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sido tan sostenida entre la ciencia política y la psicología como entre dos ciencias
tiene más bordes en común con otros campos –la ciencia política con la historia y
Para uniformidad y clarificación, cada era será llamada aquí por sus tópicos
Nombrar a cada una de las tres por sus tópicos preferidos es conveniente, pero
Durante cada una de las tres eras hubo contribuciones tanto de los abordajes
para estudiar una relación general abstracta, tal como se manifiesta a lo largo de
científico los confronta para desarrollar mejor la teoría. Cada uno tiene sus usos.
colaboración inter- disciplinaria. Sus tres filas listan las tres eras sucesivas de 20
Las siete columnas definen cada era: las tres columnas de la izquierda
una definición denotativa de cada era, citando algunas de sus más importantes
George (1980), Larson Lebow (1981), Jervis Tetlock (1981), Archer & Gartner
(1985), Doise (1986) et.al. (1985, 1986), Simonton (1984) (1984), Tetlock (1985)
Radding (1985)
marxista. La era del ambientalismo fue una exagerada reacción antigenética a los
definir, pero (al menos en esos días) uno lo conocía cuando lo veía. Esas
repugnancias, contra el darwinismo social y el fascismo, estaban probablemente
la parte media del siglo veinte. Detrás de la introyección del freudianismo por
y estas, a su vez, por realidades físicas. Los marxistas aceptaron la baja opinión
Hull del Instituto de Relaciones Humanas de Yale. Estos teóricos dieron vida a
los 1940s y 1950s fue el interés temático compartido en la personalidad como una
las opciones de respuesta que dejaban disponible, las pulsiones que hacían
CULTURA
durante las dos eras siguientes; las variaciones metodológicas entre las tres
interacción.
con el uso de análisis descriptivos “gruesos” (Geertz, 1973, 1983) para demostrar
cómo una teoría o combinación de factores puede dar cuenta de un caso concreto
tal como Martín Lutero (Erikson, 1958), pero los líderes políticos se tornan los
sujetos más populares (Greenstein, 1969; Glad, 1973; Runyan, 1993). Una
contribución seminal fue el análisis de George y George (1956) sobre cómo las
(Erikson, 1950; Fromm, 1973) y otros. Este movimiento ganó prestigio entre
Benedict (1946).
MACROHUMANÍSTICOS
demostraron que el carácter nacional japonés era oral (Spitzer, 1947), y anal
humanística continuó más allá de sus inicios de los 1940s y 1950s, en particular
en su rama micro psicobiográfica, como lo reseñaron Runyan (1982, 1988,
grupos nacionales o de otro tipo puede ser políticamente peligroso, tal como
fue ilustrado por las reacciones hostiles al bienintencionado uso del concepto
América del Norte por la revuelta juvenil a fines de los 1960s popularizó los
determinado, que uno desea generalizar, y la medición de cada caso, tanto sobre
(medidas por el PBI o por el precio del algodón) con cifras de episodios donde
personalidad.
(1960) sobre estadísticas de peleas mortales. Estos pioneros tuvieron que hacer
datos sociales, que comenzó cuando el grupo de Yale dio lugar al Área de
(Kluckhohn & Murray, 1948; Whiting & Child, 1953). En definitiva, esta era de la
creció hasta una masa crítica. Operando a lo largo de las fronteras de las
participativo excitante, pero es un juego para una persona joven, que atrae a
era puede ser necesaria, si tienen que lograr una masa crítica de trabajo
segunda fila de la Tabla 1.1., esta segunda era, como la primera, tiene su tópico,
revierte entre las dos eras. La primera característica en común entre estos
trabajadores de las actitudes políticas de los 1960s y 1970s era una preocupación
una era de “fin de la ideología” (Namier, 1955; Mills, 1959; Bell, 1960), aún si
ahora parece que esa ideología no estaba muerta, sino escondida en París y
actitudes políticas de los 1960s y 1970s iban casi sin ser nombrados, en contraste
Los eruditos de clase alta, en la academia (e.g. Frederick Jackson Turner) y fuera
de ella (e.g. Henry Adams), estaban deseosos de dejar estas prácticas a los
(e.g. Acton, 1907) habían encontrado de mal gusto el poder, pero hacia mediados
con el poder y su estudio (Leighton, 1945; Lasswell, 1948; Hunter, 1953; Dahl,
1961; Winter, 1973; McClelland, 1975), tal vez por haber visto el poder
gubernamental ejercido tanto para perpetrar genocidio como para derrocar a los
metodología compartida del “hacé encuestas, que vas a viajar” la que unió
Para proporcionar una definición denotativa de esta era de las actitudes políticas
prototípicas en cada uno de los cuatro abordajes. A lo largo del siglo de progreso
desarrollándolo desde un arte hasta un oficio, si no del todo aún una ciencia.
Como arte, requería virtuosos tales como Henry Mayhew y Studs Terkel (1967,
asociadas con participación política, y luego sobre los orígenes de estas actitudes.
Sur, de Nueva Inglaterra y del corazón de los EEUU; sólo el Lejano Oeste se
descuidó (tal vez porque en esos días anteriores al jet los investigadores
académicos odiaban viajar cuatro mil quinientos kilómetros desde el océano para
cuenta para los investigadores de encuestas, aún cuando el material verbal de sus
últimas entrevistas promete un acceso más directo a los mundos subjetivos de los
entrevistados.
colegas (Lazarsfeld et.al., 1944; Berelson, Lazarsfeld & McPhee, 1954), asociados
1960, 1966). Los 1960s y 1970s fueron grandes décadas de esta investigación
microcientífica en actitudes políticas y votación, como compendian Kinder y
del tema.
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transicional entre la era de la personalidad de los 1940s y los 1950s y la era de las
acerca de cómo las prácticas de las sociedades en la crianza de los niños afectan
mediadores actitudinales.
Dado que las naciones han sido calificadas más frecuentemente en relación con
sus acciones modales de lo que lo han sido en relación con sus actitudes modales,
disruptiva, tal como guerra, revolución y crimen (Davies, 1962; Feierabend &
Feierabend, 1966; Gurr, 1970; Singer & Small, 1972; Naroll, Bullough & Naroll,
crezcan los archivos de datos sociales y que el análisis causal multivariante con
1980s-1990s
sólo vínculos débiles en esta tercera era, y están en gran medida confinadas al
(Axelrod, 1976; Tversky & Kahneman, 1983). Hastle (1986) resume aspectos de la