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Psicología de la Religión

(Investigación)
Edwin Bobadilla Guerra / 2018-1791
Escuela de Teología Para Seglares
Universidad Católica Santo Domingo (UCSD)

La Oración y sus efectos:


Para iniciar, daremos una definición breve del concepto Oración: Según el diccionario, es
el conjunto de enunciados con que le creyente se dirige a Dios, a una divinidad, a un santo, etc.,
especialmente la que tiene una forma fija y establecida.
Por otra parte, la oración es nuestra línea directa con el cielo. La oración es un proceso de
comunicación que nos permite hablar con Dios. Es entrar en intimidad con el Padre Celestial.
Charlar con Él. La oración es la respuesta del hombre a la palabra emitida por Dios. En la oración,
el creyente experimenta que Dios está presente, Dios oye y Dios responde. La oración te da el gran
poder de la tranquilidad espiritual, la felicidad en medio de la tormenta y la seguridad y confianza
de que no estamos solos: Dios nos lleva de su mano, nos alivia y nos reconforta con cada paso que
damos. Somos una familia unida y entregada a Dios y esto nos da una paz difícil de medir, una
paz plena.
Podemos ver que las personas que oran frecuentemente a un Dios de amor, el cual siempre
está presente en todo momento para consolar y proteger, especialmente en los momentos de
necesidad, estas podrían tener una mejor salud mental y sufrir menos síntomas relacionados con
los trastornos de ansiedad como: preocupación irracional, miedo, timidez y temor a situaciones
sociales. La oración disminuye las complicaciones de salud, en especial la salud mental.
¨Dios es para muchas personas, la principal fuente de fuerza y consuelo. Esto les permite a las
personas que se mantienen en oración constante, ver el mundo de una manera menos amenazante.
La oración nos da tranquilidad, paz, confianza en los demás y en nuestra sociedad. A través de la
oración, las personas buscan desarrollar una relación íntima con Dios. Aquellos que logran este
objetivo y creen que Dios estará allí para protegerlas y apoyarlas en momentos de necesidad
desarrollan un apego seguro a Dios. En este contexto, la oración parece ofrecer consuelo
emocional, lo que puede traducirse en menos síntomas relacionados con la ansiedad”. Orar con fe
no solo nos permite conectarnos con Dios, sino que ayuda nuestra salud, a nivel general.
Hay otro tipo de personas que forman un apego evasivo o inseguro a Dios, lo que significa que
no necesariamente creen que Dios estará allí cuando lo necesitan. Para estas personas la oración
puede sentirse como un intento fallido de cultivar y mantener una relación íntima con Dios. Lo
que provoca que se sientan rechazados y a su vez la oración se sienta como algo molesto o
debilitante, que puede provocar síntomas de ansiedad más graves y frecuentes¨, explica Bradshaw.
La relación entre las personas y Dios juega un rol importante en la salud mental. Las personas
que oran regularmente viven su religión con mayor fidelidad, lo que les permite tener menos estrés.
La oración constante le da más sentido de propósito en la vida a la persona y le ayuda a tener más
vínculos sociales de apoyo e incluso muchas de ellas utilizan la oración como una estrategia de
afrontamiento. Es decir, que para evitar o afrontar algunas situaciones de peligro o de tentación, o
más bien, situaciones depresivas, el recurrir a la oración fielmente permite que nos libremos de lo
que destruye nuestra vida y la de nuestros seres queridos.

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En algunos documentos y estudios consultados, los cuales se han realizado fuera de las
instituciones religiosas, arrojan resultados adversos a los que hemos citado como efectos positivos
de la oración. Algunos estudios no han encontrado efectos positivos en la salud mental de las
personas que oran, incluso, algunos han encontrado efectos adversos en las personas que oran con
mayor frecuencia. Bradshaw explica que todavía no entendemos bien por qué se dan estas
inconsistencias, pero nos ofrece algunas posibles explicaciones:
Expectativas individuales: algunas investigaciones donde participaron adultos mayores
encontraron beneficios en la salud mental de las personas que creen que sólo Dios sabe cuándo y
cómo responder a los pedidos de la oración. Las personas que no sienten que sus oraciones hayan
sido respuestas no tuvieron beneficios en su salud mental.
Estilo de oración: en general, las oraciones meditativas y coloquiales se han relacionado con
mejores resultados, incluyendo el bienestar emocional, en contraste con la oración ritualizada que
ha sido asociada con pobres resultados. La oración meditativa tiene que ver con la cercanía y la
intimidad en la reflexión y la comunicación con un Dios amoroso que ofrece apoyo. La oración
coloquial va un paso más allá, pide orientación en la toma de decisiones y ruega por bendiciones
para el mundo en sufrimiento. Estos pedidos son generales, pero están destinados a hacer un mundo
mejor en vez de solo buscar el enriquecimiento personal¨, comenta Bradshaw. A diferencia de la
oración ritualizada que es menos íntima y por lo general implica repetir oraciones o versos de
memoria.
Características percibidas de Dios: las personas pueden percibir a Dios como amoroso,
lejano o juzgador, esta creencia afecta la relación entre la oración y la salud mental. Según
Bradshaw, las investigaciones previas han encontrado que la oración se asocia con resultados de
salud mental deseables entre los individuos que creen que están rezando a un Dios cercano y el
presente estudio está en consonancia con eso. Bradshaw concluye que la oración es una conducta
muy compleja, que todavía no entendemos completamente y todavía falta entender cuál es la
conexión global entre la salud mental y la oración.
Cabe destacar, que para las personas que oran, la oración, aseguran, les trae reposo, descanso.
Todos conocemos la sensación de irnos a la cama con una mente llena de preocupaciones que nos
hace muy difícil conciliar el sueño. La manera en que procesamos las preocupaciones se relaciona
con nuestra personalidad y nuestro lugar en la carrera de la vida. Hay personas que son más
propensas a preocuparse, y hay temporadas que traen consigo mayor cantidad de desafíos, mayores
complicaciones y preocupaciones. Aunque los niños y los jóvenes también se preocupan, los
adultos y ancianos ven multiplicados sus desafíos en la persona de sus hijos y nietos, a los que se
sumaron los problemas de salud por la edad avanzada.
Según el testimonio de un líder cristiano, el cual afirmaba que en ocasiones se sentía tan
agobiado por los problemas de sus feligreses, que caminaba de un extremo al otro de la casa
pastoral hasta altas horas de la noche, lleno de muchas preocupaciones y un poco frustrado. Llegó
a la conclusión de que si las preocupaciones eran una evidencia de falta de fe, entonces él era un
gran pecador. No encontraba remedio para su ansiedad hasta que un día, a las dos de la madrugada,
después de una ferviente oración, la cual tenía mucho sin hacerla, escuchó claramente una voz que

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le dijo: Vete a dormir, yo me quedaré despierto. Ese día recobró su confianza y pudo descansar en
paz. A través de la oración, Dios se manifestó y pudo encontrar paz, además logró, después de días
de sufrimiento, conciliar el sueño.
La oración nos permite colocar nuestras más profundas preocupaciones en las manos de Uno
que nos comprende y nos ama, en ese Dios de amor, en el que todo es posible. La Biblia nos enseña
que hay momentos cuando debemos velar en oración como Jesús mismo en Getsemaní (S. Mateo
26:36-45), y hay momentos en que debemos dormir confiados en que Dios se quedará despierto y
velará por nosotros y nuestros hijos (Salmo 121:3).
El ser humano, especialmente el moderno, posee una incapacidad de esperar, pero la oración
nos enseña a esperar confiados y en calma en Dios Todopoderoso. Vivimos en un mundo de acceso
inmediato a toda información, las multitareas, las interacciones constantes e insistentes de las redes
sociales. Pero el Dios del universo sin límites nos insta a la paciencia. Salomón escribió: Todo lo
hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre
a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin (Eclesiastés 3:11).
Dios provee tanto la vida eterna como el gozo y las bendiciones que nos permitirán disfrutar
la eternidad que Él nos promete. Él está preparando para nosotros algo hermoso, en su tiempo. La
oración nos permite apropiarnos de esta bendita esperanza. Es decir, que la oración para muchos
es el medio por el cual nos hacemos parte y nos apoderamos de las promesas de Dios Padre.
Según lo investigado, la neurología, gracias a las últimas tecnologías que permiten explorar la
actividad del cerebro en pleno funcionamiento, ha demostrado, por ejemplo, que la meditación y
la oración pueden modificar la estructura del cerebro, evidenciando cómo los estados del
cerebro y del sistema nervioso pueden crear o relacionarse con la vivencia de la experiencia
religiosa. Al orante le afecta de cierta forma la oración, tanto emocional como mental. Su estado
de ánimo cambia según la constancia en el hábito de orar. La parte sentimental también se ve
afectada, pero no de manera negativa, al contrario, todo su interior y entorno se vuelven positivos.
Es importante destacar la amplia red de estructuras implicadas a nivel neurológico por la
actividad cerebral. Están el lóbulo frontal, que nos ayuda a focalizar la mente en la oración; el
sistema límbico, que permite experimentar emociones poderosas; y los lóbulos parietales,
involucrados en nuestro sentido de nosotros, y en su orientación en el espacio y el tiempo.
Dependiendo de la experiencia concreta que podamos tener, esas áreas pueden encenderse o
apagarse. Así, los lóbulos parietales pueden apagarse cuando una persona experimenta una pérdida
del sentido de sí misma, o experimenta un sentido de unicidad con Dios.
Por otra parte, Herbert Benson, un cardiólogo de la Harvard Medical School que estudió a
fondo el papel que el sistema nervioso autónomo juega en el proceso de la enfermedad humana,
estableció que el sistema de respuesta al estrés afecta a todo el sistema nervioso. Además, hizo
otro interesante descubrimiento: que la meditación ayuda a relajar el sistema nervioso, a rebajar
la presión arterial, a mejorar la salud del corazón, a prolongar la vida, además de dar felicidad y
de generar el sentimiento de estar más cerca de una entidad trascendente, entre otras ventajas.
El poder de la oración es algo que supera la ciencia misma, si bien estos datos pueden ser
siempre un estímulo positivo para reconocer los muchos beneficios que nos ofrece la oración.

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Testimonio de hermanos entrevistados en nuestra comunidad:
1-Fertilidad gracias a la oración constante:
- Una pareja de esposos de nuestra parroquia, Sandra y Manuel, nos comentaron al momento
de preguntarles que beneficios habían obtenido gracias a la oración, a lo que contestaron
llenos de alegría, que Dios y la Virgen se habían manifestado en gran manera y son felices
desde el momento en que sus oraciones fueron escuchadas y respondidas positivamente. Nos
cuentan que llevan casados 5 años, de los cuales pasaron tres años y medio tratando de tener
hijos y no les era posible, lo cual tampoco entendían, hasta que un dia decidieron dirigirse a
la clínica y hacerse estudios especializados en la materia y recibieron una noticia poco
agradable, Manuel fue diagnosticado con ausencia de espermas, esto derrumbó en un
principio a la pareja. Se realizó otros estudios esperando encontrar resultados positivos pero
los médicos afirmaban la situación negativa.
Tiempo después, en su comunidad de oración los hermanos de la misma, le motivaron a no
desistir en su oración y así lo hicieron. Día y noche no cesaban de orar. En todo momento y
lugar se detenían a orar. Confiesan que en momentos flaqueaba su fe y reclaman a Dios por
la situación. Pero aun así oraban con más fuerza. Una noche en que oraban en la comunidad
por sanación, nos cuentan, que fue un día maravilloso, en el cual sintieron una profunda paz
y una alegría que en el momento no entendían y asumían que era por lo agradable y lo
excelente que había sido el momento de oración en la comunidad. Manuel afirma que desde
ese día, sintió algo diferente dentro de sí pero que no sabía explicar, solo se lo comentó a su
esposa.
Para concluir y no alargar el testimonio, nos cuentan con una alegría que no puede describirse
con simples palabras, que hace un año y medio Sandra de camino al trabajo sintió mareos
muy fuertes y se sentía muy débil, por lo cual llamó a su esposo para que se encontraran en
la clínica y oh sorpresa, el diagnostico esperado por tanto tiempo, estaba embarazada y de
dos hermosas criaturas, las cuales han cambiado su vida definitivamente. Hoy son un ejemplo
de fe y de oración constante para nuestra comunidad. Un ejemplo a seguir.

A modo de conclusión:
Hemos aprendido cosas muy importantes sobre lo que causa y provoca la oración en nosotros.
Como la misma cambia nuestro estado de ánimo, nos anima a luchar cada día y superar, por el
poder de Dios, cada adversidad que se nos presenta en el diario vivir. La misma nos hace uno con
el Padre, nos conecta con Él. Nos permite hablar con Dios y a la vez, escucharle hablar. Nos da
paz, fortaleza en los momentos de angustia, alegría sin límites, nos abre los ojos para ver el mundo
de otra manera. Nos tranquiliza. Cambia nuestras actitudes. La oración nos acerca a Dios y nos
aparta de las tentaciones y de todo aquello que no nos permite estar junto al Padre. En definitiva,
la oración es poderosa y cambia nuestro interior y nuestro exterior. Afecta de manera positiva todo
nuestro ser. Aunque para algunos no sea así. Pero la oración para mí, es la medicina que sana el
alma y todo lo que somos.

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Bibliografía Consultada:

1. https://www.psyciencia.com/examinando-los-efectos-de-la-oracion-en-la-salud-mental/
2. http://www.elcentinela.com
3. https://es.aleteia.org/2018/08/01/que-ocurre-en-el-cerebro-cuando-hacemos-oracion/
4. www.corazones.org
5. www.forosdelavirgen.org
6. Diccionarios Online.

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