Editorial 4 Furman 217 Delicia extrema; 51 Anastasia Valecce

Palabras desde Altamira 8 Itziar Pascual Calles líquidas

Juego de mentes prodigiosas 10 David Vila Die(é)guez(s) Broadway 53 Marian Venceslá
Pixacisma 12 Charlie Geyer Milwaukee Street 56 Elsa M. Savatovik
Revolución I y II 16 Valentina Castro Nacidos para contar (I) (II) (III) 59 Fernando Romero Cordobés
De sombras y dudas 17 Fernando Romero Cordobés Te hablo 62 Kadiri J. Vaquer Fernández
Ellos y nosotros; 19 James Arellano Peregrinação às nuvens 64 Paulo Lema
Lucía Valentina subterrâneas / Sedimento
Al ritmo de la música; 22 Carlos B. Barrera Apenas nos vemos nunca 68 Marco Parodi
La graduación Corsario; 71 Marian Venceslá
Transcripción parcial 26 Marian Venceslá Yo no soy tonto
de una conversación telefónica U.V.C 74 Abel D’ Andrea
Sobreviver é a salvação: ovos, galinhas 28 Fernando Varela Pataypampa: 76 Fernando Romero Cordobés
e a pesquisa da identidade individual na El Florecimiento de un cambio
ideologia social em “Uma galinha” Cabe un mundo 79 David Vila Die(é)guez(s)
e “O ovo e a galinha” de Clarice No regresarás; 80 Paula Ruiz Santamaría
Lispector Inyección rítmica de ti;
Death of Beauty; 30 Anastasia Valecce Tu imagen tras de mí;
Conventional Good Byes Abrazo lo orgánico;
Marmelada de ameixas; 32 David Vila Die(é)guez(s) Ab Ipso Ferro
Cheira a Lisboa Mi hermana mayor 84 Clara Mengolini
Tu primer día de barista 35 Marco Parodi Loriame 86 Kadiri J. Vaquer Fernández
Peruraíl 36 Juan Luis Rodríguez Romero …y viajar 87 José Zúñiga
El último frío 38 Carolina Rodríguez Tsouroukdissian Pablo el pez 90 Lauren Linquest, James Zahorick,
Música poética y armonía racial: 40 Jacob Brown Alec Jotte, Chase Denson
La musicalidad de Nicolás Guillén y “El discurso del gran dictador” 94 Traducción de Andrés Bustamante
Langston Hughes Músicos de Nashville 96 Javier Liaño
Um “cheirinho” sobre Moçambique 44 Ezequiel Barreto Músicos negros no Brasil 100 Manuela Areias Costa
Militarización, imperio, migración, y lucha 46 Tristan Call ¿Y si rezaras conmigo? 104 Valentina Castro
en las Américas: Una vista desde el sur. Mastigando historias 105 Mariana Gabi
Entrevista a Neptalí Pérez. Cuando un verso es mercancía 106 María José Rodríguez
Y ahí estabas 50 Kadiri J. Vaquer Fernández Alegría 107 Itziar Pascual
Notas Biográficas 108

2 3

Imagen: findesemana 11-04-2015 & 12-04-2015 mare tenebrosum
(la oscuridad siempre reina a los pies de un faro), Niñapájaro
índice
Esta revista que tienes en las manos se llama Furman
217 y es el resultado de un proceso de colaboración y
diálogo entre un grupo muy diverso de creadores cultu-
rales. El proyecto se origina en Nashville, Tennessee,
pero en ella convergen voces de países y lenguas múlti-
ples. La revista tiene como objetivo abrir un espacio de
expresión que tenga como criterio indispensable la inclu-
sión y, además, convocar a todos aquellos creadores que
dejan que sus obras mueran en el cajón de un escritorio.
Dentro del concepto de “creación cultural” incluimos
fotos, poesía, cuentos, dibujos, entrevistas, reportajes,
crónicas, crítica literaria, etc. Por el momento la idea es
usar esta plataforma para expresarnos en portugués y
español, sin por ello excluir otras lenguas. 
Quizás se pregunten cómo fue que se originó esta revis-
ta. Les contamos que surgió de un ciclo de talleres diri-
gido por la dramaturga Itziar Pascual que se ofreció en
la primavera del 2015 en el departamento de español y
portugués de la Vanderbilt University. A partir de este
encuentro descubrimos que nos encontrábamos rodeados
de creadores que hasta ese momento pensábamos que
solo se dedicaban a la investigación académica. Resulta
que muchos habíamos optado por la investigación enten-
diendo que había que elegir entre crear o investigar.
Otros pocos de nosotros seguíamos creando desde el
aislamiento que promueve cada vez más el mundo en
que vivimos. Al pasar los días llegamos a una conclu-
sión: hace falta crear comunidad. Ya sea para demostrar
que la investigación y la creación sí pueden convivir y de
hecho deben servir para complementarse mutuamente,
ya sea para movernos del ‘yo’ al ‘nosotros’. Así fue como
armamos un colectivo de personas que están dentro y
fuera de la burbuja universitaria. 
La revista apuesta, sobre todas las cosas, por la inclu-
sión, es decir, los materiales aquí reunidos no responden
de ninguna manera a un juicio puramente estético ni
apuestan por la uniformidad. Los textos han sido escri-
tos por hablantes nativos, estudiantes que están apren-
diendo diferentes lenguas o simplemente gente interesa-
da en expresarse y en practicar la escritura. No aspira,
por tanto, a converstirse en una revista de carácter
5
 Foto: Kadiri Vaquer Fernández
determinado y de absoluta perfección
formal. Para nosotros la polifonía de
voces y miradas resulta muchísimo más
interesante y auténtica pues promueve
el diálogo en tiempos de tanto monólogo.
En este proceso descubrimos que tene-
mos mucho más en común pese a que esté
muy de moda insistir en la diferencia. Tal
vez no podemos reemplazar cada fronte-
ra con un puente, pero con este puente ya
hemos acercado varias islas.
6 índice
Esta revista nace, por tanto, con mucha
ilusión y buenas intenciones. También
sin duda con una cierta ingenuidad, la
que acompaña a todos los proyectos que
aspiran a estrechar lazos entre las perso-
nas y crear comunidades nuevas. Pero
animados a la vez con lo que ya ha sido la
primera gran victoria de esta revista que
hoy ve la luz: que gente con muy distin-
tos intereses e inquietudes nos junte-
mos para compartir y discutir nuestras
creaciones. Deseamos, al fin y al cabo,
que esta revista sea una herramienta
que permita abrir espacios de disten-
sión donde nos podamos expresar en las
lenguas que amamos, bien porque las
estudiemos, bien porque sean la lengua
que oímos desde la cuna.  revistafurman217@gmail.com.
Por lo tanto, Furman 217 es el resulta-
do de un proyecto común con todas sus
recompensas y todos sus retos, ya que es
fácil delimitar los proyectos individua-
les pero ir descubriendo la forma entre
todos es un continuo proceso de apren-
dizaje. Ojalá que ‘nuestra’ revista que
ahora es tuya, te anime a ser parte de
nosotros. Para ello puedes escribirnos a:
Furman 217
7
 Hace algunos meses tuve la enorme fortuna de participar en las actividades aca-
démicas del Departamento de Español y Portugués de la Vanderbilt University
(TE), gracias a la generosa disponibilidad de la profesora María Paz Pintané, que
coordinó la actividad, a Ruth Hill, que la amparó y al Ministerio de Educación y

Itziar Pascual
Ciencia de España, que la apoyó. Me encontré así en el corazón de un campus que
me deslumbró por su belleza, pero sobre todo por la calidad humana de sus miem-
bros, profesores y alumnos. Me topé con un grupo fabuloso de alumnas y alumnos,
como Kadiri Vaquer Fernández, Clari Mengolini, David Vila Diéguez, Tim Foster y
Jimmy J. Arellano – mis cervantinos alumnos: imposible un homenaje más lúcido
a Alonso Quijano y a Sancho -; Belkis Barrios o Valentina Castro, entre otros, a los
que se sumó también Marián Venceslá… Los acentos de Venezuela, Puerto Rico,
Argentina, Colombia, Estados Unidos, Galicia o Madrid se reunían en mis oídos y en
mi corazón.

En aquellos días, además, tuve la oportunidad de conocer a colegas de la docencia

universitaria norteamericana, como el catedrático hispanista David Gies, que impar-
tió una inolvidable conferencia dedicada a las grandes actrices españolas de la esce-
na teatral, en los siglos XVIII y XIX, a los profesores del Departamento de Español
y Portugués, como Marcio Bahia, - que no faltó a ninguna de las sesiones de nuestro
taller, con generosa asertividad – Alicia Lorenzo (una constatación de que las hadas
madrinas existen), Edward H. Friedman, Andrés Zamora…
Mis disculpas, a quienes no cito, pero recuerdo, porque todas y todos fueron genero-
sos conmigo. Todas y todos recibieron mis propuestas con respeto, cariño y compro-
miso. Y aprendí y disfruté mucho con todo lo que mi experiencia en Nashville me
brindó.

Una de las cuestiones claves de aquellos días fue el papel que el arte tiene en nues-
tras vidas. No creo que la formación artística sea algo reservado a especialistas o a
personas que hacen del arte una experiencia profesional. Creo en el arte como una
fuerza holística, que atraviesa la vida de las personas, y que, no lo olvidemos, define
a nuestra especie. Los seres humanos somos lo que somos por nuestra capacidad de
construcción simbólica, por hacer representaciones, construcciones, objetos, imáge-
nes y discursos, que van más allá de una mera imitación del mundo: lo reconstru-
yen, lo resemantizan, lo transforman.

Desde Altamira hasta Vanderbilt, seguimos creyendo que el arte dignifica, devuel-
ve oportunidades, libertades e imaginaciones. Por eso me siento honrada y feliz de
celebrar el nacimiento de esta revista, que asomó, como naciente posibilidad, como
sueño deseado, en aquellos días.

Y felicito a quienes han hecho de aquel deseo, acción.

índice 9
 INSTRUCCIONES DEL JUEGO:

Tú míralos fijamente a los ojos y no te preocupes de usando, de nuevo, palabras de acepciones ser siempre una revolución, ni por ello
nada más. Pon cara de estar totalmente seguro de que moribundas. Muy bien. Los tienes rotos. ha de ser francesa”. Sigue mantenien-
entiendes lo que están diciendo. Que ni un ápice de No saben dónde meterse. Se han dado do la cara de saber lo que estás dicien-
duda arrugue tu certero y convencido rostro. Fijamente, cuenta que tu nivel intelectual es tal, do. Si hay un silencio demasiado largo
recuérdalo. Directamente a los ojos. Cada treinta segun- que no entienden lo que dices y no saben añade una conclusión divertida a modo
dos asiente con fiereza. Jamás antes estuviste más de responder a lo que preguntas. Sigue de chiste: “eso sí, tanto para una revo-
acuerdo con absolutamente nada de lo que has visto u hasta que te interrumpan y le pases la lución francesa como para una tortilla
oído en tu vida como lo estás con esto que ahora mismo antorcha de las olimpiadas a otro. Ahora francesa, lo que hacen falta son huevos”.
estás viviendo. Que se note. Que se sienta. Aún no. Deja es el momento para soltar algún chiste Bien, bien, bien, muy bien. Ahora llega
que pase un rato y ya hablarás. Aún no es el momen- inteligente que nadie entenderá y aún el final. Recuerda gente importante, no
to. De cada dos veces que asientes, una haz un pequeño así les hará gran gracia y reirán como importa por qué. Cítalos, cítalos, cítalos
ruido que emule un “sí” y si te sientes con fuerzas añade descosidos. Los tienes totalmente desco- una y otra vez. Puedes incluso decir cosas
un “eso es cierto”. Bien, ya está medio terreno ganado. locados. Bien, han hablado. Deja que que no dijeron, simplemente mantén una
Pero ahora te toca a ti, por fin vas a tomar parte hablen. Asiente, ruidito, “eso es cierto”. cara de convencido. Pensarán que es su

JUEGO DE
en el juego de mentes prodigiosas. Ese momen- Pero ahora, ahora estamos en la segunda propia ignorancia. Sigue citando y no sólo
to que con tanta ansiedad esperabas por fin ha fase. Cuando hable la persona que te está autores. Cita libros, películas, invéntate-

MENTES
llegado. Vas a pronunciar tus primeras pala- llevando la contraria sistemáticamente— los si hace falta. Los tienes totalmente
bras. Rápidamente, como si fuera la rueda de no como tú y el otro con quien compartes en el bote. Ahora habla de experiencias

PRODIGIOSAS
una máquina tragaperras que comienza a girar tu idea desde que empezaste a hablar— personales con el tema del debate. Tu
dejando ver las figuras pero con tal rapidez que cuando te hable esta pobre mujer u primo, tu hermano, tu amigo, a ellos les
apenas se pueden diferenciar, recorre lo que hombre, di frases sentenciosas como: pasó lo que estamos hablando y obvia-
hasta entonces se ha dicho para en primer lugar, no repe- D a vid Vil a D ie( é) g u ez( s ) “¡por favor como puedes decir eso!”, “¡por mente ocurrió como tú lo estás dicien-
tirte, y en segundo lugar, enlazar las ideas de alguien con Dios hombre, por Dios!”, “No hombre no, do. Intenta meter un par de historias, si
las tuyas y poder decir que estás de acuerdo con lo que te estás confundiendo”. Con esto le arran- puedes que sea gente de sitios distintos
él o ella ha dicho. Esto es esencial, necesitas posicionar- carás la antorcha con tal bofetada que para darle más peso a tu argumento: “sí,
te. Elige siempre el más poderoso. El árbol más grande cerrará la boca para un largo rato. Bien, y eso ocurrió tanto en Barcelona como en
es el que dará mayor sombra. Cuando hables, recuerda ahora has de elaborar a partir de aquello Badajoz, así que no puede ser coinciden-
mantener esa cara de saber lo que estás diciendo. Si lo a lo que te has opuesto. Es muy impor- cia”. Para finalizar di una frase de algún
haces, a nadie le importará lo que estés diciendo, porque tante que puedas recordar al menos las filósofo importante. O cita a algún filóso-
ellos han tomado tu puesto. Asentirán con fiereza, harán últimas palabras de aquello a lo que te fo hispánico, que haya estudiado filoso-
un leve ruido para expresar un “sí” y añadirán la misma estabas oponiendo. No hace falta que lo fía hispánica. Di algo como que te vas a
frase que tú u otras tan, o incluso quizá, más origina- entiendas, pero sí que sepas como enla- casa que has de volver como las oscuras
les, mientras piensan en comerse un bocadillo. Continúa zarlo con lo que vas a decir, aunque sea golondrinas a su balcón. Algo ingenio-
hablando. Recuerda siempre utilizar palabras que no por la coincidencia de palabras y a pesar so. Cuando te levantes para marcharte
usa nadie y que están en el diccionario como ancianos de que las ideas no tengan nada que ver. intenta no caerte ni chocarte con alguna
enchufados a respiración asistida. Siempre, siempre, Cosas como: “la revolución francesa fue silla. Eres un triunfador. Un ganador.
cada frase, introduce al menos un par de estás palabras. un movimiento sangriento pero liberta- Un doctor. Tenure track. No hay quien
Haz como que las entiendes y míralos a la cara. Los dor”; y tú lo unes con una agudeza digna te gane a esto de las mentes prodigiosas.
tienes en el bote. Ahora que sabes que igual que tú, no de cualquier ilustrado alemán: “cierto es,
han entendido lo que has dicho, lánzales unas preguntas pero un movimiento sangriento no ha de

10 índice 11
 Imagens: Todas as fotos foram tiradas por Charlie Geyer durante o verão de 2015 na cidade de São Paulo.
Negativo

O espaço físico não muda,

com a transformação de perspectiva.
As sombras se iluminam
enquanto a luz se desvanece
e o espaço etéreo se concretiza
na solidez escura.

As formas turvas se enchem

com um branco deslumbrante
e o texto luminoso
queima na concreta preta.

Atrás de mim,
fora do marco do lente,
fica o Teatro Municipal.
Um concerto está acontecendo no átrio
e as vozes dos cantores
pairam numa harmonia suave sobre a rua
antes de chocar com a fachada
do prédio em frente
reverberando, separando, e dispersando
no brilho da noite.

A câmera não mostra o momento

no qual as duas artes se colidem,
as ondas de som quebrando-se
sobre o texto do pixo,
como o mar recuando
das pedras imóveis.

À esquerda, uma mulher está digitando

no seu telefone
e um homem na bicicleta
o rouba e foge
e vira na esquina para sumir na noite,
a sua ausência marcando
o espaço para sempre.

Foto original tirada ao lado do Teatro Municipal de São Paulo. O negativo foi criado a través do uso do programa LunaPic.

Pixacisma
Texto e i ma ge n s : C h arl i e G e y e r

12 índice 13
 Exploração preliminar

Foto original tirada em frente do Teatro Municipal de São Paulo. O negativo foi criado a través do uso do programa LunaPic.
pixasemántica pixaintriga
pixasincrética pixafascina
pixasintática pixatermina
pixadidática pixafechada
pixahistérica pixafala
pixeriférica pixacala
pixasangra
pixacéntrico pixanada
pixaprédio
pixamuro pixaluta
pixamedo pixaluto
pixavazio
pixalíngua pixabismo
pixadentes pixacisma
pixamorde pixasombra
pixapica pixabriga
pixalinguista pixajusta
pixaglifo pixaforça
pixa-egito pixasiga
pixadivino pixavança
pixebela Hoje é o último dia
pixaferoz pixatua
pixaperturba pix-ação Para Alex Dalla Vecchia Costa e Mário Quintana
pixaveloz
pixatriunfa Quando você abriu a janela... Às vezes, a vida é poesia
pixadivide
pixaduvida do zelador ausente A janela abre
pixadesmonta foi como se tivesse fechado um livro
pixexclusiva para jogá-lo à rua e a gente respira
19 andares abaixo... inscrevendo nossos corpos
no espaço infinito
Desde a altura
teria sido possível ver os seus versos E, às vezes, a poesia morre sozinha
rabiscados em toda a cidade e não se lê por ninguém
prédios como folhas soltas amarelando
no sol Às vezes a gente está sangrando
enquanto o seu último demais para fazer poesia
encharcava
e secava no chão

Foto original tirada numa faixa de pedestres em frente do Parque da Água Branca na Barra Funda.
14 O negativo foi criado a través do uso do programa LunaPic. 15
 Revolución
De sombras y dudas
Qué diferente es tu muerte a la mía.
Fer na ndo Romero Cordobés
Qué dura la mirada,
Cabizbaja, La ciudad continuaba anudada en la vid
Centrada en el suelo, del tiempo, quizás un poco más oscura,
Ensimismada en esa baldosa blanca. marchitada, sin un pétalo que colgara
de sus balcones. En el suelo pisoteada
Qué diferente es tu mirada a la mía, por los viandantes quedaba un escueto
Atada al horizonte, Llena de calizas que escupen su agua resquicio de lo que fue la esperanza.
en plan optimista. Yacía enterrada en el arsénico de las
almas. Las gentes pululaban con la
Tú, la revolución, y yo quien se te opone. mirada anclada en el espejismo virtual
del móvil, con el cuello convertido en
alcayata. Ni miradas encontradas ni
ilusiones halladas. Todo estaba sucio,
por dentro y por fuera, aunque todos se
empeñaran en lavarse en tabernas de
ilusión transitoria. Hasta el cante había
Revolución II perdido su hondura y había abandonado
las aceras, qué solas llenas de gente, qué
Estornudo y te boto, solas vacías de sonido en el estrépito.
Te compro y te mantengo. Quizás mejor regresar sobre mis huellas.
Pero el discurso que tengo es un discurso de mierda.
Me tiro entre los groseros ventajismos, Nuevo caso de corrupción, otro de
Te mato. violencia de género de las sin nombre y
Te entierro el 27 de febrero. sí con número, “sabes que se fue con otra
Abrazo a tu hijo, a tan sólo dos meses de la boda. Es que
Te tengo. era una golfa y normal lo que hizo”; los
Revolución, bancos vuelven a ganar en sus cuentas y
Divino tesoro. siguen desahuciando vidas, “Juan tiene
mañana entrevista de trabajo, aunque
sólo le pagan al mes 400 euros en negro”;
el Barcelona sigue líder, “Juan se embo-
rrachó de locos tras el partido”; el tiempo
con predicción soleada, “vamos al pueblo
este ‘finde’ que el otoño siempre atrae
a la temperatura perfecta”. De ambos
rectángulos salían noticias que iba
devorando sin digerir, sin masticar, sin
saber al fin y al cabo. Una y otra, aquella
y la de más allá. Había abandonado las
calles en busca de protección y había
desembocado en un estado de sinsenti-
Va l en tin a Ca s tro dos con sentido. Y de nuevo presagiaba
esa oscuridad.
16 índice
Busqué luz en los recuerdos y nada
mejor que sacarlos de la azotea con un
reencuentro. Era un torbellino. Salían
por todas partes. Las memorias acaba-
ban atascadas en mitad del fulgor de la
remembranza; proyecciones del ayer,
del anteayer, de más allá del anteayer,
de cuatro calendarios atrás del ante-
ayer del ayer, de un pretérito decorado
con pincel benévolo para convertir en
histórica hasta la más nimia vivencia.
Pero de nuevo esa sombra, que te traga
al desprenderte por el abismo; esa mugre
enquistada en la suela del hoy. Mierda,
mierda, más mierda. Y la negrura de las
pupilas corrió hasta refugiarse en lo más
profundo del ser y ahí hacerse invenci-
ble. Otra vez presente, maldito ahora
que en tiempo narrativo juega en pasado
para revivirse eternamente.
Ensombrecido el día, venció la noche
y con ella me colgué en las redes. Allá
había disputas de todos los colores, con
victoria cuantitativa de temas religiosos
y políticos. Cada “amig@” adquiría una
postura mesiánica, revelando al resto
la clarividencia del sumo pontífice de la
verdad absoluta. El particular séquito de
cada mesías “me gustando” esos dogmas
del clarividente, creando un sectarismo
que se retroalimentaba hasta las dece-
nas de comentarios y los centenares de
pulgares hacia arriba. Tras esta amal-
gama, la felicidad obligada, impostada
y exhibida en cada comentario o foto.
Una auténtica dictadura de la sonrisa
que debe y tiene que ser mostrada para
hacerla creíble hasta a uno mismo. Y
casi sin darme cuenta, la oscuridad
ya se había apoderado de cada centí-
metro hasta encerrarme en esa cueva
platónica.
17
 Y así, de a poquito, sin darme cuenta, sin acuse de
recibo, los ojos cayeron, se rindieron al cansancio y al
empacho de sombras. En ese instante de máxima oscu-
ridad encontré un fueguito en el que alumbrarme, bien
pequeño y bien caliente. Y es que de tanto mirar fuera,
se me olvidó mirar dentro. O quizás me permití otro
(auto)engaño, una prórroga sin sombras.
Posdata: Mañana seguiré luchando contra las/mis/
mismas/ajenas sombras. Quizás algunas dejarán de ser
menos oscuras, quizás mis ojos ya miren de otra forma,
Ellos y
quizás ya sólo dependa de una (re)elección, quizás el
quizás sea la (ab)solución.
nosotros
James A rellano
Corre el año 2198. En la
tierra de gracia hace calor
y en la fila para comprar
alimentos hay más
ancianos que gente joven.
Yo debo ser el de menor
edad y el que tiene pocos
achaques en el cuerpo.
Hablo con un viejo de
95 años y me cuenta del
pasado de nuestro pueblo.
Él es un hombre fuerte
y muy elegante, pero sin
un ojo como lo propuso
el líder supremo. Desde
hace 150 años, cuando
el doctor Caballo tomó el
poder se exige que a todos
los neonatos les quiten el
ojo derecho. Es más fácil
hacer minería con un ojo
y recibir las enseñanzas
del caudillo de la monta-
ña. El anciano rememo-
ra el haber escuchado
Imagen: “Psicoesfera”, Niñapájaro
18 índice
la historia de nuestros
antepasados y su riqueza
en oro negro. ¡Esa bendita
desgracia que fue el excre-
mento del diablo!
Hace dos siglos no se
hacían filas para comprar
pan, medicinas, pedir
agua o tener identidad.
Ahora, el Coltán que se
llevan a la colonia de los
amarillos es lo único que
exportamos. Se repite la
historia, los hijos del líder
supremo viven como reyes
porque ellos manejan la
extracción del mineral.
Ellos tienen sus dos ojos
perfectos y sus necesida-
des cubiertas, pero noso-
tros los de un ojo debemos
formar hileras humanas
para sobrevivir. Todos
esperamos un cambio,
pero no llega.
19
“Lucía
Valentina”
Ja me s A re l l a n o
Esa noche la gitana me leyó la suer-
te en la puerta del prostíbulo del ruso.
Desde ese momento, no puedo dejar de
pensar en la carta del juicio. En esa carta
aparece el ángel Gabriel que anuncia
con su trompeta el juicio final monta-
do en una nube, el sol ilumina con tres
rayos la superficie de la tierra en la que
tres personas desnudas rezan frente a
un féretro. La gitana me pidió barajear
el mazo de cartas antiguas y con olor a
colonia barata. Era una mujer entrada
en años, con arrugas bien marcadas en
su cara y con la sombra de una belleza
fantasmagórica propia de quienes esca-
pan y sobreviven a la violencia. Ella
trabajó mucho tiempo como la adminis-
tradora del burdel más famoso de Madrid
hasta que llegó a Venezuela luego de la
dictadura del general Franco. Su nombre
era Lucía Valentina, una mujer menuda
que le grita a la gente insultos todo el
tiempo. Pero Lucía me quería y me respe-
taba desde el primer día.
En la cámara tengo la prueba de quién
mató al Ministro de Defensa. Fue el
chulo de la Sofí en el momento que descu-
brió el lugar donde vivían los amantes.
Por varios meses le seguí la pista a Sofí,
la obsesión y las ganas de vengar su falta
de amor me sacaron de la recepción del
periódico.
Sólo Lucía Valentina puede leerme como
nadie. No es casual la carta del juicio
y todo lo que ella representa. Cada vez
que me siento árido o quiero consejo le
pido que me eche las cartas. Mi madre
me odia por eso y me dice todo el tiempo
que me iré al infierno si continúo con esa
20
costumbre. Ella detesta que me mueva
entre lo sagrado y el pecado.
“Mesa, Mesa, mesa que más aplauda. Le
mando, le mando, le mando a la niña”.
Recuerdo mi viaje a Guadalajara. Con
el pretexto de ir a la feria del libro, el
periódico para el que trabajaba me pagó
el pasaje de avión y los viáticos. Pero, la
feria del libro era una excusa para conti-
nuar mi investigación sobre la música
que acompaña a las chicas que ejecutan
el ancestral baile del tubo o como dice
Marcelo Tinelli el baile del caño. La
primera noche en Guadalajara, quedé
con unos escritores venezolanos para ir a
tomar y bailar en El Trocadero, un bar en
el que los mexicanos salseros dan rienda
a su instinto caribeño y a sus raíces afri-
canas. Como es la costumbre, los venezo-
lanos y su impuntualidad o su poca serie-
dad para respetar las citas.
El director de la escuela de letras no
apareció, el gordo poeta y mercenario de
la publicidad W. Micky no me quería por
mi forma de pensar y los otros no tenían
suficientes dólares para gastar. Después
de esperar una hora nadie apareció. Tomé
el primer taxi que pude y le dije llévame
al mejor bar de estriptís de la ciudad. El
taxista tenía un mostacho a lo Magnum
el bigote asesino y eso me dio confianza
para conversar en el trayecto con él. Me
contó que el bar era famoso por las domi-
nicanas, cubanas y por la inigualable
china, la escupe hielo. La nueva adqui-
sición era una paisana de Caracas que
llenaba el lugar al ritmo de sus caderas
y de sus nalgas de Tongolele moderna. El
índice
bar tiene un nombre clásico “Monte Carlo”, pero lo que
nunca entendí es si recibía ese nombre por Europa o por
el Chevrolet Monte Carlo dos puertas.
Al llegar al bar, el taxista me dejó una ficha con una
gran M dorada en el centro. Según él, era una forma
de motivar a los choferes. Si cada quince días tienen 8
fichas, reciben un polvo gratis con la chica de su prefe-
rencia. (Ciertas condiciones aplican. Tal cual como dicen
las letras pequeñas de la publicidad engañosa)
Desde esa visita al “Monte Carlo” mi vida no es igual.
Un par de cervezas, un par de rones y un par de líneas
de perico me facilitó el ambiente para cometer algunas
locuras. La venezolana Sofí cambiaría para siempre mi
perspectiva y la forma de ver y de degustar a las muje-
res. A partir de allí, no duermo por más de cinco horas y
suelo merodear las ventanas de noche como un gato que
perdió una vida sin ninguna necesidad.
Me siento paranoico con lo que puede hacerme la griega
desde que Sofí y yo regresamos a Caracas. La griega es
la dueña del “Monte Carlo”, es la chula y la protectora de
todas las putas de Guadalajara. De ella se dice que cocina
el corazón de sus enemigos para obtener su fuerza y su
alma. También se cuenta que tiene un pacto con la santa
muerte para poder estar en dos sitios al mismo tiempo.
Mis noches no son las mismas desde el “Monte Carlo”, Sofí
y la griega. Hay un antes y un después de Guadalajara.
21
 esta vez, lo que a ella más le excitaba. forma instintiva e inconsciente al son de
Ambos sabían como terminaban aquellas la música, la cual seguía sonando en el
noches, con los dos sudorosos y agotados reproductor. Esa perfecta sincronía entre
como si hubieran corrido una larga mara- el ritmo musical y el movimiento era lo
tón. Habían decidido darse un respiro que a ella más le encendía. Había encon-
tras la última e intensa escaramuza; trado pocos hombres que consiguieran
sin embargo, una mirada cómplice bastó tan magnífica precisión.
para dar paso a un nuevo asalto.
Continuaron inmiscuidos en los sosteni-
Él se acercó a la mujer decidido. Cesaron dos meneos. Ella, de vez en cuando, le
las palabras. Agarró su mano derecha agarraba por la nuca para después dejar
acariciándola suave- caer los dedos por su
mente en un últi- cabellera. Él, acari-
mo gesto cariño- ciaba con argucia
so antes de dar todos los rincones
paso a la acción. alcanzables de su
Ella, presumida, sinuoso dorso. Se
contestó reducien- movían ambos con
do el espacio entre destreza, al uníso-
ambos a la mínima no, al ritmo de una
expresión. Asió su música de creciente
tersa y masculina cadencia. Los jadeos
espalda, dejando iban en aumento
deslizar suave- también. Palpitaban
mente sus dedos sus corazones a
a lo largo de ésta. un ritmo cada vez
Aquel sutil gesto, más vertiginoso. La
cargado de perver- sangre discurría por
sas intenciones, sus cuerpos concen-

Al ritmo
activó los instin- trándose en los luga-
tos más primiti- res más erógenos.

de la música
Carlos b . Barrera
Unas delicadas velas alumbraban la
estancia en la que llevaban algunas sema-
nas encontrándose. Las copas de vino, ya
semivacías, descansaban olvidadas sobre
una de las mesas del salón. También lo
1. The start
hacían algunos platos y sucios cubiertos.
Los zapatos y ciertas prendas de vestir
quedaban desparramados por el enmo-
quetado suelo. Saltó una nueva canción
en el reproductor. Una suave bachata
vos del varón. En 2. Hidraulic power and shadows of droplets. Sus mentes, casi
respuesta, lanzó fusionadas, libera-
éste su mano hacia ese indefinido y atrac- ban sustancias altamente placenteras.
tivo espacio existente entre la cadera y el Aparecieron entonces sigilosos comenta-
trasero de toda mujer. Lo agarró con vehe- rios, voces jadeantes, timoratas expre-
mencia. Con un suave pero firme gesto la siones. “Sigue así”, “perfecto”, “me vas a
aproximó hacia su cuerpo. Fue entonces matar”, “qué rico” , decía ella casi exta-
cuando sus pelvis se encontraron. Ante siada. Los movimientos iban también
tal cercanía, ella pudo notar la robustez in crescendo, siempre meticulosamente
de un hombre completamente desatado. acompasados, como las manijas del mejor
Comenzaron enseguida los jadeos propios reloj suizo. Él guiaba. Ella se dejaba,
de tal peculiar actividad. Cerraron ambos aceptando sólo entonces cierto grado de
los ojos intentando disfrutar una vez más sumisión. Anduvieron así por unos minu-
de esa evasión mental que solo se produce tos. Completamente concentrados en la
en tan señalados momentos. Ajenos a la perfecta coreografía. Totalmente desco-
realidad, iniciaron los típicos movimien- nectados de la realidad.
tos lentos de cadera. Los ajustaban de

22 índice 23
 El ritmo de la bachata seguía aumentando y así lo hacía
también el erótico acto de los dos cuerpos mimetizados.
El sudor era intenso, el placer mayor. Tras unos milimé-
tricas acometidas, el éxtasis asomaba, algo impertinente,
a la vuelta de la esquina. Ahora ya, la pegadiza melodía,
casi espídica, pedía a gritos una perfecta culminación.
Respondieron. Aumentaron la intensidad. Más rápido.
Ojos siempre cerrados. Se tocaban. Sudaban. Jadeos.
Ya casi estaban. Volaban. Más rápido. Más pasos. Más
intenso. Más jadeos. Ya casi estaban. Gritos. Últimos
acordes. Últimos zarandeos. Una profunda exhalación
final. Placer absoluto. Éxtasis. Una última nota musical.
Abrieron lentamente los ojos. Se escaparon unas prime-
ras sonrisas cómplices y nerviosas. Las gotas de sudor
discurrían por todos los rincones de sus cuerpos. Los
cabellos, empapados, reflejaban a la perfección la inten-
sidad recién vivida. Sus corazones intentaban volver a
su ritmo normal de palpitación. Respiraban profunda-
mente intentando coger el aire perdido. Los resuellos,
al principio intensos, eran cada vez más pausados.
Otra canción sonaba en el reproductor. La ignora-
ron aun sabiendo que tarde o temprano volverían a la
acción. Demasiado bueno como para no volver a repetir.
Seguirían así todo la noche hasta caer en la extenuación.
Poco a poco volvieron las risas, los comentarios, algún
que otro sorbo a las copas de vino. El sudor desaparecía,
los cuerpos volvían a su estado natural y con ello las
ganas locas de volver a empezar.
La graduación
Carlos b. Barrera
La última sacudida fue la definitiva. Sus pelvis se fun-
dían en una sola. Clavaba sus larguiruchos dedos sobre
la espalda del muchacho. Sumida en el clímax, los de-
jaba arrastrar con intensidad hasta caer en su lampi-
ño trasero. Los gritos de placer inundaron la estancia.
Ligeros tembleques en las piernas se apoderaron de la
voraz cuarentona.
Ernesto Miribilla era un granudo joven universitario.
Desde el anfiteatro del aula nueve de la facultad de filo-
logía desnudaba con la mirada a su ardiente profesora
de Literatura Hispanoamericana. Ésta, lejos de ofen-
derse, mientras explicaba, fantaseaba con las posibles
dotes sexuales de aquel impertinente estudiante. Algún
día, cuando Ernestito se graduase, las comprobaría de
primera mano.
Aún con las piernas temblando volvió a deslizar sus afi-
lados dedos bajo su empapada ropa interior. La mirada
pervertida de aquel niñato le daba para otro toqueteo.
Se volvió a correr recreando el día de la graduación.

De repente, otra canción. Esta vez un tango argentino,

lo que él más le excitaba. Otra mirada cómplice, y se
volvieron a agarrar. Y vuelta a empezar. Y así toda la
noche. Bailaron, bailaron y volvieron a bailar, al ritmo
de la música como dos adolescentes descubriendo su
sexualidad.

3. The Unfolding
Serie de fotográfica “Fibonacci in da house”, de Damián Maseda
24 índice 25
 Transcripción parcial de una
conversación telefónica

Nashville-La Roda :
Ma ria n Ve n c e s l á

-Ea hija mía, antes esque las mujeres
no trabajaban, los que trabajaban era
los hombres. Como los hombres se iban
al campo a trabajar, pues las mujeres
hacían lo de la casa.
-Una cosa que hacíamos la mujeres era ir
a ensoguear sillas en la cuadra. Que te se
quedaban las manos malismamente de la
anea. Creo que nos daban tres reales.
Aunque yo prefería ensoguear o limpiar
los hierros del pantano, que por lo menos
estabas sentá.
-Otra cosa que hacíamos era enjalbegar,
pintar las paredes de jalbegue, de tierra
blanca. La cal era pa las puertas de la
calle. Con un terrón de jalbegue, es decir,
una pellica de conejo, la echabas en agua
y enjalbegabas las paeres.

-También íbamos a limpiar hierros roño-
sos del pantano de Alarcón. Los limpiá-
bamos con piedra de arena. Nos sentába-
mos en una silla y a limpiar. Allí en ande
viven Fran y la Loli ahora, ahí estaba lo
de los hierros. Íbamos andando toas por
la mañana.
-Vendimiar pa juntar dinero pa el ajuar,
así ya te podías casar. No nos pagaban
ná, pero era lo que hacía la gente. Creo
que eran siete pesetas al día. Y luego en
ca mi abuela, que tenía una bodeguilla,
echabas la uva en el suelo y los hombres
la pisaban, y el caldo iba cayendo en la
tinaja, que estaba en medio de la bode-
guilla, y al rato vaciábamos la tinaja y
seguían pisando, con las abarcas puestas.
Las abarcas no se tiraban, claro, las lavá-
bamos y las seguían usando.
-Tamién podías irte a servir en ca’ los
señoritos de moza, a fregar y a barrer
y a lavar a mano. En antes, cuando los
chiquillos eran pequeños vivíamos y
servíamos allí en la aldea del señorito.
-Íbamos a escardar. Eso es quitar las
hierbas a los sembraos con un escalbillo.
-A los ajos, arrancabas los ajos de la tierra
y les quitabas las barbas y los tallos. Aun
va la gente a los ajos, su hermanica de la
Loli aun va a los ajos.
-La matanza, que era de año a año,
cuando mataban los gorrinos. Mataban
el gorrino los hombres y las mujeres
lavaban las tripas y hacían los chorizos.
¿Esque no te acuerdas? Había que pelar
la cebolla, cocerla, y cuando ya habían
matao el gorrino, lavar las tripas, echar
los adobos, hacer la morcillas, salar los
jamones y el tocino, hacer los chorizos,
y luego cuando estaban ya los chorizos
secos pues a freírlos, las morcillas, y las
costillas y tó. Se guardaban en las ollas
de porcelana de la despensa y estaban ahí
to el año hasta que te lo comías. En una
olla los chorizos, en otra olla las costillas
y el cabezón, en otra las tajás. Además de
a mi matanza, iba también a las de las
otras de la aldea, en ca’ la Juana, en ca’
Foto de autor desconocido: Isabel Tébar Jiménez y Adela Tébar Jiménez
mi José, las de la aldea nos ayudábamos
unas a otras.
-Ir a segar en el verano. Cuando los
sembraos están pa segar, antes que
hubieran máquinas, ibas con una hoz y
a segar. Pero tú sabes lo que se padecía
segando? allí en el rastrojo, al sol y al
frío y de tó? Eso era malísmo. Peor que
vendimiar.
-Y los hombres, el que era pastor con las
ovejas, el que era labrador, con las mulas,
y el que era albañil, pues con los ladrillos.
-La mujeres antes iban con el bigote,
no se hacía to eso de ahora. Las viejas
tenían bigote. Quien tenía pelos en las
piernas con una cuchilla te afeitabas.
Cuando echábamos las mujeres lumbre y
empezaba a arder, pasabas los brazos y
te se quemaban los pelos.
-La Marisabel se ha apuntado al balon-
cesto. Viene de trabajar, come y sale
templando. La vi en teleroda jubando,
con la cola atrás, echando el balón por el
canasto. Y su padre, ay señor, que se tié
que hacer la comida él sólo, porque ella
con tanto que hace no tié tiempo, pero
que digo yo que su padre tamién tendrá
que descansar, no? después de to la vida
trabajando...
(Homenaje a mi abuela Isabel Tébar
Jiménez, que se ha pasado la vida traba-
jando sin saberlo.)

26 índice 27
 “Sobreviver é a salvação ”: eles interagem. Então as suas persona-
gens fazem uma pesquisa interna do seus
sentimentos mais íntimos e caóticos para
pôs um ovo. Surpreendida, exausta”.
Além disso, sabe muito bem que o ovo
que ela acabou de pôr “nunca passaria
Ovos, Galinhas E A Pesquisa Da Identidade Individual Na encontrar uma identidade escondida pela de um ovo”, sugerindo que a suas futuras
Ideologia Social Em “Uma Galinha” E “O Ovo E A Galinha” De vida superficial e social. Benedito Nunes, gerações e ações reprodutivas só servirão
Clarice Lispector por exemplo, diz que as personagens de para satisfazer a fome dos humanos, que
Lispector querem “uma busca ansiosa da decidem o futuro dela. De forma semel-
Fern a n do Va rel a existência verdadeira e inacessível, reno- hante, a galinha de “o ovo e a galinha”
vadas a cada passo pela introspecção em também tem uma relação com o ovo que
Nos contos “Uma galinha” e “O ovo e a a sociedade dominante tenta insertar na que se abismam, e que é a matéria ou a define a sua existência. O ovo é uma
galinha” existe uma forte relação entre o mente dos indivíduos. substância da narrativa” (206). Embora parte tão importante da galinha que ela
ovo e a identidade individual da galinha. as duas galinhas não sejam personagens nem sequer sabe que tem o ovo e que se
No primeiro conto, a galinha vai embora Antes de falar sobre a relação entre as tão caóticas e complexas como Joana em soubesse, já não seria galinha. A narrado-
de uma casa com o propósito de “decidir duas galinhas e as ideologias sociais, é Perto do coração selvagem, a mulher em ra escreve que “se soubesse que tem em si
por si mesma os caminhos a tomar sem preciso delinear uma estrutura teórica A Paixão segundo G.H. e Macabéa em mesma o ovo, perderia o estado de galin-
nenhum auxílio da sua raça”. Quando o que melhor expresse essa relação. Em sua A hora da estrela, ainda podem oferecer ha. Ser uma galinha é a sobrevivência da
rapaz a alcança, ela põe um ovo em uma teoria sobre a ideologia, Althusser aponta um forte exemplo das diferentes manifes- galinha. Sobreviver é a salvação”. Dessa
tentativa desesperada de viver, embo- que é um sistema de controlamento que tações psicológicas que Lispector insere forma, nos contos, as galinhas só podem
ra já não tenha liberdade. No segundo se entrelaça com as instituições de poder, nas suas personagens. sobreviver na trama porque tem ovos e
conto, a narradora discute a relação entre como as escolas e as igrejas. De acordo cumprem a sua função “natural”. A pres-
o ovo e a galinha e escreve que “o ovo é com ele, o sujeito é feito inclusive antes de A primeira característica que ressalta são da sociedade dominante é tão grande
a cruz que a galinha carrega na vida”. ser um sujeito com consciência. Althusser em ambas as personagens é que são dois nelas que se não tivessem ovos, já não
Curiosamente, em ambos os contos as explica: “the category of the subject is animais geralmente associados com a existiriam dentro da estrutura ideológica
galinhas não sabem suas situações na only constitutive of all ideology in so far estupidez e carência de raciocínio: as duas desenhada para controlar e classificar.
trama. A primeira “a escritora faz uma forte as all ideology são galinhas. As primeiras duas orações
Em várias obras de Lispector se obser-
galinha, por
tentativa de desemaranhar has of
the function
constituting
de “Uma galinha” são somente “era uma
va uma forte tentativa das personagens
exemplo, não sabe galinha de domingo. Ainda viva porque
que depois de pôr as mais profundas concrete indivi- não passava de nove horas da manha”. de pesquisar a suas identidades mais
um ovo ela morou contradições do ser humano duals as subjects” Similarmente, quando a narradora de profundas em um contexto social que
com a família: com relação à sociedade com (107). Além disso, “O ovo e a galinha” descreve a galinha, reduz qualquer indício de desestabili-
“inconsciente da ele escreve que os cataloga-a como alguém dependente do zar as taxonomias e reconsiderar suas
vida que lhe fora que eles interagem” sujeitos são conce- ovo: “Ovo é a alma da galinha”, como se funções. Dois exemplos que demostram
entregue [...] a galinha tornara-se a rain- bidos como sujeitos por meio da inter- a galinha não tivesse alma só para ela essa tentativa intelectual (e também
ha da casa”. Da mesma forma, a galin- pelação: “ideology hails or interpellates mesma. Então nos dois contos existe uma áspera e trágica) são as duas galinhas
ha do segundo conto também não sabe concrete individuals as concrete subject” forte tentativa de pormenorizar as galin- dos contos, que querem reconsiderar
que tem um ovo porque se ela soubesse, (108). Para ele, a ideologia domina todos has, efeito da sociedade dominante que as suas posições em uma sociedade que
salvaria sua identidade: “ é necessá- os aspectos da sociedade e todos os indiví- ensina que elas não têm mente própria não outorga liberdade nem oportunidade
rio que a galinha não saiba que tem um duos, o que significa que em realidade os nem sequer para ter agência indepen- para pensar. O que melhor reflete isto é o
ovo. Senão ela se salvaria como galinha”. indivíduos não têm a liberdade que eles dente. De fato, o único propósito das duas final do “Uma galinha”, quando a narra-
Portanto, ambas as galinhas ficam presas acreditam. galinhas é fazer ovos e cumprir com a dora diz que se a galinha “fosse dado às
nos contos porque, apesar de quererem suas funções reprodutivas. fêmeas cantar, ela não cantaria mas fica-
liberdade, não podem alcançá-la porque A definição da ideologia segundo ria muito mais contente”. Se as galinhas
a prisão não só está presente no mundo Althusser é uma boa estrutura teórica Portanto, ambas galinhas reagem com os tivessem a oportunidade de cantar e dizer
físico, mas também em suas consciên- quando se pesquisam as personagens de ovos que tem dentro do seus corpos e que as suas mais íntimas e caóticas complexi-
cias. O propósito deste ensaio é indagar a Lispector, especialmente porque a escrito- eventualmente saem para demostrar que dades psicológicas, poderiam redesenhar
maneira que Lispector utiliza a imagem ra faz uma forte tentativa de desemaran- cumpriram com a “lei da natureza”. Em a cabeça “que fora desenhada no começo
da galinha para pesquisar a relação entre har as mais profundas contradições do ser “uma galinha” a personagem principal dos séculos”, ou que tem as cadeias de
a psicologia humana e as ideologias que humano com relação à sociedade com que fica bastante afobada quando termina escravidão colocadas pela sociedade
de pôr o ovo: “de pura afobação a galinha hegemônica.
28 índice 29
Fotos: Alejandro Arango

Death of Beauty Conventional Good Byes

Beauty is a prolonged suffering. So you disappear I miss you while we travel

in the distance into each other’s eyes.
When it’s gone we are in peace the eye cannot follow. In that socially accepted moment
peace as a restful condition And I already miss you of two people at an appropriate distance
of the non sense as if centuries of Medieval castles how many concepts,
pause were built between us. dreams,
from feelings I miss you and common desires
safe while you are sitting can travel
distance from the true right next to me from the mouth to the eye…
self because our looks are … and all I can voice
coma of the senses hugs is a conventional goodbye
without arms. while all I want to do
Death of beauty I miss you while you talk to me is to create the silence
(Breathing again?) because words create conventional where I can melt into you.
worlds
behind which
we craft our homeland
and the poet –inspired-
names our citizenship without passport.

An a s ta s ia Va l ecce A nast asia Valecce

30 índice 31
 MARMELADA DE AMEIXAS

Da vid Vi l a Di e (é )gu e z( s)

O dia que minha mãe me deu à luz

a ameixeira já estava ali ao pé da horta.
Quantas ameixas comemos quando éramos miúdos!
Quanta marmelada fizemos com aquelas ameixas!
Perto da fonte onde bebia o gado,
ao lado do lavadouro onde minha avó lavou tanta roupa,
ali estava já, em pé, vendo passar a nossa genealogia inteira.
Se calhar foi ali onde meus avós se beijaram pela primeira vez
escondidos de sus pais, à meia-noite,
palpando-se as mãos a escuras e com medo
naquela altura quando ainda não havia luz na aldeia.
Se calhar foi ali onde meu pai,
sentado no chão, sonhava com deixar a terra
e procurar um trabalho melhor, mais perto da capital,
para nos dar aquela vida que ele não teve.
Se calhar foi ali também onde meu avô abraçou pela ultima vez
ao seu irmão José, antes de ele ir à guerra.
Se calhar até foi ali onde leu a última carta
que ele lhe mandou justo antes de morrer.
Quantas tardes passamos ali apanhando ameixas
e tirando-lhes as carabunhas!
Quanta marmelada fizemos naquela velha lareira!
Mas depois veio a modernidade,
com as suas maquinas e egoísmos
e destroçou tudo: a fonte, o lavadouro, as lembranças...
Vieram os empreendedores com os seus complexos e inseguridades
e trouxeram o progresso.
Construíram edifícios altíssimos com milhares de escritórios
onde falar em finanças, inversões, especulações, empréstimos bancários...
Agora andam a calcular quanto é que custa o solo
e o que poderia custar vendendo-o daqui a cinco anos.
Depois arrancaram também a ameixeira.
E com ela todas as raízes.

32 índice
Ilustración: Marian Venceslá
CHEIRA A LISBOA Tu primer día de barista (fortuna tuya):

D a vid Vi l a Di e (é )gu e z( s) Marco Parod i

Cada dia acordam mais de mil mundos em Lisboa. Acerca.

Acorda Angola nos bicos da Manuela,
uma mulher preta que se prostitui “¿lo de siempre o…?”
ao pé da avenida da liberdade.
Acorda o Brasil nas mãos da Marisa, Te mira con tinta de Beethoven. Reanimación
a rapariga que com delicadeza prepara a minha meia de leite dedicada al encuentro del desengaño adecuado, y
cada tarde, na esplanada do Café Gelo, todo a la vez; el fruto rebosado de la botella;
misturando em proporções perfeitas Le amarras las sienes lo mejor que puedes.
o leite e o café que compõem
essa magnífica delícia puramente portuguesa. Les falta(n)…
Acorda Moçambique nos pés do Guilherme,
aquele rapaz que fugiu de casa caminhando e sem dinheiro Otras sinnúmero antes de que lo sepas de
à procura duma melhor vida antemano. Aun así, no tendrás razón y nada
na capital deste velho império eterno, interminável, cambiará para dártela.
e agora dorme ao abrigo dum Santander Totta,
amostra, por outra parte, do único imperialismo económico
possível para o fraco leão castelhano.
Acorda a Índia na pele de João,
indiano moreno (mas não preto)
nascido já aqui na Lusitânia,
que vende cerveja importada
numa loja ao começo da Costa do castelo.
Todos estes mundos acordam ao som do fado pré-fabricado
que se ouve pelas ruas do centro de Lisboa,
mergulhados na roda imparável
das exigências alemãs e europeias
num capitalismo ainda mais brutal nesta nova Fisterra,
neste novo cú do mundo.
Acordam todos, todos, todos, todos, todos.
É só nós que não acordamos.

34 índice 35
 Fotog ra f ía s: Juan Luis Rod ríguez Romero

36 índice 37
 El último frío
Ca roli n a Ro dr í gu e z Tso u ro u k d i ss i an
Dentro de su mirada cabía un bosque
entero de pinos blancos. Los pinos medían
diez centímetros de alto. La única expli-
cación que encontraba para justificar la
pequeñez de aquellos pinos era que esta-
ban a gran distancia. Lo que todavía no
se explicaba era por qué los podía tocar si
estaban tan lejos. Hacía frío.
Nunca había estado en un bosque donde
todos los árboles midieran exactamente
lo mismo. En los bosques donde él había
estado había unos árboles más grandes y
otros más pequeños. Pero en éste todos
medían diez centímetros de alto.
Eran pinos blancos. Parecían cubiertos
de nieve, pero los tocaba y no se sentían
ni fríos, ni mojados. La mayoría de los
pinos estaban acostados en el suelo, como
si alguien los hubiese cortado. Algunos
otros estaban de pie. Un lago rojo que
reflejaba el atardecer hacía silencio en
el medio del bosque. Cada vez hacía más
frío.
Con sus dedos hacía ondas en el lago.
También extendía su mano y le daba un
toquecito a los pinos caídos y éstos gira-
ban en círculos, luego en semicírculos
cada vez más cortos, después sólo vibra-
ban hasta quedarse inmóviles otra vez.
Más arriba, sobre la línea del bosque, se
38
veían unas montañas lejanas y negras.
Extendía las manos pero no las podía
tocar.
Los picos de las montañas eran delgados
y puntiagudos. Algunos apuntaban hacia
arriba, otros hacia los lados. Nunca había
visto montañas con picos hacia los lados,
picos horizontales; uno de ellos parecía
que se iba a caer. Las montañas parecían
la dentadura desordenada de una bestia.
De pronto unas pisadas contundentes y
sincronizadas hicieron entrada en aquel
lugar. Eran cinco hombres que se detuvie-
ron ante la vista de un moribundo rodea-
do de decenas de vasos cónicos de cartón
blanco en el piso, de los que se usan para
tomar agua de botellón. Algunos de los
vasos estaban en pie, otros caídos. Era
el piso tres de un edificio de oficinas en
Caracas.
Los sujetos apartaron los vasos y se
agacharon sobre el cuerpo. Un charco
de sangre brillaba a su lado. Los ojos del
moribundo se abrían y luego rodaban
hacia atrás. Se abrían y rodaban hacia
atrás.
–¿Cuántos dedos ve?
–...
índice
Un trozo de vidrio cayó al piso. Los suje-
tos se apartaron del moribundo y fueron
a inspeccionar la ventana quebrada que
estaba enfrente. El pedazo, que apenas se
sostenía de un fino hilo de papel ahuma-
do, cedió justo en ese momento.
El moribundo se acordó de su madre. Su
madre siempre le decía “hijo no te olvi-
des de apagar todas las luces antes de
acostarte”. Él siempre se iba a la cama
de último.
Los sujetos de pisadas contundentes se
acercaron otra vez al moribundo. Vieron
que ya no se movía. Uno de ellos tomó el
radio:
–Adelante comando...
–...
–Sospechoso caído...
–...
Ante la pregunta de su superior, el
hombre saca la billetera del bolsillo del
muerto. Revisa su cédula de identidad:
–Quince años, sexo masculino...
–...
39
 Música poética y
armonía racial: la musicalidad
de Nicolás Guillén y Langston Hughes
Ja cob Bro w n
La relación entre las obras del poeta cuba-
no Nicolás Guillén y del poeta estadouni-
dense Langston Hughes casi ha llegado
a ser un campo académico en sí mismo.
En “Nicolás Guillén, Langston Hughes,
and the Black American Afro­ Cuban
Connection” (1994), un artículo funda-
dor en la crítica “Hughes­ Guillenista”,
Robert Chrisman analiza la musicali-
dad de los poetas como una reivindica-
ción de la cultura negra. Por otro lado,
en “(Gypsy) Rhythm and (Cuban) Blues:
The Neo­American Dream in Guillén and
Hughes” (1999) Marilyn Miller argumen-
ta: “the connections between Hughes and
Guillén, analyzed most notably to date
by Robert Chrisman, are too multifa-
rious to be subsumed in the category of
neo­African identity” (325). Para apoyar
su tesis, Miller explora el carácter híbrido
de “The Weary Blues” (1923) de Hughes,
que combina elementos del blues con
varias convenciones poéticas “tradicio-
nales”. También analiza “La canción del
bongó” (1931) de Guillén, que alude a las
culturas africanas e hispánicas.
Sin embargo, Miller describe su análisis
como un primer paso en abrir la lectu-
ra reductora de Guillén y Hughes como
poetas simplemente negristas. Por lo
tanto, voy a volver a leer “The Weary
Blues” y “La canción del bongó” para
mostrar cómo los poemas crean una
poética musical y mestiza para ilustrar
actitudes optimistas hacia la convivencia
racial en sus distintos contextos naciona-
les. En otras palabras, la musicalidad de
40
los poemas, por mezclar el blues y el son
con elementos poéticos de orígenes euro-
peos, plantea la posibilidad de la armonía
racial en Cuba, EEUU y más allá.
El poema “The Weary Blues” de Langston
Hughes está compuesto en parte por
el blues, pero también se trata de una
expresión híbrida que utiliza conven-
ciones poéticas “tradicionales” (o sea,
europeas) para reivindicar el género
musical afro­americano como una forma
de arte para audiencias racialmente
mezcladas. Según “To the Tune of Those
Weary Blues: The Influence of the Blues
Tradition in Langston Hughes’s Blues
Poems” (1981) de Steven C. Tracy, el
poema “canta” el blues, una tradición oral
y afro­americana, a través de la tradición
europea de la poesía escrita: “although
Hughes takes a multiplicity of traditio-
nal and literary approaches to blues in
his own poems, his use of blues is limited
in expression by some dominant influen-
ces.” (73) Sin embargo, mientras que
Tracy argumenta que su uso de “influen-
cias dominantes” limita las posibilidades
de expresar el blues, yo argumento que
crea un nuevo arte mestizado a través de
su uso de tradiciones africanas y ameri-
canas—es decir, orales y escritas.
En primer lugar, el poema refleja
el blues a través de la musicalidad y
contiene una canción del blues. El
poema va de un hombre afro­americano
que toca el piano y canta el blues: “Ain’t
got nobody in all this world, / Ain’t got
índice
nobody but ma self. / I’s gwine to quit
ma frownin’ / And put ma troubles on
the shelf” (Hughes versos 19­ 23). El
lenguaje poético de estos versos inten-
ta capturar el lenguaje cotidiano de
los afro­americanos que cantaron el
blues durante el momento histórico en
el que el poema fue escrito. El poema
continúa: “I got the Weary Blues / And
I can’t be satisfied. / Got the Weary
Blues / And can’t be satisfied— / I ain’t
happy no mo’ / And I wish that I had
died” (Hughes versos 25­30). Aunque el
poema contiene esta canción del blues,
también es un poema que usa conven-
ciones escritas para expresarse. Por
ejemplo, los primeros dos versos dicen:
“Droning a drowsy syncopated tune,
/ Rocking back and forth to a mellow
croon” (Hughes versos 1­ 2). Además,
los últimos dos versos dicen: “While
the Weary Blues echoed through his
head. / He slept like a rock or a man
that’s dead” (Hughes versos 34­35). Los
primeros y últimos dos versos se tratan
de una copla rimada, una convención
poética que también existe en la poesía
1
tradicional europea.
A pesar del tono lúgubre de “The Weary
Blues”, creo que la coexistencia del blues
y la convención europea del pareado refle-
jan una creencia personal de Hughes en la
coexistencia racial en los Estados Unidos
y en el resto del mundo. En un discurso
del año 1937 que se llama “Too Much of
Race”, Hughes propone un argumento
1. Por ejemplo, en los sonetos de Petrarca y
Shakespeare.
sobre la armonía racial a pesar del movi-
miento fascista en Europa: “Writers like
Anand and myself, leaders like Herndon,
and poets like Guillén and Roumain
represent the great longing that is in the
hearts of the darker peoples of the world
to reach out their hands in friendship and
brotherhood to all the white races of the
earth.” (citado en Chrisman 813). Como
vemos en el discurso de Hughes, él no
era el único poeta de color que creía en la
armonía racial. El poeta cubano Nicolás
Guillén también luchó por esa armo-
nía en su poesía, por lo menos en parte
a través de la musicalidad. Por lo tanto,
miremos un ejemplo en “La canción del
bongó” de Guillén.
Cuando uno analiza la relación entre las
poesías de Hughes y Guillén, ha de reco-
nocer que eran colegas. Cuando Hughes
visitó a Guillén en la Habana, le aconsejó
algo que cambió su poesía para siempre:
“Hughes had one crucial recommenda-
tion for Guillén—that he should make
the rhythms of the Afro­Cuban son, the
authentic music of the black masses,
central to his poetry, as Hughes himself
had done with blues and jazz. This idea
started Guillén” (Chrisman 811). Como
“The Weary Blues”, “La canción del
bongó” plantea la posibilidad de la convi-
vencia racial no sólo a través del conte-
nido, sino también a través de la forma.
Con respecto al contenido, el poema
menciona de modo directo la composición
negra y blanca de Cuba. En los versos 6­9,
el poema dice: “mi profunda voz, / convoca
al negro y al blanco, / que bailan el mismo
son” (Guillén). Luego, en los versos 16­17
41
 se refiere a Cuba como “esta tierra mula-
ta / de africano y español” para reivin-
dicar lo africano de la cultura cubana
además de plantear su relación con la
cultura hispánica (Guillén). Finalmente,
yuxtapone marcadores y símbolos de la
cultura africana, como el bongó y Changó
(dios del rayo en la mitología africana)
con la católica Santa Bárbara para repre-
sentar la religión santería de Cuba. La
santería, símbolo microcósmico de Cuba
dentro del marco poético de Guillén, no es
ni europea ni africana sino una mezcla de
las dos culturas.
Además del contenido, el poema también
acude a la musicalidad africana y
europea para expresar la creencia de
Guillén en la coexistencia racial. Usa el
símbolo del bongó y la palabra “llamar”
para sugerir los cantos africanos, pero
también utiliza el estribillo (o coro) en
los segundo y tercer versos: “—Aquí el
que más fino sea, / responde, si llamo yo”
(Guillén). Como la voz poética recurre a
los cantos africanos y a las convenciones
poéticas europeas como el estribillo para
crear un poema, Guillén implícitamente
expresa una creencia que mencionó explí-
citamente en el prólogo de Sóngoro coson-
go: “The spirit of Cuba is mestizo. And
from the spirit through the skin our true
color will come. Someday it will be said:
Cuban color” (Guillén traslado y citado
en Chrisman 812). En otras palabras, el
poeta enfatiza que los poemas son “mula-
tos” en su prosa además de su forma y
contenido poético para subrayar la posi-
bilidad de la armonía racial en Cuba.
En este ensayo, he argumentado que las
poesías de Hughes y Guillén utilizan la
musicalidad a través del blues y el son
respectivamente no sólo para reivindi-
car la influencia africana en sus países,
sino también para mostrar que las cultu-
ras negras y blancas pueden coexistir
en la sociedad de la misma manera que
42
coexisten en “The Weary Blues” y “La
canción del bongó.” Sin embargo, hemos
de resistir esta lectura completamen-
te optimista en el siglo XXI. Aunque
Hughes y Guillén plantearon la posibili-
dad de la coexistencia racial a principios
del siglo XX, el racismo y el colorismo
en Cuba y en los Estados Unidos toda-
vía existe hoy en día a un nivel cultural,
estructural e institucional2. Debido a los
problemas raciales y sociales a los que
todavía nos enfrentamos en EEUU, Cuba
y el mundo, creo que analizar represen-
taciones de la raza y la etnicidad en la
literatura es tan importante ahora como
cuando Hughes y Guillén escribieron sus
poemas. Por desgracia, el mundo que los
poetas imaginaron todavía no se ha lleva-
do a cabo. No obstante, quizás si volve-
mos a leer su musicalidad y escuchar su
poesía, nosotros también podemos imagi-
narnos un mundo racialmente coexisten-
te por el que podemos seguir luchando en
nuestro siglo.
2. Desafortunadamente, no tengo ni el espacio
ni el tiempo para ofrecer una discusión profun-
da de la injusticia social en Cuba y EEUU,
pero puedo citar por lo menos un ejemplo para
cada país. En Cuban Color in Tourism and La
Lucha: An Ethnography of Racial Meanings,
L. Kaifa Roland discute la diferencia de poder
entre los habitantes de Cuba y los turistas
por motivos de raza o de orígen étnico. Roland
argumenta que el modelo colonial todavía
existe en Cuba, ya que los blancos gozan del
mayor privilegio mientras que los negros y
mulatos padecen la discriminación en los
sitios reservados para turistas europeos. Por
otro lado, en los Estados Unidos las áreas
urbanos como Harlem—irónicamente el lugar
donde nació el renacimiento artístico y litera-
rio afro­americano por excelencia—están expe-
rimentando el aburguesamiento debido a los
precios que han elevado cada vez más en los
años recientes. Como resultado de este fenó-
meno que se llama “gentrification” en inglés,
muchas comunidades de color se han encon-
trado desplazados después de llevar años
viviendo en los centros urbanos de EEUU.
índice
Obras citadas
Chrisman, Robert. “Nicolás Guillén, Langston
Hughes, And The Black American/Afro­
Cuban Connection.” Michigan Quarterly
Review 33.4 (1994): 807­ 820. MLA
International Bibliography. Web. 17 de
abril, 2014.
Miller, Marilyn. “(Gypsy) Rhythm And (Cuban)
Blues: The Neo­American Dream In Guillén
And Hughes.” Comparative Literature
51.4 (1999): 324­ 344. MLA International
Bibliography. Web. 17 de abril, 2014.
Roland, L. Kaifa. Cuban Color in Tourism
and La Lucha: An Ethnography of Racial
Meanings. New York: Oxford UP, 2011.
Print.
Tracy, Steven C. “To The Tune Of Those
Weary Blues: The Influence Of The Blues
Tradition In Langston Hughes’s Blues
Poems.” Melus 8.3 (1981): 73­ 98. MLA
International Bibliography. Web. 17 de
abril, 2014.
Guillén, Nicolás. “La Canción del Bongó” en
Dossier de literatura, García Rufo, M.J.,
Literatura de los márgenes de España y
América latina, LITT 3105 CSCS, Trabajo
inédito, CIEE, Sevilla, Primavera 2013.
Print.
Hughes, Langston. “The Weary Blues.” The
Norton Anthology of Modern Contemporary
Poetry, Vol. 1. Ed. 3. Jahan Ramazani.
New York: Norton & Company, Inc., 2003.
688­689. Print.
43
 Um “cheirinho” sobre

Moçambique
Ezeq u i e l Ba r re t o

Moçambique (Mozambique) é um país localizado no sudeste

do Continente Africano, banhado pelo Oceano Índico a leste e
que faz fronteira com a Tanzânia, Malawi, Zâmbia, Zimbabwe,
Suazilândia e África do Sul. Moçambique é membro dos PALOP
Timbila
(Países Africanos de Língua Oficial Portuguesa) e da CPLP
(Comunidade dos Países de Língua Portuguesa). Moçambique possui Literatura moçambicana teve inicio com expressões moçambicanas. Apesar
uma vasta diversidade cultural, que vai desde a musica, literatura, no periodo colonial como uma forma de de se tratar de um tipo de literatura
culinária, dança, desporto e outras artes (pintura, escultura, cerâmi- repdiar a opressão colonial. Os escri- recente, conta já com os escritores conte-
ca, cinema, etc.). tores mais importantes desta fase porâneos tais como, Paulina Chiziane,
foram Rui de Noronha, Noémia de Sousa Calane da Silva, Mia Couto e outros, o
A culinária moçambicana é multi-diver- A principal modalidade desportiva é o e José Craveirinha. A literatura de que permitiu ganhar um espaço relevan-
sificada incluíndo a cozinha nacional, futebol, seguido do basketebol e o atletis- Moçambique é escrita em língua portu- te na Literatura Lusófona.
árabe, europeia e africana. A cozina mo. Não é taõ comum a pratica de, volei- guesa e em alguma das vezes misturada
nacional é baseada em verduras/legumes, bol, tenis, natação, andebol, ciclismo, etc.
peixe, mariscos, etc. e cada província tem Algumas estrofes do poeta José Craverinha:
a sua forma especial de confeccionar os Uma das mais famosa arte, é a “makon-
alimentos, por exemplo, na Zambézia de” que consiste em esculpir a madeira. Quero ser tambor
o prato mas conhecido é o “frango a O instrumento musical tradicional deno- Tambor está velho de gritar
zambeziana – galinha grelhada marina- minado “timbila” foi considerada como Oh velho Deus dos homens
da com molho de cocô” e em Maputo é a Património Cultural da Humanidade deixa-me ser tambor
“matapa - couve e amendoim”. pela UNESCO. Por último, a festa do corpo e alma só tambor
caranval também passou a ser uma só tambor gritando na noite quente dos trópicos.
tradição no país. Nem flor nascida no mato do desespero
Nem rio correndo para o mar do desespero
Nem zagaia temperada no lume vivo do desespero
Fortaleza da Ilha de Moçambique
Nem mesmo poesia forjada na dor rubra do desespero.
Nem nada!
Só tambor velho de gritar na lua cheia da minha terra
Só tambor de pele curtida ao sol da minha terra
Só tambor cavado nos troncos duros da minha terra.

Cantado pelo cantor galego Narf:

https://www.youtube.com/
watch?v=BzywW9tukG4

44 índice 45
 Militarización,
Imperio,
Migración,
y Lucha en las
Américas:
Una Vista desde el Sur: Entrevista con Neptalí
Pérez, Trabajador de Construcción y Miembro
de Dignidad Obrera en Nashville
Red a c t a do po r Tr i stan Cal l , v o l u ntari o d e D i gn ida d O brera ,
Nov iem bre 2 0 1 5
TC: ¿Podemos empezar con cómo TC: Y a parte de tu participación
[The School of the Americas is an international military conociste a Dignidad Obrera? en la organización ¿a qué
training center run by the United States Army at Fort te dedicas en Nashville?
NP: Fue en apoyo de un caso de robo
Benning, Georgia, which exists to train Latin American
de salario. Busqué ayuda y encontré a NP: Bien, trabajo afuera, como ayudan-
military officials in repressive techniques to use against Dignidad Obrera a través del internet. te general en construcción. Mayormente
their own civilian populations and provide Latin Y después de la lucha que tuvimos por es la pintura, pero tuve casos de robo de
American armies with political and financial support varios meses, ganamos el caso y me quedé salario también y mejor lo dejé y cambié
a seguir apoyando a demás personas que para trabajar con otras personas.
from their US counterparts. Graduates of the School todavía están siendo robados sus salarios
of the Americas have gone on to design and perpetrate en algunas partes. TC: Ahora estamos regresando de
massacres, targeted assassinations against unionists la vigilia para cerrar la Escuela
TC: Y ¿qué te atrajo de de Las Américas- ¿qué es?
and movement leaders, acts of genocide, and military la organización para
coups throughout the Americas. Each year in November, seguir participando? NP: Yo no sabía esto, pero gracias a
on the anniversary of the murder of Salvadoran Dignidad Obrera estoy conociendo algu-
NP: Apoyar a las personas que se sien- nas cosas que no sabía antes. Nunca
Archbishop Oscar Romero by School of the Americas
ten traicionados por los patrones de supe que existía una escuela para entre-
Graduates, thousands of people meet at the gates of Fort Nashville. Y la convivencia y la fami- nar las corporaciones, cuerpos de poli-
Benning to demand the school be closed.] lia que he encontrado en Dignidad cía, o del ejército en Latinoamérica.
Obrera. Y porque en Dignidad Obrera Me llamó mucho la atención y entonces
Entrevista realizada en la vigilia para cerrar la Escuela de las Américas en la base estoy sacando los talentos que tengo, quería saber más de esto, y es mi prime-
militar estadounidense Fort Benning en Columbus, Georgia, con Neptalí Pérez, usándolos aquí en Dignidad Obrera. ra vez que estoy yendo y he aprendido
un miembro activo de Dignidad Obrera, el centro obrero localizado en Nashville, mucho en el transcurso de este viaje.
Tennessee.

46 índice 47
 TC: El sábado fuimos juntos a
la primera marcha, contra la
cárcel de detención migrante...
NP: Esta marcha fue en la defensa de
los migrantes. Como se están haciendo
redadas, y los policías locales y estatales
se manejan junto con ICE. Entonces hay
personas inocentes allí adentro, que están
adentro tanto tiempo, nada más por algo
que no es necesario que estén allí. Porque
realmente no son criminales la mayoría.
Y creo que ya basta de racismo, porque es
lo que se está viendo. Aparte del racismo,
es algo de negocio que tienen las corpo-
raciones de seguridad. Entonces quie-
ro dejar en claro también que Dignidad
Obrera no solo apoya contra el robo de
salario en Nashville sino también lucha-
mos por nuestros derechos civiles, cuando
es pisoteada la dignidad.
TC: Tengo entendido que esta
cárcel es de la corporación
CCA, una compañía de
cárceles privadas, que tiene
cabecera en Nashville.
NP: Tenemos que seguir con las luchas,
tratar de desaparecerlo, no sé cómo. En
mi opinión, todo [allí] es dinero. Cuando
se agarra a un migrante y está preso,
trabaja allí por menos que 50 centavos
la hora... ¡eso es negocio! ¡Dentro de la
cárcel! […] Tristemente, estas personas
que se dedican a la seguridad son perso-
nas quienes son manipuladas mental-
mente para que no tengan sentimientos.
El sentimiento se ha perdido en ellos
ante la comunidad. Ellos pueden ver a
una madre llorando allí por un hijo que
está allí encerrado, y ¡ellos no tienen
sentimiento para eso! Están entrenados
para eso. Eso es algo que a veces no puedo
entender, pero creo que ya basta con ese
tipo de adiestramiento. Igual que en la
Escuela de las Américas. ¿Por qué tiene
que hacer esto Estados Unidos para que
48
ellos puedan matar a su propia gente el
ejército? Todo es dinero desde los Estados
Unidos. Si las políticas de Latinoamérica
se han vuelto muy corruptas, es por culpa
de Estados Unidos, es para su beneficio.
Es mi punto de vista.
TC: ¿Cómo podemos pensar
en la conexión entre el abuso
laboral de los patrones en
Nashville y el abuso de presos
de una corporación privada de
cárceles, basada en Nashville?
NP: Vuelvo a repetir, esto es político. Es
un sistema que ellos construyeron, y ellos
miraron que pudieron hacer dinero bajo
estas instituciones, y hasta la fecha lo
siguen haciendo. Pero esto va en contra de
nuestros derechos. ¿Dónde está el respeto
de las personas en estas corporaciones? Y
la mayoría se está haciendo oídos sordos,
en varias instituciones en varias partes,
y [los presos] están ganando una miseria
para beneficiar a otros, y debemos acabar
con esto ¿no?
TC: Aquí en la protesta contra
la Escuela de las Américas en
Ft. Benning, Georgia, habían
varias presentaciones de varias
organizaciones de diferentes
partes de las Américas...
NP: Lo que más me llamó la atención
fue lo que estaban exponiendo acerca de
Panamá, como las corporaciones, poli-
cías, y ejércitos de allá vienen aquí a ser
entrenadas, según para una democracia,
porque esto es lo que dicen, pero no es
cierto, es un juego, todo por convenien-
cia. Llegan allá para destruir a su propia
gente, para intimidar, para decir que
con una arma hay poder, y que no se nos
acerquen […] Todo lo que está pasando
en México no es algo que surgía así nada
más, sino es algo que ya venía [...] Y nos
unimos de diferentes estados con gritos y
índice
pancartas […] Queremos que se cierre la restaurantes, y también los derechos
Escuela de las Américas en Georgia. que tienen nuestra gente en nuestros
países, y el respeto que se debe dar a la
TC: Hoy el domingo, esta mañana mano de obra, porque sin ella un negocio
hubo una procesión funeraria. no puede crecer […] Hablando en políti-
¿Nos puede contar cómo fue? ca más grande, es igual. Si los derechos
del pueblo se están pisoteando, se les
NP: Las actas que hicimos hoy este domin- intimida, se está robando su dignidad, y
go en la base de la escuela, fueron para perdiendo el respeto a la humanidad.
conmemorar a los muertos, un recordato-
rio de los matados por los mismos milita- TC: Finalizando, ¿alguna cosa
res entrenados aquí en Estados Unidos, que quisiera compartir?
los mismos ejércitos de Latinoamérica,
que han matado a su propia gente, a base NP: Yo invito a cada persona que va a
de un gobierno corrupto, que todo eso es leer esto, que apoyemos a instituciones,
a base de dinero. no solamente Dignidad Obrera, que todos
debemos involucrarnos en los derechos.
TC: ¿Cómo se sentía escuchar Si tú te involucras, tú estás luchando por
todos estos nombres? tu familia, por el derecho de tu familia,
el respeto de tu familia, la dignidad de
NP: Fue una larga lista de nombres, pero tu familia. Lo más importante es que
realmente no eran solamente adultos. apoyemos esas organizaciones, no se
Habían hasta familias enteras, niños, hacen nada más por hacer, sino por algo
mujeres, ancianos. Creo que tiene que que está estorbándonos. Así yo les invito
acabar, no es justo lo que está pasando, a que se nos unan, y seguir mejorando
y espero un día escuchar esta noticia de para crecer y así que la política vea que
que la Escuela de las Américas se cerra- no estamos solos.
ra y no entrenara más a personas de
Latinoamérica para matar a su propia
gente. Fue una procesión triste […] pero
lo que sí podemos hacer mientras esta-
mos vivos es que tenemos que parar esto.
Y lo vamos a hacer, no sé cómo.
TC: Pensando en la situación
de represión en Latinoamérica,
¿cómo nos puede mejorar
nuestro pensamiento en
Nashville de cómo combatimos
la explotación laboral aquí?
NP: Como siempre lo he afirmado en
varias acciones que hemos tenido, 3 pala-
bras debemos enfocarnos cada persona:
Derecho, Respeto, y Dignidad. Debemos
estar peleando y guardando estas 3
palabras, tanto el derecho que tene-
mos como trabajadores, en la construc-
ción, en la zona hotelera, en diferentes
49

Y ahí estabas
Ka d i r i J . Va q u e r F e r n á n d e z
Y ahí estabas, justo como aquel día cuando
te encontré tirándole piedras al mar,
queriendo que te hablara, que te confesara
de una vez la fórmula exacta detrás de tantos
días de vaivenes, de caderas como péndulos
y embarcaciones sin rumbo. Recuerdo,
como a veces recordamos en estos pueblos
marítimos, que dijiste algo así como la vida
es esto. Estar aquí. Juntos. Sin saber nada de
las ciudades futuras.
50
An a s ta sia Valecce
Delicia extrema
El disfrute de la palabra casual
Me posee de repente
Y se va
A esa esquina oscura de mi alma
Que goza misteriosamente en los cuartos del pecado.
Delicia extrema.
Calles líquidas
I.
Un salón vacío
se llena de kilómetros de vidas perdidas
y recuerdos fragmentados,
de dolores constantes,
de olvidos imposibles,
de reconstrucciones difíciles pero conscientes
y de vulnerabilidades que demuestran mucha más fuerza
de la que yo –camino inconsciente de fáciles recuerdos-
pensaba tener.
Alguien le da voz a los mismos miedos que
me persiguen hace siglos de vidas
que cíclicamente me devuelven con los mismos defectos.
Escucho esas voces
provenir de cuerpos ajenos
machacados por fantasmas eternos.
De repente
parecen ser el eco de mi voz que violenta
golpea cada esquina de mi cerebro.
Descubro que el cuerpo ajeno es mi cuerpo dolido.
Y más se achica ese cuerpo en una fría silla de piel sintética,
más me siento sintética en mi misma piel
y necesito abandonar ese territorio desconocido
y habitar, aunque sea por el instante cálido de un aliento,
esos otros cuerpos.
Necesito abandonar
la fortaleza segura en la que creo vivir
y mudarme
a las confortables mansiones en ruinas.
índice 51
 II.
Silencio entre las ruinas.
Paz en el desmembramiento.
Placer en el desnudar mis vulnerabilidades frente a ti.
Las emociones son tan fuertes que no puedo contenerlas.
Huyo,
tratando de recuperar
los fragmentos que han quedado
de mis máscaras.
Pero el cerebro no me deja en paz
y en la inútil carrera sobre calles sólidas
tengo que abandonar mis movimientos concretos
para desembocar en los territorios ajenos
de estas hojas vírgenes.
Tú,
presencia constante de mis versos
tampoco me dejas huir
en silencio como yo quisiera
para no enfrentarme a ti.
Como océano contenido
destapas y flotas con fuerza
por los agujeros de mi alma
devolviéndola
a su real dimensión de potenciales infinitos inexplorados
de que tanto hablamos.
Así termina esta noche,
con un habitante ilegal de las zonas más obscuras
de mis abismos
que moja,
inevitablemente,
los orgasmos crueles
que me provoca sin tocarme.

Fotos: “Broadway” Marian Venceslá

52 índice
índice
 Milwaukee
There reached a point where I had no sense of reali-
ty left; “real life” had succinctly intertwined with
the hazy dream of nights spent working in bars on
Milwaukee Street. I imagined purgatory to be like
this—an in-between place of some sort, closer to hell.
Self-absorbed, achingly bright and comfortingly artifi-
cial, Milwaukee Street became both reality and drug of
choice.
How it Works
The structure was simple: four venues, three owners,
and several investors (all of whom were off the books
for their own reasons, whether taxes or previous convic-
tions, but all were rewarded with special treatment). In
my years on the scene, owners trickled out and inves-
tors came and went, but the venues held their respective
roles. Kenadees was the sports bar, Tangerine was the
Thursday and Saturday night club, Eve was the place
to be on Friday night, and Carnevor was the overpriced
steakhouse that catered to hoity toity private parties
and gutter palettes with expensive taste. Initially Sake
Tumi, a Japanese sushi restaurant, was part of the mix
but it was sold… or swallowed up by the city.
Bottle service at any of the venues ran $150 a bottle to
the bar’s $20. I added 20% gratuity on anything over
$100 but never mentioned the charge to the clientele
unless they asked, so they almost always tipped twice.
Bottles of top shelf alcohol jumped in price; Don Julio
or Patron Tequila were upwards of $350 a bottle, and
higher prices yielded higher returns on my 20%. Slow
nights still left me upwards of $200, but on average I
pocketed well over $450 a night.
The Liquor Manager did everything he could to save a
dollar, because that was the “culture of the company.”
They made a killing on alcohol sales the legal way
(marking the price up and charging for “atmosphere”),
but there were some sleight of hand tricks in play too—
using cheap tequila or Mezcal in bottles of Don Julio
and Patron, rail vodka masquerading as Effen or Grey
Goose. They could have started an advertising campaign
around it: the only top shelf liquor in the city that will
make you sick. The Owner knew what was going on but
56
Street
would have let the Liquor Manager burn for it if backed
into a corner… or given the opportunity.
E l s a M . Sa vatovic All the venues had cameras everywhere, but our boun-
cers were less like peacekeepers and more like the
hired guns in the old west with itchy trigger fingers for
tempers and gladiator physiques in their holsters. When
altercations took place, incidents needed to be cleaned
up. When incidents needed to be cleaned up, the tapes
from our security cameras went missing just before the
authorities arrived, and if the police weren’t quietly
collecting money to turn a blind eye, they were lied to.
I knew my place: I started at Kenadees as a server
and worked the floor on busy nights. I fought my way
up the ladder on to VIP tables, had my own customers,
and finally had my pick of nights I worked. Servers that
reached the top of their trajectory upgraded venues; I
was moved up to Tangerine. Tangerine was bottle servi-
ce only and attracted higher profile clients. It was easy
enough to get caught up in things, but I knew that each
time I was asked to work at Eve, I needed to decline. I
would have lost myself completely. I despised Eve.
The Clients
I seldom looked into the mirror, but when I did my
reflection startled me. I stayed safe inside, behind my
mask, as long as it remained tightly tied in the back.
I washed my hands with the vigor and frequency of a
surgeon operating without gloves. But I always knew
that as bad as it got I was better than this. I was better
than them. Not the maintenance, cooks, and bar backs—
they still had morals and values, a sense of humor, and
a language barrier. I knew I wasn’t better than those
guys, but I knew I was better than “them” The rest of the
Milwaukee Street Crew. I didn’t get caught up in it like
they did; I never lost myself. My head was on straight,
and I was still Alice to their Mad Tea Party. In retros-
pect, I wonder if the only thing I was better at than them
was rationalizing my choices to take the burden off my
conscience.
I knew better—I knew the difference and saw the
shades of gray. But sometimes I felt like their ignorance
protected them. I thought that turning down Vegas trips
with professional athletes and musicians, private after-
parties on yachts, the drugs, hotel keys that came with
índice 57
“no strings attached” or promises of “taking care of [my]
debt”—turning it down made me better than the mana-
gement, bartenders, clients, and cocktail waitresses on
the street. I’m only working here to pay for tuition.

I’ve always been a good liar, especially in conversations

with myself, but telling myself that I didn’t care about
the culture, the faces, the scene—that was the biggest
lie I tried to sell. I’ll be safe above this all if I just clock
in, do my job, and leave. Focus on what’s important,
keep moving. I treated people how they paid me to treat
them, like commission-based respect, and I was rewar-
ded for it. Pay me to lie to you: these people love you for
you, you’re not alone. The Owner’s [then] wife was the
exception; I could lie to her, I just couldn’t look her in
the eyes when I did.

I kept my guard up. I put up a wall between myself and

the pretenders, and when the wall fell, it was because I
decided it should come down. I didn’t succumb to pressu-
re. I was in control. Wall up: a hip-hop star I’d admired
for years was hosting an after party, (a meet-and-greet
of sorts) and I had to work it. I wasn’t giving in to the
pressure and glamour—it was me that wanted the pictu-
re with him. I’m still in control. Wall up: a basketball
superstar pursues a night with a local fan after a Fern a n do Romero Cord ob és
nationally-televised apology to his wife for his infidelity
and the purchase of a $4 million pink diamond ring. I Nacidos Para Contar (I)
know better. I’m not going to lower myself for them. I
didn’t charge gratuity on his teammates’ complimentary Déjame que te cuente...
drinks, the drinks that they ordered and let sit until the
ice melted—until the glass sweat rings on the tables and Que en la ciudad de las abejas salían todo el año en procesión una o dos veces para
the beverages themselves turned from muddied tones to mostrar pleitesía a la reina, mientras ésta les prometía una y otra vez la miel más
transparent stains. I don’t need their money, not for dulce de la cosecha. Un día, una abejita susurró en el desfile: “Tengo 20 años y he
what they’re asking in return. I took home $40 that hecho 29 desfiles, ¿por qué aún no hemos probado esa dulce miel?”, a lo que otra
night. contestó: “Quizás fuera porque faltaste a uno”. “¡¡Nooo!!, es por tu ambición y egoís-
mo», inquirió otra con maldad. La más prudente y en voz bajita añadió, «esa misma
The mask was getting loose from being stretched and pregunta nos hemos hecho algunas de nosotras». Al año siguiente cuentan que entre
bent into and out of shape in the name of selling a murmullos de un nuevo desfile se volvió a escuchar la misma cuestión.
corrupt culture, a culture that had been meticulously
constructed to resemble a fantasy that I didn’t want to Déjame que te cuente...
share. When I stepped back, I saw that even though I
was keeping the wall up, keeping the noise at bay, the Que las sonrisas no son iguales y algunas llevan traje. Sonrisas cobardes, sonrisas
foundation of the wall had been retreating and wouldn’t complacientes, sonrisas interesadas, sonrisas útiles... Y aunque no creo en el paraí-
support knowing better much longer. so, un día noté cómo un ángel me rozó con sus alas cuando por primera vez sonreí
con ella.
Knowing better, I knew when it was time to walk away.

índice 59
Fotos: Fernando Romero Cordobés

Nacidos para contar (II) Nacidos para contar (III)

Déjame que te cuente Déjame que te cuente...

Que todos sentimos miedo y sólo unos pocos se enfrentan a él Que algunas masacres se llamarán colonización; y que algunos genocidas serán
Déjame que te cuente conquistadores honrados por la Historia de aquellos vencedores
Que a veces la mentira se viste de etiqueta mientras la verdad está desnuda Déjame que te cuente
Que desnudar a la mentira no es tarea sencilla Que adularán la fe y el poder, y a los nadies olvidarán
Déjame que te cuente Déjame que te cuente
Que una amistad ni es útil ni interesada Que no raras veces algunos medrarán al bailar el agua en el piso de arriba
Que útil e interesada es la lacra de la sociedad Déjame que te cuente
Déjame que te cuente Que otras veces “defenderás la alegría hasta de la propia alegría”
Que unos viven en la primera planta, otros mueren por vivir en ella y otros su Déjame que te cuente
honestidad matan para alcanzarla Que sigo sin saber nada para poder seguir escuchando
Que los sueños a veces se olvidan en la entreplanta Déjame que te cuente
Que el edificio de la vida es bien rejodido Que los locos serán quienes dicen lo que piensan, hacen lo pensado y piensan lo que
Que a veces el esfuerzo de subir por la escalera conforta más que llegar a la cúspide escriben
por el ascensor Déjame que te cuente
Déjame que te cuente que sólo tú eliges cómo medir la riqueza
Que el amor duele y más duele si no se ama Déjame que te aconseje
Déjame que te cuente Que no sea con ceros a la derecha
Que lloré como niño siendo hombre y sonreí como niño cuando fui hombre
Déjame que te cuente
Que ninguna elección es sencilla y ese es el cobro de la libertad
Déjame que te cuente
Que hoy te puedo contar porque otros murieron en las cunetas para que yo pudiera
contar.

60 índice 61
 Te hablo

K a d i r i J . Va q u e r F e r ná ndez

“te hablo y mis palabras se rompen en el

borde de tu sueño”
-José Manuel Arango

Te hablo y mis palabras se tambalean 

por el costado de tu sueño,
ese sueño imposible
en que existes sin fronteras.

Vas a la deriva 
como un exiliado merodeando de noche
sobre la sed del oleaje,
sed de cuervos marítimos.

Mi palabra te busca,
revuelve el lodo con la nariz
a ver si es cierto

eso que dicen

que estás ahí,

entre la piedra y la pólvora,

entre la memoria y el presente.

Recuesto la cabeza en las raíces cóncavas

de los troncos secos
a la espera de un pálpito que suene
como un toque martillando suave
bajo la tierra,

Imagen: “La Sed de Artemisa”, Niñapájaro

como el golpe constante
de los que resisten.

62 índice 63
Peregrinação às nuvens oxalá todos os dias acordássemos sob o império do sol e do riso
perpetuamente contaminados por aquela loucura de abril

subterrâneas / Sedimento
a procurarmos o corpo amado entre os lençóis enquanto sentimos
nitidamente
como é que nos abrolham mil exércitos em cada mão e em cada pálpebra
Texto e i mag ens: P a ul o L e m a e o sangue vai anegando as mansões internas

Advertência do autor: Achamos necessário esclarecer mesmo na certeza da iminente e incontornável derrota mesmo assim sabermos
que estes textos foram escritos em galego, quer dizer, que sempre irão ficar as mansões outoniças
na variedade de português falada na Galiza. Assim as galerias de saibro e cerdeira
sendo, o/a leitor/a deparar-se-á com palavras, formas os vastos túmulos de cristal
e sotaques próprias daquele cantinho noroccidental da e a lembrança das derradeiras falésias a nos tensionar cada músculo
península Ibérica que, no entanto, temos certeza de que
não irão empecilhar a leitura. Obrigado. intuirmos ainda a génese dos penedos
o útero devastado a profunda e obscura metalurgia
do pão

e reconhecermos no fim como necessária

aquela velha obsessão de lembrarmo-lo tudo
de retermo-lo tudo
de contarmo-lo
tudo

No vale de Trava (Lage, Costa da Morte)

erguermo-nos pedra a pedra cada manhã

de maneira a sermos concha castro ou casa luminosa da maré
os corações a florirem
os corações a se abrirem furiosos para o norte
para os campos de whisky em que tu danças roxa e livre
como o refluxo de todas as revoluções

intuir baleias impossíveis trás a passagem das naos brancas

que me trazem o teu nome

ser capaz ainda de chamar-te de vidoeiro ou merlo

ou erva ceifada entre as danças de agosto
enquanto se consuma a rebeldia das harpas
e explodem rios selvagens no limite das carvalheiras

e as mãos abrigam exércitos

poder amar-te como corpo ou dólmen ou nuvem

à qual me encaminho

poder dizer-te

64 índice 65
 Começo da primavera (Nogueira de Ramoim, Ourense) Penedos de Passarela (Vimianço, Costa da Morte)

Água e granito (Nogueira de Ramoim, Ourense) No vale de Trava (Lage, Costa da Morte)

66 índice 67

Apenas nos vemos
nunca
M a r c o P arodi
¡Brinca! ¡Leonora! Me alzo. Quito el enchufe,
y miro la hora. Las 2. Si no, hubiera sido
demasiado fácil. A pesar de que estén lejos,
oigo a Detera que se riñe con Ingrid. El espec-
táculo televisivo de todos los días, extensión
de un conflicto más hondo, que bordea en cala-
midad en los ámbitos aún menos sustanciales
de nuestra sobrevivencia. Los mismos argumen-
tos a favor o en contra del escenario público
que más les apetezca. Las mismas respuestas
al desorden del día y de aquellos anteriores.
En un principio creía que se pegarían entre
sí ya que no los miraba nadie (aunque siempre
se puede ver). Ahora creo que sí, en alguna
realidad, llegarían a tener ese deleite de
verdaderamente tocarse a fuerza de sus pala-
bras, dejarían de tener sentido como entida-
des. Lo más gracioso es que lo saben perfec-
tamente. Si lo hicieran, no podrían volverse
a mirar las más-caras personales en el espejo
del lavabo. Resisten la tentación únicamente
por fines existenciales, aunque alguno diría
también para prolongar su deleite. De todas
maneras, no me causa ilusión. Tengo que guar-
darlos otro día. Se me hace tarde.
Se dirige hacia la puerta, pero no sin un
encoger de hombros al pensamiento, indicán-
dole así su lugar temporal y físico de impor-
tancia rebajada. Su incorporación esta vez
ha sido lo suficientemente ecléctica que aun
si sus movimientos serían notables por algún
seguidor, siguen careciendo de materia. Es
una colección de datos, de pensamientos que
se han vuelto visibles, han tomado una forma,
pero solo para cumplir algunas funciones. Un
pulso invisible y alucinante parece perse-
guirla desde arriba, a medida que se desviste
de la ennublada de almacenamiento por la calle
Resplandeciente hasta llegar a la Fijos. De
índice
allí será una corta caminata entorno al túnel
Maravedí para llegar al puesto. La patroci-
nadora no está, pero ha dejado instrucciones
para Leonora.
Leo que si por favor, le podría ayudar a
desarmar a la docentísima. Una serie de manu-
facturaciones, en orden de intensidad, con los
esquemas que salieron del caso de la semana
pasada deberían de ser suficientes. Esta maña
que tiene de crearse herramientas con inten-
ciones de poner un poco en orden, nos está
dejando sin medios. A la vez, nos hace bien
tener alguien con quien enfrentarnos entre
licenciadas. ¿? todo sabe…
Una sombra hacia mi izquierda. Las alarmas
nerviosas insisten que voltee hacia la turbu-
lencia ofensora. Nada. Un momento hacia allá
para estar segura, pero desde luego vuelvo
a saber que la patrocinadora no ha estado
pagando tanto por la interfaz. Me recojo en la
actualidad y mando los paquetes de construc-
ción a la impresora. En unos minutos la docen-
tísima Rau tendrá la satisfacción de nuestra
respuesta a sus ademanes de unir los hilos.
Una serie o tal vez no, de pelotitas e sinsus-
tancias de diversos materiales con propósitos
varios o inexistentes que se niegan a decir a
su investigadora, cosa que pensamos es proba-
ble que Rau será, si su conjunto esencial y
presencial ha sido, es, o será real o ficti-
cia. Solo ¿? sabe cómo funciona la impre-
sora. Un desmadre. Nosotras tampoco tenemos
las respuestas a estas posibles incursiones
mentales, pero no tenemos dudas de que logra-
remos conservar nuestro templo/panteón por
otro rato. Nuestra cuasi fe en ¿? nos da
esta sensación. Chaos, adentro y afuera, sin
o cuadripartidiario o infinitadocentrifuperi-
fería, desinrecuál? Eslogan del momento que
cambiará a mi próxima visita.
Se apoya contra la impresora. La resaca. Causa
de asistir a la patrocinadora en la continuada
realidad del mundo. Tendrá que buscar algún
sitio en el que se deje y pueda enchufarse. La
torre de almacenamiento Clueless Device pare-
ce ser la más cercana, pero Leonora no tendrá
69

tiempo de llegar y desincorporarse bien. El
hilo mental es una de las pocas ocasiones en
que el Chaos se rinde. Si no logra devolver-
se al conjunto, no tendrá ni idea. Urge hacia
la colosal de abastecimiento para la meta-
información que ha ido recogiendo a medida
que ha desarrollado sus movimientos. La inte-
rrupción de sus sentidos se va retocando sobre
su pantalla. Cada desastrada e inmunda alarma
de aproximación le causa mayor inestabilidad
y, por lo tanto, tiene que intervenir en su
contra. Se desespera. Se esconde en los momen-
tos finales antes de perderse el hilo de su
conversación.
El pulso láser se apaga. La satélite, sin
embargo, continúa en su lugar, como si la
pérdida de esa particular presa nunca hubiera
sido efectuada. Su cargamento de presencias
ectoplasmáticas invioladas en sus fundamen-
tos por la desconexión y a salvo debido a sus
esfuerzos incoherentes. Permanece, lista para
precipitarse a su próxima tarea.
70
CORSARIO
Marian Venc es lá
El conejo llega tarde. Al salir de aquella habitación cerrada, oscura,
angosta, donde no sabía muy bien cuánto tiempo había transcurrido,
se vio en aquel lugar sintético, una nave gigantesca repleta de una
maquinaria que parecía en funcionamiento, pero que aun así estaba
quieta. Actividad estática. “CORSARIO”, pudo leer en letras grandes
en una de las vigas superiores del lugar. Expuesto en la fría atmósfera
de aquella nave industrial que parecía procesar información constan-
temente, sus sentimientos se enfatizaban. Como el único punto rojo en
un espacio gris uniforme. Había llegado a la última de las pantallas
del juego, pero no era capaz de recordar qué había sucedido antes, por
qué tipo de situaciones había pasado, quién era Alicia...
Espera... ¿Alicia? Ese nombre había surgido en su cabeza y no sabía de
dónde había salido. Por un momento había aparecido en su memoria
y de repente se había esfumado, dejando sólo el rastro de las letras.
A-L-I-C-I-A
Miró de nuevo a su alrededor y otra pregunta nueva le surgió de repen-
te: ¿realmente llegaba tarde o había llegado demasiado pronto?¿Era
aquello el futuro o el pasado? La maquinaria a su alrededor zumba-
ba sin parar haciendo que el corazón le latiera a toda velocidad. Se
llevó las manos a la cabeza, que al menos seguía en su sitio. Después
al pecho, donde descubrió el pequeño medallón que de repente recor-
dó siempre haber llevado. Urgentemente lo abrió en busca de algu-
na clave que desvelara qué lugar era aquel, de qué época se trataba,
quién era Alicia, pero al abrir el medallón sólo descubrió una palabra
allí dentro, grabada con torpeza en el metal: VENGANZA
índice 71
 YO NO SOY TONTO*
M a r i a n Ve n c e s l á

Me encanta ir al Media Markt, está todo lleno de máqui- vueltas en espiral, adoptando la forma de secuencias
nas perfectas. Entras ahí y vas caminando por una de datos, retorciéndose como lazos de hojaldre, ahora
galería de productos con perfectos acabados. Podría yuxtaponiéndose enfrente de tus ojos, como un montón
necesitarlos todos y a la vez ninguno. Podría querer- de capas de un archivo de Photoshop que se solaparan
*”¡Yo no soy tonto!” es el eslogan los a todos. Por ejemplo, la zona de las cafeteras. Están finalmente en un cuadro definiendo una imagen vibran-
en español de la campaña en fila, ordenadas por precio. Tienen todas los bordes te, eléctrica y mate... Oh, Dios!, alguien ha apagado las
publicitaria de la cadena alemana redondeados y pulidos, y más aún, por su forma, diseño luces del Media Market... Silencio. Negro. Todo se desva-
de electrónica Mediamarkt en y color, describen de alguna manera el sabor del café y nece. La gente, muerta de miedo, se arrodilla para estar
Europa. Este lema fue traducido hasta la atmósfera perfecta del lugar en el que te vas a más cerca del suelo, porque el corte de la electricidad
a varios idiomas y es bastante tomar ese café. Incluso este pasillo tiene una ilumina- ha sido como quedarse suspendido en el vacío. Congoja,
popular. ción más cálida que el resto con una moqueta oscura y desasosiego. No se ve nada, repito, todo es negro. Se
focos que apuntan a los modelos más caros y sofisticados escucha la respiración de los otros clientes en diferentes
Alemán Ich bin doch nicht
como si fueran piezas de arqueología en un museo. La puntos del local, alguien roza la manga de su chaqueta
blöd.
zona de las lavadoras, la más amplia y diáfana, donde contra el cuerpo, con ese sonido que hace el nylon cuan-
Español ¡Yo no soy tonto!
la vista puede cubrir la sala por encima del ejército de do se frota. El silencio es descomunal. Se oye un pedo
Holandés Ik ben toch niet gek!
cubículos organizados. Productos funcionales, discretos, pequeño detrás de la sección de guitarras midi. Ruido
Francés Je ne suis pas fou.
con un solo propósito, ayudarte A TÍ, todas blancas y de objetos estrepitándose contra el suelo. Poco a poco los
Gallego Eu non son parvo.
relucientes, puertas redondas que cierran al vacío a la ojos se van acostrumbrando a la oscuridad, y empiezas a
Húngaro Mert hülye azért
perfección. Managers del agua y del jabón. Tuerces la distinguir los pasillos, las cajas amontonadas, la tempe-
nem vagyok!
esquina, cámaras de fotos, diseños cuidados al detalle, ratura ha bajado también considerablemente debido a
Italiano Questa è la risposta!
piezas negras calculadas al micromilímetro que se desli- que la calefacción está apagada, una luz tenue entra por
Polaco Nie dla idiotów! (No
zan elegantemente como engrasadas unas contra otras. un respiradero del techo y te das cuenta que está cayen-
para idiotas)
Cámaras para manos grandotas y cámaras monas y do la tarde ahí fuera. La gente comienza a moverse a
Portugués Eu é que não sou
portátiles para manitas delicadas. Los ordenadores, los gatas mientras van recuperando la vista, extendiendo
parvo! (¡No seré yo
ipads, el mundo retro-futurista de las televisiones, los las manos por delante para no chocar contra ningún
un estúpido!)
móviles... Y con cada paso que das en el media market cacharro inútil y una ráfaga de viento helado pasa por el
Sueco Jag är ju inte dum!
te vas adentrando en un mundo de espejos negros y pasillo con olor a castañas y a gente comiendo naranjas.
Ruso настоящее из
profundos, de diferentes formas y tamaños, espejos que Alguien decide incorporarse y comenzar a caminar hacia
Германии (El origi-
van cambiando mientras los tocas, que se reflejan unos la luz, los demás siguen el ejemplo, se escuchan los pasos
nal de Alemania)
en otros, y conforme vas avanzando cada vez los espejos hacia la puerta, tú mismo te levantas con sensación de
Turco Ben aptal değilim!
se van asemejando más y más, alineándose en perspec- vergüenza, y poco a poco se va desalojando el local.
Fuente: Wikipedia tiva cónica, creando una cúpula sobre tu cabeza, dando

72 índice 73
 U.V.C.
A be l D’ A n d rea
Todo tiene polvo.
Por eso es necesario sacudirse el alma de vez en cuando.
Para desprenderse de las ideas más absolutas
y volar a los sinfines de la razón,
dejar de ser del montón y vivir,
alcanzar el límite de las locuras más inclementes,
seguir volando,
rebasando las capacidades del organismo,
desprenderse de la mente y hasta de uno mismo.
Descoserme de ti y de todo.
Que no sea necesario batallar codo con codo,
ni ser pilar del pensamiento.
En ocasiones siento que no pertenezco a este mundo.
Igual que tú.
Hace tanto que ando buscando respuestas sencillas
que surjan así, de repente,
por andar escudriñando en las profundidades inherentes
del conocimiento universal.
Quiero dejar de poner comillas y de citar.
Quiero dejar de mirar atrás para mirar hacia el frente.
Porque todo tiene polvo.
Por eso es necesario sacudirse el alma de vez en cuando.
74
Me he visto acabando con esas mentiras
a las que me ataron cuando estaba indefenso.
Me he visto vagando los contornos
de la libertad que aún no alcanzo.
Y levanto mi espalda y alzo la mirada,
aún con el peso del ego entre mis hombros,
manchado por las acciones de otros
a los que no llamo hombres.
Nacido sin nombre, enumerado.
Por la más vaga o más potente de las iluminaciones.
Ser espejo, que ha roto en pedazos montones de yoes
fundidos en la experiencia;
aserrín de estrellas que hoy forman complejos.
Y miro al cielo y le grito a los carcelarios,
sin clemencia:
¡No más! ¡Alejen de mí estas culpas!
…pues de ellas no soy estuario.
Todo tiene polvo.
Por eso es necesario sacudirse el alma de vez en
cuando.
índice 75
 Pataypampa:
el florecimiento de un cambio
Fe rna n do Ro me ro Co rd o b é s
El poeta Tennyson arrancó, en sus
versos, una flor para comprender los
secretos de la naturaleza; y Goethe
caminó hacia otra travesía: “Sentí deseo
de cortarla, pero me dijo suavemente:
¿deseas que marchite y muera?”. Existen
instantáneas en la vida que desvelan
un comportamiento diverso sobre un
contexto similar. No es un adagio al
‘tener o ser’ de Erich Fromm, sino la
constancia de multitud de elecciones. El
capitalismo y su relación con la natura-
leza ha convertida a ésta en “productos
muertos a causa de intereses privados”
-explica el escritor Walden Bello-, pero
existe otra semilla en la recampesini-
zación que abre una simbiosis diferen-
te. Ni mejor ni peor, es otra forma de
relacionarse con el medioambiente, con
otras reglas y sin cadenas externas.
La naturaleza cada vez tiene más enemi-
gos en el mundo (sub)desarrollado. El
hombre (in)civilizado ha declarado la
guerra al medio ambiente y la polución
de acá desgarra cada vez más al medio
natural del lado de allá. “Sentimos
que la Tierra está enferma”, reve-
la el comunero de Pataypampa. Este
distrito de Perú ha creado un modelo
social y productivo que protege el medio
ambiente. Sus armas, las que desenfun-
dan los recursos naturales. “De campe-
sino a campesino, de hermano a
hermano” fue un proceso de toma de
conciencia con antesala en el 2002. Ese
“despertar” tuvo de prólogo el oscu-
rantismo de una sociedad “olvidada”
por las instituciones gubernamentales
76
y flagelada por la violencia familiar, el
alcoholismo y la extrema pobreza. Sin
embargo, la solidaridad zarandeó a la
transformación social. La Organización
No Gubernamental Madre Coraje puso
en marcha tres proyectos que iniciarían
un nuevo camino para 277 familias.
A través del conocimiento, de la educa-
ción, del aprendizaje, los ciudada-
nos cogieron las riendas de su futuro.
Conformaron sus propios programas de
desarrollo con la participación de toda la
sociedad durante más de ocho meses de
debate. Alguien podría llamarlo demo-
cracia participativa, de esa que no se
alcanza en ningún parlamento europeo.
“Tenemos que contrarrestar el calen-
tamiento global por el futuro de
nuestros nietos”, explica Vicente Paúl,
presidente de la asociación Yachacheq
(‘el que enseña lo aprendido’).
Pataypampa ha hallado una solución
medioambiental a un problema sin fron-
teras. Emplea la naturaleza para comba-
tir la contaminación. Con el apoyo de la
ONG Madre Coraje y tras siete años,
existen en el distrito 1,2 millones de
plantas reforestadas. Esta actuación ha
provocado un cambio climático y una
cadena ecológica. Las precipitaciones
han aumentado en las montañas refores-
tadas, lo que permite proceder a la “cose-
cha del agua”. Es decir, su reserva
mediante presas o en los mismos acuífe-
ros de las montañas. Con mayores recur-
sos hídricos ha incrementado un 30% la
producción agrícola. La erosión de las
índice
fuertes tempestades ha caído con la nueva vegetación
que brota al albor de las lluvias. La mejora de la calidad
y cantidad de los pastos han ido pareja a un mayor rendi-
miento ganadero; e incluso nuevas especies de anima-
les han llegado con el florecimiento del medio natural.
Pataypampa ha plantado la esperanza de la Pachamama.
En la cima de un cambio. El agua, la tierra, el aire y las
plantas “están en peligro y sin ellos la humanidad
está perdida”, desvela con preocupación Vicente Paúl.
Los habitantes de Pataypampa luchan cada día contra el
calentamiento global desde una comunidad que apenas
supera el millar de habitantes. Son formas de vida en
mitad de los Andes centrales, a más de 4.000 metros de
altitud y cuya cima es la conservación del medio ambiente.
Esta sabiduría natural aún mantiene las casas en
adobe en la fisonomía de la municipalidad. Los niños
corretean en busca de las cámaras de los curiosos.
Los hombres mezclan el barro con la paja y colocan el
resultado en un molde rectangular. Una vez fuera, el
bloque resultante quedará al sol durante dos o tres días
para su secado. Es una tarea comunal de la población.
Vicente, Leoncio, Nazario y Llohon tratan al extranjero
de “hermano” porque “todos vivimos en la misma
tierra”. A casi 4.300 metros sobre el nivel del mar, los
pinos florecen en la falda de los picos. “Los técnicos nos
aconsejaron reforestar en las partes bajas, pero
decidimos invertir el procedimiento. Al plantar
en las cotas altas, aprovechamos las corrientes de
aire que circulan hacia abajo para que después
el árbol haga su propia forestación durante la
época de la polinización”, explica Llohon Rafaele.
Reservorios y presas salpican el paisaje. “Antes estaba
todo seco. No había nada. Tras la forestación el
paisaje ha cambiado. La vida ha brotado en las
montañas”, apunta Vicente Paúl. La conversación
77

cruza el Atlántico y encalla en los pará-
metros de desarrollo occidentales. “Aún
piensan en el cemento, pero nosotros
apostamos por la salud a través de
la agroecología. Y no por eso somos
subdesarrollados”, puntualiza.
En Pataypampa la agricultura destie-
rra a los químicos. Emplea abonos orgá-
nicos, como el humus. Papas nativas,
maíz, trigo, cebada y taro son los cultivos
más predominantes que afloran desde
semillas autóctonas. Las enfermedades
se combaten con hierbas del lugar en
función de la toxina que ataca a la plan-
ta. Además, el riego tecnificado ha permi-
tido la racionalización del agua.
En las postales pretéritas aparecen
dibujados los problemas ganaderos.
“Había bastante ganado criollo que
ni siquiera llegaba a los 60 kilos de
peso pero que provocaba el sobre-
pastoreo. De agosto a noviembre
veías vacas y caballos muertos en
el campo porque no había pasto”,
detalla Leoncio Quispe Pumacayo. No
obstante, la educación y el conocimiento
abrieron la puerta del cambio a través de
los proyectos de desarrollo agropecuario
y manejo del agroecosistema.
Con estas capacitaciones, auspiciadas por
la ONG Madre Coraje, afloró una cascada
de cambios en la comunidad. La creación
de cercos comunales, además de los exis-
tentes privados, y el establecimiento de
78
un cronograma para el uso del pasto culti-
vado propiciaron el descenso de la morta-
lidad del ganado, una alimentación más
equilibrada en la población y una mejo-
ra económica. “Si antes vendíamos un
toro a 500 soles, ahora lo hacemos a
2.000 soles y en menos tiempo”, explica
Nazario Leo Huamaní.
La planta de transformación láctea deri-
vó en un foco de riqueza económica, pues-
to que los ganaderos tenían un centro
donde vender la leche. “Con los ingre-
sos, muchos vecinos pueden darle
una educación universitaria a sus
hijos”, asegura Nazario.
De la solidaridad de acá y el esfuerzo de
allá ha florecido una alternativa de desa-
rrollo. Pataypampa es la declaración de
que otro mundo es posible aunque sea a
más de 4.000 metros de altitud. Es un
estilo de vida y cada cual emitirá su juicio
de valor, de si es mejor o peor. Lo que
nadie podrá secuestrar es el nacimiento
de un cambio, del cambio adoptado por
los designios del millar de habitantes de
este distrito de Perú.
índice
CABE UN MUNDO
David Vila Die(é)guez (s)
Podría cantar de dos en dos las maravillas de tu pelo y tu mirada. Podría, de memo-
ria, enumerar las mil virtudes que desprenden tus sonrisas. Recitar los versos más
profundos, usar las más magníficas metáforas. Decir que las flores, de vergüenza
y por respeto, se marchitan a tu paso y los ríos se congelan, y no baten ya sus alas
nunca más las mariposas. Podría describirte con las más bellas palabras. Podría ser
un triste loco enamorado y dedicarte hasta ciento tres sonetos donde explico por qué
creo que entre todas, tú eres la más bella. También podría, si así me lo propusiera,
surcar mares cual pirata altivo de parche negro, loro al hombro y pata de palo. Podría
abrazar mis dudas con exclamaciones y mediante retóricas preguntas abrir la caja
donde guardo las abejas del romántico Espronceda. ¡¿Quién osaría detenerme si así yo
lo decidiera?! ¡¿Quién?! ¡¿Acaso no soy yo, alma libre entre las almas, más que justo y
suficiente para decidir lo que podría y no podría?! Podría hablarte del dolor y la alegría.
Podría presentarte a mis demonios y, uno a uno, hacer que os abrazarais hasta que
se os cayeran las espaldas. Podría conseguir que olieras el miedo en mis suspiros, que
el incesante rayo que calcina mis quimeras consiguiera acariciarte suavemente las
mejillas y sintieras tú su frío tacto helado en tus pupilas. Podría hablarte de la vida
y de la muerte. Podría hablarte de mi poca confianza en las personas que caminan al
trabajo como autómatas vasallos. Podría hablarte de la poca humanidad en el huma-
nismo, del gobierno, instituciones…. Condenar con estas letras el abuso de poderes,
la injusticia, el caciquismo, resumiendo, la avaricia de la gente. Podría, sin pensar,
dar a mi pluma las riendas de este carruaje y que sin filtros te contara lo que siento
de esta vida. Olvidar los puntos y las comas, calcar los arrebatos de pasión de los que
brotan mil palabras sin mesura en el pasivo lienzo en blanco sometido a mis deseos.
Podría dejarme llevar y hablar del mar y de sus olas y de las noches que en verano
fueron mi banda sonora y me despertaron cada día, dulces, junto a cantos de gavio-
tas. Podría recordar los que se han ido, dibujar con mis palabras su recuerdo en tu
memoria. Llorar las noches en que extraño su presencia, cada vez más alejada y vacía,
noches en las que ya no puedo ni ponerles cara cuando quietos en su nicho los recuer-
do. Podría hacer que vieras todo esto, que lo imaginaras, que lo sintieras. Podría
llevarte por caminos que jamás has recorrido, mostrarte las más bellas maravillas
de mi imaginación. Hacerte ver el cielo y las estrellas, o el infierno y el diablo. Podría
hacerte sonreír, podría hacerte llorar. Podría enamorarte o conseguir que por siem-
pre me odiaras. Podría ayudarte a retomar la armonía que no encuentras en tu vida,
curarte de traiciones y dolores que un doctor jamás podría. Podría despertarte de tu
eterno letargo o dormirte en tiernos cuentos de hadas. Podría emocionarte. Podría ir
metiendo, una a una, cada letra, por la niña de tus ojos y obligarlas a esparcirse por tu
piel para sentarse mansamente en cada uno de tus poros y que soplen despacito hasta
que sientas un pequeño escalofrío. Podría hacer todo esto y muchas otras cosas más,
pues todo esto, todo esto y mucho más, cabe en un simple poema.
79
 No regresarás Pau l a Ruiz Sa n ta ma ría Tu imagen tras de mí,
abrazando mis constantes
Humo a presión mientras la luz lunar
pasos de baile 
ilumina el rostro

una ráfaga de aire
 del único superviviente.
que destila marmitako y primavera.
Me alcanzan por el cuello tus pestañas
En algún lugar que son soga,

una niña mi cabeza empieza a levitar

inexplicablemente pura se calienta como un globo
engulle arena con las manos y una lágrima suicida
para llenarse de todo lo que ama. 
se derrama sobre ti.

Al cabo de los años Gravito sin mirarte

dicha niña es incapaz 
mis facciones se deforman
de luchar contra la huella
 criatura
o niña doblegada.
de aquél concepto infanticida.
Desconectas mi cerebro con tus manos,
Es su manera de mirar mis venas son la lava que recorre

un puñado de olas corrompidas. Inyección rítmica de ti 
todos los infiernos subterráneos.

El cielo, disparatadamente fucsia, me Abrazo lo orgánico

somete. Me pregunto entonces la canti- trato de inhibir el dolor
dad de luz, de kilolitros de color, que gracias al tiempo
está dispuesto a disparar, hasta dolerme. 
y quizá al amor

Y pienso; Sol de invierno, desgastado por que algún día nos asalte.
el paso de los días, atraviésales a todos.
Y sin embargo,

Pasos, música de corto alcance, en este trance de hipotermia
de coordenada a coordenada tú eres el único suero

milimétricamente alterada del que quisiera alimentarme.

por el cambio de la luz.
El ritmo de la tinta apresurada
Dónde estriba hoy la locura, el ritmo de los pasos en el cambio de

la vida; pesca de arrastre estación

gregaria y lineal,
 el ritmo de los cuerpos ciegos que
donde sonrisas con toque de queda maúllan
pasean inertes por las calles. de la pausa, de la risa
perpetuándose

hasta que por fin
Me siento en una silla, 
nos vaciamos.
frente al púrpura silencio
de esta sala abarrotada. Me lanzo hacia la noche
porque es eterna.

Cuchillos y estornudos
 La paz que oferta
árboles amarrados con plásticos muerto el viejo día
a rayas es la del periódico de ayer

la sensación de una metralla en medio de tu guerra

que ensordece mi conciencia. que es la mía.

80 índice 81
 Ab ipso ferro

La llanura,
se encuadra en un fragmento limpio, azul cenizo, de vacío.

Místico e impoluto, hace en él imposible cualquier alteración.
El silencio, es en esta tierra el elegido,

su soberanía, en todo se constata.

Siento mi mirada en el vacío como espejo,

insondables pensamientos

sólo en él se manifiestan.

Bajo su manto,

unas hojas oscilando
como símbolos enclenques
de un amor estacional.

La ferocidad del tiempo,

pero la sensación

de que todo prevalece.

El amor que un día creamos

prevalece.

El tacto de tus manos, y tu voz

en la memoria prevalecen.

La miseria y el dolor,
sobre todo,
prevalecen.

Todo prevalece,

en pequeños rinconcitos
del almario Foto: Lala Juana

Todo

exceptuando la primera del plural.

82 índice 83
 Mi hermana mayor
C la ra Me n go l i n i
Los recuerdos que guardo de mi infancia son de los más
variados y dispares. Los recreos largos e interminables
del colegio contrastaban con las tardes en Llao Llao,
siempre frescas y coloridas. Las escaleras de piedra
pintadas de enormes rosas rojas las bajaba dando unos
gigantescos saltos con mi polvoriento uniforme verde.
Sería acaso la ansiedad de entrar por fin a mi casa, que
en ese entonces era mi refugio, el único lugar donde me
sentía feliz y plenamente querida.
Mi papá me malcriaba con infinitos juguetes y mi mamá
con cariñosos y fuertes abrazos, sin embargo es la presen-
cia de mi hermana mayor la que cobró más fuerza que
cualquier otra persona en mi vida. Era para mí, la mujer
más linda sobre el planeta, podía discutirlo a muerte
si alguien se hubiese atrevido a negármelo. Nunca fue
necesario, todos en nuestro pueblo reconocían que mi
hermana era de una belleza incuestionable. Mientras yo
deambulada solitaria y perdida en los amplios patios del
colegio, ella avanzaba sonriente y siempre rodeada de
amigas, algunas la querían, otras la envidiaban. Encima
de linda, tenía el corazón más bueno y dulce de todos.
No soportaba verme sola, entonces me buscaba y dejaba
que yo jugáse con ella y sus amigas. Cuando tocaba la
campana, que para mí significaba separarme de ella, mi
ángel de la guarda, me miraba fijo y me decía: “Clari,
si en el próximo recreo estás sola, me buscas y te venís
conmigo, eh? Me escuchaste?” Y seguro que ella ni se
acuerda de todo esto, pero yo en cambio esas palabras no
me las pude olvidar jamás. Me parecieron de una genti-
leza admirable. Pocos años después empecé a padecer
otro gran martirio que me agobió hasta el último día: las
matemáticas. Una vez más, fue ella quien con pacien-
cia y ternura me explicó cada tarde en la mesa de la
cocina con porotos, fósforos y manzanas, cómo resolver
esos incomprensibles problemas que me desesperaban
al borde de las lágrimas.
Durante muchos años trajo a casa premios y condecora-
ciones de todos los tamaños y colores. Mamá y papá se
morían de orgullo, pero yo más que ellos. Las medallas
de esquí papá las empezó a colgar en una de las paredes
del living y a mí me encantaba contarlas una y otra vez.
84
Después iba corriendo y le decía entusiasmada que ya
iba más de 20, ella me corregía y me decía que estaba
contando mal, que algunas eran de papá. Entonces yo
volvía toda decepcionada a contarlas de nuevo. Era su
pequeña fan, su fan número uno.
Pero lo que a mí más me fascinaba, lo que terriblemente
me fascinaba, era verla ordenar y desordenar su carpe-
ta de papeles de cartas y calcomanías. Esa carpeta era
su tesoro más preciado. Había juntado cuidadosamente
durante toda la primaria, una impresionante colección
que guardaba con una delicadeza de relojero en unos
prolijos folios que mamá le había comprado especial-
mente. Las calcomanías eran mis favoritas. Yo le pedía
que me regalára algunas. Y ella con tono serio y rotun-
do me prohibía tanto a mí, como a Julia, que nos acer-
cáramos a su grandioso muestrario de papel. Así que
nos conformábamos con verla organizar y clasificar una
y otra vez su maravillosa recopilación de Sarah Kays,
Hello Kitty y My Melodys.
Una tarde nos llamó a mí y a Julia para que nos reunié-
ramos en la cocina. Cuando nos sentamos frente a ella
obedientemente, apoyó en la mesa con firmeza su intoca-
ble y sagrado álbum. Nos explicó que en pocos días parti-
ría a Buenos Aires y que podíamos elegir todos los pape-
les, sobres y calcomanías que quisiéramos. Empezamos
entonces a desmenuzar y saquear cada uno de los folios
de aquella carpeta hasta entonces prohibida. Este para
vos, este para mí…. Yo quiero este, te podes quedar con
esas… y fue ahí, en ese magnífico y generosísimo ritual,
cuando me di cuenta que mi hermana mayor estaba
por partir. Lo que me debería haber causado alegría,
se convirtió en cambio en un profundísimo dolor. Yo
no quería que se fuera, hace días que en casa venían
hablando de su partida, mamá ya me lo había explicado
muchas veces, pero supongo que yo nunca quise creerlo o
no les presté la suficiente atención. Sin embargo, cuan-
do hizo oficial la entrega de su preciosa carpeta, supe
que era verdad.
Ese gesto de amor me acompañó toda mi vida. Pocas
cosas me han vuelto a conmover y emocionar de la misma
manera. No estoy segura de habérselo dicho alguna vez.
índice 85
 Loriame
K a d i r i J . Va q u e r Fer ná ndez
No le teme a la noche
ni a los astros que puedan ocultarse
con máscaras bajo la cama
pero le teme al mar.
Tiene 9 años y le teme al mar.
Se mantiene en la orilla y espera.
Dice que los peces vendrán gateando,
vendrán por ella, y entonces
los atrapará.
Querrá llevárselos a la casa
para decir que son suyos,
que algo en el mundo
le pertenece.
Me asomo a las escaleras,
persigo el murmullo de su voz
como un acertijo
deshilándose por el pasillo
y la veo sentada en la alfombra
dibujando animales marítimos
en una pecera.
86
…y viajar
José Zúñiga
…y viajar
Viajar para huir me preguntaron.
Claro.
Supongo que es una condición natural,
y no me la reprocho o me culpo por ello.
No creo que me haga peor ciudadano,
peor profesor, peor hermano.
Al contrario.
Es natural pedir aire nuevo, buscarlo.
Respirar.
A fin de cuentas cada día es una huida
y un encuentro múltiple con diferentes trayectorias.
El viaje es el viajero decía Pessoa
y hay huidas más incoherentes.
Ilusión proyectada,
conocimiento compartido, 
sueño a vida plena. 
índice 87
 Fotografías: José Zúñiga

88 índice 89
 Pablo El pez Pablo vivía fuera de la costa
de Colombia,en el océano Pacífico.

el Pez
No le gustaba su vida allí. Había
oído de otro océano que se llamaba
el Atlántico fuera de la costa de
Florida - un mar en que todos
L aure n Lin qu e s t , tenían comida y todos estaban
Jame s Za h o r ic k , alegres.
Al e c J o tt e ,
Chase De n s o n Pablo the fish lived off the coast of
Colombia, in the Pacific Ocean. He
did not like his life there. He had
heard of an ocean called the Atlantic
off the coast of Florida- a sea where
everyone had food and everyone
was happy.

Habló a su madre sobre su sueño
de viajar allí.“No, no mijo” ella
dijo,“olvida eso. El viaje es muy largo y
peligrosísimo.”Pero Pablo no podía olvi-
darlo. Él escribió una carta a su madre y
salió por la noche.
He spoke to his mom about his dream
of travelling there.“No, no son” she
said,“forget that.”But Pablo couldn’t forget
it. He wrote a letter to his mother and left
at night.

Nadó hacia una corriente muy peligrosa
que se llamaba “la Bestia”para comenzar
su viaje. Muchos otros peces se perdieron
en “la Bestia”, pero Pablo sobrevivió y
continuó en su viaje por el fondo del mar,
donde no había nada que comer ni lugar
dónde descansar.
He swam to a very dangerous current
called “the Beast” to start his journey.
Many other fish were lost on “the Beast”,
but Pablo survived and continued on his
trip into the sea trench where there was
nothing to eat nor place to rest.

90 índice 91
 Pablo tenía miedo. No quería morir
de hambre en el fondo del mar. Pablo
encontró un caballito de mar amable que
lo ayudó a él.
Pablo was scared. He didn’t want to die
of hunger on the bottom of the ocean.
Then Pablo met a friendly seahorse who
helped him out.
Pablo confió en el tiburón, pero él era un
mentiroso. Trató de comer a Pablo, pero
Pablo escapó.
Pablo trusted the shark, but the shark
was a liar. He tried to eat Pablo,but Pablo
escaped.
92
Vino a la frontera entre el Pacífico y el
Atlántico. Era muy peligroso y no sabía
cómo cruzar. Pablo conoció un tiburón
que le dijo que lo iba ayudar a cruzar.
Pablo arrived at the border between the
Atlantic Ocean and the Pacific Ocean. It
was very dangerous and he didn’t know
how to cross. Pablo met a shark that said
he would help him cross.
Pablo se escondió en la boca de una
ballena que estaba cruzando la fronte-
ra. Era terrible y repugnante, pero los
Delfines no le encontraron y cruzó la
frontera.
Pablo hid in the mouth of a whale that was
crossing the border. It was terrible and
disgusting, but the Dolphins didn’t find
him and he crossed the border.
índice
Pablo no conocía a nadie cuando llegó al
Atlántico. No tenía amigos o familia para
ayudarle. Pablo sintió mucha soledad.
No podía encontrar comida y no podía
encontrar una casa. Además, Pablo
tenía que vivir con miedo porque si los
Delfines lo encontraban, ellos lo envia-
rían de vuelta al Pacifico.
Pablo didn’t know anyone when he arri-
ved in the Atlantic. He didn’t have friends
or family to help him. Pablo was very
lonely. He couldn’t find food or a home.
Also, he had to live in fear because if the
Dolphins found him, they would send him
back to the Pacific.
Los Delfines lo mandaron de vuelta al
Atlantico. Pero Pablo no estaba triste -
estaba contento. Porque en el Pacífico,
tenía familia y amigos. Finalmente,
Pablo se dio cuenta de que la vida en el
Pacífico, aunque no era perfecta, era la
suya propia, y le encantó.
Un día, Pablo nadaba y pidió a otros
peces comida cuando un Delfín lo vio.
Pablo intentó nadar lejos del Delfín,
pero ya era demasiado tarde. Pablo fue
atrapado.
One day, Pablo was swimming and asking
other fish for food when a Dolphin spot-
ted him. Pablo tried to swim away from
the Dolphin, but it was too late. Pablo was
caught.
The Dolphins sent Pablo back to the
Pacific. But Pablo wasn’t sad - he was
happy. Because in the Pacific, he had
family and friends. Finally, Pablo realized
that his life in the Pacific, although not
perfect, it was his own, and he loved it.
93
«El discurso del gran dictador» 
Charlie Chaplin, 1940
Tra d ucid o po r A n dré s B u stam ante
Lo siento, pero yo no quiero ser emperador. Eso no es
asunto mío. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me
gustaría ayudar a todo el mundo - si es posible - Judío,
Gentil - hombre negro - blanco. Todos queremos ayudar-
nos mutuamente. Los seres humanos son así. Queremos
vivir en la felicidad del otro - no por la miseria de los
demás. No queremos odiar y despreciar a los otros. En
este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica
y puede proveer para todos. El camino de la vida puede
ser libre y hermoso, pero hemos perdido el camino.
La codicia ha envenenado las almas de los hombres, ha
levantado barreras de odio, nos marcha hacia la miseria
y hacia el derramamiento de sangre. Hemos desarrolla-
do la velocidad, pero nos hemos encarcelado a nosotros
mismos. Maquinaria que da abundancia, nos ha deja-
do en la indigencia. Nuestro conocimiento nos ha hecho
cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos
demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maqui-
naria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia,
necesitamos amabilidad y gentileza. Sin estas cualida-
des, la vida será violenta y todo se perderá ....
El avión y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La
propia naturaleza de estos inventos clama por la bondad
en los hombres - clama por la fraternidad universal -
por la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz
llega a millones en todo el mundo - millones de hombres
desesperados, mujeres y niños - las víctimas de un siste-
ma que hace torturar a los hombres y encarcelar a perso-
nas inocentes.
A los que me pueden oír, digo - no desesperen. La mise-
ria que está ahora sobre nosotros es más que la pasajera
codicia – la amargura de hombres que temen el cami-
no del progreso humano. El odio de los hombres pasa-
rá, y los dictadores morirán, y el poder que arrebata-
ron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres
mueren, la libertad no perecerá. …..
94
¡Soldados! No se entreguen a los brutos - hombres que
los desprecian - los esclavizan - que reglamentan sus
vidas - les dicen qué hacer - qué pensar y qué sentir!
¿Los entrenan –  los ponen en dieta - los tratan como
ganado, los utilizan como carne de cañón. No se den
a estos hombres no naturales - los hombres máquina
con las mentes y corazones de máquina! ¡Ustedes no
son máquinas! ¡No son ganado! ¡Ustedes son hombres!
¡Ustedes tienen el amor a la humanidad en sus
corazones! ¡No odian! ¡Sólo los no amados odian! - ¡Los
no amados y los inhumanos! ¡Soldados! ¡No luchen por la
esclavitud! ¡Luchen por la libertad!
En el capítulo 17 de San Lucas está escrito: «el Reino
de Dios está dentro del hombre» - ni un hombre, ni un
grupo de hombres, ¡sino en todos los hombres! ¡En ti!
Usted, el pueblo tiene el poder - el poder de crear máqui-
nas. ¡El poder de crear felicidad! Usted, el pueblo, tiene
el poder de hacer esta vida libre y hermosa, para hacer
de esta vida una maravillosa aventura.
Entonces - en nombre de la democracia - vamos a utilizar
ese poder - Unámonos todos. Luchemos por un mundo
nuevo - un mundo decente que le dará a los hombres la
oportunidad de trabajar - que le dará a la juventud un
futuro y a la vejez seguridad. Por la promesa de esas
cosas, bestias han subido al poder. ¡Pero mienten! Ellos
no cumplen esa promesa. ¡Ellos nunca lo harán!
¡Los dictadores se liberan pero esclavizan al pueblo!
¡Ahora vamos a luchar para cumplir esa promesa!
Luchemos para liberar al mundo - para acabar con las
barreras nacionales - para acabar con la codicia, con el
odio y la intolerancia. Luchemos por un mundo de la
razón, un mundo donde la ciencia y el progreso lleven la
felicidad de todos los hombres. ¡Soldados! ¡En nombre de
la democracia, unámonos!
índice 95
índice
98 índice 99
 MÚSICOS NEGROS
(segunda metade do século XIX e início do XX)
Ma nuel a A re i a s Co s t a
Sem a distorcida lente da democracia
racial, que permeou diversos trabalhos
sobre identidade e cultura mestiça no
Brasil, a proposta desse texto é destacar a
presença de músicos negros, livres, letra-
dos e atuantes no universo musical brasi-
leiro, como nos ambientes das óperas, dos
teatros de revista e das corporações musi-
cais, entre o final do século XIX e o início
do XX. O talento musical permitiu que
muitos homens negros ocupassem espa-
ços e transitassem entre os seus mundos
– marcados pelas limitações atribuídas a
cor – e o mundo dos brancos. Apesar dos
conflitos e das tensões – raciais, sem dúvi-
da –, os trânsitos espaciais empreendidos
por esses músicos e a criação de espaços
de diálogos, sejam esses mais ou menos
estreitos, não devem ser negligenciados.
Diante de um cenário de incorporação das
teorias racistas, de enérgicas medidas
de repressão às manifestações generica-
mente identificadas como “africanismo”,
e de construção de um Brasil “moder-
no”, esses homens não foram passivos.
Desenvolveram diversas estratégias de
integração à sociedade, ora contestando,
ora reforçando as hierarquias e estrutu-
ras do poder e, consequentemente, um
conjunto fixo de critérios musicais base-
ados na linguagem do grupo dominante.
Em 1876, o jornal pernambucano O
Homem, na sua “Galeria de homens de
cor ilustres”, a qual destacava a atua-
ção de políticos, literários e músicos, em
sua maioria personagens negros, pres-
tou uma homenagem ao maestro Elias
Álvares Lobo (1834-1875). Lobo iniciou
100
NO BRASIL
sua carreira em uma banda de música
da cidade de Itu, interior de São Paulo,
tornando-se afamado pela composição da
ópera Noite de São João, considerada a
primeira ópera brasileira e com temas
regionais. Até então, havia óperas escri-
tas por estrangeiros. Transferindo-se
para a capital do Império, “no Teatro
Lírico do Rio de Janeiro, diante da famí-
lia imperial e de milhares de expecta-
dores, a Noite de São João alcançou o
seu mais lisonjeiro sucesso” (O Homem,
Recife, 17/02/1876, p. 2.).
Outro músico que teve projeção nacio-
nal foi Henrique Alves de Mesquita
(1830-1906). Músico erudito, negro, com
formação patrocinada pelo Imperador
em Paris, ao retornar ao Brasil, atuou
como professor do Conservatório
Imperial de Música, porém, fez muito
sucesso nos espetáculos teatrais das últi-
mas décadas do século XIX, incorporan-
do gêneros populares urbanos, como a
polca, o lundu, o tango e o maxixe. Até
mesmo jongos e batuques fizeram parte
do repertório de  Mesquita e, certamen-
te, atraíram grande público aos teatros
em épocas de discussão sobre a abolição
da escravidão no Brasil (Cf. SOUZA,
2009: 37). Entre seus alunos ilustres
destacaram-se Joaquim Antônio da Silva
Callado e Anacleto de Medeiros.
Joaquim Antônio da Silva Callado Júnior
(1848-1880), músico “de cor”, oriundo de
uma família humilde, teve as primeiras
lições de música com seu o pai, que atuou
como mestre da Banda Sociedade União
de Artistas. No Instituto Nacional de
índice
Música, localizado no Rio de Janeiro, a mais importan-
te escola de música do país na época, Callado alcançou
a condição de aluno de destaque e saiu como um flau-
tista reconhecido em todo o Brasil. Callado foi profes-
sor do Imperial Conservatório de Música e compositor
de diversas polcas, lundus e quadrilhas, mas seu nome
ficou atrelado ao choro, tornando-se conhecido como “o
pai dos chorões”.
O músico Manoel Tranquilino Bastos (1850-1884), conhe-
cido no Recôncavo baiano como “Maestro Abolicionista”,
pela sua intensa participação na campanha abolicio-
nista em Cachoeira-BA, foi responsável pela criação e
organização de sete filarmônicas, contribuindo para a
formação de capacitados músicos e para a difusão de
diversos gêneros musicais em voga no período, dentre
eles: lundus, valsas, óperas, e dobrados. Filho de uma
liberta com um português, no início do século XX, uma
obra de sua autoria, intitulada Dobrado 140, foi execu-
tada por várias bandas europeias. Por meio da música
e, especialmente, da filarmônica Euterpe Ceciliana,
fundada por ele, o maestro apostou na visibilidade de
seus projetos, engajou-se na campanha abolicionista e
conquistou espaços no debate público de sua cidade (Cf.
COSTA, 2013).
Filho de liberta, assim como Tranquilino Bastos,
Anacleto Augusto de Medeiros (1866-1907), iniciou sua
carreira musical tocando flautim na Banda do Arsenal
de Guerra do Rio de Janeiro. Aos dezoito anos foi traba-
lhar como aprendiz de tipógrafo na Imprensa Nacional
e, ao mesmo tempo, matriculou-se no Conservatório
Imperial de Música. Em 1896, fundou a Banda do Corpo
de Bombeiros do Rio de Janeiro, e chegou a participar
das primeiras gravações em disco pela Casa Edison, no
início do século XX. Anacleto de Medeiros ficou conheci-
do como o grande mestre do schottisch e da quadrilha.
O músico cantor e compositor Eduardo Sebastião das
Neves (1874-1919), o “crioulo Dudu”, também fez parte
101
 do Corpo de Bombeiros do Rio de Janeiro,
entre o final de 1892 e o início de 1893.
Após sair dessa corporação, começou a se
apresentar em palcos teatrais e circos.
Das Neves teve várias músicas populares
gravadas pela Casa Edison. Sua produção
musical foi grande e variada, destacando-
-se lundus, modinhas, choros, marchas,
cançonetas, sambas, valsas, chulas, cate-
retês e maxixes (Cf. ABREU, 2010).
Mesmo empenhados em conquistar um
lugar no nascente mercado fonográfico
e de impressão, e mesmo conquistando
visibilidades e projeções no cenário musi-
cal, esses músicos de ascendência afri-
cana com formação erudita e/ou popular
– sobretudo, os que compunham músicas
populares que não se enquadravam nos
padrões elitistas da época – não se encon-
travam absolutamente livres da discrimi-
nação racial.
O conjunto “Os Oito Batutas”, também
evidencia o ambiente de tensão racial da
época. Apesar do reconhecimento nacio-
nal e internacional, o grupo não perma-
necia alheio à questão do preconceito.
Comentários racistas acerca da apresen-
tação dos Oito Batutas na França corro-
boraram as teses sobre as teorias raciais
no período. O conjunto carioca de choro,
liderado pelo flautista Pixinguinha e pelo
violonista Donga, teve atuação constante
entre 1919 e 1923, em várias cidades do
Brasil. Em 1922, o grupo chegou à França
com a proposta de divulgar a música
popular que se fazia no Rio de Janeiro na
época. No entanto, o sucesso do conjunto
gerou polêmicas na imprensa brasileira.
Os debates giraram em torno da questão
102
racial, pois quatro dos integrantes do
grupo eram negros, e em torno da legiti-
midade da música popular como símbolo
de uma cultura nacional brasileira (Cf.
HERTZMAN, 2014; MARTINS, 2014).
Assim como as experiências vivencia-
das por tantos outros músicos negros, as
trajetórias desses músicos em diferentes
espaços culturais e políticos se enlaça-
vam umas às outras, permitindo conexões
entre eles. Cada um a seu modo lutou pela
sua integração social, cultural e política
no mundo que se construía no final do
século XIX e início do XX, e esse não foi
um processo harmônico, sem tensões e
negociações. Portanto, ainda que tenha
existido um consenso de que a integração
dos negros na sociedade brasileira nesse
período se deu primordialmente por meio
do processo de “embranquecimento”, isso
não significou a simples reprodução da
cultura e da política europeia. Artistas
e intelectuais negros – embranquecidos,
assimilados ou integrados, em maior ou
menor grau –, envolveram-se em diversos
embates e militaram a favor da amplia-
ção de espaços sociais para a população
negra, se empenharam também em intro-
duzir práticas cultuais e ideias não-bran-
cas (GUIMARÃES, 2003: 42). Muitos
deles, músicos de formação erudita, antes
do chamado modernismo da primeira
metade do século XX, já ouviam os sons
das ruas e da música negra e, por isso,
imprimiram diversos ritmos em suas
produções artísticas, lançando bases para
um passo fundamental na representação
de uma cultura musical negra e nacional
(Cf. ABREU; DANTAS, 2007).
índice
Referências bibliográficas:
ABREU, Martha. “O crioulo Dudu: participação política e
identidade negra nas histórias de um músico cantor, 1890-
1920.” Topoi, n. 20, v.11, jan-jun de 2010.
DANTAS, Carolina. “Música popular, folclore e nação no Brasil,
1890/1920.” In: CARVALHO, José Murilo de (Org.). Nação
e Cidadania no Império: novos horizontes. Rio de Janeiro:
Civilização Brasileira, 2007.
COSTA, Manuela Areias. “A trajetória de Manoel Tranquilino
Bastos: um maestro abolicionista no Recôncavo baiano
(1884-1935).” Anais do XXVII Simpósio Nacional de História
(Anpuh), Natal, 2013.
GUIMARÃES, Antônio Sérgio. Intelectuais negros e
modernidade no Brasil. Centre for Brazilian Studies
University of Oxford, 2003.
HERTZMAN, Marc. “Um contrapeso brasileiro: música,
propriedade intelectual e a diáspora africana no Rio de
Janeiro (1910-1930).” In: DOMINGUES, Petrônio; GOMES,
Flávio (orgs.). Políticas da raça. Experiências e legados da
abolição e da pós-emancipação no Brasil. São Paulo: Selo
Negro, 2014.
MARTINS, Luiza Mara Braga. “Racismo e música popular: a
experiência dos Oito Batutas no Atlântico Negro na década
de 1920.” In: ABREU, Martha; DANTAS, Carolina Vianna;
MATTOS, Hebe (orgs.). Histórias do pós-abolição no mundo
atlântico: identidades e projetos políticos, volume 3, Niterói:
Editora da UFF, 2014.
SOUZA, Silvia Cristina Martins de. “Que venham negros a
cena com maracas e tambores: jongo, teatro e campanha
abolicionista no Rio de Janeiro.” Afro-Ásia, n. 40, 2009.
103
 Mastigando
histórias
Sempre que as pessoas me perguntam quando eu
¿Y si rezaras conmigo? decidi que eu queria ser cientista, sempre digo que
foi quando era criança. Isso é verdade, mas o que
Va le nti n a Ca s t ro Mariana Gab i não digo é que antes disso eu queria ser escritora.
Eu amava os livros, e tinha muita vontade de escre-
I ver um. Por isso eu passava meu tempo livre escrevendo
contos e poesias no meu caderno. Era meu passatem-
¿Y si rezaras conmigo? po favorito (depois de ler, claro), e minha maneira de
¿Y si volvieras a ser quien eras? me expressar. Mas eu nunca tinha coragem de mostrar
¿Cuánto tiempo te tomaría volver a quererme? meus textos pra ninguém.
Sin clavarme tu rabia,
sin inundarme de astillas la espalda. Fica um pouco difícil ser escritora se você tem medo das
pessoas lerem o que você escreve e ser julgada automa-
II ticamente. Então eu guardava tudo pra mim. Minhas
histórias, minha poesia... Vez ou outra eu contava pro
Preferiría que no me tocaras más, meu irmão que história muito louca que eu havia escri-
que alejaras de mí tu boca ávida de sexo sencillo. to. Muitas delas não faziam muito sentido, assim como
Ya no quiero darte más, muitas coisas na minha cabeça, e essa era a maneira de
no puedo darte más, colocar tudo pra fora e dar um descanso pro meu cérebro.
ahora que me ahogan otras cosas además de tu miembro.
ahora que tu cuerpo viejo y podrido desaparece. Infelizmente eu não tenho mais acesso aos meus textos
¿Así, o más? de criança. Eles foram sumariamente destruídos por
Más crudo uma enchente que invadiu a casa da minha vó. Depois
Más duro disso, escrever se tornou mais difícil. Tinha medo de
Más largo perder tudo novamente. O máximo que eu fazia era
Más tiempo. participar de concursos de redação na escola. Minha
¿Así, o más violencia? redação sobre os 500 anos do Brasil foi feita em 10 minu-
Creo que para mí ya fue suficiente. tos e eu descobri que eu só ganhei porque fui a única a
questionar o motivo de tanta comemoração no país.
III
Em 2008 eu criei um blog. Escrevia constantemen-
Entre la falta de metropolol y diurético me he acordado que ha faltado el sexo. te até o meio do ano passado. Depois, eu finalmente
Tedioso, apaguei. Apesar de ser público, blogs são coisa do passa-
aburrido, do. Ninguém mais se interessa por eles. O legal mesmo
rutinario, agora é fazer vídeo pro You Tube. Pra mim não. Legal
atado de compromisos de ama de casa desesperada, é escrever sobre a vida, o universo e tudo mais. Mas eu
de niña insegura. perdi a prática e perdi a vontade também, eu acho. Não
Ya no hay tiempo para más. tenho mais aquela imaginação de criança. Não tenho
Y quién ha dicho miedo. mais aquele tempo livre. Desculpas e mais desculpas.

IV Confesso que mantenho um caderno na mesa de cabecei-

ra, com uma caneta sempre perto. Meu irmão diz que o
El verbo está antes que la carne, momento vai chegar, que eu vou voltar a escrever bem
El verbo me pertenece. e a me divertir com isso. Ele diz que falta a inspiração.
Que ela chega. Que pode chegar no meio da noite. Então
tá. Enquanto isso, as palavras vêm tortas, se arrastan-
do... Talvez tentando encontrar novamente seu caminho.

104 índice 105

 Cuando un verso es mercancía

Ma ría J o s é Ro dr í gue z Alegría

It z íar Pascual
Cuando un verso es mercancía

            y su venta es tu sustento

No permitas,
                        y te apropias de su rima
Que el corazón se repliegue entre facturas rotas,
                                    de su ritmo y de su acento
Que el alma se haga tibia,
 
A golpe de oportunidades perdidas,
Cuando tú eres su caudillo
A base de peros y reproches,
            y ante ti él se arrodilla
Dejando de lado la apetencia.
                        mendigando unas migajas
¡Sueña, desea, abraza, ríe!
                                    y lo escupes y mancillas 
No consientas,
 
Que la rutina devore tus anhelos,
Cuando en propio beneficio
Que el sentir se vuelva solitario
            lo maleas y deformas
Como el cubo de la basura en las noches de invierno.
                        con alegre hipocresía
La tristeza llega cuando el deseo se rinde.
                                    buena cara y buenas formas                                   
Dale la ocasión al ser,
            
A equivocarte.
Cuando es sólo tu trabajo
¡Prueba, sueña, arriesga, exige!
            y jamás te ardió en las manos
Y ahora que has decidido,
                        ni sentiste sus espinas
Que vas a dar el paso,
                                    ni la hondura de sus clavos
Escribe…

Entonces, que oficio más triste es este que hemos escogido seguir. 

106 índice 107

 Fernando Adicto a las noticias y desintoxicándome de las redes
Romero sociales. Sí, tengo asiduas recaídas. Me obligo a recor-
Cordobés  dar que las estrellas siguen ahí a pesar de que el cielo
aparezca estampado de nubes. Suelo dormir en mi casa
que es su pecho. A veces sobrio, a veces ebrio. Me criti-
co cuando soy deshonesto con mis valores, y lo soy más
a menudo de lo que me gustaría. Toc, toc. ¿Quién es?
Ni yo mismo lo sé. Bueno, nací en... Y a quién carajo le
importa.
Paula Bilbaína -pero enemiga de todo chovinismo- Licenciada
Ruiz en periodismo por la prestigiosa UPV, articulista duran-
Santamaría te año y medio en el diario 20 minutos. En posesión
de dos masters; uno de literatura española, el otro de
hispanoamericana. Absurda en el humor, trágica en el
amor. Radical en la poesía, y por tanto interesada en
la raíz y el origen de las cosas de este mundo…y todos
los demás. Actriz, fotógrafa, voluntaria, cocinera y como
buena piscis, solo en el agua, así como al leer la poesía
de Ángel González, los cuentos de Rulfo, o escuchar la
música de Silvio Rodríguez se siente profundamente
libre.
Anastasia es una italiana sureña que desde hace nueve años vive
Valecce en Estados Unidos y desde toda la vida habla español
y escribe poesía. Tras terminar su doctorado en crítica
literaria hispanoamericana en Emory University, traba-
ja en Spelman College como profesora de cultura y lite-
ratura hispanoamericana. Entre sus intereses acadé-
micos están el caribe hispano, la literatura, estudios de
cine, performance, pop culture y artes visuales. Entre
sus proyectos más recientes se encuentra un manuscrito
sobre los contactos entre el cine revolucionario cubano y
el neorrealismo italiano, un trabajo sobre las humanida-
des digitales en Cuba, un proyecto sobre artes visuales
en Puerto Rico, y un artículo sobre cine dominicano.
Ezequiel nascido em Moçambique na cidade de Marromeu. Sou
Barreto o terceiro filho de entre cinco irmãos. Cresci no meio de
Ossemane duas religiões, o meu pai era muçulumano e a minha
mãe católica. Em 1998 -2003 estudei sistemas eléctricos
industriais (Alta tensão), mas devido ao fraco merca-
do de emprego na minha especialidade, fui obrigado a
mudar de profissão. Em 2004 – 2009 estudei Ciências
de Computação na Universidade Edurado Mondlane.
Trabalhei 2 anos como analista e programador de siste-
mas, e mais tarde recebi o convite da Friends in Global
Health (Amigos na Saúde Global) filial da Vanderbilt
108
Institute for Global Health, onde desenpenhei o papel
de oficial de sistemas de informação para saúde.
Actualimente sou estudante de Mestrado em Saúde
Pública na Vanderbilt.
Abel es un alma vieja que nació en Puerto Rico. Antes tenía
D’ Andrea otro nombre. Escribe cuando le da gana. Es co-fundador
del Colectivo de Artistas, Algo que Decir. Sus logros son
mentales y emocionales. Su fortuna son muchos amigos.
Discute cuando la gente piensa que no debe enseñarle a
su hijo a decir que todos somos familia. Es fanático de
la lucha libre y de los huertos caseros. Gente famosa lo
conoce. Y odia las biografías.
Juan Luis Maestro por imposición, poseedor de una indestructible
Rodríguez vocación por la fotografía. Ha dedicado largas horas a
Romero pasear por las ciudades en las que ha vivido, convirtién-
dose en un espectador invisible. Cuando lo veo trabajar
pienso en una frase “mira en silencio y fotografía con
respeto’’. Así es también su carácter, discreto, optimista,
aventurero y sensible. Ha encontrado la manera de dar
visibilidad y relevancia a las injusticias a través de su
trabajo. Pero también la mirada de Juan Luis Rod es
ácida e irónica en muchas ocasiones. Huye del preciosis-
mo, busca captar un instante mágico y transmitir una
emoción al espectador.
James (Heterónimo de Jimmy J. Medina), nació en Caracas y
Arellano se dedica a la peluquería, barbería y al diseño de inte-
riores. Es especialista en uñas acrílicas, alisado japo-
nés y depilación brasileña. En la actualidad vive en
Nashville y su pasatiempo favorito es vivir en la cabeza
de Jimmy Medina estudiante del doctorado en espa-
ñol de Vanderbilt University. Además, es un maniáti-
co sensual adicto al reggaetón. Él tendrá fama por sus
historias de lupanares emblemáticos de toda América.
Lala (Lisa Marrero. San Sebastián, Puerto Rico, 1987)
Juana Antropóloga, Arqueóloga y Artista plástica. En el 2005
comenzó estudios en Antropología y Artes Plásticas en
la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Como Artista ha participado en muestras individuales
y colectivas. Trabaja en varios medios desde la instala-
ción, la pintura y el vídeo entre otros. Sus piezas tienen
influencia del expresionismo abstracto, minimalismo,
pintura expandida y arte conceptual. La expresión es un
elemento intrínseco de las piezas contrastando orden y
caos.
índice 109
 María José nació en un taxi a medio camino entre Franklin y
Rodríguez Nashville. Sus prisas por nacer y la falta de una rueda
de recambio la dejaron sin una patria concreta. Es hija
de un mexicano y una ecuatoriana que se mudaron hace
años a los EEUU y a día de hoy aún está decidiendo a
que se quiere dedicar. Mientras toma la decisión seguirá
participando en esta revista y paseándose por el campus
de Vanderbilt. Si la nombras tres veces, aparecerá en tu
carrel. Si aún tienes uno. Evita mirarla directamente a
los ojos.  nal, y desde entonces esta anclado a la Isla, a las voces
Carolina Nació el 6 de diciembre de 1980 en Caracas, Venezuela.
Rodríguez Se licenció en periodismo impreso en 2003. Trabajó 12
Tsouroukdissian años en medios de comunicación. Tuvo a Simón en 2014
y se mudó a Nashville en 2015 por razones principal-
mente alimentarias: en Venezuela ya no se conseguía la
lenteja marrón. Pero algo pasó: ¡alimentario rimaba con
literario! Entonces, vino a buscar la lenteja marrón y, de
paso, un Phd en español.
Marco Una caja ofuscada de matrices, posiblemente incompati-
Parodi? bles, que eventualmente rinde preguntas distintas a las
que obtiene de una manera u otra. Siendo una máchina
audiovisual que también escribe, sus posibles respuestas
se limitan a abusos esporádicos de tres o cuatro lengua-
jes y de signos comunes a fin de invalidar su propia
temática. Actualmente tiene la posibilidad de complicar
sus preguntas, insertando más matrices o deshaciéndo-
las, en el programa de doctorado de la Universidad de
Vanderbilt en Nashville, TN.
Mariana é carioca da gema (nascida e criada no Rio de Janeiro,
Gabi Brasil). Vem de uma família de sambistas, mas nunca
pisou em uma quadra de escola de samba. Toca piano,
mas nenhum Mozart. Adora livros de ficção e pode
perder uma noite de sono por causa deles. É neuro-
cientista formada pela Universidade Federal do Rio de
Janeiro e faz pós-doutorado na Vanderbilt University at
Psychology Department.
Valentina nació en Caracas, Venezuela, en 1985. Getting rid of
Castro this stupid third person I’m gonna say que me gradué
de Licenciada en Letras (Magna Cum Laude) en la
Universidad Central de Venezuela. Creciendo en una
burbuja gringa en medio del trópico salvaje Venezolano,
vine a mi madre patria para emprender estudios de
doctorado at Vanderbilt University. Aunque siempre he
escrito poesía, ahora se ha convertido en una manera
110
passive aggressive de informarle a mi marido lo histé-
rica que estoy. Currently living in Macon Georgia, soy
Visiting Assistant Professor en Mercer University.
Jose Mª septiembre del 86, comienzo de la vendimia en La Rioja.
Zúñiga Felizmente criado en familia, en el pueblo y en los vera-
nos de mar. Tras acabar sus estudios universitarios
en Canadá, se mudó a Madrid y de allí a Puerto Rico.
Descumplió su sueño profesional. Cumplió el perso-
que traen las mareas y los sueños que cuenta la luna.
Dedicado a la docencia desde entonces, a aprender de
forma compartida, a reflexionar sobre el mundo. Dicen
que se evade rizando sus rizos. Viajero, musical, de
buena gente, de preciosos sobrinos.
Jacob nació en Kerrville, Texas en 1991. Empezó a intere-
Brown sarse en el español cuando entró en la Universidad
de Southwestern. Allí se ingresó en su primer curso
universitario de español con el profesor Carlos de Oro.
Volvió a hacer varios cursos con él, incluso Literaturas
Hispanoamericanas Contemporáneas en su último
semestre. Escribió “Música poética y armonía racial:
la musicalidad de Nicolás Guillén y Langston Hughes”
como trabajo final, no sólo del semestre, sino también
de cuatro años de instrucción con De Oro. Jacob ahora
es estudiante doctoral en el Departamento de Español y
Portugués en la Universidad de Vanderbilt.
Itziar es dramaturga, pedagoga, investigadora y periodista. Es
Pascual Doctora en Ciencias de la Información, por la UCM y
titulada en Dramaturgia por la RESAD. Es profesora
de Dramaturgia en la RESAD desde 1999. Es autora de
más de una treintena de obras dramáticas publicadas,
traducidas y estrenadas en diversos países. Ha obtenido
el Premio de Teatro Serantes con La paz del crepúsculo,
el IV Premio Madrid Sur con Pared; el Premio ASSITEJ
con Mascando Ortigas, el Premio Valle-Inclán con
Variaciones sobre Rosa Parks y el Premio Leopoldo Alas
Mínguez (LAM) con Eudy.
David nasceu no seio de uma familia galega Euskal Herriko
Vila herri txiki batetan, no norte da Espanha. Gosta da
Die(é)guez(s) música, da poesía e da cultura em geral. Nunca publi-
cará un dibujo o una foto en esta revista porque son,
by far, las dos cosas que peor hace en la vida. Toca en
varias bandas de música latina en Nashville e está a
fazer o seu doutoramento em espanhol na Vanderbilt
índice 111
 University. He lived in the UK for several years before
relocating to Nashville. Gosta de tocar a guitarra e de
escrever e conversar com toda a malta que trabalha na
universidade e nesta revista.      hoy se pregunta qué narices está haciendo con su vida.
Damian es ciudadano del mundo, científico y aikidoka (más o
Maseda menos en ese orden). Nació en Madrid en 1976, se crió en
Málaga. Sigue creciendo (eso cree él al menos), y morirá
muy probablemente en algún momento de los próximos
100 años, según nos ha hecho saber. Hizo su doctorado
en Alemania y se vino para USA en el 2008. Es biólogo
e investigador en inmunología de profesión, lo cual le
reporta grandes satisfacciones y también le da de comer.
Se considera un poco “Jack of all trades” pa lo bueno y
pa lo malo, y por ello es aficionado a muchas cosas, entre
ellas la fotografía.
Paulo nasceu em Begonte (Galiza) há trinta e três anos. É
Lema autor de diversos textos quer narrativos quer poéticos
esparsos por publicações literárias galegas como Xistral,
A Xanela, Dorna ou Letras en obras. Em 2008 publicou
As Crónicas Chairegas, colectânea de contos inspirados
na cultura e na paisagem da sua comarca de nascimento
(a Terra Chã, lá no interior da província de Lugo), com
desenhos de Miguel Cuba. Actualmente é investigador
pós-doc na Universidade de Lisboa.
Charlie was born in Chicago, IL in 1987 and grew up in Charlotte,
Geyer NC. He tends to live in a literary world of pure abstrac-
tion, and occasionally tries to write himself into real
experience using poetry. The irony of this is not lost on
him. He possesses a BA in English and Creative Writing
from Emory University. He thought so long about this
autobiographical statement that he died, and Paul de
Man came and took his face as a trophy. He is currently
working towards a Ph.D. in Spanish and Portuguese
from Vanderbilt University.
Carlos nació en Madrid allá por el año 1986. Aficionado a todo y
B. experto en nada. Asceta y liberal por convicción, disfru-
Barrera ta escribiendo, leyendo y reflexionando sobre asuntos
filosóficos y políticos. Dicen que en sus ratos libres hace
como que investiga sobre asuntos de sordera. Las malas
lenguas comentan que años atrás se le vio poniendo
discos de rock en garitos malolientes de la capital espa-
ñola. Algunos también apuntan que hoy en día pasea
por Nashville en una antigua Vespa italiana y celebra
en solitario los goles de su Real Madrid escondido en los
112
bares repletos de aficionados del odioso fútbol america-
no. Sea como fuere, este chulapo madrileño es mucho
más sensible y miedica de lo que él le gustaría. Todavía
Un solo lema kantiano le sirve de guía: Sapere Aude.
Manuela é doutoranda no Programa de Pós-Graduação
Areias em História Comparada da Universidade Federal do Rio
Costa de Janeiro - Brasil(com período de estágio, 2014-2015,
no Departamento de História da Vanderbilt University).
Possui artigos sobre música e trajetória de músicos
negros no período da abolição e do pós-abolição. Seu
mais recente trabalho será publicado no livro  Cultura
Negra, um objeto da história, organizado por Martha
Abreu, Matthias Assunção, Giovana Xavier, et.al.
Clara nació un 29 de abril de 1977 en Bariloche, una ciudad al
Mengolini sur de la Patagonia argentina. Desde su más temprana
infancia sintió una fuerte inclinación hacia la escritura,
la lectura, el teatro y el arte en general. Una vez termina-
do el colegio secundario, dejó su ciudad natal y se marchó
a Buenos Aires a estudiar Letras. Actualmente es profe-
sora de español y literatura en Mercer University, una
universidad ubicada en Macon, Georgia. En los últimos
años empezó a dibujar con acuarelas y la escritura es un
pasatiempo al que recurre muy de vez en cuando, sólo si
la inspiración o la necesidad tocan su puerta.
Kadiri J. Hace cosas con palabras. Nació en 1987 y creció en
Vaquer Juncos, Puerto Rico. Completó un bachillerato en
Fernández Estudios Interdisciplinarios en la Universidad de
Puerto Rico y tiene un MFA en Escritura Creativa en
español de New York University. Actualmente es estu-
diante doctoral del programa de español y portugués de
Vanderbilt University.
Fernando  nació en Asunción, Paraguay y pasó la mayor parte de
Varela su infancia en una pequeña ciudad llamada Remanso,
que queda a orillas del río Paraguay. A los quince años
se mudó a Florida, EEUU con su familia y realizó sus
estudios universitarios en el mismo estado. En el 2015
se relocalizó en Nashville para hacer sus estudios de
posgrado en Vanderbilt University.
Niñapajaro Érase una vez que descubrí que tenía demasiados pája-
(María ros en la cabeza, tantos que no pude evitar buscar una
Salán) manera para liberarlos de mi mente. Necesité darles
forma, llamarlos por su nombre a través de la fotografía,
índice 113
 el collage, la ingeniería de papel y la escritura, que reali-
zo todos los días. La inspiración la encuentro en la explo-
ración de mis paseos cotidianos, en la huella sensible
que marcan en mi memoria el cine, los viajes y los libros
y en las personas que he conocido y conozco que de algún
modo u otro me han marcado.
Marian es diseñadora gráfica y fotógrafa. Manchega albaceteña,
Venceslá estudió Bellas Artes en Cuenca y Fotografía en Madrid.
Ha vivido y trabajado en lugares diferentes: Albacete,
Cuenca, Madrid, Amberes... También ha expuesto su
obra en diferentes galerías en España. Actualmente
reside en Nashville, donde ha conocido a la gente del
departamento de Español y Portugués de Vanderbilt,
con quienes se ha involucrado en el proyecto de Furman
217.
Chase es un estudiante de primer año en la Universidad de
Denson Vanderbilt. Es de Texarkana, Texas, estudia ingenie-
ría civil y espera obtener un minor en español. Querría
trabajar en desarrollo internacional para una organiza-
ción como Samaritan´s Purse o Engineering Ministries
International. A parte de esto, Chase participa en
Navigators y quiere ingresar en la fraternidad BYX. En
su tiempo libre, le gusta correr, leer y pasar el rato en
la calle. Este semestre, Chase tomó SPAN 2203 y ayudó
a escribir y editar el texto de “Pablo el Pez”, un cuento
infantil.
Lauren está en su primer año en la Universidad de Vanderbilt.
Linquest Le encanta vivir en Nashville. Su actividad favorita en
Nashville es ir a restaurantes y conciertos. Es de Nueva
Orleans, Luisiana, y quiere ir a la escuela de medici-
na después de sus estudios en Vanderbilt. Lauren tomó
español 2203 con David Vila. Disfrutó mucho de este
curso porque no sólo aprendió mucho sobre la lengua,
sino que también fue expuesta a diferentes formas de
cultura. Lauren hizo los dibujos del cuento infantil
“Pablo el Pez”.
Alec le gusta pasar tiempo con su familia en su tiempo libre.
Jotte Le encanta probar restaurantes nuevos y especialidades
locales en nuevos lugares. También disfruta de correr,
especialmente a lo largo de la playa. Alec Jotte tomó
Spanish 2203 este semestre y co-escribió el concepto y
guión de “Pablo el Pez”.
114
James es de Romeoville, a las afueras del sur de Chicago.
Zahorick Está estudiando neurociencia en la Universidad de
Vanderbilt para ser investigador. En su tiempo libre, le
gusta tocar la guitarra y jugar al ultimate frisbee. James
tomó Spanish 2203 este semestre. Pensó en el concepto
para “Pablo el Pez” y ayudó con el guion.
Alejandro Retrospectively, Alejandro picked up photography from
Arango his dad many years ago. He likes to think about the
ways people taste, hear, smell, and see. This makes
him reflect a lot on perspectives—distance, position,
intention— you can see this in some of his photographs.
For this reason, perhaps, textures, small and large, are
particularly interesting for him. Moving from a massive
city to a postindustrial, semi-decadent small town, more
than a hundred times smaller, and then to a medium
city ten times larger than the small town has tinged the
way things appear to him.
Javier Madrid. 1981. Licenciado en Comunicación Audiovisual
Liaño en UCM y Postgrado en Fotoperodismo en UAB.
Fotógrafo y músico. De vez en cuando intenta aunar las
dos disciplinas haciendo retratos de los músicos que se
va encontrando en el camino. Tiene mayor querencia a
crear imágenes con la música que a crear música con las
imágenes.
Ha colaborado con diferentes diarios en España y Chile.
Actualmente está de regreso a su ciudad de origen,
Madrid, después de vivir durante los últimos tres años
en Chile.
índice 115
Edi c i ón : Ka di r i Va qu e r Fe r n á n d ez , D a v i d
Vi l a Di e (é )gu e z (s ), Ca r l os B . B ar rera ,
M a rc o Pa rodi , C h a r l i e G e y e r y Ma r i a n
Ve n c e s l á .

Di s e ñ o y m a qu e t a c i ón : M a r i a n Venc eslá .

N a s h v i l l e , E n e ro de 2 0 1 6 .

w w w.furman2 1 7 .c o m