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~JComo ya se expuso en la primera parte de este trabajo , con el movimien-
fj to romántico alemán se manifiesta una serie de corrientes que reivindi-
t~can, en oposición a la ilustración del periodo anterior, a la psicología
-lindividual como la vía para alcanzar el conocimiento en general. Tal
1]concepción , sobre todo con Herder y W. von Humboldt , intenta una
=- __lextrapolarión de sus postulados básicos hacia lo social ; ahora se trata
1 de encontrar la psicología o el "espíritu" específico de un pueblo dado
tuali1.aciones psicológicas ( tanto psicoa1,alíticas propiamente dichas, , tura específica . Sí, como hemos visto , en Kroeber el aspecto ''culturoló-
como de otPs corrientes). . gico " aún era de importancia primordial , en el enunciado de Sapir se
Es en este contexto , que el movimiento de ~'cultura y personalidad " l presenta ya mucho más enfatizado el aspecto intuitivo , ideal y emocio-
entenderá generalmente a la cultura como unlactor importante en la ; na! del carácter particular de cada pueblo ; por lo tanto , la captación de
formación Y el desenvolvimiento de la personalidad y de su esquemati- 1 los procesos culturales adquiere un fuerte ingrediente " wundtiano " .
zación (el famoso " patterning"). Así , la totalidad de la cultura , como . Por otra parte. será tambén Sapir , quien imparta como uno d,e los
una '·estructura " de ideas , de valores éticos y religiosos , técnicas mate- ¡ primeros antropólogos norteamericanos , seminarios sobre cultura y per-
riales. tanto corno la tradición histórica , por un lado , y , por otro , la : sonalidad ( 1931 , en la Universidad de Yale) y es fundador del prilller
personalidad , conforman los dos extremos en medio de los cuales se colllité para cultura y personalidad en el National Research Council. Si-
desarrolla un discurso que concibe la relación entre ambos como de guicndo tal visión psicologista , para él la cultura se define corno "lo que
c:1rácter interdependiente . ' una sociedad hace y piensa" .s Su visión de la relación cultura -personali-
En un principio , se ptii'ie'~l acento sobre la formación de la personali- dad se reitera en un ensayo de 1937, en el cual Sapirexamina ~as contribu-
dad por la cultura (más tarde la temática se centró más bien en la for- ciones de la psiquiatría a las ciencias antropológicas . Segun el autor ,
mación de instituciones sociales por la cultura), esto es , en aquello 5 despué s de que la psiquiatría revisó algunos planteamientos ortodoxos:
/ procesos que permiten elucidar el aspecto típicamente cultural de la insostenibles a la luz de . los conocimientos antropológicos , como aqu~I
persona (lo que se ha dado en llamar "culture in personality "); sólo más ; de la universalidad de los instintos o complejos psíquicos, Y ~e.produJo
tarde se deslizaron y se concentraron los estudios en el individuo ; en la ! un cierto acercamiento hacia los postulados acerca de la relat1v1dad cul -
personalidad ideosincrática . i tura] , esta disciplina sin embargo , se dejó imbuir excesivamente por
Así como lo define Mead ,2 existe una continuación de a, uellos estu - i cuestiones "culturológicas" . Nos dice Sapir, el consenso cultural no
dios más formalmente etnográficos y aquellos otros que po·1en el acen- : , 0nstituye más que un "consenso terminológico " , por lo que hay que
to sobre la organización intrapsíquica de los individuos dentro de una . re 6resar a la 1c1ente de la experiencia humana , tanto como a la base últi-
comunidad . ma de los procesos sociales , esto es , al "tejido intrincado de los signifi-
Como ya se señaló (Cf exposición de Boas , III. 3.) es justamente en cados personales". 6
la polémica contra el llifusionisrnu (a principios del siglo) en donde más : Tenemos aquí , pues, una de las concepciones más radicales de la
111t idamente resalt 1 la preocupación por el factor psicológico de las cu!- · "personalización " de la cultura ; ésta se asemeja mucho , por lo demás , a
turas : esta prohlernáti r ;i se encuentra retomada tanto por Wissler como ¡ la que concibió Boas en cuanto al deber de empatía del estudioso y en
3
por Lowie . Los primeros defensores de un acercamiento entre ambas ¡ cuanto a lo que él postulaba como criterio de veracidad de la informa-
disciplinas (antropología y psicología) resaltaron , sin embarg0 , que los ción que se obtiene de los informantes; claro está en cuanto a Boas, su
estudios psicológicos , para la antropología siempre tendrán estatuto de , agnosticismo radical le impedía conceptualización alguna , aún y cuando
complementariedad. En medida importante , y como lo hemos visto · ésta se erigía sobre tales bases.
ejemplificado por las concepciones de Kroeber , estos autores aún reco- De este modo , pues , [~_12.r.i1.\~era__cqn_<;:~.t..Yali.zacj(2n , caracterizable en
nacen a la cultura como una entidad "superorgánica ", al menos en el términos del postulado general de " culturnren layersonalidad_:, se con-
sentido metodológico . vierte en aquella otra de la " personalidad en .la cultura'.' . Será sobre
Ya con antropólogos tales como Edward Sapir esta concepción se todo esta última la que acepte varios rasgos paralelos a la concepción
psicologiza de manera que este último declara que el con cepto de cul- que estableció sobre todo Sapir en cuanto al análisis lingüístico se refie -
tura como se manejaba por aquellos primeros alun~nos de Boas , consti- : re . Como veremos , es Benedict quien siempre cultivó una profunda
tuía una " ficción estadística" .4 Según Sapir, el origen Y la evolución : admiración por su colega Sapir , la cual comparte elementos decisivos
de patrones reales de la cultura nunca se podrá entender al margen de j basados en la nueva concepción lingüística : la selección de un tema
las emociones y pensamientos de los individuos portadores de una cu]- i cultural (pattem) , su actuación inconsciente representada en la configu-
2 Cf Margaret Mead, "National character", en A. L. Kroeber ed.,Anrhropo/ogy ración cu! tura! única : esta última encierra para cada cultura . valores de
roday , Chicago , 1953 .
3 Cf Wissler, "Psychological and historical interpretations for t.:ulture' ', en s Citado según Beuchelt, idem.
Science, vol. 43 , 1916, y Lowie , " Psychology and Sociology"enAm ericanJournal : 6 Edward Sapir, "The contributions of Psychiatry to an Understanding of
o[Socio/ogy, vol. 21, 1915 . l Behavior in Society", en The American Joumal of Socio/ogy, vol. 42 , 1937,
4 Cf Beuchelt, op. cit., pp. 283 y ss. pp . 865 y SS. r'
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más allá _de _la situación del la~oratorio . En base a esto, diferencía (esto ~lo sobre el que ella pretende cirnentar la relatividad de las culturas ; se-
es, en termmos generales, ya que a veces parece aplicarlos indistinta- ~ún tal crítica . la autora sustituye una discusión analítica de esta teoría
?,
m~nte entre conforma~ione~-~ulturale~ ~om~ el_c~lture pattem el cua1¡ or _la mitología _indígena , 1~is111a ( rnostr~ndo _con ello hasta qué punto
mas bien denota una d1rnens1on geograf1ca-h1stonca local , y por otrof pierde la conc1encrn critica en el camino sin salida de lo irracional y
la_do, l~s gestalt de las culturas (esto es , los configurations) como princi-¾de la empatía incontrolada) : fue Dios quien obsequió a cada pueblo una
Pl?S mas generales. :,ero aún y cuando Benedict aboga por el reconoci- jaza d~ ~rcilla para que con ella bebiesen del agua de la vida ; sólo que
miento de las conhgurac1ones (esto es, el análisis del gestalt) de las:_~s rec1p1entes para cada uno eran de forma distinta .
culturas , se confiesa partidaria de la metodología diltheyana con lo cual ~ Partiendo de este "hecho" , la autora postula , lo que también en su
las intuiciones sentimentales más que las relaciones cstructuralesanaliza- ~casión hab,a planteado Spenglcr , así corno en una versión algo más
bles conforman la base para los "patrones" o "pautas" que se pretenden ';ealista , Kroeber , esto es, que "ocurre en la vida cultural lo mismo que
captar. Con este último hecho llegamos de nuevo a aquellos anteceden-·}n el lenguaje : la selección es la necesidad primera" . Es ésta , la que de-
tes teóricos más bien pertenecientes a la ya revisada escuela de Leipzig. )errnina , entre una infinidad de posibilidades, el alma , el estilo , (en el
Hemos . visto que la definición de cultura tanto en Boas como en r ito ~e,,creaci~~ , la forma de la taza) y para el caso de Benedict, el
Kroeber , mcluye un aspecto referente al grupo O lo social (definido ¡patron espec1f1co que adopta un pueblo. .
como "custom ", costumbre) y aquél otro referente al aspecto individual j Tal " necesidad de selec~ión" se pos tul~ en sí misma como primana ,
( definido como "habitat", hábito pP,rsonal) . Partiendo de esta misma tra- ~un~arnental y. como ex ph~at1vamente u111~ersal; esto es, sc~po~tula en
dición , Benedict §cfine a la antropo:ogía en primera instancia CQn;;~ -~•1 1 ':I aire: no existe nada , nmgu_na referencia ~ lo que determma esta
cie11cia de la costü-1ñ bre" ;· ya cfue ·elr.í pretende _~-~!l:ld.iar ]os_pa_tr9jiéS,-?1e_ces1dad" fuera de la analog1a con el lengu_aJ~, ~uan_do la autora aser-
esto es: las Jatmas·c·ulturales , 0 sea , su conducta:· · :¡a. ignorando al verdadero problema , que sena m1magmable una lengua
· · - - ,.. ··~-- ~ -~ue comprendiese todos los sonidos y fonemas posibles. Aquí de nuevo
No hay problema social cuya comprensión nos importe más que el } evidencia el precio por pagar cuando se desconoce a la determinación:
papel de la costumbre .14 ) tautología ; en última instancia , la tan pretendida historiedad y relati-
.!iidad descansa en postulados genéricos, "naturales" e inevitables, y , por
Según la autora el tipo de estudios como el que ella intenta, sobre ~ tanto, ahistóricos . Como ya hemos señalado anteriormente , sucede lo
todo en el pasado, tropezaron con un marcado etnocentrismoexpresado ~ismo con "la vieja distinción entre grupo externo e interno" que Boas
tanto en teorías anteriorme_nte vigentes como en las actitudes acríticaS ,fOstuló como una característica inmutable de la humanidad. Este pos-
de investigadores prejuiciados en este sentido . Siguiendo a su maestro ~ulado , llevado a su consecuencia lógica , bien puede servir también para
Boas , explica tal actitud paradigmática con "la vieja distinción éntre :,~ justificación ideológica colonialista ; siguiendo el mismo razonamien-
grupo interno y grupo externo" , la que se encuentra indistintamente ~o, también la " integración" de las culturas indígenas norteamericanas ,
tanto en las sociedades primitivas com~ en las m_o~e_rnas . Pero un estu• \f sea el colo_nialis1~-º junt? con to~as sus conse~u~nc~~s, puede ser efecto
dio , como el suyo , que pretende prevenlf a tal preJu1c1O , debe basarse en }e una conf1gurac1on social especial y de la d1stmc1on eterna entre gru-
"una amplia s~ ..i..ón,.d-e-las,-posi0le-~.cfermas-culturnles" para asegurar ¡o ex terno e interno , la que motiva a una cultura fuerte a dominar a
un punto de partida que prometa éxito en cuanto a que se puedan <lis- ,·tra . ·
cernir las adaptaciones humanas fruto de un ~ondicionamiento cultural: Pero, regresando a la exp~si~ión ~e nuestra aut~ra_,_la "ciencia ~e_l~
específico y único , y aq;;:ellas otras que posiblemente obedezcan a un onducta y de la costumbre viene siendo la descnpc1on de las pos1bih-
factor inevitable y general de la_especi~ hun;ana . (De nuevo se nota a~u_íJades múltiples de los fenómenos de la costu~bre . La con~ucta única
la búsqueda , en última instancia y mas alla del postula1 o de la relat!Vl• f e una cultura sobre todo se expresa, en un pnmer acercamiento , en el
dad , de posibles valores universales , o una psicología ur.iversal , probk "rechazo o la adopción de rasgos específicos. A su vez este proceso obe-
ma con el que ya nos tropezamos de sobra) . Pero además , nos dice la ~ece a los impulsos preponderantes o dominantes de un cultura o socie-
autora , es necesario entender que tales estudios , para alcanzar una obje- ~ad. 15 De este modo, el impulso es el que existe en toda estructura
tividad mayor , deben concentrarse en las sociedades " rnenos complejas", Íl()cial, y la estructura social se manifiesta en los impulsos. Pero además
i.e . sociedades Jo menos posible relacionadas con la nuestra propia . :Jodo orden social , conlleva, aparte de un impuls0 dominante, ciertos
La crítica al libro de Benedict se dirigió sobre todo hacia el postula- i· 15 As1,, por eJemp . - da d mo d erna , nos d'ice Bene d'1ct e'ste es de
1o, en 1a soc1e
.,
j;-arácter económico, pero resulta demasiado "complejo" para un análisis.
14 !bid. , p. 15 .
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158 \{cchthild Rutsch 'j LJ. Yc rticntc ps icologi ~ta .. 159
sobre todo desde finales del siglo pasado , por dos factores fundamenta- , tíficos que contradicen plenamente a las bases mismas de la teoría e
les : por un lado , la expansión colonial hacia el interior , esto es, la ' ideología racista . es repetido por su alumna Benedict. 31 Pero a la vez
1
asimilación o "integración" de las comunidades indígenas sobrevivientes, ·. tales estudios cumplían muy bien la función de abolir algunos obstáculos
y, por el otro , la afluencia de los inmigrantes sobre todo europeos hacia ideológicos para la incorporación de la fuerza de trabajo no o escasa-
los Estados Unidos de Norteamérica. Como bien señala Lunzel ,29 des- . mente calificada afluente de Europa y Asia así como del interior del
pués de una primera etapa de unos cuantos antropólogos, en su mayoría ·país; asimi--; mo estos estudios representaron una contribución a la
teóricos de corte evolucionista, los cuales aún asumieron la causa de los edificación de una "conciencia nacional", necesaria para el melting pot.
pueblos indígenas norteamericanos, se entra en una segunda, caracteriza- Tal vez sea esta experiencia histórica de los Estados Unidos de Norte-
da por la pretendida "apoliticidad" de los estudios en materia antropo- . américa, esto es, la necesidad de llevar a un denominador ideológico
lógica. Esto es, el afán por coleccionar y describir las culturas en proceso común a tradiciones diversas dentro de su contexto nacional , la que
de acelerada descomposición o aún en proceso de desaparición completa, determina la importancia que se adjudica al estudio estratégico de una
las más de las veces, no conlleva ninguna consciencia acerca de las con- · mentalidad enemiga, como en el caso de la Segunda Guerra Mundial , es
secuencias socio-políticas que implica tal proceso desde el punto de allí donde se hace patente la aportación antropológica. En el caso de
vista indígena y del desarrollo capitalista del país. Como hemos visto, nuestra autora , es ésta la que, a petición de la Oficina de Información 32
con fundamento en la teoría que se maneja y los presupuestos epistemo- . de Guerra efectúa un análisis sobre la mentalidad de los japoneses.
lógicos que esta implica , tal a-conciencia social no es de extrañar. Al ' Como ella,dice :
contrario, se puede observar que tales fundamentos por fin generan una
práctica antropológica claramente colaboracionista en proyectos estatales ~ En junio de 1944 se me asignó el estudio del Japón. Se 1;1e pidió que
imperialistas, sobre todo patente a partir de la década de los cincuenta.Jo 1
utilizara todas las técnicas en mi poder para esclar~cer como eran l?s
Sin embargo , no se justifica un juicio mecánico y apresurado de la ~ japoneses. Durante este verano nuestra gran ofens1va contra el J apon
antropología c~ltural norteamericana, en el sentido de que ésta hubíese i apenas se mostró en su verdadera magnitud . . . Por ello, en junio de
sido pura mixtificación ideológica de la realidad socio-política de su país. i 1944, era de suma importancia que se contestaran una serie de pre-
guntas acerca de nuestro enemigo, el Japón. Ya sea que se tratara ·
Así como en otros campos rle la realidad histórica, ciencia e ideología de asuntos militares o diplomáticos, ya sea que las preguntas fueran
crecen de manera entrelazada. También la antropología cultural norte-
j formuladas por cuestiones de la alta política o de propaganda de-
americana contribuyó con parte de su práctica teórica a la desmixtifica- " positada detrás de las líneas japonesas, cada conocimiento nuevo era
ción de ciertos conceptos. Por ejemplo , en lo tocante a Boas, esta
práctica antropológica se manifiesta ( como lo señalamos, cf III. 8) en un
1
importante. En la guerra de vida o muerte que los japoneses habían
iniciado no sólo era imperativo el saber acerca de los fines y motiva-
estudio de antropología física que revoluciona algunos planteamientos ·\ ciones de los que estaban en el poder en Tokio, no sólo el saber de la
de la misma, anteriormente utilizados para la discriminación racial. ·\ larga historia dd Japón, no sólo el conocimiento de las estadísticas
Hemos destacado la lucha boasiana en contra de las teorías racistas en ·¡ militares y económicas; teníamos que poseer el saber acerca de qué
boga, sobre todo en su país natal. Hemos dicho también que éste es un era lo que el gobierno (japonés) podía esperar de su pueblo. Debía-
aspecto científicamente valioso, producto del relativismo cultural. Este mos intentar entender los hábitos japoneses de pensar, sus pautas
intento plausible de denuncia y de difusión de los conocimientos cien- .j emocionales y los patrones en los que se sintetizaban tales hábitos.33
11
29 En la medida en que los gigantes de los primeros tiempos morían o se retira-
ban (de la profesión), sus lugares vacantes fueron ocupados, si es que se llenaron ,
~ Es dudoso que el estudio de Benedict realmente haya incidido en la
táctica estratégica de guerra de los norteamericanos. En todo caso,
de nuevo, por especialistas en etnología americana. Pero ya se había extinguido la
pasión primera y, sobre todo, la dedicación a la causa de los pueblos indígenas.
Los científicos ya no se involucraban en estas causas, ellos esquivaban "juicio de
1
Benedict demuestra con este estudio una actitud que posteriormente
~resaltará de manera más clara, esto es, que el afán coleccionista de los
valor". Ya no existía una preocupación difundida, cesan las expropiaciones de
}antropólogos norteamericanos (y el mito del científico en su "torre de
tierras indígenas, y el interés se dirige hacia otros campos.
Citado según M. Mead y R. L. Bunzel, The Golden Age of American Anthro- \ 31 Cf. Benedict, Raza: Ciencia y Pol/tica, Fondo de Cultura Económica,
pology, George Braziller, New York, 1960, p. 155, traducción nuestra. ~México, 1941.
30 Para una exposición más detallada del proceso último aludido, cf. Clara
·, 32 Cf. Ruth Benedict, The Chrysanthemun and the Sword, patterns o[ Javanese
Gallini, Las buenas intenciones. Política.~ y metodología en la antropología cul- jCulture, Secker and Warbur, London, 1947. ·
tura norteamericana, Editorial Galerna, Buenos Aires, Argentina, 1975. -<:
·I 33 !bid., pp. 3 y 4.
164 Mechthild Rutsch ' La vertiente psicologista ...
- 165
marfil" . construida sin prejuicio político), tan inocente a primera vista , • 4)La " personalidad básica" de Kardiner
deja de serlo cuando se trata de la defensa de los intereses imperialistas
de este país. Toda la discusión posterior acerca del "status " científico
o político del antropólogo norteamericano , esto es , del famoso social Como ya se señaló , los intentos de Benedict fueron criticados -dentro
commitment se centrará en esta problemática. : del mismo contexto teórico- fundamentalmente a causa de su concep-
Para concluir la revisión de los postulados fundamentales de la ción más bien intuitiva de una posible tipología cultural. Así, su trabajo
autora que nos ocupa en el apartado presente , haremos referencia a un da .lugar a varios ensayos que cristalizan en la búsqueda de una teoría y
discurso pronunciado poco antes de su muerte ,34 en el cual Benedict un método los que deberían permitir una mejor definición conceptual ,
resume de maneni concisa su punto de vista acerca de la relación entre así como una comprobación empírica de la relació!l_eritr.e . c_ulJµ!_a_ Y
la antropología y las ciencias sociales. De nuevo aboga por la tradición ·1personalidad. De entre ellos destaca sobre todo la .'(feo ~ía psicodinámica'~
de las " humanidades", en la tradición de Santayana. literato español . de la cultura de Abram Kardiner, psicoanalista profes10nal.
quien había caracterizado , por medio del estudio de tres poetas destaca- Acerca de tal problemática:--Y-oesue·-·t~S&- hasta · -i-939 , Kardiner
dos (Goethe. Dante y Lucretius) , al "genio" de su civilización respectiva. organiza un seminario en el Instituto Psicoanalítico de Nueva Yor~ para
La autora confiesa : ~ el cual contó con _la colaboració~ de los más destacados antropolo?os
1ª culturalistas de la epoca: Ralph Lmton , Margaret Mead , Ruth Benedict,
El reconocimiento gradual de estos hechos (i.e. la fu ~rza creativa ,'el Ruth Bunzel, Edward Sapir y Cora DuBois principalmente; de ellos
ser humano , la l_ibertad de acció_n del individuo , l~ importancia _de la.i obtiene material etnográfico para sus análisi~ culturales. El ~terés
neras de sentir y de las emociones , etc.1 cond~J~ ~ }os antropologos I
primordial de Kardiner se dirige hacia los procesos de adaptacion del
l
que incluyeran a la mente humana en ~u . defmicion d~ ~a c~lt~;ª· individuo a su sociedad respectiva . Por medio de su estudio , intenta
naturaleza de este problema antropolo~ic~ l~s 111 ~ st r~ m~v;1~ 3e5- , encontrar una caracterización psicológica de la totalidad social. Salta a
.
1
ente la base común que los une con la psico ogia Y ª psiquia na. \ la vista el parentesco que guarda tal punto de partida con los esq~emas
h h• -, validez i configurativos en general, entre los cuales destaca el de Benedict; el
~ Aunque Benedict en este último ensayo a~e mca_pie en 1, ª . . !4 mismo Kardiner reconoce a este último como origen de sus propias,,
c::r.a 1 ·' · t 'f' · entendida segun la dicotomia ciencia
•ae a aportacion cien i ica t.e. . f d .t reflexiones.37 Como también explicita el autor su " técnica psicológica
::iim 1 · · · l (o humana) es obvio que ella busca el un amento \ , .,
"" ='Wtura -ciencia socia . st A 1 se basa en principios freudianos · así por ejemplo sin discus1on acerca
~ S1! la antropología en la tradición de los gra es ~~ma~i as. ~hv;: ~: de su validez acepta como situ¡cio~es claves de 1~ adaptación aquellas
nd
- :=;;idencía también en este texto que la autora , ª _igula ~ue mu t : de la niñez t~mprana . Pero por otra parte y bajo la crítica neo_freudiana
OJ ~ d 1 · t · rracionalista y de la psico og1sta en an ropo- , .
.-,es autores e a cornen e i . . ., . . y de aquella de antropólogos como Boas y Kroeber por e3emplo, los que
· r ~g1a, , se deJa· guiar ·
por un
a fuerte mclmacion hacia la literatura , en
. , bl' b
. . . . .
s bajo · rechazan la " umversahdad freudiana", "relativista" a la teona psico-
, .
- ='11 especial hacia la poe~ía. (Benedict escn~ia ~ pu ica ª poema analítica despojándola de sus aspectos evolucionistas, sobre todo por lo
O ~ seudónimo de Anne Smgleton). Ella confiesa . . tocante a la teoría ortodoxa del instinto.38 Al igual que Benedict y
-f ;;;: .' como veremos más adelante sobre todo Linton , Kardiner se encuentra
rr, ;;g Mucho antes de que yo conociera algo acerca de la antropo~o~ía , bajo la influencia de las teorías behaviourístas; por ejemplo identifica
~ d , del criticismo shakespeariano -y de Santa yana- habitos a la cultura con los modos de comportamiento (behaviour) sociales.
PI apren i . t , loga 36 al 'fi d h
~ mentales que a la larga me convirtieron en an ropo
1
• · Nuestro autor trabaja en base a los materi es etnogra 1;::os e oc o
> =-- culturas primitivas (Kardiner se concentra en material de culturas pri-
:;-: Este último hecho deja de representar una mera coincidencia si~ - mitivas , ya que , según él, una investigación empíricamente verificable se
~ onsidera que el método básico de toda est a corr~~nte era ' en una pn- · facilita en estos casos a causa del número reducido de sus miembros Y,
• mera instancia la intuición , análoga a la concepc1on burguesa del arte
como don y privilegio de unos cuantos escogidos. 37 Cf Kardiner "The concept of Basic Personality Structure asan Operational
, Tool in the Social Scbi1ces", en R. Linton ed., The Science of Man in the World
d' t "Anthropology and the Humanities", en American - . of Crisis, Columbia Umversity Press, New York, 1945, ~P- 1~~ Y_ss .
34 Cf. R h B
· ~t ene ic '
Anthropo_logist, vol SO,
194
~· b d t O
1
·. ción social primitiva, Fondo de Cultura Económica, México, 194~, PP· 21 Y ss.
.
38 Cf. Kardiner, fl Individuo y su Sociedad. La psicodmam1ca de la orgamza-
35 lb~d., p. 589 , traduccion Y su raya o nues r . (primera edición en inglés en 1939 como The individual and his soc1etv).
36 !bid. , p. 591 .
166 Mechthild Rutsch I
La vertiente psicologista ... 167
¡I
por consiguiente , de su estructuración más sencilla) , esto es , de los da por la experiencia traumática infantil que abstractamente se puede
trobriand ( para lo cual se basa en las publicaciones de Malinowski al formular así : "si no obedezco, sufro" . Tal constelación básica se pro-
respecto) , los c hukchi , esquimal , kwakiutl , zufii, tanala e islas marque- yecta en su forma religiosa como: " existe un ser omnipotente , que me
sas. Sobre todo en base a las últimas dos culturas , cuyos informes castiga y me premia , según mis actos" . .
presenta Ralph Linton , Kardiner instrumenta una " metodolc_g{~" la De este modo, tanto la institución primaria como la secundana cons-
cual deberá permitir la dilucidación de los aspectos psicodinámicos . tituyen mecanismos de integración capac~s de ev!tar o , en su caso, de
involucrados en la adaptación del individuo a su sociedad. superar las tensiones sociales. Según Kardmer , pnmero se desarrolla el
Siguiendo a Linton , Kardiner . .define a la sociedad corno una co- sistema proyectivo por medio de sensaciones tales com~ dolor, placer ,
munidad duradera de hombres y a la cultura como la totalidad de las angustia , etcétera . Mientras este proceso en sí pasa al olvido , sus huell~s
Jonnas de organización que procuran la satisfacción de las necesidades ~ aún se pueden encontrar y su naturaleza y géne~is se puede reconst~~u
de supervivencia del grupo ; esto es , tanto de aquéllas formas organiza- 1
por medio de las formas y disposiciones inconscientes de_la_ percepcion ,
das de interacción con el medio ambiente encaminadas a la satisfacción ~ los efectos, las reacciones psicosomáticas, etcétera , matenalizados en las
de necesidades de carácter social (formas de organización para naci- ~ instituciones secundarias . .
mientos , muertes, matrimonios , etc .) . ~ Así, la estructura de la persona~idad_básica se enc~entra JUStamente
En todos los casos en que se manifiesta una persistencia o transmisión i
en la relación entre instituciones pnmanas y secundanas.
de esos métodos organizados, tenemos una cultura.3 9 ,,
~
Si tal correlación [i .e . entre institución primaria la qu~ por medio del
Tales ''métodos organizados" son conceptualizados como institución. sistema proyectivo crea a las institucion~s secundanas] es co~recta ,
~ resulta que entre las experiencias pr~nana~ y los resulta?os fm~es,
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Puede , por lo tanto , definirse una institución como cualquier m<r identificables por medio de las mamfestac10nes proyectivas, e~iste
dalidad fija de pensamientos o de conducta mantenida por un aquella entidad que se podría llamar la estructura de la personalidad
grupo de individuos (es decir, una sociedad) ... Las instituciones son básica. Las instituciones primarias son las responsables para la crea-
los medios de la co11tinuidad social y constituyen los elementos •¡ ción de la estructura de la personalidad básica , la cual , a su vez , es
efectivos del equilibrio social. 4º responsable por la existencia de las instituciones secundarias. 43
Según Kardiner , son justamente instituciones socia !es así comp1- n- Seg1·in el autor , lo importante de este concepto psicodinámico estriba
didas por las que se logra el proceso adaptativo del individuo. Nuestro
en el hecho de que constituye una técnica, una técnica de correlación
autor concibe dos clases de instituciones : las instituciones primarias y
comprobable entre las experiencias tempranas (educación disciplinaria)
las secundarias. Las primeras comprenden la organización de la familia ,
y la permanencia indefinida en las constelaciones así creadas, manifiestas
la formación del propio grupo , las disciplinas básicas , la lactancia , el
en la institución secundaria .
destete , educación anaL tabús sexuales , técnicas de subsistencia , etcétera ,
Por ejemplo , en la sociedad de las islas marquesas existía una relación
mie ntras las segundas están representadas por medio de los sistemas de
de 2 .5 mujeres por cada hombre . El predominio numérico de esta
tabú , los ritos, la religión , los cuentos populares , las técnicas de pensa-
relación básic a y las consecuentes angustias individuales y sociales que
miento , etcétera .41 Mediante las instituciones primarias el niílo aprende
se generan , se reflejan en uns institución secundaria como lo son los
to da un a serie de pautas culturales básicas (actitud hacia los padres ,
cuentos populares, de tal modo que en estos se adjudica el rol de la
hacia e l me dioambiente social , etc .), los que pe rtenec en para siempre a
brutalidad y de la conquista sexual a la mujer, en vez de ser protagoniza-
su equipo mental. Tales " constelaciones" a su vez , y por m edio del
do por el hombre , como es el caso en las culturas occidentales. Para la
proceso de proyección , crean a las instituciones secundarias. Así surgen
cultura Tanala la correlación entre institución primaria y secundaria, así
meca nismos racionalizadores4 2 t:omo lo es la ideología religiosa origina-
como de la estructura de la personalidad básica localizada entre ambas,
se evidencia por medio de un cambio decisivo en una de las instituciones
31,1 /bici., p . 31.
40 / b ici., p. 32 .
primarias , esto es , en la técnica de subsistencia . Los tanala anteriormente
41 lb icJ. , p. 430 . . habían practicado el cultivo del arroz temporalero, a lo cual correspon-
42 Í día -como institución secundaria- una organización familiar patriarcal
El térm ino de si stema radonal no·se utilil..'.l aquí en contraposición a sistema
emocio nal , ya q ue ambos sistemas - el proyectivo junto con el racional- contienen 1
e lementos e mo tivos .
1 43 Kardiner. The Conant. ... on. cit.. n . 111 . traducción nut-stra.
168 Mechthild Rutsch La vertiente psicologista ... 169
centralizada , en la cual el patriarca ejercía la autoridad absoluta sobre la fuerzas capaces de integrar así como de desintegrar o de destruir la
tenencia comunal de la tierra. La adaptación pasiva que caracterizó sociedad .4 6
entonces a la estructura básica de la personalidad propició una integra-
ción perfecta, ya que sólo por medio de ésta se satisfacían las necesida- Aquí Kardiner cae víctima de la trampa psicológica y psicoanalítica
des individuales. Sin embargo , a raíz del cambio hacia el cultivo de "clásica", la que Michael Schneider formula así :
arroz con regadío se implantó la propiedad privada , y simultáneamente
se registraron perturbaciones sociales que se reflejaron en un aumento Para la mirada psicológica profunda , pura , no enturbiad~ por los
marcado de la criminalidad , en la homosexualidad , en la magia , enfer- nexos causales sociales, la desdichada infancia [la que se_na en este
medades de tipo histérico , etcétera ; todo lo cual demuestra , según ; caso el "sistema proyectivo" ] se convierte en la clave universal para
Kardiner, que la personalidad formada por la institución primaria · todas las formas de conducta y perturbaciones del adulto , Y la
antigua no se pudo aj ustar a las nuevas condiciones y , por lo tanto , se sociedad recibe así su carta de franquicia .47
observa una explosión de ansiedad social.
Sin embargo , aun y cuando .t<.ardiner por medio de la peis.,.J J.ial:chtd Pero también con el postulado de Kardiner arriba citado llega~os de
básica establece correlaciones muy interesantes, su falla básica y de- . nuevo a la supuesta inocencia de la " empiria" pura , la que ademas, por
terminante , radica justamente en que no señala ninguna contestación medio de la correlación de más y más datos , y conforme a que pase el
a la pregunta crucial: ¿de dónde surgen , y cómo cambian las institucio- 1tiempo , será capaz de :ngen?rar el . mé!º?º perfecto , abriendo a~í la
nes primarias? Así afirma: l puerta mágica de la teona social y ps1colog1ca. Como establece el mismo
autor , la técnica empleada para establecer la relació~ entre c~ltur~ Y
Hasta donde llega nuestro conocimiento , no se han formulado jamás 1personalidad no constituye una ruptura con el sentido comun , sino
explicaciones satisfactorias de esas instituciones primarias. Todo i un " perfeccionamiento" de éste , aplicando criterios " adecuados o
cuanto sabemos acerca de ellas es que el número de posibilidades de ! científicos" .4 8
intentar la satisfacción de ciertas necesidades biológicas del hombre 1 Lo que ya se había anunciado en la concepción de Benedict , se vuelve
es limitado.44 Í más explícito aún en la elaboración conceptual de la "institución"
f (Kardiner concibe en lo esencial a la "institución" en analogía al
Lo único que se puede establecer con seguridad es la correlación l " patrón" de Benedict) ; esto es, la influencia del funcionalismo más
entre ambas: J ramplón, tanto en cuanto a la homeostasis soda}, como en cuanto
al círculo vicioso de la teleología (cf. su definición de cultura y de
La relación entre la institución primaria y las secundarias sólo se la "institución"). Es por ello que a la corriente de cultura y persona-
puede comprobar, en forma experimental demostrando que cuando lidad, también se le ha denominado "como funcionalismo psicológico ,
cambia la primera, cambian también las últimas. 4 5 imprecisamente formulado".49 Tal funcionalismo , al incorporársele
elementos del behaviourismo así como de la teoría del gestalt se con-
En última instancia , nos dice el psiquíatra, no es posible comprobar vierte en un "camaleón" ideológicamente tanto más efectivo por cuanto
una determinación económica-social, no una relación analógic~ a la desvía aún más la atención de los procesos materiales y económicos de
Spengler, o a la Toynbee . Todos estos intentos de análisis por m]dio la d.)minación cultural. Poniendo el énfasis sobre los aspectos super-
de la determinación o de la analogía : , estructurales de la misma, la concibe en términos de transculturación.
También queda evidenciado que el "funcionalismo psicológico" com-
parte otra limitan te seria de la teoría funcional en general en el análisis sin-
... derivan de los sistemas proyectivos del hombre contemporáneo.
. crónico. Por mucho que se insiste expresis verbis, esto es , el análisis "psi-
Todas estas fuerzas están polarizadas hacia el principio de domina-
ción-sumisión. El triunfo de directivas empíricamente derivadas para codinámico", "histórico", etcétera, rechazando al mismo tiempo toda
la acción social sólo puede ser consecuencia de los albores del triunfo . determinación ( como en efecto se .ve por los intentos iniciados por
para una democracia más vasta y de un deseo incrementado para 46Kardiner, The Concept. . . , op. cit. , p. 122, traducción nuestra.
adquirir un mayor conocimiento del tejido psicológico de aquéllas , 47 Michael Schneider, Neurosis y Lucha de Clases, Siglo XXI Editores, Madrid,
4" Ka.rdiner, El individuo. . . , op. cit., p. 43:L.
l España , 1979, p. 148.
~ 48 Kardiner, El individuo. .. , op. cit. , p. 442.
45 fl,;ri n 411
1 49 Cf Harris. El Desarrollo. . . , op. cit.. pp. 365 y ss.
• 170
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Mechthild Rutsch ~!
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La vertiente psicologista .. .
por varios antropólogos entre los que destacan · ºam ª. I'im_!·t e. Con eII o eI conflicto entre autonomía indiv1·dual Y de-
em on 1~ d du ois1 se establecerá una concepción más sistemática de la t erm mac1on
0
171
l
con el que se llega a la cima del formalismo funcional más chato con-
en la sociedad occidental) y los que tampoco aparecen en las biografías,
ju~tamente con u? behaviorismo mecánico y rasgos relacionad~s de
ni como constituyentes de la personalidad básica, permiten reconstruir
onge~ gestalt. Al igual que su concepción aún más pragmática, de la
"la imagen genética original a fin de poder describir como tales entidades 1
relac1on entre cultura y personalidad, su postulado de la "personalidad
nuevas se pudieron constituir" .51 Por lo demás , el hecho de que el test
del status" añade un nuevo elemento al aspecto de la "eternidad" y
Rorschach fuera instrumento en base a condiciones occidentales ( con- "naturalidad" de la historia dentro de la ideología defensora del status
cretamente los de Suiza), según Kardiner, no implica mayores complica-
· qua. Asimismo , se expresa en la teoría de Linton la identidad en última
ciones. instancia, entre cultura y personalidad, o sea, aquel reduccionismo
Es justamente de este estudio que DuBois acui'ia el concepto de la
psicológico que encuentra sus antecedentes formalistas en aquella tra-
" modal personality" , o "personalidad modal" ; esto es , aquella parte de dición a la que pertenece la teoría del "gran hombre" de Galton, arriba
so Kardiner formula este problema del modo siguiente : "¿Por ello, cómo será
posible reconciliar la ide.. de la personalidad básica con el h~cho conoc}do q~e
estriba en que cada individuo, dentro de una cultura dada, tiene su caracter m-
l¡tan:: l:~::~e:::.c:::h~:,~::t:::.s:1: :onsisten son creadas por éstos
que lo ocupa, el punto de partida lógico es el individuo, ya que finalmente,
y
dividual propio?" Kardiner, The concept... , op. cit., p. 114 traducción nuestra. 4
s1 /bid. , p. 117.
172 Mechthild Rutsch
ss !bid., p. 147 .
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No.
Mechthild Rutsch .
LAS TEORIAS I
1 11 ANTROPOLOGICAS
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11 Libro 2
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EL RELATIVISMO
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CENTRO DE INVESTIGACIONES PARA
LA INTEGRACION SOCIAL
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Derechos reservados condiciones estructurales. Sin perder de vista los riesgos que se corren,
© Editorial Línea, S.A. de C.V. en el estado actual de la cuestión, al intentar establecer estos vínculos
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entre teoría y condiciones históricas se ha procurado en la medida de lo
Impreso y hecho en México · posible, y de lo aconsejable, indicar algunos de los fenómenos estructura-
les que otorgan su virtual "organicidad" a los enfoques abordados.
ISBN 968-7250-03-8
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