Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
2011
Ventilación
Conceptos para seleccionar ventiladores:
Una de las ramas más complejas de la mecánica es la dinámica de los fluidos.
Todas las partículas de los fluidos en movimiento cumplen con las leyes de
Newton y aunque las ecuaciones resultantes suelen ser muy complicadas, se
pueden representar con modelos sencillos que permiten un análisis detallado.
El flujo de aire en los sistemas de ventilación está gobernado por dos principios
básicos: la conservación de la masa y la conservación de la energía.
El primer principio establece que el balance neto del flujo másico debe ser nulo.
Es decir, el caudal que ingresa por un extremo del sistema debe ser el mismo
que lo atraviesa y sale en su otro extremo.
El segundo principio exige tener en cuenta todos los cambios de energía que
se producen a medida que el aire fluye de un punto a otro. La consecuencia
práctica es que al considerar las pérdidas de presión dentro del sistema, la
presión total siempre disminuye en la dirección del flujo.
Por otra parte, el cálculo de la presión estática es crítico para poder hacer la
selección correcta del equipo a especificar. La magnitud está en función de la
velocidad del aire dentro del conducto, su geometría, la cantidad de elementos
y accesorios que ofrecen resistencia al flujo, tales como codos, filtros, rejillas,
compuertas y la longitud total del sistema de conducción.
Estos principios son las herramientas que puede usar el diseñador para
seleccionar los ventiladores. Pero una destreza importante es la habilidad de
poder usar un catálogo y leer los datos de operación de cada equipo, para
escoger el modelo y las características más adecuadas para solucionar su
necesidad de ventilar.
Punto de operación del Ventilador
Un ventilador se puede comparar con una “bomba impulsora de aire”. La tasa
de desplazamiento del volumen de aire por unidad de tiempo está en función
de la presión que por fricción, este debe superar para cambiar su posición de
un punto a otro.
Gráfico 1
Por otra parte, el sistema de conducción de aire también se caracteriza por
tener una curva particular, definida por la resistencia al flujo que ofrecen todos
los elementos que forman el sistema: ductos, codos, rejillas, compuertas, etc.
Dado que el aire se mueve de un punto a otro debido a que existe una
diferencia de presiones entre ambos puntos, conforme un ventilador sea capaz
de crear una diferencia alta de presión, tendrá capacidad de movilizar un
caudal de magnitud mayor.
En todos los sistemas de ventilación, cada caudal particular requiere una única
presión estática. (Gráfico 2)
Gráfico 2
Gráfico 3
Gráfica 4
La variación en la presión estática en función de la velocidad de rotación se
comporta como una función cuadrática. Esta relación matemática sugiere la
expresión para la segunda ley de los ventiladores de la siguiente manera:
Luego, para el ejemplo del aumento del 10% en sus rpm, sustituyendo en la
ecuación (2),
Bajo estos términos, es claro que la factura que se paga por aumentar la
velocidad debe ser grande. De hecho, la relación de potencia-velocidad es una
función cúbica; entonces, la tercera ley de los ventiladores establece:
Los problemas por ruido son muy variados y dependen del componente del
abanico en que se origina: impulsor, transmisión, cojinetes, ejes, carcasa o
motor. Adicionalmente puede relacionarse con las condiciones del flujo de aire
asociadas con defectos de construcción, obstrucciones o vibraciones.
Otra causa frecuente de ruidos es el aire que fluye a alta velocidad, lo cual
puede ser provocado porque los conductos tienen un área transversal con
dimensiones menores a las requeridas para el caudal transportado, o porque
las rejillas y difusores son muy pequeños para la cantidad de aire que fluye a
través de ellas.
Turbulencia en codos, compuertas reguladoras, “dampers” o transiciones
bruscas (expansiones o contracciones repentinas) son otra causa de ruido.
Se ha observado esta falla con frecuencia debido a que el abanico está girando
en dirección contraria a la que debería hacerlo, a que su velocidad de rotación
es menor a la del punto de operación teórico, o a que el ángulo de las aletas es
inadecuado. Sin embargo, la causa principal está asociada con el exceso de
suciedad en los álabes del rotor.
Los filtros sucios, con obstáculos o con un diferencial de presión estática mayor
al de diseño son la causa de que el sistema entregue flujo insuficiente. Esta
situación se presenta también en los serpentines cuando las aletas se
encuentran muy sucias o se han deformado debido a golpes o a un mal
mantenimiento.
Las fuentes de error son tan variadas como la cantidad de componentes en que
se constituya el sistema. La forma en que se construyen los conductos y sus
accesorios, codos, tees, transiciones, derivaciones, dimensión de las rejillas,
ubicación de registros, condición de limpieza de los filtros y serpentines, así
como condiciones del abanico, tales como velocidad de rotación y ángulo de
las aletas, debe ser evaluada para corregir la situación.
5. El abanico no funciona.