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CURSO: LA AUTONOMÍA PRIVADA COMO FUENTE DE LAS

OBLIGACIONES

TEMA: SUPREMACÍA DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD EN LA INTERPRETACIÓN DE


LOS CONTRATOS EFECTUADA POR LA CORTE SUPREMA

PROFESOR: DR. RUPERTO PINOCHET OLAVE

Alumna: María Paz Moraga Navarro

Talca, 11 de Mayo de 2.017


ÍNDICE

1.- Presentación _____________________________________________________ 3


2.- Planteamiento Preliminar ___________________________________________ 3
3.- Análisis del caso __________________________________________________ 4
3.1.- Antecedentes de hecho entre las partes del juicio _________________ 5
3.2.- Fallo de tribunal a quo ______________________________________ 7
3.3.- Fallo de tribunal ad quem____________________________________ 8
3.4.- Fallo de Casación __________________________________________ 8
3.5.- Sentencia de reemplazo _____________________________________ 10
4.- Significación contenida en la decisión _________________________________ 10
5.- Reflexiones ______________________________________________________ 11
5.1.- En cuanto a la interpretación contractual en el marco
del Recurso de Casación_________________________________________ 11
5.2.- En cuanto a el contrato de prestación de servicios
profesionales y mandato_________________________________________ 12
6.- Comentarios Finales _______________________________________________ 13

BIBLIOGRAFÍA ____________________________________________________ 15

ANEXOS __________________________________________________________ 16
1.- Sentencia de Casación de Excelentísima Corte Suprema,
Rol N° 2851-2015, de siete de julio del año dos mil dieciséis__________________ 16
2.- Sentencia de Reemplazo de Excelentísima Corte Suprema,
Rol N° 2851-2015, de siete de julio del año dos mil dieciséis__________________ 27

2
SUPREMACÍA DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD
EN LA INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS EFECTUADA POR LA
CORTE SUPREMA

1.- Presentación

Teniendo en consideración de que el contrato resulta ser la consecuencia y punto de


concreción, donde se plasman los acuerdos de voluntades de las partes, que pueden devenir
en una o más obligaciones, consistentes en dar, hacer o no hacer; se traduce, entonces, que la
existencia de este deber de actuación, puede ser exigible jurisdiccionalmente por la
contraparte, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1.545 del Código Civil, donde el contrato
es considerado como una ley para los contratantes1. De esta forma, la voluntad de las partes,
pasa a configurarse como fuente de las obligaciones contenidas en el contrato, y asimismo,
la medida exacta, de las obligaciones que se generan2.
Teniendo esta premisa asumida, al momento en que las partes deciden o se ven obligadas a
que un tribunal de justicia -cualquiera sea su instancia- conozca de los antecedentes
contractuales, debe verificarse que el análisis se lleve a cabo, sin alterar o darle nuevo sentido
a las cláusulas del mismo; por ende, debe ceñirse más bien, a respetar lo dispuesto por el
legislador civil en la disposición ya referida, en el sentido de que el contrato sea un referente,
que permita que las partes no puedan desvincularse, ni dejar de cumplirlo.
Pues bien, su contravención, al alterar el sentido literal de las cláusulas, acarrearía una
descontextualización, o como lo ha denominado la doctrina -y en algunos casos la
jurisprudencia3- vendría a ser una desnaturalización de las cláusulas contractuales, que, desde
un principio, fueron acordadas y concretadas por las partes del contrato, con el objeto de ser
cumplidas y tener fuerza vinculante entre ellas.

2.- Planteamiento preliminar

La doctrina nacional, ha definido a la autonomía de la voluntad, en materia contractual, como


la facultad que tienen las partes de un contrato para determinar, sin restricción alguna, el
vínculo jurídico que las une, así como, los efectos que éste genera, la duración de la sujeción
entre ellas, y, en definitiva, todos los parámetros por los cuales se ven íntimamente
relacionadas las partes, o; dicho de otro modo, es la libertad, que gozan las personas, al

1
ROMERO SEGUEL, et al., (2008), p. 252.
2
LÓPEZ SANTA MARIA, (2005), p. 25.
3
A modo ejemplar, se pueden citar las sentencias de la Corte Suprema, Rol N° 89651-2016 de 06 de marzo de
2.017; Rol N° 16629-2016 de 30 de enero de 2017; Rol N° 19267-2016 de 19 de diciembre de 2016.

3
momento de celebrar un contrato, esté o no tipificado en la ley, de la forma que les plazca;
determinar su contenido; fijar distintos efectos jurídicos; modificar su estructura; determinar
la duración, y, en definitiva, cualquier otra especificación4. Por tanto, en virtud de este
principio contractual, las partes son libres de celebrar los contratos que beneficien
directamente sus intereses, ya sea estos, de índole económica, o de cualquier otra5, fijando
con máxima libertad, sus interconexiones y relaciones que tendrán repercusión en la vida
jurídica. El reflejo de este, lo encontramos en el artículo 1.545 del Código Civil, que dispone
que, “todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.
Asimismo, surge de la mano, lo que se ha denominado efecto relativo de los contratos, que
viene a corresponder al hecho de que, las obligaciones que se generan entre las partes, así
como sus respectivos derechos en materia contractual, solo son atribuibles a éstas, y no a
terceros, que no han participado en el contrato. Para algunos autores, esta asimilación se hace,
por el hecho de que el contrato corresponde a una verdadera ley, que debe ser cumplida por
los contratantes. Sin embargo, otros, sostienen que no lo es, correspondiendo solo a una
vinculación entre sujetos, que genera derechos y obligaciones entre ellos. Empero, en lo que
sí se puede estar de consuno, es que este efecto relativo, es una consecuencia lógica de la
autonomía de las partes, en donde éstas, al manifestar su querer interno en obligarse, no puede
afectar a terceros ajenos en la relación contractual6.
A pesar de poder actuar con plena libertad, igualmente las partes están sometidas a
limitaciones propias de la libertad contractual, como lo son aquellas cosas, que, por la
esencia, le corresponden a cada uno de los contratos, ya tipificados por el legislador, ya que,
al eliminarlas, el acto jurídico pierde sus efectos. Así también, encontramos como
limitaciones, todas las estipulaciones que vayan en contra de lo dispuesto por la ley, por el
orden público y las buenas costumbres7.
Es por todo lo mencionado precedentemente, que analizar una sentencia en donde la Corte
Suprema se haya referido respecto al sentido y alcance que cobra la autonomía de la voluntad
al momento de interpretar las cláusulas de un contrato, es importante, a fin de sopesar la
supremacía que cobra cada una de ellas, y, por ende, los derechos y obligaciones que
emanarán del mismo.

3.- Análisis del caso

El pasado siete de Julio del año dos mil dieciséis, la Cuarta Sala de la Excelentísima Corte
Suprema, mediante causa Rol Corte 2851-2015, tuvo conocimiento acerca de Recurso de
Casación en el Fondo, que se interpuso en contra de sentencia de la Corte de Apelaciones de
Santiago, de fecha doce de diciembre del año dos mil catorce, que procedió a confirmar el
fallo de primera instancia, que a su vez, fue dictado por el Vigésimo Tercer Juzgado Civil de
Santiago, en donde, se condenaba a la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., a efectuar el

4
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, (2004), p. 10.
5
TRONCOSO LATORRE y ÁLVAREZ CID, (2014), pp. 3-4.
6
LÓPEZ SANTA MARÍA, (2005), p. 342.
7
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, (2004), p. 11.

4
pago de honorarios, referidos a la prestación de servicios profesionales, prestados por la
Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada.
En dicha tramitación, se llevaron a conocimiento de los tribunales, de las instancias
correspondientes, aspectos vinculados con las cláusulas contractuales en el marco de un
contrato de prestación de servicios profesiones de defensa jurídica, donde estaban estipulados
pagos de honorarios por distintos aspectos, que no habían sido enterados a la demandante,
así como también, el análisis de una particular interpretación de contractual, efectuada por
los tribunales de primera y segunda instancia, que tuvieron como consecuencia, que las
cláusulas del contrato, fueran desnaturalizadas, y en definitivas, sacadas de su contexto
literal.
Pues bien, este fallo no es uno de los que marque precedentes respecto a las líneas
jurisprudenciales que han tenido nuestros tribunales de justicia, y en especial, la Ilustrísima
Corte Suprema, en el marco de la tramitación de un recurso de casación, sino más bien, viene
a ratificar lo que en otras oportunidades se ha resulto al respecto.
Es de esta forma, que en lo concreto, los sentenciadores han analizado las implicancias que
traería aparejada una errada interpretación de las cláusulas contractuales, que vendrían a
provocar una desnaturalización de las mismas, y por ende, de lo acordado por las partes, en
el pleno uso de la libertad contractual, tanto en el ámbito de conclusión del contrato, como
en la configuración interna del mismo, al decidir el contenido de las cláusulas8, las cuales, a
partir de la suscripción del instrumento, y aceptación de los ámbitos de acción, de forma
posterior, los vincularán jurídicamente9.

3.1. Antecedentes de hecho entre las partes del juicio

Para tener un acabado conocimiento de los hechos, cabe contextualizar que, la demandada,
Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., requirió la contratación de servicios profesionales de
defensa jurídica, tanto en instancias administrativas, como judiciales, y para ello, procedió a
vincularse con la demandante, Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada.
Las prestaciones, estarían destinadas a que esta última, asumiera la defensa y representación
de los intereses de la demandada, relacionados íntegramente con una controversia existente
con el Ministerio de Obras Públicas, destinadas a recuperar los dineros que habían sido
invertidos por la demandada en la ejecución de las obras de concesión de la pavimentación
de la Ruta 5, tramo Los Vilos–La Serena, para lo cual, se debía concretar un procedimiento
administrativo ante la Comisión Conciliadora o la Comisión Arbitral, -obedeciendo a la
instancia respectiva si era el caso- ambas dependientes del Ministerio de Obras y que por
mandato legal, son las encargadas de resolver aquellos problemas de alta complejidad que se
vayan generando durante la conclusión de un contrato de concesión pública, todo ello, de
acuerdo a lo regulado en el artículo 36 del Decreto N° 900, de dieciocho de diciembre del
año mil novecientos noventa y seis, del Ministerio de Obras Públicas, que fijó el texto
refundido, coordinado y sistematizado del Decreto Fuerza de Ley MOP N° 164 del año mil
novecientos noventa y uno, que fija la Ley de Concesiones de Obras Públicas. Por tal, lo

8
BARCIA, (2007) p. 36-37.
9
LÓPEZ SANTA MARIA (2005), p. 269.

5
anterior, traería aparejado, asumir la concreción gestiones administrativas y de carácter
judicial, actuaciones, reuniones, presentación de recursos o incidentes que se fueran
formulando, o cualquier otro trámite, tendientes a la ejecución completa de su cometido
durante el transcurso de este tiempo.
Así las cosas, ambas partes, comenzaron a vincularse por medio de una carta-propuesta,
remitida por la Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada, la cual, fijaba en detalle,
los honorarios cobrados, y las gestiones que incluía la prestación de servicios encomendada.
Dicha propuesta de honorarios, fue aceptada en todos sus términos por la Sociedad
Concesionaria del Elqui S.A., el día dieciocho de abril del año dos mil siete, entendiéndose
por tal, que, desde esa fecha, las partes se vincularían contractualmente.
En lo concreto, se estableció el pago de honorarios que suponía un pago, a todo evento, por
la suma de 1.200 unidades de fomento, las cuales serían pagadas, independiente de los
resultados que se obtuvieran por el mandatario ante la Comisión Conciliadora o la Comisión
Arbitral el Ministerio de Obras Públicas, y que serían pagadas en tres parcialidades, en
distintas fechas estipuladas por las partes.
Por otra parte, se estableció, además, el pago de honorarios contingentes, los cuales estarían
relacionados directamente con los resultados favorables y, por ende, la recuperación efectiva
de dineros ante la Comisión Conciliadora o Comisión Arbitral, dependiendo el caso. El
monto a pagar, se calcularía teniendo en consideración el resultado obtenido, estableciendo
dos supuestos: el primero, hacía referencia a que si se recuperaba una suma de hasta 99.999
unidades de fomento, el honorario contingente adicional, sería de 2% de lo recuperado,
entendiéndose que, los honorarios a todo evento acordados, esto es las 1.200 unidades de
fomento, no eran imputables a este porcentaje; el segundo supuesto, apuntaba a que si se
recuperaba una suma igual o superior a 100.000 unidades de fomento, el honorario
contingente alcanzaría el monto equivalente al 4% de lo percibido, al cual, le sería imputable
el monto pagado por concepto de honorario a todo evento.
En cualquiera de los dos supuestos, se fijó que las fechas de los pagos corresponderían, en el
caso del honorario a todo evento, a tres parcialidades, donde la primera, se pagaría al
momento de aceptarse la propuesta de honorarios; la segunda, cuando se entregare el
expediente a la Comisión Conciliadora, y; la tercera, al presentarse la demanda ante la
Comisión Arbitral. Por último, en el caso de los honorarios contingentes, estos, se
devengarían en el momento que se efectuase la recuperación de los dineros.
De esta forma, la relación contractual que vinculó a ambas partes se extendió desde los meses
de abril del año dos mil siete, hasta el día primero de septiembre del año dos mil diez, que,
en los hechos, se tradujo desde que se aceptó la propuesta de honorarios, hasta que se dictó
por parte de la Comisión Arbitral, la sentencia, por medio de la cual, se condenó al Ministerio
de Obras Públicas al pago de la suma de 129.013 unidades de fomento a la Sociedad
Concesionaria del Elqui S.A.
Sin embargo, luego de estos eventos, sucedieron hechos, que dieron, en gran medida, origen
al conflicto judicial llevado a conocimiento de los tribunales de justicia. Pues bien, luego de
esta resolución arbitral, el Ministerio de Obras Públicas, dedujo recurso de queja contra la
sentencia indicada, el día ocho de septiembre del mismo año. Posteriormente, y dentro del
contexto, donde aún no eran pagados los honorarios contingentes, la demandada, con
conocimiento de la demandante –de acuerdo a lo acreditado en juicio de primera instancia-
procedió a suscribir mediante escritura pública, un contrato de transacción con la Dirección

6
General de Obras Públicas, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, donde se decidió
poner fin a la controversia generada, mediante la cual, esta última, se obligó, solo a pagar la
suma correspondiente a 65.000 unidades de fomento, y a desistirse del recurso de queja, que
aún estaba pendiente de resolución en la Corte de Apelaciones respectiva.
Ante este panorama, la sentencia dictada en el marco del procedimiento arbitral ante la
Comisión, no quedó, bajo ningún supuesto, firme y ejecutoriada, pues, sobre ella, no era
posible presentar recurso alguno, pero si se presentó uno de queja, que, en los hechos,
provocó que no pudiese ser exigible el pago por no estar ejecutoriada la resolución. Todo lo
anterior, fue abruptamente sustituido, por la transacción arribada por la demandada,
quedando, a la vista, que aún faltaban por parte de la demandante, gestiones y actuaciones
procesales, para dar por terminada la tarea encomendada.
Ante este evento, la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., procedió solo a pagar a la
Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada, la suma correspondiente a 12.000
unidades de fomento, por concepto de honorarios a todo evento, y desestimó cualquier otro
pago adicional de honorarios contingentes, referentes al monto obtenido en el marco de la
transacción.

3.2.- Fallo de tribunal a quo

Teniendo en cuenta los antecedentes previamente expuestos, la Sociedad de Profesionales


Harasic y López Limitada, procedió a interponer acción en juicio sumario por cobro de
honorarios, a fin de recuperar la cantidad de 3.960,53 unidades de fomento, o la suma que el
tribunal fijara, y, subsidiariamente, interpuso acción de regulación de honorarios
profesionales, a fin de que, si el tribunal estimaba pertinente, estos, fueran determinados
judicialmente, y, por ende, se dispusiera de su pago.
Ante este evento, la demandada, contestó rechazando la acción, por cuanto, supone que se
encuentra prescrita, entendiendo que el honorario contingente, se pagaría, en el evento de
que se cumpliera la condición suspensiva, de que se recuperase el total de las sumas
demandadas por medio de la Comisión Arbitral, pero, en el supuesto de la presentación del
recurso de queja por parte del Ministerio de Obras Públicas ante la Corte de Apelaciones de
Santiago, temiendo la revocación del fallo, se firmó transacción, por una suma menor, que,
solo permite –a juicio de esta parte- el pago del 2 % de los honorarios, los cuales, no habían
sido pagados a la fecha de presentación de la demanda.
Se entiende por la demandada, que la condición suspensiva a la cual estaba supeditada el
cumplimiento de la obligación de pagar los honorarios contingentes, correspondía al hecho
de que se recuperase el total del dinero, mediante procedimientos estipulados por la Ley de
Concesiones. Esta condición suspensiva positiva10, por tanto, es la que depende de un hecho
futuro e incierto, del cual emana la obligación de pago del 4 % correspondiente por
honorarios contingentes, derivados de la recuperación efectiva de 129.013 unidades de
fomento a favor de la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A. Todo lo anterior, se desprende

10
PEÑAILILLO ARÉVALO, (2003), p. 356-357.

7
de lo analizado por parte de la doctrina, en relación a la clasificación de las obligaciones
condicionales.
En consideración a todos estos antecedentes, el sentenciador de ad quo, con fecha cinco de
agosto del año dos mil catorce, estimó, que era procedente rechazar la excepción de
prescripción de la acción, y procedió a acoger la tesis de cobro de honorarios profesionales,
por el saldo insoluto de 3.960,53 unidades de fomento, más sus respectivos intereses
corrientes devengados desde la presentación de la demanda, hasta la dictación de la sentencia,
con expresa condenación en costas de la tramitación.

3.3.- Fallo de tribunal ad quem

La Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., ante la resolución recaída en primera instancia,
procede a presentar recurso de apelación ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de
Santiago, al cual, se adhiere la contraparte.
Al respecto, la sentencia de segunda instancia, fue dictada con fecha doce de diciembre del
año dos mil catorce, y procede a confirmar lo dispuesto por el tribunal civil, condenando al
pago por concepto de honorarios contingentes, por la suma ascendiente a 3.960,53 unidades
de fomento a la Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada, esto en base a que, ante
el evento de que la resolución de la Comisión Arbitral -respecto de la cual, no era posible
interponer recurso alguno- se encontraba paralizada, por la interposición del recurso de queja,
y por ende, bajo ningún supuesto, se encontraría firme y ejecutoriada, se considero por el
tribunal, que la obligación estaba sujeta a una condición suspensiva, esto es, al pago de los
honorarios contingentes, y que en el evento no se cumpliría, por la realización de actos de la
demandada, que, sin intervención del mandatario judicial, aceptó la transacción, por ende,
era procedente condenarla al pago total de los honorarios adeudados.
Así las cosas, existía una infracción clara y manifiesta a lo dispuesto en los artículos 12,
1.487, 2.006, en relación con lo dispuesto en los artículos 1.997, 2.117 y 2.118, todos del
Código Civil.

3.4.- Fallo de casación

Ante las sentencias recaídas, tanto en primera, como en segunda instancia, la demandada,
Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., advirtiendo la existencia de errores de derecho y de
una errada aplicación de normas jurídicas, que influían sustancialmente en lo dispositivo del
fallo y, por ende, su resultado iba en contra de todos sus intereses pecuniarios, procedió a
interponer recurso de casación en el fondo, con el objeto de que se revisara el contexto, y el
tenor de las cláusulas contractuales, lo cual, en definitiva, se basó en los siguientes
argumentos expuestos:

8
a) En primer lugar, indica la demandada, que, en el fallo, se han infringido normas de
gran importancia en materia contractual, como es el caso de lo estipulado en el
artículo 1.545, en relación con el 1.566 del Código Civil.
La regla de interpretación contenida en el artículo 1.566 hace referencia a que, “No
pudiendo aplicarse ninguna de las reglas precedentes de interpretación, se
interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor”. Acto seguido, el inciso
segundo dispone que “Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o
dictadas por una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán contra ella,
siempre que la ambigüedad provenga de la falta de una explicación que haya debido
darse por ella”. De acuerdo a lo que indica el autor nacional, Jorge López Santa María,
esta regla de interpretación es muy utilizada en materia judicial, al momento de que
los tribunales quieren darles el verdadero sentido a las cláusulas contractuales.
Descansa en la aplicación del principio de equidad, dándole favor al deudor dentro
de la obligación, en virtud de que, dentro del juicio, ha sido el acreedor, quien ha
probado las obligaciones existentes. Por su parte, en el segundo inciso de esta
disposición, se indica que esta cláusula será entendida a favor de aquel que no haya
participado en la redacción de la misma, por lo cual, protege claramente, al más débil
de la relación contractual11.
Por lo anterior, la sentencia de la Corte de Apelaciones, al interpretar el contrato de
prestación de servicios a honorarios, lo ha hecho utilizando la regla contenida en esta
disposición, es decir, ha utilizado la regla subsidiaria de interpretación, o llamada
también, regla favor debitoris, respecto de la cual, ante la existencia de cláusulas
ambiguas, se inclinará la balanza a favor del deudor.
Sin embargo, se omitió el tenor literal del contrato, de acuerdo a lo indicado en el
artículo 1.545 del mismo cuerpo legal. Con ello, se desnaturalizó la intención de las
partes, pues ambas, estaban en pleno conocimiento de la transacción que se estaba
arribando con el Ministerio de Obras Públicas, y en ningún momento la demandante
se negó a que se concretara esta solución colaborativa, pues, no manifestó su rechazo,
e incluso, es más, contribuyó en su redacción.
b) El segundo error contenido en la sentencia del tribunal ad quem, apunta a una
infracción, que, para efectos de este análisis, no cobra importancia, pero igualmente
se hará referencia, por influir en lo dispositivo del fallo.
Apunta a la infracción del artículo 1.712 del Código Civil, en el ámbito de las
presunciones, en relación con el artículo 426 del Código de Procedimiento Civil, por
cuanto, la sentencia confirmada, presumía que los abogados de la Sociedad de
Profesionales Harasic y López Limitada, nunca quisieron que se suscribiera el
contrato de transacción, aun cuando, existían correos electrónicos, que informaron a
la demandante del actual estado de la transacción suscrita, e incluso es más, dicho
instrumento, fue corregido por uno de estos profesionales.

11
LÓPEZ SANTA MARÍA, (2005), pp. 461-462.

9
Ante este panorama, al llevar a conocimiento de la Excelentísima Corte Suprema, mediante
recurso de casación, se revisaron estos dos aspectos controvertidos, y, en definitiva, se
revirtió lo decidido en las dos oportunidades anteriores, acogiendo el recurso de casación, y,
por ende, invalidando la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Acto seguido, procedió a dictar sentencia de reemplazo, que fijó los parámetros por los cuales
debía regirse el pago de los honorarios contingentes, que como se analizará, no se alejaban,
en nada, respecto al tenor literal de lo propuesto en la carta de honorarios, y debidamente
aceptado por la demandada de autos.

3.5.- Sentencia de remplazo

En virtud de haber acogido el recurso de casación en el fondo, se procedió, a dictar la


correspondiente sentencia de reemplazo, la cual, en definitiva, resolvió que se condenaba a
la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., al pago por concepto de honorarios contingentes,
a la demandada, por un monto bastante inferior al ya fijado, esto es 1.300 unidades de
fomento, con su respectiva equivalencia a pesos, al día del pago efectivo, más el
correspondiente pago de los intereses para operaciones reajustables, que se devenguen desde
la fecha que esta sentencia se encuentre ejecutoriada.
Con lo anterior, se tomó en consideración para el cálculo de este valor, los dineros que
efectivamente la demandada recuperó, gracias a las gestiones de Sociedad de Profesionales
Harasic y López Limitada, esto es, 65.000 unidades de fomento, siguiendo a cabalmente el
tenor literal de las cláusulas contractuales que estaban establecidas en la carta de proposición
de honorarios, y que fueron aceptadas por la demandada.

4.- Significación contenida en la decisión

La decisión contenida en el fallo de casación, no viene más, que a confirmar la supremacía


que posee la manifestación autónoma de la voluntad de las partes, tanto en la concreción,
como en la generación de las cláusulas que los van a vincular posteriormente, así como
también, de las obligaciones y derechos que van a emanar de este vínculo jurídico mientras
dure el contrato.
Por tanto, los sentenciadores al haber revisado el contenido del contrato mediante este
procedimiento recursivo, lo hicieron ciñéndose al sentido literal que querían expresar las
partes, y, por ende, se interpretaron los parámetros por los cuales se regiría el cumplimiento
de la obligación de pagar los honorarios contingentes, por parte de la Sociedad Concesionaria
del Elqui S.A., a la demandada. Esta significación, hacía referencia a que, se procedería a
efectuar el pago, en relación al monto que efectivamente se obtuviere como resultado de las
gestiones profesionales.
Pues bien, estos se recuperaron mediante una transacción, la demandante igualmente
participó en su concreción, puesto que, tuvo conocimiento cierto, de las tratativas que se
estaban efectuando con el Ministerio de Obras Públicas, en el marco de las negociaciones
llevadas a cabo, post dictación de la sentencia arbitral de la Comisión Arbitral.

10
Es así, que el sentenciador en el particular, procedió, en definitiva, a fijar en el considerando
quinto de la sentencia que acoge la casación, que la interpretación de los contratos está
otorgada siempre a los magistrados de la instancia, pero solamente procede que las cláusulas
contractuales, puedan ser revisadas por el tribunal de fondo, cuando exista una manifestación
cierta, que degenere en una desnaturalización del contenido del contrato.
Cada vez que el sentenciador le está dando un nuevo sentido o alcance a las disposiciones
del contrato -que no sea aquel que las partes le hayan querido otorgar desde un principio, por
aplicación de la autonomía de la voluntad de las mismas, en la concreción, desarrollo y
término de las obligaciones que se generan- se produce la desnaturalización ya referida, tan
perjudicial, para vislumbrar el verdadero sentido y alcance de la obligación contractual que
desde un principio quisieron establecer.
Con lo resuelto, por ende, se cumple lo que, hasta la fecha, la Corte Suprema ha fallado en
relación a la interpretación contractual, y, por tanto, en la sentencia, se procede de acuerdo a
derecho, a otorgarle la significación, todo lo cual, lo efectúa en razón de la aplicación de las
reglas de interpretación, que más se puedan acercar y aplicar al particular, respetando lo
manifestado por los partícipes de la relación jurídica, teniendo como premisa mayor, lo
señalado por el aforismo en latín, pacta sun servanda, lo pactado obliga y que en este caso,
corresponde a una ley para los contratantes.

5.- Reflexiones

A raíz de lo resuelto por la Excelentísima Corte Suprema y a propósito de lo ya analizado,


cabe referirse a los siguientes puntos, con el objetivo de abarcar todos los espectros que el
fallo consideró, pues se ven íntegramente relacionados, tanto la autonomía de la voluntad, el
efecto relativo de los contratos, las técnicas de interpretación contractual en el marco de la
revisión de los antecedentes de hecho y de derecho dentro de la tramitación de la casación,
así como también, las implicancias que tiene el que las partes del caso sub lite, se hayan
vinculado en el marco de un contrato de prestación de servicios profesionales de abogados.

5.1.- En cuanto a la interpretación contractual en el marco del Recurso de Casación

Ya, la sentencia de casación, en el considerando quinto, hacia suyo lo indicado por Luis Claro
Solar en su obra Derecho Civil Chileno y Comparado, en relación a que “el poder soberano
de los jueces del pelito para establecer los hechos de la causa, no puede extenderse a su
apreciación jurídica y a la determinación de la ley que les sea aplicable; y por consiguiente
la ilegal apreciación de las cláusulas del contrato y erróneas consecuencias que de esta ilegal
apreciación deduzcan los jueces del pleito debe ser sometidas a la censura de la Corte
Suprema por medio del recurso de casación por violación del artículo 1545, o sea por
violación de la ley del contrato12”.

12
CLARO SOLAR (1979) p. 474.

11
En el mismo marco de actuación, desde tiempos pretéritos, la Corte Suprema13, se ha referido
respecto de los parámetros que le corresponde, en relación con la determinación de la
voluntad de los contratantes. Al respecto señala, que, es meramente a una cuestión de hecho,
el darles un nuevo sentido a las cláusulas contractuales, y, por tanto, le está totalmente vedado
al Tribunal de Casación, la determinación de esta interpretación de las cláusulas del contrato.
Sin embargo, reconoce que, si se desnaturaliza la naturaleza jurídica de un acto o contrato,
deja de serlo para transformarse en una cuestión de derecho que debe ser revisado por el
Tribunal de Casación14.
Teniendo ya, definido el ámbito de actuación del máximo Tribunal del Estado, se puede
indicar que esta tarea, la de conocimiento y posterior interpretación judicial del contrato, la
debe efectuar usando los elementos que el propio legislador le ha entregado, como lo son las
reglas de interpretación de los contratos, contenidas en los artículos 1.560 al 1.566 del Código
Civil, así como también, la de aplicación de los principios de especialidad, contenidos en los
artículos 4° y 13 del mismo cuerpo legal; de los principios generales del derecho; la buena fe
contractual, por último, la equidad natural.

5.2.- En cuanto a el contrato de prestación de servicios profesionales y mandato

Por último, cabe analizar el hecho de que el contrato suscrito entre las partes, se enmarca
dentro los que son prestados por profesionales que, de forma independiente, ponen a
disposición sus servicios para la concreción de la gestión encomendada15. En cuanto a su
regulación, la Corte de Casación, estimó en su considerando octavo, que esta gestión cumplía
con las características de un mandato, cuya regulación está contenida en el Título XXIX del
Libro Cuarto del Código Civil, y específicamente, en este caso, su regulación está contenida
en el artículo 2.118, a propósito de la prestación de servicios profesionales y carreras que
requieren de largo tiempo de estudio o que se pueda representar a un tercero, como es el caso
en estudio.
Por otra parte, los honorarios adeudados, de acuerdo a lo analizado por la Corte Suprema,
eran actualmente exigibles, y a este respecto, cabe referirse a cuándo prescribe la acción del
abogado para cobrar sus respectivos honorarios. Esta apunta a un plazo de diez años, como
acción ejecutiva y veinte años, como acción ordinaria16.
En el particular, la Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada al momento de pactar
los honorarios contingentes, lo hace vislumbrando, no solo por el interés de su mandante,
sino que, a juicio de esta parte, lo realiza, esperando obtener una retribución mayor, por ende,
cobra preponderancia el resultado obtenido por medio de la Comisión Arbitral, donde
claramente, los honorarios, ascendían a un monto mayor, que al efectivamente obtenido por
medio de la transacción.

13
El particular, se refiere a una sentencia dictada por la Corte Suprema, en el marco de la tramitación de una
Casación de Fondo, cuya resolución fue dictada con fecha veintiocho de junio del año mil novecientos setenta
y dos. En ella, se analiza la interpretación de cláusulas de un contrato de transporte de pasajeros y equipaje en
vehículos. VERGARA ALDUNATE, (1992), p. 43.
14
LEÓN HURTADO, (1991), p. 43.
15
NAVARRO ALBIÑA, (2005), pp. 205-206.
16
GONZÁLEZ, (2009), p. 625 a 631.

12
Para este evento, la doctrina ha estimado que este tipo de mandatos, que reportan una utilidad
tanto para el mandante, como para el mandatario, se les ha denominado, mandato in rem
suam17, el cual, es plenamente válido en nuestra legislación, y que se ha visto aumentado en
su uso, por las practicas económicas, el sistema financiero y las operaciones donde los que
detentan el poder para representar a otro, utilizan todos los medios, para obtener un
incremento en los ingresos que eventualmente pueden obtener al concluir la realización de
las gestiones encomendadas.
Por otra parte, ya la Corte Suprema, ya se ha referido a conflictos similares, como es el caso,
donde al igual que el caso analizado, mediante contrato de honorarios de prestación de
servicios profesionales de abogado, en el marco de lo regulado en el artículo 2.118 del Código
de Bello, se establecieron honorarios a resultado, en donde el 20 % de lo obtenido, ya sea por
judicialización del conflicto laboral, o simplemente, por arribo de un acuerdo judicial o
extrajudicial, así, estos ingresos, de cualquier forma, significarían pago para el profesional.
De esta forma, al igual que el caso objeto de estudio, el mandante, arribó a un acuerdo con el
ex empleador y por ende, la Corte de Casación, falló a favor del abogado, ciñéndose
rigurosamente al contenido de las cláusulas contractuales, en donde no se especifica
claramente, si en la obtención del resultado, dependerá de la intervención del profesional o
no18.

6.- Comentarios Finales.

El rol que deben efectuar los sentenciadores de nuestro país, tanto en primera como en
segunda instancia, es más bien el de aplicar lo dispuesto por las partes, en el contrato que las
obliga. Sin embargo, la Corte Suprema, en el marco de la tramitación de una casación en el
fondo, es a quien le está daba la facultad de realizar una interpretación judicial, en la cual,
conozca con integridad, todas las cláusulas contractuales, y pueda, en base a ese
conocimiento, efectuar la dictación de la sentencia respectiva, interpretándola, sin apartarse
de la utilización de todos los elementos disponibles por el legislador civil, para interpretar,
esto es, los contenidos en los artículos 1.560 a 1.566 del Código Civil; así como también, los

17
El origen de esta institución se remonta al derecho romano clásico, en donde, al momento de transferir la
herencia de un heredero a un tercero, lo que hoy conocemos como cesión del derecho real de herencia, el
cesionario, que correspondía al mandatario, demandaba al verdadero heredero del causante, el cual, no ponía
resistencia alguna ante esta petición, y concluía con el hecho de que el juez, concedía al mandatario, el derecho
sobre la herencia. Por tanto, el mandatario-cesionario, actuaba en pos de su propio interés, constituyéndose el
mandato, como un negocio indirecto dentro de la relación, interesándole a ambas partes. En cuanto a la
utilización de esta figura en la legislación nacional, se efectúa en el marco de lo dispuesto en el artículo 2.120,
en el sentido de indicar que si el encargo interesa juntamente al que hace el encargo y al que lo acepta. Por su
parte, la jurisprudencia se ha referido también a esta institución, desde tiempos pretéritos, año mil novecientos
diecisiete, al señalar que, existe mandato aún cuando éste sea promovido por el mandatario, en su propio
beneficio. Los presupuestos para que opere esta institución, apuntan en primer lugar a que debe existir o
preexistir de forma coetánea una relación contractual más compleja; así como también, las partes deben estar
vinculadas por el otorgamiento de un mandato y que de este se desprenda una vinculación funcional; que exista
un interés cierto del resultado del negocio jurídico por parte del mandatario; y, por último; que este mandato,
no haya sido revocado. Extraído de ESPINOSA VÁSQUEZ, Álvaro (2013), pp. 53-76.
18
Extracto de Sentencia de Corte Suprema, que acoge Recurso de Casación, con fecha de 29 de enero de 2.016.
MIRANDA GUZMÁN, (2016), p. 72.

13
principios de especialidad regulados en los artículos 4° y 13 del mismo cuerpo legal; y,
conjuntamente, verificar el ámbito de aplicación de la interpretación, esto es, si ésta
corresponde a una interpretación declarativa, extintiva o restrictiva; revisar si procede la
aplicación de las reglas prácticas de interpretación a fortiori, a contrario sensu, de distinción,
etc.; y por último, aplicar, en los casos que corresponda, y como ultima ratio, el espíritu
general de la legislación, la equidad natural y la buena fe contractual.

14
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Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada con Concesionaria del Elqui S.A. (2016). Corte
Suprema/07 de Julio de 2016 (Recurso de Casación, Juicio Sumario por Cobro de Honorarios. Cita Online:
CL/JUR/4892/2012. Thomson Reuters.

15
ANEXOS

1.- Sentencia de Casación de Excelentísima Corte Suprema, Rol N° 2851-2015, de siete


de julio del año dos mil dieciséis.

Sentencia de Casación.

Santiago, siete de julio de dos mil dieciséis.

Vistos:

Ante el Vigésimo Tercer Juzgado Civil de Santiago, en los autos rol Nº 26.657-2012, la
Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada, representada por Julián López Masle,
dedujo demanda en juicio sumario de cobro de honorarios profesionales en contra de la
Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., representada por José Francisco Canales Agurto o
por José Enrique Calcagni Castillo, a fin que sea condenada al pago del equivalente en pesos
a 3.960,52 unidades de fomento o la suma mayor o menor que el tribunal fije, con interés y
costas. En subsidio, interpuso demanda de regulación de honorarios profesionales, con el
objeto que el tribunal determine los honorarios que la demandada debe pagar a la actora y
disponga su pago, más reajustes, interés y costas. Funda su acción, tanto principal como
subsidiaria, en los servicios profesionales prestados por la actora a la demandada desde abril
de 2007 a fines de 2010, a raíz de una controversia entre la Sociedad Concesionaria del Elqui
S.A. y la Dirección General de Obras Públicas del Ministerio de Obras Públicas, durante la
fase de explotación de la “Concesión Internacional Ruta 5, Tramo Los Vilos-La Serena”, en
que fue necesario reparar daños provocados en la calzada. Señala que la actora se encargó de
la defensa y representación de los intereses de la sociedad concesionaria ante la Comisión
Conciliadora y luego, ante la Comisión Arbitral constituida de acuerdo con el artículo 36 de
la Ley de Concesiones de Obras Públicas. Indica que la Comisión Arbitral dictó sentencia
acogiendo la demanda de la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A. en contra del Ministerio
de Obras Públicas, condenándolo a pagar el equivalente en pesos a 129.013 unidades de
fomento. Expresa que se pactó un honorario a todo evento de 1.200 unidades de fomento,
que se pagaría en cuotas y que fue oportunamente enterado; y un honorario contingente
vinculado a los resultados del juicio, esto es, si se recuperaba una suma hasta 99.999 unidades
de fomento ascendería al 2% de la suma recuperada, y si aumentaba a una cantidad igual o
superior a 100.000 unidades de fomento correspondería al 4% de esa cantidad; en este último
caso el honorario a todo evento ya pagado sería imputable al contingente. Agrega que la
intención de los contratantes al celebrar el acuerdo fue pactar un honorario variable por el
resultado consistente en la obtención de una decisión favorable, midiendo la magnitud de
dicho resultado en términos de la suma que la sentencia determinara que tendría derecho a
recuperar la sociedad concesionaria producto de la gestión encomendada a sus abogados.
Manifiesta que la sentencia de la Comisión Arbitral condenó al Ministerio de Obras Públicas
a pagar una cantidad superior a 100.000 unidades de fomento, por lo que el honorario
contingente ascendió al 4% de 129.013 unidades de fomento, esto es, 5.160,52 unidades de
fomento, monto al que debe restarse el honorario a todo evento de 1.200 unidades de
fomento, de manera que la cantidad devengada resulta ser equivalente a 3.960,52 unidades

16
de fomento. Asevera que la demandada se ha negado a pagar a la actora los honorarios
legítimamente ganados.
La demandada contestó el libelo a fojas 46 del Tomo II, solicitando su rechazo. En primer
término, opuso excepción de prescripción de la acción deducida. Luego, argumentó que la
actora le presentó una carta de propuesta u oferta de honorarios para la defensa y
representación de sus intereses en la controversia con el Ministerio de Obras Públicas, hasta
“la recuperación efectiva de todo o parte de las sumas reclamadas”, a través de una acción de
reclamación ante la Comisión Conciliadora y la Comisión Arbitral; dicha propuesta fue
aceptada por su parte. Indica que el honorario contingente se devengaba y sería exigible en
el evento de cumplirse una condición suspensiva que consistía en la recuperación efectiva de
las sumas demandadas. Expresa que efectivamente la Comisión Arbitral, mediante laudo
arbitral de 1 de septiembre de 2010, acogió la demanda y condenó al Ministerio de Obras
Públicas a pagar la suma de 129.013 unidades de fomento. Continúa el relato de los hechos
agregando que contra esa sentencia, el referido Ministerio presentó un recurso de queja ante
la Corte de Apelaciones de Santiago, por lo que el fallo de la Comisión Arbitral no se
encontraba firme; y durante su tramitación, ante el temor que el laudo arbitral fuera revocado,
se inició una etapa de negociación con el quejoso, con conocimiento de sus abogados, que
finalizó con una transacción en la que el Ministerio de Obras Públicas se obligó a pagar la
cantidad de 65.000 unidades de fomento, cifra que estima es la base de cálculo para
determinar los honorarios pendientes, de manera que corresponderían al 2% de la suma
efectivamente recuperada. En cuanto a la demanda subsidiaria, pidió su rechazo por los
mismos fundamentos señalados, agregando que no es necesaria pues los honorarios a pagar
se encuentran determinados por la carta oferta en comento.
El tribunal de primera instancia mediante fallo de cinco de agosto de dos mil catorce, que se
lee a fojas 499 y siguientes del Tomo II, rechazó la excepción de prescripción de la acción;
y acogió la demanda de cobro de honorarios profesionales, con costas, condenando a la
demandada a pagar el saldo insoluto, correspondiente a la suma equivalente en pesos a
3.960,53 unidades de fomento al día del pago efectivo, más intereses corrientes calculados
desde que la presente sentencia se encuentre firme y ejecutoriada.
El tribunal de segunda instancia, conociendo de la apelación deducida por la parte demandada
y de la adhesión interpuesta por la demandante, por fallo de doce de diciembre de dos mil
catorce, escrito a fojas 510 del Tomo I, confirmó la sentencia en alzada. En contra de esta
última decisión, la parte demandada deduce recurso de casación en el fondo por haberse
incurrido, en su concepto, en infracciones de ley que han influido sustancialmente en lo
dispositivo del fallo, pidiendo que este tribunal la invalide y dicte la de reemplazo que
rechace la demanda interpuesta y determine que sólo está obligada a pagar por concepto de
honorarios, la suma de 1.300 unidades de fomento, correspondientes al 2% calculado sobre
el recupero efectivo de 65.000 unidades de fomento. Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero:
Que la parte demandada funda su recurso sosteniendo que los jueces, al acoger la demanda,
incurrieron en dos errores de derecho.

17
El primero, lo hace consistir en la infracción del artículo 1545 del Código Civil, en relación
con el artículo 1566 del mismo texto legal, toda vez que la sentencia impugnada, que
interpretó el contrato que vincula a las partes, se desapegó del tenor literal de la carta de
honorarios, que es clara en cuanto define que el resultado favorable corresponde a la suma
efectivamente recuperada, desatendiendo el mandato del citado artículo 1545, que impide
desnaturalizar tanto la intención de las partes al convenir, como los efectos propios que el
contrato debía surtir. Agrega que para arribar a la conclusión referida, los jueces del grado
torcieron el tenor literal de una cadena de correos electrónicos que indicaban la
recomendación de los abogados en orden a no aceptar la redacción que se estaba otorgando
a determinada cláusula del contrato de transacción -por el cual se puso término al proceso-,
extrapolándola a una negativa generalizada de los asesores legales en el sentido de no transar
el resultado del juicio por motivo alguno (voluntad que nunca existió y no fue manifestada),
ampliando ilegalmente su contenido. Aduce que esta errónea interpretación se traduce en una
transgresión a las normas del Título XIII del Libro IV del Código Civil, denominado "De la
Interpretación de los Contratos", y en especial del artículo 1566, que establece que, en caso
de no poder aplicarse las normas interpretativas que le preceden –de los artículos 1560 a 1565
del Código Civil-, se interpretarán las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o
dictadas por una de las partes, en contra de ella “siempre que la ambigüedad provenga de la
falta de una explicación que haya debido darse por ella”. Afirma que los sentenciadores
hicieron caso omiso a este mandato legal, e interpretaron el pacto de honorarios de un modo
favorable a la demandante, quien redactó el contrato, perjudicando a su parte. Añade que el
litigio se ventila debido a que la parte demandante no fue clara en la redacción de la carta de
honorarios, como para determinar que los honorarios contingentes se pagarían en relación a
la suma obtenida en la Comisión Arbitral, con independencia de la que efectivamente se
recuperara, entendida esta última expresión en su sentido natural y obvio. Precisa que, si esta
aclaración hubiera constado en el contrato de honorarios, habría negociado mejores
condiciones, o bien, este juicio no hubiera existido. Por ello, indica que el tribunal debió
aplicar las reglas contenidas en el mencionado Título XIII, específicamente el artículo 1566,
por no ser aplicables las seis primeras, esto es, las de los artículos 1560 a 1565.
En cuanto al segundo error de derecho, la compareciente lo vincula con la vulneración del
artículo 1712 del Código Civil, en relación con el artículo 426 del Código de Procedimiento
Civil, relativos a las presunciones. Al respecto, indica que la sentencia impugnada para
acoger la demanda, construyó una presunción que se materializa en el considerando vigésimo
segundo del fallo de primera instancia, en orden a estimar que la intención de los abogados
demandantes siempre fue no suscribir el acuerdo de transacción, presunción que carece de
los parámetros de gravedad y precisión que la ley exige. En ese sentido, argumenta que los
jueces arribaron a la conclusión señalada, presumiendo la supuesta voluntad de los abogados
asesores de no transar, basados sólo en dos correos electrónicos, acompañados al proceso
entre muchos otros, desconociendo otros antecedentes que impedían formar la precisión y
gravedad requeridas, pues apuntaban a determinar exactamente lo contrario. Al efecto,
manifiesta que los sentenciadores desestimaron otros correos electrónicos acompañados,
donde el abogado Julián López opinaba, corregía y autorizaba el contrato de transacción,
cooperando en su redacción; asimismo, no estimaron otros antecedentes que destruyen la
presunción construida, como el tenor literal de la carta de honorarios, la escritura pública de
transacción donde consta la suma efectivamente recuperada, las sentencias de Corte de

18
Apelaciones y Corte Suprema, donde se demuestra que mediante recursos de queja se han
rebajado o eliminado las ganancias obtenidas por sociedades concesionarias. Añade que
tampoco consideran que no existe correo electrónico, comunicación o probanza alguna,
donde se sostenga de manera expresa e indubitada por el mismo abogado que no estaba de
acuerdo con transar. Por otra parte, respecto de la referencia que en el considerando vigésimo
sexto de la sentencia de primer grado se realiza al artículo 36 del Código de Ética Profesional
del Colegio de Abogados, afirma que no se aplica en la especie, pues el acuerdo de honorarios
alcanzado entre las partes no es un pacto cuota litis, porque la misma norma dispone que no
se entenderá que se ha pactado cuota litis si el abogado ha recibido una remuneración a todo
evento y, además, ha pactado un premio por éxito, que corresponde a la situación de autos;
por el contrario, indica que no se consideró el artículo 34 del aludido código, que obliga al
profesional a construir su pacto de honorarios de modo preciso y claro.
Finaliza desarrollando la influencia que los errores de derecho denunciados tuvieron en lo
dispositivo del fallo. Al efecto, señala que, si el tribunal de segunda instancia hubiera
aplicado correctamente las normas indicadas, habría arribado a la conclusión que el honorario
contingente adeudado asciende sólo al 2% de la suma efectivamente recuperada, esto es, de
65.000 unidades de fomento.

Segundo:
Que la sentencia estableció como hechos de la causa, en lo que interesa al recurso, los
siguientes:
a) Con fecha 16 de abril de 2007, la demandante Sociedad de Profesionales Harasic y López
Ltda. presentó a la contraria, representada por don Juan Alberto Facuse, Fiscal de ITINERE,
a esa fecha sociedad matriz de la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A, para su aceptación,
una carta de propuesta u oferta de honorarios, para asumir la defensa y representación de sus
intereses en una controversia con el Ministerio de Obras Públicas, carta-oferta que fue
aprobada mediante carta de aceptación de fecha 18 de abril de 2007.
b) La Sociedad Concesionaria del Elqui S.A. contrató los servicios profesionales del Estudio
Jurídico Harasic & López Abogados, a fin de que representara sus intereses ante la Comisión
Conciliadora y, eventualmente, ante la Comisión Arbitral, que se constituyera de acuerdo al
artículo 36 de la Ley de Concesiones de Obras Públicas, en la reclamación tendiente a
recuperar la inversión en pavimentos originada en la ejecución del contrato de concesión
Ruta 5, Tramo Los Vilos-La Serena, y en particular asumiera todas las gestiones, actuaciones,
incidentes y recursos a que diera lugar dicha reclamación hasta la completa ejecución del
fallo, en su caso.
Se pactó un honorario a todo evento de 1.200 unidades de fomento, independiente de los
resultados que se obtuvieran, que se devengaría en tres cuotas, una al momento de aceptarse
la propuesta de honorarios, la segunda a la época de entregarse el expediente a la Comisión
Conciliadora y la última, al presentarse la demanda ante la Comisión Arbitral; suma que se
encuentra íntegramente pagada.
Asimismo, se fijó un honorario contingente, vinculado a los resultados favorables del juicio,
entendiéndose por tal la recuperación efectiva de todo o parte de las sumas reclamadas, el
cual se calcularía según las siguientes reglas: a) si el resultado favorable consistía en la
recuperación de una suma de hasta 99.999 UF, el honorario contingente adicional
correspondería al 2% de la suma recuperada, en cuyo caso, el honorario a todo evento ya

19
pagado no sería imputable al contingente, de manera que el honorario total por la gestión
correspondería a la suma de ambos valores; b) si el resultado favorable fuera la recuperación
de una suma igual o superior a las 100.000 UF, el honorario contingente adicional
correspondería al 4 % de la suma recuperada, en cuyo escenario, el honorario a todo evento
ya pagado sería imputable al contingente, de modo que el honorario total por la gestión
resultaría equivalente al honorario contingente.
Se estableció que el honorario contingente se devengaría en el momento en que la
recuperación se hiciera efectiva, hecho que ocurrió el día 18 de mayo de 2012; que los gastos
serían de cargo de la Sociedad Concesionaria; que todas las sumas acordadas se entenderían
brutas, incluyendo los impuestos correspondientes; y que las boletas se extenderían por el
valor de la unidad de fomento al momento de su emisión.
c) La obligación principal del Estudio Jurídico Harasic y López Abogados consistía en asumir
la defensa de los intereses de la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A. ante la Comisión
Conciliadora y, eventualmente, ante la Comisión Arbitral, que se constituyera de acuerdo al
artículo 36 de la Ley de Concesiones de Obras Públicas, en la reclamación tendiente a
recuperar la inversión en pavimentos originada en la ejecución del contrato de concesión
Ruta 5, Tramo Los Vilos-La Serena, incluyendo todas las gestiones, actuaciones, incidentes
y recursos a que diera lugar dicha reclamación, hasta la completa ejecución del fallo, en su
caso.
Como contrapartida, la obligación esencial de la sociedad concesionaria consistía en pagar
los honorarios acordados.
d) La relación profesional que vinculó a las partes se extendió a lo menos entre el mes de
abril del año 2007 y el de septiembre de 2010, e incluyó tanto la interposición y posterior
tramitación del reclamo de compensación de obras adicionales ante la Honorable Comisión
Conciliadora, como asimismo la subsecuente demandada de compensación de obras
adicionales, deducida y tramitada ante la Comisión Arbitral, proceso que concluyó con la
dictación de la sentencia de fecha 1 de septiembre de 2010, mediante la cual se condenó al
Ministerio de Obras Públicas al pago de 129.013 UF, desempeño profesional que requirió
múltiples reuniones de trabajo y copiosa comunicación entre las partes.
e) Con fecha 8 de septiembre de 2010, el Ministerio de Obras Públicas dedujo en contra de
la referida sentencia recurso de queja, del cual se desistió con fecha 2 de noviembre del
mismo año.
f) El día 22 de octubre de 2010 don Jorge Ale Yarad, en representación de la Dirección
General de Obras Públicas, y don José Enrique Calcagni Castillo, en representación de
Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., suscribieron mediante escritura pública y a fin de
poner fin a la controversia, contrato de transacción por el cual la Dirección General de Obras
Públicas se obligó a pagar a la Concesionaria la suma equivalente en pesos a 65.000 unidades
de fomento y a desistirse del recurso de queja interpuesto.
g) Ante la decisión del Ministerio de Obras Públicas de interponer con fecha 8 de septiembre
de 2010 un recurso de queja en contra de la sentencia de la Comisión Arbitral, la referida
sentencia no quedó firme, por cuanto la Corte de Apelaciones le dio tramitación, de lo que
se desprende que aún restaban algunas actuaciones procesales para que dichos profesionales
pudieran dar por afinado y cumplido su cometido.
h) La sentencia arbitral mediante la cual se condenó al Ministerio de Obras Públicas a pagar
una suma determinada de dinero a la Sociedad Concesionaria del Elqui nunca llegó a estar

20
firme y ejecutoriada, puesto que, antes de que la Corte de Apelaciones emitiera
pronunciamiento respecto del recurso de queja deducido por el obligado al pago, la Sociedad
vencedora celebró con su contraparte un contrato de transacción, por el cual se puso fin al
litigio, estableciéndose una obligación de pago considerablemente menor.
i)Los abogados del estudio jurídico demandante tuvieron conocimiento de la celebración de
dicho contrato de transacción, por cuanto intervinieron en las negociaciones previas a su
suscripción, pero luego la postura propuesta por dichos profesionales no fue recogida por el
Ministerio y más tarde, tampoco por sus propios clientes, quienes, pese al consejo profesional
de no suscribir el acuerdo si este incluía ciertas cláusulas que perjudicaban los intereses de
la sociedad concesionaria, decidieron obviar dicha propuesta e igualmente transar.
j) La demandante ejecutó todas y cada una de las acciones encomendadas por la sociedad
concesionaria a fin de representar y defender sus intereses ante la Comisión Conciliadora y
luego ante la Comisión Arbitral. Dicho encargo fue abruptamente interrumpido por la
decisión de la compañía de no esperar la resolución del Recurso de Queja deducido por el
Ministerio de Obras Públicas, sino dar por concluido el litigio mediante la suscripción directa
con la contraria de un contrato de transacción que rebajó la suma a pagar a 65.000 unidades
de fomento.
k) La sociedad concesionaria sólo pagó al actor la suma equivalente a 1.200 unidades de
fomento, por concepto de honorario a todo evento.

Tercero:
Que, sobre la base de los hechos reseñados precedentemente, los sentenciadores del grado
estimaron que el honorario contingente se estableció sujeto a una condición suspensiva,
consistente en la obtención de un resultado favorable para la sociedad concesionaria,
condición que además incluía dos hipótesis dependiendo del monto de lo efectivamente
recuperado, una vez transcurridas todas las etapas del procedimiento y de estar firme y
ejecutoriada la sentencia. A continuación, consideraron que, no obstante haber actuado la
demandante con suficiente diligencia en la realización del encargo encomendado, ante la
decisión del Ministerio de Obras Públicas de interponer el recurso de queja en contra la
sentencia de la Comisión Arbitral, la sentencia dictada por dicha comisión no quedó firme,
por cuanto si bien es claro el tenor del artículo 38 bis de la Ley de Concesiones, en cuanto a
que a su respecto no procede recurso alguno, no es menos cierto que la Corte de Apelaciones
dio tramitación al recurso de queja, cuestión que, más allá del resultado que pudiera haberse
establecido al momento de resolverse dicho recurso, impedía que la sentencia estuviera en
condiciones de ejecutarse y, por lo mismo, que pudiera entenderse íntegramente concluido el
mandato conferido al Estudio Jurídico llamado a defender los intereses de la Sociedad
Concesionaria hasta la efectiva ejecución de la sentencia, de lo que se desprende que aún
restaban algunas actuaciones procesales para que dichos profesionales pudieran dar por
afinado y cumplido su cometido. Luego, razonaron que fue la decisión de la sociedad
concesionaria, de suscribir el contrato de transacción, la que impidió que sus abogados
perseveraran en la tramitación del juicio, litigio al que para su conclusión definitiva sólo le
faltaba el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones respecto del recurso de Queja
deducido por el Ministerio de Obras Públicas, puesto que a la fecha de suscripción de la
transacción incluso ya se habían evacuado los informes requeridos a los miembros de la
Comisión que habían sido cuestionados. De esta manera, concluyeron que fue el actuar de la

21
Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., al optar por renunciar parcialmente a sus pretensiones
originales y dar por concluido el litigio mediante el contrato de transacción, lo que hizo fallar
la condición suspensiva que daba nacimiento a la obligación del pago de honorarios
contingentes de acuerdo con la segunda hipótesis, esto es, la que se calculaba de acuerdo al
recupero efectivo de una suma mayor a las 100.000 unidades de fomento. En ese sentido,
discurrieron que la demandante dio cumplimiento íntegro a las obligaciones y deberes que
del acuerdo de servicios profesionales se derivaban para su parte, por cuanto lo único que
aún estaba pendiente para que la sentencia dictada por la Comisión Arbitral estuviere firme
y ejecutoriada, era el pronunciamiento de la Corte respectiva, por lo que, al fallar la condición
suspensiva por culpa de la sociedad mandante, queda ésta obligada a pagar la totalidad del
precio convenido, sin que pueda oponérsele al estudio de abogados la renuncia que su
mandante hizo a sus pretensiones, conforme con lo dispuesto por los artículos 12, 1487, 2006
en relación con el 1997, 2117 y 2118 del Código Civil. De este modo, los jueces concluyeron
que, por haberse determinado que con fecha 18 de mayo de 2012 se devengó a favor de la
actora un honorario contingente correspondiente al 4% de 129.013 unidades de fomento,
resulta que la sociedad demandada aún adeuda un saldo de 3.960,53 unidades de fomento.
Por lo anterior, acogieron la demanda principal de cobro de honorarios, condenado a la
demandada a pagar a la actora la suma equivalente a 3.960,53 unidades de fomento, al valor
en pesos que dicha unidad tenga al día del pago efectivo, más intereses corrientes calculados
desde que la presente sentencia se encuentre firme y ejecutoriada.

Cuarto:
Que en cuanto a la transgresión de los artículos 1545 y 1566 del Código Civil, el libelo de
nulidad en estudio censura a la sentencia de autos no dar aplicación a la estipulación
incorporada por la carta de propuesta de honorarios profesionales de 16 de abril de 2007,
confeccionada por la actora, en orden a que el honorario contingente correspondería a un
porcentaje de lo efectivamente recuperado.
Conforme se desprende de los antecedentes de la causa, el contrato de honorarios que está
contenido en la referida proposición de honorarios, aceptada por la demandada y que para
estos efectos constituye la ley del contrato, expresa: “(…) Mediante la presente, sometemos
a su consideración los honorarios profesionales que cobraría nuestro estudio por la defensa y
representación de los intereses de Sociedad Concesionaria del Elqui S.A. ante la Comisión
Conciliadora y, eventualmente, ante la Comisión Arbitral en que ésta se constituya de
conformidad con lo dispuesto por el art. 36 de la Ley de Concesiones de Obras Públicas, en
la reclamación que deberá presentarse con el objeto de recuperar la inversión en pavimentos
a que se refiere su mensaje de correo electrónico de fecha 26 de marzo de 2007. Nuestra
proposición comprende un honorario a todo evento y honorarios contingentes, conforme al
siguiente detalle:
1. Honorario a todo evento: El honorario a todo evento ascendería al equivalente de UF 1.200
(mil doscientas unidades de fomento) suma que es independiente de los resultados que se
obtengan, en definitiva, y que se devengaría en el momento de la aceptación por ustedes de
esta propuesta.
2. Honorario contingente: En el evento de que se obtenga un resultado favorable en la gestión
encomendada, entendiendo por tal la recuperación efectiva de todo o parte de las sumas
reclamadas y/o demandadas, se devengaría un honorario adicional correspondiente a un

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porcentaje de lo recuperado, que variaría según el resultado, del modo que se expresa a
continuación:
a) Si el resultado favorable consistiera en la recuperación de una suma de hasta UF 99.999
(noventa y nueve mil novecientas noventa y nueve unidades de fomento), el honorario
contingente adicional correspondería al 2% de la suma recuperada.
En este evento, el honorario a todo evento ya pagado no sería imputable al contingente, de
manera que el honorario total por la gestión correspondería a la suma de ambos valores.
b) Si el resultado favorable consistiera en la recuperación de una suma igual o superior a las
UF 100.000 (cien mil unidades de fomento) el honorario contingente adicional
correspondería al 4 % de la suma recuperada.
En este evento, el honorario a todo evento ya pagado seria imputable al honorario
contingente, de manera que el honorario total por la gestión resultaría equivalente al
honorario contingente. El honorario contingente se devengaría en el momento en que la
recuperación se haga efectiva. Los honorarios antes mencionados incluyen todas las
gestiones, actuaciones, incidentes y recursos a que dé lugar la reclamación antes
individualizada, hasta la completa ejecución del fallo, en su caso. Los gastos serían de su
cargo y deberían ser pagados a medida que se presenten, contra presentación de la
correspondiente boleta o nota de cobro (…)”.

Quinto:
Que acerca del referido reproche, es preciso considerar que esta Corte ha reiterado que la
interpretación de los contratos queda dentro de las facultades propias de los magistrados de
la instancia y solamente procede que sean revisados por este tribunal de casación en cuanto
se desnaturalice el contenido y alcance del contrato, pues se incurriría así en una transgresión
a la ley éste, prevista en el citado artículo 1545 del Código Civil, como a las normas
pertinentes a la interpretación de los mismos contempladas en los artículos 1560 y siguientes
del mencionado cuerpo legal. Ello ocurrirá, ciertamente, cuando se alteran las consecuencias
de las cláusulas pactadas respecto de las que no existe controversia en la forma en que se
consintieron, desnaturalizándolas, puesto que en tales circunstancias se producirá como
efecto que: “el poder soberano de los jueces del pleito para establecer los hechos de la causa,
no puede extenderse a su apreciación jurídica y a la determinación de la ley que les sea
aplicable; y por consiguiente la ilegal apreciación de las cláusulas del contrato y las erróneas
consecuencias que de esta ilegal apreciación deduzcan los jueces del pleito deben ser
sometidas a la censura de la Corte Suprema por medio del recurso de casación por violación
del artículo 1545, o sea por violación de la ley del contrato” (Luis Claro Solar, Derecho Civil
Chileno y Comparado, pág. 474).

Sexto:
Que, a la luz de lo expuesto, cabe analizar las argumentaciones que al efecto ha sostenido la
demandada respecto del acuerdo de honorarios y que reitera en su arbitrio de nulidad en
estudio.
La tesis que postula la recurrente, invocando el artículo 1545 del Código Civil, es que la
sentencia impugnada desatendió el tenor literal de la carta de propuesta de honorarios, que
es clara en cuanto define que el resultado favorable corresponde a la suma efectivamente
recuperada, incumpliendo el mandato del citado artículo 1545, que impide desnaturalizar la

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intención de las partes al convenir y los efectos propios que el contrato debía surtir. Sostiene
que se ha infringido el artículo 1545 del Código Civil, por cuanto los jueces del fondo no
aplicaron lo acordado en el convenio de honorarios, específicamente en el punto 2., letra a),
de la propuesta de honorarios profesionales, que obliga a la demandada a pagar a la sociedad
demandante, por concepto de honorarios, un 2% de la suma efectivamente recuperada, toda
vez que la sociedad concesionaria llegó a un acuerdo extrajudicial o transacción en que
obtuvo 65.000 unidades de fomento. Añade que la cláusula es clara, da cuenta de cuál fue la
intención de las partes y fue redactada por la actora –razón por la cual también denuncia la
infracción del artículo 1566 del Código Civil-; sin embargo, los sentenciadores estimaron
que correspondía aplicar la letra b) del punto 2. de la aludida propuesta -4% de 129.013
unidades de fomento-, porque el honorario contingente se estableció sujeto a una condición
suspensiva, consistente en la obtención de un resultado favorable para la sociedad
concesionaria, una vez transcurridas todas las etapas del procedimiento, y de estar firme y
ejecutoriada la sentencia, condición que falló por culpa de la Sociedad Concesionaria del
Elqui, al optar por renunciar parcialmente a sus pretensiones originales y dar por concluido
el litigio mediante el contrato de transacción.

Séptimo:
Que el referido artículo 1545 del Código Civil previene: “Todo contrato legalmente
celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por el
consentimiento mutuo o por causas legales”.
Esta es una norma a través de la cual se consagra la fuerza obligatoria de los contratos, que
implica que los pactos que las partes celebren –atendido el principio de la autonomía de la
voluntad– deben cumplirse, constituyendo la fuente y medida de la obligación que contraen.

Octavo:
Que el convenio de honorarios celebrado entre las partes, dice relación con los servicios
profesionales que la demandante acordó prestar a la demandada, en representación de sus
intereses frente a la Dirección General de Obras Públicas del Ministerio de Obras Públicas,
ante la Comisión Conciliadora y ante la Comisión Arbitral que se constituya de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 36 del Decreto N° 900, de 18 de diciembre de 1996, del
Ministerio de Obras Públicas, que fijó el texto refundido, coordinado y sistematizado del
DFL MOP N° 164, de 1991, Ley de Concesiones de Obras Públicas, desde abril de 2007 a
septiembre de 2010, con motivo de la reclamación originada en la ejecución del contrato de
concesión, Ruta 5, tramo “Los Vilos-La Serena”, acordando un honorario fijo a todo evento
y uno complementario denominado contingente, acorde a lo recuperado, este último “se
devengaría en el momento en que la recuperación se haga efectiva”, por lo cual la gestión
profesional se extendería “hasta la completa ejecución del fallo, en su caso”. Acerca de la
naturaleza del convenio es pertinente consignar que el encargo efectuado por la demandada
a la demandante tiene las características de un mandato, “contrato en que una persona confía
la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos, por cuenta y riesgo de la
primera”, según preceptúa el artículo 2116 del Código Civil, lo cual aparece refrendado por
lo señalado en el artículo 2118 del mismo cuerpo legal, que sujeta a las reglas del mandato,
los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estudios o a que está unida la
facultad de representar a otra respecto de terceros, cuyo es el caso de los abogados, en

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particular, en relación a su cliente, demandada en estos autos. El mandato, en este caso, es
remunerado, conforme lo dispone el artículo 2117 del Código Civil, siendo una de las
obligaciones del mandante pagar al mandatario la remuneración estipulada, de acuerdo a lo
previsto en el artículo 2158 N°3 del mismo cuerpo legal. En consecuencia, corresponde
atender a lo acordado por las partes en tal sentido, en la cláusula dispuesta al efecto y aceptada
por ambas.

Noveno:
Que, del análisis del acuerdo de las partes se puede apreciar que pactaron:
a) Entregar a la actora la defensa de los intereses de la demandada en la reclamación que
indican;
b) La gestión profesional debía extenderse hasta la completa ejecución del fallo, en su caso,
esto es, en el evento que la controversia no terminara por otra causa;
c) Los honorarios fueron fijados en dos conceptos diversos, uno a todo evento y otro
contingente, el cual igualmente diferenciaron en el monto de lo obtenido con motivo de la
reclamación;
d) El mandato profesional en ningún caso importó que la demandada renunciara, transfiriera
o perdiera en cualquier forma la titularidad de sus derechos y acciones o limitare, de manera
alguna, sus atributos del dominio, incluida la posibilidad de disponer a su arbitrio de los
recursos que de su trabajo surgiera como contraprestación en la ejecución de obras;
e) Igualmente la mandataria no adquirió poder alguno en los derechos de la demandada,
solamente se comprometió a la asesoría letrada y dirigir su defensa;
f) No se acordó por las partes que el procedimiento concluiría por sentencia de término y que
se excluiría el avenimiento, la conciliación o transacción de las partes en dicha reclamación.
Al leer la oferta de honorarios quedan claramente asentadas las conclusiones anteriores, por
consiguiente, al haber alcanzado un acuerdo de honorarios entre la actora y la demandada,
los jueces debieron aplicar lo convenido por las partes, declarando el derecho de la
demandante a que le sea pagado, a título de honorario contingente, el 2% de lo obtenido con
la transacción, esto es, el 2% de 65.000 unidades de fomento, conforme se consignó en la
alternativa b) del punto 2 de la propuesta de honorarios.

Décimo:
Que, el hecho que la actora no estuviera de acuerdo con los términos de la transacción, no
pone término a la obligación de la mandante de remunerar a la mandataria en los términos
estipulados, de acuerdo con lo que dispone el artículo 2158 N°3 del Código Civil, en la
medida que se ha verificado la circunstancia convenida para que surja la obligación de pagar
los honorarios conforme a lo pactado en la aludida letra b) del punto 2 de la propuesta de
honorarios.
Sostener que por ese supuesto corresponde remunerar los servicios profesionales con un
honorario contingente ascendente al 4% de la suma fijada en la sentencia arbitral que no
quedó ejecutoriada, conforme a la alternativa a) del referido punto 2, carece de sustento,
porque dicha suma no coincide con la efectivamente recuperada.
En ese contexto, la transacción que puso término al litigio y la disconformidad de los
demandantes con algunas de sus cláusulas, no constituye un elemento que modifique la
obligación surgida del convenio de honorarios celebrado entre las partes. No obstante, la

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errada comprensión de lo estipulado en el convenio tantas veces citado, condujo a los
sentenciadores a un equivocado entendimiento de la ley del contrato, al concluir que las
circunstancias señaladas eran un impedimento para hacer aplicable lo acordado por las partes.

Undécimo:
Que, como se señaló, el artículo 1545 del Código Civil dispone que todo contrato legalmente
celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser invalidado sino por consentimiento
mutuo o por causas legales, de lo que se sigue que si, como se indicó en el considerando
cuarto, las partes previeron y acordaron soberanamente que los honorarios se pagarían y
calcularían sobre la suma efectivamente recuperada, ninguna persona o autoridad, entre ellos
el juez, puede contradecir esa manifestación de voluntad conjunta.
Es por lo anterior que al estimar los jueces que la parte demandada debe pagar un honorario
adicional o contingente sobre la base de la cantidad regulada en la sentencia arbitral que no
quedó ejecutoriada, han pasado por alto aquello que las partes convinieron en forma libre y
a lo que el ordenamiento otorga la misma fuerza obligatoria que la ley, vulnerando la regla
del artículo 1545 del Código Civil, tal como se denuncia en el recurso.

Duodécimo:
Que, de este modo, al haber desconocido los términos del contrato que sirve de fundamento
a la demanda, los jueces del fondo han cometido error de derecho al infringir el artículo 1545
del Código Civil, error que ha influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia,
circunstancia que llevará a esta Corte a dar lugar a la nulidad de fondo deducida, resultando
innecesario hacerse cargo de las restantes infracciones alegadas.
Por estas consideraciones y lo dispuesto, además, en los artículos 764, 765, 767, 771, 772,
783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge, sin costas, el recurso de casación en
el fondo deducido por la parte demandada a fojas 511, contra la sentencia de doce de
diciembre de dos mil catorce, escrita a fojas 510 del Tomo I, la que, en consecuencia, se
invalida y se reemplaza por la que se dicta a continuación, sin nueva vista, pero
separadamente.

Redacción a cargo del ministro señor Sergio Muñoz Gajardo.

Regístrese.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores
Sergio Muñoz G., Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana Chevesich R., Andrea Muñoz S.,
y el Abogado Integrante señor Jean Pierre Matus A.

No firma el Abogado Integrante señor Matus, no obstante haber concurrido a la vista y al


acuerdo de la causa, por estar ausente.

Rol N° 2851-2015.

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2.- Sentencia de reemplazo de Excelentísima Corte Suprema, Rol N° 2851-2015, de
siete de julio del año dos mil dieciséis.

Santiago, siete de julio de dos mil dieciséis.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, se


dicta la siguiente sentencia de reemplazo.

Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus motivos vigésimo tercero,
vigésimo cuarto, vigésimo quinto, vigésimo sexto, vigésimo séptimo y trigésimo segundo,
que se eliminan. Además, se sustituye en el considerando vigésimo noveno la expresión “4%
de UF 129.0013” por “2% de 65.000 unidades de fomento”, y la cantidad “UF 3.960,53” por
“1.300 unidades de fomento”.
Asimismo, se reproducen los fundamentos cuarto a décimo del fallo de casación que
antecede. Y teniendo, además, presente:

Primero:
Que, la Sociedad de Profesionales Harasic y López Limitada interpuso demanda en contra
de la Sociedad Concesionaria del Elqui S.A. reclamando el pago de honorarios originados en
la prestación de servicios profesionales en la controversia que mantenía con la Dirección
General de Obras Públicas del Ministerio de Obras Públicas, con motivo de la ejecución del
contrato de concesión de la Ruta 5 Norte, tramo “Los Vilos-La Serena”.

Segundo:
Que los honorarios pactados constan en carta de propuesta de honorarios de 16 de abril de
2007, remitida por la demandante y aceptada por la demandada mediante carta de 18 del
mismo mes y año.

Tercero:
Que es un hecho no controvertido que el honorario a todo evento fue pagado oportunamente
por la demandada. Asimismo, que el honorario adicional o contingente no ha sido
solucionado.

Cuarto:
Que al cumplirse la condición prevista en el convenio de honorarios celebrado entre las
partes, contenida en el punto 2, letra a), de la respectiva propuesta, al haber alcanzado la
demandada un acuerdo extrajudicial y suscrito transacción con el Ministerio de Obras
Públicas, mediante la cual recuperó efectivamente una suma equivalente a 65.000 unidades
de fomento, procede que pague a la demandante, a título de honorario contingente, un 2% de
lo obtenido por esa vía, honorario adicional pactado a todo evento, esto es, 1.300 unidades
de fomento.
Por estas consideraciones y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia apelada de cinco de agosto de
dos mil catorce, escrita a fojas 497 y siguientes del Tomo II, con declaración que se condena

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a la demandada, Sociedad Concesionaria del Elqui S.A., a pagar a la demandante, Sociedad
de Profesionales Harasic y López Limitada, a título de honorario contingente, la suma de
1.300 unidades de fomento, en su equivalente en pesos al día del pago efectivo, más los
intereses corrientes para operaciones reajustables que se devenguen desde la fecha que esta
sentencia se encuentre ejecutoriada.

Cada parte pagará sus costas.

Redacción a cargo del ministro señor Sergio Muñoz Gajardo.

Regístrese y devuélvase con sus documentos.

Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores
Sergio Muñoz G., Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana Chevesich R., Andrea Muñoz S.,
y el Abogado Integrante señor Jean Pierre Matus A.

No firma el Abogado Integrante señor Matus, no obstante haber concurrido a la vista y al


acuerdo de la causa, por estar ausente.

Santiago, siete de julio de dos mil dieciséis.

Rol N° 2851-2015.

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