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SOCIOLOGIA
de la Educación
Viejas y nuevas cuestiones
Clases Sociales
III Conferencia •
• Educación y Mercado de Trabajo
de Sociología •
•
Multiculturalidad
Sociología del Profesorado
de la Educación • La Enseñanza de la Sociología de la Educación
EDITORIAL CLAVE
© Feo. Fernández Palomares,
Antolín Granados Martínez y autores varios
© D e la presente edición: Editorial CLAV E
Apdo. Correos 78
29730 Rincón de la V ictoria
(Málaga)
Tin o : 95/ 233 18 55
Consejero Delegado: Fernando Mendoza
Director de Publicaciones: Pedro Molino
Realiza: Clave Gráfica
M aquetación: Sandra Manzano
Diseño de Portada: Pilar Ruano
D .L. M A: 967-94
I.S.B .N .: 84-8074-025-6
ÍNDICE
SO C IO LO G ÍA DEL PROFESORADO
Presentación: La sociología del profesorado: un breve estado de la cuestión. Antonio Guerrero Serón... 83
El ethos de un profesor de enseñanza primaria. Reproducción del discurso motivacional de una
personalidad atípica. Ignasi Brunetlcartyjoan Casellas Carbo .............................................................................................. 89
La aristocracia laboral española. (Proyecto para una teoría idealista desociología del profesorado y para
un profesordeSevillaquenosesentía reflejado). AntonioFarjasAbadía .......................................................................... 1 01
Morfología social de los alumnos que terminan los estudios de magisterio. Opiniones, conocimientos
y actitudes ante las drogas. Ernesto González García .................................................................................................................... 107
En la práctica docente, arte es a rutina como vocación es a organización. Aproxim ación al estudio del
profesorado desde la sociología de las organizaciones. Antonio Guerrero Serón ............................................... 116
Análisis de las condiciones sociales de la maestra en "El amigo manso"y "El caballero encantado"de
Galdós. SonsolesSan Román Gago ..................................................................................................................................................... 1 26
M ULTICU LTURAL! DAD
LA EN SEÑ AN ZA DE LA S O C IO L O G ÍA DE LA ED U C A C IÓ N
CLASES SO C IALES
La"escolar¡zac¡ón total" de la vida: extensibilidad del modelo educacional en los internados infantiles
y juveniles. Sergio Ariza Segovia ..................................................................................................................................................... 306
¿Olvido de la universidad por parte de los universitarios?. Isidoro Alonso H in o jal .......................................... 309
Contribuciones de la sociología de la educación a la crítica de la sociología. A. Benedito Casa-
nova ....................................................................................................................................................................................................................... 313
De la sociología de la educación a la sociología de la cultura. Apuntes para el tránsito. Blas Cabrera
Montoya.............................................................................................................................................................................................................. 322
La reproducción de una élite: el colegio de San Ignacio de Sarriá de Barcelona en la década de los
años cuarenta. Francisco j. Carmona ................................................................................................................................................ 338
C iro u x y el concepto de discurso, j. Luis Castilla Vallejo ..................................................................................................... 346
El discurso regulativo en la enseñanza. AnnaEscofetRoig ..................................................................................................... 356
Reforma y libros de texto. RafaelFeito Alonso ............................................................................................................................... 360
Sociología y cambio educativo. Escuela y contexto. Una experiencia en el polígono de Cartuja de
Granada. Francisco Fernández Palomares..................................................................................................................................... 368
Universidad, investigación y postgrado en España. M s Antonia García de León ............................................... 382
Los estudios de comunidades: su papel en la investigación socioeducativa. juan Carlos Gon
zález Faraco ...................................................................................................................................................................................................... 392
Importancia de la sociología de la educación en el estudio de la tercera edad. Juan Agustín Morón
Marchena ........................................................................................................................................................................................................... 396
El sexo como pretexto: análisis sociohistórico de los procesos educativos de postguerra sobre la
afectividad infantil. Jesús Pérez López ............................................................................................................................................... 403
La percepción femenina de los factores que influyen en la elección de estudios universitarios. Carmén
Pérez Tucho ...................................................................................................................................................................................................... 414
El maestro y su necesidad de investigar desde los planteamientos de la LO G SE: Curriculum y técnicas
de investigación social. M-Eduvigis Sánchez Martín .............................................................................................................. 422
PRESENTACIÓN
El presente volum en recoge los materiales de la III Conferencia de Sociología de la Educación que
tuvo lugar en Baeza (jaén) en Septiembre de 1993. Se trata de un conjunto de trabajos que tienen el
indudable interés de ser una parte importante de lo que en este campo se está haciendo en nuestro país,
pero además tiene el indiscutible valor de su calidad y rigor científico así como de su utilidad social y
académ ica.
Es satisfactorio com probar cómo nuestras reuniones anuales van suponiendo una ayuda y un
instrumento eficaces para im pulsar el desarrollo y el avance de la Sociología de la Educación y de nuestro
trabajo en ese cam po. Creemos poder afirm ar que el panorama de la Sociología de la Educación en España
va creciendo y mejorando sensiblemente cada año, de manera que podemos hablar de una situación de
consolidación de este campo científico . Si nuestra disciplin a se mantenía hace años por la inercia de los
vientos favorables que en la Transición Dem ocrática la im pulsaron, hoy se mantiene por la calidad, el
interés y la utilidad de los trabajos de reflexión e investigación que realizam os los que nos dedicamos a
ella.
De esta m anera, se va respondiendo a una necesidad existente en la sociedad y más en concreto
en el mundo de la Educación, y en el conjunto de las C ien cias de la Educación, donde, a pesar de todo,
la perspectiva sociológica en el análisis y la práctica educativa es algo reciente, con menos presencia
temporal y fáctica que las aportaciones de otras disciplinas como la Psicología o la D id áctica, pero cuya
incorporación es im prescindible en el proceso de cam bio y construcción democráticos que vive nuestra
sociedad. Sin duda que ha sido del campo de la Sociología de donde han surgido (y siguen surgiendo)
las aportaciones básicas para los movimientos de renovación más interesantes producidos en el mundo
de la educación en los últimos años. No faltan dificultades para su desarrollo, pero tampoco generosidad
y disponibilidad por.quienes con responsabilidad y tal vez con algo de lo que no hace mucho se llamó
«compromiso», nos venim os dedicando profesionalmente a ello.
Este volumen presenta los esfuerzos y el trabajo de cada uno de sus au to res... pero también los
cam inos que entre todos vamos creando para todos; aportaciones al conocim iento efectivo del Sistema
Educativo y de sus prácticas como realidad socialm ente construida, con lo que ello im plica de estimulo
al debate y a la renovación de esas prácticas y del funcionam iento de dicho sistema, si quiere, como
parece tiene que ser, responder a las necesidades y demandas sociales.
Creemos que los objetivos propuestos para aquellos días de trabajo en Baeza fueron plenamente
alcanzados. Pretendimos un encuentro científico de personas, algunas con una relación ya de bastantes
años, que trabajamos en este campo y que compartim os intereses, ilusiones y dificultades. Profundizar
nuestra a m ista d ... y poner en común y com partir experiencias, fuentes de inform ación, investigaciones,
proyectos, resultados... para ir creando condiciones que, de manera estable, hagan que nuestro trabajo
resulte potenciado tanto personal como socialm ente. Vamos creando una auténtica com unidad científica
que hace viables y necesarias próximas reuniones como la de Tenerife en 1994, y las que vengan a
continuación.
Se trató de dedicar aquellos días a escuchar y debatir lo que hacemos que sin duda va teniendo
interés, madurez e im portancia. La prueba es el contenido de esta publicación por la que ha m erecido
la pena trabajar pues no podíamos dejar que se llevara el viento el valor, el interés y la calidad científica
de los trabajos que presentamos y debatimos, y que hacen que este libro sea un elemento im prescindible
para conocer la situación de la Sociología de la Educación en España.
Las temáticas elegidas (que se nos ocurrió llam ar «Viejas y Nuevas Cuestiones de la Sociología
de la Educación») son las que se propusieron en nuestra reunión del Congreso Nacional de Sociología
en M adrid.
Clases Sociales ha sido un tema central en la Sociología hasta el momento. Hoy pensamos que
está sometido a una seria revisión a la que necesitamos acercarnos por la incidencia que puede tener en
el campo de la Sociología de la Educación. Y en este sentido representan una valiosa aportación las
ponencias y com unicaciones que hay en este volum en.
La Enseñanza de la Sociología de la Educación es una cuestión básica porque es el quehacer
central de casi todos nosotros. No en vano hemos decidido mantenerla como cuestión central y común
para la próxima reunión en Tenerife. Sin duda tenemos experiencias que incluyen satisfacciones y
dificultades. Pero con la constatación clara de que las circunstancias van cam biando, y que no estamos
en las mismas condiciones de hace unos años. Entonces, ¿como plantearla hoy? ¿son todavía posibles
planteamientos críticos que apuesten por una co n ciencia diferente y en profundidad? ¿cómo movernos
hoy ante el «tecnopragmatismo» y los nuevos valores «postmodernos» dominantes? ¿ha sido la Sociología
de la Educación aquel elemento de cam bio que hace años pensábamos? ¿que planteamientos tenemos
que construir para eso los que pensamos que lo debe y lo puede seguir siendo?
La Sociología del Profesorado es una de esas viejas pero siempre necesarias cuestiones con que
nos enfrentamos. Nos parece importante preguntarnos cómo se está definiendo y a través de qué
procesos, la profesionalidad de los docentes, en una sociedad^como la española que está haciendo una
Reforma Educativa para adecuar el Sistema de Enseñanza al proceso histórico que vivim os de construc
ción de la Dem ocracia.
Multiculturalidad puede considerarse como una de las «nuevas cuestiones» pero en cuyo análisis
científico resultan válidas categorías básicas y de siempre de la Sociología. Puede entenderse como una
perspectiva que aborda en su globalidad los aspectos centrales de la sociedad en que vivim os. Una
sociedad que sufre importantes tensiones (movimientos migratorios m undiales, conflictos nacionalistas,
fundam entalism os...) que le llevan a una toma de co n ciencia de sus dimensiones mundiales y universales,
así como de los ineludibles e inaplazables desafios de promover un orden mundial justo caracterizado
por la superación de los particularism os, un nivel de vida suficiente para todos los seres humanos y la
afirm ación de la tolerancia y la solidaridad sin ningún tipo de exclusiones.
En el tema de Mercado de Trabajo se centran importantes problemas concretos (paro, situación
de determinados colectivos como jóvenes, mujeres, etc....) que tiene nuestra sociedad hoy, al hilo de las
transformaciones que suponen el paso a lo que se llama el modelo de sociedad tecnológica avanzada.
¿Qué exigencias se plantean para los sistemas de enseñanza? ¿Qué respuestas se están dando? Es un
campo muy trabajado en los últimos años y sobre el que se hicieron interesantes aportaciones en la
reunión de Baeza.
Queremos por último expresar nuestro agradecimiento a quienes hicieron posible nuestra III
Conferencia o Reunión A n u al. En prim er lugar al Centro de Investigación, Docum entación y Evaluación
(C .I.D .E .), cuya colaboración económ ica ha sido im prescindible para la publicación de este libro. A la
Universidad de G ranada, a la Consejería de Educación de la Junta de A n d alu cía. Al Gerente y al personal
de servicios de la Universidad «A. Machado» de Baeza. A la Editorial C lave , en particular a Pedro Molino
y a Sandra M anzano que confeccionaron carteles, programas y compusieron y revisaron las páginas de
este libro. A los estudiantes que desinteresadamente colaboraron en tareas de infraestructura y apoyo de
las jornadas.
Para nosotros fue personalmente gratificante el elevado grado de satisfacción de los participantes.
La Conferencia de Baeza fue obra de todos. Como este libro. Y ese espíritu de trabajo conjunto es el
cam ino que debemos seguir.
A modo de presentación:
Las siguientes líneas no tienen por objeto presentar una síntesis de las comunicaciones en este grupo de
trabajo, ni tampoco pretenden incidir en las cuestiones pendientes que tiene planteadas hoy día la sociología
respeto la relación educación y trabajo. Esto último, ciertamente, excedería no solo el espacio disponible en esta
presentación, sino que también resultaría (estoy convencido de ello) un ejercicio tan pretencioso como poco
convincente. En este sentido, pues, que estas líneas tienen simplemente un objetivo muy modesto: dar un perfil
o indicar unos rasgos básicos para una lectura homogeinizada de las comunicaciones.
Si nos atenemos al espacio ocupado por la temática Educación y Trabajo en el campo de la investigación
sobre Sociología de la Educación (y también del trabajo), o bien al ocupado por este tema en los programas docentes
de la disciplina, hemos de convenir que estamos ante uno de sus pilares centrales, tal como podrían ser también
las teorías de la socialización, la desigualdad en la enseñanza o la sociología del curriculum. Probablemente sobre
el extremo no haya ningún tipo de discusión.
Sin embargo, hay algunos aspectos en el análisis de la relación Educación-Trabajo que permitirían deducir
una cierta incomodidad del sociólogo en el momentode definirse ante la naturaleza de tal relación. Probablemente,
de todos los pilares en los que se fundamenta la aportación de la Sociología de la Educación, la relación Educación-
Trabajo sea la que más debilidades y/o inseguridades presente. De ahí que, a mi modo de ver, el análisis de la
relación entre Educación, Trabajo y Sistema Productivo haya generado, de una parte, un ingente acopio de informes
e investigaciones y, de otra parte, haya generado una cierta incomodidad dentro mismo de la «comunidad de
sociólogos».
Da la impresión que la Sociología de la Educación, en loque atañeal tema que nos ocupa, se parece mucho
a un vaporen plena alta mar: nunca esta en el mismo sitio pero es obvio que parece que siempre esté en el mismo
lugar. Quiero decir con ésto que los sociólogos de la Educacional referirnos a la relación del sistema de Enseñanza
con el Mercado de Trabajo y el Sistema Productivo siempre parece que repetimos lo mismo, pero al mismo tiempo
estamos dudando acerca de si decimos lo mismo. Visto desde otro ángulo: parece que decimos cosas nuevas, pero
en el fondo hace muchos años que venimos diciendo casi lo mismo.
El nexo Educación y Trabajo está sujeto a una gran plasticidad en relación al contexto histórico y
económico en el cual tiene lugar. La celeridad y la turbulencia de los cambios en el interior de la estructura de la
producción y del desarrollo desigual ponen en la picota buena parte de supuestos que hasta hace muy poco se
dejaban por sentados o firmes. El resquebrajamiento de los marcos teóricos cimentados en el análisis de la
correspondencia, tanto desde una perspectiva tecnofuncionallsta como neomarxista, contribuye a esta desazón.
O bien tales marcos teóricos han quedado caducos ante la aceleración del cambio, tecnológico y social, o bien
siguen vigentes pero con una pérdida significativa de su capacidad de interpretación de los nuevos fenómenos.
De hecho, «hacer Sociología» en estos finales de siglo, en un contexto de «sociedad tecnológica avan
zada», en plena enésima crisis del capitalismo internacional, resulta muy gravoso: o bien desarrollamos propo
siciones teóricas que novan mucho más lejos del sentido común o de supuestos muy básicos, o bien permanecemos
estancos en la duda permanente y nos refugiamos en la totalidad social para concluirfelizmenteque «todo es muy
relativo» o que la real idad social es muy compleja, o bien dudamos de todo y reducimos nuestro campo de análisis
a parcelas muy delimitadas y localistas de la realidad.
Probablemente después de tantos avatares hayamos llegado a un punto de acuerdo básico sobre la
naturaleza de la relación entre Educación y Trabajo. Se trata de un punto de acuerdo que se formula más bien vía
negativa, es decir, identificando qué atributos sabemos, ciertamente, que no caracterizan la relación Educación
y Trabajo. Lo podemos definir como las tres negaciones de la relación Educación y Trabajo que emergen de la
revisión.
La primera negación: la relación Educación y Trabajo no es una relación simple, ni mecánica, ni estable.
Es obvio que esta negación arranca de la revisión de los presupuestos del tecnofuncionalismo y del neomarxismo
estructuralista.
La segunda negación atiende al fenómeno de la diversidad y del control: la relación entre Educación y
Trabajo no es ni estrapolable, ni unidireccional, ni controlable; la relación muestra sesgos claros en función de los
contextos socioeconómicos y de los niveles de desarrollo tecnológico y social; tampoco la escuela es una fábrica
de cualificaciones profesionales; por otra parte la planificación educativa tradicional ha dado muestras feacientes
de incapacidad en el diseño y manejo de sistemas de control.
La tercera negación hace referencia al campo de la ideología: la relación Educación y Trabajo no es una
relación no transparente, ni neutra, ni equitativa; probablemente este nivel haya sido el que más consenso general
haya generado y donde la revisión no se ceba tan fuertemente.
Es posible a partir de un consenso sobre el sentido y abasto general de estas negaciones una convergencia
en positivo de las aportaciones.
VARlABLES CLAVES PARA LA REELEXIÜN EN SOCIOLOGÍA DEL CENERO:
LA EDUCACIÓ N V EL TRABAJO ELMEViNO= SU INCLUSION EN
LOS CL-KEMCULOS D t SOCIOLOGÍA DE LA EUUCAtlfjN
1. IN T R O D U C C IÓ N
1Nash, M., (1988): «Conceptual ¡zación y desarrollo de los estudios en torno a ¡as mujeres: un panorama internacional», en Papéis.
Revista ele Sociología, n-‘ 30, págs. 13-32.
J García de León, M.A., (1992): «Teorizando lo femenino (un análisis sobre la reflexión de la relación mujeres y sociedad)», en
Moya, C. y otros: Escritos en teoría Sociológica en Homenaje a Luis Rodríguez Zúñiga, Madrid, C1S, págs. 349-363.
1 Duran, M. A., (1982): La investigación sobre la mujer en la Universidad española contemporánea. Ministerio de Cultura, Madrid.
J Millet, K., (1970): Sexual politics, New York, Doubleday & Company. ■
La Teoría del patriarcado rompía pues con el sesgo androcéntrico que identificaba el modelo masculino
como lo normal, y reflejaba el mundo de relaciones asimétricas existentes entre hombres y mujeres. Por ello
consideraba insuficiente la visión funcionalista de las relaciones entre sexos como un fenómeno complementario
por dos razones:
- por ocultar el antagonismo antropológico que ha existido entre los dos sexos,
- por no recoger el sometimiento histórico de la mujer.
Desde la visión de los roles como fenómeno complementario se justificaba la discriminación, además de
legitimar ideológicamente las diferencias entre éstos como un mecanismo natural. La mujer, desde esta pers
pectiva, es pensada por el hombre no por ser mujer sino por no ser hombre.
El concepto de patriarcado se incorporó a la reflexión teórica feminista, convirtiéndose en parte de la
ideología del movimiento y en un elemento de movilización.
Posteriormente fue revisado este concepto, utilizando la perspectiva de la división del trabajo y del sistema
de género. El concepto de patriarcado como enunciado general es útil, pero no sirve para explicar la situación de
las mujeres en sociedades específicas o en grupos sociales concretos. El sistema de género constituye un enfoque
que se dirige más a la presencia de las mujeres que a su ausencia. Se trata de un sistema de conceptualización que
no sólo describe la posición de las mujeres, sino también la de los hombres y la de la relación recíproca entre
ambos'1.
A partir del sexo biológico, se construye un género social que necesita de un sistema de organización para
que se pueda desarrollar y mantener. Este sistema posee una estructura que se apoya en la división del trabajo y
el sistema de género.
El reparto de los roles según el género es el resultado de la forma en como las sociedades socializan a los
hombres y a las mujeres a través de los agentes de socialización: familia, escuela, grupo de pares, lugar de trabajo,
medios de comunicación de masas...
Voy a referirme en particular a las dos variables claves de socialización del género: la educación y el
trabajo de las mujeres.
5 Astelarra, J., (1992): «Género y patriarcado como categorías teóricas». Ponencia presentada en el IV Congreso de Sociología,
Universidad Autónoma de Barcelona, Dpto. de Sociología, Bellaterra, pág. 14.
de la mujer al mundo laboral. Rosa Conde1' señala como una peculiaridad española, a diferencia de lo acaecido
en otras sociedades europeas, que el arranque del cambio, en el período 1964-74, parte precisamente de la
modificación del rol femenino que «ha precedido y en cierta forma inducido el cambio familiar»7.
Si esta hipótesis es cierta, la tendencia futura, en la medida en que la mujer se vaya incorporando al mundo
laboral, constituiría un elemento renovador en la socialización de los roles de género en la familia, sobre todo de
las hijas. '
Estos cambios están generando transmisiones de roles muy heterogéneos -que dependen de la clase
social-en el interior de la familia. No obstante, encuestas recientes en nuestro país (CIRES 1992, Juventud 1989...)
reflejan modos de socialización diferenciados por géneros, puestos de manifiesto en el desigual reparto del tiempo
en las tareas obligatorias del hogar y en el grado de autonomía a la hora de salir de casa.
ÍNDICE DE ACUERDO CON LAS SIGUIENTES FRASES RELATIVAS A LA FAMILIA POR CARACTERÍSTICAS
SO CIOECO N ÓM ICAS
TOTAL A B C D E F G
991
1200 191 88 175 132 183 10 8 124
11Conde, R., (1982): «Desarrolloeconómicoy cambio familiarel impactodel nuevo rol femenino sobre la estructura de la familia»
en Conde, R. (ed.): Familia y cambio social en España. CIS, Madrid, págs. 135-165.
7 Conde, R., (1982): Op. C¡t., pág. 150.
Frases elegidas en la encuesta:
A) La educación de los hijos debe ser compartida por igual por el padre y la madre.
B) Formar una familia es mas importante para una mujer que para un hombre.
C) Las chicas y los chicos deben aprender por igual las tareas del hogar.
D) El hombre debe compartir con la mujer las tareas del hogar aunque la mujer no tenga empleo fuera de casa.
E) El hombre debe compartir con la mujer las tareas del hogar si ésta trabaja fuera de casa.
F) Cuando los hijos se hacen mayores, la mujer tiende a no ver sentido a su propia vida si no trabaja.
C) El hombre debe ser el cabeza de familia aunque la mujer trabaje fuera del hogar.
Fuente: Díaz Nicolás (1992): La realidad social de España, 1990-91. Ed. Centro de Investigaciones sobre la Realidad
Social en España, Madrid.
NOTA: Los encuestados debían responder a las frases mostrando el acuerdo o desacuerdo mediante una escala de 5
puntos resumida en un índice que podía variar entre 0 y 200.
- Físico (1) 10,4 10,5 10,0 10,2 9,7 10,1 9,5 9,9
- D esp lazam iento 1,1 1,0 1,1 0 ,9 0,9 0,9 1,0 0,8
- Esp ecífico (3) 4,2 3,2 3,8 3,1 3,5 2,9 3,1 2,6
- in esp ecífica (4) 1,7 1,5 1,9 1,5 2,2 1,6 2,2 1,5
Estos datos reflejan la persistencia de estereotipos de género que son responsables de la integración de la
mujer en el sistema de referencias masculinas. Así, tradicionalmente la condición femenina por esencia ha sido
la de «ser para otro» (madre, hija, esposa) pero no para sí misma, si bien el espacio doméstico hoy es escenario
de pugnas, como consecuencia del cuestionamiento de este modelo androcéntrico de identidad femenina. El
tiempo ocupa un lugar central que hasta ahora no se tenía en cuenta.
Desde la perspectiva social tiene una gran importancia el tiempo", y es que el uso que del mismo hacen
las mujeres ha estado ausente de la teoría social, sobre todo en las sociedades patriarcales. Para el hombre el tiempo
ha sido lineal, mientras que para la mujeres mucho más complejo, sobretodo en las profesionales, que han tenido
que adaptarse a la estructura temporal masculina.
B. Adam1’ aconseja recuperar todos los entramados del tiempo para una teoría social, ya que entre hom
y mujeres se ha dado un intercambio asimétrico, sin reciprocidad en el uso del tiempo.
La Escuela constituye la otra gran institución socializadora cuya expansión siempre ha estado estrecha
mente vinculada a los ideales de la democracia de masas. Pero, ¿qué modelo de género transmite o refuerza la
escuela?.
La investigación sociológica ha hecho esfuerzos para responder a esta cuestión: desde los años 60 la
Sociología de la Educación ha ido cambiando su actitud respecto a la educación de la mujer.
Al principio, no se había considerado un problema social; se constató ia desigualdad desde el punto de
vista cuantitativo entre niños y niñas, que fue explicada por las pautas discriminatorias que existían en la familia
y en el mercado de trabajo. Aún hoy existe el problema del acceso de la mujer a la educación, sobre todo si tenemos
en cuenta que a pesar de la mayor presencia de mujeres en la Enseñanza Secundaria y Universitaria su
concentración en ramas y especializaciones menos selectivas y con menor valor simbólico las sitúa en clara
desventaja respecto a los hombres. Al respecto, es clarificadora la puntualización de I. Alberdi, que sostiene que
la educación «si bien no es condición suficiente para la igualdad de sexos es una condición necesaria"1.
Posteriormente, en una segunda fase, la Sociología de la Educación se cuestiona la ¡dea de una escuela
neutra para ambos sexos; la institución escolar, entonces es analizada como un mecanismo de reproducción de
las diferencias entre los sexos".
El análisis de género se une a los estudios sobre el «curriculum oculto», es decir todo lo que la escuela
enseña sin que aparezca de forma explícita12. '
Los resultados de toda esta investigación han sido claros: la educación tiende a expresar y a reafirmar
desigualdades ya existentes en mucha mayor medida de lo que contribuye a cambiarlas. En este sentido la escuela
no sólo no elimina las diferencias de clase, sino que tampoco elimina las de género. El lo no se debe a que no cambie
la institución; de hecho ha experimentado grandes transformaciones desde la época de J.J. Rousseau (que asignó
un ámbito privado y doméstico para la mujer frente a una escuela pública y obligatoria para el hombre) hasta la
proclamación de la necesidad de educación primaria para todos (en España la Ley Moyano 1857) que
progresivamente se fue transformando en obligatoria y gratuita.
En España, tras la Ley General de Educación de 1970 se generaliza la enseñanza mixta (niños/as en la
misma aula) se unifican programas (desapareciendo las asignaturas especiales para niñas como Hogar, Economía
Doméstica, Labores...).
" Cfr. Sarraceno, C., (1983): «II tempo nella costruzionedei ruoli e identitá sessuali», Rassegna Italiana di Sociología, 2 4 ,1 :105
130.
’’ Cfr, Adam, B., (1989): «Feminist social theory needs time. Reflextíons on the relation between feminist thought, social theory
and time as an important parameter in social analysis», Sociological Review, 37, 3:458-473.
10 Alberdi, I., (1992): «La Sociología de la Educación: teoría, debates e investigaciones», en Moya, C. y otros: Escritos en Teoría
Sociológica en Homenaje a Luis Rodríguez Zúñiga, Madrid, CIS, pág. 52.
" Cfr. Stanworth, M.C., (1985): Gender and Schooling, Hutchinson, London.
La escuela llevaría a cabo una función de reproducción social de una sociedad clasista a través de un doble mecanismo:
a) Moldeando a los alumnos y forzándoles a tener hábitos de pensamiento que sean relevantes en la sociedad en que viven y que
van a necesitar en su vida laboral.
b) Legitimando la desigualdad, en cuanto que la hace aparecer como «natural y aceptable». Las niñas se acostumbran en la escuela
a ceder la prioridad a ¡os chicos.
12 Apple, M.W., (1989): Una revisión de maestros y textos. Una política de las relaciones de clase y de sexo en Educación. Paidós,
MEC, Barcelona.
El autor sostiene, en este trabajo, expresamente: «aquí (esto es, en los estudios sobre el «curriculum oculto») resulta mucho más
difícil ignorar los condicionamientos del entorno, la clase, el sexo y las relaciones raciales, así como el papel del investigador en
la construcción de sus preguntas, interpretaciones y resultados».
_ _ lfi
A pesar de estos cambios no se alteran los rasgos de la actual escuela «capitalista y patriarcal»".
La autora útil iza sigu iendo a Bernsteln, el concepto de código de género «c¡ue se refiere a formas y procesos
que definen, limitan y transmiten el conjunto de modelos socialmente disponibles para que los individuos jóvenes
lleguen a una identificación personal en términos de hombre o mujer»1'1.
Estos códigos que se convierten en paradigmas a seguir, están en función de la clase social y del momento
histórico. Pero hoy el modelo que se generaliza no es la Integración de lo masculino y lo femenino en un único
modelo nuevo, sino la sustitución por un sólo modelo que se unlversaliza: el modelo androcéntrico. Con esta
dinámica, a través de la educación formal, sólo se ha conseguido que la mujer asuma el sistema de representaciones
masculino. Esta identificación va a suponer multitud de conflictos para la mujer: conflictos quesurgen de la relación
dialéctica entre tres escenarios:
. con el propio cuerpo (escasez de fuerza física);
. con el mundo exterior (mundo productivo del logro);
. con los demás seres humanos (escenario que nos vincula a los universales culturales).
Marina Subirats, en la investigación llevada a cabo en 198315, detectó una ausencia total de lo femenino
en la escuela, a pesar de que la escuela mixta existe teóricamente en España desde 1970. Según comprueba esta
autora en su estudio, no aparecieron estereotipos de feminidad, y si aparecían, eran rechazados por la actitud del
profesorado.
La actitud discriminatoria del mismo, a menudo inconsciente, se refleja en diferentes registros (una menor
atención a las niñas; un número menor de interacciones dirigidas a las alumnas, etc...), llevados a cabo en distintas
investigaciones16.
El rol que juega el docente en la trasmisión del género ha pasado a menudo inadvertido por varias razones.
Una de ellas es que hasta ahora no se había abordado esta cuestión en las Escuelas Universitarias del Profesorado
de E.C .B . En la práctica docente es un lugar común entre los alumnos-en su mayoría alumnas-considerar «natural»
lo que son diferencias de género socialmente construidas y ello guarda relación con la persistencia de clichés y
de estereotipos en el contexto social que se mantienen incluso durante un mayor período de tiempo que la realidad
a la que se refieren.
Otra razón proviene de las nuevas técnicas modernas pedagógicas implícitas en el movimiento de reforma
de las enseñanzas, que han conferido gran respeto a la espontaneidad infantil, frente a otras técnicas autoritarias
ya obsoletas, y ello ha tenido como resultado una legitimación de actitudes aprendidas en la familia, antes de entrar
en la escuela.
Ahora que el modelo a seguir es el de la igualdad se produce paradójicamente la legitimación de la dife
rencia, al tratar por igual a personas diferentes con posiciones y papeles sociales distintos.
Las expectativas de los profesores respecto de ambos géneros son distintas: se espera que los varones sean
competitivos y agresivos y de ellas que sean pacíficas y poco ambiciosas; no son vistos de la misma manera las dosis
de rebeldía que existen en un alumno y en una alumna.
El papel del docente como orientador o tutor, ya sea de manera formal o informal, como persona investida
por la aureola del saber, ejerce una gran influencia en la elección de los estudios, en las opciones de vida (trabajar
o no fuera del hogar), en lo laboral (para quéempleos prepararse o que empleos buscar) de las niñasy de los jóvenes,
y quizá sea en este campo donde más funcionan en la escuela los estereotipos de género.
De hecho la profesión docente es un reflejo de las desigualdades según el sexo: cuanto mayor es el nivel
educativo del alumnado menores la proporción del profesorado femenino y el lo es consecuencia de la proyección
de los estereotipos sexuales de la familia tradicional patriarcal sobre la estructura del empleo remunerado.
" Subirats, M., (1983): «Niños y niñas en la escuela: una exploración de los códigos de género actuales», en Revista de Educación
y Sociedad,n'- 4, págs. 91-100.
u Subirats, M., (1983): «Niños y niñas en laescuela: unaexploración de los códigosde género ac
15 Subirats, M., (1983): «Niños y niñas en laescuela: unaexploración de los códigosde género ac
Subirats,M., (1983): La trasmisión de estereotipos sexuales en la escuela, ICE, Universidad de Barcelona
La escuela es el primer espacio donde las niñas ven por primera vez a mujeres adultas en papeles distintos
a los tradicionales (de esposa y madre) pero curiosamente también es el primer espacio en el que se aprenden las
jerarquías. Por encima de la profesora están otras autoridades que suelen ser varones (como es el caso de los
Directores, Inspectores, etc.) y es que la división riel trabajo docente discurre por líneas similares a las de la división
del trabajo en general y por ello la anticipa y legitima con toda la fuerza del hecho consumado1’ .
Además del profesorado es a través del contenido educativo de los programas escolares y de los libros de
texto donde se transmiten los roles diferenciados y estereotipados para ambos sexos.
En los programas de enseñanza apenas si hay espacio para la mujer, lo que queda verificado en los trabajos
de Moreno Sardá y Ruiz Caballero (1984), así como los de Carreta (1984) y Heras (1985)"’.
Desde las Ciencias Sociales se ha silenciado lo que acontece en los espacios domésticos privados a la vez
que se ha privilegiado lo que sucedía en el espacio público, el espacio tradicional del varón.
La contribución del trabajo femenino a la riqueza general no es recogida por disciplinas como la Economía
ya que en ella únicamente se refleja la economía monetaria, y ello a pesar de que éste se considera tan necesario
como el empleo remunerado, y cuyo valor (el del trabajo doméstico) se ha estimado que «equivale a cerca de un
tercio de la producción anual total de una economía moderna1'1. No obstante, a pesar de todo lo expuesto, la escuela
constituye un espacio de mayor libertad para las niñas-’1’ que el medio social que las circunda.
En este sentido Mariano Fernández Engulla defiende la idea de que la experiencia de igualdad de la mujer
en la escuela explicaría en buena parte el mayor rendimiento de las chicas dentro de el la. La escuela no significaría
lo mismo para un niño que para una niña. Para los varones, a quienes la familia promete un rol de independencia
y de autoridad, la escuela se lo niega: es una institución menos gratificante; en tanto que para las mujeres supone
la primera ocasión de sentirse ¡guales al resto de las personas, varones incluidos. «La escuela surge como el único
espacio en el que son simplemente personas, sin sexo o sin género, cuyos logros al menos aparentemente depende
de ellas mismas, sin trabas asociadas a características naturales»-1.
Fernández Enguita, M., (1990): «Junios pero no revueltos», Ensayos en torno a la reforma de la educación, Ed. Visor, Cap. IV:
La otra reforma comprensiva. La mujer y la escuela, pág. 133.
Moreno Sardá, A. y Ruiz Caballero, C.M., (1984): £/ orden androcéntrico en el discurso histórico: lectura crítica no androcéntrica
de los manuales de Historia de BUP, Madrid, Instituto de la Mujer, Mimeo.
* Carreta, N. y otros (1984): Modelos masculino y femenino en los textos de E.C.B., Madrid, Centro Nacional de Investigación
y Documentación Educativa.
* Heras, P .,(1985): «El papel de la mujer en la enseñanza y el libro de texto en Cataluña», Tesis Doctoral, Universidad de Barcelona.
1,1 Giddens, A., (1991): Sociología, Alianza Universidad, pág. 542.
-" Cír. Subirals, M. y Brullet, C., (1988): Rosa y Azul. La transmisión de los géneros en la escuela mixta, Madrid, Instituto de la
Mujer.
Fernández Enguita, M., (1992): «La tierra prometida. La contribución de la escuela a la igualdad de la mujer», en C. Moya y
otros: Escritos en Teoría Sociológica. Homenaje a Luis Rodríguez Zúñiga, pág. 31.
Probablemente sea en el espacio de trabajo donde la sexualización esté mucho más acusada que en el
sistema educativo. Ello influiría en el mantenimiento de cotas cerradas de las que se seguirían beneficiando los
hombres en algunas carreras técnicas, ya que la mayoría de las mujeres se sienten discriminadas a priori en el
mercado trabajo de esas mismas carreras.
Al sustituir el empleo al trabajo no se contabiliza la producción doméstica. Para ello hay que buscar otros
indicadores que no están recogidos en la Encuesta de Población Activa. Se han llevado a cabo sistemas de medición
de la producción doméstica’-.
M'J Angeles Durán (1990)J1 presentó una primera estimación para España del PIB, incluyendo el trabajo
doméstico, a partir de la Contabilidad Nacional (1988), y de varias encuestas sobre actividades y uso del tiempo.
Concluyó que en caso de añadirse al PIB el valor del trabajo doméstico, éste crecería entre un 60 y un 91 % según
varias fuentes.
Posteriormente realizó cálculos más refinados2'1que sin embargo no se han traducido en una valoración
igualitaria del trabajo doméstico.
La aceptación de la doble jornada por parte de un cada vez mayor número de mujeres es el coste
involuntariamente pagádo por la aceptación de valores igualitarios en el ámbito público que no se corresponde
con cambios en la división de la carga global de trabajo.
En España, la participación de la mujer en el mercado de trabajo ha seguido una trayectoria similar a la
de los países industrializados pero en nuestro país se ha dado una característica diferencial: la elevada sensibilidad
cíclica de la participación femenina en el mercado de trabajo, que ha influido en las oscilaciones de la población
activa, además de producirse un incremento en fecha posterior a lo acaecido en otros países. Podríamos distinguir
tres períodos diferenciados:
- Entre 1970-74 se produce un incremento de la tasa de actividad femenina,
- Entre 1976-85 se constata una fase de estancamiento, y
- Entre 1985-90 es cuando se lleva a cabo la incorporación masiva de la mujer al mundo del trabajo-1’.
A tres factores se ha atribuido la incidencia en el trabajo de las mujeres: la edad, el estado civil y el nivel
educativo. Tradicionalmente se explicaba por el ciclo vital los períodos de trabajo en el mercado: se retiraba entre
los 25-34 años al casarse y volvía cuando los hijos eran mayores. Pero actualmente ha habido un cambio en el
modelo: ya no se abandona el trabajo en las edades centrales. Este fenómeno se produce en España a partir de 1985
cambiándose la tradicional curva de la tasa de actividad femenina de dos jorobas por otra más parecida a la tasa
de actividad masculina.
" Cfr. Caillavet, F., (1987): «La producción doméstica en el campo económico», en El Trabajo de las mujeres, Serie Debate, n-
1, Ministerio de Cultura, Instituto de la Mujer. Madrid, págs. 39-47. Se recogen diferentes modelos para calcular la importancia
de la producción doméstica:
1. Medidas en términos monetarios. Uno de ellos se ha basado en el valor del coste de oportunidad. La producción se valora al
multiplicar el número de horas dedicadas por cada individuo a las tareas domésticas por su salario potencial.
Otros métodos se basan en la sustitución del trabajador doméstico. El valórele la producción doméstica se obtiene al multiplicar
la tasa de salario de un empleado doméstico por el número de hogares, o bien la sustitución por diversos servicios del mercado,
correspondientes a cada tipo de tarea doméstica; se evalúa entonces el tiempo dedicado a cada tarea y se aplica la tasa de salario
del especialista en dicha tarea.
Por último, se ha empleado la sustitución por el mantenimiento de individuos en instituciones (residencias, hoteles...).
2. Medidas en términos de tiempo.
Se trata de confrontar el número de horas dedicadas a la producción doméstica con el número de horas de trabajo en el mercado
de la población femenina y masculina.
-1 Durán, M.A., (1990): El iceberg español: relaciones entre el trabajo mercantil y no mercantil, Ministerio de Cultura, Madrid.
11 Cfr. Durán, M.A., (1991): «La conceptualización del trabajo en la sociedad contemporánea», en Revista Economía y Sociología
del Trabajo, n“ 13 y 14, Sept-Dic., 1991. Ed. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, págs. 8-22.
25 Espina, A., (1989): «La mujer en el nuevo mercado de trabajo», Revista de Economía y Sociología del Trabajo, n- 6,
págs. 19-38.
Es relevante constatar que la aproximación de las pautas de participación laboral entre ambos sexos no
supone la desaparición de la discriminación por sexo, sino que se traduce en gran medida en aumento del paro
como consecuencia de la discriminación en el acceso de la mujer al empleo.
A pesar de que sigue siendo el matrimonio, como dice M. Vázquez’1’, el principal motivo de retirada de
la mujer del mercado de trabajo (un 31,5%), la tendencia actual es la de que la permanencia de la misma en el
trabajo depende más quede su estado civil del aumento de su nivel educativo. A esto habría que añadir el hecho,
modernamente generalizado de que el número de hijos tenga más relevancia que el mismo estado civil.
S O L T E R O S /A S C A S A D O S /A S V IU D O S / A S S E P A R A D O S /A S
G ru p o s de edad
V M V M V M V M
Fuente: EPA. II trimestre 1991. INE en «La mujer en cifras, 1992». Op. Cit. pág. 23.
* Vázquez, M., (1991): «Emploi etchomagedes femmes»,en G. Guitton;M. Maruani; E. Reynaud: L 'emploien Espagne. Marches
du travail et relation professionnelles, Syros/A lternat ives, París, págs. 109-121.
Cfr. Santos Ruesga (1983): «La mujer en la Economía Sumergida», en Información Comercial Española, n° 57, Marzo.
POBLACIÓN ACTIVA OCUPADA POR RAMAS DE ACTIVIDAD SEGÚN SEXO
(En miles y porcentaje de mujeres sobre el total)
C o n stru c c ió n 4 6 ,4 1 ,1 4 1 2 2 9 ,5 1 4 ,3 8 3 ,6 4
T ra n sp o rte y c o m u n ic a c ió n 81 1,9 9 6 3 2 ,0 7 ,3 9 1 1 ,3 6
O tro s s e rv ic io s 1 5 9 8 ,5 3 9 ,2 5 1 2 0 9 ,4 1 4 ,1 5 5 6 ,9 3
TO TAL 4 0 7 3 ,0 1 0 0 ,0 0 8 5 4 9 ,2 1 0 0 ,0 0 3 2 ,2 7
Fuente: EPA, II trimestre 1991, en «La mujer en cifras», Op. Cit., pág. 25.
- El proceso de segmentación del mercado de trabajo en España ha incidido en el aumento del emp
secundario precario, ocupado por mujeres mayoritariamente y que son afectadas en sus carreras profesionales. Por
ello se habla de feminización de la fuerza de trabajo tal y como se recoge en el siguiente cuadro.
P o b la ció n o cu p a d a 2 9 ,2 3 1 ,0 + 1,8
Em p leo a sa la ria d o 2 7 ,7 3 0 ,5 + 2 ,8
S e cto r p ú b lic o 3 1 ,4 3 7 ,6 + 6 ,2
S e cto r p riva d o 2 6 ,5 2 8 ,7 + 2 ,2
C. Tasa de empleo asalariado por rama de actividad8
Los trabajadores a tiempo parcial son en un número relevante mujeres, lo que implica peores condiciones
de empleo, menos vacaciones pagadas, menor formación, menores pensiones e insuficiencia de prestaciones
sociales y mayor precariedad, puesto que se puede prescindir más fácilmente de estos trabajadores «periféricos».
La tendencia al crecimiento del trabajo a tiempo parcial de las mujeres parece deberse a que no encuentran
otro tipo de trabajo y éste es siempre preferible a encontrarse en paro. Mc Angeles Durán2" recoge de una encuesta
los siguientes datos:
«De cada cien amas que ni trabajan ni buscan trabajo, cuarenta aceptaría un empleo si se le ofreciese,
cincuenta si se excluyen los mayores de sesenta y cuatro años».
En cuanto al paro, existe en primer lugar un problema estadístico, pues no se tiene en cuenta el paro no
registrado y se da una mayor tendencia de las mujeres al desánimo ante las escasas perspectivas de empleo, por
lo que muchas de ellas dejan de registrarse como paradas pasando a la categoría de inactivas, hecho que no sucede
con los hombres. Pero a pesar de estos problemas, el paro afecta más a las mujeres que a los hombres, situación
que se acentúa más en el caso de las mujeres jóvenes menores de 25 años. Este fenómeno es preocupante en toda
Europa, sobre todo en años de recuperación económica, porque indica que se trata de un fenómeno estructural.
En el siguiente cuadro se refleja la evolución del paro en España desde 1973 hasta 1991 para ambos sexos.
ESPAÑA
T o ta l V aro n es M u je r e s
1973 363 267 96
Fuente: en OCDE (/ 992):«Perspectivas del empleo, 1992», Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, págs. 6 70-6
(a) Estimaciones del Secretariado basadas en Economic Outlook, núm. 51.
EUROPA
T o ta l V a ro n es M u je r e s
1973 5661 2105 1 633
1975 7902 3 41 3 2370
1979 9361 41 1 9 3 748
1983 1 6 61 8 8277 6325
1989 15449 6880 6906
1990 14378 6272 6350
1 9 91 (a) 15425
28 Duran, M.A., (1987): De puertas adentro, Madrid, Instituto de la Mujer, pág. 332.
Fuente: en OCDE (1992): «Perspectivas del empleo, 1992», Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, págs. 610-612.
(a) Estimaciones del Secretariado basadas en Economic Outlook, núm. 51.
Hay escaso acuerdo entre los teóricos sobre el papel de los títulos escolares en el mercado de trabajo pero
todos coinciden que el poseer mayor nivel de educación conlleva ventajas en el mercado.
La siguiente tabla muestra las tasas de desempleo según el nivel de estudios para la población española.
T A SA D E P A R O
N IV E L
T H M
Todos 1 7 ,3 2 1 3 ,1 3 2 5 ,2 5
A n a lfab e to s 2 2 ,8 3 2 6 ,8 5 1 7 ,7 2
S in estu dio s 1 5 ,7 5 1 5 ,7 3 1 5 ,7 7
P rim a rio s 1 4 ,2 5 1 1 ,4 9 2 1 ,3 2
M e d io s 2 1 ,8 7 1 5 ,3 6 3 1 ,9 2
F .P . 2 2 ,0 9 1 4 ,2 6 35,61
A /S u p e rio re s 1 3 ,4 3 8 ,3 2 1 7 ,9 5
S u p e rio re s 1 2 ,8 4 7 ,8 0 2 2 ,0 0
T A SA D E P A R O
N IV E L
T H M
To d o s 12,21 8 ,9 4 1 8 ,8 3
A n a lfab e to s 2 0 ,5 3 1 9 ,2 3 2 2 ,9 4
P rim a rio s 1 3 ,1 7 9 ,6 0 2 1 ,8 7
M e d io s 1 1 ,2 6 7 ,0 7 1 9 ,6 3
A /S u p e io re s 7 ,2 6 4 ,9 2 ' 9 ,4 5
S u p e rio re s 6 ,4 5 4 ,5 0 1 0 ,1 4
La investigación sobre las mujeres puede influir en los programas de formación del profesorado e incluso
en la metodología -introduciendo por ejemplo la subjetividad del investigador-. Particular relevancia adquiere la
reflexión hacia la propia carrera docente, sumamente feminizada. En la práctica diaria de las clases sorprende la
escasa conciencia que tienen ios/as alumnos/as sobre la realidad social de las mujeres, que en parte es su propia
realidad, y que constituye en sí un ejemplo del mercado dual, si analizamos la evolución histórica seguida por esta
profesión: las mujeres se integran en ella una vez que los hombres la abandonan para buscar otras ocupaciones
de mayor status y mejor remuneración.
En mis clases de SO CIO LO GÍA DE LA EDUCACIÓN del curso 3e de la E.U. de Formación del Profesorado
he realizado investigaciones con los propios alumnos, siguiendo un árbol genealógico en el que aparecían las dos
variables -la educación y el trabajo de sus padres y abuelos; fundamentalmente madres y abuelas- para cotejar
con la situación presente y poder contrastarlas, siempre que fuera posible, durante el período de prácticas en los
centros escolares.
Todo ello ha revelado que muchos conceptos tradicionales no se han basado en verdades universales sino
en la experiencia de los varones y que al principio las alumnas no eran conscientes de esa parcialidad
androcéntrica.
Por varias razones considero interesante la inclusión de estas variables en los programas de formación del
profesorado:
1. En primer lugar porque su contenido es transversal a otros contenidos del programa de Sociología de
la Educación, y constituye un buen ejemplo para practicar una reflexión en clave sociológica, tanto desde el punto
de vista de la teoría social como de la metodología y las técnicas de investigación.
3. Por el papel futuro que tendrán, como profesores responsables de la orientación profesional de sus
alumnos -bien sea como tutores o como maestras/os simplemente-, y sobre todo de sus alumnas. Creo que no es
lo mismo reproducir aquel lo que se ha aprendido sin más que haber realizado un esfuerzo analítico-que nos afecta
incluso biográficamente- para hacer evidente aquello que tan bien interiorizamos.
l \ h O R v ic io s ^JOhbSiOW. C Ü V jS L -\\ LOS EF-C Krt FüKSiAüOnfcü £ -1
En esta comunicación se presentan los principales resultados que se desprenden de una investigación
cuyo objetivo era conocer los complejos mecanismos de adquisición de las cualificaciones que derivan del
impacto de las nuevas formas de organización del trabajo y las nuevas tecnologías implantadas en medianas y
grandes empresas de carácter dinámico, donde ha tenido lugar un cambio organizativo y/o técnico importante.1
Este estudio se ha centrado por un lado, en el análisis de los mecanismos de formación (formales e
informales) en empresas innovadoras, mediante los cuales los trabajadores construyen sus conocimientos a través
de la experiencia cotidiana del trabajo. Por otro lado, se ubican el análisis de los cambios acontecidos en las
empresas y sus efectos cualificantes en referencia a los sistemas formativos en España y en el entorno social en el
cual se producen, dado que dicho entorno se configura como ámbito de interacción y confluencia de diferentes
factores de carácter económico, cultural y político que permiten una interpretación global de las diferentes
estrategias de competitividad y gestión de los recursos humanos en las empresas.
Los factores generales que impulsan los cambios en las empresas se configuran como respuesta a la crisis
y transformación del sistema taylorista-fordista. La reorganización del sistema productivo en base a los nuevos
criterios de flexibilidad, variabilidad y versatilidad en la producción están propiciando la transformación
tecnológica y organizativa de las empresas, lo que junto a los nuevos criterios de gestión de los recursos humanos
favorece la emergencia de nuevas cualificaciones, la recualificación de algunas tareas o bien el simple reciclaje
de la mano de obra.
En un nivel más concreto, los factores que originan los procesos de recualificación en las empresas
aparecen ligados a diversos elementos, tales como la tecnología, la organización del trabajo, los nuevos conceptos
de producción y los nuevos productos.
- Las nuevas formas de organización del trabajo suelen crear condiciones favorables para la adquisición
de las cualificaciones, entre ellas destaca particularmente el trabajo en grupos, en equipos, la polivalencia y la
ampliación de tareas.
1 Se trata de un estudio realizado por el Instituto de Ciencias de la Educación, por encargo del CEDEFOP (Centro Europeo para
el Desarrollo de la Formación Profesional). El total de empresas estudiadas asciende a trece empresas de diferentes ámbitos
territoriales (Andalucía, Madrid, País Vasco y Cataluña) y diferentes sectores de producción (banca, química, textil, automoción,
empresas auxiliares del automóvil, industria alimentaria, artes gráficas, eléctrico-electrónlca y componentes electrónicos). Véase:
Planas, J; Martín, A ; García, M. "Los procesos de adquisición de las cualificaciones: Síntesis del Análisis Social y Estudios de caso
en España”. CEDEFOP-ICE. (Pendiente de publicación por le CEDEFOP).
- Entre los nuevos conceptos de producción, ei sistema JIT (Just in Time) y la búsqueda de mayor calidad
(Total Quality) originan efectos formativos (no siempre de entidad) que se derivan también a las empresas
subsidiarias. Por otra parte, la nueva división del trabajo entre centro y periferia a partir de la descomposición del
proceso productivo en empresas grandes y pequeñas ponede relieve el traslado del problema de las cualificaciones
al territorio. La descentralización de la producción comporta requerimientos de cualificación para las pequeñas
empresas, que por su dimensión y carácter familiar no pueden construir. De ahí que dichas empresas reclamen
programas de formación y asesoramiento tecnológico a las instituciones locales.
La recualificación que origina los referidos factores (innovación tecnológica, organización del trabajo,
nuevos conceptos de producción y nuevos productos) se entiende en términos de nuevos requerimientos y
gestación de nuevas capacidades globales para el desarrollo de tareas que permitan una progresión profesional,
mayor autonomía, iniciativa, responsabilidad, empleo de criterios propios, discrecionalidad en el puesto de
trabajo, recurso a la inteligencia y la abstracción, etc. Esta recualificación se traduce en cambios en los perfiles
profesionales requeridos en las empresas estudiadas y comportan exigencias tales como la capacidad de lectura
de códigos y planos abstractos, de idiomas para aplicar a los manuales de la maquinaria, de toma de decisiones
a partir de indicadores de pantallas y paneles de mando, capacidad de análisis e interpretación de situaciones e
incluso, nuevos requerimientos de liderazgo y motivación para trabajar en grupos y en equipos. Estos nuevos
requerimientos de cualificación ponen de manifiesto la creciente importancia de cualificaciones transversales a
una multiplicidad de perfiles profesionales en aspectos relaciónales, comportamentales y actitudinales que ponen
de relieve la importancia de la formación inicial como cimientos sobre los cuales construir la estructura de
posteriores formulaciones continuas.
Existe un consenso implícito entre los diferentes agentes sociales en el desarrollo y la gestación de
diferentes políticas de formación. Este consenso se caracteriza por una omisión de los efectos de la formación sobre
las expectativas de los sujetos. Existe un uso inespecífico de la formación por parte de las empresas a la que
atribuyen un carácter positivo sin considerar los efectos que derivan de la formación. En este sentido, los estudios
de caso elaborados en España ponen de manifiesto que las políticas de formación de las empresas tienden, en
general, a incrementar las expectativas laborales de los trabajadores formados. En el mismo sentido, el rechazo al
taylorismo corre paralelo al incremento del nivel educativo general de la población: A medida que ha ido
elevándose el nivel de educación general de la población también se han ido incrementando las expectativas
respecto al contenido del trabajo.
Sería erróneo atribuir de forma generalizada dichas exigencias de cualificación a todos los trabajadores
de la empresa innovada. Muy al contrario, la recualificación aparece de forma segmentada y selectiva: restringida
a equipos, grupos y profesionales que ocupan un lugar estratégico en las empresas (programadores, conductores
y operadores de sistemas, equipos de mantenimiento y otros). El segmento de trabajadores recualificados suele
tener ya cierto nivel de formación inicial, lo que facilita la adquisición de nuevos conocimientos. Por lo general,
se trata de segmentos pequeños, con tendencia a tener relaciones laborales individualizadas o en grupos, al margen
de las organizaciones sindicales.
En el sentido contrario, existen en las empresas otros segmentos que no se benefician de los efectos de la
recualificacíón: trabajadores de producción y administración, con bajas cualificaciones y edades avanzadas, que
sólo reciben un reciclaje o adiestramiento puntual con motivo de la introducción de la nueva tecnología. También
forman parte de este colectivo los jóvenes con contratos temporales y breves períodos de estancia en las empresas,
lo que dificulta el aprendizaje.
En suma, los recursos humanos parecen tener un lugar central en el actual escenario de reestructuración
y tránsito de un sistema de producción "cuantitativo" a otro "cualitativo". Indudablemente la recualificación y la
formación tienen una función importante en las estrategias empresariales, pero son estrategias selectivas,
destinadas a promocionar determinadas cualificaciones que faciliten el control de los puntos neurálgicos en el
proceso de producción. -
ACTITUDES E IMÁGENES DE LOS JOVENES
TRABAJADORES ANTE LOS SISTEMAS ESCOLAR Y LABORAL
Aquí presentamos un avance de resultados de un trabajo más amplio1que se encuentra en fase de reali
zación. El objetivo general de dicho estudio es abordar la problemática del menor en relación con su inserción
laboral, contemplando los factores que, desde el punto de vista del sujeto afectado, concurren en el abandono del
sistema escolar reglado y la aproximación al mundo del trabajo, así como la repercusión que tiene en la identidad
del menor y en su concepción de la realidad.
Estas son las conclusiones obtenidas del análisis de dos grupos de discución con menores (15 a 17 años),
varones, trabajadores o demandantes de empleo, con más de un año fuera de la institución escolar, de clase obrera
(variable construida a partir de la profesión del padre) y residentes en barrios periféricos de Madrid.
a) - Los compañeros de clase con los que en la época escolar se formaba grupo (los colegas) se consideran
ahora como una dañina influencia («malas compañías»), y los amigos que en aquel momento estaban trabajando
se va a considerar que funcionaron como un estímulo añadido a otras circunstancias (no gusto por los estudios,
sentimiento angustioso de pérdida de tiempo, etc.), de tal manera que se conviertieron en el referente de tipo de
vida que uno, como estudiante, se estaba «perdiendo».
b) - A la idea de abandonar los estudios «porque veía que no valía para estudiar» se llega a partir de la
ausencia de éxito académico y gracias al discurso social que atribuye la responsabilidad del fracaso académico
al alumno, discurso que acaba siendo interiorizado a pesar de que, gracias a la profundización que se produce
1 Procedente del estudio «Los jóvenes en la periferia de las grandes ciudades: problemática escolar e integración laboral»,
financiado por el C .i.D .E. y aprobado en el Concurso Nacional de Proyectos de Investigación Educativa 1992.
desde la polémica valer-no valer, lo que está detrás es un reconocido rechazo a la oferta escolar. En otras palabras,
la secuencia es la siguiente:
1- Lo que la escuela ofrece no atrae.
2 - Se responde no estudiando y creando una cultura del «escaqueo», con la consecuencia del fracaso
académico. Todo ello conduce a una sensación de estar perdiendo el tiempo y a una «amargura» derivada
de la presión al estudio.2
3- Se concluye que el fracaso académico se debe a la incapacidad de uno mismo.
Una de las repercusiones de todo esto es la autoinclusión de estos jóvenes en el colectivo de los que «no
han nacido para estudiar», constituyendo esto un dato que define su identidad social. Resulta además que los que
«sí valen» para estudiar son los que «legítimamente» ocuparán los niveles ocupacionales más altos, gracias a las
credenciales a c a d é m ic a s :s i quieren sacarse un título que se lo saquen, si algún día pueden colocarse en algún
sitio que está bien ..., que sea a lo mejor un director de algo... pues ole sus cojones»
c)-O tra causa del abandono escolar explicitada como tal es el sentimiento de pérdida de tiempo, el cual
puede venir dado por tres circunstancias:
1- se cree que repetir curso es perder el tiempo, se rechaza no progresar académicamente, se considera
una situación mucho peor que buscar un ampleo por el estancamiento que implica
2 - el fracaso académico y la estrategia de no asistir a las clases termina creando la sensación de pérdida
de tiempo
3- se cree que estudiar sólo tiene un valor instrumental (conseguir trabajo), pero ese valor se pierde en
el momento que se piensa que lo realmente útil para encontrar trabajo son las relaciones personales
Creer que permanecer en la escuela es una pérdida de tiempo tiene que ver, independientemente de la
causa de ese sentimiento, con una imagen de vacío de la institución escolar, de la cual, y esto es lo que más pesa
en la decisión de abandono, se deriva una ausencia de expectativas de futuro
Por último, es importante destacar dos aspectos:
- no se atribuye de forma espontánea a la propia institución escolar ninguna responsabilidad. Las críticas
son muy tenues, y ello a pesar de que se parte de algo muy contundente: la impresión de que «pasan de tí. Son poco
nítidos los recuerdos de la etapa escolar y sólo se recuerda significativamente en la medida en que afecta a la vida
actual. Por ello, se mantiene fresca en la mente la causa más inmediata en el tiempoque desencadenó el abandono
o la expulsión de la institución escolar (casi siempre, conflictos con el profesorado) y sólo se relaciona con lo
acertado/lo erróneo de haber dejado los estudios.
- el papel de los padres en el proceso de abandono no parece ser directo. Suelen ser los hijos los que
comunican a los padres la decisión de dejar los estudios, ante lo cual se reacciona aceptando al decisión o
intentando convencer al hijo para que siga estudiando.
2 También sucede que la incapacidad a la que se atribuye la salida de la escuela es cuestionada cuando se tienen experiencias
positivas relacionadas con el estudio, aunque llama la atención que estas experiencias no sirvan para cambiarla explicación del
propio abandono, lo cual muestra hasta qué punto influye el discurso dominante sobre el "fracaso escolar".
la posibilidad de tener una expectativa de futuro. Así, el reconocimiento de la utilidad está asociado a
situaciones actuales de paro.
2. EL TRABAJO
-Trayectoria sin progresión o con progresión negativa: contratos temporales sin visos de consolidarse,
trabajos duros y mal pagados, períodos de desempleo, etc. La concepción de lo laboral queda marcada por el
rechazo y por el consiguiente deseo de reiniciar una vida académica que abra la posibilidad de alcanzar un status
laboral superior. En estos casos, el futuro se ve con gran desconfianza, y se rechaza con firmeza el sistema en el
que se ven inmersos (los empleadores son arbitrarios, injustos, etc.)
La progresión laboral pasa por un empleo estable que permita construir una vida propia no dependiente
del hogar paterno. Va a resultar transcendental una plena y satisfactoria inserción laboral: ya no se trata de no tener
trabajo, sino de tener un trabajo o una situación que evite «no tener nada», es decir, no tener el control de la propia
vida.
Ahora bien: ¿Porqué se cambia de trabajo?. Si a lo que se aspira es a un empleo estable, ¿porqué no se
continúa en el mismo sector y/o en la misma actividad?.
Aparte de las ocasiones en que es el empresario quien prescinde del joven trabajador (situación bastante
habitual), las razones esgrimidas para abandonar un empleo son, por este orden, el bajo salario, el horario (número
de horas elevado, turnos,...) y la falta de contrato. En ningún caso se va a explicar un abandono laboral por el «no
gusto de la actividad».
Cuando una conjunción de los aspectos señalados se valora como absolutamente desfavorable es cuando
se produce un abandono de la actividad que se estaba realizando. Sin embargo, cuando se percibe que el sueldo
es elevado, se sienten justificadas unas duras condiciones laborales y se va a permanecer en el puesto de trabajo:
«Trabajas mucho, estás desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, es que claro, tienes que limpiar, tienes
que hacer de tó, pero es que claro, a final de mes tienes lo tuyo. Yo, desde luego, no pienso cambiar de oficio».
}=>___
3. C O N C LU SIO N ES
No se puede decir que exista un bloque homogéneo de actitudes y representaciones sociales sobre la
escuela y el mundo laboral por el hecho de haber abandonado prematuramente la institución escolar y ser varones
miembros de clase obrera. Cuando los jóvenes todavía se mantienen en la institución escolar parece ser el momento
en el que tiende a manifestarse con más fuerza una comunidad de ideas respecto al papel de la escuela y las razones
de la atracción del mundo laboral y, por consiguiente, los motivos del rechazo de aquélla.
Una vez transcurrido un tiempo lejos del sistema educativo reglado, las discrepancias van a ser bastante
significativas, y van a venir enmarcadas por la trayectoria que ha llevado cada joven. Así, van a ser los que "fracasan"
en el mundo laboral y no ven posibilidades de encontrar lo que ellos consideran "un buen trabajo" los que estarían
dispuestos a reiniciar una vida académica. Sin embargo, si se reincorporan, lo harán por medio de cursos
ocupacionales, talleres... puesto que, aunque se considere que volver al sistema reglado podría ser una ventana
abierta al futuro, un confuso sentimiento de orgullo y humillación les impedirá retomar el camino abandonado.
Esto es, aunque no se mantengan con nitidez las causas, el rechazo al valor expresivo de la escuela va a actuar con
más fuerza que el reconocimiento de su valor instrumental.
Sin embargo, cuando se ha tenido lo que hemos denominado una trayectoria ascendente, se desprecia
loque pueda aportar el sistema escolar, considerándolo inútil. Para éstos, la única vía segura es seguir trabajando.
Por ello, las condiciones objetivamente precarias del empleo que suelen poseer son valoradas como algo positivo
puesto que prima la consideración de haber obtenido una identidad revalorizada (respecto a su etapa escolar) e
independiente que puede ser consolidada gracias al esfuerzo personal.
LAS PRÁCTICAS EN ALTERNANCIA
Este trabajo quiere ser una revisión de una experiencia educativa en la que se pone de manifiesto una
determinada manera de entender las relaciones entre educación y trabajo: las Prácticas en Alternancia de los
estudiantes de segundo grado de Formación Profesional. Esta revisión se elabora a la luz de un estudio de la
gestación de dicha experiencia, así como del análisis de experiencias similares realizadas en otros contextos.
Además del análisis bibliográfico sobre el tema, se tiene en cuenta una evaluación de las mismas realizada entre
septiembre de 1992 y enero de 1993 en el territorio de la Comunidad Autónoma Valenciana.
En esta evaluación participaron quien suscribe este trabajo, becario de investigación en el Departamento
de Didáctica de la Universidad de Valencia, Ricardo Bou, asesor de Tecnología en el C .E.P. de Valencia, y Enric
Sanchis, asesor del conseííer de Educación en temas de formación profesional entre otros. Se tuvieron en cuenta
otras evaluaciones realizadas en otras comunidades autónomas, al igual que la valenciana con competencias
plenasen materia educativa (Galicia, Euskadi), así como en el territorio gestionado por el M .E.C. Se confeccionaron
unos cuestionarios específico para cada una de las poblaciones que se consideró implicada por el tema de las
Prácticas (estudiantes, profesores tutores de prácticas, coordinadores del programa en los centros escolares, tutores
de prácticas en el puesto de trabajo y, finalmente, los propios empresarios (o gerentes) que ofrecieron sus empresas
a la Administración educativa para que los estudiantes de Formación Profesional pudieran realizar en ellas sus
prácticas). Sobre cada una de estas poblaciones se realizó un muestreo aleatorio, se adiestró a un equipo de
encuestadores y se procedió a la cumplimentación de los cuestionarios en entrevistas personales (a excepción de
los profesores del sistema educativo, que recibieron las encuestas por medio de la inspección educativa, que prestó
su colaboración en esta evaluación).
La encuesta a los tutores y a los coordinadores de Formación Profesional se pasó a la totalidad de la
población, alrededor de unos 300 tutores en el curso 1992/93 (de los que respondieron 250) y 115 coordinadores
(uno por cada centro de los que participaron en el programa), de los que respondieron 101. Los servicios de
inspección fueron los encargados de hacer llegar a los profesores las encuestas, acompañadas de las instrucciones
de respuesta, así como de recogerlas.
La encuesta a las empresas se pasó aúna muestra de las mismas (120 empresas escogidas en un muestreo
aleatorio de entre una población de unas 2000 empresas, que se hallaban colaborando con el programa en el curso
1991/92, con escasos abandonos desde el inicio del programa, en el curso 1985/86). Esto nos permite obtener
estimaciones con una precisión del 10% al 95% de confianza. Los tutores de las empresas fueron entrevistados en
la misma ocasión que se visitó la empresa, previa cita telefónica con el responsable.
Porfin, la encuesta a los alumnos que participaron en el programa se pasó también a una muestra de 295
alumnos de una población total de unos 12.000 entre los años 1989 y 1991. Esto nos permite obtener estimaciones
con una precisión del 10% al 99% de confianza. En este caso, respondieron 211 alumnos.
La introducción y el procesamiento de los datos se llevó a cabo utilizando el programa informático spss.
Las Prácticas en Alternancia constituyen una experiencia educativa con alguna tradición entre nosotros.
Desde mediados de los años '80, vienen funcionando en bastantes centros de Formación Profesional, si bien tenían
la posibilidad de hacerlo ya desde 1976, conforme al Decreto 707/1976, de 5 de marzo, sobre Ordenación de la
Formación Profesional que, a su vez, desarrollaba lo establecido al respecto en la Ley General de Educación de
1970.
Los motivos de su incorporación a la práctica escolar, hace ahora ya casi una década, son varios:
- Por una parte, tratar de lograr un acercamiento entre escuela y mundo del trabajo, que sirviera par
recuperar algo de la dignidad perdida de la Formación Profesional,
- Por otra parte, ofertar a los alumnos de Formación Profesional una experiencia del mundo del trabajo
así como de las ocupaciones concretas para las que se estaban formando, que les sirviera como complemento a
la formación recibida en los centros de enseñanza.
- En tercer lugar, facilitar a estos alumnos su inserción en el mercado de trabajo, estableciendo un nuevo
canal a los ya existentes de incorporación de los jóvenes a la vida activa (familiares y conocidos, anuncios en
medios de comunicación, oficinas de em pleo,...).
- En cuarto lugar, ir experimentando posibilidades innovadoras para la Formación Profesional, con vistas
a la Reforma de la misma, que fue emprendida por aquella época y que se plasmó en el texto de la L.O .G .S.E.,
aprobado en septiembre de 1991.
- Finalmente, mejorar la cualificación de nuestros jóvenes de cara al establecimiento del Mercado Unico
Europeo y a la libre circulación de trabajadores entre los distintos estados miembros de la C.E.E..
Todas estas argumentaciones son suficientes para convencernos de las bondades de la medida. No
obstante, también es legítimo plantearse la pregunta de porqué surge el interés por las Prácticas en Alternancia justo
en un momento en que hay una fuerte crisis económica. También cabe preguntarse porqué durante el tiempo
transcurrido desde 1976, cuando ya estaba contemplada en nuestra legislación, esa posibilidad no recibió excesiva
atención.
Una posible respuesta a estas preguntas está en las altas tasas que el paro alcanza ya a principios de los
80, y que afectan de manera especial a los jóvenes. La introducción de las Prácticas en Alternancia coincide en
el tiempo con otras medidas relativas a la formación y al empleo: extensión de la formación ocupacional (Plan F.I.P.,
Escuelas Taller y Casas de Oficio, financiación del Fondo Social Europeo,...), énfasis en la educación para el
autoempleo, acompañado todo ello de hermosos lemas tales como «aprender a emprender» o «educar para la
in iciativa»,... Evidentemente, el abanico de posibles destinatarios a que se dirigen esas medidas es muy amplio.
Junto a estas propuestas específicas, vemos también cómo el trabajo está convirtiéndose en un elemento
clave de los curricula escolares en secundaria en el mundo occidental. De este modo, proliferan los proyectos,
programas y experiencias relativos a la experiencia laboral en la formación de los jóvenes.
Estos esfuerzos recientes por acercar la escuela al trabajo (o por escolarizar el trabajo y algunos de sus
referentes, según el punto de vista que se adopte) contrastan con el proceso histórico que ha sufrido esta relación
en los dos últimos siglos, pero que arranca desde mucho más atrás. La formación profesional ha tenido, a lo largo
de la historia, una figura clave, el aprendiz, en un modelo ampliamente replicado, el aprendizaje. Así se puede ver
en el Código de Hammurabi, o bien en numerosos escritos griegos y romanos, pero también ajenos a la tradición
occidental, como se refleja en antiguos textos indios y chinos (LUNDGREN, 1983; HAMILTON, 1990). También
encontramos a los aprendices, en su imagen másextendida, en la Europa medieval. Con la industrialización, parece
que el sistema de aprendizaje decayó en bastantes lugares frente al fuerte proceso de institucionalización de la
escuela, si bien no en todos por igual. En Alemania, debido al poder «profesional» de los gremios, de carácter
urbano, no sucedió lo mismo.
En el casodel sistema educativo alemán, la Berufschulees la encargada de ofertar la formación profesional.
Su pretensión es la de compensar las deficiencias del sistema de aprendizaje, en ningún caso la de reemplazarlo.
El sistema de aprendizaje, por su parte, mantiene su primacía sobre la ofertá escolar, como queda reflejado en los
horarios de los estudiantes. En este modelo, las empresas ofrecen puestos de formación de los que se encargan los
trabajadores que previamente han acreditado su capacitación pedagógica ante las instancias oficiales corres-
.pondientes. Asimismo, el aprendizaje en las empresas, más que sustituir a la escuela lia de complementarla y,
además, ha de ayudar al aprendiz a triunfar en su carrera académica.
No obstante, el caso alemán parece ser una excepción. Como señala Eggleston:
Antiguamente, la experiencia laboral estaba vinculada a la familia, comunidad y sociedad. Hoy día está
separada, y se cierra cada vez más a los de fuera (...) La experiencia laboral en el siglo XX no sólo se ha separado
de la experiencia humana, sino que tampoco es ya una experiencia al alcance de todos los seres humanos.
(EGGLESTON, 1982, pág. 3)
Esta afirmación, hecha en el año 1982, pone de relieve la paradoja de recuperar para el discurso escolar
la experiencia laboral, precisamente en la época en que comienza a ponerse en duda la posibilidad del pleno
empleo como meta alcanzable y, junto con aquel, la posibilidad misma de realización del Estado de bienestar. De
hecho, también a mediados de los '80 comienza a hablarse no ya de formación para el empleo (aunque continúa
vigente este discurso, y con clara preponderancia sobre cualquier otro) sino también de formación para el paro
(BATES, 1984; CEDEFOP, 1980; WALKER y BARTON, 1986)
Es en este panorama que cabe entender el desarrollo de las Prácticas en Alternancia entre nosotros, así
como el hincapié que se viene haciendo en la importancia que la Formación en Centros de Trabajo tendrá en la
futura Formación Profesional, ya reformada al amparo de la L.O .G .S.E..
Pero hay que contemplar las Prácticas en Alternancia no sólo bajo una perspectiva histórica sino también
en el contexto de la multiplicidad de ofertas de formación profesional y/u ocupacional que las personas jóvenes
(pero no sólo) y en situación de paro (tampoco exclusivamente) encuentran en el momento presente: cursos de
formación ocupacional, presenciales o a distancia; oficiales, homologados, reconocidos o completamente
particulares; ofertando cualificaciones centradas en una ocupación o bien referidas a competencias básicas;
presentados bajo como formación inicial o continua; experiencias de carácter local pero también internacional;
metodologías que incorporan el trabajo al currículum escolar (miniempresas, campañas de cooperativismo, es
tudios de caso, ... ) ;. .. Sobre su aplicación, seguimiento, calidad y rentabilidad apenas hay estudios conocidos
(McNAMARA, 1990). '
Sí que hay, sin embargo, evaluaciones hechas sobre las Prácticas en Alternancia (BO U, 1990a y 1990b;
DEPARTAMENTO DE ED UCACIÓ N, UNIVERSIDADES E INVESTIGACIÓN DEL GO BIERNO VASCO, 1990;
ZABALZA, 1991)
La alternancia se basa en el principio educativo de aprender haciendo, learningby doing, bajo la guía de
un trabajador experimentado. Es la fórmula más vieja de formación profesional y apenas ha sufrido cambios en el
tiempo. Combina la enseñanza de conceptos teóricos y habilidades académicas con el ejercicio práctico de los
mismos.
3. C O N C LU SIO N ES
Quisiera terminar este trabajo haciendo una serie de reflexiones en torno a las cuestiones que considero
más relevantes, en mi opinión, de este debate:
Es obvio que la experiencia laboral en alternancia es una «cosa buena»: Consigue sus objetivos con los
alumnos, beneficia a los empresarios (de manera directa, pero también no tangible), rompe los estereotipos
negativos de los empresarios sobre algunos alumnos, presenta la oportunidad de mejorar la comprensión y
comunicación entre escuela y trabajo. Pero eso no basta. La Alternancia debe encontrar su lugar entre todas las
ofertas formativas existentes, lo que supondría, básicamente, establecer unos itinerarios de formación, en función
de las necesidades de los distintos destinatarios así como de las peculiaridades de los recursos disponibles. Y, más
aún, las prácticas en empresas han de encontrar el espacio que les corresponde en los curricula formativos de los
estudiantes de Formación Profesional, lo que implica considerarlas como parte integral del mismo, y no meramente
yuxtapuesta (como han venido siendo en numerosas ocasiones). Esto exige la coordinación entre los distintos
agentes responsables de su puesta en práctica, coordinación que vaya desde la planificación misma de estas
enseñanzas a su ejecución y posterior evaluación. De este modo, se reclama el diálogo entre dos discursos distintos,
con sus correspondientes lógicas e intereses: formación y producción, desarrollo y beneficio, maduración y
competencia. Como se puede apreciar, se trata de un debate que afecta al sentido de las prácticas mucho más que
a las modalidades concretas de realización de las mismas. Y todo ello reclama una serie de cambios en el sistema
escolar, al menos en lo relativo a la Formación Profesional, que revisten cierta envergadura:
Deben encontrarse las maneras de velar eficazmente por el cumplimiento de la normativa de las prácticas,
en cuya salvaguarda se encierra el sentido educativo de las mismas, tanto en lo relativo a las funciones
encomendadas al sistema educativo como a las empresas colaboradoras.
Asimismo, otra cuestión importante radica en la organización de las mismas prácticas: el momento del
curso en que se realicen, la intensidad de la jornada que resulte más conveniente, la liberación parcial del
profesorado a cargo del seguimiento de las prácticas que permita una dedicación adecuada a las mismas, la
intervención de los servicios de orientación de los centros que pueden desempeñar un rol importante en el
aprovechamiento educativo de las prácticas, ... Todos estos aspectos están sometidos, en muchos casos, a una
casuística muy amplia, pero ello no quiere decir que deban ser resueltos con criterios particulares en cada caso,
sino que se requiere el establecimiento de unos principios comunes que permitan, eso sí, su aplicación de manera
idiosincrásica.
Habría de abordarse también la formación del profesorado de Formación Profesional, atendiendo
especialmente a su formación permanente, y planteando también la posibilidad, para aquel, de un sistema de
alternancia con esta finalidad.
Finalmente, el sistema escolar ha de buscar otras modalidades de conexión entre la escuela y el mundo
del trabajo, tanto en la Formación Profesional como en los otros niveles del sistema educativo (educación primaria
y secundaria), modalidades que están siendo experimentadas y contrastadas en otros lugares (MILLER, 1991;
JAMIESON, 1988). Debe buscarse en todas ellas una contribución aúna mejor comprensión del mundo del trabajo,
tanto por parte de los estudiantes como del profesorado, al tiempo que se rentabilicen los recursos educativos en
general y, en particular, este constituido por las Prácticas en Alternancia.
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Rafael Merino ;
Universidad Autónoma de Barcelona :
1 . O B JE T IV O S
2. M ET O D O LO G ÍA
El tipo de información necesario para el observatorio, el tipo de individuos y el objeto de estudio a analizar '
hace del análisis longitudinal la técnica más pertinente. El estudio consta de tres momentos:
- T0: alumnos/as que se matriculan por primera vez en todos los centros de la UAB.
- T , : alumnos/as que se titulan en todas las titulaciones de la UAB.
- T 2: tres años después de que los/as alumnos/as hayan acabado la carrera.
Estos tres momentos son los que permiten elaborar los itinerarios de transición de los/as universitarios/as ;
de nuestra universidad. ;
3. C O N TEN ID O S
La encuesta que se pasa en cada uno de los tres momentos tiene, apartede datos deinterés parala ¡
administración de la universidad (medio de transporte, lengua, lugar de residencia...) una segunda parte de :
preguntas elaboradas por nuestro equipo que se pueden agrupar en los siguientes apartados: ;
- situación laboral de las/os alumnas/os. i
-características del trabajo: condiciones laborales, situación contractual, número de horas,relación con ;
los estudios... :
- formación no reglada: pluses formativos, relación con la carrera... ,
- valoración/motivación de la carrera que están haciendo y perspectivas de futuro. i
- abandonos y reingresos realizados a lo largo de la carrera. :
4. ESTADO ACTUAL
1. R E L A C IÓ N EN TRE LA E D U C A C IÓ N / F O R M A C IÓ N Y EL M U N D O DEL
T R A B A JO
La relación entre la educación/formación y el mundo del trabajo es una relación compleja desde muchos
puntos de vista. Y es compleja porque abarca una pluralidad de áreas de interés, que son objeto de estudio desde
muy diversos ángulos y con finalidades muy distintas.
Sin ánimo de exhaustividad, se puede decir que son cuatro las principales áreas temáticas que hoy
concitan más interés dentro de este campo, tanto desde el punto de vista de las políticas económicas y sociales,
como desde el de las reformas educativas.
- Las exigencias que el sistema productivo plantea al mundo de la educación. Desde esta perspectiva, se
trataría de adecuar el sistema educativo a los cambios que están teniendo lugar en la economía y más
concretamente en las empresas: incremento de la competitividad, introducción de nuevas tecnologías, cambios
en la organización del trabajo... (Burke y Rumberger, 1987; Lindley, 1991; Molero, Buesa y Fernandez, 1990; Fdez.
Enguita, 1990; Borja, 1990; Garrido y Toharia, 1991; Saez, 1991)
- La problemática del mercado de trabajo y sus repercusiones sobre la inserción laboral de los jóvenes.
El incremento del paro y, de manera general, los cambios en el mercado de trabajo juvenil están haciendo más largo
y más problemático el período de transición a la vida activa. Contexto en el que el sistema educativo ha de
replantearse también su papel (Ashton y otros, 1987; Junankar, 1987; Ostermann, 1988; Ryan, Garonna y Edwards,
1991; Herranz, 1990; Sanchis, 1991).
- Necesidad de cambio y transformación en el funcionamiento interno del propio sistema educativo. Esto
estaría ligado a las exigencias procedentes del mundo de la producción y del mercado de trabajo, que se harían
sentir en forma de nuevos programas, distintos contenidos y otras pedagogías (Spours y Young, 1988; Gleeson,
1989; CEDEFOP, 1989; Carabaña, 1988; Fdez. Enguita, 1990).
- Participación concertada de centros educativos y empresas en la formación profesional de los jóvenes.
Se considera que la tarea es hoy lo suficientemente compleja como para que ninguno de los dos contextos, ni el
educativo ni el laboral, pueda llevarla a cabo por sí solo (CEDEFOP, 1983; Bertier y Dost, 1987; Hamilton, 1990;
Ryan, 1991).
Estas cuatro áreas configuran un entramado de relaciones entre el mundo de la educación y el del trabajo
bastante más complejo de lo que a veces parece darse a entender.
Así, por ejemplo, en el estudio de la influencia del cambio tecnológico sobre la educación/formación,
se ha tendido a menudo a plantear, explícita o implícitamente, una lógica causal excesivamente simplista: la
introducción de nuevas tecnologías en el proceso productivo y deservicios implicaría cambios en la organización
del trabajo; los cuales, a su vez, supondrían una necesidad mayor de cualificación en los trabajadores y,
consiguientemente, nuevas exigencias de formación. Desde el punto de vista del sistema educativo, la conclusión
de un argumento de este tipo es clara: necesita ponerse al día, “adaptarse" a las nuevas exigencias que plantea el
mundo de la producción y del trabajo.
La evolución misma de la realidad a lo largo de la última década, así como los resultados de la
investigación empírica, han hecho que hoy seamos más conscientes de la complejidad de todo este entramado
de relaciones entre factores, tantoenel interior del sistema productivo, como entre éstey el mundode la formación.
1 El contenido de este trabajo se apoya fundamentalmente en los resultados de la investigación realizada para el C.I.D .E. en varios
institutos de FP y en empresas relacionadas con ellos (De Pablo, 1993a).
Las relaciones entre cambio tecnológico, organización del trabajo y cualificación no van siempre ni
necesariamente en ese sentido. Lo que las nuevas tecnologías aportan son "potencialidades11, que pueden o no
llegar a realizarse dependiendo de la utilización que se haga de las mismas (Cressey, 1990; Homs, Krues, Ordovas
y Pries, 1987). En ese sentido, la relación causal entre tecnología y organización del trabajo ya no es la que
acabamos de señalar, puesto que un buen aprovechamiento de las potencialidades tecnológicas va a depender del
tipo de organización del trabajo que se instaure.
Y lo mismo ocurre con la relación entre organización del trabajo y cualificación (Castillo, 19
Ciertamente, una organización del trabajo en las empresas capaz de superar los rasgos típicamente tayloristas
necesita apoyarse en amplios niveles de cualificación. Y ello porque requiere verdaderos profesionales, con
capacidad para actuar responsable y autónomamente en el desarrollo de sus tareas. Pero, a su vez, no va a ser fácil
instaurar una organización del trabajo basada en la profesionalidad, si no se dispone previamente de trabajadores
con esa cualificación y esos rasgos de comportamiento propios de un profesional.
De hecho, como demuestra la experiencia de distintos países europeos, una mano de obra cualificada y
profesional acepta difícilmente funcionar en el marco de una organización del trabajo de carácter taylorista; por
el contrario, va a apoyar siempre formas organizativas superadoras del taylcrismo, en las que su cualificación y
su profesionalidad sean tenidas en cuenta (Lañe, 1988; Litteck y Heisig, 1990).
En cierto modo, se habría así invertido el sentido de la causalidad entre los factores. El elemento
fundamental sería ahora el factor humano: una fuerza de trabajo cualificada y profesional favorece la configuración
de un tipo de organización del trabajo capaz de dar cabida a esa cualificación y esa profesionalidad; con lo cual
se desarrollará, a su vez, un marco contextual donde pueda aprovecharse al máximo las potencialidades del
cambio tecnológico.
Con esto, la formación de los trabajadores, que antes aparecía como último eslabón de la cadena, ahora
cobra toda su importancia. No es que la formación, en sus distintos niveles, vaya a resolver los problemas que se
plantean hoy en una economía moderna; pero sí puede ser un factor importante en el desarrollo de los "recursos
humanos" en las empresas. Para que esto se haga realidad, sin embargo, es preciso que exista en la empresa un
entorno capaz de aprovechar la cualificación que los trabajadores puedan desarrollar a través de la formación.
Una empresa que no esté en condiciones de sacar provecho de la formación de sus trabajadores, difícilmente va
a invertir en ella (Streek, 1989; Merchiers, 1991; Prieto, 1991; Homs, 1991; Lope y Martin Artiles, 1992).
De hecho, la investigación comparada sobre la formación profesional en Europa permite ver cómo su
desarrollo va siempre ligado a todo un contexto que la condiciona. Lo que hace que en algunos casos nos
encontremos con sistemas de organización de la producción y del trabajo en que la cualificación, y con ella la
formación inicial y continua de los trabajadores, se ve potenciada, mientras en otros ocurre lo contrario (Finegold
y Soskice, 1988; Finegold, 1992).
En este mismo marco de relaciones complejas entre el mundo de la producción y el de la educación/
formación, hay que situar el segundo tema a que hicimos referencia antes: el mercado de trabajo y su incidencia
sobre la transición de los jóvenes a la vida activa.
El modo como se desarrolla hoy el proceso de transición juvenil al mundo laboral ha experimentado
cambios importantes respecto de las formas que pudo tomar en el pasado (Adamski y Crootings, 1989; Coleman
y Husen, 1989); W allace y Cross, 1990). Con la ampliación del período escolar, la transición de los jóvenes al
mundo laboral ocurre a edades más avanzadas; presenta considerables dificultades para amplios sectores, debido
sobre todo al incremento del paro y a la precariedad de los mercados de trabajo; y, en general, tiende a prolongarse
durante un período de tiempo bastante más largo de lo que pudo ser en otras épocas.
Este largo período de tiempo que a menudo transcurre desde que el joven abandona la escuela -durante
la enseñanza obligatoria, al término de la misma o tras cursar la secundaria postobligatoria- hasta que seencuentra
ubicado en el mundo laboral con un mínimo grado de estabilidad, puede sin duda ser aprovechado mucho mejor
de lo que hoy lo es en buen número de casos. Con ello, se conseguiría unos "itinerarios de transición" bastante
menos aleatorios, menos precarios, y más ricos en términos de formación -académica y profesional-, así como de
socialización al mundo del trabajo, que los que hoy se dan en nuestra sociedad (Planas, Masjuan y Casal, 1990;
De Pablo, 1993b).
Ahora bien, en la situación actual, la separación entre sistema educativo y mundo laboral es tal que no
favorece ei desarrollo de un proceso de transición con estas características. Debido precisamentea su desconexión,
ninguno de los dos contextos realiza bien la parte que le corresponde en el proceso de transición. El resultado es
que tenemos una enseñanza academicista y poco motivadora para muchos jóvenes y unas primeras experiencias
laborales poco formativas o incluso claramente insatisfactorias, sin hablar de las situaciones de paro y marginación.
Sólo la integración de ambos contextos -educativo y laboral- de manera sistemática y generalizada puede
contribuir a superar estos problemas, configurando un proceso de transición con caracteres bastante más positivos
que los que definen la situación actual.
Y esto nos lleva ya más concretamente al tema de la colaboración entre mundo del trabajo y sistema
educativo, a que hacen referencia las otras dos áreas temáticas. Por un lado, está la cuestión de cómo la influencia
del mundo laboral puede contribuir a hacer relevante la educación para amplios sectores de jóvenes. Y, por otro,
tenemos toda la problemática de las relaciones entre centros escolares y empresas que plantea cualquier sistema
deformación concertada.
En cuanto a la aportación que el mundo del trabajo puede hacer a la mejora del sistema educativo, es
algo sobre lo que cada vez existe un mayor consenso, aunque no siempre se refleje en las reformas educativas y,
sobre todo, en los contenidos y metodologías de la práctica educativa. La idea fundamental es que la perspectiva
del trabajo puede contribuir a motivaren los estudiosa amplios sectores de adolescentes y de jóvenes. Y lo puede
hacer a través de un doble mecanismo. Por un lado, ligando lo que hacen en la escuela a sus posibil idades laborales
posteriores; y, por otro, dando al proceso mismo de enseñanza-aprendizaje un carácter más aplicado, tanto desde
el punto de vista de los contenidos como de la metodología.
Para todos aquellos alumnos que no van a continuar estudios más allá de la edad obligatoria o de las
enseñanzas secundarias, no es siempre fácil ver la relación de lo que estudian con los puestos de trabajo a los que
están destinados. De hecho, las enseñanzas medias tienden a estar orientadas en la mayoría de los casos hacia la
continuidad de los estudios, más que a la preparación para el mundo laboral; dicho en otras palabras, predomina
la función propedéutica sobre la terminal. Se trataría, por tanto, de alcanzar un mejor equilibrio entre una y otra
función, desarrollando así la capacidad de esos estudios para preparar a los jóvenes en relación con su
incorporación al mundo del trabajo.
Y esto sólo es posible en la medida en que se dé una mayor conexión entre el mundo educativo y el mundo
laboral. Por un lado, es imprescindible que los estudios conduzcan a títulos académicos y a cualificaciones
profesionales que tengan verdadero valor de mercado (Rosenbaum y otros, 1990; Marsden y Germe, 1991; Audier,
1991). Hace falta que el adolescente y el joven vean delante de sí unas perspectivas laborales y unas posibilidades
profesionales por las que merece la pena esforzarse. Que tengan delantedeellos un camino abierto, con diferentes
etapas, cada una de las cuales se sabe a donde conduce y las exigencias que plantea su recorrido.
Pero, al mismo tiempo, hace falta también que los jóvenes vean posible, de manera realista, el éxito en
los estudios. Lo que significa una enseñanza donde lo teórico y lo práctico, lo académico y lo profesional, se
complementen, facilitando así la tarea de los alumnos. Y en esto, la aportación del mundo del trabajo puede ser
igualmente valiosa. Puede, no sólo equilibrar el conjunto del curriculum con elementos de carácter directamente
profesional, haciéndolo así menos academicista, sino también dar a todas las materias una perspectiva y una
orientación más aplicada.
Con esto, se trata de conseguir unos programas de estudio más integrados, donde, por un lado, las materias
teóricas e instrumentales cobren sentido por su relación con la actividad profesional a que se orientan y, por otro,
los contenidos de carácter aplicado y profesional se desarrollen sobre una base teórica suficiente. En el fondo, esto
no hace sino reflejar la actual tendencia, que se hace sentir en la mayoría de los países europeos, hacia una mayor
integración de la educación y de la formación en procesos unificados de aprendizaje, más ricos en contenido y
más motivadores para los propios alumnos.
Por último, la relación del mundo laboral con el sistema educativo puede traducirse en forma de
colaboración directa entre centros escolares y empresas. Los principios propios de la "formación en alternancia",
combinando la experiencia laboral en la empresa con la formación teórica en el centro escolar, son hoy cada vez
más valorados. De hecho, están de una u otra forma presentes en la mayoría de los desarrollos que la formación
profesional ha experimentado en Europa a lo largo de las últimas décadas (Cumming, 1988; CEDEFOP, 1988;
Brochier, Froment y D'lribarne, 1990; Alemany, 1990; DEUI, 1990).
Ei interés de la formación en alternancia está en la posibilidad de aprovechar las ventajas que supone
combinar dos contextos de aprendizaje, la escuela y la empresa. Ahora bien, para que esta combinación resulte
realmente fructífera, no basta con yuxtaponer ambas experiencias. Es necesaria una verdadera coordinación entre
los procesos de aprendizaje que se realizan enei centro escolar y los que tienen lugar en la empresa. Unos y otros
han de compenetrarse e influirse, de manera que ambos salgan reforzados y se potencien mutuamente.
La verdadera alternancia supone una apreciación del valor formativo del trabajo. Esto no significa que
cualquier situación de trabajo tenga capacidad formativa. Para que ello ocurra han de darse ciertas condiciones.
En particular, es importante la manera de estar organizada la propia situación de trabajo, así como la presencia
activa de trabajadores cualificados que se ocupen realmente de la formación de los jóvenes. En tales condiciones,
la experiencia muestra que pueden adquirirse toda una serie de competencias y conocimientos.
Por parte de los centros escolares, las cuestiones fundamentales son de tipo pedagógico y hacen referencia
a su capacidad para aprovechar las potencialidades educativas que ofrece la experiencia en el lugar de trabajo.
Se trata, pues, de que los centros estén en condiciones de integrar y utilizar el trabajo como “hecho educativo". Y
esto exige maneras de funcionar y de enseñar distintas de las que a menudo caracterizan a los centros de Formación
Profesional. Como ha llegado a decirse, no puede haber verdadera alternancia sin renovación pedagógica en
profundidad.
La experiencia de las Prácticas en alternancia, tal y como ha venido desarrollándose a lo largo de estos
años, y como está hoy teniendo lugar en los Módulos Profesionales, es sin duda el factor que más ha contribuido
a poner a los centros de FP en contacto con el mundo del trabajo.
Nuestro objetivo aquí es presentar brevemente algunos de los aspectos de esta experiencia, a partir de los
resultados de nuestra propia investigación (De Pablo, 1993). En primer lugar, teniendo en cuenta que la eficacia
de las Prácticas depende en gran medida de las condiciones que reúna la empresa en que se realizan, abordamos
la cuestión de la selección de las empresas.
Por otro lado, para que las Prácticas funcionen en condiciones y sean realmente formativas, es necesaria
una programación previa, a realizar de forma conjunta entre centro educativo y empresa; así como algún tipo de
seguimientoque ayude a que lo acordado se lleve realmente a efecto. Aspectos que son fundamentales para el éxito
de la experiencia, como hemos podido constatar.
En cuanlo a los resultados a que las Prácticas en las empresas están dando lugar, hay bastante variedad:
dependen de empresas, de situaciones dentro de ellas, de los alumnos y de las tareas que realizan, de la
especialidad de que se trate, etc. Lo que no impide que pueda llegarse a una cierta visión de conjunto sobre los
efectos, en términos de formación técnica y profesional, que de hecho la experiencia tiene sobre los jóvenes.
Si se quiere montar un verdadero sistema de Formación Profesional concertada como pretende la Reforma,
la implicación de las empresas es fundamental. Esto es fácil de decir y de formular como objetivo deseable; pero,
bastante más complicado de llevar a la práctica y de hacerlo realidad.
Y es que la aplicación de la Reforma en este punto requiere que se den nuevos pasos, más allá de lo
ha venido haciéndose hasta ahora. Es necesario, como se nos ha señalado en alguno de los centros, que las
empresas pasen del interés por la formación, que ya existe en un cierto número de ellas, a una mayor implicación
real, con sus recursos y su personal, en el desarrollo de la formación profesional inicial.
Para que se dé realmente formación en las empresas, tiene que organizarse en ellas una programación de
actividades formativas explícitas, y no sólo la práctica laboral en un puesto de trabajo, como viene ocurriendo con
las Prácticas en la mayoría de los casos. Ciertamente, haciendo cosas siempre se aprende algo: la realización de
las tareas y actividades que se encomienda a los jóvenes en las empresas les ayuda a adquirir una cierta experiencia,
sobre todo si se tiene en cuenta que es su primer contacto con la actividad laboral. Pero, de ahí a que se les
proporcione realmente una formación en sus respectivas especialidades, que complemente la que reciben en los
centros, hay todavía un gran trecho por recorrer.
El paso a esta nueva situación plantea a las empresas exigencias importantes, no siempre fáciles de llevar
a la práctica. En dos aspectos, fundamentalmente. Por un lado, es precisoconfigurar verdaderos "puestosformativos",
el desempeño de cuyas tareas permita preparar a la persona en los principales aspectos técnicos y profesionales
de la especialidad de que se trate. Lo que, en muchos casos, requerirá algún tipo de rotación de puestos o incluso
la combinación de varias empresas, cuando la aportación de una sola empresa no sea suficiente para proporcionar
la práctica que requiere un determinado perfil profesional.
La cuestión del personal que se ocupa de los jóvenes en formación es el otro factor fundamental que ha
de cambiar bastante si se quiere que los nuevos planteamientos tengan éxito. Como hemos podido constatar, de
la capacidad y dedicación de este personal depende en gran medida que los jóvenes aprendan y se formen
realmente. El problema está en que éste es, en general, uno de los aspectos menos atendidos y organizados por
parte de las empresas.
La creación de puestos formativos y la dedicación de personal cualificado que atienda las actividades de
formación son los dos pilares sobre los que ha de asentarse la participación de las empresas en la tarea común de
la formación profesional de los jóvenes. Pero, a su vez, para que estos dos aspectos funcionen realmente, es
necesario el apoyo de un marco institucional previo y de una buena infraestructura organizativa.
Si se qu iere configurar un sistema de "formación concertada" serio, de cal ¡dad y con perspectivas de futuro,
es evidente que hay que construir un marco institucional estable, que permita regular las relaciones entre centros
escolares, empresas y jóvenes, especificando los derechos y obligaciones de cada uno.
Los centros escolares son los primeros interesados en el desarrollo de este marco institucional. Actualmen
te, sienten que se les han encomendado tareas para las que no están preparados. La negociación con las empresas,
algo que debería estar organizado a niveles superiores, que es donde existe el poder de negociación suficiente, se
ha dejado en sus manos. Tratan de arreglárselas como pueden, pero se sienten muy desprotegidos ante las
empresas. Echan en falta la existencia de ese marco institucional, acordado entre la Administración y las empresas,
dentro del cual puedan ellos funcionar en mejores condiciones. Un marco en que estén ya estipulados de antemano
los puntos fundamentales: status de los alumnos en la empresa, objetivos deformación a alcanzar, personal que
se dedica a ello por parte de la empresa, etc.
Por otro lado, este marco institucional puede contribuir a una mejor selección de las empresas. Se ¡ría así
configurando poco a poco una red de empresas adecuadas para la formación. Hoy por hoy, cada centro hace lo
que puede en este sentido; pero es evidente que una mejor organización facilitaría la labor de los centros en el
desempeño de esta tarea. Hace falta un "registróle empresas" o algo similar, donde estén incluidos todos aquellos
centros de trabajo, públicos y privados, que reúnan las condiciones imprescindibles para un buen desarrollo de
la formación en las distintas especialidades. Y, en este sentido, la Administración pública, a todos los niveles,
debería ser la primera en implicarse con sus medios y su personal. Cosa que no parece darse hoy todavía con
demasiada frecuencia, al menos por lo que nosotros hemos podido observar.
Pero no es sólo cuestión de regulación. Para que un sistema de formación concertada funcione realmente,
necesita el apoyo de una buena infraestructura organizativa. Y esto requiere dedicación de recursos y de personal,
así como la voluntad decidida por parte de todos de implicarse en la tarea, para ir poco a poco encontrando las
formas y modos de funcionar más adecuados.
El sistema educativo tendrá que poner de su parte bastante más de lo que ha puesto hasta ahora en el caso
de las Prácticas en alternancia. Habrá de dedicar más recursos y más personal a esta tarea. Pero, sobre todo, habrá
de favorecer con todos los medios a su alcance el desarrollo de un clima, entre el profesorado y en el
funcionamiento de los centros, más abierto al mundo laboral y más consciente de la importancia de éste para la
formación de los alumnos y su inserción profesional.
El cambio más importante ha de venir, sin embargo, del lado de las empresas. Y ha de hacerse notar tanto
desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo.
En la medida en que los Módulos Profesionales alcancen un cierto nivel y prestigio y, consiguientemente,
sean numerosos los jóvenes que pasen por ellos, van a hacer falta bastantes plazas en las empresas. Es cierto que,
por lo que hemos visto en relación con el programa de Prácticas en alternancia, en estos años ha aumentado el
número de empresas dispuestas a colaborar, dadas las ventajas que ha supuesto tener alumnos de FP en Prácticas.
Pero faltan empresas que reúnan las condiciones necesarias para que la estancia de los alumnos en ellas sea
realmente fructífera. El problema se va a agudizar sin duda en la medida en que se pida de las empresas un mayor
esfuerzo en términos de puestos formativos y de personal dedicado a la tarea.
En este sentido, lo cuantitativo va unido a lo cualitativo; aunque, por eso mismo, pueden obstaculizarse
mutuamente. Por un lado, la aceptación de los Módulos Profesionales por los jóvenes va a depender en gran medida
de la aportación que hagan a ellos las empresas en términos de formación y de posibilidades de empleo. A su vez,
está por ver en qué medida las empresas van a responder a este tipo de necesidades de la formación profesional
inicial, a partir del momento en que las ventajas no sean ya tan claras como han podido ser hasta ahora. Estaríamos
de alguna manera ante un círculo vicioso, que se trataría precisamente de convertir en círculo “virtuoso".
En aquel las empresas que, como algunas de las que hemos estudiado, ven la formación de sus trabajadores
y empleados como una inversión y, por tanto, dedican a ello recursos y personal, posiblemente no sea tan difícil
lograr de su parte una mayor implicación en la formación profesional inicial. En ellas puede llegarse a un cierto
equilibrio entre lo que aportan y lo que reciben. Y, aunque ahora se les planteen nuevas exigencias, todavía les
será rentable participar en un sistema de formación concertada que puede suponerles bastantes beneficios.
, Este tipo de empresas tiene necesidad de una fuerza de trabajo cada vez más cualificada. Toda una serie
de factores como son la competencia del mercado, lasexigencias de calidad del producto o del servicio, la rapidez
del cambio tecnológico, la flexibilidad funcional en la organización del trabajo, etc., empujan en esa dirección,
y van a hacerlo todavía más en el futuro. Son, además, empresas que cuentan con recursos y personal para ello,
lo que hace que de hecho tengan ya montado a menudo algún tipo de formación para su personal, al menos en
lo que se refiere a su adecuación a puestos de trabajo concretos.
Tendrán, sin duda, que hacer ajustes, en la medida en que la formación a la que se les pide colaboren va
más allá de la pura preparación para un determinado puesto de trabajo. En la formación profesional inicial, se trata
dedesarrollar cualificaciones "transferibles", es decir cualificaciones que no se limitan exclusivamente a los puestos
"específicos" de una determinada empresa, sino que responden a objetivos más amplios como son los propios de
un campo profesional. Son, por tanto, cualificaciones que pueden aplicarse a una mayor variedad de empresas y
de contextos laborales, con el riesgo de pérdida de esa fuerza de trabajo que esto puede suponer para la empresa
concreta que ha contribuido a su formación. Con todo, siempre estarán ahí también los aspectos formativos
específicos, que permitirán a la empresa adecuar esa fuerza de trabajo joven a sus propias necesidades.
No hay que olvidar, sin embargo, que estamos hablando todavía de minorías, tanto en lo que se refiere
a las empresas como al contingente de jóvenes que se beneficia de esa formación. En el caso del programa de
Prácticas en alternancia, por ejemplo, aún teniendo en cuenta el desarrollo de los últimos años, son minoría los
alumnos de FP que han pasado por él. Han quedado excluidos gran cantidad de jóvenes a los que el programa podía
haber sido realmente útil como mecanismo de inserción laboral, tanto desde el punto de vista formativo como del
empleo. Y dentro de ellos hay que incluir no sólo a los alumnos de FP que abandonan los estudios en los primeros
cursos, sino también a todos aquellos de BUP que no prosiguen estudios y necesitan, por consiguiente, estar en
condiciones para incorporarse al mundo laboral.
En principio, esto es lo que va a ocurrir ahora con los Módulos Profesionales, en la medida en que pasen
por ellos todos cuantos vayan a incorporarse al trabajo al término de la ESO o de los Bachilleratos. ¿Va a haber
plazas para todos ellos en las empresas? ¿Y plazas en condiciones desde un punto de vista formativo? La pregunta
puede llegar a ser aún más acuciante en la medida en que la Formación Profesional, sea de nivel medio o superior,
sé configure en ciclos de más de un curso académico, ya que ello supondría incrementar considerablemente la
disponibilidad de plazas en las empresas. Y puede que haya que llegar a una situación de este tipo si se quiere
proporcionar una formación profesional digna de tal nombre, tanto a nivel de obreros cualificados como de
técnicos intermedios.
Esto supone que han de participar en la formación concertada un número de empresas bastante mayor
que el de esa minoría de que hablábamos antes. Empresas, para las que la relación entre lo que se les pide y lo que
van a recibir en contrapartida puede no ser ya tan favorable. Muchas de ellas son, además, empresas que no tienen
experiencia en el tema de la formación y que, aunque exista en ellas una cierta potencialidad formativa, no
disponen del personal ni de la capacidad de organización necesarios para su desarrollo.
En el caso de estas empresas, se plantean dos series de problemas, que habrá que resolver si se desea
construir un verdadero sistema deformación profesional concertada. Unos, los que se refieren a la motivación de
las empresas. ¿Qué conjunto de factores y de incentivos pueden llegar a configurar una situación tal que las
empresas consideren rentable su implicación en tareas formativas? Los otros afectan a su capacidad para desarrollar
esas tareas formativas. ¿Cómo apoyar a toda una serie de empresas que pueden llegar a ver el interés de participar
en programas de formación concertada, pero que no disponen de la organización, el personal y los medios
adecuados para ello?
La primera es sin duda la cuestión fundamental; y, posiblemente, la menos fácil de resolver, ya que
depende de la relación que pueda tener en cada caso la formación con el desarrollo del proceso productivo o de
servicios de que se trate. -
La implicación en tareas formativas es algo que sólo se produce en la medida en que la empresa ve su
utilidad para el mejor aprovechamiento de los recursos humanos de que dispone o que piensa contratar. En este
sentido, ciertas empresas pueden estar dispuestas a colaborar con el sistema educativo en programas de formación
concertada para los jóvenes si esa colaboración, además de ser un cauce de selección y preparación de los nuevos
contratos, supone también una oportunidad para la formación continua y el reciclaje de sus trabajadores.
En la medida en que exista interés y deseo de colaborar por parte de las empresas, las cuestiones de
organización y funcionamiento de la formación concertada serán más fáciles de resolver. Aunque, por otro lado,
también es cierto que la implicación de las empresas se verá facilitada en la medida en que exista una in
fraestructura organizativa que las apoye y les ayude a llevar a cabo las tareas formativas. Infraestructura que habrá
de irse configurando poco a poco entre todos: la Administración, aportando recursos y personal, las empresas y
sus organizaciones -por áreas geográficas y sectores productivos-, los sindicatos y sus representantes en las em
presas, y el propio sistema educativo, tanto a nivel provincial y local, como de los centros concretos que participen
en la formación concertada.
Y en esto, cuando se compara nuestra situación con la de otros países europeos, tenemos todavía basta
camino por recorrer. Camino que no va a ser fácil, ya que implica cambios en la actuación de todos, Admi
nistración, empresas, sindicatos y centros educativos, además de suponer la aceptación de responsabilidades
compartidas y de esfuerzos importantes para sacar la tarea adelante. La construcción de un nuevo entramado
institucional en una sociedad es siempre algo complejo, condicionado como está por las instituciones existentes,
cada una de ellas con sus características y modos de funcionar propios, así como por los intereses y planteamientos
de los diferentes actores sociales implicados en el proceso.
BIBLIO G RA FÍA
1. IN TR O D U C C IÓ N
El tema «Mujer y Trabajo» permite, evidentemente, que sea analizado desde distintos puntos de vista, no
obstante, sigue siendo aún hoy en clía un tema que alude al rol social ele la mujer como un rol que se caracteriza
por una gran asimetría frente a la definición social del rol del varón. Dicho en otras palabras, tratar el complejo
temático mencionado significa partir de una situación de desigualdad y de relaciones asimétricas de poder a nivel
de la estructura social. Esta desigualdad es además clasificable como un elemento estructural de nuestro sistema
social, que no se ve afectado por la mayor incorporación de la mujer al ámbito de la actividad laboral-
extradoméstica. Eslimamos un error a nivel del planteamiento teórico y metodológico, el utilizar única y
exclusivamente el parámetro de la incorporación de la mujer al ámbito laboral-extradoméstico para determinar
el grado de cambio social experimentado por el rol femenino.
Partiremos en el presente contexto de la hipótesis central ele que la referida mayor incorporación de la
mujer al campo extradoméstico ¡aboral en nuestra sociedad sigue teniendo una función ideológica para impedir
realmente una reorganización social del trabajo y una redefinición de los roles del género femenino y masculino.
Para aclarar esta tesis, analizaremos en primer lugar, la relación exislenle entre la definición del rol femenino y el
ámbito laboral extradoméstico y doméstico, y en segundo lugar, efectuaremos un análisis de los datos sobre el
desarrollo de la participación de la mujer en la actividad extradoméstica laboral. Por último, profundizaremos en
el significado ideológico de la nueva definición del rol del género femenino y su situación social con respecto al
rol del varón.
'Término acunado por Habermas. Vid. sobre todo: Habermas, J. (1985): «Der philosophische Diskurs (icr Moderne». Frankturt.
Tanto el ámbito laboral extradoméstico (público) como el ámbito doméslii o (privado) constituyen en
nuestra sociedad, y referido a la historia de nuestra identidad humana, conjuntamente la base para la realización
del ser humano, ya que dichos ámbitos hacen referencia por un lado, a la producción y reprodui ción laboral,
cultural y política, y por otro, a la producción y reproducción de las condiciones materiales ríe la existene ¡a a nivel
de las tareas prácticas del sustento. La definición tradicional del rol del varón, sin embarco, vine Lila al mismo
exclusivamente al ámbito laboral extrarloméslico y público, y la definición tradicional del rol ele la mujer la vine ula
exclusivamente al campo doméstico privado. Desde este punto ele vista se entiende claramente la nnenlación
primaria del varón hacia el ámbito laboral (profesional) y publico, y la orientar ion primaria ele la mujer hacia su
función en el ámbito doméstico. Además comprendemos desde esta perspectiva que para la definición del rol del
género iemenino la orientación hacia el ámbito laboral extradoméstico era inexistente o secundaria.
En la actualidad, no obstante, parece que este modelo tradicional del rol femenino ya no está clel lodo
aceptado, y que va primando cada vez más una definición nueva ele los roles de género que reconoce precisamente
la importancia vital del ámbito laboral extradoméstico para la realización social tanto ele la mujer como del varón,
es decir, para el sujeto en general.
En definitiva, pensamos que las vindicaciones feministas (S. ele Beauvoir, Schwarzer, Firestone, Millet,
Amorós,etc.H han logrado fundamentalmente una valoración social nueva para el rol de la mujer en el campo
laboral extradoméstico. Dicho en otras palabras, el rol ele la mujer ahora no se define explícitamente mediante su
vínculo con la producción y reproducción doméstica, sino que se define especialmente por su función en el c ampo
laboral extradoméstico y público, y es justamente esta nueva definición del rol femenino que se manifiesta en el
índice de la incorporación ele la mujer en el mundo laboral extradoméstico, que además a la vez se convierte en
un indicador para la igualdad de los géneros y para una nueva valoración social de la mujer.
Centrándonos específicamente en el nuevo modelo del rol del género femenino, que se construye sobre
la base de la importancia fundamental de la realización de las mujeres en el campo laboral extradomestico, y en
su conceptualización sobre el ámbito ele la producción y reproducción doméstica, hemos de subrayar que
asumiendo precisamente un modelo de carencia en torno a la identidad femenina se hace «desaparecen- el ámbito
referido en la argumentación teórica y apenas se le confiere una importancia para la constitución y realización
humana. Desde la perspectiva del nuevo rol femenino se intenta una reelefinición de las tareas de la producción
y reproducción doméstica en el sentido de convertirlas en «servicios públicos».
Insistimos en que la función social del ámbito doméstico es insignificante para la definición de los roles
e igualdad ele los géneros, pero se mantiene exclusivamente un vínculo implícito con respecto a la definición del
rol femenino, que tiene una responsabilidad única con el mismo, hecho este que explica y justifica a nivel
ideológico la «doble jornada» como elemento estructural de nuestro sistema social (aún en el caso de delegar
funciones a una «asistenta» o «muchacha» o a servicios públicos tales como guarderías, etc.). El varón en el mejor
de los casos «ayuda». Podemos decir que las propias mujeres y también los varones asumen como «tipo ideal» el
modelo masculino en lo referente a la realización clel ser humano en el mundo y lo aplican a la nueva definición
clel rol del género femenino. La realización del ser humano tiene lugar exclusivamente en el «agoras»'.
-'Vid. sobre todo la bibliografía de 5. ele Beauvoir, especialmente (1977): «El Segundo Sexo», tomo I y II. Buenos Aires, Sli. Firestone
(1976): «La dialéctica del sexo». Barcelona; K. Barry (1987): «Esclavitud sexual de la mujer»; K. Millet (1985): «Política Sexual.,.
México; A, Schwarzer (1979): «La pequeña diferencia y sus grandes consecuencias»; C. Amorós (1985), «Hacia una Crítica de
la Razón Partriarcal», Barcelona.
Ahora bien, cabe señalar asimismo, que ya existen en la actualidad muchas autoras y autores que han efectuado precisamente
una crítica de los mencionados enfoques teóricos por considerarlos limitados en su valor explicativo, por ejemplo R. Bleierll 988):
«Feminis! Approachs to Science»; M. |. Izquierdo (1986): «Las, los, les (lis, lus) El sistema de sexo-género y la mujer como sujeto
de la transformación social»; I. Ostner y K. Lichtblau (1992): «Feministische Vernunftkrilik». Frankíurt y R. Becker-Schmidt 11989):
«Geschlechtertrennung - Geschlechterdifíerenz». Bonn.
1 Vid. Amorós, C., (1990): «El feminismo: senda no transitada de la Ilustración», en: ISEGORIA, n" 1.
Amorós, C „ (1988): «A vueltas con el problema de los Universales. Guillerminas, Roselinas y Abelardas», en Gimbernat y otros
11988): «Encuentro Hispano Americano de Filosofía Moral y Política». Madrid. Sobre todo pág. 481.
Ahora bien, desde el punto de vista teórico, ia discusión se ha centrado preponderantemenle en la
[imitación de la definición del rol del género femenino al ámbito doméslico privado, lo cual explica las
reivindicaciones casi exclusivas de definir el rol social de la mujer mediante su vinculo y su función en el t ampo
laboral extradoméstico y público. La ausencia de conceptos interactivos en torno al proceso de la definición de
los roles de géneros, en general, y en torno a la definición de los roles de géneros, en especial, lleva a una
conceptualización del rol del género femenino que asimila la definición masculina de losados y de la vida social.
Esto significa que se toma como modelo ideal básico4 a nivel de un concepto del ser humano el modelo de la
definición del rol del varón y su respectiva vinculación exclusiva con la producción y reproducción extradoméstica.
Asimismo cabe señalar, que el proceso de la constitución de la identidad de géneros (tanto femenino como
masculino) se entiende generalmente asumiendo modelos que explican el proceso referido para el género
femenino claramente con un significado de carencia frente al varón, es decir que el modelo biológico superior es
el modelo masculino que es asumido a nivel psicológico para explicar la constitución de la identidad de los géneros
y los procesos evolutivos correspondientes. Curiosamente han sido las interpretaciones psicoanalíticas en lomo
a las fases evolutivas descritas por Freud, las que han alimentado de forma decisiva estas explicaciones sobre un
desarrollo de la identidad del género femenino, que hay que entender en términos de carencia frente al desarrollo
déla identidad del género masculino. En concreto, los mecanismos y manifestaciones en relación con el «Complejo
de Edipo» y el «Complejo de Elektra» entendido de forma ahistórica, muestran el símbolo fálico como modelo
superior para describir la evolución de la personalidad a lo largo de la niñez temprana. Aunque no es nuestro
propósito entrar más a fondo en el problema suscitado (se tratará esta problemática en otro contexto de forma
explícita), hay que mencionar simplemente el miedo traumatizante del niño de ser castrado y la envidia de la niña
al pene'. Estos fenómenos no llegan a ser analizados desde el punto de vista de ser determinado por una estructura
familiar específica (la patriarcal), sino que se comprenden como fenómenos ele naturaleza humana.
Volviendo al núcleo central de nuestra argumentación, queremos subrayar que esta nueva definic ión del
rol femenino no modifica la definición y función de la mujer en el ámbito de la producción y reproducción
doméstica, ya que a nivel de la experiencia práctica la interrelación del género femenino con el ámbito referido
se transmite como básico. Es de suponer además, que cuando aparecen situaciones de conflictos con respecto a
la interpretación de los roles de género, para la mujer, y exclusivamente para ella, lo primario sigue siendo su
función «natural» en el ámbito doméstico, o bien, en la producción y reproducción doméstica. Consideramos que
úna definición del rol femenino que solamente introduce una modificación con respecto al significado del
concepto de rol en el ámbito extradoméstico laboral y público, no supone sustancialmente una redefinición del
rol de género, ya que el constructo conceptual referido sigue partiendo de una escisión entre los dos campos
fundamentales para la realización humana que afecta a la relación de los dos géneros, que son por una parte el
ámbito público extradoméstico y por otra el ámbito de la producción y reproducción doméstica. Solamente el
primero es contemplado en su importancia para la realización humana.
Enlazando con nuestras ¡deas anteriores, parece que esta nueva definición del rol de la mujer ha dado
como resultado, que la mujer al menos en lo que respecta a la actividad laboral extradoméstica y pública ha
alcanzado la misma valoración, al menos formal, que el varón, hecho éste que es interpretado a menudo en el
sentido de que el obstáculo número uno para una nueva situación simétrica entre mujeres y varones ha
4En el sentido realmente Weberiano, que se considera así un constructo conceptual de la investigación social. Vid. sobre todo
Weber, M., (1978): «Ensayos de metodología sociológica», Buenos Aires.
'Debemos citar aquí a Freud, 5., (1972 y 1974): «Obras completas», Biblioteca Nueva, Madrid: sobre todo lostomos IV, VII y VIH,
así como el trabajo excelente de Ferro, N„ (1991): Existe el instinto maternal o la necesidad de un mito, Madrid: que vincula
claramente en la linea de trabajos existentes en el ámbito germano y americano el modelo freudiano con la estructura histórico-
social de la familia patriarcal.
desaparecido. Con el ánimo de analizar si ésta hipótesis es cierta, estudi,iremos ahora a c ontinuación los datos
estadísticos sobre la incorporación de la mujer en el campo laboral extradomeslu o.
Podemos afirmar de forma global que la tasa de la actividad laboral femenina ha seguirlo una evolución
ascendente. En 1965 la lasa de la población activa femenina era para el Eslado Español de un 2 ),85% , según datos
del informe del Instituto de la Mujer de 1987". En 1970 era de un 23,30%, en 1975 de un 2~ 18%, en 1980 de un
27,09% y en 1985 de un 27,847o. Vemos que entre 1965 y 1985 hay que constatar un aumento del 3,99% que
representa más bien un aumento escaso. El mismo estudio citado señala las cifras del I.N .F. para el primer trimestre
ele 1986 indicando que la población activa femenina se cifraba en 4.120.600 mujeres que representaban el 28,3%
del total de las mujeres de 16 y más años, cifras que son comparables en su cálculo a las cifras arriba mencionadas
y que aumentan ligeramente con respecto al año anterior (0,46",,), peroquecorrespondenal ii),7"., de la población
activa en total.
Para los varones tenemos en cifras totales 9.282.300 que constituyen el 70% de la población activa,
referido a varones de 16 y más años, y el 69,3%) de la población activa total. Tenemos 2/3 de la población activa
que son varones frente a 1/3 que son mujeres. Para la evolución de la tasa de actividad laboral de los varones hay
que constatar paralelamente un descenso durante los últimos 25 años que se sitúa en un 16,8%. En 19(ñ era de
un 85,51%, en 1970 del 79,457.., en 1975 del 76,35%, en 1980 de un 72,15% y en 1985 de un 6 8 ,7 1% '.
Ahora bien, salta a la vista que el descenso de la población activa masculina no se corresponde con el
ascenso experimentado en la población activa femenina (3,99%), por cuyo motivo se hace evidente que el
descenso de la población activa masculina se debe en mayor medida a otros factores sociales, tales como: el
envejecimiento de la población, la jubilación cada vez más temprana, etc.
Refiriéndonos ahora a las cifras actuales, hay que subrayar que en 1990 tenemos según datos de l.i li.P.A.
5.277.000 mujeres y 9.742.000 varones que componen la población activa en cifras totales, que a su vez
corresponden al 35,13% de mujeres y al 64,87% de varones de la población activa en total, con lo cual varían
ligeramente las cifras con respecto al año 1986.
Viendo los datos nos sorprende especialmente el aumento escaso que experimenta la incorporal ión de
la mujer en el mercado laboral durante los años ochenta. Parece ser, y en esta interpretación coincidimos i on la
opinión transmitida por parte del informe del Instituto de la Mujer mencionado", que la crisis económica de los
años citados ha frenado en cierta medida la corriente de incorporación de la mujer española en el mercado laboral,
puesto que es la época a la que le corresponde el menor porcentaje de aumento en la cifra de participación
femenina en el campo laboral extradoméstico. El mayor aumento lo constatamos en los años que van desde 1986
hasta 1990 teniendo como referencia las cifras correspondientes a la Encuesta de la Población Activa total, por cuyo
motivo los datos no son de todo comparables (ya que son datos de encuesta y no estadísticos) con los datos de los
últimos 20 años anteriores. Los datos nos indican un 30,77o en 1986 y un 35,13% en 1990 para las mujeres, y un
69,3% en 1986 y un 64,87% en 1990 para los varones, con lo cual se sitúan las diferencias en un 4,37% , así como
en un 4,43% respectivamente para mujeres y varones.
En suma, aún con estos últimos datos pensamos que se mantiene aproximadamente la situación
inicialmente descrita en su constelación fundamental; 1/3 de la población activa se compone de mujeres y 2/3
escasos de varones, ya que en la cifra actual influyen otra vez factores sociales tales como: el envejecimiento de
la población, adelanto de la jubilación, etc., sobre todo en comparación con las cifras que aluden a los años
anteriores a los ochenta. Para el lema que nos ocupa, resulta imprescindible plantearnos ahora si la incorporación
de la mujer en un 307o aproximadamente tiene unas repercusiones en una nueva definición del rol femenino, o
bien si ha modificado la definición de los roles del género femenino y masculino.
En primer lugar, analizando simplemente las cifras sobre la evolución de la incorporación de la mujer en
el ámbito laboral extradoméstico, consideramos que difícilmente podemos constatar que los datos citados puedan
Vicl. Instituto de la Mujer (1987): «Situación Social de la Mujer en España». Madrid, pág. ib i.
'V id. Op. Cil., págs. 359 y 3faü.
“ Vid. Ibidem, pág. 3fa1.
tener una influencia efectiva en la definición de los roles de género, ni contrario de lo que afirman muchos estudios ".
Para la definición social del rol del varón destaca claramente un modelo dominante C|Lie le vincula a la producción
v reproducción extradoméstica y pública, y con respecto al rol femenino, hay que poner de relieve, que si existe
su vínculo con el ámbito citado, éste es secundario y subordinado a su función primordial en el campo de la
reproducción y producción doméstica.
. En segundo lugar, y admitiendo que frente a la definición tradicional existen indicios para una nueva
definición social del rol femenino, que a su vez, se basa en la importancia de su función en el campo laboral
extradoméstico, existen muchos datos que nos corroboran una verticalidad en la definición del rol femenino en
relación con el rol masculino, y que la profesión es secundaria para la mujer, y por tanto para su definición del rol.
Así realiza, por ejemplo, el 59“/. de las mujeres españolas su actividad laboral en ocupaciones en las que
predominan fundamentalmente las mujeres y la promoción laboral es escasa1". Otro dato interesante es el referido
a la irregularidad en el empleo. El 37,3% de las mujeres casadas, frente a un 9,8% de varones casados se encuentran
en una situación irregular de empleo y el salario medio declarado es de 36.000 pts. En cifras totales tenemos un
36% de mujeres frente a un 16% de varones en situación irregular de empleo". Estos datos nos indican suficien
temente que para la definición social del ral femenino no está considerado de igual manera que para el varón un
trabajo extradoméstico, ni el ámbito público profesional. Esta tesis se ve especialmente apoyada por el hecho de
que para la definición de los roles de género sigue teniendo validez la escisión tradicional entre los ámbitos
doméstico y extradoméstico laboral, y además vemos en lo tocante a los empleos, como el rol laboral de la mujer
es definido por su función en la producción y reproducción doméstica (cuidar niños, enfermos y ancianos, limpiar
y el campo de los «servicios» en general). Este ámbito es considerado para mayor abundamiento, un campo
socialmente «inferior» y con menos «prestigio social», hecho éste que sale a relucir entre otras cosas en el nivel
salarial.
Sin embargo, cabría pensar que la situación aquí descrita, cambiaría sustancialmente a nivel de la
educación superior, por lo cual son relevantes en el presente contexto los datos concernientes a la formación
universitaria. Durante los últimos 10 años la incorporación de la mujer al campo de la educación universitaria ha
sido considerable. Entre 1980 y 1985 observamos un aumento en el alumnado universitario español que se sitúa
en un 21,2%, pero el incremento correspondiente a los estudiantes femeninos en este periodo ha sido del 33,3%
frente al 11,8% de los alumnos masculinos12. En la actualidad contamos con una ligera mayoría de mujeres entre
el alumnado universitario español (durante el curso académico 1991/92 de un 51%) incluyendo todas las
Facultades, Escuelas Superiores y Colegios Universitarios. Esta misma cifra se mantiene desde 1986 con respecto
a la finalización de los estudios superiores. Es decir que desde 1986 hay una mayoría femenina entre los titulados
superiores.
Dirigiendo nuestra atención a la representación femenina entre el profesorado universitario español, nos
damos cuenta de que la situación poco tiene en común con la situación de los estudiantes. Durante el curso 1984/
85 la cifra total de profesoras universitarias se sitúa en un 2 4 % '!. En la actualidad constatamos aproximadamente
un aumento del 4% en la cifra señalada con lo cual se situaría la representación femenina entre el profesorado
universitario en un 28%. A pesar de esta variación, estimamos que la proporción femenina en las distintas
categorías docentes en la Universidad se parece bastante a la situación descrita para el curso 1984/85, aunque las
categorías de profesorado no son las mismas desde la entrada en vigor de la L.R .U . En el período referido de 1984/
85 tenemos los siguientes porcentajes11:
'Vid. por ejemplo Conde, R., (1982): «Familia y Cambio Social en España». CIS. Madrid; y Beltrán y otios (1487): «Estudios sobre
la Familia Española», Madrid; y Rieira, J.M. y Valenciano, E., (1991): «Las mujeres de los 90», Madrid.
'"Vid. Instituto de la Mujer (1987), Op. Cit., pág. 551.
" Vid. Op.Cit., págs. 551 y 552.
IJ Ibidem, pág. 529.
"Ibidem, pág. 335 sigs.
" Ibidem, págs. 335-337, págs. 328-33 y pág. 326.
7% Catedráticas
11 % Agregadas
23% Adjuntas
36% Ayudantes
24% Encargadas de curso. '
En concreto, en lo que respecta a la situación del profesorado de la Universidad de Santiago según dalos
elaborados por nosotras a base de una publicación de la propia Universidad de 1 9 9 1 un 29% de los profesores
universitarios son mujeres, pero solamente un 10% escaso de catedráticos son mujeres en comparación con un
56% en la categoría de los ayudantes.
En el presente contexto también son interesantes los datos de una encuesta que ha sido elaborada por
nuestro equipo de investigación a lo largo del curso 1989/90 y que contó con una muestra de 650 alumnas y
alumnos de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, Sección Ciencias de la Educación, por una parte,
y de la Facultad de Económicas por otra"'. Una de las preguntas hacía retenida a las mujeres en los cargos de la
jerarquía universitaria y en especial preguntábamos, poiqué creen los entrevistados que hay tan pocas mujeres en
los cargos administrativo-políticos de la Universidad. Un 12% de las mujeres contestan que los hombres están más
capacitados frente a un 9% de los varones. El 22,6% de las mujeres y el 21,3% de los varones opinan que los
hombres se preocupan más por su promoción social, pero un significativo 34% de las mujeres opinan que estos
cargos son ocupados por varones simplemente por el hecho de serlo. Por otra parte, un 26,7% de varones y un
18,6% de mujeres indican que no tiene mayor importancia que los varones ocupen los cargos de mayor
responsabilidad en la Universidad. En torno a la mayoría de varones entre el profesorado, las respuestas van en la
misma linea. La principal razón que apunta el sector masculino es, que la mujer no se preocupa tanto como el varón
por su carrera profesional una vez terminados los estudios. No obstante, un 41% de las mujeres opinan que los
varones lo tienen más fácil. La segunda razón más repetida entre el sector masculino y femenino es, que la mujer
tiene que ocuparse de la casa y de los hijos y no puede atender a todo: 24,9% de mujeres y 22,6 varones.
Ahora bien, ¿qué significan estos datos?. Es de suponer, que hay diferencias entre los géneros a la hora de
subir el escalón jerárquico, aunque no pretendo afirmarlo de forma categórica, ya que esto tendría que ser objeto
de un estudio minucioso. No obstante, los datos evidencian que estas diferencias están bien asumidas por parte
de los géneros, tanto del femenino como del masculino. Volviendo al núcleo central de nuestra afirmación, eso
es, el significado que tienen estos datos de cara a la definición del rol de la mujer, cabe señalar, que destaca
claramente que la relación de la mujer con el ámbito laboral extradoméstico y público es aparentemente la misma
quepara el varón, pero cuando se trata de la vida práctica o de la organización práctica de la vida, predomina una
definición del rol femenino que le vincula en primer lugar al ámbito doméstico. La nueva definición del rol del
género femenino, y esto también es válido para el campo de la educación superior, incluye la importancia vital
clel campo de la producción y reproducción laboral extradoméstica y pública para el género femenino, pero
subordina el ámbito citado a la función femenina en la producción y reproducción doméstica. La profesionalidad
es secundaria para la mujer, aunque ella tenga la misma formación (superior) y muchas veces mejores
calificaciones que el varón. La definición del rol del género masculino, por el contrario, le vincula exclusivamente
al ámbito laboral profesional y público.
Según lo señalado antes, no pretendemos delimitar, en este contexto, las tareas que forman parte de la pro
ducción y reproducción doméstica y extradoméstica. Sin embargo, quisiéramos poner de relieve que muchas tareas
y funciones que antes formaban parte de la producción y reproducción doméstica, hoy pertenecen en nuestra so-
____ (Vi
ciedacl claramente al ámbito laboral extradoméstico y público, es decir, que la cuestión de la delimitación de los
ámbitos respectivos lia variado a nivel histórico según las necesidades de la organización social correspondiente.
Enlazando con nuestra argumentación anterior en torno a la incorporación de la mujer en un escaso 30%
a las actividades laborales extradomésticas y públicas sería pensable que al menos para esta población la
conceptualización del rol femenino y masculino tendría que reflejar algún cambio en relación a las actividades
domésticas. Así podría servirnos como parámetro para la determinación del índice de cambio experimentado en
la definición de los roles de género el tiempo empleado para las tareas domésticas por ambos géneros. Los
conceptos sociales de los roles en general, y los conceptos de los roles de género, en especial, se hacen efectivas
en un proceso interactivo-comunicativo entre mujeres y varones que intentan organizar su vida social. En este
proceso interactivo intervienen evidentemente las constelaciones reales del poder en una sociedad que a su vez
muy a menudo impiden una interacción simétrica entre los sujetos. En este sentido, nos parecen especialmente
significativos aquí, considerando lodos los problemas que esto, por otra parte conlleva, los datos de M'J jesús
Izquierdo y R. Ramos Torres sobre el tiempo empleado por los dos géneros en tareas tales como, alimentación,
limpieza de vivienda y ropa, cuidado de enfermos, etc. Estas tareas excluyen el cuidado de los hijos de forma
expresa. Siguiendo a los autores citados vemos que un 10% de los varones dedican entre el lunes y el viernes 2,12
horas a estas actividades, a las que por otra parte dedican un 85% de las mujeres en el mismo período 4,89 horas.
El sábado los varones emplean en un 11%, 2,35 horas y el domingo un 10% de los varones emplea 2,16 horas para
las mismas tareas. En lo que respecta a las mujeres, un 86% y un 81 % de las mismas se ocupan respectivamente
los sábados y domingos 4,45 horas y 4,18 horas de las citadas tareas domésticas'7. Pensamos que se evidencian
unas diferencias más que notables.
Analizando los datos desde una perspectiva algo distinta, observamos que los varones emplean un
promedio de 0,70 horas, y las mujeres de 5,07 horas al día para las tareas referidas. Pero probablemente aún más
interesante resulta el dato siguiente; la mujer ama de casa dedica 6,55 horas a diario (como media semanal) a las
tareas domésticas, mientras que la mujer con actividad laboral fuera de casa aún dedica 3,38 horas diarias a las
mismas labores. Ahora bien, no sabemos si la mujer que trabaja fuera de casa y que emplea aún un tiempo
considerable en las tareas domésticas, sobre todo frente al varón, realiza en el tiempo mencionado las mismas o
menos tareas que la mujer ama de casa1".
En resumen, a la vista de los datos presentados tenemos que subrayar, que el rol femenino se caracteriza
de forma especial por su función en el ámbito doméstico, aún cuando la mujer efectúa una actividad en el campo
laboral extradoméstico. Podemos afirmar, que ya se admite una nueva definición del rol para la mujer en torno a
su función en la producción y reproducción extradoméstica y pública, pero se conserva como basíca la definición
del rol femenino en relación con el ámbito doméstico, al contrario de lo que sucede con el concepto del rol
masculino, que parece no estar afectado por la resolución práctica de las tareas del sustento y de la reproducción
biológica.
Haciendo una breve alusión a nuestra argumentación teórica inicial, queremos hacer especial hincapié
en que a nivel de la realidad social sólo se refleja en parte el modelo masculino para la nueva definición del rol
femenino, ya que, tal y como lo demuestran los datos analizados, aún nos encontramos lejos de una situación
donde la mujer efectivamente desempeña su trabajo extradoméstico de la misma manera que el varón. Lo que sí
a nuestro juicio se puede constatar claramente, es que sigue existiendo una relación de verticalidad entre los roles
de género que favorece e idealiza el modelo masculino del mundo.
''Vid. Torres, R., (1990): «Cronos Dividido», Madrid; e Izquierdo, M-.J. (1988): «La desigualdad de la mujer en el uso del tiempo»,
Madrid.
'"Torres, R., Op.Cit. pág. 36 sigs.
Consideramos que en lo relativo a la definición social del rol femenino sigue siendo válido el vínculo
primordial de la mujer con respecto al ámbito doméstico privado y el vínculo exclusivo del varón con el campo
laboral extradoméstico y público. La mayor incorporación de la mujer a la actividad laboral extradoméstica no ha
aportado un cambio cualitativo en la definición de los roles de género, ni ha promovido realmente una nueva
organización social (o cambios en la organización social). La profesionalidad de la mujer y su actividad pública
se subordina a su función en la producción y reproducción doméstica y del sustento práctico de la vida para los
miembros familiares por lo cual se clasifica como secundaria. En términos comparativos estimamos que la mujer
se encuentra en una situación asimétrica con respecto al varón debido al hecho de que si decide igualarse al mismo
en el ámbito laboral extradoméstico y público, tiene que resolver al mismo tiempo las cuestiones propias de la
producción y reproducción doméstica, es decir, o realiza una «doble función» o tiene que delegar su función a
otra mujer.
Una nueva definición de los roles de género que a la vez sería simétrica en el caso del rol femenino en
interrelación con el rol masculino, requiere, sin lugar a dudas, una redefinición del rol del varón. Dicho en otras
palabras, el proceso de la definición de los roles, y por tanto de los roles de género, transcurre en un proceso
interactivo-comunicativo que tiene lugar entre varones y mujeres. A lo largo de este proceso atribuimos, percibimos
y esbozamos la configuración de los roles de géneros en lo referente al rol propio y ajeno. Ahora bien, una división
sexual del trabajo, como la apuntada anteriormente, no corresponde a una situación de comunicación simétrica,
sino, más bien asimétrica, en la cual una parte (o los representantes de un rol) impone su definición de los roles
incluso contra los intereses de la otra parte o de los miembros que pertenecen al otro grupo. Una constelación
simétrica o de igualdad real entre los géneros, no exige, que ambos realizen las mismas tareas, pero sí, que ambos
géneros en un sistema social determinado, comparten la misma responsabilidad en las funciones correspondientes
a los dos ámbitos fundamentales de la vida y realización humana, que son por un lado el ámbito del sustento
práctico y privado (o sea, la producción y reproducción doméstica) y por otro, el ámbito laboral extradoméstico
y público. La división social del trabajo, que se manifiesta en la división sexual del trabajo, es efectivamente
superflua en nuestra sociedad y sirve solamente para mantener ideológicamente los privilegios de un grupo de
género sobre el otro.
Nuestro planteamiento teórico parte fundamentalmente de la idea de que en torno a la discusión de la
definición de los roles de género hay que considerar que las mismas definiciones tanto del género femenino como
del género masculino forman parte de una estructura social que cosifica a ambos géneros, y que por lo tanto un
concepto distinto de los roles de género femenino y masculino requieren un replanteamiento a base de un concepto
metateórico del ser humano como sujeto. En este sentido nos situamos como Regina Becker Schmidt y otras1'1en
la linea epistemológica de la Teoría Crítica de la así llamada Escuela de Frankfurt que incluye autores tales como
Horkheimer, Marcuse, Adorno y Habermas, y pensamos que un replanteamiento de la discusión de los roles de
género a nivel de un concepto metateórico del ser humano como sujeto debería enlazar justamente con un
concepto del sujeto en los términos iniciados por los autores referidos’0. De ello se desprende que discrepamos
con conceptualizacionesque reducen la problemática de los roles simplemente a un fenómeno de desventaja que
sufre la mujer frente al varón, ya que toma como tipo ideal del ser humano justo el modelo del rol masculino.
Cabe señalar asimismo, que nos apoyamos al mismo tiempo en una conceptualización interaccionista en
lo tocante a la definición de los roles en general, y de los roles de género en especial que parte de la base de que
el proceso de la definición de los roles transcurre como un proceso comunicativo entre varones y mujeres y como
■
' Vid. Comisión de las Comunidades Europeas (1989): «La Mujer en cifras» en Cuadernos de Mujeres de Europa, n- 30.
¿POR QUÉ TE EDUCAS PARA TRABAJAR SI NO VAS A TRABAJAR EN ESO?:
EL CASO DE LA MUJER EN ANDALUCÍA
1. RESUMEN
Después de tratar algunos aspectos conceptuales que se consideran de interés, referidos a lo que
entendemos por análisis de género desde la perspectiva sociológica en la que nos situamos, estas páginas pretenden
mostrar que, aunque las mujeres andaluzas han accedido a los diferentes niveles de educación, incluso con más
éxito que sus colegas, no han conseguido alcanzar una posición de igualdad de acceso al mercado de trabajo
andaluz con respecto a los hombres. Al igual que ocurre en todo el territorio nacional, el mayor acceso de las
mujeres a la institución educativa en la Comunidad Andaluza, y el hecho de obtener mejores rendimientos
escolares no implica para ellas tener los mismos resultados a la hora de incorporarse al mundo del trabajo, sino
que, en cuanto a su presencia en la actividad productiva fuera del hogar, aparecen manifiestamente en desventaja.
La aparición del uso históricamente reciente de la palabra «género» se refiere al carácter fundamentalmen
te social de las distinciones basadas en el sexo. Ello implica una nueva perspectiva para analizar la globalidad de
relaciones existentes en nuestras sociedades, tanto de las que creíamos conocidas como de las que vivimos, y, por
supuesto, las que contribuimos a construir. Pensamos que desde el punto de vista de la sociología, no basta con
hacer desagregaciones de datos según el sexo: al igual que los números no cantan solos, sino que hay que ponerles
'música, introducir la variable sexo en un análisis sociológico implica conceptual ¡zar el tipo de relaciones a las que
nos estamos refiriendo, y a las que estamos tomando medida. En este sentido, algunos análisis en sociología pueden
revelar limitaciones conceptuales y/o metodológicas en el tratamiento de las dos categorías de sexo'.
Pensamos que el término «género» no lleva consigo necesariamente una toma de posición sobre la
desigualdad o sobre el poder, sinoque este concepto se puede reivindicar desde posiciones que apelen únicamente
a una mejor comprensión de las sociedades actuales. Tiene que tenerlo en cuenta por ejemplo, y aunque sólo sea
para un mejor conocimiento del mercado, quien quiera hacer un análisis de consumo, ya que están cambiando
las pautas de consumo de las mujeres, en parte debido a que han empezado a acceder a esferas tradicionalmente
reservadas a los hombres. En consecuencia, obviar esta cuestión ya no es posible para nadie, ni siquiera para las
posiciones menos sensibles a enarbolar la igualdad de oportunidades entre los sexos. Entonces, ¿en qué se
concretaría un anál isis de genero?. Entendemos que un análisis de este tipo se refiere ante todo a una característica
fundamental: estudia las categorías diferenciadas por sexo atendiendo al contexto donde están inmersas, y las
relaciones sociales que mantienen entre ellas. De ahí que hacer análisis de genero no implica un posicionamiento
concreto sino que, desde algún punto de vista, puede que incluso fuera discutible su carácter feminista-1.
Cabe plantearse qué interés tiene en el mundo de hoy hablar de discriminación por sexo. Los temas de
investigación, como otros tantos temas, pasan por modas y los análisis y denuncias sobre las diferencias entre sexos
parece que mantienen un vínculo con los discursos de años pasados que demandaban la presencia de las mujeres
1Nicole-ClaudeMathieu: L 'anatomie politique, coté-femmes, Paris 1991, pág 8: «La categorie homme se caradérisait, tel le Chirst
dans I 'hostie, paruneprésenceréellemaiscachéexar, alorsqu'ellefonctionnaitcommeréférentdetouteexplication sociologique,
elle n'était jamais spécifiée comme catégorie socio-sexuée. A l'inverse, la catégorie temme se caractérisail, soit par une absence
réelle, soit par sa particularisation en tant que catégorie sexuée.»
Entendemos que hacer un análisis feminista tiene que ver con una posición ideológica de compromiso con un cambio social que
procure a las mujeres una mayor emancipación. Es evidente que plantearse un cambio social en una dirección concreta no nos
pone de acuerdo en los caminos a seguir, ni dice nada sobre otro tipo de cambios, sobre cómo llevarlos a cabo y con quién; por
eso, no todos los feminismos son ¡guales.
en las diversas áreas ele la vida social. Cuando los accesos son diferenciados, el análisis de tales discriminaciones
ha de seguir siendo objeto de estudio, pero no solo para quedarse en la denuncia -justificada por otro lado-, sino
para realizar un análisis detallado de los mecanismos y procesos que, a su vez, acerquen a la determinación de
las causas. Ahora bien, la amplitud de tal objetivo obligaría a abordar los cambios de nuestras estructuras
institucionales en toda su amplitud y los procesos de Interacción que se producen en los sistemas de valores
establecidos. La amplitud de tal planteamiento nos obliga a limitarnos a plantear las situaciones diferenciadas y
sugerir temas pendientes de investigación en una perspectiva cada vez más global, en un intento por ir más allá
de la denuncia de las diferencias para integrar el análisis de género en la explicación de las sociedades complejas.
El principio de igualdad de acceso entre los sexos en lo relativo a la enseñanza obligatoria, que hubiera
parecido a la mayoría de nuestras abuelas un sueño imposible, hoy ya es una realidad, y podemos afirmar que, entre
las generaciones más jóvenes de chicas y chicos en Andalucía, también es ya un hecho la equiparación. Las
escuelas son frecuentadas tanto por chicas como por chicos,y además, tal y como señala M- Angeles Durán
refiriéndose a datos estatales, «Por primera vez en la historia, la edad media de abandono de los estudios es más
alta para las mujeres»3.
En cuanto a los rendimientos obtenidos, y teniendo en cuenta los datos publicados por el INE para los
cursos 86-87 y 89-90, a nivel estatal, de la totalidad de los chicos que obtienen una titulación al final del período
obligatorio, casi las tres cuartas partes de el los alcanza la titulación de Graduado Escolar; el las no sólo lo alcanzan,
sino que lo superan más holgadamente (82% de ellas frente al 75% de ellos)'1.
En el casode Andalucía, el ritmo de crecimiento deobtención de Graduados Escolares, tanto para hombres
como para mujeres se acelera en dicho período respecto al total nacional (han ganado ambos en 3 años 6 puntos
porcentuales). Y producto de éste ritmo, las distribucionesde mujeres (estatal y andaluza) prácticamente se igualan.
Comparando las distribuciones de cada sexo, y dentro de esta Comunidad Autónoma, se aprecia que las mujeres
obtienen entre ellas más porcentaje de titulaciones de Graduado Escolar que el alcanzado entre ellos (una
diferencia de 2 puntos que no ha variado prácticamente).
El rendimiento positivo de las mujeres manifestado en las titulaciones terminales del período obligatorio,
también se manifiesta en otros indicadores sobre el período voluntario el de las Enseñanzas Medias (EEMM). Por
su interés cabe resaltar;
- En general, la media de aprobados en CO U , respecto a los matriculados en ese curso, en la Comunidad
Andaluza, es superior a la media de aprobados a nivel nacional.
- Se aprecia un rendimiento progresivamente ascendente de las mujeres a lo largo de los años analizados;
el porcentaje con evaluación positiva es especialmente destacado entre las mujeres andaluzas (+11 puntos en la
Comunidad Autónoma frente a los +4 a nivel estatal).
- Los chicos andaluces, sin embargo, descienden aunque escasamente en su porcentaje de aprobados
sobre matriculados en C O U , mientras que a nivel nacional los jóvenes mantienen la tónica de sus homologas
nacionales.
Esto es, en este nivel educativo, lo que diferencia la escuela actual de la del pasado es, no sólo que las
mujeres están allí en mayor cantidad, sino que además obtienen mayores rendimientos escolares que sus
compañeros.
En cuanto a la presencia de la mujer en la Universidad, y referida a Andalucía, en términos globales
continua en ascenso, pero la desagregación por Escuelas, Facultades, y ETS destaca la escasísima presencia de las
chicas en la matrícula de carreras técnicas superiores. Esto es, en la Universidad, a pesar del ascenso progresivo,
las mujeres todavía no estudian las profesiones más valoradas en el mercado de trabajo (léase ETS).
5Subirats, Marina: «Uno de los elementos que contribuyen a la ocultación de las actuales formas de sexismo en la educación se
deriva del hecho de que sus consecuencias no son visibles en términos de resultados escolares, a diferencia de lo que ocurría
en la etapa de separación escolar de niños y niñas». Rosa y azul. La transición de los géneros en la escuela mixta. Instituto de
la Mujer. Madrid. 1988. pág.18.
‘■Fernández Enguita, M .,: «La bella y la bestia», en Educación y Sociedad, n°6, Madrid, 1990.
7Durán, M'J Angeles: De puertas adentro. Instituto de la Mujer. Madrid 1988. pág 326.
“ Situación social de la mujer en Andalucía, Instituto Andaluz de la mujer. Consejería de la Presidencia, 1990.
’ En este texto, se ha de entender por «vida activa» la incorporación al trabajo remuneradoo la búsqueda del mismoen la economía
formal.
ln Fuente: EPA, cuarto trimestre 1992. Según las cifras de EUROSTAT -Estudios de Población Activa-, el Indice de actividad de
las mujeres entre 25 y 49 años se sitúa en España en torno al 48% en 1989 y en la Europa de los 12 en el 64%.
" En el desglose por provincias tónicas similares se mantienen, con el caso destacado de Huelva por su evolución ascendente;
por su parte en la Andalucía oriental, son las mujeres de Jaén las que se encuentran manteniendo niveles más bajos de
participación en la actividad de toda la Comunidad Autónoma.
actividad, Andalucía se ha mantenido y se mantiene en los últimos años, con características similares a todo el
territorio nacional12.
Sin embargo, a pesar del ascenso de la presencia femenina en las tasas de actividad, la cuestión es distinguir
que una cosa es el incremento en la entrada y otra diferente es su impacto y por dónde se lleva a cabo el acceso.
Se ha destacado en ocasiones cómo en la población ocupada a nivel nacional, se mantiene el tradicional
p re d o m in io de los hombres a pesar del aumento de la tasa de ocupación entre las mujeres. Esta diferencia
presentada a nivel nacional en la razón por sexos, se ve agudizada en la Comunidad Autónoma de Andalucía,
aunque tiende a disminuir (el 73% de las personas ocupadas son hombres en 1990, mientras que en 1992 ellos
conforman el 69% del total de ocupación en la Comunidad Autónoma y ellas el 31%). Todo apunta a que las
mujeres andaluzas han conseguido mantener una incorporación entre la población ocupada lenta, pero
continuada y progresiva, siguiendo el proceso llevado a cabo por sus homologas en otras regiones de España.
Estos rasgos, que podrían interpretarse como cambios decisivos, se ven de inmediato relativizados al
atenderá las tasas de paro. Si por vivir en Andalucía se cuenta con un riesgo al paro superior a la media nacional
(un 31% de tasa de desempleo en Andalucía frente al 20% nacional), encima, si se es mujer en dicha Comunidad,
las probabilidades se disparan radicalmente: la tasa deparo nacional entre las mujeres alcanza a una cuarta parte
de las mujeres denominadas activas, mientras que el desempleo femenino en Andalucía afecta a más del tercio de
las mujeres activas de dicha Comunidad13.
¿Y dónde trabajan las que consiguen trabajo remunerado?. La mayoría de las mujeres ocupadas se
concentra en el sector servicios (alrededor del 80% del total de ocupadas). Y tal concentración se relaciona con
la feminización de algunas ramas de este sector (educación, sanidad, consumo...). El análisis de las categorías
profesionales nos acerca a la estratificación existente dentro del grupo de las mujeres: ellas conforman más de la
mitad de la población ocupada como «Ayuda familiar», solo un 26% en la categoría empresarial son mujeres y
tan solo alcanzan a ser el 28% del total de población asalariada.
Respecto a la remuneración, aunque una proporción no respondió a la encuesta del Instituto Andaluz de
la Mujer (12,5%), es destacable que casi la mitad de las mujeres que trabajaban (46%) afirmaron percibir unos
ingresos mensuales no superiores a 40.000 ptas''1, o si se prefiere, solo un 8% dijo ganar más de 100.000 ptas al
mes. Conocidos los sesgos existentes en las respuestas relativas a honorarios, nos permitimos retomar una segunda
fuente. De la Encuesta de Salarios realizada a nivel nacional puede extraerse el hecho de que las mujeres ganaban
en el año 1988 un 26% menos que los hombres15.
Junto a estas desventajas generales de las mujeres, la intensificación de sus entradas en el mercado de
¡trabajo coincide con una extensión y consolidación de los empleos atípicos, donde la temporalidad y el trabajo
^tiempo parcial conforman unos puestos de trabajo de «segunda»; una incorporación a la actividad por la puerta
de servicio, pues, las características de reestructuración del mercado coinciden con una precarización de las
condiciones laborales. La velocidad del crecimiento del empleo temporal entre las mujereí asalariadas en los
últimos años (que pasa del 18% al 39% entre 1987 y 1992), ha ido reduciendo la proporción de aquellas que se
encuentran en empleos fijos (del 81 % al 61 % en el mismo período)"1, y en general la precariedad de la contratación
afecta más a las asalariadas más jóvenes.
I] Predominio preferente del sector servicios, bajada de población activa en el sector industrial y en la agricultura, mientras que
en construcción prácticamente no se perciben variaciones. La evolución de los porcentajes de activos en agricultura respecto al
total nacional marcan la diferencia entre la Andalucía Oriental y la Occidental. Comparativamente respecto al total nacional,
ambas partes de la Comunidad Autónoma presentan comportamientos opuestos: las pérdidas más significativas se localizan en
la Andalucía Occidental (en industria, construcción y servicios), mientras que la Andalucía Oriental tan solo presenta pérdidas
en la agricultura.
13La tasa de desempleo entre los hombres a nivel nacional se sitúa en un 16,1 y la de las mujeres en un 26,9. Por su parte en
Andalucía los hombres alcanzan el 26,8 y las mujeres el 38,2. Fuente: EPA, 4° trim., INE.
14El salario mínimo interprofesional en 1988 era de 44.040 ptas.
h Encuesta de Distribución Salarial en España, 1988.
'‘ EPA, varios años, datos nacionales, INE.
Si a lo anterior añadimos la alta incidencia del paro y la escasa cualificación en comparación con los
hombres, es lógico pensar que sean las mujeres las que engrasen las filas del trabajo irregular en Andalucía, aspecto
ya detectado en el análisis sobre las Condiciones de Vida y de Trabajo en España17, cuando se afirmaba que el 39%
de las mujeres ocupadas en 1985 se encontraban en el mercado irregular, siendo el correspondiente porcentaje
délos hombres de un 19%. Estaren un mercado u otro, y el posicionamiento concreto dentro de la escala existente
en cada uno de ellos, dependerá de la lógica que domina en la estructura social: según el capital social acumulado
porcada una de las mujeres, y según el proceso individual de identificación con los diferentes sistemas de valores,
cada una de ellas alcanzará un posicionamiento diferenciado en la jerarquía social.
Por otro lado, las nuevas incorporaciones de hoy (principalmente jóvenes y mujeres) deberán estar
preparadas para los síntomas del mañana y son los protagonistas de la incertidumbre de lo que está por venir:
recorridos diversificados entre las distintas formas de «vida activa», cambios de tareas, de horarios, de tipos de
trabajos, variaciones en las horas de permanencia, alternancias del trabajo por cuenta ajena y por cuenta propia,....
Variaciones que no han impedido de momento el continuo ascenso délas tasas femeninas de actividad; dificultades
que hasta ahora, eivel caso de las mujeres en Andalucía, no han implicado una vuelta atrás en su nivel de par
ticipación como población activa. El cambio de referencia cultural en lo relativo a la relación entre los generas que
vive nuestro país desde hace años, ha I legado a una de las Comunidades menos aventajadas económicamente pero
que no parece dispuesta a alejarse de la tónica nacional. Donde la desigualdad regional se agudiza es en las tasas
generales de desempleo y, especialmente, en las tasas de paro de las mujeres andaluzas, tan solo alcanzadas por
aquellas residentes en Extremadura, Ceuta y Melilla.
5. REFLEXIÓN FINAL
El caso de la mujer en Andalucía se inserta en la dinámica ocurrida en todo el país: prácticamente asistimos
a una igualdad de acceso al sistema educativo; también aúna progresiva incorporación de la mujer a la actividad,
cuyas entradas llegan mayoritariamente por la vía del trabajo temporal y salarios más bajos que sus homólogos.
Sin embargo, se agudizan las diferencias de esta comunidad respecto a todo el Estado en las tasas de desempleo
y, especialmente, en las referidas a las mujeres.
En la línea de detectar los mecanismos que acerquen a las causas explicativas, planteamos que hay que
integrar el análisis de genero en un análisis contextual de las sociedades complejas, pues el género es un
componente más, imprescindible en el análisis social actual. El hecho deque las mujeres accedan mayoritariamente
al sistema educativo y no en los mismos términos al mercado laboral, se encuentra vinculado a la complejidad de
los cambios ocurridos en diversas organizaciones sociales y, especialmente, a los diferentes ritmos que se producen
en cada una de ellas. Los cambios no operan todos en el mismo ritmo, y a veces tampoco en la misma dirección;
por eso, el que las mujeres transiten por instituciones anteriormente vedadas no se puede generalizar a todas las
instituciones y nos obliga a matizar a qué ritmo se lleva a cabo el proceso en cada una y en qué condiciones.
El por qué se produce un mayor acceso a la institución educativa y no al mercado de trabajo, obviamente
está relacionado con una incorporación que coincide con una ampliación en la obligatoriedad del período
educativo hasta abarcar a la mayoría de la población; pero también con una recesión económica y reducción de
puestos de trabajo, en un proceso de cambio de referencia del modelo de mujer establecido. El sueño de
independencia económica parece permanecer, principalmente como cambio de valores, a pesar de las malas
perspectivas de empleo. Si el acceso al mercado de trabajo se lleva a cabo, el esfuerzo invertido en la obtención
de la credencial queda recompensado, pero si el acceso no se produce, siempre habrá una revalorización del
estatus y unos valores y experiencias acumulados que harán difícil y diferente-en el caso de producirse- la vuelta
a tiempo completo al hogar.
Los sistemas de conocimiento estadístico sobre flujos poblacionales entre el sistema educativo y la vida
activa, cuentan con limitaciones de carácter empírico derivadas del mecanismo establecido para obtener la
información que, a su vez, ha condicionado el tratamiento de la información. Las series estadísticas de encuestas
sobre población realizadas con periodicidad y utilizando los mismos criterios clasifícatenos han sido el
instrumento utilizado cuando algunos países, o investigaciones, han tratado de conocer los flujos de población.
Estas páginas primero revisan los planteamientos de orden metodológico existentes en los análisis de flujos
poblacionales, posteriormente se analiza la situación específica del caso español y, por último, sugiere una vía
concreta de abordar los seguimientos longitudinales.
Todos los movimientos de población tanto las variaciones territoriales (movimientos migratorios) como
los cambios en la estructura social, se ven afectados por dificultades de orden metodológico cuando se pretende
que queden reflejados en datos estadísticos. Generalmente, el seguimiento construido sobre tales fuentes
secundarias ha consistido en la comparación de resultados entre los efectivos poblacionales de cada una de las
clasificaciones, esto es, entre los que salen de un lugar y llegan a otro en su recorrido. Esta solución al objeto de
estudio planteado, solo podía ser admitida como «transitoria» pues oculta el movimiento real al limitarse a obtener
una diferencia de saldos. Bien es cierto que tales «saldos» responden al movimiento existente pero éste no refleja
rigurosamente las entradas y salidas que se han producido.
Sin embargo, en los últimos años, y en relación con la necesidad de conocer los mercados de trabajo y
con la mayor preocupación por el ajuste entre la formación y la ocupación, se asiste a cierta proliferación de
investigaciones y proyectos que pretenden acercarse a los seguimientos estadísticos sobre flujos poblacionales
reales. Motivos relacionados con el mayor interés por el tema se encuentran en las renovadas prestaciones
informáticas y en el incremento de las demandas relativas a la búsqueda de acoplamiento más apropiado entre la
enseñanza y el sistema productivo, con el objeto de reducir el desempleo. Como consecuencia, progresivamente,
se ha planteado la necesidad y las carencias existentes en torno a los estudios de panel o longitudinales (GARRIDO
y REQUENA, 1986; FDEZ. DE CASTRO, 1989)'. Tales demandas sobre estudios de flujos se fundamentan en las
limitaciones contenidas en los estudios habituales, generalmente realizados sobre colectivos concretos, reducidos
a muestras específicas y no generalizabas siempre a las desagregaciones de interés. En consecuencia, el carácter
coyuntural de tales análisis no permiten la periodicidad requerida para el seguimiento de la población.
Los estudios sobre flujos de población entre formación y empleo, se han abordado en los últimos años sin
alcanzar todavía una gran consolidación. El primero de ellos se efectuó en los Estados Unidos en el año 1966 donde
se realizó, a cargo del Departamento de Trabajo, la «National Longitudinal Survey» considerada como el primer
ensayo de conocimiento estadístico sobre flujos de población activa. En 1970, el I.N .S.E.E. francés (intitut National
de l'Estatistique etdes EEudes Economiques) elaboró la «Enquéte sur la Formation et la Qualification professionelle».
También en los finales de los sesenta, Alemania Federal inició encuestas retrospectivas y longitudinales, realizadas
a cargo del Instituto de Investigación sobre Mercado de Trabajo y Actividad Profesional (IAB)-.
'Garrido, L. y Requena, M.,: «Integración socio-económica en la Común ¡dad de Madrid», Alfoz, n. 35,1986; Fernández de Castro,
I. y Elejabeitia, C .,: «Sistema de Información estadística para el conocimiento de la inserción en la población activa», proyecto
realizado para el Instituto de Estadística de la Comunidad Valenciana, 1989.
2Según el Informe de la OCDE de 1987, la Oficina Federal de Trabajo ha abierto ios «ficheros de empleo» en los que se recogen
los cambios producidos en las trayectorias profesionales de las personas ocupadas, con ios datos que se precisan para el
conocimiento estadístico de dichos flujos.
Deformasintéticapuedededrsequelosprindpalessistemasdeobtenciónytratamientode la información
empleados generalmente por este tipo de estudios, pueden sintetizarse en la siguiente tipología:
3 Una variación de este tipo de mecanismo encuentra en el cambio de técnica que se empieza a utilizarse en algunas
investigaciones, donde se realizan seguimientos de las biografías personales: Peters, E. y Meijers, F.,: «Transition to Un-
Employment», en European Perspective n. 3, Post-16 Education Centre, 1988, Institute of Education; University of London.
4Ponencias presentadas por Francois Poitier, del Centre d 'Etudes et de Recherches sur les Qualifications (Group Entre dans le Vie
Active), en el II Seminario sobre Educación, Formación y Empleo en la España de los 90, celebrado en el CIDE, Madrid, junio
de 1988.
5Affichard, J.,: «Diez años de funcionamiento del Observatorio EVA», Cereq, 1987.
6 El Observatorio EVA del CEREQ francés es el centro pionero de Europa: aplicó las primeras encuestas de inserción en el año
1976. «Tableaux de I 'Observatoire national des entrées dans la vie active». Volumen n95; Accés á l'emploi desétudiants littéraires
3la sortie des Universités, CEREQ, Diciembre 1979.
la inserción profesional inmediata de sus antiguos alumnos. Esta información recibe un primer tratamiento, a nivel
regional, en el mes de septiembre del mismo año en que se ha realizado la encuesta, y sobre una muestra de
cuestionarios contestados, se realizan posteriores tratamientos hasta Ilegar a resultados agregados a nivel nacional.
Al realizarse las encuestas de inserción sobre el mismo colectivo y los mismos individuos, el sistema implantado
por el CEREQ responde a un análisis específicamente longitudinal, lo cual no es obstáculo para que se incluyan
preguntas retrospectivas sobre la situación de dichos individuos en sus diversos recorridos.
Tanto en el sistema de información sobre inserción a la vida activa, como en el producido para el
seguimiento de la evolución de los empleos, el Observatorio francés ha generado un dispositivo sin equivalente
en los países desarrollados, que le ha convertido en el pionero de las investigaciones tipo EVA. En este campo, su
producción abarca estudios específicos sobre poblaciones particulares-monográficos en algunos casos-, estu
dios de naturaleza más cualitativa o trabajos más teóricos sobre el modo de abordar la relación formación-
empleo.
Italia, siguiendo el sistema diseñado por Francia, inicio en 1980 su incorporación a esta metodología
produciendo un sistema informático que, hasta el momento, presenta una forma combinada de ambos sistemas
para la obtención de información. El ISFOL, en colaboración con el Ministerio de Instrucción Pública y el ENI-
ISVET, ha optado por una investigación a nivel nacional sobre la entrada en la vida activa -conocida también de
forma abreviada como EVA-; la investigación desarrolla un sistema informativo-evaluativo sobre los destinos
-laborales o no- de los colectivos que salen del sistema educativo y sus problemas de inserción en la vida
profesional. Sobre los titulados de enseñanza media superior -catorce a dieciséis años incluidos los centros de
Formación Profesional-, se entrevista a los tres años de la consecución del título a una muestra de ellos. Así, la
investigación nacional del ISFOL es retrospectiva y centrada sobre la salida de los diferentes canales educativos
en un mismo año. Tal dispositivo, por otro lado, no excluye la adopción de paneles y la posibilidad de efectuar
junto con la investigación retrospectiva, o incluida en esta, la investigación de tipo longitudinal sobre un mismo
conjunto de individuos. A la vez, el ISFOL aplica el criterio de la descentralización a través de los Observatorios
de trabajo regionales. Las dificultades de un análisis articulado en relación a la fiabilidad están relacionados
con el coste y la complejidad de este tipo de muestras, por lo que cabe prever que la investigación en el caso ¡tal ¡ano
asuma una cadencia bianual (BOSCO, 1990)7. Otros intentos como investigaciones privadas más recientes
para el conocimiento sobre el funcionamiento del mercado de trabajo, se encuentran en Italia bajo una
combinación, no tanto alternativa como complementaria, de datos de «stocks» y de flujos (BRUÑI y FRANCIOSI,
1981,1985)“.
De esta recopilación sobre formas de abordar el análisis de los procesos de integración a la vida activa,
se podrían resaltar algunas cuestiones:
- Se constata una preocupación cada vez mayor por destacar la importancia de los análisis longitudinales
sobre flujos reales de población, al apreciarse las deficiencias de los sistemas estadísticos disponibles. La brecha
sobre el conocimiento de los flujos poblacionales de educación a trabajo, y el paso por éste último, se abre muy
recientemente solo en algunos países.
- Se resalta el impulso de la desagregación o descentralización como vía más apropiada para el
conocimiento requerido.
' Bosco, R., «Le statistiche del lavoro: la transizione scuola-lavoro, domanda e requisiti di qualificazione e formazione
professionale», en Economia & Lavoro, Anno XXIV, n.2, págs. 13-28.
“ Bruñí, M. y Franciosi, F.B., «Una interpretazione in termini di flusso deíla dinamica delie forzedi lavoro in Italia», en Economia
& Lavoro, n. 2, 1981; Bruñí, M. y Franciosi, F.B., «Scenari alternativi di domanda e di offerta di lavoro: un"analisi in termini di
ílusso»,en Economia & Lavoro, n. 3,1985, citado por Mercado de trabajo y política de empleo en Italia, Apéndice metodológico,
MT5S, Madrid, 1987.
2. LOS SEG U IM IEN TO S LO N G ITU D IN A LES EN EL C ASO ESPAÑOL5
El Instituto Nacional de Estadística (INE) es el principal organismo español encargado del conocimiento
de los Flujos de Población Activa, realizados sobre la Encuesta de Población Activa, que viene realizando desde
los años sesenta con periodicidad trimestral.
En relación a la clasificación de los mecanismos existentes para el tratamiento de flujos de población, el
INE combina los dos sistemas habituales: las preguntas retrospectivas y lo que denomina el seguimiento
longitudinal. Esta combinación se manifiesta en la publicación de 1988 «Encuesta de Población Activa, Estadística
de Flujos»10, por las siguientes vías:
• Por un lado, se añade un bloque de preguntas retrospectivas a los cuestionarios de la EPA en el seg
trimestre de cada año, con el objeto ele tener información sobre la situación del entrevistado un año antes de la
realización de la encuesta.
8 Por otro, se realizan seguimientos «longitudinales» de los itinerarios realizados por los mismos
individuos durante un período máximo de un año. Este procedimiento puede realizarse debido a la permanencia
en la encuesta de una parte de la muestra, que renueva un sexto de sus efectivos cada trimestre. Aunque es necesario
destacar que el seguimiento, durante un período máximo de un año, queda reducido a prácticamente un tercio de
los individuos sobre una totalidad cercana a los 62.000.
El INE ha estudiado las ventajas y limitaciones del mecanismo retrospectivo y de la encuesta longitudinal
implantada. Sin embargo, su análisis, aún siendo de interés, no puede atender a una parte de los inconvenientes
que se encuentran derivados, del hecho de que ambos mecanismos están elaborados sobre la EPA, la cual no fue
concebida como un sistema de información estadística sobre flujos poblacionales.
Paralelo a eso se aprecian varios elementos que relativizan la eficacia de una encuesta sobre flujos
poblacionales:
1. El mecanismo retrospectivo queda limitado por el inconveniente ele las escasas posibilidades que
ofrecen los contenidos de las preguntas y las consiguientes codificaciones de las respuestas. Se puede suponer que
esta limitación, es el resultado impuesto por la necesidad de añadir un bloque de preguntas a una encuesta como
la EPA que, de por sí, es bastante extensa, y donde una mayor amplitud actuaría en detrimento de la eficacia
informativa". El bloque de preguntas sobre la situación del entrevistado un año antes, y que se incluyen en el
cuestionario, no es realmente amplio: lugar de residencia, situación en relación a la actividad económica
(trabajando, buscando empleo, disponible para trabajar pero no buscando empleo, haciendo el servicio militar,
estudiando y otra), situación profesional -empleador, empresario sin asalariados o trabajador independiente,
ayuda familiar, asalariado del sector público o privado y otros-, y la actividad del establecimiento en el que trabaja
(pregunta abierta posteriormente codificada).
2. El mecanismo longitudinal aplicado por el INE en la EPA, contiene también algunas limitaciones en el
propio diseño muestral bietápico, ya que se estratifica la primera etapa sobre «viviendas»12, lo que podría presentar
problemas para el conocimiento ele los itinerarios individuales conformadores de los flujos. A la vez, la limitación
temporal de un año sobre el elemento común de la muestra, obliga a relativizar el carácter longitudinal de esta
encuesta.
’ Una iniciativa para el conocimiento del estado actual de nuestro sistema de información estadística, fue planificada en el
encuentro de Sitges -Inserción profesional y social de los jóvenes, ICE de Barcelona, 1989-, como mesa redonda bajo el título
«¿Es necesario una EVA en España?». Por desgracia en dicho encuentro, el tema metodológico no fue abordado pues no se
presentaron ponencias a dicha mesa.
10E. P. A., Estadística de Flujos, segundo trimestre 1987 a segundo trimestre 1988, INE.
" Este tipo de imprecisiones junto con las inexactitudes de las respuestas, es resuelto-como vimos- por el sistema francés, a través
de un cuestionario producido específicamente para la reconstrucción de los flujos.
La estratificación por «vivienda» sirve en la EPA para la identificación del entrevistado, y es este registro el que se añade a cada
encuesta para encontrar la parte común de la muestra que se mantiene.
Parecería razonable que tanto las preguntas retrospectivas, como la parte longitudinal que incluye la EPA,
cuenten con estas limitaciones como consecuencia del propio soporte utilizado para la producción de informa
ción; esto es, la EPA no fue diseñada con el objeto de conocer los flujos poblacionales, y es tan amplia que,
lógicamente, presenta dificultades a la hora de incluir en ella ambos mecanismos.
Por otro lado, el estudio sobre las incorporaciones o ajustes con las salidas del sistema educativo, presenta
el problema a superar (por otro lado inevitable) del envejecimiento de la muestra y los cambios metodológicos y
muéstrales que se han ido realizando sobre la EPA en los últimos años.
Aún con todo, esta Encuesta por Flujos es de considerable importancia pues es la primera vez que, en
España, las bases estadísticas oficiales se plantean el conocimiento sobre los flujos poblacionales. Debido a su
escaso desarrollo hasta ahora se ha trabajado sobre la explotación de series periódicas o aproximaciones
longitudinales por datos de stock.
Entre los estudios de carácter privado, y recientemente en España, encontramos que algunos investigado
res han iniciado análisis y tratamientos estadísticos sobre flujos poblacionales, siguiendo un sistema algo similar
al realizado por el CEREQ francés. Un proyecto para la puesta en marcha en la Comunidad Valenciana, ha sido
realizado por Fernandez de Castro y Elejabeitia13, centrándose en el seguimiento longitudinal. Un segundo es
tudio14 ha sido aplicado en la Universidad de Alcalá de Henares (Gumpert y Valero, 1991). Este proyecto, en línea
similar al anterior, obtiene información retrospectiva y situacional sobre el colectivo de estudio, presentando como
novedad el utilizar entrevistas en profundidad como técnica de contraste a las encuestas realizadas. Ambas
investigaciones suponen un primer paso en la producción de información acumulativa y permanente en nuestro
país pero su carácter reciente y no extensivo abogan por una mayor difusión.
El acercamiento y la recopilación de trabajos sobre los análisis longitudinales de flujos poblacionales nos
reafirma en considerar que este tipo de estudios es el mecanismo más apropiado para el conocimiento de las
inserciones a la vida activa y los recorridos poblacionales producidos en la misma. Las ventajas que presenta sobre
las aproximaciones o seguimientos a través de saldos, secentran en trabajar sobre los mismos individuos y por tanto
recoger las medidas de un movimiento real.
Estudiadas las ventajas y limitaciones contenidas en la información existente sobre los flujos de paso de
los titulados universitarios, desde el momento que realizan su salida del sistema educativo hacia el mundo del
trabajo, revisaremos a continuación quién y para qué utiliza generalmente los registros informativos y, finalmente,
plantearemos una propuesta hacia la participación estudiantil.
En los registros y encuestas como en otras elaboraciones, se asiste al hecho de la producción de la
información desde el momento que se realiza una selección sobre todas las posibles informaciones a obtener de
acuerdo a unos criterios establecidos. En estos términos se producen específicamente los datos que se consideran
mas significativos y coherentes con un proyecto general sobre los objetivos a alcanzar.
Generalmente la realidad que se convierte en dato es aquella que se determina como mas significativa
desde el punto de vista del organismo correspondiente o institución que diseña y produce la información, como
ocurre en el caso de los registros y encuestas de fuentes oficiales. Y el cómo producirla responde a los aspectos
técnicos que han de solventarse para superar las necesidades específicas establecidas previamente.
Pero el debate donde siempre se sitúa es en quién se beneficia de la información producida, y así el ¿qui
bono? es lo que está en discusión, o al menos, es el punto de crítica sobre el que se mueve la utilidad o no de los
datos existentes. Pero situarse en este punto requiere primero determinar quiénes son los usuarios habituales de
los registros y las informaciones producidas, con qué objeto lo utilizan -si es que lo hacen- y cuál es el uso habitual
A/ Un actor principal lo constituyen las propias instituciones estatales que planifican la elaboración de
datos sobre diversidad de áreas temáticas. La utilización por parte de las instituciones aparece vinculada al objetivo
de la planificación de los recursos y al control de la evaluación social, cubriendo los registros oficiales el recuento
y los sistemas de baremación sobre lo producido.
B/ Junto a esto, se encuentran los investigadores privados que, en algunos casos, y cuando se trata de
elaboraciones sobre fuentes primarias, sufren los avatares de informaciones parciales o deficientes para acoplarse
a los objetivos de sus estudios específicos. Cuando la investigación privada ha de recurrir al uso de fuentes
secundarias surge un discurso critico sobre la inutilidad o limitaciones -de ser benévolos- de tales fuentes
secundarias. Tales críticas se encuentran vinculadas al hecho de que la investigación privada, en varias ocasiones,
tiene que solventar graves dificultades metodológicas por la escasa información existente o por los sesgos que
aparecen vinculados a la misma. Pero sea como fuere, desde este colectivo se asiste o bien a la utilización -en su
caso- de una información seriada de representativas muestras o, por el contrario a la producción de un discurso
crítico sobre las limitaciones contenidas en tales fuentes oficiales.
C/ Un tercer actor lo constituyen los propios usuarios de tales instituciones. Sin embargo, la información
que reciben estos actores la acogen bajo la significación y agregación que la institución ha elaborado generalmente
en forma de informe o folleto. Realmente el acceso a la información se encuentra limitado a los propios usuarios
de tales instituciones, pues, en pocas ocasiones el usuario siente que repercute el posible beneficio de la
información directamente en ellos.
Es cierto que la institución -también limitada por sus recursos- produce la información de acuerdo a sus
objetivos como organización, y que éstos no siempre son totalmente coincidentes con los de la población. Sin
embargo, también es verdad que se dan mayores niveles de integración entre usuarios e instituciones si ios primeros
sienten, y pueden, tener un papel protagonista y participativo. Pero una situación que se caracteriza por un uso
limitado en muchas ocasiones a la Administración y/o a expertos, recuerda la tradicional insistencia de Mils sobre
las prácticas rutinarias y los instrumentos de medida: 110 se trata tanto de afinar el instrumento de observación como
cuestionar el uso cotidiano de tales instrumentos. En esta línea, cualquier racionalización sobre la información que
se produce obliga a plantearse no solo el cómo hacerlo sino también, el por qué y el para qué. La renovación en
la búsqueda de una producción mas eficaz de la información, nos conduce a considerar el diseño actual y los usos
posibles frente a un empleo o manejo muy reducido. Dentro del mundo de los posibles cabría plantearse que la
extensión informática y su fácil manejo permite alcanzar hoy la pluralidad en el uso o la ampliación de éste.
Hasta ahora las disyuntivas en torno al uso de la información generalmente se han visto planteadas en torno
a cómo extender los resultados y, en pocos casos, se ha abordado el análisis y los tratamientos de la información
que se han real izado; y así asistimos a la difusión de folletos divulgativos con informaciones concretas y contenidos,
en más de las veces, divulgativos con visiones fundamentalmente institucionales. Sin embargo nuestra propuesta
pasa por considerar que la disyuntiva no trata tanto de cómo pluralizar los resultados -resultados que responden
a los objetivos de las instituciones- como de extender y ampliar el acceso a las bases de datos conformadas, pues
hay que tener en cuenta que no siempre los informes institucionales responden a la totalidad o concreción de los
intereses informativos de los usuarios. Por ello una de las soluciones pasa por pluralizar, al menos, el uso de la
información posibilitando el acceso a la base de datos por parte de los grupos afectados, y a pesar de que siempre
se verían condicionados por la selección previa que se realizó sobre la información inicial. Teniendo en cuenta
que es necesaria la señalización para los análisis longitudinales, es imprescindible mantener, desde que se inicia
el seguimiento, el mismo tipo de información; de ahí que en el diseño de la base estadística la selección sobre la
realidad a categorizar condicionará los usos de promociones posteriores. A pesar del condicionamiento del diseño,
la información podría ser objeto de tratamientos diferenciados ya que respondería también a necesidades
individuales, se incrementaría el uso y el fortalecimiento de la imagen de la institución por los servicios ofrecidos,
a la vez que, se podría fomentar la participación desde la base.
El conocimiento sobre los itinerarios laborales de las promociones anteriores, razonablemente habría de
interesar a los estudiantes en general y a los de los últimos cursos de la Enseñanza Superior en particular, pues, a
partir de ellos, podrían desarrollar sus futuras estrategias de inserción laboral con mayor conocimiento e
información sobre lo ocurrido en las promociones anteriores. Por ello se defiende la propuesta en términos de
elaborar mecanismos concretos para la producción de datos sobre la inserción laboral de tales titulados y los
tratamientos estadísticos requeridos para el conocimiento de los itinerarios laborales que se producen.
La propuesta pasa por diseñar y establecer un mecanismo que permita y fomente la participación de los
estudiantes, especialmente de los últimos cursos, en el propio control y puesta en funcionamiento del sistema
estadístico requerido. Esta metodología participativa puede interesar y beneficia a los propios matriculados de los
últimos cursos, y también a la Universidad pues, a partir del análisis longitudinal podría detectarse el grado de
acoplamiento existente entre la enseñanza emitida y la inserción de sus titulados en el mercado de trabajo. Al ir
acumulando progresivamente, en sucesivos cursos escolares, seguimientos longitudinales sobre los itinerarios
laborales seguidos por los titulados, el uso se rentabilizaría progresivamente pero no solo para la planificación
educativa de las instituciones, sino también, para los mismos usuarios desde el momento que el acceso no se vería
reducido.
PRESENTACION
LA SOCIOLOGÍA DEL PROFESORADO: UN BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN
Siendo sinceros, explorar la literatura que la sociología de la educación dedica al profesorado no llega a
ser ni tarea de Indiana Iones, ni ninguno de los trabajos de Hércules. Aunque el profesorado es un agente central
del sistema educativo, la tendencia de investigaciones e investigadores ha sido a dar su conocimiento por supuesto,
dedicando sus preocupaciones a analizar la desigualdad social del alumnado, el currículum o la organización
escolar. Es un tema, pues, que conviene sistematizarlo, para contar con un conocimiento sociológico más amplio
del aparato escolar. Algo ya realizado en ocasión anterior, tanto en el ámbito anglosajón, iniciador y sobrado de
estudios al respecto, como en nuestra realidad más cercana (Guerrero, 1992) y que aquí se abrevia para
contextualizar los trabajos presentados en la Conferencia.
En líneas generales, el profesorado aparece solo colateralmente en la sociología, estando su análisis
teñido, en gran medida, del psicologismoy esencialismoque impregna todo lo relacionado con la educación. Por
otro lado, sí hay una ley de bronce dentro de este campo, consiste en que mientras el sujeto de estudio es el
profesorado universitario, el objeto del mismo y aquel al que se dedica mayor atención es el de enseñanza primaria.
El resultado de tal división del trabajo es que el maestro (más que la maestra, incluso) aparece como víctima
propiciatoria de profesorado universitario y de su literatura sociológica, recibiendo valoraciones de conservadu
rismo o individualismo y apelaciones derogativas. Entre otras lindezas, al maestro se le llama: comerciante al por
menor (Wright Mills), vicario de los valores de la clase media (Lerena), intermediario desgarrado (Pérez Díaz), figura
trágica en la historia de los pueblos (Elejabeitia) o, en fin, extraño sociológico (Brembeck).
En la tradición anglosajona, un ámbito con una comunidad científica por donde circulan y debaten los
trabajos, es posible constatar el énfasis en la construcción teórica de sus trabajos, así como diferenciar los distintos
paradigmas existentes en este campo (funcionalistas, críticos o neomarxistas e interaccionistas). El análisis del
profesorado comienza con el tratado clásico que Willard Waller publica en 1932, sobre «The Sociology of
Teaching», un estudio sociológico de la vida de seres humanos en el organismo social que es la escuela, que analiza
las relaciones funcionales entre la escuela y la comunidad, con atención preferente al profesor, al que encuentra
aislado en la comunidad, por mor de su origen y status sociales y por vivir en un mundo de roles y actitudes
adolescentes. Con rotundidad, afirma que los padres y los profesores son enemigos naturales (y) el conflicto entre
ellos es natural e inevitable (1932:68); pasa revista al antagonismo alumno-profesor, con el liderazgo institucional
del profesor y la distancia social existente entre ambos grupos, así como a los roles y actitudes en las diferentes
.interacciones en el aula. W aller estudia lo que la enseñanza hace a los profesores y los factores determinantes de
los tipos y estereotipos ocupacionales dentro del profesorado. Sus calificativos de falta de entusiasmo, creatividad
ypersonalidad,deajustea la simpleza y monotonía, o de aferrarse a la disciplina ya la seguridad, sientan las bases
del señalado victimismo del profesorado en la sociología de la educación. Como remedio y con cierto afán de
compensación, W aller plantea la necesidad de profesionalización del profesorado, mediante la autonomía, la
elaboración de un código profesional y una motivación moral positiva.
Howarcl S. Becker (1952), abanderado del interaccionismo simbólico, considera el concepto de carrera
de gran utilidad para comprender y analizar las dinámicas de las escuelas como organizaciones y el devenir de
los profesores en su interior. Considera la carrera del profesor eminentemente horizontal, pues consiste en un
movimiento entre las diversas escuelas buscando la posición más satisfactoria para trabajar, por la proximidad al
domicilio o el prestigio del barrio, y asocia la falta de promoción del profesorado al alto nivel de frustraciones
profesionales. Igualmente, Becker (1953) analiza la posición del profesor en el sistema de autoridad de la escuela
pública a través de las relaciones con los padres, los directores y sus propios colegas. Desde una concepción:
profesionalista, los padres son vistos como legos, incapaces de comprender lo que sucede en la escuela, un lugar
cuya organización interna, con su estructura celular y separada de las aulas, la ve como un sistema de defensas
contra la intrusión paterna, dado el peligro potencial que su entrada supone para el profesor.
El «Schoolteacher» de Lortie (1975) es, sin duda alguna, el estudio sociológico más completo e interesante
sobre el maestro, dirigido a buscar la naturaleza y el ethos de la ocupación docente, que derivan tanto de la
estructura de la ocupación como de los significados asignados a! trabajo docente. La obra se divide en dos partes
claramente delimitadas: una primera de énfasis estructural, que abarca el proceso histórico de formación, el
reclutamiento, el proceso de socialización y el sistema de retribuciones; y una segunda íenomenológica, que
enfatiza los significados que los propios profesores asignan a las tareas que realizan en la escuela. Siguiendo
técnicas cuantitativas y cualitativas, el trabajo estudia los principales atractivos de la enseñanza en la recluta de
su personal y los tres componentes básicos de su proceso de socialización, su corta escolarización formal, la
ausencia de ingreso progresivo y la formación en ejercicio, donde prima la experiencia personal y el intercambio
informal que conduce al pragmatismo y a una concepción artística, antes que científica del trabajo, (y a que) la
socialización en la enseñanza (sea) principalmente auto-realización (1975:78). La facilidad y la masividad del
acceso, el "generalismo" de su desempeño y la inmersión inmediata o ausencia de un proceso de aprendizaje y
toma de responsabilidad gradual en el puesto de trabajo, hacen que la carrera docente sea plana desde sus inicios.
Igualmente, predominan las recompensas intrínsecas o psíquicas, claramente subjetivas y relativas a cada
individuo particular, ya que existe una marcada tendencia de los profesores a conectar sus recompensas
importantes con acontecimientos en el aula (1975:103); frente a las extrínsecas (el salario, el status o el poder
social), de cualidad objetiva, distribuidas de forma igualitaria e independientes del individuo que las disfruta. El
sistema de recompensas opera de modo más satisfactorio para los que se comprometen menos y no favorece ni
el compromiso ni la retención de los mejores profesores, por lo que la ocupación carece de élite profesional. Todo
eso, en opinión de Lortie, conduce al presentismo, al reforzamiento de la experiencia personal y al aislamiento en
el aula. De resultas, al debilitar la solidaridad profesional, le resta poder como colectivo y contribuye a su
subordinación.
A este lado del Atlántico, Asher Tropp edita en 1957 su estudio sobre los maestros y el crecimiento de la
profesión docente en Inglaterra y Gales desde 1800 a nuestros días; una obra que surge de los dos intereses
dominantes en la sociología británica de aquellos años: el estudio de las clases sociales y la movilidad social; y
el de las profesiones y sus funciones en la estructura social. Con fuentes documentales y una amplia bibliografía
sobre temas educativos, Tropp hace un recorrido histórico por la evolución de la enseñanza elemental como
profesión, asalariada desde sus comienzos y creada por el estado (1957:3) y uno de los principales canales de
movilidad social entre la clase obrera y las clases medias. Examina también los distintos factores que han influido
en el reclutamiento del profesorado y en su valoración social, entre los que incluye la iglesia anglicana y las
asociaciones de profesores y su afiliación a la T .U .C . Tropp concluye reconociendo la inclusión de los maestros
entre las profesiones plenamente reconocidas, al haber conseguido en su trabajo una completa independencia. Es
probable que tan optimistas aseveraciones nacieran al calor de los avances de post-guerra impulsados por los
primeros gobiernos laboristas y su visión mesiánica del derecho a la educación. Con posterioridad, la pasada por
la derecha de la eraThatcher, con el ataque feroz emprendido contra la red escolar pública, ha llevado a visiones
más pesimistas, que se plantean romper con la invisibilidad del profesorado en los análisis educativos, estudiando
su proceso laboral, ya que los profesores son trabajadores, y relaciones sociales, frente al uso de categorías estáticas
y descriptivas (profesionalismo, feminización, etc.). El curriculum, desde esta perspectiva, es un tema central en
todo análisis del proceso de trabajo docente, ya que define y marca el ritmo de aprendizaje del alumno y del trabajo
del profesor (Seddon y Connel 1,1987). La carrera docente, por otro lado, no es solo el curso de una vida individual,
sino las consecuencias a nivel individual de las dinámicas dei mercado de trabajo, las pautas de incentivos
(estructura laboral y de promoción), las oportunidades de empleo alternativas y las estructuras organizativas.
Lawn y Ozga, en su emblemático artículo «¿Trabajador de la enseñanza? Una nueva valoración de los
profesores» (1988), plantean una línea argumental contraria tanto a la visión profesional ista de la enseñanza, como
al neo-marxismo estructuralista, que compartían una misma hostilidad a los profesores, como agentes de clase
media del estado en la reproducción, pagados con el excedente obtenido del trabajo productivo. Frente al
profesionalismo (un concepto complejo y cambiante históricamente, utilizado por el estado como medio para
controlar las acciones reivindicativas del profesorado y como un medio de resistencia de éste contra el mismo
estado) analizan a los profesores en el marco del desarrollo del movimiento obrero; entienden que puede ser más
fructífero el análisis de clase y de la historia de las organizaciones del profesorado. Llegan así a la tesis de la
proletarización, por la cuál, los profesores, trabajadores intelectuales encuadrados en el sector servicios, están
insertos en el proceso de proletarización que antaño experimentaran los trabajadores industriales [como]
consecuencia de la eliminación de la cualificación para el trabajo y de la exclusión del trabajador de las funciones
conceptuales del trabajo (1988:201). El proceso de racionalización del trabajo docente (estructuras de carrera y
escalones de promoción, jefaturas de estudio y de departamentos, reforzamiento de la figura del director como
gerente y los efectos de ios textos y programas preparados fuera del centro), se expresa en el paulatino crecimiento
de las tareas organizativas en la escuela y de la supervisión del profesorado, al que conduce a su proletarización,
a la separación entre la concepción y la ejecución del trabajo. Las nuevas tecnologías de la información impulsarán
considerablemente ese proceso, originando la recualificación de algunos puestos docentes y la descualificación
de la mayoría.
Ozga y Lawn (1988) revisaron más tarde sus posiciones, para poner el énfasis en la construcción social
de la cualificación ocupacional; defendiendo, como alternativa, el estudio del proceso de trabajo docente, desde
una aproximación interpretativa que tenga en cuenta la importancia del género. Un tema en el que coinciden con
Michael Apple (1989), para quien la ideología del profesionalismo en el campo docente puede actuar como una
poderosa barrera contra el control buscado desde el estado y como una estrategia contra la proletarización y, en
el caso de las mujeres, contra la injerencia masculina. La intensificación o sobrecarga crónica del trabajo, un
concepto que aporta Apple al estudio del proceso laboral de la enseñanza, forma parte de la dinámica de
descualificación intelectual, al erosionar las condiciones laborales de los trabajadores de la enseñanza y destruir
su sociabilidad (Apple,1989:48).
Los estudios sociológicos sobre el profesorado realizados en nuestro país, pueden muy bien englobarse
en el marco diseñado por Carlos Lerena (1987) en «El oficio de maestro», donde traza las líneas maestras de esa
sociología del profesorado que está en nuestro país por hacer (1987:472). Ofrece unas bases acerca de la posición
y el papel tradicionales del magisterio como grupo en la estructura social española y desarrolla una breve evolución
histórica del grupo y su actual composición interna: extracción social y geográfica, número y formas de movilidad
social, grado defeminización, formación profesional, pautas decomportamiento demográfico y familiar (homogamia),
prestigio e imágenes sociales, rasgos de personalidad y ethos. Introduce, también, una interesante discusión
rrietodológica sobre las dos vías de análisis de las profesiones ideológicas: el análisis en términos de clase y de grupo
de status; encontrando el peligro del objetivismo en la primera y del subjetivismo, unido al empirismo y
psicologismo, en la segunda. El argumento de Lerena es contundente contra lo que llama el reduccionismo
psicologista que, en su intento de autonomizar la esfera psicológica de los procesos sociales, conduce al
sustancialismo y a la justificación del status-quo, con los tradicionales diagnósticos de rigidez de carácter,
autoritarismo pedagógico y conservadurismo político, por los cuales los maestros constituirían una rémora a los
procesos de reforma del sistema educativo. Tal enfoque es para Lerena refugio del profetismo y redentorismo, tanto
conservador como progresista. Volviendo a Durkheim, plantea la necesidad de estudios sociológicos acerca de la
posición del grupo en la estructura social, para establecer la relación estructural entre el rol, la posición social y
el etilos de los maestros y las funciones que cumplen de imponera las clases populares la legitimidad de la cultura
dominante.
La serie de trabajos que existen en nuestra sociología en torno a! profesorado tienen como característica
común su diseño muestra! en una comunidad autónoma. El primero de ellos lo realiza Gómez Barnusell para
presentarla problemática social del Magisterio Nacional en las Islas Baleares (1972); en un trabajoque tiene el valor
de pionero y constataciones de interés, pero que se parece más a un «cahier des doleances» pre-revolucionario
que a un estudio sociológico sólido y fundado. Tras él, josep M° Masjoan publica en 1974 «Els Mestres de
Catalunya», el que se puede considerar el primer trabajo propiamente sociológico en nuestro país, a pesar de las
críticas de «psicologismo» y «difícil representatividad», realizadas por Lerena (1987:458). Su objetivo es conocer
las ideologías dominantes en los «mestres» catalanes, a partir de la relación existente entre la ideología del docente
y la forma de desarrollar su labor.
Años más tardes y con el extenso título de «Estudio sobre el Profesorado y la Organización y Calidad de
la Enseñanza General Básica y el B.U .P. en Aragón» (Proyecto SPEBA), presentaba Gonzalo Ena (1982) un
ambicioso estudio empírico, a medio camino entre la antropología y la sociología, con el objeto de verificar una
serie de hipótesis acerca del profesor como un intermediario desgarrado. Es uno de los pocos estudios que no se
centra solo en el magisterio, como el encargado por el CIDE y realizado por el CIS sobre el profesorado no
universitario de toda España, nunca analizado en intensidad y publicado en forma de tablas de distribución de
frecuencias, seguidas de unos breves comentarios, en el número 277 (Mayo-Agosto de 1985) de la «Revista de
Educación».
«El Maestro. Análisis de las escuelas de Verano» es el título con el que Carmen de Elejabeitia y el Equipo
de Estudios publican, en 1983, su investigación sobre la «Significación sociológica de la angustia colectiva entre
los enseñantes» o la condición del profesorado de EGB en nuestro país, donde pasan revista a las relaciones entre
el maestro y el sistema de enseñanza, el poder social y la clase obrera (en la que las autoras sitúan a los maestros
como profesionales asalariados); la producción del maestro en las Escuelas Universitarias, el ejercicio profesional
en la enseñanza básica y las escuelas de verano, mecanismos de purificación y de toma de conciencia utópica,
frente a la angustia y negación profesionales. Sánchez de Horcajo, por su parte, publica en 1985 un estudio sobre
la socialización, grado de integración, nivel de profesionalización, valoración social y posible conservadurismo
y permisividad del profesorado rural de EGB en Castilla y León. Un trabajo bastante depurado es «El aprendiz de
maestro», donde Julia Varela y Félix Ortega (1984) estudian las características más relevantes de las Escuelas
Universitarias de Formación del Profesorado y su papel en la socialización y formación de los futuros profesores,
una primera aproximación genealógica al magisterio como profesión, orígenes del magisterio y planes de estudios,
asociacionismo docente y, finalmente, las actitudes y valores sociales.
Ya en los noventa, los trabajos sociológicos sobre el profesorado siguen su ritmo cansino, dadas las
preferencias de las instituciones finandadoras oficiales, por los estudios de matiz psicológico o didáctico-
pedagógico. No obstante, aparecen estudios que desarrollan aspectos específicos de la profesión docente, como
es el caso «La profesión de maestro», publicado por Ortega y Velasco en 1991, fruto de una investigación entre
el profesorado público de EGB de Castilla-La Mancha, que abunda y profundiza en el estudio y demarcación del
carácter semiprofesional del profesorado en España, en torno a tres bloques sustantivos: el papel de la escuela y
del maestro en el medio rural; la posición del maestro y sus implicaciones existencia les; y los aspectos profesionales
relacionados con la carrera y práctica docentes. Es el caso clel trabajo de Zubieta y Susinos (1992) sobre «Las
satisfacciones e insatisfacciones de los enseñantes», fruto de una investigación planteada en términos cuantitativos
y cualitativos entre el profesorado de todos los niveles de la enseñanza pública y privada de Cantabria. Un aspecto
que recoje también el estudio que, partiendo de la sociología de las profesiones, presenta la autonomía, práctica
docente y sindicación del Magisterio de la Comunidad de Madrid (Guerrero, 1993). La obra pasa revista al marco
administrativo e ideológico del proceso de profesionalización y al estatuto y práctica profesional del magisterio
(dedicación y situación administrativa, carrera docente y gestión de los centros), así como a las prácticas
pedagógicas visibles e invisibles, su ideología profesional, capital cultural, actitudes y valores ante el sistema
educativo y asociacionismo docente, al que se caracteriza como un sindicalismo profesional, por la integración
de principiosy prácticas propios del asodacionismo profesional y del sindicalismo de clasey se estableceel gradiente
¿le la profesión docente. Finalmente, en otoño de 1993 apareceel Informe sociológico que los profesores González
Blasco y González-Anleo realizan para la Fundación Santa María, en el que, tras recorrer una serie de
características demográficas, ideológicas y psicosociológicas del «profesorado no universitario [...] en la España
actual», analizan su profesionalismo (aptitudes, elección y alumnado), cultura (moral, satisfacción laboral y
prestigio) y ejercicio de la función docente.
En general, estos trabajos denotan un progresivo avance en el conocimiento del profesorado y, aunque
más empíricos que teóricos, se puede apreciar una mayor riqueza de planteamientos teóricos, no exenta de
eclecticismo, fruto sin duda de la recepción plural de la sociología en España. Lejos queda, en todo caso, la
dialéctica entre Cádiz y Cartagena indicada por Marx para la España decimonónica: ideas y actos suelen estar bien
engarzados en los diferentes trabajos. El aspecto en que más coinciden con la tradición foránea, sin embargo, es
en la ausencia del género como marco analítico prioritario: en ambos casos, el tratamiento de la mujer profesora
se suele reducir a un análisis meramente aritmético del fenómeno de la feminización.
Este es el contexto en el que situar los trabajos expuestos durante la I IIa Conferencia de Baeza, continuando
las líneas trazadas e iniciando su desarrollo y profundización; como reflejo indudable de la naciente comunidad
científica que comienza a darse en Sociología de la Educación y trampolín de salida para culminar esa sociología
del profesorado que, según decía Lerena y ya se ha señalado, debemos asumir como tarea pendiente de nuestro
quehacer académico.
B IBLIO G RA FÍA
"Con el siglo XX comienza un pensamiento científico contra las sensaciones y que debe construir una
teoría de lo objetivo contra el objeto"
Bachelard
"Establecer, con Bachelard, que el hecho científico se conquista, construye, comprueba, implica rechazar
al mismo tiempo el empirismo que reduce el acto científico a una comprobación y el convencionalismo que sólo
le opone los preámbulos de la construcción. Acausa de recordar el imperativo de la comprobación, enfrentando
la tradición especulatica de la filosofía social de la cual deber liberarse, la comunidad sociológica persiste en
olvidar hoy la jerarquía epistemológica de los actos científicos que subordina la comprobación a la construcción
y la construcción a la ruptura."
Bourdieu
“Recuperara través del mito como realidad constituida el acto mitopoiético como momento constituyente
no es, como lo piensa el idealismo, buscar en la consciencia las categorías universales de lo que Cossirer llama
una ''subjetividad mitopoiética" o, en el lenguaje de Lévi-Strauss, las "estructuras fundamentales del espíritu
humano" que gobernarían, independientemente de las condiciones sociales, todas las configuraciones empírica
mente realizadas. Es reconstruiré!ssitema socialmente constituido de estructuras inseparablemente cognitivas y
evaluatlvas que organiza la percepción del mundo y la acción en el mundo conforme a las estructuras objetivas
de un estado determinado del mundo social."
Bourdieu
1. PRESENTACIÓN
El presente trabajo analizará un agente que pertenece a un tipo profesional específico y delimitado, el
profesorado de enseñanza básica. Se pretende analizarlo desde su categoría socio-profesional no como docente,
y por tanto dejaremos a un lado el estudio de la práctica educativa, sino como agente que ocupa una posición en
la estructura y está dotado de un hábitus específico. En otras palabras, lo que se pretende es reconstruir la trayectoria
individual a partir del campo social donde se desarrollan la lucha de clases y captar sus prácticas y opiniones como
miembro de una posición social específica. Pretendemos contrastar y ¡lustrar el mapa conceptual expuesto sobre
el profesorado de magisterio con el material testimonial, comparando un grupo con un caso individual de este
grupo. La obtención de unas entrevistas quiere servir para mostrar el testimonio subjetivo del entrevistado en
relación a los temas propuestos, captar sus opiniones, actitudes, etc. (las representaciones sociales) y ponerlas en
relación con la "matriz de relaciones objetivas" que definen la posición y las disposiciones de los agentes. Para
dotarnos de un modelo tipológico representativo de la categoría social de nuestro sujeto, la de profesor ele
enseñanza primaria, nos basaremos en los pocos textos que hay publicados1.Por otro lado, tendremos presente el
contexto histórico y el contexto próximo y característico que emmarca su trayectoria vital.
Esta entrevista es el testimonio de un maestro de 60 años, poseedor del título de Magisterio como único
atributo cultural, y sin ninguna otra formación complementaria (ni a nivel superior, ni a nivel de especialización)
que actualmente ejerce en una comunidad de 5.000 habitantes de la provincia deTarragona2.
Es esencial observar que las oposiciones entre las clases de edad que dividen numerosas profesiones
corresponden, en realidad, a unas diferencias de generación escolar y de trayectoria social, y, en consecuencia,
'La categoría socio-profesional de la cual forma parte nuestro sujeto ha estado poco estudiada, aparte de las excepciones de Ena,
Lerena , Félix Ortega , Agustín Velasco, Marina Subirats, y Masjoan.
2La selección fue intencional y para aproximarnos al informante se recurrió aun mediador de reconocido prestigio de la población.
a diferentes estilos de vida. Sólo observando la pobreza del capital cultura! y económico familiar, y conociendo
el contexto histórico que enmarcan los estudios de Magisterio y la propia trayectoria social, nos será posible
entender como se diferencian sujetos sociales que se encuentran insertos en una misma trama profesional, pero
que se diferencian por el reclutamiento y la trayectoria social. El análisis de las relaciones entre los sistemas de
encasillamiento (las prácticas, las preferencias electivas y las disposiciones distintivas) y las condiciones materiales
de existencia (la clase social) nos conducirán a la comprensión de los estilos de vida, en este caso, el testimonio
de un sujeto que vive su profesión como una "vocación".
Si el relato de vida, según Pierre Bourdieu, transcurriera como si se trátese de una presentación longitudinal
y oficial de uno mismo, sin analizar los condicionantes familiares, sociales y económicos en relación a nuestro
sujeto ni la génesis social de estas estructuras objetivas, la única aportación del relato sería la presentación pública
de una representación privada, que variaría en calidad según la capacidad del sujeto objeto de análisis de
verbalitzar la ideología dominante en su presentación y la capacidad del investigador para aproximarse al objeto
y hacer un buen relato literario'.
Por ello una buena forma de aproximarse al objeto es a través de la técnica de la entrevista enfocada, en
donde podamos suscitar los temas de nuestro interés, ya que "siempre trata, a diferencia de la entrevista holística,
de un núcleo o foco de interés: una experiencia, una situación, una acción. Va dirigida a un individuo concreto,
caracterizado y señalado previamente por haber tomado parte en esa situación o haber vivido esa experiencia""1.
Con la entrevista individual enfocada o abierta semi-clirigida pretendemos captar y/o profundizar en las
motivaciones personalizadas de un sujeto ante los temas que proponemos.
Las funciones metodológicas básicas de la entrevista, según Alfonso Ortí, son: "la reproducción del
discurso motivacional (consciente e inconsciente) de una personalidad típica en una situación social bien
determinada y/o ante "objetos sociales" sólo (en cambio) relativamente definidos. (...). En conclusión, lo que .
aspiramos "a ver" y podemos estudiar en el discursos del entrevistado no son -en este género de investigación- sus
problemas personales, sino la forma social -cultural y de clase- de la estructura de su personalidad y los
condicionamientos ideológicos de su proceso motivacional típico1'5. El análisis se orienta a la interpretación
motivacional de los discursos de pertinencia de la propia clase social, al propio estatus social y creencias y
opiniones del entrevistado, articuladas por la ideología dominante. El uso de esta técnica nos permite: 1) "contribuir
al análisis de significados, precisando mediante la colaboración del propio sujeto entrevistado las cadenas
asociativas de significantes, inherentes a la llamada polisemia del signo" (...); 2) "resultar muy productiva para el
estudio de casos típicos o extremos, en los que la actitud de ciertos individuos encarna, en toda su riqueza, el
modelo ideal de una determinada actitud" (...), y 3) "la potencialidad de su situación proyectiva para revelar las
relaciones - ( ...) - con los modelos culturales de personalidad, reflejados en el otro generalizado o superego social
institucionalizado en la clase social de referencia"1'.
Por tanto, para ensayar un acotamiento de la realidad social, para poder establecer generalizaciones,
utilizando la entrevista enfocada como documento científico, se requerirá un trabajo previo de apropiación de la
instancia epistemológica-teórica. Esta aproximación la realizaremos a partir del cuerpo epistemológico de Pierre
Bourdieu.
Bourdieu (nacido el 1930) comenzó a interesarse, en los años 50 por la filosofía, especialmente la filosofía
de la Ciencia. Se inició en la investigación científica por medio de la etnología, realizando trabajos de campo en
1Ver P. Bourdieu; «La ilusión biográfica», en Historia y fuente oral, n-’ 2, 1989.
4 José Ignacio Ruiz Olabuénaga y Mú Antonia Ispizua: La descoditicación de la vida cotidiana. Métodos de investigación
cualitativa., Universidad de Deusto, Bilbao, 1989. pág. 153
3Alfonso Ortí: «La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta y la discusión de grupo» en M. García
Ferrando y alt„ El análisis de la realidad social, Alianza Ed., Madrid, 1990, págs. 196 y 197
’’Alfonso Ortí: Ídem, pág. 197.
Argelia y Occitania, para acabar introduciéndose en la sociología, donde desarrolla su propia teoría que siempre
a querido ser una superación de los dos paradigmas dominantes: el objetivismo y el subjetivismo.
Unir simultáneamente posiciones sociales en un espacio jerarquizado y disposiciones de los agentes que
son producto de situaciones económicas y sociales definidas, sin oponerlas, sin dar juego a los agentes y presentar
las trayectorias individuales como un cúmulo de inercias ha sido, quizás, una ilusión del paradigma objetivista,
especialmente del estructural ismo. Las redes de posiciones objetivas ciertamente determinan en buena medida las
opciones de los agentes, pero los agentes son fruto de una historia personal y social que los orienta en la
movilización de recursos, propiedades y posiciones sociales; es por esto, dando por bueno a Yves Clot, que “al
experimentar las relaciones sociales que lo constituyen, el sujeto, librado a si mismo, y frecuentemente sin saberlo,
hace funcionar la dialéctica de las posibilidades e imposibilidades subjetivas que su historia ha sedimentado"7.
Pero, también es necesario someter a crítica las teorías interaccionistas, íenomenológicas y etnome-
todológicas ya que éstas no ponen en relación aquello subjetivo con las posiciones que ocupan los agentes en la
estructura. Enfoques que se proponen la comprensión de los significados en el ámbito de la realidad natural de
interacciones sociales ya que, en última instancia, la realidad existe, sobre todo, en la mente de las formas y en
la cultura de los grupos que interaccionan, por lo que reducen la realidad a la dimensión semiótica. Bourdieu, en
cambio, dota a los agentes de disposiciones sociales que son el producto de una interiorización de las estructuras
del mundo social. Así, reinterpreta las corrientes subjetivistas, confirmando, como Berger y Luckman en La
construcción social de la realidad (1988), que se produce una construcción social de la visión del mundo, pero,
y en este punto se aleja de las tesis defendidas por Berger, esta construcción se produce bajo coacciones
estructurales. Construcción articulada en torno a la cuestión de la producción diferencial de los esquemas
cognitivos y valorativos de los sujetos ya que los sujetos no son únicamente la posición actual que ocupan. Son
también la historia incorporada -hecha cuerpo- de sus posiciones anteriores. Sujetos en posiciones idénticas
producen estrategias diferentes. La teoría del hábitus da cuenta de esta producción.
El esquema integrador que se desprende del marco teórico de Bourdieu es que, por un lado, el mundo
social está constituido por estructuras objetivas que orientan, determinan o coaccionan las prácticas y las
representaciones de los agentes y, por otro lado, estas estructuras se producen socialmente. Bourdieu formula el
principio de la no-conciencia basado en ia tesis de que la vida social no ha de explicarse por las ideas que de esta
se hagan los agentes, sino por las causas profundas que escapan a la conciencia. Lo que pretende es romper con
la ilusión de la transparencia que en su tiempo formuló Marx: la ciencia social ha de construir su objeto rompiendo
los objetos preconstruidos por la observación ingenua y el sentido común. La vida social no se explica por la
concepción que hagan los propios actores, sinó por causas profundas que escapan a la conciencia de los sujetos.
Para Bourdieu, "el sentido de las acciones más personales y más "transparentes" no pertenecen al sujeto que las
ejecuta sino al sistema total de relaciones en las cuales, y por las cuales se real izan." A su vez niega validez al sentido
psíquico de los hechos:"(...) las relaciones sociales no podrían reducirse a relaciones entre subjetividades animadas
de intenciones o "motivaciones" porque ellas se establecen en condiciones y posiciones sociales y tienen, al mismo
tiempo, más realidad de la que los sujetos ligan"". Asi, no seria suficiente, la observación de las actitudes, opiniones,
aspiraciones individuales de los miembros de una organización para explicar el funcionamiento de la misma: solo
la captación de la lógica objetiva de la organización nos permitirá explicar las actitudes y percepciones
individuales. Es necesario recordar que "los hechos no hablan", que los "datos" y las "percepciones" han de estar
cargadas de teoría y, muy importante, no hay ningún sustituto para la reflexión epistemológica. En efecto, no
podemos arriesgarnos a sustituir la problematización y conceptualización teórica, que nos permite construir y
analizar los datos, por las explicaciones y construcciones que hagan los propios actores: "Se puede y se deben, sin
duda, recoger los discursos más irreales, pero a condición de ver en ellos no la explicación del comportamiento
sino un aspecto del mismo que debe explicarse"9. Renunciar a la construcción epistemológica representa caer en
la sociología espontánea, tan proclive en caer en ella desde la perspectiva interpretativa.
7Ivés Clot: «La otra ilusión biográfica», Historia y fuente oral, n ° 2 ,1989.
" Bourdieu (1976): El oficio de sociólogo, Siglo XXI, Madrid, pág. 33.
’ Bourdieu, Ídem, pág. 54.
El esquema teórico de Bourdieu nos permite tratar como idénticos a los individuos que siendo productos
de las mismas condiciones objetivas, esten dotados del mismo hábitus, entender la desviación en el hábitus de clase
a partir de la trayectoria, de los desplazamientos de los sujetos en el espacio social ya que el hábitus es incorporado
a lo largo de la historia del individuo mediante un proceso de “familiarización práctica" con unos espacios y
prácticas producidos siguiendo los mismos esquemas generativos y en los que se hayan inscritos las divisiones y
categorías del mundo social del grupo en el que el individuo se encuentra. Asi pues, hay que hacer presente aquello
que se nos esconde en la práctica: las vivencias y los cuestionamientos críticos de uno mismo; encubrimiento que
se produce mediante estrategias conscientes (por ejemplo, cuando explicitamos que “esto no es para nosotros", o
"no vivimos en tal sitio o no vamos con fulano de tal para evitar las malas compañías o malas influencias") y las
estrategias inconscientes (por ejemplo, medíante la separación espacial se evita el contacto físico con otras
realidades, “las malas compañías").
Hay, por tanto, dos niveles de realidad complementarios: la realidad-real (el hecho como es en realidad)
y la realidad que se nos aparece, que nos explicítan los actores (el hecho como se nos presenta). Captar las opiniones
y aspiraciones de los sujetos tal y como ellos creen que suceden las cosas en el mundo, es la condición para la
comprensión total de las representaciones y relaciones vividas por los sujetos con su "verdad" en un sistema de
relaciones objetivos. En palabras de Bourdieu: "La sociología supone, por su misma existencia, la superación de
la oposición ficticia que subjetivistas y objetivistas hacen surgir arbitrariamente. Si la sociología es posible como
ciencia objetiva, es porque existen relaciones exteriores, necesarias, independientes de las voluntades individuales
y, si se quiere, inconscientes (en el sentido de que no son objeto de la simple reflexión), que no pueden ser captadas
sino por los rodeos de la observación y de la experimentarán objetivas (...). Pero, a diferencia de las ciencias
naturales, una antropología total no puede detenerse en la construcción de relaciones objetivas porque la
experiencia de las significaciones forma parte de la significación total de la experiencia: la sociología, aun la menos
sospechosa de subjetivismo, recurre a conceptos intermediarios y mediadores entre lo subjetivo y lo objetivo, como
alienación, actitud,o ethos. En efecto, le corresponde construir el sistema de relaciones que engloba y el sentido
objetivo de las conductas organizadas según regularidades mesurables y las relaciones singulares que los sujetos
mantienen con las condiciones objetivas de su existencia y con el sentido objetivo de sus conductas, sentido que
los posee porque están desposeídos de él. Dicho de otro modo, la descripción de la subjetividad-objetividad remite
a la descripción de la interiorización de la objetividad"10.
10 Bordieu: «Un Artmoyen», Paris, Ed. Minuit, 1970 (original 1965); citado en El oficio de sociólogo, Madrid, siglo XXI, págs. 34
35 en nota a pie de página.
" Bordieu: «Le capital social. Notes provisoires». Actes de la Recherce en Sciencies Sociales, n- 31 págs. 2-3; citado por Isidoro
Alonso en «La nueva Sociología de la Educación, la vieja y la de siempre», Rev. Educación y Sociedad, nü 3, pág. 189.
güedac! en la clase social y a la extensión de la red relaciona!. Por tanto, la formación del hábitus de un individuo
estaría en función de la estructura del capital de un grupo social, es decir, de su posición en los diversos mercados
de capital.
De estos tres tipos de capitales, el más definitorio de la categoría socio-profesional de maestro, por su
relación con la práctica educativa, es el cultural. Pero, los maestros no cuentan con un buen equipamiento cultural,
y por lo tanto, su relación con la cultura es ciertamente, ambigua.
La formación de los maestros, históricamente, se ha encargado a la Iglesia, que se ha remitido a una
plataforma ideológica de carácter sacro. La moralización y la mínima racionalización de la formación profesional
no ha mejorado de una forma sustancial con el Plan de 1971, realizado por el Estado, que integró los estudios de
Magisterio en el sistema educativo universitario, porque nunca se integró verdaderamenteen tal sistema, y se siguió
considerando sus estudios y preparación como un submundo. Y sucedió así porque para el ejercicio docente se
ha considerado imprescindible que"los candidatos estén en condiciones de dar buenas respuestas en las cuestiones
relativas al ser, no al saber: rutinas prácticas y altas dosis de moralidad, alrededor de un vacío intelectual
profundo'"2. Las funciones que cumplen los maestros en el sistema educativo van en la dirección de imponer o
inculcar la legitimidad de una cultura burguesa. Si como tipo ideal, el maestro trata con hijos de la clase trabajadora,
impone la cultura; si, por el contrario, trata con hijos de la burguesía, inculca la cultura. Ambas funciones son
complementarias. Por eso, el maestro se mueve en el terreno de aquello legítimo o ilegítimo de la cultura cuando
enseña a los hijos de la familias poco dotadas culturalmente.
Los específicos condicionantes que imponen el origen social -los maestros proceden, de forma
majoritaria, de familias privadas de cultura académica-, la biografía académica -del Bachillerato al Magisterio
concurrían los alumnos con un currículum menos brillantes-, la estructura de las Escuelas de Magisterio -que
proporcionan una débil preparación académica-, y la propia práctica educativa -tratando con niños a los que
imponen los fundamentos de la cultura burguesa-, producen que el capital cultural, al depender, prácticamente,
en exclusiva de aquello que se ha adquirido académicamente, sea mediocre y se refuerze en un círculo de
mediocridad. Este débil capital cultural no es fruto de un azar, sinó de una estrategia de dominación. La situación
de partida modesta de los maestros, tanto desde un punto de vista social como cultural, acompañada de un projecto
político estatal, históricamente caracterizado por una pobreza de medios materiales y un control ideológico rígido
tanto de las Escuelas de Magisterio como de la institución escolar, ha producido sus efectos: "El ciclo cultural, para
los maestros, se cierra y completa estableciendo una aproximación equilíbradora entre origen y fin, entre
condiciones de partida y dotación de salida, entre a quiénes atrae la profesión y para quiénes se reserva
fundamentalmente. Salir de la pobreza cultural para ilegar a una cultura devaluada no es resultado fortuito, sino
que responde a intenciones que hay que situar en la esfera de la dominación social13
El señor E., nació en el año 1933 en un pueblecito de Orense "que he conocido ahora, de mayor, en unas
vacaciones a Galicia". En este pueblo su padre, como sus abuelos paternos, trabajaba la tierra, una pequeña
propiedad que se vendió "para montar un Bar en Vigo, capital, y que al final cambió por un trabajo de ordenanza
en el Ayuntamiento". Pudó estudiar, como sus dos hermanos -actualmente, uno trabaja de empleado en Caracas
y el otro es cura de varias parroquias de la Galicia rural- en una escuela de los Salesianos en Andalucía, "porque
mis padres aprecian mucho la escuela", si bien reconoce que no poseían muchos conocimientos culturales y fué
"un tío mío, que era director en una escuela de los Salesianos, en Cádiz, el que me costeó los estudios en su centro".
Esta realidad representó que vivierá durant el período escolar separado de sus padres, pero le compensaba el hecho
que "la enseñanza era bastante mejor, porque era de los Salesianos y había disciplina".
Con los Salesianos estudió para cura, mientras ejerció, sin título, desdel año 1954, como maestro. En 1958
perdió la vocación religiosa y regresó a Vigo donde con unos amigos montó una Academia particular. En 1964,
se instaló en Catalunya, donde trabajó de administrativo en una empresa de la construcción "porque se ganaba dos
,2Carlos Lerena: «El oficio de maestro (posición y papel del profesorado de primera enseñanza en España)», a Educación y so
ciología en España, Akal, Madrid, 1987, pág. 448.
11Félix Ortega y Agustín Velasco: La profesión de maestro, CIDE, Madrid, 1991, págs. 57 a 62.
o tres veces más que como maestro". Si bien, "hechaba de menos la enseñanza (...), me gusta el hecho de educar ¡i
y eso que me ganaba bien la vida como administrativo". Por ello dice que el año 1976, empieza los estudios .
conducentes a la obtención del Diplomado en Profesorado de Enseñanza Básica, especialidad de filología
castellana.
Casado, sin hijos, viven en un pueblo próximo al centro público donde imparte la docencia en la
especialidad de educación física, en la provincia de Tarragona, el de su mujer. Con ellos convive su suegra, que
aporta una pensión, complementaria a su sueldo como docente, que les permite vivir "sin apuros".
Su capital social y cultural se refleja más al lá del oficio de maestro. Está dotación tan escasa tiene su lógica
continuidad en las formas de utilizar el ocio. El ocio lo comparte entre formas pasivas o independientes de las
obligaciones docentes, así, cuando acaba la jornada laboral, en un día normal de trabajo o los sábados, acostumbra
a dedicar su tiempo libre, primeramente, a a "la lectura, sobretodo desde que me he engachado a estas técnicas j
modernas de la telepatía y cosas de éstas, que quieras o no te enfrascan. Por otra parte, tengo otro hobby: las plantas
medicinales, la medicina natural. Mira, precisamente, ayer y anteayer me pasé todo el día repasando las plantas. ;
(...) Voy al campo a recogerlas en su momento y, despues, a secarlas. Luego tienes que guardarlas. (...) Tengo más ? t
de cien libros sobre estos temas. (...). Luego también dedico un poco de tiempo a estudiar inglés, pero me quita «s
tiempo de lo otro, y le dedicó poco. (...). Después poco o mucho a preparar las clases. (...) También veo televisión
con la mujer, a ella le gustan los programas de variedades: "Querida Concha", "Hola Raffaela",...., que son los que
vemos. (...). ¿El fútbol?,... desde que se ha comercializado, ya no es deporte, y ya no me gusta como antes.11
La participación, colaboración y animación de actividades culturales, religiosas o sociales de su ;
población no parece ser prioritaria: "No participo en ninguna (actividad cultural, religiosa o social de la población), *■'!
yo tengo mis hobbies. Al principio me pidieron que participara en la revista del pueblo, El Br....... , pero yo prefiero í
dedicarme a mis aficiones." Tampoco las amistades: "Mi círculo de amigos era mejoren Vigo. Estaba más insertado,
Lógicamente ahora tengo amigos, pero no son los mismos que en mi tiempo de infancia y juventud. Además en
Catalunya la gente es más cerrada. De todas formas, pienso jubilarme y quedarme aquí, en A., aunque igual ¡
viviramos mejor allí (en Vigo), porque hay mayor calidad de vida, es mejor y no es tan caro."
iJ P. Bordieu: El sentido práctico, Ed. Taurus, Madrid (1991), pág. 96. También, el capítulo 3 de L,i distinción, pág. 169 y s.
de prácticas. El capital objetivado y incorporado constituye el principio de producción de prácticas diferenciadas,
en definitiva, enclasadas y enclasantes. El volumen y la estructura del capital y del conjunto de propiedades
secundarias (como el lugar de residencia -que se clasifica según su distancia respecto de un centro de valores
económicos y culturales jerarquizados socialmente-, sexo, raza, edad, estatus matrim onial,...) conjuntamente con
el hábitus producen sus efectos en la lógica del campo. Aunque hay que tener presente que la lógica del campo
no siempre la tienen presente los propios actores: las creencias pertenencen de forma constitutiva a un campo,
representan una inversión simbólica que ignora la lógica del campo. Y es que no es necesario que el sujeto la tenga
presente ya que es díficil vivir una creencia asociada a condiciones de existencia profundamente diferentes, es
decir, que pertenezcan a otros espacios de juego, a otros campos. Así, el sentido práctico, la economía de las
prácticas, no proviene de una mentalidad economícista finalista o monetaria, de un cálculo ni deliberadamente
consciente ni estrictamente económico, sino de una estrategia inteligible y coherente, de naturaleza inconsciente
o interiorizada, que no procede ni de una voluntad coherente ni de una decisión reflexionada. Las prácticas,
siguiendo el esquema de Bourdieu: “Sólo es posible explicarlas, pues, si se relacionan las condiciones sociales en
lasque se ha constituido el hábitus que las ha engendrado, y las condiciones sociales en las cuáles se manifiestan;
es decir, si se relacionan, mediante el trabajo científico, estos dos estados de lo social, relación que el hábitus
efectúa ocultándola en y por la práctica"13. Las prácticas no'se entienden como una simple ejecución, sínó que
representan una combinación de esquemas sociales adquiridos que funciona como categorías de percepción y
apreciación y como principios organizadores de los esquemas de acción.
En resumen, el hábitus no se define de forma abstracta, sinó en relación a un campo social y a una práctica.
No podemos pensar ya en intereses abstractos y en "sujetos trascendentales o ideales", sinó que hemos de definir
unos intereses concretos, vinculados a un grupo, un espacio y un momento histórico, y unos sujetos dotados de
disposiciones sociales, que actúan, en las estrategias, de forma calculada o inconsciente, según los límites de las
reglas de su campo de juego. Por tanto, una teoría de la rpoducción de los sujetos sociales y del campo dentro del
cual sedesarrollan estas estrategias requiere estudiar no sólo la posición de los agentes, sino también su disposición.
Si nos centramosen el carácter social o ethos de los maestros habremos de sujetar la esfera psicosociológica
con los procesos sociales de base. No hacerlo equivaldría a centrar en la personal idad de los enseñantes categorías
sustancialistas, como por ejemplo el autoritarismo o el conformismo. Estas categorías conducen fácilmente a la
culpabilizaclón del profesorado y a la justificación del fracaso de las reformas educativas a partir del cuerpo de
profesores y no del sistema educativo. A partir del análisis del contexto histórico y objetivo que emmarca la
trayectoria de la profesión de maestro, Lerena ha definido la posición y papel del profesorado de primera enseñanza
en España como de "extraño sociológico"16 ya que se contradicen los objetivos ideales asociados a la profesión y
la realidad de su pobre formación y la soledad social a la que se ven abocados en sociedades rurales. La soledad,
el "extrañamiento" y la falta de integración de los maestros está relacionada, por un lado, con: (1) la ruptura con
el medio social de procedencia y los efectos de la movilidad social ascendente; y (2) alta movilidad geográfica hasta
que no obtienen una plaza definitiva-si bien este fenómeno es necesario matizarlo en Catalunya, por el efecto de
la política del Departamento de Educación de la Generalitat-; mientras que por otro lado, como compensador y
reforzador de la falta de vínculos con la comunidad se produce (3) el matrimonio entre maestros y (4) la idealización
de la imagen de la profesión.
El origen social de los maestros, vinculado a familias de las clases medias rurales o de los trabajadores
cualificados urbanos, les confirma un ethos tradicional de pequeño burgués, poco dotados culturalmente, y en una
posición social en el que no pertenecen ni a las clases populares-a las que pretenden inculcar unos valores de clase
que no les corresponden- ni a la burguesía -que no les reconoce más que un bajo prestigio y estatus—.
En las pequeñas o medianas comunidades, como es el caso de nuestro testimonio, los maestros están
expuestos a la observación del grupo dentro del que discurrre la vida social porque el trabajo del docente en las
sociedades industriales cumple una función formativa definida en términos moralizadores. El espacio público y
13P. Bordieu: El sentido práctico, Ed. Taurus, Madrid (1991), pág. 97 y 98.
'‘ Carlos Lerena: «El oficio de maestro (posición y papel del profesorado de primera enseñanza en España)», a Educación y so
ciología en España, Akal, Madrid, 1987, pág. 460 y s.
el espacio privado se viven como un continuum: al ser una acción moralizante y ejemplar, tiene la obligación de
abastar el aula y la vida social comunitaria. En definitiva, se ven lanzados a ejercer permanentemente como
docentes. Asi, según Ortega i Velasco, “(la) Ideología y moral se confunden en este caso (en la categoría socio-
profesional de los maestros), por cuanto la moral vendría a ser la traducció operativa -hábitos- de los contenidos
credenciales de la ideología"17. De ahí la asunción de la profesión como vocación, término tan empleado para
definir los motivos de la elección de la carrera, y su orientación en términos netamente conservadores, como por .
ejemplo en la afiliación sindical, y particularistas, como por ejemplo en las opiniones que basan el éxito de los
escolares en factores individualistas.
“Yo estudié maestro por vocación"
Y es que nuestro testimonio ejerce la profesión de maestro por motivos "vocacionales" y altruistas, por
encima del pragmatismo profesional que impregna otras profesiones:"Yo estudie maestro por vocación. Estuve en
los Salesianos dando clase como profesor, luego en la academia, en Vigo. Era una actividad que hechaba en falta
cuando trabajé de administrativo. Este trabajo me parecía como si pidiera limosna. (...) Yo me hice maestro, me
saqué el título, ya grande, porque la enseñanza para mi que me ha gustado siempre." Aunque idealizé la profesión,
no se retrae de criticar de forma abierta los estudios de Magisterio que le parecen "una aberración, fuera de lugar '
y de contorno porque hay que estudiar unas asignaturas sin pedagogía: nos enseñan la pedagogía de libros,
empollando; no práctica. Luego sales, vas a la clase, delante del chiquillo, y no tienes nada de experiencia. (...). ¡
La normal no es pobre en el aspecto de conocimientos, del saber, pero si en el aspecto de las didácticas. Entonces
tienes que aprender sobre la marcha, en las clases, con tiempo, aprendes las técnicas."
Está afiliado a ANPE (Asociación Nacional del Profesorado Estatal) desde que ejerce de maestro. Se trata
de un sindicato corporativista de ámbito nacional y tendencia conservadora, implantado, sobretodo, en las
poblaciones intermedias, las regiones que tienen más atributos "rurales", y que inclina a su favor el profesorado más
grande -los jovenes prefieren FETE-U CT-1". Por otro lado, considera que las faenas domésticas y el género van
estrechamente vinculados, porque aunque "ahora dirán que ya sale el apartado del machismo, pero, de todas
maneras, generalmente, el hombre hace peor las tareas de la casa que la mujer. Eso está más claro que el agua.
Si te pones a fregar, la mujer te dice quítate de ahí, porque claro tu sólo piensas en terminar, sin pensar si lo haces
bien. Entonces claro la mujer tiene más trabajo en casa que el hombre."
Y atribuye el éxito y el fracaso escolar o personal en términos particularistas y ¡ndivídualistas:"EI fracaso
escolar lo atribuyo a tres cosas: hay un factor de familia, de medios de comunicación y hay otro factor de pérdida
de valores. La familia ya empezamos porque normalmente ya no educa. La familia viste, alimenta, leda caprichos
al niño, pero educarle poco. Por lo general poco. No en todas las familias, pero en general es esto. Luego están
los medios de comunicación que te llenan los ojos y los oídos de cosas que te ocupan todo el tiempo y además
están jugando con el sueldo de muchas personas. Todo el mundo quiere aquello. Todo el mundo tiene que ir igual,
tanto los ricos como los obreros. Cosas que no puede ser, cada uno tienen que ir según su sueldo. (...). Hoy la
educación se ha perdido, los valores religiosos se han perdido totalmente. (...) Y Luego quizás, la educación de
maestro se ha perdido, muchos se han convertido en enseñantes, pero no en educadores. Muchos maestros se han
convertido en funcionarios, no son ya educadores."
El Sr. E ha llegado a la cima de su carrera al precio de un gran esfuerzo y en el momento de hacer balance
los valores y la concepción de su trabajo están siendo amenazados por una nueva generación reclutada,
principalmente, entre las hijas de las clases medias, que ven en la profesión de maestras una salida "natural" a su
posición social, y se acercan a la profesión con nuevas disposiciones y actitudes "más profesionales". Ante esta
realidad que se imponey que sitúa a un lado a los maestros de mayor edad -de otra generación-, nada mejor que
situarse en el terreno de las elecciones morales. Moral particular que es convertida en universal:
“En nuestra sociedad falta moral"
"En mis clases, el niño, para obtener un aprobado en mi asignatura, no tiene solo que jugar bien al fútbol
o hacer bien los ejercicios, sino que también, y es lo fundamental, debe cumplir las reglas. (...) La educación no
17Félix Ortega y Agustín Velasco: La profesión de muestro, CIDE, Madrid, 1991, pág. 23.
'“ Félix Ortega y Agustín Velasco: La profesión de maestro, CIDE, 1991, pág. 188.
sólo es conocimiento, sino también reglas morales para la formación de la persona. (...) Los valores tradicionales,
yo entiendo que son básicos, sobre todo la religión. La religión, sea la que sea, tiene unos valores que trasmite y
influyen en la manera de obrar de cada hombre. Su conducta va a depender de eso. (...) En nuestra sociedad falta
moral".
Junto con la pérdida de los valores educativos se pierde la autoridad y el respeto por el profesor. Las causas
de la pérdida de autoridad en la sociedad se encuentran en que actualmente "la cultura se va igualando en todas
las capas sociales, o por lo menos se tiende a ello, entonces, no sé, cuánta más cultura más follón. En la Universidad,
mucha cultura y ninguna educación porque en España se confunde la libertad con el libertinaje", y lo más
importante "la familia no apoya. Los padres dicen a sus hijos que en la Escuela haz caso, pero luego en casa ni caso.
(...) Y en casa, el niño tiene todos los caprichos porque los padres acostumbran a trabajar los dos y dejan al niño
con sus caprichos."
El señor E. se define como católico practicante:
"Todos los días leo el Evangelio"
"Si no fuera practicante, ya no sería católico, no podemos disociar la religión de su práctica diaria. (.,.).
Yo por ejemplo, todos los días leó el Evangelio, el Nuevo Testamento. Y cada vez encuentro cosas nuevas", se
confiesa y va a misa todos los domingos y festivos. Para él "la religión tiene que jugar un papel no sólo a nivel de
escuela, sino de sociedad. La religión es importante porque nos enseña a comportarnos. No hay nada más
importante que la máxima bíblica de "ama al prójimo como a ti mismo", y fíjate, esto incluso en los negocios. Yo
tendría presente está máxima incluso abriendo una tienda."
El Sr. E., sin duda por el efecto inculcación familiar, manifiesta una práctica religiosa, correlacionada con
una práctica política ele carácter conservador. La explicación de la correlación entre ambas prácticas, según
Bourdieu, nos remite a un único tipo de disposiciones: "Antes de asombrarse por la intensidad de la correlación
observada entre la práctica religiosa y la opinión política, es necesario preguntarse si no obedece en gran parte al
hecho de que ambas no son otra cosa que dos manifestaciones diferentes de la misma disposición; no sólo porque,
tanto en su contenido como en las disciplinas de inculcación, la formación religiosa es una forma eufemistizada
de socialización política, sino también porque la imposición de una práctica y de una creencia declarada implica
la asignación a una clase, y por consiguiente la atribución de una identidad social que, cualquiera que pueda ser
el contenido de la correspondiente inculcación, se encuentra relacionalmente definida por su oposición a la clase
complementaria de los "no-creyentes" y se encuentra también cargada con todas las propiedades excluidas de ésta
en un momento dado del tiempo (como puede ser una disposición política conservadora implica en la oposición
a los "rojos"). La fidelidad a esta identidad y a los que de ella participan ("yo soy cristiano") confiere a la fe profesada
una gran autonomía con respecto de las condiciones de existencia efectivas. En cuanto al efecto propio del
contenido del mensaje religioso, puede estimarse que refuerza la propensión primera a pensar el mundo social en
la lógica "personalista" de la "salvación personal", a entender la miseria o la opresión como fatalidades, y fatalidades
personales, parecías a la enfermedad o a la muerte".19
Pertenecer a una determinada posición y trajectoria social tiene una lógica continuidad en las prácticas
yen las costumbres que conforman la vida cotidiana. Por ejemplo, la posesión de una vivienda en propiedad en
una localidad que palié las deficiencias de los pueblos más pequeños, pero que no disuelva los vínculos sociales
primarios que permiten un ambiente más rural parece ser una necesidad sentida. Hay en todo ello una recreación
por los espacios rurales, más puros que los urbanos. El Sr. E. da como clave la oposición rural-urbano, decantándose
por la primera. Justifica su elección con el siguiente razonamiento:
"El chico rural es más sano"
"En M .... (la población donde ejerce) la gente es bastante diferente. Hay aquí un contacto diferente, hay
otra realidad: esto es mucho más urbano, como ValIs. Y parece que no, pero, por ejemplo, el chico rural es más
sano, mucho más sano. En M ... me siento poco integrado, porque yo vivó en A .... (un pueblo cerca de M ....) (..).
Aquí conozco gente, vas por ahí, saludas y te saludan, pero lo que es amistad, amistad, no. (...). Si tuviese hijos,
De las estrategias surgen los desplazamientos en el espacio social. Estos desplazamientos no son al azar
porque, por un lado, se impone a los agentes la estructura y, por otro lado, operan las propiedades de los agentes
-propiedades que o bien han estado incorporadas al hábitus o bien se encuentran en estado objetivo, por ejemplo
en forma de bienes económicos o culturales.
Si bien, Bourdieu implica una correlación estadística entre el capital de origen y el capital de llegada, no
justifica un a priori en las trajectorias de los agentes; estas se desviaran, por encima y por abajo, respecto a la
trayectoria del conjunto de los agentes -es decir, la trayectoria modal-."A un volumen determinado de capital
heredado-escribe Bourdieu-correspondeun haz de trayectorias más o menos equiprobablesque conducen a unas
posiciones más o menos equivalentes -es el campo de los posibles objetivamente ofrecido a un agente
determinado-; y el paso de una trayectoria a otra depende a menudo de acontecimientos colectivos-guerras, crisis,
e tc - o individuales-ocasiones, amistades, protecciones, etc.-que comúnmente son descritos como casualidades
(afortunadas o desafortunadas) aunque ellas mismas dependen estadísticamente de la posición y de las disposicio
nes de aquellos a quienes afectan (...), cuando no están expresamente preparadas por determinadas intervenciones
institucionalizadas (...) o "espontáneas" de los individuos o los grupos"20, (la cursiva es del autor).
El hábitus se entiende en relación con el campo social, en la práctica y en relación a la posición social
de salida. En las diferencias dentro de los hábitus individuales reside la singularidad de las trayectorias sociales21.
Esto nos permite entender la infinidad de diferencias singulares ligadas a trayectorias individuales diferentes. En
el fenómeno de la histeresis de hábitus Bourdieu da cuenta del hecho de que el hábitus no funciona siempre ya
que puede hallarse confrontado a situaciones muy distintas de las que ha sido producido.
Si los agentes están dotados de las mismas propiedades y ocupan la misma posición y, por contra, están
separados por el origen, la impresión resultante es la del "desclasado". Es el efecto Don Quijote, citado por
Bourdieu: la de un caballero que pone en práctica un hábitus aprendido en los libros de caballerías, en un espacio
transformado donde ya no se da ese hábitus. Por esto, en el análisis de la trajectoria individual se ha de tener
presenteque la correlación entre una determinada práctica y el origen social es el resultado de dos efectos: el efecto
inculcación, efectuado por la familia, ámbito social primario, o las condiciones de existencia originales; y el efecto
de trayectoria social, efectuado por la experiencia de la ascensión o decadencia social sobre las disposiciones y
las opiniones22.
El efecto trayectoria social propiamente dicho, el que Bourdieu ha definido como el efecto que sobre las
disposiciones y las valoraciones hacen los propios agentes de la ascensión o decadencia social, se mide a partir
del origen social, punto de partida de la carrera profesional . Un indicador relevante para su constatación es el
aprecio y el prestigio de una profesión, el estatus. Este se puede definir de forma operativa en términos de la
valoración subjetiva de adscripició a una clase social, en virtud del tramo recorrido desde el origen social hasta
la posición actual. Si bien, el valor real puede sufrir una depreciación oculta producto de transformaciones
colectiva.
Globalmente, el origen social de los maestros se ha definido por tres características; "origen de clases
medias -sobre todo de clase media-baja-, con una muy fuerte participación de la sociedad rural y con una
significativa presencia del proletariado"23 comparando la procedencia social de los maestros con el resto de
universitarios se observa que el profesorado de enseñanza primaria busca la movilidad ascendente. Esta eficdencia
211P. Bordieu: Ladistinción. Criterios y bases sociales del gusto, Ed. Taurus,Madrid, 1991(2a ed.espanyola), págs. 108-109.
21 P. Bordieu: El sentido práctico, Ed. Taurus, Madrid, 1991, pág. 104.
22 P. Bordieu: Ladistinción, Ed. Taurus, Madrid (1991), pág. 110 y s.
21Carlos Lerena: «El oficio de maestro» en Educación y sociología en España, Akal, Madrid, 1987, pág. 449.
es más claro en los hombres que en las mujeres, ya que estas buscan más el mantenimiento de una posición social
de clase media que no el ascenso. Por contra, esta vía de ascenso es más buscada por los agentes de las zonas
"rurales” que las urbanas. El origen geográfico de este colectivo es, mayoritariamente, las comunidades pequeñas
o medias (las zonas "rurales"). Es así, porque los estudios de magisterio permiten un relativo ascenso social a un
coste no excesivamente elevado y, a la vez, la figura del maestro, en estas zonas, ha encarnado tradicionalmente
la cultura urbana.
: Los cambios colectivos más significativos que se han producido se han dado en la variación del
reclutamiento escolar y social del cuerpo de profesorado ya que se ha producido la feminización del cuerpo,
correlativa a una elevación del origen social. Estos cambios han conducido a la coexistencia en una misma
profesión y posición social de agentes que difieren entre si por su trayectoria social y por las propiedades
correlativas a la propia clase social de partida.2'1
"Ahora, aquí hay que aguantar"
El señor E. considera que la profesión de maestro ha cambiado mucho desde aquel lejano 1954, cuando
el se inició como docente. Y ha cambiado a peor, perdiendo prestigio, autoridad y consideración: "El prestigio y
la autoridad del profesor ha cambiado en los últimos quince o veinte años. Antes en el pueblo el maestro
representaba, evidentemente, a la autoridad por cultura y por todo. (...). Hoy en día el maestro está desvirtuado,
nose leve como un representante de la cultura. El maestro hoy día es como otra carrera cualquiera. Lógicamente,
lagente trae a los hijos al colegio y te tiene cierta cortesía. Pero el maestro está socialmente muy bajo. Le ha quitado
toda la autoridad. Estoes impepinable.(...) Antiguamente no era como ahora. Antes decias una cosa, ibas al padre
y se acabó aquello. (...) Antes (los padres) te decían nunca más. Y también creo que es por la falta de respeto de
los padres a los maestros, que delante de los alumnos hablan mal de los maestros, y además le dicen que aquí, en
casa, olvida lo que te diga el maestro. Hablan del maestro, delante de ellos, sin preocuparse de nada."
En el fondo de un poslcionamento conservador, católico y de recreación de un pasado mejor, no se ha
de entender que haya una variable de edad (que se formularia del tipo: "a mayor edad, mayor conservadurismo").
Sino, como consecuencia de un cambio de posición social, un cambio de trayectoria social con el paso del tiempo,
y por el efecto inculcación, al recibir una educación religiosa y una educación política, donde la primera es una
forma eufemística de la segunda, al menos en parte. Por ello, ya lo hemos citado, se refugia en la Moral y en sus
valores unlversalizados.
En resumen, el señor E. no reacciona a unas condiciones objetivas, sino a unas condiciones aprenhendidas
a través de los principios socialmente constituidos que organizan su percepción. "Producidos -nos dice Bourdieu-
por la práctica de las generaciones sucesivas, en un tipo determinado de condiciones de existencia, estos principios
de percepción, de apreciación y de acción que son adquiridos por la práctica y puestos en acción en el estado
práctico sin acceder a la representación explícita, funcionan como unos operadores prácticos a través de los cuales
las estructuras objetivas de las que son producto tienden a reproducirse en las prácticas."25
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24P. Bordieu: La distinción, Ed. Taurus, Madrid (1991), pág. 358, nota 23.
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El principio rector en la vida académica del profesorado y también en la vida civil, como veremos más;
adelante, es el principio de responsabilidad. Intentando delimitar más exactamente ese principio debemos hablar
de «rigor», y voy a utilizar conceptos que me hicieron preguntar, hace ya muchos años al profesor Tierno Galván,
antiguo alcalde de Madrid y catedrático entre otras muchas cosas, cuando le escuche mencionarlos hace ya
muchos años en relación con el socialismo: «austeridad», «ética», «auto-control humano». En unos momentos
sociales de España en que se propagaban el ocio, la fiesta y el erotismo, el «viejo profesor» venía a defender el
trabajo y la austeridad. Me vino a decir en aquel San Juan Evangelista de los viernes-tarde con el alcalde-profesor
que el socialism ooes asi o no es socialismo. ¡Vaya por Diosj con lo que llevamos visto en la España de los últimos
años.
Pues esos valores que el «profesor» consideraba básicos en su concepción socialista son los valores que
definen la vida académica del profesorado. Indudablemente cabe incluir otros como la transparencia, la bondad
o la entrega, pero posiblemente puedan considerarse derivaciones del rigor y la responsabilidad.
Mediante la aplicación práctica-real del principio de responsabilidad es como se lleva a cabo, como
acontece, loque viene en llamarse «carrera académica». Es decir, mediante un creciente incremento y asunción
de responsabilidades es como se va produciendo la incardinación en el seno del departamento universitario y
posteriormente en el seno del cuerpo profesoral universitario de los nuevos profesores. Todo ello, por supuesto,
en la práctica de una plena vida democrática. Es en una formulación democrática activa en donde se desarrolla
la actividad académica profesoral interna.
Parece evidente que la acción profesoral-docente, la acción de enseñar requiere democracia y libertad,
pero también requiere y en no poca medida, de una imposición cultural-educativa. La mezcla adecuadamente
hecha de «Dirección» y «libertad» es el camino más adecuado para la correcta educación. Y la Educación Superior
es, ante lodo y además de superior, «Educación». Y así, el profesorado universitario que mezcla dosis de dirección
y libertad en su labor educadora, vive en democracia su vida académica en su relación con sus iguales o sus
maestros y se autoexige por común disponibilidad responsabilidad en su quehacer profesoral. Cuán diferentes son
estos valores de aquellos vigentes en otros colectivos funcionariales públicos, y desde luego cuán diferentes de los
prevalentes en el mercado laboral y en el mundo empresarial: el beneficio y la competencia.
Para hacer un breve relato de la carrera académica podemos empezar con el final de los estudios
universitarios del futuro profesor. Con anterioridad a la Ley de Reforma Universitaria el novel licenciado con
méritos suficientes podía pasar a integrarse en las categorías correspondientes de profesorado universitario. Era por
tanto una continuidad lógica de la carrera académica. En la actualidad se ha roto la continuidad a la búsqueda de
mayor exigencia, profesionalidad y formación de los futuros profesores. El licenciado actual debe hacer dos años
de doctorado antes de poder integrase en el corpus profesoral. Con ello se ha roto ligerísimamente el proceso
continuo pero se consigue que el joven profesor tenga una formación más sólida al acceder a la función pública
docente. La convocatoria de las plazas vacantes es pública y notoriamente publicitada y la selección es realizada
por tribunales «ad hoc».
Entramos de esta manera en el tratamiento de una campaña periodístico-política acontecida en España
duranteel año 1993. Consistió ésta en la definición del corpus profesoral como un «grupo profesional» al que podía
calificarse como «endogámico». Ya con las primeras noticias me molestó personalmente lo inapropiado del
término, lo injusto de la calificación y el interés político subyacente que se traslucía con claridad. ¿Qué es eso de
endogamia?. Vayamos paso a paso. Endogámica es una sociedad cerrada sobre sí misma, es un término de uso
antropológico y hace mención a una relación matrimonial interna del propio grupo. Por supuesto que en lo que
afecta a la universidad como grupo, éste es muy libre de casarse entre sí o con quien quiera. Lo que con ese término
quiere decirse es que el cuerpo profesoral va asentando en las plazas vacantes que se convocan a quienes las
ocupaban como interinos o contratados, desde luego con estricta justicia. Con ese término pues se hace mención
a una realidad justa, ética, pero que se quiere degradar ante la opinión del público.
Continuamente se explica en las noticias periodísticas que el 90 por ciento de las plazas resueltas por los
tribunales de oposición lo han sido a favor de candidatos procedentes de la propia universidad. Ello debería
suponer un insulto a la democracia, y un delito cuasi penal; pero, casualmente, no se acusa a los tribunales de
«prevaricación», cohecho, o de delitos perseguibles por la justicia, sino de «endogamia» ¡Qué gran propuesta¡
(Pero es lan difícil entender lo tremendamente lógico que es lo acontecido en la Universidad? ¿Es tan difícil
entender que el profesor con cinco, diez, quince, veinte años o más ocupando una plaza será con un ciento por
cien de posibilidades el candidato más idóneo a esa misma plaza? ¿Es tan difícil entender que el cumplimiento de
la Justicia es lo que corresponde a un tribunal? Pareciera que el Ministerio quisiera ver convertido al cuerpo
profesoral en un gremio trashumante y al no ser así, porque no puede, ni debe serlo, decide elaborar otras nuevas
leyes de reformas.
Quede así brevemente expuesta esta problemálica que deberá ser desarrollada en la investigación y
pasemos a oíros campos de estudio de estas primeras meditaciones previas, que expongo brevemente en aras de
no sobrepasar el espacio exigido,
Otra característica diferencial, ademásde las niuchasque vamos viendo, y un gran campo de investigación
para la construcción teórica de una sociología del profesorado es la de las costumbres, hábitos, modos de vida.
Aquí vuelve a ser patente la enorme distancia existente entre la normalidad, la media, el común de los
mortales y la aristocracia universitaria. El «ethos» aristocrático solamente podemos asignarlo al profesorado
universitario y lo hacemos con la certeza de ser más acorde con los tiempos actuales asignar un comportamiento
aristocrático a quienes lo demuestran por su valia que a quienes lo tienen por asuntos de sangre y de herencia. No
es aristocrático quien lo hereda, sino quien lo merece y lo gana. Lo que define es el mérito dentro de un sistema
de asignación social meritocrático. En una traducción inmediata entendemos el término como el poder del mérito,
asignación de los mejores puestos por los méritos, el esfuerzo y el estudio. Sobre esta plataforma ideológica esencial
de la enseñanza debemos asumir la aristocrática acción vital del profesorado. Cierto es que en los últimos años
se ha asistido a una cierta dejación de algunos patrones de comportamiento; pero, pese a esa época nefanda, se
sigue manteniendo y va recuperándose el «ethos» esencial del cuerpo profesoral.
¿Cómo podemos definir ese *ethos« profesoral? Sirvan a modo de simple aproximación las siguientes
expresiones: vida pública y familiar acorde con la más estricta moral católica, respeto y debida distancia en el trato
con semejantes o inferiores, vestir austero, digno e incluso caballeroso aunque sin estridencias, hablar pausado y
riguroso I api ¡cando el dicho de un Excmo. lefe del Estado Español que solía afirmar: «Uno es dueño de sus silencios
y deudor de sus palabras»), aspecto personal que inspira bonhomía y autoridad, ausencia de desviaciones propias
de los liempos actuales y que tan manifiestas son en los medios de comunicación y en quienes en ellos trabajan
o de ellos viven. No podemos olvidar un término ya utilizado cuando se habló de la vida académica: la
responsabilidad. En estos momentos de absoluta dejación de autoridad es mucho más patente esta virtud. La
responsabilidad exige una aulonomía, un campo de acción y un encargo. Si no se cumple con las obligaciones y
deberes se asumen unas consecuencias ciertas. Existe una responsabilidad, se es responsable de las acciones u
omisiones. Frente a este estado civil de responsabilidad del profesorado es manifiesto un estado degradado en la
conducta humana de españoles con tareas de poder político. La degradación política consiste en un uso
incontrolado del poder con casi absoluta ausencia de responsabilidad. El proceso político vivido en España desde
el paso de un sistema dictatorial a un sistema monárquico parlamentario y su discurrir por los sucesivos gobiernos
de distintos partidos ha consistido fundamentalmente en la desaparición del concepto de responsabilidad, Si nos
apetece decirlo de otra manera, como dicen los chiquillos, «el que la hace la paga». Pues aquí no. hablando del
terreno político, claro. En otro campo nos encontramos al profesorado, cuando ha permanecido fiel a su vocación
y no ha caído en las falacias políticas. Quiero decir, cuando sigue en sus tareas docentes y no las ha abandonado
por unos privilegios políticos en el poder o un partidismo político nefasto para su acción educativa.
La responsabilidad profesoral en los hábitos de vida, hace mención al cumplimiento estricto de sus
obligaciones civiles, aunque también en este aristocrático y dignísimo grupo social aparece alguna oveja negra que
es objeto de mola y escarnio público por su engaño a la ciudadanía, al ejercicio estrictísimo de sus derechos,
llegando a no definir sus voto político en las urnas como prolongación de un apoliticismo necesario en la acción
educadora, a la participación en la vida social de su comunidad, una participación viva y magistral, a la ¡radicación
de valores y conductas dignas, al respeto a los demás seres humanos.
___ KM
3. LAS ENFERM EDADES PRO FESIO N ALES DEL C U ER PO PROFESORAL
En el terreno de la enfermedad hay unas investigaciones publicadas que nos arrojarían luz suficiente. Se
trata del estudio de ciertas enfermedades psíquicas y su especialisima incidencia en el profesorado universitario.
Las más importantes, la esquizofrenia y la depresión
Los motivos de esta especial incidencia en el profesorado universitario se encuentran en las propias
páginas anteriores pero también aparece una explicación social que vamos a reflejar a continuación. El elhos
profesoral, como hemos visto, se corresponde con valores de un social ismo clásico, pero a la par ha sumado valores
aristocráticos, y en una suma de los más humanos aconteceres requiere para sí de lo mas hermoso de los valores
burgueses, aquellos principios que los habitantes del Burgo promovieron para conseguir un desarrollo económico-
productivo de la sociedad decimonónica. Esta suma de valores de tan contrapuesta procedencia no es de fácil
asunción. La armonía propuesta en la propia vida profesoral como ejemplo social de armonización produce un
enorme coste psíquico-social. Esta clase social, independiente de los contenidos que definen a las demás clases
sociales, paga un enorme costo por la propuesta armónica de la sociedad contemporánea.
Propongo denominar a esta clase social como «clase de la cultura». Esta expresión no es novedosa como
todos sabemos, y no pretendo ser el descubridor de la misma, pero sí quiero razonar en su defensa. La clase de la
cultura no está formada exclusivamente por el profesorado universitario, ni seguramente tampoco por el
profesorado de todos los niveles de enseñanza.Será necesario definirel concepto y analizar la realidad profesional-
estructural-social para una delimitación estricta, pero sí observo con absoluta transparencia que nos encontramos
ante el mas paradigmático ejemplo, y la más sustancial representación social de la clase de la cultura. Porque a
esa clase debe corresponder un control y un posesión de la cultura. Posesión, en cuanto propiedad, y control y
administración de la cultura. ¿Quién posee, controla y administra la cultura? El profesorado universitario. El grado
más elevado en esa relación con la cultura es del profesorado universitario. No es exclusiva, pero sí su más
claridivente manifestación.
Esa vieja clase social, nuevamente definida y contextualizada, será tratada en este estudio. Y una vez hecho
este inciso, debemos seguir con las enfermedades profesionales. Hemos mencionado brevemente, aunque sin
nombrarla, a la esquizofrenia. Se debe hacer también breve mención a los peligros del trato con la juventud y a
las depresiones. El continúo trato con la juventud puede conducir a cierta inmadurez del profesor que sólo en el
trato con sus iguales evitará perversiones y enfermedades de la razón, mostrando un estado maduro y adecuado
con sus alumnos. Las depresiones requieren ser tratadas con profundidad. No tengo estudios concretos a los que
referirme pero me consta la existencia de investigaciones sobre el tema que demuestran su gravedad. Me constan
exactamente referidas al Magisterio y establecían un altísimo nivel de bajas por depresiones. Entre las causas de
esta enfermedad destaca, haciendo mención a la parte sociológica de su explicación, la falta de consideración
social. Ese choque terrorífico que sufre el profesorado entre su situación académica y su vida académica, y su
situación social. Y junto a ello la repercusión de los males de la enseñanza, sobre todo el de la masticación. ¿Cómo
puede un profesor enseñar a cientos de alumnos? Se puede mediante la enseñanza a distancia, pero en la clase
continua y cara a cara no es posible la educación. El profesorado que busca esa educación de los alumnos se
encuentra con tal cantidad de ellosque ya no puede buscar la calidad. Eso puede derivar, y deriva en muchos casos,
en una situación anímica depresiva. Por supuesto, cuando hablo de masificación no me refiero a un exceso de
alumnos universitarios en España, sino a una manifiesta falta de profesores. Si algo (alta en la Universidad española,
y esto no es idealismo, son universidades, infraestructura varia, financiación, y sobre todo, profesorado, E incluso
puede afirmarse que faltan también alumnos. Hay todavía pocos españoles que cursen estudios superiores y ello
causa un perjuicio enorme al desarrollo y fortalecimiento de España.
Debemos ir concluyendo estas páginas y no puedo profundizar más en ese impresionante campo de
estudio que es el mundo de las enfermedades. Veamos el último apartado,
4. PARA UNA S O C IO L O G ÍA DEL PRO FESO RAD O
Todas estas reflexiones no son sino un a modo de hipótesis que deben ser contrastadas e incluso definidas
por la investigación empírica. No solamente se trata de contrastar unas hipótesis sino que incluso deben ser
establecidas a lo largo del estudio. Con lo cual quiero afirmar que he profundizado muy poco en los temas. Pero
en cualquier caso es imposible introducirse en la empina sin una delimitación, sin una acción de racionalización
del terreno. Ello es loque he querido ir haciendo en las páginas anteriores, sabiendo que solamente he mencionado
grandes campos de trabajo de la Sociología del profesorado, porque cuando se habla de hábitos de vida, quiérese
decir, estudios de vida, encuestas, entrevistas, reuniones de trabajo para definir preguntas, hipótesis más definidas
y otras muchas acciones del proceso de investigación. Son pues, solamente, una modo de grandes hipótesis. Y con
éstas no he ultimado nada. Hay mil aspectos que debemos investigar. Por ejemplo me llama la atención y además
creo que se le ha concedido poca a lo que puede llamarse «proceso de feminización del profesorado». Como todo
fenómeno general tiene muchas particularidades. La descripción de dónde se produce ese fenómeno y la
proyección futura de mismo nos ofrecerían una perspectiva de indudable valor. ¿Se está convirtiendo toda la
educación en una cosa de mujeres? ¿Lleva camino de convertirse? ¿Al igual que los herederos en otras épocas
históricas serán ahora los varones quienes desprecien los estudios superiores? ¡Faltan tantos estudios para ir
conformando el corpus teórico de una parte de esta disciplina sociológica¡.
lO ó
MORFOLOGÍA SOCIAL DE LOS ALUMNOS QUE TERMINAN LOS
ESTUDIOS DE MAGISTERIO.
OPINIONES, CONOCIMIENTOS Y ACTITUDES ANTE LAS DROGAS
1. IN TR O D U C C IÓ N
El problema de la droga ocupa actualmente uno de los primeros puestos en las preocupaciones de la
opinión pública española. Sin embargo su irrupción súbita en los sectores juveniles de nuestra sociedad cogió a
todos por sorpresa especialmente a los profesores y demás agentes del sistema educativo.
Las consecuencias patológicas de las conductas adictivas y la progresiva consideración de los drogadictos
como «enfermos» sensibilizaron, en primer lugar, al sector sanitario que hubo de enfrentarse, ante la urgencia del
problema, a lodo tipo de adicciones cuyo tratamiento o «curación»revestía múltiples complejidades y reincidencias.
El personal médico-sanitario, se vió obligado a actuar como único resorte institucional de afrontaniiento de
problemas de salud, frecuentemente en fases muy avanzadas, cuyas causas y condicionamientos psico-socioló-
gicos desbordaban ampliamente el ámbito de sus competencias.
Poco a poco se ha ido tomando conciencia que el fenómeno de la droga es un problema social extraor
dinariamente complejo que, además de la sanitaria, incluye otras muchas dimensiones: psicológica, social, eco
nómica, pedagógica, etc... Como en todos los grandes problemas humanos, la educación tiene mucho que ver en
estas situaciones anómalas que comportan el aprendizaje de hábitos de vida no saludables o insanos.
Trás grandes esfuerzos personales y económicos, y reiterados Iracasos en el tratamiento, «curación» y
reinserción de los sujetos ya adictos, se ha ido evidenciando la conclusión de que también aquí, y más
especialmente si cabe que en el resto de las patologías, «más vale prevenir que curar». La prevención, en el seno
de la familia primero, y en el sistema educativo después, representa la fase primera y más decisiva en la evitación
no sólo de conductas adictivas sino en la promoción de lodo tipo de hábitos de vida saludables.
Impedir a tiempo que el problema surja implica la posesión de unos conocimientos y la creación de unas
actitudes que hagan innecesario el recurso a la droga. Ciertamente la situación es muy compleja y tampoco se
puede abordar sólo desde la perspectiva educativa, pero una adecuada socialización infanto juvenil es la mejor
base para el afrontamienlo del problema
Sin embargo la pieza clave de cualquier reforma o política educativa es el profesorado. Si éste no está
formado y motivado, mal puede colaborar. A él incumbe especialmente el momento más importante en el
afrontamienlo pedagógico de cualquier tipo de dependencias; la prevención. Y no como algo aislado o añadido
a su rol educativo, sino como algo sustantivo y nuclear: formar sujetos libres, también de adicciones y
dependencias, capaces de decidir por sí mismos en función de una escala de valores consistente.
Toda la actuación escolar está, pues, condicionada por la formación de los maestros ante la problemática
de la droga. Sin una preparación adecuada las actividades queorganice pueden resultar, incluso, contraprevenlivas,
lal como demuestran diferentes estudios sobre el tema.
Por otra parte, el hecho de vivir en una cultura de consumo «de todo», también de drogas, obliga a que
la Ciruela y, en ella, el maestro tenga que tomar posiciones. No actuar es va aceptar el mundo de diogas en que
vivimos, con todas sus consecuencias.
El Primer Plan Nacional sobre Drogas (1985), recogiendo ideas de la OMS y de la UNESCO afirma
textualmente que «procede asegurar la correcta formación de drogodependencias de tos estudiantes universitai ios
de profesiones relacionadas con esle lema (especialmente sanitarios, psicólogos, sociólogos, educadores,
trabajadores sociales y profesionales del derecho], A esta formación se debe conceder tanta o más importancia que
el reciclaje de los ya titulados, que forzosamente ha de ser minoritario».
Hemos subrayado por nuestra cuenla el último punto del párrafo transcrito porque creemos que se pone
certeramente el dedo en la llaga: «la necesidad y la prioridad# de la «formación» inicial de los maestros como
actividad distinta y anterior a todo posible *reciclaje», que es consecuente y feudatario de la primera,
Con ello anticipamos nuestra hipótesis de que, ante la perentoriedad del problema, se ha empezado la
casa por el tejado dedicando recursos y esfuerzos al «perfeccionamiento» (reciclaje) de los profesores ya en activo
(CEPs) sin haber planificado similares investigaciones, recursos y esfuerzos en la «formación» inicial del
profesorado de modo anterior o simultáneo.
En este contexto se inscriben los objetivos e hipótesis de nuestra investigación.
¿Se forma a los profesores de EGB para conocer y enseñar en el Colegio las materias que integran la
Educación para la Salud, incluyendo la educación sexual y prevención de drogodependencias? ¡Cuáles son sus
conocimientos de estas disciplinas al terminar sus carreras? ¿Desde que asignaturas se les trasmiten tales
conocimientos? ¿Están motivados para ulteriores actuaciones perfectivas, a través de cursos, seminarios, jornadas,
etc...? ¿Cuáles son sus actitudes y expectativas en torno al mundo de la droga? ¿Existe coordinación o
descoordinación respecto su preparación en las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado y el
«perfeccionamiento» o «reciclaje» en los Centros de Profesores a los que acuden cuando ya están en activo? ¿Son
sus actitudes actuales favorables a incorporar curricularniente esta materias?.
Estas y otras cuestiones similares nos planteamos en este estudio de opinión realizado en las tres Escuelas
Universitarias públicas de la Comunidad de Madrid, dos pertenecientes a la Universidad Complutense y una a la
Autónoma.
2. O BJETIVO S Y M ET O D O LO G ÍA
El objetivo general, que se ha subdividido operalivamente en varios objetivos específicos que se reflejan
en los resultados, persigue conocer con el mayor rigor posible, desde una perspectiva sociopedagógica, la situación
actual de los maestros de EGB al terminar sus estudios en las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado
de la Comunidad de Madrid, y su nivel de preparación para el afrontamiento escolar de la prevención de la
diogadición en el contexto de la Educación para la Salud.
De acuerdo con estos objetivos mencionados se ha diseñado una metodología propia de una investigación
exploratoria que busca obtener datos objetivos acerca de la información, actitudes y conocimientos sobre
Educación para la Salud (EpS), prevención y drogas de! colectivo de Profesores de Educación General Básica de
la Comunidad de Madrid al finalizar sus estudios en las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado,
Prácticas incluidas.
Este estudio de opinión se ha realizado a través de Cuestionario y grupos de discusión y se refiere a la
población de estudiantes de ambos sexos, matriculados en el 3S y último curso de carrera en la (res Escuelas
Universitarias públicas de la Comunidad de Madrid: Maria Diaz Jiménez y Pablo Montesino, de la Universidad
Complutense, y Santa Maria de la Universidad Autónoma de Madrid.
La información se ha recogido siguiendo la técnica del muestreo aleatorio, estratificado por especialidad
y Centro, con afijación proporcional para estos estratos y no proporcional para las variables de sexo y edad.
La toma de datos se realizó en los meses de Abril y primera quincena de Mayo de 1992.
El lamaño de la muestra para una población finita de 1720 alumnos que han hecho las Prácticas y terminan
su carrera, resulta ser de 454 sujetos, distribuidos proporcionalmente por Centros y Especialidades de las tres
Escuelas Mencionadas.
De acuerdo con las tablas estadísticas de Arkin y Colton para la selección de la muestra se estableció un
error muestral de + 4%, para un nivel de significación de 0,05 (= 0,05), con un intervalo de confianza del 95,5%,
en la hipótesis de P=q=50.
El tratamiento informático fue realizado por ODEC, SA (Centro de Cálculo y Aplicaciones Informáticas de
Madrid). Se ha planteado como una investigación exploratoria ya que en este ámbito, y referido a educación para
la salud y prevención de drogodependencias, no existen que sepamos ningún estudio de opinión.
3. RESULTADOS
I.- Características sociológicas de los alumnos de Magisterio al terminar su carrera en las Escuelas
Universitarias Públicas de Formación del Profesorado de la Comunidad de Madrid
El colectivo estudiado se nutre de los estratos bajos de las clases medias y aparece mayoritariamente
asociado a la profesión de obreros cualificados, circunstancia que determina su estatus, su nivel de ingresos, y
lambién su «background» cultural y nivel de aspiraciones.
Esta situación de partida hace que su «capital cultural» sea precario y aparezca vinculado casi
exclusivamente a lo adquirido durante sus estudios en las Escuelas Universitarias de Magisterio.
Durante los tres años de su carrera -Prácticas incluidas-, los alumnos han cursado un mínimo de diez
asignaturas por curso, sin incluir las optativas.
Esta inevitable multiplicidad y diversidad de materias les obliga a estudiar un poco de todo sin profundizar
realmente en ninguna de las materias.
Se construye así el modelo de maestro-erudito o maestro-enciclopedia, que explica en buena medida el
bajo índice de lectura, la ausencia de planteamientos monográficos y la precaria estimulación de la creatividad.
Si en las Facultades los «apuntes» son de utilización común, en las Escuelas Universitarias se convierten
en instrumentos obligados, merced a los cuales el profesor realiza el dificultoso esfuerzo de comprimir en períodos
cuatrimestrales contenidos curriculares que exigen de suyo un tratamiento anual.
Los nuevos Planes de Estudio que se están aprobando en estos momentos, diseñan un profesional de
Magisterio especializado según áreas y niveles que, a su vez, tienden a integrarse en Centros Superiores de
Formación del Profesorado (LOGSE) o bien directamente en Facultades de Educación (Universidad Complutense
de Madrid).
El mapa morfológico que define el perfil general del futuro maestro se puede completar con una serie de
características, estudiadas en otras investigaciones ya comentadas, y confirmadas en nuestros «grupos de
discusión»; feminización creciente del magisterio, residencia habitual en su familia de origen, intereses profesio
nales definidos por la «vocación»-y por otras circunstancias extrínsecas más pragmáticas de lasque con frecuencia
no son conscientes: facilidad de acceso, imperativos económicos, pasarela de ingreso en otra Facultad, etc.
Ideológicamente se muestran bastante indiferentes («pasólas») igual que el resto de sus compañeros
universitarios, si bien se identifican más con las posicionesy planteamientos de los «nuevos movimientos sociales»
(ecologismo, feminismo, pacifismo...).
Proceden mayoritariamente de las zonas urbanas del Sur-Este de Madrid, coincidiendo puntualmente la
disminución de matrícula también con la apertura de la Universidad Carlos III de Getafe (pensamos que qu izá esta
podría ser una de las hipótesis plausibles para explicar el descenso de las peticiones de ingreso en las Escuelas de
Magisterio de los últimos años).
De seguir la tendencia actual, pasarían a incrementarla homogamia profesional entre maestros, profesión
en la que, sin embargo, se da el mayor número de solteros/as (Sánchez de Horcajo, 1992).
III.- Educación para la salud y drogas en las asignaturas actuales de los Planes de Estudio. Nivel de
información de los alumnos
De todas las materias que ha cursado el alumno de 3Uy último curso, con sus Prácticas realizadas y ya
virtualmente Diplomado, opina que las asignaturas de suyo más relacionadas con la Educación para la Salud son
las siguientes: Educación Física (para un 41 %); Biología (un 28,4%); Psicología (26%); Sociología (13%).
Así, pues, Educación Física y Biología (Ciencias Naturales) se colocan para un setenta por ciento de los
alumnos a la cabeza del actual cun iculo como fuente más o menos directa de educación para la adquisición de
conocimientos y hábitos de vida saludables. Al menos los alumnos les perciben como más intensamente
relacionadas con la Educación para la Salud.
De la educación sexual, intimamente relacionada con la EpS, especialmente ante el auge en nuestros días
de las enfermedades de transmisión sexual, no se les ha hablado desde ninguna asignatura, según afirma una
mayoría del 55%. Apenas una quinta parle reconocen que han recibido explicaciones desde Ciencias Naturales;
un 14% desde la Psicología y sólo un 4,8% desde la Pedagogía
Resulta evidente que los hábitos de vida saludables no se forman o consolidan con explicaciones teóricas
del profesor, sino creando un «clima» de Centro propicio, en el que se integren todos los recursos personales e
instalaciones materiales: de poco vale «predicar»contra las drogas si también los profesores, administradores,
bedeles... etc fuman o beben ostensiblemente, o si las instalaciones materiales (aulas, bares, comedores, Biblioteca,
etc) son indecorosas o faltas de higiene.
Asi resulta que, ante la pregunta sobre las «condiciones higiénicas del Centro» más de la mitad de los
alumnos contestan que no son las más idóneas para crear y mantener hábitos de vida saludables. Aunque hay unas
Escuelas mejor evaluadas que otras, los porcentajes resultan bástenle constantes.
La mayoría de los alumnos creen que la EpS deberla integrarse en el Currículo actual en las disciplinas
afines, menos de un tercio considera que debería ser disciplina autónoma, mientras que uno de cada cuatro opina
que se podría impartir a través de Cursillos y Conferencias.
La opinión mayoritaria coincide, pues, con la de los expertos-que es también la establecida en la LOGSE-
quienes proponen distribuir la EpS transversalmente a lo largo de los distintos cursos incorporándola a las materias
afines.
En cuanlo a las propiedades para generar «adición» de las distintas sustancias consideradas drogas, nuestro
colectivo establece la siguiente jerarquía; heroína, cocaína, LSD, aníetaminas, alcohol, tabaco, los somníferos, los
inhalantes, los tranquilizantes y, en último lugar, el cannabis (porro).
El orden de peligrosidad, traducido en este caso en «peligro de muerte» reproduce con bastante fidelidad
la jerarquización anterior, con algunas excepciones. Así aparece como ligeramente más «peligroso» el tabaco que
el alcohol, la cocaína sigue ocupando el segundo lugar pero con veinte puntos de distancia de la heroína (78,9%);
los inhalantes son considerados con mucha más capacidad teratógena que los somníferos, que sin embargo siguen
estando valorados como más peligrosos que los tranquilizantes; productos ambos que los encueslados distinguen
y separan.
El objetivo de este trabajo es mostrar la génesis y transformación de la práctica docente durante el ejercicio
profesional en la enseñanza primaria: de arte, como pretenden la formación inicial con su currículum dual (latente
y manifiesto) y la ideología del profesionalismo con su ideal de servicio y vocación, en rutina, como hacen que
sea las presiones de la organización escolar (horario, ratio alumno/clase, recursos, etc.) y la incidencia de la
formación permanente. Solo en una minoría de casos, concentrados por lo general en los ciclos preescolar e inicial,
tal ideal profesional como arte se hace explícito en pedagogías activas e invisibles, que deben compensar las
presiones organizativas con la sobrecarga o intensificación de su trabajo. Para cubrir tal objetivo se establece un
marco conceptual, procedente del campo de la sociología de la educación y de las organizaciones, que se aplica
a los datos extraídos de un trabajo de campo basado en la observación y en un cuestionario administrado entre
profesores de ECB de la Comunidad de Madrid.
1. LA C O N C EP C IÓ N DE LA D O C EN C IA C O M O ARTE Y SU PRÁCTICA C O M
RUTINA
Cuando se pregunta al profesorado por los motivos de elección de su profesión, las respuestas se aglutinan,
invariablemente y en un alto porcentaje, en torno a motivos intrínsecos y altruistas, que podríamos englobar bajo
el nombre de vocación (tratar con niños, ayudar a cambiar la sociedad y continuidad en la institución). Véanse al
respecto los diferentes trabajos realizados sobre el particular, donde las razones intrínsecas, relacionadas con la
satisfacción del trabajo docente, relegan a las extrínsecas, relacionadas con el origen o situación social, a un
segundo y distante plano: Barnusell, 1972; Masjoan, 1974, Ena, 1980; Varela y Ortega, 1984; Ortega y Velasco,
1991 y Guerrero, 1993. Reflejan tales datos dos realidades plenamente asumibles: una estructural, relativa a la
mentalidad profesional derivada de la pertenencia de profesores y profesoras a una profesión, donde la vocación
aparece como un rasgo diferencial; y otra fenomenológica, relativa a la percepción entre el profesorado de la
1Grupo de discusión realizado por Alfonso Ortí y Sonsoles San Román, a quienes agradezco poder incluir esta referencia.
vocación como algo más valorableen el mercado de los bienes simbólicos que la obligación de seguir, por molivos
económicos o académicos, unos esludios poco considerados socialmente.
De la concepción de la enseñanza como vocación y espíritu de servicio se deriva una concepción de su
práctica como arte, como algo a realizar con habilidad y destreza, de una manera intuitiva y creativa y disfrutando
en el proceso de su desarrollo. De hecho, la satisfacción profesional entre el profesorado de primaria se da sobre
todo en la autonomía con que desarrolla su trabajo (92,7 % ; Guerrero, 1993:279). No se trata ya de la tópica
asimilación de la performance del profesor/profesora en la soledad del aula con el monólogo del primer actor/actriz
teatral, sino de una concepción que considera que el trabajo docente fluirá a través del espacio y del tiempo de
la clase de forma natural, como resultado de la posición profesional que otorga una preparación adecuada.
Sin embargo, tal formación se pone en cuestión desde el momento en que el profesorado se encuentra con
el problema inmediato de qué hacer en el aula con sus alumnas y alumnos, en el seno de una estructura de
relaciones sociales y materiales más amplia. Una estructura que comprende desde el mantenimiento del orden en
el aula, a las expectativas de sus compañeros y de los padres en relación con el rendimiento escolar, junto a las
limitaciones de los alumnos, su número y sus demandas, la arquitectura y el diseño de las aulas, así como los
recursos y materiales disponibles. El profesorado se encuentra solo en el aula y, como solución práctica para hacer
(rente a todas esas presiones, opta por la laboriosidad (busyness, Sharp y Green, 1975), consistente en tener
continuamente ocupados a sus alumnos en el aula, realizando trabajos y ejercicios individuales o en grupo que,
a ser posible, no requieran su constante atención y supervisión. Con tal solución, la vocación se disuelve en rutina
(o inercia, si sequiere una expresión más aquilatada y post-modema) y la profesión se enfrenta a la descualificación
que toda racionalidad organizativa suele comportar. En tales situaciones, el profesorado constata y echa en falta
una mayor y más adecuada formación inicial (teórica y práctica)1.
El resultado de todo ello es, junto a otros efectos como la estratificación social del alumnado (Sharp y
Green, 1975:129), la rutinización que define y caracteriza a la práctica docente. Llamada de forma perifrásica
hábito o inercia (Popkewitz, 1987), la rutina consiste en la repetición de una forma regular de técnicas, acciones
y recursos clase a clase, día a día, semana a semana y curso a curso. Una repetición que refleja el horario de un
centro cualquiera, donde las clases se repiten diariamente sin apenas variaciones.
Pero la rutina no solo viene marcada por la disciplina del horario, la rutina se explícita también, y sobre
todo, en los métodos y la regularidad del profesorado, ordenado y reiterativo en sus acciones: los hábitos y las
costumbres constituyen la norma en el quehacer docente, clase tras clase. Como reflejaba el comentario de Ma
Luisa D., una alumna de Magisterio, en su Diario de Prácticas: el plan de trabajo era similar para todos los días.
O, como también escribía Luzdivina L., alumna también de Magisterio (2- de Preescolar): la profesora siempre les
manda hacer un resumen de la unidad en cada lección. En el plano técnico, la rutina se desarrolla mediante el
recitado o explicación de la lección, para lo que el profesor/a se vale, eminentemente, del libro de texto, de leer
las páginas correspondientes a la lección y aclarar las dudas y hacer los ejercicios en el encerado.
Una de las consecuencias de la rutina en el plano profesional es el conservadurismo. La docencia bascula
sobre los mismos hechos y acciones durante un extenso y largo periodo de tiempo, como se puede expresar con
la formulación de Inmaculada F., que en sus Prácticas constataba como el método utilizado por el profesor no era
nada diferente del que utilizaban cuando yo era pequeña. Es como si no hubiese pasado el tiempo en ese aspecto.
La rutina procede del proceso mismo de socialización profesional, donde la teoría tiene poco valor y se
prioriza el conocimiento de receta y el aprendizaje imitativo mediante la observación, Y, al mismo tiempo, de las
condiciones organizativas del sistema educativo, con sus elementos burocráticos, sus condic iones de trabajo y sus
requisitos de ingreso en el aula que posibilita que se realice sin proceso de mediación, no existiendo una
incorporación paulatina. Como elementos conexos actúan la ideología profesional y el reforzamiento de la
formación permanente. Pero veamos todos estos factores y elementos integrantes, así como su manera de actuar
sobre la docencia.
1En el estudio realizado entre el profesorado madrileño, el 47 % y el 54,8 % consideraban la formación recibida en las escuelas
de magisterio inadecuada en lo científico y técnico, respectivamente, frente al 45,4 % y el 31,3 %que la consideraba adecuada.
2. LA FO RM A CIÓ N IN ICIA L Y LA C O N C EP C IÓ N DE LA D O C EN C IA C O M O
ARTE
El magisterio ha visto crecer en las últimas décadas su formación general de ocho a doce años y de
bachillerato elemental a CO U o FP II. Mientras, su formación específica permanecía estable en cuanto a su
duración (tres años), aunque sufriendo una recomposición interna de sus contenidos. Las asignaturas de su plan
de estudios, lo que podríamos llamar currículum explícito, se lian agrupado tradicionalmente en materias
culturales o de conocimientos sustantivos (Lengua, Geografía o Ciencias Naturales), ideológicas o de inculcación
directa (Formación Política o Religión), profesionales o metodológicas (Pedagogía y Didáctica) e instrumentales
o de gestión de cuerpos, espacio y tiempo (Música, Gimnasia/Educación Física o Trabajos manuales); pasando en
los últimos planes a estar la hegemonía de las materias culturales e ideológicas en las profesionales e
instrumentales. De un lado, han desaparecido o pasado a un nivel optativo las materias ideológicas, transformán
dose Esculturales en profesionales (las llamadas» Didácticas especificas»). De otro, dentro del enfoque profesional
se lleva a cabo una redistribución de poderes entre la pedagogía, epísteme en retroceso, y la psicología, epísteme
en ascenso en sus diferentes enfoques evolutivo, conductista o cognitivo. Fruto de la pasión por la metodología,
se produce una retirada de los contenidos sustantivos y teóricos y el triunfo de la lógica tecnocrática (Giroux, 1987;
Guerrero, 1992). No importa tanto qué se enseña, cuanto cómo se enseña; probablemente como resultado de la
creciente preocupación por los problemas de control y gestión del aula. De ahí la también reciente transformación
y potenciación de las materias instrumentales, convertidas incluso en especialidades dentro de los nuevos planes
de estudio.
Todo ello, en medio de una formación inicial de corta duración y carácter asistemático, carente de una
teoría sólida y aquilatada de la transmisión cultural. Se pone de relieve como la pedagogía es cada vez más la
aplicación de la psicología y otras ciencias sociales y experimentales (sociología, física, química o geografía) a la
transmisión de conocimientos. La lógica de esa transmisión, su currículum latente o los aspectos implícitos, ocultos
o no manifiestamente deseados, consiste en una disociación entre teoría y práctica.
El Practicum, piedra angular de la fusión entre ambas, no consigue ciertamente su objetivo. La ausencia
de normas adecuadas que regulen la cooperación entre los colegios y los centros de formación del profesorado
introduce dosis de improvisación en su organización, con tutores sin preparación específica y, en muchos casos,
obtenidos a la fuerza o por motivos pragmáticos. Junto a ello, su brevedad hace que se potencien dos elementos
básicos de la concepción artística de la docencia: el aprendizaje por imitación y la valoración de la improvisación
Como escribía Cristina G. sobre su experiencia en las prácticas: los conocimientos que las Prácticas ofrecen son,
por lo general, superiores a los obtenidos por la didáctica teórica (...) Me maravillaba, así mismo, la facilidad con
que la profesora adaptaba lo programado y aprovechaba el tiempo muerto según las condiciones concretas de los
niños. En ese momento pensaba que yo en situaciones similares me quedaría sin saber qué hacer en más de una
ocasión. Cuando tales técnicas funcionan y solucionan situaciones de gran angustia, los hábitos se anquilosan y,
con la reiteración, toman cuerpo.
Entre las múltiples concepciones de la ideología (Larrain, 1978), parece haber una predisposición a
aceptar la acepción marxista que la liga a la base económica y la ve como la falsa conciencia resultado de la
imposición de la clase dominante de sus ¡deas y visión del mundo, ayudando de esa manera al mantenimiento de
tas relaciones de producción. En sociología de la educación, tales posiciones constituyen todavía un campo
fructífero y numeroso, nucleado en torno a las teorías de la reproducción. En sociología de las profesiones, el
término se utiliza más bién para referirse a las culturas ocupacionales o sistemas de creencias desarrolladas dentro
de la profesión mediante las que los que la ejercen dan sentido a sus experiencias laborales, incluyendo desde el
argot especial y las normas y pautas de actuación laboral, a los sistemas para clasificar y manipular los problemas
laborales y para mantener a distancia a los clientes (Elliol, 1975:139). Para Larson (1979), la ideología profesional,
el profesionalismo, es la asunción por los profesionales del modelo de profesionalidad con objeto de justificar sus
diferencias y privilegios y legitimar sus intereses. El profesionalismo justifica de esa manera su status económico
y social, su resistencia al control público y evasión de responsabilidades frente al cliente, la necesidad de una
preparación especial y la idealización de la cultura profesional.
En el caso del profesorado de enseñanza primaria, a pesar de su posición carencial respecto al modelo
profesional (Etzioni, 1966, les llama semi-profesionales), podemos hablar de una asunción de la ideología
proíesionalista. Por un lado, tal ideología les es ofrecida desde instancias gubernamentales y empresariales para
disuadirle de posiciones radicales y estrategias sindicales en relación a sus condiciones laborales y carrera docente,
actuando, en ese sentido, como instrumento de control. Pero, por otro, los propios enseñantes asumen de hecho
el profesionalismo como estrategia de resistencia frente a los intentos de las citadas instancias de recortes en su
autonomía y proceso laboral. Las mujeres profesoras, por su parte, suelen asumir en concreto el modelo profesiona I
para hacer frente a su relegación frente a los profesores varones, que ocupan las áreas, cursos y cargos de más nivel
en el sector, a pesar de su inferioridad numérica (Ozga, 1988; Apple, 1988; Guerrero, 1993).
Asi pues, podemos entender que los ideales profesionales de servicio, autonomía y trabajo basado en la
preparación especifica están incorporados en la concepción de la docencia que aprenden en su formación inicial,
corla y dominada por la metodología sin contenidos, a través de la transmisión cultural en las escuelas, y del
aprendizaje por imitación adquirido en su experiencia escolar y en el Practicum. Una concepción ideal que
incorporan al ejercicio profesional, donde sufrirá el choque de la realidad y se transformará en rutina.
La carrera profesional, propia de toda institución burocrática, se presenta en la enseñanza bajo la forma
de carrera docente e implica unos procesos de formación permanente o en ejercicio. En tales procesos podemos
apreciar, nuevamente, elementos que refuerzan la práctica docente como rutina. La formación permanente, otrora
reivindicada como derecho por los enseñantes y realizada con más voluntarismo que eficacia en movimientos de
renovación pedagógica y escuelas de verano, está hoy en día institucionalizada. Los Centros de Profesores (CEPs)
son, desde su creación en 1984 (BOE: 24-11 -84), los canales entre las administraciones educativas y el profesorado,
sirviendo de cauces entre los deseos de la administración y los del profesorado y certificando las credenciales
requeridas para la carrera docente administrativa: sexenios docentes y cambios de puestos de trabajo. Tales
elementos, meritocracia y credencialismo administrativos, podemos decir que constituyen el curriculum oculto de
la formación permanente, coadyuvando a la rutinización de la práctica burocrática docente. De la observación
de los programas ofertados por los CEPs se puede obtener un curriculum explícito formado por una serie de materias
que refuerzan los aspectos metodológicos y administrativos sobre los teóricos. Asi, los cursos insisten en la
formación didáctica, en la psicológica (sobre todo conductista y cognitivista) y en la organización escolar desde
el punto de vista de la gestión (administración burocrática). Los curso teóricos, de contenidos sustantivos, brillan
por su ausencia. Se pueden ver cursos sobre la Didáctica de la Lengua o sobre Biblioteconomía, pero ninguno sobre
Lengua y Literatura o Historia de España. En el ejercicio profesional se considera Irrelevante la puesta al día de
conocimientos o enfoques teóricos, frente al concocimiento de su didáctica o modo de transmisión, coadyuvando
de esa forma al anquilosamiento de los conocimientos y a la mera gestión del orden en el aula.
T é c n ic a s C o n ju n t o P ro fe so ra s P ro fe so re s P re e sc o la r In ic ia l M e d io S u p e r io r
Fuenle: Guerrero. 1993 (En negritas, las técnicas predominantes por ciclo o género)
El trabajo cotidiano en el aula se explícita en las diversas técnicas didácticas, que constituyen las pautas
en que la práctica docente se manifiesta. Las respuestas de una muestra representativa de profesores/as de ECB de
la comunidad madrileña a la solicitud de que citasen las técnicas que más utilizaban y que les definían
profesionalmente, ponen de manifiesto esa rutina y uniformidad que se establecía al comienzo. El uso mayoritario
que se hace de lo que se llama explicar y tomar la lección o tiza y pizarra, así lo indican, por ser técnicas más
ostensibles y coercitivas y que, por sus características, suponen mayor extensión temporal y reiteración de tareas.
Su uso es mayor entre el profesorado mascul ino y entre el situado en los ciclos medio y superior. En mucha menor
medida se utilizan las técnicas menos directivas y más globalizadoras, como los centros de interés, el trabajo con
material reciclable, la lectura y el juego libre o las canciones infantiles; y, cuando se hace, lo es por el profesorado
situado en preescolar y en el ciclo inicial, mayoritariamente femenino. De acuerdo con los trabajos de Sernstein
(1985) sobre los códigos educativos, podríamos identificar ambos grupos con las pedagogías visibles e invisibles,
cuya diferencia básica yace en la manera en que se transmiten y en el giado de especificidad de los criterios. La
pedagogía visible tiene unos criterios más específicos y una manera de transmisión más explícita que la pedagogía
invisible, de criterios más difusos y transmisión más implícita. Desde el punto de vista del proceso laboral existe,
además, una diferencia importante: las profesoras y profesores de preescolar que practican la pedagogía invisible,
deben pagar con la intensificación de su trabajo (Apple, 1988) su enfrentamiento a la organización escolar,
dedicando un mayor tiempo en sus casas a la preparación de las clases y, por lo general, una atención constante
durante el transcurso de las mismas.
En definitiva y recapitulando brevemente lo expuesto hasta aquí, podemos apreciar que la pedagogía
realmente existente es mayoritariamente visible y rutinaria y solo en una reducida parte invisible y creativa La
práctica docente se presenta sumamente dividida, aunque no en partes iguales, tanto en sus contenidos como en
sus métodos. El |>eso de los diferentes métodos utilizados varía según el género y el ciclo del profesorado. Todo
ello, en el marco de una formación no muy extensa, que solo recientemente comienza a ser complementada con
una formación permanente de entidad, aunque orientada hacia la carrera docente. Las coincidencias que Elizabeth
J. Hatton (1988) ha encontrado entre el trabajo docente y el bricolage, caracterizando a ambos por sus prácticas
conservadoras, una creatividad limitada, el uso inapropiado de recursos y la ausencia de una concepción teórica
de su labor, vienen a profundizar en las causas intrínsecas de tales prácticas. Hatton viene a coincidir con los
analisis hasta ahora realizados en el trabajo, al situarlas en la socialización anticipatoria previa a los estudios de
magisterio; en la formación inicial, donde las técnicas y el pensamiento analítico se disocian; en la inexistencia
de una teoría educativa consistente; y, por último, en la naturaleza constreñida del trabajo escolar. Unos orígenes
y una socialización que construyen un maestro y una maestra más dispuestos a servirse de lo que tienen que a lomar
iniciativas creadoras y que en los mismos fundamentos de su formación inicial llevan implícitos los elementos que
van a servir para que, en el ejercicio docente, se cambie la concepción idealista de la docencia como arte en una
práctica rutinaria. Sobre todo si se tienen en cuenta las presiones organizativas y el reforzamiento que reciben de
la formación permanente.
Hasta qué punto es posible implementar un modelo de formación que evite la rutina y convierta el
pragmatismo y presentismo que la sustentan en una teoría y práctica de la transmisión educativa creativa es algo
que solo se puede intentar desde un cambio que modifique la tradición existente, de manera que se dote al
profesorado de unos instrumentos teóricos y metodológicos que le sitúen en condiciones de comprender y
desarrollar creativamente su trabajo. En otro trabajo (Guerrero, 1992) se han adelantado algunas posibles
directrices, como poner mayor énfasis en los aspectos teóricos de la formación, sustrayéndola de lo utilitario, de
los cómos y el conocimiento de receta, con objeto de corregir los vicios adquiridos en la socialización primaria
y dotar al profesorado con un marco teórico adecuado en el que desarrollar su labor. Para ello, habría que tratar
en más profundidad las materias culturales, para comprender las bases sociales y teóricas del conocimiento y de
su transmisión; y con más integración, como corresponde a una realidad y una enseñanza global izadas. Las
1La enseñanza es la única ocupación en la que sus practicantes han sido socializados y han conocido larga y extensamente a oíros
practicantes en su lugar de trabajo
materias profesionales deberían ser más analíticas y reflexivas y menos conductistas. A las instrumentales habría
que darles su pleno sentido de desarrollo expresivo y creativo, más allá de su función de gestión y control. Habría
que mirar con detalle las nuevas tecnologíasque,apesardesuhálitode modernidad y aparente neutralidad técnica
pueden acarrear la dependencia tecnológica y la introducción cultural foránea, como se puede ver ya en las nuevas
tecnologías de la información, suponiendo asimismo la posibilidad de transformar al profesor en mero facilitador
de programas realizados fuera de su ámbito espacial y cultural. Porúltimo, habría también que situar el Practicum
al final de la formación. Un modelo a considerar en pleno inicio de la reforma educativa que, asimismo, debería
tener en cuenta la formación del profesorado en ejercicio que, socializados en otros ámbitos, debe reciclarse y
adaptarse a los nuevos cambios. Con todo ello, la formación podría con la organización y el arte con la rutina.
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ANÁLISIS DE LAS CONDICIONES SOCIALES DE LA MAESTRA EN
"EL AMIGO MANSO" \ "EL CABALLERO ENCANTADO" DE CALDOS
IN T R O D U C C IÓ N
Nuestro propósito es lograr otro tipo de información distinta a la que hasta ahora hemos manejado: la
legislativa. Pensamos que un análisis de las leyes sobre los avances producidos en distintos períodos en favor de
la educación de la niñas ha puesto de manifiesto, en cierta medida, las posiciones ganadas por la maestra. Pero
no debemos pecar de ingenuos confiando en la legislación como vehículo capaz de transportarnos a la verdad
histórica acerca de la realidad social que sitiaba el ejercicio del magisterio en las mujeres. Pensamos, pues, que
para conseguir una imagen clara y fidedigna sobre las condiciones sociales de la mujer en el siglo pasado, resulta
imprescindible subir el telón y ver desfilar por el escenario a personajes literarios. El los nos darán una información
más objetiva y real sobre cuestiones que resultan de nuestro interés: desprestigio de la profesión; consideraciones
sociales acerca del trabajo asalariado; motivos que empujaban a las mujeres a la elección del oficio de maestra,
así como las limitaciones y causas individuales y sociales que les hacían cambiar de idea y desviar sus pasos hacia
un futuro más fírme; funciones sociales que se consideraban apropiadas para cada sexo; conocimientos que debían
o no adquirir las maestras, dada su supuesta naturaleza femenina; cualidades que se consideraban innatas en la
condición de mujer e idóneas para ejercer como maestra; control social; y, por último, algunas consideraciones
acerca de las características de la masculinidad, así como de las funciones sociales otorgadas al hombre.
El análisis literario nos facilitará las piezas que nos lleven, al final de este trabajo, a recomponer el
rompecabezas de un aspecto del magisterio que no ha sido estudiado en nuestro país desde la perspectiva de
género.
G A LD Ó S
1 EL AMIGO MANSO
El relato transcurre a partir de la década de los años 80, en el siglo XIX. Los hombres tenían acceso a la
cultura', al tiempo que se encargaban de la educación de los varones. En contraste, a la mujer sólo se le permitía
la entrada en un terreno acotado, el de la infancia, considerado propicio para su destino: la maternidad, el hogar
y los hijos; y, por añadidura, el magisterio. Las maestras sólo se hacían cargo de la educación de las niñas,
entendiendo esta como una extensión de la idea de maternidad. Y dado que los conocimientos exigidos para ser
maestra estaban por debajo de los que se pedían a los maestros1 podemos deducir que las niñas recibían una
instrucción muy inferior a la de los niños.
El personaje central del libro esel amigo Manso, catedrático de filosofía y krausista, que, como tal, muestra
gran interés por el tema de la educación tanto del hombre como de la mujer, asi como por los métodos de
' «Hablan de la juventud m asculina (...) de su alejam iento de la familia, d e la tendencia anti-doméstica q uedelerm ina en nosotros
el estudio, los cafés, los casinos...» Pérez C a ld o s, B .: £/ amigo manso, M adrid. Ed. A lianza Editorial, 1991. pág, 109.
'E n el periodo histórico al cual se refiere Cald os se encuentra vigente la Ley M oyano. La ley regula la con ven ien cia d e crear
Escuelas Norm ales femeninas (arl. 114) reconociendo, por vez prim era, la necesidad de que las maestras reciban una lormación
pedagógica. Las medidas lom adas dejaron la instrucción d e la m ujer en condiciones de interioridad con respecto al hombre. Por
un lado, las Escuelas N orm ales podían ser incompletas; por otro, el establecim iento de estas Escuelas Normales femeninas no era
contem plado com o obligatorio. Por último, las asignaturas orientadas a preparar al hombre en el m undo del trabajo se suplen en
los programas femeninos por asignaturas cuyo objetivo se centraba en preparar a la m ujer para cu m p lir con más acierto su misión
en el interior del hogar. Para ella sólo se pedía una instrucción m ínim a con el objeto de realizar con acierto su destino de esposa
y madre.
enseñanza: »No es verdaderamente maestro el que no se hace querer de sus alumnos, ni hay enseñanza posible
5¡n la bendita amistad, que es el mejor conductor de ¡deas entre hombre y hombre»3.
En Irene, Manso cree ver al personaje femenino que se alza en el ideal de mujer para los krausistas: «He
aquía la mujer perfecta, la mujer positiva. La mujer razón, contrapuesta a la mujer frivolidad, a la mujercapricho»1:
una mujer instruida, una maestra’ e institutriz4, que podrá influir de manera positiva en la educación de sus hijos;
una mujer culta, una esposa ideal:
«¡Bendita providencia que a tantos dones eminentes añadió en aquella criatura el de la salud, para que
respondiese mejor a los fines humanos de la familia!. El que tuviese la dicha de ser esposa de aquella escogida entre
las escogidas, no se vería en el caso de confiar la crianza de sus hijos a una madre postiza y mercenaria».7
Aunque ios krausistas defendían la educación de la mujer, pensaban que su destino era el matrimonio y
la maternidad: «Usted se aburre, ¿no es verdad? Usted es demasiado inteligente, demasiado bella para vivir
asalariada»*. Convencidos de que la mujer constituía una pieza clave para regenerar la nación, y conseguir un
cambio social radical, enfatizaban sobre la importante influencia que ella producía en el interior del hogar, tanto
sobre los hijos como en el marido. En Irene el amigo Manso creía ver una serie de cualidades femeninas:
.persuasión, paciencia, dulzura, prudencia»’ que perfilaban tanto sus actitudes de maestra como de buena
candidata para ser madre de familia.
Los discípulos de Manso eran siempre varones. Por una casualidad conoce a Irene y, sin llegar a ocuparse
de su educación, se interesa por ella: «Tenía doce años (...) yola mandaba leer y me asombraba su entonación y
seguridad (...) lo bien que comprendía los conceptos (...) me mostraba un discernimiento superior a sus años. Era
el bosquejo de una mujer bella, honesta, inteligente (...) su palidez, su mirada afanosa, me revelaban necesidades
de otro orden, de esas que no se satisfacen con lecturas ni admiten sofismas de espíritu (...) tenía hambre».10
Irene, mujer inteligente" que quedó huérfana muy joven bajo la custodia de Doña Cándida -personaje
venido a menos tras la muerte de su marido, que busca toda clase de embustes para ganarse la vida y conseguir
dinero-, representa a la mujer que lucha por labrarse un futuro para cambiar de vida y ascender. Su ingenuidad
juvenil le hace concebir que el camino de la cultura es el de la igualdad entre hombres y mujeres; por ello, lo elige
como medio de emancipación, para llegar a saber lo que los hombres saben. Primero se hace maestra, y después
institutriz, confiando en que esto le permitirá cambiar su mísero modo de vida: «Mis ilusiones eran instruirme
mucho, aprender de todas las cosas, saber lo que los hombres saben»13. Los problemas de tensión interna co
mienzan cuando Irene se da cuenta de que no tiene vocación de maestra, al salir de la escuela de institutrices:»¿Qué
puedo hacer yo con mis sabidurías?. No. yo tenía vocación de maestra»13.
La decepción y el escepticismo se encarnan en ella y comienza a aparecer la mujer práctica que encuentra
un buen partido, con porvenir, y opta por la vía del casamiento. Esta reflexión nos resulta sumamente interesante
¿Vocación o necesidad?
Ante el espectáculo social descrito por Caldos -en el cual Irene toma la decisión de ser maestra tanto por
la necesidad imperiosa de labrarse un futuro que le permita escapar de un medio social que no le satisface, como
por la influencia de su maestra-, existen varias cuestiones que nos debemos plantear. En primer lugar, resulta un
tanto ingenuo suponer que todas las mujeres que permanecieron en el magisterio lo hicieron por vocación, y, en
este sentido, la novela muestra que no es tanto la vocación como la necesidad lo que empuja a Irene hacia esta
elección. En segundo lugar, debemos considerar que aquél las que continuaron siendo maestras lo hicieron por dos
motivos fundamentales: o bien, porque tenían una tremenda vocación (vocación sacerdotal que diría Lerena),
dadas las desigualdades económicas y laborales impuestas a las que optaban por este camino; o, por el contrario
lo hicieron, sin tener demasiada vocación, por las dificultades de encontrar otras salidas.
Debemos resaltar nuevamente que, a diferencia de la mujer del siglo XX, la mujer descrita en la novela
de Galdós sólo tenía una posibilidad laboral de acceso a la cultura: ser maestra; y ello, en un contexto que la
discriminaba tanto en el marco económico, como en el social, (Ventea un hombre protagonista con plenos derechos
culturales y sociales. En este sentido, el ejercicio de su profesión de maestra es fiel espejo de las funciones que se
le atribuían a la mujer en el interior del hogar, donde se encontraba sujeta aun papel de dependencia e inferioridad
por las funciones sociales que debía cumplir: cuidado de la casa, educación de los hijos..., y todo ello a tiempo
completo.
Al igual que en el hogar resulta un elemento imprescindible por sus supuestas cualidades femeninas,
consideradas innatas, en el mercado laboral constituía una pieza de vital importancia para reproducir en las niñas
la cultura femenina, y cumplir, con ello, mejor el destino que se le imponía: el matrimonio, la maternidad.
Recordemos que la Ley Moyano, vigente hasta la nueva ley de 1971, recogía un currículum para la educación de
14Cuando M anuel com unica a su m adre que quiere casarse con Irene ella d ice: «M anuel ¡que pillo, que ingrato hijo (...) es para
matarle (,..| se quiere casar con una maestra de escuela (...) un c h ico com o él tan listo y de tanto mérito (...) adiós carrera, adiós
porvenir (...) D ígale usted que no quiero maestras ni literatas en mi casa, y que m ire por su porvenir por su carrera (...) com o si
no tuviera hijas de marqueses para elegir (...) me muero si se casa con esa.« O p . Cit. págs. 268-270, Se refleja la m ala imagen
que tenía toda m ujer con pretensiones d e sabia: «No me gustan las personas sabias., ¡una licenciada, que asco!», La sabiduría
es para los hombres; la sal, para las m ujeres. Idem pág. 279.
lS ldem págs. 136-137.
"•Idem págs. 259-260.
las niñas donde se daba prioridad a las «labores propias de su sexo», «la higiene»... (art. 2 y 4) frente a las materias
exigidas a los niños, encaminadas a insertar al varón en un mercado laboral con amplias posibilidades de ascenso.
El destino de la mujerera considerado como único y uniforme, mientras el del hombre le permitía desplegarse en
un espacio abierto: el trabajo; y replegarse, cuando lo desease, para descansar en un espacio privado: el hogar.
Otro punto que resulta de interés consiste en analizar las condiciones de vida, sociales y económicas que
constriñen el trabajo considerado por Caldósen su narración: el de institutriz, muy semejante al de maestra, dadas
las funciones exigidas a la mujer. Para ella no existía linea de división entre la esfera de vida pública y la privada;
una y otra constituían una sola realidad a la que sin temor a equivocarnos podemos dar el nombre de control. Su
Yo y su personal ¡dad requerían un espacio de libertad para desplegarse, que en su caso se convierte en un espacio
negado. Es entonces cuando aparece la mujer oculta, encerrada en sí misma, que utiliza como arma el
enmascaramiento, y consigue engañar a cuantos la rodean: «Yo siempre he sido muy metida en mí misma no
se me conoce bien lo que pienso. ¡ Me gusta tanto estar yo a solas pensando mis cosas! (...) yo me guardaba de
contarle a usted mis pensamientos (...) Usted veía y admiraba en mi a la maestra (...) Yo quiero sei feliz como las
otras (...) yo he visto a otras que se han casado con hombres de mérito y de buena posición. ¿Por qué no he de ser
yo lo mismo?»1’.
¡\ qué ocultaba Irene?: deseos, pasiones, ansiedad, amoríos, insatisfacción, y el ansia de encontrar una
posición acomodada por medio del matrimonio; pensando que el hogar era el espacio ideal donde podría
manifestarse a sí misma. Debemos destacar que en este sentido el matrimonio puede ser entendido como un refugio
social para la mujer: «las cualidades de Manuel debían de producir en usted efectos de otro orden, porque siendo
él un joven de gran porvenir, y que ya ocupa excelente posición en el mundo, debía usted de sentir alagado su amor
propio, debía de sentir además algún estímulo de ambición (...) ser la mujer de un hombre notable, rico y rodeado
de preeminencias mundanas»'".
Hemos hablado del control que se vertía sobre la mujer, que en el caso de ejercer un oficio como el de
maestra, o institutriz, era aún mayor, dada la rigidez de principios morales imperante en la época que exigían de
la mujer comportamientos dignos y sujetos a las normas sociales establecidas. Reflexionando sobre el control
individual al que se encontraban sometidos estas mujeres, no debe extrañarnos la afirmación que Apple hace al
considerar que aquellos trabajos feminizados suelen ser controlados en exceso;siendo este el caso del colectivo
de maestras:
«A medida que los empleos (...) sean ocupados por mujeres, mayores serán los intentos de controlar desde
fuera tanto el contenido de estos trabajos como el modo en que se hacen»
Hay que matizar que el control al que se refiere Apple no es moral, sino económico. En efecto, Apple afirma
que cuando una profesión se masifica de mujeres se disminuye el pago, el empleo, se baja la cualificación y se
controla más. Y todo ello se debe a que aquellas actividades definidas como femeninas tienen lugar en una época
donde se requieren pocas habilidades para su aprendizaje. Ello hace que el trabajo femenino se considere inferior
y se haga difícil el reconocimiento de las habilidades20. Para el trabajo de maestra, en la época relatada por Caldos,
se exigían menos conocimientos y habilidades que para el de maestro, recibiendo las maestras un sueldo muy
inferior al de aquellos por tener peor preparación. Por esta razón, he creído conveniente citar el problema de la
cualificación exigida a la mujer para el desempeño de un mismo oficio: el de maestro-maestra.
El control que sufre Irene en casa de su tía le lleva a aceptar el trabajo de institutriz como medio de evasión:
«Cuando habló usted con mi tía para que fuera yo a educar a las niñas de Don José, acepté; no porque me gustara
el oficio, sino por salir de esta cárcel tremenda, por perder de vista esto y respirar otra atmósfera. Allí descansé (...)
pero mi imaginación no descansaba^'. Posteriormente el control y asedió, junto a otras cuestiones de vigilancia
2. EL CABALLERO ENCANTADO
2.1. INTRODUCCIÓN
El inlerés de la novela estriba en que nos permite comparar desde la variante género las características de
las maestras en relación a las de los maestros. En la maestra hay una falta absoluta de pensamiento político, sólo
se da en ella interés pedagógico. Para ella el sentido de vocación implica protección, cuidado y dedicación
absoluta a la primera infancia; mientras que el maestro ensena a los niños con otro criterio más acorde con sus
características masculinas.
A diferencia del Amigo Manso encontramos en esta novela a una maestra que elige su profesión por
auténtica vocación, y que en ningún momento pierde la vocación; más bien, al contrario, la afianza sobre la
necesidad de crear un cambio social en las generaciones que han de venir y crecer junto a su hijo para el que desea
la profesión de "maestro de maestros».
Las referencia a las condiciones de vida material, la pobreza y el abondono de los pueblos21a que ambos,
maestra y maestro, con destinados, es constante; y mientras que en el maestro esle ambiente le hace «rendirse al
cansancio y la miseria del pueblo#2'1; a la maeslra le hace encerrarse más aún en su profesión con el objetivo de
escapar del tedio.
2.4. ESPAÑA
Entiende que el problema más apremiante de la España de primeros de siglo gira en torno a la falta ele
instrucción y preparación que define a la clase obrera; es necesario crear escuelas que se cuiden de su educación.
La Madre-España refleja la estreutura social de España. Estamentos fijos donde las clases más altas se
muestran incapaces de comprender, y menos aún de valorar el modo de vida de los proletarios, que ocasiona
tremendas injusticias sociales sobre la base de esta incomprensión,
La creacción de esta figura literaria le permite mostrar el amor por su patria, y el supuesto fondo de
creencias e ideas que llenan el corazón de esta Madre que debe velar y cuidar por cada uno de sus hijos, opuestos
entre ellos por sus ideologías. Frente al cuidado y amparo que la madre tiene con cada uno de sus hijos se oculta
un pensamiento político claro y cristalino que representa la igualdad, la justicia.... el pensamiento republicano.
Ella ludia contra la injusticia y por ello se ve obligada a castigar o encantar a los que «dotados de inteligencia -
y no a los perversos y los tontos rematados- sufren pereza mental (...) y relajación de la voluntad»,
Los personajes más influyentes se encuentran representados por mujeres: España habla a través de un
personaje femenino que ampara y protege a Tarsís-Gill ayuda a descubrir la verdad, la esencia de la vida, a apartarse
de la apariencias y el engaño presentes en la sociedad española para luchar por conseguir la felicidad, el amor,
la igualdad; todos aquellos elementos que representan la cara contrario del materialismo y que entienden la
necesidad del trabajo, de la actividad como medio necesario para subsistir contra la España de privilegios
concedidos en base al origen social de los hombres. La figura de la Madre refleja un elemento pol ítico de trasfondo
republicano: «no niego mi presencia a ninguno de los que se dicen mis hijos (...) A su lado me tienen nobles y
villanos (...) a todos me debo»54.
En un momento de la novela la Madre-España dice que encantará a los políticos que no cumplan con
acierto su misión y se aprovechen de su condición: «políticos de esos que rigen grupos o partidos, irán por una
temporada a sudar el quilo en bajos oficios de carteros o peatones (...) Excelentes músicos hay entre vosotros; pero
raro es el que toca el instrumento que sabe, y armais unas algarabías que me vuelven loca. Vivís en ciega ignorancia
de las verdades fundamentales»55.
España, representada por la imagen de la Madre, le aconseja y dirige, él la busca afanosamente cada vez
que se encuentra perdido: «¡Madre mía, socorreme! (...) Madre querida (...) al fin has dado a tu pobre hijo el
consuelo de tu presencia»56. La Madre representa la maternidad en su grado absoluto, la justicia, la igualdad social.
Muy claras son las palabras de la madre en relación a las consideraciones sobre la infancia y la educación
que hemos recogido al comienzo: «en los tiempos que corremos, Gil, los niños mandan. Son la generación que
ha de venir; son mi salud futura; son mi fuerza de mañana...»57. El personaje de la Madre envejece bajo el sufri
miento que le causa la injusticia con la que sus hijos son tratados; «en esta injuriosa degradación a que me han
traído tus hermanos, más bien soy tu abuela que tu Madre»51. La sociedad oligárquica alcanza su máxima denuncia
2.5. LA MAESTRA
Aunque a partir de 1900 se igualan los planes de estudios en las Normales masculinas y femeninas la
mentalidad social tendían a identificar a la mujer con la educación de la primera infancia. La figura de la maestra
aparece relacionada con este tipo de educación. Pascuala, en su aldea de Calatañazor, enseñaba a los niños
abandonados por la España oficial.
Como maestra representa a la mujer con tintes de cultura superior a la recibida por la mujer española de
la época. En Cintia-Pascuala encontramos las características femeninas que se alzan en ideales para hacerse cargo
del cuidado de la infancia: es dulce, alegre, espontánea, sabe hacer reír a cuantos la rodean. Como maestra debe
cuidar de la «crianza mental de los niños», El papel de Pascuala como maestra es muy importante y una vez que
se ha librado del encantamiento y el castigo y ha vuelto a la condición social inicial dirá a Tarsis «construiremos
veinte mil escuelas aquí y allí, y en toda la redondez de los estados de la Madre. Daremos a nuestro chiquitín una
carreia.,.»'10. Es, pues, ella, y no él, la que muestra interés por la educación como elemento de cambio y renovación.
A la maestra le asigna Galdós unas funciones sociales de crianza que revelan la existencia de un elemento
que concibe la educación, dirigida por una maestra, como extensión de maternidad. Cintia-Pascuala se refugia en
los niños y es incapaz de escapar, en un primer momento, con Gil, porque en ella puede más el amor a los niños
que el anior por Gil. Es el sentimiento de maternidad, junto con la vocación que siente por su oficio, el que se
apodera de ella:
«De súbito aparecieron, corriendo y brincando, niños y niñas (...) el enjambre no tenía fin (...) la turba
rodeó a Cintia; innumerables manecillas se agarraron a la falda de la maestra (...) chillaban "Pascua, nuestra miga,
no te vas (...) no dejar tus nenes (...) ven con niños tuyos" (...) algunas criaturas subían hasta el cuello de la maestra,
y la oprimían con sus brazos y apretaban sus caritas contra el rostro de ella (...) no me dejan.,.Vete Gil, no puedo...
Esclava soy de esta menudencia*1'1
2 6. ¿ES CASUALIDAD QUE GALDÓS ELIGIESE PARA HÉSPERO UNA MAESTRA COM O MADRE?
En lo referente a este tema resulta muy claro en Galdos la influencia de los hombres de la I.L.E. Una mujer
con cierta cultura resultaba decisiva para la educación de Héspero, un varón que representa el futuro, el progreso
y una mujer, su madre, que enfocará los caminos que deberá tomar hasta cumplida cierta edad.
El oficio de madre resula más competente si lo lleva a cabo una maestra, decisiva en la inculcación de
la cultura de Héspero que representa el «alma de la nueva España»^. La mujer, como hemos visto al tratarel tema
de la maestra, resultaba una candidata ideal para hacerse cargo del cuidado de la infancia dadas sus supuestas
cualidades femeninas.
2.8. EL MAESTRO
Está representado por un personaje llamado D. Quiboro. Mientras que al hablar de la maestra en ningún
momento hace referencia a su sueldo, si lo hará al hablar del maestro: «agraciado por la España oficial con el
generoso estipendio de quinientas pesetas al año»“ . Recuérdese que en 1887 los maestros aún cobraban de los
ayuntamientos, y que hasta 1901 no se declaró una obligación del Estado hacerse cargo de sus sueldos, y se aprobó
por las Corles e incorporó por ley a los presupuestos de 31 de diciembre de 1901“ .
El prestigio social del maestro, queda reflejado al final de la novela. Es entonces cuando un proletario,
victima de la justicia y el abuso del poder, procede a contar al maestro la historia de su vida; pero antes de hacerlo
le mira fijamente y pregunta: «¿es de la curia?». A lo que el maestro responde «Cálmese buen hombre (...) yo no
soy de la justicia; soy de más abajo; pertenezcoa la última fermentación de la podredumbre del Reino... Ya ve Usted
por mi pelaje cómo acaban los que, enseñando a la infancia, allanamos el suelo para cimentar y construir la paz,
la ilustración y la justicia»1’’ .
Al final de la novela también se hace referencia a la falta de reconocimiento social a la labor del maestro
cimentada en el escaso interés que en la España de primeros de siglo se depositaba en la educación ofrecida por
el maestro: «rendido a su cansancio y a la miseria del pueblo no enseñaba cosa alguna a los chicos, y les entretenía
contándoles cuentos para que adormecieran el hambre»0'. El entusiasmo por la profesión de magisterio que tiene
Cintia-Pascuala no lo tiene D. Quiboro.
Cuando la escuela se queda sin niños, el maestro se queda sin sueldo y se ve obligado a vivir como un
vagabundo, llegando a ser detenido por la guardia civil acusado de haber robado unas cebollas:
«Vea usted el premio que dan a una vida consagrada a la más alia función del Reino, que es disponer a
los niños para que pasen de animalitos a personas... y aún a personajes (...) en Buenos Aires, en Méjico (...) viven
ricachones que fueron desasnados por mi, y que bajo mi palmeta, hoy en desuso, aprendieron a distinguir la «e»
de la «o». Y en esas Corteso Senados de Madrid),..) algunos hay que llegaron cerrilesa mis manos, y deellas salieron
bien pulidos de lectura y escritura, con algo de aritmética (...) Dos generaciones de gaitines han pasado delante
de mi con los oídos tapados a mis quejas, y sólo me atendieron a medias y de mala gana cuando reclamaba yodos
años de atrasos, dos de paga (...) que me debía el ayuntamiento»'’5
«Heme aquí errante, sin hogar ni más ropa que la puesta y esta manta, atenido a la caridad pública (...)
/Oh, niños, niños mil a quien saqué de las tinieblas, al daros luz hice una generación de hombres ingratos]711
Como ya hemos indicado, los maestros y las maestras cobraban una parte de su sueldo del Estado a través
de una figura elegida democráticamente ante el Alcalde, la cabeza de partido y la junta Local. Los habilitados,
El fenómeno migratorio ha sido una constante en las sociedades humanas de todos los tiempos. Desde
hace algunas décadas se está convirtiendo, sin embargo, en uno de los fenómenos que ocupan un lugar destacado
en la actualidad de los países que componen la Europa desarrollada. Las razones de este protagonismo son de orden
económico, político, demográfico, religioso, racial,...; como cualquier fenómeno social, el migratorio presenta
distintos ángulos deenfoque desde los que se pueden resallar primeros planosounapanorámicaglobaldeconjunto
que permita una imagen completa de su figura. Para lo uno y para lo otro, siguiendo con el símil fotográfico, se
utilizarán las lentes adecuadas: teleobjetivos en un caso, grandes angulares en el otro.
La mayor parte de los países que conforman la Unión Europea se encuentran en tina situación económica
y demográfica que atrae los flujos migratorios. Entre otros, el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la
población son factores que atraen a nuevos inmigrantes a pesar de la crisis económica que afecta a los países de
la Unión Europea. En éstos hay dos lipos de población immigrante: la que procede de países miembros de la Unión
(inmigrantes intracomunitarios) y que disfruta de libertad para circular en su territorio gracias al mercado único,
y la que procede de otros países que, al no disfrutar de esa misma libertad, se encuentra con una discriminación
añadida, además de las ya existentes.
Por lo que a nuestro país se refiere, España ha pasado de ser un país de emigrantes (en 1992 había todavía
1,6 millones de españoles residentes en el extranjero) a ser un país en el que se aprecia una clara tendencia al alza
de la población immigrante que se sitúa, en éstos momentos, en torno al 2% de la población total española.
España se configura, pues, como país de inmigración en un contexto de crisis del llamado «Estado de
Bienestar» en el que, entre otras cosas, confluyen dos circunstancias que afectan a la población immigrante. Por
una parte, se consolida la precarización en el empleo de un importante sector de la población activa; por otra, su
Ingreso en la Comunidad Europea deberá permitir la libre circulación de ciudadanos comunitarios a partir de 1995
(según las últimas previsiones, ya que ésta es la tercera vez en que se aplaza la entrada en vigor de tal medida) y
facilitar, consecuentemente, quese puedan afincar en nuestropaís trabajadores altamente cualificados procedentes
de los países que la forman.
Estas dos circunstancias harán posible la existencia de dos tipos de trabajadores inmigrantes: los comu
nitarios, con trabajos altamente cualificados y en condiciones de competir directamente con los trabajadores
nacionales, cuya situación legal estará perfectamente regularizada y reconocida, y los no comunitarios, por lo
general poco cualificados y desprotegidos legalmente como ciudadanos libres y como trabajadores. Estos últimos
vienen ocupándose, además, en los sectores de actividad económica que se han visto más afectados por la crisis
de empleo; todo lo cual no favorece en absoluto su inserción y su integración social.
Los estudios sobre la inmigración en España tienen una fecha muy reciente; coinciden con la llegada de
trabajadores inmigrantes, en número relativamente importante, procedentes fundamentalmente de los países del
Magreb, sobre todo marroquíes, pero también de otras zonas del África negra y de América Latina.
La década de los ochenta es el periodo en el que se registra un mayor número de llegadas de trabajadores
extranjeros a España. Es, pues, la década en la que, tanto desde instituciones públicas como privadas, se realizan
trabajos, informes y estudios sobre sus condiciones de trabajo, su situación jurídica, laboral, etc. Es, igualmente,
un período en el que los medios informativos comienzan a interesarse por todos aquel los sucesos en los que están
implicados individuos, o grupos, cuyos rasgos diferenciadores con el resto de la población remiten a su color de
piel, religión, nacionalidad, etnia, etc. En el ámbito universitario, los estudios sobre inmigración se realizan a partir
de esas mismas fechas, sobre todo desde áreas próximas a la Demografía, a la Sociología, a la Antropología y a la
Psicología Social.
Por lo que hace a los aspectos relacionados con la inserción cultural de los inmigrantes hay, desde hace
apenas un lustro, una proliferación de estudios, jornadas, seminarios, etc. que dice mucho en favor del interés
puesto por parte de algunas disciplinas -cuyo campo parece haber tocado hace tiempo fondo, tanto desde el punto
de vista científico como académico y por tanto deseosos de definir nuevos campos sobre los que legitimar su
presencia y su poder académicos-, pero que suscita no pocos recelos entre quienes temen que se convierta en un
lema de moda y no se trate con el rigor científico necesario.
En los términos en que hasta ahora se ha planteado el multiculturalismo, creemos que éste es un tema que,
por su complejidad, por haberse convertido en objeto de estudio de distintas disciplinas que aspiran a
monopolizarlo y por el grado de confusión reinante en cuanto al uso Indiscriminado y ambiguo, cuando no
contradictorio, de sus conceptos claves, adolece aún del poso necesario para aspirar a lograr madurez teórica y
solidez científica.
En España, salvo algunos traba|os muy aislados y apenas divulgados hay que decir que el interés que
suscita el tema en el campo de la sociología de la educación es más bien escaso hasta el año 1991. Es en la IIa
C o n fe re n c ia de Sociología de la Educación celebrada en Barcelona, en septiembre de ese año, cuando se aprecia
un claro interés. Bajo el título, ya de por sí revelador, de Multiculturalismo y Educación, la Conferencia le dedica
el 80% de su programación en conferencias y mesas redondas. No ocurre otro tanto con las comunicaciones que
se presentan: apenas un 16% (7 de 44) abordaban algún tema relacionado con el multiculturalismo. Lo que parecía
que podía situarse con el tiempo en uno de los temas centrales de estudio de la sociología de la educación no ha
tenido, sin embargo, una respuesta que se pueda considerar a la altura de las expectativas generadas en Barcelona.
Dos años después, en la III4 Conferencia de Sociología de la Educación celebrada en Baeza, sólo 9 de las 46
comunicaciones (bastante menos de la cuarta parte) que se presentan tratan de la multiculturalidad.
¿Cuáles son, a nuestro entender, los distintos ángulos de enfoque desde los cuales aprehender la imagen
de la multiculturalidad desde una posición cuya perspectiva nos ofrezca una visión próxima a los planteamientos
de la Sociología de la Educación?.
Lo multicultural representa uno de los ángulos del fenómeno migratorio desde el cual se pueden observar
y analizar las modalidades de inserción social de poblaciones con culturas diferentes en otra población autóctona
cuya cultura es compartida y reconocida por una mayoría de grupos. En el análisis de tales modalidades de
inserción se puede dar prioridad a sus dimensiones educativas y culturales siempre y cuando se tengan muy
presentes -difícilmente puede hacerse de otra forma- las realidades económicas, políticas y demográficas que
definen la situación de las poblaciones inmigrantes en las sociedades de acogida.
Pero la multiculturalidad no es una característica exclusiva de las migraciones. Este es, a nuestro entender,
un error en el que han caído otras disciplinas y que la sociología de la educación aún está a tiempo de evitar so
pena de encontrarse con problemas de orden epistemológico y metodológico difíciles de resolver. Lo multicultural
es una característica de las sociedades complejas en la medida en que cada individuo pertenece, conscientemente
o no, a una pluralidad de grupos: de edad, de género, de clase, etc. Por lo tanto, la sociología de la educación no
tiene que dotarse, en este terreno, de instrumentos de análisis nuevos que le permitan comprender el fenómeno;
posee ya suficiente aparataje conceptual y metodológico -amén de una muy respetable producción de trabajos
sobre la desigualdad social y cultural, tanto por su calidad como por su cantidad-, con el que abordar de forma
rigurosa la multiculturalidad. Frente a la realidad multicultural la «vieja» cuestión de las diferencias culturales entre
clases sociales parece eclipsarse ante los problemas, «nuevos», que se derivan de las diferencias interétnicas o
elnocullurales.
Este parece ser, tal y como se nos ha presentado hasta ahora lo multicultural, el nuevo campo de batalla
en el que se dirimen las diferencias culturales.
La propuesta que queremos hacer desde aquí, a partir de las reflexiones anteriores, es que la Sociología
de la Educación debería abordar la multiculturalidad, retomando de nuevo el símil fotográfico, desde una triple
perspectiva:
a) Una panorámica general que centre específicamente su atención en las causas que producen la
emigración, analizando su origen y sus implicaciones sociales y políticas. Aquéllas son fundamentalmente de tipo
económico, político y demográfico; ésla se produce por lo general desde países pobres, gobernados por dictaduras
de corle militar con una fuerte tasa de natalidad y una elevada lasa de paro, hacia países desarrollados, con
regímenes políticos formalmente democráticos, tasas de natalidad muy bajas y un mercado interno capaz de
absorber mano de obra poco cualificada. La degradación de la situación económica de los países de la ribera sur
del Mediterráneo, por ejemplo, genera conflictos regionales que obliga a sus gentes a emigrar (o a exilarse) a los
países que conforman la ribera norle.
b) Un plano intermedio que analice las modalidades de inserción social, laboral, educativa y cultural de
tales poblaciones. En la medida en que las relaciones entre las minorías étnicas inmigrantes y las mayorías
autóctonas no son relaciones de igualdad, las modalidades de inserción en los distintos ámbitos de la vida social
de aquéllos se presentan como propias de lo que podríamos categorizar como subclase social.
Como extranjero, el immigrante es categorizado jurídicamente como tal en determinadas circunstancias,
y culturalmente en otras (musulmán, árabe, sudaca). El estatus del extranjero depende de la forma en que son
percibidas algunas de sus características: bien como elementos de selección, bien como elementos de exclusión.
En períodos de expansión capitalista, por ejemplo, el immigrante es integrado en el sistema económico pero
excluido del sistema jurídico y cultural.
Sea como fuere, las migraciones internacionales inciden en la estructura social de cualquier sociedad o
país por la intromisión de individuos ajenos a las relaciones de clase que la historia ha ido labrando, por lo que
las contradicciones económicas, ideológicas y políticas del país que los acoge se hacen aún más evidentes. Aún
cuando las migraciones internacionales responden a imperativos económicos, éstas trascienden el mercado de
trabajo y afectan a los sistemas culturales y jurídicos de las sociedades de acogida.
c) Un primer plano en el que se resalten los rasgos discriminalorios de la escuela hacia la diversidad
cultural -tanto entre quienes proceden de grupos sociales autóctonos diversos como entre quienes proceden de
grupos sociales inmigrantes- y hacia la diferencia, ya sea de género, de edad, de clase, de elnia, ode religión. Dicha
discriminación se hace especialmente intensa en el caso de los inmigrantes en la medida en que su diversidad
contribuye a incrementar la homogeneidad de la cultura autóctona nacional (en el imaginario social); ésto es, su
presencia física es percibida comouna diferencia absoluta. Sinembargo,dicha percepción está siendo frecuentemente
utilizada en los últimos tiempos, desde un tratamiento ambiguo y confuso de lo multicultural, para minimizar y
ocultar las numerosas diferencias culturales y jurídicas que se dan entre los diversos grupos sociales presentes en
las sociedades, llamadas desarrolladas, que pasan por tener una cultura homogénea (reflejada en el currículo
escolar), hipotéticamente conforme con la representación (imaginaria) de la comunidad nacional. Tal represen
tación es la que, obviamente, emana de la cultura hegemónica o dominante.
Complementando esta triple perspectiva, las conclusiones del grupo de trabajo sobre Multiculturalidad
de la Conferencia de Baeza establecían que la Sociología de la Educación tendría que realizar un importante
esfuerzo para:
1 - Redefinir el marco conceptual que ya posee y que le permita situarse en contextos específicos de
pluralismo cultural; tanto los que se deben a las migraciones exteriores como los que caracterizan a los distintos
grupos sociales que conforman el Estado-Nación.
Como ejemplo, bastaría con seguir el camino andado por la Antropología y hacer un ejercicio de
autocrítica respecto del uso de conceptos como los de raza, etnia y cultura: partiendo de una redefinición de tales
conceptos, la perspectiva sociológica sobre la desigualdad, por razones culturales, degénero, de clase, etc., se verla
ampliada y complementada.
2.- Estudiar cómo se genera el proceso de producción del otro por medio de estereotipos, generalmente
negativos.
En este proceso, la Sociología de la Educación debe analizar muy finamente el papel desempeñado por
los medios de comunicación en general y, muy especialmente, la escuela y los libros de lexto.
3.- Profundizar en el conocimiento específico y diferenciado de cada colectivo immigrante.
Por medio de metodologías de tipo cualitativo tales como historias de vida, grupos de discusión,
entrevistas en profundidad, etc., este conocimiento específico permitiría superar los arquetipos al uso respecto de
los inmigrantes en su conjunto. Tal y como muestra el trabajo realizado en Madrid por j.José Sánchez de Horcajo,
Jesús Veganzones y Mercedes Fernández sobre inmigrantes nigerianos, este colectivo no responde al arquetipo
«todos los negros son iguales»; es decir, «negro igual a sucio e ignorante». Por el contrario, los nigerianos immi
grantes en Madrid se caracterizan por ser extremadamente limpios, elegantes, con un alto grado de autoestima y
un nivel de instrucción superior a la media de los madrileños.
De igual modo, este tipo de conocimiento diferenciado permite establecer que los límites son difusos entre
los próximos; ésto es, se acepta al otro en la medida en que ese otro no traspasa los límites simbólicos (económicos,
sexuales, etc.) de proximidad. Se reconoce que los nigerianos inmigrantes en Madrid son educados, limpios,
trabajadores, etc., pero se les mantiene a distancia en tanto que no se les admite como amigos, vecinos, pareja,
etc.,
Oksaar (1984, pág. 33) piensa que se puede estudiar el multiculturalismo y el multilingüismo desde la
perspectiva de los sistemas lingüísticos y culturales, desde la perspectiva del individuo y desde la perspectiva de
un grupo o sociedad.
Se pretende estudiar el multiculturalismo desde diversas perspectivas para Intentar comprender el
fenómeno en toda su complejidad en las sociedades actuales. Está claro que boy en día los fenómenos son
complejos y su comprensión necesitan la integración de diversos puntos de vista tanto individuales como grupa les,
siendo las culturas y/o los idiomas centrales en el multiculturalismo. Este punto de contacto, intersección o de
conflicto es el principal inlerés en la comprensión del multiculturalismo.
El multiculturalismo suele estar basado en una definición de cultura que ayuda a entender la aparición
de diversas culturas en una sociedad. Oksaar (1984) define la cultura basada en conductas, además de los aspectos
materiales porque ayuda a definir las formas de comportarse de los diversos grupos. En efecto, cada grupo cultural
presenta unas conductas y unas cosiumbres que difieren entre si porque es probable que estén asociadas a diversas
formas de entender el mundo e incluso a diversa racionalidad.
Montserrat y Matheu (1992, págs. 195-196) definen el multiculturalismo de una persona como su
capacidad de actuar, en cualquier momento, según las exigencias y las normas de diferentes culturas. El concepto
está ligado a la idea de competencia multicultural, es decir, la capacidad de la persona de cambiar de código
cultural (lengua, lenguajes no verbales, costumbres, formas de saludar, de vestir, de orientarse y de expresar las
propias emociones, etc.) y pasar de uno a otro si es necesario. Al hablar de multiculturalismo, se refieren tanto a
las relaciones interculturales como a las que pueda haber en el seno de las diferentes culturas. Existen problemas
con el interculturalismo porque la relación de dos o más culturas parece que nos da a entender que son homogéneas
¡o a n A iito n i A fia ris i i R om ero
y unitarias. Es difícil hablar de interculluralismo cuando las culturas se encuentran marginadas por parte de la
cultura dominante.
Con este concepto, al incluir la tolerancia parece que se vuelve a poner el acento en la asimilación, se
tolera por parle del grupo dominante. De todas formas esta educación multicultural que defiende Verma (1984)
plantea la apertura del centro escolar y de la sociedad a nuevas culturas y valores. No se plantea la causa de las
situaciones de injusticia y opresión de los grupos no dominantes y pretende ofrecer una situación donde los
cambios sean mínimos, poco estructurales. La discriminación que Verma (1984) pretende poner fin, va a tener su
reflejo sólo en el curriculum. Otra cuestión será el grado de inclusión de los grupos no dominantes y el tipo de
curriculum que se desarrolle.
Camilleri (1992, pág. 40) comenta el concepto de educación multicultural empleado por |ack Forbes
(1969) y lo define como:
«Un concepto humanista, basado en la diversidad, los derechos, la justicia social y la posibilidad, para
todo individuo de escoger unos estilos de vida diferentes. Es una mediación necesaria para la calidad de
la educación*.
Es importante que el concepto de educación multicultural sea un concepto humanista, que tenga como
objetivos principales los seres humanos. La valoración de la diversidad es básico en la sociedad y en la educación
porque tenemos que respetar lo que es diferente a través de dos principios: los Derechos Humanos y la justicia
Social. Si se tienen en cuenta estos principios, van a surgir problemas en la escuela con el principio merilocrático
o elitista y con el etnocentrismo, ya que no respetan los derechos de las personas a ser diferentes. La justicia social
exige la igualdad de oportunidades que se contradice con la competencia y la clasificación.
Bhatnagar (1984, pág. 89) nos dice que:
«La educación multicultural podría representar una poderosa aportación tanto para los problemas de
identidad de los niños de los grupos minoritarios como para el desarrollo de una sociedad verdaderamente
plural y por definición, tolerante».
La educación multicultural puede ser una gran aportación para que los niños de los grupos que pertenecen
a las culturas no dominantes, afirmen su identidad. Cuando no hay este tipo de educación, los niños quedan
enfrentados a la cultura dominanle y su identidad queda rechazada. Entonces tienen que asimilarse a la cultura
del grupo dominante. Esto provoca la desorientación y la pérdida de valores con la confusión, en muchas
ocasiones, de los idiomas o de rasgos culturales. Surge un problema cuando los niños no quieren perder su cultura
materna y además se enfrentan a la pobre utilización de ella en la escuela. Esto se produce por el escaso valor que
se otorga a la pluralidad y a la diversidad de culturas, lenguas y valores.
Nos parece inadecuado el valor de la tolerancia, ya que, la cultura que tolera las costumbres de las otras
culturas actúa de forma etnocéntrica como superior a las demás. Esta situación no refleja el valor de la diversidad,
la igualdad de oportunidades y de posibilidades que debería formar parle de la escuela como inslancia educadora.
Se sabe que la escuela actúa como legitimadora de la superioridad de la cultura académica que suele coincidir con
la cultura dominante en la sociedad. Si no hay al menos un respeto por las culturas y por sus valores intrínsecos,
entonces no hay una educación verdadera. Lo que se realiza es la selección y la división académica y social de
las personas.
Para Bhalnagar 11984, pág. 91):
«El etnocenirismo en los libros de lexto conduce al surgimiento de prejuicios y de tensiones sociales. Pero
la educación multicultural puede contribuir a aliviar tales tensiones. En primer lugar, el empleo de textos
con prejuicios es opuesto al concepto mismo de educación multicultural. La adopción de ésta última
significa automáticamente un compromiso en pro de la eliminación del curriculum de material que
contenga prejuicios. En segundo lugar, la educación multicultural implica una diversidad étnica en el aula.
(...) Si el contacto mterétnico es competitivo por su naturaleza o si tiene lugar en un contexto en donde
los miembros de un grupo étnico se hallan siempre en posición ventajosa, se desarrollarán actitudes
cargadas de prejuicios, pero si tales conlaclos se operan entre iguales que se muestran cooperadores e
interdependientes, es muy probable que conduzcan hacia la formac ión de actitudes tolerantes».
El conlacto entre personas de diferentes grupos étnicos y culturales presenta problemas cuando entre ellos
se producen situaciones de competencia, ya que, surgen los estereotipos de unos grupos culturales sobre los otros.
Unos grupos culturales actúan como inferiores, mientras algunos como superiores. La cooperación se valora poco
en esta sociedad porque precisamente se caracteriza por ser competitiva y meritocrática.
Esta sociedad, a través de la institución social de la escuela, clasifica a los individuos y a los grupos sociales
y culturales de forma que algunos ocuparán mejores lugares en la sociedad y tendrán más dominio y poder para
influir en los demás, Desde esta perspectiva, los grupos dominantes no van a perder esa posición de privilegio para
ocupar posiciones inferiores. La sociedad capitalista se basa en las situaciones de explotación de la mano de obra,
que ocupan los grupos no dominantes. Esta sociedad necesita tener trabajadores y mejor cuanto más asimilados
estén a las actitudes de sumisión y obediencia a la cultura dominante. De esta forma no pueden ejercer la protesta
como losotros trabajadores del mismo grupo cultural por miedo a la pérdida del trabajo, porque a veces ni alcanzan
la condición de ciudadanos.
Según Bhatnagar (1984, pág. 92) cuando miembros de grupos diferentes trabajan en cooperación en pos
de un objetivo es probable que se creen amistades, sentimientos de simpatía y actitudes positivas entre sí. Si el
objetivo que reúne a los miembros es valioso para todos se puede comenzar a pensar en un trabajo de cooperación,
siempre que los miembros de los grupos no crean que son superiores o inferiores a los demás miembros. El trato
a los demás necesita una concepción libre de prejuicios y ganas de aprender del intercambio. Si esto se produce
se puede generar una relación que puede ser de simpatía y amistad.
Bhalnagar (1984, pág. 98) nos comenta lo que puede producir el desarrollo de una educación mul
ticultural:
«La educación multicultural suscita la autoestima de los chicos de grupos minoritarios que continúan
actuando a la par en la escuela. (...) los programas de educación multicultural pueden contribuir a reducir
los prejuicios entre los estudianies. (..) Si persislieran y se mantuvieran hasta la edad adulta las actitudes
tolerantes adquiridas en el aula, la educación multicultural podría representar una contribución muy
significativa al desarrollo de una sociedad equilibrada y justa».
El gran objelivo de la educación multicultural es alcanzar una sociedad como Bhatnagar (1984) nos dice
más justa. La justicia se puede conseguir cuando la autoestima se valora en todos los chavales y cuando se reducen
los prejuicios, ya que entonces se iguala la consideración social de las personas. No es fácil cuando la actitud que
se pretende es la tolerancia, aclitud contraria a la igualdad de trato porque siempre algún grupo o persona debe
tolerar la conducta, el comportamiento, las creencias o las ideas de otro grupo o persona con lo cual se nos dice
que alguien (el que tolera) es superior y los demás son inferiores (los que son tolerados).
Tal vez sería mejor desarrollar la actitud de respeto hacia lodo lo que es diferente a nuestra cultura y a
n uestras creencias y valores. No obstante, son necesarios unos referentes universales como criterios de compara
c ió n . Podrían ser los Derechos Humanos defendidos por Occidente, pero podían ser discutidos en una Conferencia
Universal por todos los paises, puesto que su diseño liene el origen en los países occidentales.
2) Educación multicultural es usada como educación en muchas culturas. Conocer y entender otras
culturas es valioso en sí mismo y ayuda a tener buenas relaciones con otras personas. Un completo entendimiento
de la cultura de uno mismo, depende de conocer y entender la cultura de los otros.
3) Educación multicultural entendida como educación para una sociedad multicultural. La educación
multicultural supone educación para una justa y armoniosa sociedad multicultural. Es lina concepción más amplia
que las anteriores. No se trata de tener sólo varias culturas dentro del proceso educativo, sino que además
comprende lodos loscambiosque han deaparecer dentro de laeducación.dondeexisteel prejuicio institucionalizado.
Existe un deseo de rectificar esta situación. Con las dos primeras concepciones, los profesores deben tener un
conocimiento sustancial de las otras culturas. Se plantea esta cuestión: ¿Existe alguna forma de razonar o algún
sistema de valores que no sea parcial? Con esta tercera concepción, se abordan los problemas de imagen de si
mismo y de actitudes negativas, los prejuicios en los libros y en los materiales, y las actitudes y expectativas del
profesor.
Vamos a ir viendo los distintos paradigmas y modelos de educación multicultural, aportando reflexiones
sobre los mismos, de forma que podamos tener una visión general de las principales cuestiones que abordan. Según
veremos más adelante, nos van a aparecer tres grandes paradigmas de educación multicultural: asimilación,
integración y pluralismo cultural. Poco a poco, vamos a ver cada uno de ellos con mayor profundidad.
2) Ambivalencia; Se produce una crisis y unos conflictos de identidad con actitudes vacilantes entre la
cultura de origen y la cultura receptora.
El problema de la identidad cultural es básico cuando existen diferenles grupos culturales en la sociedad.
Surgen tres posturas que son: la integración, a nivel de lenguaje instrumental y códigos socioculturales pero
conservando la identidad cultural de los padres; la ambivalencia que provoca crisis de identidad y la asimilación
o cambio de identidad. Las tres posturas se suelen dar al mismo tiempo. Suele haber resistencias a perder la
identidad propia por parte de los grupos no dominantes pero si se pretende el éxito social dentro de la cultura
dominante se tiene que perder. Nuestro sistema escolar noestá preparado para responder ante la diversidad cultural
y lingüística por tener poco aceptada la heterogeneidad y la diversidad lanto en el curriculum como en la
organización.
El curriculum escolar sigue siendo monocultura! o como máximo bicultural pero no acepta más culturas
porque ni tiene profesores formados, ni materiales ni una organización basada en principios de diversidad cultural.
Por lanto, la escuela tiene que cambiar para poder aceptar los grupos minoritarios culturales y que cada cual decida
la identidad que mejor se adapta a sus necesidades e intereses.
Surge de nuevo el problema de la división social del trabajo. Aparece cuando interesa a la mayoría que
alguien desempeñe los peores puestos en la sociedad como mano de obre flexible y por tanto peor pagados.
Además se reproduce la posición social de los padres en los chavales por las posibilidades que han tenido. Las
minorías, o bien son rechazadas o bien asimiladas, pero poca voz tienen en su propio futuro, luego poca capacidad
de decisión les va a quedar como ciudadanos para influir en la sociedad de la que forman parte. Si es así, estamos
encubriendo una falta de justicia y atentamos contra el principio de la democracia de gobierno del pueblo, aunque
nos hacemos estas cuestiones: ¿Qué pueblo? ¿Qué capacidad se le otorga al pueblo formado por las minorías o
por los grupos dominados para ejercer el gobierno o lomar decisiones?
a) Una teoría del «déficit cultural» conduce a políticas compensatorias para remediar los rendimientos
inferiores de los grupos étnicos/culturales no dominantes.
b) Una teoría del «déficit lingüístico» se basa en estudiar la lengua del país de acogida separando a los
niños del curriculum principal para que asistan a las clases de lengua.
c) Una teoría de la «desventaja regional «pretende equilibrar la composición de losgru pos socioeconómicos
en la matrícula escolar.
d) Una teoría de la «diferencia cultural» implica respeto por unadiversidad de creencias religiosas, valores
culturales, historias, lenguas y acentuación de la autoestima del individuo. El curriculum multicultural puede
proporcionar el cambio.
e) Una perspectiva de «racismo institucional» expone los efectos sociopolíticosde la organización escolar
que dan lugar a prácticas discriminatorias. Se busca una postura antiracista para combatir los desequilibrios de
poder político y económico.
Las posiciones expuestas reflejan diversas formas de enfrentarse con los problemas de una sociedad
multicultural donde existe una cultura dominante y diversos grupos culturales no dominantes. De todos estos
modelos, el único que se enfrenta a las causas de la desigualdad de oportunidades es el modelo del «racismo
institucional» porque pone de manifiesto las discriminaciones y desigualdades culturales y económicas. La
utilización del poder, por los grupos dominantes, es la causa de la explotación y marginación de los grupos
culturales no dominantes, ya que se utiliza en beneficio del status del grupo dominante. La diferencia cultural es
interesante pero no es suficiente para dar respuesta a la situación de marginación político-económica.
Con el curriculum multicultural se puede producir la transformación si empleamos un curriculum
transformador, crítico y liberador de las situaciones de injusticia social Cuando el curriculum se basa en recoger
diversos contenidos y valores para formar una muestra de diversidad entonces no crea su esencia. Esto mismo se
observa con la pretensión de introducir la diversidad cultural en el curriculum como contenido transversal. Si no
se impregna todo el curriculum de respeto y valoración de la diversidad, además de discusión del racismo
institucional, no estaremos en el camino del cambio cultural y social, La emancipación entonces sería un sueño,
no una realidad,
Diniz (1992, pág. 83) nos dice que se han de rechazar las teorías de déficits y diferencias; y adoptar una
estrategia de escolarización antiracista, que significa compromiso para enfrentarse al racismo en los programas,
en la didáctica y en las prácticas escolares.
Si las diferencias se reducen a aspectos culturales folklóricos no será bueno su introducción en el
curriculum. Es necesario un movimiento de liberación y de emancipación tanto personales como grupales. Otra
cuestión diferente será conocer el grado de emancipación y lo que entendemos por ella. Los contenidos culturales
que solo adornan el curriculum no pueden ayudarnos a aumentar la comprensión del mundo porque están exentos
de crítica al no formar parte de una filosofía global.
Para Losada (1992, pág. 132 y ss.) con la emigración se exporta no solo mano de obra barata sino también
historia y cultura de los pueblos.(Se trata de hechos culturales como comportamientos, actividades, tradiciones...
que distinguen las comunidades). Veamos las relaciones que se pueden producir entre los inmigrantes y los
autóctonos:
1) Asimilación o absorción: Se asimila la cultura del país de acogida y la identidad que los padres les
ofrecen queda aparcada. El joven infrautiliza su lengua materna y habla la lengua de adopción.
3) Pluralismo cultural: Cuando existen varias culturas, con este modelo, surge una revalorización de
culturas que se oponen al carácter unidimensional de la cultura occidental. Ser diferente no es sinónimo de ser
inferior. La interacción es intercambio en posición de igualdad y de participación en cuanto a valores, normas y
modelos de comportamiento.
4) Integración: La integración permite ser a los nuevos residentes, participantes activos en la vida
económica, social, cívica, cultural y espiritual del país de acogida.
Con el pluralismo cultural y la integración económica y social se puede alcanzar un respeto de la
diversidad cultural y un cierto éxito social.Con la asimilación se pierde la identidad cultural del grupo de origen
y se pierde la riqueza. Con los ghettos se pierde la riqueza del contacto cultural. El pluralismo cultural supone que
la coexistencia pacífica de los diversos grupos es posible y que estamos en el camino del respeto entre
culturas.Cuando existe el plano de igualdad se pueden producir intercambios.
Según Losada (1992, pág. 134):
«La lucha contra la intolerancia y la xenofobia se ha de hacer desde diferentes terrenos: económico,
político, jurídico, social, educativo y cultural. (...) Ningún sistema educativo puede asegurar la igualdad
de oportunidades, sin tener en cuenta el estatuto jurídico y las condiciones socioeconómicas. (...) El
¡onn A n ton i A p a r is i i R om ero
objetivo final de toda educación multicultural es la igualdad de oportunidades y este resultado depende
sobre lodo de factores políticos y económicos».
Desde luego, el modelo de convivencia planteado por Losada (1992) puede ser positivo, si existe voluntad,
yen mente no tenemos modelos asimiladores o ¡ntegradores. El hecho de la elección de la identidad presupone
un modelo de pluralismo cultural. De la coexistencia de diferentes culturas y de su contacto nos surgen
identificaciones con respecto a una cultura. Así se forma la identidad cultural que define los grupos y las personas.
Pero las influencias entre las culturas existen y eso provoca nuevas situaciones problemáticas.
DIFERENTES VISIONES DE LA EDUCACIÓN MULTICULTURAL
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ESCUELA PÚBLICA Y DIVERSIDAD CULTURAL
1. D IV ERSID A D CU LTU RA L
Una sociedad, o un grupo social, no es un sistema aislado. Las sociedades y los grupos sociales entán en
contacto unas con otras, entre ellos se dan comunicaciones, intercambios, influencias, tanto de ideas como de
personas. Frecuentemente se produce la dominación de unos grupos o unas sociedades por otros.
El papel que juegan diferentes grupos (sean éstos diferentes debido a la clase social, la etnia, el género,
el lugar de residencia, etc.) que coexisten en un mismo territorio no siempre es igualitario. En la mayor parte de
las sociedades existen unos grupos dominantes que imponen su cultura, que pasa a ser la cultura dominante y otros
grupos, no necesariamente minoritarios (caso de las clases trabajadoras, frente a los empresarios o de los negros
respecto a los blancos en Africa del Sur) cuya cultura específica no tiene un status reconocido y tiene dificultades
para perpetuarse
Sin embargo, cualquier grupo social debe producir necesariamente una serie de elementos imprescindi
bles para mantenerse como grupo diferenciado social y culturalmente. Necesita produciry reproducir su estructura
de relaciones familiares y sociales; sus esquemas de valores, sus patrones de conducta, etc. En resumen, necesita
producir sus señas de identidad y hacer que sean reconocidas y que se reconozcan en ellas todos sus miembros.
Ahora bien, esta unidad societal o grupal se encuentra continuamente sometida a tensiones -una exterior
y otra interior- que pueden llevarla a su desaparición o a su refuerzo. En el caso de grupos, la fuerza exterior es
la de la sociedad más amplia en la que el grupo se haya inmerso, o lo que es lo mismo, los otros grupos con los
que ese grupo intercambia personas, ¡deas, modas, valores, etc. En el caso de sociedades, la tensión externa viene
dada por las otras sociedades con las que ésta (o los miembros de ésta) se relaciona.
También las sociedades y los grupos están sometidos a fuerzas internas. Cualquier unidad grupal o social
es un sistema compuesto de unidades más simples, los individuos que la constituyen y que a su vez necesitan
producir su propia existencia de forma coherente. A veces lo hacen tomando elementos culturales pertenecientes
a grupos externos al de origen y que pueden tener efectos disolventes para dicho grupo, aunque también pueden
ser elementos enriquecedores del bagage cultural inicial del grupo.
En una sociedad marcada por una clara cultura dominante, las situaciones de desequilibrio cultural y
discriminación se producen más fácilmente cuando grupos (generalmente minorías) no dominantes se definen por
factores tales como la clase, etnia y culturales. Factores estos que suelen reproducir unas capas sociales,
generalmente las más desposeídas, con una cultura, un origen geográfico, una variedad lingüística, claramente
diferenciadas del modelo cultural dominante.
Antes de entrar en las implicaciones educativas de los problemas derivados de la diversidad cultural,
debemos aclarar algunos conceptos. Así por ejemplo, Monserrat Gallardo' distingue entre sociedad plural y so
ciedad multicultural. «"Sociedad plural" es aquella en la que coexisten distintas nacionalidades, con características
históricas diferentes pero que -al mismo tiempo- ejercen cierto control sobre sus propias instituciones, así como
sobre la educación que imparten. Una "sociedad multicultural" es aquella que recibe emigrantes de otras naciones
que conforman grupos culturales minoritarios, que apenas tienen ningún control político, social o económico, y
que tienen muy pocas posibilidades de acceso al poder».
' G a llardo M ancebom M ., (1992): «Sociedad, educación y diversidad cultural», ponencia presentada al X Congreso N acion al de
Pedagogía, Salam anca, 1992.
2. D IV ERSID A D CU LTU R A L Y E D U C A C IÓ N
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1Bemstein, B., (1968): Clases, códigos y conliol, M adrid, Akal, 2 vols.
La experiencia, y los dalos sobre fracaso escolar, nos muestran que la mera presencia de una oferta educativa
generalizada no es una garantía del éxito escolar y social para los sectores menos privilegiados de nuestra sociedad.
Hay una especie de inercia (por no usar otros términos más duros) que impide el progreso social de esos sectores
a través de los recursos educativos a su disposición, aunque éstos sean sustanciales. El diagnóstico de la naturaleza
y de las causas que provocan esta inercia social ha llevado a una sucesión de teorías y prácticas educativas que
vamos a resumir aqui bajo el nombre de «Teorías de la deficiencia cultural», «Teorías de la reproducción» y
«Teorías del relativismo cultural».
‘ Bernstein abrió la polém ica con su célebre articulo «La edu cació n no puede com pensar la sociedad» (Education cannot
compénsate Sociely), N ew Sociely, 26/2/1970.
'Bernstein, B., (1988): Clases, códigos y control, M adrid, Al<al.
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10Bowles, S, y G in lis, H., (1983) «La educación com o escenario de las contradicciones de en la reproducción de la relaccción
capital-traba jo» en Educación y Sociedad, 2, págs. 7-23.
segundo lugar han moslrado que en nueslras sociedades hay una correspondencia muy fuerte entre las divisiones
de clase, raza y género y las divisiones culturales. Finalmente han realizado una crítica consistente a los
planteamientos que sostenían los programas de educación compensatoria tal y como se formularon a comienzo
de los sesenta (Whilty").
Sin embargo, la perspectiva de la especifidad cultural se enfrenta a un problema básico: las características
culturales de los grupos desfavorecidos puede que sean su fuente de identidad, pero también son una fuente de
marglnación. Así pues, darles un status y favorecer el desarrollo de dichas características culturales puede con
tribuir de alguna manera, a través de la consolidación de dicha identidad, a la perpetuación de la discriminación.
Podría decirse que el relativismo cultural pone en cuestión no sólo los métodos y los contenidos, sino
también los objetivos establecidos para la educación en una sociedad de clases culluralmente diversa. Los
defensores del relativismo cultural han sido incapaces de proponer un conjunto creiblede alternativas. El problema
reside en el hecho de que el relativismo cultural es incompatible en cierta medida con el ideal universalista y
generalista de la educación, y con varios desús desarrollos tanto liberales como socialistas, Si de acuerdo con esta
idea, la educación tiene que jugar un papel para superar las limitaciones que reducen las posibilidades de
desarrollo de la gente en la sociedad, un relativismo cultural radical ata a la gente a su propia realidad y sacraliza
esas limitaciones, es decir a su cultura familiar de origen. Por esta razón es por la que el relativismo cultural, si se
toma al pie de la letra, representa una situación en la que la cultura occidental tal y como la conocemos hoy llegaría
a una posición autodestructiva. Si todas las culturas deben ser consideradas del mismo nivel, entonces ninguna
puede reclamar que sus propios objetivos son en ningún sentido «mejores», «más apropiados» para la sociedad
en la que se proponen.
Pero no es sólo que se abandone un aspecto esencial del ideal de la educación universal y obligatoria
-el que debe ser común para todos-, estas culturas son a la vez producto y un importante factor de reproducción
de las divisiones de clase, de género, etnia, etc. en la sociedad. Consecuentemente promover su reproducción
puede contribuir a la perpetuación de esas divisiones sociales (Gramscí11). Llevando el relativismo cultural a su
extremo podríamos preguntar ¿Por qué no deben estar los chicos y chicas de la clase obrera apegados a sus
tradiciones y por qué el sistema educativo no les ayuda a perpetuarlas? -en otras palabras ¿porqué no se les ayuda
a reproducirse de una forma suave y sin conflictos? Este tipo de pensamiento naturalmente lleva a una clase de
fatalismo cultural cuyas implicaciones políticas son de hecho profundamente conservadoras, como han señalado
entre otros Gramsci y Maureen Stone'1.
Dentro del relativismo cultural se encuadran también ciertas posiciones feministas y antiracistas (Apple
y Casey ,4) que critican la actual educación que discrimina a las mujeres, a las minorías étnicas y a las clases
trabajadoras, al estar sometida a un curriculum patriarcal, etnocéntrico y de clase. De momento tampoco desde
estas perspectivas se ha producido un propuesta coherente para superar la injusta situación actual. El peligro está
en reducir el viejo ideal de la educación universal a un conjunto de particularismos.
Para resumir, el dilema introducido por el relativismo cultural puede plantearse de la siguiente manera:
si los objetivos de la educación son los de las culturas/clases domínales, los grupos que pertenecen a otras culturas/
clases probablemente fracasarán en el intento de alcanzar los estándares de la cultura domínate. Pero si los
objetivos de la educación son aquellos de cada cultura/dase presente en la sociedad, cada cual tendrá mas
posibilidades de sentirse integrado, pero también atrapado por su propia cultura de origen, de clase o de género.
La cultura es una realidad de doble filo: es un istrumento necesario para la realización personal de la gente, pero
" W h illiy, G ., (1985): .E l legado de la socialdem ocracia y la respuesta del thacherismo» en Educación y sociedad, 4.
G ram sci, A ., 0 9 7 1 ): Carlas desde la cárcel ,
0 Slonc, M ., (1980): The Education o í the Black Children in Britain, Londres, Fonlana.
' ' Casey, K. y Apple, M., ( 19 92): «Género y condiciones de trabajo del profesorado en Am érica» en Educación y sociedad, 10,
págs. 7-21.
puede también actuar como una trampa impidiendo a la gente formas alternativas de autorealización, diferentes
¡Je la de su cultura de origen.
4. LA CU LTU R A Y EL IN D IV ID U O
Se tiene la impresión de que debe haber una forma de salir de este dilema, y la verdad es que es un falso
dilema. Las culturas sólo existen a través de los individuos y los individuos constantemente reinterpretan sus
culturas. Hay una relación dialéctica individuo/cultura que cambia -y cambia en aquella dirección que permita
el desarrollo de nuevas posibilidades de autorealización. No necesitamos arrojar a un lado el viejo ideal de la
educación universal, tan sólo necesitamos reformularlo en términos más complejos
El absolutismo cultural tiende a ignorar la existencia de otras culturas, afirmando sólo una; en ese sentido
es una forma inconsciente de «culturalismo», El relativismo cultural tiendea hipostatizarcada cultura, es una forma
consciente de «culturalismo». Ambas asumen la primacía de la cultura sobre el individuo. Ambas están inclinadas
a adscribir individuos a culturas, y no culturas a individuos. El relativismo cultural es una perspectiva teórica que
hipostatiza las culturas como algo por encima de los individuos que «pertenecen» a ellas. El culturalismo, como
el conductismo o el ambientalismo representan marcos teóricos de acuerdo con los cuales las personas están
determinadas desde fuera. Ahora bien esta perspectiva que trata de explicar la evolución de un sistema complejo
(sea el individuo, sea el grupo) por la acción de factores que le afectan desde el exterior, ha sido contestada en las
últimas décadas desde diversos campos, desde la lingüistica a la biología.
Es engañoso reducir -aunque sea implícitamente- la variedad de potencialidades culturales presentes en
los seres humanos, a la de su hipotética cultura de origen. Es irreal -particularmente en períodos de rápido cambio
social- el ver las relaciones de los individuos y su supuesta cultura de origen en términos de mera reproducción
del primero por esta última.
Ciertamente asumir que los estudiantes provienen de medios culturales diferentes, y que la escuela no
debe reducir éstos a los valores de la cultura dominante es una posición sensata. Pero las personas con
responsabilidad en educación también deben entender que las relaciones de los individuos con sus medios
culturales no está mecánicamente determinada. Es una relación dialéctica a través de la cual el individuo puede
trascender -y en muchos sentidos trasciende- los constreñimientos de su cultura de origen. En vez de contemplar
las relaciones entre los individuos y su cultura deorigen en términos de simple reproducción, tales relaciones deben
ser entendidas en términos de producción (sin duda, en alguna medida, producción reproductiva, pero producción
también creadora de novedad)1'. En mi opinión desde esta perspectiva se podría entender más fácilmente el
omnipresente fenómeno del cambio social, el cual no puede ser negado, y sin embargo la mayor parte de las teorías
sociales encuentran todavía dificultades para explicar.
El relativismo cultural generalmente lleva al fatalismo cultural cuando nuestra concepción de sistema
cultural ve a esos sistemas como realidades reificadas. Pero los sistemas culturales pueden ser vistos de otra manera:
como realidades individualizadas. Puede decirse que los individuos son sistemas culturales en sí mismos; pero son
sistemas culturales vivos, no reificados. Ciertamente, éstos sistemas interaduan unos con otros y esta interacción
produce como resultado la «evolución paralela» de dichos sistemas individuales. La cultura de un grupo es el
resultado de esa evolución paralela de tales sistemas experimentada por los individuos en condiciones de
interacción. Dicha cultura interindividual existe sólo en esos individuos y como resultado de su interacción, no
es una realidad platónica de la que los individuos son meras Instancias particulares. Al contrario, a menudo, los
agentes sociales tienen que enfrentarse contra otros para poder intervenir socialmente e introducir cambios. En
" V e r la distinción que hace W . H ollw ay entre "reproducción" y "re-producción" en «Cend er Difference and the production o í
subjeclivity» en I Enriques y oíros Changing the Subject, M ethuen, Londres, 1984, págs. 227-263.
realidad sólo la intervención de los individuos sobre la cultura establecida, produce cultura y consecuentemente
sólo los individuos producen cambios culturales.
Los individuos son a un tiempo (sistemas) culturalmente autónomos y socialmente constreñidos (por su
medio cultural). No hay ninguna contradicfón en ello: los seres vivos son también autónomos (se producen a sí
mismos desde su interior, a partir de la lógica interna de su mensaje genético) pero están también constreñidos por
su medio ambiente. Desde el punto de vista de la escuela que es el que nos ocupa, hay que tener en cuenta que
los constreñimientos no existen en un sentido absoluto, sino en referencia a sistemas de acción, a individuos, a
estudiantes en una fase muy dinámica de su desarrollo personal, que se enfrentan a ese medio con muy diversas
estrategias y pueden cambiarlo en variados sentidos.
6. EL C O N C EP T O DE M O TIV A C IÓ N S O C IO -ED U C A T IV A
El concepto de auto-desarrollo cultural (individual) refleja una ¡dea esencial de la educación. «Educare»
literalmente significa «dirigir hacia afuera», es decir dirigir el proceso de desarrollo de un individuo de dentro hacia
afuera (Lerena111). En un sentido amplio y refiriéndonos tanto a la familia como a la escuela, el principal objetivo
de la educación es desarrollar el potencial dentro de cada individuo en el proceso de convertirse en una persona
adulta. Ahora bien, como se ha dicho antes, este es un proceso a la vez autónomo y constreñido. No es un proceso
fácil porque no se da un acoplamiento espontáneo entre uno y otro.
Los seres humanos intentan siempre cambiar su relación con el medio cultural en el que están insertos,
buscan nuevas formas de lidiar con ese medio. Lo hacen, entre otras cosas, porque el medio es siempre cambiante
y las culturas son esencialmente conservadoras por naturaleza y solamente los individuos pueden explorar nuevas
formas de realización cultural. Por eso, los seres humanos, en el proceso de convertirse en adultos entran en
conflicto con las limitaciones sociales de su medio cultural. El resultado de este conflicto (que en principio es
individual, pero se convierte luego en social) es la innovación cultural. Consecuentemente, para controlar ese
conflicto es necesario que el proceso educativo consiga sus objetivos, permitiendo que el individuo resuelva tales
conflictos a través de innovaciones viables.
____ 160
MAPA ESCOLAR DE HIJOS/AS DE INMIGRANTES ESCOLARIZADOS/AS EN
GRANADA Y SU PROVINCIA. CURSO 1991-92*
PRESENTACIÓN
1. IN T R O D U C C IÓ N
Un mapa escolar tiene como final idad reunir todos aquel los dalos que permitan un conocimiento objetivo
de la situación escolar en que se encuentra un colectivo, más o menos amplio de la población, en una localidad,
provincia, comunidad, región o país. Interesa conocer, básicamente, qué población está escolarízada y cómo se
reparte por edad, sexo, curso, nivel educativo, tipo de centro, etc.
Se trata pues de crear un instrumento que cuantifique la población escolarizada y describa sus
características atendiendo a las variables tradicionales con las que se identifica a una población. Entre otras, la
variable «país de origen» que aparece raramente en los datos estadísticos que maneja la Administración.
El empeño por diseñar un mapa escolar para una población todavía tan pequeña como es la de los hijos
de trabajadores inmigrantes en nuestro país puede parecer exagerado o, cuando menos, poco relevante. Aún
siendo todavía muy poco significativa la presencia de trabajadores extranjeros en nuestro país, en comparación
con la de otros países de nuestro entorno, se empieza a apreciar, sin embargo, desde mediados de los años ochenta,
un incremento, lento pero sostenido, de su número. Empezar a dar los primeros pasos hacia un mejor conocimiento
de las características del colectivo compuesto por hijos de trabajadores inmigrantes es, sin duda alguna, preveer
necesIdadesydetectardeficienciasqueorientenlapolíticaescolarsobreladiversidadcultural.Decualquiermodo,
una presencia muy significativa de hijos de inmigrantes como la que se da en algunos casos, cada vez más
frecuentes, necesita, cuando menos, de una atención muy particular.
Los datos que aquí se presentan fueron obtenidos a partir de un cuestionario que se rellenó consultando
losarchivos de los centros en los que había presencia dehijos de ¡nmigrantesy con la colaboración de los profesores
en cuyas aulas había alguno de aquéllos. En Granada capital el número de Centros era de 20, y 145 los hijos de
inmigrantes escolarizados. En la provincia de Granada, el número de Centros era de 17, y 77 los hijos de
inmigrantes escolarizados. Eran pues 37 los Centros en los que se había pasado el cuestionario y 222 el total de
alumnos que se ajustaban a los datos requeridos.
El análisis de los dalos obtenidos por medio de la encuesta gira en torno a la descripción de las
características de los hijos de inmigrantes escolarizados en el curso 1991/92 en Granada y provincia, así como a
las de sus padres.
Brasil 1 .6 2 1.2 3 .9
C o lom b ia 2 1.2 1 .6 3 .9
C u ba 0 0 1 .6 1 .3
Puerto R ico 0 0 1 .6 1 .3
U .S .A . 3 1.8 5 3 .0 8 2.4
V e n e zu e la 2 1.2 0 0 2 .6
C h ile 1 .6 0 0 1 .3
U ruguay 0 0 1 .6 1 .3
A rab ia Saudí 1 .6 0 0 1 .3
A rgelia 3 1.8 0 0 3 .9
Egipto 1 .6 0 0 1 .3
Irak 1 .6 1 .6 2 .6
Irán 1 .6 0 0 1 .3
Líbano 1 .6 0 0 1 .3
Palestina 1 .6 0 0 1 .3
Túnez 1 .6 0 0 1 .3
Turquía 3 1.8 0 0 3 .9
India 1 .6 0 0 1 .3
Jordania 1 6 0 0 1 ,3
japón 1 .6 1 .6 2 .6
Francia 8 4 .8 6 3 .6 14 4.3
Suecia 0 0 1 .6 1 .3
Austria 1 .6 0 0 1 .3
Italia 0 0 1 .6 1 .3
Antigua U .R .S .S . 1 .6 1 .6 2 .6
Yugoslavia 0 0 1 .6 1 .3
Irlanda 1 .6 0 0 1 .3
Grecia 1 .6 0 0 1 .3
El país que concentra al mayor número de padres y de madres es España, con un 24,7% y un 36,1%
respectivamente; por lo que el origen español de las madres supera a los padres en más de 11 puntos.
El país de origen del padre que aparece en segundo lugar es Argentina (9%), seguido de Marruecos (6,6%),
Siria (5,4%) y Francia (4,8%).
El país de origen de la madre que aparece en segundo lugar es el Reino Unido (7,2%), seguido de
Marruecos (6,6% ), Argentina (5,4%) y Francia (3,6%).
Más de la mitad de los padres y de las madres (50,5% y 58,9% respectivamente) proceden pues de cinco
países, El resto de los países presentan porcentajes muy bajos.
En la Tabla 1.1 País de origen del padre y de la madre de los/as niños/as escolarizados según ámbito
geográfico, se lian agrupado, singularizando el caso de España, lodos los países que pertenecen a un mismo ámbito
geográfico, siguiendo en ésto el criterio del Ministerio de Educación y Ciencia. Según esta clasificación, a España
(30,4%) le sigue la Comunidad Europea (18,4% ), y América Centro-Sur (13,2% ); con porcentajes muy inferiores
se encuentran Asía y Oceanía (9,6%), Países del Magreb (7,8%), América Norte (2,4%) y otros países africanos
(1,8%).
TABLA 1.1: PAÍS DE ORIGEN DEL PADRE Y DE LA MADRE DE LOS NIÑOS/AS ESCOLARIZADOS SEGÚN
ÁMBITO GEOGRÁFICO
Am érica (norte) 2 0 1 0 0 0 0 0 3
Resto de Europa 2 1 0 0 3 0 0 0 7
Asia y O c e a n ía 0 0 0 0 0 0 0 0 9
TO TAL 53 19 6 29 9 11 4 35 166
De la observación de eslos datos, se han establecido diferentes tipos de matrimonio atendiendo al carácter
mixto o no mixto de los padres, teniendo en cuenta su país de origen. Por matrimonio mixto, se entiende cualquier
matrimonio constituido por individuos cuyo país de origen es distinto. Se establecen pues tres tipos de matrimonio
mixto y un tipo de matrimonio no mixto en el que la madre y el padre tienen el mismo país de origen. El primer
tipo de matrimonio mixto (Mixto 1) estaría compuesto por madre española y padre no español; el segundo tipo de
matrimonio mixto (Mixto 2) estaría compuesto por padre español y madre no española; el tercer tipo, finalmente,
estaría compuesto por madre y padre de distinto pafs de origen entre si.
En nuestro caso Tabla II. 1, el primer tipo de matrimonio mixto (madre española: 31,3%), es el más
frecuente. Le sigue el matrimonio no mixto (madre y padre del mismo país: 22,3%), con la Comunidad Europea
a la cabeza, y et segundo tipo de matrimonio mixto(padre español: 20,5%). Los matrimonios en los que uno de los
cónyuges es de origen español constituyen por tanto más de la mitad (51,8%). Los matrimonios cuyos cónyuges
tienen distinto país de origen entre sí representan sólo un 4,8% .
TIPO D E M A T R IM O N IO V A LO R A BSO . %
TO TA L 166 100
2.4. ESCOLARIZACIÓN DE LOS HIIOS DE INMIGRANTES EXTRAÑAROS Y SU DISTRIBUCIÓN POR
SEXO
Los datos obtenidos para la elaboración del presente Mapa escolar de hijos de inmigrantes escolarizados
en Granada y su provincia en el curso 91/92, indican que el número de éstos asciende a 222. Su proporción en
relación al conjunto de la población autóctona escolarjzada se corresponde con la media de Andalucía y se sitúa
por debajo de la mitad de la media nacional. Veamos algunos datos con los que poder comparar. En el curso 91/
92, el número de hijos de inmigrantes escolarizados en España, en Preescolar y E.G .B . era de 1 por cada 200
españoles (0,53%). En Andalucía esta proporción era de 0,20% . En Granada, el número de alumnos escolarizados
en Preescolar y en E.G .B . era de 128.332, por lo que la proporción de hijos de inmigrantes escolarizados en
Granada y provincia se situaba en el 0,17% coincidiendo por tanto con la media de A n d a lu cía '.
Por lo que respecta a la distribución de los/as niños/as escolarizados por sexo los datos nos muestran que
hay una diferencia de 8 puntos a favor de los varones en el porcentaje de escolarización lo que no se corresponde
con la tendencia registrada en los dalos globales de escolarización en nuestro país en el que no se registran
diferencias.
ED A D (en años) V A LO R A B SO LU T O %
15 7 3.2
14 19 8.6
13 13 5.9
12 16 7.2
11 32 14.4
10 28 12 .6
9 24 10.8
8 14 6.3
7 20 9 .0
6 15 6.8
5 15 6.8
4 2 .9
3 1 .5
TO TA L 222 100
____ 166
2.6. PAÍS DE O RIGEN DE LOS/AS NIÑOS/AS ESCOLARIZADOS
Los dalos relativos al país de origen (Tabla IV) muestran, al igual que ocurría con los padres, que hay una
gran dispersión de países de los que proceden muy pocos hijos de inmigrantes y, a la vez, una fuerte concentración
de éstos en España. Concretamente la mitad de los niños son nacidos en España si bien, como ya se ha visto, su
padre o su madre no son de origen español pese a poder tener la nacionalidad española. El resto de los países se
sitúan a una distancia muy poco significativa.
PAÍS V A LO R A B S O LU T O %
España 111 5 0 .0
Argentina 15 6.8
C o lo m b ia 1 .5
M é xico 5 2.3
Perú 1 .5
Puerto R ico 1 .5
U .S .A . 4 1.8
V e n e zu e la 2 .9
Arabia Saudí 1 .5
Irak 2 .9
M arruecos 13 5.9
Siria 3 1.4
Tú nez 1 .5
G u in e a 3 1.4
India 1 .5
Israel 1 .5
C h in a 6 2.7
Filip in as 1 .5
Reino U n id o 6 2.7
Francia 9 4.1
H olanda 1 .5
Suecia 3 1.4
Portugal 2 .9
Suiza 1 .5
Polonia 1 .5
Sin inform ación 24 10.8
TO TA L 222 100
Conviene sin embargo destacar el hecho de que el porcentaje de niños de origen español (50%) supera
al de los padres de origen español (31,3%) en un 18,7%.
La Tabla IV .1 muestra los mismos datos agrupados según ámbitos geográficos. Destacan, por su número,
los niños procedentes de América-Sur y de la Comunidad Europea.
PAÍS V A LO R A B S O LU TO %
España 111 50
C o m u n id ad Europea 21 9.4
Asia y O ce a n ía 15 6 .7
T O TA L 222 100
C U R SO V A LO R A B SO LU TO %
Preescolar 77 3 4 .7
1o E .G .B . 39 1 7 .6
2C E .G .B . 13 5.9
3o E .G .B . 27 12.2
4 o E .G .B . 7 3.2
5o E.G .B- 12 5 .4
6o E .G .B . 11 5.0
T- E .G .B . 5 2.3
8o E .G .B . 3 1.4
TO TA L 222 100
Mientras que la mayoría de los hijos de inmigrantes inició su escolaridad en el primer ciclo de la E .G .B .,
en el curso actual (91/92) se encuentran repartidos por los diferentes cursos, por lo que no es aventurado pensar
que muchos de ellos llevan varios años escolarizados en España (Tabla V.1).
TABLA V.1: CURSO EN EL QUE SE ENCUENTRAN LOS/AS NIÑOS/AS EN EL AÑO ACADÉMICO 1991/92
P re e s c o la r 28 1 2 .6
1u E .G .B . 21 9 .5
2 ° E .G .B . 19 6 .9
3 “ E .G .B . 22 9 .9
4 U E .G .B . 32 1 4 .4
5o E .G .B . 30 1 3.5
6U E .G .B . 16 7.2
7 ° E .G .B . 20 9 .0
8 o E .G .B . 19 8 .6
S in in fo rm a ció n 15 6 .8
TABLA VI: DISTRIBUCIÓN DE LOS/AS NIÑOS/AS ESCOLARIZADOS POR EDAD Y CURSO ACTUAL
E D A D (en a ñ o s) PRE. 1® 29
3® 45 5° 6® 7- 8B Sin in f o r. Total
15 2 5 7
14 2 1 4 12 19
13 1 3 9 13
12 1 3 9 13
11 2 2 6 20 1 1 32
10 1 1 2 21 1 26
9 1 17 2 2 22
8 12 1 1 14
7 1 18 19
6 11 1 1 13
5 11 1 1 1 14
A 2 2
3
S i n inf.
TOTAL 27 21 16 22 31 27 14 18 18 194
2.13. NIVEL DECASTELLAN O O RAL, ESCRITO Y COM PRENSIVO DE LOS HIJOS DE LOS INMIGRANTES
ESCOLARIZADOS
El nivel de castellano es bueno en su triple dimensión, oral, escrito y comprensivo para el 4 1% de los niños
escolarizados, regular para un 17,6% y es malo o muy malo para un 8%.
1) Actualización anual de los datos de escolarización sobre la base de un cuestionario que tenga en cuenta
no sólo la situación jurídica de la nacionalidad, sino también la dimensión geográfico-cultural reflejada en el país
de origen de los niños y de los padres.
2) Generalización de la aplicación del cuestionario a lodo el territorio nacional, tanto a las Comunidades
Autónomas con competencias educativas como a las que no disponen de tales competencias, que permita obtener
datos nacionales con destino a su comparación y elaboración de políticas educativas realistas y coherentes con
las características del Estado Autonómico, y, en suma, adquirir una visión global del fenómeno.
3) Coordinación de los diferentes proyectos de investigación en marcha existentes en el país sobre la
escolarización de inmigrantes a través de agencias de financiación como el C .I.D .E. y también coordinación de
los distintos organismos que a nivel nacional y autonómico impulsan la investigación y la financian.
<1) Homogeneización y uniformidad en el proceso metodológico de los diferentes equipos de investigación
y especialmente en el diseño del cuestionario empleado en la recogida de datos y en una presentación de los
resultados que facilite la comparación y el manejo de los mismos.
5) Implicación directa de la administración educativa, potencial destinataria y beneficiaría de los Informe
en lodo el proceso de la investigación y de modo más preciso en el proceso de obtención de los datos, empleando
sus propias redes de comunicación con los centros.
1Propuestas hechas por el grupo de la Universidad de Murcia, formado por Angel Montes, Carmen Pérez, M'1losé Martínez y
Mariano González, a partir del Mapa escolar elaborado para la Comunidad Autónoma de Murcia
ESTUDIO ETNOGRÁFICO DE UN AULA EN UNA ESCUELA DE
GRANADA CAPITAL*
PRESENTACIÓN
1. IN T R O D U C C IÓ N
Como en tantas otras cuestiones también en lo que respecta al fenómeno de la inmigración, la escuela es
un indicador de la situación, de los avances y dificultades del proceso de integración en la sociedad española de
los grupos de personas de otros países y culturas que sobre todo por razones económicas están llegando en los
últimos años a nuestro pais, así como de los avances y perspectivas hacia la construcción de una sociedad
multicultural moderna. La presencia de hijos de inmigrantes en las escuelas empieza a ser una realidad palpable
que, según todos los indicios, irá en crecimiento en los próximos años por lo que exige ser atendida de manera
explícita y ser abordada social e institucionalmente con los cambios necesarios en el curriculo, como medio hacia
la construcción de una escuela y una sociedad multiculturales, tolerantes y democráticas.
Por supuesto que no pensamos que la escuela pueda ser la solución principal a este problema, pero sí que
la consideramos un elemento necesario y útil. Hay otras muchas instituciones sociales implicadas con mayor
profundidad en el tema: la economía, la legislación, los medios de comunicación... pero también la escuela tiene
un lugar importante sobre todo ante los problemas de racismo y xenofobia que están surgiendo en la convivencia
de nuestra sociedad, en los procesos de integración de esos grupos humanos y en el debate sobre los modelos desde
los que debe hacerse.
En la construcción del Mapa Escolar de hijos de inmigrantes en la provincia de Granada', se ha podido
ver cómo, desde hace ya unos años, la presencia en la escuela de niños procedentes de otras culturas está obl igando
a ésta a plantearse toda una serie de cuestiones en relación con la situación escolar de aquéllos; a saber:
- ¿Qué repercusión está teniendo esta situación en las escuelas? ¿Se aprecia algún tipo de compromiso/
sensibilización por parte de la institución? ¿Qué estrategias de análisis y de cambio se ponen en marcha hacia la
construcción de una escuela multicultural?
- ¿Qué papel está jugando la escolarización en la incorporación a la sociedad española de los extranjeros
inmigrantes?. ¿Qué está aportando la experiencia escolar a la socialización de los niños extranjeros?. ¿Cómo está
colaborando a la formación de su identidad?. ¿Qué relaciones se establecen entre la cultura particular de origen
y la cultura escolar general?
' Agradecemos al Centro de Investigación, Documentación y Evaluación (Ministerio tie Educación y Ciencia), a la Dirección
General de Investigación Científica y Técnica (Ministerio de Educación y Ciencia), a la Dirección General de Migraciones
(Ministerio de Asuntos Sociales) y a Unión Europea (Programa Med-Campus), las diversas financiaciones obtenidas para el
desarrollo de la investigación.
' Ver en esta misma publicación, E. Fernández Palomares, A. Granados Martínez y R. Pulido Moyano: Mapa escolar de híjos/as
de inmigrantes escolarizados/as en Granada y su provincia. Curso 1991-92
- ¿Cómo se perciben y cómo se viven estas situaciones (creemos que nuevas) desde o en los distin
niveles de la institución escolar?:
a) ¿hay alguna respuesta o propuesta desde los niveles de la Administración y desde los órganos de
gobierno y dirección de los centros?;
b) por los profesores: ¡qué imágenes y qué comportamientos específicos están desarrollando?; ¿de qué
depende?; ¿pueden distinguirse tipologías ideales de maestros también en esta cuestión?;
c) por los alumnos: nos interesa conocer, estudiare intentar explicar las imágenes y los comportamientos
de los compañeros hacia los diferentes inmigrantes en el grupo clase. El estudio de las relaciones del grupo clase
es un aspecto central;
d) por los niños inmigrantes y sus familias. Pretendemos conocer la trayectoria o experiencia escolar de
los sujetos. Sus interacciones, sus reacciones, la relación que se establece entre los diferentes contenidos culturales,
en qué términos y con qué consecuencias. Las familias como contexto inmediato condicionante de la experiencia
escolar son objeto también de estudio; su posición en la sociedad española, situación actual, planes de futuio...;
sus opiniones y expectativas sobre la escuela y la experiencia de sus hijos en ella.
La respuesta a estas preguntas implica un trabajo de campo en los Colegios para obtener un conocimiento
directo y objetivo de la experiencia y la situación de los procesos de escolarización de los niños hijos de
inmigrantes.
El mapa escolar construido no refleja una clara concentración de niños inmigrantes en colegios concretos
de Granada capital; sí que se aprecia, por el contrario, un considerable número de centros que tienen alrededor
de diez niños inmigrantes escolarizados.
Al no existir entre la Universidad y los centros docentes no universitarios una tradición de trabajo conjunto
y continuado, resultaba difícil elegir un centro donde este proyecto pudiera encontrar una buena acogida. Tras
recabar información sobre diversos centros nos decidimos por uno que considerábamos abierto y renovador desde
la perspectiva que nos interesaba. Ya en los primeros contactos, dicho centro mostró tener conocimiento del
aumento de los inmigrantes en el barrio y en el colegio y se manifestó interesado por un estudio riguroso y
sistemático de las condiciones en que se encontraban dichos inmigrantes y, en especial, los niños escolarizados
en el propio centro.
El Colegio está situado en un barrio de clase baja y en una de las zonas de la ciudad de Granada en donde,
actualmente, se están produciendo los asentamientos de inmigrantes.
En nuestro primer contacto el Director muestra, además de su acuerdo, especial interés y disponibilidad.
Plantea, como procedimiento, asistir a la reunión que habitualmente tienen los profesores, un día por semana, para
que una vez informados del proyecto de trabajo, sean ellos los que den su autorización.
Tiene lugar la reunión. Se hace una presentación personal y de la investigación en términos generales. Se
les explica que se trata de un tema que empieza a ser de interés general porque los movimientos migratorios están
teniendo, en nuestra época, una importancia muy grande. España se está transformando en un paísde inmigración
yésta va a sercada vez más visible entre nosotros; también en Granada. Al exponerles los objetivos y la metodología
reconocen que hay algunos niños inmigrantes en el centro pero que «están perfectamente integrados y no hay
ningún problema». Se muestran, sin embargo, interesados en conocer los resultados de la investigación al respecto.
Hay varias preguntas de entre lasque destaca una relacionada con la publicidad y la discrecionalidad de los datos
de los alumnos, etc.., Queda asegurado el anonimato y el conocimiento previo que ellos tendrán del informe-
conclusión del estudio. Disponen de un ejemplar del proyecto para que lo examinen más detenidamente y quedan
solos para decldircon total libertad. Al día siguiente comunican su consentimiento aunque ponen como condición
que las familias den su autorización.
Por medio del Colegio se convoca a los padres. No ponen ningún inconveniente formal. Uno de ellos
muestra un gran inlerés ya que se trata de un miembro activo y representativo de asociaciones locales musulmanas.
4. PRIMERAS A CTU A C IO N ES
Uno de los investigadores empieza a asistir al Centro. La primera tarea es trabajar los archivos y recoger
los datos «oficiales» (escasos y poco precisos) que hay en ellos sobre los niños y su grupo, al tiempo que va entrando
en contado con los distintos profesores/as y estableciendo relaciones con ellos.
Sólo con un conocimiento del conjunto es posible ubicar los sujetos del estudio. Se recogen y analizan
los datos de los cursos en que hay niños inmigrantes: los dos cursos de preescolar, quinto y séptimo de E.G .B . De
los datos que hay en los archivos interesan los siguientes: fecha de nacimiento, número de hermanos y lugar que
ocupa entre ellos, profesión del padre y de la madre (normalmente recogida o expresada de forma muy vaga e
imprecisa), y calificaciones académicas de los cursos anteriores. No figuran ni el nivel de estudios ni la situación
laboral de los padres, ni su cualificación profesional.
Hay diez niños en el Colegio; todos árabes, excepto un argentino. Nadie consideraba inmigrante a este
último.
Los resultados más significativos están en el cuadro 1. En el caso de los árabes llama la atención el alto
nivel cultural y profesional de sus familias (profesión del padre: dos médicos, un ingeniero agrónomo y dos
estudiantes de Doctorado) en contraste con el carácter netamente popular y obrero del resto de los niños del
Colegio. Como revelan algunos estudios (IOE), hay un grupo de inmigrantes de elevada cualificación, como éstos,
que piensa que con su cualificación puede obtener en sociedades del primer mundo una situación mejor que la
que les ofrece su propia sociedad. No obstante en nuestro caso puede deberse al papel que la Universidad de
Granada juega como lugar de ampliación de estudios (Doctorado) para estudiantes de países árabes. La entrevista
a las familias deberá aclarar esta cuestión.
Inm. Esp. Inm. Esp. Inm. Esp. Inm . Esp. Inm . Esp.
1° Prc 2 6 2 2 8
2U Prc 2 1 1 14 6 3 3 24
5o EG B 3 1 1 11 16 5 4 33
Terminada esta primera parte del trabajo, el curso que aparece como más claramente indicado para
continuar la segunda parte es el de 5- de EGB donde hay cuatro niños de padres inmigrantes (sobre un total de 30):
un hijo de iraquíes, otro de marroquíes, un tercero de argentinos y un cuarto de matrimonio mixto entre sirio y
española. Dos niñas y dos niños. No hay problemas de idioma. El grupo está compuesto por 37 niños y niñas. Hay
en él varios repetidores retenidos en el final de Ciclo . Por ello, el grupo es atendido por dos maestras cuya
colaboración es total. El primer día ya se desbordan contando anécdotas e información, sobre los problemas del
comedor (les tienen que engañar diciendo que es ternera y no cerdo para que coman), la participación en las fiestas,
que dan ética y no religión... etc.,. Es decir, los niños no pasan desapercibidos, hay cosas que llaman la atención,
las diferencias están ahí y algunas se perciben..., pero ¿cómo se valoran? ¿curiosidades, folklore...?, ¿o hay otras
consideraciones más serias que conciernen a cuestiones personales y de conciencia como la religión y la moral
diferentes?
5. M ET O D O LO G ÍA
El investigador se presenta al grupo como otro profesor más que ejerce su (unción temporalmente en el
colegio y se introduce como tal en la clase. Se trata de recoger observaciones (participantes o no) que le permitan
establecer qué está significando, para los niños de inmigrantes, su paso por la escuela y cómo están viviendo éstos
su experiencia escolar. Entendemos la escolarización como una experiencia total (socializadora) que va más allá
del aprendizaje de conocimientos y contribuye decisivamente a la definición de la identidad de los sujetos en el
contexto al que pertenecen y a la asimilación-elaboración de la cultura de la sociedad en la que viven. La definición
de la identidad y el aprendizaje de la cultura no son procesos diferentes sino profundamente unidos: definirse es
definirse en el medio cultural y en relación a él. Pero para estos niños el medio cultural está compuesto por la cultura
familiar y la cultura general de la sociedad y de la escuela.
El investigador se dirije, con cualquier motivo, a los cuatro niños que quiere conocer. Pero también a los
demás de la clase, sobre todo los que están más cerca y se relacionan en sentido positivo o negativo con ellos.
Igualmente, por medio de comentarios y de preguntas, recoge de las maestras cualquier tipo de información
relacionada con todos ellos.
En principio interesa ver cómo son percibidos y tratados en el grupo, por compañeros y profesores, los que
de hecho son diferentes.
Se conjugan pues la observación participante y la observación directa. Hay momentos en que los diálogos
pueden considerarse entrevistas en profundidad. Con todo ello se ha ido elaborando un diario de campo.
GRÁFICO 1
18
V E N T A N A S
9 0 11 0 9 1 3 0 5 2
< 2 3
u 8 0 15 2 10 0 114 1 4 1
3 0 3 26 3 3 S
!_____
2 19 14 1 6
4 0 8 1 2 2
4 4 9 1 9 0
0 9 3 12 2 23
o
6 1 4 4
I________ I . PUERTA
: Las reacciones y las situaciones no son simples. ¡Cómo estamos seguros de que es la etnicidad la que explica determinadas
situaciones o fenómenos sociales y no la clase social o el género?
Dentro de la clase aparecen cinco agolpamientos espaciales de mesas que pueden ser también grupos de
alumnos. Junto a la ventana está el grupo del que forman parte los alumnos con mayor número de elecciones
positivas. Es el grupo de lideres o notables de la clase. Junto a la puerta hay un grupo de repetidores que recoge
el mayor número de rechazos. Es en los dos grupos próximos a esa última zona donde se sitúan tres de los cuatro
niños inmigrantes; en todo caso lejos del grupo de mayor ascendencia.
Comentando el número de elecciones y rechazos, cabe decir que son alumnos ignorados, sin presencia
en el grupo. No tienen significado especial ni como elegidos ni como rechazados. Todos reciben igual número de
rechazos que de elecciones (y en pequeña cantidad) menos uno que recibe cuatro elecciones y ningún rechazo
El trabajo está iniciado. Creemos que se puede hablar de una repercusión real de la inmigración sobre los
centros educativos, aunque todavía no sea importante. Pero ya forman parle de una u otra manera de la dinámica
de cambio de la institución escolar: hay sensibilidad en algunos profesores, reacciones de los alumnos, interés y
participación en las familias, Incluso demandas concretas de algunos grupos de inmigrantes. Disponemos de datos
que hay que seguir ampliando, enriqueciendo y profundizando con más información.
En este curso, el grupo-clase en que hemos estado trabajando, al pasar a sextoo ciclo superior, ha dividido
sus treinta y siete alumnos en dos grupos. Creemos posible seguir recogiendo más datos de observación
participante, de entrevistas a los niños que permitan formar un conjunto de datos objetivos y válidos sobre nuestro
tema, así como de textos libres que elaboren sobre cuestiones relacionadas con la percepción de las diferencias.
También seria interesante conocer algo de las relaciones de los niños fuera del Colegio.
Se han incorporado más niños hijos de inmigrantes al Colegio en el curso 93-94, pero también se han
marchado otros. Tal vez sea conveniente y posible entrar en otras clases.
Las maestras sugirieron el año pasado como observatorio de interés, Id clase de ética donde se reúnen
muchos de estos niños y donde hay una dinámica de apertura y libertad.
Sin duda será necesario conectar con otros profesores y con el equipo directivo, ahora a través de
entrevistas más sistematizadas. Un objetivo final coherente, positivo y conveniente sería el de llegar a plantear una
ampliación de la profesionalidad de los docentes del colegio, con un debate y una respuesta por quienes quieran
darla, en relación al reto del punto de partida: la creación de una nueva mentalidad y nuevas formas de trabajo
en la escuela que apuesten por una educación multicultural y una sociedad tolerante y radicalmente solidaria.
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W O O DS, P .,: La escuela por dentro, Paidós-MEC, Madrid, 1990.
EXPECTATIVAS SOCIALES A TRAVÉS DEL SISTEMA EDUCATIVO
DE LOS INMIGRANTES EXTRANJEROS
A partir de 1969, año en el que se publicó el Libro Blanco, el techo de las expectativas educativas de la
fami lia española se ha ido elevando. Ya en el Informe FOESSA de 1970 cerca de un 50 % de las amas de casa querían
que sus hijos realizaran estudios superiores, aunque sólo el 26 % esperaban ver realizado éste deseo. Esta alia y
creciente demanda educativa esla condicionada por dos percepciones sociales y una de individual: la primera de
aquellas coiresponde a la rentabilidad de la educación como forma de movilidad social; la segunda a la realidad
evidente de una estructura social-económica diversa, diferenciada y desigual; por otro lado la percepción
individual apuntada por González Anleo (1985) se concreta en la aspiración individual que tiene como mela el
triunfo social mediante la educación.
En trabajos posteriores (González Anleo 1985; IEMB 1992) se constata el incremento de las expectativas
educativas, pero también puede observarse la diferencia existente entre deseos y realidad, siendo mayor esta
diferencia en la clase media baja y clase obrera.
De lo expuesto anleriormente podría parecer que estos trabajos han despertado el interés de los sociólogos
0 investigadores de otras disciplinas afines, esto no es así, el tema parece olvidado desde hace unos años. Coloma
(1990) demandaba se le dedicara mayor atención, ya que sus resultados serían útiles para aclarar algunos aspectos
de colaboración y conflicto en la relación familia/escuela.
La ponencia que se presenta se inscribe dentro de esta linea de trabajo pero con tres peculiaridades:
1. La población -y en consecuencia la muestra de familias con hijos en edad escolar- queda delimita
a los inmigrantes africanos -98,1 % de los extranjeros (IOE 1992)- residentes en la provincia de Lleida (Gráfico
1 y Gráfico 2)
60
50
40
30
20
10
Fam . en L leída
50%
Pare|a española 5 ,6 %
SO LTER O S
SEP A R A D O S/D IV O R
V IU D O S
C O N V IV E N EN PAR
CASAD O S
La familia esta considerada una de las agencias de socialización más importantes, dentro de éste marco,
la influencia familiar en el rendimiento escolar puede concretarse en los siguientes puntos (INCIE 1976):
1. Información que los padres tienen sobre los estudios y el comportamiento escolar de sus hijos;
2. La actitud de los padres hacia la educación: expectativas, niveles de aspiración, interés por los estudios
de sus hijos,...
3. La información y las actitudes paternales se reflejan en aspectos de la personalidad de los hijos que
inhiben el trabajo como son la falla de compromiso personal con los estudios y la ausencia de motivación para
estudiar.
Los padres -y estoes especialmente relevante entre los inmigrantes- transmiten sus experiencias y a partir
de ellas proyectan sus expectativas e Intentan modelar el futuro de sus hijos (Comas y Pujadas 1991). Así pués «en
la conformación de las demandas educativas, se puede constatarque existe un significativo grupo de alumnos «que
sabe a qué atenerse», que tiene claro desde su niñez (EGB), que, de una u otra forma, va a llegar a la Universidad
(lo cual no significa que sea un grupo motivado) porque ése es su «destino», un destino generalmente familiar, y
que se aferra a la enseñanza cualquiera que sea el resultado que obtenga. En el otro extremo se constata la presencia
de un significativo grupo de alumnos que también «sabe a qué atenerse», y que ya desde su niñez «conoce» su
deslino y que éste no es llegar a la Universidad, sino a la «calle», que nada espera del, ni nada pide al, sistema de
enseñanza. La relación que tienen éstos grupos con la estratificación social de las familias es algo fuera de toda
duda» (Fernandez de Castro 1990; pág 28).
En consecuencia, es obvia la importancia de las actitudes y en concreto de la expectativas de los padres
en la conformación de la educación que recibirán los hijos. Estas expectativas paternas en cuanto a la función de
la escuela se pueden reducir a cuatro ámbitos (Oblinger 1981; Coloma 1990):
A) La escuela como lugar de «aparcamiento de los hijos». En éste ámbito estarían aquellos padres q
cuentan que la escuela «guarde» a sus hijos durante un cierto número de horas los días laborables. San Román nos
facilita un ejemplo:
«... a la pregunta sobre la utilidad de hecho de la escuela actual de sus hijos, el 69 % responde que esta
en «aprender a leer y escribir», pero una quinta parte confiesa que se soluciona el problema de que los
niños anden por la calle o el problema de la comida, en las escuelas que tienen éste servicio."
(San Román 1986; págs. 98-99)
B) La escuela como lugar de adquisición de conocimientos utilitarios. Este sería el primer nivel de ex
pectativas de carácter pedagógico, referentes al objetivo instruccional. Los padres esperan que sus hijos reciban
conocimientos útiles para su futura Integración en el mundo del trabajo. Podemos encontrar diferentes niveles en
función de lo que se considere necesario por parte de los padres, existe un abanico de posibilidades, desde sólo
el aprendizaje de lectura, escritura y matemáticas, hasta las familias que amplían la definición a disciplinas más
humanistas como literatura, historia, arte, filosofía,...
C) La escuela como lugar de formación integral. En éste hallaríamos las expectativas referentes al desa
rrollo de la persona en sus capacidades cognitivas y afectivas, desarrollo de la percepción y sensibilidad, logro del
equilibrio interior y de la responsabilidad personal, afirmación de la autonomía personal y de la creatividad. Aquí
se incluiría la transmisión de una u otra escala de valores. Este es el ámbito más diluido y conflictivo.
D) La escuela como plataforma de movilidad social. Hallamos en éste las expectativas de los padres
respecto al rendimiento escolar de los hijos como medio de ascender en la jerarquía social. Serían padres que
acuden sólo a la escuela para protestar de las malas calificaciones de sus hijos sin interesarse por el aprendizaje.
Este último ámbito puede darse conjuntamente con alguno de sus dos precedentes. Como se podrá constatar, la
movilidad social es también finalidad implícita a toda petición de formación entre el colectivo de este estudio.
Las expectativas y la actitud que tomen las familias condicionará, además de las diferencias sociales,
económicas y culturales preexistentes, el éxito académico de las segundas generaciones de inmigrantes. Estas
expectativas se inscriben dentro de loque se ha llamado el proyecto migratorio (Zéroulou 1988; Flitner 1992).
Ante la ruptura del equilibrio familiar motivada por la inmigración, los padres adoptan diferentes
conductas de adaptación que pueden incentivar o no el éxito escolar de sus hijos. Al emigrar, las familias llevan
un proyecto y una voluntad de ascensión social, éste proyecto inicial tiene como principal objetivo la acumulación
de dinero para acceder a mejor posición social. Las vicisitudes que les depara la nueva situación puede provocar
que éste proyecto de mejora se desplace en parte o totalmente hacia la escolarización de sus hijos esperando
obtener mejores resultados. Estas familias consideran que los estudios de sus hijos son una inversión, adquisición
de capital cultural que se transformará posteriormente en capital económico -éste perfil responde a familias de
procedencia urbana, mayor nivel cultural, menor tiempo de separación familiar- (un año o dos como máximo antes
del reagrupamiento), la idea de retorno no es acuciante... (Zéroulou 1988). Dentro de éste grupo se sitúa parte las
familias de inmigrantes entrevistadas en la provincia de Llelda, destacando la idea de no retorno y la mobilización
de los padres ante todo lo que sea educación de sus hijos.
En las entrevistas realizadas se observa que las actitudes y expectativas se polarizan en función del
proyecto familiar.
Un primer grupo (G1) se forma por aquellos individuos aún «ilusionados» en un proyecto ya se Irate del
fam iliar -incluye a los hijos- o sólo aquellos que se centran en el de sus hijos siendo el suyo propio no una mejora
social, que desestiman, pero si una «supervivencia social».
El segundo grupo de entrevistados (G2) lo conforman los individuos con una actitud negativa, desilusio
nados -en todos los casos el cabeza de familia sufre inestabilidad laboral o se encuentra en el paro, debiendo
recurrirá menudo a ayudas de instituciones no gubernamentales (Cantas Diocesana de Lleida), piensan a menudo
en el retorno-. En éste grupo podemos corroborar la importancia otorgada a mantener al menos parte de la tradición
del país de origen: «no quiere que los hijos olviden la tradición musulmana».
Entre éstos dos grupos se observan algunas entrevistas que se sitúan en una transición (Gt) hacia la
desilusión e idea de retorno, siempre en función de la situación laboral y económica del núcleo familiar. El limite
de resistencia, hasta adoptar esta actitud se situaría en aquel momento que necesitan ayuda -para sobrevivir, otras
limitaciones económicas las constatan lodos- de instituciones y no ven mejorar su situación.
En ninguno de los grupos resulta significativa la diferencia en cuanto a profesión actual de los padres
-todos trabajadores sin cualificación-, tiempo transcurrido de separación familiar entre la llegada del padre y
el resto de la familia y la edad de la pareja (lodos entre 30 y 42 años)
BIBLIO G RA FÍA
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ESCUELA, BARRIO Y MULTICULTURALISMO: UNA PERCEPCIÓN ENTRE EL
CONFLICTO Y LA INTEGRACIÓN
Esta realidad se confunde con el deseo de diversas familias que cuando pueden marchan del barrio y/o
cambian a sus hijos de colegio (fuera del barrio). En la escuela el cambio cuantitativo de la matrícula en general
se une claramente a procesos de selección académica y escolarización real deficiente (Molina, 1992,1993).
La escuela cuenta -sobre la matrícula del centro- con un 7 1,5 % de alumnado gitano, un 2 % de niños
africanos y un 1,5 % de magrebíes. No obstante, los niños gitanos que asisten realmente a las clases del ciclo
superior representan tan solo un 14 %, ante el 84 % de los "payos"''
El fracaso escolar global adquiere en este colegio tintes dramáticos, llegándose desde los 31, 35 o 39
alumnos en niveles como 2°, 3B y 4Qde EGB respectivamente, a los 17 y 11 alumnos de 7o y 8C de EGB.
' Cu an d o en otros barrios lam bién se dan esta tipo de problem áticas, en un nivel sim ilar.
' En épocas de recesión económ ica el conflicto social se em pieza a teñir de racism o: hay una "racííicación-etnificación" del
conllicto social, realizándose los discursos discrim inatorios alrededor de la categoría de “emigrante", ya que los emigrantes son
fácilmente identificables, visibles y etiquetables com o diferentes. Es entonces cuando se etiqueta al diferente atribuyéndole
aspectos físico-sociales negativos, y cuando las dificultades socioeconóm icas y las diferentes culturales se pueden convertir en
leorías y argumenlos legitimadores de la discrim inación (Solé, 1993). Tam bién se "jerarquiza" esta identificación, rechazándose
más a unos colectivos que a otros.
'Evidentem ente estos problem as lam bién se dan en oirás escuelas de la ciudad.
4 Es necesario recordar que una cosa es la m atriculación y otra la asistencia real; hay que tenerlo en cuenta a la hora de
“escolarización", para evitar que tras este térm ino se esconda una situación ficticia (G on zález Anleo, 1905)
C o m p a r a t i v o E s c u e l a - C i el o S u p e r i o r
■ Total Escuslo
D Ciclo Superior
in
o
~2— V
Olíanos ‘ P ayo s’ Africanos Mogr«t>(«s Latinoem
Se da globalmente una selección académica fuerte, siendo especialmente significativa entre el alumnado
gilanoy más en concreto entre las chicas-adolescentes gitanas, que suelen abandonar pronto la escuela para ayudar
a las "tareas de casa" y casarse con una cierta precocidad.
Todavía hay alumnos deescolarización tardía que forman grupos de educación especial y compensatoria...
y otros se están integrando en la escolarización diseñada por el propio sistema educativo, a través de los primeros
cursos de la educación infantil y primaria; de hecho es el proceso de integración-asimilación seguido tradicional
mente en relación a las diferentes etnias (Fernández Enguita, 1990), La integración y la asimilación aparecen como
"soluciones" difíciles y contradictorias (Juliano, 1991,1993; Carabaña, 1992) 5. Si se mantienen las diferencias se
puede llegar a pactos y a segregación, difícilmente a la integración, sensu estrictur'la solución podría ser operativa
si los individuos se identifican primariamente con una cultura, Es el caso, asi mismo, que en muchos de los casos
no se trata primariamente de la identificación con una cultura, sino de la identificación con un grupo social,
concretamente con un grupo étnico" (Carabaña, 1992; 20).
En otro orden de cosas, se ha de destacar que entre los cursos de educación infantil y del ciclo inicial nos
encontramos el mayor número de niños inmigrantes (un 6 % aproximadamente), lo cual evidencia que los
asentamientos de los inmigrantes con sus familias se van convirtiendo en una realidad, fundamentándose la
situación multicultural del barrio.
Es en esta línea, y teniendo en cuenta la tradicional presencia gitana, que cabe irse planteando nuevas
directrices pedagógicas que superen la mera asimilación para avanzar en la educación intercultural. La escuela
puede representar un punto de encuentro y ser un centro dinamizador comunitario en este sentido.
sDe hecho en esle contexto escolar (casco vie¡o de Lleída), los maestros están trabajando realmente en una línea más o menos
flexible, pero en último término de asim ilación. Ésta se les presenta com o más "operativa" y "rápida" y com entan q ue no saben
cómo concretar la "integración", porque en definitiva, todo este conjunto term inológico tiene contradicciones en su práctica
diaria.
3. ESCUELA Y BARRIO: PERCEPCION ES Y PERSPECTIVAS DE FU TU R O
Dentro de la actuación urbaníslica que se realiza en el casco viejo, el hecho de realizar un edificio nuevo
Vqueéstesea una escuela, puede representar un síntoma deque alguna cosa se mueve en el barrio. Una percepción
ligada con ésto último, es que puede volver a haber vida en el barrio, después de que numerosas tiendas y casas
cierren sus puertas y su actividad:
T o al principio pensaba "tantos millones en una escuela!" y la verdad es que hace falta dinero pan
educación, enseñanza... una vez que ya estoy aquí pienso que realmente es un factor más del proyecto de
rehabilitar el casco viejo" (Luna, maestra).
La dificultad práctica, operativa que supone lener dividida la escuela en dos edificios fue expresada por
la comunidad escolar hace unos años, cuando se proyectaba su realización. En cambio, una vez consumada la
duplicidad11se valora el hecho de conservar la parte antigua y construir edificios modernos y funcionales como
una posibilidad más en la articulación del barrio y su rehabilitación:
"La escuela tan digna también atrae... puede ser importante que en el barrio haya dos entidades
pedagógicas. Cuanto más espacio, mejor están los crios. (...) Aquí tengo sensación de pueblo, hay muy poca
circulación de coches. Yo tengo la imagen de Lleida como si fuera un árbol cortado7, cada circulo, cada aro es
un año. Aquí (casco vie¡o) es la Lleida antigua, cada calle, portal son siglos pasados (,..). Ésto tiene una identidad
propia. La savia que ha de ir así no sube; ahora ya sube pero no del lodo, no sube una buena savia, aquí si no
vigilamos se está pudriendo. . . " (Luna, maestra).
Cabría reflexionar si únicamente es "sensación de pueblo1', o si también se mezcla "cerrazón de ghetto"
(conversaciones Luna, Carpe diem, Zacarías, maestros), ya que relativamente pasa poca gente por algunasdeestas
calles del casco viejo, básicamenle la gente que vive aquí, a pesar de que con el mantenimiento de una cierta
actividad en el edificio de "El Roser", la presencia de los juzgados y la aproximación de una línea de autobuses,
lodavía se da un cierto movimiento al que podría contribuir, en un futuro no muy lejano, la utilización del edificio
antiguo del CP. Cervantes y también del mismo edificio nuevo: los dos están situados e ¡nterconectados
estralégicamente, uno en medio de la calle Caballeros y otro en la zona del Canyeret, en el área de la colina de
la Seu Vella, los juzgados y la conexión con la plaza San juan y el eje comercial (Ver Anexo 2: Plano).
En cuanto a las proyecciones de futuro, hemos de reconocer en términos generales el valor de la escuela
como inestimable baluarte para la educación intercultural, entendiéndola desde un ámbito de actuación más
amplio y global, entrando en el campo de la Educación Social; la escuela es la gran excusa para interrelacionar
padres-alumnos-educadores e incluso vertebrar las redes sociales de un barrio.
No olvidemos que dada la importancia de la dimensió comunitaria, es necesario encontrar lugares de
reunión e interrelación, creando espacios comunitarios reales:
"La escuela ha de servir como punto de encuentro, porque también me lo miro desde el punto de vista de
un pueblo, la escuela es dinamizadora del barrio, es la que aglutina, la que mueve... la cosa deportiva, juegos
tradicionales, ele. La escuela sola quizá no... pero la escuela ofreciendo el espacio físico e ”inventando" un lipo
de maestro que esté a oirás horas como el maestro de pueblo, que lo hacía muy a guslo (...).
Se ha de mantener el viejo edificio; la gente se sorprende del edificio nuevo (...). La escuela es un granito
de arena: eslas calles no han de dar miedo, hemos de educar socialmenle (...). Es importante el movimiento que
sube y baja por la calle Caballeros a "El Roser"; que pase la gente por el barrio. Se ha de ir por el barrio, no se puede
de/ar. La ciudad es un organismo vivo" (Luna, maestra).
1En la misma línea de investigación iniciad a, estoy elaborando un proyecto de etnografía del aula y del centro, donde tendrá una
creciente im portancia la situación diferenciada d e los dos edificios, con sus particulares dinám icas. Puede ser relevante y
significativo en la m archa del centro esta duplicidad “física".
' Y esboza un dibujo en una hoja que esquematiza e ilustra su exp licación .
"C on salidas escolares com o las de Carnaval realizadas este año, se puede seguir un itinerario que, teniendo com o núcleo los dos
edificios, engloba gran parte del m ism o casco viejo.
El nuevo edificio puede ofrecer sus insolaciones para actividades deportivas, juegos tradicionales
(Molina, 1992), centro de reuniones... El edificio antiguo puede albergar un futuro gimnasio para realizar gimnasia
de mantenimiento -hombre y mujeres-, talleres y exposiciones de pintura, costura; teatro, etc. Son unas primeras
aportaciones desde la comunidad escolar, más o menos teóricas, pero factibles.
El uso de las escuelas como centros comunitarios tiene precedentes, entre otros podemos citar la
experiencia de Coventry en Inglaterra, señalada por Schmidtke (1992), el cual aboga por la creación de un "Centro
Intercultural Comunitario" para toda la población de la comunidad con las siguientes funciones: planificación del
irabajo/asesoramiento para extranjeros (asuntos de derecho, administración)/punto de encuentro/disco/jugara
cartas, lomar café, té, J cursos para adultos/oficina antidiscriminaloria (para denunciar asuntos de discriminación,
de violencia en hechos y palabras)/ cocina Internacional/ talleres, imprenta... ya que "un centro intercultural
comunitario no solo ha de cubrir las necesidades de los grupos minoritarios, sino de todos los habitantes del barrio"
(Schmidtke, 1992:42-43).
Es en esta línea donde argumentamos que los dos edificios escolares pueden ofrecer una serie de
posibilidades y ocupaciones que ayuden en la articulación de los grupos y, por ende, a la articulación sociocultural
del barrio, donde la labor asistencial de los trabajadores sociales es un hecho y la de los educadores sociales'1un
estimulante proyecto de futuro.
BIBLIO G RA FÍA
’ EI Educador Social podría ser, con algunos m atices, el "invenid' que expresaba Luna-, “un tipo de maestro que estuviera a otras
horas com o e l maestro de pueblo...
ANEXO I: MATRICULADOS
C ic lo In icia l
11,5%
■ G itan os
US Payos
0 A fricanos
63 M agrebíes
82,5%
2% 1% C iclo Medio
17%
■ G itan os
ÍOEI Payos
E3 A fricanos
^ M agrebíes
80%
□ Lat inoam .
2% C iclo Superior
56%
ANEXO II: PLANO
EL ÉXITO ESCOLAR DE ALGUNOS HIJOS DE EMIGRANTES ESPAÑOLES EN
BRUSELAS
Se ha insistido muchas veces en las dificultades y en el fracaso escolar de los hijos de los emigrantes.
Proporcionalmente se ha investigado mucho menos su éxito escolar.
Nuestro trabajo se basa, por una parte, en el seguimiento longitudinal de cien alumnos hijos de emigrantes
y de sus familias desde 1977 a 1993 y por otra, en el análisis de veinte historias de vida completas de los primeros
hijos de emigrantes españoles que concluyeron estudios universitarios en dos universidades belgas: Universidad
Libre de Bruselas y Universidad de Lovaina la Nueva. Todos residen actualmente en Bruselas.
En este análisis quiero poner de relieve los factores que han incidido con más fuerza a nivel personal,
familiar, escolar o social para cambiar la trayectoria que parecía más lógica. Metodológicamente, quiero situarlo
dentro de la profundización de la perspectiva biográfica tanto por la adecuación al objeto como por la convicción
de que«La historia de vida nos permite llegar a las redes sociales y a las estructurasdel comportamiento que, debido
a su carácter marginal y a su estado de exclusión social, escapan a los datos conseguidos y elaborados formalmente
así como a las imágenes oficiales que la sociedad tiene de sí misma»'
Siguiendo las directrices de D. Bertaux hemos optado por «concentrar la muestra, es decir, no dispersar
los sujetos... sino tomarlos dentro del mismo subconjunto de relaciones sociales». En nuestro caso nos hemos
concretado a los hijos deemigrantes que llegaron a Bélgica al comienzo del periplo migratorio, (entre 1960 y 1965),
sin conocer nada sobre el pafs de acogida. La elección de este subgrupo nos pareció más adecuada a nuestro
objetivo porque en todas las historias de vida estudiadas partimos de la misma situación: los factores personales
y sociales que inciden en la trayectoria son similares en todos los casos. La elección de este subgrupo nos ha
permitido contar con hijos de emigrantes adultos que tienen capacidad para contar retrospectivamente su vida en
una entrevista semi dirigida.
La submuestra que analizamos se caracteriza por incorporarse al sistema escolar belga sin hablar ni una
palabra de francés. La familia, debido al desconocimiento del idioma, tampoco puede comunicarse abiertamente
con la escuela ni ayudar a sus hijos directamente en las tareas escolares. (Son más bien los niños los que enseñan
a sus padres). De las veinte historias de vida que estudiamos a todos menos a uno les pusieron «frenos
institucionales» para acceder a la Universidad, Los servicios de orientación escolar les aconsejaron que se
matricularan en escuelas de Formación Profesional al terminar 6- curso de Primaria. Al finalizar el primer ciclo de
Bachillerato, los servicios de orientación siguen aconsejándoles que se dirijan hacia estudios similares a nuestra
Formación Profesional de 25grado Concluido el Bachillerato, a ninguno le consideraron capaz de hacer la carrera
que él había elegido.-' Al finalizar cada ciclo la dirección de los distintos centros escolares refrendó la posición de
los orientadores escolares. Los padres, asesorados en cada caso por personas clave, tomaron individualmente la
iniciativa de no aceptar la decisión del Centro Escolar y orientar ellos mismos a sus hijos hacia secciones que no
bloquearan el acceso a la universidad.
Los puestos de trabajo que ocupan los padres de estos alumnos no se diferencian de los de otros emigrantes
españoles en esa misma época : Sector de la construcción, obreros de distintas fábricas, hostelería... en el caso de
las mujeres lo más frecuente es que trabajen como asistentas o encargadas de viviendas de sectores elitistas belgas.
'Ferralori, F., - Histoire et histoíres de v ie . La méthode biographique dans les sciences sociales, Paris, Lib. des M éridiens, 1983.
; En Bélgica cada padre puede enviar a sus hijos a la escuela que él elija a lo largode todo el sistema educativo. Existe la posibilidad
de no seguir las directrices m arcadas por el Servicio de O rientación No hay exám enes de selectividad para acceder a la
universidad. Sin embargo se traía, hasta la lecha, de un sistema escolar en el que sólo el 4 2 ,4 % de los alumnos lerm ina primaria
y secundaria en los doce años previstos. Es el país de la Com unidad Europea en el que hay el porcentaje m edio más elevado de
repetidores. Los alumnos extranjeros son los q ue más repiten
Es menos frecuente que trabajen en las fábricas o que sólo se ocupen de su casa. Su preparación escolar es, como
máximo* de Enseñanza Primaria de los años 40.
La hipótesis más generalizada en los paises centro europeos, considera que una escuela con un porcentaje
elevado de emigrantes es una escuela «floja o mala» que no prepara ni siquiera para el bachilléralo. Paradójica
mente, los alumnos cuya trayectoria vamos a analizar asistieron a la escuela que estaba más cerca de su casa, en
barrios en los que viven más extranjeros que belgas y como consecuencia a escuelas en las que había y hay
aclualemente porcentajes muy elevados de extranjeros/1
Cuando un hijo de emigrantes de los años sesenla concluye esludios universitarios en un sistema escolar
competitivo-selectivo, no es por casualidad, ni por suerle. Ante el éxito y el fracaso escolar de un mismo colectivo,
aparentemente homógeneo, surgen una serie de cuestiones:
¿Cómo se desarrolló la trayectoria escolar?. ¿Qué ha ocurrido para que estos niños emigrantes que
aparentemente disponían de un mismo «capital» incial hayan llegado a trayectorias escolares tan diversas?. ¿Qué
peso tienen en ellos los determinismo sociales?. ¿Qué tipo de actitudes familiares, escolares o sociales destruyen
o compensan las variables que actúan negativamente en una trayectoria escolar?
Nuestra hipótesis es que la denominación 'emigrante» engloba a familias muy diversas en cuanto al
bagaje socio-cultural heredado, a las motivaciones de la decisión migratoria y a las aspiraciones respecto al futuro
de sus hijos. Una vez establecidos en el país de acogida existen diferencias considerables en cuanto a la cantidad
y a la «calidad» del capital relacional que la familia crea, en cuanto a las estrategias de acercamiento/alejamiento
del país de origen o al de acogida y como consecuencia respecto a la instalación o al retorno. Es frecuente que,
a lo largo del ciclo de vida familiar, varíe el peso de uno u otro de estos factores. Todos ellos intervienen y
condicionan los modos de negociación familiar, e indirectamente el tipo de trayectoria escolar.
Un aspecto particular y característico de las historias de vida es su dimensión temporal. Aunque es
indispensable tener en cuenta el factor tiempo, al analizar una trayectoria escolar no podemos considerar sólo esta
perspectiva, paralelamente, a nivel escolar, familiar o económico desde un punto de vista endógeno. La historia
de una trayectoria escolar nos introduceen un vasto tejido de relaciones sociales. El éxito escolaraparece vinculado
con determinadas formas sociales de organización de la existencia, de la vida doméstica y con el tipo de relaciones
que se establecen entre las generaciones: modos de filiación, de transmisión, de socialización, de adopción de
criterios prioritarios... en el caso concreto de los emigrantes dedicar a la educación de los hijos una parte de los
ahorros.'
Entendemos que en el caso de los hijos de emigrantes que analizamos, su éxito escolar ha dependido
mucho más del dinamismo intra y extra familiar, dentro de las limitaciones de una familia emigrante, que de la
«escuela buena o mala» a la que asistieron en Primaria o Bachillerato. La dinámica familiar ha facilitado más que
la dinámica escolar la integración armoniosa de las dos lenguas y de las dos culturas, la del país de origen y la del
país de acogida. Pensamos que en cada caso debieron de exitir factores estabilizadores que compensaron
ampliamente las dificultades inherentes a la emigración, que hulx) un micro clima familiar favorable, algunas
personas clave y que debido a la intervención de todas o de algunas de estas variables, el supuesto conflicto
intercultural se transformó de problema en ventaja que permitió no sólo modificar sino enriquecer la trayectoria
escolar.
Dados estos supuestos las bases teóricas que nos van a servir de pauta en este análisis serán la perspectiva
sistémica, (el sujeto y su red de interacciones naturales, contexto familiar, escolar, socio-cultural y económico) y
las teorías de Bourdieu-Passeron sobre el capital cultural familiar.
1 En Bélgica hay un 10% de extranjeros residentes legalmente. El porcentaje es muy superior si añadimos los clandestinos y las
personas que han cam biado la nacionalidad. En Bruselas hay un 28% de extranjeros residentes legalmente. En estos porcentajes
no se incluyen los funcionarios de em bajadas ni de instituciones comunitarias o internacionales.
Respecto a la silu a ció n escolar: Es rarísim oencontrar un aula en la que no haya varios alumnos extranjeros. N oes extraño encontrar
clases en las que no hay ni un sólo belga. Al finalizar el curso 1992-93 había, en la zona francófona del país, 803 aulas que
superaban el 51 % d e extranjeros.
‘ Debemos tener en cuenta lo que simboliza "el ahorro" en el caso de los emigrantes.
En el análisis de contenido de las historias de vida vamos a adoptar una perspectiva horizontal -transversal
limitándonos a algunos criterios que nos parecen fundamentales pero que no agolan, ni mucho menos, las
posibilidades de este material biográfico.
1. Características de las familias de emigrantes españoles en las que todos o algunos de sus hijos han
terminado estudios universitarios.
2. Características de los sujetos entrevistados.
3. Percepción de la escuela y del sistema educativo.
4. Factores a los que los interesados atribuyen su éxito escolar.
1 En Bélgica todas las escuelas están abiertas de siele de la m añana a seis de la larde com o m ínimo. Los padres pueden "dejar"
a sus hijos en la “guardería" de la escuela en función de sus respectivos horarios laborales.
' PMS Centro de orientación Psico-M édico-Social de las escuelas belgas.
y que iría donde fueran ellos: "no vinimos de España para que mi hijo fuera tornero, calefactor o fontanero, sino
para que nuestros hijos pudieran estudiar; lo que queremos es que nuestro hijo sea médico". A partir de ese curso
en esta escuela los niños extranjeros ya no fueron enviados sistemáticamente a Profesional. Quiero señalarqueeste
director era una bellísima persona y que su comportamiento no obedecía a actitudes racistas; él entendía que en
la situación precaria que vivía la fam ilia, lo mejor era que aprendiéramos un oficio pronto y lleváramos un sueldo
<1 casa».
Las historias de vida de estos jóvenes dan cuenta de relaciones frecuentes entre la familia y la escuela en
una época en que para muchos emigrantes era aún muy difícil establecer conlactos con los profesores.
Concluiremos este apartado afirmando la especificidad de la subcultura familiar7 de este subgrupo de
emigrantes con relación con la subcultura de la mayoría de las familias emigrantes en ese mismo periodo. Ha
primado el objetivo de constituir un capital social y cultural por encima de la aspiración primera de la inmensa
mayoría de los emigrantes: constituir un capital monetario.
No hemos hecho tesl de inteligencia ni hemos ¡do a los archivos de los centros escolares a comprobar qué
es lo que aparece en su expediente académico. La mayoría de ellos nos cuenta que solía estar en primaria y en
bachillerato entre los primeros de su clase; alguno repitió curso en alguna ocasión, (accidente de lo más frecuente
entre los hijos de los emigrantes), Todos nos presentan a sus padres como personas no autoritarias, con gran fuerza
de voluntad, con curiosidad por aprender ellos mismos; padres alentos siempre a su evolución personal y escolar,
a la escucha de sus aficiones y dispuestos siempre a poner los medios financieros necesarios para la educación.
Se autopresentan como adolescentes y jóvenes que participan en múltiples actividades de educación informal al
margen de la escuela: clubs de ciclismo, de observación de la naturaleza, academias oficiales de música. Boy
Scouts, grandes lectores de los libros de las clases de español y de los que la mayoría de los padres les compraban
en el rastro.
Respecto a la dialéctica de aproximación a lo belga odedlslanclamientode lo español, aparecen distintas
etapas a lo largo del proceso que analizamos:
1,- Ruptura/distanciamiento deliberado con los ambientes españoles en la emigración que se produce,
en general, hacia la mitad el bachillerato y a lo largo de los estudios universitarios. En algún caso el alejamiento
de los otros grupos de emigrantes es debido a las críticas que éstos les hacen por «querer ir a la universidad». Estos
jóvenes pioneros de la incorporación de emigrantes a la universidad rebasaban ampliamente los límites escasos
de movilidad profesional o social que la sociedad de acogida puede conceder a los extranjeros.
La sociedad española reconstituida en los países de emigración eran percibidos como una especie de
«renegados» de la clase obrera que no llegarían a acabar nada en la universidad. Teniendo en cuenta esta serie
de circunstancias, algunos de ellos entendieron que si querían seguir adelante con su proyecto escolar tenían que
cortar con los ambientes españoles. Un grupo, menos numeroso, compatibilizó perfectamente su promoción
escolar con la integración en el medio social del país de origen
2 - El retorno al grupo de origen suele producirse una vez concluidos los esludios universitarios, desde
una posición estratégica distinta. En el caso de los médicos, la vuelta al ambiente de los compatriotas es el medio
para conseguir traba jo; los médicosque atienden a los emigrantes se han convertido en mediadores o inlerlocutores
: Entenderemos por subcultura familiar "el sistema de normas y de representaciones que establecen progresivamente los distintos
miembros de una fam ilia ai m ism o tiempo que se ponen d e acuerdo sobre las características esenciales de la organización de la
familia y d e sus relaciones con el m edio exterior. Este sistema expresa el consenso fam iliar y cum ple dos funciones esenciales1
1 .- U n modo de vida en familia que sirve de referencia, define las reglas de organización de las distintas tareas yde las
responsabilidades y determina los comportamientos que hay que adoptar en las relaciones externas.
2 - Una ideología m ovillzariora que define un sistema de objetivos que hay que conseguir, los medios que hay que aplicar y la
d isciplina que debe acom pañar el proceso de m ovilización material de la familia"
D efinición procedente del Informe d e Investigación para el Com m issarial G énéral du Plan (París, 1985). “Les uns se mobilisssent
el les nutres pas. Logiques de la constitution el de la vie des familles", par Georges M EN A H EN el Ch an lal N IC O LE.
cualificados ante instituciones sanitarias o sociales del pais de acogida... En el caso de licenciados en letras, (en
bastantes casos en filología románica), se convierten en animadores culturales a través de emisoras de radio para
la comunidad española, prensa específica de temas migratorios., en otros casos han relevado a los emigrantes de
la primera generación en Centros, asociaciones o partidos políticos.
Nos preguntamos si en esta vuelta a las raíces habrán podido influir estrategias de repliegue debidas a la
deterioración de la imagen del emigrante en general y a las dificultades inherentes a los periodos de crisis
económica. Nos preguntamos si en este «retorno» hay un componente de desmitificación o cierto grado de
decepción ante la sociedad de acogida que observa con recelo la promoción escolar/profesional de estos hijos de
emigrantes.
Respecto a su doble identidad personal, las respuestas son, en general, del tipo de la siguiente:
«Me siento español de Bélgica, tengo una sensibilidad especial ante lodo lo español, pero no pienso en
ira vivir definitivamente a España; me siento más próximo de los belgas que de los españoles que viven en España;
hubo varios momentos en los que mi origen español fue un obstáculo para conseguir mis objetivos académicos
y profesionales; al final he conseguido no cambiar de nacionalidad. Quiero que mis hijos sigan siendo españoles
y belgas al mismo tiempo, poi eso les hablo español».
No nos detenemos en este trabajo a analizar los problemas o las ventajas relativas a la doble pertenencia
cultural y lingüística. En la muestra que nos ocupa es evidente que el bilingüismo fue una ventaja que les facilitó
el aprendizaje de otros idiomas y les abrió las puertas del mundo laboral.
•Hablarespañol no me impidió hablar correctamente francés ni neerlandés. En la universidad estudiába
mos casi todo en inglés. Ahora trabajo en una empresa multinacional americana y la única lengua de trabajo es
el inglés. Gracias a que fufa clases de lengua y cultura española hasta C.O.U. sé redadaren español con soltura».
Nos cuenta una doctora en químicas.
Un economista nos dice: .«Porque hablo español siempre me han elegido a mí, en la organización
internacional para la que trabajo, para dirigir o coordinar los programas de desarrollo enconómico en América
Latina».
Tenemos que distinguir entre percepciones claramente afectivas y otras relacionadas con la preparación
escolar recibida. El tipo de percepción es distinto en primaria, en secundaria y en la universidad. En todas las
historias de vida la narración suele ser mucho más extensa al hablar de la escuela secundaria; sin lugar a dudas
es en ella donde se hicieron las mayores amistades entre iguales, donde sintonizaron con distintos profesores del
centro y se produce una clara identificación con el proyecto escolar. La universidad apareceen la narración para
evocar múltiples dificultades de adaptación, la distancia entre lo estudiado en secundaria y el nivel exigido en la
universidad, la necesidad y, a veces, la dificultad para aislarse, concentrarse y poder estudiar, la falta de solidaridad
entre los compañeros para explicar algo o prestar apuntes... «era muy frecuente que sólo nos ayudáramos entre
los extranjeros». A los profesores se les percibe como seres lejanos y distantes, a los que uno no podía acercarse
ni hablar; sólo aquellos que hicieron el doctorado sintieron que «los profesores los consideraban de otra manera;
el doctorado es totalmente distinto a la licencia, pero sólo he llegado a tener cierto nivel de confianza con el director
de tesis».
Un caso particular es el de un médico, gran deportista, que ante el desastre total de los primeros meses
en la universidad, viendo que no aprobaba ninguna asignatura decidió «que para aprobar tenía que aplicar al
estudio la misma técnica que en los entrenamientos deportivos si quería llegar a ser campeón... entrenar, entrenar,
entrenar». Resultó ser un método con el que no le suspendieron nunca.
El rechazo de la escuela se produce en los alumnos que aún habiendo concluido estudios universitarios
tuvieron dificultades a lo largo de la escolaridad. Creen que continuaron por necesidades funcionales: «Es el único
medio de llegar a conseguir un buen trabajo».
Los alumnos perciben que la escuela los rechaza a través de aclitudesque intrepretan como racistas dentro
de las escuelas del barrio o cuando sus padres optan por matricularlos en alguna escuela más o menos elitista en
la que ellos eran los únicos extranjeros.
Señalamos ya anteriormente la percepción de una dinámica familiar específica en este subgrupo un tanto
■(marginal» de emigrantes, que se caracteriza por diversos factores de estabilidad, por el diálogo, el estímulo, la
disponibilidad, la colaboración, el seguimiento escolar día a día, sin dar órdenes, sin prohibir, motivando a los
hijos, sin autoritarismo ni severidad, ofreciéndoles posibilidades, dándoles responsabilidades para que «llegaran
a tener algo mejor que lo que ellos tenían». Todos los entrevistados coinciden en atribuir a la familia un papel
preponderante en la trayectoria escolar positiva que consiguieron concluir. No podríamos afirmar si tuvo más
influencia el padre o la madre; uno y otro aparecen indistintamente a lo largo del ciclo escolar o en función del
tiempo disponible, es muy raro encontrar un caso en el que uno de los cónyuges se haya inhibido. Después de la
familia son los factores personales, como el esfuerzo, la motivación, la fuerza de voluntad, los que han determinado
el éxito escolar. Si en la escuela primaria y en la secundaria es determinante la intervención de personas relevantes,
éstas desaparecen por completo al acceder a la universidad. Variables tales como la suerte o las circunstancias
concretas favorables tienen muy poca importancia en los casos que estudiamos.
Entre los factores externos que han modelado la dinámica familiar e influido indirectamente en la
trayectoria escolarde los hijos, hemos de tener en cuenta la influenciadel «modelo» familiar-escolar que las madres
de estos jóvenes percibían en las casas belgas de mayor n ivel socio-cultural en las que trabajaban como empleadas
de hogar.
Aparecen reiteradamente los nombres concretos de profesores de español que modificaron una trayectoria
que en principio estaba llamada a seguir el curso de los deterninismos sociales. Cuando se produce una
identificación con el proyecto escolar de la escuela belga, son los nombres de profesores o directores de colegios
los que avivan y sostienen las especlativas familiares en relación con el proyecto escolar del hijo. Recordamos de
nuevo la influencia positiva de algunas instituciones españolas dedicadas a la emigración.
El destino de un individuo no queda condicionado sólo por la posición de clase ni sólo por las relaciones
familiares vividas en la infancia ni sólo por la escuela ni únicamente por las relaciones sociales. Bourdieu insiste
en el peso de la historia en la construcción de la identidad del sujeto, a partir de la incorporación de los «hábitus».
Estos son la expresión de la experiencia biográfica que se apoya en las generaciones precedentes. En el caso de
este subgrupo el enfásis en la promoción escolar de los hijos tiene sus raíces en las motivaciones de la emigración.
Es frecuente que, al emigrar, estas familias buscaran compensar la parte de dotación escolar que recibieron otros
hermanos o parientes y que ellos hubieran querido para sí. La emigración es, en estos casos, una apertura al
conocimiento al que no pudieron acceder en su adolescencia desde el mundo rural.
«A mi madre siempre le gustó estudiar, pero nunca le dieron la oportunidad. Estudiaron mis hermanos.
Ella nunca aceptó que la destinaran a modista. Mi padre tiene primos médicos, abogados... pero a él le dejaron
para que se ocupara de las tierras. Yo pienso que mis padres quisieron que llegara en mis estudios tan lejos como
pudiera».
5. C O N C LU SIO N ES
Al dar por terminado este articulo, vemos la cantidad de cuestiones que suscita; nuestro objetivo ha sido
mostrar cómo ciertos micro-climas familiares y mediaciones sociales favorecen el éxito escolar y, como
consecuencia, la movilidad socioprofesional de los hijos de los emigrantes. Hemos señalado algunos frenos
grupales o institucionales a la promoción escolar. Nos hemos detenido a clarificar la dinámica familiar específica
de estas familias de obreros emigrantes ante la educación de sus hijos: sus especlativas respecto al futuro, los
espacios de socialización, las estrategias de acercamiento/distanciamiento al país de origen o al de acogida; los
(actores de estabilidad familiar, distintos a los de la mayoría de las familias emigrantes, que han atenuado las
dificultades que conlleva la emigración, un bagaje lingüístico insuficiente, las dificultades para penetrar en la
sociedad de acogida o en la mentalidad del otro.
¿Son familias que se consideran integradas? ¿Se consideran integrados los jóvenes objeto de nuestro
estudio? Habría que extenderse de nuevo para clarificar el concepto de «integración» desde la perspectiva de los
sujetos activos del proceso: «5/ por integrados se entiende mantener nuestra lengua y cultura de origen y vivir bien
con la del país de acogida s í me considero integrado». «Vo creo que muchas personas llaman integración a lo que
es sencillamente adaptación, en función de las circuntancias».«Yo no me siento ni belga ni español; no me siento
español en España ni me percibo como belga entre los belgas, ni vivo como les españoles ni vivo como los beigas,
sino una mezcla de ios dos».
Más o menos integrados, pensamosque junto a la estabilidad familiar y laboral, losalumnosque superaron
las dificultades de los distintos niveles escolares fueron aquellos extranjeros que comprendieron mejor la lógica
del sistema, esdecir, los conocimientos, el modo de comportarse, las normas, los valores y el estilo de vida del grupo
mayorltario; son los que mejor se han conformado con el «molde» que les propone la escuela de la sociedad de
acogida; en definitiva, cocluimos con Bourdieu, reproducen por medio de la violencia simbólica ejercida por la
cultura mayoritaria, las normasy valores del país al queemigraron enriquecidos o mezclados con elementos ajenos
que proceden del lugar de origen.
BIBLIO G RA FÍA
1. IN TR O D U C C IÓ N
La repelida afirmación de que España ha pasado, en pocos años, de ser un pais de emigrantes a convertirse
en un lerriiorio de recepción de intensos movimientos migratorios, con frecuencia ilegales, debe ser matizada. En
primer lugar, los inmigrantes sólo suponen entre un 1,5 y un 2% del lotal de la población mientras que, de hecho,
aún subsiste un 7% de españoles emigrantes (ROMAN! 1993-1115). Por otra parte sólo hasta hace realmente poco,
ya en los 90, la proporción de inmigrantes extracomunitarios ha empezado a igualar, y tal vez superar, a los
extranjeros procedentes de Europa (PUJADAS 1993-a-80 y 81), oscilando, según las fuentes, el número de
residentes extranjeros "no regularizados" entre las 200.000 y las 350.000 personas.
Además los confictos "raciales “ no se limitan a los extranjeros, ya que uno de los colectivos que más
hostilidad (latente y explícita) han generado, los gitanos, poseen la ciudadanía española. Se produce de este modo
la paradoja de que algunos extranjeros (supuestamente los más civilizados o, tal vez, los más acaudalados) no
parecen presentar problemas mientrasqueotros inmigrantes (pobres, analfabetos, supuestamentepococualiticados
laboralmente...) son, junto con otros grupos marginales autóctonos, los que constituyen las llamadas "minorías
étnicas". ¿Cómo se ha producido, realmente en muy poco tiempo, este proceso de "visibilidad del otro"
(PROVENSAL 1993-59)? ¿Qué criterios (pobreza, distancia cultural, estigmatización morfológica o “racial"...)
legitiman la relativamente estable estratificación socio-cultural de las diferentes poblaciones nacionales y/o
étnicas? ¿Cómo se relaciona este mecanismo de construcción social de las minorías con los diferentes sistemas de
desigualdad (de clase, de género, de residencia...) de nuestra sociedad? ¿Cuál es el papel de los "media", y de la
escuela, en la calegorización de unas u oirás diferencias y su transformación en desigualdades? ¿Hasta qué punto
más allá de las opiniones minoritarias subyacen entre los educadores (y no sólo entre ellos, también entre los
restantes agentes del control simbólico) actitudes y conductas inequívocamente racislas y/o xenófobas?
La respuesta de las ciencias sociales, salvo, tal vez, la Antropología, ante esta resurección de los viejos
fantasmas de los conflictos "raciales" asi como el creciente auge del "etno-nacionalismo" (CAMPAN11993 -2) ha
sido tardía y poco efectiva. Por una parte la propia complejidad del fenómeno racista, el hecho de que bajo dicho
(érmino se engloben dimensiones de desigualdad y violencia, (WIEVIORKA 1992) ...es decir, la ausencia de una
teoría sociológica sobre el mismo. A ello cabe añadir la propia ambigüedad ideológica de algunos enfoques
sociológicos o antropológicos, como, por ejemplo, la adhesión a un concepto reificado y estático de cultura; lo
que se ha dado en llamar el fundamenlalismo cultural (STO LKE1900 cit. porPUIADAS 1993-b-23). De ahí, por
otra parte, que sólo recientemente se ha ya empezado a distinguir, conceptual y analíticamente, entre el burdo
racismo decimonónico, biologicista, y las nuevas formas, más sutiles pero también más efectivas, de rechazo a las
minorías en base a criterios de “diferenciación cultural" (CALLINI 1993)o''eurocenlrismo"(CLAYyCOI.E 1992).
Por ú Itimo el predominio de una metodología cuantitativa no ha permitido profundizar en las contradicciones entre
las opiniones ("no se debe ser racista") y las actiludes y motivaciones más profurdas, enraizadas en el núcleo de
la estructura de personalidad, Son éstas las que dan soporte a conductas de rechazo encubierto, segregación y
agresividad.
En este breve trabajo' anticipo algunos datos y reflexiones en relación con las actitudes de futuros
educadores hacia las llamadas minorías étnicas. Más concretamente, se refieren a tres grandes apartados: la
distancia social, las diferentes modalidades de racismo y/o xenofobia y los estereotipos (contrastando los auto
estereotipos e identidades étnicas con la categorización y evaluación sociales de las minorías).
Desde los ya clásicos estudios de BOCARDUS las escalas de distancia social han relacionado las
diferentes situaciones de aceptación o rechazo a un grupo social con una valoración global, o jerarquización de
las respectivas étnias. En concreto, y ciñéndonos a las actitudes del profesorado respecto a las "minorías étnicas"
(CALVO 1990-82 cit. por de MIGUEL 1992-383) las investigaciones indican que las actitudes negativas se
manifiestan de forma más abierta contra los gitanos, después contra los “árabes-moros" y, por ultimo contra los
negros africanos.Estos resultados coinciden con las encuestas realizadas sobre la población general, excepto en
el ítem relativo del supuesto matrimonio de una hija con un individuo de otra elnia. Aunque las preguntas no eran
exactamente iguales, las respuestas parecen sugerir un mayor racismo entre los profesores (29% frente a 18% en
el caso de los negros y 41% frente a 21% en el caso de los gitanos).
Con respecto a nuestros propios datos (ver cuadro I ) se mantiene, en lineas generales, el mismo patrón
de discriminación: gitanos, magrebíes, negros y sudamericanos en orden decreciente. No obstante, conviene
subrayar que e) mínimo rechazo se observa en relación al maico escolar (ir al mismo colegio que los hijos), aunque
los porcentajes no son, en absoluto despreciables: 19% respecto a los gitanos, 14% para los magrebíes, 3,5% para
los negros y 4,2% para los sudamericanos. Éstos, sin embargo, serían preocupantes como yernos o como nueras
para nada menos que un 14% de los futuros educadores:. El rechazo a establecer vínculos familiares con gitanos,
magrebíes o negros es obviamente mayor: 56,7%, 51,7% y 32,6% respectivamente.
51 NO SI NO 51 NO SI NO
' M e baso en un prim er avan ce de resultados en base a 14 1 cuestionarios pasados a la práctica loialidad de los estudianlesde
Magisterio, en sus diversas especialidades, y de Ed ucación social de la Facultad de Ed ucación de la Universidad de Lleida (curso
1992-93).
A su vez el estudio se inscribe en un proyeclo de investigación más am bicioso Ululado “Elnicidad y curriculum oculto: el
einocenirism o del profesorado”, En esle sentido, mi im ención es poner a prueba las bases concep tualesy m elodológicasdel mismo
luna primera autocrítica sería las lim itaciones de una metodología exclusivam ente cuantitativa),
' Los prejuicios contra los latinoam ericanos C'sudacas") constituyen un buen ejemplo de la falacia de la ‘ distancia cultural" como
legilim ación d é las actitudes xenótobas. O bviam ente aq u ín i la lengua ni la religióno la "raza* presentan diíeren ciasq u e justifiquen
la percepción de esle colectivo com o grupo social potencialm enleam enazador en léim inos de com petencia l a b o r a l , delincuencia
o integridad m oral. Sobre esle punto de vista véase JU LIA N O (1,993).
Con respecto a la distinción entre racism o y xenofobia, el prim ero jerarquizador pero inlegrador (“poniéndolos en su silio") e
instrum enlal; la segunda excluyem e y propia de contextos socioeconóm icos de crisis me remito a P U IA D A S (1,993 -b) y a
P O LIC A R (1,901)1.
Por olro lado, el relativamente bajo índice de rechazo hacia los negros constituye un primer indicador del
desprestigio del racismo biológico (o racismo propiamente dicho) frente al neo-racismo culturalista l"no es el color
de la piel sino el que no sepan comportarse”). Para decirlo en palabras de GIROUX (1992-17), lo que se (eme en
la ideología eurocenlrisla no es lanto In presencia del "olro11(siempre es funcional disponer de reservas de mano
de obra dócil y barata) como el que se traspasen los límites ya sean éstos físicos, lingüísticos, culturales...
Aunque uno de los objetivos primordiales del estudio era tratar de verificar la hipótesis de la sustitución
del racismo biologicista por las nuevas corrientes etno-nacionalistas (CAMPANI 1993) o lo que otros autores
denominan el "euro-racismo” (GIROUX 1992, CLAY y COLE 1,992), los resultados, debido a un inadecuado diseño
de esta parle del cuestionario, son poco concluyentes.
En general predominan las respuestas favorables, al menos en teoría, hacia el pluralismo cultural si bien
más acentuadas en la submuestra femenina (62,8 % frente al 57,2 de los varones consideran bastante y/o muy
positivo el hecho de que nuestra sociedad tienda hacia una progresiva pluralidad cultural)
El desacuerdo respecto a afirmaciones sobre la superioridad de la raza blanca, la existencia de razas más
inteligentes o la influencia del color de la piel en la conducta es mayoritario;... aunque cabe subrayar que entre
un 8 y un 10% de la submuestra masculina no oculta su identificación con el más burdo racismo biologicista. En
cambio no hemos podido constatar (entre otras cosas debido a una insuficiente conceplualización del mismo) el
predominio del "neo-racismo" culturalista
4. LA C O N S T R U C C IÓ N S O C IA L D EL O T R O : A U T O ES T ER E O T IP O S Y
HETEREOESTEREOTIPOS
A través de una serie de escalas de diferencial semántico (OSGOOD el allii 1957 cil por BECHIN11987),
un clásico instrumento para el estudio de los estereotipos, se ha pretendido contrastar las auloimágenes con las
imágenes sociales de las minorías partiendo de la hipótesis de la ¡nterrelación entre identidad étnica y la
categorización, y evaluación, de las "minorías".
Como he indicado anteriormente, esta construcción social de las categorías étnicas ("moro", "emigrante
ilegal", "moreno"...) no se corresponden, en contra de lo que sugiere el "sentido común", con una situación real de
presión demográfica o amenaza cultural. Pero el hecho de que se trate de categorías contradictorias, cambiantes,
¡lógicas... no debe hacernos subestimar su importancia e incluso su funcionalidad (PROVENSAL1993, SOLE1993).
En efecto, por una parte filtran y seleccionan la realidad proporcionando marcos cognitivos que son bastante
refractarios a la experiencia (de ahí que sean tan difíciles de erradicar, especialmente en el terreno inconsciente).
Pero además de esta dimensión psico-socíológica en lo referente al contexto macrosociológico constitu
yen importantes dimensiones ideológicas. Por ejemplo, la segmentación étnica del mercado de trabajo (SOLE
1993) así como la persistencia de una "underclass" (GALBRAITH 1992 - 45 y ss) no sólo son funcionales en términos
de división internacional del trabajo sino que además legitiman el "slsatus-quo" en términos de cohesión social,
discursos ideológicos, ascenso de sectores profesionales, institucionales etc. (ROMANÍ 1.993 - 109).
Una primera ojeada a los datos obtenidos (ver cuadro II) ya sugiere, como era de esperar, la tendencia a
la sobrevaloración del endogrupo (identidades "catalán* y, en menor medida, "español") frente al exogrupo. Esta
1Este neo-racismo estarla basado más en criterios étnico-nacionalistas, del tipo del "fundamentalismo cultural" * (STOLKE 1,992,
CALLINI 1993), que en el concepto específico de raza. Poi una parte se diferenciaría del racismo clásico por su carácter más
1blando", incluso integrador (en el sentido asimilacionista del término), de este modo, serfa un elemento másde la "nueva derecha":
Individualismo, culto al mercado, énfasis en la competitividad.... (ALLcN y MACEY 1.990 - 365).
Sin embargo, también presenta un lado oscuro en la medida en que esta exhaltación de identidad nacional (en la que la etniridad
caracterizada como esencialismo cultural desplaza a la mera adscripción morfológica) puede originar toda dase de excesos
“patrióticos" (desde la "limpieza étnica" al terrorismo).
categoriz.idón negativa del otro aparece, una vez más, respecto a los guanos y magrebíes siendo mucho más neutra
la representación de negros y sudamericanos (de hecho éstos presentan un perfil casi más favorable, en algunos
rasgos, que el correspondiente a la imagen social de "español").
Si pasamos ahora a un análisis más detallado de los diferentes Ítems observaremos que la máxima
discrepancia entre la auloidenlidad étnica4 y la percepción de las minorías, en especial de los gitanos y magrbíes,
se produce en lo relativo a la dicotomía "limpio-sucio" lo cual nos remite a la dimensión simbólica (en términos
de contaminación, polución. ..)de laestigmatizacíón "iaciaf"(CALLINI 1.993). También son altamente significativas
la contraposición "honeslo-deshoneslo" e "inofensivo-peligroso".
¿Qué indican estos dalos?. Obviamente la inseguridad que genera en nosolros la presencia de algunas de
estas minorías (especialmente los gitanos y los magrebíes) en tanto que potenciales transgresores de nuestra
novísima adhesión a los valores occidentales: su supuesto poder contaminante, su percibida deshonestidad y
hostilidad... En suma, la idea de que el otro constituye una amenaza y de que hay que entablar con él una lucha
sin piedad (WIEVIORKA 1992, -2051
Un aspecto del estudio suceptible de mayor desarrollo y profundización es el relativo a la relación entre
la identidad étnico-nacionalista, en términos de identificación nacionalista exclusiva, y los helereoestereolipos.
Aunque como ha indicado WIEVIORKA (1992 - 240) no existe una relación aulomálica entre movimientos
comunitarios y racismo, algunos autores, especialmente desde la ciencia política (DE LUCAS 1992 - 38 y ss), han
sugerirlo la convergencia entre nacionalismo y racismo. En ambos procesos se mezclarían el ansia de identificación
y la necesidad de conciliar, en una etapa histórica particularmente crítica, la afirmación individual y la cohesión
' Por supuesin que las identidades étnicas deben ser relacionadas en un sistema de mútiples pertenencias (de género, profesionales
o de logro., (por no hablar de los diferentes niveles de auto-clasificación (“europeo", "espsñol", "catalán”, "barcelonés1'....) que a
modo de las cajas chinas de incluyen unas con otras.
El paso de un contexto macrosocial de capitalismo de producción al de consumo se traduce tanto en nuevos modelos de
integración social como en nuevas modalidades de identidad (5ANTAMARINA 1993). Por poner un ejemplo evidente: en una
comunidad rural aún se pregunta sore la identidad de un desconocido en términos de linaje o gmpo doméstico Cjde quién eres?*
"¿de que casa?”) mientras que en un contexto urbano-industrial la preunta clave es "¿qué haccs?"(idenlidad de logro, integación
individual en roles ocupacionales y/o de sialus). No obstante, a lo largo de los últimos años las referencias étnicas no sólo no lian
desaparecido sino que han experimentado un gran auge, tal vez como recuperación imaginaria de lo comunitario.
social; es decir el retorno a la vinculación comunitaria. En el caso concreto de !a identidad étnica catalana
numerosos estudios (MORENO 1988 157) indican el predominio de la doble nacionalidad (79 %) frente a los
sectores minoritarios que se consideran únicamente catalanes (8,6 %) o únicamente españoles (12,2 %). En nuestra
muestra sólo 24 personas (un 17 % del total) se aulodasifican como exdusivamenle catalanes y/o totalmente de
acuerdo con la independencia de Cataluña; y si bien el pequeño tamaño del segmento recomienda ser prudentes
en las conclusiones, un primer recuento de los resultados sugiere que sus auto y heiereoestereotipos piesentan
diferencias significativas {al menos en algunos ítems) respeco al resto de la población.
1 Aunque el racismo explícito es minoritario enlre los futuros educadores, un nada despreciable 10
de los estudiantes varones no tiene reparo en afirmar su acuerdo con expresiones sobre la superioridad "racial" o
la importancia de! color de la piel en la caracterización psicológica.
2°.- Más evidentes son las actitudes de segregación, en lo relativo al posible matrimonio de un hijo o hija
con un mienbro de una "minoría étnica" (rechazado por porcentajes que oscilan entre el 56 y el 14 % según la
siguiente escala de distancia "social": gitanos, magrebíes, negros y sudamericanos!. El mínimo rechazo se refiere
a la coincidencia en la misma escuela que sus hijos.
3l’.~ Esta jerarquización y discriminación de entre las diferentes minorías son también muy manifieslas en
la cristalización de unos estereotipos étnicos, especialmente en la contrastación entre auto y hetero-esteieotipos.
Los Ítems más relevantes ("limpio-sucio", "honesto-deshonesto" e “inofensivo-peligioso") sugieren que se produce
un proceso de estigmatización (BOURDIEU 1993 -72 y 74), es decir, una construcción social de la imagen de la
minoría ("gitano", "moro"...) como algo contaminante, amenazador y peligroso.
4U.- La desigual valoración de Is distintas "minorías étnicas" apoya parcialmente la tesis ampliamente
debatida (ALLEN y MACEY 1990, POLICAR 1988, CAM PANI1992, STOLKE1992 cit por PUjADAS 1993...) de la
sustitución del racismo biologicista por un neo-racismo diferencialista, más culturalista que propiamente racista.
5'-'.- Existen indicios, aunque se precisaría una muestra más amplia así como completar el análisis
estadístico de los datos, de una relación enlre el radicalismo nacionalista (en términos de identidad étnica
exduyente) y una categoización más negativa de determinadas minorías étnicas (una vez más, gitanos y
magrebíes).
Aunque provisionalesy fragmentarios estos datos apoyan la importanciade las actitudes hacia las minorías
étnicas y, en general, de los procesos de "etnificación" en aspectos tales como el curriculum oculto5de la escuela
y/o la formación de los docentes (CILLBORN 1992, CLAY y COLE 1992, FOSTER 1992). Dicho de otro modo, la
presumible existencia de actitudes etnocentristas, e incluso explícitamente racistas, entre el profesorado nos remite
al marco más amplio de la controversia sobre la educación multicultural (M ULLARD1981, MACEY1992, CIMENO
1,993...) y los límites y posibilidades de un sistema escolar capaz de acoger a la diversidad.
Por ejemplo ¿debe haber límites al pluralismo cultural? ¿la ingenua aceptación del relativismo cultural no
puede producir paradójicamente, modalidades de racialización (y estigmatización) del otro? ¿hasta qué punto un
"antirracismo romántico" no acaba legitimando la transfomación de las diferencias culturales en desigualdades
sociales?....... Definitivamente, ésa es otra historia.
1Respecto a la definición de curriculum oculio me remiloa GIROUX (1983, -4 7, cit. al por GILLBORN 1993 -58) ’unslaled norms,
vatus, and beliefs embcdded in and transmilled lo sludents through the underlymg rules thalsirudure the roulines and social
relalionships in school and classroom liíe“
G rá fic o -1
---------11----------
Necessarl/innec.
i
Valuós/lnslg.
L
Amable/odiós
\ ♦ Catala
Honest/deshonest
-0 - Gitano
Intelg./estupld
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Bonic/llaig
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Agrad./molest i
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Prof./perjudiclal
4,5 4 3,5 3 2.5 1.5 1 0,5 0
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EDUCACIÓN, MERCADO DE TRABAJO E INTEGRACIÓN SOCIAL DE LOS
INMIGRANTES NIGERIANOS EN MADRID
El lema de la inmigración ha suscitado durante los úllimos años la realización de numerosos estudios
sociológicos lanío a nivel nacional como en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Madrid'. Sin embargo, son
escasas las investigaciones monográficas sobre colectivos concretos que pudieran ofrecer una visión más
diferenciada y pormenorizada de este fenómeno social. Ello suscita actualmente sumo interés, tanto en las esferas
políticas y gubernamentales, como en el hombre de la calle, y está afectando notoriamente al mundo laboral y
social.
El coleclivo inmigrante nigeriano constituye un grupo muy característico de la inmigración negroafricana,
que merece una aproximación especifica de conocimiento y tratamiento sociológico no realizado hasta ahora. A
este respecto, nos parece que existen muchos malentendidos sobre tal población inmigrante
Por otra parte, también nos ha incitado a la realización de esle estudio habernos ocupado durante tres años
de los problemas de varios grupos de inmigrados nigerianos en Madrid: búsqueda de alojamiento y ocupación,
participación cultural, integración social, etc. Lo que nos ha facilitado el acercamiento y contacto para la reali
zación de este trabajo
3. HIPÓTESIS
4. M ET O D O LO G ÍA
- Solicitud y obtención de dalos de organismos competentes en la migración. Citamos enlre otros: Oficina
Internacional para las Migraciones, Dirección General de Migraciones. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
Instituto Nacional de Servicios Sociales, Comisión Española de Ayuda a Refugiados, Dirección General de Política
Interior, Comisión Católica Española de Migración, Cruz Roja Española, Comité de Defensa de los Refugiados y
Asilados en el Estado Español, Caritas Española, Delegación Diocesana de Migración, Embajada de Nigeria en
España, Asociación Karibu (Amigos del Pueblo Aíricanol, Colectivo loé.
- Coloquio-entrevista con expertos: Entrevistamos a la mayor parte de los responsables de las instituciones
públicas y privadas que se ocupan de las migraciones.
- Discusión con grupos de n igerianos en Madrid: grupos de residentes en pisos de legazpi, Barrio del Pilar,
Moratalaz, San Blas, Aluche y en los albergues de la Cruz Roja y de la Asociación Karibu.
- Entrevistas semidirigidas a 25 nigerianos y 15 negroaíricanos de otras nacionalidades (zaireños, gha-
neanos, liberianos.etc.j.
- Relatos de vida: 15 relatos de vida de nigerianos, grabados en cinta magnetofónica y transcritos lite-
raímenle.
B) Dimensión cuantitativa
La mayor parte de las estadísticas publicadas no desglosa los dalos reíerenles a la población nigeriana del
conjunto de la inmigración negroaíricana y con frecuencia los dalos aparecen sesgados en las diferentes
calegorizaciones. Por esla razón, es difícil precisar el número de inmigrantes nigerianos en la Comunidad de
Madrid, No obstante, podemos comparar diversas fuentes documentales consultadas.
Según los estudios realizados por el Colectivo loé, los nigerianos residentes en la Comunidad Autónoma
en 1986 eran 63, lomando como fuente el Padrón Municipal (el *1,7 por ciento del lolal de la población extranjera
en la Comunidad)*, Los datos de la Dirección General de Registros y Notariado arrojan un total tan sólo de 16
nigerianos nacionalizados enlre los años 1956-1979; entre los años 1980-1989 el número llega a 37, En total, 53
nigerianos nacionalizados en el conjunto de España hasta 1990; lo que constituye un colectivo residente poco
significativo.
La Dirección General de Política Interior nos ha facilitado los siguientes datos sobre la población
nigeriana:
Estancias (3 meses) 50 19
Expulsiones 18 30
Solicitudes Resoluciones
1989 37
1990 422
1991 331 67
1992 101 93
’ Vicente A b a d ,'L o s inmigrantes negroafricanos en la comunidad de Madrid», U.A.M., Madrid, 1991, (Informe II del Proyecto
de investigación: Dimensionamienlo de /a pablación inmigrante del Tercer Mundo y Portugal en la Comunidad Autónoma de
Madrid), pág. 29.
1Coleclivo IOE, «Los inmigrantes extranjeros en la Comunidad de Madrid», Julio, 1991
La tasa de resoluciones favorables para los digeríanos fue en torno al 2% de las solicitudes.
Respecto a la regularización de residencia, la Dirección General de Migraciones nos ha proporcionado
los siguientes dalos hasta el día 15-06-1993: permisos concedidos,516: denegados, 73.
Los dalos que nos ofrece la Cruz Roja respecto a lo nigerianos que han solicitado alguno de sus servicios,
son los siguientes:
1989: 28
1990: 400
1991 : 257
1992 : 29
(Ene.)ul.) 1993 : 20
A lo largo de 1991 pasaron por el Albergue de la Cruz Roja 336 nigerianos, mayor cantidad de personas
que de ningún otro país: y en 1992 el número fue de 223. Mientras la media de llegada en la primera mitad de este
último año era de 45 personas mensuales, a partir de In segunda mitad el promedio fue tan sólo de 9 personas por
mes. Durante los seis primeros meses de 1993 la media de nigerianos albergados es de 6 personas,
La asociación «Karibu* (Amigos del Pueblo Africano), importante fuente documental sobre la inmigración
negroafricana, ofrece los siguientes datos: Desde su fundación en mayo de 1991 aparecen inscritos un total de 237
nigerianos (221 varones y 16 mujeres). Desde esa fecha hasta julio de 1993 el número había aumentado en 115
(99 varones y 21 mujeres).
El Departamento de Información y Orientación de la Comisión Católica Española para las Migraciones
(C.C.E.M.) ofreció asesoramiento y diversos servicios durante el año 1991 a 536 nigerianos (regularización,
residencia, trabajo, ele.). En 1992, la Comisión atendió a 227 casos.
La embajada de Nigeria facilita solamente el número de registrados legales, a fecha 1 de septiembre de
1993 es de 1240 ciudadanos.
Según fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, en los centros dependientes de la
Administración Central, en septiembre de 1990 había 173 reclusos nigerianos (145 hombres y 28 mujeres). En el
Centro Penitenciario de Hombres Madrid I eran 47 los nigerianos en mayo de 1990. Según un resumen estadístico
realizado por M. Santaella en el diario YA, eran 205 los reclusos de nacionalidad nigeriana en marzo de 1993,
siguiendo en número a los de nacionalidad colombiana, con 1.005 reclusos y a los argelinos, con 243.
Las Capellanías de Prisiones nos han proporcionado los siguientes datos, referidos a septiembre de 1993:
En las cárceles de la Comunidad de Madrid hay un total de 19 presos de origen nigeriano, la mayor parte de ellos
por cuestiones de narcotráfico.
C) Morfología social
Varones 7 6 ,2 % 8 7 ,5 % 8 3 ,5 %
Como puede observarse la población nigeriana en Madrid es fundamentalmente masculina (en torno al
90%), en contraposición a la caboverdiana que es mayoritariamenle femenina(80%) o la senegalesa, cuya
población femenina apenas llega al S % . «Hay chicas nigerianasen el extranjero, comentan los entrevistados, pero
van a Estados Unidos o Inglaterra, ellas no quieren aprender el español».
Estamos también ante una población joven, menor de 35 años en un 85% aproximadamente. En términos
generales, se observa una tendencia en los últimos años hacia una disminución en la edad de los inmigrantes. Ya
es significativo que en el informe del Colectivo loé para 1986 no aparezca ningún nigeriano mayor de 55 años.
Por lo demás, las distribuciones por edad para 1993 son similares en las diversas fuentes.
Nuestro sondeo particular de las entrevistas y relatos de vida muestra que el 75 % de los nigerianos en
Madrid se sitúan en edades comprendidas entre 22 a 30 años.
1986 1993
Solteros 55,6% 70,0%
Casados 42,9 29,0
Viudos - 0,5
Divor/Separad. 1,6 0,5
La nueva inmigración nigeriana es en su mayoría soliera, y, dado el reciente asentamiento, es muy débil
el proceso de reagrupamiento familiar.
Veamos a continuación los dalos referidos al nivel de estudios, según diversas fuentes:
Es importante resallar el alto nivel de estudios del colectivo nigeriano, superior al de otros países africanos
e incluso al de la Comunidad Autónoma de Madrid. Es más relevante aún el porcentaje de nigerianos con nivel
de esludios superiores; un 27% , según el Coleclivo loé y un 33% , según la Cruz Roja.
En nuestro propio sondeo eslimamos que al salir de Nigeria, el 10% liabia terminado los estudios
universitarios o de profesorado; eran estudiantes en la Universidad el 20% ; realizaba esludios en Instituto
Politécnico el 30% ; había realizado enseñanza secundaria el 257o y enseñanza primaria el 15%.
Formas de residencia:
El piso compartido es la forma más común de residencia enlre los inmigrantes nigerianos.
Tras la llegada masiva de nigerianos durante 1990, un grupo aproximado de 300 personas pernoctó
durante varios meses en la calle (aledaños de la Plaza de España), como es conocido portodos a través de la prensa.
Durante el período de solicitud de asilo y refugio, en su mayor parle vivieron en los albergues de la Cruz Roja
Española y también en los de asociaciones como Karibu, Comisión Católica Española de Migración, Centros de
Acogida para refugiados! C .A .R .) y algunas parroquias. Posteriormente se van acomodando en pisos con grupos
de amigos, siendo en la actualidad éste el tipo de residencia más generalizado, en régimen de arrendamiento y
avalado por alguna institución o grupo de voluntariado social.
Los pisos compartidos por varios amigos nigerianos solteros (de 3 a 7) suelen ser viviendas sencillas, pero
bien cuidadas por ellos y situadas en barrios populares del centro y periferia de Madrid. Latina, Tetuán, Vallecas-
Morataláz, Aluche, Barrio del Pilar y San Bias; asi como en los municipios del cinturón: Torrejón, Parla y Móstoles,
Algún pequeño grupo vive en zonas rurales como la de Cadalso de los Vidrios. El precio de los arrendamientos está
entre 60,000 y 90,000 peselas mensuales; tienen dos o tres habitaciones y salón. El mobiliario suele estar
deteriorado, pero es imprescindible el televisor.
Actividad económica
Distribución comparativa respecto a la actividad económica entre la población inmigrante nigeriana y la
población de la Comunidad Autónoma de Madrid según el estudio citado del Colectivo loé:
Nigeria C.A.M
1986 1986
Rentistas - 0,2
1986 1993
Nigeria C.A.M Nigeria
Es de resaltar, por lo que respecta al primer cuadro comparativo, que las lasas de actividad sean similares
para los nigerianos y para la población de la CAM . En el segundo cuadro destaca que más de la cuarta parte de
los nigerianos ocupados son autónomos, triplicando el promedio de la CAM. Sin embargo, el Informe estadístico
de Regularización, a (echa de 15-6-93, indica una dependencia laboral muy similar entre ambas poblaciones.
Según este Informe los permisos de trabajo regularizados son: 471 para trabajos por cuenta ajena y 95 por cuenta
propia.
En cuanto a la rama de actividad profesional, según la codificación del C.N.A.E. reproducida a
continuación, las ocupaciones principales de los nigerianos son el comercio y la construcción, seguidos de los
ocupados en servicios domésticos y hostelería.
Concedidos Denegados
1 P ro d u cció n a g ríco la 22 2
2 P ro d u c c ió n g anadera 5 0
5 S ilv ic u ltu ra 5 0
6 Pesca 1 0
22 P ro d u c c ió n y transfo r. m etales 4 2
25 In d u stria q u ím ic a 1 0
32 C o n stru c c ió n de m a q u in a ria 1 0
36 C o n stru c c ió n a u to m ó v ile s y p ie za s 3 0
41 In d. P ro d . A lim e n t. b e b id a y tab. 27 1
43 In d u stria textil 1 0
44 In du stria del cu e ro 3 0
45 In d u stria de ve stid o y c a lz a d o 2 0
50 C o n stru c c ió n 99 15
61 C o m e rc io al p o r m a y o r 13 0
62 R e c u p e ra c ió n d e prod u cto s 3 0
63 In te rm e d ia rio s d e c o m e rc io 1 0
64 C o m e rc io al p o r m en o r 34 15
66 Hostelería 40 10
67 Reparaciones 12 0
97 Servicios personales 16 5
98 Servicios domésticos 78 5
100 Aclividades no clasificadas 2 2
TOTAL 516 73
Los nigerianos inscritos en la asociación Karibu declaran en las fichas sus profesiones, enlre las que
destacan: estudiantes y trabajadores de la construcción, en primer lugar; seguido de los que se dedican al comercio
y a los servicios en general. Destacan enlre ellos, algunos de formación universitaria y de grado superior (ingeniero,
abogado, bioquímico).
D) Configuración social
En la configuración social del inmigrante nigerianoen Madrid se aprecian formas sociales de disconformidad
y conflictividad, así como formas de integración y procesos de inicial asentamiento. Las razones de esta
configuración pueden encontrarse, tanto en la coyuntura social del país de origen,como en el contexto socio-
laboral encontrado en nuestro país.
Nigeria ha sido hasta hace poco el país más desarrollado de Africa occidental. Se le ha llamado «el gigante
de Africa», debido a la importancia numérica de su población: 110 millones de habitantes, tanta como la del resto
de los países de Africa occidental en su conjunto. Era hasta hace poco uno de los países más desarrollados del
continente. Su riqueza le permitía acoger a inmigrantes de muchos otros países de su entorno. A lo largo de la
década de los años 70, la economia riel petróleo y la subida de los precios posibilitó a los más jóvenes el acceso
a un alto nivel de estudios y de bienestar en comparación con el resto de los países africanos. Al inicio de los 80,
comenzaron los problemas políticos más agudos, con fuertes tensiones sociales, corrupción y golpes de estado.
Se produce asi una gran crisis económica que provoca el desajuste social en lodos los órdenes. Ello conlleva la
salida masiva de extranjeros, alrededor de dos millones, obligados por el gobierno de Lagos a dejar el país en muy
breve espacio de tiempo: Ghaneanos, Togonianos, etc.
Hacía la mitad de esa década la crisis se agudiza y muchos jóvenes, con perspectivas de futuro y de trabajo
muy limitadas, se ven forzados a regresar al campo para lograr sobrevivir. El constante malestar político y social
hará que la gente ¡oven busque la manera de promocionarse fuera del país. Intentan pasar preferentemente hacia
Europa occidental, Estados Unidos o Canadá. En otros países africanos se dan situaciones parecidas, pero sus
poblaciones no han tenido una reacción tan agresiva como la que se ha dado en el caso nigeriano.
El perfil del inmigrante nigeriano es el (le un hombre ¡oven, en general, preparado profesionalmente, con
estudios universitarios, en muchos casos abandonados sin finalizar, de origen urbano, pero con padres de
ascendencia rural, localizados en los barrios periféricos o más populares de los grandes conglomerados urbanos
existentes como Lagos y Benín City, con aspiraciones a un nivel de vida elevado. La vuelta al mundo rural es, por
lanto, para muchos de ellos intolerable, supone In renuncia a sus expectativas y la imposibilidad de su
occidentalización.
Muchos estudiantes universitarios que han abandonado Nigeria en estos tres últimos años encontraron en
España el país europeo ele más fácil acogida La mayor parle ríe los que han llegado no piensa establecerse en
nuestro país, sino que espera, una vez legalizada su situación, marchar a otros países de Europa o Norteamérica.
España les ha servido hasta ahora de útil puente hacia otros lugares que consideran mejores, especialmente los de
habla inglesa.
Aunque las revueltas estudiantiles de 1988, provocaron bastantes solicitudes de asilo o refugio político,
las razones para la emigración son fundamentalmente de tipo económico. No pocos de los que alegaban ser
refugiados, han vuelto al país de origen; otros, para obtener más fácilmente la petición de asilo político, se hacían
pasar por liberianos.
La situación de einmigranle» no es bien aceptada por los nigerianos. Ellos tienen una alta autoestima,
personal y colectiva, interpretada a veces por los demás como arrogancia y agresividad. Su pretensión de un
cómodo y alto nivel de vida les ha llevado, en ocasiones, a algunos, a tener tratos con el narcotráfico o a adoptar
actitudes conílitivas, sobre todo, al inicio de su llegada masiva.
Las condiciones adversas de la vida del emigrante ha obligado a muchos a regresar a Nigeria, otros han
pasado a países como Canadá o Alemania. En el presente, permanecen en España menos de una tercera parle de
los nigerianos llegados desde el año 1989.
Tales circunstancias y características explican el lalanle de superioridad y confliclividad mantenido en
ocasiones respecto al resto de la población inmigrante. Por ejemplo, en los Albergues de la Cruz Roja, ellos
imponían la ley marcial; preferencias, cocinar los primeros, etc. o provocaban tensiones de convivencia en algunos
de los pisos.
La manifestación de tensiones étnicas y religiosas de origen es otra de las características de esta
inmigración. Nigeria reúne más de 200 grupos élnicos, pero sólo tres de ellos concentran dos terceras parles de
la población. Los Hausa que proceden del norte del país, son su en mayoría musulmanes y controlan el Gobierno
de la nación Los Yoruba se sitúan en los grandes núcleos urbanos del suroeste. Los Ibo, que ocupan el sureste, son
en mayoría cristianos, emprendedores y de larga tradición migratoria. Otro grupo étnico destacarlo es el de los Edo,
situados en el Estado de Bendel, más concretamente en su capital Benín City, zona próspera y desarrollada. La
mayor parle de los nigerianos que encontramos en la Comunidad de Madrid son Edos e Ibos.
La colonización anglófona, al transmitir un espíritu liberal, ha tenido como efecto que los jóvenes
nigerianos se emancipen mucho más pronlo y adopten estilos de vida más occidentales. Se desarraigan más
fácilmente de la cultura tradicional, aunque mantienen ciertos ritos y formas culturales de la vida tribal. Esta actitud
es obviamente disfuncional, puesto que el Africa tradicional no resuelve sus problemas materiales ni su total
occidentalización, pero este lalanle les resta una cierta estabilidad psicológica y moral, perdidas sus referencias
ancestrales, y les impide su total adaptación al estilo de vida de Occidente. En la inmigración continúa esta
característica. Los que proceden de países donde la cultura tradicional es todavía fuerte son más resignados,
sumisos y asumen con más facilidad las exigencias de la integración. Por ejemplo, los senegaleses, de procedencia
eminentemente rural, logran una más rápida adaptación a nuestro país que los miembros del coleclivo nigeriano,
aunque éstos tengan un talante más occidental y, por consiguiente, en teoría, una mayor capacidad de integración.
B IB L IO G R A F ÍA
1. IN T R O D U C C IÓ N
De «new Pearl Harbour» ha sido calificada la situación escolar en los EE.U U . por la prensa norteameri
cana. Los esludios comparativos del rendimiento académico de los adolescentes autóctonos y sus homólogos
japoneses arrojan una diferencia de escándalo en favor de los nipones. Se lamenta además el incivil nivel de
comportamiento, la falta de hábitos de trabajo y la pérdida de otras «buenas costumbres»... Hay una gran presión
social para que la escuela contribuya a la educación moral y cívica de los adolescentes.
Simultáneamente se desarrolla la gran polémica, en la literatura especializada, sobre el propio concepto
de educación ético-cívica. Cuestión central en este debate es si la educación ético-cívica debe llevarse a cabo
desde la propia cultura, a modo de una especie de socialización en la comunidad nacional, o si debe predominar
en ella el componente crítico de la ética moderna y el universalismo de los derechos humanos.
Esta confrontación de enfoques educativos saca a la luz una cuestión espinosa y nunca bien resuelta de
la Modernidad ilustrada: ¿a quién hay que dar prioridad en caso de conflicto a «l'homme» o al «citoyen»! Ante
tal cuestión puede argüirse que el presunto conflicto es meramente teórico, puesto que, aun después de la
declaración de 1948 (D .U .D .H .), el único referente jurídico efectivo son las constituciones nacionales respaldadas
por un ejecutivo eficaz En ellas se pretende que «l'homme» y el «citoyen» se hallen fundidos, en cuyo caso la
educación cívico-patriótica coincide con la educación ética.
Pero esta pretendida fusión se tambalea en el momento en que se produce un conflicto internacional, Se
necesitaría un orden ético-jurídico compartido ,y una capacidad coactiva que io hiciera cumplir, para regular
eficazmente los conflictos internacionales, para garantizar los derechos humanos universalmente.
Por eso Kant, ya en el Siglo XVIII, tras haber fundamentado el universalismo ético, aborda la necesidad
de una confederación mundial de naciones como requisito para hacer valer los derechos del hombre en los
conflictos internacionales.
En nuestro tiempo, Ralf Dahrendorf ha retomado explícitamente las propuestas kantianas d e «Idea de una
historia universalen sentido cosmopolita» (Kant, 1979, e .o.l 784). En su reflexión sobre El conflicto social moderno,
Dahrendorf calibra esta cuestión como absolutamente estratégica para el futuro humano:
iEsta es, desde luego, la cuestión inmediata. El próximo paso hacia una sociedad civil mundial es el
reconocimiento de los derechos universales de lodos los hombres y mujeres por la creación de un cuerpo jurídico
internacional. Los rudimentos existentes son patéticamente limitados y débiles. En la mayoría de los casos, son
textos pseudolegales, altisonantes, que no llevan aparejada sanción alguna. Incluso se han creado instancias a
modo de tribunales que no han entrado en vigor nunca. Puede que éste sea un camino hacia adelante, se debe de
tener en cuenta todo lo que prometa algo. Los acuerdos regionales, como el de las Comunidades Europeas, han
avanzado un paso o dos más, al menos dentro del estrecho marco de los tratados en que se basan. Cualquiera que
pueda llegar a ser el aspecto de una comunidad civil mundial, será una que, como puntualizó Kant, "administre
la ley entre los hombres."» (Dahrendorf, 1990:219).
La construcción de esa sociedad civil mundial se presenta incierta, pues al lado de ínlenlos de agregación
supranacional se suceden conflictos provocados por nacionalismos excluyentes.
Parecida tendencia bipolar aparece en el campo teórico. Los filósofos aún discuten si es posible una
fundamentación universalista de los principios morales o si estos hay que vincularlos escuetamente a formas de
vida concretas. La filosofía política elucubra si la ¡dea de justicia hay que derivarla de un pacto social concreto o
de un presunto pacto ideal que nos permile ser críticos con el pacto constitucional vigente. Y los teóricos de la
educación polemizan sobre si hay que poner mayor énfasis en la formación universal de «l'homme» o la formación
nacional del «citoyen».
Atenderemos a todo este trasfondo teórico multidimensional que rodea la cuestión de si la educación
ético-cívica debe ser palriólico-integradora, para frenar la anomia (Durkheim), o crítico-universalista (Piaget-
Koldberg). Luego se sugerirá la posible contribución de la Sociología a ese debate multidisciplinar sobre la
educación moral y cívica en la escuela, sus formas y sus posibilidades.
Por tirar de la madeja de algún lado, y para no remontarnos muy atrás, comencemos por un punto nodal
importante de esle siglo: el ataque del estructuralismo genético piagetiano a las concepciones sociologistas acerca
de la educación moral. Estas últimas seguían la orientación durkheímiana y/o, aunque parezca extraño, se
acomodaban bien a la teoría psicoanalítica clásica.
2 . ¿ M O R A L C O L E C T IV A N A C IO N A L O E S T R U C T U R A S U N IV E R S A L E S D E LA
m o r a l id a d ?
Emile Durklieim había sentenciado la moral como una interiorización de pautas grupales, indispensable
para la permanencia de vínculos societarios y para la existencia humana misma en cuanto tal. Sus esfuerzos
encaminados a sustituir la religión por una moral laica a modo de religión cívica, inculcada a través de la escuela,
todavía marca la política educativa francesa. En Francia la educación cívica, a guisa de «Formación del Espíritu
Nacional», de infausta memoria en nuestro país (aunque allí en versión democrática), es materiaescolarobligaloria
(Bolívar, 1990).
Sobre el carácter sacro de la sociedad organizada o patria política y su interiorización acrítica en forma
de moral abundan los escritos durkheimianos conocidos. Me remitiré, sin embargo, por su carácter de novedad,
al texto de una conferenciade Durkheim, inédita hasta hace pocos meses. De la moral dice allí Durkheimque ¿...no
es verdaderamente real y viva sino en las conciencias particulares. Está en nosotros y fuera de nosotros. Es la mejor
parle de nosotros mismos. Todo lo que hay en nosotros de verdaderamente humano nos viene de la sociedad, todo
lo que constituye nuestra conciencia de hombres nos viene de ella» (Durkheim, 1992: 619). V no se refiere
Durkheim sólo a la llamada moral «arcaica., heterónoma o preconvencional, que se interioriza afectivamente en
la primera infancia, sino a toda posible moral, que «es el productode la acción social. Y no es sólo durante el primer
periodo de la vida cuando la sociedad se mezcla en nuestra vida interior, o durante la adultez. En realidad, esta
acción continúa consolidando la obra edificada perpetuamente» (Durkheim, 1992: 619).
Significativamente Durkheim señala en esle escrito que la moral ha de situarse dentro de una comunidad
histórica, y no lomando el punto de vista hipotético universal de la humanidad:
«...se cree que la patria puede oponerse a la humanidad. Ello es el resultado de un enorme error. El grupo
real altamente constituido, el más elevado que pueda haber, es la sociedad política, es decir, la patria» (Durkheim,
1992:622-623).
La autoridad de Freud arropaba desde el campo psicológico esta posición. La moral había que entenderla
como estructura del superego, configurada en la etapa edípica por interiorización del padre simbólico, es decir,
de la autoridad, de la norma socialmente respaldada (Taberner, 1985:29 y ss.).
La aparición de El criterio moral en el niño de Piaget (1932) supuso un giro de ISOgrados. Tras haber
explicado desde la epistemología genética los procesos de desarrollo de la inteligencia, Piaget aplica su enfoque
reconstructivo a los procesos de desarrollo de la conciencia moral. Distingue tres periodos de desarrollo moral,
que difieren entre sí estructural mente. Y esas estructuraciones no son sólo de afectos o contenidos, sino sobre lodo
de habilidades cognilivas de juicio para lo moral; y son alribuibles ontogenéticamente al desarrollo de la
personalidad del individuo en cualquier cultura, con independencia del contenido concreto.
Este nuevo enfoque cognitivo formal no fue ahondado ni extendido por sus discípulos inmediatos. Fue
Lawrence Kohlberg quien lo retomó en los EE.U U. al filo de los setenta.
Según Kohlberg, la capacidad deenjuiciamiento moral evoluciona siguiendo un modelo transcultural que
consta de seis estadios, agrupados de dosen dos en seis etapas. Son secuencias de estructuras formales permanentes
y progresivas, ordenables hacia un punto máximo de desarrollo, a saber, una moral guiada por principios
universales, capaz de cuestionar hipotéticamente cualquier comunidad o moral histórica. Y esto último en dos
grados consecutivos: a) negando el carácter dogmático de la propia Iradición moral comunitaria y ateniéndose a
su carácter de pacto racional; y b) situándose incluso más allá de ese pacto en el que la comunidad de referencia
compromete a los individuos integrantes (Kohlberg, 1980).
Kohlberg hace confluir en su leona oíros contenidos dislinlos de Piagei. Se sirve del pragmatismo
«ilustrado* norteamericano de Peirce y C .H Mead, y de la ética kantiana subyacente a la Teoría de la justicia (1971)
de |ohn Rawls (Habermas: 1991).
De todo ello resulta otro precipitado central de su teoría, que los juicios morales maduros van
acompañados de los rasgos de imparcialidad, reversibilidad y prescriptibllidad universal. De ese modo hace frente
a un relativismo de la moral que encierre a ésta en el interior de cada cultura, ya que según Kohlberg es posible
decidir racionalmente qué juicios morales son superiores a otros.
El objetivo de la educación ético-cívica de orientación kohlbergiana es hacer que el adolescente supere
las convenciones morales y políticas y se sitúe en un nivel racional postconvencional. En ese nivel, el argüir que
un comportamiento o institución tiene utilidad social no es argumento suficiente para su aceptación racional. Los
teóricos de la educación moral que siguen esta línea formal-universalista son muy numerosos (Turiel, 1984; Hersh,
Paolítto, Reimer, 1984; Clark Power, 1989).
3 . C O M U N IT A R IS M O Y U N IV E R S A L IS M O
4. D E M A N D A D E E D U C A C IÓ N É T IC O -C ÍV IC A P O R P A R T E D E L O S A L U M N O S
Y P A D R E S E N A N D A L U C ÍA (E S T U D IO C U A L IT A T IV O )
Participo en una investigación de ámbito andaluz dirigido a las cohortes de alumnos 12-16 años, a sus
padres y profesores. Se pretende averiguar, entre otras cosas, la noción, necesidad, conienido y/o formas de
educación ético-cívica que consideran adecuadas los tres estamentos de la comunidad escolar, en el tramo de la
futura Educación Secundaria Obligatoria.
Pendiente aún de procesar la información de los cuestionarios, y las entrevistas en profundidad a
profesores, dispongo ya de los resultados obtenidos en grupos de discusión de alumnos por un lado, padres por
olro, que yo mismo moderé
Entre los alumnos se manifiesta desinterés por la formación cívica en cuanto conocimiento de las
instituciones políticas municipales, autonómicas o estatales. Esle desinterés, a veces raya en el rechazo: «te van
a decir cosas muy buenas y luego en realidad no son así»; «te dirán cosas que luego no van a ser verdad»; «no se
puede hacer“ná"»; «los políticos defienden al partido, no a los ciudadanos»; «le pueden decir loque debería hacer
el ayuntamiento, para lo que está, pero luego que lo haga o no ya es otra cuestión; opor eso la teoría no le sirve,
es el contacto». Tampoco encuentran interesanle, ni siquiera la mencionan, su futura participación democrática
plena (para cuando accedan a la mayoría de edad).
La muy mentada escisión enlre la clase política y la ciudadanía aparece en estas cohortes jóvenes en alio
grado. Desconozco si esta situación algo anómica es habitual a esa edad o realmente ha avanzado como reflejo
de la referida escisión.
Sí demandan, en cambio, formación abierta y crítica sobre: sexualidad, drogadicción, violencia,
delincuencia-robo, responsabilidad, hábitos de trabajo, relaciones con los padres.
Hay, pues, una hegemonía de las cuestiones generales de moral indivudual y colectiva, sobre las relativas
a instituciones comunitarias.
Esto, en cuanto reflejo de la actitud de sus mayores, puede responder tanto a la impotencia sentida ante
asuntos de mecánica social, como a una atmósfera cada vez más individualista.
En cuanto a los grupos de padres de la investigación, hay que decir que,al haber sido reclutados éstos entre
las A.P.A .s, con toda probabilidad tenían un sesgo participativo, no equivalente al padre-madre medio, que no
pudimos evitar. Por ello hemos lomado los resultados como representativos únicamente de los «padres
movilizados» de la escuela pública.
Tan contrarios como sus hijos a lodo tipo de indoctrinadón en la escuela, sin embargo consideran
deficitaria la formación escolar en cuanto a conocimiento de instituciones políticas y a actividades internas
participadas democráticamente. También dedican, como los alumnos, a la educación ética mayor parte de
discusión que a la educación cívica. A los temas sugeridos por los hijos añaden: racismo, tolerancia, libertad,
solidaridad, igualdad, sexismo, amistad, felicidad.
Estos resultados dan alguna pista de por donde anda la opinión ciudadana, de un estamento escolar y parte
de olro, en relación con los discursos teóricos anteriormente expuestos.
Tanto madres/padres de A.P.A.s como alumnos andaluces demandan una escuela políticamente neutral,
no indodrinadora tampoco en materia moral ni religiosa. Ambos resaltan la importancia de que los jóvenes
construyan, a través de discusiones abiertas, criterios morales racionales (por tanto universalistas, aunque ello no
está explicitado). No se perciben afanes nacionalistas, ni tampoco de supranacionalismo o cosmopolitismo
explícito. Pero ello no es significativo, pues las discusiones de grupo 110 iban encaminadas a esclarecer ese punto.
No obstante, la clara opción por el criticismo racionalista y la tolerancia, el rechazo abierto a la
indoctrinadón, manifiesta una tendencia actitudinal poco propicia para una educación patriótica integradora de
corte durkheimiano (conservador en nuestros días).
Este ambiente crítico, de corle individualista, conlleva un inconveniente: la alergia a «lo político» se
traduce en falta de apego a las instituciones democráticas, un vacio en su conocimiento, cuyo sigificado podría
tergiversarles con facilidad algún grupo «salvador» anlidemocrático a las cohortes jóvenes.
Mientras los teóricos co m u n ita rias y universalistas discuten, puede obsevarse un déficit de formación
ético-cívica desde cualquiera de los dos ángulos. Por un lado se demanda mayor espíritu critico del que hay, por
otro se observa un anómico desdén por el conocimiento de las instituciones cívico-políticas. En este último lado
habría que poner también algunos datos que van apareciendo en los cuestionarios a padres/madres. Estos han sido
rellenados por sujetos más representativos de la población parental y no sólo por los activistas concienciados de
las A.P.A.s. Aunque aún no ha terminado esa parie del estudio distributivo, se puede anticipar una demanda de
mayor contribución de la escuela a socializar cohortes juveniles por parle de las madres/padres.
No se puede acusar solamente a la escuela, sin embargo, de esa situación deficitaria, pues hay agentes
más poderosos que ella en ese campo socializados Pero hay que contar lambién con ella, a juicio de padres y
alumnos, para llevar adelante esa tarea íormativa.
5 . A P O R T A C IÓ N S O C IO L Ó G IC A A L D E B A T E
Lo más llamativo de las discusiones sobre la educación ético-cívica es la falla de conlado con las
aportaciones sociológicas sobre la (unción de la escuela, y sus límites, como agente de moralización. Entre otras
cosas no se ha tenido en cuenta que la pretensión de neutralidad y autonomía de la escuela, que otrora predicó
el funcionalismo meritocrático, ha quedado barrida contundentemente por la Sociología de la Educación de los
70. No es la escuela un lugar preservado de ideología domi nante donde el ejercicio de la crítica pueda desplegarse
sin ningún tipo de presión; al contrario, hay en ella una fuerte dinámica de reproducción ideológica. No obstante
existen lambién en su seno contradicciones y conflictos ideológicos de clase, raza o género, donde se pueden
plantear resistencias y conflictos para avanzar en pos de una más justa equidad (Apple, 1985). Estos referentes
sociales que aporta la Sociología están demasiado ausentes de los debates sobre educación ético-cívica.
La opción comunitarista, en alza en EE.U U ., maneja una concepción de «comunidad» que hace
abstracción de las clases sociales, al estilo del nacionalismo clásico. Es proclive al planteamiento durklieimiano
nacionalista de considerar la comunidad como un Todo, que hace posible la vida social, al que hay que preservar
y reproducir. Por otro lado, las apelaciones a la comunidad nacional no van acompañadas de una definición precisa
del conceplode «nación».
Un tipo de educación élico-cívica indoclrinadora, derivada de la perspectiva anterior, encaminada a la
preservación del Todo, no sólo es contraria a la ética universalista moderna, sino poco acorde con la corriente de
Sociología Critica. Esta puede aportar distinciones muy esclarecedoras respecto al Todo. Ciertamente hay que
considerar los beneficios sociales colectivos de la reproducción de una formación social concreta, pero lambién
los privilegios, desigualdades y exclusiones que genera y reproduce. Una educación ético-cívica muy encaminada
a la preservación del Todo nacional tiene, pues, un sesgo muy ideológico (en el sentido marxisla del término).
El criticismo ético-cívico a ultranza lambién está necesitado de apoyo sociológico. La Sociología puede
proporcionar las bases para la crítica de las instituciones sociales vigentes, como también mostrar la (alta de
conlenido de algunas críticas. El criticismo, al mostrarse negalivo con la comunidad desde principios morales, no
debe ignorar los condicionamientos y resistencias de la vida social, sus límites, comenzando por los límites del
sistema educativo para distanciarse autónomamente del resto del Todo social.
Son modestas las posibilidades de la escuela para hacer frente críticamente a la moral transmitida por
familia, mass-media y grupo de iguales. Y, sin embargo, es un lugar adecuado para el ejercicio critico y el
distanciamientode la atmósfera dominante, pues allí, en el aula, se reúnen individuos con distinta formación moral,
de diversa clase, género y -a veces- raza.
No obstante, merecería estudiarse empíricamente en qué grado la impregnación nacionalista o la opción
cosmopolita, el espíritu comunitario o el universalismo critico se adquieren en la escuela y fuera de ella, en cada
sociedad y en cada grupo de cohortes concreto. Esa averiguación ayudaría a situar en sus juslos límites las
expectativas sobre la función de la escuela como agente de educación moral y ciudadana.
Permítaseme terminar con un desiderátum sociológico personal. Si desde Comte -y , cómo no, desde
Marx- la Sociología aspira a poner el conocimiento de los hechos sociales al servicio de proyectos transformadores,
su rama ED UCACIÓ Nal es propicia para ello. Una mayor presencia de la Sociología en estudios interdisciplinares
sobre educación para uso de organizaciones de profesores, alumnos y padres sería muy deseable.
B IB L IO G R A F ÍA
IN T R O D U C C IÓ N
Considera un motiva de satisfacción para todos nosotros, además de una manifiesta necesidad, la
inclusión por primera vez en las Conferencias que venimos celebrando anualmente de una mesa de trabajo sobre
la docencia de la sociología de la educación. Son muchas las razones para ello. Con caracter introductorio antes
de que las personas que me acompañan en la mesa entren en materia, señalaré las que considero más importantes:
2Ll- Comenzamos de esta manera a sentar las bases para romper con una de las divisiones del trabajo
presentes tradicionalmente en los investigadores de la educación, frecuentemente criticada por nosotros mismos,
pero que reproducimos prácticamente en el ámbito universitario: la que insiste en la separación especializada entre
el dominio de un campo disciplinar y los supuestos «procesos técnicos» de transmisión del mismo. Dicho de otro
modo, que parece que estamos dispuestos a seguir considerándonos incapaces de incorporar las necesarias
habilidades docentes, producto de la adecuación de nuestro conocimiento especializado a contextos de
enseñanza específicos y relaciones sociales concretas, y, peor aun, que abandonamos la investigación relacionada
con nuestra propia docencia a los especialistas en Didáctica o Psicología.
3a- Porque el no abordar estos temas parece evidenciar cierta insensibilidad hacia el alumnado con que
nos encontramos cada curso en nuestras clases. Pese a las condiciones que presionan hacia la rutinización docente
y al inmovllismo de los programas y las prácticas de enseñanza, debería orientar nuestra actividad docente, en
cuanto profesores universitarios y en cuanto sociólogos, una actitud permanente de búsqueda de un clima
adecuado de comunicación, de aprendizaje, de conocimiento y redefinición de contextos y procesos y, en suma,
el ensayo continuo por justificar y hacer atractivas nuestras disciplinas en titulaciones dónde la necesidad de las
mismas sigue siendo bastante discutida. Probablemente se evitarían así recursos habituales del profesorado
universitario, que van desde el autoritarismo al populismo, pero ambos sustentados en un ejercicio irracional del
poder por parte del profesorado, amparado institucionálmente, y ambos ajenos tanto a la realidad como al modelo
técnico que debería gufar nuestras actuaciones como docentes.
4-- Porque discut iendo de estas cosas, comenzaremos también a dotar de contenido al campo y, por tanlo,
a oponernos a las exigencias formales que parecen presidir las preocupaciones de la institución universitaria en
materia de enseñanza. Parece queel objetivo fundamental de la institución es contar con las actas de calificaciones
de final de curso en las fechas precisas. Es poco probable que este tipo de exigencias manifiesten una preocupación
fundamental de la universidad por el aprendizaje real del alumnado, y sf que son cosas como las actas las que, en
gran medida, dan cuenta de la normalidad de funcionamiento de universidades burocratizadas como las que
tenemos.
53- Porque a través de las nuevas titulaciones de maestro se generaliza por primera vez la enseñanza de
la sociología como parte indispensable de la formación para la docencia en infantil y primaria. Esto constituye un
salto cualitativo suficiente para justificar por sí solo la necesidad de abordar una reflexión sobre la docencia de la
sociología de la educación en relación a las exigencias básicas de formación, que consideramos indispensables
para los futuros enseñantes de las etapas más sensibles socialmente del sistema educativo.
6J- Porque abrir un espacio como éste, debe ser también, un motivo de denuncia de la devaluación
sistemática de la docencia derivada de la entrada en vigor de la L.R .U ., de algunos de sus desarrollos posteriores,
así como de la interpretación habitual que de aquellos hacen prácticamente nuestras universidades. En esle sentido,
hay que reflexionar sobre la aceptación generalizada de determinadas «sentencias» que otra vez expresan el
dominio de las imágenes, lambién en la universidad, sobre la realidad material. Asíestán por demostrardemasiadas
cosas que no se discuten, por ejemplo, que un buen investigador ( y en el uso común la expresión evidencia un
carácter más cuantitativo que cualitativo) es necesariamente un buen profesor, o, aún peor, que es la condición
de investigador la que determina la calidad de profesor. Se explican, de esle modo, contrasentidos como que en
los ejercicios de oposiciones para funcionario docente universitario, el peso decisivo lo tenga la investigación sobre
la docencia que, en cualquier caso, también ve asimilada su calidad a los años de servicio. Es igualmente una
devaluación de la docencia que los complementos salariales para funcionarios derivados de los tramos de
docencia, se apliquen indiscriminadamente por parle de las universidades, mientras que la investigación es
evaluada, supuestamente, por una comisión a nivel estatal.
7 '- La escasa importancia real para la formación, que para la universidad y los universitarios conceden
a la docencia, se evidencia detrás de lo que parece ser la normalidad en esle terreno en cualquier universidad
española: clases masificadas, cantidades ingentes de horas de clase, procesos de aprendizajes sustentados en gran
medida en las clases magistrales y en los contenidos de las mismas, bajo nivel de lectura y de estudio y, en suma,
potenciación sistemática de la idea de que el único conocimiento válido es aquel mediatizado por el profesor, Lo
que conlleva a una responsabilización del profesorado por parte del estudiantado por sus resultados académicos,
pero lambién a fomentar el narcisismo profesoral.
8J- Para terminar, señalar oíros elementos contextúales que afectan a la enseñanza de nuestra disciplina
y que justifican, asimismo, un tratamiento monográfico de aquella en esle tipo de encuentros: desde la complejidad
intrínseca al conocimiento sociológico en el contexlo de las disciplinas existentes en ciencias de la educación y
Magisterio, pasando por la selección de los peores alumnos en términos de resultados académicos, derivada de
los límites de plazas en otros estudios y de la jerarquización de opciones que le es propia, hasta ( y en parte produelo
de lo anterior) la sistemática reivindicación y presión por parte del alumnado de un conocimiento simplificado
e instrumental que es concebido como una herramienta inserlable inmediatamente en la práctica profesional.
Finalmente, la negativa influencia en la docencia del desempleo al que está abocado el alumnado, constituye la
constatación más meridiana a la que todos nos enfrentamos cotidianamente.
Ignasi Brunet Icart y loan Casellas Carbo
Universidad Rovira i Virgili
"Necesitamos ser sujetos de la historia, aun cuando no podamos dejar de ser totalmente objetos de la
historia. Como participantes activos y sujetos reales, sólo podemos construir historia cuando somos permanente
mente críticos con nuestras propias vidas."
Freiré
“En el pasado sólo un puñado de libros han sabido combinar con éxito un enfoque estrucluralista de las
condiciones objetivas en el seno de una formación social, con la insistencia culturalista en contemplar esas
condiciones en constante proceso de construcción, y rechazo, en nuestra vida cotidiana. Con excesiva frecuencia,
los autores, o bien ven la cultura como un mero reflejo de las relaciones económicas, o bien tienden a caer en un
ingenuo romanticismo acerca del poder de la “resistencia1'de mujeres y hombres en la fábrica, el hogar, la oficina
o la escuela. Desgraciadamente, o tal vez afortunadamente, la realidad es mucho más densa y contradictoria.'
Appel
1 . L E N G U A |E /P O D E R
Lerena (1986; 1983) ha proclamado que para una perspectiva sociológica las diversas versiones del
universo roussoniano-comtiano-ese bloque social e histórico escondido y partido en dos- borran del pensamiento
las palabras: poder, ideología y clase social. Universo que dice educación negativa, integral, científica, y no
educación de clase y que oculta lo principal: las relaciones entre saber y poder. Siempre el esencialismo, el
psicologismo, el empirismo, el idealismo como paraguas ideológico del que práctica la dominación pero no puede
pensarla.
Atrincherados, pedagogos y psicólogos, en la problemática de las relaciones interindividuales y consti
tuyendo al hombre en el ombligo de su pequeño mundo, borran del pensamiento la ¡dea de dominación, y borran
asimismo la idea de clase social como elemento crucial a considerar en este campo social. Así pues, lodo indica
que “la escuela, expresando la lógica de la sociedad capitalista, constituye una máquina comtiana puesta al servicio
de un propósito roussoniano y funcionando en el lenguaje propio de éste: la producción coactiva, en masa, de
sujetos libres y autónomos colocados en el sitio que a cada cual, de suyo, le corresponde." (Lerena, 1 9 8 3 :569)
Si los elementos superestructurales, la conciencia y sus productos, forman parle, aunque de formas muy
variables, del propio proceso social material (Enguita, 1985), si debemos buscar el aprendizaje de las relaciones
sociales de producción capitalista en la escuela, resulla que "la aceptación de rutinas y procesos preestablecidos,
el sometimiento a la ejecución de tareas concebidas por otros, la sumisión a la autoridad, la disciplina del cuerpo,
la inserción en un tiempo y un espacio organizado, etc (...) se aprenden en el proceso escolar con in d e p e n d e n c ia
del contenido de la enseñanza. Dadas semejantes condiciones, puede comprenderse fácilmente el porqué del
fracaso de tantos y tantos intentos de transformar la enseñanza -y a los enseñantes-a base de cambiar el contenido
sin cambiar los métodos y el proceso de producción del conocimiento, es decir, las relaciones sociales de la
educación." (Enguita,. 1986: 75)
Frente a la producción coactiva de sujetos libres y autónomos y a la lógica meritocrática de las sociedades
occidentales que busca en la escuela un mecanismo de selección y asignación de las posiciones sociales en una
sociedad presuntamente abierta, si la sociología analiza "la educación como un entramado institucional y un
conjuntode procesos y relaciones insertos en la sociedad global y dotados ellos mismos de una organización social
interna" (Enguita, 1990:23), ha de intentar (simplemente: intentarlo) ser crítica y contribuir a la tarea interminable
de la emancipación humana en autentica libertad, partiendo del hecho de que las funciones manifiestas o latentes
de la escuela "sólo se desarrollan acompañados de una serie de conflictos, mediaciones, disfunciones y procesos
enlrópicos." (Enguita, 1990: 244).
Contribución, dada de que la dinámica reproductiva de la escuela en su contribución a la reproducción
social (reproducción a la vez de la estructura y sus contradicciones! es histórica ydisputada, que implica desarrollar
una praxis colectiva y contradisciplinaria, ofreciendo a los estudiantes formas de discurso de oposición y prácticas
sociales críticas que están en desacuerdo con el papel hegemónico de la universidad y de la sociedad que ésta
apoya." (Giroux, 1990: 202)
Básicamente, consideramos que si la escuela ha de contribuir a reforzar el discurso democrático de los
derechos de la persona (Enguita, 1985) debemos estudiar la función docente, los procesos de su formación y
desarrollo profesional en relación con los diferentes modos de concebir la práctica educativa. Problematización
lanío de la propia tarea de ensenar sociología, como del contexto político en que se produce la enseñanza.
Problematización que debe instalarse en un enfoque nominalista que no busca descubrir una hipotética
racionalidad natural deformada por las interferencias del sistema económico o burocrático-administrativo en la
práxis comunicativa cotidiana (Habermas, 1982; 1987), sino que afirme la racionalidad como algo, no solo
construido culturalmente, sino como estrategia de poder (Foucault, 1978; 1978a; 1978b; 1992)
Habermas (1987) siempre tan preocupado por la reducción de la racionalidad, por la irracionalidad y el
positivismo de nuestro tiempo, muestra, desde dentro de la misma tradición sociológica, aquellas líneas e impulsos
que postulan la racionalidad comunicativa. Racionalidad que con su modelo (sujeto/suieto) es la alternativa que
permite pensar la problemática actual de la sociedad y mantener In perspectiva utópica de la reconciliación y de
¡a libertad. Referido a la sociología, Habermas nos diceque la acción comunicativa es no sólo "acción social", como
la estratégica, sino la acción social por antonomasia, entonces estamos ante el fundamento no sólo de aquella
reflexión que se ocupa, precisamente, de la acción social, sino que lambién de la acción educativa.
Se entenderá que si la escuela no hay que contemplarla como un ámbito ideológico estructural, sino como
realidad material en la que se entrecruzan ideologías teóricas -el contenido- e ideológicas prácticas -la
materialidad de In organización social en que se basa la impartición del curriculum-, la perspectiva ideológica
dominante en el discurso teórico y en el desarrollo práctico de la función docente y de la formación del profe
sor/a conciba la enseñanza como una actividad critica, una práctica social saturada de opciones de carácter ético
(Stenbouse, Elliot, Kemmis, Me Donald, Carr, Fenster, Marcher, Schwab, Schó n,...). Perspectiva que es coherente
con principios epistemológicos de Habermas: "Las teorías consensúales de la verdad son fundamentales en la
epistemología subyacente a la naturaleza participativa de la investigación-acción. Dicho de un modo claro, la
teorías de la verdad fundada en el consenso reconocen que, en la construcción del conocimiento humano, estamos
dispuestos a aceptar como verdad lo que los grupos de personas están preparadas para aceptar como verdad. Si
esle punto de vista sobre la verdad se parece en algo a lo que, en lenguaje corriente, llamamos verdad, será evidente
que el acuerdo nunca debe estar sujeto a la coerción. Al consenso se llega libremente. Asi, en este marco
epistemológico, la verdad y la libertad quedan inextricablemente ligadas (...). 5egún Habermas (...) la validez de
las teorías de la verdad por consenso queda atestiguada por el mismo acto humano de habla. Cree que el habla
existe, fundamentalmente, a efectos de lograr comprensión y acuerdo." (Crundy, 1991: 196).
Al hilo de esta perspectiva sociológica que sostiene que la propia individualidad y singularidad se
construye únicamente en la interacción comunicativa con otras personas, es decir, y con otras palabras, que es el
lenguaje quien constituye nuestra naturaleza subjetiva, las perspectivas ideológicas hoy dominantes en el discur
so pedagógico sostiene que la "realidad social" tiene que tener como estructura ontológica no el sujeto, sino el
lenguaje, no la fuerza, sino la comunicación y el dialogo. Perspectiva intersubjetiva que recuerda la posición de
Lévi-Strauss que sostiene que lo esencial de la cultura son las estructuras profundas e inconscientes que subyacen
a los productos humanos. Posición que visualiza la sociedad y la cultura como un sistema y circuito de
comunicaciones, como una estructura profunda semiológica y semiótica de signos y significados. Cada sistema
cultural y social son como un lenguaje que puede descodiíicarse y traducirse al lenguaje de otro sistema, rastreando
las estructuras elementales inconscientes, que son comunes a todas las culturas, por responder a una gramática
equivalente, programada en nuestro cerebro de homo sapiens.
Al transportar el modelo lingüístico al terreno social, ello, sostiene Bourdieu (1986), se debe a una
consideración esencialistn de la lingüistica que hace del lenguaje más que un instrumento de acción y de poder,
un objeto de intelección. Para romper con esla filosofía hay que mostrar que, por legítimo que sea tratar las
relaciones sociales - y las propias relaciones de dominación- como interacciones simbólicas, no hay que olvidar
que Ins relaciones de comunicación son relaciones de poder/dominación. Urge, pues, un análisis hislórico-poiftico
que vea en la guerra un elemento irreductible de la política y convierta todo saber crítico en un arma de ataque.
De ahí, la importancia del discurso hislóricode Foucaull frentea la perspectiva habermasiana que obsesionándose
en la ilusión del comunismo lingüístico tiene por efecto evacuar prácticamente de las relaciones de comunicación
las relaciones de fuerza que se realizan allí en una forma transfigurada (prueba de ello es el esludio de las
deformaciones de la pura inlersubjelividad y la exigencia de toda decisión éticamente racional procede de un
consenso logrado mediante el ejercicio ideológico de la racionalidad. Posición que represenla la metamorfosis del
poder físico y visible en poder interior y simbólico, basado en el deber moral del individuo hacia el sistema social
y articulado en las disciplinas y en el control biológico de las poblaciones).
Frente al discurso de Habermas, el discurso de Foucaull al señalar las relaciones entre la sociedad y la
guerra, hace de ésla el fondo permanente de insliluciones de poder. "Denlro de un campo histórico, que ni siguiera
pueda ser definido como un campo relativo puesto que no está en relación con ningún «absoluto», hay un infinito
de la historia que puede ser de algún modo «irrelalivizado», lo infinito de la eterna disolución en mecanismos y
acontecimientos que son los de la fuerza, del poder y de la guerra." (Foucaull, 1992: 65). De ahí que existan
profundas disfunciones y tensiones en el seno de toda reproducción social y cultural ya que las estructuras se
constituyen en un proceso social conflictivo y contradictorio. Por tanto hay que reconocer el espacio que las
estructuraras dejan a la actividad humana libre y creativa ya que de lo que se trata es de recuperar la libertad perdida
y la capacidad de transformación a través de la acción subversiva y descodificadora de lodo sujeto que se resiste
a ser reducido a algoritmo (Ibañez, 1985).
Básicamente, si la escolarización universal ha sido un proceso de domesticación y atomización de la
humanidad al servicio de los poderosos, este proceso no se ha efectuado sin resistencias a las prácticas dominantes,
además de que la institución escolar goza de una relativa autonomía y presenta su propia lógica derivadas ambas
de las especificidades de su función, su publico y su gestión por un cuerpo semiprofesional con intereses,
expectativas y valores propios No cabe, pues, pensar la escuela como un mero instrumento pasivo en manos y
al servicio del Eslado, el capital o cualquier olro poder externo." (Enguita, 1990:245)
Sin embargo, las contradicciones, los conflictos y las distorsiones en la realización por la escuela de sus
(unciones pueden y deben ser analizados también en términos estructurales, de ahí e l concepto de conocimiento
como poder desempeña un papel clave ya que el saber no puede continuar siendo visto como algo objetivo, sino
que lia de comprenderse como parle de las relaciones de poder que, además del saber mismo, producen a quienes
se benefician de é l. Hay que situar las formas de saber, de conocimiento dentro de relaciones de poder e sp e cífico s
que con el paso del tiempo las clases dominantes transforman determinadas formas de saber en "regímenes de
verdad".
Una praxis educativa que tenga impacto político, consideramos que debe tener como punto de mira las
condiciones de producción de los hábitos, es decir, el sistema de enseñanza que lejos de ser un sistema socialmente
neutro es el producto de procesos históricos precisos, y la contribución que realiza al mantenimiento y Ia
reproducción de la estructura de clases. Se hace necesario, pues, volver al principio configurador y generador de
las prácticas, es decir al hábitus como forma incorporada de la condición de clase y de los condicionamientos que
esta condición impone, si pretendemos una enseñanza como práctica emancipaloria. "Hablar de hábitus es incluir
en el objeto el conocimiento que los agentes -que forman parte del objeto- tienen del mismo, y la contribución
que ese conocimiento aporta a la realidad del objeto. Pero no es sólo imponer, si puede así decirse, a lo real que
se irata de pensar un pensamiento de lo real que contribuya a su realidad (y a la eficacia misma que ejerce). Es
también conferir a ese conocimiento un poder propiamente constituyente, el mismo que se le niega cuando, en
nombre de una concepción objetivista de la objetividad, se hace del conocimiento común o del conocim iento
erudito un simple reflejo de lo real (..,). Esto significa, en primer lugar, que la ciencia social levanta acta, en su
construcción social, del hecho de que los agentes son ellos mismos, en su práctica ordinaria, los sujetos de actos
de construcción del mundo social; pero que se dn como objeto, entre otras cosas, el descubrir la génesis social de
los principios de construcción, y que busca en el mundo social, tal como puede aprehenderlo, el fundamento de
esos principios." (Bourdieu. 1988:478-479).
Con los conceptos de arbitrariedad cultural, de violencia simbólica y de autonomía relativa, Bourdieu
desarrolla una sociología de la dominación cultural que nos obliga a recordar aquella sentencia de Nietzsche "En
lugar de la sociología, una teoría de los sistemas de dominación" y/o producción de particulares tipos humanos.
El término violencia simbólica que expresa la ruptura con todas las representaciones espontáneas y las
concepciones espontaneístas de la acción pedagógica como acción no violenta, la ha impuesto Bourdieu para
significar la unidad teórica de todas las acciones caracterizadas por la doble arbitrariedad de la imposición
simbólica, al mismo tiempo que esta teoría general de las acciones de la violencia simbólica forma parle de una
teoría general de la violencia y de la violencia legítima. Teoría de la que hay que partir para pensar la relación
docente/discenle que es una relación marcada por el par poder/dominación y acabada por el estatuto de verdad
conferido a los saberes. Sobre este fondo, y la necesidad de fortalecer el ocullamiento de las relaciones de fuerza
que en el campo de la cultura se establecen, donde hay que situar y examinar el universo de la liberación/represión.
Por tanto, más allá de la liberación y/o emancipación, lo que ocurre es una estrategia de contestación basada en
múltiples hechos puntuales ya que las resistencias están presentes en la totalidad de la red de dominación.
Sabemos que Kanl caracterizaba a la ilustración como la liberación del hombre de su culpable minoría
de edad. Pero, ¿cómo liberar a los estudiantes de su minoría de edad y permitirles que accedan a las luces, cuando
el espacio escolar, la propia lógica institucional y las mismas técnicas de aprendizaje -básicamente legitimadas
por una psicología concebida como ciencia natural- están orientadas a la producción de sujetos libres y
autónomos? Real estrategia orientada a fijar la realidad social a su estado positivo, lo que implica inhibir su(s)
estado(s) posible(s).
Frente a esta estrategia, la ciencia que transforma la representación del mundo social y al mismo tiempo
el propio mundo social, en la medida en que al menos hace posibles prácticas de acuerdo con esta representación
transformada. Por tanto, si no se puede hacer sociología sin una teoría de la naturaleza humana, la sociogenética
estructural de Bourdieu constituye el marco teórico idóneo. "Fundada en una teoría de la violencia simbólica y,
asimismo, por una teoría de las relaciones entre "arbritario cultural'', "hábitus" y "práctica", la teoría de la acción
pedagógica de Pierre Bourdieu, ha significado, a mi juicio, un verdadero reto de ruptura, por de pronto, en la
Sociología de la Educación". (Lerena, 1986; 71).
Todo parece indicar que la paradoja de la enseñanza de la sociología de la Educación es doble. La primera
reside en el hecho de que quienes han elaborado la política de la reforma del sistema de enseñanza han ignorado
los valores y supuestos representativos de una subcultura particular; la sociología. Área que facilita un conocimien
to profundo y riguroso de la realidad social, de la estrudura, organización funcionamiento del campo educativo
como campo político y las variables que indicen en el mismo. De hecho, el poder reacciona violentamente ante
el menor intento de romper los esquemas que considera universales, elernos y perfectos, por tanto más que ofrecer
explicaciones bien fundamentadas ofrece más de lo mismo, esdecir, ilusiones interesadas, pero bien fundamentadas.
Entonces, ¿cómo presentar al alumnado los aspectos más problemáticos de la didáctica del lenguaje sociológico
para el cual carecen de la más mínima preparación en base a su proceso de socialización que es un proceso de
escritura o engramación de la ideología dominante en sus cuerpos, de programación?
La segunda paradoja reside en que si la verdad objetiva de la educación descansa en una relación de
fuerza, ¿cómo desasirse del poder de imposición y desasirse, también, en la contingencia de nuestra formación
social, de los sistemas de pensamiento que nos resultan familiares en la actualidad, que nos parecen evidentes y
que forman parte de nuestras percepciones, actitudes y comportamientos sin utilizar el poder de imposición? La
respuesta no puede ser otra, en el plano del conocimiento, que una formación teórica que, en contra de los enfoques
que se ocupan de las condiciones ideales del diálogo (¿no pueden surgir ideologías legitimadoras de nuevas
alienaciones y de nuevas técnicas de regulación social?), apueste por una sociología de combate y para el combate
(Lerena, Ibañez, Bourdieu, Foucault,...) y que considera que el diálogo continúa la lucha con otras armas. Enfoque
que, al facilitar una mayor comprensión del hecho de que las eslrucluras de la psique humana, las eslruciuras de
la sociedad humana y las estructuras de la historia son fenómenos complementarios e inseparables, y que al
suministrar armas para cambiarlas, permite responder a la triple interrogación que constituye el eje de nuestra
asignatura: la pregunta por el objeto, el método y el status y uso de la sociología de la educación.
2 . P O D E R /D O M IN A C IÓ N
BIBLIO G RA FÍA
Muy probablemente el próximo curso académico (94-95) se cerrará un ciclo en los esludios de Ciencias
de la Lducación de la Universidad de La Laguna, y se iniciará otro con la implantación de las nuevas titulaciones
que, aproximadamente, ocuparan en el futuro el espacio actual del título vigente. En realidad, y en lo que atañe
a la Sociología de la Educación, esle nuevo ciclo ya ha comenzado con la puesta en marcha, desde el curso 92
93, de cinco de las titulaciones de Maestro.' Por ello nos ha parecido interesante, a la vez que necesario, realizar
un proceso de reflexión y balance de lo que ha sido la docencia de la sociología de la educación en estos i 6 años
de trabajo, aprovechando, de paso, la presencia de una mesa de trabajo en esta línea en la IIIo Conferencia de
Sociología de la Educación. Otras razones podrían apoyar esta decisión; por ejemplo, lo que parece la
consolidación prácticamente definitiva de un grupo de nueve profesores (tanto en Ciencias de la Educación como
en Magisterio), después de un crecimiento apresurado, producido en los últimos cinco años, que dificultó
sobremanera la posibilidad de una reflexión mesurada acerca de lo que hacíamos en nuestra labor cotidiana. Si
bien los procesos de reflexión sobre la docencia se han venido produciendo de manera informal y esporádica
durante lodo este tiempo, nunca hasta ahora habíamos establecido un cauce regular y específico para tratar
monográficamente este tema.
justo es decir, sin embargo, que el inicio de este proceso con un alto grado de sistematicidac) es anterior
a este curso. Concretamente apareció desde el curso 91-92 poi la obligada y destacada presencia del área de
sociología en la discusión de los planes de estudio de las titulaciones de Fducación Social y de Magisterio, y ésle
último curso en el título de Pedagogía.1
Lógicamente, las páginas que presentamos a continuación no son más que una síntesis del resultado de
nuestras reflexiones, al sernos absolutamente imposible transmitirles a ustedes el contenido de los debates y análisis
del largo proceso seguido hasta aquí. El resultado, por tanto, puede parecer de una importancia más que relativa.
No se trata, en cualquier caso, de una propuesta normalivizadora para la docencia de la Sociología de la
Educación, sino de una suerte de orientación moral que asumimos, provisionalmente, para nuestras actuaciones
docentes en la Universidad de La Laguna. Difícilmente, pues, puede ser trasladable a olro espacio porque son fruto
de nuestra historia peculiar, que incluye lambién, las concepciones científicas, epistemológicas y meloüologicas
de las personas que hemos impartido la disciplina, asi como de nuestra acumulación -siempre intransferible-de
experiencia y de conocimiento cotidiano en nuestra práctica inmediata. Sí pensamos, no obstante, que nuestra
aportación puede servir de base a un fructífero intercambio de ideas con el profesorado de otras universidades que
pueda dai lugar a la articulación, con la mayor coherencia posible, de la docencia de la disciplina a nivel de! Estado.
' El grupo d e personas que ha participado en esta com unicació n son, por orden alfabético' Blas Cabrera, Leopoldo Cabrera, losé
Luis C a slilla. Francisco A. D é n iz, M ana E. lim énez, Santiago M agdaleno, Carm en N. Pérez y Begoña Zam ora. Obviam ente, se
recogen lam bién ideas d e oirás personas, que por diversos motivos, no han participado en la elaboración de esle trabajo. Asi por
ejemplo, Sara Moigenstern. con iiuien nació la Sociología de la Ed ucación en la Universidad de La Laguna (pág. 246 y ss.), o lorge
Rodríguez. Tristemente, lam bién nos abandonó Lourdes Hernández, para no volver nunca más.
1 Las titulaciones t|ue se están im partiendo desde el curso 92-91 son las d e: especialista en E D U C A C IÓ N IN FA N TIL, PRIM ARIA,
LE N G U A EXTRANJERA, E D U C A C IÓ N FÍSICA Y E D U C A C IÓ N M U S IC A L. En todas estas titulaciones aparece com n materia
troncal la Sociología de la Ed ucación con 4,5 créditos, com o materia obligatoria la Sociología de las Instituciones Educativas
lambién con 4,5 créditos y com o materia optativa la Sociología de! Profesorado con tres créditos.
‘ Las asignaturas que conform an el nuevo título de Pedagogía son las que siguen:
PRIMER C IC L O
TR O N CA LES
+ 5 0 C I 0 L 0 G Í A D E LA E D U C A C IÓ N t 9 créditos
+ S O C IO L O G ÍA D E LA E D U C A C IÓ N II 9 créditos
1. C O N C EP C IO N ES EPISTEM O LÓ GICAS, CIEN TÍFICA S Y M ETO D O LÓ G IC
DEL C O N O C IM IE N T O SO CIA L Y DE LA S O C IO L O G ÍA DE LA E D U C A C IÓ N 1
O B L IG A T O R IA S D E U N IV ER SID A D
+ S O C IO L O G ÍA 6 créditos
+ S O C IO L O G IA DE LA C U L T U R A 6 créditos
S E G U N D O C IC L O
T R O N C A LE S
+ E C O N O M IA DE LA E D U C A C IÓ N I 6 créditos
O P TA T IV A S
+ E C O N O M ÍA D E LA E D U C A C IO N II 6 crédilos
+ S O C IO L O G ÍA D EL P R O F E S O R A D O 6 créditos
+ S O C IO L O G ÍA D EL C O N O C IM IE N T O : EL C O N O C IM IE N T O ES C O LA R 6 crédilos
+ S O C IO L O G ÍA D E LA S IN S T IT U C IO N E S E D U C A T IV A S 4,5 crédilos
+ AN Á LISIS S O C IO L Ó G IC O D E LAS R EFO R M A S E D U C A T IV A S EN ESPA Ñ A D ES D E L A L G E DE 19 7 0 7.5 créditos* EDUCACIÓN
Y S O C IE D A D EN CA N A R IA S 9 crédilos
'•Pizarra, N .: Fundamentos de /.) Sociolof¡ú d e l, i Educación, M urcia, GocJoy, 1081, pág. 12.
‘ Archer, M .: «The Sociology o í Education», en Himm elstrand, V (ed.): Sociolo/ty: Froni Crisis lo S c i e n c e V o l.2 («The Social
R eproduclíon ol O rg an izaro n and Culture*), London, Sage, 1086, págs.59-87.
: Nombre que toma en 1007 del «Curso de Educational Sociotogy» dado por Henry Suzalle (primera cátedra con esla
denom inación) y que al año siguiente adopta el lam oso Teacher s C olleg e de la Universidad de N ueva York.
"R ib o lzi, l . : Sociología Educación;i/ y escobe, M adrid, N arcea. I08U. pág 21.
1A modo de ejem plo, en el esfuerzo por defender esta concep ció n de la sociología en su relación con la ed u cació n, Vid
C olom , A .: Modelos de intervención so cio e d u cjliw , M adrid. N arcea, 1080
Q u inlan a Cabanas, l.M ,: Pedagogía Social, M adrid, Dykinson, tOBft
En definitiva, pues, parece superada la hora de las grandes discusiones sobre el objeio, el método y el
campo de conocimiento de la sociología de la educación. El relanzamienlo de estas discusiones y debales,
derivados del intento de «convergencia parsoniana», lia dado lugar a una apertura de horizontes que dificulta,
sobremanera, el reparto de credenciales sobre la auténtica sociología de la educación y vuelven incompletas casi
todas las definiciones de manual. Concretamente pensamos que estrictamente, la sociología de la educación
comienza en la segunda mitad de los 60 con la eclosión de las diversas sociologías criticas. Sólo a parlir de ahí se
generaliza un debate que permite trascender el estrecho corsé normalizador existente hasta entonces, enriquecer
el campo disciplinar y mejorar la calidad de los análisis de la educación. Sólo asi fue posible, lambién, una
recuperación no historicisla de los clásicos, alguno de ellos enterrado prontamente por Parsons1'1.
En esle sentido, y con carácter aproximativo, parece evidente que el objeto de la sociología de la
educación es (o ha sido) el estudio de la contribución del sistema educativo, como órgano expresamente destinado
a ello, o en general de la educación en la más amplia acepción del término, a la reproducción tle la cultura (o
culturas) existente, y las relaciones de ese reproducción con la reproducción de la sociedad en su conjunto". Para
matizar una posible interpretación mecanicista de la definición, desde nuestra posición toda reproducción está
permanentemente amenazada y discutida por la misma situación conflictiva de los diferentes grupos en las
relaciones sociales.
La definición precedente nos exige algunas precisiones; por un lado, que la Sociología de la Educación
no puede confinarse a un compartimento estanco en relación al resto de las disciplinas sociológicas, encargado
del ámbito específico de la educación institucionalizada (y menos todavía es la sociología de la escuela). Por olro
lado, sus análisis no pueden limitarse tampoco a estudiar loque ocurre en el interior del sistema educativo porque,
de esta manera, se corre el riesgo de no comprender ni de poder explicar adecuadamente nada de lo que en realidad
ocurre. A una perspectiva totalizadora de la Sociología de la Educación le corresponde global izar sus análisis sobre
la sociedad, de modo que incluya, o se confunda en algunos momentos, con otras ramas de la sociología, como
pueden ser el caso de la Sociología de la Cultura, la Sociología del Conocimiento, la Sociología del Trabajo o la
Soriología Política. Asi. una perspectiva sociológica en educación exige analizar la realidad desde todos los
ángulos posibles, huyendo de parcelaciones y fragmentaciones de la misma, que nos impidan ver relaciones
sustanciales.
Por tanto, más allá de iormalismos neutralistas obsesionarlos por establecer síntesis asépticas que definan
eclécticamente el objeto de conocimiento, el método y la perspectiva adecuada, la sociología de la educación es,
en realidad, una multiplicidad de perspectivas, lineas de aproximación a la realidad, conflictos internos y procesos
complejos de desarrollo disciplinar y de sus diversos enfoques. Cada perspectiva necesita ser evaluada por su
especificidad, por las condiciones históricas de su aparición y desarrollo y por su importancia cualitativa dentro
del debate existente en la actualidad. Igualmente, sólo desde esta posición -que por supuesto nunca puede ser
rígida- se pueden entender las conexiones, similitudes, diferencias y contaminaciones teóricas de las distintas
perspectivas en litigio.
En consecuencia, no existe un objeto de estudio de la sociología de la educación, sino perspectivas
sociológicas diferentes, a veces enfrentadas enlre sí, que delimitan su problemática especifica al análisis
sociológico de la educación. Entendemos, de esta manera, el formalismo al que nos referimos más arriba: decir,
por ejemplo, que autores tan diferentes como Durkbeim, Marx, Parsons y Bourdieu se ocupan de la reproducción
social y cultural no es decir nada inteligible, si no tratamos de establecer a continuación el corpus teórico a través
del cual estos intelectuales se acercan o se alejan entre si, así como las condiciones históricas concrelas y el
significado de sus respuestas respedo a las mismas, desde donde producen el grueso de sus obras
'"Cabrera, B .:< fQ u e hay d éla Sociología neo-marx isla d efaeducacián?.Prescnicypefspectivasa,en5anc hez, |.M .(ed.):la5ofir»fo£Ú
de h educación en España. Acias de /a I Conierencia de S o a o to ya de la Educación, M adrid, (urna, 1991
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2. PRINCIPALES D ERIVA CIO N ES Q U E HAN DE PRESIDIR LA D O CEN CIA D
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la pluralidad. Nocabe duda de que, con ello, el alumnado no se ve excluido, desde los primeros pasos de su proceso
formalivo, del acceso a los rudimentos y conceplualizaciones vertidos por las diversas corrientes analíticas.
Aunqne el tratar de integrar diversas perspectivas presenta grandes dificultades, sobre todo si no queremos
caeren el ededicismo, tampoco hay que pensarque las tradiciones sociológicase intelectuales están dogmáticamente
encerradas en sí mismas. La pluralidad, y probablemente el aprendizaje desde la controversia, permita dar cuenta,
más fidedignamente, de aspectos y dimensiones de las elaboraciones de las distintas tradiciones que se dejan a un
lado cuando se las estudia aisladamente. Podemos, asimismo, perder profundidad, pero ganamos en amplitud de
miras.
Todo ello requiere, desde nuestro punto de vista, que tendamos a estructurar los programas de sociología
en torno a núcleos problemáticos de contenido, más que en torno a núcleos cenlrados en autores o corrientes de
pensamiento. En cada lema, centrado en el análisis de una problemática (por ejemplo, la igualdad de oportunidades
educativas), trataremos de conlemplar las principales aportaciones teóricas y melodológicas, además de las
aproximaciones hislóricasa las que hemos aludido anteriormente, de modoque el alumnado acceda a losdistintos
debates contando con la oportunidad de formar su propio juicio.
Pretendemos que los alumnos «problemalicen» (enfoque problemático de contenidos) las visiones de la
educación que las sitúan aislada de todo hecho social e independiente de debales políticos, ideológicos y
culturales, y de las tendencias del mercado de trabajo; o que la conciben ajena a las relaciones complejas y
conlradiclorias existentes entre agentes y/o grupos sociales dentro y íuera de la escuela. Sólo de esta manera,
pensamos, estarán en condiciones de abordar con garantías de éxito el análisis concreto de situaciones educativas
y asi, poder intervenir en la praxis educativa.
En consecuencia, la propuesta programática que desarrollamos se organiza lomando como punto de
partida los problemas más estructurales y globales, hasta llegar al análisis concreto de la institución escolar. De
igual modo, se podría hacer a la inversa, siempre y cuando se detectara la articulación de los macro procesos con
las prácticas educativas; reconociendo también, de forma impórtame, la especificidad de lo educativo y de las
contradicciones que genera.
'* Esta linea de trabajo fue recogida, compartida y desarrollada inicialm ente por dos profesores recién Ululados, que fueron sus
alumnos y que se incorporaron a finales de la década de los setenta: Santiago M agdalenoy Blas Cabrera. Este constituyóel núcleo
in icial d e profesorado alrededor del que se consolidó la sociología de la educación en la U niversidad de La Laguna,
preciso: así, dentro de la diversidad obvia (de origen social, género y edad), lodo el profesorado liene un perfil
presidido por un lalanle fuertemenle crítico, ideologizado, que llevó, sobre lodo en la primera época, a concebir
el espacio representado por la sociología como un «compromiso militante» por poner la «verdad» al descubierto
en un mundo atravesado por «falsas conciencias» de diverso signo.
Este perfil no ha sido casual ni espontáneo, sino que la tendencia existente entre nosotros era formarlo de
manera interesada. Esto fue posible porque los criterios más o menos objetivables, vigentes todavía hoy, para la
contratación del profesorado en la universidad española, son la mayoría de las veces una forma de legitimación
social teñida de merilocracia, pero que a través de diferentes mecanismos permite la contratación por cooptación
de la persona que interesa de manera apenas encubierta. En esle sentido, si bien es verdad que el espacio de
Sociología de la Educación cuerna entre su profesorado con buena parte de los mejores expedientes de Ciencias
de la Educación, también lo es que no lodos los mejores expedientes han terminado impartiendo Sociología de la
Educación, sino que a través de una rigurosa selección en función de diversos mecanismos, racionalmente
clienlelistas, se ha garantizado que las personas elegidas, presentaran el perfil adecuado.
Por otra parte, y también como producto de lo dicho, pero así mismo por la ausencia tradicional de una
estructuración fuerte del poder universitario en el área, el grupo de Sociología de la Educación de La Laguna se
ha caracterizado h islóricamente por cultivar la discusión, la reflexión y el debate en común, y no estrictamente de
parcelas científicas, académicas o profesionales. Ello conlleva, de entrada, tres grandes ventajas, pero que en
determinadas situaciones pueden derivaren inconvenientes en el marco de funcionamiento de la Universidad
Española: entre las ventajas, por un lado, el trabajo del grupo no sólo es formal y legislativamnte democrático como
suele ocurrir en otras áreas de conocimiento, sino auténticamente democrático porque no existe ningún tema que
por definición no pueda ser discutido o abordado públicamente. Por otro lado, en cuestiones científicas,
disciplinares y metodológicas, las divergencias son siempre menores, de manera que aunque algunas veces resulte
tedioso, siempre se logra alcanzar el consenso.
Finalmente, que aunque algunas personas tienen asegurado el liderazgo de antemano y que por razones
académico-administrativas podrían tender a ejercerio, de manera autoritaria, éste es sometido a un consianie
cuestionamiento y crítica. Pese a todo, ello no excluye totalmente cierta influencia reproductora, derivada de las
ventajas de la experiencia de los más antiguos «del lugar» sobre los más jóvenes. Uno de los inconvenientes
derivados es que el perfil homogeneizante al que nos referíamos antes, dificulta sobremanera una sana divergencia
intelectual, cienlíflca y académica en un grupo, ahora ya numeroso de profesores, que favoreciera debates en
profundidad alrededor del conocimiento, su vehiculización disciplinar y las formas de mediatizarlo con los
alumnos.
Decisiva lambién ha sido una aclilud grupal de crítica sistemática a la institución universitaria, lo que
coyunluralmenle ha favorecido el acercamiento a diferentes expresiones de radicalismo universitario. Esio se
concreta, por ejemplo, en el apoyo a las diferentes versiones de las luchas de los PNNs, o en una preocupación,
a veces excesiva y no exenta de irracionalidad, por el parecer y las reivindicaciones de los sectores más dinámicos
del alumnado; así, la predisposición a comprender globalmenle las reivindicaciones estudiantiles ha derivado, en
ocasiones, a cierto «populismo intelectual», del que, y es necesario decirlo, siempre trata de estar a salvo el rigor
y la exigencia académica, pero con contradicciones inevitables,
4. PROPUESTAS M ET O D O LÓ G IC A S
Plantearemos en esta parte una serie de cuestiones que tienen que ver más directamente con el trabajo
docente específicamente hablando. Esla es el resultado de varias sesiones de reflexión y debate por parte del grupo.
Tomamos como doble punto de referencia: por una parte, las experiencias, más o menos compartidas de cada uno
de los profesores y, por otra, los marcos y principios epistemológicos-científicos en los que sustentamos gran parle
de nuestro modelo docente. Las aportaciones que presentamos podrían lener utilidad tanto para el 1“ ciclo como
para el 2o, tanto para los estudios de Pedagogía como de Magisterio, aún siendo conscientes de las posibles
matizaciones y variaciones que lienen, fundamentalmente, que ver con el proceso mismo de profundízación que
caracteriza al 2ociclo y con las óptimas condiciones (principalmente en número de alumnos) en los centros donde
impartimos docencia.
Cualquier proyecto docente debe ser internamente coherente, debe contar con una unidad centrada en
un conjunto de relaciones entre objelivos programáticos, metodologías y formas evaluativas, y las concepciones
epistemológicas que se tengan de las disciplinas a impartir. Esla unidad de la que hablamos está representada por
lo que entendemos debe ser un Modelo de Formación, elemento verlebrador de cualquier práctica docente, o de
posibles cambios sobre ésta. En la línea de definir dicho modelo fonnativo consideramos prioritario, junto a la
discusión sobre formas metodológicas concretas que más larde abordaremos, plantearnos algunas cuestiones que
ayuden a identificar nuestra visión sobre la formación de los futuros enseñantes y pedagogos.
En la esfera de la docencia universitaria, como en cualquier otra, la selección de contenidos e incluso
algunas prácticas metodológicas tienen que ver, a veces contradictoriamente, con justificaciones basadas en los
modelos profesionales, No es nuestra intención entrar aquí en el debate sobre el tipo de profesionales a los que
estamos formando, pero sí creemos importante apuntar que nuestras propuestas entrañan un posicionamiento claro
sobre el papel político de los agentes educativos, lanto enseñantes como pedagogos, en la reproducción y/o
transformación. En cualquier caso, esla postura presenta una obvia relación no sólo con las concepciones sobre
la disciplina, más ampliamente tratadas en la I a parte de esla comunicación, sino también con lo que podríamos
llamar objelivos programáticos. De forma general estos se pueden sintetizar en los siguientes: propiciar la apertura
de horizontes, la búsqueda intelectual y el esfuerzo por la adquisición del conocimiento. En esla misma línea se
trataría de evitar concepciones aisladas de lo educativo, de superar el nivel más inmediato del conocimiento, de
fomentar actiludes que lleven a desarrollar las capacidades de argumentación, análisis, reflexión, discusión...
Todo ello nos lleva a defender un modelo formativo que por una parte, quiere recuperar del mundo
universitario su lugar como esfera de formación amplia en conocimientos, de debate, de formación, en definitiva,
de pensamientos críticos y reflexivos. Por otra, es un modelo que se ubica en contra de parcelaciones y
especializaciones exageradas del conocimiento, que en numerosos casos conlleva una cierta inconsistencia
epistemológica. En otros términos, supone el alejamiento de modelos formativos frecuentemente dominantes en
nuestros centros, y más concretamente el ser conscientes de las diferencias entre los intereses más o menos
inmediatos de nuestros alumnos y de buena parte del profesorado, con respecto a una minoría, en la que sin duda
nos encontramos, que intenta ir másallá de las limitacionesconsustanciales a la formación del «técnico» educativo.
Y con esto nos estamos refiriendo a la primacía de una formación ligada al sentido utilitario de los recursos, a la
búsqueda constante de «recetas» metodológicas y psicologicistas. En definitiva, primacía de conocimientos
utilitarios centrados en una forma pragmática de resolución de taresas rutinarias, que va unido a una determinada
forma de transmisión y evaluación del conocimiento. El poder real de este modelo de formación no sólo tiene que
ver con las tradiciones de pensamiento, más o menos dominantes en nuestras instituciones universitarias sino
también con lo que parece una fuenle clara de legitimación, pues es ésie el que de forma mayoritaria parecen
reivindicar nuestros alumnos.
La adecuación de nuestros proyectos docentes al contexto académico del alumnado, tanto de Magisterio
como de Pedagogía, significa, por tanto, algo más que completar una esfera, sin duda imponanle, de formación
académica. Implica además desarrollar en los alumnos formas, que desgraciadamente suelen brillar por su
ausencia, de enfrentarse al conocimiento desde una esfera basada en el despliegue de «actividades» centradas en
la comprensión, interpretación y reflexión. Si nos detenemos un poco más en esto podremos entender entonces
la connotación de unicidad de la que hablábamos anteriormente. Desde nuestro punto de vista es básicamente
contradictorio el plantearnos, por ejemplo, desarrollar capacidades intelectuales como la confrontación y la
interpretación... y exigirles que memoricen nuestros apuntes. En este contexto es donde nos encontramos en
situación de abordar algunas estrategias o instrumentos docentes que dan cuerpo a nuestras exigencias formalivas.
En lo que se refiere a contenidos, la elección de propuestas programáticas centradas en «enfoques
problemáticos» por encima de núcleos temáticos. Esta presenta una serie de ventajas a considerar: se corre menos
riesgos de presentar concepciones aisladas de la realidad, de perder el sentido en la búsqueda de explicaciones
sobre esa realidad o sobre determinados problemas centrales. Por lo mismo resulta más conveniente de cara al
aprendizaje de los alumnos al presentar el conocimiento sociológico de forma más atrayente y út il. Por el contrario,
esta opción puede presentar el peligro de tender a una cierta desvinculación de los autores clásicos; pero esta
dificultad puede fácilmente superarse si somos capaces de seleccionar y abordar sus aportaciones en los problemas
que se trabajan y si mantenemos la necesaria perspectiva histórica. Pasemos a continuación a abordar algunas
consideraciones metodológicas.
La experiencia acumulada, -positiva y negativa, por supuesto- por el profesorado que hemos impartido
esta asignatura en los últimos años, aconseja como lo más conveniente una metodología variada que se adecúe
a los distintos ámbitos representada por clases leóricas, clases prácticas y seminarios. Las clases teóricas (entre 2
y 3 horas a la semana) se utilizan, en general, para desarrollos introductorios de los distintos lemas del programa,
básicamente a través de la exposición del profesor, si bien no se excluye, sinoque se solicita y anima expresamente,
la intervención y participación del alumnado dentro de los limites propios fijados por su formación y por el tamaño
de los grupos. Las clases prácticas, en gran medida, se destinan al análisis, discusión, reflexión y posible utilización
teórica y práctica de leduras, fuentes directas representativas de autores, que se fijan para cada tema, y que
constituyen materia obligatoria de discusión y debate. Para facilitar la tarea de preparación de los alumnos, cada
lectura va acompañada de una <guía de estudio», que trata de dirigir al alumno a las ideas y conceptos esenciales
de la misma, al tiempo que se le pide que trate de ubicarla en el debate existente sobre el tema, que evalúe su
importancia para la praxis, etc.
La experiencia de los últimos años nos ha llevado también a dar creciente importancia, sobre lodo en los
primeros cursos, al esfuerzo por favorecer la formación del alumnado en hábitos y métodos de estudio y trabajo.
Lo cierto es que el estudiante llega a la universidad con un total desconocimiento y falla de preparación en la
utilización de las herramientas básicas del trabajo intelectual sin las cuales difícilmente podrá sacar partido real
al esfuerzo que tiene que realizar para «aprobar las asignaturas». Para ello se suelen utilizar lambién las clases
prácticas, donde se aborda la realización de comentarios de lexto, el análisis de temas candentes de actualidad,
y una parte de la realización de trabajos de investigación (los cuales son dirigidos por el profesor también en
tutorías). Los grupos normales para las clases prácticas son de unos 15 alumnos, lo que facilita sobremanera los
debates -si bien en Magisterio existen grandes dificultades por el mayor tamaño de los grupos-.
Por último, cabe reseñar que, en coherencia con todos los planteamientos formativos expuestos, la
evaluación tiende a basarse en dos tipos de actividades;
- Exámenes con material, en los que se privilegia la capacidad de reflexión, de análisis, de interpretación
y de interrelación con la praxis frente al memorismo. La base principal de apoyo para los mismos son las «guías
de estudio», aunque incluyen también comentarios de texlo, análisis de la realidad, etc.
- Presentación de un trabajo de investigación teórico o teórico-práctico, elaborado durante el curso, y que
cuenta con la dirección permanente del profesor.
LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN EN LOS PLANES DE
DE ESTUDIOS DEL MAGISTERIO EN CATALUÑA
n is T R iR u n ó N o e c r é d i t o s p o r t i p o s d f m a t f r ia s y FSPFrtAt id a d e s
TC 40 40 40 40 40 40 40
TE 46 48 58 62 56 58 52
OU 40 40 34 28 32 28 36
OP 20 20 16 22 20 20 22
LE 20 20 20 16 20 22 16
Pr 32 32 32 32 32 32 32
TO TAL 198 200 200 200 200 200 198
La carga lectiva total oscila entre 198 y 200 créditos. Se acordó reforzar las maierias instrumentales en
todas las especialidades y completar los conocimientos básicos en algunas troncales, para reforzar también el
tronco común generalista.
Sociología de la Educación
Crédilos 4, en las siguientes especialidades: E. Infantil, E. Primaria, E. Lengua extranjera, E. Física, E.
Musical, E. Especial, E. Audición y Lenguaje.
Número total de crédilos: 28:2%
B) Desde el punto de vista cualitativo, la troncalidad fijada por el Consejo de Universidades no parece
suficientemente en sintonía con las propuestas de la LOCSE para la reforma de la enseñanza obligatoria,ni en
relación a la definición de las maierias profesionales específicas (Psicología, Pedagogía, Sociología y Didácticas
específicas) ni en relación a la definición de las maierias no profesionales especificas.
Ctc.
Ctc. 4 - - 4
T o ta l:
42 28 24 22 .5 27 20
Ctc. 31,5
% : 1,94 2,73 2 1,86 2 ,5 4 2 ,2 6 1,93
Total: Ce. 24 8 9 - 4
Es bien píllenle la drástica reducción de la docencia de la Sociología de la Educación en lodos los nuevos
planes de esludios de las Escuelas de maestros de Calaluña. En el plan de esludios anterior habíamos conseguido
un curso enlero para la docencia de esta asignatura, unos 9 créditos aduales.
Los cuales han sido reducidos a:
G en la Escuela de Sanls (Barcelona).
4,5 en la E. Blanquerna (U. Ramón Llull).
«en la E. de Lérida (U. de Lérida).
«en la E. de Tarragona (U.Rovira y Vírgili).
«en la E. de V ic (U.de Barcelona).
4 en la E. de S.Cugat (U A.de Barcelona).
«en la E. de Gerona (U.de Gerona)
Anle esla rigurosa reducción/que repercute muy negativamente no sólo en la formación sociológica de
los alumnos de magisterio sino también en la actividad docente de los profesores del área de sociología, cuatro
de ellas (Sanls, S.Cugat, Tarragona y Gerona) han recurrido a la concesión de unos créditos adicionales, optativos
o especiales, para remediar en parte el gran desaguisado comelido contra la Sociología de la Educación. Y, para
colmo de males, al perder entidad docente la Sociología de la Educación en el magisterio de Tarragona, el área
de Sociología pasa del Departamento de Ciencias de la Educación y Psicología a un nuevo Departamento de
Geslión de Empresas y Economía ubicado en Reus. En consecuencia, aquí la Sociología de la Educación ha sido
reducida a una mínima expresión preagónica, dependiente de la Economía y la Empresa.
BIBLIO G RA FÍA
INTERAULA. Butllelí de les escoles catalanes de Mestres. N.16 A Y 16 B. Septiembre, 1992, Barcelona.
SOBRE LA CONTRIBUCIÓN DE LA SOCIOLOGÍA A LOS/AS PROFESIONALES
DE LA EDUCACIÓN
C lo ra de lú Fuente
Universidad Complutense
El objetivo de este trabajo es exponer algunas reflexiones surgidas a partir de mi experiencia como
profesora de Sociología de la Educación en la Facultad de Educación de Madrid A lo largo de estos años de
docencia he lenido ocasión de reflexionar sobre la contribución de la S.E. a los profesionales de la educación
(maestros, pedagogos, más recientemente, educadores sociales). Pienso que las posibilidades y limitaciones del
papel de la sociología están condicionadas, por una parle, por el contexto en el que se desarrolla y hacia el que
se proyecta la enseñanza, es decir, por el l ipo de alumnado que se integra en estas carreras, por el lugar que ocupa
nuestra asignalura en el plan de estudios y, en ultima instancia, por las expectativas laborales y por la definición
social de la función de estos profesionales. Por otra parle, el peculiar desarrollo de nuestra especialidad, las líneas
de investigación y los marcos teóricos dominantes, configuran la c-oferta» que desde las posiciones docentes
ofrecemos a nuestros alumnos. Esto supone un tipo de conocimientos y un lipo de información que condiciona
igualmente la utilización y la influencia que la sociología pueda (eneren la formación de este colectivo profesional.
Dedico un primer aparlado a describir el contexto universitario al que me he referido, con las
particularidades que pueda tener la situación en la facultad de Madrid. En la segunda parte me referiré a lo que
considero algunas características actuales de la disciplina, con sus lagunas y sus aportaciones, especialmente, en
lo que se refiere al caso español. Terminaré con unas breves conclusiones respecto a lo que puede y debe aspirar
la Sociología de la Educación en relación a los profesionales de la educación.
1. EL C O N TEXTO DE LA ENSEÑANZA DE LA S O C IO L O G ÍA DE LA ED U C A C IÓ N
EN LA FA CU LTAD DE ED U C A C IÓ N DE M ADRID
’ El alumnado
Hasta ahora la facultad de Educación de Madrid ha tenido un alumnado muy heterogéneo, debido a
diversas circunstancias. Al igual que ocurre con otros estudios de Letras o Humanidades, esta facultad se ha
convertido en los últimos años en una especie de reserva, de última oportunidad, para los estudiantes noadmitidos
en otros centros universitarios más demandados. El hecho de no solicitar una nota mayor de 5 y de contar siempre
con plazas disponibles ha incidido notablemente en el aluvión de estudiantes que llegan entre resignados y
aburridos a las aulas, después de «fracasar» en su intento de acceder a la carrera deseada. El porcentaje de alumnos
que no han solicitado Educación entre las tres primeras opciones puede llegar al 50%, en muchos casos, según
cálculos propios y de oíros profesores de la sección departamental a la que pertenezco.
El alumnado de Educación de Madrid se compone, por lanto, de una parle considerable de jóvenes que
no tiene ningún interés ni expectativa concreta respecto a la carrera y que probablemente la abandonará a la
primera ocasión. Sin embargo, ¡unto a este grupo, se encuentra un colectivo de características radicalmente
distintas: estudiantes que no sólo han elegido la carrera en las tres primeras opciones, sino que manifiestan un nivel
muy considerable de interés por la educación, suelen tener unas expectativas profesionales definidas (educación
especial, educación infantil, educación social) e incluso, desarrollan alguna labor de modo semiprofesional o
voluntario en algún ámbito educativo.
Este segundo colectivo refleja en su composición las principales tendencias actuales dentro de la
pedagogía y de los movimientos sociales que desarrollan labores educativas. Hay un sector que loma como modelo
de referencia el «profesionalismo», la incorporación de conocimientos teóricos y de metodologías didácticas
variadas y complejas, que hacen de la pedagogía una labor cuya base técnica es la principal garantía de eficacia
social. Un segundo grupo esta directamente influido por los movimientos que buscan una renovación pedagógica,
no sólo de las técnicas, sino de los fines de la enseñanza, Las escuelas de verano, los movimientos de renovación
pedagógica y algunas escuelas alternativas o especiales (las granjas-escuela, por ejemplo) han ¡do creando un poso
de experiencias y lecturas a los que estos jóvenes han tenido acceso, a veces, directamente, a través de algunos
profesores en la enseñanza media.
El estudiantado de la facultad de Educación está formado lambién por los grupos orientados a una
educación social comunitaria. Procedentes de barrios y medios donde se han desarrollado movimientos
ciudadanos y asociaciones para la prevención y eriadicación de la maiginación, buscan en los estudios
universitarios una formación y titulación para dedicarse a alguno de los diversos ámbitos que tiene la intervención
social educativa. Hoy estos estudiantes se concentran principalmente en la diplomatura de Educación Social.
Desde el punto de visla social, los alumnos de educación lienen muchos puntos en común con los
alumnos de Magisterio, tal y como han puesto de manifiesto en sus estudios Varela, Ortega y otros. Primordialmenle
lienen un origen social medio-bajo, viven en las ciudades del área metropolitana de Madrid o en barrios populares
del extrarradio y lienen -en el caso de los estudiantes comprometidos- convicciones sociales o religiosas, que
influyen en su visión de la educación como un instrumento de mejora individual o colectiva. La feminización es
otra de la características que comparten con el profesorado de EGB. Las chicas constituyen, aproximadamente, el
70% del lotal del estudiantado, aunque hoy por hoy no podemos afirmar sí este porcentaje aumenta o disminuye
según el grupo estudiantil (vocacional u ocasional) que consideremos.
Las facilidades para el acceso y la escasa dificultad relativa de los estudios ha propiciado que el número
de inscritos cada año se haya mantenido enlre las 300 y 400 personas. La reforma de los planes de estudio, con
el comienzo de la diplomalura en Educación Social, la nueva licenciatura en Pedagogía que comienza esle curso
y la pendiente de aprobación en Psicopedagogía supone una serie de cambios en las condiciones de estudio que
pueden afectar en un futuro próximo a la composición que el alumnado tenía hasla la lecha.
Por una parte, las nuevas licenciaturas plantean unos perfiles académicos que se ajustan mejor a las
posibles salidas profesionales y eso hace que puedan considerarse una oferta más atractiva que antes. Pero los
nuevos planes han multiplicado por dos eí número de asignaturas y por lanío de horas lectivas que hay que cursar.
Parece razonable pensar que a partir de ahora, estudiar«Pedagogía» va a implicar una inversión considerable de
tiempo y energías y puede dejar de ser la alternativa cómoda o viable a falla de la opción deseada. Cabe pensar
lambién que el aumento de las exigencias académicas puede condicionar no sólo al alumnado «oportunista», sino
lambién a aquel otro, comprometido e interesado en la educación, pero que no puede dedicarse a tiempo completo
al estudio por trabajar durante media jornada o más. Se puede predecir que las presentes reformas y nuevas
titulaciones van a modificar la composición del alumnado, pero aún no podemos saber si esle cambio será en el
sentido de un alumnado más comprometido e interesado por la carrera y/o en la dirección de un mayor elilismo
social.
* El curriculum y la función social de la pedagogía
Es bien sabido que la pedagogía ha evolucionado como disciplina desde unas rafees éticas y filosóficas
hacia la conversión en una '■ciencia» de la educación. Para algunos autores como Lerena, esta evolución es en
cierto modo errónea, puesto que la pedagogía debería definirse como una disciplina práctica, el arle de saber
educar y fundamentar esta práctica en una seriede conocimientos enlre los que se encontraría la sociología (Lerena,
1985). Pero lejos de ese modelo, la pedagogía se ha orientado hacia un cienlifismo y tecnicismo cada vez mayor,
dentro del cual la sociología es la fuente que proporciona el ambiente, el contexto social en el que se mueve la
educación (según el viejo concepto de la «educational sociology»), o simplemente, una disciplina más de la que
se obtiene información.
La reciente reforma de la LOGSE ha consolidado de alguna manera esla tendencia predominante y ha
legitimado la figura del pedagogo (y del psicólogol, como la del experto intermediario entre la administración y
la escuela, elemento imprescindible en la asesoría y formación del profesorado, en la planificación y diagnóstico
de las necesidades educativas y en el diseño de los recursos didácticos. Es la tendencia lecnicista o profesionalista,
que alcanza a los/as pedagogos/as en mayor medida aún que a las/os maestras/os',
' D ejo fuera de estas reflexiones la figura del educador social. Baste decir que su labor es teórica y práctica al m ismo tiempo y
que su perfil profesional es el d e un investigador y organizador. Sobre este particular, véase Careta Roca, 19 0 1.
El antiguo plan de esludios y más aún el recién aprobado responde a esta concepción predominante y
parece querer convertir al fuluro/a pedagogo/a en un/a teórico/a e investigador/a de la educación, en un/a
conocedor/a de las diversas teorías psicológicas y pedagógicas y de las técnicas de medición y recogida de dalos
para el diagnóstico escolar. El predominio de las asignaturas de psicología, leoría de la educación y técnicas de
investigación confirma el mantenimiento de la concepción esencialista del individuo y de la educación y la escasa
importancia que se reconoce a la dimensión social de todo factor educativo, que es sustituida por una óptica
psicologistn y lecnicisla-'.
Desde la época en que Durkheim diclara sus lecciones sobre la liisloria de la pedagogía en Francia, se ha
criticado el reduccionismo del fenómeno educativo a variables psicológicas y didácticas. Pero esla visión sigue
profundamente enraizada en los medios profesionales pedagógicos y entre los estudiantes de Educación,
exceptuando aquellos que cursan educación social, por razones obvias. Hay circunstancias de tipo corporativo
detrás de ello pués parece lógico que los grupos de psicólogos y pedagogos traten de defender la primacía de sus
respectivos conocimientos sobre el ámbito de la educación. Pero pienso que hay también otros motivos de índole
cultural que explican la persistencia y la atracción que ejercen estas concepciones sobre los que trabajan o
proyeclan hacerlo en este campo. Para los estudiantes de primer curso estas concepciones refuerzan la ingenuidad
natural con la que enfocan sus ilusiones de cambio educativo y social. Para los maestros y futuros pedagogos, el
idealismo individualista es una ideología atrayente porque es la que más autonomía concede al trabajo educativo
y la que mejor «justifica», por tanto una labor ingrata.
De lodo lo dicho hasta ahora, se deduce fácilmente que el lugar que ocupa la Sociología de la Educación
en los nuevos planes de estudio sigue siendo muy pequeño. En la licenciatura de Pedagogía, la reforma ha permitido
realizar una vieja aspiración de desdoblar la asignatura en dos materias distintas: una dedicada a la socialización
no escolar, asignatura troncal en primer curso y otra dedicada exclusivamente al sistema de enseñanza, asignatura
troncal en segundo curso. A ello hay que añadir la materia de Economía de la Educación, obligatoria en el tercer
curso y una optativa por cada especialidad, «Agentes del sislema escolar» (administración y gestión de la
educación) y «Sociología del trabajo y la empresa» (Formación en la empresal. En conjunto, eslas asignaturas
suponen menos del diez por ciento del lotal de créditos que un estudiante debe cubrir para obtener la licenciatura*.
En esle apartado, no pretendo enjuiciar el desarrollo de la sociología de la educación como tal, lo que
obviamente desborda el objetivo de esle texto, pero sí quisiera comentar algunos aspectos que configuran la clase
de «oferta» que los docentes podemos hacer. Me voy a referir especialmente a la sociología de la educación en
España y ello, porque sin perjuicio del interés que pueda tener la teoría y las numerosas obras foráneas de esta
especialidad, considero que la parte más importante o que puede tener más influencia en nuestro alumnado es la
investigación y los conocimientos que se han desarrollado sobre la educación en el estado español.
En este sentido, considero que hay que valorar el avance y la expansión en la investigación y en la
docencia, que en general se encuentra ya en niveles similares a los de otros países importantes en la comunidad
mundial. Algunas circunstancias especiales en el caso de España, como el hecho de que la institucionalización
de la especialidad se haya producido en los años setenta y ochenta, periodos en los que han coincidido varias
reformas educativas, ha influido lambién en que la irayecloria haya sidoconslanle hacia arriba, a diferencia de otros
países en los que la investigación educativa ha podido sufrir altibajos en los últimos diez años.
'E n olías palabras, los individuos a los que se educan son vistos desde una perspectiva prim ordialm enle psicológica y lo más
im ponanle no es lo que se enseña, sino cómo enseñar.
‘ A pesar de lodo, la presencia de la sociología ha aumentada respecto al plan anterior, en el que no suponía m ás de un tres por
ciento del lotal de materias. En la diplomatura de Educación Social el m áxim o de créditos que un estudiante puede cursar en
materias sociológicas no llega al veinte por ciento.
Una de las líneas importantes de investigación que la sociología puede ofrecer a los profesionales de la
educación, se ceñirá en los eíedos del origen social en la escuela, el sexismo, la diversidad de actiludes y resultados
según la dase social Esta •¿sociología de las diferencias», como la he denominado en otro lugar (de la Fuente 1993),
ha creado un cuerpo de conocimientos sobre la escuela española, discutidos y discutibles, pero que tiene su reflejo
o lo intenta al menos, entre el profesorado y las administraciones educativas. Aunque la sociología de la educación
actual no gira en torno a la reforma educativa, como lo hacia en los años selenla con ta IC E , el diseño y aplicación
de la (O C S E ha tenido, sin duda, un efedo dinamizador sobre la investigación, especialmente en loque concierne
a la relación enlre las demandas del mercado de trabajo en la enseñanza media y en la universidad y sobre los
procesos de transición de los jóvenes al trabajo, y en general, ha producido también una reflexión sobre las reformas
educativas que ha generado también críticas de tono diverso.
Por otra parte, la extensión de la especialidad en las facultades de Sociología y Educación y en las Escuelas
de Magisterio de lodo el eslado han producido una Ifnea de trabajos sobre la historia y características de la escuela
en diferentes autonomías y ámbitos territoriales, que coniribuyen a desarrollar la identidad particular de cada
colectivo educativo.
|unlo a todas eslas aportaciones, hay que mencionar también algunas carencias. En lo que se refiere a los
lemas investigados hay aún lagunas importantes. Una de las más importantes, a mi modo de ver, es la ausencia
de estudios sociológicos en educación comparada, área que ha quedado casi exclusivamente confinada al trabajo
de los pedagogos (Alonso Hinojal 1980), y sin la cual los análisis en educación y empleo, o sobre el sistema
educativo español, quedan claramente incompletos. Otra de las relativas ausencias son los estudios sobre la
organización escolary los procesosenel aula. Con algunasexcepciones notables, la pobreza de las investigaciones
en esla línea se demuestra en los escasos estudios que desarrollan o tratan de aplicar a la investigación empírica,
teorías como la de la resistencia de W illis, los códigos socio-linguísticos de Bernstein o el concepto de curriculum
oculto (Aguilar 1993), lemas que, por otra parte, han tenido una gran resonancia en nuestro ámbito.
En último lugar, hay que mencionar un déficit, que puede ser a largo plazo el más importante. Me refiero
al hecho de que la sociología de la educación española (como la mayor parte de la que se elabora fuera de nuestras
fronteras) ha sido hasta ahora casi, exclusivamente, una sociología de la escuela y del sistema de enseñanza. Una
excepción a este panorama es el campo de la educación no formal, de la educación de adultos y social, que ha
comenzado a desarrollarse hace algunos años.
En cualquier caso, esta aún por crear una sociología de la educación noescolar, quedé cuenta, enlre otros
de los procesos socializadores que se producen por la acción de los medios de comunicación de masas o en el seno
de culturas juveniles o grupos de iguales, y de su interacción con la escuela. La realidad actual muestra de muchas
formas la importancia que pueden tener los agentes no escolares y parece imposible, por tanto, considerar
aisladamente la escuela. Se hace necesaria una nueva perspectiva «teórica» que tenga en cuenta la acción conjunta
de todas las instancias socializadoras. Esta nueva perspectiva puede darnos claves de los procesos armónicos o
contradictorios de socialización en nuestra sociedad y, en definitiva, del alcance y los límites del papel social de
la escuela actual.
De lodo lo dicho hasta ahora sobre las condiciones en las que se produce la «demanda» de nuestra
disciplina y sobre el tipo de sociología que podemos ofertar como profesores, se pueden exlraer algunas
consideraciones que paso a exponer a continuación.
Fn primer lugar, creo que una de las principales misiones de la sociología ante los profesionales de la
educación, es ser capaz de plantear los problemas claves que afectan a la educación en nuestro liempo. Esto que
puede parecer algodemasiado genérico, no lo es en el fondo, porque implica algunas consideraciones importantes.
La primera es que sólo la sociología tiene la perspectiva adecuada y los instrumentos analíticos idóneos para
enjuiciar en su complejidad los fenómenos educativos y constituir un marco general en el que integrar los
desarrollos de oíros disciplinas, psicológicas, didácticas e históricas. Todo ello plantea uno serie de exigencias
respecto al producto docente que ofrecemos: la necesidad de adoptar, como lie elidió en el apartado nnlerior, una
perspectiva global de la educación, no sólo escolar, (y adaptar, por tanto, la sociología a los nuevos fenómenos
que aparecen más rápidamente de lo que suele hacerse), la necesidad de abandonar una óplica teoricisia y
academicista (porque explicar las teorías en absirado no aclara esos problemas cándenles en la mayoría ríe los
casos), y la conveniencia de adoptar una actitud abierta respecto a las otras disciplinas educativas para integrarlas
(no reducirlas) como una parte de los problemas que tenemos que plantear.
La exposición de las condiciones en las que se mueve nuestro trabajo jal menos en la Universidad de
Madrid), muestra que éstas no son las más idóneas para que los planteamientos sociológicos lengan un gran peso
deniro de la formación del alumnado. Sin embargo, no voy a detenerme en estos aspectos«negativos", sino más
bien en la diversidad de los recepiores a los que va a llegar nuestro mensaje. En esle sentido, quiero plantear que
la sociología puede lener diversos usos según la tendencia pedagógica del colectivo que la reciba.
Para aquellos quetienen una orientación «pro(es¡onalisla»(mneslros/asoestud¡nnles), la sociología puede
ser una fuente más de conocimientos, pero no necesariamente la más importante, puesto que su óplica
fundamentalmente tecnicisla privilegia resolución inmediata ríe problemas, más que la perspectiva global o de
fondo de dichos problemas. En ese senlido, sólo cabe la utilidad de la sociología más aplicada. Respecto a los
grupos«innovadores» y a los «reíormadoies sociales», consideroque la aportación ríe la sociología de la educación
puede ser mucho más sustancial. Poner en cuestión los fines convencionales de !a educación o perseguir cambios
colectivos a través de la intervención educativa implica una perspectiva diferente de la profesión, para la cual la
sociología puede proporcionar un marco de referencia y un instrumento de crítica imprescindibles.
BIBLIO G RA FÍA
ALO N SO HINOIAL, I., (1980): «Educación y Sociedad. Las sociologías de la educación*, Madrid, CIS
A G U ILAR, |.M ., (1993): «La sociología de la educación en España: una bibliografía seleccionada», e n C .
de León, de la Fuente y Ortega, Sociología (le /a Educación, Barcelona, Barcanova.
DE LA FUENTE, ly G . de León), 11993): «Sociología def alumnado», en G . de León, de la Fuente y Ortega,
Sociología de la Educación, Barcelona, Barcanova.
G ARCÍA ROCA, |. el al (1991): «Pedagogía de la marginación», Madrid, Popular.
LERFNA, C ., (1905): «Materiales de Sociología de la Educación y de la Cultura», Madrid, Zero.
PARA UNA ENSEÑANZA CRÍTICA DE LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
(MARCO SOCIOLÓGICO, CRITERIOS PROGRAMÁTICOS
Y MATERIALES DE ENSEÑANZA)
"La teoría materialista del cambio de las circunstancias y de la educación olvida que las circunstancias
las hacen cambiar los hombres y que el educador necesita, a su vez, ser educado. Tiene, pues, que
distinguir en la sociedad dos parles, una de las cuales se halla colocada por encima de ella"
Marx
En principio, al menos, parece que no habría íorma mejor de abrir un debate sobre la enseñanza de la
sociología de la educación entre sus profesionales que el intercambio de la experiencia ganada por cada uno de
ellos. En ese sentido, quizás sería también oportuno comenzar con el adelanto de las propias convicciones como
profesor e investigador, convicciones que, en esle caso concreto, podrían sintetizarse en las siguientes; importancia
de la construcción de la propia guía teórica a partir de la critica de la teoría y de la historia de la teoría; enfoque
histórico, globalizador y actual, como criterio metodológico de rigor para el dominio científico de los dalos
pertinentes; y necesidad del conocimiento directo y progresivo de las fuentes y los materiales de enseñanza más
relevantes. También habría que dejar claro que la interpretación dialéctica del medio escolar parece el marco
especializado más potente e integrador del cabo relativo de verdad de las demás direcciones teóricas de la
sociología del sistema escolar, con la venlaja añadida de que incluye, además, un diagnóstico bastante acertado
de la nueva pedagogía hegemónica y el apunte general de la pedagogía contrahegemónica alternativa que habría
que construir. Por lo demás, el debate no estaría completo si no se enriquece también con el conocimiento, al
menos sumario, de los criterios cuticulares y programáticos, los materiales de enseñanza y la aplicación práctica
de los unos y los otros por parte de cada profesor.
S O C IO L Ó G IC O
Para situarse en el marco sociológico mas riguroso, la enseñanza de la sociología del sistema escolar puede
comenzar por la critica sistemática de sus principales direcciones teóricas: aquellas que-como la microsociologfa
íenomenológica, interpretativa e interaccionista- tienen su denominador común en indeterminismo subjetivista
y romántico; las diversas versiones del estructuralismo (funcionalista, neomarxista, neovveberiana y eclécticas); y
la nueva sociología dialéctica del sistema escolar, inspirada en Gramsci. Ahora bien, de ese tipo de análisis (Jerez
Mir 1990:347-454; 1993 a: 83-150), parece deducirse que la integración rigurosa del cabo relativo de verdad de
cada una de esas direcciones básicas sólo puede lograrse desde los supuestos teóricos generales de la sociología
dialéctica del sistema escolar, en tanto que síntesis superadora del doble reduccionismo característico de las demás
posiciones teóricas. A saber: la ignorancia del medio escolar, del medio humano en su conjunto y de su influencia
sobre la educación, la acción y experiencia y la psicología de los individuos en general, en el caso del
indeterminismo subjetivista y romántico; y el olvido de la construcción social e histórica de todo medio humano
por los hombres concretos, en lo que respecta al delermínismo estrucluralisla.
Como se sabe, si bien los distintos representantes de la nueva sociología dialéctica del sistema escolar se
inspiraron en principio en diferentes tradiciones del pensamiento -el marxismo «cultural», en el caso de M. W-
Apple (1986,1987 y 1989); el neomarxismo eslructuralista, en el de H. Ciroux (1990); la teología cristiana de la
liberación, en el de P. Freire (1973,1988 y 1990); etcétera-, todos ellos coinciden en su aperturismo problemático
y teórico, crítico e integrador, en su compromiso democrático radical con la estrategia contrahegemónica de las
clases y los grupos sociales subalternos, y en la construcción teórica y práctica consiguiente de una cultura escola'
alternativa, crítica y transformadora, declaras resonancias gramscianas (Jerez Mir, 1990: 241-291; 1993 b). Por
de pronto y aparte de esclarecer la ¡nterrelación general de las transformaciones más recientes del capitalismo y
la nueva pedagogía begemónica, con centro en los Estados Unidos, estos autores hacen también un diagnóstico
critico de esa nueva pedagogía que la reduce a tres componentes básicos: 1 ) la «gestión científica» del trabajo
docente, como nueva matriz de la trama social escolar; 2 ) la renovación coherente de los discursos, las
representaciones, creencias y valores pedagógicos, los contenidos cuticulares y el «universo simbólico escolar*
en general; y 3) el desarrollo coherente de un nuevo soporte técnico para la cultura escolar.
Como en el mundo empresarial en general, la introducción de los principios de la gestión científica del
trabajo docente -con la separación consiguiente entre concepción y ejecución del trabajo- acarrea también, en
el caso de la escuela, la polarización objetiva creciente enlre «el poder y el saber» de la minoría que diseña,
administra y controla el sistema escolar, de un lado, y la mayoría proletarizada del profesorado, por otro. Es decir,
por una parte, están los altos responsables de la política educativa y los diversos tipos de expertos en educación
escolar (pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, didadas, sociólogos, e t c .) que diseñan la nueva pedagogía y
dirigen, controlan y evalúan sistemáticamente su aplicación desde las diferentes posiciones de poder y saber de
|a nueva jerarquía política-burocrática; y, por la otra, el profesor de a pie, como ejecutor material de esa nueva
pedagogía, bajo el control técnico-administrativo y polítíco de la nueva escala político-profesional de la docencia
no universitaria.
En segundo lugar, esa «proletarización» de la mayor parte riel profesorado se refuerza sistemáticamente
con un nuevo universo simbólico escolar. Hay asi, por de pronto, tanto un discurso economicista y psicologista
abstracto y formalmente centrado en la «enseñanza de las necesidades de la industria», como una orientación
gerencial y administrativa del lenguaje escolar de «la ciencia y la eficacia». Se exageran la autonomía, la
problemática y la influencia relativa de la cultura escolar, multiplicando lasconsignas sobre su eficacia económica :
desde la «educación para el desarrollo» o la «potenciación del capital humano» hasta la «superación del desajuste
enlre educación/empleo y educación/progreso técnico». Se abusa del lenguaje y la concepción sesgadamente
psicológicas, olvidando que la personalidad humana resulta siempre de la educación en un medio cultural 5e
habla de una infancia y una juventud abstracta, ignorando la diversidad objetiva -de clase, género, raza o elma-
de la infancia y la juventud realmente existentes. Se redeline el «diseño curricular básico» desde el lenguaje de la
competencia, el rendimiento, la eficacia y las destrezas técnicas, en función de los intereses de los técnicos de la
administración educativa y los expertos del curriculum, y en detrimento de los lenguajes más amplios -centrados
en la capacidad crítica y el desarrollo personal del individuo- y de los intereses generales de los ciudadanos. Se
impone la estandarización creciente de los conocimientos curriculares importantes con vistas a una mejor gestión
y control de los mismos, ignorando el «capital cultural» de estudiantes y profesores, y tendiendo a instalara estos
últimos en modelos pedagógicos que definen y legil imán su estatuto como simples funcionarios. O se extiende ese
tipo de racionalidad instrumental ytecnocrática a la formación profesional del «aprendiz de maestro» y al reciclaje
profesional de los profesores, minusvalorando la riqueza de la experiencia profesional directa de estos últimos, y
tratando de imponera unos y a otros una nueva modalidad histórica del formalismo pedagógico, definida por dos
componentes básicas: la exaltación retórica y práctica de los métodos didácticos y las destrezas técnicas -del
‘ cómo» enseñar- sobre los contenidos básicos -lo «que» se enseña- y la crítica y el * por qué» de lo que se enseña,
y un diseño atomizado, superficial y reduccionista del curriculum básico, que ignora por completo muchos
aspectos fundamentales de la cultura, como medio biológico específico del hombre, y las opciones políticas y
morales actuales más altas de éste.
Por último, lodo esto se completa coherentemente con un soporte técnico adecuado, que va desde la
«moda informática» (ordenadores, «currículum informatizado», «textos informáticos», etc I a la reestructuración
editorial, política y técnica de los materiales de enseñanza por parle de la cúpula burocrática político-escolar y de
las grandes editoriales, la burocratización de la edición y del londo editorial, la producción orquestada de otros
materiales o la tendencia a la generalización del «aula tecnológica». Con el agravante añadido, del aumento, en
la práctica, de los desequilibrios previamente existentes enlre las diversas escuelas, profesores y clientelas de
alumnos concretos.
Por lo demás, a esle diagnóstico de la nueva pedagogía hegemónica -que parece también confirmado en
el caso español (Jerez Mir, 1993 a: 230-274)-se añade ademásel apunte general de una pedagogía contrahegemónica
alternativa, que se orienla a la acción cultural para la libertad (rente a la acción cultural para la dominación, y que
pone su principal acento en la potenciación de cada ciudadano como polencial intelectual transformador sobre
la base de la acción dialógica, el pensamiento y la memoria histórica críticos, generadores y liberadores, y la
producción de malerialescurricularesaltemalivos-preferenlemente impresos, públicos y baratos-como principal
soporte técnico.
Así, la primera condición de la «educación escolar como práctica de la libertad» es la «acción dialógica-,
entendida en un doble sentido, positivo y negativo. Esto es: como rechazo del paternalismo elitista y populista, la
burocratización, la propaganda y demás formas de la «acción anlidialógicat, en primer lugar;pero, también, como
reconstrucción humanista, democrática y dialógica ríe las relaciones enlre los diferentes agentes escolares,
comenzando por la aplicación del modelo didáctico de la clase-seminario -frente al abuso narcisisla profesoral
de la clase magistral y de la enseñanza presencial- en las relaciones académicas enlre alumnos y profesor, e
impulsando en general aquellas condiciones sociales que contribuyan al desenvolvimiento de los estudiantes
como sujetos activos en el aula y fuera del aula, en lugar de Iraiarlos como receptores pasivos del conocimiento
de los expertos.
Supuesto eslo, una educación critica, problemalizadora y democrática precisa también de oíros
contenidos y de oíros criterios curriculares y programáticos. Hay que articular rigurosamente los núcleos temáticos
de las diferentes áreas de conocimienlo y de los programas de cada disciplina medíanle la construcción de un
curriculum propio, con claridad, realismo y sentido histórico. Se traía de sustituir la «tradición selectiva» del diseño
oficial del curriculum por la resuslancialización de los contenidos curriculares a partirde la tradición principal del
pensamiento y de la cultura, de u n a «memoria liberadora» capaz de recuperar la "historia de los oíros» (las clases
subalternas; las etnias, las mujeres y los pueblos oprimidos; las culturas marginales: elc.l y de la atención crítica
real a los grandes problemas del presente (formas de explotación económica y de dominación social y política;
colonización cultural, racismo y xenofobia; movimientos de clase, de liberalización nacional, ecológicos,
feministas y sociales en general; etc-) Y hay que hacerlo, además, de forma articulada y globalizadora, leniendo
siempre presentes los grandes «lemas generadores» e «ideas directrices» que posibilitan la articulación de los
conocimienios parciales de las ciencias especializadas en un pensamiento científico-general' delerminismo
natural, unidad y evolución de la naturaleza: niveles de integración que la constiluyen (animal, célula, proteina
molecular o basibión, molécula, átomo, partícula atómica, etc.); selección natural y evolución animal; condición
animal del hombre; medio genérico animal y medio específico del hombre; evolución biológica y desarrollo
cultural; el trabajo, el poder y la cultura simbólico-lingüística como dimensiones básicas del hombre y del medio
humano; grandes etapas «ideales» de la historia; formas básicas de la propiedad y el trabajo; formas básicas del
poder y la dominación; el milo, la filosofía y la ciencia como formas básicas de la conciencia social; pensamiento
empírico y pensamiento general; ciencia experimental y ciencia evolucionista; etcétera.
Aparte de eslo, como último criterio curricular y programático, habría que elaborar también los materiales
didácticos más idóneos para la enseñanza dialógica de ese lipode curriculum resustancial izado, primando siempre
la lectura y el análisis personales de los textos más significativos, el conocimienlo directo de la bibliografía básica
y las virtualidades formalivas del trabajo escritopor partedecada alumno. E n e s e seniido, h a y q u e tener ciertamente
en cuenta de qué alumnos se trata en cada caso concreto, porque no existe desde luego «el alumno» así, en
abstracto, sino eslos o aquellos alumnos concretos de educación social o de magisterio, de educación musical o
de educación física, etcétera; ni se puede trabajar del mismo modo con grupos de cincuenta alumnos que con
grupos de ciento cincuenta. Como tampoco se puede ignorar la debilidad actual de los estímulos culturales del
trabajo inieleclual y la reflexión crítica enlre la juventud universitaria y entre los ciudadanos en general. No
obstante, también se sabe que lodos los hombres - y no sólo los profesores o los alumnos de doctorado- son al
menos intelectuales en potencia, y que, como aprendiz de maestro, deeducador social, de pedagogo, psicopedagogo
o senciilamenlede ciudadano, el individuo tiene que leer, interpretar y familiarizarse con los materiales del trabajo
intelectual y con las diversas formas de utilizarlos. Ahora bien, lodo eso supone, entre otras cosas, no sólo más
trabajo para el profesor, sino lambién la ruptura en la práctica con el academicismo magisterial elilislay con la clase
presencial como única forma válida de l<i enseñanza, la potenciación de la clase-seminario y la sustitución de la
prueba memoríslica por los trabajos de investigación y los exámenes con lodo tipo de materiales; pero lambién
garantiza al mismo tiempo la viabilidad del compromiso personal con la acción cultural para la libertad frente a
I3 acción cultural para la dominación.
BIBLIO G RA FÍA
I. IN T R O D U C C IÓ N
Desde hace varios años dirijo un proyecto de investigación sobre clases sociales, réplica en España de un
estudio iniciado por Erik O . Wright y al que se han sumado ya más de una veintena de países' Uno de los objetivos
del estudio es establecer las estructuras de clases de las diversas sociedades y, naturalmente, compararlas.
Naturalmente, antes de proceder a tal comparación es preciso adoptar una clasificación, es decir, tomar
una decisión acerca de cuántas y cuáles son las clases que constituyen la estructura, o, por decirlo de otro modo,
del esquema de clase que se va a utilizar. Como es sabido, la discusión en torno a esle asunto es una de las más
añejas de la Sociología. Era inevitable que se reprodujera dentro de nuestro proyecto, incluso aunque su
cuestionario base estuviera diseñado para operacionalizar los esquemas de clase propuestos por Wright (1977,
1985), En particular los autores del estudio inglés (Marshall y otros, 1988) pusieron mucho énfasis en comparar los
esquemas marxistas de Wright con el esquema más bien neoweberiano difundido por Colthorpe. La comparación
tiene lugar, como sería de esperar, en los dos planos distintos de la teoría y de la utilidad empírica de los esquemas
{González, 1992).
Llevo reflexionando sobre estas cuestiones desde que leí por primera vez sobre la oposición entre
funcionalismo y marxismo en cuestiones de estructura social. No puedo considerar definitiva, claro está, las
conclusiones a las que he llegado, pero creo que si tienen la solidez suficiente como para proponerlas para su
discusión en congresos e incluso por escrito.
La principal de estas conclusiones es que constituye un gran error plantear la cuestión en términos
excluyentes. Implícito en la discusión está casi siempre la búsqueda del esquema o la teoría de las clases, o la
pregunta por cuál es la estructura de clases. Este planteamientoeslá viciadode antemano porque, como es evidente,
prejuzga que la realidad social tiene que poder reducirse, aunque sea en último término, a una y a sólo una
estructura verdadera, sin aceptar la posibilidad -condenada a priori como empirismo acrítico, ocomo quizás como
eclecticism o-de que la realidad social sea múltiple.
Si se rechaza este planteamiento, se llega muchas veces a la imposibilidad de seguir valiéndonos de
expresiones hechas y a la necesidad de complicar el lenguaje con el que nos referimos a la realidad social. Uno
de los más importantes frenos que encuentra el progreso del análisis sociológico es la por lo demás razonable
repugnancia a multiplicar (más todavía) los términos y a alargar más todavía las expresiones. Sin embargo, no hay
que dudar en hacerlo cuando sea preciso, pues fijar los conceptos distintos en palabras lambién distintas es la mejor
manera hasta ahora descubierta de evitar su confusión. He aquí un ejemplo muy claro. La expresión «análisis de
clases» o «leorfa de clases» puede referirse a dos cosas bien distintas. Puede referirse a una teoría clasista de X (por
eiemplo, el voto),, o puede referirse a una teoría X (por ejemplo, una teoría económica) de las clases. En el primer
caso, las clases son la variable independiente, en el segundo caso son la variable dependiente. Pues bien, cosas
tan distintas se confunden bajo la denominación única de teoría de clases.
Lo que sigue es un argumento sobre más distinciones. Concretamente, sostengo que no deberíamos seguir
cayendo en la tentación de dejar monopolizar el nombre «clase social» a ninguno de los muchos y muy distintos
tipos de clases sociales que se dan en las sociedades, sino que deberíamos llamar a cada uno por un nombre distinto.
Más concretamente aún, y para dar ejemplo, elaboro una distinción entre clases distributivas, clases laborales y
clases comunitarias. En el último apartado, intento mostrar la utilidad de estas distinciones.
' Cf. Carabaña, |utío y luán Jesús G o n zález, Araceli Serrano, Antonio V3llejos, Sonia Veredas, )aime Riviere y Clem ente Navarro,
■Encuesta de Estiucm ra. C o n cie n cia y Biografía de clase. Informe T é cn ico » . Madrid, Com unidad de M adrid. El estudio
fue financiado por el Instituto N acional de Estadística, la Com unidad de M adrid y el Instituto de la M ujer, y realizado en el IESA
(C S IQ con fondos de la C IC Y T Los dalos y el Informe Base (G o n zález, 1992) pueden obtenerse del Servicio ríe Estadísticas
Dem ográficas, Consejería de Econom ía, Com unidad de M adrid, C J Principe de Vergera, 1 3 2 .2 8 0 0 2 . M adrid.
I i i lio C n m b n ñ n M o ra les
Podríamos comenzar lomando el término «dase» en su sentido más amplio posible, como conjunto de
individuos que comparten alguna propiedad. «Clase social» seria entonces cualquier conjunto de objetos con la
misma o las mismas propiedades sociales. Estos objetos pueden ser individuos, grupos, posiciones u otros objetos
sociales.
Comencemos por las posiciones. Una posición social es siempre un conjuto de relaciones con otras
posiciones sociales: el concepto de posición social es siempre relacional, siempre implica relaciones de algún tipo
(110 necesariamente de explotación, ni de subordinación). Solemos llamar estructura a un conjunto de posiciones
sociales relacionadas; hablamos de estructuras familiares o de estructuras empresariales para referirnos a diversos
conjuntos de esle lipo.
Los conjuntos de posiciones semejantes en las estructuras empresariales de una sociedad, o el de
individuos que las ocupan (por ejemplo, los capitalistas) constituyen clases sociales de esa sociedad. Pero lambién
son clases sociales tanto el conjunto de las posiciones de paternidad en las familias como los individuos que las
ocupan (los padres). Es decir, los hijos olas esposas o los empleados domésticos serian clases del mismo modo que
los directivos o los obreros.
Consideremos ahora un vendedor en un mercado. Aquí se separan la posición y el individuo. El vendedor
se relaciona con el comprador y forma con él una estructura, pero los individuos que ocupan las posiciones
cambian conlinuamente, de modo que las clases de posic iones no dan lugar a clases de individuos. Un caso disi inlo
es el de los pensionistas: no se relacionan individualmente con el contribuyente; ni la posición ni el individuo se
relacionan con la posición o el individuo del contribuyente en una estructura. La relación entre contribuyentes y
pensionistas es únicamente enlre colectivos.
En primer lugar, pues, leñemos clases de posiciones y de individuos en organizaciones o en familias, es
decir, en estructuras o contextos de los que Boudon llama funcionales, con división del trabajo (o coordinación
de papelesl. En segundo lugar leñemos clases de posiciones, pero no de 1ndividuos, en mercados, o, más en general,
en contextos de los que Boudon llama de interdependencia, eslo es, sin división del trabajo ni coordinación de
papeles en su interior. En tercer lugar, leñemos clases de posiciones e individuos que sólo se relacionan en sí como
colectivos, sin la mediación de ninguna estructura
¿Por qué nos resulla más tácil llamar - clase socialn a los empresarios que a los pensionistas o a los
vendedores y, sobre lodo, que a los padresí. La razón más obvia es que la tradición sociológica en que nos hemos
formado tiende a reservar el término clase social para propiedades que ligan la economía con la política (tradición
marxista) o con la vida cotidiana (tradición funcionalisla). La tradición sociológica exige que las clases a) se definan
por relaciones de lipo económico (como capitalista, vendedor), y que b) además constituyan como grupos algún
lipo de estructuras de lipo social o político, como por ejemplo pobres o ricos o empresarios y obreros.
Evidentemente, los capitalistas y los venderlores cumplen con la primera condición, los pensionistas y los
padres no. La segunda condición no la cumplen ni los vendedores ni los padres, aunque si los capitalistas Los
padres no cumplen ninguna do las dos condiciones, los capitalistas cumplen en principio ambas,
Aclararé un poco más la diferencia enlre los dos tipos de estructuras, enlre estructuras formadas por
posiciones y estructuras que se originan por la interacción de colectivos. Recurriré para ello a la terminología de
A. Hawley.
Podemos decir que las famililas y las empresas son grupos corporados caracterizados por una relación
simbiótica, mientras que los capitalistas o los padres son grupos categóricos caracterizados por una relación
comensalisla. Ahora bien, estos grupos categóricos dice Hawley, pueden relacionarse a través de terceros (el Estado
relaciona a pensionistas y contribuyentes); o pueden organizarse (sindicatos, colegios profesionales) creando
(débilesl relaciones simbióticas en su interior y relacionarse como grupo con otros grupos categóricos, aunque sólo
sea en reacciones de defensa. Decir que los capitalistas como clase lienen relaciones con oirás clases, como la de
los obreros, es lo mismo que decir que consliluyen una esfrudura. Los capitalistas se encuentran a los asalariados
en el mercado del trabajo y se los encuentran lambién en el campo de la política. Es ahí precisamente donde sus
relaciones consliluyen literalmente estructuras de clases
Asi pues, la diferencia enlre padres y capitalistas no está en la estructura de partida, sino en la de llegada.
Una familia, los mismo que una empresa, tiene una estruclura, o, lo que es lo mismo, es un conjunto de relaciones.
Pero el conjunto (la clase) de los padres es una simple categoría social, no forma ningún lipo de grupo ni tiene
conciencia de constituir un grupo. Si los padres son una clase, son una clase en sí, y nada más: ni siquiera es una
clase para oíros y tampoco una clase para si. Son una clase sin relaciones de ningún lipo con otras clases (por
ejemplo, con la clase de los hijos, o con la clase de las madres) En cambio, la clase de los capitalistas es más que
una simple categoría social, pues de un modo u otros forma un grupo y suele tener alguna conciencia de serlo.
No sólo es una categoría social, una clase en sí, sino una clase para otros y una clase para sí.
Si esto fuera asi, nueslra resistencia a considerar a los padres como una clase social disminuiría si los
viéramos oponerse mediante organizaciones a, por ejemplo, las mujeres. Bollanski, con ayuda de Tilly, ha llamado
la alención sobre la tendencia (correcta por lo demás) rJe la sociología a considerar los grupos ya socialmente
constituidos:
«Sobre la competencia enlre criterios de movilización diferentes y, particularmente, enlre la «clase» y la
«nación» véase T illy (1975), Tilly pasa revista sistemáticamente a los pricipios de movilización que lian servido
de base a la formación de grujios en Europa desde la Edad Media (como la "religión, la lengua, la profesión, el status
político anlerior", ele), lo que también hace ver los principios potenciales de movilización que, en este contexto
histórico y social particular, no se lian puesto en acción (como, por ejemplo, el “color", la “paternidad", la "edad"
el “sexo", e(c). Podría mostrarse que los gnjpos por losque se interesa la Sociología y que reconoce como lales han
sido en su mayor parte objelo de un trabajo previo de conslitución en el campo de la práctica social (piénsese sóln
en el interés prestado por los sociólogos a las mujeres desde la aparición de los movimientos feministas)».
(Bollanski, 1902:258, n.19). Como el ejemplo de las mujeres muestra, la sociología no habla en estos casos de
clases sociales, sino de «nuevos movimientos sociales*.
¿Qué hay déla diferencia enlre capitalistas y pensionistas?. Evideniemenle las posiciones individuales de
estos últimos no están estructuradas, pero, como ya hemos dicho, tampoco se relacionan como grupo con los
contribuyentes, sino sólo como categoría y a iravés del Eslado. Todavía, pues, podemos distinguir al menos un
tercer lipo de estructura, más débil aún que los dos anteriores, que por lo pronto dejaremos de lado’ .
Lo que propongo es usar el término «clases sociales» para cualesquiera conjuntos de propiedades con tal
de que sean «sociales» y utilizar una denominación especifica para cada tipo de clases. Ya lo hacemos, por
ejemplo, cuando hablamos de «clases de edad». Del mismo modo podríamos hablar de clases familiares para
referirnos a los padres, de clases mercantiles para referirnos a los vendedores, de clases laborales para referirnos
a los obreros y capitalistas sin organizar, de clases políticas para referirnos a los obreros y empresarios organizados,
etc. Tanta fe lengo en que estas convenciones lingüísticas ayudan a clarificar los conceptos, que ni siquiera las
aflojaré cuando el campo de la estructura de clases sea el estrictamente social (como en las clases de familias que
tienen el mismo estilo de vida)
Intento a continuación aplicar lo anterior a la clarificación de diversos tipos de clases.
' Es el sentido de 81,íu : «Las parles componentes de una estruclura social se c o n ce p tu a b a n com o grupos o clases d e gente, como
hombres y m ujeres, grupos étnicos o estratos socioeconóm icos^ tBIau, 1977:5).
Lo prefiero porque con él es más difícil continuar diciendo que leñemos definidas dos clases, la de los
poseedores de capil.il o capitalistas y la de los obreros, poseedores de mera fuerza de trabajo. Esta situación puede
darse de hecho alguna vez, pero está muy lejos de seguirse lógicamente de lo anterior. Lo que se sigue de lo anterior
es que se pueden construir (construir socialmente, es decir, por los adores sociales, o sociológicamente, por los
sociólogos) diversas clases de poseedores de capital y diversas clases de profesiones. Las podríamos llamar
respectivamente clases patrimoniales (capitalistas seria confuso) y clases profesionales.
Para esta construcción hay que utilizar criterios, cuantitativos o cualitativos Asi, para las clases
patrimoniales, los criterios cuantitativos nos dan la distribución de la riqueza, mientras los cualitativos nos
dividirían a los propietarios en terratenientes, financieros, armadores, etc. Para las profesionales, los criterios
cuantitativos son más difíciles, pero se intentan reduciendo las capacidades a por ejemplo, años de escuela o a
niveles de formación. En cuanto a los cualitativos, se practica una notable diversidad, agrario-manual-no manual,
profesiones y oficios, etc.
Más que la variedad de criterios posibles, interesa aquí destacar dos caracteres de estos tipos de clases.
Primero, que ambos tipos de clases forman en todo caso sólo una estructura laxa, puramente distributiva.
La estructura de las diversas clases de propietarios de la tierra, por ejemplo, es una estructura de desigualdad,
determinada por los criterios dedistribucion y por la limitación del recurso. La estructura de las clases profesionales
es básicamente cuestión de heterogeneidad, sin que el recurso (la formación) sea en sí limitado, al contrario que
la fierra.
Segundo, que los individuos pueden estar en ambas «estructuras» (y que de hecho lo están en todas las
sociedades capitalistas que no son «puras»). No hay, por tanto, a esle nivel o|>osición enlre patrimonio y profesión,
enlre capilal y fuerza de Irabajo. El mismo individuo puede (y suele) poseer algo de ambos.
1 Carlo s Prieto a n aliza con detalle esle punió de la inseparabilidad enlre fuerza de trabajo c individuo, insistiendo en los limites
que im pone a la ra cio n alizació n d e la producción (Prieto, 19931. En la linea que aquí vengo siguiendo, puede decirse que esos
límites son lo q u e d a lugar a la existencia d e clases produccionales entro los que apodan fuerza de trabajo (incluido el empresario)
y no entre los que aportan cap ilal. No es m ucho decir: las herramientas y los anim ales se dejan racionalizar com o objetos, los
hombres no; las relaciones con estos no son relaciones meramente lécnicas, son relaciones sociales; por lo que forman clases.
' Puede encontrarse en W eber (Econom ía v Sociedad. FCL-, pág. 115) una enum eración de algunas de las muy diversas formas
en que pueden organizarse profesión y capital en la agricultura y en la industria Ique engloba los servicios). Por ejem plo, eo Id
industria tenemos la industria dom estica, la vinculada a una parroquia (m édicos, lavanderas indios, |>or ejemplo) e industria libre.
En esle caso hay Stñr (servicio en la casa d e quien paga el trabajo, co n m odalidades distintas según quién ponga las herramientas),
salario (Lohmverld, y Irabajo por precio (Preiswerkl. M ayor variedad si cab e se encuentra en la agricultura
considerar «familiares». Las empresas son familiares porque dentro de ellas fas relaciones son particularistas,
difusas, afectivas, adscriplivas. Por ejemplo, el «ayuda familiar» es una posición produccional (recuérdese, una
específica situación de capilal-lrabajo) típica de este modo de organización, irreductible al obrero por mucho que
puedan establecerse analogías (padre-padrone). En las sociedades compuestas sólo de empresas familiares, las
clases produccionales coinciden a grandes lineas con las clases familiares, y las clases matrimoniales funcionan
como el equivalente de las clases mercantiles.
La combinación de profesión y capital se produce con cada vez más frecuencia en organizaciones, donde
las relaciones sociales son de lipo Gesellshaft. La evolución del tamaño y complejidad de las organizaciones ha
¡do dando lugar a distintas clases orjjanizacionales. como resultado, sobre lodo de fa cada vez mayor división del
trabajo. Etapas cruciales, que sólo mencionaré, son la empresa capitalista donde se distinguen básicamente dos
clases, empresarios y asalariados, tal y como los esludió Marx'. A los empresarios independientes y a los capí la listas
se van añadiendo en la segunda mitad del siglo XIX fas grandes corporaciones, cuya importancia es tal que algún
autor ha podido decir que han absorbidos la sociedad (Perrow, 1992:2 1). Además, |unto a lasempresascapilalislas
crece también 1a Administración Pública1-
Familias, pequeñas empresas, grandes corporaciones son las estructuras de partida de estas clases
produccionales. En su interior, los intereses de fas diversas posiciones son contrapuestos. Cuando los diversos
grupos categóricos se organizan (sindicatos, asociaciones profesionales) 1a estructura de clases que resulta de su
relación como grupos es, evidentemente, una estructura esencialmente políl ica. Son por eso fas clases sociales por
antonomasia del marxismo, aunque al pasar directamente de la producción a la polílica tengan poco de
propiamente social.
Con excepción, si bien no siempre, de las clases patrimoniales, todas fas clases anteriores son clases de
propiedades personales. Ahora bien, en lodas fas sociedades basta ahora conocidas, incluidas fas industriales, fas
personas se dan en familias y viven, gastan y ahorran en familia.
Podemos distinguir enlre modo, estilo y nivel de vida de las familias. La cantidad de recursos de lodo lipo
que una familia puede movilizar o utilizar para cualesquiera fines determina su modo de vida. Las familias tienen
un modo de vida en la medida en que son unidades de decisión; el modo de vida de 1a familia determina los modos
de vida de sus miembros en medida proporcional al grado en que estos dependen de la familia o de sus decisiones.
(La independencia se logra típicamente por procesos de divorcio en el caso de los cónyuges o de emancipación
en el caso de los hijos). El modo de vida de fas diversas posiciones en 1a estructura familiar no es ni mucho menos
el mismo; al conlrario, precisamente la división del trabajo en el interior de fa familia implica que el padre hace
cosas distintas de 1a madre, y los padres cosas distintas de los hijos. Pero las cosas que lodos hacen depende del
modo de vida de la familia, o de fas decisiones que se lomen en fa familia (sea cual sea el mecanismo de decisión)
acerca de sus recursos. Asi pues, los distintos modos de vida de los miembros se combinan en un modo de vida
' l a definición d e las clases por su relación con los medios d e producción es por lo demás inexacta: el capitalista, dueño de los
medios, puede ser distinto del empresario, que organiza la producción. Todo el discurso de Marx acerca de que el capitalista
m anda porque es el dueño es ocioso: el capitalista m anda porque es el que organiza, tiene el poder porque corre el riesgo. En
las Socidades Anónim as el capital se divide en dos tipos, el que arriesga (acciones) y el que no (obligaciones). Lo m ismo el trabajo
se divide en dos tipos, el que arriesga (empresario, pero también cooperativista! y el que no (asalariado).
‘ En p rincipio la principal diferencia enlre una corporación privada y la Adm inistración Pública es el modo com o obtienen el
capital: las primeras a cam bio d e inlerés o beneficio, la segunda m ediante impuestos (mediante el poder). El poder no proviene
aquí del capital que se arriesga, sino de la legitimidad para recabarlo y consum irlo. Pero la relación enlre profesión y
adm inistración es la misma y su estructura (W eber dixil) es sem ejante. Lo decisivo es la relación jerárquica de poder, que se da
en toda organización. Cuando hablam os de clases organizarionales, por tanto, nos referimos por igual a acerías que a escuelas,
hospitales, etc.
familiar que no sólo tienen rasgos comunes para lodos los miembros de In familia, sino que sobre lodo se practica
en familia y constituye en realidad el modo de vida de la familia'.
Los modos de vida, como lodo, son siempre singulares, pero se pueden agrupar en particularidades, las
cuales a su vez pueden lener en común algún aspecto general o universal. Podemos llamar a los .ispéelos
particulares estilos de vida, y al universal nivel de vida. Los aspectos particulares tienen que poder abstraerse para
poder formar grupos o clases con el mismo o parecidos modo de vida, el aspecto universal liene que poder
abstraerse para poder ordenar o jerarquizar los modos de vida (o sus clases).
[n alguna sociedad quizás fuera difícil abstraer este aspecto universal de los estilos particulares que
pudieran pretenderse incomparables entre si. Pero en todas partes la ordenación de los modos y estilos de vida es
algo que resulta ríe procesos de valoración que las genles negocian en su interacción social continuamente y acerca
de la cual suelen resultar amplios consensos sociales, como testimonian los estudios de comunidades. Las familias,
agrupadas en clases según sus estilos de vida, constituyen a nivel de comunidad estructuras de clases que son
resultado de la evaluación de sus estilos de vida y de su interacción cotidiana.
fn las sociedades industriales", esla reducción de distintos estilos de vida a un común denominador que
los ordene según el nivel de vida, la facilita el dinero como equivalente general. Lo que la gente quizás no haga,
lo hacen aquí los sociólogos. Los estilos de vida son en parte especificaciones de los ingresos, en parte irreductibles
a los ingresos. Dicho brevemente, en la medida en que el estilo de vida es una parlicularización de los ingresos,
el nivel de vida depende de los recursos, pero los estilos de vida dependen de los gustos. Los cuales pueden
depender a su vez de alguna determinación social anterior (véase más abajo lo relativo a los estudios), do modo
que lo mejor es decir que el nivel de vida sigue dependiendo de los recursos y el estilo ríe vida de las costumbres.
De modo que mientras en las sociedades estamentales o de casias, o en las comunidades, puede ser fácil distinguir
los estilos de vida, pero difícil reducirlos al común denominador del nivel de vida, en las sociedades individualistas
o en general a nivel societario, donde predomina el dinero como equivalente general, puede ser fácil determinar
los niveles de vida, pero difícil determinar los estilos.
¿Cómo se relaciona la clase comunitaria con las clases económicas antes estudiadas?. Si adoptamos el
pumo de vista de las familias, mirando hacia atrás la clase comunitarias aparece como determinada, mirando hacia
adelante como determinante. La clase económica de !os individuos determina su modo de vida y el de sus familias
porque son fuentes ríe ingresos para el nivel de vida y porque imponen limites al estilo de vida. Los ingresos son
el mejor indicador del nivel de vida, mejor incluso que los gastos, pues incluyen tanto lo que se va a consumir como
lo que se va a ahorrar o invertir V las inversiones familiares configuran estrategias de colocación (o de repro
ducción, como las llama Bourdieuldelosmiembrosdelafamiliaenclasesrecursivas, mercantilesyproduccionales.
; U nidad de decisión es un concepto más débil que el de unidad solidaria, que es la caracterización de Parsons.
Aunque las decisiones tiendan a ser solidarias, a veces pueden no serlo, com o por ejem plo en el caso del m ayorazgo. Pero en
general, los individuos de una misma fam ilia pueden m ovilizar los recursos com unes, razón por la cu al, aunque sus modos de
vida individuales sean distintos tienen aproximadam ente el m ismo nivel o status.
11El siguiente texto expresa las diferencias ente las clases estrictamente com unitarias y las clases especílicam enle sociales:
•La m ayor parte d e la enorm e literatura sobre las clases trata prim ariamente de unidades societales o nacionales más que de
unidades com unales. La clase no es lo m ismo en los tíos tipos de unidades. La clase en el nivel societal es abstracta; lo que las
clases altas hacen cuando trabajan o se divierten no es inmediatamente visible para la gente de la com unidad local (o no lo era
antes de la televisión), l o que hacen las clases altas en la com unidad, es m ás conspicuo. La gente q u e vive en la c o lin a puede
realmente ser vista en el banco o en la fábrica, conduciendo |xir la ciudad, haciendo vela en el rio o jugando al golf en el club.
La gente que vive de la beneficiencia en los pisos del río no son ni m ucho m enos invisibles en la com unidad lucal. Por tanto, las
clases sociales tienen más significado, son m as personales y más inmediatas al nivel local. Le loca a uno mas cerca de casa. £1
prestigio otorgado al status alto puede ser grande al nivel societal y al com u n al, pero las ocasiones d e expresar deferencia son más
frecuentes en el nivel local El consum o de vivienda, ropas y o cio son inás im pártanles com o aspectos de la clase social a nivel
de la com unidad local que en la escena nacional o societal* iBernard, 1073 :5 2-5 3).
¡lili o Cnrnbnün Momles
Bien mirado, en lodo lo anterior hay bien poco de original Lo que he llamado clase comunitaria es lo que
enlienden por clase social la mayor parte de los estudiosos de la comunidad. Su mejor esludioso reciente es, a mi
entender, Bourdieu (1979). Las clases recursivas aparecen en los esludios de la distribución de In riqueza sin
atreverse a llamarse sociales, mientras que las profesionales se usan ampliamente, a veces como indicadores de
la clase social. Las clases que he llamado mercantiles tienen amplio uso en Economía, y las que llamo
produccionales son también ampliamente estudiadas, y no sólo por los marxislas. Si rara vez aparecen puras es,
como he dicho, porque continuamente se intenta construir con ellas «Lis» clases sociales a nivel de las sociedades
estatales.
No se trata, pues, de nada nuevo, sino de mantener separado y distinto lo viejo. He aquí algunas de las
consecuencias importantes de adoptar esla actitud.
1. Del prestigio
Los rasgos de los cuatro lípos de clase señalados son objeto de valoración o consideración social. Dicho
de olro modo, todos tienen prestigio social. El prestigio no es olro principio de clasificación, es una propiedad de
lodos los principios. Las profesiones lienen prestigio o status social, las situaciones de clase mercantil o
produccional lienen prestigio social, los modos de vida tienen prestigio social.
No tiene, pues, seniido. si nuestras definiciones son acordes con la realidad, conlraponer clase a prestigio,
como con tanta generosidad se ha venido haciendo.
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DE LA GEOGRAFÍA URBANA A LA SOCIOLOGÍA: A PROPÓSITO DE LA RELA
CIÓN ENTRE EL ESTATUS SOCIOCULTURAL Y LA DISTRIBUCIÓN DE LOS
BARRIOS EN LA CIUDAD DE LLEIDA
1. IN T R O D U C C IÓ N
En la actualidad, la mayoría délos esludios sobre organización territorial denirodel capitalismo, coinciden
en señalar a la ciudad como un cenlro privilegiado de relaciones físicas y sociales. La ciudad es por excelencia
centro de producción, de acumulación de capital, de consumo, de innovación, hechos que conllevan una
concenlracón de poder y la convienen en el símbolo del nuevo orden eslablecido (Vilagrasa, 1990)-
La fuerza de su atracción se conslala en el exceso de concentración demográfica -provocado por el exceso
de demanda-, en la expansión del medio urbano -crecimiento permanente, a menudo anárquico-, o en la misma
subordinación del territorio a la ciudad
La ciudad, lejos de ejercei una acción neutra sobre todos aquellos que pretenden asentarse en ella, levanta
su tejido sobre una trama desigual queoscila desde la dilerencia urbanística, hasta la diferente oferta de consumos
colectivos, o índices socioinslrudivos, provocando que, además de ser un lugar de producción y de acumulación
de capital, sea también de una manera tácita, ímplícila, y oculta un lugar adecuado para la reproducción del
sisiema, producto que no resulta ajeno a la política del Estado en la sociedad capitalista.
El desarrollo del mercado de la viviendo ha sido uno de los factores que más ha condicionado la
configuración del paisaje urbano, su análisis, está sujeto a variables de carácter fijo que ponen en relación la
producción y la acumulación de capital. Es evidente que no todos los que quieren asentarse en la ciudad disponen
de las mismas condiciones económicas, lo cual propiciará la aparición de diferentes tipos de viviendas cuya
situación, además de ser estratégicamente distinta tendrá unos parámetros urbanísticos diferenciados, dando lugar
a zonas urbanas homogéneas, habitualmenle denominadas barrios que se caracterizarán por albergar viviendas
de alto standing, viviendas destinadas a clases con poca capacidad adquisitiva y viviendas situadas en áreas
marginales.
Otros factores condicionarán y, en algunos casos, revalorizarán el espacio urbano, como los medios de
consumo colectivo. Lojkine (1974) entiende por consumo colectivo “el conjunto de equipamientos sanitarios,
deportivos, escolares, culturales, y de los transportes colectivos”. Estos serán tanto más escasos a medida que nos
alejemosdeloscentros privilegiados y nos adentremos en espacios suburbiales o marginales. También intervendrán
otros procesos como la participación de fracciones de clase ligadas a la apropiación de plusvalías referentes al
espacio urbano, siempre bajo la presión de los intereses particulares. Cabe considerar también las estrategias
seguidas por los promotores a fin de aumentar los beneficios.
Todos estos elementos dibujan, en la actualidad, un paisaje urbano mullinudear, en el que cada zona
presenta características homogéneas perfilando zonas perfectanientedelinidas en la ciudad. Estas zonas responden
a desiguales distribuciones en el espacio en cuanto a propiedades y propietarios, encerrándose sobre ellas mismas
en un efecto de refuerzo circular que lodo grupo ejerce sobre si mismo y dificultando la aparición de zonas
interclasistas. •
Sin embargo el hilo argumenlal sobre el que se basa el crecimiento de las nuevas ciudades no debe
apoyarse en factores única y exclusivamente económicos o puramente urbanísticos, éstos van acompañados por
toda una serie de características "auxiliares" que a título de exigencias tácitas pueden funcionar como principios
de selección o de exclusión reales, sin estar nunca formalmente enunciados.
Bourdieu (1993) en su permanenle deseo de romper con los errores crónicos reemprende de nuevo ideas
analizadas anteriormente en su obra: "la distinción. Criterio y bases sociales tlel gusto" (1979) y realiza un riguroso
análisis de las relaciones enlre las estructuras del espacio social y las estructuras del espacio físico Respecto a este
último enuncia dos conceptos: el de lugar, refiriéndose a la localización de cada individuo en un pumo del espacio
dado y a la posición -orden, jerarquía- que el individuo i iene en él y el de espacio respecto a la exlensión o volumen
que ocupa
De esle modo los individuos puestos en relación con el espacio social y con los objetos de dicho espacio
se convierten en agentes sociales propietarios de propiedades clasificalorias, que se caraclerizan por su posición
con respecto a otros lugares y por la distancia que los separa. Así, mientras el espacio físico se define por la
exterioridad mulua, el espacio social se caracteriza por la exclusión de las disposiciones que lo constituyen.
Según Bourdieu la estructura del espacio social puede manifestarse:
1. En forma de oposiciones espaciales, por ejemplo, referidas a la tipología de vivienda poseída. Esta
constituye una clase de simbolización espontánea de la posesión de espacio social.
2. La jerarquía: en una sociedad feiárquica todo está jerarquizado, en este caso se establece una distancia
social en el espacio, enmascarada bajo un cierto aire de naturalidad.
3 La posesión de capital bajo sus más diversas especies que se manifiesta no solamente en relación a un
espacio físico apropiado, sino lambién con una distribución de bienes y servicios privados y públicos.
4. Por la posición de los agentes, es decir, por el lugar del espacio físico donde están situados en s
localizaciones temporales o permanentes, y por la posición o lugar en el espacio que ocupan sus posesiones
denominado "space consumming", sin olvidar que la ostentación de espacio es símbolo de poder.
Morfológicamente el espacio social se encuentra absorbido por el espacio físico que actúa a modo de
contenedor de individuos, de actividades y de relaciones en el que se encuentran distribuidos bienes y servicios,
agentes individuales, grupos dotados de posibilidades de apropiación de bienes y servicios que provocan que
diferentes espacios sociales se superpongan y se concentren en zonas determinadas por ejemplo de bienes y
propiedades raras.
De este modo podemos decir que las estructuras del espacio físico que constituyen distancias espaciales
son mediaciones de las distancias sociales que el individuo integra en forma de estructuras mentales y en sistemas
de preferencias. Los movimientos dentro de este espacio físico indican movimientos dentro de esle espacio social
como pueden ser los de ascensión, declive, entrada, salida o acercamiento y alejamiento en relación al lugar central
valorizado.
Según Bourdieu los lugares y las plazas del espacio social objetivizado y los provechos que procuran
pueden adoptar forma de provechos de localización como las rentas, por estar situado dentro de espacios raros
y deseables, provechos de posición u de orden simbólicos por la posesión de una propiedad distintiva y provechos
de ocupación en el sentido de exclusión y mantenimiento del otro a distancia.
LA D E S C R IP C IÓ N D E U N C A S O P R Á C T IC O : LA C IU D A D D E L L E ID A
Si intentamos aplicar algunas de las variables anteriores referentes a la producción de espacio físico y su
relación con el espacio social al caso de la ciudad de Lleida, veremos a grandes rasgos que, morfológicamente,
la ciudad se ha desarrollado a partir de tres puntos geográficos referenciales: en montículo, en cuya parte superior
se asienta la Seo -vulgarmente conocida como el castillo de Lleida-, y las líneas marcadas por el río y el ferrocarril.
Estos tres elementos han actuado a modo de barreras arquitectónicas con una fuerte carga psicológica influyendo
en la definición de un lipo de crecimienlo especifico que se ha producido desde la posguerra hasta finales ríe los
óchenla, y permiten hacer una descripción de la ciudad a tres niveles: la zona situada en el interior del rio y de
la vía férrea, la zona situarla inmediatamente en el exterior, y una tercera más alejada y paupérrima en sus
condiciones. Esta descripción se apoya en las variables siguientes:
- e l tipo de vivienda.
- la situación de equipamientos (bienes de consumo colectivo).
- el predominio de un lipo determinado de población referente a su nivel socioinstructivo
- la ubicación de un determinado lipo de actividades.
- LA VIVIENDA
El tipo de vivienda que se ha construido en las tres zonas hasta mediados de los ochenta, varía
sensiblemente en cuanto a espacio, conforlabilidad y equipamientos, estableciéndose una relación de ma's a menos
a partir del centro histórico y sin incluirlo a él. En la actualidad se ha producido una mejora generalizada en la
construcción de viviendas referentes a los acabados y a la confortabilidad. La oposición entre zonas queda definida
por la aparición de bloques de pocos pisos rodeados de zonas ajardinadas en el interior o la aparición de bloques
compactos con un gran número de viviendas en el exterior.
Las dificultades de acceso de la zona exterior a la inlerior: la existencia de un solo puente y el riesgo de
inundaciones -actualmente en vías de corrección por la construcción de dos nuevos puentes y la canalización del
rio- o la de un paso a nivel -actualmente desaparecido- con accidentes periódicos han configurado una imagen
mental negativa de esta parte de la ciudad. Esta especie de desprestigio se ha proyectado en los costes de la vivienda
provocando a su vez que, la poblaciónque allf se ha asentado lo haya hecho porque sus posibilidades económicas
no le han permitido acceder al interior. Solamente existe un barrio -La Mariola- que se ha librado de dichos
condicionantes morfológicos, sin embargo, sualejamientodel centro, la aglomeración de muchos bloques sociales
y unas condiciones urbanísticas precarias han provocado la concentración de muchas familias con niveles
económicos y culturales muy baios fomentando la idea de guelho tanto o más estigmatizado en cuanto que la
prensa ha abusado con la permanente noticia de sus descalabros.
Existe un tercer bloque de barrios muy alejados del centro de la ciudad que durante muchos años han
estado prácticamente desconectados de ella por la precariedad de los servicios públicos. Evidentemente esle factor
ha determinado unos grupos de población que han permanecido totalmente desintegrados de la vida de la ciudad,
con un elevado índice de inmigración, que se ha encerrado sobre ella misma lo cual no ha facilitado su integración
al medio catalán.
Desde el punto de vista de la geografía urbana la ciudad de Lérida quedaría tal como sigue:
Ferran-Estació La Bórdela
Princep de Viana-Clot
Universital La Mariola
10 Cap Poní
11. La DaidoM
12. P.vdinycv
13. M afia
14 . Soca de San Pere
15. ManRrancrc
I. Equipamienlos sanitarios
En este apañado debemos hacer la distinción entre los equipamienlos sanitarios públicos y los privados
Respecto a los públicos en los últimos cinco años se han creado los Centros de Atención Primaria en todos los
barrios, hecho que ha venido a paliar la deficiente estructura de la ciudad referente a este aspecto. Respecto a los
privados, las tres grandes clínicas se concentran en el interior asi como cuatro centros que ofrecen consultas de
varias especialidades, Existe un gran número de consultas particulares lambién en el interior, mientras que en los
últimos tres años han aparecido algunos consultorios en la zona exterior especialmente clínicas dentales que se
caracterizan por presentar un coste más bajo de los servicios
1En este punió se debería tener presente una concepción diferenciada de la que acabamos de citar ya que se ha dado y se da el
caso de que algunos equipamienlos como los escolares lian funcionado en algunos casos a un doble o triple nivel siendo
compatibles con los deportivos -las pistas deportivas han sido utilizadas para competiciones del barrio o de la ciudad- en oíros
casos, las asociaciones de vecinos han utilizado también dichas instalaciones. Este hecho da lugar a que aparezcan las ideas de
complemenlariedad o compatibilidad entre determinados equipamientos.
En lo que concierne a los museos, dos de ellos manlienen permanentemente sus puertas abierlas:el Museo
Arqueológico de la Fundación del Instituto de Estudios llerdenses, ubicado en el mismo eje comercial, y el Museo
Morera con varias salas que acogen pintores de prestigio. Este último se encuentra en el mismo corazón del Cenlm
Histórico en el antiguo edificio del Roser. Existe un tercer museo: el Museo Diocesano que solo puede ser visitado
ocasionalmente dado que no reúne las condiciones suficientes para estar abierto al gran público.
V. Transportes colectivos
En la actualidad lodos los barrios se encuentran conectados con una extensa red de autobuses que
aseguran servicios permanentes.
b a r r io s i n t e r io r e s b a r r io s e x t e r i o r e s b a r r io s a l e ja d o s
U n iv e rsit.it 2 ,1 8
Instituts-T 2 .1 4
•' El indicccullur.il de la poblaciónse ha calculado agrupandoen un número las cualro variables que presenla el Padrón Municipal,
indicando el nivel cultural de los barriosasi como la media de la ciudad. Se lia aplicado la siguiente fórmula:
la+2b+3c+4d
I.C .----------------------------
100
I a, 2b, 3c, 4d representan los porcentaios que presenla el Padrón Municipal para cada una de las variables anteriores. El índice
resultante debe ser inteiprelado de la siguiente manera:
índice nivel
socioinstructivo resultante
0-1,5
analfabetos-primaria incompleta
1,6 - 2,5 nivel
de graduado escolar
2,6 - 3,5 nivel
de COU
3,6-4,5
titulación de grado medio o superior
____ 288
La división se hace nel.i si leñemos en cuenl.i la media de la ciudad que es de 1,95. Si comparamos esle
índice con los que acabamos de exponer reierenies a los barrios vemos que lodos los barrios interiores se
encuentran por encima de dicho índice, mientras que los exteriores se encuentran lodos por debajo de la media
La distancia se convierte en abismal cuando se Irata de los barrios alejados.
- LAS ACTIVIDADES
También las actividades se adaptan al sustrato tísico de la ciudad apareciendo un tipo de segregación
debida a la dificultad de convivencia de varias do ellas o por la atracción mutua que se produce entre el sector
comercio o el sector servicios.
Las dos lineas divisorias aparecidas anteriormente serán deíinitorias de las actividades. La industria que
sobrevive en el interior de la ciudad se basa principalmente en pequeños talleres con poco espacio, frecuentemente
ligados a tareas de distribución y orientados al mercado local. La gran actividad industrial se concentra en el exterior
en un espacio bien comunicado hasta la actualidad como es el Polígono Industrial del Segre
Respecto a los servicios y a los comercios al detalle se centralizan aunque de una manera jerarquizada
que va de más a menos. Son zonas de prestigio parte del Cenlro Histórico, Ferran-Estació, y parle de la zona del
barrio Universidad. En estos lugares se concentran más de dos mil servicios y más de un centenar de funciones
presentando una oferta muy variada. A esta gran centralidad se le opone un promedio de trescientos servicios en
el barrio de la Mariola o selenla en el barrio de Cap Pont, ambos exteriores y con un tipo de comercio mucho más
específico.
RESUMIENDO
Esta comunicación constituye un intento de relacionar tactores físicos urbanos con factores sociales con
el propósito de explicar como ambos aparecen implicados de manera sutil en la reproducción de las diferencias
sociales.
Si partimos riel marco teórico referente a los factores de reproducción cultural expresados por Bourdieu
en “La distinción" (1979) podemos afirmar que:
I El espacio físico-social se organiza en base a criterios económicos, culturales, de consumo y de gusto.
2. Cada espacio se cierra sobre si mismo. Penetrarlo supone la posesión de sus mismas condiciones y la
aceptación implícita de sus criterios sociales.
3. Este espacio aparece jerarquizado, formando estructuras mentales aceptadas con naturalidad.
4. Si analizamos los apartados anteriores referentes a: equipamientos escolares, niveles de educación
formal, equipamienlos culturales no escolares veremos como:
4.1. Se produce una oposición de lugar entre la escuela pública y la escuela privada. La mayoría de las
escuel.is públicas se encuentran situadas en los barrios exteriores o alejados, mientras que las escuelas privadas
de más prestigio se encuentran a varios kilómetros de la ciudad, por lo que se precisa de Iransporte y comedor
escolar. En consecuencia la oposición de lugar se convierte en oposición social.
4.2. Respecto a los niveles de educación formal constatamos la coincidencia de índices socioinslrudivos
en las diferentes zonas de la ciudad. Este factor condicionará el nivel de aspiraciones que la familia proyectará sobre
los hijos. Mientras unos estarán destinados, por el nivel cultural y de relaciones de sus progenitores, a ocupar un
lugar similar al que ellos ocupan, como minímo, otros pensarán quebasla con buscarse la vida de cualquier manera
y si así no fuera, se enconlrarán desplazados en un cuerpo de estudiantes que no tiene nada de neutro y por lo lanío
discriminatorio.
4.3. El fácil acceso a los bienes de consumo cultural (museos, cines..,) motiva la frecuentación y con ello
el conocimiento de dichos bienes y en consecuencia una ampliación de la perspectiva cultural.
Como vemos tal como decíamos al principio, la ciudad, en silencio, contruye la trama de su desigualdad
o quizá acaso tal como afirma A. Besan^on en “Elre russe au XIX eme siécle":
"...y en estos momentos aún no sabemos si lo vida cultural puede sobrevivir a la desaparición de la
servidumbre.. *
BIBLIO G RA FÍA
1. IN T R O D U C C IÓ N
2. EL SALTO A LA U N IVERSID A D
- . . . vamos ¿ dar un sallo tan tremendo que no nos v,irnos a d ,ir.., bueno, nos vamos a dar mucha cuenta
porque nos encontraremos solos. (GD 2-I4)
En la dilatada y obligada adolescencia esludianle, la escolarización es vivida como un largo túnel/camino
(meláfora del parto). La angustia se expresa especialmente entre quienes se piensan indefensos por ignorantes en
la forma de una constante reclamación de información.
- Si lo sabes, si lo sabes, pues le metes en la que quieres directamente, no tienes que dar rodeos ni na
(G D 2-I9)
Cl fantasma de la exclusión -por desviación de la normalidad del grupo- planea sobre quienes se arriesgan
a quedarse fuera. Sólo permaneciendo en el adentro seguro es posible ser.
-S i, por ejemplo, yo ahora me dejo COU, no soy nada y voy a tener sueldo, o sea, es que no puedo
encontrar Irabajo en ningún sitio.. (G D I -12)
La lógica de las escalas adua como antesala de la com petividad (sin reglas o única regla, según se mire).
La ideología meritocrática se muestra con una doble faz: para quienes no cuestionan su legitimidad, estas reglas
del juego son aceptadas como la normalidad.
- ...m e parece muy mal que en España FPeslé mal valorado, porque mucha nenie, yo lo veo totalmente
normal que no tenga la capacidad mental para estudiar una carrera de 5, 6 ó 10 años y, bueno, pretiere meterse
a fP ... (GD3-11,12)
Esta misma lógica se percibe, desde otras posiciones sociales como impenetrable, caótica e incompren
sible como una ley natural en la que es preciso participar por la supervivencia y cuyos designios se acatan como
sanciones objetivas que deben ser asumidas subjetivamente
- ...en realidad es que la vida es eso, la vida sólo triunfa el mejor, es que hasta la propia enseñanza le van
intentando que tú vayas machacando a la gente. La vida ahora se rige lodo como si fuese la selva... prepararle
para luchar. (CD2-13)
Para que haya futuro hay que encontrar una salida. Las condiciones son para unos un extravío impensable,
para otros, palanca con la cual se adquiere el poder de manejar la realidad. Cuando la situación de partida no
implica un buen conocimiento de las reglas del juego, estas aparecen como externas e inaprehensibles, a largo
plazo no se aprecia que pueda cambiar su posición.
- Hay diplomas que se compran con dinero... Todo esto para qué vale, si no sabes de qué va la película
no le vale para nada. (GD2-20)
Otra es la estrategia cuando se experimentan las transformaciones como algo comprensible, desde dentro.
La capacidad de intervenir, manejando las decisiones, aumenta con la apropiación que hacen algunos sujetos de
la información acerca de los “bienes" culturales, en función de su relativo valor y escasez.
- S i eres, por ejemplo, de los primeros diplomados de....como no hay empleo, sino que los tienes que crear
tú... siempre tendrás preferencia y es un poco circulo vicioso. (G03-22)
En el ejercicio de la competencia juegan otras «cosas»; la adquisición de educación extraordinaria
-cultura, según las élites- conlribuye al mantenimiento de las distancias La contradicción parece resoluble
cuando, detectados los círculos viciosos, es posible situarse en una melaposición respecto a ellos, una vez
detectados son utilizables.
- .. .si tú estudias ingeniería y al mismo tiempo te preocupas de la cultura, ya tiene que ser tanto tuyo. (CD3-
19).
3. EL REPARTO DE LA IN FO R M A CIÓ N
La cantidad y la calidad de la información poseida así como las formas en las que esta capacitación es
subjetivamente valorada por los grupos, según el lugar que ocupan en el espacio social es una de las encrucijadas
decisivas que orientarán, canalizándola, la demanda de títulos. La pregunta acerca de lo que podríamos denominar
el horizonte de su conocimiento de las ofertas universitarias nos permite aproximarnos a una tipología de la
información. El reperlorio de carreras que señalaron muestra una diversificación claramente vinculada al nivel
educativo de los padres. Tanto las notas como el nivel de estudios de padre y madre muestran una paula de
diversificación semejante, que habíamos de prever dada su profunda coimplicación. La información privilegiada,
puesto que las respuestas propuestas implican una estratificación, se acumula en los grupos de estudiantes mejor
clasificados y, consecuentemente, dependiendo estrechamente de la mejor situación en el espacio académico de
sus padres y especialmente de sus madres. La angustia de la decisión a lomar es, pues, menor enlre q u ie n e s ocupan
las primeras posiciones. Destacar en las evaluaciones escolares conlleva una temprana orientación hacia los
esludios universitarios. El grupo de los indecisos desciende progresivamente entre quienes encabezan la
clasificación. La clase cultural de origen aparece vinculada a la información que los estudiantes interrogados dicen
poseer acerca de las universidades, tanto valencianas como de otros ámbitos. Para comprender el sentido de esle
tipo de respuestas debemos remitirnos a la manera en que, siguiendo el análisis de los discursos producidos
mediante los grupos de discusión, los estudiantes valoran el conocimiento que poseen acerca de las alternativas
que las universidades ofrecen, así como la forma en que se apropian de sus significados, en unos casos, o bien,
en oíros casos plantean sus carencias, expresadas en ocasiones como reivindicaciones.
3.1. El rendimienlo medido por las ñolas se presenla fuertemente predeterminado por la posición
estructural de los estudiantes. Es posible rastrearla en los resultados de la encuesta mediante algunas de las
respuestas relacionadas con la clase social de origen, vinculada a la situación que ocupa en el reparto de capital
económico, y cultural. La distribución observable de las notas de los alumnos, según el nivel ríe estudios de los
padres, presenla una secuencia fuertemente ligada. Las posibilidades de aparecer en buena o mala coyuntura
respecto al peso que las notas suponen a la hora de decidir qué estudios es posible elegir, están directamente
encasilladas dependiendo del grado de formación escolar de sus padres.
Aunque es menor el volumen relativo de padres y madres con estudios secundarios o universitarios es,
por el contrarío, mucho mayor el número de estudiantes con mejores notas cuyos padres han realizado este lipo
de esludios El contraste enlre esla distribución y la mencionada anteriormente podría interpretarse como una
confirmación acerca de la diversificación de estrategias entre las clases sociales. Aquellos grupos, cuyo peso
específico en el conjunto de las posiciones sociales depende en mayor medida de su lugar en el reparto de capital
cultural, ocupan a través de las calificaciones de sus hijos un nivel superior en la ordenación que éstas implican.
3.2. No parece cuestionable, al menos globalmente, que la elección de materias configuradoras de las
opciones a lo largo de los últimos cursos del bachillerato es crucial a la hora de pasar a la Universidad. De hecho
es un tópico que aparece repetidamente en el texto de las discusiones de grupo, aunque con un sentido totalmente
diverso, según se haya ejercido utilitariamente o no. Los estudiantes eligen una de las opciones y además, dentro
de ellas, pueden cursar diferentes materias optativas.
Quienes han usado la optatividad como medio para conseguir el objetivo de colocarse con una relativa
ventaja en el momento de iniciar su enseñanza universitaria-los miembros del grupo de colegios "deélite" explican
como usan, por ejemplo, determinadas asignaturas para subir sus medias- no sufren la tensión de la elección de
carrera como la de un viaje sin retorno. Las posibilidades que la Universidad ofrece pueden también ser útiles, o
bien en la misma dirección lomada, o bien dando un giro corredor. Por el contrario, la angustia, de quienes no
se sienten seguros o dudan haber optado con acierto, aumenla cuanto peor es su posición en el espacio escolar.
En algunos casos la elección realizada es vivida por estos grupos como un error irreparable dado, según opinan,
lo temprano del momenlo en que la hicieron.
Es posible seguir la pista, a través de los resultados de la encuesta, a la proporción en la que se distribuyen
los estudiantes mediante la opcionalidad. Podemos así subrayar una cierta estructuración y sopesar la importancia
relativa de lasdistinlas trayectorias. Si cotejamos los porcentajes de respuestas a la pregunta acerca de la ocupación
de sus padres, se observa, por ejemplo, que la proporción de escolares que cursan la opción de Letras Puras y tiene
un padre empresario es una de las más altas de entre todas las categorías de ocupación de los padres y que está
por encima de la esperable II 7,4% ), aún siendo ligeramente más alta la cantidad de alumnos varones.tenlre los
que, podríamos pensar, es más frecuente la inscripción en Ciencias Puras o Mixtas). Este grupo de padres es el que
relativamente escolariza en mayor medida a sus hijos en la enseñanza privada (23,3%) y, siendo así que el
porcentaje de estudiantes de la enseñanza privada, matriculados en esta opción, es comparativamente menor que
el de los alumnos de la pública, podemos delectar que se trata de un tipo de subconjunto muy peculiar. Si
interpretamos estas cifras con la ayuda de las opiniones analizadas en las discusiones convocadas-especialmente
el C D 3 - podemos referimos a este itinerario como uno de los posibles caminos hacia /as cañeras de siempre
(previsiblemente Derecho). Es decir, como el grupo expresa, para quienes dicen que la suerte está echada todo es
factible, tanto si circulan por donde siempre como si lo hacen por otras vías. Es también oportuno señalar aquí que
entre los padres empresarios la proporción de titulados universitarios es ligeramente superior a la que correspon
dería a su peso específico.
Sin embargo, el subconjunto de los hijos e hijas de padres con estudios universitarios, se adscriben
primeramente a la opción Mixtas. Esle es, enlre los distintos niveles educativos de los padres, el único que lo hace
por encima de su porcentaje relativo (27,1%). La mitad de estos estudiantes, inscritos fundamentalmente en la
enseñanza privada (1 (le cada 2), lienen lambién madres con estudios universitarios. En ellos se acumula la mayor
información cualificada, que podríamos llamar "de moda" -referida a otras universidades dentro y fuera del Esta
do—, muy por encima de los hijos de padres con estudios más cortos. Son lambién quienes demandan los títulos
de más duración, principalmente licenciaturas y creen que realizarán probablemente una carrera del area de las
Ciencias Sociales. Utilizando el discurso del grupo de alumnos de colegios privados es posible urdir de qué manera
se plantean su fuluro universitario. Se trataría de aquellas clases sociales cuyo poder relativo depende un nuvoi
medida de su posición en el reparto de bienes culturales y cuya estrategia parece encaminada a la realización de
determinados esludios acotados o nuevos -recordemos que es el mejor subconjunlo calificado- con la finalidad
de ocuparlos para controlar posteriormente sus salidas profesionales. Además estas titulaciones podrían permitirles
mantenerse próximos al ambiente en el que se "apuesta" por /as cosas de la cultura -constitutivas de un Ijnleo
favorable-. De enlre este grupo de padres y madres universitarios, una gran parte trabaja en la Administración
Pública (35%) -lambién los hay ocupados en el desempeño de cargos directivos o empresarios-, es decir,
estaríamos ante una de las capas sociales que forman una parte importante déla llamada "nueva burguesía urbana"
Otru subgrupo, el de los hijos e hijas con padres que ocupan cargos direct¡vos -el que posee estudios universitarios
en una más elevada proporción (167o)-, aunque suelen elegir lambién en mayor medida la opción Mixtas, creen
que acabarán matriculándose en una ingeniería superior en una proporción relativamente grande. Estaríamos aquí
ante otra estrategia más de corle tradicional, en este caso de lo que se traía es de aprovechar aquellos espacios
apreciados en los que, dadas las diliculades del acceso, es menos complicado sobresalir que en otros
Por otro lado, quienes demandan más la opción Ciencias son los hijos de los padres cuya ocupación se
ha agrupado en las categorías de obreros (24,7%) y los empleados de la Administración (21,2%), Los primeros
representan el subconjunlo de padres y madres con menos estudios universitarios (0,8% ) y sus hijos e hijas son los
peor situados en el orden de las notas y acostumbran constituir, en gran parte, la clientela de los centros públicos.
En consecuencia, según lo antedicho, pertenecen al lipo de los que están menos decididos y lambién están enlre
los que manejan peor información. Habiendo elegido Ciencias Puras, estos estudiantes son quienes en mayot
proporción preferirían cursar alguna ingeniería superior (35,6%), aunque a la hora de matricularse se dispersarán
entre un gran abanico de titulaciones (incluso enlre algunas todavía no implantadas, dicen), concentrándose en
gran parle en aquellas más solicitadas. Por áreas, se encuentran enlre los subconjunlos que creen que se
matricularán más en Ciencias de la Salud o Básicas y Técnicas. Sin embargo los hijos e hijas de empleados de la
Administración, tquienes acaparan el nivel de los estudios universitarios), están mejor situados respecto a las notas
escolares y pertenecen, por tanto, al conjunto de los mejor informados. Estos estudiantes, que, como hemos dicho,
están lambién inscritos sobre todo en la opción Ciencias Puras, cuyas preferencias eslán muy diversificadas, a la
hora de matricularse, seleccionan menos estudios del área de Ciencias Básicas y más los de Ciencias de la Saíud.
Aún cuando es grande la dispersión de la futura matrícula, la concentración en las carreras muy populares es
todavía mayor y, enmenor medida, en las valiosas "de antes", (como Arquitectura). Como algunos de los estudiantes
de los grupos afirman que se dice, se piensa siempre que es mejor la opción de Ciencias, aunque algunos comenten
que no se sabe muy bien por qué- Sin embargo, realizando una elección semejante, están en condiciones de partida
bien distintas, a las de los hijos e hijas de padres obreros como anteriormente hemos descrito. La presión de la
opinión sobre las Ciencias se ha generalizado por un efecto de “contagio" que, actuando según la dispersión
histeriíorme de un rumor, se propaga acentuando la demanda de ciertos títulos. Podemos aventurar que, dadas las
predeterminaciones discriminantes, las formas y posibilidades de sobresalir, es decir, de sobrevivir, -tal como los
estudiantes formulan-, serán consecuentemente distintas.
Para ver como eslán relacionadas las cuesliones planteadas acerca de la elección de estudios universitarios
hemos analizado la secuencia de preferencias, diseñada en el cuestionario en tres momentos que nos pueden
permitir apreciar no sólo qué es lo que los estudiantes dicen sobre las carreras que deberían implantarse, sino
también de qué forma se estructura esta demanda según sus gustos y cómo finalmente se producirá su intención
de matricula.
4 .1. Las titulaciones que dicen que deberían implantarse, ahupadas en áreas', se reparten en el siguiente
orden:
Ciencias Básicas y Técnicas 39,1%
Humanidades 38,9%
Ciencias Sociales 10,3%
Ciencias de la Salud 2 ,0 %
Educación y Formación del Profesorado 1,7%
Otros títulos no vinculados a la U niversilal1 15,8%
La lectura de estos porcentajes lia de hacerse teniendo en cuenta el electo que produce el elevado número
de veces que son mencionadassólodos carreras del área: Veterinaria (JO, 2%) y Ciencias del Mar (12,5% ). En el
El listado de carreras a implantar seria el siguiente (considerando sólo las titulaciones no implantadas y
que han sido mencionadas por encima del 1%):
Licenciado en Periodismo (35,7%); Licenciado en Veterinaria (3Ü,27<,); Licen< i a do en Ciencias del Mai
(12,5%); Licenciado en Ciencias Políticas (6,7% ); Diplomado en Óptica y Ortomelría ((>.3%); Licenciado en
Püblicidad(3.9% );LicenciadoenTraduccióne Interpretación (3,5% ); Licenc iadoen Sociología (2,1% ); Licenciado
en Investigación y Técnicas de Mercado 11,6%); Licenciado en Comunicación Audiovisual 11.2%); Licenciado en
Ciencia y Tecnología de los Alimentos (1,1%) y Maestro de Educación Tísica (1,1%).
Se trata en todos los casos de carreras de ciclo largo, de licenciaturas, con la excepción de las diplomaluras
de Óptica y Ortomelría y Maestro de Educación Física. De estas titulaciones más señaladas hay que recordar que
Periodismo no está implantada en la Universidad Publica, Veterinaria !ani|>oco lo está en la universidad privada
valenciana y Ciencias del Mar es la más novedosa. Periodismo es demandada principalmente por estudiantes de
las opciones de Letras (50,97a) y Mixtas (42,0%), mujeres (48,0%), de la enseñanza pública (42,2%). con notas no
muy ¡illas -por debajo de 7- y cuyos padres y madres tienen estudios primarios (40,8% y 39,87o respectivamente);
Veterinaria es solicitada por los estudiantes de todas las opciones, en mayor medida por los de Ciencias Puras
(35,7%), alumnas (38,2%), sobre lodo (le la enseñanza privada (35,5% ), con padres y madres titulados en la
universidad(34,6%en ambos casos), sea cual sea su nota media; Ciencias del Mares mencionada en mayor medida
por los estudiantes de Ciencias Puras (17,3% l, de ambos sexos, de la enseñanza privada (20,9%), con padres y
madres universitarios 121,1% y 23,17o respectivamente) y cuya nota media supera el 6 (ver tablas anexo).
Todas las demás carreras seleccionadas obtienen porcentajes menores del 10%, es decir, puesto que la
muestra es de 1024 individuos, representan menos de 100 casos y han de ser entendidas aproximativamente, dado
su bajo nivel de signiíicatividad estadística.
Es, sin embargo, notable que muchas de ellas son más elegidas por los estudiantes cuyos padres y madres
poseen un nivel de estudios universitario. Así ocurre con las titulaciones de Ciencias Políticas, Óptica y Ortomelría,
Sociología, Tecnología de Alimentos y Comunicación Audiovisual; los estudiantes que demandan las titulaciones
de Traducción y Ciencias Políticas provienen, sobre todo, de la opción Letras Pu ras; entre los que prefieren Óptica
y Ortomelría son más los de Ciencias Puras; en el restode las carreras más mencionadas, las preferencias se reparten
enlre las distintas opciones sin graneles diferencias. De entre quienes dicen que desearían que se implantasen las
carreras de Publicidad, Traducción, Ciencias Políticas y Óptica, es mayor el número de alumnas que de alumnos
4.2. Para analizar la respuesta a la pregunta acerca de las carreras que les gustaría cursar, hemos de
considerar queésta era una pregunta que permitía lanías contestaciones como los entrevistados señalaran . Además
se les presentaba la oportunidad de responder subrayando aquellas preferidas del catálogo de titulaciones a
1Es decir, al menos una de las respuestas, |iueslo q ue se trata de una premunía abierta con posibilidad de respuesta múltiple, se
corresponde con cada grupo de titulaciones.
J Esle apartado engloba las carreras que hasta el momento actual son impartidas en la U n iveisid .n l Politécnica y en centros de
titularidad privada.
implantar Iras la Reforma de los Planes de Esludios. En este caso, a diierencia de los resultados obtenidos por la
pregunta anteriormente comentada, lodos los estudiantes encuestados han contestado señalando al menos una de
las titulaciones propuestas. Teniendo en cuenta que los resúmenes, por áreas y lipo de titulación, deben ser leídos
como previamente se ha indicado, los resultados en este caso se acumulan en las carreras de Humanidades(72,9%|
y Ciencias Sociales (72,6%). En el área de Ciencias Sociales están concentradas las respuestas obtenidas por las
titulaciones Iradícionnlmente más populares y que constituyen actualmente los estudios más masiíicados. Es el
caso, por ejemplo de Economia, Derecho, Empresariales, Psicología, etc. En las carreras del área de Humanidades
coinciden tanto algunas de las ya implantadas y muy elegidas como otras de las nuevas con una gran demanda
como, por ejemplo, Periodismo y Publicidad.
El espectro de las titulaciones seleccionadas se amplia. Enlre las carreras nuevas, además de las que dicen
que deberían implantarse, aparecen otras, que antes no habían sido citadas, cuando responden sobre el catálogo.
Si consideramos todas aquellas que superan el 10% de elecciones, hemos de incluir la licenciatura de
Administración y Dirección de Empresas (23,67o), Psicopedagogia (10,4%) y la diplomatura de Educación Social
(10,4%) Todas las consideradas anteriormente obtienen resultados semejantes o superiores a los obtenidos en la
pregunta acerca de la implantación de nuevas carreras, excepto en el caso de Veterinaria que disminuye 10 puntos.
Parece, pues, un tópico bien extendido la reivindicación de estos estudios, aunque no se corresponda en la misma
medida con el nivel de preferencia.
La forma en que las preferencias se distribuyen, considerando las profesiones de los padres de los
estudiantes entrevistados, presenla un perfil bien marcado. Las nuevas carreras son particularmente elegidas por
los hijos de padres empresarios con asalariados, directivos o empleados de la administración, es decir, la burguesía
tradicional y la nueva burguesía urbana. Además, como hemos dicho, aún siendo colectivos poco numerosos, estos
padres y madres son quienes acumulan un mayor capital cultural, entendido como nivel de estudios universitarios.
Es el caso de las titulaciones de Periodismo, Publicidad, Ciencias Políticas, Investigación de Mercados, Ciencias
del Mar, Veterinaria, Sociología y Psicopedagogía. Sin embargo, enlre los hijos de obreros la única profesión nueva,
elegida por encima de la media, es la de Educador Social.
4.3 Si consideramos ahora los resultados obtenidos por la pregunta acerca de las carreras en la
finalmente creen más probable que se matricularán, podemos analizar las intenciones globales de los estudiantes
y la orientación hacia la que se destinarán las preferencias, cuando se trata de titulariones todavía no implantadas
en la Universital de Valencia.
Como en la respuesta a la pregunta sobre las carreras que les gustaría cursar, el número de entrevistados
que no contesta es menor que el obtenido por la pregunta relacionada con los títulos a implantar (11,8% ). A pesar
de que en este caso también respondieron a la vista del catálogo de la Reforma de Planes de Esludios, como en
el caso de la cuestión acerca de los gustos, aparece la mencionada cifra de No Contesta, que expresaría su índice
de indecisión. La forma en la que este porcentaje se distribuye eslá relacionada con otras preguntas, concretamente
con aquellas que se refieren al conocimiento de titulaciones y el grado de decisión. Quienes más responden a esta
pregunta son los estudiantes de Letras Puras (92,2%), las alumnas (91,0%), asi como quienes cursan en estos
momentos C O U (aproximadamente el 90%) -excepción hecha de los estudiantes de 3S de Letras Puras, también
por encima de la media-.
Si consideramos las agrupaciones por áreas, la opción más probable de matrícula se acumula en las de:
Ciencias Sociales 31,37o
Humanidades 14,57o
Ciencias Básicas y Técnicas 12,27o
Ciencias de la Salud 11,8%
Educación y Formación 7,7%
Otros títulos no vinculados a la Universital' 10,87o
' Este apartado engobla las carreras que hasia el momento actual son impartidas en la Universidad Politécnica y en centros de
liluralidad privada.
Como podemos observar el orden c!e las agrupaciones se mantiene aunque, como era de esperar, las
cantidades y distancias se han allerado. Hemos de ver en ello no sólo el eíedo deque en esle casóse traía solamente
de una respuesta -la que consideran en primer lugar- sino lambién, del desplazamiento de las trecuencias que,
citadas en las preterencias, oplan por carreros que ya eslán implantadas en las universidades públicas valencianas
principalmente.
5 . H E R E N C IA Y C O N T A G IO
Las carreras populares tradicionales, incluidas en el área de Ciencias Sociales, se reparten la gran mayoría
de las intenciónesele matricula, por ejemplo, Derecho (8,7%), Empresariales ( 8 .1%), Economía (6,4%) y Psicología
(2,8%); en Ciencias de la Salud, Medicina (4,2% ), Enfermería (.1,3%) y Fisioterapia (2,0% ); en Ciencias Básicas,
Biología (1,8% ), Farmacia (1,5% ), Físicas (1,3%) y Químicas (1,1% ); en Humanidades, Filología Inglesa e Historia
(1,3% en ambos casos)*
Es evidente que la diferencia más olla enlre las intenciones de matricula y los gustos de los estudiantes
entrevistados pertenece, de enlre las consideradas previamente, al grupo de carreras del área de Humanidades,
seguida de la de Ciencias Básicas y Técnicas. Para rastrear el itinerario que han seguido las preferencias más citadas,
vamos a reierirnos a lo labia en la que aparecen cruzados los resultados de las dos preguntas, la referida a los gustos
de los estudiantes y la de las carreras en las que creen que acabarán matriculándose con mayor probabilidad (ver
tabla 5 del anexo). Los resultados nos permiten ver, por un lado, las divergencias entre ambos tipos de elección
y, sobre todo, constatar el destino de las preferencias, cuando éstas se producen enlre aquellas titulaciones aún no
implantadas en la Universidad Pública valenciana. Como podemos observar en la tabla correspondiente, aquí
aparecen claramente los destinos mayoritarios sobredimensionados, es decir, la afluencia masiva hacia unas
cuantas carreras, se nutre lambién de un elevado número de estudiantes a los que les gustan las aún no implantadas.
Esta canalización de las preferencias contribuye a aumentar, lambién cualitativamente, la presión de lo que hemos
denominado "efecto contagio", pueslo que, como de los discursos de los grupos se ha interpretado, la intensidad
de este efecto, aumenta entre quienes eslán más indecisos o menos decididos respecto a la elección Son además
los grupos de la enseñanza pública, menos informados y con menor patrimonio cultural, los más numerosos en
........... ... absolutos, quienes son más susceptibles de reaccionar emulalivamente ante la tensión de la indecisión.
* Sobre este trasfondo podemos observar cómo se redistribuye esle flujo de orientación de matrícula La
m auii parle de las frecuencias registradas por las carreras preferidas se dirigen, cuando han de pronunciarse
respectoa la matrícula más probable, hacia las titulaciones más populares, como es el caso de Derecho, Economía.
Empresariales y, en menor pro|>orc¡ón Psicología. Si sumamos los porcentajes de alumnos que, aunque les gustaría
cursar alguna de las carreras no implantadas, van a optar por matricularse en una de estas cuatro, por ejemplo,
suponen un total de 32,8% de Periodismo, 23,5% de Ciencias del Mar y 23,4% de Veterinaria, que son las más
elegidas. Otro tanto ocurre generalmente con muchas de las demás, 5 2% de Invest igación y Técnicas de Mercado,
46,3% de Sociología, 43,1% de Ciencias Políticas, 36% de Publicidad, 35% de Pedagogía, 33,3% de Traducción,
32,7% de Humanidades, 27,1% de Biblioleconomia. Pero, no sólo ocurre eslo con las preferencias vinculadas a
las áreas deCiencias Socialesy Humanidades, quepodría resultar un cauce natural, sinoque sucede algo semejante
con las afines a otras, como es el caso del 46,3% de Óptica y Ortometrfa, 45,3% de Estadística V 17,7% de
Tecnología de alimentos (a semejanza de Ciencias del Mar y Veterinaria).
Si contrastamos la información acerca de las titulaciones que creen que van a cursar, con las respuestas
sobre quienes en su entorno |X>seen un diploma semejante (ver tabla 6 del anexo), tendríamos que: por un lado,
los estudios actualmente más elegidos son aquellos en los que confluye el efedo de la herencia -padres o familiares
las han cursado- y el del contagio -amigos-; por otro, según la duración y, por tanto, valoración social, la herencia
pesa más en las licenciaturas o ingenierías superiores y el contagio en las de menor duración. Enlre las más
frecuentadas de las áreas, en Salud es donde actúa más la herencia, en Humanidades más el contagio y en Sociales
son ambos. Por titulaciones encontramos que en lis de siempre pesa más la herencia, pero además presentan un
agudo perfil “endogénico" -en todo el entorno, horizontal y vertical-, el ejemplo paradigmático sería Derecho.
La percepción acerca de las potencialidades de algunas carreras universitarias se ancla en la apropiación,
que algunos sujetos interiorizan, de las representaciones sociales con las que están investidas, en parte objetivas,
lanto más cuanto que más intensamente son así valoradas -podría ser el caso, por ejemplo, de las titulaciones del
área de Sociales o Humanidades-. No es, pues, sólo producto del imaginario el fenómeno de la popularidad que
han adquirido algunas de estas carreras emergentes en países de características similares al nuestro.
La demanda de estudios se configura principalmante mediante el efecto de dos alractores a los que hemos
llamarlo herencia y contagio. Ambos deben ser entendidos como aspectos entretejidos de las articulaciones
estructurales. En ocasiones actúan de forma contrapuesta y en otras complementaria, pero siempre relacionadas
dialécticamente en el conjunto de los juegos estratégicos de los grupos
Las titulaciones tradlcionalmente valiosas aparecen como más sólidas y más resistentes, por tanto, a las
evoluciones del contexto social. Las carreras más populares, sin embargo, ejercen una atracción (contagio) fundada
en la emulación. La fama que adquieren cuando son implantadas se extiende mediante un “efecto masa", según
la manera en la que se difunde el rumor -al que son tan sensibles los centros escolares-. En una situación de crisis
la intensificación de la angustia histerizante es el caldo de cultivo de este tipo de mecanismos. Cuando
determinadas carreras gozan de un éxito relativo y se convierten en populares bajo el efecto de la crisis, ven su
influencia amplificada hasta que llegada esta a su lecho particular se estabiliza o pierde peso, siendo sustituidas
por algunas otras de moda.
Estos movimientos de flujos están sujetos a las transformaciones Ínter e inlraestruciurales de las clases
sociales y de las clases de orden -producios de un sistema de dominación simbólica- Estas últimas, en especial
aquellos subgrupos cuya posición de dominio depende más de su acumulación de capital cultural, son las que
previsiblemente desarrollarán estrategias más agresivas y dinámicas en lo que respecta a la elección de diplomas.
Es también esperable que estas vanguardias -colonizadoras y/o controladoras- sean seguidas por las otras clases
de orden peor situadas. La lógica del juego consiste precisamente en marcar sus reglas, lerritorializando y
sobreedificando los espacios escolares, pero esto no impide, sino que conlleva los eíedos de amplificación
descritos sobre los que vienen detrás. Es, pues, de prever que conforme el nivel de escolarización global aumente
y se democratice, permitiendo la entrada de los grupos anteriormente excluidos, la estructura se desplazará hacia
arriba en su conjunto y se reorganizará para reproducir las distancias relativas enlre los grupos. Una consecuencia
para determinadas áreas, hoy ya muy concurridas, como la de Ciencias Sociales, seria la progresiva extensión de
los efectos combinados de contagio y herencia, según vayan accediendo a la universidad los hijos de los
previamente tilulados en ellas.
6. LA S V A L O R A C IO N E S G R U P A L E S
6.1. Entre los alumnos del grupo extraído de institutos públicos de zonas populares y marginales se trata
de elegir alguna carrera que les permita simplemente encontrar un trabajo, aunque para ello hayan de competir.
La responsabilidad es suya, en última instancia, de modo que habrán de procurarse una cierta seguridad en la
elección.
- S i eres de los buenos, alguna salida tiene que tener, no creo que le quedes sin trabajo. (G D I-6).
Las carreras que parecen perrmitir la competencia de lodos, se presentan investidas de una cierta aura de
eficacia, puesto que todos saben de ellas -las desean-. Estas se corresponden con aquellas-escasas- de las que
se tiene conocimiento, son las que suenan.
-Yo no sé las carreras que hay, algunas de las que me suenan, de lo que he oido hablar por ahí.
(G D I-9).
Delimitados por la presión de las notas en el presente y las colas en el futuro, el problema consiste en
averiguar qué puede resultar más fácil (la lógica mimética refuerza la atracción de las titulaciones de masas).
6.2. Enlre los alumnos de la enseñanza pública, cuya mejor información les permite percibir en otros
términos su situación frente a las alternativas educativas, la situación paradójica se expresa explícitamente. Las
titulaciones enlre las que se puede elegir pertenecen al ámbito de las opciones anteriormente lomadas, lo que les
sale nieior, lo que les gusta.
-Lo que me gusta suele ser lo que más fácil le safa o loque luces mejor. (G D 2-I0).
El problema se concrela en la critica a lo que se vive como conlradicciones de las modas. No es posible
resolver la tensión enlre deseo e interés. Lo que se conoce es lo que gusta, pero si lodos conocen lo mismo el gusto
compartido contraviene los intereses de lodos.
-Hayan montón He carreras, pues que lagente no ha oído hablar de ella s, ni saben que existen... entonces.
esas carreras se desaprovechan. Entonces, si hay otras carreras que la gente se llena, se agota, porque tiene muchos
estudiantes y oirás que no tienen ninguna... lG D l-71.
6.3 Enlre los estudiantes de colegios privados lambién se irat.i, le procurar elegir con acierto, como medio
para una mejora o reproducción de la posición heredada. La elección <Ir <arm as con muchas salidas debe permitir
la ampliación del dominio personal.
-...u na carrera con muchas salidas... y puede llevarme a muchos terrenos. (GD3-1).
La posición de salida y, consecuentemente las expectativas y resultados esperables, dependen del deslino,
del azar. No es, pues, vivida la posibilidad de desacertar -no hay errores definitivos- como irreparable y además
no se interioriza culpablemente.
porque tenemos la suerte de por becas o porque nuestros padres son afortunados, de pensaren eso...
pensamos asi, más por encima porque hemos tenido la suerte de tener una enseñanza privada... somos idativa
mente m inoría ..., pero la gente normal, o sea, hasta cierto punto normal... gente de institutos y cosas así no piensan
en un ámbito asi lan mayor... (GD3-15)
6.4. El subconjunto de alumnos de colegios privados más beligerante en el terreno de la competición por
los bienes escolares -representado por aquellos grupos sociales cuyo poder depende más directamente de la
posesión de estos valores- expresa su voluntad de distinguirse mediante una estrategia “colonizadora"
-iPensáis restringiros a estudiar aquí en Valencia y trabajar en Valencia? O, por el contrario, ipensáis
abriros un poco más. estudiar en el extranjero/ IGD3-14).
Ser los primeros consiste en dejar atrás a los demás, en abrir espacios en los cuales esté asegurada la ventaja
que se posee, o se vea aumentada. La mejor garantía de poder controlar las posibilidades de trabajo en óptimas
condiciones depende precisamente de que se alcancen estas nielas en los primeros lugares.
-S i eres, por ejemplo, de los primeros diplomados délas Ciencias del Mar, como no hay empleo sino que
los tienes que crear tú... ponerse el empleo de otro, que siempre tendré preferencia.... (GD3-22).
ANEXO TABLAS
Tabla 1. Clasificación de los estudiantes según la nota media, por el tipo de enseñanza
Tabla 2. Clasificación de los estudiantes según la nota media, por los estudios del padre y de la madre.
Tabla 4. Clasificación de los estudiantes según la opción de estudios, por la ocupación del padre.
Tabla 5. Clasificación de los estudiantes según la carrera en la que creen que se matricularan (la más
probable), por las carreras que les gustada estudiar (sólo las carreras populares y más mencionadas).*
* Porcentajes horizontales.
Tabla 6. Clasificación de los estudiantes según los familiares y amigos titulados en las carreras que les
gustaría estudiar, por las carreras en que creen que se matricularán con más probabilidad (resúmenes por área y
tipo de titulación)
T A B U 1: CLASIFICACIÓN DE LOS ESTUDIANTES SEGÚN LA NOTA MEDIA, POR EL TIPO DE ENSEÑANZA
N O T A M E D IA
EN S E Ñ A N Z A :
TABLA 2: CLASIFICACIÓN DE LOS ESTUDIANTES SEGÚN LA NOTA MEDIA, POR LOS ESTUDIOS DEL
PADRE Y DE LA MADRE
N O T A M ED IA
EST. P A D R E
EST. M A D R E
2 2 ,7 4 0 ,7 3 9 ,7 3 4 ,6 2 7 ,8 4 1 ,8 3 9 ,6 3 2 ,0 2 3 ,1
2 7 ,3 3 5 ,0 3 0 ,8 3 2 ,7 3 0 ,0 2 8 ,6 3 2 ,9 3 4 ,4 2 4 ,4
3 1 ,0 1 6 ,0 2 2 ,1 1 0 ,7 2 0 ,7 2 3 ,5 1 8 ,9 2 0 ,5 2 3 ,1
1 3 ,6 7 ,4 5 .9 10,1 1 6 .9 3 ,1 6 ,7 1 0 ,8 2 2 .4
4 ,5 1 ,4 2 ,7 4 ,2 2 ,0 1 ,4 1 ,5 6 ,4
0 ,2 1 ,2 0 ,4 1 ,0 0 ,4 0 ,6
O P C IÓ N E S T U D IO S
TOTAL C IE N C IA S LET R A S M IX T A S
TO TAL 1024 434 167 424
Em p. con asalariado 14,7 14,3 17,4 14,2
Pers. directivo 8,1 5,5 7,2 11,3
Em p. sin asalariado 15,1 12,0 17,4 17,5
Em p. adm inistrativo 16,B 21,2 15,6 12,7
M iem bro cooperativa 3 ,8 3,7 3,6 4 ,0
N ego cio fam iliar 6,4 4,6 8,4 7,5
O breros 20,3 24,7 16,8 17,2
C A R R E R A EN LA Q U E SE M A T R IC U L A R Á
L IC . D IP L O M . D IP L O M .
L IC .
TOTAL EC O N O EM PRE P S IC O
D ERECH O
M ÍA SA R IA LES L O G ÍA
L ie C T e c A lim e n 96 8 ,3 4 ,2 4 ,2 1 ,0
IT S E le c tró n ic o 81 4 ,9 3 ,7 1 ,2
L ie S o cio lo g ía 108 1 5 ,7 1 3 ,9 7 ,4 9 ,3
L ie T ra d u c c ió n 106 1 3 ,8 8 ,8 8 ,8 1,9
D ip . B ib lio te c o n o m ía 48 12 ,5 4 ,2 8 ,3 2,1
L ie H u m a n id a d e s 55 1 2 ,7 3 ,6 9,1 7,3
Q U IE N T IEN E ES O S M IS M O S E S T U D IO S
TOTAL P A D R ES H ERM AN O S A M IG O S
R ES U M EN A:
C ie n c ia s S a lu d 1 1 ,8 1 7 ,5 1 3 ,4 1 0 ,2
B á s ic a s/T é c n ic a s 1 2 ,2 8 ,8 1 0 ,4 9 ,6
S o c ia le s 3 1 ,2 3 1 ,6 5 0 ,7 4 2 ,8
H u m a n id a d e s 14 ,5 1 0,5 4 ,5 1 3 ,4
O tro s 1 0 ,8 1 9 ,3 1 1 ,9 9 ,6
R ESU M EN B:
D ip lo m a tu ra s 2 4 ,2 12 ,3 2 3 ,9 32,1
Ing. T é c n ic a s 2 ,7 5 ,3 6 ,0 1,1
L in c e n c ia tu ra s 4 8 ,7 6 1 ,4 5 2 ,2 4 9 ,3
Ing ,. S u p e rio re s 1 2 ,5 1 4 ,0 1 3 ,4 1 2 ,3
N S /N C 1 1 ,8 7 ,0 4 ,5 5 ,3
LA "ESCOLARIZACIÓN TOTAL" DE LA VIDA: EXTENSIBILIDAD DEL MODELO
EDUCACIONAL EN LOS INTERNADOS INFANTILES Y JUVENILES
la s siguientes páginas tratan de aportar algunas reflexiones procedentes de las investigaciones en tos
internados infantiles y juveniles de acogida al problema, siempre abierto, de los efectos y sentido de la educación
escolar, o escolarización obligatoria de niños y jóvenes, en tanto organización de la aclividad/tiempo/espacio vital
de los mismos. Si bien toda educación, o la mera socialización, implican un encauzamiento de la actividad vital
de los sujetos, parece que el ordenamiento escolar aporta unas especificaciones en función de exigencias
educativo-formativas que hacen conveniente un análisis más detallado para no caer en interpretaciones demasiado
ambiguas y abarcadoras.
Nuestras investigaciones nos han llevado a caracterizar el Internamiento en instituciones de acogida
infantiles y juveniles como escolarización lotalde la vida de los sujetos sometidos a dicho régimen de vida (junto
a otras notas sustancializadorasdeese tipo de internamientos). Con ello queremos indicar, en un primer momento,
que los internados constituyen una extensión del modelo educativo a lo largo de toda la jornada vital de los
individuos y durante lodo el tiempo que dura el internamiento; de ahí que el análisis sobre la escolarización total,
que supone dicho internamiento, aporte elementos sobre los efectos y sentido de la escolarización. En cierto modo,
es indagar en la escolarización cuando ésta se ha llevado al extremo de convertirse en un continuum en la vida
de los sujetos (aunque habría queadararque, si bien la estructuración espacio/temporal de la ¡ornada diaria ledebe
mucho a como se segmentaba las ¡ornadas en los monasterios monacales -ARIES, P H .-, nohay queolvidar que
la particular determinación que lo escolar fue desarrollando de esta "estructuración monacal" primigenia es la que
se proyecta en los internados de acogida; asi, por ejemplo, la instrumentalización de premios/castigos como
chantaje fiscalizador de lodos los actos, o el examen del individuo a través de etapas que organizan su expediente
y evaluación en una trayectoria de vida, etc.). En pocas palabras, la escolarización total hace referencia a cómo
toda la vida cotidiana, loda la actividad y energía de los individuos son sopesados, estructurados y juzgados
mediante los principios inslituyentes de la escolarización y su particular modus educacional.
Más concretamente, entendemos por escolarización lotal el proceso neto por el cual los niños/jóvenes:
- La interacción cotidiana de los inlernos con el personal supervisor o formalivo; donde los objetivos
educativos/institucionales quedan en parle subsumidos por la "apariencia” de acomodo de los inlernos a las reglas
de organización y comportamiento («juego astuto» en la terminología gofímaniana) con el único afán de lograr
venlajas acomodaticias en las restricciones que supone la vida del interno.
- L a presión que dicha estructuración de la vida ejerce sobre los sujetos inlernos (a pesar del «juego astuto»
mencionadol, obligados como eslán a cada acción/aclividad y sin posibilidades de decidir o negociar de que modo
emplean su liempoo sus energías (por ejemplo, cuando estudiaro hacer depone, o tener el recreo o las actividades);
lo cual delermina relaciones con los que planifican lodos los momentos de la vida del interno en términos de
dependencia y una obligación de acalamienlo que no puede por menos que remitir (más inconsciente que
conscientemente) al aclo que íunda la reclusión (en lamo relación de acalamienlo); es decir, por qué se eslá
sometido al inlernamienlo, qué es lo que se está pagando con ello (¿no lener una familia normal, un mayor plus
de educación porello?). Ese «los que planifican», a diferencia de la consideración anterior, se refiere a una instancia
impersonal, del tipo «me eslán planificando mi vida», «me lo dan lodo hecho».
- Por último, esta estructuración eslá estrechamente ligada a la relación disciplinario-normaliva enlre el
personal y los inlernos, lo cual se refleja en el sentimiento, por parle de los internos, de eslar sometidos a una
intensificación de vigilancia-conlrol de sus conducías. Ese senlirse mirados, inspeccionados, juzgados en cada
momento (incluidos recreativos, ocio, descanso), incluso en ausencia del personal (efecto panóplico -FOUCAULT).
Siguiendo el sentido desarrollado en nuestro análisis, podemos afirmar que los efectos de dicha
escolarización total son:
- Aumento de relaciones dependientes y consiguiente impedimento del acceso a una progresiva
autonomía, que a partir del inicio de la adolescencia comienza a tomar un cariz dramático en lanío es percibido
como alenlado a la mera formación de la persona como sujelo aulónomo.
- Sobre-infantilización,
- Propensión a la formación de una subcullura que tiende a impermeabilizar a los internos frente a todos
los objetivos educalivo-formatívos del centro.
- Tendencia a relaciones paternalistas.
- Aumenlo del sentimiento de culpabilidad en los individuos en lanto no responden a las exigencias
formalivas. Puede vislumbrarse claramente la ideología de la educación escolar, en lanío posibilidad de movilidad
social ascendente. La formulación más neutra de esta proposición ideológica por parle de la institución es la
apelación a la responsabilidad; ser responsable (y no en el sentido de aceptar las consecuencias de las acciones
de uno, sino en ol de reconocer qué es lo mejor para uno y aduar en consecuencia, Lo mejor, en esle paradigma
moral, es siempre equiparado a deseabilidad social, dentro de un sistema de valores hegemónicos).
- Interiorización de la educación como base del bienestar individual/social y su deseabilidad (aunque sea
revestida como formación de la persona para realizarse como tal),
Estas dos últimas consecuencias eslán más acentuadas debido al carácter concreto de los ceñiros,
orientados corno eslán a la acogida de menores con graves problemas fam ¡liares, y la imposibilidad de permanecer
en sus hogares (unido a una condición esencial como es la falla absoluta de medios económicos), lo cual influye
en la percepción de los centros/organismos de los que dependen como dadores de posibilidades con los que se
queda debido. Así mismo, esto aumenta la culpabilidad por no aprovechar una oportunidad, traducida en las
posibilidades ya mencionadas de realizar estudios, aprender un oficio o lener una “formación como persona", que
de otro modo muy difícilmente hubiera estado a su alcance por las características socio-económico-familiares.
«Aprovechar la oportunidad» queda como metáfora absoluta que conjuga lo que significa:
- La presión constante-diaria de la escolarización total, en tanto cada parle del día secuencializado y
estructurado (clases, estudios, ocio, actividades formativas) está orientada a conseguir objetivos educacionales/
formativos que guien a los alumnos hacia una vida digna el día de mañana. De ahí la variante «aprovechar el
tiempo»: cada actividad tiene su tiempo, sin tiempos muertos a lo largo del día;
- La idea de que a través de la educación se puede cambiar de estatus (o a un nivel más primario, de
ambiente).
Esa culpabilidad vinculada a la oportunidad (lo cual siempre está unido a un virtual aumento de la
culpabilidad, dada la dicotomía moral que indisociablemente acompaña a la oportunidad: desaprovechar/
aprovechar) es homologa a la que es producida en el dispositivo escolar en función del fracaso y de la
interiorización que se realiza de la ideología escolar por presión de ambiente social
También, en relación con lo concreto de esle tipo de internados, la escolarización total aparece como un
plus disciplinario frente a lo que sería la mera labor de asistencia y protección de indefensos niños ante la agresión
del medio en que se han criado, lo cual ha sido, como hemos dicho, la causa de su internamiento. El conjunto de
normas que conforman ese plus disciplinario está legitimado por el papel ya explicilado de la educación en nuestra
sociedad industrial, lo cual legitima a la vez las exigencias de la institución respecto de los internos y su respuestas
al modelo de persona que suhyace en dichas exigencias: alguien dispuesto a aprovechar la oportunidad de
estudios, aprendizaje de un oficio y educación-formación general (enlre las que se encuentra, saber comportarse
sin desentonar de los valores burgueses de urbanidad); y todo para llegar a ser una persona que comprenda la
necesidad de la dignidad y el trabajo para conseguir mayores cotas de bienestar y “satisfacción" (ciudadanos,
honrados y trabajadores). Esto implica que la institución lambién queda legitimada para actuar frente a la falta de
respuesta o respuestas adversas a las exigencias ya mencionadas. No es raroque la expulsión aparezca como última
consecuencia del plus disciplinario, en tanlo significada como fin de la oportunidad donada. A los que no
responden se les acaba retirando la confianza/oportunidad como última forma de castigo.
BIBLIO G RA FÍA
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¿OLVIDO DE LA UNIVERSIDAD POR PARTE DE LOS UNIVERSITARIOS?
1. LA IN TEN CIÓ N
La modesta ¡niención de estas lineas y dalos es la de tratar de confirmar una impresión personal respecto
a la relación con In universidad de los profesores universitarios, más propiamente de los científicos sociales y de
los especialistas en educación ante lodo.
Cuando ya nadie duda de la ¡nstilucíonalización en España, no ya de la sociología, sino de sociología de
la educación, podemos aproximarnos a sus producios para calibrar que antención presta a ciertos lemas concretos
y deducir algunas conclusiones.
El tema es la Universidad, y ia impresión, o hipótesis, que en los últimos años ha descendido el inlerés
por pensar y escribirsobre su problemálica, lomando como indicador las publicaciones sobre los diversos aspectos
de la institución. Y esto, de ser cierto, ocurre cuando el número de especialistas de la educación y el número de
publicaciones sobre la educación ha aumentado destacadamente.
Nos cansamos de repetir que vivimos cambios sociales muy rápidos, y que éstos, en más o en menos, antes
o después, afectan a las distintas instituciones. Entre las educativas, las universitarias parece que deben verse más
afectadas y problemalizadas, especialmente cuando, como ahora, se ven sometidas a presiones exteriores, desde
el propio país y desde fuera de él, las que proceden de la homologación de titulaciones y credenciales profesionales
con Europa.
En esla ocasión me limitaréa repasar los trabajos publicados desde los años cincuenta a la actualidad sobre
educación y sobre la universidad y, comparándolos, ver cual ha sido la evolución relativa de estos últimos y las
etapas que se pueden diferenciar al respecto. Terminaré haciendo algunas insinuaciones sobre las posibles razones
de las variaciones encontradas.
Para esle fin utilizaré aquellas relaciones bibliográficas que parezcan más adecuadas por su selección y
cobertura. Aunque las situaré bajo la etiqueta de trabajos de sociología de la educación, como se presentaron en
su día dichas bibliografías, es evidente que algunas de las obras censadas, especialmente las primeras en el tiempo,
solo por extensión pueden considerarse como tales.
Me apoyaré en dos de estas colecciones que, juntas, cubren largo y reciente período. Las dos básicas son:
la contenida como apéndice en mi obra "Educación y Sociedad. Las sociologías de la educación'", que cubre desde
los años cincuenla hasla 1979, incluido, y la recién publicada por losé M° Aguilar, en “Sociología de la Educación'1,
que cubre desde los selenla a 1991, también incluido. Aunque los criterios de clasificación de los autores no hayan
sido idénticos, en ambos han sido amplios y, en lodo caso, suficientes paia los fines que se pretenden.
Se han escrito varios estados de la cuestión en sociología de la educación, si bien la fiebre de estos trabajos
ya ha pasado como consecuencia fundamentalmente de esa institucionalización lograda. Algo parecido se puede
decir de las recopilaciones bibliográficas, un idas o no a los anteriores. T ornando las dos arriba señaladas y haciendo
los correspondientes recuentos obtenemos las cifras que se resumen a continuación.
L i temática de los artículos dedicados a la universidad en todo el período, e incluso sus enunciados, dejan
traslucir claramente las preocupaciones de cada momento y el contexto social en que se producen.
Hasta 1968, y no parece casualidad, prácticamente todos los trabajos se refieren a los estudiantes
universitarios, sus características y procedencia, (l-lay tres estudios, de 1063,1967 y 1968, incluso con el mismo
titulo: procedencia social de los universitarios). Precisamente ese año tan significativo se empiezan a problemalizar
los estudios o los enunciados. López Aranguren titula un Irabajo publicado en Nova Terra "El problema
universitario" y tras él vienen otros relativos a "Universidad y democracia" o "Universidad y cambio"
En el 70 llega, al menos en los títulos de cienos trabajos, la rebeldía estudiantil: "Los universitarios opinan"
de Durán Heras y la "Rebeldía universitaria" de Garrigo. El año siguiente A. Nielo publica en Ariel "La ideología
revolucionaria de los estudiantes europeos", seguidos el siguienie por dos publicaciones de Ruedo Ibérico:
"Universidad, crónica de siete años de lucha" y “Notas sobre el movimiento estudiantil en España". También esle
año y lambién fuera de España aparece el trabajo de S. Giner "Studenls, university and sociely". Oe Tierno Galván
sale en Seminarios y Ediciones "La rebelión juvenil y el problema de la Universidad".
Cuando se estaba insistiendo en lo problemático y se publica el "Diagnóstico de la Universidad", de A.
de Miguel, y "El futuro de la universidad y otras polémicas1', de López Aranguren, ambos en 1973, llega la
preocupación por la selectividad y su descontento, tema que ocupa prácticamente los pocos trabajos de los dos
años siguientes.
Los años 1977 y 78 muestran una especie de "explosión'* en trabajos de temas universitarios, suponen casi
un tercio de los registrados antes del 80, así como en la diversidad, carácter crucial y posiciones críticas. Algunos
títulos servirán de mueslra: 'El poder del cuerpo de catedráticos", "La reconstrucción fallida: e¡ movimiento
estudiantil de 1971 a 1976", “La universidad y la división del trabajo1', “Universidad y lucha de clases'1, "Sobre lo
que se dice y lo que se calla al enseñar filosofía".
La década de los 80 representa, según mi hipótesis, la desertización creciente da las publicaciones
dedicadas a la Universidad, precisamente cuando la sociología y su especialidad en educación se han
institucionalizado, cuando empiezan a multiplicarse sus cultivadores, son mucho mayores las publicaciones
periódicas que acogen los trabajos y cuando la investigación social y educativa en concreto encuentran más
apoyos.
La interpretación lógica de lo ocurrido podría ser fácil: el país y la universidad han dejado de tener
problemas preocupantes Sin embargo, la primera mitad de la década se pasó preparando la nueva ley para la
universidad, y la otra mitad aplicándola y apareciendo sus defunciones. La etapa culmina con otras novedades
importantes: intentando reformar esa LRU, diseñando los nuevos curriculos e introduciendo nuevas titulaciones.
Nada deeslo parece irrelevante social y académicamente, como tampoco lo es la aprobación de la ley que autoriza
universidades privadas ni la multiplicación de las públicas, por loque mantengo inexplicada esa disminución tan
drástica de los trabajos sobre la universidad.
5. POSIBLES RAZONES
No es difícil proponer una serie de posibles razones que habría que discutir, verificar e inlergrar.
Cabría diferenciar las que se refieren predominantemente a los estudiamos, a los profesores y a la
institución. Respecto de los estudiantes, se ha escrito recientemente "Mayo 93. ¿Despiertan los estudiantes?"; sin
embargo se ha escrito mucho más de pasividad o pasotismo y desmovilización. Pienso que, desde hace tiempo,
la anticipación de lo que espera a los estudiantes después de terminar los estudios les ha hecho despreocuparse
de casi todo lo demás. Por supuesto la multiplicación de los centros universitarios es un alivio importante para los
estudiantes y quizá más para sus familias. Por supuesto, el nuevo contexto político que construye la democracia,
ha desactivado mucha movilización universitaria
La institución como lal luchó y esperó tanto la autonomía que luego le han llegado multiplicadas. Por eso,
puede estar ahora muy entretenida con "las autonomías", es decir, la de la propia universidad, la de las facultades
y, sobre lodo, con las de los departamentos, donde se deciden, entre otras muchas cosas, la selección de los
aspirantes al profesorado y su promoción. Por supuesto, el ejercicio periódico de ese peculiar "trasplante
democrático" a los distintos niveles universitarios lambién parece entretener inquietudes e impulsos renovadores
que, de otra forma, se encauzarían hacia otras metas.
Al profesorado, es evidente que lodo lo anterior le debe ocupar y preocupar lo suyo, una vez eliminada
la inquietud del “penenazgo*. Dentro del ámbito académico es cierlo que oportunidades diversas, recientemente
aparecidas o incrementadas, deben significar mayores oportunidades y más elevado grado de satisfacción y,
consiguientemente, menor problematicidod. Basle recordar la proliferación de "masters" y cursos o universidades
de verano, que con las "plazas* abiertas en las nuevas universidades parecen significar un volumen importante y
destacado de nuevas oportunidades. Aun pueden citarse otras novedades que más bien deberían haber estimulado
estudios y publicaciones, entre ellas: la reforma déla LRU, la legalización y aparición de las universidades privadas
y la creación de nuevas titulaciones y modificación de las existentes.
Pero desde fuera de la propia institución lambién han llegado recíenlemente oportunidades de actividades
complementarias para los profesores ligadas, para simplificar, a las administraciones públicas y las empresas, que
lambién han podido desproblemalizar adicionalmenle la situación.
Sospecho que estas y otras razones, (Mr supuesto, no aisladas sino conectadas entre si y con oíros
elementos, están en la explicación de eso constatada escasez de esludios actuales o recientes sobre la universidad
españolo. No me he referido más que o situaciones y factores endógenos, lo que impide hacer ninguna referencia
a lo que ocurre a esle respedo en los países vecinos, aunque si tengo clara otra impresión, la de que, en ellos, los
más importantes, no ocurre lo que en el nueslro. Pero eslo conslolocíón queda para otra ocasión.
B IB L IO G R A F ÍA
' ALONSO HINOIAL, I., (19001: Educación y Sociedad. Los sociologías de la Educación -M adrid, C .l i .
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Madrid, C .I.D .E., Universidad Complutense de Madrid.
" O RTEGA, F. y olios (1989): Manuol de Sociología de la Educación - Madrid, Texlos Visor.
'* En este colectivo hay un artículo titulado «Educación y empleo» que no considera trote propiamente de
la Universidad puesto que es una discusión de la leoría del capital humano.
GARCIA DE LEON, M'1Anlonia y otros (1993): Sociología de la educación.- Barcelona, Borconova.
" Eslo última declaración de intenciones no quila paro que se dedique uno de los quince trabajos a la
sociología anglosajona en cuya bibliografía, congruentemente, solo figuran dos trabajos no escritos en inglés, uno
del colombiano M. Díaz y otro mío. En el cap 8 ocurre justamente lo mismo y algo parecido en otros.
___. - ÍU
CONTRIBUCIONES DE LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN A LA CRÍTICA DE
LA SOCIOLOGÍA
/V Benedho C.m no m i
Universidad de Valencia
Tal vez el objetivo priorilario de esla exposición debiera consistir en explicar el paradójico y enigmático
título, pero no será asi. Me propongo indicar una delerminada linea de acción, y para ello partiré de la construcción
de un determinado concepto de educación.
Para que la educación pueda funcionar como concepto es necesario caracterizar la distribución de su
extensión y la estructura comprensiva de su conlenido. En primer lugar, la educación puede o no decirse de la ense
ñanza, de modo que obtengamos una enseñanza educativa o una no educativa En segundo lugar, la educación
se dice lanto de procesos formales (institución escolar) como de no formales Lo importante para nosotros es que
la enseñanza no agola la extensión del conceplo educación. Pero el problema se presenta aquí porque la es|)ec¡-
ficfdad educativa parece perderse al identificarse con los procesos de socialización Ahora bien, si socializar es
transmitir e interiorizar una cultura, ¿lodo binomio enseñanza-aprendizaje es educativo?, ¿no nos remite eslo al
punto de parí ida?, ¿es la educación solo formación?, ¿formación de qué?, ¿de individuos, desuietos?. No es tomis
mo formar a individuos o sujetos que producirlos. Rellenar de conlenido una forma no es lo mismo que fabricarla.
La extensión del conceplo «educación» es la conformación de los procesos de individualización/sujeción,
i.e., los procedimienlos de determinación de las libertadesJ. Asi la educación incluye tanlo la formación (los
fenomenos de regulación del saber) como la socialización (las formas dedistribucióndel poder), y las incluye como
medios para caracterizar la individualización (los modos de saberse libre y de hacer uso de esa libertad). Si la
relación de gobierno sintetiza la relación de poder y de saber, la educación se dice de la gobernabilidad de las
libertades \ ¿Qué se dice concretamente?. Que se puede influir en, que se puede conducir, dicha gobernabilidad
a través de un determinado saber. Si hay un poder que sabe gobernar las libertades es porque es posible gobernar
el gobierno de las libertades. Eslo me lleva a dos lipos de reflexión. ¿No es el pensamiento la capacidad de
determinar las determinaciones de la libertad?; ¿qué tiene que ver la investigación sobre el pensamiento con la
investigación sobre la educación?. No debe olvidarse que la reflexión acerca de lo teórico está atravesada de un
exigencia pedagógica. Si se establece con recurrencia que el ser humano no puede gobernarse, pero sí se le puede
gobernar, ¿por qué cuando se admite el autogobierno se exige la educación?, ¿no se trata con ella de reintroducir
la exlerioridad?.
Si el ser humano se caracteriza por el pensamiento o porque debe ser educado, ¿no podemos escapar a
la gobernabilidad? '• La ciencia del hombre (y de la mujer) tiene que ser una ciencia del gobierno de la especie
humana, i.e, de los modos de reglamentar su obediencia. Si esloes así, ¿cómo educar a los ed u ca d o re s?Esle e s
el punto de partida del Irabaio.
¿En qué contexto intento abordarestos problemas?. En el de la sociología de la educación. Esta, como loda
práctica discursiva y no discursiva, puede ser abordada en su tiempo (en su historia formativa), en su espacio (en
su estructura epistemológica) o en su conceplo (en su qué es como saber y como acción). Trataré cada uno de estos
momenlos centrándome en el ultimo.11
Casi lodos coinciden en señalar como significativa la división enlre nueva y vieja sociología de la
educación, y lo es \ La vieja, marcada por el funcionalismo, liene pretensiones científicas, tiende al modelo de
orden y de equilibrio, responde a una fase de expansión del capitalismo y se basa en un modelo sistémico de
determinación La nueva, marcada por el interaccionismo, liene pretensiones criticas, tiende a potenciar el
desequilibrio y los factores de caos, responde a una fase ríe recesión del capitalismo y se basa en un modelo
hermenéulico de reflexión La contraposición no puede ser más clara. Pero organicemos este amplio periodo
temporal por medio de un .mdlisis ca u sa l,J.
" C . Lerena, M alcríales ríe sociología (le la educación y de la cultura, M adrid, Zero. 19115.1. Alonso H in o jal: -C lásicos y neoclásicos
en sociología de la ed u cació n, en educador, y sociología en España ((’ . I erenal, Madrid, Akal, 1987.
1,1 La escuelo com o m icrocosm os ro m o subsistema de la sociedad.
" La escuela com o sistema que corres|>onde a l sisiem a He la seriedad.
La causalidad es un principio lan ío d e ser com o de pensar y puede -<■< ím n ial eticienle. final y material.
" Va sabemos que los benetifios del capital pueden ser mediatos (gan.uit.his m i inmediatos (intereses)
M |. Vareta - F. A lvarez, ArquenkigM <le la escuela. M adrid. I a Piqueta IM'H
' M . Fernando/ Engulla. M arxism o y sociología ríe la educación led.l. M adnd. A kal, 1'J06.Trohajo, escuela e ideología, Madrid,
Akal, 1984.
Historia y naturaleza v iu d o s inslam tasq ue la razón utiliza para ju silla ai u p in h lem atizar la g o h em a b ilkla d d cl ser humano,
_____ 5M
El análisis histórico ha concluido en una pluralidad de obietos, técnicas, métodos v leoriasr . Pero aunque
es necesario saber de las diferencias para evilar confusiones, ese no es el único lipo de hisloria que cabe practicar.
También puede uno preguntarse por el orden ele distribución de dicha multiplicidad, por qué reglas se rige la
aparición de ciertas leorias y no de oirás. Esle lipo de investigación podría darnos una idea de la unidad del campo
y ilr- su matriz de posibilidades y presupuestos
Anles de emprender (al tarea puede ser de utilidad decir algo respecto a la perspectiva sociológica desde
la cual se aborda el concepto-objeto educación. La sociología es un saber (hermenéutica) técnico-sistemático
aierca de los modos de producir y reproducir la gobernabilidad (la relación moral mando-obediencia! en la
contemporaneidad económica y política, marcada por el dominio riel capitalismo y del constitucionalismo. La
soi lologia es una propedéutica política que ocupa el lugar ríe la teología y la metafísica como ciencias de la
gobem.ibilidad
La sociología de la educación, como toda sociología, tendría 3 posibilidades de desarrollo. Una científica
que pretendería fundamentares.! gobernabilidad estableciéndola contó posible y necesaria. Una critica (formaliler)
cuya finalidad seria presenlar los límites de la gobernabilidad y sus modalidades. Y una crítica (malerialiter) que
tendría como objetivo la necesidad de entender y practicar la sociabilidad de otro modo que no sea el de la
gobernabilidad o el de la división de clases
Si he inlrndui ido esla definición-clasificación 110 es sólo para organizar mejor los niveles que analizaré
posteriormente, lambién In he hecho para señalar de qué modo la sociología de la educación es un contexto
propicio para reflexionar '•obre las funciones de la sociología, en la medida que se objeiivan específicameme los
lenómenos de gobern.ibilitl.iilm.is allá de los de explotación y dominación, Si la sociología de la educación es un
saber acerca de un saber intimamente relacionado con la gobernabilidad. puede ser un lugar privilegiado para que
la sociología piense sobre si misma.
17C García: «Elenu'nls inlrcduclmis lo Sm¡niobio (le leducaciñ coma ciencia soci.il> en Sociología de l educació, EUMO,
Barcelona,
" V e i cila 8
" Se Irala de un lia lia m inédito prescnl.ulo n i el IV Congreso español ríe So cío Iorút «Bases m etodológicas pora uro
m elasociologíii».
•'"V e rcila O
3. Nivel científico-metodológico (conceplo)
Si la sociabilidad como gobernabilidad es el objeto, no es difícil entender que los mélodos explicativo y
comprensivo de la sociología se aplique sin apenas restricciones. Mientras la explicación tiene sus bases en la
causalidad, la legalidad y la determinación, la comprensión las tiene en la finalidad, la libertad y la reflexión. La
categoría de poder permite unir ley y libertad, la subjetividad unifica determinación y reflexión y la historia
enlendida como producción sintetiza causalidad y finalidad. En consecuencia, las relaciones históricas enlre
subjetividad y gobernabilidad dan cierta consistencia al método unificado de la sociología. Someter la libertad a
la ley (deber) y la ley a la libertad (representación) hace que la gobernabilidad sen un concepto tratable tecno
lógicamente.
M M Fernández Enyuila, Poder y participación en el sistema educativo, Paidós, Barcelona. 1992 Ver también el número 6 de la
revista A rchipiélago (19911
c) La cuestión fundamental: el cambio socio-hislórico
La SE es un saber de carácter tecnológico y reflexivo. Tecnológicamente hace que tos educadores crean
en las exigencias económicas y políticas que determinan a In institución escolar. Reflexivamente hace que tomen
conciencia de cómo íuncionn formalmente el conflicto de clases. Pero, ¿es suficiente la reflexión?, ¿suficiente para
qué?. Para resolver el problema de fondo de las transformaciones de la SE, el del cambio social. ¿Puede cambiar
la educación a los seres humanos?, ¿produce la educación o solo reproduce?, ¿que produce?, ¿qué reproduce?.
El terror a la revolución ha sido la base del deseode una reiorma evolutiva fundamentada en la educación
La producción y la reproducción se pueden unir por la producción (revolución) o por la reproducción (evolución)
Educar es gobernar el propio gobernarse, es hacer lieterónomo lo autónomo; se entiende porque trás la ilustración
crítica que problematizó cierto conceplo de libertad vino un movimiento pedagógicoy moral que reaccionó contra
ella.
Revolucionar es cambiar las reglas de juego, evolucionar es desarrollar (desplegnr, explotar) las reglas ya
existentes. Si la sociología científica trabaja por una cierta ordenación, In crítica busca las configuraciones posibles,
pero ambas se desenvuelven en el marco evolutivo.
A la crítica de la sociología le preocupn de un modo muy especial que el derecho a jugar un movimiento
devenga el deber de jugar una determinada jugada entre las posibles. Se le hace necesario pensar en reglas que
preserven el derecho, en reglas no coactivas, en reglas que no sean de obediencia o de obligado cumplimiento.
La crítica cambia de naturaleza y de lugar cuando disocia el derecho (mando) del deber (obediencia), cuando
rompe la relación de gobernabilidad, cuando deja de pensar la libertad como gobernabilidad o deja de ponerle
principios a la libertad.
Pero el saber que es la SE reflexiona y actúa sobre los procesos de saber, su objeto específico serin la
relación enlre política y saber (dispositivos de influencia) y In relnción entre saber y sociednd (mecanismos de
cambio). Tantoel funcionalismo como el interaccionísmo abordan estas dos relaciones, les preocupa cómo el saber
(o la cultura en tanto quesaber de sí de una sociedad) es útil para la autotransformación de la sociedad. Lo relevante
es que ambas planteen el problema del cambio de un modo mediato, a través del saber, y no de forma inmediata,
alterando directamente las relaciones de poder. La SE no es solo un lugar privilegiado para plantear el problema
del cambio en las sociedades contemporáneas, también lo es para reflexionar acerca del saber y sus funciones
histórico-polílicas. Lo paradójico del caso es que en la nueva SE falta un anáfisis especifico del saber. ¿No sera
poque la sociología critica se autolimita al no querer pasar n la critica de la sociología?, ¿qué tiene de problemático
el análisis del saber?. El fin concreto de este trabajo es cambiar el lugar de la critica a partir de un estudio de los
trabajos de la nueva SE. Intento mostrar bajo qué condiciones se hace imposible pensar la gobernabilidad como
principio de la libertad tomando como objeto de reflexión el paso del conceplo «enseñanza» al concepto
«educación». Atender a la dimensión educativa de la enseñanza permite acceder a su naturaleza productiva, lo
cual, como veremos, será la vía de entrada al análisis de las condiciones de la gobernabilidad. Superando la
sociología del sistema de enseñanza se pueden plantear los limites de los formalismos y de los presupuestos de la
objetividad al analizar cómo y por qué se produce el saber. Con el paso de la enseñanza a la educación dejamos
de pensar desde la perspectiva del saber Si logramos dejar de verel saber comoel movimiento propio del gobierno,
reponiendo la problemática específica de la gobernabilidad, habremos dado el primer paso para una critica de la
epistemología. Las contribuciones de la SE a la critica de la sociología pasan necesariamente por esla destrucción
de la epistemología.
Si debemos a Marx el análisis de la reproducción ampliada del dinero, de In estructura del capital como
resultado diferencial debido a la explotación, también debemos a los sociólogos críticos de la educación el análisis
de la reproducción ampliada del poder, de la estructura del sujeto como producto de la dominación. Si Marx realiza
un análisis genérico de la sociedad como producción, de sus momentos como entramado de relaciones de poder,
los sociólogos críticos llevan a cabo un análisis genérico de la cultura como reproducción, de sus momentos como
entramado de relaciones de saber. Si la determinación de la producción pone las bases del concepto teórico de
explotación a través del uso do la tuerza de trabajo (energía), la delerniinación tle la reproducción pone las bases
del concepto teórico de dominación a través del uso del lenguaje (información!. Ahora bien, si Marx no llego a
completar por si mismo el proceso de reproducción del capilal, los sociólogos críticos aún no han articulado el
proceso de producción del sujeto
b) De la reproducción a la producción.
La sociología critica de la educación se ha centrado en el proceso de reproducción del sujeto porque
sostuvo que si la función del sistema de enseñanza no era ni igualar ni adaptar, en una palabra producir el cambio
o ajustar las diferencias, tendría que ser la reproducción del orden de clases existente El problema era que desde
esa perspectiva la cuestión íundamemal del cambio ya no era tan pertinente en el ámbito escolar. Sólo un cambio
económico y político podría dar lugar a otros modos de reproducción. Pero entonces ¿cómo plantear la cuestión
política en el ámbito de la educación formal?. Esta pregunta no es baladí si tenemos en cuenta que se ha partido
del análisis político del conocimiento.¿No es posible contrarrestar una fuerza con otra fuerza?. El análisis del
proceso de producción del sujeto nos permite salir del impasse. El saber se produce construyendo formas de verdad
y modos de saber de si, formas y modos cuya articulación gubernamental produce poder.
Con el análisis de la instrucción y de la disciplina constatabamos como el hombre deviene individuo (con
conocimientos y hábitos) y sujeto (con derechos y deberes). Hemos comprobado cómo se nos prepara para la vida
económica (capital-trabajo) y política (ley-libertad). V siempre con la misma regla: el trabajo se debe al capital y
la libertad a la ley. Profesíonalizarsey hacerse persona exige aceptar el dominio del capital y de la ley. La sociología
crítica de la educación ha expuesto cómo se reproduce el individuo económico y el sujeto político, cómo se
reproduce la libertad de un cierto modo. Pero ¿cómo se produce?. La libertad no es el principio de la producción
económica y política, se entienda unívoca (perspectiva funcionalista) o plurívocamente(perspectiva crítica) Este
es el idealismo que comparten tanto la sociología científica como la crítica. Se piensa que el principio de la
producción es el saber y que el principio de éste es la libertad. Si se olrece un análisis de la libertad en términos
de identidad, la visión de la producción será no conflictiva.; si se hace en términos de diferencia será conflictiva.
Ambos modos de pensar son subjetivos. La sociología crítica de la educación ha visto lanto la fase de producción
de la verdad (instrucción) como la fase de producción de la libertad (disciplina), pero ha visto estas dos fases por
separado, no ha visto su proceso de producción conjunto!l'.
El principio de la libertad ha sido hasta el momento el saber y el principio del saber ha sido la producción.
El sujetoda relación moral) se debea la ciencia (relación leóricoly ésta nm omtutira en basea las relaciones técnicas
de poder. La reproducción se produce lanto como la producción. 11 de los momentos del saber ha
posibilitado acceder al punió de vista de la producción y separar la educación formal de la informal. Toda
educación es informal, pretende determinar (gobernar) las determinaciones (verdaderas) de la libertad (saber) En
el sistema formal de enseñanza esa relación de gobierno externa deviene interna como saber -' Fuera de la escuela
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la reproducción de la relación capital-trabajo» en Ed ucación y sociedad 2.
17 R. Sharp. Conocim iento, ideología v política ed ucativa, Akal. M adrid. 1989.
lambién se nos prepara para la economía y la polílica, lambién se nosproduce como libertades quedeben obedecer
las refilas de juego, pero no epistemológicamente. El análisis del sistema de enseñanza nos ha permilido pasar de
la reproducción a la producción porque el saber ha sido la clave para diferenciar enlre enseñanza y educación.
Mientras la sociología íuncionalisla subordinaba la reproducción (cultura) a la producción (sociedad), la
critica las coordinaba. Pero ambas se centraban en el factor reproductivo, en la dimensión de la experiencia. La
propuesta dialéclica consistiría en retomar el punto de vista productivo pero para atender al proceso de producción
de la producción: producción-reproducción-producción'. Aunque en la perspectiva sis te m o se parla del factor
productivo se desarrolla una teoría de la acción que no ponga en evidencia la explotación. Y aunque en la
perspectiva critica se haga corresponder la producción y la reproducción, se construye una teoría de la experiencia
que no es capaz de explicar la producción desde la reproducción. La dialéctica pretende partir del hecho histórico
de la explotación para exponer su despliegue y sus transformaciones por medio de las formas de dominación:
explotacióndom inaciónexplotación'.
Ahora ya podemos aplicar los tres niveles de la reflexión sociológica a la relación de gobierno (de poder/
sociedad-saber/cultura). La sociología científica está en el nivel del lenguaje objeto, en el de la escisión entre objeto
(escuela) y sujeto (sociedad). La crítica está en el nivel del metalenguaje porque objetiva el sujeto que es la soc iedad
y asi establece una mediación subjetiva entre cultura y sociedad. Pero la critica de la sociología tiene como
finalidad objetivar al saber sociológico, explicar su producción histórico-política, y para ello debe hacer subjetivos
los supuestos objetos de escuela y sociedad. El objeto de la dialéctica es el saber, pero en su forma objetiva, en
la dialéctica sólo cabe transformar la objetividad. ¿Qué quiere decir eslo?, que cambiar las relaciones de poder
dentro de la escuela es cambiarlas fuera y viceversa, no hay precedencia sino simultaneidad La producción es
reproducción porque la reproducción es producción. La primera condición de la crítica debe ser limitar el saber,
desmontar la operación polílica que es la epistemología para impedir que la gobernabilidad sea el principio de la
libertad. Si la libertad no es lo que debe ser gobernable en si misma, tampoco tiene que ser gobernada por otra.
La legitimación de la obediencia se desploma con la crítica al saber. Pero eslo es insuficiente porque las formas
de explotación y de dominación persistirán hasta que se acabe con ellas. La gobernabilidad económica y política
seguirá organizando las relaciones enlre los seres humanos basta que sea aniquilada realmente. En todo caso el
ejercicio crítico debe impedir que la racionalidad se identifique con la gobernabilidad. Sólo de esle modo se podrá
problemalizar siempre la gobernabilidad. Poder posicionarse ante ella es no postular nunca la necesidad de la
obediencia.
3. LAS SO C IO LO G ÍA S DE LA ED U C A C IÓ N C O M O A N TRO P O LO G ÍA S PO
TICAS
Según lo expuesto se comprenderá que el interés primordial es antropológico, ¿qué se hace con el
hombre?. O mejor, qué hace el hombre consigo mismo, con los otros hombres y con su medio. Pero la antropología
puede desarrollarse al menos de tres maneras, t ) ¡Qué podemos hacer con el hombre?. Se trata de una antropología
lecnica de exposición de posibilidades. 2) ¿Qué debemos hacer con el hombre?, Se traía de una antropología moral,
de exposición de necesidades. 3) ¿Qué hacemos realmente con el hombre?. Se trata de una antropología política
porque expone la relación del hombre con el medio, consigo y con los otros hombres por medio de las relaciones
interhumanas. La antropología política tiene a su vez dos orientaciones. Según una, lo que hacemos con el hombre
es gobernarlo porque es necesario y posible. Según la otra ese gobierno que conduce a la explotación y a la
dominación no se puede justificar. Si antes decíamos que el ser humano produce su producción y su reproducción,
ahora podemos decir que la especie humana es polílica porque ésta media enlre la técnica y la moral.
Desde la reflexión educativa sabemos que el hombre es formado y producido y desde la perspectiva
sociológica sabemos que esa formación-producción se realiza entre hombres. La sociología de la educación no
puede dejar de ver la antropología como polílica. Y asi, o se inclina hacia el saber de la gobernabilidad de las
libertades o hacia la negación de dicha gobernabilidad. La pregunta inicial se dirigía hacia las reglas que rigen la
producción de un saber acerca del saber. Desde las determinaciones económico políticas hemos llegado al juego
de las relaciones enlre producción y reproducción. Si el capitalismo pasa por lases de expansión y de crisis, de
aceleración productiva y de replanleamienlo reproductivo, lo hace para desarrollar su expansión, su producción.
Las crisis, la objetivación de las diferencias, son un instrumento para cambiar la producción integrando tales
diferencias. La sociología critica de la educación debe examinar el campo de juego que la está posibilitando, por
ello debe lomarse a si misma como objeto de reflexión y constatar en qué medida colabora con un cierto modo
de producción Pero esto ya no es sociología crílica es crítica de la sociología. I a sociología de la educación está
específicamente preparada para dar ese salto ya que sus objetos de estudio son la reproducción y el saber.
Hemos internado mostrar que la critica de la gobernabílidad exige una crílica de la experiencia y de la
subjetividad, una crítica de las formas de producción y reproducción. Que la ciencia del hombre no se desarrolle
en la linea de la gobernabilidad exige que replanteemos el concepto de libertad y la separación enlre razón y
gobierno.
DE LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN A LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA.
APUNTES PARA EL TRÁNSITO
1. P R E S E N T A C IÓ N
Más que un programa acabado y definido que guie las actuaciones futuras en el ámbito de los análisis
sociológicos de la educación y de la cullura -lo que sin duda seria presuntuoso e idealista por mi parte- lo que
propongo en este trabajo es comenzar a centrar un debate alrededor de unos cuantos aspectos problemáticos, que
afectan decisivamente a las ciencias sociales en las últimas décadas y, en particular, a los campos disciplinares que
nos ocupan.
Y tanto da que el punto de arranque de estos problemas haya surgido del interior del mundo científic
sentido estricto, como que se hayan planteado inicialmente al margen de aquél, porque en cualquier caso seria
propio de una actitud de autosuficiencia científica el no abordarlos si consliluyen lemas sociales relevantes.
Algunas de las cuestiones que pasaré a comentar conducen, en mi opinión, a una limitación de la
capacidad explicativa de las sociologías de la educación existentes', y aconsejan su reubicación en una perspectiva
cieniííica más amplia, que podría denominarse Sociología de la Cullura o sí se quieren evitar las rupluras drásticas
de las nomenclaturas existentes «Sociología de la Cultura y de la Educación»\ Cualesquiera de estas elecciones
es lambién problemática, plantea veniajas e inconvenientes científicos, institucionales y sociales. De momento,
lo considero como un tema abierto sobre el que progresivamente habrá que ir decidiendo, epilemológica y
teóricamenie, como, en mi opinión, ya se viene haciendo desde hace algún tiempo en la investigación,
principalmente empírica.
Los problemas que se van a comentar posteriormente consliluyen elemenlos esenciales del desarrollo
científico y social de los últimos tiempos, su tratamiento en esla comunicación, por razones obvias, no siempre
supera el carácter de inventario. Pero lodo inventario en la medida que introduce criterios de selección y
aproximaciones explicativas, es crítico por definición. Este, ademas, es profundamente interesado en tanto
transmite una serie de ¡deas que van madurando y que tratan de orientar mi quehacer leórico y empírico en la
sociología próximamente.
Considero necesario decir que mi punto de partida en este trabajo no es la sociología de la educación,
sino estrictamente las sociologías de las educación que, desde los sesenta, nacieron y se desarollaron como
respuesta al optimismo merilocrálico y socialmente igualador, que servia de soporte para el análisis de la educación
institucional por parte de las perspectivas positivistas y funcionalislas. Esla elección dista de ser arbitraria: la
sociología de la educación puede recibir ese nombre, cuando incorpora a su ámbilo científico en toda su amplitud
el debate social y político que se desarrolla alrededor de la educación en el capitalismo avanzado, a partir del
momento en que amplía su objeto de investigación a la identificación, definición y explicación de los diversos
mecanismos que evidencian el carácter de cobertura ideológica que liene, para la organización y dirección de la
'M e p ,vecen acertadas las razones Apuntadas por Lerena para utilizar el plural, desde los 60. Lerena, C .,: Materiales de Sociología
de la educación y de la cullura, Madrid, Zoro, 1985, pág. 302.
•' En la propuesta curricular del titulo nuevo de Pedagogía en la U niversidad de La Laguna aparece una asignatura obligatoria de
prim er ciclo con la denom inación de Sociología de la C u llu ra, que ha (le ser cursada por el alumnado antes d e la Sociología de
la Educación. En el caso del titulo de Ed ucación Social aparece una m ateria, también obligatoria, denom inada Sociología de la
Cultura y de la Educación.
sociedad, In remozada tesis lilyer.nl de la igualdad de oportunidades centrada en la educación, que permite ocultar
la sistemática limitación de las oportunidades de movilidad social ascendente de las clases subalternas
Además, dejo claro desde el principio mi posición epistemológica: no me preocupan las discusiones
científicas y epistemológicas en las ciencias sociales en sí mismas, por lo que huyo de cualquier neutralismo
meta teorice, pero, sobre todo, de la búsqueda de cualquier servicio racional a la ciencia autónomamente
entendida en términos sociales. Sin menoscabo de consideraciones de más alcance que presentaré más adelante,
lo otro puede constituir el mejor servicio a la negación de lo social y puede abocar al peor de los ¡racionalismos.
Me orienta el compromiso de la sociología con la explicación de problemas sociales sustanciales y su
contribución, a través de esa comprensión, a resolverlos. Ello obliga, en consecuencia, a defender dos cuestiones:
1) la sociología no puede desconocer, y basta tiene que incorporar, los debates sociales fundamentales en una
sociedad como la nuestra y, 2) el conocimiento de lo real conlleva, necesariamente, a la parí icipación más o menos
autorizada en los mismos, lo contrario, aparte de problemas como el parcelamienlo artificial de la realidad,
también presenla un sentido muy preciso: servir y profundizar la separación enlre instituciones académicas y
científicas y la sociedad, enlre ciencia y sentido común, entre expertos y científicos y legos o más aún, favorecer
el sostenimiento y reproducción de la organización social realmente existente.
2. LÍM ITES D E LA S O C IO L O G ÍA DE LA E D U C A C IÓ N
Aunque diversas aproximaciones parciales lo han intentado, algunas de un interés más que notableJ, la
sociología de la educación no ha sido sometida a un análisis sociológico (y aún menos los sociólogos). Esla
situación evidencia, por un lado, una laguna general de la sociología del conocimienlo para abordar estudios
sistemáticos de los intelectuales sociólogos (tal como señalara Gouldner hace tiempo)’ en las diferentes espe-
cializaciones de la sociología, pero para el caso de la sociología de la educación parece significar, además, una
más que discutible autonomía del campo disciplinar. La ausencia de esle tipo de Irabajos impide un conocimiento
preciso sobre cuáles han sido o son las condiciones sociales, científicas, institucionales y biográficas que han
propiciado los cruces de perspectivas, los cambios de rumbo, las síntesis y los debates en la disciplina. Seria
especialmente interesante, en esle sentido, saber por ejemplo como se produce la sanción académica de
determinados clásicos (aunque sean clásicos modernos), a través de qué mecanismos y, en definitiva en virtud de
qué procesos se «mata f a autores vivos transformándoles en cánones de obligado conocimienlo y reconocimiento.
1 En investigación y especialm ente en cien cias sociales, com o se lia señalado hasta la saciedad, los conceptos nunca son inocuos,
sino que consliluyen parte del andam iaje intelectual con el que se accede a la investigación em pírica y, consecuentemente,
favorecen determinarlas formas de m anipulación del objeto de estudio que se aborda. Este es lam bién el caso del término
subalterno, de inspiración gram sciana que utilizo en esle trabajo. Frente a olios que se usan de (orina alternativa o intercam biable,
considero que este tiene más conveniencias. Hablam os de las diversas formas de vinculació n de diferentes grupos sociales a las
relaciones de dirección ideológica y cultural en una sociedad determinada. Relaciones que son producto de y fruto de situaciones
y prácticas sociales que lienen pleno sentido, jusiam ente, en esa vin cu lació n.
Frente a la idea de dom inación, aquél tiene la ventaja de tratar de distinguir, también m etodológicamente, entre distintas formas
de relación social, ya que la dom inación se daría fundamentalmente a nivel económ ico (relaciones de carácter fuertemente
coactivo). En términos sociales parece m ás adecuado hablar de hegemonía que presupone consenso a la orientación de la dirección
social en un momento dado, pero tam bién disenso, debate y posibilidades contrahegemónicas, que hay que contrarrestar
constantemente. Aunque ajeno a W eber, el concepto de subalterno- parece también m ás acorde con su concep ció n del
consentim iento, tácito o explícito, que toda forma de dom inación presupone en una com unidad ideológica.
‘ Siempre me parecieron de sumo interés, en esle sentido, los trabajos d e B. W illiam son. V id . por ejem plo:
- nConlinuilies and D isconlinuities in the Sociology of Education», en Flude, M: Ahier, |., (eds): Ediicabilily, Scltools a n d Icleology,
London, Croom H elm , 1978.
- «Conocer ¡para que?; el contexto de la investigación en Sociología de la Educación» en ICE U N IV E R S ID A D A U I . D E M A D R ID ,
(ed): Perspectivas ¿duales en Sociología de la Educación, Madrid, Can lob lan co, 1983.
5Cou ldn er, A.VV.,: La crisis de la Sociología O ccidental, Buenos Aires, Amorrortu, t!)73, pág, 31 y ss,
La amplüud de! santuario de clásicos, las revisiones conslanles del mismo, la reiteración aerifica de
aquellos en publicaciones y ambientes profesionales, las confluencias eclécticas, dicen más de la rutinización
institucional de un campo disciplinar que de cualquier otra cosa, y aunque conslituye una de las exigencias para
el reconocimiento de la disciplina en cuestión, aparece, frecuenlemente, como lo opuesto a la vitalidad y
vinculación sociales de un campo disciplinar.
Esta tendencia, demasiado presente en la actualidad tanloen el restode la sociología como en la sociología
de la educación (lo que a menudo constituye el soporte fundamental para el empirismo anfileórico fuera de las
Instituciones '•) conlleva que nuestros estudiantes y nosotros mismos naturalicemos como parle de una tradición
lineal de suceción de ideas sin conflicto y sin historia, un campo disciplinar que sólo tiene sentido real en términos
de explicación de contextos de debates sociales, científicos e ideológicos. Pese a que esta tendencia siempre fué
parte de la academización, su centralidad en estos momentos tiene el mérito de ser coherente con los tiempos, y
somos indiscutiblemente posmodernos cuando cubrimos la ausencia de ideas originales y revitalizadoras, del
sarcasmo intelectual, con la reiteración del pastiche nacido del e sce p ticism o P ero puestos a buscar apoyos para
inlentar orientar el trabajo en la disciplina en el posmodernismo, probablemente hubiera sido mejor aprovechar
otras aportaciones de aquél (al menos del posmodernismo de resistencia “ por ejemplo, la actitud intelectual para
provocar un debate, entonces inexistente, en la ética, ¡a estética, la filosofía y, en menor medida, en las ciencias
sociales, también los intentos crecientes de sustitución de los discursos disciplinares cerrados por una teoría
fundamentalmente inlerdisciplinar la visión sobre la necesidad de romper la división de campos circunscritos
a expertos en las instituciones intrínsecas a la modernidad; y, sobre lodo en la discusión que nos ocupa, aunque
producto de cierlo cultivo ahistórico y adulterado de la historia, el intento por evitar separaciones demasiado
estridentes entre las culturas de las masas y la cultura de élite
En cualquier caso, la situación actual de la sociología de la educación, es explicable, fundamenlalmenle,
por su propia historia. En términos generales y siendo por ello probablemente injustos, ya dijimos en olro lugar"
que la sociología de la educación no ha logrado romper definitivamente con la pesada herencia funcionalista de
sus orígenes ni en la reflexión teórica, ni en la investigación, al reconocer como objelo de estudio privilegiado el
tema de la «igualdad de oportunidades», cuyo carácter democráctico derivaba de la posibilidad y la capacidad de
la educación institucional para estratificar credenc ialistamente a la población estudiantil, de acuerdo a la jerarquía
ocupacional realmente existente. Este soporte obligó a centrar el debate en la discusión sobre la materialización
de esa distribución democrática por medio de las instituciones educativas. De este modo los lemas centrales
pasaron a ser la adecuación educación/empleo, la cualificación para el trabajo, los problemas de la distribución
social de los estudiantes, la relación enlre cultura escolar y la cultura del trabajo y empresarial. Una consecuencia
inevitable fue la progresiva confusión enlre la sociología de la educación y la Economía de la Educación, a través
de las discusiones sobre el «capital humano», uno de los temas estrella durante mucho tiempo. Más importantes
que las diferencias de enfoques y de contenido entre las realizaciones de ambas disciplinas, pasaron a ser las
distinciones en función dequiénes hacían las investigaciones (sociólogos o asimilados versus economistas). Al lado
de estos lemas y otros similares, el estudio de la relación entre culturas sociales y la cultura escolar y académica
‘■Vid. el trabajo sobre este lema y referido a la Facultad de Sociología de la U n iv. Com plutense y al carácter de las tesis doctorales
leídas de:
G a rcía de León, M .A . - Fuente, G . de la ,: «Los sociólogos y sus tesis docioralcs en España» X II Congreso Mundial de Sociología,
Sesión 9, «Sociología de la Sociología en España», M adrid, lulio 1990.
'V id .ja m e so n , F.,: «Posmodernismo y so cied ad de consumo» en A ,A.V . V .: La posmodernidad, Barcelona. Kairós, 1986, pág. 167
V ss.
* Foster, H . se hace eco de la distinción enlre posmodernismo de resistencia y posmodernismo de reacción, donde el prim ero en
términos de política cultural, aparece orientado por el deseo de cam biar el objeto y su contexto social. «Introducción al
posmodernismo», Ibidem, pág, I I .
'Esta tendencia'es observada por F lameson quién cita la utilizació n exhautiva de M .Fou cau ll, como prueba de los intentos de
unificación teóricos al margen de las separaciones disciplinares, O p . C¡t, pág. 166.
'“ Ibidem, pág. 165.
11 V id , Cabrera, B .,: «Culturas sociales y culturas escolares en la sociología de la educación», Témpora, n". 17-10, 1991.
apareció siempre con carácter marginal o, subsidiariamente, como explicación, no demasiado sistemática, por sus
influencias en los problemas considerados importantes. En cierto sentido, esta actitud lambién es proíundamenle
funcionalista y positivista, para quiénes no existía más cullura que la hegemónica y que, de cualquier modo, era
un apriori que dolaba de senlido la interacción social y el entramado institucional, pero en ambos casos como
referente sin más.
En breve síntesis, este sobreéníasis en las relaciones de la educación con el empleo derivó en algunas
hipotecas para la sociología de la educación: 1) dificultó la aparición y desarrollo de debales teóricos más
sustanciales y globalizadores. 2) la preocupación analítica de la sociología por los lemas que tienen que ver directa
o indirectamente con el mercado la alejó, en el mismo movimiento, de los temas y relaciones de la educación con
la política, la ideología o la cullura, al tiempo que se aceptaba la determinación social por la racionalidad
económica (un apoyo sustancial en esta concepción proviene de las influenciasen lasdisciplinas del mecanicismo
economicista de cierto marxismo). 3) Al centrar el análisis en la relación educación/mercado de trabajo, la
investigación tuvo que derivar necesariamente a la búsqueda de coincidencias entre el mundo de la educación y
el del trabajo. Pero en muchos casos, no se sabe si ello obedece a una racionalidad social realmente existente o
a la hegemonía de la racionalidad científica al uso. 4) Se ha lardado demasiado liempo en descubrir algo que
parecía obvio desde el principio, que el discurso sobre la «igualdad de oportunidades» lenia como objelivo la
reproducción de sociedades profundamente desiguales, y que, básicamente, actuaba como cobertura ideológica
para justificar el acceso a los mejores pueslos de Irabajo de los sectores sociales acomodados (lambién favorecidos
lógicamente por más y meior educación media y superior). 5) Finalmente, el propio empirismo molodológico y
el cuanlitativismo asociado a las macrosociologias favorece el abordar este tipo de investigaciones frente, por
ejemplo, a las de carácter cullural.
As! las teorizaciones e investigaciones más cercanas a las preocupaciones sociocullurales fueron
relativamente infrecuentes IBernstein, Bourdieu, Lerena), hasta el cambio de enfoques y molodologias generados
por la Nueva Sociología Británica al abrigo de los debates sobre la reforma educativa
En cierto senlido, írulo de estas hipotecas y de los apoyos sustentados en las preocupaciones asislenciales
del Welfare State, la sociología de la educación hace suya la idea ilustrada de progreso reinlerpretada a la luz
del crecimiento económico de postguerra en el capitalismo, que constituye el sostén a partir del cual centrar la
discusión sobre su contribución al desarrollo social. Consecuentemente con esta racionalidad social, las
realizaciones y usos de la sociología de la educación se pueden considerar «etnocéntricas*, por varios motivos.
1) porque sus producciones más originales y clásicas se sitúan en los estados capitalistas centrales; 2) porque el
tipo de problemas, análisis y discusiones que se plantean tienen como referentes los sistemas educativos de esos
mismos estados (obviamente, porque las preguntas, así como las explicaciones que hace la sociología de la
educación son impensables sin la existencia de sistemas educativos universales, que vehiculen las expectativas
sociales y oficiales sobre movilidad social e igualdad de oportunidades); 3) porque fruto déla posición económ ica.
política, científica y académica de esos estados en las relaciones internacionales, estas realizaciones se difunden
rápidamente hacia la periferia, loque impide toda posibilidad de un desarrollo original y autónomo de la disciplina
en los estados periféricos. 4) Finalmente, y sobre todo, por el carácter fuertemente «legitimista» que la sociología
de la educación adopta en el debate social y cultural, que impide, aún en los casos más críticos, oir la voz de los
grupos sociales subalternos. El fundamento de esta realidad lo constituye la idea de que la educación institucional
es la llave de acceso a la cultura hegemónica y a los beneficios asociados a la misma en una sociedad desigual y
competitiva, en la que coinciden con el funcionalismo las sociologías críticas de influencia marxista clásica, asi
V id . Forquin, |,C .,. « L a " nouvelle" sociologie de ( education en Grande-Bretagne: orienlation, apports theoriques, evolution
(1970-1980)» en Revue Francaisede Pedagogie, n” 6 3 ,1 9 8 3 , págs. 61-79.
Trottier, C .,: «La "nueva" sociología de la educación en Gran Bretaña: ¿un m ovim iento de pensamiento en vías de disolución?»,
en Témpora, n °IO , 1987.
" C o m o orientación esa idea está presente en todas las cien cias sociales, incluidos aquellos enfoques que reconocen una deuda
intelectual con M arx. U n a defensa del concepto puede hallarse en Sebreli, 5/ asedio a /a modernidad, Critica del relativismo
cultural, Barcelona, Ariel, 1992, en especial, pag, 90 y ss.
como el fabianismo británico. Del mismo modo, las teorías sociológicas radicales sobre la escuela, en sus diversas
vertientes reproduccionislas, muestran la actitud de cierre legilimista de las instituciones educativas, ya que no sólo
insisten en el papel de inculcación universal de la «cultura dominante* por parle de la escuela, sino en que
electivamente lo consigue a través de la interiorización por parle del alumnado de la «legitimidad social»
representada en la organización y las prácticas escolares y el rechazo de Ia s «ilegitimidades sociales» de origen.
Sin embargo, la sociología de la educación tiene méritos indudables frente a las disciplinas clásicas sobre
y de la educación. Pese al sesgo economicista que señalabamos más arriba, la sociología de la educación sitúa a
la educación en el centro del debate ideológico y político sobre la desigualdad en las sociedades modernas
alrededor de los problemas de que se ocupa, Logra romper así con el aislamiento de lo educativo sustentado en
la hegemonía que, sobre cuestiones educalivas, ejercían el «esencialismn pedagógico», los metodogismos
escolares y el psicologismo. De esta manera, coadyuva decisivamente a situar a la educación en el centro de los
grandes debates nacionales. Esla coincidencia con la macropolítica también es consecuenc ia de la deuda contraída
por las sociologías críticas con el positivismo y el funcionalismo, que le atribuyen una centralidad más que
discutible a la educación institucional, como causa y objeto de la desigualdad social y económica.
Con lodo, lo dicho ayuda a comprender la vitalidad teórica de la sociología de la educación en las décadas
de los 60 y los 70: el debate político, social e ideológico ayuda a desarrollar los análisis y teorizaciones de la
sociología de la educación y, al tiempo, lo que es más importante, existe una vinculación permanente enlre los
debates científicos y los sociales, puesto que las teorizaciones internas al campo disciplinar no son ajenas a los
problemas socio-educativos El éxito de la sociología de la educación deriva, en gran parte, de esa vinculación,
aún cuando no fuera pretendida por los propios sociólogos o incluso fuera ocultada para salvar un pretendido
servicio a la verdad, a la ciencia o, peor, a la academia.
Las consecuencias de esla situación son claras. Con consciencia o sin ella, la sociología de la educación
en los 60 y parle de los 70 está fuertemente comprometida socialmente, ideologizada y, a veces, politizada. De
ello nace su principal tuerza, pero probablemente también sus límites, ya que esla siluación favorece la
financiación pública y privada de las investigaciones sociológicas, acelera su instilucionalización, pero también
produce progresivamente la domesticación de la sociología por ambos fenómenosu Esa capacidad para captar
e incorporar los grandes debates sociales sobre educación es el factor de calidad principal de las sociologías de
esas décadas y lo que transforma en originales y clásicos a algunos de sus propulsores. La etapa más brillante de
la sociología de la educación, pues, no surge de la autonomía científica y la independencia académica, sino de
constituir un espacio desciplinnr insuficientemente definido y fuertemente politizado e ideologizado. Fue este
olfato oportunista el que propició la eclosión de enfoques y perspectivas, y las reformulaciones disciplinares,
incluida la aparición y consolidación de los paradigmas micro y las sociologías escolares.
La pérdida de esa vinculación, junto al auge del neoconsc-rvadurismo y el neoliberalismo, así como el
traspaso del compromiso de los sociólogos desde la sociedad a las instituciones y la ciencia es, caso de que el
diagnóstico anterior fuera cierto, lo que explica el estancamiento y el retroceso de la sociología de la educación
desde principios de los 80.
La ausencia de originalidad seria producto de la pérdida de la vinculación con los debates sociales, bien
porque esos debates ya no existen o carecen de sentido, bien por la rutinización científica o por la asunción de
la lógica profesionalista o por lodo ello a la vez. Si bien es verdad que el recorte de apoyos presupuestarios para
las investigaciones es una poderosa herramienta de este declive, esto no es separable de la creciente falta de inlerés
político o social por lo que la sociología de la educación hace.
No parecen muchas las salidas que la coyuntura ofrece: o se hace una sociología de la educación de
resistencia, o se adapta a los intereses económicos y políticos vigentes |en ambos casos con un alto grado de
compromiso) o, mejor, se transforma la sociología de la educación en otra cosa y reorienta su quehacer a los viejos
problemas que nunca abordó con convencimiento, sobre todo los relativos a la relación entre diversidad cullural
y educación. No importa que se reconozca de esla manera que la sociología de la educación, tal como se ha
u Eslo es lo que interpreta, para el caso británico, B .W illiam son : « C o n o c e r ...» O p . C il.
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desarrollado, ha sido fundamentalmente una especialización sociológica de coyuntura, su|)erada la cual redeíine
su objeto de estudio desde la sociología nuevamente.
Una caracterización simple, y por tanto probablemente sesgada, de lo que lia sido la sociología de la
educación en Cspnña tiene cabida en esle contexto. En términos generales se puede afirmar que ha sido escasa la
conlribucion científica éspañola en ciencias sociales a las corrientes de pensamienlo del Siglo XX, si nos atenemos
a la originalidad de la producción escrita. También en este aspecto España tiene el carácter de país periférico o
semiperiférico. Las razones que explican esla situación pueden ser múltiples: desde ei control del pensamiento
creativo y libre que ejerció la dictadura n, pasando por cierta ausencia de rigor y de disciplina intelectual
tradicionales en las ciencias sociales en España (ilustrado por ejemplo por el ensayismo (rente a los trabajos
sistemáticos "'), la misma formación de los intelectuales españoles en universidades de estados centrales (con lo
que ello conlleva de papanalismo y de importación acrítica de usos y modas); las caraterísticas peculiares del
mundo académico español (ausencia de debates rigurosos y por contra íunrionarizaclón, corporalivismo y
sectarismo); y hasta el atraso capitalista español siempre balbuciente (ya que difícilmente ninguna sociedad
promueve la resolución de problemas que todavía no se han planteado claramente). No está de más mencionar
también, en los últimos años, la influencia decisiva que ejercen las redes informalizadas internacionales en lo que
a selección científica, epistemológica y metodológica «normalizadora» se refiere
Lo dicho para las ciencias sociales, a la vez que condiciona, también es válido para la sociología de la
educación. Ello tiene efectos perversos sobre la investigación y la reflexión sociológicas. Lo tardío de las reformas
educativas de carácter universalizador en España favorece, además, una acomodación acrítica para el caso español
de esquemas de análisis, perspectivas y métodos surgidas en el exterior. Si bien ello tiene la ventaja de proporcionar
un anclaje teórico de partida bastante importante, produce a menudo un electo de desadecuación a los objetos
de investigación a abordar, que hace prevalecer el deterninismo teórico de partida sobre la auténtica realidad de
las características históricas, económicas, sociales y educativas españolas. La imposición de modas ora francesas
ora anglosajonas, da como resullado, por ejemplo, el descuidar lo que de original tenía en el caso de España una
reforma educativa como la de los 70 en relación a las condiciones e hipotecas con que surge, pero lambién en
relación a los objetivos y fines que trata de alcanzar. Tampoco han recibido la atención que se merecen las reformas
educativas democráticas en España, pese a que habría que incluir otras explicaciones además de las expuestas In,
(entre ellas cierta afinidad ideológica enlre la sociología de la educación hegemónica y el parí ido en el Gobierno).
Llama la atención, si no lo remitimos a las explicaciones anteriores, en esle sentido, la ausencia de una
preocupación específica de la sociología de la educación española por la relación entre diversidad cultural y
educación hasta bien recienlemente, pese a que la riqueza objelual en este ámbito está fuera de duda.
Paradójicamente, las pujanies investigaciones de la sociología francesa y anglosajona en este campo han merecido
un tratamiento secundario. T ampoco exisle de manera importante una sociología de los conocimientos escolares
''V id al respecto: Bozal, V .,. El m tcleclu.il colectivo y el pueblo, M adrid C om unicación, t')75.
G in er, S .,: •<Virtudes e indigencias d e la Sociología Española» en Caslellet y o lio s : ¿ a t u llu n b.ijo e l franquismo, Barcelona, Edil,
de B olsillo, 1977.
Miguel, |. de - M oyei, M .T .,: «Sociology m 5 p .im . Curre ni Sociology, V ol 2 7 rí-' 1, 1979.
Miguel, A . de: Hom o sociologicus hispanicus. P jr.i entender a los sociólogos españoles, Barral, Barcelona, 1973
"■La ausencia d e una tradición filosófica que lo sustente dificulta el florecimiento de un pensamiento crítico, según algunos,Vid.
Anderson, P Considerútinns on Western Marxisn), N L.B ., Londres, 1970, pág 28.
Pinitla de las Heras, £ .,: Crisis y .inlicrisis de (a sociología, Barcelona, Barcanova, 1980.
17V id . G a rcía de León, M .A .,; «Nota de investigación : sociologías ricas/sociologías pobres: el caso del elnocenirism o de la
sociología norteam ericana- Témpora, n" 15-16. 1990.
'*M agdnleno, S .,: « la sociología de la educación y la Reforma Educativa (L O G SE). Algunas reflexiones epistemológicas <
Tem porj, ngt7-18, 1991, p á g .! 8 y s s .
en España, o esludios sislemálicos sobre la relación enlre cullura, conocimiento válido y curriculo Ello lambién
parece lener que ver con la evolución de la Didáclica en España y la asunción por parle de la Sociología de una
división del Irabajo en las disciplinas educativas, rota en Gran Bretaña antes de que la sociología de la educación
española existiera como tal Así confiamos en que la sociología del curriculum la haga la Didáctica.
Como advertíamos al principio de esle Irabajo, se podrían enumerar basiantes aulores que ocupan o han
ocupado un lugar destacado en la sociología de la educación, para quiénes la cullura, o mejor, la relación entre
diversidad cultural y educación constituye el elemento explicativo central de lo que ocurría en las escuelas. Son
clásicos en este senlido, y por cilarlos una vez más, Bourdieu, Passeron y Crignon en Francia, Bernslein en Gran
Bretaña o Lerena en España, quien hace baslanle liempo que apostó por una ampliación del ámbito de Irabajo,
diferenciado de las preocupaciones tradicionales de las sociologías de la educación al uso Todas estas reali
zaciones siguen siendo enfoques macrosociológicos. En consecuencia, no se traía de inventar nada que no cuente
ya con una tradición importante, sino reformar, revitalizar o relanzar los enfoques sobre la educación que lomen
como centro de análisis las culturas sociales.
Clásicos son también muchosde losestudios de los microsociólogosanglosa jones que vinculan resultados
educativos y diversidad/desigualdad cultural, a través de una amplia gama de enfoques y perspectivas que tienen
como vínculo principal enlre ellos la proliferación de investigaciones con metodologías denominadas cualitativas.
La utilización de metodologías etnográficas, por ejemplo, permite incorporar al campo sociológico, con carácter
definitivo, metodologías procedentes de la Antropología o de la Etnología. Este acercamiento de los campos
disciplinares, permite, a la vez que hace más difícil la tarea artificial de separar enlre ciencias afines, una utilización
más rica de las metodologías importadas,Iradicionalmenle usadas en sociedades reducidas precapitalislas. Se trata
de estudiar mediante aquéllas, situaciones concretas en espacios reducidos dentro de sociedades complejas,
partiendo de una concepción básica de diversidad cultural en función de las relaciones y situaciones de distintos
grupos sociales. Así las relaciones de dominación, exclusión y negación cultural que la antropología había
estudiado en sociedades cohesionadas, «contaminadas» o no por sociedades más complejas, se enfocan ahora en
relación a la diversidad de situaciones sociales existentes en una misma sociedad
Por lo demás el andamiaje conceptual habitual en las discusiones comunes en este campo, procede
lambién en gran medida de la antropología (elnocentrismo, relativismo, legilimismo... ), aunque en tanto
concepciones estructuradas y sislemáticas ya estuvieron presentes (aún sin ser denominadas de esle modo) en las
grandes discusiones filosóficas, ideológicas y culturales desde, al menos, el siglo XVIII ” .
Este cambio de énfasis en los fundamentos del análisis de la educación Ha de acompañarse de decisiones
que van mucho más allá de un simple trueque de términos y que citaremos más adelante. Cabe destacar aquí que
la desviación hacia el análisis y la reflexión de las desigualdades sociales de partida de las personas y sus
consecuencias e inlerrelaciones con la educación, deriva inevitablemente a centrar los debates principales en lo
que parece más decisivo: la desigualdad cultural misma y las relaciones y prácticas que la sostienen, llave en
definitiva de las diferencias de oportunidades y expectativas sociales en relación a la educación institucional, que
pasa a ser así una variable dependiente.
Con independencia del valor ideológico o científico que se le reconozca al posmodernismo, es un mérito
innegable que hay que atribuirle la provocación del debate que obligó a unas ciencias sociales y humanas
esderotizadas a repensar sus concepciones, sus métodos y su papel social. Pata el caso de las ciencias sociales esta
recapitulación era una necesidad con independencia de los resultados del ejercicio, surgida de la pérdida de
credibilidad de los grandes proyectos históricos y sociales y de los cambios económicos, políticos e ideológicos
derivados de una aceleración del ritmo de la historia, a los que las ciencias sociales, implícita o explícitamente,
aparecían vinculados y dónde adquirían su principal sentido. Así, la caída del Este, la crisis económica estructural
del capitalismo, la tendencia a la desaparición del Welíare State, enlre otros, actuaron como contexto inexcusable
que obliga a resíluar el propio quehacer científico.
Obligatoriamente la ciencia se ve afectada por los cambios ideológicos, políticos y sociales que otrora la
hicieron indispensable, pese a que la rutinización institucional dificulte el reconocimiento de las consecuencias
de estas realidades. En extrema síntesis, y por citar una de las nuevas influencias más deslacables, asistimos al
decreto de muerte de una forma de racionalidad científica sustentada en la idea del devenir con sentido de la
historia. Alrededor de esla cuestión se ha generalizado un debate en que aparecen en un primer plano, un nuevo
enfrentamiento entre posiciones relativistas y egocéntricas en las ciencias sociales. Ni la idea de falta de
orientación finalista de la historia ni los argumentos principales en el debate son nuevos Con más o menos
virulencia han aparecido acompañando a situaciones de crisis económica y social desde el S.XIX por lo menos u .
Se corre el riesgo, de esle modo, de que los cambios de contexto sean capaces de provocarel debate, pero nosotros
no tengamos la habilidad suficiente para reconocer, explicar e interpretar adecuadamente los términos de aquél
y, por tanto, las Ciencias Sociales continúen en una andadura paralela a la realidad.
Aparentemente, de existir un vínculo entre realidad y ciencia, entre concepciones sociales y realizaciones
científicas, éste se concreta en el triunfo de un «realismo» relativista que conduce al culto del presente inmediato
como única historia (frente a la historia prescrita anterior). Por su discurso (social y científico), sus presupuestos de
partida y sus concreciones prácticas, esta adecuación a «lo que es», tal «como es» (que al carecer de intentos
ís Se podrían citar numerosos autores que ilustran las diversas posiciones en esle conglomerado. Por su procedencia y formación
en la filosofía y las c ien cia s sociales críticas, nos quedamos con:
Sebreli, | . | , O p . C il.
Feher, F „ : «La condición política moderna Irente a la postmoderna». Texto d e la coníerencia pronunciada en lunio en la
Universidad de La Laguna.
H eller, A .,: «La ética elem ental de la vida cotidiana». T e xlo d e la coníerencia pronunciada en lu n io e n la Universidad de La Laguna.
Asim ism o, esle pensamiento eslá presente en estado puro en los artículos de M ario Vargas LLosa, publicados periódicam ente en
. E l País».
aislados de las relaciones de poder existenles Mientras no se demuestre lo contrario, la mediación parece seguir
siendo la acción social organizada, la ideología, la política. Ahora bien, al no concretarse las alternativas, éstas son
sustituidas por la política y la economía realmente existentes. Es decir, se pierde la posibilidad de un mundo
racionalmente mejorable.
En términos intelectuales, este ambiguo producto viene acompañado de una selección deliberada de
referentes por parle de los ideólogos y los científicos sociales. En una operación apresuradamente explicada (y ello
cuando se siente la necesidad de hacerlo) se olvidan, se devalúan, o se descartan la mayoría de los teóricos y
pensadores críticos del c a p ita lis m o y se buscan las fuentes de apoyo en los teóricos ilustrados y liberales (cuando
no antes), es decir, en los teóricos antífeudales y procapitalistns. Es dudosa la racionalidad de esle proceder si no
es expresión del proceso de acomodación de los intelectuales del presente a los beneficios objetivos que para ellos
entraña las socidades realmente existentes, pese a las diversas formas de injusticia y de desigualdadque constituyen
su fundamento. Si no fuera así la explicación es demasiado compleja para los intelectuales formados en los valores
de la izquierda: o bien se piensa que el capitalismo se extinguió o está en vias de hacerlo, pero la sociedad civil
y política que le es propia es intemporal y por tanto representa el punto de llegada de la historia o, caso contrarío,
que existen autores intemporales y otros de una temporalidad extremadamente corla. Si como parece constituyera
una forma nueva de idealismo, éste como cualquier otro lambién es ahistórico. Esta nueva forma de idealismo,
aunque excepción,límenle, llega a justificarse en Marx
En términos teóricos, estos intelectuales no parecen ser capaces de resolver un problema: que el
relativismo científico, social y cultural es muchas veces un producto radical (con independencia de que sea siempre
justificable) del iluminismo, al tratar de dolar de conten ido los principios teóricos de aquel a partir de las situaciones
reales de los pueblos y de su propia historia. Todo relativismo es, así, una denuncia del idealismo iluminista y, en
sus vertientes no conservadoras, la disposición a atender a la materialidad de las relaciones de imposición y de
fuerza existenles entre distintas sociedades o dentro de una misma sociedad
De este modo, las argumentaciones que prevalecen en las posiciones básicas de la discusión revisada no
parecen capaces de resolver el dilema principal en los términos que nos ocupan en este Irabajo: pese a que la
extensión de la educación,de la difusión tecnológica y científica y el <imperioi de la información hagan pensar
lo contrario, siguen persistiendo, aún en los países centrales, diferentes formas de desigualdad, de explotación y
de dominación. Una de las que se lia readaptado a los nuevos tiempos, ésta plenamente vigente y aún mas acusada
que en el pasado, la separación entre especialistas y no especialistas, entre intelectuales y no intelectuales. Aunque
ha sido estudiada desde diferentes enfoques y perspectivas en muchas de sus manifestaciones, aquí nos interesa
por sus importantes derivaciones para el caso que nos ocupa: la educación y la cultura y las disciplinas que las
estudian. Porque en términos de debate social todasuperación es política, pero polílica aquí ha de entenderse como
la disposición y la actitud decididas para resolver la contradicción planteada, por parle de los adores sociales que
lienen el poder del conocimienlo y de la información.
El punto de partida, sobre el cual discriminar entre distintas opciones que sirvan de anclajes al debate
científico, no puede ser puramente filosófico o especulativo, sino social e histórico. En esle sentido, con
independencia de las reacciones que provoque en nosotros, la historia no se puede desandar y constituye el soporte
principal sobre el que se puede construir cualquier racionalidad superior, tanto social como científica. Así más allá
de las explicaciones, las interpretaciones o el uso de nociones como colonialismo, imperialismo, imposición
económica y cultural... lian correspondido (y corresponden) a realidades históricas no discutibles como lambién
lo han sido (y lo son) la explolación y dominación de clases y la existencia de otras formas de desigualdad y de
exclusión sociales a nivel nacional. El no abordarlo de esla manera es un servicio ideológico a la confusión, a la
nostalgia, al irrealismo o a la necedad, lodos ellos conservadores. En el campo que nos ocupa, ello se traduce, pues,
■
‘‘ Vid. Foher, F y Helter, A .,: O p , Cit
Este es d caso de Feher, F con M arx, a quien considera el más importante teórico moderno d e la sociedad de su época, O p .C it,
pág. 2
■
‘ Es lo que liace Sebreli en el Irabajo citado más arriba.
en la contaminación e imposición culturales, la eliminación y suslilución de formas culturales aulódonas o
diferenciadas y el inlenlo sistemático de absorción a universos simbólicos ajenos de clases sociales y de pueblos
enleros.
Ahora bien, las diferentes relaciones de dominación, nacional o internacional, en el plano cultural no sólo
trasladan a los otros los coniroles y exclusiones propios de una sociedad y una cultura más elaborada y poderosa,
sino también los valores emancipadores existentes en esas sociedades (y las culturas que le son propias), que
aspiran a imponerse, aún cuando ello esté alejado de cualquier plan consciente. Para una sociedad nacional se
puede decir algo similar. Los intentos sistemáticos de imposición de universos simbólicos (a Iravésde la fuer/a pura,
de la ideología, o de instituciones como la escuela) conllevan lanío los ¡nlenlos de reproducción y suslilución de
sentido favorables a los mismos, como los valores y formas de oposición que socavan los fundamentos de la
dominación. De este modo, la resistencia y la oposición a la penetración cultural no necesariamente es racional
y, aún menos, progresista, porque puede derivar en la imposibilidad del acceso a la cultura elaborada superior,
con loque conlleva de falla de capacidad para eniendere interpretar adecuadamente las relaciones de dominación
mismas y. por tanto, de imposibilidad leórica y práctica para subvertirlos porque, dialécticamente, las mismas
formas de subversión se han desarrollado por reacción a las relaciones de dominación.
En términos simples, la importancia del empuje intelectual de la cultura hegemónica europea, es que no
sólo derivó en imposición universalista, sino que, un su propio seno, desarrolló la critica radical a la misma y dió
lugar, enlre otras cosas, al relativismo cultural. En cierto sentido, su luerle einocentrismo produjo una reacción
profunda de asimilación de la diferencia y la tolerancia, inexistente en cualquier otra sociedad respecto a otras
sociedades y las culturas que le son propias. Del mismo modo, ha generado las explicaciones e interpretaciones
más sistemáticas de la lógica interna que oculta las más sofisticadas formas de dominación económica, social o
política.
6. SO BR E LA S O C IO L O G ÍA DE LA C U L T U R A
Lo primero que hay que hacer con la sociología de la cultura es certificar su inexistencia como disciplina,
aún cuando existan numerosas realizaciones teóricas, pero sobre lodo empíricas que podrían ser abarcadas por
esta denominación Tradicionalmenle, el esludio de las culturas subalternas siempre fue el objeto privilegiado
de la Antropología. De este modo, hay que partir de los siguientes consideraciones: 1) Habría que sistematizar el
campo disciplinar, con lo que tiene de apasionante la construcción de algo nuevo. 2) con independencia del uso
de la denominación, la sociología de la cultura cuenta con numerosas (aunque dispersas) realizaciones, teóricas
y empíricas, en la sociología. 3) Su objeto de estudio tiene que ser abordado interdisciplinarmente al tener como
objeto la diversidad cultural en sociedades complejas, cuyo sentido se lo da las relaciones de desigualdad entre
distintas situaciones sociocullurales y las hegemonías culturales concrelas, en un momenlo histórico determinado
(frecuentemente asociados a la dominación económica, política, etc). 4) No puede limitarse al análisis y el estudio
de las culturas subalternas; es decir, no puede ser una sociología de la suballernidad cultural porque aboca,
necesariamente, al relativismo cultural o al elnocenlrismola través de las distintas concepciones de «privaciones»),
sino que ha de partir de la conciencia misma de las relaciones de desigualdad, queson también de interdependencia,
en todas sus situaciones (dirigentes/dirigidas,elc.l, 5) El punto de partida, por último, nace de la constatación de
la desigualdad cultural y, por tanto, necesita de un soporte inicial de lipo relativista, como de hecho ocurrió con
la Antropología, superado el evolucionismo antropológico. Sin que queramos introducirnos en una discusión
disciplinar con la antropología, difícilmente soluble en este espacio, si parece necesario recordar que, en cierto
sentido, lambién en los clásicos de la sociología se parle de un punto de vista relativista, que de algún modo, es
consustancial a la propia sociología en relación a los modos tradicionales de construir visiones de lo social. Ello
‘’ D c la sd iiicu lta d c s para diferenciar la sociología d e la cultura (le otras discip linas atines, e incluso d e otros cam pos de las ciencias
sociales, hablan los autores en el libro antes citado Culture ¿n d Sociely, sobre lodo en la introducción. Por otro lado es un trabajo
loable en lo que hace al intento de revisión de los referentes teóricos principales en el cam po.
deviene de las mismas preocupaciones cienlificas de In sociología, a saber: la explicación e interpretación de «lo
que es», lejos de la retórica maximalistn y universalizante anterior.
Así, con independencia de como lo haya resuello científicamente, en sus orígenes toda sociología tiene
como referente la «cuestión social», es decir, la evidencia de lo diferente, el cueslionamiento de la unidad social,
la desintegración, o, si se quiere, la negación de lo homogéneo, predicado por la filosofía (incluida la social), la
economía y la política. Esta presencia, aunque tímida a veces, da lugar a una orientación racionalmente superior
a la de la Antroplogía: parte del lodo social, que se tiene siempre como referente inmediato en el análisis -huye
por tanto, de la atomización que dota de senlido a cada mundo cultural por separado- Si esla actitud de la
Antroplogía ya es discutible, teórica y empíricamente, en pueblos escasamente contaminados por civilizaciones
más complejas (pero dónde, pese a lodo, eslá presente el factor de contaminación constituido por el propia
investigador y su apuesta por adecuar su racionalidad de actuación a la racionalidad de la comunidad), es
totalmente inadecuado en la construcción científica de microsociedades culturales en una sociedad compleja,
dónde los mundos simbólicos sufren influencias y cruces múltiples.
Un breve apunte sobre losgrandesclásicos reconocidos por la sociología dota de sentido a lo que decimos.
Asi Marx, en su critica racional y furibunda a la idea de hombre y de mercado defendida por el liberalismo, su
obsesión por el estudio de lo material, social e histórico, su crítica al derecho inspirado en la «razón histórica» o
en la especulación filosófica y, en fin, su apuesta en el análisis por las relaciones sociales de producción y de
reproducción y la situación de las clases en las mismas, desarrolla y dola de contenido la primera gran inversión
relativista (por histórica y materialista) de la ciencia moderna Es decir, la preocupación central es porel análisis
concreto, de los hombres concreios, de las clases concretas: no del hombre en general o de la sociedad global como
desiderátum. Salvando las distancias, algo similar lambién se podría ilustrar en el caso de Durldieim, aunque solo
sea por su decisiva ruptura con la filosofía social. De este modo, pese a su obsesión por la integración social, por
evitar lodo peligro de contestación, Durkheim dedica buena parte de su obra a teorizar y a analizar la
desintegración para negarla y evitarla. Su concepción de la historia y su insistencia, pese a lodo, en la diversidad
histórica, social y cultural " permite situarlo también en este contexto de influencias.
No necesita más ilustración el lema en M. Weber. Basla con atender a su definición de la «acción social»
y las formas metodológicas para abordarlas.
Más difícil resulta ilustrar esle punto de vista en T. Parsons, pese a que su uso continuo de la noción de
cullura pudiera parecer lo contrario. Su apuesta por la cultura unitaria, como fundamento y producto del orden
social, constituye un anclaje teórico difícilmente sostenible que demuestra, bien a las claras, que su interés al
incorporar la noción desde la antropología era ahogar las diferencias s o c ia le s s o m o si el traspaso del concepto
trasladara lambién a las sociedades complejas las características de las sociedades estudiadas por los antropólogos.
Aquí hay que diferenciar, enlre una perspectiva científica de entrada de tipo relativista, las soluciones
científicas definitivas en la sociología de la cultura y, por supuesto, las posibles derivaciones políticas. Si bien es
verdad, que en sociedades complejas con diversos lipos de desigualdad ha de partirse de un supuesto de relativismo
a fuer de ser materialistas (ya que lo general y unitario solo existe como negación teórica, ideológica y polilica de
lo realmente existente, como falsa consciencia), ello no puede fundamentar (más bien lo contrario) el relativismo
social o político y su derivación más habitual: el populismo (lambién fuertemente etnocéntríco).
De esle modo, se ha tratado de sustanciar que, en sus diversos enfoques, la sociología deriva pronto al
estudio de las situaciones sociales subalternas (incluidas las culturales). En cierto senlido, hay que atribuirle el
‘“En síntesis los fundamentos de esta inversión los podemos encontrar en las «Tesis sobre Feuerbach». M arx, K. • Engels, Obras
escogidas, Moscú. Progreso, 1076. V o l.l, págs. 8 y ss.
"D u rk h e im , E.,: Historio ríe la educación yríe las doctrinas ped,igógicas.Laevolución pedagógica en Francia, M adrid, La Piqueia,
1902. pág. 397 y ss.
'•V id sobre el particular:
G o n zález Seara, L „ : La Sociología, aventura dialéctica, M adrid, Tecnos, 1903, pág. 167 Y ss.
mérilo del descubrimiento de la subalternidad como objeto científico en el capitalismo desarrollado, como
adecuadamente, me parece, se le ha atribuido desde otras disciplinas científicas11
Además, el cambio de denominación y de énfasis científico que proponemos, ha de venir acompañado
del intento de romper con algunos de los lastres que la sociología de la educación hizo suyos aunque sean generales
a la sociología (y las ciencias sociales): 1) el punió de vista inlerdisciplinar que proponíamos más arriba, no sólo
es científico, sino lambién político, por cuanto deriva al intento de romper con el especialismo a ultranza
establecido en los modos institucionales de las ciencias sociales. 2) Una adecuación científica a la importancia
social de los respectivos objetos de estudio: la cultura tiene asi una mayor cenlralidad que la educación. 3) Un
adecuado punió de vista en el análisis dónde eJ centro sean las relaciones de hegemonía cultural y social, y las
diferentes formas de dominación que les sirven como soporte o asociadas a las mismas. 4) La necesidad de tener
plena conciencia de las perversiones a que puede conducir, en la interpretación y el análisis, el no saber dónde
nos situamos como científicos en las relaciones sociales, que es del lado de la cultura hegemónica, sancionada
social e insiitucionalmente, por lo que también estamos obligados a someter a análisis sociológico nuestra propia
posición y lo que representa socialmenie en términos de debate social. 5) Una concepción de esta naturaleza ha
do dar lugar a una ciencia socíalmente comprometida con el objetivo de la emancipación social y con la resolución
de algunas de sus negaciones más persistentes, a las que en parte servimos de soporte y de vehículo: por ejemplo,
la separación intelectuales/masas, dirigentes/dirigidos. En definitiva, el recuento cultural tendría que tener como
fundamento, también, la transformación social.
Estos límiies han estado presentes en la sociología de la educación (pese a lo sensible socialmente de su
objeto de estudio) y habría que evitar su traspaso a la sociología de la cultura . Así toda la sociología de la educación
obedece (y reproduce) la lógica de la distorsión que en lodos los ámbitos inslilucionalesespecializados actúa como
contexto y promueve la ruptura enlre los expertos (especialistas, científicos y profesionales) y el vulgo Más aún,
buena parle de las jergas científicas e inslilucionalses parecen obedecer simplemente a un intento sistemático de
legitimación de esta ruptura que, históricamente, obedece a la consolidación y separación de mundos propio de
la modernidad u . En buena medida, el fracaso de los ideales democralizadores y emancipadores de la modernidad
se sustenta en la contradicción de crear, al mismo tiempo, la separación y especial i zactón institucional.
El intento de superar esta separación conflictiva nunca ha sido abordado conscientemente por la
sociología de la educación, ni aún por las sociologías críticas, pese a tener derivaciones, incluso para las relaciones
enlre sociólogos y profesores de enseñanza básica y media. Sin volunlad manifiesta en este sentido, da igual que
el centro de atención sea la educación o las culturas socíalmente existentes, porque con independencia de lo que
se investiga, tendemos a reproducir la separación ciencia/sociedad y a estar circunscritos a los modos institucionales
y académicos que parecen consustanciales a la ciencia misma. La situación es aún más complicada porque en
nuestras prácticas cotidianas no existen contradicciones evidentes. Así, la defensa de nuestra parcela institucional
nos disuade de jugar n la oposición polílica (aunque sea insiitucionalmente), que arriesgue nuestra situación en
los sistemas de promoción y en las relaciones sociales que le son propias y, al mismo tiempo, la exigencia de nuestro
público potencial (lambién imbuido de los modos intitucionales o de la separación inslituciones/sociedad)
presiona para que seamos cada vez más «cultos* y «enrevesados».
En cierto sentido, parcial y descentradamente, este debate ha eslado presente en las propuestas
postmodernistas. Asi su crítica social, filosófica y académica a las derivaciones de los modernismos de vanguardia
es globalmente, certera Pese a lodo, no parece que eslé en condiciones de superar las limitaciones de aquéllos.
Su interés por las culturas subalternas es una apuesta interesante |)or cuanto trata de disolver las
diferencias, en términos estéticos,de las culturas de élite y las culturas populares. El problema es que tanto en el
arle comoen las ciencias, nose pretende ninguna síntesis superadora de las diferentes formas de desigualdad social
'' H nhsbaw m , por ejem plo, reconoce com o decisiva la influencia d e la sociología y de sus métodos, en el desarrollo d e la H istoria
Social y en concreto de los esludios históricos sobre la clase obrera y los sectores populares en G ran Brelaña.
H obsbawm , E. |.,: «Las clases obreras inglesas y la cultura desde los com ienzos d e la revolución industrial» en A A .W : Niveles
ríe cultura y grupos sociales, M adrid, S.X X I, 1977, pág. 190
11Vid. Habcrm as, | ,: «La m odernidad, un proyecto incompleto» en A A .W : La posmoríernitlad O p . C il, págs. 27 y 28.
y la limitación de códigos culturales de los diíerenles grupos de los que el arte es expresión, sino como
incorporación ecléctica y abigarrada de elementos dispersos de diíerenles culturas y tradiciones, sin ninguna
reflexión sobre las conformaciones culturales mismas, con ausencia de jerarquización en términos de hegemonía
cultural y, en consecuencia, sin coherencia y sin sentido social. El uso lúdico e inteligente de algunas de sus
propuestas, mediante las nuevas tecnologías no resuelve el problema porque lo condicionante sigue siendo la
creación y el control del mensaje. La revisión y la exposición científica sustituyen progresivamente a la
interpretación y a la explicación, de ahí que su apuesta por la interdisciplinariedad no sea decisiva. A ello hay que
añadir la ausencia de una originalidad manifiesta tanto en las ciencias como en el arle 1!. Del mismo modo, la
utilización del conoc imienlo vulgar no conlleva la comprensión e interprelación de las situaciones sociales del que
es expresión, ni un reconocimiento de la necesidad política de transformar las condiciones subalternas de su
existencia,sino que otra vez está al servicio del uso experto y, en consecuencia, ese mismo uso encama la negación
de la posibilidad de superación de la antinomia enlreconocim ienlocientíficoy conocimiento vulgar, enlre ciencia
y sentido común, enlre cultura hegemónica y cultura subalterna. De esla manera, pues,la contradicción histórica
fundamental del ideal moderno de igualdad entre los hombres, es heredada, reproducida y profundizada por la
posmodernidad, de forma aún más caótica y confusa.
En este sentido, y para el caso que nos ocupa, la sociología de la cultura tiene dos objetos básicos
relacionados entre sí en términos de relaciones de poder (dónde una de sus mediaciones más importantes en las
sociedades modernas es la educación institucional): por un lado, las condiciones y los procesos de producción y
reproducción de las diversas culturas subalternas (expresión de relaciones de desigualdad social significativas),
pero también, por olro, las culturas hegemónícas y las culturas de las vanguardias y élites sociales y, sobre todo,
las relaciones en lérminos de contaminaciones, exclusiones, intercambios y servicios, entre aquéllos y éstas e
internamente enlre las situadas de cada latió de la separación.
La educación institucional, quizá por serlo, no ha podido o no ha querido tratar de resolver adecuada
mente la articulación existente enlre sociedad y culturas o, en lérminos de oposición, entre crítica social y crítica
cultural, lal vez porque ella misma es producto y vehículo de la reproducción de la separación enlre cultura
hegemónica y culturas subalternas (enlre dirigentes y dirigidos).
La pérdida progresiva del sentido económico de la educación Ique redunda en la recuperación de su papel
como sector sensible de socialización), cuya expresión es la imposible articulación, tal como se ha entendido hasta
ahora, entre cualificaciones y empleos (inexistentes), así como el creciente poder económico que se deriva de la
mercantilización délos mundos culturales, debe ayudar a la redefinición antes citada. Por lo demás, las oposiciones
culturales, desde un punto de vista social, lienen una expresión sofisticada en los últimos años en las tecnologías
informáticas, que son socialmenle redefinidas como fines en sí mismas, más que como medios que es necesario
dolar de sentido socialmente (tal vez esta redefinición es el sentido). Una consecuencia llamativa, junio a las
grandes diferencias en su acceso y utilización enlre grupos sociales distintos, es que desarrollan y vehiculan una
nueva separación enlre teorías culturalese ideas por un lado, e informática y cacharrería, por otro. En síntesis, pues,
más que un simple cambio de denominación o de recomposición del campo disciplinar lo que se está proponiéndo
es, sobre lodo, un cambio de énfasis que conduzca a una ampliación lógica de acuerdo a la significación social
de las relaciones culturales, pero sobre todo, que conlleve un cambio de estilo y, a ser posible, una ruptura con
los modos científicos establecidos, especialmente nefaslos en este ámbito de estudio (un «programa de
interferencia» ’*). Se exige, por ejemplo, la búsqueda de un espacio de comunicación adecuado entre las jergas
científicas y el sentido común, lo que redundaría en la posibilidad de apoyar el conocimiento profundo de las
diferentes realidades estudiadas con un sentido polencialmente transformador y emancipador.
En cierta manera, la diferencia fundamental (en términos científicos) entre la sociología de la educación
y la sociología de la cultura es hacer más sociología en perjuicio de la especialización y parcelamiento excesivos,
7 . O TR A S PR O PU ESTA S
Suscintamente ya nos hemos referido a la representada por los Cultural Studies, vamos a comentar,
brevemente ya, la que me parece mucho más llamativa, representante de la tradición francesa en esta linea (desde
Bourdieu a Baudrillard) y que en parte se condensa en el librode Passeron y Crignon " , Con lodo, pese a los enormes
méritos que contempla, liene algunos limites sustanciales desde la perspectiva que nos movemos. Por un lado, no
existe un intento sistemático de constituir un campo disciplinar como tal, que tenga como objeto la diversidad/
desigualdad cultural en las sociedades modernas, puesto que, en realidad, la sociología de las culturas populares
es más una perspectiva de investigación sociológica que una propuesta disciplinar. Al mismo tiempo, pese a los
intentos por precisar un esquema conceptual, ex isleo otros usos lerminológicosque se perciben como fundamentales
en el trabajo que no se someten a análisis: por ejemplo ¿qué es popular? ¿en relación a qué? o ¿por oposición a
qué?.
Al margen de ello es un intento embrionario, pero sistemático, por tratar todos y cada uno de los problemas
científicos (epistemológicos, metodológicos y empíricos) existentes a la hora de realizar una sociología de las
culturas de los grupos sociales subalternos. El producto final, apunta las bases sustanciales que permiten
fundamentar los problemas más relevantes de un campo disciplinar. No se evila el tratamiento de ningún tema,
y coincido con la selección de núcleos de debate realizada. En el plano científico, se sitúan adecuadamente las
relaciones entre macro y microanálisis, estructuras y prácticas, apertura metodológica (no hay ningún método
adecuado por definición), el cruce entre relaciones de dominación y relaciones simbólicas, la imposibilidad del
tratamiento parcial y aislado de los universos culturales (adecuada relación entre heteronomía y autonomía), etc.
Ahora bien ¿dónde se sitúan las insalisfacciones principales con el resultado de los debates recogidos?.
Básicamente, que pese al carácter de los lemas abordados (dominación, desigualdad, conflicto, imposición,
re sisten cia...), la propuesta de estos autores es científicamente comprometida (por sistemática y normativa), pero
socialmente neutra (lambién en términos de debate cultural). Así, aún cuando el centro principal sean las
«relaciones de dominación cultural» (y a su vez las relaciones con las de dominación económica y social), se liene
lodo el tiempo la sensación de estar ante una revisión erudita, un inventario científico.
El punto de vista, pues, sigue siendo profundamente ciencista, apoyado en la autonomía investigadora e
institucional que le es propia, aún cuando, se estudie, precisamente, el conflicto. El avance científico elude
cualquier compromiso con la sociedad real que se estudia. De esle modo, olra vez, el «neutralismo» social de la
ciencia, sobre todo con este objeto de estudio, es la más ilegítima expresión de los elnocentrismos de clase media,
cobertura excepcional para el mantenimiento y desarrollo de la desigualdad, La reducción de la desigualdad de
oportunidades, de la dominación, de la opresión y las luchas sociales a problemas científicos, epistemológicos y
metodológicos, consliluyen su maturalización» en cuanto su significado principal es como objetos de estudio.
La posiciones científicas más interesadas en el debate social (abiertamente elnocéntricas o relativistas, por
ejemplo) tienen el mérito de su vinculación al debate ideológico, social y político que se desarrolla alrededor de
Francisco I. Carmona
Universidad de Granada
1. IN T R O D U C C IÓ N
El objetivo de estas páginas es describir la ¡orma como eran educados los hijos de las clases alta y media
durante los anos del primer Franquismo en Barcelona. Los dalos están lomados de una investigación que Ite
realizado sobre un Colegio de la Compañía de )esús, lamoso por su carácter elitista en la región catalana, El Colegio
de San Ignacio de Sarria y en la que estudio diez años de su historia (1943-1953)'.
En esta investigación utilizo como guia de la misma la reconstrucción del modelo pedagógico que existía
en aquel colegio. Entiendo por modelo pedagógico un constructo que me permite conocer tanto el tipo ideal de
alumno que se pretendía conseguir en el ceniro como las prácticas pedagógicas encaminadas a su consecución1.
La uhicación del colegio en la estructura socioeconómica de Barcelona guia la formulación de mis
hipótesis. Así, dado que el colegio estaba destinado a la formación de los hijos de la élile catalana el tipo de alumno
que a llí se pretendía formar debía ser un líder social* y por tanto el modelo ideal de alumno debía integrar los rasgos
de personalidad de ascendencia social, competilividad, racionalidad y fuerza de voluntad, lodo ello cristalizado
en torno a una auloimagen de hombre de poder e influencia'1.
A su vez, las prácticas pedagógicas del Colegio debían ir encaminadas a entrenar al alumno para la lucha
por la hegemonía social y lograr plasmar en el mismo los rasgos de personalidad antes apuntadas y por ello tanto
el Reglamento que regula la vida colegial como la organización de las diversas áreas del centro: académica,
disciplinar, etc. tendrían esle cometido.
Al formular la hipótesis sobre la función reproductora de esle lipo de centros me apoyo en los análisis
teóricos de Pierre Bourdieu y en el análisis histórico que Carlos Lerena hace sobre la educación en España Como
afirma el propio Lerena en esle momento histórico «la enseñanza secundaria obedece a la necesidad de inculcar
el sentido del mando y despenar el carismn adecuado a ese papel, en una minoría de privilegiados cuyo conjunto
está llamado, en razón de su clase social de origen, a formar parte de la clase dirigente en el campo político,
económico e ideológico o de la cultura»5. Y si esla era la (unción de toda la enseñanza secundaria no cahe duda
deque los jesuítas venían haciendolocon gran competencia en España, al menos, desde laépoca de la Restauración
Borbonica".
Las fuentes de investigación utilizadas han sido fundamentalmente documentos internos lanío de la
Compañía de Jesús, que es la orden que lo regenta, como del propio colegio como catálogos, boletines y la propia
revísta del colegio.
El orden que voy a seguir en la exposición es el siguienlen: en la primera parte intento demostrar el carácter
selectivo del colegio de San Ignacio, en el segundo aplico la plantilla de análisis anlesdiseñaday a través del análisis
de la vida académica, disciplinar y del sistema de la emulación haré ver al lector los procesos psicosociales que
llevaban a los hijos de la burguesía a entrenarse para el dominio y control sobre la población catalana.
1 Francisco |. Caim on .i, La Com pañía d e lesús v el liderazgo católico en la Barcelona de los cuarenta. G ranada: U n i
versidad de G ran ad a, 1994.
-’ Suzanne M ollo, La escuela en la sociedad. Buenos aires: K apelusz, 1971, págs. 15-24,
'E n lo relativo al concepto de é lile sigo a C . Wright M ills, La élile del poder, M éxico: F .C .E., 1957.
4 Respecto a la personalidad del líder sigo a losé R. Torregrosa, Teoría e investigación en la psicología social actual, M adrid:
Instituto de la O p in ión Pública 1947, pág. 9 1 1 y siguientes y C e cil A. G ib b , «Liderazgo, aspectos psicológicos» en Enciclopedia
Internacional de C ie n cias Sociales. V. 6 , pág. 594 y ss.
'C a rlo s Lerena Alesón, Escu ela. Ideología v C lases Sociales en España. Barcelona: Ariel, 1986 (3* edición) pág. 58.
*•Vide Francisco |. Carm ona , O p C il., pág. 40 y ss.
2. EL C O LE G IO DE SAN IG N A C IO DE SARRIA C O M O C EN TRO ED U C A TIV O
DE LA ÉLITE CATALANA
El colegio pensionado de San Ignacio ubicado desde 1.095 en la c/ Dr. Amiganl de Barcelona liene unos
orígenes, casi tan anl iguus como la Compañía de Jesús que lo regenla. Este colegio íué cieado en Manresa en 1.622,
donde funcionó con lotal normalidad hasta 1.767, año de la expulsión por Carlos III de la Compañía de jesús de
España. Desde esla fecha sufrió los avalares de las luchas políticas y religiosas que jalonan el siglo XIX,
Los aires de la Restauración y el nuevo proyecto pastoral de la Compañía de lesús de influencia en la
sociedad a través de una esmerada educación de la élile aconsejan el traslado de Sarria en 1.892 donde se estructura
y organiza como el mejor colegio de la Compañía de lesús en la reglón catalana.
Tras el paréniesis de la República, con una nueva expulsión de la Compañía de jesús de España 11932)
y la Guerra Civil este colegio comienza su etapa más floreciente que ocupará las décadas de los cuarenta y los
cincuenta En los años sesenta el colegio pierde su carácter elilisla y, con él, pane de su preslifi¡oT.
Durante los años cuarenta y cincuenta el colegio incremenla su alumnado y personal docente, renueva
el edificio, mejora la organización académica, disciplinar y religiosa y fortalece sus vínculos con la «buena
sociedad» de Barcelona a través de la Asociación de Padres de alumnos'1.
En síntesis el colegio de San Ignacio de Sarriá seíué configurandodurame nuestra década de estudio) 194 3
1952) como una de las obias de la Compañía de lesús en Barcelona que más personal ocupaba y como uno de
los colegios más elegantes de la ciudad, donde lanto la burguesía y los profesionales como los terratenientes de
toda Calaluña aspiraban a enviar a sus hijos. Varios indicadores nos pueden servir para comprobar esle carácter
selecl ivo, unos son de carácter económico y otros de carácter social, pero lodos ellos avalan la hipótesis del carácler
seleclivodel centro1.
Los honorarios que el alumno lenía que pagar por su asistencia eran altos. Si nos fijamos en los alumnos
inlernos y mediopensionisias, que constituían las dos categorías mas numerosas del alumnado"’, podemos afirmar
que más de un 70% del alumnado tenía que pagar al menos 700 pesetas mensuales por esle concepto. En aquellos
años 700 péselas era el salario mensual de un delineante y suponía el 58,3% de las 1.200 pesetas que necesitaba
una familia con dos hijos para hacer frenle a lodos sus gastos, y, que en la mayoría de los casos si se conseguía era
gracias al trabajo de ambos cónyuges"
Esla situación económica de las familias de los alumnos viene confirmada por oíros dos datos económicos
como son el lugar de la residencia de los alumnos en el mapa urbano y la posesión del aparato telefónico que puede
ser considerarlo como un simbolo significativo de estatus alio para aquellas fechas, Según el Calálogo do Alumnos
del curso 1947-19*18 la mayoría de los alumnos lenían su residencia en la zona norte de la ciudad iBonanova,
Sarria, ele.) o en la zona de Peclralbes que son los asentamientos tradicionales de las clases medias y alias de la
ciuriadIJ. A su vez, según los dalos que aparecen en esle mismo catálogo, e) 97,4% de las familias lenían teléfonos
L.is i.izonos de esle cam bín hay que husc.nlas entre otros factores, en los aires (leí V aticano II que im prim en una orientación y
eslílo d iíe ien le a las obras de la Com pañía de lesiis y en la pérdida de electivos personales que su/re esla O rden pur esl.is lechas.
V id c Pedro Arrupe, S.I., Am e uñ mundo en cam h in . Zaragoza: H echos y Dichos, 1972; Survey, 5.1.. tslu rlin tle los C aiáloeos
rie las P rovin cias tío la C o m p a ñ ía ríe lesús d e Esoaña (Periodo 1946-1968). 1969.
“En el curso 19 4 1-1942 el colegio lenia 763 alumnos que eran atendidos por 50 personas enlre profesores y educadores mientras
que en el curso 1959-1960 esias cifras habían ascendido a I 246 y 74 respectivamenle.
‘ Entre los oíros colegios prestigiosos figuraban el colegio de San Anión de los PP Escolapios, el colegio de la fionanova de los
Herm anos de las Escuelas Cristianas, el Liceo Francés y V in ch a en el sector Catalanista.
'“ En el curso 1947-19-18 el Coleg ia de 5an Ignacio lenía 9.11 alum nos; de eslos, m ,is del 50"!. (4851 eran alum nos
m ediopensionislos, algo m ás del 2 0 % (198) eran inlernos, aproximadam ente un 12% ( 11(1) eran alum nos permanenles y casi un
15 % 1138) eran alumnos exiem os. Los dalos eslan lomados del Caláloeo d e Alumnos de esle curso. La inform ación económ ica
está lom ada de un floletin Informativo del Colegio de San Ignacio de junio rie I94B
" Carm en M olinero i Pérez Ysás «Palría luslicia v P a n -, N ivel de vida i condicions de lieh all a Catallunva 1939 - 1951
Barcelona: La Magrona, 1958 págs 149-153; 273.
Colegio de San Ignacio. Catálogo de alum nos, curso 1947-1948: para el estudio de las diversas zonas, V id e La Rran Bar
celo n a, M adrid: Alberto Corazón. 1974
particulares mientras que en toda Barcelona solo el 10,12% disponían de esle servicio y el número loial de
abonados en loda España no llegaba al medio millón” ,
Pero los indicadores económicos son validos pero no suficientes para mostrar el caracter elitista del centro.
Por eso los siguientes indicadores sociales pretenden mostrar como el grupo de «buenas familias» de Barcelona
consideraba este colegio como un centro educativo válido para reproducir en sus hijos las cuotas de honor y
prestigio que ellos poseían y para prepararlos convenientemente para acceder a las carreras de prestigio del
momento.
En el listado de alumnos del colegio de San Ignacio se puede comprobar que, al menos, un 257» de ellos
eran hijos de familias que gozaban de marcado prestigio social bien por la nobleza de sangre, bien por su presencia
en el mundo de las finanzas y de la industria o bien por su prestigio en el campo de las letras y de la cultura14. La
pertenencia de estos hijos de la «buena sociedad» al colegio lo acreditaba frente a la sociedad catalana y hacía
de él un centro educativo donde también los hijos de los «nuevos ricos» podían legitimarse como miembros de
la buena sociedad’ 5.
El segundo indicador está vinculado con esle proceso de consolidación de estatus y consiste en el análisis
del tipo de carrera que escogían los alumnos de Sarriá. Las carreras mayoritariamente elegidas eran las siguientes:
Derecho (27,5% ), Ingeniería principalmente en la modalidad de industrial (26,5%) Medicina (0,5%), Arquitectura
(8%) y estudios eclesiásticos, casi exclusivamente a Iravésde la Compañía de jesús (5,5)"'. Todas el las eran carreras
que exigían una buena preparación para acceder a ellas y que en aquellos momentos gozaban de gran prestigio
social. Pero esle prestigio aparece más claro al insertar los dalos del colegio en los contextos nacionales del
momento. Asi en el curso 194 7-1948 los títulos expedidos en toda España en Arqti itedura fueron 44 y en Ingeniería
Industrial 43 y en esle mismo año elegían los estudios de Arquitectura e Ingeniería Industrial 10 y 13 bachilleres
del colegio respectivamente. De las carreras en Facultades solo Derecho con su porcentaje del 27,5% se
aproximaba al porcentaje nacional de 31,5% . El porcentaje colegial de Medicina 8,5% queda muy distante del
26%del porcentaje nacional y otras carreras como Farmacia, y Veterinaria que obtenían porcentajes significativos
a nivel nacional estaban casi ausentes enlre los exalumnos de San Ignacio17.
Es cierto que también había en el Colegio de San Ignacio un reducido grupo de alumnos que
probablemente tenían un origen social más modesto, que eran los alumnos becarios, Pero estos alumnos eran
precisamente, los que más solían destacar por sus calificaciones tanto en la Brigada como en Clase con lo cual se
abría una puerta para la mejora y renovación de la élite."
En esle segundo apartado voy a mostrar a través del análisis de la vida colegial los procesos psicosociales
que posibilitaban que los alumnos salieran con una fuerte auloimagen de hombres de poder y con los rasgos
psicológicos de com petividad, racionalidad y tuerza de voluntad que les permitiría ocupar las posiciones de poder
en la estructura socioeconómica de Cataluña.
Primero analizaré la estructura académica, después la vida de disciplina para finalizar con el sistema de
emulación que constituía el motor de la dinámica colegial
‘ ' Anuario Estadístico de Esnaña. 1950. pág. 3 4 1, Carm en M olinero í Pete Ys.is, O p . C it., págs. 209-210.
" La selección de «apellidos* ha sido realizada con la ayuda de tres informantes bien relacionados con la cbuena sociedad* de
Barcelona, respecto a esla sociedad V iile C , M . M cdonogh, C o o d Fam ilies of Barcelo na. Univeisity of Princenton. 1980
Alfonso Carlos Com fn, Fé en la Tierra. Bilbao: D escleé de B iouw er, 1977. pág, 33.
" V id c Revista de San Ignacio, enero 1945; Noviem bre 1945, Octubre, 1946; (Diciembre 1947; D iciem bre 1940; N oviem bre
1949; N oviem bre 1950: N oviem bre 1951 y Noviem bre 1952.
' Para los dalos nacionales Vide Anuario Esiadístico d e España. 1950. págs. 677 y 6B0.
" En el curso 1936, de los 757 alum nos con que contaba el Colegio de San Ignacio solo 76 eran alumnos becarios. V id e Anuario
de la Enseñan/a Privada en Esnaña. M adrid, 1947, pág. 365. La piesencia de alum nos becarios en los centros privados y
públicos venia exigida por la legislación vigente. Vide O rd en M inisterial de 16 de D iciem b re de 193B.
- LA VIDA ACADÉMICA
La estructura académica estaba dirigida por el P Prefecto de Estudios y, según el Reglamento, él era el
responsable de «velar por el buen orden y aprovechamiento en los estudios y ayudar y dirigir a los profesores para
conseguirlo»M. Según especifica el Reglamento él era el encargada de confeccionar el calendario de curso, de fijar
el horario de clases, de señalar los diversos instrumentos pedagógicos (textos, libros auxiliari"> y cuadernos de
prácticas), de conlrolar la vida de profesores y alumnos en el aula, de evitar la aglomeración del trabajo en algunas
horas del dia y ciertas épocas del año y de vigilar loscriterios de evaluación. Esle conocimienlo puntual le permitía
tener informado al Redor de la marcha del colegioya los padrcsde los alumnos del aprovechamientode sus hijos'".
Pero el éxito de la larea docente recaía sobre los hombros de los profesores, los cuales solían estar volcados
totalmente en su tarea Según los textos pedagógicos que guiaban la vida académica el proiesor en vacaciones ya
conocía qué grupo concreto de alumnos iba a instruir, y el programa, textos y demás instrumentos didácticos que
iba a utilizar, lo cual le permitía preparar de forma precisa el plan de Irabajo para todo el año académico, Por eso
una parte importante de esla larea de vacaciones era no solo preparar los esquemas de su explicación sino lambién
conocer el historial de los alumnos y de esla forma el profesor podía confeccionar con el almanaque en mano el
reparto a lo largo del año de contenidos, ejercicios y pruebas quincenales y trimestrales
A lo largo del año académico el profesor se veía urgido por el control de compañeros y padres de alumnos
y por la vigilancia del prefecto a trabajar en clase con los alumnos de una forma activa y participativa y a revisar
y reflexionar, al menos semanalmente, sobre la marcha de la misma.
Las asignaturas que se seguían eran las del Plan de Estudios de 1930 que garantizaba una formación sólida,
no solo en las asignaturas humanísticas sino también en matemáticas y ciencias, que eran las maierias necesarias
para el lipo deestudios quesolian seguíroslos alumnos on la enseñanza superior; por esoel Colegio de San Ignacio
tenia unas buenas instalaciones que facilitaban la enseñanza práctica de la sección de ciencias " .
Finalmente las clases no eran muy numerosas. De la lectura de los catálogos de alumnos de estos años
se desprende que el número de estos por aula no solía llegara cuarenLi y, que era muy (recuente el númerodetreinta
alumnos en las secciones de los cursos superiores. Esto hacia posible que casi todos los años algunos de los premios
finales del Distrito Universitaria recayese en algún alumno de San Ignacio-1'.
- LA VIDA DE DISCIPLINA
La estructura disciplinar lenía una organización similar y su mela era no solo el buen orden y conducía
de los alumnos sino en conseguir que estos internalizasen el modelo ideal de alumno como control interno de su
persona.
Al Irenle estaba el Padre Prefecto de Disciplina el cual contaba con el equipo de educadores. Estos estaban
en continuo contacto con los alumnos. En la capilla exigían el silencio y la compostura debida al lugar, que los
" R ed á m en lo interno <lp los colegios de la Com pañía ríe lesús en Esoaña. Barcelona: Estampa. 1050. art 58.
Reglamento, art, 67
•" Pablo N ulo. 51. Avisos prácticos para el novel maestro í Ip la Com nañía de lesús. V alen cia. 1909. pág. 2 y ss.
•'•'Una pan e im portante de la educación jesuítica tradicionalm enteho sido el entrenamiento para la expresión oral y escrita, que
tan Importante es para un m iem bro de la élile ; este entrenam iento estaba garantizado a través tle las clases tle lengua castellana
y de los frecuentes certám enes literarios.
Respecto a la infraestructura d idáctica de las materias de cien cias el colegio contaba con dos laboratorios y un rico m useo de
cien cias naturales. V id e Revista do San Ignacio. 1952, pág. 7.
Por otro lado el caracier elitista del Plan de Estudios de 1938 viene afirmado en la propia ley; t Iniciase la reforma con la parle
más importante de la enseñanza m edia - e l bachillerato universitario- porque el criterio que en ella se aplica ha de ser norma y
m ódulo de toda la reforma, y porque una m odificación profunda de este grado de enseñanza es el instrumento más eficaz para,
rápidamente, influir en la transformación de una saciedad y en la form ación intelectual y moral de sus futuras clases directoras».
(Citado por M anuel Puelles Benflez en Educación e Ideología en la Esnaña Contem poránea. Barcelona: Labor, 1980, págs.
370-371.) Por eso no íu é pura coin cid en cia que este plan fuese tan alabado por los lesuilas. V id e Ignacio Errandonea, 5.I., El Plan
de B a ch illerato Actual. M adrid: R azón y Fé, 1943.
; l Revista de San Ignacio. Agosto 1952, pág. 22.
rezos en común se hicieran pausadamente y que participaran el mayor número de alumnos'4. En el salón de es
tudios, donde los alumnos pasaban varias horas del día, el educador no sólo exigía silencio y orden sino que
procuraba que el alumno estudiase lo que correspondía a aquella hora, de acuerdo con el calendario, lo cual le
obliga a estar pendiente de cada alumno-’'. En el comedor, debían procurar que los alumnos se alimentasen bien
y, a la par, que perfeccionaran sus formas y maneras de estar en la mesa y tomar los alimentos'”. En el recreo, las
obligaciones que le recuerda el Reglamento le exigian aún una mayor dedicación a los alumnos. Debía organizar
los juegos, fomentando la emulación en concursos y campeonatos sin olvidar la atención y vigilancia al resto de
los alumnos. En una palabra, los educadores eran los que junto con el P. Prefecto tenían la difícil tarea de
transformar a los hijos de la burguesía catalana en las réplicas vivas del modelo ideal de alumno que aparece
diseñado en el Reglamento.
Analicemos estos esquemas de acción que aparece en el Reglamento y práctica colegial de San Ignacio.
Comencemos con las obligaciones que el alumno tiene para consigo mismo. Si repasamos el Reglamento las formas
externas de conducta que aparecen son limpieza de su persona, de sus vestidos y de sus cosas’’ , orden en sus cosas
en el estudio y dormitorio-", puntualidad para iniciar y terminar todas sus obligaciones en el estudio, clase, recreo,
comedor'1. Eslo exige un control perfecto del mundo del sujeto en que una voluntad fuerte sea capaz de controlar
las tendencias y emociones y canalizarlas hacia las metas propuestas por el Reglamento y aceptadas por la razón
del sujeto.
Esle esquema de acción exige un sometimiento de las diversas tendencias biológicas al control de la
inteligencia y de la voluntad, lo cual supone una percepción desigual de la propia persona que legítima el
sometimiento de lo biológico a lo intelectual porque los peicibe como onlológicamenle desiguales y por tanto
necesitados de que la acción humana arregle el desajuste existente y lo vuelva a su debido eslado.
Esla percepción de la realidad personal subyacente en los esquemas de conducta reflejada en el
Reglamento nos está indicando los punios centrales de esta visión y de esle ethos: En la realidad personal hay una
élite (inteligencia) que tiene la obligación, en bien de toda la persona, de someter a control al resto del compuesto
humano, sofocando los impulsos espontáneos y canalizando su energía por los cauces marcados por la inteligencia
y ejecutado por la voluntad. Por tanto, la autoridad de la élile debe conlrolar a la masa orgánica que tiene la
obligación de obedecerla en aras del bien de loda la persona y es necesario e imprescindible una lucha por
conseguir esle dominio, lo s valores subyacentes que de aquí se desprenden son: la autoridad de la razón, la
obediencia del cuerpo y lo exigencia de lucha por el conlrol racional de la conducta, la cual afirmará la seguridad
del sujeto en sí mismo y fomentará su eficacia en la vida social.
El alumno tiene además una serie de obligaciones con las diferentes personas de la comunidad colegial
que le vienen expresadas en los esquemas de acción y comportamiento que refleja el Reglamento. El Reglamento
ordena una forma específica para tratar con los diversos colectivos que forman la comunidad, los educadores y
profesores, los compañeros y el personal de servicio Es importante que analicemos esta descripción de la realidad
social porque en ella está presente no solo las formas legales de acción sino la legitimación del conlrol y dominio
sobre los demás, inherente al liderazgo social.
Con los empleados, el Reglamento ordena distancia y respeta. El alumno tiene prohibida la interacción
con ellos y por lanto no debe hablar, ni tratar, y menos, lu g a r con las personas destinadas al servicio de la casa
A su vez le ordena respeto hacia ellos si excepcionalmeme tuviera que decirles algo1". Para mejor interpretar esta
evitación tendremos que conectarlas con las prácticas del mundo burgués y el mundo obrero en sus relaciones
sociales y las posibles interferencias que podrían ocurrir para ambas lormas de entender la vida y la educación,
si el colegio facilitara la interacción entre dos personas de ambas categorías.
- LA EM ULACIÓN
La dimensión más original de la pedagogía jesuítica eran los métodos propios que tenían para obligar al
alumno a entrar en la dinámica de la vida colegial y que, como vamos a ver a continuación, no solo conseguían
que el alumno finalizase su vida colegial con un nivel de instrucción que le permitía acceder a las carreras elitistas
del momento sino enlrenado para proseguir su camino de lucha y competencia en el medio burgués catalán.
En el Colegia de San Ignacio uno de los medios de control social era el castigo, que iba desde el castigo
excepcional como expulsión del colegio por haber incurrido en alguna falla grave hasta los castigos frecuentes
como la perdida del recreo o memorizar un párrafo escrito. Pero la pedagogía de los ¡esuilas prefería otros medios
más positivos como la alabanza y el estimulo del honor y el premio” Esto lo conseguían por el sistema de la
emulación.
La emulación según el Reglamento «es una noble virtud que brota naturalmente en el corazón del niño,
estimula su noble actividad dándoles bríos y fuerzas para vencer los obstáculos y le hace experimentar la
satisfacción de correr hacia una mela digna de sus aspiraciones y el gozo de alcanzarla»4".
El sistema de la emulación estaba basado en la lucha que se vivía dentro del colegio por conseguir los
bienes escasos de prestigio y poder que existían en el mismo Estos se materializaban en las Dignidades, las
Dignidades eran los cargos que se olorgaban a los alumnos que más se habían distinguido por su piedad, conducta,
aplicación en el caso de las Dignidades de Brigada y en las de Clase por el aprovechamiento en los estudios,
sobresaliendo sobre sus compañeros al conseguir las mejores calificaciones y obteniendo los primeros puestos de
clase.
Estos alumnos, gozaban de gran consideración dentro del colegio. El Padre Prefecto se reunía con ellos
de vez en cuando, para consultarles sobre la marcha del colegio y fomentarles sus iniciativas; por otro lado el
Reglamento recuerda a profesores y educadores que han de esmerarse en la educación de los mismos; finalmente
eslos gozaban de cierta inmunidad a la hora de ser sancionados por alguna falta y por eso, tanto el Padre Prefecto
como los demás educadores procedían con gran tacto para que no disminuyera su prestigio. Todo esto hacía que
tanto los alumnos como sus familiares apetecieran el acceso a estos puestos41.
La emulación era una lucha «civilizada» ya que estaba sometida a las normas del Reglamento, controlada
por la comunidad de educadores y legitimada religiosamente y, por lanto, una lucha fomentada y dirigida desde
las altas instancias de fa organización colegial.
La base del sistema de la emulación eran las calificaciones o las notas de Brigadas y de Clase. Estas
calificaciones al objetivar de forma pública la evaluación que en la conducta y saberes de cada unode losalumnos
hacían profesores y educadores los situaba en la categoría del alumno que iba desde el alumno excelente hasta
el alumno travieso o el indeseable. Estas etiquetas Hechas públicas por medio de las periódicas «lecturas de notas»
y de los «Cuadros de Honor» venían a imponerse sobre la imagen pública del alumno llegando a afectar a su propia
autoimagen o identidad lo que provocaba una lucha interna en el propio sujeto por corroborar la imagen pública
en el caso de que le fuera favorable, o rebelarse, si le era desfavorable, y, en cualquiera de los casos, le implicaba
personalmente para lograr la coincidencia de la imagen pública con el modelo ideal de alumno que se iba
internalizando cada vez más como el boceto ideal de su propia persona'11.
La lucha de la emulación impregnaba toda la vida colegial ya que sus «símbolos» como los «Cuadros de
honor», «cargos de confianza» en la Brigada, «puestos de clase» y «boletines de notas» la hacían presente en lodos
'"R.M erlon «Estructura burocrática y personalidad» en Teoría v Estructura Social. M éxico: Fondo de Cultura Económ ica, 1964,
págs. 202 y ss.
''P a d re N uló, O p . Cit., pág. 237.
'"Reglam ento, pág. 20.
11 Reglamento, arts. 1S, 7 3 , 8 8 , 93, 1 16 y 117.
'•'A, Weigert, Social Psicholoev, Nolre D am e: University of Notre D am e, 1983, pág. 227 y ss.
los lugares del colegio desde el dormitorio a la capilla. A su vez los rituales de «lectura de notas», «proclamación
de dignidades» y «reparto de premios y medallas» jalonaban el calendario escolar en un progresivo «crescendo»
desde las primeras calificaciones de octubre hasta el solemne reparto de premios y diplomas de final de curso, con
la asislencia de las mejores familias y presididas por alguna alia jerarquía política, militar o religiosa'1.
En el proceso de la emulación el alumno no estaba solo. La organización del sistema hábilmente sabía
movilizar como auxiliares de su proyecto a los diferentes grupos de pertenencia y referencia del alumno. Y asi para
cualquier alumno normal el transformar su conducta y su mundo interior en consonancia con los valores del
alumno ideal y asi escalar las gradas del «ranking» colegial era un asunto en que estaban implicados su familia,
sus amigos íntimos, los educadores y profesores, y toda una serie de personas que le empujaban y motivaban a
someterse al proyecto colegial.
De hecho, el alumno se veía obligado a adentrarse en un camino de lucha consigo mismo y con los demás.
Tanto en el área académica como en la de disciplina el alumno tenía que moldear sus exigencias biológicas, sus
sentimientos y su imaginación para adaptarse a las demandas del Reglamento que regulaba la vida colegial. Del
mismo modo la participación en el proceso competitivo de la emulación no solo fortalecía la actitud racional
práctica al verse obligada a programar su vida, canalizar los procesos y evaluar los resultado y su fortaleza y
templanza al tener que mantener su persona en actitud de combate a lo largo del año, sino que asimilaba una
percepción de la realidad que le motivaba a luchar por dominar a los demás, unos hábitos y actitudes de lucha y
dominio que se extendían a otros contextos sociales, y una seguridad en sí mismo y una autoimagen de hombres
de poder en influencia, internalizada en el núcleo de sí mismo (selí) como proyecto de su identidad personal.
El reconocimiento público que tenía lugar cada año en la solemne «Proclamación de Dignidades»ante
la audiencia de la élile de Barcelona, sus familiares y conocidos se adentraba en su memoria personal como
definición de la realidad que le iba a garantizar no solo la identidad pública de un líder social sino la confianza
de que él era una persona selecta, nacida y entrenada para bien de la Iglesia y de la Patria; en definitiva, que él
pertenecía a una casta superior destinada a dominar y liderar a los demás.
4. C O N C LU SIÓ N
A lo largo de estas páginas hemos podido ver la estructura y dinámica del Colegio de San Ignacio de Sarria
durante la década de los años cuarenta; según nuestro análisis este colegio no solo dificultaba el acceso a los hijos
de las clases modestas sino que dotaba a los hijos de la clase dominante con unos rasgos de personalidad y un
proyecto de vida que les facilitarla su permanencia en los estratos allos de la sociedad; este era el secreto de su éxito.
Cincuenta años despues podemos ver como gran parte de los alumnos educados durante esta década no
soto ocupan posiciones de prestigio económico y social en la estructura de Cataluña sino que un alto porcentaje
de ellos están ejerciendo íuncionesdireclivascomo gerente, consejero delegado, director, e le ." Quizás estas páginas
puedan contribuirá clarificar los procesos psicológicos y sociales del elitismo y prestigio de la pedagogía jesuila
tantas veces afirmados pero tan poco investigados.
41Los lesuilas preparaban estos actos con gran esmero; se im prim ían programas del acto para invitar a los familiares de los alumnos,
a los bienhechores y amigos del colegio, a las autoridades académ icas, religiosas, mi litares y civile s de la ciudad, las cuales solían
honrar el acto con su presencia.
El acto tenía lugar en el salón de actos del colegio y solfan presidirlo junto al P. Rector y dem ás representantes de los citados
estamentos, algún personaje importante de la ciudad com o el Capitan G eneral, El gobernador C iv il, el Presidente d e la D iputación.
V ide M anuel Q uera, S .I., Estela de una Institución Centenaria, (inédito), págs. 241-246; y Aranguren recuerda en sus años
de estudiante en el Colegio del Recuerdo com o D . Alfonso XIII presidió varias veces estos aclos; V id e Francisco |. Carm ona, O p .
cit., pág. 7.
44 En el C atále c deis Antics Alum nes del C n lle ci de Sant lunasi. 1989 aparecen registrados 812 alum nos pertenecientes a las
prom ociones de 1943 a 1952 D ado que el número de alum nos por prom oción en esla década rondaba los 90 podemos decir que
prácticam ente figuran todos. Enlre estos las profesiones más frecuentes son: Ingeniería (36% ), D erecho (21%), Q u ím ica (12% ). y,
lo que es más significativo es que más de un 6 5 % ocupa actualmente posiciones de poder
GIROUX Y EL CONCEPTO DE DISCURSO
j A-lás que tomarla palabra, hubiera preferido verme envuelto por ella. Nada de lomarla palabra, (...) verme
envuelto por ella y transportado más allá de todo posible inicio. No habría habido por tanto inicio; y en lugar de
ser aquel de quien procede el discurso, yo seria más bien una pequeña laguna en el azar de su desarrollo, el punto
de su desaparición posible.»
Foucault, M.: «Lección inaugural en el Collegede Trance» (2-diciembre-1970)
La obra de Henry Giroux constituye un pensamiento de una dinamicidad inusitada y envolvenie.
Semejanle esfuerzo leorizador no sólo se arroga el derecho a estar en el primer plano por la utilización crílica y
atractiva que hace de autores consagrados del pensamiento s o c ia la d e m á s , ha sido capaz de crear conceptos y
presentar problemas nuevos ante los que la práctica intelectual docente ha guardado un constante y sospechoso
silencio.
¿Pero cuál es el secreto de un pensador como Ciroux?, ¿dónde reside el motor de su escritura?, ¿dónde
se sitúa el núcleo de la intencionalidad critica de su obra?. Sin lugar a dudas, y como corresponde a un pensador
comprometido con la transformación social, es la dialéctica del conflicto lo que mueve su pluma, el enfrentamiento
abierto y sin término contra todos aquellas pedagogías tecnocráticas que, arrogándose los adjetivos de neutrales
y científicas alejan a la enseñanza del plano de la contrahegemonía:» El paradigma del currículum lecnocrálico
tal vez esté envejecido, pero eslá lejos de convertirse en un residuo histórico»: . Es importante comprender esto,
ya que dicho enfrentamiento afecta al modo en que Giroux utiliza y revisa (a veces de forma poco acertada) las
categorías de otros autores: hegemonía, discurso, memoria liberadora, tecnologías, etc. Otro importante aspecto
de la obra de nuestro autor, vinculado al enfrentamiento descrito, es su indaudicable fidelidad a la necesidad de
relación enlre teoría y praxis, que le permite componer un estilo de investigación comprometido en dar soluciones
prácticas a problemas de la colidiana experiencia pedagógica, lo que carga sus trabajos de un fuerte carácter
normativo que no es habitual encontrar en un teórico de su profundidad.
Partiendo del reconocimiento intelectual y del respelo debido a su obra \ iraiaremos en este estudio de
indagar sobre la utilización que hace Ciroux en su trabajo Los profesores como intelectuales * de conceptos de
sarrollados por Michael Foucault. Indagaremos las consecuencias resultantes de la exportación rie algunos de esos
conceptos (en especial los de poder y discurso ’ ) y podremos apreciar las contradicciones que se pueden producir
al inlenlar hacer confluir en un mismo hilo discursivo, categorías que corresponden a modelos teóricos de
naturalezas tan distintas como los que desarrollan Gramsci y Foucault.
Ambas tradiciones, en las que enraiza Giroux su obra, consliluyen trayectorias intelectuales claves para
el pensamiento teórico crítico de este siglo. Sin embargo, una alquimia de semejantes proporciones, como
veremos, no siempre da como resultado un potencial crítico acorde con las expectativas derivadas de los
pensamientos que sirvieron de apoyo intelectual. Salvo que se sea muy cuidadoso, al final se corre el riesgo de
1 Peter M cLaren en el prefacio de) libro que revisamos hace una d ivisión de la o I i m ríe C iro u x en dos etapas y recoge un
impresionante conjunto de autores que de una u otra íorma lu n contribuirlo en el peregrinar intelectual de C iro u x. Entre los más
destacados se encuentran. Young, Bernslein, W illiam s, W illis. C id d en s, G ram sci, Freire, Escuela de Fracforl, F o u c a u lt .y m uchos
otros.
; C iro u x, H .,: Los profesores com o intelectuales H acia un,7 pedagogía crítica del aprendizaje. Ed Paidós/M E . C . M adrid, 1090,
pág.61.
1El respelo h acia la obra de un pensador crítico no resulta d e la lectura que busca la afinidad y el consenso im productivo; lejos
ile ello, lo q u e se pretende es enriquecer, a través de la critica teórica, la comprensión de la realidad (incluida la realidad teórica)
para propiciar iransíorm aciones l.m lo en el orden intelectual com o social.
‘ G irou x, H .,: Los profesores com o intelectuales. Hacia una pedagogía critica del aprendizaje. Ed. Paidós/M E .C ., M adrid, 1900.
'G iro u x utiliza más conceptos foucaullianos com o el de tecnología o disciplina, no obslanle hemos creído necesario detenemos
a analizar aquellos que constituyen referencias permanentes y sistemáticas en su obra, es decir, el concepto d e discurso y el de
poder.
reintroducir el pensamiento de uno de ellos con indumentaria y ropajes de olro. La resultante puede parecer más
estética y moderna, pero no necesariamente más rigurosa y eficaz. Con frecuencia, el uso inadecuada de los
lenguajes nos remite a un juego de apariencias que acaba dinamitando las esencias. El conceplo se retoca y es
inslrumenlalizado, perdiendo el rigor que le dió nacimiento y quizás, su potencialidad critica y transformadora.
El presente trabajo está presidido por el firme propósito de ahondar en las posibles contradicciones y
problemas que se derivan del entrecruzamienlo conceptual crítico, así como de las posibilidades que se abandonan
a través tle las constantes elecciones teóricas que va haciendo Giroux a lo largo de su obra. Pensamos, por olro
lado, que la utilización íoucauítiana que hace nuestro autor no es ajena a la multiplicidad deabusos que se cometen
con las categorías de Foucaull en estos liempos. Ese es el precio que paga la obra de Michael Foucault |>or estar
recurrentemente de moda: uso de categorías de forma indebida, vulgarización de su obra a través de referencias
descontexlualizadas, hasla conceptos que han inundado el habla de la gente de la calle: hoy tocio parece ser
«discurso» (aunque en nada se parezca n lo establecido por Foucaull).
Por supuesto que el uso de dichos conceptos en Giroux posee otras connotaciones. Con frecuencia la
revisión de las categorías foucaullianas, en Ciroux, son calculadas y rectificadas íntencíonalmenle, justificadas
hasla cierto punió por un dislanciamiento epistemológico respecto a la obra de Foucaull. Pero, aún asi, dicho
dislanciamiento transforma las categorías hasta tal punto que llegan a ser absolutamente irreconocibles y hasla
contradictorias con lo que quería decir Foucault. ¿Es sólo un problema de dislanciamiento epistemológico?. La
respuesta a esla pregunta es compleja, ya que es difícil averiguar si la distancia manienida se debe a omisión
intencional por estralegia teórica o a omisión por desconocimiento; no obstante, en este trabajo nos indinamos
más por pensar en una confluencia de ambas respuestas.
Peler M cLaren11señala que es la obra realizada conjuntamente enlre Aronovvitz y Ciroux, Education under
siege \ la que señala el momenlo en que Giroux empieza a apropiarse de algunos de los avances leóricos de
Michael Foucaull. Pero esta apropiación, tal y como recoge McLaren, es «selectiva'., no atiende más que a
conceptos e ideas muy específicas y parciales; la naturaleza de esa elección estaría aún por determinar y desvelaría
interesantes consecuencias para la interpretación de la obra de Henry Ciroux. Entre las ideas recuperadas que se
destacan con más insistencia está la relación entre conocimiento y poder Idea que, por lo demás, tal y como queda
registrada y como evoluciona en la obra de Ciroux parece retomada más del marxismo culturalista que del propio
Foucault. Debemos recordar aquí que el caráder de la relación expuesla por Foucault es la de relación enlre saber
y poder, noenlre conocimiento y poder. Dicha distinción no resulla ociosa, puestoquecon ella se inicia el principio
de la confusión o distanciamienlo entre la obra íoucauítiana y la de Giroux.
Para Foucault, el conocimiento remite a una relación sujeto-objeto cuyas determinaciones variarían en
(unción de la perspectiva teórica que se adopte: relativismo u objetivismo. El problema es que, en ambos casos,
‘ M cLaren, P .,: «Prefacio: Teoría c iílic a y significado de la esperanza», pág.20, en C iro u x , H .,: to s profesores com o.... O p . C il
: A ronow iiz, S. y C iro u x , H .,: Education under siege South Martley, Mass, Bergin & C a rv c y PublisHers, 1985
Esta obra parece ser el punió álgido de la lectura de G iro u x sobre Foucaull. A partir de aquí, su evolución p arece indicar un
dislanciam iento u olvido progresivo. Buena m ueslra de ello se ve reflejado si contrastamos; la d efinir ión de intelectual (inielectu.il
transformaiivo) que desarrolla en el irabatoobjelo de esleesiu d io Los profesores com o intelectujles(l9BH), con el elaborado ¡unto
al propio M cLaren en el artículo «Educación de maestros y política del com prom iso: el caso pro escolarización dem ocrática»
(1986), aq u í asum en una con cep ció n del intelectual en el m ás ixiro eslilo íoucauliiano (¡m eleciual específico), citando a
Lentricchia, nos d icen:
por intelectual nos referimos al intelectual especifico descrito por Foucaull -u n o cu yo trabajo rad ical d e transformación, cuya
lucha contra la represión sea sostenida en una institución especifica donde él se encuentra a sí m ism o- en los lérm inos de su propia
habilidad, en los lérminos inherentes a su propio funcionam iento com o intelectual,'
Citado en C iro u x, H . y M cLaren, P .,; «educación de maestros y política del c o m p ro m iso s! caso pro-oscolarízación dem ocrática»,
en Témpora, n'Jl ] -12, páy. 1 15.
3 ! primar uno de los dos polos de la relación, se condiciona y limita la comprensión del (enómeno a través del cual
se construye la supuesta realidad.
Para él, el (errible error del objetivismo supone la construcción de una verdad en sentido fuerte, un logos
expansivo que hace a la realidad preexistente y socráticamente aprehensible. Ello no resultaría preocupante para
Foucault si no significara la defensa de una verdad absolulizada cuyo rasgo más portentoso sería la amplificación
de la relación saber-poder a limites insospechados. Además, dicha visión no recoge el factor constituyente de la
realidad porque la realidad es ajena a la reconstrucción, es preexistente y no modificable a travésdel sujeto:el factor
humano se diluye entre objeto y objeto, el sujeto se construye gracias a estos y por estos. Así las cosas, el
conocimiento es reflejo de la realidad, la distinción entre verdadero y falso es caiegorial, la ideología se define par
aquello que no es ciencia, el ataque a la subjetividad es tan fuerte que derriba la participación del sujeto,
En el segundo caso, el del relativismo, lo que conquista el centro de las atenciones es e! sujeto. La realidad
no preexiste, sino que es construida por y para el sujeto, la mirada humana ilumina los objetos que no serían tales
sin ella. El hombre es la medida de todas las cosas porque lo hace todo, lo constituye y le imprime su inconfundible
sello. Al primar pues al sujeto, las estructuras se desmoronan ante el embate de los hombres convertidos en dioses
de su propio mundo. El análisis solapa los determinantes y se centra en el potencial ilimitado de la capacidad
humana que por ser eso, potencial, prefigura un futuro próximo tal y como es imaginado por el sujeto. El
conocimienlo ya no es reflejo de la realidad; ahora la realidad es reflejo del conocimiento * que, por ser cons
trucción humana, franquea los límites posibles de poder ser en gran medida determinada. La verdad ha dejado de
ser abusiva pero, a costa de ello, ninguna verdad puede arrogarse derecho de réplica.
En ambos casos, tanto del objetivismo como del relativismo, la verdad se ve asediada por la potencia de
los términos de la relación sujeto-objeto. En el primer caso, porque se constituyen verdades totales y exduyenles
y, en el segundo, porque el juego del «todo vale» inmoviliza verdades constituyentes
Michael Foucault va a intentar escapar a esla relación de forma muy peculiar; para él, el objeto es
consecuencia de la práctica, pero no de una práctica humana cualquiera, sino de la práctica que construye hasla
el concepto de hombre, la confluencia de prácticas discursivas y prácticas sociales que determinan el aconteci
miento discursivo. 5ólo existe lo determinado en la medida en que la realidad es constituida, como muy bien lo
define Veyne ’ ;es algo así como la variación de un caleidoscopio. El discurso no es lo que se dice, tal y como queda
recogido esle concepto en los análisis de Gtroux, no es ni lo que se dice ni lo que se habla, aunque pueda ser
determinado a través de ellos. No es que el hombre no exista, sino que históricamente ha sido percibido de forma
muy distinta, al igual que el concepto de loco. Para Foucault, el hombre posee un espacio de intervención en la
realidad al configurar él mismo parte de ella pero, tal y como Marx lo expresa no a su^ntojo. Como comenta
Foucault a Dreytus:
» Lis personas no saben lo que hacen; con frecuencia saben por qué hacen lo que hacen; pero no saben
qué hacen.»
El discurso no es pues ni ideología, ni semántica, ni siquiera estrategia; la táctica y la estrategia en Foucault
son post-discursivas y se ven determinadas por el discurso en última instancia, además de por los sujetos de la
realidad. ¿Pero estamos ante una reformulación del relativismo? sólo en cierto aspecto, ya que para Foucault tan
cierto es que la huella del hombre se borrará cuando suba la marea, como que existen el mar, la arena y el pie del
hombre. La fuerza de esa materialidad, a su vez, determina la práctica discursiva hasla tal punto que conforman
reglas deíinitorias relativamente de esa propia práctica (Veyne señala que para Foucault no existen en ningún caso
''M u c h o s análisis eslructuro-íuncionalislas centrados en los procesos de ptoíesionalización han destacado com o central en
dichos procesos, la form ación de una «base de conocim ientos». Para ellos junto a la autonom ía, la base de conocim ientos
fundamenta la autoridad de los profesionales, constituyendo estrategias que un neowebcri.irio com o Parkin, califica de cierre
so cial.» * A q u í la relación entre saber y poder queda establecida, aunque de manera m uy diferente a com o la co n cib e Foucault.
• Parkin, F .,: Atarvismo y teoría de clases. Una crítica burguesa. Ed. Espasa-Calpe, M adrid, 19S4.
Para un estudio m ás detallado d e los análisis estructuro-luncionalistas, ver.
Berg, G „ . «Desarrollando la profesión docente: aulnnom ia, código profesional, base de conocim ientos», Suecia (inédito).
Kim batl, B „ : ^The pioblem o í (eacher”s authorily in light o í the structur.il analysis of proíessions», Cducalion.il Theor)’, V o l. 36,
n* 1 ,1 9 8 8 .
Tenorth, H -E.,: »Ptoíesiones y p roíesionalización. Un m arco de referencia para el análisis histórico del enseñante y sus
organizaciones», Revista de Educación, n” 285, 1988
" M arx, K .,: >Tcsis sobre Feuerbach» en M arx, K. y E n g e ls.F ,: Obras escogidas. Ed. Progreso, M oscú, 1986, pág. 7.
>rFreiré, P..: «Introducción del editor», pág. 30. en C iro u x, H .: los profesores com o.. O p . Cit
paradoja de Lerena "’), Reproducción y emancipación son los hijos elegirlos tlel matrimonio mal avenido enlre
objetivismo y relativismo. De nuevo se reproduce el cómbale, sóloque esla vez en un espacio inslilucion.il definido
y delimitado. Aqui cabria expresar la durla de si ese escolarcenirismo debe de seguir otullando espacios de
constitución de subjetividades lan importantes como la escuela misma. Pero insisliendoen la escuela: ¿da Foucaull
una respuesta reproduccionisla al análisis de lo escolar como se suele decir?, ¿encuentra en el presenie la
genealogía un límite de actuación?, ¿es imposible determinar la naluraleza discursiva del presente?, ¿es posible
extraer del análisis del poder en Foucaull algo fuera tlel estudio de los espacios disciplinadores y reguladores?.
Todas eslas preguntas eslán por conleslar e incluso algunas están en vías de aclaración, pero de lo que no cabe
ninguna durla es de que semejante perspediva esta absolulámenle ausente en el pensamiento de Giroux.
La lercera tesis expuesla por Freire''' e r relación a Ciroux es: «que la educación pierde significado si no
se entiende que, como todas las prádicas, eslá siendo somelida a limitaciones. Si la educación -nos dice- pudiera
hacerlo lodo, no habría razón para hablar acerca de sus limilaciones. Si la educación no pudiera hacer nada,
tampoco lendría mucho senlido hablar de sus limilaciones». Aqui las limilaciones quedan recogidas como limiies
preexislenles, pero parecen ser objelo de estudio en Ciroux sólo en oíanlo racionalidades dominanles, nunca
como determinaciones discursivas o estructurales, optando por el camino de la investigación de lo que se puede
hacer o no por parte de los agenies educadores; asi concluye Freire con una afirmación categórica y ahistórica que
no comprende que las posibilidades de lo escolar no están dadas de una vez para siempre, que dependen de
coyunturas históricas y de condiciones discursivas, estructurales y subjetivas. No existen los «(¡miles de la
educación» en senlido abslracio, sino los limiies socio-hislóricos de la Iransformación y los determinantes de la
misma ya sean de caráder estructural, discursivo o subjelivo.
Ciroux a través de su obra vertebra dos pilares básicos, la idea de escuela como «esteras públicas
democráticas» y la de «ínlelecluai Iransformalivo». Ambas se enlrelazan para incardinar las posibilidades de
Iransformación, Pero junto a eslas columnas de apoyo, Ciroux nos mueve por los senderos ele un humanismo
centrado en el sufrimiento. Así cuando nos habla de la «memoria liberadora» (conceploclave para enlender loque
concibe él como la labor del -intelectual transformativo .), nos dice:
«Reconocimiento de aquellos casos de sufrimiento público y privado cuyas causas y manifestaciones
exigen comprensión y actitud compasiva mantener vivo el hecho historico y exislenaal del sufrimiento...»
Foucaull, pese a las innumerables muestras de rechazo a las concepciones humanizantes, (recordemos
que para él, el humanismo no ha hecho más que prostituir el pensamiento consliluyéndose en un pensamiento
catalizador de la opresiónl mantiene en el núcleo de su obra ciertas preocupaciones por la localización del
esquema general de su objelo de preocupación: lo que Fernández Liria denomina el esquema del poder político
adominación/somelimienio» Hl sufrimiento constituye el punió de balizamienlo a Iravés del cual se consliluye
el mapa topográfico de la batalla, de donde se deduce que tanto para Ciroux como para f oucault, los «modos de
existencia» representan un objetivo permanenie de preocupación, ¿dónde eslá la diferencia entonces?: en que
Ciroux recoge esas señales, esos modos de existencia como referencias casi absolutas de una realidad que se nos
presenla transparente, tal cual es, sin ocultamienlos y sin un léxico más profundo precisamente porque la categoría
ríe discurso ha quedado diluida («el poder distorsiona la realidad y produce una peculiar versión de la verdad»;
sólo la verdad aparece como engañosa, pero como forma de racionalidad, nunca como discurso). Se habla, pues,
de ideología o mejor de racionalidad no como falsa conciencia sino como productora; asi pues la producción de
verdad pese a eslar descrita en lenguaje íoucaulliano, hace referencia a un planteamiento pseudogramsciano; ya
Cramsci se apercibía del poder constiluyenle de clase, del poder productivo capaz de engendrar consenso, ¿que
es, sinó, el término hegemonía?, para ambos, Cramsci y Foucaull, la hegemonía y el discurso, son expresión de
poder productivo que desemboca en última instancia en dominación; la diferencia reside en que para el primero
la ideología es el limíte constiluyenle de los sujetos, mientras que para Foucault, el discurso refleja la potencia de
'"V e r en este senlido: Lerena, C .,: Reprim ir y liberar. Ed. Akal. Madrid, 1983.
" F re ire , P ..: ^Introducción del editor», pág 30, en G iro u x, H .: to s piolesores co m o ... O p . Cil
•'■'Ciroux, H .,: Los profesores com o... pág. 33. O p . C il.
Jl Fernández Liria. C . , : Sin vigilancia y sin castigo. U na discusión con M ichael foucault. Ed. Libertarias, M adrid. 1992.
un poder constituyente de la realidad históricamente determinada que está parcialmente al margen tle las clases
sociales pero no al margen de la maleria y la historia. Para Foucaull el estudio de la relación política no puede
reducirse ni a la ideología, ni a los modos de existencia, ni por supuesto al sufrimiento tal y como nos viene
representado; para él existen procesos constituyentes que no necesariamente deben ser localizados a través del
sufrimiento, al igual que el poder no es represión, el sufrimiento no representa la medida humana de todo ejercicio
de poder. Foucaull no extiende una determinada serie de poder a todos los planos de la realidad, como dice Liria
i¡. Foucault busca la matriz discursiva que constituye a los sujetosy que se expresa a través de múltiples fenómenos
de la realidad intersubjetiva, realidades políticas de opresión si, pero también de deseos, de expectativas, de
previsiones y hasta de presunta emancipación ¡o no es eso lo que estudia cuando nos habla en La voluntad de
sab erJl, del poder que nos empuja a definirnos, a mostrarnos como somos o como creemos que somos?.
Entonces, ¿qué uso da Ciroux al concepto discurso?, Para él supondría diferenciar distintos tipos de
relación enlre cullura y poder, y por tanto lambién enlre conocimienlo y poder. Para Ciroux, la relación entre
conocimiento y poder se desplaza de forma inevitable a la categoría Verdad. Esta es para él, un determinante (a
su vez determinado) de lo social, la verdad oculta un Iransfondo ideológico que se corresponde con concepciones
y proyectos contrapuestos de sociedad; este aparente cuestionamiento de la verdad (razón en la historia) sigue sin
embargo ontologizando la razón, solo que ya no va a estar conformada por la historia de las relaciones entre clases,
allá donde razón y liberlad se dan la mano; ahoia, como dice PoslerM, la libertad dependerá de la razón, no de
clase, sino del individuo y ésta se ejercita mejor en autonomía, sin vínculo orgánico con estructuras organizativas
clasistas. De fondo, para Ciroux, existe la Verdad con mayúsculas, solo que atravesada por la subjetividad, la razón
es particularizada perdiendo parle de sus poderosos privilegios; en el caso de Foucault no existe esa Verdad, sino
multiplicidad de verdades históricas. Es asi como la Verdad de Ciroux necesita ser vinculada al pensamiento
emancipador. La categoría hegemonía y contrahegemonía supondrían la construcción de espacios para una
cullura: de dominación consentida y resistida en el pirmer caso (no necesariamente de ciase), y de emancipación
en el segundo. Mientras que, por otro lado, el discurso supone un peldaño más bajo en el escalafón de
generalización:
«..los educadores críticos necesitan desarrollar un discurso que pueda servir para plantear cuestiones a
las escuelas» J5
De dondese deduce que el espacio tlel discurso es más especifico y forma parte de la batalla generalizada
por la Iransformación radical de la sociedad. Los tipos de racionalidad ocupan aquí el significado del discurso en
Giroux, decimos racionalidad y no ideología porque ésta se vincula comunmente a la lucha de clases, y esto en
nuestro autor queda fuera de loda intención. La diferenciación que hace de «discurso de producción», «discurso
del análisis de lexlo» y de «discurso de las culturas vivas», representan campos de redeíinición en los que un
discurso debe tomar posicionamiento teórico-poIítico.
El más Interesante de eslos campos o discursos es el que hace referencia a las culturas vivas en el que
Ciroux habla de la cullura como proceso de transformación y ataca aquellos análisis que dan una visión estática
de la misma, Así, llega a asumir las posiciones de Ciddens en su concepción de la praxis humana, «resaltando el
hecho-nosdice- de que los seres humanos no deben ser tratados como objetos pasivos ni como sujetos plenamente
libres... » El problema aparece aquí expresado por Giroux en su más cruda expresión, solo que, siendo entendido
así por él, no posee desde nuestro punto de visla, un correlalo teórico que armonice con tal propuesta. Es el propio
Giddens quien reconoce que:
•..si bien la teoría social debe co n se jar el interés por el sujeto como ser que razona y actúa, el sujeto debe
asimismo ser <descentrado> en favor de una mayor atención a la conducta social
•’-'F crn in d ez Liria , C .,: Sin vigilancia y sin castigo... pág. 107. O p . Cit.
-,J Foucaull, M .,: La voluntad de saber. Ed. Siglo XXI, M adrid, 1989.
Posler, M „ : Foucaull, el marxismo y la historia. Paidós, Madrid, 198*1, pág.23.
•''Ciroux. H .,: Los profesores com o... pág. 136. O p . C il.
•"G iroux. H .,: Los profesores como. . pág, 201. O p . Cit.
" C ita d o e n :C o h e n ,l.|., .-«Teoría de la estru d u ra ció n y la praxis social», en G iddens, A. y T urner, |.: La leona social hoy. Ed Al ianza
Universidad. M adrid, 1990, pág. 364
ESCUELA, C O N O C IM IE N T O Y C U R R IC U LU M
Para Ciroux, lo escolar queda representado fundamentalmente por las reglas y las relaciones sociales
específicas que la forman, «las escuelas no san cosas » -\ nos dice nuestro autor. De esla manera Giroux, desvincula
la materialidad de los escolar de otras dimensiones constitutivas de la escuela. A Ciroux no le interesan la
conformación de espacios para el refuerzo de la disciplina, ni los modelos de espacios concenlracionarios que
suponen las escuelas. Para él, es el curriculum lo que caracteriza esa forma axiomática de delimitar «los
conocimientos, las relaciones sociales en el aula y la distribución de poder» El curriculum es la fuente de todo
poder en el espacio de la escolarización, curriculum atravesado por múltiples determinaciones sociales que
impregnan las luchas clasistas, racistas, sexistas y hasla de edad, delimitando las posibilidades del hacer y no hacer
en las escuelas. La relación saber-poder transmutada por Ciroux en conocimiento-poder nene su eje vertebrador
en esla categoría: curriculum.
‘ El discurso curricular esta intimamente relacionado con (amias de pensamiento y practicas sociales que
legitiman y reproducen formas particulares de vida social. En este sentido, el currículum aparece como un discurso
teórico que convierte la dimensión política en un hecho pedagógico.
Hasta tal punto es así, que toda posibilidad de transformación pasa por su cambio radical: el poder se lia
hecho curriculum en el análisis de lo escolar y como todo poder puede ser esiralégicamenle utilizado, la labor del
intelectual transformativo corresponde con esle accionar de un curriculum, poder, hegemonía, radicalmente
opuesta a !o exisienie, es decir, contracurriculum, conlrapoder y contrahegemonía: ■
•¡Si uno de los objetivos del curriculum es generar posibilidades para la emancipación individual y social,
tendremos que desarrollarun nuevo lenguaje y nuevas formas de racionalización para llevara cabo semejante tarea
(..) un nuevo tipo de curriculum debe dejar de lado la pretensión ideológica de estar libre de cualquier valor » 11
Para Ciroux, existe un lipo de discurso reaccionario que se corresponde con aquel descrito como:
paradigma lecnocrático. Esto conecta el concepto de curriculum con la división habermasiana de los tipos de
racionalidad que afectan al conocimiento, reforzando la hipótesis de trabajo de que el uso del concepto de discurso
en Ciroux está absolutamente al margen del desarrollado por Foucault; a nuestro modo de ver se correspondería
más por aproximación a la división que realizó Habermas a finales de los años 60 dentro de su leoría de los intereses
humanos (técnico, práctico y emancipatorio) a los que asignó unos tipos de conocimiento concordantes (empírico-
analítico, hislórico-hermenéutico y crílico ” ). No es de extrañar pues la histórica disputa analítica que mantuvieron
Habermas y Foucault acerca de la naturaleza del conocimienlo y las relaciones de poder. Una división calegorial
como la realizada por Habermas sobre los tipos de racionalidad ha conducido a muchas disciplinas de ciencias
sociales a la reconstrucción histórica del proceso de desenvolvimiento de una racionalidad (ya que las distintas
racionalidades serían interpretadas como evolución de una racionalidad más pura y profunda en el mejor estilo
weberiano de los posibles), conducente por propia evolución a la liberación y emancipación de la verdad sobre
la mentira, de la ciencia sobre la ideología Una lectura más radical como la de cierta sociología en la que incluimos
a Giroux, situaría esa liberación de la verdad en un futuro, siendo la racionalidad crítica la herramienta central del
proceso; una lectura más conservadora, como la realizada por muchas didácticas de hoy, se conforma con situar
esa liberación en un presente constantemente microrrevolucionado, autorreafirmando la disciplina del currículum
como la madre iluminadora de soluciones a las contradicciones técnicas, más que sociales, que se producen en
la escuela. Pero se nos olvida lo más importante. Si Giroux confunde discurso y racionalidad paradigmática, en
favor de esta última, ¿cuál es la consecuencia que se deriva de lal elección!, ¿cómo afecta al potencial crítico de
Giroux esta elección?.
C O N C LU SIÓ N
La vía de investigación que sigue Ciroux prima el deseo transformativo sobre el acontecimiento discursivo;
no es que lo posible esté al margen de la realidad, sino más bien que para hacer algo posible (y eso Marx y Foucaull
lo tenían bien claro) es necesario en un primer momento, relegar el deseo (entendido como posibilidad mistificante
de transformación) a un segundo plano (que no desaparición del escenario teórico) para definir los límites de lo
posible a través de la invest igación meticulosa sobre las determinaciones (macro y microsociales); sólo cuando este
estudio esté realizado, no es que sea necesario, sino imprescindible, incluir como figura estelar el deseo en el
campo de la teoría; pero este deseo no será ya mistificador, sino armónico con las posibilidades reales de
transformación social y subjetiva. Es entonces cuando el pensamiento es un peligro, cuando es verdaderamenle
catalizador de procesos, para usar palabras de Giroux, transformativos.
1. IN T R O D U C C IÓ N
Esle documento se centra en la primera parte de un estudio sobre el discurso regulativo en los centros de
enseñanza primaria y secundaria de Cataluña.
La óptica desde la que partimos y que enmarca teóricamente esla investigación es la teoría creada por Basil
Bernslein, basada en el análisis del sistema educativo como eje fundamental de transmisión cultural.
Si nos centramos en el tema quetitula estas hojas, debemos empezar hablando de losdosliposdediscursos
que esta teoría distingue en la escuela, el discurso regulativo y el discurso instruccional. En pocas palabras, el
discurso inslruccional engloba los contenidos que se transmiten en la escuela, mientras que el discurso regulativo
se refiere a la transmisión de un conjunto de normas, valores, actitudes..., es un discurso que hace referencia a todo
aquello que no es explícito ni evidente y que eslá intimamente relacionado con los mecanismos de transmisión
y reproducción cultural.
Aquí radica la importancia del estudio de este tipo de discurso, en que permite entrar en el núcleo de la
transmisión cultural, y permite explicar las complejas relaciones entre escuela y sociedad. La división que se hace
del discurso pedagógico y de sus prácticas -instruccional y regulativa- y el estudio concreto del discurso y de las
prácticas regulativas, permite ampliar la visión que tenemos de la escuela y nos puede hacer reflexionar sobre un
punto, que no por obvio, a veces dejamos de lado. El estudio que se puede hacer de la producción de la
subjectividad del alumno y de las relaciones verticales y horizontales que se dan en cualquier lugar (físico y
temporal) de la escuela debería permitir repensar la práctica pedagógica desde esta perspectiva.
Concretando ya un poco más la definición del discurso regulativo, podemos decir que regula las prácticas
a través de las cuales se legitima y mantiene una determinada distribución de poder entre categorías y un orden
dominante regulativo en el contexto de reproducción del discurso educacional (Diaz, 1983).
El discurso regulativo en la escuela subraya la producción de una subjectividad específica a través de la
producción y reproducción de normas y valores, que una vez adquiridos, se espera que sean los principios
generativos de las relaciones y prácticas sociales legitimadas. Esto comporta la organización del conocimiento y
la producción de actitudes enlre otros factores importantes.
Respecto a las prácticas regulativas, éstas tienen su función socializadora en valores, normas, prácticas
y motivaciones inherentes a la organización del tiempo, espacio y discurso de la escuela. Espacio y tiempo son dos
conceptos clave en las prácticas regulativas y en sus tipologías.
Por lo que hace al concepto de espacio, cabe decir en primer lugar que el discurso regulativo se debe situar
en un lugar de reproducción (la escuela, Iradicionalmenle y en esle estudio también), este lugar constituye la
dimensión espacial de la que ahora queremos hablar. En esla dimensión se dan diversas relaciones espaciales,
desglosables en las relaciones enlre la escuela y otros contextos, y las relaciones dentro de la escuela.
Así, las relaciones entre fa escuela y otros contextos, la primordial es la relación con la familia, que puede
estar más o menos enmarcada. Por ejemplo, en este apartado podemos situar la existencia de A.P A ., el hecho de
invitar o no a especialistas con motivo de realizar charlas, las actividades extra-escolares y su tipología...
En cuanto a las relaciones en el interior de la escuela, la regulación del espacio crea diferenles
localizaciones en las que los agentes educativos están distribuidos. En general, la distribución tuerte del espacio
está basada en características fijas y especializadas (edad, género, discurso...), esto conduce a relaciones fuertes
horizontales en que el poder está investido en relaciones verticales.
A continuación, vamos a detallar la investigación realizada para dibujar el discurso educativo que liene
cada escuela, definiendo el marco regulativo de cada centro
Nuestra suposición es que este marco determinará la visión que el alumno tenga de su realidad (escolar
y extra-escolar). De alguna manera, cuanto más fuertemente enmarcado y clasificado sea el discurso escolar a nivel
regulativo, una visión más determinada del mundo tendrá el alumno. Además, la relación enseñante-alumno
también quedará fuertemente delimitada por el discurso regulativo.
2. LA IN VESTIG A CIÓ N
2.1.-LA ENCUESTA
El objetivo fundamental para elaborar una encuesta que analize el discurso regulativo es poder construir
un elemento de medida del tipo de discurso regulativo y de las prácticas regulativas que se dan en los centros de
enseñanza primaria y secundaria de Cataluña.
Una vez elaborado y validado este instrumento de medida, nuestra intención es hacer un mapa de la
realidad educativa catalana respecto al uso de determinados tipos de prácticas regulativas. Nuestra suposición es
que hay determinadas características que determinan uno u otro tipo de práctica
El análisis del discurso regulativo debe hacerse en el aula, pero también fuera de la misma, ya que la
organización de la escuela y la relación de ésta con el exterior marca una concepción de las normas, los valores
y las actitudes que se están privilegiando. Por estos motivos, el cuestionario que construimos tiene una parte que
pretende dibujar la realidad de cada centro educativo a nivel macro, por un lado, y también quiere apuntar unas
líneas que permiten la descripción de la realidad en el aula, por otro lado. Con todo lo dicho hasta esle momento,
ya podemos remarcar que es lo que exactamente nos interesa para estudiar el discurso y las prácticas regulativas
en los centros de enseñanza primaria y secundaria.
Para estudiar esla parte, se han confeccionado unos cuestionariosque pretenden reflejar el tipo dediscurso
y práctica regulativa. Este cuestionario se ha pasado a una muestra representativa de los centros de enseñanza
primaria y secundaria catalanes.
Distinguimos tres tipos de dalos diferentes:
A.Características físicas y técnicas del centro educativo,
Esle apartado tiene un doble objetivo. Por un lado, queremos caracterizar el centro en función de datos
objelivos: tipos y número de espacios y usos,... En función de eslos dalos tendremos los diferentes modelos
escolares existentes clasificados. No es un punto muy importante en relación con nuestra investigación, pero nos
permite clasificar los ceñiros en función de eslos parámetros citados, y puede ser utilizado posteriormente como
punto de referencia.
El segundo objetivo de este apartado es caracterizar el lipo de discurso educativo de la escuela. Para
poderlo hacer, nos parece importante tener dalos sobre las relaciones de la escuela con el exterior (Ceneralilat,
Ayuntamiento, asociaciones culturales y recreativas...), sobre la relación de los padres con la escuela y sobre las
actividades extra-escolares.
B.Profesores
C.AIumnos
Esle apartado y el anterior pretenden caracterizar la relación de profesores y alumnos con el discurso
educativo del centro. Además, se pretende caracterizar el número y la tipología de ambos agentes educativos.
2 .3 .- L 0 5 RESULTADOS
Pasemos ahora al estudio de los resultados.
La muestra final ha sido de 512 centros públicos de primaria y 150 centros públicos de secundaria
distribuidos por toda el área geográfica catalana.
Para hacer el análisis nos hemos basado en centros públicos por la facilidad de acceso. Debemos remarcar
que no todas las encuestas contestadas lienen lodos los ítems llenos, quizás en un imemo de los centros de
resguardar los datos que pueden considerar confidenciales (el número de enseñantes que usan el catalán en el aula,
por ejemplo) y también por desconocimienlo de los dalos pedidos por alguna de las preguntas.
Pasemos pues a caracterizar el discurso educativo para cada uno de los niveles estudiados. Como se verá,
esle discurso educalivo se estudia a tres niveles diferentes: la relación con el exterior, la relación con los padres
y la relación entre profesores y entre profesores/alumnos. Estos tres niveles determinarán el discurso regulativo de
cada centro y son la primera herramienta que nos permite acercarnos a la realidad educativa, para poder
posteriormente entrar a estudiar la importancia del discurso regulativo en el aula, cuando se convierte en práctica
regulativa, momento en que delimita fuertemente la formación de la subjectividad del alumno.
Por lo que respecta a los centros de secundaria, podemos observar los siguientes puntos:
-Relación con los padres: la mayoría de los centros (66%) tienen A .P.A ., pero no tienen un sistema de
comunicación establecido y el acceso a los profesores está determinado por dirección. En contraposición, un 24%
lienen un sistema de comunicación establecido. Destacamos un 7% de centros con acceso abierto a las aulas y
un 3% sin A.P.A. ni sistemas claros de comunicación,
-Relación con el exterior: aquí los porcentajes son muy claros, un 70% de los centros solo l ienen reuniones
de carácter administrativo con el exterior. Un 25% lienen un sistema de comunicación establecido y un 5% dan
facilidad en las comunicaciones con el exterior.
-Relaciones en el equipo docente: respecto a la relación del equipo de profesores con las disciplinas
educativas, un 94% de los centros dicen que sus docentes son especialistas en las maierias que imparten y un 2%
afirman ser generalislas.
Por otro lado, las relaciones denlro del equipo docente, un 97% de los centros lienen una jerarquía muy
marcada, con roles adscritos a lugares con responsabilidades; un 2% se distribuyen las responsabilidades por
secciones y solo un 1% no hace distinciones entre los miembros del equipo.
Además, por lo que hace a las relaciones de los profesores y la selección de asignaturas y confección de
programaciones, un 60% de los centros afirman que las relaciones son negociadas y un 21% dicen que hay
autonomía, en frente de un 19% que se rigen por el estatus, con una jerarquización que no da posibilidad de
elección o bien con un estrecho margen de negociación.
Y con respecto a los centros de primaria, vemos:
-Relación con los padres: un 40% de los centros tienen A.P.A., pero no lienen un sistema de comunicación
establecido y el acceso a los profesores está determinado por dirección. Un porcentaje muy similar, un 36% tienen
un sistema de comunicación establecido. Destacamos un 5% de centros con acceso abierto a las aulas y un 19%
sin A.P A. ni sistemas claros de comunicación.
-Relación con el exterior: aquí los porcentajes son muy claros, un 75% de los centros solo tienen reuniones
de tipo administralivo con el exterior. Un 22% tienen un sistema de comunicación establecido y un 3% dan
facilidad en las comunicaciones con el exterior.
-Relaciones en el equipo docente: respecto a la relación del equipo de profesores con las disciplinas
educativas, un 21% de los centros afirman que sus docentes son especialistas en las maierias que imparten y un
19% afirman ser generalislas, habiendo un 60% de centros con los dos tipos de profesores
Por otro lado, las relaciones en el equipo docente, un 97% de los centros tienen una jerarquía muy
marcada, con roles adscritos a lugares con responsabilidades; un 2% se distribuyen las responsabilidades por
secciones y solo un 1% no hace distinciones enlre los miembros del equipo.
Además, por lo que hace a las relaciones de los profesores y la selección de asignaturas y programaciones,
un 51% de los centros afirman que las relaciones son negociadas y un 1B% dicen que hay autonomía, en frente
de un 30% que se rigen por el estatus, con una jerarquización que no da posibilidad de elección o bien con un
estrecho margen de negociación.
Resumiendo esle apartado, podemos ver que la mayoría de los centros de primaria y secundaria se
caracterizan por estar fuertemente clasificados y enmarcados, con unas relaciones bastante cerradas y muy
delimitadas. Las pequeñas dilerencias de porcentajes que aparecen solo son importantes en el caso de las
relaciones con los padres, donde se puede observar que los centros de primaria tienen un sistema de comunica
ciones más abierto. Y también en las relaciones horizontales del equipo de profesores, con docentes mayoritariamente
especialistas en secundaria y tanto especialistas como generalistas en primaria.
Asi pues, se puede afirmar que el discurso regulativo de los ceñiros de enseñanza catalaneseslá
fuertemente marcado, clasificado y enmarcado, de manera mayorilaria. Esto es importante de tener en cuenla para
poder hacer un análisis posleriorde la práctica regulativa en el aula, objetivo de nuestra investigación a un segundo
nivel, que en eslos momenlos está en fase de realización.
BIBLIO G RA FÍA
Las investigaciones publicadas sobre libros de texto empiezan a quedarse anquilosadas desde el momento
en que la reforma educativa supone una seria renovación de los contenidos de estos últimos. Quizás el estudio más
conocido, por su rigor, amplitud y temática, sea el de Nuria Carrela y Pilar Careaga sobre el sexismo en los libros
de texto'. Muchas de las apreciaciones que a llí se señalaban: niños activos y niñas pasivas, proliferación de
profesiones masculinas y escasez de prolesiones femeninas, madres que desempeñan las tareas domésticas y en
general roles subordinados, etc., por íorluna, empiezan a ser cosas del pasado. Rasgos similares a los descritos en
esle libro fueron delectados en una investigación de ámbilo inlernacional sobre libros de texto1. Algo parecido
puede decirse del articulo de Alvaro y Monge sobre libros de texto de ieclura infantil’ .
Recientemente, Marian Fernández Enguila ha publicado un trabajo en torno al curriculum expreso en la
reforma, pero referido a la educación secundaria.4
También son dignos de mención algunos trabajos relativos a la imagen de los países subdesanollados,5
al enfoque ridiculamente consensual que de la sociedad ofrecían los libros de texto de Ciencias Sociales en su
sección de "Educación cívica** y al racismo, especialmente agudo en el caso de los gitanos.1
Estos son aspectos que no aparecen expliciladosen el libro blanco que desarrolla el Diseño Curricular Base
IDCB) en primaria, lo que deja las manos libres a las editoriales. No obstante, alguna referencia a estas cuestiones
sí aparecen en las "Cajas Rojas" de Primaria. Así en los objelivos generales del área delLengua se plantea.-1'
"9 . Reflexionar sobre el uso de la lengua como vehículo de valores y prejuicios clasistas, racistas, sexistas,
etc., con el fin de introducir las autocorrecciones pertinentes", (pág. 106).
" 4 . Sensibilidad y actitud crítica ante el tratamiento de ciertos temas y usos de la lengua que suponen una
discriminación social, sexual, racial o de cualquier tipo", (pág. 108).
Esle trabajo tiene por objeto, única y exclusivamente, realizar un estudio de contenido de varios de los
libros de texto aparecidos al hilo de la reforma educativa preuniversitaria, reforma que de momento (en el curso
1992-93) ha supuesto la implantación de los cursos de 1“ y 2 - de primaria en sustitución de 1*y 2'J de EGB. Eslo
se ha traducido en una renovación total del material suministrado por las distintas editoriales de libros de texto.
Antes de seguir convendría dejar muy claro qué es lo que no prelende analizar esle texto, temas que precisarían
investigaciones adicionales y que, sin duda, son imprescindibles para tener un conocimienlo cabal de esle tema.
En primer lugar, esle trabajo no tiene por objeto analizar cuál sea la opinión del proiesorado con respecto
a los libros de texto, ni cuáles sean los mecanismos por los que losdiferenles claustros optan por unos libros u otros.
Tampoco se prelende analizar la opinión de los alumnos sobre sus libros de texto.
1 Modelos masculino y femenino en los libros de texto. M adrid, Instituto de la M ujer, 1987.
' Norma Corrales lirado, «Estereotipos sexistas en textos de español para primaria. G u ía para el análisiss, La educación, 1991 •
1 |. L. A lvaro y |, I. M o n g e:-Lib ro sd e te xto d e leclu ra :p ro ceso sd e socialización e identidad de género*. En Ortega, F .e ta .. (comps):
Manual de sociología de la educación, Madrid, Visor, 1989.
‘ M ariano Fernández Enguila, «El aprendizaje de lo so ciaU , Educación y sociedad, 8, 1991.
’ M. Argibay, G . Cetario y 1.1. Cetario, La cara oculta de los textos escolares. Investigación curricular en ciencias sociales, Bilbao,
Universidad del País V asco, 1991.
* |. M. Toledo G uijarro, «Educación cív ica en la EG B e ideología». Educación y sociedad, 2, 1903.
7 T . C alvo Buezas, «El racism o en tas textos escolares», en Varios Autores: Tercer M undo y racismo en los libros de texto, Madrid,
C ru z Roja, 1990, y T . C a lvo Buezas, Los racistas son los otros. Citanos, minorías y Derechos Humanos en los Textos Escolares,
M adrid, Popular, 1989.
* D ecrelo del curriculum sobre prim aria, M adrid, M EC , 1992. (esle libro está incluido en las denom inadas C a ja r Rojas),
En segundo lugar, lampoco se pretende analizar si con eslos libros se cumplen o no las expectativas de
las autoridades educativas en esta materia.
Finalmente, tampoco se va a entrar el lema de cuáles sean los criterios utilizados por las editoriales para
elaborar los libros de texto: cómo es el proceso de maquetación, de selección de figuras, de redacción de los lexlos,
de políticas comercial y publicitaria, etc.
En esle trabajo se han analizado libros de texto de I - y 2Ude primaria de las siguientes editoriales: Anaya,
(Proyecto Girasol), Santillana, Eveiest, Bruño (Proyecto Pasarela), Heinemann, Akal, Edelvlves y Magisterio.'1
Quede claro que ni se han revisado los textos de todas las editoriales, ni todos los proyectos (en el supuesto de que
los hubiera) de cada una de las distintas editoriales.
Soncinco las áreas existentes en el primer cid o d e primaria: Conocimiento del Medio, Educación Artística,
Educación Física, Lengua y Literatura y Matemáticas. Algunas editoriales han elaborado un maierial curricular que
abarca todas las áreas en un solo libro presentado en varios volúmenes y otras han seguido la tradición de elaborar
un libro para cada área.
2. EL DCB DE PRIMARIA
Como todo lector familiarizado con la temática de la reforma sabe, las autoridades educativas han optado
por un modelo curricular flexible. El Diseño Curricular Base (DCB) es una propuesta curricular abierta elaborada
por las autoridades ministeriales. El objetivo consiste en proponer un marco curricular básico que ulteriormente
habrá de ser elaborado, concretado y programado por los profesores de cada centro. Con ello se pretende dotar
de la mayor autonomía posible en materia docente a los centros escolares y a los profesores. Esto permitiría que
el curriculum se adecuara a las necesidades de un alumnado diverso.
La definición de curriculum utilizada por el Ministerio en sus documentos oficiales lo interpreta como
“algo más que un plan de estudios", como “todo aquello que el medio escolar ofrece al alumno como posibilidad
de aprender'1. De ahí que se considere un proceso de elaboración amplio, en el que "las diversas instancias que
en escalones distintos contribuyen a determinar y desarrollar un curriculum, trasladan a estas distintas determi
naciones del mismo las intenciones que les animan".
La fuente inmediata de las propuestas curriculares de la Autoridad educativa se plantea como resultado
del estudio y valoración de las reformas educativas llevadas a cabo con profesores.
Esle nuevo mecanismo de elaboración del curriculum exige un papel eminentemente activo por parte del
profesorado. Esto supone que al tiempo que el Ministerio trasforma la estructura del sistema educativo, exige a los
docentes una alteración de los contenidos a transimitir y de los métodos didácticos utilizados. A partir de aquí no
resulta extraña la insistencia en la necesidad de la formación permanente y obligatoria, planteada en la
documentación oficial mediante el refuerzo del papel de los CEPs, la creación de equipos de apoyo en los centros
educativos, etc...
Por tanto, el curriculum concreto que se terminará ofreciendo en las aulas pasarla por las siguientes fases:
1) D .C .B. elaborado, por las autoridades educativas (a nivel de Ministerio y/o de comunidad autónoma).
2) Proyecto curricular de centro elaborado en cada centro.
3. LA LU C H A CO N TRA EL SEX1SMO
Este es sin duda un aspecto en el que se ha notado de modo intenso la labor de las investigaciones
patrocinadas enlre otras instituciones por el Instituto de la Mujer. Atrás quedan ya esas imágenes ridiculas de
madres asustadas ante la presencia de un ratón, de esposas recluidas en las tareas del hogar, de mujeres con un
reducido abanico de perspectivas profesionales, etc.
En lo que se refiere al escenario doméstico las cosas han cambiado significativamente. En todos los libros
consultados es frecuenle observar escenas familiares en las que mientras que los hijos están senlados en la mesa,
el padre y la madre les sirven la comida. O aparece un niño fregando, o colocando los utensilios de la cocina.
Se puede observar tanto al padre como a la madre implicados en las tareas domésticas." No obstante,
prepondera la imagen del padre como ayudante de la madre, la cual suele aparecer en la cocina portando un mandil
(lo que indicarla una mayor intensidad en la dedicación a las tareas exigidas por la cocina), cosa que no siempre
ocurre en el caso del padre. En lo que se refiere a la división de tareas en el hogar, desaparece la imagen de la madre
que hace las labores típicas del ama de casa, mientras el padre desempeña tareas de fontanería, eléctricas,, etc.,
es decir, más masculinas.'-’ Incluso (este es el caso de los libros de la editorial Santillana de Conocimienio del
Medio) hay un ejercicio en el que se ven diferenles siluetas humanas no identificabas con un sexo u otro,
desempeñando tareas domésticas en la cocina. Se pregunta al alumnoque indique cuáles deesas tareas desempeña
su padre y cuáles su madre. O en uno de los libros de Bruño el padre dice a su hijo: "nos iremos cuando llegue tu
madre que ha ido a cambiar el aceite del coche". O en otro, esta vez de Heinemann, se ve a una mujer conduciendo
y llevando a su hijo en un sidecar.
10 M anuel Alvarez F e rn á n d e z ,«El libro de lexlo com o punto de partida para la elaboración del Proyeclo Curricular de Centro»,
Aula de innovación educativa, 9, 1992, pág. 45.
" U n a excepción a esla nueva norma parece ser la editorial Magisterio Casals, en cuyos libios es frecuente la tradicional imagen
hogareña d e una mamá haciendo ganchillo mientras el padre lee plácidam ente el periódico.
Por ejem plo, en los libros de la editorial Anaya se ve a una madre subida a una escalera cam biando una bom billa.
Lo mismo cabe decir con respecto a la compra, donde es normal que aparezcan el padre y la madre
comprando la comida, lanío en pequeñas tiendas como en grandes superficiales comerciales.
El ocio en el hogar pierde también su carácter sexista. En algunos libros se puede ver a una madre sentada
plácidamente en un sillón leyendo el periódico o un libro. En uno de los libros de la editorial Heinemann incluso
se ve a una niña que se acerca al Idosko para comprar el periódico que le ha encargado su madre.
Los juegos y deportes, salvo el fútbol, lambién carecen de carácter sexista. Aparecen niños y niñas jugando
o bien ¡untos, que es lo más normal, o por sexos, de modo que las niñas juegan al tenis, al voleibol, al baloncesto.
Es habilual ver a niños y niñas juntos jugando ni balón, pero cuando se trata de un partido de fútbol serio (con
presencia de árbilro y sobre lodo de uniformes), y eslo ocurre en lodas y cada una de las editoriales analizadas,
solo juegan niños varones.
En los deportes se subrayan las amplias posibilidades femeninas en este campo. Incluso en uno de los libros
(de la ediiorial Heinemann) se presenta a la réplica femenina del ciclista Induráin: la ciclista Carmen Díaz. En uno
de los libros de Anaya se ve una escena de un gimasio donde niños y niñas realizan los mismos ejercicios y la
persona responsable de esla dase es una mujer.
Las n inas y los niños suelen ser representados jugando junios. Los lexlos promueven que sea asi con viñetas
en las que un niño, o una niña, o unos niños, o unas niñas, incitan a sus compañeros de uno y otro sexo n compartir
juegos,
En lo que se refiere a la vida del aula se pone cuidado en el tratamiento no sexista del lenguaje por parte
del profesorado. En el caso del libro de primaria de la editorial Everest, la profesora se dirige a su alumnado con
la siguiente frase: "¡Los alumnos y alumnas de primer curso.,.!".
Los juguetes eran olro de los elementos en los que resultaba fácil percibir actitudes sexistas. Ahora lanío
niños como niñas suspiran por los mismos juguetes: coches con mando a distancia, bicicletas, etc.
En lo que se refiere a las profesiones, las mujeres desempeñan grosso modo los mismos tipos de empleo
que los varones. Ellas pueden ser carpinteras, dependientas de una papelería, carteras (o auxiliares de correos),
mecánicas, fontaneras, arquitectas, técnicas de laboratorio, electricistas, etc. En uno de los libros de Anaya se ve
una escena en la que una arquiiecta planifica la construcción de una casa y se ven trabajando en ella a fontaneras
y fontaneros, electricistas de ambos sexos, etc. Incluso se proponen a la mujer oficios arriesgados como el de
submarinista, pero nunca aparece desempeñando uno de los puestos más venerados de la población infantil: el
de bombero.
Aparecen pocos pueslos que impliquen dirección de oirás personas: director de colegio” o director de
orquesta. En ninguno de los libros la mujer desempeña estos pueslos. Es curiosa la coincidencia de los textos de
Heinemann y de Akal en el sentido de que son los únicos que presentan la figura del director de orquesta y en ambos
casos se traía de un papel desempeñado por un varón (parecen haber olvidado uno de los carteles de la campaña
por la igualdad de oportunidades en el que precisamente aparecía una chica dirigiendo una orquesta).
No obstanie, en el momento en que se mira al pasado más distante se relajan los controles antisexistas.
Asi en uno de los libros de Anaya al referir un cuadro de hombres y mujeres primitivos, las mujeres aparecen
desempeñando tareas domésticas, mientras los hombres se dedican a la caza. O en el primer curso de la editorial
Magisterio se habla de que el pan fermentado parece que fue descubierto por los egipcios y una mujer egipcia da
una barra de pan -seguramente hecho por ella misma- a un varón o, en ese mismo libro, se vea una horda primitiva
en la que una mujer se encarga de preparar la comida.
4. LA IM AGEN EN FAMILIA
Sobre la familia algo se ha visto en el epígrafe anterior al hablar de la división de las tareas domésticas.
Llama la alención el hecho de que en todos los libros de texto la familia nuclear está compuesta por el padre, la
madre y el (los, la, las) hijo (-os, -a, -as) de modo que las familias monoparenlales se convierten en un elemenlo
11 En uno de los libros de Everest aparece un escenario en que se ve al director de un colegio y en la mesa contigua hay un -n o
una- mecanógrafo.
no abordado con lo que ello pudiera suponer (anlo de marginación para los niños que viven en este tipo de familias
como para un auténtico conocimiento de la realidad por parte de todo el alumnado. No debe perderse de vista que
en el caso de España (en el año 19 8 1) las familias monoparenlales representaban el 7,4% de los hogares (1,3% eran
padres con hijos y 6,5% de madres con hijos)” . Todo esle mensaje es aún más duro si se leen afirmaciones como
las que aparecen en uno de los libros de Heinemann: “Las personas necesitan una familia y una casa para vivir*.
Es típica la familia en la que ambos cónyuges trabajan, idea que se refuerza con la omnipresencia de los
comedores escolares.
El matrimonio, implícitamente eclesiástico, es el modelo de convivencia propuesto para los progenitores.
Incluso en uno de los libros de Everest se afirma que el niño no pudo acudir a la boda de los padres porque aún
no había nacido. De las Imágenes que dan cuenta de la unión en matrimonio de los padres la foto elegida (a pesar
de la tortura fotográfica de día de la boda) es aquella en la que aparece la madre vestida de blanco y el padre
preferentemente con traje de color oscuro. Eslo ocurre también cuando se ejemplica la unión en matrimonio de
los abuelos, lo que sucede en los libros de Anaya, donde la abuela, nacida en 1930, explica a su nieta su boda a
los 23 años (en plena dictadura13 y por tanto con pocas opciones para no casarse eclesialmente).
Los padres parecen no tener amigos. Los adultos que tienen relación con las niñas y niños, salvo los
profesores, guardan con aquellos algún vínculo de relación familiar: abuelos, tíos, primos, etc.
Hay alguna escena que rompe con la imagen idílica de la familia. Se trata de una historia que se refiere
en uno de los libros de Edelvives: una madre abandona el hogar, harta de que el marido y el hijo no hagan ninguna
labor doméstica. A pesar de que parece el preludio de un divorcio, la cosa no es demasiado grave. Tanto el padre
como el hijo saben que la madre volverá, pero lo que no saben es cuándo. El principal problema que tienen que
resolver padre e hijo es el de la comida. Lo resuelven bajando al bar.
En lo que se refiere a la aparición de los abuelos se trata siempre de personas muy bondadosas. Si es alguno
de los abuelos varones, suele ser un individuo de elevado capital cultural"' que enseña a sus nietos, que posee un
caserón en el que guarda cacharros de lodo tipo e incluso tiene plantas carnívoras, etc. Quizás la única excepción
sea la de la editorial Bruño donde puede verse a un abuelo con boina.
Se aborda sin tapujos la desnudez humana. En algunos libros aparecen niños y niñas bañándose desnudos
en un río. Son frecuentes las figuras de niños y niñas desnudos y los ejercicios consistentes en asignar los nombres
que aparecen en los márgenes a las distintas partes que componen el cuerpo. No se esquivan los nombres de pene
y vulva. La diferencia más significativa entre unas editoriales y otras es que algunas utilizan estos términos en los
libros de 1L’, mientras que otras prefieren postponerlos hasta 2".
En lo que si parece haber consenso es la conveniencia de oculiar la procedencia de los niños del vientre
de su madre, quizás para no perturban a aquellos alumnos a los que algo se les ha contado sobre sus orígenes
parisinos. El que más lejos llega, pero sin alcanzar el fondo de la cuestión, es el de Heinemann, el cual, en una
página, muestra un polliloquc acaba de salir de un huevo, un perrito que acaba de abandonarel vientredesu madre
y, a continuación pregunta, ¿de dónde vienes tú?
MCom unidad Autónoma de Madrid (1990): Formas de familia, trabajo y econom ía sumergida en la G U I Consejería de econom ía
d e la C A M .
,s H ablando de la dictadura, llam a la atención que, en todas las editoriales, cuando aparecen m onedas españolas todas ellas llevan
la efigie del rey, a pesar de que todavía lioy en d ía , es normal llevar en el b olsillo monedas con la imagen del anterior jeíe de eslado.
11 D e acuerdo con una Investigación d e C IR E S d e m a y o d e 1992 sobre la tercera edad solo el 30% d e los mayores de 65 años declara
leer un libro o periódico, ocasionalm ente lo hace el 2 6 % y nunca el 36% .
6. IN IC IA C IÓ N A LA PRENSA
Cuando se aborda esla cuestión, el enfoque es lamentable. Por ejemplo, en el libro de 2'' de Lengua de
Edelvives, se refiere la historia del interés de un individuo por la prensa, Se trata de Emiliano, el cartero, el cual lee
las publicaciones periódicas para entretenerse hasta que llega el tren. Lee solo para pasar el ralo, aunque se nos
advierte que, gracias a ello, se traía de una persona muy bien informada.
Los libros de Anaya, a pesar la vinculación de esta editorial con la prensa diaria, lampoco tienen des
perdicio. La prensa española diaria, a diferencia de, por ejemplo, la alemana y la británica, deslaca mayoritariamenie
por su pulcra seriedad. Se Irata de una prensa en la que deslacan las informaciones de corte político, social,
económico, cultural. Aquí se presenta una prensa trivial y estúpida: el oso Karichof-un personaje cuya relevancia
no se explica: es un oso humanizado- visita nuestra ciudad con carácter privado y se alegra de que le hayan
enseñado la recela de laensaladilla rusa: el campeón nacional de domadores de pulgas se encuentra de vacaciones:
palo C uález- se ve a un palo futbolista- ha sidoel máximo goleador de la temporada; en la sección de espectáculos
se habla del próximo concierto de Lorilo Ganson. Dos páginas más adelante la familia en pleno con abuelo y abuela
conoce estas singulares noticias por TV y una mujer joven -la hija- liene abierto el periódico en la pagina en que
se anuncia el concierto de Lorilo.
Todo esto choca con la idea de una información critica a la hora de interpreiar la prensa, formación crílica
que se propone en las Cajas Rojas, donde se insiste en la necesidad de conseguir desarrollar una "actitud crítica
ante las informaciones recibidas a través de los distintos medios de comunicación".17
7. ETNIAS
Si Calvo Buezas se quejaba de la escasísima presencia de la elma gilana en los libros de lexto, esla vez
podemos decir que, en algún caso, en primer ciclo de primaria, las niñas y los niños pueden saber que exislen
gitanos. Es el caso del libro de segundo de la editorial Bruño. En la unidad ) 4 se cuenta que la madre de Inés ha
viajado mucho y le enseña fotos de niños de distintos países. Manuel vive en una chabola en un barrio muy pobre
en al ciudad de México (en España no parece haber pobres). Fálima nació en Madrid, pero sus padres son de
Marruecos y viven en un piso pequeño. Diane es inglesa, vive en una bonita casa cerca de Londres con sus padres.
Baloo vive en el Congo, en Africa, en un poblado cerca de la selva, con su familia y, por supuesto, es negro
(interesante mensaje subliminal). Chi-hua vive con sus padres en Hong Kong y su casa tiene doce habitaciones.
Isabel es una niña gitana y vive en una ciudad española, estudia violín y piano. Sin embargo no se atreve a decir
que es española. Y, para colmo, no estudia los mismo que los demás. Los gitanos se dedican a la música y, se puede
colegir, a otras actividades para las que no sea imprescindible una capacidad intelectual amplia.
La presencia de niños o de personas de otras razas es más bien escasa. A lo sumo puede aparecer algún
niño de raza negra, pero, por lo general, fuera del aula. Salvo el ejemplo anterior, se cae en el maniqueísmo del
negro o del blanco. Así, en el caso de uno de los libros de Heinemann, se habla de que somos diferentes y lo
ejemplifican con algún que otro negro: no hay magrebíes, ni gitanos, ni latinoamericanos. Quizás más peligrosa
aún sea la presentación que hace Everest de un niño de color junio a un minusválido. Bruño insiste en la
anormalidad de niños de otra raza. En una escena que parece representar el primer día de la escuela aparecen la
maestra, la cual dice" “Yo me llamo...", y un grupo de alumnas y alumnos, una de las cuales es negra. Esta niña
desaparece en las páginas siguientes cuando se enumeran los nombres y se describe como es cada cual: yo soy
algre, soy niña-niño, soy serio-seria, alio-alta, rubio-rubia, moreno-morena, etc. A pesar de la proximidad del lema
de la raza esle se omite al enumerar las características físicas de las personas.
Calvo Buezas hacia una recomendación a la hora de elaborar libros de lexto con carácter no racista que
convendría tener en cuenta:
6. Es necesario llenar el vacío en el actual diseño curricular con nuevos contenidos sobre minorías étnicas
en Europa y España.
Todos los libros de texto coinciden en presenlar una imagen del mundo infantil absolutamente idílica,
donde no hay tensiones y todo es felicidad.
Para empezar es rarísimo que aparezcan niños contemplante la televisión. Cuando alguna ilustración
muestra una televisión nunca aparece una sola imagen de violencia.1'1Muy al contrario, se puede ver la imagen
de una presentadora, de de un documental sobre la naturaleza, de un animalito hablando, ele.
Cuando se observan dibujos de ciudades eslas parecen extractadas de los sueños de Arturo Soria o de
cualquier alcaldede una gran ciudad: impolutas, sin tráfico, con árboles y césped, etc, En uno de los libros de Anaya
se describe la calle en donde vivo. Se trata más bien de un bulevar ajardinado, por donde solo circula un coche
(un taxi) y además está adornada con una catedral gótica. Es poco frecuente que se refieran atascos. Este es el caso
de Heinemann que se refiere a ellos en una situación tan excepcional como es el éxodo vacacional y el de Anaya
que dedica una página a ilustrar una calle atascada con conductores iracundos y peatones que han de cruzar
sorteando el atasco.
Como ya hemos visto, casi todos los personajes humanos que aparecen o son adultos o son niños. Una
de las pocas excepciones es unode los libros de Bruño que ilustra la acción de unos gamberros -unos adolescentes-
que destrozan un banco en un parque. Lástima que para una vez que aparecen jóvenes se trata de uno gamberros.
Por contra, en uno de los libros de Magisterio se ve a una adolescente leyendo en un banco de un parque.
El entorno vacacional, que precede al comienzo del curso, roza lo paradisiaco: piscinas, bosques, etc.
Los animales, incluso los más fieros, son inofensivos. Hasta las arañas sonríen o un chimpacé duerme
plácidamente junto a un león. Cuando un animal devora a otro o come carne, parecen alimentos adquiridos en
un supermercado. No obstante, alguno de los textos es consciente de la fiereza de algunos de los animales. Tal es
el caso de Bruño, en uno de cuyos libros aparece un cuestionario dirigido a los niños en el que se incluye una
pregunta referida al miedo a los leones. Esta editorial es la que más se acerca a la descripción de la fiereza o de
la maldad cuando serefiere la historia de los tres cabritillos, cabritillas devorados por un lobo. En una de las escenas
se ve como el lobo es abatido a tiros por unos cazadores. O en uno de los libros de Anaya se ve a un lobo devorando
a una oveja. Por cierto, parece haber una coincidencia en describir al lobo y a la bruja como los principales
personajes malignos.
Suelen abundaren los libros frases ridiculas, cosas más frecuente en los de Lengua: amo a mi mamá; mi
mamá mima a Pipo; Papá, Pipo pía (Santillana). A veces, más que ridiculas son absurdas. En uno de los libros de
Bruño aparece la abuela en la unidad titulada "Ayer, hoy y..." y dice: (Hola! Soy la abuela de Inés. Me llamo
Concepción. Tengo sesenta y dos años. En mi vida he visto muchas cosas. Algunas han permanecido iguales. Otras
han cambiado". En uno de los libros de Anaya se cuenta que la familia ha acudido al cine y se explica el guión de
la película. Se trata de una película de aventuras, de una familia que va a la selva y ven muchos animales. La familia
se pierde, pero encuentran unos excursionistas, quienes les indican el camino a seguir. Fin de la película.
Los adultos aparecen ante los ni ños como seres todopoderosos, no en vano, ellos controlan sus vidas. Uno
de los libros de Edelives modera esta imagen. Se Irara de una historia en que la alumna no puede quedarse con
un gatilo porque su madre no le deja. La profesora se ofrece para quedárselo Al día siguiente aparece con el gatilo
y explica que su madre tampoco consiente la presencia en casa del felino. La niña se sorprende de que un adulto
no pueda hacer lo le venga en gana. La profesora explica que tiene veintitrés años y que vive con sus padres.
9. C O N C LU SIO N ES
Vistas las investigaciones realizadas sobre curriculum expreso, parece que el análisis del conten ido de los
libros de texto y de su utilización en las aulas nos ha merecido la atención correspondiente a su importancia. De
acuerdo con Apple se calcula que el 75% del tiempo que pasan los alumnos de estudios primarios y secundarios
en clase y el 90 % del que pasan haciendo los deberes, lo hacen con materiales en forma de libros de texto.
Lo que hace falta ahora es un investigación etnográfica a largo plazo, con una base teórica y práctica, que
siga a ese artefacto del currículo que es el libro de texto, desde su redacción hasta su venia (y luego hasta su
utilización). No solo será una importante contribución a nuestra economia, sino que es de todo punto esencial si
queremos modificarlos tipos de saber, considerados legítimos, transmitidos en nuestras escuelas. Mientras el libro
de texto siga dominando el programa de estudios, ignorarlo, simplemente por no considerarlo digno de una seria
atención, es vivir en un mundo divorciado de la realidad.10
Los libros de texto son un elemento fundamental a la hora de contribuir a proporcionar a los alumnos una
imagen deformada de la realidad que les rodea. En un mercado que mueve una enorme cantidad de dinero como
es el de los libros de texlo, las editoriales optan descaradamente por aquellos manuales que no irriten a las cabezas
bienpensantes, que eviten entrar en conflicto con concepciones ideológicas establecidas, con el objeto de
mantener su actual cuota de mercado. Apple:l recordaba la campaña sufrida en los años cuarenta por el libro de
texto de primaria Man and His Changing World de Harold Rugg, obra acusada de antiamericana, socialista y
contraria a la libre de empresa. Los resultados de esla campaña se tradujeron en pasar de unas venias de 300.000
ejemplares en 1938 a 20.000 en 1994.
Resulla difícil averiguar cuál es el grado de influencia de los libros de texlo en la conformación de las
mentalidades y actitudes de los alumnos. En cualquier caso, lo que parece fuera de loda duda es que la mayor parte
de la vida del aula (y fuera de ella, en el trabajo en casa) eslá dominada por lo que dicen los libros de lexto. Vigilar
su contenido, sus aciertos y sus sesgos, la forma en que lo utilizan los profesores y los alumnos, es una larea
indispensable, especialmente en tiempos de reforma.
La impresión que se obtiene tras la revisión de los nuevos libros de texto, es que las editoriales han acusado
el golpe de las críticas sexistas -muchos de los contenidos sexistas de los antiguos libros de texto entraban de lleno
en el terreno del ridículo- pero no parecen darse por aludidos en lo que se refiere al racismo, al clasismo, a la
infantilización de los más jóvenes y a otros muchos ítems que o bien no se abordan aún en los primeros años de
primaria pero si en los siguientes o he sido incapaz de percibir (el curriculum nulo podría ser infinito).
•'“ M . Apple, «Econom ía política d e la publicación de libros d e textov En Fernández Enguila, M (ed.): Marxismo y sociología de
la educación, Madrid, Akal, pág. 330,
:l M . Apple y L. K . Chrislian-Sm ith, The Polilics o f Textbook, N ueva York, Routledge, 1991.
SOCIOLOGÍA Y CAMBIO EDUCATIVO. ESCUELA Y CONTEXTO.
UNA EXPERIENCIA EN EL POLÍGONO DE CARTUJA DE GRANADA
1. IN T R O D U C C IÓ N
La Sociología de la Educación analiza la institución escolar como parte del Sistema Social global y como
un elemento de su dinámica. Hablamos de las (unciones sociales de la escuela en términos generales y en teoría,
pero con el fin de aíronlar en el nivel de la praxis concreta, la construcción de una escuela que permita el desarrollo
y la vida propia de la comunidad haciendo posible la inserción de sus individuos como ciudadanos, trabajadores,
etc... en aquella, de manera que puedan organizar su vida de manera autónoma y solidaria en la misma. Pero los
planteamientos dominantes en la cultura profesional de los profesores, lo que hemos llamado muchas veces la
«lógica escolar», basados en ciertos planteamientos de las llamadas Ciencias de la Educación (Psicología,
Didáctica._), han venido favoreciendo una visión simplista de la práctica escolar como una actividad puramente
técnica (sin problemas de relación humana o de comunicación cultural, o relaciones grupales de poder, etc...) y
«autónoma», monolítica o única en sus planteamientos y modos concretos de funcionar, porque es «científica»
(como la producción de lavadoras o de coches se hace igual en lodos los sitios y en lodos los casos porque lambién
es resultado como técnica productiva del desarrollo científico-técnico), y que se aprende en los Centros de
Formación de los Profesores (o por la propia experiencia), y que se aplica o trasplanta tal cual en cualquier tiempo,
espacio o grupo social. Es frecuente que el factor de diversidad y adaptación concreta se reconozca en la teoría
yen las introducciones de los proyectos didácticos y curriculares, pero no aparece para nada en la práctica concreta
y no sabemos qué exige y qué representa en concreto, cómo operativizarlo, qué implicaciones, cual es su peso y
su valor determinante y operativo en la vida cotidiana del centro.
La Sociología analiza los fenómenos sociales como específicos y por tanto diversos, tratando de
comprenderlos en su naturaleza propia. Con este enfoque, plantea una concepción de la experiencia escolar como
algo inserto en el tejido social y cultural, y cuyo funcionamiento y efectos eslán relacionados con la dinámica global
(económica, política, ideológica...) de la sociedad general y la comunidad concreta, llevando al terreno de la
diversidad y a la conclusión de que las actuaciones de cambio social han de ser construidas de manera particular
en cada caso concreto, Iras el análisis concreto de la comunidad y con la participación consciente de la misma.
Las críticas hechas por la Sociología de que el modelo tecnocrático de escuela esconde la reproducción
de las estructuras vigentes de desigualdad y poder sociales, eslán a la base de multitud de experiencias innovadoras
de la escuela comprometidas con los valores democráticos de la igualdad y la solidaridad. Es ésta sin duda una de
las razones más importantes por las que la reforma ha optado por los curriculos abiertos y flexibles, que exigen a
los profesionales partir del análisis y conocimiento del contexto social concreto y construir un curriculo diverso,
propio y adecuado al mismo. No se trata a nuestro parecer simplemente de que los ejemplos con los que seexplican
las disciplinas de siempre deban estar tomados del entorno próximo del niño, sino que el principio de adaptación
conlextual liene una mayor profundidad y va mucho más allá, llevando a que el alumno encuentre en su
experiencia escolar planteados y elaborados socialmente (es decir la elaboración que una sociedad en tensión
hacia la realización de los valores de la Democracia, hace sobre y ante los problemas de contextos e individos
rurales o urbanos, clase social, sexo...) las vivencias, los valores, las necesidades, las expectativas de su medio
social.
No se trata, pues, sólo de «nuevas técnicas», sino de una concepción diferente de la naturaleza y del
funcionamiento de la Escuela, una cultura profesional o pedagógica diferente. Esla es la Institución a través de la
cual, la comunidad local con sus fuerzas vivas (padres, asociaciones de vecinos...) y por medio de profesionales
cualificados, proyecta, construye y hace funcionar el modelo socializador que responde a sus características y
necesidades materiales, políticas y culturales «objetivas y verdaderas». Y a esle planteamiento profundo y radical
remite el principio básico didáctico del «aprendizaje significativo»
Eslo es particularmente válido para contextos y grupos marginados y alejados de la cultura dominante, y
nos sitúa una vez más en la cuestión de las relaciones enlre diferencia cultural ydesigualdad social, como una forma
más de las relaciones y conflictos de clase en la sociedad. Es el tema siempre sometido a debate, revisión y
replanteamienlos, de la educación compensatoria.
Estas propuestas y planteamientos de la Reforma lienen sus antecedentes en experiencias en contextos del
mundo Occidental próximos al nuestro, pero también en las que durante la transición democrática se realizaron
en nuestro pais y que han ¡do configurando leorias y prácticas de gran valor que no merecen el olvido sino que
conviene evaluar y recuperar. Una de ellas tuvo lugar en el barrio granadino de Cartuja Como en casi todas las
ciudades españolas, lambién en Granada, por efecto del modelo de desarrollo capitalista, se configura un barrio,
el polígono de Cartuja-Almanjáyar, donde se concentra duranle los 60 y 70 un amplio grupo de población con
características de pobreza económica y marginación social y donde lógicamante ha incidido especialmente la
crisis económica haciendo aparecer problemas de violencia, delincuencia, droga.,. La realidad escolar de la zona
se caracterizaba por un elevndísimo índice de fracaso y rechazo escolar, lo cual lleva a algunos maestros y maestras
muy vinculados al barrio, a promover desde la Asociación de Vecinos, cambios profundos en el funcionamiento
de los Centros dentro de las propuestas más avanzadas de la Renovación Pedagógica de aquel momento. Se estima
que la causa de los problemas está en parteen el desfase entre la cultura escolar y las características sociocullurales
del barrio; se procede a la elaboración de un proyecto de funcionamiento de los Centros escolares, y se gestiona
con la Administración de entonces (UCO) un procedimiento especial de concursos de traslados por el que los
colegios de ese barrio de Granada se asignan a equipos de maestros y maestras que presenten un proyecto. Surge
asi en sucesivos pasos desde 1981 una experiencia de «Educación Compensatoria u que incluyen varios colegios
públicos del barrio y que aún está formalmente abierta aunque ya es una realidad muy distinta.
Nuestro trabajo se propone evaluar esla experiencia y recuperar lo que de positivo haya en ella para
potenciarlo y extenderlo con la reforma. En concreto nos planteamos las siguientes cuestiones:
1. ¿Qué relación hay y cómo liene lugar, entre la institución escolar y la cultura o vida del grupo, barrio,
comunidad local... en que viven los individuos que asisten a la escuelaí
2. ¿Qué condiciones (sociales, personales...) explican experiencias educativas como la que queremos
estudiar?
3 .¿Qué efectos positivos ha tenido, si los ha tenido, en relación a los fuertes problemas sociales del barrio
y sobre todo de las personas que viven en él?
4. ¿Tiene algún valor de referencia para la renovación que la Reforma pretende de cara a la adaptación
de los curriculos a los contextos particulares y concretos?
De todas maneras en nuestro intento hay dos niveles: 1| Revisar y recuperar una experiencia local,
concreta y valiosa. 2) Reforzar la validez del principio básico de la vinculación de la escuela al medio con sus
repercusiones de renovación de la cultura pedagógica al basarla en la naturaleza eminentemente social de la
institución escolar.
Un planteamiento como el que nos interesa tiene su primer paso y debe apoyarse sobre un continuo y
constantemente renovado conocimienlo del medio social.
B. Aspectos demográficos.
El barrio tiene una población según el censo de 1991 de 28.083 personas cuya estructura por edades y
sexo aparece en el cuadro r\“ 1.
Otros estudios, y estos datos pueden confirmarlo, señalan como características más importantes el
importante peso que tiene la población joven, así como la escasa presencia del grupo de más edad como
consecuencia de la menor esperanza de vida. Otro dato importante es la disminución de la natalidad. La población
infantil ha descendido en los últimos cinco años de un 35 al 29 % .
El número de personas por familia es de 3,6. Hace cinco años era de 4,5.
C . Aspectos laborales.
Los dalos facilitados por el Ayuntamiento sobre «Actividad económica y la actividad de la empresa» no
utilizan la variable sexo y se encuentran en el cuadro n'J 2.
POBLACIÓN ACTIVA Y SECTORES DE ACTIVID AD
R elac actividad N %
La lasa de actividad es muy baja. La tasa de paro según el Censo de 1991 es de 30,07. Sin duda que el
trabajo regular es un problema en esla zona, por lo que cabe hablar de la peculiar economía sumergida de la
marginación. En las zonas más pobres de esle barrio abunda la gente dedicada a la mendicidad, la venia de claveles
y pañuelos de papel, recogida de cartones y chatarra, rebusca de productos agrarios... y por último delincuencia
y droga.
Hay que destacar el inicio de algunas experiencias de auloempleo, habiéndose formado algunas empresas
cooperativas que se dedican a prestar servicios de limpieza y jardinería en el resto de la ciudad.
Cabe añadir que según el Censo es el Sector Servicios el que más población ocupa, seguido de la
construcción.
También aqui las dificultades inciden particularmente en los colectivos de jóvenes y mujeres; en aquellos
para acceder al primer empleo, y en estas porsu escasa cualificación que las conduce casi exclusivamente al trabajo
de empleadas de hogar.
D. Niveles de instrucción.
El cuadro nü 3 contiene los niveles de instrucción de la población mayor de 15 años según el Censo de
1991.
NIVELES DE IN STRUCCIÓ N DE LA POBLACIÓN DEL BARRIO DE CARTU|A-ALM AN|ÁYAR SEGÚN SEXO Y
CU ATRO GRUPO S DE EDAD
V ARO N ES N % N % N % N % N %
Certf. escolrd. 2 75 8,7 754 18,5 250 12,7 57 9,3 1336 13,6
G rd . Escl. FP 1 746 23,7 907 22,3 176 8,9 27 4,4 1856 18,9
TOTAL 3146 100 4075 100 1976 100 613 100 9010 100
M U JER ES
Analfabetos 72 2,3 201 5,2 571 26,4 404 41,1 1248 12,3
E G B incom pl. 1766 57,4 1763 45 ,2 1197 55,3 497 50,5 5223 51,6
Certf. escolrd. 256 8,3 614 12,7 214 9,9 49 5,0 1133 11,2
TOTAL 3076 100 3901 100 2165 100 984 100 1012 6 100
El analfabetismo es la situación del 4,5 % de los hombres y del 12,3 % de las mujeres, y con los dalos del
censo en la mano no se puede decir que sean sólo los de mayor edad.
Es importante el dalo de personas enlre 15-25 años que no tienen la EGB completa: 1806 varones (59,9
% del grupo) y 1848 mujeres (60 %). Este dalo es un Índice del abandono y fracaso escolar actual.
Las titulaciones de Bachillerato y Enseñanza Universitaria son escasas, lo cual puede considerarse
indicador de bajos niveles de expectativas. Por otra parte lo que si parece reflejar subidas, en relación a datos
anteriores, es el nivel de Graduado Escolar, Certificado de escolaridad, ele... quizá por la exigencia por la
Administración de su posesión para acceder al desempleo y cobro de otros subsidios.
E. Servicios públicos y asistcncialcs.
Desde sus orígenes es un barrio deficitario eri servicios de lodo lipo, aunque hay que reconocer que los
diversos planes especiales de actuación de las distintas Administraciones van mejorando la situación
El sector mejor dotado es el educativo. Hay puestos escolares suficientes en Primaria y Media (Bachillerato
y F.P.) quedando puestos libres que son cubiertos en parle por población de otras zonas. Esto es debido a las
actuaciones reivindica! ¡vas de la Asociación de Vecinos. No obstante hay aún necesidades por cubrir en el ámbito
de la Educación Infantil.
Cabe destacar la existencia de vanos comedores escolares en la zona como consecuencia de las
actuaciones de la Asociación de Vecinos y de Padres ante el problema comprobado del déficit nutricional de la
población infantil de la zona,
También exislen Ceñiros de Educación de Adultos.
Hay un Centro de Servicios Sociales. En Sanidad se ha pasado en los últimos diez años de un consultorio
de lipo asistencial a dos centros de salud. Los transportes públicos son insuficientes y presentan en los últimos años
problemas de funcionamiento peculiares, relacionados con la imagen de delincuencia y violencia que el barrio
tiene en la ciudad. Solamente el Parque "28 de Febrero» merece el nombre de tal como espacio público de ocio,
en el barrio, a pesar del estado de deterioro y abandono que presenla. Por otra parte el barrio carece de lugares
de esparcimiento y diversión como cine, discoteca o pubs...
F. Vida asociativa.
Ha tenido y tiene aún una gran importancia la Asociación de Vecinos, que ha pasado de haberuna a existir
cuatro en los últimos años, como signo de la división entre unos sectores y otros, enfrentados a veces por cuestiones
absurdas. También llene gran importancia la Asamblea de parados. La presencia de partidos políticos y Sindicatos
que fuéimportanteen otro tiempo, es ahora inexistente. Hay asociaciones de carácter religioso, asicomodeportivo.
Cabe destacar la presencia de grupos de jóvenes de otras zonas de Granada que a través de instituciones religiosas
o culturales desarrollan algún tipo de actividad punlual en el barrio. Los Gitanos tiene también sus propias
asociaciones destinadas a la solución de su problemática especifica.
A. Breve historia
El núcleo de población que constituye el Polígono de Cartu ja/Almanjáyar (Zona Norte de Granada), tuvo
como primer origen lo que se llama Barriada de La Paz, construida a mediados de los años sesenta, para ofrecer
acogida a los damnificados por las inundaciones del 63, que estaban alojados en barracones desde aquella fecha.
Posleriormenie ha ido desarrollándose en diversos núcleos,de carácter urbanístico y social bien distintos
(viviendas de cooperativas privadas que acogen a una población trabajadora normalizada y viviendas de
protección oficial que dan entrada a una población de marginales.de diversa procedencia), que han ido
instalándose en diversas fases de poblamienlo.
Ni desde dentro ni desde fuera ha habido movimientos o iniciativas capaces de ir organizando algún
dispositivo capaz de forjar cierta unidad y de generar algún tipo de unidad. Al contrario, la fragmentación y
oposición de los distintos grupos, asi como la problemática conexa, ha sido la nota característica de la corta historia
de esle barrio.
El desarrollo económico de Andalucía, conformado por un débil sector induslrial, un descapitalizado
sector primario y un sector servicios en función del turismo, con una fuerte dependencia del exterior, donde se
loman las decisiones políticas y socioeconómicas que le afeclan, han originado «bolsas de pobreza» en los
cinturones de las ciudades, constituidas por personas de escaso o nulo poder económico.
B. Objeto de estudio.
Lo constituyen aquellas características y particular estructura que determinan la vida social del Polígono
de Cartuja/Almanjáyar, conformada de acuerdo con las formas adoptadas por los distintos colectivos-actores
sociales, y las relaciones eslablecidas enlre ellos.
La naturaleza del estudio cuya finalidad era conocer su realidad para un correcto diseño curricular de
barrio, de un lado, y poner en marcha programas de intervención, por otro, ha hecho que se prestara una mayor
atención a aquellas características sobre las cuales es posible incidir, con ciertas garantías, en una actuación
dirigida a las mismas
Hemos elegido los sectores de mujeres y juventud porque son los más dinámicos e influyentes en la vida
social, y en cuya actividad se vislumbran dalos que apunlan hacia la posibilidad de un cambio social.
No lodos los residentes en el barrio están sufriendo la marginación con la misma intensidad, y las distintas
zonas que lo componen albergan a núcleos de población con caraclerislicas sociales diferentes. Nuestro estudio
se sitúa en la zona media de eslos espacios, tomados como representativos de un nivel de marginación y pobreza
cuyas características son:
- Bajo nivel socioeconómico.
- No son propietarios de sus viviendas, ni pueden adquirirlas.
- Bajo nivel de instrucción y de escolarización.
- Escasa confianza en la sociedad.
- Recurrencia a la familia, vecinos, ele, para resolver sus problemas.
- Ocupan sus propios espacios, siendo fácilmente idenlificables fuera de ellos.
C. Equipo de trabajo.
El equipo de Irabajo inició la investigación con un delerminado compromiso social que se concreta en
la preocupación por la superaci6n de la desigualdad y la pobreza, como un primer paso hacia la solución de estos
problemas sociales.
La diversa composición del mismo ha aportado un enriquecimiento de la investigación por la aportación,
no sólo de distintos conocimientos, sino también de formas y experiencias de trabajo diferentes; dado que siempre
hubo un acuerdo en lo fundamental como es una determinada concepción del carácter de los fenómenos sociales
y de la importancia de conceptos como: clase social, marginación, grupo étnico, servicios sociales, desigualdad,
justicia social, etc.
Entendfamos que la marginación es consecuencia de una determinada estructura social de naturaleza
jerarquizada, cuya finalidad es eliminar posibles competidores en la lucha por alcanzar el prestigio y el poder, o
el disfrute de bienes escasos.
E. Marco teórico.
Entendemos la marginación como una situación en la que los individuos y/o grupos se sienten privados
de acceder a los servicios o medios que les permitan una calidad de vida acorde con el desarrollo científico,
económico y que corresponde a la sociedad en la que viven, y a la que sí tienen acceso otros ajenos a ellos.
Los efectos o secuelas de la marginación conducen a la constitución de grupos cerrados y aislados del
exterior que reproducen en su seno la misma jerarquización presente en los grupos dominantes, como forma de
un aulofortalecimiento del propio grupo.
Expresiones de la marginación como es la delincuencia, han de abordarse desde la perspectiva de que los
adores sociales han sido socializados dentro de una «cullura» en que la delictividad forma parte de las actividades
normalizadas del grupo.
El conflicto forma parte de la vida social como expresión de la desigualdad estructural, causa de la
marginación, entendido como conflicto de clases y no como un derivado de diferencias culturales, religiosas o
étnicas.
Entendemos que el conflicto está presente en todas las sociedades y que se supera mediante un consenso,
sin embargo las sociedades marginales carecen de las instituciones capaces de canalizar los conflictos y encontrar
las soluciones adecuadas.
El cambio social lo entendemos como una sustitución de valores que sustentan la praxis social.
Las razones que posibilitan el cambio son las condiciones objetivas de pobreza y situaciones de extrema
necesidad en unos casos, y en otros el conocimiento de mejores condiciones de vida a las que no se tiene acceso.
Olro impórtenle agente de cambio lo constituye la formación de grupos de presión para conseguir distintas
reivindicaciones de mejora.
No hay que olvidar agentes de cambio exteriores como son las políticas sociales puestas en marcha desde
la Administración.
F. Metodología.
El objeto de estudio y la finalidad del mismo delerminan el marco teórico y la metodología que ha de guiar
el trabajo de investigación .
Se han conjugado las dos perspectivas EMIC y ETIC. La primera era necesaria para poder diseñar
posleriores intervenciones, cuyo éxito depende de su aceptación por parte de los propios protagonistas y su
participación en los mismos. La perspectiva ETIC es imperante en la determinación de los demás aspectos
metodológicos.
El «conflicto», la «marginación» y el «cambio social», son los fenómenos o realidades sociales, que
consliluyen las unidades de análisis, a través de las cuales llegaremos al conocimiento de la realidad social de un
barrio marginal como el Polígono de Cartuja/Almanjáyar, y que hemos elegido por eslar inlerrelaclonados y
presentes en cualquier actividad de carácter público y por eslar condicionando la vida privada de loda la población.
Como estrategia metodológica elegimos los grupos sociales que son conscientes de su marginación y en
los que, esla marginación, condiciona su praxis social, y al mismo tiempo, a los que son definidos como tales por
la administración u oíros organismos oficiales o paraoficiales, que aplican sobre los mismos políticas específicas
de erradicación de la marginación.
Los grupos conscientes de su marginación, son dinamizadores de la vida social, por eso se planteó la
investigación desde una perspectiva emic, concediéndoles un papel importante que supera al del mero í nformante,
puesto que son lideres de los diversos movimientos que conforman el grupo social.
Los segundos constituyen el grupo de referencia, complementario del anterior en un análisis del colectivo
considerado globalmente. Distinguiendo los distintos sectores constituidos según las variables de edad, sexo,
profesión e ideologia política, no cayendo en el peligroso y falaz tópico, de hablar de una identidad común para
definir a lodo un colectivo por el mero hecho de residir en un espacio concreto.
C . Técnicas empleadas.
Comenzamos por la lectura critica de loda la bibliografía existente sobre el Polígono de Cartuja/
Almanjáyar, asi como aquella otra que trata aspectos relacionados con la marginación, los barrios periféricos y los
guelosde grandes ciudades; grupos étnicos como gilanos (de importante presencia en el barrio), y la conflictividad
presente en las relaciones de la vida diaria.
Posteriormente, hemos elaborado biografías-historia de hombres y mujeres del barrio, como fuente
importante de información sobre la sociedad a la que pertenecen, aprovechando las variadas experiencias, que
sin duda ofrecen una mayor amplitud al Irabajo investigador.
La elección de estos informantes se hizo atendiendo al tiempo de residencia en el barrio, el prestigio y
poder dentro de su grupo y su participación activa en los distintos acontecimientos sociopoliticos y culturales que
han tenido lugar en la zona.
La observación participante se ha realizado alrededor de las siguientes unidades de observación:
Asociaciones de Vecinos, Asociaciones juveniles, escuelas c institutos, grupos religiosos, partidos políticos y
sindicatos, centros de tercera edad, diversos espacios públicos donde se desarrollan actividades que implican
interacción social, bares y terrazas de ocio,etc.
En la introducción se cita como antecedente de la opción de la Reforma por los currículos flexibles, los
variados intentos que en la Transición tienen lugar de construir la institución escolar de manera que refleje las
vivencias, expectativas, valores... la cultura en definitiva de su entorno. Se cita la que tuvo lugar en el Polígono de
Cartuja, de la que a continuación queremos hacer una presentación algo más amplia pero rápida y breve.
Punto de partida. No puede ser otro que una clara conciencia de que la escuela forma parte del (ejido
social. Por lo tanto no puede desconocerlo a la hora de definirse, sino que ha de hacerlo en referencia a él. Pero
la escuela no es la solución de los problemas, sólo tiene su propia función. La presentación del Proyecto Pedagógico
elaborado en el curso 81-82 comienza así:
«Las ciudades actualmente generan unos barrios marginados en lodos sus aspectos. Esla marginación llega
también a la escuela actual que por no tener en cuenta dicha situación produce individuos fracasados e incapaces
de participar de una forma acliva y crítica en la sociedad. Es claro ejemplo en Granada la barriada del Polígono
de Cartuja.
Es por eslo, que un colectivo de profesionales de la enseñanza llevamos algún tiempo reuniéndonos con
el fin de dar una alternativa que posibilite un cambio radical de esla situación.
Habrá, indudablemente, aspectos de la compleja causa de esta situación que escapen de nuestra
influencia en cuanto maestros, otros sobre los que sólo podremos aduar si nos insertamos como personas en su
comunidad y otras que podemos empezar a cambiar ya, puesto que compartiendo los mismos principios generales
en cuanto a la educación, formamos un equipo pedagógico.»
El elevado fracaso y abandono escolares es el hecho en que se concrelan los efeclos de la marginación
social en el funcionamiento de la inslilución escolar. Aquella escuela no es la que necesita el barrio, porque
responde a oirás necesidades y oíros palrones maleriales y cullura les. Hay quedefinir un nuevo modelo que implica
como primer paso el análisis de la realidad del barrio.
El primer apartado del Proyecto Pedagógico citado se titula: «Análisis de la realidad social del barrio y
factores que influyen en el fracaso escolar». El análisis incluye datos sobre aspectos económicos (trabajo, ingresos,
paro...), niveles de instrucción, situación familiar, aspectos sanitarios (problemasde nutrición...), y otros problemas
como la delincuencia y las bandas juveniles (no se cita la droga porque entonces no debía existir lo que hoy es el
gran problema del barrio). Sobre el fracaso escolar, se afirma que en uno de los colegios la mitad de los alumnos
son repetidores y que el 90 % de los alumnos que dejan el colegio no siguen ningún tipo de estudios. Ante esta
situación, el grupo de profesores dice adoptar una posición «liberadora» de enlre otras que también son posibles,
como la «represorap o la «benéfico-,isistenci.il».
A partir de aquí diseñan su modelo de escuela para un contexto de población como aquel. Cabe hacer
un análisis de las propuestas con un esquema semejenle al que autores como Bowles y Cintis hacen de la Escuela
en la Sociedad Capitalista. Habría un referente se sociedad distinta con el correspondiente modelo de hombre
aclivo, consciente, crítico, transformador, etc... y la consiguiente definición del curriculo (explícito y oculto hecho
explícito) para su producción. La tradición sociológica en este tipo de análisis es ya antigua. Durkheim en su
Historia de las ideas pedagógicas en Francia» analiza cómo a lo largo de la historia las prácticas y planteamientos
curriculares surgen directamente de las prácticas de vida de los grupos sociales. En cada momento histórico los
grupos sociales concretos, aunque se imponga el dominante, definen un modo de socialización preciso para sus
hijosqueinstilucionalizanen laorganizaciónescolardel momento: asi los romanos,oel hombre del Renacimiento,
o la pedagogía |esuitica... Es esle lambién el análisis de Bernstein relacionando las pedagogías invisibles con las
prácticas sociales de las nuevas clases medias. Creemos viable el plantearnos un esquema socializador dentro de
la institución escolar que corresponda a las necesidades e intereses objetivos de grupos sociales dominados y
marginados como los del ámbito de nuestro estudio y de la experiencia a que nos referimos.
En el Proyecto Pedagógico aparecen los tópicos de la pedagogía progresista del momento, pero definidos
de manera particular. Comentaremos lo que me parece más destacado.
Hay una recopilación de principios pedagógicos (anexo I), de los que el primero afirma la autonomía del
Centro para definir su proyeclo, y el segundo dice: «Nuestra acción educativa estará centrada en la realidad social-
económica-cullural y educativa del barrio». Para ello se potencia la participación de padres, se institucionalizan
en el organigrama de funcionamiento la relación con las instituciones del entorno (Asociación de Vecinos,
Sindicatos, Iglesias...), se propone la organización de actos culturales y de todo tipo abiertos al barrio...
Hay una concepción del alumno que lo define como «totalidad afedivo-racional e inserta en un grupo
social concreto». Se propone una evaluación no descalificadora, se justifica el rechazo a las ñolas y calificaciones,
y se aboga por los informes continuados y la información continua a las familias sobre el proceso educativo. Se
utilizan los «contratos de trabajo», el texto libre como medio para favorecer la espontaneidad, etc... Una
«pedagogía del éxilo» como en algún lugar se dice. Se hace hincapié en la integración grupal y el desarrollo de
la solidaridad, asícomoen la responsabilidad, valores del trabajo, etc... El párrafo siguiente puede entenderse como
definición del curriculo oculto:
«Toda la eslruclura pedagógica, así como lodo el sistema organizacional que expone este proyecto, deberá
incidir en el alumnado (y también en los estamentos de profesores/as y padres/madres) en el sentido de cultivar
actitudes básicas como: espíritu democrático, solidaridad y no competividad, concienciación de todas las
capacidades y aptitudes, trabajo honrado y responsable, educación en la libertad, educación en la higiene, etc...»
(pág. 16 del Proyecto del curso 82-83)
Las técnicas y métodos de trabajo tienen su apartado en que se presentan y se justifica su opción por ellas
en base a los principios pedagógicos asumidos. Enlre otras se habla de talleres (unión de trabajo intelectual y
manual), texto libre, contratos y planes de trabajo, tanteo experimental, bibliotecas de aula en sustitución del libro
de lexto...
Ln investigación de! medio natural y social tiene una relevancia especial como estilo de funcionamiento
propio y específico de una escuela activa, hasta el punió de que en planteamientos que corresponden a momentos
más avanzados y maduros de Inexperiencia (curso 83-84) tía lugar a una propuesta de funcionamiento globalizador
en toda la EGB a partir de esla actividad.
La organización se hace según los principios (le la democracia y trata de favorecer la participación y el
ejercicio compartido del poder y la responsabilidad. Se declaran como órganos colegiados lambién la Asamblea
de Curso y la Comisión de Ciclo (lormada por representanles de los alumnos), asi como la Asamblea de padres/
madres, la Asociación de Padres de alumnos y la Asamblea de Vocales. Por supuesto existe la Asamblea de Centro.
Se crea la íigura unipersonal del «informador-cronista» que de alguna manera se responsabiliza del
(uncionamienlo de toda la red de relaciones que el centro establece tanto hacia dentro (dirección, tutores...) como
hacia fuera (barrio, vecinos, Sindicatos...). Se definen como funciones unipersonales equiparables a In de dirección
y a asumir por alguno de los profesores, las de «relaciones con la Asociación de Vecinos», «relaciones con la
Asociación de Padres de alumnos», «relaciones con la Asociación de Antiguos Alumnos», «relaciones con el
Centro de Salud», «relaciones Sindicales», «relaciones con las Iglesias».
El modelo de profesor refleja una preparación y una calidad humana muy elevadas. Se trata siempre de
la existencia de un compromiso y un proyecto personal muy definido Por supuesto la necesidad del equipo eslá
constituyendo el punto de partida Hay en los sucesivos Proyectos una especie de «declaración de compromisos*
que el equipo se autoexige. En esla cuest ión quedan evidenciadas las posibles contradicciones de la profesión, que
eslán por resolver.
Como aspectos más propios cabe destacar el de los talleres. Hay una justificación amplia y muy interesante
para su consideración de pieza clave de la propuesta. Se piensa en introducir la cultura del trabajo manual que
es la que lienen en su mediode origen para que haga que los ninosencuentren sentido a la escuela. Se habla lambién
de un espacio para potenciar relaciones humanas más satisfactorias. Los talleres funcionan con rigor y con una gran
variedad. Lo que se produce, además de utilizarse en exposiciones abiertas a la visita de los vecinos, se gestiona
cooperativamente para su venia.
En aquellos años los Proyeclos quieren también abrirse a un programa especifico, en el que se incluyen
una formación pie-profesional, dirigido a los alumnos de 14-16 años que habian abandonado o que nisiquiera
habian sido escolarizados el Colegio sin ninguna titulación.
Siempre, en cada proyecto, hay lambién un análisis de necesidades y demanda de medios.
Como autoevaluación de la experiencia, trascribimos estas lineas de la presentación del Proyecto
correspondiente al curso 83-84:
«Durante el presente curso 83-84, lo hemos llevado a la práctica con unos resultados positivos, enlre los
que deslaca: plena participación de padres, profesores y alumnos enla vida del centro; labor conjunta de barrio,
a través de la coordinación de los Centros y con las distintas Asociaciones; una nueva forma de enseñanza, más
activa, de investigación, de trabajos en talleres,... que hacen que los niños asistan a la escuela con más interés; una
escuela más agradable en la que han proliíerado actos culturales, deportivos y que se ha introducido en el barrio
y en los propios hogares.
Hemos encontrado muchas dificultades: falla de medios económicos para la creación de bibliotecas de
aulas, material didáctico y para la potenciación de los talleres; debido a que una minoría del profesorado no estaba
por la labor del equipo y la puesta en marcha del proyecto con todos sus compromisos; incomprensión y a veces
dejadez por parte de la propia administración; la falla de espacios y de instalaciones de todo lipo...» (pág. 2).
Distintas circunstancias que pueden analizarse, han hecho que esta experiencia ya no funcione de hecho,
aunque esté aún formalmente abierta como decíamos al principio. Creemos que tiene mucho de valor, hasta
elpunto de que son esos los planteamientos que han hecho germinar la Reforma. Por eso nos queremos enfrentar
a la tarea de evaluarla y revisarsa. Pra ello y como aportaciones a una metodología que hay que fundamentar y
concretar mejor, nos proponemos llevar a cabo las siguientes tareas:
- análisis de documentos. Proyeclos. memorias. Expedientes de los alumnos.
- entrevistas a docentes que participaron.
- entrevistas a Alumnos que hayan participado por un tiempo suficiente y en una situación que lo permita
(p. e. en aquellos años hicieron 6,7 y 8 de EGB).
- entrevistas a padres y madres.
- entrevistas a miembros activos de Asociaciones y Movimientos del barrio de la época,
entrevistas a políticos y técnicos de la Administración que participaron en ella.
C O N C LU SIO N ES
Nos parece oportuno establecer las siguientes afirmaciones como conclusiones o tal vez como hipótesis
de trabajo a verificar en la siguiente fase de este estudio:
La Sociología a través de la investigación debe continuar profundizando la crítica de la Escuela para
desmontar las visiones ideológicas dominantes y hacer más visibles los aspectos positivos de la Reforma que están
relacionados con las utopias de la transición, y asi contribuir a la creación de una nueva cultura profesional de los
docenles.
La relación de la escuela con el medio es algo fundamental puesto que la escuela es una institución social.
Eslo debe repercutir en la diferenciación y adaptación de los curriculos a cada colegio. Es necesario profundizar
esta linea para saber cómo hacerlo y que repercusiones tiene, a nuestro juicio muy profundas.
Nunca planteamos a la escuela como solución de una situación social como la estudiada que tiene razones
o causas mucho más profundas sobre lodo económicas y no dudamos en afirmar que es en estos niveles
económicos y políticos donde eslá lo fundamental de los cambios. Sin embargo la escuela eslá ahí, como lo
demuestran las expectativas de estas personas, y puede efectivamente ser una oportunidad.
Para ello debe adoptar planteamientos adecuados al grupo social. La experiencia a que nos venimos
refiriendo quiso hacerlo y hay cosas que deben recuperarse. Un currículo no agresor, no descalificador, sino
planteado de modo abierto y con el objetivo de crear una '‘identidad positiva», de reforzar el deseo de una vida
digna e igual a la que lienen derecho como todos en una sociedad Democrática, configurando experiencias y
capacidades de esfuerzo y compromiso personal dentro de situaciones solidarias y colectivas, como impulso y
clave hacia el futuro.
La figura o modelo de profesional, crítico, consciente, solidario... aparece como una cuestión clave.
¿Qué circunstancias políticas, ideológicas y sociales son las que hacen posible planteamientos como el
que nos estamos refiriendo, y que debieron ser reales en la época de la transición?. ¿Qué ha cambiado en la
sociedad española (tal vez habría que decir la andaluza) para que lodo aquello hoy no sólo no se vea, sino que
se rechace y no se quiera ni recordar? Ha habido cambios de valores, reina el neoliberalismo, se han derrumbado
los regímenes del Esle, eslan apareciendo palabras y valores como indiscutiblemente centrales: compelilividad,
riqueza, dinero...
La experiencias en esle campo con que disponemosen la tradición pedagógica progresista española deben
ser recuparadas mediante su evaluación, revisión y critica. Porque parece ser que la Reforma no quiere seguir
vinculada con su origen y las circunstancias, los cambios a que aludíamos en el punto anterior la llevan por caminos
de refuerzo de la «lógica escolar», de estrictas, abstractas y desencarnadas «psicopedagogías, «profesionalismos»,
etc...
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ANEXO 1
1. Los ceñiros acogidos a este decreto tendrán autonomía suficiente para marcarse objetivos, medios y
programas de acuerdo con nuestra realidad.
2. Nuestra acción educativa estará centrada en la realidad social-económica-cultural y educativa del
barrio.
3. Nuestra educación se fundamenta en la concepción dinámica y evolutiva de la personalidad de cada
alumno/a.
4. El alumno/a es una lolalidad afeclivo-racional e inserta en un grupo social concreto.
5. El quehacer educativo pretenderá que el alumno/a viva «a gusto» en la escuela, potenciando lo positivo
y partiendo de sus intereses.
6. La investigación del medio, entendiendo como tal la interrelación individuo-entorno, ha de ser el
instrumento generador de aprendizaje globalizador de la realidad.
7 . Las relaciones entre los miembros de la Comunidad Educativa (profesores, alumnos y padres) serán de
horizontalidad recíproca, es decir, en continuo diálogo y mutua actitud crítica constructiva.
8. El papel del maestro/a no es el de enseñar, sino el de generar el proceso de «aprender a aprender».
9. Se ha de fomentar insistentemente el trabajo colectivo, pequeño y gran grupo, como instrumento
concientizador de solidaridad y apoyo mutuo.
10. El alumno/a participará en la gestión y organización de la escuela.
11. La escuela no será instrumento de marginación, sino germen de Iransformación social.
riai —
UNIVERSIDAD, INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO EN ESPAÑA
El presente trabajo ofrece los siguientes puntos de reflexión e información: 1°) Estado bibliográfico del
lema. 2") Algunas consideraciones sobre la Universidad española actual. 3"| Dalos recientes sobre formación de
investigadores y lemas aduales de debate en el ámbito académico español. 4") Extractos de entrevistas realizadas
«ad hoc» con personalidades de la vida académica,
El hecho más relevante es la novedad del Poslgrado en España y la ausencia de dalos al respecto, lo cual
ya constituye un dalo «per se» Dada esla situación nueva, más que los dalos estadísticos, reflejan mejor la realidad
las entrevistas realizadas y la observación etnográfica del propio investigador sobre este campo.
Recientemente, el hispanista I. Cibson ha dicho: «España es un país muy difícil de entenderá. Probable
mente ello se debe al cambio social tan intenso que ha tenido en las últimas décadas. Se ha registrado una
modernización asimétrica, o no armónica, donde elementos muy modernos conviven con elementos más
atrasados. El campo científico y universitario en general manifiestan ciertos retrasos que no se corresponden con
el nivel de modernidad alcanzado por la esfera política y social. Muchos indicadores culturales (vr.gr. el número
de libros y el número de bibliotecas por habítame, lo que se gasta en invesligación, etc.) eslán bastante alejados
del índice de modernización general del país
Enlre las escasas invesligaciones que se han realizado en españa sobre el investigador científico eslá la
de P. González Blasco, de 1980 bastantes de sus conclusiones siguen vigentes en la actualidad. Veámoslas:
- Una gran proporción de investigadores han realizado su tesis doctoral contando con una ayuda muy
escasa o nula, pese a ser preceptivo tener un director.
- Una pobre relación maestro-discípulo, que produce investigadores autoíormados y sin descendencia
profesional y, en general, un clima de aislamiento en relación al trabajo de investigación.
- Una baja autoestima de la propia profesión de investigador, que se presta a ser fácilmente abandonada
0 cambiada, en basianle casos, por la política, para la cual es un buen trampolín. De «profesocracía» se habla en
la sociedad española
- Una situación de insatisfacción y una falla de raíces y de apoyo en una comunidad científica, hace que
sea una proporción muy elevada los que estarían dispuestos a ejercer su Irabajo en el extranjero; de hecho, estas
salidas han sido tan numerosas que han dado lugar a unas grandes ayudas económicas de reinserción de personal
español en el extranjero.
- Una falta de estructuras y equipos de investigación, por lo cual no es de extrañar que los investigadores
indiquen que son los problemas de organización más que los económicos los que afectan negativamente a su
Irabajo y que, significativamente, indiquen un factor tan poco científico e irracional como «la suerte» y factores
extraprofesionales como los más decisivos para su futuro como investigador.
- Una falla de eslímulo en general: «El 89% de los investigadores piensan que la clase media española
no se preocupa de la invesligación científica que se hace en España y que el Gobierno está poco o solo algo
interesado». Esta desconexión enlre científicos y sociedad tienen ejemplos significativos como estos: el 59% de
1 Según el Informe anual del Programa de N aciones Unidas para el D esarrollo (PN U D ), tanto el paro com o la educación sitúan
el desarrollo español por debajo de los países del enlom o (sólo G recia y Portugal están m enos avanzados que España en el contexto
de la C .E.). En e l terreno educativo, España manifiesta aún un 2,5% de analfabetism oen la p oblación y una m ed iad ee sco larizació n
del 6,8 (E E .U U . liene, respectivamente, 1,0 % y 12,3 de m edia de escolarización). U n dato m ás: según un informe de la O C D E ,
España y C re c ía son los dos países industrializados que m enos fondos del PIO dedican a l+D (España sólo un 0 ,7 % ,siendo la media
de la O C D E un 2 ,4% ). DAIos para el periodo 1909-1991.
•' P. G o n zález Glaseo, «El investigador científico en España», C .I.S ., M adrid, 1980.
‘ En 1987. alrededor de trescientos profesores universitarios ocupaban puestos políticos, entre ellos cin co ministros A ellos hay
que sumar un número alto de otras categorías A si, el G rupo Socialista en el congreso conlaba con un 10% de profesores de instituto
y un 5 % de maestros, los profesores universitarios en él suponían un 2 3 % ("El País”, 17-111-07). En 19‘J 3 , de 350 diputados, 112
eran profesores de Universidad. E G B , F P o BUP, El P SO E tenía 7) profesores en el Parlamento, es decir, dos de cad a tres de sus
diputados eran docentes (40,6% ). Suplemento Cam pus, "El Mundo", 20-4-1993.
la población ignora qué es, oque exisle, el Consejo Superior de Invesiilaciones Científicas; el término «científico»
es entendido como sinónimo de médico; el de «investigador» es entendido en la acepción policial de los «mass-
media», y el estereotipo más extendido de la imagen de científico es la del «genio solitario» trabajando sólo, no
la de un miembro de una organización o equipo.
Además o, en algunos casos abundando en las deficiencias que señala la investigación citada, creemos
que una investigación sobre el postgrado debe profundizar en los siguientes aspectos:
al Comprender qué es el Irabajo intelectual y/o el trabajo de investigación. Comprender por qué algunas
personas se distancian de la realidad justamente para mejor comprenderla, para pensarla (irabajo intelectual)
mientras que en general la realidad se experimenta, se vive, y no se loma como objeto de pensamiento. Las
delicadas tareas que conlleva el Irabajo intelectual deben ser apoyadas, comprendidas (¡y respetadas!) poi los
estudiantes que se inician enellas y, especialmente, por la burocracia universitaria que, salvoexcepciones, muestra
una comprensión grosera y un trato muy inadecuado respecto a quienes trabajan intelectual y/o científicamente.
b) En la línea anterior, mostrar más comprensión y hacer los procesos por los que se obtienen proyectos
y/o fondos económicos, más sencillos, más expeditivos, v.gr, no haciendo preguntas previas en unos extensos y
tediosos formularios que sólo al final de la investigación se estará en condiciones de responder.
c) Investigar sobre la figura del director de tesis (rol, funciones como iniciador del estudiante al Irabajo
intelectual, etc.).
d) Conocer quiénes eslán siendo en la actualidad los estudiantes de poslgrado (sexo, clase social,
«background» intelectual que tienen, expectativas sobre el trabajo académico, etc.),
e) Investigar los distintos puntos de vista e intereses que se pueden encontrar y/o enfrentar en el campo
científico-académico. Comprender el campo académico como un campo de poderJ.
f) Hacer estudios monográficos para advertir las diferencias de un campo no homogéneo, vr.gr.: el
postgrado en un área vanguardista de investigación (ciertas especialidades médicas, por ejemplo) y un área
tradicional. Además de observar las diferencias que Ciencias/letras presentan en el poslgrado.
h) Observar qué valor está teniendo el título de doctor en el mercado de Irabajo. Comprender, sin
alienaciones mecanicistas, las relaciones título/mercado de trabajo, a nivel de postgrado.
Puede afirmarse, sin riesgo a exagerar, que los siguientes aspectos: H Ciencia general, 2’J) formación de
investigadores, 3°) estudios de poslgrado, 4,J) tesis doctorales, son un campo virgen dentro de la bibliografía
española.
Este dato constituye un indicador importante del estada actual del tema, a la vez que una conclusión.
También esta escasez bibliográfica y estadística justifica que en el presente irabajo algunos aspectos no puedan
ser estudiados.
Veamos algunos datos que confirman la afirmación que hemos apuntado arriba, de ser éste un campo de
trabajo inédito o muy escasamente investigado:
J Tem a am pliam ente expuesto por P Bourdieu. V id., por ejem plo, «Homo Academ icus», M inuit, Paris, 1981.
losé María López Piñero, uno de los especialistasque más han estudiado la historia de la Ciencia en España,
destaca los siguientes datos: I o) la deficiente difusión y traducción de obrasextranjeras importantes sobre la Ciencia
(Bernal, Price, Elkana y Spiegel-Rósing, Ziman, etc.). 2o) La carencia de revistas y otros medios de expresión
especializadosen el área. 3,J)E n la mayoría de los acercamientos de con junto a la realidad española, indica López
Piñero, la actividad científica es ignorada o marginada en un incómodo epígrafe dentro del capítulo «cultural»'.
La muy tardía ínstitucionalización y organización del Tercer Ciclo en la Universidad española esotro dato
relevante que justifica la escasez bibliográfica al respecto. Francisco Yndurain (experto en el tema, miembro del
Consejo de Universidades elegido por el Senado) indica lo siguiente:«La estructura de los estudios de doctorado
hasta i 987 (fecha de una nueva legislación sobre eslos estudios) era, como prácticamente todo en la Universidad
española, caótica y /a infraestructura inexistente. Raro era el curso de Doctorado que se impartía y, salvo un periodo
de dos años mínimo requerido, no había indicación de plazos pnra realizar el doctorado. Todos hemos visto tesis
doctorales eternas. Sin embargo, la calidad de algunas tesis era buena. El sistema, por su propia anarquía, al menos
no asfixiaba a los candidatos a Doctores ni a los directores de tesis con exceso de requisitos formales:'1’.
En una búsqueda bibliográfica, dando las palabras claves pertinentes, salieron los siguienles resultados;
1,J) Palabra clave «Tercer ciclo»: 16 obras que son meramente guias de los estudios de poslgrado y repertorios de
las lesis. 2") Palabra clave «investigador»: 36 obras con parecidas características al primer apartado. 3IJ) Palabra
c la v e «Investigación-España»: 250 obras, con similares características a lo indicado, de las cuales muchas de ellas
eran extranjeras y sobre aspectos extranjeros traducidas al español (errónea clasificación del banco de dalos). En
conclusión, no hay «investigación sobre la investigación», no hay ensayos en profundidad sobre el tema,
Excepciones a lo anterior serían las investigaciones de López Piñero (antes citado), de Pedro González
Blasco [El investigador científico en España, editada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 1980,
cuyos resultados se han citado arriba) y las investigaciones de Manuel Caslells sobre política científica y nuevas
tecnologías. En el campo es pecíficode las tesis doctorales y postgradopuededecirseque es pionera la investigación
realizada por MJ.A. G arda de León y G . de la Fuente, presentada al XII Congreso Mundial de Sociología (Madrid,
julio de 1992) y parcialmente publicada en Emerging Sociology, ediled by losef Langer, Avebury, Vermont, 1992,
págs. 61-92.
Recientemente, ha comenzado a publicarse la revista especializada Política Científica, editada por la
Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología. Asimismo es novedad la nueva revista del C .S .I.C . titulada
Fronteras de la Ciencia y la Tecnología, para divulgar las actividades de esle organismo.
En fecha tan reciente como 1992, «se hace por primera vez un análisis pormenorizado de loda la
producción científica española recogida en la base «Science Cilation Index» en versión CD-ROM para un periodo
significativo (nueve añosl y actual», en palabras de sus propios autores
Para obtener información de los escasos estudios sobre las relaciones Ciencia y Sociedad en España,
pueden consultarse el breve capítulo de «Sociology of Science», by P. González Blasco, en la obra Sociology in
Spain, ediled by Salvador Giner & Luis Moreno, C.S.I.C-, Madrid, 1990, págs. 125-131. También la bibliografía
sobre «Sociología de la Ciencia y la Tecnología», en Cincuenta años de Sociología en España, ediled by |uan Díaz
Nicolás el a ll., Universidad de Málaga, 1989, págs. 427-437.
' Eslas d eclaraciones de López Piñero están hechas en el libro «Cien cia", que es uno de los cin co volúm enes de la obra
enciclop édica «España», dirigida por Salvador G in er. El autor destaca com o una novedad cualitativa de primer orden que esla
obra en ciclo p éd ica le haya dedicado un volum en a la C ie n cia ty eslo en (echa lan tardía com o 19911. Véase López Piñero,
«Ciencia», Editorial Espasa C a lp e , Madrid, 1991, pág 20.
‘ Yn du iain, F ,: «Form ación del profesorado: Tercer C ic lo » , en la obra colectiva ti desarrollo de la Reforma Universitaria, Consejo
de Universidades, Madrid, 1987, págs. 86-87.
'B ru n o M allrás y Miguel A . Q u in lan illa , «Producción Científica Española, 1989-89», C S IC , M adrid, 1992. Varios aspectos cabe
criticar constructivamente (para que en un (uluro mejore) de esla p ub licación: I o) Tom ar el Science Cilation Index sin ninguna
reserva o senlido critico, habiendo advertido numerosos autores sus sesgos y desviaciones a lavor de la producción científica
anglosajona (vid., entre otros, López Piñeiro o G a rcía de León, en referencias bibliográficas). 2U) U n a distribución geográfica muy
desagregada en cantidad de páginas que se hubiera podido presentar más eficazm ente de otra m anera, evitando el siguiente punto.
3") Un p recio m uy elevado.
SOBRE LA UN IVERSID A D ESPAÑOLA
En el trabajo inicial se enunciaron ciertos aspectos del ámbito universitario español que subrayaban la tesis
de una Universidad deficitaria que, a su vez, refleja un país con una escasa comunidad científica Por limitaciones
de espacio en la edición se suprime esle epígrafe, que reflejaba el diagnóstico de la autora al respecto. No obslanie,
ésle puede encontrarse explícito y reiterado en las siguientes publicaciones recientes, a las que se remite: «Los
universitarios, hoy» (1991) y «Universidades y universitarios (1970-1990)», en colaboración con M. C a rd a de
Cortázar’ .
Sumariamente, vamos a reflejar los datos más recientes sobre el tema, obtenidos de las últimas estadísticas
publicadas: Anuario de la Estadística Universitaria, 19 9 1, editado por el Consejode Universidades (Madrid, 1992),
pero antes es importante hacer las siguientes precisiones:
a) Los lemas que trataremos son muy nuevos, no hay un campo científico consolidado aún en España, las
propias estadísticas son inestables, vr.gr,: las de 1991 del Consejo de Universidades no comprenden los apartados
de las estadísticas de 1992, utilizadas en este epígrafe 4. Por ello, comparaciones inier-anuales son difíciles de
hacer.
b) Nuestra propia observación etnográfica del campo científico español indica que las estadísticas reflejan
mal lo que, en verdad, es la vida cotidiana científica en España. Por ejemplo, un estudiante de Tercer Ciclo que
sea becario de poslgrado en un Departamento universitario, puede estar superocupado haciendo la tesis y dando
un número muy elevado de clases a alumnos no-graduados, más allá de las 30 horas anuales máximas que la Ley
ponede tope para ellos (en entrevistas «ad hoc» que he realizado dicen que están «explotados»), Pero otro alumno
de poslgrado puede estar infraocupado, manteniendo casi una relación nula con un Departamento (en entrevistas
«ad hoc» que he realizado he encontrado becarios de poslgrado viviendo fuera de Madrid, la sede de su
Departamento, con el cual mantienen un leve contacto burocrático, no de Irabajo científico).
c) No se ha realizado ningún seguimiento de los alumnos doctores, por lo tanto no se sabe qué valor está
teniendo el título de doctor en el mercado de trabajo. Sólo se conocen datos fragmentarios. Por ejemplo, en
Medicina, los alumnos hacen bastante tesis doctorales, no tanto para convertirse en futuros investigadores, sino
porque tener la tesis hecha les da dos puntos, para cuando se examinan de oposiciones para obtener un puesto de
Irabajo fijo en un hospital (entrevista de la autora).
d) Tampoco se sabe quiénes son los alumnos que deciden hacer los 2 años de postgrado, más los 3 que
suele durar la realización de la tesis,0. No hay ningún estudio al respecto, En entrevistas «ad hoc» que he realizado
‘ El lector interesado puede consultar la extensa ponencia presentada por la autora (38 páginas) a la III Conferencia de Sociología
de la Educación, Bae2a, sepliem bre de 1993.
* La referencia exacta del primer articulo citado es Rev. de Documentación Social, núm 9fM, 1991; y d e la segunda c íla : Revista
de Educación, núm. extraordinario, 1992.
El propio Vicerrector d e Estudios de la Universidad C o m p lu te n se ,) Bustos, reconoce la novedad del Tercer C ic lo en la
Presentación de los Programas: «Poco a poco los estudios de Doctorado se van configurando com o un conjunto coherente de
enseñanzas. Aunque todavía quede un largo cam ino por andar» (julio de 1992). Observando los Programas, se advierte lam bién
que son m uy p oco selectivos : en la mayoría no se indica el número d e plazas de estudio que el Departam ento oírece y, en otros,
se indica «sin lím iie».
con directores de Departamento, observando su propia experiencia, Iras veinte años en la Universidad española,
establecían espontáneamente esta tipología sobre los alumnos que estudian postgrado: 1®) Alumnos que durante
sus estudios universitarios establecieron un contacto personal-amistoso con un profesor y, por esle cauce informal,
se ligan con un Departamento, obtienen becas y, es bastante probable, que lleguen a ser profesores universitarios.
2°l Alumnos que acaban los 5 anos que suelen durar los estudios universitarios, no encuentran trabajo y deciden
permanecer en la Un iversidad, en un compás de espera, hasta que lo encuentren (mis entrevistados les han llamado
«eruditos júnior». 3o) Los «eruditos sénior», alumnos que hacen entre 5-10 años que acabaron sus estudios, que
eslán trabajando, pero desean volver a estudiar, matriculándose en el postgrado porque les gustaba estudiar,
porque su trabajo actual no es muy estimulante intelectualmente y, por último, porque en España se vive
plenamente en una sociedad m erilocrálica, donde acumular méritos siempre es deseable.
e) En lodo el campo científico español hay que lener muy en cuenta que, pertenecer al campo de
«Ciencias» o de las «Letras» marca notables diferencias en postgrado e investigación en general.
0 De los dos organismos públicos que en España hacen invesligación -que, prácticamente, es toda
invesligación español (la empresa privada realiza muy poca investigación)- que son Universidad y Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, los dalos de esle último son los más fiables. Es un organismo dedicado «full
lime» a la invesligación, sin tener que atender a la docencia " ,
De los datos más recientes de las estadísticas del Consejo de Universidades (1992) se extrae una visión
de conjunto de los alumnos graduados (es decir, que han terminado sus estudios de primero y segundo ciclo) por
áreas de conocimiento. Se observa lo siguiente: I o) La hegemonía de las Ciencias Sociales y Jurídicas y la
¡nfrarepresentación de las Tecnologías, Ciencias Exactas y Naturales. 2") La hegemonía del alumnado femenino
y su escasa dedicación a la tecnología.
- La desviación media de la edad de los alumnos respecto a la edad teórica de cada curso es: Facultades
(4'06 años), Escuelas Técnicas Superiores (3'11 años) y Escuelas Universitarias en general (4'5 años).
- Porcentaje de alumnos repetidores: de cada dos alumnos, uno repite algún curso.
- Porcentaje de asignaturas repetidas: una de cada cuatro asignaturas se repite.
- Ritmo temporal de los estudios universitarios: enlre un año y medio y dos años es el número medio de
años de retraso que los alumnos llevan respecta a las previsiones curriculares.
Comentario: Llama la atención el número de alumnos repetidores y la duración anormal de los estudios
o, dicho de otro modo, el bajo éxito escolar, en una Universidad poco selectiva como es la española. Las causas
pueden deberse, entre otros factores, a los siguientes: no hay límite de años de permanencia del estudiante en un
centro (ahora comienzan a establecerse algunas medidas), la matrícula es muy barata (vr.gr.: los hijos de los
funcionarios no pagan matricula y tampoco los alumnos que Irabajan como funcionarios) y, por último, muchos
alumnos son trabajadores que acuden a la Universidad dedicándole escaso tiempo11.
" D alos comparativos de la O C D E indican que en España el 7 0 % de la invesligación se hace en el sector público, mientras que
en tos países de la C D E es sólo el 4 0 % .
11 Recientem ente el Suplemento de Ed ucación de "El País" (24-11-92) ha publicado una monografía llam ada «La deserción
universitaria» que, citando un informe de la O C D E (tos indicadores de la OCDf . hludio sobre h educación) figura España enlre
los países con m ayor (ndice de abandono de los estudios, sobre lodo en cañ eras cortas.
ALUMNOS GRADUADOS DE SEGUNDO CICLO , ALUMNOS DE TERCER CICLO Y TESIS DOCTORALES
REALIZADAS
( A ñ n a r a rlp tn ir n 1 9 8 8 - 1 9 8 9 )
6 9 .3 6 8 2 3 .8 7 5 3.302
Becas
- Estudiar en la Universidad española cuesta aproximadamente 500 $ por año.
- Becas de estudio: Un alumno de cada cinco recibe una beca, cuya cuantía media es de 1.500 J al año.
Estas becas pueden ser para transporte, libros, etc., además de no tener que pagar las tasas universitarias.
- Además de esas pequeñas becas de ayuda al estudio en general, existen otros tipos de becas:
• Becas de colaboración: sólo para estudiantes de los dos últimos años de segundo ciclo. El importe medio
de estas becas es de 3.000 $ por año (para poder comparar, anotamos que el salario mínimo en España es
aproximadamente 500 $ por mes). En el curso 1989-1990, se han dado 2.420 becas de colaboración, es decir, se
da una beca por cada 100 alumnos de cada uno de los dos últimos cursos del segundo ciclo.
• Becas predoctorales (postgrado) para formar personal investigador (año académico 1989-1990). Se han
concedido 5.081 becas. El coste por cada persona en formación es de 9.000 $ aproximadamente por año; es decir,
1 '5 veces el salario mínimo español. Un 10% de esas becas son para formación en el extranjero y su cuantfa es
un poco superior, 1.600 $ por año, aproximadamente, es decir, 2 7 el salario mínimo.
Comentario: En nuestra opinión, el dinero que el estudiante obtiene por ese lipo de becas es muy bajo.
No le permite ser independiente económicamente, tiene que vivir con su familia y existe el riesgo que, ante
cualquier oferta relativamente favorable de empleo, abandone la beca y su formación como científico.
• Becas ERASMUS y Becas LIN GU A: En el curso 1990-1991 ha habido 649 programas de becas Erasmus;
becas Lingua, 36 programas y 199 becas. El presupuesto de estas becasque ha tenido España es de 4.711.789 ECUS.
Notablemente, han utilizado estas becas estudiantes de Humanidades (35,91 %) y de Ciencias Sociales (39,11%).
Los países a los cuales han ido a estudiar dichos becarios son, por orden de importancia: Francia (28,83%), Reino
Unido (25,42% ), Italia (12,43%), Alemania (11,70%) y el resto de países europeos es inferior al 10%.
N U EVO S DEBATES
En el actual panorama educalivo español los principales lemas de debate son los siguientes:
a) Los cambios de la legislación universitaria de 1983 (L.R.U .) sometidos al Parlamento. Eslos cambios son
los siguienles:
- Evitar la endogamia universitaria en la sección del nuevo profesorado, mal que venía produciéndose.
Según dalos del Consejo de Universidades, el 92% de los puestos universitarios son conseguidos por los candidatos
de la universidad que convoca el examen para emplear al nuevo profesor De esle modo, el candidato de fuera
(de otra universidad) sólo tiene 8 probabilidades sobre 100 de conseguir el em pleo' Muy buenos profesores han
sido eliminados frente al «candidato local», por este tipo de endogamia, Otros electos de ese fenómeno son: H
Una gran inmovilidad geográfica o institucional del profesorado universitario. 2'-’) La práctica del «amiguismo», las
presiones políticas y/o extra-académicas a la hora de contratar al nuevo profesor que, muchas veces, no es el más
valioso inteleclualmenle, sino el que más influencias ha reunido de cara al examen.
- Crear nuevos tipos de profesores universitarios (ayudantes y colaboradores) para paliar la escasez de
profesorado universitario en relación al continuo aumento de alumnado universitario.
- Elevar la edad de jubilación del profesorado de 65 a 70 años de edad, pudiéndose relirar voluntariamente
a los 65 años.
CO N C LU SIO N ES GENERALES
Además de las conclusiones parciales que se han ido exponiendo en los distintos epígrafes del Informe,
señalamos las siguientes;
2. España sólo tiene, por el momento, una débil comunidad científica. Carece en gran medida de los
instrumentos normales del Irabajo científico: buenas bibliotecas universitarias, hábitos de Irabajo intelectual,
cauces normalizados de competencia profesional. Por el contrario, las vias informales, los contactos amistosos, las
influencias políticas o sociales, son todavía muy determinantes a la hora de conseguir un empleo universitario,
publicar en una revista científica, etc
3. El poslgrado es un hecho tan reciente en España que delermina la casi inexistencia de dalos al respedo;
no ha habido ninguna evaluación sobre él y no se tiene dalos de lo que hacen las personas que han realizado la
lesis doctoral, ni el valor que ésta tiene en el mercado de trabajo Por olro lado, y de cara al futuro, hay que subrayar
que una adecuada investigación sobre el poslgrado debe tener en cuenta la complejidad del propio campo
intelectual y no analizarlo como un mero nivel educativo, desde una perspectiva estrecha de la sociología de la
educación, sino enfocarlo como un ámbito donde hay una encrucijada de aspectos de sociología de los
intelectuales, sociología del profesorado, so-ciología de la ciencia, sociología del conocimiento, entre oíros
5 .Tanto la sociedad española como su campo educativo y científico están en un notable proceso decamhlo.
En este sentido, baslanles dalos esladíslicos hay que lomarlos con reservas. Por el contrario, la observación
etnográfica, la realización de estudios monográficos «ad hocu sobre aspectos concretos, son necesarios y dan más
información sobre lo que realmente sucede en el terreno de formación de investigadores. Pese a los aspectos
críticos y las deficiencias que el presente trabajo ha subrayado, la sociedad española actual muestra una gran
vitalidad y capacidad de cambio, por ello habrá que hacer una evaluación continua de los temas aquí analizados,
ya que es probable que bastantes de ellos se modifiquen en un plazo relativamente breve.
14 *La Reforma Universitaria Española. Evaluación e informe», Conse|o de Universidades, M adrid, 1987, pág. 23.
RESUMEN
Cómo se producen investigadores, cual es el proceso de iniciación al Irabajo intelectual, quiénes son los
aspirantes al profesorado universitario, en qué condiciones universitarias viven, con qué recursos cuentan (becas,
ayudas,...), etc. etc. Todas estas preguntas, y muchas otras que podrían formularse, subyacen o guían la intención
del presente trabajo. Trabajo que es un inicio para una investigación en profundidad sobre el poslgrado de España
Por ello, la autora ha trabajado, en esta primera fase, en exlensión, fijando un marco muy general (Universidad e
Investigación en España, como indica el título del trabajo), que ofrezca información y, sobre todo, sugiera
problemas, para ulteriores investigaciones. Dalos cuanlitalivos y datos cualiltativos abundan en el trabajo, así como
una revisión bibliográfica del lema.
BIBLIO G RA FÍA
C O N SID ER A C IO N ES PREVIAS
Desde sus primeros pasos hasla sus desarrollos más actuales, la Pedagogía y la Psicología han vivido en
un estrecho maridaje cienlífico, fruto probablemenle de una concepción educativa en la que el individuo, en lanto
que tal, ocupa el lugar preeminente. Esla íntima y duradera colaboración ha sido muy productiva para el progreso
de la educación, entendida como proceso personal - y en buena medida singular y aislado- que acontece en
ámbitos reducidos (la relación proíesor-alumno, el pequeño grupo de clase, etc,). En el plano de la investigación
y la docencia, estos tradicionales lazos han ido produciendo campos de convergencia y fusión -también de
interferencias-, como el que representa la Psicopedúgogia, quizás más novedosa enlre nosotros que en otros países
donde su trayectoria es ya considerable.
Esta cooperación no se ha repelido con oirás ciencias, al menos con tanla intensidad. En el caso de las
relaciones entre la Pedagogía y la Sociología, podemos hablar de unos tempranos contactos, en el albor de ambas
disciplinas, y de un camino común muy largo y salpicado de incidentes y confusiones, a veces de fondo, a veces
sólo terminológicas (OE LA ROSA, 1977). En general, eslas relaciones han partido de un supueslo en extremo
osociolog¡s!a»,desdequeDufkheim enunciara sus principios sobre la educación, para irderivando paulatinamente,
en similar dirección, hacia consideraciones demasiado estadísticas y macrosociológicas, más cerca de la
disertación política que de la realidad educativa cotidiana y su deseable renovación.
Más breves aún y de mucho menor calado han sido las relaciones enlre la Antropología y la Pedagogía
IERNY, 1991), a pesar de que desde sus iniciales trabajos de campo los antropólogos, y en concreto los etnólogos,
se han venido ocupando de los procesos de socialización de los jóvenes en los grupos humanos, con métodos
cualitativos basados en la observación participante; al principio, dentro de pequeñas comunidades tribales y en
áreas urbanas occidentales, más tarde. Sin embargo, las aportaciones de la Antropología al quehacer pedagógico,
en cualquiera de los espacios en que éste tiene lugar, podrían ser valiosísimas, del mismo inlerés y calibre que las
de la Sociología. Lamentablemente y salvo raras excepciones (KNIPMEYER, GO N ZALEZ BUENO y SAN ROMAN,
1900), la investigación educativa de signo antropológico es escasa por ahora en nuestro país. Sin duda, los
problemas derivados de la multiculturalidad de la Europa actual son un relo que puede alentar esa cooperación
antropopedagógica tan deseable (JULIANO, 1993).
La Pedagogía, por su parle, ha propendido a auloabastecerse con sus propias mistificaciones (CH ARLOT,
1976), haciendo gala de un imperdonable olvido def contexto sociocultural que da significado a la educación,
contribuyendo también a dificultar la fluidez de esos contactos con otras ciencias. Para ello ha reducido su campo
de indagación y acción a lo escolar, como si todo lo educativo se resolviera en enseñar y aprender en una escuela.
En ese empeño ha coincidido, como antes decíamos, con la Psicología en su rama educativa.
Tales hipertrofias (psicologismo, sociologismo, didaclismo, etc.) y autosuficiencias son, muchas veces,
consecuencia de la miopía y el narcisismo académicos; en otras ocasiones, obedecen a concepciones científicas
trasnochadas, más dadas a la disección y a la fragmentación, que a la conjunción y la globalidad. En cualquiera
de los casos, se trata de posiciones manifiestamente mejorables, tanto desde el punto de vista epistemológico como
desde el de la acción práctica.
Muchos de los escenarios en que hoy se produce la discusión pedagógica y el debate social sobre la
educación requieren de eslas actiludes abiertas para su abordaje; la integración de los niños con deficiencias, la
participación en la gestión escolar, el poder moldeador de los medios de comunicación, la democratización del
sistema educalivo, la lerritorialización de la enseñanza, la diversidad cultural, los nuevos ámbitos de aprendizaje
como la educación ambiental, la educación para la salud y el consumo, etc. En lodos los casos, hay un objeto de
referencia ineludible, si de verdad se desea entender muchos de los interrogantes que plantea la educación, resolver
los problemas a ellos asociados y planear la acción pedagógica más adaptada y operativa. Esle objeto de obligada
referencia es la comunidad -nicho vital básico de individuos y grupos-, como campo de estudio e intervención
sociopedagógica, para lo que seria rtienester unir los esfuerzos de todo ese plantel de disciplinas citadas.
Tan sólo nos centraremos en lo primero, es decir: el estudio de la comunidad como ámbito de indagación
que !a Sociología -y en particular, la Sociología de la Educación- debiera retomar, por muchas razones que poco
a poco desgranaremos.
LOS ESTU D IO S DE C O M U N ID A D ES
Los estudios de comunidades lienen una sólida tradición en la historia de la Sociología y la Antropología
(ARENSBERG, 1973: 557). Sin embargo, han sufrido frecuentes altibajos, incluyendo etapas en las que han
escaseado o han casi desaparecido. Su resurgimiento a partir de la década de los setenta obedece, según algunos
autores (NFW BY, 1983:100-1011, a una serie de fenómenos sociales relacionados con la crisis de la sociedad
occidental: la deshumanización de la vida en las grandes urbes, los efectos de la industrialización en la vida
cotidiana y el medio ambiente, las conciencia de los límites del crecimiento, la rotura de las relaciones del hombre
con su medio, la masificación de la vida colectiva... Todoello parece haber provocado, como reacción, el regreso
a «valores arcádicos» anliurbanos y antiindustriales y el deseo de una «vuelta al campo». O sea: a las raíces, f-n
esle «retorno» podemos situar los movimientos político-culturales que pretenden recuperar la identidad cultural
perdida o desdibujada, e incluso el desarrollo de eso que ha dado en llamarse «ideología verde» o ecológica.
Lo cierto e interesante es que el estudio de las comunidades nos permite acercarnos a un espacio abarcable
tun microcosmos, como se sude decirl a través del cual podemos ver reflejados y nítidamente encamados muchos
procesos sociales, algunos de los cuales alcanzan más amplia resonancia. La comunidad, como hace años decía
C.M . Arensberg (op. cit.: 5711, se nos presenla como «un lodo, como sislema ecológico, como típico cauce vital,
como lipo de personalidad, como forma de postura ante la vida, como un todo histórico, como comunidad entre
comunidades».
En ese sentido, es inestimable la conlribución de la Antropología Cultural a lo largo de lodo este siglo, con
ejemplos clásicos como los de 13. Malinowsb, Margarel Mead, Lévi Slrauss o los esposos Lynd, u otros más
próximos a nuesiro país como el conocido traba jo de |. Pili-Rivers fhe People o íthe Sierra, allá por losañoscuarenia
(MAESTRE ALFON SO, 1990:1-11-158). A caballo enlre lo antropológico y los sociológico, cabe citar también en
España un esludio pionero del que han derivado, de una u otra forma, muchos otros. Se trata del que realizó V id or
Pérez Díaz sobre los procesosde cambio en la sociedad rural española de los años sesenta, titulado Eslw cturj social
del enmpo y éxodo rural (1966). Pérez Díaz eligió una pequeña comunidad castellana de unos centenares de
habitantes, para cuyo conocimienlo aplicó lécnicas de campo de extracción antropológica. Con un esquema
clásico(noliciageográíico-histórica, población, economía y sociedad), intentó y logró establecer una interpretación
global de la vida comunilaria y de sus procesos de transición.
Con una óplica exclusivamente sociológica, encontramos uno de los primeros ejemplos de acercamiento
formal y global al estudio de comunidades en la obra Communily de R. Mclver, allá por los años veinte (1920,
Londres: McMillan). Esta perspectiva se reinida, en cierto modo, a fines de los años cincuenta con la obra de R.
Kónig Sociología de la Comunidad Local. En uno de sus capítulos, Kónig dedica especial atención al estudio de
«la vecindad» y discurre sobre la relación entre cierlos fenómenos sociales y su distribución espacial dentro del
territorio comunitario. Transita así por ese ámbito inlerdisciplinar que conocemos por [colonia Social.
Sin género de dudas, esla concepción «ecológica» de la vida comunilaria está hoy en pleno auge No en
vano la Teoría General de Sistemas y el llamado paradigma ecológico y su rico bagaje conceplual inspiran buena
parte de la renovación epislemólogica más en boga en las ciencias sociales. No obstante, esa concepción no es
nueva. La «teoría del campo» de K. Lewin es un buen exponente de ello. Precisamente en un una compilación de
esle autor (1965) encontramos un «estudio de campo elemental» de R.C. Barker sobre una pequeña localidad del
Medio Oeste americano y los procesos de socialización de los niños que en ella se desarrollan. Se vale, según él
mismo confiesa, de los métodos que utilizan los propios ciudadanos a diario: mirar, escuchar y relatar. Esta posición
metodológica es, precisamente, la quehavenidodefendiendo, contodo tipodeargumenlaciones, la Etnometodología,
parn oponerse, con lodos las energías, a los preconceplos y prejuicios que suele emplear la ciencia social clásica,
a la que acusan de cosificadora. Su objetivo es comprender las situaciones sociales a partir de las descripciones
de los propios actores sociales, los miembros de la comunidad (COULO N, 1988). La perspectiva etnometodologfa
resulta muy productiva y sugerenle, y sirve, en los estudios de comunidades, para compensar el posible sesgo que
puede derivarse de los informes, documentos y estadísticas oficiales, y penetrar mediante el lenguaje en algunas
categorías acuitas de la cultura comunitaria.
Por otra parle, en la tradición de los estudios comunilarios, lanío antropológicos como sociológicos, se
hasolidopartirdeunadicotomíaquehoyresullainsostenlble.aconsecuenciadeldinamismosocial. Podemos citar
innumerables ejemplos de esa bipolaridad que han representado el campo y la ciudad, lo rural y lo urbano, en la
investigación socioanlropológica. Asi Durkheim enfrentaba los conceptos de «sociedad orgánica» y sociedad
mecánica»; Tonnies, los de «comunidad» y «sociedad»; Redfield, los de «sociedad íolk» y «sociedad urbana»;
Sorokín, Parsons, Lefevbre y otros han empleado asimismo esle género de calegorías opuestas para analizar el
hecho comunitario. Redfield, por ejemplo (19601, atribuía a la «sociedad folk» ciertas notas distintivas como el
sentimiento de dislinlividad, la coparticipación sentimental y consciente de los miembros, la homogeniedad, la
autosuficiencia, la simplicidad tecnológica y la escasa división del trabajo, el gran desarrollo del culta y del ritual,
etc. Es evidente que esta caracterización es anticuada e inadecuada en nuestro contexto cultural, y que el
esquematismo que representa es ya inexistente. Por lanto, no se trata de recuperar estos viejos conceptos, sino
reformularel estudio de comunidades a la luz de la nueva situación. La «vuelta a la comunidad», entendida como
revitalización de una sociología a escala humana, frente al avasallador empuje de las grandes y gélidas cifras,
aprovechando ese arsenal metodológico exiraordinario del que ahora disponemos.
Hoy en día, uno de los filones más recurrentes en este tipo de estudios queda ilustrado por aquellas
investigaciones que van más allá del diagnóstico descriptivo o de la mera comprensión y se inscriben en programas
o acciones de desarrollo social. Existe un depósito muy amplio de ejemplos en esla dirección, Aunque añejo, sigue
siendo útil el clásico Estudio de la Comunidad de Carolina F. Ware (1968-', Buenos Aires: Humanitas) con su
larguísimo cuestionario sobre cada uno de los sectores de la vida coledlva. Ezequiel Ander-Egg sigue siendo
referencia obligada desde su pionera Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad (198010, Buenos Aires:
El Ateneo), reeditada una y otra vez. Asimismo el viejo Iralado sobre La Escuela y la Comunidad (1960, México:
Ulema) de C .G . Olsen nos puede reportar alguna ayuda. En la actualidad, losejemplos nacionales son incontables
si exploramos campos de lanto vigor como la Animación Sociacultural, el Trabajo Social, el Desarrollo
Comunitario, la Intervención Socioeducaliva y otros colindantes (CEMBRANOS y otros, 1989; LLU CH SERRA,
1987; FROUFE y SÁNCHEZ, 1991; COSTA RICO, 1985, CAN D EDO , 1985, etc.).
A la base de cada uno de los proyectos de intervención social que estas disciplinas y sus especialistas
diseñan, suele haber un estudio comunitario en el que la Sociología es recurso insoslayable. Cuando la intervención
o el programa liene carácter educativo (escolar o no), el concurso de la Sociología de la Ed u cció n es, en igual
senlido, imprescindible.
En este caso, es decir: cuando usamos la perspectiva socioeducaliva, cabe seleccionar aquellos hechos
o procesos comunilarios que para esa óptica resultan relevantes Para detectarlos, describirlos y medir su relación
con lo educativo, es menester definir los indicadores convenientes: unos tendrán un carácter cuantitativo y objetivo
y otros, en cambio, serán más subjetivos y conceptuales. Lo que importa no es su cualidad, sino su utilidad para
los objetivos de la investigación.
Concebimos estos indicadores como represenlaciones visibles de fuerzas que influyen, en grado dispar,
sobre el estilo de vida colectiva en general y, en concreto, sobre lo que podemos llamar «esfera educativa». Se trata,
pues, a electos gráficos de un esquema orbital en el que en el centro colocamos a la «educación» en tanto que
conjunto de hechos y actitudes, y a su alrededor, apuntando hacia ese foco, una serie de vectores que consliluyen
en su conjunto los pilares de la comunidad: el medio natural, la trayectoria histórica, los movimientos de la
población, la conformación económico-laboral, la estructura social y la identidad cultural, Alternativamente
podrían desplazarse hacia el centro del sistema cada uno de estos vectores para establecer, en cada caso, su
correlación con los demás, en una intrincada red de múltiples inlerinfluencias o sistema ecológico complejo. A
este modelo podemos llamarlo vectorial y puede ser útil para sustentar sólidamente y orientar cualquier acción
educativa que se planee en una determinada comunidad, sea de alcance escolar, social o ambas cosas al mismo
tiempo.
M O DELO VECTORIAL
BIBLIO G RA FÍA
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ROSA ACOSTA, B., (1977): «Problemática de la Sociología de la Educación». EDUCADORES, 92: 203
230.
IMPORTANCIA DE LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN EN EL ESTUDIO DE LA
TERCERA EDAD
LA TERCERA EDAD
El término o concepto de «Tercera Edad», tal como aparece en el encabezamiento de esle escrito, debe
entenderse en su senlido más amplio. En esle caso debemos indicar que nos centraremos, más que en la Tercera
Edad, en el colectivo de los más mayores, un amplio conjunto conformado por ancianos, jubilados, pensionistas,
viejos, abuelos, retirados... De la misma forma que la propia vida humana no es un proceso homogéneo y regular,
en el período de la Tercera Edad, de más edad, también es posible distinguir, a su vez, diversas fases en esla etapa
vivencial. Lógicamente, el hecho de la larga y dilatada longitud que actualmente liene la vejez -en aumenlo
además- permite diferenciar por lo tanto algunas fases, partiendo principalmente de la edad (entendida ésta en su
senlido cronológico), aunque esta división se utiliza con fines meramente prácticos. Ancianidad, Tercera Edad,
ve|ez, senectud... son términos que en ocasiones se emplean como sinónimos, como incluso en este mismo
Irabajo, pero representan distintas realidades. Hay quien defiende incluso la denominación de «cuarta edad».
De esta forma, por ejemplo, podemos distinguir en un principio (Aragón, 1985):
- Tercera Edad: considerada normalmente alrededor de los 65 años len los que preceden y siguen a la
jubilación).
- Ancianidad: en lorno a los 70-75 años, ante un cambio en las tareas y responsabilidades (donde se
manifiestan más claramente las limitaciones físicas y sociales).
- Ultima senectud: alrededor de los 80, con mayores limitaciones y alio índice de mortalidad, aunque
todavía con vilalidad es aspedos emocionales, sociales e incluso laborales.
Hay que volver a insistir en que la edad cronológica es sólo un marco reíerencial, y nunca podemos
clasificar a alguien en función de la misma (cuestión muy usual eso sí a nivel administrativo o burocrálicol. Hay
que indicar que el concepto de «edad" suele emplearse en su senlido cronológico, pero existen otras concepciones
sociales, psicológicas, biológicas.. . que determinan la edad desde otros puntos de vista, de una forma mucho más
realista. Por lo lanto, nos encontramos ante un colectivo, el de las personas más mayores -ciertamente amplío,
variado y complejo-, que debe ser objeto de estudio para la Sociología de la Educación, pues desde esle ámbito
se puede ofrecer valiosa información para planificar, desarrollar y evaluar actuaciones de intervención en la
Tercera Edad, sobre lodo en el campo educalivo y social.
Hay que destacar que existen ademas poderosas razones cuantitativas que demuestran la importancia que
toma día a día esle grupo de edad. Basta para ello observar cualquier estudio demográfico de nuestro país (o de
cualquier otro del mismo entorno socioeconómico), Así, en España residen casi seis millones de ancianos en la
actualidad, que se aproximarán a los ocho millones en el próximo siglo
Se eslá produciendo pues un aumenlo significativo de la población de los más mayores. En distintos
trabajos se reflejan eslos dalos estadíslicos y demográficos (Bazo, 1990; Collado, 1991; De Miguel, 1991; Morón,
1993), por lo que tan sólo vamos a señalar seguidamentede forma breve algunas consideraciones interesantes. Ante
lodo cabe destacar que se eslá produciendo un progresivo envejecimiento de la población por una doble
circunstancia, ya que se incrementa el número de ancianos y, a su vez, viven más años. Diversos factores inciden
en este hecho: avances en medicina y sanidad, control de enfermedades fatales, mejor alimentación, nuevos
descubrimientos científicos y técnicos, más higiene .. en fin, la propia mejora en la calidad de vida. Por lo lanío
se observa un descenso prolongado de la fecundidad y el alargamienlo de la esperanza de vida, surgiendo una
estructura de población cada vez más envejecida (con un mayor porcenlaje de personas mayores en la población
lolal), con envejecimienio por la base al disminuir la naialidad y por la cúspide al aumentar la esperanza de vida.
Además, la mortalidad, otro aspecto incidente, parece proseguir con la actual tendencia a descender. Hay que
destacar en todo caso que una población envejecida se reliere a la estructura por edad de la misma, donde
normalmente se suele considerar como población anciana al conjunto de personas que lienen más de 65 años, pero
ya hemos indicado que es ciertamente complicado saber a qué edad podemos considerar a una persona como vieja
o, es más, si existe de hecho una edad a parí ir de la cual digamos que alguien es viejo, donde el tradicional concepto
de edad, ha quedado desfasado tal como dejamos entrever anteriormente.
Lo cierto es que cada vez son más los mayores. El porcentaje de las personas mayores de 65 años con
respecto a la población total aumenta día a día. Y precisamente es ahora cuando el crecimiento se muestra
paulatinamente intenso. En el caso de nuestro país se ha quintuplicado este colectivo en lo que va de siglo. Ya en
la década de los 70 se superó la barrera del 10%, a partir de la cual los expertos hablan de población envejecida.
El aumento ha sido progresivo hasla nuestros dias, estando actualmente en torno al 13% . En 1900, lan sóloel 5,2%
del total superaba los 65 años en España, incrementándose sucesivamente: 6,5% en 1940; 8,2% en 1960; en 1900
el 11 ,1 % ... (dalos aproximados, pues varían sensiblemente según las distintas fuentes consultadas). Y seguirá en
aumento, pues se estima se llegará al próximo siglo con más de seis millones de personas mayores de 65 años, casi
el 15%. A mediados del siglo XXI, serán casi 9 millones (muy cercano a la cuarta parte de la población).
Esle fenómeno no es exclusivo para nuestro país. También se da en el resto de países de nuestro enlomo.
El cambio en la dinámica de población supone una transformación en la sociedad europea. El envejecimiento de
la población y el aumento de la población de los mayores viene ocurriendo de forma progresiva en el entorno
europeo En la mayoría de los países, a mediados del siglo pasado, el porcenlaje de personas mayores de 65 años
eslaba en el 4-6% del total de la población. A principios de siglo esle porcenlaje empieza a incrementarse, aunque
desigualmente. Los cambios mencionados anteriormente, comoel decrecimiento de la fecundidad y la mortalidad,
migraciones, e tc... producen el citado envejecimiento. La estimación de población de las personas de 65 o más
años actualmente se sitúa en casi todos estos países por encima del 11% (y algunos del 15%): Suecia (16,5%),
Austria, Alemania, Gran Bretaña, Noruega, Bélgica, Dinamarca, Francia (lodos con más del 14% de la población
lolal mayores de 65 años). Esle aumenlo de los mayores se va a seguir produciendo en los países de nuestro entorno
(según las estimaciones de la Comunidad Europea, O CD E, O NU o de los propios países). En el primer cuarto del
siglo que viene, el porcentaje medio de mayores de 65 en estas naciones será del 20% (actualmente en torno al
13%). Se estima queSuiza, Alemania, Finlandia, Países B ajo s... tendrán un porcentajede más del 23% de ancianos
sobre el total de la población en el 2.030.
Otro indicativo importante es el índice de mortalidad, el cual se ha reducido constantemente en nuestro
país durante el presente siglo: del 30 por mil en los primeros años a menos del 8 por mil actualmente. Los factores
mencionados anteriormente han influido en ello. Hoy en día está prácticamente estacionada. En cuanto a la tasa
de natalidad, éste es también un parámetro que explica el aumenlo porcentual de los más mayores, pues -así como
el índice de fecundidad- ha disminuido en los últimos años, que se ha hec ho muy patente sobre to lo en los setenta
y ochenta, descendiendo progresivamente para ser inferior a 2 desde la década de los ochenta.
Por otra parte, la esperanza de vida se ha duplicado en el presente siglo. Así, en 1990 la esperanza al nacer
no llegaba a los 35 años, siendo en 1950 de 62 años y aproximándose en la actualidad a casi a los 80 años En
este caso, es patente la diferencia entre la población masculina y femenina. El sexo se mueslra como una variable
importante en la mortalidad (índice superior en hombres) y esperanza de vida (mayor en mujeres), por lo que se
produce un desequilibrio entre los dos sexos, donde el porcentaje de mujeres es mayor que la de los hombres en
los datos estadísticos referidos a los más mayores.
A LG U N O S DATOS S O C IO L Ó G IC O S
Este desarrollo demográfico supone una transformación de las estructuras sociales, tanto en el aspecto
cuantitativo como cualitativo: el papel de la familia, estructura de ésta, relaciones de convivencia, cambios en los
comportamientos... Es paradójico el fenómeno contradictorio que se produce en ocasiones en la sociedad actual:
las ganas de los propios mayores de ser útiles y activos, por un lado, frente a ciertos hechos «marginales» déla propia
sociedad, por otra (aunque ambas actuaciones no siempre se producen o no son patentes). La Tercera Edad no es
útil para una sociedad estructurada en torno a la productividad, competitividad y rentabilidad, valores predomi
nantes en la sociedad actual (Escarbajal, 1991). Hay que entender que las personas de edad, por ejemplo los que
están por encima de los 60-65 años, se educaron en un marco poco adecuado como el período bélico o de la
postguerra. Por ello no es extraño comprender distintos datos estadísticos:
- A la tercera edad no le gusta que se hable de ella como «ancianos*, sino que prefieren el lérmino
• personas mayores» o «ciudadanos de edad avanzada».
- Pocas personas de edad sienten que se les ha tratado como ciudadanos de segunda dase.
- Los ciudadanos europeos de más edad son activos; dos de cada Ires suelen mantener sus ocupaciones
o llevan una vida bastante ocupada, aunque parece que una minoría significativa encuadrada en los estados del
Sur de Europa, llevan una vida menos activa.
- En resumen, casi cualro de cada cinco personas mayores ven a algún miembro de su familia al menos-
una vez por semana.
- Las personas de más edad tienen una opinión favorable de la juventud.
- Las personas mayores y jóvenes comparten puntos de vista parecidos sobre los valores más importantes
que deben inculcar los padres a sus hijos
- Hay bastante comunicación enlre las personas jóvenes y mayores.
- Una minorfa significativa de personas de edad se apuntarían a un partido político compuesto
específicamente por representantes de la tercera edad,
- Nueve de cada diez personas piensan que las personas jóvenes y mayores deberían comunicarse y
mezclarse con más frecuencia,
- Una gran mayoría de ciudadanos de la Comunidad Europea creen que la población activa liene el deber
de garantizar que las personas de edad tengan acceso a un estilo de vida adecuado,
- Unicamenle en Dinamarca, Luxemburgo y los Países Bajos la mayoría de las personas mayores considera
que goza de una situación económica satisfactoria.
- La mayor parte de la población de los estados miembros cree que los ingresos mínimos de las personas
de edad deben guardar relación con los sueldos medios de la población activa.
- Las personas de edad media en todos los pafses comunilarios se sienten preocupadas por la calidad de
sus pensiones cuando se jubílen.
- Casi nadie cree que las pensiones sean demasiado altas.
- La mayor parte de la población apoya los descuentos de los precios para las personas de la lercera edad.
Las personas mayores desean, preferiblemente, disponer de dinero para gastarlo en lo que quieran.
- La mayoría de los europeos no están de acuerdo en que los trabajadores que rondan los cincuenta años
de edad deberían dejar sus puestos para permitir la entrada de personas más jóvenes en el mercado laboral.
- La mayoría de la población de los países comunitarios cree que ¡as personas mayores eslán discriminadas
en las contrataciones laborales, y dos de cada tres creen que deberían promulgarse leyes para impedir dicha
discriminación.
- La familia es la principal fuente de cuidados para las personas de la tercera edad que lo necesitan.
- En los grupos de edad avanzada, los servicios de asistencia pública suelen suplir la falla de cuidados por
parte de la familia.
- Las personas de edad piensan que las familias se sienten menos dispuestas a cuidar de parientes mayores.
- Cuatro de cada cinco personas se muestran a favor de la asistencia comunilaria y/o voluntaria más que
a la asislencia en residencias.
- Las personas de edad y/o sus parientes son las personas más idóneas para lomar decisiones sobre la
asislencia a largo plazo; los proveedores de servicios asistenciales son las menos adecuadas.
- Más de siete de cada diez personas se muestran a favor de un seguro público para la asislencia a largo
plazo, o servicios de asistencias públicos financiados con impuestos.
- El público en general piensa que las personas de edad no lienen un papel suficientemente importante
en la vida política ni en la estructura social.
- Más de ocho europeos de cada diez creen que las personas de más edad deberían luchar de forma más
acliva por sus derechos.
- Más de tres de cada cuatro europeos creen que la administración estatal de su país no hace lo suficiente
por las personas mayores.
- Casi tres de cada cinco piensan que la Comunidad Europea debería hacer más por las personas mayores.
- Hay grandes diferencias enlre los estados miembros respecto a los niveles de satisfacción que señalan
las personas de edad en relación con el tipo de vida que llevan.
A modo de conclusión hay que indicar en los últimos años se ha producido una mejora evidente en los
servicios de atención a los más mayores. Los valores asociados al ocio y tiempo libre está en aumento, se posee
mayor información sobre hábitos cullurales y comportamientos que ayudan a vivir más positivamente la vejez...
pero queda mucho por hacer. Y en ello eslamos lodos implicados, desde el conjunto de la sociedad hasla los
propios sujetos de edad. Por otro lado hay que ser conscientes de las limitaciones que pueden presentar los
mayores, pero a su vez de las ventajas. Improductividad, incapacidad, desfase... son términos que no siempre han
de ir conectados a aquellos. Y la Sociología de la Educación tiene aquí mucho que decir.
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EL SEXO COMO PRETEXTO: ANÁLISIS SOCIOHISTÓRICO DE LOS PROCESOS
EDUCATIVOS DE POSTGUERRA SOBRE LA AFECTIVIDAD INFANTIL
La sensibilidad o el corazón -como se la suele denominar con frecuencia-, consliluye uno de los registros
al que los dispositivos de formación sexual acordes al régimen de la castidad, dedican una atención especial
Partiendo de la idea de su predominio sobre la inteligencia en el niño, la linea de penetración afectiva señalará
una vía de capilal importancia para lograr el control absoluto sobre el sujeto. El corazón, según se indica, señala
el camino más directo «para apoderarse de lodo el hombre»'. A pesar, no obstante, de la aparente dureza de esta
terminología de tintes bélicos, el diseño del proyecto elaborado para la conquista de esa plaza fuerte, y desde ella
del resto del sujeto, no presenta, sin embargo, los rasgos de lo que podríamos denominar en términos similares una
lucha cruenta debido a la talla de oposición o resistencia que se espera encontrar en los niños con una actuación
temprana sobre ellos: «No se edifica sobre roca sino sobre arenad.
En la primera edad, el corazón del hombre se contempla «como la tierra en los primeros días de la
creación: falta de sólida forma» y, en eslesentido, el proceso disciplinar de la afectividad implicará, más que una
larea de combate entre fuerzas antagónicas, la realización de una labor de construcción o configuración sobre una
dotación informe: «Las primeras impresiones, las que dejan su huella sobre la tierna y aún lisa alma infantil, son
las que perduran»'. Actuando sobre un campo aún exento de medializaciones, la empresa consistirá en guiar e
iluminar los arranques del corazón infantil en desarrollo para encauzarlo hacia el gran mar de la familia4. Amor,
pudor y veracidad delimitarán el camino a recorrer en esta tarea de normalización emocional. A cada uno de ellos
vamos a referirnos seguidamente con objelo de esclarecer la dimensión y alcance que presentan dentro del
conjunto de las formulaciones discursivas aquí analizadas.
1. EL AMOR ALTRUISTA
1 G n o cc h i, C .,: d a educación del corazón. D e la infancia al matrimonio». Ed. f ía de San Pablo. M adrid, 19-14, pág. 49.
1 M in d szenly,: »La madre». Ed. Rialp. M adrid, 1953, pág. 269.
1 Cap o V alls de P a d rin a s,).,: «Madres. Ensayo de pedagogía familiar». Tip. H ijos de F, Armengol. Castellón, 1947, pág. tO.
4 G n o cc h i, C .,: O p . C i¡. pág. 36.
' U tilizam os aqui este lérm ino en el sentido que le da M . Foucault en su obra «Historia de la sexualidad Volum en II. El uso de
los placeres». M adrid, 1986, pags. 35-91
liempo que reste de vida. De los esposos se requiere que se enlreguen enteramente su corazón el uno al olro hasla
que la muerte les separe. Este régimen de vida requerirá, por tanto, una particular configuración afectiva capaz de
poner esos amores «al abrigo de las Insidias del tiempo y de la ingratitud, de las tentaciones del mundo y de la
carne»*, una configuración afectiva que esté presidida, en definitiva, por la estabilidad y la constancia. Nada más
alejado, sin embargo, de eslos requisitos adscritos a la vida emocional adulta que los rasgos atribuidos a los alectos
de una infancia a la que se define por su proclividad al olvido, a la inestabilidad y a la versatilidad en sus afectos,
por ello se considerará obligada una intervención sobre sus emociones capaz de infundirles la firmeza y constancia
con las que garantizar en buena medida la perfecta adecuación posterior a las pautas amorosas que se le asignen7.
Para la estabilidad de una relación, para lograr que ésta perdure, o mejor, para que la vinculación
interpersonal indisoluble pueda mantenerse dentro de unos limiies que posibiliten al menos la coexistencia, uno
de los mayores peligros a los que habrá de hacerse frente procederá de los sentimientos de repulsión recíproca que
puedan surgir entre los integrantes de esa relación. La eventual conversión de una inicial simpatía en repugnancia,
rencor, odio o, simplemente, en hastio, no sólo dificultaría la inclinación del sujeto al establecimiento de
compromisos afectivos perdurables sino que, además, en los casos en que tal vinculación se hubiera establecido,
esas transformaciones emocionales crearían las condiciones para una situación familiar gravemente conflictiva.
El control sobre la inestabilidad de los afectos y la habituación a su perdurabilidad se consideran, pues, un eficaz
instrumento preventivo al que habrá de encauzarse a los sujetos desde In infancia. La conversión de las antipatías
en manifestaciones de un carácter débil va a permitir que se direccionen hacia padres y educadores como graves
motivos de preocupación sobre el que se hará preciso el ejercicio de una exhaustiva vigilancia y contención.
Tenemos así que, en el caso de que el niño entable una amistad y ésta -pasado un tiempo en el que se hayan
apagado los primeros entusiasmos- deje de resultarle gratificante, los padres, si consideran que la misma es
positiva, deberán esforzarse por conseguir que la mantenga a pesar de esa falta de entusiasmo0. Acostumbrado a
anteponer desde sus primeros años la estabilidad a la gratificación en sus relaciones, se espera que el sujeto vaya
creando una disposición a su conservación con independencia de la pasión que ellas le ofrezcan.
Mediante la orientación afectiva a la constancia, los sujetos no sólo irán adecuándose emocionalmente
a los requisitos de la vida conyugal sino que, además, al colocarles en una posición de mayor vulnerabilidad
respecto a las reacciones que pueda provocar su comportamiento en esos a los que se vincula emocionalmente,
ella facilitará la inslrumenlalización del afecto como mecanismo de sometimiento a lo ordenado y, particularmente,
como mecanismo de disciplina sexual. Para que la pérdida del afecto y reconocimiento de los demás o, por el
contrario, el halago y la estima, puedan utilizarse como instrumentos de punición o recompensa -según el carácter
que presenten los actos individuales respeto a las pautas ordenadas-, habrá sido preciso que previamente se haya
revestido a esos otros de una autoridad o capacidad sancionadora -en este caso de tipo emotivo-, indispensable
para que sus reacciones adquieran significación para el sujeto. En este senlido, el aprendizaje de la constancia, a
través de la concentración y pérdida de movilidad afectivas, servirá para inscribir a los ahora niños en unas redes
de conlrol que les desalienten a aduar de manera indebida.
1.2.1. EL AMOR A D IO S
En lo que a la formación del corazón se refiere, Dios no es presentado como aquel Señor al que se eslá
obligado a obedecer so pena de castigo eterno, sino que aqui la relación de sometimiento entre éste y sus siervos
se transforma en una vinculación palerno-filial y amistosa. Dios es ahora el padre celestial, el sumo amor, aquel
que por redimir del castigo a que condenó al género humano por la desobediencia de sus ancestrales ascendientes,
envió a su hijo para que habitase enlre sus súbditos, permitiendo incluso su muerte a manos de éstos. En tanto que
padre bondadoso, infatigable guardian de sus criaturas. Dios se hará acreedor del amor de sus hijos, de un amor
cuya expresión más clara habrá de ser la disposición permanente a evilarleenojos, respetándole, es decir, haciendo
por amor a él lodo aquello que le agrada: «El niño se eleva fácilisimamente del conocimiento de su padre terreno
a la idea de un Padre celestial, de los beneficios y amor perceptibles del primero, a los beneficios y amor del
segundo, y del temor de ver al primero disguslado, al temor a desagradar a Dios»"
La transformación del Dios-Señor en Dios-Padre, en lo que en esta parcela del discurso se refiere supone
una mayor implicación de las instancias emotivas de carácter positivo frente a las evilalivas: en lugar de instarse
a súbditos temerosos a acatar la voluntad de su Señor, las solicitudes se dirigen hacia hijos agradecidos, para que
como prueba de gratitud acomoden su comportamiento a aquéllo que, de acuerdo con los principios religiosos,
constituye el deseo de ese generoso padre celestial.
Para lograr la orienlación de la afectividad infantil hacia Dios se recurre, en segundo lugar, a la emisión
de una identidad amistosa acerca de éste con objeto de mover a los niños a sustraerse voluntariamente de llevar
a cabo cualquier acción que pueda ser motivo de tristeza para él: «Los niños deben hallar a Dios como el objeto
de su amor, como el mayor y más poderoso amigo de su alma joven, como el confidente de sus horas de angustias
y de sus radiosas alegrías, como el inspirador y santificador de sus acciones»13.
Aquel Dios justiciero, constantemente vigilante en la persecución de lo ilícito, que era capaz de ver los
actos más íntimos, y ante cuya omnipresencía no era posible ocultar ningún tipo de hecho o deseo des-ordenado,
ese mismo Dios es presentado ahora al niño como el Amigo que nunca abandona, aquel a quien se puede recurrir
en lodo momento porque siempre está presto a escuchar y a ayudar, un amigo fiel que está presto a perdonar cuando
se le ofende, un ser en suma que supone la máxima encarnación de la amistad. Presentado, pues, como el símbolo
de la donación sacrificada por excelencia, los niños deberán«amarle sobre todas las cosas y amar lo que El ama»'1.
'■ Grim aud, O H .,: La madre, educadora ideal Tip. Cat. Casals. B arcelona, 3J ed. 1962, pág. 73.
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” Grim aud, O H .,: O p . C il. pág. 72.
11 Lem aire, A .,: O ficio d e los padres y maestros en la educación de la pureza. Ed. Subirana. Barcelona, 1942, pág. I S I .
debido únicamente al estimulo de la necesidad y a su situación de debilidad, por lo que el amor hacia ellos no
comenzará hasla el momento en que se encuentro en disposición y sea capaz de apreciar los beneficios que le
reportan: «El niño pequeño muestra de ordinario a sus padres y domésticos una manera de cariño interesado.
Siéntese pendiente y totalmente colgado de su protección y auxilio y por esto procura asegurárselo con mimos y
caricias que ve complacen a aquellos de quienes necesita»1'.
A los padres se les alerta, en consecuencia, de las fatales consecuencias que puede originar si no se corrige
a tiempo el error de considerar el cariño de los hijos como algo natural que no necesita de su intervención.
Partiendo, por tanto, de esa base egoísta coníerida al amor infantil, la larea de su orientación hacia el desinterés
será adscrita a los padres. Para lograrlo se aconseja el desarrollo de una estrategia mediante la cual ese cariño
inicialmenle interesado se convierta en un sentimiento de agradecimienlo y reconocimiento hacia los esfuerzos
y sacrificios realizados por los padres para con ellos desde antes incluso de su nacimiento.
De modo semejante a como el Dios autoritario y castigador de los saberes dirigidos a educar la voluntad
se transforma dentro de los mecanismos de normalización de la sensibilidad en el Padre comprensivo y en el Amor
infinito, los padres, a quienes se les dotó de la facultad de reprimir sin contemplaciones ni explicaciones cualquier
atisbo de insubordinación a su autoridad por parle tle los hijos, se presentan ahora poseedores de una capacidad
de amor en cierto modo «divinizada» al igual que su capacidad de imposición. Los padres son definidos ante los
hijos como detentadores de un amor que si no llega a ser infinito como el de Dios, supone unas colas de desinterés
difícilmente igualables enlre seres humanos. El amor de los padres hacia los hijos adquiere los rasgos de un amor
esencialmente sacrificial, un amor al que se le supone una disposición permanente a dar sin preocupación alguna
por recibir a cambio. Ante tal lipo de afectividad, la respuesta amorosa que cabe de los hijos será, cuanto menos,
la de un agradecido reconocimiento por todas las privaciones y abnegaciones que su existencia genera para los
padres. Lo que se espera y exige de los buenos hijos no es un lipo de ofeclivídad desintereada, puesto que al partirse
del supuestode unadonación previa por parte de los padres aquéllosestarán incapacitados para una tal afectividad;
el amor filial será inevitablemente una respuesta de gratitud hacia los seres que les han dado el don supremo de
la vida, convirtiéndose asi en el pequeño pago a una deuda difícilmente saldable por su ingencia.15
Configuradas las relaciones paterno/liliales como relaciones de sacrificio/agradecimiento, sobre los hijos
recaerá la obligación moral de aduar de tal manera que no añadan mediante su comportamiento sinsabores a la
existencia ya de por si sacrificial de los progrenilores. Nada mejor para ello que adecuar su comportamiento a los
deseos de éstos. Los hijos, los buenos hijos, aquellos que saben reconocer los esfuerzos, sinsabores, desvelos y
preocupaciones que originan a los padres, se verán impulsados a no contrariar, a no desobeder, a no irritar y, en
el peor de los casos, a no avergonzarles, a través de un hacer indisciplinado o desordenado: «Cuando de propia
voluntad vaya a cometer una acción mala, hacerle ver los perjuicios y la pena que puede causar a sus padres al
verle cometer aquella acción»"1.
Los buenos hijos han de ser causa de orgullo y alegría para sus padres y ello sólo será posible mediante
el escrupuloso cumplimienlo de sus deberes. Actuar de otro modo, desoír sus consejos, instrucciones u
orientaciones, significará originarles sulrimienlos y, hacer sufrir a los padres, hacer sufrir a aquellos que eslán
dispuestos a darlo todo sin pedir nada a cambio, será considerado como una de las mayores colas de iniquinidad
en las que pueda caer el ser humano. Las lágrimas de la madre, personaje éste en el que recae suma encarnación
de la afectividad familiar, vendrán a ser el mayor instrumento disolvente de resistencias frente a una voluntad filial
díscola y rebelde: «Fl castigo de los castigos será siempre la conciencia de haberte causado dolor y héchole sufrir.
5i llegan a sentir esto tendrás en tus manos un arma formidable para corregirlos con dignidd y eficacia»” .
La dirección de la afectividad hacia los padres juega un papel relevante, inscrita dentro de la educación
para la castidad, en tanto que instrumento generador de emociones de culpabilidad y remordimiento. Si el
U n sólid a punto de apoyo para esle tipo de actuaciones o b s ta c u liz a d o s de las relaciones afectivas intonliles enlre los sujetos
de diferente sexo lo suministra Pió XI en su En cíclica sobre la ed ucació n cristiana de la juventud, al condenar en ella la
coed ucación, condena ésla que se hará efectiva a nivel político m edíanle O rden de 1-5-39 q ue, en línea con el anterior Decreto
de 23-9-36, establece la separación educativa entre niños y niñas, exigencia que se hará extensiva a los profesores, que de esla
m anera sólo podrán im partir clases a los alum nos de su m ism o sexo.
C n o c c h i, C - ,: O p . Cit. pág. 6 5 . En realidad, estas visitas se llegan a institucionalizar de forma que en determinados dfas del año
hospicios, golas de leche y otras instituciones totales se abrían al público.
11 Ibídem, pág 67.
11 Ibídem, pág. 66. En esta línea se sitúan lasob ias, de lectura obligada en m uchas escuelas, enlre ellas, la de Edm undo de A m icis.-
Corazón, de la que existen numerosas ed iciones, enlre ellas la de la C o lecció n C adele. A cerca de este libro se d ió el hecho de
que, habiendo pasado la censura religiosa y gozando de gran acogida en el restodel Estado, fue prohibí doen la diócesis malagueña
debido a que, según el obispo de dicha diócesis, aunque no fuera abiertamente heterodoxo ni positivamente inm oral, podía causar
gravísimo daño en la formación religiosa y m oral d e la niñez ¡p o r su carácter marcadam ente naturalista en g en e ra l:. Vid.
M antilla, f... Selección de libios escolares de le d u ra. C S IC . Instituto 5an losé de Calasan z. M adrid, 1954, págs 208-210,
ajeno, cobra sentido en la medida en que sirve para que el sujeto vaya adquiriendo desde su infancia una
configuración de sus emociones acorde con el régimen de vida matrimonial
2. LA ED U C A C IÓ N DEL PU D O R
La educación del o para el pudores el segundode los aspectos de relevancia dentro del conjunto de saberes
destinados a la pautación de la sensibilidad infantil en el marco global de la educación para la castidad. El pudor
se define como un sentimiento que «retrae de hacer sin motivo grave, respecto del cuerpo propio o ajeno, nada
La instalación del sentimiento com pasivo ante el dolor o la privación de los estratos sociales más desfavorecidos va a tener,
adem as, la importante función de mover a una respuesta agradecida con la q u ed isolver cualquier aspiración de esos sectores que
ponga en la transform acíóndel orden social la solución a las dificultades de su existencia. Esta derivación de las relaciones sociales
hacia la caridad constituirá, en cierto sentido, la extensión del m odelode im posición paterno-filial al ámbito público. Asi, mientras
la m ujer de clase m edia será instada a actuar com o m adrecila m edíanle acciones de ayuda o au xilio social, en el m undo del trabajo
se reproducirá ese m ismo m odelo sobre unos trabajadores generalmente ingresados en la empresa m erced a procedim ientos
selectivos extrínsecos a la com petencia profesional propia de las sociedades capitalistas desarrolladas. En con secuencia, las
paulas d e com pasión, favor o caridad, ensayadas sobre la infancia perteneciente a los sectores sociales preeminentes, tendrán
asignadas entre sus cometidos la tarea de prepararla en la utilizació n de un poderoso inslrum enlo de sometimiento con el que
amortiguar las tensiones y conflictos, potenciales o reales, de la organización social en su conjunto.
:s Ibidem, pág. 52
Ibidem, pág. 55.
que cause vergüenza»-’7, lo cual le hace diferenles de esos otros sentimientos capaces de generar una vergüenza
culpable una vez cometido un aclo juzgado indebido. El sentimiento de pudor es una afección básicamente
preventiva, un sentimiento creado para activarse antes de la comisión de una acción, una disposicón de la
sensibilidad de carácter defensivo ante las posibles vacilaciones de una voluntad titubeante en el momento de
enfrentarse a los deseos de gratificación desordenada, En tanto que sentimiento de vergüenza que retrae, el pudor
servirá para alejar de todo lo que puede ofender la decencia, «deteniendo los ojos, las manos y la lengua en toda
tentación de curiosidad o en loda expansión del sentimiento»-’4, de aqui que se constituya en el guardian natural
de la virtud de la pureza. Ahora bien, si la fundamentación estratégica descansa en su alta capacidad para disuadir
la comisión de actos ¡lícitos a través de la puesta en marcha en el sujetode una sensación desagradable ante la sola
posibilidad de cometerlos, existe, sin embargo, una elaboración de saberes que trata, además, de proporcionar
justificaciones legitimadoras a esta intervención, Dos son las ideas base sobre las que se sustenta esta pretensión:
por un lado la consideración del cuerpo como entidad privada, y por otro el respeto del que el mismo se hace
merecedor.
H ardy Schilgen.,: Norm as morales de ed ucació n sexual. Ed. Fax. M adrid, 2'J ed, 19 4 1 , pág. 22.
Lemaire, A .,: O p . Cit. pág. IS .
" Ibidem, Pág. 2 J.
" Crim aud , C H , O p . O I pág. -16,
11 Ibidem. Obsérvese la am b ivalencia de las prescripciones: la d ucha matinal de agua fría, lan recomendada por ejem plo por los
jesuítas a sus alumnos para atemperar los ardores libidinosos, se convierte en una ocasión pecam inosa que exige nuevas
prescripciones, y así sucesivam ente, de forma que el yo está a perpetuidad sometido a un im perativo extem oy normativo adaptado
a cada ocasión.
11 C a rc ía D ía z Fígar, A , Ed ucación pasional de la juventud. Ed. Bibliográfica Española. Madrid, 1947, pág. 29.
11 Ruiz Amado, R.,. Op Cit. pág. 65.
__ ílO
2.2, EL CUERPO CO M O ENTIDAD MERECEDORA DE RE5PETO
L.i segunda de las ideas en las que se íundamenla el sentimiento de pudor consistirá en la obligación de
tratar al cuerpo con respelo: «En vez de mirar al cuerpo como algo pecaminoso y resbaladizo, convendría inspirar
respelo hacia él. en especial para esos órganos tan importantes»".
En tanto que obra de Dios, el cuerpo humano sera bueno en sí mismo. No habrá en él parte alguna que
pueda considerarse deshonesta o impura: «La maldad que ponemos en el cuerpo humano no eslá en él,
propiamente hablando, sino en la voluntad torcida que las utiliza y fuerza a la comisión de maldades que él por
si mismo no alcanza ni puede alcanzar»1'.
Infundir en los niños la idea de maldad asociada a su cuerpo merecerá, pues, la consideración de una
falsedad además de una imprudencia pues «si a los niños y a los jóvenes se les muestra el gran tesoro que poseen
en su cuerpo y la ayuda que ha de prestar al alma en todas sus manifestaciones, no solmante no lo entregarán a!
abuso, al pecado y a la abominación, sino que darán gracias a Dios por tan rico y excelente don»14.
El sentimiento de respeto hacia el cuerpo se desarrollará predominantemente mediante la habituación
a realizar con seriedad y naturalidad los actos que reclaman la limpieza y la higiene17. A esla habituación se le
confiere la ventaja de evitar falsos recelos sobre el particular, tales como aquéllos que consideran los órganos
sexuales como parles que no se deben en modo alguno locar y que, en contra de lo deseado, podrían excitar la
curiosidad e incitar a exploraciones indecorosas. Dichas prácticas higiénicas se presenlan además como un
importante instrumento de prevención porque su falla «produce con frecuencia molestias que, al pretender el niño
aliviar, le enseñan ocasionalmente lo que hasta entonces ignoraba»1". Los picores e irritaciones que el aseo
deficiente podría ocasionar en los órganos genitales resultarían gravemente peligrosos al hacer inevitable que el
niño, sin intencionalidad ilícita alguna, pudiera sentir lo agradable que resulta su manipulación quedando lentado
de repetir la experiencia con independencia del motivo que la originó.
Siendo el cuerpo puro, la impureza se situará pues en la intención y es por ello que la formación que se
precisa es la de unir la realidad corporal con la de salud y fortaleza desvinculándola así de sus capacidades de goce
libidinal. Asi, el aprendizaje del pudor o, lo que es lo mismo, la respuesla vergonzosa del sujeto ante la vista o el
contacto con la desnudez ajena o la exposición de la propia, la desvinculación de esa desnudez -en los casos en
que sea invevilable- de cualquier tipo de recreación ilícita, se constituye en uno de los poderosos instrumentos
de autocontrol sexual. La carencia de ese sentimiento paralizador, la ausencia de esa consideración respetuosa
hacia el cuerpo que incita a contemplarlo como único objeto de cuidados supondrá la inexistencia de una de las
más fuertes barreras interpuestas para imperdir el nacimiento o habituación a comportamientos abusivos hacia el
mismo, es decir, de frenos o b stacu lizad o s a una visión de ese cuerpo como objeto y sujeto de deseo. En cambio,
3. LA IN TIM ID A D IM POSIBLE
n tbidem, pág. 24. Toda esla normativa corporal iba generalm ente a los ejercicios espirituales y oíros actos de edu cació n por parte
de clérigos y religiosos, d e la presentación de santos que fueron un ejem plo de pureza, com o San Luis C on zag a, de quien se dice
que su recalo era tal que siem pre llevaba la vista bajada hacia el suelo.
Lemaire, A .,: O p . C it. pág. 30.
" H ard y5 ch ilg en .,: Norm as m orales... O p . C it. pág 6 0 . Obsérvese que, al igual que Donzelot señala una alian za entre m édicos
de cabecera y padres de la burguesía, parece producirse también en esle caso una alianza de éstos con los eclesiásticos con objeto
de velar por la salud moral de los niños, Vid. D O N Z E L O T , | - La policía de las familias. Ed. Pre-lextos. V alen cia, 1990.
4- R u iz Am ado, R .,: O p . C il. pág.
41 Bellram e, M .,:O p . C it.p á g 73.
incluso las infracciones al deber -sobre todo éslas—, es una disposición afectiva a ¡nslalar necesariamente en e!
corazón del niño. Es necesario que nada de lo que el niño hace quede oculto. Desde los primeros años se le deberá
acostumbrar, pues, a ser absolutamente sincero, infundiéndole lerrora la mentira para que sea el propio sujeto
quien se Iraicione cuando oculte algo o lalte a la verdad, de similar manera <1 *como le ocurre a un perro leal que
ha cometido una fechoría y se acerca temeroso a su am o»". El fin perseguido, en última instancia, es que esta
primera obligación de veracidad, una vez interiorizada, se transforme paulatinamente en una necesidad personal
de comunicación dando paso asi a lo que se denomina como virtud de lealtad.
Esta muestra impúdica y sin reservas de lo personal se constituye en una eficaz estrategia no sólo para
conocer en lodo momento la direccionalidad del comporlamienlo, el grado de asimilación de la norma o los
incumplimientos hacia la misma sino, asimismo, para disuadir a los infantes de la comisión de acciones cuya
confesión, obligados como eslán a decir, les depararía sentimientos de vergüenza. Habituar a decir, a relatar sobre
sí, a sentir el silencio y la ocultación como fuentes de malestar, lograr en definitiva que la plena comunicación del
hacer personal se convierta en necesidad, se inscribe asi denlro de los mecanismos dirigidos a una conformación
de la sensibilidad de los sujelosadecuada a los principios de la castidad: «Es imposible que un joven acosiumbrado
desde su edad primeriza a la sinceridad consigo mismo, con Dios y con los hombres, pueda soportar por largo
tiempo, si llega a sucumbir, la idea deun doble juego, es decir, ser corrompido en la intimidad de su vida y practicar
externamente la hipocresfa de la pureza. Acostumbrado de siempre a la lealtad franca, el joven se acusará sin
reticencia de las fallas de su alma.»*'.
1. IN T R O D U C C IÓ N
A conlinuación se exponen los aspectos más relevantes de los discursos resultantes de cuatro grupos de
discusión realizados con estudiantes universitarias de primer curso que eligieron la carrera en primera opción. Los
grupos de discusión forman parte del maierial empírico de una investigación que ha sido financiada por el Centro
de Investigación, Documentación y Evaluación (Cl DE) dentro del Concurso Nacional de Proyectos de Investigación
Educativa 1992.
Los perfiles de los grupos son los siguientes:
G 1: Mujeres estudiantes de carreras de Ciencias Sociales y Humanidades que optaron por Letras en 3o de
BUPYCO U.
G2: Mujeres estudiantes de carreras de Ciencias Sociales, Humanidades, Ciencias e Ingenierías.
G 3: Mujeres estudiantes de Ciencias Sociales y Humanidades que optaron por Ciencias en 3Ude BUP y
C O U , o sólo en 3“ de BUP.
G 4: Mujeres estudiantes de carreras de Ciencias e Ingenierías.
El objetivo ha sido construir los discursos sociales que las jóvenes que acceden a la Universidad elaboran
sobre las elecciones de carreras de Ciencias Sociales, Humanidades, Ciencias e Ingeniería. Sin la pretensión de
presentar una tipología exhaustiva de los discursos sociales sobre el lema, dado que no hay maierial discursivo
suficiente para ello, lo que se ofrece a conlinuación son la lineas discursivas más relevantes sobre el tema.
3. LA CARRERA C O M O V O C A C IÓ N
3.1.1 .-Disociación enlre el espacio educalivo y el laboral, o bien ausencia de discurso sobre el mun
laboral. Línea discursiva representada por estudiantes de Humanidades fundamentalmente. No esperan encontrar
trabajos en los que puedan aplicar los conocimientos adquiridos en la Facultad, pero tienen una imagen ideal de
los trabajos que desearían realizar con la titulación obtenida y que llevan implícita la relación con otras personas,
rasgo que consideran un valor fundamental. Esto les lleva a una valoración muy positiva de las carreras que han
escogido en su proyección profesional, junto a una valoración positiva de los conlenidos de aquéllas por el
tratamiento de temas de reflexión sobre el ser humano y la sociedad. Se mueven en el terreno del pensamiento,
su objetivo es adquirir conocimientos con el convencimiento de que su formación aún sin poder aplicarla
directamente en el medio laboral tiene un efecto sobre la sociedad.
3.1.2.-Establecen una clara relación enlre el mundo educalivo y el laboral. Linea discursiva representada
por estudiantes de Ciencias Sociales fundamentalmente. Distinguen entre conocimientos concretos y abstractos
y expresan su interés en la aplícabilidad de los conocimientos que obtengan en la carrera, asi como en la
adquisición de habilidades para poder resolver problemas sociales concretos. Valoran posilivamente las carreras
que han elegido por ofrecerles la oportunidad de realizar un trabajo que les permita ser socialmente útiles. Hay
un planteamiento de cambio social y sus imágenes sobre la carrera se expresan en expectativas de aplicación de
los conocimientos adquiridos en un medio laboral.
4. LA CARRERA C O M O O C U P A C IÓ N
1 .-Familia
- La elección de estudios universitarios es concebida como una exigencia social, interiorizada a través de
presiones familiares. El título universitario se considera un requisito indispensable para encontrar trabajo,
independientemente de la carrera. Sin embargo, lambién reconocen tener una actitud de rechazo a la alternativa
laboral después de la enseñanza secundaria, lo cual les crea un sentimiento de culpa que se manifiesta en la
caracterización de la elección universitaria actual como una elección sin auténtica motivación personal, resultado
en parle de presiones externas y en parte de la inercia personal. La resolución del conflicto se hace en el sentido
de desplazar la culpa hacia la sociedad, las presiones del mercado y la obstinación de los padres por el acceso de
sus hijos a la Universidad. Por eso se considera impórtame la influencia que los padres linen al inlenlar inclinar
a sus hijos hacia ciertas carreras en función de las aspiraciones que lienen para éstos.
- Los padres y oíros agentes de socialización (grupo de amigos, familiares, etc.) se consideran los
principales agentes transmisores de los valores acerca de la mayor o menor deseabilidad de cada profesión. Por
olra parle, ya que son los padres quienes transmiten la ¡dea de la Ululación universitaria como única vía de acceso
a una profesión, se descartan y desvalorizan oirás opciones como son la Formación Profesional,
- Los padres presionan en un doble senlido, en el senlido mencionada más arriba y lambién cuando
transmiten a sus hijos sus valoraciones acerca de esludios específicos -enlre las cuales estarían las valoraciones
acerca de la mayor o menor adecuación de las profesiones en función del sexo-. Por tanto, los padres presionan
mostrándose a favor del estudio de determinadas carreras y en contra de otras por considerarlas inapropiadas. Las
carreras más masificadas se perciben como carreras características de una elección condicionada por la opinión
de los padres que impulsan a su elección, argumentando que cuando no hay voluntad firme de realizar unos
esludios determinados es más fácil dejarse influir por las opiniones de los padres y de otros agentes. En cambio,
cuando la elección se realiza desde la inclinación vocacional o se tienen metas concretas entonces aquélla eslá
motivada desde el sujeto elector y la presión de los padres no se percibe como un factor determinante.
2.-Profesorado
El discurso que se construye sobre la influencia del profesorado en la elección de estudios se elabora
fundamentalmente alrededor de la percepción de la influencia de las cualidades didácticas del profesor en la
motivación al estudio y en la elección de materias consideradas especialmente difíciles como son las Matemáticas
y la Física, asignaturas además determinantes para acceder a determinadas carreras. En este discurso se manifiestan
dos imágenes polares:
A .- Discurso emitido principalmente por el grupo que estudia carreras de Lelras y que eligió Lelras en
Bachillerato. Perciben la actitud del profesor como un factor impórtame en la imagen que se adquiere de la
asignatura. En el caso de asignaturas como Matemáticas o Física, consideran que si el profesor no intenta motivar
su estudio y estimular el esfuerzo personal las asignaturas mantienen su rasgo negativo reforzado por el hecho de
que son asignaturas en las que el esfuerzo no redunda directamente en resultados posivos. Se Itala de asignaturas
que ofrecen especial dificultad y el éxito en ellas depende del gusto, y sin el gusto no hay inlerés, por eso el profesor
es el único que puede facilitar el acceso a los contenidos de esas materias presentándolas de una forma más
atrayente.
B .- Discurso representado por elecciones de Ciencias. Percepción de las cualidades didácticas del
profesor como un factor que no influye necesariamente en el inlerés por las asignaluras. Conceden más importancia
a la motivación del individuo. Lo importante es eslar motivado y que se consideren asignaturas claves para la carrera
universitaria que se quiere estudiar. Justifican el mayor número de suspensos en Matemáticas y F (sica por tratarse
de asignaturas que exigen un trabajo regular y continuo, y no tanto por su dificultad, ya que el resto de las
asignaluras pueden prepararse en poco liempo con vistas a un examen, pero el éxito en Matemáticas y Física
depende del esfuerzo personal y constante, sin que sea necesaria una intervención especial del profesor.
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EL MAESTRO Y SU NECESIDAD DE INVESTIGAR DESDE LOS PLANTEAMIENTOS
DE LA LOGSE: CURRICULUM Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
Ante los nuevos planteamientos de la LOGSE que relaciona la calidad de la enseñanza con la actuación
profesional de los enseñanies, queremos poner de manifiesto en esla conferencia, la necesaria conveniencia de
incluir dentro del curriculum de la formación de los enseñantes (maestros) técnicas de investigación social con la
finalidad deque puedan conocer por sí mismos, sin necesidad de recurrir a especialistas extraños, la propia realidad
que manejan. Es por ello por lo que queremos centrar la exposición en tres aspectos fundamentales:
1. La necesidad que tiene el maestro de realizar su propia investigación como soporte de conocimiento
de la realidad educativa que diariamente maneja.
2. La Sociología de la Educación proporciona las técnicas de investigación adecuadas para ser aplicadas
en el campo educativo.
3. La delimitación de las técnicas más idóneas, su alcance y sus limitaciones.
1. N ECESID AD DE INVESTIGAR
Con la nueva reforma, en el texto de la LOGSE. se presenla el nuevo perfil del maestro que reclama el
objetivo de la calidad de enseñanza en función del fomento de la diversidad lalente de cada sujeto (alumno) para
que se alcance el pleno desarrollo de su personalidad; este nuevo perfil es el d e «.. .un profesional capaz de analizar
el contexto en el que se desarrolla su actividad y de planificarla... y ríe saber trabajar inlegrado en un equ ipo dentro
de un proyecto de centro».
Al hilo de esle planteamiento el maestro se ve ante la necesidad de determinar cuales son los límites, en
el sentido amplio del término, en los que se mueve y en los que va a desarrollar su labor docenle, lo cual equivale
a concretar cual es su espacio social geográfico de actuación, cuales son las características de dicho espacio, y
cuales los elementos que lo componen y sus peculiaridades especificas y puntuales. La LOGSE le confiere, al
maestro, la cualidad de sociólogo para que sea capaz de llegar al análisis yconocimiento pleno de su entorno social
educativo por sí misino, sin necesidad de recurrir a profesionales extraños, descubriendo las acliludes, los intereses
y las necesidades íormativas de los escolares en función de la realidad socioeconómica en la que viven y poder
asi, planificar adecuadamente los proyectos, los programas y las actividades.
Desde « t e punto de vista la Sociología de la Educación es una pieza clave en el curriculum del maestro
ya que le proporciona no sólo los conocimientos básicos necesarios para este análisis del medio y las aportaciones
realizadas en el entorno social educativo, sino lambién una serie de técnicas de investigación que, adecuadamente
aplicadas, le ayudan a resolver esla cuestión que la LOGSE ha puesto ¡le manifiesto.
El campo que abarca la Sociología de la Educación desde los tres niveles de análisis que pude ser
estudiado, macrosociológico, intermedio y microsociológico, eslá perfectamente dispuesto para poder ser
investigado a través de las diferentes técnicas sociológicas: distributivas, estructurales y dialécticas. Por ello vamos
a centrarnos en su estudio viendo las limitaciones y el alcance que puedan tener dentro de este campo.
(No es esta una afirmación gratuita, sino corroborada por la experiencias personales a parle de por las
aportaciones de los sociólogos pues no en lodos los campos de la sociología esto es posible, por ejemplo en el
campo de la Sociología de la empresa las técnicas dialécticas no tienen por hoy cabida, las cuales no podemos
olvidar si queremos resolver en el campo de la invesligación ciertos problemas epistemológicos y de estructura de
las metodologías.)
Esta buena disposición que resaltamos se la confieren una serie de factores (los estamentos, elementos,
estructuras, dinamismo) que en su confluencia son capaces de fabricar un subsistema, el educativo, dinámico y
relativamenteabierlodondeel investigador (maestro) puede, sinmaslimitacionesque Inslécnicasyepistemológicns,
introducir sus instrumentos y métodos de investigación. Estas técnicas de investigación se referencian desde las
distintas perspectivas de análisis desde las que se estudia la realidad social.
LA ENCUESTA
En el momento en que el investigador (el maestro) se ve en la necesidad de plantear el proyeclo de una
invesligación, su reflexión le lleva a considerar a) qué es lo que quiere llegar a conocer, para lo cual elabora sus
hipótesis de partida, teniendo en cuenta que de la formulación con precisión y claridad del problema que se quiere
investigar depende en buena medida la manera como se estructura la invesligación y además que la formulación
de un problema como pone de manifiesto García Ferrando es a menudo más importante que su solución (G.
Ferrando 1989), b) cómo lo va a lograr o sea a iravés de que procedimiento puede conseguir lo que se propone,
con lo cual diseñará las técnicas que le ayudan a alcanzar los fines específicos, y c) para q uí desea realizar su
cometido, y desde esla intención o propósito definirá claramente sus objetivos.
Situándonos en el «cómo» de la investigación nos vemos en la necesidad de definir la eficacia o ineficacia
de las distintas técnicas sociológicas con la pretensión de realizar una elección lo más adecuada posible al fin que
nos proponemos.
En el caso que nos ocupa, la encuesta, trataremos de determinar cual es su alcance, cuales sus limitaciones,
siguiendo el proceso de su actividad
Parece existir un consenso generalizado en el proceso y la técnica que se sigue para la realización de una
encuesta empleando generalmente cuestionarios cerrados. Maurice Duverger selecciona fundamentalmente tres
amplias fases a seguir: (Duverger, 1981)
1.- Determinación de la colectividad a interrogar.
2 .- El interrogatorio de la colectividad: realización y aplicación de la encuesta
3 .- La interpretación de los resultados y sus consecuencias.
No vamos a entrar en explicaciones de las dilerenles etapas, nos limitaremos a describir algunas de sus
limitaciones y sus mas adecuadas aplicaciones.
Gran número de autores coinciden en que la preparación del cuestionario es una preparación compleja
y delicada. En el momento en que el sujeto de la investigación (sociólogo), y el objeto (encuesiado), se encuenlran
en dos planos distintos, completamente separados a lo largo de lodo el proceso de construcción de la información,
se produce una escisión entre ambas partes qué difícilmente puede adecuar el conocimienlo del sociólogo a la
realidad del sujeto en el momento de someterse a un cuestionario. En el caso de la entrevista el problema en esle
sentido se soslaya en parte al mediar enlre uno y otro un lenguaje que permite una correspondencia de ¡deas que
sitúan a ambas partes más cerca. Compartimos esta ¡dea con (Cicourel, 1982) cuando expone que una cuestión
esencial en el empleo deencueslas y entrevistas es la necesidad de identificar los conocimientos que posee el sujeto
en el momento de ser entrevistado. La pregunta ofrece al sujeto un marco que puede serle bastante nuevo sin saber
a que atenerse al dar la contestación y, si se traía de una pregunta cerrada donde se ha tratado de reducir el marco
de la respuesta, puede resultarle dudoso su senlido.
En la contestación a las preguntas del cuestionario, la libertad del encuestado queda constreñida a un
campo muy limitado, a veces bipolar, el si o el no, y enlre estos dos extremos se borra toda la infinita gama de
apreciaciones que se sitúan enlre una afirmación y una negación.
Ibáñez la califica de técnica cerrada, pues las respuestas están contenidas en las preguntas, la respuesta
está dominada por la lógica de la pregunta ya que estas son las que se han (¡jado y solo esas. La libertad de expresión
es pues, reíerencial. El sujeto solo es libre para cumplimentar o no el cuestionario. (Ibáñez, 1989)
Un factor que creemos interesante introducir en esle aspecto es el lingüístico, en el sentido que pueda ser
compatible y hacer de mediador entre las dos partes implicadas para su mejor compresión y entendimiento,
salvando así las diferencias grupales, culturales. El igualar los rasgos lingüísticos para que los juegos de lenguaje
enlre la pregunto y la respuesta se hagan comprensibles por ambas partes, además de cuidar de que el sujeto tenga
las actitudes por las que se le pregunta y que sus conocimientos se ajusten a las preguntes que se le hacen. Esto
resulta imprescindible tanto para el cuestionario como para la entrevista.
Tenemos que estudiar indistintamente la comprensión del contenido de la pregunta respecto de las
limitaciones del marco y del conocimiento del entrevistado. Lo cual quiere decir que hemos de saber algo de la
relación entre lo que se pregunta y loque se dice al entrevistado sobre la encuesta y la manera como la gente habla
de los mismos temas en la vida cotidiana. (Cicourel, 1982)
La fase de la elaboración e interpretación de resultados supone una serie de operaciones técnicas que
permiten expresar en porcentajes las respuestas de la colectividad sondeada.
En definitiva, los dalos que aporta una encuesta terminan siendo sometidos a un tratamiento matemático
de sistematización, de cuantificación y de medida para posteriormente en el informe final de conclusiones terminar
siendo olra vez interpretados semánticamente.
Es una técnica que nos permite enlazar la lógica matemática con la que medimos, con la lógica del
lenguaje con la que nos expresamos; los elementos técnicos sobre los que se apoyan las generalizaciones, la exacta
correspondencia representativa enlre la muestra y el universo (F. de Castro 1991).
Aquí radica un punto de duda importante, si en el proceso de acoplamiento del lenguaje a la matemática
corremos el riesgo de perder la esencia del objelo investigado y quedarnos solamente con el dato cuyo significado
es un número o una representación construida a medida del investigador y de los procesos técnicos en cuestión.
Hasla aqui algunas de las limitaciones que presenta la aplicación de esta técnica. Sin embargo, podemos
decir que hoy por hoy el papel de las encuestas ocupa un lugar tan destacado en la investigación sociológica que
su uso se lu ce imprescindible para investigar ciertos lemas. Estas limilaciones pueden atenuarse cuando la
encuesta se apoya en otras técnicas, ya hemos aludido en otro apartado a la complemenlariedad de eslas, El mayor
éxito de la encuesta reside cuando se intentan recoger aspectos de opinión muy amplios, o para un primer ciclo
de investigación que requiere datos muy concretos donde a penas intervienen valoraciones de motivación ni
sentimientos. Según Hyman, su utilización más eficaz podría ser para procurarse sencillo material descriptivo de
lipo poco comprometido entre una muestra de individuos para un Fin práctico.
Desde nuestra punto de vista puede resulta adecuada y hasla podríamos calificar de imprescindible en
situaciones como la realización de bancos de datos, censos, sistemas de flujo.
A modo de resumen podemos concluir diciendo que el poder de conocimientode las encuestas de opinión
no abordan las innumerables diferencias que previsiblemente pueden darse en las opiniones de los sujetos
encuestados y éstas han de ser abordadas por otras técnicas. Sin embargo el tratamiento de una encuesta encierra
una capacidad de conocimiento válido que no siempre es lo suficientemente aprovechado. Su éxito y la
operatividad de una encuesta reside en una serie de factores: la simetría que alcanzan las preguntas con las
respuestas, la información que sea capaz de extraerse de los encueslados, la buena sistematización el tratamiento
y análisis de la información obtenida, amen de otros factores que son parle del diseño de la propia investigación
y cuyo equilibrio y correspondencia es difícil conseguir.
EL GRUPO DE DISCUSIÓN
El paradigma de las técnicas estructurales es el grupo de discusión, copia analógica de un colectivo social
que lermina explicando su relación con la realidad social. El grupo de discusión reproduce a nivel micro las
estructuras de las relaciones sociales en las que está situado.
El grupo de discusión es un proceso de búsqueda y hay que delimitar que es lo que se busca. Como en
cualquier otra técnica el delenerse en el «que» es función primordial para el investigador, es el punto de arranque
y la planificación la hará siempre desde aquí. La elección del lema parala consecución de objetivos, la delimitación
del tiempo y del espacio para su tratamiento discursivo y la selección del grupo serán los aspectos más cuidados.
A diferencia de la encuesta no se alienes una muestra representativa del universo para la elección de sus
miembros ha de hacerse de acuerdo con las variables que actúen en el grupo social.
Se trata de una técnica abierta, donde la libertad de los aduanles se sitúa dentro del tiempo de celebrac ión
y dentro del espacio previsto y el habla se ve restringida únicamente por el tema propuesto. Las respuestas no están
prescrita y el grupo determina los aspectos a considerar, liene capacidad para plantear sus propias preguntas y el
orden en que eslas se suceden.
El preceptor señala el tiempo de comienzo de la reunión e introduce el lema-puenle como elemento
desencadenante de la conversación y las hablas de los participantes se ponen en marcha siendo grabadas o
visionadas desde el comienzo para su posterior transcripción y análisis.
Si el grupo funciona se llegará aun consenso en el curso de la conversación, definido com o«la conciencia,
en los miembros del grupo, de la existencia de sentimientos compartidos, de opiniones o de ideas comunes, de
una percepción idéntica de una situación*. (Anzíeu y Martín 1971), que hace que desaparezcan las diferencias
individuales y en esle acuerdo se verá implícito el conflicto que es común y los homogeneiza y que se concrela
en una insatisfacción, demanda, necesidad etc. Precisamente el grupo se constituye como tal en el momenlo en
que los componentes reconocen que tienen algo en común (el conflicto) a pesar de las diferencias que pueden
separarlos. Desde este planteamiento el grupo de discusión es una técnica de diagnóstico social donde se explicilan
las tensiones y conflictos que proceden del grupo social.
En la interpretación del discurso del grupo lo primero es la interpretación de lo que han dicho losmiembros
del grupo, captar el deseo del grupo que se habrá expresado bien de forma manifiesta, o bien de forma latente. Esla
interpretación se hace operando a través del lenguaje, ordenando, clasificando, agrupando los elementos de la
realidad, destacando las diferencias significativas, los elementos significativos que según el analista dan sentido
a su análisis (él no eslá conociendo nada que corresponda a la realidad objetiva). Quizá este sea el compromiso
mayor que exige esla técnica: aceptar los inconvenientes derivados de la subjetividad del analista.
A través del magnetofón han quedado registrados lambién elementos como los silencio, los lapsus lingue,
las risas, los tonos de voz, los modos de expresión que todo ello constituye un material importante de análisis.
El primer nivel de análisis consisie en la captación de las estructuras que subyacen en el discurso
encargadas de producir la verosimilitud Lo primero que destacamos son las convenciones sociales expresadas en
la lengua, verdades y evidencias que proceden de ideologías y que los sujetos expresan.
El grupo de discusión es un lugar en el que se produce, a través del consenso, el tópico, la verdad que lodos
aceptan que se desprende de argumentos lógicos admitidos como verdad, lo que descansa en un consenso
generalizado, apelando al senlido común y a la conformidad de la mayoría |F. de Castro 1991).
Por debajo de eslas estructuras, se encuentran los códigos inconscientes que son los que permiten la
verosimilitud. Se trata de religar aquellos elementos que aparecen como naturales consecuencia de los efectos de
la estructura social, con los valores que se esconc/en Iras de sí. Se trata de hacer una lectura de los silencio, de los
actos fallidos por omisión y de las redundancias, etc. mediante este análisis se puede llegar a lo que manifiestan
los individuos.
Una vez analizado este nivel en el siguiente paso se traía de articular la microsituación del grupo con la
macrosiluación social, es decir, religar el discurso que produce el grupo con el discurso del grupo referente del cual
el grupo es una copia. El discurso del grupo, al ser un producto de la situación grupal, no puede ser interpretado
más que a partir de la dinámica que se genera y de su estructura.
CAMPOS DE APLICACIÓN
En el campo de la sociología de la educación los grupos de discusión se han utilizado para investigar lemas
muy diversos A continuación citamosalgunasde las investigaciones llevadas a caboen el Equipo de Estudios (EDE)
donde se aplicaron grupos de discusión:
* Estudio sobre participación de los distintos estamentos de la comunidad educativa (1986)
- El mercado educativo de las enseñanzas medias (1986)
- Actitudes de alumnos y padres de alumnos ante la reforma de las enseñanzas medias ( 1988)
- Actitudes de los alumnos del CAP de Alcalá de Henares (1989)
- Evaluación del CEP de Getafe-Parla a través del estudiode sus ofertas y demandas de los profesores (1992)
- Pulsiones sociales que influyen en los jóvenes a la hora de la elección de sus carreras. (1993)
Algunas diferencias apreciables enlre las técnicas cualitativas y cuantitativas
Podemos hacer algunas precisiones de diferenciación entre los dos tipos de técnicas expuestas, con el
simple propósito de favorecer una rápida lectura que clasifique los aspectos más significativos expresados de forma
esquemática en el cuadro siguiente.
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