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PLANIFICACION INVERSA, AL REVES, PLANIFICACIÓN REVERSA O

PLANIFICACIÓN INVERTIDA
¿Nos ha pasado alguna vez que los resultados de nuestros estudiantes
no son lo que esperábamos? Como docentes muchas veces sentimos
frustración al ver que los resultados esperados no se logran, a pesar de
haber puesto toda nuestra creatividad, empeño al preparar nuestra
clase. Nos cuesta entender por qué una clase que ha sido bien
diseñada no sea capaz de cumplir con nuestras expectativas
planteadas.

Muchas veces sucede que planeamos nuestras clases guiados


fuertemente por la intuición, por nuestra experiencia y generalmente
los resultados no son eficaces, porque no siempre lo que hacemos o
pensamos que dará resultados, se corresponde con lo que queremos
que los alumnos aprendan. Como consecuencia no logramos los
aprendizajes que buscamos, es decir no logramos un aprendizaje
significativo.

¿Por qué se presentan estas situaciones? Tal vez nunca o casi nunca,
¿nos hemos preguntado si la forma en que diseñamos o planificamos
nuestras clases son las más adecuadas o pertinentes?

La forma que planificamos diariamente y la manera de organizar una


clase es un aspecto clave que afecta positiva o negativamente el
proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes.

Durante años, hemos diseñado o planificado una clase comenzando


con la selección de un objetivo, continuando con el diseño e
implementación de actividades, estrategias y terminando con la
evaluación de los aprendizajes. Pero, ¿qué sucedería si invertimos
estas pasos?

El Diseño Inverso propone que primero identifiquemos los resultados


esperados, para luego determinar la evidencia aceptable y
finalmente planificar las actividades o experiencias de aprendizaje, es
decir al revés. De modo que permita lograr aprendizajes significativos.

Lo que busca el diseño de clase invertida descrito por Wiggins y Mc


Tighe, es cambiar la forma en que estructuramos el proceso
educativo. Bajo este enfoque, tenemos que preguntarnos: ¿qué es lo
que espero de mis estudiantes? ¿Qué aceptaría como evidencia de
logro? y ¿qué actividades (estrategias, recursos, materiales, tiempo)
voy a realizar para que esto se logre.

Además nos permite repensar nuestro rol docente, avanzando desde


un enfoque basado en contenidos a un enfoque basado en el
aprendizaje a partir de la reflexión pedagógica, lo que genera muy
buenos resultados en los estudiantes.

Este tipo de planificación nos permite tener mayor claridad de lo que


quiero enseñar y del tipo de actividad que debo desarrollar. Además,
las evaluaciones se vuelven más coherentes y los estudiantes saben
cómo y en qué serán evaluados.

Buscar nuevas formas de planificar y fortalecer nuestro quehacer


docente puede ser un gran mecanismo para promover la mejora
escolar. Por ello, invito a las docentes a que día a día busquemos
nuevos mecanismos para promover grandes aprendizajes. Y es por
intermedio de la presente capacitación, que intercambiaremos
experiencias de cómo lograr aprendizajes significativos.

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