Objetivo: Entender que el Señor anhela nuestra completa libertad. Introducción: Existen personas que quieren ser libres, por eso dice la Palabra que la Verdad nos hace libres, no nos hace libres las ganas, la oración de alguien, el creer en algo, lo único que nos hace libres es la verdad de Dios, por eso en nuestras vidas debe habitar la verdad de Cristo. En nuestra forma de pensar, hablar y actuar, debe manifestarse la verdad de Cristo. 1. ¿QUÉ ES LA VERDAD?: La verdad viene del término hebreo: “emuná”, que significa confianza, fidelidad; y en el griego del término: “alétheia” que significa revelado y descubierto; o sea, que la verdad es algo que es, confiable, fiel, revelado y descubierto. La verdad de Dios tiene un valor que es “absoluto”, no está condicionada, no tiene variación en el tiempo. Es la misma ayer, hoy y por los siglos; no se congracia con la conveniencia, no depende de si “nos conviene” decir la verdad, no decirla, o decirla a medias; una verdad dicha a medias es una absoluta mentira, es un engaño. La palabra engaño es “verdad torcida, mentira”; por eso la verdad de Dios no puede ser negociable para usted. 2. MORIR A LAS CONVENIENCIAS (Gál. 2:20): Si la Verdad habita en nuestra vida tendremos la libertad, porque esta viene como consecuencia de que la verdad sea la que gobierne nuestra vida; por eso no podemos congraciarnos con la conveniencia, porque la verdad es morir a las conveniencias. Leamos Gál. 2:20. dice: ¿Qué paso en la cruz? Porque allí dice que “con Cristo estamos juntamente crucificados”; ¿Para qué se crucificaba a alguien? Para celebrarle su cumpleaños, o crucificaban a alguien como una actividad de descanso, o será que era un actividad de “spa”. Meditemos en esta pregunta, simplemente era para que la persona “muriera”. En consecuencia, si queremos que la verdad de Cristo viva en nosotros, primero tenemos que estar dispuestos a morir y la pregunta es ¿A qué muero?, a las conveniencias, a las mentiras, a la hipocresía, a la murmuración, al chisme, al comentario, a la necedad, a la ignorancia. La verdad de Cristo no consulta con las presiones, las necesidades o los deseos de las personas, recordemos que es absoluta, por eso cada uno de nosotros tenemos que morir a las presiones, necesidades, a los caprichos, a las inseguridades, a los temores, para que la verdad de Cristo habite en nuestra vida, tenemos que morir a la baja estima, a la inseguridad, a la inferioridad, a todo aquello que impide el propósito, el destino de Dios en nuestras vidas. Vinimos a este mundo con un propósito, con un destino, pero si la verdad de Cristo no habita en nuestras vidas, estaremos atados y aunque tengamos el anhelo de progresar, de salir adelante no lo podremos hacer. No vamos a poder avanzar. 3. ENFÓCATE EN LA VERDAD DEL SEÑOR: Sin verdad, no hay libertad. Tenemos que enfocarnos en la verdad del Señor; Cristo es el centro, el camino, la verdad y la vida. El Señor nos enseña en Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida”. La vida ni siquiera depende de la fe, del trabajo, de la estima de quienes nos aman, sino del estado de nuestros corazones. Solo la verdad de Cristo puede guardar nuestros corazones y un corazón contaminado daña tu hogar, familia, trabajo; trae escases, no pueden haber glorias, ni victorias permanentes en un él. Guardemos nuestros corazones, porque si la verdad habita en ellos, nuestras vidas serán verdad: Tendremos matrimonios, hijos, empresas, ministerios de verdad, que aunque se levante cualquier cosa, no podrá derribar nuestra casa, porque tenemos nuestro fundamento en la roca que es Cristo Jesús, la Verdad. Si edifico en Él, nada se caerá. La verdad de Jesús es nuestra única opción, no podemos pretender una vida sin Dios y sin Su Palabra, aislarnos de Él, creyendo que su Palabra no es necesaria para vivir, es el peor error que podemos cometer. Clamemos por su misericordia, renunciemos a nuestras necedades humanas, a la ignorancia y a la mentira. La verdad nos hace libres, tiene poder hasta que es conocida. La mentira que amargo nuestros corazones hoy sale de nosotros en el nombre de Jesús, porque viene la verdad del gozo del Señor; el luto que nos amargo nuestras vidas hoy queda inoperante y sin poder, hoy estamos conociendo la verdad de Cristo, que hace todas las cosas completamente nuevas (2 Corintios 5:17). CONCLUSIÓN: Hoy dile a Dios, no quiero más mentiras en mi vida, ni falsedades, ni hipocresías, no acepto ninguna contaminación en mi corazón, quiero a Cristo gobernando mi vida. Señor Jesucristo, eres lo único que queremos en nuestras vidas. ¿Quieres vivir en la verdad de Cristo? Inclínate delante de Él, entrégale tus cargas en la certeza de que Él te libera con su Palabra, con Su verdad que es Cristo.