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Jesús vino a hacer ese pastor de juicio y justicia el mismo que dijo “Yo soy el
buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que
no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las
ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado
huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y
yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”. Acá en esta metáfora
observamos que Jesús viene a cumplir con la tarea encomendada de
apacentar el rebaño, dice la palabra que en sus días vivirán confiados y luego
en la cruz cumple esa promesa dándonos nuestra salvación, nuestra provisión,
nuestra seguridad y identidad en Jesus.
Debemos ir al Gran Pastor de las ovejas, para obtener vida eterna y no ser
presas del lobo (el mal), de esos pastores que hurtan las palabras del Señor y
endulzan sus lenguas para caer bien y ilusionar a los creyentes, dice su
palabra que Él los apartará de su presencia, por ese motivo es que
observamos muchos pastores que no tienen una intimidad con el Señor, que no
tienen ese fuego que como martillo quebranta a la piedra y por qué no? Como
bien decía Jesús en Juan 10:8 “todos los que antes de mi vinieron, ladrones
son y salteadores” y el ladrón viene para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Creo que existen varias cosas que como pastor de una congregación no
pueden hacer, sin embargo mi respuesta se vasa en los dos análisis anteriores
y es no descuidar a las ovejas y eso se logra dándoles el amor, la
comprensión, con que Jesucristo se le acercaba a las personas.
La Condenación:
Así que no hay quien condene a quien acude a Cristo, a quien cree en Él. En el
mismo instante que Él se acerco a nosotros por medio de este evangelio, está
extendiendo su mano y nos libra del pecado y la culpa, no tenemos por qué
andar encorvado por el peso de nuestros errores, al entregarle nuestra vida en
sus manos, Él indefectiblemente nos libera de la culpa. Juan 8:4-11
¿Cuál es el carácter el fuerte de Cristo?
El carácter y el fuerte de nuestro Señor fue y será por siempre inigualable, los
que más destacó desde mi punto de vista fue su humildad, su santidad, su
amor, su sumisión para la obra de Dios, nosotros como cristianos tenemos la
tarea de desarrollar ese carácter, Dios quiere formar en nosotros el carácter de
Cristo, pero depende de nosotros y de cuánto permitamos la guía del Espíritu
Santo. Pablo nos exhorta diciendo: “En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-
24. Se trata de una nueva vida que inicia con una renovación de nuestra
manera de pensar para que podamos vivir la voluntad de Dios que es buena,
agradable y perfecta.