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104 PREHISTORIA
femenina de Jinniushan se paralelíza morfológicamente con la hallada en la
Sima de los Huesos de Atapuerca que tiene la misma antigüedad.
El yacimiento de Hathnora se encuentra en el valle del río Narmada (India).
El cráneo ha sido datado en tomo a los 200.000 años y es muy similar al fósil
de Dali. Presenta un mosaico de caracteres de H. erectas y H. sapiens,con una
bóveda craneal más elevada y las superestructuras menos marcadas.
La posición filogenética de estos fósiles de finales del Pleistoceno Medio
de Asia todavía no está clara, ya que para algunos investigadores están en una
posición intermedia entre H. erectus y H. sapiens, y utilizan el apelativo de H.
sapiens arcaico; o serían poblaciones procedentes de África relacionadas con
Broken Hill, Bodo o Ndutu que habrían reemplazado en el continente asiático
a los H. erectus, tal vez cruzándose con ellos; o quizás son el estadio evolutivo
final de los H. erectus antes de su extinción y que sean sustituidos por los H.
sapiens.
En Europa los yacimientos más antiguos (Gran Dolina, So leí Ihac. Jsernia
la Fineta, Monte Poggiolo) atestiguan la presencia humana en Europa hace un
millón de años. Por lo tanto, en primer lugar los humanos ocuparon el conti
nente asiático y posteriormente Europa (fig. 14).
Hasta el ano 1994 no se conocían fósiles más antiguos de 500.000 años en
nuestro continente. Esta ocupación tardía, llevó a algunos investigadores a pro
poner que el continente europeo era especialmente hostil para los humanos
debido a sus peculiaridades geográficas y climáticas, y que éstos no estuvieron
en condiciones de habitarlo hasta una época relativamente reciente de nuestra
historia.
Pero en 1994. el hallazgo en el yacimiento británico de Boxgrove de una
tibia humana asociada a industrias achelenses, apuntaba hacia una antigüedad
entre hace 524.000 y 478.000 años, momento en el cual las Islas Británicas
estaban conectadas al continente europeo a través de un puente terrestre. La
tibia de Boxgrove fue considerada entonces el fósil humano más antiguo de
Europa, dando la razón a los que consideraban el poblamiento tardío de este
continente,
En el mismo año 1994, se hallaron en el yacimiento de Gran Dolina de
Atapuerca fósiles humanos con una antigüedad cercana a los 800.000 años,
demostrando que Europa fue poblada muy temprano, al igual que Asia, en el
Pleistoceno Inferior.
También en una zona marginal de! continente europeo, pero fuera de las
grandes áreas de Asia y África se encuentra el yacimiento israelí de Ubeidiya.
106 PREHISTORIA i
Los fósiles hallados en la Gran Dol inade Atapuerca no pertenecen a la espe
cie H. erectas, de la que se distinguen por numerosos rasgos de su anatomía,
pero tampoco son de i a especie africana H. ergaster. Sus rasgos morfológicos
son peculiares y exclusivos, sin posibilidad de comparación con otros fósiles,
por esa razón sus descubridores, como se ha publicado ampliamente en la prensa
monografías específicas, consideraron necesaria la creación de una nueva
especie que describiera este “nuevo” tipo humano y lo denominaron: Homo
antecessor (Hombre pionero) La hipótesis del equipo de investigación del yaci
miento húrgales es que esta especie debió surgir en África, donde existe un gran
- acíó de fósiles de esa edad, en un momento posterior a la salida de H. erectas
de este continente, es decir entre hace lóy 1 m.a. Poco después de su aparición,
una parte de la población de H. antecessor salió de África y llegó a Europa.
No se conocen restos de H. antecessor fuera del yacimiento de Atapuerca,
aunque el cráneo hallado en Cepreno (Italia) fuera de contexto arqueológico
muestra unas características morfológicas similares. Por otra parte el nivel del
que puede proceder tiene una anti
güedad de 700.000 - 800.000 años.
En cualquier caso, la propuesta del
Equipo Ata puerca es que las dos
poblaciones de H. antecessor, la
supuestamente africana y la euro
pea, habrían evolucionado desde su
Figura 15. En el nivel TD6 de uno de las Figura 16. El procesa de reconstruc
\ tie imientas de Atapuerca (Burgos), cono ción de los distintosfragmentos
cido como la Gran Dolina, ha aparecido hallados, ha permitido hacernos una
a restos del Homo antecessor, considera idea bastante preciso del aspecto
do corno el primer europeo ya que cuenta que pudo haber tenido el Homo
con una antigüedad de 8Q0,000 años. antecessor.
108 PREHISTORIA I
la que culminaba con H. sapiens y la que dio lugar, evolucionando de manera
paralela, a los neandertales.
Algunos autores opinan que las poblaciones del Pleistoceno Medio euro*
peo, como Petralona (Grecia), Arago (Francia), Swascombe (Reino Unido) y
Steinheim (Alemania) pertenecerían a la especie H. heidelbergensis. Pero tam
bién incluyen en esta especie a los fósiles africanos de Bodo (Etiopía), Ndutu
Eyasi (Tanzania), Salé (Marruecos), Elandsfontein (Sudáfrica) y Broken Hill
Zambia). Según estos autores, H. heidelbergensis sería el último antepasado
común de neandertales y humanos modernos.
Hasta hace unos años estas poblaciones humanas del Pleistoceno Medio,
tanto europeo como africano, se englobaban bajo el nombre genérico de ante-
neandertales.
Actualmente, algunos investigadores creen que el H, heidelbergensis sena
el último antepasado común de neandertales y humanos modernos, Sin embar
go. gracias a los fósiles de la Sima de los Huesos sabemos que todas las pobla
ciones europeas del Pleistoceno Medio presentaban características de los nean
dertales de forma frecuencial e incipiente, y ya estaban comprometidos en la
linea evolutiva de los neandertales. Por lo tanto, el H. heidelbergensis sería en
Europa la especie antecesora de los neandertales que evolucionaron en este
continente en condiciones de aislamiento geográfico y, como consecuencia.
de aislamiento genético durante todo
el Pleistoceno Medio. En cambio,
los fósiles africanos de esta misma
época, muy similares morfológica
mente al H. heidelbergensis, serían
antepasados exclusivamente de H.
sapiens.
La posición del último antepasa
do común de neandertales y huma
nos modernos corresponde a la espe
cie H. antecessor, definida a partir
de los fósiles de la Gran Do lina de
Atapuenca. con más de 780.000 años
de antigüedad (ftg. 17).
La especie H. heidelbergensis
abarcaría desde la mandíbula de
Mauer hasta los fósiles de la Sima de
los Huesos de Atapuerca y todos Figura 17. En otro de los yacimientos de
aquéllos en los que predominan ras la Sierra de Atapuerca, la Sima de los
Huesos, se han encontrado más de 700
gos primitivos, aunque muestren restos de Homo heidelbergensis entre ¡os
algunos caracteres incipientes que que destaca el cráneo numen) 5 con una
indican que son los antepasados de antigüedad de unos 300.000 años.
líO PREHISTORIA!
Figura 18. Conjunto de restos de Homo heidelbergensls procedentes
de la Simo de los Huesos de Atapuerca (Burgos).
Los neandertales constituyen junto con nosotros las dos humanidades más
avanzadas y recientes en el tiempo. Ambas fueron diferentes en muchos aspec
tos pero muy similares en otros.
Hace unos 127.000 anos, mientras que el H erectos se estaba extinguiendo,
aparece una nueva especie: el Hombre de Neandertal, Su nombre procede del
yacimiento epónimo del valle de Ncander cerca de Dusseldorf (Alemania)
donde en 1856 se descubrieron una calcita craneana y otros restos óseos. El
estudio de estos restos tuvo numerosas interpretaciones, algunas tan desorien
tadas como la de Virchow que creía que su morfología dependía de procesos
patológicos. Durante los siguientes decenios siguieron apareciendo restos simi
lares en otras zonas como los de Trou de la Naulette y Spy (Bélgica) y el lla
mado Hombre de Gibraltar, que llevaron a acuñar el término de H. Neander-
thalensis.
Algunos de los rasgos craneales del H. neanderíhalensis son similares a los
de H. erectas y H. heidelbergensis. La bóveda craneana es alargada y aplanada,
la frente huidiza, el toros supraorbitario muy pronunciado y la mandíbula muy
prognata sin mentón. Además posee otras características propias como la man
díbula que es muy alargada, con la superficie anterior lisa y sin fosa canina, el
occipital largo y prolongado hacia atrás y hacia abajo donde forma una protu
berancia o pinzamiento. La capacidad craneana es muy elevada, con una media
estimada en cerca de 1,600 cm1, superior incluso a la del Hombre moderno. La
columna vertebral y las extremidades, concretamente la pelvis y el pie son muy
similares a los actuales. El fémur es corto y está fuertemente curvado; de su
longitud se deduce que la estatura media sería de unos 165 cm (fig, 19).
Las primeras imágenes que se publicaron sobre la reconstrucción del Hom
bre de Neandertal ofrecían unos seres de estatura baja, encorvados y con unos
rasgos faciales bastante desagraciados. La reconstrucción hipotética del cráneo
cuyo arco supraciliar, el prognatismo acentuado y la ausencia de mentón, fue
la que sugirió a los primeros investigadores esta imagen. Actualmente la idea
112 PREHISTORIA!
es bastante diferente y se
basa fundamentalmente en
el conocimiento de un
mayor número de restos.
Sin embargo el Neandertal
no debía de ser muy agra
ciado; sería de estatura ba
ja y el fémur era curvo,
pero la columna vertebral
era idéntica a la de Hom
bre actual. En cuanto a la
robustez de los huesos que
realmente se interne!aciona
con las fuertes inserciones
musculares, es posible que
-e debiese al menos en
Europa, a una selección
natural de individuos muy
resistentes a las adversida
des del riguroso clima de
la ultima glaciación, la
a tiámense, durante la cual
< i vieron estos antepasa
dos. Algunos autores han
dicho que si un Neandertal
viese actualmente y una Figura 19. Conjunto de cestos del espécimen deno
' ez afeitado, lavado y bien minado "El viejo" descubierto en 1908 en el yaci
miento de La Chapelle-aux-Saints (Francia). La
vestido apareciese en las base del cráneo esta deformada por la artrosis y
calles de Nueva York, no
cuando murió ya le faltaban la mayor parte de las
,-tusaría ninguna sorpresa. piezas dentarias, lo que le confirió un aspecto
El prototipo de Nean redondeado a la mandíbula inferior. Posee un mar
dertal se definió a partir de cado progattsmo y actualmente se considera un
los restos fósiles hallados ejemplar de Neandertal muy característico.
en Europa, pero no faltan
d cumentos de la existencia contemporánea en África y en Asia de poblaciones
mi lares aunque no del todo idénticas, teniendo en cuenta que evolucionaron
a partir de los diferentes subtipos de H. erectus.
114 PREHISTORIA I
• Girona), cuatro dientes
en el Abric Agut (Barce
lona), un parietal en
Cova Negra (Valencia),
un molar en Moros de
Gabasa (Huesca), 5 dien
tes en Axlor (Vizcaya), 2
dientes y un humero en
Lezetxiki (Guipúzcoa),
un quinto metacarpo en
Los Casares (Guadalaja
ra), una mandíbula y un
fragmento de fémur en
Zafarraya (Málaga), una
mandíbula, una denti
ción infantil, dos meta-
tarsos y una falange en
Valdcgoba (Burgos).
Mención aparte me
rece la mandíbula de Ba Figura 21. Cráneo del Hombre de Neandertal hallado
ñólas (Girona), hallada en el yacimiento de Eorbes Quarry (Gibraltar) en
en 1887, que fue consi 1848. Este descubrimiento, junto con el de Matier
permitieron definir la existencia de esta especie.
derada como neandertal
y debió de pertenecer a
una mujer que habría sobrepasado los 50 años. En la actualidad existe una gran
polémica sobre su antigüedad: Hace poco so ha datado el sedimento en el que
fue encontrada y ha ofrecido una datación de 35.000 anos. Por lo tanto su posi
ción taxonómica es claramente sapiens.
En Italia aparte de los restos de Saccopastorc, resaltamos los hallados en
el yacimiento de Monte Circeo cerca de Roma (Italia). En esta estación A.C.
Blanc descubrió al final de una galería y en una sala circular, un cráneo humano
colocado en el suelo, rodeado por un círculo de piedras y recubierto por una
costra estalagmítica. El agujero occipital había sido ensanchado y el hueso
frontal estaba roto por un golpe violento. Se había interpretado que quizás el
foramen magnum fue agrandado para consumir el cerebro. Sin embargo, el
estudio tafonómico de este cráneo demuestra que la fracturación es natural y
que probablemente se debe a la acción de hienas.
Mientras que el cráneo de Monte Circeo es muy similar al de La Chape-
lle-aux-Saints, incluso en la elevada capacidad craneana, perteneciendo en este
caso a un Neanderthal clásico de hace 80.000-40.000 años, los de Saccopastore
representan una fase arcaica con una capacidad craneana inferior (1.200 cm3)
y con una antigüedad entre 120.000 y 80.000 años. En estos últimos años se
han producido nuevos hallazgos pero de menor relevancia.
116 PREHISTORIA!
jgar en un breve lapso de tiempo. Parece razonable admitir que mientras que
- neandertales se estaban extinguiendo en Europa, apareció en otro lugar una
-ueva población, dotada de una mayor fecundidad, superioridad técnica o inte-
ectual que habría sobrevivido a aquellos, sin duda después de un largo periodo
de coexistencia y posible hibridación.
Las relaciones biológicas y culturales entre los neandertales y los humanos
-ixiemos es uno de los temas más debatidos actualmente en Paleoantropolo
ria. Las preguntas fundamentales son las relaciones fílogenéticas entre ambos,
—características biológicas y culturales de estos dos grupos humanos y las
causas que motivaron la extinción de los neandertales (fig, 22).
Los estudios genéticos han ejercido una fuerte influencia en las interpre-
iones actuales de la historia evolutiva de los neandertales. La estructura del
WN mitocondrial de un neandertal nos muestra que estos tenían grandes dife-
rencias genéticas con los Hombres modernos, que son la consecuencia directa
de una evolución independiente durante al menos medio millón de años. Así
r-es los neandertales no han contribuido genéticamente a la humanidad actual.
Las poblaciones de neandertales y los Hombres de Cromañón vivieron
nultáneamente en Europa al menos durante 10.000 años. Los fósiles de nean-
118 PREHISTORIA!
años y el ellos se hallaron varios fragmentos craneales que fueron atribuidos
a humanos modernos, pero actualmente no se conoce su paradero. También
en Cataluña, dos yacimientos contienen muy buenas secuencias estrati gráficas
donde datar la transición del Paleolítico Medio al Superior: La Arbreda (Giro-
nal y el Abric Romaní (Barcelona). Ambos sitios presentan niveles auriñacien-
-es con una antigüedad en torno a los 40.000-38.000 años. Estas dataciones
" sitúan entre los yacimientos de Paleolítico Superior más antiguos de toda
Europa. En Cataluña, el yacimiento musteriense de la Cova deis Ermitons
Girona) ha sido datado en 34.000 años y prueba la pervivencia de algunos
Neandertales en zonas marginales y mal comunicadas, como el prepirineo cata
lán. después de la llegada de los primeros humanos modernos.
J. Zilhao ha propuesto un modelo ecológico, denominado Lafrontera del
Ebro, para explicar el largo periodo de convivencia entre neandertales y
humanos modernos en la Península Ibérica. Establece unas diferencias eco
lógicas entre el sur y el norte de la Península, cuyo límite coincide con el
• alie del Ebro, que también actuaría como barrera ecológica para la distribu
ción de otras especies de animales. Este límite coincide a grandes rasgos con
.1 >eparación de dos grandes regiones biogeográficas: la Iberia eurosiberiana
la Iberia mediterránea. Según esta hipótesis los cromanones procederían de
un ecosistema mucho más frío del norte, al que se habrían adaptado eficaz
mente cuando llegaron a Europa hace 40.000 años. Los neandertales penin
sulares estaban mejor adaptados a los ecosistemas mediterráneos. Pero hace
unos 30.000-28.000 años el periodo glacial wilrmiense entra en su fase de
frío más intenso, que se extiende por toda Europa y llega hasta la Península,
-Iterando los ecosistemas mediterráneos y provocando la desaparición de los
últimos neandertales,
A pesar del largo periodo de coexistencia, no hay ninguna evidencia
arqueológica de que las últimas poblaciones neandertales del sur de la Penín
sula se hubiesen aculturado, o de que hubieran adquirido alguna de las inno
vaciones tecnológicas que poseían sus vecinos del norte, con unas industrias
del Paleolítico superior. De hecho, el Musteriense pervive, tanto en el sur como
en el oeste, hasta hace unos 30.000 anos; pero una vez que desaparece, la pri
mera industria lítica del Paleolítico Superior que encontramos en los yacimien
tos meridionales de la península es el Auriñaciense evolucionado o el Solu-
trense.
Desde el momento en que los pal eoan tropo lógos establecieron que los
neandertales eran una población humana distinta de la nuestra, se planteó la
posibilidad de hibridación entre neandertales y humanos modernos. Esta posi
ble hibridación también se ha utilizado como argumento a la hora de atribuir
a los neandertales el estatus de especie distinta o de subespecie de H. sapiens.
En la Península Ibérica, un equipo portugués y americano, publicó el
hallazgo de un esqueleto de un niño de 4 anos de edad en Lagar do Velho (Por-
120 PREHISTORIA 1
Se trata de los fósiles hallados en cuatro cuevas situadas en Galilea. Dos
de ellas conocidas como Skhül y El Tabun se localizan en las laderas del Monte
Carmelo, la tercera con el nombre de Qafzeh está cerca de Nazaret y la cuarta.
Amud, no está lejos del lago libertades. Cada una de ellas ha proporcionado
un abundante número de esqueletos, cuyo estudio ha permitido una recons
trucción de su aspecto físico muy completo. En Skhül. D, Garrod y Mac Cown
hallaron los enterramientos de 10 individuos, siete adultos y tres infantiles,
todos ellos depositados en posición fetal. En la cercana cueva de El Tabun,
estos mismos investigadores descubrieron el esqueleto completo de una mujer
así como una mandíbula de varón y un fémur. Estos dos yacimientos pueden
ser fechados en tomo a unos 110.000 años (fig. 23).
122 PREHISTORIA 1
nes era su pequeño tamaño físico así como su microcefalia, lo que provocó
que se le llamara coloquialmente como Hobbit. A pesar de que se han hallado
restos de siete individuos, el más completo es el conocido como LB1 que com
prende el cráneo con la frente alta y retrotraída, sin mentón y piezas dentarias
pequeñas, así como varias partes del esqueleto postcraneal como puede ser la
pelvis que demuestra que se trataba de una hembra de unos 30 años de edad,
apenas 100 cm. de altura y una capacidad craneana de 380 cm-\ incluso menos
que los australopitecos y muy cercano a los chimpancés.
Se trata claramente de un Homo sapiens en miniatura y se ha debatido
ampliamente si se trata de un espécimen enfermo, con raquitismo o cualquier
otra enfermedad causante de malformaciones, pero parece que se trata de un
individuo sano emparentado genéticamente con los Homo ergaster del este
africano. Posiblemente la insularidad provocó una disminución de la talla al
igual que sucede con otros mamíferos como los mamuts enanos de Sicilia o
los de la Isla de Santa Catalina frente a Los Angeles en Estados Unidos.
Estos pequeños hombres se alimentaban de elefantes pigmeos, dragones
de Komodo y ratas gigantes de Flores y poseían una industria I frica muy evo
lucionada característica por similitudes del Paleolítico Superior, aunque existen
serias dudas sobre la capacidad cerebral para crear estas piezas. La larga cro
nología establecida para esta especie, entre 95.000 y 13.000 años parece redun
dar en esta idea. Es de esperar que en los próximos años se produzcan nove
dades respecto a esta especie.
Entre los 40.000 y los 30.000 años, hacia el final del Wiirm n, aparecen
los primeros representantes de una nueva especie: el H. sapiens, que aquí tra
tamos brevemente ya que su morfología, historia, cultura y modos de vida
eremos en otros temas más extensamente. Se trata de los inicios de nuestra
andadura ya que se trata de los mismos seres que ahora poblamos la tierra. Su
estatura media es de 1,65 metros, siendo ésta superior a la de cualquiera de
nuestros predecesores. El esqueleto está formado por huesos ligeros y frágiles,
el cráneo no posee el toras suraorbitario y también ha desaparecido el pinza-
miento occipital. La longitud máxima del cráneo se sitúa hacia arriba al nivel
de los parietales y la forma varia mucho desde la dolicocefalia hasta la bra-
quicefalia. La frente es alta y la visión es ortogonal, El valor medio de la capa-
udad craneana es de 1.450 cm’. Dentro de estos caracteres morfológicos gene
rales, existen numerosas variedades que son las que han producido las
diferentes razas (fig. 24),
Los restos fósiles de esta especie son muy numerosos y bastará con reflejar
los más importantes hallazgos limitándonos a los tiempos paleolíticos. El resto
124 PREHISTORIA 1
género humano. En la actualidad se utilizan sofisticados métodos estadísticos
y de investigación como la biología molecular utilizada por N. Boas (1983).
Otros investigadores como R.Leakey (1977) no considera a los australopítecos
como antepasados directos del Hombre moderno, agrupándolos en ramas dis
tintas a la nuestra. D. Johanson y T. White (1979), afirman que el A. africanus
dio origen al A. robustas, pero este último se extinguió sin llegar a ser el ante
cesor del H. erectus y éste a su vez, descendería del A. afarensis. Estas dos
propuestas siguen una forma lineal en la evolución del género Homo desde el
H. habilis. pasando por el neandertal y llegando al H. sapiens.
Por otra parte actualmente se tiende a diversificar enormemente el árbol
ñlogenético, como es el caso de B. Wood (1990) o más recientemente el pro
puesto por el equipo de investigación de Atapuerca (1997) (fig. 25).
Por otra parte se han propuesto dos modelos para explicar el origen de los
humanos anatómicamente modernos. El primero de ellos es el modelo multi-
rregional o "en candelabro". Según este las antiguas poblaciones del Asia, Áfri
ca y Europa mantienen una continuidad evolutiva y genética con la humanidad
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126 PREHISTORIA I
8. Bibliografía
128 PREHISTORIA I
Tema 3
EL PALEOLÍTICO INFERIOR:
CONCEPTOS GENERALES.
PRIMEROS ESTADIOS
DE LA CULTURA HUMANA.
ÁFRICA Y ASIA
ESQUEMA-RESUMEN
Introducción.
2. Los primeros hábitats del Paleolítico.
- Las primeras industrias o Modo 1.
- El Paleolítico Inferior en África.
? El Olduvayense o Pebble Culture (1 m .a. - 800.000 años).
- El Achelense o Modo 2 (800.000 - 70.000 anos).
6.1, Las distintas fases del Achelense o Modo 2.
6.2, El fuego y la organización del espacio.
El Paleolítico Inferior en Asia.
7.1. El Próximo y Medio Oriente.
7.2. El Subcontinentc Indio.
7.3. El Sudeste asiático.
7.4. El Paleolítico Inferior en China.
7.5. El Paleolítico Inferior en el Japón.
v Bibliografía.
7E\| A .1. EL PALEOLÍTICO INFERIOR: CONCEPTOS GENER ALES. PR [MEROS ESTADIOS.. 129
1. Introducción
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Figura I. Cuadro crono-clinuitológico e industrial
del Pleistoeeno inferior y Medio.
13(1 PREHISTORIA [
x^pectos. El encuadre paleoambiental en el que se desarrollaron estos homíni-
: - debía de ser bastante parecido a algunas regiones actuales del África Orien-
- La cubierta vegetal era una sabana abierta, con acacias en las zonas secas
abundantes juncos y gramíneas en los bordes lacustres. Las transgresiones y
-egresiones de estos lagos demuestran que hace unos 3 m.a„el clima debía de
mucho más húmedo que el actual, produciéndose una progresiva sequía
__e duró según las zonas hasta hace 1,6 m.a. Este hecho se constata a través
je ios análisis polínicos y faunísticos, según los cuales se produjo una sustitu-
. n de las especies arbóreas en favor de las gramíneas, así como una adapta-
- n de determinadas especies animales a un medio menos forestal y más
-'^ustivo. Durante los períodos húmedos, la fauna era muy abundante y estaba
. npuesta por elefantes, jirafas, hipopótamos, cocodrilos, carnívoros, monos,
cebras, etc (fig. 1).
Como ya hemos visto las dos especies de homínidos que ocupan este perio-
- preachelense, fueron el Australopithecus y el Homo bóbilis (ver Tema ii).
132 PREHISTORIA I
Los yacimientos etíopes de Gabra t a iv y Gambore, abarcan un arco cro
nológico que va desde 1.7 m.a. hasta los 350.000 años. En ambos yacimientos
se han puesto al descubierto estructuras circulares hechas a base de bloques
-pilados a modo de paravientos. Algunos investigadores piensan que además
debían de tener una cubierta hecha con ramas, pero no hay ninguna evidencia
que justifique esta hipótesis. En los yacimientos de Gabra i y ill y Gambore n,
encuadrados culturalmcnte en el Achelense. aparecen ciertas innovaciones en
el acondicionamiento del espacio por la presencia de cubetas excavadas y en
algunos casos agujeros de postes, así como una cierta diferenciación entre dis-
rintas áreas de actividad (fig. 4).
134 PREHISTORIA I
- homínidos simplemente rompieron pequeños cantos rodados, obteniendo
-iierosos fragmentos con aristas cortantes. La cronología para estos útiles
z Jizados en cuarzo oscila entre 23 y 2 m.a. Estas dataciones nos proporcio-
- la prueba de que hace unos 2,6 m.a. se generalizó este proceso tecnológico
fig. 5).
Figura 5. Wrta panorámica del Valle del Rift. Los numerosos restos de
australopitecos, Homo habílis. Homo ergaster y hombres modernos hallados
en esta zona han contribuido de manera inestimable al conocimiento
de nuestro más lejano pasado.
¿.Quiénes fueron los autores de estas industrias? Esta es una pregunta que
puede ser contestada con certeza. En Hadar, aparecen en la parte superior
la formación, muy por encima de los niveles donde se hallaron los restos
liistralopilhecus afarensis. Es posible que el australopiteco grácil no sólo
Jizara ocasionalmente algunos útiles, sino que también fuera el primer talla-
. r. pero con los datos que se poseen actualmente resulta difícil confirmar esta
hipótesis.
Una de las estaciones clave de la prehistoria africana es la Garganta de
duvai (Tanzania) cerca del volcán Serengueti, en la que se han encontrado
_'.a sucesión de estratos geológicos o “Beds” (lechos), cuya sedimentación
-arca entre 1,8 y 500.000 años. El “Bed I" estuvo frecuentado por dos espe-
. es de homínidos: el Australopithecus mbustus y el Homo habílis. En varios
- veles de este “Bed I” se han encontrado útiles olduvayenses, considerándose
-cunos de estos niveles como suelos de habitación, mientras que otros serían
■ Triplemente estaciones temporales de caza.
136 PREHISTORIA I
actualmente que éste no pudo
ier un Homo faber en el sentido
estricto, reservando la autoría de
■ís industrias al Homo habilís,
. n una capacidad craneana
-<vor y una estructura social
-ás complicada, debieron des-
■ zar al primer grupo hasta
ñas poco favorables y luego
' habrían eliminado en un
lapso de tiempo relativamente
iargo (fig. 7).
Pero no solo Olduvai ha pro-
> retoñado industrias oíduva
rases. Melka Kunture, también
.- el África oriental, es conside-
■-da para este período como la
segunda estación en importancia
. n numerosos yacimientos. Los
_ rerentes niveles de ocupación
. hallan separados por niveles
.= tufo y lava, producto de erup-
. ¿ines volcánicas y permiten
e Relacionar las diferentes es
piones. Aquí, además de los
- ásicos choppers y chopping
oís se han hallado también
-• 1 tedios, raspadores muy espe-
•••>. muescas y denticulados,
.ndo los útiles sobre lasca bas
ante escasos. La cronología
rara este conjunto industrial se
'ítúa entre 1,7 y 1,6 m.a.
Otros yacimientos encuadra-
- ' en la Pebble Culture africana
j Olduvayense que han propor-
. ‘nado este tipo de industrias,
- -n los de Gamboré 1 (l ,7 m.a.)
Garba IV (1.4 m.a.) en la zona
Melka Kunturé (Etiopía). Con
jn encuadre cronológico ligeramente posterior, están los de Koobi Fora (Kenia)
ndustrias de Karari, 1.4 m.a.) y Chesowanja (Kenia). Por otra parte estos com-
r .ejos industriales también se han encontrado en el Magreb en las estaciones
-z Sidi Abderraman (Marruecos) o en Aín Hanech en Argelia (fig. 8).
138 PREHISTORIA!
Elephas trogomari),el mamut (Elephas primigenias), que $e desarrolla duran*
. '¿■y períodos más rigurosos, y por último, el elefante antiguo (Elephas anti-
. ..mi. presente en las épocas más cálidas.
Durante los períodos interglaciares hay que destacar la aparición del rino
ceronte de Merck, mientras que en las zonas tropicales el componente faunís-
nco sigue siendo el que ya existía en la etapa precedente adaptándose su den
tición al régimen alimentario y por tanto al clima.
Como ya hemos visto en el capítulo correspondiente, los autores de la indus-
achelense reciben diferentes denominaciones según las zonas en las que se
■.an hallado sus restos; sin embargo actualmente todos se engloban bajo el nom
bre genérico de Homo erectas, utilizándose el patronímico para diferenciar
codificaciones o adaptaciones regionales. De esta forma a los Homo erectas
Tallados en China se Ies llama Sinanthropus, a los del norte de África se les
. noce como Atlanthropus, a los encontrados en Indonesia se les agrupa bajo
. nombre de Pitecanthropus y a los últimos especímenes más evolucionados
de Europa se les denominan Homo antecessor y Homo heidelbergensis.
14(1 PREHISTORIA t
sus antecesores inmedia
tos así como a sus suce
sores, que no nos han
dejado -por el momento-
demasiados restos evi
dentes, La segunda fase,
se corresponde con la
emergencia del Homo
ergaster hace 1,5 m.a.
-proximadamente y ha
proporcionado en varios
^cimientos del Este de
Africa, como Chesowan-
... Gadeb, Sterkfontein,
etc, evidencias desigua
les de combustión. Su
nterpretación sigue sus
citando controversias ya
que no se han encontrado
t rdaderos hogares, sino Figura 10. Reconstrucción ideal de un grupo
indicios dispersos, como de homínidos reunidos alrededor de una hoguera
i erra quemada, piedras (según P. Dvorskv).
que han sufrido un calen
tamiento, huesos parcialmente quemados, etc. Aparte de la dificultad para esta
blecer la existencia de una combustión, falta por demostrar que ésta tuviera
un origen antrópico. La parquedad de datos que todavía se tienen para esta
época tan antigua, sugieren que se trataría de una utilización esporádica de
-rasas de origen natural y no de una auténtica domesticación del fuego. Esta
jltima entendida como la integración del fuego en el ámbito doméstico bajo
la forma de hogares claramente establecidos, no aparece, según las últimas
investigaciones hasta hace unos 500.000 años en Eurasia, con el final de la
evolución del Homo ergaster, y por lo tanto constituye la tercera fase de evo
lución. El empleo intencional del fuego tiene al principio una evolución lenta
'in duda debido a las necesidades paralelas de aprovisionamiento de materia
prima y mantenimiento del fuego del hogar (fig. 10).
Durante este período los lugares de habitación se sitúan bien al aire libre
• en abrigos y cuevas. En las zonas tropicales, donde el clima era bastante
benigno y dada la inexistencia de cuevas o abrigos en la extensa sabana, los
hábitats fueron sin duda al aire libre, en las orillas de ríos y lagos como queda
demostrado en los yacimientos de Olduvai, Ismilia, Melka Kunture y Olorge-
saile en África Oriental, entre otros. Sin embargo cuando las condiciones geo
lógicas del terreno lo permitían, también vivían en cuevas, como puede ser el
caso de Makapansgat y Montagu Cave en África del Sur, o Zugudian (Chu-
Ku-Tien) en China.
142 prehistoria i
francés valle del Somme. Generalmente se las conoce como bifaces ya que el
filo cortante está realizado mediante la talla total o parcial de ambas caras de
un canto o núcleo. En África el soporte para realizar los bifaces fueron los can-
' rodados, con un retoque similar al que se observa sobre los chopping toáis.
Lo que ios diferencia principalmente de estos primitivos útiles es la simetría
.ojal. Algunos bifaces pequeños o estrechos se realizaron sobre grandes lascas.
Este tipo de útiles se han encontrado a lo largo de las costas norteafricanas,
en las terrazas de los grandes ríos de África del Sur y en los actualmente secos
* adis (ríos) saharianos. Los bifaces sobre lascas son más característicos del
Achílense Medio y Superior en las zonas de Kenia, Etiopía. Tanzania, Djibuti.
Egipto, etc. Este tipo de útiles pudieron haberse usado a mano o enmangados
con una doble utilidad como herramienta y como arma.
El hendedor es uno de los útiles más característicos del Achólense africano
aunque también se han encontrado en otros continentes: Europa y Asia. Se
torta de una lasca ancha y espesa tallada de tal forma que consigue un filo cor-
unte en la extremidad distal sin estar retocada. La mayoría de los hendedores
presenta el filo roto, lo que demuestra su fragilidad como útil. Sin duda se uti
lizó a modo de gran cuchillo para cortar partes blandas de sus presas. Su forma
■ utilidad evolucionó muy poco desde sus inicios en el Olduvayense final hasta
. Achelense Final (desde 1,4 a 0,2 m.a.).
La "bola” (en inglés bola) como tercer útil más característico del Achelense
un poliedro tallado y golpeado hasta conseguir una esfera pétrea casi per
fecta. No se conoce exactamente su empleo, aunque se ha especulado con la
posibilidad de que fueran utilizados como las boleadoras argentinas, salvando
- tamaño, aunque su abundante presencia en los yacimientos significa que
tuvo una determinada función en la vida doméstica.
Junto a estas características herramientas también aparecen pequeños útiles
tallados sobre lascas, como raederas, perforadores y cuchillos. Los yacimientos
más significativos de este período son Garba XII (0,9 m.a.) y Gambore n en
Melka Kunturé.
144 PREHISTORIA 1
-7<nas están representados, destacando los útiles sobre lasca, los bifaces ovales
jneeolados y algunos triedros y hendedores. La facies costera presenta unas
. -racterísticas parecidas, diferenciándose los bifaces que son más cortos y de
rmas redondeadas. También hay una amplia presencia de productos de talla
- - usan la técnica Ievallois, algunos quemados, lo que implica la utilización
del fuego (fig. 12 a y b).
Con el Achelense reciente, se producen nuevos cambios, ocupándose prác-
. ámente todo el territorio, no solo la costa y los valles fluviales, sino también
' llanuras desérticas del interior. Las industrias se diferencian por un auge
la talla Ievallois. Los bifaces se retocan en todo su contorno y en ambas
-_ras. siendo de menor tamaño, con los bordes simétricos y los filos regulari
zados. Estas industrias se encuentran ampliamente repartidas más o menos por
- mismos lugares que ya hemos visto, añadiéndose una facies que podríamos
.nominar Achelense de los Oueds (ríos secos) del desierto. Al lado de estas
- Justrias en las que los bifaces juegan un papel determinante, existen otras
las que estas piezas
-•n muy raras siendo
-'tituidas por lascas
" preparación que
.uerdan al Tayacien-
< europeo.
Por último se ha
erencíado un Ache-
ense reciente evolu-
- nado que marca el
-al de este episodio
’ una reducción sig-
■ -icativa del tamaño
. las industrias donde
- bifaces apenas
¿unzan los 10cm.de
■ngitud (fig. 13).
Como hemos vis-
. las investigaciones
bre el Paleolítico
■ fcrior en el Levante
- 'ponen de un marco
ido. a pesar de la
. .stencia de algunas
-cunas, mientras que
= resto del Medio Figura 13. En las estepas rusas se usaban los huesos de
tríente sigue siendo grandes proboscideos como elementos cusntructivos
-■ aran desconocido. (dibujo P. Dvorski).
146 PREHISTORIA I
“¿nos patinados y rodados corresponderían al Achelense reciente. Junto a los
‘.faces aparecen generalmente unos hendedores que recuerdan bastante a los
hallados en el África central.
El descenso del nivel de los mares como consecuencia de las grandes gla-
. aciones pleistocenas. transformó el marco geográfico del sureste asiático de
“añera considerable. Algo más de dos millones de kilómetros cuadrados de
erras emergidas, unían las islas de Bali, Sumatra, Borneo y Palawan a la
z.-rünsula Indochina formando un subcontinente llamado “Sunda”. Esto per-
—. tió a nuestros antepasados llegar a Java a pié. El primer resto hallado data
x 1891, cuando E. Dubois descubrió cerca de la población de Trinil los restos
ré un Homo erectas que bautizó con el nombre de Pifecanthropus erectus
mono-hombre erguido). Los descubrimientos realizados con posterioridad
permitieron encuadrar estos res-
' de homínidos entre 900.000 y
’ * >.000 anos de antigüedad. Los
. rerentes fósiles de Java están
re .unamente bien datados basán-
: por una parte en el estudio
re la fauna que se encuentra aso-
. ada y por otra en los caracteres
- rfológicodc estos restos de ho
mínidos.
Por desgracia no se ha encon
trado hasta el momento ninguna
Asociación con industrias, lo que
provoca una cierta incertidumbre
no lógica, entre otras razones
■ r la escasez de yacimientos con
renuencias estrat ¡gráficas comple-
- - y también por las nula evolu-
. n de las industrias casi siempre
. mpuestas por cantos trabajados
lascas atípicas. Algunos autores
ren intentado explicar esta situa-
. ón basándose en la existencia
oel bambú, cuyas características
permitía la confección de útiles Figura 15. Bifaz micoquien.se procedente del
±: ¡caces, pero que no han llegado yacimiento francés de Maníes encuadrado
basta nosotros (fig. 15). en el horizonte cultural Achelense superior.
148 PREHISTORIA!
• ?re lasca es fundamentalmente el cuarzo mientras que para los cantos tra-
■ jados se empleó un gres de grano muy fino. Algunos útiles también fueron
. lados sobre sílex y cristal de roca. No se aprecia una evolución industrial
. ara a lo largo de la secuencia estratigráfica (fig. 16).
La historia de la pre-
■ -loria japonesa se ini-
. en 1887 cuando el
•Mogo americano E.S.
' irse encontró en un
.pósito de conchas al-
.-nos restos humanos y
-gmentos de cerámica
>L»
¿.-ligua. La llegada del
r mer hombre al Japón
todavía hoy muy
-precisa, pudiendo ser
jy antigua ya que du-
ame las regresiones
armas de tiempos gla-
jtcs el archipiélago
pón estaba unido al
aúnente asiático.
A principios de los
- <■> 80 se inició el estu-
sistemático de una
. ne de yacimientos al
rte de Honshu. que
" iporcionaron en los
"9
>eles inferiores una
.-m abundancia de las-
_ • realizadas en jaspe y
. cedonia de formas atí-
- cas pero con los bordes
Figura 17. A) Bifaz soaniense procedente del Punjab
: vados. Su cronología (según Skandaiia 112).
rermite pensar que el B) Diferentes útiles característicos del Paleolítico
- mer poblamiento del Inferior del Sureste asiático.
.. del Japón tuvo que C) Elementos industriales del Pleistoceno inferior de
- .ulterior al 150.000 la cueva de Chu-Ku-Tien (Pekín, China)
z Píftg. 17 ajj y c). D) Choppers del Paleolítico Inferior japonés.
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