Sei sulla pagina 1di 3

Cuando Perú y Bolivia negociaban el tratado secreto, pensaron incorporar a Argentina

como tercer aliado con la intensión de reforzar el flanco oriental, encajonando a Chile
ante una casi efectiva guerra. Argentina mantuvo pro muchos años disputas
territoriales con Chile en la Patagonia, lo que era un elemento que los aliados habían
evaluado a su favor. Pero Argentina evaluaba tres situaciones: a) entendía que el
conflicto actuaba contra Chile pues por lo menos lo debilitaría sacando luego ventaja
de esta situación, b) estaba al tanto de las conversaciones entre Chile y Brasil para
firmar una alianza que le resultaría desventajosa debido al potencial bélico que esta
alianza significaba y c) el tratado no tenía nada de secreto pues muy pronto una copia
de este circulaba entre algunas cancillerías.

Pese a que la ayuda a los aliados y el ingreso al conflicto contaba con una gran
aceptación popular pues en el común de la gente Chile aparecía como un agresor
expansionista que se convertía en un peligro para la Argentina, el gobierno argentino
sopesó estos y otros factores, especialmente el impacto que la guerra tendría en su
economía local, una de las más prosperas en ese momento. Y aunque decidió por la
neutralidad, favoreció a los aliados con algunas acciones, especialmente el traslado de
armamento hacia la zona de conflicto por su territorio. Trato de mediar en el conflicto
y llegar a un entendimiento con Perú y Bolivia, existen evidencias que la cancillería
brasileña dificulto estos esfuerzos, lo que confirmaría su entendimiento con Chile

Pronto el gobierno chileno entendió la situación y se acercó al de Argentina para tentar


una posible solución que la favoreciera. Ella llegó cuando en 1881 ambos países
firmaron un acuerdo o entendimiento sobre los territorios en disputa, quedando de
esta manera Argentina comprometida a declararse neutral, lo que hizo efectivamente.
La pregunta es ¿Por qué Argentina actuó de esa manera? Algunos dirigentes de Buenos
Aires, preocupados por el impacto de la guerra en su economía, sopesaron su relación
con Europa con la cual mantenía excelente relaciones comerciales, pues era más
importante fortalecer esos lazos y mantener negocios trasatlánticos que dejarlos de
lado y enfrascarse en el conflicto del pacifico (lo que se conoce como pragmatismo
económico: que es lo que más me conviene). En esa lógica, y Chile lo entendió muy
bien, la zona de Patagonia significaba un rico territorio para la actividad ganadera, por
lo que lo del tratado con ambos países puede explicarse de esta manera.
Había además otro temor de Chile de tener a Argentina como enemigo: este país podía
dificultar el comercio de armamento por el Estrecho de Magallanes y no podría tener
acceso a Panamá pues la flota peruana se lo podría impedir. De allí la urgencia de
destruir al Huáscar.

_________________________________________
¿Cuál puede ser la posición de Argentina?

Creo que Argentina, teniendo en cuenta la situación política que vivía en ese

momento debería defender la neutralidad entendiendo que estaba en


negociaciones con Chile por los territorios de la Patagonia y que un conflicto le

sería perjudicial. No obstante, insistiría sobre la necesidad de impulsar la paz


continental como requisito para el desarrollo de los pueblos sudamericanos.

Argumentaría además que su poderío bélico no estaba a la altura de las


circunstancias ni su economía podría responder con satisfacción los

requerimientos de un conflicto de tal envergadura.

Argumentaría que los conflictos de los países hermanos deberían arreglarse por

la vía del entendimiento diplomático, que nos une una rica historia desde los
albores de la independencia cuando José de San Martín cruzó los Andes y

contribuyó a la destrucción del poder español en Chacabuco, Maypu y el ingreso


triunfal en Lima que culminó con la independencia de ese país.

Usaría los argumentos del político y médico argentino Guillermo Rawson:

“La misión de la América es la irradiación del ejemplo. El principio republicano está


confiado a nuestras manos y no debemos permitir que sea comprometido en aventuras
de guerra, que traen la prepotencia del sable, el régimen del estado de sitio y la ley,
marcial, que hace retroceder hasta la barbarie aun a pueblos más sólidos que el
nuestro. La paz, ¡por Dios! ¡La paz a todo trance, mientras que sea compatible con
nuestra independencia! Imitemos a Inglaterra: su política ha sido acusada en más de
una ocasión de ser tímida mientras que sólo era prudente. Nación fuerte y rica, era
ante todo nación libre y ha preferido continuar desempeñando en el mundo civilizado
su misión de ejemplo y de modelo, a las glorias fugaces y precarias de la guerra.

Nosotros también tenemos una misión. Nuestras instituciones, la naturaleza y las


proporciones de nuestros progresos están diciéndonos cuál es esa misión; llenémosla
con la paz y discutamos veinte años antes de sacar la espada para dirimir nuestras
querellas, seguros de que al fin de los veinte años seremos tan fuertes y gloriosos que
tendremos por aliados naturales a todas las naciones libres de la tierra, y que Chile será
el primero y más eficaz de los aliados en la ruda lucha contra la despoblación y la
ignorancia.”

Potrebbero piacerti anche