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ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

Magistrado ponente

STC19805-2017
Radicación n.º 50001-22-13-000-2017-00251-01
(Aprobado en sesión de veintiuno de noviembre de dos mil diecisiete)

Bogotá D. C., veinticuatro (24) de noviembre de dos mil


diecisiete (2017).

Decide la Corte la impugnación formulada contra el


fallo proferido el veintiocho se septiembre de dos mil
diecisiete por la Sala Civil-Familia del Tribunal Superior de
Villavicencio, en la acción de tutela promovida por Nixon
Heli Jácome Manosalva contra el Juzgado Promiscuo del
Circuito de San Martin de los Llanos; actuación a la cual se
ordenó vincular al Juzgado Sexto Civil Municipal de
Villavicencio, a las partes e intervinientes en el proceso
objeto de la queja constitucional.

I. ANTECEDENTES

A. La pretensión

El accionante solicitó el amparo de su derecho


fundamental al debido proceso, que estimó vulnerado por la
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sentencia proferida por la autoridad judicial accionada que


desestimó las excepciones de mérito, en consecuencia,
revocó el fallo de primera instancia y ordenó seguir adelante
con la ejecución que instauró en su contra Carlos Javier
Bojacá Galvis.

Sin que de manera expresa el actor hiciera mención a


sus peticiones, se deduce de su inconformidad, que
pretende por esta vía se deje sin valor el fallo de segunda
instancia proferido el 14 de julio de 2017 y en su lugar, se
emita uno nuevo que atienda sus censuras. [Folios 1-14,
c.1]

B. Los hechos

1. Carlos Javier Bojacá Galvis promovió demanda


ejecutiva singular contra Nixon Heli Jácome Manosalva, en
la que pretendió cobrar las sumas de dinero contenidas en
dos (2) letras de cambio, cada una por valor de
$20.000.000, más los respectivos intereses de mora. [Folios
15-18, c.1]

2. Correspondió conocer el asunto al Juzgado Sexto


Civil Municipal de Villavicencio, quien el 20 de mayo de
2009 libró mandamiento ejecutivo por los capitales
deprecados y ordenó integrar el contradictorio. [Folios 22-
23, c.1]

3. Notificado el demandado propuso las excepciones


de mérito que denominó «FALTA DE LEGITIMIDAD POR ACTIVA»,
«FALTA DE RELACIÓN CAUSAL O CAUSA EN LA ACCIÓN CAMBIARIA»,

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«INEXISTENCIA DE LAS LETRAS DE CAMBIO» y «FALTA DE


INSTRUCCIONES PARA EL LLENADO DE LAS LETRAS» [Folios 28-30,

c.1]

4. Agotado el procedimiento de rigor, el 13 de


octubre de 2015 el Juzgador profirió la sentencia de
primera instancia que declaró probada la excepción
«INEXISTENCIA DE LAS LETRAS DE CAMBIO», suficiente para

terminar el juicio ejecutivo; por consiguiente, levantó las


medidas cautelares decretadas y condenó en costas a la
parte vencida. [Folios 41-45, c.1]

5. En desacuerdo con tal decisión, el ejecutante


interpuso el recurso de apelación, que se concedió ante el
Superior en el efecto suspensivo.

6. El 14 de julio de 2017, el Juzgado Promiscuo del


Circuito de San Martin de los Llanos profirió el fallo por
medio del cual revocó la decisión del A Quo, tras denegar los
medios de defensa enarbolados, por ende, ordenó seguir
adelante con la ejecución, decretó el avalúo y posterior
remate de los bienes cautelados; así como la liquidación del
crédito y condenó en costas a la parte demandada.

7. En criterio del reclamante del amparo, la


autoridad judicial accionada vulneró sus garantías
superiores habida cuenta que para desestimar sus
excepciones, incurrió en defecto sustantivo por indebida
interpretación normativa y desconocimiento del precedente
jurisprudencial que establece la inexistencia de la letra de
cambio desprovista de la firma del creador, la carga de la
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prueba, la ley de circulación y el principio de autonomía


que gobierna a los títulos valores, además, en defecto
factico por inadecuada valoración de los medios probatorios
obrantes en el plenario para llegar a dicha conclusión.
[Folios 1-14, c.1]

C. El trámite de la instancia

1. El 20 de septiembre de 2017 se admitió el trámite de


tutela y se ordenó correr traslado a los interesados para que
ejercieran su derecho de defensa. [Folio 48, c. 1]

2. El Juzgado Civil Municipal de Villavicencio explicó


brevemente las motivaciones que dieron lugar a la sentencia
de primera instancia. [Folios 60-61, c. 1]

Por su parte, el Juzgado Promiscuo del Circuito de San


Martin de los Llanos indicó que su gestión en la segunda
instancia estuvo ajustada a derecho, aunado a que la
petición de tutela es improcedente por no cumplir con los
requisitos que la presiden y porque los basamentos
jurisprudenciales citados en el escrito de amparo no fueron
alegados al interior del proceso. [Folio 67, c. 1]

Dentro del término concedido para rendir informe, los


demás convocados guardaron silencio.

3. En sentencia de 28 de septiembre de 2017, el


Tribunal Superior de Villavicencio denegó el amparo
suplicado, tras estimar que la decisión censurada no se
revela irracional, arbitraria o ilegal, porque se fundamenta
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en normatividad y jurisprudencia aplicable al caso y en la


apreciación objetiva de los medios de convicción
recaudados, por lo que colige la ausencia de vía de hecho
que amerite la intervención del juez constitucional. [Folios
75-78, c. 1]

4. Inconforme con la sentencia anterior, el accionante


la impugnó, para lo cual insistió en las argumentaciones
expuestas inicialmente. [Folio 79, c. 1]

II. CONSIDERACIONES

1. Tal como ha sido sostenido por la jurisprudencia


nacional, por regla general la acción de tutela no procede
contra providencias judiciales y, por tanto, solamente en
forma excepcional resulta viable la prosperidad del amparo
para atacarlas cuando con ellas se causa vulneración a los
derechos fundamentales de los asociados.

Los criterios que se han establecido para identificar las


causales de procedibilidad en estos eventos están
cimentados en el reproche que merece toda actividad de la
administración de justicia arbitraria, caprichosa, infundada
o rebelada contra las preceptivas legales que rigen el
respectivo trámite, con detrimento de las garantías
reconocidas por la Constitución Política a las personas.

2. En el asunto sub judice, el reclamo constitucional se


dirige contra la sentencia proferida el 14 de julio de 2017
por el Juzgado Promiscuo del Circuito de San Martin de los
Llanos; en consecuencia, la Corte se ocupará únicamente
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de las consideraciones que forjaron la decisión objeto del


reclamo.

Ahora bien, atendidos los argumentos que fundan la


solicitud de protección y aquellos que le sirvieron a la
autoridad accionada para revocar la decisión adoptada por
el fallador de primer grado, no se advierte procedente la
concesión del amparo, por cuanto la determinación que se
tomó en el caso no es resultado de un subjetivo criterio que
conlleve ostensible desviación del ordenamiento jurídico y,
por ende, tenga aptitud para lesionar las garantías
superiores de quien promovió la queja constitucional.

En efecto, se avizora que en la providencia censurada,


el Ad Quem accionado resolvió que debía negar las
excepciones de mérito propuestas por el aquí quejoso, para
ordenar seguir adelante con la ejecución incoada en su
contra, con fundamento en la siguiente argumentación:

«En el título valor aportado con la demanda se observa con


meridiana claridad la aceptación hecha por el ejecutado para
cancelar la letra de cambio, lo que significa que el deudor aceptó
incondicionalmente la orden de pago en suma, en interrogatorio
de parte rendido por el demandado en pregunta 2, que dice: tiene
usted claro que al firmar las letras de cambio que reposa en el
expediente que hoy nos ocupa, adquirió la obligación de pagar la
suma de dinero en ella contenida, contestó: vuelvo y afirmó o
reitero: las letras están firmadas por mí pero no son prueba de
que le adeude dicha plata al señor Bojacá

Posteriormente y revisado el expediente, los documentos base de


la ejecución no fueron tachados de falsos.

Así las cosas, es de recordar lo enseñado en la jurisprudencia de


la Corte Suprema de Justicia, “quien suscribe un título valor con
espacios en blanco se declara de antemano satisfecho con su
texto completo, haciendo suyas las menciones que se agregan en

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ellos, pues es consciente que el documento incompleto no da


derecho a exigir la obligación cambiaria, luego, está autorizando
al tenedor inequívocamente para completar el título a fin de poder
exigir su cumplimiento. Aunque esto es claro, debe aquel ceñirse
a las instrucciones que al respecto se hubiere impartido. Luego, si
la parte ejecutada alegó como medio defensivo que el espacio en
blanco asignado a la fecha de vencimiento no fue llenado con
sustento en un acuerdo o una carta de instrucciones, le incumbía
a ella en asuntos como el de esta especie, probar ese hecho de
manera integral, vale decir que asumía el compromiso de mostrar
que realmente fueron infringidas las instrucciones que impartió,
labor que, desde luego, tenía en punto de partida de mostrar
cuales fueron esas recomendaciones. (Sentencia 20 de marzo de
2009; exp. T-00032)

En este orden de ideas, haciendo una valoración en conjunto de


las pruebas aportadas al proceso, usando la sana crítica por
parte del Juzgador, se encontró que el titulo valor base de la
ejecución goza de plena validez, es decir, se aparta de la decisión
de primera instancia.»

En estos términos, estableció la existencia de las letras


de cambio que dieron origen a la ejecución por reunir los
requisitos de forma, de tal manera, procedió a analizar la
defensa derivada del negocio causal y la carga probatoria
que imponía al interesado la demostración del supuesto
factico alegado, al respecto señaló:

«Así las cosas y como quiera que el extremo ejecutado no logró


desvirtuar la presunción de entrega del título valor materia de la
litis o de su destrucción o anulamiento, ni mucho menos probar
que no fue él quien suscribió el título valor no queda más remedio
que declarar no probadas las excepciones de mérito
denominadas inexistencia de las letras de cambio, máxime si se
tiene en cuenta que la carga de la prueba le corresponde a aquel
que pretende probar el efecto jurídico que persigue, tal y como los
dispone el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil.»

Finalmente, cotejadas las pretensiones y las


excepciones formuladas con el material probatorio

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recopilado le permitieron al Fallador construir sin


dubitación alguna la siguiente deducción:

«Si observamos entonces detenidamente lo que reposa dentro del


expediente y son las letras de cambio que reposan, que se
encuentra a folios iniciales del cuaderno principal, puede apreciar
el despacho que efectivamente hay un valor, está la persona que
se obliga, Nixon Heli Jácome Manosalva de pagar a la orden de
Carlos Javier Bojacá Galvis una cantidad de dinero, y así las
cosas, lo que puede observar el despacho es que hay una
obligación clara, expresa y actualmente exigible, toda vez que el
día 5 de mayo del año 2006 pagaría en Villavicencio, al señor
Carlos Javier Bojacá Galvis la suma de $20.000.000. Si se
observa hay una firma de aceptación y si bien es cierto manifestó
el juez de origen, el A Quo que no estaba la firma del girado, eso
no invalida la obligación porque la obligación está contenida en la
letra; el hecho también de que diga que no había prueba génesis
sobre el negocio previo o que dio origen a la letra, se recuerda que
la letra es autónoma, es una obligación contenida en un
documento, un documento que está a la vista y en el que se
consigna las condiciones del mismo y es que una persona se
obliga a otra a cancelar una suma de dinero y de ahí la
autonomía que tienen los títulos valores.»

«Para este Juzgador es bastante claro que la firma que no está en


el aparte donde diga girador, no significa que haya sido hecha
por nadie, por eso hay una firma suficiente en la que hay una
expresión de que se acepta una obligación; obligación que era
consistente en pagar una suma de dinero.»

3. Las conclusiones anteriores son producto de


motivaciones que no pueden calificarse de irrazonables,
pues se fundaron en una legítima interpretación de la
normatividad y en la valoración del acervo probatorio,
circunstancias que, a juicio de autoridad judicial
encausada, conllevó a que no se desvirtuara la existencia de
los títulos valores de contenido crediticio cobrados al
deudor demandado, ni tampoco el negocio jurídico que les
dio origen, razón para dotarlas del mérito ejecutivo
suficiente para soportar la orden de apremió y la de seguir

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adelante con la ejecución de las obligaciones insolutas, por


lo tanto, determinó a su juicio que debía revocar
íntegramente el fallo emitido en primera instancia.

De lo cual resulta, que más allá de que la Corte


comparta o no las conclusiones a las que llegó el Fallador
acusado, está claro que en ejercicio de sus atribuciones
legales, el administrador de justicia tiene entera libertad
para realizar una apreciación autónoma y racional de los
elementos y la interpretación normativa a partir de los
cuales debe formar su convencimiento, sin incurrir, desde
luego, en desviación ostensible del ordenamiento jurídico,
supuesto que no se advierte configurado en el caso, por lo
que le está vedado al juez de tutela interferir en la labor
acometida bajo los principios de autonomía e independencia
que demarcan la función judicial.

En tal sentido, verbi gratia, en la sentencia CSJ SC, 20


de septiembre de 2012, rad. 2012-00245-01, la Sala
sostuvo:

(…) que al sentenciador de tutela le está vedado reexaminar si el


juzgador acusado realizó la más convincente o adecuada de las
interpretaciones, pues tal tarea está por fuera de sus facultades,
ya que “…independientemente de que se comparta o no la
hermenéutica del juzgador ello no descalifica su decisión ni la
convierte en caprichosa y con entidad suficiente de configurar vía
de hecho, pues para llegar a este estado se requiere que la
determinación judicial sea el resultado de una actuación
subjetiva y arbitraria del accionado, contraria a la normatividad
jurídica aplicable y violatoria de los derechos fundamentales”.

Queda claro, entonces, que lo pretendido por el


peticionario del amparo es anteponer su propio criterio al

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del juez de la causa y atacar, por esta vía, la decisión que


les desfavoreció, finalidad que resulta ajena a la de la
acción de tutela, mecanismo que dada su naturaleza
excepcional no fue creada para erigirse como una instancia
más dentro de los juicios.

4. Razones que en suma, se estiman suficientes para


concluir que la reclamación está avocada al fracaso, por lo
que se confirmará el fallo que por vía de impugnación se ha
revisado.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
CONFIRMA la sentencia impugnada.

Comuníquese lo aquí resuelto a las partes por el medio


más expedito, de los fallos emitidos en este trámite, envíese
copia al promotor del amparo a su correo; y, en su
oportunidad, remítase el expediente a la Corte
Constitucional para su eventual revisión.

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO


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ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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