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La realización de cambios
Si puede, tenga la bondad de tomar una pluma y escribir en alguna parte al margen
de esta página su respuesta a esta pregunta: ¿Cómo ha cambiado … últimamente?
Digamos, ¿durante la semana pasada?, o ¿durante el mes pasado?, ¿en el año
pasado?
¿Puede contestar de forma muy precisa?, o ¿su respuesta será increíblemente
vaga?
Usted dice que está creciendo. Está bien … ¿cómo? «Bueno» usted diría, «de
muchas maneras». ¡Magnífico! Dígame una.
Sepa que: la enseñanza eficaz solo viene mediante una persona cambiada.
Mientras más cambie, más se convertirá en un instrumento de cambio en las vidas de
los demás.
Si quiere convertirse en un agente de cambio, también usted debe cambiar.
A propósito, esto no tiene nada que ver con su edad —tiene que ver por completo
con su actitud.
Algunas de las personas más entusiastas y satisfechas que se conocen son las
personas mayores que han decidido no dejar de aprender.
Lea este pasaje con cuidado y verá que Pablo estaba correctamente relacionado al
pasado; no estaba enamorado de sus éxitos ni derrotado por sus fracasos. Usted
aprende del pasado, pero no vive en él.
Además, estaba correctamente relacionado al futuro. Aquí se encontraba su meta,
su esperanza.
Y de igual manera estaba bien relacionado al presente. Aquí y ahora, dijo él:
«extendiéndome». Estaba asido al desafío.
El crecimiento: una vista panorámica
Lo más emocionante de trabajar con algunos nuevos convertidos que he conocido
es que cuando entienden algo de la Palabra de Dios inmediatamente salen corriendo
por la puerta para ponerlo en práctica.
Así que vuelva al principio y en cada área importante de su vida pregúntese: «Señor,
¿cómo me va?»
En algunos de estos campos de la batalla del crecimiento usted saldrá muy bien, y
estará demostrando pasos gigantescos de mejoría. En otros saldrá bastante mal y le
faltará mucho por llegar.
Descubrirá que necesita retener algunos de sus valores y hábitos.
Necesita refinar algunos de ellos.
Y necesita sencillamente rechazar algunos de ellos.
Pero todos estamos en el mismo barco, porque todos estamos en el proceso del
desarrollo.
Su dimensión intelectual
Permítame hacerle tres sugerencias para ayudarle a crecer en la dimensión
intelectual de su vida.
1.Mantenga un programa constante de estudio y lectura. Entienda que los líderes
son lectores y los lectores son líderes.
Y no se dedique solo a leer libros, sino también a leer personas. Los dos factores que
le influenciarán más en los años venideros serán los libros que lee y las personas con
las cuales se rodea. Las personas estimulan, y será más fácil interesarse en ellas a
medida que experimente lo fascinante que es hacerlo.
2.Matricúlese en cursos de educación continua —cursos que mejorarán no solo el
contenido de su enseñanza, sino también su habilidad para enseñar. En la actualidad
se ofrecen más y mejores oportunidades para enriquecer su mente y desarrollar sus
dones.
Pero el curso más importante es su programa personal de estudio de la Biblia.
En todos mis años nunca he encontrado a un hermano que tenga un ministerio
espiritual significativo y que no se esté alimentando bien con la Palabra de
Dios. Muchos de los que estamos sometidos a la enseñanza de la Palabra de
Dios no estamos estudiándola por nuestra propia cuenta —profundizando en
ella y dejando que entre en nosotros.
3.Conozca a sus estudiantes. Conviértase en una autoridad respecto a las
necesidades y características generales de las personas de la edad a la que usted
instruye. Pero vaya más allá, conózcalos individualmente. Aprenda lo más que
pueda acerca de ellos.
Déjeme hacerle una advertencia que proviene de mucha experiencia: A medida que
trabajamos con las personas siempre recuerde que las etiquetas mienten. Con
mucha frecuencia etiquetamos a nuestros estudiantes: «ella nunca habla», «él sigue
siendo un problemático», y cosas semejantes. Nunca cuelgue una etiqueta como esa
en el cuello de alguien.
Su dimensión física
¿Existe algo en la dimensión física de su vida sobre la cual, en obediencia a Cristo,
usted no tiene el control adecuado?
Permítame hacerle una pregunta más personal. ¿Están sus finanzas bajo control?
¿Y qué de sus posesiones materiales? ¿Qué perspectiva tiene acerca de sus
posesiones?
¿Y qué me dice en cuanto al uso de su tiempo? ¿Tiene control de él? Porque
si usted no lo controla, alguien más lo hará; alguien que no tiene sus mismas
prioridades.
¿Está su vida sexual bajo control, aun en el contexto de una sociedad inmunda
como en la que vivimos?
¿Cómo anda su dieta?
¿Qué de sus ejercicios?
La mayoría de nosotros tendemos al desequilibrio en por lo menos una de estas
áreas.
Su dimensión social
¿Cómo anda la dimensión social de su vida? ¿Quiénes son sus amigos?
¿Tiene amigos no cristianos?
¿Conoce a personas perdidas? Usted dirá: «Bueno, yo soy un predicador.» Cierto,
pero eso no lo excusa de ser un cristiano. Intente ser alguien más que la posición que
ocupa, y no permita que esta sirva de obstáculo. Intente ser una persona.
¿Conoce algunos adolescentes? La mayoría de nosotros les tenemos pánico.
¿Cómo me va?
Por último, recuerde que una vida no examinada no vale la pena vivirse.
Esto representa un peligro para todos los maestros. Hay personas que me han
dicho: «Hermano Hendricks, he estado enseñando en este departamento durante
veintitrés años». Bueno, ¿y qué prueba eso? La gracia de Dios, eso es todo.
La amenaza más grande que el buen maestro enfrenta es la satisfacción; dejar
de preguntarse continuamente: «¿Cómo puedo mejorar?». La amenaza más grande a
su ministerio es su ministerio.
Como con toda evaluación, cualquier autoexamen debe basarse en tres preguntas:
(1) ¿Cuáles son mis puntos fuertes? (2) ¿Cuáles son mis debilidades? (3) ¿Qué
tengo que cambiar?
Y recuerde: El proceso para cambiar es esencialmente alterar sus hábitos. Si
hace algo una vez, lo puede hacer dos veces. Hágalo dos veces, y lo puede hacer tres
veces. Hágalo tres veces, y habrá comenzado a crear un hábito.
Pedestales vacíos
En la actualidad nuestra tierra está repleta de jóvenes —y también adultos— que
están quebrantados, que no tienen idea de por qué Jesucristo vino a visitar nuestro
planeta, y que tampoco saben que la Biblia tiene respuestas para sus problemas.
Lo que necesitan desesperadamente es ver hombres y mujeres que conozcan la
Palabra viva de Dios, que sean estudiantes constantes de ese Libro, y se dejen
asir de él para madurar y así odiar lo que Dios odia y amar lo que Dios ama.
ENFOQUE EN EL APRENDIZAJE: LA VERDAD EN LA VIDA
Con demasiada frecuencia nosotros estimamos por igual el saber lo que la Biblia
dice con conocer a Dios. La persona que puede citar la mayoría de textos de las
Escrituras en la reunión de oración no es necesariamente la más espiritual. Ella no
necesariamente camina más estrechamente con Dios. Y es este caminar con Dios lo
que cuenta.
Existe una relación profunda entre conocer acerca de Dios y conocer a Dios,
pero es una relación sobre la cual muchos tropiezan. La información acerca de Dios y
que proviene de Él, aplicada y reconocida en la vida cotidiana, conduce a un
conocimiento creciente de Dios. Hay una ruta específica que nos lleva del
conocimiento acerca de Dios a conocerlo a Él. Para un ministerio espiritualmente
productivo, el maestro de Biblia debe conocer esa ruta y guiar a sus estudiantes por
ella. Esa ruta comienza con mirar el texto de Biblia y analizar sus implicaciones, lo
cual entonces resulta en la respuesta personal a la Escritura y a Dios.
¿Cuál lista de palabras es más fácil de recordar? ¿Cuál tiene más significado?
1. joven, negra, avión, feliz, maleta, la, en, caballero, el, colocó, el
2. el, joven, caballero, feliz, colocó, la, maleta, negra, en, el, avión
Otra vez, es fácil ver que el segundo conjunto de palabras tiene más sentido para
el lector. Aunque es posible memorizar la primera lista palabra por palabra, la segunda
lista es mucho más fácil de retener. ¿Por qué? Porque posee estructura, y la
estructura le comunica sentido al lector. En el segundo caso tratamos con una idea y
no con una lista ordenada al azar. Las ideas poseen estructura, sucesión, y orden.
Los educadores han entendido este principio por años: el sentido es importante
para los estudiantes. El desafío significativo para el maestro está en aplicar este
principio al contexto del aula. Aquí, entonces, está la tarea del maestro creativo de la
Biblia. La tarea del maestro creativo de Biblia es lograr que el material bíblico tenga
sentido para el estudiante contemporáneo.
¿Cómo logra el maestro creativo de Biblia que el material tenga sentido? ¿Qué
puede hacer el maestro para capacitar al alumno a fin de que perciba el material de
una manera que tenga sentido y así se comprenda y aplique con más facilidad?
Investigaciones en la teoría de enseñanza y aprendizaje señalan tres cosas
específicas que le dan sentido al material utilizado en el aprendizaje.
Los que enseñan la Biblia deben entender la clase de aprendizaje que intentan
lograr. Y ellos deben darse cuenta de que hay varios niveles en los cuales el
aprendizaje puede realizarse. Cada nivel representa una etapa de mayor transferencia
desde la información estéril a la experiencia transformadora de la vida con la verdad
bíblica. La figura 10 representa los cinco niveles de transferencia en el aprendizaje.
Miremos estos cinco niveles y su significado para los que enseñan la Biblia.
1. El nivel del aprendizaje mecánico
Carpe diem. Mire a esa frase otra vez: Carpe diem. Ahora, cierre los ojos y repítala
de memoria: Carpe diem.
Tal vez no se ha dado cuenta, pero ha aprendido algo. ¿Qué? «Carpe diem.»
Usted ha aprendido una frase sin sentido que, no obstante, puede repetir de memoria.
Es curioso que a menudo consideramos que los individuos son «bien educados»
por su habilidad de recordar tal información esotérica por medio de la memorización
mecánica. Pero semejante recuerdo de información no requiere comprensión
verdadera, creatividad o análisis intelectual. La memoria mecánica es simplemente
almacenar datos, el aprendizaje no significativo. Es necesario almacenar datos, pero
se limita en utilidad si lo que se aprende no se entiende ni se aplica. El aprender
los libros de la Biblia facilita el estudio de la misma y ayuda a los estudiantes a
desarrollar una estructura para entenderla, pero no hace de uno un cristiano creciente.
4. El nivel de la relación
Este es el nivel de aprendizaje para cual todo maestro de Biblia anhela de manera
indefinida, pero para el cual debe enseñar conscientemente. Humanamente hablando,
el aprendizaje que cambia la vida es un producto de cierta clase de enseñanza.
Para subir aun hasta el nivel de aprendizaje que trata de la nueva exposición, los
estudiantes deben ser guiados a ir más allá del simple escuchar. Ellos tiene que
reflexionar personalmente acerca del significado de las verdades de Biblia. Ellos
deben tener interacción con las ideas en sus propias mentes a fin de formular y
expresarlas en sus propias palabras. Para esta clase del aprendizaje, los estudiantes
tienen que participar, expresar sus propias ideas y sus propias percepciones. El
maestro creativo asegura que sus estudiantes participen al explorar el significado de lo
que se aprende.
Esto es esencial. Usted le puede decir a una clase lo que una verdad de la Biblia
significa. Pero entonces el significado se convierte en apenas otro pedazo de
información para reconocer. Para que el sentido sea transmitido al estudiante, este
necesita descubrir por sí mismo la relación de una verdad a su vida. Y este
descubrimiento requiere que el estudiante sea activo. Demanda que un estudiante
piense, integre, relacione, razone. Escuche una clase del maestro creativo, y esto es lo
que usted oirá: a sus estudiantes activamente explorando el significado.
Cuando el enfoque de la lección cae sobre los datos que los estudiantes pueden
aprender sin tener que participar, el maestro sirve como uno que relata. Él comunica
información, y las actividades de la clase se centran en él mismo. Los maestros no
creativos a veces usan una variedad de métodos. Sin embargo, los métodos de un
maestro no creativo tienen dos características:
- Son diseñados para solamente comunicar contenido, y
- Son principalmente actividades del maestro.
Los maestros creativos:
Sería de muy poco valor reconocer que la Biblia tiene autoridad si no pudiéramos
entenderla. Pero tampoco es de valor una Biblia que resulta inteligible pero carece de
autoridad. Necesitamos, entonces, una Biblia que sea tanto inteligible como
autoritativa. Por eso, diariamente debemos humillarnos y clamar a Dios para que nos
hable a través de Su Palabra y para que nos dé la gracia para entender, creer y
obedecer.
a. Preguntas apropiadas
Encontré de mucha utilidad hacer dos preguntas ante un texto bíblico, y hacerlas en el
orden correcto. Primero, ‘¿qué dice?’; segundo, ‘¿qué me dice?’.
Si sólo preguntamos lo que significa, sin avanzar hacia lo que nos dice hoy,
cometemos el error de convertirnos en unos anticuarios, al no relacionar el mensaje
con la realidad presente.
Dios no pronunció sus máximas desde el cielo azul; lo hizo a través de personas en
una cultura concreta y en un determinado momento de la historia. La Biblia es a la vez
divina y humana. Por lo tanto, debemos considerar el trasfondo histórico, el
género literario y aun el idioma en el que se escribió cada parte. Este método para
encontrar el sentido original de un pasaje se llama exégesis histórico-gramatical,
porque toma en cuenta la historia para encontrar el vocabulario y la gramática original.
La meta es entender qué quiso decir el autor a sus destinatarios, antes de proceder a
trasladar el mensaje que Dios le dio para ese momento a nuestra época y cultura.
2. ¿Cómo responderemos?
Pero el que obtengamos algún beneficio de las Escrituras depende del uso que
hagamos de ellas, de la respuesta que demos a su mensaje. En el mismo texto bíblico
Dios se queja una y otra vez de que su pueblo continuamente hace oídos sordos de su
palabra. Sus mensajeros tenían que insistir con Israel:
‘Haced’ la verdad es hacer lo que ella dice, traducir su mensaje en acción. Esto
parece simple, pero tiene implicaciones de largo alcance simplemente porque la
verdad que tenemos que ‘hacer’ es tan rica.