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El cólera es un flagelo que azotó a la humanidad desde tiempos tempranos, ningún área
estuvo exenta en las distintas épocas y la sola mención de su existencia preocupa al hombre
ya que anualmente, se reportan alrededor de 4 000 000 000 de casos con diarrea en todo el
mundo, de los cuales aproximadamente 2,2 000 000 000 fallecen (Sánchez & Pérez, 2014;
Zelada-Valdés, Ledón-Pérez, & Fando-Calzada, 2015) . Se caracteriza por presentarse
agudamente con diarrea acuosa usualmente no acompañada de fiebre, pero que luego es
marcada por fuertes dolores abdominales, entumecimiento de las piernas y vómitos
frecuentes. Así mismo, está caracterizado por pérdida del turgor de la piel, ojos hundidos
sin lágrimas, membranas mucosas secas, sed y una falta de conciencia de los enfermos de
lo que les está pasando. Los pacientes pueden perder un porcentaje significativo de su peso
corporal en pocas horas, produciéndose gran deshidratación, colapso circulatorio y a veces
la muerte (Maguiña, Seas, Galám, & Santana, 2010).
V. cholerae O1 se divide en dos biotipos: El Tor y clásico. A su vez cada biotipo se divide
en serotipos, los antígenos somáticos (O) diferencian los serotipos de V. cholerae en
Ogawa, Inaba e Hikojima, que son responsables de epidemias, remarcando que en el Perú
el causante de la epidemia de 1991 fue el serotipo Inaba (Benenson, 1985) (World Health
Organization., 1991). Otro punto importante para describir es el período de transmisibilidad
del Vibrio cholerae. El estado de portador suele durar solo unos cuantos días (1 a 8 días) o
persistir en algunas ocasiones por semanas después del restablecimiento, este estado puede
presentarse hasta en el 1% (Hug, Small, & West, 2000). El estado de portador agudo es
importante en el mantenimiento de la transmisión del cólera, el cual ocurre seguido a casos
leves o asintomáticos, con una duración de 1 a 8 días, pudiendo ser este tiempo mayor si
hablamos del vibrio biotipo El Tor. A diferencia del estado de portador crónico (excreción
de vibrios por más de 3 semanas) (Nalin, Levine, & Levine, 1976), un estado raro, con
probables vibrios no patógenos (Nalin & Levine, Cannabis, hipochlorhydía and, 2001), con
un papel mínimo en el mantenimiento de la infección, pudiendo mantenerse estos vibrios en
el intestino o la vesícula. La capacidad de producir infección está relacionada con la dosis y
depende también de la acidez del contenido gástrico. Se conoce que 1000000 o más
microorganismos es la dosis efectiva para producir enfermedad en personas con acidez
gástrica normal; pero la simultánea administración de bicarbonato incrementa el riesgo de
infección (Mandell, Douglas, & Benett, 1990).
Objetivo General
Objetivos Específicos
HIPOTESIS
Variable independiente
Vibrio cholera
Variable dependiente
Cólera
Variable interviniente
Sexo
Edad
Síntomas
Signos
CAPITULO I
MARCO TEORICO
2.1. Distribución
Durante las pandemias del siglo XIX, el cólera se diseminó desde la India a casi todo el
mundo. Hasta la primera mitad del siglo XX, la enfermedad estuvo confinada en gran
medida a Asia; a partir de 1961 V. Cholerae biotipo El Tor se extendió a Europa Oriental,
África, la península Ibérica, Italia, Japón, el Pacífico meridional y América. En África y
Asia es una enfermedad endémica epidémica. En América a partir de la década de 1990 por
primera vez en este siglo, el cólera epidémico azotó el continente, propagándose
rápidamente y con mayor celeridad en los países latinoamericanos. La cepa que ha
circulado ha sido V. cholerae 01, biotipo El Tor, serotipos Inaba y Ogawa (Organización
Panamericana de la Salud; Organización Mundial de la Salud, 2011).
Tercera pandemia (1852-1860): El tercer gran brote de cólera una vez más comenzó en la
India y avanzó mucho más allá de sus fronteras, llegando a Persia, Mesopotamia y Europa
en 1853. El continente americano fue una vez más víctima del cólera, el cual afectó a los
Estados Unidos, Brasil, Cuba, Jamaica y otras islas del Caribe. En Rusia más de un millón
de personas murieron a causa de esta enfermedad (Kaper, Morris, & Levine, 1995; Hays,
2005).
Cuarta pandemia (1863-1875): Después de iniciarse otra vez en la India, atravesó desde
el oeste de Asia hasta las tierras del Mediterráneo. Asimismo, afectó el sur de Arabia,
Somalia, Etiopía, Egipto y el norte de África. Invadió a muchos países de Europa y
América, llegando a Cuba en 1867 por tercera y última vez en el siglo XIX (Hays, 2005).
Quinta pandemia (1881-1896): Comienzó en el sur de Asia en 1881, más tarde llegó a
Java, Borneo e islas Filipinas. Luego llega a Arabia, Egipto y cruzó el Mediterráneo hasta
llegar a Italia, Francia y España. En 1886, cruzó el Atlántico y arribó a Argentina y a Chile
en 1887. Durante esta pandemia el genial médico alemán Robert Koch (1843-1910)
descubrió el agente etiológico del cólera, el Vibrio cholerae (S, 2009).
Sexta pandemia (1899-1923): En esta ocasión, el cólera no afectó a las Américas, Pero sí
afecto en gran medida a Asia y Europa. Durante la primera guerra mundial, entre los meses
de julio a septiembre de 1915, el ejército austro-húngaro registró 26 000 casos, con 15000
defunciones (Chan, Tuite, & Fisman, 2013).
Séptima pandemia (1961): Esta última pandemia apareció a partir de un brote en la isla de
Sulawesi, en el archipiélago de Indonesia. Luego, se extendió a Java, Sarawak y Borneo.
También afectó las islas Filipinas, Taiwán, Tailandia, Burma, Cambodia, Vietnam y
Bangladesh. En 1964, invadió a la India y en 1965 a Paquistán. Meses más tarde irrumpió
en Afganistán, Irán y en las repúblicas de la antigua Unión Soviética. A su vez, se fue
propagando a otras áreas geográficas como Siria, Líbano, Jordania, Dubai, Arabia Saudita y
el este del África sub-sahariana donde ahora es endémico. En 1982 y 1983 hubo grandes
brotes en las islas Truk. En Estados Unidos, hasta 1990, se habían reportado 50 casos y de
todos los países afectados, Perú es el que mayor cantidad de fallecidos había notificado
(Nusrin, y otros, 2009).
El cólera es causado por un bacilo anaerobio facultativo, Gram negativo, con un solo
flagelo polar que le da gran movilidad, llamado Vibrio cholerae. La mayoría de los
aislamientos de V. cholerae obtenidos en epidemias de cólera son de los serogrupos O1 y
O139. Los aislamientos de V. cholerae O1 responsables del cólera endémico y epidémico
están clasificados en dos biotipos de acuerdo con sus propiedades bioquímicas: el clásico y
el Tor, de los cuales este último es el causante de las epidemias en el mundo, debido a que
el clásico no se ha encontrado fuera de India y Bangladesh. Además, V. cholerae O1 se
clasifica en dos serotipos principales: el Ogawa y el Inaba, con base en la aglutinación con
antisueros. Un tercer serotipo, el Hikojima, se presenta rara vez. Estos serotipos pueden
cambiar durante las epidemias, producen enterotoxinas similares y el cuadro clínico es muy
semejante (4,5) (Instituto Nacional de Salud, 2010).
Zaldivar (2013), manifiesta que la cólera puede presentarse en cuatro formas clínicas que se
detallan a continuación (Zaldívar, 2013).
Forma asintomática: el paciente actúa como portador, está infectado, pero no presenta
manifestaciones clínicas.
Formas leves: cuadro clínico de un síndrome diarreico que remeda cualquier diarrea de
otra causa, con pesadez epigástrica, anorexia, borborigmo, diarrea biliofecal, con algo de
moco algún dolor opresivo mesogástrico, pueden aparecer vómitos, cefalea y fiebre no muy
elevada, la evolución es favorable y el proceso cura en un periodo de 2 a 4 días.
Forma menos grave: pueden establecerse súbitamente, con trastornos del estado general y
numerosas deposiciones líquidas blanquecinas que pueden llegar a ser 20 o más por día;
dichas diarreas pueden acompañarse de vómitos biliosos que luego toman un aspecto
semejante al de las heces, de cefalea intensa, sed y pulso débil.
La mayoría de los casos sintomáticos tienen síntomas leves a moderados, y solo una
minoría presenta diarrea acuosa aguda con deshidratación grave, que puede ser mortal si no
se trata.
Sed
Disminución de la diuresis
Pulso débil
Hipotensión
Letargia o coma
Los pacientes deben ser adecuadamente evaluados para iniciar la hidratación y reposición
de electrolitos según corresponda.
2.7. Tratamiento
El cólera es una enfermedad que se trata fácilmente. La mayoría de los casos pueden
tratarse de forma satisfactoria mediante la pronta administración de sales de rehidratación
oral (SRO). El sobrecito estándar de SRO de la OMS y el UNICEF se disuelve en 1 litro de
agua salubre. Los pacientes adultos pueden necesitar hasta 6 litros de SRO para tratar una
deshidratación moderada en el primer día (Ali, Nelson, Lopez, & Sack, 2015).
Los enfermos con deshidratación grave corren el riesgo de sufrir choque y necesitan la
administración rápida de líquidos intravenosos. Un adulto de 70 kg necesitará al menos 7
litros de líquidos intravenosos, más SRO durante el tratamiento. Los pacientes también
deben recibir antibióticos apropiados para acortar la duración de la diarrea, reducir el
volumen de líquidos de rehidratación necesarios y reducir la magnitud y duración de la
excreción fecal de V. cholerae (Ali, Nelson, Lopez, & Sack, 2015).
El cólera es una infección diarreica aguda causada por la ingestión de alimentos o agua
contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. Se calcula que cada año se producen entre 3
millones y 5 millones de casos de cólera y entre 100 000 y 120 000 defunciones. El breve
periodo de incubación, que fluctúa entre dos horas y cinco días, acrecienta el carácter
potencialmente explosivo de los brotes epidémicos (Fabela & Mejía, 2014).
2.8.1. Vacunas
Dukoral® se administra con una solución tamponada que, en el adulto, necesita 150 ml de
agua salubre. Como el acceso al agua salubre suele tener limitaciones en zonas con
epidemias de cólera, Dukoral® se utiliza sobre todo para los viajeros. Esta vacuna
proporciona una protección anticolérica del 65%, aproximadamente, durante 2 años (OMS,
2019).
ShancholTM y Euvichol® son básicamente la misma vacuna, producida por dos fabricantes
distintos. Su administración no necesita una solución tamponada, lo que facilita la
administración a un gran número de personas en contextos de emergencia. El intervalo
entre las dosis de estas dos vacunas debe ser como mínimo de 2 semanas. No obstante, una
sola dosis conferirá una cierta protección, y la segunda dosis puede administrarse más tarde
(OMS, 2019).
Las personas vacunadas con ShancholTM o Euvichol® tienen una protección contra el
cólera de aproximadamente un 65% durante un periodo de hasta 5 años tras la vacunación
en zonas endémicas. La reducción de la circulación de V. cholerae en la población debido a
la disminución del número de personas con cólera reduce aún más el cólera en la población
(la llamada protección colectiva) (OMS, 2019).
El Ministerio de Salud (2015) manifiesta que las medidas de prevención del contagio de
cólera se vinculan casi todas a acciones de lavado e higiene de las personas, ambiente y
alimentos (Ministerio de Salud, 2015):
Beber siempre agua potable. Si no dispone de ella, hay que hervirla al menos 3
minutos, dejar enfriar y almacenar en recipiente limpio.
Lavar bien las manos con agua y jabón al manipular y preparar alimentos, antes de
comer y después de ir al baño o mudar lactantes.
Mantener baños y cocinas limpios.
Limpiar y desinfectar mesones y cubiertas donde se preparan alimentos.
Mantener alimentos refrigerados y el refrigerar limpio.
Manipular separadamente alimentos crudos como carnes, pescados, mariscos y
vegetales que crecen a ras de suelo.
Consumir los alimentos bien cocidos, especialmente carnes, pollo, huevos, pescados
y mariscos.
No consumir mayonesa casera.
Mantener los alimentos a temperaturas seguras, es decir, alimentos refrigerados a
menos de 5ºC y platos calientes a más de 65ºC.
Comer cocidas las frutas, verduras y hortalizas que crecen a ras de suelo.
La información para la VE debe fluir en forma horizontal y vertical a los diferentes niveles
técnico-administrativos no sólo del sector salud sino de otros entes extrasectoriales
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), organismos operadores de agua y
alcantarillado, autoridades municipales) involucrados en las acciones de prevención y
control. Con esto se espera que el nivel local esté en condiciones de participar activamente
en la toma de decisiones y que participe precozmente en las actividades inherentes
(Secretaría de Salud, 2012).
La interacción entre las áreas de epidemiología, salud ambiental y laboratorio debe ser ágil
para facilitar la recepción de muestras y optimizar la entrega de resultados. Es de esperarse
que la VE del cólera permita evaluar el impacto de las actividades realizadas e identificar
limitaciones y problemas de modo que los programas correspondientes puedan ser
reorientados (Secretaría de Salud, 2012).
Vibrio cholerae es un habitante natural del ambiente acuático, el que actúa como reservorio
y vehículo de transmisión (Renapra; Anmat, 2011).
En los países que han presentado brotes de cólera se ha identificado Vibrio cholerae durante
los períodos interepidémicos en la forma viable no cultivable mediante técnicas que
permiten detectarlos (Renapra; Anmat, 2011).
METODOLOGÍA
2.1. Tipos de investigación
2.2.1. Métodos
Método analítico: Este método permitió analizar la información recopilada a través de los
instrumentos utilizados para llegar a conclusiones coherentes y correlacionadas con los
objetivos de la investigación.
2.2.2. Técnicas
Guía de entrevista: mediante este instrumento de investigación se logró cumplir con los
objetivos planteados.
𝐍
𝒏=
𝑬. (𝒏 − 𝟏) + 𝟏
Simbología
N= Total de la población
n= Tamaño de la muestra
E= Margen del erros 5% (0.05)
Aplicación de la formula
𝟐𝟎
𝒏=
(𝟎, 𝟎𝟓). (𝟐𝟎 − 𝟏) + 𝟏
𝟐𝟎
𝐧=
(𝟎, 𝟎𝟎𝟐𝟓). (𝟏𝟗) + 𝟏
𝟐𝟎 𝟐𝟎
𝐧= 𝐧= = 𝟏𝟗, 𝟎𝟗
𝟎, 𝟎𝟒𝟕𝟓 + 𝟏 𝟏, 𝟎𝟒𝟕𝟓
A través del programa Excel, se tabuló y ordenó los resultados obtenidos de las variables,
los mismos que permitieron llegar a las conclusiones correspondientes.
CAPITULO III
PROPUESTA
3.1. Desarrollo de la propuesta
3. 2. Datos informativos
3.2.1 Título
Comunidad Balzareña
3.2.3. Beneficiarios
3.2.4. Ubicación
3 meses
3.2.6. Responsable
Elizabeth Sánchez
3.3. Antecedentes
3.4.1. General
3.4.2. Específicos
jjj
RECOMENDACIONES
Cuando el cólera aparece es esencial asegurar tres cosas: el desecho higiénico de las
heces humanas, un suministro adecuado de agua potable, y buena higiene en
alimentos y personal.
Ali, M., Nelson, A., Lopez, A., & Sack, D. (2015). Carga global actualizada del cólera en
países endémicos. Central PMCID, 1-13.
Chan, C., Tuite, A., & Fisman, D. (2013). Historical Epidemiology of the Second Cholera
Pandemic: Relevance to Present Day Disease Dynamics. PLOS ONE, 1-8.
Fabela, F., & Mejía, C. (Febrero de 2014). ¿Cólera? Proyecto Estudianil. México: UNAM.
García, H., Valera, R., & Menéndez, J. (2010). Nuevos enfoques sobre la aplicación de
vacunas orales contra el cólera. VacciMonitor, 24-29.
Hays, J. (2005). Epidemics and Pandemics: Their Impacts on Human History. California:
ABC_CLIO.
Hug, A., Small, E., & West, P. (2000). The rol of planktonic copepods in the survival and
multiplication of vibrio cholerae in the acuatic environment. New York, Estados
Unidos.
Kaper, J., Morris, G., & Levine, M. (1995). Cholera. Clinical Microbiology Reviews, 48-
86.
Maguiña, C., Seas, C., Galám, E., & Santana, J. (2010). Historia del cólera en el Perú en
1991 . Scielo, 212-217.
Mandell, G., Douglas, G., & Benett, J. (1990). Principles and practice of infectious
diseases (Tercera ed.). New York.
Ministerio de Salud. (10 de Septiembre de 2015). Cólera. Recuperado el 09 de Agosto de
2019, de Ministerio de Salud Chile: https://www.minsal.cl/colera/
Nalin, D., & Levine, M. (2001). Cannabis, hipochlorhydía and. The Lancet, 859-861.
Nalin, D., Levine, R., & Levine, M. (1976). Cholera, non vibrio cholerae, and stomach
acid. The Lancet, 856-859.
Nusrin, S., Vázquez, A., Bhuiyan, N., Safa, A., Asakura, M., Lanata, C., y otros. (2009).
Peruvian Vibrio cholerae O1 El Tor strains possess a distinct region in the Vibrio
seventh pandemic island-II that differentiates them from the prototype seventh
pandemic El Tor strains. Journal of Medical Microbiology, 342-354.
Renapra; Anmat. (2011). Enfermedades transmitidas por alimentos. Ficha Técnica N°2: La
cólera. Argentina: Anmat.
S, A. (2009). An old enemy returns. Bulletin of the World Health Organization, 85-86.
Sánchez, R., & Pérez, I. (2014). Cólera: historia de un gran flagelo de la humanidad .
Humanidades Médicas , 547-569.