El Proyecto Global de Pastoral y la Doctrina Social de la Iglesia

José Jesús Carrera Mendoza

Han pasado más de tres años desde que el papa Francisco realizara una visita pastoral a tierras
mexicanas. Durante su estancia tuvo un serio encuentro con los señores obispos de nuestro país,
fechado el 13 de febrero de 2016. En aquel momento el Santo Padre aprovechó la ocasión para
encomendarles a los obispos la realización de un serio y cualificado Proyecto de Pastoral, de tal
manera que hiciera frente a la realidad mexicana con todo el valor profético necesario.

Poco más de dos años después, el 13 de mayo de 2018, la Conferencia del Episcopado Mexicano
daba a conocer el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, dentro del marco del V centenario del
Acontecimiento Guadalupano, 2031; y el II Milenio de nuestra Redención, 2033. El objetivo que
este Proyecto persigue, como los obispos lo dejan claro en la carta circular de aprobación, es:

«Quiere presentar a Jesucristo vivo y resucitado, cercano, compañero de camino, que amplia
horizontes, y nos da confianza ante las realidades complejas que vivimos. Y al mismo tiempo, quiere
ayudarnos a descubrir la luz que hay en nuestro pueblo, y a sentir el amor maternal de nuestra
Morenita del Tepeyac, para así poder emprender y reavivar nuestra experiencia de fe, de discípulos
misioneros, con renovado entusiasmo y con sólida esperanza».

El método que utiliza es el ya conocido ver, juzgar y actuar: 1° «Miramos la realidad como pueblo
redimido por Jesucristo y amado de Santa María de Guadalupe»; 2° «Interpretamos y juzgamos
desde el Acontecimiento de la Redención de Nuestro Señor Jesucristo y desde el Acontecimiento
Guadalupano» y 3° «Actuamos como pueblo redimido por Jesucristo, bajo la mirada amorosa d
Santa María de Guadalupe»

Ahora bien, cuando nos adentramos a la lectura de los 195 numerales que componen el documento
final presentado por la CEM, sobresalen dos notas características: el papel fundamental que ha de
jugar el laico en la aplicación del Proyecto, y segundo, la importancia de la Doctrina social de la
Iglesia en el Proyecto mismo. Esto se marca especialmente en la tercera parte, en el actuar: pues es
manifiesta la intención de tomar conciencia de ser Iglesia, donde se espera que todos los bautizados,
y de manera esencial los laicos, se esfuercen por vivir los valores del reino y por fortalecer su
protagonismo como sujeto de la evangelización; esto a través de la incorporación de la Doctrina
Social de la Iglesia como un je transversal en la formación de agentes de pastoral, tanto laicos como
consagrados.

A poco más de 10 años de distancia de las fechas propuestas como meta para este Proyecto Global
de Pastoral, comienza a latir con fuerza la encomienda cristiana de conocer y llevarlo a la vida:
«Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos,
los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se conviertan en un cauce adecuad para la
evangelización del mundo actual más que para la autopreservación» (Evangelii Gaudium, 27).