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Esta es la historia de un sabio muy peculiar, su nombre es Abraham Maslow.

Envidiado por el
grupo de sabios en la ciudad, debido al éxito que siempre florecía en sus acciones, en el transcurso
de su vida. Maslow era muy inteligente igual que los demás sabios, pero el secreto que ellos no
conocían es que las inteligencias que cada uno practicaba eran muy diferentes. Los sabios
practicaban una inteligencia convencional en donde el coeficiente intelectual lo era todo, mientras
que Maslow practicaba una inteligencia y personalidad creadora. A pesar de que Maslow siempre
intento transmitir la importancia de su Inteligencia creadora, los sabios siempre se negaban,
viviendo en la timidez, sin evolucionar respecto a una perspectiva humanista y siempre
escuchando las voces del impulso, es por eso que nunca lograron desarrollar sus potencialidades,
se abrumaron fácilmente al experimentar sus emociones, a esto nuestro Maslow lo llamó el
complejo de Jonás, debido a que así se llamaba uno de los sabios, intentando explicar que la
mayoría de nosotros podríamos ser mejores de lo que en realidad somos, pues todos tenemos
potencialidades sin usar o sin desarrollar plenamente, pero todos nosotros evitamos las
responsabilidades, tareas, destino, misión, nos asusta llegar a ser aquello que vislumbramos en
nuestros mejores momentos. La respuesta es cada vez más clara, sencillamente no tenemos
fuerzas suficientes para soportar más, es algo demasiado agotador y estremecedor, los que viven
momentos de éxtasis exclaman a menudo, “es demasiado, no puedo soportarlo” esto mismo
ocurría con los sabios en el entorno de Maslow, que querían llegar a ser como él, pero no se
proponían a un cambio en ellos. Maslow decidió entonces tomar como objeto de estudio a los
sabios para intentar explicar el porqué de sus conductas en la sociedad. Es así que después de
observarlos durante semanas, convivir con ellos para profundizar en conocer el porqué de sus
acciones, entendió muchas cosas que eran clave para la formulación de sus investigaciones.

Observo que los Sabios respiraban, comían, dormían, saciaban su sed y deseos sexuales, que son
vitales para la supervivencia y de orden biologico, pero a pesar de estar cubiertas sus necesidades
fisiológicas, no se sentían satisfechos debido a que su evolución humana quería salir a flote, es así
que empezó a ingeniar una manera de explicar esto, creando la famosa pirámide de las
necesidades, poniendo en el ultimo eslabón las necesidades fisiológicas de todo ser humano pues
Maslow piensa que estas necesidades son las más básicas en la jerarquía, ya que las demás
necesidades son secundarias hasta que no se hayan cubierto las de este nivel. Es así que sigue en
búsqueda de lo que sería el segundo eslabón. Encontrando con los sabios, que si se les quitaba su
espacio para meditar, para comer, para ser ellos en momentos, sin saber de su familia, llegarían a
una locura, porque al despojarse de lo que los hace sentir adaptados y ser parte de este mundo es
irremediable para la mente. El ser humano es el más desvalido de los animales, es quien más
necesita de cuidados y amor al nacer, de protección maternal para sobrevivir, las necesidades de
seguridad son necesarias para vivir, pero están a un nivel diferente que las necesidades
fisiológicas. Es decir, hasta que las primeras no se satisfacen, no surge un segundo eslabón de
necesidades que se orienta a la seguridad personal y a la protección. Es así que en segundo
eslabón coloco la necesidad de sentirse seguro y protegido.

El ser humano no es una isla, observando que la necesidad del ser humano para vincularse al
mundo, con la vida y los demás seres humanos es imperiosa para una buena salud mental. El
sentirse aceptado en su sociedad, el sentirse amado pero primeramente aprender a amar, la
experimentación de una intimidad sexual, el convivir con los individuos del entorno, se logra con la
creación de vínculos hacia el mundo. Lo que los sabios necesitaban comprender era que debían
buscar superar los sentimientos de soledad, pues ayuda a aportar sentido a su vida. Poniendo así
en el tercer eslabón las necesidades sociales.

Maslow ya lleva un gran avance para su investigación encentrando 3 eslabones claves para una
vida mental sana, pero siendo persistente en su búsqueda, sabe que no ha llegado al final del
camino. Entendiendo que tras cubrir las necesidades de los tres primeros niveles de su pirámide,
aparecen las necesidades de reconocimiento colocándolas en el cuarto eslabón, siendo aquellas
que favorecen el fortalecimiento de la autoestima, el reconocimiento hacia la propia persona, el
logro particular y el respeto hacia los demás; al satisfacer dichas necesidades, la persona se siente
segura de sí misma y piensa que es valiosa dentro de la sociedad; cuando estas necesidades no son
satisfechas, las personas se sienten inferiores y sin valor. Los sabios se encontraban perdidos
respecto al papel que tenían en esa ciudad, teniendo cierto recelo a Maslow, debido al
reconocimiento que siempre recibía, pero en el momento de que el reconocimiento también era
para ellos, ese incentivo es de gran peso para generar un ambiente sano.

En el quinto eslabón puso el tesoro encontrado en su búsqueda, es decir la autorrealización,


Maslow recalco que el hombre necesita vivir en la belleza más que en la fealdad, igual que
necesita tener comida para su estómago hambriento o reposo para su cuerpo cansado. La
autorrealización significa vivir plenamente, en un polo siendo vivida y desinteresadamente, con
una concentración y absorciones totales, en este momento la persona es totalmente plenamente
humana.

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