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ASUNTO: RELACIÓN

PROPÓSITO: PASTORAL
TEMA: CARACTERÍSTICAS PRIMORDIALES
DE UNA IGLESIA QUE CAMINA CON DIOS

UNA IGLESIA QUE CAMINA CON DIOS


GÉNESIS 3:21-24; HEBREOS 11:5

INTRODUCCIÓN:
Un pasaje corto que nos ayuda a reflexionar a todos los creyentes en el tema
de relación con Dios, lo tenemos claro en la vida de Enoc. No se dice mucho de
este hombre, no sabemos más allá de lo que estos versículos nos dicen así como
lo dicho en la carta a los Hebreos capitulo 11:5. Lo que aprendemos aquí, y que se
nos enseña a la iglesia en todo el escrito bíblico, está relacionado con la
importancia que tiene nuestra relación con Dios. Esta relación debe ser íntima, así
como fundamentada en el respeto, el amor y la obediencia. El asunto es claro para
los hermanos, pero, teniendo la necesidad de aprender a caminar junto a nuestro
Dios, y así sujetarnos a él y amarle como Dios, veremos tres características
primordiales de una iglesia que camina con Dios. Cada una de estas
características estará acompañada de un principio bíblico, el cual nos ayudará a
comprender, no solo la importancia de esta relación con Dios, así también como a
saber como disfrutar de esa relación a la cual nuestro Señor Jesucristo nos ha
dado cabida por medio de su sacrificio salvífico en la cruz del calvario. Si de algo
podemos estar seguro los creyentes, más allá de señales y milagros, es de la
relación firme, estable y gloriosa que Dios desea tener con nosotros.
Una iglesia que camina con Dios..

I. Sostiene una relación íntima (Lucas 12:31)


Texto Bíblico: “Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas
cosas les serán añadidas.”
Principio bíblico: La iglesia que camina con Dios está dispuesta a invertir su
tiempo, sus bienes, recursos y voluntad a Dios, mediante las disciplinas
espirituales, la iglesia sostiene una relación íntima con Dios.
Según el pasaje bíblico, y estudiándolo completico, Jesús establece una
confianza firme en las personas que le escuchan este sermón, esa confianza se
fundamenta en lo que Dios es capas de dar. Esto nos lleva todos a tener una
relación íntima con nuestro Señor por medio de las disciplinas espirituales. Estas,
contrario a lo que se cree, no son un medio para forzar o extorsionar a Dios a
darnos cosas, Él está consciente de nuestras necesidades. Pero las mismas son
una respuesta nuestra al reconocer a Dios como nuestro proveedor, ese dador
amoroso que actúa como padre responsable. La Escritura nos enseña que todos
aquellos, hombres y mujeres, reyes y esclavos, etc. Que se acercaban a Dios
obtenían su favor y en respuesta ellos ofrecían fidelidad. Las relaciones sanas no
son condicionadas inadecuadamente, pero si existen condiciones apropiadas que
nos ayudan a pesar, medir y valorar dicha relación. Dios nos ofrece su pronto
auxilio, nosotros le ofrendamos, adoramos, clamamos y mostramos afecto
estudiando y aplicando su palabra en nuestras vidas.
II. Fundamenta una fe apasionada (Hechos 2:42)
Texto bíblico: “Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y
aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la
enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la
oración.”
Principio bíblico: La iglesia que camina con Dios fundamenta su fe y confianza
depositando sus necesidades, situaciones y adversidades en las manos de ese
Dios poderoso.
La exhortación bíblica de hechos 2:41,42, nos impulsa a comprender que más
que reunirnos ciertos días de la semana, debemos de fundamentar nuestras vidas,
acciones y decisiones en una fe apasionada. Algo importante que como creyentes
no debemos de perder es la fe apasionada, eso que llamamos primer amor.
Fácilmente algunos o muchos de nosotros, hemos caído en acostumbrarnos a la
vida y tradición de la iglesia. Hacer las cosas por costumbre y obligación. La
relación fundamentada en una fe apasionada, tal como aprendemos del principio
bíblico, deposita su fe y confianza en un Dios capas de comprendernos,
auxiliarnos y motivarnos en todo momento. Los creyentes de la primera iglesia
cristiana, aunque no eran personas con mucho conocimiento, si eran apasionados
por lo que creían. Sabían que podían confiar en Dios y eran capaces de dar sus
propias vidas por defender aquello en lo que creían. Si realmente queremos
caminar con Dios, la palabra fidelidad, mal utilizada actualmente, debe de estar
siempre en nuestras bocas. Y cuando digo que la palabra fidelidad ha sido mal
utilizada, es porque se cree que es no fallar. Aplicada en nosotros la fidelidad se
define como la actitud del creyente que confía en Dios y vive para servirle
apasionadamente, sin esperar nada a cambio porque sabe que lo ha recibido todo
de Él.

III. Somete su voluntad libre (Lucas 14:26,27; Hechos 4:19)


Texto bíblico: “¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de
obedecerlo a él? ¡Júzguenlo ustedes mismos!”
Principio bíblico: La iglesia que camina con Dios está totalmente dispuesta a
abandonar su voluntad, apegarse a los mandatos de Dios y obedecerle a él, no
ciegamente, porque comprende, enseña y proclama los principios que se aplican
en la vida cotidiana del ser humano.
En este versículo vemos a Pedro y Juan hablando ante una especie de juzgado
judío, llamado sanedrín, los cuales se encargaban de juzgar las prácticas
religiosas del pueblo de Israel. Si este concilio de líderes espirituales acordaba
que los acusados eran culpables de ir contra sus creencias religiosas, podía
llevarlos ante las autoridades romanas y exigir su ejecución pública. Tal como
hicieron con nuestro Señor Jesucristo. En el principio aprendemos que una iglesia
que camina con Dios esta “totalmente dispuesta a abandonar su voluntad y
apegarse a los mandatos de Dios”. Pedro sabía esto y dice claramente a sus
acusadores: analicen ustedes a quién voy a obedecerles, a ustedes o a Dios. Lo
que Pedro estaba diciendo, era el principio que había aprendido de Jesús mismo
en Lucas 14:16,27: “"Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor* a su padre y
a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y
aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y
me sigue, no puede ser mi discípulo.” Una pregunta que debemos hacernos es,
hacia quién o qué estamos sujetando nuestra voluntad libre. Llamamos voluntad
libre a la capacidad de tomar decisiones según nuestro propio criterio, opinión o
situación. Muchas personas quisieran que Dios caminara con ellos, pero ¿están
ellos dispuestos a caminar con Dios? Esto implica sumisión, sujeción, obediencia,
respeto y ceder totalmente nuestra voluntad a Él.

CONCLUSIÓN:

La iglesia que camina con Dios es una iglesia dispuesta a tener una relación
íntima bajo las condiciones divinas, a fundamentarse en una fe apasionada y a
someter su voluntad libre a las manos poderosas y responsables de Dios.

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