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muy variado y todavía incompleto–, que se extiende desde las conferencias de Friburgo y
luz sobre la génesis histórica y conceptual de Ser y Tiempo. Al interés de los historiadores
inmediatamente tras la publicación de los cursos sobre cristianismo que Heidegger brindó
en Friburgo, en los años 1920 y 1921. Hasta entonces, la literatura crítica sobre la
Luego de ese momento fue posible, por fin, constatar y verificar de primera mano lo que,
en parte, se sabía solo a partir de materiales secundarios, como los textos en los que
alumnos: Karl Löwith, Hans Georg Gadamer y Otto Pöggeler. Si este era el principal
convicción de que la recepción del texto y la posterior literatura crítica no han negado,
sino más bien clarificado y reforzado las hipótesis interpretativas allí contenidas. Las
fenomenología
Desde su tesis doctoral sobre Duns Scoto, el pensamiento de Heidegger apunta a una
lógicas, se esfuerza por superar el enfoque de Husserl. Heidegger utiliza las herramientas
principio, y en todos los años posteriores, el objetivo será el de explotar el potencial del
sus raíces. Se trata, en particular, de articular el acceso al plano originario en que los
orden fenomenológica de “ir a las cosas mismas” conduce a una forma especial de
originario.
marcha en los años veinte pretende salvar el potencial de este método aplicándolo a la
vida en su dimensión concreta e histórica. El saber capaz de intencionar la vida no puede
ser el arte, y mucho menos la ciencia en sus diversas formas (ni las ciencias naturales ni
las nacientes ciencias del espíritu, que habían sido fundadas por la tradición metodológica
desde Dilthey, que a través de una particular interpretación de Ser y tiempo que llegarán a
Gadamer). A los ojos del joven Heidegger, la ciencia representa la modificación o, más
filosofía, entonces, no es como en Husserl un saber que puede devenir en ciencia gracias
mientras que la ciencia no puede hablar de la vida efectiva, y, por lo tanto, no le compete
aquello que define la especificidad del pensamiento filosófico. Una relación positiva entre
los que la misma ciencia hace uso y que definen su ámbito objetual.
ser reducidos a tal modelo: primeramente, entre todos, el ser humano. La segunda
La tercera implicancia a los ojos de Heidegger, mucho más importante que las dos
ente. Donde la filosofía, haciéndose pasar por ciencia, pretende conocer los fenómenos
en vez de pensarlos, cae dentro de esa tradición que, en los años posteriores a Ser y
contrario, la experiencia del cristianismo de los orígenes tiene, a los ojos de Heidegger, un
puede servir como modelo para la nueva concepción de la filosofía que persigue la
temporalidad, fundadas sobre una relación intrínseca entre el ser y la historicidad, que
permanecerán sin cambios a lo largo de toda su obra. En las bases de esta operación
radica la convicción de que la fuente no puede ser captada por medio de una intuición
(Bezugssinn), que debe ser indagado con las herramientas desarrolladas por la
experiencia religiosa cristiana es una decisión que corta el tiempo en dos dimensiones
opuestas, un pasado que es auténticamente pasado y un futuro que es auténticamente
de horas.
pretende tanto una parte de la tradición teológica –sobre todo católica– como la crítica
de sentir algo que, desde el punto de vista del contenido, permanece sin cambios, pero
religiosa consiste en una actitud ante el mundo que se manifiesta tanto a través de
como a través de una nueva situación emotiva: las ansias que provienen de la espera de
más a las prácticas cotidianas el mismo significado que les atribuía antes. El ser de la fe
es por lo tanto una decisión: una presuposición, no motivada ni teórica ni
psicológicamente, que funda y organiza una forma de vida, tiñéndola con su color y dando
existencial de tal experiencia. Ahora bien, si consideramos este corpus de textos a partir
Heidegger estaba relacionado con Bultmann, y tenemos también certeza de que conocía
la obra de Barth y Gogarten. Sería interesante entonces entender, solo por nombrar el
obra que fue crucial para la renovación de la teología protestante de principios del siglo
XX. Además de las evidentes analogías temáticas aparecen, de hecho, afinidades quizás
incluso metodológicas: el desinterés demostrado por Barth por el empleo de cualquier tipo
La publicación de parte de los cursos de Marburg sobre filosofía griega ha arrojado nueva
lectura original que, a su vez, había influido profundamente la filosofía del siglo XX a
la vida misma desde el punto de vista empírico o histórico, y tampoco reconducir esta
solo a la ética, sino también a la retórica, ofrece el terreno en el que se traza una serie de
categorías ontológicas que no están guiadas por la primacía de lo teórico 1. La mayor parte
tradición cristiana excéntrica con respecto a la versión dominante en aquel tiempo. Como
parte de los "existenciales" de Ser y tiempo como una traducción literal de los términos
El recorrido filosófico que a partir de su obra joven conduce a Ser y tiempo se desarrolla,
1
Es posible hablar de una deshelenización heideggeriana de la tradición cristiana, que es aquí una desescolastización de
Aristóteles: la búsqueda de un Aristóteles libre de las hipotecas teóricas del cristianismo medieval de molde neotomista,
que se realiza por medio de un enfoque directo y actualizante al texto de Aristóteles. El famoso "Aristóteles nació,
trabajó y murió" con el que Heidegger solía iniciar (y finalizar) la biografía de Aristóteles, en abierto contraste con la
investigación histórica llevada a cabo en ese momento por Werner Jaeger, resume el espíritu de esta lectura libre de
hipotecas filológicas.
de Husserl, la experiencia religiosa del cristianismo originario y la filosofía práctica de
Aristóteles. Si uno se esfuerza por prescindir de la polémica de las escuelas, que tienden
inevitablemente a asignar primacía a uno solo de estos tres puntos, a expensas de los
este texto en la filosofía del siglo XX remite, más bien, a aquello que surge de la
La reconstrucción del itinerario filosófico que conduce a Ser y tiempo no tiene únicamente
durante más de cincuenta años ha sido una preocupación no solo de los especialistas en
van desde 1931 hasta 1970, ha reavivado y exacerbado el debate 2 por diversas razones.
En primer lugar, porque estos Cuadernos negros contienen declaraciones antisemitas que
lugar, debido a que tales afirmaciones abarcan un lapso mucho más amplio que las
años treinta. En tercer lugar, porque en los Cuadernos emerge una lectura filosófica
2
Una reconstrucción histórica exhaustiva y original, aunque discutible desde un punto de vista teórico, del debate sobre
la relación entre la filosofía de Heidegger, el nazismo y el antisemitismo, in D. Di Cesare, Heidegger e gli ebrei. I
“Quaderni neri”, Turín, Bollati Boringhieri, 2014.
segundo Heidegger: el olvido del ser y la cuestión de la técnica son interpretados según el
calculadora. Resulta evidente que la fusión de fórmulas antisemitas con algunos de los
entredicho este pensamiento mucho más que las decisiones políticas del hombre Martin
Heidegger. Según la acusación más radical, su íntimo compromiso con la ideología nazi
no solo invalida la producción de Heidegger desde los años treinta, sino la filosofía
heideggeriana tout court. Y a la condena indiscutible al hombre debe seguirle, por lo tanto,
Heidegger, del cual no hay rastros en sus obras publicadas, en sus clases ni en su
en escritos y discursos para su publicación. Es cierto que los Cuadernos no son, por
definición, una obra destinada a hacerse pública, a diferencia de los trabajos editados, los
actitud hermenéutica correcta debe ser capaz de evaluar la naturaleza (es decir, el género
sentidos, más o menos fuertes, en el que dichos documentos pueden definirse como
rendirse ante la evidencia del hecho de que el propio Heidegger autorizó la publicación de
3
Esta es la tesis de E. Faye, Heidegger. L’introduction du nazisme dans la philosophie, París, Albin Michel, 2005.
4
J.L. Nancy, L’antisémitisme d’Heidegger n’invalide pas son oeuvre, in “Le Monde”, 25 de septiembre 2014.
La cuestión de fondo es otra. Cada obra tiene una vida autónoma respecto a la
el contexto histórico en el que nació. La intención del autor, en suma, no es el último juez
entre el pensamiento filosófico y las decisiones éticas y políticas del autor, al menos en la
medida en estas hayan estado motivadas filosóficamente. Ahora bien, ningún intérprete
sensato diría hoy que deberíamos dejar de leer la ética y la política de Aristóteles, ya que
interior de cualquier obra filosófica del pasado se encuentran conceptos que, para
obra sin pretender que el significado de esas categorías se reduzca completamente a las
Heidegger cabe, por lo tanto, preguntarse si las afirmaciones de molde nazi y el moho
animaba. Por esta razón, creo que podemos y debemos continuar con la lectura de la
cuadernos, una vez más, condenan al hombre que las escribió. Lo que es decisivo,
especialmente en función de la argumentación realizada hasta el momento, es intentar
demostrar lo que debería parecer evidente para todos los que se acercan con buena
ocurrida en los años treinta no solo no es la única posible, sino tampoco es la más
correcta.
universidad alemana entendiéndola como una entidad colectiva: el cuerpo docente y los
una unidad estatal e investido de una misión histórica y espiritual: la realización del
destino histórico de Occidente entero. Para ilustrar la "tarea", que consiste en la voluntad
siglo XIX5), la filosofía, la universidad y el pueblo alemán son llamados a volver al principio
de la civilización occidental y del saber filosófico. Grecia enseña que el theorein no debe
interpretarse como una actividad contemplativa, sino como la toma de conciencia del
destino ontológico del pueblo alemán, que precedería al retorno del ser olvidado de la
metafísica. Los apuntes antisemitas de los Cuadernos representan, por lo tanto, la otra
5
Vale recordar los antecedentes de este recurso de representar en conceptos la esencia de épocas históricas, como en
Hegel (“el estoicismo”, “la conciencia infeliz”) o en Nietzsche (“el resentido", “el cristiano”, “la mujer”, “el hebreo”).
Esta personificación de actitudes intelectuales y prácticas servía para encarnar ejemplarmente la sucesión de épocas,
ficcionando su confrontación (Cfr. P. Trawny, Heidegger und der Mythos der jüdischen Weltverschwörung, Frankfurt,
Klostermann, 2014).
cara de la moneda de esta tesis: mientras el movimiento nacionalsocialista encarna la
posibilidad del retorno del ser auténtico, el judaísmo ejemplifica las nociones del olvido del
Ahora, la pregunta filosófica que surge aquí –la única realmente relevante para los
espíritu de Ser y tiempo. El error, en el que el paso en falso del filósofo, intérprete de su
propio pensamiento, coincide con lo mencionado acerca del hombre Martin Heidegger,
la luz de la lectura a posteriori del mismo Heidegger a partir de los años treinta, sino a la
Creo que el primer paso necesario consiste en reflexionar sobre las implicaciones éticas
ostensiblemente en el discurso del rectorado, donde vemos una clara elección ético-
implicaciones éticas de las reflexiones del Heidegger pueden ser demostradas con uno de
los textos cristianos más importantes que él había considerado y asimilado, la Epístola a
los Tesalonicenses. Las pistas cruciales son aquellas en las que Pablo se niega a
6
Este es el sentido más plausible de la afirmación de T. Sheehan, según quien es necesario repensar la filosofía entera
de Heidegger, from the scratch (Cfr. J. Schuessler, Heidegger’s Notebooks Renew Focus on Anti-Semitism, in “The New
York Times, March 30, 2014). Cfr. también C. Romano, L’idée d’antisémitisme philosophique est un non-sens, in
“Critique”, 811, diciembre 2014, p. 1016.
responder a la cuestión relativa a la llegada de la parousía, si esa establece en el plano
determinado. Pablo no dice "cuándo" Cristo volverá; se mantiene más bien en el plano
lado, la certeza de los que creen ya ser salvos y abandonan las prácticas cotidianas y por
el otro, la inseguridad de los que saben que deben vivir el presente en el tiempo de
espera; un tiempo que se caracteriza por la doble dimensión del "como si" (als ob) y del
“aún solo”' (nur noch). La inseguridad de la que habla el apóstol no pretende ser la
relación con un Dios que no representa un fundamento capaz de guiar nuestras acciones
imposibilidad de volver a Dios a partir de la perfección de este mundo. Dios no puede ser
Las implicaciones éticas de esta inversión de la relación tradicional entre Dios y el mundo
un fin último. La decisión de fe no es una decisión humana, sino que surge de un evento
experimentado por el sujeto como una llamada que pone en juego su conciencia y su
al pasado, ni sobre la base de sus consecuencias futuras, ya sean de tipo ético, político,
de la existencia, libre del peligro de ser esclavos de una absolutización. En el plano ético,
diferencia entre el ser y el ente, se traduce en una reformulación del modo metafísico
teórico preexistente. Pensar el ser como evento, como aquella dimensión del tiempo a
partir del cual se originan tanto la teoría como la praxis, implica, por tanto, elaborar una
interpretación reificante del discurso del rectorado. Es cierto que, luego de las referencias
de la parousía. El ser mismo, ahora, comienza a ser pensado con el rótulo de una
anticipadora, la historia deviene destino y el Dasein está llamado a elegir a sus propios
Dasein en su simple ser aquí y ahora. El proyectarse sobre su propia muerte libera al
propio Dasein porque la muerte es la única posibilidad verdadera, vale decir, la posibilidad
vacía, que no solo no consiente, sino que impide la identificación del ser con el ente. En la
contenido, repite un pasado del cual se apropia positivamente, y, por lo tanto, deja de
Heidegger a lo largo de los años veinte es la idea de que la autenticidad no consiste sino
elección entre las varias posibilidades ónticas: es la consecuencia inevitable del rechazo
Pero esto no significa que no exista un criterio para descartar algunas posibilidades a
expensas de otras. Este criterio es, precisamente, el rechazo del absolutismo metafísico
que identifica al ser con el ente, es decir, una posibilidad óntica concreta con la realización
del destino ontológico, y que relaciona la responsabilidad y la libertad del sujeto con el
solo hablar legítimamente de una ética de Ser y tiempo, sino interpretarla como una ética
íntimamente crítica e incluso libertaria: una ética anarquista –en el sentido dado por
transformar lo existente según un ideal de perfección definido, así como cualquier intento
7
R. Schürmann, Heidegger on Being and Acting: From Principles to Anarchy, Bloomington, Indiana University Press,
1986.
contradicción con el sentido más profundo del Ser y tiempo. Este sentido requiere que el
espera del renovado advenimiento del ser con un movimiento político y un proyecto
histórico. Se trata de concebir el futuro como una proyectualidad abierta evitando pensar
son los grandes retos teóricos, de una importancia histórica mucho mayor, contenidos en
la interpretación de los cursos juveniles sobre Pablo y Agustín: el significado auténtico del