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ANÁLISIS CAPÍTULO 23 JEREMIAS

Este capítulo es un fuerte llamado de atención de parte de Dios a los pastores ,


líderes religiosos por no haber apacentado bien las ovejas del Señor, y “Así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis
ovejas de su mano y las demandó por no cuidar a su rebaño por el contrario las
dispersaron y el Señor nos bendijo a través del linaje del Rey David que fue un
excelente Pastor levantando a un Gran Pastor con justicia con juicio para que
el rebaño estuviese confiado en la tierra.

En este capítulo observamos como los pastores se perdieron en el camino dice


Jehová que aun en su casa halló maldad en sus profetas en sacerdotes impíos
y hoy en día seguimos viendo y escuchando a muchos pastores que
tergiversan la palabra de Dios a su manera lo que conlleva a errar a un pueblo
que por el desconocimiento de las sagradas escrituras dicen amen a todo, El
Señor nos exhorta a no escuchar este tipo de pastores que se desviaron de la
verdad y a no alimentarnos de sus vanas esperanzas las cuales son visiones
de sus corazones mas no palabra de la boca de Jehová.

Jesús vino a hacer ese pastor de juicio y justicia el mismo que dijo “Yo soy el
buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que
no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las
ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado
huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y
yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”. Acá en esta metáfora
observamos que Jesús viene a cumplir con la tarea encomendada de
apacentar el rebaño, dice la palabra que en sus días vivirán confiados y luego
en la cruz cumple esa promesa dándonos nuestra salvación, nuestra provisión,
nuestra seguridad y identidad en Jesus.

Debemos ir al Gran Pastor de las ovejas, para obtener vida eterna y no ser
presas del lobo (el mal), de esos pastores que hurtan las palabras del Señor y
endulzan sus lenguas para caer bien y ilusionar a los creyentes, dice su
palabra que Él los apartará de su presencia, por ese motivo es que
observamos muchos pastores que no tienen una intimidad con el Señor, que no
tienen ese fuego que como martillo quebranta a la piedra y por qué no? Como
bien decía Jesús en Juan 10:8 “todos los que antes de mi vinieron, ladrones
son y salteadores” y el ladrón viene para hurtar y matar y destruir; yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

ANÁLISIS CAPÍTULO 34 EZEQUIEL

Una palabra muy fuerte pero cierta lamentablemente, muchas veces


cometemos el error de descuidar a las ovejas y apacentarnos a nosotros
mismo, en este capítulo observamos que se repite la profecía contra los
pastores de demandar de sus manos a las ovejas ya que no hacen el trabajo.
Dios se encargará de las ovejas que necesitan mayor atención, más alimento
espiritual y a las fuertes las llevará con justicia, muchas veces vemos a
mientras antiguos de las congregaciones que son piedra de tropiezo para los
nuevos creyentes y no es nuestro trabajo el hablar de ellos o juzgarlos ya que
el Señor en su palabra nos dice que suya será la venganza, pero si debemos
tener en cuenta que esa actitud es la que hace que ovejas débiles terminen
apartándose del rebaño.

En este capítulo se repite de igual manera la profecía que levantará a un Gran


Pastor de la descendencia de David y lo enviará a juntar sus ovejas en un buen
redil. Y en sus propias palabras, Jesús nos dice: "Yo soy el buen pastor". Un
pastor cuida de su rebaño minuto a minuto, fortalece a las débiles, cura las
enfermas; venda a la perniquebrada y busca la descarriada y la perdida. Y a
eso vino Jesús a ser el buen Pastor, el Pastor que ama y protege y da su vida
por ellas.

Jesús nos escogió con el propósito de cuidar y apacentar su rebaño. Si nos


enseñoreamos de él, abusando y oprimiendo a las personas, codiciando sólo lo
material, descuidando al que está enfermo y necesitado de afecto, consuelo y
guía, no esperemos sino la reprensión de parte de Dios, pues podemos ser los
causantes de que muchos se vayan de las iglesias al no encontrar amor, apoyo
y consuelo en los que se suponen predican del amor y de la compasión de
Cristo.

¿Qué no debe hacer un pastor?

Creo que existen varias cosas que como pastor de una congregación no
pueden hacer, sin embargo mi respuesta se vasa en los dos análisis anteriores
y es no descuidar a las ovejas y eso se logra dándoles el amor, la
comprensión, con que Jesucristo se le acercaba a las personas.

La Condenación:

Antes de conocer a Cristo y llegar a su verdad ¿Cuántas veces nos sentíamos


condenados por nuestros pecados? Nuestros pecados nos impedían ir y ver
hacia adelante y nos llevaba a ver solo un pasado lleno de tribulaciones, llenos
de errores y malas decisiones. Andábamos sin saber que ya no teníamos por
qué vivir de esa manera, cargando con una condenación por nuestro pasado y
porque? Fácil hace más de dos mil años, en un monte, en una cruz, un hombre
justo soportó sobre sus hombros todo nuestro pecado; la condenación que
merecíamos Él la llevó en su carne y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Sanados de la enfermedad mortal eterna, peor que cualquier virus o
enfermedad física, esto es el pecado, y esta condenación que produce el
pecado, fue pagada por Él en el madero.

Así que no hay quien condene a quien acude a Cristo, a quien cree en Él. En el
mismo instante que Él se acerco a nosotros por medio de este evangelio, está
extendiendo su mano y nos libra del pecado y la culpa, no tenemos por qué
andar encorvado por el peso de nuestros errores, al entregarle nuestra vida en
sus manos, Él indefectiblemente nos libera de la culpa. Juan 8:4-11
¿Cuál es el carácter el fuerte de Cristo?

El carácter y el fuerte de nuestro Señor fue y será por siempre inigualable, los
que más destacó desde mi punto de vista fue su humildad, su santidad, su
amor, su sumisión para la obra de Dios, nosotros como cristianos tenemos la
tarea de desarrollar ese carácter, Dios quiere formar en nosotros el carácter de
Cristo, pero depende de nosotros y de cuánto permitamos la guía del Espíritu
Santo. Pablo nos exhorta diciendo: “En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-
24. Se trata de una nueva vida que inicia con una renovación de nuestra
manera de pensar para que podamos vivir la voluntad de Dios que es buena,
agradable y perfecta.

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