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Síndrome Esquizofrénico

Según Betta, abordar el síndrome esquizofrénico, significa encarar el síndrome mas complejo y
heterogéneo de la clínica psiquiátrica. Esto se debe al gran polimorfismo de los síntomas, a tal
punto que en los esquizofrénicos se resume toda la semiología psiquiátrica.

En el año 1806, Kraepelin en Alemania, reúne todos los cuadros clínicos, mas el agregado de la
demencia paranoide, bajo la denominación común de demencia precoz, empleando el término
creado por Morel. Las agrupa en una única entidad, “la demencia precoz”, proceso psíquico
degenerativo intercalado entre las paranoias, las parafrenias y las neurosis. Describe así sus cuatro
formas: simple, hebefrenica , catatónica y paranoide.

En 1911, Bleuler logra conciliar la disparidad de criterios con respecto a las denominaciones
creando el termino esquizofrenia, el cual significa Esquizo: división y frenia: mente o razón
(división de la mente). Bleuler observo en estos enfermos la perdida de los mecanismos normales
que mantienen la unidad psíquica de lo que deriva la incoherencia asociativa y la disgregación del
pensamiento, como si se produjera una verdadera división de la psique. Designa “Esquizofrenia”
al grupo de los dementes precoces, influidos por las ideas de Freud y Jung, sosteniendo que estos
enfermos no son dementes, sino que esta afectados por un proceso de disociación que desintegra
su capacidad “asociativa” alterando así su pensamiento y sumiéndolos en una vida autístico por un
síndrome deficitario (negativo) de disociación, y por un síndrome secundario (positivo) de
producción de ideas, de sentimientos y de actividad delirante.

Se trata de una psicosis crónica que altera profundamente la personalidad, caracterizada por una
transformación progresiva y profunda de la persona, quien cesa de construir su mundo en
comunicación con los demás.

Según Manuel Suárez Richards, Las nociones modernas de la esquizofrenia están basadas en los
trabajos de Kraepelin, que señaló un curso con deterioro a largo plazo del cuadro y en Bleuler, fue
quien enfatizó un grupo de síntomas con dificultades en el pensamiento (laxitud de asociaciones),
afectividad aplanada o incongruente, ambivalencia y tendencia al autismo.

Cuadro clínico.

Ha habido cambios en los paradigmas de los considerados síntomas centrales de la esquizofrenia.


En la década del 70 fueron los síntomas positivos, para la década del 80, los síntomas negativos y
en la del 90 se centralizaron en las alteraciones cognitivas. La asunción del declinamiento
intelectual es evidente desde los primeros escritos realizados sobre este trastorno; por ejemplo, el
termino dementia praecox (Kraepelin E, 1919) implica una declinación cognitiva continua. Rund
(1998) revisó los trabajos de estudios longitudinales y encontró que los déficit cognitivos son
relativamente estables en la esquizofrenia, asemejándose más a una encéfalopatía estática que a
un proceso degenerativo progresivo.
Síntomas positivos

Están representados por severos trastornos del pensamiento, alucinaciones, ideas delirantes, el
comportamiento bizarro, habla desorganizada, pensamiento inferencial y las alteraciones del
pensamiento. Estos síntomas positivos son sensibles a las medicaciones antipiscóticas, por lo que
los pacientes pueden reasumir algunas actividades normales de vida al estar tratados. Las ideas
delirantes pueden ser de persecución, celos, grandeza, pecado, religiosas, somáticas, de
referencia, transmisión del pensamiento, inserción del pensamiento y suspensión del
pensamiento.

Las alucinaciones frecuentemente son auditivas, menos comunes son las alucinaciones visuales,
somáticas, olfatorias y cenestésicas. La mayor parte de las alucinaciones toman la forma de voces
que hablan del o acerca del paciente. Actualmente se considera, desde el punto de vista cognitivo,
que las alucinaciones auditivas están asociadas con el lenguaje interior del paciente. Este lenguaje
interior es usado en la memoria de corto plazo y en varios aspectos para la resolución de
problemas.

Síntomas negativos

Están caracterizados por avolición, anhedonia, alogia y dislogia, pobreza afectiva y lentitud. La
afectividad se encuentra apagada y esto se puede registrar a través de la restricción en la
expresión emocional tanto en la intensidad como en la variedad. El semblante es casi inexpresivo,
los movimientos espontáneos están disminuidos con escases de gestos expresivos, hay escaso
contacto ocular con el interlocutor, falta de inflexión vocal y carencia de respuesta afectiva ante
situaciones emocionales. El aumento de la latencia en las respuestas como la limitación de la
producción del pensamiento y del habla dicen de la alogia en el cuadro. Asimismo, la anhedonia se
encuentra presente a través de la incapacidad para experimentar placer, el escaso interés sexual y
las pocas relaciones con amigos. La abulia es la expresión más notable del trastorno volitivo, con
una clara disminución del inicio de una conducta dirigida hacia objetivos, falta de aseo.

Síntomas de desorganización

El comportamiento, la afectividad y el discurso del paciente están desorganizados. Comienza algo


y continúa con otra actividad; asimismo, está descuidado, desprolijo, el propio hablar es
desorganizado, manifestándose por la difusión del pensamiento (que no sigue un curso) o se
desorganiza aún más, produciendo la disgregación del mismo. Tiene respuestas afectivas
inapropiadas a la situación que está sucediendo, por lo que se disocia las ideas

de los actos, generando un llamativo comportamiento que convoca la atención de sus familiares o
de quienes lo rodean.

Subtipos de esquizofrenia

Son definidos por los síntomas predominantes al momento de la evaluación más reciente y, por lo
tanto, pueden cambiar a lo largo del tiempo:
Tipo paranoide

Es el más frecuentemente observado en la mayor parte del mundo, predominan las alucinaciones,
en especial las auditivas; a veces son ruidos, música, palabras, frases breves o conversaciones, a
veces son suaves y otras severas, lo que causa gran impacto, Algunas veces parecen dar
indicaciones al paciente; otras el paciente cree oír sus propios pensamientos o siente un eco de
ellos. Algunas voces parecen hablar del paciente en tercera persona, otras comentan sus acciones.

Las alucinaciones visuales son menos comunes de verificar y ocurren con frecuencia en otro grupo
de trastornos, como el delirium, los tumores cerebrales, la epilepsia del lóbulo temporal y los
traumatismos craneanos.

Las ideas delirantes persecutorias son frecuentes pero no específicas del cuadro. Menos
frecuentes, pero de gran valor para el diagnóstico son las ideas de referencia, de control y de
posesión del pensamiento. Además, el paciente siente que le insertan pensamientos o le son
quitados de su mente o le hablan dentro de su cabeza. Este tipo, paranoide, es considerado como
el de mejor pronóstico de todos los subtipos

Tipo desorganizado

Prevalecen el habla y la conducta desorganizada, la amortiguación afectiva o inapropiada. Los


pacientes pueden parecer pueriles y necios en su comportamiento. Los síntomas afectivos y el
desorden del pensamiento son prevalentes. Además, las ideas delirantes son comunes y poco
organizadas, como sucede con las alucinaciones. Todo esto provoca un disturbio del
comportamiento importante, que impide muchas veces la posibilidad de convivencia tanto
familiar como social.

Tipo catatónico

La esquizofrenia catatónica llega solo a un 10 % 0 o mucho menos en el diagnostico de


esquizofrenia y aún menos en otras psicosis. Esto se debería a que las modificaciones en los
criterios y los procedimientos diagnósticos en sí mismos serían responsables del sub-diagnóstico
del tipo catatónico (Heijden et al, 2005). Los desórdenes de la actividad motora llamados
catalepsia, los manierismos, la adopción de posturas extrañas y el mutismo son los síntomas que
se relacionan habitualmente con la esquizofrenia catatónica. Aunque no se ha especificado un
criterio de duración. La mayoría de los investigadores que utilizaron escalas de valoración de la
catatonía exigen una duración mínima situada entre unas cuantas horas y 24 horas. A pesar de los
lazos que vinculan históricamente la catatonía con la esquizofrenia, los episodios catatónicos se
relacionan muy a menudo con los trastornos del estado de á ánimo, especialmente la manía.
Además, es una característica de muchas enfermedades médicas generales metabolopatías,
endocrinopatías, infecciones víricas (incluido el VIH), la fiebre tifoidea y las enfermedades
autoinmunes. Asimismo, la exposición a antipsicóticos, los abusos de sustancias ilegales, la
abstinencia a las benzodiacepinas, de fármacos dopaminérgicos y la intoxicación por opiáceos se
acompañan de catatonía. Entre las enfermedades neurológicas relacionadas con la catatonía se
destacan los estados postencefalíticos, el parkinsonismo, las lesiones talámicas y parietales, la
enfermedad del lóbulo frontal y la paresia general (Taylor et al, 2003).

Tipo indiferenciado

Integra una categoría no específica utilizada cuando no predomina ninguno de los rasgos de los
ótros subtipos.

Tipo residual

Hay una ausencia de síntomas positivos predominantes, pero persisten los síntomas negativos,
cono a veces la reaparición de los positivos en forma atenuada. Esta persistencia, durante toda la
vida, de los síntomas negativos como de los cognitivos altera la conducta del esquizofrénico
dificultándole o impidiéndole tener una existencia con calidad de vida adecuada, provocando una
alteración en la integración familiar, social o laboral, quedando la mayor parte de las veces
excluido, pudiendo paliarse esta situación cuando los planes de tratamiento a largo plazo
pudiendo paliarse esta situación cuando los planes de tratamiento a largo plazo incluyen la
recuperación integral y no solo la mera proporción de psicofármacos

Diagnóstico diferencial

La esquizofrenia debe ser diferenciada particularmente de los síndromes orgánicos, de los


desórdenes afectivos y de los trastornos de la personalidad. Entre los jóvenes pacientes el
diagnóstico orgánico más relevante es el inducido por el consumo de drogas y la epilepsia. Entre
los pacientes de mayor edad varias enfermedades cerebrales deben ser excluidas, p.ej., un
síndrome cerebral agudo puede ser confundido con esquizofrenia; lo mismo puede pasar con una
demencia con ideas persecutorias prevalentes. Algunos trastornos cerebrales difusos pueden
parecer un cuadro esquizofrénico en ausencia de un trastorno neurológico. Para excluir estos
trastornos orgánicos hay que tener presente una cuidadosa historia clínica, el estado del examen
mental y un examen físico con particular referencia en las anormalidades neurológicas. Las
observaciones más cuidadosas deben dirigirse a la obnubilación de la conciencia, un importante
déficit mnésico y otros síntomas y signos que no son característicos de la esquizofrenia.

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