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Universidad Pedagógica Nacional

Sebastián Ardila Yopasá

Eugenesia, experimentación humana y clasismo.

La eugenesia adquiere un cuerpo teórico y un nombre hasta el siglo XIX. Francis Galton es
quien acuña el nombre en 1865, en su tratado talento y carácter hereditarios. El cultivo de la
raza, o, como podríamos llamarlo, las cuestiones “eugénicas”, esto es, cuestiones que tratan de
lo que se llama en griego eugenes, o sea, de buena raza, dotado hereditariamente de nobles
cualidades. Esta y las palabras relacionadas, son aplicables igualmente al hombre, las bestias y
las plantas. Deseábamos una palabra breve que permitiera expresar la ciencia de la mejora de la
materia prima, que de ninguna manera se limita a cuestiones de emparejamientos juiciosos,
sino que —y especialmente en el caso del hombre— toma conocimiento de todas las
influencias que tienden, aunque sea en el grado más remoto, a dar a las razas o linajes de sangre
más adecuados una mayor posibilidad de prevalecer, con más rapidez que lo que normalmente
pudieran hacer, sobre los menos adecuados. La palabra eugenesia expresaría suficientemente
bien la idea (Galton 1865, p. 104).

Galton trasladó la idea de selección natural del mundo animal a las sociedades humanas, en
cuanto a la fuerza, agilidad y otras cualidades físicas, la ley de selección natural de Darwin actúa
con una severidad desapasionada y despiadada. El débil muere en la batalla por la vida, los
individuos más fuertes y capaces son los únicos a los que se permite sobrevivir y legar su vigor
constitucional a las generaciones futuras. ¿Hay alguna regla correspondiente con el carácter
moral? Yo creo que la hay y ya he aludido a ella cuando hablaba de los indios americanos
(Galton, p. 92).

Su fundamentación ideológica, la cual estaba presente sobre los mismos grupos en los que se
manejaban prejuicios, así, el racismo, el clasismo, el elitismo y el sexismo estaban presentes en
tal teoría. La eugenesia tenía dos objetivos prácticos, en primer lugar, impulsar la acción de la
selección natural para alcanzar el perfeccionamiento de la raza “La eugenesia coopera con los
trabajos de la naturaleza asegurando que la humanidad estará representada por sus razas más
aptas. Lo que la naturaleza hace ciega, lenta y burdamente, el hombre debe hacerlo previsora,
rápida y suavemente” (Galton 1904, 1988, p. 170). En segundo lugar, cooperar con problemas
que aquejaban al imperio británico, por un lado, solucionar la degeneración de aquellos que
viven en las urbes, lo cual, para Galton, no tenía un valor social sino biológico, por otro lado,
la dificultad bélica que poseía el imperio, lo cual impedía el dominio militar a causa también de
la calidad biológica de los soldados.

El método por el cual Galton quería llevar a cabo tales objetivos prácticos son: la eugenesia
positiva, que consistía en promover la procreación de los mejor dotados donde estos se
definían según su clase, raza, capacidad intelectual, etc.; y la eugenesia negativa, que radicaba en
impedir o reducir la procreación de los que se consideraban inferiores según los mismos
criterios de la eugenesia positiva.

La idea que se manifiesta en los orígenes de la eugenesia de Galton, fue muy bien aceptada en
los ámbitos universitarios por los años de 1920 y 1940, en especial en Alemania, Inglaterra y
los Estados Unidos. La enfermera y activista Margaret Sanger fue la fundadora de la liga
americana para el control de la natalidad en 1921. Sanger, estaba obsesionada con la selección
natural aplicada a los habitantes pobres de la sociedad, para ella, los habitantes de los barrios
pobres se reproducían como conejos; lo que le preocupaba era que pronto su linaje se
extendería y rompería las fronteras de sus barrios pobres, contagiando los sectores más
privilegiados de la sociedad con enfermedades y con genes inferiores.

Este pensamiento que busca un tipo de selección con el fin de llegar a una raza superior,
rompe con el pensamiento Kantiano, en la medida que contraría la segunda formulación del
imperativo categórico, donde se piensa que no se debe usar al hombre como medio, donde el
medio aquí es aquel campo de la población que se considera inferior y a la cual debe ser
restringida su reproducción, sino como fin, donde el fin se centra en el llegar a ser una raza
superior libre de enfermedades y con genes que garanticen el desenvolvimiento en cualquier
aspecto de la vida. El ideal de Sanger era, por un lado, crear una restricción de procreación
entre los sectores menos privilegiados, debidos a que se consideraban razas inferiores; por otro
lado, el aumento de nacimientos en sectores privilegiados, que, según ella, tenían genes
superiores. Sostenía que era necesario que se aplicara una rígida política de esterilización y
segregación a aquellas partes de la población cuya progenie ya estuviera corrompida o cuya
herencia fuera tal que sus características perjudiciales pudieran ser transmitidas a su
descendencia. Para Sanger, lo más piadoso que podía hacer una familia numerosa y de un
barrio pobre por alguno de sus hijos más pequeños era matarlo.
Asimismo, desde Kant, y por medio del imperativo categórico, pensar en llevar a cabo un tipo
de eugenesia que sostenga la promoción y la reducción de la reproducción de lo que Sanger
consideraba como superior o inferior, dándole una forma universal, resulta discriminatorio con
aquellos que no cumplen todas las características que se exigen en tal modelo de eugenesia. En
efecto, un universal que exija la limitación reproductora de seres humanos que no cumplen
aquel modelo, limita el libre accionar de los otros seres humanos, además que impide la
ejecución de un imperativo de sagacidad, el cual se necesita en la búsqueda de la felicidad, pues
éste aporta consejos para conseguirla y si dentro de éste imperativo, un consejo es tener hijos
para ser feliz, un universal que impida tal consejo, elimina directamente la posibilidad de
aquellos seres de ser felices. El proyecto de natalidad de Sanger es una clara discriminación de
grupos sociales que pueden ser considerados inútiles, en la esperanza del progreso de la
humanidad.

Estos discursos que legitima la eugenesia, les dan cabida a innumerables violaciones de la
dignidad humana, por ejemplo, la esterilización involuntaria o forzada, que nace en los Estados
unidos, Gran Bretaña y Suecia. Sin embargo, Sanger creía en que la aplicación por la fuerza era
algo atroz, por lo tanto, apelaba a que aquellos que estuviesen en sus plenas facultades
mentales tenían que decidir si acatar o no el modelo de la eugenesia. La campaña por el control
de la natalidad no tiene simplemente un valor "eugénico", sino que tiene prácticamente los
mismos objetivos finales que la eugenesia. Sanger afirmaba que la regeneración racial, como la
regeneración individual, debe salir "de dentro". Esto es, debe ser autónoma y no impuesta
desde fuera. Sostenemos que una mujer en pleno uso de sus facultades mentales es el mejor
juez para determinar las condiciones bajo las cuales su hijo ha de venir al mundo. Es más,
sostenía, que es su derecho independientemente de otro tipo de consideraciones, determinar si
tendrá hijos o no, y cuántos hijos tendrá si elige ser madre. Sólo sobre una maternidad libre y
autónoma puede apoyarse una estructura inquebrantable de mejora racial.

Ésta supuesta libre elección de la propuesta de la eugenesia se determina como una acción
amoral en la medida que ésta se realizaría conforme al deber, pues estaría sujeta a las
inclinaciones inducidas por las mismas propuestas de la eugenesia, donde se piensa que bajo
ninguna posibilidad un hombre hijo de alguien sumido en la pobreza o con algún tipo de
discapacidad logrará superar su condición, llevando a que, aquellos que tuvieran la posibilidad
de tener un hijo sin las condiciones raciales, económicas, intelectuales, etc., se cohibieran de
tenerlo .

El régimen totalitario nazi, creía en la necesidad de la esterilización y segregación de la


considerada por ellos sociedad inferior, pues su herencia genética era cuestionable, además
podía contaminar la supuesta raza superior. Para Hitler las personas tanto física como
mentalmente malsanas no deberían perpetuar sus dolencias en sus hijos. El régimen nazi,
legitimo sus asesinatos y alentó el aborto de judíos, considerándolos como una raza inferior;
Stuart Mill, postula que el estado y la sociedad no pueden limitar la libertad excepto que exista
un riesgo a terceros, se hace patente que nuestra libertad y dignidad no puede poner en peligro
la dignidad de la humanidad; los nazis trasgredieron la libertad de los demás, creyendo como
digna únicamente su vida y libertad.

Para Kant las leyes morales deben valer para todo hombre en general, el imperativo de la
moralidad considera “obra solo según una máxima tal que puedas querer que al mismo tiempo
se torne ley universal” (Kant, 2007, pág. 35.) las acciones despreciables de los nazis que
legitimó la eugenesia no conllevan un imperativo categórico, pues no es posible que alguien
pueda considerar como máxima de su acción el holocausto de un pueblo o de una raza. El
imperativo de la moralidad, “el imperativo categórico sería el que representase una acción por
sí misma, sin referencia a ningún otro fin, como objetivamente necesaria” (Kant, 2007, pág.
29), por esto, es imposible considerar como objetivamente necesaria la masacre de un pueblo,
esto convierte a los nazis en sujetos inmorales y asesinos de la humanidad, que han dejado una
mancha de sangre en nuestra historia.

Mengele cometió las más grandes atrocidades en nombre de la eugenesia. En la Alemania nazi
el concepto de eugenesia se convirtió en el más bárbaro de los conceptos racistas. El “ángel de
muerte” llevo a cabo muchos proyectos en nombre de la eugenesia, muchos sin un carácter
científico, simplemente lo guiaba la inclinación de llegar a una raza superior, lo llevaba a
convertirse en el ser más despreciable, en un asesino por naturaleza. En 1942, Mengele hizo
parte del campo de concentración de Auschwitz, lugar donde experimento con alrededor de
4000 personas.
El régimen nazi como el mismo ángel de la muerte tenían una fascinación por el genotipo de
un hombre superior que ellos mismos habían planteado: rubio de ojos azules. Mengele gustaba
de experimentar con los niños judíos, en un intento de cambiar el color de sus ojos a azules,
aplicándoles toda clase de sustancias químicas, que incluso los llevaban a la muerte, él mismo
decidía a sus pacientes o víctimas. Además, decidía incluso quienes eran dignos de vivir. El
resto eran llevados a las cámaras de gas, los que sobrevivían eran obligados a trabajos forzados.
Sus experimentos generan un sentimiento de desaprobación, se manifiesta la degradación
humana, la destrucción de la misma dignidad.

Según Hume, embellecemos de colores los objetos morales dados, las acciones de los nazis no
tendrían censura por parte de nosotros, si no fuéramos capaces de apreciar las acciones de
estos y dejarnos contaminar de sentimiento por lo que se nos presenta, lo que apreciamos es
aberrante, en nosotros surge el sentimiento de odio, de dolor, vemos a lo grotesco que puede
llegar el hombre, así, nuestro sentimiento nos lleva a actuar de una manera en que nuestra
esperanza radique en que no vuelva ocurrir Auschwitz.

Nuestro sentimiento que se produce por esta aberración, nos lleva a un sentimiento que nos
impulsa a actuar en la conservación del género humano, a hacer las condiciones del hombre en
la sociedad más equitativa, justa y digna, esperando que los hombres no puedan ser
instrumentalizados o discriminados. Hombres que sienten y actúan en el mundo del teatro, en
el cual, admiramos aquellas cosas que nos generan un sentimiento de aceptación y de
aprobación. Somos espectadores del mundo, pero no sólo lo entendemos por la razón, vemos
belleza en este teatro, pero la belleza que se produce no es porque sepamos que hay actores en
el mundo; sino que estos actores de teatro generan un sentimiento en lo más profundo de
nosotros que a veces nos lleva a la infinita tristeza por acciones tan degradantes como las de
Mengele.

Éticamente, estos ejemplos que se han presentado como la idea de una higiene racial y de los
miembros no aptos para la sociedad, no aptos para vivir. Son la máxima expresión de
degradación de la humanidad, estos actos generan un sentimiento moral de censura, pues, son
actos aberrantes contra la misma humanidad. Según el pensamiento kantiano se puede notar
que las acciones de los nazis y el mismo Mengele en nombre de la eugenesia no tienen un
carácter moral, en la medida en que la humanidad según Kant “existe como un fin en sí mismo
, no solo como medio para usos cualesquiera de esta o aquella voluntad” (Kant,2007, pág. 41
)La eugenesia y los discursos que esta legítima, toma a la humanidad como un simple medio
para alcanzar el fin del supuesto mejoramiento de la especie, atentando con la misma dignidad
humana y contra la misma vida. Kant plantea “obra de tal modo que uses la humanidad, tanto
en tu persona como la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y
nunca solamente como un medio” (Kant, 2007, pág.42)

Entre las repercusiones sociales que tiene la eugenesia en los ejemplos expuestos, se hace
patente una discriminación racial y social de ciertos individuos e incluso de grandes
colectividades, que subsisten en otros discursos por ejemplo en la ley de Arizona SB1070 de
2010; impidiendo incluso poder formar una familia, o ser capaz de procrear un hijo. Es la
manifestación de la desigualdad social. La eugenesia es la representación de la totalidad, de una
forma establecida de ser, incluso la instrumentalización y cosificación de la humanidad. Lo que
se pretende con la misma eugenesia no es el mejoramiento de la vida misma, sino la posibilidad
de establecer modos de ser mejores a los mal llamados inferiores, degradando la existencia de
ciertos sectores sociales.

Bibliografía

Kant, I. 2007.Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, Madrid.

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