Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
ar/nota/otra-gente-otra-lengua-otro-pais
CULTURA
Ambos escritores, en algunos de sus textos menos conocidos – pero en los que
aparecen sus plumas en su máximo esplendor– se aventuraron en una región
común: el Nordeste argentino. Relataron esta zona, cada uno en su tiempo
(con poco más de treinta años de diferencia), cada uno a su modo, cada uno
persiguiendo aquello que más le interesaba. Los dos fueron enviados por los
medios de prensa en los que trabajaban, el diario El Mundo para el primero,
las revistas Panorama y Adán para el segundo.
PUBLICIDAD
El reconocimiento de Walsh está anudado a los fusilamientos en un
descampado en José León Suárez. El de Arlt, en buena medida, a sus
“ cuadros urbanos” sobre Buenos Aires. El país del río es un libro que
muestra a estos escritores fuera de su circuito más habitual, que cruza sus
miradas en un solo volumen. Para deleite de los lectores conjuga momentos
más encumbrado y menos conocidos de dos de los prosistas más destacados
de la Argentina. El “ hiperrealismo” de las aguafuertes fluviales de Arlt, que
navegó el Paraná en 1933; y las crónicas de Walsh, “ modelo de periodismo
etnográfico y social” , que viajó junto al fotógrafo Pablo Alonso a Corrientes,
Chaco y Misiones entre 1966 y 1967.
Cristina Iglesia estuvo a cargo de esta ejemplar edición de la Universidad
Nacional de Entre Ríos y la Del Litoral, que incluye al final un cuerpo de
notas producto de una minuciosa investigación realizada por Montserrat
Borgatello con datos que iluminan la lectura. En el estudio introductorio,
Iglesia manifiesta: “ Walsh demuestra que la crónica no es la descripción más
o menos ágil o ingeniosa de lo que se ve, sino la persecución de una historia
que a veces puede estar encerrada en un objeto de culto como las tallas de San
la Muerte, o en un tren en miniatura que recorre con lentitud exasperante unos
doscientos kilómetros hacia el interior de la provincia de Corrientes.”
La reunión de estos textos proyecta una mirada renovada sobre una zona
históricamente ligada a otros autores, como Horacio Quiroga, Haroldo Conti,
Juan L. Ortiz y permite un sugerente diálogo literario. “ Apasionados u
ofuscados, interesados o condescendientes, inmersos en el paisaje fluvial, Arlt
y Walsh se vuelven, en estas crónicas, pasajeros intuitivos del río, escritores
metonímicos del agua. Historia y memoria, imagen y palabras: la zona vuelve
a ser nuestra a través suyo.”
– Las de Arlt son notas breves, escritas en su máquina en la cubierta del barco
y enviadas por correo al periódico mientras que las de Walsh son notas más
extensas (con un tiempo de investigación) para revistas
como Panorama o Adán y eso marca una diferencia. Pero de todas maneras es
notable como Arlt en estas crónicas no convierte en personajes ni a los
lugareños ni a sus compañeros de travesía por el río como sí lo hará en sus
crónicas de España donde toreros, obreros, bailarinas ocuparán el centro de la
escena mientras que Walsh arma sus crónicas precisamente sobre las historias
de los personajes con los que se va cruzando. Y es este rasgo de la
construcción del relato en Walsh lo que permite trazar una línea que va
de Operación Masacre a estas crónicas: los personajes, sus vidas, sus miedos,
sus miserias son siempre centrales.
– No sé qué significó ese enorme río para ambos escritores pero lo que sí sé es
que haberlo recorrido, cruzado una y otra vez en un buque de carga, en lancha,
en vaporcito, en balsa, contemplarlo al comienzo del día o en las tardes
nostálgicas desde su mismo medio o desde algún punto de la orilla, no pudo
haberlos dejado indemnes.