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1. Introducción
Es curioso observar cómo cuando las circunstancias nos obligan a reflexio-
nar sobre determinados aspectos de nuestra vida, de la que nos toca vivir,
podemos llegar a conclusiones que nos sorprenden en gran medida. No
cabe la menor duda de que el hombre, para su existencia material, ha de
satisfacer determinadas necesidades concretas, unas muy elementales y
fáciles de satisfacer, y otras menos elementales y más difíciles de conseguir.
Nos fijaremos para ello en las necesidades más básicas del hombre, aqué-
llas de cuya satisfacción depende su posibilidad de existencia física. En pri-
mer lugar, las personas necesitamos respirar, y la satisfacción de dicha
necesidad la realizamos de forma mecánica, sin grandes esfuerzos en con-
diciones normales, y obteniendo el producto demandado, el aire, sin ningún
tipo de dificultad por cuanto, hasta la fecha y en las condiciones de la natu-
raleza actuales, la calidad de la atmósfera y su libre disponibilidad no supo-
ne ningún tipo de esfuerzo para su realización.
En segundo lugar, necesita el alimento para la subsistencia, entendiendo
por alimento la comida y la bebida. La satisfacción de esta segunda nece-
sidad nunca es tan sencilla como la primera siempre se ha tenido que rea-
lizar una determinada actividad que permitiese la recogida de algún ele-
mento de la naturaleza y otra que, mediante un proceso de modificación
de dicho producto (más o menos intenso en función de las cualidades del
mismo), permitiese su ingesta.
Nuestra condición de animales racionales, es decir, con capacidad de refle-
xionar o pensar, hace que no sólo tengamos que satisfacer las necesidades
estrictamente físicas, sino que existen otras particulares de nuestra especie
que, a medida que el hombre evoluciona, se van sofisticando cada vez más.
Estas necesidades denominadas psicológicas, psíquicas, mentales, etc.,
sólo son reconocidas, en la mayoría de los casos, para las personas y no
para el resto de los seres vivos; suelen ser de difícil catalogación a la hora
de decir si se pueden satisfacer de una manera fácil o difícil, por cuanto van
a estar en función de las características de las personas y del concepto que
de la necesidad tienen.
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Expuestas así las cosas, nos hacen ver que toda persona está obligada a la
realización de diversas tareas que le proporcionen una supervivencia física.
Centrándonos en las tareas a realizar para la satisfacción de la alimentación,
no es difícil explicar que las mismas han sido, con el devenir de los tiempos,
cada vez más complejas (entendiendo que no se quiere decir que la com-
plejidad conlleve la sencillez o dificultad). No cabe duda que la tarea de
sacrificar a un determinado animal puede tener una complejidad moderada
o pequeña, ya que puede consistir en clavarle una flecha en un determina-
do sitio vital. Sin embargo, esta sencilla tarea puede ser tan difícil de reali-
zar, tan arriesgada, que podía conllevar la muerte del que lo realizaba. En el
caso contrario, las personas que para su supervivencia en nuestros días
están encargadas de la realización de un circuito integrado de un ordena-
dor puede ser que se enfrenten a tareas mucho más complejas que las
antes descritas, pero que ayudados por la tecnología adecuada pueden
convertirlos en trabajos rutinarios de fácil realización y sin ningún tipo de
posibilidad de perder la vida en su realización.
Cada vez más, las actividades que el hombre tiene que realizar para satis-
facer sus necesidades vitales, en particular la de la alimentación, se alejan
de la relación directa con la naturaleza y con sus elementos, y se va más a
la realización de unas tareas, ocupaciones, etc., de las cuales se obtiene el
dinero que, como elemento de trueque, se puede utilizar para obtener aqué-
llos que efectivamente sí satisfacen nuestras necesidades.
Pocas actividades hay que recojan esa tradición de relación con la natura-
leza para la obtención de un elemento directamente aplicable a la satisfac-
ción de nuestras necesidades. La pesca, la agricultura, la ganadería y la sil-
vicultura orientada a los frutales, mantienen la esencia de aquellas activida-
des de nuestros antepasados para la supervivencia.
Centrándonos en el trabajo cotidiano, siempre es fácil recurrir a expresiones
tan usadas como que se tiene que realizar en medios que a veces no son
los naturales del hombre, que la turnicidad puede ser perjudicial, la insegu-
ridad de los trabajos en altura etc., para describir la sensación de riesgo que
transmite, y que todos los años se materializa en la muerte o grave daño a
numerosas personas que a ella se dedican.
Conocedores de esta realidad, no es más cierto que esta sensación de ries-
go continuo, de peligro al acecho, relaja en gran medida el instinto de pre-
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2. Trabajo y la salud:
Los riegos profesionales. Factores de riesgo
A continuación se pasará a realizar una descripción del mundo del trabajo
y de las relaciones que establece con la salud de las personas, desde el
punto de vista positivo y negativo. Será desde este último enfoque desde
donde más hincapié se realizará por la importancia que pueda tener, lo que
no quiere decir que sólo exista este tipo de relación.
Si de una manera directa relacionamos la supervivencia de la empresa
donde trabajamos con nuestra propia supervivencia, no cabe duda que
seremos los primeros interesados en que todo vaya correctamente. Por eso,
la aparición de consecuencias no deseadas (muertes, heridas, etc.) del pro-
ceso productivo normal han de ser entendidas como graves amenazas a su
supervivencia ya que aparte del innegable daño que se causa a las perso-
nas concretas, existen unas implicaciones económicas negativas que no
siempre son detectadas en planteamientos apresurados. Por poca antigüe-
dad que tenga la persona accidentada, en ella hay unas horas de formación
y experiencia que tendrán que suplirse con otras personas que le sustituyan
y que no las tienen. Si lo que se pretende es que entre los mismos se hagan
cargo del mismo trabajo, el exceso hará que el rendimiento baje, y muchas
veces por debajo de lo que se rendía antes en condiciones normales. A esto
hay que sumarle las consabidas multas, sanciones, primas de seguros, etc.
que hacen de las consecuencias no deseadas como accidentes o enferme-
dades profesionales un muy mal negocio para todos.
Ahora nos adentraremos en el mundo de la prevención de riesgos comen-
zando por lo más elemental como es la definición de aquellas palabras más
importantes que iremos repitiendo numerosas veces a partir de aquí.
2.1 Definición de trabajo
Ya vimos como a lo largo de la historia del hombre, éste necesita realizar
una serie de actuaciones para lograr su supervivencia. Las más inmediatas
son la alimentación y la reproducción.
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La nota que distingue al hombre sobre los demás animales es su supuesta
inteligencia, lo que hace, entre otras cosas, que intente habitar en determi-
nados sitios en los que da la impresión que no sean los más adecuados
para él. Esto supone otras actividades extras a realizar para garantizar su
supervivencia; vestido, casa, etc.
La peculiar disposición social que ha desarrollado el hombre, canaliza unos
determinados esfuerzos por dominar el entorno y establecer unas curiosas
jerarquías de poder y propiedad que son fuente de numerosos estudios y
discusiones.
El trabajo, en vista de los precedentes antes mencionados, podemos defi-
nirlo como:
“El conjunto de actividades que el hombre realiza para satisfacer
sus necesidades".
Dentro de esta definición de trabajo hemos de adoptar un concepto amplio
del mismo en donde hay que tener en cuenta tanto los esfuerzos físicos
como intelectuales que para la realización del mismo se requieren.
Este conjunto de esfuerzos o trabajos, se han ido organizando con el paso
del tiempo en función de las necesidades de la sociedad y de la peculiar
estructura que de ella se deriva.
Se reconocen las siguientes grandes formas en que el hombre se ha orga-
nizado para realizar los trabajos:
• Trabajo artesanal.
• Organización Industrial.
• Organización Moderna.
En el trabajo artesanal, el trabajador ejerce un control total sobre el proce-
so productivo. Adquiere las materias primas, las transforma con sus habili-
dades y vende el producto resultante a cambio de otras cosas o de un valor
para lograr su supervivencia y satisfacer otras necesidades de no tan prime-
ra necesidad.
Con la evolución industrial del siglo XVIII la sociedad sufre un gran cambio.
El número de habitantes exige una gran cantidad de productos elaborados,
y la evolución tecnológica permite aplicar máquinas que aumentan el rendi-
miento productivo.
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Como ya dijimos, la actividad laboral conlleva unos riesgos que pueden
poner en peligro la seguridad y la salud del trabajador. Es por ello que tales
riesgos deben ser identificados, evaluados, controlarlos y si es posible eli-
minarlos.
2.2 Definición de Salud
En cualquier diccionario la palabra Salud se entiende como el estado en
que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones. No cabe duda
que no es una definición técnica, sino que es genérica, pero a pesar de eso
sí nos indica que una concepción de salud conlleva una serie de factores
alrededor del individuo que le permiten una normalidad funcional. Este sig-
nificado conlleva a entender a la salud como algo muy limitado, es decir,
como la mera "ausencia de enfermedad".
A medida que las sociedades alcanzan niveles de calidad de vida mayor
esta simple concepción de la salud se hace totalmente insuficiente. Una vez
alcanzado un nivel de bienestar social que nos permite satisfacer las nece-
sidades básicas se intentan satisfacer otro tipo de necesidades no tan
urgentes. Las reflexiones que a través del tiempo se han ido realizando sobre
estas cuestiones desembocan en un concepto moderno de salud definido
por la Organización Mundial de la Salud (en adelante O.M.S.) que, preten-
diendo un enfoque mucho más amplio, define a la Salud tal como sigue:
"Es el estado de bienestar físico, mental y social completo y no
meramente la ausencia de daño o enfermedad."
En este caso nos encontramos con una definición que no busca la mera
satisfacción de aquellas necesidades que suponen la supervivencia física
de las personas y, que podríamos decir, que son las de carácter físico (comi-
da y protección del medio ambiente). Además distingue dos nuevos ámbitos
de necesidades como son las mentales, asociadas a la faceta psicológica de
la persona, y las sociales, por la peculiar forma de vida en comunidad a la cual
tendemos.
Este concepto de Salud en general, se ha de llevar al ambiente de trabajo,
a los procesos productivos. Por ello, se han de realizar las correspondien-
tes matizaciones que permitan el ajuste a este nuevo ámbito, dando lugar a
un nuevo concepto denominado Salud Laboral que la propia O.M.S. en con-
junción con la Organización Internacional del Trabajo (en adelante O.I.T.),
enuncia como sigue:
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como efectos no deseados de un determinado proceso, que cuando
tienen el carácter de lesivos o la posibilidad de serlo, ya sea para las
personas o para las cosas, movilizan una serie de medios y técnicas
para su corrección, dando lugar a lo que se suele denominar como
Seguridad en sentido amplio.
Esta movilización o actuación de la seguridad tiene que estar motivada en
una asunción de que tales efectos no deseados, no son aceptables.
Cada sociedad tiende a instaurar unos determinados parámetros de inacep-
tabilidad de los efectos no deseados en función de la conciencia social. Es
decir, la inaceptabilidad es un fenómeno cultural con una serie de matices
objetivos y subjetivos terriblemente complejos. De forma general, todos
aquellos efectos que socialmente se han catalogado como no deseados
suelen encontrarse con un rechazo más o menos generalizado. Aceptando
la teoría de la causalidad o de la prevención como aplicable a la explicación
del desarrollo de cualquier efecto no deseado interesa destacar qué ele-
mento de la cadena es el activador de la seguridad, qué eslabón puede con-
siderarse como inequívocamente rechazable por la sociedad y capaz de
generar una movilización que se traduzca en la actuación de la seguridad.
No es un tema fácil ya que la cadena de causalidad puede ser ilimitada nos
pueden aparecen multitud de efectos que a su vez son causa de otros efec-
tos y así sucesivamente. En la siguiente figura se expresa de forma gráfica
lo anterior:
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Utilizando las expresiones de la propia Ley de Prevención de Riesgos
Laborales (en adelantes L.P.R.L.) que en su Capítulo I denominado "Objeto,
ámbito de aplicaciones y definiciones", dentro del artículo 4º , punto 7º:
"Se entenderá por condición de trabajo cualquier característica
del mismo que pueda tener una influencia significativa en la
generación de riesgos para la seguridad y salud del trabajador."
Sería la misma definición que la enunciada por la norma UNE 81902 EX
"Prevención de riesgos laborales. Vocabulario", salvo por el cambio de
orden de las palabras seguridad y salud.
La relación trabajo y salud, tiene su parte más importante en la que se esta-
blece entre las condiciones de trabajo concreto a realizar y la salud del tra-
bajador. Para ello se ha de comenzar por enunciar qué es lo que se va a
considerar como condición de trabajo.
Retomando el mismo artículo anterior de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales, indica de manera clara que se ha de entender como tal al menos
los siguientes ejemplos:
• Las características generales de los locales, instalaciones, equipos,
productos y demás útiles existentes en el centro de trabajo. La natura-
leza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes en el
ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades, concentra-
ciones o niveles de presencia.
• Los procedimientos para la utilización de los agentes citados anterior-
mente que influyan en la generación de los riesgos mencionados.
• Todas aquellas otras características del trabajo, incluidas las relativas a
su organización y ordenación, que influyan en la magnitud de los ries-
gos a que esté expuesto el trabajador.
Del control de estas condiciones dependerá el que las personas involucra-
das en el proceso productivo obtengan los efectos deseados o no deseados
del trabajo, por lo que se han de extremar las precauciones al respecto.
Está socialmente aceptado que siendo el trabajo la actividad que permite la
supervivencia de los hombres, de forma general, cada vez más se intenta
que los puestos de trabajo sean realizables por la mayoría de las personas,
por lo que deberían ser requeridas unas habilidades personales fácilmente
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alcanzables. Para que esto sea posible, se debe actuar sobre las condicio-
nes laborales. Sólo en casos muy excepcionales se reconoce la imposibili-
dad de trabajar a alguien debido a su falta de habilidades ya sea por merma
física (incapacidades aparecidas después del ingreso del trabajador) o por
estar en un estado que puede ser peligroso (caso de menores y mujeres
embarazadas). En estos casos se han de implantar medios para que la per-
sona pueda sobrevivir: cambio de puesto de trabajo dentro del mismo pro-
ceso, asignación de una pensión, limitación de los sectores en que no se
puede trabajar, etc. A nadie se le puede negar la supervivencia.
Si recordamos la definición de salud, vemos como se definen tres ámbitos
en los que hay de obtener un estado de bienestar: el físico, el psíquico y el
social. Las condiciones laborales han de ser tal que procuren ese objetivo,
por ello se suelen establecer clasificaciones que permitan identificar a todos
los factores que incidan en el proceso productivo con los ámbitos de posi-
ble influencia. Así tendremos:
• Condiciones de trabajo que actúan sobre las características físicas de
las personas. Lo que se denominaban características generales de los
locales, instalaciones, equipos, productos y demás útiles existentes en
el centro de trabajo, en donde se destacan la existencia de aquellos ele-
mentos como las máquinas, el balance de un barco, los elementos
móviles que nos pueden dar un golpe, etc., y que vienen a denominar-
se condiciones de seguridad. De igual manera, de forma general, inci-
den en la parte física del hombre los agentes físicos, químicos y bioló-
gicos presentes en el ambiente de trabajo, cuyo control ha de hacerse
midiendo sus correspondientes intensidades, concentraciones o nive-
les de presencia.
• En cuanto a las condiciones que pueden influir en la parte psíquica del
hombre, no cabe duda que son de más difícil identificación por cuanto
el conocimiento que en este aspecto se tiene de las personas es mucho
más limitado. No obstante, sí que se han determinado determinados
factores como son las exigencias a que el trabajo somete a las perso-
nas, y la forma de organizar y ordenar la realización del proceso pro-
ductivo.
• Las condiciones de trabajo que afectan a la parte social de las perso-
nas son aquellas que afectan a la relación del individuo con la sociedad
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que le rodea desde sus niveles más cercanos como la familia directa,
hasta los más externos.
En nuestro país se ha impuesto un modelo de división de las condiciones
de trabajo que distingue tres grandes grupos:
• Las que forman el medio ambiente de trabajo en su forma más exten-
sa, medios materiales, ruido, vibraciones, calidad del aire, posibles con-
taminantes biológicos, etc.
• Las que forman parte de lo que se denomina carga de trabajo, o exi-
gencias o habilidades que hay que tener para una buena realización de
la tarea, tales como esfuerzos que hemos de realizar, capacidad inte-
lectual exigida, etc.
• Para finalizar se tendrían todas aquellas relacionadas con la organiza-
ción del trabajo, tales como tareas a realizar, horarios de trabajo, etc.
Es muy difícil que las condiciones no interaccionen entre sí y que se den de
una manera aislada, por lo que será siempre complejo hacer una clasifica-
ción que permita delimitar de forma clara los límites de una y otra.
Lo que sí parece claro es que dependiendo del trabajo que realicemos (físi-
co, mental), del ambiente físico del mismo (frío, calor, ruido, contaminación,
etc.), de la retribución del mismo (salario, vacaciones, etc.) del reconoci-
miento social de la profesión (importancia que para los demás tenemos),
etc., darán lugar a unas condiciones tales que afectarán a nuestra salud ya
sea de forma física o mental.Una consecuencia del trabajo puede ser sufrir
un accidente o también una depresión debida al mal ambiente, presiones
del empresario compañeros, sentir poca estima por nuestra labor, etc. Es
decir, que el posible daño a la salud no tiene por qué ser sólo físico.
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Respecto a la probabilidad de que tal efecto no deseado se materialice ha
de alcanzar un determinado valor que dependerá de valores culturales fun-
damentalmente. Muchos estudiosos afirman que cuando el riesgo de morir
por la realización de determinada actividad es de 1 persona por cada
100.000 que la realicen, se comienza a demandar actuaciones al respecto,
llegando a valores de no aceptación cuando la relación es de 1 por cada
1.000 que la realizan. Sin embargo, se observa que la realización de otras
actividades no laborales, como las deportivas, pueden darse relaciones
mucho más desfavorables y ser consideradas como normales o habituales.
Existen métodos de evaluación específicos para la asignación de valores de
riesgos aceptables e inaceptables que más adelante se explicarán.
2.6 Factores de riesgo: su clasificación
Los riesgos dependerán en gran medida de las condiciones de trabajo, por lo
que a la hora de intentar clasificarlos se ha de seguir la división vista para las
condiciones de trabajo. Estas condiciones de trabajo estaban formadas por
una serie de variables denominadas factores de riesgo, cada tipo de condi-
ción de trabajo antes vista conllevará sus propios factores de riesgo.
Destacaremos los siguientes grupos de factores de riesgo en función de los
peligros de las diversas condiciones de trabajo:
• Medios materiales que utilicemos para el trabajo, así como las caracterís-
ticas físicas del lugar donde desempeñamos nuestra tarea (lugar concreto
de trabajo, distribución del mismo, altura de techos, longitud de pasillos,
instalaciones eléctricas, etc.). A este conjunto se le suele denominar condi-
ciones de seguridad.
• Características del medio ambiente en que se desarrolla el trabajo. En
este caso se suelen hacer dos grupos:
- Las condiciones físicas: balances, visibilidad reducida, vibraciones,
ruido, iluminación, temperaturas, etc.
- Las condiciones químicas y biológicas, mediante la presencia de posi-
bles contaminantes en el ambiente.
• Esfuerzos que nos exijan para su realización, es decir la carga de trabajo.
• Características de la organización necesaria para el sistema productivo,
de gran incidencia en la integridad de las personas, a todos los ámbitos, físi-
cos, mentales y sociales.
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En este estudio se introducirá un nuevo apartado que, bajo el epígrafe
Otros daños derivados del trabajo, incorpora a todos aquellos que no que-
pan en los dos anteriores.
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a que la verdad legal es otra. Existe una definición legal que viene dada por
la Ley General de Seguridad Social en su artículo 115, además de enunciar
los supuestos en que se ha de considerar un efecto no deseado como acci-
dente de trabajo:
"toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por
consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena".
Dos características son las fundamentales para la consideración como acci-
dente de trabajo de un efecto no deseado:
- Que exista una lesión,
- Que la persona que la sufra sea un trabajador por cuenta ajena.
Particular importancia tiene la última de las características, por cuanto si no
se es trabajador por cuenta ajena, no se pueden "tener" accidentes de tra-
bajo. Amplía la concepción de accidente de trabajo para una serie de
supuestos de estrecha relación con la actividad laboral:
- Los daños sufridos al ir y volver del trabajo, dando lugar a los acciden-
tes "in itinere".
- Los sufridos con ocasión del desempeño de cargos electivos de carác-
ter sindical.
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"La contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta
ajena en las actividades que se especifiquen..."
Difiere notablemente ya que vuelve a limitar la consideración de enfermedad
profesional a aquellos trabajadores que los son por cuenta ajena y, lo más
importante, sólo considera aquellas enfermedades relacionadas con ciertas
actividades y que se recogen en un listado que se indica en el Decreto 1995
del año 1978 (1995/78) de 12 de mayo con una enmienda posterior.
La estructura de esta disposición normativa es tal, que asigna a determina-
das actividades una enfermedades profesionales concretas. Como ejemplo
podemos decir que una bronquitis que un trabajador adquiera por trabajar
en condiciones adversas de lluvia y humedad, no es una enfermedad pro-
fesional dado que no viene en el cuadro de enfermedades profesionales.
Las enfermedades derivadas del trabajo que le aparezcan a un trabajador
que realiza una determinada actividad, serán calificadas de profesionales si
están en la lista antes mencionada. En caso contrario, y una vez demostra-
da la relación de la enfermedad con la actividad a realizar, se consideraría
como un accidente de trabajo. La detección de estas enfermedades suele
ser muy difícil, debido a que son efectos no deseados de aparición no inme-
diata y no se les da la importancia que tienen. Muchas veces, son dolencias
que aparecen después de cambiar de trabajo, con lo que muchas de ellas
quedan enmascaradas como enfermedades comunes.
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4.1 Introducción
En un mundo cada vez mejor relacionado y con mejor conocimiento unos
de otros casi todas las actividades que se realizan se regulan desde diver-
sos entornos, desde los más globales hasta los más concretos, es decir,
desde el ámbito internacional hasta el ámbito local. En el apartado que a
continuación se desarrolla se intentará dar una visión lo más completa posi-
ble de los diversos entornos que afectan o pueden afectas a las actividades
laborales. Por ello se comenzará por dar una idea de la legislación que
intenta regular las actividades laborales desde los entornos internacionales
hasta los más concretos, ya sean nacionales o regionales. Dentro de los
diversos entornos existen diferentes normas que varían desde dar un carác-
ter obligatorio hasta el de mera recomendación de seguimiento.
4.2 Normativa Internacional
Con carácter genérico existen múltiples reconocimientos internacionales del
derecho a la salud laboral. Tal vez la norma más reconocida internacional-
mente sea la Declaración Universal de Derechos Humanos que la Asamblea
General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó el 10 de diciembre de
1948. En ella ser recogen una serie de artículos que avalan la necesidad de
velar, de forma indirecta, por la seguridad laboral de las personas:
Artículo 3
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguri-
dad de su persona.
Artículo 23
1) Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su
trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la
protección contra el desempleo.
Artículo 24:
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo
libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a
vacaciones periódicas pagadas.
Esta declaración, que pretende ser un compendio de aquellas cosas a las
que las personas tienen derecho por el mero hecho de ser personas, no
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podía por menos que intentar dar unas pinceladas del mundo del trabajo,
ya que su importancia es manifiesta.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue creada en 1919 con el
propósito primordial de adoptar normas internacionales que abordaran el
problema de las condiciones de trabajo que entrañaban "injusticia, miseria
y privaciones"; es el único resultado importante que aún perdura del Tratado
de Versalles.
La OIT formula normas internacionales del trabajo por las que se fijan unas
condiciones mínimas en materia de derechos laborales fundamentales. Las
normas de la OIT revisten la forma de convenios o recomendaciones. Los
primeros son tratados internacionales sujetos a la ratificación de los Estados
Miembros de la organización. Una vez ratificados pasan a formar parte de
las normas de ese país. Las recomendaciones, habitualmente, versan sobre
los mismos temas que los convenios, pero no son instrumentos vinculantes
y recogen directrices que pueden orientar la política y la acción nacionales.
Se entiende que unos y otras incidan concretamente en las condiciones y
las prácticas de trabajo de todos los países del mundo.
Actualmente, la organización cuenta con 175 Estados Miembros, entre los
que se encuentra España, y ha adoptado más de 180 convenios y 185 reco-
mendaciones sobre una amplia gama de temas.
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4.3 Normativa Comunitaria
Bajo el nombre de la Unión Europea conocemos a una serie de países euro-
peos que tratan de aunar esfuerzos para obtener un espacio muy parecido
a una nación más grande fruto de la unión de naciones más pequeñas. Para
ello se han dotado de unos órganos de gobierno comunitarios, reflejo de los
que cada uno tiene en su país: ministros, consejos de ministros, parlamen-
to, presidentes, etc. que intentan generar una serie de normas que pueda ir
regulando la vida en común de todos los ciudadanos las diversas naciones.
Del mismo modo que existía una declaración universal de los derechos
humanos, la Unión Europea ha querido dotarse de una documento similar
para sus ciudadanos, dando lugar a lo que se conoce como la Carta de
Derechos Fundamentales de la Unión Europea. En ella, todos los países
que forman esta comunidad han suscrito un documento en donde expre-
san, a modo de la declaración antes vista, aquellos derechos, libertades y
principios a que los ciudadanos europeos deberían de tener acceso por el
solo hecho de serlo. Incidiendo en aquellos que más nos interesan son:
Artículo 31. Condiciones de trabajo justas y equitativas.
1. Todo trabajador tiene derecho a trabajar en condiciones que
respeten su salud, su seguridad y su dignidad.
2. Todo trabajador tiene derecho a la limitación de la duración
máxima del trabajo y a períodos de descanso diarios y semana-
les, así como a un período de vacaciones anuales retribuidas.
Esta carta de reciente publicación (diciembre de 2000) sintetiza la preocu-
pación por este tema que existe en la UE. Si bien el origen de la UE fue eco-
nómico y se limitaba a una alianza a fin de poder ser más competitivos en
dos sectores muy concretos y de gran importancia después de la 2ª Guerra
Mundial: el carbón y el acero, más tarde convencidos del buen funciona-
miento de esta alianza, se decidió aumentarla a otros aspectos con el obje-
tivo de hacer una espacio único europeo, una especia de gran nación.
Fruto de ese intento ha sido la redacción de diversa normativa que va sen-
tando las pautas a seguir en esa construcción en donde destaca, por su
importancia, el denominado como Tratado Constitutivo de la Comunidad
Económica Europea, documento maestro que recoge todas los objetivos
marcados por los estados miembros. Este tratado constitutivo ha sufrido
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quier caso se considera como un mínimo legal. La característica principal
que tienen estas normas, es que los estados miembros tienen la libertad de
poder adaptar esas exigencias a la legislación de su país como mejor
entiendan, siempre que consideren que las exigencias en ella indicadas
pueden ser aumentadas pero nunca reducidas. A este acto de interpreta-
ción se le denomina "transposición" de la directiva.
En el desarrollo del artículo 118 A, existe una Directiva que resulta básica:
la denominada "directiva Marco de Seguridad", identificada como 89/391 del
12 de Junio. En ella se establece el esquema general que ha de seguir la
normativa básica en materia de salud laboral. Uno de los puntos más impor-
tantes que establece la norma es la forma que fija la relación empresario-tra-
bajador-administraciones, de modo que al empresario le responsabiliza del
cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, al traba-
jador le hace objeto de protección exigiéndole su participación, y a la admi-
nistración le atribuye el papel de vigilante de que dicha relación se cumpla.
La transposición de esta directiva ha dado lugar a la norma básica de pre-
vención de riesgos laborales en nuestro país: la Ley 31/1995 de Prevención
de Riesgos Laborales que analizaremos en el apartado dedicado a la nor-
mativa nacional.
Siguiendo con la directiva, ésta fija la necesidad de desarrollar con normas
específicas, los aspectos puntuales de la prevención de riesgos considera-
dos como más importantes. Desde su publicación, muchas han sido las
directivas que abordan temas concretos. A fin de organizarlas por temas afi-
nes, se distinguen dos grandes grupos:
- Las que regulan las condiciones de trabajo. En este grupo tendremos
• Las que definen las características de los lugares de trabajo. En este
grupo se integrarían todas aquellas directivas que intentan determinar
las características de los lugares en que se desarrolla el proceso pro-
ductivo con el fin de evitar en lo posible los riesgos laborales.
Comenzando por la directiva que lleva la denominación de Lugares de
Trabajo (89/654) de carácter más general, existen otras más concretas
que fijan su atención en actividades concretas: señalización, canteras y
minas, etc.
• Otro gran grupo estaría formado por el conjunto de directivas que
intentan regular aspectos relacionados con aquellos trabajos que con-
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Artículo 15
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral.
Principio que se recoge como uno de los derechos fundamentales y por lo
cual revestido de particular importancia su cumplimiento. De forma más
específica:
Artículo 40.2
Los poderes públicos...velarán por la seguridad e higiene en el
trabajo y garantizarán el descanso necesario...
También es habitual citar, si bien hemos de tener en cuenta que no están al
mismo nivel, otra norma que al regular las condiciones del contrato de tra-
bajo tiene especial significación en el tema que nos atañe. No es más que
lo que se denomina como Estatuto de los Trabajadores. En estos aspectos,
dentro del capítulo de derechos y deberes laborales incide de forma direc-
ta en la necesidad de adoptar una medidas de prevención de riesgos labo-
rales adecuadas. En palabras del propio estatuto:
"una adecuada política de seguridad e higiene"
Ante el tema de la salud laboral, nos encontraremos dos normas funda-
mentales:
• La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, (ley 31/1995, de 8 de
noviembre).
• El Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento de los Servicios de Prevención.
Estas leyes vienen motivadas en sendas directivas comunitarias.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales regula, con carácter general,
las políticas de prevención de riesgos laborales que se han de aplicar en
España. Pretende ser el inicio de una renovación de la antigua legislación:
la Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo, que desde el
año 1971 servía para regular el panorama español en este ámbito e intenta
clarificar las responsabilidades de la prevención de los riesgos laborales en
el mundo del trabajo. De este modo la ley establece el derecho que tiene el
trabajador a su protección, y la correspondiente obligación del empresario
de garantizar ese derecho. También exige a las administraciones, ya sean
nacionales o regionales, el papel de vigilante de que dicha relación se cum-
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• Policía, seguridad y resguardo aduanero.
• Servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos
de grave riesgo, catástrofe y calamidad pública.
Para finalizar, admite aplicaciones especiales en los centros militares y los
penitenciarios, debido a sus peculiaridades. Más adelante se irán analizan-
do las particularidades que tiene esta ley, que rige los destinos de la pre-
vención de riegos laborales en nuestro país.
En segundo lugar, hemos citado el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero,
por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención donde
se tratan aquellos aspectos de la prevención de los riesgos laborales desde
la nueva perspectiva. Intenta hacer de la prevención de riesgos una activi-
dad integrada en el conjunto de la empresa. Para ello se ha de comenzar
con una planificación que incluya todos los aspectos:
- técnicos,
- de organización, y
- de las condiciones de trabajo,
en donde se ha de buscar la eficacia, coordinación y participación de todos
los que puedan tener algo que ver en el proceso.
La evaluación de los riesgos es el punto de partida que orienta la planifica-
ción de la actividad preventiva siendo en esta norma donde se dan las indi-
caciones más claras de los criterios que se han de seguir a la hora de su
realización. También establece que la acción preventiva ha de encauzarse a
través de alguna de las modalidades de organización que se regulan en
este Real Decreto y que estarán en función de:
- el tamaño de la empresa, y
- de los riesgos o de la peligrosidad de las actividades desarrolladas en
la misma.
También se regulan en este Real Decreto los requisitos necesarios para
comprobar la correcta aplicación de las diversas modalidades preventivas
que el empresario puede adoptar:
- acreditación de los servicios de prevención externos, cuando decida
contratar con alguien ajeno a la empresa, o
- la auditoría o evaluación externa del sistema de prevención, cuando
esta actividad la realice el empresario o personas de la empresa.
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Con estos claros referentes intentaremos definir de manera clara el panora-
ma de derechos y obligaciones de los distintos tipos de trabajadores.
5.1 Análisis de los derechos
De las normas antes mencionadas, comenzaremos con la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales por ser la norma referente en la preven-
ción. Es precisamente el capítulo III, dedicado a los derechos y obligacio-
nes el que mejor nos contesta a cualquier pregunta que podamos plantear-
nos al respecto de las obligaciones y derechos que tiene cada uno de los
principales actores: empresarios, trabajadores, y administraciones. En total
son 16 artículos donde se enumeran y desarrollan derechos y obligaciones,
en algunos casos casi en su totalidad, y en otros, sencillamente enuncián-
dolos para que otras normas se ocupen de su desarrollo.
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cumplimiento de su deber en esta materia, sin perjuicio de las acciones
que pueda ejercitar, en su caso, contra cualquier otra persona.
5 El coste de las medidas relativas a la seguridad y la salud en el traba-
jo no deberá recaer en modo alguno sobre los trabajadores.
Comenzando con un análisis pormenorizado, de la lectura del primero de
los párrafos obtenemos uno de los planteamientos básicos de esta norma:
Artículo 14. Derecho a la protección frente a los riesgos laborales.
1 Los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de
seguridad y salud en el trabajo.
Este derecho básico orientado hacia el trabajador se ha de desarrollar y
concretar en una serie de normas que den forma a esa voluntad o intención.
El propio artículo indica cuáles han de ser los caminos a seguir para alcan-
zar ese derecho:
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Sí recoge la normativa la posibilidad de que el empresario pueda informar a
los representantes de los trabajadores, siempre y cuando se trate de ries-
gos generales, no pudiendo evitar la información particularizada a cada tra-
bajador de los riesgos particulares que le afecten, así como de las medidas
para evitarlos.
Conviene enunciar que la Ley prevé la posibilidad de elección de una repre-
sentación especial en materia de riesgos laborales. Es el denominado "dele-
gado de prevención", que se define como:
"los representantes de los trabajadores con funciones específi-
cas en materia de prevención de riesgos en el trabajo".
Han de estar designados por y entre los representantes del personal, si bien
puede alterarse esta norma y posibilitar que otras personas puedan ejercer
esta función, a través de los convenios colectivos.
El número de delegados de prevención que le corresponde a una empresa
se asigna según lo indicado en la siguiente tabla:
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Se puede observar cómo es exigible una formación en materia de preven-
ción específica haciendo mención de aquellos riesgos que puedan incidir a
cada trabajador, indicando que deberá ser:
• Antes del inicio de la actividad (en el momento de la contratación),
• En el momento en que se le cambie de tarea o funciones, y
• En el caso de cambios en los equipos de trabajo.
En cualquier caso, la formación no será a cargo del trabajador ni en costes
ni en horario.
Una de las medidas más contundentes, y también más difícil de aplicar, es
la posibilidad que el trabajador tenga de detener su actividad ante el temor
de poder sufrir algún daño. Se considera una medida de autoprotección,
pero para realizar esta operación se ha de estar muy seguro de que el ries-
go presente una serie de características que nos hagan pensar que de no
paralizar la actividad puede derivarse un daño seguro.
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Se materializa a través de la obligación que tiene el empresario de realizar-
la. El trabajador podrá o no decidir sobre la utilización de este derecho,
salvo los siguientes casos:
• En caso de necesidad para evaluar los efectos de la realización de la tarea.
• Cuando exista obligación legal de revisar el estado de la salud.
• Cuando se sospeche que el estado de salud del trabajador pueda ser
peligroso para sus compañeros o para otras personas.
Aun en estos casos, se necesita el informe de los representantes legales, y
siempre se exige la total discreción de los datos de los reconocimientos,
que en ningún caso pueden ser utilizados para discriminar o perjudicar al
trabajador.
Los reconocimientos médicos han de estar orientados hacia los riesgos a
los que está expuesto el trabajador, luego las pruebas a realizar estarán
orientadas hacia este objeto. La autoridad sanitaria española ya edita unos
protocolos de vigilancia de la salud, donde se pretende normalizar la forma
en que los médicos de empresa han de efectuar los reconocimientos perió-
dicos a los trabajadores de determinados sectores o que realicen determi-
nadas actividades.
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Capítulo 2 [25 horas]
Riesgos generales
y su prevención
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Esta norma se estructura para poder dar respuesta a los tipos de acciden-
tes más frecuentes debidos a las características del lugar de trabajo. A la
hora de realizar estadísticas que sirvan para el estudio de cualquier suceso,
es muy importante sentar unas bases que permitan realizar una clasificación
igual para todos. A la hora de hablar de peligros, la Administración españo-
la ha creado una clasificación de 25 peligros, capaces de generar todos los
accidentes laborales. Existen grupos de peligros imputables a determina-
dos factores o condiciones. Generalmente se considera que un grupo
numeroso es debido a la condición o factor lugar de trabajo. En la tabla se
muestran cuales son.
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1.2 Incendios.
Los incendios son uno de los sucesos más temidos en determinadas
empresas, como pueden ser las industrias químicas. La presencia de mate-
riales y productos químicos inflamables, hace que la presencia del fuego se
convierta en una pesadilla evidente que obliga a tener que combatirlo con
todos los medios a su alcance, a fin de evitar males mayores.
La mejor forma de combatir el fuego es evitar que se forme, y no saber apa-
garlo. Pare ello se han de conocer bien los elementos indispensables que
intervienen en su formación y las características que han de guardar en su
combinación. A continuación pasaremos a describir estos factores.
Lo que normalmente se denomina como "fuego" no es más que un fenó-
meno de combustión en el que se dan una serie de reacciones químicas de
oxidación/reducción, y en las que existe desprendimiento de calor.
Expresiones como incendio, arder, quemar, etc., suelen emplearse como
sinónimos de "fuego".
Para que una combustión tenga lugar se exige, como mínimo:
- Un material combustible.
- Un agente oxidante o comburente.
- Una temperatura y unas proporciones adecuadas.
Estos factores se vienen estructurando para dar lugar a lo que se denomi-
na "el triángulo del fuego":
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necesario para la combustión en su propia estructura, por lo que no
necesitan una alimentación exterior (la nitrocelulosa).
• Temperatura y proporciones adecuadas. Una vez que tengamos
mezclados combustible y comburente, estos han de guardar una mez-
cla adecuada. Si a esta mezcla le aportamos una energía adecuada en
forma de calor, podemos producir la combustión. Esa energía que se
aporta a la mezcla es lo que denomina "energía de activación". La mez-
cla, como hemos dicho, ha de guardar una determinada proporción.
Esta proporción se suele medir en tantos por ciento de volumen de los
gases de combustible en la atmósfera. Una determinada mezcla sólo
será inflamable cuando esté dentro de unos determinados valores.
Estos se denominan límites de inflamabilidad.
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De todos modos, la pronta detección de un incendio es un factor vital a la
hora de poder extinguirlo. Si detectamos un incendio en sus fases iniciales,
nos encontraremos con un fuego de reducidas dimensiones sobre el cual y
necesitaremos unos medios más reducidos para su extinción.
Una vez detectado, debemos conocer las materias que están quemando
para poder actuar correctamente en su extinción. Existe una clasificación de
los fuegos en función de los tipos de combustible:
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cuenta que una gota de agua aumenta su volumen 1700 veces para
convertirse en gas, el potencial de sofocación es muy grande.
La manera de aplicar el agua a los incendios ha de ser tal que favorezca el
contacto del mismo con el calor de una forma lo más directa posible. Por
ello, se considera que el más efectivo sería el chorro pulverizado, diferen-
ciándolo del chorro sólido.
Ello es debido a que al lanzar el chorro pulverizado, es decir, dividido en infi-
nitas gotas, aportamos mayor superficie de contacto agua-calor, por lo que
el fenómeno de absorción del último será más rápido y efectivo que si sólo
lo ponemos en contacto con la envolvente del chorro sólido, que, al tener
mayor cohesión, opondrá más resistencia a la evaporación del agua.
No obstante, siempre hay que buscar un compromiso entre mantener una
distancia adecuada al incendio y la reducción de distancia que se produce
de la pulverización del agua.
Los extintores portátiles son instrumentos diseñados para la extinción de
incendios en sus fases iniciales o para fuegos de reducidas dimensiones.
Han de reunir una serie de características: deben ser transportables, de fácil
uso y eficaces. Básicamente están formados por:
- Un recipiente que contiene el agente extintor.
- Un mecanismo de apertura para permitir la salida del agente exterior, y
que a la vez suele servir para dirigir el agente extintor.
- Un mecanismo de seguridad que libera el contenido del extintor en
caso de sobrepresiones y evita la posible explosión del mismo.
Las posibles clasificaciones de los extintores son muy variadas. Atendiendo
al agente extintor que contiene, los más usuales son:
- De agua (generalmente con aditivos).
- De polvo seco (normal y polivalente).
- De anhídrido Carbónico (CO2).
- Halones.
Cada uno tendrá eficacia para un determinado tipo de fuegos. Esta informa-
ción es una de las que debería tener impresa la etiqueta del propio extintor.
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NO *1= Si es pulverizada sí podríamos ser eficaces. A chorro podría ser peor, depen-
diendo de la densidad del combustible.
NO *2= Sería útil si es pulverizada, aunque a veces, en este tipo de incendios es con-
traproducente apagar la llama.
NO *3= Generalmente, el propio extintor indica el voltaje para el que se puede usar
con seguridad.
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por lo que se ha de estudiar muy detenidamente el empleo de aquellos
equipos que necesiten de la electricidad para su funcionamiento.
El riesgo de la energía eléctrica reside en que su paso por el cuerpo huma-
no pude producir lesiones de tal importancia como fibrilación ventricular,
asfixia, quemaduras internas, etc., que pueden originar la muerte. En todos
los trabajos en que se manejan aparatos eléctricos este riesgo existe y
puede ser:
• de contacto directo, que sería aquel que se realiza con partes del cir-
cuito eléctrico: cables, interruptores, etc.
• de contacto indirecto, que sería aquel que se produce con elementos
no permanentes del sistema eléctrico como las herramientas eléctricas,
o por la generación de una descarga en forma de arco con partes del
circuito eléctrico.
Los principales factores que influyen en las consecuencias del accidente son:
• La intensidad de la corriente (amperios). Es el factor más importante
en este tipo de accidentes a la vez que el tiempo de contacto. No es
directamente la diferencia de potencial o voltaje sino que lo hace de una
manera indirecta.
• La resistencia que ofrezca el cuerpo al paso de esa corriente. Como
vemos de la relación anterior, es fundamental, ya que al estar dividien-
do, a menor resistencia, la intensidad, para un potencial dado, será
mayor. En este aspecto es donde podemos adoptar las medidas pre-
ventivas más inmediatas.
• La tensión aplicada, diferencia de potencial o voltaje. No cabe duda
que tensiones elevadas son más peligrosas, pero siempre de una forma
indirecta tal como vemos en la relación expresada anteriormente.
• La frecuencia de la corriente, a mayor frecuencia el riesgo de fibrila-
ción ventricular disminuye, pero persiste el riesgo de quemadura. Para
las frecuencias de trabajo normales 50-60 Hz, los efectos dependerán
de la intensidad que recorra el cuerpo, de la duración del contacto y de
la reacción de cada persona a la corriente eléctrica. La corriente conti-
nua, necesita intensidades tres veces superiores a la alterna para pro-
ducir los mismos efectos.
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- Resistencia de salida: sería la resistencia del calzado y del suelo. Se ha
de utilizar calzado aislante y alfombrillas o banquetas que intenten que
la resistencia sea máxima.
Una nueva resolución sobre riesgos eléctricos (de 19 de noviembre de
2001, de la Dirección General de Política Tecnológica) establece las normas
armonizadas que satisfacen las exigencias de seguridad del material eléc-
trico destinado a ser utilizado en determinados límites de tensión.
1.4 La señalización
La señalización de los lugares de trabajo sirve para informar a los trabaja-
dores o personas que se encuentren en él, sobre los peligros que no hayan
sido controlados o eliminados, o para mostrar las zonas a partir de las cua-
les se da esta circunstancia. La señalización de los peligros es la medida
menos eficaz dentro de la prevención de riesgos laborales, por cuanto
supone el fracaso de su eliminación o de la protección de los trabajadores.
Siempre será una simple medida complementaria, y nunca debería de darse
en solitario como solución a un determinado peligro.
Por definición legal, la señalización de la seguridad y salud en el trabajo es:
"una señalización que referida a un objeto, actividad o situación
determinadas, proporcione una indicación o una obligación rela-
tiva a la seguridad o la salud en el trabajo mediante una señal en
forma de panel, un color, una señal luminosa o acústica, una
comunicación verbal o una gestual, según proceda."
A pesar de dicha definición legal, se ha de entender como tal al conjunto de
estímulos que pretenden condicionar, con la antelación mínima necesaria,
la actuación de aquel que los recibe frente a unas circunstancias que se pre-
tende resaltar.
De forma general, el Real Decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre disposi-
ciones mínimas en materia de señalización de seguridad y salud en el tra-
bajo indica los principios que han de regir las actuaciones que se hagan en
esta materia. Esta norma distingue los siguientes tipos de señales:
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Dentro de las señales en forma de panel también tenemos distintas clases
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Una vez que se ha intentado solventar el problema de competencias lega-
les comenzaremos por analizar los posibles riesgos y correctas actuaciones
ante las máquinas.
Como la regla general nos aconseja, siempre se ha de incidir en la preven-
ción. Los dos puntos fundamentales para la prevención son:
• Que la máquina sea segura, entendiendo como tal la aptitud o cuali-
dades de una máquina para que cuando desempeña su función nor-
mal, o cuando es transportada, instalada, cuando se realizan las opera-
ciones de mantenimiento, o cuando tiene que ser retirada, no cause
daños a la salud de los trabajadores.
• Que se haga una correcta utilización de la misma. Este concepto de
utilización correcta ha de ser entendido de una forma extensiva. Quiere
decir que se ha de comprometer a que el empresario traslade a los tra-
bajadores la correcta utilización de la misma, así como que se encargue
del adecuado mantenimiento y reparación. Por parte de los trabajado-
res, han de seguir las indicaciones de modo fiel, para que las operacio-
nes ya sean de funcionamiento, mantenimiento, reparación, instalación
o desmontaje de las máquinas no conlleven riesgos.
En ambos casos se exige del fabricante que haga un esfuerzo en la fase de
proyecto de dicha máquina para hacerla segura, teniendo en cuenta las fun-
ciones que ha de realizar la máquina y las funciones que hay que realizar en
la máquina para su mantenimiento o reparación. En la UE se exige a todas
las máquinas que se comercialicen en su territorio una determinada identi-
ficación que se materializa en una etiqueta con las letras CE. Detrás de esta
etiqueta está la denominada "declaración CE de conformidad", que es el
procedimiento por el cual el fabricante o su representante establecido en la
Comunidad declara que la máquina comercializada satisface todos los
requisitos esenciales de seguridad y de salud correspondientes a la norma-
tiva europea.
De este modo, la situación ideal sería que las máquinas fueran intrínseca-
mente seguras por su construcción. Sin embargo, reconoce la misma
norma que, debido a la complejidad que pueden conllevar las máquinas, es
posible que determinados riesgos no puedan ser eliminados en la fase de
proyecto. En ese caso se les exige que la máquina adopte medidas de
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• Los dispositivos de protección, que protegen al operario mediante la
parada de la actividad para evitar su contacto directo con la zona o
parte de la máquina peligrosa.
Los peligros a los que un operario puede enfrentarse son los siguientes:
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• Golpes ocasionados por la propia herramienta o por su forma de accio-
namiento.
• Heridas ocasionadas por proyecciones ya sea de la propia máquina u
otros materiales.
• Los peligros derivados de la forma de funcionamiento. Dos ejemplos
bien evidentes lo constituyen por un lado las herramientas eléctricas
donde puede darse un contacto eléctrico, y por otro las alimentadas por
motores de combustión, donde las quemaduras por contacto con las
zonas calientes suelen ser habituales.
Los remedios son sencillos de aplicar. En primer lugar hemos de recordar la
obligación que tiene el empresario de informar y formar adecuadamente
sobre la utilización de estos equipos a los trabajadores, haciéndoles llegar las
instrucciones de uso del fabricante, lo mismo que vimos para las máquinas.
Una vez determinada la necesidad de utilización de una determinada herra-
mienta para la realización de la tarea, se ha de:
• Identificar la herramienta adecuada a la tarea.
• Comprender su uso.
• Comprobar su estado.
• Leer las instrucciones de uso del fabricante, en donde se identificarán las
condiciones de uso y los riesgos más importantes que deriven de su uso.
•Aplicar las medidas que nos indican dichos manuales, en particular el
uso de protecciones de partes concretas de nuestro cuerpo: ojos,
manos, cabeza, etc.
Particular riesgo puede conllevar la utilización de herramientas en las zonas
expuestas a la intemperie. En ese caso conviene analizar la necesidad de
utilización en función de los posibles riesgos, y elegir las más adecuadas, a
ser posible de bajo voltaje que minimice las consecuencias de un contacto
eléctrico.
Una vez terminada la utilización de la herramienta, nos queda:
• Proceder a una adecuada limpieza.
• Almacenarla en un lugar adecuado.
• Realizar un mantenimiento periódico.
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• En los sistemas productivos, en los que este mantenimiento recae
sobre las mismas personas que realizan el proceso, supone mayor tra-
bajo en peores condiciones.
Las formas de mantenimiento preventivo permiten, en la mayoría de los
casos, planificar la actuación con adelanto, por lo que se pueden obviar en
gran medida las presiones y las condiciones desfavorables de realización.
Si son las mismas personas las que realizan el mantenimiento que los que
hacen las tareas habituales se pueden planificar los mejores momentos
para su realización.
De forma general, cuando se tengan que realizar labores de mantenimiento
sobre equipos, máquinas o lugares con riesgo, se debería de:
• Tener una adecuada planificación de las operaciones a realizar.
• Analizar los posibles factores de riesgo.
• Comunicar de forma general la intención de realizar tales operaciones.
• Señalizar de forma adecuada nuestra presencia en dichos lugares.
• Comprobar que no es posible un arranque inesperado del equipo o
máquina.
• Comunicar la finalización de las operaciones.
En los lugares de trabajo podemos señalar algunas tareas u operaciones
que pueden resultar especialmente peligrosas:
• Entrada en espacios cerrados, no habitualmente transitados, donde
podemos encontrarnos con atmósferas peligrosas. En estos casos lo
ideal seria proceder a una adecuada ventilación del lugar. Si no se
pudiera hacer deberán de tomarse las precauciones adecuadas.
Particular peligrosidad pueden tener las atmósferas explosivas
• Trabajos de soldadura o corte de chapas en zonas con posibilidad de
atmósferas explosivas, como es el caso de trabajos en la cámara de
máquinas o en zonas próximas a los tanques de combustibles. La ven-
tilación previa es esencial, así como un control de la atmósfera que nos
permita la seguridad de no estar en un riesgo
• Trabajos de mantenimiento de estructuras, como pintado, rascado, etc.
En estos casos es imprescindible adoptar medidas de protección de
caídas, así como una continua vigilancia sobre las personas expuestas,
que no deberían trabajar en solitario.
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"Todo elemento o compuesto químico, por sí sólo o mezclado, tal
como se presenta en estado natural o es producido, utilizado o
vertido, incluido el vertido como residuo, en una actividad labo-
ral, se haya elaborado o no de manera intencional y se haya
comercializado o no, que puede representar un riesgo para la
seguridad y salud de los trabajadores debido a sus propiedades
fisicoquímicas, químicas o toxicológicas y a la forma en que se
utilizan o se halla presente en el lugar de trabajo".
Se puede observar cómo las normas, por su necesidad de definir los con-
ceptos en todas sus posibilidades, pueden generar frases complejas y con-
fusas. De modo operativo podremos definir a los agentes químicos peligro-
sos como aquellos agentes que estando en el medio ambiente de trabajo,
sin importar su origen, pueden dañar a las personas al entrar en contacto
con ellas.
Para que esto tenga lugar se necesita el cumplimiento de una serie puntos
fundamentales:
• Existencia del agente químico en el medio ambiente, muchas veces en
una determinada cantidad, ya que por debajo de ella no habría peligro.
• Contacto entre el trabajador y dicha sustancia.
• Que la sustancia pueda penetrar en el cuerpo humano.
Con la no existencia de cualquiera de los tres puntos podremos evitar los
daños a la salud.
Actualmente existen una gran cantidad de sustancias químicas de las cua-
les, en la mayoría de los casos, conocemos sus características, pero ¿cómo
podemos saber si una sustancia que manejamos en nuestro normal acon-
tecer es peligrosa para la salud?
En un primer paso, a nivel internacional y nacional se han establecido nor-
mas que obligan a los fabricantes y personas que comercializan productos
para el uso industrial, a identificar los posibles riesgos que puedan conlle-
var. Se ha establecido una clasificación de peligros de dichas sustancias
según se indica:
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1. EXPLOSIVAS
2. COMBURENTES
3. INFLAMABLES
- EXTREMADAMENTE INFLAMABLES: las sustancias y preparados líqui-
dos que tengan un punto de ignición extremadamente bajo y un punto
de ebullición bajo, y las sustancias y preparados gaseosos que, a tem-
peratura y presión normales, sean inflamables en contacto con el aire
- FÁCILMENTE INFLAMABLES: Las sustancias y preparados:
1.Que puedan calentarse e inflamarse en el aire a temperatura ambiente
sin aporte de energía.
2. Los sólidos que puedan inflamarse fácilmente tras un breve contacto
con una fuente de inflamación y que sigan quemándose o consumién-
dose una vez retirada dicha fuente.
3. Los líquidos cuyo punto de ignición sea muy bajo.
4. Que, en contacto con el agua o con el aire húmedo, desprendan
gases extremadamente inflamables en cantidades peligrosas.
- INFLAMABLES: Las sustancias y preparados líquidos cuyo punto de
ignición sea bajo.
4. MUY TÓXICOS
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5. TÓXICOS
6. NOCIVOS
7. CORROSIVOS
8. IRRITANTES
9. SENSIBILIZANTES
10. CARCIONOGÉNICOS
11. MUTAGÉNICOS
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Una vez conocidos sus efectos, y teniendo en cuenta las exigencias antes
expuestas para que estas sustancias causen daños, se impone un conoci-
miento de cómo se introducen en el cuerpo de las personas y causan
dichos efectos. Se suelen establecen las siguientes vías de entrada en
nuestro cuerpo:
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Las sustancias contaminantes pueden estar en cualquiera de los tres esta-
dos. Se consideran más peligrosas dentro de cada estado:
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• Valor límite biológico, que consiste en determinar la cantidad contami-
nante que está presente en el cuerpo del individuo, ya sea en orina, san-
gre, aire exhalado, esputos, etc.
Con cualquiera de estos tres valores límites se intenta determinar un
ambiente de trabajo saludable para el trabajador.
Hasta el año 2001 en nuestro país sólo se reconocían por ley valores límites
para el amianto, plomo y el cloruro de vinilo monómero. Actualmente, se
reconoce valor legal a un catálogo de valores límites para sustancias edita-
do por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo denomi-
nado "Documento sobre límites de exposición profesional para agentes quí-
micos en España" que cubre la inmensa mayoría de las sustancias químicas
empleadas en la industria que tienen cierto riesgo para los trabajadores.
El proceso a seguir en materia preventiva en el caso de los contaminantes
químicos pasa por las siguientes fases:
- Detectar
- Evaluar
- Controlar
El primer problema consiste en detectar la posible presencia de un conta-
minante. A falta de unos conocimientos más profundos dos son los cami-
nos a seguir:
- Identificar los productos que utilicemos mediante la lectura atenta de
sus etiquetas. Todos los productos que pueden encerrar un determina-
do peligro han de venir convenientemente etiquetados.
- En caso de sospecha reclamar la medición del ambiente de trabajo por
personas formadas adecuadamente para estas labores, que realizarán
un estudio del proceso productivo y determinarán los posibles conta-
minantes en el ambiente.
Una vez detectada la presencia de agentes químicos contaminantes se ha
de evaluar su presencia mediante:
- La medición de su concentración en la atmósfera.
- Determinación del tiempo de exposición.
- Si fuera necesario, determinación de los indicadores biológicos o can-
tidades de contaminante en determinados soportes como la orina, san-
gre, etc.
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Una vez obtenidos los resultados han de compararse con los valores límites
marcados por la ley y de dicha comparación ha de realizarse la toma de
decisiones adecuada, de actuar para cambiar la situación o considerar que
no presenta ningún riesgo.
La fase de control se ha de iniciar en el momento que detectemos que la
situación es peligrosa para los trabajadores. Los pasos a ejecutar en dicho
control serían, por orden de prioridad:
- Sustitución del producto peligroso.
- Aislamiento del proceso, de modo que el ambiente contaminado no
estuviera en contacto con los trabajadores.
- Evitar que, aun dándose la posibilidad de ambientes contaminados,
entren en contacto con los trabajadores, utilizando una adecuada ven-
tilación que diluya el contaminante, o disponer de extracciones del aire
contaminado.
- En último lugar, y una vez vista la imposibilidad de las actuaciones ante-
riores, se evitará la entrada en el cuerpo del trabajador poniendo barre-
ras a las vías de penetración habituales mediante la adopción de pro-
tecciones individuales.
Las características de las sustancias contaminantes pueden verse alteradas
por combinación con otras, dando lugar a productos cuyos riesgos sólo se
pueden conocer mediante una adecuada evaluación por personal debida-
mente preparado.
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2.2.1 El ruido
El ruido se define como un sonido molesto que puede, incluso, llegar a cau-
sar un daño. De forma genérica, todo aquello que es capaz de generar una
sensación en el oído, es enviado al cerebro y debidamente procesado se
identifica como un sonido. Estas sensaciones se suelen generar cuando algo
perturba el medio ambiente: choque de dos objetos, una explosión, la emi-
sión de una voz, etc. Todas estas acciones provocan una alteración en el aire
mediante la generación de un movimiento de vibración de las partículas del
mismo que van propagándose. Es lo que se denomina la propagación del
sonido que nos permite escuchar cosas que suceden lejos de nuestra posi-
ción. Esta alteración del aire viene definida por dos características:
- La frecuencia.
- El nivel de presión acústica.
La frecuencia es una de las características básicas del sonido. Es la veloci-
dad de vibración de las partículas del aire. Para que las alteraciones puedan
ser escuchadas por las personas estas frecuencias han de tener unas deter-
minadas velocidades, fuera de las cuales los posibles sonidos no son audi-
bles para el oído humano. Por encima de esas frecuencias los sonidos no
se perciben, y se denominan ultrasoni-
dos. Por debajo ocurre lo mismo y se
denomina infrasonidos. La frecuencia
nos da el tono de un determinado
sonido diciendo que es grave, como el
sonido de un bombo o agudo como el
sonido de una sierra mecánica cortan-
do metal.
Como ejemplo de sonido bien conoci-
do tenemos la voz humana, cuyo
rango de frecuencias oscila entre los
100 Hz y los 8.000 Hz.
En cuanto al nivel de presión acústica,
se define como tal a la alteración de
presión que genera el sonido y que es
captada por nuestro oído. Esta dimen-
sión es la que puede hacer que un
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
ruido sea molesto o muy molesto ya que es la intensidad con la que llega al
oído. Una música muy alta, el ruido de una sala de máquinas, generan gran-
des presiones acústicas que hacen del ruido una sensación muy molesta.
Pero no sólo es molesta, ya que una exposición prolongada a este tipo de
ruidos se ha demostrado que genera daños concretos. El más inmediato es
una pérdida de audición, una sordera. Es habitual observar por ejemplo en
las cadenas de montaje cómo el personal de la máquina presenta una difi-
cultad en la audición que se hace más evidente en función de la exposición
que se haya tenido. Este nivel de presión acústica se mide en una unidad
denominada "decibelio". Esta medida sirve para indicarnos cuándo un ruido
adquiere tintes de problema.
Lo que caracteriza a un sonido o ruido es la combinación de frecuencia y el
nivel presión acústica. De las complejas combinaciones que se pueden dar,
se ha escogido una forma de poder comparar tanta variedad, generando
una unidad que sirve como referente para la comparación de todos los rui-
dos. Es lo que se denomina los decibelios A "dBA". Tomando esta unidad,
se puede afirmar que con los sonidos de más de 80 dBA en lugares de tra-
bajo en los que tenemos que estar expuestos durante nuestra jornada de
trabajo, el riesgo de pérdida de audición es evidente.
En nuestro país todo lo relacionad con el ruido se hace a través del R.D.
1316/1989 de 27 de octubre, sobre protección de los trabajadores frente a
los riesgos derivados de la exposición a ruido durante el trabajo.
¿Cómo podemos actuar contra el ruido? Los pasos a realizar son comunes
a todas las actuaciones que tengamos que realizar en prevención:
• En primer lugar tenemos que evitar la generación de ruidos. La mane-
ra más económica será durante el proyecto, diseñando procesos que
no sean ruidosos o utilizando los equipos, materiales y técnicas ade-
cuadas para aminorar dichos ruidos.
• En un segundo término ya sea porque durante la fase de diseño no se
haya podido o por que se realicen determinadas operaciones no típicas
del proceso o difícilmente incorporables a él, lo más deseable es aislar
el proceso concreto para que no pueda transmitir el ruido a los trabaja-
dores. Un ejemplo de ello es la utilización de salas de controles inso-
norizadas para las diferentes máquinas.
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• Por último, si no es posible todo lo anterior, se actuará protegiendo a
las personas de forma individual, mediante la utilización de protectores
auditivos.
¿Cuándo se debe de actuar?
Siempre que se sospeche la existencia de ruidos elevados se ha de inten-
tar analizar su intensidad. Existen determinados niveles de ruido, expresa-
dos en los ya conocidos decibelios que exigen una determinada actuación.
Como norma general, aquellos puestos de trabajo en los que el nivel diario
equivalente o el nivel de pico superen los 90 dBA y 140 dBA, respectiva-
mente se analizarán los motivos por los que se superan los límites y se
comenzará a tomar medidas.
Cuando no sea posible reducir el nivel diario equivalente o el nivel pico por
debajo de los límites anteriormente mencionados, se deberán realizar las
siguientes acciones:
1. Los controles de la función auditiva del trabajador deberán realizarse,
como mínimo anualmente.
2. Todos los trabajadores deberán utilizar protectores auditivos, cuyo uso
obligatorio se señalizará, según lo dispuesto en el RD1403/1986 sobre
señalización de seguridad en locales y centros de trabajo.
3. Siempre que el riesgo lo justifique y sea técnicamente posible, los
puestos de trabajo serán delimitados y objeto de restricción de acceso.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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exposición" y "Límites de confort reducido" siendo el primero un indicador
de riesgo para la salud del los trabajadores, mientras que el segundo, si
bien no lo representa, pretende establecer el límite en el que las personas
comienzan a manifestar algún grado de malestar.
Con respecto a los efectos que puede causar en el hombre hay que decir
que no a todos afecta de la misma manera pero lo que sí se ha observado
es que pueden causar dolor físico si coinciden con la frecuencia de vibra-
ción de determinados órganos corporales. De forma genérica se establecen
entre 4 y 12 Hz las frecuencias más peligrosas. De esta manera pueden pro-
ducirse trastornos visuales si están en resonancia con los ojos. También
pueden alterar la coordinación manual.
Las vibraciones monótonas y continuas pueden reducir la vigilancia y la acti-
vación. Las vibraciones intermitentes pueden tener un efecto de estimula-
ción y alerta, mejorando el rendimiento en una tarea monótona que requie-
ra un estado de vigilancia.
En cuanto a las actuaciones preventivas a realizar, siempre han de seguir el
esquema general de actuar sobre el riesgo en origen y, si no es posible,
aminorar o evitar sus posibles consecuencias negativas. No es una política
preventiva adecuada intentar solventar el problema mediante la aplicación
de medidas que intenten paliar los posibles efectos negativos del peligro,
obviando la solución buena y, generalmente definitiva de actuar sobre el
foco del peligro.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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En cualquier caso el efecto de las radiaciones ionizantes dependerá de:
- La intensidad de la radiación.
- El tiempo de exposición a esa radiación.
- La cantidad de esa radiación que sea absorbida por nuestro cuerpo.
Cuando se intenten llevar a cabo actuaciones preventivas, el primer punto
es la identificación y cuantificación de los focos de radiación ionizante, en
segundo término es el intento de aislamiento de dicho foco. Si ello no fuera
posible, pasaríamos a la correcta protección de las personas. En tercer tér-
mino sería la limitación del tiempo que las personas deberían de estar
expuestas a dicha radiación, que se limitaría al máximo posible.
Los efectos para la salud dependen de la dosis absorbida por el organismo.
Puede afectar a distintos tejidos y órganos (médula ósea, órganos genita-
les, tejido linfático,...), provocando desde nauseas, vómitos y cefaleas hasta
alteraciones cutáneas y cáncer. Para finalizar, se deberían de realizar con-
troles médicos periódicos para comprobar las dosis absorbidas y sus efec-
tos sobre las personas.
Un ejemplo lo suponen los núcleos de los detectores contra incendios
denominados iónicos, que de forma clara y mediante la señalización opor-
tuna nos indica la existencia de una fuente de radiación ionizantes y nos
alerta contra su manipulación.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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En todo caso, como se dijo en las radiaciones ionizantes, los efectos de una
determinada radiación dependerán tanto de las características de la radia-
ción como de las características de las personas que la reciban.
2.2.5 La iluminación.
Tanto en el caso que nos ocupa como en los dos siguientes, lo que vamos
a analizar es un determinado tipo de energía radiada. En este caso estamos
hablando de que una energía como tal no suele plantear ningún problema
a la salud de los trabajadores, pero sí que es de gran importancia a la hora
de la realización de las tareas por cuanto tiene una influencia directa en la
apreciación visual de todos los elementos y detalles.
Para que la iluminación exista ha de existir una fuente que genere esa radia-
ción que se suele denominar luz. Esta fuente puede ser de dos grandes tipos:
- La natural, la que proviene del Sol.
- La artificial, que proviene de fuentes como las lámparas de incandes-
cencia, de fluorescencia o de descarga de gases.
En diferentes lugares de trabajo, ambos tipos de fuentes se usan ya que
tanto de día como de noche se realizan trabajos. La norma se inclina por la
iluminación natural, por sus mejores cualidades sobre la artificial. Pero esto
no siempre es posible por lo que hay que diseñar un sistema de iluminación
artificial capaz de permitir realizar las tareas de todos los trabajadores con
garantía de seguridad.
Cuando se diseña un sistema de iluminación hay que tener en cuenta
muchas cosas. Tal vez una de las más importantes, y que no suele tenerse
muy en cuenta en otras actividades, es la limitación respecto a la fuente de
alimentación de los elementos utilizados. Es decir, la limitación de corriente
eléctrica que se suele tener en determinados trabajos. En determinados
casos se limita a una batería o a un grupo de baterías que pueden recarga-
se o no. En otros casos esta limitación no es tal por cuanto que pueden exis-
tir grupos específicamente pensados para la generación de energía consis-
tentes en motores diesel.
Hemos de tener en cuenta determinados conceptos a fin de obtener un
buen resultado:
- Un adecuado nivel de iluminación.
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Las medidas en lux se realizan con un aparato denominado luxómetro.
Se ha de entender como contraste a la diferencia de intensidad luminosa
entre dos objetos que estén en nuestra visión. Técnicamente se denomina
como la diferencia de luminancias entre un determinado objeto y el fondo
que lo rodea. La existencia de grandes contrates es terriblemente molesto
para el trabajador por cuanto ha de estar adaptando su visión a los distintos
niveles de iluminación que puedan existir. Particular importancia tiene cuan-
do las tareas han de realizarse de noche, dándose la posibilidad de zonas
que estén altamente iluminadas y zonas que presenten un estado de casi
penumbra o falta de iluminación. Ha de procurarse una uniformidad en la ilu-
minación a fin de evitar este fenómeno. No obstante un cierto grado de con-
traste facilita las labores que necesitan de la agudeza visual del trabajador.
La existencia de focos luminosos de elevada intensidad, es decir, de gran
luminancia en el campo visual del trabajador suele ser el elemento más
común que genera el deslumbramiento, durante el cual se provoca una sen-
sación similar a la ceguera y que inutiliza al trabajador para la percepción
visual. Es la sensación de mirar a los focos de los coches durante la noche.
En los trabajos nocturnos, con la aplicación de potentes focos que iluminan
las zonas de trabajo se generan multitud de situaciones de deslumbra-
miento, en particular si el objeto de la mirada está cercano a la ubicación
de dichos focos. De particular importancia pueden tener las malas disposi-
ciones de luces que han de llevarse encendidas de noche, y que pueden
generar el deslumbramiento continuo que impida una correcta visión de lo
que ocurre a su alrededor.
Existen otra serie de efectos negativos sobre la percepción visual entre los
que destaca el denominado efecto estroboscópico que consiste en la per-
cepción visual imperfecta debido a que la fuente de luz no se genera de
forma continuada, sino intermitente. En cualquier caso se han de intentar
evitar por todos los medio posibles la materialización de tales situaciones.
Se ha de hacer un esfuerzo en la fase de diseño de los lugares de trabajo para
tener en cuenta todo lo anteriormente dicho. Además, debería de hacerse un
adecuado mantenimiento de los focos de luz comprobando su estado de lim-
pieza y conservación, así como proceder a un recambio rápido de aquellos
focos de luz que se vayan inutilizando. Se han de tener en cuenta los posibles
efectos de deslumbramiento por reflexión, por lo que habrá que estudiar la
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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El propio cuerpo humano tiene cierta capacidad de autorregulación que
permite responder de forma adecuada a determinadas temperaturas que no
sean las adecuadas para las personas. Así tenemos la reacción del cuerpo
mediante espasmos que se denominan "tiritar" cuando estamos expuesto a
una temperatura más baja de lo deseable. En el caso contrario, el sudor es
el mejor ejemplo de respuesta del cuerpo humano ante temperaturas dema-
siado elevadas. Estas respuestas suelen ser puntuales y nos avisan de con-
diciones ambientales no favorables desde el punto de vista del manteni-
miento de la temperatura interna. Una excesiva exposición a los factores
que originan esta situación puede suponer un cambio de temperatura inter-
na tal que puede originar la muerte.
A continuación se muestra un gráfico en el que se indica a qué temperatu-
ras internas, es decir, a que temperatura de los órganos internos se produ-
ce la muerte de las personas, ya sea por un incremento de la temperatura
interna o Hipertermia, o por su descenso o Hipotermia.
Observando el
gráfico partimos
de una situación
en los 37º C que
suele correspon-
der a una situa-
ción medioam-
biental adecuada.
Una vez que nos
alejemos de estas
zonas comenzare-
mos a sufrir una
serie de alteracio-
nes que pueden
acabar en la
muerte.
En el mantenimiento de la temperatura interna influirá de forma decisiva la
temperatura del aire en que se encuentre dicha persona por cuanto el cuerpo
humano tenderá a igualar su temperatura con la del ambiente que le rodea, a
no ser que establezcamos algunos mecanismos que alteren este proceso.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
Cuando las personas están en medios fríos una de las formas de poder
mantener la temperatura interna es la de aislarse adecuadamente, por ello
se ha de mejorar el aislamiento de la piel y el tejido subcutáneo mediante la
utilización de ropa de abrigo adecuada. Cuando nos encontramos en
medios calurosos y trabajamos a la intemperie, una forma de aliviar ese
calor suele ser aligerando nuestra vestimenta; siempre llegando a un com-
promiso que nos permita protegernos de otros peligros como puede ser la
excesiva radiación del Sol, etc. La medida de la temperatura del aire se hace
mediante termómetros de los que existen diversos tipos.
Además de la temperatura, que puede ser uno de los factores con más peso
en la sensación que tengamos de frío o de calor en un determinado lugar,
existen otros factores de gran importancia que a continuación intentaremos
analizar de forma breve.
Uno de ellos es el tipo de actividad que estemos realizando. Cualquier acti-
vidad que el hombre realiza conlleva una generación de calor por el mero
hecho de tener que movilizar una serie de órganos. A mayor intensidad en
la actividad mayor será la generación de calor. Esta situación hay que tener-
la muy en cuenta a la hora de diseñar los puestos de trabajo, en particular
en determinadas tareas. Así, en tareas que están a la intemperie, pero que
exijan una gran actividad física, hemos de tener en cuenta que la protección
que tenemos que hacer de las personas es menor si existiese la certeza de
temperaturas frías. Sin embargo, en casos de exposición a temperaturas
cálidas, tendríamos un problema que se intentaría solucionar mediante el
aligeramiento del aislante o la dosificación de los esfuerzos a realizar.
La humedad es otro de los elementos determinantes a la hora de definir la
sensación de frío o calor de un determinado ambiente de trabajo. Un
ambiente húmedo aporta una sensación de mayor frío y de mayor calor. La
mayor cantidad de vapor de agua en el aire hace que, en el caso del frío, la
efectividad de las prendas aislantes sea menor, este caso se agrava si la
humedad viene dada por un contacto directo con el agua, ya sea de mar o
de lluvia. Del mismo modo, en situaciones de calor, un elevado grado de
humedad impide la evaporación del sudor, por lo que la sensación que tie-
nen las personas es de mayor disconfort o inconfort.
Por último la velocidad del aire influye de manera notable en la apreciación
de la sensación de frío o calor que se tenga. Una velocidad elevada tiende
a aumentar la sensación de frío y a disminuir la sensación de calor, en líne-
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as generales. La ausencia de viento genera una mayor sensación de calor
y una menor sensación de frío. En los trabajos a la intemperie, la velocidad
del viento es un elemento que debemos de tener en cuenta. Si se realizan
trabajos que exijan un elevado movimiento corporal o la realización de
esfuerzos, el cuerpo generará calor que se manifestará con la aparición del
sudor. La sensación térmica es la de calor, por lo que se tenderá a aliviar el
aislamiento térmico mediante el desprendimiento de parte de la vestimenta.
En este caso, la presencia de viento generará una evaporación acelerada
de dicho calor y un efecto enfriamiento más intenso, por lo que se pueden
originar resfriados, lumbalgias, etc. En el ejemplo contrario, en una sala de
máquinas en la que no se produzca una adecuada renovación del aire, ten-
dremos una velocidad nula. La sensación será de mucho más calor por la
elevada temperatura que origina el normal funcionamiento del motor princi-
pal y de sus instalaciones auxiliares.
En el caso de la construcción y trabajos en obras las actividades discurren,
en muchos casos, a la intemperie. Se puede afirmar que las personas que
en ella trabajan se pasan toda la jornada de trabajo expuestas a las condi-
ciones medio ambientales que reinen en dicho día. La única forma de pro-
tegerse es el aislamiento que puede aportar la vestimenta. En el caso del
frío, las ropas que están en contacto con el cuerpo debería de ser de algo-
dón, ya que sus fibras naturales son más idóneas para dicha situación. En
la zona más externa se suelen disponer trajes de agua impermeables que si
bien frenan el contacto del agua externa, ya sean de mar o de lluvia con el
cuerpo humano, generalmente no permite una adecuada transpiración que
conlleva una sensación de humedad por condensación muy desagradable.
Esto suele darse con mayor intensidad en los momentos en que hay que
realizar un mayor ejercicio físico en la tarea. Esta sensación perdura una vez
acabado el ejercicio físico, por lo que la sensación es más desagradable, en
particular en tareas de grandes esfuerzos físicos puntuales y que luego exi-
gen la espera de resultados expuestos a la intemperie.
En el caso contrario, los puestos que se han de desarrollar en zonas con
presencia de ciertas máquinas suelen estar expuestos a altas temperaturas,
en particular en los meses de verano. En este caso, las naves que albergan
máquinas, mal diseñadas provocan una pobre renovación del aire, que
aumenta la sensación de calor, unido a que el espacio dedicado a esta ocu-
pación suele ser muy reducido en aras de un máximo aprovechamiento del
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
La calificación que suele realizarse del ambiente térmico que nos rodea
varía de la sensación de frío a la de calor. En la zona central estaría una zona
denominada de confort térmico, y luego ante temperaturas extremas tendrí-
amos consecuencias negativas que podrían desembocar en la muerte.
Antes de llegar la muerte se nos presentarán lesiones más o menos graves
que a continuación se describe.
Frío: congelaciones e hipotermia.
Calor: golpes de calor, deshidratación, etc.
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2.3 Los agentes biológicos
Cuando hablamos de agentes biológicos estamos hablando de seres vivos,
de muy pequeño tamaño, que al contactar con el cuerpo humano o al intro-
ducirse en él pueden producir un daño o lesión. La definición que la norma
da es:
Agentes biológicos: microorganismos, con inclusión de los
genéticamente modificados, cultivos celulares y endoparásitos
humanos, susceptibles de originar cualquier tipo de infección,
alergia o toxicidad.
En nuestro país, este peligro viene regulado a través del Real Decreto
664/1997, de 12 de mayo, sobre protección de los trabajadores contra los
riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el tra-
bajo. Y por la Orden de 25 de marzo de 1998 por la que se adapta en fun-
ción del progreso técnico el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre
la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la
exposición a agentes biológicos durante el trabajo.
Los organismos más comunes dentro de este grupo serían:
• Virus: son los organismos más pequeños, de estructura muy simple,
necesitan introducirse en un ser vivo para poder subsistir. Existen infini-
dad de ejemplos, pero tal vez el más conocido sea el virus de la gripe.
• Bacterias: son organismos algo más complejos que los virus de los
que se diferencian en que éstos pueden sobrevivir sin más, por lo que
puede estar latentes en determinados objetos a la espera de un con-
tacto con un ser vivo al que pueden infectar. Un ejemplo son los agen-
tes causantes del tétano.
• Protozoos: son organismos de estructura simple, pueden infectar al
hombre de muy diversas maneras, una de las más conocidas es a tra-
vés de los insectos como ocurre con la malaria.
• Hongos: son estructuras de carácter vegetal que pueden afectar al
hombre de diversas maneras. Tal vez las más conocidas sean las infec-
ciones de la piel a través de los organismos conocidos como cándidas,
y habitualmente denominadas "hongos". También pueden infectar las
vías respiratorias.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
Atendiendo a los efectos que causan en las personas el R.D. 664/1997, esta-
blece la siguiente clasificación de los agentes biológicos:
Según la norma antes mencionada, los trabajos en los que hay más facili-
dad o propensión a estar expuesto a este tipo de agentes suelen ser:
• Trabajos en centros de producción de alimentos,
• Trabajos agrarios.
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• Actividades en las que existe contacto con animales o con productos
de origen animal.
• Trabajos de asistencia sanitaria, comprendidos los desarrollados en
servicios de aislamiento y de anatomía patológica.
• Trabajos en laboratorios clínicos, veterinarios, de diagnóstico y de
investigación, con exclusión de los laboratorios de diagnóstico micro-
biológico.
• Trabajos en unidades de eliminación de residuos.
• Trabajos en instalaciones depuradoras de aguas residuales
La acción preventiva a realizar ha de enfocarse en una triple vertiente de
actuación:
- sobre el foco de origen de los agentes contaminantes biológicos con
medidas como el aislamiento de dicho foco o actuaciones más concre-
tas y directas como medidas de higiene en duchas comunes para evi-
tar la infección de hongos, protección de las superficies metálicas que
presenten óxido, etc.
- evitar la transmisión. Para ello se han de tener en cuenta las vías de
transmisión antes mencionadas y actuar en consecuencia. Ejemplos de
este tipo de actuaciones serían la adecuada potabilización de las aguas
que se tomen, la desinfectación del lugar de trabajo, la utilización de
cubiertos individualizados y convenientemente limpiados después de
su uso, el uso de prendas de vestir de otras personas, etc.
- para finalizar nos quedan las actuaciones que se pueden hacer sobre
las personas entra las que destacan las vacunaciones contra los efec-
tos de las infecciones, una adecuada higiene corporal, y UNA ADE-
CUADA FORMACIÓN E INFORMACIÓN SOBRE ESTE TIPO DE PELI-
GROS.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
de que cada una de ellas se verá afectada en mayor o menor medida en fun-
ción del tipo de trabajo de que se trate.
La necesidad de satisfacer las exigencias que la tarea tiene en cada una de
estas áreas requiere la movilización de los recursos adecuados de cada una
de las personas encargadas de la realización de la tarea. El nivel de exi-
gencia puede ser muy variado por lo que sus efectos también lo serán. Las
características de cada persona hacen a uno más o menos resistente a los
esfuerzos exigidos en cada ocasión por lo que un mismo esfuerzo exigido
a diversas personas, puede tener unos resultados muy diversos.
El resultado de una gran exigencia en la tarea es la sensación de fatiga que
produce, ya sea al final de la jornada o en determinados momentos de la
misma. Es una situación peligrosa, por cuanto conlleva una menor capaci-
dad de respuesta de las personas.
La satisfacción laboral es un tema de gran importancia, por cuanto de él
dependen, desde la propia salud de las personas a la salud de todo el sis-
tema en cuanto a buena producción, adaptación a los cambios, etc.
Estos tres puntos, bien diferenciados unos de otros, pero dependientes de
forma clara y evidente, son los que se pretenden desarrollar a continuación.
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Una análisis detenido del mundo del trabajo nos demuestra que el cualquier
tipo de tareas se exige una movilización de cuerpo y mente para su cumpli-
miento. Por muy física que sea una tarea, siempre necesitará una dosis de
movilización de la actividad mental. Baste recordar el famoso dicho "más
vale maña que fuerza", que no viene más que a demostrar que dicha movi-
lización mental, ya sea a través del ingenio o reflexión, o de la experiencia
acumulada en la realización de la tarea, siempre va íntimamente ligadas. En
el caso contrario, puede ocurrir lo mismo.
Pasemos a describir las características de la carga de trabajo, es decir, la
carga física y la carga mental o psíquica.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
Una de las cosas más importantes a este respecto es saber cuándo una
tarea exige unos esfuerzos asumibles por las personas, y cuándo no lo son.
Habitualmente se utilizan tres criterios de valoración para la determinación
de cómo es la carga física de una tarea:
- El consumo de energía.
- El ritmo respiratorio o, lo que es lo mismo, la medida del consumo de
oxígeno.
- El ritmo cardíaco.
La medición de estos parámetros está relacionada con las características de
la persona tales como la edad, la experiencia, etc. De forma general, cuan-
do estamos ante un trabajo penoso, de gran carga de trabajo, el consumo
de energía aumenta, y también aumenta el ritmo respiratorio y el cardiaco.
Ante este tipo de trabajo es necesario organizar el mismo de manera que se
consigan los mismos resultados sin que las exigencias sobrepasen los lími-
tes normales.
Para ello podemos actuar básicamente de dos maneras:
- Mejorando los métodos y medios de trabajo.
- Introduciendo tiempos de reposo adecuados.
Las posturas de trabajo se están demostrando como uno de los factores
que, dentro del concepto de carga física, más influyen de forma negativa en
las personas. Lesiones de espalda, de cervicales, lumbalgias, etc. son algu-
nas de las patologías que se pueden observar en trabajadores sometidos a
la realización de posturas inadecuadas en el trabajo.
Existen, básicamente dos posibles posturas a la hora de realizar un trabajo:
- Sentado, en donde el peso no recae sobre las piernas sino sobre la
zona apoyada, por lo que suelen ser posturas consideradas como más
cómodas por el menor esfuerzo que hay que realizar
- De pie, en donde el trabajador no recibe ningún apoyo para aliviar el
esfuerzo de mantenerse erguido.
Tanto una como otra tienen sus pros y sus contras si no se realizan con la
debida corrección.
En la posición de sentados, se ha de mantener la espalda recta, la zona de
trabajo ha de quedar justamente enfrente evitando la torsión del cuerpo y a
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una altura que no obligue a movimientos de cabeza que se alejen de la posi-
ción erguida antes mencionada.
En cuanto a la posición de pie, conviene alternarla con otras que permitan
un descanso al trabajador, ya sea sentado o que le obligue a realizar movi-
mientos. La zona de trabajo ha de estar en una posición tal que permita a
las personas mantenerse erguidas, evitando esfuerzos de posiciones de tor-
sión, agachados, etc.
La manipulación de cargas regulada por el R.D. 487/1997 sobre disposicio-
nes mínimas de seguridad relativas a la manipulación manual de cargas que
entrañen riesgos, en particular dorsolumbares y por su guía para la correc-
ta aplicación, alerta y regula las actuaciones contra las incorrectas manipu-
laciones de carga que pueden conllevar lesiones.
El primer punto a tener en cuenta son las características de la carga, en par-
ticular dos:
- Peso, y
- forma,
El peso no tiene, de forma legal ninguna limitación, pero se considera un
peso de 25 kg. como el máximo que se debería manipular por una perso-
na. No obstante, la forma de la carga y sus dimensiones, pueden aconsejar
rebajar sensiblemente este peso.
A estas características de la carga hay que unirle otras tan importantes
como:
- Frecuencia con la que se ha de manipular esta carga.
- Las distancias que hay que desplazarse.
- Las características del lugar por el que hay que desplazarse.
- Las características individuales de cada trabajador.
Como norma general a la hora de tener que manipular o coger una deter-
minada carga se ha de:
- Informarse sobre su peso y estudiar la posibilidad de manipularla o no.
- Ver que la carga o nuestras manos no tiene sustancias que puedan difi-
cultar la manipulación (resbalar, hacer daño, etc.)
- Comprobar que el lugar al que tenemos que desplazar la carga y el reco-
rrido que hemos de realizar están en perfectas condiciones de tránsito.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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respecta a la sensación de aprecio por su tarea, ya sea en el ámbito de la
empresa como de la sociedad, el nivel de reconocimiento, etc.
La misma carga mental puede tener una tarea en la que haya que pensar
mucho y en muy poco tiempo, que aquellas tareas en que no haya que pen-
sar nada y se base en la realización de movimientos repetitivos y sencillos.
El aburrimiento es un factor que actúa de la misma manera que una alta exi-
gencia de resultados.
Existen varios métodos para el cálculo de la carga mental. Generalmente se
basan en la combinación de los siguientes principios:
- Estimaciones de la cantidad de trabajo exigido y de la calidad del
mismo.
- Obtención de datos objetivos en cuanto a las reacciones del cuerpo
humano: ritmo cardiaco, ritmo respiratorio, memorización de cosas, etc.
- Obtener la opinión de los propios trabajadores sobre la tarea.
3.4 La fatiga
Si bien su origen puede tener lugar en la carga física o en la carga mental,
se suele considerar la fatiga como una resultado global de la carga de tra-
bajo total. La fatiga no es mas que una reacción de nuestro cuerpo ante un
determinado grado de exigencias. Sus manifestaciones habituales son:
- Sensación de cansancio general.
- Una disminución de la atención.
- Una disminución de la motivación.
- Una lentitud del pensamiento.
Estos son los síntomas de una fatiga típica de exigencias puntuales de la
tarea que debemos realizar y que desaparecen tras un periodo de descan-
so en el propio día.
Existe, no obstante otra fatiga que es producto de una exigencia excesiva
de la tarea durante un periodo de tiempo prolongado. Es la denominada
fatiga crónica. Sus síntomas son los anteriores a los que hay que unir:
- Una inestabilidad emocional que se manifiesta en: irritabilidad, ansie-
dad, estados depresivos, etc.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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a la salud (física, psíquica o social) del trabajador como al
desarrollo del trabajo.
Dentro de estos factores se suelen agrupar hechos como:
- La inestabilidad en el empleo,
- el salario que se percibe por la tarea,
- el resultado del trabajo (si a pesar de los esfuerzos realizados no se
consiguen los objetivos),
- la estima o valoración del trabajo que se haga por los compañeros o los
jefes,
- las relaciones que existan con los compañeros de trabajo,
- los horarios de trabajo y los momentos de descanso,
- la valoración de las condiciones en que se realiza el trabajo
Estos hechos influyen en la valoración que las personas hagan sobre su tra-
bajo. No cabe la menor duda que si la respuesta a esa valoración es positi-
va, podemos hablar de satisfacción en el trabajo. En caso contrario nos
encontramos con el problema de la insatisfacción que repercutirá negati-
vamente tanto a nivel personal como de la organización.
En muchos casos la prevención de esta situación se escapa a la acción que
se pueda hacer desde la propia empresa, ya que dependen de políticas
regionales, nacionales e incluso internacionales.
En todo caso siempre habrá que promover que del análisis de los hechos
antes citados se obtenga una valoración positiva, mediante el intento de
cambio de aquellas condiciones de trabajo que no sean las más adecuadas.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
El esquema elegido para este tema será comenzar por el análisis de las exi-
gencias legales en cuanto al control de los riesgos dentro de los lugares de
trabajo. Se dará un repaso a las exigencias normativas y a los consejos de
los expertos a este respecto.
A continuación se desarrollarán dos apartados directamente relacionados
como son las protecciones colectivas y las individuales, actuaciones con-
cretas del control de riesgos y que han de estar siempre motivadas por un
adecuado estudio previo que indique cuál es la actuación más idónea, y
cómo ha de realizarse.
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- La Ergonomía, conjunto de técnicas que tienen por objetivo adecuar el
puesto de trabajo a la persona y que muchos afirman que englobará a
todas las demás.
- La Psicosociología, que estudia los factores psicosociales ya mencio-
nados, referentes a las características psíquicas de la relación hombre-
tarea, y de organización de la empresa. Esta especialidad suele venir
unida a la ergonomía.
Desde cualquiera de las perspectivas que se enfoque un determinado tra-
bajo, siempre habrá que tener en cuenta lo enunciado por la Ley de
Prevención de Riesgos laborales, en particular en su artículo 15, denomi-
nado "Principios de la acción preventiva".
El primero de los requisitos es:
Evitar los riesgos.
Para ello la mejor opción es hacerlo cuando la tarea todavía no se está rea-
lizando. Dicen los expertos que el mejor análisis de riesgos es el que con-
testa a las siguientes preguntas:
- ¿Qué va o puede ir mal? (efecto no deseado).
- ¿Cuáles son las causas?
- ¿Cuáles las consecuencias?
- ¿Cuales son las probabilidades de que ocurra?
Las respuestas a estas preguntas han de fundamentarse en:
- un buen conocimiento del proceso productivo,
- un buen conocimiento de las técnicas preventivas, y
- un buen conocimiento de los datos sobre accidentes o incidentes de
dicho proceso o de procesos análogos.
Si durante esta fase se descubren cosas que pueden ir mal, pero que son
imposibles se exige:
Una evaluación de dichos riesgos, de modo que se pongan
medidas que minimicen la posibilidad de que el riesgo se mate-
rialice y produzca daños.
En esa evaluación han de tenerse en cuenta hechos como la necesidad de
que sea la tarea la que se adapte a las capacidades de las personas y no al
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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Otro ejemplo de protección colectiva lo suponen los resguardos que se dis-
ponen a las máquinas para que los elementos móviles no puedan dañar a
las personas.
La ventilación de los locales se ha de ver como una protección colectiva y
que es exigida de forma específica en algunos casos:
Habida cuenta de los métodos de trabajo y de las exigencias físi-
cas impuestas a los trabajadores, se deberá velar por que los
lugares de trabajo cerrados dispongan de aire fresco en cantidad
suficiente.
Si se utiliza una instalación de ventilación mecánica, deberá man-
tenerse en buen estado de funcionamiento
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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Por su parte el trabajador tiene la obligación de:
- Utilizar y cuidar correctamente los equipos de protección individual.
- Colocar el equipo de protección individual después de su utilización en
el lugar indicado para ello.
- Informar de inmediato a su superior jerárquico directo de cualquier
defecto, anomalía o daño apreciado en el equipo de protección indivi-
dual utilizado que, a su juicio, pueda entrañar una pérdida de su efica-
cia protectora.
Particular importancia tiene el último punto, por cuanto obliga al trabajador
a poner en evidencia cualquier deficiencia o anomalía que observe en estos
equipos.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
Para ello ha de utilizar los recursos que estime oportunos, siendo obligato-
ria la familiarización de este tipo de emergencia con los trabajadores, a los
que tiene que adiestrar y formar adecuadamente:
"designando para ello al personal encargado de poner en prácti-
ca estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su
correcto funcionamiento. El citado personal deber poseer la for-
mación necesaria, ser suficiente en número y disponer del mate-
rial adecuado, en función de las circunstancias antes señaladas”.
Con la utilización de los recursos internos no se agotan las medidas que el
empresario ha de realizar por lo que:
"Para la aplicación de las medidas adoptadas, el empresario
debe organizar las relaciones que sean necesarias con servicios
externos a la empresa, en particular en materia de primeros auxi-
lios, asistencia medica de urgencia, salvamento y lucha contra
incendios, de forma que quede garantizada la rapidez y eficacia
de las mismas."
El resultado de esta reflexión ha de ser la creación de un Plan de
Emergencias, que se define como:
"la planificación y organización humana para la utilización óptima
de los medios técnicos previstos con la finalidad de reducir al
mínimo las posibles consecuencias humanas y/o económicas
que pudieran derivarse de la situación de emergencia".
Su implantación es obligatoria mediante normas para determinados lugares
como hospitales, lugares públicos de grandes aglomeraciones de gente,
etc. Para la elaboración de estos planes, se han de realizar una serie de eta-
pas que se suelen clasificar como sigue:
- Identificación y Evaluación del riesgo.
- Medios de protección con los que se cuenta.
- Plan de Emergencia Interior.
- Implantación del plan, incluyendo la formación e información a los tra-
bajadores.
La realidad de que muchas actividades productivas no estén obligadas
mediante normas concretas a la realización estos planes, no significa que
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tengan que desentenderse de estos temas. También están obligadas a ana-
lizar las posibles situaciones de emergencia y formar e informar a sus tra-
bajadores de las mismas, adiestrándolos para familiarizarse con las reac-
ciones que deberían de tener en estos sucesos. Del mismo modo han de
preocuparse por las relaciones que otros recursos ajenos a la empresa pue-
den ofertarles, (bomberos, protección civil, hospitales, etc.) de modo que la
coordinación sea la adecuada cuando una emergencia ocurra.
Si bien la propia legislación que obliga a elaborar e implantar un plan de
emergencia, acostumbra a dar unas directrices sobre cómo hacerlo y fija
unos mínimos sobre sus características y contenido, éstas son general-
mente insuficientes para su implantación con garantías de eficacia.
Para dar respuesta a la cuestión de ¿cómo elaborar un plan de emergencia?,
en esta NTP acudimos a la Orden de 29.11.1984 del Ministerio del Interior.
Protección Civil: "Manual de Autoprotección. Guía para el desarrollo del plan
de emergencia contra incendios y de evacuación de locales y edificios".
Aunque su utilización es voluntaria y así lo refleja en su disposición 1ª la pro-
pia orden, su aplicación facilita significativamente los pasos a realizar para
evaluar el riesgo, redactar e implantar un plan de emergencia. Procedemos
seguidamente a desarrollar y comentar la citada orden.
El manual de autoprotección se estructura en cuatro documentos que
cubren cuatro fases para su correcta aplicación:
- Documento 1: evaluación del riesgo.
- Documento 2: medios de protección.
- Documento 3: plan de emergencia.
- Documento 4: implantación.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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Desde el punto de vista de las recomendaciones dadas para las empresas
en general, existe una clasificación de las emergencias en función de sus
dimensiones:
- Inicio de Emergencia: son los momentos en que los orígenes de la
emergencia se están materializando. La emergencia es perfectamente
manejable por un personal muy poco numeroso y con una formación
no especializada y con unos medios fácilmente obtenibles.
- Emergencia Parcial: una vez originada la emergencia comienza a
ampliar sus dimensiones. Ya no sirve la actuación de unas personas
escasas en número y formación. Se necesita de la actuación de equi-
pos bien conexionados y con una buena formación. Los medios emple-
ados ya tienen que ser específicos para el caso.
- Emergencia General: digamos que la emergencia se extiende o puede
afectar a la práctica totalidad del recinto productivo. Ya es imposible
combatirla con los medios propios y se necesita ayuda externa.
- Evacuación: no pudiendo hacer frente a la emergencia, se impone el
abandono del centro productivo.
El grado de planificación y de coordinación que se tenga dentro de los
miembros que forman la empresa es muy importante a la hora de poder
detener la emergencia cuando esta sea manejable.
A este respecto se aconseja la creación de una estructura similar a la que a
continuación se describe. Se ha de comenzar definiendo los objetivos bási-
cos que hay que cumplir dentro de una emergencia:
- La detección de la situación.
- La difusión de la alarma.
- La actuación para combatirla.
- Las relaciones con el exterior: equipos de ayuda, información, etc.
La dirección de la lucha contra la emergencia ha de estar lo más centraliza-
da posible para evitar equívocos y discusiones. Para que esta centralización
sea efectiva se han de diseñar unos buenos canales de comunicación con
el resto de las personas. Será el jefe de emergencia el que ha de centralizar
todas las decisiones de la lucha contra la emergencia. El Jefe de
Emergencia poseerá sólidos conocimientos de seguridad contra incendios
y del Plan de Autoprotección debiendo ser una persona con dotes de
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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- El trabajador debe cerrar todas las puertas a su paso.
- Empleo del material antiincendio.
- Empleo del equipo de comunicación.
- Composición de las cuadrillas antiincendios.
Del mismo modo se exige un entrenamiento eficaz en la lucha contra las
emergencias, y en particular en aquellas que conlleven:
- Evacuación del lugar de trabajo, como resultado de cualquier tipo de
emergencia que no pueda resolverse. Ello conlleva la debida formación,
información y adiestramiento en el manejo de equipos y prácticas de
evacuación. Lucha contra incendios, exigiendo la composición de las
"cuadrillas" o equipos de intervención, que han de encargarse de su
extinción.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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- con la necesidad de introducir o mejorar las medidas de protección y
prevención, a fin de que puedan desarrollar correctamente sus funcio-
nes en materia preventiva.
Un punto interesante que aporta la L.P.R.L. es la obligatoriedad que existe
en determinadas actividades, generalmente donde los trabajadores se
exponen a agentes altamente contaminantes, a prolongar la vigilancia de su
salud incluso una vez que se haya acabado la relación con la empresa y se
produzca un cambio de actividad. Dicha vigilancia puede que tenga que
realizarse por las Administraciones competentes.
También es obligación del empresario mantener una documentación de la
vigilancia de la salud donde se reflejen las pruebas de haber realizado los
controles de la salud de los trabajadores y copias de las conclusiones en
ellos obtenidos. Esta documentación ha de estar a disposición de la
Autoridad Laboral para su inspección cuando se estime oportuno. Además,
una vez finalizada la actividad de la empresa la documentación tendrá que
ser remitida a esa misma Autoridad Laboral.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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sido objeto de la redacción de protocolos son muy diversas como la mani-
pulación manual de cargas, las actividades de manipulación del plomo, etc.
En ellos se recogen aquellos aspectos que los profesionales de la medicina
del trabajo han de tener en cuenta con los trabajadores expuestos a estos
riesgos, a fin de detectar con prontitud las consecuencias negativas más
habituales.
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Capítulo 3 [5 horas]
Riesgos específicos y su
prevención en el sector
correspondiente a la
actividad de la empresa
CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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Si realizamos una comparativa, entre el año 2001 y el año 2002, por ramas
de actividad, vemos los siguientes resultados:
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Capítulo 4 [5 horas]
Elementos básicos
de la gestión de la
prevención de riesgos
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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- Fijar unas condiciones mínimas en materia de derechos laborales fun-
damentales.
- Prestar asistencia técnica en campos como: formación, política de
empleo, seguridad y salud en el trabajo, etc.
- Fomentar el desarrollo de organizaciones independientes de emplea-
dores y de trabajadores a los que facilita formación y asesoramiento
técnico.
Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la OIT es la única organización
que cuenta con una estructura tripartita, en la que los trabajadores y los
empleadores participan en pie de igualdad con los gobiernos en las labores
de sus órganos de administración.
Para la realización de esta tarea dispone de tres organismos básicos:
- La Conferencia Internacional del Trabajo. Mediante una reunión anual
en la que participan todos los Estados, se establecen y adoptan los tex-
tos de las normas internacionales del trabajo.
- El Consejo de Administración es el órgano ejecutivo de la OIT
- La Oficina Internacional del Trabajo es la secretaría permanente de la
Organización Internacional del Trabajo.
Existe una larga lista de convenios y recomendaciones de esta organiza-
ción, alguno de los cuales ya han sido mostrados en temas anteriores.
Nuestro país suele ratificar gran parte de los convenios entendiendo que
marcan unos mínimos a nivel mundial. Los países más desarrollados tienen
la obligación moral de elevar esos mínimos por el bien de sus trabajadores.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
La finalidad de la OMS es alcanzar para todos los pueblos el grado más alto
de salud. Para ello, sus funciones son, entre otras:
a) Actuar como autoridad directiva y coordinadora de asuntos de sani-
dad internacional.
b) Proporcionar ayuda técnica adecuada.
c) Promover, con la cooperación de otros organismos especializados
cuando fuera necesario, la prevención de accidentes.
d) Promover la cooperación entre agrupaciones científicas que contribu-
yan a la mejora de la salud.
e) Etc.
Los trabajos de la Organización serán llevados acabo por:
a) La Asamblea Mundial de la Salud.
b) El Consejo Ejecutivo.
c) La Secretaría.
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3. El Parlamento, compuesto por los diputados europeos, no tiene un
poder normativo directo, aunque sí participa en el proceso mediante la
formulación de informes sobre las normas.
4. El Tribunal de Justicia es el que vela por el cumplimiento de la norma-
tiva europea desde una perspectiva uniforme para todos los países.
Existen otros organismos europeos de importancia como:
- El Consejo Europeo, compuesto por todos los máximos mandatarios
de cada país, es el órgano que diseña las líneas políticas de la
Comunidad.
- El Comité Económico y Social, es un órgano de obligada consulta en
determinados temas, como la salud laboral, y donde diversos expertos
de los países comunitarios aportan sus experiencias.
Ciñéndonos al ámbito de la salud laboral destacaremos dos instituciones más:
- La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, con sede
en Bilbao, es el órgano técnico de referencia a nivel europeo. Cuenta
con la colaboración de los respectivos centros técnicos de referencia de
cada país.
- La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de
Trabajo, con sede en Dublín, pretende la mejora de las condiciones
laborales mediante el estudio, debate e información de todos aquellos
aspectos relacionados con el mundo del trabajo.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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- Vigilar el cumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos
laborales, y proponer a la autoridad laboral competente la sanción
correspondiente.
- Asesorar e informar a las empresas y a los trabajadores sobre la mane-
ra más efectiva de cumplir las disposiciones cuya vigilancia tiene enco-
mendada.
- Elaborar los informes solicitados por los Juzgados de lo Social en las
demandas deducidas ante los mismos en los procedimientos de acci-
dentes de trabajo y enfermedades profesionales.
- Informar a la Autoridad Laboral sobre los accidentes de trabajo morta-
les, muy graves o graves, y sobre aquellos otros en que se considere
necesario dicho informe, así como sobre las enfermedades profesiona-
les en las que concurran dichas circunstancias.
- Comprobar y favorecer el cumplimiento de las obligaciones asumidas
por los Servicios de Prevención establecidos en la Ley.
- Ordenar la paralización inmediata de trabajos cuando, a juicio del
Inspector, se advierta la existencia de riesgo grave e inminente para la
seguridad o salud de los trabajadores.
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CURSO BÁSICO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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dentro del Acuerdo denominado Pacto Institucional por el Empleo se llegó
a la conclusión de la necesidad de la creación de un órgano central que
orientase y determinase todas las políticas preventivas de la región.
Partiendo de los órganos transferidos por la Administración Central, el antiguo
Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo se perfiló como un nuevo
órgano en que la participación de todos los representantes sociales marcase
una necesidad de corresponsabilidad en la prevención de riesgos laborales,
dando lugar al Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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No es fácil lograr una buena armonización de todos los principios básicos.
En nuestro país se está poniendo en marcha un proceso de normalización
de la gestión de la prevención de riesgos laborales en la empresa median-
te la implantación de una serie de normas de forma similar a lo realizado para
la gestión de la calidad, las famosas normas ISO 9000. De este modo, la
serie de normas UNE 81900-81902 y 81905 pretenden ser una guía que
ayude a las organizaciones a establecer y desarrollar un sistema de gestión
para la prevención de riesgos laborales de forma que se integre dentro de la
gestión de la organización. Sus objetivos declarados son:
- Evitar o minimizar los riesgos para los trabajadores.
- Mejorar el funcionamiento de las organizaciones.
- Ayudar a las organizaciones a la mejora continua de sus sistemas de
gestión.
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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
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Sanidad y Consumo así como de Instituciones competentes de las
Comunidades Autónomas.
- Normas internacionales.
- En ausencia de los anteriores, guías de otras entidades de reconocido
prestigio en la materia u otros métodos o criterios profesionales descri-
tos documentalmente que cumplan lo establecido en el primer párrafo
del apartado 2 de este artículo y proporcionen un nivel de confianza
equivalente.
Es obligatoria la consulta a los representantes de los trabajadores o a los
propios trabajadores acerca del procedimiento de evaluación a utilizar en la
empresa o centro de trabajo.
Conviene recordar que resulta imprescindible que la política de prevención
de riesgos laborales quede perfectamente integrada en la política general
de la organización, se sensibilice ante la seguridad y que lo demuestre. Para
una buena gestión de seguridad en la empresa existen una serie de deta-
lles que nos pueden indicar cuándo una organización lo está haciendo bien:
- Compromiso de la Dirección, con una buena definición de funciones y
la exigencia de responsabilidades.
- Realización de Evaluaciones de los Riesgos y Controles Periódicos,
mediante análisis de riesgos, de condiciones de trabajo y mediante
auditorías de prevención.
- Planificación y Realización de un Programa de Prevención, fijando obje-
tivos, adquiriendo o facilitando medios y controlando resultados.
- Crear una Organización Preventiva, mediante servicios adecuados:
médicos, comités de seguridad, etc.
- Recogida y tratamiento de la información, que ha de conllevar el trata-
miento y divulgación de toda la información referente a la seguridad.
- Formación e información del personal, mediante planes formativos
específicos para la obtención de los objetivos.
Un conveniente desarrollo de dichos puntos originará una empresa sensibi-
lizada en la seguridad de sus trabajadores y que, en la gran parte de los
casos, rentabilizará a medio o largo plazo en el peor de los casos, ya que
en situaciones muy deterioradas, esa rentabilidad es inmediata.
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Existen, como se ha podido comprobar, una serie de actividades para las
que se exigen unos requisitos algo más exigentes que para el resto. Son las
denominadas actividades del Anexo I, que a continuación se describen:
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El nivel básico es aquel nivel que una vez obtenido habilita a su poseedor a
la realización de las funciones menos complejas, pero que suelen ser las
que fundamentan de modo muy sólido toda la cultura de seguridad que es
necesaria en cualquier sistema de gestión de riesgos laborales. En concre-
to se definen en:
- Promover los comportamientos seguros y la correcta utilización de los
equipos de trabajo y protección y fomentar el interés y cooperación de
los trabajadores en la acción preventiva.
- Promover, en particular, las actuaciones preventivas básicas, tales
como el orden, la limpieza, la señalización y el mantenimiento general y
efectuar su seguimiento y control.
- Realizar evaluaciones elementales de riesgos y, en su caso establecer
medidas preventivas del mismo carácter compatibles con su grado de
formación.
- Colaborar en la evaluación y el control de los riesgos generales y espe-
cíficos de la empresa, efectuando visitas al efecto, atención a quejas y
sugerencias, registro de datos, y cuantas funciones análogas sean
necesarias.
- Actuar en caso de emergencia y primeros auxilios gestionando las pri-
meras intervenciones al efecto.
- Cooperar con los servicios de prevención, en su caso.
Este curso habilitará a todos aquellos que superen las prueba de evalua-
ción, para la realización de estas funciones.
La realización de evaluaciones de riesgos, están delimitadas para aquellos
que hayan obtenido un nivel de conocimientos medio o superior, en función
de la dificultad de los riesgos encontrados.
La eficacia de este sistema se pretende perfeccionar mediante las obliga-
ciones y controles que se determinan para cada modalidad preventiva que
el empresario escoja. Así, si opta por una asunción interna, sin recurrir a
medios ajenos a la propia empresa, se le obliga a la realización de una audi-
toría, la cual ha de entenderse como:
“un instrumento de evaluación sistemática, documentada y obje-
tiva de la eficacia del sistema de prevención”
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CURSO BÁSICO
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expresa: La identificación del puesto de trabajo, el riesgo o riesgos exis-
tentes y la relación de trabajadores afectados, el resultado de la eva-
luación y las medidas preventivas procedentes, y la referencia de los cri-
terios y procedimientos de evaluación y de los métodos de medición,
análisis o ensayo utilizados.
- Las medidas de protección y de prevención a adoptar y, en su caso,
material de protección que deba utilizarse.
- El resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y
de la actividad de los trabajadores.
- La información relativa de los controles del estado de salud de los tra-
bajadores, recordando que toda la información en materia de vigilancia
de la salud tiene el carácter de reservada, tal y como se indicó.
- La relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que
hayan causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día
de trabajo, recordando que existe la obligación, por parte del empresa-
rio de notificar por escrito a la Autoridad Laboral mediante el procedi-
miento establecido.
Las normas UNE establecen el desarrollo de los Sistemas de Gestión de
Riesgos Laborales y que las organizaciones deberán de establecer y man-
tener al día procedimientos escritos para permitir una consulta efectiva en
los apartados antes mencionados. Para ello identifican cuatro grandes gru-
pos de documentos:
• El Manual de Prevención de Riesgos Laborales: es el documento bási-
co de cuya lectura tenemos que poder obtener una idea clara de lo que
se está haciendo en la empresa al respecto de la prevención de riesgos
laborales. De forma orientativa en él se debería de indicar:
- El objetivo global que se pretende.
- Información general de las características de la organización.
- Descripción de la política de prevención, con sus objetivos, metas
y programación.
- Las funciones y responsabilidades de todos los trabajadores,
incluyendo la dirección.
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CURSO BÁSICO
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Uno de los elementos de control más significativos dentro de los sistemas
de gestión e prevención de riesgos laborales son las auditorias, entendien-
do como tal una evaluación que persigue el comprobar:
- la eficacia, efectividad y fiabilidad del sistema, y
- si el sistema es adecuado para alcanzar los objetivos fijados en la polí-
tica de prevención de riesgos diseñada.
Para ello ha de hacerse de un modo sistemático, generando una adecuada
documentación, de forma periódica, objetiva e independiente.
Se distinguen dos tipos de auditorias:
- Las internas, realizadas por personar de la propia empresa,
- Las externas, cuando son realizadas por personal ajeno a la empresa.
Un ejemplo es la auditoria a que se han de someter aquellas empresas
que optan por determinadas modalidades en la realización de la pre-
vención de riesgos.
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Capítulo 5 [5 horas]
Primeros auxilios
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Como se puede observar, exige su planificación así como la designación de
determinadas personas encargadas de la realización de dichas medidas.
A continuación se hará un breve repaso por el extenso mundo de los pri-
mero auxilios. Se comenzará por estructurar el tema como primeros auxilios
y asistencia médica de urgencia por cuanto van íntimamente ligadas.
1. Definición
Una definición de primeros auxilios puede ser:
"Aquellas actuaciones efectuadas sobre una persona que ha
sufrido un accidente o enfermedad que se manifiesta de forma
repentina, y que pretenden corregir el daño causado o, al menos,
evitar que las consecuencias del daño sean mayores."
En la mayoría de los casos las actuaciones tienen un carácter transitorio
hasta la aplicación de una asistencia médica que ofrezca una serie de ser-
vicios más completos que permitan una adecuada asistencia a los heridos,
a ser posible en un centro sanitario.
Podemos afirmar que los primeros auxilios son las actuaciones que se rea-
lizan en el mismo lugar en el que se ha producido el accidente hasta la lle-
gada de los servicios médicos especializados. No son tratamientos médi-
cos. Son acciones de emergencia para intentar atajar los efectos de las
lesiones y estabilizar al accidentado, y de esta primera atención va a depen-
der la posterior evolución del herido.
En la normativa legal internacional al respecto destacaríamos:
- El Convenio nº 161 de la OIT sobre los servicios de salud en el trabajo
del año 1985 y ratificado por España.
- En materia de vigilancia de la salud, la actividad sanitaria deberá abar-
car las condiciones fijadas por el artículo 22 de la Ley 31/1995, de
Prevención de Riesgos Laborales.
- En cuanto al Material y Locales de primeros auxilios tenemos el RD
486/1997 14 abril.
En nuestro país existe una gran dispersión de competencias y se ven impli-
cados los siguientes ministerios:
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incendios, estructuras inestables que puedan derrumbarse, comparti-
mientos que puedan inundarse, golpes de mar, etc.
• Características medio ambientales del lugar en que está el herido, con
especial interés en tres factores básicos:
- La existencia de suficiente oxígeno.
- La ausencia de agentes contaminantes.
- La ausencia de gases inflamables.
Estos factores se han de tener muy en cuenta en los denominados lugares
cerrados, aquellos lugares que no son de uso habitual y que, ya sea por
falta de ventilación o porque en ellos se instalan determinados equipo o
materiales, pueden incumplir cualquiera de los tres anteriores requisitos.
Muchos han sido los accidentes mortales que han tenido como lugar bode-
gas, tanques, túneles o pañoles en los que no sólo han perecido los acci-
dentados, sino sus rescatadores que en un afán de un inmediato rescate se
introducen en el mismo espacio mortal siguiendo la misma suerte.
En segundo lugar, una vez que se han analizado las implicaciones que tie-
nen tanto la entrada como la salida, así como las características del lugar en
que se encuentra el accidentado, es necesario marcar una serie de pautas
a la hora de proceder a la realización de los primeros auxilios propiamente
dichos, tales como:
• Intentar mantener la calma, evitando situaciones de histeria que retar-
dan y complican la realización de las actuaciones asistenciales.
• Dejar que los encargados de la realización de las operaciones realicen
su cometido, intentado colaborar y no molestar.
Una vez que estamos en contacto físico con el herido, nos dirigiremos a él y
se procederá a realizar una evaluación donde se analicen las características
físicas de la persona accidentada, fijándose en los síntomas que nos dan una
idea muy genérica de lo que puede estar ocurriendo. Es lo que se denomi-
na Evaluación Primaria o Inicial, en la que tenemos que intentar ver:
• La existencia de las constantes vitales, y
• La revisión de la integridad física del individuo.
En el primer apartado se ha de verificar mediante la comprobación de:
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expuestos y a las facilidades de acceso al centro de asistencia médica
más próximo.
El material de primeros auxilios deberá adaptarse a las atribuciones pro-
fesionales del personal habilitado para su prestación.
2. La situación o distribución del material en el lugar de trabajo o las faci-
lidades para acceder al mismo y para en su caso, desplazarlo al lugar
del accidente, deberán garantizar que la prestación de los primeros
auxilios pueda realizarse con la rapidez que requiera el tipo de daño
previsible.
3. Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados anteriores, todo lugar de
trabajo deberá disponer como mínimo de un botiquín portátil que con-
tenga desinfectantes y antisépticos autorizados, gasas estériles, algo-
dón hidrófilo, venda, esparadrapo, apósitos adhesivos, tijeras, pinzas y
guantes desechables.
4. El material de primeros auxilios se revisará periódicamente y se irá
reponiendo tan pronto caduque o sea utilizado.
5. Los lugares de trabajo de más de 50 trabajadores deberán disponer
de un local destinado a los primeros auxilios y otras posibles atencio-
nes sanitarias. También deberán disponer del mismo los lugares de tra-
bajo de más de 25 trabajadores para los que así lo determine la autori-
dad laboral, teniendo en cuenta la peligrosidad de la actividad desarro-
llada y las posibles dificultades de acceso al centro de la asistencia
médica más próxima.
6. Los locales de primeros auxilios dispondrán como mínimo de un boti-
quín, una camilla y una fuente de agua potable. Estarán próximos a los
puestos de trabajo y serán de fácil acceso para las camillas.
7. El material y los locales de primeros auxilios deberán estar claramen-
te señalizados.
A los lugares de trabajo ya utilizados antes de la fecha de entrada en vigor
del presente RD exceptuadas las partes de los mismos que se modifiquen,
amplíen o transformen después de dicha fecha, les serán de aplicación las
disposiciones de la parte A) del presente anexo con las modificaciones que
se señalen en el párrafo siguiente.
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