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PSICOLOGÍA DE LOS GRUPOS

MODULO 4: DISPOSITIVOS GRUPALES EN LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA (1° PARTE)


 Etapas de la vida grupal
 Perfil y funciones generales del facilitador de grupos

EL DISPOSITIVO GRUPAL Y LAS FUNCIONES DEL FACILITADOR

Presentación:
El grupo es un espacio donde se hace evidente la mediación entre lo individual y lo social,
reconociendo al otro como semejante y diferente a la vez, lo cual permite al psicólogo, mediante
la intervención psicosocial, facilitar entre los integrantes el reconocimiento de la realidad, tanto
interna como externa, así como lo individual y su relación con lo social, en esa relación compleja
que se establece a partir de la subjetividad e intersubjetividad1, para la comprensión, aprendizaje,
apoyo o trabajo terapéutico sobre alguna problemática como la discriminación.
Debido a que un solo documento no reúne la información sobre las diversas áreas que en el
programa se especifican, hemos elaborado una pequeña antología con lecturas de dos diferentes
autores. En la primera podrás revisar qué se entiende por dispositivo grupal, sus características
generales y el papel del coordinador o facilitador de un grupo. En la segunda leerás sobre algunas
de las características más importantes en la formación psicosociológica para la intervención en
grupos. Esta lectura te permitirá tener los elementos necesarios para elaborar el Reporte que se te
solicita en este Modulo.

Contenido de la Antología:
1. Montaño, R. (2004) El dispositivo grupal como instrumento de intervención e investigación
en Revista Liberaddictus No. 82, noviembre-diciembre de 2004, ISSN 1405-6569,
www.liberaddictus.org, pp. 8-19, México: Liberaddictus recuperado de
2
http://liberaddictus.org/art_autor.php?clave_autor=RMF0. pp. 1-4
2. Maisonneuve, J. (1989). La Dinámica de los Grupos. Buenos Aires: Nueva Visión. pp. 93-
109

1
Significados compartidos construidos por los individuos en sus interacciones.
2
Leer los siguientes apartados del artículo: Introducción, ¿De qué psicología estamos hablando?, ¿Qué es un
dispositivo?, El dispositivo grupal e Implementación de un dispositivo grupal.

1
La dinámica
de los grupos
Jean Maisonneuve

Ediciones
Nueva Visión
Jean Maisonneuve, profesor
en la Facultad de Letras y
Ciencias Humanas de
Nanterre-París, realiea en este
libro un estudio teórico y
aplicado de la dinámica de los
grupos. La obra se divide en
dos partes. La primera,
Los principales temas de
investigación en dinámica
de los grupos, está dedicada a
la investigación. Luego de
algunas consideraciones
metodológicas sobre las
corrientes de investigación y
las nociones básicas, estudia los
problemas de la cohesión y el
conformismo, los cambios,
los fenómenos de interacción,
el "liderazgo", la afectividad y
los vínculos colectivos. La
segunda parte, Aplicaciones de
la dinámica de los grupos,
pasa de la "investigación" a la
"intervención", desarrollando
la formación psicosociológica,
su sentido, sus niveles y los
métodos de formación.
Este libro constituye una
iniciación indispensable a la
"formación de formadores",
permitirá desechar muchas
prevenciones y orientar muy
oportunamente en la vía de las
reflexiones metodológicas
indispensables.

Psicólogo
Contemporánea
OBSERVACIONES PRELIMINARES SOBRE
LA INTERVENCIÓN

Si bien es cierto que las exigencias pragmáticas y afectivas


contribuyeron en gran medida a orientar las investigaciones
fundamentales de la psicosociología, no lo es menos que las
"aplicaciones" no pueden merecer ese nombre si no se desplie-
gan con un rigor suficiente a lo largo de trabajos animados
por el espíritu científico. Tal es el sentido mismo de la "in-
vestigación activa", que quiere integrar un doble objetivo teó-
rico y práctico.
Pero en dinámica de grupos es preciso reconocer que, ba-
jo el efecto de las urgencias, del deseo de cambio y aun de
cierto apasionamiento en los medios profesionales y en am-
plios sectores de la opinión, aún sigue siendo considerable la
parte de improvisación y de aproximación.
Además, los problemas que se estudian, lo mismo que los
de la práctica médica, no son sólo de orden metodológico,
sino también de orden deontológico, pues se trata de inter-
vención sobre personas y grupos, y a menudo de poner en tela
de juicio sistemas de equilibrio y de valores.
Toda "aplicación", sean cuales fueren sus respaldos expe-
rimentales, plantea un conjunto de opciones de carácter casi
filosófico, que no podríamos tratar aquí a fondo ni enumerar
de modo exhaustivo. Incluso cuando los pasos sucesivos pre-
tenden ser estrictamente operativos, en el plano de la organi-
zación del trabajo industrial, se percibe la existencia de cier-
tas opciones implícitas de orden social o moral.

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En general, desde hace medio siglo se ha pasado de Taylor * mite al comienzo la eventualidad de cambios referidos, no
a Whyte, 3 de un optimismo tecnicista a un retoño de inquie- sólo a las actitudes y las relaciones, sino también a ciertos
tud humanista. La actitud metodológica de la corriente lewi- aspectos propiamente estructurales de la organización.
niana es experimental; la de la corriente socioterapéutica es De tal manera hay que distinguirla a la vez de las reper-
clínica. Pero una y otra están animadas de cierta fe democrá- cusiones que pueden provocar una formación pertinente, y de
tica, cuyos límites, por lo demás, ya vimos a propósito del ciertos pasos presuntamente psicológicos, en rigor puramente
problema de la participación. verbales y en definitiva mistificadores. Aquí nos referimos
Intervención y formación. Entre las aplicaciones derivadas a ciertas fórmulas de "relaciones humanas" que consisten en
de la dinámica de grupos, las unas apuntan a intervenir en la reservar o aun encubrir todos los problemas de estructura.
regulación misma de una colectividad global (o de uno de
Cuando insistimos en estas distinciones e implicaciones, no
sus sectores importantes), las otras a formar, a perfeccionar
se trata para nosotros de postular a priori un orden de impor-
personas pertenecientes o no a un mismo grupo previo.
tancia o de causalidad, 3 pues toda trasformación efectiva in-
En verdad, la distinción entre intervención y formación no
fluye conjuntamente sobre las estructuras y sobre las actitudes.
es de las más fáciles. Por una parte, toda formación apunta a
promover una evolución de las conductas en los participantes, Su solidaridad aparece en el origen mismo de la interven-
luego de su regreso a sus marcos profesionales; y ciertas fór- ción, pues ésta es siempre desencadenada por perturbaciones
mulas de preparación pueden incluso tener lugar en la em- o dificultades en la vida de la organización, que alcanzan, por
presa, aunque fuera del trabajo cotidiano. Por otra parte, lo menos en algunos de sus miembros, un nivel de conciencia
muchas intervenciones implican, entre sus primeros pasos, ope- crítico. Crítico en el doble sentido de la palabra, pues se vuel-
raciones de sensibilización psicosocial, y recurren en particular ve casi insostenible y conduce a dudar del valor del sistema.
a discusiones de grupo. Por último, la formación y sobre todo Por consiguiente, ese momento de la toma de conciencia es
la intervención sólo adquieren a menudo su sentido cuando decisivo, y el papel de la intervención consistirá precisamente
son englobadas en una especie de "investigación activa", que en desarrollar su poder dinámico, buscando progresivamente
permite a la vez clarificar los objetivos, refinar los métodos, las condiciones de un nuevo equilibrio.
elucidar y evaluar las actitudes. Tal es el caso de las expe-
Pero la intervención no posee un poder de choque en todos
riencias princeps de Lewin, que apuntan a la modificación de
costumbres alimentarias, lo mismo que los grupos terapéu- los planos, a menos que se reduzca a una simple diversión in-
ticos de los cuales extrajo Bion su hipótesis de base, o aun de telectual, o incluso a un "paréntesis catártico". No puede pro-
los seminarios médicos inaugurados por Balint, y de los cua- vocar una primera fisura estructural si no pone en duda el
les trataremos. estado de hecho entre las situaciones de encuentro colectivo
Los dos criterios que nos parecen específicos y solidarios de que sean a la vez nuevas e "integrables", es decir, que a la
la intervención propiamente dicha son el hecho de que se vez que corten con los modelos habituales, sean susceptibles
desarrolla en el seno de la colectividad en cuestión, y que ad- de ahincarse con eficacia en ellos. En resumen, los riesgos de

1 3
La organización científica de las fábricas. La punzante alternativa entre un sociologismo que sólo vería en las
2
L'homme de Vorganisation, Plon. actitudes el simple producto de las estructuras, y un psicologismo que
sostendría una relación de causalidad inversa y unilateral, nos parece,
en este caso, estéril.
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ahora —aunque dure—, no es posible definir ningún esquema
inadecuación de una fórmula de intervención son dobles: de- susceptible de ser traspuesto en forma sistemática. La singu-
rivan, bien de su falta de impacto, de su carácter superficial laridad de la intervención se opone a la polivalencia por lo
o artificial, bien de su influencia ambigua, más perturbadora menos parcial de las fórmulas de formación. Cuando mucho
que estimulante. se puede conservar el interés de ciertos esquemas ya puestos
El riesgo de esterilidad proviene con frecuencia de una ten- a prueba en otra parte, cuando las estructuras y los problemas
dencia de explotar en forma demasiado sistemática o diversa de una colectividad presentan parentescos con los de la otra.4
el arsenal ya clásico del "formador": reunión, discusión de Sólo nos parece posible indicar de modo muy sucinto algu-
casos, grupos de polemistas, juego de roles, etc. Una confu- nos principios de acción que se refieren en forma simultánea
sión perezosa entre intervención y formación puede conducir, a un método y a una deontología, pues según nuestras obser-
bien al empleo de fórmulas rígidas y estandarizadas (con pre- vaciones precedentes, no sería posible escapar aquí de cierta
tensiones de panaceas), y que no podrían responder a la plu- actitud normativa, incluso cuando "no se manipula ni se acon-
ralidad de las situaciones locales; bien a la adopción de un seja". En ese sentido, toda fórmula de intervención psicoso-
eclecticismo amorfo que confía una parte importante a la im- ciológica nos parece implicar una condición y una opción fun-
provisación, pero que corre el riesgo de convertirse en diver- damentales.
sión o de reforzar las incertidumbres iniciales; llegamos enton- La condición consiste en basarse directamente en la estruc-
ces al segundo peligro. tura, los roles y las percepciones iniciales que de ellos tienen
El riesgo de nocividad se acrecienta cuando se introducen de los miembros de la colectividad en cuestión.
manera prematura, y sin disponer de un margen de tiempo La opción consiste en hacer de la evolución (espontánea)
suficiente, ciertos métodos clínicos susceptibles de reactivar de esas percepciones el resorte de un proyecto colectivo de
las tensiones latentes sin encontrarse en condiciones de con- reordenamiento orgánico.
trolarlas ni de dosificar sus manifestaciones. Como en los ca- Para ello el consultante debe aprovechar los propios datos
sos precedentes, ello se produce sobre todo.cuando la situación del estado inicial y el sistema propio de la colectividad, con
básica no fue explorada antes con seriedad. Si se inician pro- sus recursos, conflictos, carencias. En todos los casos la inter-
cesos de desestructuración, bien en el plano de todo un grupo, vención será precedida, entonces, de exploración y de sondeos
Bien en el de algunos sectores claves, sin que haya tiempo de susceptibles de revelar por lo menos la parte explícita de esos
llegar a una fase de reconstrucción, los riesgos de perturbación datos. Estas indicaciones son las que inspirarán el orden de
predominan con mucho sobre las posibilidades de evolución los pasos, así como la composición y articulación de los grupos
positiva. de trabajo. Los procedimientos deberán ser lo bastante flexi-
Los posibles campos de intervención son múltiples, amplios bles para permitir por turno la extensión o la concentración,
o restringidos. Pueden ser organizaciones profesionales (em- en esos grupos, de los miembros de distintas posiciones, una
presas o grupos de empresas) privadas o públicas; colectivi- confrontación de opiniones, una elucidación de las quejas y
dades universitarias u hospitalarias, religiosas o militares; sin- de las expectativas, para culminar por último, si lo permite la
dicatos, asociaciones, comunidades o agrupamientos varios. Su evolución de las situaciones, en sesiones plenarias en las cuales
volumen y su grado de complejidad varían, según los casos,
en grado considerable. * Cf. en ese sentido nuestro artículo "Un schéme d'inteiVention socio-
Como toda intervención está necesariamente situada aquí y logique", en Revue fran^aise de sociologie, VI, 1965.

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las readaptaciones perceptivas puedan engendrar un programa Capítulo VII
de acción concreta. LA FORMACIÓN PSICOSOCIOLOGICA, SU SENTIDO
Nada implica de antemano que semejante proceso sea siem- Y SUS NIVELES
pre posible; nunca es seguro que las diversas instancias de la
colectividad lleguen a reducir sus incertidumbres y sus con-
flictos, a redefinir ciertos fines comunes, a conciliar sus inte-
reses y circunstancialmente sus ideologías. Pero consideramos
que el consultante no podría dedicarse a una intervención, a
menos que tuviese motivos para pensar que ese pronóstico es
verosímil. Precisemos, por último, que no existe otro objetivo
que el de ayudar a la colectividad a decidir su futuro por sí No se trata de formación profesional, estrictamente técnica,
misma y a manejarlo en función del conjunto de los factores cuyas evoluciones recientes son, por otra parte, considerables
descubiertos en el curso de sus trabajos. (etapas de gestión administrativa, de investigación operativa,
En ese sentido se puede aceptar aquí la expresión, en oca- de simplificación del trabajo, etc.). Tampoco se trata de una
siones envilecida, de rol no directivo, cuidando, sin embargo, pura información de carácter didáctico sobre los aspectos psi-
de precisar que el consultante puede verse llevado con más o cológicos y sociales de la vida profesional, o sobre el problema
menos frecuencia a presentar métodos, técnicas, marcos con- de la jefatura. La formación, que se inspira en los esquemas
ceptuales, susceptibles de favorecer la progresión del trabajo y resultados de la dinámica de los grupos, quiere ser en esen-
común y a recurrir, en el interior o el exterior de la colecti- cia una sensibilización directa a los procesos relaciónales, así
vidad, a ciertas medidas de formación. como un adiestramiento para la práctica o la conducción de
La segunda parte de esta obra estará dedicada en esencia a las discusiones de grupo. A menudo se designa este dominio
la presentación de fórmulas y técnicas fundamentales para la de aplicación con el nombre de "relaciones humanas", pero
formación psicosocial.5 nosotros proscribiremos esta expresión, pues se presta a omi-
siones o a interpretaciones tendenciosas; unos consideran esas
relaciones como un sector exclusivamente psicológico, y aun
sentimental, con sus necesidades específicas, a las cuales basta
con dar su alimento necesario; otros estiman que se trata de
una innovación astuta, destinada a dulcificar las coerciones de
cierto sistema socio-económico.
Pero en realidad asistimos, desde hace unos quince años
—con ciertas diferencias entre Estados Unidos y Europa—, al
desarrollo de un fenómeno nuevo que presenta ante todo una
dimensión cultural. En casi todos los medios sociales, inclui-
1 dos los más tradicionales y jerarquizados (como la Iglesia y
Para las aplicaciones de las situaciones de grupo a fines diagnósti-
cos individuales (manifestación de aptitudes, selección), que aqui no el ejército), se reivindica, con mayor o menor vivacidad, la
abordamos, consúltese C. I.évy-Lebover, Compartcmmt social et carac- constitución de equipos de trabajo.
tétiatiquex individuelles, CNKS, 196:3.

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Entre los numerosos dominios en que ya funcionan efecti-
ción, imponen una preocupación de articulación y síntesis. El
vamente los grupos de trabajo, citemos las "conferencias" o
entabicamiento de sectores o servicios produce la disparidad
"reuniones" en la industria y la administración; la medicina de
y, en definitiva, la anarquía y la asfixia; y parece indispensable
grupo y los equipos terapéuticos en los medios hospitalarios;
instaurar —a la vez según el eje vertical y horizontal— proce-
los equipos de reeducación de los centros psicopedagógicos;
dimientos de información y de coordinación. La necesidad de
ciertos "departamentos" de la investigación científica.
recurrir a un trabajo de equipo ha demostrado ser urgente, an-
Pero con bastante frecuencia, como lo hacíamos notar en te todo en el plano de la preparación de las decisiones, que
la introducción, el espíritu de equipo se mantiene más o me- implica el diagnóstico de una situación global y un pronóstico
nos como una aspiración, y aun como una coartada, debido a pertinente. En efecto, como no se tiene en cuenta el conjunto
reticencias o ambivalencias respecto de una verdadera acción de los datos, y como un solo jefe, por dotado que sea, ya no
colectiva. Por eso las fórmulas de adiestramiento previo puede aprehenderlos y dominarlos todos de golpe, se corre el
parecen uno de los medios más eficaces para reducir esas riesgo de adoptar decisiones inoportunas o aberrantes, o in-
reticencias. Y es así como los mismos sectores —pero más a cluso de verse obligados a modificarlas en el trayecto.
menudo en el exterior de las colectividades de trabajo— se han Así se explica, en particular en la gran industria, la impor-
multiplicado los grupos de formación. Con diversas denomi- tancia de las reuniones y de los enlaces en los diversos esca-
naciones —encuentro, coloquio, reunión, sesión, discusión, se- lones; lo mismo sucede en todo establecimiento, en todo orga-
minario (este último término es el más significativo, pues re- nismo, aunque sea de reducidas dimensiones, en cuanto su es-
cuerda siembra y renovación)—, siempre se trata de cierta tructura implica redes de comunicación con circuitos diferen-
sensibilización a los procesos de grupo. tes. En resumen, desde el punto de vista técnico, la promoción
¿Cuáles son las fuentes y las significaciones profundas de del trabajo en grupo responde ante todo a una preocupación
estos fenómenos nuevos? Conviene responder ante todo a esta de eficacia y de coordinación.
pregunta, antes de encarar los métodos puestos en práctica Correlativamente, en el plano sociocultural e ideológico, el
para dicha formación. de las relaciones de poder, se ha producido desde hace un
siglo una evolución de los modelos de autoridad, que se acen-
tuó aun más desde las últimas décadas. Se puede hablar de
I. SENTIDO Y FUNCIÓN DE LA FORMACIÓN una especie de revolución en cadena de los "menores" de las
diferentes categorías: huelgas y sindicalismo obrero a fines
del siglo xix; movimiento feminista a comienzos del xx; en nues-
En verdad, las necesidades a las que trata de responder
tros días, proceso de descolonización en África y Asia; agita-
la formación psicosocial estaban ya latentes desde hacía varias
ción y reivindicaciones de los "jóvenes" en nuestras propias so-
décadas, pero se han vuelto cada vez más agudas y conscien-
ciedades. En todos los casos se trata de modificar una situa-
tes. Se refieren a una evolución, a una trasformación profun-
ción de estricta dependencia, de protestar contra lo que es
da de nuestras sociedades en todos los planos.
vivido como una forma de alienación.
Cambios, ante todo, socio-técnicos: el considerable acrecen- Por otra parte, este fenómeno es bilateral, pues se traduce
tamiento de las dimensiones de las grandes empresas, la com- de modo simultáneo en la reivindicación de los unos y en la
plejidad de las estructuras, el reforzamiento de la especializa- duda, y aun la mala conciencia, de los otros frente a una di-

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rección puramente autocrática o paternalista; se manifiesta en ción ofrecida a los participantes en la mayoría de los semi-
todos los planos, no sólo en el profesional, sino también en el
narios y discusiones de formación es vivida como abierta, pro-
familiar.
misoria, más libre, en todo caso, que la del trabajo cotidiano.
Precisemos que, a diferencia del cambio técnico, este cam- Así, nuestra experiencia de los seminarios realizados en con-
bio cultural no es por sí mirmo engendrador de nuevos equi- textos profesionales muy variados nos convence de que en la
pos, sino trasformador del estilo de relaciones preexistente en mayoría de los participantes existen expectativas confusas. Más
los agrupamientos tradicionales. Ese cambio constituye el ori- allá de una preocupación explícita de perfeccionamiento ex-
gen del estado de crisis más o menos viva señalado más arriba. presada en términos de "mayor eficacia" o de "mejor compren-
¿Hacia qué tiende? En general, por cierto, hacia la sustitu- sión de los demás", aparece un deseo más o menos consciente
ción del estilo autoritario por un estilo cooperativo, pero el y ardiente de comunicación, de encuentro.
establecimiento de ese nuevo equilibrio está aún lejos de estar
Se podría decir, entonces, que la sociedad tecnocrática se-
general y armoniosamente realizado. La quiebra en apariencia
grega en cierta medida esos seminarios, no tanto para elabo-
irreversible del modelo autoritario provoca ante todo un esta-
rar en ellos nuevos métodos de trabajo, cuanto para lograr una
do de incertidumbre, en el cual el resurgimiento del modelo
vuelta a las fuentes afectivas profundas en los grupos restrirí-
antiguo alterna con secuencias de laissez-faire o intentos de
gidos, que estén a la altura de la percepción y de la afección
maniobras.
humanas; es decir, grupos en los cuales el individuo no sea un
No es posible decir que en la actualidad los problemas de solitario, ni esté perdido en una masa demasiado numerosa.
la autoridad y de la participación estén ya resueltos. Sea como
De tal modo nos veríamos llevados a una interpretación por
fuere, esta doble evolución técnica e ideológica conduce a po-
lo menos parcial de la formación en términos de compensación,
ner el acento en la importancia, en todos los planos, de un
de liberación afectiva, y a una interrogación quizá más exi-
trabajo colectivo y cooperativo, y la discusión aparece como
gente sobre sus alcances.
un medio de mantener la cohesión de los grupos, en los cuales
el ataque contra el autoritarismo se convertía en una fuente En ciertos sentidos, en efecto, los grupos de discusión, y más
de infraproducción y desafección. Y la formación psicosocial en general todo el sector paraprofesional de la formación apa-
quiere aplicarse precisamente a una facilitación de intercam- recen como un medio de rencontrar ciertos focos de comuni-
bios colectivos eficaces, con la ayuda de seminarios de tra- cación interpersonal sin comprometer de manera directa el
bajo en grupo. Pero a su función manifiesta y altamente pro- equilibrio tecnoburocrático. Se postula que las evoluciones
clamada se agrega además una función latente, en extremo de actitud inducidas por la formación se traspondrán luego, en
reveladora a la vez del malestar de las sociedades técnicas y forma parcial y progresiva, al plano cotidiano. En rigor, ello
del papel ambiguo de la formación. sólo es posible si éste ofrece cierta plasticidad y la presencia
virtual de ciertos "ecos". En el caso contrario, sólo se lograría
Esa función latente es de orden efectivo, corresponde un
reforzar la disparidad de dos situaciones, y las personas for-
poco a la de una "ventana", a la de un "paréntesis" para los
zadas a encontrar un marco profesional intangible, a conservar
miembros de empresas y de organizaciones en las cuales reinan
la nostalgia de la intimidad y la cooperación, serían obligadas
la impersonalidad, la separación, las tensiones de todo tipo,
a sufrir un contraste hasta ese momento ignorado. Problema
una discusión más o menos clara de la autoridad. Esta imagen
grave, pues toca al alcance mismo de la experiencia de for-
de la ventana parece justificada por el hecho de que la situa-
mación,

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Por cierto, con suma frecuencia la realidad se ubica en una carse y cooperar. Pero lo propio de una situación frente a
zona intermedia, es decir, que no ofrece rigidez absoluta ni frente, y en especial de la discusión de grupo, consiste en sus-
una flexibilidad considerable. En la medida en que presenta citar inevitablemente procesos de confrontación, de tensión, de
cierta laxitud, subsiste una posibilidad de innovación, y en- desequilibrio, que para resolverse exigirán esfuerzos d e adap-
tonces la formación puede ejercer su papel de fermento. tación y de esclarecimiento.
Así se destacan los rasgos comunes a todo proceso de forma-
ción en pequeños grupos; siempre se trata de llevar a los par-
II. LOS NIVELES DE LA FORMACIÓN ticipantes a vivir, a percibir y dominar los problemas afectivos
y funcionales puestos en juego por la situación en que se en-
cuentran comprometidos. Pero los apoyos de esta situación y
1. Aspectos generales los procedimientos empleados pueden variar en función del
plano específico de los objetos propuestos.
Toda formación psicosocial, decíamos más arriba, se esfuerza
por sensibilizar a los participantes, por medio de ciertas ex-
periencias colectivas, en los múltiples aspectos de los procesos 2. Aspectos diferenciales
de relación. En efecto, cuando nos encontramos en forma di-
recta frente a las urgencias o las rutinas de la vida cotidiana,
sólo podemos captar de manera bastante confusa el juego de La determinación de los objetivos específicos del seminario
las actitudes, de los roles, de los sentimientos, y sus repercu- o de la discusión de formación tiene suma importancia, pues
siones sobre las conductas profesionales. O bien nos limitamos implica una congruencia suficiente entre la oferta de los "for-
a reaccionar ante la percepción de tales fenómenos como "re- madores" y la demanda o la expectativa de los participantes.
ceptores", por ejemplo, cuando la actitud de los otros nos frus- Por consiguiente, plantea problemas a la vez metodológicos y
tra o nos inquieta. Pero es raro que nos prestemos tanta aten- deontológicos. Sin pretender establecer una clasificación rígida
ción como "emisores" para los otros. El gran interés de las nj exhaustiva, se pueden distinguir, en todo caso, tres planos
situaciones de formación, que constituyen una especie de "pa- objetivos:
réntesis" en los cuales los participantes son provisionalmente A) Adiestramiento en la práctica y ocasionalmente en la
sustraídos a las imposiciones del trabajo corriente, consiste en conducción del trabajo en grupo. Se trata entonces de sensi-
permitirles adquirir mejor conciencia de esos aspectos psicoso- bilizar a los participantes en el funcionamiento y en los re-
ciales y esclarecerlos conjuntamente por medio de una con- cursos de la discusión de grupo, en especial de reuniones que
frontación de las percepciones de cada uno. apunten, bien a una decisión colectiva, bien a la exploración
Pero esta formulación sería gravemente incompleta si sólo de las actitudes frente a un problema.
recordara un descubrimiento y un análisis de orden intelectual.
B) Experiencia intensiva de los procesos de relación. Más
El objetivo, explícito o implícito, de toda formación, es el de
acá de un trabajo de grupo, se trata de captar en vivo las difi-
promover cierta evolución considerada positiva, en este caso
cultades de la comunicación para buscar sus fuentes y sus sa-
favorecer la adaptación de las personas a las relaciones de gru-
lidas, teniendo en cuenta todos los planos en que se desarro-
po y, más en general aún, reforzar su aptitud para comuni-
llan los procesos: colectivo, interpersonal, individual.

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C) Formación de formadores. Aunque implique evidente- Citemos aquí el ejemplo de los seminarios de grupos de base
mente la experiencia de los dos precedentes, ese objetivo sigue o grupos de diagnóstico.
siendo específico en la medida en que exige un aprendizaje Nos encontramos aquí en el punto crucial de la elección de
mucho más prolongado y ciertas formas de coerción. Por otra los procedimientos de formación. Así como no hay panaceas
parte, atrae la atención sobre las categorías socio-profesionales universales, no hay procedimientos exclusivos y decisivos. El
a las cuales los distintos grados de formación están más o me- verdadero método no se confunde con el empleo de una téc-
nos específicamente destinados; la práctica de la discusión de nica clave, sino que consiste en la adecuación de las fórmulas
grupo es susceptible de interesar a todos los "cuadros", en el de formación a los objetivos buscados y a las situaciones locales.
sentido más amplio de la palabra, es decir, sea cual fuere su Conviene, entonces considerar las distinciones precedentes,
rango jerárquico o su medio de intervención (profesional, sin- relativas a los objetivos, para tratar de aplicarles las técnicas
dical, grupos de ocios, etc.). En cuanto a las experiencias in- más pertinentes en función de los planos. Precisemos que no
tensivas, conciernen sobre todo a los sectores en los que las se trata del plano de las personas participantes, sino del orado
relaciones constituyen el fenómeno principal: psicólogos, psi- de intensidad de la experiencia psicosocial propuesta, y sobre
quiatras, educadores; más en general, todos aquellos a quienes todo del grado de "descondicionamiento" provocado por la
se puede considerar como "trabajadores sociales", así como situación de formación.
ciertos cuadros encargados de responsabilidades específicamen- Este descondicionamiento —que constituye un poderoso fac-
te "humanas", tales como los servicios de personal o los de tor de tensión y de evolución potenciales— depende en forma
orientación. A fortiori, se entiende que todos los que elaboran directa del grado de estructuración propia de la situación ini-
una formación en grupo, sea cual fuere la fórmula, no deben cial. En efecto, ésta presenta una gama bastante amplía, que
exponer a sus compañeros a los azares de sus improvisaciones. va desde la situación más estructurada en cuanto a su conteni-
do y a su procedimiento:
—presentación de un problema por resolver, del cual se dis-
3. Los procedimientos de formación ponen todos los datos;
—designación de un conductor de grupo que adopte en for-
ma explícita una técnica de conducción determinada,
Como muchas otras exigencias, la formación psicosociológica,
desde el momento en que ya no es una innovación, se ve ame- hasta la situación menos estructurada:
nazada por dos tentaciones polares: la de la rutina y la de la
—sin problema planteado al comienzo;
mo4a. La rutina consiste en practicar en los casos más diversos
—sin líder designado previamente.
fórmulas bien redondeadas sin duda, pero inicialmente elabo-
Advirtamos sin embargo que, sea cual fuere la fórmula, hay
radas para ciertas situaciones luego consideradas como tras-
siempre en los grupos de formación una estructura mínima
específicas. Para fijar las ideas con un ejemplo, citemos el re-
constituida en particular por:
curso clásico del "método de los casos". La moda, al contrario,
—el objetivo mismo de la formación, a pesar de la impre-
consistiría en desdeñar fórmulas presuntamente perimidas o
cisión de los contenidos iniciales;
superficiales para recurrir con exclusividad a técnicas más re-
—las expectativas propias de los participantes, más o menos
cientes y más intensivas, por supuesto, pero que en ciertos con-
concordantes con el objetivo;
textos plantean dificultades de orden técnico y deontológico.

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—la presencia de un monitor ocupado de la búsqueda del
objetivo y que posee una amplia competencia técnica. 1 la toma de conciencia y la evolución de las actitudes. Tal es
Si el objetivo consiste en sensibilizar a los participantes a la fórmula del grupo de diagnóstico (o grupo de base).
las modalidades de la discusión de grupo y a la conducta de Antes de volver en forma más detallada a estos distintos mé-
reunión, la fórmula de trabajo se mantendrá relativamente es- todos, recordemos, sin embargo, lo que decíamos más arriba:
tructurada, tanto en el plano del contenido como en el del la formación en el trabajo en grupo es una sola en principio;
procedimiento. Los respaldos iniciales de los intercambios po- lo que puede variar son los respaldos de la situación colectiva,
drán consistir en "casos" o en "temas" profesionales propues- los planos y los procedimientos de análisis. Se trata, entonces,
tos por el monitor, y se tratará de explorarlos o solucionarlos. de opciones adaptadas y en modo alguno de un eclecticismo
Un grado más débil de estructuración podrá convenir a gru- arbitrario, tan criticable como el dogma de una técnica ex-
pos de participantes profesionalmente muy homogéneos. Por clusiva.
ejemplo, la investigación de temas de intereses comunes desti-
nados a constituir el programa de las discusiones de grupo,
o el examen colectivo de casos vividos, directamente aporta-
dos por tal o cual miembro. Esta última fórmula, que en
ciertos momentos permite pasar del análisis de las actitudes
y de las relaciones de una persona con su medio profesional
al análisis de tales procesos en el interior mismo del grupo
de trabajo, puede presentar una fecundidad particular. 2
En todos estos casos, las discusiones son inicialmente diri-
gidas por el animador según técnicas cuyo modo operativo
hará percibir durante el trayecto. Luego de varias sesiones,
la conducción del grupo puede ser confiada a uno de sus
miembros, y cada sesión terminará por una evaluación, du-
rante la cual se examinarán no sólo los problemas de proce-
dimiento, sino también los procesos de naturaleza socio-afec-
tiva: actitudes, adopción de roles, grado de participación,
etcétera.
Cuando se trata de objetivos más específicos o aun exclu-
sivamente psicosociales, puede ser pertinente recurrir a los
procedimientos de formación menos estructurados; el descon-
dicionamiento psicológico intenso que ellos implican favorece

1
Se trata, en especial, del caso de los grupos de diagnóstico, cuyo
procedimiento examinaremos más adelante.
2
Con esta fórmula se emparentan los "Grupos de formación de mé-
dicos", inaugurados por el psiquiatra Balint (cf. cap. VIII).

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