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Agosto-diciembre, Año 3, núm.

1, 2018

Universo 9 de la UNAM
R E V I S TA D E L A CO M U N I D A D D E L A E N P 9 “ P E D R O D E A L B A”

Premio Nacional de Periodismo por Periodismo Preuniversitario 2016

México 68:
a 50 años del movimiento estudiantil

Certificación de Reserva de Derechos al uso Exclusivo No. 04-2016-051311595800-102


Directorio
UNAM DIRECCIÓN GENERAL ENP

Dr. Enrique Luis Graue Wiechers Biól. María Dolores Valle Martínez
Rector Directora General
Dr. Leonardo Lomelí Vanegas Lic. Jaime Cortés Vite
Secretario General Secretaría General
Ing. Leopoldo Silva Gutiérrez Dra. Virginia Hernández Ricardez
Secretario Administrativo Secretaría Académica
Dr. Alberto Ken Oyama Nakagawa M. en C. Ana Laura Gallegos y Téllez Rojo
Secretario de Desarrollo Institucional Secretaría de Planeación
Lic. Raúl Arcenio Aguilar Tamayo Lic. Gabriel Gómez Vilchis
Encargado del despacho de la Secretaría de Atención a la Coordinación Jurídico
Comunidad Universitaria
Dra. Mónica González Contró
Abogada General

ENP 9 «Pedro de Alba»

Q.F.B. Gabriela Martínez Miranda Q.A. Lucero Diana Real Cuautle


Directora Coordinadora de Materias Experimentales
Mtro. Víctor Pérez Ornelas Lic. Sergio Rodríguez Rangel
Secretario General Coordinador de Educación Física y Deportiva
Lic. María Aída Daniela Navarro Maycott Lic. Romina Marcela Rubio Moedano
Secretaria Académica Coordinadora de Mediateca y Laboratorios de Idiomas
Lic. Luis Miguel Sánchez Tobilla Lic. Lydia Montserrat Ochoa Arenas
Secretario de Asuntos Escolares Jefa de la Oficina Jurídica
Lic. Luis Jaime Sánchez Sánchez Lic. Álvaro Marco Solís Rivero
Secretario de Apoyo y Servicios a la Comunidad Jefe de la Unidad Administrativa
Mtra. Raquel Barroso Pérez Mtra. Citlali Nelli Toxqui Terán
Coordinadora de Difusión Cultural Coordinadora de Gestión

Contenido
Colegio de Literatura 27 Documental cinematográfico El
grito. Una interpretación
03 Los años sesenta en la realidad Ángel Saltillo Moreno
mexicana
Arturo Orozco Torre Colegio de Ciencias sociales
Colegio de Filosofía 31 “50 Años del movimiento
estudiantil de 1968: paradojas,
08 El andar de los zapatos: 2 de
contexto amplio y el 2018”
octubre de 1968
Sergio Aguilar Méndez
Gabriel Alejandro Mancilla Yáñez
11 EL 68 sin fin Colegio de Dibujo
Alfredo Gurza
36 Impacto del “México 68” en las artes
Colegio de Historia plásticas
Isabel Mortera Gutiérrez
15 Huellas del 68 en México
Edith Vázquez León
Vox discipuli
21 “En ese callejón sublime de las «Tres
Culturas»”: Análisis del discurso en
42 Los herederos
el poema “¡Escúchame, pueblo!” Lydia Leija y Rodrigo Ortega
del Teniente Coronel de Caballería,
Diplomado del Estado Mayor, Jesús
46 Todo cambia
Jorge Mejía
Ponce de León Rodríguez
Enrique Esqueda Blas
Universo 9 de la UNAM
REVISTA DE LA COMUNIDAD DE LA ENP 9 “PEDRO DE ALBA”
AGOSTO-DICIEMBRE, AÑO 3, NUM. 1, 2018.

Certificación de Reserva de Derechos al uso Exclusivo.


No. 04-2016-051311595800-102

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UNIVERSO 9 DE LA UNAM, Año 3, No. 1, agosto-di-
Q.F.B. Gabriela Martínez Miranda
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editada por la Universidad Nacional Autónoma de
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gentes Norte 1698, Colonia Lindavista, Delegación Mtra. Gabriela Reding Borjas
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número se terminó de imprimir el día 11 de diciem-
bre de 2018, con un tiraje de 500 ejemplares, impre-
sión tipo offset, con papel couché de 150 g. para los
interiores y papel couché de 250 g para los forros.

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co, cultural y educativo sin fines de lucro.

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UNIVERSO 9 DE LA UNAM,
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Ciudad de México,
Teléfono 57502014 y 57502020, ext. 157, Torre de Rectoría el 2 de octubre de 2018
correo electrónico: revistauniverso9@enp.unam.mx Fotografía tomada de la cuenta de twitter
de la UNAM (@UNAM_MX)

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Editorial

Los trágicos acontecimientos de octubre de 1968 representan, sin


duda alguna, un momento decisivo en la historia contemporánea
mexicana, pues testimonian la encomiable lucha de incontables
jóvenes estudiantes que entregaron sus vidas por hacer realidad
valores elementales de cualquier sociedad democrática: libertad y
justicia. Por ello, en la coyuntura del cincuentenario de aquellos su-
cesos, la Universidad ha conmemorado al movimiento estudiantil
con respeto y admiración señalando con firmeza y convicción moral:
“Nunca más”. En este tenor, Universo 9 ha querido contribuir desde
sus páginas a los esfuerzos por perpetuar la memoria de tan digna
gesta llena de valentía, pero también de nobleza y honor.
Espero que las variadas colaboraciones de este número nos ayu-
den a entender mejor tanto nuestro pasado reciente, como nuestra
coyuntura actual para que juntos, con el mejor espíritu universita-
rio, cifrado en el amor por el conocimiento y en la incansable bús-
queda de la verdad y la paz, podamos construir un país con un por-
venir más prometedor para todos.
Aprovecho la ocasión para dar testimonio de gratitud a todos
aquellos que con su entrega y dedicación hicieron posible este pro-
yecto editorial: ha llegado el momento de transformar y replantear
los fines y los horizontes de Universo 9. Nuestra idea es brindar los
mejores espacios e incentivos para optimizar el trabajo académico
de quienes formamos parte del plantel, de modo que muy pronto
los invitaremos a un nuevo proyecto para que nuestra revista co-
bre nuevos bríos y sea el vehículo ideal para canalizar el talento, la
dedicación y la creatividad de la comunidad de la “preparatoria de
Insurgentes”.
Muchas gracias y hasta pronto.

Q.F.B. Gabriela Martínez Miranda


Directora del plantel 9 “Pedro de Alba”

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COLEGIO DE LITERATURA

Los años sesenta


en la realidad mexicana
Arturo Orozco Torre
Colegio de Literatura

L os años sesenta en la realidad


mexicana, y cuando decimos mexi-
cana más bien queremos decir cita-
disposiciones del ámbito condicionado
por los adultos no concordaba con el
liberalismo espiritual de las recientes
dina, es una época muy especial que generaciones.
indicó un cambio de vida en las cos- Se buscaban nuevas formas y nue-
tumbres convencionales de la cla- vas atmósferas porque las que prevale-
se media. Una nueva ideología se cían en los ámbitos de la vida cotidiana
avizoraba en el panorama juvenil, se habían convertido en un agobio as-
porque fueron los jóvenes los que re- fixiante. Esta situación toma presencia
accionaron contra un mundo anqui- en la literatura de esa década con el
losado y convencional. Las formas de nombre concedido por la escritora Mar-
vida que había establecido la época go Glantz, que inspirándose en un tér-
anterior ya no tenían franca correspon- mino coloquial, usado frecuentemente
dencia con los intereses de una juven- por los jóvenes de ese momento, la de-
tud que rechazaba el autoritarismo; las nominó como “literatura de la onda”. Tal

José Agustín

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Universo 9 de la UNAM

apelativo se refería a la tendencia que re-


presentaban dos textos narrativos que ha-
bían aflorado en los mercados editoriales Es una creación realizada por jóvenes que
durante esa época, éstos eran La tumba esperaban, expresamente, alcanzar la
de José Agustín (1964) y Gazapo de Gus- lectura de otros jóvenes.
tavo Sainz, (1965)
La realidad siempre tiene una pro-
yección que se refleja en la creatividad
artística, y la actividad estética que se lo cual adoptan una legítima rebeldía
presenta como testimonio de un momen- contra todo el sistema imperante, ya que
to histórico tiene su repercusión en las en ambas novelas se da el testimonio crí-
formas de vida de un contexto social; tico del contexto social al que pertene-
las relaciones cíclicas que se manifiestan cen. Los adolescentes que se presentan
en esta situación recíproca y reafirman- son profundamente pensantes, pero no
te establecen el sentimiento que preva- tienen opinión, ni criterio, ni derecho a
lece en una periodicidad histórica. Por un testimonio.
medio del texto artístico, se pueden reco- La aparición de estas obras establece,
nocer las fallas y los vacíos morales que por un lado, un golpe editorial y, por el
padece una comunidad; las referidas no- otro, provoca un vuelco en el corazón
velas descubren un mundo desconoci- de la elite intelectual. Una nueva forma de
do para la sociedad que es la revelación escribir había surgido con un estilo fresco
abierta sobre la vida de esos seres que y estimulante, la narrativa mexicana des-
son parte de ella, pero que están margina- cubre una innovadora línea de indudable
dos porque sobre ellos recae una terrible importancia. El espíritu de la juventud
culpa: no se trata de ningún desacato con- aflora para las letras nacionales; los nue-
tra las autoridades oficiales, sino la falta de vos escritores tienen corta edad al igual
estatura moral para el mundo que los ro- que los personajes de ficción que han
dea por la corta edad que los caracteriza. hecho vivir por medio de sus textos. Es
Un desencanto generacional es la una creación realizada por jóvenes que
consigna de los personajes literarios, por esperaban, expresamente, alcanzar la lec-
tura de otros jóvenes.
Sin embargo, esto no se da estricta-
mente de esa manera. Lectores de todas
las edades se acercan y se sorprenden al
conocer la novedosa tendencia literaria,
la cual resulta tan devastadora e irreve-
rente contra la cultura establecida que
no saben como juzgarla. ¿Es una inso-
lencia contra las caras largas y el lenguaje
solemne? ¿Es una forma de experimen-
tación con interesantes hallazgos? ¿Es la
agresividad manifiesta de unos mozal-
Gustavo Sainz betes que fingen ser escritores? ¿Es una

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forma de considerar los valores de la clase media y de la
burguesía vigente?
Para darle respuesta a estas interrogantes debemos
entender primeramente que cuando surgen los referidos
textos, la población juvenil se ha multiplicado conside-
rablemente y que requiere de una representatividad. No
hay que olvidar que para estas fechas las nuevas gene-
raciones constituyen la mayor parte de la colectividad
nacional. La “onda” es una llamada de atención, es un gri-
to de protesta tan agresivo como estridente, que recla-
ma la ubicación de estas voces en la sociedad.
En ambas obras, se manifiesta un lenguaje lúdico y
poco formal pues se trata de reproducir la realidad cotidia-
na de los adolescentes clasemedieros. Ahora bien, si por
una parte se muestra su espíritu contestatario, por la otra
se observa una interioridad llena de afecciones que no
tiene mucho que ver con la franca desinhibición que
acostumbran. Detrás de la rebeldía que adoptan se ad-
vierte la inseguridad, más allá de la actitud irrespetuosa
que poseen, se percibe el desencuentro, por detrás de
su atrevimiento se muestra la conflictiva existencial que
los consume y la falta de identidad en el medio social al
que pertenecen.
Ahora bien, el tiempo pasa y los sesenta siguen ade-
lante en busca de una liberación efectiva. Otros escrito-
res se suman a la “onda” y apoyan el reclamo de libertad
iniciado anteriormente, entre ellos están Parménides
García Saldaña, René Avilés Fabila y Jorge Arturo Ojeda.
Antes de continuar, debemos de agregar que esta
revolución moral tiene sus primeros antecedentes con
dos obras de teatro que se ocupan del mundo adoles-
cente y que alcanzan gran éxito en sus primeras tem-
poradas de presentación. Se trata de Las cosas simples
(1953) de Héctor Mendoza y Susana y los jóvenes (1954)
de Jorge Ibargüengoitia. En realidad, el primero que se
acerca al tema mencionado es el teatro y no la narrativa;
claro, los dramas nunca alcanzan la repercusión desme-
dida que se logra con las obras novelísticas. Quién como
ellas para manifestar tal dinamismo en los medios publi-
citarios, circunstancia que sobrepasa ampliamente a las
representaciones dramáticas.
Avanzados los años sesenta, también el cine aporta
lo suyo al ámbito juvenil que continúa en primer plano.

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Universo 9 de la UNAM

Los filmes de rebeldes juveniles están presentes en la mayo-


ría de las salas cinematográficas, esto viene del éxito masi-
vo de una producción hollywoodense que fue Rebelde sin
causa (1955) de Nicholas Ray. Los productores nacionales
vieron en ella una nueva temática argumental que se les po-
nía en el camino y decidieron explotarla. Muestra de esta
actitud son La edad de la violencia (1964) de Julián Soler y
Juventud sin ley (1966) de Gilberto Martínez Solares, filmes
de poca calidad pero que tenían una buena aceptación en
el auditorio juvenil de la época.
Cuando se da el movimiento del 68, todos estos ante-
cedentes son parte medular de la atmósfera social que se
establece en aquel momento. Lo que se buscaba era reen-
contrar la democracia, se rechazaba el autoritarismo guber-
namental, se pedía mayor libertad en los aspectos civiles y
políticos, así como un rechazo definitivo a la desigualdad
social. El movimiento se inicia con un problema estudiantil
de orden menor, se trataba de un conflicto deportivo entre
escuelas cercanas, las vocacionales 2 y 5 del Instituto Po-
litécnico Nacional se enfrentaron a la institución particular
Isaac Ochoterena. El espacio en el que se encuentran los
miembros de ambos planteles es la Plaza de la ciudadela,
lugar que era frecuentemente visitado por vándalos y pan-
dilleros. Estos tres núcleos juveniles prueban sus fuerzas,
y ante el desorden público que provoca la situación, los
vecinos del lugar llaman a las autoridades competentes.
Finalmente, se presentan los granaderos, los cuales atacan
despiadadamente a los estudiantes sin hacer mucho caso
al otro grupo, al grado que persiguen a los primeros hasta
el interior mismo de los planteles; como se puede adver-
tir fue un problema de jóvenes contra jóvenes que no se
contiene adecuadamente por parte de las autoridades.
Esta situación creció como una bola de nieve que en su
De arriba hacia abajo: proceso natural se amplía paulatinamente: los estudiantes
Héctor Mendoza
Jorge Ibargüengoitia y
en apoyo a los estudiantes, y los granaderos cada vez que
Elena Poniatowska se encuentran con ellos dejan el testimonio de una violen-
cia exacerbada. No hay que olvidar que en un principio los
estudiantes lo que pedían era lo mismo que planteaban
los novelistas de la onda, respeto por su integridad como
seres morales. Sin embargo, para el gobierno importaba
más su posición ante el mundo con relación a la Olimpiada
que la sangre derramada de los jóvenes mexicanos, san-
gre que mancha permanentemente la plaza de Tlatelolco:

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En 1968, de pronto estalló en la calle, en el Paseo de la Re-
forma, en el Zócalo la voz que había permanecido callada
durante tantos años, al grado que se hablaba del mutismo del
mexicano, la dejadez del mexicano, el “ni modo” mexicano,
la indiferencia del mexicano. En 1968, miles de mexicanos
salieron de sus casas a gritar su coraje, su inconformidad.
De pronto, no sólo reclamaban su repudio al gobierno sino
que estaban dispuestos a que se cumplieran sus peticiones,
clamadas bajo el balcón presidencial. El movimiento es-
tudiantil actuó como detonador. El rencor de años trasmiti-
do de padres a hijos salía a la superficie. Los hijos empeza-
ron a asfixiarse en esa atmósfera de cuchicheos, de “mejor
no”, de “al fin que no podemos hacer nada”. “las cosas no
van a cambiar porque tú hables”, etc. Al menos podían gri-
tar a voz en cuello y formar esa masa crítica, intencionada,
móvil, que atemorizó al gobierno a tal grado que lo llevó
al enloquecimiento trágico y criminal que escindió nuestra
vida pública. (…) Aparentemente todo ha quedado igual
y sin embargo (…) uno siente que todavía subsiste en los
jóvenes el arrojo del 68, pero ahora con una mayor reflexión,
un sentido más profundo y una proyección en la que
quisiéramos adivinar el rumbo terco y decidido para salvar-
nos históricamente.” (Poniatowska, 1969)

La experiencia fue terrible, inolvidable en la peor conno-


tación de la palabra; un mandatario que manda asesinar a
los más desprotegidos, a los más débiles hijos de la nación.
Ifigenia reencarnada en miles de jóvenes sacrificados por la
soberbia criminal de un nuevo Agamenón, como sucede
en el mundo griego; el sacrificio de las víctimas inocentes
purifica el ambiente corrupto de una sociedad en crisis, una
sociedad que finalmente apoyó la lucha de los estudiantes
y que inició una labor de ubicación y respeto para las reno-
vadas generaciones.

Referencias
• Agustín, José. (1964). La tumba. México. Grijalbo.
• Sainz, Gustavo. (1965). Gazapo. México, Joaquín Mortiz.
• Mendoza, Héctor. (1953). Las cosas simples. México. CONACULTA
• Ibargüengoitia, Jorge. (1954). Teatro reunido. México. Joaquín Mortiz.
• Poniatowska, Elena, (1969). “El movimiento estudiantil de 1968”, Re-
vista de la Universidad Nacional de México.

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COLEGIO DE FILOSOFÍA
Universo 9 de la UNAM

El andar de los zapatos:


2 de octubre de 1968
Gabriel Alejandro Mancilla Yáñez
Colegio de Filosofía

Habría que lavar no sólo el piso: la memoria.


Habría que quitarles los ojos a los que vimos,
asesinar también a los deudos,
que nadie llore, que no haya más testigos.
Jaime Sabines, Tlatelolco 68

Z  apatito blanco, zapatito azul, dime


cuántos años tienes tú. Así jugaban
los zapatitos más pequeños de mi co-
trabajo, sólo por demandar mejores con-
diciones en las que pudieran desarrollar-
se. Con los estudiantes fue igual, golpe
munidad aquel miércoles 2 de octubre duro de autoridad para que la gente viera
de 1968, sin saber que ese día quedaría quién manda. El gobierno se sentía po-
grabado en nuestra memoria, sin saber deroso, implacable, así que no permitiría
que ese día la memoria sería más pode- que los jóvenes se atrevieran a pensar, a
rosa que el olvido; porque fue un 2 de cuestionar sus métodos. Ese gesto de au-
octubre, después de la marcha de los za- toritarismo contra el joven calzado, puso
patos estudiantes, que descubrimos que en evidencia que el gobierno utilizaba la
su marcha sigue adelante, que sus pasos fuerza para imponer un modo de ser y de
siguen caminando, que su andar no se pensar, un único modo: el de la obedien-
ha detenido todavía, porque nosotros se- cia y la sumisión; pues dicen los podero-
guimos andando su camino. sos que los zapatos que se rebelan son
Cuentan las pantuflas de los abue- tontos, que no saben caminar, que sólo
los que todo comenzó cuando las botas tropiezan y hacen tropezar a otros.
militares y las suelas de los policías repri- Al principio sólo eran los tenis estu-
mieron a los tenis estudiantes de forma diantes quienes salían a las calles, pero
brutal, aunque antes ya lo habían hecho, poco a poco se fueron sumando las za-
en el año de 1965 con los zapatos blan- patillas amas de casa, con sus bolsas de
cos de los médicos y enfermeras. Los gol- mandado y sus mandiles, pues estaban pre-
pearon, los humillaron y les quitaron el ocupadas por sus hijos y así descubrieron

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que ellas también habían sido hechas a
un lado; poco después se sumaron las Nadie se esperaba que el ejército disparara
botas obreras, apoyando a sus hijos; y contra ellos, que asesinaran a tantos y
poco a poco se unió todo el calzado que
tantos zapatos, que los persiguieran por
había sido ignorado y pisoteado por po-
derosos: los huaraches campesinos, los las calles, los sacaran de los edificios,
zapatos empleados, todos juntos para los golpearan, humillaran,
decir: ¡Basta! Así comenzó el movimiento asesinaran y los desaparecieran.
del 68, la rebelión de los zapatos.
No fue fácil, recuerdan los estudian-
tes, porque sabían muy bien que en este millan y torturan hasta que ya no queda
país lo primero que le hacen a los zapatos nada de ellos, ni por dentro ni por fuera,
rebeldes, es decir, a los zapatos que no hasta que mueren. Y, para no dejar rastro
quieren seguir siendo pisoteados por las de estos actos criminales, las botas mili-
botas poderosas de los militares y poli- tares suelen meter a los zapatos rebeldes
cías, o ignorados por los zapatos bien en hornos gigantes para volver ceniza
limpios y boleados de los políticos y go- a los inconformes. Los zapatos que son
bernantes, lo primero que le hacen a los za- tomados por los militares difícilmente
patos rebeldes es asesinarlos, matarlos vuelven a regresar a casa y aunque sus
de formas horribles. Ya lo habían hecho familiares y amigos se pasen la vida bus-
con obreros, ferrocarrileros y campesi- cando sus huellas, jamás vuelven a apa-
nos, y ahora, frente a los estudiantes, el recer. Cuando uno se imagina las historias
gobierno utilizaba militares y paramilita- de esos zapatos rebeldes siendo tortu-
res, escuadrones especiales para reprimir rados, sientes que se te hace un nudo en
a los jóvenes que sólo querían salir a las las agujetas y te dan ganas de llorar de
calles y sentirse libres. rabia e indignación.
Se cuenta que cuando atrapan a un za- Pese a todo, aún con las amenazas y
pato rebelde, primero lo llevan a un cuar- el aparato del Estado represor intentan-
tel militar, ahí lo encierran en calabozos do frenar a los jóvenes, ellos parecían que
oscuros, lo golpean hasta que ya no pue- no tenían miedo; mientras el gobierno to-
de más y luego siguen con la tortura; lo maba escuelas para convertirlas en cuar-
sumergen en el agua, lo exponen a los teles, los tenis estudiantes salían a las
rayos asfixiantes del sol, hasta que su piel calles, los mercados y las plazas públicas
se hace dura y luego se pudre; cuentan para hacerse escuchar, para exigirle al
que a algunos incluso les despegan las gobierno: libertad de expresión y que
suelas, los mutilan, los queman, los hu- cualquier zapato levantara su lengüeta

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Universo 9 de la UNAM

y expresara lo que no le parecía de este


gobierno. El joven calzado llevó la lucha
a las calles, ahí donde el gobierno menos
se lo esperaba e hicieron del espacio pú-
blico un lugar de rebeldía.
Ahí, en las calles, los zapatos apren-
dieron a caminar, aprendieron sobre el
andar de los zapatos para transitar por
los caminos más difíciles. Aprendieron,
cuentan ellos mismos, que un zapato
es la suma de dos lados que parecen
opuestos. Un zapato es izquierdo y de-
recho, y sólo si están juntos y se respe-
tan unos a otros pueden caminar, pueden
dar un paso; porque mientras uno avan-
za, el otro sostiene su peso, y mientras el
otro sostiene su peso, el otro avanza. En
cambio las botas de los militares y po-
licías, los zapatos brillosos y corruptos
de los poderosos, se preocupan más por
aplastar o lucir limpios que por caminar. los niños que ya formaban parte de ese
Discriminan a los demás y ahí, inmóviles movimiento. Nadie se esperaba que el
con su voz autoritaria y llena de dema- ejército disparara contra ellos, que asesi-
gogia, dicen que ellos nunca tropiezan; naran a tantos y tantos zapatos, que los
pero eso es obvio, porque el que aplas- persiguieran por las calles, los sacaran de
ta, no camina, no avanza, no construye los edificios, los golpearan, humillaran,
un andar, al contrario, nos deja inmóviles asesinaran y los desaparecieran. Aquel 2
al borde del camino. Así los zapatos de de octubre llovió y ni siquiera el agua del
los gobernantes que parecen tan brillo- cielo fue suficiente para limpiar las hue-
sos por fuera en realidad están podridos llas de la masacre. Porque a 50 años del
por dentro, son inservibles para cami- crimen, la memoria de los zapatos sigue
nar, para hacer caminos y sostener nues- siendo más fuerte que el olvido. El 2 de oc-
tros pasos. tubre descubrimos que la lucha sigue,
El andar de los zapatos nos enseñó descubrimos que si tropezamos en nues-
que cualquiera puede construir un ca- tro andar es porque estamos aprendien-
mino, y ese miércoles 2 de octubre de do a caminar, estamos aprendiendo a
1968 los zapatos salieron a la ca- respetar al otro (izquierdo o de-
lle; en la plaza de las tres cul- recho) como otro, para po-
turas se reunieron todo tipo der decir: “nos-otros”. Es
de calzado, desde los hua- decir, para poder andar
raches, que nos recuer- y construir un camino
dan nuestro pasado indí- que nos lleve ¡Hasta la
gena, hasta los tenis de victoria siempre!

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COLEGIO DE FILOSOFÍA

EL 68 sin fin
Alfredo Gurza
Coordinador de Investigación del Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información de Artes Plásticas / INBA.
Filósofo egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

E l movimiento estudiantil de 1968 no


puede comprenderse cabalmente si
se lo circunscribe simplemente a una
rante en México en aquel entonces y su
correspondiente sistema de gestión polí-
tica y social; a los cambios de paradigmas
narración que va de la trifulca en la Ciu- culturales inducidos por la irrupción de
dadela entre alumnos de bachillerato, y los jóvenes en los patrones de la socie-
la subsecuente escalada de protestas, dad de consumo; y a las experiencias de
demandas y represión, hasta el desenla- la Revolución Cubana, el Mayo francés
ce trágico en la Plaza de las Tres Culturas. y la Primavera de Praga, entre otras.
La atrocidad de Tlatelolco es un hito Visto así, el 68 y sus consecuencias
decisivo, pero en justicia hay que abordar contribuyen a esclarecer el complejo de-
el movimiento vinculándolo a las luchas venir político, económico, social, cultural
de los ferrocarrileros, los médicos y los y artístico de nuestro país a lo largo de
mineros, por ejemplo; al agotamiento del los 50 años que median entre el tiem-
modelo de desarrollo económico impe- po de aquellos jóvenes que tomaron las

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Universo 9 de la UNAM

calles de la capital y el nuestro. Esencial mental justicia y dignidad, contribuyen a


resulta recordar su rebelión festiva, su resaltar la miseria infame del grueso de
manera inédita de significar relaciones la “opinión pública”, del “consenso nacio-
sociales nuevas con otros lenguajes y nal”, y a señalar los graves problemas que
otros medios, las solidaridades que sus- supone la difícil transición de la sociedad
citaron y cultivaron, el punto sin retorno civil a la sociedad política, es decir, de la
que trazaron en la lucha por la democra- inercia acrítica y egoísta a la solidaridad
cia, la equidad, la justicia y la libertad, por
encima de la cobardía de los asesinos im-
punes y sus cómplices.
La jubilosa inauguración de los Jue-
gos Olímpicos, apenas unos días después
de la matanza, mientras los padres de las
víctimas padecían lo indecible tratando
de hallar noticias en los ministerios pú-
blicos, los hospitales y la cárcel, resulta
literalmente obscena; como obsceno
es también el silencio de los medios de
comunicación. Las muy contadas excep-
ciones de figuras públicas que se pro-
nunciaron contra el crimen, por ele-

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La jubilosa inauguración de los Juegos
Olímpicos, apenas unos días después de
la matanza, mientras los padres de las
víctimas padecían lo indecible tratando
de hallar noticias en los ministerios
públicos, los hospitales y la cárcel, resulta
literalmente obscena; como obsceno es
también el silencio de los medios có la revista Por qué (la publicación más
de comunicación. tenaz en el acompañamiento solidario
de las luchas sociales en México y Lati-
noamérica de esa época). Esta imagen,
consciente y propositiva de cambios de por su terrible elocuencia, debería bastar
raíz en la sociedad. para poner fin a toda discusión en torno
La dimensión grotesca de todo esto a las mistificaciones del 68.
puede indicarse fácilmente al contrastar Sin embargo, no basta. La memoria
lo dicho por el Presidente del Comité del 68 –como toda la memoria colectiva–
Olímpico Internacional, Avery Brundage, es un territorio en disputa interminable.
a propósito de la Olimpiada Cultural, el El movimiento estudiantil se resignifica
proyecto de difusión cultural y artística como sitio originario –y por lo tanto justi-
que acompañó la justa deportiva: “En la ficador, incluso por la sangre de los már-
historia de los Juegos Olímpicos se re- tires– de proyectos políticos y visiones de
cordará que fue México, un país relativa- nación no sólo diferentes sino opuestos
mente joven, quien abrió el camino a la entre sí. Precisamente porque siendo me-
pureza, belleza y sencillez de las antiguas moria, siendo pasado, sólo puede vivir
Olimpiadas”, con la fotografía del niño ba- como tal en el presente. En lectura teleo-
leado, tendido en la morgue, que publi- lógica, el futuro es la causa del pasado: los
hechos del 68 contenían necesariamente
la semilla del México de hoy y sólo basta
decidir qué cosa sea esto para hallarla en
la evocación de aquellos días.
Así se ensalza hoy, en la lectura do-
minante, como heraldo de la democra-
tización (electoral, vagamente social) de
nuestro país, y para ello se reduce la com-
plejidad contradictoria de las movilizacio-
nes y las demandas, de la composición
social de los contingentes y de las con-
cepciones que aquellos jóvenes tenían
de lo que efectivamente estaban hacien-
do, para dar con una versión purificada,

13
Universo 9 de la UNAM

dad pragmática, se dice con llaneza: “De


aquella masa indescifrable sólo queda hoy
esta secuela. Por tanto, ésa era la buena,
la realizable, y las otras ya no son sino
anecdóticas”.
A estas mistificaciones hay que opo-
ner la necesidad de reflexionar sobre el
68 desde la lacerante realidad del México
actual. El movimiento estudiantil puso en
marcha, por ejemplo, una profunda
transformación de las prácticas artísticas
y culturales. Las exigencias de la lucha,
de la protesta y la movilización, precisa-
ron nuevos modos de significación, de
podada de cuanto no quepa en el libre- organización de los procesos produc-
to decidido. Se anuncia que se trata del tivos en todas las artes, atendiendo a la
“sentido verdadero”del 68, como si tal sen- emergencia de voces subalternas y a su
tido hubiese operado todo el tiempo confluencia con movimientos políticos y
a despecho de la imaginación y la con- sociales advertidos de la riqueza simbóli-
ciencia de quienes tomaron parte en el ca libertaria de la democracia, la diversi-
proceso. dad y la inclusión. Todo esto pone en crisis
El anarquismo, la reflexión sobre to- permanente a los discursos dominan-
das las formas de lucha, incluyendo la vía tes de las artes y la cultura, abriendo nue-
armada, la aspiración de un socialismo vas perspectivas, nuevos problemas y
libertario con el ejemplo del Che (asesi- nuevas formas de abordarlos.
nado en Bolivia un año antes), se minimi- Conmemorar debe ser un ejercicio
zan como excesos, errores atribuibles a la de justicia, para que reconozcamos en
corta edad de los estudiantes o a su ig- nosotros los dones y la herencia, y nos ha-
norancia, y como curiosidades que ade- gamos responsables de nuestra tarea en
rezan el relato con una pizca de nostalgia el proceso sin fin de volcar el pasado en el
por aquellos días en que se podía ser así presente para imaginar un futuro plena-
de ingenuo, etcétera. O con más vulgari- mente humano.

14
COLEGIO DE HISTORIA

Huellas del 68
en México
Edith Vázquez León
Colegio de Historia, plantel 7 “Ezequial A. Chávez”

E n el estudio del pasado nos encon-


tramos con hechos que dejan huellas
irrenunciables o indelebles; retoman el
merecen la pena traer a la memoria en
todo momento, por los significados que
se le han atribuido en relación con la his-
tiempo presente mediante múltiples mi- toria contemporánea del país, por el ima-
radas y nos invitan a recrear sus orígenes ginario colectivo y las representaciones
y contexto, a pensar en los signos de su que persisten, por las deudas pendientes.
magnitud y de la voluntad transformado- Lo que para algunos pudiera parecer
ra –o destructora– de sus protagonistas, un tema trillado, a cincuenta años de su
según sea el caso, o tal vez a merodear en gestación, para otros es un parteaguas
los recovecos que representan las fuen- en la historia de México, un punto de re-
tes primarias, los relatos, la historia oficial, ferencia de los posteriores movimientos
la polémica, los balances. Hay sucesos sociales, un factor que dio paso a trans-
históricos con huellas que más vale no formaciones en el ámbito de la política, la
olvidar. cultura, las humanidades y las artes y, ade-
La lucha estudiantil de 1968 en Méxi- más, a la conformación de una fuente de
co es uno de esos hechos cuyas huellas reflexiones e inspiraciones de las nuevas

15
Universo 9 de la UNAM

Pero también dejaban


ver el país que querían:
un México sin abusos
de poder y sin aparatos
represivos, un país con
democracia, derechos,
libertades y autonomía
política para sus
ciudadanos en general

generaciones, interesadas en hacer fren- la Universidad Nacional Autónoma de


te a los problemas de su actualidad para México (UNAM), era en realidad la expre-
abrirse paso hacia un mejor futuro. De ahí sión de denuncia y reclamo, tal vez de
la importancia de volver a los estudios hartazgo, de una generación de jóvenes
emanados desde los distintos campos del que eran testigos y víctimas del autorita-
saber que acompañan a las exposiciones, rismo presidencial en México y de la he-
las mesas de debate, las conferencias, la gemonía de un partido único en el poder,
radio, el teatro, el cine, el trabajo edito- el cual, robustecido con el corporativis-
rial y otros espacios que renuevan o re- mo y el sindicalismo charro, había aca-
cuperan el conocimiento acerca del 68 llado, a fines de los años cincuenta, las
mexicano. demandas de movimientos independien-
Con esa perspectiva, este escrito pre- tes como los de los maestros y los ferro-
senta apenas una apretada síntesis acerca carrileros, con Othón Salazar y Demetrio
de algunos de los alcances de la lucha es- Vallejo a la cabeza, y otras manifestacio-
tudiantil del 68, para reafirmar sus huellas nes que habían puesto en entredicho el
como parte del pasado que nos constitu- orden establecido. (Cfr. Alegatos: 2008,
ye hasta el presente y, a la vez, extender pp. 287-300)
la invitación a considerar, con mayor sus- Más allá de las fronteras, esos jóvenes
tento y una visión crítica, la importancia también eran testigos de las tensiones de
histórica de un suceso cuyas repercusio- la Guerra Fría, con la guerra de Vietnam
nes y demandas se mantienen hoy en día. en primera fila; el triunfo de la Revolución
En el terreno de los hechos, aquello cubana, en 1959; el asesinato de Ernesto
que parecía de repente el desenlace de Che Guevara, en 1967; el movimiento por
una riña escolar en la Plaza de la Ciuda- los derechos civiles encabezado por Mar-
dela, del 22 y 23 de julio de 1968, entre tin Luther King en Estados Unidos –quien
estudiantes de la Vocacional 2 del Insti- fue asesinado a inicios de 1968–, las ma-
tuto Politécnico Nacional (IPN) y la prepa- nifestaciones masivas del Mayo del 68 en
ratoria “Isaac Ochoterena”, incorporada a Francia; la revolución sexual y la lucha por

16
la liberación femenina de los sesenta, entre otros muchos asuntos.
(Cfr. Alegatos: 2008, 312-320)
El carácter, los ideales y el comportamiento de la lucha estudian-
til del 68 se forjaron en ese contexto y por fin dieron a luz a través de
sus pintas en bardas, carteles, volantes, manifestaciones, discursos,
brigadas y pliego petitorio. En estos y otros medios, los jóvenes estu-
diantes proyectaron la diversidad de sus consignas y de sus inclina-
ciones acerca de la dirección que debían dar a su movimiento, pero
también dejaban ver el país que querían: un México sin abusos de
poder y sin aparatos represivos, un país con democracia, derechos,
libertades y autonomía política para sus ciudadanos en general.
Estudiantes procedentes de la UNAM, el IPN, la Escuela Nacional
de Maestros, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, y otras
entidades educativas, lograron poner al descubierto, entre julio y oc-
tubre de 1968, sin ropaje, la naturaleza represiva, autoritaria e intole-
rante del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, la condición servil de los
medios de comunicación y de la Iglesia, la complicidad y posición
corrompida del Congreso de la Unión, y la sumisión de los aparatos
de poder policiaco y militar.
Acusados por el gobierno de ser apátridas, subversivos, comunis-
tas, infiltrados, enemigos, delincuentes sociales, intransigentes, ma-
nipulables, etc., los jóvenes estudiantes, también lograron el apoyo
de alumnos de escuelas particulares, como la Universidad Iberoame-
ricana, al igual que el de trabajadores electricistas, campesinos,

17
Universo 9 de la UNAM

profesores, padres de familia y claseme- ta del pueblo a los actos de arbitrariedad


dieros, indignados por los agravios, final- de quienes abusan de sus atribuciones
mente sometidos todos por las fuerzas utilizando al Ejército y la policía para atro-
represivas del gobierno, el 2 de octubre pellar los legítimos derechos del pueblo”.
de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas. (CNH: 4 de diciembre de 1968)
En la organización y el liderazgo de la En el Manifiesto también se afirma
lucha estudiantil del 68 en México se hizo que, a pesar de la intransigencia y la into-
evidente la actuación de los jóvenes como lerancia del gobierno, el movimiento ha
sujetos históricos, capaces de cuestionar, arrancado al Estado “algunas demandas
de denunciar, de exigir cambios en bene- y ha abierto nuevas perspectivas en la vi-
ficio de la sociedad. Era ese otro de sus da política del país, marcando nuevas eta-
importantes alcances, una lección para la pas en su desarrollo”, pues ha dado paso a
sociedad en general. la desocupación militar de las escuelas,
El contenido del Manifiesto a la Na- a la liberación de algunos de los compa-
ción 2 de Octubre, publicado a dos meses ñeros de lucha, al reconocimiento de la re-
del crimen de Tlatelolco, reitera las razo- presentatividad del Consejo Nacional de
nes de la lucha y sus demandas, al tiem- Huelga (CNH), así como al debate nacio-
po que esboza ya, desde la perspectiva nal acerca del artículo 145 del Código Pe-
de sus protagonistas, los primeros logros nal, relativo al delito de disolución social,
y una cierta idea de lo que seguiría en el utilizado para reprimir en su momento
futuro: “En adelante, [señala el Manifiesto] cualquier muestra de descontento con-
el gobierno deberá esperar una respues- tra el sistema dominante.

18
Existen, además, otra serie de logros do. Carlos Monsiváis (2008), afirmaba que
que aunque menos concretos son más con el 68 comenzó, en forma multitudina-
importantes para la vida política de ria, la defensa de los derechos humanos.
México. El Movimiento ha abierto en el Para Lorenzo Meyer (2003), el 68, visto co-
país una etapa de discusión, de crítica mo un movimiento radical y efectivo
y de reflexión política revelando las la- contra la legitimidad del orden existente,
cras del sistema, promoviendo así que marcó el inicio de una etapa de trans-
amplios sectores del pueblo, indife- formaciones, “del trágico inicio de la eta-
rentes muchas veces ante los graves pa final del régimen posrevolucionario”,
problemas que afectan a nuestra co- al tiempo que puso al descubierto la fal-
munidad, tomaran conciencia de esos ta de voluntad de la elite gobernante pa-
problemas y estuvieran dispuestos a ra democratizar al país. Raúl Jardón (1998),
luchar por la solución de ellos. Ha de- por su parte, reconoce la lucha como
mostrado que en México es posible un antecedente importante en el movi-
movilizar a grandes sectores del pue- miento de las mujeres, en la defensa de
blo, al margen de los controles oficia- los derechos a la diversidad y a la liber-
les, en manifestaciones y mítines en los tad sexual, etc., aunque también lo con-
que la participación fue resultado de la cibe como un marco de desesperanzas
convicción y no de presiones o recom- que orilló a algunos a enrolarse en la gue-
pensas.(CNH: 4 de diciembre de 1968) rrilla, en las adicciones y en el suicidio.
Resulta igual de interesante la visión
La discusión, la crítica y la reflexión políti- que nos brinda Gilberto Guevara Niebla,
ca a la que se refiere el Manifiesto, conti- uno de los principales líderes del 68, quien,
nuó y continúa proyectándose desde ám- en una entrevista con Iván Pliego More-
bitos y tendencias distintas, incluso en la no (2008), afirma que las banderas de
voz y pluma de sus propios protagonistas lucha del movimiento se reflejan en la
y testigos. En relación con los alcances de democratización del país con la apertu-
la lucha, según el análisis historiográfico ra política evidente en las reformas elec-
de Ahremi Cerón (2008), sustentado en torales, en la liberalización de los medios
algunas de las obras escritas entre 1998 y de comunicación, en el fortalecimien-
2008, este es “el rubro donde existen más to del sindicalismo y en la lucha electoral.
diferencias” y más aún cuando aluden a Asimismo, señala que las mismas bande-
la concientización política de la sociedad ras se proyectaron en la sobrepolitización
y a la supuesta apertura democrática que y radicalización de las escuelas públicas
inició con Luis Echeverría Álvarez, el suce- superiores, en el fanatismo de la izquierda,
sor de Díaz Ordaz. “produciéndose un incuestionable de-
De acuerdo con Sergio Aguayo (2018), rrumbe en la calidad de los servicios
México cambió para bien y para mal a educativos”, además del radicalismo ex-
raíz del 68, pues algunos de sus resulta- tremista y arbitrario del ejército y la policía.
dos incidieron en la democratización del Guevara Niebla, plantea asimismo, al-
país en tanto que otros propiciaron que gunos cambios culturales presentes en la
los mexicanos se acercaran más “a los in- relación entre profesores y alumnos, en el
fiernos del miedo”, a la violencia del Esta- diseño de nuevos planes de estudio, en

19
Universo 9 de la UNAM

la incorporación y estudio de las teorías ca emanada de esa lucha, la cual ha dado


marxistas en las instituciones de educa- rienda suelta a la crítica y la reflexión, la
ción pública superior, en la creación de imaginación y la creatividad a través de
nuevas instituciones educativas como la la poesía, la literatura, el arte, la historia
Universidad Autónoma Metropolitana, y las ciencias sociales, dando un amplio y
el Colegio de Ciencias y Humanidades, el merecido espacio al memorial del 68. El
Colegio de Bachilleres y las universidades balance también es conveniente para
autónomas de Aguascalientes, Nayarit, entender el nuevo ciclo de movimientos
Baja California Sur, entre otras. sociales, el reacomodo de las estructuras
Existen desde luego otras interpreta- del poder, la deuda pendiente de quie-
ciones y supuestos acerca de los alcances nes aún permanecen impunes ante la
del 68, de sus huellas en el presente. matanza de Tlatelolco y, asimismo, re-
Como se ha señalado por los estudiosos conocer la vigencia de las demandas de
del tema, habría que hacer un recuento aquel entonces, puesto que aún sub-
y análisis pormenorizado de lo que se yacen los agravios contra la libertad de
ha planteado al respecto, para entender expresión, la democracia y los derechos
también la pluralidad ideológica y políti- humanos.

Referencias
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miento estudiantil. México: UNAM-Comité 68.
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un programa de radio en línea). Recuperado de https://www.youtube.com/watch?time_conti-
nue=138&v=4-3Dm8gv5AE
• Cerón, A. (septiembre-diciembre de 2012). El movimiento del 68 en México: interpretaciones historio-
gráficas 1998-2008. Andamios, Revista de Integración Social (20), IX, México: Universidad Autónoma de
la Ciudad de México. Recuperado de https://www.uacm.edu.mx/Portals/18/num20/12-articulo2.pdf
• Consejo Nacional de Huelga – CNH. (4 de diciembre de 1968). Manifiesto a la Nación 2 de Octubre. Re-
cuperado de http://dicidenteradio.blogspot.com/2011/09/manifiesto-la-nacion-2-de-octubre.html
• Jardón R. (1998). 1968, el fuego de la esperanza. México: Siglo Veintiuno.
• Meyer, L. (2003). La visión general. Bizberg, I. Y Meyer, L. (coord.) Una historia contemporánea de Méxi-
co. Transformaciones y permanencias. Vol. I. México: Océano.
• Monsiváis, C. (2008). El 68. La tradición de la resistencia. México: Era.
• Pliego Moreno, I. (septiembre-diciembre, 2008). Sobre el 68. Entrevista con Gilberto Guevara Niebla.
Sociológica. Revista del Departamento de Sociología (68), año 23, pp. 197-208. México, Universidad
Autónoma Metropolitana. Recuperado de http://www.sociologicamexico.azc.uam.mx/index.php/
Sociologica/article/view/169/160
• Universidad Autónoma Metropolitana. (septiembre-diciembre de 2008). El 68. Alegatos en línea. (70).
México: Universidad Autónoma Metropolitana -Azcapotzalco/División de Ciencias Sociales y Hu-
manidades. Departamento de Derecho. Recuperado de https://www.azc.uam.mx/publicaciones/
alegatos/inicio.php

20
COLEGIO DE HISTORIA

“En ese callejón sublime de las


«Tres Culturas»”:
Análisis del discurso en el poema “¡Escúchame, pueblo!”
del Teniente Coronel de Caballería, Diplomado del Estado
Mayor, Jesús Ponce de León Rodríguez
Enrique Esqueda Blas
Colegio de Historia, plantel 7 “Ezequial A. Chávez”

E l repertorio de la literatura mexicana


sobre el movimiento estudiantil de
1968 comprende novelas, crónicas, tes-
pueblo!” recuperado de un impreso mi-
litar fechado el mes de octubre de 1968
y de la autoría de Jesús Ponce de León
timonios y poemas. Uno de sus deno- Rodríguez. Para ello empleo el Método
minadores comunes es tratar sobre el de Análisis Estructural de Contenido
ascenso de la conciencia democrática (MAE) poniendo en relación discursos
y los anhelos de libertad, verdad y jus- cívicos y militares, para complejizar las
ticia entre los jóvenes y otros sectores representaciones que tuvieron inte-
sociales, hasta su represión por el esta- grantes de las fuerzas armadas sobre
do (Cabrera, 2018; Huerta, 2018; Monsi- los estudiantes y su protesta.
váis, 2013; Olmedo, 2018; Poniatowska, El MAE responde a una compleja
2013). Por su violencia, los sucesos del teoría sociocultural, que traducida a sus
2 de octubre constituyen un episodio términos mínimos, supone que los in-
incómodo para los historiadores milita- dividuos integran grupos de los cuales
res. Ello explica por qué la participación reciben esquemas que influyen en sus
del ejército ha sido tratada en obras pensamientos y acciones; mismos que
oficiales de manera crítica sólo hasta pueden reconocerse a partir de sím-
fechas recientes, ampliando el campo bolos, con un amplio poder explicativo
“para entender la relación cívico-mili- de los sistemas que refieren. El lengua-
tar” (Benítez, 2014, p. 525). je escrito, pero también las imágenes
En este artículo me propongo aproxi- y los gestos, a través de unidades mí-
mar a los lectores al escrito “¡Escúchame, nimas de sentido, son medios, de los

21
Universo 9 de la UNAM

cuales dependemos los investigadores, pa- sentaron traducciones de obras extran-


ra allegarnos evidencias sobre el mundo jeras y colaboraciones originales elabo-
de las personas, en particular si presta- radas por mexicanos relativos a táctica y
mos atención a los principios de oposi- estrategia, historia, psicología, medicina,
ción y asociación. La justificación de este armamento, ética, moral, legislación y li-
abordaje teórico-metodológico radica en teratura, acompañadas de mapas, tablas,
la premisa de que hay una estructura de gráficas, grabados, pinturas, caricaturas y
pensamiento en distintas culturas basada fotografías.
en binomios y afinidades (Suárez, 2006). El escrito se despliega a lo largo de
seis páginas y si bien es cierto que su
calidad estilística es menor a la de otras
1. La voz del “pueblo” y los obras asequibles en el mismo proyecto
estudiantes editorial, su valor radica en ser una
ventana a la mentalidad del autor y al
Precisar si el poema de Ponce de León se instituto armado. En lo concerniente a
dio a conocer antes o después de los he- Ponce de León, su condición de militar
chos sangrientos de la Plaza de las Tres Cul- Diplomado del Estado Mayor lo hacía
turas resulta complicado y arriesgado. La parte de una elite instruida; de igual for-
caracterización de Tlatelolco como “calle- ma, sabemos que tuvo el grado de te-
jón sublime” se aplica bien a su pasado niente coronel de caballería, pero unos
prehispánico, colonial e independiente, años después figuraría como general
tanto como a acontecimientos inmedia- brigadier (XLIX Legislatura, 30 de abril de
tos que tuvieron lugar durante el mes 1976). Con estos antecedentes procede-
de septiembre de 1968. Por tratarse de mos al análisis de la fuente.
un suceso a inicios de octubre, pero en Una primera distinción a tener en
especial, por los asuntos referidos y su cuenta en el discurso de Ponce de León
tratamiento, mi opinión es que quizá se (1968, 8) es su identificación con el pue-
elaboró antes de la masacre. Éste circuló blo. Bajo esta palabra agrupan a estu-
en la Revista del Ejército, un medio de co- diantes, obreros, peones, campesinos,
municación especializado –de larga tra- ejidatarios, así como a patrones, indus-
dición en la cultura castrense mexicana– triales y banqueros. Debido a que asume
que coadyuvó en la profesionalización un origen humilde, marcado por la priva-
de las fuerzas armadas. En ella se pre- ción, el trabajo extenuante y el hambre,

22
Un hecho aparentemente banal ideología clara (Ponce de León, 1968, 9).
como una riña entre jóvenes de Daban malos pasos. Entonces se alude
a la figura de “fuerzas extrañas” para dar
bachillerato,desencadenó uno de los una explicación a su conducta.
movimientos más significativos de El teniente coronel estaba conven-
protesta del periodo posrevolucionario. cido de que se les había tendido una
trampa desde múltiples flancos, siendo
se presenta como un hermano, patriota engañados, enceguecidos y ensorde-
y una especie de materialización de la cidos. Fueron vistos como falsos defen-
voz colectiva que aspira a ser escucha- sores, libertadores, mesías y salvadores.
da. Su construcción de la muchedum- Asimismo, se les trató de incautos, in-
bre escapa al sesgo típico de asumirla, en genuos, quijotescos, como seres de co-
lo esencial, perteneciente a las clases ba- media o recién despiertos de un “sueño
jas; de modo que tiende a integrarlas con pueril”, sostén de credos caducos y cau-
otras, por lo que puede deducirse, que sas desgastadas y vulgares. Estas opi-
las concibe conviviendo idealmente en niones se reforzaron al infantilizarlos,
armonía. restándoles capacidad de juicio y per-
Pretende expresar un sentimiento cepción correcta de las cosas. Se trataba
legítimo de preocupación por el curso de redentores descritos también como
de las movilizaciones estudiantiles, de “burguesillos”, con predisposición a la
ahí que deba aceptar una subdivisión dictadura; podría decirse, kantianos, he-
entre ellos, que podría caer en los rubros gelianos o marxistas. Tan sobrevalorados
de auténticos e impostores. A los prime- que habían perdido su valor.
ros los revela como “Hijos del gobierno”, Aunque sorprendido por el sentido de
“Hijos del subsidio”, mientras que a los se- unidad entre estudiantes de la UNAM, el
gundos, como rebeldes. Los lleva de su Politécnico, Escuelas y Normales, los des-
subordinación patriarcal al gobierno y califica por dejar de estudiar y los acusa
de su conformidad filial a una transmuta- de tergiversar el sentido de la autono-
ción en “cuervos”. Dice: “Su afán de pres- mía. Ahora los enfoca como elementos
tigio / Su falsa modestia / Su disfraz de llevados por el furor del heroísmo; como
héroes” incentiva el rencor entre genera- causantes del empobrecimiento y es-
ciones y clases. El pacto social se quebra- tancamiento del pueblo (otros los tildarán
ba por sus actuaciones sin fines, razón e de terroristas). Se les acusa de creer inge-
nuamente que castigaban a los ricos, pe-
ro estos estaban lejos de ser afectados
por sus golpes, en cambio, los efectos y
las heridas serían para los pobres, por
quienes se deduce, estaban luchando.
De ahí estamos a un paso de una
conceptualización excesivamente nega-
tiva de ellos como violentos, imprecado-
res y asesinos. Se asienta además una
distinción generacional entre un grupo

23
Universo 9 de la UNAM

constructivo (al que se adscribe el militar) La nueva generación. (Ponce de León,


y otro destructivo (al que pertenecían los 1968, 6-7).
estudiantes) de la institución educativa y
del orden social,. Sin embargo, para és- En la cita anterior se condensan un juicio
tos últimos, el poeta sería parte de un pesimista y catastrofista. La modernidad
segmento de castrados: “De «eunucos» era sinónimo de caos, de deconstrucción
y «cangrejos»”. Quejándose con desdén social que se extendía al ámbito privado
de que: “Quizá nuestro delito fuera / Ha- e íntimo de las personas. Se asumía estar
berles dado tanto / Sin pedirles compen- frente a un grupo perdido producto de
sación”. Además de esta lectura de ingra- la falta de disciplina familiar. Quizá lo
titud, reiteraba la sordera universitaria más dramático sea la aceptación del
y su evasión de la respuesta “Humana y abuso de la fuerza como un medio de
sencilla / De nuestro timonel” (Ponce de control. Se vaticinaban agresiones, por lo
León, 1968, 7). que incitaba a los jóvenes a abandonar
su lucha perdida empleando la alegoría
de ratas en un naufragio.
2. Augurios funestos Ponce de León dijo que la comuni-
dad estudiantil llevada por sus deseos de
Desde su enfoque, los estudiantes dis- gloria, idolatraba e imitaba al Che Gue-
taban de interesarse en resolver el pro- vara y a Hồ Chí Minh olvidándose de la
blema de la pobreza. En cambio, pedían patria y la historia; es más, la desconocía.
la liberación de reos, castigo a las fuer- En específico rememoraba la pérdida del
zas armadas y cambios legislativos. Asun- territorio nacional, en el marco de guerra
tos demasiado viejos que los convertía con los Estados Unidos para sugerir un
en: “Basura y nonadas / Para quienes di- escenario extremo:
cen / Ser intelectuales”. En consecuencia,
constituían un obstáculo, más que una ¿No has visto el ejemplo / En Vietnam y
vanguardia crítica: actores amargados y Corea? / Tú estas (sic) propiciando / Con
sin pericia. tu loca idea / Con tu proceder / Lo que
han propiciado y esperan ansiosos / Los
Creo que ha llegado / El zenit del mundo pueblos gigantes: / Partirte en dos par-
/ En esta decadente / Juventud moder- tes / Dividir la tierra de Anáhuac / De-
na, / Sin nuevas ideas, / Amorfa, asexuada, jando millones de heridos y muertos: /
/ También pervertida… / Pobre juventud ¡México del Norte! / ¡México del Sur!
cansada / Antes de nacer / Eres el re-
flejo en azogue / De nuestro pasado, / Patria escindida entre comunistas y ca-
Eres nuestro error / Eres nuestra culpa pitalistas, pero ya no mexicana, some-
/ Y nuestro pecado. // Pobre juventud tida a un amo extranjero. De ahí que una
/ Que al no educarse en casa / Le rom- de las pocas divisiones ideológicas que
pen los dientes / En cualquier esquina, deje ver sea la de blancos y rojos. Des-
/ Y es tu porvenir… / Reflexiona / Y taca ahí su certeza sobre una conspira-
verás que todavía / Tiene salvación la ción que buscan someter a la nación por
raza, / Haciendo mejor que nosotros / parte de chales (chinos) y bolillos (quizá

24
soviéticos) (Lara, 2002). Por lo tanto, la úni- tural compartido por otros movimientos
ca vía de resolución que se descubría en en Occidente.
el horizonte no era el diálogo abierto y En México, Monsiváis (2013) logró
de frente a la ciudadanía, como exigían captar –con gran similitud a Raymond
los estudiantes, era su regreso a las aulas Aron– la urgente necesidad de descen-
y su subordinación al poder del gobier- tralizar el poder. Un hecho aparentemen-
no. Su poema concluía: te banal como una riña entre jóvenes de
bachillerato entre los días 22 y 23 de ju-
Nosotros debemos / Conservar lo nues- lio de 1968, con la intervención del cuerpo
tro, / Ya que por disputas, / Abuelos de granaderos desencadenó uno de los
perdieron / La otra mitad; ¡¡Por favor movimientos más significativos de pro-
hermanos / Evitad por siempre, / Que testa del periodo posrevolucionario. Co-
fuerzas extrañas / Dividan o manchen mo Domínguez (2015) lo ha destacado,
/ A nuestra heredad!!. (Ponce de León, siguiendo a Monsiváis, hubo un cambio
1968, 9) en la manera de comprender la histo-
ria, en particular, después de la revolu-
ción mexicana, corriente fosilizada por los
3. Relaciones discurso/realidad funcionarios públicos. Se trató de una
lucha de resistencia basada en la razón
Carlos Fuentes (2013) logró observar la y en contra de la opacidad de las autori-
emergencia de un espíritu contestata- dades, su descarada corrupción, corpora-
rio en las revueltas francesas de mayo del tivismo, oficialismo y conservadurismo.
68. La juventud de la posguerra se sentía Fue en el más amplio sentido, una batalla
inconforme con el futuro que el estado porque se respetaran todas las garantías
de bienestar y el capitalismo consumista otorgadas por la Constitución de 1917,
les ofrecían a cambio de la domestica- por avivar un sistema momificado, bu-
ción de sus vidas. Deseaban renovar el rocratizado y vertical para realizarse con
mundo, trastocar la esfera social soca- dignidad, alegría y libertad.
vando viejas estructuras, ideas y formas En las estrofas de Ponce de León
de relación social. Este fue un clima cul- tenemos otra mirada: la del aparato de

25
Universo 9 de la UNAM

poder intranquilo… ansioso. De ahí que creyéndolo realmente, una participación


a los actores de este movimiento se le tra- que más tarde se demostró inexistente
te de sediciosos, amotinados y terroristas (Rodríguez, 2018). No hubo nada como
(Galindo 69) y se justifique su destruc- una intervención secreta de naciones
ción para preservar el statu quo. Cierto, comunistas para desestabilizar el país.
los militares percibieron el quiebre de su Pero el mero hecho de denostar a los es-
institucionalidad jurídica e histórica, del tudiantes negándoles su “verdad” y de
presidencialismo intransigente y cerra- emplear el pasado remoto para proponer
do y la crítica que se hacía a la suprema- situaciones hipotéticas de divisionismo
cía patriarcal y machista. Pero estos eran –por ideologías y sistemas económi-
partes clave de un sistema sacralizado y cos propios de la Guerra Fría– pesaban
fetichizado. Escasas posibilidades de di- y realimentaban la mente nacionalista y
senso cabían en un Estado que se decía patriótica de los soldados frente a sus
revolucionario y generador de desarrollo. opositores. Tal vez, la violencia se pre-
Sirvió para justificar y legitimar la re- sentía, como la tormenta de una relam-
presión, descalificar y deshumanizar a pagueante nube oscura sobre el cielo
los otros, verlos como una amenaza. In- vespertino, casi nocturno, de la Ciudad
cluso se requirió de inventar enemigos de México.
externos a quienes se atribuyó, a veces

Referencias

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toria de los ejércitos mexicanos (pp. 513-540). México, SEDENA, SEP.
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rias sobre el México del 68, (27-56). México, Punto de Lectura.
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Revista Mexicana de Sociología, 68, 1, 49-79.
• XLIX Legislatura (30 de abril de 1976). Diario de los debates, III, 18.

26
COLEGIO DE HISTORIA

Documental cinematográfico
El grito.
Una interpretación
Ángel Saltillo Moreno
Colegio de Historia

L as imágenes y sonidos de El grito


presentan un discurso por sí mismas.
Su importancia posiblemente radique
abre la puerta para analizar el conflicto
desde sus motivaciones y repercusiones
o efectos. Además, puede verse desde
en el hecho de ser uno de los primeros y distintas perspectivas: nacionales, políti-
más completos testimonios gráficos rela- cas, económicas, sociales, culturales, ideo-
tivos al conflicto estudiantil de 1968 en lógicas, etc. Este documento fílmico, al
México. Se da en un momento en que igual que las fuentes o testimonios escri-
los testimonios de cualquier tipo sobre el tos, también nos puede conducir al aná-
conflicto, incluyendo las fuentes escritas, lisis y la reflexión.
eran muy escasas, prácticamente nulas. Aunque es evidente que el empeño
La represión del Estado no permitía la di- del autor es mantener la objetividad en
fusión de información, todo lo contrario, todo momento, también muestra entre
se tendía a ocultarla y destruirla. líneas sus puntos de vista. Así, el docu-
Si bien El grito se limita a la narración mental en ningún momento deja de
de los meses de marchas y manifestacio- registrar la realidad, de la misma forma
nes que contemplaron las acciones del que muestra lo que buscaba transmitir
Consejo Nacional de Huelga (CNH), es su director. El grito abre la puerta a la in-
importante señalar que este documento terpretación desde su título: se trata de

27
Universo 9 de la UNAM

un iconotexto emblemático, que nos señala desde


el inicio, el sentido de una protesta, de una denun-
cia, de una vociferación. Es el grito de denuncia,
y al mismo tiempo el medio para dar a conocer las
acciones represoras del estado mexicano hacia el
movimiento estudiantil.
La cámara constantemente enfoca a la gente,
principalmente a los rostros, captando expresio-
nes faciales y corporales. Éstas denotan preocupa-
ción, dolor, desesperanza, violencia, miedo, pero
también ánimo de lucha, de anhelos de cambio:
“la cámara revela el comportamiento real de la
gente, la delata mucho más de lo que ha supues-
to. Descubre secretos, descubre la otra cara de la
sociedad”. (Ibars, 2006)
A lo largo de mítines y marchas, la cámara cap-
tura los rostros de los contingentes y de las perso-
nas no involucradas directamente en el conflicto,
pero que muestran su apoyo al movimiento, se
captura la empatía de la ciudadanía hacía las mo-
vilizaciones estudiantiles. Esta lectura es impor-
tante, pues deja ver un doble alcance de este fe-
nómeno social. Por una parte, el conflicto entre

28
estudiantes y el Estado (el pensamiento y sociales, no sólo a nivel local (Ciudad de
liberal estudiantil respondiendo al auto- México), sino también a nivel nacional.
ritarismo del Estado mexicano), por otra, Podemos plantear que la intención de
una óptica más grande del problema: el este documental más que buscar plasmar
conflicto político entre el gobierno y gru- una realidad contundente ante la lente,
pos de ciudadanos buscando ser escu- es interpretar, pensar los acontecimien-
chados e intentando que el gobierno tos más allá de las imágenes y sonidos,
cumpla la ley. ir más allá del tiempo y espacio narrados.
Así, El grito va más allá del movimien- Es un análisis cíclico: partir de lo general
to estudiantil de 1968 en México y de para ir a lo particular y regresar a lo ge-
la descripción gráfica y sonora de tres neral; es intentar construir una narración
meses de marchas y manifestaciones. Es sustentada en testimonios objetivos, en
un análisis y una denuncia de la represión argumentos. No es una ficción, sino que
por parte del gobierno hacia distintos se trata de una línea argumentativa para
sectores de la sociedad mexicana. Una crí- permitir la reflexión y el análisis.
tica al modelo económico vigente, a la Ante todo, El grito denuncia en imáge-
concentración del poder político, econó- nes el poder represor del Estado, del go-
mico y social en unos cuantos grupos, y a bierno de Gustavo Díaz Ordaz. Muestra
la creciente depauperización y desigual- con claridad las formas que había encon-
dad de la sociedad mexicana, así como a trado el Estado mexicano de legitimar
la creciente pérdida de libertades. el poder para dejar claro, a través de la
En general, se trata de mostrar cómo represión policiaca y militar hacia el mo-
este movimiento social cuestionaba y tras- vimiento estudiantil, que seguía vigente
tocaba estructuras económicas, políticas el gobierno autoritario, La aceptación del

29
Universo 9 de la UNAM

pliego petitorio hubiera significado una blo. A lo largo del documental este es el
derrota para el gobierno, le hubiera res- elemento principal. Parecería que López
tado poder a su autoritarismo. Arretche y su equipo de trabajo, no que-
Leobardo López Arretche (director) rían que se perdiera de vista la violencia;
articula todos los aspectos del documen- querían que se fijara en generaciones
tal, con un hilo conductor: la violencia del presentes y futuras el rechazo y la conde-
Estado mexicano ejercida sobre el pue- na a ese tipo de acciones.

Referencias:
• Ibars Fernández, Ricardo. (2006) La Historia y el cine, Universidad de Zaragoza, Clío, núm. 32, 2006. Vid:
http://clio.rediris.es/n32/historiaycine/historiaycine.htm

Ficha técnica:
• Rovirosa, José (productor). López, Arretche. Leobardo (director). (1968). El grito [Documental]. Méxi-
co. Universidad Nacional Autónoma de México. Centro Universitario de Estudios Cinematográficos.

30
COLEGIO DE CIENCIAS SOCIALES

50 Años del movimiento


estudiantil de 1968:
paradojas, contexto amplio y el 2018

Sergio Aguilar Méndez
Colegio de Ciencias Sociales

P artamos de una premisa fundamen-


tal: por la trascendencia que para Mé-
xico representó el movimiento estudian-
paradojas que se desprendieron de ese
contexto amplio y cómo se entrelazó con
el M68, con sus posibles consecuencias
til de 1968 (en adelante llamado el M68), hasta el día de hoy.
aunado al trágico desenlace que acon-
teció el dos de octubre de aquel año,
nunca será demasiado reflexionar sobre La promesa que ya no podía esperar
el propio movimiento. Sin embargo, a
pesar de que estamos convencidos que Una primera paradoja deriva de recordar
siempre será saludable retornar una y que durante la década de los años sesen-
otra vez a lo que se gestó y heredó en el ta del siglo XX, en nuestro país se vivía lo
M68, también es cierto que con frecuen- que se llamó “Desarrollo Estabilizador”,
cia las evocaciones se concentran en como continuación de la estrategia por
los funestos hechos del dos de octubre, alcanzar la industrialización de México.
y se descuidan un poco todos los ante- Pero no sólo era una continuación del pro-
cedentes que fueron importantes para yecto modernizador, sino que era visto
la construcción del movimiento en sí. Y por la visión oficial como un momen-
por lo tanto, es todavía más común que to cúspide de los éxitos económicos
se deje en segundo plano el contexto alcanzados por los gobiernos posrevo-
socioeconómico en el que se desenvol- lucionarios. Y en efecto, si nos remitimos
vió el M68. Precisamente, esto es lo que estrictamente al terreno económico, las ci-
pretendemos en el artículo, ponderar las fras de los años sesenta refieren que el

31
Universo 9 de la UNAM

Producto Interno Bruto (PIB) crecía a una Aquí está el núcleo de la paradoja:
tasa promedio de 6%, el aumento de los durante el proceso de industrialización,
precios era relativamente bajo, el tipo de el gobierno enviaba veladamente a la
cambio mostraba estabilidad con aque- población el mensaje de que todos los
lla paridad histórica de 12.50 pesos por esfuerzos estaban concentrados, por el
un dólar; los salarios reales mejoraban, momento, en ir logrando avances en
lo que se traducía en una recuperación el ámbito económico, y que cuando este
de los ingresos en la población. El em- objetivo se alcanzara plenamente, en-
pleo parecía mantener un ritmo de creci- tonces se atendería el aspecto políti-
miento adecuado para las tasas de cre- co, el de las libertades, pero que, por el
cimiento de la población, y en específico momento, no se podían tener los dos
sucedía lo siguiente: “…me refiero sólo a aspectos, había que esperar, sin embar-
la evolución del empleo no agrícola que, go, la promesa estaba hecha. Pero resul-
además, desde el punto de vista de la ta que en los años sesenta tal promesa ya
población estudiantil (preparatorianos no basta, ya no alcanza. Los estudiantes,
y universitarios) que estallaron el movi- los jóvenes, como punta de lanza de la
miento estudiantil (M68), es el más per- sociedad exigen, que es hora de abordar
tinente. […] Podemos concluir que el los temas concernientes a los derechos
empleo no agrícola en el medio urbano cívico-políticos y a la transformación del
(en sentido amplio) habría crecido con sistema político mexicano.
suficiencia […] y que no habría en el Esto explica cómo es que desde la
periodo 1960-1970 tendencias al creci- década anterior, la de los años cincuen-
miento del desempleo urbano.” (Boltvi- ta, ya se empezaron a presentar movi-
nik, 2018, p. 28). mientos de protesta en diversos sectores
Toda esta cantidad de datos econó- de la sociedad que llegarían a un punto
micos, y más, son los que generan en cumbre con el M68. Pero, obviamente, el
el gobierno la cerrada idea de que los gobierno no estaba dispuesto a renun-
Juegos Olímpicos de 1968, concedidos a ciar a su esquema de dominio bajo el pre-
nuestro país, es una especie de premio, texto de los logros económicos y quería
de reconocimiento a los logros económi- mantener esta receta: “La fórmula Estado
cos del llamado “Milagro Mexicano”; es un fuerte y sociedad civil profundamente dé-
aval de que el sistema funciona bien y no bil (herencia ancestral de nuestra organi-
hay motivo para realizar cambios sustan- zación social y política, y reforzada por la
ciales. Revolución…).” (Zermeño, 2011, p. 89).

32
Así era, la fragilidad de la sociedad fomentando un crecimiento sustantivo
mexicana, en cuanto a iniciativas o res- de la clase media. Las instituciones que
puestas organizadas frente a las acciones se fueron creando como consecuencia
gubernamentales, casi no posibilitaba de la Revolución Mexicana y su institu-
la existencia de espacios de protestas o cionalización, sumado a la creciente ma-
exigencias. El gobierno, y su forma de es- sificación de la educación pública y los
tructurar el control social, dejaban már- requerimientos que la transformación
genes reducidos para una auténtica e económica iba imponiendo, se convir-
independiente manifestación de las in- tieron en promotores directos del asenta-
quietudes sociales. El respetado analista miento de una clase media con demandas
Sergio Aguayo, lo resume muy bien en su y visiones propias sobre la conducción del
reciente libro sobre el M68: “México era país. Hay que decir que es una clase media
un país rigurosamente controlado. Quie- todavía con notorias limitantes de opor-
nes deseábamos participar en la vida tunidades. Es más, recordemos que en
pública teníamos que hacerlo en algu- 1954 se inaugura Ciudad Universitaria
na institución dirigida por el gobierno, como producto, entre otros factores, del
sumarnos a los escasos partidos y movi- aumento de la matrícula universitaria
mientos independientes o atrincherarnos que a su vez se vincula con las crecientes
en la autonomía de grupos marginales.” aspiraciones de la clase media; y cator-
(Aguayo, 2018, p. 24). ce años después estallaría el M68. Pues
bien, básicamente es esa clase media,
encarnada en los estudiantes, la que pide
Los niños y la clase media, ya apertura, espacios de expresión y ver-
crecieron dadera democracia. A estos reclamos se
fueron sumando otros grupos sociales,
Pero resultó que al inte- pues eran anhelos ge-
rior del mencionado pro- nerales de la sociedad me-
yecto industrializador de xicana, lo que permitió
nuestro país se fue ges- darle mayor legitimidad
tando otra paradoja: el al movimiento sin que
Estado mexicano y el mo- éste perdiera su perfil
delo económico fueron principal: un movimiento

33
Universo 9 de la UNAM

estudiantil. Esto queda bien expresado en de “Democracia, primera llamada. El mo-


lo siguiente: “¿Qué quería el sector pro- vimiento estudiantil de 1968”. Con este
fesionista, de dónde surge el malestar título, queda perfectamente asentada la
que lo llevó a engrosar las filas del mo- convicción, que es unánime, de que el
vimiento, a vigorizar su organización y, M68 fue esencialmente un movimiento
quiérase o no, a apartar la idea, sobre que pugnaba por libertades democráti-
todo frente a ciertos sectores medios cas y que por la importancia y trascen-
de la población, de que se trataba de dencia histórica del propio movimiento
simples problemas generacionales, sin duda hay que considerarlo la gran
de ‘meras muchachadas’?” (Zermeño, primera llamada en busca de la anhelada
2011, p. 56). democracia.
Lamentablemente, el gobierno no Ahora, con las elecciones de 2018
creyó que fueran “simples muchacha- y su contundente resultado, se abre la
das”, ni tampoco reconoció que llegaba puerta para discutir con seriedad si esta-
el momento de abrir el sistema ante las mos atestiguando la tercera llamada de la
peticiones de la sociedad. Por el contra- democracia, la verdadera, la definitiva,
rio, el autoritarismo tradicional siguió la que faltaba, la que cumple varias de-
alimentándose de la premisa conve- mandas encarnadas en el M68. Ésta es
nenciera: atender primero el aspecto una cuestión que sólo el tiempo podrá
económico, y con el tiempo se empe- ir clarificando, pero por momentos pa-
zaría a contemplar el aspecto político; reciera que con esta transición guberna-
pero mientras eso llega, el autoritaris- mental estuviera culminando un largo y
mo era la vía de conducción política fundamental ciclo de aspiraciones liber-
para el país. Por lo tanto, el gobierno tarias y democráticas que iniciaron en
optó por la explicación de la conju- 1968, y que ahora pasarían a otro mo-
ra y la manipulación: “Con los juegos, mento de posible escucha, atención y
Díaz Ordaz insiste, México alcanza su cumplimiento.
mayoría de edad a los ojos del mundo
civilizado, ingresa al concierto de las
naciones. Y por eso la subversión que-
rrá boicotearlos, aprovechándose de
ellos, golpear en el corazón de la nueva
madurez mexicana.” (Monsiváis, 2010,
p. 19).

Democracia, ¿tercera llamada?


Esta frase que elegimos, “Democracia,
¿tercera llamada?”, hace alusión a un li-
bro de Carlos Monsiváis (apuntado en las
referencias al final de este texto) que
lleva el acertado y provocador título

34
Si es que esta premisa se acepta, de absoluto a las libertades y derechos cívi-
que tal vez estamos frente a la tercera cos y políticos.
llamada de la democracia, entonces Incluso, si llegase a cumplirse este
contemplaríamos una paradoja más: en anhelo colectivo, nunca habrá que dejar
2018, en el momento histórico en que en el olvido al M68; siempre habrá que
se han ejercido y respetado a cabalidad los regresar una y otra vez a él con miradas re-
derechos electorales y de expresión, re- novadas y con análisis comparativos.
sulta que la situación económica del país Bien lo dijo Monsiváis: “Hay un 68 por
se encuentra en entredicho, con tasas de descubrir, lejos de los manifiestos y de las
crecimiento bajas, con cifras apabullan- posiciones críticas; un 68 de estricta resis-
tes de pobreza, con una fuerte concen- tencia política, del ‘Ya basta’ organizado
tración del ingreso, con desempleo y un por nadie y por todos al mismo tiempo.”
amplio etcétera. He aquí el enorme reto (Monsiváis, 2010, p. 154).
que enfrenta el país, el de lograr alcanzar Y así es, todos debemos valorar las
y conciliar una realidad económica favo- aportaciones que nos legó el M68 a cin-
rable para la población, con el respeto cuenta años de su aparición.

Referencias
• Aguayo, Sergio. (2018). El 68. Los estudiantes, el presidente y la CIA. México: ediciones Proceso.
• Boltvinik, Julio. (10 de agosto, 2018). “Economía moral. Recordar el 68. Época de crecimiento del
empleo y de los salarios reales”, en La Jornada, p. 28. México.
• Monsiváis, Carlos. (2010). Democracia, primera llamada. El movimiento estudiantil de 1968. México: Go-
bierno del Estado de Colima, Editorial “E” y CONACULTA.
• Zermeño, Sergio. (2011). México: una democracia utópica. El movimiento estudiantil del 68”. México:
Editorial Siglo XXI.

35
COLEGIO DE DIBUJO
Universo 9 de la UNAM

Impacto del “México 68”


en las artes plásticas
Isabel Mortera Gutiérrez
Colegio de Dibujo

E l año de 1968 fue de


trascendencia histórica a
nivel mundial, dejó una marca en
en la cultura postmoderna.
El mundo cambiaba y
los jóvenes empezaban a sentir
la cultura, en la sociedad y en el mundo la decepción por los meta-relatos de la
político. Conocido por los movimientos modernidad: del capitalismo y del socia-
de la juventud, la cual se inconformó ante lismo, así como de la forma de vida con-
los sistemas tradicionales de la época, las servadora de la sociedad que no había
normas y reglas imperantes de las gene- logrado su promesa de un mundo de
raciones que les antecedían. En varios prosperidad y armonía para todos. “Ni
países estallaron movimientos sociales, en Berkeley ni en Tokio ni en Roma ni en
los cuales, a pesar de tener diversos ob- Berlín ni en París ni en Varsovia ni en Mé-
jetivos y de lograr diferentes resultados, xico, por citar los principales escenarios
tenían algo en común: la urgencia por de aquella movida, estuvo en juego el
transformar el autoritarismo y la inmovi- poder político ni su ocupación entraba
lidad establecidos. Sin embargo, aunque realmente en las expectativas de quie-
no se notó el éxito inmediato de las in- nes llenaban las calles con sus protestas.
surrecciones, su impacto, denominado La única excepción fue Praga, que pre-
“el espíritu del 68”, suele considerarse tendía reformar el inmovilista socialismo
mucho más importante que su fracaso soviético, pero no se trataba de un pro-
relativo. De ello son muestra los cambios, yecto revolucionario sino de un proceso
entre otros, en la producción intelectual de cambio desde el poder”. (Ramoneda,
y en las artes que han venido a culminar J. 2008).

36
La actividad estudiantil en México durante 1968, se ini-
ció en el mes de julio y concluyó con el retiro de la manifes-
tación de los estudiantes del 13 de diciembre, tras el acecho
del ejército, en la avenida Insurgentes y en las cercanías de
la Universidad Nacional Autónoma de México y del Institu-
to Politécnico Nacional. El momento más crítico fue, como En varios países
sabemos, la matanza perpetrada el 2 de octubre por el ejér- estallaron
cito a las órdenes de un gobierno tenso y autoritario, con el movimientos sociales,
fin de reprimir un movimiento social que se extendía cada
los cuales, a pesar
vez más y que se estaba convirtiendo en un riesgo para la
inminente realización de los Juegos Olímpicos de los que el de tener diversos
país sería sede. objetivos y de lograr
Durante este período de agitación y en el ambiente del diferentes resultados,
68, se generaron alternativas para mostrar la inconformidad
tenían algo en
estudiantil que utilizaron canales de distribución no comer-
ciales tales como fanzines, revistas, posters y “grafitis” que se común: la urgencia
convirtieron en vehículos de expresión individual y grupal. por transformar
Después de los acontecimientos de este año las artes el autoritarismo
plásticas no volvieron a ser las mismas. Se puede señalar
y la inmovilidad
que todavía a finales de los años cincuenta las Instituciones
oficiales en México no aceptaban el arte abstracto y otras establecidos

37
Universo 9 de la UNAM

arte abstracto y a las nuevas tendencias


del arte figurativo.
A partir de los años 60 las nuevas
corrientes del arte, tales como el abs-
traccionismo, la nueva figuración, el nue-
vo expresionismo de crítica social, la
aplicación de nuevos materiales y otras
manifestaciones del arte internacional,
aplicadas con el criterio de los artistas
mexicanos, fueron desarrollándose y ga-
nando terreno y suplantando a la co-
rriente del arte anterior de la Escuela
Mexicana de Pintura; baste citar a este
respecto que en 1966, en la exposición
“Confrontación 66” auspiciada por el INBA,
participaron todas las nuevas tendencias
excepto obras de la Escuela Mexicana
de Pintura. Aunque las notas y fotogra-
fías periodísticas eran sarcásticas con los
artistas y estaban llenas de comentarios
burlones, lo cierto es que esta apertura
nuevas tendencias. El arte reconocido realmente no fue una ruptura radical con
y enviado principalmente a las exposi- la tradición, sino una secuencia del desa-
ciones y bienales era el derivado de la rrollo del arte, con características mexi-
Escuela Mexicana de Pintura. Fue hasta canas muy propias, diferentes a las de
inicios de los años 60 cuando empieza a otros países. Éste es el clima artístico en
cambiar la postura oficial de las entida- México cuando llega el 68. En este año el
des de cultura y comienza a valorarse al Salón de la plástica Mexicana monta una

En México durante, el
movimiento del 68, se
desarrolló la gráfica
de protesta a través de
carteles, mantas y posters
que se pegaban en lugares
públicos

38
e izquierdas populistas, centros y ultrade-
rechas cristianos, están hambrientas de for-
mas artísticas, políticas y sociales que den a
la actividad individual y social un sentido
y un orden, algo que mantenga la cohe-
sión comunitaria y le sirvan de desahogo.
Vale decir que el arte conceptual se de-
sarrolló fundamentalmente desde fina-
les de la década de los sesenta hasta
inicios de los ochenta del siglo XX. Los
orígenes se encuentran en la obra de
Marcel Duchamp, artista que afirmaba
que el concepto era más importante que
el objeto artístico.
En las manifestaciones artísticas del
movimiento estudiantil del 68, participa-
ron brigadas gráficas, tanto de la Acade-
mia de San Carlos, como de La Esmeralda,
del Politécnico Nacional y del Taller 26 de
julio, tanto con jóvenes artistas como
exposición en la cual las obras no mostra- con maestros que habían estado en el
ban el conflicto social; por ello, algunos Taller de la Gráfica Popular. Algunos de
artistas voltearon sus obras para convertir esos artistas crearon posteriormente en
el revés en cartel de protesta, como de- los años setenta el colectivo “Mira” (Sierra,
mostración de solidaridad con el grupo 2018), ya que en el movimiento del 68, se
estudiantil del 68. dieron las bases para que, posteriormen-
En México, durante el movimiento te, en los años setenta, surgieran diversas
del 68, se desarrolló la gráfica de protesta corrientes que se caracterizaron por su
a través de carteles, mantas y posters que interés en una producción artística alter-
se pegaban en lugares públicos; así como nativa que trató de concientizar, a través
a través del grabado, la serigrafía y la fo- de las imágenes, a toda una población
tografía. Estas obras tenían como fina- marginada, sacando al arte de sus espa-
lidad la protesta y la crítica política, con cios tradicionales y llevándolo a la calle
frases de repudio. Fue un proceso dinámi- para que fuera accesible a ese público.
co que hacía converger el concepto del De igual modo, intentaron llamar la aten-
arte con el activismo político y la partici- ción sobre problemas políticos y sociales,
pación del público. proporcionando una visión interactiva,
Todo ello dio pie también a la creación imaginativa y relevante en amplios sec-
y difusión de otras manifestaciones artís- tores de la sociedad.
ticas como el Happening y el Performance, Otras exposiciones artísticas impor-
las cuales han tenido una buena recep- tantes durante el 68 mostraron este am-
ción por el público ya que las sociedades biente de protesta e inconformidad que
latinoamericanas, divididas entre derechas caracterizaron al arte de los años 60. Por

39
Universo 9 de la UNAM

En el ambiente del
68, se generaron
alternativas
para mostrar la
inconformidad
estudiantil que
utilizaron canales
de distribución no
comerciales

ejemplo, el Salón Solar auspiciado por el INBA en la ciudad


de México. Durante la exposición algunos de los artistas
participantes protestaron por la selección, la división de
las salas y los premios, de manera que retiraron sus obras.
Esto originó la creación del Salón Independiente, formado
por los artistas disidentes. La exposición del Primer Salón In-
dependiente, que se realizó ese mismo año en el Centro
Isidro Fabela de San Ángel, se caracterizó tanto por la liber-
tad expresiva como en el renovado uso de materiales. Su
propósito era oponerse a las exposiciones oficiales y a la
falta de oportunidades, lo cual tuvo como resultado que el
Estado apoyara la disidencia y construyera espacios para

40
que expusieran. Todo esto desató un nuevo desarrollo en
la expresión artística en México más libre y de mayor acep-
tación.
Por último, vale la pena decir que con motivo de los
Juegos Olímpicos, la escultura también tuvo un espacio de
expresión en la Ruta de la Amistad: proyecto de escultura
abstracta monumental que se llevó a cabo en 1968 en el
contexto de la llamada Olimpiada Cultural. Las obras se ex-
tendieron por un espacio de 17 kilómetros con 19 escultu-
ras sobre el Periférico Sur y contó con la participación de
prestigiados escultores mexicanos y extranjeros (Edificios
de México, 2014). La recepción pública y la crítica fueron
muy favorables.

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41
VOX DISCIPULI
Universo 9 de la UNAM

Los herederos
Lydia Leija y Rodrigo Ortega
Exalumnos del plantel 9
“Pedro de Alba”

L ydia Leija y Rodrigo Ortega realiza-


ron el documental ¿Quién? ¿Quié-
nes? Nadie. Voces del 68, con la produc-
en el Movimiento Estudiantil de 1968 lo
ha llevado por casi medio siglo a sondear
los nobles pero retorcidos caminos de la
ción de José Fernando Montes de Oca educación en México. Sonríe tan genui-
y arte de Éricka Giovanna, en el que namente que resulta difícil creer que ese
abordan el Movimiento Estudiantil hombre (el hombre que vivió para con-
desde una perspectiva humana, es de- tarla) sea capaz de mentir o que albergue
cir, con la intención de recuperar las dentro de sí algún tipo de resentimiento
voces y los testimonios de los parti- o prejuicio. Todo lo contrario.
cipantes antes, durante y después de Rápidamente se pone en pie, nos
Tlatelolco. da la mano y nos ofrece algo de tomar.
Agua o café. Él, curiosamente, pide a su
Desde detrás de su escritorio en el Institu- secretaria un espresso, misma elección
to Nacional para la Evaluación de la Edu- que hace dos días hacía su amigo y anti-
cación, nos recibe amablemente Gilberto guo compañero de lucha Salvador Mar-
Guevara Niebla. Su activa participación tínez della Rocca Pino, quien tuvo la gran

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Mañana será la Marcha del Silencio
que dentro de este extraño remake del 68
conmemorará a la de hace diez lustros y,
aunque todavía no lo sabemos, cientos
de enardecidos estudiantes tomarán el
Museo Nacional de Antropología, forzan-
do sus puertas de cristal al coro de “No
somos porros...”
cortesía de invitarnos a comer después La UNAM (al menos gran parte de ella)
de su respectiva entrevista. ha estado en paro desde el 4 de septiem-
Todo lo hacemos con cierta nostal- bre por los terribles acontecimientos del
gia. Sabemos que ésta es la última en- 3, en que varios estudiantes fueron heri-
trevista que haremos para el trabajo que dos por las manos de la misma juventud.
lleva meses cocinándose. De alguna ma- ¿Quién manda a los porros?
nera, algo del verano que todavía vive en Esta interrogante ha movilizado a la
nosotros morirá hoy. comunidad estudiantil de toda la Ciudad
A las entrevistas les seguirá un arduo de México. El jueves pasado docenas de
proceso de edición, que también hare- politécnicos marcharon a Rectoría acom-
mos nosotros, en el que habrá que sacri- pañando a la manifestación de la UNAM.
ficar pasajes enteros de la vida de otras Una vez más, como hace cincuenta años,
personas para conservar sólo lo que con- la unidad cobija a los estudiantes. Puede
sideremos indispensable o enriquecedor que los medios sean similares, pero los
para comprender el Movimiento Estu- fines y las causas de este nuevo movi-
diantil de 1968 en una hora. miento difieren en mucho de aquellas
La fecha exacta de inicio es poco cla- que se hicieron escuchar en las calles de
ra (comenzamos a entrevistar a principios la olímpica Ciudad de México en 1968.
de junio), pero se podría decir que he- Pero, a pesar de las forzadas similitudes
mos ido trabajando a la par que los hitos que se busca encontrar con el Movi-
del Movimiento han cumplido 50 años. El miento Estudiantil de hace 50 años, las
27 de agosto, cuando se conmemoraba cosas son bastante distintas. Una de las
la marcha más grande del Movimiento, más significativas diferencias es que esta
estrenábamos el previo del documental. vez, el Rector, la figura de autoridad y
Más de cien vistas en una hora. Si los es- supuesta intelectualidad, era quien esta-
tudiantes hubieran tenido hace medio ba siendo atacado. Recordemos que Ba-
siglo la capacidad de convocatoria de la rros Sierra decía en un discurso el 31 de
que internet nos provee hoy día, quién julio de aquel año que “la educación re-
sabe qué tan lejos habrían llegado. quiere de la libertad, la libertad requiere

43
Universo 9 de la UNAM

de la educación” (Martínez Della Roca, Desde 1968, han habido agentes pro-
2010, p. 287). vocadores dentro de los movimientos es-
El problema es educativo. Guevara tudiantiles, nos menciona. Según nos
Niebla lo sabe. Por eso ha dedicado su cuenta, mientras la decepción –incluso
vida a cambiar el aparato de educación podríamos llamarlo enojo– logra hacer-
en el país que una vez intentó cambiar se presente en su voz, dichos agentes
de golpe. El 68 le demostró que no se actuaban en contra del movimiento es-
puede confiar ciegamente en las institu- tudiantil, buscando desprestigiarlo. Es él
ciones, por lo que, todavía dolido, a sus mismo quien añade que eran elementos
más de setenta años, sigue trabajando en del ejército y la policía que actuaban en
la Junta de Gobierno del Instituto Nacio- el Consejo Nacional de Huelga. “El movi-
nal para la Evaluación de la Educación. miento estudiantil era una expresión pa-
Nos cuenta de cuando la juventud cífica, legal, ordenada...”
tomó la calle, de aquel agosto que fuera Septiembre fue la brutal respuesta a
una auténtica fiesta en la capital. Mien- la movilización civico-juvenil. El día pri-
tras se deja ver de nuevo en su rostro mero, el presidente Díaz Ordaz pronun-
aquel joven sonriente que aparece en ciaba en su cuarto informe de gobierno:
una de las fotografías que ilustran La No-
che de Tlatelolco de Elena Poniatowska, No quisiéramos vernos en caso de to-
podemos sentir la emoción que fue suya mar medidas que no deseamos, pero
hace ya cinco décadas. Ruptura y con- que tomaremos si es necesario; lo que
moción son las dos palabras clave con las sea nuestro deber, lo haremos; hasta
que define al movimiento, al menos en donde estemos obligados a llegar, lle-
esta primera parte. Ruptura del orden au- garemos. (Díaz Ordaz, 1968).
toritario y represivo que representaba el
gobierno y una conmoción, un alboroto
de la Ciudad de México. Mientras habla, Estaba sentando las bases de la oleada de
no puede evitar que una sonrisa -grande violencia que terminaría el dos de octu-
y sincera sonrisa- abarque su rostro, sus bre en Tlatelolco, pero cuyo efecto toda-
ojos. “Lo que los estudiantes trajeron fue vía nos azota. Un mes después del infor-
un llamado a la libertad. Lo que pedían me presidencial, la sangre de la multitud
era que cesara la represión.” bañaba la Plaza de las Tres Culturas como

44
en un sacrificio colectivo al dios de la
impunidad, del control, de las apariencias.
¿Cuál es nuestra herencia del 68? ¿Una
marcha anual? ¿Una vieja herida? ¿Un nú-
nero incalculado de víctimas? ¿Un pliego
petitorio sin resolver? ¿Qué es lo que nos
corresponde como juventud para hacer
justicia al sacrificio de los que vinieron
antes que nosotros? Seguramente, re-
petir los pasos del 68 no es una opción.
Hay que mejorar, aprender de los errores
y nunca olvidar.
Gilberto Guevara Niebla permaneció
en Lecumberri el resto del sexenio de
Díaz Ordaz. Al salir, el deseo de cambio
en él era el mismo –acaso mayor– que
cuando ingresó, el 3 de octubre de 1968
en calidad de preso político; los medios
por los que estaba dispuesto a modificar pués de nacer, pero que seguimos car-
el México que tanto ama y tanto le due- gando como amuleto. Quizá sea hora de
le, ya habían evolucionado. Para él, el 68 voltear hacia horizontes distintos y dejar
está muerto, aunque le cueste decirlo, ir al 68, mas no su causa ni su efecto en
pero el proceso social que desencadenó nosotros, como lo hizo y sigue haciendo
está hoy más vigente que nunca. Gilberto Guevara Niebla desde su es-
Quizá sea tiempo de cerrar las llagas critorio en en Instituto Nacional para la
(nunca la memoria). Quizá sea momento Evaluación de la Educación, donde está,
de dejar ir algo que terminó poco des- paulatinamente, cambiando al mundo.

Referencias
• Martínez Della Rocca, Salvador (2010). Centenario de la UNAM: Estado y Universidad Nacional. Cien
años de conciliaciones y rupturas. Ciudad de México, México: Miguel Ángel Porrúa.
• Gustavo Díaz Ordaz. (1968). Cuarto Informe de Gobierno.
• http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/re/RE-ISS-09-06-13.pdf

45
VOX DISCIPULI
Universo 9 de la UNAM

Todo cambia
Jorge Mejía
Grupo 666
ENP9 “Pedro de Alba”

L a primera vez que me enteré de la


existencia del movimiento estudian-
til de 1968, tenía ocho años. Recuerdo
bras, voces, canciones. Como sabemos,
1968 no es algo que solamente haya ocu-
rrido en tierras mexicanas, el “mayo fran-
que sentí horror y pensé que cosas así cés” también existió y no hay que olvidar
no deberían repetirse. Vi documentales, los múltiples movimientos generados
hice preguntas, leí un poco; ahora que antes o después, como ocurrió en Japón.
se cumplen cincuenta años del movi- De aquellos movimientos tenemos al-
miento, tengo la misma visión de horror. gunos frutos y algunas imágenes. Todos
Aquel México nunca volverá, México es estuvieron marcados por la juventud y
otro a partir de aquel día. El dolor y la los ideales. Pensar que culturas y países
muerte parecen manchar esa fecha, ese tan alejados, como Francia y Japón ha-
año, ese lugar. Mi abuela me dijo que al yan poseído las mismas ideas de revolu-
día siguiente había un olor horrible a san- ción parece casi imposible; sin embargo,
gre, pólvora y putrefacción, que las man- fue así, con protestas, marchas, unidad
chas negras de la pared lo decían todo. De y… represión. Esos elementos estuvieron
actos tan horribles uno no puede tener presentes en distintos países; pero creo
cariño, ¿cómo tener nostalgia de aquel que Herbert Marcuse decía algo fantás-
horror? tico sobre esa época: “Seamos realistas…
No recuerdo nada de aquel momen- Pidamos lo imposible”.
to, porque no existía entonces. Lo que No quiero regresar a hablar de la san-
queda, lo que puedo recordar, son pala- gre y de la muerte, sino que busco hablar

46
Hay canciones duras, durísimas, como
un golpe que cae directamente al pe-
cho. Duerme, duerme, negrito, es una de
esas. Nos habla de un niño con hambre y
sueño, a quien se le arrulla con cuentos
y mentiras, pues su madre está trabajan-
do, trabajando y va tosiendo, trabajando
y no le pagan, mientras al niño le prome-
ten unas cuantas frutas, carne de cerdo
y muchas cosas. Óscar Chávez nos pre-
de algo que pudo hacer que existieran senta México 68, donde, a partir de temas
aquellos ideales, y entre todo lo que hay, tradicionales mexicanos, como es La llo-
me refiero a la música. Pues incluso entre rona, algunos corridos y rancheras, hace
las calles y el cemento infértil, se hacen una adaptación para hablar sobre el mo-
grietas donde puede nacer un poco de vimiento. Pero igualmente hay canciones
hierba y una que otra flor. que pueden llenar de alegría y, quizás, es-
En Francia, tras la Segunda Guerra peranza, Macondo puede ser una de las
Mundial se desarrolló algo que se le lla- que reflejan la alegría, cantando, como
mó La chanson française, o simplemente una cumbia, lo que Gabriel García Már-
La chanson. En Latinoamérica y en Espa- quez realizó en el libro Cien años de sole-
ña, con la influencia de La chanson y al- dad; los cantos de esperanza pueden ser
gunos autores como Bob Dylan, se formó demostrados con canciones como Todo
la llamada “Nueva trova”, que rescata y cambia, interpretada por Mercedes Sosa
canta al pueblo, y en la que se habla canción que habla del cambio y de la re-
sobre las injusticias, el amor, la muerte, novación, de que cosas mejores pueden
la paz, etc. La trova, igualmente buscó venir siempre, pero que uno nunca olvida
rescatar a la poesía, cantando poemas de dónde viene. Recordemos esta can-
de autores como Pablo Neruda, Antonio ción cuando dice: “Cambia la planta y
Machado o Francisco de Quevedo. Entre se viste de verde en la primavera, cam-
sus principales exponentes podemos ha- bia el pelaje la fiera, cambia el cabello el
blar de Óscar Chávez, Piero, Paco Ibáñez, anciano, y así como todo cambia, que yo
Violeta Parra, Víctor Jara, Mercedes Sosa, cambie no es extraño”. He aquí lo impor-
Alfredo Zitarrosa, Silvio Rodríguez, Daniel tante, cambiar y lograr ser mejores de
Viglietti, Atahualpa Yupanqui, Pablo Mila- lo que creemos poder ser sin olvidar de
nés, y muchos otros. dónde hemos venido. Pues hace cin-
La imagen de la guitarra y la voz no cuenta años no había un 68, pero, ahora
debe engañar a quien escuche, no toda que lo hay, lo que debemos hacer es re-
su música es contemplativa y amorosa. cordar y pensar en que todo cambia.

47
Universo 9 de la UNAM

Referencia de ilustraciones (por orden de aparición)


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Alfredo Gurza • EL 68 sin fin Lydia Leija y Rodrigo Ortega • Los herederos
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Imagen 3. Cartel en grabado, Adolfo Mexiac, ENPA (MUCA). Aquino, A. y Perezvega, J. (com- 5953d50a440553940e3c2bfe7-1200x600.jpg
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Imagen 4. Cartel en grabado. Adolfo Mexiac y Antonieta Castillo, ENAP (MUCA). Aquino, A. y http://www.elpoderdelapalabra.com.mx/wp-content/uploads/2018/07/68.jpg
Perezvega, J. (compils.) (2008): p. 120 http://fotos.e-veracruz.mx/2-de-octubre-1.jpg
Enrique Esqueda Blas • “En ese callejón sublime de las «Tres http://culto.latercera.com/wp-content/uploads/2018/02/Imagen-Imagen-Mayo-68-2-
Culturas»” 820x600-820x600.jpg
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cu-HyairYi9l_hqQT0DppQCLcBGAs/s1600/acerca_00.79b4f820.jpg guez_2.jpg
https://barriozona.com/wp-content/uploads/2017/06/Estudiantes_sobre_cammión_que- https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRYrFid2uG9jV3UsrYbDmxflapbD-
mado_A68.jpg tkNYo8Cmm0Ew3YCVtZuIHPH
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https://www.thoughtco.com/thmb/UA5V7HBCzBIa0n8Dm9WW7nWN5kY=/768x0/ RO_OCHOA_Y_OSCAR_CHAVEZ.jpg
filters:no_upscale():max_bytes(150000):strip_icc()/HOChiMinh1969CentralPressGet-
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https://cdnmundo1.img.sputniknews.com/images/106994/12/1069941238.jpg
Ángel Saltillo Moreno • Documental cinematográfico El gri-
to. Una interpretación
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Imágenes tomadas del documental El grito https://www.youtube.com/watch?v=zC3PYXklNAg

48
Momentos en nuestra Prepa 9
GANADORES PLANTEL 9
“PEDRO DE ALBA”

La Dirección del plantel felicita a los


alumnos que resultaron ganadores en la
8ª. Olimpiada Universitaria del Cono- • Cruz Pineda Héctor (Oro)
cimiento, así como a sus profesores ase- Asesor(A): Jiménez Villanueva Verónica
sores por este gran logro que es Orgullo • Villarreal Ramírez Arturo (Plata)
Prepa 9.

• Vázquez Hernández Carlos Iván (Oro)


Asesor(A): Vieyra Reboyo Luis A.
• González Covarrubias Luis Emilio (Bronce)
• Pegueros Hernández Diana Sabrina (Plata) Asesor(A): Montes Aguilar José G.
Asesor(A): Sánchez Aguilar Rodolfo Luis • Marcos García José Alfredo (Bronce)
• López Ortega Paulina Lizette (Bronce) Asesor(A): Rodríguez Díaz Raúl
Asesor(A): Martínez Ornelas Mónica • Güemez Muñoz Jennifer Ailyn (M.H.)
Asesor(A): Torres Sandoval José Luis

• Esquivel Cervantes Ricardo (Oro)


Asesor(A): Palafox Dávila Arturo • Tovar Cabrera Rubén Ismael (Oro)
Humberto, López Hernández Fernando Asesor(a): Redondo Legaria Marcos,
Aurelio Carbajal Medina José Antonio
• Garibay Ortiz Saydi Doris (Oro)
Asesor(A): Gallardo Mojica Raquel,
Palafox Dávila Arturo, López Hernández
Fernando
• Dorantes García Jovana (Plata) • Cruz Cano Omar (Plata)
Asesor(A): Palafox Dávila Arturo Asesor(a): Ramírez Sánchez Ernesto

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