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Y RELIGIOSO EN LA ARQUITECTURA
CONVENTUAL NOVOHISPANA*
3. Mlrro atrial. vist¿ descle el ángulo exterior sur-¡roniente. con!:cnto franciscirno cle
Hucjotzinqo, Puebla.
9. Portada, convento
de Huaquechula, Puebla.
48 Arquitectura hierosolimitana de la mística mi/icia
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Le oPsrRucclóN DE TEMPLoS
Y oBJETos DE cuI-ro PR¡nIsPÁNlco
Er v¡snNISMo APocALÍPrIco
Asimismo, hay que tener presente que en estas fechas no todos los edifi-
cios de las guardianías y presidencias estaban hechos de cal y canto, sino
que muchos eran paupérrimos y construidos con materiales deleznables
(los llamados pajizos en las crónicas de la época, fig. 1), varios estable-
cimientos no estaban aún terminados ¡ en algunos casos' las iglesias
conventuales no llegaron a construirse durante el siglo xvr, sobre todo
en sirios de clima caliente, donde la capilla abierta y una ramada para
proteger del sol a los fieles era la solución preferida. Esto sucedió en
varios conventos franciscanos de Yucatán, donde la capilla abierta fue
utilizada como la capilla mayor una vez que se construyó la iglesia.
'
-, )ncs, las ceremonias y el arte de que todo ello se reviste paraverifi-
. ., sentido de la historia sagrada. Es de gran importancia dentro de la
-
. ..,qía bíblica y patrística todo aquello que en el Antiguo Testamento
, .-r.ia acontecimientos del Nuevo y que puede ser asociado con realida-
-:. :rruras de carácter escatológico; tómese, por eiemplo, el tabernáculo
::. 12) y el Templo de Salomón como prefiguras de ia Iglesia instituida
, : Cristo, que culminará con su segunda venida o Parusía, en el Juicio
- ::i. donde los elegidos tendrán acceso a la Jerusalén celestial (fr,g23).
La liturgia terrestre es el eco de aquella que se realiza plenamente
:: la Jerusalén celeste, así que la lglesia, en su papel de institución, y
,- edificio temporal, han sido considerados tradicionalmente una pre-
.:-rra de la Jerusalén celestial. Ahora bien, los textos que han tratado
:. problema litúrgico, directa o tangencialmente, y aquellos de carác-
:: puramelrte teológico que influyeron en el desarrollo de esta visión
,.r-rbólica, son muy numerosos en la historia de la lglesia, baste enu-
:ierar el grupo más destacado de teólogos y liturgistas que desde los
.nicios del cristianismo se han ocupado del tema: Cirilo de Jerusalén,
:usebio de Cesarea, san Ambrosio, el pseudo Dionisio, san Gregorio
\ {agno, san Isidoro de Sevilla, san Germán de París, Alcuino, Amalario,
i|ilfrido Estrabón, Bernoldo de Constancia, Ruperto de Deutz, Hono-
:io de Autun, Juan Beleth, Sicardo de Cremona, Inocencio III, Alejan-
Jro de Hales, san Buenaventura, santo Tomás de Aquino y Guillermo
Durando. Guillermo Durando recopiló el conocimiento litúrgico de
la Edad Media, basando gran parte de su simbolismo en las Homilías
:obre la profecia dr Ezequiel, de san Gregorio Magno, y ejerció decidi-
da infuencia sobre los Pontificales de Piccolomini (1496) y Burchard
(1506); este último, según Eisenhofer, fue prescrito para toda la Iglesia
por Clemente VII, en 1596, años después de efectuarse el Concilio de
Trento y de escribir se las Insnucciones de la fribrica y el ajuar eclesiásticos,
de san Carlos Borromeo. Las obras de casi todos ellos fueron conocidas
en la Nueva España, como se puede constatar por medio de los inven-
tarios de las bibliotecas conventuales, y por la bibliografía dela Monar-
quia indian¿ del cronista franciscano fray Juan de Torquemada'
66 Arquitectura hierosolimitana de la mistica milicia
Er co¡n'nwro NovoHIsPANo
COMO LA..FoRTALEZA ESPIRITUAL DE IA IcITsn MILITANTE''