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Al final de los años ´80 y principios de los ´90, las agencias ambientales en los Estados
Unidos y Europa reconocieron que el marco tradicional de control de la basura industrial y
la contaminación podría ser mejorado, animando a instalaciones industriales a aplicar
políticas preventivas de mayor impacto, como los tratamientos de efluentes y residuos.
Varios estudios habían demostrado que en las compañías relevadas, los procesos si se
hubieran manejado con más eficiencia, hubieran comenzado con la reducción de la
contaminación, tiempo atrás.
Los investigadores descubrieron que podrían ayudar a casi cualquier compañía a reducir
los costos productivos con un análisis sistemático de las fuentes. Esto es conocido como ir
“encima del tubo” (over of pipe), en contraposición a los tratamientos de al “final de
tubo” (end of pipe), es decir antes de la descarga al ambiente. Intervenir en los procesos
de producción, mejora las operaciones de compra, y en última instancia implica el diseño
de los productos mismos. Pero esto requiere un equipo de producción, de administración
y de especialistas ambientales.
En los ´90, en los Estados Unidos estas nuevas ideas y métodos fueron formalizados. La
Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos decidió llamarla “Prevención de la
polución” (Pollution Prevention) o P2. El P2 se plasmó en un acta que fue aprobada en
1990 por el Congreso de los Estados Unidos. El acta estableció que el P2 era una prioridad
superior para proteger el ambiente contra la contaminación. Parte de la declaración
recalcaba la idea que aunque el tratamiento de los desechos era importante, el esfuerzo
debía hacerse en la prevención de la generación de los residuos al final del proceso, para
evitar que tengan que ser tratados. El acta recalca que el reciclaje no es P2, es una forma
de encontrar otro uso para algo que ya se ha convertido en “basura”
Antecedentes en Colombia
A partir de la Constitución Política de Colombia (1991), el país incorporó desde el más alto
nivel normativo los asuntos ambientales, permitiendo de esta manera su
instrumentalización, como respuesta a la cada vez mayor conciencia internacional sobre el
desarrollo sostenible, definido por Brundtland, en donde se plantea como el desarrollo y
el medio ambiente no pueden estar separados.
En este contexto y con el impulso dado desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro
(1993), el país asume un mayor compromiso, de propender por un desarrollo sostenible;
para lo cual, busca la articulación del sector productivo, a través del compromiso
expresado en la Política Nacional de Producción Más Limpia (1997); concepto que,
“obedece a un proceso dinámico y sistemático, el cual no se aplica una vez, sino
permanentemente, en cada una de las fases del ciclo de vida”, siendo la eficiencia y el uso
racional de los recursos naturales los pilares de la misma.
El desarrollo de las acciones de la Ventanilla Ambiental CAR, contó con los llamados
“Convenios de Producción Más Limpia”, los cuales representaron acuerdos formales entre
los sectores productivos y la CAR como autoridad ambiental, formalizando así los
compromisos para la adopción de acciones destinadas a mejorar el desempeño ambiental
empresarial, consiguiendo ir más allá de lo planteado en la normativa ambiental, bajo una
perspectiva de ecoeficiencia que redundará en la sostenibilidad de los bienes y servicios
ambientales de la región. De igual manera, el funcionamiento de los Comités Técnicos de
Producción Más Limpia - CTPML -, han permitido realizar un seguimiento al desarrollo de
dichos convenios, consolidando los compromisos adquiridos por los firmantes del
convenio en Agendas Ambientales Sectoriales - AAS -.
El proyecto de Producción Más Limpia y Negocios Verdes, busca alcanzar las metas
propuestas desde la Política Nacional y los lineamientos definidos en el Plan de Gestión
Ambiental Regional 2012– 2023 y el Plan de Acción CAR 2016 - 2019, a través de la
definición de siete estrategias, entendidas como alternativas de promoción de cara a la
difusión de los principios del consumo sostenible y la producción más limpia, logrando que
los sectores productivos adopten las medidas necesarias para modificar sus prácticas y
con ello disminuir su impacto sobre los bienes y servicios ambientales en el territorio de la
jurisdicción CAR.