleados COI110 hacha, y habla creado una lndlls~rla ?steodOll~O- Pero. los. choques distribuidos al azar· no son concebibles .sino en el
kerática" seleccionando los. restos de huesos qlle le pareclan mas aprol)la- cerebro de 110 sabio que in1Jgina al hombre prin1iti\'0, tal· conlO lo hacía
dos. Si .bien . parece que la· lnayor parte de esta· industria sea de carácter Gabriel. de Mortil1et, conlO una especie de seini1110no aún inexperil11en-
fort1lito, no debe rechaza¡~se el e111lJIeo t"e11tual l~e.huesos gruesos C01110 tado, qlle se di\!ierte conqllistando· el titulo de primer hombre, perclltiendo
l1Jchas de. nlano, y sobre todo de Cllernos COI110l11azas o \!enablos. a SLl alrededor, l1na de -SllS nl~ln{)S recientemente liberadas de la nlarcha
. , En Oldo~1ay, el fósil del zinjantropo )~acía rodeado ~e hruijarros, ta- pllesta conlO visera sobr~ J~l frente, Colocado de Olle\fO en tIna óptica a la
llados. Estos. gtli jarros pertenecen a una industria con·oclda desde l1JCe vez biológica y paleontológica, el. problema aparece mlly distinto, Al firial
l11ucll0 tiel.11po en Af;!:ica con .el n,ol~~re ge .pebble C1Jl':'Il'e, l1allada ·de de los capítlllos precedentes, hemos llegado a esta .noción del útil como
norte a Sllr en· los horizol1tes nlás alltlg1los del CuaterI1aTlO y de la tran- lIna verdadera secreción del cuerpo y del cerebro de los· antrópidos. Es
sición del Terciario, y qlle )'a se suponía d·esde. aJb'rUnos años· antes ser . lógico, en ese caso, aplicar a un tal órgano' artificial la-s .normas de los
obra .de los al1stralantropos. órganos na,tllrales: debe responder ~ formas constantes, a 1111 ve¡rdadero
..
estereotipo. En ~fecto, esa es la· regla para todos los prod1lctos de la
indllstria· hllmana en los tiempos históricos: existe tlO estereotipo del
LOS GU.I]ARROS FRAGlvfENT ADOS . . '
Cllchillo, del hacha, del Cé1rro, del avión, qlle es no solamente el pro-
La industria africana dé la piedra corresponde 'verdaderall1ente. a ·10 dlleto de lIna inteligencia eol1erente, s1r10 el prodLlcto de esta inteligencia
que se puede inlagillar C01110la !)rinlera f?rnla d.istiI1ta del guí j arro ~r:ltO.· integrada en materia y fllnción (ver capítlllo XII). S·e podría obj etar
Reconocer los prilneros ptOdllCtos ·de la industrIa hunlana no es facII y qlle para las indtlstrias de piedra· el azar de las fractt1!."as. introdllce nll-
ello l1a· p¡reocupado a los 1)re11istoriadores desde los años sesel1ta .del siglo D1erosos prodllctos de fornla irreg1llar. Los prehisto.ria:dores, sin embargo,

92 93
'A' •

. .

no cayerol1 eh engaño y cada período ·es designado por sus estereotipos de este .libro ha mostrado que la imagen del antepasado es una imazen
COI110 la raedera y el buril. Podemos, y aun debernos representarnos la artificial, nacida en el. siglo ,XyII err 11~.ambiente de lucha ideológica,
inteligencia de los primeros antrópidos corno inferior a la nuestra, lJero fuera de tod~ fondo paleontologlco. Esta Imagen no ha cesado, en el siglo
110 imaginarla corno biológicamente incoherente. Por consiguiente, los úti- XIX y la prlmera mitad del XX, de ser proyectada sobre .105 fósiles a
les más antiguos 5011 indiferenciables de la piedra bruta, o bien responden
a. formas constantes.· •t. .
'.:/
.•."';", v .
.. , .....

EL ESTEREOTIPO AUSTRALANTROPIDO (figura 46)

los guijarros fragl11elltados .de ·la pebble culture responden precisa;


merite a un estereotipo atestiguado por millones de objetos. Su confesión
supolle dos guijarros, uno desempeñando el papel de percutor, el otro
recibiendo los choques. El golpe se aplica sobre uno de los bordes, per-
pendicularmente a la superficie, y desprende un fragmento que deja .so-
bre el guijar,ro· un filo agudo; dos o tres fragmentos sucesivos hacen tIll
filo más largo y sinuoso. Aplicada sobre una sola cara, la operación da
origen al chopper; aplicada sobre las dos caras determina un chopP.iJlg- a
tool. Sin paralrnos en lo arbitrario que puedan tener las palabras de
"tajador" y de "útil cortante", en cuanto a la función de los objetos,
se puede constatar que la operaci ón implica un solo tipo de gesto, el
más sencillo:· golpear el borde del guijarro en ángu10 de 90° .. UJ2 gesto
dando origen a nn borde cortante es verdaderamente el punto más allá
del. cual no 11ay. identificación posible; razón por la cual }70 pienso
que será .diñcil ir más lejos. del australantropo en la búsqueda de los

orlgenes .de la industria. ·Por otra parte, no considero sin disgusto esta . . .' ... ... .....
. . ." .
. .. ...: . _.,,",
.

carencia, pues· el australantropo no es ciertamente el punto de partida . .


de las operaciones manuales. b
Tal COI110 aparece a través del utillaje de cbop pers descubierto con
e
. el zin jan tropo y en los innumerables equivalentes que. llenan el suelo
de Africa, el australantropo fabrica objetos cortantes sobre gllijar¡:os, me-
diante un gesto. único constituido l)or la, más simple percusión, (llle ser
viria asimismo para ¡romper huesos, aplastar nueces o matar a golpes una
bestia. con una maza. En Oldoway y en otros. lugares, los ···restos de aus-
tralantropos están, de hecllo,· acompañados por centellares de huesos rotos.
La . tecnicidad de los primeros antrópidos conocidos es,· pues,. excesivarnen-
te .simple . y bastante conforme a lo poco· que se sabe de Sll cerebro. Sin
embargo, es ciertamente 11Ul11ana .y aparece· coherente .con el .organismo
del ser que completaba.": Implica .un estado real de. conciencia técnica,
pe.ro de una conciencia que no obstante debemos cuidarnos de juzgar a
. . L

nuestra medida, pues es seguramente menos peligroso .ver en la tecnicidad


humana un simple hecho zoológico que aplicar al zinj antropo un sistema
·de pensamiento creador que desmentirían. 10·s innumerables 'milenios du- d
e .
rante los cuales su industria permaneció idéntica. y corno ligada a la for-
Fig. 46. Industria del primer. estadio. La cadena operatoria está limitada
ma .de su cráneo.·· a un so~o.gesto (a) que lleva del chopper (b) al hacha bifacial elemental (e)
. El estudio de los primeros antrópidos . podría así conducir a ·una por adición de Ios puntos de choque y. desprendimiento .. de la punta
revisión completa de los conceptos sobre el hombre .. El .primer capítulo del útil (c-d)

94 95
.'

'El' utillaje oe los pitecantropos . tampoco se Conoce bien, pues los'


medida de su descubrimiento, en una búsqueda sistemática del contraste sitios donde se han encontrado los huesos rio son hábitat y es sólo por
entre ~l .110mbre.lnon~ y el hombre-sabio (Pitbecantrop us y h01J10 sapie11J). comparación corno se les puede atribuir una parte' de la industria des-
Esta actitud es sernej ante, por otra parte, ell los racionalistas y en los cubierta en java. El de los atlantropos, en cambio, es bien conocido y
creyentes: en realidad pe~nl~nece aj~na a una solución humana del 1)ro- corresponde a una etapa aún bastante primitiva del .Acheliense. Al hombre
blema del hombre. Su objetivo es situar, en un punto de la sucesión de de Mauer no se le conoce aún industria algllna, ni tampoco 'al af rican
criaturas cada vez n1el10S bestiales, la uf rentera de la humanidad' 'el 'tropo. El único plInto de referencia firme es,' por consiguiente, el qlle
"~ubicón cerebral", la "la búsqueda de Adán". Pero se trata de algo ;l1UY nos dan los atlantropos de Ternifine; en cierta medida su aporte es tan
diferente: en lugar de una superbestialidad que terminaría no se sabe re~rol.llcionario como el de los aus~ralopiteco~.' En efecto, hasta el descu-
bien CÓ1no por, adquirir el "mínimo 'pensante" humano, el australantro- brimiento en 1954 por C. Ararnbourg de útiles y mandíbulas de atlan-
1)0 pres,en~a una l1umanida? realizada, pe; ro , para decirlo así, desfigurada tropo, ~.ln era posible hacerse ilusiones sobre el nivel de tecnicidad de
y .veroslmilmente por debajo de 10 que se podría acordar t01110 '1111ín11110 los arcantrópidos. La industria del sinantropo era tan ingrata 'qtle no
pensante" 'a un mono para que pudiera ser considerado COI110 antepasado comprometía ninguna hipótesis (el abate' Breuil sin embargo había hecho
del hombre, ' observar qlle correspondía a 110 nivel técnico superior a lo qlle dejaba
St11)oner su aspecto) y para, los otros fósiles, nada obligaba a acordarles
una il1dl1stria., Se debe reconocer' qlle fue con la 'más extremada reticencia'
LOS ARCANTROPOS como los prehistoriadores }? los paleontólogos terminaron por admiti r, g'ra-
Hemos visto en el capitulo JI que el conocimiento ,que tenemos de cias al testimonio .irrefutable de los hechos, qlle los arcantrópidos eran
los 'arcantropos, l)ese a importantes lagunas, es suficiente corno para 're- los autores prillcipales, de las industrias del Paleolítico inferior y del
presentarnos, su aspecto físico con cierta precisión. Su dOl11iI1ÍO geográfico Acheliense en particular. El testimonio de los atlantropos, quienes talla-
ban hachas }', basta par,l hacer admitir qlle SllS contemporáneos de las
es lTIUy vasto puesto que, en el orden, cronológico de los descubrimientos,
otras partes de Africa y. del, Antiguo Continente eran de la misma na-
fueron . ,señal~dos ell J ava . (Pitecantropo), en Europa (Mauerantropo j ,
turaleza antropológica qlle ellos. Incluso si uno se limita a la sola indus-
en China (Sinantropo ), en Africa del Norte (Atlantropo ) y weroslrnil-
tria descubierta en Ternifine, es' posible establecer los caracteres del es-
nlen.te en ~frica or~en~al, (Af ricantropo ), Cada' uno 'de esto~, fósiles" pese tereotipo industrial arcantropoide.
a divergencias anatómicas, pose~ tantos caracteres comunes que se les
puede agrupar" bajo el título ge!leraI de arcantropos. Hasta donde se
pueda juzgar, tienen una .repartición relativamente coherente en el tiem EL, ESTEREOTIPO ARCANTROPOIDE (figura 47)
po }'se reúnen ,( de manera ciertamente nlU}' arnplia ) en la inmensa du-
ración del Cuaternario antiguo, dejando el Villafranquierise . a los aus- El procedimiento primitivo de 'corte por percusión perpendicular qlle
tralantropos y el Cuaternario medio a 'los paleantropos. Su aspecto físico había permitido la confección de los cbop pers, sigue en uso para el,
era el de honlb.res por la, esta,tllra ,Y la manera de t~11erse, pero su cráneo, primer desbastamiento de las hachas y de los bifaeiales, pero se agrega
corno hell1o,s . "IStO, of recia aun un ~'specto l11uy diferente del, nuestro }' , a ello una segunda serie de gestos según la cual el núcleo de piedra que
su cerebro, bien que notablemente mas ,desarr91lado que el de los austra- '. se convertirá en el útil es, golpeado ya no perpendicularmente según su
lan~ropos, .estaba todavía firmemente limitado por delante p.or el 111ac1zo' gran eje, sino tangencialmente, lo ella! determina fragrnentos mucho má-s
orbital, mientras que su volumen (1.000 C1113) correspondía a un 1)OCO' largos, mucho más finos }' muy? próximos de lo que serán los fragmentos
menos .del doble del de' los australantropos y escasamente a' dos tercios " ,
utilizados por los paleantropos. Sin embargo, el utillaje queda limitado
del de los hombres actuales. .Las manifestaciones intelectuales, de los' ar- a mlly pocas formas; es decir, a los fragmentos directamente utilizados'
, .cantropos d7s~raciadal11en te no han 'si do. establecidas más qlle en UI1 nú- y a los "útiles sobre nucleus": destrales y bifaciales. La evolución que se
l1le~o, nluy lllTIItad? .de docull1entos. S,olamente .los sÍllantropos' fuero11 des- ha producido entre el australopiteco y los arcantrópidos se traduce,
cubJertos en su habltat, pues los atlatltropos n,o han sido encontrados, Sill0 por consiguiente, por la adquisición de una serie de gestos suplementa-
en . las cercanías de, una fuente,' el hombre de ]\,faller el1 alu\Tjones" el . rios. Esta adquisición corresponde a algo más qlle una simple edición,
~frlcan~ropo 'e'n fragmentos nlenlldos' en los ,sedinlentos de un lago. La, p1les ya implica, al nivel del indi\lidllO" una' tasa elevada de previsión
Ind.ustr1a de l~s arcan tropos así,áticos no ha sido aÚll completal11el1te di~ en el desenvolvimiento de las operaciones técnicas. Cllando el australan-
lucldada: ,los slnantropos dieron Jl1iles de útiles tallados en Ul1a ¡roca cuar- tropo daba forma a un chopper, vislumbraba ya el útil terminado, ,puesto
zosa de tlna calidad absolutanlente ilnpropia para hacer' resaltar el detalle qlle ,estaba ~bligado a escoger, entre los gllijarros" aquel cuya forma po-
de sus posibilidades de fabricantes. día darle orIgen; pero el juego de las posibilidades era muy amplio y la ~

96 . .
,,
97
. .:.'...
. . .
intervención personal del fabricante podía solamente actuar de una roa:

• ••••
riera mu}' tosca. Para el atlantropo, el asunto es rnlly diferente: la con-
_l' 1 • - .. e ,
-. : t.
.. "'""
." /.'

- - ._' ..:
fección de un destral sltpone la selección del plInto sobre el cual, en un
bloque, será. desprendido el fragmento grande cuya cara cortante consti-
tuir.i el borde activo del futuro destral, requiriendo 'además un trabajo
,',
, '
, .....•
.... "
, ' ,

, ...
- . de .arreglo secundario. indispensable para recortar en el f ragrnento inicial
.:: ..
... ..
'

.
. una forma qlle preexiste en consecuencia en el espíritu del fabricante. El
.- .
mismo .p!:'oceso aparece, no menos claro, en. la . confección del bifacial,
,. qlle supone una selección juiciosa. del glIijarro o. del bloque de piedra
. , en el cual el retoqLle va a tallar el útil en Forma de almendra ..
. -'
.: La inteligencia técnica del arcantrópido se evidencia plles, ya ffilly
t
a . b compleja, ., r isto qlle el estudio de SlI industria atestigua la posesión de dos
series de 'gestos combinables para obtener, a partir de un bloque cons-
cientemente aislado, una forma estereotipada.
Esta constatación plantea .unas pregllntas importantes. La duración
.' del Paleolítico antiguo es inmensa: tres o cuatro cientos de miles de años
según las estimaciones nlenos' generosas. Durante este largo. período, las !

industrias evolucionan a un ritmo tan lento que no dejan, desde el Abbe-


- '- - -
.. - '::'" . . villiense hasta fin del Acheliense, de conservar el mismo esterotipo, en-
lo ........ •
...
.'
.. ~-. .. . -
. "', :.~....:...
......
. riquecido solamente por algllnas formas y mejorado en la precisión de
.............. _ .- - su ejecución, Si la paleontología humana fuese menos avara de documen-
.;:,
-.....
. .. "' ....
:...
-..... .... ... ... · .
.--. rz: ~ ", :.-_::.-
tos.. se podría medir la importancia de' la evolución física de los arcan-
..
trópidos. Desgraciadamente, los documentos son' tan raros que' a la hora .
"

actual no se. sabría aún relacionar la evolución del cráneo . (y por con- ·~
~ -~.... .: .. -. -: -::-: ::_:'.-:.-:-;--~-
_.- .siguiente del cerebro)' con la evolución de los útiles de la qtle testimonian
.. .... .. -- _ - . ...
...
·
los millones de documentos de todo el Antigllo Continente. Sin enlbargo,. :
e es suficientemente evidente qlle los más antiguos paleantrópidos han de-
- .
bido . enlazarse con los arcantrópidos más .recientes, lo que, considerando
a' la vez los fósiles Y. los .útiles, impone firmemente al espíritu la idea de :?
'h
;I
:
una evolución sincrónica del utillaje y de los esqueletos, Podría decirse i!
;
::
'
qlle entre los arcantrópidos, el útil queda en gran parte como una erna- ¡.
¡;

nación directa del comportamiento específico. la inteligencia individual


desempeña en ello ciertamente algún papel, pero cuando se consideran
. dos bifaces, uno del Abbevilliense y el otro de fines del Acheliense, no :
·
-

puede escaparnos que en varios centenares .de miles de años ffilIy pocos
arcantropos de genio han debido surgir en la serie filética para modificar i

el estereotipo industrial. los atlantropos, sinantropos y pitecantropos apa- ;


I

recen como correspondiendo bastante bien a la noción, ffilly vaga por ;i


: 1

otra parte, del h01110 [aber de los filósofos. La tecnicidad en el hombre


durante la l11ayor pa.rte de su duración cronológica (después no quedarán . ,
·,
,
i
más qlle unos instantes geológicos qlle recorrer)' dependería, pues, más ·,
:.

directamente de la zoología qlle de ninguna otra ciencia.


d
LOS PALEANTROPOS
.:;_ . Fig. 47. Industria del segundo' estadio. La cadena primaria' (a) se .,

enriquece con un segundo tipo de golpe (b). Los útiles, además de . Los límites del Paleolítico inferior y del P~leolítico medio, es decir ·

·
los fragmentos directamente utilizables, son el destral (e) y el hacha :l

. de mano bifacial (d)· de Ios paleantropos y los arcantropos, son bastante imprecisos, lo cual es · I
i
","
.
:

98 99' :1
. , ; '1
1I
!
-- __ o • _

110rl11al si se concibe la e,7~lución COU10 un fenómeno progresivo, El nú- rios prefrontales tienen aún un volumen .relativarnente restringido. Eso
mero de paleantropos COI10Cldos por sus. restos óseos es comparativamente no impide que' su capacidad cerebral sea, por tal razón, tan sólo equi-
nluy elevado; más de un cent~n~r. Su difusión .geográfica e~ considerable, valente o apenas superior a la media nuestra, lo cual ha sido un motivo
pues s~ han enco~trado ell Belg1c~, en Alemania, en Francia, en España, de embarazo importante para los paleontólogos de principios de siglo.
en ItalIa,. en Grecia, en Yugo~lavla, en' Crimea, en Turquestán, en Siria, Se debe admitir que, aparte del detalle nluy importante de la' exigüidad
en Palestina, e? Irak, en África del No~te, en Abisinia, en Rhodesia y de los territorios prefrontales,.· el cerebro del hombre de Neanderthal
en J~va. A~el11as, muchos de ellos han sido encontrados acompañados de correspondía sensiblemente al nuestro en su dotación en células, en par-
una industria y, bastante frecuentemente incluso, en su hábitat. Es difícil ticular para los territorios del córtex medio.
establecer' la duración de su historia, pero puede admitirse sin entrar
ell detalles que corresponde a la segunda parte del penúltimo interglaciar
TESTr~·fONIOS lNTELECTci-\LES DE LOS NEANDERTHALIENSES
ya. la primera parte de la última glaciación; es decir, de una manera
aproximada, de dos a trescientos miles de años hasta cerca de cincuenta El número de hábitats del Paleolítico medio. que han sido regis-
mil .años an5es de nuestra época. Su existencia ha sido, pues, incompara- trados. es nl11y elevado y, a pesar del carácter deplorablemente sumario
blenlen~~ mas corta qlle la ~e los arcal:tropos~ 10'·que corresponde a la ... de la mayor parte de las excavaciones, se posee sobre la vida de los
aceleración general que atestiguan las Industrias humanas, No' es fácil hombres de Neanderthal una suma de informaciones importantes. Lo qlle
trazar una curva de evolución cronológ-ica de los diferentes testimonios, se .debe lamentar es qlle, prácticamente sin excepción alguna, los mejores
pues su ordenación exacta es todavía 1110ti\'0 de' discusiones entre los prehistoriadores hayan dedicado S11S empeños a hacer buenas cronologías !
especialistas. Sin embargo, 10 qlle se sabe de los más antiguos (Steinheim, sin anotar los innumerables detalles qlle hubieran permitido enriquecer I!
SaccolJastore)· .y de los nl~s recientes (neanderthaloides) permite pensar nuestro conocimiento sobre las actividades intelectuales y sociales de los
glle la curva de su e\"()lUCIÓn corresponde a la continuación de la de los hombres de aquella época. Sea corno fuere, poseenlos documentos sobre
a¡rcant~~pos:, Con frecuencia, los' pa1ea?tropos 11a.n sido clasificados bajo la vida técnica, sobre el hábitat }' sobre ..10 que se ha podido atribuir a
la calificación general de neanderthaloides; yo plellso, COlTIO Weidenreicl1 actividades de carácter religioso o estético. Sin embargo, lo más aclarado ,
.. ':.
}T Sergi, qlle esta denominación es abusiva y debe ser correcida. En efecto, es lo referente a la vida técnica.
por un fenómeno muy corriente en las ciencias naturales,
el' primer fósil conocido, es decir, el hombre de Neanderthal,
5: ha relacionado
con todos
'1
I

EL ESTEREOTIPO TECNICO LEV ALLOIS-I\-IUSTERIENSE (figura 48)


los. fósi!e~ .que "ini.er?n ~espués,. 110 siel1.do !a paleontología humana capaz , .

en 5115 InICIOS de distinguir las divergencias .internas de la serie y tornando En el Paleolítico medio se produce una evolución muy importante ,
¡
..
l! •
en .c~enta solal11e~te ~1 aspecto gelleral ?e los testimonios, Hoy se "e' qllt en el utillaje lítico. los arcantropoides del período precedente seguían , .

.1~s l1eanderthal~ldes. ofrecen el1tre. 51 n:tl}' grandes diferencias y que, . aún en buena medida la tradición primitiva y sus útiles, biface o destral, · I
: !

so~o el s=r= ma~ .reciente de Ellra:J~ occidental responde a lln tiIJO CO. eran sacados todavía de un bloque como lo había sido el cbop per de los ,
i :
.. 1:

. 111un que es, preosamente, el del. fósil de Neanderthal, Yo consideraría australopitecos. De este bloque se sacaban, como subproductos, fragmen- !¡ :,"
II .
pues, COI110 neanderthaJoides, los fósiles asociados en' zeneral a una in ~ tos cuyo filo podia o no servir, En el Acheliense, el adelgazamiento de , .
,

los' bordes del hacha de mano bifacial por perCllsión' tangencial hacía. 1:
~.dustria .musteriense, caracterizados lJor un tipo físico ~7ecil10 alJiornbre
t

~.
desprenderse de la matriz grandes lascas anchas' y delgadas que desde ·
: ¡
.
de La Chapelle-aux-Sáints descr2to por Boule }T localizado en el tiempo i.
entonces, fueron utilizadas como útiles cortantes. Es a partir de este des-' ~ !:
~lr~dedor de 100.000-50.000 an.os. Estos nea~dert~alellses constituyen el
arrollo del corte 'en sierra del hacha bifacíal cuando nace la técnica cali- ~i
uruco grupo del clan se. puede intentar una SlJltesls,. pues 5011 los únicos .
· i
, il
.
ficada de levalloisiense por los prehistoriadores. El bloque, que estaba ·! '1¡:
. ?e los .cuales se posee, ,de varios ejemplares, el esqueleto, el hábitat y 'la . inicialmente destinado a transformarse. en útil de forma amigdaloide, se
! ,
; ':
,
,
industria, Por lo .demas, aseguran elementos de comparación suficiente convierte en fuente de f ragrnentos de forma predeterminada, que' a S11 : i I
; .i
como para caracterizar una etapa mayor de la' humanidad .entre los arcan- vez -serían los útiles. Para alcanzar este resultado, el núcleo es primera·
· :~

tropos y el h01JI0 Japiejls.· ·

,i
I

mente tallado como 11n esbozo de hacha bifacial, lllego· preparado para i

Precedentemente hemos ,risto que· el cráneo l1eanderthaliense 1113Jr. l~l extracción de un fragmento y retallado para extracciones sllcesivas has- ; 11
,; :,.
·
caba. el estadio lnáxilTI? al qlle ha~ía po~ido llegar la arquitecttlra l1un1al1a ta su agotamiento" La preparación pllede ir hasta el plInto en que un ! :

·'
arcaIca. la pernlanencla del cerroJo orbItal. determina ell. ellos Ulla nl0r- solo golpe de perclltor saca del núcleo a voluntad t1na pllnta trianglllar
;

·,
: 11'

· !~
fología ceírebral .muy 'p~rticular don?e la expansión afecta, lJredominan. o a 11n fragmento de forma sllb~ircular o t1na lámina lasrga y estrecha. · 1;·
· !
·, ,
~e~lente la parte posterIor de la caja craneana. Es, ..por consiguiente, el En la cima de S11 evolllción, alcanzada completamente en tiempos de
,

: .,
ultImo estadIO comproba~o de un cerebro llunlano en el qlle Jos territo.· los neanderthalenses, la técnica levalloisien-se representa lo qtle la hllma-
.,
·· i'!:
; :j
. '!.
,
l •••

100 101
-

nidad ha creado de más elaborado para .. la fabricación de los útiles de'


- sílex. La existencia de vastos talleres que los palean tropos frecuentaron,
g'eneración tras generación, para tallar la materia prima, permite, gracias.'
a decenas de miles de. fragmentos, de núcleos agotados y de fracasos de
Fabricación, representarse hasta qué .. punto de tecnicidad habían llegado
los paleantrópidos. Para extraer una punta triangular, se' debía primero
escoger un bloque de sílex' del cual fuese posible hacer. un núcleo. Este
bloque, qlle pese'. a la. selección podía tener defectos, era trabajado de
a b .' . e tal manera ql,1e el proceso de _preparación hacía desaparecer la mayor
parte de las imperfecciones. o las situaba en zonas donde serían elimina-
das en el transcurso de los retoques sucesivos. La extracción de. la punta
. 1:
.. exige, por lo menos, seis series de" operaciones rigllrosamente encadena-
das, condicionadas unas por. otras y suponiendo una rigurosa' previsión ..
Estas operaciones movilizan y combinan las. dos series de gestos que
habían sido adquiridas por los arcantrópidos.
Es de notar otro hecho: en lo tocante al útil, 1,;1 transferencia se ha
·hecho de la masa inicialmente destinada a constituir el útil hacia el
.

d fragmento sacado de esta masa. PO:f consiguiente, en relación al estereotipo


se .ha producido LIn desplazamiento,
¡ australopiteciense,
IDOS seguidamente,
que, como vere-
marca las industrias más. evolucionadas. En otras pa-
labras, el bloque inicial, de útil qlIe era se transforma en' fuente de útiles,
y veremos a partir del Paleolítico superior intervenir una etapa suplernen-
taria en la cual la lámina o 'la lasca. ya no serán útiles, sino que,' f raccio - .
nades, servirán de pLInto de arranque al utillaje propiamente dicho. En
el capítulo IV nos oclip~ren10s más extensamente de la diversificación y
de la especialización del utillaje. Pero cabe adelantar que la. diversifica-
. ,
ción del utillaje en relación a los períodos que preceden es ya muy sen-
sib!e en el Ievalloisiense-rnusteriense, pLles, a partir de los . fragmentos sa-
cados' del núcleo, uno ve multiplicarse los raspadores, las puntas, los (11-
chilles, las muescas, etc. la industria lítica de los palean tropos testimonia
1 pOlr consiguiente una inteligencia técnica ya extremadamente desarrollada.
No hay muchas razones para' establecer. una' discriminación entre la acti-
tud del técnico paleantrópido y' cualquier otro' técnico .más reciente; al
menos, repetimos, en el plano estricto dé la mteligencia técnica, la cual
requiere un área piramidal y unas áreas de asociaciones idénticas a las
nuestras, siquiera hasta el área 8. Los documentos suponen probablernen- . .1,
,
.te mucho más, pero hay ql1e esperar hasta arribar al problema del len-
: .
• gllaj e pUira .ahondar en la naturaleza de la inteligencia paleantropoide. En
1 -
J el. levalloisiense-rnusteriense, todos los problemas importantes' planteados I,
.,
por la industria del sílex están resueltos y directamente a partir de. ahí I

Fig. 48. Industria del tercer estadio.' "Las dos primeras series de .' . continúa la evolución hasta la aparición de los metales. Sobre este plano,
gestos (a' y .~) Ilevan a. la extracción de un fragmento preparado .'

el hombre de .Neanderthal apa¡rece como mlly diferente "al último testi-:


..
(e) . :La adición de la primera serie (d) }' de la secunda determina '.'
.'

un bifacíal muy disimétrico, el nucleus (f). De él ~e '}Juede extraer go del "Imperio de los Antropoides".
el fragmento Ievalloisiense (g) o series de fragmentos lamina. Se poseen rnlly' pobres testimonios sobre la industria del hueso y de
.z:es (h). La preparación laminar da el fragmento ~ecesario para la la madera. En (llanto a la industria sobre materia ósea, parece que la
extracción de la punta Ievalloisiense (i )7 j) . .
situación no haya variado mucho desde los australopitecos. Los neander-
'. .

102 103

. :
thalenses aserraban astas de cérvidos, que es el único testimonio seguro
que se posee.· Sin' ,embargo,· .muchas veces, ciertos prehistoriadores han'
presentado f ragnlentos de huesos rotos o pulidos corno. testimonios de
una industria qlle hubiera utilizado los fragmentos naturales de una ma-
nera directa -. Se ha supuesto, incluso, la utilización de picos o de hachas
de mano hechos con mandíbulas de oso, y de útiles para trabajar el cuero,
pero esto. no resiste una crítica tecnológica 11n poco rigtlrosa. En .cuanto
al trabajo en madera, los testimonios son indirectos pero precisos: la au-
. sencia de elaboración' de un utillaje de huesos y, por el contrario; la abun-
dancia extraordinaria de f ragrnentos de. sílex, cuyas huellas de uso indican
qlle sirvieron para trabajar, bien sea el hueso o la madera, imponen la
idea de qlle. el trabajo, de la madera desempeñaba un .papel importante.
r---'-' ___
a Podemos imaginar a los paleantrópidos utilizando unas azagayas qlle son
~-----~
.(_ "> b
comparables, .. por ejemplo, a las de lbs australianos (figura 49) .

.....
HABITAT Y VESTI~[ENTA
r

Muy pocas observaciones han sido hechas sobre el hábitat de los


rnusterienses, y es tanto' más lamentable que, sea en .grutas o al aire libre,
varios centenares' de 'yacinlientos hayan Sil-IO vaciados. De las escasas ob,
servaciones hechas, lJarece evidente qlle los neanderthalienses poseían cho-
zas. No se repetirá jamás suficientemente hasta qué pLInto la leyenda
del hombre gllJ¡~ecido en las grutas cuando el frío se hacía sentir, ha
podido perjudicar en el espíritu moderno a los hombres del Paleolítico
medio. las grutas escasean: millones de kilómetros cuadrados carecen to-
talmente de ellas y sin embargo se encuentran' por doquier, en África o
- /' • en .Eurasia occidental, testimonios de la frecuentación paleantropiana. 11e-
e d jor aún, al realizar observaciones, uno se apercibe de que la industria
e f descubierta al aire libre responde a zonas más o menos circulares, vesti-
gios de antiguas cabañas. la organización interior de estas cañabas, corno
la de las grutas donde una minoría de neanderthalienses ha vivido, es
conocida gracias a dos o tres ejemplos en Occidente y en la U. R. S. S ,
lo revelado por ellos está lejos de testimoniar una organización dornésti- .
ca muy adelantada: los paleantrópidos vivían en un círculo de algunos , ,
metros sobre elIyo contorno echaban progresivamente los restos de 511 con-

sumo alimenticio, y en particular los fragmentos de huesos triturados de
9 ·h animales. La situación doméstica de los zinjantropos y' de los sinantropos
no parece haber sido mll}'· distinta.
En cambio, sabemos que las técnicas de la carnicería y .del despelle-
Fig. 49... Utillaje músrero-Ievalloisicnse. El bifacial subsiste (a); se le
agr~ga unos productos de corte: fragmento Ievalloísiense : (b), fragmento
jamiento (figura SO) estaban tan adelantadas (0010 las del sílex, lo cual ,
,
,

laminar (e), pu~ta (d). los subproductos de la. preparación del núcleo no tiene nada de sorprendente, porqlle la mayoría de los útiles era desti-
pueden ser t.r~baJados en puntas. cortadas (e) ~ en raspadores (F). Los dese- nada a cortar y hay .una asociación estrecha entre las técnicas líticas y el
chos son uti Iizables para las piezas con dentículos (g) y las raederas (h) destino de los útiles. las huellas dej adas sobre los huesos de los animales
por los filos de los cuchillos permiten establecer qlIe los animales eran
despellejados a fin de utilizar las pieles. Además, se han encontrado fa-
langes o garras de carnívoros con piel, tal como el oso, qlle atestiguan
i
I
,1,
104. 105 , ,
------------------., -----

el hecho de que ciertas' pieles al menos conservaban sus gar,ras .a la ma-


nera de nuestras actuales "alfombras de cama". Se puede así plantear.
corno hecho evidente el lISO de las pieles para la protección, pero ningún
elemento permite en cambio distinguir entre la utilización como ropa· y
la utilización COD10 .marerial ,de cama, ~ pesar de que esta última ,~sté
prácticamente admitida. Es necesario,' "por añadidura, no olvidar que la
repartición g:eográfica de .los paleantrópidos es mll}' "asta y que los de
Africa pudieron tener LIn° modo de "ida. distinto al' 'de los de Europa
occidental,' los cuales, .sin qlle por .ello se deba exagerar el :rigor del
. .... clima "glaci~r", debían, antes qlle todo; asegurar su protección corporal.
;,: n ' Se ignora todo sobre la pilosidad eventual de, los paleantrópidos y nada
'. !: .,
; 'I

\
n ;; :, '
,I permite incluso .hacer hipótesis, Olas se' sabe qlle en el' siglo xx todavía,
. l'
;
.:
,,; o bajo 11n clima tan poco clemente como· el de la Patagonia, los últimos
I

fueginos vivían desnudos, con la única protección. de una burda piel


.,
1. utilizada conlO protección individual .
1. (l••
, . \\.\ ....
. ! -,
' .
l., • ", 1 ..

,, l'I"l. . l
, .,
, . TESTIl\rOi\IOS DE· l:NA 10JTELIGE0."CIA NO ESTRICT A~IENTE TECNICA
....
~
El problema más personal q1le puede plantearse el. hombre es el de
la naturaleza de su inteligencia, puesto qlle, en definitiva, él existe sola-
mente por la conciencia qlle. tiene de existir. La Iglesia, con Sll pensa·
a b "
miento rn.is tradicional; aplicado incluso al evolucionismo, puede resolver
e la dificultad de 11n ser qlle se vuelve progresivamente humano admitiendo
qlle, según el sentido. religioso, una humanidad plena fue g'raciosamente
..otorgada al primer homínido llegado a una suficiente madurez. Desde en~'
.. _.
tonces carece de significación buscar qué eslabón de la cadena antropoide
se ha convertido, por gracia, en el primer hombre; puesto qllC segurJ~
mente aquél que muestra preocupaciones de carácter religioso o mágico,
es ya u·n hombre. Por extraño que. parezca, la posición racionalista tra-
e , '.
dicional no es diferente, abstracción hecha del motor, qlle deja de llevar . ¡
o J :t c."". 110 nombre para convertirse en una fuerza de evolución imprecisa. Por 1

su comunidad de origen cultural y por sus múltiples ensayos de concilia-


---- .
~. -_'- o ción entre los contrarios aparentes, clericales· y racionalistas de los siglos i
- - - -_.-..
e,

.. . ..-'
XVIII y XIX superponen de un modo inextricable el hombre a la imagen
;- -_:
...

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'. -
',-'

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o' _

,,;-- __ o .... -
de Dios, Dios y' el hOI/IO sapie ns, La primera parte del ,siglo xx no ha .. ¡
I_ agregado mucho a este pLInto de vista, .qlle por lo demás se acomoda
con la penumbra discreta que se desprende de los materiales. En defini-
tiva, no resulta molesto ni para los unos ni para los otros' qlle 11n mono ;:

d J f mlly esfumado sea el pLInto de partida de una marcha ascensional qlle


lo . .,
. . .
termina en el hombre-sabio, situado (por Dios, por él mismo y por el
Fig. 50. ,Los huesos rotos para extraer la médula han sido 'fr~cuentemente consi-
fer~dos: COmo u.tlJes (a.y b); ninguna l1u~1la real de uso se "e en ellos',' En cambio, determinismo) en la luz plena de 511 inteligencia. :;

1as. uel1as de 'corte dejadas por los cuchIllos. de sílex son frecuentes en las articu. Pero ¿es lícito plantear el problema de esa manera, para. poner en
. aciones (e, d, e) o en las falanges (f). Unos fragmentos de hueso han servido entredicho, no a 11n IDlly lejano personaje impreciso qlle ha dejado de
frecuente~ente de apo)'o para el retoque del sílex y Ilevan sus huellas (g)
ser mono para' convertirse en antepasado, sino directamente al hombre ac-
tual? Percibimos nuestra inteligencia como 11n todo y. nuestros útiles co-
.mo el f ruto noble de n uestro pensamiento. El australantropo parece más

106 107

1,lS operaciones intelectuales Ifgratui tas", como si el desarrollo, crecie.ate


bien haber poseído sus útiles COI110 unas garras. Parece haberlos adquirí- de los, territorios frontales y prefrontales acar:e~ra una faculta,d. de SIm-
do, no glracías a una especie de relámpago genial qlle, un día; le hubiera bolización cada vez mayar. Las huellas arqueológicas de esta. actlv~dad, ql~e
hecho agarrar, Ul1 canto cortante para armar su puño (hipótesis pueril pero va. mis allá de la rnotricidad técnica son, para el Cuaternario antiguo, di-
predilecta de muchos autores de las obras de vulgarización), sino como su fíciles de captar, pero en el estadio paleantropiano. apar:cen los prirr:eros
cerebro y su cuerpo los' trasudaban' progresivamente, Hasta cierto pUl1to testigos arqueológicos. Son', las más antiguas manifestaciones de ca~acter,
puede uno pregulltarse si, las técnicas son ,~e,rdadera' y fundamentalmente estético-religioso y' se podrían 'clasificar en dos grupos: las qlle. at~s~lgtlan
de naturaleza intelectual, o si la distinción hecha muchas veces entre 10 de reacciones frente a la muerte y las qlle 10 hacen frente a 10 insólito en
intelectual y 10, técnico no expresa más bien una realidad paleontológica. la forma. los, documentos prehistóricos son muy pobres. De todo cuanto
En la segunda :parte, , plantearemos una pregunta del mismo orden en hacía 11n galpo humano vivo, quedan úllicamente,. en el mejor de los ca~os,
cuanto al paso progresivo del ag,rL1pal11iento zoológico al agrupamiento ét- unas piedras talladas, unos huesos y algunos minerales qLle,' ha~ , podido
nico. En su llluy largo desarrollo, tanto en los australantropos COll1o , en ser atractivos para los hombres fósiles. De suerte qlle el prehistoriador de-
los arcantropos, las, técnicas parecen seguir el ritmo de 1~ evolución bio- be renunciar a Jo 'qlle hubiera sido 10 más significati\'o: l?s. ge~tos; los so-
lógica y el chopper y el hacha de dos caras parecen hacer cuer!)o 'con el nidos y los, arreglos de objetos, para content~rse ~on \"~Stlgl0S Inlpere:ede-
esqueleto. En el 1110111el1tocuando aparecen posibilidades cerebrales nue· ros, qlle por lo genera!., son cosas lISU<.1 as : sílex InservIble,Y restos os~os
vas, las técnicas arrancan en un movimiento ascensional fulminante, 'pero provenientes de comidas o de cuerpos. Los documentos oseos ,han. SIdo
siguen líneas que imitan hasta tal punto la evolución filética que uno considerablemente explotados para tratar de cJI)tar algo del 'pensam1ento
se puede preguntar en qué medida 110 so~ la prolongación del desarrollo de los hombres fósiles y algunos ternas originados por su explotación han
general, de las especies. adquirido 11n carácter clásico,
Si la tecnicidad no es más qlle un hecho zoológico, a c(1rgar en la
cuenta de los caracteres específicos de 'los antrópidos, se comprende I11e-
jor la precocidad de su aparición, la lentitud de su primer desarrollo, y, EL CULTO DE LOS HCESOS
a partir del momento cuando se cuela en el molde intelectual del jJ01J70 La frecuencia o 1,1 disposición de ciertas partes del esqueleto de horn
J('7pieJIJ, el carácter dominador de su evolución, Los paleantrópidos S011 bres o de animales han sido ampliamente explotadas. Podrían ordenarse
particularmente interesantes porqlle hacen .asistir al primer vuelo de ap- los documentos bajo tres grand,es ternas: el culto de los osos" el culto de
titudes cerebrales nuevas qlle dan a la tecnicidad a la vez un contrapeso los cráneos y el culto de las mand íbulas. ' . .
y un estímulo. El culto de los osos nació de las numerosas indagaciones hechas en
Actividades de carácter extraño a la simple supervivencia material han las grutas de Europa, donde se encuentran verdaderos osarios de os~s de
sido señaladas' entre los primates, Conviene apartar -Ias manifestaciones las cavernas. Algunos investijrado.res han' notado qlle en las excavaciones .

lúdicras, o los C01TIIJortaI11iel1tos de relación: los juegos y' las paradas son encontraban con frecuencia paquetes de huesos largos, fémures, tibias, o
ULl aspecto particular ,de] comportamiento de supervivencia, ajeno a las húmeros como alineados a lo largo de las paredes, Observaron ademas,
técnicas. Uno puede, en cambio, preguntarse lo que se esconde detrás qlle los 'cráneos de los animales se encontraban frecuentemente
L en los rin-
de los gestos, del chimpancé qlle sigue su sombra en el muro con el' dedo, cones, como si los hubieran pllesto allí intenci~nalnl~~te, La teoría del
del gorila que enlbarra excrel11entos o colores puestos a su disposición o culto de los osos encontró aparentemente Sll, confIrmacIon cLlando un pre-
glle hace' y deshace jndefinidal~1ellte pasteles de aserríi1. Estas nlaflifesta- historiador Sllizo, 'Emil Bachler, publicó el 'descLlbrinliento qlle había hecho
ciones 110 l)ertenecell nlás' al arte. o a, la nlagia qLle el alnontonamieIlto ,en el Drachenloch, en 1920" de grandes cajas de placas de caliza r~pl,etas
, de cajas para atrapar una banana n·o pertenece a una técnica; l)eto señalan en • de cráneos de osos alineados. Desgraciadamente, ningún docllmento d1stInto
. aJl1plia Il1edida Ulla salida que abre al l1i~rel antropiano. La intelectualidad re~ a los bocetos' hechos de memoria por el alltor, ffillCho ti~mpo despllés" ha
. 'flexionada, que, entiende 110 solanlente ,las reI3.ciones, e!ltre los fenónlenos, pernlitido constatar la natllraleza exacta de este agrupamIento extraordIna-
Sill0 que l)uede pro}~ectar hacia el exteriOir ,un esqueI11a sin1bólico de ellos, rio y los diblljos de B'achle,r han sido v~gorosa~ent~ combatidos. 'Se ha
es· seguranlente la últinla de' las adquisiciones de' los 1:ertebrados y uno podido cOl11probar en el curso de e.xcaVaCI?neS m1nUCIosas en otras caver·
no pllede considerarla' sino al I1i\'eI antropiano. Ella es, tributaria de Ulla nas que el paso de los osos con nlIras .a lnvern~r y el hecho de escarbar
organización cerebral cuyo origen se sitúa en el 11101nento de la liberación la tier,ra para hacer Sll cama en la arCIlla, explIcaban la mayor parte de
'de la, mano )r cuyo f]orecitniento defil1iti,~o se l1Jce en un nl01ueI1to que' " '

las estrllctLlras observadas. Los hllesos largos se alinean espontáneamente


coincide con el !:J01J10 St1pieJ1J. En 'realidad, las facultades de reflexión, en el sentido de los pasillos por efecto de la cirCl11ación y van a f?rmar
sobre el plano de las técnicas" se confunden con la org-anización neuro\'e-
, , ~
paq1letes debajo de las bó\redas qlle les protegen despllés. los craneos,
getati,'a "de 'las áreas corticales de asociación,)y todo sucede, en el plano de
109
108
que el azar no hace rodar hacia los rincones o entre dos piedras, están En ef eeto, la destrucción mecánica .y química de los huesos está li (Jada
irremediablemente condenados a ser aplastados y a desaparecer, Los esque- a su for~a y a su comp~ctibilidad: la mandíbula, que como hemos ~isto
letos se diseminan alrededor de la cueva y forman l1110S círculos irregulares .en el capl,tulo 11 era. la pleZ,t maestra del esqueleto craneano, es particular-
de huesos. No' queda gran cosa hoy del culto de los' osos, silla tal vez nlent,e. resistente. Para verificar este hecho, he .tomado, para cuatro partes
un caso en Austria, donde un cráneo parece haber sido recogido y colocado homologas d:l esqueleto, de un lado restos de los lobos, las hienas y los
en un nicho, pero nada prueba formalmente que sea el hombre de Nean- zorros esparcidos ,e~ las. capas, musterienses de .Arcy-sur-Cure, y de otros, €.

i
1

derthal quien. haya procedido a esta colocación y, a pesar de que se pueda restos' de paleantrópidos descubiertos en Europa. En los tres lotes de huesos
ver en ello lln acto' respetuoso, dista mucho del culto de los huesos que de Arcy-sur-Cure, se sabe que se '.,trata de. una mezcolanza de animales
hubiera atraído a los neanderthalenses a las cavernas, matados en la ca~~ ',Y de animales qlIe murieron en Sll gllarida; las cues-
==
,
¡
de culto difícilmente se plantean para los' restos encontrados en, una
. El culto de los cráneos ha sido. iguall11ellte evocado en relación a 10's
misma capa y ~e~clados .a otros fragmentos (fotos por el hornb re) de an i-
sinantropos. En el CL'LrSO de las excavaciones en la caverna de Choukoutien,
males de car~lcerla corriente, renos Y. caballos.' Los porcentajes obtenidos
se observó qLle los f ragmentos craneanos se encontraban más en ciertos sec- son n1uy convincentes:
tores que en otros y la idea nació de un depósito intencional de cráneos
. sobre piedras con un propósito de culto. Uno se sorprende' de que serne
jan te hipótesis ha }~a podido asentarse sólidamente cuando se examinan las
Lobo + hiena + zorro Paleautrápidos
% A rey-s ti r-C II re (El/ropa)
condiciones g'eo!ógicas de las excavaciones, en una brecha de casi 50 me-
. tras de espesor que f recuentemente 11a sido necesario abrir con explosivos, dientes 7,1 1,05
Igual' acontece cuando se considera el estado de división de los firagIl1elltos,
huesos larg-os 8,8 1,00
óseos, triturados y esparcidos. Y uno queda aún más sorprendido cuando (....'

busca en vario a. partir de qué planos precisos y detallados, hechos en el maxilar superior 26 17,5 ·
. momento mi 51110'del descubrimien to, se ha hecho la crítica sobre .la posi-
ción de los vestigios. Con demasiada frecuencia en prehistoria,' acontece mandíbula 54' 7~ 62 %
que las certidumbres se sacan de conclusiones tardías deducidas a 511 vez ·.

de . impresiones ya incontrolables, Se debe entonces admitir, contra toda evidencia arqueológica qLle los
No e: posible. concederle valor ,a . documentos tan' frágiles, . ni lJara paleantrópidos veneraban las mandíbulas de los zorros en el, 'f~nd~ de sus .
.l?s. arcantrópidos 111 lJara los' paleantrópidos. Ul1 solo grupo dé hechos 11~r madrigueras o en la basura, o: bien admitir qLle el culto de las" mandíbulas
sido '.obser\'ado, de manera incompleta, pero "significativa. Cuando en 1939; .es LI0 (artefacto", un hecho. nacido de imperfecciones experimentales, y ..
,
..
H. C. Blanc 'l-1tlletró en la gruta del Monte Circeo, el cráneo neandertha-
'

qtle debe ser colocado en el folklore científico. .' '.


lense reposaba' en el suelo aparentemente rodeado !)or algunas piedras 'y '.
En suma, en lo que respecia al '(culto de los huesos" 'los hechos im-
se ob~er~!aban,. cerca de, las l)arede~, huesos de animales CU}'O agrl1lJamiel1to putables a los paleantrópidos son excesivamente inconsistentes reducidos ,
parecla intencional. Ah1, pues, esta la prueba de -r= un cráneo de hombre . a la sola presencia del cráneo del Monte Circeo en el sllelo' de una de
de N~al1derthal, privado de su quijada )r sin otros restos del esqueleto, fue las salas, Este último hecho es importante y coincide Con otros testimonios
deposltad~ sobre el suelo de una . gruta, en la cual la' ausencia casi C0111- de un pensamiento qLle' iba mis allá de la sola tecnicidad material, pero ·

pleta de utillaje muestra que no se' trata de .un hábitat frecuentado' durante. no se debe forzar los documentos por encima de sus medios propios.
largo tiempo. . ".

El cult? .de· las mandíbulas tiene 11n .origen lTILly'distinto, absoluta- . LAS SEPULTURAS
Dlente. estadístico. Se ha observado que, entre 'los vesti cios humanos desde.
el australopitecó hasta fines de los tiempos prehistóricos, las' 111an'díbulas La prác~ica de la inh~lma~ión de los muertos es un rasgo significativo ,

s~ encontraban con una ~1!:eCllel1cia.excepcional, superando lTILlChísi11l0.a las de pre~llpaclone~ qlle, or~lnarlamente, se relacionan con la religiosidad. Por
bo\'edas craneanas: RelaCIonando este 11echo con algunos casos etl10gráficos··. le: demas, para .flnes del sIglo XIX flle lIno de los temas más violentamente
:

paralelos, en part~sular el caso. de rill1jeres de l\1elanes'ia, .qllienes clIeIgan dlS~ltidos. en el curso de polénlicas pro y antirreligiosas. Resulta difícil
a su cuello la qU.IJa?a del l11arldo lTILlerto, se ha suplle'sto que el culto de ~nall~ar) lncIllso, r:ara pueblos. aún vivos, ~a parte de espiritllalidad qlle.
las n1andíbulas explIcaba la. abllndancia de estos fósiles. No es menos sor- ImplIcan las practIcas. f~lnerarlas, . pero es CIerto que Sll desarrollo corres-
prendente. que .ninguna ,\'erificación se.!"ia 11a}Tasi.do intentada para \Ter si pon?e al d~, tIna afectlv!dad p.roplamente hllmana' y que, el simbolismo de
la ~~ndíbula no tenía razones lnenos metafísicas para resistir' a .la des- . l~ lnhllmaclon ha podIdo orIentarse precozmente hacia 10 sobrenatllraI,
truCCIOD.
. SIn qlle se deba a todo costo intentar p'recisar lo qlle los paleantrópidos ,

'. ·

110 111

.·..
:
.'
Si se examina la literatura considerable .desarrollada en' torno a la
pensaban del futuro del muerto. La afectividad hacia el muerto pertenece religiosidad de los paleantrópidos, se constata que' hay' muy pocos docu-
a Ull0S estratos profundos del comportamiento psíquico y en las sociedades mentos', .Lo más llamativo, es el carácter un tanto tardío de algunos hechos
actuales, cuando se borran las superestructuras religiosas, 'las prácticas fu- convincentes; son los últimos paIeantrópidos quienes hacen asistir a 1.t
nerarias no pierden nada de su inlpo,rtancia.. . , . apertura de un mundo nuevo: el del' pensamiento simbólico. El (,ráne.o del
Desgraciadamente para el estudio mental de los paleantrópidos, las Monte Circeo, algunas inhumaciones, 11n poco de ocre y aJgllnas piedras
. observaciones realmente científicas faltan en -la mayoría de los casos. A curiosas constituyen la lig'era aureola de inmaterialidad qlle flota alred~dor
pesar de todo, -se puede ordenar una parte de los d~cUl11ent~~ ell do: ~ru- de los' hombres de Neanderthal, Por mis débil qlle. sea, esa aureola tiene
pos. En el primero, los huesos se presentan rotos y SIn conexión anatómica, una importancia capital, porqlle aparece en el momento cuando en paleon.
en la misma situación qlle los restos alimenticios. No es fácil decir si se tologia se percibe IDlly bien que el cerebro está a plInto' de alcanzar el ·

trata'. de huellas de canibalismo o de cuerpos abandonados sobre el suelo nivel actual. A pesar de sus enormes arcadas orbit~lle.s, los }lea?de.r~halen- •

y dispersos por las fieras. Algllnos casos parece11 sugerir ~1 canibalismo, ses no eran .los antropopitecos escapados del Terciario seglll1 imaginaban ;
mientras la '111a)'Or parte de los otros, desde los australantropos hasta .10s jos evolucionistas del si 010 XIX. Es' aún l111S importante constatar qlle en
hombres de Neanderthal, parece11 reflej ar sencillamente el abandono. realidad marcan la tran~(ión con lo qlle ser.i .nuestra propia prehistoria. ,

El segundo grupo está constituido por unas sepulturas acreditadas. En Son transición por su industria, cuyos descubrimientos se prolongaron, en
diversas circunstancias, unos cuerpos han .sido descubiertos extendidos o al (:tllnos aspectos casi hasta la metalurgia. Marcan transición en ]0 qlle
lo propio del pensamiento humano ver da dero:
··
replegados, en una fosa Cll)'aS huellas repetidas veces ·11an sido observadas b
considerarnos '.
corno ··

por los excavadores, Se puede sospechar sin gran .riesgo de err?r. que tod.os Uno se siente abrumado por el tiempo que ~a sido n~c.e~ari~) 1)~lrJ ·

los cuerpos, de los cuales se l)osee al menos una parte del craneo j' varios darle a los neanderthalenses su puesto real. Todo tIpO de art~flclO mcons-
huesos largos de un 111¡S010individuo, han sido inhumados, pues no hay ciente ha sido utilizado para· rechazar un parentesco demasiado cercano
ningún ejemplo de que a la entrada de una caverna un cuerpo haya podido entre el hombre de. Neanderthal }T sus herederos, qlle. sO,mos .?osctros~ El
conservarse de no haber sido enterrado en el momento, más vivaz y empleado aún ha)', consiste en evocar la exrstencra de bo mo
Así' plles, los paleantrópidos enterraban sus muertos, Más exactamen sapiens en algún lllgar, a fin de que los ne~nde:thaliano~ apar~zcan C?nl0
te . los nealldertllulellses,' que 5011 los últi1110S paleantrópi dos, practicaban la atrasados en 11n mundo mejorado.'. Pueden Imaginarse diferencias ra~lales
.inhumación, plles 110 })arece que se haya constatado la práctica de inhu- importantes, tal vez del orden de las que separan el europeo .de.l australiano,
rnaciones antes del inicio del último período glaciar. Se trataría por. con- mas queda sin objeto resucitar el hipotético bomo presaptens, cuy~ .Inte·
:

·
siguiel1te· de una innovación qLle precede apeI1ls al 1110111entoen qLle se Iigencia habria penetrado a distancia el cráneo espeso ?e los paleantrópidos.
lJega .a las -forrnas raciales actuales. Los neanderthalenses, poseedores aún Suponiendo, incluso, qlle eso fuese exacto, no qUItarla nada al hecho
de un dispositivo facial 11111y.arcaico, tenían sin embargo un cerebro \'0· mucho rnis comprensible de qlle los paleantrópidos e~tendían. y vi\-'ía? lo
·
luminoso cuyo funcionamiento no debía' ser nlU}T diferente del· nuestro. . qlle les hubiera sido sugerido por unos mis evolucl0na~os, La realidad
es probablemente más sencilla }' será pllesta a la .luz g:rac~as a u.na~ exca .. .

OTROS TESTll\-IONIOS vaciones más precisas: durante los cincuenta milenarios .qlle limitan la ·

. vida de los neanderthalenses, el paso se ha dado prog¡:eSl\'amente, en el


. La existe!lCia' ell los 1)aleaJ1trópidos de Ulla "ida afecti\ra con "jgllal
cuerpo, el cerebro y los actos desde los, últin10s antrópidos arcaicos a los .

carácter que la del /J01/70 SapieJ1J} ha sido' cOl1firlnada l)or algl1110s l1ecI10s.
pril11eros representantes de nuestra especIe.
Repetidas \'eces .. se ha señalado tll las Cl!)aS n1usterienses ocre rojo. La
'.
l)resencia ele. Il1ateria colora11te no inlplica la existencia de Ull arte, }' de
Il11e\~0'hay .qlle cllida!'se .de hacer interl)retaciones nlis· allá de los· hecIl0s; EL LENGUAJE DE 1.0S PREHOl\fINIDOS.·
. l)ero el ocr~, a partir de ese il1stal1te adquirirá tal inlportancia durante los
l)rinleros tiell1pos del /J01710 SapieJ1S, qlle no lla podido en el 11usterÍense Antes de la escrihtra, todo conocimient(\ directo del lengllaj e es irrea~
. .
ser desposeído de toda significación. . lizable. A veces, se ha tratado de ligar con el, ejercicio del lenguaje la
En un caso .preciso, en. Arcy-sur-Cure, algunas conchas fósiles y Dlasas forma de la mandíbula y la importancia de las crestas de inserción de los
nodulosas de pirita de l1ierro pro\renientes ·deI· exterior, l1an sido encon- músculos de la lenglla, pero tales especulaciones tienen poco sentido, plles
tradas en una capa del lvfusteriense fina.! (figura 128, 2a. parte). En. el el probJe.ma del lengtlaje no se limita a lo~ músClllos linguaIes.1> Los nl0~
sur tunecino,' en . El Guettar, en l11edio nluste,riel1se e\rolucionadó, se' ha
. encontrado un curioso all1011tonalniento, de más de un metro de diámetro, 9, La leyenda del apófisis geni constituye un buen ejemplo del des#e~.de ex,-
plicarlo todo según lo que s<; posee, por p~co q.ue se posea. La apo~ls1S gellt,
constituido por bolas de· ~aliza entre las ruales estaban insinuados frag- en la cara interna del nlenton, es una enl1nenCla sobre la cual se ln~erta el
mentos de huesos y unos sílex.
. 113..
112
virnientos de la Iengua tuvieron una significación alimenticia antes de tener rietal intervienen en dos anomalías del lenguaje vinculadas; .la una, a la
1111 destino" fonético e importa poco que el juego dejado a la lengua del ~mpos~b~l~dad de formar los sírr:bolos escritos. del lenguaje, y la otra, a la
hombre de Mauer haya sido reducido' (lo cual es difícil de jl1zgar), l)lles imposibilidad de ordenar. los símbolos vocales (ágrafía y afasia) ..
se trata antes que todo de una organización neurornotora y ele cualidad en En consecuencia, existe un vínculo entre la .mano y 10's órganos fa-
las proyecciones cerebrales: el problema del lenguaje está en el cerebro ci~les, y los dos polos. del can1po anterior testimonian de 110 igual compro-
.,
y no en la mandíbula. Es posible, sin embargo, sacar útiles indicaciones " mISO en la construcción de los símbolos' de comunicación. Esta situación
gracias al estudio de las inserciones de los músculos de la cara y de J;:1 del .ho~re actual. ¿es posible proyectarla en el. pasado, más allá de la
, qllija?a,. sobre el grado de flexibilidad de los órganos de la fonación y de escritura. ....
la ll111111ca.. Por 10 poco qlle se sabe .de ello, la musculatura de expresión El fenómeno de agrafia no corresponde a unas conexiones establecidas
gana ell finura de una etapa antropiana a. la otra, 10 qlle 110 hace 1111S en e! hombre d.e~pLlés de. Ía invención de la escritura, porqlle entonces:
(llle. prolongar la trayectoria esbozada en' los mamíferos superiores, l)ara habría qlle admitir que los australianos' son incapaces de aprender a es-
~os' cuales las expresiones de la cara desempeñan un papel a. veces 111l1)7 cribir; ni a unas .conexiones neurónicas que se desarrollar ían en el niño
l111portante. qtle aprende a escribir, porque los. adultos iletrados serían incapaces de
. Para t~atar .de abordar la cuestión. del lenguaje de los antrópidos fó- adquirir la escritura. Puede pens1,::,se, en consecuencia, qlle las relaciones
siles, }TD pIenso que se debe tornar una vía conexa. Hel110S visto en ~1 entre el área 44 y los centros pi rarnidales de la cara son de la. misma
capítulo Ir ¿Ól110 se desarrollaba, en los vertebrados superiores, el Call1jJO naturaleza que los qlle interesan el pie de la segunda circunvolución frontal
·

de relación en dos polos, entre los cuales el dispositivo neurornotor coordi- )' los centros piramidales de la mano. No. obstante, en los primates, los !
!I
na las acciones de la cara y las' de la mano. Hell10S visto, igua1111el1te,·· al órganos fi.lciales.y los. órganos manuales; comparten un igllal gracio de I

comienzo del. presente capítulo, que la fisiología del córtex cerebral denota acción técnica. El mono traba] a con sus labios, sus dientes, su !engllLl y S1.15
una estrecha proxil11idad· entre las fibras de proyecciones rnanua les y 1as '. manos, corno el hombre actual habla con sus labios, sus dientes) su lengua
fibras faciales. Se sabe, además, ql1e las áreas 8 y 44 del córtex frontopa- Y"gesticllla o escribe con Sl15 manos, Pero, a esto se agrega el hecho de
que el hombre también fabrica valiéndose de los mismos órganos, y qlle
músculo genio-gloso, uno' de los motores de la lengua. Su inserción es una especie de equilibrio se produj o entre las funciones: antes ele. la es·
bastante diferente en los diversos 111an1íftros,' pero si las apófisis /!,CJJJ ~lj)a· critura, la mano interviene sobre todo en la fabricación y la cara sobre
rectr: solamente en los antrópidos, el músculo genio "gloso juega entre los todo en el lenguaje; después de la escritura, el equilibrio se restablece. .
rumiantes, por ejemplo, un papel 111Uy importante en cuanto a la mov ilidad En otras .palabi!"as, a partir de una fórmula idéntica a la de los pri-
de la. lengua, Las ap~fisis gel¡!, .én Jo~ ~n~rópjdos, están por. otra parte
s:)J11etldas a, unas sénSl~lts \'arl~aclont"s individuales y en los pa leantropos, mates, el: hombre fabrica útiles concretos y símbolos, los unos y los otros. ·
·,
ciertas mandíbulas las trenen mas desarrolladas que otras, La mandíbula de desligándose del mismo proceso o más bien recurriendo en el cerebro al ,,
,
La Na ul ette, descubierta en 1866, las tiene, pero n1eOC)S pro n unciadas, L~nica mismo equipo fundamental. Esto lleva a considerar no solamente qlle el ,
mandíbula paleantrópida conocida en Su tp'oca,' sirvió de hase a una' teorín i

sobre el lenguaje de la cual G. de Mortillet da, en "El Prehistórico", 1 ~83.


lenguaje es tan característico del hombre eanlO el útil, sino que ambos no i,
,

p. 250, una· exposición sorprendente:' . son n1~ísqlle la expresión de la nlisma propiedall del hombre, exactal1lente
'··I·od?s .10s. 1101l1bres" _incluso los 111ÚS illftriore=s, saben servirse de la palabra, conlO las treinta señales \'ocales diferentes del chimpancé son la exacta
nlas (fue Slenlpre aSl!. . .' correspondencia ll1ental de los pillos empall-:1ados para acercar la banana
La nlandíbula' de La Naulette. responde:" .. j No!", . sL1spendida; es decir, qlle ni lIn lenglluje ni la operación del empate de los
Después de l1aber }lecho l1ablat· esta mandíbula sin ltnguélje, (:'1 Oluttir
agrega:. ' . . pllos implica una técnica, en el sentido rigll:oS0.
"La palabra o lenguaje articulado se produce por una serie de l1lo\'inliéntos A pJrtir de allí, tal ,'ez podría intentarse lIna' paleontología del len-

de la lengua.' Estos 1110vil11ientos se yerifican sobre todo por la acción del guaje, paleontología esquenlática alln aSÍ, plles no hay ffitICha esperanza
Inúsculo jnsert,a~o. a la, ap~fisis gel/i. Los' ,a~i?lales privados· de la palabra •
de encontrar alguna vez la perdida carne de los lenguajes fósiles.' Sin
no poseen apoflslS ~~e}¡,.51, pues, esta apoflslS falta en la qllijada de I.a
Nau!ette,. es porque :! hOIllbre de ?\eanderthal y el 110nlbre cl1clense, !lO ., .
embargo, se Pllede dedllcir un plInto esencial: hay posibilidad de lenguaje
poselan la palabra... . . a parti¡r del momento qtle la prehistoria entreg'a útiles, plles útil y Iengllaje
. No' se ~a.b~ lo ql!e se deb~ .~dmirar nl~s, si el $i.ro de habilidad que h~lce están ligados nellrológicamente, y uno y otro no son disociables en la
d,e la apoflslS ¡;el11 la COndICl()O necesarIa y sufICIente del Jenguaje, si el estruchIra social de la hllmanidad.10 .
rIguroso' despreCIo de Jas leyes de la fonación, las cuales en .1889 etan sin'
enlbargo conocidas, o si la paradoja. que conduce, puesto que el genio-gloS0
forIlla la nlayor parte del l11úsculo lingual, a negar. la exjstenc'¡a ele....una 10. Una teoría sobre el desarrollo sincrónico de la técnica y del lenguaje ha sido
lengua conlO órgano en el chinlpancé' o ei becerro. Resulta tanto 111iís 50f- concebida por el antropólogo rus'o V. V. Bunak:, en unos térnlinos bastante
pre;ndente .que \'tnga. del 110lnbre a quien se debe la prinlera clasificación próxinlos a los que he propuesto, pero sobre unos datos tecnológicos muy
racIonal de las épocas prehistóricas, cu\'a' li gereza le' coloca contra su propio ¡tenerales y a partir de una reconsti tución de las etapas tIue van del s~nido-
.
sistema, asimilando "Neanderthal y chelénse.· ~. . señal al lenguaje gra·n1aticalnlente construido. Es particularmente interesante
".

114 115
¡
··
¿ Es posible ir 111ás lej os? Probablemente no hay 'razón !-")ara sel)arar., Los primeros paleantropos han heredado directamente la' situación de
SlJS predecesores, .más con' unas .pcsibilidades progresí,'amente acrecen-
en los estadios primitivos de los antrópidos, el nivel del lenguaje y el del
útil, puesto que, actualmente y en todo el curso de la historia, el progreso tadas. Con los neanderthalen ses. se produce la exteriorización de símbolos
técnico. está ligado al progreso de Ios símbolos técnicos del lenguaje. Es no concretos. A partir de este momento, les conceptos técnicos son dejados
posible en el terreno de 10 abstracto concebir una educación técnica Pll- atrás po~ unos conceptos de Jos cuales p()~een10s solamente los testimonios
ramente gestual, IJero concretamente, llna educación 111l1da desencadena, operatortos manuales inhumación, colorantes Y. objetos curiosos; mas estos'
a pesar de todo, tanto el1 el educador corno en el educado, la puesta en . testimonios arrastran COl1 ellos la certeza de la aplicación del pensamiento
marcha del simbolismo reflexionado. El vínculo orgánico aparece bastan- , a lI1l0S dominios ,qlle van rn.is allí de la motricidad técnica vital. El len-
te fuerte COI110 para qlle se pueda prestar a los' australopitecos y a los glllje del neanderthalense no debía diferir mucho del lenguaje tal como
arcantropos un lenguaje de LIn nivel correspondiente al de SLIS útiles. El1 es conocido en los hombres actuales. Esencialmente ligado, a la expresión
estos estadios, cuando el estudio comparativo de los útiles y de les cri de 10 concreto, debía asezurar la comunicación
t_;
en el' curso de los actos,' ,

.neos parece mostrar que la industria. se desarrolla a· un ritmo correSl)Oll- función pri rr.ord ial de nde e 1 len g-UlJ' e está estrechamente
L.
li bcado al corn- .

,diellte al de la evolución .biológica, el nivel del lengllaje' no podía ser I


portarniento técnico; debía asccurar la" transmisión diferida de los slrnbolos
L '

sino nluy bajo; pero ciertamente dejaba atr.is el nivel de las señales vocales, de la acción, b~ljO la forma de relatos. Esta segunda función tuvo qllC
.El1 'efecto, lo que caracteriza en los gral1des 111000S el ..'lenguaje" y 1~ aparecer F:~()gresl\',!111eote en los arcantrópidos, pero es '<..iifícil demostrarlo .
'.
"técnica", es su aparición espontánea bajo el efecto de LIn estímulo exte- En fio,. en el transcurso del desarrollo de los' paleantrópidos aparece llI1J
rior }T su abandono no menos espontáneo o su no aparición, si la situa- tercera función, en la cual el lenguaje sLlpera lo concreto y el reflejo de ,1
'

ción material que los desencadena cesa °


no se manifiesta. La fabricación le) concreto, l")J.ra eXl")resar LInos senti mientos imprecisos, de' los cuales se
y . el uso del cbop r-» o 'del hacha bifacial revelan de un mecanismo fllLl}' sabe con certeza (ll!e en tran en buena parte en la religiosidad. Estos nue-
diferente, pU'esto qLle las operaciones de fabricación preexisten a la ocasión \'()S aspectcs ser.in reexaminados bajo muchas incidencias, siendo suficien-
de uso y por otra l)arte, el útil persiste en vista de acciones ulteriores. te .l)or ahora haber mostrado SLl p:"lnto de afloramiento en los paleantrópidos.
La diferencia entre la señal )~ la palabra no es de un carácter distinto; .~l lenguaje de !()S antrópidos anteriores al bomo sapiens parece, 'plIes, , ,
,

la permanencia del concepto es de naturaleza diferente !)ero comparable manifestarse en unión estrecha con la motricidad técnica, unión tan estre-
a la del útil. ' cha qlle tornando las mismas vías cerebrales, los dos principales caracteres'
La noción ,lie' cadena operatoria será reconsiderada en los capítulos antrópidos podrían resultar de LI0 solo fenómeno, La actividad técnica de ·
,

\'11)' VIII,· !)ero es necesario evocarla aquí para comprender el vínculo los antiguos antrópidos ofrece la' imagen de una evolución excesivamente
(lue existe entre técnica y lenguaje. La técnica es a la vez gesto }! útil, lenta, jalonada a la vez por unos útiles y' por UO()S cráneos ClIyO ruejo-
.
c¡!"gallizados en cadenas por. U11a verdadera sintaxis (lLle 'lia a las series rarniento en el sentido del bom » s.tpiens 'parece hacerse poco mis o menos •

operatorias a la vez su fijeza" y su flexibilil;ad. La sil1taxis operat()ria' (-s sincrónicamente. Salvo los del final, ningún documento serio ha mostrado ,
,

l)[(_)}Jllesta llor la l11el11()ria y nace entre el cerebro )~ el l11edio ,111attrial. Si a~n otra cos~ .en. ellos qlle el desJrrollo de las cadenas operatorias. \'"¡tales.
se }lJCe el l)aralelo c()n el lenguaje,. está Si~111F')re1),~esel1te' el I11i~1110 f..,f() , SI el lenglll)e tiene realITIente el mismo origen que la técnica, tenel110-S
ceso. Se puede, por cOllsiguiente, fundar sobre tI conocil11iento ,de las el derecho de in12ginarlo también baj~ la forma de cadenas operatolrias
técl1icas desde 'la pelJble-rll!/I¡ra hasta el Acheliellse la hi!)ótesis de LI!l J(;11~ simples }' limitadas a la expresión de lo concreto, primero en el desarrol1:)
gU'aje cliyos gracias de COI11J:dejidad y riqueza de cOllceptos' sean sensiblt- inr:-ediato de éste, despllés en la, conser\'ación, jr la. reprodllcción \'0.!l111·
l11el1te los l11isl11()S glIe })ara las téCl1 ica's. El zin j antropo, con una sola serie t'!,:-la. ~e las cadenas 'verba les fuera de las 0lJeraciones inmediatas. Lo glle ha
de gestos téCl1icos y lIn l1úlIlero de cadenas opera to.:-ias 1)0(0 elc\'adc), nl0d,flcado proflll1damente desde hace algllnos añas la sitllación filosófica
libra un lellguaje Cll)'O cOl1ten'ido a!)el1aS !JOl1Ía ser l11ás elevado 'de' 10 (lllC' elel h?nlbr~ fósil es qlle, ha sido necesario, desde los zinjantropos, adn1itir
el gorila !)osee de señales \'o:ales, l)cro COll$tituidos PQr sí 111bo~()s d is})()· la ,eXistencIa de lIn honlbre ya realizado, canlinando ergtlido, fabricandc)
n ¡bIes y 110 totall11el1 te deterIl1inados. 1,05 arcantro!Jos, con SLl Job 1e serie útiles }', si mi demostración es \'áJida, hablando. La imagen de este horri-
de gestos y sus ci'nco o seis fOfIllas de útiles" pOSeía!l segllraIl1eote 'cadeIlas bre de los c·cnlienzos se adapta denlasiado poco a lo qlle dos -si alos de :

ope,ratorias }Ta 111l1}' C~1111Jjejas y el lel1gl1aje gue se les '!Juede prestar es pensalniento filosófico habían acostumbrado a ver en el, homb~e. ,Los
considerablel11ente nlis 'rico, pero probablehlente' liJl1itado aún' a l~l' eXjJfe- hechos de111l1cstran. que el honlbre no es, como se tenía el hábito de inla· ·
sión <..ie situaciones concretas. ' .... ginarlo, llna especie de n10no qlle se mejora, coronamiento majestllosO del ,

, "
,- edificio paleontológico, sino desde' qlle lo conocemos, algo distinto de lIn
C'[)nstatar <'Jue la yja niuy diferente seguida ahí a trav~s Je la integra(ión mono. En el nlonlcnto cllando se nos aparece, le qlleda aún lIn canlino
del .~esto y Jel sínlbolo fónico 11e\"a a una 'construcción relati\'all1ente CerC;lIlJ. nll1y, largo por recorre.r, pero este camino 10 hará nlenos en el sentido' de ,

Cf. Bunak V. V., 1958.'


"

117.
116' ·
la evolución biológica que hacia la liberación· del cuadro zoológico, en IV
una organización absolutamente nueva donde ·la sociedad va progresi-
varnente a sustituir a la corriente filética. Si se quiere absolutamente
r
volver a encontrar el mono del inicio, habrá qtle cazarlo ahora en pleno I

terciario .. La imagen ya humana de los australantropos basta po.r 10 demás


para cambiar ·las bases del problema de los orígenes; su. bipedia es .cier- LOS NEANTROPOS
tarnente antigua e implica una distancia considerable en relación con Jos
antepasados de los monos actuales, algo comparable a la separación del
linaje de los caballos en .relación con la ·de los rinocerontes; es decir, la
perspectiva de descubrir un día un pequeño animal, ni mono ni hombre,
l)ero apt<? para convertirse a través de su descendencia en uno u otro.

..
r,

IJASADO xl" PORVE0;IR FISICO DEL HO~[O SAPIENS


Hemos visto anteriormente qLle la e\'OILICión general de los glrllpos ,. .¡
·
.
!

zoológicos qtle han segLlido la misma deriva qlle el hombre, implicaba unas
·'1iberaciones" sucesi vas, siendo las dos principales. la de la cabeza en los
. reptiles terornorfos de la era Primaria y de la mano en los australantropos
de les últimos destelles de la era Terciaria .. La parte qlIe pertenece a los
antrópidos en el curso :de SLl evolución ccrresponde a la liberación del
cerebro y corno corolario a la liberación de una parte importante de los
vínculos zoológicos. Es esta evolución la que vamos a volver a trazar ahora
Lrevemente. .
. Desde los australantropos, el despeje de la base craneana. ya era un ';

hecho }' al mismo tienl1Jo,· corno lo hemos visto, la apertlIra del abanico
cortical se inicia. Bastante temprano, al menos desde el paleantrópido, el i
d isposi tivo motor pirarnida 1 }T .las áreas de asociación contiguas alcanzan
. LIn desarrollo casi equi valente al del hombre actual. La prueba de ello nos ·.
la ofrecen los inn urnerables testimonios qlle poseenl0s sobre la alta tecni- ..

cidad de los paleantrópidos. Por consig·uiente se vuelve a encontrar en la


evolución cerebral el .misrno fenómeno de estabilización de las estructuras
:
adquiridas }' el mismo proceso. de avance mediante unos dispositivos nue- ·
vos: la mano debía ser casi como lb. actual a partir del australopiteco y el
·,
cerebro técnico se encuentra prácticamente maduro desde fines de los

arcantrópidos. ...
Para el hombre, la estabilización ..y luego el desarrollo. del cerebro
técnico, han revestido una significación capital, plles, si la evolución se
. , hubiese continuado hacia una corticalización cada vez más extremada del .
sistema neurornotor, la evolución se habría acabado bajo la forma de un
v-
ser comparable a los insectos más evolucionados. Muy al contrario, los
. ter.ritorios motores han sido sobrepasados por unas zonas de asociación .
de carácter mlIy diferente, que, en lugar de orientar el cerebro hacia una
. especialización ·técnica cada vez más adelantada, le condicionaron para po-
sibilidades de generalización ilimitada, al menos en relación con las de la
. ..
• ¡
" r.;
. :"
119
. ,
· .,'
.' "

, .
evolución zoológica .. A lo largo de su evolución, desde los .reptiles, el b.a,lance ,}~CÓ01() es ~l:ís fácil hacer desde la primera ojeada la determina-
eren :aclal de un .craneo qlle de~ostra,r' esta determinación ayudándose del
hombre ,a~are~: con1o, el, 11ere~ero de. aquellas criaturas que escalJaron a
COlnp.lS }' .de la~ cif ras .: La~ medidas en vuelven .en Sll red, en bloque, Ull0S
1~ especialización anatómica. NI sus dientes, ni sus manos, ni 511 pie, ni
finalmente su cerebro, han alcanzado el alto grado de perfección del diente c~racteres ~.roplamente ~aclales.}' otros .. ?luch.o mis generales, corres r=:
diendo a diversos estadios de la evolución, sm poder hacer la diferencia.
d;~.· mamut, de la mano y del pie del caballo y del cerebro de ciertos ,
Acie.m,ís, los valores microrraciales significatÍ\'os, qlle estén hechos de finos I
p.1Jaros, de tal suerte qlle ha quedado ap~o para casi todas las acciones !
matices en la curva de una órbita o de inflexiones insensibles de la bóveda
p~s~bles, p~diendo. conle~ .f:ráctical11entc. 110 importa qué, correr, trelJar y
. craneana, escapan Intecrarnente a los métodos métricos. Estos, en definiti-·
utilizar el olrg·ano .ln\1erOS~11~II.nlentearcaico de su esqueleto que es la, mano
. va, no son fieles ni en el balance de la construcción fundamental , ni . en él
.
para u?as. ?peraClones. dirigidas por un cerebro superespecializado en la
de los matices raciales, en cambio esclarecen bastante bien las variaciones
generalización. El carruno que 10 .ha conducido, hasta al' í ha si do en graJl
?e propor~iones generales; de suerte qlle en una serie cronológica de su-
l)arte recorrido a 16 largo de las plginas precedentes, pero queda por
explicar cómo se hizo la última liberación. .Jctcs, considerados a ~o la~go de la .du!"(lción conocida del bouto JtlpieJJJ.
se pue?e. alcanzar a evidenciar ],1 med Ida en qtle éste ha evolucionado desde
sus ort genes,
L-

EL CRANEO DEL HO]\,IO SAPIE.KS

el La ~\'oluci?n, del cráneo alltrópido. parece reflejar un triple procesCJ: LOS PERFILES GRAFICOS (figura 51)
. ,~espeJe nlecan.lc.~ de la parte l)l)ste..:lc)r del cráneo mediante la adqui-
La ~\'olución de las proporciones generales 'puede ser expresada por
SlC1011 de la poslclon erecta, el despeje mecánico de la frente mediante
las relaciones sucesivas, en las dos dimensiones, ele la caja craneana, de
la reducción progresiva de las raíces dentales )~ el aumento de volumen
del cerebro hasta los neanderthalenses, para luego dar. Jugar L} la invasión
1,1 ca.~a,. de la órbita ,}. de la nariz, Se puede construir sobre estos datos .
el perfil de las longitudes en relación con las anchuras, referidas ambas
l).:-ogresi\la de los territorios frontales sin aumento de volumen, El hecho
a ,una media establecida estallísti~~mente sobre el bo nto sapiens actual (le
más c~racter~stico de los. neantrópid.os es el aligeranliento progresivo del
dlferent~s ..razas. En e,I cuadro (fIgura SI) est.in representados diferentes
armazón facial, qlle no conserva nr en los negros ni en los blancos, ni
. paleantrópidos: ~) DIferentes hombres fósiles del Paleolítico superior de
e11 los arnari 110s más evolucionados, más que una red de sostén conside-
Europa y, de ,A.sra; b) Hombres actuales de tipo arcaico) tomado en rada
rablernente adelgazado. El plano de construcción, IllUy un if c.rme, .)'a es un
gran grupo racial; c) Y un hombre del tipo mis e\!OlllCionado,· escogido
11,echo. en el n~anderthaIcll~e ,~ solamente las ~lperhlras de los ángulos va
en los mismos gru!)os raciales.
flan l:g'eranleIlte. ES,ta, \:arla~l()ll 110 es, l)or .otra 1-") arte, salvo en algllnos
peguenos .grl11)OS I)rjl111tJ\~OS CCIll0 los. australianos, un hecho racial en el . En los paleantrópid~s~ se constata que la construcción .gelleraI es la
misma para tO~10S10,s sujetos: todos están mll}' POi~ encima de la media
sentido corriente, !)ues las formas 1111Sevolucionadas se encuentran el1 todos
acttlal en SllS dImensIones, el cráneo es mu)· grande }'. alargado, ·la car.a es
. Jos grandes ·grupc>s raciales. Todo l)arece suceder COl110 si la· (C)Ilstrllcción
enorme }~ ?lUt: alta (sal\'o en el de La Ch~pelle-allx~S~lints qlle es desden,
fllllda_Illental fllera in?tl)endie,nte ele las \'~~iaciolles raciales, l111S l)recisa.
tado), la orblt~l es, grande y anc~3.,' Ja nlrlZ extraordinariamente grande )'
111cl1te con10 SI la derl\'a arqllItectllraI estu"lera sOflletida a lln nl0\'il11iento
ancha. Las p!.'oporclones paleantropIdas no se \'llel\·en a encontrar en niIl-
l)rogresí,'o l11uy lellto l)ero siI1crónÍco en toda la nlasa 11l1Jl1ana; lo cllaI ··1,
eXl)lica el hecho' ,de qlle actuaJn1ellt~ existan en la tierr'a solal11ente repre~ !.!:llno de los neantrópidos cono:idos, incluso los nlís· prinlitivos. Se trata
Sl~ dllda ,de un estadio, homogéneo en SLlS ca'racteres }' C001p' etanlen te
sentazltes del hOl110 JapieJz.r, . a }"'lCS[J¡f ele las \'ariacjones del color lie la l")iel~ .

dejado atras desde hace milenios,


de la estatura, de los grupos. sanguíneos, del 1)fognatisl110 dcntarj() )' lle
nllll1erosos otros rasgos. Esto se reúne con· 1 a f10ciéll (.~e l11aCrOe\,()IllcÍ()n Pa~a los neantrópidos fósiles b), bien se trate de los de F raI1cia, de ·

~lemanla, de Checoslovaqllia, de Rusia o de China, la llniformidad del


de G.' G .. Sinlpson, el ti/I/JIl todo. entero ·atrJ\·esando fases de adaptación,
tipO· es 01l1y sorprendente. Co~responde a tInOS rasgos exteriores tan e\'i·
Jas cllales abarcan los caracteres til)o!ógicos fundnll1el1ta1es. Es lllla deri":1
dentes q1le los antropólogos han creado la t'raza de Cro·lvlagnon" !)ara ·

de este orden, lo que hace sllceder los arcantropos· a los australantr<'11)os. ·


expresa_rla; raza qlle es en realidad el tipo de un estadio. Sal\'o en Cllanto
los ~aleantropo~" a los arca,ntroI)os y fi11alll1ente los lleantropos a todos l()s· ... ' .
a la caja cran~ana, larga pe~o n1ucho más peqlleña qlle la de' los neander·
delnas~ No sO,rp~:e~~e, }")lléS, que l?s. trazados de eqllilibrio l11ecánico 1l()
tha!enses, el tIpO d.e Cro~1{agnon difiere en todo del tipo paleantróp~d,~),
aseguren la dlstlnclon de los all1arllJos, de los blancos )r de los negrc)s ..
La cara es 111~ly baJa~ ancha y corta, la órbita extraordinariamente. baja }' •
, La a?tropolo~ía ha tra~ajado. dllrant.e nlás de siglo y 111edio· ])ara
ancha, la narIZ n1edla?amente larg'a y estrecha. .Los neantrópidos fósiles
~acer el 111\'entarlO· de las dIferencI.,as racI:.lles en el esqueleto y el1 lJar-
ren10ntan a las cercanlas de 30.000 añ,os antes. de ntlestra era, 111ientras
tlcula,r el cráneo. Es c,uri,oso con5tatar cuán débil en el 'fontlo queda tI
·

. 120 121
(lile los neanderthalenses 111ás .recientes pueden ser fechados hacia los alre- D
dedores de 50.000 años. Durante estos veinte mil años se produce una
transformación Cll}ros términos esca!Jan aún en gran parte, IJor la carencia
de fósiles o de una interpretación apropiada de los fósiles existentes .
. En efecto, algunos fósiles conocidos, COI110 el cráneo v. de SI(11l11,
·

considerado COIno un "neanderthalense". con caracteres neantrópidos, .0· el ··

cráneo X de Prdrnost, considerado C.01118 un neantrópido con afinidades


neanderthalenses, parecell .indicar .el .sentido en el cual la evolución se
hizo, Si se cOl11para .el cráneo de Skhúl con el de Broken-Hill y el de I

I• •
Cro-Magnon, se constata que cráneo y cara poseen caracteres neanderthalen-
ses )7a atenuados, mientras que. la órbita y la nariz tornaron las propor- : -, -,
ciones del tipo de Cro-M agl1on. En otras palabras, la cara es aún ancha
y alta, l1ero las órbitas son bajas Y' la nariz se ha adelgazado. Si Juego se
: y
I •
COl111)ara Prdrnost X }7 La Chapelle-aux-Saints; se l)trcibe que, sal,~o. el I \ \ .
I •
decrecimiento considerable de las partes larsas }' IJS altas, las proporciones
2 _.-' BROKEN· - HILl--
gerlerales sen las nlis1112S. Todo hare pellsar que el tipo de CroMagnon 1 I
no está 111U}' alejado aún del tipo paleantrópido, o más bien, (lue sus I · ;
, ·
l.

I !
dife.rencias sean DliÍS bien de cantidad que de esencia. Si se cOll1parall 105
I
(:c).s sujetos "de transición" (lue existen entre ellos, se ve qlle la modifi-
cación, lJara ambos, afecta J a al tura l1 e 1as órbitas. Mientras la al tu fa facial
(le 51\:11(11 es todavía considerable, .
la de· Prdrncst muestra un verdadero .
derrumbamiento. l;110 y. otro pOSee!l dentadura de proporciones neantró-
pidas, marcando una reducción gClleral de las raíces y, !)ara los molares, JAPON ~ KOBE
I .
LI11 decrecimiento de las coronas del primero hasta el último; en otras I.
• I •
palabras, UI1C) )! ()t:-o muestran una sensible regresión de la muela del juicio
r testimonian un equilibrio facial en ·el cual el primer 1110Iar 11a tornado ,~ /i(
• • I
el puesto preponderante. El1 estas condiciones, se inicia Ll11a modificación . •# \1• . \~ ·.

profunda en la regió11 órbito-rnalar, modificación llue se traduce en este


estadio por una .reducción inarmónica .de las alturas faciales y el tral1SI)orte· ,
,
X
• I
t/
• l·
,

:
(le la construcción facial l1el macizo supraorbitario en el armazón ele las -LA FERRASSIE -- DOlMI VESTONICE - AFRICA MALINKE - AFRICA MALINKE . ..
..
órbitas, . . I I
I ,.
,

I .l • '. •
.. E] "tipo de -CroMagnon" .aparece entonces corno la primera etapa
hacia la salida del l)roceso de desar.rollo prefrontal. Reducción dentaria )'
I . )-\. .X .I¡ JI ·..
I • I •
. adquisición de Ut1 equilibrio facial qLle deja de ser a la vez canino y 1110·
I
[
/
.~
I
I
\

1: I \ ~\ .

lar, !)ara convertirse en 11l0Iar predominante constituyendo este tipo arcaico


(1(:1 /JOIllO sapiens. común .a ..todos. los fósiles conocidos. En Europa persis-
1
I " ~.\.. 1
'\• 1"\
I .•
I
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•.
I
i\

"

te hasta el Mesol ítico, l)~.~a extinguirse progresivamente JllégO. Las sllper-


5 _LA CHAPEllr z.ux. s.- PRD;\'OST X --"( ASMANI;~NC)----- SUECIA
vivencias del tipo sap iens arcaico han sido señaladas por numerosos auto-
1'(:s)' 11Z!11 dado lugar :1 unas hipótesis osadas a veces sobre el origen o la Fig. 51. Perfiles gráficos de los paleantrópidos y del horno sapiens. Los perfiles
son establecidos comparando lo largo y 10 ancho del cráneo, de la cara, de la
d ifusión de la raza. de . Cro-Magnon".
tI Se trata)· de hecho, de ·11n ti 1JO órbita y de la nariz, relacionados con la media del horno sapiens actual de todas
arquitectural universal, qlle existe aún· con frecuencia .variable en todas las razas. Este procedimiento permite establecer una imagen expresiva de las prin-
las .partes. del mundo ··Ce). Es relativamente ..común entre los rnelanesios cipales proporciones del cráneo. A: paleantrópidos; B: horno sapiens fósil; .
}' los australianos, .pero· apenas es, posible enColltrarlo, COI110. caso indi\,j· C: individuos actuales que presentan unas proporciones vecinas de las del hOI110 '.

sapiens fósil; D: individuos actuales del tipo más divergente. Los e.templos han
(iual, tanto en Anlérica eonlO en Europa o· eI1 Africa. Ell cada ca~o, il1te- sido tomados sobre cada continente para mostrar que se trata no de fenómenos
.,~esan solal11ente las proporciones generales ..(craneo .larg.o, cara 111uy corta, raciales, si.no de la evolución general de la especie. Todos los su.tetos D testimonian
é>rbitas l11Uy bajas) inde})endientclneI1te de los detalles prol)iaIl1ente raciales. la intensidad
. de la regresión
._ facjal en el curso de los úl timos milenios

1)2 123
..

curso del tiempo a adquirir los caracteres de tl~a raza homog~nea. Es lo .


. E\lOLUCION DE LOS TIPOS NEANTROPIDOS que explica qtle' las .razas "puras" como los Ainu, los Bosquimanos, los
Lapones, los Esquimales }'. los Australian~s,. entraña~les. ~ la antropologia
.A. través de las J íneas múlti ples de las evoluciones raciales l)arece - clásica, correspondan a grupos que han vivido lIn aislamiento prolongado
desprenderse eJ hilo de una evolución general, de esta "deriva' lenta y en. ·el (lIrSO del cual su capital genético se ha llnifo:m,~do. Estos grt1l)OS
continua, CUlTOS testimonios son claros y numerosos l)ara muchas series de creofrráficamente marcinales al igual qlle los grllp()$ animales lJllestos en
b t» . b ' '-' .
animales. El1 los antrópidos, la deriva parece haber ido acelerándose puesto las mismas condiciones, ofrecen unos caracteres roL1}' nlarcados,. muchas
qtle, todo hace l)ellSar qlle el 70 por ciento del Cuaternario pertenece a los veces aberrantes, y conservan frecuentemente una estructura general arcai-
australantropos y a los areantropos, mientras el 25 por ciento a los palean- ,.
..
·

tropos y el 5 por ciento solamente a los neantropos. Este 5 por ciento qlle
pertenece al pasado de nuestra propia especie ¿bastará para detectar una ·

transformación sensible, desde el hombre de Cro-Magnon al del siglo xx?


Un poco más de 30.000 años nos separan de él }Y lJarece, efectivamente,
<ll1e se hayan producido ciertas modificaciones bastante importantes,
'
. Es necesario, primero, represen ta.rse cuáles son las cond iciones ·de la ,

comparación entre el hombre actual )r el fósil. Para el actual disponernos


del repleto cuadro de las variantes raciales que se traslucen a través de los
/
·
millares de espécimenes. Salvo para unos escasos pueblos aislados, corno
son ciertos esquimales, los australianos )' algllnos grllJJOS de .{-\f rica, los
ti P~)S raciales of recen tales variaciones individuales glle la imagen obtenida /'
..
,,-
--
/
110 es nunca más que una imagen estadística }' la dete-rninación, si 110 se r '

rosee la identificación geográfica exacta del sujeto, queda ] imitada a gran-


des masas corno "cráneo mongol .del sureste asiático" o "alpino". Para
el fósil la situación está invertida: se poseen algunos individuos, separados -..
t; ") 5.5
I)or UI10S nlilenios.)1 unas distancias muchas veces considerables; el tipo C·
C'"
racial o 110 aparece a través de sus variantes o. es indiscernible por falta de ,.
comparación, y uno se ve COIJ5treñ ido .1 tomar l",or Sigl1 j ficativo todo lo • e'
cllle· oE recen, Además, 1105 vernos inevitablemente obligados a agrlll)a~ el)
~ran(les. familias tInOS fósiles dispares, C0010 }'a aconteció du-ante 111~1(J1().
tiempo C011 los : paleantrópidos, aglomerados alrededor del 11Ú(](~O de }C)$
primeros neanderthalenses.
EI1 el problema de la evolución física. ele los neantrópidos, l1ay t]llt
considerar ot.ro aspecto, plles depende )ra 110 de las condiciones materiales
de la dorurnentación, Sil10 de la genética racial, La experiencia bell¿'tic~l ) i
,
I
,I .
adquirida con los animales permite comprender alglIIl ..OS. aspectos de la ,
.,
,
I

variación raci al e ind iv idual, Dos factores in terv ienen de manera F\:-epoll- / .

,.l.
derante en la constitución de las fórmulas J!elleti~as individuales cuya ,/

combinación lleva al tipo racial: el aislamiento }' la densidad de }()S /


.. ,,--r'

su J eros.
. El aislamiento actúa eI1 gr~dos. diferentes éI1 relación C()J1 la densi- 55
dad. Es e\-idente, por ejeI11plo, qlJe los. grLlpos· ¡~aciales fundalneI1tales
(blancos, ·negros )' all1aril1os.) of rectn tal superficie de !)oblaIlliento Con
resl)ecto a SllS lílle:1S de contacto, que lInos .)' otr~s se CnCtlentrall en cstad,()
cfecti\lo de aisJan1iento, constitu)'endo la franja de l11cstizaje llll eSClS~) Figs. 52 a 55, Cierre de los ángulos }·ugalesen el hon1o sapiens. Los á~gulos pasan
de 1'00° en el neocaledonio }' ·el melanoafricano (?3) a 95° en el euro~eo de d~nta-
lil1dero en SllS f tonteras. Al inte¡~iór ·de cada una ele ellas, l)llede \'ol\~erse dura ccmpleta (54) y 90° en una europea deSprO\11st~de molares p.osterl~res. Notesé:
a encontrar toda la gal11a de las fórmulas, El aislar11iel1to, tll 11nos ~~rl]I)os la migración del e!e E2, que tiende (55) a confundlr el apoyo de .10s pomulo~ y ~I
lit débil.· dellSit1ad, juega genéticaZl1ente un .papel nlll}'. il11})o.rtante }' cj(_~a apoyo frontal (pérdida de la independencia mecánica de ·los dIentes anteriotes)
g7'l11J8 de alglln'J$ 111iles de indi\'jduos, segregad() o aislado, tj(:'nL~e e11 el
125
1)4
za:1te: . Los ejemplos más nítidos de supervivencia del tipo, neantrópido evidencia lID tipo racial de' contornos contrastados, siendo la mezcla lo qlle
primrnvo se encuentran entre ,estos grupos.
, ase.gllra la a_Dll1ación de los efectos de, fijación de las fórmulas genéticas
uniformes. El grllpo q'lle puede contar varios millones de individuos evo-
El ~actor de densida?, asociado .a una situación geográfica despejada,
luciona en bloque, con uri ti po med io impreciso, 'qlle es el resultado de'!
d~selnpena. U11 pa.pel capital en ,la fisonomía general de las poblaciones;
equilibrio de 11S variaciones individuales, Parece qlle esta situación sea la
bien sea l11ter\T.l111endo en zonas restringidas per{) nluy pobladas, COI110
n:ás favorable p¡1~a, una deriva rápida del tipo estadial, plles estas pobla
Europa, la India o el Extremo Oriente,' o actuando en zonas donde los
clones, S?O las ,9l1e' ofrecen el .minimo de sujetos pertenecientes' al 'tipo
I110'Tin1ie~t~s de grllpos y ~e' individuos con11Jensan la densidad relativa-
neantrópido arcalCO. '
merite débil, C01110, en África. En estos grupos es, l11uy difícil pOller en
Si, tcrn.indolos de los luzares m.is variados, considerarnos unos indi-
viduos qLle ,responda!l al movimiento gerieral dibujado por los neantró-
e' p.idL)s . primitivos, se constata efectivamente qtle está ya ampliamente tes-
e'
tirnoniado un nuevo tipo estadial (figul~a )'1). Tipo qlle está presente
tanto en los blancos como en los negros e o los amarillos , en los dolicocé-
falos COhl0 en los braquicéf alos., Su carácter principal es la armonización \
,

de los diámetros, en particular de las longitudes y anchuras de la cara J' .:


,
:
del ,crán~o. No es sensible ninguna mejora en capacidad cerebral, pero ;:
la cara tiende a volverse estrecha y se acorta. Las órbitas son proporcio- I
I:
, i'
nalmente granl-l'es, la nariz, ancha en las razas n~grJs, estrecha en las

f !
' R -- ot.ras, 11l) ha vari ado 111l1Cho en sus proporciones absolutas.
, El ~enómeno de. a!igeranliento. fa:iaI característico de los neantrópidos
,
:

m.is antiguos se continúa, por consrguiente, en todas las masas humanas de -


G ,
B alta densidad en el curso del proceso en ci cual la anchura de la cara se :
,
,
p
p
uniforma con la altura (figllr~ls 52 a 63). Este fenómeno está vinculado
al movimiento gene.:-al de, regresión del al)arato dentario, materializado ,
,

56 57 ,
por la' reducción o la ausencia de' las muelas del juicio }' la .exi t!i.iiclad de "

e" e'"
las raíces, de todos Jos, dientes. Sería arriesgado hacer depender de una
i
sola causa mecánica (de la .sola reducción dentaria determinada, po.r otra
e' lJarte, p,or. un,: e\'OILICión genética qLle siglle siendo nll1y poco conocida)
i
toda l~l historia de la cerebraliz.ición humana, mas la evolución dentaria
expres,-l mejor qlle cualquiera otra el mecanismo de 11n movimiento evo- "
1,
,

luti \-0 complejo qlle continúa su 'desarrollo en todos los hombres actuales.

BALA:\rCE FISIC()

. Desde hace más o menos 30.000 años, se puede seguir a través de


R
~lferente~ razas el desarrollo, físico del hOJ}lO snpiens. La variedad de los "

tlpO~ raciales hace ~~sta~t~ dificil compre.ncler el detalle de Jo qlIe haya


S' B podido ser la evolución fisica de la humanidad en un plazo tan corto, pero
algunos hechos se desprenden sin embargo de un análisis cronolóaico. Los .'

más viejos bonio sapiens, .reunidos en importante cantidad en la '~!raza de ,

58 ' 59 Cro-Magnon", poseen un tipo craneano ffilly particular: caja craneana


e ~I'I
el" grande y rnlly larga, la cara, ancha y extraordinariamente corta, sobre todo ,
,
compe.rándola C011 la de los neanderthalenses precedentes; las órbitas son "
Figs ..56 a' 59. La armazón de l~s caninos en el hOl11~sapiens. Los mismos sujetos de
las figuras 52 a 55. Se constata que la unión de los dientes anteriores con el macizo extremadamente bajas' y rectangulares, Este tipo de estructura se vuelve
prefr()~t~l se n1a~tiene. en el h()~1bre actual. E,n el sujet~ sin, molares posteriores a encontrar prácticamente en todos los fósiles del Paleolítico stlperior en
(59) el angulo, e se Clerra a 40 , eX!Jresando el acortamIento' de la, base P·B los Francia, en EtlrOpa central, en Alen1ania, en la URSS y hasta en China.
apo)'os caJlinos E3 tienden a, confundirse' con los de los molares (E2, fig.' 55)
127
126
, "
"

Parece ciertamente corresponder a la arquitectura más arcaica conocida por


nuestra especie. En Europa, este tipo se prolonga, en el Mesolítico y existen
testimonios de ello-s tanto, en Portugal como en Bretaña y en Dinamarca.
A título individual, esta arquitectura puede aún encontrarse actualmente
en todas las regiones 'del mundo; pero como fórmula .racial colectiva, no
queda de ella mis que pocos representantes entre, los tasmanienses, los
australianos y' una parte, de los, neocaledonios. 'Después del Paleolítico 511-
perior, los tipos arquitecturales del cráneo se diversifican considerable-
.mente. En las' razas más variadas, pero sobre todo en las regiones donde ,
1~1 densidad de población es más elevada, aparecen algunos rasgos qtle
parecen pirolongar la evolución de los antrópidos con una densidad sufi-
ciente como para qlle se, les pueda considerar como significativos. El \70-,
lumen cerebral no 'evidencia con nitidez tendencia alguna a aumentar;
60
de hecho parece' q1le desde .Ios neanderthalenses no haya habido ningún
61
c'" progreso de este lado. Las dimensiones faciales, en cambio, tienden a dis-
o e" o minuir y esta disminución del volumen facial se' traduce frecuentemente
por la desaparición de las muelas del juicio (figuras 55, 59 Y 63). La
c' e' reducción de la longitud de .Ia arcada dental, mientras que el apoyo general
'de la cara continúa basado sobre el primer molar, tiene como consecuen-
cía un cada vez más acentuado desplome de' la frente. Este carácter ha
Sil10 observado desde hace más de medio siglo y ha sido la fuente de
algunas teorías al término de las cuales el hombre actual representaría
de algún modo un feto o un niño detenido en un estadio ,precoz de 511
desarrollo. Corrientemente se constata qlle tanto en los monos como en el
R hombre, en la niñez y la adolescencia, el volumen cerebral es considerable
en relación con la cara, no tomando sus proporciones definitivas sino a
partir de la pubertad. De allí a ver en la evolución del' hombre una
especie de retraso (lprogresi\'o",' una prolongación de los estadios infantiles ,

qtle dejaría. a la inteligencia el tiempo para desarrollarse, no había mis


qlle un, paso, qlle ha sido fácilmente franqueado. Yo pienso que se debe
.
renunciar a ver en el hombre un feto de gorila, al igual que se debe .renun-
62 63 ciar al antepasado -rnono, lo cual no es' más qlle otra forma de la misma
, , tendencia hacia la búsqueda mórbida de 11n gemelo monstruoso. Hemos
Figs. ~() a 63" El equilibrio general de la cara está expresado por la igualdad 'd'e los visto, en efecto, que la fórmula humana era una, fórmula perfectamente
ángulos de los pómulos E2, del mentón D y de la apófisis basilar B que liga la
armazón facial a los consrreñirnientos de la oosición vertical. Si' uno considera el distinta de la de los monos. Hemos visto, igualmente, qlle sobre 11n cuerpo
neocaledonio (66) )' el melanoafricano (fig. 61) C()fi1,0 expresando el equilibrio de hombre, el zinjantropo realizaba la fórmula mecánicamente coherente
normal del 1101110 sapiens, se constata que los valores de !C)S pómulos, del mentón y , "

de, 11n cráneo de hombre conteniendo un pequeño cerebro. ¿Podría admi-


de la base son iguales. En el europeo (fig. 62), la migración del eje 'E2 hacia E3 se tirse que el rinoceronte sea un feto rebasado del pequeño damán o la
ha iniciado y la cara (60°) está en desequilibrio con la base (67 O). La desaparición
de las muelas del juicio (fig. 6j), traduce una verdadera distorsión del edificio trucha 11.n embrión de celacanto? Por qtlerer explicar por qué tenernos
craneano en la búsaueda de una fórrriula 'd'e construcción difícilmente conciliable con, un cerebro más voluminoso que los otros," se corre el riesgo de tomar la
el mantenimiento de la posición erecta; esta" situación de superevolución es com- contracorriente de una 'evolución q1le, desde el inicio, lleva hacia, una
parable a la del perro lulú (fig. 24)
.: mejor organización nerviosa y, por consiguiente, al aumento del peso del
aparato cerebral. A partir del primer bípedo, ya no' se trata para el Hombre
de volver a, poner en discusión su plano mecánico general, sino más bien
de una serie 'de modificaciones progresivas. El equilibrio de la cara sobre
.•.. los caninos y los primeros molares es aún el de los neanderthalenses; el

128 129
....
---_.-... _ .

. cho adquiriendo, como los tiburones, una especie de estabilidad inmuta-


h017JO saplens desemboca en la pérdida casi total. del equilibrio, sobre el ble, otras 10 hicieron extinguiéndose. definitivamente. Las probabilidades
aparato canino y a la apertura del cerrojo de la región prefrontal. Nada para el hombre 'parecen ser de la segunda categoría y, si se tratara de ·un
de esto hace intervenir a un mono CU}TOS estadios infantiles serían apro- mamífero cualquiera, el pronóstico no tendría' por qué no ser categórica-.
vechados para explicar la evolución humana, pues en el zinjantropo no mente pesimista, Podernos consolarnos, sin embargo, pensando que esto
hay nada del feto del mono y el desarrollo del linaje hasta nosotros hace queda sometido a la, corriente general de la deriva de las especies y que,
intervenir 'unos lJrocesos biológicos .normales, los cuales no tienen· nada por consiguiente, su extinción nos deja, tal vez, algunas decenas de mi-
que ,r'er con la "fetalización". lenios de respiro. Se puede también admitir que'. mediante una acción vo-
luntaria, el hombre utilizará las leyes genéticas. para suspender, al· menos
durante 11n cierto tiempo, el curso de su evolución. No se ve,' sin ern-
EL H011BRE FUTURO b~rg~, de qué podría él "liberarse" sin cambiar al mismo tiempo de
e-specle.
¿ Es posible prolongar la trayectoria humana? Si se torna en cuenta •

10 que son los caracteres '. fundamentales (posición vertical, mano, útil,
lenguaje), el dispositivo se encuentra en completo desarrollo desde hace, tal EVOLUCION CEREBRAL DE LOS' NEANTROPOS
vez, un millón de años. Si se busca cómo, sin perder en nada de sus , '

valores fundamentales, el hombre puede evolucionar aún, es hacia los El último episodio verdaderamente espectacular. de la evolución de
retoques del edificio craneano hacia donde uno se' orienta inevitablemente, '. "
los antrópidos es, corno hemos visto, la apertura del cerrojo prefrontal.
El conjunto parieto-occipital está estabilizado desde hace mucho tiempo En consecuencia, conviene ver, como lo hemos hecho para los otros ho,.·
mediante la posición. erguida y sería necesario Ul1 cambio de posicién l)ara mínidos, qué consecuencias puede haber tenido para el funcionamiento i:
i

.,"
que· algunas transformaciones tuvieran lugar de este lado. La bóveda parece cerebral· una modificación tan importante' del edificio craneano. El vo-
. ,
estabilizada, . incluso 'en su parte media: salvo algunas variaciones, el aba- lumen cerebral no ha variado desde los paleantrópidos más evoluciona-

nico cortical está completamente desplegado. Una ganancia posterior se dos (arcantrópidos: 600 - .1 200 cm"; viejos paleantrópidos: 1.200:.- ';
!
.produjo en los territorios pref rontales gracias a la pérdida de la visera 1 300 cm-: neanderthalenses: 1 400 - 1 600 cm"; .neantrópidos: 1 400 - ,
!
"

. orbitaria }T, luego, a la de las muelas del juicio, aún en' etapa inci piente. 1 5 ~.~ C~13) y las transformaciones esenciales han debido hacerse por ..1
t

:.
El progreso en esta dirección no puede ser. indefinido y' es necesario darse modificaciones en la-s proporciones de las diferentes partes del cerebro ,
I
I

cuenta del hecho de qlle lJara' seguir siendo hombres tal corno-Jo conce- y no gracias al' aporte de materia nueva. Una mayor densidad de las ¡
birnos, fisiológica y mentalmente, ,n9 se puede admitir más allá en este
"¡ I
células, la multiplicación de las conexiones y la utilización mis completa "
,'

terreno .. Los visionarios de fines del siglo XIX se inspiraron en él feto del. v,o,Iunlen disponible son muy pro?ables, a pesar. de qlle no tengamos
para imaginar que a fines. del siglo xx, nuestros contemporáneos serían' pOSIbILIdad alguna de control paleohistológico. Lo 'esencial, sin embargo, : 1
:i
,
LInos individuos con 'lln cerebro .'Cll0rnle, . la cara minúscula y el Cllerpo . parece que haya sido el desarrollo de la parte pref rontal del cerebro. iI
·1, I
enclenque. Esta imagen es falsa, .pues no ha)' razón alguna para que' se La' relación entre frente e inteligencia se ha' establecido desde hace mucho ,,
l·'
produzca una ganancia considerable de volumen antes de varias decenas de tiempo empíricamente tornando un valor científico y casi dogmático a !!
i :

milenios. Tenemos solamente 'treinta mil afies de edad y se necesitaría partir de 10~ trabajos de fines del siglo XVIII, en particular los de Dan- i1;I
1111.1Chomás l)ara que la deriva de 'las especies se llaga sentir vigorosamente. benton y de Campero Antes de admitir y desarrollar lo que se ha vuelto
A lo' sumo, se podría, mediante unas operaciones de selección .artificial, una noción común, es útil recordar, sin embargo, qlle no existe una re- ,,
,

llegar a un aumento relativo del peso del' cerebro, suponiendo que este lación . absolutamente obligatoria entre el volumen del cerebro, el desarro-
carácter ponderal sea realmente importante.: Mas lo. -que· los visionarios llo de la frente y la inteligencia. En la realidad individual, las excepciones
no habían previsto es que ningún cambio importante puede producirse son muy numerosas y se sabe desde' hace mucho tiempo qlle un cerebro
sin la pérdida de .la mano, de la, dentadura y, por consiguiente, de la pequeño pelra con una organización acabada y densa, incluso en. el caso
posición" erecta. Una humanidad anodonta Y' qlle -viviera acostada, utili- . ::
de una frente baja, es preferible a unos voluminosos sesos. Pero persiste
zando lo que le quedara de sus miembros anteriores para apo}'arse sobre la verdad estadística que constituye el armazón mismo de la evolución
muñones no es completamente incol1cebible'}, ciertas novelas 'dé' anticipa- cerebral de, ·10s antrópidos: la ganancia global para la humanidad de sus
. ción,. a fuerza de mezclar todas las fórmulas posibles, .han creado unos territorios prefrontales. .
"Marcianos" o unos "Venusianos' que se aproximan a este ideal' evolu- La neurofisiología y la neurocirugía, desde hace algunas decenas de
tivo. ¿Poden10s afirmar que' se trataría aún del Hombre? En paleontología años han estudiado mucho esta. región del encéfalo, la cual está dividida
no se carece de ejemplos de especies qlle hayan alcanzado .un punto de en dos zonas: la parte del neocórtex, que se extiende delante de las
equilibrio considerado posteriormente como permanente, Unas 10 han he-
131
130

!I
----------------' , - , -

fenómeno comparable al del vínculo, a partir del hOJJ10' sapiens, del' mis- "
áreas premotrices, y el rinoencéfalo, que corresponde a una estructura roo progreso técnico, con la organización del grupo. social. El," hecho que
n1uy antigua del cerebro de los "vertebrados. El. ri~10el1céfa~o, qtle t~~o se' desprende más claramente a partir 'de la. liberación del cerebro. anterior,
desde los "vertebrados inferiores COI110 papel principal la interpretación es la importancia que toma la sociedad 'en relación con la. espeCIe. En el
de las sensaciones olfativas, se ha modificado considerablemente en los mismo momento qtle el juego . de las variaciones individuales adq~i.ere
mamíferos superiores hasta con,i.ertirse ~11uno de los disposit.i"vos' re~:I- actividad preponderante en el progreso, la escala de valores se modifica,
ladores dé las emociones. Es, SI se qUIere, el centro de la Integlracloll Se' advierte mtly bien qlle en esta evolución los paleantrópidos desernpe ..
afectiva en el aparato cerebral. El córtex prefrontal, después de nume- ñan el papel de bisagra. Por su forma, pert,enecen todavía a un m:lndo
rosas experiencias o constataciones quirúrgicas, apalrece COI110 uno de los donde los valores imperativos son de orden zoológico y" donde técnica y
elementos principales de la personalidad, siendo considerado por la rna- lenguaje no han adquirido todavía completamente el .dominio ,d~ sus po_'
yoria de los neurólogos COI110 factor preponderante en el dominio de las sibilidades.. pero. por algunos detalles importantes los paleantrópidos per-
operaciones, la previsión y la conciencia lúcid~. El desarrollo hecho en tenecen ya a nuestro mundo .. El, interés del estudio de' su cultura, ~~ma-
el grado superior de la escala .animal por el rinoencéfalo y su prcximi- siado frecuentemente dejado de ·lado por los investigadores qlle tuvieron
dad al córtex de dominio permiten comprender, al menos en parte, lo mayor preocupación por la ClZJ. del cráneo qlle por· comprender al hom-
que ha aportado al hombre la abertura del cerrojo pref rontal. El cere- bre, es fundamental para nuestra .propia comprensión.. porqlle, en de·
,

bro anterior del h01JIO sapiens, gracias a su dispositivo de reglllacióll finitiva, son ellos y no los australantropos, quienes juegan el penúltimo
prefrontal, se inserta ell cierto 1110do entre el córtex de la, motricidad acto de nuestra historia. .
técnica y el de desencadenarnien to emotivo, Las lobotornías pref rontales,
practicadas durante algunos años en el. tratamiento de ciertos enfermos
mentales, hicieron resaltar a la vez el papel' de amortiguación y de esti- DIVERSIFICACION Y. RIT~IOS DE EVOLUCION DE LAS TECNICAS
mulación que desempeña el córtex pref rontal en el des2.~rollo. de las rna Antes de entrar 'de lleno en el dominio del h01J10 saplens es nece-
nifestaciones afectivas y motrices, No se podría piJes,. imagrnar, al ser- sario, después de todo 10 qtle acaba de. ser establecido sobre la realidad
vicio de la 'inteligencia, un aparejo más apropiado que el qlle integre a física y. sobre la inteligencia de 'los antepasados del hombre, apelar como
la vez los impulsos sentirnen tales y el "dispositj~~o de organización 1110t~,ra. testimonio a ,la historia de sus técnicas. Me esforzaré, volviendo a tornar
Aunque mal conocido todavía, el papel del: córtex pref rontal corno 1115- en forma ordenada lo esencial del plrogreso material, en mostrar los .
trumento de regulación afectiva, de dominio y de juicio, .aparece COI110 vínculos qtle existen, en StlS inicios, con el progreso biológico.
esencial. A partir del momento en que terna importancia preponderante
es cuando se. puede hacer intervenir la noción de inteligencia }1 de re-
flexión en el sentido plenamente humano de la palabra. Por otra parte LOS ESTADIOS DE EVOLlYCION TEC0;ICA
veremos que la alJertllra del cerrojo frontal se vio rápidamente segllida
en la historia de las sociedades humanas 1)o.r una transformación pro-, El conocimiento q1le se tiene de la evolución técnica· de los antr~
funda .de las relaciones entre el hombre }r, el mundo biológico. No' se ' pidos, desde los estadios más remotos hasta el comien:o' ?el períod~ cli-
puede negar la existencia, en los antrópidos más prirni tivos, de la .lJosi· .rnático actual, está esencialmente fundado sobre el utillaje de la piedra :
:
bilidad de cierto desarrollo de Jos territorios p,~efrontales, plles la alJari-, tallada. Con la condición de admitir qtle esté utillaje representa sólo una .'

ción del utillaje y el enriquecimiento de las cadenas operatorias 110 1)11e- ffi1ly pequeña parte del equipo de los hombres fósiles, se le puede reco- .

den ser concebidos a partir de los únicos dispositivos 1118tor y FI!"el110tor. nocer el valor de testigo pertinente, puesto qlle en cuanto a todo lo, que
Al nivel del zinjantropo ya, entre las emociones y 'las reacciones motoras no es imperecedero corno el sílex, nosotros no sabemos prácticamente nada.
El siglo XIX) que influye aún en numerosos vlllgariiadores,· ha creado
de fabricación o de organización técnica, se interponía UIl cerebro frontal,
una imagen del hombre prehistórico por simple transposición: terno -piel
cuyo papel, en esta etapa, era seguramente 111Uyimportante. Lo gtle llama
de oso en torno a la cintura; hacha de leñador- hacha bifacial fijada a lln ..
sin embargo la atención es el constante aunlento del dOll1inio frolltal a
. palo; casa·caverna, etc. La ilustración bajo todas SllS fornlas, desde el ,

llledida que '_pasa el tienlpo y que las técl1icas no~ ofrecen el reflejo de,
fresco para anfiteatro hasta el film y el diblljO h1lmor~stic~, ha hecho. f~-
una ,inteligencia cada ,rez l11ás· dOll1inante .. Cuando . l1el110S adl11itido q1le
miliar esta imagen;. la cual ni siquiera fue obtenida a partIr de los. p~Iml-
en los australantropos' y los arcan tropos, el desarrollo. de las técllicas, se- .
,'
tivos actllales, sino. por simple emp?brecimiento del h0!llbre mod~~no. E?
guía'. poco lnás o menos el del crá,neo, lo' he.lDOS hecl10 teniel1do en CLleIlta
efecto, los allstrallanos o los esqUimales pueden, por comparaclon, alI-
lo -que habría podido l11anifestarse 'en tanto ,qlle inteligencia creadora de
mentar la reflexión de un investigador, mas el carácter ,preciso y. sobre-
carácter indi\'idual. Yo' creo efecti\7all1ente' qlle, "iI1culalldo a estos ni\'eIes abllndante de to,do 10 qlle ellos pos e,en, prohíbe llevar el paralelismo dema-
el progreso· técnico con el de la' biología" 110 hago sino constatar 11J1
"

133
',132
los útiles cortantes y' sus armas, para percatarse a qué punto se' reduce ,el'
siado lejos, de suerte gue la imagen técnica del hombre .prehistórico que- conocinliento de la industria de los hombres fósiles'. Una vez adquirida
da, en el fondo, extremadanlente pobre. Esta pobreza golpea en' un grado . esta visión lúcida sobre 1~1'naturaleza de los documentos, se hace posible
casi equivalente al zinjantropo,
el cual debía en efecto tener una cultura
técnica muy escasa, y el h01110 sapiens fósil, el cual ha dejado solamente I, j
piedras y un poco de huesos labrados, pero cuyo mobiliario debía ser Filo l·
NEO~
FEBBlE ABBEVI- ACHELI. ,.\USTE- tAURIGNA~ SOlU- MAGDA- MESO-
por
consi d erab le. 1 Kg CULTURE 'lLIENSE 'ENSE RléNSE CIENSE TR::NS~ jlENIENSE LITICO LITICO
. Ahondando "en el detalle, en. cuanto al /J01J10' sapiel1s, que ha vivido LEVALL.
materia
entre 30.000 y 8.000 años antes de nuestra tira; se .logra constituir," sin
embargo, un conjunto documental bastante nutrido. Se puede decir de él,
.. sin aplicarse a una identificación. cultural demasiado rigurosa, que. edifi- !100 m.
caba chozas y tiendas, que su vestimenta estaba hecha' de pieles finamente
Jmicrolitos
cosidas, que llevaba' adornos corporal es cornpuestos de collares y de .re-
decillas hechos de dientes de animales, de conchas y de trozos. de huesos •
recortados. 'Se sabe que cazaba con azaga)!as y que era carnicero y peletero 5.0 m. It-----t----!----+---_,_----r·__ ~-~----1

muy experimentado. Corno artesano, disponía de un utillaje 'variado, apro-


piado para el corte del sílex y un finísimo trabajo sobre materias óseas.
Si ~greganlos todo lo que se puede imaginar de cestería, de trabajo, con' •
cortezas, y madera, se obtiene una imagen bastante .rica qlle podría servir
de' modelo a una multitud de culturas primitivas, muertas o vivas,
Si hacemos una síntesis idéntica, para los paleantrópidos más recien- 10 m. II... +-_~+----+----+----~I~,.-----!--
'1...,· I \
;7 hojcs hojas
tes, .sobre los cuales el' Musteriense de Europa asegura un .sustancial tes-' •
timonio, . se obtiene una "imagen coherente pero considerablemente ell1po-
brecida, El paleantrópido evolucionado sabía construir abrigos, chozas o' _-
:J 1':1.
tiendas, cazaba probablemente con . la azagaya y se poseen los mejores
testimonios sobre su. destreza para despellejar y trinchar los animales. Su.'
utillaje de fabricante es 'reducido: no trabajaba el hueso, mas se puede
suponer con alguna razón que trabajaba la madera y la corteza.
,No sería razonable ir más allá, pues no se ha hecho ninguna excava-
,4m. II-----+I----+---t--· K:
ción verdaderamente orientada hacia la comprensión cultural de los viejos
paleantrópidos o los arcantrópidos, los cuales rarísimas veces han sido
\V
descubiertos en sus hábitats.· Una' indudable trayectoria ,de' evolución téc- I13m. 11----1-----+----
nica es, a' pesllir de todo, sensible, .del h01JIO snpiens a los australantropos, . I
I
,
esfllles
pero se confunde demasiado con la .inconsistencia de la documenración
a medida que nos alejamos en el tiempo como para qlle sea posible ba-
sarse ..con suficiente seguridad. Si es posible obtener una imagen evolutiva
real, sólo lo es, por consiguiente, a partir de la industria lítica.
• I\.~ hachas
. . 100 cm. V I ,}. \ IL./---------------4---
__;_
1) \J •
t""
LA INDUSTRIA LITICA'
Si se hace abstracción de las piedras utilizadas como percuto.res o de' . 60 cm•..._.~_~. bifacial 1- ,

40 cm',r- ~- '-
los' esferoides a facetas cuyo uso es enigmático, puede decirse que .la _ •
cuchillos
totalidad del utillaje de piedra está constituida por llnos cantos afilados ...

destinados a cortar, raspar y perforar. Trazar la' evolución técnica de la -


humanidad, valiéndose .de 'los útiles de piedra tallada, es, pues, utilizar Fig. 64. Cuadro de la longitud relativa de filo cortante utilizable, obtenido de un
una imagen cultural estrechamente limitada a los objetos cortantes. Basta kilogramo de sílex durante las diferentes épocas del Paleolítico
. con tomar algunas culturas actuales y privarlas de todo, su equipo, . salvo
135
134
to~ de forma predeterminada. La evolución se produce por adaptación' y
ari~ntar 1: in\Tesfig~ción hacia lo, que, más allá de los detalles de la tipo- durante un centenar de miles de años, en el Ievalloisiense-rnusteriense
logia, sena susceptible de dar una imagen evolutiva. el núcleo. estereotipado asegura la extracción de tres o cuatro tipos de
Los . prehisto;i~dores europeos, desde hace mucho tiempo, hicieron la fragmentos: ,ovalados, alargados y triangulares. La cúspide de la técnica
c~ns~ata:lon emplrIca de que la, dimensión media de los útiles de sílex está en las puntas de base estrecha, que pueden tener más de 20 cm de
d~sm~nula desde el ~bbe\T'1Ilense hasta el, Mesolítico .. Las gral1des hachas la:-go. El beneficio técnico' es doble en relación al, .bifacial, porqlle el
bifaciales son progreslvanlente reemplazadas por los Era zmentos rnusterien- rnisrno volumen de, sílex asegura tres veces más de filo útil y porque
ses y lue~o . por. la~. hojas. del Paleolítico. s~I:erior, qu~ .enlazan a su vez bloq;les de sílex bastante pequeños pueden ser utilizados con provecho.
, . con los , ~11crolItos . Intrigado por la similitud COl1 CIertas evoluciones El, vínculo del hombre con los lugares qlle' le abastecen' de sílex balto se
p~Ieontolo&lcas, he, pens~do~ hace algunos años, ,que esta constatación })o- encuentra, plles, considerablemente reducido." ' ,
~1~ encubrir u~ hecho tecruco gene,ral, independiente de la forma de Jos
útiles, r.espondlendo a una \Te~~adera (~ortogén~s~s". La hipótesis del lJUl1to De la. PI/JI!(l leualloisieuse a los, microlltos : Los musterienses reali-
de partida :ra que l~ extraccIo~ de un utensilio cortante a partir de l1!1 zar?n probablemente la .revolución técnica más importante de toda la his-
bloque de s11e~cambiaba .en el tIeD?po en función de la relación qllC existe torra .hurnana, hallando la solución del núcleo de f ra amentos' de forma
entre la longitud del filo obtenido y el volumen de sílex necesario . preestablecida, .pues? .después de e~los, la evolución pro~igt.le por retoques
para obtenerlo (figura 64). menores del "dISpOSItIVO de extracción, El mejoramiento de las incidencias
La verificación experinl~n.tal es n1uy fácil, puesto qlle basta, sin de golpeo acarrea un alargamiento del núcleo y la obtención de verdade-
tOI?ar en cuenta, ~1 desperdicio, con establecer la longitud de los .filos r~s. lánlÍnas,. cada v~z mis estrechas y rnás finas. El progreso, en el Paleo-
ut~llzables de un kilogramo de sílex trabajado en útiles de forma deter- Iítico superl~~, esta marcado p~r el hecho de qlle las láminas son ,dis-
minada. El cuadro muestra la sorprendente progresión de' esta 'relación pl1estas en útiles de formas variadas. Por otra pal!:te, cada desperdicio de
con los r~?Irsos del subsuelo. Es asombr?so constatar qlle el progreso de la talla, según S11 forma, encuentra una utilización determinada
L ' ' , de ma-
esta relación se desarrolla en paralelo flgllroso con la evolución de los nera tal qlle a partir del Gravettiense, hacia 25.000 años antes de nuestra
hom~res .misD10s, ]0 que confiere un carácter sineularmente biológico a la era, ,e~ ?espe,rdicio del sílex -se reduce a casi nada. La gama, del utillaje
prehistoria de ~os objetos cortantes. Este paralelo resulta más nítido aún es suficiente en el '1vfügdaleniense, hacia l,? 000', de suerte q1le con dos o
cuando se considera en detalle el encadenamiento de, las formas, tres kilómetros de sílex tallado el hombre ,dispone de varios centenares
"
d; :'rtiles .. Así se explica, qlle, en esa época, el, sílex esté presente en los
..r:el . ~b(Jppel" bifacial: . El filo someramente ..determinado
ti. por hábitats SItuados a centenares de kilómetros de toda fuente natural de
la pe ..c.usI~~ f.erpendlc.~llar "sobre el. borde de' un glll Jarro produce .U11 materia ,prima. Hacia el fin, del 1'fagdaleniense y en el Mesolítico, entre
c~ofpe1 ~tl~. sobre nucleo , prot?tlpo, de una larga serie. Los despren-
J 8000 y 6000 antes de nuestra era, la tendencia hacia el microlitismo se
, dirnientos iniciales, en I?unta de gUIJarro,_lle,·an, })ara una serie de al gll110S acentúa y una' articulación suplementaria se introduce en la serie técnica:
fragmentos suple.men~arJos. ,sobre las, dos caras, ~, desprender una pU11ta glle , la.s láminas, :a~adas del núcleo, son tronzadas para confeccionar pequeñas
asebrur,a una meJo.! slruaclon. de~ filo. A partIr de este útil l11Uy burdo, p1ezas geometr1cas, de, manera que la lámina, a su vez, se convierta en
se, esta en p~senc~a de ~n bifacial, cuchillo, pesado con contorno en forma fuente de prodLictos.
d: almendr~, q.ue e\T~.luclona lentamente, du:ante tal ,'ez cuatrocielltos l11il , Las tradiciones generales Sllbsisten en el Neolítico, pero las relacio-
anos. El fl~lo, obtenIdo prinle.ro mediante una serie de idénticos gol- nes entre peso y filo son bruscamente modificadas y" \uelven a caet
pe; perpendIcular,es ~60 cn1) adquiere en el acheliel1se al1tiguo una fo?nla ' en cifras ffilly bajas. Esto es debido al hecho de qlle la agricllltura tlrans-
mas regular y, filas fl ~me (1 m 20) por 'la aplicación del goll)e tangencial forn:a. completamente las necesidades técnicas y qlle la hacha o la aZllela
qu~, despre~de .los prlnle~os fragnle~tos alargad~s. En la Cil1?a de su e,'o· reqllleren de un pe,so ele\Tado para ,Un filo, estrecho. Los cuchillos de
luclon, .el blfac~a.l se habra COl1\Tertido el1 una alll1endra de sílex, COllsi5tellte sílex, por su parte, conservan una relación cercana con las del Pale'olítico
pero bIen equl!lbrada, cuyo perfil, en corte acusa una disiIl1etría 11ílcida superior (entre 6 y 8 metros). En el an1anecer, d,e, la 'metalurgia, ell
de la~ ~os serIes de. gestos en su preparación inicial. Unos largos des- Francia, los talleres del Grand -P,ressigny, hacia 2.000 años antes de n1les~
prendImlen~~s a partIr de. las pllntas deternlinan fragl11entos de forl11a .. . "

tra .e:~, sacan .to?av~a de un enorI?e núcleo preparado según la vieja


regular, utILIzados ellos, nl1snlOS 'COl11o , cuchillos. ' -,

tradlclon tlnas ImItacIones de los prlmeros pllñales, de cobre qlle Plleden


" '
alcanzar nlás de 30 cn1 de la.rgo. ' ,
. Del bifacial a la pl/Jila le1/alloisieI1se: Llegado" a este pUlltO, .:1 bi- ASÍ, la obtención de, objetos cortantes, desde el primer chopper
faCIal se, ha ~on\,Tertido en, ~na fuente de, fragmentos, deja de ser ttútil
hasta las largas láminas del Grand-Pressígny, siglle tIna sola línea evo-
sobre, ,nucleos para con\TertIrse. en 'núcleo. Su disirnetría 'en eSlJesor se
1lltiva, condllciendo de etapa en etapa, sin con-sideración de las formas,
acentu.a y se transfornla progreSl\7an1ente en lnasa l,ara obtel1er fragnlen-
137
136
hacia una mejor adaptación de la materia a la función .. La cronología
geológica del Cuaternario comporta aún tlna amplia parte de incertidurn-
bre, sin embargo, si bien ell sus estimaciones los geólogos varían de uno
a dos, de quinientos mil a un millón de años, las proporciones generales r- '~-~---r--"--~--'~
~~--~~~~---.--~~--~--r--¡~ir--r-~-- , I I
son poco más o menos comúnmente admitidas y 'a partir de 1000.000 . '" _L._L-_J_-..J,-+-l.---L.--l--.L.----L-~----I~--J--~~--;",----1

años antes. de nuestra época el acuerdo es casi unánime. La figura 65 o : .~~=--======·~=~I ==~1~=:::a'!t:,=-=:I:;~-=o:c::.==-:IIOI;:..<i""","J......
=_ .:1

materializa cronológicamente el desarrollo de la relación filo-peso, en . Z ~-------...!._-o: :


comparación con elvolumen cerebral de diferentes fósiles antrópidos.
Esta aproximación de apariencia artificial, puesto que confronta unos
~~. ~ :;:~--...:.¡ o" ~==

__--~---r---~:---
w.~------ o-'------~~"----~.--
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datos biológicos y un fenómeno de progreso técnico, hace sin embargo
resaltar una evolución 111l1y característica. El paralelismo de las dos curvas
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se mantiene en un ni,'el. apenas ascendente durante el desarrollo de los ~ O U "._ ..,J ""
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.antrópidos hasta los. arcantrópidos incluidos, luego se torna francamente '"
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ascendente durante el musterolevalloisiense y el desarrollo de los 'viejos -:E ~
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paleantrópidos, y posteriormente, la curva industrial evoluciona hacia la ~ 1+ ~
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vertical, alcanzando el volumen cerebral su condición máxima hasta nues- -\1\ _, =.. ·"
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tras días. Esta constatación' tiende a confirmar lo que parecía desprenderse


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del capítulo precedente: el'. despliegue 111uy lento del abanico cortical, • ~;;;:c ~ . ~ \ \.:. O
_.+-_-o-·---:-=--_;_-r---------"
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probablernente traducido bastante fielmente por el aumento de la capa-
cidad craneana, prosigue de etapa en etapa hasta 105 paleantrópidos, co-
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. rrespondiéndole .a éstos una verdadera crisis biológica que se resuelve en U') '"
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el momento de la apertllra del cerrojo prefrontal, Hasta entonces, la ac- . -_.
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tividad técnica traduce fielmente la situación biológica y si nos hubiéra-


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0105 encontrado aún en presencia de una humanidad no sabia, era de
pre,rerse el lJllnto de emergencia de la curva técnica en el Magdaleniense
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entre. 200 y 400. 000 años después de "nuestra era y no 1O.000 años antes .. u ". O

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En otras palabras, pa,rece bien que 'el. acon tecimiento pref rontal" .11a)!J
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roto la curva de evolución biológica, la' cual . hacía del hombre un .ser "" ov
zoológico sometido a las leyes normales del· comportamiento de las es·
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Q.

. pecies. La técnica ya no. está vinculada en el /J01770 sapiens al progreso -+


celular, sino que parece exteriorizarse completamente y' vivir de aIgúl1
1110do su vida propia. Esta superación aparecerá bajo una luz diferente
en cada uno 'de los capítulos que van a seguir .
.'

LA DI\'ERSIFICACION DE LOS PRODL~CTOS

Una confirmación importante se evidencia cuando se hace el inven-


tario . de las .adquisiciones sucesivas del utillaje, en. cor.relación con los
estadios de la evolución del corte. El cuadro (fig. 66) .da una imagen
de conjunto de la evolución hacia la especialización de 16s útiles y de 'la
importancia tornada en el último estadio po~ la industria sobre hueso .~-.
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según un orden único,. por cúmulo de nue,Tas' formas derivadas de las
antig~as, pero sin abandonarlas totalmenre; es una sola corriente que
atraviesa las industrias,' desde la pebble-cultnre hasta el Musteriense, .afir- ....
. ,

. '.

138 .' .

. , . .
mando lo que resalta de la evolución biológica coherente de los austra-
Iantropos a los neanderthalenses. Sin embargo, el tercer estadio ya está
encaminado en lI11a vida nueva y los neanderthalenses posee11 algunos de
los rasgos del estadio siguiente. Es, .sin embargo, solamente al final de
su larg'o .reinado cuando aparecen algllnos punzol1es de hueso verdadera- .
.....
mente trabajados.
En el cuarto estadio el contraste es total. A través de una transición
que se. desarrolla rápidall1ente· entre 35.000 y 30. 000 afies, en Europa
occidental se está en presencia no solamente de .utillaje trip!icado en
variedad, sino de útiles y objetos qLle tienen ecos directos en las culturas
primitivas actuales; Utiles sobre lámina, raspadoras, perforadores, aglljas, •
azagayas; arpones, propulsores y lámparas han sido vistos o son vistos
aún en las manos de pueblos vivos, Es, ploleS, un mundo técnico distinto o
-o ._ _.
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que surge: el .nuestro, . ._
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La industria Iítica del cuarto estadio (Paleolítico superior) está só- .......
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Iidarnente arraigada en los estadios precedentes y se asiste a un encade-
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narniento rápido, pero progresivo, de las formas nuevas con las antiguas,
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Las dos curvas de la relación filo-peso )T de la diversificación de las


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formas, se enderezan hacia la vertical entre fines del Musteriense y el
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Magdaleniense; mas se. podría ver en ello sencillamente una aceleración



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y .no un cambio en la naturaleza de los hechos, La situación es C01111J~eta- ._


mente distinta para la industria :de materia ósea, la cual se origina lite ~

ralrnente en las inmediaciones 'del Paleolítico reciente.


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La existencia de una industria ósea en los estadios antiguos ha 'sido e u .~ ._aJe


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evocada más arriba. Parece. imposible aceptar que los f ragn1entos -de hueso -<r-- ._...
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atribuidos a los australopitecos, a los sif!antropos y ti los musterienses de
los Alpes sean una verdadera industria. A lo sumo, podría decirse qlle O
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cutible está constituido por unas astas de cérvidos someramente tronzadas ........
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y solamente al final del Musteriense aparecen unos 111uy escasos lJlInZOl1es


de hueso, ¡)or otra parte notablemente tallados. . . 1-;

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.. Esta carencia es muy singular y .l)odría ser relacionada con unos de-
talles de comportamiento general lTIuy importantes. A primera vista parece
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inexplicable qLle los arcantropos y Jos paleantropos que eran. unos adl11i· CJ')
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rabIes técnicos y pre,reían la forma de sus bifaciales o de sus. ¡Juntas· ell
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tln bloque bruto, l1a)Tall sido incapaces de elltre,'er lln lJunzón o tIna· aza- ¡.:.¡
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gay'a en .una l1lasa ósea. Adel11ás, según su utillaje. lítico .y .algLlnos testi· ~ .....o
V) V'l
v v
o..¡::
Lo.(

1110n·ios materiales, pareceil haber lJoseído ,'enablos y azagay'as de ln'ade-
~
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v-
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0..8)
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v .... 1""' '-<
fa. Lo que resulta no 1llenos curioso. aún es que el 11tillaje ext~aído de. las ~::J U~ ~

n1aterias óseas aparece Sil11ult~neanl·ente con los objetos de adorno sacados


de las 111isl1las n1aterias: punzones y azaga)ras \yan a la par con los colga,n-·
tes recortados y los dientes de an il11ales arreglados para se,r suspendidos.
Sin que podamos claramellte· concebirlo COl1 Dllestro cerebro de IJ01170 Ja·
pieJls} extraer en el curso· de tlOa cadena op~!.atoria bre\~e un útil de -sílex

140
y raspar una perca para hacer de ella un venablo, son operaciones de para sugerir, su existencia. Implícitamente, los p,rehi.storiadores estu_vieron
nivel diferente a la larga talla de una azaga)'a en la masa de una defensa siempre obsesionados por la diferenciación de las etruas, La influencia que
sufrían inconscientemente ,de parte de la' historia donde todo sucede entre
de mamut. Se puede imaginar que la necesidad de un punzón o de una ..
mejor acabada ¡Junta en el arma arrojadiza se haya hecho sentir solarnen- pueblos, les ha dado la' costumbre de considerar los acheli.enses, 1,os. au- "
,

te a fines del Mustariense, pero incluso esta aparición es reveladora de


rifiacienses, los perigordienses y otros como verdaderas entidades étnicas, ," '

y a veces, unas entidades a' la 'vez étnica,s y antropológicas .. Esta ac~itud I

un orden de preocupaciones y' de medios técnicos extraños a los viejos


es particularmente nítida cuando se preCIsa alrededor de CIertos objetos
antrópidos. En definitiva, es menos extraordinario tal, \1e~ pensar que aún i'

llamativos y fácilmente reconocibles .como las "hojas de laurel solutrenses". ,i


.no habían alcanzado el momento en el cual estas técnicas aparecen que i

imaginarlos con nuestras' preocupaciones y forjarles pieza por pieza una Con demasiada facilidad, los solutrenses se convirtieron en un pueblo y ,I

: !,
industria ósea. hasta una .raza, qlle, según las investigaciones y las e~ca\r~CiOl1es_'se .pasea , ,

a través de Europa y por el mundo, en todas las direcciones cardinales. ¡;


, ;
, ;
,I

Sin embargo, a fin de, conservar SLI ejemplo, el solutrense más qlle un , lo
,

LA DIV'ERSIFICACION DE LAS ETNIAS hombre es una cierta manera de fabricar l1n objeto, es un estilo de tra- , ;I,
bajar el sílex aplicado a un objeto que, según teda ve-r~sin1ilitlld, es la
No se puede tratar de comprender el fenónleno. humano total ~in,o transposición en piedra ce las puntas de azagaya de materia ósea. Con su
a través de series de sondeos que comprueben en \'arIOS puntos la~ 111PO- único contenido verdadero, el hecho solutrense no' depende más qlle del
'j

tesis iniciales. Por el momento, parece desprenderse que un cambio nluy, comercio de las ideas: 110 día se podrá, cuando 1,1 prehistoria esté más :!j
'profundo se verificó, en el momento del desbloqueo pref rontal,' cuando adelantada" demostrar la 'progresión de la ide.i solutrense a través de la
se produce, en las curvas regularm:nt~ ~:cendentes, del progreso indus- Europa de las cercanías de 15.000 años antes de nuestra era, corno se 1-:
i:
trial y del volumen cerebral; una dlsoclaclo~ espectacu!a~: el cerebr? pa- puede actualmente establecer el lll:.lpa de dist~ibtlCión, de I~s. apa.ru.tos de ,,

rece haber alcanzado su l11a}'Or volumen, rnrentras el útil, en cambio, se televisión en los medios rurales de Europa OCCidental. Este último ejemplo ,
"

orienta hacia' una ascensión vertical, Puede situarse en este punto el l)aso muestra la vanidad de querer buscar 1,1 personalidad íClt!ma de una ~tniJ. a
de una evolución cultural, aún dominada por los ritmos biológicos' a una través de los objetos qllC marcan una época por e t carácter revolucionario
evolución cultural dominada por los fenómenos sociales. , . '

de su innovación, Una vez esto' bien establecido, queda aún para la pre·
¿ Es posible hacer una primera, verificación de, ello? Lo ideal 'sería ,
, ,
, historia, no ya delimitar las etnias a partir de los útiles, .sino bllsca:, en , ,

,d~spone~ al menos de un. Grit~rio de diferenciación étnica entr~ .10s vestí-


Ij

los objetos lo qlle puede ser, a pesJr de todo, el reflejo, de un.a ?l\Te,r- "

, gIOS .dejados por la' prehistoria. En efecto, hablar de predominio de los sificación étnica. En otras palabras, la cartografía de los tIpOS principales ., : ,

fenómenos sociales equivale a postular Ja cohesión de los hombres en .


I •

y' sobre todo la de los 'variantes, época per época, debería dar indicaciones
'

grupos con afinidades culturales y no según formas que admiten todavía


el paralelismo con .las sociedad~s que e~isten entre l~s :'elrte~ra~os más
utilizables. La prehistoria, no está aún en c~pJcillad de hacer =. trJ?aj<), ' · :.'f
"
i
!',)

salvo en las generalidades, pero incluso bajo esta forma, da indicaciones


evolucionados, En el mundo \'1\'0, la busqueda de crrterros S11111lareses preciosas. 'Los documentos qlle poseel110s sobre el primer es~~dio, es dec~r
,1

fácil y la .lingüistica es, un auxiliar cómodo, pero las costumbres sociales sobre la pebble-culture, no muestran sobre toda la extensión del conti-
o religiosas y las tradiciones estéticas, aseguran igualnlente el medio para nente africano otras diferencias qlle las qlle est:' n ligadas a la naturaleza ¡ ,1
trazar fronteras étnicas en el interior, de las capas humanas. 'Desgraciada~ misma de la roca empleada. Puesto qtle sólo el cIJO pper y el, f ragrnento ,
mente, ninguno de estos criterios es accesible al prehistoriador.. El, arte clactonicnse son hasta hoy día reconocidos como caracteres pertinentes del
I

!
.: I
, .IlesaC) demasiado ,,tarde para asegurar unos elementos de diferenciación al primer estadio, no parece mlly posible la existencia de variantes.. .,
,ni\rel en, que, nos e,ncontran10S toda\1Ía, en estos capítulos. El úniéo recurso
'En el s'egllndo estadio, a pesar de lagtlnas enornle3,' la sltua:l0n
,es la técnica. No obstante, si se trata de \'erificar el \Talor de los criterios muestra la existencia de varias grandes capas indll,striales, el1 las cllales
, 'técnicos en el cuadro étnico del' mundo '"Í,ro, se experimen~a cierta de- i
el acento está pllesto tInas ,·eces sobre - el bifacial) otras sobre los f r'~g- • I
I 1!
I(

, cepción. Cierto es que' unos detalles inínimos perIni ten diferellciar una , "

mentos clactonienses o sobre los grandes fragnlentos ,de corte tangenCIal. I


, 1
¡

,ho,z danesa de una hoz austriaca, española o turca, pero si se consideran


estos objetos con perspecti\!a de varios miles de años y si, adenlás hubieran
Indonesia, Asia, India, Ellropa nledia y mediterri.lnea. r Af rica, dosifican ,:

',
'1

'

estas diferentes inflllencias en illlly grandes superfICIes. Esta siulación


perdido su lnango, ¿se ;veria en ellos ,los testimonios de personalidades " , ¡;,
revela, al menos,' 10 qlle se podría llamar' capas de ((civil.ización", ,si la
cúlturales tan precisa~ como la danesa, la austriaca, la española Y"la turca? palabra civilización no debiera reservarse a, !~s ~echo~ lIgados con la ,
:I
1
. ..
Nuestros documentos prehistóricos sitúan la ,in\'estigación en un, terreno
'

· ..'
aparición de las ciudades. En (llanto' al Paleolltlco JnferlOr-' se puede pen- ,, ,,

,poco· favorable; sin enlbargo debe admitirse que, a pesar, de -ser medio- "

sar qlle existían grandes áreas Cllltllrales hOIT1ogéneas. Visto qlle todo "!

cres testimonios de la di\Tersidad étnica, los útiles son el único medio I


, !
i~
143 i ;I
'1

142' :I ¡
, I

, '1
.'
1 ;
parece indicar que. en el interior de estas áreas culturales 110 existían
más variantes que las debidas a la materia prima, se puede pellsar que·
v. ,
·

a este nivel todavía la diferenciación 110 es dé otro orden qlle la aper-


cibida en Ull0S subgrupos zoológicos, tanto 11l~í.S que la distribución está
fundamentalmente limitada por el clima y los accidentes de la configura-
ción continental. Durante ·el Abbevilliense y el Achelíense de Europa y de EL ORGANISMO SO·e/AL ¡
,
;
.
Africa parece difícil evidenciar la existencia. de verdaderas pequeñas uni- . 1
1
dades culturales. El conocimiento de los lenguajes achelienses aportaría, j

tal vez,un desmentido mostrando, al contrario, un sin fin de dialectos; I


I
pero en base a los materiales, nosotros nos vernos obligados a constatar
que un bifacial del Sahara y otro de: Sornme no. tienen nada que les di-
ferencie técnicamente.
El tercer estadio, que. abarca el conjunto Levalloisiense-musteriense,
no muestra una situación lnuy distinta. El número de formas sigue .siendo
poco elevado y los variantes S011 escasos. Si se consideran dominios mejor ·

conocidos corno Europa y Africa al norte del Ecuador, 110 pueden citarse BIOLOGIA DE LAS SOCIEDADES
más que útiles con pedúnculos de tradición ateriense corno ejemplo notable Hasta ahora hemos considerado al: hombre corno filurn, es decir, (0-
de un variante regional. Sin embargo, no es imposible que 11n estudie rno sucesión de individuos colectivos relevándose en el tiempo )' culmi-
profundo de las industrias de Europa occidental;" por ejemplo, muestre nando en el bomo sapiens. Estos individuos específicos (alls,tra!antrol~O,
que la división de las grandes capas fue sensiblemente Illayof en el . - arcantropo, palean tropo ), han acompañado el desarrollo ~e la tecruca r a~l
Paleolírico medio que· en. el Paleolítico .inferior. . . lenguaje hasta el pUli.tO de afloramiento en el hOJ/IO S~pleJ1S; C:0n este últt-
,
En el cuarto estadio la situación se vuelve absolutamente diferente. mo se asiste a una transformación del ritmo ·de evolución tecnrca, transfor-
Es cierto que hay todavía formas COI110 la azagaya, COl1 base hendida au- mación qLle parece imputable a una modificación i.n:~ortante de~ ap~r~to·
. riñaciense y la punta solutrense que cubren todo el continente ellfol)eo, cerebral. La coincidencia de estos hechos con la a!)arICIOn de un dispositi vo
r•
,
r
,
mas en el conjunto del utillaje se percibe }'a con nitidez él reflejo de social fundado sobre Ull0S valores culturales qlle fraccionan e.n .et~1ias la es- .:
1
,

divisiones regionales. La imperfección de los estudios actuales 110 asegura pecie zoológica hlI~lana, se ha ~eja?~ finaln1ent.e en~~e\rer Inlpllcand~ ~ lID
la posibilidad de establecer, milenio tras milenio, el- Inapa de Jos hechos, tipo nuevo de relaciones entre el individuo y el dl.sposltr~lO de agrupamlc:1to
reduciéndolo incluso a Europa; lJero ·lJerl11ite . sin embargo constatar qLle del cual obtiene su eficacia. Esto podría conducir a suponer qlle la vida
si durante varios centenares ·de miles de años, desde Gran Bretaña hasta . social : alJurece al nivel del hO/JIIJ saplens, ·10.· cual es er:ado, ,pues,. l-?~r
1

-::

Af rica del Sur el bifacial pernla.nece sin cambio, en el Paleolítico sllperior,. varias razones, se debe admitir que, incluso, en sus estadios mas prl1111tl-- ;.·
.'
.
durante. 20.000 años y considerando sólo Europa occidental, los veinte vos, el antrópido es 11n ser social. No es necesari?, para denl0st:arlo, ;
'.
tipos fundamentales de útiles ofrecen más de doscientos variantes. Po- recurrir a los antropoides, los cuales, bajo las más diversas forI?as tienen
¡
!
dría pensarse que esta gran variabilidad está ligada no forzosamente a la una vida de sociedad organizada, pl1es los actos de agrlIpalTIlento para ·

diversificación de las etnias, sino al mismo movimiento de aceleración ""lue


beneficio mutuo observado en 105 mamíferos, .mis ampliamente en los ;


!
ha sido puesto en evidencia por ·10 expuesto sobre la relación entre los vertebrados y con creces aún en todo el mundo vivie?te, SOL!. suficiente- ;
·
i
. filos y el. peso de la materia utilizada. Sería in'!ertir el ordell· real mente numerosos corno para mostrar qlle hay, en .la vida social, 11~la 0l)~ ;
'

de los· factores, pues, COI110 ,'erernos en los· capítlllos sigll·ielltes, la di,rer: ..


ción biolóaica flIndalllcntal con los mismos títlIlos qlle ell 1111a Slnletríl :'·
·sificación cllltural ha sido el regulador princil-,al de la e,'olucióll al l1i\'el bilateral e:: oposiciÓtl a la -simetría radial,° en la especialización del n1ien1- ;

del· /J01770 .Japiells .. Si, como Ila sido establecido, el utillaje· es el 11eor bro anterior para la prensión.
:
I
,

criterio que se puede· escoger, el arte· en caI~1bio,. del cual _se dislJone a : '. La relación individllo-sociedad "varía en el .hoillbre en fllnción directa I

partir del Pa]eolí tico. sllperior, n111estra indiscutiblell1ente. que unid.acles re- de· la evoIllción de las estrllcn1ras tecnoeconómicas, de Sllerte qlle es im-
gionales distintas. vi,rÍeron lado a lado, . in111ersas . ell. la .. misnla CllltllfJ ....
portante definir éstas para comprender algllnas de. !as propiedades d~l
·

material, pero separadas las lInas de las· ·otras· por. los lnil· detalles de 511 Cllerpo social en l~s dif,ere?tes etapas de la evoll~cl0n. La conseclle.ncla ;
personalidad de grupo. más - directa del nIvel· tecnlCO sobre el grllpo SOCIal afecta la del1s1dad
·
·

misma de este g~lpO. Desde el ~omento en ..,qll~( l~ evo:llc~ón jntele~ttlal


crea valores propIos al hOfJl0 saptel1S, la relacIon nIvel tecnlco - denSIdad ·

:
145
',' '. 144 :
:'
.

social" se torna en el factor principal del progreso. En el capín •ulo XIII, las formas SOCiales, y' por consiguiente en la manera de pensar, mientras
verernos la comprensión del mundo exterior por los símbolos, el encarni- que no es posible erigir en le}? el hecho de qlle el pensamiento filosófico'
narniento hacia la' constitución de Ul1 universo totalmente humanizado. o religioso coincide con la" evolución material de ,las sociedades. 'De ,lo
Por :ahora es suficiente, pero indispensable, tomar conciencia de los tér- contrario, el pensamiento de Platón o el de Confucio nos parecerían, tan I

,"1

minos d~ l~ conquista material del hombre sobre ~l medio' y de fijar curiosamente desusados como' los 'arados del primer milenio antes' de ¡

por consiguiente las grandes etapas de su desarrollo técnico y económico, nuestra era. Ahora' bien, ambos pueden parece,r inadaptados a .Ias con- I
diciones sociales creadas por la evolución de los medios materiales y no
El' análisis de las técnicas' muestra que en el tiempo ellas se COI11~ I
',

por ello encierran conceptos qlle nos sean menos accesibles en la actua- i
portan a la manera de las especies vi vas, gozando de una fuerza de evo- 1
.lidad. La equivalencia de los pensamientos' humanos es un hecho a la !
lución qlle parece, serIes propia e impulsarlas a escapar del dominio del
vez del tiempo y del espacio: en aquello qlle no está ligado al dominio
hombre, Lo que puede haber de inexacto en la fórmula ya trivial: (IEl
de las técnicas y a su contexto histórico, el pensamiento de un africano
hombre dejado atrás' por sus técnicas" 110 es dudoso, pero queda de ello
o el de LID galo ~on de una completa equivalencia con el mío. Esto no
una singular similitud (sobre la cual he insistido varias veces ), entre la
quiere decir qL!e no tengan sus particularidades específicas, sino sencilla-
paleontología }7 la evolución técnica (ver particularmente en Medio )' mente' qlle, conociendo su sistema de referencia, sus valores son cono- ,,

T écnica, 'l)ág. 357-361). Sería, pues, .necesario hacer una verdadera bio- cibles. Este hecho es de lID orden qlle .no se puede transpOl1er al mundo
logía de la técni,ca! consi?erar el ==r= social corno un ser' independiente material, al, igllal que no se puede hablar de la fuerza expansiva del
del cllerpo zooIog.1co, animado por el hombre, pero acumulando una tal cerebro en la evolución del cráneo. Cada dominio posee' SllS 'lías de de- "
suma ,de efectos imprevisibles qlle su estructura íntima domina de 'nlLly mostración: el de lo material en la tecnocconomia y la historia, 'el del ~:I
alto lo~ Inedias de comprensión de los individuos. Este, cuerpo social pensamiento en la' filosofía moral o 1,1 metafísica. Si se justifica encon-
~esl1led.ld,o, ¿es el resulrado : de una evolución progresiva comparable }T trarlos complementarios, esta cornplernentaridad está en una real oposición.
sincronizable COl1 la del cerebro, o bien existen otras razones de carácter
!,
no biológico que determinan la forma tornada en menos de 10 ..000 años !.
i'
por 'las sociedades actuales? Vil inventario rápido de las sociedades, tales LA TECNICA, L'O' EC00:0i\fICO y LO SOCIAL
COI110'podernos .reconstituirlas de edad ,en edad, aportará, tal vez, aIglII10s "

elementos de una: respuesta. Decir qlle las instituciones sociales est.in estrechamente solidarizadas ,
"

'En la primera parte de este libro, tornando por terna la historia del con el dispositivo tecnoeconómico es una afirmación constantemente con- "

ce~eb,ro y de la mano, segllÍ el deseo .de comenzar por el verdadero co firmada por los hechos. Sin qlle" los problemas morales cambien realmen- r
mienzo, puesto, qLle el hombre "es ,p:inlero perceptible ell su realidad te de naturaleza, la sociedad moldea su comportamiento con los instru-
corporal y parece. qlle la continuación normal sea medir primero el re~ .mentos qlle le ofrece el' mundo material: los segllros sociales no son ima- ,
"I
sultado de ,las acciones de la mano, o sea, 10 qlle el' hombre ha, fabricado ginables entre los cazadores de mamut como, no se puede pensar en la :, I

para, sí para poder ejercer' su pensamiento. Es una "la con cierto riesgo familia patriarcal el) una ciudad industrial, El determinismo tecnoeconó-
de desconocer 10 que hay de incorpóreo en la realidad del hombre, Decir mico es una realidad' que marca 1,1 vida, de las sociedades lo suficiente y ,
, '
,

que. '?? hay ~erebro .11~111ano,y por -consiguiente pensamiento humano, sin 'profllndalnente corno para qlle existan' leyes de 'estrLlctl1ra ,del mundo I
1',
,; '
,
posición vertical, ell1l11oa' el ,}lccl10 de que, no habría posición \'e.~tical material colecti'vo tan firnles conlO las ley'es morales qlle rigen el con1-
"hull1ana" . sin 'la tendencia general l1a,cla el l)rogreso adaptati\'o del sis- portamiento de los indi,,ridll0s con respecto a ellos misnl0s y SllS simila- , '1
¡"
tel11a ner\'l~so central .. la COillCide!lCia entre la e\!olución de la posición res. Admitir ,la realidad del mundo del pen:3amiento frente al mllndo de
y ,l~ '~el 'slstel11a ner\Tl0S0 l)ara, estrllcturar al 110111bl!"e es e~'idente y' Sll la mate1ria, afirnlar inclllso qlle el segtlndo vive 'solamente por efecto del " I
j
,, 1''

destIno 11l1111ano aparece COI110 lln~ \lerdadera "ocación paleolltológica, la primero, no qLlita nada al hecho de qL1e el pensamiento se, tradLlce en
cual. podría ser deterll1inada por la 'lenta' ell1ergencia d,el pellsalniento {e- materia organizada y qlIe esta organización nlarca directamente, en moda- ,
; I
I
, flexl?nado ,a tra:és ,de los' tiel1lp~s geológicos, en' Ulla l)er~pecti\'a 'teil- , ,.
" '

l idades' 'variables, todos los estados de la vida humana. !

1I
hardlana; pero' nlI~ntras se Pllede probar c'on 'exactitud el' prinlelr térnlino, ", ,I
, I

solanlente es l?oslble aportar testinl011 ios nletafís~cos ,para el llecI10 de La evolllción de los ritnlos y la ,organización, espacio~temporal ' per- ,
;.
"
:.

que .el ~~nsalnlento puede l1aber guiado a la ·e'701ución, 10 que condllce mitirán más adelante, desprender más claramente la estrecha conexión del , '
i
, I
la dlscuslon a un terreno para el ,qlle el nlétodo, paleontológico está il1l- con1portamiento social y del aparato tecno'económico, en tIna dialéctica
perfectan~e~te adapt~do .. ~uando se pasa del plan? paleontológico al' pla- comparable a la de las relaciones del aparato corporal y del pensamiento " ,

,no, etnoJogl~~, _la sltuaclon es exactamente la rtl1sma. Se puede probar sostenido por el, sistenla nervioso., A pesar de todas las reiteraciones so,bre
que el equIlIbrIo' n1aterial,' técnico' y ,económico influ}re directa,lnente en qtle el g,rllpo hLlmano sea materia viva, será ciertamente por ,el esqueleto
! .
, 147
"
,

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146
, ,

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1
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. _ .. ,

tecnoeconómrco por donde el estudio debe iniciarse, y COl1 este espíritu Para quien practicara una "etnología de las profundidades' el hecho so-
escribí hace veinte años El H ombre y la materia. cial apareceria como un hecho biológico general, pero totalmente huma-
. A partir de J. J. Rousseau,· muchos trabajos han sido consagrados al. nizado. Muchos han esbozado las etapas teóricas de esta humanización,
comportamiento del hombre "primitivo" . los de los siglos XVIII y XIX pero pocos son los qlle han ensayado dar una imagen analítica de ella.
eran .orientados deliberadamente hacia Ulla' demostración de sociología Constatar en el zinjantropo qlle la humanización comienza por los pies·
política. Se trataba menos de observar a. los australianos o los fueguinos es menos exaltante q1le imaginar el pensamiento rompiendo los .tabiques
. que trazar una .curva teórica de las instituciones sociales, mostrar hasta anatómicos para construirse un cerebro, mas ésa es una vía bastante se-
qué punto la sociedad occidental se alejaba de ellas y cuál era la vía 'a gll,~a. Vale la pena tomar la misma vía para el edificio. social.
seguir. lJara .responder al mejor estar social de los hombres futuros. El
marxismo se originó en este lanzamiento inicial y se 11a .mantenido en
EL GRUPO PRI.~:(ITIV011 :!

ello. La sociología de acción política torna de la observación solamente .


"i

los elementos necesarios para la demostración práctica. Cuando, a fines Los antrópidos comparten con el conjunto de los primates la pose- ~!

del siglo XIX, la sociología de los primitivos tOl11Ó cuerl)o, recibió direc- sión de una dentadura corta, con molares triturantes, y un tubo digestivo ,.
,
,
tamente su impulso del 1110\1il11iel1tosociológico gene,ral y, entre nosotros, con estómago simple e. intestino de mediana longitud,' en el cual las
Durkheim, Mauss y Levy-Bruhl sacaron de la observación indirecta de .fermentaciones asimiladoras de las celulosas no desempeñan 11n papel no-
·105 primitivos vivos los elementos de una construcción del cornportamien- table. El término más sencillo Y' fundamental de la economía humana
ro social elemental, La escuela actual de Levi-Strauss, sobre las bases 'de depende de este dispositivo de supervivencia alimentaria..
la antropología social, se esfuerza en renovar estas funciones en 1111a l)ers- Por SLl organización, el hombre está ligado al. consumo. de alimentos Ii 1


pectiva inspirada en las ciencias exactas. En el. extranjero, la evolución carIlOSOS: f nltas,' tubérculos, tallos tiernos, insectos, . larvas. Su régimen !:

ha sido sensiblemente la misma: salvo en la escuela rusa de los historia- torna a la vez del mundo vegetal y del mundo animal, y es el único entre i .

dores de' la cultura material, la inf raestructura tecnoeconómica in tervino los primates el1 haber desarrollado el conSLII110 de la carne de los anirna- !.
¡ :.

lo más frecuentemente solamente en la medida en ql,le marcaba de 111l- les. En efecto, es de manera accidental qlle los monos capturan y con- : ..
..

SL1111en reptiles o pájaros. Hasta donde la arqueología permite juzgar de ,


llera indiscreta la superestructura de las prácticas matrimoniales )' de los !
. ritos .. La continuidad entre las dos facetas de la existencia de los grl-ll)os ,. ello, esta situación es ya antigua, pLles los australantropos eran cazadores, ."

11~ Sido expresada COl1. penetración ,IJor los mejores sociólogos, IJe,ro 111ás de manera qlle, a la inversa de los gorilas de caninos enormes, comedores
bien COI110 una afluenci a de lo social en .10 material q1le (01110 una co· de tallos y frutas, los mis antiguos antrópidos son carnívoros y no. tienen I
,
triente de doble sentido, Cll}tO impulso profundo es el de 10 material, . caninos desarrollados, No eran ciertamente carnívoros exclusivos, y el
De suerte (lue se .conocen mejor los. cambios ele prestigio que los ínter- necho de q1le sólo los desechos alimentarios óseos hayan sobrevivido en
cambios cotidianos, las prestaciones .rituales que los -servicios .comunes, los yacimientos crea 1111;1 ilusión sobre el carácter preponderante de la r

la circulación de las 111011edas dotales que la de las legumbres y todavía alimentación, a base de carne de' los hombres fósiles.· Cuando se hace, 1
I .
I I

más el pensamiento de las .. sociedades qlle 511 cllerlJo. por ejemplo para la Europa de hace cien años, la lista de los granos, las ,
,.
f rutas, los tallos, los .retoños y' las cortezas salvajes consumidos por los
Esta observación 110 tiene l1illgÚl1 cJ.rácter desl)reciati\!o l1Jcia la. SO~
call1pesillos y se comparil con la lista de las plantas q1le crecían entre
ciología o la l11tropología social, pero registra l111 estado de 11ec110: 111iel1-
nosotros, incluso dLIrante los rigores glaciares, se' percibe q1le el hom-
tras Dllrklleil11 y l\1allss defetldie,fon con lujo de detalles el nl1ecl10 social
total,", Sl11)usierol1.la. lIlf rae~tr1lct1lra tecnoecol1óll1ica conocit;a. Ell esa pers- 11 , la palabra prilnitivo designa aquí el estado tecnoeconónlico de los primeros
l)ectl\'a, toda la \'Ida l11aterlal resLlI ta en\·uelta· por el l1ecl1o social, lo. Cllal grupos hUl11anos, es decir, la explotación del medio natural salvaje. Cubre,
'.
es 1)articlllarll1cl1te lJropio·. pa¡!'a del110strar, C0111010 v·erel110S .en la segllnda plles, todas las sociedades prehistóricas anteriores a la agricultura y a la
cría y, por extensión, las n1uy poco nUl11erosas qtle han prolongado el
l)arte, el aSlJecto eSl)ecífical11el1te hUl11al1o del grupo étl1ico, pero deja ell estado pril11itivo en la historia hasta nuestros días, Los etnólogos han cri~
la sOl11bra la otra' cara, la de las condiciones' biológicas gelleraJes, gracias ticado desde hace nlucllo tiempo este térnlino, el cual ha sido constantemente
a las c1Iales el gr1Ipo .11ul11allo se il1serta en lo ,~i\~iellte, base de la l1un1a· ,. , ..
contradicho por los hechos sociales, religiosos o estéticos, por lo. que ha
nización de -los fenómenos sociales. ·tol11ado un matiz peyorativo. Sin enlbargo, no lo han abandonado, por ca-
.. recer de otro que designaría globalmente los pueblos sin escritura, alejados
·Las dos facetas de la búsqueda del honlc,:e no se atluJal1 l11utuanlellte ... : de las Hgrandes civilizaciones". Aparece frecuentemente entre comillas. El
;I

sino que se COll1pletal1. 'Que el l1echo hunlallo sea total está claro desde .. ; sentido adoptado aqllí es, por el contrario,' preciso y fundado,' puesto que
11na \'ertiel1te l1acia la otra, mas es diferentelllellte sensible. Para el soció~ separa de los prituitivos todos los grupos cuya econOl11Ía reposa en la ex- ·. ,I

. plotación artificial del flledio natural. Responde, adeolás, a unas caracterís~


lago o para el antropólogo social, el hecho -social es totaIlllellte l1unlano .. ,
ticas conlunes y particulares a los grupos exclusivamente cazadores·reco~ II
puesto que' vierte el hOl11bre desde la cima de' la pendiente hacia abajo. lectores. · , ,
: I
· .
148
,~i
149
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-_. ..... _._----_.-. _ ..- - ..... .. ... .. ---_._-----_ ,
.. .._-. ..... _ ..... _ ..._.
-----------_ .. --

bre de· Neanderthal disponía de la posibilidad de consumir numerosos


vegetales, . . .. .. .
Este tipo de alimentación plantea una primera condición en la forma
del grllpo primitivo, Vegetales o animales, los alimentos Car!10S0S S011 es.
parcid_os ell. la naturaleza y ~on1etidos, a variaciones importantes 'ell el CUI!SO
d,el ano. SI· el ~ol11bre hubiera ..poseído una dentadura raspante y un es-
ton1a~0 de rumiante, las bases de la sociología .11ubieran sido radicalrnen-
te dlferel1te~. Apto para consumir las plantas herbáceas, hubiera podido, Fíg. ·67.. Esquema figurando la
COlDO los bisontes, formar unas colectividades trashumantes contando con pareja primitiva, célula funda-
mental del grupo, compartiendo
millares de individuos, Comedor de productos carnosos, se ha visto 1111. complementariamente el conjun-
p01ler, . desde el inicio, unas condiciones de agrupamiento l11uy precisas. to de los conocimientos étnicos·
~s' .. evidentemente, una constatación trivial, pero sin la cual· no hay po-
sibilidad de salida en el estudio del agrupan1ietlto humano.
fronteras de contacto con. los territorios de otros grupos. Una última re-
lación se establece en. fin· entre la masa alimentaria; el número de índi-
El. TERRITORIO viduos qlIe constituye el g.rllpo y la superficie del territorio f recuentado
La densidad alimentaria interviene como lID factor imperiosamente limi- .
En efecto, la rela.ció11 alil11el1to-te~:itorio-densid~d ,hunlalla correspoll- tativo. del número de consumidores, pero la superficie territorial no es 1
de, e11.todos los estadios de la evolución tecnoeconórnica, a una ecuación menos constriñente, puesto glle el gnlpo no puede existir s~no· en la
. CO!l .: valores ,"ariables pero correlativos. Para el gl~upo primitivo, los tér- medida en qlle los desplazamientos cotidianos aseguren la comida de un
1111nos l11al1tle11el? entre ellos llna~ ligazolle~ idénticas, se trate de esqui- número relativo de individuos agrupados. Las cifras alcanzadas por los
~naI.es, de b?sqll1111anos, de. fueguinos, de 1)Jgll1eos de Af rica o de ciertos prirniti \'OS vi vientes son variables en una. doble medida la de los recursos
IndIOS al11er~ca~1~s. La constancia e~ a tal pUl1tO rigllfosa que Jos docu- constantes }' la de los reC11~SOSperiódicos. Los recursos constantes asegu-
ment~s prehistóricos no pueden ser interpretados sino en el 111isl110sentido, ran 1,1 subsistencia normal sólo de un l~rupo limitado a algunas decenas
El alimento está ligado al conocimiento profundo de; los hábitats de ani- ele individuos como· máximo, normalmente entre diez y veinte. Los re-
males y \re~etales, de suerte qLle la "rieja Íll1age? de ~a ."horda" primitiva cursos periódicos, tal ·como la .abundancia provisional de los. salmones
.er.~a1lte . es lndlldab~el11~Ilte falsa: esta en 10· posible CIerto ensanchamiento y de los renos, pueden permitir la aglomelracióri de varios grupos ele- ·I
,
progresivo ·del territorio del grlllJO, l)ero la situación 110rrn a 1 es la de una •1
mentales. la trama de las relaciones sociales resulta en su origen, por
perll1a~~ncia ~rolong~da en 1111 territorio del que se conocen sus posibiiida- consiguiente. estrictamente determinada, por la relación territorio-alimento .. ·i

·i
des básicas alimentarias. El aspecto normal del territorio primitivo, de los · J,

austral~11tr.OpOS o de los arcal1tropos, será sin' duda difícil de definir mas El grl/po (figura 67);
COJ1)'ltgal En todos los gnlpos humanos co- .
a. partir de los paleantrópidos la existencia comprobada .de chozas 'o de nocidos, las relaciones tecnoeconómicas del hombre y de la mujer son
tiendas 11a~e qlle ~os términos .sean comparables a los de los primitivos . estrechamente complementarias: en los primitivos, se puede hablar in-
·1
actuales. S~ se aplica a australantropos y ar~an.tropos 110rl11JS sacadas del cluso de estricta especialización .. Esta situación es tanto más interesante
por cuanto qLle, a la inversa del territorio.. no encontramos un verdadero
I
n1l!-ndo animal, se llega a resultados 111l1y similares: el territorio de los .
prl~:ates .o de ~os carniceros .l)uede s.er ,'.asto, pero ofrece puntos de fi- . paralelo en el mundo animal superior. Entre los carnívoros, machos y
)aCl,oll.. alimentaria y de refugio, qtle implican una superficie con·· detalles.
!.

. ..
hembras cazan por igllal, pero entre los primates la búsqueda del ali w

y. lImItes. .. mento es indi\,idual y no presenta hllellas de especialización sexual. Tal


." . La f.recuel1taci~n del te~·ritorib i~lP!i~a la existenc.ia.· de tra)lect~s .pe. ... \rez ignoremos· siempre la situación ~e los más ·.antigllos antrópidos a este
rlo~lcamel1te recorrIdos. El grupo prl1111tl\'0 es 110rnlalll1ellte nómada es· . ,.
respecto, y sólo el razonan1iento nos permite esbozalr una hipótesis. El
decl.r, s.e. desplaza ~l rÍtl110 de la apar.ición _de los recursos, explotand; su réginlen alimentario hlImano in1plica dos órdenes de operaciones muy di·.
te.rrltor~o en Utl CIclo ~reCllentelnente estac1011al. Hay, pues, una. relaciól1 ferentes: . la adq1lisición violenta de la carne de. los grandes animales y
compleja entr~ la· dens~d~d de los rec:lr.s~~ alinlenticios, la supe-rficie de la adqllisición nlás apacible de los peqlleñ.o·s animales) de los inve·rtebrados
. 1?~ ~~splazal111entos cotldlan~s. de adqUJSICIOn alrededor·. de los l)untos de y de los vegetales. En todos los grllpos primitivos conocidos vivientes,
flJaclon t~m~Joral, la. 5.l1perflcle. total del territorio, gue está eIl fllnción la caza recae normalmente sobre el hombre· y la recogida de fnItos so~re
~el . COtl0Clrnlento. suflclente de !OS. puntos aliu1enticios estacionales, eqlli w
la fl1tljer. Esta separación Pllede ser explicada por lln contexto religioso
11brlo entre el alImento, el sentll111ento de seguridad en el hábitat y las o social, pero Sll carácter orgánico está demostrado por el hecho de ql,le,

. ·150 151
...
. .
.,
según los" pueblos, varía la frontera de los dOl11il1jOSmasculino y feme- vital y ser técnicamente polivalente. El grupo elemental, constituido por
ni no. Entre los. esquimales, las mujeres no cazan, pero entre ciertos indios un número reducido de parejas )~ su descendencia, ofrece en. los esquima-
de~ Oeste amerrcano la captura de los callejas les incumbe; entre los bos- les, los australianos o. los flleguinos. una im.agen global de la sociedad
q.ulffi~nos, los ~ombres no rec~lectan, en principio, pero de hecho parti-' australiana, esquimal o fueguina, .pues la posesión de toda la cultura
elpan en !a búsqueda y recogida de los productos vegetales, los cuales material .resulta indispensable para la supervivencia de la colectividad
-5?n .~el11aslado eseaso~ C,OI110para que resistan las barreras de la especia. en el aislamiento. Más estrechamente aún, la totalidad cultural vital está
incluida en .el grllpo conyugal )' distribuida entre el hombre y la mujer,
11.z~Cl?n.,sexual, Esta ~1~lnlaa~arece, pues, COI110fundada sobre caracteres
...f:slologJcos. La. ag,!esl"\rJdad Inas. pronunciada de los machos, qlle es ca-
La pareja, en particular en los esquirna'es, puede efectivamente encon-
rac~er frecuente en el mundo animal, y la más atenuada movilidad de las trarse aislada temporalmente de toda otra unidad social.: El hecho de que :
en el. grupo primitivo la especialización técnica no intervenga en el te-
mu)~~.es, explican 1~ especialización en la búsqueda .de· alimentación re-
partida entre 10 .anl0lal y lo vegetal, El crecimiento Dluy lento del niño rreno de las operaciones vitales, corresponde a las condiciones mismas de.
hace qlle. las nl~Jeres sean natur~l~~nte menos móviles y en razón de su ·la economía primitiva, en 1,1 que cada parcela social debe poseer el con- I
1
doble alimentación, e~ grupo prlnl1tlv~ no ve otra solución orgánica que junto de los conocimientos necesarios para la supervivencia, Normalmente,
la de la. caza masculina y la recolección femenina, La humanización de el grllpo. elemental cuenta co.n suficientes individuos como para qlle se
este il~lperati\to biológico reside en ,las modalidades sociorreligiosas qlle haga entre ellos cierta. repartición dé las tareas, los· viejos o los débiles
se derivan l)ara cada grllpo humano. El fenómeno fundamental es real- desempeñando su papel en operaciones secundarias; pero esta especializa-
':

nlen~e de carácter ~enelral,. particular, al.. hombre .sólo por· el carácter ex- ción no pone ell entredicho el funda111ento· mismo del grupo polivalente i
celJcl?n~l ~~ su allnlentaclo~; 10.5 11:111tes a veces nluy estrictos de la en .cada individuo. . . .1

!
espe~lallzaclo11, todo lo que esta implica de racionalización tradicional de El grllpo primitivo elemental en aislamiento permanente, a nivel del ,

Jos lntercamb.ios, alinlentarios, entre el .110111brey la mujer, marcan por el ¡JO/l/O sapiens, no puede ser imaginado sino habiendo una abstracción
contrario, su carácter de fenómeno social totalmente humano, . qlle aislara a una colectividad primordial qlle a su vez diera nacimiento, t
'1
!
r
-,

por fragmentación, a "arias unidades elementales. Normalmente, cada


grllpo se .integra en un dispositivo más vasto, formado por otros varios
LA POLlV ALEl':CIA TECNICA (figura 68) ,
,
gtllpOS con los cuales mantiene intercambios sobre varios planos y en
, El, ~~Ul)O primitivo 'está ·pues co~stituido por un. número restringido particular sobre el matrimonial. Los sociólogos, y entre nosotros parti-
i
de individuos de, los do~, s~xQS, . fllnc~011~1111el1teespe~lalizados y que fre- cularmente Levi-Strauss, han puesto claramente en evidencia el papel del I
cuentan e,n un. CIclo periódico .el territorio qlle conviene al equilibrio de dispositivo matrimonial en la organización de las unidades secundarias, .

sus nec~sldad,es. Fllndall1entalnl.ente, este g.:"tlpO corresponde ·a una unidad comúnmente pero cómodamente denominadas "clanes" por la sociología I

de subsJsten~l~; puede estar vinculado periódicamente con otras unidades, tradicional. Asimismo han puesto en evidencia, desde hace mucho tiern- :

:.[:
!)et? es suficiente para ase,gll.rar su supervivencia prolongada. Su primer PC?',.. la red compleja de los intercambios de productos y de esposas, y el I:
carácter es poseelr. un conoomiento completo de las prácticas de naturaleza papel de las operaciones de adquisición y de, consumo alimentario en J~l

normalización de las relaciones entre grllpos intercambiadores de mujeres. !

--- _ Generación y alimentación son tecnoeconómicarnente inseparables a nivel . ,

1 .... - - ~ .~ - - - .._ - - - -.- .


- - - -- ~.- .... - - - - - - - --, de. los antrópidos y los sistemas generalnlente muy complejos que huma-
:
;

I I
I I nizan el comportamiento del grupo bajo estos dos aspectos fundamentales,
I I
,I
no son más que el .reflejo de un hecho de carácter normalmente biológico.
I
I I La idea de la promiscuidad sexual I!primitiva" es tan inconsistente sobre
I J el plano biológico como la de la Hhorda errante". Las sociedades animales
I I tienen para Sll sllpervivencia lIna organización constante y precisa, qlle
.. ,I
I
I
varía de una especie a otra en fllnción del eqllilibrio ent.re la sociedad
I
I f y 51..1 nledio. En los capítulos precedentes se ha demostrado que la cohe-
..I
I rel1cia neuroanatómica de los antrópidos no era menor que la de los ani·
.I
,...J
. J
.. males, el desarrollo de ·lIn aparato. bioeconómico fundado sobre la tecnici·
'
r
-------
. -~------~---~ --~-----------~-
..
..
.
.
: dad mantlal y verbal imr..one lIna inscripción social también precisamente
Fig.. 6~. El grupo nómada con economía l)rimiti,'a recorre cíclicamente determinada, la existencia de· tIna célllla fundanlental coherente con SllS
su terrItorio. Mantiene intercambios nlatrimoniales y económicos con los . necesidadés alimenticias }' ligada. a las céllllas vecinas por una .red de in-
. grupos ,'ecinos complementarios .
,
:
·152
153 :

:
tercarnbios coherente COl1 511S necesidades de reproducción. Entre los dos
niveles del agrupamiento, los hechos de adquisición alimentaria marcan "

preponderanternente al grLlpo primario (parej a o familia doméstica}; siendo


i
los hechos de adquisición matrimonial dominantes en el g,rupo ampliado I
(parientes, etnia). .J

.I
-
LAS SIMBIOSIS (figuras 69 y 70)

Las' actividades técnicas. complementarias de los esposos constituyen


un hecho de simbiosis en el sentido estricto, porqlle no es concebible
ninguna fórmula de separación en el plano tecnoeconórnico sin deshuma-
nizar la sociedad. El gruIJO primitivo para sobrevivir, se establece sobre
una base 10 más estrecha posible, la simbiosis de supervivencia inmediata
se detiene por consiguiente, al nivel de la pareja; pero existen dominios
de la "ida tecnoeconómica donde en tales condiciones la supervivencia se I
;1
ver] a comprorneti da en un plazo más o menos largo; por lo menos ha}'
ciertos productos,. materia u objetos, considerados corno necesarios, de los
cuales el grupo elemental 110 dispondría. Entre los primitivos recientes !1,
"

la circulación de objetos manufacturados o de materias primas es un hecho "

L
constantemente señalado. Según sus recursos propios, el pequeño grllpo
",1

.actúa en bloque corno especialistas", en relación con sus vecinos, Entre los 1I
'.'
. esquimales, el equilibrio reposaba hasta no hace 111l1Cho,en gran parte, ,¡
.'
'i

en la circulación de lámparas de piedra, de madera para' astas de arpolles Fig. 70. Mapa del sistema de relaciones económicas de los esquimales entre la .¡
¡
y trineos, de. l)íeles de reno !Jara los vestidos de invierno; mientras entre Edad Media y el aniquilamiento de las estructuras tradicionales. Los intercarnbi~s, .!

de vecino a vecino, aseguraban la circulación de las materias primas vitales (marfil, :i,
los bosquimanos eran pieles y adornos de perlas recortadas sobre huevos pieles, .madera}, ·la de los productos 'manufacturados locales, (lámparas y ollas de ,1
1

i
de avestruz; entre los australianos, boornerangs decorados y láminas de piedra, cobre nativo) y la de los productos de origen asiático, 'indio o europeo .
piedra fueron objeto de intercambios cU}'a interrupción -hubiera significado , (pipas, tabaco, objetos de hierro) ",
1 ,
:!
,
frecuentemente una cuestión gra\'e p,ara la supervivencia del gr.llpO elernen-
tal. Los intercarnbios .de alil11entos,' de obj etos y de materias primas, así
con10 de servicios, son parte del funcionamiento mismo del grlIpo de
células matrimoniales qlle constituye lo qlle los viejos autores han deno- ;1
.,
minado el "clan"; que es una fórmula de equilibrio tecnoeconómico tanto
~o - productos europeos . ,,
como de equilibrio social, y nada permite pensar que a partir del Paleolí-
,,,-----~-~-,,
,
. ""0' EUROPEOS .
,, {..o 1:1
.'
,
I tico reciente. al menos, no haya sucedido igll~I. Hay documentos que
( 1 ! pieles. i
<
AUEN"t( demuestran el intercambio a base de algllnos sílex de calidad excepcional .:.1:'
HEIKUM ~ 111
Q ,
i ,. ..::: A 8 y se comienza a percibir con bastante nitidez en el estilo de los objetos .,
I Q
I
VI
t : .
111
¡ • I usuales la existencia de unidades regionales, de suerte qlle no es -probable
•I 1\ 'v~stidos _. pieles " tabaco-millo
~ \ .
~~----~------~- que haya habido un dispositivo territorial muy diferente al qtle se conoce
por los ejemplos recientes.
BANTUES' ~
.....
-~------ NARON BANTUES EST
o.. ----------V .' La idea de una población primitiva constituida por pequeñas hordas
...
~ ---- metol,....· --~ ~ AI pieles' tnarfil ..
Q
'1J 01"1 . errando en interminables recorridos, sin contactos organizados entre sí,
\
~roS. _ platos - cucharas \ es contraria a las reglas más elementales de la biología. En toda especie,
. \
"...
' la supervivencia exige la organización simbiótica de un número suficiente
"- - perles> - - NUEN . de individuos, sea en g.!lIPOS coherentes y numerosos para las especies
Fig. 69. Mapa del sistema económico de los bosquimanos Naron. En el ClIyOS recursos alimenticios. son masivos, sea bajo la forma de individuos
primer grado, 'el . grUIJO Familiar Funciona como marca la fig. 68, en .el acantonados en territorios contiguos para las especies con recursos espar- ,,
cuadro de la etnia. Los .intercambios alcanzan por grados los otros bosqui- cidos. Hemos visto qlle el hombre no ha podido sobrevivir ni en manadas
manos, lbs banrúes y los blancos I
'.1,·

154 .. 155

,
prehistoriadores de la generación precedente se planteaban el problema
ni . COI110individuos separados y se debe admitir qlle la forl1~~ espec~fi:a de una domesticación al menos parcial del reno y del caballo. El mundo
de su agrupamiento, la que ha acarreado tod~s las ,col1secuel1clas SOC1.0~O- primitivo y el mundo de los agricultores y de los criadores son en apariencia
zicas, es .la que nosotros le COl10cel110S todavía, a111 donde las COl1dlC10- tan diferentes. que, a menos de imaginar una "invención", no se puede a
.~es de origen siguen vigentes, Esta forma específica implica la perl11a- primera vista ver CÓll10 se. articularían. En l'Jedio y T écnicns he puesto en
nencia al menos relativa del territorio y su contigüidad con otros terri- evidencia la importancia del "medio .favorable' para el fenómeno de in-
torios permanentes, para qlle se inicien y continúen los fenómenos eSlJe- venrión y también el . carácter normalmente impersonal de ésta. No ha)' .
.cíficamente huil1fL110S de la vida técnica, económica y social. . razones, en ·10 qLle concierne a la agricultllra y la cría, para que las con-
. Para los últimos cuarenta mil años, puede considerarse esta situación diciones hayan sido anormales y es necesario investigar las circunstancias
COI110 cierta. El paso de la especie zoológica a "la especie étnica' .implica en las cuales .Ja asociación espontánea haya podido producirse. Grandes
inevitablemente un tal agrllpal11icl1tO· de los hombres, Mas ¿qué sucedía pasos hall .sido dados en esta dirección en el C11r50 de los diez últimos
antes, cuando no se había afirmado aún el pensamiento del h01JlO sapiens? años: la arqueología del Cercano Oriente situaba uno de los centros más •
En los capítulos III y IV, hemos visto la brusca inflexión ascendente de anti OllOS de las dos técnicas entre el Mediterráneo y el Caspio; parece qlle
las curvas de la evolución técnica en el momento cuando el /JO/l70 sapiens aho,~l se llega; con las exca vaciones al Norte de Irak, de Siria, del Líbano,
aparece y esta evolución repentina ha sido cargada a la cuenta de la aper- ele Palestina y de Turquía, J. conocerse mej or el problema y qlIe ya se po·
tura del cerrojo 11:efrontal, C011 el paso a un pensamiento superior donde . seen los .elernentos de LI11J solución, En los sitios ahora célebres de Jarmo, •

los símbolos intervienen C01110 instrumentos para el. dominio del medio Shanidar, Zawi-Chemi y' de .Cat:ll Húyiik, se tiene el testimonio de qLle
.
'

exterior, Un tal dominio, impensable sin el lenguaje," es concebible sin entre S.OO() y 6.000 años antes. de . nuestra era se produjo el paso de la
organización social compleja. Si uno mira hacia atrás, ¿cllál es la imagen econornía primitiva de los recolectores de cereales silvestres y de los caza-
qlle se puede tener de la sociedad de los pitecántropos o de los australan- dores de cabras a la economía de los cultivadores de trigo y de los criado- ;
tropos? La existencia de estereotipos técnicos continentales )r la ausencia res de cabras. Este paso se hace de una manera imperceptible. Las hoces .

de datos sobre el 1110do de vida real dan un carácter l11U}Tabstracto a toda ·existían antes. qlle la agriCtllh.lra }. solamente las estadísticas muestran qLle.
consideración, Hay una tendencia natural a establecer comparaciones C011 las cabras dejaron de ser. cacería .. El ejemplo iraqui corresponde a una
los g.~upos familiares .de Jos ~~orilas o de los chimpancés, de relativa co- . demostración ideal,· puesto qlle en algunos siglos, sin trastornos qLle corn-
hesión conyugal, su dispositivo poligárnico, sus territorios bastante estables pronletí.l.n la supervivencia cultural, la. transformación ha tomado clIerpo;
y la formación l)or. fragmentación de. grllpos medianeros. En las especies nías esto exige un examen comparativo pa.r'l esclarecer el mecanismo mis"
superiores, en las cuales el crecimiento .de los jóvenes es aún más IC11to, 1110 de la transformación. .
la org·allizacióll social 110 puede alejarse del tipo gel1eral, al cual pertenece
el 110111bre attual. Se Pllecle il11agi11ar Ul1a l11Cl1or l011gC\'idad de las uniolles
.Jl1atrill1011iales, Ull0S COl1torll0S l11ás esfunlados de las oblig~ciones 111l1tllas LA PROTOCRIA
de. Jos l11jel11bros .del gr11l)O, l)cro l)arece ql.le la orgal1izaciól1 fllndall1el1tal
(le Ja socieciad al1tropiana fllese al itljcio, .~eal y totalll1ente antrolJialla, La al)arición de lln~l forilla de cría qlle plleda hacer transición. con· la
f irl11Cl11cllte í111clida ell Sll forllla J)or tIllas Je}'es qlle. sefí~n l)uraf rasea·das cacería exige tInas c·ondiciones de n1edio fa\'orable bastante partlclll:1res,
j)or las clIltLlras sLICesi\'as ell tér111ÍI10S de derecl10 o. (1e l~og111a, lJero qLle. plles st.lpone que cazadores }' cazildos nlantengan relaciones de aIglln modo ¡
!

debell SLl estabilidad a (aLISaS 1),!ol)ial11c~lte biológicas. personales. De esta posibilid;ld se encuentran exclllidos los herbí'voros,
grandes nligradcl:es, cLlyas manadas desfilan llna o dos veces por año al
alcance ·de las armas; están exclllidos· también los grandes herbí:~loros pe-

PASO A LA ECONOl\fIA AGRICOLA ligtosos o rápidos como el blle}~, el bisonte, el caballo, bestias de \'astos
espacios; . dif.lciles de aproxilnar e in1posibles de contener. ellando se ana-
·

A firies del Paleolítico, se produce ell las sociedades lJerill1editerri.


11eas una con\rersión .tecIl0econónlica radi.cal. Entre 8.000 y 5.000 arios al1tes lizan los elel11entos del paso posible a la (¡ría, se ad'vierte qlle las con·
de l1uestra era, aparece el· dislJositi\7o tecnoeconól11ico fUl1dado sobre la diciones del medio físico son todavía más inlperati,:,as qlIe las condiciones
agricultl1!."a y la cría y las sociedades tOl11.an tIlla for1lia totaJl11ente. diferente biozoológicas y qt.Ie las posibilidades de ver sLlrgir la cría en las estepas.
:

a la que COI10cÍaIl desde los orígel1es. Según la escala geoló'gica, desde el de Africa o de Asia central flleron muy débiles. El estlldiQ de la sitllación
últill10 cazador. de uro 1lasta los escribas de 11esopot(!111ia, 110 hay l11ás que general de los. criadores más elementales conocidos en el medio actLlal
lI11 il1sta!lte y el acces,o a las econol11Ías nue\'as es llna explosióll. Es jllS- escla,rece aún nlás. e¡' problenll. Los criadores de renos del Norte de Lapo-
. tall1ente así conlO el fenól11el1o l1a sido c.onsiderado durante l11tlCho tiell1po nia y los del Extremo Este. siberiano se ·enCllentran en· lln m·edio donde el
y tbd·a,,'ía encolltranl0S en .la plul11a de algún autor la l11ención de niI1ven- reno vi\7e atln en estado sal\!aje. Sll modo de explotación del rebaño do-
·
ción'J de la agriclllhlra. Es ell un c,rden de ideas semej~!lte conlO los
157 ·

156

estar ligado, sin embargo, al primer impulso dado por la' protocría de los
rnéstico tiene el carácter de una estrecha .simbiosis facilitada por el medio caprinos, pues se desarrolla un poco más tarde,' alrededor del centro inicial.
seocréfico. Al Oeste COI110 al Este, el relieve montañoso está entrecortado Entre 6.000 y 3.000 años antes de nuestra era, el borrego y el buey, el
por b valles que, en ··algunas decenas de ki~óIl1etros, canalizan y aíslan las cerdo, el burro y el caballo, luego hacia el Indo el .búfalo, el cebú y' el
migraciones de los rebaños entre los pastizales elevados del verano y el 'elefante, pasan a la cría J' van del Cercano Oriente a Asia, Europa y Af rica
país bajo frecuentado en el invierno. Los mismos rebaños sllbe.l~ y bajan (figlIra' 72). En este movimiento, el impulso inicial es el. único a consi-
cada año, encuadrados por los pastores qlle asegllran la protección de los derar, pues; salvo para 13. llama de América, la cría toda constituye lID
animales sin modificar sensiblemente su comportamiento natural, Las C011- bloque histórico coherente. Adquirido el principio, Sil aplicación a nuevas
diciones del paso a la cría están afirmadas en este caso porqlle coinciden \ : .
especies ofrece menos dificultades qlle' el paso de la cerámica a la meta-'
con los Iímites del territorio del grupo' humano, .se insertan en los, tra- , . . lurgia. Es interesante notar que, salvo el reno, ClI}'aS condiciones alimen-
yectos normales de los herbívoros y en el ritmo de las campañas de adqui- tarias son nlU}T particulares, todos los herbívoros de cría son comedores· .
~ sición de los productos \'eg'etales complementarios." Las condiciones dadas de hierba propiamente dichos (bovinos, borrego, caballo, camello), anima-
en el Norte de Irak para la cabra, corresponden exactamente a las que . les agrupados en .sociedades densas sobre un tapete vegetal continuo y CllyO .
prevalecen ,toda\rÍa para el reno, y hay una fuerte probabilidad de qlle la comportamiento de huida es el agrupamiento. La acción de ojeadores del
. protocría se haya originado en las montañas, El hecho es tanto más verosímil pastor y de SllS perros se aplica a ellos con eficacia. Los comedores de,
cuanto que el único gran mamífero que 'los indios de América hayan hecho hojas (cérvidos), 'qllien'es viven en pequeñas manadas bajo cubierto y cuyo
pasar a la cría es precisamente también un herbívoro de montaña: la llama . comportamiento de huida es la dispersión, quedaron excluidos de la cría.
de los Andes. Es posible, al fin, que unas condiciones nl11y semejantes
se hayan dado en' el Magdaleniense alrededor del Macizo Central y en los
valles de los' Pirineos. Tal vez no habían madurado las condiciones l)ara LA PROTOAGRICL~LTl~RA (figura 71)
la . cría, pero las. relaciones de los grllpc s de cazadores con los rebaños
l

de renos trashumando en los valles debían traducir una considerable farni- Es ffill}' importante constatar qlle la agricultura aparece en la misma
liarización. época y en las mismas regiones qlle 1,,1 cría. Si se tiene .en cuenta 10 que
El l)erro doméstico, qlle aIJa,rece cuando la cría se inicia, ha des- . ha sido puesto en evidencia en .relación con 1,1 constitución tecnoeconórnica
empeñado evidentemente un papel 111Uy importante. Ojeadores y cazadores del g'fllpO primiti\ro,. este hecho no .tiene nada de sorprendente. El grupo
al rastro, los cánidos tienen una manera de COl11portarse ll111y cercana a la humano reposa básicamente sobre una economía alimentaria mixta y du-
del cazador 11l1111ano. A l-1esar de que' no se sepa aún nada en cuanto al rante toda su prehistoria encuentra su equilibrio en la explotación COJil-
origen del pe.~ro, qlle faltaba a los magdalenienses, se entiende 11111y bien plementaria del mundo animal y' del mundo vegetal, Bastante pronto, tal
la conciliación .qlle ha podido establecerse entre el cánido y el 110111bre vez desde el origen mismo, ha debido tener lugar una separación entre
en la cacería }' luego, en la conducción de rebaños. . ag,!"icllltores y pastores. Podernos, en efecto, imaginar unas células primi-
El paso de la cría montañesa de la cabra o del borrego a la cría de tivas de. protocriadores dependiendo de la recolección de los productos
los g,~an.des herbívoros y del cerdo no se ha dilucidado todavía. ·Parece vegetales y suponer. igllalmente la existencia de gnlpos protoagricultores
complementando Sll régimen con .la cacería. la evolución ha. tenido proba-
1 ). . La aparición o la adopción de la cría está ligada a la interferencia de' dos
blernente lugar en el 'seno de comunidades vecinas, derivando más o menos
sistemas de valores: los caracteres biológicos y biogeográficos de la especie sincrónicamente hacia la producción. organizada de lo vegetal y de. lo ani-
criada y el nivel tecnoeconórnico dél criador. Los caracttres biológicos expli- nlal. Si se admite qlle las condiciones del relie\'e relati\'amente excepcio.
can (lue él pe-rro, ojeador y cazador al rastro~ haya' pasad·o a' la d0I11estica· nales del Cercano Oriente hl}'an permitid,o· la canalización de los ,rebaños
ción, prefiriéndoseles a los feJinos, cazadores al acecho e inútiles al 110Jl1bre.
para un tal ejercicio. Sucede lo fllisI_110 para los cérvidos, cuyo cOJnporta- y el paso· a la' protocría, se' debe admitir también la existencia, en las mis·-
nliento de 1luida es la dispersión en oposición a los bovinos que' perJl1anecen' mas regiones, de .las condiciones botánicas favorables para permitir el paso
agrupados y son susceptibJes de ,ser dirigidos é'n rebaños. Los caracteres ,geo- a la aglriCllltura, pero sin qlle se tratara forzosamente de las mismas llni~
'gráficos actúan de nlanera inlportante cuando se COl1sidera la corta nligra- dades étnicas.
.ción en altitud de los rebaños de renos lapones )' la inll1ensa extensión en
latitudes en que se mut\ren los caribúes al11ericanos. La interferencia del Entre las innllmerables plantas silvestres de LISO' alinlenticio, aqllel1as
sistema tecno{:conómico es sensible, por ejenlplo, en el caso del reno, criado C1IyOS granos se plleden consun1ir desempeñan' lIn papel de primer orden
diferentemente por los Tchukchi, verdaderos protocriadores y por los Tun- en toda la zona templada, más particlllarmente en 511 parte meridio·nal qlle
guzes o los Lapones del Sur, verdaderos criadores influenciados por la ve- .
cindad de los cultivadores-criadores' dé' Siberia o de Escandinavia. El Jl1Uy
cllbre a Af rica al Norte del trópico, el Cercano Oriente, Asia Central y
reducido número de animales. de .crÍa muestra. que estas condiciones son li- América. Antes del' desecamiento actllal, en la época cllando se prodlljo el
l11itadas, que no pudo aparecer espontáneamente sino. en nluy pocos lugares paso a la protoagriCllltllra, la explotación periódica de las herbáceas de
y afecta' solamente a unos animales muy' deterrriinados.
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Fig. 72. Difusión de los bóvidos )' ovicápridos. A partir del centro euroasiático las especies



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O ;.... bes, ovis y capra ocuparon todas las regiones donde su adaptación era posible, asimilando vero-
símilmente una parte de las razas locales salvajes, En el l~mire Norte del biotopo, el reno do-
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mesricado tomaba el relevo, mientras que en el Sur, el cebú en las regiones áridas, el búfalo en
los pantanos y el yack en el Tíbet, completaban la infiltración de los bóvidos

gr,!110S ciertamente constituyó una parte esencial de la búsqueda alirnen-


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ti cía. Las gramíneas_propiamente dicha-s ocupan un luga.r importante entre
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,. estas plantas y pese a la pequeñez de sus granos, representan un alimento
-- de calidad nutritiva elevada y de conservación prolongada. Sabemos desde
hace poco tiempo _que las regiones del -cercano Oriente, en -particular el
,
Norte de Irak, tuvieron desde mediados del último período glaciar al
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-: menos, _unas gramíneas con granos g-rllesos, antepasados de los cereales
._zs.
• actuales. Las condiciones fundamentales de la explotación progresivamente
agrícola del trigo silvestre se encuentran por consiguiente realizadas en las
regiones mismas donde la cría de la cabra se manifiesta primero.

161
neo)' pero que, en, relación con las generaciones qlle, la conocieron, ha
Las modalidades del"paso de una economía a la otra son hipotéticas debido ser imperceptible, o al menos 'muy discreta.
todavía, pero se concibe ll1U}T bien que unas colectividades de cazadores-
recolectores, disponiendo de una caza canalizada por, los desplazamientos
al interior de los valles y de una planta silvestre agrupada en vastos hábitats, LA AGRICULTURA y LA CRIA
pudieron \76rSe arrastrados hacia una explotación vegetal cada vez más .in- Cualquiera qlle 'fuese, el carácter progresivo de la adopción de la eco-
"tensa, sin modificar su equilibrio, Desde el siglo XVII hasta inicios del nornía agraria y de la' forma de las transiciones en la' periferia, el proceso'
, xx, los indios del Wisconsin, en, la región donde se encuentra actualrnen- desencadenado en 'el Mesolítico del Cercano Oriente hacia 8000 años antes
,'. '

te Chicago, tuvieron una economía que permite representarse bastante bien de nuestra era, ya para el' 5000 había transformado completamente la es-
las etapas de una tal, evolución, Alrededor del Lago Superior y del Lago tructura de las sociedades" desde Mesopotarnia hasta Turquía, Grecia y
Michigan crece en los pantall0s una granlínea (Zizania a.q1,¡atica), que 'es Egipto. La economía de base estaba constituida, antes incluso de la apa- ,
Ull arroz silvestre considerablemente explotado, por diferentes tribus. Las, rición de la alfarería (entre 6000 y 5000) por la asociación del trigo o
modalidades de esta explotación son particularmente instructivas, Los Sioux ' •
de la cebada con el borrego, la cabra y el cerdo. las primeras aldeas per-
Dakota, cazadores de bisontes y recolectores de' plantas silvestres, organi- rnanentes aparecen. Las modalidades culturales eran extremadamente" va-
zaban incursiones cuando el arroz estaba, maduro y .recogían sencillamente riadas Y' los ,documentos son todavía insuficientes como para establecer
la planta, recabando así, solamente una parte accesoria de su alimentación. una imagen detallada del modo de vida de estos primeros agricultores-
Los Menornini, indios algonquinos, cazadores en los bosques }" recolectores criadores, ' ubicados, en un medio mucho menos desértico de lo qlle se ha
del azúcar de arce, vivían en estrecha simbiosis con, el arroz silvestre, del convertido desde entonces. Se les puede asignar sin embargo la sedentari-
cual dependía .su alimentación en otoño y" en in vierno, No hacían ,ni pre- zación al menos durante una parte importante del año, porqlle, existían
paración del suelo ni siembras, limitándose a hacer paquetes de espigas verdaderas aldeas y una, organización que mantenía al ganado en lln C011-
para proteger el grano de los pá j aros. Las 'superficies de arroz silvestre tacto al menos periódico con el, hábitat fijo.
estaban, repartidas según UI1 sistema territorial l11uy elaborado. Hechos si- Es probable que la f órrnula de 1,1 protocría, que obligaba al pasto.(
milares de protección y de atribución personal de hábitats de plantas sil- a seguir
,-, las trashumancias de su rebaño, esté directamente ligada al ori-
(...;
:

vestres son conocidos en otros grllpos primitivos. gen, a partir de U11 cierto estadio de sedentarización ag1rícola, de la separa-
El mecanismo de aparición de una economía de tipo "neolítico", fUI1- ción de las poblaciones del Cercano Oriente en fracciones seden tarias y
,

dada al menos !)arcialnlellte, sobre recursos vegetales sedentarios }' sobre en fracciones nómadas. la protocría corresponde a un equilibrio qlle no '
"
.
.recursos animales nómadas en escala restringida, es relativamente claro. ronlpe aún con' las estructuras anteriores, en cambio, la sedentarización
La agriclIltura es solidaria de la cría )' la, línea de división entre la eco- agrícola toma sentido solamente: a partir del instante en qu~ la supervi
nomía primitiva )~ la de' los agricultores~criadores es imperceptible; 11J)' vencía del gnlpo depende totalmente del grano cultivado. La fij ación per-,
un verdadero engi~al1aje. Un poco 111ás adelante veremos que Fn las socie- , manente está regida a la vez por la vigilancia de los campos y por la
dades del Cercano Oriente, esta situación desemboca bastante rápidamente presencia, de las existencias alimenticias."
en la economía agrícola-pastoril exclusiva, pero' sobre los márgenes del 1.) . La cría, en, relación con la economía agrícola, ofrece las divisiones siguientes:
manto agrícola inicial, la situación inicial (protoagricultores o' protocriado- A) Unión del criador a un animal conservado en su biotopo y $11 (0111-
res COl1 economía equilibrada por la cacería )' la, recolección) continuará portamiento naturales. Situación de protocría, donde la recolecta y la
funcionando para asegurar las transiciones necesarias, En efecto, más re- cacería desempeñan un papel' muy importante. Actualmente limitado a
algunos grupos de criadores de renos de la Siberia oriental.
cientes que las del Mediterráneo, las primeras poblaciones agrícolas (le B) Unión del animal a un criador nómada, en .simbiosis con colectividades
Europa fueron influidas !)or .la agric,ulh1:a, y la cría entre 6.000 y 4.000', agrícolas correspondiendo a la cría pastoral con predominio del buey,
años antes de nuestra era. Recibieron conjuntamente los cereales y el el borrego o el camello. Burro, caballo y cabra están asociados a ellos.
Corresponde a las extensiones herbáceas del Antiguo Mundo e implica
ganado, mas uno y otro distan mucho de haber desempeñado un papel una simbiosis criador-agricultor en dos etnias normalmente exogámicns
fundamental. En proporciones que varían según las ¡regiones, la nueva (Turcos, Mongoles, Tuaregs, Peuls, Saracatsanes de Europa oriental).
economía se une a las técnicas de caza y de recolección tradicionales. VIlO C) Unión del animal a un agricultor sedentario.
se sorprende al ver incluso en ciertos sitios neolí ricos franceses, qlle las a) Mantenimiento del animal en colectividades densas (rebaños).
Cria semlp astoral: la sociedad agrícola misma especializa temporal,
osamentas de las ,presas sean aún tan' numerosas CO~10, las del ganado )' o -permanentemente a los pastores (Malgaches, Massa del Tchad.
10 que se sabe de las plantas muestra que en, la edad, del Hierro, todavía pastores de los Alpes y de Jos, Pirineos, cow-boys y gauchos de
una parte, no despreciable de la alimentación reposaba sobre ,los granos América). '
b) Mantenimiento del. animal en pequeñas colectividades.
silvestres, Será necesario seguramente revisar los juicios sobre la ~'revo- , Cría agrlcola: la familia especializa parcialmente sus pastores (ni·,
luciól1" agrícola, la cual según la escala geológica es un hecho instantáw
,: 163
162
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No poseemos muchos planos completos' de, aldeas agrícolas del pri-


mer período" pero las excavaciones de estos últimos años han dado, en
Mesopotarnia como en Turquía, en Siria, en el Líbano y en Israel, ele-
111en tos importantes sobre establecimientos anteriores a, .la cerámica y del
, primer 'período de la alfarería (figura 73): Por otra parte, en Europa
tanto al Oeste como al Este, existen numerosos documentos 'sobre los es
tab'ecirnientos de los: primeros tiempos de la penetración' agrícola. El
esqllen1a f uncional es casi un iforme: está' compllesto por células de habi-
• •• tación de forma'}, materiales variables, agrupadas en orden denso y sin"
vestigios '(le edificios, que testimoniarían diferencias sociales n1l1y marca-
das. Los conjuntos preurbanos de Palestina" del Líbano y de Turquía tal'
,\'ez comprendían santuarios o casas mis ricas que el promedio, sin embargó,
,no se ve en el Jos palacios verdaderos y los intervalos entre la base y la
cima de I~l escala, social no tienen, la importancia qlle tomarán un poco
111.1.5 tarde. Este núcleo (le poblamiento está provisto de estructuras pro-
tectoras, empalizadas o murallas, rediles y silos de granos enterrados. Es
inmediatamente notable, en comparación con los grllpos primitivos, la con-
centración ele un número de individuos relativamente elevado. Las con-
secuencias de la sedentarización ~
aerícola son .uniforrnes 'en todas las regio-
L

nes alcanzadas por ell a; corresponden a la formación de 11n, grllpo humano


en el cual los indi viduos se cuentan por decenas, reunidos alrededor (,1C
a. las reservas alimentarias y protegidos del medio natural y de 5115 similares
IJar un aparato· defensivo. EstJS consecuencias inmediatas son generadoras
de 'la transformación "c()mpleta que experimentan en esta' etapa las socie-
dudes humanas Desde hace mucho tiempo, los sociólogos han hecho resal
tar 'l~s rasgos n1JS' sobresalientes de esta transformación: la capitalización,
I la sujeción social y la hegemonía militar, siendo suficiente, por ahora, des-
tarar aquellos glle parecen interesar directamente la función tecnoeconó ..
l111Cl.

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· o SEDENTARlOS y i\O~rADAS

La sedentarización agrícola produjo, en las sociedades donde se ori-


ginó) una separación entre los agricultores .pequeños criadores y los nómadas-
grand~s criadores, la cual ha dado hasta la época presente, su carácter
particular a 110 número importante de civilizaciones qtle van desde Africa
del Sur hasta Pekín. En la zona de las sabanas y de las estepas, se ha
establecido una especialización de grupos qlle n'o carece de analogía con
la q1le se encuentra en las colectividades primitivas y que está acompañada,
, , '

ños, viejos) en la' vigilancia del ganado dentro del perímetro agrí-
cola (la forma más corriente de la cría europea, común a nume-
I rosas sociedades fuera de Europa).
b' e) Animal único o en 111Uy peq uefias colectividades,
Fig. 73 .. a) Plano de una parte de la aldea neolítica de Catal Hüyiik en Anatolia Domesticacián agrícola: el animal está integrado en ,'el dispositivo .

(según ]. Mellaart). Siendo del inicio del VI milenario, esta aldea se cuenta entre doméstico y llena el papel de instrumento técnico (buey, burro,
los más viejos establecimientos sedentarios con 'economía agrícola-pastoral. caballo en numerosas sociedades de Eurasia y de Africa al norte
b) plano de una parte de la ciudad de Mohenjo-daro sobre el Indo >11 milenio del Tchad).

165
existencia de fuertes unidades sedentarias. Ella entra entonces en el catá-
igualn1ente, de una simbiosis. Al igual. que en la pareja primitiva, lo ve- lago de innovaciones y hasta hoy apar~ce .ins~parable ,del progreso.?e .
getal y lo animal estaban separados en dos grllpos étnicos complemen- la sociedad. El comportamiento de las. comunidades en el curso de .1a. his-
tarios donde volvemos a encontrar las mismas razones de menor y .nla}'Or toria frente a la agresión, se ha separado netamente del 'comportamiento
movilidad de las fracciones simbióticas. Esta nueva bipartición en el dis- de adquisición sólo .en época muy reciente; en la medida en qlIe h?y, se
positivo tecnoeconómico tiene funcionalmente la misma naturaleza que las. puede entrever algo más qu~ los ~ignos precurso~:s de un cambio de
precedentes, pero difiere de ellas constitucionalmente de manera profun- actitud, Durante todo el curso del tiempo; la agreslon aparece como una
da: para las sociedades agrícolas en simbiosis con sociedades pastoriles, no técnica fundamentalmente unida a .1,1 adquisición, agresión que en el pri-
se trata de un fenómeno que afecta unas ' fracciones de cultura idéntica y. mitivo se confunde con la de la caza y la adquisición alimentaria. A partir
de un nivel técnico equivalente, sino de' sistemas tecnoeconórnicos distin- de las sociedades agrícolas, esta tendencia elemental sufre una aparente.
tos, económicamente ligados pero separados en dos armazones sociales, que distorsión por cuanto el dispositivo social se ha desviado considerablemente
)r,a no son complementarias nlatrilnonialnl~nte,. sino .much~s veces cerradas en relación con el desarrollo biológico de la evolución humana. El com-
una trente a la otra.· A la complernentaridad de la pare} a y a la de los portamiento de agresión pertenece a la realidad humana. de~~e los ~llst!"a.
grupos aliados en un sistema de intercambios, se sobrepone una estructura lantropos por 10 menos }' la evolución acelerada ~,el ~l~~SltIvO social no .
de un nivel superior, donde dos sociedades distintas mantienen relaciones cambió en riada el lento desarrollo. de la maduración Filética. Entre la ca-
de un tipo análogo. El hecho que encontramos aquí es comparable al que cería y 511 símil, la gllerra, se establece progresivamente una su.ti! asimi-
se distingue en' los organismos vivos, entre los cuales, desde la base a la lación a medida qtle una y otra se concentran en una clase nacida ?e la
cima de la serie, los sistemas vegetativos pasan del enfrentamiento de nueva economia, la clase de los hombres de armas. Claves de la .libera-
células libres al de organisl110S, poniendo en coordinación un número con- ción de la humanidad primitiva, los .cereales y el ganado abren la vía
siderable de células agregadas. Este paralel ismo es el que inspira al P. del . progreso técnico.. pero no liberan en absoluto de. las servidumbres
Teilhard de Chardin, cuando subraya el relevo de' Jo zoológico pOlr lo .genéticas, ...y la historia se desarrolla sobre tres ~lanos dlSC?rdantes: el de
social, Esnormal que a las mismas causas correspondan los mismos efectos, ·la historia natural qlle . hace que el bomo s,tp¡eJ1S del sl~l? xx ..apenas
puesto qlle en. 'su origen los caracteres propios de las sociedades aglrícolas . difiera del hOl1¡O sapiens de 300 años antes, el de la evolución SOCIa.! q.lle
pastoriles res; den en la. elevación de la ?,ensidad. de la población, deter-
minada y hecha necesana po.r la producción de allment~s, causa r efecto.
'ajusta ffillY irregularmente las estructuras fundamentales d·el· grupo bIO-
lógico a . las que nacen de la evolución técnica, y el de la evolución téc-
de la transformación de las relaciones de cornplernentaridad. AgrIcultores
nica, excrecencia prodigiosa de donde la especie, bo mo sapiens saca Sll
y pastores inician, desde. ese instante, el, desarrollo complejo .de su sirn- eficacia sin estar biológicamente en posesión de su control. Entre es.tos
biosis. Inseparables ~conónlicanlen~e I~s unos de !os' 'otros, soo', según las dos extremos del hombre físico }r de las técnicas de las cuales termina.
sociedades y la cemente (le la. historia, ora reunidos por los vínculos .de
por ser un simple instrumento, la· mediación se' opera a través de un .
enfeudamiento del pastor al agricllltor, ora sometidos al dispositivo inver-
edificio social Cll}!JS .respuestas están siempre u~ poco atrasadas en re~a-
so. Durante varios milenios, desde la antigüedad bíblica a las invasiones
ción a los problemas plan teados, }' según unos conceptos morales" sancto-
de los Hunos y de los Mongoles, o a los movimientos de los Peuls o de
los Bantúes de Africa, el Antiguo Mundo ha vivido una parte importante nados por las religiones o unas ideologías,. cuyas raíces s.e hunden en la
moral social. Estos conceptos morales, gracias a la contraimagen que dan
(le su ,historia en las alternativas de la cornplementaridad de las dos ,
econornras. del hombre biológico, contribuyen a crear la silueta, allnqlle mlIy abstracta, .
La. gllerra. Esta. cornplernentaridad . de los agricultores y de los pasto- de un hOJJ10 que. hubiera ido más allá del estado sapiens. El hombre
,

res revistió con frecuencia una forma violenta; se trata de otro carácter que a zrlcola está encerrado en la misma piel que el de los tiempos oscuros :

es propio a las actuales formas de la economía. Corno lJara los hechos pre· d~ la matanza de rnamuts, pero la inversión del dispositivo económico qlle
cedentes, tampoco aquf se .trata de lln. estado. realnlente nue\'o, sino de lIn hace de él productor de los recursos, le convierte alternativamente en cazador
caráctclr de fondo call1biado de escala.)7 de fornla. En las sociedad·es pri. y presa.
miti,'as , el asesinato afecta a los indi,'iduos dentro de un sistelna de aliaJl-
.

zas, . mientras la tt\'endetta" c01TIl)rOnlete .Ql:ís f reClIentenle!lte a fracciones


LAS CLASES SOCIALES
sobre lno\riles generalrilente de carácter indi\'idual. La ri\'alidad en la ad-
q·uisición de nLle\;os ter,!"enos, de produ(:tos o. de nlujeres aparece entre El carácter capitalizador de la
prodllcción animal y vegetal al nivel agrí-
fracciones enn1arcadas ·en d.ispositi\'oS de alianza o etnias diferentes. Si no' cola y pastoral es fllndam·ental. Los cereales, los dátiles o las olivas inmo\rili-
tenemos razón aJguna para adscribir una n1enor agresi\,idad a los prinli- zan al grupo alrededor de su acervo alimentario, tal como el rebaño ata al.
. ti'vos, se puede constatar que la ag,!esión, por razones orgánicas, re\!iste nómad·a a SllS pasos. Las nllevas relaciones entre las existencias' alimentarias
en ellos carácter nlLiy diferente, del. que tonla la guerra a partir de la
167
166
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.....

. .

y el detern1inan,. n1~~iante ur:. ajuste indispensable de las rela-


110111bre El progreso técnico. entra, en efecto, en l10 ciclo iniciado' por la
ciones sociales una ornamzacron estratificada que es la fuente 1111sma del presencia de productos alimenticios almacenables por los agricultores. Si
prooreso. Me~os de 2 ~OOO años cespués de la aparición de las p.:imeras no se pueden comprender las primeras civilizaciones de!" Cercano Oriente
aldgas, ya surgen las primeras ciudcdes, con lo que, suponen de Jefe~, y si n hacer intervenir a los 'criadores en el complejo evoluti Y'O, es sin ern-
guerreros, servidores y aldeanos a\Ta~allados: ~a teo~la, ~e esta e\~OlUClon bargo en el seno de la fracción. sedentaria donde ha debido iniciarse. el
fue estructurada hace un siglo por el materialismo ~~st~rlco, pero importa proceso. En efecto, dos causas actúan en las "invenciones' de .la cerámi-
subrayar de paso qlle se trata de lID 11e::ho de eqllll1brl~ normal y n~ de ca }' de los metales: el .ritrno del trabajo-y la existencia de recursos ,11-
una aberración patológica, .corno ~a desl~naron las teorlas. de los .prInle- macenados. Las operaciones artesanales suponen la' posible libe-ación de
ros sociólogos. Si las. formas sociales _:;lguen con un atraso sel1~lble la un . número de horas. 111tl}' importante, se trate de individuos productores
adaptación tecnoeconórnica, no hacen mas qll~, resJ?~n.der de la mejor I~l,a- (le alimentos, desocupados durante los intervalos de los trabajos agríc().
llera posible al dilema insoluble de la. e\'QIUCIOn filética y de la evolución las, o de verdaderos especialistas totalmente 1iberados de las tareas al i-
técnica. A través del increíble despilfarro de hombres y rec:ursos qlle rnentarías. El carácter. estacional o pulsante de los trabajos agrícolas y
caracteriza la historia, el hombre asume el papel de resorte de ajuste entre 1,1 presencia de una masa alimenticia (llIt' constituye una reserva nutritiva
los .estados sucesivos. sensiblemente constante, realizan las condiciones del' "medio favorab'c".
Tal como la mano Iiberada de los australantropos no se quedó I~ll1Cl1()
tiempo vacía, el tiempo liberado ele 1.1S sociedades agrícolas se llenó r.i-
LA . LIBERACION DEL 1"ECNICO (figuras -
í-L
.'
i5) pidarnente.
La sedentarización ha' favorecido el desarrollo de técn icas tales' corn. l
Desde hace' mucho tiempo ya, los prehistoriadores han notado el
la cestería o el tejido, qlle existían sin duda antcriorrncnre, ¡Jero (]llC en
carácter repentino de la aparición de las HiIl\',enciones" n:a)~ores en ~a
·\,irtud de 'las . necesidades a~rícolJs y de 'la deficiencia de pieles animales
historia de las sociedades actuales. Apenas consolidada la agrJCllltLlra, hacia '- .

.respecto a la población, adquieren carácter de necesidad. La innovación


6000, aparece. la cerámica ),a l11U}T adelantada; lueg~, hacia 35~O, . el principal corresponde, sin embargo, a la mani pulación del fllego, y al fe.
metal y la escritura comienzan a asomarse. Lo que equl\:ale. ~ consld~rar dedor de las "artes del fuego" es donde se' cristaliza el progreso té~·nic().
que 2,500 años de agriCll1tura han bastado, p~ra que las sociedades OrleJ1.- El inicio se sitúa rntly atrás, pues el conocimiento accidental de la cocción
tales adquieran los fundaln~ntos tecnoeconórnrcos sob~e los cuales ~:l)OS~l de las arcillas era accesible a los paleolíticos. En cuanto a Jos metales na-
aún' el edificio humano, mientras que fuer,on necesarios 30. 000 .a}l~)s.al
/J01770 sap iens para alcanzar el ~lnlbral ag.~lcola. Esta transformación 1~1~.

plica la aparición .en los (o.ns~J~u}'entes del. ~~upo de "". elemento 111- .
!
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existente en las sociedades prln11tl\'as: la posibilidad de cubrir el consumo .:

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alimentario de individuos dedicados a unas tareas qlle. no se traducen ,J.
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in rned iatamen te en productos de al irnentación.


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Fig. 75. Organización espacial de los
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I torio y mantiene con los grupos' veci-
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nos intercambios que pueden alcanzar ¡¡

I!_ i.
la alianza matrimonial o restringirse a I
(-. ../ Q, •

Fig. 74. Esquenla funcional del grupo agrícola


los intercambios materiales. Los arte-
sanos sostienen, entre ellos, un sistema
\ _j
elen1ental. El di~,positi,'o "ital se encuentra com- de relación del mismo tipo que puede
\ 'f ir hasta cubrir vastas regiones y aconl.
partido (:ntre los indi,'iduos agrupados por sex(>
V
""', - - ......
v. en cierto número de fórmulas sociales fundadas
sobre la familia extendida. El sistema asegura
cierto lnargen de especialización, en particular
pañarse de una estricta endogamia

a tra".és de las clases de edad~. El grupo agrícola' ti\,os, desde 35.000 años antes de nllestra era, habían sido encontrados :.' '1!'
: I

. se completa en riumerosos casos desde la edad bajo forIna tie piritas de hierro o de cristales de galena y recogidos por : 1I

del bronce c'on un grupo individual o coJecti"o Jos castelperronienses y los allriñacienses COn 11n fin. verosímilmente má- :1
I
restringido: el artesano (llerrero o potero, car-
pintero, tejedo~, etc ... ) gico-religioso. Estos cono~inlientos no condllcían ni a la cerJrnica ni a la
·· ,.
· .
: i

168 169· . ·!

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I
~,

metalurgia, porque el grupo primitivo


horas repartidas entre los innumerables
no disponía de las innumerables
individuos qlle S011, precisas para ~,
.. , _- -_ '
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que la invención nazca. /' ,.....
"'' ' ' ' ' ,,- ,.. ~'

Esta disponibilidad de tiempo no es el único factor. Existe, por el / A ~

.. r
1"\
~ ~
hecho de la elevación constante de la población Y. del aumento de las /
necesidades de la colectividad, un verdadero "llamado a la innovación", / ,
, .,
que solamente se da en grado débil en las sociedades de medio equilibrado.
Estabilización en el espacio y posibilidad
recursos, aumentando
de aumentar en el lugar, los
el número de individuos, crean un estado particular /
/
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del medio interior, que coincide con la liberación del tiempo. Sobre esta
~ 110.. ...~... \
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, base se inicia la bola de .nieve del' progreso acelerado de las técnicas en
un dispositivo social constituido POI: unidades territoriales densas que se I \
comunican entre sí mediante la red de intercambios pacíficos o bélicos. 1 '
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LA CIVILIZACION (figura 76) \


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El paso del Neolítico ,esencialnlente rural a la edad de los 11e- i ""'"
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tales coincide con el desarrollo de un dispositivo territorial que' es la \ I
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consecuencia progresiva,
decir, la intervención
la "civilización" ,tn, el 111ás estricto sentido, es
de la ciudad en el funcionamiento del organismo
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étnico. Sin duda que el paso ha sido insensible. Puede eSl)erarse descubrir 1
/. j_ 1'-
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....
, " /
día tras día unidades serniurbanizadas cada vez más antiguas, hasta los
límites de la' protoagrieultura, jamás probablemente se descubrirá la pri- ,
J /
111e.~a ciudad, pero es fácil, extraer de los documentos arqueológicos entre 'ti...... .,/
/'
los años 6000 }' 3000, de' Mesopotarnia )' Egipto, los elementos nece-
sarios l)ara la comprensión 'del fenómeno urbano,
... -_ - -- --- "

La transición entre ciertas aldeas privilegiadas edificadas sobre su Fig. 76. Esquema funcional del dispositivo urbano. La ciudad juega "

montículo natural '}' las primeras ciudades edificadas sobre los "tells' el papel de centro del territorio y se inserta en un grupo' de aldeas
.Tormados por las' rUil1JS -de aldeas precedentes, es propiamente irnper agrícolas del tipo de la fig. 75, de las cuales ,saca sus recursos 'y ase,
gura la cohesión. El poder central (1) está ligado, a las funciones mili-
ceptible. La arqueología muestra en 105 estratos, creados por las ruinas tares (2), religiosas (3) }' jurídicas (4) que tienden a especializarse
sucesivas, la pern1anente ocupación desde el Neolítico. La civilización en unos individuos o en unas clases distintas. Los mercaderes (5) cons-
está caracterizada por un esqllenla funcional }~ 110 po~ caracteres morfoló- tituyen un grupo' cuya segregación, en relación con las clases diri-
gicos nítidos desde el origel1. Este esquema corresponde a un grupo de gentes, es variable, su acción indirecta y sus alianzas les confieren,
siempre una notable importancia. Los artesanos (6) y el pequeño
aldeas unidas orgánicJI11ente' a una aglomeración que desempeña -el papel comercio están completamente aislados de las clases dirigentes de las
'de capital. Un tal, dispositivo Sllpone una jerarquización socialmente con- cuales son dependientes, mas una parte de los elementos asegura su
firmada por la detención de la autoridad }' del capital en grano e.n las promoción por la permeabilidad de la clase de los mercaderes
manos de una élite constituida por el poder a la vez militar y religioso. 'El
hecho' más importante desde, el pUlltO de vista tecnoeconórnico es la en- la' "valentía" del cazador, al "prestigio". del orador, a la •'nobleza", de
trada en escena, del artesano, pues sobre él reposa toda la evolución técnica, las tareas rurales incluso, su acción es sencillamente "hábil". Es él quien
La civilización reposa 'sobre el artesano }' la situación, de éste en el materializa lo que hay de más antrópido en el hombre, pero se desprende
',llispositi\'o funcional corresponde a Ull0S hechos que el, etnólogo ha' de· de su larga historia el sentimiento de que representa solamente uno de'
finido 111l1y incompletamente. Su función' es, entre las demás fundarnen- los dos polos, el de la mano, al antípoda de la meditación. En el origen
tales, la qlle menos se presta a las valorizaciones honóríficas. A través de la discriminación qlle hacemos aún entre el "intelectual" y el "técnico"
de toda la historia y en todos 'los pueblos, incluso cuando su acción se -, se encuentra la jerarquía establecida en los antrópidos entre acción téc-
integra estrechamente en el sistema religioso, él figura en segundo plano. nica y lenguaje, entre la obra unida a 10 más real de la realidad y la qlle
. ,En relación a la "santidad", del sacerdote; el "heroísmo' del guerrero, :! se 'apo}'a sobre los símbolos. De hecho, en las sociedades agrícolas, la

170 " ,
171
..
'

cíliación bastarda entre el estado de principio de un orden social armo-


fortuna )' la posesión monetaria establecen 111U): pronto, tIna. escala para- nioso y el estado' de hecho ampliamente regido por los' imperativos tec.
lela a la de las funciones' del sacerdote, del Jefe, del fabricante y del noeconórnicos. Las técnicas, surgidas del cllerpo del hombre desde el pri- ,
a¿~ricllltor. IllClLISO hoy, cuando Ja divinización de la invención acarrea . mer cbo p per del primer australantropo, remedan en una cadencia ver-:
el mito de las técnicas, el militar qlle vuela en un cohete es exaltado (01110 tizinosa el desarrollo de los millones de siglos de la evolución geológica:
héroe, mientras que el ingeniero que lo 11l concebido 110 es, 1111S que h~sta el punto de fabricar· sistemas n~rviosos artificiales. y ~en:amientos
Ll11 'oran servidor de la ciencia humana, una mano. Es indispensable C0111· electrónicos. La 'fundación de las prlnleras urbes 'y el nacirmento del
. prender el valor profundamente biológico de temas sociales tan lban3.l~s mundo civilizado marcan, pues, el punto, donde se inicia, bajo .lln.a forma
para qtIe nuestra curva ~scensjonal no s:a t~111ada por .un .S}111P e accr- imperativa, el diálogo entre el, hombre físico, tributario de la ,~lsma co-
dente del azar o por el Juego de una rmsterrosa predestinación, r'lles el rriente que los dinosaurios, )' la técnica, nacida de SL1 pensaml~nto pero
azar actúa ell un sentido constante desde los orígenes )r el misterio va liberada del .vinculo genético.
evolucionando en el todo y no en sus !-13.:tes.
C0010 Ull todo también se constituye el 'dispositi\'o inicial xle la ci-
vi lización. El sedentarismo surgido del almacenami ento agrícola llega a EL ASCENSO PROl\[E1 EICO
T (figtlra 77).
la formación de sociedades jerarquizadas ).. J la concentración ele las ri-
El único ca1npo directamente .responsable de! desarrollo de lJS so-
.quezas y' del doble poder religioso vy militar eI1 capital~s. Los j.efes )' 5L1
ciedades civilizadas es 1~1 metalurgia. Sin embargo' la metalurgia sería in,
capital S011 orcánicamente la "cabeza" del cllerpo étnico, l11edIJ11te una
imacen etimolóuica
b ,
que traduce una constitución 'en la cual la organiza,
comprensible si no se le situara en 'el conjunto l~e las artes del. ftl~gO
b b . l' . d (cerámica, cristalería, colorantes, cal y yeso) qtIe, forman un hJZ indiso-
ción de las funciones representadas por unos grll})OS sonares }CrarqLIIZ:1 os luble. En materia de invención, sería un error creer que un hecho único
}11 sustituido a la jerarquización intraindividual ,lie . estas funciones eI1 el genial, saca de la nad.i 1.10 "cuerpo, técnico aislado. Es necesario cierto
grupo prirni ti vo , El dispositivo .social debe su constitución eil, 111JCrOOr- desarrollo para qLle' el geni'o individual se ejerza sobre la materia: es en
ganisnlo ,a las mismas fu~ntes l)ropia~. a, todas las. sc)~je.dadés \'i;'ientes, un cuerpo de técnicas movilizando durante siglos a numerosos individuos
desde los corales a la abeja; ,el orgarusrno hUI11Jll0 individual esta cons- donde la metalurgja ha podido tener Sll origen. La domesticación del
truido también segúl1 el l11isl110 esquel11a, ccn el COJ1gIonlerado de célu- fllego no es fechable, solamente se sabe que los sinantropos lo mantenían
las especializadas agrupadas' en órganos que aseguran 'os diferentes sec- )' qlle los paleantrópidos lo poseían. la primera. aplicación técnica qlle se
tores de la economía \1ital.· Es, l)lleS, normal qlle cuando adoptan una conozca de él, salvo el LISO culinario, remonta al alba del Paleolítico su-
forma compleja de agrupanlietlto, 105 individuos civilizados tienden, a to- perior, hacia 35.000 años antes de J. c. A partir de esa época, poseen1os
,11lar cada vez 111ás la apariencia de un clIerpo CL1)TaS!J¡lrtes están cada vez .. el testimonio de la calcinación de los ocres ferruginosos a fin de obtener
111ás estrechamente ajustadas al COIl junto. Lo que caracteriza por doquier de ellos 'diferentes tintes escalonados entre el amarillo anarajaodo y el
al cuerpo social es que, si copia las v ías de evolución en su aspecto fO,:-111<1 I~ , rojo violeta. El tratamiento de los colorantes ferruginosos .por el fuego
escapa en el ritmo de. Sll desarro~l,o: En efecto; la cinl_a de la l)ir!tnli~c. preludia con bastante anticipación .las otras aplicaciones, puesto que. nin-
evoluciona ·1')oco: desde la fundación de .1,:5 F'rJll1~:as ;~~dadts lneSO))()t:l' gÚl1 documento permite pensar en la aplicación práctica de la cocción de
l11icas, los progresos del })ensanliento relIgIOSO )' t 110Sotlco son StllStb les, la arcilla, la cllal se prodllcía sin emb~lrgo accidentallnente en los fogones
nlas ¿se 'pllede afirmar que alguien piense '( en sentido estricto) ~11is de los 1110radores de las ca\Tern'Js. Sólo hacia 6.000, en IrJ.l~, unas figl1~as
lJrofundal11ente qLle Platón? Parece qlle nlU)' ·l)rOllto tI· 1.7D/J10 .fil¡'J/t/1J n101deadas y unos hornos ill0ldeados en arcilla, parecen haber sido acci-
liace uso plel10 de sus, posibilidades psíquicJ.s para 'Íl1tentar profll11dizar dental pero· f reCtlentemente cocidos, y tan sólo hacia S. 000 la cerámica
10 inmaterial')' que ',no le qued a' nlás qLle esperJr a gtle el· il~ll)llls~ (le 1;1 F,~cpiamente dicha, aparece }' se extiende en las prinleras sociedades agrí,
e\7,olución 'lo condllzca lentan1tl1te 'hacia P(;.~sF~ecti\TJS 111J.S clar~s. Si tI colas. En la nlisnla época, el yeso hace Sll primera aparición y, de lvIeso-
progreso' illtelecttlaI existe, biológicalnellte es aún il1Stl1Sible y estriba ·111:1S potanlia al 1vfediter,ráneo, la reducción ,del yeso por el fuego da revesti-
sobre la anlpl iación de los l11edíos }' de los. call1pos de 'esl-¡eClllacióll g~lC .. filien tos d'e sllelo y de paredes,. ,
sobre las l?osil"lilidades psicofisiológicas <-le su perJetración. , Ceránlica j' fabricación del yeso indican un dominio ya probado de
Por el contrario
. ., es inútil insistir sobre Li liberaciól1 de las técllicas
. ,
las temperatllras entre 5000 y 7000 Y la· posibilidad de ir nlás allá de los
el1 ¡~elación al ritolo de la e\'olLlción biológica. lJelJ· \:ez constituido el 1 .0000 ,para partes mlly restringidas y convenientell1ente aireadas del fo-
organisnlo agrícola,. la hUlllanida(.i cl1tra (:n Ull l)roceso de e\~OlllCióll \'er- gón. Se pllede así conside.!ar que hacia 4. 000 años antes de nllestra era,·
tical que la ha conducido directaolente á 'la situaci{;n de l1c)}'; S()bre lID il1nllmerables alfa'reros o caleros n1aniplllan lIn ftleg'o qtle se encamina
esquerila funcional nluy, sencillo (el j~fe,. la. cJ}-"lital, .eI cal)ital, lc)s fabri- progreSi\1anlente, hacia las Ctlalidades reqlleridas para, la coo,'ersión en me-
cantes }r los prodtlctores fllrales) las lnstltLlclones 'SOCiales ocrall llna (C)i1-
.' '

'173
172

..
nos de la ecuación' metalúrgica. El tercero, el mineral, no' está 'ausente
tampoco, pues entre los colorantes, 'además del ocre ferruginoso cu}'a
reducción ofrece algunas dificultades, la malaquita, con alto contenido en
TEMPERATURA cobre, hace su aparición. Utilizada verosímilmente como maquillaje, es
1600 Sílica común en Egipto, y si no sabemos aún nada preciso sobre el descubri-
pura miento de la reducción del cobre, sabemos en cambio' que' entre 5000 y
15 O O _ __;___.;._ 'Hierro puro _ 3000 'existen los elementos para obtenerlo, qlle después de 3,000 el
Tierras
cobre es ,cosa común de Egipto, hasta Mesopotamia, y qlle en 2000,
Acero cuando nace el hierro,' el bronce o el cobre ya se han extendido, tal corno
14 O O _ hipocutectoide

rro s
una mancha de aceite,' desde el Atlántico hasta China. ' ,
Porcelana La' coincidencia de la primera metalurgia con las primeras urbes es'
13001 ~ ~ _ dura más qlle un hecho de azar; es la afirmación de. una fórmul.a te~noeconó-
mica, la cual, contiene )·a todas las consecuencias de la, historia de las
1200 ~ Acero grandes civilizaciones. la civilización ,no se puede, entender si tomamos ,

h ipereutectoide sus elementos por separado. Tomarla por la evolución de una ideología ,
11 O O 1 ~ religiosa .o política es, en, verdad, invertir el, problema, así como ver en ,

Arenisca 'ella el solo juego de contingencias tecnoeconómicas sería, por otra, parte, ,

,
inexacto, pues todo ciclo se establece entre la cima y la base: la ideología '
,1000 Hierro no carburado se cuela de algún modo en el molde tecnoeconórnico parJ. orientar su
Bronce
Comienzo de
desarrollo, exactamente corno hemos visto en los capítulos precedentes que
900 _ vitrificación
el .sisterna nervioso se colaba en el, molde corporal. Sin' embargo, al nivel
Cobre,
qlIe se sitúa el presente capítulo, parece correcto 9ue la bas: tecnoec?nó-
, 8 O O f------ mica sea el elemento fundamental. Luego se podra buscar como se vierte
"impuro"
1,1 corriente ideológica con la que el individuo ensaya escapar al dominio
700~ _ ,del' dispositivo material que 10 va tra?sform,ando más y más e~, tl~a., cé,:
lula despersonalizada; pero nos quedaríamos solamente en la epidermis SI
;
no se diera previamente una imagen real del 'esqueleto y de los músculos
'Salida del' agua absorbida
6 O O f------- de la sociedad. Los pueblos que nos han conservado el.recuerdo ,de este ,

(tierra cocida) :

primer período de las sociedades modernas, tuvieron conciencia ,del ca- ,


500t- _ rácter ambiguo del organismo naciente y no sin motivo el mito prometeico ,, '
:
refleja a la vez una victoria sobre los dioses y un encadenamiento, igual" "

qlle' la Biblia, en el Génesis, expone el asesinato de Abel por el agri-


400 t----
cultor Caín, edificador, de la primera' urbe 'y antepasado de su doble
.Tubalcaln, primer metal,úr~ico. . _'. .. ."
300~_ De suerte que el tecnico es CIertamente el maes,tro de ~a civilización,
Yeso
puesto qlle es el maestro de las artes del fuego. Es del fOgO!1 (que algu-
200 nos siglos de cerámica le han enseñado a manejar) de donde sale el yeso,
'y poco después, el cobre y el bronce. Las escorias, residuos de la elabo
Fig, 77. Cuadro de las artes del fuego, mostrando sobre la escala de las tempe- ración metalúrgica, originan el vidrio. Pero el artesano es, un demiurgo
raturas los vínculos entre las técnicas del metal, de la cerámica y de la cristalería atado. Hemos visto que su posición en el dispositivo tecnoeconórnico es
una posición de subordinación: es él quien forja las armas usadas por los
jefes, quien funde las joyas lucidas por sus mujeres, quien martela la
tal de los óxidos metálicos, La manipulación de la cal extraída 'de calizas vajilla de los dioses, es Vulcano todo poderoso, cojo y .ridiculizado, Es
apropiadas responde, además, a la presencia posible en. el fogón de un él quien, ,a 10 largo de cincuenta siglos, sin' qlle los niveles ideológicos :'
elemento químico reductor, propio, para rebajar el punto de' fusión' del hayan realmente evolucionado, ha puesto entre las manos de los hombres ,
mineral. El medio favorable a 1a aparición' de la metalurgia está, al menos "capitales" los medios para realizar el triunfo del mundo de 10 artificial
virtualmente, asegurado. , . sobre el de la naturaleza. la atmósfera de maldición en la cual se inicia
"Temperatura y elemento reductor constituyen 'dos de los tres térmi-
175,
174
I

I
l'
,
la historia del artesano del fuego en la nla)'Or l)arte de las civilizaciones,
110 es 111ás q1le el reflejo ele una frustración intuitivamente percibida des-
de el origen,

LA CIUDAD (figuras 76, 78 Y 79)

Hacia 2000 antes de nuestra era; desde Egipto hasta Turquía, el


TIldo, Chilla y el perirnetro norte del Mediterráneo, existen ciudades qlle
valorizan el primer gral1 desarrollo de la civilización. Su estructura es
=
sil1gul~rnlel1te 11!lif~rll1e, l)ero' no debe sorprender, puesto que he·
11105' ,JlStO que la ciudad no es mas que el elemento expresivo del nuevo
dispositivo funcional tornado par la colectividad humana, • !

,
Fig. 79~ Plano de la ciudad de Aigues-Mortes ·

• ti "
·

tes, 511 condición generalnlente no. es completamente la de eSCl~l\'OS ni


'1 :- [ 1I
completamente la de hombres revestidos -de toda la dignidad inherente a
esta condición. la ciudady SllS órganos están articulados con el campo, del
.¡.~==-~
~____. ~_.....J . . ;::=::::===:::~ ;
cual toman Sll materia nutritiva y qlle les aseglIra la cohesión mediante una
red de intendentes. e intermediarios entre el rey y un campesinado gene· ,
[~~DDDDDD
!I~ ~~.......J
: ralmente sojuzgado (fig. 76). Con bastante prontitud surge un elemento
soc,ial suplementario, el comerciante, indígena o más generalmente foráneo,.
,
!

!.:
,

!¡ . qlIlen, con la aparición de la moneda viene a complicar el dispositivo i

I~ fundamental sin Ilevarle modificaciones estructurales profundas. !


j ••
I

A partir del desarrollo. de las. primeras economías agrarias, la. evo-


,, .
-,
lución se hace, por consiguiente, en el. sentido de una supersedentariza-
ción como consecuencia de la formación de un capitalismo, el cual es la ¡

consecuencia directa de la inmovilización alrededor de las reservas de . ~.


1,

cereales. la inmovilización termina' en la formación de un dispositivo ....


'
: ,
I .
.
defensivo qlle acarrea inevitablemente la jerarquización social. Esta jerar- :
· .

quización se opera sobre bases normales, puesto qlle, tal como un orga- ..;.
nismo viviente, el dispositivo social posee una cabeza donde se elabora la '.:

:..
-.1 ideología del grupo, unos brazos para forjarle sus medios de acción y un
vasto sistema de adquisición y de consumo, que satisface el mantenimiento.
Fig. 78." Plano de la
ciudad asiria de Khorsa- y el crecimiento del grupo.
bad (siglo VIII antes de nuestra era)
El desarrollo del organismo urbanizado (civilizado en el sentido eti-
mológico) acarrea' inevitablemente con él todo lo que hay .de negativo
.. En cada época, )' tanto en América COD10 en Europa no mediterrá- en las sociedades actuales. En efecto, no puede ser eficaz sino en 'la me-
nea o en Af rica negra, cada vez que el grupo, tras haber alcanzado" el dida como acentúa la segregación social, forma tomada en este organismo
artificial por la especialización celular de los Seres' animados del mundo '.·
11i\·e~-,agrícola franquea el umbral de la' metalurgia, --el mismo dispositivo
· funcional torna forma. La ciudad es el núcleo. Está encerrada en SllS muros natural: poseedores, campesinos y presos, dan una escala tanto más eficaz •·
· defensivos, centrada sobre las reservas de cereales y el tesoro. Las células cuanto mayor es la distancia entre sus funciones. Al nivel de las socieda-
·que la animan son el' rey o su delegado, los dignatarios militares y los des agrícolas, la injusticia social es .la imagen negativa del triunfó sobre
sacerdotes, servidos por' un pueblo de domésticosy de esclavos. Los arte- el medio natural,
sanos forman en el interior del dispositivo urbano· una serie de células La polarización de los especialistas en el recinto defensivo de la: ca- ..
generalnlente endógamas; su suerte está .ligada a la de las clases dirigen- pital es otro aspecto particular del dispositivo civilizado. El artesano. como
,
·
176 177

I,
".r-

hemos visto,- es consumidor del excedente alimentario, lujo inaccesible en ,


.. ' :
'

las sociedades primitivas y :qlle representa un avance hecho IJor el grl1l)O


sobre su capital, en previsión de medios de acción incrementados en el ~
......
futuro; su existencia ya 110' es posible sino gracias a, la superdotación de
la clase dominante, Hasta el.,,11101nento actual, este hecho conserva toda
su validez y el presente continúa demostrando que la investigación técnica '"" 3
es un lujo, privilegio de civilizaciones que, bajo formas políticas 0lJues· ~ ,
tas, disponen de un excedente de capital considerable; de suerte que se l
I ..
trata de una operación tendiente al superequiparniento técnico de una frac- _ .... , 1,
I
I

ción dirigerite de la colectividad. El artesano es, desde su origen, antes


que todo un fabricante de armas; es también un orfebre y solamente, de OD
una manera secundaria, un fabricante de útiles. Muy pronto, el carpintero /
,;
o'

y el tallador de piedra, constructores de palacios, dispusieron de 11n utillaje


o'
-:

metálico, en la medida que ellos también se iban vinculando a la superdo-


ración del g.rupo capital. Mas es solamente en la" edad del hierro, cuando d a GD
este mineral presente por doquier permite el desarrollo de una pequeña ~
,
metalurgia rural, cuando el campesino trueca su azada de madera por una ;: I
,
, II

azada nletálica.' ' r


;

Tal vez se comprenda mejor ahora lo que hay de coherente ell las ...
formas sociales de una humanidad que apellJS está dejando de ser nues- ....
,..
tra y, cómo, desde el origen, el dispositivo tecnoeconórnico agrícola contie- OD [
,
"

,
ne todos los elementos del progreso técnico }T de las dificultades sociales.
, o
:i

El cuadro no seria completo si no se subrayara 'qu,e el desarrollo de las c'


... ,
primeras urbes no corresponden solamente a la aparición del técnico del ... ,'

fuego, sino que la escritura nace al mismo tiempo qlle la metalurgia, U11a
vez más, no se trata de una coincidencia fortuita, sino de un carácter cohe-
rente. ,Las primeras sociedades sapienses, ,ell el Paleolítico superior, se ma- ,
,
,

nifestaron 110 solamente mediante el desarrollo extraordinario de 511S téc- ,',


; .
nicas en relación con la de los paleantrópidos, sino también mediante la ,!
;i
elaboración de las primeras anotaciones gr~í.ficas. Las sociedades agrícolas, ~I
o

,tan pronto como salen del período de transición lJara asumir su estructura "
,

,
r :,

real, se forj an un instrumento de expresión simbólica a la medida de sus


necesidades. Este instrumento, COI110 es sabido gracias a numerosos testi-
monios, nació como instrumento contable y rápidamente se transformó en
'el útil de la memoria histórica. En otras palabras, es en el momento en que,
comienza a establecerse, el ,capitalisrno agrario cuando aparece el medio
,de fijarlo en una contabilidad, escrita }' es también en el momento que se b b'
afirma la jerarquización social cuando la escritura crea su primera genea w

Fig. 80. Esquema funcional del dispositivo industrial del siglo XIX. El dispositivo
logia. Este aspecto gráfico del desarrollo de la memoria humana será el preindustrial constituye la base de la implantación. La capital (a) comporta las ,
objeto' del próximo capítulo. mismas divisiones que fig. 76, pero la función industrial está representada por un , ,

grupo (7), vinculado al comercio (5) y directamente en relación con el poder


central, cualquiera que sea la forma del Estado. Las aldeas agrícolas continúan
, ESTALLIDO DE LA CIUDAD (figura 'SO) funcionando en el dispositivo antiguo, provistas de una representación artesanal y ,
.~ ! del pequeño comercio; se ligan (e, d) a unas capitales regionales donde se celebran
, Hasta fines del siglo X"III, el dispositivo tecnoeronómico no se había los zocos y las ferias. La transformación radica en la creación de centros industriales ,

modificado mayormente en relación con el, de la antigüedad." Cercada por (b), ligados al cuadro tradicional mediante una red de vías de transporte. Aislado
:,

las campiñas de' donde saca su sustancia nutritiva, articulada COl1 'su medio primero por la proximidad necesaria de materia y de fuerza (b') el centro indus-
trial se "dispersa a lo largo de las vías férreas y determina la aparición de suburbios ,

.rural ,Y con' el mundo lejano de sus mercados y' sus ferias extramuros, la cuya población proletaria ya no se inscribe en los cuadros tradicionales "

!.

, ,~
178
A.O o_
, .ciudad encierra en 5115 murallas, en' torno al núcleo religioso y admini-s-
trativo, .mercaderes y artesanos, en un dispositivo en el cual el encerramiento
'topográfico limitando el espacio, hace codearse individuos pertenecientes
, a grupos sociales diferentes. Es en Europa dónde se pone, en marcha la
evolución .hacia una. fórmula tecnoeconómica nueva. Desde la Edad .Media,
en los países de gran civilización tanto de .Asia como de Europa, la espe·" ¡
¡.
i
cialización de los artesanos del fuego ha conducido a la formación, fuera ;

del dispositivo urbano, de centros metalúrgicos, de cerámicas o cristalerías,


qlle marcan el paso del artesanado a estructuras preindustriales. Si' la ce- , iI
rárnica ha conservado lIn carácter artesanal local, no sucedió igual con la"
metalurgia, cuyas necesidades crecientes acarrearon sobre los puntos geo- .'
gráficos donde la coincidencia del combustible y. del mineral estaba ase-
gllrada, una concentración de especialistas, qlle p,refigllró una forma de
agrupamiento nuevo: la ciudad industrial (figura 81).
Es m U}' difícil hablar de hechos tan cercanos a 1,1 historia contern-
poránea sin caer en 1,1 trivialidad; evocar la descentralización metalúrgica,
la formación, de ciudades qlle han perdido todo carácter tradicional y no,
son más qlle "aglomeraciones" de trabajadores alrededor de la fábrica,
1
¡, ••••••
.. .. .. ... ~ ct reviste sin embargo .tanta importancia y tanto interés como subrayar el
4
10 ..

•:.,
_,1, t-:
•• ,:,.
carácter permanente de 1~1 especialización técnica en la pareja primitiva
1 S1S o la coherencia fundamental de los agricllltores y de' los 'pastores en el ,;

[r,
1,6~O
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paso a la economía agraria. Es tanto más importante cuanto que la revo- i!; -
I!,
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Il1o f lución industrial ha sido para, las sociedades agrÍcolas la única transfor-
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• • t' • ••
"
• .. b mación n1ayor producida en cinco milenios. Semejante consideración irn-
.. ,..... plica qlle se trata de un hecho (lIyas repercusiones sobre el conjunto del "
;

..'
'..
t" • ..
.. ..

. edificio social revisten una importancia comparable a las del paso a la ,


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economía agraria. En efecto', la descentralización metalúrgica y la crea-


ción' de unidades, urbanas en las cuencas hulleras y siderúrgicas exigen
la revisión completa, en menos de un siglo, de todo el' edificio social,
estructuras religiosas incluidas.' Si bien es' trivial aludir los trastornos ..
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determinados por la revolución industrial, .es necesario mostrar que es- il


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tas, modificaciones no están en contradicción' sino .en armonía con el ¡,


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desarrollo funcional, de un organismo sociotécnico artificial, al qiIe nos- , ' ,


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Fig. 81. a) Plano de la aglomeración del Creusot. Se "e la agregación' , EL PUNTO ACTUAL
, industrial a 'lo largo de la ,Tía férrea y los barrÍ(}s de 11ábitat en l)rolifera- ,
ción desordenada. 1: indu'Stria, 2:, construcción densa; 3: construcción En el curso' de estos últimos siglos, la fórmllla tecnoeconómica
menos densa, 4: espacios ,'erdes. b), Crecimiento progres,i,'o de L)!on. '
Se ve, alrededor de la. ciudad a.ntigua ..unida al Saona .Y 'al Ródano, lá
ha cambiado de escala sin modificar SllS términos. La minúsc11la cÍlldad del ::
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extensión g'eométrica de la ciudad de 1850-70 alcanzando la ,ría férrea, el ,
apéndice de ViIleurbanne, de trama irre~rular (fin del siglo XIX), luego 181
la proliferación reciente
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Cercano Oriente' del segundo milenio, con sus jefes, sus funcionarios, su, ¿Trátase en 'realidad de una solución o es s.ólo un callejón sin salida? I

~rupo artesa~l!l, su mercado, '~u- c~ml)iñ,a, sus .rebaños, sus pequeñas gue- ,la' uniformidad de comportamiento de los' estados marxistas' como la ,de
rras, sus rapInas y 5l1S clases" tiranizadas que aportaban el excedente indis- 'los estados capitalistas en esta vía aporta, en' todo caso, la certeza de' 'la
'pensable l?ara el desarrollo de un dispositivo CU}7a cabeza, y ella sola, mar- evolución hacia una fórmula, nueva, Uno' puede preguntarse 'sí se trata
c~ba el ~11.,Tel.alcanzado por la sociedad; esta ciudad de la antigüedad es, , realmente de la evolución hacia un nuevo equilibrio en el cual todos los' iH
ji;

Sin 1110dlfl.cacI011es, 'transponible a cualquiera de los grandes estados euro. valores volverían a encontrar el puesto' que les corresponde en la fórmula '1

p~os del 51g10 XIX, c~n 1~ diferencia de que el radio de acción se ha¡ exten-, antrópida (la cinla, se encuentra, de hecho, en 'el cerebro y la base en la , '!
,j
'1,1

dido desde un hemisferio al otro y que el aparato colonial abastecedor. rnano ) o si no es más que la ruptura, por el organismo· artificial en, el
de los exceder:tes ha reemplazado la servidumbre de los campesinos fuera glle 'la civilización se ha desarrollado, del equilibrio para el cual el hombre
,de los suburbios, He presentado en l11edio )' T écnicas la coherencia bio- " está físicamente constituido, En' tal caso, la fórmula trivial y corriente del
lógica. del sistema ci,'!lizado-birbaro-sal~aje }r el hecho de que el progreso "hombre dejado, atrás por sus técnicas" tomaría Sll estricto valor.
l~aterlal de la humanidad ha permanecido unido hasta nuestros días' a este Es difícil, incluso a través de los teóricos, de una y otra ideología,
:¡,.
slst~111a. Este" CC?l~ t?do organismo viviente, conlporta unos elementos hacerse a 1;1 idea de un equilibrio que consistiría en aumentar indefini- "
"

aparentel11el:te lJrI\'l.:.eglados y unas masas oscuras, CU};O' papel, al precio damente el bienestar material de individuos también 'más numerosos. las'
relaciones entré producción, consumo y, materia dej-an prever qtH~ el hom- r,
de ll~l despilfarro enorme, es d~ ~ar la pequeña reserva de impulso que -l
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pernuta el paso. a una slgulell te. Esta verdad biológica -se traduce bre consuma cada vez más y de una manera irremediable, su propia sus- ¡
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e~ el plano social en unos té~1;lil10S de justicia y de injusticia, lo que no tancia, es decir, 10 que' llega del medio natural. ' ,

ayLl?a. mucho a hallar la solución de LID problema de origen estrictamente , En 1,1 actualidad, a pesar de los', esfuerzos sociales y la descoloniza- .;"
I,

orgal11co. , ción, 'el grupo, ya pLlnetarizado' no tiene una forma diferente a la qlle "
I

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, ¿En qué medida c:t~ ~órll1ula ini~ial perIl!anece valedera? Para que ofrecían las peqlleñas sociedades mesopotámicas de hace 4.000 años; es ,"
I

desaRar~zcall, l?s CO!lstren}1111.entos negativos nacidos del dispositivo tecno- ' decir (clla.Iqlliera que sea la fórmula política) que una estricta jerarqui- !
eCOI101111CO,agrlcola-ll1etalurglco, se uecesitaría que el h01J10 sepiens f ran- zación .social hereditaria o selectiva condiciona los individuos en funciones, 1; ,

,queara ~lna, nueva et~lJ~ biológica, la cual 10 pondría tal vez en capacidad cada vez más determinadas; que la economía mundial reposa siempre ':1
:!i
de ~omJllar su agresJ\'Jd~d s,o?re la q~e, reI:0~Jn, mucho mis que sobre el en .Ia explotación de, lo animal y' de lo vegetal, sin que se hayan pro- "
.!
l).~obreso, .los valores de' .justicra o de mjustrcia, La disminución del poten- ducido grandes transformaciones más qlle en la medida de los medios :1,1

c~a! agresivo, qLle se ,cor.:eSlJOl1de, con el. instinto de adquisición, se tradu- .jécnicos: qlle 1,1 industria, heredera del artesanado primordial,' si bien i.'1 '
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c~rl?- por otra lJarte en lln.a. baja equivalente de la necesidad de crear y cambió sus combustibles, reposa siempre sobre el metal. •

fJnal~l;ente' del gu:to de vivrr, l)lleS el e~l)rritu de creación y el de des- En conclusión, el prodigioso triunfo del hombre, sobre la' materia ,1 :
': 1

se ha hecho al precio de una verdadera sustitución.. Hemos visto cómo il I


trucción 1]0 S011 mas que las dos faces, brillante y oscura, del mismo fenó- ,1

meno; .mas, 10 qlle puede ser roto .un día, es el círculo en 'el cual la socie- en el transcurso de la, evolución de los antrópidos, el equilibrio zoológi- ,
, ,

dad se !1a ellce~ra,d~ desde el momento qlle el hombre se transformó en co se sustituía por un equilibrio :lluevo, perceptible desde los inicios del ;1
¡
su prolJJa )~,casi ~nlca !)resa. Tal vez sería necesario 'que la agricultura }' bomo sapiens, en el Paleolítico superior. El grupo étnico, la "nación" "

la metalurgia cedieran el pllesto a un dispositivo tecnoeconómico distinto reemplaza a la especie, }' el hombre, Cll}'O cuerpo sigue siendo el de un
Cll,)ra l1at~~aleza 110 se' ,concibe' 111Uy bien ,a la, llora presente, puesto qLle I~ mamífero normal, se desdobla en un organismo colecti\To con posibilida-
alJlnentaclor: 11l1111a~a slgl1e ~llndada sobre lo ,'egetal y lo aninlal y el nle. des prácticamente ilimitadas por el cúrnllIo de inno\!aciones. Sll economía,
_ ,tal es t~da"la el 1)rl!11er ser\'ldor del lJrogreso; La ideología socialista, desde siglle 'siendo la de lIn mamífero altanlente depredador, incluso después
l1ace. l11as de lII~ SIglo, 113. atacado el p.!."0?Iel11a, sin 'agotar SllS aspectos', del paso a la agricllltllra y a la cría. A partir de este momento, el orga-
partlcula[~~el1te Interesantes Cllal1(Jo -se restltU)?e la perspecti,'a, g~neral de nismo colectivo se hace preponderante, de manera cada vez más impe.ra- "

la e.,'olllCIOll. El: efecto, deslie el 'Pa~eolítico su}")erior, !Jero sobre todo a tiva, y el hombre se transforma en el instrun1ento de una ascensión tecno·
par.tIr de la agrlcllltllra, el 111ll11do de los SÍl1lbo1os (religiosos, estéticos o económica, a la ellal presta sus ideas y Sl15 brazos. ASÍ, la sociedad huma·
s?cl~les) ,ha l~r~\7a!ecido .siel11pre jer.á~quicanlel1te' sobre el mundo de las 'na se convierte en la principal consumidora de hombres, bajo todas las
,tecnlcas y la !)I¡!'anl1de soclal se ha edIfIcado de una 1llanera anlbi oua dal1do formas, por la violencia o el trabajo. El hombre gana en ello la seguridad
la ~re~111iilellcia a las funcio,nes sitnbólicas, sobre la tecnología, bnl¿tor sin progresiva de posesión del mundo natl1ral que debe, si se proyectan hacia
enlbargo de todo progreso. La ,ideología socialista trata de resol,rer este el futllro los términos tecnoeconómicos del actual, terminar con una vic·
probJelna bioI6gico sonletie11do la sociedad a la técnica , es decI·r a prll11eru' . toria total, extraída la última gota de petróleo para cocinar el último pu-
\,ista dando el triunfo a la lnatlO. ' ñado de hierba guisado con la última rata. Una perspecti,va tal es menos
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una utopía que la constatación de las propiedades singulares de la eco-
1)Qn1¡a .hurnana, economía sobre la cual, nada deja entrever aún que el VI ,¡

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h9111~r~" zoológico~, es decir inteligen te, tenga un control real. Al menos •l'
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hemos ,~7isto,'en unos veinte años, el ideal de consumo acompañarse de
cierta desconfianza hacia la infalibilidad del determinismo tecnoeconómico,
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LOS - SIMBOLOS DEL LENGUAJE


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En el capítulo precedente, he' considerado el' desarrollo de la, organi- ,¡,


zación tecnoeconómica y la constitución de - un dispositivo social estrecha- i¡

mente ligado a 1,1 evolución de las técnicas. Ahora", quisiera oCtlparnle de


la evolución de un hecho qlle hace Sil aparición' con el bamo saplens en
el desarrollo de, los antrópidos: la aptitud pa.ra fi jar el pensamiento me-
diante símbolos' materiales. En efecto, si bien el arte figurativo y la es-
critura han sido ya objetos de innumerables estudios, las relaciones entre
los dos dominios y sus vínculos se encuentran aún mal definidos, de suerte
que Sll investigación en una perspectiva g'eneral no .carece de p-rovecho.
En la tercera parte, los ritmos y los valores serán considerados en 5115 as-
-- - pectos estéticos, mas aquí, después de las largas disertaciones en las qlle la
materialidad: del hombre ha sido la preocupación esencial, no es inútil
considerar por qué vías materiales se ha construido lentamente el sistema
que asegLlra a la sociedad ,la conservación permanente de los productos
del pensamiento individual y colectivo.
I
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"

EL NACli.\fIENTO DEL GRAFIS~fO

Los primerísimos testimonios de un grafismo ponen' en evidencia 11n


hecho muy importante. Hemos visto en los capítulos JJ y JII qlle la tec-
nicidad bipolar de muchos vertebrados conducía en los antrópidos a la for-
. '

mación de dos parej as funcionales ,( mano útil y_ cara- lenguaj e), haciendo
intervenir en prim-er lusar la motricidad de, la mano y de la cara para f. '
modelar el pensarniento fen instrumentos de acción material y en símbolos J;_:, '( (".:ll1(: ,
sonoros. La aparición del símbolo gráfico al final del reino' de los palean. t¿t,Lic__ "
tropos StlpOne el establecimiento de relaciones nuevas entre los dos' polos •

" '

operatorios, relaciones excI usivamente características de la humanidad en


el sentido estricto de la palabra, es decir, respondiendo' a un pensamiento
simbolizante en la medida en que nosotros mismos usamos de' ello. En,
1

estas nuevas relaciones, la visión tiene el puesto predominante en las re- ; ,

",' . laciones cara-lectura y mano-grafía. Estas relaciones son exclusivamente hu- ,

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185

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Fig. 83. Churingas australianos (según Spencer y ·Gillen). 1: los


círculos a representan unos árboles y los círculos de puntos, los
Fig. 82. 1ncisiones sobre huesos paleol íticos, Ilarnadas "hue-
pasos de los bailadores; las líneas d representan los bastones que.
llas de caza". a)' Castelperroniense: b) Auriñaciense;
se golpean al compás y e los movimientos de los bailadores; 2 y 3: ..
c) Solutrense churinga de un jefe del totern de la hormiga míelera. a: su ojo; b:
sus intestinos} e: la pintura sobre su pecho, d: su espalda, e: un' pa-
.
jarito aliado a la hormiga ·mieIera. Es posible constatar, basándose
marias, pues si se puede decir, en rigor, (lue el útil es conocido l)or algunos en 82, que las representaciones vinculadas a un contexto verbal y
ejemplares animales y qlle el lenguaje existe sencillamente en las señales gesticulado, corno las de los Churingas, pueden ser desprovistas de.
, .

vocales del mundo animal, nada existe comparable al trazado y a la lectura todo contenido figurativo realista II ;.
de los símbolos hasta el alba del bomo snpiens. Se puede decir '!)lleS que ·
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si ~n la técnica y. el lel1gl1aje de la totalidad de los antrópidos la motrici-
dad condiciona J a expresión, en' el lenguaje figurado de los antrópi dos susceptibles de guiar la interpretación de las "marcas de cacería" paleolíti-
más .recientes, la reflexión determina el grafisl110. cas: primero, el carácter abstracto de la representación, el cual, como vere-
. . Las huellas más antiguas remontan al final del Musteriense y. son ya i' '
mos luego, está igualmente presente en el arte más viejo conocido; ade-
abundantes- hacia 35000 antes de nuestra era, durante el período de Cas- más, el hecho de qlle el "churinga' concretiza la recitación' de encanta- : ¡
· .'
telperron. A l)arecen simultáneamente con los colorantes (ocre }r l11Jl1gane- miento, qlIe es Sll soporte y qlIe el oficiante, con ·la punta del dedo, sigue
so) .. y· los objetos. de adorno. Son unas Iineas de cúpulas o series de tra- las figuras según el ritmo de su declamación. Así, el ,.churinga" moviliza
, ,l
zados g.!"abados en hueso o piedra, pequeñas incisiones equidistantes que las dos fuentes de la expresión, la de la motricidad verbal, ritmada, y la ~
~

testimonian el inicio de la figuración, aparte de lo concretamente figura- de un grafismo involucrado en el mismo proceso dinámico. Decir .que las ·I '1

tivo, y aportan las pruebas de manifestaciones



rítmicas qlle son las 111ás series de incisiones del Paleolítico superior sean asimilables a unos "chu- ·I
I
. antiguamente expresadas: ningún sentido preciso .se puede encontrar. en' ringas" no está en absoluto en mi pensamiento, pero creo que entre las • f
: I

estos l11uy modestos testimonios (fibrura 82) pero se ha visto eLl ellos interpretaciones posibles, es posible la de un dispositivo rítmico de carác-
"marcas de cacería" o una especie de contabilidad, aunque ninguna prueba ter encantatorio o declamatorio.
. . . . ,1·.01
sustancial en el pasado o en el presente apo)'a razonablemente tal hipótesis. ' Un plInto sobre el cual tenemos ahora completa certidumbre, es qlle :!!:
"í.
Las únicas similitudes aproximadas tal \1ez puedan establecerse con los el g'rafismo se inicia no con la representación ingenua de lo real, sino con •
"
1 I
• I

"churinga". australianos, plaquetas de. piedra o de madera grabadas con lo abstracto. El descubrimiento del arte prehistórico a fines del .siglo XIX · I
. motivos abstractos (espirales, líneas rectas Y' grlIpos de puntos), q.ue re- ha hecho surgir el .problema del estado. "ingenuo"· de lID arte qlle habría ,.
'!,
presentan el cuerpo. del antepasado mítico o los Jugares en los' cuales se representado lo que veía en una especie de expansión estética. . Desde
desenvuelve su 111i to (figura 83). Dos aspectos del 'churinga" parecen
t
inicios del siglo, rápid~mente se pudo apreciar qlle esta idea era falsa y

186: 187
• :
:
'
estereotipadas, donde sólo algunos detalles convencionales hacen posible
la identificación de un animal. Estas consideraciones permiten subrayar.
que' el arte figurativo está, en Sl1 origen, directamente ligado al lenguaje
• •• .y aún mucho' más cerca de 1.1 escritura; en 1.,1n sentido IDlly amplio, que. de
••


.•

••

la obra de arte. Es la transposición simbólica y no la calcomanía. 'de la .


realidad; es decir, que hay entre el trazado en el cual se admite' ver un
•.' o •


o· o J--. -- bisonte y el bisonte mismo la. distancia ql1e existe entre Ji. palabra' y el ..
•• útil. Para el signo como para la palabra, 10' abstracto corresponde a una
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. 84 •
·•
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adaptación. progresiva del dispositivo motor de expresión 'a unas solicita-

.
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·. " . ciones cerebrales cada vez más matizadas. De suerte que las antiguas figu-
r o o .' :-:



••
·.
J ,
ras conocidas no representan escenas de' cacerías o animales moribundos
85 o enternecedoras escenas de familia, sino claves gráficas. sin conexión des-·
criptiva, soportes de 1.1ncontexto oral irremediablemente perdido. .
El hecho de que los documentos del arte prehistórico. sean muy nu-
merosos y de qlle comience a ser materia de estadística una masa CllyO
ordenamiento cronológico está definido. en Sl1S grandes líneas, permite
. desbrozar, si no descifrar, el sentido general de' las representaciones: bajo ·

o mil variantes, el arte prehistórico gira alrededor de un tema probablemente


mitológico donde se enfrentan complementariamente unas imágenes de ani-

86 87 .
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males y unas representaciones de hombres y de mujeres. Los animales pa·
recen dispuestos en pares oponiendo el bisonte al caballo, y los seres hu-
manos son representados por símbolos, los cuales son la figllración muy ,
r
;

abstracta de las' características' sexuales (figuras 91 y 143). Es mlly im-


Fig. 84. Grabado del Auriñaciense 1 del refugio Cellier (Dordoña). Es uno
de los escasos documentos figurativos más antiguos que estén fechados con portante haber podido determinar el valor del contenido para entender el
certeza. Vemos una cabeza, verosímilmente de caballo, un símbolo femenino vínculo qlle une la abstracción }r los primeros símbolos gráficos.
y unas incisiones regulares. Fig. 85. Grabado del Auriñacíense IV de La
Ferrassie (Dordoña), representando un·'animal (roto), un símbolo femenino .
.. y unas puntuaciones regulares. Fig. 86. Grabado' probablemente Gravertien- PRln-fER DESARROLLO DEL 'GRAFIS~fO
se de Gargas (Altos Pirineos) figurando un caballo y un símbolo Femenino.
Fig. S7. Grabado 'l\1agdaleniense' de las Cornbarelles (Dordoña), figurando las series. rítmicas de ril}~aS o de puntos continuaron S11.existencia
los mismos sujetos. Se constata, para un tema idéntico, el realismo creciente hasta fines del Paleolítico. superior. Paralelamente, a partir del Auriñacien- ,
i
:

de los elementos del mitograma se, hacia 30000 antes de nuestra era, se ordenan las primeras figllras. '. '
, 1

Hasta hoy, son las más antiguas obras de arte de toda la historia humana I
I
y se percibe con sorpresa que su contenido implica una convención inse- · .1
que se' debía atribuir a preocupaciones de carácter magicorreiigíoso el arte parable de unos conceptos altamente organizados por el lenguaje. Si bien
figurati\10 del Cuaternario (COI110por. otra parte, ..el de todos .105 hombres, el contenido es ya illlly complejo, la ejecución, en cambio, es aún balbu-
salvo excepciones limitadas a: unos estados de gran. madurez ..cultural), Sin ceante: las mej eres representaciones muestran, sin orden, la superposición
embargo, ha sido tan. sólo .recientemente cuando se ha sabido que los de cabezas de animales y de símbolos sexuales, extremadamente estilizados.'
documentos magdalenienses sobre ]05 que se fundaba la idea del realismo En la etapa siguiente, durante el' Gravettiense, hacia 20000, vemos
paleolítico representaban U11 estadio ya Il1uy tardío del arte figurati'vo, pues- . organizarse unas figuras mejor construidas. Los animales 50n expresados
to que se escalonan entre 11000 Y 8000 antes de nuestra era; mientras por su línea de armazón cérvico-dorsal, a la cual se acoplan los detalles -
j

que el verdadero comienzo' se sitúa más allá de 30000. Lo' que es parti- característicos de las especies (cuernos del bisonte, trompa del mamut, crin !
"

cularmente .interesante par.a. este propósito, es que. el grafisIll0 no comienza del caballo, etc.). El contenido de los conjuntos de las figuras sigue siendo :

pOlf una expr,esjón en cierto I110do servil y fotográfica. de 10 real; sino que .el mismo qlle p,recedentemente. Solamente la expresión se ha perfeccionado. ·
·
• j
I
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se le. ve organizarse en el· e,urso de una de~ena de 11111es de años a partir En .el Solutrense, hacia 1500'0, la técnica del grabador o del pintor está · I
, I,
de· sIgnos' q.ue parecen haber' expresado pnrnero Ul10S ri trnos y no unas en posesión de todos 5115recursos, los cuales no son muy diferentes a 105 1
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formas. En ef~cto, es. solamente . ~ac~a 30000 cuando. aparecen las prime- del grabador o del pintor actuales, El sentido de las figtlras no ha carn- · .

ras formas (fIguras· 84 a 87), limitadas po~ otra parte a unas' figuras biado y las paredes o las placas decoradas despliegan las innumerables va-
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189

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riantes del terna de los dos animales, de la mujer .y del 110111bre. Una LA EXPANSION DE 'lOS' SI~rBOlOS
curiosa evolución -se ha producido sin embargo: las representaciones l1U-
marias parecen haber perdido todo carácter realista y se orientan hacia los . Ac~bamos de ver que el arte figurativo .es inseparable del 'lenguaje y' "

triillg~llos, los cuadriláteros, las Iíneas de puntos o. de rayas que cubren, que .na~ló de la constitución de un par inte.ectual fonación -grafía. Es, por
p~r ejemplo, las paredes de Lascaux. Los animales, en cambio, se enea- consiguiente, cla:o qlle, .de.sde un primer momento, fonación y grafismo,
minan poco a poco hacia el realismo de las formas y del 1110,'irnien ro, de r~sponden al mismo objetivo. Tal vez la parte más importante. del arte
los cuales, el11pero, pc.!."nlanecen aún ll1uy lejos en el Solutrense, a pesar de flgura~? .pert~nece a !~, qlle, a falt~ de_mejor exp~esión, .yo designar~, aquí ~

todo lo qlle se ha podido decir sobre el realismo de los animales de Las- corno picto-ideografía w Cuatro mil anos de escntura lineal nos hicieron
caux. Maestría técnica y contenido mitológico corresponden exactamente separar el arte y la escritura y se necesita 110 real esfuerzo de abstracción
al carácter de las figllras de la "edad media paleolítica"; sin embargo, 110 y todo~ los trabajos etnográficos de estos cincuenta últimos años para re-
se puede asimilar estos conjuntos a los frescos de las basílicas.' o a la pin- construir en nosotros una actitud figllrati \Ta, la cual ha sido y es. aún co-
tura de caballete. Sen, en' realidad" "mitograrnas", algo que se emparenta rnún a todos los pueblos apartados de la fonetización
lismo gráfico. . .
y dentro del linea-
más con la ideografía que. con la pictografía, más con. la pictografía que
con el arte descriptivo, . Los lingüistas qlle se esforzaron pO'r estudiar el origen de. la escritura,
. El Magdaleniense, entre 11000 Y 8000, en el momento de los gran- han considerado f recuenternente las pictografías, proyectando sobre ellas
des c?n-junt?,s de, Altal;lira o ele Niaux, n?uestra, para las fig'LlraS humanas, una mentalidad nacida en la práctica de la escritura. No carece de interés'
.constatar qlle las únicas verdaderas "pictografías" que conocemos son todas
.1
·una. inmersion aun 1111S· profunda en el ideograma, bien sea, por el con- I
trarro, un regreso categórico hacia la .representación realista de los 110111· recientes y qlle la nlay'or parte de ellas nacieron, entre g,~ll)OS sin escritura,
bres. y de las mujeres .. E.l1 cuanto a los animales, parecen llevados por una una vez .establec~do el contacto con viajeros o colonos originarios de países
corriente ~o.nde 1a habilidad 'ya a' arrastrar 1)OCO a 1)oco. las figuras hacia c?n escrlt~lra (f19uras 88 a 90 ~. Por cOl1sigllien,te, no parece posible uti-
el academicismo de l~s f~rl11as . (es el 1110!11tl1to de Altamira ) , l)ara luego, Iizar la pictografía de ·105 esquimales o de los Indios como elementos de
.11n . po~~ . antes del .fln., ~lr l1JCJa un .realismo al11anerado,. con precisiones'
fotog.raflcas en el 11l0\!111~lelltoy la forn1.a. Es ,este arte d~l último período
el .1)rlnl~rQ. en ser. COI10Cldo }T el que hIZO asi nacer la Idea del' realismo
primordial.
'1
El arte .1)aleolítico, gracias a su inmensa extensión y la abundancia !
:,

de sus materiales, al)ort.a un testi.nl0t1i~ irremplazable !)ara la comprensión •, ;


!

de lo que son. en .!'ealld~d. la flguraCJón artística y la escritura: 10 qlle


JL)arece,. a partIr. del !laCl1111e~to ·de la' economía agrícola, C01110'dos vías ,
: 1
divergentes, constlt.~y'e ~Il r~~Ildad. una sola de ellas. Es 11111y curioso cons-
tatar 9l1e la eXI)re~lon Slll:bol1ca alcanza de un golpe, desde el Auriñaciense, 88
s~ 111JS elevado nivel (fIguras 84 a 87). \' emos al arte desprenderse, en
clert,o modo, ..ele una \!er(la~era escritura,.}T seguir una trayectoria, la cual, .
partiendo de 10 abstracto, libera progresivamente las convenciones de for-
Illas. y de lTIo\'inliel1to,. }?ara alcanzar al final. de la curva el realismo y
. hundirse, Esta ru.t~ ha ~ldo ~anta's veces seguida por las artes históricas,
qlle se. debe a.dnl1tlr obllgatorI.~mente que corresponde a una' tenden.cia ge-
Ilera1, a 11n CIclo'. de 111adlIraclon, y que .10 abstracto está realnlente en la
base de la eXI)resión gráfica,. Ell' el .cal)itu~o ~IV, e\TocarerTIOS el probleJna
~el ¡ :egreso de las. art~s ~l~c~a un abst:JCCIOnlsmo !lleditado. V.erel110s qlle' 89
Figs. 88~89. Pictograma esquimal de Alaska, grabado sob~e una lámina de
J.a Dusq~eda. de una rItl1:1cldad pu~a., .~e ~? llo-figurati\'isl1l0 ell el arte y marfil, inicio del siglo XX. De un lado (88) se ve un campamento de verano:
. la poesla moderllas, !laClda de la '111edltaclon de las obras de '..arte de los cuatro tiendas y un hombre cerca de una colina. Dando la vuelta a la plaque-
l)uebl~s pril11iti\yos \TÍ\TOS, .corresponde a ~na e\r.asión reg'feSi1:la, a un deseo ta, sobre la misma línea del suelo, un' campamento de invierno: una morsa,
lle abISJTIarS~, en el refugJo de las reaCClOl1es prill10rdiales, tanto COl1l0 a una chalupa de piel vuelta al revés sobre su' soporte y una casa de invierno,
una prO}'eCclon .. en cúpul~ con un largo corredor de entrada. El objeto constituye un mensaje
que se deJaba en el campo abandonado para informar a los visitantes eventua-
les de la dirección tomada. Solamente los esquimales de Alaska y en una
.
'
época reciente' (siglo XIX) han utilizado los pictogramas .

190 191
:

comparación para comprender la ideografía de pueblos anteriores a la es- a la evolución de los territorios coordinadores de los gestos traducidos en
critura. Por otra parte, frecuentemente se 11a ligado el origen de la es- símbolos ·materializados gráficamente .. Esto explicaría el hecho ·de, que
critura a los procedimientos de memorización de valores numéricos (enta- los más antiguos grafismos conocidos sean la expresión desnuda de valores
.lladuras .regulares, cuerdas anudadas, etc.). Si, efectivarnen te, la Iinealiza- .rítrnicos. Sea lo que sea, el simbolismo 'gráfico se aprovecha, en relación
. CiÓ11 alfabética puede desde' su origen haber tenido relaciones con unos al lenguaje fonético, de una cierta independencia: su contenido. expresa
dispositivos de numeración, los cuales eran' forzosamente lineales, no su- en las tres dimensiones del espacio lo qlle el lenguaje fonético' expresa
cede en absoluto lo 1111sn10 lJara el simbolismo figurati,ro 111á s antiguo .. en la única dimensión del tiempo. La conquista' de la escritura ha sido
Razón que me lleva a, considerar la pictografía COI110 algo distinto a ·llna ,precisamente la de hacer entrar, mediante el uso del dispositivo lineal, la '
forma de infancia de la escritura, expresión gráfica en la, subordinación completa a la, expresión fonética.
A estas alturas, la ligazón del lenguaje a 'la expresión' gráfica es de coor-.
dinación y. no de subordinación. la imagen posee entonces una libertad
dimensional que faltará siempre a la escritura;' puede desencadenar el pro-
ceso verbal que llega a la recitación de ~n mito, pero no está ligada a. ella
_ 'XI ':i; 7:< --+:-. .""t_:..J_~
I ~ ~ " '~f y su contexto desaparece con el recitan te. Es lo que explica la riqueza ..
::: -:::::: de .expansión de los símbolos en los sistemas situados del lado de acá de
la escritura lineal. Los más diversos autores, en ocasión de trabajos sobre
la China primitiva, sobre Australia, sobre los indios de América del Norte
o 'sobre ciertos pueblos de Af rica negra, han extraído las líneas de un
pensamiento, mitológico donde el orden del mundo se integra en un sistema
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Fig. 90. Piel de bisonte de Sioux (fin del-siglo XVIII) sobre la' cual
figura pictográficarnente el relato de una expedición de .guerra

. En el· hombre, el pensamiento reflexivo es apto para hacer abstrae- •




(IÓn de la realida? en ll~l proc~so de análisis cada vez más preciso, de rna- •

.• . •

pera que unos símbolos <onstttuyen paralelamente el Inundo real; es el .• •

l11U~do del. lengua] e, g.racias al cl:al queda asegurada' la posesión de la •••


realidad .. Dicho pensamiento reflexlo11ado,· q'lle .se expresaba concretamente •
por el lenguaje vocal y la mímica de los antrópidos, probablemente desde Fig. 91. Composición mitográfica de la gruta de Niaux (Aríége),
s~ origen, a?~uiere. en, el Paleolítico superior el manejo de representa- Magdaleniense. Se ve allí una cabra montesa, un bisonte y un caballo de
cienes, permitiendo al 11,o111breexpresarse más allá del presente material, misma talla, un caballo grande acompañado de un bisonte y de una ,
Sobre :10s dos polos del call1po operatorio se constituyen.. a partir de las cabra montesa de talla pequeña, un bisonte grande entre las patas del
cual se encuentra un caballo pequeño, un bisonte y un caballo iguales:
.mismas .fuentes,. dos lenguajes el de 1a audición, ligado .a la evolución los bisontes llevan una serie de heridas simbólicas. El carácter mito- .
. de los territorios coordinadores de los sonidos, y' el de -la visión,' ligado gráfico del conjunto excluye la lectura directa

192 193
. .
de correspondencias simbólicas' de una riqueza extraordinaria. Entre ellos, ciervos los encuadran sobre 'los bordes, leones y rinocerontes se sitúan en
varios han subrayado la existencia, en los pueblos observados, de ricos la periferia. El mismo tema puede repetirse varias veces en la misma caver-
sistemas de representación gráfica. En ninguno de ellos, salvo los chinos, .na: se vuelve a encontrar idéntico, a pesar 'de sus variantes, de' una 'caverna .i
cuyos documentos no pueden entenderse sino después del paso a la' escritura a la otra. Se trata.. por consiguiente, de otra cosa que una representación'
se' aprecia otra cosa que no sea unos grupos de 'figuras coordinadas en un accidental de animales de caza de una cosa distinta. también a una "escri-
sistema extraño a la organización lineal y por consiguiente, a las posibili- tura", diferente también de unos' "cuadros". Más allá del ensamblaje sim-
dades de una fonetización continua. De algún modo existe entre el conte- .bólico de las figuras, ha existido forzosamente un' contexto oral con lo cual
nid<? de las figura~ del arte paleolítico, el de las figuras de. los Dogon de el ensamblaje simbólico estaba coordinado y del 'cual reproduce en el espacio
Af rica o de las pInturas sobre cortezas de los australianos, en relación al los valores (Figuras 92 y 93). El mismo hecho es sensible cuando los aus-
dispositivo de notación lineal, la 111iS111a distancia qlle existe" entre el mito tralianos ejecutan sobre la arena las figllras en espirales, las cuales expresan
y el relato histórico. Mitología y grafisl110 multidimensional son, l)or otra
parte, normalmente coincidentes en las sociedades primitivas y' si )70 me
atreviera a hacer uso del estricto contenido de las palabras, tendría la tenta-
c~ón de equilibrar la "mito-logía", la cual es una construcción plutidimen-
sional reposando sobre 10 verbal, con una "mitografía" que es' 'su estricto .Fig. 93. Grabado rupestre protohistó-
correspondiente manual . . . rico del Val Carnonica (1talia). El con-
El período más largo de la evolución del j)OJJJO saplen s se ha .desarro- • •• 4

Junto se aproxima a 'un pictograma por


llado con formas del pensamiento, que si bien se nos han tornado' extrañas su carácter narrativo (labrador segui-
do de personajes provistos de azadas
pe~sisten s~b!'acentes en u~a parte importante de 11~lest!:"oscon1portal11ientos:
que recubren el grano sembrado), mas
Mientras \'1\'111105 en la practica .de un sello lenguaje, cu)ros. sonidos se iI1S- no hay• "hilo' como en una "suire"
criben en una escritura correspondiente, concebirnos con dificultad que sea pictográfica •
posible un 1110do de expresión donde el pensamiento disponga gráficanlt11te
de una organización en cierto modo irradiante. Uno' de los 11éC110S más lla- o.

mativos ell el estudio del arte pale,olítico es la organización de las figuras


sobre las paredes de las' cavernas (fIgura 91). El número de especies anill1a-'
les rcrresentadas es poco elevado y sus relaciones topográficas son 'constan-
tes: bison te .y . caballo ocupan. el centro de los paneles, cabras monteses y

j
.0

. Fig. 94. Copa conmemorativa del' sacrificio de un oso. o


o

Aínos de Sakhalina. Ejecutadas en cada fiesta del oso, estas • o

i
copas servían de prontuarioy de testimonio . I

·i,

1 •
Fig. 92. Grabado rupestre pro-
tohistórico .del Val Camonica
(1talia), figurando un ciervo
acompanado de" símbolos enig-
máticos. Como para la fi gu;a Fig. 95. Japón, Exvoto. Se ve el Fig. 96. Japón. Exvoto. Des atunes
·precedente, . sólo el .conte~ido .gesto de aplaudir para atraer la (Katsu-o) son figurados para expre-
oral podría apoyar el sentido' atención de la divinidad antes de sar la idea de obtener (katsu)
de este grupo formular el voto

194 .. 195
simbólicamente el desarrollo del mito de la lagartija o de la hormiga de
miel, o cuando ,'lo's Aínas materializan en una ,copa de 'madera esculpida 'el,.
relato mitificado del sacrificio del oso (figura 94). "
Tal modo de representación está ligado casi por naturaleza al' simbo-
lismo cósmico, Más adelante volveremos a considerar su evolución en el
capítulo XIII, a, propósito de," la hurnanización del tiempo y del' espacio.'
Sabemos que resiste a la aparición de la escritura, sobre la cual' ha ejercido,
una considerable .influencia en las ':civilizaciones donde la ideografía ha"
prevalecido sobre la notación fonética (figuras 95 a 97). Vive todavía en
las ramas, del pensamiento nacidas al inicio de la, expresión escrita lineal,
- y tenemos ejemplos muy numerosos, en diferentes religiones, de organiza-

." ~-
r"
---- .....-_-~, ----
... '
--
~
...
ción espacial de figuras que. simbolizan un contexto mitológico en el sen-
tido preciso de 'los etnólogos (figllra 98), Prevalece aún en las ciencias,
.... _' - - - _ .. -. donde la linealización de la escritura es una traba, y en la ecuación alge-
braica; las fórmulas de la química orgánica encuentran con él el medio
de roolp,er el constreñimiento unidimensional, en unas figtlras dondeJa fo-
Fig. 97. japón. Exvoto. Depositado en el templo para netización interviene solamente como un comentario y donde el ensamblaje
corregir a un borracho. El pulpo, que se torna' rojo al ser
cocido en la cerveza de arroz,' es el símbolo de la
simbólico "habla" por sí mismo, Resurge al fin en la expresión publici-

mtemperancia • taria que recurre a unos estados profundos, inf.ra\'erbales,' del comporta-
miento intelectual (figura 99), '
Si, pues, el arte está íntimamente ligado a' la religión, es porque la
expresión gráfica restituye, al lenguaje la dimensión de 10 inexpresable, la
posibilidad de multiplicar las dimensiones del hecho mediante unos simbo-
los visuales instantáneamente accesibles. La ligazón .fundamental del arte y
la religión es emocional, nlas no 10 es de una manera vaga; depende estre-
chamente de la conquista de un modo de expresión que restituye la verda-
....
•...
' '
dera situación del hombre en un cosmos en el cual él se inscribe como
centro y qtle no trata aún de perforar con el dardo de un razonamiento
donde las letras hacen del pensamiento una línea penetrante, de largo alcan-
ce, pero fino' como un hilo.

al aceite al netvrel

Fig. 99. Afiche pu·


blicitario donde dife-
rentes símbolos figu-
., a b rativos (mujer de
Fig. ,98. a) Polinesia. Tubai. Estatuilla figurando el pescador" lata de con- ¡EL ATUN es bueno!
mi ro de la creación de los dioses Y' de los hombres por serva, llave abrelatas)
el gran dios del Océano. b) Francia" siglo XVI. Co- tejen una red con
, rrespondencia del zodíaco y' de las partes del cuerpo la representación del
del hombre, ' ' , pescado

196 " 197

"
, ,

LA ESCRITURA y LA LINEALIZACION DE LOS SIlv[BOLOS

No se conoce con certidumbre un sistema glráfico asimilable, incluso


-::1
de lejos; a la escritura lineal, en otros pueblos que no sean agrícolas. Los o '??
I
.,
I
ejemplos clásicos de los esquimales o de .10s indios de las Ilanuras se rela- ~

cionan a unos grupo~ que crearon una pictografía por contaminación con
~?s . alfa~e~os;, En efecto, lo que distingue. fun~anléntal1nel1te la impresión
mitográfica es su estructura de dos dimensiones, la cual lo aleja del
17nguaje hablado ~~yaenli~si?n es . lineal. En cambio, las supervivencias del
SIstema de figuración pluridimensional asegu!"an en numerosas escrituras no C\
alfabéticas el armazón del primer sistema de anotación. Así aconteció con
Egipto, China, los Mayas o los Aztecas. En estas "escrituras", uno sería &;4:,
proclive a _suponer una salida pictográfica, en la cual los signos que repre-
sentan objetos concretos, tal como un buey o un hombre caminando, se
habrían alineado para responder al l1i10 del lenguaje. Salvo para las enu-
rneraciones ~ontables en la China protohistórica o sobre unas tablillas del
Cercano Oriente, de hecho no se conoce testigo pictográfico alguno fi cu-
ra~do ;~ la raíz. de l~s escrituras y el ~~so se hace de gt;tpOS de figu~as
mitográficas, sencillos grabados rupestres o adornos de objetos, a símbolos
linealizados y ya profundamente relacionados· con la fonetización. n U--l
.1
.La hipótesis pictográfica supone. una evolución a partir de cero, la Ut=.::===:::3'4«. Q .~

idea inicial .de alinear imágenes para aplicarlas sobre un hilo verbal, Esa
sería una hipótesis. admisible si 110 hubiera existido anteriorrnen te ninsún
otro sist~ma simbólico, ~den1ás ~e que puede ser falsa si se aplica la r~gla
.~
< >

... 1\1\
.,
;

del medio favorable y SI se admite un paso }T no un corte. La aparición de


la escritura no se desprende de ningún hecho gráfico, tal como ·la agricul-
tura sllrge sin intervención de estados anteriores. El sistema de las ,repre-
'sentaciones organizadas, de símbolos míticos }r el de una contabilidad ele- b
111en tal, parecen conjugarse en 11n momento dado (figura 100), variable
según las regiones del globo, para dar origen a los sistemas de escritura Fig. 100. Jeroglíficos, egipcios de la IV (a) y la XXI (b) dinastías.
sumerios o chinos. primitivos, donde las imágenes tomadas del repertorio Notar la linealización adelantada de los símbolos fonéticos más
figurati,ro ordinario sufren una simplificación intensa y se ordenan unas •
recientes ·1
I
detrás de otras. El procedimiento no asegura aún textos verdaderos, pero :I
permit<: enumerar seres vivos y objetos. La simplificación de las figuras,
determinada por el carácter poco monumental y provisorio de 105 documen- ya un ideograma; de ello es posible darse cuenta pOlr 10 que sobrevive
tos, ha sido el origen de su alejamiento progresivo del contexto evocado hasta nuestro pensamiento. actual: la 'ytIxtaposición de una cruz, de una
materialmente por ellas; de símbolos con implicaciones extensibles, se han lanza y de una caña portando una esponja, basta para desencadenar la idea
convertido en signos, en verdaderos útiles al servicio de una memoria en de la Pasión del Cristo. La figllra es ajena a. toda notación oral fonetizada,
la cual se introduce el rigor contable. en cambio está dotada de una extensibilidad ignorada por la escritura;
,
La constitución de actas contables o genealógicas escritos es .extraña .contiene todas. las posibilidades de exteriorización oral, desde .Ia palabra !

. a~ 'dispositivo social primitivo y sólo, desde la consolidación de 105 orga-· "Pasión" hasta los comentarios más vastos sobre la metafísica cristiana.
n.Is~os agrí~olas urbanizados, la complejidad social se traduce en la apa· Bajo esta forma, la ideografía es anterior a la pictografía y. el arte paleo-
rieron de pIezas que dan fe ante los hombres o frente a los dioses. Si es lítico en Sl~ conjunto es ideográfico.. " JI
I
. Por otra parte, es fácil concebir un sistema que alinea tres trazos, y el
~osib~e. concebir un~ contabilidad en la cual se alinean cifras y dibujos
. simplificados de .animales o de .rnedidas de grano, es difícil concebir la. dibujo de un buey, siete trazos y el de un saco' de grano. En este caso," Ia I

·l~nealiz~ción de signos pictográficos expresando acciones y ya no objetos, fonetización es espontánea y la lectura ,propiamente inevitable. Es proba-
SIn la intervención del fenómeno fonético. El ~'mitograma", en efecto, es blemente la única forma de pictografía que haya existido en el origen de

198 199
I,
r

la escritura. Apenas nacida, no pudo más que confluir' inmediatamente con


el .sistema ideográfico preexistente. Esta confluencia espontánea explicaría.
el hecho de que las más antiguas escrituras del Mediterráneo, del Extremo
Oriente o de América, se inicien a la vez por unas notaciones numéricas
o de calendario y por la de nombres de divinidades o de grandes persona·
jes, bajo la forma de. figuras reunidas. en pequeños gruPQs, a la rrianer~ .

de mitogramas sucesivos. Las escrituras egipcias, chinas y aztecas son co-


nocidas como unas hileras' de mitogramas fonetizados y no bajo la forma
de pictogramas alineados (figtlras 100 a 102). La mayor parte de los au-
. tares recientes han percibido muy~ bien la. dificultad de la etapa picto-
gráfica para conducir. a la escritura fonetizada, pero. no. parecen haber per-
cibido el vínculo qtle existe 'entre el ffitly viejo 'sistema de flotación mito-
gráfica qu~ implica. una ideografía fue.ra de las dimensiones orales y una
escritura que parece fonetizarse a partir de números y cantidades. :
:
!

¡
LA ESCRITIJRA CHINA (figura 103) ¡
.!
I
El número de escrituras llegadas .a sistemas fonéticos completamente I

Fig. 10l. Manuscrito maya. Fragmento de una figuración de elaborados es' muy restringido, a pesar de 'la variedad de las escrituras
las ceremonias del comienzo y del fin de un año. Los signos
numéricos alineados y las figuras rriitográficas están integrados fonéticas conocidas. En efecto, las escrituras americanas murieron antes de . t¡

en la misma composición haber podido desarrollarse más allá de los primeros estadios. La escritura ,:

Fig. 103. Escritura chi-·


na. a) Grafías 'arcaica y
moderna de una madeja "

.1
de fibras (pictografías). a b e
b) Ensamblaje de una
madeja y de la figuración
· .
del movimien to de la lan-
zadera, en grafía arcaica , .
¡ !

y moderna, significa el ·1

orden, la sucesión (ideo- d e · ,,


, I
grafía); e) Ensamblaje de · .:
la madeja y de un signo , "[ ,
tcheu; el elemento picto- , .
gráfico desempeña un pa- d
, .'

pel clasificatorio (idea .de


--
J- - · :.

fibras), el, otro elemento


es sencillamente fonético:
h r$1 :

·l'¡¡
·
;

tcheu, papel; d) Grafía ';


arcaica del techo: e) te-


cho-mujer == paz; f) te-
cho-fuego == desastre; g)
. techo-cerdo == dispositivo

I
'1
,
~ig .. 102. .Manuscrito figurando el in'icio de la emigración de los ··Aztecas. De r"a doméstico, familia; h) i) ,
;
I

izquierda a la dere~ha, ,1) Aztlan sentado en una isla, unos jeroglíficos figuran j) tien-k'i-teng, bombillo "

::.,
su r:ombre y' las sers tribus. 2) la travesía de los ·Aztecas. 3) .La fecha en un' eléctrico. Tien: relámpa- ¡
rectangulo. ~) La. marcha fi.gurada por' huellas de pies Ileva a la ciudad de go = lluvia-relámpago; ..
. ~
"
.

~lhu~~an, figurada por su Jeroglífico. 5) Otras ocho tribus figuradas por el


jeroglífico y ..un. hombre que. habla .. Esta inscripción es una continuación de
. mirogramas parcIalmente fonetizados, ligados entre sí por una trama pictográfica
k' i: vapor == nube-arroz;
teng: lámpara =
subir-pedestal
fuego- J
• \,
-
...\
2
1, . :.

,.
'1,
200 201

.!
_.------_.~--_._-_._-_._--

del illd~o 110 dejó descend'en~ia conocida. Una vez creado el bloque de lineales. Transcribir en letras Izgall (la paz) y kiá (la familia) corresponde
las. ~scrlturas del Cercano Oriente, no hubo más razón, salvo casos ex- al enunciado de conceptos reducidos a' 511 esqueleto. Dar .la· idea .de paz
cepcionales, para == creaCi?11eS y las lenguas eurasiáticas pasaron direc- situando' a una mujer bajo un techo abre una perspectiva propiamente
tarnente a las escrituras de sílabas, de consonantes o de alfabetos. En los "mítográfica' porque esto no corresponde ni a la transcripción. de un so-
dos polos de las ci\rili~aciones ~11tigll~S,.110 queda.n más qu~ Egipto y China nido, ni a .la representación pictográf-ica de un acto o de. una cualidad, :~

para d~sarrollar los sl~tenlas ideográficos fonetízados. Egipto ha perdido .'sino al ensamblaje de dos imágenes qlle entran en juego con toda la
progreslva~lellte, a p~rtlr del siglo yII antes de nuestra era, una gran parte profundidad de su contexto étnico, El hecho es aún más. sensible cuando .
de su arcaisrno y China ha mantenido hasta nuestros días el único sistema .mo ve el ensamblaje del techo y del cerdo configurar la familia, . en 11n
que haya conservado más de una dimensión en los símbolos zráficos. escorzo donde toda la escructura tecnoeconómica del grupo' familiar de la
, .El sistema chi~o combina los. dos aspectos opuestos de la. notación China arcaica apa.rece en transfondo. . '.
gráfica. Es una escritura en el sentido que cada carácter contiene los ele- Se podría pensar. qlle en definitiva poca cosa distingue tal escritura
rnentos de su fonetismo y oCLlI,a linealmente, ell relación con los otros de la pictografía, si se entiende por pictografía la sucesión de dibujos
caracteres, ?na p~s!ción que permite leer oralmente frases. Sin embargo, configurando acciones u objetos fuera de todo fonetismo. La. escritura'
la referencia fonética . de, la palabra es un retruécano, es decir ' un ideo- china se aproximaría a ello en apariencia por su princi pío según el cual
granl~, que no sirve mas que para representar un sonido, etapa conocida . 'una mitad del carácter es "pictográfico", la otra fonética, mas eso sería
tall1b!~11 por las lenguas con letras. Con rn is sutileza, COI110 útil fonético, restringir" abusivamente el sentido de dichos caracteres, viendo· solamente
el chIn? cor,r~sponde .aproxill1adal11el1te al estadio del retruécano gráfico en los ·caracteres chinos un indicativo de categoría (radical) adjunto a una 1:
!
¡
o del jeroglífico mediante el cual se lee "soldado' con los siaI10S "sol- partícula fonética. Basta tomar un ejemplo actual, como el de la "lámpara '.

d.ado". Por imperfecto que sea este útil, gracias a la l11U!tiplicacfón de los eléctrica", para apercibirse de la flexibilidad que conservan estas irnáge- i.

SIgnos ha asegurado en realidad t1lla satisfactoria anotación del idioma, nes (Figura 103). Para quien habla, Tien-E 'i-tellg no quiere decir nada I
I •
:,

Pero, es ~ecesario obsen~ar que sOlanle?te Ia tradició.n oral puede asegurar más que "lámpara eléctrica". La. aposición de .los tres caracteres "relám-
i !
la pe.r:nnldad del fonetismo y qlIe, SIn ella, los caracteres chinos serían pago-vapor-llIminari,l" revela para el lector atento todo un mundo de sím- II i
?e.flnltl\ran1eIlte impronunciables, incluso' si se poseyere _la impresión del bolos qlle aureolan la imagen trivial de 'la lámpara eléctrica: el relámpago 1.:
I
idioma hablado. Sea 10 q1le f1les~, la escri rura chilla, en SLl.papel fonético, saliendo de una nube' de lluvia para el primer carácter, el vapor subiendo
responde .a 1~ regla de una ~scrltura, puesto qlle ella graba sonidos CU)'O encima de la olla de arroz para .el segundo carácter, el fuego y un reci- !1, I
t
orden reconstituye la elocuencia del lenguaje. piente' o el fuego y la acción de subir para el tercero. Imágenes parásitas,
: El ~hill0 es considerado, (ie.sde el punto de vista Iingülstico, conlO sin duda, y susceptibles de dar al pensamiento un andar difuso, sin relación
u,na escritura de palabras, cada slgno representando no una letra, sino el con el objeto mismo de la anotación, sin interés incluso cuando se trata
Slg1?~ ;d~ una palabra. La situación es ambigua, pues la palabra china de de LIn objeto moderno; pero un ejemplo tan banal es propio para hacer
polls1lab~ca que era se ha transformado en monosilábica en el transcurso
de los SIglos, d~ ]0 ~al resulta: 1Q) ,Qlle !a ,~:c:itllra Ji teraria es práctica-
mente una continuación ,de palabras-sllabas dif ícilmente comprensibles S1l1
la a)ruda. d~ la lectura visual o mental de los SigIlOS correspondientes 2~) ..
,,

Que el, idioma hablado que acopla las monosílabas ha. reconstituido nu- i.

rnerosas disíl~bas. ~ trisílabas que hacen que la anotación escrita del idioma
ha?lado terlTIlne. siendo una es~ritura sil,á,bica. Bajo estos dos aspectos, el i: I!
chino muestra bien q1le la escntura 11aClO del complemento de dos siste-
n:~s: el de los "mitograrnas' y el de la line~Jización fonética. La adapta-
Clan, un poco forzada, y muchas veces laboriosa, del chino al fonetismo,
y el. hecho d~ que,' flnallllellte,-. responde relativamente bien a ello, han . a
preservado bajo una forma particular 'la anotación mitoaráfica y no sim- b e ¡
I
plemente el recuerdo de un estado "pictográfico" . b .' Fig. 104. Escritura japonesa. a) Dos ·caracteres i

I,
En efecto, las más antiguas inscrilJciones chinas (de los siglos XI-XII chinos: song.chan, montaña de pinos; b) Lectura 1I
antes de nuest:~ era) se ln1Ies~ran, (Olno las p~i?leraS inscr~pciones eg-ipcjas japonesa: matsu-yan1a e~presada en caracteres si-
lábicos; e) Fragmento de un texto teatral conl~ !
. y conlo. los gllfos aztecas, baJo la forIlla de fIguras reunIdas por grllpos portando unos caracteres chinos unidos por un
'. ca~acterlzando el ..objeto o la acción bajo un halo que desborda nluy aln~ cemento sintáctico en caracteres silábicos cursi-
.. pllanlente el sentIdo estrecho que han tomado las palabras ell las escrituras vos y anotados por unos elementos fonéticos

202 203
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I
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I

sentir en qué ha podido consistir un pensamiento ligado a la evocación auditiva ) y su. anotación (hormigueo de imágenes) una relación' muy rica
de esquerllas rnultidimensionales difusos, en oposición al sistema q':le ha en símbolos, la cual da a la poesía y' a la, caligrafía poética chinas unas
encerrado progresivamente los idiomas en el fonetismo lineal, posibilidades extraordinarias:. el ritmo de las palabras. es balanceado por
.Es interesante anotar que el confluyente, en el idioma chino, de la el de los trazos, sobre imágenes de relaciones complejas donde todas las ..
..
,

partes de cada carácter y los caracteres de uno. al otro centellean de a111-


,
anotación ideográfica y de la anotación fonética mediante ideogramas va-
. ciados de sentido, ha profundizado, en cierto modo desviándola, la' ano- sienes sobre las palabras. .
tación rnitográfica; JIa creado entre el sonido anotado (materia poética .. Los dos aspectos ideográfico y' fonético de la escritura china son a
tal punto, a la vez complementarios y extraños 'el uno frente al otro qlle
cada uno ha dado nacimiento, fuera de China, a sistemas de anotación
CHIKU diferentes. El préstamc hecho por el japonés a la escritura china es di-
SHO
las bestias fícil de definir en unos términos que resulten comprensibles a un. espíritu
europeo· (figuras 104 Y 105). Los dos idiomas están mucho más alejados
el uno 'del otro qlle el latín y el árabe, y la escritura china estaría con el
japonés en la misma relación casi como si uno se esforzara en escribir el
francés pegando en hilera estampillas de co.rreos,· cuya imagen principal'
se emparentara aproximadamente con el sentido de las palabras por trans-
JI ellas •
rrusme s cribi r: todo el sistema granlatical escapa al mismo tiempo qlle toda im-
presión fonética. El préstamo de los caracteres se hizo, pues, sobre un
plano estrictamente ideográfico, el fonetismo japonés apegándose a signos ,
'i
. ,'.
TOKU obtienen. vaciados de sus sonidos chinos; exactamente como el sigr-i"o3 es legible en I
I
,
cada idioma con un fonema diferente, Aquí; el 'empréstito no es de. diez ';

signos, como pa:a· nuestras eif ras, sino de millares de signos, los cuales
en definitiva dejan la materia sonora del idioma fuera de la escritura.
~~ La materia ideológica misma, está limitada a los conceptos, .fuera de. toda
~ DAI lo gran flexión gramatical de' la cual nada se responsabiliza. Para compensar esta
carencia, el· japonés. tomó del chino, en el siglo' VIII de' nuestra era, 48
caracteres. utilizados sólo en valor fonético y, con. ellos, ha forjado un
D repertorio de notación silábica que se ha insinuado entre los ideogramas, t ,

-_
"

de suerte que si el chino, en un dispositivo con elementos pluridimensio


nales, ha introducido en cada grupo de figuras formando 11n carácter con
eHI representación fonética, el japonés ha despojado .los' caracteres de color
fonético para adaptar posteriormente a cada carácter unos signos fonéticos
distintos.
sabiduría El sistema chino' y el sistema japonés son juzgados poco "prácticos",
inadecuados al objeto propuesto qlle es la traducción gráfica del lenguaje
oral. En realidad tal juicio es valedero solamente en la medida' en que el

lenguaje escrito está destinado a traducir económicamente unas anotaciones

pobres, pero precisas, alYo ajuste lineal asegura la eficacia. El lenguaje
de las técnicas y de la ciencia corresponden a tales características y los ;
··

dos alfabetos resultan sat.isfactorios. Me parece qlle no debemos perder


de vista los otros procedimientos de expresión del pensamiento, en par-
Fig. 105. Fragmento de..un texto popular budista comportando:'
a) La anotación fonética japonesa: chíku-sho (las bestias), ji ticular Jos que traducen la flexibilidad de las imágenes,. el halo de las
. (ellas mismas), toku (obtienen), dai (la grande), chi-e (sabidu- asociaciones, todo 10 que gravita alrededor del plInto central de 11n. con- ,

ría) .. b) Los siete caracteres chinos correspondiendo al texto cepto de representaciones complementarias u opuestas. La escritura china
fonetizado. e) El dibujo. de un animal (sho),· de un. edredón representa 11n estado de equilibrio único en la historia humana, el de ;
,
. (toku), de una bandeja (dai), de unos senos (chi), de una casa ¡

(e) restituyendo aproximadamente el texto una escritura qlle ha permitido (a pesar de todo) traducir bastante fiel .. ¡
·
:
,

204 205 ·
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. .,'"
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.. '
mente las matemáticas o la biología sin perder la posibilidad
de recurrir de transporte de alimentos que su mano, aún comprometida en el carni-
al más antiguo sistema de expresión gráfi(a, yuxtaposición de símbolos nar, . no puede efectuar. En los antrópidos primitivos, la mano y la cara
que crean 110 unas frases, sino unos grupos de imágenes significativas. se divorcian en cierta medida, concurriendo la 'una gracias al útil y la ges
ticulación, la otra por la fonación, a !a búsqueda de un equilibrio nuevo ..
Cuando la figuración gráfica aparece, el paralelismo está restablecido; la ..
EL GRAFISlVfO LINEAL mano posee su lenguaje, Cllya expresión se relaciona. con la visión; la cara'
Es inútil hacer un largo estudio histórico de las escrituras lineales. posee el suyo ligado a la audición. Entre ambos, flota e! halo qlle confiere
A partir de las escrituras sumero-acadias, las cuales desde antes de 3000 un carácter propio al pensarnien to anterior a la escritura justamente dicha:
estaban cOlnpuestas de un gran número de ideogramas en curso de e\TO~ el gesto interpreta la palabra, ésta comenta el g.~afismo.
lución hacia la transcripción fonética, se llega a las escrituras de censo- .En el estadio del grafismo lineal qlle caracteriza la escritura, la re-
nantes, de las cuales el fenicio da el. más viejo ejemplo hacia 1200 lación entre los dos campos evoluciona de nuevo: fonetizado y lineal en
años antes de nuestra era, y luego al alfabeto g.riego del siglo VIII antes el espacio, el lenguaje escrito se subordina completamente al lenguaje
de Cristo. Esta evolución continua hace atravesar todas las etapas posibles . verbal, fonético y. lineal en el. tiempo .. El dual ismo verbo-gráfico desaparece.
desde la representación realista de un obj eto para traducir la palabra que. y el hombre dispone de un aparato lingüístico único, instrumento de
se le aplica, hasta la misma representación para transcribir en otras pa- . expresión y de conservación de un pensamiento, el mismo cada vez más
l~bra.s el sonido equivalente según el sistema del jeroglífico, y la simpli- . canalizado en el razonamiento.
Ficación que hace irreconocible el objeto convirtiéndolo en Ul1 símbolo es-
trictarnente fonético, comprendiendo el ensamblaje de símbolos distintos
para. transcribir 10s sonidos asociando las letras. Esta evolución ha sido LA C01-IPRESION DEL PENSA~flENTO
descrita muchas veces e hizo con. justicia la gloria. de .las burandes civili-
. El paso del pensamiento mitológico. al pensamiento racional se hizo
zaciones, puesto ql.le 1JUSO en. sus l11al10S el instrumento de su ascensión.
a través de un deslizamiento mlly· progresivo y en un sincronismo C0111-
En efecto, existe un vínculo inmediato entre la evolución tecnoeco-
pleto con la evolución del agrllpanliento urbano y. de la metalurzia. Se
nómica del bloque de las civilizaciones mediterráneas )' euro!Jeas· y el útil
'puede situar hacia. 3500 antes de nuestra era (2500 años después de la
gráfico qlle perfeccionaron, Anteriormente hemos visto que el papel de
aparición ~e las primeras aldeas) los primeros gérmenes mesopotámicos
la mano, como medio de creación del útil, equilibraba el papel de los
de la escrrtura . Dos mil años más tarde, hacia 1500 antes de nuestra.
órganos faciales; medios de .creación del lenguaje verbal: 11elTIOS visto tarn- .
era, los primeros alfabetos con vocales se instalaron en Grecia. En 350,
bién que en cierto 1110111ellto, 110CO anterior a ·la; aparición del IJ.01J10 JtlPiéJ1S,
la mano inauguraba su papel en la creación de un 1110do de expresión
la filosofía griega está en pleno allge. .
. gráfico equilibrando el lel1guaje verbal, La mano se transformaba así eI1 . Sobre la organización del pensamiento primitivo se poseen testimonios
creadora de imágenes, de símbolos no directamente dependientes del desarro- difíciles de interpretar, sea. porque se trata de explotar unos documentos
·

llo del !:ehgllaje \'erbal,. pero realmente paralelas. Es tI1 esta etapa cuando pre~istóricos mll}· f rag~en tarios, sea porqlle. los documentos sobre el pen· :

se constrtuye un lellgl1l)e qlle )'0 he llamado, a falta de algo mejor, "mi- sarruento de los australianos o de. los bosquimanos nos llegan D111}rfilt.ra-
tográfico", porque la naturaleza de· las asociaciones mentales suscitadas por dos por unos etnólogos que no hicieron siempre su propio análisis. lo
·é!; es de un orden paralelo ~1 del .n1ito verbal, extraño a 1..1Ila especificación qlIe se sabe de ello está en favor de un proceso donde la oposición entre
los valores se ordena en una lógica de. participación que ha hecho consi-
r1gurosa de las coordenadas espacio-temporales, La escritura, en su primer
estadio, conserva una amplia parte de esta. visión pluridimensional; si sue . derar en u.o monl~nt? el razonamiento de los primitivos como "prelógico".
apta para suscitar .imágenes mentales no imprecisas, aUl1que si .nil11badas El pensamiento prirmtrvo parec.e moverse en 1In tiempo y un espacio cons- .
;

y susceptibles de dirigirse en varias direcciones divergentes, Si la evolución tantemente sometidos a discusión (ver capítulo XIII). La coordinación
anatómica del hombre 11a cedido el, paso a la evolución de los medios libre entre el lenguaje verbal y las figuraciones gráficas es ciertamente una
. técnicos, la evolución global de la humanidad no pierde nada de su co· d~ las fuentes de este pensamiento clIya organización espacio-temporal es
11er~ncja. El hombre de Cro-Magnon poseía un cerebro, que tal \7ez equi- diferente de la nuestra e implica una continuidad permanente entre el .
·

,ralla al nuestro (en todo caso nada .prueba lo .contrario), pero distaba slljeto pensante y el medio sobre el Cllal se ejerce su pensamiento.
de e~t~r ell cap.acídad, ,de expresarse en ·la n1isl11a l11edida de su aparato . La disc;:ontinllidad aparece con la fijación. agrícola y las primeras ·

neuronlCO .. ~a e\7olucl?o es ante, .to~o la .de los "me·dios de expresiól1. escrltur.as.· El flUldamento reposa sobre la creación de tIna imagen cósmica .
Entre los primates, eX1ste un eqlllllbrlo coherente et1tre las acciones de la CllyO eje es la cilIdad. El pensamiento de los plleblcs agricultores se· or~ ·

nlano y las de la· cara y el Inano usa mara.\Tillosan1eI1te de este equilibrio ganiza a la vez en la~ dinlensiones deJ tiempo y del espacio a p·artir de ..

hasta el punto .de hacer desen1peñar a sus mej iIlas· el papel de irlstrun1ento lln plInto de referencIa: oJnphcllos alrededor del cual gravita el cielo y
l
206 207
,
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- , ]\fAS ALtA DE LA ESCRITURA: LO AüDIOVISUAL


del cual se ordenan las distancias. El pensamiento de la antigüedad preal-
fabética es radiante corno el cuerpo del erizo o de la estrella de' mar, La' escritura alfabética reserva al, pensamiento cierto nivel de simbo~'
Comienza apena-s' a adquirir la locomoción .rectilínea en' 'las escrituras lisrno personal. En efecto, en el escrito la visión, conduce a una' recons-
arcaicas, cuyos medios de expresión quedan, sal\ro' para la contabilidad, trucción del sonido qlle sigue siendo individual y, en un illargen estrecho
aún nluy difusos. El encarcelamiento del mundo en la red de los sím- lJero segtlrO, a una interpretación personal de la materia fonética. Más aún, ...
bolos "exactos' se encuentra solamente esbozado y el pensamiento al- , ,
las imágenes desencadenadas por la lectura aparecen. corno una propiedad,
canza en el Mediterráneo y en la China del primer milenio antes¡ de nuestra
~'.
de riqueza variable, de la imaginación del lector. Cambiando de plano,
era el punto culminante de .riqueza en el manejo del pensamiento mito- reemplazando los símbolos ideográficos por letras, el alfabeto no suprime,
lógico. 'Para entonces, el mundo es una bóveda celeste unida a la Tierra todas las posibilidades de recreación. En otras palabras, si la escritura
po'r, una red de correspondencias ilimitadas, edad de oro de un conocí- alfabética responde a las necesidades de la memoria' social (ver -capítulo
miento precientífico que ha dejado un corno recuerdo nostálgico hasta VII), conserva al individuo el beneficio del esfuerzo de interpretación exi-
en los tiempos actuales., . gido por ella. ,
El movimiento determinado por la sedentarización agrícola concurre, , Puede preguntarse si en la época presente la escritura no está ya
.corno helTIOS visto, .a un dominio cada vez 111ás , estrecho del individuo condenada, pese a la importancia creciente de la: materia impresa. La
sobre el mundo material. 'Este triunfo progresivo del útil es inseparable impresión sonora, el cinema }' la televisión intervinieron en medio siglo
del lenguaje. En realidad no se trata más que de un fenómeno único, en la prolongación de la trayectoria qlle se origina antes del Auriñaciense.
al mismo título que técnica y sociedad no son más qlle un asunto idéntico. De los toros y caballos de LaSCJlIX a los signos rnesopotárnicos y' al alfabeto
Efectivamente, el lenguaje se encuentra en el mismo plano ,qlle las téc- griego, los símbolos' figllfados. pasan del mitograrna al ideograma, del ideo-
nicas a partir del ,momento cuando la escritura no es más que un medio granla a la letra y la civilización material se ap,oya sobre unos símbolos
para consignar fonéticamente el desarrollo del razonamiento y su eficacia en los cuales el jllego entre la cadena de conceptos emitidos y su resti-
técnica está en proporción con la eliminación del halo. de imágenes aso- tucióu se hace cada vez más estrecho. la impresión del pensamiento y
ciadas qlle caracteriza las formas arcaicas de la escritura. SLl restitución mecánica restringen. aún ese intervalo y uno se debe pre·
Es, pues, hacia una compresión de las imágenes, hacia una rigurosa gllntar cuáles son las consecuencias acarreadas por tal restricción. De una '1
"

linealización . de los símbolos hacia donde tiende .la escritura. Armado del manera bastante curiosa, la impresión mecánica de las imágenes ha seguido, i:•
alfabeto, el pensamiento clá-sico y moderno posee algo más que un medio en, menos de lln siglo, 1,1 misma trayectoria qlle recorrió la impresión de ,.
r-
})ara memorizar 'la cuenta exacta de sus adquisiciones progresivas en los la palabra en varios milenios. Son, en efecto, las imágenes, visuales,' de "

,
I

diferentes dominios de su actividad. Dispone de un útil gracias al cual dos dimensiones, las qlle glracias a la fotogrnfía, conocen primero la re- "
l'

el símbolo pensado' sufre la misma anotación en la palabra y en el gesto.


"

producción automática. Luego, como con la escritura, la palabra conoce, ¡,


Esta unificación del proceso expresivo acarrea la subordinación del gra- con el fonógrafo, Sll fijación mecánica. Hasta este punto,' los mecanismos :'
:,1
," I

fismo al, lenguaje sonoro; reduce el .desperdicio de símbolos ,qlle, carac- de asimilación mental no sufren ninguna distorsión: puramente estática y
teriza aún a la escri tura china y corresponde al l11is1110 proceso seguido visual, 1,1 fotografía deja la interpretación tan libre como lo era en el
por ,las técnicas en el curso de su evolución, ' Paleolítico frente a los bisontes de Altamira. El fonógrafo 'por su parte
, .Corresponde ,it,rualmente a un ernprobrecirniento de los' medios de impone una sujeción auditiva sobre la qtle viene a tlrdirse, una visión •
;,
1 .'
expresión, irracional. Si -se considera que la vía seguida hasta, ahora por mental libre y personal. . 11:
'1'
qi
la humanidad ofrece aún un favorable .porvenir, es decir, si se, otorga una El cinema mudo no modificó sensiblemente las condiciones tradicio- ¡¡
"

confianza total, con todas sus consecuencias, a la fijación agrícola, esta nales. La banda muda se apoyaba sobre unos ideogramas sonoros, vagos, ':¡,i.
:1', '

pérdida del pensamiento simbólico rnultidimensional no se debe considerar dados por 11n acompañamiento musical qlle preservaba el juego entre la .
¡I
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corno otra cosa que, el,' mejoramiento de la carrera -de los' Equidos cuando imagen impuesta y el individuo, las condiciones se modificaron profun- ;

sus' tres dedos se redujeron a uno solo. Si, en cambio, se estima q,ue, el 'damente con el cinema sonoro y la televisión, los cuales movilízan .a un ---.,
'110mbre realizaría' su plenitud en un equilibrio donde guardaría contacto y la audición; es decir, qtle
':
-
mismo tiempo, la visión del movimiento ,
,',
i

con' la totalidad de 10 real, puede uno preguntarse si. lo óptimo no ha arrastran la participación pasiva de todo el campo de 'pe,rcepción. El mar-
, ,

quedado rá pidarnente .atrás a partir" del momento cuando el, utili tarisrno gen de interpretación individual se encuentra excesivamente reducido, pues- ,
técnico encuentra en una escritura completamente canalizada el medio de to qlle el símbolo y. su contenido se confunden en un realismo qlle tiende : ;
,,
,
un 'desarrollo ilimitado .. hacia la perfección y puesto que, 'por otra parte, la situación real así
recreada dej a al espectador fuera de toda, posibilidad de intervención ac-
tiva. Se trata, pues, de una situación 'diferente a, la vez: de la de un nean- .
" '
,

208 .. ..... . 209


,,

, .

, '

, - extraordinario ver el mismo superhombre' muy,. bello y muy' fu~rte, ",l.a


derthalense, puesto que la' situación es totalmente sufrida, Y"de la de un" misma mujer muy fatal, y el mismo', c~loso rilas o menos ~Stllpldo, [1-
.Iector, puesto que es totalmente vivida, en visión corno en audición. Bajo gllrar en medio de los Sioux y de los bIsontes,. en: plena ref~lega 'durante
este doble aspecto, las técnicas audiovisuales se presentan realmente COI110 la Guerra de Cien Años, a bordo del barco-pirata, en el estruendo del
un estado nuevo en la evolución humana, y un estado que alcanza direc- bólido lanzado en persecución de los gángsters o. entre dos planet~s ;n un
tamente lo más propio del hombre: el pensamiento reflexionado. :', 'cohete cósmico, La repetición incansable ~del mlSffi? a.c~rvo' de' l~age?~s
" Desde el punto de vista social, 10 audiovisual corresponde a una ad- corresponde a la pequeña' fisura que deja en los. lr:dIVlduos el e}erCICl?
quisición indiscutible, puesto que permite una información precisa y actúa ,de sentimientos qtle gra"'itan alrededor de la agreSIvIdad o de la se.xllall-
sobre la masa amorfa por vías qlle inmovilizan todos sus medios de inter- dad. No hay duda de que las tiras ~ibllj adas tradllc,e~, mucho mer or ,la
pretación. En esto, el lenguaje sigue la evolución general del superorga·' acción que las viejas imágenes de EpInal,', En ;~stas ultln:~s" el pllne~azo
nismo colectivo y corresponde al acondicionamiento cada vez 'más perfecto era 11n símbolo inacabado; el gancho del ~llpern1an a, la quijada del tral~olr
de las células individuales. Sobre el plano individual ¿l)uede pensarse en no deja nada por agregar a la precisión tra:lmáti~a; todo se torna en
un verdadero regreso a los estadios anteriores a la figuración? Es cierto realidad absolutamente desnuda, qlle es absorbida SIn esfuerzo por el ce-
que la escritura constituye una adaptación extraordinariamente eficaz del rebro titubeante.
comportamiento audiovisual, qtle es el modo fundamental de la percep- En esta primera parte el len allaJ-e ha sido considerado sobre el mis-
ción en el hombre, pero es también un desvío considerable. ,La situación 'b ; . 1
roo plano qlle la técnica, en una incidencia p~~a~en~e. ~ractlca, como e
que tiende a establecerse, representaría, plles, un perfeccionamiento, puesto resultado del hecho biológico, humano. El equilibrio InICIal entre los" dos
que economizaría el esfuerzo de "imaginación' (en el sentido etimológi- polos del c,ampo de relación liga la ev.olllción del h0t?bre a la de ,todos
ca). Pero la imaginación es la propiedad fundamental de la inteligencia los animales qlle compartan SllS operacIones .e.~tre .el J~~go de la cara ..,y
y una sociedad donde la propiedad de forjar símbolos se debilitase, per- el de los miembros anteriores; pero tIne también, ln1plJCltame.~te, la exrs-
dería conjuntamente su propiedad de actuar. Resulta de ello, en el mundo tencia del lenguaje }' la de las técnicas manuales., L~ evolución cerebral,
actual, un cierto desequilibrio individual o .más exactamente, la tendencia tal corno se puede reconstruir razo~ablel11e11te, permlte ~~; cuent~, par¡l
hacia el mismo fenómeno qlle ,marca el artesanado: la pérdida del ejer- " las técnicas nuevas, del vínculo existente entre la pos1clon vertical, .la
cicio de 'la imaginación en las cadenas operatorias vitales, liberación de la mano y el despliegue de áreas cerebrales qlle son 1,1 con-
El lenguaje' audiovisual tiende _a 'concentrar la elaboración total de dición del ejercicio' de las posibilidades 'físicas para el desarrollo d~' un~
las imágenes en los cerebros ,de una minoría de especialistas, los cuales ," . actividad 'hllmana. La intimidad, al nivel cerebral, de las dos manlfesta-'
aportan a los individuos una materia totalmente figurada. El creador de cienes de la inteli sencia humana es tal qlle, pese, a la ausencia de t~sti-
in1ágenes, pintor, poeta' o narrador técnico, ha constituido siempre, hasta monios fósiles, est~mos obligados a admitir desde, el origen, la realidad'
.en 'el Paleolítico,' una excepción social, }lerO' su obra quedaba inacabada, de un lenguaje diferente en. naturaleza de~ d~ los anim~les, r:acido ?e. la
, pórque 'solicitaba la, interpretación personal, a cualquier nivel que, pudiese reflexión entre los dos espejos del gesto técnico y del Slffi?ollSmO fónico.
situarse el uso de la imagen. Actualmente, la separación, altamente apro- Esta hipótesis, 'para los hoo:bres anteriores al h01710 .Saftel1S, desde los
vechable en el plano colectivo, está en vías de realización entre una pe- lejanos .australantropos, adquiere el valor de. ,una .certidurnbre ~~ando se
, queña 'élite, órgano de digestión intelectual, y las masas, órganos de pura constata luego el sincronismo estrecho qlle existe entre la; evolución de las
y simple asimilación, Esta evolución no 'afecta, solamente 10 individual, que técnicasy la del lenguaje; más aún cuando se ve, a s= punto sobre el
no es más que. el término de un proceso general tocando al con junto del plano mismo de ,la ~xpresión del pensamiento, la mano y la voz quedan
gráfico. La fotografía, al comienzo, no aportó, modificaciones en la per- estrechamente solidarias, - ,' ,
cepción intelectual de las imágenes. Como toda innovación, tornó ,apo}'o En efecto mientras el desarrollo de las técnicas· materiales se acelera
sobre lo que preexistía; los primeros' automó,Tiles han sido faetones sin prodigiosament'e ,con el hOtJ10 supiens, el arte del Paleolítico ~uestra c?n-
caballos y l,as primeras fotografías retratos )r lTIo\,,imientos sin' colores.. El jllntamente qlle el pensami.ento alcanza 1.1n,g~ado; de abstracclon qlle .lm-
procesó de npredigestión" toma cllerpo solanlente a partir de' la difusión plica lIn estado correspondrente al del leng~laJe. Desde ~?tonces, la flgll·
del cin~ma, que modifica completamente la concepción, de la fotografía y ración gráfica '0 plástica aparece como mediO de expresl0n de un p~n~a-
del dibujo en' un' sentido' propiamente pictográfico. El ((flash" deporti\10 miento sinlbolizante de tipo mítico, caracteriza,do por un soporte graflco
y el dibujo' animado' responden) con el tdigest", a la, separación en,' el
t llnido al lengllaje verbal, pero indep'eridiente de la an?tación fonética.
cúerpo social entre el creador y el 'consunlidor de imágenes. , Si las lengllas del Paleolítico reciente no h~n d~jado f~slles, la mano ~e
No es en los temas donde hay en1pobrecimiento, sino en,' la desapari- los qtle las hablaban ha dejado lInos testImonIOS testIgos evocando SIn
ción de las variantes in1aginati'7as personaJe's. los temas de literatura po- ambigüedad un' estado cor.respondiente de las actividades simbólicas, in-
pular (o sabias) han sido' siempre de número, muy lim~tado; no es pues,
211
210
concebibles sin lenguaje y unas actividades técnicas impensables sin una
fi j ación intelectual verbalizada. LA MEM'ORIA y, LOS RITMOS
De etapa en etapa; el paralelismo continúa y cuando la sedentariza-
ción agraria desencadena la puesta en funcionamiento de un dispositivo
social jerarquizado y especializado, las téCllICRS, tal COI110 el lellguaje, ad-
quieren impulsos sincrónicos, Si la disposición topográfica del córtex ce-
rebral de los antrópidos primitivos llevaba COI110 consecuencia el desarrollo SEGUNDA PARTE
con junto de lo' material y de 10 verbal, la estructuración topográfica del
superorganismo urbano traduce la l111S1na contigüidad. Mientras que el
sistema económico se resuelve en el capitalismo de los cereales, y la me- ,
talurgia, con juntamente se produce también en las ciencias y en la escri- 'MEMORIA Y TECNICA
tura. Al D1isOl0 tiempo que en el casco de la ciudad las técnicas marcan •

la salida hacia el mundo actual y que el espacio y el tiempo se organizan


en una red geonlétrica que captura de un golpe el cielo y la tierra, el " '

pensamiento racionalizante se impone sobre el pensamiento critico. Linealiza


,los sínlbolos' y los pliega progresivamente para que sigan el desarrollo
del lenguaje 'verbal hasta el punto en que la fonetización ,gráfica llega ,
al 'alfabeto. Desde el comienzo de la historia escrita, COI110 en los estadios , '

precedentes, el juego de reflexión del lenguaje y de la técnica es total


y todo nuestro desarrollo está ligado a ello.. La expresión del pensamiento
a través del, lenguaje encuentra un instrumento CO!l posibilidades indefi-
nidas a' partir del l1S0 de los alfabetos subordinando completamente lo
gráfico a 10 fonético, !)ero todas las formas anteriores siguen, vivas en
diversos grados, y veremos en la segunda: parte de este libro que 'toda, una
porción del pensamiento se aleja' del lenguaje linealizado para volver a .

sujetar 10 que escapa a la anulación estricta. " ' :' '


,
El juego entre los dos polos de la figuración, entre el auditivo y, el
visual, se modifica considerablemente al l)aso a la escritura fonética, pero
conserva intacta la 'capacidad individual de visualizar lo verbal y 10 grá- .
fico. La etapa- actual está marcada a la vez 'por la integración audiovisual :

qLle inaugura una' expresión donde la interpretación individual ,pierde en .


.
i-
gran parte sus posibilidades y por la separación social de las funciones ,
:.
,
de creación de símbolos y de recepción de las imágenes, Ahí todavía, el .
,

intercambio entre técnica y lenguaje aparece con nitidez. El útil abandona


precozmente la mano humana para dar origen a la máquina: en última
etapa, palabra y visión sufren, gracias al desarrollo de las técnicas, .un
proceso idéntico.' El lenguaje, que había abandonado el hombre en las
obras de su mano para el, arte y la escritura, marca su última separación,
confiando a la cera, a la película o a la cinta nlagllética, las funciones
,Íntimas de la fonación y' de la visión,
,

,
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, -
" '
212
: I
.,
!

. .
VII

LA. LIBERACION DE· LA MEMORIA

ESPECIE y ETNIA
Desde el siglo XVIII, la filosofía se ha encontrado presa entre dos
actitudes ante las relaciones existentes entre sociedad animal y sociedad
humana: la de la identidad esencial de los dos mundos, animal y huma-
no, y la de su disparidad.' Estos dos puntos de vista se desprenden, en
realidad, de una misma corriente que remonta a los orígenes de la filo-
sofía: .la percepción de la oposición entre 10 material y lo espiritual -. Esta
percepción se moldea, en el curso de los siglos, en los continentes ideo-
lógicos más variados, y desde las metafísicas más primitivas hasta la so-
ciología .contemporánea, la oposición entre naturaleza y cultura, zoológico
y sociológico resurge con constancia, Si se considera, en efecto, la opinión .',

tanto de los australianos corno de los siberianos orientales sobre el mundo . ·


· ·
,..
animal, uno ve qlle, ftlndamentalmente,· no .hay diferencia de. esencia en- ·
tre el animal y el hombre,. que uno como el otro están dotados de los i
mismos medios intelectuales y que sus reacciones, en el hilo de la mito-
logía, admiten la paridad entre animales y hombres y la continuidad po.; · ¡

sible de sus relaciones. Esta opinión trasluce en las tradiciones populares · i,


I
. ellropeas, en los cuentos donde los animales hablan y se insinúan en el l.

il
"

· ;¡
desarrollo de los comportamientos humanos. !
!

Bajo una forma literaria, se vuelve a encontrar la misma actitud en ¡


¡

la hora presente, tanto en los cuentos tradicionales como en Kipling o
· I
en "Mickey Mouse". El hecho de que esta literatura sea. considerada. !
como infantil no le quita nada de su profundo significado. Entre esta
actitud y la del naturalista del siglo XIX ante la sociedad de las hormigas, • 1
I
!
la diferencia es mínima; el antropocentrismo no es menos sensible en la ;

búsqueda del "lenguaje' de las hormigas qlle en los numerosos mitos i


donde el oso se desposa con una muchacha, Tal vez, no es menos sensible I
igualmente en los esfuerzos para separar radicalmente el animal del hu- ·
. jr
: ~

mano a partir de la oposición entre instinto e inteligencia. :1


i:

. En el pensamiento mitológico, si el animal y. el hombre son análo-


gos en su esencia, sus vías se alej an en un momento dado. El oso o la

215
serpiente 5011 hombres, la muchacha-pájaro es mujer cuando los unos y. . especie es la forma característica del agrupamiento animal y la etnia, 1,1
10s.0.tros se ~·espojarol1 de su envoltorio ?e OS0, de ,s~rpiel1te o de gal1sos del agrupamiento de los hombres, a cada tIno. de los Cllerpos de tradi-
ciones debe corresponder una forma de. memoria particular .
.salvajes. Vestidos, asumen su COl11porta!111ento específico ~ exactamente co-
mo los hombres asumen el comportamiento de su etnia o de 5U clase
social cuando revisten los atributos vestirnentarios de ella. Antropocen-
INSTIN·TO E lNTELIGEKCIA
trista también, esta actitud revela la percepción de la división del lTIU11d?
viviente en unidades sociológicas, distintas en sus costumbres y sus atri- Numerosísimos estudios han sido ·consagrado~ al problema, insoluble
butos exteriores, contrapartida de la identidad de ·105 seres en su estado en apariencia, de la inteligencia y. del instinto. Marcada hasta el inicio
natural, Esta visión es demasiado espontánea y demasiado ·tl11i,rersal para del siglo xx por U113S preocupaciones. antropocentristas, la discusión pa-
110 corresponder a lI11 hecho .real, el de la separación entre el hombre . rece haber perdido, desde :hace una generación, ·la ma}'or parte . de su
físico y su envoltorio social; extiende al mundo animal lo que es propio interés. Ni el. instinto, ni ·la inteligencia pueden ser considerados corno
de los seres humanos, pero analiza el hecho esencial de la doble pe~te- causas, sino más bien corno efectos, pllesto qtle el instinto no explica el
nencia del hombre al 111lI11dozoológicoy al 111Ul1dosociológico. Desprende comportamiento instintivo, sino qlle caracteriza filosóficamente, el resul-
también este otro hecho esencial de que los seres 110 5011 humanamente tado de prácticas complejas }: de orígenes variados, El instinto se situaría,
signifjcati,\los sino a través del comportamiento propio de su grupo, y si pari el individuo, en la encrucijada de sus medios específicos y de las
se tiene en cuenta la asimilación, en los. mitos, .de. los animales a verda- causas exteriores de 51.1 despliegue ell las cadenas operatorias, las causas
deras etnias, se concluye en la constatación del carácter determinante de exteriores actuando a la vez como educación y estimulo.
la especiación étnica, la distinción entre instinto e inteligencia ofrece un valor práctico
En el pensamiento científico de estos dos últimos siglos, se percibe, solamente en los extremos, pJ.r~ el insecto y para el hombre, a ·pesar de
en dos "fas diferentes, las mismas actitudes ell la búsqueda de las fun- qlle sea difícil apreciar el .valor real de la distinción. En efecto, para
10·s vertebrados inferiores,· los prograrnJs operatorios están estrechamente ·
cienes del instinto y. de la inteligencia, }" en la de la división. entre 10
natural y lo cultural, La primera de estas dos vías ha sido la de la psi-
.condicionados por el medio interno y los estímulos exteriores; el corn-
. portamiento operatorio de una ameba o de un anélido se reduce a unas
colegía animal, la segunda la de la etnología. Lo que 11:1 sido señalado
cortas cadenas en las cuales desencadenamiento y desarrollo parecen. liga-
anteriormente en ClIJl1tO· a la evolución de las sociedades antrópidas po·r
dos a causas extrañas a lo qlle· podría ser una "inteligencia automática",
'etapas, donde el vínculo entre zoológico y. sociológico se afloja !)rogre·
opuesta a una inteligencia reflexionada. No se puede, plles, partiendo de
...
sivarnente, . muestra . qlle el problema puede plantearse simultáneamente ·
10 más sencillo, llegar hasta los animales superiores constatando la. evo-
sobre las dos .vías, o 111ás bien, ql.le llay una tercera salida, la cual se lución de un instinto q1le se tornaría, en la cima, en inteligencia. El solo
aproxima sensiblemente a la imagen empírica de las sociedades sin escri- hecho qlIe sobresale de la experiencia del comportamiento animal, es la
tura, Esta vía consistiría ell mirar el problema de agrupal11ie!lto COI110do- plasticidad eventual del comportamiento del individuo frente a St1S me-
minando los problemas (le la animalidad o de la humanidad, a considerar dios específicos, lo cual no aparece como una liberación frente al instinto,
la sociedad, en el animal y en el 110111bre, COI110 mantenida en un cuerpo sino ante cadenas qlle nacen en la confluencia del medio biológico in-
de "tradiciones" Ctl)!O s·oporte 110 es illStil1tO o i11telecto, sino, en grados te,rior y del nledio exterior. Se trata, plles, n1ás de 1Ina Cllestión de apa- :
:
\rariados, a ·la \:ez de order1 zoológico Y' social. Para t111· testigo exteri~r, rejamiento ner\,ioso glle de· la presencia de lIna virtud propia a la con,
no. llay, en realidad, lla(_1a de COll1ún a tlna -sociedad de 110rl11igas y aUlla dición animal. lvIás exactanlente, el sistema nervioso no es una máqllina
sociedad hlll11alla qLle 110 sea la existencia de tradiciolles; las cuales ase- qlle fabrica instinto, sino que responde a las solicitaciones internas y ex-
gurall, de tIlla. generacÍóll a la otra, ]a trarisll1isión de las cadellas. ·811e- ternas constrllyendo lInos programas. ·
ratorÍas qlle .perlllitel1 la sllper,'i,'encia )' el desarrollo del· grll1Jo social. Si el illstinto· aparece_ hoy como tIn concepto demasiado .vago y si
Se puede discutir sobre las idel1tidades }' las· disinlilitudes, lJero el· gruIJÜ se percibe la. complejidad de los comportal1lientos hereditarios, la exis- ·

sobre\~i\Ye mediallte el ejercicio· de una "erdadera lnel110ria, en la cual se tencia de tIna n1emoria específica14 es difícilmente disciltible. Pllede cons-
l11SG::iben los con~lJOrta1l1iel1tos; éll el anilll,al,· esta l11el1loria . peculiar . a
cada eSlJecie reposa sobre el alJarato 111U}' con1plejo del instil1to;· ell los , 14. Se. entiende memoria, en esta obra, en un sentido muy amplio. No se trata
antrópidos la:- .nlel110ria propia· a . cada et11ia reposa sobre el alJarato no de una propiedad de la inteligencia, sino, sea cual· fuese, el soporte sobre
el cual se inscriben las cadenas de actos. A este respecto; se puede hablar ·
nlenos conlpJejo del lenguaj e. Crear llna conf rOl1tación 'fIltre instinto y de una {(memoria específica" pára definir la fijación de los comportamien~
..·

lenguaje 11lás, bien que .el1tre instinto e il1teligellcia, es legítil110 solamellte tos de las especies animales; de una memoria "étnica" qlle asegura la re- ·
.'
si los dos t~rminos de la· confrontación corresponden. real!11ente, lo qlle producción de los comportamientos en las sociedades humanas y, al n1ismo
\'anlOS a tratar de derTIost.rar el1 el capítulo presente. Si es exacto que la título, de una memoria "artificial", electrónica en su forma más reciente,

21.6 217

. ; ·
tituirse en cadenas de actos, mediante el acondicionamiento progresivo del reditaria . co.rresponde a la existencia de una memoria virtual, 'cLIyas ope~
individuo solicitado por el exterior y dando las únicas respuestas para ,raciones parecen preconcebidas por el. hecho de qtle no admite más qtle
las cuales está hereditariamente constituido; sin embargo, no es menos un escogimiento mínimo de respuestas. Se puede .imaginar, sin embargo,
cierto que en el curso del desarrollo de las generaciol1es las mismas ca- 11n sistema artificial de. conexiones nerviosas, el cual seleccionaría unas
denas, o cadenas nl.uy vecinas, se reproducen de un individuo a otro. impresiones luminosas o químicas o vibratorias para canalizarlas dentro
El instinto, expresado en' la memoria específica, es una realidad solamente de cadenas de actos complejos: se puede incluso. concebir un sistema qLle
en la medida corno se considera la constancia de las cadenas operatorias admitiría cierta indeterminación y una opción posible entre impresiones
que resulta de ello. El problema no puede, pues, ser tomado bajo el as- consideradas como equivalentes, Si cada estado del quimismo interno exi-
pecto del contraste entre instinto e inteligencia, sino entre dos modos de giera reacciones específicas frente a impresiones' recibidas desde el ex-
, 'prograll1ación, de los cuales UI10 corresponde, en el insecto, al máximo terior, la economía de 11n tal dispositivo de mando estaría ffilly próxima i
I

de predeterminación genética, y el otro, en el hombre, a una aparente a la de lln insecto.


indeterminación genética.· De . hecho, la distinción se· ..~xpresa en 1100S El tercer tipo sería el de los vertebrados, Nos encontrarnos de nuevo
dispositivos cerebrales nluy diferentes en el insecto y en el hombre )7 el con. el comportamiento .de los invertebrados inferiores, puesto que una
problema es menos filosófico qlle neurofisiológico.., . parte importante del acondicionamiento de la memoria operatoria depen-
Frente al instinto y a 'la inteligencia, los seres vivos podrían agru- .' de del determinismo mecánico, de las pulsiones fisiológicas y de las so-
IJarse somerarnen te en tres tipos. El primero sería el de los invertebrados licitaciones del medio exterior. De manera, cada vez más precisa, a me-
inferiores, COl1 un sistema cerebral l11Uj1 elemental, donde los prograIl1as. dida que en cada entronque se asciende e,n la organización .cerebral,. uno l
•!
se constituyen en cadenas cortas y estereotipadas de actos nluy sencillos, vuelve a encontrar allí también el acondicionamiento ligado a la existen
los cuales traducen el equilibrio del, organismo con su medio, En UI10S cia de .1a memoria virtual; es decir, de los comportamientos automáticos
animales, corno la lombriz, la babosa, la lapa, la memoria es asaz fácil- . e instintivos", los cuales son el resultado de una selección genética de
l<

merite comparable a la de una máquina electrónica en el sentido de que: las respuestas posibles. El vertebrado se comporta en ello como sigtliendo "O

l ": el' animal nace con una ganla determinada de necesidades y de me- un . programa preestablecido, lID "instinto" 'cuyas consecuencias son a. ve-
dios para' satisfacerlos; ?~.):, sus cadenas operatorias se desarrollan en. la ces absurdas 4 causa de LID defecto de adaptación posible a situaciones
búsqueda del punto de equilibrio entre pulsiones orgánicas y medio ex-: ". no inscritas en 511 memoria genética,' mientras qlle de hecho, of rece unas
terior, en un ciclo donde el desencadenamiento y el encadenarniento .de series de respuestas encadenadas en el hilo· de sus posibilidades. orgáni-
los actos son determinados por unas causas fisiológicas o externas; 3~': ,cas. Para los vertebrados inferiores, peces y. reptiles, la' casi totalidad de'
la memoria se inscribe en progran1as que determinan el acondicionamien- su comportamiento se inscribe en los Iímites de los dos primeros tipos y
to del animal. La realización artificial del" sistema nervioso de este tipo se puede concebir una máquina electrónica qllC, 'corno el .lagarto, res-
sencillo se encuentra ya adquirida, y el dispositivo electrónico para el pondería a 1 foto o al termotropismo, aumentaría su actividad en función
marido .de los cohetes es evidentemente más complicado que el cerebro de la temperattlra, seguiría teda presa móvil de dimensiones absorbibles,
de los moluscos inferiores o de los anélidos. dejaría de lado aquellas Clly'O gusto o consistencia estarían inscritos como'
El segundo tipo es considerablemente 111ás embarazoso, Podría ser peligrosos, atacaría otras máquinas idénticas en el momento cuando su
representado por la abeja, la hormiga, los insectos. Cl1)'0 COl1l1)O rtam iento quimisrno interno desencadenara reacciones de agresiv'idad, huiría o ex-o,
parece implicar la existencia .de prograolas l11uy complicados, inscritos hibiría unos paneles colorados bajo el efecto de una excitación visual
genéticanlente y desarrollándose en la larva° el insecto perfecto de' re- 11 olfativa. Podría agregarse qLIe los. actos realizados una primera vez por
pente y con una elaboración desconcertante. Pero se 11a visto que 'la eje- tanteos sucesivos se inscribirían bajo la forma ·de programas. en tIna serie
cución de estos lJfograJl1fls. es menos perfecta' que lo creyeron los 'viejos •
de memorias y .qlle, luego, el juego de estas diferentes memorias desen-
autores; sin embargo, es l11Uy. dificil ver en ello el solo juego del medio cadenarÍa la realización de cadenas operatorias complejas, llegando in-
exterior y del medio interior, .acarreando la forInación de Ulla n1elno.ria cluso a· la modificación de los comportamientos en el curso del desarrollo
,acondicionada. Uno está obligado a concebir un sistell1a de conexiol1es de las cadenas. lo qlle es concebible en los peces o reptiles 10 es, en tln
,nerviosas extrelnadamente deterl11inado en sus resplltstas a las i!11presio- grado considerablemente más complejo, en los pájaros, los cllales n1ues-
ne,s ,risuales, olfati'1as y táctiles, para explicar la selección de las plaritas tran con. un gran desplieglle de detalles qtle. lo más elaborado, en el
o de los anilnales de alimento, los cOil1portamientos de construcción" y comportamienfo alltomático, intelresa las operaciones relativas a la· repro-
los actos que dependen de la coh,esión social. Una tal determinación. he- ducción. He ahí 11n hecho general) sobre el cual yo insistiré en los 'tsím,' ".
bolos de la .sociedad", para despejar los vÍnC1Ilos entre lo estético y el ,

que asegura, ·sin recurrir al instinto· o ,a la reflexión, la reproducción de


mantenimiento de. la cohesión del grupo zoológico. Por ahora, basta con .

actos mecánicos encadenados. considerar' qlle los ·dominios fllndamentales de las operaciones de super~
.

218 219
natas de las especies animales, es susceptible de hacer comprender la, na-
vivencia individual y de' las operaciones qlle asegura!1 ,la sllpervi\1e~~ia turaleza de 1 comportamiento instintivo. En ambos casos, no se trata de
de la especie, ofrecen notables diferencias de grado e11 la elaboración
,. nin beuna manera, en efecto, de misteriosos programas, transmitidos ,por
automática. . .. .. . ..
atavismo y desarrollados automáticamente en circunstancias propIcIas, S.100
El comportamiento 'del 'vertebrado il1ferior. pl~~de verterse en ~1 ,'e.r- de disposiciones .neurovegetarivas hereditarias que' alltorizan. la .constItu-
'tebrado superior para formar 1~masa de cons~ltuc1011 de su memoria. SI11 ción de tIna' memoria inscrita en cadenas de actos. Entre mil sujetos 50-
embargo, a medida qlle se asciende en la serre, un elemento nuevo apa·, o • , •

metidos a la educación musical, uno .solo tal vez se encuentra genetlca·


rece, el cual deja SUpO!ler qlle, los dos cu~dros precedentes. no S~11 .d~l mente acondicionado para transformarse en 11n gra~, ej~cutante, del, cual
todo COl11pletos.' En efecto,' lo -r=
caracterl~a, el COll1portal1:1ellt~ l11dl\71-
podría decirse que toca "por instinto", mas entre mil s.uJ.etos ,dotad~s ~:l-
dual del mamífero al menos el comportamiento de Sllper\'f\TenCla, es la
sicalmente uno solo tal vez tendrá la, ocasión de 'recibir una educación
posibilidad de la ¿pción entre las cadenas operato~ias y el control de s~
musical los otros no constituirán j arnás ,Stl memoria de ej ecución instru-
adecuación relativa a la situación propuesta y un cierto l11argen, de ~Olll1-
mentist; y no materia.lizarán !a ligazón. entre. ,sus aptit~des genéticas y ~a5
nio variable según las especies, lJero 11111}T grande )'a en los carniceros
solicitaciones del medio exterior. la orrentación profesional, en las SOCie-
y l;s primates. Si siguiéramos el paraJeli~mo con la máquina el~ctrónica,
dades .modernas, no es 111:1.S que la investigación empírica de 'lb qlle ~xiste
'deberíanl0S agregar al sistema de ,conexlones de desel:cadenal111ellto de
las respuestas y de las memorias, un sistema de conexiones suplementa- en el hombre corno aptitudes ge,11éticas cOlllllnes, a todo e~ mundo animal.
rias en el cual la confrontación se haría posible y determinaría la orien- 'Las manifestaciones operatorias del hombre se sitúan, por consi~llie~-
tación hacia una u otra de las respuestas. Bajo el ímpetu de la Evolución, te sobre un fondo instintivo nll1y importante, hecho a la vez de dlSpOS1.
105 sistemas nerviosos parecen en efecto, progresar en dos direcciones ti~TOS de rezulación de los impulsos orgánicos profundos, comunes a' to-
opuestas: una (la del insecto o el pájaro ) donde.' el .aparcjo nervioso dos los indi~ridllos', y de dispositivos propios' a la inscripción d~ p.r~gran1as
canaliza cada vez más estrechamente los comportamientos, )' la otra (la operatorios CllyO detalle puede variar sensiblemente de un individuo al
de los mamíferos ,}' "del hombre) donde los trayectos nerviosos _se enri- otro. Este margeIl de, variación individual, considerablemente filayar q~e
quecell prodigiosamente en elementos de conexión, propios pa.fa ~stable- en los mamíferos, incluso los más evolucionados, es un rasgo esencial
cer unas relaciones entre, situaciones )7a conocidas IJar la experlellcla y la de la sociedad humana: el. "pensador", el' inventor 'y el virtuoso, inter-
situación 11UE\'a. La memoria del individuo, fundada en "el primer período viniendo de manera decisiva en el diálogo entre' el hombre físico y el
de la "ida, torna entonces la primacía sobre la memoria específica, la cual orzanismo colectivo constituyendo la sociedad. No' debe .disimularse 10
110 es 111:1s qlle el" resultado de las disposiciones hereditarias del sistema ql~ la presencia del genio individual pueda tener de genéticamente nor-
de conexiones Iler\ricsas. mal en la especie humana, ni, hasta q:lé punto el progr~so es menos tln
aSllnto de genio personal que de med10 favorable colectIVO. . .
I~STINTO y LIBERTAD La percepción de estos hechos s.e .ve ilustrada~ por l,as POStClOnes
inversas del espiritllalisn10 y del lllaterlallsn10 en la ldeologta de la~ ~o~
Lo, qlle caracteriza al hOl11bre, es c:Iue su. cer~b.!"o es lI!l. al)arato de ciedades recientes. En las o-randes religiones, y en particular el crIstIa-
COIlfrOlltaciones. Sin ellibargo, en los Ill\~eles 11tferlores (~el Slstcll1a l1er· nismo, las aptitudes genétic~s individuales no franquean el quicio d~ la
"joso se \'uel\~e ,a encol1trar, el1 l)articuJar el1 el sistel11a ner,'ioso Sill11Já- eternidad y la jerarqllía se establece sobre fllndan1~ntos que las t~asclen-
tico, los nlandos regllladores 'del COl11portanliel1to, tlen1el1tal: el orgallisll10' den. El santo no es forzosamente tIn pensador, lln In\'entar o un vlrhloso,
qlle~a S?111e~ido a ,las l11isl11as ley,es de equilibri? ent!e. nledio exterior y sino, por el contrario, el que rOfnpe el círculo operatorio para proyectarse
111edlo InterIor, que las de los 10\iertebrados nlas sencIllos. Se "llel\'e a m,ís allá, y todas las grandes metafísicas están fundadas sobr~ esta rup"
encontrar .tal11biéll el' ni'7el nledio, el del "instinto", puesto qlle su C0111-
tllra, qtle tradllce la liberación del vínculo gen'ético y po.r el n1Ismo efe~o
portal11iento operatorio está nl0delado por el arInazóri genético. Ell' efec~
del vÍnclllo social (lo qlle tradllce sobre t1n plan dIstInto la homologla
to, ser de \,isióll i' alldición dOll1illal1tes, ,sus actos son, gel1éticanle11te di-
especie-etnia) . ~a ide?logía ma~e.rialista, presente no. solamente en las
ferentes a lqs de 11n anill1al qu'e tll\7iera el olfato y el tacto COI110,referell-
,sociedades marxIstas, SIno -pragmatrcamente ,en toda -SOCIedad humana, ad-
cias flln'dal11tntales. Si realll1el1te el illStil1tO está presellte ell la reaI~zaciól1
hiere' al contrario estrechamente al plano de la eficiencia social y sub-
de actos para los, cuales los, ,instrlln1entos son acondicionados genétical11cn-,
raya 'la importanc¡'a del vínculo genético, tratando de héroe al individuo
te, entonces una parte illl1)ortal1te de la acti\'idad hUl11al1a es il1stiJ.1ti\~a.
Las "dotes", il1telectuales o físicas genéticam'ente" adquiridas, rel)resentan, e 'dotado". En las sociedad'es capitalistas, esta disposición s~ establ~ce en
en las cortas descendencias que se constitu)'en en el. seno de las masas el cLladro 'de una jerarqllÍa modelada por las clases SOCIales, mle~t~as
l1umanas constanten1el1te rel110delad,as, el equi\~alente al capital ttinstinti. qlle en las sociedades marxistas, tiende hacia el pleno lISO de las dlS·
\'0'" de las descendencias animales. El para]elisnl0' entre las aptitu'des in- ponibilidades genéticas a tra,rés de los héroes del' trabajo o el culto de

220 221
la personalidad, en una jerarquía lineal fundada sobre la eficiencia de la aptitud de proyectar unas cadenas simbólicas. Esto equivale a hacer
los individuos, , del lenguaje el instrumento de' la liberación en relación a 10 vivido. De
El problema humano 110 puede, sin embargo, ser tornado únicarnen- manera paralela,' el útil manual apareció como el instrumento de' la li-
te sobre los elementos instintivos, y si bien' se debe tener en cuenta la beración de los constreñimientos genéticos que ligan el, útil orgánico
parte, demasiado frecuentemente olvidada, de lo zoológico en el COl11por· animal a la especie zoológica. La inteligencia humana conserva por con-
tarniento operatorio, 110 se captaría, más que .la infraestructura si 110, se siguiente, sobre el plano del lenguaje como sobre el del útil, las mismas
intentara integrar la inteligencia en el proceso biológico general. Hemos relaciones anteriormente puestas a la ,luz. .
visto en el capítulo 111 que la destrucción de las áreas motrices del El comportamiento técnico del hombre con: sus consecuencias en la
córtex cerebral mostraba, 'del perro al mono y del mono al I101l1bre, .evolución vertiginosa del aparato instrumental de la sociedad ap:arece
una progresión reveladora. En el perro, la supresión del córtex motor en tres niveles: el. nivel específico, el, nivel socioétnico y el nivel indi-
hace desaparecer la memoria de las cadenas operatorias aprendidas, en vidual. En el específico, la inteligencia técnica del hombre está ligada
el mono se debe extender la supresión a' las .zonas de asociación que al grado de evolución de Sll sistema nervioso y a la determinación genética
bordean el área motora fundamental y en el 110111bre, solamente la des- de las aptitudes individuales. aparte de las proporciones, nada la dis-
trucción de 111U}T amplios territorios acarrea el, mismo resultado. , Estos ringue formalmente ,del comportamiento animal, en particular en el so-
datos han permitido materializar lo esencial de la evolución hacia la metimiento al .ritmo excesivamente lento de la evolución general de las
motricidad reflexionada. Ahora, ellos ofrecen, en cierto 1110d o, el grado especies. En el nivel sociotécnico, la inteligencia, humana se comporta
de liberación del cerebro humano, Esta aureola, cada vez nla}70r, que de una manera absolutamente particular, única,' puesto qtle ello forja,
"
circunda 105 centros de la rnotricidad voluntaria, corresponde, en el sen- fuera de 10'5 individuos }' fuera de los vínculos específicos, un organismo
ti do más estricto, a la' inteligencia; es decir, a la vez a la inscripción en colectivo con propiedades evolutivas vertiginosamente' rápidas. El grado
la memoria de numerosas cadenas operatorias y a la libertad de la opción de ,obligación socioétnica es para el individuo tan imperativo como la
entre las cadenas. De los 1110nos más evolucionados al hombre, la dife- obligación' zoológica que lo hace nacer bomo saplens; los términos de
rencia en la libertad de la opción es cuantitativa; el antropoide, el más esta obligación son,' sin embargo" diferentes, porque admiten, en, ciertas
inteligente, no dispone nunca sino de un número limitado de, 1)rogrul11as condiciones, la posibilidad de una cierta liberación personal.
}' 511S' confrontaciones SO!l' función de UIl aparato neuróriico considerable- Al nivel individual, la especie humana ofrece un carácter igual-
mente más reducido que el del hombre: sin embargo, la diferencia 'es mente único, puesto qlle, su mecanismo cerebral dándole la, posibilidad
sobre todo cual itati va, pues la reflexión está estrecharnen te ligada al de confrontar situaciones traducidas en, símbolos, el individuo puede Ii
lenguaje. berarse simbólicamente de los vínculos a la vez genéticos y socioétnicos.
En las prácticas operatorias más corrientes, el lenguaje 110 parece 'Es sobre esta liberación donde se' han fundado las dos situaciones C001-
intervenir y numerosas acciones' se realizan en UIl estado de conciencia plementarias entre las cuales se establece la realidad humana ,\riva: aquella , ,

crespllsqular,' que ,110 es esencialmente disociable del estado el1 el cual donde la confrontación de las cadenas operatorias lleva al dominio ma-
se desarrollan las, operaciones animales; mas, desde, el 'il10nlento en el' terial sobre el mundo orgánico }~ otra, donde la liberación se hace en
cual las cadenas operatorias están puestas en causa por la OPCiÓll, ésta relación al mundo orgánico, mediante la creación de situaciones intui-
: "
no puede hacerse sin que intervenga una conciencia lúcida, estrechamente tivas en las cuales reside la espiritualidad. ,

'ligada al lenguaje. La libertad de comportamiento no es, e11 efecto,' rea-


lizable,' sino al nivel de los simbolos, no al de" los actos, }' la Irepresen~
ración simbólica de los actos es indisociable de su confrontación. De los LA ~;fEn,fORIA SOCIAL
( ,

animales inferiores a los' mamíferos superiores, uno asiste a la inversión


Si se constata entre los primates que el comportamiento operatorio
de las proporciones entre el acondicionado genético y el acondicionado
hereditario está cada vez más dominado por una memoria de construc-
',al)rendido, y luego, a la emergencia de' una selección posible entre las
ción individual, en el hombre el problema de la memoria operacional
operaciones' sencillas. ,Sin embargo, el comportamiento operatorio queda ..

completamente . sumido en Jo vivido, pues la proyección no puede ínter- está dominado por el del lenguaje. En efecto, la parte considerable, en
venir sino a partir del momento cuando las operaciones son liberadas de nosotros, del acondicionamiento genético y del acondicionamiento por ex- -

su adherencia material 'y transformadas en 'ca'denas de símbolos. Aparen.' periencia individual, está completamente mitigada por la educación' a
temente, es posible confrontar el instinto animal y la inteligencia humana, través de la cual los individuos reciben todo su comportamiento ope·
pero, desviando cada UI10 de los' términos de su sentido tradicional, ha- ratorio. La memoria construida individual y la inscripción de, los pro-
ciendo del instinto un, conjunto de fenómenos tan complejo que 'la pa-' gramas de comportamiento personal, son totalmente canalizadas por los,
_'
labra' no tiene más significado preciso-y considerando la inteligencia C'OIno' conocimientos, cuya conservación y transmisión están' aseguradas en cada
,
,

222 ' 223
1

COI11Ul1idad étnica por el lenguaje. De tal suerte qlle aparece una ver- El carácter particular de la memoria social, puede ser entendido en
dadera paradoja: las posibilidades d~ co?frontacióll y de ~iberación del otro plano, La creación del primer útil artificial pO,r .eI .primer antrópido
individuo reposan sobre una l11el110r:a '!lrtuaI~ ClIyO cOlltell1~O pertenece
ha situado la técnica fuera de las realidades zoológicas, fuera .del des-
a la: sociedad. En el insecto, la sociedad detiene la memorra solamente arrollo rnultirnilenario de la evolución, y la memoria social. ha adquirido
en la medida en la cual esta sociedad representa la supervivencia de una en seguida la posibilidad de totalizar a un. ritmo :ápido .. Hemos. ;isto en ·
los capítulos precedentes. que, hasta el hOIJIO. saprens, la e.v.oluclon cere-
cierta combinación genética donde el individuo no. ti~n~ posibili~a~es
.Ó:

sensibles de conf rontación .... El hombre, .es a la vez individuo ZOOlOglCO bral quedaba inacabaday qlle la evolución técnica parecía se.guir muy lento
desarrollo de .10· qtle faltaba aún al hombre para· que disponga de un
y creador de la memoria social; así se ..esclarece, tal \Tez., la articulación
alJarato de confrontación suficiente, Hemos visto que, igualmente, a partir
de lo específico y de lo étnico al circuito que se esta~lec.e .en el. prog.reso
del desbloqueo pref rontal, la. evolución característicamente. humana h~~ía
(carácter propio a las sociedades humanas) entre el individuo 111110\Tador
brotar un mundo técnico el cual sacaba sus recursos fuera de la evolución
y la comunidad social. . )

genética. A partir del hO"/O saplens Ola constitución de unos. aparejos de


La ubicación de la memoria étnica fuera de la especie zoológica tiene la memoria social domina todos los problemas de la 'evolución 'humana. ¡
·
,
COI110 consecuencias Il1l1}r importantes la libertad para el individuo de Veremos ·en el capítulo IX mediante cuáles vías, hasta la creación de los :,
salir del cuadro étnico establecido y la posibilidad, l)ara la I11el110ria ét- cerebros artificiales , las sociedades han intentado hacer frente a la iris- ··
. .
nica misma, de p;!'ogresar. Cuando se conlpa~an las sociedades ·ll,un:anas cripción y a la conservación de un .capital. de conocimientos desmesura-
COl1 las sociedades de insectos, a veces se olvida qlle entre estos Ultl1110S, darnente creciente.
la inscripción genética de los comportamientos es imperativamente domi- La oposición entre lo material y lo moral aparece de nuevo .. El t.ema
nante, 10 cual obli era al individuo a poseer todo el capital de. los co- del "hombre dejado atrás por SllS técnicas" .hace resaltar. la disparidad
nocirnientos colectivos )T obliga a la sociedad a evolucionar sólo al ritmo entre la evolución de las técnicas y la evolución del di~po~iti\'o m?ral·?e
de la deriva paleontológica. 1...Ningún término de comparación realmente J3. sociedad: el. hombre adquiere en el curso d~ ~os. ffil.le?10S medios tec:-
fundado es concebible entre los dos tipos de sociedades, puesto que el nicos qlle podrían ayudarle a asegurar un dominio individualmente eq~I- .
110111bi'e está libre de crear él 111i51110 sus situaciones, así fuesen única- librado sobre el medio material, mientras qtle la mayo.r parte de sus medios
mente simbólicas, La ruptura del vínculo entre la especie y la memoria
continúa satisfaciendo desordenadamente unas tendencias .depredadora.s que
a¡'Jarece C01110 la sola .sc;>Iución (y .una. solución solamente hurnana ) qlle remontan al tiempo cuando se enfrentaba a los rinocerontes. Esta incapa- ·
lleva a una evolución .rápida y continua. Por eso, las sociedades humanas ·
cidad aparente para constituir un comportamiento moral vivido en el ~is-
110 corren jamás el riesgo de encerrarse ell un comportamiento comparable rno nivel qlIe el comportamiento técnico, no tiene nada de anormal nr de
al de los insectos. Ell~s·. y nosotros poseel11os vías totalmente diferentes. ,

particularmente desesperante. En efecto, parece bien demostrado qlle. la


Frecuentemente, los paleontólog~s ?an. ;insisti~o sobre el he~~ó de qlle. el marcha de la evolución humana no ha . sido tomada por el cerebro SIno
110111bre ha adelan tado su especialización hacia la conservacion de aptitu- ·

por los pies y que las cualidades superiores no han podido emerge~ s~no :
.
des 111l1y generales. Esto va mucho más allá del cuadro físico .. Es verdad en la medida en que, mucho antes que ellas, se encontrase constituido ·

qlle 11osotros correll10S l11enos rál)ido que el caballo, qllC. no digeril110s la el te.rreno para su emergencia. Indi\·idllalment~,. l~s .hombres tienen ac- o

celulosa. C01110 la \7aca, que trelJal110S nlenos bien qlle la ardilla. y .. qlle ceso desde milenios, a unos conceptos de eqlllllbrlo moral tan ele\'ados ·
finalJl1ente l1uestra l~láquina· osteol11uscula.r toda. no. es superespeclallzada com~ los alcanzados en el equilibrio técnico. Las sociedades han inscrito ·
l11ás que lJara pernlJl1eCer alJta para l1acer de todo; pero Jo nlás ~111por~ estos conceptos en StlS grandes leyes morales o religiosas,. p~r~ el com-
·

tallte consiste ell el l1tcll0 de que el cereb"ro l1Un)al10 l1a}7a e,\roluclol1ado portamiento genético no ha permitido, a toda la masa.· de IndIv1duos. que ·
de l11alle.ra tal qlle es apto l)ara 1)el1sarIo todo, habie.ndo nacido pr~lcti- constituyen las sociedades, la liberación de las exigencias fun~amentales
;
call1ell te ,'JCIO. que sigllen sien~o esencialme~te depredadoras .. ¿ D.ebemos deducIr· de ello :
Al 1lacer,· el indi\'idlIO se encuentra e~ presel1cÍa de 1111 cuerpo de qlle será necesarIO esperar varIas decenas de ~lJenIos p.ara que unos ce.re- :
tradiciones propias a -su etnia y, sobre planos ,~ariados, tIn diálogo se e111-' bros humanos más evolucionados que el del hO.Jno sap¡ens hagan efectl\'O
:

j)rel1de desde la il1fancia entre él y el organismo .social. La tradición. es el contenido de la memoria moral? Evidentemente que no; hay razones,
biológicall1el1te tan indispensable··a la especie 11ul11ana conlO el acondicio- en efecto, para considerar que el prog.reso en este dominio, si se encuen-
.nalniento gel1ético 10 es a l~s soci~dades de insectos: la supenTi,rencia. étl1ica tra poderosamente frenado por tIna liberación incompl~ta de las e~ig~n- •
·
del)ellde de la nltina, el diálogo que se· establece· suscÍta el equilibrio cias b:o!ógicas, se beneficia, sin enlbargo, de los medIOS qtle la tecnlca
tl1tre rutina y progreso, la rutina Si!11b?lizando el capital l1e,cesario a la oE rece para una toma de conciencia· col~ctiva. Es a través ?e tIna per~ep.
st1lJer\1i\'encia del grupo, el progreso· ·la inter'\?ención de las inno\Taciones ción clara de .las leyes biológicas qlIe puede nacer el medIO de canalIzar

..
indi\Tidllales lJara una super,\ri\rencja l11ejorada. . :
o
.

i'

224
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, .
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..
"

y de orientar la agreSi\T!~~d específica; :u pérdida total equivaldría pro. del des~rrol.1o de l~s cadenas sin intervención' ordenada ·del lenguaje y de
bablell1el1t~ a la desaparición de la especIe humana, mientras que el arre- la conciencia manifestada por el funcionamiento· de los símbolos. los
glo. consciente .del vínculo entre el pensamiento y el aparato fisiológico términos' psicológicos podrían aplicarse' a las operaciones técnicas, pero.
responde a la apertura de una perspectiva optimista hacia el futuro. ~rras~ran c?n ellos un c?rtej? de implicaciones! 1~cual. hace per?:! todo
mteres a Integrarlas ahí, rruentras que los términos de automático, de I
"
.maquinal y de lúcido son aplicados a las prácticas operatorias.
LA 11ElvfORLA OPERAT.ORIA Las prácticas automáticas son ignoradas por el etnólogo, 'el cual se
dedica mis a distinguir lo qlle hace diferentes las culturas qlle lo. que hay'
.La formación de cadenas operatorias plantea, en las diferentes etapas,
de ~isio16gicamente común a todos los hombres, L~. antropología racial
el. rr~blelll~ de las ;elaciones elltre. el jnd~\riduo y la sociedad. El progreso considera importante la investigación de las diferencias en el funciona-
esta sOllle,tldo al. C;tll1Ulo de las !nno:a~l?neS, pero la supervivencia del
miento físico de las razas }.,'en estado de esbozo, hay incluso una psicología
grupo esta ~CO?~ICI0nada por la lnscrlpclon del capital colectivo, 'presen-
tado a los .individuos en unos programas vitales tradicionales. La COI1Sti- racial, mas se ignora casi todo lo que es genéticanlente significativo, pues
la . mayor parte de las diferencias entendidas. pertenecen a la superestruc-
tución .~e l~s cadenas' ~peratorias depende del juego' proporcional entre
la experiencra que da orIgen en el individuo a un acondicionamiento me-
tura cultural, La literatura' sobre 105 niños-lobos , fuertemente teñida de
. .

diante e1;sayo y error" idéntico. al del animal, y la educación en la cual


tc
leyenda, no da muchos dates científicos sobre lo que sería el hombre
el lenguaje torna una parte variable, pero determinante siempre, Hemos viviendo sobre su solo fondo genético; finalmente, a pesar 'de qlle el papel
\-ist~ más arriba· 9ue tres planos pueden ser distinguidos en el conlpor- del fondo anatornofisiológico sea, con toda seguridad, determinante, esta-
~anl1ento operatorio del .holllbre: el ?~inlero. es un plano frofundo que n10S reducidos a considerar qlle en la especie humana el cornpcrtarniento
Interesa U?O~ ~on1portall1Ientos .autol1:atIcos directamente ligados a -su na- operatorio espontáneo se encuentra recubierto por. el comportamiento adqui-
turaleza biológica. Este plano interviene solamente COI110 un fondo sobre rido a través de la comunidad social, Es cierto, sin embargo, qlle no po-
el cual la educación imprime los datos de la tradición. Las actitudes cor. demos, dentro de la perspectiva adoptada por. este libro, omitir darle la
.. ..
porales y ,e~ comportamiento ~linlentario o sexual, se apoyan sobre este . suficiente importancia, si bien el problema será considerado de nuevo más
~on.do genético en unas modalidades fuertemente marcadas por los matices adelante; cuando se tratará del gesto y de las categorías estéticas. ..
étnicos. El segundo plano es. el del ~~mportanliento maquinal que C0111. Si existen pocos elementos para abordar los aspectos automáticos del
lJre!:de ~unas. cadenas. operatorias adquiridas por la experiencia )' la edu- comportamiento operatorio, en cambio existe en las prácticas nacidas del
. cacron, I~lscrltas a la vez e.i el COI111Jortan:ientogestual y el lenguaje, pero ambiente colectivo, un campo de observaciones sobre las influencias recí-
desarrollándose en una penumbra que,' SIn embargo, no es automatismo. l)rocas del individuo y. del medio, Todo' 10 qlle está regido por el sujeto
puesto que toda interrupción accidental en el des:rroll0 del .proceso ope: entra 'en su comportamiento operatorio, pero bajo formas y con unas inten-
ratorio l1JCe intervenir la conf rontación al nivel de los símbolos del len- sidades mlly diferentes según qlle se trate de prácticas elementales y coti-'
guaje y pasa .a-l ter.cer 1)1;1110. Est; último es el del comportamiento lúcido dianas, de prácticas con periodicidad. más espaciada o de prácticas excep~ i

cionales; 105 progtamas sllponen unos niveles de intervención inte1ectual :I


sobre el cual interviene -el . lenguaje de manera preponderante, sea que lleva
a .!"eparar una r~ptura accidental en el ~esarrollo. 'de la operación, sea qlle y unas 'relaciones individuo-sociedad diferentes. Las prácticas elementales
lleva a la creae10n de cadenas operatorias nue\Tas. . . constituyen los progranlus vitales del individllo,. todo lo que en los gestos
. Estos tres planos se encadena~ en los .diferelltes 11~,reles del conlpor~ cotidianos interesa su supervivencia como elemento social: babit«: corpo-
tamiento humano en unas proporC1011es variadas y en 11 (tazón .directa con ral, prácticas de alimentación o de higiene, gestos profesionales, com-
la supervivencia del dispositivo social.' b portamiento de relación con los próximos. Estos programas, CU}'O fondo

es inmutable, se organizan en cadenas de gestos estereotipados, clIya repe~
tición asegllra el equilibrio normal del sujeto en el medio social y su propia
1..A S CADENAS OPERATORIAS l\fAQLTl~ALES comodidad psíquica en el interior del grllpo. La adquisición de las cadenas
operatorias elementales se. hace durante la primera parte de la vida, bajo
.. La distinción de tres planos en el comportamiento operatorio es arbi"
trarIa . COfil0 todo corte en un proceso continuo, pero· ,'uel,~e a establecer la triple incidencia de la donla por inlitación, de la experiencia por tanteos
y de la cOffillnicación verbal. El slljeto está incorporado socialmente en la '1
1~ distinción. lJsicológica del inconsciente, del subconsciente y del cons-
CIente, . !o ~llal corresponde a .tr:s ~i\reIes ?e funcionanliento. del aparato n1edida C0010 desarrolla SllS cadenas operatorias sin contratiempos, al hilo .
neuropslqUlco ~un:ano. E~ta dlstlnClO? e~ cle~tame~te nlás importante' que de los momentos n·ormales de la existencia. Es cierto que la mayor parte.
la que s7 pod~la lntrodll~lr entre ~1 l?S~lnto y la lntelig'encia, pues' separa de las cadenas qlle desarrollamos desde el despertar hasta el acostarse ;

las manIfestacIones propIamente lnstlntl\taS }? genéticamente canalizadas, exigen solamente lIna débil intervención consciente; se devanan no en el I
I
:1
a
226 227

, .
automatismo para el cual la intervención de la conciencia sería nula, sino
}" 110 afectan el. lenguaje más que de una manera limitada, .Es solamente
en una penumbra psíquica de la cual sale el sujeto solamente en caso
en un estadio mu}r .adelantado de la organización de la 'conciencia colee-
imprevisto en el desenvolvimiento de las se~encjas. En. los gestos enca-
tiva qlIe el gesto social o profesional se encuentra fijado en los tratados ;

de mundología, 'en' las obras de oficios' O' en los' manuales' de etnografía. ·.


denados por nosotros durante el aseo, la comida, la escritura, los de~pla-
'La transmisión de las cadenas' elementales está, pues,. esencialmente unida
zarnientos y transportes, por excepcional que sea el regreso a la lucidez,
a' la organización de las células sociales restringidas yen. particular de la
es decisivo; es por lo cual se debe aplicar la expresión de "cadenas ope-
familia .:0 . de les grupos de jóvenes. Los juegos imitando a los adultos
ratorias maquinales' y no automáticas, inconscientes o instintivas.
desempeñan Llfl papel importante en ello. 1.:; . . . .
Las cadenas operatorias maquinales son el fundamento del. COl11por-
El sujeto qlIe actúa, orienta por consiguiente la' mayor parte de su
tarnien to individual; representan .ell el hombre el elemento esencial de la ·
actividad con la ayuda de series de programas elaborados en el curso ~e ·
.supervivencia . Ellas sustituyen al ttjn~tinto" en condic~ones. 12r?piamente ·

la. evolución del grupo étnico, que la educación. inscribe en. ~U ,me~o.rla
humanas; puesto que .representan un nivel elevado de disponibilidad cere- ·
motora. Desarrolla estas cadenas en un estado donde la conciencia lúcida
bral. No podernos, en efecto, imaginar UIl comportamiento operatorio exi-.
interviene para ajustar Jos eslabones. Nfás exactamente; l~ lllcidez. sigue
baiendo una constante lucidez ni' un comportamiento . totalmente condicio-
una sinusoide cl1yas concavidades corresponden a las' serIes, maqulnal:s,
nado, el cual 110 la haría jamás intervenir; el U1IO porque conduciría a
mientras qlIe los. vértices marcan los ajustamie~to~ de las s~rles, a la7 crr
reinv entar el menor gesto, el otro porque correspondería a un cerebro
cunstancias de la operación,' Esto ..es ya caracteristico de la lntell.gencl~ de
completamente preacondicionado, y po~ consiguiente in}lunlán~. Ta! .C?1110 Jos mamíferos superiores y se ofrece en el hombre con una. intensidad
está construido, el cerebro humano aliena una parte de su .dIsponlbIlIdad qtIe hace de ello lID carácter decisivo del comportamiento. En efecto, la
·

forjando los progral11as elementales que aseguran la libertad de su C0111· . intervención lúcida, ligada a la posibilidad de confrontación, es no sola-
. portarniento excepcional. Son las prácticas elementales, cu)'as cadenas se mente lo qlle asegllra'- la orientación del proceso opera,torio, sino lo qlle
van constituyendo desde el nacimiento, las que marcan más fuertemente permite responder a las situaciones accidentales;. es ?eClr, de ende~e~a.r. el .,
al individuo de su huella étnica. Los gestos, las actitudes, la manera de prcceso operatorio" ajustándole unas' cadenas aprOpla~a$. La ,poslbIltdad
comportarse en Jo trivial iy '10 cotidiano, . constituyen un Inedia' 'de unión de reparación o de mejora en el dominio de .las re,l~clones 5?clales, ~ant.o
·

al grllpo social. de cuyo origen el individuo no se libera jamás comple- como en el de las' técnicas, es el factor de la mvencion y restituye el indi
tarnente, .hUI1 . cuando fuese transplantado en una clase diferente o en otra viduo humano como inventor en el desarrollo del progreso, Lo propio de
etnia. las sociedades humanas es acumular las innovaciones técnicas y conser- ·
Las modificaciones políticas y la "planetarización" actuales plantean varias lo cual está liaado a la memoria colectiva, mientras que depende ·"

. a ..est-e respecto' serios problemas, La diversificación de las etnias )' la for- del individuo organiz~r sus cadenas operatorias,' conscientemente, hacia la ·
mación de comportamientos operatorios e O 111II nes a unas unidades 1115.S o fijación de pi~ocesos operatorios nuevos,
menos amplias corresponde l)ara el individuo a un equilibrio psíquico que

11a. caracterizado siempre a las poblaciones humanas, En nuestro grul)O 200- ·
I~AS CADE:NAS OPERATORIAS PERIODICAS O EXCEPCIONALES
lógico particular, la etn ia sustituye a la especie y los individuos humanos ·
,

son étnicamente difc-entes, tal COU10 los animalesJo SO~l específicamente. La organización de },1 memoria colectiva es diferente cuando se trata . .

El1 el nivel de las prácticas elementales, esta especificación no es COI1S· de operaciones qlle van más allá· de las cadenas maquinales, tales corno ·
·

ciente más qlle por contraste: tales gestos que hago 5011 entendidos C0010 •

propios a '111i 'grupo en la .medida en la cual se 'oponen a los gestos de los 15. Este hecho es tan valedero e importante en las sociedades primitivas donde
los ninos y los adolescentes constituyen un grupo social pudiendo alcanzar
extraños. Las prácticas étnicas 500, l)U e-s, fuente de oposición, 11ero en, el . el aislamiento gracias a la cohabitación .separada de los jóvenes conlO en las
I11isll10 tiCl11PO' flIente de conl0didad y de intil11idad .entre indi,'iduos de sociedades olodernas, donde la escuela es entendida como un modelo potente
·llila I11isl11a pertcl1tllcia, fuente (le "desarraigamiento" para los indi'1idllOS para formar el comportamiento, Los aspectos ide?lógicos de. la, educación
aislados en· Il1edio éxtrañ·o, Para la sociedad, con1.0 consul!lidora de il1di,ri- tienden a hacer .subestiniar los aspectos operatorIOS, que constItuyen una •

parte fundanlentaI de la personalidad colectiva, la impregnación ideológica


duos COl1 ll1iras a su l)rogreso, lInos hombres estrictalnellte intercal11biables exige, para ser total, la nlovilización del conlportan1iento operatorio elemen· ·
,
serÍall ciettanlente un beneficio, l11as ¿en qué medida la sociedad. conti- tal y desde· los espartacas del colegio británico o a la pedagogía socialista, •

tIllaría l11anteniel1do a los hOfllbres si dejasen ~e ser étnicall1ente di,;ersos?' la {orlnación del individuo idealmente conforme al' ideal colectivo ha abar- ·
C[).(.10 S!elnpre la constitución de las cadenas n1aquinales en el progranla
Cualqujer cosa que se· 'pitI1Sa al .. respecto,. y ya ,'ol\'eremos a ocupa"rnos de educación. El ejemplo humorístico del funcionario inglés perdido en un

de esto nlás ade1ante, las cadenas operatorias nlaquinales COIlstitll)1en tI puesto aislaclo en el fondo de la jungla y que cena so!-o, a la hora justa y
:.
fondo del. COlllportaIniento indi\rjdual común a los mielnbro-s de un miSlno correc:tanlente :vestid.o, il ustra bien el carácter personalizado, en un plano. a
glrupo étnjco; se 'sitúan sobre un plano .profurido de la memoria colecti\ra la vez intlividual y étnico, del desarrollo de las cadenas elementales. ·
·

.
·,
·.
229 ..·
228 l
la repetición estacional de los actos agrícolas, el desarrollo de una fiesta, zosamente es~o~ado al abordar l~ cuestión de la inteligencia y del instinto,
la construcción de un edificio, la conducción de una· pesca o de una cace- y que resurglra frecuentemente, no es otra cosa que este distanciamiento
ría colectivas, Según su periodicidad rápida o l11Uy espaciada, la interven- entre el hombre }' el medio, a la. vez interior y exterior, en el cual se en-
CiÓ11 del dispositivo qlle fija las series operatorias en la memoria colectiva cuentra .. Este desprendimiento que se expresa en la separación del útil
reviste más o menos importancia, En todos los casos, el lenguaje intervie- . en relación con la mano, en la de la palabra en relación con el objeto, se
;

ne . como soporte de los actos por ejecutar y todas las sociedades sin ex!)resJ, además, en la distancia qlle torna la sociedad en relación con el i
!
e~critura poseen una ganla de medios de f~j,acióll bajo forma de prover- grllpo zoológico. Toda la evolución humana concurre a situar fuera del
bIOS, de preceptos, de recetas cuya conservacion reposa muchas veces en la honlbr~ lo qtle, en el resto del mundo animal, responde a la adaptación
memoria de algunos individuos, Las operaciones. periódicas, sobre. todo e~pe,:íflca. ~~ hec?o materi:ll más sorprendente es ciertamente la "libera-
a largo término, van más allá de la fi j ación maquinal y consti tuyen uno cron del útil, mas en .realidad el hecho fundamental es la liberación del
de los rasgos que separa!l más radicalmente la sociedad humana de todo verbo y' esta propiedad única que posee el hombre de situar su memoria
e~ resto del rnundo. zoológico.. En las sociedades animales, existen opera- fuera de sí mismo, en el organismo social. .
cienes que se desarrollan estacionalmente o una sola vez en la vida .de los Son estos dos distanciamientos: el del .útil y el de la memoria, los
sujetos; desencadenadas por el ritmo de las estaciones y la maduración objetos de los capítulos siguientes.
fisiológica. El animal pone en. juego entonces unas cadenas nuevas en el
canal de su preacondicionarniento genético. o vuelve a encontrar el hilo
de operaciones )'a vivídas en condiciones idénticas. Para el hombre, una
. parte importante de su actitud ante las operaciones periódicas está también
Ji.Sada al ciclo est~ci.ollal y a la lna~uración ~isiológica: la misma ~per~-
cion cole~t!,Ya es vivida de manera diversa segun la edad y la experIencIa·
de los sujetos, mas su desarrollo es tradicional )T no genético, encontrándose
su contenido soportado por un cuer!Jo de fórmulas verbales qlle forman
. parte del capital étnico. .
: I
· i

II
EL C01\1PORTAl\1IENTO OPERATORIO GLOBAL
El comportamiento operatorio del hombre, en su unidad aparente)
(Libre, plles, unas 111al1ifestaciones l11Uy cornplej as. Aparece estrechamente
solidario de la "ida social, mas 110' responde de ninguna manera a una
fórmula que opondría en bloque el instinto de la abeja a la inteli cencia
humana, o a una fórmula qlle sacara de la identidad de los estados sociales
1111.l comunidad esencial. entre las sociedades de insectos y' las sociedades
human as.
.
El hombre, en efecto, está a la vez más cerca del mundo animal de ·
¡
10 qLle permite lJensar la oposición tradicional entre la inteligencia y el . I
· i¡
instinto y, sin embargo, está mucho más lejos ·de ello de 10 (llle podría . !

creerse en base a las identidades sorprendentes que marcan las estructuras


sociales de. Jos animales con vida colectiva organizada, No lJarece qlle I
,

l1el110S l)e,rdldo. l11a~1or cosa de lo ~ue ha podido ser nuestro lejano paren- i
l'
r
tesco con el trilobites o la lombriz. Nada se nos ha escapado de lo que, ·1
!

I,
en la organización psíquica del vertebrado, asegura su ·equilibrio vital; pero
todo esto es el volante qlle mantiene nuestra, actividad vegetativa detrás ·
:
.1I
!
de lo que. nos es propio }' estrictamente propio: la facultad de simboli-. ·· i
i
! I

zación, o 'más gel1eralnlellte, esta propiedad del cerebro humano de COI1- ,


!
;
,
servar una distanci~~ entre lo ,ri,7id~ y.el. organismo q.ue 1e sirve de soporte. · '!.
.'
·1

El problema del diáloao entre el individuo v la SOCIedad el cual Elle for-


. (.:J .;.'
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VIII. i

. ..
,

EL ..GESTO y. EL PROGRAMA

Una tecnología qlle se limitara a la clasificación de las formas de los


útiles y al análisis de los estados de una fabricación mantendría frente a la
etnología la? mismas relaciones que la zoología sistemática frente a la bio-
logía animal, En efecto, el útil existe solamente en el ciclo operatorio;
es un buen testigo, plles tiene en general huellas significativas, pero es
equivalente a un esqueleto de caballo qlle lleva la huella del ser herbívoro
de carrera rápida del cual fcrrnó parte un día como armazón, Si la tec-
nología sistemática, que Elle el objeto de los dos volúmenes de Etolncián
J' T écnicas, es una base indispensable, el útil existe realmente gracias al
. gesto que 10 hace técnicamente eficaz ..
la noción misma del útil exige qtle se la vuelva a considerar. a partir
del mundo animal, ptleS la acción técnica está presente tanto en los inver- ·. ;

tebrados como en el. hombre }-' no se 1,1 sabría limitar a .sólo . las produc-
ciones artificiales de las cuales tenemos el privilegio. En el animal, el
útil y el gesto se confunden en un solo órgano donde la palrte motora y · I
·
la parte activa no of recen entre sí ninguna solución de continuidad. La : :.

pinza del cangrejo }" sus piezas mandibulares se confunden COn el progran1a !
· ,

-.. · .
operatorio a través del cual se traduce el comportamiento de adquisición · ,
· i

alimentaria, El hecho de que el útil humano sea amovible y qtle 5115 ca- · . !

racterísticas sean no específicas sino étnicas, no cambia fundamentalmente i,


,
nada. Los cortes socioculturales, que hacen que tal operación técnica sea · ¡

• típicamente neocaledonia en su desarrollo como por su utillaje, han reem-


.pIazado simplemente los cortes·' psicozoológicos, qlle le dan carácter de
típicas a determinada especie animal esas operaciones y el instrumental :
1
f,

qtle les traduce.


La sinergia operatoria del útil y del gesto -supone la existencia de I '

una memoria en la cual se inscribe el progran1a del comportamiento. En · ¡

, I
el animal, esta memoria se confunde con todo el comportamiento orgini- : . :

co y la operación técnica .reviste, llanamente, un carácter instintivo. Hemos


visto qlle en el hombre la amovilidad del útil y del lenguaje determinaba !

el establecimiento de los programas operatorios, ligados a la supervivencia , I!


· i
I
· .,I
,
· !

233 · ! i

::!¡!
: I
!
---,- ---_. ----

.del dispositivo se trata plles, ahora, de seguir las etapas qlle


colectivo: q1le hay de común en los elementos de anatomía fisiológica. La figura .
marcan una liberación operatoria tan adelantada en las sociedades actuales 1O~ exp;es~ a la \rez el comportamiento técnico .de los primates y. el
qlle ha alcanzado no solamente al útil, sino al gesto en la máquina, la me- capital técnico del hombre, desde' los orígenes hasta el alba del h()'J10
1110ria de las operaciones en la mecánica automática, e incluso, la progra· sap ien¡ ..
rnación en el sistema electrónico .. En cuanto al útil, hay relativamente poco . El comportamiento elemental de los monos y de los antropoides
ellle . decir después de lo puntualizado el1 los capítulos precedentes. El l)one en juego, sobre el fondo dinámico de la masa del cuerpo, la acción
gesto, en cambio, nluy escasamente ha sido objeto de 1111estudio que torne coordinada o aislada del miembro anterior }' de la cara, en las operacio-
en cuenta, sobre tilla misma perspectiva, el comportamiento animal y las nes relacionadas con la adquisición }t el consumo alimentario, con la agre-
actividades motoras reflejas del hombre. ; sión o la defensa, y con el comportamiento de relación por contacto facial
o manual. Al inverso de los roedores, que de una manera casi exclusiva
agarran· o palpan primero por prensión .1abiodentaria, los primates hacen .'

ANALISIS ELEl\iENTAL DEL GESTO· intervenir primero ],1 mano.!" Esta inversión de la relación mano-cara
en . una serie de actos qlle 110 son fundamentalmente diferentes a los
El dispositivo osteornuscular de 105 primates es lo suficientemente
efectuados por los roedores con mano prensora basta para aislar a los
})rÓXil110 al del hombre CalDO para qlle se pueda considerar Sll brazo y S11
primates del. resto de los mamíferos: inicia las 'fías del comportamiento
mano C<.")1110dotados" de propiedades mecánicas sensiblemente equivalentes
operatorio del hombre.
a ras nuestras. En efecto, si bien es de rigor introducir matices en la finura
de los movimientos humanos con relación a los de los monos, es cierto .. . Del primate al hombre, las operaciones de prensión no cambian tic
glle las diferencias anatómicas 5011 despreciables frente a las del dispositivo naturaleza, sino qlle se desarrollan según la variedad . de los objetivos
11CUrOJ110t()r. Es, p1les, sobre el mismo fondo y con las mismas posibilidades }' g':lnan fineza en la ejecución (figllra 106).· Las operaciones digitopal.
gestuales qlle se puede considerar a los 1110nos ordinarios, los antropoides marias de prensión, de contacto afectuoso u hostil, de amasar o de em-
)' al hombre. .. pleo de la mano como recipiente, son fundamentalmente técnicas a mano
Los rasgos esenciales de la gesticulación técnica propia del hombre desnuda, mientras qlle las operaciones interdigitales, que·· aseg1lran en los
están vinculados, evidentemente, a la prensión, }' corno lo l1Cll10S visto
precedentemente, las acciones de prensión .interesaban toda una categoría 16. En Jos mamíferos, el uso. proporcional de la prensión Iabiodentaria y de
la prensión manual lateral o bilateral, ofrece aspectos lTIUy variados. Es
de mamíferos, los cuales, desde los roedores a los carnívoros, ofrecen en dominado por el. grado de liberación de los. miembros anteriores, pero · ;,
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grados variados, las mismas aptitudes. En los diferentes niveles intervie-. también por el grado de desarrollo del córtex motor y por la naturaleza · '
ne la distinción en tre las operaciones en' las cuales la acción de la mano de la adquisición alimenticia, En el conejo, pese a la posición sentada, la' ,I
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está combinada C011 la de la cara, }T en· particular con los labios y los prensíón manual es nula; en la lapa, sucede a. la prensión Iabiodentaria yo I

la acción de las manos es bilateral) limitada al mantenimiento de los ali-


dientes anteriores, y aquella donde la acción de la mano, bilateral o unila- mentes. En los roedores altamente prensares C0010 el castor, la marmota,
teral, se hace' sin participación facial. A esta distinción, cuya importancia ,!
el hamster, la ardilla y la rata, la prensión labiodentaría acarrea, en po- .
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f 11C puesta en e" idencia en los primeros capítulos, por el allá lisis de 1a .sición sentada, la acción inmediata y coordinada de las dos manos que .: ¡
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tienen suficiente independencia corno para orientar el objeto y presentarlo


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formación del call1po operatorio anterior, se aglrega otra, la del modo de · .
correctamente a los dientes. Se constata, aunque raramente, el empleo pri- ;
acción propia a la mano, visto qlle ella importa, principalmente, cuando mario de las manos para agarrar. En los carnívoros prensores, corno los .I
!
se trata. de analizar el comportamiento técnico humano. Esta acción I)ar· felinos. la prensión manual, bilateral o lateral, alterna con la prensión
1
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ticular de la mano se traduce por el efecto vulnerante que pueden tener labiodentaria según las acciones. En la captura por salto, la acción manual . I

bilateral es primaria: en las operaciones de agarrar estando parado o en ~


'as uñas, por las operaciones de prensión digitopaln1ar y por las· de pren· pcsición senta,da en tres mienlbros, la prensión manual lateral dornina; al I
SiÓll' interdigital. tIl1 cuarto térl11ino, que interesa las 1)alal1cas del antebrazo J110mento de conler, el reconocimiento olfativo está unido a In prensión · I¡
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}r tiel brazo, dtbe perlllitir ej· análisis del C01111)ortalniento gestual ell el labiodentaria en posición cuadrúpeda en cuclillas. En el oso, los nlustélidos
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dOll1illio téCl1ico, tradLlciel1do l)or· Ull0S . 1110,:in1iel1tos de traslació11 o de plantígrados conlO el· tejón y los procyonideos C0010 el zorro laval11anos, ¡,
f()tacióll a la ,"ez, la pre~entaciÓl1 del útil 111anual }' su il11pulso. En lItl en los cuales la locomoción arborícola y la posición erecta desempeñan un !.
papel inlportante, las acciones se dividen según un esquenla vecino al de
al1ilisis COl11pltto, todo el con junto de la nláquina corporal debelría 111ter- los felinos, sin enlbargo fllás .rico en fllatices, y ya cercano al de los pri-
,'eIlie, mas en el estadio l)resente, bastará con indicar cónlO un cierto orden nlates; el oso puede coger con una mano, llevar el objeto hacia su nariz
}Jlletie introd1lcirse en las categorías fundanlentales del comportanliento para reconocerlo y a~ga:rrarlo en un segundo tienlpo entre los labios para
consunlirlo ayudándose de tIna o atl1bas fllun·os. En los 010nos, con unas
gestual de los 111an1íferos superiores y del honlbre. relaciones de intensidad l11Uy variadas de tlna especie a la otra, la acción
1:5 illteresante establecer .el, capital común .a Jos ..1110nos y al honlbre, nlunua_l es prinluria, frecuentenlente lateral, nlientras que la. acción labio-
110 lJQr Jo qLle se })LIede encol1trar de 1111mano en· el n10no, sino por ]0 dentarIa. COI110en el 11oo1bre, es sectlndaria. . . . I

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primates .el despiojamiento }' -Ia mondadura, tomaron' una importancia
considerab'e en las ~técnicas que requieren cierta finura 'de. ejecución,
tal como el trabajo de las fibras. El' hecho de q11e el cerebro actual del
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hombre sea su última adquisición, aparece mejor.' todavía al estudiar el
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(!I I gesto. técnico más que en cualquier otro estudio, pues lo que hace el 're- !
sultado técnico no implica nada· en el' dispositivo osteornuscular ql1e no ·¡
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I esté. presente ya en el mono superior: todo reside en los aparejos n.er,
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está en. las posibilidades técnicas: los monos grandes agarran, tocan, re-
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-- tes, trituran' con los molares,. cortan con los' incisivos, perforan' con los
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i ,I caninos, amartillan con SllS puños, rascan y cavan con las uñas. Este in-
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I ventario contiene lo ql1e se necesita para agotar las operaciones enume-
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. En un capítulo precedente, se desprendió la impresión de qltc el útil
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en el bípedo de mano libre, a quien la 'primera 'parte de este libro, .ha


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sido consagrada;
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de los seres vivos, totalmente diferentes en su rnús ,
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I. elemental 'humanidac:i al más' ,e\'olucionado de los monos, aunqlle esté


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arrastrado .por la misma corriente. Una impresión .idéntica sl1rge al aná-
lisis del gesto técnico, más fuerte aún, pues se ve el útil manar Iiteral-
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/"'. mente del diente y de la uña del primate, sin qtle nada marque, en el
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! gesto, la. ruptura decisiva.
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El equipo técnico de los antrópidos más antiguos, australantropos }' ·

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¡ de de 16s gestos anteriores, La mano humana es humana por Jo que se
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desprende de ella y no por sí misma: un dispositivo osteornuscular bas-
tante sencillo, apto ya en los monos para asegurar con mucha economía
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lógicas sobre el desarrollo del aparato cerebral. El' enriquecimiento pro-


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En el antrópido primi tivo, las acciones comp!ej as de 'prensión, de
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manipulación y de amasar persisten: forman todavía una amplia parte de


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\rar emigran a los útiles. La mano deja de ser el útil para ,rülverse motor . ·
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237 I
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nocidos desde la antigüedad, la mano está presente como .Utl gancho }'
A]USTAl\IIENTO DEL UTIL y DEL GES'TO l\10TOR la máquina es una simple' exteriorización de la fuerza motora. El ejemplo
. En el curso de la evolución humana, la mano enriquece sus modos del tejido es demostrativo ígllalnlente; en los tejidos antiguos más elabo-
de acción en el proceso operatorio, La 'acciól1 manip uladora de los pri- rados, como los del Perú o los brocados' del' mundo oriental, la mano
mates, en la cual cesto y útiles se confunden, se continúa en los primeros ag~rra los hilos de cadena individualmente para constituir el decorado.
antrópidos l)or la de la mano C011 motricid.ad directa, ~on?e el útil manual Sin embargo, bastante pronto, tal 'vez desde el Neolítico, reduciendo las
se ha hecho separable del gestó motor, En la etapa sIguIente, franqueada operaciones' al alzamiento repetido de un hilo sobre dos o sobre tres,
,.. tal vez antes del Neolítico, las máquinas manuales anexan ,el gesto y la la liberación de los dedos fue un hecho. Mas hubo que esperar el siglo
mano con niotricidad indirecta no aporta 111ás que impulso motor, En el XIX para qtle 'la . introducción de un programa sobre' cartas perforadas
. curso de los tiempos históricos' la fuerza motora misma aband,on~ el acantee e'¡ tejido mecánico al nivel de, la manipulación alcanzado de golpe
brazo 11Ll111a 110, la mano desencadena el .proceso motor en las n1aqulnas por 'la mano desnuda. En ambos casos, la vía seguida es la misma: en
animales o las máquinas automotoras, C01110 los molinos. En fin, en ~l la etapa inicial,' la mano desnuda es apta para unas acciones limitadas. en·
último estadio, la 711élJ10 desencadena 1111 procelO programado en' las ma- fuerza o en velocidad, pero infinitamente diversas; en Ia segunda. etapa,
quinas automáticas, las cuales no' solamente exteriorizan el útiI~ el gesto par~l el aparejo como para el telar, lltl solo efecto de la mano es aislado
)! .la rnotricidad, sino ql.le invaden la memoria )' el comportamiento rna- y transportado a la máquina; en la tercera etapa, la creación' de un sis-
guinal. . terna ner\!ioso' artificial y rudimentario restituye la p!'ogramación de 105
Este ajustamiento del útil 'y del. gesto en UllOS órgal10s exteriores al IDO\' i01 ientos.
11011lbre posee todos los,. caracteres de una e'\'?,lución biológica, p~e.s,to
.que se desarrolla en el tiempo, corno la e\·olllClon. cer~braI,. p,or adición
de 'elell1entos que perfeccionan el proceso operatorio sm eliminarse uno LA' 1vfAt\¡O.EN 1vfOTRICIDAD DIRECTA
al . otro. Anteriormente hemos visto gue el cerebro del IJ01110 snpien s A la inversa de la manipulación, las acciones originadas por el dien·.'
conserva . todos los niveles adquiridos desde el pez y qlle cada uno de te o por la lIña' se han exteriorizado de golpe: la mano no desempeña
ellos, dominado IJar el más reciente! continúa ~ Jese.l11peñar un .papel. en en ello más qlle el papel de pinza a la extremidad de un dispositivo di-
las formas más elevadas del pellSalllJel1to. La existencia y el funclonaol1en-. rectamente motor, apropiado' para las percusiones de diferentes categorías
to de una máquina automática con progranla complejo implica, igual que (ver El hombre )! la Illt/feria).
en los niveles de su fabricación, de su regulación y de su reparación, la El . repertorio' de las percusiones de las qlIe es capaz un mono an-
intervención en ]a penumbra ele todas, las categ.orías del gest~ téc?ico, tropoide, es bastante .,Tariado, mas su instrumento principal es el. aparato
de la manipulación dtl metal al l1lan,e)O de la 111113, al embobinamiento dental: los incisivos cortan o raspan; los caninos perforan y desgarran;
de los hilos .eléctricos, al ensamblaje más o menos manual o .mecánico los molares trituran. El papel de la mano es antes que todo el de someter
.de las piezas. a la acción de los dientes el objeto par explorar o prepararlo para su .

absorción alimentaria. la acción de, las uñas aparece solamente en' las
operaciones vinculadas al rascar o al excavar, acciones por lo demás im-
LA j\1ANIPULACION
portantes pDr su ritrnicidad. La, consideración del comportamiento ope·
, Las operaciones complejas '(le prensión-rotación-traslación qlle rarac- , : ratorio de los grandes monos deja la impresión de tecnicidad esparcida,
terizan a la rnani pulación, primeras en aparecer, han atravesado todos los virtual, distribuida entre las percusiones dentales, la manipulación y las
tiempos sin 'trans!)OSicjóll. Siguen "siendo .tolia\·ía el fondo gest:lal. más co- rascaduras con movimientos repetidos. Todo aquello que se necesita para
rriente, l)ri\'ilegio de la mano 1111.1y ,arcaIca.y l11Uy poco especializada ?,eJ hacer la' tecnicidad humana se encuentra ya. presente y con\'erge en el
hombre, . en relación con' los maravillosos lnstrun1entos para la prenslon nl0mento cuando aparece el útil.
y 'para correr que S011...1a lllallO .del león o la del caballo. El patrimonio Es dificil, por. faJta de documentos,' representarse cómo el incisivo
de 'la' dLlracióll, que está 1igado 'en paleontología a las especies gue S011. se torna en chopper; es decir, como el único' útil orgánico con acción
al)tas para todo, se Ulle. tal1lbiél1 a las oper~~iones c.on la mano desnu~a cortan te, llevado en la extremidad de las qtlij adas, se transporta a la
)r las. fOfl11as lnás l)erfectas. de la constnlcClon arquItectural, de la cera- mano. por la .acción incisi\ra de un canto fragmentado; no obstante, todo
lllica, de la cestería )' del tejido quedaron ligadas a eIJo l1asta los tietl1pos parece indicar qlle la refundición tU\'O lugar en el estadio más remoto;
~cttlales .. en tiempos de los atlstralantropos. La marcha vertical desempeñó un papel
,Los aparatos lJar~ agar,rar, transportar y presentar en posición, fa'\'o-. decisivo tanlbién. Entre los nlonos, los dos campos. operatorios .trabajan
rabIe, aparecieron solan1ente COll la alta 'industrialización,
de nl0ntaje o los manipuladores auton1áticos. En las grúas }' aparejos co-
eri las cadellas Sitnll1táneamente en posición sentada (percusión dental + manipulación)

239
238
- , - -----------~~~------------------ T(

y separadamente en posición de marcha, siendo el a!Jarato, dental del cua- ,


,

drúpedo el órgano de relación principal, 'el punto avanzado del dispo- ...... ~
, ' sitivo corporal. U11a vez la posición vertical adquirida, la mano se torna ! '"
, ~
,1 A¡o/Z'1J
en el órgano de relación, las operaciones sentadas 'queda!l ligadas a la ,
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simultaneidad de acción de' la cara y de la 111allO (COllSl11110 alimentario , I

y operaciones técnicas en las cuales los dientes intervienen}, pero el con-


tacto labio-dental }'a 110 es predominante, COI110 en los cuadrúpedos, ni
siquiera equivalente, como en numerosos 1110110S; ya no conserva en el
hombre su importancia más que en los contactos afectivos y algunas
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operaciones técnicas, donde Ja boca desempeña el papel de pinza SL1-'
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plementaria. El paso al útil está, plles, funcionalmente justificado por' el
-: . .••' 1f'.'....4' ••.••••..
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traslado 'del call1po de relación a la ,Inano. ¡
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, Sería pueril ver en el ¿/JO pper un incisivo colocado en la punta de
Jos dedos o en el percutor un molar enarbolado en el puño, pero la ganla
de las acciones sigue siendo la, misma incluso después del, traslado qlle I"
' '
h,
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se opera a partir del pllnto teórico donde el primate con marcha vertical j,

traspone sus acciones percutientes del diente al canto animado por el \\ 1,\ ' '

, 1)
brazo. La masa enorme de objetos con que se ha rodeado el hombre di- \ I !

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simula la sencillez esencial de los elementos suficientes para su sUl)tr~ "
1.

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vivencia. El rnater ial estrictamente técnico de los australianos se reduce \\ :I
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a umas IJoc,as formas (figl1~as 107): la lanza y el .palo arrojadizo, para. ,~'I
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la cacería, el 1)310 l)ata cavar y para la recolecta, el percutor de guijarro, b f


zÓ,

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,el cuchillo, el' chopper y el raspador de sílex lJara la' fabricación y el ,
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CO!lSUII10 alimentario, el punzón de hueso, las fibras, para atar y unas í


,
.
'plancl1as de corteza !Ja.ra los, recipientes. Lo que, sabernos de los hombres
fósiles entra en la misma categoría hasta Jos paleantrópidos inclusive, y
I ,
"

cubre exactamente la gal11a de las acciones dentales }' manuales de los J


prirnates : Ja trituración-martillamieuto : está atestiguada por el percutor;
'a rascadura por el asta' de cérvido utilizado COI110 útil para' cavar y la
.
raedera p21:a ras})ar la madera; las, acciones incisivas; l)llestas y arrojadas,
;

,
están aseguradas lJor los' f ragmCl1tos cortantes )T el c/JO /Jp{:r o el bifacial.
En el Paleolítico superior, con el L10111() saplens, el abanico ,se ensancha,
Olas nada parece indicar,' hasta ahora, salvo para las palancas o las trarn- ..:."
r)US, qlle la motricidad manual indirecta haya sido alcanzada,
La /17(/110 en lJ10lrici(!ad indirecto corresponde a una nueva liberación,
l)lles 'el gesto motor se encuentra liberado en una lJláqtliJlt1 manna], la
h
cual 10 prolonga o lo transforma, Es Il1U}T difícil situar el momento en el
'tiempo cuando esta etapa importante olla sido f ranqueada, Sin embargo,
l)arece que tll el Paleolítico reciente la rnotricidad indirecta esté atesti-
gllada en dos instrumentos IJor 10 menos: el .bastón perforado )r el pro- a
pulsor. El primero es un trozo, de asta de reno, con un hueco, y' gLle, Fig. 107. Australianos: mobiliario de adquisición y de fabrica- : .
.

·
según toda ,"lJrobabilidad, servía 'de palanca para enderezar en caliente las' ción. a) Lanza y propulsor; b) Bastón para excavar; c) Boorne- !,
,
,
varitas de hueso. El movimiento de la mano se encuentra, can ello, trans- rang; d) Chopper; e) Cuchillo; f) Punzón; g) Raspador doble;
,
h) Plato de corteza
formado en Sll fuerza y en Sll dirección. Esta aplicación lTIuy simple de
.
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la motricidad indirecta en este útil que, actúa sobre la dirección del 1110·
vimiento, 'aparece, desde el Auriñaciense, en los alrededores de 30000 ,
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240 241 i:

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conducción del motor animal. Su casto es, a pesar de, todo, considerable.'
antes de nuestra era. El propulsor tiene testimonios .posteriores, en el
. Además, 13. eficacia de la máquina canim~l se estabil.iza muy pront? en, un "
Magdalcniense de alrededores de 13000. Es una varita con gancho qlle grado mediocre: el número de caballos no. ac.[e~Ienta la, ve.locldad del
sirve para acelerar el lanzamiento de la azagaya (ver ¡'ledio J' T éCllicas) J '
vehículo, ni de manera considerable, su resistencia a la fatiga. '
agregando al brazo del lanzador que la aguanta con' su nlan?, el valor La lJzáqlliJ1CI' CltitOI}/C'},(I. incluso bajo la forma del más, simple pilón
mecánico de lID codo y de un antebrazo suplementarios, '
de agua .o de los molinos, ofrece una relación enteramente distinta entre
A' partir de este momento, hasta el alba de los tiempos históricos, el hombre y su fuerza exteriorizada. La mano desencadena el proceso mo-
las aplicaciones de la motricidad indirecta se desarrollarlo El paso a la tor lueso no interviene }-'a más, sino para alimentarlo' o suspender Sll
economía agrícola-pasroril las acumula en las diferentes técnicas, 'a tra-
acción ... Depende del hombre aumentar la potencia 0. distribuirla entre
vés del resorte, de la palanca y del movimiento circular alternativo o unas máquinas-útiles; las cuales, ejecutan ,todos los trabajos para los cuales
continuo en 1Jláql¡i11aS manuales corno son los, arcos, las ballestas, las trarn- ,

el pensamiento las ha formado. ,


pas, las poleas, las muelas gi,ratorias, las grúas y las' cuerdas de transrni- ,

, Si la conquista de la fuerza del aglla y del viento se cOnStlffió. bas-


.sión. Estas máquinas, de las cuales nos ocupall1os en los dos primeros
tante pronto en la Historia, desde la Antigiiedad y durante largos SIglos,
volúmenes, corresponden por consiguiente a una etapa lógica de la evo-
la fuerza automotora permaneció limitada. en el siglo XVIII: los aserrade-
lución humana. El proceso que rechaza poco a poco todos los instru-
ros y las herrerías la utilizan todavía y fue sólo en el siglo xx cuando ' '
mentes fuera del hombre, aparece así con la misma nitidez que para el
se produjo el paso decisivo con la utilización de la presión del vapor,
útil manual: las acciones dentales IJasan a la mano que maniobra el útil
amovible, luego éste se aleja de ella aún más y es una parte, del gesto A partir de entonces, la humanidad percibió mll}" , claramente e! ca-
rácter renovador del cambio de escala qLle se produce en las relaciones I
que se desprende del .brazo en la máquina .manual. :
entre el mundo natural )' el hombre. Desde la Edad del Bronce, ningún
l)aso tan inlport.ante. .habia sido franqueado. La prilne:a, co.n9l~ista del
LA l\1ANO DESPRENDIDA DE LA lvfOTRICIDAD I11ctaI Elle una vrctoria de la mano, la del \rapOr consagro definitivamente .

La, evolución continúa, y el impulso muscular mismo se desprende la exteriorización del músculo.
del cllerpo cuando aparece el uso de la motricidad anil11al,' la del viento La participación humana, sin embargo, sigue siendo considerable y
}' del, agua; propiedad singular de la especie 11l1111ana que escapa perió- el siglo del \'apor es también el del más aplastante avasallamiento, del
dicarnente, limitándose al papel de animación, a una especialización or- trabajador manual. En efecto, IJ. máquina automotora del siglo XIX no
gánica, qlIe la ligaría definitivamente. Toda adaptación de la mano de tiene ni cerebro ni mano. Su sistema nervioso es excesivamente rudirnen-
los primeros an trópi dos en útil propiarnen te dicho hubiera creado tan , , tario, limitado a unos reguladores de velocidad y de presión, los cuales
sólo un grupo de mamíferos altamente adaptados a unas acciones res- no hacen más qlIe distribuir una fuerza' constant~ . pero ciega.' Frerite a
tringi(ias y no el 110111bre, Cll}'a inadaptación física (y mental) es el ella, el obrero es el cerebro qlle torna la fuerza útil, la mano que lleva
rasgo gellético significati,'o:
"
tortuga cuando se recoge debajo de UI1' te-
(...
el alimento al fllego, que presentaTa materia al útil, qlle orienta y qlIe
cho; car1grejo cuando proJO!lga su mano COl1 una pinza ; . caballo cuando rectifica. '
es jinete; se' torna cada vez disponible, su 111el110ria es transportada ell Sin embargo, el nacimiento de la .fuerza autornotcra determina cier·
los libros, su fuerza, multiplicada en el buey, su puño mejorado por el ,
, '
','
tarnente una etapa biológicamente esencial, si se admite que la. tra.~s-
rnarti 110. " formación biológica es un hecho qlle interesa a 1,1 vez la organIzaclon
, El desprendimiento :de la' motricidad es la etapa ma)'or, tal vez no" física y el comportamiento de los seres alcanzados por ella. Poco imp~r,ta
para el hombre, silla para la sociedad detentora, colectivamente, de SllS qlle se trate de órganos exteriores al cllerpo. puest~ qtle la trans~ormaclon
medios para actuar. El fenómeno es nlU)T tardío: la tracción an1111a1, las nos coloca en presencia de una nueva ,realIdad viva. Hemos visto ~nte-
nlJquinas 1110\'idas l)or el agua o el ,'¡ento reF,tesentan Uil acol1tec'ill1iento riormente qlle 1,1 e\,o.ltIción hlllnana testitTIoniaba, a pa,:tir del hOl110 Sapte12S,
que 110S 11ace re\ri,'ir la historia a,ntigua )T está 'linlitada, adenlás, a ~lgunas tIna separación cada vez n1ás e\ridente entre el desa:rollo de la,s .trans-
ci,~iJizac¡'oIles, de Eurasia, que basa,ron en él su suprelnacÍa tecnoeconómica formaciones del CtIerpo, qlledado en, la escala del t1empo geologlco, y
hasta el siglo X\7III. Concebida generalnlente COI110 un fenól11eno histórico, el desarrollo de las transformaciones de los útiles, ligado al ritmo de las
de sigtlificación técnica" la aparición de la carreta, del arado, del ,nl01ino generaciones sllcesivas. Una acomodación era indispensable para q1le' la
, y ,del na\'Ío, es tall1bién cósa' a ser considerada COIDO un' fenómeno bio. especie sobreviviese, acon10dación qtle. ~,o abarca solanlente .l~~ costllm-
Jógico; una 11111tación del organisl11o externo J1a stIstituido en el 110nlbre, bres técnicas, sino qlle, en cada mutaclon, acarirea la refuDdlclon de las
el cuerpo, fisiológico. , leyes de agrtlpamiento de los individtlos. Si no se Pllede mantef!er el
, La 171¿"ql¡i1J,t tllliJ7JCll inlplica una participación mus~Iar, cons.iderable. paralelo' con el mundo zoológico más qlle al precio de la parado) a, no
La motricidad se encuentra, en cierto modo, des,~iada, orientada hacia la '
, '

243 ,: il
242 ,
,

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es . posible tampoco dejar de considerar que la humanidad cambia un actual construye, !llultiplicando las fuentes de fuerza, un verdadero siste-
I)OCO de especie cada 'vez que. cambia a la vez de útiles y de instituciones. ma musc,l11ar, regIdo por un verdadero sistema nervioso, cuyas· conexiones
con lIn c,~gano, el cual es un .verdadero cerebr~ sensitivo-motor, aseguran r
Bien que propia al hombre, la coherencia de las transformaciones que 1
afectan toda la estructura del organismo colectivo es del 111is1110 orden el desarrollo de un programa operatorio compleJo.. .. . .. . 1
It' d
que .la de las transformaciones que afectan a todos los individuos de ~el ..tren de laminadores, verdadero brontosaurio mecánico, al puesto I
1,
."
una . colectividad animal, No obstante, las .relaciones sociales toman un de pilota] e automático de los aviones; la automatización mecánica. corres- ,·
:

carácter nuevo a partir de la exteriorización ilimitada de la fuerza nlO" ponde a la penúltima etapa posible del proceso iniciado por el australan-
tora: un observador que no fuese hunlano· y qlle permaneciese ajeno a . tropo armado de Sil chopper. La liberación de ·105 territorios del córtex 1
ri
,
las explicaciones de la historia y la filosofía a que nos ·llan acostumbrado, cerebral ~?tor, defi~iti\'amente adquirida con la posición vertical, llega a '
:
;

separar! a el hombre del siglo ~\7II1 y el del siglo xx, como nosotros se- la perfección a partir del momento cuando el hombre exterioriza su cere- I .. ]
I"
paranl0s e.l león del tigre, o el lobo del perro. bro .motor. No se puede concebir mucho más allá qlle la exteriorización I(
IY
l'

La máquina automática. La. maquinaria del siglo XIX está aún l11uy del pensamiento intelectual, la construcción de máquinas.. las. cuales no 1)
! '
·! .1

lejos de realizar la mutación ideal, aquella en la cual el hombre tendría solamente juzgarían (la etapa ya ha sido alcanzada), sino matizarían su
a su disposición a otro hombre que sería enteramente artificial y actuaría juicio de afectividad, tomarían decisiones, se entusiasmarían o se hundi-
con una rapidez, una precisión y una fuerza sin límites; está lejos aún del rían en la desesperación frente a la inmensidad de su tarea. Entonces no
momento cuando todo se habrá exteriorizado, transpuesto el útil, el gesto, cIlIe(la~í,~ ,nlás al hOJJIC- saplens, tras de haber asegurado a tales aparatos
la fuerza y el pensamiento, I)or partida d?ble, ]0 cual sería la imagen la posibilidad de reproducirse mecánicamente, qlIe retirarse definitivamente ., .
·
perfecta del ideal social. La realización, en ·el curso de los tiempos de un en, la. penumbra paleontológica. En realidad, no hay po.r qué temer que las ·;

organismo social en el cual el iindividuo desempeñe cada vez -más el papel ffiJglIlnas con cerebro suplanten al. hombre en la tierra. Los rieszos existen
de célula especializada hace resaltar, en efecto, cada vez más claramente, en el interior de la especie zoológica propiamente dicha y no d~ectamente
la insuficiencia del hombre de carne y hueso, verdadero fósil vivo, iIl111Ó\,jl en los órganos exteriorizados: la imagen de los robots. persiguiendo al
en la escala '11istórica, perfectamente adaptado al tiempo cuando triunfaba hombre en. un bosque de tuberías, no tiene otra significación qlle la de
sobre el mamut, perro ya dejado atrás por el tiempo de cuando sus músculos 11n automatismo qlle ha sido reglado pe.!." otro hombre.' Lo que 51 puede
.empujaban las trirrernes, La constante. búsqueda . de medios 111ás lJotelltes 'y' preocupa~nos un poco es. q~le dentro de mil años, el hanzo saplens, habien- · ':
, '

más precisos tenía qlle llegar inevitablemente a la paradoja biológica dél do terminado de. exterronzarse, se sienta embarazado por este aparato
robot,·. C}lle obsesiona el espíritu l1Ul11al10.desde hace siglos. a través de los osteornuscular anticuado, heredado del Paleolítico, '.

autómatas. En efecto, a la imagen del antepasado-mono del primer capí-


, :
tulo, expresión de un repliegue nostálgico hacia los abismos, se opOl1e 110 EL PROGRAL\rA y LA ~r.E~fORIA ~fECA1'1ICA : J
·· -l
y'a la ~111agel1 espiritual ele! állgel o del cllerpo glorioso, sirio la del 110111bre • ,
· .!
perfectamente fabricado, réplica mecánica del antropoide en la constela- La .realización· de los programas automáticos es un hecho culminante ; 1
.!
· ,
1

ción qlle l1JCe gra\'itar, alrededor del 110111bre de carne, a Tarzán, al astro- C!1 la historia humana, con una importancia comparable a la aparición del , ',
,
.: f

nauta y al robot ... c,hopper ~ ~ ,la de la agricultura. Es un hecho que se desarrolla en ·105 ' •

·; ,I
1

. El siglo XIX l1a produclc1o. 111011strllos, nluchos de ellos \'¡\'OS o 50- t1enlpOs h.lstorlcos cercanos }' qlle pllede~ a este respecto, dar una idea sobre ; I,
bre\!i\'iclltes 'aÚll; nláqllinas Sill sisteIna ner,~ioso que requiere!l la a}~llda el nlecanlS010
, -
de. las grandes
. mutaciones técnicas. La· idea de realizar·
constallte de LI!1 cOl11pañero 11l1Il1al1o. Los perfeccionanliel1tos el1 tI uso ~ec;lnlcanlente llna contlnlla~~.ón de gestos técnicos, se abre paso muy len-
·.

. de la' electricidad, y sobre to.do el desarrollo' de la electrónica, llan susci- tamen:e _en el curso de los tiempos históricos. La realización de máquinas ,


tado, .en l1lenos .de un .siglo a l)artir de la 111lltacióIl de las l11áquil1as auto- alItomat1cas con un solo gesto· fue tlD hecho desde la antigüedad medite~
111otoras, l111a transforlnación nlás allá de la cual queda ya poca cosa por rránea o en China, con los pisones de aglla; sin embargo, la idea de un·a
.exteriorizar lie} ser hunlano. Ulla 111l1tación radical se l1a .producido en la v.er.d.ade:a prog~amación· n? •~nClIentra en el medio técnico de las g,rande5
111áquiIla COl1·el desarrollo de los t)equé.ños Illotores, el de las células Se!l- CIVIlIzaciones nlngllna pOSIbIlIdad de realización antes de la Edad Media.
sibJes . a la acción ·lumillosa., el de las n1enl0rias,· de "los transistores, de. F~le la re!oje~ía la. q~e of feció los primeros medios de programación me-
todos los disposjti,~os 111iniaturizados.· Este. arse11al, aunque dispt1rejo,· ofrece dla.nte lln~:· proc~dlmle~to.s plIramente mecánicos. El medio favorable pa.ra
en piezas sll.eltas. lo: ~]elllen~os de ~n ensanlblaje. ex~rañan1ente cOlnparable la· Innovaclo.n ~sta. ~onstltllldo,. en efecto·, por un cuerpo técnico especializado
al ensamblaje blOloglco. Mlclltras que la. Inaqulnarla, del siglo XIX} con e? la fllaterlallzaclon. de tIna l111agen del tiempo. El relojero, como especia-
sus fuentes de energía \'oIunlinosa,· conducía la fuerza única nlediante lIsta del desenrolJamlento y de la· animación, gracias al juego de los piño.
~norllle sistemas de transn1isió.n 113cia unos órganos ciegos, la n1ecánica nes y de las le,'as, combinando el mo'vimiento cirCtllar con el movimiento'

244 245
__ ...
.. _

. rectilíneo surgido de Ul1 juego de bielas, realiza desde la Edad Media los perforadas para con~ucjr la máquina, sin modificaciones mecánicas, a la
progranlas sencillos de . .los primeros relojes animados y de los autómatas. eJec~clon de una serre operatoria diferente. No existe un verdadero sistema
La evolución de la animación está sometida a la de la fuente motora: n.e,~i/loS0, sino, .todo aquello con lo cual el medio técnico de comienzo del
del siglo XII al xv, los mecanismos de .relojería son animados por la trae- siglo· XIX podía contar para ·la realización de un aparato .con memoria.
ción rectilínea de un peso, lo cual Iirnitó considerablemente sus posibi- Desde hace solamente unos veinte años el mimetismo de lo artificial
.lidades. A partir del siglo xv, la aplicación del res~rte en espiral procura sobre 10 vivo ha alcanzado un grado bastante ele\Tado.' Para eso ha sido ne-
.el medio de aligerar y de movilizar el dispositivo automático y se llega, ces2ri~ un siglo. de familiarizlción con la electricidad; luego, con ·la maní .
perfeccionando el mecanismo, a los autómatas del siglo X\'III, cima de lo plllacl~n de los .electrones '. De ello ha resultado la máquina actual, que es,
qlle podía ser realizado en la programación mediante dispositivos sacados cualquiera que. sea su destino, una síntesis de las diferentes etapas atrave-
'de la relojería, El uso de piñones y de levas ·calnbia de escala en el siglo XIX sadas., Los órganos mecánicos de. ejecución, animados por ·tantas fuentes de
}' da origen a las máquinas con gestos sencillos animados por el \rapo.!". energla como una buena articulación lo. exige, son puestos en ma.rcha por
Estas máquinas, como Jos autómatas precedentes, representan un estado nlU}' un programa, el, cual, en una· de sus etapas al menos, está materializado
interesante de la evolución técnica, no sin paralelismo con la evolución en una banda. La transformación esencial reside en la existencia de' un
animal, \!~rdadero si~tema nervioso de transmisión de las órdenes y de control grn- -
En efecto, la progranl1ción de los autómatas mecánicos está constitui- . c,las a unos organo.s ce~traIes_ La continuación de los gestos mecánicos está
da ·l)or una cadena de gestos sencillos, cu)?a sucesión está inscrita en los lIgada por mer~orlas tr.ansformables y la salud física de la máquina -está
órgaI10s mecánicos mismos, Es al nivel de las levas, un poco hacia atrás controlada por organo~ ~eguladores de la velocidad, de la temperatura y de
de la parte activa del dispositivo, donde se sitúa la memoria operatoria .}r la humedad de los distintos órganos. La materia tratada es sondeada en
. no existe ningún sistema nervioso o red alguna de coordinación distinta S~l. textura y en s:-r, forma, por unos órganos ponderales, táctiles, terrnosen .
a las piezas de transmisión mecánica. En relación con las máquinas electró- srtivos ,~ fotosens,lt.l\rOS, que t,rao:miten sus impresiones a tInOS centros de
nicas, los autómatas de Vaucanson ocup.1n el puesto de la . lombriz .C011 re- :egLIlaclon, alltom~tlca y la m~qulna .p~ede orientar Sil acción, corregirla o
lación al mamífero; es, decir, el de los organismos con memoria segrnen- lnterrumpl~la segun los m~.~s~Jes recibidos por ella a través de sus órganos
taria, oculta en cada elemento activo del dispositivo, Las levas animadoras de los sentldo,s .. Es mil}' dtt ícil, para un biólogo, dej ar de hacer un paralelo
. se distribuyen en cada .parte por animar COI110 los ganglios en cadena qllC:' entre la mecaruca de los animales ya evolucionados y. estos orzanisrnos
- . ·
animan cada articulación del anélido .. ,"

qlle vienen constituyendo un mundo vivo paralelo. b . ':


Al inicio lit! siglo XIX! el automatismo se introduce en las técnicas .
del tejido l)or una v ia 111::1)' diferente a la de la relojería. jacquard establece
CI1 el telar de tej idos Iab.rados tIn jllego de cartas con perforaciones, las EVOLUCION DE LAS OPERACIONES Y DEL GESTO ,

cuales determinan, para cada "duite", el levantamiento preciso de hilos, Este


l\SÍ, plles,. puede ser provechoso adoptary conservar una misma acti-
procedimiento permite, "duite' tris ."duite", ejecutar 1111 dibujo (0111- ·
tud con respecto a toda la evolución humana, Partiendo de un fenómeno :
·
plejo de manera ·pllral11ellte automática. Hacia la: misma época aparecen., !")()r ,
·
biológico m~ly genera.l~ como es el. de que la evolución .saca provecho de las •

otra parte, los ·organil1os (011 bandas perforadas, deducidos del. l11isIl10 prin •

ci11io;·Illcluso plltde decir~e qlle el telar ]acguard )' el o.!"ga!lillo fornlaI.l


etapas anteriores haciéndolas dominar por unas innovaciones de las cuales ,
ell~ , no es ~l(¡S qLle el. substrato acti,'o, se híl podido considerar la evo- ..
llna pareja (1e Il1iquinas autoll1:íticas o!)onibles, ell su lJrinci!)io, a 'la pareja
ltlClon del Sistema nerVIOSO a trJ\Tés de la adición de territorios corticales·
alltÓJllata-caja 'de l11Úsica. En efecto, las ~láq.. uinas COn· cartas . l1erforadas
haciendo al)arec.e~ simultáneamente la motricidad técnica y el lenguaje:
disl)oIlen de una Inel110rja ceIltral) distinta a· los .órganos de ejecucióll, a
los: cuales ella en\'ía tII1· 'rerdadero nlensaje responl1iendo a Ul1 progral11a . llzego? una tecnlclda~ a.ltamente reflexionada Y. el pensamiento figurativo. l
. 1

.sllsceptible de nl.odificaciolles Jl1ll)' 111I111erosas. El progranla del dedo del Al nIvel paleontológIco, ya ~s sensible qlle la posición erecta y la e~truc- "

tlI.!.'a osteomllSClllar gener.aI pIerden el puesto preferente a partir del mo-


atltóIl1ata está incltlido del1tro de LIn jtIego de. ruedas, conlO ·el aire de Ja
caja de 111úsica o ·del organillo l)ara enseñar a cantar a .10$ pájaros. Es .Írl\'a- . mento en el cual se encuentran humanamente realizadas en el australan-
riable para una si tuación Il1ecánica dada )' es necesario· adoptar otra fórnluJa tropo. La mano, adquirida desde el mono, deja de transformarse (o de
nlec,lI1Íca para 111odificarlo, exactall1ente con10 l.~ al11bulaciól1 de los aIlélidos adaptarse del lado neuromotor) a partir del instante cuando el· útil viene
. ,•

está redtlcida a la coordinación de los nl0\~inliell tos sinl pIes de las series de a oCll~arla, y para los antrópidos primitivos, la gran partida se juega en
articulaciones, con D10tricidad in\'ariable .. El .prog.ranla del telar ]acguarcl el eqlllpo nellromotc.r del córtex manual y facial. Desde el punto de vista
es exterior a los órganos (.~e ejecución; es, si se glliere, ."inteligente" en o.steomllSclllar, la evolll~jón no es, pues, más qlle una· adaptación y varia-
relación con el d iSI)ositi\~o nlecánico. y basta con. cambiar la ballda de cartas CIones nlenores, yO la CIma de la e\'olución nlasiva se concreta en el útil.

246 247
"

, ,

...
'
--'._-

las acciones del útil son relativamente sencillas y poco, numerosas,


e?",.la trastienda,
infraestructura
"
de una humanidad en la cual "la evolu-
.

y los actos de martillar, cortar y perforar, que hacen el fondo de la fabri- cl~n se lnteresarl~ ma~ ,que en e~ hon:bre. Eso sería, por otra pa.rte, nada
mas 9ue tl~a confirmación de la identidad de la especie humana y, de. las
cación hasta la llora actual, 5011 rápidamente logrados. La, evolución se
especies animales, para las cuales solamente cuentan resultados específicos.
trasladó, .enton ces, en bloque, sobre las materias y el movimiento. La evo-
lución del movimiento determina el despejarniento de la' motricidad, y
desde las primeras sociedades agrícolas, la conquista de la fuerza se torna, EVOLUCION DE LAS CADENAS. OPERATORIAS
con la de materias nuevas, en el. hecho dominante del mundo actual:
conversión deli movimiento rectilíneo en movimiento circular, conversión La liberación técnica conduce, indiscutiblemente a una reducción de
de la fuerza por transmisión y transposición motora en el animal y luego, la !i,bertat1 técnica de! individuo. Desde el, australantropo hasta la mecani-
en el motor. La orientación hacia las materias nuevas se hace a la vez zacI~n, el cornportarmento ?peratorio de los individuos se enriquece :pro-
sobre el útil y. sobre la fuerza qtle lo anima. Primero, limitada al metal, greSl\'amente, mas no cambia de naturaleza, La vida técnica la del cazador
progresivamente en el curso de la historia plantea el problema de los como más tarde la del. agricultor o la del artesano, comporta 11n número
. combustibles indirecta o directamente motores, Entre la Edad del bronce y elev~<.io . de ~adenas que responden a .las acciones múltiples de la supervi-
el siglo XVIII, l11Uy lentamente, y con muchas dificultades, las técnicas de ,!en~la material. Estas cadenas son. empíricas, sacadas. de una tradición co-
vanguardia evolucionan ante el. problema de mover 111ás poderosamente lectiva qlle pasa. de una generación a la siguiente. 511 carácter principal, a
unos útiles de materia más .resistente. la fundición resuelve, indirectarnen- res~r ~e la l~~ld.ad de las grandes líneas }" la repartición sob,re' vastos
te, los problemas planteados IJar la insuficiente potencia de la herrería, territonos poliétn leos, es la fuerte coloración local e indi vidual. Todo lo
hasta el 1110111ento cuando todo retorna al combustible a través del carbón (~lle ha sido hecho: útiles, gestos y productos, está impregnado de la esté-
}T el \'a})or:" movimiento )7 materia se encuentran confundidos en el 111is1110 nca del grllpo, posee, ~n¡l personalidad étnica qLIe la visita más superficial
ciclo. El salto prodigioso del siglo XIX reside en el hecho de (lue el carbón de ~ln. n:llseo ,etno.graflco basta para evidenciar. En el cuadro tradicional,
responde a la vez simultáneamente a la fabricación del acero, a la' de los e~ . individuo inscribe StlS. variantes personales y con el margen del cual
metales de fundición y a la fuerza motriz para sacar el mineral, como para dlspon~ PU:l actuar, obtiene una parte de su sentimiento de' existencia
hacer marchar las máquinas-herramientas. Corresponde, l)lles, a 11n salto como individuo, en la seguridad qlle le ofrece la integración. al grupo. .
de gran amplitud hacia la liberación de la fuerza y tiene l,or corolario la Al pasar a la motricidad industrial, la, situación se modifica profun-
revisión de toda la estructura interna ,de },1 humanidad. Desde el ptllltO darnente. Las cadenas operatorias son destinadas a llenar los vacíos, aún
de vista del J110<.io de vida, el carbón acar.rea unas consecuencias tan irn- nllty grand~s, en el comportamiento de 1,1 máquina, El obrero se encuentra , I
¡:
portantes C()l1l0 J as (1LIt sufr iría, una descend enci a UIliIl1UI l)()r una transfor- en pre~encla de trozos' de c~denas medidos según el ritmo de 1~1máquina, ¡: iI

d,e ~er!~s de gestos que dejan a .tIn latio al sujeto y una "deculturación .
I, ;
mación rápida <.1t1 Jf)arato dentario }r digesti\'o~' El ferrocarril y la COI1S- :, ,
· ,

titución del proletariado obrero,' entre las consecuencias inmediatas de la tecnl~a . completa se produce C?n)llntanlente con la pérdida de la perte-
liberación de la fuerza motriz, tienen una incidencia directa sobre toda la nencia a un grupo de personalidad marcada y de escala confortable. · !

"

organización de la especie, El ajustamiento L1e ]C)S individuos cllle conser La primera indtlstri~liz~lción. continúa COl1 1111proceso qtle adapta poco · '1
;!

"an el cerebro y la osal11enta (_)f}JoraI del 110111bre ,(le Cro-l\1agllo11 se 113C(' a poco el ob.::-ero a la mlqlllna, SIn qtle se pierda nad,l del ,carácter preemi- j

l1led j all te 1111a distorsión creciell te, nen~e ~:= ésta. La "taylorización" de los gestos se acompaña de la nor-
· ~

'. ¡

!
,

Ell el 111()111Cl1tO actual, la adaptacióll 110. ha terl11il1Udo aún. La c\ro-


~llallZJCIOn de fas. cabez~ls de útiles. y" de los prOdtlctos, de tIna adaptación
ltlción al)arca tI11 l1Ue\'O escalóll: el (le la exter.iorizacióll· LieI ce'rebro, }' Inte11sa al nl0\'1?11ent~ Cl~clllar ~ontlntlO (rotación, tornos, tornos cónicos ... )
desde el })UlltO lie ,-í'sta' estrictal11ente tecnológico, la l11utaciól1 )"a 1la sidó' }' d~ un tratan11ento lnd_rferenclado de 1,1 materia. Ltlego, se introduce pro-
l
lograda; pero desde tln l)tlnto de ,·ista. 111ás gel1eral, la distancia se 11l ac,re- , gresrvamente el ltltomatlsmo mecánico, al término del ellal el obrero con· · ¡
¡

celltado e11tre el desctlldiel1te de los cazadores de rellOS y. ~us 11liqtlillas ra- trola la entrada de la nlateria b.!."llta, el desarrollo del progral11a y la
s<llida del producto acaba(lo. -
zOlladoras. La cOll1presiól1 del tiell11)o }~ de las distal1cias, la, eIe\'aciól1 elel·
ritITIO de acciól1, la illadaptaciól1 al óxido de carbono y. a las toxinas' indtls* . . Ningún. juicio de. signiÍicación !111ede emitirse s,obre un proceso e,'o~
triales y la l)ernleabjlidad radiacti\Ta, plantean el probJenla curioso de' la Iutlvo. Se pllede consIderar qtle el gigantisnlo de los dinoSí111rios de la
Era SeCllndari~ era nn1aJo"., pllesto qlle ellos han desaparecido, mientras : .!
adecuaciól1 física del 110nlbre al 111edio destinado a ser suyo IJor l11UcllC) : i
. ,,
qlle los c~codrllos han SllbslStldo, nlí1S no se s?be nada. del porvenir de lo .
tielnpo. Puede LIno pregtlnta.rse si en ,fin de Ctlel1tas 110 habrá qlle reCOll·Q-
q.lIe podrla reemplaza.r al hOJJ10 J,apieJls. En cambio, estanlOS ya 10 Sllfi-
cer qlle soIan1ente la sociedad se be11eficia l')lcllanlente del progreso, aIJa·
. reciendo el 11,011lbre in (li"jduo COI110 tl11 or ga11isl110 all ticuado, útil COI110 10 clent~mente. adelantados en !a etapa actual como para m'edir 10 qtle ha,
cambIado SIn regreso. Del pltecantropo al carpintero del siglo XIX, el as-,
es e1 cerebelo o el rinencéfaIo, COI110 el pie }T la l11ano, pero abandol1ado

148 249 .,
. ;

.... i, l' :
., 1
pecto de las cadenas operatorias no ha cambiado: el obrero, puesto en pre- un papel esencial, por el intermedio de . algunos artesanos que fabrican
. sencia de la l11ateria,- conlpone con las cualidades y los defectos particula- las piezas activas de las máquinas, frente a las cuales la multitud obrera
res qLle ella presenta, combina sobre sus conocimientos tradicionales el des- no tendría más qlle una pinza con. cinco. dedos para distribuir la materia
arrollo posible de las cadenas de gestos, conduce su fabricación, corrige y o un índice pa!"a apoyar sobre el botón .. Además, se trata de un estadio
termina en el producto del cual es autor, mediante UIl gasto equilibrado de transición, pues no hay duda de que las fases no. mecánicas de la fa-
de movimientos musculares y de ideas. Por maquinal que sea su cOlnpor- bricación. de las máquinas se eliminan poco a poco. .. .
tarniento, implica el afloramiento de imágenes y de conceptos, la prese~- Tendría poca importancia que disminuya el papel de este órgano de
cia en la penumbra del lenguaje. El comportamiento operatorio específico Fortuna que es la mano, si todo no demostrara qlle su actividad es estre-
. del hombre, sobre "arios centenares de. miles de años, es total, integrado chamente solidaria del equilibrio de los territorios cerebrales conexos. "No
en UIl contexto colectivo .inmediatamente ·Sigllificati,'o, inseparable de la saber hacer nada de SlIS· diez dedos" no es miI}r inquietante con relación.
calidad humana. a la especie, plICS correrán muchos milenios antes que retroceda el ,'ie)o
Que se pueda introducir madera en una rnáqujn~, ~in preocupa~se de dispositivo neuromotcr; pero sobre el plano individual, es totalmente dis-
las veras y de los nudos, )' que salga de ella una lámina de entarimado tinto. No tener nada qlle pensar con Sl15 diez dedos equivale a carecer de
estandard, empaquetada automáticamente, co?stitu}~e ~in duda alguna una una parte de su pensamiento normal y filogenéticamente humano. Existe,
ganancia social lnlly importante: pero esto so.10 perl111te al hombre renun- pues, a escala de los individuos, aunque no a la de especie, LIn problema
ciar a ser sapiens para tornarse .en alg~ mejor, tal vez, en todo caso e,n de la regresión de la mano. Me volveré a oCl1I)ar de este problema en la
algo diferente. No obstante, es necesarro razonar sobre el hombre zoolo- . tercera parte de este libro, para demostrar que el desquilibrio manual ha
erico, . que no cambiará en un siglo, y buscar cuáles puertas de salida se le . roto }'a parcialmente el vínculo que había entre el lenguaje y la imagen
~frecen, si quiere tener un sen tirni ell to distinto de existencia, en lugar de ctética de la realidad. Veremos allí qlle no es una pura coincidencia qllf:
la . satisfacción de ser una célula despersonalizada en 11n organismo, l'oC lo el arte no figllrati\'o concorde con tina tecnicidad "desrnanualizada"
demás, admirablemente planetarizado. .

EL DESTINO DE LA ·lv[ANO
. Los mismos hechos pueden ser con trolados en una perspectiva d istin-
ta (]lle hace resaltar un aspe.cto diferent.e de 1~ mutación pr~du~i~,l en la
especie humana, El! las sociedades preindustriales, la tasa individual de .i:
tecnicidad es cornparablemente elevada; 111ás exactamente, la "ida de todos
los individuos está llena de una actividad manual variada y de Ull nivel
por lo Jl1enOS suficiente lJara la supervi vencía. El. grupo tolera. a los ind i·
viduos hipovalenres en Funciones de relleno, nl1~ntras Jos. virtuosos, en
todos los dominios, conducen el juego }" dan la lnlagen estimuladora del
talento: artesanos, músicos o agricultores opulentos, cada pequeño grllpo
!)osee su parte de modelos y se ent~etiene en su c?ntacto. AChlal~11ellte
se ha producido una profunda alteracl~n de Ju.s relaciones; .las ~ll~l~tltudes
innumerables se confrontan con un numero SIempre mas restringido de
modelos. La participación existe todavía, mas por interposición del impre-
so o del audiovisual: el astronauta, el héroe del trabajo o la princesa ira
11 ia; el modelo macrocolectivo es de una envergadura sin parel1tesco con
el capitán de cacería, el herrero de ·la gran plaza o la sirvienta de cabaret
}~, privado del sabor de la proximidad, no posee 111ás que su valor de
fuente de ilusiones.
. El1 el dominio manual, la situación es exactamente comparable. La
mano, en un comienzo, era una. pinza para agarrar las piedras y el triunfo
del hombre ha consistido en hacer de ella la sirvienta cada vez más hábil
de sus pensamientos de fabricante. Del Paleolítico superior hasta el siglo
XIX. ha atravesado un interminable apogeo. En la industria, desempeña aún

250

.. . .
. .
, ._,_,------ -- - '_'---------------- ...
-. .

IX

--
LA .MEMORIA' EN EXPANSION
'.

I, .
I,

En elxapitulo precedente, asistimos al fenómeno, exclusivamente hu- '


mano, de la exteriorización de los órganos de la tecnicidud y no carece ,

d~ interés qlle, por una vía intermedia, \'OI\'al110s a considerar las Clles-. :

tiones planteadas en el momento cuando la máquina entraba en posesión '


de 1111 sistema nervioso y del <conocimiento" preestablecido de sus actos.
t

De nuevo surge el problema de las relaciones entre especie y etnia, llero


esta vez sobre diversos planos: instinto, inteligencia, "pensamiento artifi- . .
cial" o memoria específica, memoria social y "memoria mecánica", Puede "

parecer abusivo asimilar la máquina a 110 ser vivo, En realidad, carecería


:

de utilidad hacerlo por' 11n.1 preocupación pllrall1ente zoológica, allnq1le yo.


no pienso qlle sea inútil 'hacerlo en una perspectiva ontológica. Se puede,
entonces, hacer la economía de cortar el hombre en trozos, escogiendo
solamente los q1te respondan a la sistemática científica. Cuando Descartes
trata de caracterizar al hombre pensante frente al animal-máquina, se puede ·, .
!.
imaginar que el conocimiento de la electrónica actual le hubiera conducido .
"

. a plantear el problema de la máquina-animal. También;· bajo un aspecto


:· .
distinto, podríamos referirno-s a los sentimientos oscuros de la masa hu- ·

~ana. los 'cornics' , y las tiras dibuj adas de los periódicos y. semanarios
t ;.

de todos los idiomas, al reducirlos a sus líneas esenciales, aparecen .ru-


miando incansablemente la misma intriga con tres personajes: el bruto,
el hombre y el robot, en una serie de matices reveladoras de lo q1le se
podría materializar,' en la literatura de .inspiración americana, en la línea
evolutiva siguiente: bisonte, gorila, cow-boy, sabio, astronauta, robot. Cada , '

uno de los términos bruto-hombre-máquina pensante' es traspuesto hacia el


otro mediante la transición del bruto pensante (gorila), del hombre-
:
músculo (cow-boy), del hombre-cerebro (sabio), del hombre-máquina
(astronauta) y la máquina-hombre (robot). En esas condiciones puede
uno pregllntarse si no es posible extraer del bloque del pensamiento co-
lectivo una clasificación apropiada a la comprensión de la evolución de
la colectividad humana. "

253
,
hace durante la infancia, según modalidades en las cuales el lenguaje no
El hecho fundamental, relativo a la memoria humana, ya ha sido dis-
desempeña forzosamente el papel más importante. Sucede diferentemente
cutido: corno para el útil, la memoria del honlbre. e~tá exteriorizada y s.u para las prácticas menos frecuentes o excepcionalesd, e1as cuales, en todas
continente es la colectividad étnica. Es lo que la distingue de la nlemo~la
las. sociedades sin escritura" .reposan en la memoria verdaderos especia-
animal, de la cual se sabe poco, si no es que e~tá co.ntenida en la e~pecle '. listas: jefes de familia ancianos, bardos o sacerdotes, quienes asumen, en
Existen importantes diferencias entre ~a memoria animal, la 111er?Orl~ hu- la tradición de' la humanidad, el papel muy importante de mantener la
mana y la memoria mecánica. La prlnle.r~ ~e forma por expe~lencla en cohesión del grupo.·. . .
unos canales zenéticos estrechos, preespecializados por la especIe; la se- . '. La' inscripción del capital de. conocimientos está ligado. al desarrollo
gunda se COllsfituj e por experiencia a partir deí lenguaje; la t~rcera está
1
de la literatura oral y de la figuración en general .. Ya volveremos a. ocu-
constituida por experiencias en el canal ~e un p~ogralna _preeXIstente, de
parnos de ello en 1,a ~ercera rart~ .de este libro. ~ues, para los. con~i- _

un código sacado del lenguaje hllll1an~ o IntroducIdo. por e~ ~o.nlbre en la mientes prácticos, técnicos o científicos en el sentido mas amplio, estan
máquina, La memoria mecánica no deja d~.of.rec:r CIerta sl~!lItud .con la asaz, escasamente fijados en una literatura, a pesar de .. encontrarse .normal-
111eIl10ria anirnal.. una especie de preacondicionamiento esp~clflCO .exIste en
.cada tipo de Dláquina,. = .el1:bargo, el prograll1a o.peratorlo ~s dictado de
110a manera totalmente mstrntrva, p1lesto. que. preeXiste, materialmente ,a . l.a
mente incluidos en un contexto donde la materia mágica y religiosa no
se separa claramente de las fórmulas prácticas. En. 11as s~iedades agríc?l~s,
así corno en las tareas artesanales, la estructuración SOCIal de los OflClOS
acción y traza de antemano todas las perlpe~l~S,?e el:a ...Por es~, l~ Dlaqul- desempeña 11n papel inlportante,. trátese de los ,herreros de África ~ ,~e
na está claramente más próxima de la definición clásica del instinto que Asia, COI110 de. nuestras corpOr:lC10neS hasta el Siglo XVIII. El aprendizaje
lo está el animal mismo. y. la conservación de los secretos del oficio se hacen en cada una de las
En una perspectiva fUl1cio~al~ puede COllsidera.rse las ~res. formas de células sociales de la etnia. En este nivel, ql1e corresponde tanto a Jos
memoria cerno distintas, pero asimilables, La memoria hereditaria del horn- . primitivos COI110 a los agricultores ~ecientes incll~so,. ,el c?ntenli~o de ~a
bre es preexistente en el grl1l-"IOétllj~O )' si el honlb:e no hace pr,lc.ti~all1tnte memoria técnica no es objeto de ninguna organlZJCIOn .ststernática. Más
nada por "instinto", es porque, ~l lb'Ua~ que el animal, 110 h.a recibido una exactamente, cada g.rupo de cadenas operatorias, o cada. cadena, forma un
. hipotética memoria atávica. El ~nlIl1al, SIn e~bargo, l,one en Juego 511expe- conjunto casi independiente, un bloque de gestos demostrativos y de co-
riencia sobre un teclado reducido y organIzado de antemano, lo. cual no mentarios orales.
le permite mucha alternativa en los. \'arjant~s persollales,. mientras que. el
}10111bre dispone de un teclado aI111JI10 }' recibe d~ la s~cledad ~11as series
de progranlas que asi.l11ila )' :o~re los cuajes teje. ,Ba~o' este a~g.ulo, .la ·LA. PR1~IERA TRANSj\fISION ESCRITA
memoria mecánica es intermediaria, puesto que la l11aquln,a electrónica dis- La aparición de la escritura. no fue cosa del azar. Después de los
})OIle . solamente de un teclado. estrecho, F,ero recibe una educación bajo milenios de evolución en los sistemas de representación mitográfica . erner
f()rl111 de l),!."ogralnas dictados. ge, con el metal y la esclavitud, la anotación lineal del pensamiento (ver
~apítlllo VI). Tampoco su conten~do inicial se debió al aza.r: eran ~llen~as,
LA TRANSl\1ISION DE LOS PROGRA~fAS reconocimientos de deudas a los dioses o a los hombres, senes de dinastías,
. , ,
oráculos y listas de sanciones. El carácter circunscrito ~, pobre. documen-
La historia de la 111el110ria colectiva puede dividirse en CillCO l)eríodos: t,lImente de los más \riejos textos,· representa tIna decepclon constante parJ
él· de 'la trul1s111isión' oral, el de la translllisión escrita con tablas o Íl1dices,
el etnólogo. ¡Qué de cosas hubiéramos aprendido si Sumer hllbiera dejado
el de' las fichas sencillas, .el de la nltcanografía }T el de la seriación' elec- .
, . recetas de cocina, guías de mundología, manl1ales del, arte de la mader~l
trol11ca. , . y del metal! En realidad, no es imaginable glle la esc.ritura ha~a, nacido
paríl tales fines, que por. otra parte, se conser~~ban desde.' SIempre a
LA TRANS~fISION ·ORAL través de },1 memo!:'ia oral. Ante todo, la evolllclon se refleja sobre lo
.. ,".
. nllevo, y para que incIlIso la hletalurgia naciente sea algo nllevo, hub~era
. El cuerpo de' conocimientos del grupo es .e~, elemento fun~al11~11tal
sido. ~ecesario. qlle no encontrara Sll inserción ~~sensible :n las prá~tlcas
(le su unidad y. de su personalidad, y la tral1snlI.slon .de este .capItal l~te. maqll1nales, SIno. que se tratara de una operaclon excepcIonal,· desligada
Jectual es' la condición necesaria para· la super"l,rencla nlaterlal y SOCial.
de todo aparato de gestos encadenados, 10 cllal es impensable para un.n
La transl11isión se refiere a la jerarquía de las cadenas operatorias. . técnica de fabricación. 0, más aún, hllbiera. sido necesario qlle la escrI-
Las cadenas 0l)eratorias lnaqllinales. to~responde~ a ·la nlel110ria. fal11i· tura madurase sin objeto -dllrante siglos para disponer de" los' m·~dios y
liar conlúIl. Ellas· afectarl todos los epIsodIOS Il1aterIales y lTIorales de la
registrar lo que se ha hecho notable desde hace poco, hipótesis tan poco
\'ida cotidialla )' su inscripción en la memoria personal de los sujeto,s se
255
254
razonable como la precedente. Al comienzo de la escritura la memoria mas l~s, escritos son, .cada u~o, una continuidad compacta, ritmada por
los graflcos y las notas .rnarginales.. en la cual el lector se' orienta a la
colectiva 110 tiene .. por qué ..rOJ111)er su movimiento tradicio~al,. más qtle
manera del caza.d.or. primiti:~o, a lo largo de un trayecto más bien .que
en .aquel1~ .que le interesa fijar de una manera excepcional en Ul1 sistema .
sobre un plano. La conversión del desarrollo de la palabra en un sistema
social naciente .. No .es,. plles, por coincidencia qlle la escritura anota lo
de . tablas . de . orientación no h~ sido aún adquirida .. ·Hemos visto más·
qlle 110 . se fabrica 1:1 vive normalmente, sino lo qlle hace el armazón de
arriba que la conversión del mrtograma de dos dimensiones irreductible
una sociedad urbanizada, para la cual el nudo del sistema vezetativo se
a la frase ~onéti~~, en. una serie lineal de signos alfabéticos, ha .repre-
.encuentra en una eCOI10I11Ía de circulación entre productores.i celestiales
s~ntad<? la., llb~rac~o~ de la palabra y una cierta reducción del poder de
o 11ul11al10s, .y dirigentes, La i11n?\7aci?n interesa. l~ cabeza del sistema y.
simbolización individual, Con la aparición de la Imprenta.' una nueva
abarca s~lectl\;ral11ente los actos financieros y relIgIOSOS, las .ofrendas, . las
con\'ers~ór:- se inicia y la abundancia de los textos la va hacer .rápida-·
¡
g.enealoglas )r el calendario, todo ]0 cual, ell las estructuras 11Ue\7aS de las :

mente indispensable, . .
ciudades, 110 se puede fj j ar COll la memoria de una manera completa, ni
en las cadenas de gestos ni en Jos productos. La materia de los manuscritos antiguos o medievales está hecha de
textos destinados a ser fijados de por vida en la memoria de los lectores,
. La memoria escrita graba,. de. la aurora de la ciencia, solamente los
elementos más característicos. Que se trate de las gralldes civilizaciones al menos 10 Sllficientemente. como para que puedan orientarse .rápida-
mente con .la lectura. Ha}' CIertamente una materia escrita mis corriente,
l1e, l\.1~s~potaJl1ia, d~ Egipto, de China o de 13. Al11érica precolombina, las
la misma ~e los. comienzos, pero vulgarizada: la de .las cartas y de los
.mas . "Jejas referen~la~ de este or,den son relativas al .calendario y las dis-
contratos; Sin embargo, reposa en manos de los interesados o Jos notarios
tallclas: ~~s cOnOC11TIlcntos. del tiempo )". del espacio 00 son extraños a
y los pro~l~mas práctico,s de orientación no se plantean. Sucede cornple- ·

los prl1111tl"OS que ~)recedJerOll a la ~edent~rizaci.óll agríco12., ·111as 11110 )'


tarnente distinto con el Impreso, que va .rápidamente más allá del 'círculo
otr~ tornan un. sentido 1llle\!? a l)artlr del momento en qlle la ciudad
capital se convierte en el l)l\~()te del 111l111do celeste )' de la extensión de los gé.n:ros clás~cos. No solamente. se pone al lector en presencia de
11l1111Ul1j zada. . ~na memoria colectiva .enor.nle, de la cual no posee ya el medio de fijar
. .
integralmente la rnatena, SIno que frecuentemente está en condición de
. A. medida .que se perfecciona el instrumento. que. permite hacer pa-
sar a la memoria de las gCIleraclones las palabras )' las frases, el registro darse a escrit.os .ntl~V?s. Se. asiste entonces a la exteriorización progresiva
de la mernona individual; es desde el exterior desde donde se hace el
se desarrolla. }'.. gal1~1. cap'~s. ll1,ás profundas del conocimiento; sin embargo,
trabajo de orientación en el ·escrito. Los diccionarios y los glosarios ofre-
l:ar~ la AlltJguedad claslca· l11C1l1S0, la jerarquía de los valores sociales
cían tal posibilidad desde hace siglos. La escritura. china, con 'sus mito-
I.ll111ta tl1 unos dOl11illi?s 111l1y l)r~cisos, la SUl11a de Jos hechos qlle deben
gramas. fonetizu?os, al. igual que la escritura griega o latina, ha asegurado
t raIlq:le~.r las géIltraClol1es sucestvas; los textos réligiosos, históricos .,
el medio de orientar al lector sobre el hilo de la sucesión tradicional de
geograflcos. forman la masa con la filosof ía, En otras palabras, sobre lo~
los signos . .ideográficos· o fonéticos. Sin embargo, el diccionario abre' so-
1)lal10S divino Y': 11l1111JI10, clly.a alianza es el terna fundamental el tripl ~
})ro b1.ema dI·'· ei tJélll~)O, del espacio }' del 110111brt constituye la ' materia t: lamente una salida estrecha a la memoria escrita, un conocimiento a la vez
l11el11?rable .. La agrlcultllra aparece ell Ull0S pOel11JS,· tl1 los cuales las li~ealizado ~ 'pulve,rizado, incompatible con el desarrollo de un pensa-
m1ento contInuo.·· . . ·

estaCJOl1e.s· SO~lel. 111()tor. La arclllitectl1ra, en llllas descril)ciol1es illtegraIldo


El siglo XVIII europeo
,. marca el fin del mundo ·antiQUo en el im·
(;1, e.spaclo COSJ111CO él los teITIJ_)~oSy a. los palacios. Las !11atenláticas y la b ,
preso como en 1as tecnlcas. Nos entrega· el estado mis rico de una tra-
111l1S1ca aparecen con la ·111edlC111J, 1)rll11e.~os·elell1elltos l)roj)iaIl1cl1te ciéll.
dición y el, primer movimiento de la transformación actual. La memoi'ia
.:

.tífjcos, rodeados ~in.elllbargo liel l1a]0 del arte l11ágico }' religioso.
social rec~ge ~n los libros, en cosa de algunas déca·das, toda la antigi.ie-
dad, la hIstorIa de los grandes pueblos, ·la geografía y la etnog'rafía de
LAS·TENTATIVAS' DE ORIENTACrON LIn mundo que se ha· vuelto definitivamente esférico; la filosofía, el de·
recho,· las ciencias, las artes, las técnicas y una literatura traducida de
. Hasta la ·a!)l.rición . (le la l111prellta, ell Occjdellte C01110 ell" Cl1ina
resulta difícil la separacióll, entre la tranSDlisióll oral y la trans¡11jsjól~
veinte idiomas diferentes. El caudal va creciendo hasta .nosotros , pero ,
respetando todas las proporciones, ningún momento de la historia humana
escrita. ,La. 111asa. de ,lo COtl0Cld·o se el1cuentra oculta en las l)rácticas orales
ha con~cido ,:una dilatación tan rápida de la memoria colectiva. Así, ya
y I~s tecll1cas; la Clll1a de Jo conoci do, in,~ariable ell su l11arco desde la
en .el SIglo XVIII, encontramos todas. las fórmulas utilizables para aportar
alltl$Üedad, se llalla fijada ,ell el nlanLlscrito, pa.!"a ser a})reIldido de l11e.
al lector una memoria preconstituida. . .
1110rJa. En el curso. de ]os· slglos .que separan a. HOIllero o Yu el Gral1de
Los diccionarios. alcanz~n sus límites en las enciclopedias· de todo'
d.e los prill1ero·s i.111preSos ()ccidellta]es. }T orientales, la noció11· de refere11-
género qlle son publ1cadas bIen sea para el uso de las manufacturas o de
cla se ha desarrollado con la 1nasa creciel1te de Jos hechos registrados,
-
257
256·

...
dominios, la punta de evolución se ha desplazado: ya no está en el libro,
los que trabajan en' menudencias, corno para los eruditos puros. El primer el 'ulal subsiste como infraestructura documentaría, sino en unos' elernen-
verdadero desarrollo de la literatura técnica se sitúa en la segunda mitad -tos documentales liberados del contexto.:
':d~l siglo' XVIII~ Todo puede ser abordado y la lengua se ha: forjado el
vocabulario descriptivo que usamos aún hoy.· El . diccionario, constituye
una forma muy' evolucionada de la memoria exterior, si bien el pensa- LAS FICHAS
miento se encuentra fragmentado hasta el infinito. La "Gran Encielo- .. ' La memoria colectiva ha, tomado en el siglo X1X} 'un 'volumen tal
pedía" de 1751 es una contil1uación de pequeños manuales envueltos en ' qu~ ya es imp?si?le 'pedir a la memoria individual qlIe abarque el con-
"un diccionario: se. ,co~sta~a que, para la época, el arte de la documenta- tenIdo. de las, bibliotecas .. Se hizo necesario, organizar el pensamiento inerte
ción se "'encuentra al mismo nivel que el de la animación mecánica: el contenido e.n el cerebro impreso de la colectividad mediante 11n tej ido ,
punto más alto alcanzado por el autómata es la animación gracias a unas supI,ementa,rIo en el .cllal se proyectaba una imagen extremadamente .sim-
levas separadas que conservan para cada órgano una memoria parcelaria; p!lfIcada del .con~~nldo. Por encima, de ,todo, era indispensable qlle las
. la enciclopedia es' una memoria alfabética parcelaria, de la cual cada rueda células de este te) Ido, nuevo fuesen susceptibles de enriquecer indefinida-
aislada contiene una parte animada de la memoria ·total. La relación entre mente y de reconstruirse de una manera apropiada a cada orden de 111-
el autómata de Vaucanson y la Enciclopedia, 'que le es contemporánea, vestigación en l~ :nateria, documentaría. El siglo XVIII· Y una parte' irnpor-
es la .misma que entre la máquina electróni-ca y el integrador a memoria tante del XIX vrvieron aun en los cuadernos de notas y los catálocos de
obras; luego se ha iniciado la documentación, en fichas, la' cual se o~(1anizJ.'
de Hoy. realmente sólo en el inicio del siglo }LX. Bajo SL1 forma más rudimentaria,
. En las obras de redacción continua, el siglo XVIII acumula casi todos
corresponde ya a la constitución de lln' verdadero .córtex cerebral exterio-
'los procedimientos conocidos, en particular las notas marginales rnedieva- rizado, pllesto, que un sencillo fichero bibliográfico se presta, entre .los
les que subsisten, sea para' resumir los párrafos, sea ·para introducir las de~1~s del ·usuar~o,. para arreglos múltiples:. po~ .autores, por materias, ge0 4

.referencias, las cuales, sin embargo, figuran }ra lo más f recuenternente gra~Icos, cr~nologlcos, con' todas las combinaciones qlle responden a 1)ro .
en la parte baja de la página. Los índices alfabéticos al final del \'0 1II 111en , " pósitos particulares de los centros de edición, o a las proporciones relati-
}Ta 'corrientes, en el siglo XVI, son casi .constantes. . va~.,de los grabados fuera de texto en las obras religiosas y la literatura
La evolución más .interesante, desde nuestro punto de, vista, es la épica. Esto es aún más sensible en un fichero de informaciones científicas
que se sitúa al lado opuesto de la indiciación alfabética y que concierne , ,
• donde cada element? dOCUl~entario pued~, a., voluntad, prestarse a arreglo
el contenido global de la obra. Desde la Edad Media, y corrientemente c?n todos, los demas., La I~agen del cortex es por otra parte falsa en'
. a partir del siglo XVI, los márgenes han servido para dar un resumen CIerta medida, pue~ SI un fichero es una memoria en el sentido' estricto
del contenido de las partes: nluy frecuenternente el prontis del volumen es .una me~oria sir:, medios propios de rem~n10r~ción y la animación re:
.oE rece un inventario muy lacónico de las materias, sin paginación;· poco a qlllere su introducción en, el campo operatorio, VIsual y, manual, del bus-
poco, la presentación. se va organizando para hacer' fácil al lector la ex- cador .
.ploración de' un contenido ignorado, 10 cual corresponde exactamente al
papel de una memoria exterior. Se han' seguido dos vías que se desarrollan LAS FICHAS ,PERFORADAS Y LA 1fEj\-IORIA ELECTRONICA
hasta', el inicio del siglo xx: . una consiste en hacer preceder' cada capítulo
por un argumento .resurnido, la otra en hacer preceder o seguir la obra. . Un pa;o ~ás fue franqueado cuando al fichero se le agregaron unos
de un cuadro con el contenido, nuestra' "tabla de materias". El argumento ~l.lec?~s ~e lr:d1ce" ~oloreados por ejemplo, que permiten el recorte de la
del capítulo ,es una supervivencia de la actitud que exigía 'del lector una indiciación srstemática p~r una segunda red de referencias o mejor aún,'
cuando se trata de un fIchero, con perforaciones. El libro bruto' es corn-
participación elevada de memoria personal y, salvo resurgencia aislada,
00y ha ,desaparecido.' Era" después de la lectura del .indice o tabla de para.b~e ~1, úti} ~anllal; 'por mis perfeccionado s= sea, requiere una
partIclpaclon técnica completa de parte del .Iector. El fichero sencillo co-
.materias, ,una etapa racional hacia el detalle del contenido; mas la ten-
rre~ponde y~ a una máquina nlanLla~, pll~StO que una parte de las ope-
dencia ha sido de hacer, de la tabla de materias, un mitograrna casi, es
r~cl0nes esta. transfornla~a y contenida virtualmente en las fichas,' que
decir un ensamblaje significativo de símbolos en el cual el ojo y el' es-
sol? basta animar. Las fichas perforadas representan una etapa' suplcmen-
píritu' no están' obligados a seguir el desarrollo rectilineal de la escritura, tarla~ comparable a la de las primeras máquinas automáticas, Que se trate
Para alcanzar este grado, la tabla de materias }'a no contiene elementos de fichas perfor~das marginales, de animación manual, o de cualquiera otra
de s~ntaxis,. sino ,palabras' libres' gracias a -Ias cuales el lector conlpone f?rrntl1a que eXige l~na selección ~ecánica o electrónica, el principio. del
su consulta, En lo~ que concierne. al. impreso, no hemos 'ido más allá de fIchero con perforaCIones es el mIsmo: los datos son convertidos por. un
este pLl:nto alcanzado desde h,ace dos siglos y como en todos los demás
259
258

, '.
las proezas ce su brazo, de su. pierna o de su ojo, puesto que había un
código de dos términos, el uno negativo (perforación nula}, el otro 1)0- responsable situado más arriba. Desde hace algunos años,. el proceso .de
sitivo (perforación abierta), y el aparato de selección separa las fichas superación alcanzó la caja craneana, y cuando uno se detiene sobre los
según la-s preguntas planteadas para liberar' solamente las' de respuesta . hechos, es dado preguntarse qué cosa quedará del hombre luego que haya
afirmativa, Es el mismo principio que el de J acquard para el telar y es logrado imitar todo mejor. Lo que hoyes cierto, es que "sabemos o sa- ,
•;

curioso constatar que fue necesa.rio más de un sig!o para .qlle la materia bremos pronto. construir' máquinas que recordarán todo y. j1.lzgarán. de
documental alcanzara la etapa franqueada en el siglo XIX por la fabrica- las situaciones más complejas sin. e~1.livoca.rse. Esto,. demue~~ra 5~~cIlla-
ción .de tejidos. En realidad, si el mecanismo es .el mismo, el grado de mente que el córtex cerebral, por mas admirable que sea, es insuficiente;
explotación es completamente diferente, puesto que las cintas perforadas tal como lo son la mano o el ojo; q1.le los métodos de análisis electró-
del tejar expresan unas respuestas, mientras que las perforaciones de las .nico los suplen-y qlle, finalmente la evolución del 'hombre, fósil viviente
fichas corresponden a todas las preguntas eventuales." los ficheros de en relación a su situación presente, toma otras vías que las de las neuronas
pe.rforaciones son máquinas para reunir recuerdos: actúan como una me- para. prolong~rse. 1vfás positivamente, ~e constata qlle para apr~ve~~ar al
1110ria cerebral de capacidad indefinida, susceptible, más allá de las po- máximo su libertad, escapando del riesgo de. la S1.lperespec.lal~zaclon .·de
sibilidades de la memoria cerebral, de correlacionar cada recuerdo con sus órganos, el hombre está' llevado progresi\'amente a extertorizar facul- ,

todos los demás, tades cada vez más elevadas. ·


Más allá de esta etapa, no hay, en el momento actual, otro l)rogreso Si, un día, las máquinas electrónicas escribieran piezas de ~eatro per·
más que en las proporciones, pLles el "cerebro. electrónico", gracias' a fectas y pintaran cuadros .inimitables, podríamos plantearnos serias preocu-
unos procedimientos diferentes y más útiles, actúa según los miSl110S paciones. Si llegaran a amar la suerte de la especie zoológica estaría
principios. Teóricamente, las posibilidades cerebrales de los dispositivos liquidada. Antes de proy"ectar hacia el futuro una imagen qlle podría
.con perforaciones o de los integradores (gel1eralll1ente asociados) pueden nluy bien ser falsa, me parece indispensable, en la 'última parte de este
rivalizar COl1 el trabajo cerebral de las conf rontaciones, Pueden, sobre una libro, abordar lo que todavía no _ha. sido tocado por la máquina, plles,
escala gigantesca y en un tiempo desdeñable, .rernover una montaña .de en definitiva, gi.ramos· desde el inicio en un triángulo manolenguaje-cor-
datos en LIn sentido bien determinado y 'sacar de ello todas las .respuestas teza sensitivornotora.. entre el .mono y el hombre, a la búsqueda de tina
posibles .. Pueden ponderar estas respuestas si se les dan los elementos abertura· sobre 10 que no podría ser compartible con el resto del mundo, ·

de 'una selección orientada, enriquecer su ponderación preestablecida con. zoológica o mecánicamente animado.

unos juicios de experiencia, sacados de la acumulación de precedentes en
'sus· memorias. La superioridad del integrador electrónico sobre el fichero
reposa en la densidad de las informaciones q~le puede tratar en un tiempo .,
.'

lnuy corto por la acción simultánea de varios centros selectores, los cuales
se controlan y se corrigen materialmente, mientras que las fichas más den- :!
.;
.
sas (20.000 datos lJor ficha, o sea 10. 000 . 000. elementos para 500 fichas )
exigen una participación directa del operador )~ un tiempo considerable- •

,¡.
mente más largo. Es cierto q:le la fabricación de cerebros artificiales !
;

.está aún en 5l1S inicies y qLle 110 se trata de una curiosidad o de un l)ro" i
.
:'
cedirniento con salidas restringidas o un futuro corto. Imaginar que pronto !
r

I
. no habrá máquinas que· puedan ir más lejos que el cerebro humano para ¡
las. operaciones qllC dependen de la memoria y del juicio racional, es .
reproducir la situación del pitecántropo que hubiera negado la posibilidad .
del bifacial, del arquero. qtIe hubiera reído de los arcabuces, o más aún -:

de un rapsoda de la época de Homero rechazando la escritura en tanto


. que procedimiento de memorización sin' mañana. Es necesario, pues, que
:,·
el hombre se acostumbre a ser menos fuerte que su cerebro artificial, ..

como sus dientes son menos fuertes que una muela de molino y sus ~

.
'
,

aptitudes de vuelo desdeñables frente : a las del más pequeño avión a


., '

reacción.
. Una muy viej a tradición relaciona con el cerebro las causas del éxito 1
·i
:
de la especie humana y la humanidad ha visto sin sorpresa dejadas atrás :
,
...
260 ,

·
~

,
!
. .

. .
,
TERCERA PARTE
- .'

LOS· SIMBOLOS ETNICOS .

. j

,
.. .. .' e

L
·,

x . , ,

,/NTRODUCCION A UNA' PALEONTOL'OGIA


!

i ;¡
l'.
: :1
• ¡ I

DE, LOS SIMBOLQS :I


" .


,

En la, primera parte de este libro, nos hemos ocupado f recuenternente :


· l.

de la evolución del caudal corporal de la humanidad. Los 'dos criterios


mayores de la' tecnicidad y del lenguaje han sido despejados de Sll origen
común y de ello ha resaltado la percepción de los vínculos estrechos que
unen las manifestaciones humanas con toda la evolución de una rama
zoológica. En la segunda parte, hemos, tratado sobre todo del organismo '.

colectivo constituyendo la etnia. Tecnicidad y lenguaje' aparecieron allí


ya no en una perspectiva zoológica, sino sometidos a leyes de evolución
paralelas a las leyes zoológicas, bien que ton un desarrollo mucho más .

rápido. La evolución humana ha aparecido coherente en relación con sus ·

dos caracteres fundamentales de tecnicidad manual y verbal, pero de al-


gún modo disociada sobre dos planos: ~l de la evolución filética, que
hace de la humanidad actual una colección de individuos con propiedades ,
;

físicas poco, diferentes de las existentes hace treinta mil años, y el de :',
la ,evoll.lción étnica, que hace de la humanidad un (lIerpO exteriorizado, ·
"

.
cuyas propiedades globales están en un estado de transformación acelerada. l'

Existe un más allá de esta doble imagen de la máquina "humana "

y de la copia perfeccionada que el hombre ha hecho de ella a través ,


i:
dé sus productos. El análisis hecho hasta, ahora ha deliberadamente omi- ¡..

. !

' tido lo que hace el tejido de relación entre el individuo y "el grupo, 'es 1
:
• decir, todo lo que se refiere al comportamiento estético. .Cuando se· hace j'
I
¡
el inventario de las relaciones de Jos individuos entre sí y con la sociedad,
se desprenden fórmulas funcionales como el matrimonio o el intercambio ·

económico, que no son más que la expresión de la fisiología fundamental


de toda sociedad, fisiología reductible a unas leyes' de la especie' o del , ,
,

agrupamiento social, pero que no rinde cuenta de la tonalidad 'particular


de cada colectividad humana. La distinción entre la' especie y la etnia
se ha demostrado necesaria, pu'esto que se constata qtie los miembros :
de la especie zoológica humana se concentran en unidades de agrupa- :

:,

265
\;

.:'li
,
......... _. __ _-- ". -'" _.

miento. queno son de carácter zoológico; mas los caracteres de la etnia ... humana para. producirse) , sino para saber si el ..hombre posee todavía
s~ desprendieron solamente en la medida en que derivaban de fórmulas otra significación que la de ser el autor ·de tInOS aparejos .sobrehumanos ..
funcionales, de suerte que las reglas de particularización que tocan 10 qlle Es por eso que he tratado de, escribir. estos últimos capítulos.
hay de propiamente humano en el hombre quedaron afuera del esquenla
tecnoeconómico y están aún poi definir.
En el curso de los capítulos precedentes, hemos sido conducidos a EL C01vrpORTA~flENTO ESTETICO
despojar progresivamente al hombre de una parte de sus atributos tra- El sentido dado aquí a la palabra· "estética" es' bastante amplio. y
dicionales para demostrar que, tornados en masa,. los hombres consti tuyen requiere una explicación previa. Si se trata, en efecto, de investigar'
un macroorganismo social, capaz de utilizar a los individuos para cons- . aquello qtle la filosofía ha hecho ciencia de lo bello en la naturaleza y
truir máquinas susceptibles de. pensar con mayor rapidez y con más uti- en el arte, es decir, en la óptica adoptada desde el ..comienzo de este tra-
lidad que ellos. Ningún individuo es .capaz de calcular en el tiempo neo bajo, o sea en una. perspectiva paleontológica en el más amplio sentido; · .¡

·I
cesario la· trayectoria indispensable' para que un cohete, obra de muy nu- perspectiva en la cual el vaivén dialéctico entre la naturaleza y el arte
rnerosos individuos pueda eficazmente destrozar a lo lejos un número marca los. dos polos de lo zoológico y de lo social. No podría tratarse,
de individuos st:tficientement~ .r~ntable I?ara la colectividad dispensadora en semejante perspectiva, de limitar a la emotividad .esencialmente audi- .
del artefac~o: el cerebro artificial permIte hacerlo. Un problema impor- tiva y visual del h011'tO sapiens la noción de 10 bello, sino de rebuscar, •,
· :

tante terrnma por plantearse: ¿que queda del· hombre al final de esa en toda la densidad de las percepciones, cómo se constituye, en el tiern-
evolución? ¿ El sentido de lo bello y de lo bueno, cualidad afectiva in- po y en el espacio, un código de. las emociones, asegurando al' sujeto
'.J
superable, prohibida para siempre a la máquina? O bien ¿sencillanlente étnico lo más claro de la inserción afectiva en su sociedad.
la propiedad de reproducir unas máquinas mediante "interposición del Este código de las' emociones estéticas está basado en propiedades
hombre", gracias a una combinación muy ingeniosa de elementos' mas- biológicas comunes al conjunto de los seres vivos, las de los sentidos
...
culinos y femeninos, generadores de Jos indispensables fabricantes? qlle asegtlren. una percepción de los valores y de los ritmos, o más am-
.Sería in:pr~de~te, responder denlasj~d~ rápidamente que. las rnáqui- pliamente incluso desde los invertebrados más sencillos, una participación
nas no aprecIaran jamas lo bello. y 10 btIe~o. Saben ya reducir la verdad refleja a los ..ritmos y una reacción a las 'variaciones en los valares. La
a unos datos' indiscutibles y. podrán, probablemente dentro de l)OCO, no intelectualización progresiva de las sensaciones termina en el hombre por
ya decir que la pintura figurati\'a es preferible a la pintura abstracta, sino la percepción y. la. producción reflexionada de los ritmos y de los valores,
desplegar tan minuciosaw tan ingeniosamente las relaciones estadísticas en los códigos cuyos símbolos poseen una significación étnica, tales como •
r
de .su cor:tenido. que se pod.rá dar .al ·a.·rtista.u~, ..~icha detallando cuále~ los de la música, de la poesía, o de las relaciones sociales. Las mani-
son el sujeto, los colores, las .formas, las dimensiones los' detalles asi festaciones estéticas poseen unos niveles de afloramiento variables y al-
'. "
como el cuadro que le dará el máximo de posibilidad para atraer la gllnas revisten la misma significación en todas las sociedades humanas,
ate~ción emocionada, la sensibilidad plástica, ,\1 esnobismo eventual; será'· mientras que la gran mayoría no es completamente significativa sino en
.posible ha.~~~. el~' retra.to-robot de la escultura 9ue se prestaría mejor a . el seno de una cultura determinada. .,
la espe~lacl0n. ~l?~nClera durante tres generaciones, de la que tendría Las apreciaciones culinarias o arquitecturales, vestimentarias, musica- l.
'1
las mejores posibilidades para salvarse de los traumatismos. de las rnu- les u ctras, forman. realmente lo más idóneo de' la' cultura y 10 qtle ,
·!
danzas. y de' las .ruinas. En el inventario de las' piezas que constituyen simboliza' realmente las diferencias existentes entre las etnias. Cuando se . i

:I
el conjunto osteornuscular del bomo saplens, estamos en derecho de pre- despojan los. rasgos culturales más diversos de su. aureola de valores,
guntarnos desde ahora 10 que resistiría el día cuando el análisis de ca- no queda más que unos caracteres impersonales, desculturizados e ínter-
torce. millones de buenas acciones hagan' resaltar los móviles fisiolócicos cambiables. La función particularizan te de la estética se inserta en una
dominantes, 'la trivialidad inmensamente irrisoria. de los .sentimientos de base de prácticas maquinales, ligadas en su profundidad a la 'vez con el
grandeza y de justicia) su motivación hormonal y, finalmente, la desnudez aparato .fisiológico y con el aparato social. Una parte importante de la
integral del' inmenso tapete humano que se despliega) alumbrado durante estética se relaciona con la humanización 'de comportamientos comunes al
tres o. o:atro. generacio~es a 1~ ,~e~, ..desde el fondo de los tiempos. Los . hombre y a los animales,' tales como el sentido de la comodidad o de
apocalipsis brillan de cifras rnistériosas: el apocalipsis electrónico es todo incomodidad, el condicionamiento visual, auditivo, olfativo, y a la inte-
'.. cifras, con poder incomensurablernente dernistificador. Tal vez no. sea ca- lectualización, a través de los • símbolos' y de .los hechos biológicos de
rente de interés volver a' recorrer, una vez más, la larga ruta' de la .evo- . cohesión con el medio natural y social. .
l~ción~ ?o pa,ra busca~ ~i.la evolución ti~ne un s~ntido·· (las máquinas, un El nivel de las manifestaciones puede ser el de la actividad de eco-
día, dirán cuántas posibilidades, entre miles de millones, tenía la aventura nomía corporal como. es el caso en la gtlstación; puede ser a nivel de las .'
. '!

.266 267
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.
• •

. ....
técnicas, como' en, la regulación de los gestos profesionales; puede ser de tanto que retorno a las, fuentes, si esas fuentes no estuviesen previamente
,il1dole social, C01110 en las actitudes mundanales: en fin, las manifestacio- elucidadas. "

nes pueden ser reflexionadas y figurati\'as, COI110 en 'las artes o la litera- En el' dominio, social, el problema se plantea d'e, una manera dife !.
,
tura. Estos niveles jis{oióg!co, técnico, social, fig¡,¡rati1Jo representarán aquí rente, La sociología animal está suficientemente adelantada' como 'para !

.Ios grandes cortes al interior de los cuales se ordenan las .sensaciones, En qLle se puedan conf rentar las actitudes de cortesía' entre los lobos, las ii
1
l'
'el hombre, las referencias de la sensibilidad estética tornan 'su fuente en , , danzas' nupciales de los pij aros, el reconocimiento de 'los detalles ca- i
i
la sensibilidad visceral y muscular 'profunda, en la sensibilidad dérmica , racterísticos del joven, del macho y' de la hembra; así como las reuniones
~11 los' sentidos .,olfa.to-'g~~tativo, audi!i\'o y visual; e.~ fin,' en la jlnage~ periódicas de, numerosos animales, con manifestaciones .idénticas al, com-
Intelectual, reflejo simbólico del con junto de los te] Idos' de sensibilidad. portamiento social del hornbre.. Fuera de toda intervención del lenguaje,
Podría parecer más conforme a la realidad estética limitar su ' dominio , el color de la corbata sitúa a un ,indivil1l10 en el seno del grllpo humano
~l .simbolismo y no ver en las' manifestaciones sino aquello que, parece con tanta precisión corno la mancha roja del 'l)etir,r'o j o en una sociedad
umcamenrs 11.ull1al10; ~s decir, la posibilida.d de creación de inlágenes del de pájaros. Pero, a la inversa de las manifestaciones fisiológicas o téc-
lnun~o exterior, reflejadas po,r el, pensannento y materializadas en unas nicas, el llevar una prenda-insignia es un símbolo C]Lle acarrea una serie
creaCIones. de ca.r,ácter artístico. En otras palabras, podría bastar con consi- de imágenes sociales; en' tanto que carácter de función, se inserta en el
d.erar la .f}guraCIOtl COI110, ~ase de ~a estética, y admitir que, por ejemplo, límite de las técnicas; corno insignia amovible, y conv-encional" se inserta
SI, l~ nocion de confort flSICO es diferente en el Japón }T en China no es en el límite de la figllración. Es por lo cual, las manifestaciones de la
?ebl~O a causas. fis.io_lógicas, sino 1?orque las normas sociales y a~tísticas estética social han sido situadas en la articulación de las dos vertientes,
1
~lnp.~Inlen a los individuos UI1as actitudes en las cuales las usanzas se tra- Más allá, no hay mis qllt imigenes subdivididas en LIn orden ins-
ducen a, través de unas sensaciones de confort, Podría asimismo consi- pirado por la, fisiología }' por su nivel de inserción. La figuración mo-
derar~: que .la es~étjca del, gesto de. cortesía no' tiene }Jor fundamento 1:1 triz de la mímica y de la danza se sitúan en la base: el gesto inseparable
Coh:slon social, SIno que es el ~ef-]eJ.o de, cierta imaginación del COnl})Or- del lenguaje tuvo qLIe seguir su primer desarrollo y aflorar lTIlly, pronto
tarniento del hombre educado, l111aglnación ql1e encuentra su modelo en en la figllración. Las representaciones auditivas de la música' y de la poe,
'el a~te ceremonial, en el cual el individuo 'desell1peña su papel de hombre , "
sia vienen ll1CgO, porqlle 511 vínru!o con el gesto 'para la música y con
cortes. el 'lengllaje par~l la, poesía, ha hecho de ellas un 'intermediario con 'las
. Procediendo a~í,' se R~rdería la perspectiva paleontológica. El' único, formas visuales.' Estas, al igual qlle la pintura, interesan .el sentido do- ,
,
plano de construcción estétrca del cual podamos estar seguros en le que rninante en el hombre y aquel en qlle la simbolización está lo más ale- ,

respecta a, los arcantropos, es el que' se basa en los criterios fisiolóaicos jada del movimiento concreto, donde la intelectualización ha despo j ado
,de 'Talar; partiendo del carn~,Toro o del' primate hasta -llegar, al hombre ' las, formas reales' de Sll contenido solamente para conservar sus signos o ,;
actual,
.,
UI10 encuentra
'.. en el gusto o el olfato, C0010 en ., el tacto un terreno La escritura se articula' con la estética visual: conduce a unas imácenes v
r= .'
co~~n que" rnl,lte tant? 111~Sla: comparación qLle no conduce a 11inguna puramente intelectllales,' a la interiorización ccrnpleta de los SÍl11bolo5."
',' ~ct.l\Tldad .flgu~atl,'a posible. Entre Jos a~c~n~!'olJoS y los lJriJeal1tropos" el Es interesante anotar,' en la progresién qlle estamos considerando,
unICO' testrmonio coherente es, el del equilibrio ell las formas eficaces del cuál 'es la situación del lenguaje en los diversos g!'ados. La estética es,
, utillaje, una orgaIl,izac!,ó~ ~de ',10; .\'~Iores funcionales 1)[0!Jial11el1te 11l1111anos entre todas las ramas de la' filosofía, la que encuentra mis difícilmente
',' , ,que oa,carre~ ll~~ aP:~~J,aCJ.oll ,estetlca de las forl11us, pero,' no condllce' hacia sus medies de expresión' a tra"és' de las palabras. Cuando los encuentra,
, ,una slnl~otlZa~lo~ ,f'16ru~aotl,ra,: Uf) ,cuadro represel1tando l:U1.a .11errerÍa no tiene "
es a través de la evocación, acordando a la imaginación del lector sllfi-
" !'lla}'Or Sl111boll.zaClÓtl fiinclonal (irrealizable nlás allá' qe la flln'ció'n nlisma) ciente experiencia concreta para e\'ocar los sonidos, las formas y el estilo
qlle ~na. coolIda' de cartó~ en ll~a ,escena ,de' teatro 'es la figtlracióIl del . de, los gestos, qlle las palabras desencadenan sin restitllirIos. El lenguaje, · !
I
g~sto: SIn enlbargo, no '~e }1uede negar QllC, en al11bos' donlinios, unos' ,al plrecer, no es adecuado pa.!"a expresar las fllanifestaciones est~ti'cas. Lo
crIterIOS ,de. \talor. son pOSIbles y condiciollan nornlas qu~ no son 11i total- maravilloso de la poesía es crear 1.1n eqllÍvoCO entre el ritmo y las pala- · ¡

11:el1te tec~~cas 01. n10rales, sino' esté~icas. D~ ...ello se d.educe ql~e si es po- c,ras transp,ortadas por él; mientras qlle en el canto las palabras son tanto i
I

menos inteligibJes, a medida que ,el canto es mis y nlás realmente mú-
'

SIble a~r?ltlr",~ n 1,'e.l' del h01770 .rapte?lS, un ~lerto \'ertlnl,iento ,de' .los ,'alo- "

res estetlcos' desde la cUll1bre 'figurati,'a hacia los fondos fisiolóaicos tT sica, como si la función vocal tendiese ora hacia 'la servidllmbre de la ,
,

funcionales, 'es indispensabJe l)artir de los 'fOlldos, únicos ,en' ser bC011fi: expresión intelectual, ora hacia' otra cosa' para lo ctta! Ja inteligencia) ,
, ,11lado~"paleontológicall1tllte, si se (lujere' ap.!"~cjar' el ,paso' a las fornlas'" en el sentido de faCilItad para entender, no interviene. · .
;
,

sup:rlores y, 'sobre. todo, de 10 arcaico que 'l)ueda perl11anecer en ellas to- Parece que la conqLlista del útil y la del lengtlaje, no representan
da"la. Las' tendenCIas del arte abstracto actual serían, inconlprensibles, en n1:lS,qlle una parte de la evolución del hombre y 10 qlle se entiende aqllí
,

. .
268 269 "

l
·~ i
¡ i
por· estética, ha ocupado en nuestro ascenso un Jugar l11tly importante; brir. las manifestaciones fisiológicas. Esta hipótesis postularíá: el carácter
pero, mientras la paleontología 110· nos ofrece una restitución bastante part.l~ular de las, manifestaciones estéticas," regiría la búsqueda de su in.
detallada de los estadios sucesivos del cerebro y de la mano, no obstante sercron en ,la maquln~ cerebral, supóndría que mis allá de la posibilidad
que los sílex tallados aseguran una buena visión de la evolución técnica, de !undar un l~nguaJe abstracto algo habría aparecido en el dispositivo
no vernos, en primera instancia, CÓll10 despejar 10 que no se ha impreso c?r~lcal, estableciendo relaciones nuevas entre las imágenes. Sería bastante .'
1

ni en el esqueleto 11i en los útiles. .. fácil encontrar. l?~ argumen;~s, pues se pued~ ~onstatar un, er:riquecimien4
Para esbozar una paleontología del lenguaje, hemos encontrado U11 to de !as· posl..bl~ldades estet.lcas en los dominios de la técnica y de las
rodeo, en la existencia constante de un canlpo facial-manual de relación percepcIones t~ctl1~s, u olfatlyas; en cambio, es difícil demostrar que se
y ell el vínculo cerebral' de la rnotricidad de los aparatos facial y manual, trata de una rnvasion a partir de las formas artísticas y no de 11n enri-
El nacimiento de la figuración, y luego el de la escritura, han permitido quecimiento global.
· controlar este vínculo en el pasado, en u~os cincuenta milenios, Para Se puede aceptar la hipótesis. de que siendo técnica y lenguaje sola. .,

evidenciar la evolución estética, es necesario tomar unos fundamentos mente dos aspectos del mismo fenómeno, la estética podría ser un tercero
diferentes. de ellos .. En tal cas?, existi~ía .lIn hilo conductor: si el útil y la palabra
El orden. fisiológico-técnico-social, eXpllesto· precedentemente, consti- se encamlna~on. haCia. la fllaqulna y la escritura a través de las mismas
tuye un esquenla biológico más general, que cubre asimismo la vida .de eta~as y casi slncr~n.lcamente, el I?iSffi,? fenómeno debería haberse pro.
un insecto COI110 la de un roedor o la del hombre; puesto que todas las· ducido para· la estética: de la satisfacción di zestiva al útil bello a' la
especies, incluso las parásitas, ofrecen, al menos por un tiempo, un C0111- música bailada y al baile contemplado desde ug sillón, no se tratarla· sino
portarniento técnico que les asegura la adquisición alimenticia y un COll1~ de un mismo fenómeno de exteriorización. Se debería volver a encontrar
portarniento .social que les asegura la reproducción .. Es, pues, el substrato e~ 105 tiempos históricos unas fases estéticas cemparables a la del paso del
sobre el cual, forzosal11el1te,· se establece el comportamiento estético. Exac- rmtograrna a la escritura y del útil manual a la máquina automática, .un
tamente corno se ve en las técnicas, que hechos profundamente insertados período "artesanal t., ~ ttprei~dustrial" de la estética qtle sería aquel cuan-
en Jo zoológico se desprenden humanamente en el curso de. nuestra evo- do las artes, la estética SOCial y el saber-gozar técnico hubieran alcanzado
lución, asf COI110 en el lenguaje se· vuelve ·a encontrar bajo una luz refle- e~,máximo de impregnación individual, y luego, un grado de especializa- .
jada .hechos de .relación interindividual qtle se hunden en la masa de las CI0~ don¿~ se acentuaría la desproporción entre. los productores de ma-
especies vivientes, ¿puede uno buscar en la percepción y la creación de teria estetlc~ y la masa cada vez más grande de los consumidores de
símbolos rítmicos una fuente escondida en el Inundo animal y qlle of rez- a~te prefabricado o prepensado. Esta segunda hipótesis corresponde mejor,
·ca, en el momento de su emergencia al nivel humano, Jos l11isl110Scarac- SI no ya no forzosa:ne?te a toda 1~realidad, al menos a la dirección ge~
,

·teres que los de la técnica y . del lenguaje? En otras palabras, l)llesto qlle neral que parecen indicar los hechos biológicos, y qtle es justamente la
al nivel humano, la función técnica. se exterioriza en el útil amovible y que .yo me esforzaré en demostrar~ pues ella aporta al problema del agru.
que el objeto. percibido se torna también exterior a. través .de un símbolo parruento .?e ~os. hombres en unidades étnicas el elemento qlle faltaría
verbal; el movimiento en todas sus formas visuales, auditivas y motoras, a una teoría .limitada a la sola consideración de la técnica y del lenguaje.
se ·liberarÍa también y entraría en el mismo ciclo de evolución,
COl110 para .·las técnicas y el lenguaje, el desprendimiento ofrecerln
.grados: el arte más pllfO se sumerge siempre ell. las profundidades y'. EL "ESTILO" ElNICO .
enlerge justo poi la punta del zócalo de. carne y de hueso sin .el cual
no existiría, y yo . pienso. que si una paleontología de los símbolos corre ~a descripción precisa e incluso detallada de los hechos etnográficos
el riesgo. de 'parecerse al psicoanálisis más que a la anatomía comparada, no rinde cuenta en absoluto de lo mis si znificativo del valor de la etnia.
el princi¡Jio de su il1.Vestigación debe ser al nlenos planteado. ~uede evidenciarse un tipo de objeto, un~ costumbre agrícola, una· creen.
. Es iIl1portante definir la relación entre la técnica, el lehguaj"e. y la Cla q~e pertenece a un grupo determinado, y obtener, adicionándolos,
estética, pues es cierto que las tres Il1allifestaciones fundall1el1taJes de la una fórmula que car2,~teriza sin confusión a ese grupo; nlas la mayor
calidad llull1ana 5011 estrechal11ente solidarias. SllS relaciones pueden l)re-· parte ~e la cultura esta .hecha de rasgos qlle pertenecen en común a la
sentarse de mari·eras diferentes. Se· podría suponer que lenguaje y técl1ica humanIdad o a un contInente. 0, por 10 menos, a toda una· reg'ión ya·
·fornlan una base indispensable y suficiente para la super\riy'eI1Cia, sobre ~umerosos grupos~ los .cuaJes...SI? ~nlbargo, se sienten cada uno como par.
la cllal se extendería poco a poco la coloración estética, de algún nlodo· . ' tIcular. Esta partIcularIdad etnlca que transforma la trivial enllmeración
illdepel1diente, y. adquirida· en un estadio tardí? de la e'7olución; salida d~.h~~has, de fuelles y d~ fór~ulas matrimoniales en expresión del (~es~
de las cimas· del arte figurati"\ro, allá en el Paleolítico reciente, ganaría .;
plrltu de un plleblo, es lnacceslble a la clasificación verbal; es un estilo . !

I
.poco a poco ·las bases, y nuestra época la \'ería al)enas. conlenzar a recu· . . .. que posee su valor propio y que baña la totalidad .cultural del grupo .. l'
I
. ..'
: .. . :¡

270 o'
~ . •• 271.
,
, .,
..

Exactamente COI110 lID . experto en vinos al olfatear un vino, el etnólogo para las cadenas operatorias técnicas. Las formas cotidianas están some-
entrenado distingue entre armonías de formas .o de ritmos, los productos tidas a un modelamiento lento e inconsciente, como si los' objetos y los
. de una y otra cultura. Es ése U!1 procedimiento empírico y podría imazi. . gestos corrientes se moldearan 'progresivamente, en . el curso de su uso,
narse que un día el análisis electrónico resolverá, mediante alguna,s' ecua- . ai capricho de la disposición de una' colectividad cuyos miembros ·se con-
ciones, el indefinible sabor personal de las obras de cada etnia; sin ern- forman los unos con los otros. Las formas excepcionales, por el contrario,
.bargo, esto no quí ta nada al hecho de que el estilo sea inaccesible en la' alardean, en el sentido particular del grupo, unas verdaderas .mutaciones .
manipulación del . lenguaje corriente, mientras que' los caracteres técnicos.' .cuando la. invención individual no 'es canalizada. por. una .tradición' rí-:
o Iingüísticos son definibles, Mediante un detallado análisis mecánico, gida. A los dos extremos se ven .las acciones y los objetos' hogareños. O
se puede explicar en qué difiere el motor de los automóviles ingleses del' . agrícolas, 'los útiles del artesano y SllS gestos. impregnarse lentamente de
de los franceses o de los ru-sos; pese a que el objeto "automóvil" sea los ritmos y de las formas, hechos más y más característicos por. el aisla-
común. Mas sería necesario dedicarse a un análisis complicadísimo para miento, mientras qlle el traje de fiesta o . las danzas periódicas pueden
explicar por qué, de un solo vistazo, el observador percibe que un vehícu- demostrar, en cada una de sus reapariciones, unas variaciones bruscas y
lo es "bien inglés". Es' evidente, por. otra parte, que el repertorio de jazz muchas veces importantes .
.estilo "Nueva OTleáns". se. ha convertido en' un capital' mundial . y, en En el marco de las prácticas cotidianas, 1,1 impregnación estilística es
principio, inalterable' en su estilo. No obstante, el oído no 'confullde una profunda, quedando fuera de la. lucidez, corno en el. caso de las opera-
'ejecución sueca y una ejecución americana de la misma pieza. Si la et·· ciones técnicas, marca de por vida las generaciones sucesivas, Ciertas ac-
nología .es incapaz de formular cuál es el objeto más intimo de .su in- titudes, gestos .de cortesía o de comunicación, el ritmo' del .andar, el
vestigación, falta todavía algo a la etnología en un dominio foráneo al saber-comer o los gestos de higiene, poseer! tonalidades étnicas qlle. se
lenguaje, .que es tan importante que de él solo' depende. la realidad de transmi ten a través de las gen.eraciones. En las prácticas figurati'vas, tales
la etnia. Se trata de 11n hecho común a varias .ramas de las ciencias natu- como la música, la danza, la poesía o el arte plástico, una separación ní-
rales, en .las cuajes está incluido el estud io del hombre y de sus productos. tida se produce entre el fondo y las variantes individuales, porqlle la figu-
.La antropología racial' posee todos Jos caracteres exterio:res de una ciencia ración comporta los mismos grados operatorios; es posible ver sobrevivir
exa~ta; sin' embargo, eso no impide al' antropólogo' experimentado reco- . durante largos siglos, en cuanto a un modo musical o un. género plástico,
.nocer, en un segundo, 'el origell geográfico de un cráneo, y luego ·pasar . la osamenta de la figllración, gracias a la posibilidad que' ofrecen a los
se~lanas para demostrarlo con cifras; demostración que deja escapar, ade- . individuos para organizar variantes personales sin alterar su arquitectura.
l11JS, la mayor 11arte de .105' caracteres sobre los cuales ha fundado iocoos-·. . la constatación del grado de ocultamiento de las prácticas estéticas :
cienternente su. identificación espontánea, . . confirma el orden adoptado mis arriba. Las manifestaciones fisiológicas ,

. En zoología, y concretamente en las especies sedentarias, uno constata '. ~


encuentran 11n sitio preponderante en las operaciones cotidianas y figuran I
.
que el tiempo determina 1111J orientación gen.ética 111ás o menos impor :
a la vez el substrato paleontológico más profundo y el dominio más f re- •·
·
tante, que se traduce por la aparición de variaciones locales muchas veces cuentado por los sujetos vivos. Además, las' manifestaciones motrices, ,

sutiles, flotantes y sometidasva ..una dilución rápida al contacto con otras' en la figuración, están estrechamente vinculadas a ello. Las manifestacio-
poblaciones de la misma especie. Sucede 10 mismo con Jos caracteres c111- . nes técnicas y toda la estética . "funcional" intervienen también muy arn-
tllra~es: ~acen a partir de fO_Ildo~ ~omunes muchas veces 111Uy amplios, .se .' pliarnente en las' cadenas operatorias más frecuentes, pero el grado de
particularizan en cada grupo suficientemente coherente, dan origen a va- . intervención lúcida es mJ)·or y el juego de las· innovaciones excepciona-
riantes . locales a menudo l11uy .. pequeñas. que se hacen y 'se deshacen al les más amplio. El hecho de que no se pueda concebir una integración'
azar de la Historia. Este i. uego se ejerce a ..la vez sobre unas innovacio- figurativa ni para. 10 fisiológico ni para 10 técnico, marca aún más cla-
nes téc~i~as ° sociales de detalles y sobre. las formas, cualquiera qLle sea ramente su calidad de substrato. .
el dominio." al cual pertenecen," yendo de 'la curvatura de un manco de
azada a la. disposición de un ritual. . . . :. .' ? Lo social desempeña función de' bisagra par dos razones. De una
parte, las operaciones sociales ofrecen toda la gama de las frecuencias
La co~stitución de .~sta corriente 9ue hace~ que. ningún grupo huma-
de la práctica y una estil ización que va del gesto .maquinal de abotonar
no ~e repita dos' :veces!, que cada etnia sea diferente de cualquiera. otra'
y . diferente de ella .11l~S111~ en. dos momentos .de su existencia, es nl11y .. su vestido a fin de tener un aspecto correcto, hasta el ceremonial de las
." . recepciones de jefes de Estado; por otra parte, ofrecen una gradación
c?nlpleja,.. _pues·.:i la' inno,TaciÓn·. indi.'Tidual ?ese~peña lIt1 papel 'lJrinl0r-
dIal, lo ·desempena. solall1ente por .la lnfI~encla dIrecta ·de las' generaciones ' ..
...
de los niveles de maqllinalización qtle se extiende desde 10 fisiológico
. precedent~s' .y. de las contem.poráne~s. Ademá.s,·· el . grado '.de conciencia en las actitudes del cuerpo, por ejemplo, hasta el simbolismo abstracto
,rarÍa con el' nÍ,'eI . de las inno,'aciones, en la·s. Inisnlas condiciones que" en el manejo' de las ciEras o del calendario. Fisiológico, técnico y social
. . .
~.'

. .'. 273
. .
. .
. " .

'.
. '.

co:re~pol1dell, pll~S, a tres '11i,Tele~,progresi,'os ~ajo la relació:l de las


: prácticas operatorias. Esta progreslo11 no es sensible de una 1111S111a rna- XI
nera en las prácticas figurati,ras, las cuales tienen, paralelamente al len-
. gllaje,: un orden de desarrollo propio. . .
El estilo étnico podría pues definirse C01110 la manera pecu~jar a
una colectividad de asumir y marcar las formas, los valores y los ritmos. LOS· FUNDAMENTOS .CORPORALES ,
. Bajo' este ángulo, la personalidad. estética no resulta de ningún 1110do in-
comprensible y se puede concebir un método analítico tan preciso, corno DE LOS VAL'ORES~~ y DE LOS RITMOS
°
'el de la tecnología de la sociología descriptiva, Las gaIllas de los gu,stos,
de los. olores , del tacto ,. de los sonidos o de los colores, muestran una
. ,

, amplitud y unos alejamientos .nluy característicos; la ~istancia que :epara


: en u 11'a' cultura dada las posturas· naturales y las actitudes en sociedad,
da la medida 'del abandono colectivo; la forma de los útiles se presta a un
análisis funcional preciso, así, COI110 el de la integración 'espacio-temporal
de los individuos en su medio doméstico y el más geI1etal. Más allá, los .
medios de estudio de las artes 5011 valederos] aunque deberían ser organi- -,
zados a fin de una investí cación comparativa, pues el estilo étnico es una
expresión t'otal. Llegado al'~111ásalto ptiilto de l~s nlal1if~s,ta~iol1e~. roéticas, Si admitimos qlle la estética reposa sobre la. conciencia de las for-
uno apenas se encuentra a la cabeza de un desfile cuyos ultImos. 111!enlbros mas y del movimiento (o de los valores y de los ritmos), propia 'del'
está~l ocultos en la penumbra de la~ 11?rnl0113.s. Lltg~do a la ~1111a~el hombre. porque sólo él es capaz de formular un juicio de valor, estamos
gel110 personal de. un escu1tor, . se esta a~n. en p.resencla de 11?, CIerto 1~· llevados, por el mismo hecho, a buscar cuáles son las fuentes en las, que
'dividuo, miembro de 11n cierto grllpo étnico, educado en CIerto medio toma su percepción del movimiento y de, las formas. Mamífero como mu-
'social, lJorta\Toz avanzado, 'a ,'~ces hasta ~a soled~d. apart~te,., mas, }"lorta'voz chos otros, si bien posee un aparato cerebral con una, complejidad única,
á pesar de todo. de .una realidad colectiva ocearuca; china o turca. no. se le conocen otros órganos de' percepción que no tengan el resto de J
El tercer cuadro del tríptico etnológico no posee una luminosidad , . los mamíferos. Su equipo sensorial, puesto al servicio de un maravilloso .
'

'111el10r que los dos otros, solamente baña en 1111 ambiente completamente aparato transformador de, las sensaciones en símbolos, funciona al igual
distinto. Se puede disertar sobre la técnica' y el lenguaje, y' Juego. sobre que el de los animales; si' estos últimos llevan una vida mental divorciada
la memoria social, sin 'llacer intervenir juicios de valor, tratando de hechos de todo aparataje sirnbolizante, no es menos cierto que el hombre vive
COl1 l111.carácter de presencia o de ausencia y. evolucionando por grupos en. toda su densidad la vida sensitiva, que sigue el "movimiento .de su
,coherentes, para dar al. '110l11bre.'un. grado de- eficacia globalmente ere- digestión para saciarse a horas fij as, qu~ sufre en medio de.' la. multitud
ciente. Lo social domina en ellos lo individual con creces y la evolución el ritmo del paso colectivo al igual que un borrego, que sus gustos ali-,
no C0110ce otro juicio cllle ',el del rendimiento colectivo, La estética posee, menticios se basan en los mismos órganos que los de los peces, que
una resonancia COI111JIeta111entedistinta, plltS la sociedad, domina ell ella sus músculos, se tienden y distienden sin que su conciencia, sea movilizada
solamente para dejar a los, individuos el, sentimiento de existir personal- para cada movimiento, que,. en resumen, toda ·su máquina animal funció-
mente en el ~~no del grllpo;' )!a qlle está basada sobre' el juicio .de 'l~s'" na en varios niveles, los cuales son, hasta el de la integración intelectual, .

matices. 'Ella' .existe ....sólo para orientar' la selección 'hacia ',~n conformismo "
los mismos que los de los otros seres vivos. Se puede decidir, a priori,
tan estricto C011io.el . de las técnicas, mas, en un orden di'ferellte, .puesto' que la simbolización inteligente es susceptible de devolverse del vértice
qlle está hecha de la oposición entre Ull0~ valores que, ,estáI.1 a la dispo~.' hasta las profundidades de la base y que todo en el hombre es asimilable
SiCÍÓl1 del' sujeto lJara ser 'integrados socialmente, El uso del hacha -110 a los pasos del pensamiento estéticamente constructivo. Por el contrario,
, 'iI1lplica juicio:' se impone O' desaparece ,f.!:t!lte. ~ la s~erra' mecánica; la , 'puede uno preguntarse si el pensamiento estético no se detiene allí donde
, estética qU.e aureola la forma eficaz-y el n10'~11111eIltodel hacha es, por comienzan los comportamientos "naturales", De las dos' hipótesis, la pri-
. , . 'el" contrario, J ~ parte de cad~, individuo qu~. juzga bueno y bello no e? mera me parece más cercana a la vía. seguida hasta ahora, si bien se debe
'lo absoluto, '.sill0 en la segurIdad de. la estética en su g'rupo y en la li- 'adm,itir para sostenerla qlle el pensamiento puede efectivamente asegurar
bertad imaginaria de su selección ... · una cierta conciencia de lo vivido, pero que existen en el equipo senso-
'J
.. ..
rial. partes cuya actividad queda infrasimbólica; así sucede por ejemplo,
. ; c(?n .'la . gustación en 'el sentido más estricto, .restituible solamente por ella
misma, pues ningún medio existente puede 'dar la imagen de lo salado.

274 275
-._~~, o ."., _

EL EQUIPO SENSORIAL
, y' por' consiguiente confrontada con ~l!a misma. Ritmos y val~res refleja-
En los animales, los más sencillos comportamientos pueden reducirse, dos tienden en el curso de la evolución humana, a crear un tiempo y un
desde el punto de vista sensorial, a' tres planos: el del comportamiento espacio propiamente ~umanos, a enmarcar el comportamiento. e? el. cua- .
nutritivo, que' asegura el funcionamiento corporal tratando las materias driculado de las medidas y. de las gamas, a concretarse, a través .de u.na
asimilables por el organismo; el de la afectividad física" que asegura la estética en el sentido más restrin o-ido. Sin 'embargo, la' base biológica
supervivencia genética 'de las especies y él de la integración espacial, qlIe conservará todos sus medios y no t~nd.rá otro~, que pon:r· a la disposi;i?n
hace posible 'los otros dos. Estos planos' que se diversifican según el' de la, sLlperestructtlra artística. En su expreslo~, reflexl0nad.~, la, estética
grado de, evolución de las especies corresponden a tres niveles de refe-, permanecerá 'tal cual es el mundo del cual salla, con !a prImacIa de ~a
rencia de los individuos entre sí y su medio, cuyas implicaciones estéticas visión y de' la alldició~: transf~rI?ados en, nllestr?S s~ntldos de referer:cla ,
permanecen sensibles en el hombre. Estos tres planos de la estética fi- espacial ,por la evolución zoológica, Basta con .1ma~lnar 10 qtle hub~:ra
siológica ponen en juego, en relaciones variables, los diferentes instru- sido, si el tacto, la percepción sutil de las vlbraCIO?eS o l~ ?l~facClon,
mentes del dispositivo sensorial: sensibilidad visceral, sensibilidad musen- hubieran sido nuestros sentidos' directores, para concebir la, posibilidad de
'lar, gustación, olfato, tacto, audición, equilibrio y visión. qlle hubieran existido unas "sintactias" o unas Holfatias cuadros de .010-
t."

Cada uno de ellos se integra en un conjunto dinámico que conserva, res o sinfonías de contactos, para entrever unas arqult~cturas, de vibra-
desde el, animal hasta el 11onlbre,' los mismos cllgranajes principales, El ciones equilibradas, 11005 poemas de saladuras °
de acidez, todas ellas
comportamiento nutritivo tiene por 1110tor los ritmos viscerales y por agen- formas estéticas qllC, sin sernos inaccesibles, encontra:on en nuestras 'artes
tes de percepción, el olfato-gustación y" el tacto; el comportal11iento afectivo nada más qlle UIl sitio modesto. Sería lan1e?table, s.ln embargo" no con-
I

está equilibrado entre la' percepción .del juego muscular y el tacto,. la servarles su sitio en los basamentos de la 'Vida estética.
olfacción y la visión; el comportamiento de situación espacio-temporal es
atendido IJar los' órganos del, equilibrio y la percepción del cuerpo, en el
espacio, con la referencia del sentido dominante, corno es la visión eI1 el LA SENSIBILIDAD VISCERAL
,hon1bre, mientras que ell las demás especies 5011 ·la olfacción.' el tacto y la
El oscuro fllncionamiento, normal de la máquina fisiológica parece
audición. Ninguno de los tres pIaI10s de relación con el medió exterior se
puede concebir sin la asociación de una cierta ritmicidad corporal y de,' qlle debe ser olvidado, puesto que .las perc:~cion.es relacionadas con ~l,la
un. dispositivo de referencia; el gusto es' una abstracción sin la actividad ' son oscuras y mal localizadas, y su lnterven:-Ion ~lrecta. en la .formlllaclon
estética resulta imposible. F reud y' los demás psicoanalistas, SIn embargo,
nutritiva. los pasos afectivos de simpatía o, de agresi\'idad 110 existen silla
. en el vínculo entre la percepción y la movilidad determinada por ella; han subrayado sllficientemen~e. la in:portanc~a d.e. la, l!bido y. ~e. las frus-
, la integración espacial no es posible sino en la medida en que el cuerpo traciones para dar ·al condicionamiento pSlcoflS1010g1CO. poslb!l~dade~ de
físico l)ercibe el 'es}.1acio. Dicho de otro modo, ,la asociación del 1110\'i-' afloramiento hasta en las formas más elevadas de la Vida estética, 51 no
miento a la forma es la condición primaria de todo comportamiento acti\ro., de preferencia en las forma: ~lás elevadas. jtlsta?;ent~, ' pl!es· la G~eación
figtlrati,ra es el elemento principal de la liberación individual, mientras
El sujeto activo, animal u hombre, está agarrado en una' red de
1110\'iI11i en tos, originados desde el exterior o J>or su propia máquina, 1110- 'qlle el comportamiento técnico o social es vivido según unas normas co-
, vimieritos CU}'a forma es interpretada por SllS sentidos, 'lvfás ampliamente, lectivas qlle implican una ejecución "conforme".. .. . I •

su percepción se interpone entre unos ritmos externos y la respuesta que ·La más importante manifestación de la sensibilidad visceral e~ta.!1~ d
'·,1

!I
él les da rnotrizmente. El, anélido marino, que sube y baja en ·su tubo gada a los ritmos. la alternancia de los ~iem~~s ?e. sueño y de vigilia, ,

: J
'1 1

de digestión y de apetito, todas las cadencias fisiológicas forman una tra- "
:
" sebrún el ritmo de las '111areas, tOll1a su integración DlotrÍz en las percep- •.¡
;1

ciones de su sentido' gustati\ro, de su tacto sellsible a l~teI]lperatura ya. nla sob·re la cual ·se inscribe toda la actividad. Estos ritmos están gen~- 1I

las' ,Tibi!."aciones~',COl11portall1jento nutriti\,o e il1tegraciól1 espacio.ten1poraI ralmente 1i crados a una tram~l más amplia, qlle es la alternar:cia de, los, !
, ,
días y. de· 'I~s hoches, la de los cambios meteorológicos y estacionales. De
equi,raJell a su integración sin nlás 11i nlás al Inedio al cllal perte~ece.
,En· UIl grado, 111Uy superior, el 111a111ífero, el1 su territorio, jalonado de' ello' 'reslIlta 1In verdadero 'acondicionamiento, qlIe opera ~omo base esta~
lolores y, sonidos, sebJÚn, el n10\Tjl11iento de los días y de las' nocl1es, de bIe en 'l,~-S operaciones cotidian.as,. pero qlle no intervie.ne en el c<:mpor.
· las ,variaciones' de la, tel11peratura y de las inlágenes' \1isuales, existe sola- tamiento '"estético más qlle '·en la medida en ·la ,cual tIene como lnstru.-,'
lnente en la sinergia de los ritIlloS y .de las fOfll1as, de las solicitaciones , ' ' mento·' al ·:tllerpo'· hlImano. 'lbs .estados de· comodidad vi~c:ral ~o ac~úan.
más qlle' estab!ec.iendo ,.las co?dici~~es, !.10r~a}es, ~e la actlv1dad,' y ,los ~s-
, , ,

de ',su 'interpretación y .de ,sus respllestas. '


tados'~' de'·'·sllfrlffilento "o "de' lnsllflclencla ,'flslo10glca Plleden acarrear no-
En el ni\'el humano, ia situación permaI1ece e'7jdentemente la mislna)
con la diferencia, de que. puede seif. reflejada en una ,red de símbolos tab-Ies m·odificaciones .·del "campo' estético .iridividua~, ..~encilIam~nte por sus
consecllencias .-sobre --la actividad normal,. en 11~ sentido' amplIO .. ' -
276 ·1
¡!
;.j
"

1:
, 'En cambio, si' se torna en cuenta el hecho, de, que en todas las, cul- que, se pueda confundir en ella producción y', consumación estética en el
turas, ~na parte importante de las manifestaciones motrices o verbales mismo campo. , " ,
inhabituales tiene lugar conlO, resultado de la, búsqueda de un segundo Más importante aún 'es la bús~ueda metódica de, l~ ruptura y ,la
estado, en el desajuste mental, se debe admitir que las rupturas del equi. creación de un segundo estado tend~ente a la permanencia. ~as, grandes
librio rítmico desempeñan un papel importante. En los rituales excepcio. escuelas místicas de la India," de Ch1na,. del Islam o 4,:1 Occld<:nte, ten-
nales, las revelaciones de éxtasis, las prácticas' de posesión en el curso dieron todas, hacia el dominio fisiológico, ,la sustracción del !ltm? por
de 'los cuales los sujetos se' abandonan a danzas o a manifestaciones 50- , la contemplación y el, control del ap~;ato visc:ral. El yoga es la m~s ~o- "
.noras cargadas de un. elevado potencial sobrenatural, uno de los puntos pular de estas técnicas de la extracción: la' busqu,eda del control rítmico
consiste, ' universalmente, 'el1 arrastrar al' actor fuera 'de su ciclo rítmico' interesa a todos 105 órganos, i,n~lllyendo, al .corazon, y' el asceta. I:erfec,to ,
cotidiano rompiendo, mediante el ayuno y la falta 'de sueño, la rutina se inserta en un universo estético de éxtasis, cada. uno d~ los org,ano~
.. del aparato fisiológico. Si bien' el resultado final es la' excitación psíquica, • 'O' dos todos los ritmos del tiempo y del e,spaclo exterrores abolidos,
apaclblla , , Iei da d 1 d
el punto inicial es de carácter 'v-isceral; el cambio de registro es irrealiza- antítesis qlle, como lo veremos luego, "no e~~a a eJl a., e, a qu~ con uce
ble sin salir' de lo más profundo del organismo. al arte figurati\,ro hacia. el ,.'ací~ de ,flgt1raclon. Tam~len. el. ~aolsmo tuvo
sus técnicas de sustracción al CIclo alternante de los. p.rl~CJpl0S rr:acho. y
hembra, con prescripciones alin1enticias. rigurosas y disciplina respiratona,
PRIV ACION y CONTROL fundadas sobre una concepción del universo donde t?do responde a unos
ritmos con' valores complementarios, armazón mo\red~za del cosmos en .la
Las' rupturas de .ritrnos naturales, las ,rjgilias, la inversión del' día cual -se insinúa el sabio sin rozar nada, fuera ,del tiempo y del espac~o.
y de la noche,' el ayuno y la abstinencia sexual, evocan más. el dominio
religioso gue el de la estética, sencillamente porque la separación entre'
Se volverá a encontrar el problema de la inserción ?el hombre, entre CIe-
lo y tierra, en los símbolos de la sociedad, .mas es ln~eresante anotar .que,
estos casi .ha desaparecido,',en la cultura 'moderna; pero se trata de una para el sabio,' la desinserción cósmica comienza al nivel ,del tubo dlges,-
consecuencia 'reciente de la evolución del organismo social, el resultado tivo en un proceso de purificación inicial qlle l~ lleva de .llna manera
, de 'un proceso de racionalización del cual, somos los' promotores. En la', ' progresiva a sostener. su existencia. t.ral[ando sen~lllamente aire. Ver !os
, escala social, la salida del círculo normal equivale a un descenso del ren- ' .:' espíritus que rigen. cada órgano, disciplinar su ~lgado, guardar su sahf'~
dimiento técnico. Evitar romper los ritmos vitales aislando lo .religioso 'y SllS secreciones vitales, regular su so,p!o, apaCIguar tod~ el apara.to J
y la estética, coloca el individuo en una situación favorable para el buen siológico, hasta el punto de' qlle adqlIlr:r, u~, CtIerpo de Jade ha ~ldo ~l,
funcionamiento del dispositivo sociotécnico. De una manera explícita o sueñg perseguido durante siglos y de allt salto. en gran p~rte, la filosofía
Implícíte, este hecho ha sido percibido ya desde el Confucionismo; y china, Para nosotros es difícil, por ser mlIy .r,ecI~nte, per~lblr lo que deben
puesto, en .aplicación "en una escala decisiva en las sociedades modernas. las artes, occidentales a una .cierta concepcIon de la "Ida,. qlle toma sus
Supone la. especialización de virtuosos poco numerosos en .las prácticas bases en el pacto 'entre el hombre y Stl. cuerpo. En :~mblo, puesto que,"
de .vida a contrarrítmo y, para la masa' humana, la válvula de manifes- en relación a ella estarnos distantes, y SIn, duda tambI~n po~q~le ella, ha
taciones filtradas, dosificadas en, el tiempo y el espacio, consumibles sin 'llevado mLly lejos la expresión, de este pacto, la, Ch:na . clásica, en. su,
perturbación' grave. Estalla en "Ias medidas tomadas por. algunos· países modo de existencia como en sus obras, muestra la continuidad qtle existe
musulmanes para suprimir el ayuno del Ramadán como traba a la pro. desde las profundidades hasta la cima, , ' .
ductividad; asoma en las moderaciones admitidas desde algunos años por , La conjunción del taoísmo y del bud:smo ?a ampliado la bLls~a de,
la Iglesia, católica. '~er6 es necesario repetir ,'que se trata de un hecho re- la sustracción al ritmo circular de la existencia terrestre. .En ~hl~a y
ciente y que, nada obliga a proyectar sus .resultados sobre .los treinta mil ' luego en el Japón ha sido creado lID modo c?mpleto d~ eXlstencl,a ,Ideal
años durante los cuales el hombre transcurría su "ida globalmente y . el donde el sabio sereno y dueño d~ su clIerpo juega la ,VIda en medio de,
. dominio fisiológico constituía la infraestructura de 1.0s grandes impulsos. una armonía completa con el viento, las aguas, l~s arboles y .la , luna,
En ,otro plano puede' pensarse, que el baile, del iniciado ,le ha sido "
en 11n equilibrio que parte .del estómago para ,termInar en la pintura .
enseñado previamente en frío y que es un poeta ahíto y lúcido quien ha
creado los versos cantados por, la multitud de los' peregrinos en delirio."
, 'LA' SENSIBILIDAD MUSCULAR
Si no fuese generalmente inexacto, si fuera preciso separar la creación y
.la ejecución, ello no quitaría nada al hecho, pues el comportamiento es-·. Si bien la armazón esquelética' no se' percibe en el' estado rio:mal,
tético no es menor en la Greación de la obra. de arte que la fra/:,rua en la el revestimiento muscular es sitio .de impresiones i,n1portantes;, .as1,., el,
in,rención de la, metalurgia., ,L'a impro,risació'n 'en las práctica,s de un ni,rel dispositivo osteomuscular plI~de, "'. considerado. ya r:C? como 110 Ut1~, SIno
'. anterior a la escritura es, por otra parte, bastante aplastante como para como el instrumento de la lnserClon en la eXIstenCIa. Se debe dejar de
r
278 279 '~ '1
I
11
lado como una operación intelectual la integración de, los movimientos la coreografía, las genuflexiones, periódicas o la deambulación, se encuen-
que se opera en el córtex cerebral motor; en' cambio, se puede notar el tra en las manifestaciones ,religiosas o profanas en todas las. épocas y, en
vínculo p~l~ol~tológic~ e?t~e el oído i~t,erno y el aparato osteornuscular el .rnundo entero. Apoyados por la música, tonlan,' en relación a las ma-.'
e? el equl11~rlo ,d,el ln~1\71duo en r.elaclon, c·o~ el medio, en las i==r- nifestaciones del párrafo precedente, el carácter de un,' real desprendí 4

'Clones espaciales inmediatas, en la', organización de los movimientos, ' miento del medio vivido cotidianamente. Las manifestaciones a las cuales
, E~ ,pe~q del ~Llelrl)o es l)~rcibido por los músculos y se combina con conducen, poseen siempre' un 'valor desmaterializante; desde el desfile
e_l ~qul11brlo, e:l)a~Ial para ,unLr e~ hOl~lbr~ a su universo concreto s cons- de una tropa al paso acompasado hasta los trances de posesión, la alie-
,tJt~lr, por, antítesis, un un~verso imaginano donde el peso y el equilibrio nación muscular es total. '
est~n. abolidos, ,La acrobacia, los ejercicios de equilibrio y la danza ma-' El ascendiente de la sociedad sobre el individuo a través del acon-
terializan ampliamente el esfuerzo', de sustracción a las cadenas opera. dicionamiento 'rítmico se traduce por, unas actitudes colectivas mlly ca-
tortas nor~l~les, la busca de una creación qu'e roolpa el ciclo cotidiano' racterísticas. "Ponerse al paso" no es solamente una imagen militar, pues
de ,las pos:clones en el. espacio,. La liberación se produce espontáneamente la uniforrnización rítmica y la agregación de los individuos en una rnul- '
en los ,suel10S de vuelo, en el Instante cuando el reposo del, oído interno' titud acondicionada, es sensible tanto en un, pasillo de tren subterráneo
y. ?e los músculos en (:1 sueño crea ,una' situación inversa al decorado co- corno en un funeral, en, ejercicios de derviches como en el brusco correr
.. ' tJdl~nO" De ,ll~a ,manera .~istinta, er:' esta?,o de vigilia, ~lespectáculo del de los escolares al ordenarse el recreo. ,La ciencia del acondicionamiento
acrobata ,C?nstl tU) e también una liberación, una espeCIe de desafío al muscular es practicada empíricamente en las necesidades de uniformidad
encadenamiento operatorio. ' política desde, el alba 'de las primeras ciudades; es sobre ello que reposan
. El funcionamiento normal del aparato intelectual entero, está S0111e- los movimientos de la rnultitud y el comportamiento de las masas qlle,
tido a la, infraestructura orgánica, I~O solamente cuando la máquina cor- caminan "corno lID solo hombre".
poral esta en buen o mal estado,' SIno en cada instante de "lo vivido en' " , Se vuelve a encontrar el mismo fenómeno en el funcionamiento
quitectural, el cual tiende a ordenar y a organizar rítmicamente
ar-
los mo-
Jos ritmos que integran el sujeto e~' .el ,tiel11po y el, espacio, Para ~1 'ani-
mal CO~10, para, el, honlbr~, el equlll~rlo reside en el, juego coordinado vimientos en' el medio de trabajo o' de hábitat" De igllal modo, se puede
de los organos y' de los músculos, segun el desarrollo de' cadenas rítmicas considerar como una busca de acondicionamiento muscular la introduc-
de al11plitudes. d~f~rentes, encajadas en un orden regular. Un trastorno' ción de la música en los talleres: trabajar con música corresponde a una
gra,'~ ~11,la .ritmicidad ;xter?a o interna acarrea el comportamiento neu- verdadera mutación del, comportamiento operatorio, a la aplicación de las
ropslqulco sobre unas vras divergentes de la,' normal. En, el mamífero sal- técnicas de cambio de ambiente en los 'procesos normalmente consagrados
~raje en cauti \:id~d se '.observa ,la ~ ~es\'iJc!ó~ '. de las cadenas operatorias a la ,inserción más efectiva al medio. Por otra parte, hay motivos par~l
(orp~raJes conducl~ hacia una rltIl11c~dad' flctl~la, unos vaivenes periódicos.. distinguir el ejercicio de cadenas operatorias complejas y lúcidas sobre lIn
los cuales reconstituyen, lJara el sujeto cautivo, un marco "verdadero en fondo sonoro sin ligazón rítmica con el trabajo y el proceso de integra-
el ,cual está integrado espacial, y temporalmente. 'En el hombre los mis- ción 'total qlle resulta dé 1J. ejecución de cadenas estereotipadas con una
, 1110S. fenómenos de ritrnicidad exteriorizada se, manifiestan en las circuns- música rítrnicarnente integrada al, trabajo, Esta segunda forma se vuelve
tuneras en que la creación de un marco ficticio concurre a' la liberación ' a encontrar en tareas colectivas .corno la labranza, la escarda de los cam-
de} c~clo operatorio normal, o cuando se le sustituye para encadenar la pos, 'la trilla del grano y la sirga con cables, en las sociedades más di-
maqUIna 'corp~ral en un l)r,oce~o de ,asinlilación, intelectual. Los ejemplos" versas. C0010 -en el caso de la fabricación industrial, se trata de desin-
son numerosos: balanceos rltn11COS de los escolares, chinos recitando listas tegrar cierto número de individuos para reintegrarlos en un útil colectivo,
de caracteres .o de 105, nues.tros recitando ,la ~abla d~ nlultiplicación y el: , El aspecto inhumano asignado a lo forzado rítmico industrial proviene,
paso de las cuentas de resanes en' el Mediterráneo oriental, Muchas veces ' en las sociedades industriales, del hecho de qlle los individuos trabajan
, el ,l~1~\!inliel1to limitado a' una parte del cuerpo mantiene el vuelo del para unas entidades lejanas y qlle ellos se dispersan o se desmigajan una,
ensueno, fal COI110 (~estar nlal1~ sobre ll1ano" o, aIl1asar 'algo l)lástjco o vez el tielnpo ,de trabajo terminado, mientras qlle en las sociedades tra-
,dar ,vuelta,s ,~ ,un~ o~Jeto esferOide CO? 10,5 .ded'os. Es ,e\·j~ente que estas ,di(ionales la operación técnica ,realizada para 11110S beneficiarios próximos
l11anlfestacl~n.es rltnl1cas rara~ente estan 11fll1tadas al solo' Jllego l11usclllar n,o es más que tIna fase de 11n proceso colectivo en el cual las alianzas
y q~e, partIcIpan en un c~nJunto ,donde, la a,udición" desel11peña, Jo' nlás , se tradllcen por ,otras manifestaciones de ,la cohesióh del, gnipó:~:''. '. ::..,;
frecuel1.te,me~te, un papel l~lp~rtante, tal c0Il!0 e·uando el monje budista ,Lo bello, lo blIeno y lo mejor van a tomar, en los capítlllos ,siguien-
salmodIa n11entras golpea _(ltnl1canltnte un tln1bre, ' " .. tes, lln valor cada vez más inteleétllal, hasta' tal punto que se olvidará
. ~ A partir de' este l)un~o, la cUalidad de las superestructuras tiende a qlle, inclllso leyendo un p,oerna, recogido en el silencio total, toda imagen
dISImular el papel, d~ 1~ lnf raes~-rqctura os~eonlusc~Iar, La integ'facióll en ' evocada po'r las, palabras no' tiene más significado que en la medida ,'en
las cadenas extraordlna,rlas nledlante, el pIsoteo rltmico, .~l ,dar \Tueltas, la ellal se refiere a todas las experiencias vividas, lln día, en sittlaciones
:

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. concretas suficientemente .comparables a. ·la imagen poética como para ha- general en los' invertebrados, tal como en los vertebrados y su situación
cerla intelectualmente inteligible. Ahora ·bien, toda experiencia concreta e~ uniformemente la misma: tapizan el orificio bu~al.· El registro de, las'
torna sus primeras referencias .en el soporte corporal,' en "situación' (co- percepciones es bastante' limitado y la mayor parte de, los animales, como
1,110 lo. expresan. las diferentes acepciones de esta palabra}, es decir, en. el. hombre, distinguen más o. menos claramente lo ácido, lo salado, lo
relación con el tiempo y. el espacio percibidos corporalmente. Es indis- amargo y 10 dulce. A ello puede agregarse lo picante, que es menos una .
pensable conservar esta Ilación presente en el espíritu cuando se trata, prueba gustativa que una agresión directa contra. ,las mucosa-s. '. ,
de enjuiciar unas manifestaciones estéticas o espirituales de un nivel ele- En .el mundo animal, la gustación no desempeña papel. de referencia
vado. Visto por los animales o por ·unos seres fundamentalmente distintos. espacial, salvo para los peces (asociada al olfato): En ciertos insectos,
a nosotros, el hombre aparecería corno obsesionado por el tiempo y. el para los .cuales la búsqueda de los alimentos dulces desempeña un papel
espacio, los. cuales dominan sus preocupaciones bajo todas las formas de, importante, la presencia de células gustati\Tas en los tarsos de las patas ,
,.
su' pensamiento, desde la 'aparición de la civilización. La conquista mate- anteriores asegura una. verdadera referencia espacial. Se puede suponer
rial· del espacio geográfico, y luego cósmico, el ganar algo al tiempo por el mismo hecho en los mamíferos comedores de hormigas y de termitas,
la 'velocidad y los esfuerzos de la investigación médica, tejen su vida poseedores de una lengua ffill}T larga y 'filiforme desempeñando el oficio
práctica; las especulaciones sobre la astronomía y' la luz, sobre la' 'astrolo- . de palpo. -En este último' caso, el tacto ciertamente es dominante.
gía y la física del átomo mecen su ensueño filosófico; la- conquista de la
eternidad y de las esferas celestes alimenta su sueño' espiritual. Su gran
juego desde milenios es. el de ser organizador del tiempo y del 'espacio LA GASTRONOMIA'
en el ritmo, el calendario y la ..arquitectura. Sus creaciones .microcósmicas
sostienen el aparato religioso en el cual se. regula la suerte del universo,
. .
.La estética gastronómica está fundada. sobre uri hecho biológico muy
.general y que es el reconocimiento alimenticio. El animal, cualquiera que
I
De una manera negati\'a incluso, el tiempo y' el espacio pesan sobre todos'
sus gestos y. si se retira ell el desierto para inmovilizarse en la. contem- sea el nivel al cual uno se refiera, dispone de un abanico de alimentos
plación, es para desprenderse del 'siglo", es decir, a la, vez del tiempo
t
más o menos amplío, Cll}·O reconocimiento. corre a cargo no solamente
y. del -espacio, donde se inscriben Jos ritInos. de la ."ida que fluye. La de los órganos gustati\:os; sino pór la acción complementaria de la aso-
. suerte' de .los grandes' virtuosos de la evasión espacio-temporal es objéto. ciación ...de imágenes sensoriales. Los sentidos, salvo el .oído, intervienen
de la admiración del. taoísta, como del budista y del cristiano. Si la per-' según. el orden de importancia que poseen. como referencias espaciales:
cepción del carácter' fugitivo del tiempo y del movimiento .ha invadido los pájaros, con referencia visual predominante,' reconocen por la visión
'el pensamiento del hombre, es gen'eralmente porque la vida en la' tierra y secundariamente por el tacto y olfato-gustación; la mayor p·arte de los
se encuentra en la intersección del tiempo y del espacio: no se descubre mamíferos, con referencia olfativa dominante, .reconocen por el olfato' y
. nada cuando se' constata que 'el hombre tiene aguda conciencia de ello. luego por la visión y el tacto; los peces, cuyas referencias espaciales son
Sin . embargo, se puede ver. allí. un descubrirnien to, pU'es la: imagen del por una parte importante olfato-gustativas, tienen el reconocimiento ali· ,
, "

tiempo y del espacio es nueva cuando nace. en la humanidad ·la posibili- rnenticio mis sencillo. Visión, olfato para el reconocimiento a .distancia, ,

. dad .de volver a vivir uno y otro diciendo: "estaba. a' orillas del río",' tacto bucal y olfato-gustación para el reconocimiento inmediato, aseguran ¡'t
,

"está donde nosotros", "mañana estará en el bosque". Para el resto del la gama' sobre la cual los vertebrados fundan las cadenas condicionadas
.JTIUl1do vivo, tiempo y espacio no 'l)oseen . otra referencia inicial que vis- de la aceptación alimenticia, cadenas en las cuales la memoria desempeña
cera], laberíntica, y muscular. El hambre, el equilibrio 'y el movimiento un papel notable a fin de orientar las preferencias y los rechazos. Para
. sirven de trípode a los sentidos de referencia superior que son el tacto, los mamíferos" estas preferencias adquiridas oUlpan un puesto no desde-
el olfato o la visión, Nada ha cambiado para el 110111bre; 11ay solamente ña~le, sino predominante, en los. carnívoros y los omnívoros, siendo que
el enorme a,parato ,Sjl11bólico q·ue. se ha. edificado, por encima y .q~e ocupa el Joven depende' durante mucho tiempo de sus padres para, la educación
todo el fondo de la perspectiva cartesiana. alimenticia. El individuo formado es susceptible de enriquecer en cierta
medida su gama alimenticia, pero, de una manera general, los gustos
de la' infancia orientan las' preferencias ulteriore-s. . '
LA GUSTACION la estética alimenticia del hombre no tiene otro fundamento. La
. La :gustación es· el sentido inferior en el hombre, C01110 por. otra' . visión y la 'olfacción actúan junto a 'la gustación y el tacto bucal; además
pa~te e11' el con junto del nlund~ an'i.mal. El paI:el de Jas papilas distri- la formación de las cadenas de preferencias juveniles orienta muchas ve- :

buidas en .la entrada del tubo digestivo es esencialmente defensivo, 110ci- . ces muy estrechamente los gustos del adulto. Todo 10 que es comestible :
I

ceptivo; , constituyen .una señal de alarma frente. a la introducción de encuentra su empleo en el tubo digestivo, ffilly acomodaticio de la especie .1
i

ácidos o sales susceptibles de tener un efecto tóxico. Su intervención es . humana,' mas está lejos de ser todo consumido y, a menos de ser' obli- I

" : ',' .

.' '.'.
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",
gados . 4.: ello' por' la hambruna; 10"5 .puel?Jo.~:.marcan rechazos numerosos y. Estos valo.res están repartidos :en tre el tacto bucal y el olf~to.· El
preferencias l11uy. señaladas po~ la personalidad; étnica. Una .. vez ..111~S, el. 'tacto g'astronómico 'varía según las .temperaturas y las consistencias. En
org~niSl1)o .. social se sustituye .a.. la...especie '.zoológica palta determinar .la..: las cocinas' ffilly evolucionadas, las temperaturas' actúan 'al. igual que' los
formación de 'cadenas maquinales, ~11. las .cuales ...se filtra ·el gusto.·..de . los. sabores de base y la comida compuesta despliega toda la 'gama posible,
.individuos. Las' cocinas regionales dibujan ·105 contornos de las subdivi- .. desde los potajes humeantes' hasta los sorbetes helados,. pasando por los
siones de la e·apa humana, .. no .en/,fll.n.ción. de la repartición de .. .1:05 . ~11i- .entremeses . fríos y, los platos cal ientes de resistencia. Sucede lo, mismo
males .0 de las plantas comestibles, silla .~n· función d,e sistemas de pre.'- en cuanto a la consistencia, pues lo blando y . lo compacto, lo viscoso y
. ferencias gastrol1ól11icas,·. las.' cuales 's~caJl provecho .del fondo alimenticio . 16 .crujiente, los alimentos que se' deshacen en la boca, lo enarenado, lo .
local o importado. Al, igual 'que . para los' gest~.~".,el .hablar o la música, . untuoso y lo líquido, participan en contrapunto entre los sabores' funda-
se desarrollan sistemas de referencia sensorial, de los cuales se puede hacer .. mentales y 'las temperaturas. ,
el, análisis. estético, puesto qlle, ,siendo. hUl113,110S, .' ellos C0111polrtall en. carn- . . La sensibilidad "gl.lstati,·"a }'. el tacto bucal constituyen así. la parte .'
bio .la acción de la reflexión'. . profunda de, la estética culinaria, sobre la cual se establecen los bordados·
'. En 'efecto, las 'l)referencias adquiridas por. la educación étnica revis- de la gastronomía olfativa. Es también la base, primitiva, la qlle las prác-
ten .el mismo carácter qlle todo sistema hurnano de ,tradiciones;" están ca- .. ticas alimenticias menos elaboradas conocen mediante simples asociaciones
nalizadas en un código CUlTOS artículos generales constituyen, la base del .ligadas a unas percepciones olfativas de origen no condimentario.
gusto de la colectividad entera y cuya interpretación .()rigilla, según los
individuos, variantes y matices de carácter' 111_ás .0 rnenos . sutil. ' r,
. LA COCINA OLFATIVA y VISUAL
El sistema de referencia de, nuestra cocina es relativamente 'conlple.
jo, 'l,ero se reduce a un cuadro general en el cual la totalidad práctica ,La' superestructura del sentimiento gastronólnico es sobre todo olfa-
de los individuos inscribe sus gustos. En él está admitido que '105 efectos tiva. El aparato de situación espacial constituido por los órganos del ol-
propiamente gustati,'os procllran un registro de' tonalidad asaz rígido: fato, es infinitamente m.is .sutil en SllS identificaciones qlle los' órganos
entre los platos, Ull0S son salados, otros dulces, algllnos ácidos, El código; de .relación bucal. Interviene en un sistema de referencia tan rico como
.:incluso, quiere que se sucedan los efectos de gusto según 'lln orden fijo: .. ' el de la visión o de 1,1 audición-y si permanece '.en el' plano· dé la estética
.entremeses discretamente ácidos, platos centrales salados, ensaladas ácidas, . fisiológica, es por unas razones que lo' mantienen biológicamente extraño
quesos salados, postres dulces. Lo. sajado )' lo' ácido se combinan; el 1)1- al lenguaje. .
cante de la pimienta o de la mostaza está aliado .a ellos,' hasta llegar a los· En .efecto, en el mundo animal, la' identificación olfativa' puede te-
quesos; .. lo salado 'y 16 dulce se evitan ell la tradición clásica, Existen,' ner 11n rango superior a la, visión o' a la audición: es el caso para nume-
I)llcs,. U11as asoci aciones .gtistati\"as consideradas (01110· armónicas, pero qllC'· rosos mamíferos. Cuando interviene, corno en el perro' por ejemplo, en
son .de estricta convención étnica, pues ciertas regiones y países distintos 'tanto qlle sentido de referencia principal, forma el fondo de lo qlle se
,11 nuestro conocen la alianza de lo salado con lo dulce en los platos cen- podría llamar capital intelectual. Nos es imposible representarnos clara-
trales; unen 10 dulce y lo· ácido, insin úan Jo amargo en Jos condimentos. mente lo qlle es una imagen olfativa del mundo, plIes el equipo olfativo
E 11, las sociedades af ricanas, la utilización de las cenizas potásicas en .lu- de los primates y de los antrópidos desempeña, e~ Sl15 imág·enes. espaciales,
gar de la sal deterI11il1a un registro gustati,'o particular. .110: 'sencillo papel de aj'llda. En el hombre, entre los sentidos de relación,
Es interesante' anotar' CÓll10 se ordena estéticalllel1te un disl)ositi\(o sell- el olfato se encuentra en una .. situación particlllar. En efecto, la visión
. sorial qlle es de lo 111ás 111odesto, 'pllesto" QllC las papilas' gust'ati"as' SOll, · y la alldición, con1prometidos en el ,1engllaje, al igllal qtle ,la, mano, en-
biológicall1en te, unos Sil11ples órganos de a_Iarl1)a, destinados a pre\~el1ir . ' . · tran .solas, en ,el ~istema de. emisión y de recepci~n que hace, posible el
la' ingestiól1 de :sl.lstancias l)eligrosas' o a reCOl1ocer ciertas sustancias' 'ali-' . ¡ntercambio ,de sínlb,olos, ~igurati,~os. El, olfato, pllram'ente :receptor, no
111enficias senci'IIas, tales conlO la sal. )' el azúcar. La apreciaciól1 del \~alor dispóne ~:'de ningún' órgáno complementario. de emisión ,de, símbolos de'
!)ositi,ro de 10 ácido o. de lo dlllce es .gene!'al erltre los 1)ril11iti\!os gracias' · los ,olores. Pe.rmanece ajeno al dispositiv~ más .,.característicamente hllma-
'al COllSUll10 de las frutas; 'la de 10 sala<..lo es olás tata,- pue~· l1i ]05 at1stra··· "no, de Stlerte qlle la refle~ión po4rá coqific'ar SllS "percepciones, mas ellas
lia1los ni. ]05 esquinlales ni los bosquirilaJios· hacen' 'liso directo l~e ello, 'quedan intransmi,sibles. ,'~s lo que sitúa la g~stronomía fllera de las bellas
sal\ro ell el' caso de 10.5' esquÍl11,aIes, gracias al aglla de nlar, y al 'conSll1110 . artes, al igtlal qlle toda estética olfativa.. :.' ,'. , ,.
tie aIg~s~ El carácter 1110desto y poco ,rarja,do de las percepciol1es l)ropia:-'·· '., A partir de la percepción identificadora, presente en toda oper~ción
.l1lente gustati\'as, ex!)Iic-a el })al) el que tonlan e11' las cultllras donde: la es- alim'enticia, se han edificado, sin embargo, sistemas de referencia Cllltll-
.téticá gastronónlica' se organiza; están llamadas a desempeñar el lJapel ..de . rales relacionados con' lo más hondo de la personalidad étnica. Estas li~
fiota fundanlental,' COI110 en 'Ja l11úsica dan el. tOll.0 y aseguran Ulla es!)ecie gazones entre cocina y personalidad étnica son casi eXCltlSivamente olfa~
de bajo cOlltinllo sobre ,el éL1al se organizaIl' los deni.ás· ~7alores. . '
:-285
284 . .... . ..
. . .
.. ,

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. tivas, Las cocinas donde el arroz es el elemento de base son numerosas, .LA OLFACCION··
mas la confusión es· imposible entre platos de arroz de Ma.dagascar, . Además del reconocimiento alimenticio, en el hombre la olfacción'
chino, indio, húngaro o español, por el hecho de que el. tratamlen.to cu- interviene en grados diferentes en Sll· doble papel de reconocimiento y
linario acarrea la creación de llO "bouquet' J olfato-gustativo peculiar 'de de integración espacio-temporal. En las técnicas, queda emparentada con
cada cultura . el reconocimiento en las operaciones donde interviene· -5l1 concurso: son
. .La condimentación constituye un 'dominio del arte bastante particu- casi siempre técnicas afines a la química, es decir, de proceso v-ecino al
lar, puesto que a diferencia de todos los den1ás,. queda fuera de .la~ re- del proceso culinario. . .. .
ferencias espacio-temporales. Cierta forma d~ útil posee. el .rnovrmrento . En el comportamiento afectivo, materializado. en mayor parte por 11
por corolario, exactamente como una ·.e~t~tull1a;· sucede Igual, para· una estética social, la olfacción conserva 11n papel importante en las, relaciones
forma de cortesía social o palta un edificio, para un poema o para un de los individuos. Los perfumes, los aceites olorosos, los desodorantes,
himno, La alianza del tomillo con la sal y la nuez moscada es intraducible sea para velar los. olores naturales del ctIerpo, sea para crear una imagen
con. .movirnientos e incluso simplemente .por palabras. El arte culinario idealizada de ellos, son un elemento notable de las relaciones entre los
escapa al carácter de todas las, demás artes~ 9ue es la posibilida~ figu~ati\1a, sexos. Es m1.1y interesante notar qtle allí las representaciones figurati\ras
no aflora al nivel de los símbolos. Teóricamente todo es simbolizable, están presentes en cierto grado; entre demarcar los límites de su ·territorio
pero en gastronomía, tal cosa no e~ posible sino n:edi~n.te una 'verdadera por la civeta o él perro }' el uso femenino de los perfumes de flores o
prótesis: la ordenación de una comida .puede ser sln1b~1~ca de la n1ar~ha del contenido de las glándulas de la civeta, el proceso figurativo interviene.
del mundo, mas se trata entonces del ntrno de los Ser\'lCIOS }T del sentido El olor se ha vuelto símbolo de todo un desarrollo motor que no toma
de los manjares con exclusión de sus caracteres gastronómicos. El ·olor ya ,Sl15 referencias en la mecánica digestiva impermeable a la figuración, ·

del tornillo p~ed: ser el símbolo de ja Hga~r}gaJl al amanece~, pero. se sino en la dinámica muscular, base .común 'al comportamiento afectivo y
trata de la reliquia en el hombre de la olf accion como referencia espacIO- a la integración espacial. La olfacción, en este estadio, se encuentra en el
temporal, Cuando un manjar puede ser un ·cuadro, entra entonces en el umbral de lo imaginario, en el sentido estricto. .
calnpo de las referencias .visuales, aunque su pres.entación no sea figura-. . Este umbral es f ranqueado .cuando la olfacción se liga a la integra-
rativa .de su gusto. ción espacio-temporal, cuando se vuelve base de la percepción de ,una
.. En . la gastronol11Ía; 10 q.ue proviene de una cosa distinta del d.e,sarro· situación. Para numerosos animales, el mundo es antes ·que todo un mundo
... 110 estético del reconocimiento alimenticio )'a no es gastronónlico. El de olores. la constitución de un capital de conocimientos fundado en ·el ·

gtlsto, el .oler y la consistencia forman teóricamente la' base real .de esta. análisis espacial de los olores es perfectarnente concebible: en lugar de
'estétic;a sin. lenguaje. Sin embargo, la visión es demasiado importante en construir, como el hombre, a partir del par 'visión -audición, el pe~ro cons-
el hombre como para que no ,'enga a interferir. Por su papel de refe- truye su percepción sobre el p~lr olfacción-audición, interviniendo la visión , .:
·
rencia espacio-temporal, no es mis que un ·accesorio,· puesto qlle· se puede como. percepción -confirmativa. Se mide de inmediato· la distancia que ..

decir de un. plato que está mal ·presentado, pero con b,TUStOexcelente, lo. separa un pensamiento así construido del pensamiento humano, Unas ·ca-
cual es. imposible para las, artes. figurati\Tas y muestra bien la separación, denas deductivas pueden constituirse así en la medida en qlle la dinámica, ,
:

en .cocina, entre el forido nutritivo estético y, la. estética espacio-temporal. muscular interviene para darles un sostén operatorio, mas ninguna per-
En cambio, la visión en tanto qu·e sentido del reconocimiento alimenticio meabilidad existe hacia un comportamiento reflexionado, tal como se. ha ·

dese~lpeña un papel mucho más .importante .. EI ali~lento p~ra el hombre, edificado el nuestro. Si se intentara imaginar un perro al cual hubiera
. mamífero con un olfato pobre, es reconocido prlnlero visualmente, de sido acordado un cerebro con un desarrollo ,comparable al ntlestro,· uno
. suerte que si se: sir\:e, por ejemplo, un~ c?n~jda en un. ambiente con luz le observaría un rinencéfalo de enormes proporciones en el cual se habrían
morada, una parte importante del reconoormento olfativo se torna muy .. desarrollado los instrumentos de. una percepción extraordinariamente fina
azaros?. y la absorción,· con todo 10. que implica de participación visceral, . del mundo de los olores yO también una hiperafectividad que le' daría una
se ve trastornada. Ahora bien, no se trata del misI110 fenómeno que cuando inteligencia "sentimental" en lugar de nuestra inteligencia racional. No
se sirve un pollo de bizcocho con ca~amel0, imitando bastante bien la se debe perder de vista que 10 qlle hace al hombre es precisamente la
auténtica ave. el efecto se aparenta entonces al engaño, y es inmediatamente dualidad de los campos operatorios facial y manual y el vínculo funda-
objeto de una .transposición que no trastorna el proceso. de ·aceptación. mental entre la prensión }. la \risión. En el perro, el campo de relación
Es :un efecto estético suplement~rio Y. 00 una ruptura de. los acuerdos .. está localizado ffil1y estrechamen'te entre' las narices qu·e explolran a dis- ·
:
·oormaJes. tancia y los caninos qlle agarran; en el hombre la visión es exploradora ;·
.
;

.. y asegllra a 'la mano el ej ercicio de ftlnciones no -solamente de prensión ;

I
sino· de constrllcción. compleja.· Mientras qlle el término evolutivo del
..

287 .
286

:
.. -. '.
- ------_- - -- ----- -----

perro va hacia unos territorios COll1lI11esa la olfacción y á la. afectividad, o de los roedores. Sentido cercano -a la audición en su origen, pa,rece com-
sin. salidas figurati\ras, los términos humanos 5011 predominio de la visión binarse con ella en numerosos animales, en particular en los peces o en
y la rnotricidad manual, abren el universo de una imaginación racional, los mamíferos de poca o nula visión, como el topo. Audi~ión y -percepción
El mundo olfativo represellta plles, para nosotros, una referencia práctica táctil en el sentido amplio revisten una gran importancia en el compor- :I
i
secundaria, aUllque no desdeñable; el olor de humo en una casa basta I
tamiento gregario; los movimientos de los bancos de peces y los de los .' !

para que su morador salga, la nariz al viento, y torne en el aire sus re- rebaños de formación apretada obedecen a ellos principalmente.
ferencías espaciales. Estéticamente, la olfacción se ha vinculado estrecha- En el hombre, la .repartición del tacto es la misma qlle en los demás
mente a _ las cadenas -'visuales y auditivas; tal olor, 110 percibido desde vertebrados: por décimas de milímetro - de superficie, -los labios perciben
hace muchos años, bruscamente evoca escenas o sonidos olvidados desde 5 - a 6 miligramos; la. punta de los dedos 30 a 40; el resto del cuerpo
la infancia; 110 poseemos el _recuerdo del olor corno podernos tener el goza de tina sensibilidad variable, pero considerablemente más - borrosa.
de un acontecimiento, mas la percepción olfativa, _y precisamente _porque El tacto de los vertebrados, pro\'ee de referencias espaciales la au-
ella l)Olle en movimiento zonas fisiológicas extrañas a la reflexión, da sencia de referencia ViSll¡11, en el_ ciego, en la -oscuridad o fuera del cam-
a las imágenes reflexionadas una profundidad y una intensidad consi-: po ViSl1:11. En estas condiciones, -al contrario de la olfacción, aparece como
derables. - - extremadamente sutil, -A la inversa de la visión qlle es una percepción
Es en esta misma orientación que los olores pueden ser un elemento primeramente sintética, el tacto analiza, vuelve a crear los volúmenes a
determinante de rllptllra con las cadenas ordinarias, provocando -estados- partir del _desplazamiento de la mano y. ~e los ~~dos, en 11n par. ,tact~-
de apaciguamiento o ayudando a la - sobreexcitación .. Ciertos medios se-- movimiento qlle integra el tacto al dominio accesible a la percepclon fi- , .
parados de 10 espacio-temporal banal están ligados COl1 UIl ambiente ol- gurati \"41.
fativo, aislándolos de 10 normalmente vivido, Tales S011 los olores de in- El tacto labial está ligJ.do al comportamiento nutritivo o afectivo más
.cienso de los santuarios, el "humo de los holocaustos", el olor de la qlle a los comportamientos relativos a 1~1estética figurativa, El tacto cor-
P?l\'ora o embriaguez del héroe, ClIyO papel no es el_ de un simple con- _ poral se relaciona con 1,1 comodidad y la inserción en el espacio, mientras
dimento. En efecto, los ajores, gracias a los desencadenamientos pro: qlle una estética propiamente táctil no existe más qlle en el campo manual.
[1111(los que 1)ro\1ocan, son, en tales casos, el elemento determinante de - Esta estética permanece ffill}' cercana del plan fisiológico y gira alrededor
la situación. Basta, -COl1 imaginar - un santuario donde flotara 11n olor in- de -las sensaciones .de .caricia; -se refiere a las materias pulidas, las pieles,
sinuante de cocina o un call1po de batalla atravesado bruscamente por los los granos, las pastas plásticas y las materias flexibles y elásticas y se
efluvios primaverales, para percibir las rupturas de acondicionamiento que ejercita en las técnicas por 1;1 busca de superficies ag.!."adables al tacto así
resultarían de ello. Acondicionamiento, pues en definitiva los olores que;;. COI110 en la Figuración escultural, .Las operaciones cotidianas son el campo
dan profundamente comprometidos en 10 _fisiológico. La piedad - bíblica constante del juicio táctil- }., a diferencia de la olfacción, no hay muchos
se concentraba -en Ul1 -ambiente de carnes asadas y la guerra -se desarrolla tactos qlle sean la fuente de una integración extraordinaria, al menos
a veces entre las .mimosas. Esto hace a la vez resaltar la importancia de-_ como percepción determinante. En efecto, si los movimientos o los so-
las tradiciones adquiridas 'y el carácter flexible del comportamiento olf a-. nidos rítmicos o - los olores excepcionales pueden desencadenar estados de
tivo corno referencia de situación, pues un l:lerro _dejaría (le creer en la
carne si ésta tornase el olor del heno cortado y el hombre dejaría de
exteriorización en relación con las cadenas comunes, - uno imagina difí-
cilrnente un acondicionamiento por el tacto. Esto se debe particularmente
- creer- en el combate si -el Clll1pO de batalla estuviera calzado por il11ág'enes al carácter analítico de las percepciones táctiles, las cuales no autorizan
-de -fiesta popular. -
mucho una consideración global de situación.

Sin embargo, es cierto qlle el tacto interviene en el dominio preciso
EL TACTO en el cual el movimiento de tacto repetido determina una transposición
del comportamiento muscular, En el mundo entero, existen maniptlla~io.
El tacto de - los vertebrados, fuente de referencias espaciales inrne- nes repetidas de pequeños objetos qtle acompañan los estados de medita-
- diatas, posee la misma repartición topográfica. Los órganos táctiles tienen ción o de ensueño tranquilo, como el pasar las cuentas - del rosario
l111a densidad lllUy elevada en la zona facial anterior, una densidad menor cristiano, musulmán o budista, la rotación de granos o de piezas de
en la extremidad del miembro _anterior y se - espacian más - aún sobre el _ jade entre los dedos, el modelado prolongado de 11n cuerpo flexible.-
resto del -cuerpo. El1 efecto, los labios son el sitio de la sensibilidad más Este dominio es el único en el cual existen tInOS objetos particu-
sutil a las temperaturas, a __las vibraciones y al contacto. Muchas veces, lares a la estética táctil y responde a la focalización de la percepción de
su equipo sensorial está reforzado por unos palpos, por ejemplo en los las formas en un campo muy estrecho, más allá del cual reina la calma
peces, o por unos pelos .rígidos y largos, corno los vibrisas de -los felinos de la máquina corporal.

288 289 -- I
LA INTEGRACION ESPACIO·TEl\,fPORAL
XII
'. Para' completar la estética fisiológica, faltaría mencionar la de la
audición y la. visión, lo cual sería, en realidad, marcar en la una y la otra,
la parte SU~sl,stente d~ COll1porta,mientos infraverbales, ,Es 'ciertos= todo,
,.,
aquello que ,en. el, equlpo sensorial del hombre ha sido heredado desde el . ,LA ESTETICA .FUNCIONAL !

f?11do de .las especies, se presta a una, investigación que sólo es compren-


sible partiendo de los orígenes. Para la, gustación, la olfacción y el tacto,
com~ para la sensibilidad visceral y las percepciones musculares, el fondo .
,zoologlc,o, es apenas ro~ado por las formas ~11111anasd~ percibir y de expre· ,'.
sar. Ser~a pos lb!: contln~ar el ascenso. hacia los sentidos nobles y mostrar
que la integración espacial del hombre al reposo en su choza no es muy
diferente a la del tejón en su madriguera, o que el reconocimiento social
se acerca mucho a los códigos que permiten a los pájaros establecer sus
relaciones según Jos signos del plumaje. Pero }'a la frontera ha sido fran-'
9l1eada entre el espacio vivido por el tejón y el espacio construido sirnbó-
licamente por el hombre, entre el adorno del urogallo y el uniforme sirn- El análisis de los objetos de lISO práctico, como los útiles, las m.iqui-
~ólico del oficial superior, 'entre el canto del ruiseñor y la melodía sen- nas y los motores, así como las casas y las ciudades, deja entrever propie-
tirnental. Para, el. hombre, se trata de comportamientos vividos a través dad~s . e.stéticas peculiares, directamente liga~as a S11 función. Es cierto qlle
del filtro de las imágenes y si es necesario sentir que nacen en los niveles un juicio sobre la. buena o mala adaptación de una forma a la función'
profundos?, se torn.aría inút!II~1ente paradój ico ,nlantenerl?s allí por una '.
correspondiente equivale en la práctica a la formulación de un juicio esté-
preocupaclon eXCeSI\'a de lógica. Por ello, una vez ubicada la estética' tico. Más aún, se puede constatar qlle salvo pocas excepciones,' o acaso
funcional que se refiere a' las propiedades de la mano humana, la 'fisión ' ,siempre, el valor estético absoluto está en' relación directa de la. adecua-
,y, la audición volverán .a, ~parece: con ~I eq~ilil)rio corporal en los capí- ¡
ción de la forma con la función. En efecto, 'cuando se sigue a través del
tulos consagrados a la estética social-y flguratl\ra. . tiempo el desarrollo de numerosos objetos técnicos, se puede asistir a SlI
integración progresiva en unas formas cada vez más equilibradas; basta
con pensar en' la aviación para· medir el valor de esta ley general.
El. 'carácter de ley de la evolución funcional ha sido reconocido desde
hace mucho tiempo. La búsqueda de las modalidades de esta ley, empírica,
.uún en la mayor parte. de las técnicas, ha llegado en algunas de ellas al
estadio. de la prospección sistemática: la marina, la aviación, la astronáutica .
están abiertas a 1,1 persecución de las formas perfectamente eficaces, De :

una manera bastante singular, esta búsqueda conduce a comparaciones am-


plias con las formas reveladas po,r la naturaleza, Esta constatación podría
-,
constituir una advertencia: en efecto, es posible pregtlntarse si no se trata
de un solo y mismo fenómeno, si la calidad funcional de las obras hu-
manas, en lugar de ser figurati\!a, .no es acaso la invaginación pllra y sim-
ple, en el cam,po humano, de un proceso absolutamente natural.
Apoyándose en esa suposición, aparecen, argumentos en la medida en
qtle la figuración abandona al objeto: el, automóvil tardó mucho tiempo
para desprenderse de la figuración de la carroza de tiro y ha llegado a una
adecuación funcional, relativa además, solamente en la medida en la cual
responde a las leyes del desplazamiento rápido de un sólido en medio
aéreo, con adherencia al suelo, Que sea o no figtlrativa, la belleza fun-
cional se percibe examinando gr1lpos de' objetos de una misma función
pertenecientes a culturas diferentes o de objetos con funciones diversas'
de tIna misma cultura. Bien sea q1le consideremos escudos, telares, azadas,
;

291 j
,
1

'.
anzuelos o máquinas se percibe que la función, más o menos
de escribir, .0 humano, Los alvéolos de la abeja son una solución perfecta al problema
satisfecha, se abre paso a través del velo decorativo que. envuelve las for- de la relación entre superficie y volumen para una .resistencia máxima 'a la '
mas, Es posible imaginarse, en cuanto a objetos de función satisfaciente, .deformación, pero. los tej idos. vegetales "conocen también esta solución y
un sillón. Luis XIII y un trono de reyezuelo africano con pies en forma la industria humana la practica. Una vez alcanzada la fórmula' de las célu-
de personajes:' las formas funcionales aparecen en ellos a través de la : .. las hexagonales no queda puesto alguno para la 'coloración específic~, o
envoltura figurati\7a,. decorado de' inspiración vegetal o antropomórfica, étn-ica; el valor estético está integrado en el absoluto de una construcción
traducción directa de símbolos ligados al . lenguaje. Que se despoje al ob- mecánicamente perfecta. .' .
jeto de este envoltorio y entonces no queda más que una fórmula funcio- En el mundo viviente, incluyendo a la humanid~d, ~a re,alízación ~e
nal: la del asiento propio a' asegllra.r el. reposo en una actitud llena de las fórmulas funcionales perfectas es rara, plles la .. Vida implica, a p.artl.r.
dignidad. El porte en una actitud digna es una consecuencia de la estética . de un cierto nivel, la multiplicidad de 'las funciones,· de tal manera, que
social y figurati,ra de un rango por asumir; que se despoje los dos asientos la adecuación funcional es función única de las criaturas y de los objetos.
de ello y n<? queda más que .sacar el molde del personaje sostenido en E: cierto qlle la caballa es más satisf.actori.a ,de~de. el .p~nto de vista mecá-
una posición de reposo y. obtener un \TOIUl11en negati'vo ql.Ie materializa la .ruco qlle el mono: es un volumen hidrodinámico casi idealmente adaptado
función pura, una especie de' cascarón con apéndices de sostén juiciosa- al desplazamiento IDlly rlpido,}' a los ,mo"'iInie~tos instantáneos. En este
mente orientados, el cual volverá a encontrar tJor resonancia formas de pez, la única función de relación es el d'esplazamle~to que as~~ra a 1; :ez
concha marina, la búsqueda y la prensió? de alimentos .. El ptlnZon es. u~ útil mecaruca-
, .

La adecuación de las formas natllraIes,' sin. ell1oárg'ü, no es absoluta. mente perfecto y desde fines del 1V:fusterlense,. qlle hay~ Sido de h~Ieso o
Es necesario remontar a los naturalistas preevolucionistas y a BerllardiJl de acero responde a un' volumen cilindrocónico p.roplo para realizar la
de Saint-Pierre 'para admitir que 10'5 "egetales o los animales poseen exac- perforaciÓn de las materias flexibles. Está· incomp~rablemen~e más pró:ci.
tarnente la forma más apta a su integración biológica. Basta con seguir el roo de una fórmula funcional ideal qlle la navaja con diez accesorios
hilo de la corriente paleontológica lJara ver que las formas evolucionan provista de tijeras, sacabotón, abrelatas, escarbaorejas, sacacorcho, serruch?>
hacia' unas fórmulas funcionales qlle no se J1Jl1 realizado por COl1lp]eto,.' punzón y .tres hojas de c~chil~~. El mO,no, y el ho~bre .en ~n grado n:as
sino de una manera aún relativa, Función )' forma, igllal11lente derivantes o menos IgllaI, se ap.!."oxln1J. mucho mas a l~ navaja con diez ac~~sorlos
. a 10 largo del tiempo, están ell constante estado de reacciones mutuas, qlle al pllnz~n. La masa de c~iaturas y de obJeto~ ,se encuentra eq.~111bra~J.
en un mecarnsrno rnlly complejo: 1). de "1,1 evolución de cada función .hacla
Hecho no menos Ilarnativo, en cada 'estadio, es qlle la fórmula funcional
formas satisfactorias, 2) del compromiso entre las,' diferentes funciones,
está envuelta por un velo "decorati \10", 11J.l11ese colores, apéndices o. curvas
qlle mantiene las formas en un gradó de aproxirnaci~n ~~s, o ~ler:os ele-
desconcertantes, análogo al qlle revisten los objetos humanos, corno si el)
vado, 3) tInas sllpere'structuras heredadas del pasado blOloglCO o etnIco que
el hOlllbre la fll11Cióll dcco,:ati,'a respondiera tanlbiéll a Ull equilibrio no
se traducen en fórmlllas (~decorati,ras". El análisis estético funcional no.
artifjcj·al. La relució11 de la funcióll con la forIlla l)crtenece en realidad ,1
corresponde, pues, frecuentemente sino a la aproxilnación funcional. .
11n.orJe1l diferente' de) de la fa rIl1J, COl1 la. decoracióll; en el JJlill1al COfil0
. Ciertamente, 5e puede ir un poco o1ás lejos considerando que el valor
en el. hOJ11bre, él' "en\'oltorio 110 'f1lncion,ll está hecho de slll)er,.'i\'enciJs .1
estético global reside en la n1edida en la cual las fórmulas .mecá~icas con~
o. l11arcas de. un. origen fjlético, qllC en lIno están ligad.as al pasado ele la ser~lan su valor a tra\rés del y'eIo de las superestrtlchIras fIgurativas. Para
especie ir ell el otro al l)Jsado ..de la etnia. Que la decoración del ala de la
volver a tomar el caso del asiento, e\'ocado más arriba, jamás se alcanza
l11ariposa tenga' 1In \'alor. 1~lil11ético re\'iste 1.1r1 orde!l C.Oll1p'letal11en~e dife- la expresión de tIna concha .!igurosamente fl.lncional, plles queda -siempre·
,~ente 'de la adeClIJción de su ala al desplazaJl1iento aéreo; esta llltÍlna es
. lIl1a cierta I:Ias~i~idad fllncional (si no e~ ~,siento .no convendría más qlle
redllctible en {órl11l11as ll1éCá'ilicas y posee ,-alor de le}' física y las nlancllas
a lIn solo lndl,rlduo y en U!ll sola poslclon posIble) y I~ envoltura de
del ala l)ertenecen. al domillio 1110\,edizo. del estilo, incluso si, por Sll pero lIn estilo, 10 qlle hace del IDJS fríamente calculado de los s1110ne.s actuales
l11allel1cia en la 11'istoriá de las ,.especies, respondell, por razóI1 dar\\,inial1a,.
.a lllla. fll11ción l)rotectc)ra.· ·La .'decoración hunlana. 110 ofrece n1ás- qlle una
ll11 prodl1ctO americano, japonés e: finla.ndés de. med_iados del siglo ,x~.
La' n1isnlu reflexión nace al conSIderar el aerodlnamlsmo del automovll,
cOllfirlnación del carácter constante de sustitución .de la etl)ia sobre la eSl)e- . el cual no es más qlle llna tendencia mlly ap~oximada a CllyO alrededor.
..
cie~ Los' 111ismos fel1ó111enos tieIlen lllgar en la persistellcia de las nla.rcas '

gravitan el estilo global y la decoración, con tIna c?ran diversidad étnica.


de . la personalid~d· del grul)Q. .' Es, . pues, legítimo separar los caracteres f:lnClonales par~ .hacer de
la naturaleza de la estética funcional aparece un poco. rhás claranlel1- ellos lIn análisis distinto, incluso si esta separaCIón reslllta caSI lncomple~
te al' final de esta cOlllparación. Resp9nde, al patecer, a un ,'erdadero deter. tao En cambio, podría parecer una pura comodidad separar en el. análisis
. l11ini51110 l11ecánico, l11á5 a las le}'es de la nlateria que a )as de 10 ,Tj,riente, fllncional, la evolución de la función, de la forIna, de la materla y del
10 cllal explica que su naulraleza' sea idéntica· en el nlulldo v'egetal, animal ritmo. Un hacha está indicada para cierta función de percusión lineal

292 293 ¡

: ..
• • t "
• O'

. lanzada por su. forma, por la piedra, el bronce o el acero de su 110j a y por
el movimiento rítmico que la anima (función del peso relativo y de, los , . .
,,¡l.
~.
músculos .del' que la usa) .. El análisis de su evolución funcional debería, <'. , .•••::..•.. ~:.: .:
• ' 4 •

" .
por consiguiente, desarrollarse simultáneamente en cuatro planos, .10' que
prohibe la linealidad. del pensamiento racional y del lenguaje. Si incluso I

• •
este obstáculo no existiera, se podría considerar que la función de percu~ ... ~ ... " • :.
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~ ,
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sión lineal lanzada existe también en el machete, que la forma sufre las ... ,"'-r.. • ... ..

mismas tendencias mecánicas qlle los útiles de percusiones lanzadas dife-


rentes como la azuela, la azada, el martillo, la maza, .etc ... , que el paso o

del sílex al acero es 11n fenómeno qlle rebasa de lejos los útiles de percu~
SiÓl1 lanzada' y que el ritmo del hacha es, en una amplia medida, solidario a b
del de la guadaña o de la mano del mortero a granos. •

LA FUNCION y LA I:;'OR1\'fA
En El hombre JI .la mate ria, la función de los útiles está relacionada
con la tendencia técnica y los diversos grados sirven 'p'ara asegurar el nivel
puramente tecnológico y la. C01TIIJ.!ensión de formas cada vez más parti-
cularizadas .. Baj-o la incidencia paleontológica o. histórica, el ..testimonio de ' .

las. etapas atravesadas por una misma tendencia funcional permite asistir
no solamente a la especialización de las formas sino a verdaderas muta-
ciones, de suerte que la función persiste .en mejorarse a través de las for-
,
mas nuevas, La función representada aún' entre nosotros' por el cuchillo
d e
. (percusión apoyada oblicua, lineal y longitudinal) en la acción de 'cortar
no importa qué, ofrece. U11 notable ejemplo, pues la paleontología del cu-
chillo remonta sin labTUna hasta los primeros objetos (fig. 108). Desde
.
el defectuosoy p.equeño instrumento 'cortante irregular, el chopper de los
australantropos se pasa al .filo del bifacial . pesado y' luego al de' la
raedera. Al inicio del Paleolítico superior, las hojas delgadas cortantes
reemplazan la raedera ovalada y el cuchillo torna una forma que no sufriría
ninguna modificación sensible hasta la aparición del metal .. A partir de la
Edad del .bronce, adquiere SllS proporciones actuales, alcanzando la meta
de su. evolución funcional: hoja de canto, fijada en la .prolongación del
mango. Pero, la función, que había pasado por cuatro y cinco formas pro- o

gresi,>as, pasa' a la máquina y se adapta' a la conversión del movimiento


rectilíneo en' movimiento
, ",
circular en 'los cuchillos de cinta o en las rná-.
'. o
quinas para cortar j arnón, 'Una evolución comparable podría' ser trazada para
. numerosos útiles, corno la serie que IJasa IJor el buril de. sílex para tallar o
el hueso o la madera, por la azuela; el cincel del carpintero o el trombo •
circular. Los motores mecánicos dan también otra imagen notable de ello. 9 h J
Sin. referirnos al paso del motor de IJesas al motor de resorte,' basta con- Fig. 108. Evolución del cuchillo. Paleolítico inferior: a)' Chopper,
siderar, desde fines'· del siglo XVIII hasta nuestros días, los primeros rno- , .' b) Bifacial elemental, e) BifaciaI Acheliense; Paleolítico medio (al-
tores de pistón y balancín, el pistón'. a biela· y manubrio de las primeras rededor de 100000): d-e) Raspadores, f) Punta levalloisiense; Paleo- ;

locomotoras, los pistones coordinados por el cigüeñal del motor del autornó- lítico superior (35000-10000): g) Punta de Chatelp erró n, h) Hoja
, vil, .Ios motores de turbinas y los reactores, para medir la importancia : , . Magdaleniense; Edad del bronce (1000 a.c.): cuchillo (Siberia). Edad
del hierro: cuchillo actual (Grecia)
de un fenómeno en el cual las relaciones de la función con la forma apa- .
295
294
recen bajo una luz diferente, pero complementaria, . e11 relación a la rna- la fórmula funcional es notable: variación de la relación entre la longitud
ne~a COI110 la forma tendía de algún modo a fundirse en la función, y la anchura, de la apertura del ángulo del cuerpo; sutiles diferencias de
La función reaparece allí, pero más .claramente, COI110 una simple convexidad. o de concavidad de los filos. A través de los constreñirnientos
fórmula física, abstracta y despojada de toda' base estética, que 110 sea de la materia se percibe el juego personal del tallador de. puntas, qlle
dependiente de la armonía de las. ecuaciones. El ''1110111el1to'' estético 'se . crea alrededor del contorno funcional percibido empíricamente. . .
sitúa, en el trayecto de cada forma, en el punto donde ésta se aproxima La misma función puede, de una cultura a otra, envolverse de formas
más de la fórmula: .el. bifacial 111uy evolucionado, la raedera 111Uy acabada equ ivalen tes a pesar de estar fuertemente marcadas por la personalidad'
o el cuchillo de bronce l11Uy adaptado a su uso' peculiar, dejan traslucir global del grllpo. Uno de los ejemplos' más . notables es el de la d{t~ttJ
en un grado igual la calidad estética del encuentro de' la fUllCÍÓl1 y de especialmente destinada a perforar las cotas de mallas o las junturas de las.
la forma. . armaduras (fig. 109). Para' responder a esta función, el arma debe poseer .
.Los· p.rincipios de 'la estética: funcional son tornados de las leyes de la
materia y .por ello no pueden ser. considerados COI110 humanos Sil10 en
I'
una medida l11Uy .relativa. En efecto, el mismo principio según. el cual las
forl1l~s perfectas responden a unas funciones sencillas se' aplica tan bien .
al ala. de los pájaros, que tienden a no ser 111.:1S que veleros corno el alba- .
tras, COI110 a un tipo de lanza únicamente destinado a perforar. Tienden
hoy' a ser consideradas COI110 estéticas por el hecho de la impregnación de
a
nuestra .civilización l)o.r las .ciellciás matemáticas y físicas, pero son' raras l)
u
las culturas donde las formas perfectas no han sido consideradas COI110
. .
{o rrn as' pobres. La hoja de sable japonés es un milagro de equilibrio {l111-'
cional, más la armería de .China, de la India y de Indonesia abundan en'
formas .atormentadas en las cuales la función .se ahoga bajo apéndices )'
curvas destinadas a hacerlas terribles .. Con mayor frecuencia, las formas
........ t .~ {:....
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perfectas .son' Formas modestas, desdeñadas por el hecho de su trivialidad
por la imaginación étnica. .
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. Probablenlente' no deja' de haber' razón en esto. La reducción de las (_~'7";


. .,~
..
f~rllla~ . en . !órn~uJas deslll1~.as hubiera ~jdo contrario al equilibrio ell la
diversificación de las espeCIes COI110 etnias. El esfuerzo actual pa,ra .ltlcl1ar . b ,
contra la desecación de formas demasiado perfectas es 1111.1ysignificati\7o,'
de ello,
Lo que acabarnos de decir tiende a relacionar el orinen de la forma
CO? una búsqueda de coincidencia con la función ideal, <'Í)ero apareció al
111151110 tiempo que, salvo excepción, la aproximación funcional era la regla . - .

normal. Dos tendencias opuestas parecen compartirse las causas de este es-
tado de aproximación, La primera, ajena a la estética, se relaciona C011 la
teoría del .medio f avorable (ver ¡'iredio )'. técnicas'[: ni en base a la .mate- c.
ría -ni a la técnica, el: Musteriense podía, a partir de una raedera de sílex
tallado, hacer el cuchillo perfecto; tampoco nosotros' podernos realizar el Fig. 109. Dagas: a) Tipo europeo inspirado de la espada; b) Tipo iranio ins-
c~rebro. artificial ideal, que sería probablemente poco "OlUI11ill0S0 y .rela- pirado del cuchillo; e) Tipo japonés inspirado del sable
tivamente sencillo. Las formas eficaces. están sometidas, I)or consiguiente,
a una diversidad en el tiempo y el' espacio, la cual depende de los estadios
progresivos de las. diferentes técnicas. . .... . . . una hoja de treinta a cuarenta centímetros, CtIya parte percutiente, ffilly
La segunda tendencia es propiamente estética, puesto que responde a aguda, es de sección cuadrada o romboide. Este' ideal funcional Elle alcan-
una cierta libertad en la interpretación de las relaciones entre forma y fun- zado entre el siglo XIV y XVIII en Europa, en el Cercano Oriente y en el
ción. Cuando se examina una serie de puntas de .flechas de sílex, del Sáhara Japón. las dagas de las tres g.randes civilizaciones poseen propiedades
por ejemplo, la extraordinaria modulación de los variantes .alrededor de. prácticamente idénticas en cuanto a la calidad del acero y aptitud para la

296 297

...
. "
.
penetración posible de sus puntas, mas la, de Europa es revestida por una
corta espada de doble filo, mientras la del Cercano Oriente calca la forma
de 'lln cuchillo recto y' la del J apón adopta la curva de U11 sable corto.
, Evidentemente, se podría demostrar qlle ninguna de las tres responde COl11-
.pletamente al ideal teórico de penetración }T se, debe recurrir a la noción
de aproximación funcional. para caracterizar una respuesta a las exigencias : I
contradictorias de satisfacción' mecánica y de ,sello del medio propio del "
i,
,
o
I
1
¡
,

grllpo., A este respecto, puede considerarse que los autos de carrera, ingle- ! : '.

ses, italianos y americanos están en estado de aproximación funcional, . ,

"
puesto que 'COI1Sen a11 1111 estilo étnico pese a las ,exigencias del aerodina·'
r
¡;, •

, ,
l11i51110 que deberían hacerles idénticos. No menos notable es ver hasta ¡I
r.
qué pl.lnto los cohetes y los satélites americanos y rusos, lJese a los C0.11S- :f
¡,
H
treñirnientos funcionales 111l1y'rígidos, llevan el reflejo de las culturas de ; t
I

1,
las cuales el11anan. , o

Estos ejemplos hacen resaltar hasta qué l)UlltO la estética funcional


y la estética' fjgurati\'a se compenetran en los objetos emitidos por cada
cultura. Teniendo en cuenta, el nivel técnico, la función ideal se encuentra ,

muchas veces l11uy, cercana de' su realización en numerosos objetos, los


·,..,
I

cuales conservan, sin .ernbargo, U!1 estilo, insinuándose en el margen estre-,


cho qlle 1a función dej a disponible a la forma. " ~.,

a b e
LA FORl\1A y LA l\'tA1'EI~JA
. '., '. .

.... , • •
Toda fabricación es U!l diálogo entre el fabricante y la materia, abriell.· ·•,
" ••

do tI11 nuevo margen de aproximación funcional.' Si se torna el ejemplo del ••


••
•••
• ,
hacha o de la azuela, considerando alrededor de OCI10, mil años de 511 • •
"
,; I
i: .~
• •
historia, la relación funcional entre forrnay materia aparece con una gral1 ,• • jfftlj ,,,
•, ••
i!f :,,-

nitidez (fig. 110). El hacha de piedra pulida }' la segur de acero respoll~ •






• .!
' f ,I" "
,

den a la misma fórmula ideal: la de un filo rectilineo corto, 'portado ~




• ,

longitudinalmente l)or un l11Jl1g0 que puede dar una aceleración flotable,





• •
••

• r'. '

y IJor una cabeza bastante pesada I)ara que la velocidad de impacto co- ..--- ",
'



••
•• ¡~
~

rresponda a una masa susceptible de hacer penetrar el filo en la ma-


1 I ,
••
••
••• ,•

••

••
'11
Ti l.
,
(lera. La .fórrnula ideal parece haber sido realizada de inmediato, pues las ••, ••
1: •• ••
hachas neolíticas CU)~ol11ango conocemos, son )'a perfectas en cuanto a' 1:1' ,•
" ~
::
~ •
••

•• '11,
••, III
.longitud del l11ango" el peso de la .. cabeza }7' el ángulo del, filo. Sin •
•• •
•• •

embargo, múltiples problemas se plantearon para orientar eficazmente un •• ••

•• •,
filo de piedra pulida, para, evitar el desrnangamiento, para obtener •
•, '
••
• .

lllla insinuación profunda sin atascar l~l 110j a, la cual no podía ser perf o· •'.
" "
rada, !)or un hueco de enmangarniento sin ,perder algo de su solidez. Otros d e f
problemas se plantearon en' la Edad del bronce, .recibiendoisoluciones ,pro·
'l)ias, a la técnica del' fundidor .mediante las hojas con alerones o con ojo. Fig. 110. Adaptación funcional del hacha: a) Nueva Guinea, hoja de piedra,
con vaina de madera. b) Borneo, hoja de hierro amartillado fijada por liga-
Otro tanto sucedió Con ,la aparición de la metalurgia del hierro, 'la cual dura. e) Rodesia, hoja de 'hierro enmangada con seda. d) Edad del bronce,
implicaba }'a no la fundición sino la forj adura de la hoja. De suerte que, hoja de bronce con 'alerones previniendo el desmangamiento. e) Edad del
resuelta desde su origen, la fórmula funcional se ha materializado en una bronce, hoja con ojo. f) Moderna, enmangamiento con ,~uell0 forjado
continuación de formas adaptadas a las materias primas sucesi\'as" de la ,.

hoja. Allí no se .trata de una lenta búsqueda de los Inedias l)a.ra satisfacer
"

298 299

. .
, ,
, ,
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una función, pLICS antes de existir el hacha los árboles debían ser derriba. ,ellyo aspecto y tacto, valorizados estéticamente" son 1,1 consecuencia del'
vínculo entre la función ..\: la. materia utilizada.
dos, con el fuego, y la raedera; (01110 posteriormente al hacha, son derri-
bados hoy con la ayuda de la sierra con cadena motorizada, lo cual prueba Asi, estética funcional, estética fisiológica y, estética figt1rativ,a for-
qlle la solución "hacha' es una, etapa homogénea, No se trata tampoco de rnan un, verdadero ciclo en los productos de la industria humana qlle no
una interferencia entre la figllración y la función mecánica, ptles se han son obras pllramente figurativas. El vértice de la combinación, cíclica est.i
encontrado hachas del l11isl110 tipo fácilrnente :reconocibles por su estilo, marcado por el de las' caregorias a qlle pert~necen los productos; mas,
ell el Neolítico dé 'Europa, en América india y en Oceanía actual, lo' cual normalmente, cada una de ellas, así sea en estado de esbozo, trae St1 aporte
prueba qlle en la forma de 1111 útil interfieren tres 'valores: la función a la percepción .estética.
mecánica ideal, las soluciones materiales de la aproximación funcional se-
gúl1 el, estadio técnico y el estilo, qlle es propio de la figuración étnica. LOS RITl\.fOS
La misma búsqueda del triple aspecto de la estética de los 'l)rodllctos
de la, industria ,hlll11al1a se aplica a todos los dominios de la tecnología, en .Los ritmos son creadores del espacio y del tiempo, por 10 menos
.unas proporciones qlle hacen jugar con nitidez el carácter ambivalente de para, el sujeto; espacio y tiempo no existen C01110 vivido sino en la medida
la función. En algunos casos, corno en el del punzón, la forma es alean- en la cual 5011 materializados en un envoltorio rítmico. los ritmos tarn ..
zada de inmediato 'y sólo se aprecia la lenta travesía de la forma a través bién son creadores de formas Lo dicho más arriba sobre la ritrnicidad
de materias cada vez 1113.5 eficaces.' En otros casos, COI110 en' la cerámica, muscular se aplica a priori· a las operaciones técnicas qlle acarrean la re-
la ' materia '110 01)011e muchos obstáculos a la función y el juego principal petición de gestos a intervalos regulares. Un gran número de estos gestos
se desarrolla'. entre la función pura }T el estilo. Cuando se trata de C011· ' se .relacionan con el martilleo qlle se observa tanto entre los' pájaros rorn-
juntos multifuncionales, el análisis ,es más difícil, COI110 es el caso, IJor ,pedores de moluscos o de granos COI110 entre los qlle buscan su comida
ejemplo, de la ciudad. Sin embargo, en el plano, las proporciones de Ios en las cortezas, pero qlle es excepcional eh los mamíferos, incluso entre los
edificios, la naturaleza del CD.SCO, la repartición de los barrios, permite grandes monos. Una de las características operatorias 'de la humanidad,
discernir bastante claramente entre una ciudad maya, una ciudad 111eSOI)0- desde .sus primeros .estadios, ha sido la aplicación de percusiones rítmica-s,
támica, una ciudad medieval o una moderna, lo cual corresponde a la largamente .repetidas, Esta operación, inclllso es la única, qlle marca la en·
fórmula teórica )' \'~ en relación COl1 los dos márgenes de la aproximación trada en la humanidad de los australantropos, puesto qlle hu dejado COIno
funcional y de ·la simbolización fif,'1.1rati,"a. En efecto, una ciudad es a la vestigios los choppers de gllijarro fragmentado y las bolas poliédricas na-
vez un instrumento SOI11cti(10 a unos poderosos constreñirnientos materiales cidas de un largo martilleo. Desde un comienzo, las técnicas de fabrica-
)', COI110 lo ,"erCl110S luego, la imagen simbólica del universo. ción se sitúan, en lID ambiente rítmico, a la vez muscular, auditivo y vi- .
,

, Es difícil sostener otra separación que la teórica entre la -forma y la sual, nacido de la repetición de gestos de choque, El movimiento de ase-
materia, tanto sobre el 'l)Iallo ,funcional como el figllrati\"o, sencillamente rradura debe ser contemporáneo, puesto que el martilleo del gllijarro está
l)OrqLle las fOrI11JS racionales y las formas consideradas bellas tornan l11U- destinado a darle un filo y. el del raspado' nC? debe ser mucho menos
ellas veces las mismas fórmulas físicas,' En la alfarería, una esfericidad rota antiguo. El martilleo rige unas percusiones lanzadas y el serrado ,o el,
con habilidad hacia la abertura o hacia el fondo, responde a la ,;ez al juego raspado n1andan percllsiones oblicllas apo}"adas (\'e.r El ¡Jo/I¡bre y l(l nla-
de la funcióll }' al del gllSto; la· sil11et:Ía ligeral11el1te des\'iada de un ler¡tl), qlle han formado' llnJ parte esencial de, 'las técnicas hasta nllestros
,,', 'bifacial e,roluci'olladü está rilecál1jcal11ente 'ji.Istificada, pero adell1ás dcter-, días 'yen todas las Cll1tllr~s. ' ' '
I1lilla lI11a estill1ación estética de las fornlas. La esfericjdad, la siI11etría, la Al pisoteo qlle constitll}·e el clladro rítmico de la marcha, se agrega,
1)1Jll,eidad, o las su l)erficies Cllr,"as Se)Il a la ,"ez racÍonales en cuanto a la plles, en el hODlbre, la animación rítmica del brazo; I11ientras el primero,
fllllCióll y seduct,oras l11ás' allá de, la fLInción. Esta' al11bigüedad' estética es rige la 'integración espaciotemporal y se enCllentra en la flIente de la
al)[o\Tccllada "en, ciertas obras de arte actuales" COI110 el1 las nláqllinas de animación ell el donlinio social, el mO\Tin1iento ,rítmico del brazo abre una
Giaco'l11etti o de TiI1gueJy, ensanlblajes 11?ecánicos Sill flll1Ciól1 razonable. salida distinta: la de una integraciól1 del individllo en ,lIn disp,ositivo
,La l11ateria '111isl1la, l)llede se'r ligada a la función, sin relacióll inmedia· creador, ya no de espacio y de tiempo, sino de formas. la ritmicidad del
ta COll la forIlla; es el caso de los' cuerpos con fUI1Cióil en,'ol':ente. la paso ha llegado finalmente al kilómetro y a la hora; la ritnlicidad manllal
SllI)erficie de Ulla cerán1ica, seb'1Íl1 qlle se t:ate de lln 'feci l)i·en te gi fTante ha condlIcido hacia la captura ). la inmo\'ilización de los volúmenes, fuente
l)ara "col1tener grano, de U11 'reci l)iente p~fa, guardar' aglla fresca o' 'd~ 1111 de ~lna reanimación pllranlente hllmana. Desde el ritmo ffillsical, .todo
recil)iel1te inlpermeable, ofre~erá' superficies de aspectos ,rariados: granado, 'en tlempos y compases, al ritmo del martillo o de la azada, todo de pro-
poroso o liso, de carácter directanlente funcional, los cuales .recurrirál1 a creación de formas, inmediatas o diferidas, ,la distancia es considerable,
l111JS referencias' tOlnadas de la' estética' fisiológica. Sucede igual COn las pllesto qlle el lIno es generador de lln compoirtamiento qlle' traza' simbó-
cortezas, los cueros, las pieles, Jos, tej idos o las materias plásticas acruales,
"
301
,300
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licamente la separación del mundo natural y del espacio humanizado,
mientras que' el segundo transforma materialmente la naturaleza salvaje
XIII
en instrumentos de la humanización, Uno y otro 5011 estrictamente C0111·
plernentarios, pero, conlo. 10 hemos 'visto en el capítulo donde se 11.abló
d~ la ascensión prorneteica (cap. V), uno y otro no oClIpan la misma
posición en la escala de los valores, La. música, la ?anza? el teatro, las .. LOS SIMBOLOS' DE LA· SOCIEDAD
situaciones sociales vividas y representadas en pantornima pertenecen a la
imaginación, es decir, a la proyección: sobre la realidad de una luz que
ilumina humanamente el desarrollo vulgarmente zoológico de las situacio-
nes humanas; son el ropaje de comportamientos sociales e interindividuales
qlle se inscriben ~n las norm'a~ biológicas más g.enerales; SOl~ .la propiedad
íntima del lenguaje ell la medida en que' se opo11e a la tecnicidad manual.
El rit1110 técnico no tiene imaginación, no humaniza unos comportamientos
sino la materia bruta .. .Mientras que los ritmos figurati'los han hecho desde
milenios entrar la Luna y Venus en el círculo del mundo. regido por el El gesto técnico es creador de formas sacadas del mundo inerte- y listas.
hombre, convirtiéndolas en. actores' tranquilizadores . en -la vasta escena para 1,1 animación La flecha existe sólo en el tiro al arco o en todas las
donde el hombre crea y deshace sus dioses, los ritmos técnicos, todavía imágenes de movimiento sugeridas por ella; el ágora es más qlle una su-
están afanados en penetrar penosamente los primeros espacios siderales. perficie vacía en la medida en la cual la sociedad 'encuentra en ella el es·
Sin embargo, la lenta invasión de ·10 técnico ha colocado poco a' poco .la pacio de donde' se . desarrollan los hilos de S11 integración universal, El
imaainación .en una situación. nueva; la trituración progresiva del pensa- hombre es hombre solamente en la medida en la cual él existe entre sus
miento mitológico (cap. VI) ha conducido durante varios siglos a las so- semejantes y lleva ·.el ropaje de los símbolos de su razón de ser. Desnudos
ciedades más evolucionadas en el camino del "arte por el arte", disimu- y tiesos, el sacerdote jefe y el \'agabllndo.· no son más qlle cadáveres de
.lando la crisis de la figuración. En el momento actual, '105 individuos están mamíferos superiores en un tiempo y un espacio sin significación, porqlle
impregnados, condicionados por .LIlla ritrnicidad q\.le 11a alcanzado el estadio . }'a no son el soporte de 110 sistema .simbólicamente humano. las danzas
una maquinización (111ás que de. una hurnanización ) prácticamente total. de los muertos en la Edad Media dan una honda resonancia del contraste
La . crisis del figllra tivismo es el corolario del dornin io del maquinismo, existente entre la realidad biológica, donde lo espiritual y lo zoológico se
y los capítulos sibTlIiel1tes abordarán reiteradamente el problema de. la ·su· confunden, y el aparato simbólico de la vida social del hombre. La vida
.pervivcncia .de un tiempo y d~ un espacio del11jstificado~. E.s bastante' iJ~l~ de los animales aparece a lo largo del hilo de.' la especie genética; .la vida
presionante ver que en: las sociedades en ~!a.s cuajes la, ,cIencIa y el trabajo de los grlIpos humanos no puede afrontar la sustitución del orden étnico
S011 valores qLle excluyen el plano metafísico, los 111as grandes esfuerzos al orden genético mis qlle bajo el manto de 11n tiempo, de 11n e.spacio }'
tienden a salvar el figtlrati'Tis1110 transponiendo los valores mitológicos: de una sociedad enteramente simbólicos, interpuestos como la .ribera de
pintura histórica, culto de los héro~~ d~l trabajo, deificación de la rnáqui- una isla entre la estabilidad necesaria y el movimiento anárquico del mundo
na .. Parece, 'en efecto, que un equilibrio tan constante corno ~I qlle coor- . natural.
dina desde los origenes el lJapel de la figlIración y el de la técnica no' puede
ser roto sin poner en entredicho el sentido 111i51110 de la aventura humana.
LA DOiYIESTICACION DEL TIE~IPO y DEL ESPACIO
El hecho humano por excelencia es tal vez menos la creación del útil
qlle la domesticación del tiempo y del espacio, es decir, la creación de
un tiempo y de un espacio. humanos. En efecto, útil y Ienguaje son los
. atributos de' 110 gnlpo zoológico nuevo, GlyO primer grado actualmente
conocido es el australantropo, el cual tiene aún toda su ascensión por hacer
.' a fin de alcanzar el escalón sapiens. Un poco antes de llegar allí, las pri-
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meras huellas del simbolismo gráfico asoman en los últimos paleantrópidos.


Entre' fines del Musteriense y. el Castelperroniense, 50.000 a 30.000' antes
de . nuestra .era, aparecen simultáneamente las 'primeras habitaciones y los
primeros. signos grabados, simples alineamientos de trazos' paralelos .
. .
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303
302
Es poco dudoso que la construcción de abrigos .remonte 111l1Cll0'111ás lamente al desarrollo del útil, atestiguado por los vestigios de la industria
lejos, pero· resulta singular que las primeras casas conservadas, coincidan fósil, es posible evaluar el .ritmo de evolución del lenguaje de los antró~.
con la aparición de las primeras representaciones. rítmicas. La integración 'pidos' desaparecidos. Aparentemente' es más fácil' que para el lenguaje-:
en un espacio y un tiempo concretos es común a todo. lo viviente y ya se volver a: encontrar 'los vestigios en el suelo del paso de un espacio acep· ·
ha hecho alusión a ello a propósito de la estética' fisiológica; entre los tado a un espacio construido; en realidad, las etapas son más difíciles de
animales, esta integración se traduce de diferentes maneras, pero en par- trazar. Esta dificultad depende, primero, del hecho que la construcción de
ticular en la sensación de seguridad por la inclusión del individuo en el abrigos es común al hcmbre }~a numerosos animales, muy distinto al caso
espacio y el ritmo del rebaño, o en las reacciones al interior del períme- del útil y del Ienguaj e. Depende también de la insuficiencia de las fuentes
tro .de seguridad, o más aún por 1a inserción en 11n .refugio cerrado, per- arqueológicas: los 'hábitats bien conservados anteriores al bomo sapiens son
manente o temporal, COI110 un nido o una madriguera, En el hombre, en escasos y pocos de' ellos han sido, hasta ahora, excavados con bastante .
. ·la·· base del bienestar moral y físico está la percepción absolutamente ani- . precisión como para asegllrar documentos muy detallados. Lo poco que .
mal del perirnetro de . seguridad, del refugio cerrado, o de los ritmos se sabe es, a pesar de todo, suficiente como para demostrar que un cambio
socializantes; no reviste utilidad buscar una vez más un corte entre el ani- profundo se ha producido en el momento que coincide con el desarrollo
111al y el humano lJara explicar la presencia, en nosotros, de sentimientos . del dispositivo cerebral de las formas próximas al bomo sapiens así como
" de fijación al ritmo de la vida social y al .espacio habitado ... Exactamente con el desarrollo' ·del simbolismo abstracto, y., en fin, la diversificación
. :-- CtJI110 ·la mano está. presente desde el mono, S1r1 que sea clle§tión' de tecni- intensa' de las 'llnidades étnicas (figs. 111 á 113). Estas constataciones
cidad en el sentido humano, exactamente COI110 los SigIlOS vocales están
IJreSel1tes en ll11 nivel donde no puede ser cuestión de lenguaje, la lJercep-
ción espacioternporal existe desde la base y sjb'lJe sin ruptura las etapas
de la hurnanización. En los capítulos 111 y VI hemos visto cómo, parale-
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..... Fig. 112. Hábitat Musreriense en una galería .alejada de la gruta del
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Reno en Arcy-sur-Cure
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arqueológicas alltorizan. a asimilar, a partir del Paleolítico superior, los
fenómenos de inserción espacioternporal al dispositivo simbólico, siendo
el lenguaje SLl instrumento principal; corresponden a una verdadera toma
de posesión del tiempo y del espacio a través de símbolos, a una domes-
ticación en el sentido más estricto, puesto que terminan en la creación,
en la casa, y más allá de la casa, de un espacio y. un tiempo domesticables, .
I

.
Esta "domesticación' simbólica conduce al paso de la ritmicidad na-
tural de las estaciones, .dé los días y de las distancias de. marcha a una
ritmicidad regularmente condicionada en la red de los símbolos del ca-
. . ;
lendario, los horarios y' los sistemas métricos, que hacen del tiempo y del
Fig. 111. Emplazamiento de tienda' o de choza; Musteriense (anterior espacio humanizados la escena sobre la cual; el juego de la naturaleza
a -40000). La huella de .esta habitación, descubierta en la URSS, en
Molodovo, está marcada por un 'círculo de restos de animales está regido por el hombre. El ritmo de las cadencias y de los' intervalos .
. . .

304 305

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.' .. manizado y sociedad es percibido a tal plInto, q1le desde siglos el individuo
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z B e o qlle pretende. volver a encontrar su equilibrio espiritual no encuentra, ao

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• ••• ••• ••• • través de las civilizaciones, otra salida qtle no sea la de ir al monasterio
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• y, más allá, hacia las cavernas y el desierto, terminando corno Simeón
Estilita o el Bonddhidharma, en el doble rechazo del tiempo y del espacio
en la .inmovilización contemplativa,
13
EL TIElVIPO
fI ..'
La separación del espacio y' del tiempo es una convención puramente
técnica o científica y cuando se dice qllC l\{OSC1I está a tres horas y rned ia
12
de vuelo de París; uno rinde cuenta de una realidad más rica qlIe haciendo
alusión a los' 2.500 kilómetros gtle las selJaral1. Realidad más rica, l)QrqtlC
engloba de lID gol pe teda un.i civilización vivida, como en 1800 se podía
••• ' ..
•••••

decir qlle Lyon estaba ,1 Ci11CO días de París. En el mismo cOllcepto, la hora
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o.'.
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' '.o., ...... ,. 11
. leída en °lln reloj lig·J. al tiempo la situación espacial de las agujas. Si es
. posible hablar de tiempo, en el plano etnológico, es p·or simple abstracción,
corno tie 11110 de los dos polos del ritmo.
Los primeros testimonios de una expresión rítmica son fragmentos de
hueso o de piedras marcados de incisiones regularmente espaciadas qllC
9
aparecen hacia fines del Musteriense y qlIe, hacia 30.000, en el Castelpe-
rroniense, son ya 11ll1y abundantes (fig .. 82). Entre todas las hipótesis qlle
• .se pueda formular en relación a ellas, hemos visto qlIe la. qlle me parece
• • • •


•••• "

.. •••• •••••
.
••••••••• •• . •

• ...
...... '1--
I '1 0------

la mis veroslmil es' glle estas series de trazos respondían al ritmo de


las palabras .. En efecto, es nllly difícil imaginar qlle hayan expresado
a unas distancias y nada, cuando se estudia numerosos testimonios, viene a
.. C::) alJo)!ur una hipótesis qlle les daría lID valor contable. No es imposible, pe·
---- ro es' indemostrable, qtle estas series de trazos hayan representado el ritmo
esencial de la vida animal: el del corazón, Cualquiera (llle sea -5l1 sentido,
estos documen tos, alejados por numerosos milenios de distancia de los
primeros sistemas de medida, aportan el testimonio de la primera apren-
sión de ritmos a intervalos regulares. En tanto qlle ritmos regulares, el
mundo natural no ofrece mucho más qtle el de las estrellas, el de las esta-
ciones y de los días, el de la marcha y el del corazón,' los cuales son diver-
.1 di.·. 6 . sidad de g-rados qlle dan a. 1;1 noción de tiempo la prioridad sobre la de
espacio, A estos ritmos se sobrepone la imagen dinámica del .ritrno creado
por el hombre y modelado en 5115 gestos y St1S emisiones vocales, y 1llego,
Fig. 113. Emplazamiento de chozas construidas bajo el porche de la uruta del Reno en fin, el trazo gr,l.fico fijado por la mano sobre la piedra o sobre el hueso,
en Arcy-sur-Cure. Castelperroniense (alrededor de -35000)h
(Leer; para los metros: 6. 2) o •• )
En el hombre, el tiempo es una medida ambigua po'rqlte los ritmos
naturales S011 compartidos por el conjunto deo la materia viviente, La me-
dida del tiempo vivido hace referencia a unos fenómenos extraño-s a la
r,egul,arizados se sustit~ye.n a la ritmici.da~ c~?tica del. mund? natural y se medida misma y en relación a ello el estudio de los sistemas de calenda-
\ uelv e el elemento prIflcI pal de la socialización humana, la una een l1l1S111J. rio es sorprendente. El encadenamiento complejo de los movimientos de
de la inserción social, al punto de que la sociedad triunfante )~ ·110 tiCI1C los astros ha dado origen, en todas .las civilizaciones agrlcola-pastorales, a
por cuadro más que cuadrículas de ciudades y de carreteras,' donde la hora . sistemas de referencia astronómica, los cuales tienden, tanto en los Mayas
rige el movimiento de los individuos, El vínculo entre' espacio-tiempo hu. corno en los Chinos, los Egipcios . o los Romanos, a ordenar geométrica-
o

306 307
-_ _.- -_._- . --

merite el paso de los años ell una red. fijada por la posición espacial, pe- ·grandes- religiones la' marcha normal del universo reposa sobre la plln-
riódicamente asegurada, ?e algunos astros principales. Los esfuerzos hechos tualidad de los 'sacrificios, los religiosos han sido los primeros, desde el' .
. para. asegurar la :egllla.rldad de ~a red calendaria 5011 inseparables de los alba de las civilizaciones del Antiguo y del Nuevo .Mundo, en dividir :el
. progr.esos en el cálculo del espacio y en el de las cantidades. La medida , . tiempo en tajadas idealmente invariables, y por ello. han sido los partida-
del gratl0~ y de 10~ rebaños, la integraciól1 arquitectural del mundo, son rios de los meses, de 'los días y. de las horas. Es tan sólo recientemente,
111l1Cl10111a5 .det.e;111111antes en la eJa!='oració,11 de una l11edida del tiern po con la integracién de las nlJSas' en un mecanismo social, cuando el des-'
qlle. la COl1c~pclon abstracta de perlados .idealmente equivalentes. Si se mayo del especialista acarrea el desorden colectivo, qlle el tiempo simbólico
hace abstracción de .105 eSl)ecialis~as del tiempo qlle aparecen en el 1110111en- ha tomado 11n valor absolutamente imperativo. En los capítulos preceden-
to cuando se COlls~ltuyell los prllneros conjuntos urbanos, la noción fun- tes, hemos constatado varias veces qtle. las líneas de liberación de las di-
damental de duración .es .eiltel1dida, tan s?10 a _través de la repetición de ferentes facultades llevaban tedas hacia el perfeccionamiento acelerado, no
~r70ductos. o de 0l),eraclones d~ c~racter '~'lt,al, El ca!~ndario de los primi- del individuo como· tal, sino del individuo como elemento del superorga-
.tI' os o de los agrJculto~es, te) Ido por el tlen1pO rnítrro, es 1111ciclo mar- nismo social. Expresado mil veces por los sociólogos de las tendencias más
.cado por el ~ue,'o C?lllIenZo de ta! e.aza, Ia madurez de tal planta o' la diversas, este hecho se desprende de la existencia, paralela con la evolu-
Jabr~~za; en el, el tiempo 'es Ll11 tlell1po concreto,. operatorio, en el cual ción biológica, de la corriente de evolución material, nacido del hombre
p.artlc~pan los cuerpos astronómicos bien sea corno coactores en la vasta en el momento C1IJndo el lenguaje ha traspasado los .límites de lo con-
11~áqulna tecllo.:religiosa o C0111.0dispensadores alej ~dos. El regreso' "l)erió- creto. Ha conducido ,1 la exteriorización del útil (ya desde hace mucho
dlC~ de la foca entre los Esgulnlales. o la resurrección del gral10 entre los realizada en tanto ql1e. condición fundamcntal ) , a 1,1 exteriorización deI
agrlcu~t~res, .dan lu,gar a .1111simbolismo .tell1poral en el cual el 1)CnSJl11iel1- músculo . y lllego del sistema nervioso de relación. El tiempo se exterioriza
"

to religioso s~ aplica .prlIl1ero a la realidad operatoria. Es en 11n' estadio sobre una vía paralela, sincrónicamente, y se torna en la reja ante la cual
}'a 111l1yllrbanlz~do de las sociedades agrícolas cuando 'se desarrol la 110 50- Jos individuos quedan bloqueados en 11n momento en el cual el sistema
lamente la medida abstracta del tj~111pO, sino la ideolonía que da a los de relación. reduce el plazo de transmisión en' horas, luego en minutos
g.ralllies ~st.ros el J)al-?cl de divinidades Sll}1fell1JS, No ~s j)or casllé.llidaJ y finalmente en segundos. En los sectores donde el Iímite ha sido alcan-
que los viajeros del siglo X\'III prestan sin vacilación la adoración del Sol zado, el individuo funciona corno una célula, como elemento del progra-
y de los ast~os a ,casi todos los pueblos encontrados l)or ellos, . mientras ma colectivo, en' medio de 1In'1. red de señales, qLle no solamente rige sus
ql1e en. ~a Il)lSI11a epoca nuestro calendario revolucionario trata de rclacio- gestos o el desencadenamiento de 51.,1 pensarninto eficaz, .sino qlle controla
nar .eI tlel:lpo a .JJ.~ operaciones de la vida agrÍc'ola y técnica. Por una su derecho a la ausencia, es' decir, sus tiempos de reposo o de descanso.
l)arte, l~. 1111fa;!ta~lcla ~xtraordinaria ..que, tOJ~la la máquina astronórnirn y El primitivo COnl!)One con el tiempo, el tiempo social perfecto no com-
las t~a?lSlOlles Il111~enarlas de la astrología, 1111}Jregllan é'l 1)el1SaIl1itnto de pone con nadie ni con nada, ni incluso con el espacio, puesto qlle el
los ~IJosofos: por Igual. la tradición l)~áctj.ca llel afio operatorio se impone espacio no existe más qlIe en función del tiempo necesario para· recorrerlo.
COI110el aritidcto del tlen11Jo de los dioses. . El tiempo socializado implica 110 espacio humanizado, integralmente sim-
_ . La illdi\'id.Llal~z~ciól1 del tiempo es el reflejo de la integración 1)fO' bólico, así como día. y noche caen en horas fijas sobre unas ciudades Clly()S
gresl,'a de los Jndl'·lduos e.n e,l Sll}1erorganisJ110 social; poco a })O(O, el1 el in\rierno y verano están redllcidos a tInas proporciones medias y donde
Cllrso de. la~ decenas de 1111~.en!OS,tIna trarila. Sill1bólica, flll1y ·.laxa pril11ero, las relaciones entre Jos indi\'idllos y 511 lllga.r de acción son instantáneas,
se h~.sobrelnlpLlesto, al 1110\'1111Jent,0COl11plejo y elástico del tiel11lJo l1atU!al. Una parte soIanlente de este ideal ha sido realizado, pero trátese solamente
La "\~da. de los a~ln1ale.s 110 esta l11enos regulada. que la' del CaJl11)tsill() de imaginar el alllmbrado, la calefacción y los transportes públicos de las
del. sIglo pas~do, de p!e con el sol. y aeóstado con. las gaIliIlas"; anlbos cilldades de hace lIn siglo, para darse C1Ienta del hecho qlle tIna parte
.se Integran ..~Ul1e,n t~11,.cJcl0 en. el cual se estJbJece u·n tri i)le aCllerdo cl1tre importante del camino ya ha sido recorrido .
la naturalez.a? el lndl\'lduo y 1~·-socied.ad. l\1as aquello que' ·fue \lerdadero
}Jara, el l11edIo rl1ral ~asta el SJglo xx n'o 10 es desde hace siglos para el
EL ESPAClO HU1VfANIZADO
l11edlo urbano, y l1artlcularmen te l)ara las fracciones nlás social izadas co.
1110 son las clases. religiosa y ,Inilit~r .. Para elJas, del· tiel11po abstract¿ de- El hombre pertenece' ~ la categoría de los mamíferos que pasan una
p~nden, la n:ar.cha. y la sUl)er\'I\'enCIa del' gfLlpO social. Su il1tegración 1110:" palrte de Sll existencia en un abrigo artificial. En esto difiere de los monos,
trlz e ~n.telec.tual se al)oya el1 una red rÍtnlica rigurosa, materializada . or de los .cllales los más e\r'olllcionados limítanse' a arreglar someranlente el
Ic~ repIques ?e. campan.as y lo~, t(Jques de las trompetas, que son, a la \~Z, . .
••. lugar donde pasan tIna noche y se acerca a numerosos roedores qlle po-
. senal~s de .c?d)go de l11tegraclol1. y. etapas del tiempo. Agarrados por la seen tIna m.adrigllera a \'eces illlly elaborada, madriglIera qlle es el centro
necesJdad de mantel1er la sllper'·l\'encia colecti"a,' pllesto que en todas las de 511 territorio y frecuentemente el 111gar de reserva alimenticia,' El com-
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308 309 .
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portarniento de territorio del 110111bre ha sido abordado en el capítulo V, rana de placas d-e piedra con forma de embaldosado; al exterior del círculo,
bajo el. ángulo tecnoeconórnico; aquí se planteará la cuestión de la imagen unos huecos verticales recibían unas grandes defensas de mamut, que cons-
_ ...- humanizada del territorio.
l.
.
. tituía el armazón. T Olio el espacio está cuidadosamente conservado; al
N~ :e poseen siquiera informaciones f ragmentarias sobre las auroras exterior se encuentran algunos montones de voluminosos restos y, vertidas
del espacio ,h:llnallal11ellte organizado, Los australantropos aún no han li- en la. pendiente, las "basuras" o pequeños montones de cenizas mezcladas
br~do 1111 hablt~t. que haya sido estudiado en detalle; los sinantropos han con desechos de sílex y pequeños fragmentos. de. huesos. El primer puntó
dejado sus vestigios el1. una caverna concrecionada donde la observación a en Ia evolución en .el cual aparece la figuración es, p.ues, igualn1ente,
duras penas Ill:~ie~a sido realizable; de sller~e.,que !las~a.los paleantrópidos cuando el espacio. de hábitat hace abstracción del caos exterior. El papel
110 se sabe lJIactlcal:1e~lt: nada, ~11~ tradición científica tenaz pretende del hombre como organizador del espacio aparece allí en un arreglo sis-
glle el. hOl11~;~e lJr.ell1storlco. haya. vívido en las cavernas; si fuese exacto, temático. Este ejemplo, qlIe es el más viejo, está confirmado por numerosos
~llo orlel1tarl~ hacia paralell~1110S 111t~resantes COl1 el oso o el tejón, 011111Í- emplazamientos de tiendas o de chozas descubiertos en Moravia, en Uora-
loros y lJlantlgrados COI110 el. Es filas exacto pel1sar q1le el 110111bre se ha . nia, .en Rusia,. vestigios de habitaciones circulares o alargadas, con StlS fo-
aprovechado a ,'e:~s. de las cavernas, Ctla:ldo eran habitables, pero que de gones y las fosas para huesos, En los últimos años, en' Francia, excavacio-
una 1;lal1era est~dl sticamen te aplastan te, slell1J)re ha viv j do al aire libre, y nes más precisas .qlle las del pasado, han permitido descubrir restos de
tall. solo a IJar~lr de cuando los documentos se tornan accesibles, en .11110S habitaciones similares, construidas en las grutas o en el pórtico de refugios
abrigos construidos. baje) roca. En fin, nll1y recientemente, fue descubierto en Pincevent, cerca
1 Los documentos son .raros, lJ~ro s~ encuentran situados 111ll}' favora- ele Montereau, un conjunto mu}' vasto de campamentos rnagdalenienses.
b cl:1el1te en el 1110111Cllto de la articulación de los paleantropos y el h01J10 La organización del espacio habitado no es solamente .una comodidad
J:lpleJ1S, de, tl~a y otra l)urte del 1110111tl1tO cuando al)~:ecel1 los primeros técnica; es, al mismo título que el lenguaje, la expresión simbólica de
S1111boI?s graflcos. Se puede, lJlles, razonablernen te' adrniti r qlle los hábitats un comportamiento globalnlente humano, En todos los grupos humanos
111l1sterle:ls~s repres7'11tan c.-:l.último . t~rl~lil10 de la e,7~1~lción de~ espacio de .cenocidos, el hábitat responde a uca triple necesidad: la de crear un medio
l?s alltr~pl.d?s arcaicos y ql..le los hábitat del Paleolítico sLlperlor materia- . técnicamente eficaz, la de asegllrar un marco. al sistema social y la de po·
lIza11 el l111CI0 de la fase actual. . ner orden, a partir de allí, en el universo circundante, la primera lie estas
Se conocen' COl1 precisión tres hábitats musterienses: 11110 al aire libre propiedades corresponde a la estética funcional y ha sido abordada ante-
en 1\:olodo\'o, a orillas del Dniestro, y dos, en caverna, en las grutas d~ riormente: todo hábitat es evidentemente un instrumento y, por este hecho,
la Hiena y del RCI10, en Arcy-sur-Cure, en la Yonne. Difieren bastante en está sometido a las reglas de la evolución de las relaciones de la función
su .forl11a. El (le la U.R.S.S .. (fig. 111) es un ernplazamienro circular con y la forma. .
casr ~~110 metros de diámetro, qlIe debe. representar la implantación 'de
tl.tIa tlen~a. ? de una cl)o~?; el de la grLlta de la Hiena OCtl!Ja una saja de
EL ESPACIO SOCI.t\L
~111CO, a. seis metros de· diámetro y e! de la $-;~llta·del Rello,· una parte de
baJerla t1e. dos ~11etros de l11Cl10 !)or C111COa seis metros de largo (fig. 112). Un siglo de sociolozía ha valorizado el hecho de que la habitación, I
°
, ,

Po~ el COl1.trl.rl(), estos tres hábitat ofrecen Sil11ilitLldes notables entre sí: más ampliamente el h~ibitJt, es el símbolo concreto del sistema social; I

;St:'11. COl1~tltUldos por 1111 área CCl1tral dOIlde se el1CoIltrabal1 los {orTolles el plan del campamento bosquimano <> indio del Suroeste, el d'e las aldeas·
arca reJatl\~anlel1te libre de restos de a11i!11ales y .rica ell lltil1aje de Piedra: de Amazonas o de N eocaledonia (figs. 114, 115, 116) al expresar los
. I ,
i
rodeada de lIn rodete. eSl)CSO de 11l1esos ras!Jados· y tritllrados. Abstraccióll. cortes entre las familias y los clanes en la disposición topográfica, son unos
.hecha d.e la cOl1strucclón qLle debía· existir ell l\101odo\70, la reconstitllciól1 . ejemplos clásicos. Por otra parte, basta con hojear lln di.rectorio de las
del COllJl~ll~O COl1dllce a 1111 'lladro bastal1te pobre: el 110111bre de Neall.·· profesiones para darse (lIenta de qlle París entra en la misma regla de una •

dertl1al '~l,'larod.eallo de las. ?Sltl1el1tas de su caza, qtle· apartaba l1ara 1)ro. manera aún mLly ajllstada.
etf¡~arse UJ1 eSl)JClO donde \!l\tlr. ' . Sería particlIlarmente interesante bllscar el punto en qlle aparecen en-'
. .. El cOIltra;;te CO:1 105 hibitat de los alrededores de 30.000 es sorjJren. el hábitat las primeras hlIellas del funcionalismo social, y en particlllar !t
~ente. Los mas antiguas s~naquellos del período de Ca~telperrón, de la bllscar la coincidencia eV'entual entre la organización socio~spacial y la
drtlta d:l R~no en Arey (flg_. 113), tal1to 111<1s fáciles. de eOl111)arar ClI:ll1to evolución tecnoeconómica. los documentos' de la remota prehistoria son
que estall. sItuados e.ll el. nl1S1llO J,ugar glle U110 de· los lJrecedentes. S011 completamente OSCllros: en la guarida de los musterienses no se percibe
e1111Jlazal111en tos . de tlel1das cOl1struldas a .1a el1trada de la ca,'crl1a. Cada trazo algllno qtIe plleda razonablemente indicar lInos cortes sociales. Los
lIno, pe ellos forJna tl~ clrclllo de tres o. ClIatro l11et:os de diáIlletro . con hábitats del Paleolítico slIperior abren perspectivas mejores: ·a pesar de su
Ull area celltral de· arcIlla deslJedregada y apisonada, rodeada de Ull~ co. estado de conservación generalmente ffitly· deficiente, Sll carácter orgáni.

310 311
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camente construido y la diversidad de los .objetos deberían asegurar alguna


1l12. Existe un caso casi ideal: el de las habitaciones del Paleolítico sllpe~
rior de Mal' ta, en Siberia (fig. 117). Se trata de unos emplazamientos
e-
...···9
de tiendas extraordinariamente bien conservadas, en '16s cuales el excava-
dor, M, M. Gerasirnov, ha podido verificar .repetidas veces qlle los, fogones
de derecha y, de izquierda de cada habitación estaban rodeados de objetos
e Fig. 114. Implantación de un
diferentes: cerca de' uno, las' estatuillas femeninas, los, pllozones coser,
las raederas para trabaj ar las pieles, y cerca del otro, las estatuillas de' pá-
de

E- 7e campamento de cazadores bos-


quimanos. 1)' Arbol central de-
bajo del cual se reúnen los horn-
jaros, las azagayas, los cuchillos, los punzones grandes. Por lo menos en
un caso -se constata qlle al nivel de la economía primitiva .las dos fraccio-
~3-0 bres y donde descargan las nes complementarias de la parej a se expresan topográficamente' por la se-
presas; 2) Fuego de los horn- paración entre los mobiliarios del hombre y los, de la mujer, El campamen·
bres; 3) Choza del jefe; 4) Cho- to de los Bosquimanos actuales refleja una organización sociofuncional
zas de .Ias parejas y de las mu-
chachas púberes; "5) Choza de ffilly cercana (fig. 114), con el fuego colectivo de los hombres y el fuego
las muchachitas; 6) Choza de .de cada mujer, las chozas de las parej as, la de las .muchaduras y la de
los adolescentes; 7) Choza' de los adolescentes. La topografí~l de los igloos de matrimonios esquimales
las muchachas en visita; 8) C11o-
za de las hermanas en visita;
9) Viudas, foráneos; 10) Plaza N
de baile (según Bleek)-,_ I
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c** *~J Fig. 115. Neocaledonia: Aldea
..
0#* ~.~C). canaca. 1) Choza de los hom-
bres; 2), Choza de las familias;
Fig. 116. Aldea de los indios Winnebago, dividida en dos
mitades complementarias: ,1 a 4: viviendas comunes de los cla-
3) Altar;' 4) Paseos de la' mujer
tt*0 , (ritos de familia); 5) Paseo de
los' hombres (fiestas del clan,
nes del guerrero (1), del pájaro del trueno (2), del oso (3),
, del bisonte (4); 5: viviendas familiares de la fratria de arriba;

.•.
~* $~O banquetes, danzas). (Según M.'
Leenhardr)
6) viviendas familiares, de la fratria de abajo. (Según P.
Radin)

312 313

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, extendidas, donde la sociedad asegllra su cohesión en linos sistemas de
l)~rentesco ~0~1plejos yO diversos, pero tendientes a equilibrar matrirno-
DIal y economicamente unos bloques familiares y ya no a unos individuos .
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Corno en ,1,1 evolución del, cerebro o 1~1'del útil' las estructuras se adi-

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Clonan SIO excluirse; la '~ltilna fas.e de desarr~llo se. basa, en 'la' pre·
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• cedente, de suerte qlle la lmportancla de la pareja subsiste en infraestruc-
tura, corno la de ,la. farnil ia, extendida .Sllbsistirá, agregándose a la r=«

':~(]

• • den,te" en .los estadios ulteriores. El .slstelna espacial de los agriCtIltores
~.:
\l, '.. ., rudimentarios apa.rece ya COI110 f01.1y diferente del de los cazadores-recolec-
• 4 '
tores p¡:_imi~i,\'os" puesto que, corno 10 hemos visto en el capítulo V, Ia
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.• .:~ scdentarización transforma no solamente el dispositivo social sino la irna-


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ESPACIO ITINERAl'\ITE y ESPACIO IRRADIANTE
Fig. 117. Vestigios de una ,tienda, del Paleolítico superior de Ma l'ta (Siberia),
Alrededor de los fogones laterales estaban agrupados de un lado el mobiliario , La percepción del mundo circundante se hace mediante dos vías: 1111a
masculino, del otro el mobi liario [emenino (según Gerasimov) , dinámica, qtle consiste en recorrer el espacio ,tornando conciencia de él
la ot,ra, estítica, .que permite, por inmovilidad, reconstituir alrededor suy~
los círculos SllCeSl\'OS qlle se amortiguan hasta los limites de lo desconocido.
reS!J011de también de Ll11a manera precisa a la delimitación de los dorni-
~¡Ila de las 'vías libera 1,,1 imagen del mundo sobre tln itinerario, la otra
nios respectivos del 110111bre y de .la mujer, Al carácter fundamental de las
l11tegra la, imagen de dos superficies 0lJllestas, la del cielo y 1,1 de' la: tierra
sociedades con economía primitiva responde l111a orgnnización espacial don-
glle. se encuentran ,en el horizonte. Estos dos modos de aprensión existen,
o, de el corte social dominante es el regido IJor las funciones tecnoeconómicas
COn)llnt:lnlellte, o' separados, en todos los animales, }' el modo itinerante
c:»: de la pareja,
caracteriza sobre todo a los animales terrestres, mientras el modo irradiante
. Todavía no se l)osee Si1l0 escasos documentos arqueológicos sobre la,
s?clre todo los l)~lj~lr~s. Se puede considerar también qlle 'el primero está'
prJn1era eC()Ilo1,11Ía agrícola. De hecho 'qlleda a la arqueología tI11a beran
, ,Cj b , 4
ligado a las percepcl~nes nl.lls~11ares' y olfativas predominantes" mientras
" l)J.rte de su' tarea I)or cumplir, l)lles hasta ahora, ha encarado sobre todo la
que el segundo se refiere principalmente a las especies, con visión desarro-
necesidad de dar una cronología. La interpretación del 1150 de los objetos,
llada. Se trata de lln.a. repartición por otra parte n1l1y sumaria, plles el lobo
(_1~su empleo ,IJor el 11()111breo la' mujer, de su sitllJciól1 en el CSl)Jcio l1a·
el1 rel)oso debe percIbir el nl11ndo bajo 1,1 forIlla de, ~{sllperficies olfativas".
bltado, qlleda l)or" hacerse 11lediallte éxca\-aciolles orielltadas hacia' el estu-
En el homb:re, ,los dos Dl0dos est~ln esencialnlente Ji g-ados a la ,risión \'
dio exhausti,·o. de los l1cchos. Ex:is.ten, pI;1110S d~ aldeas, pero, 1)OCOS son
coexisten; han dado 1llgar a Lli1a doble representación L-del n111ndo y a la·s
COl111)le.tos }T, n lIlgl1no lle\lado SllfJCle.l1ten:~Ilte leJOS COI110 IJara qlle toc)()S
los objetos sta11 rC!)ortalios ell Sll SJtllaClon' exacta. Las tll111bas 11an sido lllod?lidad:s simlllt¡íneas, pero según toda apariencia representadas en pro-
Il1cjor esh.ldiadas lJorQlle están l11is cI~rall1ente circllnscritas. En cjertos ca- porclol1es lO\'erSas, antes }' despllés de la sedentarización.,
sos, cuando la' ,Se!Jllltllra colecti,'a es Ulla ill1agen del ,111l111l~Olie los ,Ti,ros, ,La l11itología de ,los cJzJdores-recolectores comporta esencialmente im<Í~
(01110 en' las g,:utas, artificiales de la l\1arl1e, se lJo<.;rÍa desl)relldcr llna g~n'es de trayectos:' trayectos de los a'stros y trayectos de los héroes oraa-
\'isiól1 sociolé)gica, l)tro liistall10~ del 1110Dlento ,cllal1do el 111ejor l~e los. nlzadores. En OLlnlerosos mitos de las diferentes partes del mll0do, e in.
Liocll111entos }!a 110 ,cscalJará al exci\'a(lor. Lo qlle aparece ','aaarnente ell las ClllS0 en el sllbstrato preagrícola de, la~ ci\rilizaciones lnediterráneas el 11ni·
excJ\'aCi011tS de las distit1tas partes del 111l1ndo, CUJlldo se ~rata de socie· verso es inicialn1ente caótico y poblad,o' de entidades monstrllosa-s. Es en el
dad~s agrícolas 110 urballizadas, es la 'll11ifc)fIllidad relati\'a de los elell1entos C~l~~Ode LIn itinerario qlle el héroe combate 'a los n10nstrllos)' regll1a la po-
l1abitados eli' el conjlll1to de la aldea, la existellcja freCllel1te lic habitacio- SlC10n de },1S mo,ntañas y de los ríos, da a los seres Sll nombre transfo'rma
'ne~ ~11uy.gral1de~ con' fogones sel)arados, las sel)uIturas colccti\'JS sin' jerat~ por consiglliente el llniverso en imagen ,simbólicamente ar,reglada, asimi-
gUla socIal, sensIble. ',Pese a que estos hechos' seaIl sOl11etidos a 11~lnerosas ' lable, controlable por el hombre. Las nlitologías indias de la América del
'\'ariantes, son' sensibles ell las sociedades agrícolas '110 urbal1izadas del 111un- Norte, ofrecen lInos bellos ejenlplos' de tales itinerarios organizadores, y
do lreclel1te, particuJarJl1tl1te en A111érica, ell Oceanía y en' 'Indo11esia ,es el de Hérctl~es, el1tr~ .1?s ~jemplos mediterráneos, nll1estra' qlle verosímil-
decir, e,n las l11árgel1tS' ,del 111undo urba11izado; correspol1dcl1 a LIn est~djo lnellte las prlllleras Cl\Tl1lZaclo'nes llrbanas a'5in1ilaron los restos de 1Ina ideo-
tecnOcco11Ó111ico en el ellal la, ¡1areja' deSa}1areCe' frente a, 'llllidades 111ás logía anterior.

314 315

",
-,


Sería particularmente valioso poder hacerse una idea de la imagen •

. . que los paleoliticos tenían del universo, El arte prehistórico debería ser,
a este respecto, una fuente .preciosa. Ahora bien, el arte de las cavernas -
entrega una organización y una selección de figllras desconcertantes a pri-
mera vista. Hasta hace. poco, se venía .\riendo en él un arte mágico por
esencia, pero parece que se trata de un sistema fjgurati,'o· más general,
de un verdadero ensamblaje mitológico que hace intervenir figuras mas-
culinas y femeninas por parejas, así COfl10 una pareja de dos animales que
.son los más frecuentemente el bisonte y el caballo, y 11n tercer animal, . . '.

generalll1ellte la cabra 111011tés, el ciervo o el mamut. Las figLlras están


repartidas de sala. en sala, deslizándose en el dispositivo topográfico COI}·
una !)rogresión que sitúa en lo -111is profundo a Jos grandes felinos y los
rinocerontes. Todo dispositivo, a partir del momento en el cual las figuras
rodean a los que las ejecutan, contiene. algo de la imagen que se hace
.. del universo humanizado. Ahora bien, nada del modo radiante aparece
en. el arte de. las: cavernas; la perspectiva que realiza el símbolo de las
superficies se encuentra ausente y la organización" de las figuras ha des-
concertado durante mucho tiempo, pues el orden existente en él es extraño Fig. 118. Cata! Hüyiik (Anatolia). Frescos neolíticos (VII milenio). (Según
al nuestro, apareciendo COlTI,Oun caos de imágenes lanzadas al azar. Des- J. Ñrellaart)··
.,cubiertas .con lámparas, las figuras de Lascaux se ordenan 110 en cuadros
de conjunto, sino a 10 largo de 11n trayecto, agualltadas una a la otra .por
.el ·"ÍI1ClIlo de un terna CU}'Osentido escapa, lJero con un desarrollo glle se -, sedentarización agrícola. Sucede prácticamente lo mismo. para las cosrno-
repite plano tras plano hasta las figuras de rinocerontes del fondo. El he- gonías de las granlies civilizaciones americanas o de China, las cuales
cho es aún más 'sensible en Niaux, donde las imágenes, por pequeños presentan sistemas ya altamente marcados por 1,1 corriente de elaboración
grllpos, se alargan sobre más de un kilómetro: y más palpable todavía en sistemática nJ.ci~:l de la escritura. Es bastante difícil, allende los primeros
la . Cullalvera (provincia de Santander) donde a lo la~go de dos kilóme- documentos escritos, comprender la evolución durante los cinco o seis mil
tros, s<7.ofrece una sola versión del terna, figura f:lor figura, con intenTa·los·· años qlle marcan la .revolución agrícola. Las innumerables figllras del arte
de vanos centenares de metros. ¿Tr~tase en el arte paleolítico de una \7er-. filpestre de Europa, de Af rica y' de Asia, entre fines del Paleolítico hacia
dadera cosmogonia P' La ausencia de toda representación de astros según 80~~ y la Edad d.el bronce, esclarecen apenas mll}' débilmente la· investi-
nuestr_a manera 110 es, ni mucho menos, la prueba de 10 contrario; pero gaclon: en ellas, SIn embargo, .encontramos dos aspectos ausen tes del arte
nada .tampoco viene a demostrarlo. Lo q~e es positivo, en call1bio,. es que, paleolítico: unas verdaderas escenas (de caza, de cultivo o de cría) y unas
sea 1.0. ,qlle sea el. fondo del mito, éste se ordena .linealmente y en la representaciones en perspecti\-"a. o en plano (fig. 93), entre las cuales ti-
.repeticrón. gllran habitaciones. Por primera vez también, vernos allí unas ruedas sola- .
res y crecientes lunares. En 1961, las excavaciones de J. Me llaart revelaron
e? .Anatolia una part~ de una aldea del Neolítico antiguo, fechado apro- .

EL ESPACIO ·IRRADIANTE ximadarnente 6000 anos antes de nuestra era , en la cual los. muros de
varias , cas~s. eran de~orado~ con f rescos (fig. 118). Estas pinturas murales,
El nómada cazador-recolector interpreta la superficie de su territorio las mas viejas conocidas, figuran vastas escenas donde los personajes arma-
a través de sus trayectos; el agricll1tor sedentario construye el mundo en . dos de arcos (cazadores o danzan tes) rodean figllras de toros y de ciervos.
círculos concéntricos alrededor de su granero. El· Paraíso terrestre es un La construcción general y los sujetos no dejan de tener alguna relación
jardín orientado sobre. una montaña, en cuyo .centro está el árbol del co- ...
c~n los frescos de. ~inos de Creta, más recientes de por lo menos 3000
nocimiento y cuatro ríos que se van hacia los confines del mundo.· Imanen anos. Este descubrimiento extraordinario muestra hasta qué plInto, desde
. sin relación con la de. Lascaux ni con el trayecto heracleano, Las cosas
los inicios de la agricllltllra, la sedentarización imprime una forma nueva
son denominadas ¡J·or el hombre (existentes, pues, simbólicarnente ) en el .. ' al dispositivo en el cual se inscribe la vida social. Las casas cuadrangulares·
sitio mismo, aparentenlente en· el· centro edénico.· La farnla bajq la cual
de IDllros espesos, apretadas las lInas contra las otras, con S11Spatios inte·
el ~énesis· nos ha sido· t.rasmi~ido, ilustra· de tIna nlanera ideal. la . represen·
riores y 511S piezas decoradas,. los ffillertos enterrados debajo de las plata-
taclon del nlundo en una SOCIedad lJegada }'a a un estadio adelantado de
317
316
. " .

.' t ,. f.(.
.
. ..'
formas donde debían dormir los vivos, las reservas de cereales encerradas
en los muros, constituyen un microcosmos totalmente humanizado, alre-
,.
dedor del cual se extendían los campos, y más lejos, el bosque y la
montaña ..

' ..' ~IICROCOSj\!OS y l\JACROCOSn·fOS


Sin qlle los documentos permitan todavía dar los detalles de una
evolución, los prirneros textos ofrecen 11n sistema de representación sim-
bólica del universo asombrosamente similar en 5115 g.~andes rasgos, ell
América, en China, en las Indias, en Mescpotarnia (fig. 76, 78), en Egipto
y lJ:or doquier donde una 'cultura f ranquea o se apresta a f ranqllear el
11111bral ele la escritura, Esta concepción corresponde a la fijación de la
ciudad capital en ·141 encrucijada de los pLll1tOS cardinales y a la construc-
,......
~.• -
~
11:
..
~
.." ........
.,j-o
..•
4
ción de' 11n código de' correspondencia asimilando PC)C() a poco toda la crea-
-
~ 4t
..-
1I
d l ...
Q,.
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" ción eu su red (fig. 119) .
~
A partir de la centralización urbana, los datos simbólicos refererentes
al espacio' y. al tiempo toman un valor preponderante y hemos visto qlle
--
16
...
.."
--...
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~
wt la evolución tecnoeconómica lleva a 1~1 aparición, en bloque, de las artes
del fuego (metalurgia, cristalería, alfarería), de la escritura, de la arqui-
tecturu monumental y de la jerarquía social de muy amplios peldaños,
qlle hacen de la capital del grllpo étnico '-111 núcleo totalmente hurnani-
zado en el centro de un territorio de donde saca Sl1 masa nutritiva. Este
!1fOCeSo tecnoeconórnico se ha reproducido centenares de veces desde la
fi j ación agrícola, ora fundido en el desarrollo de l10¡1 capa histórica de- .

terminada, Qr1 por decirlo' así aisladamente. Sus causas est.in lig'adas al
••...- determinismo técnico y' por consiguiente, 'es tan vano en teoría buscar
...
-
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allí las huellas de vínculos históricos entre la Mesopotamia y los Mayas


COIno ver ti 11 efecto automático de convergencia: uno y otro 5011 .alter-
nativamente verdaderos. Acontece lo mismo con las cosmogonías, incluso
.las metafísicas propias y' COI11l1nes a todas las civilizaciones agrícolas con
110 nivel tecnoeconómico correspondiente a la primera urbanización. La
primera aprensión. sedentaria del orden universal es extraordinariamente
lógica }' racional; en ella, todo es orden y correspondencia, y la misma
seducción se desprende de lo qlle se ha considerado COIno la ciencia mis-
-..
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teriosa de los egipcios, de los chinos, de jos atlantes o de los mayas.
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.........

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~ No carece de interés investigar por. qué esta "ciencia' apa.rece al mismo
~
t:- ..., .... tiempo qlle el código penal, las explanadas construidas y el préstamo bajo
fo

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~.

~
firma.
La existencia de una superficie totalmente humanizada y la integra-
ción de. esta superficie en el universo circundante, plantean unos proble-
mas tan precisos como 105 de. la integración espacial de los individuos:
.el organismo colectivo debe realizar su integración espacial en el movi-
miento, La integración de los individuos en el' organismo urbanizado está
asegurada· por unos ritmos qlle rigen el acondicionamiento colectivo. El
. .' tiempo urbano, como hemos visto, es por excelencia un tiempo huma-

319

. o.'. l.
nizado, pero la inserción del núcleo constituido por los hombres y ,su unos centros menos favorecidos, mlly cercanos del Oeste y del país de la
- medio tecnoeconórnico 110' puede hacerse sino mediante la búsqueda de sombra, o cercanos del punto ,de origen del, sol naciente. Su Oeste y su
una continuidad ordenada entre este núcleo humanizado y la aureola del' Este son el, Este y el Oeste por excelencia, puesto qlle marcan la entrada
mundo natural que 10 rodea. . y la' salida del astro en un microcosmos totalmente humanizado y 'sim-
Esta continuidad ideal es asegurada por el movimiento del ~cielo qlle bólico (fig. 120). '
ofrece la encrucijada de los pUlltos cardinales o cualquiera otra referencia' , ' , Por razones qlle ligan 1;1 arquitectura a la escritura y a la integración
astral considerada como fija. La ciudad se encuentra entonces en el centro espacial, la ciudad es el punto de referencia de la metrología. La 'agri.
del mundo y su fijación es, en cierto modo, la garantía de la rotación mensura desempeña en ella un papel capital y los confines del, mundo
del cielo alrededor de ella. PU11tO central del cielo y de la tierra, ella se están unidos a ella por los radios simbólicos a la 'rueda de las distancias.
encuentra integrada en el dispositivo universal, cuya imagen refleja: el Se llega así a una ,imagen geométrica del mundo y de la ciudad, en la
,sol se levanta a SlJ Este y se acuesta J"ll Oeste, a distancias iguales, y sus cual .interviene toda una red elemental de correspondencias espaciales,
'habitantes están .inducidos a pensar que, más allá de su aureola existen Como las puertas y los puntos cardinales coinciden, ,basta' con nombrar
"puerta del invierno" la puerta del Norte para qlle el simbolismo espacial
se enriquezca con .la dinámica del tiempo. Basta con ir cada vez a recibir
la primavera o el verano a una pllerta diferente para que nazca no ya
- )\ solamente la integración espaciotemporal, sino el control de algún, modo _
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_- _._- mecánico 'de la máquina universal. Este' proceso" descrito aquí COlTI() un
fenómeno progresivo, es sólo la adaptación al dispositi \'0 umb i' ical de
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la ciudad de Ul1J de las propiedades del lenguaje, .0 más' ampliamente,
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de la facultad de simbolización. Esta propiedad' absolutamente general exi-
~I ~,.=---"'---..IV r!\~=f--:=I.-:::::==i --: ' _)" ge qlle el símbolo rija al objeto" que una cosa exista sólo cuando es norn
" ~ -+/J --1 i 127>.),_ .... _' t--- brad~, qlle la posesión del símbolo del objeto tenga, facultad para actuar
, •
• sobre él. Esta actitud atribuida a las "sociedades primitivas' en su corn-
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-'1- - ' - portamiento "mágico" es asimismo real en el comportamiento m is cien
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, tífico, puesto qlle uno toma posesión de los fenómenos sólo en la medida ,
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.... -- -- en la' cual el pensamiento pueda, mediante las palabras, actuar sobre' ellos,
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y construir su imagen simbólica" para realizarla materialmente,
.~ El '\línall? entre el Este geográfico y la' puerta del Este es, plles,
vínculo normal del objeto a su símbolo y .la propiedad fundamental de
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I1 las .ciudades es dar una imagen ordenada del universo. El, orden es intro-
ducido en el geometrismo y en la medida del tiempo y del espacio. la
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,
.
vida está mantenida por la asimilación de los símbolos del movimiento
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~'~, , de los astros al movimiento de los astros mismos o por el símbolo del
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.renacirniento vegetal qlle desencadena el crecimiento efectivo de las plan-
. _-
tas. Los historiadores de las religiones han demostrado el carácter mlly
._J general de los juegos de 'balón como símbolo del año solar;, comunes

~-~(J en América, han dado lugar en China y hasta nuestros días en el Japón;
! '"-
~,
.> .
a unas ceremonias de carácter cosmogónico. ffilly elaborado (fig. 121).,
En la capital geon1étrica y orientada de los Chinos y de los Japone-
ses', el palacio imperial está en el sitio de honor, adosado al muro norte
O "' y mirando hacia el Sur. En el recinto del palacio, el terreno de juego de
'_
,_•
,8 balón, también, es geométrico y orientado, con un cerezo (primavera)
I~
II e
~--__,
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rp en el ángulo noreste, un sauce (verano)
suroeste y un pino (invierno)
al, sureste, un arce (otoño) al
al noroeste. El balón, puesto entre las ra·
mas del árbol de la primavera, entra en juego entre dos grupos de cuatro
jugadores colocados en círculo, quienes, idealmente, le hacen recorrer, a'
Fig. 120. Plano de Pekín: ciudad geométrica, orientada. El palacio imperial
está en el centro, su entrada mirando al sur patadas, una doble serie de revoluciones en sentido inverso, llegando su-

.'. . 320 321

;
, .

cesivamente a los ángulos de los equinoccios y de los solsticios. Cada


jugador lanza a través .del terreno el balón para que siga su trayecto en
una serie de zigzags Este-Oeste y Norte-Sur.
NI
El movimiento del universo es, en efecto, no solamente de rotación,
sino también de alternancia }' de ,oposición de los contrarios: frío del
PINO ,
I
CEREZO 'Norte -cálido del Sur, juventud del Este~ vejez del Oeste,' etc., de' suerte
I '

I • • •
'que las partes del universo ()' de la ciudad ) responden a unas cualidades

• •
•• 'tanto como a unas situaciones. A partir de este' punto, la' llave del uni-
6 " verso está entre las manos del hombre y, bajo formas variadas, pero fi-
,§ nalrnente convergentes, nacen extraordinarios cuerpos de conocimientos,
enteramente fundados sobre el juego de las identidades y de los contra-
rios, los cuales engloban todo °10 conocido, desde los números a la' me-
. @ ! ---_o -E dicina, de la arquitectura a la música. A los cuatro' puntos cardinales y
al centro, según la China antigua, corresponden los cinco elementos, los
cinco cielos, las cinco especies de animales, de notas de música, de olores,
a~·· de números, de lugares de sacrificios, de órganos del cuerpo, de colores,
~ ,5
<Q> de sabores y de divinidades. Entonces se hace evidente que el Sur, el ve-
• ,3 rano, los pájaros, el, olor a quemado, el fogón, los pulmones', el rojo, el
• •
•• . I amargo, la cifra. ,7 Y la nota tchau poseen propiedades comunes y que
••
"

ARCE •• SAUCE' se puede actuar sobre uno al 'hacerlo sobre otro. La inserción espacio-
• temporal es perfecta entonces y la seguridad del, 'hombre llega a ser total,
I

S puesto que todo es explicado, entendido y fijado. No se podrá impedir


que, ,a veces, la luna eclipsa el sol, mas es importante saber qlle es por
a exceso de influencia del principio hembra para poder reformar el cielo y
por ende los actos de los, habitantes del microcosmos humanizado. ,Tales ,
.

sistemas han existido tanto entre los aztecas como, entre los griegos o -
los egipcios; dominaban aún el pensamiento, europeo en el siglo XVI y
, '
algunas sociedades africanas han conservado una filosofía basada en estos
4 , ,1
6 --_...:---? 7 principios. Sería igualmente erróneo ver en ellos, el fruto de un pensa-
miento incompletamente formado o los vestigios de un conocimiento mis-
• '

i terioso y perfecto, el cual hubiera llegado hasta nosotros mutilado. Es


2---+----1 tanto más fácil explotar el lado maravilloso del pensamiento cosmogóni-
,, . .'. co cuanto que corresponde a un armazón de hechos perfectamente lógicos
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y controlables, que sigue unas pendientes espontáneamente abiertas al ,

,~
8 5 razonar humano y que conduce a un juego de fórmulas que explican mis-

teriosamente todo. 'la sabiduría milenaria de los egipcios o de los tibe-
I tanos será evocada durante ',mucho tiempo aún con las supervivencias de
la cábala, el pitagorismo, el secreto de las pirámides o de las catedrales"
~------------------------- porque' era realmente sabiduría, es decir, reflexión y búsqueda de una
b e explicación que apaciguara en el hombre la angustia de existir como, crea-
. '. .
Fig. 121. Disposición del juego, de balón tradicional (China antigua, Japón). dor de orden, solo en el centro del caos natural. Es un pensamiento bis-
a) Terreno, posición de los jugadores y orden de su intervención. b) Figuras tóricarnente venerable, puesto que la civilización ha encontrado en él su
idealmente, descritas por el balón correspondiendo' a dos svásticas girando en primer desarrollo científico; él nos es aún totalmente accesible, como la
, sentido inverso
hoz de la misma época puede ser manipulada por nosotros todavía; sola-
mente es difícil admitir que la hoz sea el recuerdo fugitivo de, rnaravi-

323
322
. ,,' .
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" . .; : ~.
llosas nláqu~nas segadoras-trilladoras automáticas, que hubieran usado los
atlantes para. segar sus campos irremediablemente hundidos. Una real co-
herencia histórica existe en la ciencia como en las técnicas.

AN·TIGUEDAD
. La integración del espacio humanizado ell el universo exterior res-
ponde a unas leyes fundamentales que no es tan extraño encontrar en .
todos los 1110111entos de la historia humana, cualquiera sea el estadio de
evolución tecnoeconómica o ideológica de las colectividades consideradas.
E.il el .holl1bre, lo que s-e expresa a través de símbolos arquitecturales o
fIguratIvoS se aplica en el animal a las formas más elementales del com-
portamiento de adquisición; el vai vén entre el abrigó y el territorio es
la trama del equilibrio físico y. psíquico de. las especies que comparten
COl1 .el .IloDlbre esta separación entre el mundo exterior y el refugio. Por
consrguiente, es normal qlle la relación refugio-territorio sea el término
principal de la representación espaciotemporal y que la forma del refugio
corresponda a la vez a .las necesidades materiales de protección y de la
ec~n?mía y a 1~. articulació.n entre r~fugio }T te:rit~rio, entre espacio hu-
rnanizado y universo salvaje, es decir, a los términos de la integración
espaciotemporal, en situación y en movimiento,
. Existe, COI110 hemos visto, un corte muy importante en el momento
cuando el 111und6 p~inliti,:? adopta., gracias a la sedentarización agrícola,
un, nuevo ~110do. ~e l?SerCIOn espacial, U.na vez alcanza.do esto, }'a no. po-
dría haber. modificaciones de los planos profundos, SIno variaciones inl--
portantes qlle deben afectar la ideología justificativa de las formas. En
otras palabras, una vez realizado el plano de las. ciudades más antiguas,
)ra ·no hay .razón para qlle, a través de .la Antigüedad, la Edad media y
hasta l~s t1emlJos actuales, las grandes líneas de la inscripción. material
de ,la ciudad sobre el suelo se modifiquen .. La ciudad debe conservar su
carácter ~osmogónico a lo largo de toda su ·11istoria, pero la evolución
ideológica y las 'circunstancias . históricas pueden modificar profundamente
1a manera COIno es percibida en tanto que imagen del mundo, .
Crear una· superficie artificial .aislando. al hombre como un círculo
mágico no es separable. del hecho de poder hacer entrar en ella mate-
rial o· simbólicamente, los elementos dominados del universo exterior,
y no. hay una gran distancia entre la· integración del granero, resen'a·
d~ alimento, y la ~el templo, sirnbolo del :uni\',e~so controlado. Transpo- Fig. 122_ Plano de Priena, mostrando la inserción de la ciudad helénica,
geométrica y orientada al pie de un espolón cerrado formando. una acrópolis
niendo ..· al plano animal, no ha y un corte categórico entre la rnadri sruera fortificada
como. refugio y la madriguera corno reserva de bienes de COnSUlTIO. En· la
c.iud,a~ nles~potámica, como en la .aldea ·de· los Dogones, el templo y el
depósito se encuentran ·cercanos y ligados, .. por otra parte; por una estrecha Es sorprendente constatar que 1a:5 ciudades. de la' antigüed~d n:
e.di..
red ideológica. Si el tejido de símbolos que recubre a. la realidad funcio- terránea clásica de influencia griega o romana conservan un diSpOSItiVO
nal de las instituciones humanas ofrece de una civilización a la otra tan-· geométrico· directamente inspirado por. las concepciones arquite~tllral~s ar-
caicas, a pesar de que la vieja ideología de las correspondencias eficaces
tas extraordinarias .coincidencias, es precisamente porque se·· moldea en
unos relieves profundos.
325
524
es el testimonio tangible de la realidad metafísica, En el estadio· cientí-
había el1t~ado )!a en la p~numb.!"a (fig, 1~2~. Las procesiones seguirán fico, la separación no es más qlle aparente, puesto qlle 'los individuos
h~s~a. la epo~a, n10de:oa, fIgurando. el movrmrento de los astros; los sa- .,
incompletamente integrados piden mis o menos conscientemente a la me-
.crifícios segurran abriendo el desarrollo del ciclo a zricola mas lo· harán . tafísica la seguridad material de la realidad de otro mundo que sigue
asomando a través de una red intelectual donde el ~ealis~o funcional ha s iendo percibido (On10 el cielo, cuando no .reclarnan de la ciencia la de
.' tomado la posición de explicación. Esto es particularmente sensible en el mostración .metafísica de una realidad inmaterial, La seguridad opuesta
~e~arroll0· del mundo romano en el cual, a pesar de Ia :impregnación .re- a la libertad es también la ·oposición .entre el orden y el caos, el cual no
llglosa de todos, lo~ actos, el desarrollo racional de las ciencias comienza es . desorden sino promesa de' organización eficaz; es la oposición entre la
a dar una exp.llcaclón lateral .del .dispositi\10 universal .. Mucha distancia ri tmicidad de las operaciones cotidianas y la evasión en operaciones ex-
separa ~a el Unl\Ie~SO heracleano o de Gilgarnesh del universo de Berodoto cepcionales' es decir, el fundamento mismo de .la economía del progreso
o de Se~ec~" Gra~las a ~n .proceso .)!a descrito diez veces, un modo nuevo qtIe sLIp·one la rutina como base de la supervivencia, pero tina rutina ro-
de expll~acIon 'se, exterioriza: "la. eXIJli~ación científica,. que no elimina ta por las innovaciones que 'la equilibran Por grados' sucesivos, yendo'
los estadios pr~c~a.entes pero 10.5 rec;haza en los medios tonos. Para repre- . de lo más elevado a lo mis profundo, se llega a la misma alternativa,
sentarse la pos~bJl1~~d del deslizamiento y de la -superposición, basta con .a la misma corriente de doble sentido, o al .mismo ciclo que une .Ia
pensar,·en. la ~ltua~Ion actua,I de 1~ a:t~onon1ía y de la. astrología. Nadie inmovilidad al movimiento, la seguridad a : la libe.rtad,. el bienestar a
pensarla en discutir la realidad cientíñca del universo sideral que sirve la adquisición, el refugio (11 territorio. Sobre' estos. valores constantes la
ahora d~ soporte al sentimiento de integración espacial de la humanidad.. evolución amontona unos' sistemas de símbolos cada vez más complejos,
ahora bien, !os hon1~r~s l~en n:i,I veces más los horóscopos que las obra~ pero que conservan el mismo origen.
de astrrOn,?~:Ia. El viejo dISpOSItIVO.de las correspondencias cosmogónicas
ha s?b._e\ n Ido en la penu~bra; mientras que el contacto entre Marte y
.la TIerra )'a. 110 e~ establecido en el .templo de los antepasados, sino en LA EDAD ~fEDIA
el ()bs:r\r~t~rlo, eXJst.~ toda,'!a una ,red directa entre el símbolo planetario Es .interesante constatar que la. Edad Media traduce un cambio im-
r .los. ln?1\11du~s ~acldos bajo su SIgno .y que encuentran en este vínculo portante en la .forma de la ciudad. Las tradiciones mediterráneas habían
lnlaglnarJ~ el indispensable "sentimiento de su integración cósmica, llegado ti un dispositivo geométrico qlle se aplicaba al suelo sin preocll-
, . La ciudad capital, sigue siendo el centro del mundo porque todo su parse sensiblemente del' relieve. Las operaciones de fundación suponían
Unl\·.erso. con,re~g~hacia ella. Lo que era explicación metafísica toma una la' colocación. de un cuadriculado orientado, cosmogónicamente significati-
f()rIl:a fllUy prOX,J~la a la que conocemos todavía en la hora actual. El \'0, que los volúmenes arquitecturales transformaban en ciudad. La huma-
exo~.lsmo, ·la pa:Ion ]):1ra Jos. productos lejanos, las colecciones de [ie,ras, n ización, a través de la ciudad o el campo romano, es conducida brusca-
Jos Jueg.os d~ CIrco donde fIguran los el.efantes, los leones y los etíopes mente a su máximum. Las tradiciones europeas de la Edad Media son de.
5011 testimonios de. la forma que ha podIdo tornar la integración espacial otra naturaleza y representan el término del hábitat agrícola elemental,
~~ el ~undo an~igLIo. L~ ci~dad. no es. )~a, solamente el punto ·de con. es decir, d(: la aldea de casas apretadas como un paqllete, al interior de
: ergencla de las l~fluencJas ~osn1fcas: ella tiende a crear 'en su seno una un recinto redondeado, moldeada a su vez sobre un promontorio o una
lnlag~n mu}' ~aterJal del universo natural _que la rodea. ·EI problema .de pequeña colina, La orientación está respetada y' al igllal que la ciudad
la· reintroducción de la naturaleza en el espacio urbano sobrehumanizado mesopotámica ° azteca, la ciudad medieval se eng"ancha al cielo por dos
no es solanl,ente u~ p~oblema de urbanismo sanitario, sino que responde vías que llevan a los pun~os cardinales (fig. 123). Su santuario está
a,. tl~~ ne~eSl~a? pSlqulca l11uy profunda, en cierto modo relacionada a la . situado cerca de la encrucijada central y' una cruz, a veces una piedra
fl Jaclo~ , simbólica de reacciones de libertad o de .agresividad que la con. negra, marca el centro ideal del dispositivo urbano. También la iglesl,t
centración de. n: asas humanas densas en un espacio totalmente artificial
}'·a no puede satisfacer. ... . . .
está orientada y el esquema de integración espacial se coloca en el plano
tradicional. El contenido ideológico es distinto al de la antigüedad y el
E~ h.echo de ~q.l~e los sistenl.as ?e explicaci·ó·n· del mundo pertenecen simbolismo' de la crLIZ.\'Íste el espacio humanizado; mas el esquema pro-
. a I~ ~ez. a .la rellglon y a l.a CIenCia,. o() es casual. Si anlbas, desde 1:1 fundo es 'el mismo y se extiende a todo el universo conocido, ]enlsalem,
AntI~edad, aparecen. como ~I"ales, es porque ellas expresan, en dos pla- circlIlar y con plano en forma de cruz, está sihlada en el centr9 de 11n
nos .dlferent.es, la P11-s~a actItud fundanlental de equilibrio djnánlico en .. ""

mundo circular, dividido en cruz por Ctlatro malres, con los Cllatro vien-
tre la. segurlda,d y la llb~rtad,. Una,~ otra ofrecen ·la miSma doble cara, tos cardinales y los astros que giran alrededor, Cada ciudad es, en sÍ,
la ~e ·Ia .segundad ma~eClal O metaflslca y la· del arranque en. una explo- circular,. al menos idealmente, y dividida por SllS cuatro calles cardinales.
racIOn efIcaz. La sebrurldad, en los estadios. precjentificos, confllnde los dos La Jerllsalem de los cartógrafos de la Edad Media, encierra en su recinto
.aspectos, puesto ·que la configuración microcósrnica de la ciudad hllm·ana
327
'.
326 '.

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.. .

La coherencia. de la imagen del :mundo desde las primeras .ciudades


6. hasta la Edad Media, la facilidad con la cual resurge en regiones y en
épocas diferentes, es una prueba del hecho de que se trata de un rasgo·
fundamental del comportamiento humano, tan característico como la ac-
tividad manual o. el lenguaje. Moldeada en el curso de los siglos, en
unos contextos progresivamente mis despejados· de las correspondencias.
elementales, la integración cósmica . sigue siendo una necesidad intacta.
Desde sus primeros albores hasta nuestra Edad Media, ella se expresa
f> en una visión religiosa de la. cosmogonía, mas es probante seguirla en
los siglos modernos. donde debería aparecer bajo una luz fríamente cien-
ti fica .

EL SIGLO XVIII

A partir del .Renacimiento,· el esquema gótico es dejado de lado y


el hilo, al menos aparentemente, se reanuda con las tradiciones del mun-
a do clásico. La 'arquitectura vuelve a encontrar las amplias perspectivas
}. el urbanismo se forja un pensamiento inspirado en los antiguos. Es
difícil seguir, en el plano de las viejas capitales, los efectos. de esta
.evolución; muchas de ellas, como París, sobreponen al plano romano aún
perceptible 105 círculos de la ciudad medieval, y el urbanismo neoclásico
no ha hecho más que insinuar algunas .grandes explanadas. En cambio,
las ciudades creadas por entero, generalrnente a partir de plazas fortifi-
cadas . como Neu- Brisach o Brouage,· muestran una integración espacial
absolutamente característica; las fortificaciones festoneadas impuestas por
la artillería, comprenden un cruce cardinal riguroso, en el cual las vías
se inscriben geométricanlente. (fig. 124).
La construcción de capitales nuevas, como Washington yO San Pe-
tersburgo en el siglo XVIII.. marca el apogeo de un urbanismo sin. duda
inspirado por reminiscencias antiguas, pero sobre todo dominado por la
búsqueda de :un equilibrio .racional del espacio humanizado por la cons-
trucción. Las preocupaciones metafísicas no aparecen en los planos de
b e L'Enfant para Washington o de Leblond para San Petersburgo. Allí, la
. . . .
orientación ha sido concebida sólo en función del terreno y de una hu-
Fig. 123. a) Plano ideal de Jerusalem según un misionero islandés del siglo XIII
f y e) ~lano~ de las ciudades medievales de I~o(llenburgo y de Eguisheim. Obsér\'es~
a. perSlst~ncla. de la~ vías cruciales en un dispositivo circular C()O red poco geomé- .
manización sistemática que, exactamente como en los estadios anteriores,
lleva a la constitución de una red geométrica de vías principales cortán-
tn ca. La iglesia, orientada, se encuent:a apartada. de Jas. vías princi_!)alcs y obliga dose en ángulos rectos. En los albores de la civilización industrial, la
. a un desplazamiento del eje cardinal . .. . integración espacial es concebida todavía como la antítesis del universo
salvaje, es decir, como un orden intransigente que debe imponerse al
eJ 1110nt~ del .Cal\7ario, COIno los templos de Mesopotamia encerraron el caos de la naturaleza,
zigurat y las ciudades precolombinas la· pirámide. En efecto es un carác- Este orden no escapa totalmente a los principios de la cosmogonía.
ter ~onstante del microcosmos urb~no el as~gurar, además d~ las ligazones . .El siglo XVIII está' demasiado impregnado de comparatismo entre las re-
c~rdl?ales, la del centro con el cielo. La ideología cristiana hace de esta . ligiones· y de búsqueda de una metafísica de la naturaleza, como para
lIgazon un .rasgo puramente místico, pero el lugar de la subida al cielo qlle una especie de "neocosrnogonismo' no se abra paso. El arquitecto
y . d7 la bajada a .10s infiernos. corresponde con el centro' del universo . Ledoux ha llevado esta cosmogonía repensada hasta su punto extremo,
. cnstiano. . soñando con conjuntos urbanos ordenados según el plano del sistema 50-

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. dad no está. orien-
tada, pero su tra-
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ma .respeta el dis- .. .. ..
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positivo tradicio- •

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\Vashington'
. , esta- '---//
blecido en el siglo
X \1111 según una
doble, trama, cardi- b
.nal y diagonal, Fig. 125. a) Vista de Saline de Chaux, .establecida en el siglo XVIII por
.. Desaparición del Ledoux. b) Proyecto para el cementerio de Chaux, nor Ledoux, inspirado de!
b· '. dispositivo 'crucial simbolismo cósmico

330 331
lar. S:us proyectos, ,tales como la "forja de cañones" }' la salina de Chaux
espacial que rigen el equilibrio de sus formas y las funciones de sus
(parcialmente realizada) prefiguran ·.el urbanismo industrial actual con
partes. ..
lln~s n1edi,os de ex_presi·ón .silnbóljca que incluso los emperadores de la
. Hasta. el siglo XIX, las unidades urbanas, grandes o .pequeñas, son
China ar,calca no sonaron (!lg. 125) .. El contenido de .estos proyectos hace
,'ol,'e~ ~lnalm~nte' el espacIo urbano a una superficie geométrica de. ca.' unas formas equilibradas; incluso si el. crecimiento les ha dado ~~a tex-.
racterJ,stIcas circulares o cuadrangulares dividida por los cruces de gran~· tura nluy compleja. El mantenimiento de su ·equilibrio . está condicionado
des vías. en amplia medida por el valor de las distancias <J_ue ha quedad.o a la
medida del paso humano desde el origen de las ciudades, Las cll:d~des +

del siglo XVIII constituyen todavía un microcos~os e~, el mal el ~ndIvld.110


LA DISOLUCION DE LA CIUDAD es espacial y temporalmente colocado. a. su dimensión. .Las capitales in-
. . cluso son unos conglomerados de microcosmos parroquiales que no en-
, A partir de fines del. sig!? XVIII} la i.ntegración espacial toma un mascaran la percepción del conjunto urbano al ritmo del paso del peatón
c~racter , c~nfuso .. La bumanización del espaCIO terrestre se produce a un o del jinete. Encerradas en sus muros o sus bulevares, las ciudades si-
rrtmo rápido bajo el efecto de la industrialización. El uni,'erso natural guen siendo sentidas corporalmente por sus habitantes.
se encuentra atado por una' red de vías de ferrocarriles y de carreteras La azlomeración del siglo XIX y los. monstruos urbanos aún sobre-
s= det~rnljna u.n lno~o de' crecimiento peculiar. (fjg. 80), comparabl~ vivientes (fig. 80, 81, 126) bajo el efecto del estallido demográfico,
al de. ~l~roor gall!S~11.0S ln\:a.?ie~do un tej ido. La. ciudad se torna en "agIo- corresponden a una crisis cuyo desencadenamiento es sin duda debido a
meracron de edificios utilitarios, en la cual las arterias son trazadas se-: una refundición completa. de los valores sociales y ..económicos, pero CU}'O
gún las. necesidades, Así se realizan inmensos espacios humanizado; de agente directo se sitúa al nivel de los' transportes. Mientras qtle por es- .
manera inhumana, en los cuales los individuos suf ren el doble efecto de p~cio de cerca de un siglo, la masa. popular permanecerá al. ritmo. del
su de~j?tegración técnica y espacial. Los dos imperati\'os del confort en paso, los centros urbanos tradicionales y los nuev~s centros lndustrlaI~s
la actividad creadora y en la. inserción socioespaci~l. pare~en escapar corn- son rápidamente enlazados por la red de ferrocarriles. El trastorno mas
pletarnente en. el curso del siglo en el cual las crISIS SOCIales alcanzan su importante de la aventura humana, el que ha hecho pasar al hombre a
~")unto.·cul1nina?te .. Esta evolución anárquica continúa y' hace aún sentir un marco de integración espacial individualmente planetario, se ha desa-
sus consecuenoas en un gran número de centros urbanos. .rrollado durante cinco o seis generaciones y en un orden tal qtle la rna-
. ~n' nin~~n . Il1on1~nto' de la ~istorja el . \'ínc~lo entre la adquisición yoría de los individuos apenas si [la sido superficialmente tocada. .
.}~ la" l~tegracJ.on espacial .ha aparecido tal \'e~ nl.eJor que desde hace siglo El dispositivo técnico de la sociedad se sitúa a partir de med~ado'i
y . m,e~Jo. SalIr del ~efugl~. pa.r~ tornar con::encl~ de~ mundo está ligado del si 0-10 XIX en una escala de distancias que está fuera de proporCIones
biológicamente a. la dO~ll1aClon.' la posesJOn VJcto~lOsa, la aniquilación con 1: órbita en ·la cual el hombre habla encontrado siempre su equili-
del . otro que es consumible o sImp!e~ente destructible, porque vivir es- . brio funcional. El radio de caza del magdaleniense, el área de dispersión
faclalmente ~ ,C?nSUrnlr pata sobrevivir son una sola cosa. Razón por la
. c.ual ;!a es dIfICIl, en base a 'Jo que el arte paleolítico nos muestra, dis-
de los campos del labrador, la gira del panadero o del cartero .rural °
el reparto domiciliario del comerciante urbano dibujan unas zonas de
tinguIr los símbolos de generación de Jos símbolos de muerte: la azaga}'a gra\ritación personal, ~l ritmo del tiempo. pedestre.? hipon:óvil, quien~s
se co~funde con Jos. s imbolos de virilidad )' la herida mortal es el sexo desde mediados del sIglo XIX hasta el segundo tercio del siglo XX están
. femenino A 10 largo de su trayecto organizador, el héroe de los mitos en contradicción creciente con las dimensiones del universo de Jos ferro-
}~!"eagrrcolas, sea en América o en Oriente, no se limita solamente a .dar carriles, del telégrafo y del teléfono. Poco a poco los individuos se ven
un nombre a los ríos y a las montafias: .nl~ta para fijarlos, esos monstruos obligados, en un medio urbano que se distiende, a trazar sus órbitas
. qu~ son· ríos y montañas. La ciudad idealn1ente cosmogónica del Medite personales sobre tln fondo topográfico cuyo crecimiento es coherente en
~ráneo . protollistórico y antiguo no es solamente image~n. del universo. es relación con los medios nuevos, pero anárquico en' relación al campar·
Igua f mente el punto de partida hacia la conquista dominadora y lugar tamiento espaciotemporal del hombre zoológico.
d.ond.e se el~boran el bronce ..y. los metales. preciosos. La torna de con. Un espacio habitable es un espacio ordenado, cuyos límites se pueden
ciencia .espacIal del Occidente J. partir del descubrimiento de América has-
tocar en un tiempo compatible con la rotación de las 0l?eraciones c?ti.
ta la liquidación del último kilómetro .cuadrado. de 10 desconocido ha sido dianas. Es también un espacio que responde a las necesidades estéticas
la sentencia de n1uerte del Inundo prinliti\TO h·uolano y animal sobre el
fllndamentales, que .responde a la inserción de las superficies hlInlaniza-
terr:a, de la adquisición del oro y de las pieles. En. esta ligazón, los ,raJores das en una proporción suficiente, de cielo y de .naturaleza. Desde .la
esteticos parecerían bastante dé~iles, a . prihlera .,'ista si no se pudiera se~ constrllcción ·del primer refugio en el centro de su territorio el hombre
f1Jrar completamente de la argultectonlca urbana las reglas de integración ha vivido en el equilibrio entre· su tlni,'erso artificial y simbólico. y las

332 333
'.
fuentes de energ~a. material }' mental del mundo material. Se puede con-
cebir una transposición que inserta 10 natural en lo construido, como una
ciudad-jardín, ··pero. no se puede considerar más qlle corno el efecto· de
un desequilibrio patológico la ciudad sin forma, incoherente en· Sll cin-
turón de fábricas y. su red de vías utilitarias, bajo un cielo de mugre
tóxica. Instrumento eficaz del rendimiento del organismo social, la ciu-
dad del siglo XIX.. en vida todavía un poco por doquier, marca una des·
viación inquietante en relación con leyes de acuerdo biológico sobre las
cuales parece .realmente reposar la calidad humana.

LA CIUDAD ACTUAL
La fórmula qlIe correspondería idealmente a la inserción feliz en
el microcosmos urbano actual es sencilla y ha sido encontrada cien veces
empíricamente por los urbanistas; sería para· cada célula familiar lIn re-
flIgio autónorno, en el centro de Ul1 territorio personal constituido por un
pedazo de naturaleza salvaje o doméstica, y unos medios de transporte .

!
individuales bastante rápidos como para que el terreno de caza, o sea
el trabajo, sea alcanzado en un tiempo equivalente a los desplazamientos
de antes de la revolución de los transportes. Concebible hasta un cierto
nivel demográfico, esta fórmula se ha tornado mundialmente inaplicable,
salvo para las familias privilegiadas, y ha sido necesario recurrir a una
transposición sumaria mediante la construcción de las células aglomeradas
en unos edificios plantados en el centro del bordillo de césped, al alcance
de los autobuses.
No ha}' duda de qlle· el urbanismo actual dispone de" datos propios
para la reconstitución de un universo equilibrado; es evidente incluso que
allí donde el problema insoluble de alojar una masa de hombres en estado
de crecimiento exponencial no se rlantea con demasiada agudez, el Uf-
banista encuentra fórmulas que coinciden, de un modo renovado, con los
imperativos biológicos· de la inserción en el tiempo y el espacio. Hasta
un cierto umbral la ciudad, con sus monumentos centrales, sus museos,
sus jardines. y su parque zoológico, continúa siendo un reflejo cósmico
del universo, reflejo que se vuelve a encontrar en el hombre de las
calles, en los hoteles. con sus rótulos evocando las diferentes provincias
o los países amigos, cuando no conquistados o conquistadores. Las ca-
.rreteras que parten ·de ella son las del Norte o del Mediodía y sus es-
taciones ferroviarias ~arcan el punto inicial de la red en la cual' está
encerrado el universo· accesible. No hay diferencia profunda entre la ciu-
dad babilónica y la capital moderna, pues no es por una especie de re-
finamiento intelectual gratuito que una ciudad es la imagen de un mundo
(fig. 127).
Eig .. ~26.. Aglomeración de Fez (Marruecos), donde se "e el proceso de agrega- No se puede dudar qlle la capital de la Tierra futura verá sus su-
cion Incoherente d.e las ciud~des árabes, israelitas y europeas, y la evolución enbel burbios de Argentina,· de Siberia y de Polinesia atravesados por las ave-
tiempo hacía un plano relativamente geométrico nidas de Marte, de Sirio y de Alfa del Centauro. Con toda seguridad
SllS museos arqueológicos conservarán una imagen esquemática del uni-
verso humano dividido en segmentos de tiempo. Del pitecantropo al apa- o
o
r-
o
o

334 335
-~
_._._" ...- . . - '- .._-- ---- -----------'------ ..

rato de televisión del siglo .JL'X, Jos piadosos restos' de- la inserción en el
. tiempo de las generaciones pasadas tendrán 511 sitio indispensable. Asi-
;:,.
mismo, los par(IlleS zoológicos intercambiarán los. recién nacidos de una . !

\1l. población de elefantes, de cocodrilos y de vacas normandas, que no exis-


tirán sino detrás de las rejas, protegiéndoles de la. masa humana uni-
~-....
.. . . . . .."
,
'
"."'"
o
- __
......
formernente repartida en la superficie terrestre. . .. . -
... • .,. .,..
.
.\

"-
Para aquel estadio, los datos fundamentales de la inserción espacio-
~. .I
temporal no habrán sido mayormente modificados, y el ensamblaje de
...'. ." ,,
• ", I
lo animal, de lo vegetal }" de lo' humano continuará sin duda asegurando
...•'". ,t., los . vínculos del individuo con el··1111ivers(). La inserción será: tanto más'
,,
, total qlle colocados en un sillón, a unas decenas de kilómetros del menor
trozo de naturaleza verdadera, en el mismo instante millones de hombres
vivirán la. misma evasión en el fondo de los bosques tropicales, proyee·
.•
• • • ••
••
• •


• .. :. tada sobre una pantalla con colores reales, son1<.-1 0, relieve y olores.' En
Sll límite, el espacio superhumanizado no comportará más qlle 'las mues-
tras' necesarias de naturaleza para mantener en la capa humana, gracias
a las técnicas audiovisuales y fuera de cualquiera realidad vivida, la per-
- -' cepción del. vínculo del hombre con el universo de acción, en el cual
sus nll1y lejanos antepasados tomaban Sll razón de ser y de actuar.

LOS SIMBOlOS DE LA SOCIEDAD


El' sistema espaciotemporaI en el cual el hombre ha encarcelado el
universo salvaje está, como. hemos visto, directamente ligado al hecho
mis fundamental de la existencia biológica, la integración en un' medio
donde se debe vivir y en el cual se debe sobrevivir. En el plano tecnoeco-
nómico, . 1~1integración humana no es diferente, en su naturaleza, de la
de los animales con organización territorial y con refugio, El1 el plano
estético sucede nll1y diferentemente porqlle la integración está fundada
sobre unas referencias puramente simbólicas, admitidas por la sociedad a
partir de una convención rítmica q.ue engloba los días y las distancias en
una red artificial. El juego entre el tiempo y el espacio' libres y el' tiempo
y el espacio domésticos fue bastante amplio hasta ffilly recientemente, sal ~
vo en el medio urbano, en el cual el marco totalmente humanizado ha
sido siempre la seguridad de la eficacia del dispositivo ciudadano .. La .
infiltración del tiempo urbano se ha hecho en algunas decenas de' años,
primero sobre tInOS largos intervalos, gracias a la periodicidad regular de'
.. . ., .... ,.--.-
•• . • • I los transportes;' pero ahora llega al detalle de las. jornadas por la nor-
• ••

- t ~

malización del tiempo según el ritmo de las emisiones radiofónicas y de


televisión. Un tiempo y 11n espacio sobrehumanizado corresponderían al
.funcionamiento idealmente sincrónico de todos los individuos especializa.
, dos cada uno· en Sll función y su espacio. Por el desvío del simbolismo
espaciotemporal, la sociedad humana volvería a' encontrar .la _organización
de las sociedades animales más perfectas, donde el individuo existe sólo
Fig. 127~. Plano esquemático del Moscú actual, mostrando la busca de un sistema'
radiante alrededor del Krernlin, mediante anillos sucesivos . encerrados en un
como célula. La evolución corporal y cerebral de la especie humana pa-
cinturón verde de esparcimiento ' recía hacerla escapar mediante la exteriorización del útil y de la memoria
del destino del poli pero o de la hormiga. No está vedado pensar que

336 337
,,

vestido no es más importante que su forma; es sobre él y so~re los ac-


la libertad del individuo 'representa solamente una etapa y que la do- cesorias decorativos. q1le lo acompañan, que se esta,bl~ce e~ prl~er grado
rnesticación del tiempo y del espacio acarrea la sujeción perfecta de to- del reconocimiento social, Es fácil, .en nuestro código, rmagrnar a un
das las partículas del organismo supraindividual, hombre que [levara unas espuelas sobr~ unas alpa:gatas,. ,una . s~tana ,Y
La' trama espaciotemporal ·110 representa sino uno de los elementos Ul1 sombrero con flores. Su retirada rápida de la circulación sO<:lul seria
del tej ido social y las relaciones de identificación individual no están im- la mejor prueba de 1,1 rigidez de nuestro sis~ema de Ireferenc~a.,· Cada
plicadas en ello. A partir de un cierto grado de complej idad funcional, individuo, masculino o femenino, allnque cubierto por un .. traje ~ un
. en todas las sociedades vivientes, un sistema de referencias' interindividua- vestido, lleva 11n cierto número de insignias, las cuales permiten n1edla?te
les asegura la. cohesión del grupo. Este sistema, bien desarrollado en los el color de St1 corbata la forma de sus zapatos,' el adorno
, " ,. de' su ojal,
,.,
mamí feros y los pá j aros, abarca a la vez unos SigIlOS corporales, visuales la calidad del tej ido o el perfume usado, situarlo con u~a gran precISlon
u olfativos, unas actitudes de sumisión o de superioridad y señales vocales. en el edificio social. lo que e,s ,valedero para nllest.ra SOCIedad 10 es tanto
Bajo estas tres formas o bajo el. dominio de una de ellas, el dispositivo en Melanesia, como entre los' esquimales o en China,
de relación rige las relaciones de los sexos, de los jóvenes en relación El adorno posee antes q1le todo lIn valor étD:ico;, la. pertenencia' ,al
con los adultos, de los machos en su competencia, de los rebaños en su gnIpo es primero sancionada por el adorn.o vestrrnentano. Endos~r. el
comportamiento gregario.' Se combina con la integración territorial para vestido elIropeo representa desde hace l10 siglo ~a .ma~~a#del encamina-
organizar ,la mayor parte de la existencia intraespecífica e incluye la casi miento hacia la civilización un símbolo de la asimilación de una. perso·
totalidad de los comportamientos que no son de adquisición estrictamen nalidad social idealmente humana, pero a la inversa, las últimas ;migajas
te alimenticia. Los pájaros despliegan lo I11ás extraordinario de, su activi- del sentimiento de pertenencia íntima a un grupo se agarran al traje .fol~.
dad en los adornos de nupcias, 125 paradas }T las .danzas nupciales, los Iórico, vestigio de la, librea particular de los ocupantes de 11n terrrtorio
cantos donde se combinan a la vez la constitución de las parejas, la or- coherente. ,
ganización del territorio, la defensa y las relaciones con los individuos de La .función del vestido ,0 de su decoración .se refiere 'a tln?~ aspectos.
la misma especie. En los mamíferos, las actitudes, mímicas, movimientos . múltiples de la orgalliz¡ición social, Exactamente corno en los paJ,aros, ~ella
del rabo Y señales vocales ofrecen una ,riqueza y una flexibilidad COl1Si-' asegura la' distinción' de la "especie étnica", y de ur:a manera ,Simultanea
,derables, y las especies superiores, carnívoros o primates, disponen de una la de los sexos. La identificación simultánea determina el regIstro sobre
gama de expresiones, las cuajes no solamente normalizan las, relaciones el cual se sitúan las relaciones: el encuentro de extranjeros implica 1.1
intraespecíficas, sino que,' constituyen un código de comunicación interés- 'puesta en función .de la 'rela,ción domi~ador.dolninad?, la de ~arientes,
pecífica muy eficaz .. Este. código de las manifestaciones de defensa, de masculinos o femeninos, el desencadenamiento de reacciones afectivas c~n·
sumisión o de simpatía culmina l)or el establecimiento de una jerarquía formes a 1,lS normas de relaciones intraétnicas. Que se trate de Papúes
en' los componentes de las diferentes situaciones sociales al interior de la en viaje o de dos. ejércitos modernos plle5tos en pr~sencia, la id.entifica~
. especie o entre especies diferentes. . ción del vestid-o o de las armas 'precede a las reJa~lone~. Puede parecer
El problema no se plantea con mucha diferencia eh la especie 1111-" fútil insistir sobre un aspecto tan banal de la existencia de todos, los
mana. El juego' de las manifestaciones elementales es el mismo y su !Ja- hombres, pero la estética del vestido Y del ador~o, p,ese a 511 c~racter
pe! sigue siendo el de normalizar, en' el seno de la etnia, las relaciones enteramente artificial, es uno de los rasgos biológicos de la espeCIe hu-
. entre individuos de sexo y, de potencialidad material o 1110ral diferentes. mana más profundamente atados al mundo zo?lógico. Lo concerniente al
Los movimientos y mímicas que expresan los sentimientos simples de sa- comportamiento de' agresión y e~ ~e reproducción, pese ~l aparato de las
tisfacción o de descontento, de dominación o de sumisión, pertenecen, con morales, queda normalmente proxlmo a las fuentes, ~ ~I. uno busca una
la, 'variedad . n13.5 grande qlle implica la. organización del hombre, a .un discontinuidad no se la .encuentra mis qlIe en la posibilidad humana de
código compartido por él con tina parte del 11111ndo animal. Mas, (01110 acumular 10's símbolos de terror o de seducción, de dar al arte de matar
es humanamente normal, este código es subyacente de una superestructura o . al arte de amar que constituyen 'los pivo.tes de laHistoria; un refina-
Sill1bólica fllUy densa. Se exterioriza, conlO el útil en un sistel11a de ref e· miento intelectllal p~cllliar de' nuestra espeCIe. ., . . .
rencias 110 específicas -sino étnicas, Y se expresa nlediallte. el adorno, las . La gtlerra, la toma de una posición jerárquica y el amor, condiCIO-
actitudes; 'el lenguaje. y el decoro social. . . nan el aderezo vestimenta.~io de todos los pueblos. Recortando esta tr~ma
fllndamental por los signos distintivos de las diferentes edades de la VIda,
se obtien'e una red clasificatoria Sllficiente como para dar (lIenta de 10
EL ADORNO esencial del traje en su. función socia]. las c~ases de ed~d no ,se. estable-
.

El \Talor protector de la piel' o del pIuolaje de los anin1ales 110 es: cen de tIna manera constante: en alg1lnas SOCIedades, eXIste efectIvamente
lnás importante· para l,a Sllper\TÍ\rencia. de la especie, que los. signos "i- tIna codificación implícita o explícita del vestido de cada clase de edad.
suales u olfati\Tos ligad,os a ellós. En el hODlbre, el \ralor protector' del
, "
339
338
"
,:.'
, ---------------__._.__--------~---

individuo está integrado a título personal. Vestir con. el traje de su pro-


En :1 J ap.~n, por ejemplo, el traje femenino, por 10 largo de las mangas, vincia o 'de su estado revela a 'la vez el sentimiento de ser un elemento
. . . .
la ?111l~f?SIon del decorado floral. y el ensombrecimiento de los tonos, evo- individualizado de un grupo en el cual se desempeña un papel personal
Iuciona de ~?a nlaner~ ~stricta .. En nue~!ra sociedad europea tradicional, y el sentimiento de una oposición con relación a . los grupos diferentes.
una convencion nltly SIl1111arexiste también, Esta evolución está reforzada Vivir con el uniforme humano estandardizado. prefigura una amplia in-
por la evolución de las, f~r~las bajo el efe~to de la,. mO,d~, de suerte que 'tercambiabilidad .de los individuos en tanto qlle pi.ezas en un macroorga-
el a.dor,n~ .de las gent~s. VIejaS p~ede ser a .la vez simbólicamente viejo y nisrno universal. ,La uniforrnación de los símbolos vestirnentarios indica
rnorfológicamente arcaizante. Segun las sociedades y los individuos uno a la vez 1,1 torna de una conciencia planetaria y la pérdida de la indepen ..
u otro de los matices domina, ' dencia relativa' de las' personas étnicas,' La desaparición de los 'disfraces
Al sexo y a la edad .se agregan los símbolos de 'la situación social. del carnaval es otro, síntoma de la. misma evolución, Se puede, según la
Est,o~ ~e. refieren_ primero .a las grandes etapas de la existencia: adorno de posición adoptada por. uno, encontrar inquietante ver al individuo perder
los iniciados, aderezo nupcial o SigIlOS de viudez, se encuentran tanto en-
los signos de su .realidad de miembro de una sociedad a sus dimensiones
tre. los primiti,~os ~~lno en toda~ l~s etapas de la civilización. Luego se o felicitarse de la. reducción de la. humanidad en un solo tipo. de hombre
~ef~e~en a ~a srtuación ~ecnoeconon11ca y ofrecen de un gru!JO al otro la idealmente adaptado a Sl1' función única de célula - productora; esto no'
InfInIta. variedad de trajes y ornamentos del guerrero de diferentes 'clases,
'modifica en nada el hecho de que' la evolución del simbolismo vestimen-
de los Jefes, d~ los negociante~, de los artesanos, de todos los represen-
tario traduce. el paso a una human idad distinta de aquella. cuyos recuerdos
tantes del lTIOSalCO de las funciones sobre las cuales reposa la "ida rna-
terial del grupo. conservan aún las generaciones actuales.
.En el. estado en el cual se encontraban las sociedades europeas hace Los modelos vestirnentarios se refugian en la' ficción, y la prensa,
un siglo, y más recientemente lJara las demás sociedades de economía la televisión y el cinema cOlnpensan la deficiencia individual vistiendo
agrícola-pastoril, el individuo, hombre o mujer, llevaba sobre sí todos los momentáneamente al espectador en héroe. Corno en todos . los dominios de
signos que, ~seguraban su identificación en ~11a medida -suficiente para 1::1imaginación, el número de modelos es restringido y monótono; un' corto
el esta,bleCllTIlento ,d.~ contacto, y el ~so ap.roplado 'de las actitudes y del inventario agota el repertorio del. Sioux, del cowboy, del mosqlletero, del
lenglIaJe' correspondiente a las relaciones entre las diferentes cateuorias gllerrero antiguo indeterminado, del combatiente de la guerra justa pre·
del grupo. La evolución tecnoeconómica industrial 11a modificado co~side. cedente y del astronauta, en cuanto a los símbolos de ag,resividad. El sabio
rablernente el dispositivo simbólico tradicional. En la medida en la' cual con anteojos y en blusa, el financiero, .el gangster, la mujer fatal, algunos
la permeabilidad social se ha acrecentado, gracias' a una evolución ideo- tibetanos, unos asiáticos en uniforme; el detective y unos "salvajes" ern-
lóg~ca llevada por -unos medios de' comunicación universales, los modelos plumados, enriquecen el baratillo de los temas vestimentarios. la literatura
s~clales se han redu~idos en nÚl11ero;' la simbólica europea tendiendo ;1 sentimental actúa un tanto diferente: hllrga evidentemente entre los sírn-
reelnp!~zar p~r .doquier el aderezo vestirnentario regional, La pérdida de bolos anteriores, pero Sll vestuario favorito está' tomado de .Ia nobleza
.los trajes nacionales y profesionales es el signo 111ás notable de la desin- .rie los siglos cercanos, de 1,1 'alta finanza, de las. familias reinantes,. de
tegración étnica; no es un accidente menor sobrevenido en el curso de un las princesas orientales, de las estrellas de cinema. Parece qlle el constante
proceso. mayor de adaptación a unas' COIldiciones nUe\TLlS,sino una de las proceso de exteriorización interviene ahí como en los otros dominios: el
condiciones principales de la adaptación, la que precede, muchas veces el1 hombre ya no desempeña activamente el papel del .héroe de su propia
'más de una generación, la: adaptación .real. Los anteojos del intelectual aventura étnica, sino qlle. mira el juego de algunos representantes con-
f~ler~n? en Af rica; el. Síll1bo!~ de la evolución mucho antes de que el nivel vencionales para satisfacer Sl1 necesidad natural de pertenencia. .
científico del modelo haya Sido alcanzado, y ponerse la corbata, en todas Los símbolos de identificación ti.enden así a convertirse en instru-
partes del mundo,. ha precedido 'muchas ,reces. al 'uso de la camisa, mentos intercambiables y estrictamente intelectuales, dejando de ser un
. .Slmbolo real de la condición de hombre, el' aderezo vestirnentario da envoltorio biológico. No subsisten como tales más qtle en unos medios
la medida exa~a de .la. orga?ización . étnica _y . ~?cial, y 10 que' adviene ac- restringidos y en circunstancias excepcionales: ceremonias gtlbernaql:enta ..
t:lalmente d.e e!l? debe considerarse _COl1 atención. En Europa y en Al11é- les o de tribllnales, solemnidades acadéinicas o universitarias, manifestacio-
rIca, la .unlformIdad se encuentra IllUy adelantada y el ..traje. lnascll1ino nes hípicas, deportes. El aderezo nlIpcial conserva cierta vitalidad, mas
o f:menJno, de ~na ~lase á la otra,. )!~,no se distin~ue 11;ucho sí no por los símbolos de iniciación como los trajes de primera comunión y los
su ",alo.r ll10netarJO mas o ,_rr~enos grande y su adaptaclon ma,s o l11enos in- símbolos ·de dllelo están en regresión rápida. Finalmente, -sólo subsiste
lnedlata a· la Dl0d¿¡. Es. -P,oslble gue se trate. del ~signo de una prolll0cióil para la masa de los. indi\Tiduos, el llniform'e profesional, elemento indis-
general, de la' desaparJC10n de las' barreras socIales, de la ele,'ación del pensable de· la . eficacia económica del mecánico o del bllzo, y los vestigios'
. ni\'el de· cultura y de información, pero es tanlbién la indicaciótl de la tenaces del atavío nupcial.
pérdida de los' ,rÍnculos con los linderos de un grupo en' cuyo seno ;1
341
" 340

"
...
:
El. dominio de la identificación social está en el rechazo de los signos de
No se ha hecho aún' alusión al adorno vestimentario religioso que reconocimiento sexual y jerirquic? El asce.t~ está' desnudo. o casi, o se
comporta dos aspectos opuestos. El primero corresponde a los símbolos .viste a lo inverso de las convenciones admitidas, con materias, formas o
normales de situación social: los ornamentos religiosos, en todas las reli- colores qlle le separan del código de asimilación tecnoecon~mico. Como
giones, . .concurren a establecer una imagen Jo más .solemne posible de la él vive a contratiempo ayunando y velando, ya ..~ontraes,pac:~ en el de-
función del oficiante. El traje del sharnán siberiano o el de los danzantes : sierro, en una celda o entre el polvo de las encrucijadas, el. VIve a .contra ..
africanos, el de los bonzos budistas o de los curas católicos emanan tanto insignias con relación al código de pertenencia a la humanidad SOCIalmen-
de la figi1!ación como de la estética social; al igual que para ·los jefes te organizada, Como la moral religiosa, en St1 punto ext~emo, es un,a rno-
civiles o militares, es 11n elemento del decorado y, aislado, no posee más ral de liberación individual con relación a la moral SOCIal que esta fun-
que. un sentido incompleto. El segundo aspecto interesa los símbolos de dada en el compromiso colectivo, SllS insignias s,on normalmen.te lo con-
identificación personal que .distinguen al hombre de religión. trarió de las' insi snias sociales. En un grado diferente y variable, toda
El traje ordinario de los laicos está sometido a constantes modifica- tentativa de ri.Iptll~1 del compromiso en el dis~osi~iY:o uniformado conduce
ciones de detalle, las cuales, en todas las civilizaciones, marcan el moví- 'a la aparición de. insignias particulares, sean ~ndlvlduales,. Cqffio, las .ano
miento de una 'generación sobre la otra iy constituyen la moda. Esta e\TO- mallas vestimentarias de un artista, sean colectivas, como el' bluson negro.
lución, muchas 'veces no afecta más que 11111ylentamente la estructura ge-
neral del vestido (las piezas esenciales de !1Uestro. traje' no han variado
mucho en un siglo); pero directamente ligada a la seducción, él da lugar LAS ACTITUDES y EL LENGUAJE .
a una verdadera competencia de variantes innumerables, de ritmo cons- El decorado vestimentario es suficiente para garantizar la· identidad
tantemente renovado IJar la madurez sexual de nuevas capas de indivi- y orientar el comportamiento' ulterior, mas no. se puede disociarlo, en la
duos. Es 90rn1a1 constatar qlle, al igllal que en el mundo zoológico, los práctica normal, de las actitudes' y del ~enguaJe, los .c,uales completan el
despliegues de adornos .de la moda quedan vinculados al tiempo rneteo- reconocimiento y orzanizan el comportamiento de relación. Es notable que,
rológico y sufren renovaciones anuales. junto con el vestido, sean las actitudes sociales y la ~~rtesía .10 qu~ haya
El traje profesional está sometido a unos ritmos de evolución l11Uy constituido 10 esencial del interés de los antiguos viajeros: las prImeras
diferentes; adhiere a la. 1110·dagene,ral sin rigidez y puede atravesar varias obras etnográficas dedican lo' mejor de sus des~ripciones al. traje, a las
generaciol1es si su {unción perI~lan·ece constante. El traje del guererro evo- maneras de saludar, de estarse durante las comidas, de actuar f.re~te a
luciona según el ritmo de las guerras y de una a otra marca 11n conser- superiores o inferio~es. En el si~10 XVIII, se encuentra en las d,eSC!1pCl0nes
vatismo, que se enriquece con cierta tradición de prestigio. Este conserva- de los pueblos cunosos, los mismos. cortes que. en ·la~ de~c~lpc~~nes de
.tiSIJ10 está. aún más presente en el traje institucional: un buen siglo de historia natural de la .época, establecidos' sobre .~na ldentlflcac.l?n muy
diferencia es . el InÍniI110 para el aderezo de los representantes de la: au- eterna y las. líneas muy generales del comportamle.nt:> de relacl~n: Eso
toridad' política, diplomática, jurídica, académica o universitaria. Los proviene del hecho de qtle en general, los cono::tmlentos se ·IImltaban
grandes cambios l)olíticos .acarrean lo más frecuentemente una renovación al cascarón superficial con el cual' se envuelve la Vida real de los grupo~,
de ciertos .sectcres .del guardarropa oficial y asaz f recuenternente la crea- pero por ello resulta tant? más nítido que 1~mundología de los. Tc~uktchlS
ción de atavíos diferentes, pero con reminiscencias de cierto pasado in-· o de los Tupinambas, VISt~l desde el. exterror com~ desde el intenor, sea
dispensable ..a la creación del prestigio. . . el primer signo de ide~tificación. ?espués. ?el vestido, " . .' .
La tradición es fundamental en el traje religioso, puesto que la re- . Actitudes y lenguaje d~ relacl?n se slt:ran en lo~ l~ml~es del dominio
ligión corresponde al dominio del tiempo. Idealmente, el traje religioso figtlrativo. Ritmos y espaCIOS 'SOCIales, actI~~des e msrgnias.. arrastran. a
debe ser invariable e inspirar la majestuosidad de las' formas y la pe,rma- los miembros del grupo· en la representación permanente de s~ rr?plO .

nencia del 'tiempo, En la práctica, el traje religioso de identificación per- drama étnico. La vida étnica es toda figuración, ptlesto que el lnd.lvlduo
sonal se resiente del efecto retardado de la I110da vestimentaria laica, ora está incorporado al grupo sólo en la me~ida ..er: que se pone el .u~lforme
mediante unos arreglos de detalle, .ora' mediante bruscas mutaciones -se- de gestos, de fórmulas y de rasgos vestlmentarlos,. los cuale-s as IffiII,an. su
gllidas de largas super\'i\'encias; el traje .de cerelTIonia es 111ucho 'más COll- naturaleza de H 01710 Sapíe)IJ a tIna cultllra dete.rmlnada. De las ~ractl:as
.senTador, y .el catolicisl110, .el budi~ínO y .el Sll11ltoÍsnlo, pór· ejel~lplo, con·. elementales y maquinales a las prácticas excepCIonales, y. de ~a Vida tec-
ser\ran formas nlultisecularts. . nica a la vida 'sociorreligiosa, la conciencia del carácter figuratIvo se acr:-
El aspecto n1ás interesante del ata"Ío religioso es negati,ro. Más arriba cienta ..para llegar a ~lnas operacion7s ce~emoniales p~ra las. cuales el 11·
11emos ,"isto que 'la liberación indi\ridllal, la ruptllra del círcu~o de las' mite .entre el acto SOCIal y el acto flgl1ratlvo es muy lmprecl~o.
operaciones. sociales, reposaban sobre unas técnicas de dominio del ritnl0; En las sociedades modernas, poco a poco se ha estableCIdo una seI:a-
dominio del ,ritmo fisiológico en el ascetisnlo, don1inio del ritnlo opera- ración ent.re 10 vívido realmente y 10 figurado: no se .confundiría un baIle
torio norma.} en las prácticas ..p~utadas por un horario rigtlroso e in\rariable.
343
342
. ,
..con un. ?allet, o una l1_1isa en Notre-Darne y el Misterio de la Pasión el hombre, la superestructura simbólica interviene más' realmente' en 511-
desa!r.ollandose. en el n11sn:·o nl~rco. No es.. tan fácil en las grandes fiestas perestructura, es decir, que ninguna diferencia fundamental separa' la eres-
tradlclonale~ de .1~ corte :ll~perlal de China o del Japón separar lo que ta del penacho, el espolón del sable, el canto del ruiseñor o las' corvetas
es cerel1;on1al C1\'11 ? re1-1~lbso y ·10 que es teatro o competición. Con
-,

I de la paloma y el baile ca01pestre. Pero las modulaciones son tan variadas


tanta l11as. razon. es imposible hacer una separación formal entre. los as- como las etnias existentes en un mundo o las generaciones sucesivas en
l)'~ctos ~oclale~. y los. aspectos fj~lrati,Tos en la mayor parte de las rna- una etnia-y .los cortes sociales en el interior del g,rupo.
~lf:staclones . perteneClen~es a sociedades donde el sistema jerárquico no Los diferentes. elementos del comportamiento social:. marco espacio- .
.limita los lugare~ y los .e)ecuta?tes de las ceremonias o las representaciones. . temporal, adorno,- actitudes y fórmulas, forman un haz. cuyas partes evo-
Templo o palacio y .dIgnatarlos, escena y actores, se confunden cuando lucionan, por categorías,. con los ritmos compatibles con la supervivencia
=s=
los están tomados de la multitud de dignatarios. En las ceremonias
. cualquiera qu~ -sea el n~'~/el en el cual se sitúe UI10, los participantes son
étnica. En él se vuelve a encontrar un equilibrio funcional qtle encadena
los diferentes niveles, desde el individuo hasta el grtlpO entero, en el
todos alternativamente .figurantes y' espectadores hasta el. mornenm e 1 desarrollo .evolutivo. Los ensamblajes -r= asegllran la estabilidad religiosa
. cual Ja.s relaciones numéricas separan de la masa un grupo pasi\'o~ ~l . o jurídica contienen, tanto como puedan; símbolos de perennidad. En las
cual asiste realmente al espectáculo, Además sin el concurso de la tI .• grandes religiones oficiales, unos edificios, unos trajes. y un idioma li-
. " h b
tencia no a. ría espectáculo. ' aSlS-
túrgico viejo de un milenio por 10 menos, son el testimonio de la doble
. .La fi$uración, .pues, aparece en un primer estadio inseparable de las . '. permanencia de una civilización y del orden divino atado a él. Un idioma
manifestaciones sociales qlle mantienen la. pernlanencia étnica. Bajo e t de tribunal dos o. tres veces centenario, proferido en un marco donde
aspecto, el g~ad? de participación figurati,'a es coherente con los carac~e~ se amontonan los .S-Ínlbolos figurati\Tos del equilibrio severo por un hom-
res tecnoeconórniros del grllpo: la especialización figurati,'a, la separación bre impersonalizado en el atavío tradicional de. los qlle dicen el derecho,
entre' actores y espectadores alcanzan su más alto punto en las masas rno- es apto para. conferir al hecho jurídico el peso de duración necesario
dernas, dOl:de la l11a}10~ parte de los individuos no desempeña n111c110el para sumir al encausado en la seguridud de una obligación socialmente
l-lapel de fIgurantes SOCIales, pero donde, gracias al canal de la televisión vital. En cambio, .en .el dominio de 1,1 procreación, o más generalnlente
t~das las 'lnanifestaci.ones de pr~stigio están reducidas al estado de espec~ de 1,1 vida individual, donde la supervivencia colectiva está basada. ~n la
. táculo puro. A la' In"\'erSJ,. .allt don~e el carna val subsiste, puede aún renovación, los sujetos nutren el sentimiento de ocupar su puesto en un
suceder que tod.os los .1)ar.tlC~}~al1tes vivan a 'la vez ambos papeles. sistema de símbolos. de una flexibilidad suficiente como para q1le cada
o- ~~ las soc!edades J)rll111.tl~'as o tradicionales, el COJ11portanliellto fi- grllpo de edad se reconozca. en su unidad,
bur~tl' o de caracter socíorreligioso cisece todos los estados de transición Así volvemos a encontrar, encerradas en una red figllrativa propia-
})osI~les e~tre el papel del individuo aislado, COI110el. shamán frente a la. mente humana, las mismas líneas biológicas que encuadran a la generali-
multitud simulando su viaje en búsqueda de 'las almas de un enfermo dad de los seres vivos, Lo impresionante en la evolución moderna, es la
la sociedad de .iniciados que ofrecen el espectáculo muy elaborado de ~u~ pérdida de la ma}10r parte de los símbolos sociales. Es· una: trivialidad
danzas, . o la tribu australiana toda entera actuando su nlito' . constatar la desaparición de los trajes y' de los atributos étnicos o profe-
. . El comportamiento f~gll:ati\ro está tan prOftlndan1ent; li oado a la sionales, como es trivialidad también mencionar el empobrecimiento y la
calidad: hUl11ana. gtl~ es dIfíCIL asignarle una visión sistel11áticab sin hacer . uniformidad social del lenguaje de. relación, pero no 'somos ricos en
desaparecer su realidad, La dificultad .reside aparentemente en el 1 . hr criterios de evolución y éste, rompiendo con un pasado de tradiciones q1le
d 1 f' ., ,l 1ec o
parecían caracterizar de la· mej or manera al hombre social, no· es desde·,
~ que a 19uraCJOn SOCIa. está il1sertada en el nlás [jrI1le terreno zooIó- .
. gICO. L~ que hace e~' ,ralor .. h~:11anlo .de las actitudes y de las insignias, ñabJe. Sería muy importante saber. si la realización de un tipo' tlniversal,
. e,s. su 'lnculo con _la especlaclol1 etnlca, y no Sll naturaleza. Desde 105 si no en los idiomas, al' menos en los atributos vestimentarios,. verbales y
. tlenlI:0S cuan?~ 'Bllffoll descri:bía la daIlza de las grullas de Nll1nidia, los' gesttlales, tipo flIndado 'Sobre tinas caracte,rísticas originalmente peculiares
trabaJos. ZOOlOglCOSIlal1 despejado Ulla nltlltitud' de l1echos mostrando a las clases acomodadas etlrOpeas, corresponde a 11n simple estadio, más
1 t' t d· 1 . . . . '.' que allá del cual una nue,ra di\'ersificación tomarí,l forma, o si, al contrario,
as, :-c 1 u es y , .as InsIgnlas corl~or~les dOl111nan. el COIl1portanliento de re-
laclon d.e l?s. pajar~s y de los nla!TIIferos 'e? el. doble plano' de la jera.rquía los elementos masclllinos de una parte y los femeninos de la otra, serían
. de los lndl"ldu?s y de las rel~cIo11es e~tre lo~ representantes de los 'dos idealmente idénticos e idealmente propios a conocerse'· de inmediato y a
sexos. Lo. esenCIal de las re.JacIone~ s?c~ales se. liga a estos aspectos COln- . reemplazarse instantáneamente en 511 clase de prOdtlctividad. La realización
plelnentarlos del. cOlnportanll~11to bl01og1CO. Relación donlinador-don1inado de una megaetnia terrícola con elementos' llnifarmes no es inconcebible,
y para,das nupCIales o r,e~aclones de pres~jg~o y de coquetería son, una es incl1150 el ideal explícito o implícito d~ muchos filósofos o sociólogos
~/ez nlas, la fornla espeCifIca y la forIl1a etnlca del 111ismo fenól11eno. En desde la Antigüedad, a11nq1le varias generaciones deben ciertamente p~sar .
--
344 345
en la elaboración de rnacroetnias parciales' y antagónicas. El mundo occi- ESTETICA SOCIAL y VIDA FIGURADA
.
dental, el mundo ruso,' el chino o el árabe, expresan )'a claramente este
'

En definitiva, uno se' puede preguntar si la humanidad ha escapado


ideal macroétnico. A menos de imaginar que la idea de humanidad vel1ga totalmente, del, peligro representado por la perfección de, 'las abejas y de
a suplantar la del dominio del universo no se ve por cuáles vías se vol- las hormigas, es decir, de 11n condicionamiento social prácticamente ,total.'
verlan a constituir las personalidades microétnicas. Bajo este estricto án- Hemos visto en el curso' de los capítulos que nuestro destino' ,geológic'o
gulo, el dilema está entre el individuo motor de un microcosmos social había intervenido en la independencia frente a las funciones y. que. ~a-
a su medida, donde desempeñaba él 111is1110 toda la ga111a de sus medios bíamos llegado al punto actual por el perfeccionamiento de un, dispositivo
estéticos y técnicos, y el individuo elemental, pieza del mecanismo inde- qlle había permanecido abierto. Es difícil juzgar el momento en el cual
finidamente perfectible de 1111asociedad totalmente socializada. se encuentra la humanidad actual, siendo que muchos representantes de
Es evidente que la vía seguida por el 110111breIleva hacia la rnegaet- ella están separados 'por apenas una generación del tiempo de los, artesanos,
nia, unidad de medida terrestre COll10 el "megarnuerto" que se, ha forj ado de, los, labradores, de las bodas aldeanas, ,de los teatros' ambulantes, de
lJara 'exl)resar la potencia de. las armas atómicas, Solamente por curiosidad todo un aparato social CUj'as huellas marcan aún una parte, importante
buscaríamos pues las vías po.r las cuales continuará escapándose el flujo del globo. Sin embargo" año tras' año, la exteriorización se acentúa y ya,
zoológico, pues, en definitiva se trata de mantener al hombre en una si- hay, millones de hombres que .representan algo nuevo para el etnólogo.
tuación suficientemente "sapiens" para evitar una deshumanización, la Estos hombres disponen del mínimo indispensable de prácticas 'sociales
cual se tornaría perjudicial al rendimiento de la máquina social. En otras P ara asezurar
¿:,
Sll rodamiento cotidiano " de una infraestructura de evasión
palabras,' uno puede pregu11tarse si uria nueva exteriorización 110 está en personal preacondicionada por los días feriados pagados, las, carreteras,
curso, es decir' la del simbolismo social. De, hecho, el l)roceso está }7a los hoteles o los terrenos de camping, 'algunas semanas anuales donde s.e
suficientemente adelantado corno para que se 'vea nítidamente en cuál encuentran en un estado de "libertad canalizada"; una superestructura li-
sentido se o.rienta, Los métodos artesana'es mueren en la vida social co- gera les permite franquear los ritos de pasaje, de nacer, casarse, morir
mo en los oficios y en la guerra, la tendencia hacia "la exteriorización' se con el mínimum, indispensable de emoción o de decoro. Su parte. de crea-
hace sentir en el 111i51110 grado que se traduce por el tratamiento indirecto ción personal se ha vuelto menor a la' de una lavandera del SIglo XIX;
de masas sobre 1111número de pU11tOS,cada vez l111S limitado. Uno percibe su. función productiva' se encuentra ,toda en un engranaje exacto, del des-
l11Uy bien la, aproximación del momento cuando alg'unos centros tratarán pertar, los desplazamientos }~ el trabajo, todos cronometrados. ASÍ, ellos
'de' manera totalmente automática la totalidad del hierro l11anufactu,rado,." serían casi tranquilizadores para las generaciones ~llturas, pues el. res?rte
genético sería suficientemente' fuerte para resistir la deshumanización.
C'01110 ya sucede con el' petróleo, materia en la cual Ia C\'01LICión no está
Pero parece que la vía trazada sea realmente la de la evolución. En efecto,
entrabada l)or el constreñimiento de, la ,gran diversidad de' los }")roductos.
~
estos' hombres tienen la misma participación social que sus antepasados,
Ya se puede pre\'er el memento cuando los Estados no tendrán ITIás qlle ~
una participación incluso considerablemente mejorada: por la ventana de
{

recurrir a los servicios .inciertos del arti llera y las masas de megarnuertos ,
;

la televisión y los labios del transistor, ellos asisten, ya no a, una ceremo-


.
podrán ser tratadas indirectamente, a partir de cuadros de mandos elec- ,.
"

nia aldeana, sino a las recepciones de los grandes de la tierra, ya no al


"
trónicos; }!a esa posibilidad existe. En lo social, las técnicas audiovisuales •
matrimonio de la hija del panadero, sino al de las princesa-s; los eqlli}?os
asegLlrall, l)ese a su imperfección actual, un relevo 111l1y eficaz. EstaIl10S 'de footbalI son los mejores del continente y ellos disponen del mejor
aún en plena supervivencia y el obrero de las ciudades sale todavía de su " án b01110 de visión. Las nieves de Canadá '. las arenas del desierto, las 'danzas',
itinerario vital para asistir a un math, pescar COll su sedal; ver 11n desfile; 1, papúes y las orquestas del mejor jazz les chorrean por encima a través
es decir qLle posee aún una vida de relación aunque restringida, suficiente
para participar en la actividad de' una sociedad, sin embargo, cada vez
j de las aberturas de las cajas mágicas.
"

En el capítulo VI abordamos el problema de las relaciones entre


l111S sus actividades de relación directa o fuera del círcl1lo 'vital están 'lo- el lenguaje y las técnicas audiovisuales. Ahora veremos un aspecto dis-
calizadas en su adolescencia y el período preconyugal, allí donde la lJur- "
tinto u otra consecuencia que aparece en la, exteriorizació~ . d.e las cadenas
, ,ticilJación directa' es necesaria a la supervivencia colectiva. A, .rnenos de v
operatorias sociales. Entre el tiempo pasado y el que se InICIa, la propar.
llegar al punto alcanzado por las especies domésticas mejor adaptadas a ción de los individuos realmente creadores y de la masa no ha variado
:1
la productividad, es decir, el de la inseminación artificial; parece qlIe por )
sensiblemente y uno puede tener la seglLridad de qlle existirán, siempre
ahora un mínimum de estética social, segu'irá rodeando Jos años de la e
i hombres para cantar con Sll propia voz, participar ellos mismos en una,
madurez sexual. En las sociedades de insectos, este periodo e-s, por otra ceremonia mayor, empujar con su propio pie 11n verdadero balón o tallar
parte, el, único, en el, cual una cierta independe!lcia de comportanliellto Sll silla en un tronco de árbol. Pero estos hombres son el elemento exte-
';
se l11ánifiesta en la minoría reproducto¡!a. " ,
riorizado d'el dispositivo social y Sll fllnción consiste en traer a la multitud
~
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, 347
"

346
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..
·la ración necesaria de participación. social. La multitud, por su parte, duda, estará luego en capacidad de dar a .los órganos de producción te-
no cantará más .el1 las bodas y no seguirá más la retreta con antorchas r Iedifundida un acopio de emociones refrescadas. .
en sus cortos paseos, ella ya puede evitar el contacto directo COl1 el canto Similares perspecti\!as· pueden parecer exageradas, abusivamente pe-
de los pájaros forzando', un poco el tono .del transistor. . . simistas .. Sin embargo, ha}' un aspecto de la evolución qlle no parece
En su·. aislamiento microétnico,· los miembros del grupo tenían bien haber llamado la atención hasta ahora. En la perspectiva más optimista,
que.l11al, que ~ab~icar ell~s mismos sus can1is~s y su estética social, al dentro de un .número limitado de gene.raciones, los problemas de. la ·vida
preCIO de una pérdida de tIernpo, lo cual no dejaba al organismo colectivo manual estarán liquidados; .[a gllerra·y las divisiones políticas habrán ter-
más qlle un beneficio modesto. Es evidente que una economía considera- minado, es decir qlle la aventura humildemente física y, las razones de
ble s: ve realizada e? ,un sistema en el cual el sujeto productor comparte mantener una ideología épica habrán ffillerto.· E.I mundo .estará estrecha-
su \Jl?a entre !a actividad pro~uctora ~ _la recepción pasiva de su parte mente copado por hombres sanos y nutridos, activamente empleados en
de vida colectiva; parte escogida, dosificada, prepensada y vivida por hacer sobrevivir la masa definitivamente estabilizada en sus límites. El
otros. C01no en el caso de la liberación del arte culinario !)or la conserva, m a.r, el bosque o la montaña no ofrecerán a la aventura más que el
la . de las operaciones sociales a través del televisor es una O·al1al1cia colec- accidente. Es ya sintomático ver la doble orientación de los periódicos
tiva, TieIle ,con10 contrapartida un ri~sgo de jerarquizació; social proba- populares hacia la .aventura sentimental de los .príncipes o de las estrellas
blernente ~;as marcado que la de los tiempos anteriores; una estratificación del cinema, y hacia 1,1 catástrofe, La situación actual transpuesta en un
por selección ~a.c,i0nal qlle s~parará de la masa unos elementos raros, pa.ra mundo pacificado, poblado de hombres idénticos en Sll modo de vida }'
darles la posicion de fabricantes de evasión teledirigida. Una minoria eI1 sus ·gllstos, deja la impresión de un \'lCÍO en lo relativo a llnC? de
. r:l~S y ~1ás. r~strin~ida ela~or~rá 110, solal11en~~ los pro~ran1as vitales, po~ los atributos especificas del bo mo snpiens: el qlle asegura, en el clIerpo,
11 tICOS, administrati vos o técnicos, SIno también las raciones de emoción la mano y el cerebro, el privilegio individual de la creación material }'.
l~s e,Ta:iones épicas, la imagen de una vida que se habrá vuelto totalment~ simbólica .. El apocalipsis teilhardiano y el apocalipsis atómico no ofrecen
~Jguratl"·~,· })ues lln.a vida social pu:-al11ente figurati\'a puede sustituir sin 1 solución, pues. una u otra pueden mlly bien situarse a un plazo geológico,
'11 . .
rnconveruentes la ,'·l?a soci~l re~l. La vía existe. desde el primer relato de i y la humanidad, en cambio, puede ffilly probab'emente encontrarse ante
·1., .

caza del. l)~I:antrOl)ldo, .111as aun, desde la prInlera novela o el primer 1! la .obligación ·de enfrentar, en un próximo. futuro, el problema de su
. re!ato de \'la)~. Ya hoy la ración emocional está constituida I)or unos 11100-
j rehumanización, corno el de su equilibrio demográfico.
tajes etnograflcos compuestos sobre unas existencias muertas: los Sioux
caníbales o .filibusteros, quienes forman el cuadro de. sistemas de relación
pobres y ,ar~itrarios, Uno puede pregLlntarse cuál. 'será el nivel de realidad
de estas lmagenes .someramente rellenas de paja cuando los creadores sal-
g~n ,de cuatro generaciones de parientes teledirigidos eI1 sus contactos au-
dlO\!IS~la~e.s con un n:Ul1do·· ficticio .. La _.in1~ginaciór1, al no ser más qu·e ;

.'

la l)OsIbt]ldad de fabricar algo nuevo a partir de lo vivido, corre el rieseo


~e una baja se~siL)!e. El nivel mediocre de las lecturas populares, de i~s
Ilustrados, de la radio y de la televisión es una indicación interesante:
corresponde a una sel.ecciól1. natural de los creadores y de los sujetos tra-
tados y se puede conSIderar que la D1ayorÍa estadística de los consllmidores 1

J .
r~c!be . el alinle~to. e~~ociol1al .apropiado a sus n~cesidades y a sus posi. '1
bllldad.e~ de aSl~11IlacIon. Pero· nuestro nlun~o "l,'e sobre. lln capital de
S~lpef\'l~!l.~q.tes, el cual pll~d~,as.egurar una CIerta l!eCllpera~jón de la rea~
lldad "l'vlda. Dent.ro de dIez. generaciones, el creador de ficciones sociales ';

ser~ p:?b,~blelnente, seleccionado y colocado en unas prácticas de t~renatu.


rallzaclon . en un. parque donde· tratará. de re1110\1er lIn pedazo de tierra .~
:!
con un ~rado COl)i~c!o de los museos y. a!:rastrados por un' caballo sacado i
I

de una reser\ra; l1ará su sopa ·en falnilia y organizará unas· \'isitas de ,re- , 1 •
:

c!ndad)· actuará en u~a boda, irá a .\:e.nder ~nos r~pollos· a otros prac-
~lcantes .en un p:queno mercado y r~aprender~ .a.. confrontar· los muy .\'ie-
J os escrItos de Flaubert con la realldad escualldanlente .reconstruida. Sil1
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348
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..

.XIV

EL LENGUAJE DE LAS, FORMAS··

-.

El comportamiento figllrJti\~o es inseparable del lenguaje: emana de , I


.Ia misma aptitud del hombre para reflejar 1,1 realidad en unos símbolos . '1

verbales, gestLla-les o materializados en figur3.s. Si. el lenguaje está ligado



a la aparición del útil manual, la figllración no puede ser separada de
la fuente común a partir de 1~1cual el hombre fabrica }T figura. Asimismo
puede. uno esperar encontrar un paralelismo estrecho en el desarrollo pa-
leontológico, y en particular observar en los materiales una modificación
profunda y rápida 'desde el momento en el cual las últimas etapas pa-
.,¡ .
leantrópidas conducen al hD"10 snplens. .
.~
. No es fácil dar una definición formal del comportamiento figurati\To,
1:1 .plles si separanl0s con' claridad el teatro de la pintura, o la pintura de
,
caballete del papel pintado, los planos se cruzan cuando se intenta su-
".... mergirse en el tiempo o en las formas étnicas diferentes. Hemos visto
l
.'
mis arriba que la estética social era profundamente figlIrati va: ceremonia
y teatro no están categóricamente separados, el decorado de teatro y.los
frescos de. l10 templo pueden igualmente figurar l100S acontecimientos mi-
tológicos o históricos. .
.' .
Sería azaroso formular con demasiada precisión una hipótesis sobre
el momento cuando las sociedades pasan del ceremonial' vivido a la re-
.presentació·n teatral, o de la figllración percibida corno esencial a la de-
. coración pura. Un corroboree australiano, con Sl1S trajes y St1S accesorios,
StlS episodios en 105 cuales 10's danzantes miman el comportamiento del
animal mí rico, no separa ceremonia y teatro; el Paleolítico superior, con
'.
Sll arte conocido por miles de ejemplos, ofrece unos testimonios de figu-
r
ración tan buenos sobre paredes o sobre placas como en objetos utilitarios
J
J
~ revestidos de una envoltura decorativa. En los dos extremos del tiempo
.!
I

, del h01Jl0 sapiens, los primitivos acusan la misma indiferenciación.' ¿Bas-


.1
q tarla, plles, seguir el hilo del tiempo y la escala de las jerarquías tecnoeco-
! nómicas para descubrir el punto donde lo relig-ioso, lo social y lo teatral'
j se separan? Es una ficción, pues en todas las sociedades, las formas co-
existen y muestran gradaciones insensibles.' Que se trata de un sacrificio,
.j'
.!1
.1
i 351
A
....,
,
'A
.
'1 .
,.~,,
. . es accesible antes de las primeras escrituras. Al intentar una paleontología
de un discurso político o de una comedia, la relación de 10's' individuos del .comportamiento . figurati\~o" ~onstatam.os qlle los mater.i~les son nulos
figllralltes con la materia figurada es menos importante qlle los valores · ' de' los orí senes hasta el Paleolítico -supe.rlor, pero en relación a los 5.00.0
comunes entre figural1tes y espectadores, que permiten injertar sobre una . años. de r~troceso sobre el lenguaje qlle permite la es~ritur~, se. dispone
cadena operatoria de carácter religioso' o social. un aparato estético acorde de una' treintena de milenios' de evolución para los testimonros fIgurados.
con las emociones que mejor convienen, Este lenguaje emocional.. del .Aparece también que la figuración gráfica nace .con el. primer desarrollo
cual una parte de los valores es de origen: biológico 111uy general y cuyo del bomo .sapiens, lo ,~l141constituye una indic~ció? de valor .. E,l p~oblema
código de símbolos es, lJor el contrario, fuertemente específico, constituye es de. encontrar las vras po.r las cuales se deslizarían unas hipótesis sobre
el arte figllrati,ro propiamente. . el comportamiento de los antrópidos más antiguos. U~a primera ví~ lleva
Por eso, no hay 111ás arte que el utilitario: el cetro, símbolo de la a investigar si todas las actividades Figurativas (motrices, vocales, Instru-
potencia real, el báculo, .cayado simbólico del obispo; la canción de amor, mentales) son asimilables a la' figuración gráfica; en tal caso, no habría
el '111111110patriótico, la estatua materializando el poder de los dioses, el nada qlle hallar hasta . los últimos ~eand~~thalenses. ~na segunda vía ind~.
fresco rememorando los. horrores del infierno, responden a necesidades ce a aclarar las relaciones' entre flguraclon y lenguaje, lo cual aseg'urarla
prácticas indiscutibles. La espontaneidad no está en los móviles, sino en un asidero débil,. pero interesante,' fundado sobre el desarrollo cereb.ral. .
el florecimiento del lenguaje de las formas .. La sorprendente aberración . El cornportamiento figurati\'o, como ya hemos visto,' no . s~ .aplica ni
de los prehistoriadores de fines del siglo XLX an te 'las obras paleolí tiras, a 1,1 estética funcional ni a los sentidos desprovistos de posibilidades de
ha sido la de inventar 11n "arte por el arte" fundamental, mientras que reflexión simbólica como el olfato, el gtlSto o el tacto. No posee,' plles, en
Lascaux no está rnen os insertado en la "ida sociorreligiosa de Jos COI1- tanto que instrumentos posibles, más qlle la audición, la visión y el cuerpo
temporáneos de sus pintores que la Capilla Sixtina en la de Roma del erl gesticulación. Dado lo que' se sabe del dispositivo de Jos nl~~íferos
siglo X~'I. COI110 el lenguaje de las palabras, el lengllaje de las formas superiores y del hombre, la figuración fluye .directame~t~, en el s~s~~ma
es más ·0 menos rico y elocuente; I)or base está destinado a significa,r, y de relación por los sentidos de referencia dominantes (visión y audición)
un arte que pierde su objeto cae 'en la antítesis. Esta es, I)or otra parte, y por la motricidad. En otras palabras, la figuración t.oma las mismas vías
justificable COI110 una salida de auxilio contraimaginativa ; 110 contradice el ==r=
qlle' la. t~cnica y el lenguaje: el y la man?,. el OJO y el ?í?o. Aque~lo
carácter primordial de los aspectos significativos. No es 1)or casualidad qlle distingamos como .danza, mimo, teatro, musica, artes graf~cas Y'.plás-
cjue tantos creadores contemporáneos buscan un retorno decorando ca- ticas pertenece, pues, a la misma fuente q:le .las otras' ~anlf~staCl{)?;s.
pillas .. Establecida esta comunidad elemental entre técnica; lenguaje y flguraclon,
El lenguaje. de las palabras }T de' las formas, de· los ritmos, de las p.arece sin embargo difícil seguir la misma ví~ paleontológica ~~e ha per~
oposiciones, simétricas o asimétricas, de frecuencia .0 de intensidad, es el f
mitido mostrar el desarrollo de las áreas corticales de la rnotricidad cons-
dominio de la libertad 11l1111ana; está ligal1.o a las fundaciones biológicas ciente y la contigüidad de los territorios donde se integran las cadenas
y reposa sobre una significación pragmática y SOCi;l], puesto que .1Jalabra ·
"
técnicas y las cadenas verbales, si no es pa~a descubrir de nuevo. qué ..len-.
y figllración son el cimiento que liga los .eJel11entos de la célula étnica. ', ..
t• gllaje y figuración emanan de la misma aptitud para extraer de la realidad
Pero a la inversa y de manera exclusivamente humana, él aS'egura, indi-
,'.
unos elementos que restituyen una imagen simbólica de. esta. realidad. Pero,
vidualmente, el. escape liberador, tanto del artista COI110 del COI1SUl11idor, mientras que las figllras verbales, en las palabras y la sln~axls, son como el
en el. confort de una inserción perfecta en el pensamiento colectivo o en equivalente de los útiles y de los gestos n:anuales, destlna~os a aseg~lrar
la contradicción y el ensueño. . una fijación eficaz del mundo de la materia y de las relaciones, la fIgu-
, La doble naturaleza. del arte, co]ecti"a y persollal, }lJCe qlle sea jnl- ración se funda sobre otro campo bio~ógico como es el de la percepción
posIble' separar coml)Ietanlente lo "l)agado:' de lo "gratuito", el arte nlO· J"
d'e los ritmos y de los v'alores, común a todos los seres vivos. Util, len-
ti\rado (iel arte I)or el art'e; COlno es inlposible, l)or lo inel10s en los extre~ . gllaje y creación rítmica r'epresentan, por consiguiente, tres ,aspectos con-
,

nl0S, separar radicalnlente lo figurati,ro. y . lo decorati\'o. .. ·,: tigllOS del misnl0 proceso.
La aplicación de los datos .de esta contigüidad a los antrópidos ante-
riores al honlo SapieJ1S sólo Pllede ser muy indi.recta y hemos visto que la
ORIGEN y PRIl\1ER DESARROLLO DEL COl\fPORTAMIENTQ FIGURATIVO ritmicidad de las percllsiones de carácter técnico está asegllrada desde los
allstralantropos, o -sea, el nlás' antigllo testigo conocido. El. primer útil fa-
Los testin10nios técnicos, como l1enlos \'.isto' en los .!Jrinleros capítlllos bricado flle obra de llna continuidad de choques y no ha podido ser uti-
d'e este ,rolumen, aseguran una serie' ininte.~·rllmpida de docuDltIltos desde ',:
lizado más que medi~nte percusiones repetidas. ,La creación de ritmos' so-
. los australal1tropos hasta nue.stros días. Utilizando conjuntamente estos l11a· noros, ya no figllrativos sino técnicos, es lln hecho desde el origen; por
teriales y los datos sobre el desarrollo del cerebro, se ha intelltado l1acer otra parte, los balanceos rítmicos y las -señales sonoras repetidas, están
el esbozo de una pa~eontologÍa del lenguaje, puesto g.ue ninbrún testimonio
'.
..;.• 353
,S?-
....
'

"

,"
.,'
.,

!
anti OliOS, 'el hombre de' Neanderthal
ha ,dejado decenas de sitios de hábitat.
suficientemente atestiguados en los mamíferos superiores corno para que 'Entre estos últimos y los' del Paleolítico superior, se ve, efectivamente na-
se haga acreedores de ellos a los 111is viejos antrópidos, Puede decirse que cer el arte de grabar, de pintar y de esculpir. .Nace de una manera tan
las formas motrices y sonoras de la figuración existen virtualmente desde progresiv'a qlle pOdelTIOS estar completamente seguros en cuanto a su ca-
la aparición de ,los primeros antrópidos, tal ,COfil0 se puede decir de la .rácter inicial. , '" , .' ,
metalurgia que existe a partir del momento cuando, una vez conocido el Hacia' fines del, Musteriense, más o menos hacia 50000, se comien-
mineral corno .colorante, 110 faltaba sino que, la materia, fundente y las zan' a encontrar fragmentos de ocre rojo, sin 9ue ~l uso de este c<:lorante
altas temperaturas 'cerámicas confluyesen para que apareciese el metal. No esté atestiguado por ninguna obra. Podemos .imagtnarnos que s,ervla para
se puede;, tanto para la figuración' motriz corno para la metalurgia, asignar ;
},_ d ción del ClIerpo de los hombres o para embadurnar objetos o su-
. ,1. ecora 1 ' 'd' , t
un . punto de afloramiento riguroso, puesto que los elementos preexisten 1
~
, fici mas nada cierto puede' ser deduci o,' SIno qtle nos encon ramos
al fenómeno particular.La ritmicidad figurati\ra sonora y gesticulatoria
" .
.per lC1les, .. 20 000 años le)'os de las primeras figLlras explícitas cono-'
por o menos .' "b' , 1 t
salió probablemente a lo largo del hilo del desarrollo, 'geológico, corno 10 ,
';

cidas. Pertenecientes a la misma época, 'conocemo~ tam len a gtlr:~S razos ...
~ .
hizo el, lenguaje, en sincronía con el desarrollo de las técnicas. ¡
l.
"

rabados en bloques o cúpulas excavad.as en, la pledra.· Son, también cono-


. En el estadio de los australantropos y de los arcantropos, no se ptle- j' '~idos tanto en Túnez como en F rancia, tInOS amontonamIentos de b,olas
den abrigar muchas esperanzas de encontrar manifestaciones de un nivel "
de 'piedra esferoides. De tal suerte, pues, un poco antes ~el ROl/JO ¡sadPrens,
1 . El ' d t ful seres se precisa con e escu-
diferente al de las técnicas. El período que va del primer chopper al de

.i
I
aparecen Ílll zotes. ' carácter e, es os or : A e
los últimos bifaciales cubre varios centenares de milenios y precedenternen- 1 brimiento e; un hábitat musteriense muy adelantado, en, rcy-~ur-, ure..
te hemos visto (capítulos IV y XII) que las formas han evolucionado ' . t· ,'t'dad de obj etos que los neanderthalenses hablan traído .a SLl
d e cier a can 1 .. hi for d esferas
n1uy lentamente hacia la simetría y el equilibrio funcional hasta llegar a Se trata de dos masas de pirita de ierro
"l orrna as por ,
cavern ..~. . d concha de gastero·
LInos útiles que parecen ser, desde nuestro punto de vista, una verdadera . ruaosas a alomeradas,
C' C>
el molde interno e una gruesa t

búsqueda de la regularidad, de las. curvas y de lo acabado del retoque.


Incluso si no hubiese búsqueda consciente de parte .del obrero, el cual no
era todavía más que un pitecántropo, incluso si se debe considerar este
equilibrio de las formas como una simple propiedad zoológica, la pose-
sión del medio de pre\7er la forma a través de la materia y de llevarla hasta
los límites de la perfección estética basta para hacer oto.rgar a los hombres
de antes del hombre de Neanderthal un nivel correspondiente de rnanifes-
raciones figurati\!as. Sabernos con certeza que éstas no alcanzaban el nivel
de .las representaciones grabadas o pintadas, puesto que, incluso al final
',(le su carrera, el hombre de Neanderthal, a duras penas, deja ver los sig-
..
,
',.
".'
nos precursores de ellas; ·!)ero formas toscas de, la danza, del canto y de ' " '

.. ..• •'
las percusiones son razonablemente imaginables, pues si las raíces de la '

,
.,
,

técnica se hunden hasta los australantropos, no hay motivos científicos que


impidan hacer bajar hasta a!lá las raíces del lenguaje y de los ritmos,


,
EL ALBA DE LAS I~1AGENES

La restitución del comportamiento figurati,'o en el dominio de la ~


..
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•.••. ,,#~
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~"",. .. .IJ'~- ..
motricidad y de los sonidos, pertenecerá siempre a la conjetura, Es casi ......{.I.,.
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cierto que los paleantrópidos cantaban, mas ¿qué figuración evocaban sus I

ejercicios. vocales _? Nos sentimos' inclinados a' suponer en, ellos más la
expresión de sentimientos' que la formación de ideas complej as: en rea-
lidad' también se podría entrever la hipótesis de cantos de cacería, 'pero'
. sería tan gratuita C01110 la de cantos de funerales. Nosotros sabernos so- : .' . ., ..
, ..

-Fi 128. Objetos naturales curiosos recogidos, por los, musterl~n~es.


lamente (lue. cazaban y se preocupaban de sus muertos. En can1bio, los D~'la izquierda hacia la derecha: molde de ga~teropodo, pollP)ero esferlco,
primeros signos de figuraci?n fosilizada no pueden escapar, pues, si se co- " bloque de pirita de hierro. Arcy·sur-Cure (Yonne ' , .
nocen 'mal los hábitats de', Jos arcantrópidbs y de los paleantrópidos más
355
354
,,
podo fósil y un polí pero esférico de la Era Secundaria (fig. 128). Nin- los primeros testimonios figurados. Hemos visto que no' ·se trataba de una
gún sentido descriptivo es sensible en estos vestigios constituidos por unos revolución radical, sino que la situación había sido preparada largamente
esferoides y una. espiral, pero se trata del primer testimonio real del re- con los paleantrópidos Y'. que, a partir. de un cierto punto de madurez,
conocimiento de las formas. Es también el primer signo, Illuy i rnportan te, .la multiplicidad. de las posibilidades- de 'asociaciones innovadores transfor-
de la búsqueda ele 10 fantástico natural. El sentimiento estético que. con- maban rápidamente las sociedades humanas. .
duce al misterio de las formas raras, conch as, piedras, dientes o defensas . En el .Castelperroniense, en el Auriñaciense y mis tarde hasta el Ma9-
y huellas de fósiles, pertenece con certeza a un estrato nluy hondo del d·aleniense. desde 35000 hasta 10000 años antes 'de nuestra era, los fo.-
comportamiento humano: no solamente es el primero atestiguado en el .~.
, siles (amonites, belemnites, trilobites, cristales de cuarzo, de .galena, pí-
.orden cronológico, sino también es una forma de la adolescencia de las ·ritas de hierro) recogidos po.r el hombre son numerosos y se ~nen direc-
ciencias naturales,' l)ues en todas las civilizaciones el alba científica se ·tamente en el mundo postpaleolítico con los innumerables' ejemplos de
inicia en el baturrillo de los "curios", Es fácil establecer. los vínculos de colecciones de piedras raras }' de objetos insólitos, tanto en los primitivos
esta búsqueda con la magia, pero en este momento, el hecho en sí es ya i·
.1
como en los civilizados, En cuanto al mundo postpaleolítico, sabemos, gra-
suficie?temente significativo: el arte figurati\ro propiamente dicho está ·cias a unos testimonio-s históricos. o vivos, que este material heteróclito está
precedido por algo más oscuro o' más general que corresponde a la visión j connotado de valores en los cuales la estética participa con 'la magia y la
.'reflexionada _de las formas. Lo insólito de la forma, resorte potente del J.,
farmacopea, en un complejo intel~cttlal en· el cual sería inútil t;azar Ilí~ites .
interés figurati\1o, 'existe sólo a partir del momento cuando el sujeto com- ¡
.j
¡
Por otra r=«. no vemos p~r que el .arte de la ~aturaleza serra mas gra-
para una imagen organizada de su universo de relación con objetos qlle
i
tuito" q~e el de los hombres: se inserta en el nusmo c·ampo. de preocupa-
.entran en su call1po de percepción. Son insólitos al extremo Jos objetos 1 ciones. Las direcciones que torna la estética .de la-s form~s na~ur~I~s .~n los
.que no pertenecen directamente al mundo viviente, J.)e-ro que ostentan, sea I
1
medios de gran. civilización dan precisamente una preClos~ indicación de
sus propiedades, sea el reflejo de las propiedades .. El mundo viviente de
!
i ello. Los Chinos y los Japoneses, a este respecto, han segul~o exactame~te
]05 animales, de las plantas, de los astros y del fuego, inmovilizado en la la misma vía de transferencia qlle los Europeos: la del' gabinete de curio-
piedra, representa todavía para el hombre actual una de las fuentes un sidades, Desde la Edad Media hasta el siglo XIX, entre. nosotros, se crea, a
poco turbias de su interés por la. paleontología, la prehistoria o la geolo- raíz del goce estético de las formas .raras y ~spontáneas,. una corri:nte ~vi~.
gia. Las concreciones, los cristales y sus. destellos, conmueven directamente goros~l de colecta que se dirige, ya. n<:> enter~mente hacia la ma&la, SIno.
los fondos· del pensamiento reflexionado del hombre; son, en la natura- mediante transiciones como la alquimia, hacia las formas evolutivas del
leza, sirni lares a palabras o pensamientos, símbolos de forma' o movimien ,
conocimiento mágico, la farmacopea y las ciencias n~turales .. No .e~iste la
. too Lo (lue hay de misterioso e incluso, de inquietante por descubrir en ¡ menor duda de que el "Museurn", heredero del gabInete de curiosidades,
la naturaleza, esa especie de. reflejo fijo del pensamiento, es el resorte ¡ si sue siendo hasta nuestros días el lugar donde se recogen las rarezas, las
de 10 insólito. 1 fo~rrlas monstruosas y excepcionales, los cuerpos que difieren de 10 "bien-
1:1
Es sumamente interesante constatar que el primer movimiento de una conocido" . .
I El arte de hoy, al igual que el de Extremo. Oriente desde hace siglo:;,
estética espontáneamente figurati,'a
~. es el mismo que se continúa a lo 1ar(10 I
I

en i
~

de la experiencia humana, en los individuos eODlO las culturas, El' oro, I ha tomado las formas naturales bajo el ángulo estético sencillamen.te, en el
el . diamante o las piedras preciosas, provienen (le la misma fuente que. .1I . . proceso de exteriorización .o de liberación del arte que marca su etapa
las piedras extrañas .de los musterienses, plles, en definitiva, la cima del j


moderna. El arte "bruto", la piedra sorprendente, la raíz complicada, el
interés qlle tenernos por la materia, )'a había sido alcanzado por el horn- cristal, el pez laminado entre .dos hoj~s de. esquisto, vu~el\!e,n. a ~ncontra':
bre de Neanderthal, ¿ Ligaba }1a él sus curiosidades con la magia? Sería un plano estético alcanzado desde varios SIglos en el jardín chino; mas
difícil afirmarlo, .a pesar de qlle podamos. estar seguros de ello aleunos ellos vuelven a encontrar también, d,e una manera tranquilizadora para la
nl1'J es d e ~nos
- mas , tar d e. . .' .' .~ unidad hurnana.. la búsqueda de formas insólitas de los últimos pale.·
En 'efecto, a parti.r de la aparición de' los primeros "curios", el ras- .I,
, . antrópidos.
tro se sigue sin discontinuidad hasta las vidrieras de los anticuarios. La .?

entrada en. el Paleolítico superior 11a sido fijada por Ios prehístoriadores
en las cercanías de .35000 antes de nuestra era en el viejo mundo' occi- EL RIT~IO FIGURADO
dental, 'es decir, en el Castelperroniense ·0 el Auriñaciense. Esta asigna-
.Ya hemos hablado de las misteriosas "marcas de cacería" constituidas
.ción no es casual y. hemos visto ya que ','arios hechos capitales marcan los
por unas varitas o f.ragme~tos de htleso marcados de incisiones regulares
diez n~ilenios en los cuales nuestro uni,rerso ~e constituye: e\yolución hacia
el ¡,01no SapieJ1S gracias. ·al desbloqueo' prefrol1tal; intensa diversificaciórl (fig. 82). Apa~~cen tal ,rez a partir de fines d'el Mllsteriense y,' en todo
de los productos técnicos; estructuras cOlnplejas. d~ hábitat; aparición de' caso, son ya· frecuentes en el Castelperronie~se.· Duran hasta finales del

356
357

.,
-,-,---,_,---- ____ o __ , __ o __ .. ,

.
,

hombre mujer y/o' caballo-bisonte . que llenaba las condiciones de, expre-
sión buscadas para traducir probablemente el contenido de un mito. A
pesar de variantes. sensibles según el tiempo y las regiones, este contenido
fld~. ~e ha visto en ~llas un sistema de ellume~ación de ~~~osp, re~sas e~~o~o-
en ario; l11Uy poco importa por el estado dI'" ' a· reina uniformemente desde el Ural hasta Ji Dordoña y España. Por consi-
parezca l)oca cosa, figuran la intención' de e ~s. ,Col10clnl1elltos". A~nque
o
guiellte,' las' condiciones son tan buenas 'c,omo si se estudiara la evolución
'el ritmo, Desde las más anti uas ti', uras la repe~JCI0n y, por CO!lsrgUl'e!1te) del' comportamiento .fig-urati~l6 desde el siglo 11 hasta el sig'o xx tomando .
a!ineaddas1 eSft~n asociadas COI1 glos síl~bo1~s f~n~~~~~~o~eloraycallsalonloa.s cápsll1las como hilo conductor la iconografía cristiana., ;
51\'0 e a" o ', , , . , es exc lI- , Es ffilly importante también notar que las obligaciones técnicas son,
d f' rguracion ritmica. Cualquiera qlle sea el sentido d 1 .r. independientes del transcurso del tiempo: el arte es un instrumento mejor
e rayas, .irman el primer testimonio de una 'y, dad ' ~, as senes
. cercanías de 35000 ' - t d ., ,er a. era flg.uraclol1 ell las qlle la técnica para' medir, a 1,1 humanidad, pues si' los aurifiacienses tuvie-
anos an es e nuestra era. ' . ron .que esperar 30.0.00 años para' poder mostrar Sil inteligencia con la
Es un poco antes del Solutrense cuando aparecen loso b electrónica, Sll ocre y ·s.u manganeso raspados eran colores buenos, las cri-
.los pe.rforaciones regularmente espaciadas. Los testirno . tu os de hueso
os mejores de ellos provienen de la grllta de Ist it ruos 1 son e~caso~ _Jo nes de S11Spresas dieron buenos pinceles, sus buriles dé sílex hubieran
neos; también se conoce un obi eto id un 2, ellos BaJOS Piri- rayado el acero: S11 material de artistas, les ponía, por consiguiente, en
da1eniense de la URSS, en Mo¿do,,~a~clp o, encontrado .en un sitio rnag- igualdad en cuanto a los medios de, expresión con los hombres actuales.
ele 20000 años antes de t ': arece que, hacia los alrededores Este material comenzó a existir a fines del Musteriense, pero de 50.000
. nues ra era encontramos 1 ' . . hasta cerca de 30000 su. lISO no había sido aún aplicado a la figuración
trunlentos musicales cono' cidos D ~, , d os mas antIguos rns-
,
~I~nzpo'd i: , e run sun 1110 o aq 11 '
simplemente que algunos b testimonios t~fla~o~n~n
o 1 o conservarse, es posible imacina t d 1 'lb
l'
IC: l1
1 n co-
ueso,
ii naturalista; el buril servía para trabajar el hueso y los colorantes eran des-
tinados a usos sin duda decorativos, pero que ignoramos.
arIJas de mader., de j unco de El período prefig"ratil.'o abarca las primeras manifestaciones: recogi-
!

. d ~ ar o os os 51 atos, f1al1tas o
blernente descon¿cidos Ell' cOll:e~~~lcl'ae fl101anldut,s= perl11anecerán proba- da de "curios", rayas paralelas grabadas, líneas de cúpulas, colorantes usa-
f o' , '- " " ' s OCU111el1tosson ' ..r'
dos corrientemente, filas sin testigos figllrati\Tos .. Este período se despliega
pero orma 1es: entre el 3)- (J y el 200 '1 ' . , nluy escasos,
' d
b la . ". ' 1111 eruo Stauranle t 1h b . lentamente a lo largo del Castelperroniense y ,se encadena en el Auriña-
ominado )ra la 'figllracióll del ri tmo 'b n e e 0111 re ha-
. . .. .'
ciense. Es durante este último que aparecen las primeras figuras, entre
30000 y 25000 antes de nuestra era.' . .
, 'lA FIGURACION GRAFICA Y. PLASTICA El primer desarrollo está, atestiguado por algunos sitios prehistóricos
!
.1
1
bien fechados, en Francia' y en España, sitios que' dieron, uno de ellos
.. La ~lú;i~a, 'las manifestaciones coreoarificas 1 ',,' (abrigo Cellier en Dordoña) una serie de obras auriñacienses bien aisla-
bres prehistórico, se nos escaparán sin d d t»
.
,Y a poesía de los horn-
u a para sIelnprc· e . l' . d j .... das cronológicamente, y. otros dos (La Ferrassie e Isturitz) unas. obras
casos, se puede suponer que su n ive] medio ..'. n e llleJ.or . e '!os 'j escalonadas en el tiempo desde el Auriñaciense (30000 más o menos)
. tar o al de escul ir 1 1 l' no era inferior al arte de 1J111· hasta el Gravetiense medio (23000 más o menos) ~ Además de esto tres
cambio, sobre· esfos' Úl~j¡~ll01as'jlaaCedlamentar "a}11argal11cl1tesu pérdida. En J yacimientos de base, se conoce una media docena más, los cuales han dado
. ." . ., ' OCll1))eIl taCJ011 es b d ',
autorizando el establecirnienm de una t tori al un al1te y precisa; unos documentos concordantes y que yo he agrupado en otros trabajos
, ra}'ec orra evo utiva 1 ' 1
que sea conocida en las artes uesto u v ' ' ".' a rnas arga en el estilo 1 o el periodo primitivo, " _
hasta cerca 8000 antes d
. . . e nues' tP
fa era ..
q e a desde los conflnes de 30000
,
Desde el punto de. vista de su ejecución, estas primeras obras son
,Has.ta ahora, el arte lJaleolítico' está circunsrrí ,... ... i exactamente lo que se podía esperar de un comienzo, Son unas placas de
en Siberia, cerca del la 0'0 B'll'ka'1) t '1 U n1scrl to (sal\<o ell U!1 lJL111to I
I calcáreo sobre las cuales,' se vuelven a encontrar las incisiones paralelas o
b .~.. ell re e fa}' 1 Atl' , ' , ,¡

ropa telnperada. Su llnidad fiQU t' 1 ,e antlco, en la Eu- 1i las lineas 'de cúpll1as, haces de ,rayas entremezcladas y ,curvas torpemente
l)uesto que CO!lstantell1e~te p~ fa ll'a :-n e" espaCIO y el tjel1lpo es 110table .,¡
, organizadas en cabezas de animales y en símbolos femeninos (figs.' 84 Y
nas y fem;ninas ~1 ieua1 u ne. en1 }ueg_o un grupo de figuras 111ascu1i~ ,¡ ¡
85)., Desde el Castelperroniense hasta el Gravetiense medio, las figuras
;)
dos principales. 'Estas bp~(ti:!ase naonJUlaes!· f,endo el c~ball0 y el bisonte los ,

"
,
maduran, se despejan; los animales se vuelven identificables zoo1.ógi~
sistema aparentemente n~uy' COI11 ls~n e b~gar apropIado. para entrar en el ,
;
(amente. .. .
1 . lJ_,eJO cu lerto' por lo ' b 1 . .:
}

Un primer hecho es bastante notable: las marCas rítmicas son ante-


amente para subrayar el l1echo d 1 f' s Slnl o os, Slno sa- '1
l~
que las· grabadas sobre placas e= ¡:se b as Iguras de 1.as cavernas, al igual ,

J
riores a las figuras explícitas, pero éstas se integran,' por adicione-s, como
,1
rente y gue 'no se, trataba del' ~ P tJ an .un ,penSJl1:Iento religioso cohe- !
}
.si se tratase de un contexto único progresivamente explicitado por los
, d El - ' ,amon onanl1tnto fortu1to d f" d' •
I símbolos vistlales. las fo.rmas explícitas son, primero, óvalos femeninos
rata as. ' estudIO estadístico de ,'ario '1 d e I,guras. lspa-
. calTernas o de los' objetos de art s mI es . e representacIones de las " (fig. 129') (las mujeres representadas c~~pletas vendrán 1llego ) y .unas
. e, n1ucstra que hubo un tema central:
359
358
-------tílr torno, o bien por necesidad, en cualquier momento, como sucedió con la
.!~~~--~
.f'~ , ._ escritura, el blasón y la publicidad.. El punto que diferencia la figuración
de las técnicas es precisamente la libertad, al menos 'relativa, de', su
evolución. ,
La primera' .certeza aportada por '10'5 hechos ,'es que' el, arte fi~urati\'o
nace de una. manera coherente, como un afloramiento muy progresivo: las
,avanzadas del pensamiento simbolizable' aparecen primero, mucho antes
que las figuras se organicen en el, realismo. Los milenios siguientes nos
hacen asistir, efectivamente, a la paulatina insurgencia del realismo. "
Realismo )' esquematizecián. Es difícil, usar estos términos en un sen-
tido qlle satisfaga completamente el espíritu. Me esforzaré en ~estr~n,gir
el sentido de, «realismo" a ,1,1 tendencia adelantada hacia una fIguraCión
, . ') "exacta' a 'la vez de las formas, el movimiento y el detalle. Ciertos gra-
\ ,/ bados de renos ° de caballos del 1vfagdaleniense tardío soportan la sllper-
posición· del calco de fotografías tomadas en el mismo, movimiento; se
Fig. 129.
Bl~q~,e grabadC? del Auriñaciense de, Dordoña, sobre el cual están figu-
puede, plles, hablar de su realismo. Sin embargo, el término es siempre
rados sln1bolos femeninos e incisiones rítmicas .abusivo en 'lIn cierto .sentido: los detalles del' pelaje, por ejemplo, pueden,
no ser notados, de suerte que interviene siempre una cierta esquematiza-
cián en la forma, el movimiento ° el detalle. Es posible que exista igual-
~abezas·~ segmentos anteriore~ de animales sin formas. En todos los con. mente la intervención de un fenómeno particular, frecuente en las figuras
Jur:tos .blen c_onser\'ados, p.utIcularmente en la gruta Cellier las fi auras
r en cesterías' o tejidos, corno es la geometrizacián, la reducción de las imá- ,

~f;n a~~~ematlCa~1ente agrupadas: sig~os rítmicos -\'ulva- ~nil11al.bDiez genes en triángulos o en diversas figllras geométricas, muchas veces sin qlIe
. despues, en Lascaux, ,y gUlnce n111 años, más tarde en Sicilia ,el ejecutante se recuerde de, 511 .sentido. En, (llanto a la estilizacián, es una
los mismos .elernentos, de 'lln realismo y una habilidad de d -E" '1 " ' palabra qlIe podría ser preciosa si no tuviera en su uso un sentido extre-
sión 'est ' , da J io compren.
trarí~ ara~ a l)res_e~~es to a,T_ía~ en las mismas .relaciones corno se encon- i
madamente vago, en gc:neral mJS bien' sinónimo de "esquernatización",
!
d n IbaS 'li"rafflh _raleocflstlanos, los mosaicos de. Ravena y los frescos ¡•
, mientras qLle se debería entender corno sello particular de cada lugar y
e una asi ica del SIglo xx.. I
¡

cada época. Un caballo chino de la dinastía de los Han es "estilizado"


Ll ama t t • t . "1• '- .
1 ,',. r 1)fln11 rvas _ as pnrneras nlanifestaciolles de arte conocidas en una fórmula ClIyO realismo de forma, de movimiento y de detalles sufre
es t u~lca manera apropIada, El arte primiti"o se inicia, por consiguiente
, "ji~
t una 'cierta distorsión, esquemática, propia solamente de un caballo de los
e~ o a str~cto }' hasta ~n lo prefjbrurati,TO, Las obras 'no son corno se es:' ',~ , Ha'n. la palabra estilización no tiene mucho uso si no expresa un proceso
cr~e to~vb' una espeCIe de explosión espontánea del entu~iasmo de ca. preciso, puesto qlle está ventajosamente remplazada por "estilo".
za ore,s bfa ando Ias formas de .SllS diosas desnudas, al igual ue las de Queda otro valor qlle debe ser considerado, y es la decoracián, paso
,i
los ~amuts y los .renos, al capricho de la inspiración o del .; etito. Lo común a todas las artes (plásticas como musicales o gestuales), y qlle es
que \ emos producirse es el muy lento desarrollo (más de 10 600 - ) j el arte de rellenar los vacíos de la composición mediante ripios decorati-
~e esfuerzd~ de traducción manual de un contenido verbal ya' domi~~~~ ¡, vos apropiados. Realismo, esquematismo, geometrización y decoración, son
s pO~fu.e ~y a!g~ que expresar, par lo :que el Paleolítico construye su~ "
} ' palabras de uso común, las cuales son definidas solamente para evitar ~n
ensam. ajes ae ~lm olas, E~ el c~pítul0 VI }'a he intentado inteO'far en el i
equívoco en cuanto al sentido qlle les. es dado .. Todos estos elementos in-
lCJ!guaJe. las pnmeras manIfestaCIones gráficas: aquí. aparece. tal vez. con
\

. ~; tervienen en el curso de la evolución del arte paleolítico y servirán, por


mas claridad qu~ "el arte es abstracto en su inicio Y' que 110 podía se d •¡ consiguiente, de hilo conductor .
otra manera, . r e "1
,-,
-'. "
-:
<
.
En un dominio diferente, es necesario hacer intervenir la inscripcián
.. El arte .~b.s'racto. Abstraer, ~n. el más estricto sentido etimolóoico <
, espacial} la cual se inse.rta a 'la, vez en la composicián y ~n la perspectiva .
¡
qurere d~.CJr. aislar con el pensarmento y considerar una parte aislándol; ,1
En fin, la expresión figllrativa se sitúa con relación al universo real, al
j ,
del. ~o~o.'Esto correspon.de exactan1ente· a las primeras formas del arte ! menos tal como es analizado, por los sentidos. Independientemente de S11S
! .
pr~hJstorbo, el cu~I. selecciona para comenzar los puntos expresivos (falo . j medios, la figllración Pllede conformarse con lo real del sentido común,
'
'

j
vu va, ca e~a ~e ,bIsonte o de caballo) y los reúne para traducir en SÍl11b61o~ :; lo cual el1contraría Sll fin en un realisfllo perfecto, o buscar alcanzar 10
un todo I11ltologlCO,para constituir un mitograma. En la historia de todas ultrarreaI en lo, fa11tástico} dominio del surrealismo, o lo infrarreaI en lo
las artes tuvo lugar el recurso a lo abstracto, ya sea· al comienzo o. al re .. no'~figtlrati'vo. ' , I

\
360 ,:~~
361 '
, .
i
¡-

'
,

'1

, . j..
! ..
,
n

Entre todos estos términos, el juego de las combinaciones es S0111eti- •


• do a frecuencias 'variables. En todas las artes el realismo está ligado a 1111 •
•,
cierto grado de esquernatización, pero eXCIU}7e la geometrizacíón, a menos •
de trasponerla al nivel de la composición y hacer de ella el elemento •• •

t
principal de la integración espacial, La decoración acarrea muchas veces •
lo .fantástico sin excluir el realismo, o se orienta hacia la geornetrizacíón •

en sus elementos o -en su composición La paleontología de las formas es •
corta, puesto que 110 va nlá~ allá del inicio del h01710 .sapiens, pero los •
••
documentos qlIe poseemos, bren pareCe!l corresponder a un comienzo ver- ,¡ . •

dadero: es, pues, interesante ver en qué medida los valores ca 11111n es de ••
••
los t.iel1lpo~ 11i~tórjcos se integran co.a relació? a este. a.rte que era }7a fósil ••
de siete mil anos cuando el arte grIego echo sus primeras raíces. •

EL REALIS~10 PALEOLITICO
130 131
. El realismo considerado en sus tres aspectos de' .Ia forma, el 11l0\'i. Figs, 130 Y 131.' Caballo y bisonte de estilo 11. Grabados de la gruta de
miento .}T el detalle, es .lIlla. adquisición 111Uy lenta y, para decirlo mejor, Pair-non-Pair, Gironde
tl?a forma de madurez rnquietante en la vida de las artes; basta con ima-
g111ar, e~ estatuario grie~o ~.!"caico" e~. de la época clásica, el de la época
helenística y el de los jardines públicos o de los 11l011l1Illentos funerarios. Las figuras de estilo 1, corno hemos visto, testimonian' un comienzo
Podría .sacarse, sin ~!fjcllltad, la misma inl.pre.si?n. del arte egipcio o del en el abstracto, en un esquematismo tal qlle 1:1 identificación de las ~orlnas
arte chino. Abstracción hecha del talento lndl:r~dual qlIe puede provocar es apellas suficiente para. quienes poseen la clave. Abarca; con el f 1~ del
obras maestras en t~~as las fases de la e:oluclon de. lI!1 arte,. parece, en Gravetiense y el inicio del Solutrense, el período cuyo punto medio es .i
\'~rda~, qlle la ~uraclon aca~..rea todas las fórmulas hacia 11n punto de COil1-' 20000 antes de nuestra era; la separación del estilo 1 es arbitraria, pues
cidencia de la l?lagen c~m, la realidad. Con ?tras, ,palabras, e~istiría para no hay 'entre los diferentes estilos corte sensible alguno, sino qlle sola-
las ,artes 1111 fenómeno S111111aral de .la aproxI~laclol1 en las técnicas (ver mente se constata al considerar las obras de las' épocas sucesivas, qlle
c~pltul~ XII), de suerte que la deriva del tiempo ocasiona unas corree- ¡
>
marcan colectivamente una evolución considerable, El estilo JI está ilus-
clon~s .1nSe?Slt)les que. COll(llICCl1la obra hacia 11n. punto ideal donde ya no .t .
;
>
trado por algunas grutas como Pair-non -Pair en Gironda (figs. 130-131)
. •'
se, distinguiría del. modelo,· o hacia ul!' equ,i!ibri? de los, \',~Iores a tal punto o Gargas en los Pirineos y por numerosísimas estatuillas de la URSS. (fig .
milagroso que no puede haber ccntinuación 5111 repetición o decadencia, 132), de Checoslovaquia, de Austria -o de Francia. En estas obras, el do-
L.uego, otro ciclo .se abri.ría con el cambio de las condiciones de .exprcsión. i
minio del buril. es total y no puede surgir sospecha alguna de torpeza en
SJn embargo, .el paralelismo entre ambos fenómenos no es total: en las .1
los autores de las 'Ven lIS' de Kostienki, de \Villendorf y de Lespugue .
t J

técnicas, los obj etos . ,'all. ,efecti\ralllente 11~cia 1~ perfección funcional gra-. . La multiplicidad de los ejemplos y la extensión geográfica testimonian,
eras a etapas de renovacion de las materias prllllas, y los ejemplos nOl11;, !
! . además, un hecho muy notable como es la identidad, en Rusia o en Dor-
bra.dos l1a~ mostrado qlle su evolución está hecha de lJorciones de trayec- doña, de los" "cánones' figurativos,' lo cual es precioso para medir 5US
toria encajadas en 1111a sola curva constantemente ascensional. En materia caracteres.
artística sucede distinto: los medios materiales intervienen de una manera Si consideramos corno realismo la búsqueda de la exactitud en las
desdeñable: el. _oc~e rojo sirve todavía alas pintores y. no es mejor que formas, el movimiento y el detalle, ffilly poco realismo marca entonces
el de l?s A unnacicnses. Lo,s relevos pueden no producirse y el arte gira . el estilo 11. Mujeres, bisontes, tIrOS y caballos, responden a la misma con-
sobre 51 durante largos perlados, COI110 es el caso del arte chino de estos vención: sobre 11n núcleo central, el cuerpo, se incorporan los atributos
últimos siglos. Las salidas están, entonces, en UI10S cambios de dirección . de identificación. Resulta de .ello q11e sobre la masa del Ctlerpo, la cabeza
. radi;:ales, a \r~ces incluso en verdaderos inicios de una trayectoria nlle\ra. y los miembros, están mllchas veces simplemente' indicados y en los casos
~enOll1e?0 . caSI .constantelneI1te pro~'ocado por re\yoluciones de .carácter so- mejores fllera de proporción con el bloque corporal. En las figuras de I

cloecon.ol1l1CO, pues .1a~ a:t~s ~obre\'l\>en rara ,>ez' l1lucll0 tielnpo a las trans- animales, ·los contornos dorsales son casi idénticos en toda-s las especies: : .1
I
f~rnla.clones .d~l l1le~~o lnterlor del grupo .. Estos enfoqll.es sacados de la unos ClIernos· y llna perilla para el bisonte; crines y hocico más fino para
h1storIa, ganarlan. eY·l.delltenlente m~cho SI fuesen conflrlnados p::>r tIna' , el caballo, asegllran la determinación 'sin equívoco, pe.ro con el máximllm
e,'el1tual tra}Tectorla del arte paleolítIco, Jo cual }1areCe ser posible. . ¡ de econonlía. Las figllras femeninas son esas extrañas estatllillas llamadas

362 ., 363
.'
· de la trayectoria arcaica .. Egui\raldr.ía C?nl0 estadio ~l arte C~il10 de los
Han, al arte egipcio de la I~ dinastía, ~l arte grIego arc~lco, ~1 arte
romano y bizantino. Este paralelismo no esta basad,o en una simple lm~r;e:" .
sión; corresponde a :aracter:s internos ·nluy sensIble~,. ,La rep,res,en,taclon
de los seres vivos esta sometida ya no a una tranSpos~cl0n centrrnétnca de
· las proporciones, sino. a un,:· versión pll~an:~nte afectiva de. los. caracteres
anatómicos. El canon SIgue siendo muy prImitIVO: los toros y los caballos, de
LaSCa1.IX (figs. 133-134) están hinchados como odres, a p:sa~ de la .fle~
.~
,
xibilidad de las líneas de los contornos; los miembros estan Implantados
como clavijas cuya integración, muchas ,'eces,.·.es ml~y sumaria; las pers·
pectivas son puramente convencionales, Cada fIgura vive pa,ra. SI y en cada
figttra cada una de las parte~ deseinpeñn:. su 1?~pel c~n el ,mlnimum. razona-
ble de conexión con el conjunto. La e)eCUclon· esta real1za~a con un do-
minio perfecto. del color y del buril.· .Com,o ·en las .ar~es clt~~as en C?lTI-
paración, -se desprende de las obras de estilo 111 una l,mpresIon de vl~or
y de juventud qlle no se volverá a encontrar luego (Fig .. 135). Esta I~~
presión está ligada precisamente. al hec~o de. qlle. el realIsmo. no es m~s
qlle una evocación y no llna, copla; ~a "Ida mrsterrosa de las fIgu.~as arcai-
cas es similar a la de las piedras singulares o de las raIce~, dejando 110 .
rnaraen de libertad o 11n cierto apetito, abre una vía sugestiva. Es un fe-
nóm~no del mismo orden que en la cerámica china o japone~a, ~~búsqueda
de una muy ligera torpeza en los perfiles, incl~lso la apllcaclon. de una
imperfección voluntaria. ~ier~o. es glle las antl~lla: repres;ntac~ones. de
b caballos al galope son mas vrvientes y,' por consrgurente, mas .reales qlle
Fig. 132. Estatuilla del fin del estilo II. a) URSS, Kostienki 1; b) Alto Garona, la fotozrafía instantánea; f ríamente exacta, plles no se puede. insuflar el
Lespugue movimi~nto a lo inmóvil sino por yuxtaposició? ~e ~iempos, diferentes,·?
por una cierta in~oherencia. nl0~()ra. Nadie podría IndIcar. cuál es .:1 mO\I~-
~'venus auriñacienses" O "figuras esteatopigias", en las cuales se ha buscado 1 miento glle se q lllSO con los an lm¡].l~s d~ Lascaux; se rnuev en extrañamente,
'~

un retrato. de las paleol íticas. Al cuerpo macizo están enganchados unos ..·1;, . .
1
en una especie de remolino corltradlcto~lO: .'..
pechos enormes, mientras la cabeza carece de detalles, Jos brazos están .
! Sin embarco el realismo del rnovirruento aflora ya: CIertos miembros
apenas esbozados. y las piernas cortas y esquemáticas terminan los muslos. están torcidos pa~a expresar el desplazamien.to;.. un caballo está n;alm;nte
afilándose. Es difícil, cuando. se colocan las figuras de las dos extremida. encabritado, otros trotan con bastante ,'eroslnl111tlld,. Por. 10. demás, estas
c,.,
des de Europa una al lado de la otra, encontrar un arte más convencional I son obras asaz tardías en estilo 111. En cuanto al realismo de detalle, emer-
, y más estereoti pado ; lo cual correspon de, por otra parte, con 10. qlle )7a
1
, ge también. En el transcurso de la historia d~ Lascaux, ciertos ~abal~os
hemos dicho; a saber glle en el Paleolítico Superior, la diferenciación· de tuvieron las orejas rehechas dos o tr~s v~ces (flg: 136) en unas sltllacl~-
las culturas se encontraba aún poco adelantada, No se aprecia ningún rno- nes cada vez .más exactas y algunos ciervos han VIS~O su corn.amenta arcar ~
. virniento en los animales ni en las figuras humanas, sino el del arabesco. ca lavada para dejar puesto a unas .astas de persp~ctl\'a corregld~. El ~scen-
gel1era!111el1te de .un vigor admirable. Los detalles están prácticamente diente progresivo del realismo se sl~nte en el cuidado CO? qlle las flg~ras
ausentes o apellas evocados. Ciertas obras, . vistas en -el sentido de esta . están llenadas y moldeadas, las cnnes detalladas, los oJos y las narices
armazón convencional y sin prejuicio en cuanto a su exactitud, son SOf- arreglados, .
prendentes. La n11s con,~eljcibnal de las !("enus", la de Lespugue, se coloca · El arte paleolítico tiene todavía un camino bastante largo qlle recor~er
entre las grandes. bt)ras plástic·as de todos los tieil1pos. . .. antes de alcanzar el academismo en el momento cuando entra en. el ~stl1o
. El estilo 111 es l11ás rico aún en docUlnentos y cuenta ·a la 'vez con IV. Este cllbr~ el Magdaleniense medio ( estilo. IV antigllo) y reCIente
bajorrelie\'es conlO los del Roc. de Sers en Charente y ca\Ternas abundan- (estilo IV reciente), es decir alrededor de 13000-11000 Y 10000-8000
tenletlte deco,radas COIno Le Gabil10l1 o Lascaux, en Dordoña .. Se 11bica antes de nuestra era. Varias decenas de cavernas pintadas o grabadas, entre
en 15.000 antes de nuestra era como término medio y corresponde al ellas Altamira en España y Niaux en Francia, marcan 105 vértices y miles
.Solutrense reciente y al inicio del Magdaleniense. Este periodo es el apogeo' de objetos decorados coO·stih.lyen las bases ffilly firmes de la docllmenta·

364 365

..
.
.'~
ción y muestran, con variantes regionales, la unidad sorprendente de las
tradiciones. Es el período del esplendor' clásico. Persiste apenas la diferen- ,
cia entre' la figuración y 1:1 realidad Ilana (On10 para que el sabor de las
figuras sea sensible y reine en la.. ejecución una flexibilidad qlle roza ya la :1

animación anecdótica. El arte posee ya una experiencia muy .vieja y el


realismo se· nota en todos' los' planos ,El realismo de ·la acción, sin ern-
e-

,
'bargo, está aún casi ausente. Hasta el estilo IV reciente, los eleln'entos' ,1
I

compuestos del decorado continúan viviendo independientes unos de otros "


!
I

e independientemente del cuadro, Se conocen sólo tres o, cuatro ejemplos


,
de "escenas", todas tornadas de 11n tema, único: el del hombre atacado .por
f
¡ un . bisonte .0 por un oso.' El" realismo de las formas, del movimiento y del
1
-t·
I .
!
detalle comienza a despuntar cada vez más. claramente, Los bisontes' de
¡ Altamira (fig. 137)· aparecen todavía corno suspendidos en 11n espacio
~
irreal, mas, a pesar de la ausencia de detalles sexuales primarios, los toros
y las vacas son. reproducidos con precisión y las figuras de bisontes revol-
cándose en .el polvo po~een ya LID gran .realisrno. En Niaux, las patas de
133 I los animales reposan en el suelo y las actitudes han tornado 11n carácter
i
~ 'descriptivo ffilly adelantado (fi-g. 1'38).'la evolución es aún más sensible
I. en . los detalles del pelaje y en los juegos de 111Z sobre las pieles. En el
arte mural, al igual qll,e en el arte mobiliario, se asiste a la creación de
un verdadero código, uniforme en todo el dominio franco-cantábrico, para
reproducir el pelaje de la cabra rncntés, del bisonte, del caballo (fig, 139)


••
"O del reno; código. tan preciso qlle l10 f.!'agI11ento de .escultura puede per·

••, mitir la identificación del animal,
''1• ¡.

••• A partir de este momento, no quedan más qlle' dos o tres mil años
•• por recorrer, al arte paleolítico. Ya ha quedado atrás lo óptimo, J' en el
••

•o ¡ . Magdaleuiense reciente se ven aún obras bellas) pero no hay' grandes
• ¡


••
.J obras. Los grandes con juntos de las cavernas caen en. desuso, la escultura
•• '1

134 I
.i
desaparece y el grabado sobre placas de piedra o' sobre astas de reno exhibe
••• 1I

•••
¡
animales, los mejores de ellos llegando al realismo fotográfico (figs. 140-
~
•• 141). El, arte paleolítico se extingue con el cambio de las condiciones de
••
••

existencia hacia 8000 antes de nuestra era.' Su patrimonio pasa tal vez a las
,o

••• culturas protoagrícolas que comienzan a surgir hacia el Mediterráneo, pero
~~I\1\1~1I1/1//1
,


N "' •o es irreconocible, puesto qlle unas artes nuevas vuelven a partir hacia ciclos

v- distintos.
La evolución del realismo en el arte paleolítico muestra, literalmente
,

135 en cámara lenta y en condiciones ideales porqLle las interferencias cultu


rales son débiles o nulas, qlle la figuración es sometida a una maduración
con etapas vinculadas a un fenómeno vecino al de la invención técnica:
el cúmulo de las innovaciones gráficas o plásticas está orientado hacia una
aproximación cada vez' mis estrecha de la reproducción físicamente exacta,
Figs, 133 Y 134. Uro y caballo de estilo 111. Pinturas. Gruta de Lascaux, Dordoña. La ganancia en precisión corresponde, salvo para las obras maestras, a un
Fig. 135. Par .de cabras monteses pintadas en la gruta de Cougnac, Lot. Estilo 111 enfriamiento de las impresiones comunicadas por las obras; la habilidad to-
muy característico por las proporciones, las curvas. cervicodorsales y la perspec- ma progres)vamente un puesto más grande y, en un movimiento irrever-
tiva de la cornamenta de la hembra, Fig. 136.. Cabeza de caballo grabada, Lascaux. ,,
Retoque de .las orejas y del ojo en dos momentos del estilo 111 ' ,,
" sible, el arte se encamina hacia el academismo y lo insulso. La pOrCiÓJ1
!
:i culminante de la trayectoria se sitúa en el momento cuando la técnica
t,
"

366
1
367
.,.,."
,-----,-------------------=-----

;
"
madura, pero también cuando la integració'n visual no está aún estrecha-
"
!" : , mente avasallada por la realidad física .de la cosa figurada.
,-
l'

-
":~
~
'f
" La geometrizecián, , 'Es un fenómeno bien estab.lecid? en el can:Po his-
';~

i
,
tórico. Debido a razones materiales, como son la eXIgenCl'a de los hilos del
-, '!
"
tejido y de las hebras de, la cestería, los, elementos .figurati\10S sig~len con-,
e
tornos angulosos y se pierden, progresivamente en figuras ge~metrlcas de~-
provistas ,de sentido. La cerámica of rece formas distint.~s" debido a .la a?!t,
(ación de un decorado que gira alrededor de la vasija O a la eJecuclon
con el pincel de sujetos rápidamente acabad~s, los cuales se t~~an prog~re-
sivarnente Y' alcanzan finalmente el geometrI~mo. Esta evolución se .hlZ{)
normalmente sólo en los procedimientos, decorativos, en los cuales el ritmo
,!
,
,
es más i,n:portante que el sujeto y se puede decir q_ue ~?da~ las artes, desde
¡
';
·1
el N eolítico, ofrecen renglones donde In: geornetnzación Interviene.
\

138 l En el arte paleolítico, el procedimiento aparece en dos vías muy di-


137 , -

ferentes. la primera es la vía común, Y no hace más que confirmar la


revla general. Desde el Auriñaciense hasta fines. del lV"fagdaleniense,' los
j bbjetos~ decorados se colocan en tres categorías. Unos ~on figurines. que
poseen en sí mismos todo su significado; 'otros son objetos qlle tuvieron
"'..., .. _---
~
"
,
')\\(\ AIJJ/ ,.,J'
1
!
un uso técnico de larga duración, como los palos perforados, o. una (1l1-
~

ÉJJ)(~~' ración corta, como las(_.puntas de azagayas. Los objetos de larga duración
tienen 11n decorado grabado o esculpido, elaborado y con un grado de

,
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140 5
Fig. 137. Altamira (Santander). Bisonte de estilo IV antiguo. Pintura bicrorna {,\/ \'- .............
........_
\/ /\/~'
rnodelada.. Fig. 138. Niaux (Ariége), Bisonte pintado en negro. Estilo IV antiguo, 1

Modelado plumeado. ,~ig. 1~9. ~e Por~el ,(Ariege). Caballo pintado, en negro . ------ a b---- .¡
,

Modelado al trazo. Estilo 1'1 antiguo. Fig, 140. Toro y "a ca grabados en pared.
Teyjat, Dordoña, Estilo' ,IV reciente.' Realismo del movimiento" y de la forma. Fig. 142. Decorado del Magdaleniense medio y reciente, grabado sobre hueso o , :
, ,
,

(Según H. Breuil). Fig. 141. Caballo grabado sobre hueso, Schwitzerbild (Suiza). asta de reno (azagayas o varillas). a) geometrización del tema de la hilera de
Estilo IV reciente. Realismo del movimiento )1 de la forma caballos. Los estadios 4 y ,5 son verosímiles, pero escapan a la identificación
directa. b) temas geométricos no identificados. Los motivos 3 y 4 son muy frecuen-
tes, los 4 y 5 se relacionan tal vez a la hilera de caballos I
u
!

369
368
... _._.___;__

realismo correspondiente a su época, Los objetos de corta duración son con atributos sexuales primarios, la inmensa mayoría .de las figuras care-
d~corado.s económicamente con unos grabados muy· simplificados, que ter- ;'¡'.
'.i ..
cen de tales signos: nada, salvo detalles de pelaje, 'de cornamenta o de
il ' tamaño, dist~ngue los ~acho~ de las hembras, a pesa~ de' estar agrupados
rnman siendo, f recuenternenre, , forn:as ~eo:TIétricas: segmentos de cí rculos, ...

:'i.'.

cruce-s, ron~bos, etc.,. ,La~ exigencias técnicas son pues, C0010 en las cul- :i .
.,
con frecuencia por pareja, Ninguna escena de acoplamiento humano o ani-
turas ulteriores, las', ,que, imponen la geometrización del decorado, Ellas ,x
,
mal está atestiguada con certeza. Parece que. una fuerte imposición moral
acarrean una e\r01UCl0n comparable a la de la escritura es decir 1 " <
o mágica se haya ejercido en este dominio; 10 cual explica en particular
dida
'O'
pro greSl\ra
' dI'e sUJe~o fi,Jflura do y la formaciÓl1 de, una
" serie de asignos
per- en los estilos 111 y IV antiguo, el ocultamiento de los símbolos 'sexuales'
(fl~. 1~,2). La geometrlZaCJOn aparece, aSÍ, como un aspecto de la esqlle. con formas geométricas casi irreconocibles. El esoterismo figurativo, es prác-
matización extrema. . ticamente contemporáneo del nacimiento del. arte mismo. Lejos de ser uo
, Los paleollticos .han llegado ,a la geon1etrización por una vía diferen- fenómeno tardío, está directamente ligado 'al hecho de que las figu.ras son
,
~

te ,y "; U?~s condiciones ~uy parti,rular,es. Ya hemos dicho que todo el (


;

,
símbolos y no copias. Uno de los errores de los historiadores del arte, pa-
arte pa eolítico europeo ~sta subtendido en un terna mitográfico Oscuro pa- , leolítico ha sido el de prejuzgar, llevados por un espíritu moderno, mani-
:-a nosotr?s y que hace intervenir, en un mismo grupo, el 110111bre, la rnu- festaciones que debían ser sencillas porque son primitivas y espontáneas
Jer, el. bisonte y el, ,caba!lo: En el .estilo 1, se reconocen representaciones porque son artísticas" Lo sencillo no es contar los pelos del, rabo de, un
{,
l11ascu11n~s o fe,menlnas Íirnitadas a los símbolos sexuales figurados de rna- ¡ . mamut para no' olvidarse de uno, sino el vínculo del lenguaje de 'las pa·
n,era realista (fI~S. 84~85). Muy pronto, tal vez desde el prefigurati\'o, los labras al lenguaje de las formas, La mejor prueba que podemos aportar
simbolos masculinos se confunden con los bastoncitos alineados o las series j (si ello fuese necesario aún) de la existencia de un lenguaje en. el Paleo-
I
de p~ntos., a pesar de, que el realisl1_10 resurge de vez en cuando' hasta el
I
i lítico Superior, es precisamente el. ,hecho de qlle, las figuras no podían
. 11:agdalenl,ense. ,Los símbolos felTI.en1110s son expresados de manera C0115- privarse del apoyo de las palabras para ser' inteligibles, Es, pll~S, mlly
tante medlan~e óvalos, pero a partrr del estilo 11, es frecuente ver reern la. importante constatar que, a partir de· 20000 antes· de nuestra era, las fi-
zadas. estas fIguras por. ~nos óvalos. encajados o por círculos, En el eftilo guras podían alejarse del realismo, incluso muy relativo, para tomar la
111,. vernos unos cuadriláteros que pueden ser recortados F)or f'g , forma de signos tan convencionales como, los de una escritura.
'da e 1 "bl " d ' 1 uras en La decoracián. El sentido de la palabra "decoración' es bastante fluido.
11: ;os, como os asones e ~ascaux (flg, 143). Aunque el arte pa-
Ieolítico sea normalmenre subtendido por unas preocupaciones . t d y la decoración está muchas veces más en la intención ·puesta· en ella que
h ia 1 ducci , orlen a as en ,sus elementos mismos: un mármol antiguo, otrora centro de composi-
. aCI a. repro. ucoon y a veces exhibe figuras humanas itifálicas o machos
ción de un ,templo, puede no ser más que uno de los elementos decorati-
,. , . vos de un parque. La intención decorativa misma' es huidiza" pues en un
() \ I II santuario, los grandes frescos edificantes son elementos de decoración al
a ..
) -- igual qlle las guirnaldas 'de hojas. ··Los valores comunes residen aparente-.
mente en el hecho de que la decoración introduce la noción de' composi-
ción }. de integración en el espacio, pero .haciendo intervenir una especie
.\1 de jerarquía de los valores, una distinción entre formas mayores Y: formas.
menores del arte figurati"o. Hay razón para preguntarse si la. noción de
decoración está presente desde el Paleolítico bajo sus dos aspectos nor,
b ,\ 1', malmente comp'ementarios de organización de las superficies, y de .los vo-:
lúmenes, gracias a figuras de carácter o de situación menores. .
• . En el. arte parietal, que volveremos a considerar bajo el ángulo de
la composición, los, elementos decorativos, en el .sentido común, están
, totalmente ausentes, Las cavernas son tal como serían unas iglesias donde,
exceptuando las estatuas o los frescos, hubiera sido descartado todo e'e-
mento superfluo o todo relleno, como los capiteles, las molduras o los
. e dorados. Sin embargo, se conoc,e el relleno de superficies con motivos geo-
métricos' en obras fechadas más cercanas, de nosotros, como las de las'
I construcciones neolíticas de Catal Hüyük en AnatoJia (fig. 144), sepa-
radas unos 2.000 años del Magdaleniense. Por otra parte, en el Paleolítico
. Fig. 143. Variantes del tema viril (a) y d e1 ter f emeruno
. (b ,y e) ilust'rando el
,
carácter abstracto de las representaciones ema· , existen numerosos ripios decorativos en el arte mobiliario, En este último
sexuales 'durante la mayor parte del, desde el Auriñaciense, ciertos objetos como los punzones, y los· palos
Paleolí tico su perior

370 371
medida eso sizue siendo verdadero para las grandes civilizaciones; en el
.'>: .
Japón, 'no se k ocurriría ~ nadie desplegar en. la. primavera una pintura
! de crisantemos; no se concibe el cayado de un obispo decorado de b~can-
••1 I
tes, ni la espada de un académico del Instituto ~ecorada. de mandoll~as. ¡
I!
La separación se hizo des?e. la antigü~d~d,' en . ChI~a como en el Medite-
. rráneo, .entre el tema alegórico }' los ripIos decorativos.. . . 1:
:¡'.0 I
!I;
. La composicián. . La composición está vinculada a ~a vez con el. sentIdo· :.1,
;1
.:
..de las figuras y el equilibrio de las formas e~ el espacIo:. Hemos VIsto que •.,¡!

r
• 00
.'

los paleolíticos usaban 'las imágenes como 51 ~~~sen tI?ltogramas pode:


mos, ·en consecuencia, suponer que la, COmp?SlCJo.nun~da al se?tld(). est,a
presente desde el origen mismo del dISpOSItIvO figurativo. La ~lntax~s fi- I
••
•.... _ gurativa es inseparable de la de !:s palabras. En efecto, ~as. mas antlg~las
r...... ~-
~
-~
~..-- . ..
. ..
-
~#
.... ';:'
"." •• 111 ....
. figuras conocidas, las. placas aU;lnaclenses de La Ferrassie ~ del abrigo
.'•. •...'
'
,

Cellier, reúnen ya ~nlmales,' senes de rayas o de puntos y ovalos !eme-

..........

-.·~··a
...... .
••
ninos, repetidos en varios ejemplares, los cuales., Juego, se extenderan e~
toda la longitud de las cavernas. Este. ensa.mbla}e correspon~e!, por COOSl-
{
guiente, a la primera parte de las exrgencias -de la COI?poslclon. Lo. que
._.-:-..-_.-..,.. _ .....__ .__ ... _ _---.... ._----~----~-_._--....
..
....... ...,.,__~-.-.~
o
l~
,
. llama la atención, sin embargo, en los centenares de eJempI~s conocidos,
es la libertad de ensamblajes de los elementos, libertad qu~ ?}ZO creer du-
. Fig. 144. Decorado geométrico sacado de los frescos neolíticos de Caral .rante mucho tiempo que ningún orden presidía 1~compOSlCl?O; nubes. de
Hüyük (según Mellaart) bisontes y de caballos sembrados al aza~,.,o un ciervo aparecl~n,do. de irn-
provisto, eran como .par~ derrotar' la vIslon. moderna. El equilibrio espa-
perforados, tienen un envoltorio aparentemente decorativo de fi (Juras rea- cial de las formas, SI exrste, no es de la misma naturaleza del que reina
lls.tas O ge~métricas. Más tarde, después del So'utrense, se ágregfn a estos a partir del Neolítico, 10 cual es, una vez más, absolutamente .n.~rmal,
~llsn~os objetos Jos. propulsor~s, las azagayas y los a.rpones, y podemos puesto qlle hemos visto que la fijaci?n agraria acarrea u?a refun~Icl0n de
rmagmarnos que los nlagdalenJenses decoraban sus armas. y sus útiles COI110 la imagen del mundo. En otros' tra~aJos he d~mostra~o co~o, partiendo de
hasta hace poco entre nosotros y por doquier en el mundo. Seguramente una estadística topográfica de las figuras parietales, lnt~nte d~sprender los
1 ue no hay duda en. cuanto : los aspectos est~t!cos de esta suposición. principios que habían podido c~n?ucir a los. en~~~bla).es tupldo~ de Las-
caux o de Altarnira, Estos princi plOS de eomposlclon en el espacIo .corres-
~l. decorado de los objetos esta compuesto y equilibrado con la forma del
útil, y. e! l,?gro notab!e de la. ,mayor parte de las obras satisface plenamente penden a un orden bastante singular, pe,rfecta~ente de acuelr~o, SI? ~~:
las e~lgenClas de !a mtegraClon del decorado. Mas el otro aspecto, el de bargo, con el origen. mismo, del arte fIguratIvo ". La gruta e~tadlstlca
gratuIdad, que asignamos a la, decoración.' . es ciertamente erróneo, pues (fig. 145), imagen acumu' attva de. ochenta grutas reales, apa~ece ~eco.
no solamente el d~cor~do P?sela un sentIdo,· sino que desempeñaba un rada de la misma manera qtle los objetos, sobre la base d~ un simbolismo
pare! y el envoltorio figurativo de la más pequeña azagaya no se. distin- macho-hembra, según. la inspiración nacida de su topografla., Sus estreche-
guia del decorado de las cavernas. Si el hueco del· palo perforado está ces y sus callejones sin salida se ofrecen como otros ~antos símbolos ferne-
rodead~ de bisontes y el mango. decorado con caballos, esto bien parece ninos completados por símbolcs machos:, lP~ntos ,altn;ados, caballos,. ca-
s~r .debido al hech~ de gue el objeto correspondía con su hueco al simbo- oras monteses ciervos. En el fondo del u time divertículo .. se encu'en~ran
lisrno hembra del bisonte y con su mango al simbolismo macho del caballo. los símbolos machos más poderosos: el hombre mismo, el I.eó? y el nno-
lo c~al es tanto mis ci~rto cuanto que numerosos palos perforados poseed ceronte, Las paredes más despejadas de. las salas lntern:edlarlas sop~rtan
Jos sírnholos de la pareja ~umana en lugar de la pareja animal. Las azaga- el mitograma completo bovino-caballo y símbolo,s m~scullnos y femeninos,
. yas, que entran en la herida como un órgano macho, llevan U'11ashileras muchas veces acompañados en su contorno de simbo os machos ~~plemen.
de ca?a!los que se esquematizan hasta no ser más que simples elementos tarios: mamuts o cabras monteses (fig. 146). En. estas composIcIones, la
geométricos. El .decorado de los arpones hace intervenir ..al pez, también organización espacial está ligada al s~ntido y ~~.a l.a, búsqueda d~ .~n j

equilibrio nacido después de largos. siglos de ~IyIllzaclon. La repartición .. I I

símbolo macho. Est~s constataciones siguen siendo coherentes con lo que


sabemos de la.s_re.laclOnes entr~ ~enguaje. figuración: los objetos "hablan"
desde el AurmaClense y contmuan· haoendo'o en la mayor parte de las
r no es anárquica, sino que se cuela en las sllper~lcles muchas veces con uo.a
rara convenienc'ia, mas sin ,rigidez, y la sintaXIS se trasluce cllando percI~.
!
,

r
. I

culturas qlle no han separado toda\rÍa el sentido y la figuración. En cierta bimos, como en Laseaux, qlle varias veces los toros completados con lln .

372 373
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.,. " , ' ".,--_ -, espacio es .perfecta, pero, al igual que el realismo, el equilibrio espacial,
, ~
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~" ~ " . lO.. ··' -lO' ~ ~ " ,\ es una adquisición más tardía, apenas esbozada a fines del Magdaleniense.
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'En efecto, el sutil juego de la simetría o de la, asimetría de los gru-
pos de figuras, de los campos y de la, perspectiva, parece seguir el rea-
",,,
~
I lismo del movimiento, el cual supone' el juego asimétrico' de los miem-
•• ..
ENTRADA
a
•• •• •••• bros percibido en el conjunto. Ahora bien, antes del Magdaleniense
.,
• SALA ••
..••..


••
•• ..
••
a
SALA ••
..
•• • ••
• ••

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,
. '
/
.

Fig. 146. Pech-lV!er'le (Lot), Composición pintada en negro, con el tema uro-
82
caballo + mamut. Cuatro uros, están figurados: uno al centro, encuadrado por
S8 , ,
un caballo esquemático y un mamut; el segundo parece caer verticalmente; el de
1.1I.Ii.W. n.Ii .1'1. abajo, a la derecha, está marcado de heridas que equivalen a los signos femeninos;
el de la derecha está marcado de un símbolo viril (bastoncito ganchudo en trazos)
, '

evolucionado, hemos visto que la posesión del realismo de movimiento,


76 es decir, la construcción de la figura' aislada, es rara e incornp'eta; en los
1I.rr. zr. mejores casos, los movimientos vivos son traducidos miembro por miern-
'bro. Exactamente como el realismo de forma, la composición y el rnovi-
88
, ,Yo m, b'"
Fig. 145. ' Fi~~ración ,estadística' de la' d ' .., ",
b) En ~upe~flcle total. J: comienzo del de ecora:lo~ de. las cavernne a) En plano;
de los dlverclculos centrales; IV; f ' d 'f~Iado, 11. pasIllos estrechos;' 111) entrada'
d~ las, salas o pasillos; VI: conto on o o In del. decorado, V: superficies cenrr J "
.divertlculos centrales, Las cifra roo de las JuperfJCleS centrales; VII· interior de aJ es
localizaciones rnencio·nadas' los s ~orresPfon e~ a los porceota_ies d'e fi auras' para l()S
, '" SIgnos emenlnos \' mascul' 1 b • as
estrictamente 'con'\'enci~nal~s 100S y os anImales, son
Fig., 147. Lascaux. Escena del
hombre derribado por el bison-
caballo se enErentan a un
zru o .de v " te. Es un tema conocido en va-
de. pequeños caballos· y qu~ fas si n;sca~ com1?letada~ de una multitud rios ejemplares, Se trata más ve-
,a los toros, mientras ue los . ,g .asculInos aisladoc acolnpañan rosímilmente de un ensamblaje
1
tos acompañan las \'ac~s.· De sI nos femenInos. compl~t.ados de bastonci- .
es a manera, la lntegraclon intelecttlal del
,
mitográfico ,que de un relato
vivido,
1
375

, i
miento estudiados representan una adquisición Il1uy laboriosa, propia' de
las artes de madurez, Bastaría, por otra parte, con el esbozo de algunos
árboles o de una aldea, de una sencilla linea de horizonte para que el
arte paleolítico se coloque de golpe al nivel del arte asirio,' mas, la au-
sencia de cualquier elemento extraño al terna mitográfíco es precisamente
Ull rasgo característico,

Fig, 148, Bisonte macho revol-


cándose para marcar su territo-
rio, llamado "bisonte brincan-
do", Altamira

I
El arte paleolítico no aporta ningún tema narrativo. No figura (salvo
el caso del hombre derribado por el bisonte ) (fig. 147) ninguna acción,
,=v-.
sino actitudes animales, qLle también son atributos, como los bisontes Fig, 149, Gruta de: la Ad,daura
. (Sicilia), Ensamblaje de, Figuras
"brincando" de Altarnira, los cuales parecen figura.r, en realidad, machos respllndiend? !l' un reallsm,o de
revolcándose en el IJ01\'0 rociado de orina, para marcar luego su territo- acciones múltiples- El conjunto
rio frotándose a los árboles (fig, 148), Las artes posteriores, incluso las del cual' este fragmento es ex-
de los primitivos recientes, no ofrecen nada realmente comparable al sis- traído está orientado por el te'
( ma paleolítico ~ro,cabal!~ +
terna figurati,'o paleolítico, Las. figuras' parietales, corno las de Af rica, 'jI cérvido, pero la lnterVenClon de
que representan animales en unos ensamblajes aún poco estudiados, tal ! - los personajes es un hecho nuevo
vez se aproximen a ello; ell1j)erO vernos allí intervenir personajes activos,
escenas de' guerra, de recolecta y de familia: unos conjuntos COl11¡JLIestos ies iab . s cómo alcanza en la
de caracteres l}litográficos IJero cargados de un contenido narrativo iden- con imágenes que son ensamblajes a stractos,,' emo 'd las figuras evo-
. ''';, di d" . 1 d la conSIstenCIa e ,
tificable, Los grabados de las grutas del Sur de Italia, ciertamente de la composlClon un esta 10· istmto a ~ 'f r' f' El estadio
misma inspiración que las nuestras, pero del Paleolítico más reciente, lucionando éstas indi\'idLlalment~, ?aCla el realls,mo ot~~"a I~~te se inicia
siguiente, en el cual. la conlposlc,'~n se construye narra rvarn ,
testimonian sobre el punto de viraje del sistema figLlrati,'o (fig, 149),
Encontrarnos en ellos, con el mismo desorden aparente, parejas de LIras, solamente cuando el arte paleolítico desaparec,e", lcar d '1 de
Perspectiu«: Si el estadio de la cornposrcron e,s a canza, o so o las
de caballos y de galll0s, aLlnque más adelantados en su .realismo de las
manera parcelada por la 'misma evolu~ión .que despeJa. el reailSm?:~ ca-
formas y del movimiento y colocados en grLlpos sobre unas Iíneas de
formas y del mo\'imiento, la perspectIva. srgue exactamente ~ "mIs pers-
suelo imaginarias. Además, encontrarnos allí también, los hombres y las
m ino puesto que en realidad, realismo de formas, compOS,lCI?n y al's'
mujeres, ya armados o bailando, caminando, sentados y acostados en el , están estrechamente
'
suelo, . ctiva unrid os, L a pers pectiva de las imagenes , -
r:das ELle alcanzada desde el estilo 111, y Lascaux ofr,e,ce ~um~~~o: :~e~i
En un sentido distinto, las artes primitivas están repletas de mito-
los al respecto, Ella se traduce por una convenClon , e I mode
gramas pintados, grabados o esculpidos; pero ora las figllras están y'a Pd'b' de las cornamentas en la implantación de las orejas, en, e d'
profundamente jerarquizadas corno los palos totémicos de la Columbia I LIJO '1 iernb E t perspectiva se a -
británica o el estatuario africano, ora los elementos estereotipados se re, lado de las masas corporales y de os rmem ros. 15 a 'de 15000
uiere se uramente en el curso del estilo 111, en as cer~anlas , "
piten por acumulación COl110 en el arte parietal de Australia o de los ~ntes de gnLlestra era, visto que ya se ha observado que ,clerta~ fIguras ~~
Dogones, o en fin, la composición se organiza en escenas narrativas, ce- Lascaux han sido retocadas pa,ca imponerles una perspectiva ¡mas cO,nfor .
1110en la pictografía de Jos Esquimales o las pinturas de los Pieles-Rojas, a la verdad óptica, En el estilo IV, Ias cornamentas y . as orejas son
Uno de los' puntos 11l:íS interesantes del arte paleolítico está ligado a su
proximidad con relación al origen de la figuraciól1: salido del punto cero I 377
. 376
reproducidas según una perspectiva muy próxima a la de las grandes Ci4 Hemos visto en medio de cuáles condiciones, bastante. paradój icas,
vilizaciones, y el- modelado corporal se ha 'vuelto absolutamente conven- nace el primer arte figurati~{o; .estas condiciones no .pudieron reproducirse
cional (fjg. 150). Una cosa nluy singular en el arte paleolítico es que, sino nllly excepcionalmente, puesto que, ·luego, ya no hay arte aislado,
salvo en los estiI?s 1 y 11, las figuras alcanzan 'una reproducción óptica' · los ciclos se desarrollan,' aunque. tal vez jamás. con un inicio ex nihilo,
que 110 conocerán sino tardíamente las grandes civilizaciones agrícolas del plles, incluso los' australianos tuvieron roc~s con las ideologías y los sím-
Mediterráneo y de Asia, mientras que la organización colectiva de las bolos melanesios .. En' la situación existente, es imposible hacer intervenir
figuras p~rlllanece en un nivel asombrosamente elemental. La repartición en todas las incidencias los aspectos de las artes '(primitivas" históricas,
de. los animales '0 ~~ I~s sigr:o.s responde a las necesidades del rnitograma allnqlle es. útil confrontar. el arte clásico con su antípoda verdadero. Esta
. prl111~ro, .~ al equll~b.rlo estético de las rnasas.. lueg?;. además, no hay. · confrontación' ha desconcertado a los prehistoriadores y deja aún escapar
p~eocupacIon ,per~eptlble alguna e!l cuanto. a la, repartición de los planos, los . rasgos esenciales de la estructura figurativa primitiva en el sentido
m ~scenografla, loclus? con, un nivel comparable. al de los Chur!ngas aus-. absoluto. Se esperaba unos hombres todavía. un' poco simiescos, los cuales
tralianos: .con tanta 011S razon no encontramos m las representaciones 'pro- ·hubieran dibuj ado, por magia o por distracción, sus presas y mujeres,
yectadas o en plano, (0010 en el arte parietal africano, ni los efectos de yeguas preñadas o toros heridos, sin problemas de· composición, puesto ~ue
las figuras estaban colocadas al azar en las grutas. y formando' paulatina-
-_ mente unos bultos enmarañados. Esta. idea era tan fuerte que fueron ne-
I ·cesarios los trabajos de la señora Laming-Emperaire para que se percibiera
que la confusión de. Lascaux era construida. Estamos muy mal preparados,
después de 8. 000 años de agricultura y de ciencias en vías de' exactitud,
para concebi r al primitivo, Hemos visto en el primer capítulo cómo la
'I"(T
imagen del hombre fósil era tributaria de los sabios, ellos mismos muchas
_._--_._-------------;-__;_....---~-:-------!
veces marcados por' S11S lecturas de niñez. Hemos descubierto con asombro
desde hace veinte años, en Nigeria, que el antiguo' arte de Ifé era más
nI ·'evolucionado" qtle el arte negro contemporáneo. Descubierto al' final
·1 .. l /. '\ I del siglo XIX, el arte paleolítico ha llamado. la atención primero por la
extraordinaria exactitud anatómica de los animares) exactitud real desde
el' Magdaleniense medio, aunque ante todo tan relativo. como la del arte
/-'I.y-- asirio, por ejemplo. La. cosa que más ha escapado 'es que .se trataba. de
ensamblajes simbólicos con elementos yuxtapuestos; que los elementos fi-
I , '

I . r
'¡ ,', <, ¡ IL, \ I gurados, los animales al igual que los seres humanos, eran hechos gracias
I
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1
al ensamblaje de elementos anatómicos característicos cuya integración
Fig. 150. Evo lución de la perspectiva de las cornamentas -v completa ha exigido milenios de pulirniento inconsciente y de menudos
astas en el curso deJ Paleolítico superior ~ hallazgos individuales. Con bastante prontitud han sido dominados los

transparencia g,racias a los cuales los órganos san vistos como a tra vés
del animal, .ni los efectos de escala decrecien te. La composición es, a la
vez óptica en las figuras y COI110ajena a toda organización escenocráfica
en sus relaciones. Los grabados de la gryta de la Addaura en el Sllr cit·
Italia, paleolíticos por su contenido, '}'a pertenecen a otro mundo IJor las
posiciones de las figuras, las cuá-les' evocan lID círculo de hombres cai··
landa y una hilera" ohlicua de personajes caminando,
Pode~os preguntarnos si la perfección' de los e'ernentos y el carác-
ter sumarro de' su articulación no están en relación con la evolución del
lenguaje y si, con un' vocabulario técnico muy apropiado, los cazadotes
de caballos no .disponían de una sintaxis de nivel aún. bastante elemental.'
No es ..imposible pensar que un estudio del arte paleolítico, orientado en Fig. 151. Pech-Merle (Lot), Panel de los "antílopes". Animales
este sentido, despejaría hechos inesperados en el plano lingüístico .. . indeterminables hechos con partes 'disparatadas de varias especies
I
378
obstáculos técnicos y,. por el contrario, la sintaxis figurati,'a permaneció. que los cuernos· hayan sido agregado~ al caballo mucho tiempo d~spués
, .
en . un plan que correspondía al.· nivel del capital intelectual general. para restituir un .senti~?, al ensamblaje .. Uno de los monstruos ,mas co-
. Lo fa'}ltástico. Muy pocos ejemplos ofrece el arte paleolítico que nocidos es el "unicornio de Lascaux (fIg. 153), mal. llamado aSI pues~o
puedan ser relacionados con construcciones imaginarias. ·Los monstruos no . que parece poseer dos cuernos tectilí~eo\ los ~uales, por otra parte, SIn
son más que algunas unidades (figs. 151·152). En las artes más recientes, duda no le pertenecen. Ninguna expllca~l.on satlsfacto,rl~ se encuentra pa-
la creación de monstruos está ligada casi exclusivamente a dos p,rocesos. .ca el resto de la figura: ella ocupa el SItIO donde podría haber un Felino
En uno, uf? .tema normal es transfigurado IJar· agregación de elementos y .no es imposible ~ue se tr~te ,de· una ~igura de p~~tera. (presente allnque
decorativos o por esquematización y retoque sucesivos, El tema del jaguar escasa en 'aquella epoca), ~lbuJada ·.s~~n las trad~clones orales, tal co~o
en el arte suramerirano :y la escultura del Nuevo-Mecklemburgo en Me- se hacía en la Edad·· Media con la JIrafa o el rinoceronte '. En· cambio,
lanesia, ofrecen buenos ejemplos de ello, El otro procedimiento es la al aunas fi auras antropomorfas son evidentemente mor:struos. por coales-
concrescencia de figu,!as simbólicas disparatadas, En esta e\'oIución,. ·dos . ce~cia,· La bmás célebre es el "brujo' de la gruta de Trois-Fréres, Posee un
. vías son corrientes. La primera es ..la de agreg~r atributos animales a la cuerpo y unas piernas más bien humanas, .unos brazos y un sexo de jnspir~-
figura humana: los dientes del león o !C)S cuernos del toro °
las alas del ción ·felina,· un rabo de caballo, las orejas y la barba d~l reno, además
águila, por ejemplo, La segunda es difundida y muy importante en tanto ..de .poseer su cornamenta. Los ojos y el ri.co son. probab~emente de búh~.
que fuente de Jo fantástico: es .la coalescencia de figuras animales cons- Lo que distingue a Jos monstruos paleolíricos ~e los. grIfos. o de. las hi-
tituyendo UIl conjunto mitográfico. Hace treinta año-s, en dos trabajos di- dras es su ori sen intelectual o verbal, las qlllmeras y los dragones, las
sire~a~ y los ce~tauros, nacen en cierto modo mecánicamente y uno pue~e
sezuir Sll sénesis hasta el momento en el cual el contexto oral secundario
le~ da un~ existencia propia. El brujo de Trois-Fréres, por. el c?ntrario,
es tributario de un contacto· del cual el es una de las posibles Interpre-
taciones; interpretación conf~rme a la naturaleza misrr:a d.e l.a. fi~Ílración
paleolítica, la. cual es fundamenta!ment,e un ensamblaje ~lgnlflcatl\'O, Se-
gún el lugar donde se encuentra la figura, .e~ ensamblaje d~ .elementos
de si znificación macho puede resolverse de veinte maneras distintas ayu ~
'Fig'. 152. Le Gabillou (Dor- dándose .uno del caballo de la cabra montés, del ciervo o del reno, etc, ...
.doñá): la "jirafa". Entre Jos mi-
llares de figuras de animales pa-
aislados o agrupados; I~ solución genial reside· en la creación de un ser
Ieolíticos, .105 tres mostrados de síntesis, perfectamente simbólico. .. , . . .

. aquí son prácticamente los úni- Puede parecer paradój ico qlle el pensa:nl.ento. paleolítico ,h~ya alcan-
cos que escapan a la identifica. zado un punto t,11, puesto qlle nosotros distinguirnos con difIcultad. ~n·
ción zoológica, Este no ofrece
siquiera detalles que se puedan nosotros mismos la parte del hGm~re y. la d~l ,p~oducto de la maduración

precisar colectiva. La expresión en unos símbolos sintetrcos es humana desde su

ferentes sobre el arte chino y las. artes de Eurasia septentrional, mostré


cómo figuras simétricas dispuestas en banda se "teles~opj~ban" para cons-
tituir monstruos y CÓI110 el tema. mitográfico muy diseminado del rílpaz,
del felino y del herbívoro atacándose en cadena daba p<?r fusión la qui-
'llera , el bcri fa , el toro alado , así ('CInO el ábcrui la y la serpiente conducían
al dragón.
E~ .interesante averiguar si procesos· similares tuvieron Jugar. en el
Jar(~(1 ·desen\'ol\'ill1iento del arte prehistórico. Conocemos algunc)s casos,
(CIll0. el oso con rabo de felino de Rouffignac o el caballo con cuernos
de bisonte de las .CombarelIes, los cuales son debidos probablemente a
. la coalescencia: el oso. y el león son símbolos machos del fondo de las
cavernas y su acercamiento es casi normal. El panel del caballo con cuer-
110S de las Cornbarelles ccmportaba solamente un mitograrna incompleto
(caballo + mamut ), el bisonte era. apenas perceptible y parece, en .realidad, Fig. 1;3. Lascaux (Dordoña): el "unicornio'

380 381
'-
· todo con relación al arte más actual. El realismo ha recorrido en las ci-
origen y' cuando los auriñacienses graban en 110 bloque, una vulva o un ,
.. vili~~a.ciones. mediterráneas la larga trayectoria que lo ha conducido hasta
falo, no hay evidentemente ninguna búsqueda pornográfica, lJues fue ne- PU\lIS de Chavan.nes y las historietas. De una .manera paralela, el arte abs-
cesaria toda la madurez de las civilizaciones un poco roídas de la Amé- tracto ha hecho una larga carrera en el simbolismo de los signos religiosos
rica precolombina, de la India, de China o de Europa para alcanzar este y astrológicos,· o. en el blasón, para apartarse de su sentido y sufrir una
estado de la figuraciól1., Es probable que ni siquiera tenían en mente transposición hacia un arte donde la esquematización de las formas in-
la . representación de la copulación (pues 110 se posee ningún testimonio tenta ·sugerir un sentido fuera de las veredas de la verdad óptica. Más
figurado humano o animal de ella), sino más bien un hecho más general,. allá, aparentemente no hay nada, sino el rechazo de. toda figl:1ració~. El
. ligado a la concepción de un universo en el cual los fenómenos se com- surrealismo. ha .procedido mediante l10,1 fórmula donde el ens,amblaJe de
pletan en la oposición, puesto que, en definitiva, todo sistema de refe- elementos normalmente realistas· lleva a la negación del realismo en el
rencia está basado en la alternancia de los contrarios: día-noche, caliente- conjunto general. Abstracción hecha del rechazo de significación de una
frío, fuego-~g.lla, hombre-mujer, etc. La· nlanipul~ciól1 de los símbolos por parte de las obras, esta f,órmula es relativ~mente. próxim~ a la del Pa· ...
grupos equivalentes o por IJares complementarios corresponde al juego leolítico. Lo es por la razon de que el sentido reside e? elementos~clav~s,
entero de composición que· se puede descubrir en el arte paleolítico. En compuestos en un espacio ultradirnensional, aunqlle privados de sintaxis.
la génesis de las imágenes fantásticas, ·an1bas vías son seguidas: la del · Es evidente que la coincidencia del surre~tismo y , de la pasión por .las
amontonamiento de· equivalentes en el "brujo" de Trois-Fréres y la de artes primitivas no es .un fenómeno fO,rtulto; la .bu,squeda de una salida
la complementaridad binaria en. las. imágenes andróginas, las cuales, pese I
mediante un retorno al fondo de los tiempos COInCIde con el. rechazo d.e
.a su rareza, parecen haber sido realizadas, ·1I todo el pedazo de trayectoria que corres.~onde a l,a elaboración de la ~l~
. . ,
metría, de la perspectIva, de la ordenación .narra~lva de los valores, S.111
embargo, la diferencia entre el comienzo y .el fin est.á. en el ~echo ·de
LO NO-FIGURATIVO , .- qlle l~s paleolíticos innovaban," mientras q~l~ los surrealistas han intentado
. La paradoja paleolítica reside en grl!l parte en el hecho de que · renovar es decir .construir algo no construido con los pedazos de mate-
.imágenes lnagistrales en su técnica y cautivantes !)or su forma, puedan riales e~\'ejecidos. Un verdadero comienzo exigiría qlle .. la ?umanidad 0.1.
pasar por no representar nada coherente. Visto C011 el ojo actual, el amon- vide el arte (planetarizado ahora) de las culturas medlterr~neas, renuncie
tonamiento de los animales y de .signos no figllra acción, sino fragl11en- a comprender la Grecia antigua y la Italia de la Edad ~fedIa, los ~lamen-
taria; ningún .relato se evidencia. Podernos l)reguntarnos si ello sucede cos, los modernos, toda pintura que sea incluso el sen tI?? contrarIo. a la
po~que·110 sabernos leer, o si realmente 110 11a habido acción fjgllrada. tradición . así como toda música inspirada por la maduración de los slglos,
El . arte comparado permite constatar que los procedimientos de ~.COOlpO- La memoria social está presente, su razón· de existir va más allá de la
sición (le conjunto llevan a todos los grupos hacia formas narrativas ex- estética por más que la engloba y lejos de rechazar el pasado, las c,lllt;-r:as
plíci tas . cuando .se trata de acciones de .carácter técnico. La cacería, la de hoy alientan la. comprensión de todas las, artes, desde el prehlstor.Ico
!)esca o la recolecta o las operaciones domésticas, pueblan el arte rupestre hasta el de los araucanos, La aparición de artes que trazarían un carruno
de Eurasia y. de A frica; Jos rebaños poseen cazadores o pastores, y los virgen, es un problema importante, pues ,el tono human? ~stá ligado a
hombres .actúan, Las _operaciones religiosas, más raramente figuradas, y la creación de ritmos ascendentes. La pérdida del descubrlmIento manual,
·105 conceptos metafísicos, son el objeto de. representaciones abstractas. Pe- del encuentro personal ?eI hombre. con la. ,materi~ . al ~i\T~l. artesanal, ha
ro en las artes vivientes, 110 poseenl0s ej ernplo de un arte que tenga los cerrado una de las salidas . de la mnovacion estetica indi vidua] .. En un
atributos de la narración .sin poseer su forma; igIlorall1os estas capas de sentido distinto, la vulgarización artística hace vivir las masas de una
l.ctores sin escena ni acción, Hay tanta más razón para pensar qlle los manera - pasiva del acopio planetario, mas sucede con el arte con!~. con
frescos paleoliticos no figuran lo qu'e contÍeIlén nlás que de una nlanera · la aventura: los pintores.' chinos, y las esculturas may.as se r~d~c.lran" al
. abstracta, que en :realidp.d 110S encontranlOS ante \'arios ejen11)los de un igual que los cow-boys y los zulues, porque es fi::esarIo un mInImum de
tema .único: .el del hOll1bre derribado por el bisonte (fig. 147), los , participación para sentir. El F:roblema de la ~acl0n d·e a~te 'persol1al es
cllales 111uestran que, en este caso por 10 111el10S, la c.onlposición narrati,ra ·tan importante para el porvenir del hOlno saplel1s como el de su degra-
ha exi~tido. en fO.:l11lS ·jdéI1ticas a las de, todas las otras partes. Si, al dación motora.
igual de nllDleroSas artes arnericanas, de Oceanía o de Af rica~ el arte La necesidad de una salida creadora se expresa ya en las búsq·uedas
paleolítico hubiera llsaqo· solalnente .figuras hierá~icas, es·quel11atizadas el1 de lo no-figurativo y. de la n1úsica concréta. ~i.e.n apa.riencia. es imposible.
lln grado flluchas \reces. extren1o, el problema l1ubiera parecido l1lás- sen- liberarse del peso de sei~. mil .años de arte CIVilIzado, la salida no puede
cillo y hllbiera autorizado a suponer que el arte· toma dos direcciones: encontrarse más que· en' un sentido rigllroso, comparab!e a~ .del asceta
la de la .figuración muy con\~encional de las entid~des o .de· los conceptos · que niega. el tiempo rechazando el sueño y el orden socIal VIVIendo des-
y la real~sta de las aCCIones. ·En \!erdad, la pregunta es .Importante, sobre
383
382
... .
,
,', ,

hace ochenta años es por ·consecuencia normal. Corresponde. al conjunto


nudo en el desierto. El contra-arte, es el rechazo sucesivo del realismo, de la. evolución y los conmovedores frescos al.egóricos fueron a re~nirse.
de la forma, de todo rasgo de figuración, pa.ra conservar solamente el con las diligencias en la arqueología. El hormigueo actual de las. formu-
fondo elemental del ritmo y. de las oposiciones de valor. Al. extremo es las, la imposibilidad de fijar. la orientación del arte,. los ensayos c~ntra·
el rechazo mismo del ritmo en el cuadro _blanco o azul, ° el rechazo' de figurativos, . son otros tantos signos de la realidad de un estado. de Inno-
la mano ~n la pintura al mosquete. . vación. El porvenir plantea, a pesar. de todo, algunos problemas. El re·a-·
La .pll1tura por proyección, por quelna, por dilaceración así COI110 lismo óptico ha perdido, con la fotografía y las imágenes del m~vimiento,
la es~~ltura de los automóviles por prensado, constituye una v;rdadera su- el carácter motor que poseyó en la mayar parte de las artes de vl~a l~rga.
l11erslo.n en las estr~cturas inf rasapienses, .puesto qlle terminan, al igual· Las formas sencillas del simbolismo primitivo, tales como han sido ilus- .
qu~ .el arte de l~s piedras bruta~ o de las raíces, 'en la puesta en situación tradas desde hace medió siglo por los grandes pintores o esculto.res, son
estética de un nivel correspondiente al hombre de Neanderthal: el de las formas transitorias; normalmente, nos. encontraríamos en los confines del
formas nacidas del juego de las fuerzas naturales. Los cuadros pintados arcaísmo como período artístico futuro, ·el de los primeros conjuntos. rno-
pO.f. los ~raI1des 111?nOSantropoides, pese a ser el resultado de una dorna, nurnentales construidos con una maestría aún incierta de las relaciones.
testimoman un~ busque?~ más avanzada todavía hacia las profundidades El arte que anima a los edificios en el mundo entero, da la impresión
del comportanuento estético, del rechazo en el ritmo nacido de la ínter- de que este estadio esté tal vez ,en vía ~e establecerse. El peso de.}a
sección de la ·casualidad y de la psicofisiología. Estos hechos son extre- erudición acumulada en la rnemona mundial enmascara, por la atraccion
mada.n1ente il1~~resantes, }1lleS si si~ln pre.!o bizarro natural ha provocado de las reminiscencias, el sentido exacto de una evolución que nos vuelve
reacciones estéticas profundas, la lrrupSlon de la casualidad COI110 fun- a conducir, después de un corto siglo de .reorientación, al punto dónde
dalnent? de un~ estética COI: traf igu rativa es un hecho tí picarnente actual se encontraban los más cercanos predeceso.res de los .pintores de Lascaux. .

en su, 1.n1portan::la. Hemos visto, en el .pasado extremo-oriental, ascetas de


1a esténca ~e:l111nar en la contemplación de un jardín que no era 111ás que
una superficie de arena .bla~ca, pero una superficie rota rítmicamente l)or •
una roca negra que le restituye la escala de un universo terminado: .Es
el arte· fit,'Urati\'? depu:ad? h.asta .la sustracción inminente, pero cuya
fuerza entera reside en la mmrnencia siel11pre. diferida. Una vez la roca
negra suprin1id.a, 11~dj~, .jalnás, vio ~tra cosa, que una superficie deslurn-
brant ..:·, pa:-adoJ a f IIosof~;a~ pero déSJert~ .,7stetlco., ¿ Podell1o~ pel1sar que
la. existencia actual de . pIntores de \TaCIO constituye 11n 51UIIO de naci-
ml~~1to? Sign? de fastidio, seguramente, pero también con ~egurjdad ca-
Ilejón sIn. salida de ·la 'creación: el arte de las demasiado viejas civiliza-
ciones agrícolas de Eurasia habrá ido hasta fa neaación total hasta él
p.unto ~lIende del cual no hay más resurrección, si~o nacimiel;to de un .
rielo disti nto ..
L~ figuracióI1 es :el leng~aje de las formas visibles, al igtlal (lue el
lenguaje ?~ las .palabras, y. tIene, a la hurnanidad. !Jor la raíz y 110 hay
o;r~ solución humana qu~ a tra ves de la construcción de trayectorias his-
tórrcas que sostengan el impulso de creación en una larca ascensión se-
g~ida de u~a caÍ?a encadenando sobre otras tr:lyectorias~nás nuevas.' Las
busquedas fl~ur~tl,ra~ son, rll~S, huma~as por su porvenir; la crisis actual
no se tornarla ln~uletante mas que SI, corno para lo social, la relación
entre la masa ..,p.aSl\'an1ente consu;nidora de ar~e y la élite creadora acarrea
una degradación del tono de busqueda: A f Ine~ del siglo X\'III, el paso
de. un Inundo qlle duraba desde el 1)rII11er cultivador a un m·undo dife-
rente, se esbozó en las técnicas }'.la gran· crisis actual se ha desencadenado·
las f~rmas. sociales se· conmovieron en la misma época y la. música co:
menzo a· ~lrar sobre sus bases poco tienlpo después. El arte· de las ilná·
genes h~ Id? nlás lento. ~T 11a sido .po.~o antes .d~. fin~~ del· siglo XIX que
los desllzarnlentos -se hICIeron perceptIbJes. La sltuaclon que reina desde

384
....... --_ ... -.

xv

LA' ·LIBERTAD IMAGINARIA y. EL· DESTINO


DEL' HaMO SAPIENS,
"

Libertad imaginaria ... , este título podría pasar por la expresión del
pesimismo inspirado por' ciertos aspectos de la evolución del hombre.
Como en la fábula 'El lobo y el perro, la marca' del collar es el precio
de la liberación frente' al medio natural; "la seguridad social" tiende a
limitar, para el individuo, a la vez 16s riesgos de deterioro demasiado
rápido y el ejercicio incontrolado' de sus capacidades personales. La li- '
bertad, elemento frágil del edificio humano, reposa sobre la imaginación
tomada a la vez en el sentido ilusorio y en el de la liberación a través
de los, símbolos. Imaginario, el mundo de los australantropos ya lo es,
puesto que fundado sobre la, primera materialización del símbolo eficaz
del útil, al mismo título qlle el de un hombre actual corriente qlle saca
todos sus conocimientos de los libros, de los periódicos, de la televisión
y que recibe con los mismos ojos y las .misrnas orejas que su lejano, pre·
un'
decesor, .el reflejo de mundo ensanchado a las proporciones del uní·
verso; pero de un mundo qlle se ha vuelto el de las imágenes, mundo
en el cual está hundido sin participación distinta a la imaginaria, Siendo
que el hombre vive en el jllego de todas las. partes de su cuerpo y de su
espíritu, el problema, de la identidad del hombre del centésimo siglo y
, . •
del hombre tradicional, se plantea con, legitimidad, al igual ql.le se plantea
el problema de la situación del hombre inmediato, situado todavía en las .'

fronteras' del bomo sapiens o, tal vez; más allá. ,


A lo largo de estas, páginas, varios capítulos han sido' consagrados,
a la busca de vínculos profundos y el hombre ha sido enfocado en la
,parte zoológica de su naturaleza, ,Resaltó de' ello qlle no solamente el
hombre zoológico seguía compartiendo con los otros mamíferos la or-
'ganización particular a los animales de, sangre caliente, sino que sus com-
portamientos, por debajo de la humanización, seguían siendo ,y de una
manera intacta, los de un mamífero social,' omnívoro, para, el cual los,
constreñirnientos del territorio, de la adquisición alimenticia .'y' de la '.re-

387
:.~
.,
:', ,
"

p~oducción seguían siendo pcnsebles e interpretables " -Uno de los resultados del estudio' 'simultáneo del, hombre bajo' los
g lCOS ', U n~ t a1 ac titI u d que puede indiferentenlente en terminos' zooló- ángulos, de la biología y de la etnología, es mostrar el carácter inseparable
, d e La Palisse o marcada de un "bestialisll10'" pasar por i?,sp~r~da " de la actividad motora (siendo la mano su más perfecto agente) y de la
.. ble por dos razones. La primera reside en el I~xagerado, parece JustJ{¡ca- actividad verbal. No hay ,dos hechos típicamente humanos de los cuales
del ascenso humano 'desde la escrit '- echo de, qlle, en el curso .uno sería la técnica 'y el otro el lenguaje, sino un único fenómeno mental,
.,
d esmaterIalIzada; " 1 ura sonre todo se for' ,
imao-en indispensable' '1 d 1'] , ~10 una lo1agen fundado neurológicarnenre en .territorios conexos y expresado conjunta-
, gr ' b . a esarro o espiritual y al p
, eso, pero ,que, en las cIencias del hombre arf 1 ,ro- mente por el' cuerpo y los sonidos. La prodigiosa aceleración del progreso
al desprendImiento del hombre d t d P ., lCU armente, ha conducIdo a partir del desbloqueo de los territorios pref rontales está ligada a la vez
viviente, Tonlando el ejemplo def a °t a codnexlon con la extensión de 10 al desbordamiento del .razonamiento en las operaciones" técnicas y a, la
f' idenci n epasa o mono el capítulo 1 enfeudación de la mano al lenguaje en el simbolismo 'gráfico que termina
orzo en evr enriar con cuántas dificultades l' '1 se es" ..
humano se ha despej ado desde h '.' la InLlagen rear del antepasado en la escritura. ,
Id' , ace un Slp o a secunda ' , Por ello conviene preguntarse a' dónde va' el bomo sapiens como ani- _
,a rstancia existente hoy entre el he b " b razon es que
mamífero terrestre con alguna' ornt r: que t:e~de a hacelrse el único , mal pensante, Luego de algunas centenas de miles de años durante 'los
, , ,1m por ancra numenca y lo d '
vrvientes, hace necesaria una toma d " d s emas seres cuales, técnica y lenguaje se iban' equilibrando en una evolución ritmada
I • ' e conClenCIa e 10 que e '1 ' 1
IJ01710 JdPléJ1S nacido en el t' d 1 s fea mente e por el paso de la evolución zoológica, el bomo sapiel1s, ha establecido un
1 , ' " ' lenlpo e as estepas para 1 b 1
equilibrio circular en el cual el pensamiento hablado se vio acompañado
sa vaje y progresi,ramente adaptado a la" 10 ., cazar e ca al o
de una atmósfera de etróleo uernado conlOCIon, se,ntado en medio por el, pensamiento' fijado a través de los mitogramas y luego", de la
prehistoria, que conmu~'en la c~riosjdad· La paleontologla humana y la· escritura,' Esta última, por otra parte, ha tocado tan sólo una Ínfima
ch~ más allá del punto de 'lista científi¿oo,r, unas razon,es que ,'a? ~u'-' minoría estadística de la, humanidad hasta el siglo presente, La pirámide
aplicadas cuando llevan a constar t d' Itoman el,' alor de ciencras ,social promueve el progreso intelectual ,gracias a escasos elementos indi
ciones se ha hecho con el mismo ~~oq~e o, ~ a a~censlon de las civiliza- viduales sentados sobre una masa humana aún equilibrada en la fórmula
al mamut y que nuestra cultura . 1mt r~ !ISICOe iorelecruaí que acechaba qlle podíamos decir "humanamente normal", de tina exi-stencia donde la
COIno soporte, un aparato fisi '1' . e te :o.nlead apenas qUIncuagenaria tiene actividad imaginaria está, colocada al nivel de la participación corporal
1"
lIgar de confiar en las posibilidades
1 10 OgICO vrejo e cuarent
de ada ta "
"1 -
~ nlI, an~:.
S'
1 ~ay en ,las ceremonias y al nivel del mitograma en la figuración.' ,La escritura,
a pesar de todo y la contradi ., est r, p, cron, a dlstorsIon existe para una más' amplia minoría, ha, conservado el papel de sus orígenes;
siendo no un instrumento del pensamiento especulativo, sino' un proce·
P .oderes . casi ilinlitados y' lIO CCJ.°Z: 1,eSd¡l presente entre una ci,'ilización de,
Cl"1 Iza or con u id d '
siendo idén tica a la q'ue pose' , id '
.t'
na ag,reSI\'l, a que SIgue' dimiento de información práctica, Sirvió a fijar el derecho, la contabilidad,
,( Ie so brevrvir. ,," la cuan 'o matar al reno tení \,. la e 1 sentr id o y a orientar la masa de la actividad ideológica: la lectura religiosa, .el
código, y la manipulación de las cíf ras, en todas .las civilizaciones con
Toda la evolución psi t d d .
hI 'Z d' ., rcorno ora,
. o por, a icion de territorios .nuevos los' cuales no
es e los' pnmeros t b d
ver ,e r.a ?S,' se
escritura, han constituidola porción ordinaria de la masa, que sabe leer
lnlportanCIa funcional de los irec d te .. "' 11ln suprImIdo la y escribir hasta el despertar del siglo XVIII, Durante un corto período 'que
1 ,,' p e en es SIno oue les h· ' d dura aún en su ocaso, apareció la perspectiva de una alfabetización, pla-
l)ape, SIempre más ocultado F)O 1 f'· J "a conserva o su
r .ras unciones superl0"es Est " id netaria como equivalente de la promoción' social e intelectual. La enfeu-
torna, con los l11amíferos, una anlplitud }'a con 'd bl··· a pIranll e dación total de la actividad mental al desarrollo lineal de la escritura es,
gra.,!ldes monos ella queda geom ~t . t shJ era ,e, ITIas hasta en los
,, e rtcamen e ca erente' 1 ' t d" para el hon¡o SapieJ1S una promesa que sólo puede se.r realizada, por una
tegracJon, neurOlnoto,ra es realInente el sumnlunl d ,e ~or, ex e 1~~ minoría con aptitudes particulares;, para la mayor parte de 'los ~mbres"
llosas, bIen que ri (Jurosalnente an 'm l' t d" " e unos aparejos maral'I-
, , b ' 1 a o a\'ta Llegado al 1 d d ' la lectura de inscripciones ccrtas y de carácter práctico, es normal; mien-
se sltuan 105 antrópidos prinliti\7os t d ' d' , ugar 011 e
tras que la aplicación del pensamiento al hilo de un texto concreto in
sob.re la pirámi<.;e anilnal la c l' O?" su~e de un poco como si naciera
+

portanliento humano la' puntauad segut Ira ~J~n' ,o el, zóca~o de todo COIn. cl'usive, exige una restitllción de imágenes que sigue siendo agotadora.
" 1 . ' , e o ra plramlde ln\'ertlda (" El . d ., A pesar del eje,rcicio intenso de varias generaciones, la reanudación del
segun a Jll1agen teilhardiana) y' cad " re e)a a equilibrio paleontológico ·se ha iniciado con rapidez' y el mitograma, bajo
el conjunto de los aparejos exteriori;a~'~: :;asl gIgantesca, c?nstituida por
la forma de las 'jltlstraciones, ha vuelto a i!lvadir las lecturas a partir del
base sobre la cual reposan1os es y no dO a, cultura. l\1!entras que la
· ,, " pue e il1as que segUIrlo 'd 1 siglo XIX a medida que, la alfabetización, alcanzaba las clases popular~s:
d lSpOSltl\TO osteonluscular y ner\1lOso de 1 ' 't" d sIen, o, e las historietas entraron en el (onlercio de estampas durante el siglo XIX,
, mal, ,la superestru'ctura es' enteramente f?c't~-' lma ~tapa. ~l nlundo' ani- ' ,siendo primero mitográficas 'en sus grandes composiciones, luego ence·
, 1 JCla e lmaglnar a 'd d 1
Jue~do quel se desa,rrol1a, al, exter'ior, entre los dos polos d~,I naclt,a 'd ed rlrándose en pequeños cuadros qlle se pegan al texto. La linearización" del
crea ora, a cara y la mano en 1 't" 1 1 . a ac IVJ a dibujo, ilustrativo sigue la difusión de la lectura de las masas; ella en-
, a ecnlca y e enguaJe.

388 389

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paleolíticos, .la selección del medio actuaba incluso en un sentido tal que
cuen~r~,. su culminación en la lectura popular de 110y día. I.. a radio y la los' individuos, todos, debían. responder .a un mínimo de .equilib.rio psico-
,tele\'lslO.? han c~?lple~ado. C~11 el cinema este retorno a la literatura oral flsico, p.or debajo del cual la supervivencia se hacía precarIa; salvo tal vez,.
·.Y a la: información ,T~su~l SIn p~so por las formas de la ill1aginación. ' para los sujetos' que se encontraban en los .límites de lo natural y de lo .
~ Ca,n bast~11te curiosidad podernos preguntarnos si las técnicas audio..: sobrenatural, como los curanderos o Jos magos.· Ignoramos. por otra parte,
visuales cambian realmente el co,r:1port~miento tradi~ional de los ant.rópi- todo sobre esta .categcria de individuos en el Paleolítico; si nos atene.mos,
dos; Poder:l0s ~reguntarnos ta~11blel1 cuál es el destino de la' escritura en al ejemplo de 'los primitivos .recientes, es ..poco probable que estos. prIme-
un ,porve~11r .111as.? menos lejano. E-s cierto que ha constituido, durante ros. especialistas hayan vivido enteramente del ejercicio de su función..
,'arIOS .nl11enl0s~ lndepend.ientenlell te de su papel de conser,rador de la . Es el paso a' la ciudad 10. que marca el cambio más hondo en el como
,~11en]Orla colectiva y grac1as a su desarrollo en una sola dil11el1siól1' el ... portamiento equilibrado entre psíquico y físico. El medio urbano asegura,
l?s.trumento de anál~~is de' donde 's~ljó el pensamiento filosófico y ¿ien- en efecto, la supervivencia de categorías de individuos, como sacerdotes,
tífico. La conservación ?el' pensarmenm puede ser ahora concebido dís- escribas y mercaderes, cuya función manual está más o menos compl~ta-
tll1tanlen.te q'Lle en l,os, libros, los cuales conservan por poco tiempo, .aún .mente. enmascarada .por· una actividad verbal '.0, intelectu~l .~n ~u sentido
la ,re?,ta)a de ~e~rap!dall1;nte manej~bles, Una vasta tl11agnetoteca" con
I
. más amplio, Gentes de toga o negociantes, en todas las .civilizaciones, han
sele~Clon e1ectronl,ca, ]¡br~ra en, un futuro cercano ·la información prese- preparado a largo. término las etapas de la. regresión manualo, más .exa~t~-
l~CCIOna?a y ~estltulda. lnstantanea·mente. la lectura conservará durante .mente, de una tran-sposición del campo· técnico, que sup'one un eJerCICIO.
sIglos aun su l~lportanCJa, pe;;e a una, sensib!e ,reg.resión en la mayor parte muy limitado de las operaciones, de fabricación, S~n embargo, ellos son los
de los .hornbres, mas la escritura esta YerOSlml1mente,destinada a desapa- hombres de la escritura, en quienes la mano forma las palabras y puntua-
r~~er raplda,n:ente, , reemplazada por unos aparatos ~lctáfonos con .irnpre- liza los discursos; podemos considerar entonces que, se trata de ~na trans-.
.sien ,automa.tlca. (Debemos ver en, esto una especie de restitución del posición y que el miembro anterior no ha perdido nada de su lmpor:an.
e~tado .anterior a la enfeudación fonética ?e la mano? Yo opinaría más · cia en la sinergia intelectual. Los siglos I?llestran que 10.s.g~upos , soc~a.les
•bien que se trata de un aspecto.. ~el f~~o~~leno general de la reg.resión importantes pueden adaptarse y reproducirse en 'un equilibrio pSIcoflSICO
11:anual (v. p;) r de una nueva liberación". En cuanto a las consecuen- de tipo "cerebral", aunque se deba tener en cuenta los. fenóme?os de corn-
eras a larg.o terl111.no sobre las formas del razonamiento o sobre un retorno pensación .impo.rtante,s. En' efecto, de un lado los. sujetos a~tIvos· recupe·
. al l)ensalTIJento difuso r rnultidimensional, no hay pre,risión· posible en la raban una parte del' Juego normal en sus desplazamientos a pIe o a caballo
. 11o~a actual. E! pensall11ento, cientí,Eico ~s~á más bien molestado por la ne- o con la cacería; por. otra parte, las manifestaciones sociales 'implicaban
ceslda~ ~e estirarse ~n la hilera tlpograflCa; es seguro, pues, que si algún una participación compleja, En un ritmo atenuado, las clases no artesana-
proce~m1lento p~rmlte prese~tar los libros de, una, manera tal .que la les o productores encontraban su equilibrio antrópido. Pero también se de-
mate,na, de !os diferentes capltulos se ~frezca sUTIu1,taneamentebajo todas be tomar en cuenta el hecho de que' una parte no despreciable de los
sus lnClde?ClaS, los autores. y . sus usu~rlo~ encontrarían una ventaja consi- elementos de las clases cerebrales, inadaptados, encontraban en la guerra,
derabl:-,. ~ln embargo, es CIerto qlle SI bien el razonamiento científico no el comercio lejano, el vagabundeo o la piratería, la manera de rehacerse.
perd,era S111d~d~ nada con la desaparición de ,la escritura, la filosofía )' En fin,· ciertas cla-ses, particularmente en las funciones religiosas, ..eran
la lJter~tfJra,' eran, con toda seguridad, evolucionar sus formas, ,Eso no formadas solamente de individuos sacados de su medio de origen por pre-,'
es particularmente Iameotable, puesto gue lo impreso conservará las Iot- ·disposición, En ,el. me~io civilizado tradicional, por consi<?uiente, ;1 ejer.
mas de pensar cunosamente arcaicas, de .las cuales los honlbres' habrán cicio de los comportamientos fundamentales del bomo sdplens seguIa sien-
usado d~rant~ el per.íod~ del grafismo alfabético; e'n cuanto a las formas ·do idéntico al de los orígenes; el abanico era solamente más amplio y Jos
nuevas, estaran, C0D: relaCIón a l~s antig'uas, con10 el acero frente al sílex: individuos fuera de proporciones en el plano físico o en el int~lecruaI,
no representaran SIn duda 11n ln~trUn'lento o1ás acabado sino un lnstru- encontraban su inserción en tanto que filósofos o. soldados. Con. las nll·
JTIento ?lás. ,~lanejable. ~a e~critura pasará a' la infraestr~ctura sin alterar merosas inadaptaciones individuales determinadas por' los sistemas socia·
el fllnclona,1111e~to de la .1nte~lgencia, con:o tIna transición que habrá tenido . les, la sociedad se presentaba como beneficiándose' del· entero ejercicio
. algun~s, m¡]enlOs de pnm~c~a, la. pérdida de ,la ac:tividad manual }' la de las aptitudes de la especie.' , .'
redtlCCJOn de la a,Tenrur~ flsIca en' a~:entu!"a past,"a. representan unos fenó. En el estadio actual, la situación aparente,mente no es ~ún muy dife-
nlcnos qlle plalltean mas problemas.' . rente: la sociedad continúa disponiendo de todos ,sus me'dIos,' pero tras-
. La, ad~ptabil!dad . del hOl1l0 SapieJ1S está ampliamente acon'dicionada puestos de manera creciente en los. órg~no~ ,a.rtificiales: El maq~inismo
P?~ el .medIO SOCIa.}. Podemo~ a~~jtjr q~~, l1asta la época actual, las Con- y la sujeción ,del 'mun~o terrestre han. dl~mlnUId?, e~. CIncuenta anos,. ~n
dICIones normales. para un eJercICIO,equdlbrado de las aptitudes físicas y vastas regiones, el abanICO donde se repartlan los IndIVIduos. La reducclon
mentales era? aseguradas a la ~~yona humana.~ ~r~vés de las tareas agrí- de los medios d~ creación individual y la escasez creciente de las salidas
colas, pastor1les, artesanales o bellcas., En los prlmltl\rOS ya· fortiori en los
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391 ;

390
sus músculos de la p,rogramación de sus actos, de su .memcria: liberado
.ha~ia la aven~ura, han acarreado la aparición de compensaciones que se de su imagin~ción por la perfección de los medios de teledifusió~; liberado·
aleJa~ progresivamente de la vida real. También el deporte, así como el del mundo animal, vegetal, del viento, 'del frío, de los m.icrobl0s, de lo.
trabajo en nlenudeIlclas, cortados cada año por la aventura dirigida en
las desconocido de las montañas. y de los mares} .el bomo. sap/.e11s ,d~ la zoo-
carreteras y l_?s terrenos de camping, desempeñan un papel de reeq'uilibrio logía se encuentra probablemen~e cerca del fIn. de su carre.ra. ~lS1~a1Jlente,
que gana, ano. tras año,' un número creciente de individuos. La cacería es una especie zoológica que dispone de un CIerto porvenIr; slgulen~o el
misma se hace aho.ra con. jabalíes y ciervos. ;emidom~sticados, con conejos ritmo de su evolución desde 30.000 años, pa.rece poseer al menos Igual
acorralados,. c~n. faisanes importados por avion después de haber sido ali- perspectiva delante de él; a pesar de q.ue ·la paleo~tología nos informa
m:ntados sintéticamente. En los países satur.ados~, el problema del equili- bastante mal sobre este punto}. las espeCIes no envejecen, se transforman
b.flo humano se plante~ constantemente La situación actual está muy .Iejos,
SIn. embargo, de confIgllrar Ia de un futuro del cual pocas oeneraciones
S!
o desaparecen. El hombre, en todo caso, tiene .~elante. d~ un porvenir
que va mucho más .all.i del ritmo de su evolución soc~otecnlca. ,
n?s separan. El obrero y el campesino han sido sólo parcial~ente rneca-· El gran problema del mundo presente está aún por ,resolv~r: .¿Colllo
nizados; la natura'eza se deja ver aún a la orilla de algunas pla}1as o en este mamífero anticuado, con las necesidades arcaicas que han SIdo el mo-
al~un~s bo;~~es. La .guerra, a falta de la cacería, ofrece una salida a "la tor de todo su 'ascenso, continuará empujando su roca 'sobre la pendiente
nl~norla Olas. Inadaptable; una guerra gue sigue siendo singularmente ar- si, un día, no le queda más que la imagen de su realid,ad?; En ningún
ca~c~, esparcida al Igual que .unas· \rerdade.ras válvulas de escape, aunque momento de su evolución estuvo obligado a romper con. SI mismo. ·Desde··
minúsculas, en todos los contmentes, oponiendo sus cuadrillas de inadap- . el australantropo, ha vivido concretamente. su inte.rminable aventur~. Ac-
ta?os chapoteando en los pantanos lejos de las torres mudas de lanza .. tualmente, se encuentra en vísperas de agotar su planeta y y~ el mIto. de
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m~ento de los. cohetes atómi~?s_ Mas .l~ caza al .hombre no es más que un un trasplante cósmico ha tomado cuerpo. Sin embargo, el Camln? reco;rldo
mito que sostiene ·la formación prernilitar de millones de jóvenes, los más no tiene regreso. Podemos soñar que, llegado en un astro lejano; el se
. ~otado~ de entr~ ellos no tendrán más, un día, que jalar la palanca que encuentre fr~nte al pitecántropo y al e.efante meridional, mas no volverá
liberará autol11átIc~nlente .Ia bomba, hacia el punto para el cual los cal-· a ser un tallador de sílex.
cuI,adores electrónIcos. habrán fijado el illicio de U11a.. trayectoria. La con- Sería contrario a la naturaleza no tenerle confianza, aunque ·la ima-
. qursta de. lo desconocido terrestre ya no es, igualmente, más que un mito ginación se orienta difícilmente. Podemos imaginar varias soluciones a !a
que se ejerce, ~espetando las proporciones, i-ndiferentenlente sobre la cara · planetarización humana. La primera es aquel!~ pensada por muchos S1n
norte de. un pICO ? sobre. la roca de treinta metros, al pie de la cual.. forrnu 'arla demasiado y que consiste en un final de la av~ntura humana
cada donl1ng?, la hilera en espera organiza su ración de aventura. El 110i-
·por medio de los procedimientos atómicos. Es ~na hipóte.sls que· se. de.be
verso ·lla cedJ~o y .la exp.'oración cósmica está abierta, pero corno la socie- ·rechazar por la sencilla .razón de que si se produJ.era el .accldente, cua19ul.er
dad no ne~:slta, dle~ mil millones. d~ cosmonautas,. para el homo· sapiens hipótesis habría sido inútil. Más correcto es confiar en el hombre. La mIS-
la exploración cosm~ca se ha' convertido en compensación. .mítica antes de mi .razón debe incitar a considerar la visión teilhardiana como una apro-
..haber realmente nacido, Po~emo~, así, imaginar. seriamente un tiempo rer- ximación mística potente, pero que está marcada aparentemente del signo.·
. cano cuando no se. co~oc~ra mas que transposIcIones y cuando habrá un de todas las apocalipsis .. La humanidad puede muy bien esperar el, "punto
cuerpo de ~xpe,rtos. ilusionistas cuya función .será la de estudiar la dietética omeza' durante milenios, y, como en el año ·1000, le será necesario .orga-
n:~ropsí~u~ca de las .m~sas .. humanas. Los eleme?t?s de. esta disciplina niza~se mientras espera, y continuar viviendo. Una t.er~era solución es con-
eXJs.t~n }a. tant~s espacios verd~s,. parques zo~loglCos ~. estadios, para siderar qlle el individuo es socializable hasta .el infl?lto y que ,un mundo 1
equlllbra~ el, 1?enodo de productividad sedentana; sostenida por el ele. artificial funcionando en el bienestar de todas sus células, es mas deseable !
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mento ,7Itanl~nlco de las emisiones de teledifusión. Cada año, la ración para el individuo que el de la caverna 'donde era libre de salir en perse- j

se completara con una ~~rta pausa campestre: espacios verdes mayores, cución de un almuerzo hipotecado por el azar de su encuentro .con el reno
res~nTas naturales, superfICIes para retozar, la posibilidad de construir Un o co'n el león. En esta solución, es necesario, y estoy convenCIdo de ello, 1
.abrJgo de lona o de pasear una casa rodante o .de calentar. en el suelo cambiar la etiqueta específica y .encontrar otra ·pal~bra latina que agregar l

una l,ata de conse.rva sobre. U? hornillo de· gas. Un cierto margen existe al genérico t(horno".: Al fin, podemos' imag~nar. al. hombre de un futuro l
toda\'Ia y se conCIbe la poslb.ll1dad de asar sobre un fuego de n1adera el cercano, determi~ado por una toma de conCIenCIa en la. voluntad de per·
,

. pescado atrapado. por uno mIsmo; mas, en diez años, un tal despilfa.rro maneeer. "sapiens". Entonces, le será necesario volver' a pensar. comple-
de ,tesoro~ . colectl\'OS se ha vuelto excepcional y dentro de diez años más tamente el problema de las relaciones de lo individual con 10 SOCIal, ~nca-
o sera conSIderado como un delito.. .
rar concretamente la cuestión de· -su densidad numérica, de sus. relaCIones
Es, I?u,es, necesario c~ncebir ~n. h01l1o sapiells completamente traspues- con el mundo animal y vegetal, dejar de imitar el comportamiento de un
to y se dIrla que, .en realIdad, aSlstlnlOS· a· las últimas relaciones libres del cultivo. mic,robiano, para considerar la gestión del globo como una cosa
o

hombre con el mundo natural. Liberado de sus útiles, de sus gestos, de ·

393
392

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1.
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distinta a un juego de azar. Cualquiera que sea, el valor de las tres prí-
'meras soluciones, a menos de considerar que la carrera del hombre se
acabó, algo de la cuarta será inevitablemente intentado en el si.glo', por'
venir, po.rque la especie está aún demasiado ligada a sus fundamentos como
para no buscar espontáneamente el equilibrio que la impulsó a hacerse I,NDICE,
humana,

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1,
TECNICA y LENGUAJE·

PRlMERA ~ARTE
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TECNICA.Y LENGUAJE

l. La imagen del hombre .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ~. . . . . 7


11. El cerebro' y. la mano 29
',' . . . . . ~

111. Arcan tropos y Palean tropos ::". 63


.. IV. Los Neantropos 119
V. El organismo social : 145
.\ .. ' VI .. los símbolos del lengua j e 18S
,
~

LA ME~fORIA y LOS RITMOS

SEGUNDA PARTE

1vfEMORIA y TECNICA
. . . . .
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¡
VII. La liberación de la memoria 215
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J.
., . . VIII. El gesto y el programa ~ " 233
IX. La memoria en expanslon
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Pág.

TERCERA PARTE

LOS SI11BOLOS EThlICOS

.X. Introducción a una paleontología de ·105 símbolos 265


XI. Los fundamentos corporales de los valores y de los ritmos '" 275
XII.
La estética fun cion al 291
XIII.
Los símbolos de la sociedad 303
XIV.
El lenguaje de las formas 351
XV.
La libertad imaginaria y el destino del homo stlpieJls . . . . . . .. 387

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