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CURSO BÁSICO

PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

1. Introducción
Es curioso observar cómo cuando las circunstancias nos obligan a reflexio-
nar sobre determinados aspectos de nuestra vida, de la que nos toca vivir,
podemos llegar a conclusiones que nos sorprenden en gran medida. No
cabe la menor duda de que el hombre, para su existencia material, ha de
satisfacer determinadas necesidades concretas, unas muy elementales y
fáciles de satisfacer, y otras menos elementales y más difíciles de conseguir.
Nos fijaremos para ello en las necesidades más básicas del hombre, aqué-
llas de cuya satisfacción depende su posibilidad de existencia física. En pri-
mer lugar, las personas necesitamos respirar, y la satisfacción de dicha
necesidad la realizamos de forma mecánica, sin grandes esfuerzos en con-
diciones normales, y obteniendo el producto demandado, el aire, sin ningún
tipo de dificultad por cuanto, hasta la fecha y en las condiciones de la natu-
raleza actuales, la calidad de la atmósfera y su libre disponibilidad no supo-
ne ningún tipo de esfuerzo para su realización.
En segundo lugar, necesita el alimento para la subsistencia, entendiendo
por alimento la comida y la bebida. La satisfacción de esta segunda nece-
sidad nunca es tan sencilla como la primera siempre se ha tenido que rea-
lizar una determinada actividad que permitiese la recogida de algún ele-
mento de la naturaleza y otra que, mediante un proceso de modificación
de dicho producto (más o menos intenso en función de las cualidades del
mismo), permitiese su ingesta.
Nuestra condición de animales racionales, es decir, con capacidad de refle-
xionar o pensar, hace que no sólo tengamos que satisfacer las necesidades
estrictamente físicas, sino que existen otras particulares de nuestra especie
que, a medida que el hombre evoluciona, se van sofisticando cada vez más.
Estas necesidades denominadas psicológicas, psíquicas, mentales, etc.,
sólo son reconocidas, en la mayoría de los casos, para las personas y no
para el resto de los seres vivos; suelen ser de difícil catalogación a la hora
de decir si se pueden satisfacer de una manera fácil o difícil, por cuanto van
a estar en función de las características de las personas y del concepto que
de la necesidad tienen.

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Expuestas así las cosas, nos hacen ver que toda persona está obligada a la
realización de diversas tareas que le proporcionen una supervivencia física.
Centrándonos en las tareas a realizar para la satisfacción de la alimentación,
no es difícil explicar que las mismas han sido, con el devenir de los tiempos,
cada vez más complejas (entendiendo que no se quiere decir que la com-
plejidad conlleve la sencillez o dificultad). No cabe duda que la tarea de
sacrificar a un determinado animal puede tener una complejidad moderada
o pequeña, ya que puede consistir en clavarle una flecha en un determina-
do sitio vital. Sin embargo, esta sencilla tarea puede ser tan difícil de reali-
zar, tan arriesgada, que podía conllevar la muerte del que lo realizaba. En el
caso contrario, las personas que para su supervivencia en nuestros días
están encargadas de la realización de un circuito integrado de un ordena-
dor puede ser que se enfrenten a tareas mucho más complejas que las
antes descritas, pero que ayudados por la tecnología adecuada pueden
convertirlos en trabajos rutinarios de fácil realización y sin ningún tipo de
posibilidad de perder la vida en su realización.
Cada vez más, las actividades que el hombre tiene que realizar para satis-
facer sus necesidades vitales, en particular la de la alimentación, se alejan
de la relación directa con la naturaleza y con sus elementos, y se va más a
la realización de unas tareas, ocupaciones, etc., de las cuales se obtiene el
dinero que, como elemento de trueque, se puede utilizar para obtener aqué-
llos que efectivamente sí satisfacen nuestras necesidades.
Pocas actividades hay que recojan esa tradición de relación con la natura-
leza para la obtención de un elemento directamente aplicable a la satisfac-
ción de nuestras necesidades. La pesca, la agricultura, la ganadería y la sil-
vicultura orientada a los frutales, mantienen la esencia de aquellas activida-
des de nuestros antepasados para la supervivencia.
Centrándonos en el trabajo cotidiano, siempre es fácil recurrir a expresiones
tan usadas como que se tiene que realizar en medios que a veces no son
los naturales del hombre, que la turnicidad puede ser perjudicial, la insegu-
ridad de los trabajos en altura etc., para describir la sensación de riesgo que
transmite, y que todos los años se materializa en la muerte o grave daño a
numerosas personas que a ella se dedican.
Conocedores de esta realidad, no es más cierto que esta sensación de ries-
go continuo, de peligro al acecho, relaja en gran medida el instinto de pre-

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vención, aceptando como normales determinadas formas de realizar las


tareas que en otros ámbitos serían inaceptables. Bajo la terrible asunción de
asimilar que todos los daños que nos puedan ocurrir son el peaje necesa-
rio que hemos de pagar para la supervivencia

2. Trabajo y la salud:
Los riegos profesionales. Factores de riesgo
A continuación se pasará a realizar una descripción del mundo del trabajo
y de las relaciones que establece con la salud de las personas, desde el
punto de vista positivo y negativo. Será desde este último enfoque desde
donde más hincapié se realizará por la importancia que pueda tener, lo que
no quiere decir que sólo exista este tipo de relación.
Si de una manera directa relacionamos la supervivencia de la empresa
donde trabajamos con nuestra propia supervivencia, no cabe duda que
seremos los primeros interesados en que todo vaya correctamente. Por eso,
la aparición de consecuencias no deseadas (muertes, heridas, etc.) del pro-
ceso productivo normal han de ser entendidas como graves amenazas a su
supervivencia ya que aparte del innegable daño que se causa a las perso-
nas concretas, existen unas implicaciones económicas negativas que no
siempre son detectadas en planteamientos apresurados. Por poca antigüe-
dad que tenga la persona accidentada, en ella hay unas horas de formación
y experiencia que tendrán que suplirse con otras personas que le sustituyan
y que no las tienen. Si lo que se pretende es que entre los mismos se hagan
cargo del mismo trabajo, el exceso hará que el rendimiento baje, y muchas
veces por debajo de lo que se rendía antes en condiciones normales. A esto
hay que sumarle las consabidas multas, sanciones, primas de seguros, etc.
que hacen de las consecuencias no deseadas como accidentes o enferme-
dades profesionales un muy mal negocio para todos.
Ahora nos adentraremos en el mundo de la prevención de riesgos comen-
zando por lo más elemental como es la definición de aquellas palabras más
importantes que iremos repitiendo numerosas veces a partir de aquí.
2.1 Definición de trabajo
Ya vimos como a lo largo de la historia del hombre, éste necesita realizar
una serie de actuaciones para lograr su supervivencia. Las más inmediatas
son la alimentación y la reproducción.

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La nota que distingue al hombre sobre los demás animales es su supuesta
inteligencia, lo que hace, entre otras cosas, que intente habitar en determi-
nados sitios en los que da la impresión que no sean los más adecuados
para él. Esto supone otras actividades extras a realizar para garantizar su
supervivencia; vestido, casa, etc.
La peculiar disposición social que ha desarrollado el hombre, canaliza unos
determinados esfuerzos por dominar el entorno y establecer unas curiosas
jerarquías de poder y propiedad que son fuente de numerosos estudios y
discusiones.
El trabajo, en vista de los precedentes antes mencionados, podemos defi-
nirlo como:
“El conjunto de actividades que el hombre realiza para satisfacer
sus necesidades".
Dentro de esta definición de trabajo hemos de adoptar un concepto amplio
del mismo en donde hay que tener en cuenta tanto los esfuerzos físicos
como intelectuales que para la realización del mismo se requieren.
Este conjunto de esfuerzos o trabajos, se han ido organizando con el paso
del tiempo en función de las necesidades de la sociedad y de la peculiar
estructura que de ella se deriva.
Se reconocen las siguientes grandes formas en que el hombre se ha orga-
nizado para realizar los trabajos:
• Trabajo artesanal.
• Organización Industrial.
• Organización Moderna.
En el trabajo artesanal, el trabajador ejerce un control total sobre el proce-
so productivo. Adquiere las materias primas, las transforma con sus habili-
dades y vende el producto resultante a cambio de otras cosas o de un valor
para lograr su supervivencia y satisfacer otras necesidades de no tan prime-
ra necesidad.
Con la evolución industrial del siglo XVIII la sociedad sufre un gran cambio.
El número de habitantes exige una gran cantidad de productos elaborados,
y la evolución tecnológica permite aplicar máquinas que aumentan el rendi-
miento productivo.

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La incorporación del capital a los procesos de fabricación altera en gran


manera la estructura productiva. Aparecen empresarios encargados de
comprar las materias primas y de adquirir las máquinas necesarias para su
elaboración o modificación, y consiguen un resultado del que obtiene un
beneficio. Para este proceso necesita de personas que ayuden o manejen
dichas máquinas. A cambio de esos esfuerzos reciben un salario.
La necesidad de producir más para satisfacer las necesidades de una
población que aumenta, requiere aplicar determinadas técnicas productivas
que inciden con particular énfasis en la manera de organizar los procesos a
fin de que mejoren los resultados.
Por ello se comienza un gran esfuerzo por mejorar la forma de producción
desde el punto de vista del resultado del proceso, es decir, desde la produc-
tividad, Así, desde Taylor con su parcelación del trabajo, pasando por Ford
con su trabajo en cadena, hasta los modernos métodos de inspiración japo-
nesa, la idea ha sido cómo adaptar el sistema productivo a un mejor y ade-
cuado rendimiento que se acople a las necesidades que la sociedad reclama.
El resultado que en nuestros días tenemos es la consideración del Trabajo
como necesidad básica de supervivencia, a la que como tal necesidad bási-
ca dedicamos una parte muy importante de nuestra vida. Es precisamente
porque la ocupación temporal de la actividad del trabajo adquiere cada vez
más importancia, que la idea de supervivencia va más allá de la mera con-
cepción de la satisfacción de las necesidades básicas, considerándose
como instrumento a través del cual se puede obtener un desarrollo perso-
nal y social.
El trabajo es una actividad que el hombre realiza sobre la naturaleza, trans-
formándola en su beneficio, a fin de satisfacer necesidades tanto individua-
les como colectivas. Estas necesidades en principio eran las básicas (sub-
sistencia: comida, ropa, vivienda, etc.).
Hoy día debemos tener un concepto más amplio de dichas necesidades.
Así, debemos contemplar dentro de las necesidades lógicas la mejora de la
calidad de vida, el reconocimiento social de la actividad desarrollada por el
trabajador, la satisfacción personal, etc.
Las actividades laborales además de satisfacer las necesidades vitales de
cada día deben desarrollarse en unas condiciones que permitan al trabaja-
dor estar satisfecho de su profesión y que la sociedad le reconozca su labor.

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Como ya dijimos, la actividad laboral conlleva unos riesgos que pueden
poner en peligro la seguridad y la salud del trabajador. Es por ello que tales
riesgos deben ser identificados, evaluados, controlarlos y si es posible eli-
minarlos.
2.2 Definición de Salud
En cualquier diccionario la palabra Salud se entiende como el estado en
que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones. No cabe duda
que no es una definición técnica, sino que es genérica, pero a pesar de eso
sí nos indica que una concepción de salud conlleva una serie de factores
alrededor del individuo que le permiten una normalidad funcional. Este sig-
nificado conlleva a entender a la salud como algo muy limitado, es decir,
como la mera "ausencia de enfermedad".
A medida que las sociedades alcanzan niveles de calidad de vida mayor
esta simple concepción de la salud se hace totalmente insuficiente. Una vez
alcanzado un nivel de bienestar social que nos permite satisfacer las nece-
sidades básicas se intentan satisfacer otro tipo de necesidades no tan
urgentes. Las reflexiones que a través del tiempo se han ido realizando sobre
estas cuestiones desembocan en un concepto moderno de salud definido
por la Organización Mundial de la Salud (en adelante O.M.S.) que, preten-
diendo un enfoque mucho más amplio, define a la Salud tal como sigue:
"Es el estado de bienestar físico, mental y social completo y no
meramente la ausencia de daño o enfermedad."
En este caso nos encontramos con una definición que no busca la mera
satisfacción de aquellas necesidades que suponen la supervivencia física
de las personas y, que podríamos decir, que son las de carácter físico (comi-
da y protección del medio ambiente). Además distingue dos nuevos ámbitos
de necesidades como son las mentales, asociadas a la faceta psicológica de
la persona, y las sociales, por la peculiar forma de vida en comunidad a la cual
tendemos.
Este concepto de Salud en general, se ha de llevar al ambiente de trabajo,
a los procesos productivos. Por ello, se han de realizar las correspondien-
tes matizaciones que permitan el ajuste a este nuevo ámbito, dando lugar a
un nuevo concepto denominado Salud Laboral que la propia O.M.S. en con-
junción con la Organización Internacional del Trabajo (en adelante O.I.T.),
enuncia como sigue:

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"Salud laboral es la actividad que tiene por finalidad el fomentar y


mantener el más alto nivel de bienestar físico, mental y social de
los trabajadores en todas las profesiones, prevenir todo daño a
la salud de éstos y colocar y mantener al trabajador en un
empleo que convenga a sus aptitudes psicológicas y fisiológi-
cas. En suma, adaptar el trabajo al hombre y cada hombre a su
trabajo".
No cabe duda que desde el primer concepto de salud como mera ausencia
de daño o enfermedad, hasta esta última definición, se recorre un camino
que ha de pasar por una determinada cultura de bienestar y de satisfacción
de las necesidades primarias. No es extraño que en países que no han
alcanzado esta cultura se siga aplicando la primera de las definiciones. Más
aún, en nuestro país hay determinados sectores productivos que no han asi-
milado que la salud no sólo se mide en el bienestar físico.

2.3 Relación Trabajo-Salud


Entre el trabajo y la salud se establecen unas relaciones directas y cada vez
más evidentes en nuestra sociedad. A medida que nuestra vida depende
cada vez más del trabajo esta relación aumenta. Dicha relación podríamos
dividirla en dos grandes grupos:
• el conjunto de relaciones positivas para las personas como pueden ser
la satisfacción de las necesidades físicas, el respecto social que se
puede alcanzar con el trabajo, el bienestar mental que se obtiene de
saberse integrado en el sistema, etc.
• el conjunto de relaciones negativas.
Será precisamente sobre éste último grupo de relaciones sobre el que aquí
haremos mayor incidencia por ser las que más interesan evitar desde el
punto de vista de la prevención. No cabe duda de que en cualquier activi-
dad que el hombre realice existe la posibilidad de que:
• los resultados que se obtengan no se identifiquen con los que se dese-
aban, dependiendo su importancia del resultado final obtenido,
• durante la realización del proceso se originen unos hechos no queri-
dos, independientemente de que el resultado final sea el deseado o no.
Resultados incorrectos y hechos no queridos podemos clasificarlos

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como efectos no deseados de un determinado proceso, que cuando
tienen el carácter de lesivos o la posibilidad de serlo, ya sea para las
personas o para las cosas, movilizan una serie de medios y técnicas
para su corrección, dando lugar a lo que se suele denominar como
Seguridad en sentido amplio.
Esta movilización o actuación de la seguridad tiene que estar motivada en
una asunción de que tales efectos no deseados, no son aceptables.
Cada sociedad tiende a instaurar unos determinados parámetros de inacep-
tabilidad de los efectos no deseados en función de la conciencia social. Es
decir, la inaceptabilidad es un fenómeno cultural con una serie de matices
objetivos y subjetivos terriblemente complejos. De forma general, todos
aquellos efectos que socialmente se han catalogado como no deseados
suelen encontrarse con un rechazo más o menos generalizado. Aceptando
la teoría de la causalidad o de la prevención como aplicable a la explicación
del desarrollo de cualquier efecto no deseado interesa destacar qué ele-
mento de la cadena es el activador de la seguridad, qué eslabón puede con-
siderarse como inequívocamente rechazable por la sociedad y capaz de
generar una movilización que se traduzca en la actuación de la seguridad.
No es un tema fácil ya que la cadena de causalidad puede ser ilimitada nos
pueden aparecen multitud de efectos que a su vez son causa de otros efec-
tos y así sucesivamente. En la siguiente figura se expresa de forma gráfica
lo anterior:

Fig.1. Cadena de causalidad.

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2.4 Características del trabajo: condiciones e influencia en la


salud
De forma general, para la correcta realización de todos los trabajos sin la
aparición de los efectos no deseados se necesitan dos cosas básicas:
• que las personas que lo han de llevar a cabo tengan unas determina-
das habilidades, y
• que las condiciones en que se realiza sean las adecuadas.
Las habilidades, tal y como aquí se entienden, en algunos casos pueden ser
innatas a las personas (la fuerza, la agilidad, el poco peso, etc.), pero en la
mayoría de los casos se podrán adquirir a través de la formación, de la
experiencia o de ambas a la vez. El tipo de habilidades requeridas pueden
ser mayores o menores, aunque cualquier tipo de calificación al respecto
siempre es muy relativa. El levantar un peso de 20 kilogramos, puede ser
una tarea muy sencilla para muchos pero no para aquellos que no tienen
suficiente fuerza.
Entendemos por condiciones de trabajo tanto al conjunto de variables que
definen su realización como al entorno en que éste se realiza. Es normal
pensar que afectan o pueden afectar a un proceso productivo o al estado
de las personas o cosas que en él intervienen. En el caso de que esa
influencia sea positiva, estaremos permitiendo la tan buscada correcta rea-
lización del trabajo. En caso contrario pueden aparecer los efectos no dese-
ados del trabajo.
De todas las posibles condiciones del trabajo nos ocuparemos de aquellas
que pueden afectarle desde el punto de vista de la seguridad donde suele
ser generalizada la denominación de condiciones de trabajo sin más apelli-
do. En buena parte se debe a que el término como tal, se comenzó a utili-
zar por las personas encargadas de analizar el proceso productivo desde el
punto de vista de evitar daños a los trabajadores; por otro lado, si analiza-
mos con detenimiento todos los elementos que pueden condicionar la rea-
lización de un trabajo, todos tienen o pueden tener incidencia a la hora de
hablar de posibles daños a los involucrados en el proceso.
Una vez quitado el apellido a las condiciones de trabajo, las considerare-
mos como aquellas que pueden influir en que las personas y medios impli-
cados en el proceso reciban o no daños más o menos graves como con-
secuencia de su implicación directa o indirecta en la realización del trabajo.

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Utilizando las expresiones de la propia Ley de Prevención de Riesgos
Laborales (en adelantes L.P.R.L.) que en su Capítulo I denominado "Objeto,
ámbito de aplicaciones y definiciones", dentro del artículo 4º , punto 7º:
"Se entenderá por condición de trabajo cualquier característica
del mismo que pueda tener una influencia significativa en la
generación de riesgos para la seguridad y salud del trabajador."
Sería la misma definición que la enunciada por la norma UNE 81902 EX
"Prevención de riesgos laborales. Vocabulario", salvo por el cambio de
orden de las palabras seguridad y salud.
La relación trabajo y salud, tiene su parte más importante en la que se esta-
blece entre las condiciones de trabajo concreto a realizar y la salud del tra-
bajador. Para ello se ha de comenzar por enunciar qué es lo que se va a
considerar como condición de trabajo.
Retomando el mismo artículo anterior de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales, indica de manera clara que se ha de entender como tal al menos
los siguientes ejemplos:
• Las características generales de los locales, instalaciones, equipos,
productos y demás útiles existentes en el centro de trabajo. La natura-
leza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes en el
ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades, concentra-
ciones o niveles de presencia.
• Los procedimientos para la utilización de los agentes citados anterior-
mente que influyan en la generación de los riesgos mencionados.
• Todas aquellas otras características del trabajo, incluidas las relativas a
su organización y ordenación, que influyan en la magnitud de los ries-
gos a que esté expuesto el trabajador.
Del control de estas condiciones dependerá el que las personas involucra-
das en el proceso productivo obtengan los efectos deseados o no deseados
del trabajo, por lo que se han de extremar las precauciones al respecto.
Está socialmente aceptado que siendo el trabajo la actividad que permite la
supervivencia de los hombres, de forma general, cada vez más se intenta
que los puestos de trabajo sean realizables por la mayoría de las personas,
por lo que deberían ser requeridas unas habilidades personales fácilmente

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alcanzables. Para que esto sea posible, se debe actuar sobre las condicio-
nes laborales. Sólo en casos muy excepcionales se reconoce la imposibili-
dad de trabajar a alguien debido a su falta de habilidades ya sea por merma
física (incapacidades aparecidas después del ingreso del trabajador) o por
estar en un estado que puede ser peligroso (caso de menores y mujeres
embarazadas). En estos casos se han de implantar medios para que la per-
sona pueda sobrevivir: cambio de puesto de trabajo dentro del mismo pro-
ceso, asignación de una pensión, limitación de los sectores en que no se
puede trabajar, etc. A nadie se le puede negar la supervivencia.
Si recordamos la definición de salud, vemos como se definen tres ámbitos
en los que hay de obtener un estado de bienestar: el físico, el psíquico y el
social. Las condiciones laborales han de ser tal que procuren ese objetivo,
por ello se suelen establecer clasificaciones que permitan identificar a todos
los factores que incidan en el proceso productivo con los ámbitos de posi-
ble influencia. Así tendremos:
• Condiciones de trabajo que actúan sobre las características físicas de
las personas. Lo que se denominaban características generales de los
locales, instalaciones, equipos, productos y demás útiles existentes en
el centro de trabajo, en donde se destacan la existencia de aquellos ele-
mentos como las máquinas, el balance de un barco, los elementos
móviles que nos pueden dar un golpe, etc., y que vienen a denominar-
se condiciones de seguridad. De igual manera, de forma general, inci-
den en la parte física del hombre los agentes físicos, químicos y bioló-
gicos presentes en el ambiente de trabajo, cuyo control ha de hacerse
midiendo sus correspondientes intensidades, concentraciones o nive-
les de presencia.
• En cuanto a las condiciones que pueden influir en la parte psíquica del
hombre, no cabe duda que son de más difícil identificación por cuanto
el conocimiento que en este aspecto se tiene de las personas es mucho
más limitado. No obstante, sí que se han determinado determinados
factores como son las exigencias a que el trabajo somete a las perso-
nas, y la forma de organizar y ordenar la realización del proceso pro-
ductivo.
• Las condiciones de trabajo que afectan a la parte social de las perso-
nas son aquellas que afectan a la relación del individuo con la sociedad

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que le rodea desde sus niveles más cercanos como la familia directa,
hasta los más externos.
En nuestro país se ha impuesto un modelo de división de las condiciones
de trabajo que distingue tres grandes grupos:
• Las que forman el medio ambiente de trabajo en su forma más exten-
sa, medios materiales, ruido, vibraciones, calidad del aire, posibles con-
taminantes biológicos, etc.
• Las que forman parte de lo que se denomina carga de trabajo, o exi-
gencias o habilidades que hay que tener para una buena realización de
la tarea, tales como esfuerzos que hemos de realizar, capacidad inte-
lectual exigida, etc.
• Para finalizar se tendrían todas aquellas relacionadas con la organiza-
ción del trabajo, tales como tareas a realizar, horarios de trabajo, etc.
Es muy difícil que las condiciones no interaccionen entre sí y que se den de
una manera aislada, por lo que será siempre complejo hacer una clasifica-
ción que permita delimitar de forma clara los límites de una y otra.
Lo que sí parece claro es que dependiendo del trabajo que realicemos (físi-
co, mental), del ambiente físico del mismo (frío, calor, ruido, contaminación,
etc.), de la retribución del mismo (salario, vacaciones, etc.) del reconoci-
miento social de la profesión (importancia que para los demás tenemos),
etc., darán lugar a unas condiciones tales que afectarán a nuestra salud ya
sea de forma física o mental.Una consecuencia del trabajo puede ser sufrir
un accidente o también una depresión debida al mal ambiente, presiones
del empresario compañeros, sentir poca estima por nuestra labor, etc. Es
decir, que el posible daño a la salud no tiene por qué ser sólo físico.

2.5 Los riesgos laborales


No cabe duda que para que la sociedad reaccione ante un efecto no dese-
ado que tenga su origen en los procesos productivos se ha de valorar como
inaceptable por la mayoría de la sociedad. Eso significa que no sólo basta
considerarlo como no deseado, ha de ser rechazado con una determinada
intensidad. La intensidad del rechazo que pueda generar un determinado
efecto no deseado influirá en los esfuerzos por intentar impedir su repeti-
ción, condiciona la forma del rechazo.

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En todas las sociedades se han intentado establecer elementos que valoren


la intensidad de rechazo. El riesgo, tal vez sea el más conocido. El concep-
to de riesgo se muestra como un sistema de medida indirecto o directo del
rechazo social al efecto no deseado que se origina durante la realización de
un trabajo y, por tanto, su definición tiene que ser fruto de un amplio con-
senso social. Si, siguiendo el vocabulario determinado por AENOR, deno-
minamos peligro a:
"cualquier fuente o situación con capacidad de daño en términos
de lesiones, daños a la propiedad, daños al medio ambiente o
una combinación de ambos",
se entenderá por riesgo:
"la combinación de la frecuencia o probabilidad que pueda deri-
varse de la materialización de un peligro"
Es decir, podemos entender el concepto de riesgo como algo que va a ser-
vir para medir la "proximidad de un daño". Centrándonos en el mundo labo-
ral, se entenderán como riesgos laborales, según el parecer de la LPRL:
"la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño
derivado del trabajo. Para calificar el riesgo desde el punto de
vista de su gravedad, se valorarán conjuntamente la probabilidad
de que se produzca el daño y la severidad del mismo."
Si analizamos el concepto de riesgo laboral que la ley nos da, vemos que
está constituido por dos grandes elementos:
• La aparición de un daño que podamos calificar como derivado del trabajo.
• La probabilidad de que dicho daño se materialice.
Comenzando por el primer elemento se define por ley como daño derivado
del trabajo:
"las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u
ocasión del trabajo."
En este caso se centra en los daños sufridos por la persona y se le exige
una inequívoca relación entre la lesión y la causa de su origen en el proce-
so productivo.

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Respecto a la probabilidad de que tal efecto no deseado se materialice ha
de alcanzar un determinado valor que dependerá de valores culturales fun-
damentalmente. Muchos estudiosos afirman que cuando el riesgo de morir
por la realización de determinada actividad es de 1 persona por cada
100.000 que la realicen, se comienza a demandar actuaciones al respecto,
llegando a valores de no aceptación cuando la relación es de 1 por cada
1.000 que la realizan. Sin embargo, se observa que la realización de otras
actividades no laborales, como las deportivas, pueden darse relaciones
mucho más desfavorables y ser consideradas como normales o habituales.
Existen métodos de evaluación específicos para la asignación de valores de
riesgos aceptables e inaceptables que más adelante se explicarán.
2.6 Factores de riesgo: su clasificación
Los riesgos dependerán en gran medida de las condiciones de trabajo, por lo
que a la hora de intentar clasificarlos se ha de seguir la división vista para las
condiciones de trabajo. Estas condiciones de trabajo estaban formadas por
una serie de variables denominadas factores de riesgo, cada tipo de condi-
ción de trabajo antes vista conllevará sus propios factores de riesgo.
Destacaremos los siguientes grupos de factores de riesgo en función de los
peligros de las diversas condiciones de trabajo:
• Medios materiales que utilicemos para el trabajo, así como las caracterís-
ticas físicas del lugar donde desempeñamos nuestra tarea (lugar concreto
de trabajo, distribución del mismo, altura de techos, longitud de pasillos,
instalaciones eléctricas, etc.). A este conjunto se le suele denominar condi-
ciones de seguridad.
• Características del medio ambiente en que se desarrolla el trabajo. En
este caso se suelen hacer dos grupos:
- Las condiciones físicas: balances, visibilidad reducida, vibraciones,
ruido, iluminación, temperaturas, etc.
- Las condiciones químicas y biológicas, mediante la presencia de posi-
bles contaminantes en el ambiente.
• Esfuerzos que nos exijan para su realización, es decir la carga de trabajo.
• Características de la organización necesaria para el sistema productivo,
de gran incidencia en la integridad de las personas, a todos los ámbitos, físi-
cos, mentales y sociales.

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3. Consecuencias de los riesgos laborales: daños derivados


del trabajo
Podemos citar, como universalmente rechazados en los procesos producti-
vos los siguientes efectos no deseados, que a continuación definiremos
brevemente:
• Accidentes: "suceso anormal, no querido ni deseado, que se presen-
ta de forma brusca e inesperada, aunque normalmente evitable, que
interrumpe la normal continuidad de un proceso y que puede causar
lesiones a las personas y/o bienes".
• Incidentes, responden a la misma definición anterior, pero no se tra-
duce en lesiones a las personas ni en grandes daños a los bienes.
También se suelen denominar accidentes "blancos". La diferencia entre
este tipo de sucesos y las accidentes es el resultado, aunque se hayan
recorrido los mismos caminos que en el accidente.
• Efectos no deseados que se manifiestan a medio/largo plazo. Se dife-
rencian de los anteriores por la falta de inmediatez en las consecuen-
cias. En ellos estarían englobados las enfermedades denominadas pro-
fesionales, enfermedades relacionadas con el trabajo, las agresiones a
estructuras o equipos que no tienen una manifestación inmediata, etc.
Para la materialización de cualquiera de los efectos no deseados antes
mencionados han de darse un conjunto de factores dispuestos en el tiem-
po y el espacio de una determinada manera.
En la mayoría de las culturas son los accidentes los que actúan como acti-
vador de la seguridad. La constatación de un daño es un punto amplia-
mente aceptado como rechazable, afirmando esto con todo tipo de posibles
matizaciones. No quiere decir que los incidentes y los efectos no deseados
que manifiestan su aparición a medio y largo plazo no movilicen el rechazo
de la sociedad; desde luego que sí, pero no lo hacen con la inequívoca fuer-
za de los accidentes.
Desde el punto de vista legal esta clasificación choca con lo que se entien-
de como daños derivados del trabajo, en donde la clasificación se reduce a:
- Accidente laboral, y
- Enfermedad profesional.

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En este estudio se introducirá un nuevo apartado que, bajo el epígrafe
Otros daños derivados del trabajo, incorpora a todos aquellos que no que-
pan en los dos anteriores.

3.1 Los accidentes de trabajo


En el campo de la seguridad ya hemos dicho que existen varias verdades o
referentes. La definición de accidente, desde el punto de vista técnico ya la
hemos dado. Incidiendo en un análisis más profundo de dicha definición
encontraremos como características más importantes de la misma las
siguientes:
• No puede ser un hecho que se desee, porque estaríamos hablando de
sabotajes.
• No puede ser previsible en el tiempo, ya que si no podríamos evitarlo
• Es evitable si detectamos los procesos que generan su activación y
actuamos correctamente.
• Ha de suponer una ruptura del proceso.
• Causa o puede causar daños.
Lo más importante es que, en condiciones normales, todos los accidentes
son evitables. Sólo tenemos que desmenuzar la cadena de causalidad y
poner el freno en el momento adecuado. Por otro lado, es triste afirmar que
la evolución de la Seguridad se cimienta, en demasiados casos, en los
cadáveres que se producen por actos inseguros. Tanto para la sociedad en
general como para la empresa en particular, los accidentes (mortales o gra-
ves), suelen ser un detonante que activa mecanismos que deberían de fun-
cionar siempre. La diferencia entre un incidente y un accidente es, en la
mayoría de las ocasiones, fruto de la casualidad. El que una slinga se rompa
y la carga no coja a nadie debajo, el que falte un sistema de seguridad en
máquinas y no se hiera nadie, etc. son pruebas evidentes de ello, es la fron-
tera entre el accidente y el incidente. Por ello, en esta definición de acci-
dentes se incluyen los incidentes como un objetivo deseable y apropiado
para conseguir la Seguridad de la empresa. Sólo con una buena informa-
ción podemos hacer frente a los riesgos.
No cabe duda que podríamos incluir todos aquellos sucesos cuyas carac-
terísticas quedaran reflejadas en la definición de accidentes, también como
accidentes. Si bien lo antes enunciado es cierto, no podemos abstraernos

22 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

a que la verdad legal es otra. Existe una definición legal que viene dada por
la Ley General de Seguridad Social en su artículo 115, además de enunciar
los supuestos en que se ha de considerar un efecto no deseado como acci-
dente de trabajo:
"toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por
consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena".
Dos características son las fundamentales para la consideración como acci-
dente de trabajo de un efecto no deseado:
- Que exista una lesión,
- Que la persona que la sufra sea un trabajador por cuenta ajena.
Particular importancia tiene la última de las características, por cuanto si no
se es trabajador por cuenta ajena, no se pueden "tener" accidentes de tra-
bajo. Amplía la concepción de accidente de trabajo para una serie de
supuestos de estrecha relación con la actividad laboral:
- Los daños sufridos al ir y volver del trabajo, dando lugar a los acciden-
tes "in itinere".
- Los sufridos con ocasión del desempeño de cargos electivos de carác-
ter sindical.

3.2 Las enfermedades profesionales


Se especula que no fue hasta 1713 cuando se estableció, de una forma aca-
démica la relación entre una actividad laboral y una enfermedad profesional,
entendida como enfermedad que se origina debido a las actividades labo-
rales. La dificultad en poder unir de una manera directa un hecho con unos
efectos no deseados cuya manifestación no se realiza instantáneamente es
lo que hace que la enfermedad profesional sea descubierta, o aceptada,
más tarde.
Conviene, de nuevo, no confundir el concepto de enfermedad profesional
con el de enfermedad derivada del trabajo. Esta última es: "El daño o alte-
ración de la salud causados por las condiciones físicas, químicas y biológi-
cas presentes en el medio ambiente." Como se puede observar, basta poder
relacionar cualquier tipo de alteración negativa para la salud con la existen-
cia de unas determinadas condiciones laborales desfavorables. Sin embar-
go, el concepto de enfermedad profesional recogido en la ley de la
Seguridad Social en su artículo 116 es:

pag 23
"La contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta
ajena en las actividades que se especifiquen..."
Difiere notablemente ya que vuelve a limitar la consideración de enfermedad
profesional a aquellos trabajadores que los son por cuenta ajena y, lo más
importante, sólo considera aquellas enfermedades relacionadas con ciertas
actividades y que se recogen en un listado que se indica en el Decreto 1995
del año 1978 (1995/78) de 12 de mayo con una enmienda posterior.
La estructura de esta disposición normativa es tal, que asigna a determina-
das actividades una enfermedades profesionales concretas. Como ejemplo
podemos decir que una bronquitis que un trabajador adquiera por trabajar
en condiciones adversas de lluvia y humedad, no es una enfermedad pro-
fesional dado que no viene en el cuadro de enfermedades profesionales.
Las enfermedades derivadas del trabajo que le aparezcan a un trabajador
que realiza una determinada actividad, serán calificadas de profesionales si
están en la lista antes mencionada. En caso contrario, y una vez demostra-
da la relación de la enfermedad con la actividad a realizar, se consideraría
como un accidente de trabajo. La detección de estas enfermedades suele
ser muy difícil, debido a que son efectos no deseados de aparición no inme-
diata y no se les da la importancia que tienen. Muchas veces, son dolencias
que aparecen después de cambiar de trabajo, con lo que muchas de ellas
quedan enmascaradas como enfermedades comunes.

3.3 Otros daños derivados del trabajo


Además de los daños a las personas, que sin duda son los más importan-
tes, existe otro tipo de daños materiales que en algunos casos son de muy
difícil cuantificación. Numerosos expertos señalan que los daños materiales
son sólo los hechos que de forma evidente nos ponen ante la evidencia de
que en la empresa una mala seguridad produce unas pérdidas económicas
claras y evidentes. Pero si bien son llamativos estos daños, existe una
mayor cantidad de hechos que si bien no se materializan en daños a bien-
es o personas suponen una clara sangría económica.
De esta forma, cuando ocurre un accidente, además de los daños persona-
les, tenemos otros difíciles de evaluar como son:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

• La paralización de la producción. La pérdida de personas bien adies-


tradas y formadas, generalmente bien familiarizadas con el sistema pro-
ductivo, lo que supone unos mejores rendimientos de sus actuaciones.
• Necesidad de contratar y formar a nuevas personas para sustituir al acci-
dentado, lo que conlleva la distracción del personal que ha de vigilar o for-
mar al nuevo trabajador, con lo que implica de pérdidas de producción.
• Si no se busca un sustituto supone la sobrecarga de los compañeros,
lo que en muchas ocasiones conlleva la menor productividad, así como
el incremento de probabilidades de que ocurra otro accidente.
• El coste de los elementos materiales involucrados en el accidente, que
en muchos casos puede suponer la paralización de la actividad hasta
su reposición o reparación.
• Paralización de las actividades para la investigación del accidente.
No se ha hecho un examen exhaustivo de los otros costes, sólo se ha inten-
tado destacar algunos de los hechos más evidentes. En nuestro país se esti-
ma que el coste de los accidentes laborales, está cercano a los 15.000 millo-
nes de euros.

4. Marco normativo básico en materia de prevención de


riesgos laborales
Como se ha ido viendo anteriormente, los enfoques que se hacen desde las
partes técnicas de la seguridad laboral suelen ser mucho más genéricos y
amplios que lo que luego recoge la normativa. Hemos de ser conscientes
de la necesidad de tener unos horizontes claros hacia los que orientar nues-
tras actuaciones en pos de una mejora de la calidad de vida, pero siendo
conscientes del fundamento legal que pueden tener nuestras actuaciones.
Será fácil comprobar cómo, en la mayoría de las ocasiones, la normativa
siempre es un poco más recortada que las opiniones de los técnicos a la
hora de regular aspectos que conlleven actuaciones de determinados
colectivos. Esa actitud, que podría considerarse de inexplicable, hay que
encuadrarla en el contexto social que han de tener las leyes, por el cual se
necesita el respaldo de la mayoría de los ciudadanos para que dicha ley
tenga unas mínimas posibilidades de funcionamiento.

pag 25
4.1 Introducción
En un mundo cada vez mejor relacionado y con mejor conocimiento unos
de otros casi todas las actividades que se realizan se regulan desde diver-
sos entornos, desde los más globales hasta los más concretos, es decir,
desde el ámbito internacional hasta el ámbito local. En el apartado que a
continuación se desarrolla se intentará dar una visión lo más completa posi-
ble de los diversos entornos que afectan o pueden afectas a las actividades
laborales. Por ello se comenzará por dar una idea de la legislación que
intenta regular las actividades laborales desde los entornos internacionales
hasta los más concretos, ya sean nacionales o regionales. Dentro de los
diversos entornos existen diferentes normas que varían desde dar un carác-
ter obligatorio hasta el de mera recomendación de seguimiento.
4.2 Normativa Internacional
Con carácter genérico existen múltiples reconocimientos internacionales del
derecho a la salud laboral. Tal vez la norma más reconocida internacional-
mente sea la Declaración Universal de Derechos Humanos que la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó el 10 de diciembre de
1948. En ella ser recogen una serie de artículos que avalan la necesidad de
velar, de forma indirecta, por la seguridad laboral de las personas:
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguri-
dad de su persona.
Artículo 23
1) Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su
trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la
protección contra el desempleo.
Artículo 24:
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo
libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a
vacaciones periódicas pagadas.
Esta declaración, que pretende ser un compendio de aquellas cosas a las
que las personas tienen derecho por el mero hecho de ser personas, no

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

podía por menos que intentar dar unas pinceladas del mundo del trabajo,
ya que su importancia es manifiesta.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue creada en 1919 con el
propósito primordial de adoptar normas internacionales que abordaran el
problema de las condiciones de trabajo que entrañaban "injusticia, miseria
y privaciones"; es el único resultado importante que aún perdura del Tratado
de Versalles.
La OIT formula normas internacionales del trabajo por las que se fijan unas
condiciones mínimas en materia de derechos laborales fundamentales. Las
normas de la OIT revisten la forma de convenios o recomendaciones. Los
primeros son tratados internacionales sujetos a la ratificación de los Estados
Miembros de la organización. Una vez ratificados pasan a formar parte de
las normas de ese país. Las recomendaciones, habitualmente, versan sobre
los mismos temas que los convenios, pero no son instrumentos vinculantes
y recogen directrices que pueden orientar la política y la acción nacionales.
Se entiende que unos y otras incidan concretamente en las condiciones y
las prácticas de trabajo de todos los países del mundo.
Actualmente, la organización cuenta con 175 Estados Miembros, entre los
que se encuentra España, y ha adoptado más de 180 convenios y 185 reco-
mendaciones sobre una amplia gama de temas.

pag 27
4.3 Normativa Comunitaria
Bajo el nombre de la Unión Europea conocemos a una serie de países euro-
peos que tratan de aunar esfuerzos para obtener un espacio muy parecido
a una nación más grande fruto de la unión de naciones más pequeñas. Para
ello se han dotado de unos órganos de gobierno comunitarios, reflejo de los
que cada uno tiene en su país: ministros, consejos de ministros, parlamen-
to, presidentes, etc. que intentan generar una serie de normas que pueda ir
regulando la vida en común de todos los ciudadanos las diversas naciones.
Del mismo modo que existía una declaración universal de los derechos
humanos, la Unión Europea ha querido dotarse de una documento similar
para sus ciudadanos, dando lugar a lo que se conoce como la Carta de
Derechos Fundamentales de la Unión Europea. En ella, todos los países
que forman esta comunidad han suscrito un documento en donde expre-
san, a modo de la declaración antes vista, aquellos derechos, libertades y
principios a que los ciudadanos europeos deberían de tener acceso por el
solo hecho de serlo. Incidiendo en aquellos que más nos interesan son:
Artículo 31. Condiciones de trabajo justas y equitativas.
1. Todo trabajador tiene derecho a trabajar en condiciones que
respeten su salud, su seguridad y su dignidad.
2. Todo trabajador tiene derecho a la limitación de la duración
máxima del trabajo y a períodos de descanso diarios y semana-
les, así como a un período de vacaciones anuales retribuidas.
Esta carta de reciente publicación (diciembre de 2000) sintetiza la preocu-
pación por este tema que existe en la UE. Si bien el origen de la UE fue eco-
nómico y se limitaba a una alianza a fin de poder ser más competitivos en
dos sectores muy concretos y de gran importancia después de la 2ª Guerra
Mundial: el carbón y el acero, más tarde convencidos del buen funciona-
miento de esta alianza, se decidió aumentarla a otros aspectos con el obje-
tivo de hacer una espacio único europeo, una especia de gran nación.
Fruto de ese intento ha sido la redacción de diversa normativa que va sen-
tando las pautas a seguir en esa construcción en donde destaca, por su
importancia, el denominado como Tratado Constitutivo de la Comunidad
Económica Europea, documento maestro que recoge todas los objetivos
marcados por los estados miembros. Este tratado constitutivo ha sufrido

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

notables cambios en un intento de ir adaptándose a las necesidades de la


Comunidad. Los principales se recogen en el tratado de Ámsterdam y el tra-
tado de Niza. En particular este último ha incidido en determinados aspec-
tos del tratado constitutivo que afectan a las políticas de salud laboral y pre-
vención de riesgos. Sin embargo, hemos de coincidir que el panorama
actual deriva más de la vieja estructura, que es la que aquí se va a desarro-
llar. En el aspecto que a nosotros nos interesa, la salud laboral, se conside-
ran como básicos dos artículos de este documento fundamental:
• El artículo 118 A establece la necesidad de mejora de las condiciones
de trabajo, mediante la indicación a los estados miembros de que: "pro-
curarán promover la mejora en particular del medio de trabajo, para pro-
teger la seguridad y la salud de los trabajadores, y se fijarán como obje-
tivo la armonización, dentro del progreso, de las condiciones existentes
en ese ámbito".
• El artículo 110 A establece la necesidad de que todos aquellos pro-
ductos que se utilicen en la UE sean seguros. Se entiende en este
aspecto que los consumidores han de estar protegidos en la utilización
de todos aquellos aparatos que puedan adquirir. Se ha entendido que
los trabajadores son unos consumidores que están expuestos, en su
uso, a determinados productos como máquinas, sustancias químicas,
equipos de trabajo, etc., a los que se les requiere un nivel de protección
elevado, exigiendo una regulación sobre los requisitos que han de cum-
plir estos productos.
Del desarrollo normativo de estos dos artículos se generan las políticas
comunitarias en materia de:
- Seguridad y salud en el trabajo, desarrollo del 118 A.
- Seguridad del producto, desarrollo del 110 A.
Para su desarrollo concreto, se emiten una serie de normas, unas de obli-
gado cumplimiento y otras meramente indicativas o explicativas de cómo se
han de entender las políticas de la UE en determinados aspectos. Dentro de
las obligatorias, tal vez las más conocidas sean las Directivas. Sus textos
son el fruto del acuerdo de todos los países miembros, por lo que han de
captar las distintitas particularidades y enfoques de cada uno. Al ser de obli-
gado cumplimiento por todos los países, el consenso alcanzado suele con-
siderarse excesivo por unos y demasiado poco exigente por otros. En cual-

pag 29
quier caso se considera como un mínimo legal. La característica principal
que tienen estas normas, es que los estados miembros tienen la libertad de
poder adaptar esas exigencias a la legislación de su país como mejor
entiendan, siempre que consideren que las exigencias en ella indicadas
pueden ser aumentadas pero nunca reducidas. A este acto de interpreta-
ción se le denomina "transposición" de la directiva.
En el desarrollo del artículo 118 A, existe una Directiva que resulta básica:
la denominada "directiva Marco de Seguridad", identificada como 89/391 del
12 de Junio. En ella se establece el esquema general que ha de seguir la
normativa básica en materia de salud laboral. Uno de los puntos más impor-
tantes que establece la norma es la forma que fija la relación empresario-tra-
bajador-administraciones, de modo que al empresario le responsabiliza del
cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, al traba-
jador le hace objeto de protección exigiéndole su participación, y a la admi-
nistración le atribuye el papel de vigilante de que dicha relación se cumpla.
La transposición de esta directiva ha dado lugar a la norma básica de pre-
vención de riesgos laborales en nuestro país: la Ley 31/1995 de Prevención
de Riesgos Laborales que analizaremos en el apartado dedicado a la nor-
mativa nacional.
Siguiendo con la directiva, ésta fija la necesidad de desarrollar con normas
específicas, los aspectos puntuales de la prevención de riesgos considera-
dos como más importantes. Desde su publicación, muchas han sido las
directivas que abordan temas concretos. A fin de organizarlas por temas afi-
nes, se distinguen dos grandes grupos:
- Las que regulan las condiciones de trabajo. En este grupo tendremos
• Las que definen las características de los lugares de trabajo. En este
grupo se integrarían todas aquellas directivas que intentan determinar
las características de los lugares en que se desarrolla el proceso pro-
ductivo con el fin de evitar en lo posible los riesgos laborales.
Comenzando por la directiva que lleva la denominación de Lugares de
Trabajo (89/654) de carácter más general, existen otras más concretas
que fijan su atención en actividades concretas: señalización, canteras y
minas, etc.
• Otro gran grupo estaría formado por el conjunto de directivas que
intentan regular aspectos relacionados con aquellos trabajos que con-

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

llevan o pueden conllevar la exposición a determinados agentes, ya sea


físicos, químicos o biológicos susceptibles de producir daños a las per-
sonas. En este grupo podemos incluir las directivas sobre el ruido, el
amianto, agentes biológicos, etc.
• No menos importante es el grupo de directivas que intentan regular las
condiciones de seguridad de los equipos utilizados en los procesos
industriales. Así destacamos la directiva encaminada a la regulación de
los equipos de trabajo, la de los equipos de protección individual, etc.
• Finalizamos esta subdivisión con aquellas directivas que inciden en
aspectos diversos desde enfoques distintos a los anteriormente defini-
dos, (básicamente ergonómico-organizativos), de la prevención de ries-
gos laborales: manipulación de cargas, pantallas de visualización, acci-
dentes mayores en la industria, etc.
- Las que regulan las condiciones de los trabajadores. Este grupo de
directivas intenta proteger a aquellos trabajadores que pueden tener unas
condiciones particulares que les hagan más vulnerables a los posibles ries-
gos: mujeres embarazadas, jóvenes, etc.

4.4 Normativa Nacional


Del mismo modo que se ha planteado anteriormente, podemos observar
que a todos los niveles existen una serie de normas genéricas en donde se
fijan los objetivos generales de las políticas que se quieren diseñar en un
determinado ámbito regional, llegados al ámbito nacional, identificaremos
estas normas en donde se vierten los grandes principios y objetivos que
han de orientar a todas las demás normas en su empeño de regular aque-
llos casos concretos y puntuales a los que una sociedad tiene que poner
solución.
En nuestro país, la norma fundamental por excelencia es la Constitución
Española en la que se recoge, en varios de sus artículos, la necesidad de
velar por una adecuada salud laboral. Comenzando por el más genérico,
tenemos:

pag 31
Artículo 15
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral.
Principio que se recoge como uno de los derechos fundamentales y por lo
cual revestido de particular importancia su cumplimiento. De forma más
específica:
Artículo 40.2
Los poderes públicos...velarán por la seguridad e higiene en el
trabajo y garantizarán el descanso necesario...
También es habitual citar, si bien hemos de tener en cuenta que no están al
mismo nivel, otra norma que al regular las condiciones del contrato de tra-
bajo tiene especial significación en el tema que nos atañe. No es más que
lo que se denomina como Estatuto de los Trabajadores. En estos aspectos,
dentro del capítulo de derechos y deberes laborales incide de forma direc-
ta en la necesidad de adoptar una medidas de prevención de riesgos labo-
rales adecuadas. En palabras del propio estatuto:
"una adecuada política de seguridad e higiene"
Ante el tema de la salud laboral, nos encontraremos dos normas funda-
mentales:
• La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, (ley 31/1995, de 8 de
noviembre).
• El Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento de los Servicios de Prevención.
Estas leyes vienen motivadas en sendas directivas comunitarias.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales regula, con carácter general,
las políticas de prevención de riesgos laborales que se han de aplicar en
España. Pretende ser el inicio de una renovación de la antigua legislación:
la Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo, que desde el
año 1971 servía para regular el panorama español en este ámbito e intenta
clarificar las responsabilidades de la prevención de los riesgos laborales en
el mundo del trabajo. De este modo la ley establece el derecho que tiene el
trabajador a su protección, y la correspondiente obligación del empresario
de garantizar ese derecho. También exige a las administraciones, ya sean
nacionales o regionales, el papel de vigilante de que dicha relación se cum-

32 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

pla correctamente. La nueva óptica de la prevención se articula así en torno


a la planificación de la misma a partir de la evaluación inicial de los riesgos
inherentes al trabajo, y la consiguiente adopción de las medidas adecuadas
a la naturaleza de los riesgos detectados.
Esta ley se estructura en siete capítulos a los que precede una exposición
de motivos en donde se justifica el enfoque de la ley y la necesidad de:
"fomentar una auténtica cultura preventiva"
que se considera como el pilar fundamental que sustente a toda la norma-
tiva sobre prevención de riesgos. En esta misma exposición de motivos, se
van presentando cada uno de los siete capítulos explicando, de forma
breve, lo que en ellos podemos encontrarnos.

Se aplica a todo tipo de relaciones laborales que se guíen por el Estatuto de


los Trabajadores, así como, y ahí reside la gran novedad, al personal de las
administraciones públicas en cualquiera de sus modalidades. También es
aplicable a los socios trabajadores de las cooperativas. En definitiva, siem-
pre que exista una relación entre un empresario y un trabajador.
Las únicas excepciones que se pueden observar son:
• La relación entre trabajadores autónomos, que aún está por regular.
• Las relaciones generadas en el servicio de hogar familiar.

pag 33
• Policía, seguridad y resguardo aduanero.
• Servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos
de grave riesgo, catástrofe y calamidad pública.
Para finalizar, admite aplicaciones especiales en los centros militares y los
penitenciarios, debido a sus peculiaridades. Más adelante se irán analizan-
do las particularidades que tiene esta ley, que rige los destinos de la pre-
vención de riegos laborales en nuestro país.
En segundo lugar, hemos citado el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero,
por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención donde
se tratan aquellos aspectos de la prevención de los riesgos laborales desde
la nueva perspectiva. Intenta hacer de la prevención de riesgos una activi-
dad integrada en el conjunto de la empresa. Para ello se ha de comenzar
con una planificación que incluya todos los aspectos:
- técnicos,
- de organización, y
- de las condiciones de trabajo,
en donde se ha de buscar la eficacia, coordinación y participación de todos
los que puedan tener algo que ver en el proceso.
La evaluación de los riesgos es el punto de partida que orienta la planifica-
ción de la actividad preventiva siendo en esta norma donde se dan las indi-
caciones más claras de los criterios que se han de seguir a la hora de su
realización. También establece que la acción preventiva ha de encauzarse a
través de alguna de las modalidades de organización que se regulan en
este Real Decreto y que estarán en función de:
- el tamaño de la empresa, y
- de los riesgos o de la peligrosidad de las actividades desarrolladas en
la misma.
También se regulan en este Real Decreto los requisitos necesarios para
comprobar la correcta aplicación de las diversas modalidades preventivas
que el empresario puede adoptar:
- acreditación de los servicios de prevención externos, cuando decida
contratar con alguien ajeno a la empresa, o
- la auditoría o evaluación externa del sistema de prevención, cuando
esta actividad la realice el empresario o personas de la empresa.

34 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Para finalizar con el repaso de esta norma, en ella se describe la relación de


las capacidades o aptitudes necesarias para el desarrollo de la actividad
preventiva, estableciendo la formación mínima necesaria para el desempe-
ño de las funciones de prevención de riesgos laborales, a las que clasifica
en tres niveles: básico, intermedio y superior. En el nivel superior se distin-
guen diversas especialidades en función de la parcela de la seguridad que
se enfoque. Así tenemos las especialidades de:
- Medicina del trabajo,
- Seguridad en el trabajo,
- Higiene Industrial, y
- Ergonomía y Psicosociología Aplicada.
Finalizamos aquí con esta breve introducción a este Real Decreto que se
explicará con mayor detenimiento más adelante.

5. Derechos y deberes básicos en esta materia


Una vez visto el marco normativo general que inspira o regula directamente
las actuaciones preventivas pasaremos a analizar los derechos y obligacio-
nes establecidos dentro de la normativa, y en particular aquellos derechos
y deberes de los trabajadores. Particular importancia tienen aquellos traba-
jadores que por su cargo en el proceso productivo tienen una función de
dirección sobre algunos o todos los compañeros. Son los denominados
"mandos intermedios", y su situación se ve afectada por esta responsabili-
dad añadida de la dirección de determinadas acciones, por cuanto en el
diseño de estas operaciones asume una responsabilidad especial. Un
mando intermedio es un maestro industrial, encargados, jefes de secciones,
jefes de taller, etc.
Nos limitaremos al análisis de la normativa nacional, por cuanto en la mayoría
de los casos es fruto de la trasposición de normativa europea o internacional,
o, si no lo es, la que se genera ha de estar en concordancia con ellas. A la hora
de analizar los derechos establecidos en nuestras normas hemos de comen-
zar por las normas más genéricas y por lo general de mayor rango, para aca-
bar con aquellas más concretas y limitadas en su ámbito de aplicación.
Los derechos y deberes básicos vienen establecidos en dos normas:
- Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
- Estatuto de los Trabajadores.

pag 35
Con estos claros referentes intentaremos definir de manera clara el panora-
ma de derechos y obligaciones de los distintos tipos de trabajadores.
5.1 Análisis de los derechos
De las normas antes mencionadas, comenzaremos con la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales por ser la norma referente en la preven-
ción. Es precisamente el capítulo III, dedicado a los derechos y obligacio-
nes el que mejor nos contesta a cualquier pregunta que podamos plantear-
nos al respecto de las obligaciones y derechos que tiene cada uno de los
principales actores: empresarios, trabajadores, y administraciones. En total
son 16 artículos donde se enumeran y desarrollan derechos y obligaciones,
en algunos casos casi en su totalidad, y en otros, sencillamente enuncián-
dolos para que otras normas se ocupen de su desarrollo.

Tal vez sea el artículo 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el


que mejor recoja todo el espíritu que al respecto de los derechos y deberes
de cada actor principal de la prevención de riesgos laborales. A continua-
ción vamos a enunciarle al completo para ir luego analizándole con mayor
detenimiento en cada uno de sus matices.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Artículo 14 Derecho a la protección frente a los riesgos laborales.


1 Los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de
seguridad y salud en el trabajo.El citado derecho supone la existencia
de un correlativo deber del empresario de protección de los trabajado-
res frente a los riesgos laborales.Este deber de protección constituye,
igualmente, un deber de las Administraciones Públicas respecto del
personal a su servicio.Los derechos de información, consulta y partici-
pación, formación en materia preventiva, paralización de la actividad en
caso de riesgo grave e inminente y vigilancia de su estado de salud, en
los términos previstos en la presente Ley, forman parte del derecho de
los trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y
salud en el trabajo.
2 En cumplimiento del deber de protección, el empresario deberá garan-
tizar la seguridad y la salud de los trabajadores a su servicio en todos
los aspectos relacionados con el trabajo. A estos efectos, en el marco
de sus responsabilidades, el empresario realizará la prevención de los
riesgos laborales mediante la adopción de cuantas medidas sean nece-
sarias para la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores,
con las especialidades que se recogen en los artículos siguientes en
materia de evaluación de riesgos, informaciones, consultas y participa-
ción y formación de los trabajadores, actuación en casos de emergen-
cia y de riesgo grave e inminente, vigilancia de la salud, y mediante la
constitución de una organización y de los medios necesarios en los tér-
minos establecidos en el capítulo IV de la presente Ley.El empresario
desarrollará una acción permanente con el fin de perfeccionar los nive-
les de protección existentes y dispondrá lo necesario para la adaptación
de las medidas de prevención señaladas en el párrafo anterior a las
modificaciones que puedan experimentar las circunstancias que inci-
dan en la realización del trabajo.
3 El empresario deberá cumplir las obligaciones establecidas en la nor-
mativa sobre prevención de riesgos laborales.
4 Las obligaciones de los trabajadores establecidas en esta Ley, la atri-
bución de funciones en materia de protección y prevención a trabaja-
dores o Servicios de la empresa y el recurso al concierto con entidades
especializadas para el desarrollo de actividades de prevención comple-
mentarán las acciones del empresario, sin que por ello le eximan del

pag 37
cumplimiento de su deber en esta materia, sin perjuicio de las acciones
que pueda ejercitar, en su caso, contra cualquier otra persona.
5 El coste de las medidas relativas a la seguridad y la salud en el traba-
jo no deberá recaer en modo alguno sobre los trabajadores.
Comenzando con un análisis pormenorizado, de la lectura del primero de
los párrafos obtenemos uno de los planteamientos básicos de esta norma:
Artículo 14. Derecho a la protección frente a los riesgos laborales.
1 Los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de
seguridad y salud en el trabajo.
Este derecho básico orientado hacia el trabajador se ha de desarrollar y
concretar en una serie de normas que den forma a esa voluntad o intención.
El propio artículo indica cuáles han de ser los caminos a seguir para alcan-
zar ese derecho:

Artículo 14. Derecho a la protección frente a los riesgos laborales.

1 Los derechos de información, consulta y participación, formación


en materia preventiva, paralización de la actividad en caso de ries-
go grave e inminente y vigilancia de su estado de salud, en los tér-
minos previstos en la presente Ley, forman parte del derecho de los tra-
bajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en
el trabajo.
Existen unos derechos más concretos:
• Derecho a una correcta información en prevención de riesgos laborales,
• Derecho a ser consultado y participar en las cuestiones relacionadas
con la prevención de riesgos laborales.
• Derecho a una adecuada formación en prevención de riesgos laborales,
• Derecho a interrumpir su actividad en caso de riesgo grave e inminente,
• Derecho a una vigilancia periódica de su salud, en función de los ries-
gos a que está expuesto.
Intentaremos detenernos en cada uno de los derechos antes mencionados.
El artículo 18 de la presente ley desarrolla el derecho a la información, la
consulta y la participación de los trabajadores en los temas preventivos de
la empresa:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Artículo 18 Información, consulta y participación de los trabajadores.

1 A fin de dar cumplimiento al deber de protección establecido en la pre-


sente Ley, el empresario adoptará las medidas adecuadas para que los
trabajadores reciban todas las informaciones necesarias en relación con:
a) Los riesgos para la seguridad y la salud de los trabajadores en el tra-
bajo, tanto aquellos que afecten a la empresa en su conjunto como a
cada tipo de puesto de trabajo o función.
b)Las medidas y actividades de protección y prevención aplicables a los
riesgos señalados en el apartado anterior.
c)Las medidas adoptadas de conformidad con lo dispuesto en el artícu-
lo 20 de la presente Ley. En las empresas que cuenten con represen-
tantes de los trabajadores, la información a que se refiere el presente
apartado se facilitará por el empresario a los trabajadores a través de
dichos representantes; no obstante, deberá informarse directamente a
cada trabajador de los riesgos específicos que afecten a su puesto de
trabajo o función y de las medidas de protección y prevención aplica-
bles a dichos riesgos.
2 El empresario deber consultar a los trabajadores, y permitir su partici-
pación, en el marco de todas las cuestiones que afecten a la seguridad
y a la salud en el trabajo, de conformidad con lo dispuesto en el capítu-
lo V de la presente Ley. Los trabajadores tendrán derecho a efectuar pro-
puestas al empresario, así como a los órganos de participación y repre-
sentación previstos en el capítulo V de esta Ley, dirigidas a la mejora de
los niveles de protección de la seguridad y la salud en la empresa.
Se observa cómo exige al empresario que informe a los trabajadores de los
riesgos tanto generales para todos los trabajadores, como de aquellos
específicos que, debido a las características de la tarea realizar, pueden
afectar a un número más reducido o incluso a una sola persona. Del mismo
modo, ha de informar a los trabajadores de una serie de medidas, que
enuncia como aludidas en el artículo 20, y que no son más que las "medi-
das de emergencia", entre las que destaca:
- Primeros auxilios.
- Lucha contra incendios.
- Evacuación de los trabajadores.

pag 39
Sí recoge la normativa la posibilidad de que el empresario pueda informar a
los representantes de los trabajadores, siempre y cuando se trate de ries-
gos generales, no pudiendo evitar la información particularizada a cada tra-
bajador de los riesgos particulares que le afecten, así como de las medidas
para evitarlos.
Conviene enunciar que la Ley prevé la posibilidad de elección de una repre-
sentación especial en materia de riesgos laborales. Es el denominado "dele-
gado de prevención", que se define como:
"los representantes de los trabajadores con funciones específi-
cas en materia de prevención de riesgos en el trabajo".
Han de estar designados por y entre los representantes del personal, si bien
puede alterarse esta norma y posibilitar que otras personas puedan ejercer
esta función, a través de los convenios colectivos.
El número de delegados de prevención que le corresponde a una empresa
se asigna según lo indicado en la siguiente tabla:

En las empresas de hasta 30 trabajadores el delegado de prevención será


el delegado de personal. Y en las empresas entre 31 y 49 trabajadores, el
delegado de prevención será elegido por y entre los delegados de perso-
nal, necesariamente. En función del número de trabajadores, los represen-
tantes serán:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Una vez superados los 50 trabajadores, el órgano de representación es un


órgano colegiado, es decir, que tiene que tomar las decisiones buscando la
participación de todos y se denomina Comité de Empresa.
En cuanto al derecho a la formación, viene enunciado en al artículo 19:

Artículo 19 Formación de los trabajadores.

1 En cumplimiento del deber de protección, el empresario deber garan-


tizar que cada trabajador reciba una formación teórica y práctica, sufi-
ciente y adecuada, en materia preventiva, tanto en el momento de su
contratación, cualquiera que sea la modalidad o duración de ésta,
como cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeña
o se introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los equipos de tra-
bajo. La formación debe estar centrada específicamente en el puesto de
trabajo o función de cada trabajador, adaptarse a la evolución de los
riesgos y a la aparición de otros nuevos y repetirse periódicamente, si
fuera necesario.
2 La formación a que se refiere el apartado anterior debe impartirse,
siempre que sea posible, dentro de la jornada de trabajo o, en su defec-
to, en otras horas pero con el descuento en aquella del tiempo inverti-
do en la misma. La formación se podrá impartir por la empresa median-
te medios propios o concertándola con servicios ajenos, y su coste no
recae en ningún caso sobre los trabajadores.

pag 41
Se puede observar cómo es exigible una formación en materia de preven-
ción específica haciendo mención de aquellos riesgos que puedan incidir a
cada trabajador, indicando que deberá ser:
• Antes del inicio de la actividad (en el momento de la contratación),
• En el momento en que se le cambie de tarea o funciones, y
• En el caso de cambios en los equipos de trabajo.
En cualquier caso, la formación no será a cargo del trabajador ni en costes
ni en horario.
Una de las medidas más contundentes, y también más difícil de aplicar, es
la posibilidad que el trabajador tenga de detener su actividad ante el temor
de poder sufrir algún daño. Se considera una medida de autoprotección,
pero para realizar esta operación se ha de estar muy seguro de que el ries-
go presente una serie de características que nos hagan pensar que de no
paralizar la actividad puede derivarse un daño seguro.

Artículo 21 Riesgo grave e inminente.

2 De acuerdo con lo previsto en el apartado 1 del artículo 14 de la pre-


sente Ley, el trabajador tendrá derecho a interrumpir su actividad y
abandonar el lugar de trabajo, en caso necesario, cuando considere
que dicha actividad entraña un riesgo grave e inminente para su vida o
su salud.
3 Cuando en el caso a que se refiere el apartado 1 de este artículo el
empresario no adopte o no permita la adopción de las medidas nece-
sarias para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores los
representantes legales de estos podrán acordar, por mayoría de sus
miembros, la paralización de la actividad de los trabajadores afectados
por dicho riesgo. Tal acuerdo ser comunicado de inmediato a la empre-
sa y a la Autoridad Laboral, la cual, en el plazo de veinticuatro horas,
anulará o ratificará la paralización acordada. El acuerdo a que se refie-
re el párrafo anterior podrá ser adoptado por decisión mayoritaria de los
Delegados de Prevención cuando no resulte posible reunir con la
urgencia requerida al órgano de representación del personal.
4 Los trabajadores o sus representantes no podrán sufrir perjuicio algu-
no derivado de la adopción de las medidas a que se refieren los apar-

42 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

tados anteriores, a menos que hubieran obrado de mala fe o cometido


negligencia grave.
El ejercicio de tal derecho puede hacerse de forma individual o colectiva,
siempre que esté organizado por los representantes de los trabajadores,
que estarán protegidos por las normas en este tipo de actuaciones, cuando
no se compruebe que lo hacen de mala fe.
Para finalizar con los derechos establecidos, todo trabajador tiene derecho
a una vigilancia de su salud. Este derecho viene recogido en el artículo 22
de la LPRL.

Artículo 22 Vigilancia de la salud.

1 El empresario garantizará a los trabajadores a su servicio la vigilancia


periódica de su estado de salud en función de los riesgos inherentes al
trabajo. Esta vigilancia sólo podrá llevarse a cabo cuando el trabajador
preste su consentimiento. De este carácter voluntario sólo se exceptua-
rán, previo informe de los representantes de los trabajadores, los
supuestos en los que la realización de los reconocimientos sea impres-
cindible para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la
salud de los trabajadores o para verificar si el efecto de salud del traba-
jador puede constituir un peligro para él mismo, para otras personas
relacionadas con la empresa, o cuando así esté establecido en una dis-
posición legal en relación con la protección de riesgos específicos y acti-
vidades de especial peligrosidad. En todo caso, se deberá optar por la
realización de aquellos reconocimientos o pruebas que causen las
menores molestias al trabajador y que sean proporcionales al riesgo.
2 Las medidas de vigilancia y control de la salud de los trabajadores se
llevarán a cabo respetando siempre el derecho a la intimidad y a la dig-
nidad de la persona y la confidencialidad de toda la información rela-
cionada con su estado de salud.
3 Los resultados de la vigilancia a que se refiere el apartado anterior
serán comunicados a los trabajadores afectados.
4 Los datos relativos a la vigilancia de la salud de los trabajadores no
podrán ser usados con fines discriminatorios ni en perjuicio del trabajador.

pag 43
Se materializa a través de la obligación que tiene el empresario de realizar-
la. El trabajador podrá o no decidir sobre la utilización de este derecho,
salvo los siguientes casos:
• En caso de necesidad para evaluar los efectos de la realización de la tarea.
• Cuando exista obligación legal de revisar el estado de la salud.
• Cuando se sospeche que el estado de salud del trabajador pueda ser
peligroso para sus compañeros o para otras personas.
Aun en estos casos, se necesita el informe de los representantes legales, y
siempre se exige la total discreción de los datos de los reconocimientos,
que en ningún caso pueden ser utilizados para discriminar o perjudicar al
trabajador.
Los reconocimientos médicos han de estar orientados hacia los riesgos a
los que está expuesto el trabajador, luego las pruebas a realizar estarán
orientadas hacia este objeto. La autoridad sanitaria española ya edita unos
protocolos de vigilancia de la salud, donde se pretende normalizar la forma
en que los médicos de empresa han de efectuar los reconocimientos perió-
dicos a los trabajadores de determinados sectores o que realicen determi-
nadas actividades.

5.2 Análisis de los deberes, con especial incidencia en los man-


dos intermedios
Los deberes de los trabajadores vienen recogidos en el artículo 29 de la
LPRL. Estos son:

Artículo 29 Obligaciones de los trabajadores en materia de prevención


de riesgos.

1 Corresponde a cada trabajador velar, según sus posibilidades y


mediante el cumplimiento de las medidas de prevención que en cada
caso sean adoptadas, por su propia seguridad y salud en el trabajo y
por la de aquellas otras personas a las que pueda afectar su actividad
profesional, a causa de sus actos y omisiones en el trabajo, de confor-
midad con su formación y las instrucciones del empresario.
2 Los trabajadores, con arreglo a su formación y siguiendo las instruc-
ciones del empresario, deberán en particular:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

a) Usar adecuadamente, de acuerdo con su naturaleza y los riesgos pre-


visibles, las máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas,
equipos de transporte y, en general, cualesquiera otros medios con los
que desarrollen su actividad.
b) Utilizar correctamente los medios y equipos de protección facilitados
por el empresario, de acuerdo con las instrucciones recibidas de éste.
c) No poner fuera de funcionamiento y utilizar correctamente los dispositi-
vos de seguridad existentes o que se instalen en los medios relacionados
con su actividad o en los lugares de trabajo en los que ésta tenga lugar.
d) Informar de inmediato a su superior jerárquico directo y a los trabaja-
dores designados para realizar actividades de protección y de preven-
ción o, en su caso, al Servicio de prevención, acerca de cualquier situa-
ción que, a su juicio, entrañe, por motivos razonables, un riesgo para la
seguridad y la salud de los trabajadores.
e) Contribuir al cumplimiento de las obligaciones establecidas por la
autoridad competente con el fin de proteger la seguridad y la salud de
los trabajadores en el trabajo.
f) Cooperar con el empresario para que éste pueda garantizar unas con-
diciones de trabajo que sean seguras y no entrañen riesgos para la
seguridad y la salud de los trabajadores.
3 El incumplimiento por los trabajadores de las obligaciones en materia
de prevención de riesgos a las que se refieren los apartados anteriores
tendrá la consideración de incumplimiento laboral a los efectos previs-
tos en el artículo 58.1 del Estatuto de los Trabajadores o de falta, en su
caso, conforme a lo establecido en la correspondiente normativa sobre
régimen disciplinario de los funcionarios públicos o del personal esta-
tutario al servicio de las Administraciones Públicas. Lo dispuesto en
este apartado ser igualmente aplicable a los socios de las cooperativas
cuya actividad consista en la prestación de su trabajo, con las precisio-
nes que se establezcan en sus reglamentos de régimen Interno.

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Capítulo 2 [25 horas]

Riesgos generales
y su prevención
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

1. Riesgos ligados a las condiciones de seguridad


A la hora de analizar las condiciones de trabajo, el primer gran grupo que se
consideraba como tal era el que se refería a determinadas características de
los lugares en donde se realizaba el trabajo, prestando especial atención al
concreto lugar en el que el trabajador ha de realizar las funciones estableci-
das, así como a las instalaciones, los equipos que se deban utilizar, y, en defi-
nitiva, todo aquello que tenga relación con el trabajador que desde un punto
de vista de lo considerado como las condiciones de seguridad.
De un modo genérico, se han establecido legalmente una serie de elemen-
tos capaces de generar situaciones de riesgo. A continuación, se enumeran
los que serán objeto de análisis:
- El lugar de trabajo.
- Los incendios.
- La electricidad.
- La señalización.
- Las máquinas.
- Las herramientas.
- El mantenimiento.
Estos elementos, comunes a todas las actividades a grandes rasgos, siem-
pre guardan una serie de peculiaridades para cada actividad. Intentaremos
aportar un análisis de los mismos que pueda aglutinar las características
generales a todas las actividades.
El objetivo no es más que intentar un mejor conocimiento de los peligros
para luego procurar que el riesgo sea el menor posible, ya sea impidiendo
su materialización o consiguiendo que los efectos dañinos sean lo menores
posible.
1.1 El lugar de trabajo.
De modo genérico, la norma que regula las características de los lugares de
trabajo es el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen
las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.

pag 49
Esta norma se estructura para poder dar respuesta a los tipos de acciden-
tes más frecuentes debidos a las características del lugar de trabajo. A la
hora de realizar estadísticas que sirvan para el estudio de cualquier suceso,
es muy importante sentar unas bases que permitan realizar una clasificación
igual para todos. A la hora de hablar de peligros, la Administración españo-
la ha creado una clasificación de 25 peligros, capaces de generar todos los
accidentes laborales. Existen grupos de peligros imputables a determina-
dos factores o condiciones. Generalmente se considera que un grupo
numeroso es debido a la condición o factor lugar de trabajo. En la tabla se
muestran cuales son.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

A fin de simplificar la clasificación de los peligros, se ha reducido según se


indica:

Atendiendo a la clasificación anterior y según informe emitido por el Instituto


Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales, los accidentes laborales
más habituales durante el año 2000, atendiendo a las causas imputables al
lugar de trabajo, fueron:

En la tabla sólo se muestran aquellos accidentes que, dada su importancia,


han requerido que el trabajador solicitase una baja laboral para su recupe-
ración. No es descabellado pensar que la cantidad de hechos similares en
los que el trabajador se recupera sin necesidad de baja laboral o que se
trata como una enfermedad común, es más del doble de la cantidad de los
que han tenido que darse de baja. Han sido ordenados según su importan-
cia, y se puede observar cómo las suma de este tipo de accidentes supone
más de la mitad del total que ocurren dentro del mundo laboral en nuestra
región, por lo que el lugar de trabajo es un objetivo muy importante para la
reducción o eliminación de los accidentes laborales. Consideramos que, al
no poder discernir el lugar exacto, optaremos por un concepto amplio de
lugar de trabajo que considere como tal esos alrededores.

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1.2 Incendios.
Los incendios son uno de los sucesos más temidos en determinadas
empresas, como pueden ser las industrias químicas. La presencia de mate-
riales y productos químicos inflamables, hace que la presencia del fuego se
convierta en una pesadilla evidente que obliga a tener que combatirlo con
todos los medios a su alcance, a fin de evitar males mayores.
La mejor forma de combatir el fuego es evitar que se forme, y no saber apa-
garlo. Pare ello se han de conocer bien los elementos indispensables que
intervienen en su formación y las características que han de guardar en su
combinación. A continuación pasaremos a describir estos factores.
Lo que normalmente se denomina como "fuego" no es más que un fenó-
meno de combustión en el que se dan una serie de reacciones químicas de
oxidación/reducción, y en las que existe desprendimiento de calor.
Expresiones como incendio, arder, quemar, etc., suelen emplearse como
sinónimos de "fuego".
Para que una combustión tenga lugar se exige, como mínimo:
- Un material combustible.
- Un agente oxidante o comburente.
- Una temperatura y unas proporciones adecuadas.
Estos factores se vienen estructurando para dar lugar a lo que se denomi-
na "el triángulo del fuego":

52 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

A estos tres elementos se le ha unido otro denominado Reacción en cade-


na, que no es más que el efecto que la energía térmica tiene sobre la estruc-
tura de los materiales, acelerando sus movimientos y produciendo su ines-
tabilidad dentro de la estructura de la materia.
De este modo, se origina el Tetraedro del fuego o las cuatro caras del fuego,
que gráficamente se muestra como sigue:

Cualquier actuación que se quiera realizar sobre el fuego ha de estar funda-


mentada en un buen conocimiento de aquellos elementos que intervienen en
su formación. Por ello, vamos a incidir detenidamente en cada uno de ellos:
• Combustible. Se suele clasificar atendiendo al estado: sólido, líquido
y gaseoso. En estado sólido y líquido, son los vapores que resultan de
la aplicación de calor los que se mezclan con el comburente para dar
lugar a la combustión. En estado gaseoso no se necesita ese proceso
por cuanto ya están mezclados combustible / comburente por la natu-
raleza del primero.
• Comburente. Generalmente se asocia como comburente al aire de la
atmósfera. En él está el Oxígeno, elemento fundamental en la mayoría
de los fuegos. Sin embargo, existen otros elementos que actúan como
comburente: el cloro, el hidrógeno, el azufre en vapor, etc. También
existen combustibles que no necesitan del Oxígeno para arder: metales
ligeros (potasio, magnesio), que lo obtienen del agua, del anhídrido car-
bónico, etc. Para terminar, algunos combustibles contienen el Oxígeno

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necesario para la combustión en su propia estructura, por lo que no
necesitan una alimentación exterior (la nitrocelulosa).
• Temperatura y proporciones adecuadas. Una vez que tengamos
mezclados combustible y comburente, estos han de guardar una mez-
cla adecuada. Si a esta mezcla le aportamos una energía adecuada en
forma de calor, podemos producir la combustión. Esa energía que se
aporta a la mezcla es lo que denomina "energía de activación". La mez-
cla, como hemos dicho, ha de guardar una determinada proporción.
Esta proporción se suele medir en tantos por ciento de volumen de los
gases de combustible en la atmósfera. Una determinada mezcla sólo
será inflamable cuando esté dentro de unos determinados valores.
Estos se denominan límites de inflamabilidad.

- L.I.I., límite inferior de inflamabilidad es la concentración de gases del


combustible por debajo de la cual no es posible la combustión (mezcla
pobre).
- L.S.I., límite superior de inflamabilidad es la concentración de gases del
combustible por encima de la cual no es posible la combustión (mezcla
demasiado rica).
- Las concentraciones entre estos límites son lo que se denomina
RANGO DE INFLAMABILIDAD.
En el caso de los combustibles líquidos, se distinguen tres temperaturas
muy importantes a la hora de manejar dichos materiales.
Punto de inflamación (Flash Point).- Mínima temperatura a la que un com-
bustible emite vapores susceptibles de mezclarse con un comburente en
cantidad suficiente para que la energía de activación pueda producir una
combustión de dichos vapores, pero sin proceso de continuidad.
Temperatura de inflamación.- Temperatura superior y muy próxima a la ante-
rior, a partir de la cual ante la energía de activación puede producirse una
combustión de dichos vapores, pero con proceso de continuidad.

54 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Temperatura de autoinflamación.- Temperatura en la que no se necesita un


aporte exterior de energía para la combustión de los vapores.
• Extinción de incendios. Una vez conocidos los elementos básicos
que se dan en un incendio, se impone el conocimiento básico de las
técnicas que hemos de utilizar para su extinción. La mejor forma de
extinguir un incendio el evitar su posible materialización. El no dejar que
se produzca es el sistema más eficaz de extinción. El conocimiento de
los materiales y de sus potencialidades como combustibles se nos
muestra como un elemento clave a la hora de prevenir los incendios. La
prevención la tenemos que aplicar a:
El combustible. Las acciones a tomar al respecto se basan en una correcta
manipulación y almacenaje del mismo. Así, es necesario:
- Recipientes adecuados al combustible que utilicemos.
- Orden y limpieza en la zona de almacenaje, para detectar fugas o dete-
rioros de los recipientes.
- Señalización de los lugares en que está almacenado el combustible.
- Evitar grandes acumulaciones de combustible.
Los posibles focos de energía de activación:
- Prohibiciones de fumar en los lugares que haya combustible.
- Aislamiento o traslado de focos térmicos: maquinaría, tuberías, etc.
- Prohibición de manejo de vehículos con motores de combustión.
- Instalaciones eléctricas adecuadas.
- Vigilancia de la temperatura ambiente.
Para terminar el tema de la prevención, es necesaria una adecuada vigilan-
cia que se puede realizar por cualquier operario, siempre que esté mentali-
zado de la importancia que tiene el hecho de detectar derrames, olores o
focos de calor en los lugares en que hay combustible.
Una vez que la prevención fracasa y se produce un incendio, es necesario
el conocimiento de unas técnicas básicas para poder extinguirlo. Todas se
basarán en la actuación sobre los elementos del triángulo o tetraedro del
fuego. De este modo, si actuamos sobre el combustible se dice que esta-
mos desalimentando el fuego. Si lo hacemos sobre el calor, enfriamos; si es
sobre el comburente decimos que estamos sofocando el fuego.

pag 55
De todos modos, la pronta detección de un incendio es un factor vital a la
hora de poder extinguirlo. Si detectamos un incendio en sus fases iniciales,
nos encontraremos con un fuego de reducidas dimensiones sobre el cual y
necesitaremos unos medios más reducidos para su extinción.
Una vez detectado, debemos conocer las materias que están quemando
para poder actuar correctamente en su extinción. Existe una clasificación de
los fuegos en función de los tipos de combustible:

Existía el tipo de fuego E que correspondía al eléctrico. En las modernas cla-


sificaciones, al considerar que la electricidad no arde, se consideran los
tipos anteriores y se les añade la coletilla "en presencia de electricidad", en
el caso de que exista.
Conocer las materias que están en el incendio nos permitirá adoptar las
medidas y técnicas adecuadas.
Dentro de los lugares de trabajo y al alcance normal de un operario o capa-
taz se encontrarán, en la mayoría de los casos, dos sistemas de extinción:
el agua o los extintores portátiles.
El agua es el medio de extinción más usado en la historia del hombre por
la facilidad de obtención, la gran cantidad de la que disponemos y las bue-
nas dotes que posee para la extinción de incendios.
Conviene entender cómo extingue el agua los fuegos para ser más eficaz a la
hora de aplicarlo. Básicamente, lo hace de dos maneras:
• Enfriamiento: mediante la absorción de calor que hace para cambiar
su estado líquido al gaseoso. Se considera que se necesitan 6 veces
más de calor para pasar el agua de líquido a gas que para calentar el
agua para hacerla hervir.
• Sofocación: Una vez que se convierte en gas, ese vapor de agua, es
un vapor saturado que no libera oxígeno al incendio. Si tenemos en

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

cuenta que una gota de agua aumenta su volumen 1700 veces para
convertirse en gas, el potencial de sofocación es muy grande.
La manera de aplicar el agua a los incendios ha de ser tal que favorezca el
contacto del mismo con el calor de una forma lo más directa posible. Por
ello, se considera que el más efectivo sería el chorro pulverizado, diferen-
ciándolo del chorro sólido.
Ello es debido a que al lanzar el chorro pulverizado, es decir, dividido en infi-
nitas gotas, aportamos mayor superficie de contacto agua-calor, por lo que
el fenómeno de absorción del último será más rápido y efectivo que si sólo
lo ponemos en contacto con la envolvente del chorro sólido, que, al tener
mayor cohesión, opondrá más resistencia a la evaporación del agua.
No obstante, siempre hay que buscar un compromiso entre mantener una
distancia adecuada al incendio y la reducción de distancia que se produce
de la pulverización del agua.
Los extintores portátiles son instrumentos diseñados para la extinción de
incendios en sus fases iniciales o para fuegos de reducidas dimensiones.
Han de reunir una serie de características: deben ser transportables, de fácil
uso y eficaces. Básicamente están formados por:
- Un recipiente que contiene el agente extintor.
- Un mecanismo de apertura para permitir la salida del agente exterior, y
que a la vez suele servir para dirigir el agente extintor.
- Un mecanismo de seguridad que libera el contenido del extintor en
caso de sobrepresiones y evita la posible explosión del mismo.
Las posibles clasificaciones de los extintores son muy variadas. Atendiendo
al agente extintor que contiene, los más usuales son:
- De agua (generalmente con aditivos).
- De polvo seco (normal y polivalente).
- De anhídrido Carbónico (CO2).
- Halones.
Cada uno tendrá eficacia para un determinado tipo de fuegos. Esta informa-
ción es una de las que debería tener impresa la etiqueta del propio extintor.

pag 57
NO *1= Si es pulverizada sí podríamos ser eficaces. A chorro podría ser peor, depen-
diendo de la densidad del combustible.

NO *2= Sería útil si es pulverizada, aunque a veces, en este tipo de incendios es con-
traproducente apagar la llama.

NO *3= Generalmente, el propio extintor indica el voltaje para el que se puede usar
con seguridad.

Otra posible clasificación de los extintores es atendiendo a su presurización,


es decir, a la forma que tiene para obtener una presión interna superior a la
atmosférica, utilizando esta sobrepresión como empuje del agente extintor.
Se distinguen dos grandes tipos:
• De presión incorporada: son aquellos extintores que están continua-
mente presurizados, listos para el uso y bastaría accionar el mecanismo
de apertura para que saliese el agente extintor. Esta presión puede
lograrse por las propias características del agente extintor (por ejemplo,
de los gases CO2 y halón), o aportándole un gas que logre esa elevación
de la presión (por ejemplo, el nitrógeno). Son fácilmente reconocibles
por la existencia de un manómetro que indica la presión interior (sólo hay
una excepción a esta característica que son los extintores de CO2). Las
presiones normales de trabajo suelen ser entre 15 y 20 kg/cm2.
• De presión adosada: el interior del extintor está a la misma presión que
la atmósfera, y es necesario accionar determinados mecanismos para
obtener una elevación de la presión. Generalmente para su funciona-
miento se necesita la apertura de un botellín de un gas que descarga-
do en el interior del extintor obtiene una elevación de la presión que es
la que "empuja" al agente extintor una vez que accionemos el mecanis-
mo de apertura o descarga. En función de la disposición del botellín de
gas, en el interior del recipiente del extintor o en su exterior, obtenemos
dos subtipos:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- De presión adosada externa (botellín a la vista)


- De presión adosada interna (botellín dentro del recipiente).
En estos casos se observará la no existencia de manómetro.
Resulta muy importante saber diferenciar ambos tipos de extintores ya que
para una correcta aplicación. Las instrucciones de uso deberían de ir bien
indicadas en el propio extintor.
1.3 Electricidad
La electricidad es una forma de energía ampliamente utilizada en nuestra
sociedad. Existen múltiples equipos, aparatos y dispositivos que están dise-
ñados para la utilización de dicha energía.
La normativa exige que las instalaciones deberán proyectarse y realizarse
de modo que no presente ningún peligro para los trabajadores, debiendo
garantizar el correcto funcionamiento de todos los equipos necesarios para
el mantenimiento del centro de trabajo así como de los aparatos eléctricos
esenciales para la seguridad en cualquier situación de emergencia.
Además se exige una instalación de energía eléctrica de emergencia, de
forma que garantice, en caso de incendio o de avería de la instalación eléc-
trica principal, el funcionamiento simultáneo durante un mínimo de tres
horas de determinados sistemas que se consideran importantes:
• Del sistema de comunicación interna, de los detectores de incendios y
de las señales necesarias en caso de emergencia.
• De la iluminación de emergencia.
• De la bomba eléctrica de emergencia contra incendios.
Cuando la fuente de energía eléctrica de emergencia sea una batería de
acumuladores y falle la fuente de energía eléctrica principal, esta batería de
acumuladores deberá quedar conectada automáticamente al cuadro de dis-
tribución de energía eléctrica de emergencia y deberá garantizar la alimen-
tación interrumpida durante tres horas de los sistemas anteriores.
En ambientes especiales, en los que podemos encontrarnos locales moja-
dos o de alta conductividad, no se emplearán equipos de trabajo que en
dicho entorno supongan un peligro para la seguridad de los trabajadores,

pag 59
por lo que se ha de estudiar muy detenidamente el empleo de aquellos
equipos que necesiten de la electricidad para su funcionamiento.
El riesgo de la energía eléctrica reside en que su paso por el cuerpo huma-
no pude producir lesiones de tal importancia como fibrilación ventricular,
asfixia, quemaduras internas, etc., que pueden originar la muerte. En todos
los trabajos en que se manejan aparatos eléctricos este riesgo existe y
puede ser:
• de contacto directo, que sería aquel que se realiza con partes del cir-
cuito eléctrico: cables, interruptores, etc.
• de contacto indirecto, que sería aquel que se produce con elementos
no permanentes del sistema eléctrico como las herramientas eléctricas,
o por la generación de una descarga en forma de arco con partes del
circuito eléctrico.
Los principales factores que influyen en las consecuencias del accidente son:
• La intensidad de la corriente (amperios). Es el factor más importante
en este tipo de accidentes a la vez que el tiempo de contacto. No es
directamente la diferencia de potencial o voltaje sino que lo hace de una
manera indirecta.
• La resistencia que ofrezca el cuerpo al paso de esa corriente. Como
vemos de la relación anterior, es fundamental, ya que al estar dividien-
do, a menor resistencia, la intensidad, para un potencial dado, será
mayor. En este aspecto es donde podemos adoptar las medidas pre-
ventivas más inmediatas.
• La tensión aplicada, diferencia de potencial o voltaje. No cabe duda
que tensiones elevadas son más peligrosas, pero siempre de una forma
indirecta tal como vemos en la relación expresada anteriormente.
• La frecuencia de la corriente, a mayor frecuencia el riesgo de fibrila-
ción ventricular disminuye, pero persiste el riesgo de quemadura. Para
las frecuencias de trabajo normales 50-60 Hz, los efectos dependerán
de la intensidad que recorra el cuerpo, de la duración del contacto y de
la reacción de cada persona a la corriente eléctrica. La corriente conti-
nua, necesita intensidades tres veces superiores a la alterna para pro-
ducir los mismos efectos.

60 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

• La duración del contacto: a mayor tiempo de contacto las lesiones son


mayores.
• El recorrido que haga por el cuerpo. Dependerá de las zonas de con-
tacto. El más peligroso es el que pase por el centro del cuerpo en
donde hay vísceras vitales: corazón y pulmones principalmente.
• La capacidad de reacción de cada persona define el valor de las lesio-
nes. Todos somos conscientes que la reacción a la corriente eléctrica
varía mucho de unas personas a otras.
El objetivo de la prevención ha de ser, por orden de importancia:
• Imposibilitar el contacto directo o indirecto con partes vivas de circui-
tos eléctricos.
• Minimizar los efectos de dicho contacto.
Las actuaciones a realizar para satisfacer el primer punto se basarán en la
colocación de barreras físicas o de procedimientos que impidan el hecho
del contacto:
• Utilización de equipos adecuados (con doble aislamiento) y de forma
correcta, y de las instalaciones eléctricas que lo alimentan.
• No intentar arreglar instalaciones si no estamos preparados para ello.
• Proceder al corte de energía cuando trabajemos en proximidades de
conducciones de electricidad.
• No permitir el acceso a los cuadros eléctricos de personal no autorizado.
En cuanto a la minimización de las consecuencias de un contacto se pue-
den enfocar desde dos perspectivas:
• Actuando sobre la diferencia de potencial del circuito, usando corrien-
te continua y con valores seguros para ambientes húmedos (24 V) o
muy húmedos (12 V).
• Mejorando la resistencia del trabajador. Podemos diferenciar :
- Resistencia de contacto: dependerá de las protecciones que le demos
al cuerpo: guantes, casco, ropas, etc.
- Resistencia propia del cuerpo: dependerá de las características de la
propia corriente, así como de la humedad del cuerpo: agua de mar,
sudor, lluvia, grasa, etc.

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- Resistencia de salida: sería la resistencia del calzado y del suelo. Se ha
de utilizar calzado aislante y alfombrillas o banquetas que intenten que
la resistencia sea máxima.
Una nueva resolución sobre riesgos eléctricos (de 19 de noviembre de
2001, de la Dirección General de Política Tecnológica) establece las normas
armonizadas que satisfacen las exigencias de seguridad del material eléc-
trico destinado a ser utilizado en determinados límites de tensión.

1.4 La señalización
La señalización de los lugares de trabajo sirve para informar a los trabaja-
dores o personas que se encuentren en él, sobre los peligros que no hayan
sido controlados o eliminados, o para mostrar las zonas a partir de las cua-
les se da esta circunstancia. La señalización de los peligros es la medida
menos eficaz dentro de la prevención de riesgos laborales, por cuanto
supone el fracaso de su eliminación o de la protección de los trabajadores.
Siempre será una simple medida complementaria, y nunca debería de darse
en solitario como solución a un determinado peligro.
Por definición legal, la señalización de la seguridad y salud en el trabajo es:
"una señalización que referida a un objeto, actividad o situación
determinadas, proporcione una indicación o una obligación rela-
tiva a la seguridad o la salud en el trabajo mediante una señal en
forma de panel, un color, una señal luminosa o acústica, una
comunicación verbal o una gestual, según proceda."
A pesar de dicha definición legal, se ha de entender como tal al conjunto de
estímulos que pretenden condicionar, con la antelación mínima necesaria,
la actuación de aquel que los recibe frente a unas circunstancias que se pre-
tende resaltar.
De forma general, el Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre disposi-
ciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el tra-
bajo indica los principios que han de regir las actuaciones que se hagan en
esta materia. Esta norma distingue los siguientes tipos de señales:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

En función de la forma en que se nos presenta se pueden distinguir las


siguientes:

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Dentro de las señales en forma de panel también tenemos distintas clases

En cuanto a los colores,

Tanto las vías y salidas de emergencia como los dispositivos manuales de


lucha contra incendios han de señalizarse de acuerdo al RD 485/97.
Sorprende la notación dispositivos manuales de lucha contra incendios,
donde se está refiriendo, básicamente, a los extintores y mangueras.
1.5 Las máquinas.
Todas las máquinas que estén colocadas en el lugar de trabajo tienen una
determinada normativa de cuyo cumplimiento dependerá en gran medida la
seguridad de los trabajadores.
Existen conceptos más o menos extendidos y dados por generales, y exis-
te un concepto legal, que es el que define concretamente qué es una
máquina y qué no lo es.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

De modo intuitivo una máquina es un instrumento que sirve para realizar


una determinada operación dentro de un proceso productivo o todo el pro-
ceso, y que ha sido diseñada para sustituir el esfuerzo humano ya sea en
parte o totalmente.
El concepto legal de máquina viene dado en nuestra legislación por el
R.D.1435/1992 y posterior modificación del R.D. 56/1995. El concepto ha
tenido que ir amoldándose a la realidad industrial, por lo que se podrá
observar que tiene cierta complejidad:
• “un conjunto de piezas u órganos unidos entre sí, de los cua-
les uno por lo menos habrá de ser móvil y, en su caso, de órga-
nos de accionamiento, circuitos de mando y de potencia, u otros,
asociados de forma solidaria para una aplicación determinada,
en particular para la transformación, tratamiento, desplazamiento
y acondicionamiento de un material”.
• “un conjunto de máquinas que, para llegar a un mismo
resultado, estén dispuestas y accionadas para funcionar soli-
dariamente”.
• “un equipo intercambiable que modifique la función de una
máquina, que se ponga en el mercado con objeto de que el ope-
rador lo acople a una máquina, a una serie de máquinas diferen-
tes o a un tractor, siempre que este equipo no sea una pieza de
recambio o una herramienta”.
Las máquinas forman parte de un concepto más amplio como son los equi-
pos de trabajo, que si se rigen por una norma, el R.D. 1215/97, cuya apli-
cación no admite exclusiones.
La propia ley nos dice también que:
“Cuando para una máquina o un componente de seguridad los
peligros, contemplados en el presente Real Decreto, queden
cubiertos, en su totalidad o en parte, por disposiciones dictadas
en aplicación de directivas comunitarias específicas, el Real
Decreto no se aplicará o dejará de aplicarse para dichas máqui-
nas o dichos componentes de seguridad o dichos peligros,
desde la entrada en vigor de aquellas disposiciones”.

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Una vez que se ha intentado solventar el problema de competencias lega-
les comenzaremos por analizar los posibles riesgos y correctas actuaciones
ante las máquinas.
Como la regla general nos aconseja, siempre se ha de incidir en la preven-
ción. Los dos puntos fundamentales para la prevención son:
• Que la máquina sea segura, entendiendo como tal la aptitud o cuali-
dades de una máquina para que cuando desempeña su función nor-
mal, o cuando es transportada, instalada, cuando se realizan las opera-
ciones de mantenimiento, o cuando tiene que ser retirada, no cause
daños a la salud de los trabajadores.
• Que se haga una correcta utilización de la misma. Este concepto de
utilización correcta ha de ser entendido de una forma extensiva. Quiere
decir que se ha de comprometer a que el empresario traslade a los tra-
bajadores la correcta utilización de la misma, así como que se encargue
del adecuado mantenimiento y reparación. Por parte de los trabajado-
res, han de seguir las indicaciones de modo fiel, para que las operacio-
nes ya sean de funcionamiento, mantenimiento, reparación, instalación
o desmontaje de las máquinas no conlleven riesgos.
En ambos casos se exige del fabricante que haga un esfuerzo en la fase de
proyecto de dicha máquina para hacerla segura, teniendo en cuenta las fun-
ciones que ha de realizar la máquina y las funciones que hay que realizar en
la máquina para su mantenimiento o reparación. En la UE se exige a todas
las máquinas que se comercialicen en su territorio una determinada identi-
ficación que se materializa en una etiqueta con las letras CE. Detrás de esta
etiqueta está la denominada "declaración CE de conformidad", que es el
procedimiento por el cual el fabricante o su representante establecido en la
Comunidad declara que la máquina comercializada satisface todos los
requisitos esenciales de seguridad y de salud correspondientes a la norma-
tiva europea.
De este modo, la situación ideal sería que las máquinas fueran intrínseca-
mente seguras por su construcción. Sin embargo, reconoce la misma
norma que, debido a la complejidad que pueden conllevar las máquinas, es
posible que determinados riesgos no puedan ser eliminados en la fase de
proyecto. En ese caso se les exige que la máquina adopte medidas de

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

seguridad adecuadas para que siga siendo segura. El constructor ha de


seguir el siguiente orden de actuación:
• Eliminación de riesgos en la fase de diseño.
• Adopción de medidas para aquellos riesgos que no hayan podido ser
eliminados.
• Indicación de protecciones individuales para los encargados de su
manejo u operarios de las máquinas en aquellos riesgos residuales que
no han podido eliminarse en los pasos anteriores.
El constructor está obligado a facilitar toda la información de seguridad
necesaria para un correcto funcionamiento de su máquina, que ha de abar-
car todas aquellas operaciones que se puedan realizar razonablemente con
la misma:
- La puesta en servicio.
- La utilización.
- Las condiciones previstas para su utilización.
- La manutención.
- La instalación.
- El montaje y desmontaje.
- El reglaje.
- El mantenimiento.
También se tendrán que explicar específicamente aquellos riesgos que pue-
dan conllevar manipulaciones incorrectas. Esa información ha de ser facili-
tada por escrito dando lugar al manual de instrucciones que en nuestro
caso ha de venir en castellano.
Dado que habrá un apartado posterior dedicado a las protecciones indivi-
duales, a continuación veremos como al constructor, cuando no se hayan
podido evitar los riesgos, se le exige la adopción de medidas concretas
para intentar subsanar la situación de riesgo creada. Para ello clasifica dos
tipos de métodos de protección:
• Los resguardos, que son componentes de la máquina que protegen al
operario de los posibles riesgos generando una barreras físicas que
impidan el contacto directo.

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• Los dispositivos de protección, que protegen al operario mediante la
parada de la actividad para evitar su contacto directo con la zona o
parte de la máquina peligrosa.
Los peligros a los que un operario puede enfrentarse son los siguientes:

En último término, es obligación del empresario el mantener las máquinas


en un correcto estado, vigilando que se cumplan las instrucciones del fabri-
cante, y facilitar la información y formación suficientes a los trabajadores
para el conocimiento del correcto proceder en el manejo de las máquinas,
así como de las situaciones de utilización anormal que pueden conllevar
peligros.
1.6 Las herramientas
Al igual que nos ocurre con las máquinas, estos instrumento forman parte
de un concepto legal más amplio denominado equipos de trabajo, enten-
diendo como tal:

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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

"Cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizado


en el trabajo."
Resultan imprescindibles para la realización de innumerables tareas, pero
también puede ser un foco de riesgos si no guardamos unas mínimas pre-
cauciones durante su uso. Cuando se habla de herramientas habitualmen-
te suelen considerarse como tal aquellos instrumentos que sirven para rea-
lizar determinadas tareas dentro del proceso productivo, sin que tales tareas
puedan considerarse fases bien definidas del proceso. Una primera clasifi-
cación de las herramientas puede venir en función de si pueden ser trasla-
dadas por las personas o no. Si pueden ser trasladas se clasifican como
herramientas manuales. Todas aquellas herramientas que no son capaces
de ser desplazadas por el hombre siempre son difíciles de diferenciarlas de
las máquinas.
Una segunda clasificación atiende a la energía que les permite realizar su
trabajo. De esta manera tendremos:
• Herramientas accionadas por el hombre, son las propiamente manua-
les y como ejemplos tenemos un destornillador, una llave inglesa, un
martillo, etc.
• Herramientas accionadas por fuentes de energía, en donde lo más
habitual es que sea gracias a la electricidad, por sistemas hidráulicos,
neumáticos y por combustibles líquidos. Estas herramientas se deno-
minan de varias maneras: a motor, portátiles, mecánicas, etc.
Los peligros de una herramienta pueden comenzar incluso antes de su utiliza-
ción. De forma general para todo tipo de herramientas podemos destacar:
• Mala elección de la herramienta, utilizándola para fines que no está
pensada.
• Desconocimiento de su funcionamiento.
• Mal mantenimiento que deteriora la herramienta en su totalidad o en
partes de la misma.
• Herramientas de mala calidad.
• Inadecuado transporte y/o almacenamiento.
Una vez usamos una herramienta los peligros más habituales pueden ser:
• Cortes por zonas afiladas de las herramientas.

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• Golpes ocasionados por la propia herramienta o por su forma de accio-
namiento.
• Heridas ocasionadas por proyecciones ya sea de la propia máquina u
otros materiales.
• Los peligros derivados de la forma de funcionamiento. Dos ejemplos
bien evidentes lo constituyen por un lado las herramientas eléctricas
donde puede darse un contacto eléctrico, y por otro las alimentadas por
motores de combustión, donde las quemaduras por contacto con las
zonas calientes suelen ser habituales.
Los remedios son sencillos de aplicar. En primer lugar hemos de recordar la
obligación que tiene el empresario de informar y formar adecuadamente
sobre la utilización de estos equipos a los trabajadores, haciéndoles llegar las
instrucciones de uso del fabricante, lo mismo que vimos para las máquinas.
Una vez determinada la necesidad de utilización de una determinada herra-
mienta para la realización de la tarea, se ha de:
• Identificar la herramienta adecuada a la tarea.
• Comprender su uso.
• Comprobar su estado.
• Leer las instrucciones de uso del fabricante, en donde se identificarán las
condiciones de uso y los riesgos más importantes que deriven de su uso.
•Aplicar las medidas que nos indican dichos manuales, en particular el
uso de protecciones de partes concretas de nuestro cuerpo: ojos,
manos, cabeza, etc.
Particular riesgo puede conllevar la utilización de herramientas en las zonas
expuestas a la intemperie. En ese caso conviene analizar la necesidad de
utilización en función de los posibles riesgos, y elegir las más adecuadas, a
ser posible de bajo voltaje que minimice las consecuencias de un contacto
eléctrico.
Una vez terminada la utilización de la herramienta, nos queda:
• Proceder a una adecuada limpieza.
• Almacenarla en un lugar adecuado.
• Realizar un mantenimiento periódico.

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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

1.7 El mantenimiento y la comprobación


Entenderemos por mantenimiento a todo el conjunto de operaciones que se
realizan para que todos los equipos e instalaciones involucrados en un
determinado proceso productivo conserven sus cualidades y las caracterís-
ticas que les hacen útiles.
A la hora de diseñar un mantenimiento son susceptibles de aplicar varias
filosofías. Por analogía con la salud laboral se podrían distinguir dos gran-
des grupos de actitudes:
• Una actitud curativa, en la que sólo preocupa el estado de los equipos
cuando den problemas, momento en el que son reparados para devol-
verlos a sus características funcionales.
• Una actitud preventiva, en la que la idea es prevenir el fallo del equipo,
por lo que se hace necesaria una planificación de actuaciones basadas
en la experiencia y el conocimiento del sistema productivo. Dentro de
este tipo de actitud, se pueden encontrar una amplia variedad de posi-
bles actuaciones que van desde las que:
- meramente quieren prever el fallo del equipo para no tener que
realizar paradas e interrumpir el proceso,
- hasta las que aprovechan las operaciones para realizar estudios
y proyectos de mejora del propio proceso.
Dentro de este último grupo estarían los procedimientos de mantenimiento
más comprometidos con la seguridad, que la integran en sus actuaciones y
revisan de modo global todos los aspectos tanto desde el punto de vista
técnico como humano para realizar una continua mejora de los aspectos de
la seguridad y salud laboral.
Las operaciones de mantenimiento son tareas que conllevan sus corres-
pondientes peligros y riesgos. No cabe duda que son las actitudes "curati-
vas" las que aportan ingredientes que incrementan notablemente el riesgo:
• Existencia de una gran presión sobre los que ejercen esta tarea, ya que
el proceso está interrumpido y se espera de su rápida actuación para
continuar.
• Las averías suceden en los momentos más inoportunos, por lo que las
condiciones en las que hay que actuar con estas labores puede que no
sean las más adecuadas desde el punto de vista de la seguridad.

pag 71
• En los sistemas productivos, en los que este mantenimiento recae
sobre las mismas personas que realizan el proceso, supone mayor tra-
bajo en peores condiciones.
Las formas de mantenimiento preventivo permiten, en la mayoría de los
casos, planificar la actuación con adelanto, por lo que se pueden obviar en
gran medida las presiones y las condiciones desfavorables de realización.
Si son las mismas personas las que realizan el mantenimiento que los que
hacen las tareas habituales se pueden planificar los mejores momentos
para su realización.
De forma general, cuando se tengan que realizar labores de mantenimiento
sobre equipos, máquinas o lugares con riesgo, se debería de:
• Tener una adecuada planificación de las operaciones a realizar.
• Analizar los posibles factores de riesgo.
• Comunicar de forma general la intención de realizar tales operaciones.
• Señalizar de forma adecuada nuestra presencia en dichos lugares.
• Comprobar que no es posible un arranque inesperado del equipo o
máquina.
• Comunicar la finalización de las operaciones.
En los lugares de trabajo podemos señalar algunas tareas u operaciones
que pueden resultar especialmente peligrosas:
• Entrada en espacios cerrados, no habitualmente transitados, donde
podemos encontrarnos con atmósferas peligrosas. En estos casos lo
ideal seria proceder a una adecuada ventilación del lugar. Si no se
pudiera hacer deberán de tomarse las precauciones adecuadas.
Particular peligrosidad pueden tener las atmósferas explosivas
• Trabajos de soldadura o corte de chapas en zonas con posibilidad de
atmósferas explosivas, como es el caso de trabajos en la cámara de
máquinas o en zonas próximas a los tanques de combustibles. La ven-
tilación previa es esencial, así como un control de la atmósfera que nos
permita la seguridad de no estar en un riesgo
• Trabajos de mantenimiento de estructuras, como pintado, rascado, etc.
En estos casos es imprescindible adoptar medidas de protección de
caídas, así como una continua vigilancia sobre las personas expuestas,
que no deberían trabajar en solitario.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

• Trabajos a distintas alturas, en algunos casos con grandes desniveles


como es el caso de diferentes actividades de la construcción. Se ha de
evitar el riesgo de caída así como establecer un sistema de vigilancia y
ayuda adecuados.
La planificación con tiempo permite la reflexión sobre las tareas a realizar y
el análisis de los posibles riesgos, es por ello que sería deseable la opción
de un mantenimiento preventivo.

2. Riesgos ligados al medio ambiente de trabajo


A continuación se describirán otros riesgos laborales que de una manera
asumida se han identificado como riesgos ligados al medio ambiente de tra-
bajo y que suelen presentar unas características diferenciadas con respec-
to a los anteriormente vistos. Su interacción suele ser menos evidente, más
sutil, si bien sus efectos pueden ser igual de negativos.
El riesgo viene dado por la presencia de unas determinadas sustancias que
residiendo en el medio ambiente que rodea al trabajador en el momento de
desarrollar las tareas que ha de ejecutar son perjudiciales para las perso-
nas. Estas sustancias se denominan contaminantes o agentes. Dada su
gran variedad, conviene dividirlos en grupo que mantengan ciertas similitu-
des. La clasificación más extendida es aquella que atiende a su naturaleza,
donde podemos distinguir:
- Los agentes o contaminantes químicos
- Los agentes o contaminantes físicos
- Los agentes o contaminantes biológicos
Su origen puede ser natural, o resultado de la acción del hombre debido a
sus procesos productivos.
2.1 Los agentes químicos contaminantes
Se consideran como tales aquellas sustancias de naturaleza química, que
estando en el entorno de trabajo son susceptibles de producir daños a los
trabajadores. No cabe duda que son muchas las sustancias químicas que
se manejan actualmente en los trabajos. No todas tienen que ser peligrosas,
e incluso las que puedan ser peligrosas se pueden anular sus riegos
mediante una correcta manipulación. La definición dada por el R.D.
374/2001, de 6 de abril, de agente químico peligroso es:

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"Todo elemento o compuesto químico, por sí sólo o mezclado, tal
como se presenta en estado natural o es producido, utilizado o
vertido, incluido el vertido como residuo, en una actividad labo-
ral, se haya elaborado o no de manera intencional y se haya
comercializado o no, que puede representar un riesgo para la
seguridad y salud de los trabajadores debido a sus propiedades
fisicoquímicas, químicas o toxicológicas y a la forma en que se
utilizan o se halla presente en el lugar de trabajo".
Se puede observar cómo las normas, por su necesidad de definir los con-
ceptos en todas sus posibilidades, pueden generar frases complejas y con-
fusas. De modo operativo podremos definir a los agentes químicos peligro-
sos como aquellos agentes que estando en el medio ambiente de trabajo,
sin importar su origen, pueden dañar a las personas al entrar en contacto
con ellas.
Para que esto tenga lugar se necesita el cumplimiento de una serie puntos
fundamentales:
• Existencia del agente químico en el medio ambiente, muchas veces en
una determinada cantidad, ya que por debajo de ella no habría peligro.
• Contacto entre el trabajador y dicha sustancia.
• Que la sustancia pueda penetrar en el cuerpo humano.
Con la no existencia de cualquiera de los tres puntos podremos evitar los
daños a la salud.
Actualmente existen una gran cantidad de sustancias químicas de las cua-
les, en la mayoría de los casos, conocemos sus características, pero ¿cómo
podemos saber si una sustancia que manejamos en nuestro normal acon-
tecer es peligrosa para la salud?
En un primer paso, a nivel internacional y nacional se han establecido nor-
mas que obligan a los fabricantes y personas que comercializan productos
para el uso industrial, a identificar los posibles riesgos que puedan conlle-
var. Se ha establecido una clasificación de peligros de dichas sustancias
según se indica:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

1. EXPLOSIVAS

Sustancias y preparados sólidos, líquidos, pastosos, o gelatinosos que,


incluso en ausencia de oxígeno atmosférico, puedan reaccionar de forma
exotérmica con rápida formación de gases y que, en determinadas condi-
ciones de ensayo, detonan, deflagran rápidamente o bajo el efecto del calor,
en caso de confinamiento parcial, explosionan.

2. COMBURENTES

Las sustancias y preparados que, en contacto con otras sustancias, en


especial con sustancias inflamables, produzcan una reacción fuertemente
exotérmica (incendio).

3. INFLAMABLES
- EXTREMADAMENTE INFLAMABLES: las sustancias y preparados líqui-
dos que tengan un punto de ignición extremadamente bajo y un punto
de ebullición bajo, y las sustancias y preparados gaseosos que, a tem-
peratura y presión normales, sean inflamables en contacto con el aire
- FÁCILMENTE INFLAMABLES: Las sustancias y preparados:
1.Que puedan calentarse e inflamarse en el aire a temperatura ambiente
sin aporte de energía.
2. Los sólidos que puedan inflamarse fácilmente tras un breve contacto
con una fuente de inflamación y que sigan quemándose o consumién-
dose una vez retirada dicha fuente.
3. Los líquidos cuyo punto de ignición sea muy bajo.
4. Que, en contacto con el agua o con el aire húmedo, desprendan
gases extremadamente inflamables en cantidades peligrosas.
- INFLAMABLES: Las sustancias y preparados líquidos cuyo punto de
ignición sea bajo.

4. MUY TÓXICOS

las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración


cutánea en muy pequeña cantidad puedan provocar efectos agudos o cró-
nicos e incluso la muerte

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5. TÓXICOS

Las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración


cutánea en pequeñas cantidades puedan provocar efectos agudos o cróni-
cos e incluso la muerte.

6. NOCIVOS

las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración


cutánea puedan provocar efectos agudos o crónicos e incluso la muerte

7. CORROSIVOS

Las sustancias y preparados que, en contacto con tejidos vivos puedan


ejercer una acción destructiva de los mismos.

8. IRRITANTES

Las sustancias y preparados no corrosivos que, en contacto breve, prolon-


gado o repetido con la piel o las mucosas puedan provocar una reacción
inflamatoria.

9. SENSIBILIZANTES

Las sustancias y preparados que, por inhalación o penetración cutánea,


puedan ocasionar una reacción de hipersensibilidad, de forma que una
exposición posterior a esa sustancia o preparado dé lugar a efectos negati-
vos característicos.

10. CARCIONOGÉNICOS

Las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración


cutánea puedan producir cáncer o aumentar su frecuencia.

11. MUTAGÉNICOS

Las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración


cutánea, puedan producir alteraciones genéticas hereditarias o aumentar su
frecuencia.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

12. TÓXICOS PARA LA REPRODUCCIÓN

Las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración


cutánea, puedan producir efectos negativos no hereditarios en la descen-
dencia, o aumentar la frecuencia de éstos, o afectar de forma negativa a la
función o a la capacidad reproductora.

13. PELIGROSOS PARA EL MEDIO AMBIENTE

Las sustancias y preparados que presenten o puedan presentar un peligro


inmediato o futuro para uno o más componentes del medio ambiente.

Una vez conocidos sus efectos, y teniendo en cuenta las exigencias antes
expuestas para que estas sustancias causen daños, se impone un conoci-
miento de cómo se introducen en el cuerpo de las personas y causan
dichos efectos. Se suelen establecen las siguientes vías de entrada en
nuestro cuerpo:

La vía de introducción en el cuerpo humano tiene mucha relación con la


naturaleza física de la sustancia contaminante. Ya sabemos que los estados
de la naturaleza son:
- Sólido
- Líquido
- Gas

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Las sustancias contaminantes pueden estar en cualquiera de los tres esta-
dos. Se consideran más peligrosas dentro de cada estado:

En cualquiera de las categorías anteriores, la sustancia se encuentra per-


fectamente disuelta en el aire que nos rodea, por lo que presenta el gran
riesgo de una falta de detección. En este caso, la vía más usual de entrada
será la vía respiratoria.
• Tanto los polvos como los humos no son más que pequeños trozos de
materia o partículas en suspensión de diverso origen. Los polvos son de
origen mecánico, debido al corte, frotamiento o cualquier otra opera-
ción que libere estas partículas. En cambio el humo tiene su origen en
el desprendimiento que resulta de la aplicación de calor a una determi-
nada sustancia. Sus tamaños varían mucho desde las que son visibles
a tamaños que sólo pueden detectarse con ayuda de microscopios.
• Los aerosoles líquidos no son más que partículas de naturaleza líqui-
da muy pequeñas que se depositan en el aire que nos rodea. El rango
de tamaño puede ir desde lo apreciado visiblemente a tamaños que no
podemos apreciar a simple vista.
• Para finalizar los gases y los vapores, debido a su naturaleza gaseosa,
lo mismo que el aire, se mezclan de manera perfecta, por lo que su
entrada a través de las vías respiratorias es total. Tal vez sea esta forma
de contaminación a la que mayor atención haya que prestar. La dife-
rencia entre gases y vapores se debe al origen de estas sustancias.
Mientras que los gases son sustancias que se dan en este estado en la
naturaleza, los vapores tienen su origen en sustancias que en condicio-
nes normales tienen un estado sólido o líquido, pero que determinadas
condiciones alteran parte o toda su estructura y se pasan al estado
gaseoso.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Las partículas de sustancias químicas más pequeñas, esas que no se pue-


den ver a simple vista, son las que mejor penetran en nuestro organismo, y
más daño pueden hacer. Es por ello que son las que más riesgo encierran,
ya que son muy difíciles de detectar.
Una vez que sabemos cuales son los peligros, y cómo actúan, queda por
hablar de la cantidad de producto que ha de estar en el ambiente para que
dicha acción dañina se produzca. La mera presencia del contaminante en
el medio ambiente no es condición suficiente para que pueda producir
daños. De la observación de la forma de actuar de los contaminantes se ha
determinado que se necesita una determinada cantidad en el ambiente o
concentración a partir de la cual en la mayoría de las personas producen
daños. Para algunas personas se necesitarían cantidades mayores y para
otras con menos cantidad ya se produce el daño. Esta cantidad promedio
suele dar lugar a unos criterios de valoración que intentan poner unos lími-
tes a las concentraciones de las sustancias en el ambiente, son los deno-
minados VALORES LÍMITES AMBIENTALES y se distinguen:
• Valor límite ambiental para la exposición diaria, es el valor máximo
admitido para una jornada de trabajo de 8 horas.
• Valor límite ambiental para exposiciones de corta duración, sería el
valor máximo admitido para un periodo de 15 minutos durante toda la
jornada laboral, salvo para aquellas sustancias que requieran periodos
menores.
La diferencia entre ambos valores límite reside en que, como norma gene-
ral, determinadas cantidades de sustancias contaminantes pueden ser
absorbidas por el cuerpo humano, para ser eliminadas a través de los con-
ductos habituales: vías respiratorias, orina, bilis, etc. Estas cantidades pue-
den ser mayores o menores dependiendo de la sustancia y al ser cantida-
des promedio cabe la posibilidad de ser superadas en determinado espa-
cios de tiempo. El tiempo que el trabajador esté en contacto con ese
ambiente, o tiempo de exposición, será un factor muy importante, y se ha
observado cómo el tiempo que se permite a unas sustancias no se puede
permitir a otras.
Cada persona tiene una determinada forma de reaccionar ante la sustancia
contaminante, ya sea eliminándola mejor o peor. Para determinar, entre
otras cosas, cómo afecta en particular la sustancia a cada individuo. Existe
otro límite:

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• Valor límite biológico, que consiste en determinar la cantidad contami-
nante que está presente en el cuerpo del individuo, ya sea en orina, san-
gre, aire exhalado, esputos, etc.
Con cualquiera de estos tres valores límites se intenta determinar un
ambiente de trabajo saludable para el trabajador.
Hasta el año 2001 en nuestro país sólo se reconocían por ley valores límites
para el amianto, plomo y el cloruro de vinilo monómero. Actualmente, se
reconoce valor legal a un catálogo de valores límites para sustancias edita-
do por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo denomi-
nado "Documento sobre límites de exposición profesional para agentes quí-
micos en España" que cubre la inmensa mayoría de las sustancias químicas
empleadas en la industria que tienen cierto riesgo para los trabajadores.
El proceso a seguir en materia preventiva en el caso de los contaminantes
químicos pasa por las siguientes fases:
- Detectar
- Evaluar
- Controlar
El primer problema consiste en detectar la posible presencia de un conta-
minante. A falta de unos conocimientos más profundos dos son los cami-
nos a seguir:
- Identificar los productos que utilicemos mediante la lectura atenta de
sus etiquetas. Todos los productos que pueden encerrar un determina-
do peligro han de venir convenientemente etiquetados.
- En caso de sospecha reclamar la medición del ambiente de trabajo por
personas formadas adecuadamente para estas labores, que realizarán
un estudio del proceso productivo y determinarán los posibles conta-
minantes en el ambiente.
Una vez detectada la presencia de agentes químicos contaminantes se ha
de evaluar su presencia mediante:
- La medición de su concentración en la atmósfera.
- Determinación del tiempo de exposición.
- Si fuera necesario, determinación de los indicadores biológicos o can-
tidades de contaminante en determinados soportes como la orina, san-
gre, etc.

80 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Una vez obtenidos los resultados han de compararse con los valores límites
marcados por la ley y de dicha comparación ha de realizarse la toma de
decisiones adecuada, de actuar para cambiar la situación o considerar que
no presenta ningún riesgo.
La fase de control se ha de iniciar en el momento que detectemos que la
situación es peligrosa para los trabajadores. Los pasos a ejecutar en dicho
control serían, por orden de prioridad:
- Sustitución del producto peligroso.
- Aislamiento del proceso, de modo que el ambiente contaminado no
estuviera en contacto con los trabajadores.
- Evitar que, aun dándose la posibilidad de ambientes contaminados,
entren en contacto con los trabajadores, utilizando una adecuada ven-
tilación que diluya el contaminante, o disponer de extracciones del aire
contaminado.
- En último lugar, y una vez vista la imposibilidad de las actuaciones ante-
riores, se evitará la entrada en el cuerpo del trabajador poniendo barre-
ras a las vías de penetración habituales mediante la adopción de pro-
tecciones individuales.
Las características de las sustancias contaminantes pueden verse alteradas
por combinación con otras, dando lugar a productos cuyos riesgos sólo se
pueden conocer mediante una adecuada evaluación por personal debida-
mente preparado.

2.2 Los agentes físicos


Dentro de la prevención de riesgos laborales, se entiendo por agentes físi-
cos peligrosos los siguientes:
- El ruido.
- Las vibraciones.
- La iluminación.
- Radiaciones ionizantes.
- Radiaciones no ionizantes.
- Las condiciones ambientales: temperatura y humedad.
A continuación iremos analizando las características más importantes de
cada uno de ellos.

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2.2.1 El ruido
El ruido se define como un sonido molesto que puede, incluso, llegar a cau-
sar un daño. De forma genérica, todo aquello que es capaz de generar una
sensación en el oído, es enviado al cerebro y debidamente procesado se
identifica como un sonido. Estas sensaciones se suelen generar cuando algo
perturba el medio ambiente: choque de dos objetos, una explosión, la emi-
sión de una voz, etc. Todas estas acciones provocan una alteración en el aire
mediante la generación de un movimiento de vibración de las partículas del
mismo que van propagándose. Es lo que se denomina la propagación del
sonido que nos permite escuchar cosas que suceden lejos de nuestra posi-
ción. Esta alteración del aire viene definida por dos características:
- La frecuencia.
- El nivel de presión acústica.
La frecuencia es una de las características básicas del sonido. Es la veloci-
dad de vibración de las partículas del aire. Para que las alteraciones puedan
ser escuchadas por las personas estas frecuencias han de tener unas deter-
minadas velocidades, fuera de las cuales los posibles sonidos no son audi-
bles para el oído humano. Por encima de esas frecuencias los sonidos no
se perciben, y se denominan ultrasoni-
dos. Por debajo ocurre lo mismo y se
denomina infrasonidos. La frecuencia
nos da el tono de un determinado
sonido diciendo que es grave, como el
sonido de un bombo o agudo como el
sonido de una sierra mecánica cortan-
do metal.
Como ejemplo de sonido bien conoci-
do tenemos la voz humana, cuyo
rango de frecuencias oscila entre los
100 Hz y los 8.000 Hz.
En cuanto al nivel de presión acústica,
se define como tal a la alteración de
presión que genera el sonido y que es
captada por nuestro oído. Esta dimen-
sión es la que puede hacer que un

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

ruido sea molesto o muy molesto ya que es la intensidad con la que llega al
oído. Una música muy alta, el ruido de una sala de máquinas, generan gran-
des presiones acústicas que hacen del ruido una sensación muy molesta.
Pero no sólo es molesta, ya que una exposición prolongada a este tipo de
ruidos se ha demostrado que genera daños concretos. El más inmediato es
una pérdida de audición, una sordera. Es habitual observar por ejemplo en
las cadenas de montaje cómo el personal de la máquina presenta una difi-
cultad en la audición que se hace más evidente en función de la exposición
que se haya tenido. Este nivel de presión acústica se mide en una unidad
denominada "decibelio". Esta medida sirve para indicarnos cuándo un ruido
adquiere tintes de problema.
Lo que caracteriza a un sonido o ruido es la combinación de frecuencia y el
nivel presión acústica. De las complejas combinaciones que se pueden dar,
se ha escogido una forma de poder comparar tanta variedad, generando
una unidad que sirve como referente para la comparación de todos los rui-
dos. Es lo que se denomina los decibelios A "dBA". Tomando esta unidad,
se puede afirmar que con los sonidos de más de 80 dBA en lugares de tra-
bajo en los que tenemos que estar expuestos durante nuestra jornada de
trabajo, el riesgo de pérdida de audición es evidente.
En nuestro país todo lo relacionad con el ruido se hace a través del R.D.
1316/1989 de 27 de octubre, sobre protección de los trabajadores frente a
los riesgos derivados de la exposición a ruido durante el trabajo.
¿Cómo podemos actuar contra el ruido? Los pasos a realizar son comunes
a todas las actuaciones que tengamos que realizar en prevención:
• En primer lugar tenemos que evitar la generación de ruidos. La mane-
ra más económica será durante el proyecto, diseñando procesos que
no sean ruidosos o utilizando los equipos, materiales y técnicas ade-
cuadas para aminorar dichos ruidos.
• En un segundo término ya sea porque durante la fase de diseño no se
haya podido o por que se realicen determinadas operaciones no típicas
del proceso o difícilmente incorporables a él, lo más deseable es aislar
el proceso concreto para que no pueda transmitir el ruido a los trabaja-
dores. Un ejemplo de ello es la utilización de salas de controles inso-
norizadas para las diferentes máquinas.

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• Por último, si no es posible todo lo anterior, se actuará protegiendo a
las personas de forma individual, mediante la utilización de protectores
auditivos.
¿Cuándo se debe de actuar?
Siempre que se sospeche la existencia de ruidos elevados se ha de inten-
tar analizar su intensidad. Existen determinados niveles de ruido, expresa-
dos en los ya conocidos decibelios que exigen una determinada actuación.
Como norma general, aquellos puestos de trabajo en los que el nivel diario
equivalente o el nivel de pico superen los 90 dBA y 140 dBA, respectiva-
mente se analizarán los motivos por los que se superan los límites y se
comenzará a tomar medidas.
Cuando no sea posible reducir el nivel diario equivalente o el nivel pico por
debajo de los límites anteriormente mencionados, se deberán realizar las
siguientes acciones:
1. Los controles de la función auditiva del trabajador deberán realizarse,
como mínimo anualmente.
2. Todos los trabajadores deberán utilizar protectores auditivos, cuyo uso
obligatorio se señalizará, según lo dispuesto en el RD1403/1986 sobre
señalización de seguridad en locales y centros de trabajo.
3. Siempre que el riesgo lo justifique y sea técnicamente posible, los
puestos de trabajo serán delimitados y objeto de restricción de acceso.

2.2.2 Las vibraciones


Según la Organización Internacional del Trabajo, se define como vibracio-
nes, a los efectos que a nosotros nos interesa, a los movimientos transmiti-
dos al cuerpo humano por estructuras sólidas capaces de producir un efec-
to nocivo o cualquier tipo de molestia.
El tipo de movimiento que se puede transmitir al cuerpo humano puede ser
muy diverso. Existen múltiples posibilidades de clasificación. Tal vez la más
usada es la que atiende a una de las características fundamentales de las
vibraciones: su frecuencia o número de movimientos por unidad de tiempo.
De este modo tenemos los siguientes tipo de vibraciones:

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

En función de la zona que esté en contacto con las vibraciones, se suelen


catalogar en dos grandes grupos:
• Vibraciones transmitidas a mano-brazo. En este caso las vibraciones
son producidas por aparatos y equipos que tienen que ser agarrados
por el operario. Puede ser el caso de cualquiera de las herramientas de
mano como son el taladro, la radial, un martillo neumáticos, o de los
equipos que para su funcionamiento necesitan la intervención del tra-
bajador. Los efectos que pueden producir dependen de muchos facto-
res. Dentro de este tipo de vibraciones, los efectos más perjudiciales se
producen por las alteraciones vasculares, entre las que destacan el
Síndrome de Reynaud o dedo blanco, que no es más que una falta de
riego en determinado dedos debido a la actuación de las vibraciones.
• Vibraciones transmitidas al resto del cuerpo. Son aquellas que no utili-
zan el camino de los brazos para su penetración en el cuerpo, al que
afectan de modo general. Dos son las formas de entrada. La primera es
a través de los pies debido a la transmisión de la plataforma sobre la
que pisamos. La segunda es la que se produce cuando estamos sen-
tados sobre una superficie o asiento que es el que nos transmite dichas
vibraciones.
La medición de las vibraciones se realiza con aparatos específicos que se
denominan vibrómetros. A través de los valores obtenidos se intentan dar
referencias de los límites aceptables para el trabajador/a. De este modo se
han observado cómo de las vibraciones que afectan a todo el cuerpo, las
que se intentan limitar son aquellas que tienen una frecuencia comprendida
ente 1 y 80 Hz y se establecen unos límites que se denominan "Límites de

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exposición" y "Límites de confort reducido" siendo el primero un indicador
de riesgo para la salud del los trabajadores, mientras que el segundo, si
bien no lo representa, pretende establecer el límite en el que las personas
comienzan a manifestar algún grado de malestar.
Con respecto a los efectos que puede causar en el hombre hay que decir
que no a todos afecta de la misma manera pero lo que sí se ha observado
es que pueden causar dolor físico si coinciden con la frecuencia de vibra-
ción de determinados órganos corporales. De forma genérica se establecen
entre 4 y 12 Hz las frecuencias más peligrosas. De esta manera pueden pro-
ducirse trastornos visuales si están en resonancia con los ojos. También
pueden alterar la coordinación manual.
Las vibraciones monótonas y continuas pueden reducir la vigilancia y la acti-
vación. Las vibraciones intermitentes pueden tener un efecto de estimula-
ción y alerta, mejorando el rendimiento en una tarea monótona que requie-
ra un estado de vigilancia.
En cuanto a las actuaciones preventivas a realizar, siempre han de seguir el
esquema general de actuar sobre el riesgo en origen y, si no es posible,
aminorar o evitar sus posibles consecuencias negativas. No es una política
preventiva adecuada intentar solventar el problema mediante la aplicación
de medidas que intenten paliar los posibles efectos negativos del peligro,
obviando la solución buena y, generalmente definitiva de actuar sobre el
foco del peligro.

2.2.3 Radiaciones ionizantes.


Las radiaciones son un tipo de energía que se propagan en el espacio y que
pueden estar presentes en el medio ambiente laboral. Un tipo de radiación
son las radiaciones electromagnéticas, cuyo origen puede ser natural o arti-
ficial y están compuestas por ondas eléctricas acompañadas de un campo
magnético.
Para su clasificación se atiende a las características comunes a todo tipo de
ondas:
- longitud de onda,
- frecuencia, y
- energía.

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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Las radiaciones de longitud de onda pequeña y elevadas frecuencias son


las que mayores energías suelen transmitir, por el contrario las radiaciones
de grandes longitudes de onda y pequeña frecuencia son las de menor
energía.
En función de la energía que transmiten pueden producir determinados
efectos en las materias que las reciben permitiendo su clasificación en:
- Ionizantes, y
- No Ionizantes.
Las radiaciones ionizantes, aquellas que mayor energía tienen, son capaces
de ionizar la materia a la que afectan. Se entiende por ionizar el fenómeno
mediante el cual se desestabiliza la estructura de la materia que recibe la
radiación, generando partículas con cargas eléctricas (iones).
Las radiaciones ionizantes se dividen en dos grandes grupos:
- De naturaleza electromagnética, como el caso de la luz visible, que se
limita a emitir una onda sin masa ni partículas con carga eléctrica.
Dentro de este tipo, como radiaciones ionizantes están: los rayos X y las
radiaciones Gamma ( Y).
- Corpusculares, donde lo que se emiten son partículas de los átomos
con masa y determinada carga eléctrica. En este caso tenemos los
rayos alfa (a) y los rayos beta (B).
Las radiaciones ionizantes pueden tener un origen natural como los rayos
cósmicos, materiales radiactivos que se encuentran en la corteza terrestre,
aire, alimentos e incluso dentro del propio cuerpo humano, (potasio, carbo-
no, etc.); o un origen no natural o artificial mediante su utilización en proce-
sos industriales o aparatos comerciales.
Las radiaciones naturales no suelen presentar, en condiciones normales,
mayores problemas por cuanto su intensidad es tal que puede ser absorbi-
da por el cuerpo humano que cause daños.
Las radiaciones artificiales como las originadas en procesos industriales,
entre los que destacan las centrales de energía nuclear, suelen contener
mayor intensidad y pueden ser altamente peligrosas si no se toman las
medidas oportunas.

pag 87
En cualquier caso el efecto de las radiaciones ionizantes dependerá de:
- La intensidad de la radiación.
- El tiempo de exposición a esa radiación.
- La cantidad de esa radiación que sea absorbida por nuestro cuerpo.
Cuando se intenten llevar a cabo actuaciones preventivas, el primer punto
es la identificación y cuantificación de los focos de radiación ionizante, en
segundo término es el intento de aislamiento de dicho foco. Si ello no fuera
posible, pasaríamos a la correcta protección de las personas. En tercer tér-
mino sería la limitación del tiempo que las personas deberían de estar
expuestas a dicha radiación, que se limitaría al máximo posible.
Los efectos para la salud dependen de la dosis absorbida por el organismo.
Puede afectar a distintos tejidos y órganos (médula ósea, órganos genita-
les, tejido linfático,...), provocando desde nauseas, vómitos y cefaleas hasta
alteraciones cutáneas y cáncer. Para finalizar, se deberían de realizar con-
troles médicos periódicos para comprobar las dosis absorbidas y sus efec-
tos sobre las personas.
Un ejemplo lo suponen los núcleos de los detectores contra incendios
denominados iónicos, que de forma clara y mediante la señalización opor-
tuna nos indica la existencia de una fuente de radiación ionizantes y nos
alerta contra su manipulación.

2.2.4 Radiaciones no ionizantes.


Las radiaciones no ionizantes son aquellas que debido a las características
de su energía, no son capaces de originar el fenómeno de ionización.
Forman el grupo de las radiaciones no ionizantes, las siguientes:
- Ultravioletas.
- Luz Visible.
- Infrarrojas.
- Microondas.
- Radiofrecuencias.
- Láser.
Todas ellas pueden representar en determinados momentos y bajo condi-
ciones extremas, graves daños para las personas.

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Comenzaremos a analizar las más importantes y sus características:


• Las radiaciones ultravioletas o UV: la fuente más importante de radia-
ción ultravioleta es el Sol, aunque existen otras fuentes como determi-
nadas lámparas de gases y como las que se producen con el arco de
soldadura. Las exposiciones prolongadas al sol sin la debida protección
originan quemaduras en la mayoría de los casos. Si esa exposición es
prolongada el grado de las quemaduras es mayor. También se señala a
este tipo de radiaciones como las causantes de un gran número de
tumores cancerígenos de piel. Los ojos también son órganos que
sufren con particular gravedad la acción de este tipo de radiaciones.
• Las radiaciones infrarrojas también tienen su origen primordial en el
sol, pero existen otra serie de fuentes como son las llamas o los fluo-
rescentes. Al igual que las radiaciones ultravioletas su acción es más
negativa en la piel y en los ojos. En la piel origina enrojecimientos y
quemaduras, y en los ojos pueden llegar a generar lesiones graves
como determinados tipos de cataratas.
• Microondas: muy conocida su acción de calentamiento de alimentos
en el ámbito doméstico, una exposición incontrolada a su acción puede
originar un efecto de calentamiento sobre los tejidos humanos.
Asimismo, en exposiciones más elevadas pueden originar cefaleas,
vómitos, dolores torácicos, etc. Incluso se recoge la posibilidad de pro-
ducir leucemia o cáncer.
• Radiofrecuencias: sus efectos suelen ser menos nocivos que los ante-
riores, ya que su efecto de calentamiento sobre los tejidos, uno de los
efectos que se observan como propios de la exposición a este tipo de
radiaciones, es mucho menor que en los casos anteriores.
• Láser, sus efectos sobre el hombre van a depender en gran medida del
tipo del láser al que nos estemos refiriendo. Existen láseres inocuos
para el cuerpo humano y radiaciones de este tipo que pueden llegar a
cortar los tejidos (como en el caso de los bisturís de láser). Los órganos
más delicados a su exposición vuelven a ser la piel y los ojos. En el pri-
mer caso pueden originar quemaduras, y en algunos casos lesiones
relacionadas con el cáncer de piel. En los ojos pueden llegar a produ-
cir quemaduras en la retina.

pag 89
En todo caso, como se dijo en las radiaciones ionizantes, los efectos de una
determinada radiación dependerán tanto de las características de la radia-
ción como de las características de las personas que la reciban.

2.2.5 La iluminación.
Tanto en el caso que nos ocupa como en los dos siguientes, lo que vamos
a analizar es un determinado tipo de energía radiada. En este caso estamos
hablando de que una energía como tal no suele plantear ningún problema
a la salud de los trabajadores, pero sí que es de gran importancia a la hora
de la realización de las tareas por cuanto tiene una influencia directa en la
apreciación visual de todos los elementos y detalles.
Para que la iluminación exista ha de existir una fuente que genere esa radia-
ción que se suele denominar luz. Esta fuente puede ser de dos grandes tipos:
- La natural, la que proviene del Sol.
- La artificial, que proviene de fuentes como las lámparas de incandes-
cencia, de fluorescencia o de descarga de gases.
En diferentes lugares de trabajo, ambos tipos de fuentes se usan ya que
tanto de día como de noche se realizan trabajos. La norma se inclina por la
iluminación natural, por sus mejores cualidades sobre la artificial. Pero esto
no siempre es posible por lo que hay que diseñar un sistema de iluminación
artificial capaz de permitir realizar las tareas de todos los trabajadores con
garantía de seguridad.
Cuando se diseña un sistema de iluminación hay que tener en cuenta
muchas cosas. Tal vez una de las más importantes, y que no suele tenerse
muy en cuenta en otras actividades, es la limitación respecto a la fuente de
alimentación de los elementos utilizados. Es decir, la limitación de corriente
eléctrica que se suele tener en determinados trabajos. En determinados
casos se limita a una batería o a un grupo de baterías que pueden recarga-
se o no. En otros casos esta limitación no es tal por cuanto que pueden exis-
tir grupos específicamente pensados para la generación de energía consis-
tentes en motores diesel.
Hemos de tener en cuenta determinados conceptos a fin de obtener un
buen resultado:
- Un adecuado nivel de iluminación.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- Evitar grandes contrastes.


- Evitar deslumbramientos.
- Evitar cualquier otro efecto negativo debido a una inadecuada iluminación.
La cantidad de luz aportada al lugar de trabajo o de tarea ha de ser la ade-
cuada para la misma. La forma de medir esa cantidad de luz es muy varia-
da y se distinguen varios parámetros de medida. Considerando un esque-
ma básico de foco de luz medio y zona receptora de la luz emitida, podre-
mos distinguir:

Sin lugar a dudas, el lux es la unidad que más se emplea en el mundo de la


prevención de riesgos laborales como indicador del nivel de iluminación. A
continuación se mostrará una tabla con valores referencia dados para dife-
rentes lugares de trabajo:

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Las medidas en lux se realizan con un aparato denominado luxómetro.
Se ha de entender como contraste a la diferencia de intensidad luminosa
entre dos objetos que estén en nuestra visión. Técnicamente se denomina
como la diferencia de luminancias entre un determinado objeto y el fondo
que lo rodea. La existencia de grandes contrates es terriblemente molesto
para el trabajador por cuanto ha de estar adaptando su visión a los distintos
niveles de iluminación que puedan existir. Particular importancia tiene cuan-
do las tareas han de realizarse de noche, dándose la posibilidad de zonas
que estén altamente iluminadas y zonas que presenten un estado de casi
penumbra o falta de iluminación. Ha de procurarse una uniformidad en la ilu-
minación a fin de evitar este fenómeno. No obstante un cierto grado de con-
traste facilita las labores que necesitan de la agudeza visual del trabajador.
La existencia de focos luminosos de elevada intensidad, es decir, de gran
luminancia en el campo visual del trabajador suele ser el elemento más
común que genera el deslumbramiento, durante el cual se provoca una sen-
sación similar a la ceguera y que inutiliza al trabajador para la percepción
visual. Es la sensación de mirar a los focos de los coches durante la noche.
En los trabajos nocturnos, con la aplicación de potentes focos que iluminan
las zonas de trabajo se generan multitud de situaciones de deslumbra-
miento, en particular si el objeto de la mirada está cercano a la ubicación
de dichos focos. De particular importancia pueden tener las malas disposi-
ciones de luces que han de llevarse encendidas de noche, y que pueden
generar el deslumbramiento continuo que impida una correcta visión de lo
que ocurre a su alrededor.
Existen otra serie de efectos negativos sobre la percepción visual entre los
que destaca el denominado efecto estroboscópico que consiste en la per-
cepción visual imperfecta debido a que la fuente de luz no se genera de
forma continuada, sino intermitente. En cualquier caso se han de intentar
evitar por todos los medio posibles la materialización de tales situaciones.
Se ha de hacer un esfuerzo en la fase de diseño de los lugares de trabajo para
tener en cuenta todo lo anteriormente dicho. Además, debería de hacerse un
adecuado mantenimiento de los focos de luz comprobando su estado de lim-
pieza y conservación, así como proceder a un recambio rápido de aquellos
focos de luz que se vayan inutilizando. Se han de tener en cuenta los posibles
efectos de deslumbramiento por reflexión, por lo que habrá que estudiar la

92 pag
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orientación de los focos de luz y de la conveniencia de las pinturas en pare-


des, locales y suelos que faciliten una buena calidad de iluminación.
Las instalaciones de luces artificiales han de estudiarse para que no consti-
tuyan un riesgo por sí mismas.
Para los lugares de trabajo, en aquellas zonas en que la realización de
determinadas tareas dependa en exclusiva de la luz artificial, ya sea por el
sitio o por la hora en que se realice, se deberá de tener en cuenta la posi-
bilidad de un fallo de la iluminación y habilitar otro alumbrado suplementa-
rio y que entre en funcionamiento ante el fallo del principal, que permita rea-
lizar las labores de emergencia que se estimen necesarias: evacuación o
abandono del lugar de trabajo, reparaciones, etc.

2.2.6 Las condiciones ambientales: temperatura y humedad.


No cabe la menor duda que la forma de desarrollarse determinadas activi-
dades a la intemperie, hacen de este tipo de condiciones unas de las que
más endurecen la tareas.
Todas las personas necesitamos mantener una temperatura interior de 37º
centígrados para que nuestro cuerpo pueda realizar todos los procesos
habituales que garantizan nuestra supervivencia con el menor esfuerzo.
Cuando se habla de temperatura interior nos referimos a la parte más inter-
na del cuerpo humano: el cráneo, los órganos vitales del tórax como el cora-
zón, las partes musculares de las extremidades, etc. El resto del cuerpo que
se dispone en la periferia de este núcleo: la piel, el tejido más próximo a la
piel, etc. actúan como aislante, si bien tienden a tener una temperatura más
próxima a la del medio ambiente que rodea a la persona aunque sin tener
grandes diferencias con la temperatura interna.
El mantenimiento de la temperatura ideal antes mencionada va a depender
de numerosos factores que de forma genérica se vienen a denominar con-
diciones termohigrométricas. En este caso vamos a incidir en cuatro facto-
res decisivos:
- Temperatura del aire.
- Tipo de actividad que se realiza.
- Humedad.
- Velocidad del aire.

pag 93
El propio cuerpo humano tiene cierta capacidad de autorregulación que
permite responder de forma adecuada a determinadas temperaturas que no
sean las adecuadas para las personas. Así tenemos la reacción del cuerpo
mediante espasmos que se denominan "tiritar" cuando estamos expuesto a
una temperatura más baja de lo deseable. En el caso contrario, el sudor es
el mejor ejemplo de respuesta del cuerpo humano ante temperaturas dema-
siado elevadas. Estas respuestas suelen ser puntuales y nos avisan de con-
diciones ambientales no favorables desde el punto de vista del manteni-
miento de la temperatura interna. Una excesiva exposición a los factores
que originan esta situación puede suponer un cambio de temperatura inter-
na tal que puede originar la muerte.
A continuación se muestra un gráfico en el que se indica a qué temperatu-
ras internas, es decir, a que temperatura de los órganos internos se produ-
ce la muerte de las personas, ya sea por un incremento de la temperatura
interna o Hipertermia, o por su descenso o Hipotermia.
Observando el
gráfico partimos
de una situación
en los 37º C que
suele correspon-
der a una situa-
ción medioam-
biental adecuada.
Una vez que nos
alejemos de estas
zonas comenzare-
mos a sufrir una
serie de alteracio-
nes que pueden
acabar en la
muerte.
En el mantenimiento de la temperatura interna influirá de forma decisiva la
temperatura del aire en que se encuentre dicha persona por cuanto el cuerpo
humano tenderá a igualar su temperatura con la del ambiente que le rodea, a
no ser que establezcamos algunos mecanismos que alteren este proceso.

94 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Cuando las personas están en medios fríos una de las formas de poder
mantener la temperatura interna es la de aislarse adecuadamente, por ello
se ha de mejorar el aislamiento de la piel y el tejido subcutáneo mediante la
utilización de ropa de abrigo adecuada. Cuando nos encontramos en
medios calurosos y trabajamos a la intemperie, una forma de aliviar ese
calor suele ser aligerando nuestra vestimenta; siempre llegando a un com-
promiso que nos permita protegernos de otros peligros como puede ser la
excesiva radiación del Sol, etc. La medida de la temperatura del aire se hace
mediante termómetros de los que existen diversos tipos.
Además de la temperatura, que puede ser uno de los factores con más peso
en la sensación que tengamos de frío o de calor en un determinado lugar,
existen otros factores de gran importancia que a continuación intentaremos
analizar de forma breve.
Uno de ellos es el tipo de actividad que estemos realizando. Cualquier acti-
vidad que el hombre realiza conlleva una generación de calor por el mero
hecho de tener que movilizar una serie de órganos. A mayor intensidad en
la actividad mayor será la generación de calor. Esta situación hay que tener-
la muy en cuenta a la hora de diseñar los puestos de trabajo, en particular
en determinadas tareas. Así, en tareas que están a la intemperie, pero que
exijan una gran actividad física, hemos de tener en cuenta que la protección
que tenemos que hacer de las personas es menor si existiese la certeza de
temperaturas frías. Sin embargo, en casos de exposición a temperaturas
cálidas, tendríamos un problema que se intentaría solucionar mediante el
aligeramiento del aislante o la dosificación de los esfuerzos a realizar.
La humedad es otro de los elementos determinantes a la hora de definir la
sensación de frío o calor de un determinado ambiente de trabajo. Un
ambiente húmedo aporta una sensación de mayor frío y de mayor calor. La
mayor cantidad de vapor de agua en el aire hace que, en el caso del frío, la
efectividad de las prendas aislantes sea menor, este caso se agrava si la
humedad viene dada por un contacto directo con el agua, ya sea de mar o
de lluvia. Del mismo modo, en situaciones de calor, un elevado grado de
humedad impide la evaporación del sudor, por lo que la sensación que tie-
nen las personas es de mayor disconfort o inconfort.
Por último la velocidad del aire influye de manera notable en la apreciación
de la sensación de frío o calor que se tenga. Una velocidad elevada tiende
a aumentar la sensación de frío y a disminuir la sensación de calor, en líne-

pag 95
as generales. La ausencia de viento genera una mayor sensación de calor
y una menor sensación de frío. En los trabajos a la intemperie, la velocidad
del viento es un elemento que debemos de tener en cuenta. Si se realizan
trabajos que exijan un elevado movimiento corporal o la realización de
esfuerzos, el cuerpo generará calor que se manifestará con la aparición del
sudor. La sensación térmica es la de calor, por lo que se tenderá a aliviar el
aislamiento térmico mediante el desprendimiento de parte de la vestimenta.
En este caso, la presencia de viento generará una evaporación acelerada
de dicho calor y un efecto enfriamiento más intenso, por lo que se pueden
originar resfriados, lumbalgias, etc. En el ejemplo contrario, en una sala de
máquinas en la que no se produzca una adecuada renovación del aire, ten-
dremos una velocidad nula. La sensación será de mucho más calor por la
elevada temperatura que origina el normal funcionamiento del motor princi-
pal y de sus instalaciones auxiliares.
En el caso de la construcción y trabajos en obras las actividades discurren,
en muchos casos, a la intemperie. Se puede afirmar que las personas que
en ella trabajan se pasan toda la jornada de trabajo expuestas a las condi-
ciones medio ambientales que reinen en dicho día. La única forma de pro-
tegerse es el aislamiento que puede aportar la vestimenta. En el caso del
frío, las ropas que están en contacto con el cuerpo debería de ser de algo-
dón, ya que sus fibras naturales son más idóneas para dicha situación. En
la zona más externa se suelen disponer trajes de agua impermeables que si
bien frenan el contacto del agua externa, ya sean de mar o de lluvia con el
cuerpo humano, generalmente no permite una adecuada transpiración que
conlleva una sensación de humedad por condensación muy desagradable.
Esto suele darse con mayor intensidad en los momentos en que hay que
realizar un mayor ejercicio físico en la tarea. Esta sensación perdura una vez
acabado el ejercicio físico, por lo que la sensación es más desagradable, en
particular en tareas de grandes esfuerzos físicos puntuales y que luego exi-
gen la espera de resultados expuestos a la intemperie.
En el caso contrario, los puestos que se han de desarrollar en zonas con
presencia de ciertas máquinas suelen estar expuestos a altas temperaturas,
en particular en los meses de verano. En este caso, las naves que albergan
máquinas, mal diseñadas provocan una pobre renovación del aire, que
aumenta la sensación de calor, unido a que el espacio dedicado a esta ocu-
pación suele ser muy reducido en aras de un máximo aprovechamiento del

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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

lugar de trabajo para funciones económicamente más rentables (almace-


namiento de materiales, almacenamiento de producción, etc.).
Lo deseable sería:
- la racionalización de los turnos en las tareas, de modo que permitiera
una adecuada dosificación de los esfuerzos,
- una mejora del diseño de los lugares que tuviera en cuenta la naturale-
za de las tareas a realizar y el posible confort térmico de los trabajado-
res con actuaciones como:
- buena ventilación de los espacios cerrados de máquinas, con dotación
de cabinas de control climatizadas donde fuera posible.
- diseño de máquinas para evitar un contacto directo con el trabajador,
mediante aislamientos o protecciones colectivas.
- En trabajos a la intemperie, acondicionamiento de zonas o lugares para
el refugio de los trabajadores.

La calificación que suele realizarse del ambiente térmico que nos rodea
varía de la sensación de frío a la de calor. En la zona central estaría una zona
denominada de confort térmico, y luego ante temperaturas extremas tendrí-
amos consecuencias negativas que podrían desembocar en la muerte.
Antes de llegar la muerte se nos presentarán lesiones más o menos graves
que a continuación se describe.
Frío: congelaciones e hipotermia.
Calor: golpes de calor, deshidratación, etc.

pag 97
2.3 Los agentes biológicos
Cuando hablamos de agentes biológicos estamos hablando de seres vivos,
de muy pequeño tamaño, que al contactar con el cuerpo humano o al intro-
ducirse en él pueden producir un daño o lesión. La definición que la norma
da es:
Agentes biológicos: microorganismos, con inclusión de los
genéticamente modificados, cultivos celulares y endoparásitos
humanos, susceptibles de originar cualquier tipo de infección,
alergia o toxicidad.
En nuestro país, este peligro viene regulado a través del Real Decreto
664/1997, de 12 de mayo, sobre protección de los trabajadores contra los
riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el tra-
bajo. Y por la Orden de 25 de marzo de 1998 por la que se adapta en fun-
ción del progreso técnico el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre
la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la
exposición a agentes biológicos durante el trabajo.
Los organismos más comunes dentro de este grupo serían:
• Virus: son los organismos más pequeños, de estructura muy simple,
necesitan introducirse en un ser vivo para poder subsistir. Existen infini-
dad de ejemplos, pero tal vez el más conocido sea el virus de la gripe.
• Bacterias: son organismos algo más complejos que los virus de los
que se diferencian en que éstos pueden sobrevivir sin más, por lo que
puede estar latentes en determinados objetos a la espera de un con-
tacto con un ser vivo al que pueden infectar. Un ejemplo son los agen-
tes causantes del tétano.
• Protozoos: son organismos de estructura simple, pueden infectar al
hombre de muy diversas maneras, una de las más conocidas es a tra-
vés de los insectos como ocurre con la malaria.
• Hongos: son estructuras de carácter vegetal que pueden afectar al
hombre de diversas maneras. Tal vez las más conocidas sean las infec-
ciones de la piel a través de los organismos conocidos como cándidas,
y habitualmente denominadas "hongos". También pueden infectar las
vías respiratorias.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

• Helmintos o gusanos: son animales más complejos, con forma de


gusano y de tamaño visible, ya que pueden llegar a medir varios milí-
metros. Ejemplo son las lombrices, que alojándose en el intestino, son
arrojadas por las heces.
Todos ellos pueden causar grandes enfermedades.
La forma de entrada en el cuerpo humano suele ser:

Atendiendo a los efectos que causan en las personas el R.D. 664/1997, esta-
blece la siguiente clasificación de los agentes biológicos:

Según la norma antes mencionada, los trabajos en los que hay más facili-
dad o propensión a estar expuesto a este tipo de agentes suelen ser:
• Trabajos en centros de producción de alimentos,
• Trabajos agrarios.

pag 99
• Actividades en las que existe contacto con animales o con productos
de origen animal.
• Trabajos de asistencia sanitaria, comprendidos los desarrollados en
servicios de aislamiento y de anatomía patológica.
• Trabajos en laboratorios clínicos, veterinarios, de diagnóstico y de
investigación, con exclusión de los laboratorios de diagnóstico micro-
biológico.
• Trabajos en unidades de eliminación de residuos.
• Trabajos en instalaciones depuradoras de aguas residuales
La acción preventiva a realizar ha de enfocarse en una triple vertiente de
actuación:
- sobre el foco de origen de los agentes contaminantes biológicos con
medidas como el aislamiento de dicho foco o actuaciones más concre-
tas y directas como medidas de higiene en duchas comunes para evi-
tar la infección de hongos, protección de las superficies metálicas que
presenten óxido, etc.
- evitar la transmisión. Para ello se han de tener en cuenta las vías de
transmisión antes mencionadas y actuar en consecuencia. Ejemplos de
este tipo de actuaciones serían la adecuada potabilización de las aguas
que se tomen, la desinfectación del lugar de trabajo, la utilización de
cubiertos individualizados y convenientemente limpiados después de
su uso, el uso de prendas de vestir de otras personas, etc.
- para finalizar nos quedan las actuaciones que se pueden hacer sobre
las personas entra las que destacan las vacunaciones contra los efec-
tos de las infecciones, una adecuada higiene corporal, y UNA ADE-
CUADA FORMACIÓN E INFORMACIÓN SOBRE ESTE TIPO DE PELI-
GROS.

3. La carga de trabajo, la fatiga y la insatisfacción laboral


Ya se ha comentado la particular concepción de las personas como una rea-
lidad en la que se pueden distinguir tres grandes áreas o parcelas íntima-
mente relacionados: la física, la psíquica y la social. Es fácil entender que el
trabajo afecta, de una manera muy particular a esa realidad denominada
persona en cada uno de sus tres grandes áreas y no cabe la menor duda

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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

de que cada una de ellas se verá afectada en mayor o menor medida en fun-
ción del tipo de trabajo de que se trate.
La necesidad de satisfacer las exigencias que la tarea tiene en cada una de
estas áreas requiere la movilización de los recursos adecuados de cada una
de las personas encargadas de la realización de la tarea. El nivel de exi-
gencia puede ser muy variado por lo que sus efectos también lo serán. Las
características de cada persona hacen a uno más o menos resistente a los
esfuerzos exigidos en cada ocasión por lo que un mismo esfuerzo exigido
a diversas personas, puede tener unos resultados muy diversos.
El resultado de una gran exigencia en la tarea es la sensación de fatiga que
produce, ya sea al final de la jornada o en determinados momentos de la
misma. Es una situación peligrosa, por cuanto conlleva una menor capaci-
dad de respuesta de las personas.
La satisfacción laboral es un tema de gran importancia, por cuanto de él
dependen, desde la propia salud de las personas a la salud de todo el sis-
tema en cuanto a buena producción, adaptación a los cambios, etc.
Estos tres puntos, bien diferenciados unos de otros, pero dependientes de
forma clara y evidente, son los que se pretenden desarrollar a continuación.

3.1 Definición de carga de trabajo


El concepto de carga de trabajo viene a incidir en la parte negativa del tra-
bajo. En concreto, aquélla en la que lo que se exige para la realización de
la tarea sobrepasa las capacidades de las personas.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo, ofrece la siguien-
te definición del concepto carga de trabajo:
"el conjunto de requerimientos psico-físicos a los que el trabaja-
dor se ve sometido a lo largo de la jornada laboral".
Mediante esta definición se reconoce que la persona encargada de una
determinada tarea ha de movilizar recursos tanto físicos como mentales
para la satisfacción de los requerimientos de dicha tarea. Históricamente se
han dividido los trabajos en aquellos que únicamente requerían ejercicio físi-
co y los que únicamente requerían una actividad mental o, generalmente,
de dirección o control.

pag 101
Una análisis detenido del mundo del trabajo nos demuestra que el cualquier
tipo de tareas se exige una movilización de cuerpo y mente para su cumpli-
miento. Por muy física que sea una tarea, siempre necesitará una dosis de
movilización de la actividad mental. Baste recordar el famoso dicho "más
vale maña que fuerza", que no viene más que a demostrar que dicha movi-
lización mental, ya sea a través del ingenio o reflexión, o de la experiencia
acumulada en la realización de la tarea, siempre va íntimamente ligadas. En
el caso contrario, puede ocurrir lo mismo.
Pasemos a describir las características de la carga de trabajo, es decir, la
carga física y la carga mental o psíquica.

3.2 La carga física.


A continuación analizaremos de forma resumida todos aquellos aspectos
de la vertiente física de la carga de trabajo, es decir, los requerimientos físi-
cos que las personas han de satisfacer para la realización de una determi-
nada tarea.
A la hora de establecer un método de aproximación al estudio de la carga
física de una determinada tarea se suelen considerar tres aspectos básicos:
- Los esfuerzos físicos.
- Las posturas de trabajo.
- La manipulación de cargas.
Los esfuerzos físicos son los actos mediante los que se han de poner en
acción una serie de músculos que aporten la fuerza necesaria para los
requerimientos. Existen dos grandes formas de movilizar los músculos que
originan, a su vez, una clasificación en tipos de trabajo realizados:
- Estático, definido como tal cuando la contracción de los músculos es
continua y se mantiene durante un cierto período de tiempo, la sujeción
de un cabo que tenga tensión.
- Dinámico, en este caso produce una sucesión periódica de tensiones y
relajamientos de los músculos activos, todas ellas de corta duración,
por ejemplo la recogida y transporte de una carga.
Se suele apuntar el hecho que las tareas que permiten una trabajo dinámi-
co son mejores por cuanto el tipo de esfuerzo que se realiza genera, de
modo general, menos consecuencias negativas que los esfuerzos estáticos.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Una de las cosas más importantes a este respecto es saber cuándo una
tarea exige unos esfuerzos asumibles por las personas, y cuándo no lo son.
Habitualmente se utilizan tres criterios de valoración para la determinación
de cómo es la carga física de una tarea:
- El consumo de energía.
- El ritmo respiratorio o, lo que es lo mismo, la medida del consumo de
oxígeno.
- El ritmo cardíaco.
La medición de estos parámetros está relacionada con las características de
la persona tales como la edad, la experiencia, etc. De forma general, cuan-
do estamos ante un trabajo penoso, de gran carga de trabajo, el consumo
de energía aumenta, y también aumenta el ritmo respiratorio y el cardiaco.
Ante este tipo de trabajo es necesario organizar el mismo de manera que se
consigan los mismos resultados sin que las exigencias sobrepasen los lími-
tes normales.
Para ello podemos actuar básicamente de dos maneras:
- Mejorando los métodos y medios de trabajo.
- Introduciendo tiempos de reposo adecuados.
Las posturas de trabajo se están demostrando como uno de los factores
que, dentro del concepto de carga física, más influyen de forma negativa en
las personas. Lesiones de espalda, de cervicales, lumbalgias, etc. son algu-
nas de las patologías que se pueden observar en trabajadores sometidos a
la realización de posturas inadecuadas en el trabajo.
Existen, básicamente dos posibles posturas a la hora de realizar un trabajo:
- Sentado, en donde el peso no recae sobre las piernas sino sobre la
zona apoyada, por lo que suelen ser posturas consideradas como más
cómodas por el menor esfuerzo que hay que realizar
- De pie, en donde el trabajador no recibe ningún apoyo para aliviar el
esfuerzo de mantenerse erguido.
Tanto una como otra tienen sus pros y sus contras si no se realizan con la
debida corrección.
En la posición de sentados, se ha de mantener la espalda recta, la zona de
trabajo ha de quedar justamente enfrente evitando la torsión del cuerpo y a

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una altura que no obligue a movimientos de cabeza que se alejen de la posi-
ción erguida antes mencionada.
En cuanto a la posición de pie, conviene alternarla con otras que permitan
un descanso al trabajador, ya sea sentado o que le obligue a realizar movi-
mientos. La zona de trabajo ha de estar en una posición tal que permita a
las personas mantenerse erguidas, evitando esfuerzos de posiciones de tor-
sión, agachados, etc.
La manipulación de cargas regulada por el R.D. 487/1997 sobre disposicio-
nes mínimas de seguridad relativas a la manipulación manual de cargas que
entrañen riesgos, en particular dorsolumbares y por su guía para la correc-
ta aplicación, alerta y regula las actuaciones contra las incorrectas manipu-
laciones de carga que pueden conllevar lesiones.
El primer punto a tener en cuenta son las características de la carga, en par-
ticular dos:
- Peso, y
- forma,
El peso no tiene, de forma legal ninguna limitación, pero se considera un
peso de 25 kg. como el máximo que se debería manipular por una perso-
na. No obstante, la forma de la carga y sus dimensiones, pueden aconsejar
rebajar sensiblemente este peso.
A estas características de la carga hay que unirle otras tan importantes
como:
- Frecuencia con la que se ha de manipular esta carga.
- Las distancias que hay que desplazarse.
- Las características del lugar por el que hay que desplazarse.
- Las características individuales de cada trabajador.
Como norma general a la hora de tener que manipular o coger una deter-
minada carga se ha de:
- Informarse sobre su peso y estudiar la posibilidad de manipularla o no.
- Ver que la carga o nuestras manos no tiene sustancias que puedan difi-
cultar la manipulación (resbalar, hacer daño, etc.)
- Comprobar que el lugar al que tenemos que desplazar la carga y el reco-
rrido que hemos de realizar están en perfectas condiciones de tránsito.

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- Situarse al lado de la carga, apoyar los pies firmemente separándolos


una distancia similar a lo que serían la anchura de nuestros hombros.
- Flexionar la cadera y las rodillas, y no sólo las caderas.
- Coger la carga, y comenzar a levantar despacio, manteniéndola cerca
del cuerpo, estirando las piernas y manteniendo el tronco recto y la
cabeza levantada.
- No se ha de doblar la espalda ni la cabeza, ya que eso nos da una pos-
tura muy desfavorable para la columna.

3.3 La carga mental


El desarrollo tecnológico origina una reducción de la actividad física que
suele suponer un aumento de la información que se maneja. Esto es, se
exige un mayor esfuerzo intelectual. En este caso decimos que el trabajo
exige o tiene un mayor carga mental.
La carga mental de una determinada tarea vendrá determinada por:
- La cantidad y la calidad de la información que facilitará o complicará la
realización de la misma.
- El tiempo, en su doble vertiente de necesidad de realizar una tarea en
un determinado periodo y la forma en que nos llega la información en
cuanto al intervalo de su presentación, si nos da tiempo a pensar sobre
su significado o no.
- Las condiciones físicas del entorno de realización de la tarea: ruido,
temperatura e iluminación.
- Los denominados factores psicosociales, ya sean de origen laboral
como las relaciones jerárquicas que se den dentro del sistema produc-
tivo, los sistemas de comunicación, etc.; como los ajenos al mundo del
trabajo o las relaciones personales, el entorno social, etc.
- Las características propias del individuo: la edad, su personalidad, su
formación, etc.
A cada trabajador le influirá la realización de la tarea de una determinada
forma en cuanto a la carga mental.
Como antes se dijo, son muchos los factores que se han de tener en cuen-
ta a la hora de su análisis. Uno de los que nos gustaría resaltar a continua-
ción es la visión que de su trabajo tienen las personas lo realizan en lo que

pag 105
respecta a la sensación de aprecio por su tarea, ya sea en el ámbito de la
empresa como de la sociedad, el nivel de reconocimiento, etc.
La misma carga mental puede tener una tarea en la que haya que pensar
mucho y en muy poco tiempo, que aquellas tareas en que no haya que pen-
sar nada y se base en la realización de movimientos repetitivos y sencillos.
El aburrimiento es un factor que actúa de la misma manera que una alta exi-
gencia de resultados.
Existen varios métodos para el cálculo de la carga mental. Generalmente se
basan en la combinación de los siguientes principios:
- Estimaciones de la cantidad de trabajo exigido y de la calidad del
mismo.
- Obtención de datos objetivos en cuanto a las reacciones del cuerpo
humano: ritmo cardiaco, ritmo respiratorio, memorización de cosas, etc.
- Obtener la opinión de los propios trabajadores sobre la tarea.

3.4 La fatiga
Si bien su origen puede tener lugar en la carga física o en la carga mental,
se suele considerar la fatiga como una resultado global de la carga de tra-
bajo total. La fatiga no es mas que una reacción de nuestro cuerpo ante un
determinado grado de exigencias. Sus manifestaciones habituales son:
- Sensación de cansancio general.
- Una disminución de la atención.
- Una disminución de la motivación.
- Una lentitud del pensamiento.
Estos son los síntomas de una fatiga típica de exigencias puntuales de la
tarea que debemos realizar y que desaparecen tras un periodo de descan-
so en el propio día.
Existe, no obstante otra fatiga que es producto de una exigencia excesiva
de la tarea durante un periodo de tiempo prolongado. Es la denominada
fatiga crónica. Sus síntomas son los anteriores a los que hay que unir:
- Una inestabilidad emocional que se manifiesta en: irritabilidad, ansie-
dad, estados depresivos, etc.

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- Se presentan alteraciones del sueño, por lo que tampoco se consigue


un adecuado descanso.
- Se presentan alteraciones como: mareos, alteraciones cardíacas, pro-
blemas digestivos, etc.
Este tipo de síntomas se manifiestan a cualquier hora, y en particular en las
horas de descanso, por lo que es difícil determinar su origen.
Para la prevención de este problema, es necesaria su detección. Un buen
indicio es el análisis del absentismo laboral que se dé en la empresa. En su
defecto el tipo de enfermedades que se den.
Una vez detectado el problema se han de analizar las posibles causas, que
ha de pasar por un buen análisis de las condiciones de trabajo:
- condiciones ambientales (iluminación, ruido, condiciones termohigro-
métricas);
- análisis de los equipos y máquinas,
- exigencias mentales de la tarea,
- exigencias físicas, y
- la forma de organización de la empresa con especial incidencia en el
tiempo de trabajo, es decir, las jornadas y los horarios.

3.5 La insatisfacción laboral


Se suele definir la insatisfacción laboral como el rechazo que el trabajador
sufre a la realización de su trabajo y que viene motivado por múltiples fac-
tores pero que suele ser producto de la falta de identidad entre lo que la per-
sona espera del trabajo y lo que le ofrece.
Los elementos que más influyen en la insatisfacción laboral son: los defini-
dos como factores psicosociales y los factores de organización de la empre-
sa. Algunos autores los consideran a ambos bajo el nombre de factores psi-
cosociales. Tal como los define el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene
en el Trabajo, los factores psicosociales hacen referencia a:
Aquellas condiciones que se encuentran presentes en una
situación laboral y que están directamente relacionadas con
la organización, el contenido del trabajo y la realización de la
tarea, y que tienen capacidad para afectar tanto al bienestar o

pag 107
a la salud (física, psíquica o social) del trabajador como al
desarrollo del trabajo.
Dentro de estos factores se suelen agrupar hechos como:
- La inestabilidad en el empleo,
- el salario que se percibe por la tarea,
- el resultado del trabajo (si a pesar de los esfuerzos realizados no se
consiguen los objetivos),
- la estima o valoración del trabajo que se haga por los compañeros o los
jefes,
- las relaciones que existan con los compañeros de trabajo,
- los horarios de trabajo y los momentos de descanso,
- la valoración de las condiciones en que se realiza el trabajo
Estos hechos influyen en la valoración que las personas hagan sobre su tra-
bajo. No cabe la menor duda que si la respuesta a esa valoración es positi-
va, podemos hablar de satisfacción en el trabajo. En caso contrario nos
encontramos con el problema de la insatisfacción que repercutirá negati-
vamente tanto a nivel personal como de la organización.
En muchos casos la prevención de esta situación se escapa a la acción que
se pueda hacer desde la propia empresa, ya que dependen de políticas
regionales, nacionales e incluso internacionales.
En todo caso siempre habrá que promover que del análisis de los hechos
antes citados se obtenga una valoración positiva, mediante el intento de
cambio de aquellas condiciones de trabajo que no sean las más adecuadas.

4. Sistemas elementales de control de riesgos. Protección


colectiva e individual
A continuación se pasarán describir las actuaciones básicas que han de
realizarse en cada una de las empresas para la realización de una adecua-
da política de prevención de riesgos laborales. Tal como ya se indicó, el
cambio de mentalidad en esta materia hace que el objetivo último sea la eli-
minación de todas aquellas consecuencias negativas de los sistemas de
producción o empresas. En particular aquellas consecuencias que son lesi-
vas para las personas encargadas de ellas.

108 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

El esquema elegido para este tema será comenzar por el análisis de las exi-
gencias legales en cuanto al control de los riesgos dentro de los lugares de
trabajo. Se dará un repaso a las exigencias normativas y a los consejos de
los expertos a este respecto.
A continuación se desarrollarán dos apartados directamente relacionados
como son las protecciones colectivas y las individuales, actuaciones con-
cretas del control de riesgos y que han de estar siempre motivadas por un
adecuado estudio previo que indique cuál es la actuación más idónea, y
cómo ha de realizarse.

4.1 El control de los riesgos


Como ya se enunció anteriormente, el principio que ilumina toda la política
de prevención de riesgos laborales en nuestro país es la prevención. Es
decir, la realización de una serie de actuaciones que impidan que se mate-
rialicen aquellos resultados lesivos para las personas y los bienes. Esta
acción preventiva, recae en todos los involucrados en el sistema de pro-
ducción, si bien la ley señala al empresario con especial claridad como res-
ponsable directo del cumplimiento de esta política de prevención.
Por ello es necesaria la movilización de medios humanos y materiales para
la consecución de este objetivo. El estudio y análisis del mundo laboral han
ido creando especializaciones por campos en función de los elementos en
que fije su actuación. Si bien estos campos cada vez están más relaciona-
dos dan lugar a las diversas disciplinas:
- La Seguridad, que se ocupa del estudio de las condiciones materiales
que ponen en peligro la integridad física de los trabajadores.
- La Higiene, que se ocupa del estudio de contaminantes físicos, quími-
cos y biológicos presentes en el medio de trabajo, que pueden causar
alteraciones reversibles o permanentes en el trabajador.
- La tradicionalmente denominada Medicina del Trabajo y más actual-
mente citada como la Ciencia de la Salud, que se ocupa del estudio de
las consecuencias materiales y ambientales sobre las personas, y junto
con la Seguridad y la Higiene en el trabajo, establecen unas condicio-
nes de trabajo que no generen daños ni enfermedades.

pag 109
- La Ergonomía, conjunto de técnicas que tienen por objetivo adecuar el
puesto de trabajo a la persona y que muchos afirman que englobará a
todas las demás.
- La Psicosociología, que estudia los factores psicosociales ya mencio-
nados, referentes a las características psíquicas de la relación hombre-
tarea, y de organización de la empresa. Esta especialidad suele venir
unida a la ergonomía.
Desde cualquiera de las perspectivas que se enfoque un determinado tra-
bajo, siempre habrá que tener en cuenta lo enunciado por la Ley de
Prevención de Riesgos laborales, en particular en su artículo 15, denomi-
nado "Principios de la acción preventiva".
El primero de los requisitos es:
Evitar los riesgos.
Para ello la mejor opción es hacerlo cuando la tarea todavía no se está rea-
lizando. Dicen los expertos que el mejor análisis de riesgos es el que con-
testa a las siguientes preguntas:
- ¿Qué va o puede ir mal? (efecto no deseado).
- ¿Cuáles son las causas?
- ¿Cuáles las consecuencias?
- ¿Cuales son las probabilidades de que ocurra?
Las respuestas a estas preguntas han de fundamentarse en:
- un buen conocimiento del proceso productivo,
- un buen conocimiento de las técnicas preventivas, y
- un buen conocimiento de los datos sobre accidentes o incidentes de
dicho proceso o de procesos análogos.
Si durante esta fase se descubren cosas que pueden ir mal, pero que son
imposibles se exige:
Una evaluación de dichos riesgos, de modo que se pongan
medidas que minimicen la posibilidad de que el riesgo se mate-
rialice y produzca daños.
En esa evaluación han de tenerse en cuenta hechos como la necesidad de
que sea la tarea la que se adapte a las capacidades de las personas y no al

110 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

revés; los avances tecnológicos que puedan aplicarse y la posibilidad de


sustitución de elementos que puedan ser peligrosos por otros que no lo
sean o lo sean menos. Es decir, realizar una adecuada:
Planificación de la prevención
Finalmente, a la hora de tener que adoptar medidas concretas de preven-
ción de riesgos laborales, una vez que ha fallado la prevención inicial o no
haya sido posible controlar los riesgos del todo, se utilizaran medias de pro-
tección que eviten que las consecuencias de la materialización de un ries-
go sean lesivas. Para ello el principio que la ley exige es:
La adopción de medidas que antepongan la protección
colectiva a la individual.
Una vez fijada la política de prevención ha de mantenerse una continua vigi-
lancia a fin de observar posibles fallos o malfunciones del sistema diseñado.
En el caso de que se diera un daño se debería realizar la adecuada notifi-
cación del mismo así como un profundo análisis que permita obtener las
conclusiones necesarias para evitar su repetición.
Pasaremos, a continuación, a incidir de forma breve la aplicación de deter-
minadas protecciones fruto del fracaso de la erradicación del riesgo.

4.2 Protecciones colectivas


Son un conjunto de medios, (aparatos, elementos, equipos, etc.), y de téc-
nicas (formas de trabajo, instrucciones de uso, etc.) que han de utilizarse
cuando no ha sido posible la total eliminación de los riesgos, y que tienen
por objeto la protección de un conjunto de personas, siempre más de una,
de las consecuencias que pudiera tener la materialización de dicho riesgo.
Existirán tantos tipos como tipos de riesgo intente combatir siempre que
guarde la perspectiva de hacerlo para proteger a un colectivo.
Así se tendrán protecciones colectivas que eviten caídas: barandillas, cerra-
mientos, etc. Habrá otras que eviten la consecuencia de las caídas, (es decir
la caída se produce pero se impide que la altura de la que se cae sea tal
que pueda originar daños), por ejemplo las redes de protección.
Para las barandillas que se utilizan habitualmente en la construcción y
demás actividades se les exige una altura mínima de 90 cms.

pag 111
Otro ejemplo de protección colectiva lo suponen los resguardos que se dis-
ponen a las máquinas para que los elementos móviles no puedan dañar a
las personas.
La ventilación de los locales se ha de ver como una protección colectiva y
que es exigida de forma específica en algunos casos:
Habida cuenta de los métodos de trabajo y de las exigencias físi-
cas impuestas a los trabajadores, se deberá velar por que los
lugares de trabajo cerrados dispongan de aire fresco en cantidad
suficiente.
Si se utiliza una instalación de ventilación mecánica, deberá man-
tenerse en buen estado de funcionamiento

4.3 Protecciones individuales


De la misma manera que la aplicación de las protecciones colectivas supo-
nen un fracaso de la acción preventiva, las protecciones individuales se sue-
len considerar como un fracaso mayor por cuanto sólo es posible proteger a
las personas desde el punto de vista individual, lo que siempre supone la peor
de las situaciones preventivas, por cuanto su función es constatar la existen-
cia de ese riesgo e intentar evitar las consecuencias de su materialización.
Del mismo modo que se definieron las protecciones colectivas, se definirán
las individuales como el conjunto de equipos y técnicas que pretenden la
protección de los trabajadores de forma individualizada. Dentro de las pro-
tecciones individuales, las más conocidas son los denominados Equipos de
Protección Individual, más conocidos por sus siglas EPIs. Se regulan
mediante Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones míni-
mas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de
equipos de protección individual y la posterior Guía técnica para la utiliza-
ción por los trabajadores en el trabajo de los equipos de protección indivi-
dual. Es en estas normas en donde encontramos la definición de EPI:
Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el traba-
jador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan
amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier comple-
mento o accesorio destinado a tal fin.

112 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Los equipos de protección individual están diseñados para hacer frente a


uno o más riesgos, pero es muy difícil que ofrezcan una protección integral
sobre la totalidad de riesgos a los que puede enfrentarse una persona
durante todo el proceso productivo. Por ello es necesario:
- Analizar detenidamente la naturaleza del riesgo.
- Elegir convenientemente el equipo de protección individual más ade-
cuado.
- Limitar las condiciones de uso de dichos equipos a los momentos o
lugares en que sean precisos, así como a las personas que han de uti-
lizarlos.
- Formar e informar adecuadamente a las personas que han de utilizarlos.
- No utilizar estos equipos como sustitutos de otras medidas más gene-
rales y seguras.
La clasificación de los EPIs suele hacerse en función de la zona del cuerpo
que protegen. La clasificación que a continuación se ofrece es la que reali-
za la propia norma de regulación:
- Cascos de protección para la industria.
- Protectores de los ojos y de la cara.
- Protectores del oído.
- Protectores de las vías respiratorias.
- Guantes de protección.
- Zapatos y botas de seguridad.
- Ropa de protección.
- Chalecos salvavidas para los pesqueros.
- Protectores contra caídas.
Se ha de tener en cuenta que, muchas veces, los propios equipos de pro-
tección individual introducen nuevos riesgos que es preciso tener muy en
cuenta. Pérdida de movilidad, pérdida de visión, etc. son algunos de los
ejemplos. Es necesario conocer de forma precisa la función y el manejo de
estos equipos para que cumplan su objetivo.
Para finalizar recordar que es obligación del empresario proveer de forma
gratuita a los trabajadores de estos equipos, así como de formar e informar
adecuadamente a los trabajadores de la forma de uso y características prin-
cipales de los mismos.

pag 113
Por su parte el trabajador tiene la obligación de:
- Utilizar y cuidar correctamente los equipos de protección individual.
- Colocar el equipo de protección individual después de su utilización en
el lugar indicado para ello.
- Informar de inmediato a su superior jerárquico directo de cualquier
defecto, anomalía o daño apreciado en el equipo de protección indivi-
dual utilizado que, a su juicio, pueda entrañar una pérdida de su efica-
cia protectora.
Particular importancia tiene el último punto, por cuanto obliga al trabajador
a poner en evidencia cualquier deficiencia o anomalía que observe en estos
equipos.

5. Planes de emergencia y evacuación


La Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece en su artículo 20 la
obligatoriedad que tiene el empresario de establecer una serie de medidas
para una situaciones que, si bien no son normales, no es extraño que se
puedan producir. Son las denominadas medidas de emergencia. Podemos
denominar como emergencias, desde el punto de vista laboral, todas aque-
llas situaciones que, motivadas en circunstancias no normales, inesperadas
y súbitas den lugar situaciones de peligro para el total o un número impor-
tante de trabajadores, para las instalaciones o para el medio ambiente, ade-
más de para terceras personas ajenas al sistema productivo que bien pue-
dan estar visitando la empresa o bien tengan su residencia en las proximi-
dades de ella.
En este caso, el empresario tiene la obligación de
"teniendo en cuenta el tamaño y la actividad de la empresa, así
como la posible presencia de personas ajenas a la misma, debe-
rá analizar las posibles situaciones de emergencia"
El primer paso que tiene que hacer es un análisis de aquellas situaciones que
puedan originar una situación de emergencia comenzando por su definición
y posteriormente analizar las posibles repercusiones de la misma. La propia
norma indica qué medidas han de estar contempladas en cualquier caso:
"... y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxi-
lios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores,"

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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Para ello ha de utilizar los recursos que estime oportunos, siendo obligato-
ria la familiarización de este tipo de emergencia con los trabajadores, a los
que tiene que adiestrar y formar adecuadamente:
"designando para ello al personal encargado de poner en prácti-
ca estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su
correcto funcionamiento. El citado personal deber poseer la for-
mación necesaria, ser suficiente en número y disponer del mate-
rial adecuado, en función de las circunstancias antes señaladas”.
Con la utilización de los recursos internos no se agotan las medidas que el
empresario ha de realizar por lo que:
"Para la aplicación de las medidas adoptadas, el empresario
debe organizar las relaciones que sean necesarias con servicios
externos a la empresa, en particular en materia de primeros auxi-
lios, asistencia medica de urgencia, salvamento y lucha contra
incendios, de forma que quede garantizada la rapidez y eficacia
de las mismas."
El resultado de esta reflexión ha de ser la creación de un Plan de
Emergencias, que se define como:
"la planificación y organización humana para la utilización óptima
de los medios técnicos previstos con la finalidad de reducir al
mínimo las posibles consecuencias humanas y/o económicas
que pudieran derivarse de la situación de emergencia".
Su implantación es obligatoria mediante normas para determinados lugares
como hospitales, lugares públicos de grandes aglomeraciones de gente,
etc. Para la elaboración de estos planes, se han de realizar una serie de eta-
pas que se suelen clasificar como sigue:
- Identificación y Evaluación del riesgo.
- Medios de protección con los que se cuenta.
- Plan de Emergencia Interior.
- Implantación del plan, incluyendo la formación e información a los tra-
bajadores.
La realidad de que muchas actividades productivas no estén obligadas
mediante normas concretas a la realización estos planes, no significa que

pag 115
tengan que desentenderse de estos temas. También están obligadas a ana-
lizar las posibles situaciones de emergencia y formar e informar a sus tra-
bajadores de las mismas, adiestrándolos para familiarizarse con las reac-
ciones que deberían de tener en estos sucesos. Del mismo modo han de
preocuparse por las relaciones que otros recursos ajenos a la empresa pue-
den ofertarles, (bomberos, protección civil, hospitales, etc.) de modo que la
coordinación sea la adecuada cuando una emergencia ocurra.
Si bien la propia legislación que obliga a elaborar e implantar un plan de
emergencia, acostumbra a dar unas directrices sobre cómo hacerlo y fija
unos mínimos sobre sus características y contenido, éstas son general-
mente insuficientes para su implantación con garantías de eficacia.
Para dar respuesta a la cuestión de ¿cómo elaborar un plan de emergencia?,
en esta NTP acudimos a la Orden de 29.11.1984 del Ministerio del Interior.
Protección Civil: "Manual de Autoprotección. Guía para el desarrollo del plan
de emergencia contra incendios y de evacuación de locales y edificios".
Aunque su utilización es voluntaria y así lo refleja en su disposición 1ª la pro-
pia orden, su aplicación facilita significativamente los pasos a realizar para
evaluar el riesgo, redactar e implantar un plan de emergencia. Procedemos
seguidamente a desarrollar y comentar la citada orden.
El manual de autoprotección se estructura en cuatro documentos que
cubren cuatro fases para su correcta aplicación:
- Documento 1: evaluación del riesgo.
- Documento 2: medios de protección.
- Documento 3: plan de emergencia.
- Documento 4: implantación.

5.1 Tipos de emergencias


La elaboración de los planes de actuación se hará teniendo en cuenta la
gravedad de la emergencia, las dificultades de controlarla y sus posibles
consecuencias y la disponibilidad de medios humanos. En función de la
gravedad de la emergencia, se suele clasificar en distintos niveles:
a. Conato de emergencia: situación que puede ser controlada y solucio-
nada de forma sencilla y rápida por el personal y medios de protección
del local, dependencia o sector.

116 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

b. Emergencia parcial: situación que para ser dominada requiere la


actuación de equipos especiales del sector. No es previsible que afecte
a sectores colindantes.
c. Emergencia general: situación para cuyo control se precisa de todos
los equipos y medios de protección propios y la ayuda de medios de
socorro y salvamento externos. Generalmente comportará evacuacio-
nes totales o parciales.
En función de la disponibilidad de medios humanos, los planes de actua-
ción pueden clasificarse en diurnos (a turno completo y en condiciones nor-
males de funcionamiento), nocturnos, festivos, y vacacionales.
Acciones
Las distintas emergencias requerirán la intervención de personas y medios
para garantizar en todo momento:
- La alerta, que de la forma más rápida posible pondrá en acción a los
equipos del personal de primera intervención interiores e informará a
los restantes equipos del personal interiores y a las ayudas externas.
- La alarma para la evacuación de los ocupantes.
- La intervención para el control de las emergencias.
- El apoyo para la recepción e información a los servicios de ayuda exterior.
Para lograr una correcta coordinación entre todos los estamentos actuantes
ante una emergencia y dar eficacia y fluidez a las órdenes que darán lugar
a la activación de las distintas acciones a tomar, es aconsejable centralizar
en un centro de control la información y toma de decisiones durante el des-
arrollo de una situación de emergencia. Éste estará ubicado en un lugar
accesible y seguro del edificio. En el mismo estarán centralizados los
medios de comunicación interior y exterior, números de teléfono importan-
tes, centrales de alarma y en general toda la información necesaria durante
una emergencia.

5.2 Gestión de los diversos tipos de emergencias


Una vez vista la particular clasificación de las emergencias, se pasará a inci-
dir en aquellos párrafos dedicados en exclusiva a orientar y normar la orga-
nización de las actuaciones ante este tipo de emergencias.

pag 117
Desde el punto de vista de las recomendaciones dadas para las empresas
en general, existe una clasificación de las emergencias en función de sus
dimensiones:
- Inicio de Emergencia: son los momentos en que los orígenes de la
emergencia se están materializando. La emergencia es perfectamente
manejable por un personal muy poco numeroso y con una formación
no especializada y con unos medios fácilmente obtenibles.
- Emergencia Parcial: una vez originada la emergencia comienza a
ampliar sus dimensiones. Ya no sirve la actuación de unas personas
escasas en número y formación. Se necesita de la actuación de equi-
pos bien conexionados y con una buena formación. Los medios emple-
ados ya tienen que ser específicos para el caso.
- Emergencia General: digamos que la emergencia se extiende o puede
afectar a la práctica totalidad del recinto productivo. Ya es imposible
combatirla con los medios propios y se necesita ayuda externa.
- Evacuación: no pudiendo hacer frente a la emergencia, se impone el
abandono del centro productivo.
El grado de planificación y de coordinación que se tenga dentro de los
miembros que forman la empresa es muy importante a la hora de poder
detener la emergencia cuando esta sea manejable.
A este respecto se aconseja la creación de una estructura similar a la que a
continuación se describe. Se ha de comenzar definiendo los objetivos bási-
cos que hay que cumplir dentro de una emergencia:
- La detección de la situación.
- La difusión de la alarma.
- La actuación para combatirla.
- Las relaciones con el exterior: equipos de ayuda, información, etc.
La dirección de la lucha contra la emergencia ha de estar lo más centraliza-
da posible para evitar equívocos y discusiones. Para que esta centralización
sea efectiva se han de diseñar unos buenos canales de comunicación con
el resto de las personas. Será el jefe de emergencia el que ha de centralizar
todas las decisiones de la lucha contra la emergencia. El Jefe de
Emergencia poseerá sólidos conocimientos de seguridad contra incendios
y del Plan de Autoprotección debiendo ser una persona con dotes de

118 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

mando y localizable durante las 24 horas del día. Decidirá el momento de la


evacuación del establecimiento.
Para ello tendrá a su disposición a los diferentes responsables de las dis-
tintas zonas, y contará con los medios adecuados para comunicarse con
los trabajadores. Puede ser desde elevando la voz, o mediante la utilización
de aparatos como intercomunicadores, megafonía, etc.
Además, se han de formar una serie de equipos que deberían de estar bien
entrenados y organizados para las actuaciones en emergencias.
Básicamente podemos distinguir los siguientes:
- Equipo de detección y alarma, ha de "ver" la emergencia y ponerla en
conocimiento de aquellos que deban saberlo, que puede ser todos los
trabajadores o sólo parte de ellos.
- Equipos de Primera Intervención, su cometido es combatir esos prime-
ros momentos de la emergencia y valorar el posible éxito de su misión.
También han de valorar la necesidad de reforzar su actuación con más
personas.
- Equipos de Segunda Intervención, actuarán a demanda de los equipos
de primera intervención.
- Jefatura de Intervención, será el encargado de dirigir al Equipo de
Primera Intervención, y los de segunda en caso de necesidad. En él
recaerá la responsabilidad última de la valoración de la situación que
está combatiendo.
- Jefe de Emergencia, es el coordinador de toda la emergencia, deci-
diendo, sobre la base de las informaciones del jefe de intervención, las
acciones a realizar. Como ya se dijo esta figura recae sobre un mando
directivo de la empresa, como máximo responsable del lugar de traba-
jo y persona, generalmente, más formada y experimentada.
Es conveniente y obligatorio para determinadas empresas, que los lugares
de trabajo dispongan de instrucciones claras para los trabajadores que
deberán seguirse en caso de emergencia
Esto se ha de hacer en un cuadro de obligaciones, más conocido por el
nombre de cuadro orgánico, en donde se han de reflejar, al menos, los
siguientes cometidos:
- Identificación de la señal de emergencia.

pag 119
- El trabajador debe cerrar todas las puertas a su paso.
- Empleo del material antiincendio.
- Empleo del equipo de comunicación.
- Composición de las cuadrillas antiincendios.
Del mismo modo se exige un entrenamiento eficaz en la lucha contra las
emergencias, y en particular en aquellas que conlleven:
- Evacuación del lugar de trabajo, como resultado de cualquier tipo de
emergencia que no pueda resolverse. Ello conlleva la debida formación,
información y adiestramiento en el manejo de equipos y prácticas de
evacuación. Lucha contra incendios, exigiendo la composición de las
"cuadrillas" o equipos de intervención, que han de encargarse de su
extinción.

6. El control de la salud de los trabajadores


Definimos control de la salud de los trabajadores como todas aquellas
acciones que realizadas de un modo coordinado y periódico tienen por
objeto el comprobar la salud de un trabajador.
La vigilancia de la salud se articula como una parte esencial del derecho de
los trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y de salud
laboral.
Incluso se señala por la propia Ley que en aquellos casos en los que la
naturaleza de los riesgos inherentes al trabajo lo hagan necesario, el dere-
cho de los trabajadores a la vigilancia periódica de su estado de salud
deberá ser prolongado más allá de la finalización de la relación laboral.
En muchas ocasiones no se hace un seguimiento específico de los riesgos
a los que está expuesto el trabajador y los reconocimientos médicos debe-
rían ser específicos para estos diferentes riegos.

6.1 Normativa sobre la vigilancia de la salud


A continuación pasaremos a analizar la normativa básica sobre vigilancia de
la salud. El precepto básico está determinado por el artículo 22 de la L.P.R.L.
Comienza el mismo sentando las bases de la obligación que el empresario
tiene respecto a sus trabajadores en este tema:

120 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

"El empresario garantizará a los trabajadores a su servicio la vigi-


lancia periódica de su estado de salud en función de los riesgos
inherentes al trabajo."
Es una obligación que nunca puede tornarse derecho del propio empresa-
rio, por lo que ha de gozar con el permiso del propio trabajador, de forma
general:
Esta vigilancia sólo podrá llevarse a cabo cuando el trabajador
preste su consentimiento.
Se exceptúan de esta norma tres casos:
1. Los supuestos en los que la realización de los reconocimientos sea
imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de trabajo
sobre la salud de los trabajadores.
2. Para verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un
peligro para el mismo, para los demás trabajadores o para otras perso-
nas relacionadas con la empresa.
3. Cuando así esté establecido en una disposición legal en relación con la
protección de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad.
No obstante, para la aplicación de estas excepciones, se necesitará del
informe de los representantes de los trabajadores y se buscarán los reco-
nocimientos o pruebas que sean menos molestas para el trabajador.
Una de las características principales de todas las actuaciones que se rea-
licen para la vigilancia de la salud es que han de respetar el derecho a la
intimidad de los trabajadores por lo que se da el carácter de confidencial a
toda esta información. Sólo el propio trabajador, los servicios médicos y las
autoridades sanitarias pertinentes tendrán acceso a esos datos. Además se
establece la obligatoriedad de comunicar al trabajador los resultados de las
pruebas realizadas.
El empresario no tendrá acceso a la información completa de las pruebas
realizadas salvo que así lo quiera el trabajador. No obstante, el empresario
y las personas u órganos con responsabilidades en materia de prevención
serán informados de las conclusiones que se deriven de los reconocimien-
tos efectuados en relación con:
- la aptitud del trabajador para el desempeño del puesto de trabajo, o

pag 121
- con la necesidad de introducir o mejorar las medidas de protección y
prevención, a fin de que puedan desarrollar correctamente sus funcio-
nes en materia preventiva.
Un punto interesante que aporta la L.P.R.L. es la obligatoriedad que existe
en determinadas actividades, generalmente donde los trabajadores se
exponen a agentes altamente contaminantes, a prolongar la vigilancia de su
salud incluso una vez que se haya acabado la relación con la empresa y se
produzca un cambio de actividad. Dicha vigilancia puede que tenga que
realizarse por las Administraciones competentes.
También es obligación del empresario mantener una documentación de la
vigilancia de la salud donde se reflejen las pruebas de haber realizado los
controles de la salud de los trabajadores y copias de las conclusiones en
ellos obtenidos. Esta documentación ha de estar a disposición de la
Autoridad Laboral para su inspección cuando se estime oportuno. Además,
una vez finalizada la actividad de la empresa la documentación tendrá que
ser remitida a esa misma Autoridad Laboral.

6.2 Objetivos y técnicas de la vigilancia de la salud


Uno de los objetivos principales de la vigilancia de la salud es la rápida
detección de aquellas consecuencias negativas para la salud de los traba-
jadores que puedan tener su origen en el trabajo que realizan, o detectar el
empeoramiento de determinadas dolencias y enfermedades que el trabaja-
dor pueda tener a causa del trabajo. Cuanto mejor sea la vigilancia que se
realice, más precoz será la detección de estas consecuencias negativas y
más rápido se podrá poner remedio.
Pero no ha de ser el único objetivo. Mediante una vigilancia de la salud
puede hacerse prevención. Por ejemplo: detectar aquellas personas que tie-
nen una especial sensibilización a determinados contaminantes o riesgos.
En una visión moderna de la prevención de riesgos laborales la vigilancia de
la salud, integrada dentro del área de la medicina del trabajo, ha de rela-
cionarse con las demás áreas: seguridad, higiene, y ergonomía y psicoso-
ciología, debiendo de aportar sus conocimientos para una acción preventi-
va eficaz. Desde este punto de vista ha de:
- Alertar de posibles consecuencias lesivas en las fases del proceso que
se estimen.

122 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- Posibilidad de evaluar la eficacia de los planes preventivos en función


de la mejoría de la salud de los trabajadores.
Las técnicas requeridas son las propias de la medicina del trabajo, para lo
que se han de diseñar actuaciones concretas, tal como dice la propia
L.P.R.L. y el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento de los Servicios de Prevención.
La vigilancia de la salud se realizará por médicos y por enfermeras con la
especialidad en medicina del trabajo y consistirán en una serie de recono-
cimientos y pruebas que como mínimo serán:
- Inicial, después de la incorporación al trabajo o después de la asigna-
ción de tareas específicas con nuevos riesgos para la salud.
- Cuando reanuden el trabajo tras una ausencia prolongada por motivos
de salud, con la finalidad de descubrir sus eventuales orígenes profe-
sionales y recomendar una acción apropiada para proteger a los traba-
jadores.
- Una vigilancia de la salud a intervalos periódicos.
La vigilancia de la salud se realizará mediante protocolos específicos u otros
medios existentes con respecto a los factores de riesgo a los que esté
expuesto el trabajador.
Los exámenes de salud incluirán, en todo caso:
- Historia clínico-laboral lo más completa posible en función de los ries-
gos inherentes al trabajo.
- Descripción detallada del puesto de trabajo, el tiempo de permanencia
en el mismo, los riesgos detectados en el análisis de las condiciones de
trabajo, y las medidas de prevención adoptadas.
- Descripción de los anteriores puestos de trabajo, riesgos presentes en
los mismos, y tiempo de permanencia para cada uno de ellos si fuera
posible.
Las autoridades sanitarias han de establecer los medios considerados como
adecuados para la evaluación y control de las actuaciones de carácter sani-
tario que se realicen en la vigilancia de la salud laboral, así como han de esta-
blecer las pautas y protocolos de actuación en esta materia.
En la actualidad ya se han publicado una serie de protocolos de vigilancia
de la salud a trabajadores de diversos sectores. Las actividades que han

pag 123
sido objeto de la redacción de protocolos son muy diversas como la mani-
pulación manual de cargas, las actividades de manipulación del plomo, etc.
En ellos se recogen aquellos aspectos que los profesionales de la medicina
del trabajo han de tener en cuenta con los trabajadores expuestos a estos
riesgos, a fin de detectar con prontitud las consecuencias negativas más
habituales.

124 pag
Capítulo 3 [5 horas]

Riesgos específicos y su
prevención en el sector
correspondiente a la
actividad de la empresa
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Es de vital importancia, para la realización de una buena prevención de los


riesgos laborales en el lugar de trabajo, conocer los riesgos específicos
existentes en el sector de actividad.
Es evidente que los riesgos que nos encontramos en una actividad como la
construcción o la minería no los encontramos en otras actividades como
puedan ser: la hostelería o los riesgos de una oficina.
La evaluación inicial de riesgos nos dará una idea del riesgo que encontra-
remos en el correspondiente sector, y a partir de esta evaluación de riesgos
inicial, identificaremos y adoptaremos las medidas preventivas básicas que
hemos de utilizar para hacer frente a dichos riesgos

1. Análisis de la accidentalidad en Asturias año 2002


El origen de la información es el Informe estadístico de la Siniestralidad
Laboral del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales.
Los sobreesfurzos con un 24,22% seguido de los golpes con objetos y
herramientas con un 17,34% son los accidentes más habituales.
Muchos de los accidentes se podrían evitar, siguiendo unas sencillas pautas:
• Mejora del acceso a determinados lugares de trabajo, sobre todo en
obras de construcción, en donde se han de adecuar diferentes pasos o
pasarelas sobre zanjas u otros elementos de la obra.
• Limpieza del lugar de trabajo.
• Utilización de cinturones de seguridad en lugares de riesgo.
• Buenos sistemas de comunicación en las zonas en las que la comuni-
cación es dificultosa.
• Buena iluminación y señalización en los lugares de riesgo.
• Asegurar los elementos móviles y cargas elevadas.
En cuanto a los accidentes mortales, el mayor porcentaje de ellos, 21,43%,
son debidos a los atropellos por vehículos, seguidos por los sobreesfuer-
zos, con el 16,67% y los atrapamientos por objetos, con el 9,52%.

pag 127
Si realizamos una comparativa, entre el año 2001 y el año 2002, por ramas
de actividad, vemos los siguientes resultados:

128 pag
Capítulo 4 [5 horas]

Elementos básicos
de la gestión de la
prevención de riesgos
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

1. Organismos públicos relacionados con la seguridad


y la salud en el trabajo
La prevención de riesgos laborales es un tema que preocupa a nivel mun-
dial y que está íntimamente ligado al mundo del trabajo. Los organismos
vinculados a estos temas suelen liderar la generación de normas que inten-
tan evitar las consecuencias negativas de las actividades laborales.
El conocimiento de las normas es muy importante. A continuación se hará
una breve introducción de los organismos que, con carácter general, más
influencia tienen, desde los internacionales hasta los más próximos, en
nuestro caso, los autonómicos.

1.1 Organismos Internacionales


Dentro de los organismos internacionales, se han de destacar los siguientes:
- Organización Internacional del Trabajo (OIT).
- Organización Mundial de la Salud (OMS).
- La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo.
- La Unión Europea.
Los tres primeros son agencias con un importante papel en el ámbito que
nos ocupa. El cuarto es un ente muy importante puesto que es el que se
supone que será nuestro mayor órgano de coordinación en este nuevo
espacio político que denominamos Europa.

La Organización Internacional del Trabajo OIT


Es organismo con base en Ginebra, que fue creado en 1919, al término de
la Primera Guerra Mundial, aunque ya en el siglo XIX algunas personas
notables habían abogado por la creación de una organización de este tipo.
Se reconoce que su fundación responde, entre otros factores, a una preo-
cupación humanitaria debido a la situación de explotación incontrolada que
sufrían los trabajadores.
Su objetivo es formular las normas internacionales del trabajo, mediante la
convenios y recomendaciones que pretenden:

pag 131
- Fijar unas condiciones mínimas en materia de derechos laborales fun-
damentales.
- Prestar asistencia técnica en campos como: formación, política de
empleo, seguridad y salud en el trabajo, etc.
- Fomentar el desarrollo de organizaciones independientes de emplea-
dores y de trabajadores a los que facilita formación y asesoramiento
técnico.
Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la OIT es la única organización
que cuenta con una estructura tripartita, en la que los trabajadores y los
empleadores participan en pie de igualdad con los gobiernos en las labores
de sus órganos de administración.
Para la realización de esta tarea dispone de tres organismos básicos:
- La Conferencia Internacional del Trabajo. Mediante una reunión anual
en la que participan todos los Estados, se establecen y adoptan los tex-
tos de las normas internacionales del trabajo.
- El Consejo de Administración es el órgano ejecutivo de la OIT
- La Oficina Internacional del Trabajo es la secretaría permanente de la
Organización Internacional del Trabajo.
Existe una larga lista de convenios y recomendaciones de esta organiza-
ción, alguno de los cuales ya han sido mostrados en temas anteriores.
Nuestro país suele ratificar gran parte de los convenios entendiendo que
marcan unos mínimos a nivel mundial. Los países más desarrollados tienen
la obligación moral de elevar esos mínimos por el bien de sus trabajadores.

Organización Mundial de la Salud (OMS)


La OMS fue creada en 1948, para constituir la salud como un derecho fun-
damental para el ser humano, sin distinción de raza, religión, ideología polí-
tica o condición económica o social. La salud de todos los pueblos es una
condición fundamental para lograr la paz y la seguridad, y depende de la
más alta cooperación de las personas y de los estados.
La OMS define la salud como:
“un estado de completo bienestar físico, mental y social y no sola-
mente la ausencia de enfermedades o afecciones”.

132 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

La finalidad de la OMS es alcanzar para todos los pueblos el grado más alto
de salud. Para ello, sus funciones son, entre otras:
a) Actuar como autoridad directiva y coordinadora de asuntos de sani-
dad internacional.
b) Proporcionar ayuda técnica adecuada.
c) Promover, con la cooperación de otros organismos especializados
cuando fuera necesario, la prevención de accidentes.
d) Promover la cooperación entre agrupaciones científicas que contribu-
yan a la mejora de la salud.
e) Etc.
Los trabajos de la Organización serán llevados acabo por:
a) La Asamblea Mundial de la Salud.
b) El Consejo Ejecutivo.
c) La Secretaría.

1.2 Organismos Comunitarios


Con la entrada de nuestro país en la Comunidad Económica Europea, el 1
de enero de 1986 pasamos a formar parte de un espacio único europeo que
avanza hacia la concepción de la igualdad de todos los miembros de esta
comunidad, lo que significa que todos los ciudadanos europeos tengamos
las mismas leyes que regulen nuestros derechos y obligaciones.
Para ello se han tenido que adaptar las viejas estructuras pensadas para
regir única y exclusivamente determinados sectores productivos (acero y
carbón) desde un punto de vista únicamente de intercambios económicos
a esta nueva concepción de un estado social. La salud laboral es uno de los
ejes de esta política social que intenta mejorar la calidad de vida de los
europeos.
En la actualidad la Unión Europea consta de cuatro instituciones básicas:
1. El Consejo, que ejerce el poder normativo mediante la aprobación,
modificación o rechazo de aquellas normas que le presenta la
Comisión.
2. La Comisión elabora y presenta las propuestas de norma. Está com-
puesta por los comisarios, responsables de cada área específica.

pag 133
3. El Parlamento, compuesto por los diputados europeos, no tiene un
poder normativo directo, aunque sí participa en el proceso mediante la
formulación de informes sobre las normas.
4. El Tribunal de Justicia es el que vela por el cumplimiento de la norma-
tiva europea desde una perspectiva uniforme para todos los países.
Existen otros organismos europeos de importancia como:
- El Consejo Europeo, compuesto por todos los máximos mandatarios
de cada país, es el órgano que diseña las líneas políticas de la
Comunidad.
- El Comité Económico y Social, es un órgano de obligada consulta en
determinados temas, como la salud laboral, y donde diversos expertos
de los países comunitarios aportan sus experiencias.
Ciñéndonos al ámbito de la salud laboral destacaremos dos instituciones más:
- La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, con sede
en Bilbao, es el órgano técnico de referencia a nivel europeo. Cuenta
con la colaboración de los respectivos centros técnicos de referencia de
cada país.
- La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de
Trabajo, con sede en Dublín, pretende la mejora de las condiciones
laborales mediante el estudio, debate e información de todos aquellos
aspectos relacionados con el mundo del trabajo.

1.3 Organismos Nacionales


No cabe la menor duda de que las diversas administraciones públicas tie-
nen un papel relevante dentro de la prevención de riesgos laborales y en
particular aquéllas que tienen competencias en materia laboral, a las que se
les obliga a realizar funciones de:
- Promoción de la prevención
- Asesoramiento técnico.
- Vigilancia.
- Control del cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos
laborales.

134 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Dada la particular configuración de nuestro país en un estado de


autonomías, existirán dos niveles de actuación de las administraciones:
nacional y regional. Los principales organismos a nivel nacional que son:
- El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo,
- La Inspección de Trabajo y Seguridad Social,
- Las administraciones públicas en materia sanitaria, y
- La Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo


El artículo 8 de la LPRL establece que sea el órgano científico técnico espe-
cializado de la Administración General del Estado que tiene como misión:
- Análisis y estudio de las condiciones de seguridad y salud en el traba-
jo, así como la promoción y apoyo a la mejora de las mismas.
- Asesoramiento técnico en la elaboración de la normativa legal y en el
desarrollo de la normalización, tanto a nivel nacional como internacional.
- Promoción y, en su caso, realización de actividades de formación, infor-
mación, investigación, estudio y divulgación en materia de prevención de
riesgos laborales, con la adecuada coordinación y colaboración, en su
caso, con los órganos técnicos en materia preventiva de las Comunidades
Autónomas en el ejercicio de sus funciones en esta materia.
- Establecer la cooperación necesaria con los órganos de las
Comunidades Autónomas con competencias en esta materia.
- Apoyo técnico y colaboración con la Inspección de Trabajo y Seguridad
Social en el cumplimiento de su función de vigilancia y control, prevista
en el artículo 9 de la Ley, en el ámbito de las administraciones públicas.
Para la realización de esta tarea cuenta en la actualidad con cuatro centros
de referencia en Barcelona, Sevilla, Madrid y Baracaldo, cada uno con una
especialidad.
La Inspección de Trabajo y Seguridad Social
Es el organismo que desarrolla la función de la vigilancia y control de la nor-
mativa sobre prevención de riesgos laborales. Para ello, tiene que:

pag 135
- Vigilar el cumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos
laborales, y proponer a la autoridad laboral competente la sanción
correspondiente.
- Asesorar e informar a las empresas y a los trabajadores sobre la mane-
ra más efectiva de cumplir las disposiciones cuya vigilancia tiene enco-
mendada.
- Elaborar los informes solicitados por los Juzgados de lo Social en las
demandas deducidas ante los mismos en los procedimientos de acci-
dentes de trabajo y enfermedades profesionales.
- Informar a la Autoridad Laboral sobre los accidentes de trabajo morta-
les, muy graves o graves, y sobre aquellos otros en que se considere
necesario dicho informe, así como sobre las enfermedades profesiona-
les en las que concurran dichas circunstancias.
- Comprobar y favorecer el cumplimiento de las obligaciones asumidas
por los Servicios de Prevención establecidos en la Ley.
- Ordenar la paralización inmediata de trabajos cuando, a juicio del
Inspector, se advierta la existencia de riesgo grave e inminente para la
seguridad o salud de los trabajadores.

Las administraciones públicas en materia sanitaria


Todos aquella instituciones competentes en materia sanitaria referentes a la
salud laboral han de:
- Establecer los medios adecuados para la evaluación y control de las
actuaciones de carácter sanitario que se realicen en las empresas por
los Servicios de Prevención actuantes, estableciendo las pautas y pro-
tocolos de actuación.
- Implantación de sistemas de información adecuados que permitan la
elaboración, junto con las Autoridades Laborales competentes, de
mapas de riesgos laborales, así como la realización de estudios epide-
miológicos para la identificación y prevención de las patologías que
puedan afectar a la salud de los trabajadores, así como hacer posible
un rápido intercambio de información.
- Supervisar la información que, en materia de prevención y promoción
de la salud laboral, deba recibir el personal sanitario actuante en los
Servicios de Prevención autorizados.

136 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- La elaboración y divulgación de estudios, investigaciones y estadísticas


relacionados con la salud de los trabajadores.
En aquellas autonomías en que las competencias sanitarias están transferi-
das, estas obligaciones recaerán sobre los organismos que han recibido
dichas transferencias.

La Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo


Es un órgano asesor de las administraciones públicas en la formulación de
las políticas de prevención y órgano de participación institucional en mate-
ria de seguridad y salud en el trabajo al estar integrada por un representan-
te de cada una de las Comunidades Autónomas y por igual numero de
miembros de la Administración General del Estado y, paritariamente con
todos los anteriores, por representantes de las organizaciones empresaria-
les y sindicales más representativas.
La Comisión ha de ser informada de las actuaciones que desarrollen las
administraciones públicas competentes en materia de promoción, asesora-
miento técnico, vigilancia y control de la prevención de riesgos laborales.
Para ello podrá informar y formular propuestas en relación con:
- Criterios y programas generales de actuación.
- Proyectos de disposiciones de carácter general.
- Coordinación de las actuaciones desarrolladas por las administracio-
nes públicas competentes en materia laboral.
- Coordinación entre las administraciones públicas competentes en
materia laboral, sanitaria y de industria.
Como organismos adscrito a esta comisión existe la Fundación Nacional
para la Prevención de Riesgos Laborales cuya finalidad es promover la
mejora de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, especialmen-
te en las pequeñas empresas, a través de acciones de información, asis-
tencia técnica, formación y promoción del cumplimiento de la normativa de
prevención de riesgos.

1.4 Organismos territoriales


Para termina este apartado nos referiremos a los organismos autónomos.
En nuestra comunidad con motivo del acuerdo entre las fuerzas sociales
(sindicatos y asociaciones empresariales), y la Administración Regional

pag 137
dentro del Acuerdo denominado Pacto Institucional por el Empleo se llegó
a la conclusión de la necesidad de la creación de un órgano central que
orientase y determinase todas las políticas preventivas de la región.
Partiendo de los órganos transferidos por la Administración Central, el antiguo
Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo se perfiló como un nuevo
órgano en que la participación de todos los representantes sociales marcase
una necesidad de corresponsabilidad en la prevención de riesgos laborales,
dando lugar al Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales.

2. Organización del trabajo preventivo: "rutinas" básicas


Como cualquier actividad compleja, la lucha contra los riesgos laborales
necesita una correcta estrategia que nos pueda garantizar unos buenos
resultados. A continuación se describirán todas aquellas actuaciones que
se han de realizar, ya sea por imperativo legal o por ser las que se han
demostrado más eficaces, para una buena organización en la lucha contra
los riesgos laborales. Bajo la descripción de Gestión de la Prevención, se ira
introduciendo al lector en todas aquellas peculiaridades que comporta el
mundo de la prevención, haciendo hincapié en aquellos elementos que se
estimen más importantes. Para ello se seguirá un esquema muy sencillo
que resulta de contestar a las siguientes preguntas: ¿qué hay que hacer?,
¿cómo hay que hacerlo?, y ¿quién ha de hacerlo?

2.1 La gestión de los riesgos

¿Qué hay que hacer?


La contestación es muy sencilla: hay que hacer una correcta gestión de los
riesgos labores, entendiendo como tal:
“La aplicación sistemática de políticas, procedimientos y prácti-
cas de gestión para analizar, valorar y evaluar los riesgos”.
Esta definición dada por la norma UNE 81902, nos da idea de que la lucha
contra los riesgos laborales exige de un gran esfuerzo tanto humano como
material en el que se han de definir de una manera clara unas buenas
estructuras y estrategias que nos permitan obtener los resultados que se
pretenden.

138 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Uno de los primeros pasos que se han de dar es la definición de la política


de la empresa en materia de prevención de riesgos laborales. Se entende-
rá por política de prevención al conjunto de:
“directrices y objetivos generales de una organización relativos a
la prevención de riesgos laborales”.
La primera etapa es determinar cuáles van a ser los objetivos globales en
materia de prevención de riesgos laborales. Los expertos han clasificado en
tres grandes grupos este objetivo global:
- Seguridad absoluta, lo que supondría reducir a cero los posibles riesgos.
- La mejor tecnología disponible. Supondría el intentar reducir al máximo
las posibilidades de los riesgos aceptando el hecho de una imposibili-
dad de reducción absoluta.
- Balance entre riesgos y costes. Supone la asunción de la presencia cier-
ta de riesgos en función de los costes que supondrían su desaparición.
Nuestro ordenamiento obliga a objetivos de Seguridad Absoluta, pero la
realidad nos demuestra que como media de la situación preventiva de nues-
tras empresas, y siendo optimistas, nos encontraríamos ante un balance
entre riesgos y costes.
Definido el objetivo general, se ha de diseñar una adecuada planificación de
esta política de prevención de riesgos laborales que ha de fijar los objetivos
concretos y la forma de alcanzarlos. Para ello se ha de partir de una serie
de presupuestos genéricos que, marcados por el Real Decreto 39/1997, de
17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de
Prevención, nos indica cómo ha de ser la filosofía a seguir en materia de
prevención de riesgos laborales:
- Integral, analizando y contemplando todos los aspectos del sistema
productivo.
- Integrada, su filosofía, equipos y personas han de formar una parte más
del sistema a todos los niveles.
- Interdisciplinar, ha de aportar todas las visiones posibles para el análi-
sis y solución de los problemas.
- Participativa, mostrando la voluntad clara de participación a todos los
involucrados y, de forma muy particular a los trabajadores.

pag 139
No es fácil lograr una buena armonización de todos los principios básicos.
En nuestro país se está poniendo en marcha un proceso de normalización
de la gestión de la prevención de riesgos laborales en la empresa median-
te la implantación de una serie de normas de forma similar a lo realizado para
la gestión de la calidad, las famosas normas ISO 9000. De este modo, la
serie de normas UNE 81900-81902 y 81905 pretenden ser una guía que
ayude a las organizaciones a establecer y desarrollar un sistema de gestión
para la prevención de riesgos laborales de forma que se integre dentro de la
gestión de la organización. Sus objetivos declarados son:
- Evitar o minimizar los riesgos para los trabajadores.
- Mejorar el funcionamiento de las organizaciones.
- Ayudar a las organizaciones a la mejora continua de sus sistemas de
gestión.

¿Cómo hay que hacerlo?


El primer paso a dar, una vez que se haya asumido la filosofía antes descri-
ta, es comenzar con un análisis de la situación preventiva de la empresa. Se
ha de realizar una evaluación de riesgos, que no es más que un proceso
dirigido a estimar la magnitud de aquellos riesgos que no hayan podido evi-
tarse, obteniendo la información necesaria para que el empresario esté en
condiciones de tomar las medidas adecuadas.
Si de esta evaluación se desprende la existencia de situaciones que no
pueden ser aceptadas desde el punto de vista de los objetivos globales se
comenzarán a identificar estas situaciones y se planificará adecuadamente
su eliminación o reducción. Una evaluación de riesgos inicial ha de tener
en cuenta:
- Las condiciones de trabajo existentes o previstas,
- La posibilidad de que el trabajador que ocupe o vaya a ocupar los pues-
tos de trabajo sea especialmente sensible, por sus características per-
sonales o estado biológico conocido, a alguna de dichas condiciones.
Una vez realizada su fase inicial no acaba todo el proceso de evaluación. En
un segundo paso se han de tener en cuenta todos aquellos puestos de tra-
bajo que sufran algún tipo de modificación. Estas modificaciones pueden
deberse a:

140 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- Adquisición de nuevos equipos de trabajo, sustancias o preparados


químicos.
- La introducción de nuevas tecnologías.
- La modificación de los lugares de trabajo.
- El cambio en las condiciones de trabajo.
- La incorporación de nuevos trabajadores, especialmente sensible a las
condiciones del puesto.
La evaluación de riesgos se pretende que sea un proceso continuo de revi-
sión de todos los elementos necesarios para la prevención. Es una realidad
dinámica, expuesta a cambios. No es una realidad estática, como una foto
que se saca al comenzar el proceso o en un determinado momento, y que
luego se archiva en el cajón.
La fase inicial se ha de comenzar con un acopio de información sobre el sis-
tema productivo en temas como:
- Modelo de organización.
- Equipos.
- Personas.
- Estado de la salud de las personas.
- Información facilitada por los propios trabajadores.
- Etc.
Esta información ha de ser lo más exhaustiva posible. A continuación, de su
estudio y análisis se han de determinar estas situaciones no aceptables
mediante la identificación de:
- Peligros, y
- Trabajadores expuestos a los mismos.
Cada caso ha de ser analizado puntualmente a fin de determinar qué tipo
de medidas es necesario tomar. Para ello se han de adoptar métodos de
reconocida eficacia, comenzando por aquellos que estén regulados en
alguna norma. Si no existiera norma de referencia seguiremos cualquiera de
los criterios expresados en los siguientes lugares:
- Normas UNE.
- Guías del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, del
Instituto Nacional de Silicosis y protocolos y guías del Ministerio de

pag 141
Sanidad y Consumo así como de Instituciones competentes de las
Comunidades Autónomas.
- Normas internacionales.
- En ausencia de los anteriores, guías de otras entidades de reconocido
prestigio en la materia u otros métodos o criterios profesionales descri-
tos documentalmente que cumplan lo establecido en el primer párrafo
del apartado 2 de este artículo y proporcionen un nivel de confianza
equivalente.
Es obligatoria la consulta a los representantes de los trabajadores o a los
propios trabajadores acerca del procedimiento de evaluación a utilizar en la
empresa o centro de trabajo.
Conviene recordar que resulta imprescindible que la política de prevención
de riesgos laborales quede perfectamente integrada en la política general
de la organización, se sensibilice ante la seguridad y que lo demuestre. Para
una buena gestión de seguridad en la empresa existen una serie de deta-
lles que nos pueden indicar cuándo una organización lo está haciendo bien:
- Compromiso de la Dirección, con una buena definición de funciones y
la exigencia de responsabilidades.
- Realización de Evaluaciones de los Riesgos y Controles Periódicos,
mediante análisis de riesgos, de condiciones de trabajo y mediante
auditorías de prevención.
- Planificación y Realización de un Programa de Prevención, fijando obje-
tivos, adquiriendo o facilitando medios y controlando resultados.
- Crear una Organización Preventiva, mediante servicios adecuados:
médicos, comités de seguridad, etc.
- Recogida y tratamiento de la información, que ha de conllevar el trata-
miento y divulgación de toda la información referente a la seguridad.
- Formación e información del personal, mediante planes formativos
específicos para la obtención de los objetivos.
Un conveniente desarrollo de dichos puntos originará una empresa sensibi-
lizada en la seguridad de sus trabajadores y que, en la gran parte de los
casos, rentabilizará a medio o largo plazo en el peor de los casos, ya que
en situaciones muy deterioradas, esa rentabilidad es inmediata.

142 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

¿Quién tiene que hacer la gestión de los riesgos?


La respuesta a esta pregunta tiene una primera respuesta muy clara que
luego tiene una gran cantidad de matizaciones. No obstante la respuesta
inmediata es: el empresario.
El empresario, no obstante, tiene la posibilidad de optar por diversas moda-
lidades, sin que ello quiera decir que pueda declinara su responsabilidad en
la gestión de los riesgos. A continuación se mostrarán las posibles modali-
dades y los requisitos que se han de cumplir:
- Asumiendo personalmente tal actividad
- Designando a uno o varios trabajadores para llevarla a cabo.
- Constituyendo un servicio de prevención propio.
- Recurriendo a un servicio de prevención ajeno.
Un servicio de prevención es un conjunto de personas y equipos que se
dedicarán en exclusiva al análisis y solución de los problemas de la pre-
vención de riesgos laborales. Se dirá que es propio cuando esté formado
por personas que pertenezcan a la empresa y ajeno cuando no se dé esta
circunstancia.

pag 143
Existen, como se ha podido comprobar, una serie de actividades para las
que se exigen unos requisitos algo más exigentes que para el resto. Son las
denominadas actividades del Anexo I, que a continuación se describen:

ACTIVIDADES RECOGIDAS EN EL ANEXO I DEL REGLAMENTO DE


LOS SERVICIOS DE PREVENCIÓN

• Trabajos con exposición a radiaciones ionizantes en zonas controladas


según Real Decreto 53/1992 de 24 de enero, sobre protección sanitaria
contra radiaciones ionizantes
• Trabajos con exposición a agentes tóxicos y muy tóxicos, y en particu-
lar a agentes cancerígenos, mutagénicos o tóxicos para la reproduc-
ción, de primera y segunda categoría, según Real Decreto 363/1995 de
10 de enero, que aprueba el Reglamento sobre notificación de sustan-
cias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peli-
grosas, así como Real Decreto 1078/1993, de 2 de julio, sobre clasifica-
ción, envasado y etiquetado de preparados peligrosos y las normas de
desarrollo y adaptación al progreso de ambos
• Actividades en las que intervienen productos químicos de alto riesgo y
son objeto de la aplicación del Real Decreto 886/1988, de 15 de julio y
sus modificaciones sobre prevención de accidentes mayores en deter-
minadas actividades industriales.
• Trabajos con exposición a agentes biológicos de los grupos 3 y 4,
según la Directiva 90/679/CEE y sus modificaciones, sobre protección
de los trabajadores contra los riesgos relacionados a agentes biológi-
cos durante el trabajo.
• Actividades de fabricación, manipulación y utilización de explosivos,
incluidos los artículos pirotécnicos y otros objetos o instrumentos que
contengan explosivos.
• Trabajos propios de minería a cielo abierto y de interior, y sondeos en
superficie terrestre o en plataformas marinas.
• Actividades en inmersión bajo el agua.
• Actividades en obras de construcción, excavación, movimientos de tie-
rras y túneles con riesgo de caída de altura o sepultamiento.

144 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

• Actividades en la industria siderúrgica y en la construcción naval.


• Producción de gases comprimidos licuados o disueltos o utilización
significativa de los mismos.
• Trabajos que produzcan concentraciones elevadas de polvo silíceo.
• Trabajos con riesgos eléctricos en alta tensión.
Dentro de las opciones que pueden surgir, se quiere resaltar aquella que
opte por la elección de trabajadores no cabe duda que coloca al trabajador
ante una situación de más responsabilidad. Por ello se le otorgan ciertas
garantías similares a las que tienen los representantes de los trabajadores:
- Apertura de expediente contradictorio en caso de sanciones por faltas
graves o muy graves.
- Prioridad de permanencia en la empresa o centro de trabajo en caso de
despidos.
- No ser despedido ni sancionado durante el ejercicio de sus funciones
ni dentro del año siguiente, ni sufrir discriminación en cuanto a su pro-
moción económica o profesional.
Sea cual sea la elección del empresario hemos de incidir en que la realiza-
ción de lo que hemos considerado la piedra angular, la evaluación de ries-
gos, por ley se:
“realizará mediante la intervención de personal competente, de
acuerdo con lo dispuesto en el Capítulo VI de esta norma”.
Esto quiere decir que aquél al que se le encarga la realización de una eva-
luación de riesgos ha de satisfacer el nivel de exigencia en cuanto a cono-
cimientos que se le exige. Hay tres niveles de capacidad y aptitud para la
realización de evaluaciones de riesgos y para el desarrollo de la actividad
preventiva:
- Un nivel básico.
- Un nivel intermedio.
- Un nivel superior. Dentro del nivel superior, debido a la complejidad del
tema, se distinguen las siguientes áreas: Medicina del Trabajo,
Seguridad en el Trabajo, Higiene Industrial, y Ergonomía y
Psicosociología Aplicada.

pag 145
El nivel básico es aquel nivel que una vez obtenido habilita a su poseedor a
la realización de las funciones menos complejas, pero que suelen ser las
que fundamentan de modo muy sólido toda la cultura de seguridad que es
necesaria en cualquier sistema de gestión de riesgos laborales. En concre-
to se definen en:
- Promover los comportamientos seguros y la correcta utilización de los
equipos de trabajo y protección y fomentar el interés y cooperación de
los trabajadores en la acción preventiva.
- Promover, en particular, las actuaciones preventivas básicas, tales
como el orden, la limpieza, la señalización y el mantenimiento general y
efectuar su seguimiento y control.
- Realizar evaluaciones elementales de riesgos y, en su caso establecer
medidas preventivas del mismo carácter compatibles con su grado de
formación.
- Colaborar en la evaluación y el control de los riesgos generales y espe-
cíficos de la empresa, efectuando visitas al efecto, atención a quejas y
sugerencias, registro de datos, y cuantas funciones análogas sean
necesarias.
- Actuar en caso de emergencia y primeros auxilios gestionando las pri-
meras intervenciones al efecto.
- Cooperar con los servicios de prevención, en su caso.
Este curso habilitará a todos aquellos que superen las prueba de evalua-
ción, para la realización de estas funciones.
La realización de evaluaciones de riesgos, están delimitadas para aquellos
que hayan obtenido un nivel de conocimientos medio o superior, en función
de la dificultad de los riesgos encontrados.
La eficacia de este sistema se pretende perfeccionar mediante las obliga-
ciones y controles que se determinan para cada modalidad preventiva que
el empresario escoja. Así, si opta por una asunción interna, sin recurrir a
medios ajenos a la propia empresa, se le obliga a la realización de una audi-
toría, la cual ha de entenderse como:
“un instrumento de evaluación sistemática, documentada y obje-
tiva de la eficacia del sistema de prevención”

146 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Se ha de realizar por una entidad debidamente autorizada y ajena a la pro-


pia empresa, y tendrá una periodicidad de 5 años. Sus objetivos son:
“Comprobar cómo se ha realizado la evaluación inicial y periódi-
ca de los riesgos, analizar sus resultados y verificarlos, en caso
de duda.
Comprobar que el tipo y planificación de actividades preventivas
se ajusta a lo dispuesto en la normativa general, así como a la
normativa sobre riesgos específicos que sea de aplicación,
teniendo en cuenta los resultados de la evaluación.
Analizar la adecuación entre los procedimientos y medios reque-
ridos para realizar las actividades preventivas mencionadas en el
párrafo anterior y los recursos de que dispone el empresario, pro-
pios o concertados, teniendo en cuenta, además, el modo en
que están organizados o coordinados, en su caso”.
Por otro lado, si la realización de la prevención de riesgos recae en un ser-
vicio ajeno a la empresa, un servicio de prevención ajeno, la efectividad del
sistema debería de quedar garantizada mediante los requisitos que se les
exigen a estas entidades para su homologación.
A estos controles formales, hay que añadirle el continuo control que ha de
realizarse sobre todo el sistema y en particular el análisis de los daños que
se puedan originar como accidentes o los incidentes.

3. Documentación: recogida, elaboración y archivo


Dentro de la documentación que es necesario poseer en los sistemas de
gestión de prevención de riesgos laborales hay dos grandes grupos:
- La que legalmente se exige, y
- La que un sistema de gestión avanzado requiere.
Ambas deberían de estar totalmente identificadas o ser complementarias.
La documentación que legalmente se exige es aquélla que el empresario
siempre tiene que tener a disposición de la Autoridad Laboral para su com-
probación. Esta es:
- La evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo,
y planificación de la acción preventiva, donde se ha de indicar de forma

pag 147
expresa: La identificación del puesto de trabajo, el riesgo o riesgos exis-
tentes y la relación de trabajadores afectados, el resultado de la eva-
luación y las medidas preventivas procedentes, y la referencia de los cri-
terios y procedimientos de evaluación y de los métodos de medición,
análisis o ensayo utilizados.
- Las medidas de protección y de prevención a adoptar y, en su caso,
material de protección que deba utilizarse.
- El resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y
de la actividad de los trabajadores.
- La información relativa de los controles del estado de salud de los tra-
bajadores, recordando que toda la información en materia de vigilancia
de la salud tiene el carácter de reservada, tal y como se indicó.
- La relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que
hayan causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día
de trabajo, recordando que existe la obligación, por parte del empresa-
rio de notificar por escrito a la Autoridad Laboral mediante el procedi-
miento establecido.
Las normas UNE establecen el desarrollo de los Sistemas de Gestión de
Riesgos Laborales y que las organizaciones deberán de establecer y man-
tener al día procedimientos escritos para permitir una consulta efectiva en
los apartados antes mencionados. Para ello identifican cuatro grandes gru-
pos de documentos:
• El Manual de Prevención de Riesgos Laborales: es el documento bási-
co de cuya lectura tenemos que poder obtener una idea clara de lo que
se está haciendo en la empresa al respecto de la prevención de riesgos
laborales. De forma orientativa en él se debería de indicar:
- El objetivo global que se pretende.
- Información general de las características de la organización.
- Descripción de la política de prevención, con sus objetivos, metas
y programación.
- Las funciones y responsabilidades de todos los trabajadores,
incluyendo la dirección.

148 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- La forma de relacionarse entre todos los elementos del sistema y


la relación con otros sistemas que estén implantados (de calidad,
de medio ambiente, etc.)
- Un listado con todos los procedimientos.
- Todos aquellos aspectos que se consideren oportunos.
• Los Procedimientos del Sistema de Gestión de Prevención de Riesgos
Laborales: sirven para describir las diversas actividades que se tienen
que realizar, quién es el encargado de realizarlas y que documentación
se ha de cubrir para certificar que dichas actividades han sido realiza-
das correctamente. Existirán varios procedimientos dependiendo de la
complejidad de la empresa. Todos ellos deberían de estar recogidos en
el Manual, y además debería de existir un libro de procedimientos en
donde estén todos recogidos de forma extensa.
• Las Instrucciones Operativas: son las que permiten desarrollar con un
detalle determinados aspectos de algún procedimiento o describir minu-
ciosamente los pasos a seguir así como las medidas a realizar a la hora
de realizar una determinada actividad correctamente. Un ejemplo serían
las instrucciones operativas de cómo se ha de entrar en un tanque.
• Los Registros: son los documentos escritos en los que se plasman los
resultados de las actividades realizadas y son la justificación formal de
todo el sistema. Por ello es muy importante su correcta elaboración así
como su conservación y posibilidad de consulta. Toda la documenta-
ción antes mencionada, como la de obligada elaboración por parte del
empresario pertenecen al mundo de los registros.
Para finalizar, estas normas UNE exigen una documentación referente al
control del sistema de gestión de prevención de riesgo laborales. Para ello
define dos grandes ámbitos de control:
- El control activo, el que se realiza por la propia organización para com-
probar si el sistema es efectivo y obtiene los objetivos marcados.
- El control reactivo, el se realiza sobre la base de la constatación de un
mal resultado (accidente, incidente, enfermedad laboral, etc.) o por una
indicación de organismos ajenos a la empresa (autoridades laborales u
otros organismos).

pag 149
Uno de los elementos de control más significativos dentro de los sistemas
de gestión e prevención de riesgos laborales son las auditorias, entendien-
do como tal una evaluación que persigue el comprobar:
- la eficacia, efectividad y fiabilidad del sistema, y
- si el sistema es adecuado para alcanzar los objetivos fijados en la polí-
tica de prevención de riesgos diseñada.
Para ello ha de hacerse de un modo sistemático, generando una adecuada
documentación, de forma periódica, objetiva e independiente.
Se distinguen dos tipos de auditorias:
- Las internas, realizadas por personar de la propia empresa,
- Las externas, cuando son realizadas por personal ajeno a la empresa.
Un ejemplo es la auditoria a que se han de someter aquellas empresas
que optan por determinadas modalidades en la realización de la pre-
vención de riesgos.

150 pag
Capítulo 5 [5 horas]

Primeros auxilios
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Una vez que ha fallado la prevención de riesgos laborales se originan los


daños. Dentro del mundo de la seguridad laboral se ha de tener en cuenta
esta posibilidad que las estadísticas se encargan de recordarnos con
mucha más frecuencia de lo que nos gustaría. Por ello es necesario elabo-
rar una serie de técnicas que aminoren lo más posible las consecuencias de
los daños. En el caso de daños a las personas, las heridas, daños, lesione
o como queramos denominarlas.
Es imposible, a no ser que se tenga una formación médica completa, poder
tratar de forma correcta los daños que una persona pueda sufrir a conse-
cuencia de su actividad laboral. Sin embargo, sí que es posible que las per-
sonas que rodean al accidentado sean conocedores de una serie de pau-
tas básicas de actuación a realizar en estos casos y, como dicen los exper-
tos, al menos saber lo que NO hay que hacer, por cuanto muchas veces los
compañeros, con un ineludible ánimo de ayudar, lo único que hacen es
agravar su estado.
Estas actuaciones, bajo la denominación de primeros auxilios son un requi-
sito tal como indica la propia LPRL:

Artículo 20. Medidas de emergencia.

1 El empresario, teniendo en cuenta el tamaño y la actividad de


la empresa, así como la posible presencia de personas ajenas a
la misma, deber analizar las posibles situaciones de emergencia
y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios,
lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores, desig-
nando para ello al personal encargado de poner en práctica
estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su
correcto funcionamiento. El citado personal deber poseer la for-
mación necesaria, ser suficiente en numero y disponer del mate-
rial adecuado, en función de las circunstancias antes señala-
das.Para la aplicación de las medidas adoptadas, el empresario
deber organizar las relaciones que sean necesarias con servicios
externos a la empresa, en particular en materia de primeros auxi-
lios, asistencia médica de urgencia, salvamento y lucha contra
incendios, de forma que quede garantizada la rapidez y eficacia
de las mismas.

pag 153
Como se puede observar, exige su planificación así como la designación de
determinadas personas encargadas de la realización de dichas medidas.
A continuación se hará un breve repaso por el extenso mundo de los pri-
mero auxilios. Se comenzará por estructurar el tema como primeros auxilios
y asistencia médica de urgencia por cuanto van íntimamente ligadas.

1. Definición
Una definición de primeros auxilios puede ser:
"Aquellas actuaciones efectuadas sobre una persona que ha
sufrido un accidente o enfermedad que se manifiesta de forma
repentina, y que pretenden corregir el daño causado o, al menos,
evitar que las consecuencias del daño sean mayores."
En la mayoría de los casos las actuaciones tienen un carácter transitorio
hasta la aplicación de una asistencia médica que ofrezca una serie de ser-
vicios más completos que permitan una adecuada asistencia a los heridos,
a ser posible en un centro sanitario.
Podemos afirmar que los primeros auxilios son las actuaciones que se rea-
lizan en el mismo lugar en el que se ha producido el accidente hasta la lle-
gada de los servicios médicos especializados. No son tratamientos médi-
cos. Son acciones de emergencia para intentar atajar los efectos de las
lesiones y estabilizar al accidentado, y de esta primera atención va a depen-
der la posterior evolución del herido.
En la normativa legal internacional al respecto destacaríamos:
- El Convenio nº 161 de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo
del año 1985 y ratificado por España.
- En materia de vigilancia de la salud, la actividad sanitaria deberá abar-
car las condiciones fijadas por el artículo 22 de la Ley 31/1995, de
Prevención de Riesgos Laborales.
- En cuanto al Material y Locales de primeros auxilios tenemos el RD
486/1997 14 abril.
En nuestro país existe una gran dispersión de competencias y se ven impli-
cados los siguientes ministerios:

154 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

- Ministerio de Educación y Cultura: regulación del régimen de titulacio-


nes académicas y profesionales.
- Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales: legislación laboral de higiene
y seguridad.
- Ministerio de Sanidad y Consumo: regulación de la Sanidad Exterior y
Productos Farmacéuticos. El Ministerio de Sanidad y Consumo y las
Comunidades Autónomas, oídas las sociedades científicas competen-
tes y de acuerdo con lo establecido en la Ley General de Sanidad en
materia de participación de los agentes sociales, establecerán la perio-
dicidad y contenidos específicos de cada caso.

2. Estructura de las actuaciones en primeros auxilios


La estructura de actuación ha realizar se ha de fundamentar en tres grandes
bloques:
- Detección.
- Evaluación.
- Actuación.
Si bien son fases que en teoría pueden distinguirse de una forma muy clara,
en la realidad se suelen dar con gran rapidez y simultaneidad.
En un primer término, se debería poder detectar en el menor tiempo posi-
ble la existencia de consecuencias lesivas para los trabajadores. Para ello
es importante la adopción de las medidas necesarias para que esto pueda
darse, en particular en las actividades sospechosas de mayor riesgo, o en
las que por las horas o forma en que se realice pueden ser más favorables
hacia una falta de control de las personas que realizan el trabajo.
El proceso de evaluación del hecho, una vez que se ha detectado, implica-
rá dos fases:
En primer lugar, se ha de tener en cuenta la circunstancias en que se da
lugar la lesión, teniendo muy claro cómo se puede ayudar al accidentado.
De este modo, se han de tener en cuenta una serie de características de las
que resaltaremos dos que se consideran básicas:
• Posibilidad de acceso, analizando la entrada y la salida al lugar.
Asimismo se han de tener en cuenta los riesgos como existencia de

pag 155
incendios, estructuras inestables que puedan derrumbarse, comparti-
mientos que puedan inundarse, golpes de mar, etc.
• Características medio ambientales del lugar en que está el herido, con
especial interés en tres factores básicos:
- La existencia de suficiente oxígeno.
- La ausencia de agentes contaminantes.
- La ausencia de gases inflamables.
Estos factores se han de tener muy en cuenta en los denominados lugares
cerrados, aquellos lugares que no son de uso habitual y que, ya sea por
falta de ventilación o porque en ellos se instalan determinados equipo o
materiales, pueden incumplir cualquiera de los tres anteriores requisitos.
Muchos han sido los accidentes mortales que han tenido como lugar bode-
gas, tanques, túneles o pañoles en los que no sólo han perecido los acci-
dentados, sino sus rescatadores que en un afán de un inmediato rescate se
introducen en el mismo espacio mortal siguiendo la misma suerte.
En segundo lugar, una vez que se han analizado las implicaciones que tie-
nen tanto la entrada como la salida, así como las características del lugar en
que se encuentra el accidentado, es necesario marcar una serie de pautas
a la hora de proceder a la realización de los primeros auxilios propiamente
dichos, tales como:
• Intentar mantener la calma, evitando situaciones de histeria que retar-
dan y complican la realización de las actuaciones asistenciales.
• Dejar que los encargados de la realización de las operaciones realicen
su cometido, intentado colaborar y no molestar.
Una vez que estamos en contacto físico con el herido, nos dirigiremos a él y
se procederá a realizar una evaluación donde se analicen las características
físicas de la persona accidentada, fijándose en los síntomas que nos dan una
idea muy genérica de lo que puede estar ocurriendo. Es lo que se denomi-
na Evaluación Primaria o Inicial, en la que tenemos que intentar ver:
• La existencia de las constantes vitales, y
• La revisión de la integridad física del individuo.
En el primer apartado se ha de verificar mediante la comprobación de:

156 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

• El estado de consciencia o inconsciencia, mediante preguntas hechas


en un tono sereno se preguntará al herido esperando su respuesta. Si
esta se produce es obvio que el herido está consciente y que, a priori,
no tiene dificultades de respiración. Si no responde, se puede proceder
a unos muy leves movimientos del herido buscando reacciones o que-
jas que intenten dar una idea de su consciencia. Si no se diera ninguna
reacción debemos de ver si respira.
• La existencia o no de respiración y la presencia de latidos del corazón,
varios son los posibles métodos a utilizar:
- Poniendo las manos sobre las últimas costillas a ambos lados del
torax y comprobar si hay movimientos de elevación y descenso de
la zona.
- Acercando la mejilla en la zona de la boca y nariz del accidenta
do fijando la mirada en su pecho, se debería de ver el movimiento
torácico y escuchar su respiración a la vez que se siente en la meji
la el calor del aire expulsado.
- Colocar una espejo o un cristal delante de la nariz y la boca del
accidentado y observar a ver si se empaña.
- Colocar el dorso de la mano sobre la zona nariz-boca y compro-
bar si se siente la respiración mediante el calentamiento de la
mano o sentir la corriente de aire.
En cuanto al segundo apartado básicamente se suele centrar en:
• La presencia de posibles hemorragias, y
• La existencia de lesiones por quemaduras, heridas o fracturas.
En cuanto al Material y Locales de primeros auxilios: RD 486/1997 14 abril,
BOE nº 97, de 23 de abril, en su artículo 10 anexo VI nos dice las disposi-
ciones aplicables a los lugares de trabajo utilizados por primera vez a partir
de la fecha de su entrada en vigor, y a las modificaciones, ampliaciones o
transformaciones de los lugares de trabajo ya utilizados antes de dicha
fecha que se realicen con posterioridad a la misma:
1. Los lugares de trabajo dispondrán de material para primeros auxilios
en caso de accidente, que deberá ser adecuado, en cuanto su cantidad
y características, al número de trabajadores, a los riesgos a que estén

pag 157
expuestos y a las facilidades de acceso al centro de asistencia médica
más próximo.
El material de primeros auxilios deberá adaptarse a las atribuciones pro-
fesionales del personal habilitado para su prestación.
2. La situación o distribución del material en el lugar de trabajo o las faci-
lidades para acceder al mismo y para en su caso, desplazarlo al lugar
del accidente, deberán garantizar que la prestación de los primeros
auxilios pueda realizarse con la rapidez que requiera el tipo de daño
previsible.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados anteriores, todo lugar de
trabajo deberá disponer como mínimo de un botiquín portátil que con-
tenga desinfectantes y antisépticos autorizados, gasas estériles, algo-
dón hidrófilo, venda, esparadrapo, apósitos adhesivos, tijeras, pinzas y
guantes desechables.
4. El material de primeros auxilios se revisará periódicamente y se irá
reponiendo tan pronto caduque o sea utilizado.
5. Los lugares de trabajo de más de 50 trabajadores deberán disponer
de un local destinado a los primeros auxilios y otras posibles atencio-
nes sanitarias. También deberán disponer del mismo los lugares de tra-
bajo de más de 25 trabajadores para los que así lo determine la autori-
dad laboral, teniendo en cuenta la peligrosidad de la actividad desarro-
llada y las posibles dificultades de acceso al centro de la asistencia
médica más próxima.
6. Los locales de primeros auxilios dispondrán como mínimo de un boti-
quín, una camilla y una fuente de agua potable. Estarán próximos a los
puestos de trabajo y serán de fácil acceso para las camillas.
7. El material y los locales de primeros auxilios deberán estar claramen-
te señalizados.
A los lugares de trabajo ya utilizados antes de la fecha de entrada en vigor
del presente RD exceptuadas las partes de los mismos que se modifiquen,
amplíen o transformen después de dicha fecha, les serán de aplicación las
disposiciones de la parte A) del presente anexo con las modificaciones que
se señalen en el párrafo siguiente.

158 pag
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Los apartados 5 y 6 no serán de aplicación, salvo en lo relativo a aquellas


obligaciones contenidas en los mismos que ya fueran aplicables en los cita-
dos lugares de trabajo en virtud de la normativa vigente hasta la fecha de
entrada en vigor de este Real Decreto.

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