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¿QUÉ ES EL ABSCESO HEPÁTICO?

Los abscesos hepáticos de origen bacteriano representan una entidad clínica poco
frecuente. Sin embargo, y a pesar de los avances que permiten un diagnóstico cada vez
más precoz, todavía se asocian con una elevada mortalidad. En general se clasifican en
función del microorganismo que los origina, distinguiéndose entre abscesos hepáticos
bacterianos o piógenos y abscesos amebianos. En Estados Unidos, aproximadamente el
70-80% de los abscesos hepáticos es piógeno (el 5-10% por sobreinfección), el 5-10% es
amebiano y el 10% es de origen fúngico y por otros organismos oportunistas.
El absceso hepático es un proceso focal supurativo, poco habitual, de mortalidad
moderada (2-12 %). Los agentes patógenos responsables pertenecen principalmente a dos
grupos, bacterias y parásitos (Entamoeba histolytica), y dan lugar a dos tipos de abscesos
hepáticos: piógenos y amebianos, respectivamente.

¿CUÁL ES SU FRECUENCIA?

La incidencia del absceso hepático piógeno (AHP) es de 2,3 casos por 105
habitantes/año. Los AHP ocurren sobre todo en diabéticos, pacientes con trasplante de
hígado o tumores malignos, o en situaciones de inmunodepresión. La frecuencia de los
abscesos hepáticos amebianos (AHA) fue de 0,1 casos por 105 habitantes/año en
Guipúzcoa en el año 2009. En los países occidentales, la mayoría de los AHA acontecen
en la población inmigrante y viajeros procedentes de áreas con amebiasis.

¿CÓMO SE PRODUCEN?

El mecanismo patogénico de los AHP es múltiple. Estos pueden estar causados por una
colangitis ascendente debida a enfermedades biliares (abscesos colangíticos), procesos
infecciosos abdominales asociados o no a una trombosis de la vena porta (abscesos
pileflebíticos), bacteriemias secundarias a infecciones a distancia con diseminación
hepática a través de la arteria hepática (abscesos hematógenos), traumatismos no
penetrantes y heridas con infección de hematomas, contacto o extensión directa a partir
de una infección próxima pero distinta de las vías biliares, ingesta accidental de cuerpos
extraños con perforación gastrointestinal, y por procedimientos terapéuticos sobre
lesiones hepáticas malignas. En ocasiones, no existe una causa clara (abscesos
criptogenéticos). Los colangíticos y los criptogenéticos son los más comunes. El AHA se
debe a la colonización del hígado por cepas patógenas de E. histolytica a través de la
circulación portal.

¿QUÉ MANIFESTACIONES CLÍNICAS TIENEN?


Las manifestaciones clínicas dependen de su mecanismo patogénico. La sintomatología
clásica de los AHP consiste en fiebre con escalofríos y dolor en hipocondrio derecho con
o sin hepatomegalia, de aparición subaguda, presente en el 40 % de los pacientes. El dolor
abdominal alto se observa solo en la mitad de los enfermos. La ictericia se asocia a la
existencia de patología biliar concomitante. El AHA se caracteriza por dolor abdominal
(70-100 % de los casos), fiebre (70-100 %) y diarrea con o sin sangre (30-50 %). A veces,
el absceso amebiano cursa sólo con fiebre.

¿CUÁL ES EL GERMEN RESPONSABLE?

La identificación del germen por el cultivo del contenido del absceso, gracias al empleo
de nuevas tecnologías, se hace en más del 90 % de los casos y por hemocultivo, en el 50
%. Más de la mitad de los AHP son polimicrobianos. Los gérmenes responsables se
relacionan con el foco infeccioso inicial. Las enterobacterias, los estreptotocos
microaerófilos y los anaerobios intestinales son los causantes de más del 90 % de los
AHP.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN?

En los pacientes con AHP, los datos de laboratorio (leucocitosis, fosfatasa alcalina y
bilirrubina elevadas) son anodinos y propios de una infección bacteriana sistémica. Los
enfermos con AHA requieren pruebas serológicas (anticuerpos frente a E. histolytica) y
otras, basadas en la reacción en cadena de la polimerasa, que detectan el ADN amebiano.
El diagnóstico de los abscesos hepáticos se establece mediante pruebas de imagen (ECO,
TAC, RM) que permiten visualizar la morfología y topografía de las lesiones, realizar
punción-aspiración para el estudio microbiológico y, también, drenaje percutáneo como
alternativa a la cirugía.

¿CÓMO SE TRATAN?
El tratamiento de elección de los AHP (cobertura antibiótica de instauración temprana
asociada a drenaje percutáneo) proporciona la curación de la mayoría de los pacientes,
con una tasa de complicaciones del 4 al 11 %. La terapia antibiótica se hará de acuerdo
con el foco infeccioso inicial (conocido o supuesto) y los gérmenes habituales
responsables. La colocación de un catéter para drenar el absceso se hace por vía
percutánea, guiada por radiología. El drenaje quirúrgico (cirugía abierta) se lleva a cabo
si fracasa el percutáneo, existen contraindicaciones (trastornos de coagulación, ascitis,
abscesos múltiples de tamaño pequeño y riesgo de dañar una estructura vital),
enfermedades asociadas subsidiarias de cirugía o en los abscesos que muestran ruptura o
hemorragia. El abordaje por vía laparoscópica es una alternativa a la cirugía
convencional. El tratamiento de los AHA consiste en la administración de amebicidas lo
antes posible. El drenaje percutáneo guiado se practica únicamente en los de gran tamaño
(> 8 cm), en los localizados en el lóbulo izquierdo y cuando no hay respuesta al
tratamiento médico o existe fallo hepático concomitante. El drenaje quirúrgico se realiza
si fracasa el percutáneo o surgen complicacione.

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